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3.1 La Diversidad de Las Actividades Rurales

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3.

1 LA DIVERSIDAD DE LAS ACTIVIDADES RURALES

Tradicionalmente las zonas rurales han estado vinculadas con la agricultura, la


ganadería y la explotación de los recursos forestales. Sin embargo, en los últimos
tiempos, los espacios rurales de los países rurales como España han sufrido una
enorme transformación que ha conllevado la diversificación de sus actividades
económicas.

El espacio rural se ha convertido en dinámico, que acoge no sólo actividades del sector
primario sino que también del servicios y de la industria. Todo ello ha acarreado una
notable deslocalización tanto industrial como residencial. La primera de ellas debida
al abaratamiento de los costes, siendo más asequible la mano de obra y el suelo en
zonas rurales.
Por otro lado, la residencial lleva consigo la aparición de nuevas exigencias y
necesidades para las que los gobiernos crean políticas que tienen como objetivo el
aumento de las rentas de la población rural.
Población dedicada al sector primario en un 4’1% y que corresponde a un 2’3 del PIB.
Destacando que, mientras que se está produciendo un claro descenso en la población
ocupada en este sector, es visible un aumento de la productividad por la aplicación de
la agricultura intensiva. Sin embargo, no son resultados apreciables debido a que los
grandes porcentajes de los sectores secundario y terciario siempre le van a hacer
sombra, a pesar de ser el primario necesario para el desarrollo de los otros dos.

Aunque la productividad está aumentando, se está viendo perjudicada por la


globalización, que afecta a nuestro sector agrario por la competencia surgida a raíz de
ella, que nos sitúa en mala posición en comparación con países como Francia. Esto se
debe a que tenemos un sistema agrario anticuado, creado y sin apenas cambios en el
éxodo rural, incapaz de sacar rentabilidad al suelo. Todo ello, sumado a que el
dinamismo ha hecho que exclusivamente la población anciana se dedique al campo,
prestándose reacia al cambio.

Respecto al campo, en España es cultivable un 46% de la superficie, de la llamada SAU


(superficie agraria útil) en la que destaca la triada mediterránea (cereal, vid y olivo) y
el cultivo hortofrutícola. Destacando que, en la mayoría de ellos, los sistemas de
agricultura tradicionales basados en el secano, de tipo extensivo y de subsistencia, han
dejado paso a la intensiva con objetivos comerciales.

Volviendo a la SAU, el cereal destaca con gran presencia en ella, concretamente en el


interior peninsular, mientras que el olivar en los piedemontes, de los que aprovechan
el agua de la escorrentía los viñedos.

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Por otro lado, los cultivos hortofrutícolas se sitúan en las proximidades de los ríos en
el litoral levantino. Y por último los prados y pastos en el norte por la irregularidad del
terreno y las precipitaciones, siendo cultivos orientados a la ganadería.

Cabe mencionar aquellos cultivos nunca manipulados, estos son los ecológicos,
cultivados por la llamada agricultura ecológica, siendo España el primer país de la UE
en superficie agrícola cultivable dedicada a este tipo de explotaciones. Además está
en crecimiento, pero condicionada por inconvenientes como el precio y la
perdurabilidad.

Tras haber mencionado las clases de cultivo hay que hablar de la importancia del
regadío, el abastecimiento de forma artificial de grandes cantidades de agua a cultivos
para complementar al de la lluvia. Esta forma de cultivo ocupó un 12% de la SAU de
España en 2015, en detrimento del secano. Mientras que es verdad que aumenta la
productividad, consume mucha agua.

Dejando atrás la agricultura nos encontramos con la actividad rural que ocupa un
porcentaje del 40%, la ganadería, predominante en Galicia, Asturias, Cantabria,
Aragón y Cataluña. Está actividad experimentó un aumento desde los años sesenta
por factores como las nuevas tecnologías, la conservación del suelo, la estabulación y
el mayor consumo de proteínas por parte de población. Sin embargo, en la actualidad
el sector sufre una crisis por la presencia de la peste porcina y el mal de las vacas locas.

Dentro de la ganadería destacamos cinco tipos; bovina, ovina, caprina, porcina y


aurina. La bovina tiende a decrecer por ser una sociedad dedicada al culto al cuerpo,
es la dedicada a la carne y a la leche, la cual fue limitada entre 1984 y 2015 por un
exceso de oferta. Por otro lado, la ovina y caprina también producen leche, unida a la
lana y el cuero, propios del interior peninsular. A continuación, la porcina es la de los
embutidos, siendo España segundo productor de la UE. Por último la aurícula para el
huevo y la carne, también segundo España en la UE, esta vez en la carne.

Otra actividad rural que consta de una extensión del 55% del territorio español para su
desarrollo es la explotación forestal. Esta actividad es poco relevante en la economía,
ocupando únicamente un 0’1 del PIB y el 2’7% de la producción agraria. Destacando la
madera, el corcho y la resina. La actividad forestal llevó al repoblamiento de eucalipto
y pino en la segunda mitad del siglo XX, que aumentan la productividad pero prenden
con más facilidad siendo más contaminantes.

Está también presente la actividad agro-industrial que consiste en industrias que se


desarrollan en suelo rural, en las llamadas áreas “rururbanas”, claro ejemplo de
deslocalización industrial.

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Por último encontramos la actividad cinegética o caza, que tiene gran influencia en
todos los sectores por demanda de hoteles, alquileres de tierras, etc. Todo ello muy
ligado al turismo rural, apoyado por los programas LEADER y PRODER y a la
producción energética, desarrollada también en el espacio rural.

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3.2 LA ACTIVIDAD PESQUERA FACTORES FÍSICOS Y HUMANOS

La pesca es una actividad económica que tiene como objetivo la obtención de


productos del mar para dedicarlos a la alimentación. España cuenta con una gran
tradición debido a que alberga casi 8.000km de costa, ocupando los principales
puestos de la producción
de flota e industria marítima.

España es el primer país de la UE en producción pesquera, situado en el puesto 18 a


nivel mundial. Destacando que, el 75% de las capturas son peces y el 25% moluscos
siendo su consumo el 80% fresco y el 20% transformado.

Estos datos crecieron hasta el 1976, año desde el qu descendieron como consecuencia
del agotamiento de los caladeros nacionales debido a su sobreexplotación. Es por ello
que se llevó a cabo una política de conservación que permitió observar en 1990 cierta
recuperación tras llevar cuatro años dentro de la UE y lograr abolir las restricciones
internacionales. A raíz de eso, en la actualidad la pesca ocupa un 1% del PIB, siendo
fundamental para otros sectores y actividades como los astilleros o las fábricas. Todo
esto unido a que el comercio exterior es deficitario, ya que somos el segundo país de
la UE que más consume pescado.

Respecto a los factores físicos de la actividad pesquera destaca la extensa costa que
ocupa casi 8.000km, superficie que ha promovido el desarrollo de esta actividad.
Además de la variedad de caladeros, cuyas diversas temperaturas posibilitan la vida
de numerosas especies.
En referencia a los caladeros en general, España tiene una situación estratégica cerca
de los internacionales. Aunque según su localización pueden ser; nacionales, las aguas
jurisdiccionales; comunitarios, pertenecientes a países miembros de la UE; no
comunitarios; cuando no pertenecen a esta y libres, en los que hay escaso volumen de
capturas. Además, la situación estratégica no lo es solo por los caladeros, sino por
factores como las corrientes marinas y las condiciones de las aguas.
Por último, dentro de los factores físicos está la flota, que es la más importante en
capacidad y la tercera en número de buques de la UE.

Dejando atrás los factores físicos encontramos los humanos, entre los que ha que
destacar que esta actividad da trabajo a 31 de cada 100 personas dedicada a la pesca
en la UE, concentrando en España. Italia, Grecia y Portugal el 70% del empleo.
Esta gran ocupación en este sector se debe, como ya se ha mencionado
anteriormente, a la tradición pesquera surgida de la inmensa extensión de superficie
costera la cual está organizada por la PPC.

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La PPC o Política Pesquera Común es una política europea encargada de velar y
dinamizar la pesca, encargándose de aspectos como que las lonjas alcancen el
desarrollo debido. Desarrollo que se ha conseguido con la reconversión y
modernización de la
flota y la presencia de la acuicultura. Aunque, por factores como la mecanización, la
explotación de los caladeros, la jubilación, el establecimiento de las 200 millas de la
costa y la reducción del limite de las licencias se ha producido un descenso de la
población ocupada en este sector.

En conclusión, la actividad pesquera hoy en día se encuentra en una situación de


escasez de tripulantes, reducción del consumo y no definida por el Brexit. Esto ultimo
dada la posibilidad de que ocurra, debería llevar al establecimiento de políticas den
contingencia para afrontar las posibles pérdidas, además de acometerse las
negociaciones pertinentes.

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3.3 LAS CRISIS ECONÓMICAS Y LAS RECONVERSIONES INDUSTRIALES

El sector secundario se encarga de la transformación de bienes y recursos que se


extraen del medio, siendo en este sector la construcción (6% del PIB) y la industria
(12’6% del PIB) las actividades más destacadas. Habiendo además un 20% de
trabajadores ocupados en este sector, en descenso desde 1975.

En primer lugar, para hablar del sector secundario español, se debe tener en cuenta
que la industrialización en nuestro país fue tardía, ya que se dio en la segunda mitad
del siglo XIX. Las causas de ello fueron diversos factores como el poco espíritu
empresarial, la escasez de capitales, la crisis económica y financiera y la agitación
política y social de la época. Todo ello produjo que España fuese una sociedad rural,
con ciertos brotes industriales en zonas como Asturias y País vasco con la minería y
Cataluña con la industria textil.

Es entre los años 1900 y 1930 donde se produce una gran recuperación de capital,
debido a hechos como la recuperación de lo invertido en las colonias al perderlas, la
neutralidad en la Primera Guerra Mundial que nos favoreció en cuanto a las
exportaciones de armamento cuyos beneficios fueron invertidos en obras públicas, y
por último, la implantación de una política proteccionista que gravó las importaciones,
es decir, se les aplicaron grandes impuestos a los productos exteriores.

Este desarrollo por el contrario, disminuyó en la guerra civil y en la dictadura franquista


por la aplicación de la autarquía. La cual llegó a su fin gracias al plan Marshall, que
originará entre los años 1959 y 1973 el llamado desarrollismo. La industria logrará
entonces ser relanzada con la supresión de la autarquía unida a un plan de
estabilización de la peseta a nivel europeo con planes a corto plazo.

Sin embargo, este periodo de esplendor se ve interrumpido por la llamada crisis


del petróleo en 1973. En primer lugar debemos de saber que una crisis industrial es un
momento de cambio desde el punto de vista económico por razones de energía o
tecnología. En este caso concreto, la del 73 vino dada porque Siria, apoyado por los
países de la OPEP, se enfrentó a Israel, apoyado por EEUU. Este conflicto produjo un
aumento del precio del petróleo, creando la necesidad de reinventarse, originando por
tanto la Tercera Revolución Industrial.

La Tercera Revolución Industrial es una etapa que se caracterizó por el cambio en


el sistema industrial con una evolución del modelo fordista, establecido antes de la
Primera Guerra Mundial, a nuevas formas de organización industrial, apoyadas por el
desarrollo de los medios de transporte y la logística.

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Esta novedad se caracterizó por la deslocalización y por sus modelos de producción
más flexibles con mayor especialización del trabajo y con el trabajo a demanda.

No es hasta 1975 donde se hayan las consecuencias de la crisis del Petróleo en España.
Estas se debieron a factores tanto internos como externos. Entre los externos
encontramos la situación del petróleo, el surgimiento de la Tercera Revolución
industrial que exige cambios de los que el país carece, y por último la globalización y
lo que esta conllevaba.

Por otro lado, en el panorama interno del país la situación política no acompañaba, se
había producido el fin de la dictadura franquista y el inicio de la transición, lo que
produjo que las ayudas a la industria se retrasasen y la productividad fuese muy
reducida.

Esta pésima situación desemboca en una reconversión entre los años 1983 y 1991
con el fin de impulsar la industria española en un breve periodo de tiempo.
Esto se va a llevar a cabo mediante la producción a demanda, produciéndose el cierre
de empresas y la reducción de la producción, además de una regulación de la plantilla
mediante despidos, prejubilaciones y reajustes.
Por otro lado, también se aplicó un proceso de modernización, principalmente en los
sectores maduros. Todo ello caracterizado por; la reducción de las empresas,
ignorando la actuación en las pymes centrándose solo en las grandes empresas y la
focalización en la cornisa cantábrica.

Pero esta no fue la única reconversión industrial. La integración en la Comunidad


Económica Europea en 1986 desencadenó el surgimiento de otra reconversión en
1991 bajo las directrices de la CEE.
En este periodo España intentó adaptarse a la globalización, tecnología, reducción de
mano de obra y aumento de la competitividad. Para ello intentó liberalizar el mercado,
modernizar la industria, apoyarse en el I+D+I y respaldar las pymes.

A partir de ese año, el 91, España ha seguido sufriendo graves crisis económicas
como la del 2007, en la que la burbuja inmobiliaria afectó a todo el panorama español
manteniéndose hasta la del 2011. Esta última afectó al aspecto comercial, por tanto a
la industria de forma indirecta.

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3.4 LA INDUSTRIA EN LA ACTUALIDAD: SECTORES (maduros, dinámicos y
punta) y DISTRIBUCIÓN***

La industria española ha evolucionado a lo largo del tiempo, experimentando a finales


del siglo XX un gran cambio, provocado por diversos factores.

Factores entre los que destacan la entrada en la UE, el capital extranjero, el cambio del
tamaño de las empresas con un aumento de las pymes y la inversión en I+D+I.

Todo ello ocasionando innovaciones tanto en los procesos de generación de valor,


dando más importancia a las fases previas (creación, diseño e innovación) y a las
posteriores (distribución, venta y servicio postventa).
Como en los de producción mediante las TIC (tecnologías de la información y
comunicación) que permiten una mayor difusión de conocimientos y abaratamiento
de los transportes.

Provocando que el sector secundario ocupase un 18´6% del PIB, generando empleo
para un 20´4% de la población activa. Sin embargo, es desde la transición donde se
produce una terciarización, provocando que en la actualidad dominen los sectores
maduros, que son los más obsoletos y que necesitan una reconversión. Sin embargo,
se está logrando que los sectores dinámicos, más rentables que los maduros, entren
en España. El problema de estos es que requieren entrada de capital extranjero,
habiendo por tanto
poca competitividad. Por último encontramos los sectores punta, poco desarrollados
por
la escasa inversión en I+D+I pero que serían los más rentables. Como consecuencia de
su poco desarrollo, la gente cualificada emigra.

Un problema muy visible en la industria española es su distribución desigual. Esta hace


que las áreas más desarrolladas sean únicamente Barcelona y Madrid, destacando por
su gran diversificación industrial debida a su centralización. Estas abarcan sectores
maduros en reconversión e industrias de nuevas tecnologías, servicios de la
producción
y de sedes sociales de empresas.
Encontrando en el eje del Ebro, centrado en Zaragoza y el litoral mediterráneo, desde
Gerona a Cartagena los ejes industriales en expansión. Siendo zonas que albergan
industrias tradicionales, industrias de alta tecnología, algunas subcontratadas y
estandarizadas procedentes de las áreas en crisis. Destacando por ejemplo la
producción del calzado en Mallorca y la hortofrutícola en Murcia.

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Además España tiene áreas industriales en declive, focalizadas principalmente en
lacornisa cantábrica, debido a los sectores industriales maduros.
Y por último áreas de industria inducida principalmente porque su localización es poco
competitiva al estar basada en industrias tradicionales, dispersas y pequeñas. Esta
situación se puede localizar en Aragón, Castilla y León, CLM, Extremadura y las islas.

Cabe destacar también los diversos tipos de industria; bienes de equipo, base y bienes
de consumo. La primera de ellas encargada de suministrar maquinaria para equipar a
las
demás, por lo tanto provee de equipo a las tres. Por otro lado, la industria base es la
encargada de transformar materias primas en productos semielaborados, iniciando
así el proceso productivo. Así bien, no solo abastece a las industria de bienes de
consumo, sino que provee de materias primas a la industria de bienes de equipo.
Por último la de bienes de consumo recibe el producto semielaborado y lo transforma
en
elaborado, destinado al uso directo del consumidor.
Todas estas industrias tienen una relación de interdependencia pero, sin embargo, no
están asociadas.

Dejando atrás la industria nos encontramos con la segunda actividad principal de este
sector, con gran influencia económica, la construcción. Esta actividad comenzó a
crecer en los años 90, convirtiéndose en 2004 en el sector más dinámico de la
economía española. Sin embargo, en el 2007 con la aparición de la burbuja inmobiliaria
empezó a decrecer, caída que se manifestó fundamentalmente a partir del 2008. No
es hasta el
2015 hasta que no vuelve a verse cierta mejora, contribuyendo al PIB con un 5´7% en
ese mismo año, sin embargo aún lejos de la situación anterior al periodo de crisis.
Destacando que ocupó a un 6% de la población activa en el 2008

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3.5 LAS FUENTES DE ENERGÍA RENOVABLES Y NO RENOVABLES,
ventajas e inconvenientes

La energía es todo aquello capaz de producir un trabajo o de originar un movimiento,


por lo tanto, una fuente de energía es aquel recurso natural del que se puede generar
una fuerza aprovechable para el ser humano.

Las fuentes de energía pueden ser o primarias o secundarias, dependiendo de su


procedencia. La energía primaria es aquella que se obtiene directamente de la
naturaleza, como puede ser el petróleo o el gas natural. Si esta es transformada da
lugar a la secundaria, como la gasolina o la electricidad.

A parte de por su procedencia, las fuentes de energía se pueden clasificar según su


disponibilidad en renovables y no renovables.

En primer lugar, encontramos las energías renovables, cuya disponibilidad es infinita


y sino, si se agotan, tienen una capacidad de regeneración mucho mayor a la del
consumo. Estas son además conocidas como energías limpias o alternativas, ya que
no contaminan y sustituyen a las tradicionales. Desgraciadamente, en el 2018 solo un
15,1% de la energía en España provenía de este tipo de fuentes de energía, a pesar de
que se estima que mediante solo el uso de las energías existentes de este tipo se podría
cubrir toda la demanda energética del mundo.

Uno de los tipos de esta energía es la eólica, que se convirtió en el 2008 en la energía
renovable más utilizada en nuestro país, quitándole el puesto a la hidráulica. De hecho,
destaca tanto en regularidad de producción como en capacidad instalada.
Situándonos en el puesto número dos de la UE detrás de Alemania en el uso de esta
energía. Energía cuya presencia en conjunto por potencia eólica instalada refleja un
70% entre las comunidades de Andalucía, , Castilla-la-Mancha, Galicia y Castilla y
León. Entre ellas destacando esta última, albergando más de un 23% de la potencia
eólica del país. Existiendo también la energía eólica marina, con molinos ubicados mar
adentro.

Pero no sólo está presente este tipo de energías, también nos encontramos, aunque
en menor medida, otras como la hidráulica. Esta consiste en producir energía a través
de la caída del agua, siendo la segunda fuente renovable por potencia instalada en
España, al ser destronada del primer puesto por la eólica. Así pues, esta energía
representa el
16´4% a nivel nacional destacando por su presencia en Castilla y León, donde se
localiza el Duero. Y ocupando el puesto número séptimo a nivel de la UE.

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Otra de estas energías es la solar, que produce al año varios miles de veces la cantidad
de energía que consume la humanidad, pudiendo ser tanto fotovoltaica como
termoeléctrica. La fotovoltaica funciona con paneles y la termoeléctrica con el
calentamiento de un fluido que a su vez genera vapor, moviendo entonces una turbina
y generando electricidad. Así es como se sitúa como tercera fuente renovable de
generación eléctrica en España, destacando Castilla-la-Mancha como comunidad con
mas potencia instalada. De hecho, esta región alberga casi el 20% de la potencia
nacional, seguida por Andalucía, Extremadura y Castilla y León, que engloban el
61%de esta. Encontrándonos en quinto lugar a nivel Europeo.
Además de estas tres hay una presencia más reducida en España de otras energías,
como
puede ser; la geotérmica, que utiliza el calor desprendido de la corteza terrestre; la
biomasa, que aprovecha residuos animales y vegetales; el biocombustible, que sirve
como alternativa al petróleo; la maremotriz, mediante la fuerza de las mareas y la
biogás, mediante combustible gaseoso.

A pesar de esta gran oferta de energías renovables, se sigue apostando por las
altamente contaminantes, las no renovables. Estas se consumen a un ritmo mucho
mayor del que se generar, siendo además sus reservas muy limitadas al ser
fundamentalmente recursos minerales. Además son también conocidas como
tradicionales al ser las que se
utilizaron en la Primera y Segunda revolución industrial. De estas energías las que más
se consumen en España, concretamente en un 45%, son las procedentes del petróleo
y sus derivados.

Una vez que ambos tipos de energías han sido expuestos, se puede hablar de ventajas
y desventajas que tienen en particular cada tipo.

En primer lugar, en el caso de las renovables, una de las principales ventajas es que son
inagotables, limpias y no producen residuos. Sumado a esto podemos añadirle el dato
de que generan muchos puestos de trabajo, además de ser seguras y crear cierta
autonomía con respecto a los países de la OPER. Aún así tiene algunos inconvenientes,
como
puede ser la inversión inicial, la naturaleza difusa y el desinterés por parte de las
administraciones.

Por otro lado, en el caso de las no renovables, tanto tiempo ha conllevado ciertas
ventajas, como el pleno conocimiento que hay sobre ellas y las instalaciones ya
creadas. Además, al no depender de fenómenos meteorológicos como tal, el
abastecimiento es continuo. Sin embargo son altamente contaminantes y por lo tanto
perjudiciales para el medioambiente, además de que no se renuevan. Todo ello unido
a la complejidad de su manejo y el riesgo de accidente.

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Es por todas estas desventajas que Europa en el año 2020 ha puesto en marcha un plan
llamado objetivo 20-20-20 que consiste en reducir un 20% las emisiones, aumentar un
20% el consumo de energía proveniente de fuentes renovables y un 20% de ahorro de
consumo energético.

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3.6 EL TRANSPORTE, TIPOS Y REDES

El transporte es la actividad que desplaza a personas y mercancías de un lado a otro,


lo cual genera importantes transformaciones geográficas. Para ello se emplean
diferentes medios, como son los terrestres, marítimos o aéreos que colaboran en la
articulación territorial y económica de España.

Los servicios de transporte en nuestro país aportan un 5´5% al PIB y dan trabajo al
4´8% de la población ocupada. A pesar de desarrollarse en un medio físico
desfavorable en cuanto al relieve y al clima.

Con respecto a estos cabe mencionar el dominio del transporte de carretera en el


interior del país, sustituido por el aéreo de cara al exterior, y el marítimo para
mercancías.

El transporte de carretera se engloba dentro de la categoría de los terrestres, junto


con el ferrocarril. Es en el transporte de carretera en el que destaca la distribución
radial creada por los borbones en el S XVIII y que en la actualidad se está convirtiendo
en mallada. Además encontramos un reparto en cuanto a sus competencias, lo que
provoca características técnicas diferentes en función si son autonómicas, regionales
o nacionales.
Por otro lado, la otra variedad de transporte terrestre es el ferrocarril que
predominó como forma de transporte de pasajeros en la segunda mitad del siglo XIX
y principios del XX, tomando en cambio en la actualidad un papel secundario como
consecuencia del elevado coste financiero y la competencia de otros medios.

Dejando atrás el terrestre se encuentran aquellos transportes articulados en torno a


los puertos litorales peninsulares e insulares, el marítimo. Estos destacan por el tráfico
de mercancías y la carencia de desplazamientos de pasajeros. En cuanto al de
mercancías destaca el puerto de la Bahía de Algeciras (5º puerto europeo por volumen
de mercancías) seguido de Valencia, Barcelona, Bilbao, Cartagena y Tarragona,
destinado un 60% a Europa. Por otro lado, en cuanto al tráfico de pasajeros, España
ocupa el 7º lugar de Europa. Siendo el más transitado el de la Palma, seguido de otros
como la Bahía de Algeciras y Santa Cruz de Tenerife.

A continuación, reducido al puerto de Sevilla y al río Guadalquivir encontramos el


transporte fluvial, dedicado fundamentalmente al transporte de mercancías hacia el
valle del Guadalquivir y Extremadura, aun así es también a veces escala de pasajeros
de cruceros.

Por último tenemos el transporte aéreo, este está ligado principalmente a los

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aeropuertos de Madrid y Barcelona. Es un medio de transporte que se caracteriza por
el rápido desarrollo por aspectos como el abaratamiento debido a compañías low-
cost. Siendo muy competitivo en el transporte de pasajeros a larga y corta distancia,
generando sin embargo un gran impacto medioambiental.

Todos estos transportes tratados anteriormente tienen conforman sus respectivas


redes, pudiendo ser por tanto; de carretera, ferroviaria, marítima y aérea.

En primer lugar hallamos la red de carreteras que, como ya se ha mencionado


anteriormente es de carácter radial con ejes transversales como el del Ebro el
Mediterráneo o el Andaluz, que la convierten en mallada. Esta red está compuesta por
autopistas, autovías y otras carreteras nacionales, autonómicas provinciales y locales.
Siendo la red del Estado la que soporta el 60% del tráfico al conectar los principales
núcleos de población y poseer, en carácter de competencias, la mayor parte de
autovías y autopistas.

Por otro lado encontramos la ferroviaria, que se empezó a construir en España a


mediados del XIX hasta mediados del XX, encontrándose en la actualidad en un lugar
secundario por la competencia con otros medios. De hecho, las líneas principales han
mejorado y renovado locomotoras y vías pero las condiciones de la mayoría son
insatisfactorias. Está compuesta por una red convencional, una de alta velocidad y una
de vía estrecha. Siendo las más rentables la FEVE y el AVE en el transporte de
pasajeros.

Además encontramos la red marítima, articulada en cuatro redes principales, la


mediterránea, la atlántica, la cantábrica y la insular, con Sevilla como único puerto
fluvial. Destaca la inadaptabilidad al tráfico moderno, siendo necesaria la mejora de
instalaciones y accesos a puertos por tierra. A esto se le suma el escaso tráfico de
pasajeros, estando destinado principalmente a las mercancías. De este último el 89%
está destinado a las internacionales.

Para finalizar localizamos el transporte aéreo en 48 aeropuertos, organizados


jerárquicamente entre una red de los centrales, Madrid y Barcelona, troncales,
como son Mallorca y Valencia, y los marginales como es el caso del de Albacete.

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3.7 EL TURISMO. PROBLEMAS Y TIPOLOGÍA

El turismo es el conjunto de actividades desarrolladas por el hombre, que consisten en


desplazarse fuera del entorno habitual.

Según el destino diferenciamos dos tipos de turismo; el interior, desarrollado dentro


de las fronteras y el exterior, realizado en otros países. Es en los años 60 cuando, tras
el periodo de recuperación económica al finalizar la guerra mundial, España se
consolida como uno de los principales destinos.

En la actualidad, nuestro país es el segundo más visitado en todo el mundo, y el


segundo también en ingresos turísticos. Es por ello que ocupa el 11´7 del PIB ocupando
a un 12´8% de la población. Además de estar contribuyendo a la recuperación
económica, favoreciendo el crecimiento de los sectores primario y secundario, unido
a otros servicios como el transporte y el comercio.

Cabe destacar por tanto, que el mayor número de turistas se encuentra en Cataluña,
siendo la comunidad autónoma más demandada y visitada. En esa región y en las del
resto de España destaca en primer lugar la presencia de británicos, seguidos de
alemanes y franceses junto con los Países Nórdicos, Italia y Países Bajos.

Todos ellos llegan principalmente en avión, alojándose en hoteles. La mayoría de esas


personas viajan por motivo de ocio, recreo y vacaciones, concretamente 73 millones.
Aunque también están presentes los viajes de negocios y otros asuntos, que se están
viendo aumentados significativamente en un 73% más que en el 2019, con 5´4 millones
de personas.
Sin embargo, el turismo tiene también su cara negativa, ya que a él asociamos
numerosos problemas.

En primer lugar tenemos la concentración espacial de la oferta, produciendo una


gran desigualdad de reparto del turismo. Este se focaliza en el Mediterráneo, los
archipiélagos y Madrid. Habiendo como solución el aumento de la oferta en otros
lugares, siendo difícil de llevar a cabo por la poca iniciativa empresarial.

A ello le sumamos la acusada estacionalidad, es decir, las determinadas temporadas


que tiene el turismo, centrándose en un 40% en los meses de verano. Una de las
formas de acabar con este problema es el turismo social, rompiendo con el empleo
estacional.
Por otro lado aparece la creciente competencia global, a pesar de haber surgido
circunstancias como la ¨primavera árabe¨ que nos han favorecido.
Destaca también la excesiva dependencia de británicos, alemanes y franceses, que
tiene como solución fidelizar a los que ya nos eligen como destino, y captar nuevos
clientes.

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Por último el impacto medioambiental y la contaminación son un grave problema.
Esta se sitúa en lugares como las áreas litorales, sometidas a una grave explotación de
recursos y desgaste, que provoca un impacto medioambiental.
Afortunadamente los gobiernos están siendo conscientes de este impacto por lo que
están llevando a cabo políticas y medidas que favorecen la protección del
medioambiente. Como son leyes de costas, limitaciones de tráfico, depuradoras, etc.

Esta situación se refleja en todos los tipos de turismo, es decir, en toda la oferta
turística. Entre los servicios que están a disposición del turista predomina desde los 60
el de sol y playa.
Pero el turismo en general se ha visto favorecido tanto por factores externos como; la
recuperación económica europea, la generalización de las vacaciones, la mejora y el
abaratamiento de transportes y la aparición de turoperadores, como por factores
internos; entre los que destacan el clima, el amplio patrimonio cultural y artístico, la
promoción inmobiliaria y el ser un país barato a nivel europeo.

Como he mencionado anteriormente, el que destaca desde los años 60 es el de Sol y


playa, siendo además el único hasta los 90, desde los que se desarrollan los demás.

Uno de ellos es el turismo cultural, surgido por la gran riqueza de este tipo en nuestro
país. Dentro de este destaca como monumento más visitado la Sagrada Familia,
seguida de la Alhambra y la Mezquita de Córdoba.

Encontramos también el turismo rural, que tiene como fundamento el alejarse de de


la vida urbana para acercarse a la naturaleza. Este puede estar vinculado al turismo
ecológico, que consiste en introducirse en la naturaleza no modificada para
observarla.
A continuación tenemos el turismo deportivo, dirigido a la práctica de deportes con
la que se enlazan visitas. En cierto modo situamos el turismo de nieve ligado a este,
en zonas como Sierra Nevada.

Por otro lado está también el turismo de negocios, situándose en el puesto número
dos de turismo mas presente en España y dedicado a congresos, conferencias, etc.

Otro tipo es el turismo de salud, enfocado a la curación asistiendo a centros


especializados como balnearios, spas, etc.

Existe también el turismo religioso enfocado a la visita de santuarios o a


peregrinaciones. En nuestro país destaca la costumbre de la Semana Santa.

Para finalizar podríamos mencionar otros tipos de turismo como son el cinegético, el
enoturismo y el gastronómico.

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3.8 EL COMERCIO INTERIOR. FORMAS DE COMERCIO

El comercio es el intercambio de mercancías y servicios entre productores y


consumidores. Pudiendo ser interior si se realiza dentro de las fronteras o exterior si
los agentes económicos pertenecen a otros países.

En lo que respecta al comercio español, este aporta un 22% al PIB, ocupando a un 14%
de la población, datos que se sitúan en primer lugar dentro del sector terciario.
Esto se debe a que, en el caso del comercio interior, se produjo en los años 80 un
importante cambio, principalmente una transición de las tiendas de barrio a otras
muchas formas comerciales. Transformación que se debió a los cambios de la oferta y
la demanda.

En el caso de la oferta, los comerciantes establecieron una mayor diversificación para


llegar a un mayor número de consumidores. A esto le sumamos la introducción de;
nuevas formas de venta como son el autoservicio y las grandes superficies y de
adelantos tecnológicos y logísticos, como son el código de barras y los sistemas de
transporte más regulares y baratos respectivamente. Unido a la aplicación de
técnicas de mercadotecnia y publicidad.

Por otro lado, en el caso de la demanda, se produjo un aumento de la capacidad de


compra, ya que en los 80 la mujer comienza a trabajar, aumentando la renta de la
unidad familiar. Por ese mismo motivo de la incorporación de la mujer al trabajo, se
diversifica la clientela y se produce un cambio en los hábitos de compra. Que serán
además muy influidos por la publicidad. Esto llevará mayores exigencias sobre la
información de los productos y derechos de los consumidores, y a la implantación
de
nuevas formas de financiación.

En la actualidad encontramos dos tipos de comercio, el mayorista y el minorista. El


mayorista es cuando se compra al fabricante o a otro mayorista sin destinarse al
consumidor, localizándose normalmente a las afueras de las ciudades. Por otro lado,
el minorista es aquel que vende directamente al consumidor, siendo su localización los
bajos comerciales de los centros de población.

Dentro del minorista hay varios tipos:

El primero de ellos es el tradicional clásico, caracterizado por la venta asistida y los


pequeños establecimientos con al menos un 50% de almacén. En ellos existe un

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mostrador que hace de barrera física, evitando la compra por impulso. También hay
poca variedad de productos y poca rotación de los mismos. Siendo además caros
estando sujetos a una compra más lenta y a una escasa presentación de los artículos.
Son negocios que carecen de tecnología y que son de carácter familiar. En ellos se
dispone
de un trato personal y de asesoramiento al cliente. Sin embargo, por la aparición de
las
nuevas formas se encuentra en la actualidad en una grave crisis.

A continuación está el tradicional moderno, el cual ha reducido el almacenamiento


exponiéndolo en la tienda para favorecer la compra por impulso, con un mayor
cuidado

del escaparate y la presentación del producto. Para ello invierte en tecnología y


equipamientos, ofreciendo además ventajas a los clientes como son las promociones.
Este tipo de comercios se especializan en un producto para conseguir la fidelización
de la clientela. Destacando también su desarrollo en sistemas de franquicias o
asociándose en cadenas y cooperativas.

Dentro de estas nuevas formas de comercio minorista están el libre servicio y las
ventas sin establecimiento.

El libre servicio es el que hace referencia al autoservicio. En él el almacén se reduce a


un 20%, siendo el resto sala de ventas con la libre circulación del consumidor. Con
respecto a los productos destaca su variedad y rotación, con una presentación más
atractiva y un precio más asequible. Esta forma de comercio la van a manejar grandes
cadenas con un trato no personal, a penas tienen asesoramiento. Por lo tanto van a
llevar a cabo un sistema de venta mixto. Estando localizadas a una distancia mayor
con el domicilio.
Los tipos de libre servicio son; los establecimientos de alimentación y consumo
doméstico, localizadas en el centro y en barrios urbanos; y las grandes superficies
comerciales, como son los hipermercados y los centros comerciales.

Por último, dentro de las nuevas formas del comercio minorista aparecen las ventas
sin establecimiento, algunos ejemplos de estas son la venta por catálogo, la televenta,
la venta por máquina automática e internet.

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