El Cólera Morbus Lo Compaña Nocional de 1856 - 1851
El Cólera Morbus Lo Compaña Nocional de 1856 - 1851
El Cólera Morbus Lo Compaña Nocional de 1856 - 1851
Número especial 45
cas y portadores. La infección ocurre por vía celular, con shock hipovolémico, déficit de
digestiva y su intensidad varía de la forma bases, con acidosis y una depleción progre-
atenuada, llamada "colerín", a la fulmi- siva del potasio. No se ha demostrado que el
nante, que lúzo exclamar a "Venado", aquel vibrio colérico salga del intestino o afecte
veterano de la Campaña Nacional, cuando se otro órgano. ya que el único órgano afectado
le preguntaba en Heredia de principios de por la enterotoxina es el intestino delgado.
siglo, qué cómo era el cólera, decía: "vómi-
tos, cagadera y a limpiarse a los infiernos".
El tipo que en este siglo ha producido las Manifestaciones.
epidemias, es el llamado Eltor. Sobrevive lar-
gos períodos en estado de no virulencia, en La mortalidad antes de la era de la hidra-
el agua, pero puede multiplicarse rápida- tación y de los antibióticos, era del 50%; los
mente en aguas muy saladas, o en pH alca- sudafricanos hablan dé que la mortalidad
linos. La infección es inaparente por Eltor en actual es del 0%. El período de incubación
el 75% de los casos contra 59% del biotipo dura de 6 a 48 horas. Se inicia con una
clásico. diarrea dolorosa, cuya périda en cada
evacuación es de más de 1.000 mIts. de
Identificaci6n. líquido isotónico; los vómitos son incoer-
cibles y no están precedidos de náuseas. Se
Por cultivo directo de las heces en los desarrollan severos calambres por la lúpo-
medios siguientes: 1) GTT, (Taurocolato, kalemia, con signos severos de deshidra-
gelatina-tellurito) o TCBC (Tiosulfato-citrato tación; si esto no se corrige, el enfermo suele
bilis, sol-sucrosa). Las colonias aparecen a las morir de shock hipovolémico, acidosis meta-
24 horas en el GTT, como traslucientes y bólica o insuficiencia renal aguda por necro-
amarillentas en el TCBC. Para clasificarlo sis tubular. No hay fiebre, todo lo contrario,
necesita ser agiutinizado con los tipos especí- caen con mucha facilidad en lúpoterrnia.
ficos de antisueros. El diagrÍóstico rápido se Hay formas que no requieren hospitaliza-
puede efectuar directamente ~bservando la ción, cursa en 2 a 7 días y se recupera el
inmovilización de los víbriones por los anti- paciente, con la subsecuente reposición de
sueros específicos, o usando fases oscuras del líquidos y electrolitos; la recuperación en la
microscopio para identificarlos por métodos actualidad es la regla y la mortalidad es rara.
de inmunofluorescencia.
Tratamiento en la actualidad.
Patogenesis.
a) Del estado:
El vibrio colérico produce una entero- 1) Líquidos y electrolitos de acuerdo al
toxina que es la responsable de la flSiopato- grado de deslúdratación (50 a 100
logía, tiene ésta un peso molecular de mIts.fmin.).
84.000, estimula la adenil-ciclasa de las 2) Tetraciclinas, 500 mIg. cada 6 horas
células epiteliales del intestino, resultando por 48 horas, o Cloranfenicol en
un incremento intracelular del 3'-5' mono- iguales dosis y por el mismo tiempo.
fosfato cíclico de adenosina, que incrementa 3) Si el cuadro no es severo, se puede usar
la secreción de fluidos por el intestino la vía oral, en cada litro de líquido
delgado. La enterotoxina induce la pérdida lleva glucosa al 10%, bicarbonato de
de líquidos y electrolitos, en ausencia de un sodio 4 gramos y cloruro de potasio 1
daño lústológico manifiesto de las células gramo, a usar cuanto sea necesario.
epiteliales del intestino delgado, o de las
células endoteliales del capilar o de la lámina b) Prevenci6n:
propia. Los líquidos perdidos por el recto S~plica la vacuna, que contiene 10 billa·
muestran que son isotónicos·y que la con- nes de vibrion muertos por cada mililitro,
centración de sodio y cloro es menor que la da protección de 4 a 6 meses como máxi-
del plasma, la concentración de bicarbonato mo. Se aplican 0.5 cc. con intervalo de un
es del doble que la del plasma y la de potasio mes. A los viajeros que atraviesan países
es tres a cinco veces mayor que la del plas- con Cólera, basta aplicar de la vacuna
ma. El resultado es una deslúdratación extra- 0.5 cc.
46 Número especial
CONTAGIO DEL EJERCITO factores coadyuvantes para que el Cólera
COST~CENSE, 1856 Morbus se propagara con tanta violencia en
los meses de mayo y junio de 1856. Pode-
El primer contacto de las tropas costarri- mos señalar, en resumen, los siguientes:
censes con los bucaneros se estableció en la a) Las condiciones de salud e higiene de
batalla de Santa Rosa, el 20 de marzo de Costa Rica no eran deseables. Las prin-
1856, sin conocer nosotros informes de que cipales ciudades, San José, Cartago,
entre las bajas de este combate hubiera Alajuela, Heredia, carecían de agua pota-
muertos del mal asiático.
ble y se servían de acequias. Hay que
La sangrienta batalla de Rivas, del 11 de
recordar que la diseminación del vibrion
abril de 1856, que alcanzó a cientos de bajas
colérico era por vía hídrica.
como lo anotamos, desató el cólera que ya
existía en Nicaragua desde 1855, como lo b) Los recursos médicos eran limitados.
apuntamos también antes, atacando al ejér- Pocos eran los galenos de entonces y poco
cito costarricense. Además de los inmensos lo que podían colaborar en la campaña
daños causados por la superioridad de los nacional. La terapéutica: consejos y
filibusteros, su estrategia y las. ventajas de las remedios que poco servían para prevenir
posiciones que ocuparon. la enfermedad. Poco podían ent~nces
Dada la gravedad de la situación sanitaria, hacer los médicos para detener el filal que
las tropas costarricenses fueron retiradas por siguió su curso sembrando al país de
la vía marítima, el 26 de abril, los heridos y muertos.
enfermos por el puerto de San Juan del Sur,
y el grueso del ejército a pie rumbo a Guana-
caste. Dirigiendo la retirada el General José
María Cañas, después de la batalla de Rivas y Medidas sanitarias.
ante la violencia de la epidemia que apareció De resultados del cólera estableció el
unas dos semanas después. Horrorizó el General José María Cañas un cordón sani-
General Cañas y al Presidente Mora sobre la tario en la frontera Norte, acatando órdenes
violencia de la peste a la que calificó como del Presidente Mora Porras, imponiendo la
aterradora. pena de muerte para todos aquéllos que
Regresaron también el Presidente de la traspasaran la línea establecida, con el fm de
República y su hermano, el General José evitar contagios y también traiciones. Dictó
Joaquín Mora Porras, a Costa Rica, habiendo además otras medidas, el último, "para
sido necesario dejar algunos enfermos y acabar con la peste" .
heridos a merced del jefe de los fIlibusteros, En comunicación al Gobernador de
William WaIker, quien dio en esta ocasión Heredia, se dejó a juicio de los facultativos la
pruebas de humanidad al tomarlos bajo su conveniencia de practicar la operación
protección. Quedó el General José María cesárea para salvar el feto, a las mujeres
Cañas al frente del ejército en Rivas, embarazadas que murieran de cólera.
tomando las medidas necesarias para el retiro Tomándose las precauciones debidas, pues la
ordenado de los soldados que habían fmalidad que se buscaba era que la criatura
Es conocido que el ejercicio' excesivo es recibiera el agua del bautismo y viviera si era
fatal cuando se padece esta enfermedad, y en posible.
virtud de ello quedó el camino a Costa Rica Había sido abandonada la costumbre de
cubierto de cadáveres. El relato más patético comer verduras, como precaucion para evitar
sobre el desastre de la retirada del ejército el ataque del cólera y siendo contraria la
costarricense, fue el del General Víctor opinión de los facultativos, el Gobierno
Guardia, que fue testigo presencial: A su advirtió la conveniencia de continuar consu-
regreso de Rivas vio los cadáveres apilados a miéndolas,e indicó las precauciones que
la orilla del camino: "-Estaban estibados debían de tomarse para hacerlo.
como si fuera leña-';, relató don Víctor. También se tomaron medidas para evitar
los depósitos de cáscaras de café, as.í como
Propagación del mal. para cerrar las tumbas con una gruesa capa
Varios autores se han referido a los de cal, como se anotó antes.
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LABORES DEL GOBffiRNO ". . .Deseando el Gobierno evitar por
todos los medios posibles que se repita la
Comunicaciones. epidemia del cólera, que desde principios
del mes de mayo se ha desarrollado en
Buscando evitar una tragedia nacional y todos los pueblos, se ha servido acordar:
sin poder establecer lo que sucedería dos 1) Que en todas las sepulturas de los
meses después, ya que reapareció la enfer- cadáveres que han muerto del cólera,
medad en Nicaragua, el Ministro de Goberna- se eche una capa gruesa de cal y des-
ción de Costa Rica envió la circular N9216, pués otra de tierra, pisándose todo lo
del 13 de febrero de 1856, que dice: mejor posible para que la corrupción
". . .Además de la circular dirigida a esa no pueda salir e infestar de nuevo el
Gobernación el 7 de los corrientes bajo aire.
el N92ü7, disponiendo la conveniencia 2) Que dichas sepulturas no puedan ser
para evitar los estragos del cólera asiático abiertas bajo ningún pretexto, en el
en caso de que por una desgracia se término de diez años y pasado éste,
desarrolle en los pueblos del interior, el sólo que el Gobierno lo consienta pre-
Gobierno ha acordado prevenir: vio informe de la policía.
Que se libren las providencias más termi- 3) Que para que no llegue el caso de que
nantes para que en el momento en que por equivocación se abra alguna de las
muera alguno, cualquiera que sea su edad, sepulturas de las dichas, deben ponerse
estado y enfermedad, se conduzca y señales estables y conocidas en los
sepulte el cadáver en el cementerio, sin cementerios y lugares donde hubiesen
permitir reuniones, ni con el fin de velar sepultado cadáveres de los muertos del
los muertos ni de llevarlos al sepulcro ..." cólera; pero si algún cementerio
También dispuso el Gobierno que no se hubiera sido ocupado en el todo con
permitieran reuniones nocturnas que pasaran dichos cadáveres, quedará cerrado y
de cuatro a seis personas, con objeto alguno, sin uso, destinándose después de con-
ni se permitieran las serenatas por las calles, cluida la peste otro campo para el
con el fin de evitar las consecuencias de estos enterramiento sucesivo.
hechos en la salud pública, que en esos mo- 4) Que las autoridades de policía y los
mentos estaba amenazada por una epidemia subalternos de los cantones y distritos
en tiempo de invierno. velen bajo su propia responsabilidad el
Finalmente mandó el Gobierno que se cumplimiento de este acuerdo, que
tomaran las medidas convenientes, en tiene por objeto la conservación de la
resguardo de la salud de los números del salud.
ejército que habían llegado, y los que llega-
ran posteriormente, a fin de preservarlos Lo digo a usted para su conocimiento y
algunos días de la humedad, del aire frío y demás efectos.
Dios guarde a usted,
de alimentos no nutritivos hasta fortalecerlos
y defenderlos de la temperatura ambiente, Calvo" .
después de haber estado en un país cálido e Víctimas del Cólera Morbos.
insalubre. Informe de la Presidencia.
Así manifestó el Ministro, Don Joaquín En su relación, el Presidente de Costa
Bernardo Calvo y Rosales, su preocupación Rica, señala a los siguientes muertos por el
para que las autoridades tomaran interés en cólera:
la conservación de la salud de los habitantes Teniente
del país, en beneficio de la sociedad costarri- Coronel, D. Juan Alfara Ruiz
cense bien organizada. Capitán, D. Zenón Mayorga Arnesto
Tenientes, D. Mercedes Porras
Nueva circular. D. Joaquín Lobo
Con fecha 16 de julio de 1856 -ya había D. Jesús Brenes
sucedido la tragedia en Rivas-, el Ministro D. Anastasia Calderón
Calvo 'y Rosales envió la siguiente circular a Subtenientes, D. Trinidad López
los gobernadores: D. Cayetano Méndez
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D. Julián Rojas ochocientos soldadás.
Sargentos, D. N. Brenes y tres más Estimó el Dr. D. Marquis L. Hine, en nota
cuyos nombres no se citan. del 17 de junio de 1856, fechada en Pun-
Distinguidas víctimas: entre las personas tarenas, que el quince por ciento de la
más conocidas que fueron víctimas de la población de Costa Rica había muerto
peste, además de las nombradas antes víctima del cólera. Comunicación que
debemos recordar a: ' envió al Secretario de Estado de su país,
- D. Francisco María Oreamuno Bonilla D. William L. Marc, en su condición de
Ex-jefe de Estado y Vicepresidente e~ Cónsul de Estados Unidos de América.
,Ejercicio, el 3 de mayo de 1856. El Profesor D. Rafael Obregón Laría y
Barón D. Alexander Von Bullow, empre- Monseñor Augusto Thiel, hablan de diez mil
sario alemán, miembro del Estado Mayor, muertos; mientras que Monseñor Víctor
quien sirvió de asesor militar, el 4 de Manuel Sanabria, cita que las defunciones
mayo de 1856. fueron 7.333 (siete mil trescientos treinta y
tres).
D. Adolfo Marie, distinguido periodista
Aunque no conocemos estadísticas sobre
francés, amigo del Presidente Mora
el número de muertos en Centro América se
Porras.
cree que por lo menos 300.000 (tresciedtas
- D. Félix Sancho, representante propie-
mil) personas murieron a raíz de este brote
tario, por la provincia de Cartago, en la
de cólera.
Asamblea Legislativa.
D. Cecilio Quesada, representante por la
Dónde y cómo se enterraron los muertos de
provincia de San José en la Asamblea.
la epideDÚa.
- D. José María Alfaro Zamora, Ex-jefe de
Estado, en ese momento Magistrado de la A partir de la Real Orden del 6 de
Corte Suprema de Justicia, el12 de junio noviembre de 1813; se había abolido defmi-
de 1856. tivamente la costumbre de enterrar en las
D. Juan Sandoval, suplente por la provin- iglesias y se crearon cementerios cercados en
cia de Alajuela, en la Asamblea Legis- las afueras de las ciudades. Desde 1828 se
lativa. . había erradicado también la antigua costum-
D. Alejandro Sancho, representante por la bre de velar los cadáveres en la iglesia o en la
provincia de Cartago en el Poder Legisla- casa, existiendo para ello capillas en los
tivo. cementerios.
Líc. D. Matías Trejos, Magistrado de la Al parecer se creó un mito sobre el
Corte Suprema de Justicia de Costa Rica. Cementario del Cólera, creado por la narra-
tiva de don Gonzalo Chacón Trejos, que
Por aparte consignaremos, en 1857, en el decía: "A principios de junio de 1856 estaba
Cuadro de Honor de los Profesionales en la peste en el apogeo de su estrago y la mor-
Ciencias Médicas, residentes en el país, que tandad era tanta, que fue necesario abrir un
prestaron su valioso concurso a Costa Rica nuevo cementerio. Así nació el desaparecido
en aquellos días aciagos. ' Cementerio del Cólera" .
Número de muertos. En San José existían dos cementerios: el
Católico y el de los Disidentes, pero sólo en
La llegada de los soldados al Valle Central el primero de éstos fue donde se realizó la
fue nefasta porque los acompañaba la epide- inhumación colectiva de cadáveres.
mia que se encargó de diezmar la población En realidad, el llamado Cémenterio del
civil. De los 112.000 (ciento doce mil) habi- Cólera,no es más que el Cementerio Cató-
tantes con que contaba Costa Rica, poco lico, fundado a principios del siglo XIX y
más o menos, murió el diez por ciento. Diez
mil o más muertos hicieron insuficientes los que el nuevo camposanto es el actual, que se
cementerios existentes y hubo necesidad de estableció más próximo a la ciudad, en direc-
improvisarlos en muchas poblaciones. ción hacia el Cementerio de los Disidentes,
que aún hoy continúa en el mismo lugar que
El ejército libertador costarricense se
ocupara antes, sobre la Avenida San Martín
componía de alrededor de 3.000 (tres mil)
hombres y sólo regresaron alrededor de de la ciudad de San José.
Número especial 49
Los eruditos Wagner y Scherzen, presen- según relata esta disposición de Heredia,
tan la primera fuente corroborada al expre- alguno pudo recuperarse mientras le sepulta-
sar que el Cementerio Católico se hallaba, en ban, lo que creó las historias dantescas que
una elevación en dirección Oeste de la algunos que se suponían muertos, "volvieron
capital y que el Cementerio Protestante a su casa encalados, antes el estupor de pro-
estaba ubicado al lado del camposanto pios y vecinos". Relata la tradición familiar
católico. Este testimonio pudo originar con- de cómo eran enterrados en la ciudad de
fusión, haciendo pensar que ambas necró- Heredia.
polis estaban adosadas, hecho que desvirtúa Mi abuela materna, doña Benigna Zumo
ese mismo año otro alemán, Wilhelm Morr, bada y mi tía-abuela materna, doña Victoria
quien nos informa: "en el extremo oriental Zumbado, nos contaban la siguiente anéc-
de La Sabana, se encuentra el cementerio, el dota:
"camposanto" que tiene edificio anexo con " ...a las cinco de la mañana, las campa-
murallones, el panteón en el cual los ricos nas de la parroquia daban la señal para que
entregan a los gusanos sus cadáveres metidos los muertos fueran sacados envueltos en una
en nichos de piedra". Sin que se pueda ubi- sábana, eran recogidos por una carreta, que
car exactamente el antiguo Cementerio partía del alto del Uriche (zona Este de
Católico, estaba sobre la Avenida San Martín Heredia y límite de la ciudad), hasta la anti·
o próximo a ella, más al Oeste del actual, en gua plaza de ganado (Oeste de la ciudad); el
los terrenos ocupados hoy día por el Consejo boyero los acomodaba en esquiva de leña,
Nacional de la Producción o del Mercado de muchas mujeres arrastraban sus largos
Mayoreo, o quizá aún en la parte Oeste del cabellos por la calle empedrada y en ocasio-
cementerio actual. No hubo, pues, un nuevo nes, más de una, el boyero enfermaba de
Cementerio del Cólera, pues éste fue el camino y moría y la carreta que conocía el
antiguo Cementerio Católico y ello lo cons- camino, hacía el servicio hasta el "Callejón"
tató Thomas F. Meager, quien pasó por estos y ahí alguna alma piadosa o los reos de la
lugares en 1859. cárcel, les daban cristiana sepultura" .
"Un poco más allá del Campo de Marte
(La Sabana), está el antiguo Cementerio
Católico. Allí ha habido huesos desde hace BIBLIOGRAFIA
más de doscientos años. Las inscripciones
más antiguas de las tumbas y lápidas se han 1. Tjarks y cols.: La epidemia del Cólera en
borrado. Hace cuatro años, cuando el cólera 1856 en el Valle Central: Análisis y conse-
azotó el país, las víctimas que hizo la plaga cuencias. Revista de Historia-UNA, 1976.
pág. 81-130.
en las vecindades se contaron por miles y
fueron enterrados allí. Desde entonces se 2. Hornek y coi.: TheBroad Street print re-
clausuró el cementerio. Es terreno velado. visted: Responde of voluntear to infested
De modo que la vegetación se va espesando y cholera vibrion. Bull. N.Y. Acad. Méd. 47,
1181,1971.
las tumbas, sin nombre, se borran. Un nuevo
cementerio católico ha sido abierto en otra 3. Pierce y cols.: Replacement of water and
parte" . electrolyte losser in cholera by and oral
En realidad, la epidemia duró de abril a glucose-electrolyte solution. Ann. Int. Med.
julio, mes en que aparentemente cesó el 70: 1173, 1969.
flagelo. 4. Carpanter, C. y col.: Cholera- Textbook of
La manera de enterrarlos fue muy simple, Medicine. Pág. 460. W.B. Saunders Co., 1975.
pero para situarnos mejor adjuntamos una
resolución de los munícipes heredianos del 5. Kuster y cols.: The speed of cholera in South
día 12 de mayo de 1856, que decía: "Por African. South African M.J., 60: 87, 1981.
casos de cólera se ordena enterrar inmediata-
mente, sin consideración de persona alguna, 6. Wallace y cols.: Optimal antibiotic therapy in
en todos los distritos". Estas disposiciones cholera. Bull. Who. 39: 239, 1968.
dieron origen a cuentos y tradiciones faJnilia" 7. Watten, R. y col.: Water and electrolyte
res, es muy probable lo de las fosas comunes studies in cholera. J. Clin. Invest., 38: 1879,
y que se les lanzara cal a los cadáveres, como 1959.
50 Número especial
8. Carpanter, c.: Cholera and other enterotoxic 17. Gonzáléz Víquez, C.: Temblores, terremotos,
infections. Harrison's- PrincipIes of Internal inundaciones y erupciones volcánicas en
Medicine, pág. 883, 1977. Costa Rica 1608-1910. San José, 1910.
9. Carpanter y cols.: Clínical studies in Asiatic 18. Guier, Enrique: William WaIker. San José,
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cholera amont DangIadesh refuges. Johns 21. Obregón Lona, R.: La Compañía del Trán-
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12. Arguedas Chaverri, C.: El Cólera Morbus y la 1976.
Campaña Nacional de 1856-1857. La Nación,
4 de abril de 1982, pág. 2-e. San José, Costa 22. Sanabria Martínez, V.: Anselmo Llorente y
Rica. Lafuente. Primer Obispo de Costa Rica. San
José. Ed. Costa Rica, 1972.
13. Barrionuevo Montealegre, J.M.: Cólera Mor-
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República de Costa Rica en el siglo XIX. Re-
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bro 6\>1856. Calvo. 1902.
Número especial 51