El documento describe la importancia creciente del estudio de la inteligencia emocional en psicología. Explica que la inteligencia emocional nos ayuda a entender cómo podemos influir de manera adaptativa en nuestras propias emociones y en la interpretación de las emociones de los demás. También destaca que la inteligencia emocional juega un papel fundamental en la socialización y en las estrategias de adaptación.
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El documento describe la importancia creciente del estudio de la inteligencia emocional en psicología. Explica que la inteligencia emocional nos ayuda a entender cómo podemos influir de manera adaptativa en nuestras propias emociones y en la interpretación de las emociones de los demás. También destaca que la inteligencia emocional juega un papel fundamental en la socialización y en las estrategias de adaptación.
El documento describe la importancia creciente del estudio de la inteligencia emocional en psicología. Explica que la inteligencia emocional nos ayuda a entender cómo podemos influir de manera adaptativa en nuestras propias emociones y en la interpretación de las emociones de los demás. También destaca que la inteligencia emocional juega un papel fundamental en la socialización y en las estrategias de adaptación.
El documento describe la importancia creciente del estudio de la inteligencia emocional en psicología. Explica que la inteligencia emocional nos ayuda a entender cómo podemos influir de manera adaptativa en nuestras propias emociones y en la interpretación de las emociones de los demás. También destaca que la inteligencia emocional juega un papel fundamental en la socialización y en las estrategias de adaptación.
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La Inteligencia Emocional es uno de los conceptos clave
para comprender el rumbo que ha tomado la psicología en las últimas décadas.
De un modelo preocupado fundamentalmente en los trastornos mentales
por un lado y por las capacidades de razonamiento por el otro, se ha pasado a otro en el que se considera que las emociones son algo intrínseco a nuestro comportamiento y actividad mental no patológica y que, por consiguiente, son algo que debe ser estudiado para comprender cómo somos.
Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a
entender de qué manera podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Este aspecto de la dimensión psicológicca humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en las estrategias de adaptación al medio que seguimos.
Inteligencia Emocional: ¿en qué consiste?
Siempre hemos oído decir que el Cociente intelectual (IQ) es un buen indicador para saber si una persona será exitosa en la vida. La puntuación del test de inteligencia, decían, podría establecer una relación fuerte con el desempeño académico y el éxito profesional. Esto no es en sí incorrecto, pero nos ofrece una imagen sesgada e incompleta de la realidad.
De hecho, los investigadores y las corporaciones empezaron a detectar
hace unas décadas que las capacidades y habilidades necesarias para tener éxito en la vida eran otras que iban más allá del uso de la lógica y la racionalidad, y éstas capacidades no eran evaluables mediante ningún test de inteligencia. Es necesario tener en cuenta una concepción más amplia de lo que son las habilidades cognitivas básicas, aquello que entendemos que es la inteligencia. Prueba de ello es que empezaron a ganar terreno algunas teorías de la inteligencia que intentaban comprenderla desde ópticas diferentes, como la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, la teoría de Raymond Cattell (y otros) que explicaba las diferencias entre Inteligencia fluida y cristalizada, o la Inteligencia Emocional, concepto desarrollado por los psicólogos Peter Salovey y John Mayer y que popularizó Daniel Goleman.
A fin de cuentas, nuestra capacidad para adaptarnos al entorno o solo pasa
por comprender lo que ocurre a nuestro alrededor desde una perspectiva lógico-matemática; también debemos ser capaces de entendernos a nosotros mismos y a los demás. No en vano el ser humano es una especie altamente social, por lo que disponemos de una rica faceta emocional que expresa nuestros estados internos de diversas maneras y nos hace capaces de conectar con ellos. Desperdiciar este tipo de información (que no siempre puede ser plasmada en palabras o con números) sería perder capacidad para responder a las exigencias el día a día viviendo en sociedad y aspirando a lograr objetivos a medio y largo plazo, más allá de lo que puede ser atendido cediendo a nuestros impulsos.
Las emociones juegan un papel vital en nuestro día a día
Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en nuestra vida diaria nos daremos cuenta rápidamente que son muchas las ocasiones en que éstas influyen decisivamente en nuestra vida, aunque no nos demos cuenta. Podríamos plantearnos: (1) ¿Compré mi coche haciendo cálculos sobre la rentabilidad y los comparé con otros modelos y marcas? (2) ¿Elegí a mi pareja porque era objetivamente la mejor opción? (3) ¿Es mi empleo el que me ofrece el mejor salario? Gran parte de nuestras decisiones son influenciadas en mayor o menor grado por las emociones.