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Por lo tanto, el docente desde su rol de adulto en esta asimetría que implica garantizar la
trasmisión de las normas, el cuidado y la protección de los estudiantes debe promover en
los mismos la responsabilidad ante las acciones que involucran a otro.
En este sentido esta Comunicación se propone: fortalecer el rol del adulto como
promotor de una buena convivencia, socializar prácticas docentes, generar
orientaciones sobre la convivencia y promover el diseño de dispositivos pedagógicos
tendientes al ejercicio del diálogo, y su progresiva valoración como herramienta para la
construcción de acuerdos institucionales.
Acerca de la convivencia
La definición de la palabra convivencia remite a la acción de convivir, es decir, vivir en
compañía de otro u otros. La construcción de los diversos modos de convivir en las
instituciones educativas convoca y compromete a todos3 a trabajar profundamente para
desarrollar y fortalecer conocimientos significativos, estrategias y actitudes en los/as
alumnos/as que garanticen una convivencia democrática, promoviendo condiciones
anticipatorias que construyan redes de cuidado entre todos los miembros de la
comunidad educativa.
Se concibe a la convivencia democrática a partir del reconocimiento de los derechos y
obligaciones de los integrantes de las comunidades escolares, respetando las diferencias
y apelando a la participación y a la búsqueda de consensos para la toma de decisiones
tendientes a las relaciones plurales, democráticas, respetuosas e inclusivas (Resolución
1709/09). Por lo tanto, la convivencia al interior de las instituciones será abordada desde
una práctica inclusiva: esto significa que reconoce el derecho a la dignidad de las personas
sin importar su religión, etnia o nacionalidad, condición social, edad, género, preferencia
sexual, condición de salud, opiniones o cualquier otra característica personal. Se trata de
valorar y respetar la diversidad de los actores educativos, así como deconstruir prácticas
discriminatorias y de exclusión social, de los estudiantes y sus familias, los docentes y el
personal que forma parte.
La Convivencia democrática implica la participación y la corresponsabilidad en la
construcción y el seguimiento de los acuerdos que regulan la vida colectiva escolar, tiene
una fuerte relación con la forma en que se gestionan los acuerdos/desacuerdos
institucionales.
La construcción de la convivencia en las instituciones educativas
La convivencia democrática y plural se enseña y se aprende a partir de estrategias de
participación colectiva que convoquen a toda la comunidad educativa, promoviendo la
“participación real”5 opuesta a la denominada “simbólica” de los distintos actores.
El docente como referente de los estudiantes
Los docentes, desde sus diferentes roles, despliegan su ineludible ejercicio de autoridad
para la concreción del acto educativo, y la escuela, como escenario de encuentro, debe
volverse un lugar autorizado, pero no “autoritario”, que no disuelva las asimetrías sino
que las vuelva motor de trabajo y las ponga en diálogo y fricción con las otras formas de
relación (igualdad, diferencia, autonomía) entre alumnos y maestros.
Ser docentes conlleva la responsabilidad de propiciar espacios de escucha e intercambio,
intra e interinstitucional, de promover estos lugares para trabajar juntos.
Para que la autoridad pedagógica del docente-referente sea legitimada debe desplegar
miradas habilitantes reconociendo a los estudiantes como sujetos capaces de aprender,
de pensar, de hablar, de convivir con los otros, de participar, de construir
responsabilidad en sus acciones, de organizar espacios. Así es como autoridad,
reconocimiento y conocimiento se anudan en una alianza imprescindible para que el
hecho pedagógico acontezca.
Las leyes y las normas en relación a la convivencia
La existencia de leyes y normas en una institución como en la sociedad en su totalidad,
garantiza un modo de convivir basado en el reconocimiento del otro como sujeto de
derechos y remiten a principios éticos universales como el respeto por la diversidad
cultural, la no discriminación, no al maltrato físico o psicológico entre otros.
Coincidentemente con estas ideas planteadas, la tarea pedagógica supone generar
condiciones para la construcción de un pensamiento analítico y comprensivo sobre éstos:
su reconocimiento, su incumplimiento y las consecuencias del mismo tanto para si como
para los demás.
INSTITUCIONES EDUCATIVAS-FAMILIAS-COMUNIDAD:
Si se ha creado un lazo profundo entre las escuelas y las familias, basado en la confianza
mutua, acuerdos establecidos democráticamente, comunicaciones establecidas con
claridad sobre los roles, funciones, derechos y responsabilidades de cada uno de los
actores de esta relación, la probabilidad de construir respuestas favorables a la
convivencia, es mayor a aquella en la que el o los conflictos, se ponen de manifiesto en
actos, generando desconcierto, desconfianza mutua y mecanismos de cristalización de la
desigualdad en el trato, y ruptura de sus relaciones. Entonces, para garantizar un lazo
profundo con las familias resulta fundamental que los docentes planifiquen espacios de
encuentro con las mismas durante todo el año.
RESOLUCIÓN 17/09
ACUERDOS INSTITUCIONALES DE CONVIVENCIA:
1. Marco conceptual desde el cual pensar el proceso de constitución subjetiva de los
adolescentes y jóvenes que habitan la escuela secundaria.
2. Aspectos generales a tener en cuenta al momento de trabajar institucionalmente
con la definición de los AIC.
3. La estructura para organizar los AIC.
CONVIVENCIA: desde una perspectiva democrática y plural.
1. La constitución subjetiva de los jóvenes y adolescentes. Construcción de
legalidades (saber y poder). PC y PS: que los adolescentes y jóvenes tengan la
posibilidad de intervenir en el diseño de las pautas y normas que rigen y den forma
del mundo en que viven. Participando activamente construyen su subjetividad y se
estructuran frente a su entorno.
2. Perspectivas generales para el abordaje de los AIC. (participación, convivencia,
conflicto, autoridad, consenso, normas, sanciones).
-La escuela secundaria como un espacio público.
-La escuela secundaria como una organización con finalidad pedagógica en la que
se desarrollan procesos de enseñanza-aprendizaje.
-La escuela secundaria como espacio de relaciones vinculares, en el que
interactúan sujetos de derecho, tanto jóvenes como adultos.
Garantizar la obligatoriedad del sistema.
Respeto mutuo.
Respetar la escuela (infraestructura, mobiliario y equipos).
Jóvenes y adultos aportando a la convivencia escolar.
Evitar riesgos de desinscripción.
Incluir a jóvenes y adultos dentro de los AIC.
Los AIC deben reflejar una concepción amplia de ciudadanía.
El conflicto como parte constitutiva de la realidad escolar.
Usos y tiempos del espacio escolar.
Separación y distinción entre violencia e indisciplina.
Regulaciones particulares.
Acuerdos áulicos.
3. ESTRUCTURA: AIC.
Representación.
Breve reseña institucional.
Fundamentos.
Proceso de elaboración.
Cuerpo del documento:
Sección 1: normas
Sección 2: medidas a aplicarse ante la transgresión.
Sección 3: CIC.
Sección 4: instancias de revisión y ajustes.
CIC: