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Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador Del Cielo Y de La Tierra

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«CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO,

CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA»


51. ¿Por qué es importante afirmar que «en el principio Dios creó el cielo y
la tierra» (Gn 1, 1)?

279-289
315

Es importante afirmar que en el principio Dios creó el cielo y la tierra porque la


creación es el fundamento de todos los designios salvíficos de Dios; manifiesta su amor
omnipotente y lleno de sabiduría; es el primer paso hacia la Alianza del Dios único con
su pueblo; es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en Cristo; es la
primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y nuestro
fin.

52. ¿Quién ha creado el mundo?

290-292
316

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son el principio único e indivisible del mundo,
aunque la obra de la Creación se atribuye especialmente a Dios Padre.

53. ¿Para qué ha sido creado el mundo?

293-294
319

El mundo ha sido creado para gloria de Dios, el cual ha querido manifestar y


comunicar su bondad, verdad y belleza. El fin último de la Creación es que Dios, en
Cristo, pueda ser «todo en todos» (1 Co 15, 28), para gloria suya y para nuestra
felicidad.

«Porque la gloria de Dios es el que el hombre viva, y la vida del hombre es la visión de
Dios» (San Ireneo de Lyon)

54. ¿Cómo ha creado Dios el universo?

295-301
317-320

Dios ha creado el universo libremente con sabiduría y amor. El mundo no es el fruto de


una necesidad, de un destino ciego o del azar. Dios crea «de la nada» (– ex
nihilo–: 2 M 7, 28) un mundo ordenado y bueno, que Él transciende de modo infinito.
Dios conserva en el ser el mundo que ha creado y lo sostiene, dándole la capacidad de
actuar y llevándolo a su realización, por medio de su Hijo y del Espíritu Santo.
55. ¿En qué consiste la Providencia divina?

302-306
321

La divina Providencia consiste en las disposiciones con las que Dios conduce a sus
criaturas a la perfección última, a la que Él mismo las ha llamado. Dios es el autor
soberano de su designio. Pero para realizarlo se sirve también de la cooperación de sus
criaturas, otorgando al mismo tiempo a éstas la dignidad de obrar por sí mismas, de
ser causa unas de otras.

56. ¿Cómo colabora el hombre con la Providencia divina?

307-308
323

Dios otorga y pide al hombre, respetando su libertad, que colabore con la Providencia
mediante sus acciones, sus oraciones, pero también con sus sufrimientos, suscitando
en el hombre «el querer y el obrar según sus misericordiosos designios» ( Flp 2, 13).

57. Si Dios es todopoderoso y providente ¿por qué entonces existe el mal?

309-310
324. 400

Al interrogante, tan doloroso como misterioso, sobre la existencia del mal solamente se
puede dar respuesta desde el conjunto de la fe cristiana. Dios no es, en modo alguno,
ni directa ni indirectamente, la causa del mal. Él ilumina el misterio del mal en su Hijo
Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal moral, que es el
pecado de los hombres y que es la raíz de los restantes males.

58. ¿Por qué Dios permite el mal?

311-314
324

La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del
mal mismo. Esto Dios lo ha realizado ya admirablemente con ocasión de la muerte y
resurrección de Cristo: en efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha
sacado el mayor de los bienes, la glorificación de Cristo y nuestra redención.

El cielo y la tierra

59. ¿Qué ha creado Dios?

325-327

La Sagrada Escritura dice: «en el principio creó Dios el cielo y la tierra» ( Gn 1, 1). La
Iglesia, en su profesión de fe, proclama que Dios es el creador de todas las cosas
visibles e invisibles: de todos los seres espirituales y materiales, esto es, de los ángeles
y del mundo visible y, en particular, del hombre.

60. ¿Quiénes son los ángeles?

328-333
350-351

Los ángeles son criaturas puramente espirituales, incorpóreas, invisibles e inmortales;


son seres personales dotados de inteligencia y voluntad. Los ángeles, contemplando
cara a cara incesantemente a Dios, lo glorifican, lo sirven y son sus mensajeros en el
cumplimiento de la misión de salvación para todos los hombres.

61. ¿De qué modo los ángeles están presentes en la vida de la Iglesia?

334-336
352

La Iglesia se une a los ángeles para adorar a Dios, invoca la asistencia de los ángeles y
celebra litúrgicamente la memoria de algunos de ellos.

«Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la
vida» (San Basilio Magno)

62. ¿Qué enseña la Sagrada Escritura sobre la Creación del mundo visible?

337-344

A través del relato de los «seis días» de la Creación, la Sagrada Escritura nos da a
conocer el valor de todo lo creado y su finalidad de alabanza a Dios y de servicio al
hombre. Todas las cosas deben su propia existencia a Dios, de quien reciben la propia
bondad y perfección, sus leyes y lugar en el universo.

63. ¿Cuál es el lugar del hombre en la Creación?

343-344
353

El hombre es la cumbre de la Creación visible, pues ha sido creado a imagen y


semejanza de Dios.

64. ¿Qué tipo de relación existe entre las cosas creadas?

342
354

Entre todas las criaturas existe una interdependencia y jerarquía, queridas por Dios. Al
mismo tiempo, entre las criaturas existe una unidad y solidaridad, porque todas ellas
tienen el mismo Creador, son por Él amadas y están ordenadas a su gloria. Respetar
las leyes inscritas en la creación y las relaciones que dimanan de la naturaleza de las
cosas es, por lo tanto, un principio de sabiduría y un fundamento de la moral.

65. ¿Qué relación existe entre la obra de la Creación y la de la Redención?

345-349

La obra de la Creación culmina en la obra aún más grande de la Redención. Con ésta,
de hecho, se inicia la nueva Creación, en la cual todo hallará de nuevo su pleno
sentido y cumplimiento.

El hombre
66. ¿En qué sentido el hombre es creado «a imagen de Dios?»

355-357

El hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido de que es capaz de conocer


y amar libremente a su propio Creador. Es la única criatura sobre la tierra a la que Dios
ama por sí misma, y a la que llama a compartir su vida divina, en el conocimiento y en
el amor. El hombre, en cuanto creado a imagen de Dios, tiene la dignidad de persona:
no es solamente algo, sino alguien capaz de conocerse, de darse libremente y de
entrar en comunión con Dios y las otras personas.

67. ¿Para qué fin ha creado Dios al hombre?

358-359

Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha sido creado para conocer,
servir y amar a Dios, para ofrecer en este mundo toda la Creación a Dios en acción de
gracias, y para ser elevado a la vida con Dios en el cielo. Solamente en el misterio del
Verbo encarnado encuentra verdadera luz el misterio del hombre, predestinado a
reproducir la imagen del Hijo de Dios hecho hombre, que es la perfecta «imagen de
Dios invisible» (Col 1, 15).

68. ¿Por qué los hombres forman una unidad?

360-361

Todos los hombres forman la unidad del género humano por el origen común que les
viene de Dios. Además Dios ha creado «de un solo principio, todo el linaje humano»
(Hch 17, 26). Finalmente, todos tienen un único Salvador y todos están llamados a
compartir la eterna felicidad de Dios.

69. ¿De qué manera el cuerpo y el alma forman en el hombre una unidad?

362-365
382

La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y espiritual. En el hombre el


espíritu y la materia forman una única naturaleza. Esta unidad es tan profunda que,
gracias al principio espiritual, que es el alma, el cuerpo, que es material, se hace
humano y viviente, y participa de la dignidad de la imagen de Dios.

70. ¿Quién da el alma al hombre?

366-368
382

El alma espiritual no viene de los progenitores, sino que es creada directamente por
Dios, y es inmortal. Al separarse del cuerpo en el momento de la muerte, no perece;
se unirá de nuevo al cuerpo en el momento de la resurrección final.

71. ¿Qué relación ha establecido Dios entre el hombre y la mujer?

369-373
383

El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad en cuanto personas
humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca complementariedad en cuanto varón y
mujer. Dios los ha querido el uno para el otro, para una comunión de personas. Juntos
están también llamados a transmitir la vida humana, formando en el matrimonio «una
sola carne» (Gn 2, 24), y a dominar la tierra como «administradores» de Dios.

72. ¿Cuál era la condición original del hombre según el designio de Dios?

374-379
384

Al crear al hombre y a la mujer, Dios les había dado una especial participación de la
vida divina, en un estado de santidad y justicia. En este proyecto de Dios, el hombre
no habría debido sufrir ni morir. Igualmente reinaba en el hombre una armonía
perfecta consigo mismo, con el Creador, entre hombre y mujer, así como entre la
primera pareja humana y toda la Creación.

La caída
73. ¿Cómo se comprende la realidad del pecado?

385-389

En la historia del hombre está presente el pecado. Esta realidad se esclarece


plenamente sólo a la luz de la divina Revelación y, sobre todo, a la luz de Cristo, el
Salvador de todos, que ha hecho que la gracia sobreabunde allí donde había abundado
el pecado.

74. ¿Qué es la caída de los ángeles?

391-395
414
Con la expresión «la caída de los ángeles» se indica que Satanás y los otros demonios,
de los que hablan la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, eran inicialmente
ángeles creados buenos por Dios, que se transformaron en malvados porque
rechazaron a Dios y a su Reino, mediante una libre e irrevocable elección, dando así
origen al infierno. Los demonios intentan asociar al hombre a su rebelión contra Dios,
pero Dios afirma en Cristo su segura victoria sobre el Maligno.

75. ¿En qué consiste el primer pecado del hombre?

396-403
415-417

El hombre, tentado por el diablo, dejó apagarse en su corazón la confianza hacia su


Creador y, desobedeciéndole, quiso «ser como Dios» ( Gn 3, 5), sin Dios, y no según
Dios. Así Adán y Eva perdieron inmediatamente, para sí y para todos sus
descendientes, la gracia de la santidad y de la justicia originales.

76. ¿Qué es el pecado original?

404
419

El pecado original, en el que todos los hombres nacen, es el estado de privación de la


santidad y de la justicia originales. Es un pecado «contraído» no «cometido» por
nosotros; es una condición de nacimiento y no un acto personal. A causa de la unidad
de origen de todos los hombres, el pecado original se transmite a los descendientes de
Adán con la misma naturaleza humana, «no por imitación sino por propagación». Esta
transmisión es un misterio que no podemos comprender plenamente.

77. ¿Qué otras consecuencias provoca el pecado original?

405-409
418

Como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana, aun sin estar
totalmente corrompida, se halla herida en sus propias fuerzas naturales, sometida a la
ignorancia, al sufrimiento y al poder de la muerte, e inclinada al pecado. Esta
inclinación al mal se llama concupiscencia.

78. ¿Qué ha hecho Dios después del primer pecado del hombre?

410-412
420

Después del primer pecado, el mundo ha sido inundado de pecados, pero Dios no ha
abandonado al hombre al poder de la muerte, antes al contrario, le predijo de modo
misterioso –en el «Protoevangelio» (Gn 3, 15)– que el mal sería vencido y el
hombre levantado de la caída. Se trata del primer anuncio del Mesías Redentor. Por
ello, la caída será incluso llamada feliz culpa, porque «ha merecido tal y tan grande
Redentor» (Liturgia de la Vigilia pascual).

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