Nuria Guirado Romero
Nuria Guirado Romero
Nuria Guirado Romero
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CRÉDITOS
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ÍNDICE
Índice
Resumen
Créditos
1. Introducción
2. Antecedentes
3. Los moluscos
4. Conquiliología
5. El Golfo de Almería: Caracterización ecocartográfica
6. La flotilla artesanal de la playa del Perdigal.
7. Artes de pesca artesanal: El trasmallo
8. Técnicas de recolección y preparación de ejemplares de moluscos marinos
9. Técnicas de conservación de ejemplares de moluscos marinos
10. Técnicas de etiquetado y digitalización de moluscos marinos
11. Las colecciones científicas
12. Colección de malacología del MNCN
13. Museos de historia natural y conservación de la biodiversidad
14. Resultados I: Polyplacophora
15. Resultados II: Gastropoda
16. Resultados III: Bivalvia
17. Resultados IV: Cephalopoda
18. Discusión
19. Conclusiones
20. Agradecimientos
21. Bibliografía
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1. Introducción
Los investigadores conocen esta potente herramienta de trabajo y la utilizan para buscar
y encontrar lo que ya no existe o lo que puede ayudar a indicar relaciones evolutivas o
cambios ambientales. El resto de la población quizás aún no conozca o haya entendido
el valor de las colecciones como bibliotecas o centros de documentación. Una forma
rápida de comprender esta función es indicar que los ejemplares que conforman las
colecciones son los “voucher”, los avales (Simmons, J.E. & Muñoz-Saba, Y. 2005) que
garantizan se ha realizado una hipotética recopilación/selección (cuasi total) de las formas
de vida y los elementos abióticos que los acompañan. Por todo esto, en las colecciones se
realizan investigaciones en :
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Iniciativa Global en Taxonomía (GTI) propuesta por el Cuerpo Subsidiario Científico
(SBSTTA) de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB) en 1996, con el
propósito de reducir los vacíos de conocimiento en el sistema taxonómico, incluyendo
aquellos asociados a la información genética, la escasez de taxónomos y curadores
entrenados, y el impacto que dichas deficiencias tienen en nuestra habilidad para
conservar, usar y compartir los beneficios de la diversidad biológica.
Crear una colección biológica como a la que hace referencia este trabajo no es una tarea
fácil. La adquisición y conservación de ejemplares presenta múltiples obstáculos iniciales
como la dificultad que supone encontrar un ejemplar de una especie determinada si la
especie está en regresión, si requiere permisos especiales para recolectarla y conservarla,
si los lugares en donde se puede encontrar son de difícil acceso, etc. Pero, además, la
creación y gestión de las colecciones de historia natural tiene altos costes económicos
porque necesita de recursos humanos especializados que ayuden a encontrar, recolectar,
preparar, documentar, conservar y mantener los ejemplares.
Existe una pregunta que no siempre es bien contestada: ¿Quién cuida las colecciones? Es
obvio que todas las colecciones biológicas se administran. Unas bien, manejadas con
eficacia; otras mal, manejadas con negligencia o descuido. En todas ellas quién está a
cargo de las colecciones es resultado de un suceso accidental (Simmons 1993, Ford &
Simmons, 1997) porque los diferentes roles asumidos y sus respectivas funciones están
mal repartidos/interpretados. Actualmente, en las colecciones biológicas más grandes de
Europa y América del Norte, la persona encargada de su cuidado tiene el título de gerente
de colección (collection manager). En otras instituciones el título es curador y a veces,
registrador…
Este trabajo y sus resultados avalan el uso de los ejemplares capturados accidentalmente
en las redes de pesquerías locales como fuente de recursos para la creación de nuevas
colecciones de moluscos marinos representativas del área de estudio o para la
ampliación/mantenimiento de otras colecciones públicas ya existentes a nivel nacional e
internacional. Los pescadores artesanales pueden formar parte de ese personal de apoyo
al gerente de colección y asegurar así la provisión continuada de muestras (programas de
monitoreo) y con ella, la continuidad de la colección y sus parámetros de calidad (índice
de salud) (Mcginley, 1993; Williams et al. 1996; Favret, Colin & Cummings, Kevin &
McGinley, R.J. & Heske, E.J. & Johnson, K.P. & Phillips, Christopher & Phillippe, L.R.
& Retzer, M.E. & Taylor, C.A. & Wetzel, M.J.. (2008)).
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2. Antecedentes
En las últimas décadas, se ha prestado especial atención a las redes humanas que conectan
el trabajo de los científicos con una amplia variedad de grupos sociales, lo que ha venido
en denominarse la naturaleza comunitaria del trabajo científico y que ha sido conceptuada
de nuevo bajo el término genérico de ciencia ciudadana.
En este trabajo de investigación se intenta mostrar y demostrar que los pescadores que
faenan con barcos de pequeño calado en el Golfo de Almería pueden ser considerados no
sólo un ejemplo primigenio de ciencia ciudadana sino unos parataxónomos con pericia
(personal de apoyo científico).
Pero además y por todas estas razones, este trabajo constituye una oportunidad única para
restaurar una imagen nunca bien tomada, la de los pescadores locales; colocándoles
dentro de la actual cultura de la participación y poniendo en valor su conocimiento
vernáculo. Sin embargo, no hay demasiadas publicaciones sobre como las pesquerías
artesanales pueden contribuir al muestreo de la biodiversidad marina aunque es bien
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sabido por investigadores y pescadores que la colaboración es a menudo frecuente y nada
limitada. Hay que bucear profundo en la información bibliográfica para encontrar
ejemplos de referencias históricas de reconocimiento de estos pescadores locales como
ayudantes científicos de valor intangible.
Durante finales del siglo XIX y principios del XX se conocen ejemplos magníficos de
colaboración entre pescadores y científicos (García, S.V, 2014). Existía una
comunicación fluida que permitía avisar con cierta antelación de la llegada a los mercados
de remesas con ejemplares de interés para las colecciones biológicas. Aunque los datos
encontrados se refieren, sobre todo, a especies de peces; los zoólogos de los museos
recurrían a esta red de comunicación y comercialización para la provisión de ejemplares
e información sobre medios y fauna acompañante. Uno de los testimonios más claros
sobre el importante papel de los pescadores en esta tarea de coleccionismo es el del
zoólogo del Museo de La Plata, Fernando Lahille:
“El poco interés que se presta al estudio de las riquezas del mar no me ha permitido realizar aún
las campañas de pesca que solicito desde tantos años... el conocimiento de casi todas las especies
nuevas para el país o para las ciencias lo debemos al concurso benévolo de nuestros escasos
pescadores”
Durante más de tres décadas, este naturalista combinaría las observaciones en los
mercados urbanos con la inspección de distintos puntos de la costa y la interacción con
los pescadores. Insistía en la necesidad de organizar exploraciones marinas pero durante
el período estudiado, los recursos estatales fueron insuficientes para lograrlo.
Los pescadores de más alto rango (patrones de barco) eran capaces, además, de registrar
las observaciones y su experiencia empírica en cada viaje mediante diarios de pesca y
plantillas que a veces eran ofrecidas por el propio armador para luego ser interpretada en
tablas y mapas. Se había conseguido así transformar los “informes” de los pescadores en
información de “alto interés científico”.
Para los historiadores de la ciencia, estos hechos se remiten a una cuestión historiográfica
muy importante: el lado colectivo y burocrático de la compilación de datos y cómo se
organiza el conocimiento. Irina Podgorny propone que una historia burocrática de la
ciencia implica analizar los protocolos de registros, los medios mediante los cuales se
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organizaba el conocimiento adquirido así como el trasiego de observaciones entre
actividades y saberes diferentes (Podgorny, 2013b).
Las referencias sobre las coordenadas geográficas y las profundidades de pesca de los
peces, moluscos y otros invertebrados marinos remitidos por los capitanes se
consideraban datos “aproximados”, pero suficientes para los estudios y eran contrastados
con otras fuentes de información en el museo:
En cada caso lo hemos controlado con las cartas náuticas, a fin de cerciorarnos si las posiciones
señaladas coinciden con las profundidades. Debe tenerse en cuenta además que la posición que
los barcos consignan es aquella donde pasan varias horas para echar las redes y volver a
recogerlas, navegando, mientras tanto a pequeña velocidad, varias millas, en una u otra
dirección; de modo pues, que los puntos marcados por las coordenadas geográficas deben
tomarse como situaciones medias alrededor de las cuales se han efectuados los rastreos,
pudiendo, por tanto, variar en fracciones de grado hacia uno u otro lado. Por otra parte, ésta es
la forma usual en que los barcos pesqueros realizan sus operaciones, y así es como, en muchas
partes del mundo, han contribuido tan eficazmente a los progresos de la oceanografía biológica.
En los casos en que los barcos han señalado su posición, pero no la profundidad, ésta ha sido
deducida de las cartas náuticas y el dato respectivo se consigna entre paréntesis (Doello Jurado,
1938, p.281).
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3. Los moluscos
Los moluscos son animales invertebrados que habitan ambientes terrestres y acuáticos
(marinos y de agua dulce). Constituyen uno de los filos más numerosos del reino animal:
son el segundo filo de metazoos más diverso después de los artrópodos, con cerca de 100
000 especies vivas conocidas. Presentan una enorme diversidad morfológica debido,
entre otras razones, a la extrema variación de planes corporales que exhiben. Sin embargo,
desde un punto de vista anatómico, se caracterizan por la presencia común de una rádula
(órgano raspador utilizado para alimentarse); un manto (epitelio especializado situado en
la zona dorsal del cuerpo que cubre las vísceras, responsable de la formación de espículas
o placas calcáreas y conchas) y un pie ciliado en posición ventral. (FIG 1).
Fig. 1.
Los gasterópodos son el grupo de moluscos más numeroso (hay más de 60.000 especies
descritas, aunque se estima que puede haber cerca de 150. 000) lo que permite confirmar
que han tenido un evidente éxito evolutivo y ello le ha facilitado la colonización de todos
los ambientes tanto acuáticos como terrestres aunque su mayor diversidad se muestra en
el conjunto de las especies que habitan medios marinos.
La mayoría de las especies poseen una única concha enrollada a modo de espiral regular
con múltiples modificaciones de forma (globular, cónica, fusiforme…) aunque también
presentan conchas en espiral irregular, en forma de escudo, de barco o de pera . En todos
los casos, el organismo puede retrotraerse por completo dentro de ella y tapar la entrada
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con una estructura quitinosa llamada opérculo. En algunas especies la concha se ha
reducido o ha desaparecido y en otras se ha internalizado.
Los bivalvos son el segundo grupo más numeroso de moluscos (más de 8000 especies
descritas) y son acuáticos estrictos (principalmente marinos). Se caracterizan por estar
comprimidos lateralmente y presentar una concha formada por dos valvas que quedan
unidas por un ligamento o charnela (zona articulada en la parte dorsal). En la base del
ligamento hay unas crestas (constituye un carácter taxonómico )que evitan que las valvas
se deslicen lateralmente. Existen especies sésiles, excavadoras y nadadoras por
propulsión. Se alimentan por filtración y esta característica es para algunos autores la
razón de su éxito evolutivo. (Grande Pardo y Zardoya, 2013)
Los cefalópodos son los moluscos que presentan un tamaño mayor. La mayoría de las
especies son pelágicas aunque también hay representantes bentónicos. Su morfología es
distinta al resto de moluscos vistos (su cuerpo se ha alargado a lo largo del eje
dorsoventral de tal forma que la parte ventral actúa como la parte anterior y la zona dorsal
como la posterior). Los tentáculos que rodean la cabeza (homólogos a la parte anterior
del pie de otros moluscos) se sitúan, por tanto, en una posición anterior. El manto está
muy muscularizado y se contrae con potencia lo que facilita expulse el agua contenida en
la cavidad del manto a modo de chorro. Esta facultad le capacita para realizar una natación
muy potente y eficaz lo que les convierte en depredadores muy activos y les asegura una
rápida escapada ante cualquier amenaza. La concha externa sólo aparece en el género
Nautilus, en el resto de los grupos está reducida, se ha perdido completamente o se ha
internalizado (pluma) proporcionándole flotabilidad.
Aunque los moluscos han sido objeto de estudio desde los comienzos de la historia natural
y de la zoología, su elevado número y su complejidad morfológica ha dificultado tanto el
establecimiento de una clasificación taxonómica estable para el grupo como la
reconstrucción de su historia evolutiva.
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2a Concha de una pieza tubular con abertura en los dos extremos. Marinos . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Scaphopoda (Im.II)
3a Cuerpo está cubierto de espículas, sin concha y sin cabeza bien definida . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aplacophora/ Caudofoveata (Im. III)
3b Con concha o sin concha. Sin espículas, las pocas especies que tienen espículas,
tienen la cabeza bien definida. Si la cabeza no está bien definida, siempre tienen una
concha bivalva presente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..4
4b Sin concha o con concha. Si la concha es pateliforme la cicatriz del músculo tiene
forma de herradura y carece de charnela o posee charnela y cuenta con 1 a 3 cicatrices .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5
5b Pie de una sola pieza consistente en una “cinta reptante”, o modificado para excavar
y con forma de hacha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
6a Concha dividida en dos valvas y el pie aplanado con forma de hacha y modificado
para excavar. Sin tentáculos y sin cabeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bivalvia (Im.VI)
6b Sin concha o con concha generalmente de una pieza (ocasionalmente de dos piezas)
y el pie en forma de cinta. Con 2 a 4 tentáculos y cabeza bien definida . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Gastropoda (Im. VII)
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Imagen I. Polyplacophora @marmenormarmayor.es
16
Imagen IV. Monoplacophora
Imagen V. Cephalopoda
17
Imagen VI. Bivalvia
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4. Conquiliología
La concha de los moluscos es, ante todo, una estructura de una importancia adaptativa
esencial para la defensa de animal pero también y de manera subsidiaria le puede ayudar
a anclar y dar soporte de las partes blandas. Para que se forme la concha de un molusco
ha de ocurrir, primero, un proceso de mineralización cuyo resultado será modificado con
posterioridad por la presencia e intervención de materia orgánica.
La concha de los moluscos está formada por dos minerales polimorfos (es decir, con
estructura cristalina diferente) de carbonato cálcico: aragonito y calcita. El sistema
cristalino de la calcita es triangular y el del aragonito es ortorrómbico (Fig. 1). Como
resultado de estas diferencias, ambos minerales tienen propiedades mecánicas y ópticas
diferentes. La calcita es un polimorfo estable en condiciones ambiente, mientras que el
aragonito es un polimorfo de alta presión por lo que no debería formarse en condiciones
superficiales pero sí lo hace porque los organismos consiguen estabilizarlo.
Fig. 1. Calcita y aragonito son los dos polimorfos de CaCO3 con los que los moluscos construyen sus conchas.
(Imágenes Antonio G. Checa González)
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Al observar una concha con una fractura se aprecia su naturaleza cristalina. Dentro de las
conchas, se forman microestructuras (los cristales de calcita o aragonito presentan
morfologías, orientaciones y relaciones mutuas recurrentes) (Fig. 2).
En moluscos se conocen unas 15 microestructuras básicas. Las más importantes son (Fig.
3):
Calcíticas:
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de contorno rectangular inclinadas de manera consecutiva con respecto a la
superficie de la concha en direcciones opuestas. Sólo aparece en
Patellogastropoda.
Aragoníticas:
Foliada: Igual que su equivalente calcítico salvo que las lajillas presentan
terminaciones rectas o redondeadas. Sólo se conoce en algunos Monoplacophora.
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Fig. 3. Algunos de los tipos principales de microestructuras en moluscos. (Imágenes Antonio G. Checa González)
Junto a estos cristales, existe siempre presencia de materia orgánica (1-10%). Son
proteínas y/o péptidos, polisacáridos (β-quitina en moluscos) y lípidos. Las proteínas son
las que se presentan en mayor proporción. Esta materia orgánica se distribución (Fig. 4)
de la siguiente manera: Una pequeña proporción queda atrapada en el interior de los
cristales (materia orgánica intracristalina), en forma de pequeñas oclusiones o de
nanomembranas y otra fracción forma membranas gruesas que pueden rodear las
unidades de las capas prismáticas o formar finas membranas horizontales entre las
lamelas de nácar. El papel del componente orgánico es esencial para marcar la diferencia
entre las microestructuras y los agregados cristalinos inorgánicos.
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Fig. 4. Las conchas son compuestos órgano-minerales (1-10% en peso de materia orgánica). (Imágenes Antonio G.
Checa González)
Las microestructuras (como la concha en general) son segregadas por el epitelio del manto
de animal cuya superficie externa está directamente en contacto con la superficie interna
(de crecimiento) de la concha (Fig. 5). Los mecanismos fisiológicos que dan lugar a esta
segregación de la concha no son del todo conocidos. Se sabe que el manto se encarga de
segregar al espacio extrapaleal (Fig. 5) los componentes necesarios para la fabricación de
la concha: pequeños agregados de carbonato cálcico amorfo y compuestos orgánicos, que
se unen posteriormente a la concha. El manto es capaz de calcificar en tal magnitud que
el peso de la concha excede, decenas de veces, al de las partes blandas.
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Fig. 5. La concha es segregada por el manto del molusco.(La imagen inferior izquierda es propiedad de Pablo Marina
y Carmen Salas, el resto de Antonio G. Checa González)
Fig. 6. Las conchas de los moluscos constan de varias capas con microestructuras diferentes (Imágenes Antonio G.
Checa González)
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La microestructura es un carácter conservativo dentro de las superfamilias, de los órdenes,
de las subclases e incluso de las clases por lo suele usarse para establecer relaciones
filogenéticas. No obstante, las mismas microestructuras en diferentes clases y a veces
dentro de ellas; han surgido mediante convergencia (Fig. 7). El caso más conocido es el
del nácar, desarrollado de modo independiente en las cuatro clases: bivalvos,
gasterópodos, cefalópodos, y monoplacóforos. Lo mismo le ocurre a la microestructura
lamelar cruzada, presente en escafópodos, poliplacóforos, gasterópodos y bivalvos.
Fig. 7. Las microestructuras más resistentes a la fractura, nácar y lamelar cruzada, aparecieron de modo
independiente en las distintas líneas de moluscos (Imágenes Antonio G. Checa González)
Las conchas protegen al molusco frente a los depredadores (son más resistentes a la
fractura que los minerales calcita y aragonito aun teniendo una rigidez parecida). La
responsable de estas propiedades mecánicas más ventajosas es la presencia (cantidad y
distribución) de materia orgánica. De entre todas las microestructuras, la más resistente
en tensión, compresión y flexión es el nácar, seguido de la microestructura lamelar-
cruzada (Tabla 1).
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Las microestructuras calcíticas quedan muy por detrás con relación a sus valores de
resistencia. Existen otras microestructuras diseñadas para flexionarse como las
microestructuras columnares calcíticas de Ostreida (Ostreoidea, Pinnoidea, Pterioidea)
(Fig. 8) que presentan una gran elasticidad.
Fig. 8. Las microestructuras prismáticas columnares están diseñadas para actuar en flexión debido a su gran
elasticidad. (Imágenes Antonio G. Checa González)
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conchas aragoníticas (Fig. 9). El chalk es un material muy blando y muy poroso, lo que
permite segregar grandes espesores de concha ligera, con poco gasto energético.
Fig. 9. Comportamiento ante fracturas de conchas enteramente calcíticas (arriba) y conchas aragoníticas (abajo).
(Imágenes Antonio G. Checa González)
A lo largo de una escala de tiempo geológica, nácar y lamelar cruzada han sido las
microestructuras más frecuentes y abundantes. No obstante, el nácar alcanzó su máximo (en
términos del número de familias que la segregaron) en el Paleozoico medio-superior, mientras
que la microestructura lamelar cruzada ha seguido creciendo en importancia. Hay algunos autores
que argumentan que ha ocurrido así como consecuencia del alto coste energético de la fabricación
del nácar (cuyo contenido en materia orgánica es de entre 4,5-5%), frente a la microestructura
lamelar cruzada (que sólo contiene 1-1,5%). Pero, además, existe un componente filogenético
claro, ya que aquellos grupos de moluscos que se han diversificado más (bivalvos Heterodonta y
gasterópodos Caenogastropoda) tienen conchas exclusiva o casi exclusivamente formadas por
capas lamelares cruzadas.
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morfología de la concha de un gasterópodo tipo y de un bivalvo tipo indicando aquellos elementos
que son utilizados para hallar diferencias o similitudes entre especies.
Para estudiar la concha de un gasterópodo, para poder dibujarla y representar todas sus
características se ha de colocar en una posición normalizada, es decir, con la abertura
hacia el observador sujetándola con los dedos índice y pulgar de tal manera que el índice
se coloque sobre el ápice de la concha y el pulgar lo haga sobre la base o abertura (García
M.D., Arnaldos, M.I., & Presa, J.J. 2007).
La concha se inicia en el ápice o vértice, formado por las vueltas de origen embrionario,
más pequeñas y antiguas llamadas vueltas nucleares que, generalmente, son diferentes en
forma, color, textura y escultura de las vueltas posnucleares o posteriores, de mayor
tamaño y originadas por el crecimiento del animal. Estas vueltas pueden arrollarse en
sentido de las manecillas del reloj (concha dextrogira o dextrosa), o en sentido
contrario (concha levogira o sinestrosa). Para identificar el giro basta con observar si la
concha, una vez colocada en posición normalizada, muestra la abertura a la derecha de la
columela (dextrosa) o a la izquierda (sinestrosa).
Las distintas vueltas están limitadas entre sí por una sutura (surco). El límite que se
aprecia superficialmente entre las dos vueltas se designa como línea de sutura (puede ser
lisa o ligeramente marcada: acanalada o granulada).
Al conjunto de todas las vueltas menos la última vuelta, generalmente más grande que las
demás y en donde se ubica la abertura, se le conoce como espiral ; ésta abarca
la penúltima vuelta que muchas veces presenta caracteres distintivos haciéndola diferente
de las vueltas apicales, que se suceden después de ella y llegan hasta el ápice de la concha.
La superficie externa de las vueltas puede ser lisa u ornamentada (costillas, cordones,
estrías, espinas, nódulos, tubérculos, etcétera). Estos ornamentos pueden agruparse en dos
tipos de escultura: escultura axial con dichos elementos dispuestos paralelos al eje de la
concha (de sutura a sutura) y escultura espiral, perpendicular a la anterior, en la misma
dirección que la sutura o al crecimiento de las vueltas. Cuando ambas esculturas son
igualmente prominentes y se entrecruzan en ángulos rectos la escultura
es cancelada y reticular cuando el entrecruzamiento no forma ángulos rectos.
Fig. 10. Concha hipotética de un gasterópodo mostrando sus principales caracteres morfológicos.
El opérculo es una placa córnea o calcárea adherida firmemente a la parte dorsal del pie,
que cuando el animal se retrae tapona la abertura para protegerse. Cuando el pie se haya
extendido y el animal se desplaza reptando, el opérculo protege parcialmente a las partes
blandas del pie. El opérculo se encuentra presente en muchas familias de moluscos
marinos y se considera como un carácter más para la identificación taxonómica.
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Esta propiedad de la quiralidad también se refleja en la anatomía interna: las formas
dextrógiras tienen reducidos los órganos del lado derecho y las levógiras los del lado
izquierdo. Los mecanismos por los cuales se generan estas asimetrías corporales, no se
conocen del todo. Sí se ha comprobado que las diferencias en la quiralidad de los
gasterópodos se detectan en las primeras divisiones del desarrollo larvario (cuando el
embrión pasa de cuatro a ocho células). En los caracoles dextrógiros, el plano de división
de las cuatro células que se forman en la tercera división está orientado en el sentido de
las agujas del reloj. En los levógiros, el plano de división se orienta en sentido contrario
a las agujas del reloj. Una vez definidos los planos de orientación en las divisiones
tempranas de los embriones, las futuras asimetrías corporales en el adulto ya están
determinadas.
Hay una serie de trabajos clásicos que han demostrado que hay un factor de herencia
materna que controla esta orientación en el plano de división sin llegar a determinar cómo
es y cómo opera. Recientemente se han descrito genes (nodal y pitx) que se expresan
exclusivamente en un lado del cuerpo de estos organismos y que determinan algunas de
sus asimetrías. Estos genes son los mismos que controlan también el desarrollo de las
asimetrías corporales en vertebrados y en otros deuteróstomos (equinodermos, tunicados,
etc.).
Las valvas presentan exteriormente estrías de crecimiento que son líneas concéntricas
alrededor de un punto denominado umbo (la parte más pequeña y antigua de la concha).
Por delante del umbo puede existir una zona llamada lúnula que está limitada por un surco
y tiene forma ovalada o lanceolada (solo en algunas especies).
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El umbo es, además, la región por donde la concha comienza su desarrollo a nivel larvario
cuyo ápice o prodisoconcha es de origen embrionario. El resto de la concha constituye
la disoconcha.
Fig. 11. Concha hipotética de un bivalvo mostrando sus principales características morfológicas.
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Taxodonta: Con dientes numerosos, casi iguales, dispuestos en una hilera, transversal o
diagonal respecto a la placa de cierre (Arca ).
Heterodonta: Con pocos dientes principales que se articulan entre sí y con sus respectivas
fosetas y hasta cuatro dientes anteriores y posteriores en forma de listones (comprende a
la mayoría de los bivalvos).
Isodonta: Con dos dientes fuertes y gruesos del mismo tipo y sus correspondientes fosetas
en la valva opuesta (Spondylus).
Para nombrar los márgenes de la concha se utiliza el umbo: el margen dorsal es aquel
donde se sitúa el umbo y el margen opuesto será el margen ventral. Con respecto a los
bordes laterales se denominan respectivamente anterior o pedio y posterior o sifonal.
La superficie externa de las valvas presenta una serie de características que sirven también
para su identificación taxonómica. En ocasiones la superficie puede ser lisa mostrando
únicamente finas líneas o estrías de crecimiento o bien presentar ornamentación:
cordones, costillas, espinas, surcos, escamas, bandas, estrías, etcétera, formando dos tipos
de esculturas: la escultura concéntrica y la escultura radial, ambas con respecto al umbo;
en ocasiones se presentan ambas y se denomina escultura cancelada.
El periostraco es una capa quitinosa que recubre el exterior de las valvas pudiendo
presentarse desde muy fina como un barniz hasta gruesa y filamentosa.
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encuentran dos impresiones, una en la parte anterior y otra en la parte posterior,
son dimiarios, cuando las impresiones son muy diferentes se
llaman heteromiarios o anisomiarios, siendo la impresión posterior más grande que la
anterior. Algunas sólo tienen una impresión subcentral y se les designa monomiarios.
Por último pero no menos importante, la conchas de los moluscos son registros de sucesos
ambientales pasados. El crecimiento de cualquier organismo vivo suele ser discontinuo,
alternando momentos de incremento de material con paradas más o menos prolongadas.
Este crecimiento está modulado tanto por la ontogenia (ritmos internos propios de cada
especie), como por factores ambientales (clima, disponibilidad de alimento,
contaminación, etc.). Como resultado, el crecimiento de un organismo deja improntas en
forma de líneas, surcos, bandas y anillos de distinta naturaleza en su esqueleto. El estudio
de este tipo de tejidos de crecimiento así como sus variaciones (morfológicas y físico-
químicas) dentro de un contexto zoológico, se ha definido como esclerocronología. En el
caso de los moluscos con concha, la esclerocronología analiza las variaciones físicas y
químicas de la acreción de sus tejidos duros, para reconstruir su historia de vida y su
relación con procesos ecológicos, antrópicos y ambientales. Y ello es así porque los
moluscos, para crecer, hacen precipitar en su concha moléculas de carbonato cálcico
cuyos átomos serán tomados del medio en el que habitan (en este caso del agua marina)
reflejando su composición isotópica. El componente que interesa extraer de esta molécula
de carbonato de calcio fijada en su concha, será el oxígeno, cuya proporción isotópica
(δ18O) es el indicador climático por excelencia. Gracias a esta característica, los
moluscos actúan como notarios al registrar en su exoesqueleto las condiciones climáticas
del pasado.
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5. El Golfo de Almería: Caracterización ecocartográfica
La flotilla artesanal fuente de los datos aportados en esta investigación se haya ubicada
en la denominada Playa del Perdigal próxima a la localidad de El Alquián y
geográficamente inmersa en el Golfo de Almería. Faena en caladeros situados en la franja
Infralitoral (comprende los fondos marinos permanentemente sumergidos, desde el nivel
inferior de la bajamar hasta la profundidad máxima compatible con el desarrollo de las
fanerógamas marinas y algas fotófilas) y Circalitoral ( franja que se extiende desde el
límite inferior que alcanzan las fanerógamas marinas y algas fotófilas hasta la
profundidad máxima compatible con la vida de las algas esciáfilas, o hasta el borde de la
plataforma continental). Los principales factores abióticos responsables de esta
diferenciación de pisos o franjas, indicadores a su vez de la variación vertical de las
comunidades bentónicas (objeto de estudio de este trabajo) y por consiguiente, de parte
del nectón que se alimenta del bentón (objeto de captura de los protagonistas de este
trabajo); son la luz y la humectación.
Según la red REDIAM de información ambiental sobre características ecocartográficas
de este área marina, el área de estudio incluye zonas de batimetría comprendida entre los
-1 m y -50 metros de la zona infralitoral aunque incluye también puntos de mayor
profundidad (hasta los -75 m) de la zona circalitoral que ya estarían localizados en la
plataforma externa, límite con el talud continental. La mayoría de los fondos están
formados por sedimentos tipo arenas finas, arenas medias y gruesas, y son alimentados
por las aportaciones esporádicas de ramblas limítrofes.
Desde un punto de vista geológico, la zona entre El Alquián y Cabo de Gata aparece
deprimida en relación con la parte occidental del Golfo y presenta un afloramiento
(secuencia completa) de niveles marinos tirrenienses. Con respecto a la morfología de los
fondos presentes se diferencian: sedimentos no consolidados finos medios, sedimentos
no consolidados medios, afloramientos rocosos marinos, vegetación de alta densidad y
bolos y/o bloques y/o encostramientos.
La costa que acompaña este área marina entra dentro de la tercera zonación realizada del
litoral almeriense que abarca desde el final del municipio de Níjar hasta el de Adra, donde
vuelve a presentarse una costa baja, con mayor abundancia de playas de naturaleza
sedimentaria, de tamaño de grano muy heterogéneo, dependiendo del hidrodinamismo
imperante en la zona (REDIAM)
Las distintas comunidades marinas que habitan el área de estudio son: Biocenosis de
fondos detríticos costeros, pradera de Cymodocea nodosa, Pradera de Posidonia oceanica
con Cymodocea nodosa, sustratos duros no vegetados y pradera de Posidonia oceanica.
Sin embargo, si se consulta la información ambiental sobre hábitats marinos aportada por
el MITECO y la red EUNIS a través del Atlas europeo del mar, no existe una coincidencia
absoluta en la caracterización de los fondos. En estas últimas referencias, se detecta en el
área de estudio la presencia de unas comunidades de importancia ecológica relevante
como son las Comunidades coralígenas mediterráneas moderadamente expuestas a la
acción hidrodinámica o las Comunidades coralígenas mediterráneas al abrigo de la acción
hidrodinámica.
34
mucho más la naturaleza de dichos fondos, acentuando el papel del sustrato como
condicionante prioritario del poblamiento bentónico. Así, indica que en el área de estudio
hay presencia de : Roca infralitoral y otros sustratos duros, Arena fina infralitoral,
Comunidades animales mediterráneas de fondos detríticos costeros, Comunidades
mediterráneas de fondos detríticos del borde de la plataforma. Esta ecocartografía
coincide plenamente con las observaciones aportadas por los pescadores artesanales que
han zonificado también su área de faena en zonas ambientalmente homogéneas bajo el
nombre vernáculo que se indica en el apartado 6.
Como ya se ha hecho patente, existe una cierta “diáspora de términos” entre las fuentes
de origen de información para establecer las características ecológicas de los fondos del
área estudio (interpretación de hábitats marinos). Han sido muchos y muy distintos los
esquemas propuestos de clasificación de hábitats marinos en base a diferentes escalas
geográficas (continentales, regionales o locales) y distintos criterios, y ello ha puesto de
manifiesto un nivel de resolución muy dispar y un sesgo importante en función de los
conocimientos científicos de sus proponentes. Además, la distribución de la biodiversidad
en el medio marino dista mucho de ser conocida con la precisión necesaria.
Quizás por entender que el organismo autonómico de medio ambiente debiera tener unos
datos en detalle más exactos para el área de estudio que un organismo estatal o
comunitario, se priorizó la consulta de la REDIAM. Sin embargo, el mayor nivel de
resolución se ha encontrado en la Lista Patrón de los Hábitats Marinos Presentes en
España aunque para este trabajo se ha optado por utilizar la Clasificación EUNIS por
considerarla certera y con un grado de diferenciación adecuado para el objetivo de este
trabajo de investigación. Esta clasificación de los hábitats (del European Union Nature
Information System =EUNIS; http://eunis.eea.europa.eu) es posiblemente el esquema
paneuropeo más completo y extendido, con un tratamiento parejo de los hábitats marinos.
Se trata de un esquema de clasificación jerárquico, con una descripción homogénea de
todas las unidades consideradas y que persigue, entre otros, los siguientes objetivos
(Evans en Galparsoro, 2012):
- Proporcionar una terminología común y de fácil comprensión para la descripción de
todos los hábitats marinos, terrestres y de agua dulce de Europa.
- Ser objetivo, con base científica y con definiciones y conceptos claros y precisos.
- Alcanzar, en la medida de lo posible, un consenso entre los interesados en la
clasificación de hábitats, tanto gestores como usuarios.
- Ser aplicable a un número de niveles jerárquicos de complejidad para el
reconocimiento de la variedad de los ecosistemas naturales.
- Ser lo suficientemente estable, pero a su vez flexible para evolucionar y permitir la
entrada de nueva información.
-
Esta clasificación ha sido principalmente seguida para las costas atlánticas europeas
porque presenta un mayor nivel de detalle para los hábitats atlánticos, estando los
mediterráneos representados en menor medida y ello ha hecho que suscite críticas. Este
trabajo, sin embargo, no apoya esta valoración como ya se ha argumentado en párrafos
anteriores.
Por último, se ha consultado también la clasificación de hábitats bentónicos
mediterráneos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) por
ser específico para el grupo de invertebrados que se estudian en este trabajo (moluscos
marinos). Para los pisos infralitoral y circalitoral presentes en el área de estudio, se han
encontrado hábitats coincidentes con los descritos para los 4 órdenes de moluscos
35
recolectados en redes. Es por tanto una clasificación centrada en describir rangos
ambientales de presencia de taxones específicos más que en describir las características
ecológicas de tales hábitats y englobarlos dentro de un ambiente que condiciona a la vez
a toda la comunidad que lo habita. Así, se encuentran categorías de hábitats generales
muy amplias tales como “sustratos duros y rocas”, “piedras y guijarros”, “arenas finas”,
“arenas gruesas”, “praderas de Posidonia” asociadas a especies clave que determinan a
su vez un microhábitat específico.
36
6. La flotilla artesanal de la playa del Perdigal
37
Venta del Mogote) y el tercero en la propia bahía, que es como llaman al Golfo de
Almería.
El conocimiento vernáculo de estos pescadores permite identificar de una manera rápida
especies y espacios lo que los convierte en una herramienta muy útil para realizar estudios
de investigación en detalle. Estos pobladores locales que comparten su tiempo con las
especies marinas, son quienes mejor pueden idear medidas de conservación real de las
mismas. Son ellos quienes con mayor solvencia podrán registrar de una manera
normalizada, la dinámica de las especies, contribuyendo a superar uno de los mayores
desafíos para los tomadores de decisiones y la comunidad científica, ya que no se conocen
con exactitud (solo estimas realizadas precisamente a través de las capturas de pesca y/o
de muestreos científicos, puntuales no periódicos) los estados poblacionales actuales o
históricos, particularmente de las especies amenazadas, y de cómo estos han variado en
el tiempo.
38
7. Artes de pesca artesanal: El trasmallo
El arte de pesca más utilizado y del que se han obtenido capturas más abundantes y
diversas ha sido el trasmallo. Es un arte de fondo de forma rectangular constituido por
tres mallas de red colocadas de manera superpuesta; las dos exteriores llamadas
hermitanas son de hilo grueso y tienen la misma luz de malla, luz que es inferior siempre
a la que presenta el paño central interior, de hilo más fino y menos tupido.
Se pueden distinguir dos tipos de trasmallo por la forma en que se disponen las redes, el
trasmallo fino o verdadero trasmallo y la jibiera. El primero se diferencia del segundo en
que la triple red sólo alcanza la mitad o los dos tercios de la altura del arte quedando una
parte de la red central o fina sin red exterior a los lados. En la jibiera la triple red alcanza
toda la altura del arte (Márquez-Ubeda, J., 1985).
El arte completo está formado por un número variable de piezas de red empalmadas (de
15 a 30, generalmente) dependiendo de la embarcación y el caladero. Estas piezas se
arman sobre las trallas o relingas (de corcho y de plomo). Este arte se cala verticalmente
siguiendo la dirección de la corriente sobre fondos arenosos y rocosos a una profundidad
variable comprendida entre 3 y 40 brazas (de 5,5 a 73 m) y a una distancia de la costa de
entre 50 y 1.200 m. Los caladeros donde se instalan son lugares de paso de especies
bentónicas durante sus migraciones nictamerales (diarias) a lo largo de la columna de
agua. Es un arte que se utiliza preferentemente para la pesca nocturna obteniendo las
mayores capturas durante los meses de mayo a septiembre.
El trasmallo se suele calar paralelamente a la línea de costa desde la popa del barco
siguiendo la dirección de la corriente en línea recta o bien haciendo ondulaciones que
imitan los movimientos de los peces.
Los peces quedan atrapados porque la red tupida central va floja y con su empuje la hacen
ceder, pasando entre las amplias mallas de las redes exteriores (hermitanas) hasta que no
cede más y queda encerrado.
El arte se recoge con un halador para facilitar la subida de la red desde la proa,
comenzando por el extremo que se caló al final y conforme la izan van desenmallando el
pescado que viene en la red.
Es un arte muy utilizado para la pesca del salmonete. El trasmallo fino es, junto a la
jibiera, el arte de mayor uso entre todos los de la pesca de artes menores o artesanal entre
otras razones porque tiene un buen rendimiento.
39
Fig.12. Arte de trasmallo
40
8. Técnicas de recolección y preparación de ejemplares de moluscos marinos
Algunas de estas conchas son muy frágiles y durante su transporte se debe utilizar un
recipiente rígido y en caso necesario utilizar un poco de algodón para amortiguar los
golpes. Las bolsas plásticas o de papel no son recomendables a menos de que se
introduzcan en un recipiente de las características antes mencionadas. Cuando las conchas
son pequeñas o tienen una consistencia frágil no se deben transportar mezcladas con otras
de mayores dimensiones y consistencia sólida. Estas microconchas deben ser
transportadas envueltas en algodón dentro de un recipiente rígido o bien en un vial con
alcohol (una técnica que es también la más adecuada cuando se trabaja en ambientes muy
húmedos como la línea de playa porque los ejemplares siempre guardan humedad y son
colonizados por hongos en poco tiempo, en especial aquellas conchas que tienen
periostraco piloso y escultura irregular). Antes de su almacenaje definitivo se deben poner
en una secadora o al aire libre. Las conchas deben quedar en estas condiciones varias
horas e incluso varios días a una temperatura no muy alta, ya que algunas conchas se
revientan con el calor.
Para conservar las partes blandas de los bivalvos marinos, su transporte ha de hacerse
utilizando recipientes que contengan agua salada suficiente para evitar cierren sus valvas
tan fuertemente que puedan quebrarse. Tampoco deben permanecer por mucho tiempo en
esa situación porque mueren cuando se consume el oxígeno. Al igual que con las conchas
de los gastropodos marinos, los ejemplares frágiles deben transportarse en recipientes
rígidos con algodón que los protejan de golpes y los mantenga en una posición fija.
41
Para sacar los micromoluscos del agua se realiza una decantación, empleando una malla
muy fina que tape la abertura del recipiente.
Para preparar poliplacóforos se procede de la siguiente manera: Una vez que se consigue
separar el espécimen del sustrato, se coloca en un recipiente con agua de mar limpia. Para
iniciar la preparación se coloca cada espécimen en una tabla ligeramente más grande que
el poliplacóforo. Con el pulgar se presiona ligeramente el cuerpo de modo que este se
adhiera a la tabla. Si los especímenes se enroscan antes de comenzar a prepararlos, se
vuelven a colocar en un recipiente con agua de mar y se agitan para que se vuelvan a
pegar a las paredes. A continuación, se amarra el espécimen a la tabla y se mete a un
recipiente con alcohol al 70% durante 4 horas. Una vez transcurrido este periodo de
tiempo se desarman y se cambia el alcohol.
Los ejemplares así seleccionados se guardaron en bolsas Zip y fueron llevados a la sala
de limpieza donde según su estado de conservación y rareza, se extrajeron las partes
blandas, se fijaron y conservaron en Etanol de 96º o se fijaron primero en Etanol de 96º
(entre 5 días y dos semanas) para conservarlas finalmente en Etanol rebajado al 70% con
dependencia del tipo de estudio que se vaya a llevar a cabo (anatómico y/o genético) .
Para sacar el cuerpo de los gastropodos conchados se puede utilizar una pinza curva una
vez hervidos o utilizar otras técnicas (documento inédito). Se debe desprender el opérculo
del cuerpo, limpiarlo, secarlo y pegarlo en un poco de algodón que previamente fue
introducido en la concha. El opérculo debe quedar en la misma posición en que estaba
cuando el animal estaba retraído. Una vez limpios, se dejaron secar en condiciones
controladas de iluminación durante 24 horas y hasta 2 semanas.
42
9. Técnicas de conservación de ejemplares de moluscos marinos
No hay normas mundiales para el cuidado y manejo de las colecciones biológicas debido
a la enorme variedad climática y microclimática del planeta que impide la
homogeneización de medidas. Lo mismo pasa con los materiales. No es posible comprar
los mismos materiales en Asia que en América Latina o Australia por lo que lo único
importante es conocer cuáles son los más útiles y cuáles de estos se pueden conseguir en
cada uno de los diferentes países.
Sin embargo y dado que la mayoría de los ejemplares que forman la colección pasan
mucho tiempo almacenados (del 95 al 99%) hay que realizar un gran esfuerzo en la
conservación preventiva, primero, y después en el ambiente de almacenamiento.
Simmons y Muñoz-Saba (2005) consideran cuatro principios rectores para el cuidado de
las colecciones biológicas:
1. La integridad de los ejemplares y los datos no puede ser comprometida.
2. Los ejemplares no son reemplazables.
3. Los ejemplares reaccionan continuamente con las fluctuaciones del ambiente.
4. Todos los procesos que se desarrollen al igual que los materiales que se empleen,
tanto tradicionales como nuevos, deben ser evaluados para determinar cómo
afectan a los ejemplares.
No todos los ejemplares van a presentar los mismos problemas de conservación o van a
tener las mismas necesidades de mantenimiento. Los conservadores distinguen entre
materiales simples y materiales complejos (Fig. 13). Un ejemplo de material simple sería
una concha, y un ejemplo de material complejo sería una pieza de taxidermia que ya
contiene no solo hueso y piel, sino otros mucho materiales diferentes: yeso, metales,
papel, plástico y químicos. Todo ello hace que reaccionan de manera distinta a las
preparaciones (conservación) y a los cambios en el ambiente de almacenamiento.
43
Pero además, en una colección hay ejemplares en seco como las conchas de moluscos
marinos que son el objeto de estudio de este trabajo y ejemplares en líquido como las
partes blandas de estos organismos o sus cuerpos enteros (cefalópodos). Las colecciones
en seco están constituidas por restos orgánicos de tejidos altamente mineralizados –o con
alto contenido de biopolímeros orgánicos que en contacto con el aire se endurecen o se
secan, originando por ejemplo el exoesqueleto de artrópodos (insectos o algunos
crustáceos). En algunos casos, este tipo de conservación requiere técnicas de preparación
para eliminar, fijar o secar las partes no mineralizadas o no endurecidas que puedan
deteriorarse. Estos ejemplares son susceptibles al daño por plagas, polvo, luz, humedad
relativa, temperatura, manejo y vibración. Además se encogen cuando se secan, porque
están compuestos en gran parte de agua (el contenido de agua es del 60 al 90% en la
mayoría de los organismos vivos). Para el relleno de los ejemplares se deben evitar los
materiales ácidos, como el algodón y sustituirlo fibra de poliéster o algodón sintético
(materiales inertes).
Cualquier de estos ejemplares tienen en común que están compuestos de proteínas. Las
proteínas no son muy estables. Se desnaturalizan de manera irreversible, a veces, cuando
cambian las condiciones de temperatura y PH óptimas para su funcionamiento. El
material genético, ADN, está compuesto de proteínas por eso se dice con frecuencia que
las colecciones biológicas son “reservas de ADN” (es posible extraer ADN de los
ejemplares en museos). Paradójicamente, la deshidratación, un método de conservación
muy antiguo preserva el ADN aunque lo degrade por lo que se recomienda que los tejidos
para investigación con ADN sean congelados en el campo con nitrógeno líquido a -80ÚC
o en alcohol al 96% .
44
2 Reacciones Iónicas (son reacciones hidrolíticas mediadas por ácidos u otros
catalizadores): Por ejemplo, la decoloración del pelo y la piel que están encima de un
pedazo de cartón.
3. Biodeterioro. Debido a la acción de bacterias, acciones enzimáticas u otros procesos
bioquímicos. Por ejemplo, el moho del pan.
Más allá de este vicio inherente, se considera que hay nueve agentes de deterioro de las
colecciones biológicas que pueden ser tanto repentinos y catastróficos como a largo plazo
y graduales:
Estos agentes se presentan en cinco etapas : 1. Evitar las fuentes del deterioro, 2. Detener
– impedir – bloquear estos agentes, 3. Detectar el agente de deterioro observando los
daños que produce, 4. Actuar si se detecta tomando medidas y 5. Recuperar el ejemplar
tratando el agente.
45
demostrado que en la mayor parte de los grupos es necesario estudiar la anatomía interna
y la microescultura de la concha para comprender mejor su taxonomía, su sistemática,
origen y evolución. En determinados grupos ha sido necesario realizar análisis del ADN
para la identificación de especies. Todas estas razones hacen imprescindible conocer qué
técnicas son las más adecuadas para la preservación de cada grupo dependiendo del
estudio que se vaya a realizar.
46
10. Técnicas de etiquetado y digitalización de moluscos marinos
47
11. Las colecciones científicas
Los ejemplares preservados más antiguos son momias halladas en Perú y Egipto que
datan de hace 7.800 años y 5.000 años, respectivamente. Los egipcios prepararon
además de humanos, animales (peces, cocodrilos, ibis…). Por ello se puede afirmar
que la historia de la conservación de ejemplares es más antigua que la historia de los
museos (Simmons, J. E. & J. Muñoz-Saba, 2005). El desarrollo de las colecciones
biológicas se puede dividir en seis épocas (Tabla 1.1):
48
un ejemplar individual está subordinado a lo que significa dentro de un grupo. Entonces,
si aumenta el número de ejemplares por conjunto aumenta el valor.
Si “n” es el número de objetos (los elementos) en un conjunto, “v” es el valor de un
objeto en el museo y “x” es el número de los elementos por conjunto, entonces “v > si n
> x”.
v si n x
v si n x
v si n x
Pero además, hay otras formas de valorar las colecciones científicas, por ejemplo
conociendo qué información proporcionan: si alberga taxones más representativos de una
zona geográfica (estudios taxonómicos y de distribución); especies que componen los
nichos de un ecosistema (estudios ecológicos); especies nuevas (material tipo) o
muestras de tejidos y material genético de los diferentes grupos de seres vivos (estudios
moleculares y filogenéticos).
El concepto de CHN pasa por el crisol mental de los conservadores (curadores) y se deja
matizar por la prioridad de estudio de estos especialistas. Para Rey Fraile (2013) “son un
conjunto de especímenes (completos o parciales) y objetos, extraídos de la naturaleza y
tratados con diferentes técnicas de preservación para garantizar su permanencia y
estabilidad en el tiempo, mantenidos como lotes, piezas únicas o por sus representaciones
(incluidas las artísticas), en cualquier formato físico o digital (moldes, modelos, dibujos,
grabados, fotografías), que se han acumulado en un periodo de tiempo concreto o a lo
largo de la historia, que pueden seguir aumentando y que sirven, y han servido, para
diversos fines (científicos, educativos, expositivos, patrimoniales)”
En lo que sí coinciden todos los conservadores es que todo ejemplar de una colección
científica es un objeto en sí, con una morfología original (la pieza íntegra) o transformado
para su estudio científico (preparaciones microscópicas tradicionales o en microscopia de
barrido, disecciones, presentaciones plastinadas o de otro tipo). Pero también es la
información que lleva asociada de modo directo (etiqueta, base de datos) o que puede
extraerse de él (cuadernos de campo, catálogos, documentos de archivo). Esta doble
mirada determina su utilidad científica y su condición como recurso formativo.
Las CHN se diferencian del resto de las colecciones que forman el patrimonio cultural y
científico (museos de arte o museos de ciencia y tecnología) por el volumen de
49
especímenes que tiene que ser conservado y gestionado, por la naturaleza no
manufacturada de los ejemplares, por su repetitividad, porque tienen que ser sometidos
a técnicas de preparación básicas o específicas para evitar su degradación y porque han
de permitir el estudio a diferentes niveles de organización (individuo, sistema, orgánico,
histológico, celular o molecular).
En el informe final del OECD Global Science Forum (OECD, 2008) se indica con
respecto a las colecciones científicas que el progreso científico requiere la preservación,
conservación y mantenimiento de estas colecciones científicas por multitud de razones
entre las que destaca:
- Mantener los especímenes de referencia para verificar los resultados del pasado.
- Proporcionar material de estudio para nuevas técnicas analíticas.
- Ofrecer un acceso rápido a muestras representativas de todo el mundo, incluyendo
lugares remotos.
- Mantener el material que tiene un valor relacionado con el lugar específico de captura
en el momento en que se recogió (especialmente las muestras del medio ambiente).
- Mantener el material de áreas, organismos o ecosistemas que ya no existen.
- Evitar el gasto de la toma de muestras de nuevo cuando se necesite con urgencia en el
futuro.
- Calibrar procesos e instrumentos en diferentes laboratorios.
- Contribuir a la comprensión de la cultura compartida de la ciencia en todo el mundo,
incluyendo la historia y el desarrollo de la misma.
Conservar los especímenes que ya han sido utilizados en una investigación puede parecer
frívolo y superfluo al cabo del tiempo, incluso inútil pero las investigaciones son parciales
o, lo que es lo mismo, un espécimen utilizado para un determinado objetivo de estudio
puede ser utilizado, años después, para estudiar otro distinto; es por eso que los ejemplares
siguen manteniendo información inédita, con más interés aún si pertenecen a especies o
poblaciones antiguas o extintas (Hawks, 1990).
50
naciones, identificó a la taxonomía como el fundamento para poder llevar a cabo su
implementación y también identificó la existencia de dos circunstancias que lo iban a
impedir: la carencia de taxónomos y las dificultades que atraviesan las colecciones
biológicas a nivel global.
Por todos estos motivos, los Museos de Historia Natural atraviesan, en estos momentos,
una situación delicada y embebida en la incertidumbre. Por un lado, se les reconoce el
valor intrínseco de su patrimonio pero para conservarlo y exhibirlo hace falta un esfuerzo
económico potente que no revierte en una imagen visible desde otros puntos de vista que
no sean científicos. Además las colecciones han de ser mostradas al público heterogéneo
al tiempo que deben conservarse como testimonio de la investigación realizada o por
realizar. Ambos objetivos pueden entrar en conflicto en determinados momentos donde
se practique un mal uso o se abuse de ellas (la manipulación y exhibición de ejemplares
-aunque sólo sea por su transporte, cambio de las condiciones ambientales de
conservación - conlleva un riesgo de deterioro). Compatibilizar ambas “virtudes”
mantienen al conservador en una permanente disyuntiva.
Pero como casi siempre, hay alternativas. La pandemia actual de Covid-19 ha catapultado
una iniciativa ya ensayada de digitalización de los fondos museísticos. Las colecciones
científicas no se han quedado atrás a la hora de ofertar, de manera virtual, los objetos
que componen sus colecciones de Historia Natural (por ejemplo, hay instituciones
poseedoras de ejemplares tipo que permiten el acceso a estas piezas con una altísima
resolución que facilita el trabajo de taxónomos y biogeógrafos y que, además, tiene un
gran valor docente). Quinientos años (desde su existencia) no son nada, pero es evidente
que las CHN han vivido un cambio sustancial en sus objetivos como en su accesibilidad.
No cabe duda de que, en el futuro, las CHN además de seguir siendo lo que son,
generarán nuevas líneas de estudio y nuevos enfoques en su exhibición que nutrirán la
inteligente de los ciudadanos.
Para que ese futuro que se promete óptimo se haga realidad, ha de ampliarse el enfoque
actual de la gestión de las CHN sin perder de vista la urdimbre de premisas donde se
asienta su origen: (1) las colecciones biológicas son las depositarias de los estudios de la
biodiversidad; (2) las colecciones, vinculadas con instituciones de carácter público,
pierden gradualmente recursos y curadores; (3) no existen métodos rigurosos para evaluar
el estado de las colecciones y elaborar propuestas de gestión. No hay un sistema
cuantitativo y cualitativo para la apreciación de las colecciones y es una falta fundamental
en la mayoría de los programas de manejo.
La gestión de una colección de historia natural oscila entre tres grandes ejes (Simmons &
Muñoz-Saba, 2005): orden/desorden, pérdida/crecimiento y deterioro/conservación.
Estos autores señalan que “el uso de la colección produce entropía”. Colecciones
gestionadas de modo inadecuado –deficiente conservación, escaso control de los
materiales- experimentarán un alto grado de pérdidas y deterioro. En cambio, una buena
51
gestión asegurará una correcta conservación de los materiales y la prevención del
deterioro.
52
12. Colección de malacología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN)
53
54
13. Museos de historia natural y conservación de la biodiversidad
Los propósitos de los museos pueden resumirse en cuatro sencillos puntos: generar
información, perpetuarla, organizar dicha información y difundirla. Una de las
informaciones que genera un museo de Historia Natural más fáciles de intuir y calibrar
por un no iniciado en la materia es sobre biodiversidad. Basta recordar las recientes
palabras de un grupo de investigadores norteamericanos recogidas por la revista Science,
ante un fuerte recorte de dotación presupuestaria anunciado para el Field Museum de
Chicago: “Great natural history museums are among the world’s premier institutions of
scientific research, training, and education. The research produced by these museums,
based on their collections of biological, geological, and anthropological specimens, has
been of incalculable importance in formulating and testing the most fundamental theories
and principles of these and related disciplines. In the biological sciences, for instance,
contributions from past curators of these collections form the pillars of modern
evolutionary biology]” .
Las colecciones científicas constituyen, por tanto, un testimonio del enorme patrimonio
natural existente y actúan como centros documentales: de memoria geológica de especies
extintas; de observaciones sobre especies actuales en determinadas áreas geográficas. Se
comprueba así que el potencial de conocimientos que albergan los materiales biológicos
para el desarrollo de investigaciones sobre biodiversidad es muy elevado porque además,
proporcionan información sobre la variabilidad biológica que existía en áreas hoy
degradadas, de cara a su futura regeneración. Para conseguirlo es imprescindible una
buena catalogación.
55
Dada esta crisis de biodiversidad, las colecciones presentan valor añadido si cuentan con
ejemplares colectados mucho tiempo atrás (aunque su estado de conservación de colores
u otros elementos morfológicos externos no sean ideales, como el ejemplo del dodo) ya
que pueden ser testigos de especies, subespecies o poblaciones extintas. Si además de
ejemplares completos, esa colección cuenta con muestras de tejidos o ejemplares
liofilizados, congelados o conservados en etanol absoluto; pueden ser empleadas en
técnicas moleculares y por lo tanto también añadirán un valor adicional a la colección. •
Si la colección no tiene muchas series de las distintas especies, pero las muestras
existentes proceden de diferentes zonas del área de distribución, certeza conseguida
mediante los análisis biogeográficos oportunos, entonces esa colección también tendrá un
valor añadido porque supone una representación suficiente de la variabilidad de dichas
especies en la naturaleza.
Con el avance y diversificación de las ciencias, las colecciones biológicas también han
diversificado su funcionalidad tomándose como referencia para obtener nuevos recursos
(desde alimentos a productos fitosanitarios), identificar enfermedades y agentes
patógenos, para llevar a cabo control de plagas, reintroducción de especies o para generar
soluciones biotecnológicas.
Las colecciones, a través de los ejemplares testimoniales que las forman (tomados como
referencia), permiten verificar y contrastar afirmaciones anteriores, rectificando en caso
de conclusiones inexactas. Entre estos materiales están los ejemplares tipo, los citados,
los figurados y otros. En la actualidad, la fiabilidad de los datos de los ejemplares y sus
identificaciones son esenciales para ser integrados en bases y redes interrelacionadas de
biodiversidad (fuente de información global para investigaciones y aplicaciones prácticas,
en todos aquellos campos en que sean de utilidad). Los responsables de las colecciones
deberán ser conscientes del riesgo implícito en la incorporación a estas redes de cualquier
información carente de garantías. Hay proyectos transnacionales, como Synthesys, que
facilitan la movilidad de especialistas entre centros europeos para el estudio de
colecciones ( colaboran en programas de revisión de los fondos y actualización de su
nomenclatura, lo que multiplica notablemente su valor como herramienta científica). Esta
tarea, el facilitar a gran escala el acceso a los datos de las colecciones y compartirlos, es
la gran apuesta que se viene realizando desde hace años a través de proyectos
coordinados(surgidos de las instituciones científicas depositarias de este patrimonio pero
también de algunos gobiernos), conscientes de su valor en alza como recurso
progresivamente más utilizado por la ciencia y para potenciar el desarrollo de los pueblos
(GBIF, SciColl, NSCalliance, CETAF…) .
56
14. Resultados I: Polyplacophora
Polyplacophora
PHYLLUM MOLLUSCA
Chitonidae:
Genus Rhyssoplax Thiele, 1893.
Rhyssoplax olivaceus Spengler, 1797.
Rhyssoplax corallinus (Risso, 1826)
57
58
15. Resultados II: Gastropoda
59
Familia Phasianellidae Swainson, 1840.
Subfamilia Tricoliinae Woodring, 1928.
ORDEN NERITOMORPHA
SUPERFAMILIA NERITOIDEA VAUGHT, 1989.
Familia Neritidae Rafinesque, 1815.
Subfamilia Smaragdinae Vaught, 1989.
60
SUPERFAMILIA JANTHINOIDEA Pacaud & Le Renard, 1995.
Familia Epitoniidae, Berry S.S 1810.
Subfamilia epitoniinae Vaught 1989.
SUPERFAMILIA RISSOIDEA
Familia Rissoidae Gray, 1847.
Subfamilia Rissoinae Vaught, 1989.
61
Genus Calyptraea Lamarck, 1799.
Calyptraea chinensis (Linnaeus, 1758).
62
Semicassis granulata (Born 1778).
Semicassis saburon (Bruguiere, 1792).
Familia Ranellidae Gray J.E. 1854.
63
Ocenebra edwarsii (Payradeau, 1826).
Subfamilia Rapaninae .
Familia Volutidae
Subfamilia Coralliophilinae Chenu 1859.
64
Euthria cornea (Linnaeus, 1758).
65
SUPERFAMILIA CANCELLARIOIDEA Pacaud & Le Renard, 1995.
66
Fusiturris undatiruga (Bivona in Bivona, 1838).
67
16. Resultados III: Bivalvia
68
SUBORDEN MYITILINA Pacaud & Le Renard 1995.
SUPERFAMILIA MYTILOIDEA Vaught, 1989.
69
Genus Mimachlamys Iredale, 1929.
Mimachlamys varia (Linnaeus, 1758).
Subgenus Parapecten.
Aequipecten (Parapecten) commutatus (Monterosato, 1875).
70
Genus Laevicardium Swainson, 1840.
Laevicardium oblongum (Gmelin, 1791).
71
Genus Pitar Romer 1857.
Subgenus Pitar Romer, 1857.
Pitar (Pitar) rudis (Poli, 1795).
Genus Callista Poli, 1791.
Callista chione (Linnaeus, 1758).
S
UPERFAMILIA GASTROCHAENOIDEA Vaught, 1989.
Familia Gastrochaenidae Gray J.E. 1840.
72
17. Resultados IV: Cefhalopoda
73
De las especies encontradas (160) y en función de los valores de frecuencia, se deduce
que los Gastropoda con un 74,21% del total de capturas, representan el orden más
abundante; seguido por el orden Bivalvia con un 23,27% . Si estas capturas accidentales
pudieran indicar de manera directa cómo es el poblamiento de moluscos marinos en el
área de estudio se podría afirmar que las especies representativas de ambos órdenes
pueden ser consideradas especies constantes. Las especies encontradas del orden
Poliplacophora resultan esporádicas al igual que las dos especies del orden Cephalopoda.
El conjunto de las especies recolectadas en las redes de pesca coincide con la descripción
de fauna malacológica presente en el área de estudio, ubicada dentro del Golfo de Almería
en el borde oriental del Mar de Alborán, ecotono con el Mar Mediterráneo sin influencia
atlántica .
Son especialmente importantes los fondos duros secundarios o biógenos, construidos por
los restos de los propios organismos (algas, fanerógamas o animales), y que constituyen
el nuevo sustrato sobre el que instalen otros seres vivos propios de estos fondos. Estos
fondos que se distribuyen a lo largo de una transición biogénica gradual (con dependencia
de la profundidad) son denominados por los pescadores “rubiales” y en ellos encuentran
el cascajo, albergue de especies de la familia Cymatiidae como por ejemplo Monoplex
partenopheus. Son zonas de retrabajamiento orgánico en el proceso de edafogénesis
postmortem.
Una de las especies recolectadas con mayor importancia conquiliológica debido no solo
a su calidad de concha (completa y sin imperfecciones) sino a su excepcional tamaño con
respecto a las citas publicadas es Diodora dorsata. Esta especie, además, se ha
recolectado de manera suficiente para crear una serie poblacional. Se conoce con detalle
su localización en el área de estudio lo que ha permitido descubrir que ha colonizado un
74
nuevo hábitat caracterizado por su baja profundidad. Todas las citas de referencia la
ubican en zonas profundas del mediterráneo oriental (islas griegas e Italia). Los
ejemplares recolectados muestran un tamaño muy superior a dichas citas (ostentan una
media de 16 mm de longitud con respecto a los 26 mm de media alcanzados en el área de
estudio con excepciones puntuales que sobrepasan los 29 mm).
Esta correspondencia de especies y hábitats encontrada afianza la idea de utilizar las redes
de pesca como herramienta de muestreo pasivo. Además, resulta indispensable para
conseguir ejemplares de especies poco detectables y que requerirían un esfuerzo de
muestreo considerable como es el caso de Cabestana cutacea . Aunque no se trata de una
especie poco común (es abundante en su área de distribución geográfica, la región
Macaronésica) la presencia de un sofisticado periostraco en su concha le confiere una alta
capacidad de camuflaje con el sustrato.
Ocenebra erinacea f. hanleyi, es una de las especies recolectadas que suponen una
referencia espacial muy importante para determinar a partir de qué sector del
mediterráneo occidental se comienza a producir un cambio morfológico en la estructura
de su concha. Así, los ejemplares colectados desde Malta hasta Almería presentan un
morfotipo idéntico, con una concha muy ornamentada mientras que a partir del litoral
granadino esta especie difumina y suaviza estas formas hasta quedar roma.
Los fondos blandos o sedimentarios están formados por partículas de diferente tamaño.
Reflejan las condiciones de sedimentación y el hidrodinamismo del área. En este tipo de
fondos abunda la endofauna, que vive por debajo de la superficie del sustrato, la flora es
escasa con excepciones. El tamaño de las partículas de los fondos blandos determina la
distribución de las especies y comunidades ya que condiciona tanto la fijación y el
movimiento de los organismos como la cantidad de oxígeno que puede difundirse hacia
el interior del sedimento. Generalmente, cuanto menor es el tamaño de las partículas,
mayor es el contenido en materia orgánica y menor la cantidad de oxígeno disuelto.
75
restos de este alga en el arte. Han sido las referencias orales de los pescadores las que han
determinado su origen.
Destacar, con respecto a los fondos de pradera de Posidonia oceanica ubicados en el área
de estudio, que las capturas de las dos especies de moluscos de mayor tamaño del
mediterráneo, un bivalvo (Pinna nobilis) y un gasterópodo (Charonia lampas) han sido
históricamente mínimas.
El presente trabajo ha aportado ejemplares con la suficiente calidad malacológica para
formar parte de colecciones de referencia como las del MNCN pero su importancia radica,
sobre todo, en constituir una colección de referencia contextualizada desde un punto de
vista geográfico y cultural .
Imagen IX Bivalvia
Lutraria oblonga Foto: Sancho Rubio
76
Imagen XI. Gastropoda
Hexaplex trunculus f. falcata Foto: Sancho Rubio
77
Imagen XII Gastropoda
Ocenebra erinacea f. hanleyi Foto: Sancho Rubio
78
18. Discusión
79
80
19. Conclusiones
81
82
20. Agradecimientos
83
84
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