Demanda de Reconocimiento de Filiación Extramatrimonial: Casos Prácticos
Demanda de Reconocimiento de Filiación Extramatrimonial: Casos Prácticos
Demanda de Reconocimiento de Filiación Extramatrimonial: Casos Prácticos
Civil
Extracto
Enunciado
Cuestiones planteadas:
2. ¿La falta de grabación de la vista, o del acta extensa, permitiría a la apelante ob-
tener la nulidad por indefensión?
Solución
1. ¿
Es correcta la decisión judicial de archivar el procedimiento por carencia sobre-
venido de objeto o pérdida de interés?
Sin embargo, a pesar de que el auto manifiesta que la carencia sobrevenida del obje-
to procesal por reconocimiento expreso de la demandada supone, a diferencia de lo que
acontece con el allanamiento, la exención de cualquier otra actividad posterior para conse-
guir su pretensión, inicialmente controvertida, la terminación del proceso deja indefensa a
la menor por la ineficacia de las medidas cautelares establecidas, pues la suerte de estas
va ligada al objeto principal, siendo que, archivadas las actuaciones, se dejarán sin efecto
también las medidas relativas a los alimentos y las visitas.
Por ello, podría entenderse –sin que sea una opinión fácil– que la naturaleza de la ter-
minación anormal mediante la satisfacción extraprocesal por reconocimiento de paterni-
dad, para que surta sus plenos efectos, debe ser completa, confirmándose la pérdida total
de interés de la parte actora en la demanda interpuesta en su día, a fin de que no sea limi-
tado su derecho al acceso a los tribunales de justicia sin dilaciones, o por la incoación de
un nuevo procedimiento que hará difícil la prosecución del fin ya conseguido en el auto de
cautelares, así como la satisfacción de todos las peticiones, principales o concomitantes
(medidas cautelares); en definitiva, en la obtención de la tutela judicial efectiva y en la de-
fensa del interés más necesitado de protección. Y esa tutela abarca no solo la petición de
la paternidad extramatrimonial, sino también el cumplimiento de unos deberes inherentes
a la condición de padre, que se concretan en los alimentos solicitados, en las visitas y en
la ejecución de un auto de medidas cautelares.
Por tanto, el apelante podría tener razón al decir que no se han satisfecho todos los
intereses y que no hay una pérdida de un interés legítimo cuando la suerte del procedi-
miento futuro en un juzgado de familia es incierto, habida cuenta la posible rebeldía del
padre, o a lo mejor la dificultad de consecución de una prueba acreditativa de unos in-
gresos que pudieran justificar una pensión de alimentos, cuando menos, semejante a la
acordada en el auto de cautelares. La incerteza de futuro no puede mermar la seguridad
que adquiere la madre con la pensión cautelar, aunque lo fuere solo hasta sentencia. O
las visitas, que permitirían la reanudación de la relación entre un padre y una hija duran-
te la tramitación del procedimiento de filiación extramatrimonial. La doble necesidad de
procesos –el de filiación y el de familia para la determinación de las relaciones de hecho–
no puede perjudicar el interés más digno de protección, y la supervivencia del proceso
civil en primera instancia estaría justificada ante el vacío de contenidos del nuevo en el
juzgado de familia.
En el mismo sentido se pronuncia la STC, Sala 2.ª, de 27 abril 2009; nos dice:
De otro lado, hay otro argumento a favor: la pérdida de interés no es completa y sub-
yace la idea de mantener las medidas cautelares, porque, si bien lo principal es la filiación,
las medidas cautelares penden de ella y, por consiguiente, no es irrelevante el archivo
de la causa y consecuentemente de las cautelares acordadas, susceptibles de ejecución
provisional y con la remisión a un nuevo proceso en Familia. El demandado, aun recono-
ciendo la filiación extramatrimonial, se opuso a la pensión de alimentos, siendo que esta
oposición puede subsistir y ser controversia sobre la que no hay acuerdo ni satisfacción
extraprocesal.
Finalmente, y como consecuencia de todo lo anterior, podemos añadir que el auto por
el que se declara terminada la causa por pérdida sobrevenida del objeto no hace ningún
pronunciamiento sobre la subsistencia de las cautelares. El supuesto parece dar entender
que estas, asimismo, han concluido, a no ser que la suerte de estas medidas sea indepen-
diente del auto. En todo caso, resulta concluyente que la apelación tiene su sentido tam-
bién en la necesidad de prosecución de la medida acordada de alimentos, susceptible de
ser ejecutada provisionalmente. Y si esto es así, el auto de archivo debería contener un pro-
nunciamiento expreso acerca de la supervivencia de las medidas tantas veces indicadas,
como una fórmula intermedia de satisfacción extraprocesal incompleta, que no impide la
continuación del pleito hasta la resolución que recoja esta doble realidad, una finiquitada
por el reconocimiento de la filiación extramatrimonial y la otra de manifestación expresa de
la subsistencia de las medidas acordadas.
Por todos estos argumentos, nos inclinamos a pensar que el archivo es equivocado,
porque hay una pérdida de interés en el pleito por parte de la madre. Bien es verdad que
reconocida la paternidad extramatrimonial ya no hay nada que discutir en torno a ella y
que esa acción principal queda resuelta. Si la madre pide el reconocimiento y el padre lo
acepta a posteriori el interés de la hija menor queda resuelto y no hay nada que discutir.
Estimada la apelación se revocaría el auto de archivo y se mandaría continuar con las ac-
tuaciones para un resultado final previsible; y es evidente también que, celebrada la vista,
se dictaría la sentencia estimatoria de la filiación extramatrimonial que conllevaría dejar
sin efecto las medidas cautelares (art. 768.1 LEC). Por tanto, el archivo previo por pérdi-
da sobrevenida de interés solo se centra en los alimentos y en las visitas, y en el periodo
de su ejecución. Pero, en teoría, hay argumentos para sostener la acción –los que han
sido expuestos– sin perjuicio de que la cuestión pudiera interpretarse más desde lo teó-
rico que desde lo práctico.
2. ¿
La falta de grabación de la vista, o del acta extensa, permitiría al apelante ob-
tener la nulidad por indefensión?
Nos planteamos aquí que el auto fuera parcialmente denegatorio, o que pudiera enten-
derse como denegatorio a los efectos de su posible recurso de apelación (art. 736 LEC).
Imaginamos que el apelante, para preparar el recurso, ha solicitado la grabación de la vista
para escuchar los argumentos del fiscal, al parecer en la línea de los suyos, y para invocarlos
en la apelación que quiere interponer contra el auto de cautelares. Sucede que el juzgado
comunica que no se ha grabado la vista. Evidentemente, el apelante invocará la indefensión
que esto le produce por la vía de la nulidad.
El letrado tiene derecho a poder constatar el criterio del fiscal en el acto de la vista ce-
lebrada para preparar o interponer el recurso de apelación. Si la apelación tiene por fun-
damento, por tanto, las alegaciones del fiscal, y estas no constan en la grabación, ni en un
acta sucinta o extensa del letrado de la Administración de Justicia, la audiencia tampoco
puede cumplir con su función revisora de la prueba a falta de la inmediación del juzgador
de instancia, y la indefensión del letrado se producirá al no poder esgrimir los argumentos
de su recurso fundados en la intervención del fiscal, porque una parte de la vista no ha sido
grabada. En estos supuestos de ausencia o defectos de grabación, la jurisprudencia del
Tribunal Supremo y los múltiples pronunciamientos de las audiencias al respecto se cen-
tran en la concurrencia de una serie de requisitos para apreciar la nulidad total o parcial de
las actuaciones; entre los cuales, destacan:
Las soluciones adoptadas para solventar estos problemas por los distintos
tribunales han sido diferentes. Unos han optado por acordar solamente la
reconstitución total o parcial de las actuaciones, de acuerdo a lo dispuesto
en el art. 232 de la LEC 1/2000. Esta solución se apoya en que el defecto
de documentación del acto procesal (arts. 146, 147, 187 y 443 de la LEC
en relación con los arts. 279 y 280 de la LOPJ) no afecta a la regularidad
del acto en sí mismo, sino solo a la actividad de constancia; de esta forma,
se dice, al no verse afectadas en primera instancia las garantías procesa-
les –puesto que la vista o el juicio se desarrolló respetando los principios
de inmediación y contradicción–, no se causó indefensión alguna, requisito
ineludible, según lo establecido en los arts. 238, 3.º de la LOPJ y 225, 3.º
LEC, para decretar la nulidad de lo actuado (Autos AP de La Coruña de 2
de septiembre y 25 de octubre de 2002).
Otros, por el contrario –siendo esta, al parecer, la tesis que se va acogiendo mayoritaria-
mente, y que esta sala no puede por menos que compartir– (AAP de Málaga, Sección 6.ª,
de 9 de julio de 2002; de Cáceres de 20 septiembre de 2001; de Palma de Mallorca, Sec-
ción 5.ª, de 26 de septiembre de 2002; y de Madrid, Sección 19.º, de 5 de junio de 2002),
se inclinan decididamente por la nulidad de actuaciones.
• Ley 1/2000 (LEC), arts. 22, 146, 147, 187, 232, 443, 456.1, 465.3 y 736.