Sagrada: Biblia
Sagrada: Biblia
Sagrada: Biblia
SAGRADA BIBLIA
S agrada B iblia
V ER SIÓ N D IR E C T A DE
LAS LENGUAS ORIGINALES
ro s
ALBERTO COLUNGA, O. P.
PROFESOR DE SAGRADA ESCRITURA EN EL CONVENTO DE SAN
ESTEBAN Y EN LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD» DE SALAMANCA
G A E T A N O C I C O G N A N I
ANTIGUO NUNCIO DE SU SANTIDAD EN ESPAÑA
UNDÉCIMA EDICION
B IB L IO T E C A DE AUTO RES C R IS T IA N O S
MADRID . MCMLXI
BIBLIOTECA
D E
AU TO R ES C R ISTIA N O S
D e c l a r a d a de i n t e r é s nacional
P r e sid e n t e :
V o c a l e s : R. p. D r. L u is A r ia s , 0 . S . A., D ecano d e
la F a cu lta d de T e o lo g ía ; R. P . D r. Marcelino C abre
ros , C. M. F ., D ecano d e la F a cu lta d d e D e re c h o ;
M . I. S r. D r. B ernardo R incón, D ecano de la F a cu lta d
d e F ilo s o fía ; R . P . D r. J o s é J iménez , C. M . F ., D e
cano d e la F a cu lta d d e H u m an id ad es C lá s ic a s ; reveren
do P . D r. F r . M aximiliano García C ordero, 0 . P ., C a
tedrático d e S a g ra d a E s c ritu ra ; R. P . D r. B ernardino
L lorca , S. I., C atedrático d e H istoria E cle siá stica .
S ec r et a r io : M . I. S r. D r. Luís S ala B a l u st , P ro fe s o r.
LA E D I T O R I A L C A T O L I C A , S . A . A partado 466
MADRID . MCMLZI
Nihil obstnt: Fr. K. Cuervo, O. P., Bac. S. Theol.
Fr, H. «Ir T u ya, O. P ., S . Theol. I^ect.
ANTIGUO TESTAMENTO
Pentateuco ........ 20
G énesis .................................................................................................................... 24
E xo d o ....................................................................................................................... 84
Levítico ................................................................................................................... 13 1
Núm eros ................................................................................................................. 161
Deuteronomio ........................................................................................................ 201
Jo su é ........................................................................................................................ 238
Ju e ce s ....................................................................................................................... 262
R u t ............................................................................................................................ 286
Sam u el .............................................................. 290
I Sam uel ....... 291
I I Sam uel .............................. 322
R e ye s ........................................................................................................................ 348
I R eyes ................................................................................................................ 349
I I R eyes ................................................................................................................ 384
Paralipóm enos o Crónicas .............................................................................. 4*4
I C rónicas .......................................................................................................... 4*5
I I Crónicas ........................................................................................................... 439
E sd ras y N ehem ías ............................................................................................. 469
E sd ras ..................................................................................................................... 47°
N ehem ías ................................................................................................................ 480
Tobías ................................................................................ 493
Ju d it .............. 503
ÍNDICE GENERAL VI
PdfM.
NUEVO TESTAMENTO
Introducción general al Nuevo Testam ento ............................................ 989
Introducción general a los E van gelio s .................................................... 999
San -Mateo ............................................................................................................. 1000
San Marcos ............................................................................................................ 1041
San Lucas ............................................................................................................... 1063
San Ju an ................................................................................................................ 110 3
Hechos de los Apóstoles ................................................................................. 1136
E pístolas de San Pablo ..................................................................................... 1167
A los Rom anos ..................................................................................................... H 7°
I a los Corintios ............................................................................................. 1185
I I a los Corintios ........................................................................ H 99
VII ÍNDICE GENERAL
Págs.
G A E T A N O CIGOGNANI
Antiguo Nuncio de Su Santidad en España
G A E T A N O CICOGNANI
Antiguo Nuncio de Su Santidad en España
• • •
• # *
que estas Cartas paternales dadas por D ios a la H um anidad tienen por
fin rehabilitar al hombre, redim irle, elevarlo hasta las alturas del cono
cimiento de los misterios de D ios y a la participación de la vida divina,
sostenerlo en las luchas del espíritu, santificarlo en todo momento, en
cauzarlo por los caminos que conducen a las celestes moradas. Y esto
mismo es lo que los autores de esta versión han pretendido ofrecer a
los fieles.
San Juan Crisóstomo, que supo revestir sus inmensos conocimientos
bíblicos con una elocuencia portentosa, se quejaba amargamente de que
los fieles de su vastísima diócesis no conocieran bastante ni leyeran los
Sagrados Libros, quedando por ello privados de uno de los más podero
sos medios de santificación. £ 1 hubiese querido que existiese en cada casa
cristiana una Biblia y que sus fieles supiesen de memoria al menos algu
nos salmos o algunos trozos escogidos del Santo Evangelio; pero com
prueba dolorosamente— y su lamento pudiéramos repetirlo en nuestros
días— que sus fieles saben m uy bien los nombres y el historial de los ca
ballos y de los jinetes que toman parte en las carreras, pero no saben
siquiera cuántas son las Epístolas de San Pablo y desconocen casi por
completo el Libro que encierra la fuente de la vida.
Unos alegan como excusa de su descuido y negligencia que están
m uy ocupados con los negocios o con los quehaceres de la casa, otros
que no tienen dinero; pero es un absurdo—dice el Santo— pretextar in
digencia o exceso de trabajo cuando de la lectura de los L ibros Sagrados
se saca tanta utilidad. Quomodo non absurdum fu erit... ubi tanta decerpen-
da est utilitaSt occupationes et inopiam defiere!
Junto a los que no compran el L ib ro Sagrado están los que lo tienen
pero sólo como adorno de la casa, no como alimento del espíritu. M u y
bien describe a ios tales el santo Arzobispo y elocuentísimo orador:
«¿Quién de vosotros, pregunto, toma en su casa un libro y examina sus
sentencias, o escudriña las Escrituras? N adie, ciertam ente; sino que en
contraremos en la mayoría de las casas dados y tabas, pero libros nunca
o m uy raras veces. Y el mismo reproche merecen los que los tienen,
pero los conservan atados o colocados en los armarios y ponen todo su
interés en la suavidad de las membranas o en la elegancia de los caracte
res, menospreciando, en cambio, su lectura. Porque no los adquieren
para ningún fin útil, sino solamente para hacer presuntuosa ostentación
de su opulencia: |tan fuerte es el vano fausto de la gloria! A nadie oigo
que ambicione el comprender los Libros, sino más bien jactarse de que
posee libros escritos con letras de oro. Y yo pregunto: ¿Qué provecho
puede haber en esto?» E t quid, quaeso, hiñe lucri provenit?
M e haría interminable si quisiera citar todos los pasajes en que San
Jerónim o excita a sus discípulos y discípulas a la lectura de la Biblia,
pero no quiero dejar de consignar algunos, ya que el eco de sus encen
didas palabras puede animar también hoy a las almas sedientas de D ios
y de la perfección cristiana a frecuentar esta provechosa lectura. Para el
gran Doctor la palabra divina contenida en la Sagrada B iblia no sólo es
alimento, sino también fuerza del espíritu, arma segura contra todo lo
que abate y deprime, contra todo lo que puede rebajar el alma y el cuer
po. Desde el Cenáculo del Aventino, donde un grupo de selectísimas
matronas cultivaba la vida de perfección, se hace él un gran propagandis
X IX PRÓLOGO
• • •
Sean mis últimas palabras para los que se disponen a recorrer con
ánimo piadoso en las páginas de esta versión de los Libros Santos aquellas
mismas que un día pronunciara San Gregorio M agno: Disce cor Dei in
verbis Deit ut ardentías ad aetema suspires: «Aprende a conocer el cora
zón de Dios en las palabras de Dios, para que con más ardor aspires a las
cosas eternas».
C A R T A E N C I C L I C A
SO B R E EL P R O M O V E R O P O R T U N A M E N T E
LOS E S T U D IO S DE LA S A G R A D A B IB L IA
(30 septiem bre 1943)
I. P A R T E H I S T O R I C A
Labor de los últimos Pontífices en promover los estudios bíblicos
L eón XIII
3. El primero y principal empeño de León XIII fue exponer la doctrina
acerca de la verdad de los Libros Sagrados y vindicarla de las impugnaciones.
Por eso, con muy graves palabras, declaró que no hay error alguno en que hablando
el hagiógrafo de cosas físicas «siguiera las apariencias sensibles», como dice el
Angélico 56, hablando «o a modo de metáfora o como el lenguaje en aquellos tiempos
común lo exigía y aun hoy lo exige muchas veces en la vida ordinaria hasta entre los
más doctos», pues «los escritores sagrados, o mejor aún—son palabras de San
Agustín 6—el Espíritu de Dios, que por ellos hablaba, no quiso enseñar a los
hombres eso—es decir, la íntima constitución de las cosas visibles— , que de
nada había de servirles para la salvación»7; y esto «convendrá aplicarlo a las
disciplinas afines, sobre todo a la historia», esto es, refutando «de modo semejante
las falacias de los adversarios» y defendiendo de sus impugnaciones la verdad
histórica de la Sagrada Escritura8. Que no puede tampoco atribuirse error al
escritor sagrado cuando «al transcribir los códices se Ies escapó a los copistas
algo inexacto o queda en duda la genuina sentencia de algún lugar. Por último,
que no es en modo alguno lícito «restringir la inspiración de la Sagrada Escritura
a algunas partes tan sólo», o conceder «que erró el escritor sagrado, cuando la
divina inspiración» no sólo excluye por si misma todo error, «sino que lo excluye
y rechaza tan necesariamente, cuan necesario es que Dios, Verdad suma, no sea
autor de error alguno. Esta es la antigua y constante fe de la Iglesia» 9*.
4. Esta doctrina, pues, que con tanta gravedad expuso nuestro Predecesor
León X III, la proponemos Nos con nuestra autoridad e inculcamos que todos
religiosamente la retengan. N i con menor empeño establecemos que aun hoy
han de seguirse los consejos y estímulos que él tan sabiamente añadió, conforme
a su tiempo. Pues como surgiesen nuevas y no leves dificultades y cuestiones,
ya por los prejuicios del racionalismo que por todas partes cundía, ya principal
mente del desentierro y exploración de monumentos antiquísimos hechos por
doquier en las regiones del Oriente, el mismo Predecesor nuestro, impulsado
por la solicitud de su apostólico oficio, no sólo para que la preclara fuente de la
revelación católica se abriera más segura y abundantemente para la utilidad de
la grey del Señor, sino también para impedir que en cosa alguna fuese deturpado,
deseó y anheló «que cada vez fuesen más los que convenientemente tomasen
sobre sí y constantemente retuviesen el patrocinio de las Divinas Escrituras, y
que principalmente aquellos a quienes la divina gracia llamara a las sagradas
órdenes pusieran cada día más diligencia e industria, como es muy de razón, en
leerlas, meditarlas y exponerlas» 10.
4 Sermo ad alumnos Seminariorum... in Urbe (die 24 iunii 1939): AAS 31 (1939) pp.245-251.
5 Cf. 1 q.70 a.i ad 3.
6 De Gen. ad litt., II 9.20: PL 34.270 s.; CSEL 28 (sect.3 para 2) p.46.
7 L eonis XIII Acta XIII p.355: Ench. Bibl, n.106.
8 Cf. B enedictos XV, ene. Spiritus Paraclitus: AAS 12 (1920) p.396; Ench. Bibl, n.471.
9 L eonis XIII Acta XIII p.357: Ench. Bibl, n.iog s.
Cf. L eonis XIII Acta XIII p.328: Ench. Bibl, n.67 s.
XXV ENCÍCLICA DE 8. S. FÍO X II
5. Por lo cual el mismo Pontífice, así como había, tiempo antes, aprobado y
alabado la Escuela de Estudios Bíblicos, fundada en San Esteban de Jerusalén
gracias a la solicitud del Maestro General de la Sagrada Orden de Predicadores,
y de la cual, como él mismo dijo, «los estudios bíblicos habían recibido gran in
cremento y los esperaba aún mayores» n , así en el último año de su vida añadió
una nueva disposición, por la cual estos estudios, con tanto encarecimiento reco
mendados en la encíclica Providentisstm us Deus, se perfeccionasen cada día más
y con mayor seguridad se promoviesen, pues en las letras apostólicas Vigilantiae,
de 20 de octubre de 1902, instituyó un Consejo, o, como dicen, una Comisión
de graves varones «que tuvieran por cometido procurar y hacer con toda la po
sible eficacia que los divinos oráculos tuvieran entre nosotros toda aquella exqui
sita exposición que los tiempos exigen y permaneciesen incólumes no sólo de
toda mancha de error, sino de toda temeridad de opiniones»1112. Consejo que
Nos ciertamente, siguiendo el ejemplo de nuestros Predecesores, hemos afirmado
y de hecho acrecentado, valiéndonos, como antes muchas veces, de su ministerio
para retraer a los intérpretes de Jos Libros Santos a las sanas normas de la exégesis
católica que los Santos Padres y Doctores de la Iglesia y los mismos Sumos Pon
tífices nos enseñaron 13.
P ío X
6. Y no parece ajeno al propósito recordar aquí con gratitud lo más principal
y útil que para el mismo fin hicieron después nuestros Predecesores, y que po
dríamos llamar complemento o fruto de la feliz empresa leonina. Y , en primer
lugar, Pío X, queriendo proporcionar un modo seguro de preparar buen número
de maestros recomendables por la gravedad y la pureza de la doctrina, que en
las escuelas católicas interpreten los Sagrados Libros, instituyó «los grados aca
démicos de licenciado y doctor en Sagrada Escritura, que habría de conferir la
Comisión Bíblica»l4, y luego dio la ley acerca de la norma que había de seguirse
en los estudios de Sagrada Escritura en los Seminarios de clérigos, con el fin de
que los alumnos seminaristas no sólo conocieran ellos y penetraran la fuerza, el
modo y la doctrina de los Libros, sino que pudieran, además, ejercer conveniente
mente el ministerio de la divina palabra y defender de las impugnaciones los libros
escritos con inspiración de Dios» 15, y, finalmente, «para que en la ciudad de
Roma hubiera un centro de los más altos estudios de los Libros Sagrados, que
con la mayor eficacia posible promoviese la doctrina bíblica y las disciplinas anejas
a ella, según el sentir de la Iglesia católica», fundó el Pontificio Instituto Bíblico,
que quiso estuviera provisto de los más altos magisterios y de todo medio de
erudición bíblica, y al que dio leyes y ordenaciones, proponiéndose en esto con
seguir «el saludable y fructuoso propósito» de León X I I I 16.
P ío XI
7. Todo esto, finalmente, lo acabó nuestro próximo Predecesor, Pío XI, de
feliz memoria, mandando, entre otras cosas, que nadie en los Seminarios enseñase
la asignatura de Sagrada Escritura sin haber legítimamente obtenido grados aca
démicos en la Comisión Bíblica o en el Instituto Bíblico, después de haber hecho
el curso correspondiente; y dispuso que estos grados tuvieran los mismos efectos
que los legítimamente otorgados en Sagrada Teología o en Derecho Canónico,
11 Litt. apost. Hierosolymae in coenobio, d. d. 17 sept. 1892; L eón» XIII Acta XII pp.239-24i,
v. p.240.
12 Cf. L eonis XIII Acta XXII p.232 ss.: Ench. B i b l nn.130-141; v. nn.130.t32.
13 Pontificiae Commíssionis de Re Bíblica Litterae ad Exentos. PP. DD. Archiepiscopos et
Episcopos Italiae d. d. 20 aug. 1941: AA S 33 (1941) pp.465-472.
14 Litt. apost. Scripturae Sanctae, d. d. 23 febr. 1904; Pn X Acta I pp. 176-179: Ench. Bibl.,
nn.142-150. v. nn.143-144.
15 Cf. Litt. apost. Quoniam m re bíblica, d. d. 27 mart. 1906; Pn X Acta III pp.72-76: Ench,
Bibl., nn.155-173, v. n.155.
14 Litt. apost. Vmea electa, d. d. 7 maii 1909: AA S 1 (1909) pp.447-449: Ench Bibl., nn.293-
306, v. nn.296 et 294.
e n c íc l ic a m s. s. p ío xn xxvi
«mandando» además» que a nadie se confiriese beneficio al cual canónicamente
estuviera aneja la carga de explicar al pueblo la Sagrada Escritura» si además
de los otros requisitos no hubiera obtenido la licencia o la láurea en Escritura»»
y exhortando u la vez» tanto a los superiores mayores de las Ordenes religiosas
cuanto a los obispos del orbe católico» a enviar a las aulas del Instituto Bíblico
a los más aptos de sus alumnos» para obtener allí los grados académicos; exhorta
ciones que confirmó con su ejemplo» señalando con liberalidad rentas anuales a
este fin *7.
8. Y el mismo Pontífice, después que con el favor y la aprobación de Pío X»
de feliz memoria, el año 1907 «se encomendó a los monjes benedictinos el cargo
de hacer investigaciones y preparar los estudios en que se apoye la edición de la
versión latina de las Escrituras, que ha recibido el nombre de Vulgata» *8» que
riendo afianzar con mayor firmeza y seguridad «esta laboriosa y ardua tarea», que
exige largos trabajos y cuantiosos gastos, y cuya grande utilidad ponían en evi
dencia los volúmenes ya publicados, levantó desde los cimientos el monasterio
urbano de San Jerónimo, y le dotó largamente de biblioteca y de todos los otros
medios de investigación1718
19.
II. P A R T E D O C T R I N A L
ii. No hay quien fácilmente no vea que las condiciones de los estudios bí
blicos y las de los otros que para éstos son de utilidad se han modificado mucho
en estos cincuenta años, pues pasando por alto otras cosas, cuando nuestro Prede
cesor publicó su encíclica Providentissimus Deus, apenas si había comenzado a
explorarse algún que otro lugar de excavaciones en Palestina relacionadas con
estos estudios, en tanto que ahora las investigaciones de este género se han mul
tiplicado y llevado a cabo con métodos más severos y, perfeccionadas por el
mismo ejercicio, nos enseñan más y con mayor certeza. Y cuánta en verdad sea la
luz que de estas investigaciones brota para entender mejor y más plenamente
los Sagrados Libros, lo saben muy bien los peritos y cuantos a estos estudios se
consagran. Y crece aún la importancia de estas investigaciones por los documentos
escritos hallados de cuando en cuando, que contribuyen mucho al conocimiento
de las lenguas, literatura, historia, costumbres y religiones antiquísimas. N i es
de menor importancia el hallazgo y la investigación, tan frecuente en nuestro
tiempo, de papiros, que tan útiles han sido para conocer las literaturas y las institu
ciones públicas y privadas, principalmente del tiempo de nuestro Salvador. Y ade
más han sido hallados y editados con exquisito cuidado vetustos códices de los
Sagrados Libros; se ha investigado más y más plenamente la exégesis de los
Santos Padres, y, en fin, se ilustran con innumerables ejemplos los modos de
decir, de narrar o de escribir de los antiguos. Todo esto, que no sin especial
consejo de la providencia de Dios ha alcanzado nuestra época, invita, y en cierto
modo amonesta, a los intérpretes de las Sagradas Letras a escrutar más profunda
mente, a ilustrar más claramente y a proponer más lucidamente los Divinos
Oráculos, sirviéndose gustosamente de tanta abundancia de luz. Y si con gran
contento del alma vemos que los intérpretes han obedecido valientemente y
siguen obedeciendo a esta invitación, éste no es el último ni el menor de los
frutos de las letras encíclicas de nuestro Predecesor León X III Providentissimus
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO X I I xxvm
Deus, en las que, como presagiando este florecimiento de los estudios bíblicos»
llamó a la obra a los exegetas católicos y definió sabiamente el camino y el modo
para ella. V para que la labor no sólo permanezca constantemente, sino se haga
cada día más perfecta y fecunda, también Nos deseamos conseguir con estas
nuestras letras encíclicas, puesta sobre todo nuestra intención en mostrar a todos
lo que aún resta por hacer y con qué ánimo debe emprender hoy el exegeta católico
tan importante y elevado cargo, y dar nuevo estímulo y nuevos ánimos a los
operarios que constantemente trabajan en la viña del Señor.
debida a la divina palabra, pues por su mismo fin tiende a restituir a su primitivo
ser el sagrado texto lo más perfectamente posible, purificándole de las corrup
ciones en él introducidas por los amanuenses y librándole cuanto se pueda de
inversiones de palabras, repeticiones y otros defectos de la misma especie, que
suelen furtivamente introducirse en escritos transmitidos de unos a otros durante
muchos siglos. Aunque casi ni necesario es advertirlo, esta critica que de algunos
decenios acá han empleado no pocos absolutamente a su capricho, y de tal modo
no pocas veces que podría decirse que la hicieron para introducir en el sagrado
texto sus prejuicios, ha llegado a alcanzar tal estabilidad y seguridad, que ha venido
a ser un insigne instrumento para editar la divina palabra con mayor pureza y
esmero, y es fácil de descubrir todo abuso. Ni hace falta traer aquí a la me
moria—porque es claro y sabido de todos los que estudian las Sagradas Escri
turas—en cuánta estima ha tenido la Iglesia desde los primeros siglos hasta
nuestros tiempos estos estudios críticos. Hoy, pues, que este arte ha llegado
a alcanzar tal perfección, es para los cultivadores de los estudios bíblicos una
honrosa tarea, aunque no siempre fácil, procurar con todo ahinco que cuanto
antes se preparen por católicos ediciones ajustadas a estas normas, no sólo de los
textos sagrados, sino también de las versiones antiguas, que a la suma reverencia
hacia el sagrado texto añadan la escrupulosa observancia de todas las leyes de la
crítica. Y sepan bien todos que esta larga labor no sólo es necesaria para el recto
conocimiento de los escritos divinamente inspirados, sino que la exige además
vehementemente la piedad con que debemos mostrarnos sumamente agradecidos
al Dios providentísimo que como a hijos propios nos mandó estas paternas letras
desde la sede de su majestad.
L a autenticidad de la Vulgata
14. N i se figure nadie que este uso de los textos primitivos, obtenido con el
empleo de la crítica, se opone en modo alguno a las sabias prescripciones del
Concilio Tridentino respecto de la Vulgata latina 24 Documentalmente consta
que los Padres de aquel Concilio no sólo no rechazaban los textos primitivos,
sino que expresamente rogaron al Sumo Pontífice que, «en bien de la grey de
Cristo encomendada a Su Santidad, además de la edición de la Vulgata latina,
cuidase de que la Santa Iglesia de Dios 24 25 tuviera también por medio de él un
códice griego y otro hebreo lo más correctos que pudiera ser»; y si por las dificul
tades de los tiempos y otros impedimentos no pudo entonces darse plena satis
facción a estos deseos, al presente, como lo esperamos, aunados los esfuerzos
de todos los doctos católicos, podrá mejor y más plenamente satisfacerse. Y el
haber querido el Concilio Tridentino que la Vulgata fuese la versión que «todos
usaran como auténtica», esto, como cualquiera ve, sólo se refiere a la Iglesia
latina y al uso público de la Escritura, y en nada disminuye la autoridad y la
fuerza de los textos originales. Pues ni se trataba entonces de los textos originales,
sino de las versiones latinas que en aquel tiempo corrían, entre las cuales el Con
cilio, con mucha razón, decretó había de preferirse la que «en la misma Iglesia
había sido aprobada por el largo uso de tantos siglos». Por tanto, esta precedente
autoridad, o, como dicen, autenticidad de la Vulgata, no fue establecida por el
Concilio principalmente por razones críticas, sino más bien por su legítimo uso
en la Iglesia, ya de tantos siglos, por el cual se demuestra que en las cosas de fe
y costumbres está enteramente inmune de todo error, de modo que, por testimo
nio y confirmación de la misma Iglesia, puede aducirse con seguridad y sin peligro
de error en las disputaciones, lecciones y sermones, y, por tanto, no es una auten
ticidad primariamente crítica, sino más bien jurídica. Por tanto, esta autoridad
de la Vulgata en las cosas doctrinales no impide en modo alguno— antes hoy más
bien exige casi— que esa misma doctrina se compruebe y confirme también por
24 Decr. de editione et tuu Sacrorum Librorum; Conc. Trid., ed. Soc. Goerres, t.5 p.91 &
25 Ib., t.io p.271; cf. t.5 pp.29.59 65; t.io p.446 s,
ENCÍCLICA DE 8 . 8 . PÍO X II XXX
los textos originales y que a cada momento se acuda a los textos primitivos, en los
cuales siempre, y cada día más, se aclare y exponga la verdadera significación de
la Sagrada liNcritura. Ni prohíbe tampoco el Concilio Tridentino que para uso
y bien de los fieles cristianos, y para más fácil inteligencia de la divina palabra,
se hagan versiones en lengua vulgar, y éstas se tomen aun de los mismos textos
originales, como con la aprobación de la autoridad de la Iglesia sabemos se ha
hecho laudablemente en muchas naciones.
L o s géneros literarios
20. Pero no es muchas veces tan claro en las palabras y escritos de los antiguos
autores orientales, como lo es en los escritos de nuestra época, cuál sea el sentido
literal, pues lo que aquéllos quisieron significar no se determina por las solas leyes
de la gramática o de la filología, ni por el solo contexto del discurso, sino que es
preciso que el intérprete vuelva, por decirlo asi, a aquellos remotos siglos del
Oriente, y con ayuda de la historia, de la arqueología, de la etnología y otras
disciplinas, discierna y distintamente vea qué géneros literarios, como dicen, qui
sieron emplear y de hecho emplearon los escritores de aquella vetusta edad, pues
no siempre empleaban las mismas formas y los mismos modos de decir que hoy
28 Cf. B e n e d ic t u s XV, ene. Spiritus Paraclitus: A A S 112 (1920) p.390; Ench. Bibl., 11.461.
29 Contra Arianos, I 54: PG 26,123*
xxxm ENCÍCLICA DE & S. PÍO X II
usamos nosotros, sino más bien aquellos que entre los hombres de sus tiempos
y lugares estaban en uso. Cuáles fueran éstos, no puede el intérprete determinarlo
de antemano, sino solamente en virtud de una cuidadosa investigación de las lite
raturas del Oriente. Esta, llevada a cabo en los últimos decenios con mayor cui
dado y diligencia que anteriormente, nos ha hecho ver con más claridad qué for
mas de decir se usaron en aquellos antiguos tiempos, ya en la descripción poética
de las cosas, ya en el establecimiento de normas y leyes de vida, ya, por fin, en
la narración de hechos y sucesos. Esta misma investigación ha probado ya con
lucidez que el pueblo de Israel se aventajó singularmente a las otras antiguas na
ciones orientales en escribir bien la historia, tanto por la antigüedad como por la
fiel narración de hechos, lo cual seguramente procede del carisma de la divina
inspiración y del fin peculiar de la historia bíblica, que es religioso. Sin embargo,
también entre los escritores sagrados, como entre los demás antiguos, se hallan
ciertas artes de exponer y narrar, ciertos idiotismos, propios, sobre todo, de las
lenguas semíticas, las llamadas aproximaciones, y ciertos modos de hablar hiper
bólicos; más aún, a veces hasta paradojas, con las cuales más firmemente se gra
ban las cosas en la mente, cosa nada de admirar para quien rectamente sienta
acerca de la inspiración bíblica. Porque no hay modo alguno de decir de que entre
los antiguos, principalmente los orientales, solía servirse el humano lenguaje para
expresar las ideas, que sea ajeno a los Libros Sagrados, siempre a condición de
que el empleado no repugne a la santidad y verdad de Dios, como ya tenazmente
lo advirtió el mismo Doctor Angélico con estas palabras: «Las cosas divinas se
nos dan en la Escritura al modo que los hombres acostumbran usar» 30. Pues así
como el Verbo substancial de Dios se hizo semejante a los hombres en todo,
«excepto el pecado» 31, así las palabras de Dios, expresadas en lengua humana,
se hacen en todo semejantes al humano lenguaje, excepto el error, cosa que ya San
Juan Crisóstomo alabó sobremanera como una sinCatábasis o condescendencia de
Dios providente y repetidamente afirmó que se da en los Libros Sagrados 32.
2 1. Por esto el exegeta católico, para satisfacer a las actuales necesidades
de la ciencia bíblica al exponer la Sagrada Escritura, demostrando y probando estar
enteramente inmune de error, válgase también prudentemente de este recurso
e investigue lo que la forma o género literario empleado por el hagiógrafo pueda
contribuir para la verdadera y genuina interpretación, y esté persuadido de que
esta parte de su oficio no puede desdeñarse sin gran detrimento de la exégesis
católica. Pues no pocas veces—para no mencionar sino esto— , cuando muchos,
cacareando, reprochan al autor sagrado haber faltado a la verdad histórica o haber
narrado las cosas con poca exactitud, hállase que no se trata de otra cosa que de
los modos de decir y escribir propios de los antiguos, que a cada paso lícita y co
rrientemente se empleaban en las mutuas relaciones de los hombres. Exige, pues,
una justa ecuanimidad, que al hallar tales cosas en la divina palabra, que con pa
labras humanas se expresa, no se Ies tache de error, como tampoco se hace cuando
se hallan en el uso cotidiano de la vida. Conociendo, pues, y exactamente estiman
do los modos y maneras de decir y escribir de los antiguos, podrán resolverse mu
chas dificultades que contra la verdad y la fidelidad histórica de las Sagradas Es
crituras se oponen, y semejánte estudio será muy a propósito para recibir más
plena y claramente la mente del autor sagrado.
Dificultades resueltas
23. Por la tan avanzada exploración de las antigüedades orientales de que
hemos hablado, por la más cuidadosa investigación de los mismos textos origi
nales, por un más amplio y diligente conocimiento de las lenguas bíblicas y de
todas las otras orientales, felizmente, con el auxilio de Dios, ha venido a suceder
que no pocas cuestiones que al tiempo de nuestro predecesor de inmortal memo
ria León X III suscitaban contra la autenticidad, antigüedad, integridad y fidelidad
histórica de los Libros Sagrados los críticos ajenos a la Iglesia y otros hostiles
a ella, hoy han quedado eliminadas y resueltas, pues los exegetas católicos, usando
rectamente de la ciencia, de que no pocas veces abusaban los adversarios, de una
parte han hallado interpretaciones conformes a la doctrina católica y al genuino
sentir de nuestros mayores, y de otra parecen haberse al mismo tiempo capacitado
para resolver las dificultades que o nuevas exploraciones o nuevos hallazgos tra
jeren o para su resolución dejó la antigüedad a nuestra época. D e ahí ha resultado
que la confianza en la verdad y la fidelidad histórica de la Biblia, en algunos un
tanto debilitada, hoy en los católicos se halla por entero restablecida, y hasta no
faltan escritores, aun no católicos, que después de investigaciones emprendidas
con sobriedad y ecuanimidad han llegado a abandonar los prejuicios de los mo
dernos y, por lo menos, acá o allá han vuelto a las más antiguas sentencias» Esta
gran mudanza se debe, por lo menos en gran parte, al incansable trabajo con que
los expositores católicos de las Sagradas Letras, sin arredrarse ante dificultades
y obstáculos de todo género, han puesto todo su empeño en procurar que se haga
el debido uso de cuanto las investigaciones de los eruditos actuales proporcionaba
para la solución de las cuestiones, ya en el campo de la arqueología, ya en el de
la historia y la filología.
26. Quien considere la ingente laboT que por espacio de casi dos mil años
se ha echado sobre sí la exégesis católica para que la palabra de Dios, llegada
a los hombres por las Sagradas Escrituras, cada día más perfecta y plenamente se
entienda y con más vehemente amor se ame, fácilmente se persuadirá de que a los
fieles cristianos y sobre todo a los sacerdotes incumbe el grave deber de usar
mucho y santamente de ese tesoro durante tanto tiempo y por sumos ingenios
acumulado, pues no dio Dios a los hombres los Libros Sagrados para satisfacer
a su curiosidad o para facilitar materia de estudio e investigación, sino, como
advierte el Apóstol, para que los divinos oráculos pudieran «instruir para la sal
vación por la fe en Cristo Jesús», para que «el hombre de Dios sea perfecto, para
toda buena obra apercibido» 35. Deben, pues, los sacerdotes, a quienes está en
comendado el oficio de procurar la salud eterna de las almas, después de recorrer
ellos mismos con diligente estudio las sagradas páginas, haciéndolas suyas por la
oración y la meditación, exponer cuidadosamente al pueblo estas soberanas rique
zas de la divina palabra en sermones, homilías y exhortaciones; confirmar la doc
trina cristiana con sentencias tomadas de los Libros Sagrados; ilustrarla con pre
34 Litt. apost. Vigilantiae; L eonis XIII Acta XXII p.237: Ench. Btbl., 11.136.
33 Cf. 2 Tim 3,15-17-
e n c íc l ic a DE 9 . S. P í o X II XXXVI
claros ejemplos de la Historia Sagrada, sobre todo del Evangelio de Cristo nuestro
Señor, y todo esto evitando con cuidado y diligencia acomodaciones que sugiere
el propio individual arbitrio y tomadas de cosas muy ajenas al asunto, lo cual
no es usar, sino abusar de la divina palabra. Expónganlo con toda elocuencia, con
tanta distinción y claridad, que los líeles no sólo se muevan y enciendan a ordenar
rectamente su vida, sino a concebir una suma veneración hacia la Sagrada Escri
tura. Por lo demás, procuren los prelados acrecentar y perfeccionar cada día más
esta veneración en los fieles a ellos encomendados, promoviendo cuanto empren
dan varones que, llenos de espíritu apostólico, laudablemente procuran excitar
y fomentar entre los católicos el conocimiento y el amor de las Sagradas Escritu
ras. Fomenten, pues, y ayuden a las asociaciones piadosas cuyo propósito sea di
fundir entre los fieles ejemplares de las Sagradas Escrituras, principalmente de
los Evangelios, y procurar con todo ahinco se haga bien y santamente su cotidia
na lectura en las familias cristianas: recomienden eficazmente de palabra y de obra,
cuando las leyes litúrgicas lo permitan, las Sagradas Escrituras, que hoy, con la
aprobación de la autoridad de la Iglesia, se traducen a lenguas vulgares, y tengan
ellos, o hagan que las tengan otros sagrados oradores muy peritos, disertaciones
o lecciones públicas de asuntos bíblicos. Todos los sagrados ministros den su
ayuda, en la medida de sus fuerzas, a las revistas periódicas que con tanta loa
y fruto se publican en varias partes del orbe, ya para tratar y exponer científica
mente estas cuestiones, ya para acomodar los frutos de estas investigaciones, bien
al sagrado ministerio, bien a la utilidad de los fieles, y divúlguenlas conveniente
mente entre los varios órdenes y clases de su grey. Y estén persuadidos todos los
sagrados ministros de que todo esto y cuanto de más por el estilo el celo apostó
lico y el amor a la divina palabra invente a este propósito, será para ellos un eficaz
auxiliar en la cura de las almas.
CO N CLU SIO N
29. Expuestas, pues, y recomendadas estas cosas referentes a la acomodación
de los estudios escriturísticos a las necesidades del día, resta ya, venerables her
manos y amados hijos, no sólo felicitar con ánimo paternal a todos y cada uno de
los devotos hijos de la Iglesia que fielmente siguen su doctrina y obedecen sus nor
mas, por haber sido llamados y elegidos a cargo tan excelso, sino alentarlos tam
bién a que con fuerzas cada día renovadas sigan con todo empeño y cuidado cum
pliendo la obra felizmente comenzada. Cargo excelso decimos; pues ¿qué cosa h a y .
más sublime que escudriñar, explicar, exponer a los fieles y defender contra los
infieles la palabra misma de DÍ09, dada a los hombres por inspiración del Espí
ritu Santo? Con este espiritual alimento se nutre el alma misma del intérprete
«para memoria de la fe, para consuelo de la esperanza, para exhortación de la
caridad»43. V ivir entre esto, meditar esto, no querer saber más que esto, sólo
37 Jn 6,69.
38 1 Cor 3, i i .
39 S, Hieron., In Isaiam, prol.: PL 24,17.
40 Id., In Ephesios , prol.: PL 26,439.
41 Col 2,10.
42 1 Cor 1,30.
43 Cf. S. A ugust., Contra Faustum, X III 18: PL 42,294; C SEL 25 p.400. '
ENCÍCLICA DE 9 . 9 . PÍO X I I xxxvm
esto buscar, ¿no parece ya habitar aquí en la tierra el reino de los cielos?» 44 A pa
ciéntense también con este mismo alimento las almas de los ñeles y de ahí saque
cada uno el conocimiento y el amor de Dios, y el aprovechamiento de su alma,
y la felicidad. Dense, pues, de todo corazón a esto los expositores de la divina
palabra. «Oren para entender»45; trabajen para cada día más profundamente
penetrar en los secretos de las sagradas páginas; enseñen y prediquen para abrir
a los demás los tesoros de la palabra de Dios. L o que en los pasados siglos lleva
ron a cabo con fruto aquellos preclaros intérpretes de las Sagradas Escrituras,
emúlenlo según sus fuerzas los del día, de manera que, como en los tiempos
pasados, tenga también hoy la Iglesia doctores eximios en exponer las Sagradas
Escrituras, y los fieles de Cristo, gracias al trabajo y al esfuerzo de aquéllos,
perciban toda la luz, toda la fuerza persuasiva y todo el gozo de las Sagradas
Escrituras. Y en esta labor, ardua y grave en verdad, tengan ellos también «por
consuelo los Libros Santos»46, y acuérdense de la retribución que les aguarda,
ya que «los sabios brillarán como la luz del firmamento, y los que a muchos
enseñan la justicia, como estrellas por perpetuas eternidades»47.
30. Y entretanto, mientras a todos los hijos de la Iglesia, y nominalmente a
los profesores de la ciencia bíblica, al clero adolescente y a los oradores sagrados,
les deseamos fervorosamente que, meditando continuamente los divinos oráculos,
gusten cuán bueno y cuán suave es el espíritu del Señor 4®, a vosotros, venerables
hermanos y amados hijos, a todos y a cada uno en particular, como prenda de
los dones celestes y testimonio de nuestra paternal benevolencia, os damos de
todo corazón en el Señor la bendición apostólica.
Dado en Roma, en San Pedro, el día X X X del mes de septiembre, en la fes
tividad de San Jerónimo, Doctor Máximo en exponer las Sagradas Escrituras, el
año M C M X L III, quinto de nuestro pontificado.
PIO PP. X II.
44 S. H ieron., Ep. 53,io: PL 22,54; C SE L 54 p.463.
45 S. A ugust., De doctr. christ., III 56: PL 34, 89.
46 1 Mac 12,9.
47 Dan 12,3.
48 Cf. Sab 12,1.
PROLOGO DE LOS T R A D U C T O R E S
A la primera edición
No es nada fácil el oficio de traductor, si el que traduce no ha de hacer verdadero
el proverbio italiano: «Traduttore, traditore».
L a dificultad es mucho mayor cuando lo que se ha de traducir es la Sagrada
Escritura, cuyos textos originales fueron escritos en hebreo o en griego bíblico, y la
traducción ha de hacerse a una lengua de tan distinta índole como respecto de aquéllas
es la castellana.
Si la primera cualidad de una versión ha de ser la fidelidad, mucho más necesaria
será ésta al traducir la Sagrada Escritura, por ser obra divinamente inspirada,
palabra de Dios, pues de no dar la versión fielmente el sentido de los originales, ofre
cería el traductor como palabra de Dios lo que realmente sería palabra humana. Por
eso, al hacer esta versión, nos hemos propuesto que sea en primer término enteramente
fiel. Aun siendo firmísimo el propósito, son a veces insuperables las dificultades que a
su realización se oponen, por no haber siempre exacta correspondencia entre las
palabras de las lenguas originales y las de nuestra lengua. No creemos» sin embargo,
que la fidelidad obligue al traductor a seguir servilmente la letra del original, repro
duciéndola exactamente con palabras castellanas. Esto, más que una traducción, seria
una transcripción, y en la mayor parte de los casos, un verdadero galimatías in
inteligible y enteramente insoportable. De traducciones así podríamos aducir nume
rosos ejemplos; pero, atendiendo a la brevedad, nos limitamos a consignar el hecho.
También ,a las palabras del texto ha de atender el traductor; pero más que a
ellas ha de atender, y principalmente, al sentido de las construcciones, para darlo
con escrupulosa fidelidad en la lengua a que traduce. Esto es imposible de conseguir
si no ha de tener el traductor cierta libertad, pero es al mismo tiempo causa de que
el traductor navegue siempre entre dos escollos a cuál más peligroso: el excesivo ser
vilismo a la letra y la excesiva libertad en la interpretación. En evitar el uno y el
otro hemos puesto gran empeño; mas seguramente habremos dado no pocas veces en
alguno de los dos.
Las lenguas originales empleadas en la Biblia tienen, como todas las lenguas,
sus modismos, hebraísmos principalmente, y los tiene también la lengua castellana.
Los de aquéllas se corresponden a veces exactamente con los de ésta, o han pasado a
ella por el influjo que sobre nuestra lengua ha ejercido la literatura bíblica. Cuando
es asi, no hay dificultad en la traducción. Pero son muchos los casos en que el hebraísmo
es intraducibie, o solamente con muchos rodeos podría traducirse de manera que lo
entendiese el lector castellano. En estos casos, o hemos dado en la versión el sentido
del mismo, o lo hemos aclarado en breve nota exegética.
En la transcripción de nombres propios, personales o geográficos, hemos seguido
el camino que sigutd nuestra lengua al apropiárselos, acomodándolos a su índole.
Asi, hemos transcrito siempre por nuestra j el Iod inicial, excepto en el nombre Yavé,
por parecemos intolerable a oídos castellanos la palabra que de hacerlo resultaría.
No transcribimos las semivocales, creyéndolas suficientemente representadas por nues
tras vocales. Hemos, sin embargo, exceptuado el He, sobre todo en principio de palabra,
por tener en nuestra ortografía su correspondiente, la h. Hemos prescindido de la
diversa pronunciación, dura o suave, de ciertas consonantes hebreas, excepto en los
casos en que esa pronunciación tiene correspondencia en los sonidos consonantes de
nuestra lengua. Todas las sibilantes, en que tan rica es la lengua hebrea, las trans
cribimos por nuestra 8, fuera del Zain, que corresponde a nuestra z o a nuestra c suave.
Hemos prescindido de la duplicación o alargamiento de las consonantes, tan frecuente
en hebreo, fuera de los casos en que, por darse dos nombres distintos, uno con la du
plicación y otro sin ella, el suprimirla podía ser causa de confusión.
PRÓLOGO DK 1 .0 9 TRADUCTORES XL
Tampoco transcribimos el Ayin más que por su vocal, ya que esta consonante ni
tiene correspondiente gráfico en nuestro alfabeto ni es para nosotros pronunciable.
L a transcripción de los nombres propios griegos no ofrece ya tanta dificultad, por
la mayor afinidad de ambas lenguas. A l transcribirlos, hemos seguido también el
proceso que al apropiárselos siguió nuestra lengua, acomodándonos a las normas
corrientes en la derivación de tantas palabras griegas como han entrado a formar
parte de nuestro léxico.
Además de la fidelidad, ha de tener toda buena traducción la claridad, pues de
nada serviría todo si la traducción fuera ininteligible. Hemos puesto todo nuestro em
peño en procurarla, hasta el punto de sacrificar a veces en aras de ella otras deseables
cualidades. Hay, sin embargo, casos en que la claridad es imposible, si la versión ha
de ser fiel, por ser obscuro el texto mismo; y en estos casos hemos preferido dar el
texto con su propia obscuridad, antes que exponernos a falsearlo con nuestra inter
pretación. En casos tales hemos procurado aclararlo en breve nota exegética. Afortu
nadamente esos casos no son muchos.
No está todo conseguido si se logra una versión fiel y clara. Es preciso que la
versión esté verdaderamente en lengua castellana, en frase castellana, con periodos
castellanos, conforme a la sintaxis de nuestra lengua. Mas al procurar esto se corre
el peligro de quitar a la obra su color semítico o griego. Es, pues, necesario armonizar
lo uno con lo otro, dar a la versión color castellano sin que pierda su color hebreo o
griego, y esto sí que es arduo y difícil. Por conseguirlo hemos hecho cuanto nos ha sido
posible; mas no se nos oculta que muchas veces no lo hemos alcanzado.
Hemos, pues, pretendido, al hacer esta versión directa de los textos originales de
la Sagrada Escritura, dar al lector una versión castellana lo más fiel, clara y limpia
que nosotros hemos podido y sabido hacer. Lo difícil del empeño en sí y la buena vo
luntad que en lograrlo hemos puesto muevan al lector, no a disimular, mas si a perdo
nar los yerros que hayamos cometido.
Sabido es que tanto el texto hebreo masorético cuanto la versión alejandrina, y
aun el mismo texto griego del Nuevo Testamento, no han llegado hasta nosotros
enteramente puros, y que a veces sus lecciones no son las originales de los hagiógrafos.
Por eso, a la interpretación ha de preceder la crítica de los textos. A l hacerla hemos
procurado seguir siempre con la mayor escrupulosidad las normas de la más sana
crítica, rechazando sólo las lecciones evidentemente erróneas, por no dar sentido o
dar un sentido contradictorio del contexto. S i a veces, para la reconstrucción del
texto, hemos tenido que recurrir a la conjetura, hemos procurado reducirla a lo menos
posible. Dar razón de esta crítica textual, más que de una versión, es propio del
comentario, y por eso tan sólo algunas veces damos razón de ella en breve nota critica.
Cuando en el texto masorético hemos creído ver omisiones, las hemos suplido. Cuando
en él hemos creído ver traslocaciones, el orden del texto y el que a nuestro parecer
tuvo antes van suficientemente indicados por la numeración de los versos.
L a versión va precedida de una breve introducción general a todos los libros de
la Sagrada Escritura. Hemos procurado que, dentro de la brevedad, sea lo más com
pleta posible, dando al lector lo más necesario para entrar preparado en la lectura
de los libros.
Las introducciones especiales son generalmente introducciones a grupos de libros;
mas hemos creído conveniente hacer preceder también cada libro de una introduc
ción particular. En todas ellas hemos procurado ser breves, pero completos en cuanto
a lo más necesario.
Por lo que hace al orden de los libros, hemos seguido el tradicional, aunque intro
duciendo en él una ligera modificación. En cada grupo de libros van éstos en el orden
acostumbrado; mas nos ha parecido conveniente invertir en algo el de los grupos,
poniendo los proféticos a continuación de los históricos y dejando los sapienciales
para el fin, ya que los proféticos son principalmente la explicación o inculcación de
la Ley, que principalmente contienen los históricos, y los sapienciales son como la
corona, la flor, diríamos más bien, de la Ley y de la profecía. Cuanto al Nuevo Testa
mento, en la sucesión de los grupos de las epístolas paulinas hemos seguido el orden
cronológico.
xu PRÓLOGO DE LOS TRADUCTORES
Núm. 2¡4S
Roma, 14 de febrero de 1945.
Sr. Canónigo, Rvdo. Padre: Os agradezco que, por intermedio de S. E. M gr. C a
yetano Cicognani, hayáis pensado en remitirme un ejemplar de la nueva versión
castellana de la Biblia, según los textos originales, preparada por vosotros. U n
PRÓLOGO DE LOS TRADUCTORES XLU
viaje a Francia, que duró casi dos meses, me ha impedido acusaros recibo antes
de ahora; os ruego que tengáis la bondad de excusarme.
Admiro la presentación tipográfica, elegante y clara, de vuestro magnífico
volumen, realzado con reproducciones artísticas juiciosamente escogidas. Pero
todavía he apreciado más el cuidado puesto, sea en las introducciones especiales,
sea, sobre todo, en la introducción general, cuya erudición y precisión teológica
satisfarán particularmente a vuestros lectores. Por una feliz coincidencia, la apari
ción de vuestra obra ha seguido de cerca la publicación de la reciente encíclica
Divino afilante Spiritu, cuyo texto habéis tenido la buena idea de reproducir
íntegramente. No quiero insistir en la oportunidad y utilidad grande de vuestra
versión, la primera versión española católica de la Biblia según los textos origina
les, porque ellas son a todos manifiestas y quedan bien ilustradas con el prólogo
de S. E. el Nuncio Apostólico en Madrid.
Vuestra noble empresa, honra de las letras españolas, es una nueva prueba
de la renovación de los estudios bíblicos en vuestra nación, que con justicia se
ha llamado «la nación teológica». Vivamente deseo que vuestra Biblia tenga un
éxito verdadero y creciente. En las nuevas ediciones, que dentro de poco habéis
de tener, sin duda, ocasión de publicar, pensad, desde luego, en el deber de per
feccionar la obra, ya sea poniendo el texto al corriente de las conquistas ciertas
de la crítica textual, ya también precisando y enriqueciendo las notas, así del
Nuevo como del Viejo Testamento, teniendo presente el adagio: Non progredi
est regredi. N o progresar es retroceder.
Aceptad, Sr. Canónigo y Rvdo. Padre, con la expresión de mi gratitud, la
seguridad de mi estima cordial en Jesús y María*— E ugenio, Card. Tisserant.
F r . J . V osté, O . P .f Secretario.—Sr. Canónigo Nácar y R. P. Alberto Colunga, O .P.
C O N S E J O S DE S A N A G U S T I N A LOS
LECTORES DE LA SAGRADA ESCRITU RA
«Cuantos temen a Dios y por la piedad son mansos, buscan en todos estos
libros la voluntad de Dios.
Como ya hemos dicho, lo primero en este empeño y trabajo ha de ser conocer
estos libros, leyéndolos, aunque no todavía para entenderlos; más bien, o para
aprenderlos de memoria o, por lo menos, para que no le sean enteramente des
conocidos.
Después se ha de investigar ya más solícita y cuidadosamente lo que en ellos
claramente se dice, ya sean reglas de vida, ya reglas de fe, y en esto tanto más
podrá hallar cada uno cuanto mayor capacidad de entender tenga, pues en esto
que claramente se dice en las Escrituras está cuanto pertenece a la fe y a las cos
tumbres de vida; es decir, a la esperanza y a la caridad, de que tratamos en el
libro anterior.
Luego, una vez adquirida cierta familiaridad con el lenguaje mismo de las
Divinas Escrituras, procédase a explicar y discutir lo que de obscuro hay en ellas,
tomando ejemplos de locuciones claras, para ilustrar por ellas las locuciones más
obscuras, y por las sentencias ciertas resolver las dudas de las dudosas. En esto
servirá de mucho la memoria; pero si ésta falta, no se la darán a nadie estas reglas.»
(De doctrina christiana, 2 c.q.)
S I G LAS
A b d(ías) E x (odo) Jos(ué) Prov (erbios)
Act (os) Ez (equiel) Ju e(ces) Re (yes)
Ag(eo) Flm (Filemón) Lam (entaciones) Rom (anos)
Am (ós) Flp (Filipenses) Le (Lucas) Rut
A p (ocalipsis) G él(atas) L ev(ítico) Sab (iduría)
B ar(uc) Gén (esis) M ac (abeos) Sal(mos)
Cant (ar) Hdb(acuc) Mal (aquías) Sam (uel)
C o l/oseases) Heb (reos) M e ( Marcos) Sant fiagoj
C or (intios) ls(aía$) Miq ( ueas) S o ff onías)
Dan fie/) Job M t (Mateo) T e s ( alonicenses)
D t (Deuteronomio) Jd s (Judas) Nah (um) Tim (oteo)
Ecl (Eclesiastés) Jd t (Judit) Neh (emías) Tit(o)
Eclo (Eclesiástico) Je r (emías) N úm(eros) Tob (ías)
E f (esios) J 1 (Joel) Os(eas) Zac (arias)
Esd (ras) Jn (Juan) Par (alipómenos)
Est (er) Jon (ás) Pe ( dro)
xu n PRÓLOGO DE LOS TRADUCTORES
C O N S E J O S DE S A N A G U S T I N A LOS
LECTORES DE LA SAGRADA ESCRITURA
«Cuantos temen a Dios y por la piedad son mansos, buscan en todos estos
libros la voluntad de Dios.
Como ya hemos dicho, lo primero en este empeño y trabajo ha de ser conocer
estos libros, leyéndolos, aunque no todavía para entenderlos; más bien, o para
aprenderlos de memoria o, por lo menos, para que no le sean enteramente des
conocidos.
Después se ha de investigar ya más solícita y cuidadosamente lo que en ellos
claramente se dice, ya sean reglas de vida, ya reglas de fe, y en esto tanto más
podrá hallar cada uno cuanto mayor capacidad de entender tenga, pues en esto
que claramente se dice en las Escrituras está cuanto pertenece a la fe y a las cos
tumbres de vida; es decir, a la esperanza y a la caridad, de que tratamos en el
libro anterior.
Luego, una vez adquirida cierta familiaridad con el lenguaje mismo de las
Divinas Escrituras, procédase a explicar y discutir lo que de obscuro hay en ellas,
tomando ejemplos de locuciones claras, para ilustrar por ellas las locuciones más
obscuras, y por las sentencias ciertas resolver las dudas de las dudosas. En esto
servirá de mucho la memoria; pero si ésta falta, no se la darán a nadie estas reglas.»
(De doctrina christiana, 2 c.g.)
S I G L A S
Abd fías) E x(odo) Jos (ué) Pro v (erbios)
Act(os) Ez (equiel) Jue (ces) R e (yes)
A g (eo) Flm (Filemón) Lam (entaciones) Rom (anos)
Am (ós) Flp (Filipenses) L e (Lucas) Rut
A p (ocalipsis) G ál ( atas) L ew(ítico) Sab(iduría)
B ar(uc) Gén (esis) M ac (abeos) Sal (mos)
Cant (ar) Hab (acuc) M al (aquías) Sam (uel)
Col (osenses) Heb (reos) M e (Marcos) Sant(iago)
Cor (intios) Is(aías) M iq (ueas) Sof (onías)
Dan (iel) Job M t (Mateo) T es (alonicensesj
D t (Deuteronomto) Jd s (Judas) N ah f um) T im (oteo)
Ecl (Eclesiastés) Jd t (Judit) Neh (emías) T it (o)
Eclo (Eclesiástico) Je r (emías) Núm (eros) Tob (ios)
E f (esios) J1 (Joel) Os (eos) Zac (arias)
Esd (ras) Jn (Juan) Par (alipómenos)
Est (er) Jon (ás) Pe(dro)
INTRODUCCION GENERAL A LOS LIBROS
DE LA S A G R A D A E S C R I T U R A
I. LA REVELACION PROFETICA
Y* L a » Sagradas Escrituras, inestimable don de Dios
L a s Sagradas Escrituras son un inestimable don de D ios que el hombre no
podrá nunca suficientemente agradecerle. Elevado al orden sobrenatural, a la
participación de la misma naturaleza divina, y caído de él por el pecado de nues
tros primeros padres, plugo a Dios en su infinita misericordia redimirle, eleván
dole de nuevo a una altura sobrenatural mayor todavía que aquella de que cayó.
Estos sus amorosos designios sobre él ha ido Dios descubriéndoselos al hombre
gradualmente, revelándoselos, dándole así a conocer los inefables misterios de la
vida divina, de su amorosa providencia, especialmente en cuanto a la redención,
en los cuales participaría el hombre por su incorporación como miembro al cuer
po místico de la Iglesia, cuya cabeza es el Unigénito del Padre, hecho carne, que
con su sangre preciosa había de redimir a la caída humanidad de la servidumbre
del pecado.
5. L a profecía
Sacra doctrina llama muy bien Santo Tom ás a la Sagrada Escritura y, por
consiguiente, a la Teología, que de ella toma sus principios, ordenándolos siste
máticamente y desarrollándolos y considerando cuanto trata bajo la razón formal
de la divinidad, $ub ratione Deitatis, pues es Dios mismo, o algo a E l ordenado
como principio o como fin, y siempre visto a la luz de la divina revelación y en
cuanto por ella cognoscible. Esta luz es el lumen propheticum, pues no ha querido
Dios revelarse inmediatamente a todos y cada uno de los hombres, sino a algunos
solamente, que, como intermediarios entre Dios y el resto de los humanos, reci
biesen de El las divinas enseñanzas y en su nombre y con su div;na autoridad las
transmitiesen a los demás.
6. Los profetas
Por esto han sido llamados profetas o intérpretes de Dios, y en su nombre
y con su divina autoridad transmiten las verdades sobrenaturales que sobrenatu
ralmente les dio Dios a conocer. Por haber sido hecha de este modo se llama tam
bién la divina revelación doctrina profética, principalmente la del Antiguo T es
tamento, pues la del Nuevo nos ha sido hecha directa e inmediatamente por el
mismo Verbo de Dios encarnado, aunque a los que no pudimos oírla de sus divi
nos labios nos haya sido transmitida por sus apóstoles y discípulos en los libros
que divinamente inspirados escribieron algunos de ellos y en las divinas tradicio
nes que, de ellos recibidas, conserva fielmente la Iglesia, fundada sobre ellos como
cimiento por Cristo Nuestro Señor.
7. O bjeto de la profecía
El objeto de estas divinas comunicaciones se extiende, según Santo Tomás,
a todas aquellas cosas que pueden ser conocidas por vía sobrenatural: los miste
rios de la vida divina, de su providencia, especialmente de la redención; las leyes
de las buenas costumbres, por las que el hombre se encamina a Dios; sucesos
futuros, etc. Es, pues, el objeto de la profecía el mismo que el de la fe, que define
San Pablo; Sperandarum substantia rerum, la firme certidumbre de las cosas que
esperamos, indicando asi que la fe nos muestra aquí, tras el velo del misterio, lo
que con su visión nos hará bienaventurados. Las otras cosas que no sean la ver
dad divina, en tanto pertenecen a la fe, en cuanto tienen relación con Dios y nos
declaran algo de su naturaleza. Los mismos misterios de la humanidad de Jesu
cristo y de su Iglesia sólo caen dentro del objeto de la fe en cuanto que por ellos
nos encaminamos a Dios: in quantum per haec ordinamur ad Deum.
II. L A IN S P IR A C IO N Y L A V E R A C ID A D D E L A S
S A G R A D A S E S C R IT U R A S
gar describe las cosas tal cual las perciben los sentidos; y asi también el escritor
sagrado, advierte Santo Tomás, expresa las apariencias sensiblest o aquello que Dios
mismo, hablando a los hombres, expresa de humano modo, para acomodarse a la
humana capacidad (encíclica Providentissimus Deus).
14. L a verdad en materia histórica
E s historia una gran parte de los libros sagrados. Contiene ésta, en primer tér*
mino, la narración de hechos que forman parte del tesoro revelado, como, por
ejemplo, el pecado de nuestros primeros padres, el nacimiento de Cristo, su muer
te y su resurrección, etc. Otros hay que, si no cada uno de por sí, pero sí en su
conjunto, constituyen el objeto de algún dogma, por ser como la expresión de una
ley de la sobrenatural intervención de Dios en la economía de la salud. Tales son
las profecías y los milagros. Estas cosas vienen a ser la realización del artículo de
la fe credo in Spiritum Sanctum, qui locutus est per prophetas; pero la mayor parte
de la historia sagrada la forman sucesos naturales, que muestran la providencia
de Dios sobre Israel o sobre el mundo todo, ordenada a la realización de sus desig
nios de salud por Jesucristo. E n la narración de estos hechos, los autores sagrados,
como inspirados, son del todo infalibles, como lo son en las cosas de la fe y costum
bres, ya que escriben la historia sagrada inspirados por el Espíritu Santo, autor
principal de la Sagrada Escritura, que ni puede engañarse ni engañarnos. Esta es
la doctrina de la Iglesia, que hemos de retener firmemente y siempre al interpre
tar la Escritura.
Para resolver las dificultades históricas que se presenten, hemos de examinar
con toda atención y rigor científico el texto sagrado y los documentos profanos,
no dando por sentido cierto de la Sagrada Escritura lo que realmente no lo es,
ni dando por dato histórico cierto lo que en verdad no dice el monumento o do
cumento.
En esto es preciso tener muy en cuenta las enseñanzas de la encíclica Divino
afflante Spiritu: «Pero no es muchas veces tan claro en las palabras y escritos de
los antiguos autores orientales, como lo es en los escritores de nuestra época, cuál
sea el sentido literal, pues lo que aquéllos quisieron significar no se determina por
las solas leyes de la gramática o de la filología, ni por el solo contexto del discurso,
sino que es preciso que el intérprete vuelva, por decirlo así, a aquellos remotos si
glos del Oriente, y con la ayuda de la historia, de la arqueología, de la etnología
y otras disciplinas discierna y distintamente vea qué géneros literarios, como di
cen, quisieron emplear y de hecho emplearon los escritores de aquella vetusta
edad, pues no siempre empleaban las mismas formas y los mismos modos de decir
que hoy usamos nosotros, sino más bien aquellos que entre los hombres de sus
tiempos y lugares estaban en uso. Cuáles fueron éstos no puede el intérprete de
terminarlo de antemano, sino solamente en virtud de una cuidadosa investiga
ción de las literaturas del Oriente. Esta, llevada a cabo en los últimos decenios con
mayor cuidado y diligencia que anteriormente, nos ha hecho ver con más claridad
qué formas de decir se usaron en aquellos antiguos tiempos, ya en la descripción
poética de las cosas, ya en el establecimiento de normas y leyes de vida, ya, por
fin, en la narración de hechos y de sucesos.»
III. S E N T ID O S D E L A E S C R IT U R A Y R E G L A S
H E R M E N E U T IC A S
significar las ideas, no sólo palabras, sino también cosas. Y siendo común a todas
las ciencias expresar las ideas con palabras, la ciencia de la Sagrada Escritura
tiene esto de propio: que en ella también significan algo las cosas mismas, expresa
das por las palabras. Esa primera significación, por la que las palabras expresan las
cosas, pertenece al sentido literal o histórico; aquella otra, en virtud de la cual las
cosas mismas contenidas en las palabras representan y expresan a su vez otras
cosas, se llama sentido típico, que supone el literal, y en él se apoya». L a razón
objetiva de este sentido la expone Santo Tom ás como sigue: «Dios, autor del orden
sobrenatural y ordenador de los hechos históricos, va disponiendo suavemente
el curso de los sucesos, de suerte que todo se dirija a la glorificación de su Verbo
y a la realización de su obra de salud». L a semilla de la verdad va disponiendo las
almas a recibir la revelación del gran misterio; las instituciones y observancias
de la ley fomentan la piedad y el fervor religioso, que recibirán de Cristo su
última perfección; las personas, los acontecimiento de la vida familiar o nacional,
que contribuyen a preparar la obra mesiánica, sirven por el mismo caso para
anunciar desde lejos al gran Rey de las naciones, y para ir, aunque confusamente,
dibujando el plan de su obra portentosa. Los profetas señalan repetidas veces la
liberación de la servidumbre egipcia como señal y prenda cierta de otra libera
ción más insigne, la de la cautividad babilónica o de la salud mesiánica. L a bondad
divina, mostrada por algún hecho especial, era motivo para excitar la confianza
de los fieles en recibir otros más excelentes favores de Dios o prepararlos para
ellos. A sí se cumple que la vida en la antigua L e y es en todo una preparación de
la vida cristiana, y la L ey misma, la primera etapa, la figura, el vaticinio del
Evangelio. Debe, sin embargo, advertirse que este sentido, por la misma impre
cisión de los signos que lo expresan, aunque apto para fomentar la piedad, no
sirve para probar los dogmas de la fe, sino cuando de su existencia en un deter
minado lugar de la Escritura nos conste, por la autoridad de un autor inspirado,
la de la Iglesia o la unánime interpretación de los Padres. En estos casos tendrá el
texto la autoridad de los intérpretes.
en las cosas de fe y costumbres, a nadie es lícito apartarse del sentir de los Padres
y de la Iglesia.
Su Santidad Pío X II, en su encíclica Divino afflante Spiritu, dice: «Pongan
singular empeño en no exponer solamente-—como con dolor vemos se hace en
algunos com entarios-lo tocante a la historia, a la arqueología, a la filología y a
otras disciplinas semejantes, sino que, empleando éstas oportunamente en cuanto
pueden contribuir a la exégesis, expongan principalmente cuál es la doctrina
teológica, de fe y de costumbres, de cada libro o de cada lugar, de manera que su
explanación no sólo ayude a los doctores teólogos a proponer y confirmar los
dogmas de la fe, sino sirvan también a los sacerdotes para explicar al pueblo la
doctrina cristiana y, en fin, a todos los fieles para llevar una vida santa y digna
de un cristiano*.
IV . E L C A N O N D E L O S S A G R A D O S L IB R O S
Z f. C riterio de canonicidad
Llámase canon a toda regla de la fe o de la disciplina eclesiástica. De aquí
procede la denominación de canónicos que se da a los libros sagrados como tales,
pues son regla de nuestra fe y de la vida cristiana, y, además, porque han sido
incluidos en otra regla más alta y universal, que es la tradición viva de la Iglesia.
De esta regla decía San Agustín que no creería en la Escritura si no le dijera la
Iglesia que había que creer en ella. En la tradición de la Iglesia se contiene la
doctrina, no sólo acerca de la naturaleza de los libros santos, sino de cuáles son
éstos. El medio por el cual se nos transmite esto último es principalmente la
lectura pública de estos libros en la liturgia eclesiástica. Por eso los más antiguos
documentos oficiales que poseemos sobre el canon de los libros sagrados regu
laban la lectura pública en la Iglesia. En ella, sobre todo, se apoyaron los Conci
lios de Florencia y de Trento para definir y declarar de fe el siguiente:
Testamento son: Epístola a los Hebreos, II de San Pedro, II y III de San Juan*
la de Santiago, la de San Judas y el Apocalipsis de San Juan.
V. T E X T O S Y V E R S IO N E S
a i. L en gu as en que fu eron escritos los originales
de la Sagrad a E scritu ra
Acerca de un libro, sobre todo si es antiguo, importa mucho conocer dos cosas:
la lengua en que fue escrito y la fidelidad con que su texto reproduce el original
del autor. Esto impone a los estudiosos de la Sagrada Escritura larga y penosa labor.
Los libros santos fueron escritos en la lengua hablada por aquellos a quienes in
mediatamente se destinaron. Así, la mayoría de los libros del Antiguo Testa
mento fueron escritos en hebreo. Algunos de ellos tienen trozos en arameo,
lengua afin y m uy semejante al hebreo, y que hablaron vulgarmente los judíos
desde los tiempos de la cautividad babilónica. Finalmente, hay también algunos
escritos en griego, lengua hablada por los judíos después de la dispersión, sobre
todo en Egipto; y otros que, originalmente escritos en hebreo o en arameo, sólo
se han conservado en una versión griega. De los libros del Nuevo Testamento
sólo el evangelio según San Mateo fue originalmente escrito en arameo, como
inmediatamente destinado a los judíos convertidos de Jerusalén; pero sólo en la
versión griega se ha conservado, y en griego fueron originalmente escritos todos
los otros libros.
Esta doctrina va resumida en el siguiente cuadro sinóptico:
cretó había de preferirse la que en la misma Iglesia «había sido aprobada con
largo uso de tantos siglos». Por tanto, esta precelente autoridad, o, como dice1*'
autenticidad de la Vulgata, no fue establecida por el Concilio principalmente p ° f
razones críticas, sino más bien por su legítimo uso en la Iglesia, ya de tantos siglps'
por el cual se demuestra que en las cosas de fe y costumbres está enteramente i*1'
muñe de todo error, de modo que por testimonio y confirmación de la misma Igle'
sia puede aducirse con seguridad y sin peligro de error en las disputaciones, leC'
ciones y sermones, y, por tanto, no es una autenticidad primariamente crític?'
sino más bien jurídica. Por tanto, esta autoridad de la Vulgata en las cosas doct**'
nales no impide en modo alguno— antes hoy más bien exige— que esa misma d<^r
trina se compruebe y confirme también por los textos originales y que a
momento se acuda a los textos primitivos, en los cuales siempre y cada día
se aclare y exponga la verdadera significación de las Sagradas Escrituras. N i pr°k*
be tampoco el Concilio Tridentino que, para uso y bien de los fieles cristia**^
y para más fácil inteligencia de la divina palabra, se hagan versiones en lengua
gar, y éstas se hagan aún de los mismos textos originales, como con la a p ro b a d ¿
de la autoridad de la Iglesia sabemos se ha hecho laudablemente en m ud1*
naciones.»
I NTRODUCCION ESPECIAL
A LOS LIBROS HISTORICOS
i. L a Historia Sagrada
Se llama Historia Sagrada a la historia del pueblo de Israel, escogido por Dios
para preparar la obra de la salud mesiánica. El concepto de esta historia depende
del que de la misma salud se tenga. Para los racionalistas, esta salud no implica
nada sobrenatural, y así, la historia de Israel no se distingue substancialmente de
la historia de los otros pueblos. Según ellos, Israel, por una selección lenta y na
tural, bajo la influencia de los pueblos vecinos más cultos que él, fue elevándose
de su estado primitivo de ignorancia y barbarie hasta la perfección moral y reli
giosa de que nos da testimonio la Biblia.
M as para quien cree en los destinos sobrenaturales del hombre y en la inter
vención sobrenatural y extraordinaria de Dios en la historia del humano linaje,
la Historia Sagrada es la historia de esta sobrenatural intervención de Dios por
medio de sus enviados, los profetas y legisladores de Israel. Desde los comienzos
de la humanidad depositó Dios en el corazón del hombre una aspiración y una
esperanza: la aspiración a participar de la vida divina y la esperanza de poder
algún día alcanzar el término de esa aspiración, no obstante los impedimentos
que a ello puedan oponerse. Esta aspiración y esta esperanza van tomando forma
cada vez más clara en el corazón humano, hasta llegar a Jesucristo, que las lleva
a feliz término. T al desarrollo no se realiza sin enconada lucha, por oponerse a él
las mismas fuerzas humanas. Pues bien, la Historia Sagrada es la historia de esa
intervención divina, de sus luchas con las fuerzas adversas y de sus progresos hasta
llegar a la cumbre de la perfección en Jesucristo. San Agustín nos ofrece esta his
toria como la historia de dos ciudades opuestas: la ciudad de Dios, que vive del
amor del Sumo Bien y lucha por El, y la ciudad del mundo, que vive del amor de
sí misma y combate por hacerle triunfar.
tar un cuadro comienza por el dibujo, y va luego, poco a poco, dándole el colo
rido, hasta dejarlo acabado. L a segunda ley es la de la adaptación. El progreso
de la revelación es ya una adaptación a la capacidad del hombre, como bellamente
lo declara San Juan Crisóstomo. Pero hay, además, otra adaptación a las condi
ciones intelectuales, morales y religiosas del hombre, en virtud de la cual va Dios
elevando constantemente las ideas, los sentimientos, las instituciones, los ritos
y ceremonias, para cada vez mejor expresar la verdad revelada y ennoblecer los
sentimientos que de ella brotan. M ás lejos lleva todavía Dios esta adaptación,
llegando hasta condescender temporalmente con ciertas flaquezas humanas, es
perando a que la fuerza de su gracia venga a hacerlas desaparecer. D e aquí que
las verdades de orden moral y religioso, como destinadas por su naturaleza a in
formar y regir la vida humana, comiencen por tomar cuerpo en la misma organi
zación social, en las leyes e instituciones civiles, en las costumbres domésticas
y en las ceremonias y ritos religiosos, ya antes conocidos y practicados por Israel,
y vaya purificándolos y elevándolos en virtud de un nuevo principio de vida so
brenatural, elevando mediante ellos la vida misma del hombre. Esto explica la
gran semejanza entre la vida de Israel y la de los otros pueblos, especialmente si
son de su misma raza o han vivido en estrecha relación con él. De ahí las coinci
dencias de Israel con esos pueblos en cuanto al nacionalismo, la venganza personal,
la poligamia, el divorcio y otras cosas tocantes a la religión y a la moral, que va
Dios por sus profetas poco a poco restringiendo, hasta que del todo quedan co
rregidas con la promulgación del Evangelio.
Por esta incorporación de la revelación divina a la vida del pueblo se explican
también las influencias que han ejercido en el desarrollo de la Historia Sagrada
los sucesos históricos, como guerras, invasiones extranjeras, deportaciones, cam
bios de dinastía, etc.
Estas sencillas pero fundamentales consideraciones nos dan la solución de
las dificultades y argumentos que oponen los racionalistas, y en que apoyan éstos
su teoría de la absoluta semejanza entre la Historia Sagrada y la historia de los
otros pueblos, por las analogías externas que entre tina y otra se ofrecen*
enlaza con la que le precede y la que le sigue; abarca el espacio de varios siglos
que median entre Josué y Samuel. Los dos que en hebreo llevan el nombre de
este último, y que en los L X X y en la Vulgata son los dos primeros de los Reyes,
forman literariamente una sola obra, que narra los orígenes y la consolidación
de la monarquía, precedida de la judicatura de Samuel, que es el órgano de Dios
para la introducción de este cambio de gobierno en Israel. Con esta obra enlazan
históricamente los dos libros de los Reyes, que en los L X X y en la Vulgata son
el III y el IV de los Reyes y forman literariamente una obra independiente, en
que se narran la historia de la monarquía davídica en tres períodos: primero,
el reinado de Salomón ( i R e i - u ) ; luego, la historia paralela de los dos reinos, hasta
la destrucción de Samaría en 721 (1 Re 12; 2 Re 17); y, por fin, la historia de Judá
hasta la cautividad en 587 (2 Re 18-25).
Los libros siguientes a éstos forman una segunda serie paralela a la primera.
Los Paralipómenos o Crónicas resumen en forma de genealogías toda la historia
que media entre Adán y Samuel, y prosiguen luego en la forma histórica ordinaria
la historia de la monarquía de Jerusalén, en sus relaciones con el Santuario, hasta
la destrucción de la ciudad santa. Literaria e históricamente entroncan con el
libro de Esdras, que narra los esfuerzos para la restauración de Jerusalén, después
de la vuelta de la cautividad. Nehemías completa la historia de este período;
pero ni literaria ni históricamente enlaza con las dos obras precedentes. Los dos
de los Macabeos son dos libros independientes y, en parte, paralelos entre sí.
Por vía de introducción comienza el primero contando la historia de Alejandro
Magno y de sus sucesores hasta Antíoco IV, que con su tiranía originó la suble
vación de los judíos, objeto principal de la obra. Cuenta las hazañas de los tres
hijos de Matatías: Judas, Jonatán y Simón, durante un espacio de cuarenta años
(17 5-135 ). El libro segundo toma el hilo de la historia desde Seleuco IV , predece
sor de Antíoco IV, y termina en 16 1 con la victoria de Judas sobre Nicanor.
Entre Esdras-Nehemias y los de los Macabeos queda sin llenar un espacio bastante
largo de tiempo.
En cuanto a las historias episódicas particulares, no cabe duda de que la de
Rut pertenece a la época de los Jueces; pero acerca de la de Judit discuten mucho
los críticos si pertenece a la época anterior o a la posterior a la cautividad. L a de
Ester no cabe dudar que es de la época de los persas. Tobías cuenta sucesos acaeci
dos bajo la dominación asiria.
En el Nuevo Testamento son históricos los cuatro evangelios y los Hechos
de los Apóstoles. Ninguno de los evangelios es la perfecta y completa biografía
de Cristo Nuestro Señor, pues aunque todos ellos tengan por objeto la narración
de los sucesos de su vida, sus milagros y sus predicaciones, hay, como advierte
San Juan al fin del suyo, otras muchas cosas que hizo Jesús, y que si todas se
consignaran por escrito, ni el mundo todo podría contener tantos libros. Cada
uno de los evangelistas consignó de los hechos y de las predicaciones del Salvador
aquellos que más hacían al fin doctrinal que cada uno se propuso. Los tres prime
ros tienen entre sí gran semejanza en el material histórico que eligieron y aun
en el orden que siguieron en su narración. Por eso se llaman sinópticos, pues los
tres nos dan una común visión de la vida de Jesús, en su mayor parte durante su
ministerio evangélico en la Galilea. El cuarto, el de San Juan, se distingue nota
blemente de los otros tre6, y el material histórico, principalmente sermones del
Salvador, lo toma de su ministerio evangélicu en la Judea. E l no ser los cuatro
evangelios biografías propiamente dichas de Jesús no obsta para que contengan
y de ellos se deduzca una historia bastante completa, lo completa que quiso Dios
que la tuviéramos, de la vida y del ministerio evangélico del Salvador, pues nos
describen su origen, su ministerio, sus dichos, su pasión y muerte, su gloriosa
resurrección y su ascensión a los cielos.
Los Hechos de los Apóstoles son la narración de algunos acontecimientos de
capital importancia acaecidos en la Iglesia primitiva desde la ascensión del Señor
hasta la cautividad de San Pablo en Roma, como son: la solemne fundación de la
15 INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS
Iglesia, la primera persecución contra ella desencadenada por los judíos, la voca
ción de los gentiles, la conversión de Pablo, el Concilio de Jerusalén y algunos
de los principales hechos de la actividad apostólica de Pedro y de Pablo.
se apoya; y éstas, cuanto son más antiguas y más cercanas a los hechos mismos*
tanto mayor crédito merecen ante el tribunal de la razón histórica.
semejanzas con el relato bíblico» fuera de lo que atañe a la noción de Dios» son
innegables.
3.0 Además de la lista de los diez reyes antediluvianos, que nos era conocida
por Beroso, otras más han sido halladas recientemente en Mesopotamia, muy
útiles para descifrar el misterio de los diez patriarcas ante y posdiluvianos conte
nidos en Gén 5 y 11,10 -2 6 .
4.0 L a inscripción de Meneftá, único documento egipcio en que se menciona
a Israel, y que, si en su estilo fuera más preciso, podría servir para fijar mejor la
época del éxodo.
5.0 Para el estudio de la L ey contribuye el monumental código de Hammu-
rabi» juntamente con otros muchos documentos jurídicos y religiosos que nos ofre
ce la literatura cuneiforme.
6.° L a correspondencia diplomática de El-Am arna nos da una idea muy
cumplida del estado político de Palestina en la época de la invasión de los hebreos,
conducidos por Josué. N o hay hasta hoy modo de ilustrar el período de los jueces
ni los comienzos de la monarquía.
7.0 D e la misma época ha sido hallada en Ras-Shamra, al norte de Fenicia,
toda una biblioteca escrita en lengua cananea y en escritura alfabética, pero
cuneiforme. Su valor es grande para conocer la vida religiosa de Siria y Fenicia.
8.° Sesak nos dejó grabados en los muros de Karnak los nombres de las
ciudades de Palestina por él conquistadas en la expedición de que nos da cuenta
el libro segundo de las Crónicas (12,3).
9.0 M esa, rey de Moab, celebra en su inscripción las victorias alcanzadas
sobre Israel, de que hace mención el libro segundo de los Reyes (4,3 s.).
10. M uy ricos en noticias son los archivos asirios, en los que hallamos minu
ciosos relatos de las campañas de Salmanasar, Teglatfalasar IV , Sargón, Sena-
querib, Asaradón y Asurbanipal.
1 1 . Otro tanto sucede con las crónicas de Babilonia, que ilustran la historia
de los imperios mesopotámicos hasta la conquista de Babilonia por Giro.
12. A la época de la restauración de Jerusalén pertenecen los papiros de
Elefantina, que esclarecen notablemente la historia de Esdras y Nehemías.
13 . Para la época posterior tenemos los historiadores clásicos, principalmente
Flavio Josefo, que para trazar la historia de los últimos dias de su patria dispuso,
sin duda, de más abundante documentación que los extraños y presta una gran
contribución a la Historia Sagrada.
14. Desde el año 1947 se han hallado en las grutas existentes en la orilla
occidental del M . Muerto gran cantidad de documentos: unos son textos de la
S. Escritura, que habrán de ejercer grande influencia en la crítica textual de la
Biblia; otros, que ilustran notablemente la vida de la secta esenia judía, ya co
nocida, pero que los nuevos hallazgos nos dan mejor a conocer.
8, L a cronología bíblica
L a historia describe los hechos, condicionados por el espacio y el tiempo; por
eso se dice que la geografía y la cronología son los dos ojos de la historia. Para
muchos es casi un axioma que en la Escritura no hay cronología, y la verdad es
que las incertidumbres en la cronología bíblica son muchas, aunque no las mis
mas en todos los libros. L a cronología precedente a la época de Abraham se
halla en las dos genealogías de los diez patriarcas anteriores y posteriores al
diluvio. Adicionados los años que corren entre el nacimiento de cada uno de
estos patriarcas y el de su primogénito o sucesor, nos dan la duración de cada uno
de estos períodos. Pero la inseguridad de las cifras y la incertidumbre acerca de
la naturaleza de estos números y de estas genealogías hace aquí verdadera la
anterior afirmación de que no hay cronología bíblica. E l historiador caldeo Beroso
nos presenta también para los tiempos antediluvianos una serie de diez reyes
que reinaron en Caldea; pero la obscuridad de la cronología bíblica no se disipa
con este también obscuro documento. Los datos generales de la historia de Caldea,
INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS 18
i. P la n del Pentateuco
Los cinco primeros libros que los judíos pusieron siempre a la cabeza de su canon
recibieron conjuntamente el nombre de Tora o Ley, y cada uno de ellos se denominaba
con las palabras por que comenzaba, fuera del cuarto, los Números, que llamaron
Bamidbar, «En el desierto*, Los judíos alejandrinos, que leían los Libros sagrados en
la versión griega de los L X X , dieron al conjunto el nombre de Pentateuco y a cada
uno de ellos un titulo que expresaba su contenido: Génesis, Exodo, Levítico, Números
y Deuteronomio, San Jerónimo, en su versión Vulgato, conservó ambos nombres; así
el primero: Génesis» hebraice Beresit, etc*
E l Pentateuco tiene por fin narrar los orígenes del pueblo de Israel y su constitución
como pueblo de Dios, Esto, que es también su argumento, da su unidad general a toda
la obra, que el autor desarrolló del modo siguiente: E l Génesis es como la prehistoria
de Israel, Tiene su unidad literaria, constituida por la serie de diez genealogías, que
comienzan por la del cielo y d é la tierra y terminan con la de Jacob, Las cinco primeras
pertenecen a la historia general; las otras cinco, que comienzan con Tare, padre de
Abraham, se refieren a los patriarcas del pueblo elegido. En esta serie de generaciones
nos traza el autor sagrado el camino por el que las divinas promesas de un Redentor
se transmiten de Adán a Abraham y de éste al pueblo de Israel, que las conservará
y preparará su cumplimiento, Tal es el pensamiento de San Agustín: Propositum
quippe scriptoris illius fiiit, per quem Spiritus Sanctus id agebat per successionem
certarum generationum ex uno homine propagatarum pervenire ad Abraham et
deinde ex eius semine ad populum Dei, in quo distincto a ceteris gentibus praefi-
gurarentur et praenuntiarentur omnia quae de Civitate, cuius aetemum est reg-
num, et de Rege eius eodemque Gonditore in Spiritu praevidebantur esse ventura,
los misterios del reino de Dios y de Cristo (De Civ, Dei. X V 8 ). A l mismo tiempo que
teje la historia de estas diez generaciones, va el autor inspirado intercalando algunas
leyes fundamentales de Israel, como la de no comer sangre ( Gén 9,4), y la de la cir-
cuncisión, como señal de la alianza con Dios ( Gén 1 7 ) , Termina el Génesis con el
establecimiento de Jacob en Egipto, donde, según la promesa de Dios a Abraham y a
Jacob, se multiplicaría su descendencia, adquiriendo el suficiente desarrollo para
constituir un pueblo capaz de recibir la Ley.
Los tres libros que siguen forman un todo, y contienen la historia de la opresión
y la liberación de Egipto y la de la peregrinación por el desierto, con todas sus peripe
cias, Ocupa en ellos un lugar preeminente la permanencia en el Sinaí, E n el curso
de esta historia va el autor intercalando la promulgación de las leyes que formarán
el Código mosaico,
Los Números, que abarcan un período de treinta y siete años, es el libro que pre
senta menos unidad, Recibe el nombre de los empadronamientos del pueblo con que
comienza ( 1- 4 ) , y siguen luego algunas leyes, la peregrinación por el desierto con
algunos episodios, la mayor parte de ellos desagradables, que muestran la dura cerviz
de aquel pueblo y justifican plenamente el reproche que les dirigió San Esteban:
«Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo* (5 -2 6 ), E l Deuteronomio es una obra
aparte, una recopilación histórica y legal de todo lo sucedido desde la salida de Egipto
hasta aquel momento en la llanura de Moab, y está hecha por Moisés en tres discursos,
en que recuerda al pueblo los beneficios recibidos de Dios y los exhorta a la observancia
de su Ley, E l primer discurso ( 1- 4 ) es una recopilación de la historia, y termina con
la alianza del Sinaí, E l segundo comienza con la repetición del Decálogo, sigue con
apremiantes exhortaciones a la observancia de la Ley ( 5 - 1 1 ) y termina con la expli
cación de las leyes contenidas en los Códigos de la Alianza y de la Santidad, que se
21 PENTATEUCO
refieren al pueblo, dejando las del Código levítico, que se refieren a los sacerdotes
( 12 -2 6 ). E l tercer discurso contiene las sanciones divinas de la Ley y la renovación
del pacto en la llanura de Moab (2 7 -3 0 ). Los últimos capítulos vienen a ser como
un apéndice de la obra, y contienen el gran cántico de Moisés y la bendición de las
doce tribus, terminando con la muerte del profeta, a la vista de la tierra prome
tida (3 1-3 4 ).
2. L o s códigos del Pentateuco
Sin prejuzgar cosa alguna sobre el progreso de la legislación mosaica y su redac
ción escrita, vamos a señalar las colecciones legales o, si se quiere, códigos que se pue
den distinguir en el Pentateuco, todos ellos precedidos de un amplio relato histórico
sobre los orígenes de Israel. Son cuatro, y corresponden, más o menos, a los cuatro
documentos principales que la crítica distingue en el Pentateuco. En el Génesis, al
terminar la obra de los seis días, en 2,4*, echamos de ver un cambio notable de estilo,
con la repetición de cosas ya relatadas en el capítulo 1. Es esto un argumento evidente
de que empieza un documento nuevo, en el cual se omite el comienzo, que contaría la
creación de la tierra y del cielo. Comienza el nuevo relato en 2,4b, describiéndonos la
tierra desierta, porque aún no había llovido Yavé-Elohim. Con las mismas destaca
das características literarias se prosigue la historia hasta el capítulo 34 del Exodo, en
que se nos habla de un pacto de Yavé con Israel y brevemente se exponen las condi
ciones de ese pacto.
A partir del capítulo 20 del Génesis quieren distinguir los críticos un segundo do
cumento, paralelo al primero, en que se cuenta la historia de los patriarcas y la sali
da de Egipto, y, al llegar al Sinaí, nos refiere detalladamente la promulgación de la
ley y el solemne pacto de Dios con Israel. Las condiciones de ese pacto, escritas por
Moisés en un libro, han dado origen al nombre de esta sección, que se llama código
de la alianza.
Un tercer código, mds amplio que los primeros, pero apoyado en ellos, es el Deute-
ronomto, que también va precedido de un preámbulo histórico, inspirado asimismo en
los documentos precedentes.
E l cuarto código, llamado código sacerdotal, empieza en el capitulo 1 del Génesis
y alcanza su gran desarrollo en el Levítico y en los Números, con la legislación sacer
dotal de Israel.
representantes del pueblo recuerdan los favores de Dios, que descendió y habló con ellos
desde el cielo y les dio sus juicios rectos, una Ley de verdad y ceremonias y preceptos
buenos, por medio de Moisés, su siervo ( 9 ,1; cf. 10 ,28 ). E l Eclesiástico termina el
elogio de Moisés diciendo: « y dio Dios por su mano sus preceptos, una Ley de vida
y de inteligencia, para enseñar a Jacob sus estatutos y a Israel sus testimonios y sus
juicios* (46,6). E l joven mártir de la Ley habla así a sus verdugos: «No obedezco
las órdenes del rey, sino los preceptos de la Ley que nos ha sido dada por Moisés*
(2 M ac 7,30).
A estos testimonios hemos de añadir el de los profetas, los cuales no se contentan
con exhortar al pueblo a la observancia de la Ley de Dios (Am 2,4; Os 4,6; 8 ,1;
Is 1 ,1 0 ; 30,9; Je r 8,8; 1 6 , 1 1 ; S o f 3,4 ; M al 4 ,4 ), sino que con dureza le echan en
cara la infracción del pacto que tienen hecho con Yavé y el olvido de su Ley, sin que
nadie proteste contra tales acusaciones (Is 33,8 ; Je r 1 1 , 1 - 8 ; 3 1,3 1-3 4 ; E z 16 ,8 ,59 ).
Lo mismo podemos leer en los Salmos, que nos cuentan la historia antigua de Israel
o la historia de la conducta de Dios para con el pueblo (7 8 ; 10 5 ; 10 6 ).
Esta tradición del Antiguo Testamento la confirman testimonios del Nuevo. E l
Señor pone en boca de Abraham estas palabras, dirigidas al rico epulón: «Tienen
a Moisés y a los profetas... S i a Moisés y a los profetas no oyen, tampoco oirán a un
muerto que resucite* (L e 16,29 5•)• E l mismo Salvador, camino de Emaús, les va ex
plicando a los discípulos los vaticinios que a E l se referían, comenzando por Moisés
y siguiendo por todos los profetas (L e 24,24). De estas explicaciones parece hacerse
eco el santo Protomdrtir, al citar ante el Sanedrín, como dicho por Moisés, el pasaje
del Deuteronomio ( 1 8 ,1 5 ) . Asimismo San Pedro, ante la asamblea de los fieles, de
clara que ni ellos ni sus padres pudieron guardar la Ley de Moisés (Act 28 ,23). &€
la misma suerte habla el Apóstol en sus epístolas, como puede verse en Rom 5 ,1 ;
2 Cor 3 ,13 ss.; Heb 3,2 ss.; 9 ,19 ). Estos testimonios prueban ser histórica y dogmá
ticamente cierto que Moisés es el legislador inspirado de Israel y que su Ley se halla
contenida en el Pentateuco, tínico código conocido por el pueblo elegido. Esto ha de
entenderse de la substancia de la Ley y d é la revelación mosaica, puesto que mucho de
la una y de la otra lo habría recibido ya Israel de sus patriarcas, y algo más pudieron
añadir luego los profetas posteriores, prometidos por Dios en la misma Ley como su
cesores de Moisés y perfeccionadores de su obra (D t 18 ,9 ss.),
o diversidad de tiempos en que fueron dadas las leyes, acomodadas a las varias con
diciones de vida del pueblo. Así, el Pentateuco sería una compilación, en la cual pueden
distinguirse cuatro principales documentos: el Yavista, que comienza en Gén 2,4a
y comprende toda la historia junto con la legislación del Sinaí, y podría haber sido
redactado en los comienzos de la monarquía; el Elohista, que empieza en la época de
Abraham y corre paralelo al precedente, narrando la historia y la legislación sinaítica,
y sería un tanto posterior al Yavista; el Deuteronómico, que comprende todo el libro
del Deuteronomio y se continúa luego en el de Josué, escrito a fines de la monarquía;
y, finalmente, el Código Sacerdotal, que es el que da el plan general al Pentateuco
y abarca, por tanto, toda la obra, desde el primer capítulo del Génesis hasta el fin del
libro de Josué, incluyendo toda la legislación levítica y sacerdotal, redactado en la
época de la cautividad. Posterior a estos cuatro documentos sería la composición del
Pentateuco, que pudiera haber sido obra de Esdras, a quien atribuye una antigua tra
dición judía la restitución de los Libros Sagrados, perdidos en la universal ruina
de la nación.
Bien se ve cuán mermada queda en estas opiniones la autenticidad de la obra mo
saica, si es que algo queda de ella, y cuán poco crédito histórico se da a los relatos
del Pentateuco.
Como suele acontecer, la crítica independiente ha vuelto sobre sí misma, renun
ciando a sus postulados filosóficos, para limitarse a los documentos que estudia con un
criterio más histórico y a la luz que sobre ellos derrama la historia del Oriente, cada
día renovada por ios modernos descubrimientos.
G E N E S I S 1
1. E l Génesis abarca una larga época: desde los primeros orígenes de las cosas
hasta el establecimiento de Israel en Egipto. Se divide en dos secciones bien claramente
distintas: la primera, que se refiere a la historia de la humanidad, llega hasta Abraham
( 1 - 1 1 , 2 6 ) ; la segunda comprende la historia de los patriarcas, y podemos subdividirla
en otras tres: Abraham ( 11,2 7 - 2 5 ,18 ) ; Isaac y sus hijos ( 2 5 ,19 -3 6 ); los hijos de
Jacob (37 -50 ). La primera división general comprende la prehistoria del género hu
mano; la segunda es la prehistoria del pueblo escogido, o historia de los patriarcas.
Cada una de estas partes comprende cinco generaciones: primera, la del cielo y
de la tierra ( 1 - 4 ) ; segunda, la de Adán (5-6 ,8 ); tercera, la de Noé (6 ,9 -9 ,29 );
cuarta, la de los hijos de Noé ( i o - n , g ) ; quinta, la de Sem ( 1 1,10 - 2 6 ) ; sexta,
la de Teraj ( 1 1 , 2 7 - 2 5 ,1 1 ) ; séptima, la de Ismael ( 2 5 ,12 - 18 ) ; octava, la de Isaac
(2 5 ,19 -3 5 ); novena, la de Esaú (36 ), y décima, la de Jacob (3 7 -50 ). De estas diez
generaciones, la cuarta, la séptima y la novena, junto con la de Caín ( Gén 4 ), son
lineas colaterales, mientras que las otras siete forman una línea recta, que va desde
Dios, Creador del cielo, de la tierra y del hombre, hasta Jacob. San Lucas, en la
genealogía del Salvador, sube por esta misma escala y se remonta hasta Dios, Creador
de la humanidad.
Pero conviene advertir que en esta narración no pretende el historiador sagrado
presentarnos la historia de la humanidad entera, sino destacar aquellos personajes
y sucesos que, al decir de San Agustín, son como los hitos que marcan el curso seguido
por la promesa de salvación a través de las edades de la historia humana. Por esto
vemos que con los ojos fijos en la línea recta de las generaciones privilegiadas va el
autor sagrado descartando las colaterales como cosas que no interesan.
2. Esta parte de la historia es la más obscura por ser la historia de la infancia
de la humanidad, pues., como dice San Agustín hablando de ella, ¿quién hay que
conserve el recuerdo de las cosas de su infancia? Los pueblos cultos de la antigüedad
han llenado esta primera edad de su historia acerca del origen de las cosas y de la
humanidad con fábulas mitológicas absurdas, como creaciones de una imaginación
25 •É N E SIt
E l mundo según la concepción de los orientales. (Hasting, Diction, o f the B ib le ; B ib lia de M ontserrat. )
abismo, pero el espíritu de Dios se cernía mentó cielo, y hubo tarde y mañana, se
sobre la superficie de las aguas.* gundo día.
3 Dijo Dios: «Haya luz»; y hubo luz. 9 Dijo luego: «J úntense en un lugar las
4 Y vio Dios ser buena la luz, y la separó aguas de debajo de los cielos, y aparezca
■ l 1 Expresa en resumen la obra creadora de Dios, que luego se declara en el resto de la sección.
* Es el dogma fundamental de la religión, opuesto a todos los falsos sistemas filosóficos y a todas
las falsas religiones (cf. 2 Mac 7,28; Act 17,24).
2 Comienza la exposición representándonos la tierra como un caos sin orden, sin distinción, sin
pobladores, sin luz; pero el espíritu de Dios incubaba sobre»aquel caos, como la gallina sobre los
huevos, para sacar el orden y la hermosura del universo (San Jerónimo). Una cuestión se nos propo
ne aqui: si el autor sagrado da por creadas de Dios las aguas o por preexistentes a la formación del
mundo. Casi podemos asegurar que él no se propuso este problema, planteado luego por la filosofía
griega. El autor afirma que Dios creó el mundo y cuanto en él existe. Con frecuencia la Escritura
exalta el poder y la sabiduría de Dios en esta obra creadora que es exclusivamente suya, y en la que
los dioses de las naciones no tuvieron parte alguna. Finalmente, el 2 Mac nos asegura que Dios creó
todas las cosas de la nada y San Juan, que Dios lo hizo todo por su Verbo. En suma, que de Dios
tiene su origen cuanto existe fuera de Dios.
4 No la luz, que proviene del sol, creado el día cuarto, sino la del crepúsculo, que los antiguos
se imaginaban independiente del sol y difundida por todo el orbe, contraponiéndola a las tinieblas,
como causa de la distinción del día y de la noche (Job 37,18; S anto T omás, Suma Teológica, 1 q.70
a.2 ad 3).
6 Los antiguos concebían el firmamento como algo sólido de bronce fundido (Job 37,18). Por
esto puede separar las aguas cósmicas y sostener las que están sobre los cielos (Sal 148,4).
GÉNESIS 1 28
lo seco». Así se hizo;* 109 1*4y se juntaron las las aguas del mar, y multipliqúense sobre
aguas de debajo de los cielos en sus luga la tierra las aves».* 23 Y hubo tarde y ma
res y apareció lo seco; y a lo seco llamó ñana, día quinto.
Dios tierra, y a la reunión de las aguas, 24Dijo luego Dios: «Brote la tierra se
mares. V vio Dios ser bueno. res animados según su especie, ganados,
ii Dijo luego: «Haga brotar la tierra reptiles y bestias de la tierra según su es
hierba verde, hierba con semilla, y árbo pecie». Y así fue.* 25 Hizo Dios todas las
les frutales cada uno con su fruto, según bestias de la tierra según su especie, los
su especie, y con su simiente, sobre la tie ganados según su especie y todos los rep
rra». Y así fue.* 12 Y produjo la tierra hier tiles de la tierra según su especie. Y vio
ba verde, hierba con semilla, y árboles de Dios ser bueno.
fruto con semilla cada uno. Vio Dios ser 26 Di jóse entonces D ios: «Hagamos al
bueno; 12 y hubo tarde y mañana, día ter hombre a nuestra imagen y a nuestra se
cero. mejanza, para que domine sobre los pe
14 Dijo luego Dios: «Haya en el fir ces del mar, sobre las aves del cielo, so
mamento de los cielos lumbreras para se bre los ganados y sobre todas las bestias
gurar el día de la noche, y servir de se de la tierra y sobre cuantos animales se
ñales a estaciones, dias y años;* 15 y luz mueven sobre ella.* 27 Y creó Dios al
can en el firmamento de los cielos, para hombre a imagen suya, a imagen de Dios
alumbrar la tierra». Y así fue. 16*Hizo lo creó, y los creó macho y hembra; 28 y
D ios los dos grandes luminares, el mayor los bendijo Dios, diciéndoles: «Procread
para presidir al día, y el menor para pre y multiplicaos, y henchid la tierra; some
sidir a la noche, y las estrellas; i?y los tedla y dominad sobre los peces del mar,
puso en el firmamento de los cielos para sobre las aves del cielo y sobre los gana
alumbrar la tierra 18 y presidir al día y a dos y sobre todo cuanto vive y se mueve
la noche, y separar la luz de las tinieblas. sobre la tierra». 29 Dijo también Dios:
Y vio Dios ser bueno, 19*y hubo tarde y «Ahí os doy cuantas hierbas de semilla
mañana, día cuarto. hay sobre la haz de la tierra toda, y cuan
20 Dijo luego Dios: «Hiervan de anima tos árboles producen fruto de simiente,
les las aguas y vuelen sobre la tierra aves para que todos os sirvan de alimento.
bajo el firmamento de los cielos». Y así 30 También a todos los animales de la tie
fue.* 21 Y creó Dios los grandes mons rra, y a todas las aves del cielo, y a todos
truos del agua y todos los animales que los vivientes que sobre la tierra están y se
bullen en ella, según su especie, y todas mueven les doy para comida cuanto de
las aves aladas, según su especie. Y vio verde hierba la tierra produce». Y así fue.
Dios ser bueno, 22 y los bendijo, dicien 31 Y vio Dios ser muy bueno cuanto había
do: «Procread y multiplicaos y henchid hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto.
9 Las aguas que habían quedado debajo de los cielos se han de juntar para que aparezca la seca,
la tierra, en que vivan los animales terrestres y el hombre.
11 El reino vegetal brota de la tierra, de la cual vive. Lo divide en tres clases: la hierba verde,
que brota por sí y sirve de pasto a los ganados; las plantas gramíneas, que el hombre cultiva y de que
principalmente se alimenta, y los árboles frutales. La división está hecha desde un punto de vista de
utilidad inmediata para el hombre. La fecundidad de la tierra, personificada en Astarté y objeto de
culto idolátrico en Canán, es atribuida por el autor sagrado a Dios mismo, para combatir aquel
error (cf. Lev 26).
14 Según las apariencias, los astros están fijos en el firmamento. Los oficios de los astros están
indicados en orden al hombre, y muestran que para su provecho fueron creados por Dios. Asi queda
excluida la divinidad de los mismos y la razón del culto que se les tributa por los caldeos (cf. Dt 4,19).
-0 Los animales del agua y los del aire tienen entre sí estrecho parentesco por la semejante ma
nera de moverse (Suma TeoL, 1 q.71 a.i ad 2), y porque muchas aves viven también en el agua.
Divide los animales de este día en tres grupos: los monstruos del agua: cetáceos, cocodrilos, etc.; los
demás animales del agua: peces y reptiles, y, finalmente, los<animales alados.
22 Además de crear los animales, Dios les confiere la fecundidad. Con esta observación elimina
el autor sagrado uno de los objetos de culto idolátrico más común entre los pueblos que rodean a
Israel (cf. Dt 28,4.11).
24 Los animales terrestres nacen en la tierra en que viven. La distribución es también en tres
grupos: los ganados, que el hombre utiliza; las fieras, con que tiene que luchar; y los reptiles, que
se arrastran por la tierra.
26 La solemnidad de la fórmula indica claramente que se trata de la obra más importante.—Dios
entra en consejo consigo mismo, e invoca la plenitud de su ser, del cual es revelación la Trinidad.
A nuestra imagen: imagen es la figura o representación de una cosa; semejanza es la proporción entre
la imagen y el prototipo; ambos unidos significan imagen perfecta, fiel representación del original.
Los Padres antioquenos ven esta semejanza en el señorío que, como a vicario y representante de Dios,
se confiere al hombre sobre todos los seres inferiores. El contexto confirma esta interpretación, y
asimismo los salmos 8,5 ss.; 10,2 y Eclo 17,1 s. Claro es que para ejercer este señorío dotó Dios al
hombre de una naturaleza racional, en que está la semejanza formal con Dios y la raíz de la realeza
«obre las criaturas.
GENESIS *>
J Asi fueron acabados los cielos y la dín el árbol de la ciencia del bien y del
2 tierra y todo su cortejo. 2 Y remata mal.* 19 Salía de Edén un río que regaba
da en el día sexto toda la obra que había el jardín y de allí se partía en cuatro bra
hecho, descansó Dios el séptimo día de zos. 11 El primero se llamaba Pisón, y es
cuanto hiciera; 3 y bendijo al día séptimo el que rodea toda la tierra de Evila, donde
y lo santificó, porque en él descansó Dios abunda el o r o ,12 un oro muy fino, y a más
de cuanto había creado y hecho.* también bedelio y ágata; 13 y el segundo
4 Este es el origen de los cielos y la tie- se llama Guijón, y es el que rodea toda la
ira cuando fueron creados. tierra de C u s;14 el tercero se llama Tigris
(Jidequel) y corre al oriente de Asiria; el
£ 1 paraíso cuarto es el Eufrates (Perat).* 15 Tomó,
pues, Yavé Dios al hombre, y le puso en
Al tiempo de hacer Yavé D ios la tierra el jardín de Edén para que lo cultivase y
y los cielos,* 5 no había aún arbusto algu guardase, 16 y le dio este mandato: «De
no en el campo, ni germinaba la tierra todos los árboles del paraíso puedes co
hierbas, por no haber todavía llovido mer, 17 pero del árbol de la ciencia del
Yavé D ios sobre la tierra, ni haber toda bien y del mal no comas, porque el día
vía hombre que la labrase, 6 ni rueda que que de él comieres ciertamente morirás».
subiese el agua con que regarla.* 7 Formó 18 Y se dijo Yavé Dios: «No es bueno que
Yavé D ios al hombre del polvo de la tie el hombre esté solo, voy a hacerle una
rra, y le inspiró en el rostro aliento de
vida, y fue así el hombre ser animado.* ayuda semejante a él».* 19 Y Yavé Dios
8 Plantó luego Yavé Dios un jardín en trajo ante el hombre todos cuantos ani
Edén, al oriente, y allí puso al hombre males del campo y cuantas aves del cielo
a quien formara.* 9 Hizo Yavé Dios bro formó de la tierra, para que viese cómo
tar en él de la tierra toda clase de árboles los llamaría, y fuese el nombre de todos
hermosos a la vista y sabrosos al paladar los vivientes el que él les diera.* 20 Y dio
y el árbol de la vida, y en el medio del jar el hombre nombre a todos los ganados, y
2 3 La obra de Dios es, en el plan del autor sagrado, el ejemplar de la semana mosaica y del pre-
“ cepto sabático (Ex 20,11). En todo el capitulo 1, Dios es llamado Elohim; desde el capítulo 4,
Yavé; en los capítulos 2 y 3, Yavé-Elohim, para indicar que es siempre el mismo Dios.
* Estas palabras convienen con 1, y no hay duda que se refieren a la obra de los seis días, por
más que no aparezca clara la razón de hallarse al fin de la sección, cuando en otros lugares se halla
al principio (cf. 5,1; 10, etc.). La obra de Dios abarca ocho partes, divididas en dos grupos: las tres
primeras de distinción, en que el autor procede de lo más general, la luz, a lo más particular, la
tierra y las aguas. El segundo grupo es de omato, que empieza por las obras más imperfectas, las
plantas, hasta la más perfecta, el hombre. La sección siguiente nos ofrece un relato más detallado de
la creación del hombre en un cuadro distinto del anterior.
En este relato ha de distinguirse entre el fondo y la forma literaria. El fondo contiene las princi
pales verdades de la religión; la creación del universo, en el tiempo, por la omnipotencia y la sabidu
ría de Dios; la formación de los astros para servicio del hombre, no para ser por él adorados; el ori
gen divino de toda fecundidad, también por error divinizada en las religiones paganas; la formación
del hombre a imagen y semejanza de Dios. La forma literaria es una especie de parábola, en que la
obra de Dios, a tenor del precepto sabático, se presenta cual modelo de la obra del hombre. La obra
de Dios está descrita no según la naturaleza de las cosas, sino según éstas aparecen a los sentidos y
conforme al lenguaje de la época ( Introducción general, nn.13 y 15).
6 Tanto en Egipto como en Caldea lá'lluvia es escasa y la fertilidad del suelo procede de la inun
dación del Nilo y del Eufrates, completada luego con el riego mediante el cigüeñal o la noria, que
han tenido orígenes desde muy antiguo. La palabra que generalmente se traduce por niebla, vapor
o nube, puede significar también rueda o noria, impidiendo así la confusión que una niebla, vapor
o nube, que regase ia tierra, introducirla en el texto.
7 Dios forma al hombre del polvo de la tierra, y le infunde su aliento de vida. Imagen distinta
de la empleada en 1,26 s., pero igualmente expresiva del origen divino del alma humana. En el re
lato caldeo de la creación, Marduc amasa con su sangre el barro de que forma al hombre. El autor
sagrado parte de la concepción espiritualista del Creador y del alma humana, creada a su imagen y
semejanza,
8 En medio del desierto, que era entonces la tierra, creó Dios un oasis para el hombre. Edén es
palabra de significación obscura. En sumeriano significa llanura, estepa, desierto. El Oriente es indi
cación general del sitio hacia donde se hallaba el paraíso y donde se desarrolla la primitiva historia
de la humanidad.
9 El árbol de la vida es así llamado porque daba la inmortalidad, como lo declaran Ez 17,12;
Prov 3,18; Ap 2,7; 22,2.14. El árbol de la ciencia daba la ciencia práctica de la vida de la felicidad.
Se denomina así por la historia subsiguiente. Los documentos asirios mencionan el árbol de la verdad
y el árbol de la vida que están plantados a la entrada del cielo. La redacción del texto es un tanto
incorrecta y da lugar a las cavilaciones de los críticos. Estas desaparecerían suprimiendo la frase «en
medio del jardín», que provendría de 3,3.
14 Los dos ríos primeros no se sabe cuáles son; el tercero es el Tigris; el cuarto, el Eufrates.
18 El hombre es por naturaleza sociable. Aquí, como en el capítulo 1, el hombre es el rey de la
creación.
1 9 Sólo habla de los animales que viven en la tierra y en mayor contacto con el hombre. De loe
g é n e s is 2 -3 * 00
a todas las aves del cielo, y a todas las boles todos del paraíso?»* 2 Y respondió
bestias del campo; pero entre todos ellos la mujer a la serpiente: «Del fruto de los
no había para el hombre ayuda semejante árboles del paraíso comemos,* 3 pero del
a él.* 21 Hizo, pues, Yavé Dios caer sobre fruto del que está en medio del paraíso
el hombre un profundo sopor; y dormí' nos ha dicho D io s: «No comáis de él, ni
do, lomó una de sus costillas, cerrando lo toquéis siquiera, no vayáis a morir».
en su lugar con carne,* 22 y de la costilla 4 Y dijo la serpiente a la mujer: «No, no
que del hombre tomara, formó Yavé Dios moriréis; 5 es que sabe Dios que el día
a la mujer, y se la presentó al hombre.* que de él comáis se os abrirán los ojos y
23 El hombre exclamó : seréis como Dios, conocedores del bien y
«Esto sí que es ya hueso de mis huesos del mal».* 6 Vio, pues, la mujer que el
y carne de mi carne». árbol era bueno para comerse, hermoso
Esta se llamará varona, porque del va a la vista y deseable para alcanzar por
rón ha sido tomada.* él sabiduría, y cogió de su fruto y co
24 Por eso dejará el hombre a su padre mió, y dio también de él a su marido,
y a su madre; que también con ella comió. * 7 Abriéron
Y se adherirá a su mujer; se los ojos de ambos, y viendo que es
Y vendrán a ser los dos una sola carne.* taban desnudos, cosieron unas hojas de
25 Estaban ambos desnudos, el hombre higuera y se hicieron unos cinturones.*
y su mujer, sin avergonzarse de ello.* 8 Oyeron a Yavé Dios, que se paseaba
por el jardín al fresco del día, y se escon
dieron de Yavé Dios el hombre y su mu
T en tación , caída y prim era jer, en medio de la arboleda del jardín.*
p rom esa de red en ción 9 Pero llamó Yavé Dios al hombre, di
ciendo: «¿Dónde estás?»* 10 Y éste con
1 Pero la seipiente, la más astuta de testó: «Te he oído en el jardín, y teme
3 cuantes bestias del campo hiciera Ya
vé Dios, dijo a la mujer: «¿Conque os ha
roso porque estaba desnudo, me escon
dí». * 11 «¿Y quién, le dijo, te ha hecho
mandado Dios que no comáis de los ár saber que estabas desnudo? ¿Bs que has
demás no se hace mención alguna. La imposición de los nombres arguye en Adán ciencia y dominio
sobre los animales, como en 1,28.
20 Examinados los animales, los halló de naturaleza distinta de la suya: en medio de ellos se
encontraba solo.
21 No es un sueño profético, sino un letargo, que hace las veces de-anestésico, para la operación
que Dios quiere practicar en él.
22 San Crisóstomo dice que el autor sagrado habla aquí acomodándose a la rudeza humana
(H om . 15,2). San Pablo dice simplemente que no fue formado el varón de la mujer, sino la mujer
del varón (1 Cor 11,8)^ El varón es amasado del polvo, la mujer formada del varón. La Comisión
Bíblica retiene como histórica la formación de la primera mujer «del primer hombre*. Nada más.
23 Las palabras demuestran el ansia con que el hombre busca compañía. La vista de los aníma
les, lejos de saciarla, la había más bien acrecentado.—Será llamada «varona». Todas las versiones se
esfuerzan por conservar la paranomasia, que tan natural resulta en el hebreo. Varona traducen el
P. Sigüenza y otros clásicos castellanos.
24 Son palabras del autor sagrado que expresan la institución divina del matrimonio y su indi
solubilidad, según nos lo declaró el divino Maestro en Mt 19,4 s. Típicamente significan la unión
más íntima de Cristo con la Iglesia (Ef 5,31). Esta unidad de los casados que comienza en el amor
conyugal, alcanza en los frutos del matrimonio su expresión más alta.
25 La desnudez expresa la inocencia en que la primera pareja humana fue creada por Dios, a
semejanza de los niños, que no sienten la pasión ni la vergüenza.
O 1 Como prueba del realismo del autor sagrado, tan notable en estos capítulos, debe advertirse
** que siempre habla de la serpiente y nunca del espíritu maligno por la serpiente representado.
Con singular astucia se maravilla la serpiente del precepto divino, que expresa exageradamente.
2 Sin la menor muestra de admiración por oir hablar a la serpiente, le responde la mujer ponien
do la verdad en su punto, pero no dando a la conminación divina el tono de absoluta certeza que
tenía.
5 La serpiente achaca a envidia de Dios la prohibición: la fruta les abriría los ojos y alcanzarían
la ciencia del bien y del mal, esto es, la ciencia que lleva a la posesión de la felicidad, a la semejanza
con Dios, propia de los espíritus celestes, llamados en otras partes hijos de Dios (Sal 29*1; Job 1,6).
6 Alucinada la mujer ante esta perspectiva, ve ya el fruto de muy distinta manera que antes, y
se resuelve a comer de él.
7 Se realizaron las promesas de la serpiente, pero de muy diverso modo de como ellos esperaban.
® Es muy de notar aquí el realismo del autor sagrado al representarnos a Dios como un señor
que, saliendo a media tarde a dar un paseo por su finca, se entera de la infidelidad cometida por sus
colonos.
9 El «¿dónde estás?» es un modo de introducir el diálogo. Llama a los que supone escondi
dos cerca.
10 Siente vergüenza de su desnudez y se esconde, porque, sabiéndose culpable, no se atreve
a presentarse a su Señor.
SI GÉNESIS 3
comido del árbol de que te prohibí co 19 Con el sudor de tu rostro comerás
mer?»* 112 Y dijo el hombre: «La mujer el pan
que me diste por compañera me dio de Hasta que vuelvas a la tierra,
él y comí».* 13 Dijo, pues, Yavé Dios a Pues de ella has sido tomado;
la mujer: «¿Por qué has hecho eso?» Y Ya que polvo eres, y al polvo volve-
contestó la mujer: «La serpiente me en rás». *
gañó y comí». 14156*20Dijo luego Yavé Dios
a la serpiente:
«Por haber hecho esto,
Maldita serás entre todos .los ganados
Y entre todas las bestias del campo.
Te arrastrarás sobre tu pecho
Y comerás el polvo todo el tiempo de
tu vida.*
15 Pongo perpetua enemistad entre ti y
la mujer
Y entre tu linaje y el suyo;
Este te aplastará la cabeza,
Y tú le morderás a él el calcafiab>.*
16 A la mujer le dijo:
«Multiplicaré los trabajos de tus pre
ñeces.
Parirás con dolor los hijos
Y buscarás con ardor a tu marido, El rayo, símbolo de la divinidad.
Que te dominará». * ( B ritish M u s e u m J
17 Al hombre le dijo: «Por haber escu
chado a tu mujer, comiendo del árbol 20 El hombre llamó Eva a su mujer, por
de que te prohibí comer, diciéndote: no ser la madre de todos los vivientes. * 21 Hí-
comas de él: zoles Yavé Dios al hombre y a su mujer
Por ti será maldita la tierra; túnicas de pieles, y los vistió.
Con trabajo comerás de ella todo el 22 Di jóse Yavé D io s: «He ahí al hombre
tiempo de tu vida; hecho como uno de nosotros, conocedor
18 Te dará espinas y abrojos del bien y del mal; que no vaya ahora a
Y comerás de las hierbas del campo. tender su mano al árbol de la vida, y
11 En conformidad con el v.g. Dios pregunta, como si ignorase lo que habla sucedido.
12 Adán se disculpa diciendo que, no por desobedecer a su mandato, sino por guardar la pa2
con la compañera que Dios mismo le había dado, había comido del árbol prohibido.
14 La sentencia seguirá el orden inverso que el interrogatorio. La serpiente no es pregun
tada; su culpa es manifiesta. La sentencia que Dios pronunciará contra ella está calcada en su con
dición y en sus relaciones con el hombre; pero no hay duda de que, bajo estas imágenes de subido
realismo, el autor mira al espíritu diabólico. La maldición expresa el horror que el hombre siente
hacia la serpiente, mayor que hacia otros animales más dañinos que ella. Arrastrarse sobre su vien
tre es natural a la serpiente, pero es señal de su abatimiento, así como es indicio de la realeza del
hombre el andar derecho. Creían los antiguos que las serpientes comían el polvo, como se ve por
Isaías 65,25; Miqueas 7,17; expresión de la suma humillación del vencido (Sal 72,9; Is 49.23).
La imagen de enemistad está tomada de la natural aversión que el hombre siente hacia el reptil,
al que, en cuanto lo ve, lo acecha para matarlo. Esta enemistad es perpetua, como no lo son las enemis
tades entre los hombres. Cuando perseguimos a una serpiente no nos creemos seguros de ella ha3 ta
haberle aplastado la cabeza. Ese es el origen de la imagen. El sentido es que esas perpetuas enemis
tades acabarán por la victoria del linaje de la mujer, en quien serán bendecidas todas las nacio
nes (Gal 3,19). Esta victoria es la de Jesucristo, y luego la de aquellos que vencen por El y en quienes
El vence a Satanás. La Virgen María ocupa el primer lugar entre éstos por su completa victoria
sobre el pecado (Ap 12,5 s.16 ss.).
15 Nuestra palabra «linaje» no corresponde exactamente a la palabra hebrea aquí empleada,
pues aquélla significa no sólo posteridad, que es lo que significa la palabra hebrea, sino también
ascendencia; la hemos preferido, sin embargo, por ser de género masculino y convenir mucho en
este lugar hacer resaltar la contraposición, que, de no distinguir entre los dos géneros, queda obs
curecida. Igual hizo San Jerónimo en la Vulgata.
La palabra hebrea que responde a aplastar y morder es la misma para la acción del linaje de la
mujer contra la serpiente y para la de la serpiente contra el linaje de la mujer. En ambos casos de
bería traducirse del mismo modo. Sin embargo, como la palabra hebrea significa acechar o herir,
prefiriendo esta última significación, la matizamos de aplastar o de morder, según las circunstancias
de la acción en el uno y el otro caso.
16 La sentencia sobre la mujer responde a las penas que llevan consigo sus oficios de esposa
y de madre.
19 En estas palabras de Dios a la mujer y al hombre resalta la diversa misión del uno y de la
otra en la familia. La del hombre es ser jefe de ella y su mantenedor; la de la mujer, cumplir el
ansiado oficio de la maternidad.
20 Eva en hebreo significa vida; aquí, fuente de vida humana.
GÉNESIS 3-4 S2
comiendo de él, viva para siempre. * 23 Y obraras bien, andarías erguido, mientras
le arrojó Yavé Dios del jardín de Edén, a que, si no obras bien, estará el pecado a
labrar la tierra de que había sido toma* la puerta? Cesa, que él siente apego a ti,
do. * 24 Expulsó al hombre y puso delante y tú debes dominarle a él;. * 8 Dijo Caín
del jardín de Edén un querubín, que blan* a Abel, su hermano: «Vamos al campo».
día flameante espada para guardar el ca* Y cuando estuvieron en el campo, se alzó
mino del árbol de la vida.* Caín contra Abel, su hermano, y le mató. *
9 Preguntó Yavé a Caín: «¿Dónde está
C a ín y A b e l Abel, tu hermano?» Contestóle: «No sé.
¿Soy acaso el guarda de mi hermano?»
1 Conoció el hombre a su mujer, que 10 «¿Qué has hecho?—le dijo El—. La voz
4 concibió y parió a Caín, diciendo:
«He alcanzado de Yavé un varón». 2 Vol
de la sangre de tu hermano está clamando
a raí desde la tierra. * 11 Ahora, pues,
vió a parir, y tuvo a Abel, su hermano. maldito serás de la tierra, que abrió su
Fue Abel pastor y Caín labrador;* 3 y boca para recibir de mano tuya la sangre
al cabo de tiempo hizo Caín ofrenda a de tu hermano. * 12 Cuando la labres, te
Yavé de los frutos de la tierra, * * y se la negará sus frutos, y andarás por ella fu*
hizo también Abel de los primogénitos gitivo y errante». 13 Dijo Caín a Yavé:
de su ganado, de lo mejor de ellos; y «Insoportable es mi castigo.* 14Ahora
agradóse Yavé de Abel y su ofrenda,* me arrojas de esta tierra; oculto a tu
5 pero no de Caín y la suya. Se enfureció rostro habré de andar fugitivo y errante
Caín y andaba cabizbajo; 6 y Yavé le dijo: por la tierra, y cualquiera que me encuen*
«¿Por qué estás enfurecido y por qué an tre me matará».* 15 Pero Yavé le dijo:
das cabizbajo? 7 ¿No es verdad que, si «No será así. Si alguien matara a Caín,
22 Ironía que conviene bien con el carácter realista de esta sección y contrasta con la promesa
que les hizo la serpiente. Habla el Señor consigo mismo, como quien expresa la decisión que acaba
de tomar. No olvidemos el estilo altamente poético de esta sección (8,2t).
2 V Esta expulsión del jardín en que el hombre había sido colocado inmortal, implica la pri
vación definitiva de este don de la inmortalidad y de la felicidad del paraíso terrenal.
24 Los querubines son mencionados en varías partes de la Escritura como sostenedores del
trono de Dios y los que tiran de su carro (Sal l8,HJ 99,1; Ez 1,4). Aquí son los guardianes del
jardín para impedir la vuelta del hombre a su anterior felicidad, como los sedu, lahmu, qaribu, re
presentados en varias formas, que los asirios y egipcios colocaban a la puerta de los palacios reales
o de los templos para impedir el acceso a los malos espíritus. La espada es la imagen del rayo, el
arma potente de Dios, según Sal 18,15; 3,4.11. Los asirios representaban también a Adad blandien
do una espada de fuego o unos dardos encendidos; el arma sola, emblema del dios, era la repre
sentación de su poder. En el texto sagrado son imágenes para decir al hombre que debe abandonar
toda esperanza de recobrar la inmortalidad.
En todo este relato, como en el de la creación, hay que distinguir entre el fondo y la forma
literaria. Esta es poética; y si absurdo seria tomar en significación propia las palabras, definir del
todo los límites entre la imagen y la realidad sería temerario. La Comisión Pontificia Bíblica, en
decreto de 30 de junio de 1908, después de condenar los sistemas que niegan todo valor histórico
a estos relatos, señala algunos puntos que en éste han de ser tenidos por históricos: haber sido
formada la mujer del cuerpo del primer hombre; la unidad específica del género humano; la feli
cidad original de los primeros padres en el estado de justicia, integridad e inmortalidad; el pre
cepto dado por Dios al hombre para probar su obediencia; el primer pecado cometido por el hom
bre, a instigación del diablo en figura de serpiente; la pérdida, por parte del hombre, del privilegio
de la justicia original y la promesa de un futuro redentor.
4 2 Caín y Abel representan los dos géneros de vida primitivos conocidos entre los hebreos,
“ que ignorarían la edad paleolítica y los medios de vivir que tenia el hombre.
3 El culto divino nace del agradecimiento al Creador: cada uno ofrece a Dios lo que recibe
de su providencia, en reconocimiento del beneficio.
4 No dice de qué manera manifestó el Señor su agrado a Abel y a su ofrenda. Según Heb 2,4,
el motivo fue la fe de Abel, que le movía a ofrecer a Dios lo más escogido de sus bienes.
7 El texto es difícil de traducir, acaso por no estar bien conservado. Según algunos exegetas,
se describe la lucha que en la conciencia de Caín se realiza entre el amor fraterno y erodio fratri
cida, que tiende a consumar el crimen y que al fin triunfa. Pero más bien parece referirse al amor
que Abel sentía por Caín como lieimano, que debía ser para éste un motivo para desistir de su
odio, junto con la seguridad de que, como primogénito que era, siempre había de dominar sobre él.
• El autor sagrado nos pinta en este primer homicidio lo abominable que es ante Dios y ante
Jos hombres semejante crimen.
10 Clama la sangre al Dios vengador de todos los crímenes, y más de éste, que implica una
grave ofensa contra la divina imagen (9,5 s.).
11 La maldición persigue al homicida, que, obsesionado por la imagen de su víctima y por
el temor de la venganza, huye buscando un refugio donde ocultarse.
1 3 El reo, aunque no arrepentido, se siente oprimido bajo el peso de su crimen.
24 Parece como si Dios habitase en la región de Edén (cf. 1 Sam 26,19; Jon 1,3), y que Caín,
sintiendo en su conciencia la voz de Dios que le arguye, piensa huir de ella, apartándose de- aquel
lugar. El autor sagrado, además de la situación histórica de Caín, piensa en la de ios homicidas,
expuestos a caer en las manos del vengador de la sangre (Núm 35» 19 ss.; Dt 19,11 s,; jos 20,3 »•)•
s$ GÉNESIS 4 - 5
seria éste siete veces vengado». Puso, pues, bre le hizo a imagen de Dios. 2 Hízolos
Yavé a Caín una señal, para que nadie macho y hembra, y los bendijo, y les dio,
que le encontrase le matara. * i 6 Caín, ale al crearlos, el nombre de Adán. 3Tenía
lándose de la presencia de Yavé, habitó Adán ciento treinta años cuando engen
la región de Nod, al oriente de Edén. dró un hijo a su imagen y semejanza, y
Nácar-Colunga
M sr. (* 84
ys, y murió. 6 Era Set de ciento cinco pués de engendrar a Matusalén, trescien
ys cuando engendró a Enós; 7 vivió tos años, y engendró hijos e hijas. 23 Fue
>pués de engendrar a F.nós ochocicn- ron todos los días de la vida de Enoc
sielc años, y engendró hijos c hijas, trescientos sesenta y cinco años, 24 y andu
nerón los días todos de su vida nove vo constantemente en la presencia de
mos doce años, y murió. '* lira Enós Dios, y desapareció, pues se lo llevó
npveñta años cuando engendró a Caí- Dios. * 25 Era Matusalén de ciento ochen
i : 10 vivió después de engendrar a Cai- ta y siete años cuando engendró a Lamec;
i ochocientos quince años, y engendró 26 vivió después de engendrar a Lamec
5S e hijas. 11 Fueron todos los días de setecientos ochenta y dos años, y engen
vida de Enós novecientos cinco años, dró hijos e hijas. 27 Fueron todos los días
nurió. 12 Era Cainun de setenta años de Matusalén novecientos sesenta y nueve
indo engendró a Mahalecl; 1’ vivió des años, y murió. 28 Era Lamec de ciento
is de engendrar a Mahalecl ochocientos ochenta y dos años cuando engendró un
irenta años, y engendró hijos e hijas, hijo, 29 al que puso por nombre Noé,
"ueron todos los días de su vida nove- diciendo: «Este nos consolará de nuestros
ntos diez años, y murió. Era Maha- quebrantos y del trabajo de nuestras ma
1 de sesenta y cinco años cuando en- nos por la tierra que maldijo Yavé». *
idró a Jared. 16 Vivió después de engen- 30 Vivió Lamec, después de engendrar a
ir a Jared ochocientos treinta años, y Noé, quinientos noventa y cinco años, y
;endró hijos e hijas. 17 Fueron todos engendró hijos e hijas. 31 Fueron todos
días de su vida ochocientos noventa los días de Lamec setecientos setenta y
d s , y murió. 18 Era Jared de ciento se- siete años, y murió. 32 Era Noé de qui
Lta y dos años cuando engendró a nientos años, y engendró a Sem, Cam y
oc; 19 vivió después de engendrar a Jafet. *
oc ochocientos años, y engendró hijos
lijas. 20 Fueron todos los días de su E l diluvio, decretado p o r D io s
a novecientos sesenta y dos años, y
irió. 21 Era Enoc de sesenta y cinco 1 Cuando comenzaron a multiplicarse
ys cuando engendró a Matusalén.22 An- 6 los hombres sobre la tierra y tuvieron
vo Enoc en la presencia de Dios, des hijas, * 2 viendo los hijos de D ios que las
males putos y de todas las aves puras» tiplicaos y henchid la tierra y dominad
ofreció sobre el altar un holocausto.* la». 8 Dijo también D ios a Noé y a sus
21 Y aspiró Yavé el suave olor, y se dijo hijos: 9 «Ved, yo voy a establecer mi alian
en su corazón: «No volveré ya más a mal za con vosotros y con vuestra descenden
decir a la tierra por el hombre, pues los cia después de vosotros;* 10y con todo
deseos del corazón humano, desde la ado ser viviente que está con vosotros, aves,
lescencia, tienden al mal; no volveré ya ganados y fieras de la tierra, todos los
a exterminar todo viviente, como acabo salidos con vosotros del arca.11 Hago con
de hacer. * 22 Mientras dure la tierra ha vosotros pacto de no volver a exterminar
brá sementera y cosecha, frío y calor, ve a todo viviente por las aguas de un dilu
rano e invierno, día y noche». * vio y de que no habrá ya más un diluvio
que destruya la tierra».12 Y añadió Dios:
Alianza de D ios con Noé «Ved aquí la señal del pacto que establez
co entre mí y vosotros, y cuantos vivien
1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, tes están con vosotros, por generaciones
9 diciéndoles: «Procread y multipli sempiternas: 13 pongo mi arco en las nu
caos y llenad la tierra; 2 que os teman bes, para señal de mi pacto con la tie
y de vosotros se espanten todas las fieras rra, 14 y cuando cubriere yo de nubes la
de la tierra, y todos los ganados, y todas tierra, aparecerá el arco,15 y me acordaré
las aves del cielo, todo cuanto sobre la de mi pacto con vosotros y con todos los
tierra se arrastra y todos los peces del vivientes de la tierra, y no volverán más
mar, los pongo todos en vuestro poder. las aguas del diluvio a destruirla. 16 Es
3 Cuanto vive y se mueve os servirá de tará el arco en las nubes, y yo lo veré,
comida; y asimismo os entrego toda ver para acordarme de mi pacto eterno entre
dura. 4 Solamente os abstendréis de co Dios y toda alma viviente y toda carne
mer carne con su sangre. * 5 Y ciertamen que hay sobre la tierra».17 «Esta es—dijo
te yo demandaré vuestra sangre, que es Dios a Noé—la señal del pacto que esta
vuestra vida, de mano de cualquier vi blezco entre mí y toda carne que está so
viente, como la demandaré de mano del bre la tierra». *
hombre, extraño o deudo. * 6 El que de
rramare la sangre humana, por mano de Los hijos de Noé
hombre será derramada la suya; porque
el hombre ha sido hecho a imagen de 18 Fueron los hijos de Noé salidos del
Dios. * 7 Vosotros, pues, procread y mul arca Sem, Cam y Jafet; Cam era padre
20 En acción de gracias y en memoria del beneficio recibido, como veremos luego en la histo
ria de los patriarcas.
21 La expresión tan realista «aspiró el Señor el olor suave» significa la aceptación del sacrificio
de paite de Dios (Lev 1,9.13; 2,9.12). El Señor, como entristecido por la catástrofe y teniendo com
pasión de la flaqueza humana, toma la resolución, principio del pacto que luego hará con Noé,
de no volver a maldecir la tierra.
22 El relato, en su sentido obvio, nos da un diluvio universal con que castiga Dios la univer
sal corrupción de toda carne, y del cual se salva sólo el que en su generación era justo ante Dios.
Si en verdad el diluvio fue del todo universal, con universalidad geográfica, zoológica y antropoló
gica, es muy dudoso y discutido. La mención que de él hace varias veces el Antiguo y Nuevo Tes
tamentos no parece exigir una estricta y absoluta universalidad.
Q 4 La ley insiste mucho en este precepto, porque la sangre, en que está la vida, debe ser ofre-
** cida a Dios como señor de la misma vida (Lev 17, 14 ; Act 15 ,20. 29).
5 El Señor se declara aquí vengador de la sangre humana, aun contra las mismas fieras, para
infundir mayor respeto a la vida del hombre (4,9 ss.; Ex 21,28).
6 Repite Dios a Noé la bendición dada a Adán (Gén i,a8), y repite igualmente el mandato
de respetar la vida del hombre, por ser éste imagen y semejanza de Dios.
9 El pacto consistía en la promesa de no enviar otro diluvio que destruya la vida de la tierra
como el pasado. La señal de ese pacto es el arco iris, que precisamente se forma cuando amenaza
la lluvia, y servirá para tranquilizar al hombre más que para recordar a Dios su palabra.
17 El propósito doctrinal de este relato de] diluvio es manifiestamente mostrarnos a Dios
juez vengador de la corrupción moral humana y misericordioso reparador de la humanidad pe
cadora. La tradición de un diluvio que destruyó todos los hombres, menos algunos, salvados por
el favor de Dios, e6 bastante general en los pueblos antiguos, civilizados y salvajes. De éstos, el
relato más interesante es el transmitido por Beroso, sacerdote babilónico de la época de Alejandro,
cuyo original cuneiforme, hallado modernamente, remonta a la época de los patriarcas. Salvo su
teología politeísta, en lo puramente histórico el relato caldeo es muy semejante al bíblico y no puede
dudarse que ambos representan una misma tradición. Los modernos estudios prehistóricos indu
jeron a suponer que esta tradición se refiere al período glaciar y diluvial, que en la edad paleolítica
invadió buena parte de la tierra, destruyendo la población humana y su cultura. A pesar del carác
ter de universalidad que aparece en el texto, algunos exegetas modernos, apoyados en argumentos
bíblicos y científicos, restringen su sentido en el orden geográfico, zoológico y aun en el antropoló
gico; aunque en este último punto muchos otros exegetas sostienen la destrucción total de la hu
manidad, salvo la familia de Noé.
GÉNESIS 9 -1 0 88
de Canán. 19 Estos tres eran los hijos de 3 hijos de Gomer: Asquenaz, Rifat y To-
Noé y de ellos se pobló toda la tierra. gorma; 4 hijos de Javán: Elisa y Tarsis,
20 Noé, agricultor, comenzó a labrar la Quitim y Rodanim. 5 D e éstos se pobla
tierra, y plantó una viña. * 21 Bebió de su ron las islas de las gentes en sus tierras,
vino, y se embriagó, y quedó desnudo en según sus lenguas, familias y naciones.
medio de su tienda. 22 Vio Cam, el padre 6 Hijos de Cam fueron: Cus, Misraím,
de Canán, la desnudez de su padre, y fue Put y Canán. 7 Hijos de Cus: Seba, Evila,
a decírselo a sus hermunos, que estaban Sabta, Rama y Sabteca. Hijos de Rama:
fuera; 23 y tomando Sem y Jafet el manto, Seba y Dadán. 8 Cus engendró a Nemrod,
se lo pusieron sobre los hombros, y yen que fue quien comenzó a dominar sobre
do de espaldas, vuelto el rostro, cubrie la tierra, * 9 pues era un robusto cazador
ron, sin verla, la desnudez de su padre. ante Yavé, y de ahí se dijo: «Como Nem
24 Despierto Noé de su embriaguez, supo rod, robusto cazador ante Yavé». * 10 Fue
lo que con él habia hecho el más peque el comienzo de su reino Babel, Ereg, Acad
ño de sus hijos, 25 y dijo: y Calne, en tierra de Senaar. * 11 De esta
«Maldito Canán, tierra salió para Asur, que edificó Nínive,
Siervo de ios siervos de sus hermanos Rejobothir, Calaj 12 y Resen, entre Níni
será». ve y Calaj; ésta fue la ciudad grande.
26 y añadió: «Bendito Yavé, Dios de 13 Misraím engendró a los Ludin, los Ana-
Sem. mim, los Leabim, los Naftujim, * 14 los
Y sea Canán siervo suyo. Petrusim y los Caslujim y los Caftorim,
27 Dilate Dios a Jafet, de los cuales salieron los Pilistim. * 15 Ca
Y habite éste en Jas tiendas de Sem nán engendró a Sidón, su primogénito,
Y sea Canán su siervo». * y a Jet, 16 al jebuseo, al amorreo, al guer-
28 Vivió Noé después del diluvio tres gueseo, 17 al jeveo, al araqueo, al sineo,
cientos cincuenta años,29 siendo todos los 18 al arvadeo, al semareo y al jamateo, de
dias de su vida novecientos cincuenta los que descendieron después las familias
años, y murió. del cananeo. 19 Los limites del cananeo
eran desde Sidón, viniendo hacia Guerar,
hasta Gaza, y viniendo hacia Sodoma,
L o s pueblos descendientes de N oé Gomorra, Adama y Seboím basta Lesa.
20 Estos son los hijos de Cam, según sus
<| A i Estas son las generaciones de familias, lenguas, regiones y naciones.
* " N o é: Sem, Cam y Jafet. Naciéron 21 También le nacieron hijos a Sem, pa
les hijos a éstos después del diluvio. * dre de todos los Bene Heber y hermano
2 Hijos de Jafet fueron Gomer, Magog, mayor de Jafet.* 22 Son hijos de Sem:
Madai, Javán, Tubal, Mosoc y Tiras; Elam, Asur, Arfaxad, Lud, Aram y Cai-
20 Parece este episodio una continuación de las invenciones mencionadas en el c.5 La viña
es muy cultivada en Palestina, y su primer origen lo ponen los historiadores precisamente en Ar
menia.
27 Compárese con esta bendición la de Isaac a sus hijos (27,27-29.30-40), la de Jacob a los
suyos (49,1-27), la de Moisés a las doce tribus (Dt 32). Las bendiciones de Sem y de Jafet son,
indudablemente, mesiánicas. La maldición merecida por Cam no recae sobre éste, sino sobre su
hijo Canán. Cam en la Biblia es Egipto (Sal 78,51; 105,23.27), por quien los hebreos tenían simpa
tía, no obstante la historia del éxodo; pero Canán es el pueblo cananeo, condenado en la Ley a la
destrucción y en la historia a la servidumbre. Se anuncia aquí lo que ha de suceder en Canán, con
quistada por los hebreos, los filisteos y los otros pueblos llamados del Mar, que en el siglo XII
invadieron Siria y Palestina, hasta amenazar el Egipto.
n 1 La tabla etnográfica del Génesis está en forma de árbol genealógico; en ella los nom-
1 ” bres, más que personas, representan frecuentemente naciones, tribus o ciudades, abarcando el
mundo conocido de los hebreos desde el mar Caspio hasta España, límite occidental de las colonias
fenicias. Aquí aparece Israel entre los grandes pueblos de la antigüedad y antepuesto a ellos por
la elección divina.
8 Los W.8-12 son un paréntesis de la genealogía de los Cus. Implica una dificultad este pa
rentesco de Cus con el fundador del imperio semita en Mesopotamia (Miq 5,5). Para resolverla
proponen unos leer Cas, i. e., los coseos o casitas, que habitaban al este de Asiría y luego reinaron
en Babilonia; otros prefieren leer Kis, nombre de una de las ciudades más antiguas de Caldea.
9 Era la caza un ejercicio muy beneficioso cuando la abundancia de las fieras hacía insegura la
vida humana. Los monumentos asirios representan con frecuencia estas cacerías de las bestias sal-
vajes.
10 No parece que la enumeración de las ciudades corresponda a su antigüedad, sino a la impor
tancia que luego alcanzaron.
13 Misraím es forma dual que significa el Alto y el Bajo Egipto, al cual se ligan muchos pueblos
que han tenido relaciones con él.
14 Se ligan a Canán, además de Sidón, que representa la Fenicia, todos los pueblos de la costa
sir|a y la Palestina, tantas veces mencionados en la Escritura.
21 Como antes se hacía especial mención de Canán, padre de los cananeos, así ahora se hace da
Eber, padre de los hebreos.
39 GÉNESIS 1 0 -1 1
nán. * 23 Hijos de Aram: Uz, Jul, Gueter se entiendan unos a otros». 8 Y los dis
y Mas. 24Arfaxad engendró a Saiaj, y persó de allí Yavé por toda la haz de la
Salaj a Heber. 25 A Heber le nacieron dos tierra, y así cesaron de edificar la ciudad.
hijos; el uno se llamó Paleg, porque en 9 Por eso se llamó Babel, porque allí con-
su tiempo se dividió la tierra; Su hermano
se llamó Joctán; 26 Joctán engendró a Al-
modad, Salar, Jasarmavet, Jaraj, 27 Ado-
ram, Uzal, Diclá, 28 Obad, Abimael, Se-
ba, 29 Ofir, Evila y Jobab. Todos éstos
son hijos de Joctán, 30 y habitaron desde
Mesa, según se va a Sefar, el monte orien
tal. 31 Estos son los hijos de Sem, según
sus familias, lenguas, regiones y nacio
nes. 32 Estas las familias de los hijos de
Noé, según sus generaciones y naciones.
D e éstos se dividieron los pueblos en la
tierra después del diluvio. *
■I -I 1 Como aquí falta totalmente la cronología, ignoramos a qué tiempo se refiere y cuáles de los
■ * híios de Noé tomaron parte en este episodio.
2 El autor coloca todo el desarrollo de la historia primitiva en el Oriente, sin más determinación.
4 Era su intento edificar una ciudad que fuera el centro de su vida y de sus relaciones. La torre
es semejante a un sikkurat de los que en Babilonia servían de templo, y que por hipérbole se dice
que tocaba el cielo (Dt 1,28). Esta torre sería un monumento que perpetuaría la memoria de su
nombre.
6 Están unidos, y la unidad de lengua favorece la unión de los ánimos para emprender cosas
grandes. Ahora comienzan, y si la empresa les sale bien, no tendrán límite en sus ambiciones. La
unión engendra la fuerza, y de ésta nace el orgullo para desafiar a Dios mismo (Is 19,18; Sof 3,9;
Act 2,s-i 1). En cambio, la diversidad de lenguas es causa de aversión y de división (Dt 28,49;
Jer 5,15).
9 El relato nos presenta a los hombres ensoberbecidos por su fuerza y su unidad, basada en la
unidad de lenguas. Los castiga Dios, confundiendo su lengua y obligándoles asi a dispersarse.
10 Esta genealogía está redactada en la misma forma que la del c.5, con la diferencia de que falta
el número total de los años y la mención de la muerte. El texto samaritano y los LXX añaden una
y otra cosa.
12 Los LXX intercalan aquí a Cainán, como en 10,24.
GÉNESIS 1 1 -1 2 40
gendró hijos e hijas. 14 Vivió Sale treinta Melca y de Jesca. * 30 Era Sarai estéril y
años, y engendró a Heber; 15 vivió des no tenía hijos. 31 Tomó, pues, Teraj a
pués de engendrar a Heber cuatrocientos Abram, su hijo; a Lot, el hijo de Aram,
tres años, y engendró hijos e hijas. ^ V i hijo de su hijo, y a Sarai, su nuera, la
vió Heber treinta y cuatro años, y engen mujer de su hijo Abram, y los sacó de
dró a Paleq; 17 vivió después de engen Ur Casdim para dirigirse a la tierra de
drar a Paleq cuatrocientos treinta años, y Canán, y llegados a Jarán, se quedaron
engendró hijos e hijas. 18 Vivió Paleq trein allí. * 32 Siendo Teraj de doscientos cinco
ta años, y engendró a Reu; 19 vivió des años, murió en Jarán. *
pués de engendrar a Reu doscientos nue
ve años, y engendró hijos e hijas. 20 Vivió
Reu treinta y dos años, y engendró a Sa- S E G U N D A P A R T E
rug; 21 vivió’ después de engendrar a Sa-
rug doscientos siete años, y engendró hi H ist o r ia de A braham
jos e hijas. 22 Vivió Sarug treinta años, y (i 2,1-25,18)
engendró a Najor; 23 vivió después de en
gendrar a Najor doscientos años, y engen 1 1 % i Dijo Yavé a Abrahami «Salte de
dró hijos e hijas. 24 Vivió Najor veintinue * & tu tierra,
ve años, y engendró a Teraj; 25 vivió des De tu parentela,
pués de engendrar a Teiaj ciento diecinue De la casa de tu padre,
ve años, y engendró hijos e hijas. 26 Vivió Para la tierra que yo te indicaré;
Teraj setenta años, y engendró a Abram, 2 Yo te haré un gran pueblo,
a Najor y a Aram. * Te bendeciré y engrandeceré tu nombre,
Que será una bendición.
Em igración de A bram a 3 Y bendeciré a los que te bendigan.
Palestina Y maldeciré a los que te maldigan. Y se»
rán bendecidas en ti todas las familias de
27 Estas son las generaciones de Teraj; la tierra. * 4 Fuése Abram conforme le ha
Teraj engendró a Abram, Najor y Aram. bía dicho Yavé, llevando consigo a Lot.
Aram engendró a Eót, 28 y murió antes Al salir de Jarán era Abram de setenta
de Teraj, su padre, en la tierra de su na y cinco años. * 5 Tomó, pues, Abram a Sa
cimiento, en Ur Casdim. * 29 Tomaron rai, su mujer, y a Lot, su sobrino, y toda
Abram y Najor mujer cada uno; el nom su familia y la hacienda y ganados que
bre de la de Abram, Sara!, y el de la de en Jarán habían adquirido. Salieron para
Najor, Melca, hija de Aram, el padre de dirigirse a la tierra de Canán, y llegaron
26 Abram es el término de la genealogía patriarcal, que comprende además todo el c.5 del Gé
nesis. En cuanto al modo de la genealogía, su sentido mesiánico y su valor cronológico, véase la nota
a Génesis 5,31 (cf. Introducción a los libros históricos, n.8).
28 Ur es una ciudad muy antigua de la Baja Caldea, a la derecha del Eufrates, en la cual era
muy venerado el dios Sin, Luna que era también el dios principal de Jarán.
29 Sarai significa en babilonio reina, soberana; Melca significa princesa. Ambas son de la fami
lia de Teraj, lo cual acaso indica el autor sagrado para infundir horror a las uniones extranjeras,
como luego en la historia de los hijos de Isaac.
31 Jarán, o Harán, es ciudad principal de la Alta Mesopotamia y paso obligado para la Siria y
Canán.
32 El texto samaritano lee 145, lo que cuadra mejor con la cronología posterior.
Con este capítulo termina la primera parte del Génesis, que abarca la historia de la humanidad,
aunque concretándose más y más cada vez, hasta venir a la familia de Teraj, a quien debemos su
poner como un jefe de tribu. No hay por qué buscar aquí un cuadro completo de la historia univer
sal, para lo cual el autor sagrado carecía de datos, que la tradición humana no le suministraba. Con
los que tenía y con los que la revelación divina le daba sobre los orígenes del mundo y del hombre,
ilustrado con la luz divina, nos teje esta historia del linaje humano bajo la acción sobrenatural de
Dios. Mirada desde el punto de vista histórico, no hay duda que es incompleta y ofrece dificultades;
pero considerada desde el punto de vista religioso y comparada con las aberraciones mitológicas en
las tradiciones primitivas de los otros pueblos, resultan claras sus enseñanzas acerca de los dogmas
más fundamentales de la religión y de una superioridad incomparable sobre todos los demás rela
tos de la historia primitiva de la humanidad.
•fl O 3 Las palabras de Dios a Abram contienen un mandato y una promesa, uno y otra dados
■ “ en Ur Casdim (Act 7,2). La promesa se repite en términos casi idénticos, tres veces al mismo
Abram, y después a Isaac y a Jacob. Promete Dios a Abram darle la tierra de Canán, a él y a su
descendencia; esto, si bien aquí está sólo indicado, se halla luego terminantemente en las promesas
siguientes (13,14 ss.): multiplicar su descendencia, hasta hacerla una gran nación; engrandecerle y
darle por fuente de bendición; bendecir a los que le bendigan, maldecir a los que le maldigan y ser
objeto de bendición para toda6 las naciones de la tierra. La razón de todas estas bendiciones es el
Mesías, que de Abram descenderá.
4 Se pondera la fe y obediencia de Abram en dejar a los suyos para ir a un país lejano y desco
nocido, confiado sólo en la palabra y protección de Dios.
41 GÉNESIS 1 2 -1 3
a ella. 6 Penetró en ella Abram hasta el ron mucho, y la mujer fue llamada al
lugar de Siquem, hasta el encinar de Mo- palacio del Faraón. 16 A Abram le trata
reh. Entonces estaban los cananeos en ron muy bien por amor de ella, y tuvo
la tierra. * 7 Y se le apareció Yavé a ovejas, ganados y asnos, siervos y siervas,
Abram y le dijo: «A tu descendencia da asnos y camellos. 17 Pero Yavé afligió con
ré yo esta tierra». Alzó allí un altar a grandes plagas al Faraón y a su casa por
Yavé, que se le había aparecido, * 8 y sa Sarai, la mujer de Abram; * as y llaman
liendo hacia el monte que está frente a do el Faraón a Abram, le dijo: «¿Por qué
Betel, asentó allí sus tiendas, teniendo a me has hecho esto? ¿Por qué no me diste
Betel al occidente y a Haí al oriente, y a saber que era tu mujer? 19 ¿Por qué
alzó allí un altar a Yavé e invocó el nom dijiste: Es mi hermana, dando lugar a que
bre de Yavé. la tomase yo por mujer? Ahora, pues, ahí
tienes a tu mujer; tómala y vete».20 Y dio
Bajada de A b ra m a E gip to el Faraón órdenes acerca de él a sus
9 Levantó Abram sus tiendas para ir al
hombres, y éstos le condujeron a él y a
su mujer con todo cuanto era suyo.
N egueb ; 10 pero hubo un hambre en aque
lla tierra, y bajó a Egipto para peregrinar 1 Q ASubió, pues, de Egipto Abram
allí, por haber en aquella tierra gran es ^ con su mujer, toda su hacienda, y
casez. * 11 Cuando estaba ya próximo a con Lot hacia el Negueb. * 2 Era Abram
entrar en Egipto, dijo a Sarai, su mujer: muy rico en ganados y en plata y oro,
«Mira que sé que eres mujer hermosa, 12 y 3 y se volvió desde el Negueb hacia Betel,
cuando te vean los egipcios d irán : «Es su 4 hasta el Jugar donde estuvo antes acam
mujer», y me m atarán a mí y a ti te de pado entre Betel y Haí, al lugar del altar
jarán la vida;* 13 di, pues, te lo ruego, que allí alzara al principio, e invocó allí
que eres mi hermana, para que así me el nombre de Yavé.
traten bien por ti, y por amor de ti salve
yo mi vida. * 14 Cuando, pues, hubo en Separación de A b ra m y L o t
trado Abram en Egipto, vieron los egip
cios que su mujer era muy hermosa; 15 y 5 También Lot, que acompañaba 3
viéndola los jefes del Faraón, se la alaba- Abram, tenía rebaños, ganados y tien-
6 Siquem había de ser memorable en ta historia de sus descendientes. El encinar de Moreh está
cercano a Siquem, donde el patriarca filó su campo, y es mencionado en Dt 11,30. Los cananeos
habían llegado al país antes que Abram; la promesa divina implicaba así mayor dificultad.
7 Estos sitios de apariciones divinas vienen a ser lugares sagrados para el patriarca, como luego
lo serán para sus descendientes (Ex 20,24).
10 Egipto, a causa de su fertilidad y del distinto régimen climatológico, fue siempre el refugio
de Palestina en tiempos de carestía, y más para los nómadas, que con mayor facilidad se mueven.
12 Como nómada y extranjero teme la liviandad de los civilizados egipcios y toma precauciones.
13 Según Gén 20,12, Abram y Sara eran hermanos de padre, lo que no era en muchos pueblos
antiguos impedimento del matrimonio. En Israel mismo, a pesar de la Ley (Lev 18,9.11; Dt 2 1 , 2 2 ),
tal vez no se consideraban tales matrimonios como ilícitos, a juzgar por las palabras de Tamar a su
hermano Amnón (2 Sam 13,13).
La medida no evitaba el peligro de adulterio. Para evitarlo, sin duda que eí patriarca ponía su
confianza en Dios (San A gustín , Contra Faustum, XXII, 37).
17 No se nos dice en qué consistían estas plagas; pero ellas fueron tales, que hicieron al Faraón
entrar dentro de sí e informarse mejor de la condición de la mujer que había tomado. Asi brilla la
protección de Yavé sobre el patriarca.
13 1El Negueb es el mediodía de Canán.
GÉNESIS 1 3 -1 4 42
das, 6 y no podían habitar juntos en aque Bera, rey de Sodoma; a Birsa, rey de Go
lla tierra por ser muy grandes sus hacien morra ; a Senab, rey de Adama; a Seme-
das para poder habitar juntamente. 7 Hu bar, rey de Seboyim, y al rey de Bela,
bo contiendas entre los pastores del gana que es Segor. 3 Estos se concentraron en
do de Abram y los del ganado de Lot. el valle de Sidim, que es el mar de la
Habitaban entonces aquella tierra cana- Sal. 4 Por doce años habían estado so
neos y fereceos. * 8 Dijo, pues, Abram a metidos a Codorlaomor, pero el año tre
Lot: «Que no haya contiendas entre los ce se rebelaron.* 5 El catorce vino Codor
dos, ni entre mis pastores y los tuyos, laomor y los reyes con él coligados, y
pues somos hermanos. 9 ¿No tienes ante derrotaron a los Refaím en Astarot Car-
ti toda la región? Sepárate, pues, de mí, naím, y a los Zurim en Ham, a los Emim
te lo ruego; si tú a la izquierda, yo a la en el llano de Quiriataím ^ y a los Jórreos
derecha; si tú a la derecha, yo a la iz en los montes de Seir hasta El Farán, que
quierda». 10*Alzando Lot sus ojos, vio toda está junto al desierto; * 7 y volviéndose,
la hoya del Jordán, enteramente regada, vinieron a la fuente de Mispat (Juicio),
antes de que destruyera Yavé a Sodoma que es Cades, y talaron todos los campos
y Gomorra, que era como un jardín de de los amalecitas y los de los amorreos
Yavé, y a partir de Segor se parecía al que habitaban en Jasason Tamar. 8 Sa
Egipto, según vas a Tanis. * il Eligió, pues, liéronles al encuentro el rey de Sodoma,
Lot la hoya del Jordán, y se dirigió al el de Gomorra, el de Adama, el de Se
oriente, separándose el uno del otro. boyim y el de Bela, que es Segor, y pre
12 Abram siguió en la tierra de Canán, y sentaron batalla en el valle de Sidim
Lot habitó en las ciudades de la hoya del 9 contra Codorlaomor, rey de Elam; Ta
Jordán, teniendo su morada en Sodoma. dal, rey de Goyim; Amrafel, rey de Se
13 Eran los habitantes de Sodoma malos naar, y Arioc, rey de Elasar; cuatro reyes
y pecadores ante Yavé en muy alto grado. contra cinco. 10 Había en el valle de Si
Dijo Yavé a Abram después que Lot dim muchos pozos de betún. Los reyes
se hubo separado de é l: «Alza tus ojos, y de Sodoma y Gomorra se dieron a la
desde el lugar donde estás mira al norte fuga, y cayeron allí muchos, y los que
y al mediodía, al oriente y al occidente. * se salvaron huyeron al monte. * 11 Sa
*3 Toda esa tierra que ves te la daré yo quearon todas las haciendas de Sodoma
a ti y a tu descendencia para siempre. y Gomorra y todas sus provisiones, y se
16 Y haré tu descendencia como el polvo retiraron. 12 Llevaron también con toda
de la tierra; si hay quien pueda contar el hacienda a Lot, que habitaba en Sodo
polvo de la tierra, ése será quien pueda ma, 13 y fue uno de los fugitivos a decír
contar tu descendencia. 17 Anda y ca selo a Abram, el hebreo, que habitaba en
mina por esta tierra a lo largo y a lo el encinar de Mambré, el amorreo, herma
ancho, que a ti te la daré toda». 18 Le no de Escol y de Aner, que habían hecho
vantó, pues, Abram sus tiendas y se fue alianza con Abram;* 14y como supo
a habitar al encinar de Mambré, cerca Abram que había sido hecho cautivo su
de Hebrón, y alzó allí un altar a Yavé. hermano, reunió los capaces de llevar ar
mas de entre sus domésticos, trescientos
Liberación de Lot dieciocho, y persiguió a los aprehensores
14 i Sucedió que en aquel tiempo hasta Dan, * 15*y dividiendo su tropa cayó
* *■ Amrafel, rey de Senaar; Arioc, rey sobre ellos por la noche, él y sus siervos,
de Elasar; Codorlaomor, rey de Elam, y y los derrotaron, persiguiéndolos hasta
Tadal, rey de Goyim, 2 hicieron guerra a Joba, que está al norte de Damasco,*
7 En 12,6, los cananeos venían a significar todos los habitantes de la Palestina; aquí tienen esta
significación estos dos nombres, cananeos y fereceos, que se hallan juntos también en 34,40.
Estando poblada la tierra, Abram y Lot no podían moverse con libertad.
10 Una depresión rodeada de montes, como es la región del Jordán, se llama frecuentemente
hoya; por eso traducimos así, pues tal es el aspecto que presenta vista desde Betel, desde donde la
contemplan Abram y Lot.
14 La confirmación de la promesa es el premio de su generosidad para con Lot y de su amor
por la paz.
4 La arqueología muestra la influencia de Caldea sobre Palestina en estas remotas edades,
U y Sargón el Antiguo reinó sobre todo el occidente.
6 Los invasores bajan por el este del Jordán hasta el desierto y suben luego hacia el mar Muerto»
Al sur de éste derrotan a los reyes de Sodoma, y después de saquear el país continúan su marcha ha
cia el norte de Canán, donde los sorprende Abram.
10 Todavía hoy el mar Muerto arroja betún o asfalto en gran cantidad.
13 Son estas alianzas la base de la relativa paz y tranquilidad que hay entre los nómadas del de
sierto.
14 Este detalle nos indica que Abram era jeque de una poderosa tribu.
15 Esta división de las tropas en tres grupos es aún la táctica de los nómadas. La excesiva con
fianza que a los vencedores habían dado sus fáciles triunfos y la resolución de Abram y sus aliados
43 GÉNESIS 1 4 -1 5
16 y recobró todo el botín y a Lot, su her criado quien me herede» .4 Pero en seguida
mano, con toda su hacienda, y mujeres y le respondió Yavé: «No te heredará ése;
pueblo.17 Después que volvió de derrotar al contrario, uno salido de tus entrañas,
a Codorlaomor y a los reyes que con él ése te heredará». 5 Y sacándole fuera le
estaban, salióle al encuentro el rey de dijo: «Mira al cielo, y cuenta, si puedes,
Sodoma en el valle de Save, que es el las estrellas; así de numerosa será tu des
valle del rey, * 18 y Melquisedec, rey de cendencia». 6 Y creyó Abram a Yavé, y
Salem, sacando pan y vino, como era le fue reputado por justicia. * 7 Díjole des
sacerdote del Dios Altísimo, • 19 bendijo pués Yavé: «Yo soy Yavé, que te saqué
a Abram, diciendo: de Ur Casdim para darte esta tierra en po
«Bendito Abram del Dios Altísimo, el sesión». 8 Preguntóle Abram: «Señor, Ya
dueño de cíelos y tierra. * vé, ¿en qué conoceré que he de poseerla?»
20 Y bendito el D ios Altísimo, que ha 9 Y le dijo Yavé: «Elígeme una vaca de
puesto a tus enemigos en tus manos». tres años, una cabra de tres años también,
Y le dio Abram el diezmo de todo. * y un carnero igualmente de tres años, y
21 Dijo el rey de Sodoma a Abram: «Da una tórtola y un palomino». 10 Tomó
me las personas, la hacienda tómala para Abram todo esto, y partió los animales
ti»; * 22 pero Abram dijo al rey de Sodo por la mitad, pero no las aves, y puso de
ma: «Alzo mi mano a Yavé, al Dios Al cada uno una parte frente a la otra.11 Ba
tísimo, el dueño de cielos y tierra, 23 que jaban las aves sobre las carnes muertas, y
desde un hilo hasta una correa de zapato Abram las espantaba. 12 Cuando estaba
no tomaré yo nada de cuanto es tuyo, para ya el sol para ponerse, cayó un sopor so
que no digas: Yo enriquecí a Abram; bre Abram, y fue presa de gran terror, y
24 salvo lo que han comido los mozos y le envolvió densa tiniebla. 13 Y dijo a
la parte de los que me han acompañado, Abram: «Has de saber que tu descen
Ancr, Escol y Mambré. Estos cogerán dencia será extranjera en una tierra no
sus partes». suya, y estará en servidumbre, y la opri
mirán por cuatrocientos años; 14pero yo
Alianza de Y avé con A bram juzgaré al pueblo que los esclavizará, y
saldrán de allí después con mucha ha
| C 1 Después de estos sucesos habló cienda; 15 pero tú irás a reunirte en paz
* Yavé a Abram en visión, diciéndo- con tus padres, y serás sepultado en buena
le: «No temas, Abram; yo soy tu escudo; ancianidad.16 A la cuarta generación vol
tu recompensa será muy grande». 2 Con verán acá, pues todavía no se han consu
testóle Abram: «Señor, Yavé, ¿qué vas a mado las iniquidades de los amorreos». *
darme? Y o me iré sin hijos, y será herede 17 puesto ya el sol, y en densísimas tinie
ro de mi casa ese damasceno Eliezer. * blas, apareció una hornilla humeando y
3 N o me has dado descendencia, y será mi un fuego llameante, que pasó por entre
dieron a éstos una completa victoria y los hicieron dueños del botín que en su expedición hablan
acumulado los reyes orientales.
17 Las palabras «que es el valle del rey» son. sin duda, una glosa. De este valle se hace mención
en 2 Sam 8,i8, a propósito del monumento sepulcral levantado allí por Absalón.
18 Este personaje, rey y sacerdote, es el más interesante del capítulo. Salem es Jerusalem, L/ru-
solún en las cartas de El-Amarna (cf. Sal 76,2), donde era rey Adonisedec (Jos 10,2 s.). Su acto,
más que un sacrificio, parece ser un obsequio a los vencedores, que desde Clemente Alejandrino
es mirado como tipo de la Eucaristía (Strom., IV, 25) y hasta del sacrificio de la misa. La razón de
tipo no exige que la acción de Melquisedec sea un verdadero sacrificio.
19 Dios Altísimo, en hebreo El Elyon, que la Escritura retiene como uno de los nombres divinos
con que Dios era conocido y venerado. Ambos nombres nos eran conocidos como nombres de di
vinidades cananeas, pero hoy lo son mejor por los textos de Ras-Shamra.
20 Melquisedec es rey y sacerdote, y como tal, tipo del Mesías (Sal 110,4). Como sacerdote,
bendice a Abraham (Núm 6,22-27) y recibe de él las décimas, en que ve San Pablo señalado el sacer
docio levítico (Heb 5,5 ss.).
21 Era uso de los pueblos antiguos, y fue luego ley en Israel, consagrar a la divinidad una parte
del botín alcanzado en la guerra (Núm 31,28).
•i Iv 2 Carecía de lo más estimable para él: los hijos, sin los cuales todas las otras promesas tem-
* ^ porales eran de poca estima.
6 La fe de Abram en la divina promesa, contra toda humana esperanza, fue un acto de justicia
gratísimo al Señor. San Pablo la considera como expresión de la justificación por la fe. Santiago,
' como ejemplo de la sinceridad de la fe, que se muestra en Abram, dispuesto a sacrificar a su hijo único
por obedecer a Dios (Rom 4,18 ss.; Sant 2,20).
16 Efectivamente, así resulta de Ex 6,16-20 y Núm 26,5-9. Pero sin duda que aquí la genera
ción es una unidad cronológica equivalente próximamente* a un siglo, la máxima longevidad del
hombre en los tiempos históricos, igual que el saeculum y el aion. Amorreos, como en otros pasajes
cananeos, significa en éste los habitantes todos de Canán antes de Israel.
GÉNESIS 1 5 -1 7 44
fas mitades de las victimas. * 18 En aquel «Yo multiplicaré tu descendencia,
día hizo Yavé pacto con Abram. dicién- que por lo numerosa no podrá con»
dolc: «A tu descendencia he dado esta tarse.
tierra desde el río de Egipto hasta el gran 11 Mira, has concebido y parirás un
río, c! Eufrates, * 19 al quinco, al quine- hijo,
ceo, al cadmoneo, 20 al jeveo, al fereceo, Y le llamarás Ismael,
a los refaím, 21 al amorreo, al cananeo, al Porque ha escuchado Yavé tu afile*
guergueseo y al jebuseo». ción.
12 Será un onagro de hombre;
Nacimiento de Ismael Su mano contra todos, y las manos de
todos contra él.
1 /J i Sarai, la mujer de Abram, no te- Y habitará al oriente de todos sus h©r-
1 ® nía hijos. Pero tenía una esclava manos». *
egipcia, de nombre Agar,2 y dijo a Abram: 13 Dio Agar a Yavé, que le había ha
«Mira, Yavé me ha hecho estéril; entra, blado, el nombre de Atta-EJ-Roi, pues se
pues, a mi esclava, a ver si por ella puedo dijo: «¿No he visto también aquí al que
tener hijos». Escuchó Abram a Sarai. * me ve? * 14 Por eso llamó al pozo Ber-Lai-
3 Tomó, pues, Sarai, la mujer de Abrara, Roi. Es el que está entre Cades y Berid. *
a Agar, su esclava egipcia, al cabo de diez 15 Parió Agar a Abram un hijo, y le dio
años de habitar Abram en la tierra de Abram el nombre de Ismael, w Tenía
Canán, y se la dio por mujer a su marido, Abram ochenta y seis años cuando Agar
Abram. 4 Entró éste a Agar, que concibió, le parió a IsmaeL
y viendo que había concebido, miraba
con desprecio a su señora. 5 Dijo, pues,
Sarai a Abram : «MI afrenta sobre ti cae; Renovación de la alianza*
yo puse mi esclava en tu seno, y ella, L a circuncisión
viendo que ha concebido, me desprecia.
Juzgue Yavé entre ti y mí». 6 Y Abram 1 Siendo Abram de noventa y nue
dijo a Sarai: «Mira, en tus manos está tu n
ve años, se le apareció Yavé y le
esclava, haz con ella como bien te parez dijo: «Yo soy El Saddai; anda en mi
ca». Corrigióla Sarai, y ella huyó de su presencia y sé perfecto. * 2 Yo haré con
presencia; * 7 la encontró el ángel de Yavé
junto a la fuente que hay en el desierto, tigo mi alianza, y te multiplicaré muy
camino del sur, 8 y le dijo: «Agar, escla grandemente». 3 Cayó Abram rostro a tie
va de Sarai, ¿de dónde vienes y adonde rra, y siguió diciéndole Dios: * 4 «He aquí
vas?»; y le respondió ellas «Voy huyendo mi pacto contigo: serás padre de una mu
de Sarai, mi señora». 9 «Vuelve a tu se chedumbre de pueblos,5 y ya no te llama
ñora—le dijo el ángel de Yavé—y humí rás Abram, sino Abraham, porque yo te
llate bajo su mano»; 10 y añadió: haré padre de una muchedumbre de pue-
17 El paso por entre las partes de las víctimas es la forma ritual de consagrar un pacto entre
hombres, poniendo a Dios por testigo (Jer 34,18 s.). Aquí el mismo Dios pasa entre las victimas,
simbolizado por el fuego.
18 Los limites naturales de la Palestina son: el Líbano y ante-Libano, al norte; al sur, el desierto;
al oeste, el Mediterráneo, y al este, el Jordán. Este último parece ser el rio aquí señalado. Si aquí y
en otros lugares se dice el río grande, y a veces el Eufrates, esto parece ser una glosa interpretativa
fundada en la universalidad del reino mesiánico, según profecías subsiguientes.
1 fi 2 Ajústese aquí Abram al código de Hammurabí, que parece regular la vida conyugal de
* w Abram e Isaac. Según él, la mujer estéril podía dar a su marido una esclava por mujer, per
diendo así el derecho a repudiarla a ella.
6 El art.146 de la ley hammurabiana resuelve el conflicto de Sarai y Agar en la misma forma en
que lo hace el patriarca.
12 Véase la descripción del asno salvaje en Job 39,5-8. Comparación muy apropiada para pin
tar el carácter de Ismael y de sus descendientes, nómadas del desierto, amantes de su libertad, ene
migos de toda sujeción y prontos a caer sobre los incautos viajeros.
13 «Tú eres el Dios de visión». Lo mismo que Jacob en 32,30 y en Ex 24.11 y que los padres
de Sansón en Jue 13,22, Agar expresa su admiración de haber visto a Dios sin quedar herida por el
rayo de su majestad, según lo que se dice en Ex 23,30: «No me verá el hombre y vivirá».
14 «Pozo del Viviente, que me ve*.
y 1 Yo soy El-Saddait son los nombres que Dios tomó en sus relaciones con los patriarcas. Bt
1 1 significa Dios, y es común a todas las lenguas semíticas; el significado de Saddai es incierto;
las versiones lo traducen de diversas maneras, pero la más apropiada parece ser la que aquí nos dan
la Vulgata y los LXX de Omnipotente, que suele ir asociada a la idea de fidelidad de Dios en cumplir
las promesas hechas a los patriarcas (cf. 28,3; 35,1, etc.).
3 El nombre parece significar Dios omnipotente, quizá Dios de la fecundidad. Con él se mani
festó Dios a los patriarcas (Ex 3,6).
45 ’ GÉNESIS 1 7 -1 6
5 Abram o Abiram vale tanto como mi padre (Dios) es excelso. Abraham, compuesto, segúnla
etimología vulgar, de Ab y hamon, significa padre de la muchedumbre. El nombre impuesto por Dios
es un testimonio perenne de la promesa divina (Rom 4,16 s.).
11 Aunque la circuncisión era observada en otros pueblos, se da aquí como señal de la alianza
entre Dios y su pueblo. Por eso el que la omite queda excluido de él. Los profetas hablan de la cir
cuncisión del corazón y de los oídos, significando la obediencia y la docilidad a la divina ley. Este
rito es, según la tradición, tipo del bautismo, por el cual somos incorporados a la Iglesia, el pueblo
de Dios.
14 La edad de la circuncisión varía en los diversos pueblos; en Israel se practica cuanto antes,
en razón de su mismo significado, para que el niño no quede excluido de la alianza de Dios y de
«us promesas.
17 Sería demasiada tanta dicha y fuera de lo natural; por eso se contenta con que viva Ismael.
19 Es éste el punto substancial de la alianza, y por eso se repite tanto en la Escritura y cada vez
con un sentido más hondo, hasta llegar a significar la unión de los santos con Dios en el cielo (cf. Dt 9,
12 s.; Jer 7,23; 24,6 s.; Ez 11,19 s.; 2 Cor 6,16; Ap 21,3,7).
IO 2 La conducta de Abraham es enteramente la de un jeque nómada rico y generoso con los
■ 0 huéspedes que Dios le envía.
6 El banquete es excesivo para tres personas, pero así lo reclama el honor de los huéspedes y el
de Abraham. Tal es aún hoy la ley del desierto. Lo que sobra se da a los pobres de la tribu. El sea es
medida de capacidad para sólidos. Probablemente equivalía a unos 13 litros. Tanta cantidad de ha
rina para obsequiar a tres huéspedes se explica por el hecho de que entre los nómadas es común
que del banquete participe luego toda la casa del anfitrión, cuando no toda la tribu.
GÉNESIS 1 8 -1 9 46
do, y se Jo dio a un mozo, que se apresuró cuenta justos? 25 Lejos de ti obrar así,
a prepararlo; 8 y tomando Jeche cuajada matar al justo con el malvado, y que sea
y leche recién ordeñada y el ternero ya el justo como el malvado, lejos eso de
dispuesto, se lo puso todo delante, y él ti; el juez de la tierra toda, ¿no va a ha
se quedó junto a ellos debajo del árbol, cer justicia?» 2* Y le dijo Yavé: «Si ha
mientras comían. 9 Dijéronle: «¿Dónde llare en Sodoma cincuenta justos, perdo
está Sara, tu mujer?» «J3n la tienda está», naría por ellos a todo el lugar», ^ p r o
contestó él.* 10Y dijo uno de ellos: «A siguió Abraham y dijo: «Mira, te ruego,
otro año por este tiempo volveré sin falta, ya que he comenzado a hablar a mi Se
y ya tendrá un hijo Sara, tu mujer». Sara ñor, aunque soy polvo y ceniza: 28 Si de
oía desde la puerta de la tienda, que estaba los cincuenta justos faltaran cinco, ¿des
a espaldas del que hablaba. 11 Eran ya truidas por los cinco a toda la ciudad?»
Abraham y Sara ancianos, muy entrados Y le contestó: «No la destruiría si hallase
en años; había cesado ya a Sara la mens allí cuarenta y cinco justos». 29 Insistió
truación. 12 Rióse, pues, Sara, dentro, di Abraham todavía y dijo: «¿Y si se halla
ciendo: «¿Cuando estoy ya consumida, sen allí cuarenta?» Contestóle: «Tam
voy a remocear, siendo ya también viejo bién por los cuarenta lo haría». 30 Volvió
mi señor?» 13 Y dijo Yavé a Abraham: a insistir Abraham: «No te incomodes,
«¿Por qué se ha reído Sara, diciéndose: Señor, si hablo todavía. ¿Y si se hallasen
De veras voy a parir, siendo tan vieja? allí treinta justos?» Repuso: «Tampoco lo
14 ¿Hay algo imposible para Yavé? A otro haría si se hallasen treinta». 31 Volvió a
año por este tiempo volveré, y Sara tendrá insistir: «Señor, ya que comencé: ¿Y si
ya un hijo». 15 Temerosa Sara, negó ha se hallasen allí veinte justos?» Y contestó:
berse reído, diciendo: «No me he reído»; «No la destruiría por los veinte». 32 To
pero él le dijo: «Sí, te has reído». 16 Le davía Abraham: «Perdona, Señor, sólo
vantáronse los tres varones, y se dirigie una vez más: ¿Y si se hallasen allí diez?»
ron hacia Sodoma, y Abraham iba con Y le contestó: «Por los diez no la des
ellos para despedirlos». * 17 Yavé dijo: truiría». 33 Fuése Yavé después de haber
«¿He de encubrir yo a Abraham lo que hablado así a Abraham, y éste se volvió
voy a hacer, 18 habiendo él de ser, como a su lugar. *
será, un pueblo grande y fuerte, y habien
do de bendecirle todos los pueblos de la Corrupción de Sodom a
tierra? *9 Pues bien sé que mandará a sus
hijos, y a su casa después de él, que guar 1 Q 1 Llegaron a Sodoma los dos án-
den los caminos de Yavé, y hagan justicia 1 v geles ya de tarde, y Lot estaba
y juicio, para que cumpla Yavé a Abra sentado a la puerta de la ciudad. Al ver
ham cuanto le ha dicho». 20 Y prosiguió los, se levantó Lot y les salió al encuen
Yavé: «El clamor de Sodoma y Gomo- tro, e inclinó su rostro a tierra, 2 dicien
rra ha crecido mucho, y su pecado se ha do: «Mirad, señores; os ruego que ven
agravado en extremo; 21 voy a bajar, a gáis a la casa de vuestro siervo, para
ver si sus obras han llegado a ser como pernoctar en ella y lavaros los pies. Cuan
el clamor que ha venido hasta mí, y si no, do os levantéis por la mañana, seguiréis
lo sabré». 22 Y partiéndose de allí dos de vuestro camino». Y le contestaron: «No,
los varones, se encaminaron a Sodoma. pasaremos la noche en la plaza». 3 Instó
Abraham siguió en pie delante de Yavé. les mucho, y se fueron con él a su casa,
donde les preparó de comer, y coció pa
Intercesión por Sodoma nes ácimos, y comieron. 4 Antes que fue
ran a acostarse, los hombres de la ciudad,
23 Acercósele, pues, y le dijo: «¿Pero los habitantes de Sodoma, rodearon la
vas a exterminar juntamente al justo con casa, mozos y viejos, todos, sin excep
el malvado? 24 Si hubiera cincuenta jus ción. * 5 Llamaron a Lot y le dijeron:
tos en la ciudad, ¿los exterminarías aca «¿Dónde están los hombres que han ve
so, y no perdonarías al lugar por los cin nido a tu casa esta noche? Sácanoslos
para que los conozcamos». 6 Salió Lot a por favor, señor mío; 19 vuestro siervo
la puerta, y cerrándola tras sí 7 les dijo: ha hallado gracia a vuestros ojos, pues
«Por favor, hermanos míos, no hagáis me habéis hecho el gran beneficio de sal
semejante maldad. 8*Mirad, dos hijas ten varme la vida, pero yo no podré salvar
go que no han conocido varón; os las me en el monte sin riesgo de que me
sacaré para que hagáis con ellas como alcance la destrucción y perezca. 20 Mi
bien os parezca; pero a esos hombres no rad, ahí cerca está esa ciudad en que
les hagáis nada, pues para eso se han podré refugiarme; es bien pequeña; per
acogido a la sombra de mi techo.»* mitid que me salve en ella; ¿no es bien
9 Ellos le respondieron: «Quítate allá. pequeña?; así viviría». 21*Y le dijeron:
Quien ha venido como extranjero, ¿va a «Mira, te concedo también la gracia de
querer gobernarnos ahora? Te trataremos no destruir esta ciudad de que hablas.
a ti peor todavía que a ellos». Forcejea 22 Pero apresúrate a refugiarte en ella,
ban con Lot violentamente, y estaban ya pues no puedo hacer nada mientras en
para romper la puerta, cuando, 10*12sacan ella no hayas entrado tú». Por eso se
do los hombres su mano, metieron a Lot dio a aquella ciudad el nombre de Se-
dentro de la casa y cerraron la puerta. gor. * 23 Salía el sol sobre la tierra cuando
11 A los que estaban fuera los hirieron de entraba Lot en Segor, 24 e hizo Yavé llo
ceguera, desde el menor hasta el mayor, ver sobre Sodoma y Gomorra azufre.y
y no pudieron ya dar con la puerta. fuego de Yavé, desde el cielo. 25 Destru
12 Dijeron los dos hombres a Lot: «¿Tie yó estas ciudades y toda la hoya, y cuan
nes aquí alguno, yerno, hijo o hija? Todo tos hombres había en ellas y hasta las
cuanto tengas en esta ciudad, sácalo de plantas de la tierra. 26 La mujer de Lot
aquí, * 13 porque vamos a destruir este miró atrás, y se convirtió en un bloque
lugar, pues es grande su clamor en la de sal. *
presencia de Yavé, y éste nos ha mandado 27 Levantóse Abraham de mañana, y
para destruirla». 14*Salió, pues, Lot para fue al lugar donde había estado con
hablar a sus yernos, los que habían de Yavé, 28 y mirando hacia Sodoma y Go
tomar por mujeres a sus hijas, y les dijo: morra y toda la hoya, vio que salla de
«Levantaos y salid de este lugar, porque la tierra una humareda, como humareda
va a destruir Yavé la ciudad»; y les pa de horno. 29 Cuando destruyó Yavé las
reció a sus yernos que se burlaba. ciudades de la hoya, se acordó de Abra
ham y salvó a Lot de la destrucción al
Destrucción de Sodoma destruir las ciudades donde habitaba Lot.
y G om orra
L a descendencia de L o t
!5En cuanto salió la aurora, dieron
prisa los ángeles a Lot, diciéndole: «Le 30 Subió Lot desde Segor, y habitó en
vántate, coge a tu mujer y a las dos hijas el monte con sus dos hijas, porque temía
que tienes, no sea que perezcas tú tam habitar en Segor, y moró en una caverna
bién por las iniquidades de la ciudad». con sus dos hijas. * 31 y dijo la mayor a la
16 Y como se retardase, cogiéronlos de la menor: «Nuestro padre es ya viejo, y no
mano los hombres a él, a su mujer y a hay aquí hombres que entren a nosotras,
sus dos hijas, pues quería Yavé salvarle, como en todas partes se acostumbra.
y sacándolos, los pusieron fuera de la 32 Vamos a embriagar a nuestro padre y
ciudad. 17 Una vez fuera, le dijeron: «Sál a acostarnos con él, a ver si tenemos de
vate. No mires atrás y no te detengas en él descendencia». 33 Embriagaron, pues, a
parte alguna del valle; huye al monte, si su padre aquella misma noche, y se acos
no quieres perecer». 18*Di joles Lot: «No, tó con él la mayor, sin que él la sintiera,
8 Las palabras de Lot ponen ante todo de relieve el horror que le causa ver holladas de aquel
modo las leyes de la hospitalidad. La propuesta que él hace al pueblo no debía horrorizarle menos.
San Agustín ve en esto una grande perturbación de ánimo, que no le permite hacerse cargo de lo
que dice. (Véase también Jue 19,22-24.)
12 No figuran en el relato los hijos de Lot. La expresión hecha hijos e hijas significa la familia
de Lot.
22 Segor o Zoar se hallaba a la falda del monte y duró hasta los tiempos modernos. En ella se
producían los mejores dátiles de Canán.
26 Contra la advertencia del v.17, se entretuvo en mirar y le alcanzó la catástrofe, dejándola
convertida en un pilar de sal, como los que siempre se han mostrado en la región del mar Muerto,
en el monte de la Sal. La mujer de Lot es representada en Sab 10,7 como el tipo de la persona des
cuidada (cf. Le 17.32)*
30 Abundan en la región las cuevas, y en ellas creyó Lot encontrar más seguro refugio que
en la próxima ciudad de Segor. Está bien manifiesta la intención satírica del autor sagrado al ha
cerse eco de la tradición sobre el origen de estos pueblos, hacia los cuales quería infundir aversión
g causa de sus abominaciones idolátricas y del peligro de contagio para Israel por su proximidad
(cf. Núm 25.1 ss. ; 1 Re 11,7.33; 2 Re 3,27).
GÉNESIS 1 9 -2 1 48
ni al acostarse ella ni al levantarse. 34 Al ham: «¿Qué es lo que has visto para que
día siguiente dijo la mayor a la menor: eso hicieras?»11 Y le respondió Abraham:
«Ayer me acosté yo con mi padre; em «Es que me dije: De seguro que no hay
briaguémosle también esta noche, y te temor de Dios en este lugar, y van a
acuestas tú con él, para ver si tenemos matarme por causa de mi mujer. 12 Aun
descendencia de nuestro padre». 35 Em que es también en verdad mi hermana,
briagaron, pues, también aquella noche hija de mi padre, pero no de mi madre,
a su padre, y se acostó con él la menor, y la tomé por mujer; 13 y desde que me
sin que ni al acostarse ella, ni al levan hizo Dios errar fuera de la casa de mi
tarse, la sintiera. 36 Y concibieron de su padre, le dije: Has de hacerme la merced
padre las dos hijas de Lot. 37 Parió la de decir en todos los lugares adonde lle
mayor un hijo, a quien llamó Moab, di guemos que eres mi hermana». 14 Tomó,
ciendo : De mi padre. Este es el padre del pues, Abimelec ovejas y bueyes, siervos y
Moab de hoy. 38 También la menor parió siervas, y se los dio a Abraham, y le de
un hijo, a quien llamó Ben Ammi, que es volvió a Sara, su mujer,15 y le dijo: «Tie
el padre de los Bene-Ammón de hoy. nes la tierra a tu disposición; mora donde
bien te parezca».16 Y a Sara le dijo: «Mira,
A b ra h a m , en G u e ra r. A b im e le c a tu hermano le he dado mil monedas de
plata; sírvante de velo para los ojos a ti
OA 1 Partióse de allí Abraham para la y a cuantos contigo están, y todo así
tierra del Negueb, y habitó entre estará en regla». * 17 Rogó Abraham
Cades y Sur, y moró en Guerar. 2 Abra por Abimelec, y curó Dios a Abimelec,
ham decía de Sara, su mujer: «Es mi a su mujer y a sus siervos, y engendraron,
hermana». Abimelec, rey de Guerar, man 18 pues había Yavé cerrado enteramente
dó tomar a Sara;* 3 pero vino Dios a todo útero en la casa de Abimelec por lo
Abimelec en sueños durante la noche y de Sara, la mujer de Abraham.
le dijo: «Mira que vas a morir, por la -s
mujer que has tomado, pues tiene ma Nacimiento de Isaac *
rido». * 4 Abimelec, que no se había acer
cado a ella, respondió: «Señor, ¿matarías o 1 1 Visitó, pues, Yavé a Sara, como
así al inocente? 5 ¿No me ha dicho él: Es ^ I le dijera, e hizo con ella lo que
mi hermana?, y ¿no me ha dicho ella: le prometió; 2 y concibió Sara, y dio a
Es m i hermano? Con pureza de corazón Abraham un hijo en su ancianidad al
y con manos inocentes hice yo esto». tiempo que le había dicho Dios. 3 Dio
6 Y le dijo Dios en el sueño: «Bien sé Abraham el nombre de Isaac a su hijo,
yo que lo has hecho con pureza de co el que le nació de Sara. 4 Circuncidó
razón, por eso te he impedido que peca Abraham a Isaac, su hijo, a los ocho días,
ras contra mí y no he consentido que como se lo había mandado Dios. 5 Era
la tocaras. * 7 Ahora, pues, devuelve la Abraham de cien años de edad cuando
mujer al marido, pues él, que es profeta, le nació Isaac, su hijo. 6 Y dijo Sara:
rogará por ti, y vivirás; pero si no se la «Me ha hecho reir Dios, y cuantos ío
devuelves, sabe que ciertamente morirás sepan reirán con m igo». 7 Y añadió:
tú con todos los tuyos». 8 Por la mañana «¿Quién habría de decir a Abraham:
llamó Abimelec a sus servidores y les Amamantará hijos Sara? Pues yo le he
contó todo esto, y fueron presa de gran dado un hijo en su ancianidad». 8 Creció
terror. 9 Llamó después a Abraham, y le el niño, y le destetaron, y dio Abraham
dijo: «¿Qué es lo que nos has hecho? ¿En un gran banquete el día del destete de
qué te he faltado yo para que trajeras Isaac. * 9 Y vio Sara al hijo de Agar, la
sobre mí y sobre mi reino tan gran peca egipcia, el que había ella parido a Abra
do? Lo que has hecho con nosotros no ham, burlándose de su hijo Isaac; 10 y
debe hacerse».10 Y dijo Abimelec a Abra dijo a Abraham: «Echa a esa esclava y a
2 Nuevo episodio semejante al de Egipto (12,13 ss.) v al de Rebeca (26). Según los relatos
que preceden, Sara seda muy anciana, siendo por eso extraño que el rey Guerar pusiera
en ella los ojos. San Agustín propone a esta dificultad la única solución posible: que los episodio®
de que consta la historia del patriarca no están ordenados cronológicamente.
3 El sueño era el medio más ordinario de las comunicaciones divinas (Núm 12,6 s.).
6 En atención a esto, Dios le preserva de cometer un pecado que traería más graves responsa
bilidades (cf. 2 Sam 12,9 ss.; 1 Tes 4,6).
16 No era una moneda, sino una unidad de peso equivalente a 8,416 gramos, unas tres pesetas.
Este pasaje es obscuro, tal vez porque el texto no está bien conservado. Su sentido parece ser que
estos mil sidos son una reparación hecha a Abraham por la injuria, aunque involuntaria; con esto
le lavaba la cara, que diría un árabe; esto es, le restituía el honor.
9 1 • La lactancia, según 2 Mac 7,27, duraba tres años; aún más larga fue la de Samuel (1 Sam I,
“ ■ 22 ss.; 2,11). Hoy entre los beduinos dura dos o tres años, y el fin de la misma es ocasión
de una gran fiesta.
49 GÉNESIS 2 1 -2 2
su hijo, pues el hijo de una esclava no mis descendientes y que como te favorecí
ha de heredar con mi hijo, con Isaac». yo a ti, así harás tú conmigo y con la
11 Muy duro se le hacía esto a Abraham tierra por donde andas». * 24*Y dijo Abra
por causa de su h ijo ;12 pero le dijo Dios: ham: «Te lo juro». 25pero reconvino
«No te dé pena por el niño y la esclava; Abraham a Abimelec por causa de un
haz lo que te dice Sara, que es por Isaac pozo de aguas de que se habían apoderado
por quien será llamada tu descendencia. los siervos de Abimelec, * 26 y contestó
13 También al hijo de la esclava le haré Abimelec: «No sé quién haya hecho eso;
un pueblo, por ser descendencia tuya». * tú tampoco me habías dicho nada de
14 Se levantó, pues, Abraham de maña ello, y nada he sabido hasta ahora».
na; y cogiendo pan y un odre de agua, 27 Tomó, pues, Abraham ovejas y bueyes,
se lo dio a Agar, poniéndoselo a la es y se los dio a Abimelec, e hicieron entre
palda, y con ello al niño, y la despidió. ambos alianza. 23 Apartó Abraham siete
Ella se fue, y anduvo errante por el desier corderas del rebaño, 29 y le preguntó
to de Berseba.15 Se acabó el agua del odre, Abimelec: «¿Para qué son esas siete cor
y echó al niño bajo un arbusto, w y fue deras que has apartado?» 30 Abraham le
a sentarse frente a él a la distancia de contestó: «Para que las recibas de mi
un tiro de arco, diciéndose: «No quiero mano y me sirvan de prueba de que yo
ver morir al niño»; y se sentó enfrente he abierto este pozo». * 31 Por eso se
del niño, que lloraba en voz alta. 17 Oyó llamó aquel lugar Berseba, * 32 porque
Dios al niño, y el ángel de Dios llamó a allí juraron ambos, e hicieron alianza en
Agar desde los cielos, diciendo: «¿Qué Berseba. Y se levantó Abimelec y Picol,
tienes, Agar? N o temas, que ha escu jefe de su ejército, y se volvieron a la
chado Yavé la voz del niño que aquí tierra de los filisteos. * 33 Abraham plantó
está. Levántate, toma el niño y cógele en Berseba un tamarisco e invocó allí
de la mano, pues he de hacerle un gran el nombre de Yavé, el Dios eterno,* 34y
pueblo». 19 Y abrió Dios los ojos a Agar, moró mucho tiempo Abraham por tierra
haciéndola ver un pozo, adonde fue y de los filisteos.
llenó el odre de agua, dando de beber
al niño. 2U Fue Dios con el niño, que E l sacrificio de Isaac
creció y habitó en el desierto, y de mayor
fue arquero. * 21 Habitó en el desierto de AA i Después de todo esto quiso pro-
Farán y su madre tomó para él mujer bar Dios a Abraham, y llamándo
de la tierra de Egipto.* le, dijo: «Abraham». Y éste contestó:
«Heme aquí». 2 Y le dijo Dios: «Anda,
Alianza de Abraham con coge a tu hijo, a tu unigénito, a quien
Abim elec tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de
Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto
22 Sucedió por entonces que Abimelec sobre uno de los montes que yo te indi
con Picol, jefe de su ejército, dijo a Abra caré». * 3 Se levantó, pues, Abraham de
ham: «Dios está contigo en todo cuanto mañana, aparejó su asno, y tomando
haces. 223 Júrame, pues, ahora por Dios consigo dos mozos y a Isaac, su hijo,
que no has de engañarme ni a mi ni a partió la leña para el holocausto, y se
13 La ley de Hammurabf excluye de la herencia al hijo de la esclava. La expulsión obedece
a la necesidad de conservar la paz doméstica, siempre perturbada por la poligamia. En este caso se
debe más bien al plan divino de hacer a Isaac el heredero de las promesas mesiánicas (Rom 9,6 ss.).
20 El autor sagrado atiende, sobre todo, a mostramos cómo Isaac quedó por único heredero
de su padre, según las repetidas promesas de Dios, y cómo se cumplieron también las que había
hecho a Ismael, dejando en la obscuridad muchas circunstancias sobre la expulsión. Esta no hizo
perder a Ismael su afecto para con su padre, como se ve en 25,9.
21 El desierto de Farán está situado al sur de Berseba, entre la Palestina y el Egipto.
23 La protección de Dios sobre el patriarca era tan manifiesta, que hasta los reyezuelos de
Canán la reconocían y por ello buscaban su alianza.
25 Siendo escasas las fuentes en el desierto, se comprende que sean materia de disputa entre
los pastores.
30 El número siete es número sagrado, y como tal interviene en tos juramentos. Abimelec,
al recibir de mano de Abraham los siete corderos, confiesa que, efectivamente, el pozo era de Abra
ham, según el patriarca aseguraba.
31 Es la primera explicación del nombre de Berseba, pozo del juramento.
32 Llamada tierra de los filisteos por anticipación, pues estos pueblos pertenecientes a los
pueblos del mar no llegaron a Palestina sino en el siglo XIII.
33 A la sombra del tamarisco levantó un altar, como en Mambré y en Siquem, con lo cual
nos indica el origen del santuario de Berseba (1 Sam 8,2).
2 2 2 Insiste en las condiciones del hijo para ponderar la gravedad de la prueba a que el patriarca
" ** era sometido. Tierra de Moriah es nombre genérico de alguna región que los LXX traducen
por tierra alta, y el siríaco por tierra del amorreo, y que luego se quiso identificar oon la montaña
del templo, de donde debe provenir la incorrección del texto actual.
GÉNESIS 2 2 -2 3 50
puso en camino para el lugar que le ha* tu hijo, a tu unigénito». * 13 Alzó Abra
bía dicho Dios. 4 Al tercer día alzó Abra- ham los ojos, y vio tras sí un carnero
ham sus ojos, y vio de lejos el lugar. enredado por los cuernos en la espesura,
5 Y dijo a sus dos mozos: «Quedaos aquí y cogió el carnero y le ofreció en holo
con el asno; yo y el niño iremos hasta causto en vez de su hijo. * 14 Llamó Abra
allí, y después de haber adorado, volve ham al lugar aquel Yavé-yiré (Yavé ve);
remos a vosotros». 6 Y tomando Abra- por lo que todavía se dice: «En el monte
ham la leña para el holocausto, se la de Yavé se proveerá».* 152*L lamó el án
cargó a Isaac, su hijo; tomó él en su gel de Yavé a Abraham por segunda
mano el fuego y el cuchillo, y siguieron vez desde los cielos,* 16y le dijo: «Por
ambos juntos. * 7 Dijo Isaac a Abraham, mí mismo juro, palabra de Yavé, que
su padre: «Padre mío». «¿Qué quieres, por haber tú hecho cosa tal, de no per
hijo mío?», le contestó. Y él dijo: «Aquí donar a tu hijo, a tu unigénito, 17 te ben
deciré largamente, y multiplicaré grande
mente tu descendencia como las estrellas
del cielo y como las arenas de las orillas
del mar, y se adueñará tu descendencia
de las puertas de sus enemigos, * 18 y se
gloriarán en tu descendencia todos los
pueblos de la tierra, por haberme tú
obedecido». 19 Volvióse Abrahan a los
mozos, y levantándose, fueron todos jun
tos a Berseba, y habitó Abraham en
Berseba.
20 Después de todo esto recibió Abra
ham noticia, diciéndole: «También Mel
ca ha dado hijos a Najor, tu hermano;
21 Us es el primogénito, Buz su herma
Balanza egipcia para pesar los metales. no, y Qumuel, padre de Aram; 22 Quesed,
(Tebas.J Jazó, P eídas, Jid laf y Batuel». 23 Ba-
tuel fue el padre de Rebeca. Estos son
llevamos el fuego y la leña, pero la res los ocho hijos que dio Melca a Najor,
para el holocausto, ¿dónde está?» 8 Y hermano de Abraham.24 También su con
Abraham le contestó: «Dios se proveerá cubina, de nombre Raumo, le parió a
de res para el holocausto, hijo mío»; y Tebai, Gajam, Tajas y Maaca.
siguieron juntos los dos. 9*12Llegados al lu
gar que le dijo Dios, alzó allí Abraham Muerte de Sara
el altar y dispuso sobre él la leña, ató a
su hijo y le puso sobre el altar, encima OO 1 Vivió Sara ciento veintisiete años.
de la leña. io Cogió el cuchillo y tendió 2 Murió en Quiriat Arbe, que es
luego su brazo para degollar a su hijo. Hebrón, en la tierra de Canán. Vino
11 Pero le gritó desde los cielos el ángel Abraham a llorar a Sara y hacer duelo
de Yavé, diciéndole: «Abraham, Abra por ella, 3 y cuando se levantó de junto a
ham». Y éste contestó: «Heme aquí». su muerta, habló así a los hijos de Jet:
12 «No extiendas tu brazo sobre el niño 4 «Soy entre vosotros extranjero y hués
—le dijo—y no le hagas nada, porque ped. Dadme en propiedad una sepultura
ahora he visto que en verdad temes a donde pueda sepultar a mi muerta, apar
Dios, pues por mí no has perdonado a tándola de mi vista». * 5 Los hijos de Jet
6 En este rasgo y en los que siguen se ve la intención de mostrar la obediencia del hijo, muy
conforme con la del padre.
12 Sin duda que Dios lo conocía de antes, pero ahora lo puso de, manifiesto a todos los que de
bían mirar al patriarca como padre espiritual y modelo de fe y obediencia. Santiago, hablando de
que la fe sin las obras es muerta, nos trae a la memoria el ejemplo de Abraham, que se justificó |>or
las obras sacrificando a su hijo en el altar (2,20 s.).
13 La prueba de la fe y obediencia de Abraham es realmente suprema. Se le manda sacrificar
a su hijo único, tan pedido, tan deseado y al fin conseguido, en quien habían de tener realización
las promesas mesiánicas. No parece explicarse fácilmente que Abraham recibiera como divino tente
mandato si no hubieran sido de costumbre-entre los cananeos los'sacrificios humanos. Isaac, acep
tando resignado el sacrificio, es figura de la sumisión de Cristo a la voluntad del Padre.
14 La extremada concisión y la incertidumbre del texto es causa de la obscuridad de mías
palabras. Según el v.8, al cual parece aludir, debe de ser el sentido: Yavé verá o Yavé provena
15 Ocasión excelente para confirmar al patriarca las promesas hechas y de mostrar con tu.mtu
razón éstas se habían transmitido a Isaac.
17 Quien es dueño de las puertas, lo es de la ciudad o fortaleza (24,60; Mt 16,18).
2 í 4 Como extranjero, no poseía bienes raíces ni campo donde sepultar a Sara y conservar
la sepultura libre de profanación perpetuamente.
51 GÉNESIS 25-24
contestaron a Abraham: 6 «Oyenos, se con la caverna que hay en él, vino a ser
ñor, por favor: Tú eres entre nosotros sepultura de propiedad de Abraham, ad
un príncipe de Dios; sepulta a la muerta quirida de los hijos de Jet.*
en el mejor de nuestros sepulcros; ningu
no de nosotros te negará su sepulcro para Casamiento de Isaac
que en él sepultes a tu muerta». 7 Alzóse
Abraham, e inclinándose profundamente O M 1 Era Abraham ya viejo, muy en-
ante el pueblo de aquella tierra, los hijos “ * trado en años, y Yavé le había
de Jet, 8 les dijo: «Si de veras queréis bendecido en todo. 2 Dijo, pues, Abra
que pueda yo apartar a mi muerta de mi ham al más antiguo de los siervos de
vista, sepultándola, escuchadme y rogad su casa, el que administraba cuanto te
por mí a Efrón, el hijo de Seor, 9 qUe por nía: «Pon, te ruego, tu mano bajo mi
su justo precio me ceda para sepultura muslo,* 3 y júrame por Yavé, Dios de
en propiedad, en presencia vuestra, su los cielos y de la tierra, que no tomarás
caverna de Macpela, que está al término mujer para mi hijo de entre las hijas de
de su campo». 10 Efrón estaba sentado los cananeos, en medio de los cuales ha
entre los hijos de Jet, y respondió Efrón, bito, * 4 sino que irás a mi tierra, a mi
el jeteo, a Abraham, en presencia de los parentela, a buscar mujer para mi hijo
hijos de Jet y de cuantos entraban por Isaac». 3 y le dijo el siervo: «Y si la
las puertas de la ciudad: 11 «No, señor mujer no quiere venir conmigo a esta
mío, óyeme: Yo te doy el campo y la tierra, ¿habré de llevar allá a tu hijo, a
caverna que se halla a su extremo; te la tierra de donde saliste?» 6 Díjole Abra
la doy ante los hijos de mi pueblo; se ham: «Guárdate muy bien de llevar allá
pulta a tu muerta». 12 Abraham volvió a mi hijo. 7 Yavé, Dios de los cielos, que
a prosternarse ante la gente de aquella me sacó de la casa de mi padre y de la
tierra,13 y habló así a Efrón, en presencia tierra de mi nacimiento, que me ha ha
de todos: «Oyeme, te ruego; yo te daré el blado, y me juró, diciendo: A tu descen
precio del campo. Recíbelo tú y sepultaré dencia daré yo esta tierra, enviará a su
en él a mi muerta». 14 Y respondió Efrón ángel ante ti y traerás de allí mujer para
a Abraham diciéndole: 15 «Señor mío, mi hijo. * 8 Si la mujer no quisiere venir
óyeme: ¿Qué es para mí ni para ti una contigo, quedarás libre de este juramento,
tierra de cuatrocientos sidos de plata? pero de ninguna manera volverás allá
Sepulta a tu muerta». * 16 Oyó Abraham a mi hijo. 9 Puso, pues, el siervo la mano
a Efrón y pesóle ante los hijos de Jet la bajo el muslo de Abraham, su señor, y
plata que éste había dicho, cuatrocientos le juró.
sidos de plata corriente en el mercado. 10 Cogió el siervo diez de los camellos
17 Vino, pues, a ser propiedad de Abraham, de su señor, y se puso en camino, llevan
ante los hijos de Jet y de cuantos entraban do consigo de cuanto bueno tenía su se
por la puerta de la ciudad,* 18 el campo ñor, y se dirigió a Aram Naharaim, a la
de Efrón en Macpela, frente a Mambré, ciudad de Najor, * 11 Hizo que los came
con la caverna que hay en él, y todos los llos doblaran sus rodillas fuera de la ciu
árboles del campo y sus contornos. * dad, junto a un pozo de aguas, ya de tarde,
19 Después de esto sepultó Abraham a a la hora de salir las que van a coger agua,
Sara, su mujer, en la caverna del campo 12y dijo: «Yavé, Dios de mi amo Aora-
de Macpela, frente a Mambré, que es ham, haz que me salga ahora buen en
Hebrón, en tierra de Canán. 20 El campo, cuentro, y muéstrate benigno con mi se-
*5 Los cuatrocientos sidos equivalen a 1.200 pesetas, cantidad respetable para aquella época
y que indica el valor de las anteriores cortesías.
17 En Babilonia se hubiera redactado la correspondiente tableta de arcilla con la firma de nu
merosos testigos; aquí se acude al testimonio del pueblo (Rut 4,11).
18 Aquí se nos da una descripción detallada de la propiedad adquirida enfrente del sitio en
que tanto tiempo había habitado.
20 Este sitio vendrá a ser la sepultura familiar de los patriarcas y la causa de veneración hacia
Hebrón, que aún perdura. El empleo de las grutas naturales para sepultar era frecuente en Pales
tina, de donde debió de proceder el uso posterior de excavar cuevas en la peña con ese mismo destino.
Y le contestó Isaac: «Es que me dije: col, jefe de su ejército ;27 e Isaac les dijo:
N o vaya yo a morir por causa suya». «¿Para qué habéis venido a mí vosotros,
10Respondióle Abimelec: «¿Cómo nos has que me odiáis y me habéis arrojado de
hecho eso? Hubiera podido alguno to entre vosotros?» 28*Ellos dijeron: «Porque
mar a tu mujer, y hubieras arrojado so hemos visto claramente que está Yavé
bre nosotros un delito», n Dio, pues, contigo, y nos hemos dicho: H aya en
Abimelec una orden a todo el pueblo, di tre nosotros un juramento entre ti y nos
ciendo: «El que toque a este hombre o otros Queremos hacer alianza contigo,*
a su mujer, morirá». 12 Sembró Isaac en 29 de no hacernos tú mal, como no te
aquella tierra, y cogió aquel año ciento hemos tocado nosotros a ti, haciéndo
por uno, pues le bendijo Yavé. * 13 En te sólo bien y dejándote partir en paz.
grandecióse y fue creciendo, creciendo Tú eres ahora el bendito de Y a v é » .*
cada vez más, hasta hacerse muy po 30 Isaac les preparó un banquete, y co
deroso. 14 Tenía mucha hacienda de ove mieron y bebieron. * 31 A la mañana si
jas y bueyes y mucha servidumbre, y los guiente se levantaron, y se juraron unos
filisteos llegaron a envidiarle. 15 Todos a otros, y los despidió Isaac, yéndose
los pozos abiertos por los siervos de su ellos en paz. 32 Aquel mismo día vinieron
padre Abraham los cegaron los filisteos, los siervos de Isaac a informarle acerca
llenándolos de tierra. * 16 Dijo Abimelec del pozo que estaban haciendo, y le di
a Isaac: «Vete de aquí porque has llegado jeron: «Hemos hallado agua», * 33 e Isaac
a ser mucho más poderoso que nosotros». llamó al pozo Seba; por eso se llamó la
17 Fuése Isaac, y acampó en el valle de ciudad Berseba hasta el día de hoy.
Guerar, y habitó allí. 18 Volvió a abrir 34 E ra Esaú de cuarenta años, y tomó
los pozos abiertos en tiempo de Abra por mujeres a Judit, hija de Beeri, jeteo,
ham, su padre, y cegados por los filisteos y a Basemat, hija de Elón, jeteo, * 35 que
después de la muerte de Abraham, dán fueron para Isaac y Rebeca una amarga
doles los mismos nombres que les había pesadumbre.
dado su padre. 19 Cavaron los siervos de
Isaac en el valle, y alumbraron una fuente Suplanta Jacob a Esaú en la
de aguas vivas; 20 pero los pastores de bendición paterna
Guerar riñeron con los de Isaac, diciendo:
«Estas aguas son nuestras». Y llamó al 1 Cuando envejeció Isaac se debi-
pozo Eseq, porque había habido riña por ^ • litaron sus ojos y no veía. Llamó,
él. 21 Excavaron sus siervos otro pozo, pues, a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:
por el cual hubo también un altercado, «Hijo mío». Este contestó: «Heme aquí».
y lo llamó Sitna. 22 Yéndose más lejos, 2 «M ira— le dijo— , yo ya soy viejo y no
excavó otro pozo, por el cual no hubo ya sé cuál será el día de mi muerte. * 3 Tom a,
querellas, y le llamó Rejobot, diciendo: pues, tus armas, tu aljaba y tu arco,
«Ahora ya nos ha dado Yavé holgura y y sal al campo a cazar, 4 y me haces un
prosperaremos en esta tierra». 23 Subió guiso como sabes que a mí me gusta, y
después a Berseba,24 y se le apareció Yavé me lo traes para que lo coma, y después
aquella noche y le dijo: «Yo soy el Dios te bendiga antes de morir». 3 Oyó R e
de Abraham, tu padre; nada temas, que beca lo que Isaac decía a Esaú, su hijo.
yo estoy contigo: Yo te bendeciré y mul Esaú salió al campo a cazar algo para
tiplicaré tu descendencia por Abraham, traerlo; 6 y Rebeca dijo a Jacob, su hi
mi siervo». 25 Alzó allí un altar, e invocó jo : «M ira, he oído a tu padre hablar a
el nombre de Yavé; plantó allí su cam Esaú, tu hermano, y decirle: 7 Tráeme
pamento, y abrieron también allí sus sier caza y prepáramela, para que la coma y
vos un pozo. 26 Vinieron a él, desde Gue te bendiga delante de Y avé antes de mi
rar, Abimelec, Ajuzat, amigo suyo, y Pi muerte. 8 Ahora, pues, hijo mío, obedé-
12 Aún hoy los nómadas no desprecian del todo la agricultura, que ejercen por sí mismos o
por otros.
15 Cf. 21,25-
2 8 Son sin duda los mismos personajes de antes (21,22 ss.), que, deseando vivir en paz con la
poderosa tribu de los hebreos, ponderan la acogida medianamente cortés que les habían dispensado.
29 El autor sagrado trata de poner de relieve la prosperidad de patriarca, efecto de las bendi
ciones divinas, que hasta por los mismos enemigos era confesada.
39 El banquete lo exigía la ley de la cortesía y de la hospitalidad.
32 Sin duda se refiere al agua de los abundantes pozos de Bersabé, que aún existen y constitu
yen la vida de la región.
3 4 Es manifiesto el intento del autor sagrado de condenar los matrimonios con los cananeos,
anticipándose a la Ley, que con tanta insistencia los condena (Ex 23,32; 34,15).
2 7 2 Quiere hacer su testamento y transmitir con su bendición la herencia recibida de Abra-
“ * ham, ligada, según el derecho humano, al primogénito, pero libre de esta ley, según los
planes de Dios.
GÉNESIS 27 56
ccmc y haz lo que yo te mando. 9 Anda, caza para que yo coma de ella, hijo mío,
vete al rebaño, y tráeme dos cabritos y te bendiga». Acercósela Jacob y comió,
gordos, para que yo haga con ellos a y le trajo también vino, y bebió. 26 Díjole
tu padre un guiso como a él le gusta, después Isaac: «Acércate y bésame, hijo
to y se lo lleves a tu padre, y lo coma y mío » .27 Acercóse él y le besó; y en cuanto
te bendiga antes de su muerte». 11 Con olió la fragancia de sus vestidos, le ben
testó Jacob a Rebeca, su madre: «Mira dijo, diciendo:
que Esaú, mi hermano, es hombre velludo «;Oh, es el olor de mi hijo
y yo soy lampiño, * 112 y si me toca mi Como el olor de un campo
padre, apareceré ante él como un men Al que ha bendecido Yavél
tiroso, y traeré sobre mí una maldición 28 Déte Dios el rocío del cielo y la gro
en vez de la bendición». 13*Díjole su ma sura de la tierra
dre: «Sobre mí tu maldición, hijo mío; Y abundancia de trigo y mosto. * 29 Sír
pero tú, obedéceme. Anda y tráemelos». vante pueblos
14 Fue, pues, allá él, los cogió y se los Y prostérnense ante ti paciones;
trajo a su madre, que hizo el guiso como Sé señor de tus hermanos
a su padre le gustaba. 15 Cogió Rebeca Y póstrense ante ti los hijos de tu
vestidos de Esaú, su hijo mayor, los me madre.
jores que tenía en casa, y se los vistió a Maldito quien te maldiga
Jacob, su hijo menor; 16 y con las pieles Y bendito quien te bendiga».
de los cabritos le cubrió las manos y lo 30 En cuanto acabó Isaac de bendecir
desnudo del cuello; 17 puso el guiso y a Jacob, no bien había salido éste de la
pan, que había hecho, en manos de Ja presencia de Isaac, su padre, Esaú, su
cob, su hijo, 18 y éste se lo llevó a su pa hermano, que venía del campo 31 y había
dre, y le dijo: «Padre mío». «Heme aquí, hecho su guiso y se lo traía a su padre,
hijo mío», contestó Isaac. «¿Quién eres, dijo a éste: «Levántese mi padre y coma
hijo mío?» 19*Y le contestó Jacob: «Yo de la caza de su hijo, para que me ben
soy Esaú, tu hijo primogénito. He hecho diga». 32Díjole Isaac, su padre: «¿Pues
como me dijiste. Levántate, pues, te rue quién eres tú?» Contestóle: «Yo soy tu
go; siéntate, y come de mi caza, para que hijo primogénito, Esaú» .33 Pasmóse Isaac
me bendigas». 20 y <üjo Isaac a su hijo: con pasmo muy grande y repuso: «¿Y
«¿Cómo tan pronto hallaste, hijo mió?» quién es entonces el que me ha traído la
Y le respondió: «Porque hizo Yavé, tu caza y he comido de todo ello antes que
Dios, que se me pusiera delante». 21 Dijo tú vinieras, y le he bendecido, y bendito
Isaac a Jacob: «Anda, acércate para que está?» * 34 Al oir Esaú las palabras de su
yo te palpe, hijo mío, a ver si eres o no padre, rompió a gritar y a llorar amar
mi hijo Esaú». * 22 Acercóse Jacob a Isaac, gamente, y le dijo: «Bendíceme también
su padre, que le palpó y dijo: «La voz es a mí, padre mío». 35 Isaac le contestó:
la voz de Jacob, pero las manos son las «Tu hermano ha venido con engaño y
manos de Esaú»; 23 y no le conoció, por- se ha llevado la bendición». * 3<>Díjole
ue estaban sus manos velludas como las Esaú: «¿No es su nombre Jacob? D os
e Esaú, su hermano, y se dispuso a ben veces me ha suplantado: me quitó la pri-
decirle. 24Todavía le preguntó: «¿De ver mogenitura y ahora me ha quitado mi
dad eres tú mi hijo Esaú?» Y él contestó: bendición». Y añadió: «¿No tienes ya
«Yo soy». 25 Díjole, pues: «Acércame la bendición para mí?» 37 Respondió Isaac
11 Jacob tiene conciencia de que la madre le propone una acción poco recta y cuyos resultados
pudieran volverse contra él.
21 Sintiendo algunas dudas sobre la persona que se le presenta, quiere cerciorarse déla verdad
con el tacto, mostrando con ello cuáles eran sus intenciones. Con todo esto, el autor pone más en
claro cuáles eran las de Dios sobre la herencia de Abraham.
2 B Le pide primero la riqueza que nace de los campos, que tantas veces promete Dios a Israel
en pago de la observancia de la Ley (Dt 8,7 ss.). Luego, el señorío sobre los pueblos cananeos,
que Dios habla prometido a Abraham y que David logró plenamente. Esto implica la soberanía
del Mesías, a la cual se ordenaba en los planes divinos la posesión de Canán. El seos señor de tus
hermanos se entiende en sentido estricto de los idumeos, sometidos también por David (2 Sam 8,
13 ss.), y cuya sujeción se anuncia luego en la bendición de Esaú. Por fin repite lo mismo que había
dicho a Abraham haciendo suya la causa del patriarca (12,3). Jacob es, pues, el heredero de las pro
mesas de Abraham.
33 Claramente indica cuáles eran sus intenciones de antes. Pero el patriarca mira su acción
como el instrumento de Dios, que es quien da eficacia y cumple la bendición, y a pesar del engaño
asegura que será bendecido. El autor sagrado quiere mostramos aquí la mano de Dios, que realiea
sus propósitos de predilección sobre Israel (Mal 1,2 ss.; Rom 9,6 es.).
3 5 A pesar del engaño se llevó la bendición, y ya no hay remedio. Dios se sirve de las causas
segundas, aunque no obren con toda rectitud, para ejecutar sus planes, sin que aquéllas se perca- >
ten de ello. El patriarca entrevé el misterio y lo acata. San Pablo nos declara por aquí el misteriojt
de elección a la gracia mesiánica, que no depende de las causas humanas, sino de la voluntad solar
de Dios (Rom o,io ss.). f
57 GÉNESI8 2 7 -2 8
13 Junto a él estaba Yavé, que le dijo: siguió preguntando Jacob. «Sí, bien está;
«Yo soy Yavé, el Dios de Abraham, tu mira, ahí viene Raquel, su hija, con su
pudre, y el Dios de Isaac; la tierra sobre rebaño». 7 El les dijo: «Todavía es muy
la cual estás acostado te la daré a tí y a tu de día; no es tiempo de recoger el gana
descendencia. * 14 Será ésta como el polvo do. ¿Por qué no abreváis los rebaños y
de la tierra, y te ensancharás a occidente los volvéis a que pasten?» 8 Ellos le res
y a oriente, a norte y mediodía, y en ti pondieron: «No podemos hacerlo hasta
y en tu descendencia serán bendecidas to que se reúnan todos los rebaños y se qui
das las naciones de la tierra. 15 Yo estoy te la piedra de la boca del pozo; entonces
contigo, y te bendeciré adondequiera que damos de beber al ganado». 9 Todavía es
vayas, y volveré a traerte a esta tierra, y taba Jacob hablando con ellos, cuando
no te abandonaré hasta cumplir lo que llegó Raque) con el rebaño de su padre,
te digo». pues ella era la pastora. 10 Y en cuanto
16 Despertó Jacob de su sueño, y se vio Jacob a Raquel, hija de Labán, her
dijo: «Ciertamente está Yavé en este lu mano de su madre, se acercó, removió
gar, y yo no lo sabía; * 17 y atemorizado, la piedra de sobre la boca del pozo, y
añadió: «¡Qué terrible es este lugar! No abrevó el rebaño de Labán, hermano de
es sino la casa de Dios y la puerta de su madre. 13 Besó Jacob a Raquel, y alzó
los cielos». 18 Levantóse Jacob bien de la voz llorando. * 12 Dio a saber a Raquel
mañana, y tomando la piedra que había que era hermano de su padre e hijo de
tenido de cabecera, la alzó, como memo Rebeca, y ella corrió a contárselo a su
ria, y vertió óleo sobre ella. 19 Llamó a padre. *3 En cuanto oyó Labán lo que de
este lugar Betel, aunque la ciudad se lla Jacob, hijo de su hermana, le decía, co
mó primero Luz. 20 £ hizo Jacob voto di rrió a su encuentro, le abrazó, le besó y
ciendo : «Si Yavé está conmigo, y me pro le llevó a su casa. Contó Jacob a Labán
tege en mi viaje, y me da pan que comer lo que ocurría, *4 y éste le dijo: «Sí, eres
y vestidos que vestir, * 21 y retorno en paz hueso mío y carne mía». Y moró Jacob
a la casa de mi padre, Yavé será mi Dios; con Labán un mes entero. 13 Pasado éste,
22 esta piedra que he alzado como memo le dijo Labán: «¿Acaso porque eres her
ria sera para mí casa de Dios, y de todo mano mío vas a servirme de balde? Di-
cuanto a mí me dieres te daré el diezmo». me cuál va a ser tu salario».
J a c o b e n casa d e L a b á n L ía y R aq u el
O Q 1 Volvió a emprender Jacob la mar- 16Tenia Labán dos hijas; una, la ma
« 27 cha, y llegó a la tierra de los hijos yor, de nombre Lía; otra, la menor, de
de Oriente. 2 Vio en el campo un pozo, nombre Raquel. d Lía era tierna de ojos,
junto al cual descansaban tres rebaños, pero Raquel era muy esbelta y hermosa. *
pues era el pozo en que se abrevaban los 18 Amaba Jacob a Raquel, y dijo a Labán:
ganados. 3 Reuníanse allí, se quitaba una «Te serviré siete años por Raquel, tu hija
gran piedra que lo tapaba y se daba de menor».4 15 Y contestó Labán: «Mejor
beber al ganado, volviendo a poner en su es que te la dé a ti que dársela a un ex
lugar la piedra que cubría la boca del traño. Quédate conmigo». 20 Y sirvió Ja
pozo. 4 Jacob preguntó a los pastores: cob por Raquel siete años, que le pare
«¿De dónde sois, hermanos?» «De Jarán cieron sólo unos días, por el amor que
somos», le respondieron ellos. 5 «¿Cono le tenía. 21 Jacob dijo a Labán: «Dame
céis a Labán, hijo de Najor?» «Le cono mí mujer, pues se ha cumplido el tiempo,
cemos», contestaron. 6 «¿Y está bien?», y entraré a ella». 22 Reunió Labán a to-
13 El Señor está junto a Jacob, para mejor expresar la providencia que tendrá de él. Y habla
efectivamente para confirmarle las promesas que su padre le había hecho al bendecirle.
16 Expresión muy natural y muy conforme con el instinto religioso de mirar a Dios morando
en los cielos, como en su propia morada (Sal 1 13,16), desde donde contempla la tierra, pero también
en ciertos Jugares de ésta, en que particularmente se revela y se hace sentir de los hombres
(1 Re 8,27 ss.). La piedra recordará luego el lugar de la visión, que hace el sitio santo. La unción
da a la piedra ese carácter sagrado (Lev 8,10; Núm 7,1).
20 El voto es la respuesta del patriarca a las palabras de Dios. Si Yavé le cumple la palabra de
asistirle en su viaje, le tendrá por su único Dios, y en señal de esto le ofrecerá el diezmo de todos
sus bienes. Este es el principio del precepto legal sobre los diezmos (Lev 27,30 ss.; Núm 18,21 ss.).
OQ 11 Entre I09 hombres este saludo nada tenía que maravillar; mas lo extraordinario de las
circunstancias puede explicar esta conducta de Jacob y Raquel al reconocer su parentesco,
y también para indicar el amor que la vista de la joven había despertado en el peregrino desde el
primer momento.
19 En este capítulo se nota que la forma del matrimonio no era la babilónica, sino la de compra
de la novia, que aún hoy rige entre los nómadas y rigió después en Israel. Jacob, que no tenía di
nero, paga el precio con su trabajo. Con razón decían luego las hijas que su padre las había tratado
como extrañas y se habla comido su precio (31*15)'
59 GÉNESIS 2 9 -3 0
dos los hombres del lugar, y dio un con le llamó Dan. 7 Concibió otra vez Bala,
vite; 23 y por la noche, tomando a Lía, sierva de Raquel, y parió un segundo
su hija, se la llevó a Jacob, que entró a hijo a Jacob, 8 diciendo Raquel: «Lucha
ella. 2* Dio Labán a Lía, su hija, su sierva de Dios he luchado con mi hermana, y
Zelfa, para que fuera sierva de ella.25 Lle la he vencido»; por eso le llamó Neftalí.
gada la mañana, vio Jacob que era Lía, 0 Viendo Lía que había dejado de te
y dijo a Labán: «¿Por qué me has hecho ner hijos, tomó a Zelfa, su esclava, y se
esto? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por la dio por mujer a Jacob. 10 Zelfa, esclava
qué me has engañado?» 26 Labán le res de Lía, parió a Jacob un hijo, y Lía dijo:
pondió : «No es en nuestro lugar costum 11 «¡Qué buena fortuna!»; y le llamó Gad.
bre dar la menor antes que la mayor.* 12 Parió Zelfa, esclava de Lía, un segundo
27 Acaba esta semana, y te daré también hijo a Jacob; 13 y dijo Lía: «Por dicha mía,
después la otra por el servicio que me pues los hijos me han hecho feliz», y le
prestes de otros siete años. 26*28 Hízolo así llamó Aser. 14 Salió Rubén al tiempo de
Jacob, y cumplida la semana, diole La la siega del trigo, y halló en el campo unas
bán a Raquel, su hija, por mujer,29*y con mandrágoras, y se las trajo a Lía, su ma-
ella a Bala, su sierva, para sierva de ella. dre, y dijo Raquel a Lía: «Dame, por
30 Entró también a Raquel Jacob, y la favor, de las mandrágoras de tu hijo». *
amó más que a Lía, y sirvió por ella otros 15 Lía le contestó: «¿Te parece poco to
siete años. 31*Viendo Yavé que Lía era davía haberme quitado el marido, que
desamada, abrió su matriz, mientras que quieres también quitarme las mandrágo
Raquel era estéril. * ras de mi hijo?» Y le dijo Raquel: «Mira,
que duerma esta noche contigo a cambio
L o s hijos de Ja co b de las mandrágoras de tu hijo». * 16 Vino
Jacob del campo por la tarde, y saliéndole
32 Concibió Lía, y parió un hijo, al que Lía al encuentro, le dijo: «Entra a mí,
llamó Rubén, diciendo: «Yavé ha mirado pues te he comprado por unas mandrá
mi aflicción, y ahora mi marido me ama goras de mi hijo». Y durmió con ella Ja
rá». 33 Concibió de nuevo y parió un hijo, cob aquella noche, 17 y oyó Yavé a Lía,
diciendo: «Yavé ha visto que yo era des que concibió y parió a Jacob el quinto
amada y me ha dado éste más», y le lla hijo. 18 Y dijo Lía: «Dios me ha pagado
mó Simeón. 34 Concibió otra vez, y parió mi merced por haber dado mi sierva a mi
un hijo, y dijo: «Ahora mi marido se marido»; y le llamó (sacar. 19 Concibió
apegará a mí, pues le he parido tres hijos»; de nuevo Lía, y parió a Jacob un sexto
y por eso le llamó Leví.35 Concibió nueva hijo, 20 y dijo: «Dios me ha hecho un
mente, y parió un hijo, diciendo: «Ahora buen don; ahora mi marido morará con
sí que he de alabar a Yavé»; y por eso le migo, pues le he dado seis hijos»; y le
llamó Judá. Y cesó de tener hijos. llamó Zabulón.
21 Después parió una hija, a la que
OA 1 Raquel, viendo que no daba hijos llamó Dina.
a Jacob, estaba celosa de su her 22 Acordóse Dios de Raquel, la oyó y
mana, y dijo a Jacob: «Dame hijos o me la hizo fecunda. 23 Concibió, pues, y parió
muero». 2 Airóse Jacob contra Raquel, y un hijo, y dijo: «Dios ha quitado mí
le dijo: «¿Por ventura soy yo Dios, que afrenta»; 24 y le llamó José, pues dijo:
te ha hecho estéril?» 3 Ella le dijo: «Ahí
tienes a mi sierva Bala; entra a ella, que «Que me añada Yavé otro hijo».
para sobre mis rodillas, y tenga yo prole
por ella». * 4 Diole, pues, su sierva por P r o s p e r id a d d e Ja c o b en casa
mujer, y Jacob entró a ella. 5 Concibió de L a b á n
Bala, y parió a Jacob un hijo, 6 y dijo
Raquel: «Dios me ha hecho justicia, me 25 Cuando Raquel parió a José, dijo
ha oído y me ha dado un hijo»; por eso Jacob a Labán: «Déjame irme a mi lugar,
2 6 Sin duda que esto es una excusa de Labán, que pretendía colocar la mercancía averiada
antes que la buena.
31 En toda esta sección se deben notar varias cosas: la estima en que se tiene la maternidad
y el don de la fecundidad; el oprobio que implica la esterilidad; la manera de imponer los nom
bres que expresan un buen augurio, y el poco aprecio que la Escritura hace de la poligamia, que
aparece siempre como incompatible con la paz conyugal.
O A 3 Es lo que había hecho Sara. Según la ley hammurabiana, la esposa que hada esto no podía
d " ser repudiada por causa de esterilidad. Sin embargo, esto ya no tenía razón de ser donde
eran varias las mujeres.
14 Según la opinión antigua, la mandrágora favorecía la fecundidad, y en este sentido hablan
las dos hermanas.
15 Son manifiestos los celos de Lía y Raquel. Es el cumplimiento de la sentencia divina: A tu
narido se volverá tu deseo (3,16). Pero la inobservancia de la otra sentencia: Hfzoles varón y hem
bra (1,27), trae consigo la división de la familia (Mt 19,4 s.).
GÉNESIS SO-SI 60
a mi tierra. 26 Dame mis mujeres, por las 42 pero ante las débiles no las ponía, y
que te he servido, y me iré, pues bien sa así las crías débiles eran las de Labán y
bes tú qué buen servicio te he hecho». las fuertes las de Jacob. 43 Vino a ser Ja
27 Respondióle Labán: «Mira, por favor, cob rico en extremo, dueño de numero
si lie hallado gracia a tus ojos; yo sé por sos rebaños, de siervos y siervas, de ca
agüero que por causa tuya me ha ben mellos y asnos.
decido Yavé. 28 Fíjame tu salario, y yo
te lo daré». 29 Contestóle Jacob: «Tú bien
subes cómo te he servido y lo que con V u e lta d e J a c o b a la tie rra
migo ha venido a ser tu ganado. 30 Bien de Canán
poco era lo que antes tenías, pero se ha
aumentado grandemente, y Yavé te ha 0 1 1 Oyó Jacob a los hijos de Labán
bendecido a mi paso. Ahora, pues, habré O I decir: «Ha cogido Jacob todo lo
de hacer también yo por mi casa». 31 La de nuestro padre, y con lo nuestro ha he
bán le dijo: «Dime qué es lo que he de cho toda esa riqueza». 2 Y vio que la cara
dañe». «No has de darme nada—le con de Labán no era ya para él lo que había
testó Jacob—, sino hacer lo que voy a sido antes, 3 y Yavé le dijo: «Vuélvete a
decirte, y volveré a apacentar tu ganado la tierra de tu padre y a tu parentela, que
y a guardarlo.32 Yo pasaré hoy por entre yo estaré contigo». 4 Mandó a llamar,
todos tus rebaños, y separaré toda res pues, Jacob a Raquel y a Lía, para que
manchada o rayada entre los corderos y fueran al campo adonde estaba con su
toda res manchada entre las cabras. Eso ganado, 5 y les dijo: «Veo que el sem
será mi salario. * 33 Mi probidad respon blante de vuestro padre no es para mí ya
derá así por mí a la mañana, cuando ven el que antes era, aunque el Dios de mi
gas a reconocer mí salario; todo cuanto padre ha estado conmigo. 6 Bien sabéis
no sea manchado entre las cabras y ra vosotras que yo he servido a vuestro pa
yado entre los corderos, será en mí un dre con todas mis fuerzas, 7 y que vuestro
robo». 34 Y respondió Labán: «Bien, sea padre se ha burlado de mí, mudando diez
como dices». 35 Pero aquel mismo día se veces mi salario; pero Dios no le ha per
paró Labán todos los machos cabríos mitido perjudicarme. * 8 Cuando él decía:
manchados, todas las cabras manchadas Tu salario serán las reses manchadas, to
y cuantas tenían algo de blanco, y entre das las ovejas parían corderos manchados;
ios corderos todos los rayados y mancha y sí decía: Las reses rayadas serán tu sala
dos, y se los entregó a sus hijos, * 36*ha rio, todas las ovejas parían corderos ra
ciéndoselos llevar a tres días de camino yados. 9 Es, pues, Dios el que ha cogido
de donde estaba Jacob. Jacob siguió apa lo de vuestro padre y me lo ha dado a
centando el resto del ganado de Labán. mi. 10 Cuando las ovejas entran en calor
37 Cogió Jacob varas verdes de estoraque, vi yo en sueños que los carneros que
de almendro y de plátano, y haciendo en cubrían a las ovejas eran rayados y man
ellas unos cortes, las descortezaba, dejan chados, 11 y el ángel de Dios me dijo en el
do lo blanco de las varas al descubierto. sueño: «Jacob»; yo le respondí: «Heme
38 Puso después las varas, así descorteza aquí».12 Y él dijo: «Alza tus ojos y mira:
das, en los canales de los abrevaderos todos los cameros que cubren a las ovejas
adonde venía el ganado a beber;* 39 y las son rayados y manchados, porque yo he
que se apareaban a la vista de las varas, visto todo lo que te ha hecho Labán.13 Yo
parían crías rayadas y manchadas. 40 Ja soy el Dios que se te apareció en Betel,
cob separó el ganado, y puso su grey apar donde ungiste tú un monumento y me
te, sin dejar que se mezclara con la de hiciste el voto. Levántate, pues, sal de
Labán. 41 Era cuando las reses vigorosas esta tierra y toma a la tierra de tu pa
entraban en calor cuando ponía Jacob rentela».
las varas a su vista en los abrevaderos i4 Raquel y Lia respondieron: «¿Tene
para que se apareasen ante las varas; mos acaso nosotras parte o herencia en
32 El color normal de las ovejas era el blanco; el de las cabras, el negro (Cant 4.2; 6,6; 4,1).
Pide Jacob para sí el ganado de color anormal, petición que a Labán debió de agradar; pero con
esto se muestra cómo Dios está con Jacob y le favorece en todo.
35 Labán manda lejos las reses que pudieran proporcionar a Jacob un aumento de su salario.
38 La ejecución del contrato retrata bien el carácter avaro de Labán. La industria de Jacob es
fácil de entender. Puesto que es en los abrevaderos donde los machos suelen cubrir a las hembras,
pone en los canales esas varas parcialmente descortezadas, para que, impresionando a los animales,
venga el feto a tener el color variado de las mismas varas. El resultado correspondió a sus propósitos.
San Crisóstomo y Teodoreto lo atribuyen a milagro. San Jerónimo, San Agustín y San Isidoro lo
tienen por natural y lo confirman con varios ejemplos. Lo que no ofrece duda es que el autor sagrado
ve en esto un efecto de la providencia especial de Dios sobre el patriarca, y éste así lo declara luego
hablando con sus mujeres y con su suegro (31,9 ss.42).
7 Nada de este trueque se dice en el capítulo precedente, tal vez porque la narración está
1 1 1 acortada o porque Jacob pondera la conducta de su suegro.
61 GÉNESIS ti
la casa de nuestro padfe? 15 ¿No nos ha irte a la casa de tu padre, ¿por qué me
tratado como extrañas, vendiéndonos y has robado mis dioses?»*
comiéndose nuestro precio?* 1516 Y, ade 31 Jacob respondió a Labán, diciendo:
más, cuanto Dios le ha quitado a él, nues «Es que temía, pensando que quizá me
tro es y de nuestros hijos. Haz, pues, ya quitarías tus hijas. 32 Cuanto a lo de los
lo que Dios te ha mandado». 17*Levan dioses, aquel a quien se los encuentres,
tóse Jacob, e hizo montar a sus mujeres que muera. En presencia de nuestros her
y a sus hijos sobre los camellos; y lle manos busca cuanto sea tuyo, y tómalo».
vando consigo todos sus ganados y todo Jacob no sabía que era Raquel la que los
cuanto en Padán Aram había adquirido, había robado. *
18 se encaminó hacia Isaac, su padre, a 33 Labán penetró en la tienda de Ja
tierra de Canán. 19 Labán había ido al cob, en la de Lía y en la de las dos siervas,
esquileo de sus ovejas y Raquel robó los y no halló nada. Después de salir de la
terafim de su padre. * 20 Jacob engañó a tienda de Lía entró en la de Raquel; 34 pe
Labán, arameo, y no le dio cuenta de su ro Raquel había cogido los terafim y los
huida. 21*Huyó con todo cuanto tenía, y había escondido bajo la albarda del came
ya en camino atravesó el rio y se dirigió llo, sentándose encima. Labán rebuscó
al monte de Galad. por toda la tienda, pero no halló nada.
35 Raquel le dijo: «No se irrite mi señor
L a b á n , en p e rse c u c ió n d e J a c o b porque no pueda levantarme ante él, pues
me hallo con lo que comúnmente tienen
22 Al tercer día dijéronle a Labán que las mujeres». Así fue cómo, después de
Jacob había huido; 23 y tomando consi buscar y rebuscar Labán en toda la tien
go a sus parientes, le persiguió durante da, no pudo hallar los terafim, * 36 Jacob
siete días, hasta darle alcance en el mon montó en cólera, y reprochó a Labán, di-
te de Galad. 24 Vino Dios en sueño du ciéndole: «¿Qué crimen es el mío? ¿Cuál
rante la noche a Labán el arameo, 25 y le es mi pecado para que así me persigas? *
dijo: «Guárdate de decir a Jacob nada, 37 Después de buscar y rebuscar en todas
ni en bien ni en mal». Cuando alcanzó mis cosas, ¿qué has hallado tuyo? Pre
Labán a Jacob había éste fijado sus tien séntalo aquí ante mis hermanos y los tu
das en el monte, y Labán fijó también la yos, y que juzguen ellos entre los dos.
suya y las de sus parientes en el mismo *8 He pasado en tu casa veinte años; tus
monte de Galad. 26 Dijo, pues, Labán a ovejas y tus cabras no abortaron, y yo
Jacob: «¿Qué es lo que has hecho? ¡Es no me he comido los corderos de tus re
caparte de mí, llevándote mis hijas como baños. 39 Lo destrozado no te lo llevaba,
si fuesen cautivas de guerra! 27 ¿Por qué la pérdida iba a cuenta mía. Me reclama
has huido secretamente, engañándome, en bas lo que me robaban de día y lo que
vez de advertirme, y te hubiera despedido me robaban de noche. * 40 He vivido de
yo jubilosamente con cantos, tímpanos y vorado por el calor del día y por el frío
cítaras? 28 ¡Sin dejarme siquiera abrazar de la noche, y huía de mis ojos el sueño
a mis hijos y a mis hijas! Has obrado in 41 He llevado en tu casa veinte años; ca
sensatamente. 29*Mi mano es lo suficien torce te he servido por tus dos hijas, seis
temente fuerte para hacerte mal, pero el por tus ganados, y me has mudado diez
Dios de tu padre me ha hablado la pasa veces el salario. 42 Si no hubiera sido por
da noche, diciéndome: «Guárdate de de el Dios de mi padre, el Dios de Abraham,
cir a Jacob cosa alguna, ni en bien ni en y por el temor de Isaac, ahora me hubie
m a l » . Y si es que te vas porque anhelas ras dejado ir de vacío. Dios ha visto mi
15 Efectivamente, las mujeres no tenían parte en la herencia paterna; por eso se desentienden
fácilmente de la casa de su padre y dan su aquiescencia a la propuesta de Jacob. La respuesta de las
mujeres, a la vez que pone de relieve la avaricia de Labán, tal vez significa que el matrimonio por
compra de la esposa no estaba aún radicado en la tierra.
19 Estos terafim eran los ídolos domésticos, de forma más o menos humana, según se colige
de 1 Sam 19,13.16. Los hebreos, poco escrupulosos, los veneraban con frecuencia al lado de Yavé
y se servían de ellos para la adivinación (Os 3,4; Ez 21,29; Zac 10,2). En qué estima eran tenidos
por algunos nos lo muestra Jue 17,5; 18,11 s. Raquel se los llevaba porque sin duda los tenía por
los dioses protectores de la familia, al igual que su padre, y no quería separarse de ellos. Pero su
modo de ocultarlos bajo la albarda muestra el desprecio del autor sagrado hacia ellos.
3 ° Todo este episodio de los terafim está impregnado de aguda sátira contra los Ídolos que ve
neran los cananeos y, a imitación de ellos, muchos hebreos.
32 Se le aplica la pena debida al sacrilego, que era la pena de muerte.
35 Es el colmo de la burla ver los dioses asi escondidos. La menstruación llevaba consigo la im
pureza legal, y esto aumenta la burla.
36 Jacob toma ahora el desquite con tanto mayor motivo que la investigación no había dado
resultado alguno.
39 La declaración de este punto se halla en Ex 22,10 ss. Eaequiel, hablando de los pastores de
Israel, lo alegoriza hermosamente (34,2 s.).
GÉNESIS 3 1 -3 2 62
aflicción y el trabajo de mis manos, y ha Dios. * 2 (3) Al verlos, dijo Jacob: «Este
juzgado la pasada noche». * 4243*45Respon es el campamento de Dios»; y por eso
dió Labán y dijo a Jacob: «Las hijas, llamó a aquel lugar Majanaim. * 3 (4) En
hijas mías son; los hijos son hijos míos; vió Jacob ante sí mensajeros a Esaú, su
el ganado es mío también, y cuanto ves, hermano, a tierras de Seir, en los campos
mío es; a estas mis hijas y a los hijos que de Edom, mandándoles: 4 (5) «Así habéis
ellas han parido, ¿qué les haría yo hoy? * de decir a mi señor Esaú: He aquí lo
44 Ven, pues, hagamos alianza yo y tú, y que dice Jacob, tu siervo: He estado con
que Dios sea testigo entre ti y mí». Labán y he morado con éj hasta ahora; *
5 (6) tengo bueyes y asnos, ovejas, siervos
P a c to e n tre L a b á n y J a c o b y siervas, y quiero hacérselo saber a mi
45 Tomó, pues, Jacob una piedra, y la señor, para hallar gracia a sus ojos».
alzó en monumento, * 46*y dijo a sus her 6 (7) Los mensajeros volvieron, diciendo
manos que cogieran piedras y las reunie a Jacob: «Hemos ido a ver a tu hermano
ran en un montón, y comieron sobre él. Esaú, y viene él a tu encuentro con cua
47 Le llamó Labán Jegar Saaduta, mien trocientos hombres». 7 (8) Jacob se ate
tras que le llamó Jacob Galad. 48*Y dijo morizó grandemente y se angustió; di
Labán: «Este montón es hoy testigo en vidió en dos partes a los que le acompa
tre ti y mí». Por eso se le llamó Galad, ñaban, a los rebaños, los ganados y los
49 y también Masfa, por haber dicho La camellos, diciéndose: 8 (9)«Si encuentra
bán: «Que vele Yavé entre los dos cuando Esaú una parte y la destroza, quizá pue
nos hayamos separado uno de otro. 50*Si da salvarse la otra»; 9 (10) y dijo: «Dios
tú maltratas a mis hijas o tomas otras de mi padre Abraham, Dios de mi padre
mujeres además de ellas, no habrá hombre Isaac, Yavé, que me dijiste: Vuelve a
que pueda argüirte; pero mira que Dios tu tierra, al lugar de tu nacimiento, que
es testigo entre ti y mí». 53 Y añadió La yo te favoreceré. 10 (n ) Muy poco soy
bán : «He aquí el monumento y he aquí el para todas las gracias que a tu siervo
testigo que he alzado entre ti y mí. 52 Este has hecho y toda la fidelidad que con
montón es testigo de que yo no lo pasaré él has tenido, pues pasé este rio Jordán
yendo contra ti, ni tú lo pasarás para ha llevando sólo mi cayado, y vuelvo ahora
cerme daño. 53 El Dios de Abraham y el con dos escuadras.11 (12) Líbrame, te rue
Dios de Najor juzgue entre nosotros». go, de la mano de mi hermano, de la
Juró, pues, Jacob por el temor de Isaac, mano de Esaú, pues le temo, no sea que
su padre; 54 ofreció un sacrificio en el venga a matarnos a todos, la madre con
monte e invitó a sus hermanos a comer. los hijos,* 12(i3)T ú me has dicho: Yo
Comieron y pasaron la noche en el monte. te favoreceré grandemente y haré tu des
55 Al día siguiente se levantó Labán de cendencia como las arenas del mar, que
mañana, besó a sus hijos y a sus hijas y por lo numerosas no pueden contarse». *
los bendijo. Después se marchó para vol 13 (14) Pasó allí Jacob aquella noche, y
verse a su lugar. de cuanto tenía tomó para hacer presentes
a Esaú, su hermano: doscientas cabras y
T e m o r e s d e J a c o b an te el e n c u e n tro veinte machos; 14 (i 5) doscientas ovejas y
con E sa ú veinte carneros; 15(i6)treinta camellas
criando, con sus crías; cuarenta vacas y
OO 1 (2) Jacob prosiguió su camino, y diez toros; veinte asnas y diez asnos;
** £ le salieron al encuentro ángeles de 16 (17) y poniendo en manos de sus siervos
42 Jacob reconoce la providencia especial que Dios tiene de él.
43 Labán, viéndose vencido, cambia de tono y de tema y se muestra muy interesado por el bien
de sus hijas y de sus nietos, cuya dicha tiene por suya, y se da por muy contento de que sean ricos,
aun a costa de él mismo.
45 Dos cosas distintas parece implicar este arreglo: un hito que sirva de lfmite entre Labán y
Jacob y un majano de piedras que será testigo del pacto que hacen. El sacrificio de Jacob y la comida
que sigue tienen por objeto sellar y hacer sagrado ese pacto.
O O 1 Esta presencia de los ángeles significa la protección de Dios, que a Jacob acompaña más
^ " especialmente desde este momento en que llega a la tierra de promisión y tiene que comenzar
la lucha con su hermano Esaú.
2 Majanaim: El episodio explica el origen del nombre. Esta ciudad, según Jos 13,26, se hallaba
en el límite entre Manasés y Gad, y era además ciudad de refugio (Jos 21,18); pero se ignora el sitio
preciso que ocupaba al norte del Jaboc y cerca del Jordán.
4 En este discurso, igual que en los siguientes de Jacob con Esaú, se pone de relieve el empeño
de Jacob de convencer a su hermano a fuerza de modestia y humildad, sin olvidar el recurso a Dios,
que le protegía y guiaba.
11 Herir la madre con los hijos significa una matanza universal (Os 10,14).
12 Es claro el intento de Jacob al escalonar en el camino estos mensajeros acompañados de ricos
presentes. Solicitar el ánimo de su hermano y forzarle a aceptar el obsequio, son lo que quedaba
obligado a respetarle y guardarle fidelidad fraterna.
63 GÉNESIS 3 2 -3 3
cada uno de los hatos separadamente, articulación del muslo, por haber sido
les dijo: «Id delante de mí, dejando un herido en él Jacob.
espacio entre hato y hato». 17 (ig) Al pri
mero le dio esta orden: «Si te encuentra R e c o n c ilia c ió n c o n E s a ú
Esaú, mi hermano, y te pregunta: ¿De
quién eres, adónde vas y de quién es O O 1 Alzó Jacob los ojos, y vio venir
eso que llevas?, 18 (19) le responderás: De v hacia él a Esaú con cuatrocientos
tu siervo Jacob; es un presente que envía hombres. Había repartido sus hijos entre
a mi señor, a Esaú, y él viene también Lía, Raquel y las dos siervas, 2 poniendo
detrás de nosotros». 19 (20) La misma or en cabeza a estas dos con sus hijos; des
den dio al segundo y al tercero y a todos pués a Lía con los suyos, y en último
cuantos llevaban el ganado, diciéndoles: lugar a Raquel con José. 3 El se puso
«Así habéis de hablar a Esaú cuando le delante de todos y se postró en tierra
encontréis. 20 (21) Le diréis: Mira, tu sier siete veces antes de llegar su hermano.
vo Jacob viene detrás de nosotros». Pues 4 Esaú corrió a su encuentro, le abrazó,
se decía: Le aplacaré con los presentes cayó sobre su cuello y le besó. Ambos
que van delante y luego le veré; quizá lloraban. 3 Luego, alzando los ojos,, vio
me acoja bien. * 21 (22) Los presentes pa Esaú a las mujeres y a los niños, y pre
saron delante de él, y él se quedó allí guntó: «¿Quiénes son estos que traes
aquella noche en el campamento; 22 (23> y contigo?» Jacob le contestó: «Son los
levantándose todavía de noche, y toman hijos que Dios ha dado a tu siervo».
do a sus dos mujeres, a sus dos siervas y 6 Aproximáronse las siervas con sus hijos
a sus once hijos, les hizo pasar el vado y se postraron. 7 Aproximóse también Lía
de Jacob. 23 (24) Pasó también después con los suyos, y se postraron. Luego se
cuanto tenia. acercaron José y Raquel, y se postraron.
8 Esaú le preguntó: «¿.Qué pretendes con
L a lu c h a c o n el á n g e l todos esos hatos que he ido encontran
do?» «Hallar gracia a los ojos de mi
24 C25) Quedóse Jacob solo, y hasta ra señor». 9 Contestóle Esaú: «Tengo mu
yar la aurora estuvo luchando con él un cho, hermano mío; sea lo tuyo para ti».
hombre, el cual, * 25 i26) viendo que no le «No, te ruego—respondió Jacob—, si
podía, le dio un golpe en la articulación es que he hallado gracia a tus ojos, acep
del muslo, y se relajó el tendón del muslo ta de mi mano el presente, ya que he
de Jacob luchando con él. 26 (27) El hom visto tu faz como si viera la de Dios, y
bre dijo a Jacob: «Déjame ya que me me has acogido favorablemente. 11 Acep
vaya, que sale la aurora». Pero Jacob ta, pues, el presente que te hago, pues
respondió: «No te dejaré ir si no me Dios me ha favorecido y tengo de todo».
bendices». 27 (28) El le preguntó: «¿Cuál Tanto le instó, que aceptó Esaú. 12 Este
es tu nombre?» «Jacob», contestó éste. le dijo: «Pongámonos en marcha; yo iré
28 (29) y él le dijo: «No te llamarás ya delante de ti». 13 Jacob le respondió:
en adelante Jacob, sino Israel, pues has «Bien ve mi señor que hay niños tiernos,
luchado con Dios y con hombres y has y que llevo ovejas y vacas que están
vencido».* 29 (30) Rogóle Jacob: «Dame, criando, y si durante un día se les hiciera
por favor, a conocer tu nombre»; pero marchar apresuradamente, todo el gana
él le contestó: «¿Para qué preguntas por do moriría. 14 Pase, pues, mi señor de
mi nombre?»; y le bendijo allí. 39 (3i) Ja lante de su siervo, y yo seguiré lentamente
cob llamó a aquel lugar Panuel, pues dijo: al paso de los rebaños que llevo delante
«He visto a Dios cara a cara y ha quedado y al paso de los niños, hasta llegar a
a salvo mi vida».31 (32) Salía el sol cuando Seir, a mi señor». 15 Dijo Esaú: «Deja
pasó de Panuel e iba cojeando del muslo. * ré, pues, contigo una parte de la gente
32 (33) por eso los hijos de Israel no comen, que llevo». Pero Jacob respondió: «¿Y
todavía hoy, el tendón femoral de la para qué eso, si he hallado gracia a los
20 No sería una temeridad ver en estas angustias de Jacob y en la humillación ante su hermano la
justa expiación de su conducta con el padre y con el hermano.
24 Esta lucha constituye un punto culminante en la historia de Jacob, que va a librar la batalla
decisiva con su hermano sobre la primogenitura y cuanto en ella iba implicado. Jarki supone que este
ángel era el ángel de Esaú, el cual, a semejanza del ángel de Persia en Dan 10,13*20, trata de oponerse
a que Jacob pase a la tierra de Canán y tome posesión con su familia de la región de las promesas.
Vencida por Jr.cob esta batalla, queda virtualmente vencedor de su hermano, y no encontrará más
oposición en su marcha. Oseas 12,4, parece confirmar esta exposición.
28 Más que la etimología importa la declaración del ángel. Jacob había luchado con Dios re
presentado por el ángel, que, al defender la causa de Esaú, defendía el orden natural de la transmi
sión de la primogenitura. Había luchado con Labán, estaba a punto de luchar con Esaú. y siempre
había logrado la victoria, cuyo premio sería la bendición de Abraham y de Isaac.
21 Para verse suelto de los brazos de Jacob le hirió en el muslo, y del golpe le quedó esta cojera
8 la cual se refiere el uso de no comer el músculo isquiaco. La Ley no hace mención de esto.
GÉNESIS 3 3 *3 4 64
0 4 1 La mención de Dina en 30,21, después de los seis hermanos, no indica que haya nacido
después de ellos, sino el poco aprecio en que las hijas eran tenidas. Acaso no sería mencionada
si no fuera por este episodio.
5 La conducta de Jacob produce la impresión de un anciano que ya sólo nominalmente ejerce
la autoridad en su casa; son los hijos los que hablan y obran como dueños. Debe anotarse esto para
apreciar la cronología del relato.
7 La violación y el homicidio son las dos cosas que, aún hoy, más encienden la sangre de los nó
madas y los mueven a terribles venganzas.
* En caso de violación, la Ley exigía el matrimonio o la dote. Siquem va más allá, proponiendo
la unión de los dos pueblos. Pero tal vez esto Ies pareció demasiado a los hijos de Jacob.
25 Hay motivos para dudar de la corrección del texto en este episodio. Se explica la muerte de
Siquem y de su padre y el rescate de Dina, pero no la matanza de los siquemitas inocentes, sin ex
cluir los niños y las mujeres. Es probable que el texto haya sido alterado por los copistas, llevados
de su odio a los samaritanos (cf. Jos 7,15; Jue 9,2).
65 GÉNESIS 3 4 -3 5
mujeres los cautivaron y se los llevaron, ca, y fbe enterrada por debajo de Bétel,
y robaron cuanto había en las casas. bajo una encina que se llamó Encina
30 Dijo Jacob a Simeón y a Leví: «Ha del llanto.
béis perturbado mi vida, haciéndome 9 Apareciósele de nuevo Dios a Jacob,
odioso a los habitantes de esta tierra, a de vuelta de Padán Aram, y le bendijo,
cananeos y fereceos. Yo tengo poca gen 10 diciendo: «Tu nombre es Jacob, pero
te. Ellos se reunirán contra mi y me ma no serás llamado ya Jacob; tu nombre
tarán, destruyéndome a mí y a mi casa». será Israel»; y le llamó Israel.11 Y le dijo:
31 Ellos le respondieron: «¿Y habia de ser «Yo soy El-Saddai. Crece y multiplíca
tratada nuestra hermana como una pros te. De ti saldrá un pueblo, un conjun
tituta?» to de pueblos, y de tus lomos saldrán
reyes. 12 La tierra que di a Abraham
Jacob en Bétel y a Isaac te la daré a ti y a tu descenden
cia después de ti». 13 Y ascendió Dios del
Q C 1 Dijo Dios a Jacob: «Anda, sube lugar donde le había hablado,14 en el que
O O a Bétel, y habita allí y alza allí
levantó Jacob un monumento de piedras,
un altar al Dios que se te apareció cuando y en él hizo una libación y derramó óleo
huías de Esaú, tu hermano». 2 Jacob dijo sobre él, 15 dando el nombre de Bétel al
a su familia y a cuantos estaban con él: lugar donde Dios le habia hablado.
«Arrojad todos los dioses extraños que
haya entre vosotros; purificaos y mudaos M u e rte d e R aq u el y d e Isaac
de ropas, * 3 pues vamos a subir a Bétel
y a alzar allí un altar al Dios que me oyó i* Partiéronse de Bétel, y cuando esta
el día de mi angustia y me acompañó en ban todavía a un quibrat de distancia de
el viaje que hice». Efrata, parió Raquel, teniendo un parto
4 Entregaron, pues, todos los dioses exmuy difícil. * 17 Entre las angustias del
traños que pudieron haber a mano, y los parto, le dijo la partera: «Animo, que
pendientes de sus orejas, a Jacob, que los también éste es h ijo».18 Y al dar el alma,
enterró bajo la encina que hay en Si- pues estaba ya moribunda, le llamó Be-
quem. * 5 Partieron, y se extendió el terror noni, pero su padre le llamó Benjamín. *
de Dios por las ciudades del contorno, y 19 Murió Raquel, y fue sepultada en el
no los persiguieron. camino de Efrata, que es Belén, * 20 y al
6 Llegó Jacob, y cuantos con él iban, zóa Jacob sobre la tumba de Raquel un
Luz, que es Bétel, en la tierra de Canán. monumento, que todavía subsiste.
7 Alzó allí un altar y llamó a este lugar 21 Partióse Israel y plantó sus tiendas
Bétel, porque allí se le apareció D ios cuan más allá de Migdal Eder. 22 Durante su
do huía de su hermano. estancia en esta región vino Rubén, y se
8 Murió Débora, la nodriza de Rebe acostó con Bala, la concubina de su pa-
Ot 2 Estas palabras van dirigidas tanto a los de su casa como «a los que estaban con él». Debe-
mos concebir a Jacob, como a Abraham, a la manera de un jeque poderoso. La idea de con
cebir a todos los israelitas como descendientes de Abraham es una ficción de derecho, que da a la
adopción el valor de una generación natural. Ya hemos visto que entre las mujeres de Jacob no era
tan pura la religión monoteísta; ahora, al cumplir el voto que habla hecho a Yavé de tenerlo por su
único Dios, era natural que alejase de su campo todo rastro de culto idolátrico (Ex 20,3). La puri
ficación, como en Ex 19.10 ss.
4 Los zarcillos tendrían la figura de alguna divinidad y entraban, por lo mismo, en la categoría
de (dolos. Jacob los enterró, y es otra burla de los dioses de piedra y leño, que no oyen. Esta encina
es ya mencionada en 12,6 y luego en Jos 24.26 s.; Jue 9,6. El terror de Dios es un terror pánico que
cohíbe a los cananeos y protege al patriarca, como en Ex 23,27; Dt n ,2S; Jos 2,9.
16 Era una medida longitudinal, de equivalencia desconocida. Las medidas longitudinales en
uso entre los hebreos derivan sus nombres de ciertas partes del cuerpo, lo mismo que las de tantos
otros pueblos. Las que hallamos mencionadas en la Escritura son: el amma = codo; el zeret = pal
mo; el tefa = coto, y el esba = dedo. En el codo se distinguían el vulgar y el sagrado o real. Este
último parece ser el codo de Egipto, que, según los monumentos egipcios, equivalía a mms. 525;
mientras que el vulgar parece que era el codo de Asiria, y equivalía a mms. 4 9 5 * El palmo era la
mitad del codo; el coto, la tercera parte del palmo, y el dedo, la cuarta parte del coto. A más de estas
medidas, hallamos mencionadas en el Antiguo Testamento el gómed, de equivalencia desconocida,
y sobre todo en Ezequiel; la caña, que más que una medida real y corriente era un instrumento para
medir, algo parecido, claro que no en la materia, a las cintas empleadas entre nosotros, y tenia seis
codos y un palmo, es decir, ms. 3,237. En el Nuevo Testamento se mencionan el camino de sábado,
unos 2.000 codos; el estadio, medida griega, equivalente a 600 pies, o sean 400 codos, unos 185 me
tros; la braza = Vulg. possus, medida marina, equivalente, aproximadamente, a ms. 1,85.
De medidas de superficie no hallamos en la Escritura mencionadas más que el semed = Vulg. yu-
gerum, yugada, que no es una medida exacta, sino solamente aproximada: el espacio de tierra de
labor que puede arar en un día una yunta.
1 8 Ben-oni: Hijo de mi dolor, aludiendo a I03 del parto laborioso que habia tenido.—Bert-yamin:
Hijo de la diestra o de la dicha: Buenaventura.
19 Sin duda que las palabras «que es Belén» son una glosa, que debe eliminarse. Clon esto queda
resuelta la dificultad geográfica.
g é n e s i s 3 5 -3 6 66
dro, y lo supo Jacob. Los hijos de Jacob los jefes de Elifaz en la tierra de Edom;
eran doce. 23 Hijos de Lía: Rubén, el pri son los hijos de Ada. 17 Hijos de Rauel,
mogénito de Jacob; Simeón, Leví, Judá, hijo de Esaú: el jefe Najat, el jefe Zaraj,
Isacar y Zabulón.24 Hijos de Raquel: José el jefe Samma y el jefe Meza. Estos son
y Benjamín. 25 Hijos de Bala, la sierva de los jefes de Rauel en la tierra de Edom;
Raquel: Dan y Neftalí. 26 Hijos de Zelfa, éstos son los hijos de Basemat, mujer de
la sierva de Lía: Gad y Aser. Estos son Esaú.18 Hijos de Olibama, mujer de Esaú:
los hijos que le nacieron a Jacob en Pa- el jefe Jeus, el jefe Jelón y el jefe Coré.
dán Aram. Estos son los jefes de Olibama, hija de
27 Fue Jacob a donde estaba Isaac, su Ana y mujer de E saú .19 Estos son los hi
padre, a Mambré, a la ciudad de Arbé, jos de Esaú, éstos sus jefes; él es Edom.
que es Hebrón, donde habitaron Abraham 20 Los hijos de Seir, el jorreo, que habi
e Isaac.28 Vivió Isaac ciento ochenta años taba la región: Lotán, Sobal, Sebeón,
29 y murió y se reunió con su pueblo, an Ana, 21 Disón, Eser y Disán. Estos son
ciano y lleno de días. Esaú y Jacob, sus los jefes de los jórreos, hijos de Seir, en
hijos, le sepultaron. la tierra de Edom. 22 Los hijos de Lotán
fueron: Jorí y Hernán; y Tamna, herma
D e s c e n d e n c ia d e E saú
na de Lotán. 23 Los hijos de Sobal: Al-
ván, Manajat, Ebal, Sefó y Onam. 24 Los
Q /J 1 Estas son las generaciones de hijos de Sebeón: Ava y Ana. Este Ana
** ” Esaú, que es Edom. * 2 Esaú tomó es el que halló en el desierto los manan
sus mujeres de entre las hijas de Canán, tiales de agua caliente mientras apacen
a Ada, hija de Elón, jeteo; a Olibama, taba el ganado de Sebeón, su padre.25 Los
hija de Ana, hijo de Sebeón, jeveo.3 Ade hijos de Ana: Disón y Olibama, hija de
más, a Basemat, hija de Ismael, hermana Ana. 26 Los hijos de D isón: Jemdam,
de Nebayot. 4 Ada le parió a Elifaz; Ba Esebán, Jetram y Caram. 27 Los hijos de
semat a Rauel, 5 y Olibama a Jeus, Jelón Eser: Balam, Zaavam y Acam. *8 Los
y Coré. Estos son los hijos que le nacieron hijos de Disán: Us y Aram.
a Esaú en tierra de Canán. 6 Esaú tomó 29 He aquí los jefes de los jórreos: el
a sus mujeres, sus hijos y sus hijas y to jefe Lotán, el jefe Sobal, el jefe Sebeón,
das las gentes de su casa, sus ganados y 30 el jefe Ana, el jefe Disón, el jefe Eser,
todas sus bestias y todos los bienes que el jefe Disán. Estos son los jefes de los
había adquirido en la tierra de Canán, y jórreos, cada uno de sus jefes en la tierra
se fue a una tierra lejos de Jacob, su her de Edom.
mano; 7 pues siendo muchos los bienes 31 He aquí los reyes que han reinado
de uno y otro, no podían habitar juntos, en tierra de Edom antes que reinara un
y la tierra en que se movían no les basta rey sobre los hijos de Israel: 32 Bela, hijo
ba a causa de sus muchos ganados. 8 Es de Beor, reinó en Edom, y el nombre de
tablecióse Esaú en el monte deSeir; Esaú su capital era Denaba. 33 Murió Bela y le
es Edom. sucedió Jobab, hijo de Zara, de Bosra.
9 He aquí los nombres de los hijos de 34 Murió Jobab y le sucedió Jusam, de la
Esaú, padre de Edom, en el monte Seir: tierra de Temán. 35 Murió Jusam y le su
10 Elifaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; cedió Adad, hijo de Badad, que derrotó
Rajel, hijo de Basemat, mujer de Esaú. a Medián en los campos de M oab; el nom
11 Los hijos de Elifaz fueron: Temán, bre de su ciudad era Avit. 36 Murió Adad
Ornar, Sefo, Gatam y Quenez. i2 Tamna y le sucedió Semla, de Masreca. 37 Mu
fue concubina de Elifaz, hijo de Esaú, y rió Semla y le sucedió Saúl, de Rejobot,
le parió a Amalee. Estos son los hijos junto al río. 38 Murió Saúl y le sucedió
de Ada, mujer de Esaú. 13 Los hijos de Baaljamán. hijo de Acbor. 39 Murió Baal-
Rauel: Najat, Zaraj, Samma y Meza. jamán, hijo de Acbor, y le sucedió Ha
14 Estos son los hijos de Basemat, mujer dar; el nombre de su capital era Pau y
de Esaú. Los hijos de Olibama, hija de el de su mujer Metabel, hijo de Matrad,
Ana, hija de Sebeón, mujer de Esaú, fue hija de Mezaab. 40 Estos son los nombres
ron: Jeus, Jetón y Coré. de los jefes de Esaú, según sus tribus y
15 He aquí los jefes de tribu de los sus territorios. El jefe de Tamna, el jefe
hi
jos de Esaú: Hijos de Elifaz, primogéni de Alva, el jefe de Jetet, 41 el jefe de Oli
to de Esaú, el jefe Temán, el jefe Ornar, bama, el jefe de Ela, el jefe de F inón,42 el
el jefe Sefo, el jefe Q uenez,16 el jefe Coré, jefe de Quenez, el jefe de Temán, el jefe
el jefe Gatam, el jefe Amalee. Estos son de Mabsar, 43 el jefe de Magdíel, el jefe
£ 1 Muerto Isaac, el autor habla de su hijo Esaú, para dejarle luego de lado, como habla hecho
^ ^ antes con Ismael, c.25.—«Que es Edom», frase aquí tan repetida, indica que más que a la per
sona de Esaú mira el autor a sus descendientes. El capitulo contiene varias estadísticas de esta na
ción correspondientes a épocas diversas, por donde se explican las divergencias de las mismas y la
repetición.
67 CÉNESis .56-37
de Iram. Estos son los jefes de Edom, tus hermanos?» * H Sus hermanos le en
según sus moradas en la tierra que ocu vidiaban, pero a su padre le daba esto
pan. Este es Esaú, padre de Edom. que pensar. 12 Fueron sus hermanos a
apacentar el ganado de su padre en Si-
quem, D y dijo Israel a José: «Tus her
C U A R T A P A R T E manos están apacentando en Siquem. Ven
que te mande a ellos». El le respondió:
H istoria de J osé y de sus hermanos «Heme aquí». 14 «Pues vete a ver si están
( 37 , 50) bien tus hermanos y el ganado, y vuelve
a decírmelo». Y le envió desde el valle
José de Hebrón y se dirigió José a Siquem.
15 Encontróle un hombre errando por el
0*7 1 Habitó Jacob en la tierra por campo, y le preguntó: «¿Qué buscas?»
» donde peregrinó su padre, en la
tierra de Canán. 16 Y él le contestó: «A mis hermanos bus
2 Estas son las generaciones de Jacob: co. Haz el favor de decirme dónde están
Cuando tenía José diecisiete años, sien apacentando». 17 Contestóle el hombre:
do todavía un niño, iba con sus herma «Se han ido de aquí, pues les oí decir:
nos, los hijos de Bala y de Zelfa, mujeres Vámonos a Dotayin». Fue José en busca
de sus hermanos, y los halló en Dotayin.
de su padre, a apacentar el ganado, e hizo 18 Viéronle ellos desde lejos, antes de que
llegar José a su padre la pésima fama de
aquéllos. * 3 Israel amaba a José más que a ellos se aproximara, y concibieron el
a todos sus otros hijos, por ser el hijo de proyecto de matarle. * 19 Dijéronse unos
su ancianidad, y le hizo una túnica ta a otros: «Mirad, ahí viene el de los sue
lar. * 4 Viendo sus hermanos que su padre ños ; 20 vamos a matarle y le arrojaremos
le amaba más que a todos, llegaron a a uno de estos pozos, y diremos que le ha
odiarle, y no podían hablarle amistosa devorado una fiera; así veremos de qué
mente. 5 Tuvo también José un sueño, que le sirven sus sueños». 21 Rubén, que esto
contó a sus hermanos y que acrecentó oía, quería librarle de sus manos, y les
dijo: «Matarle, no; 22 no vertáis sangre;
más todavía el odio de éstos contra él. arrojadle a ese pozo que hay en el de
6 Díjoles: «Oíd, si queréis, este sueño que
sierto y no pongáis la mano sobre él».
he tenido. 7 Estábamos nosotros en el
campo atando haces, y vi que se levan Quería librarle de sus manos para devol
verlo a su padre. 23 Cuando llegó José
taba mí haz y se tenía en pie, y los vues hasta sus hermanos, despojáronle de su
tros lo rodeaban y se inclinaban ante el túnica, la túnica talar que llevaba, 24 y
mío, adorándole». 8 Y sus hermanos le cogiéndole, le arrojaron al pozo, un pozo
dijeron: «¿Es que vas a reinar sobre nos vacío que no tenía agua.*
otros y vas a dominarnos?» Estos sueños
y las palabras de José fueron causa de Jo s é , v e n d id o p o r sus h e rm a n o s
que le odiaran todavía más. * 9 Tuvo José
otro sueño, que contó también a sus her 25 Sentáronse a comer, y alzando los
manos, diciendo: «Mirad, he tenido otro ojos, vieron venir una caravana de ismae
sueño, y he visto que el sol, la luna y once litas que venia de Galad, cuyos camellos
estrellas me adoraban». 10 Contó el sue iban cargados de estoraque, tragacanto y
ño a su padre y a sus hermanos, y aquél láudano, que llevaban a Egipto; * 26 y dijo
le increpó, diciéndole: «¿Qué sueño es ese Judá a sus hermanos: «¿Qué sacaríamos
que has soñado? ¿Acaso vamos a pos de matar a nuestro hermano y ocultar su
trarnos en tierra ante ti, yo, tu madre y I sangre? * 27 Vamos a vendérselo a esos ¡s-
Oy 2 Como en 25.19 narra, en la historia de Isaac, la de sus hijos, así aquí, con tanta mayor razón,
* cuanto que los de Jacob hablan de formar el pueblo de las promesas.
3 La gente trabajadora llevaba la túnica corta; los principales, larga, y si tenía mangas era señal
de distinción.
g El sentido del sueño es bien claro, y los hermanos lo entienden. El autor sagrado nos muestra
cómo la mano de Dios va dirigiendo los destinos de José y los de Israel por José.
10 El texto nos indica que la reprensión del padre es un tanto económica, pues él presiente un
misterio de Dios en estos sueños. El sueño supone aún viva a Raquel, porque el relato es retros
pectivo.
18 La Escritura nos muestra cómo había nacido y crecido el odio, que ahora llega al colmo:
el fratricidio.
24 Los pozos abundan en el campo para recoger el agua en la época de las lluvias.
25 La descendencia de Ismael es mencionada en 25,12 ss. Su primogénito, Nabayot, es el pa
dre de los nabateos, que habitaron luego al este del Araba, en el antiguo territorio de Edom. La
región de Dotain está en el camino de las caravanas que iban de Damasco y Galad a Egipto. Los pro
ductos que llevaban eran de gran consumo en el valle del Nilo para el culto en los templos, para la
medicina y para el embalsamamiento de los cadáveres.
26 La venta de una persona libre era un crimen grave, que la Ley castigaba con la pena capital*
pero sin duda menor que el homicidio (Ex 21,16).
g é n e s i s 3 7 -3 8 68
machias y no pongamos en él nuestra de Yavé, y Yavé le mató. 8 Entonces dijo
muño, pues es hermano nuestro y carne Judá a Onán: «Entra a la mujer de tu
nuestra». Asintieron sus hermanos; 28 y hermano, y tómala, como cuñado que
cuando pasaban los mercaderes madiani- eres, para suscitar prole a tu hermano». *
tas, sacaron a José, subiéndole del pozo, 9 Pero Onán, sabiendo que la prole no
y por veinte monedas de plata se lo ven sería suya, cuando entraba a la mujer de
dieron a los ismaelitas, que le llevaron a su hermano se derramaba en tierra para
Egipto. * 29 Volvió Rubén al pozo, pero no dar prole a su hermano, 18 Era malo
no estaba en él José, y rasgando sus ves a los ojos de Yavé lo que hacía Onán, y
tiduras, 30 volvióse a donde estaban sus le mató también a él. 11 Dijo entonces
hermanos y dijo: «El niño no parece; Judá a Tamar, su nuera: «Quédate como
¿adonde iré yo ahora?» 31 Tomaron la viuda en casa de tu padre hasta que sea
túnica talar de José, y matando un macho grande mi hijo Sela». Pues se decía: «No
cabrío, la empaparon en la sangre, 32 la vaya a morir también éste como sus her
cogieron y se la llevaron a su padre, di manos». Fuése, pues, Tamar y habitaba
ciendo: «Esto hemos encontrado; mira en casa de su padre.12 Pasó mucho tiem
a ver si es o no la túnica de tu hijo». po, y murió la hija de Sué, mujer de Judá.
33 Reconociéndola él, dijo: «La túnica de Pasado el duelo por ella, subió Judá con
mi hijo es; una fiera le ha devorado, ha su amigo Jira, el adulamita, al esquileo de
despedazado enteramente a José». 34 Ras su ganado a Tamna. 13 Hiciéronselo saber
gó Jacob sus vestiduras, vistióse de saco a Tamar diciéndole: «Mira, tu suegro ha
e hizo duelo por su hijo durante mucho ido a Tamna al esquileo de su ganado».
tiempo. * 35 Venían todos sus hijos y sus 14 Despojóse ella de sus vestidos de viuda,
hijas a consolarle; pero él rechazaba todo se cubrió con un velo, y cubierta se sentó
consuelo, diciendo: «En duelo bajaré al a la entrada de Enaím, en el camino de
sepulcro, a mi hijo». Y su padre le llora Tamna, pues veía que Sela era ya mayor
ba. * 3ó Los madianitas le vendieron en y no le había sido dada por mujer.*
Egipto a Putifar, ministro del Faraón y 15 Judá, al verla, la tomó por una mere
jefe de la guardia.* triz, pues tenía tapada la cara.* 16 Diri
gióse a donde estaba, y la dijo: «Déjame
Ju d á y T a m a r entrar a ti», pues no conoció que era su
O Q 1 Sucedió por entonces que bajó nuera. Ella le respondió: «¿Qué vas a
v O Judá, apartándose de sus herma darme por entrar a mí», 17 y él contestó:
nos, y llegó hasta un adulamita, de nom «Te mandaré un cabrito del rebaño». Ella
bre Jira. * 2 Vio allí a una cananea llamada le dijo: «Si me das una prenda hasta que
Sué, y la tomó por mujer y entró a ella, 10 mandes...» 18 «¿Qué prenda quieres que
3 que concibió y parió un hijo, al que te dé?», le dijo él. Ella contestó: «Tu sello,
llamó Er. 4 Concibió de nuevo y parió el cordón de que cuelga y el báculo que
un hijo, a quien llamó Onán; 5 volvió a llevas en la mano». El se los dio, y entró
concebir y parió un hijo, a quien llamó en ella, que concibió de él. * 19 Luego se
Sela; cuando le parió éste, hallábase en levantó, se fue, y quitándose el velo vol
Quizib. 6 Tomó Judá para Er, su pri vió a vestirse sus ropas de viuda.20 Mandó
mogénito, una mujer llamada Tamar.7 Er, Judá el cabrito por medio de su amigo el
primogénito de Judá, fue malo a los ojos adulamita para que retirase la prenda de
2 8 Los madianitas figuran entre los descendientes de Cetura y moraban en la costa meridional
del golfo de Acaba (25,2). Hay aquí una dificultad histórica. Podría resolverse suponiendo que el
nombre de ismaelitas y madianitas equivale a mercaderes árabes, como en Jue 8,24.
34 El rasgar las vestiduras es señal de gran dolor y luto, muy natural en este caso.
3 5 Descenderé al seo!, esto es, moriré de pena. El seol es la región subterránea en que moran
las almas de los difuntos.
3 6 Putifar: en egipcio, Poti-fere, el que Ra dio. Capitán de la guardia, a la letra; capitán de los
matarifes, sin duda por ser ellos los encargados de ejecutar las sentencias de muerte pronunciadas
por el soberano.
OO 1 San Agustín supone que este episodio ocurrió antes de la venta de José y que aquí se narra
** ® per recapitulationem, según el uso de la Escritura.
* La ley del Ievirato, expuesta en Dt 25,5 ss., se funda en un sentimiento de piedad fraterna
para con el difunto, a fin de que, siquiera por una ficción jurídica, no careciera de sucesión. Por eso
es tan mal mirado el olvido de este deber. De Onán se deriva el vicio de onanismo contra los fines del
matrimonio, y que aquí nos describe el autor sagrado como detestado por Dios.
14 El motivo de la resolución de Tamar es claro y no ha de juzgársela según las normas de nues
tra conciencia cristiana.
15 La antigüedad juzgaba con mucha indulgencia esta conducta, y más en personas libres, como
Judá lo era por este tiempo.
18 El sello servía para autenticar los documentos y era común en Caldea y en Egipto; el cordón
era para llevar el sello colgado de él. El bastón solía ser labrado y tenido por signo de autoridad.
Tamar le pide las cosas personales para que más tarde le sirvan de prueba de su conducta.
69 GÉNESIS 38*39
manos de la mujer; pero éste no la halló. a los ojos de su señor, y le servía a él. *
21 Preguntó a las gentes del lugar, dicien 5Hízole mayordomo de su casa, y puso
do: «¿Dónde está la meretriz que se sienta en su mano todo cuanto tenía. Bendijo
en Enaím a la vera del camino?» Y ellos Y avé por José a la casa de Putifar, y de
le respondieron: «No ha habido ahí nunca rramó Y a vé su bendición sobre todo cuan
ninguna meretriz».22 Volvió, pues, a Judá, to tenía en casa y en el campo, 6 y él lo
y le dijo: «No la he hallado, y las gentes dejó todo en manos de José, y no se cuida
del lugar me han dicho que no ha habido ba de nada, a no ser de lo que comía. Era
allí ninguna meretriz». 23 Y dijo Judá: Jo sé de hermosa presencia y bello rostro.
«Que se quede con ello, no vaya a bur
larse de nosotros; yo ya he mandado el C astidad de Jo sé
cabrito y tú no la has hallado».2425Al cabo
de unos tres meses hicieron saber a Judá 7 Sucedió después de todo esto que la
la cosa, dicíéndole: «Tamar, tu nuera, se mujer de su señor puso en él sus ojos, y
ha prostituido, y de sus prostituciones está le dijo: «Acuéstate conmigo». 8 Rehusó
encinta». Judá contestó: «Sacadla y que él, diciendo a la mujer de su señor: «Cuan
madla». * 25 Cuando se la llevaban mandó do mi señor no me pide cuentas de nada
ella decir a su suegro: «Del hombre cuyas de la casa y ha puesto en mi mano cuanto
son estas cosas estoy yo encinta. Mira a
ver de quién son ese anillo, ese cordón y
ese báculo». * 26 Los reconoció Judá, y
dijo: «Mejor que yo es ella, pues no se
la he dado a Sela, mi hijo». Pero no
volvió a conocerla más. * 27*Cuando llegó
el tiempo del parto, tenía en el seno dos
gemelos. * 28 Al darlos a luz, sacó uno
de ellos una mano, y la partera la cogió
y ató a ella un hilo rojo, diciendo: «Este
ha sido el primero en salir», 29 pero él
Sellos antiguos. (Biblia de Montserrat.)
retiró la mano y salió su hermano. «¡Vaya
rotura que has hecho!», dijo ella, y le tiene * 9 y no hay en esta casa nadie su
llamó Fares; * 30 luego salió su hermano, perior a mí, sin haberse reservado él nada
que tenía el hilo atado a la mano, y le fuera de ti, por ser su mujer, ¿voy a hacer
llamó Zaraj. yo una cosa tan mala y a pecar contra
D ios?» 10 Y como hablase ella a José un
Jo s é en E gip to
día y otro día, y no la escuchase él, negán
O Q 1 Entre tanto, a José, que había sidodose a acostarse con ella y aim a estar
llevado a Egipto y comprado a los con ella, 11 un día que entró José en la
ismaelitas por Putifar, ministro del Faraón casa para cumplir con su cargo, y no
y jefe de la guardia egipcia, 2 le protegió había nadie en ella, 12 le cogió por el
Yavé, que hizo prosperar todas sus cosas. manto, diciendo: «Acuéstate conmigo».
Estaba en casa de su señor, el egipcio,* Pero él, dejando en su mano el manto,
3 que vio que Yavé estaba con él, y que huyó y se salió de la casa. * 13 Viendo ella
todo cuanto hacía, Yavé lo prosperaba que había dejado el manto en sus manos
por su mano. 4 Halló, pues, José gracia y se había ido huyendo, 14 se puso a
24 Como ligada al matrimonio con Sela, era tenida por culpable de adulterio, según se ve en
Lev 20,io ss. y Dt 22,22 ss., y castigada con la pe na de muerte, pero no con el fuego, que se reser-
vaba para castigar el incesto (Lev 20,14).
2 5 Judá, jefe de la familia, era el juez en esta causa contra el honor de la misma.
2 6 judá reconoce su culpa y excusa la de su nuera, que había querido redimir la injuria por
esta vía.
22 Episodio semejante al de 25,24 ss., origen de los nombres, y de importancia por la descen
dencia que ambos tuvieron en Judá, según puede derse en 1 Par 2,4 ss. y 4,10 ss.
29 Fares, fruto de una unión incestuosa, es, si n embargo, uno de los anillos de la genealogía de
Cristo (Mt 1,3).
OQ 2 Insiste el texto en mostrar la asistencia divina sobre José, gracias a la cual se ganaba el
** favor de sus amos y salía bien en cuanto hacía.
4 Era el mayordomo general, llamado en egipcio mer-eper y hoy en árabe wektl, en quien el amo
descargaba todos sus cuidados.
8 Pone de relieve la conñanza que su señor tenía puesta en él y la obligación por esto de no serle
infiel ni ofender a Dios con esta misma infidelidad a su amo.
12 Según los monumentos, el traje de los hombres de trabajo era muy sencillo: un paño sujeto
a la cintura y que descendía hasta la mitad de los muslos, a veces cosido entre las piernas para mayor
libertad en los movimientos. Pero el autor sagrado 9e imagina a José vestido como en Palestina: con
el manto sobre los hombros.
C ÍN E S I8 30-40 70
gritar» llamando a las gentes de su casa, sos en la casa de su señor, diciéndoles:
les dijo a grandes voces: «Mirad, nos «¿Por qué tenéis hoy mala cara?» 8 Ellos le
a traído H ese hebreo para que se burle contestaron: «Hemos tenido un sueño» y
de nosotros; ha entrado a mí para acos no hay quien lo interprete». Di joles José:
tarse conmigo, * 15 y cuando vio que yo «¿No es de Dios la interpretación de los
alzaba mi voz para llamar, ha dejado su sueños? Contádmelo, si queréis». * 9 El
manto junto a mi y ha huido fuera de la jefe de los coperos contó a José su sueño
casa». w Dejó ella el manto de José cerca diciéndole: «En mi sueño tenía ante mi
de sí, hasta que vino $u señor a casa, 17 y una vid 10 con tres sarmientos, que esta
le habló a$í: «Ese siervo hebreo que nos ban como echando brotes, subían y flo
has traído ha entrado a mi para burlarse recían y maduraban sus racimos. 11 Tenía
de mí, * i#y cuando vio que alzaba mi en mis manos la copa del Faraón, y co
voz y llamaba, dejó junto a mi su manto giendo los racimos, los exprimía en la
y huyó fuera», i? Al oir su señor lo que copa del Faraón y la puse en sus manos».
íe decía su mujer, esto y esto es lo que 12 José le dijo: «Esta es la interpretación
me ha hecho tu siervo, montó en cólera, del sueño: Los tres sarmientos son tres
20 y cogiendo a José, le metió en la cárcel días. 13 Dentro de tres días el Faraón
donde estaban encerrados los presos del exaltará tu cabeza y te restablecerá en
rey, y allí en la cárcel quedó José. * tu cargo, y pondrás la copa del Faraón
en sus manos, como antes lo hacías, cuan
Jo sé en la cárcel do eras copero. 14 A ver si te acuerdas de
mí cuando te vaya bien y me haces la
21 Pero estaba Yavé con José, y exten gracia de recordarme al Faraón para que
dió sobre él su favor, haciéndole grato a me saque de esta casa, 15 pues he sido
los ojos del jefe de la cárcel, 22 que puso furtivamente sacado de la tierra de los
en su mano a todos los allí presos; y cuan hebreos, y aun aquí nada he hecho para
to allí se hacía, era él quien lo hacía . 23 De qué me metieran en prisión». i<» Viendo
nada se cuidaba por sí el jefe de la cárcel, el jefe de los reposteros cuán favorable
porque estaba Yavé con José, y cuanto mente había interpretado el sueño, dijo
hacía éste, Dios lo prosperaba. a José: «Pues he aquí el mío: Llevaba yo
sobre mi cabeza tres canastillas de pan
J A 1 Sucedió después que, habiendo blanco. 17 En el canastillo de encima ha
faltado contra su señor, el rey de bía toda clase de pastas de las que hacen
Egipto, el copero y el repostero del rey, * para el Faraón los reposteros, y las aves
2 se encolerizó el Faraón contra sus dos se las comían del canastillo que llevaba
ministros, el jefe de los coperos y el jefe sobre mi cabeza». Contestó José di
de los reposteros, 3 y los encarceló en la ciendo: «Esta es la interpretación: Los
casa del jefe de la guardia, en la cárcel tres canastillos son tres días. I9 Dentro
donde estaba preso José. 4 Púsolos el jefe de tres días te quitará el Faraón la ca
de la guardia bajo la custodia de José, y beza y te colgará de un árbol, y comerán
éste les servía el tiempo que estuvieron las aves tus carnes». 20 Al dia tercero,
en la cárcel. 5 El jefe de los coperos y el que era el del natalicio del Faraón, dio
jefe de los reposteros del rey de Egipto, éste un banquete a todos sus servidores,
que estaban presos en la cárcel, tuvieron y en medio de ellos trajo a la memoria al
ambos un sueño en la misma noche, cada jefe de los coperos y aí jefe de los repos
uno el suyo, y cada sueño de diversa sig teros, * 21 restableciendo al jefe de los co
nificación. * 6 Cuando por la mañana vino peros en su cargo de poner la copa en
a ellos José y los vio tristes, 7 preguntó a manos del Faraón, 22 y colgando al jefe
los dos ministros que con él estaban pre de los reposteros, como les había ínter w
14 Acude a los otros siervos de la casa, en quienes fácilmente podía suscitar animosidades con
tra José por ser superior suyo.
17 Dice: el amo «nos ha traído*. Este plural puede dar a antender cuál sería la conducta de José
con los esclavos cuando con la señora tanto se atrevía.
20 Es extraña esta suavidad penal para tal delito y con un esclavo. Tal vez el amo no daba en
tera fe a las palabras de su mujer. Luego la Providencia velaba sobre José. Herodoto menciona una
fortaleza en Tebas, en que estaban detenidos los presos políticos. De una así se trata aquí.
pretado José. * 23 Pero el jefe de los cope- sas, que se pusieron a pacer en la verdura
ros no se acordó más de José, sino que de la orilla, 19 y he aquí que detrás de
se olvidó de él. ellas suben otras siete vacas malas, feas
y flacas, como no las he visto de malas
Interpreta Jo sé los sueños del F araó n en toda la tierra de Egipto, 20 y las vacas
malas y feas se comieron a las primeras
41 l Al cabo de dos años soñó el Fa- siete vacas gordas, 2* que entraron en su
raón que estaba a orillas del río, vientre sin que se conociera que habían
2 y veía subir de él siete vacas hermosas entrado, pues el aspecto de aquéllas si
y muy gordas, que se pusieron a pacer la guió siendo tan malo como al principio.
verdura de la orilla; pero he aquí que
después subieron del río* 3 otras siete
vacas feas y muy flacas, y se pusieron
junto a las siete que estaban a la orilla
del río, 4 y las siete vacas feas y flacas
se comieron a las siete hermosas y gor
das ; y el Faraón se despertó. 3 Volvió a
dormirse, y por segunda vez soñó que
veía siete espigas que salían de una sola
caña de trigo muy granadas y hermosas,
6 pero detrás de ellas brotaron siete espi
gas flacas y quemadas por el viento sola
no, 7 y las siete espigas flacas y quemadas
devoraron a las siete espigas hermosas y
granadas, y se despertó el Faraón. Este
fue el sueño. 8 A la mañana, estaba per
turbado su espíritu y mandó llamar a
todos los adivinos y a todos los sabios
de Egipto; les contó su sueño, pero no
hubo quien lo interpretara.* 9 Entonces
habló al Faraón el jefe de los coperos,
diciendo: «Ahora me acuerdo de mi fal
ta. 10 Estaba el Faraón irritado contra
sus siervos y nos había hecho encerrar
en la casa del jefe de la guardia a mí y al Trigo racimal
jefe de los reposteros, tt Tuvimos ambos
un sueño, la misma noche yo y él, cada Y me desperté. 22 Vi también en sueños
uno el suyo y de distinta interpretación. que salían de una misma caña siete es
i2 Estaba allí con nosotros un joven he pigas granadas y hermosas, 23 y que sa
breo, siervo del jefe de la guardia, y le lían después de ellas siete espigas malas,
contamos nuestros sueños, y él nos dio secas y quemadas del viento solano, 24 y
la interpretación; a cada uno le interpretó las siete espigas secas devoraron a las
el suyo, 13 y como lo interpretó él, así siete hermosas. Se lo he contado a los
nos sucedió; yo fui restablecido en mi adivinos, y no ha habido quien me lo ex
cargo y él fue colgado». 14 Mandó, pues, plique».
el Faraón llamar a José, y apresurada 25 José dijo al Faraón: «El sueño del
mente le sacaron de la prisión. Se cortó Faraón es uno solo. Dios ha dado a co
el pelo, se mudó de ropas y se fue a ver nocer al Faraón lo que va a hacer. 26 Las
al Faraón.* *5 Este le dijo: «He tenido siete vacas hermosas son siete años, y las
un sueño y no hay quien me lo interprete, siete espigas hermosas, siete años; el sue
y he oído decir de ti que en cuanto oyes ño es uno solo. 27 Las siete vacas flacas y
un sueño lo interpretas». 16 José respon malas que, subían ñttañs de las otras son
dió: «No yo; Dios será el que dé una otros siete años, y las siete espigas secas y
respuesta favorable al Faraón». 17 Habló, quemadas del viento solano son siete años
pues, el Faraón a José: «Este es mi sue de hambre. 28 Es lo que he dicho al Fa
ño: Estaba yo en la ribera del río 18 y vi raón, que Dios le ha mostrado lo que
subir del río siete vacas gordas y hermo va a hacer. 29 Vendrán siete años de gran
22 Luego de decapitado colgaban el cuerpo. Era éste un suplicio terrible para un egipcio sobre
todo, por cuanto creía que la conservación del cuerpo era requisito indispensable para la vida fu
tura del alma.4
1
41 2 La vaca era el símbolo de Isis y de Hator, diosa de la fertilidad, y que aquí debe ser com-
* " pleta, como indica el número siete.
* Eran los representantes de la ciencia sagrada y los intérpretes de los sueños (Dan 2,2; 5,7).
14 Los egipcios se rapaban a navaja la cabeza, cubriéndosela luego con una peluca.
GÉNESIS 4 1 72
ti no alzará nadie mano ni pie en toda la de aquella tierra, abrió José los graneros,
tierra de Egipto». 45 Llamó el Faraón a y lo que en ellos había se lo vendía a los
José con el nombre de Zafnat Paneaj y egipcios, pues crecía el hambre en la tie
le dio por mujer a Asenet, hija de Putifar, rra de Egipto. 57 D e todas las tierras ve
sacerdote de On. Salió José por toda la nían a Egipto a comprar a José, pues el
tierra de Egipto. * 46 Tenía treinta años hambre era grande en toda la tierra.*
cuando se presentó ante el Faraón, rey
de Egipto, y le dejó para recorrer toda Bajan a E gip to los h erm an os de José
la tierra de Egipto. 47 La tierra produjo a e n busca d e m an ten im ien tos
montones durante los siete años de abun
dancia, 48 y José recogió el producto de JO
1 Viendo Jacob que había trigo en
los siete años que de ella hubo en Egipto, Egipto, dijo a sus hijos: «¿Qué es
y lo almacenó en las ciudades, deposi táis ahí mirándoos unos a otros? 2 He
tando en cada una de ellas los productos oído decir que en Egipto hay trigo. Bajad,
de los campos que la rodeaban, 49 llegan pues, allá para comprárnoslo, y vivamos
do a reunir tanto trigo como las arenas y no muramos».* 3 Bajaron, pues, diez
del mar; en tan gran cantidad, que hubo de los hermanos de José a Egipto a com
que dejar de contar, porque no podía ya prar pan;* 4 a Benjamín, el hermano de
contarse. * José, no le mandó Jacob con sus herma
nos por temor de que le sucediera alguna
H ijos d e José desgracia. 5 Llegaron los hijos de Israel
con otros que venían también a comprar
50 trigo, pues había hambre en toda la tierra
Antes que llegara el tiempo de la es
casez, naciéronle a José dos hijos, que le de Canán. 6 Como era José el jefe de la
parió Asenet, hija de Putiíár, sacerdote tierra y el que vendía el trigo a cuantos
de On. 51 Dio al primero el nombre de venían a comprarlo, los hermanos de José
Manasés, porque dijo: «Dios me ha he entraron, y se postraron ante él, rostro a
cho olvidar todas mis penas y toda la tierra. * 7 Al verlos, José los reconoció,
casa de mi padre»; 52 y al segundo le pero disimuló, y les habló con dureza,
llamó Efraím, diciendo: «Dios me ha dado diciéndoles: «¿De dónde venís?»; y ellos
fruto en la tierra de mi aflicción». respondieron: «De la tierra de Canán
para comprar mantenimientos». 8 Y aun
M ed id as de gobierno durante que conoció José a sus hermanos, ellos
la escasez no le conocieron a él.
9 Acordóse José de los sueños que les
53 Acabáronse los siete años de abun había contado, y les dijo: «Vosotros sois
dancia que hubo en Egipto, 54 y comen unos espías, que habéis venido a recono
zaron los siete años de escasez, como lo cer las partes no fortificadas de la tierra». *
había anunciado José; y hubo hambre en ioEllos le dijeron: «No, señor mío; tus
todas las tierras, mientras había pan en siervos han venido a comprar manteni
toda la tierra de Egipto; 55 y clamaba el mientos; 11 todos nosotros somos hijos
pueblo al Faraón por pan, y el Faraón del mismo padre; somos gente buena;
decía a todos los egipcios: «Id a José y no son tus isiervos unos espías». 12 El
haced lo que él os diga». 56 Cuando el repuso: «No; sois unos espías que ha
hambre se extendió por toda la superñcie béis venido a ver lo indefenso de la tie-
4 5 Para indicar la nueva condición de José por su ensalzamiento se le impone un nombre nue
vo; su significación es obscura y acaso no esté bien trasmitido; los egiptólogos lo interpretan común
mente : Dios habló y él (el que lleva el nombre) vino a la vida. Asenet significa perteneciente a Neit,
diosa del cielo.—Heliópolis en griego y On en hebreo era la ciudad que estaba situada cerca de El
Cairo actual, en la que Ra, el sol, era preferentemente venerado (cf. Ez 30,17). De estos sacerdotes
dice Herodoto que «eran los más eruditos y letrados de Egipto» (11,3).
4 9 En las escenas egipcias de la recogida del grano nunca falta el escriba, que lleva cuenta de
las medidas.
5 7 Corresponden bien al v.54, en que nos habla de los países vecinos, preparando con esto la
narración de la venida de los hermanos de José,
15 Entre los hebreos se decía: Vive el Señor y vive tu alma, o sea por el Señor y por tu alma;
los egipcios juraban por vida del Faraón.
16 José pretende ver a su hermano sin descubrirse. Luego invierte los términos, contentándose
con que quede uno y los demás se partan.
21 Es verdaderamente hermosa esta confesión del crimen, sin saber que la víctima está presente.
22 La sangre pide la sangre, lo mismo ante la justicia divina que ante la justicia humana.
í5 A pesar de su dureza exterior, no se olvida de que son sus hermanos ni desmiente su cariño
para con ellos. Esto aumentaba más la confusión de aquéllos y hacía su situación más complicada.
3 9 El hallazgo del dinero es algo misterioso, y esto les hace sentir el temor religioso de la mano
de Dios.
34 El corazón del padre es más sensible a lo que pierde que a lo que posee (cf. Le 15,3 ss.).
37 Rubén es siempre el mismo; sus palabras deben tomarse como expresión de las segurida
des que da a su padre sobre la vuelta de Benjamín.
75 GÉNESIS 43
4 q 3 El papel preponderante que en esta parte del diálogo tiene Judá está en armonía con 37.26 ss.
9 Judá responde de la vuelta de Benjamín con su persona misma. La oferta de Rubén era
menos natural, aunque significa los mismos sentimientos.
l 1 Con toda la pena de su alma Jacob se resigna a dejar partir a Benjamín, que es presentado
como niño, pero que, conforme los cálculos de A Lápide, tendría ya veinticuatro años.— Tom ad de
lo mejor de la tierra, etc., es decir, los productos de Canán que en Egipto tenían más estima. La miel
parece fuese cierto mosto de uvas que se fabricaba en Canán y era muy estimado en el valle del
Nilo (Ez 27,17). Aromas y láudano era la mercancía de los ismaelitas (37.25): el pistacho, una es
pecie de almendra muy irritante.
1* Era día de alegría para José, y quiso solemnizarlo sin descubrirse ni abandonar sus propó
sitos de averiguar los sentimientos de sus hermanos.
1 1 Es muy natural este temor en aquellos pobres nómadas, no hechos a la vida ciudadana,
al verse tratar de aquella manera, cuando ellos creían que habla motivos para otro trato muy distinto.
g é n e s i s 4 3 -4 4 76
egipcios que comían con él, pues los egip Aquel a quien se le encuentre la copa será
cios no pueden comer con los hebreos, mí esclavo, y vosotros quedaréis en li
por ser esto para ellos cosa abominable. * bertad». 4 11 Bajó cada uno a tierra su saco
33 Pusieron a los hermanos de José frente a toda prisa, y lo abrió.12 El mayordomo
a él: el primogénito, según su progeni los reconoció, comenzando por el del
tura, y el más joven, según su edad, y se mayor y acabando por el del más joven,
miraban atónitos unos a otros.34 Cuando y se halló la copa en el saco de Benjamín.
les pusieron delante las porciones, la de 13 Rasgaron sus vestiduras, cargaron de
Benjamín era cinco veces mayor que la nuevo los asnos y volvieron a la ciudad.
de cada uno de los otros, y bebieron y 14 Judá llegó con sus hermanos a la casa
estuvieron muy alegres en com pañía de José, que estaba allí todavía, y pos
suya. * tráronse rostro a tierra. 15 José les dijo:
«¿Qué es lo que habéis hecho? ¿No sa
Benjam ín, cogido en el hurto bíais que un hombre como yo había de
adivinarlo?»4 16 Judá respondió: «¿Qué
i i 1 José dio orden a su mayordomo vamos a decir a mi señor? ¿Cómo hablar,
de llenar cuanto pudiera de víveres cómo justificarnos? Dios ha hallado la
los sacos de aquellas gentes y de poner el iniquidad de tus siervos, y somos esclavos
dinero de cada uno en la boca de su tuyos, tanto nosotros cuanto aquel en
saco. * 2 «Pon también mi copa—le dijo—, cuyo poder se ha hallado la copa». *
la copa de plata, en la boca del saco del 17 «Lejos de mí hacer eso—dijo José— ;
más joven, juntamente con el dinero». El aquel a quien se le ha encontrado la copa
mayordomo hizo lo que le había manda será mi esclavo; vosotros subiréis en paz
do José. 3 Despuntaba el alba, cuando a vuestro padre». ^Acercóse entonces
despidieron a los hebreos con sus asnos. Judá y le dijo: «Por favor, señor mío;
4 Habían salido de la ciudad, pero no es que pueda decir tu siervo unas palabras
taban lejos, cuando José dijo a su ma en tu oído, sin que contra tu siervo se
yordomo: «Anda, y sal en persecución encienda tu cólera, pues eres como otro
de esas gentes, y cuando los alcances di- Faraón.4 19 Mi señor ha preguntado a
les: «¿Por qué habéis devuelto mal por tus siervos: ¿Tenéis padre todavía y te
bien? ¿Por qué me habéis robado la copa néis algún otro hermano? 20 Y nosotros
de plata? 5 Es donde bebe mi señor y contestamos: Tenemos un padre anciano
de la que se sirve para adivinar. Habéis y tenemos otro hermano, hijo de su an
obrado muy mal». * 6 Cuando los alcan cianidad. Tenía éste un hermano, que
zó les dijo estas mismas palabras. 7 Ellos murió, y ha quedado sólo él de su ma
le contestaron: «¿Por qué habla así mi dre, y su padre le ama mucho. 21 Tú di
señor? Lejos de tus siervos hacer seme jiste a tus siervos: Traédmelo, que yo
jante cosa.4 8 Hemos vuelto a traerte des
de la tierra de Canán el dinero que halla pueda verle. 22 Nosotros te dijimos: Mira,
mos en la boca de nuestros sacos; ¿cómo señor, no puede el niño dejar a su padre;
íbamos a robar de la casa de tu señor pla si le deja, morirá su padre. 23 Pero tú di
ta ni oro? 9 Aquel de tus siervos en cuyo jiste a tus siervos: Si no baja con vos
poder sea hallada la copa, muera, y sea otros vuestro hermano menor, no veréis
mos también nosotros esclavos de tu se más mi rostro. 24 Cuando subimos a tu
ñor». 4 10«Bien está; sea como decís. servidor, mi padre, le dimos cuenta de las
3 2 Los egipcios comían sentados a la mesa. La separación obedece no menos a etiqueta pala
ciega que a prejuicios de orgullo nacional, a que la religión dio luego un carácter sagrado. £1 espíritu
farisaico es más viejo que los fariseos (Herodoto, II, 41).
34 Las porciones estaban en una mesa del centro, y de ella iban los servidores dando a los
comensales. Los servidores aparecen, como el mayordomo antes, movidos por José y como sabe
dores de sus intenciones.
A. A, 1 Jos® Prosigue en sus propósitos de probar la sinceridad de los sentimientos de sus her-
manos, sobre todo respecto de Benjamín.
3 No era un vaso ordinario, era la copa preferida de su señor y la usada en los ritos dívinatorios,
lo que la hacía más estimable a su dueño y más codiciable a los otros.
7 Con razón se muestran maravillados de tal sospecha después de las muestras de probidad
que habían dado.
9 Tan seguros estaban de su inocencia, que no temen decretar este castigo contra el culpable.
10 Acepta la sentencia dada por ellos, pero reduciéndola a términos de equidad y a lo que
pedía el papel que estaba representando.
13 El mayordomo les echa en rostro su ingratitud; José, su inconsideración, pues debían haber
sospechado que a un personaje como él no se le ocultaría el hurto.
10 Hallándose inocentes del hurto, se confiesan culpables ante Dios, que los hacía expiar otros
delitos (cf. 42,21 s.).
18 El razonamiento de Judá es tierno y conmovedor y responde bien a los esfuerzos que habla
tenido que hacer para lograr de su padre la partida de Benjamín.
77 GÉNESIS 4 4 *4 9
palabras de mí señor; 25 y cuando mi pa me vendido para aquí, pues para vuestra
dre nos dijo: Volved a bajar para com vida me ha traído Dios aquí antes de vos
prar algunos víveres, 26 le contestamos: otros. * 6 Van dos años de hambre en esta
N o podemos bajar, a no ser que vaya tierra, y durante otros cinco no habrá
con nosotros nuestro hermano pequeño, arada ni cosecha. 7 D ios me ha enviado
pues no podemos presentarnos a ese hom delante de vosotros para dejaros un resto
bre si nuestro hermano no nos acompa sobre la tierra y haceros vivir para una
ña. 27Tu siervo, nuestro padre, nos dijo: gran salvación*. 8 N o sois, pues, vos
Bien sabéis que mi mujer me dio dos hi otros los que me habéis traído aquí; es
jos; 28 el uno salió de casa, y seguramente Dios quien me trajo y me ha hecho pa
fue devorado, pues no le he visto más; dre del Faraón y señor de toda su casa
29 si me arrancáis también a éste y le y me ha puesto al frente de toda la tierra
ocurre una desgracia, haréis bajar mis de Egipto.* 9 Apresuraos, y subid a mi
canas en dolor al sepulcro. 39 Ahora, padre, y decidle: «Así dice tu hijo José:
cuando yo vuelva a tu siervo, mi padre, Me ha hecho Dios señor de todo el Egip
si no va con nosotros el joven, de cuya to; baja, pues, a mí sin tardar, 10*y habi
vida está pendiente la suya, 31 en cuanto tarás en la tierra de Gosen, y estarás cerca
vea que no está, morirá, y tus siervos de mi, tú, tus hijos y los hijos de tus hi
habrán hecho bajar en dolor al sepulcro jos con tus rebaños, tus vacadas y todo
las canas de tu siervo, nuestro padre.32 Tu cuanto tienes; 11 allí te mantendré yo, pues
siervo ha salido responsable del joven al quedan todavía otros cinco años de ham
tomarlo a mi padre, y ha dicho: Si yo bre, y as! no pasarás hambre tú, tu casa y
no le traigo otra vez, seré reo ante mi pa todo cuanto tienes. 12*Con vuestros mis
dre para siempre. 33 Permíteme, pues, que mos ojos veis, y ve mi hermano Benjamín
te ruegue que quede tu siervo por esclavo con los suyos, que soy yo mismo el que
de mi señor, en vez del joven, y que éste os habla. 33 Contad a mi padre cuánta es
vuelva con sus hermanos. 34 ¿Cómo voy mí gloria en Egipto y todo cuanto habéis
a poder yo subir a mi padre si no llevo visto, y apresuraos a bajar aquí a mi pa
al niño conmigo? N o, que no vea yo la dre». 14 Y se echó sobre el cuello de Ben
aflicción en que caerá mi padre».* jamín, su hermano, y lloró; y lloraba
también Benjamín sobre el suyo. * 15 Besó
José se da a conocer a sus hermanos también a todos sus hermanos, llorando
Ac 1 Entonces José, viendo que no po- mientras los abrazaba, y después sus her
día contenerse más ante todos los manos estuvieron hablando con é l . 16 Co
que allí estaban, gritó: «Salgan todos». rrió por la casa del Faraón la voz de que
Y no quedó nadie con él cuando se dio habían venido los hermanos de José, y se
a conocer a sus hermanos. * 2 Lloraba complacieron de ello el Faraón y sus cor
José tan fuertemente, que lo oyeron todos tesanos. 17 Y dijo el Faraón a José: «Di
los egipcios, y lo oyó toda la casa del Fa a tus hermanos: Haced esto: Cargad vues
raón. * 3 «Yo soy José—les dijo—. ¿Vive tros asnos, id a la tierra de Canán, * 18 to
todavía mi padre?» Pero sus hermanos mad a vuestro padre y vuestras familias,
no pudieron contestarle, pues se llenaron y venid a mí. Yo os daré lo mejor de la
de terror ante él. 45El les dijo: «Acercaos tierra de Egipto y comeréis lo mejor de
a mí». Acercáronse ellos, y les dijo: «Yo la tierra.19 Mándalos que lleven de Egip
soy José, vuestro hermano, a quien ven to carros para sus hijos y sus mujeres,
disteis para que fuese traído a Egipto. traigan con ellos a su padre, y vengan;*
3 Pero no os aflijáis y no os pese haber 20 que no les pese de tener que dejar sus
3 * Hermosa conclusión, que revela bien los sentimientos del que habla y que trae como por
la mano el desenlace final de este drama.
4 r i La presencia de sus subordinados le obliga a hacerse una violencia que no podía conti-
* nuar, y para dar rienda suelta a sus sentimientos los manda salir.
2 Esta era la primera y más sincera manifestación de quién era y de los sentimientos que le
animaban.
5 Los consuela haciéndoles ver la mano de la Providencia, que se vale de los mismos males
para ejecutar sus designios de misericordia.
7 Anuncia las consecuencias de su venida a Egipto, a saber: la multiplicación y la liberación
maravillosa
8 Padre del Faraón, es su primer ministro y gobernador de su casa y reino (cf. Is 22,21; Est 13 ,6 ;
Me 11 ,32).
14 La lógica del corazón, que también el corazón tiene su lógica, parecía pedir que estos w .14-16
estuviesen antes del v . q , como un desahogo del ánimo de los hermanos que acaban de reconocerse.
17 Muy justamente se asocia el soberano a la alegría de su ministro y muestra para con la fa
milia de José su liberalidad real.
19 Fuera de los carros de guerra, ligeros y tirados por dos caballos, usaban los egipcios otros
más pesados para carga y transporte de personas, tirados por caballos o por bueyes.
g é n e s i s 4 5 -4 6 78
cosas, pues suyo será lo mejor de la tierra él en Egipto. * 8 He aquí los nombres de
de Egipto». 21 Hicieron así los hijos de los hijos de Israel que llegaron a Egipto:
Israel, y les dio José carros, según la or Jacob y sus hijos, el primogénito de Ja
den del Faraón, y provisiones para el ca cob, Rubén.* 9 Hijos de Rubén: Janoc,
mino. 22 Dioles también a todos vestidos Falú, Jesrom y Carmí. 10 Hijos de Si
para mudarse, y a Benjamín trescien meón: Jamuel, Jamín, Ohad, Jaquín y
tas monedas de plata y cinco vestidos. Sojar, y Saúl, hijo de la Cananea. 11 Hi
23 Mandó también a su padre asnos car jos de Leví: Gersón, Caat y Merari.
gados con lo mejor de Egipto y diez asnos 12 Hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares
cargados de trigo, de pan y de víveres para y Zaraj; pero Er y Onán habían muerto
su padre para el camino. * 24 Después des en la tierra de Canán. Hijos de Fares fue
pidió a sus hermanos, que partían, di- ron: Jesrom y Jamuel. 13 Hijos de Isacar:
ciéndoles: «No vayáis a reñir en el ca Tola, Fuá, Job y Sem rón.14 Hijos de Za
mino». 25 Subieron, pues, de Egipto, y bulón: Sared, Elón y Jajleel. 15 Estos son
llegaron a la tierra de Canán, a Jacob, los hijos que Lía parió a Jacob en Padán
su padre, 26 y le dijeron: «Vive todavía Aram, con su hija Dina. Sus hijos e hijas
José y es el jefe de toda la tierra de Egip eran en total treinta y tres personas.
to». Pero él no se conmovió, pues no los i<>Hijos de Gad: Sefión, Jaguí, Sun!,
creía. 27 Dijéronle cuanto les había man Esebón, Herí, Arodí y Arelí. 17 Hijos de
dado José y les habla dicho; y al ver Jacob Aser: Gimna, Jesua, Jesuí y Beria, y Sa-
los carros que le mandaba José para tras raj, su hermana. Hijos de Beria eran Je»
ladarle, se reanimó 28 y dijo: «Basta, mi ber y Melquiel. 18 Estos son los hijos de
hijo vive todavía; iré y le veré antes de Zelfa, la esclava que había dado Labán
morir». * a Lía, su hija, y que ella parió a Jacob.
Dieciséis personas.
Jacob y sus hijos en Egipto 19 Hijos de Raquel, la mujer de Jacob:
José y Benjamín. 20 Nacieron a José, en
i Partióse Israel con todo cuanto Egipto, de Asenet, hija de Putifar, sacer
tenía, y al llegar a Berseba ofreció dote de On, Manasés y Efraim. 21 Hijos
sacrificios al Dios de su padre, Isaac. de Benjamín: Bela, Bajor y Asbel. Fueron
2 Dios habló a Israel en visión nocturna, hijos de Bela: Güera, Namán, Eji, Ros,
diciéndole: «Jacob, Jacob»; él contestó: Mafim, Jufim y Ared. 22 Estos son los hi
«Heme aquí»;* 3 y le dijo: «Yo soy El, jos de Raquel que le nacieron a Jacob:
el Dios de tu padre; no temas bajar a en total, catorce personas.
Egipto, pues yo te haré allí un gran pue 23 Hijos de D an : Jusín.24 Hijos de Nef
blo. * 4 Yo bajaré contigo a Egipto y te talí: Jaisiel y Gumí, Jeser y Salem. 25 Es»
haré volver a subir. 5 José te cerrará los tos son los hijos de Bela, que dio Labán
ojos». Levantóse Jacob y dejó a Berseba, a Raquel, su hija, y de ella le nacieron
y los hijos de Israel pusieron a Jacob, su a Jacob. En todo, siete personas. 26 El to
padre, y a sus mujeres e hijos en los ca tal de las personas que vinieron con Jacob
rros que había mandado el Faraón para a Egipto, procedentes de él, sin contar las
transportarlos. 6 Lleváronse también sus mujeres de sus hijos, era de setenta y seis.
ganados y los bienes que habían adquiri 27 Los hijos de José nacidos en Egipto
do en la tierra de Canán, y Jacob se en eran dos. El total de las personas de la
caminó a Egipto con toda su familia. familia de Jacob que vinieron a Egipto
7 Llevó con él a Egipto a sus hijos y a los fue de setenta. 28 Y mandó Jacob a Judá
hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas por delante a José para darle cita en Go-
de sus hijas; toda su familia entró con sen. * 29 E hizo José preparar su carro, y
23 Por «lo mejor* de Egipto parece deben entenderse los objetos de arte y curiosidades de la
industria egipcia, pues las provisiones vienen luego.
28 Es el nunc dimittis de Jacob, cuando menos lo esperaba. Con ver a su hijo vivo se da ya por
satisfecho y muere contento.
A f? 2 La morada preferida de su padre, que en aquel sitio había erigido un altar (26,25). En
visión nocturna: como a Abraham, 15,1; Núm 12,6.
3 Como en 2-8,13, Dios se determina por su padre Abraham y le promete su asistencia y el
cumplimiento de sus promesas. Cf. Mt 22,31 ss,
7 El cuadro que sigue, a pesar de la apariencia del v.8 y del 26 s., es un cuadro estadístico in
tercalado en la narración de aquellos descendientes de Jacob que luego vinieron a ser jefes de tribu
o familia, y como tales se conservaron luego en otros cuadros semejantes, como Ex 6,14 ss.; Núm 26,
y 1 Par 2-8. La diferente manera de citarlos engendró alguna diferencia entre el texto masorético
y el de los LXX.
8 Enuméranse sin distinción todos los hijos de Jacob; y sin distinción, en cuanto a la condi
ción de la madre, entrarán luego a participar en la herencia paterna, siguiéndose en esto no el de
recho caldeo, sino el derecho del desierto.
28 Judá, que tan buen papel había representado antes, recibe aquí esta misión. La tierra de
Gosen se encuentra al este del Delta, entre la rama pelusiana del Nilo y el desierto.
79 GÉNESIS 4 6 -4 7
3 1 José pretende con esto cumplir un acto de cortesía para con el soberano y preparar el te
rreno para obtener la facultad de que su familia se estableciese en Gosen, donde más cómodamente
pudieran continuar su género de vida, alejados del contagio religioso de los egipcios, que podía
serles perjudicial.
3 3 No era precisamente la profesión del pastoreo lo que abominaban los egipcios, pues en el
Delta abundaban los ganados y los pastores, sino los pastores asiáticos, que los tenían entonces
dominados y que con sus correrías los molestaban siempre.
Ay 11 La tradición señala como primera habitación de Israel el país de Gosen. Era la tierra
“ * más apta para la vida de los hijos de Jacob. Pero es natural que con el tiempo se extendieran
fuera de esta región. Aquí se menciona Rameses, que muy probablemente ocupaba el sitio de Pe-
lusio, a cuya región convenía el califícativo de «lo mejor de la tierra». El salmo 78,12.43 habla de
Tanis, que era la capital de la dinastía hicsa.
13 La fertilidad del Egipto depende del Nilo. Si crece poco, no riégalas tierras lo suficiente; si
crece mucho y tarda en retirarse, no deja lugar para la sementera. Muy otro era el régimen de Canán,
cuya mención es tal vez una glosa aquí y en el v.14, para poner más de relieve la providencia de
Dios sobre Israel.
GÉNESIS 4748 80
el hambre, vendieron cada uno su campo, hijos, Manasés y Efraím. 2 Anunciáron-
y la tierra vino a ser propiedad del Faraón, selo a Jacob, diciéndole: «Mira, tu hijo
21 y sometió a la servidumbre del Faraón José viene a verte»; y haciendo un esfuer
tierras y pueblos, desde el uno al otro zo, se sentó en el lecho, 3 Después dijo a
extremo de la tierra de Egipto. * 22 Sólo José: «El Dios omnipotente se me apa
dejó de comprar las tierras de los sacerdo reció en Luz, tierra de Canán, y me ben
tes, porque éstos recibían del Faraón una dijo diciendo:* 4 «Yo te acrecentaré y te
porción y no tuvieron que vender sus tie multiplicaré, y te haré muchedumbre de
rras. 23 Y dijo José al pueblo: «Hoy os pueblos, y daré esta tierra a tu descen
he comprado para el Faraón a vosotros y dencia después de ti, para que por siem
a vuestras tierras. Ahí tenéis para sem pre la posea. 5*Los dos hijos que antes de
brar; sembrad vuestras tierras.24 Al tiem mi venida a ti, a la tierra de Egipto, te
po de la recolección daréis el quinto al nacieron en ella, serán hijos míos. Efraím
Faraón, y las otras cuatro partes serán y Manasés serán hijos míos, como lo son
para vosotros, para sembrar y para man Rubén y Simeón; ¿pero los que tú has
teneros vosotros, los de vuestra casa y engendrado después de ellos serán tuyos,
vuestras familias». 25 Ellos le dijeron: y bajo el nombre de sus hermanos serán
«Nos das la vida. Que hallemos gracia a llamados a la herencia.7 Cuando volvía de
los ojos de nuestro señor, y seremos sier Padán Aram se me murió tu madre, Ra
vos del Faraón». 26 Dio José una ley, que quel, en el camino en tierra de Canán, a
todavía hoy subsiste, por la cual perte distancia de un quibrat de Efrata, y allí la
nece al Faraón el quinto del producto de sepulté en el camino de Efrata, que es
las tierras de Egipto. Sólo las tierras de Belén».
los sacerdotes no son del Faraón, * 8 Vio Israel a los hijos de José y pre
27 Habitó Israel en la tierra de Egipto, guntó : «Estos, ¿quiénes son?» 9 José res
en la región de Gosen, y adquirieron allí pondió a su padre: «Son mis hijos, los
posesiones, creciendo y multiplicándose que me ha dado Dios aquí». «Acércalos,
grandemente. 28 Vivió Jacob en la tierra te ruego, para que Jos bendiga». 10 Los
de Egipto diecisiete años, siendo todos ojos de Israel se habían obscurecido por
los días de su vida ciento cuarenta y sie la edad, y no podía ya ver. José los acer
te años. 29 Cuando los días de Israel se có, y él los besó y los abrazó, n diciendo
acercaban a su fin, llamó a su hijo José y a José: «No creí ver ya más tu rostro, y
le dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos, he aquí que Dios me ha dejado verte a
pon, te ruego, la mano bajo mi muslo y ti y también a tu prole». 12 José los sacó
haz conmigo favor y fidelidad. N o me de entre las rodillas de su padre, y, pos
sepultes en Egipto.4 30 Cuando me duer trándose ante él en tierra, 13 los puso, a
ma con mis padres, sácame de Egipto y Efraím a su derecha y a la izquierda de
sepúltame en sus sepulturas». José le res Israel, y a Manasés a su izquierda y a la
pondió: «Haré lo que me dices». 31 «Jú derecha de Israel, y los acercó. 14 Israel
ramelo», dijo Jacob. José se lo juró, e extendió su mano derecha y la puso so
Israel se postró sobre la cabecera del bre la cabeza de Efraím, que era el me
lecho. * nor, y su izquierda sobre la cabeza de
Manasés. De intento lo hizo, aunque Ma
Bendice Jacob a los hijos de José nasés era el primogénito.15 Bendijo a José
AO 1 Después de todo esto, vinieron a diciendo: «Que el Dios en cuya presencia
decir a José: «Mira, tu padre está anduvieron mis padres, Abraham e Isaac,
enfermo»; y cogió José consigo a sus dos el Dios que me ha sustentado desde que
21 Para entender este trozo sobre la política de José es preciso notar la naturaleza del suelo de
Egipto y su fertilidad, que depende del Nilo y exige grandes trabajos de canalización y conserva
ción de los canales, que sólo el Gobierno puede ejecutar. Esto impuso siempre un régimen especial
en la propiedad agrícola, manifestada por la prestación personal, la requisa de los ganados y una
propiedad limitada sobre la tierra. En el imperio antiguo parece que eran los señores feudales los
que ejercían este alto dominio, que luego pasó a manos de los Faraones, y en ellas persistió en una
u otra forma hasta el siglo XIX.
26 De las tierras de los sacerdotes dice Herodoto que estaban exentas de tributo.
29 Las palabras de Jacob expresan el agradecimiento hacia su hijo, como salvador de su pue
blo.—No me sepultes, etc. Egipto era para él tierra extraña, y por tal quería que la tuviesen sus hijos;
su patria era la que Dios le había prometido, hacia la cual quería dirigir el corazón de sus hijos.
La posesión de la tierra de Canán tenía gran importancia en los destinos de Israel, y no es extraño
que el autor sagrado insista tanto en poner de relieve estos rasgos de la historia, nacional más que
individual, de Jacob (Heb 11,21).
31 Como David, ya anciano (i Re 1,47), se postró en su lecho para dar gracias a Dios por el
favor que con el juramento de José acababa de hacerle.
4 0 3 Enuncia la promesa divina de la multiplicación (28,10 ss.), de la cual va a declarar here-
deros a sus dos nietos, que figuran efectivamente entre las tribus de Israel y entre las más
numerosas.
81 GÉNESIS 4 8 -4 9
existo hasta hoy; 16 que el ángel que me 2 Reunios y escuchad, hijos de Jacob.
ha librado de todo mal, bendiga a estos Escuchad a Israel, vuestro padre.
niños. Que se llamen con mi nombre y 3 Rubén, tú eres mi primogénito,
con el nombre de mi padre Abraham e Mi fuerza y el fruto de mi primer vigor,
Isaac y se multipliquen grandemente en Cumbre de dignidad y cumbre de fuer
medio de la tierra». 17 José, al ver que su za. *
padre ponía su mano derecha sobre la 4 Herviste como el agua. N o tendrás la
cabeza de Efraím, se disgustó; y toman primacía porque subiste al lecho de tu
do la mano de su padre de sobre la ca padre.
beza de Efraím, para ponerla sobre la de Cometiste entonces una profanación:
M anasés,18 le dijo: «No es así, padre mío, subiste a mi lecho.*
pues el primogénito es éste; pon la mano 5 Simeón y Levi son hienas. Instrumen
derecha sobre su cabeza». 19 Pero su pa tos de violencia son sus espadas. *
dre rehusó, diciendo: «Lo sé, hijo mío, 6 N o entre mi alma en sus designios y
lo sé; también él será un pueblo, también no se una a ellos mi aprobación,
él será grande; pero su hermano menor Porque en su furor degollaron hombres
será más grande que él, y su descen y caprichosamente desjarretaron toros.
dencia vendrá a ser muchedumbre de 7 Maldita su cólera, por violenta;
pueblos». * 20 Los bendijo, pues, Israel Maldito, por cruel, su furor.
aquel día, diciendo: «Por ti bendecirán Yo los dividiré en Jacob y los disper
a Israel, diciendo: Hágate Dios como a saré en Israel. *
Efraím y Manasés». Y puso a Efraím an 8 A ti, Judá, te alabarán tus hermanos.
tes de Manasés. Tu mano pesará sobre la cerviz de tus
21 enemigos.
Israel dijo a José: «Yo voy a morir,
pero Dios estará con vosotros y os re- Postraránse ante ti los hijos de tu pa
conducirá a la tierra de vuestros padres. * dre. *
22 Te doy a ti, a más de lo de tus herma 9 Cachorro de león, Judá; de la presa
nos, una parte que yo tomé a los amorreos subes, hijo mío;
con mi espada y mi arco». * Posando, te agachas como león, como
leona.
B e n d ic e Ja c o b a sus hijos y m u e r e ¿Quién le hostigará para que se le
vante? *
4 Q 1 Jacob llamó a sus hijos y les 10 N o faltará de Judá el cetro
dijo: «Reunios, que voy a anun Ni de entre sus pies el báculo
ciaros lo que os sucederá a lo último de Hasta que venga aquél cuyo es,
los días. * Y a él darán obediencia los pueblos. *
19 La tribu de Efraím fue siempre más poderosa que la de Manasés y más influyente en la
historia de Israel.
21 El patriarca no aparta de su mente la promesa divina ni quiere que sus hijos la olviden por
la tierra en que moran.
22 José está representado por sur dos hijos en la repartición de la herencia paterna, que es la
tierru prometida.— Yo tomé con mi espada, etc. Verso obscuro y que no tiene explicación en la his
toria del patriarca. El libro apócrifo de los Jubileos toma ocasión de aquí para tejer un relato legen
dario y maravilloso.
JA 1 Las bendiciones de Jacob, más que a las personas de sus hijos, miran a las tribus de ellos
descendientes, Tienen algún paralelo con las bendiciones de Moisés (Dt 33). El texto ha
sufrido mucho y es de muy dudosa y difícil interpretación. Aun teniendo que recurrir a veces a
la conjetura para su restitución, damos lo que más probable nos parece.
3 Rubén, como primogénito, representa las primicias de la fuerza viril de su padre y de su
madre, y por razón de estas primogenituras le correspondía una preeminencia sobre sus hermanos.
* Como el agua que brota a borbotones de la tierra y luego se difunde por ella, así Rubén tuvo
en la conquista de la Tierra una parte importante; pero luego vino a perder su importancia, como
se ve por Jue 5,15 s.; 1 Par 5,1-10. Esta suerte de Rubén se atribuye al crimen narrado en 35,22.
5 Simeón y Levf son hermanos uterinos, hijos de Lía, que vengaron bárbaramente la violencia
hecha a su hermana Dina (cf. 34).
7 Quedaron divididos porque Leví no tuvo territorio fijo en Israel, y Simeón, que se estableció
en medio de Judá, vino a quedar absorbido por éste (Jos 19,1 >9; Jue 1,3.17).
8 Alabarán a Judá por su preponderancia en la conquista de la Tierra (Jue 1,3*17) y luego en
la defensa de la misma contra los invasores hasta las victorias de David.
9 El león es imagen viva de la valentía de Judá. En los otros vaticinios que siguen son frecuen
tes estas comparaciones con los animales.
10 El cetro er. el símbolo de la autoridad que Judá ejercerá sobre las tribus hermanas.—Hasta
que vengas: así traducen las versiones antiguas, que merecen en el presente caso ser preferidas. Es
como si dijera: hasta que venga aquel a quien está destinado por Dios, para quien El lo reserva. Y al
mismo está guardado el homenaje de las naciones. El sentido de este versículo es obvio. Contiene
la promesa mesiánica vinculada a Judá, y luego a David, de la perpetuidad de la dinast.a por el rey
Mesías. La promesa hecha a David, que se contiene en 2 Sam 7,14 ss., repetida y ampliada por loe
profetas, es el verdadero comentario de este vaticinio.
GÉNESIS 4 9
29 Insiste en sus deseos de que le entierren en el país de las promesas divinas, con el fin de
atraer a los hijos hacia ellas y evitar que echen raíces en Egipto.
33 Juntó los pies en señal de la paz con que moría y «fue a juntarse con su pueblo*: expresión
equivalente a «juntarse con sus padres», que se emplea otras veces. Tales expresiones significan
miN Ir cierta en la supervivencia de las almas en el seoí. A falta de datos revelados y racionales más
<liuoN, concebían esta vida a semejanza de la que había tenido aquí el individuo, sobre todo al fin
de sus día», en la hora de la partida.
IJ(j 1 La de los embalsamadores era una profesión que aquí el autor asimila a la de los médicos.
Tal vez en las casas egipcias donde había muchos oficiales había también embalsamadores.
3 Los procedimientos que empleaban los describe Herodoto (II, 86-88) y Diodoro (1,91) para
sus épocas. Y tal vez no serían muy diferentes los empleados en los días de José. Más de treinta o
cuarenta días dice Diodoro que duraba el embalsamamiento. Los egipcios lloran, asociándose a la
pena de José. Diodoro dice que el llanto o lamentación por los reyes duraba setenta y dos días (1,72).
Treinta lloraron los hebreos.a Arón (Núm 20,29) y otros tantos a Moisés (Dt 34,8).
9 El autor sagrado se complace en describimos la solemnidad de estas honras que Jacob obtuvo
de los extraños. Era esto una parte del morir en paz que Dios había prometido al patriarca.
I ® Se ignora el sitio de esta era de Atad o del espino, y es extraño que la comitiva hiciera el viaje
de Egipto a Hebrón por el oriente del mar Muerto y del Jordán. El duelo aquí dura siete días, que
era lo ordinario en Israel, según la norma que da el Eclesiástico (22,13) y que vemos practicada en
la muerte de Saúl (r Sam 31,13) y en la de Judit (16,19).
II Son frecuentes en la Escritura los nombres compuestos de Abel, duelo o llanto; pero se desco
noce el lugar de éste. Como en v. 10, es de extrañar su situación al otro lado del Jordán, que, sin duda,
debe entenderse al este de este río. Acaso este paréntesis: «que estaba al otro lado del Jordán*, es una
glosa o una corrupción del texto, nacida de alguna localidad conocida en la Transjordania.
17 Muy bien se invoca aquí por motivo de perdón el respeto al Dios de su padre, que es el Dios
de ellos, y así viene a ser vínculo de unión de todos el Dios a quien su padre había servido y a quien
ellos mismos servían.
ÉXODO 84
E X O D O 123
1. E l Exodo es el segundo libro del Pentateuco, que recibe su nombre del gran
suceso en él narrado: la salida de Israel de Egipto. Abarca, en cuarenta capítulos,
el relato desde la opresión de Israel por el Faraón hasta la erección del tabernáculo
en el Sinaí. Se puede dividir en tres partes. L a primera narra la lucha por la libertad
hasta obtenerla ( 1 - 1 2 ,3 6 ) ; la segunda cuenta el viaje de Israel desde Rameses hasta
el Sinaí ( 12 ,3 7 -18 ) , y la tercera, la alianza y la construcción del tabernáculo, sím
bolo de la morada de Dios en medio de su pueblo ( 19 - 4 0 J.
2. En todo este libro, como en los tres siguientes, se destaca la figura de Moisés,
Libertado de las aguas, criado en la corte faraónica hasta la edad madura, la simpatía
por sus hermanos, manifestada de modo violento, le obliga a desterrarse, huyendo al
desierto, como hicieron muchos egipcios antes y después de él. Con esto la Providencia
divina le prepara para su misión futura, con el conocimiento del terreno que ha de ser
campo de su actividad. Ejerciendo el oficio de pastor, Dios le llama, como después
llamará a Isaías, a Jeremías y a Ezequiel, para una gran misión, y en este llamamiento
Dios se le revela como el Dios de los patriarcas, que viene a cumplir las promesas a
ellos hechas; pero a esto añade una nueva revelación, simbolizada con el nuevo nombre
que toma de Yavé, al iniciar sus relaciones con el pueblo nacido de los patriarcas.
Significa este nombre su asistencia en medio del pueblo como Dios de justicia y de
misericordia, en orden a realizar sus planes sobre Israel para hacerle principio de
salud y causa de bendición para el mundo.
3. Para llevar a cabo su misión necesita Moisés de la fe del pueblo en su persona,
como delegado de Dios. Esta fe no se engendra sin argumentos que, ilustrando la inte-
85 ÉXODO
•* HCuando Abraham y Jacob fueron a Egipto, habían logrado dominar en el Delta, favorecidos
* por tu anarquía reinante, los hiesos, pueblo asiático. Estos recibieron con agrado a hombres de
•11 «nÍRmu raza. Los hiesos se mantuvieron en el Delta durante varios siglos, hasta que el espíritu
imi lonul egipcio organizó al sur, en Tebas, bajo la dinastía XVIII, un nuevo reino, que, luchando con
perseverancia, logró en la XIX arrojar a los extranjeros del suelo patrio. La historia de todo este
periodo ni obscura, pero los hechos principales son claros (cf. Act 7,18).
17 Lu expresión es hebrea; pero, sin duda, no quiere decir el texto que las parteras conocieran
a Yavé, Mino que, llevadas de un sentimiento de piedad y de justicia, no cumplían el mandato del
rey (cf. Act 7*20 s.).
é x o o o 2 -5
de papiro de la ribera del río. * 4 La her pastores y las echaron de allí, pero Moisés
mana del niño estaba a poca distancia, se levantó, salió en defensa de las jóvenes,
para ver qué pasaba, 5 Bajó la hija del y sacando agua abrevó su ganado. 18 De
Faraón a bañarse en el río, y sus donce vuelta ellas a la casa de Ragüel, su padre,
llas se pusieron a pasear por la ribera. les preguntó éste: «¿Cómo venís hoy tan
Vio la cestilla entre las plantas de papiro, pronto?» 19 Ellas respondieron: «Es que
y mandó a una de sus doncellas que la un egipcio nos ha librado de la mano de
trajera. 6 Al abrirla, vio al niño que llo los pastores, y aun él mismo se puso a
raba, y compadecida de él, se dijo: «Es sacar agua y abrevó nuestro ganado».
un hijo de los hebreos». 7 La hermana 20 Dijo él a sus hijas: «Y ¿dónde está?
del niño dijo entonces a la hija del Fa ¿Por qué habéis dejado allí a ese hombre?
raón: «¿Quieres que vaya a buscarte entre Id a llamarle, para que coma algo».
las mujeres de los hebreos una nodriza 21 Moisés accedió a quedarse en casa de
para que críe al niño?» 8 «Ve», le dijo la aquel hombre, que le dio por mujer a
hija del Faraón, y la joven fue a llamar su hija Séfora. 22 Séfora le parió un hijo,
a la madre del niño. 9 La hija del Faraón a quien llamó él Gersom, pues dijo:
le dijo: «Toma este niño, críamelo, y yo «Peregrino soy en tierra extranjera».
te daré tu merced». La mujer tomó al 23 Pasado mucho tiempo, murió el rey
niño y le crió. 10 Cuando fue grandecito de Egipto, y los hijos de Israel seguían
se lo llevó a la hija del Faraón y fue para gimiendo bajo dura servidumbre, y cla
ella como un hijo. Diole el nombre de maron, Sus gritos, arrancados por la ser
Moisés, pues se dijo: «De las aguas le vidumbre, subieron hasta Dios. 24 Dios
saqué». * oyó sus gemidos, y se acordó de su alian
11 Cuando ya fue grande, Moisés salía za con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Miró
a ver a sus hermanos, siendo testigo de Dios a los hijos de Israel, y atendió.
la opresión en que estaban; y un día vio
cómo un egipcio maltrataba a uno de sus L a visión de la zarza q u e ardía
hermanos, a un hebreo; 12 miró a uno y
otro lado, y no viendo a nadie, mató al sin con su m irse
egipcio y le enterró en la arena. *3 Salió 1 Apacentaba Moisés el ganado de
también al día siguiente, y vio a dos he 3 Jetró, su suegro, sacerdote de Ma
breos riñendo, y dijo al agresor: «¿Por dián. Llevóle un día más allá del desierto;
qué maltratas a tu prójimo?» NEste le y llegado al monte de Dios, Horeb, 2 se
respondió: «¿Y quién te ha puesto a ti le apareció el ángel de Yavé en llama de
como jefe y juez entre nosotros? ¿Es que fuego de en medio de una zarza. Veía
quieres matarme como mataste ayer al Moisés que la zarza ardía y no se consu
egipcio?» Moisés se atemorizó y se dijo: mía, 3 y se dijo: «Voy a ver qué gran vi
«La cosa se sabe». * sión es ésta y por qué no se consume la
Huida de Moisés a Madián zarza». 4 Vio Yavé que se acercaba para
mirar, y le llamó de en medio de la
15 El Faraón supo lo que había pasado, zarza: «¡Moisés! iMoisés!» El respondió:
y buscaba a Moisés para darle muerte; «Heme aquí». 3 Yavé le dijo: «No te acer
pero éste huyó del Faraón y se refugió en ques. Quita las sandalias de tus pies, que
la tierra de Madián. * 16 Estando sentado el lugar en que estás es tierra santa»;4
junto a un pozo, siete hijas que tema el 6 y añadió: «Yo soy el Dios de tus pa
sacerdote de Madián vinieron a sacar dres, el Dios de Abraham, el Dios de
agua y llenar los canales para abrevar el Isaac, el Dios de Jacob». Moisés se cu
ganado de su padre. 17 Llegaron unos brió el rostro, pues temía mirar a Dios. *
O 3 La literatura asiria nos ofrece la leyenda de Sargón el Antiguo, rey de Agadé, que también
fue expuesto en las aguas de un río y, salvado, vino a ser un gran rey.
10 Parece evidente el origen egipcio del nombre de Moisés, pero los egiptólogos no convienen
sobre su etimología.
14 El texto sagrado pone de relieve los sentimientos de Moisés hacia su pueblo, como si pre
tendiese darles la esperanza de alcanzar la salud por medio de él. Este pensamiento hace resaltar
San Esteban en Act 7,26 s. Cuanto a la legitimidad de su acción, el texto no nos ofrece detalles su
ficientes para juzgar de ella. En una lucha entre un egipcio y un hebreo, Moisés podrá ponerse de
parte de su hermano, que, sin duda, sería el agraviado.
15 Parece que Moisés, siendo hijo adoptivo de una princesa, no tendría tanto que temer de su
hazaña; pero desde su adopción eran pasados cuarenta años y las cosas podrían haber cambiado
mucho en la corte. Además, la Providencia le llevaba por caminos ocultos a la realización de sus
altos destinos.
O 5 La presencia de Dios en aquel sitio comunicaba a éste algo de su santidad. Por esto el lugar
** no debía ser hollado con pies calzados, contaminados de los caminos (Jos 5,16; Act 7,33).
6 Esto significa que, siendo el Dios de los padres, es también el Dios del pueblo, el Dios suyo.
Jesucristo se basa en esta denominación divina para convencer a los saduceos de que los patriarcas
viven y esperan vivir más plenamente en cuerpo y alma en la resurrección (Mt 22,32).
ÉXODO S-4
7 Yavé le dijo: «He visto la aflicción de
tros padres, el Dios de Abraham, de Isaac
mi pueblo en Egipto y he oído los clamo* y de Jacob, me manda u vosotros. Este es
res que le arrancara su opresión, y co para siempre mi nombro; éste mi memo
nozco sus angustias. 8 Y he bajado para rial, de generación en generación. 16 Ve,
librarle de las manos de los egipcios y su reúne a los ancianos de Israel, y diles:
birle de esa tierra a una tierra fértil y es Yavé, el Dios de vuestros pudres, el Dios
paciosa, una tierra que mana leche y de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me
miel, la tierra que habitan cananeos, jé ha aparecido y me ha encomendado que
teos, amorreos, fereceos, jeveos y jebu- os diga: Os he visitado y he visto lo que
seos. * 9 El clamor de los hijos de Israel hacéis en Egipto, 17 y he dicho: Yo os
ha llegado hasta mí, y he visto la opresión sacaré de la opresión de los egipcios, y os
que sobre ellos hacen pesar los egipcios. subiré a la tierra de los cananeos, de los
10 Ve, pues; yo te envío al Faraón para jeteos, de los amorreos, de los fereceos,
de los jeveos y de los jebuseos, a una
tierra que mana leche y miel. 18 Ellos te
escucharán, y tú, con los ancianos de Is
rael, irás al rey de Egipto y le diréis:
Yavé, el Dios de los hebreos, se nos ha
mostrado. Deja, pues, que vayamos ca
mino de tres días por el desierto, para
sacrificar a Yavé, nuestro Dios. 19 Bien
sé yo que el rey de Egipto no os permiti
rá ir sino en mano poderosa. 20 Pero yo
tenderé la mía, y castigaré a Egipto con
toda suerte de prodigios, que obraré en
medio de ellos; y después os dejará salir.
21 Yo haré que halle el pueblo gracia a los
ojos de los egipcios; y cuando salgáis, no
saldréis con las manos vacías,22 sino que
cada mujer pedirá a su vecina y a la que
vive en su casa objetos de plata, objetos
de oro y vestidos, que pondréis vosotros
a vuestros hijos y a vuestras hijas, y os
llevaréis los despojos de Egipto».
Señales dadas a Moisés
Papiro egipcio. (V igouroux, Dtcí. de la BibleJ 1 Moisés respondió: «No van a creer
• La expresión «que mana leche y miel* significa la fertilidad de Canán. Isaac promete a Jacob
la abundancia del trigo y el vino (Gén 27,27) y Jacob a Judá la abundancia de la leche y del vino
(Gén 49,11 88.). Es una expresión aún hoy corriente entre los árabes.
M «Él que es* es la explicación del nombre Yavé. Puede interpretarse este nombre en dos sen
tidos: en el metafísico, el ser subsistente, la plenitud del ser, el acto puro, o en el histórico, el que
está con vosotros para asistiros, defenderos, haceros felices. La última significación tendrá su plena
explicación en la frase de San Juan: «Dios es caridad* (1 Jn 4.8.16), en que se resume la amorosa
providencia del Padre celestial sobre los hombres.
Éx o d o 4 -5 90
estaba la mano como toda su carne. 8 «Si jará salir al pueblo; * 22 pero tú le dirás:
no te creen a la primera señal, te creerán Así habla Yavé: Israel es mi hijo, mi pri
a la segunda; 9 y si ni aun a esta segunda mogénito. 23 Yo te mando que dejes *a mi
creyeran, coges agua del río y la derra hijo ir a servirme, y si te niegas a dejarle
mas en el suelo, y el agua que cojas se ir, yo mataré a tu hijo, a tu primogéni
volverá en el suelo sangre».10 Moisés dijo to». * 24 Por el camino, en un lugar don
a Yavé: «Pero, Señor, yo no soy hombre de pasaba la noche, salióle Yavé al en
de palabra fácil, y esto no es ya de ayernide cuentro, y quería matarle; 25 pero Séfora,
anteayer, y aun ahora, que estás hablando cogiendo en seguida un cuchillo de pie
a tu siervo, se me traba la lengua».11 Ya dra, circuncidó a su hijo y arrojó el pre
vé le respondió: «¿Y quién ha dado al pucio a los pies de Moisés, diciendo:
hombre la boca, y quién hace* al sordo «Esposo de sangre eres para mí», 26 y
y al mudo, al que ve y al ciego? ¿No soy le dejó Yavé, al decir ella esposo de
por ventura yo, Yavé? 12 Ve, pues; yo es sangre, por la circuncisión. *
taré en tu boca y te enseñaré lo que has 27 Yavé dijo a Arón: «Ve al desierto,
de decir». 13 Moisés replicó: «¡Ah, Se al encuentro de Moisés». Partió Arón, y
ñor!, manda tu mensaje, te lo pido, por encontrándose con su hermano en el mon
mano del que debas enviar». * n Encen te de Dios, le besó.
dióse entonces en cólera Yavé contra Moi 28 Moisés dio a conocer a Arón todo
sés, y le dijo: «¿No tienes a tu hermano lo que Yavé le había dicho al encomen
Arón, el levita? El es de fácil palabra. El darle la misión y los prodigaos que le ha
te saldrá al encuentro, y al verte se alegra bía mandado hacer. 29 Prosiguieron Moi
rá su corazón. 15 Habíale a él, y pon en su sés y Arón su camino; y llegados, reunie
boca las palabras, y yo estaré en tu boca ron a los ancianos de Israel. 30 Arón re
y en la suya, y os mostraré lo que habéis firió todo lo que D ios había dicho a M oi
ae hacer. 16 El hablará por ti al pueblo sés, y éste hizo los prodigios a los ojos
y te servirá de boca, y tú serás Dios para del pueblo. 31 El pueblo creyó, y al ver
él. * 17 El cayado que tienes en la mano, que Yavé había visitado a los hijos de
llévalo, y con él harás las señales». Israel y había atendido a su aflicción, pos
trándose, le adoraron.
V uelta de M oisés a E gipto
Moisés y Arón, delante del Faraón
18 Fuése Moisés, y de vuelta a casa de
su suegro, le dijo: «Hazme el favor de 1 Presentáronse Moisés y Arón al Fa
dejarme partir, a ver a mis hermanos de raón, y le dijeron: «He aquí lo que
Egipto, si viven todavía». Jetró dijo a dice Yavé, Dios de Israel: «Deja ir a mi
Moisés: «Vete en paz». 19 En tierra de pueblo para que me ofrezca sacrificios en
Madián dijo Yavé a Moisés: «Ve, retor el desierto». 2 Pero el Faraón respondió:
na a Egipto, pues han muerto ya los que «¿Y quién es Yavé para que yo le obe
buscaban tu vida». 20 Tomó, pues, Moi dezca, dejando ir a Israel? N o conozco
sés a su mujer y a su hijo, y, montándolos a Yavé, y no dejaré ir a Israel». 3 Ellos le
sobre un asno, volvió a Egipto, llevando dijeron: «El Dios de los hebreos se nos
en sus manos el cayado de Dios. 21 Yavé ha mostrado. Deja, pues, que vayamos
le dijo: «Partido para volver a Egipto, al desierto, tres jornadas de camino, y
ten cuenta de hacer delante del Faraón ofrezcamos sacrificios a Yavé, para que
los prodigios que yo he puesto en tu ma no venga sobre nosotros peste ni espada».
no. Yo endureceré su corazón, y no de 4 Pero el rey de Egipto les dijo: «¿Por qué
4 13 A pesar de las razones alegadas por Dios, Moisés no se convence y pide que envíe uno cual
quiera que sea más apto que él para semejante misión.
16 Poco después dice Dios que Moisés será Dios para el Faraón, a causa de los prodigios que
hará, y Arón será su portavoz, su profeta (7.1).
21 En la lucha tenaz entablada entre Moisés y el Faraón, defendiendo éste los intereses políti
cos de su pueblo contra la orden dada a Moisés por un Dios que él desconocía, muéstrase el Faraón
cada vez más recalcitrante, más endurecido de corazón; y este endurecimiento previsto y provisto
por Dios para hacer muestra de su poder y de su especial providencia para con Israel, es lo que
expresa la Escritura con la frase «endureció Dios el corazón del Faraón» y otras semejantes.
23 Israel, como pueblo, es hijo de Dios, y como sugiere el final del verso, el hijo primogénito de
Yavé. Estas palabras resultarán más claras a la luz de 19,5, donde se dice que todos los pueblos son
de Dios, dueño de toda la tierra; pero entre ellos escogió a Israel por primogénito, para que desempe
ñe el ministerio santo del sacerdocio, propio de los primogénitos en la organización patriarcal.
26 Abraham había recibido el precepto de la circuncisión, que era ya conocida y practicada en
Egipto y entre los árabes. Pero no era una misma, entre los que la practicaban, la fecha de su ejecu
ción. Moisés, siguiendo tal vez la costumbre madianita, no había circuncidado a su hijo a los ocho
días; lo dejó para más tarde. La incircuncisíón del hijo era un obstáculo a la misión de Moisés, y eso
significa el encuentro con Yavé. Séfora se da cuenta de ello, y al instante, con un cuchillo de sílex
(cf. Jos 5,2), circuncida a su hijo. Lo que sigue es obscuro. No tanto en el griego, que dice: «Se detuvo
la sangre de la circuncisión de mi hijo».
91 éxodo 5-6
vosotros, Moisés y Arón, distraéis al pue Haced los mismos ladrillos; y azotan a
blo de sus trabajos? Idos al trabajo que tus siervos, como si la culpa fuera de tu
os hayan impuesto». 5 Y se dijo: «Estos pueblo».17 El Faraón respondió: «Es que
son ya más numerosos que el pueblo de la holgáis, holgáis, y por eso decís: «Quere
tierra; ¿qué será si se le deja holgar, re mos ir a sacrificar a Yavé». 18 Id, pues,
levándole de sus trabajos forzados?» a trabajar; no se os dará la paja, y ha
béis de hacer la misma cantidad de ladri
L a serv id u m b re d e Israel se agrava llos». 19 Los escribas de los hijos de Israel
cada vez m ás viéronse angustiados por decírseles que
no se les disminuiría en nada la cantidad
6 Aquel mismo día dio el Faraón a los de ladrillos y que habían de hacer cada
capataces del pueblo y a los escribas la día la misma tarea. 20 Encontráronse con
orden 7 de no facilitar, como hasta enton Moisés y Arón, que estaban esperando
ces, al pueblo la paja para hacer los la a que saliesen de la casa del Faraón, 21 y
drillos, sino que fueran ellos a recoger les dijeron: «Que vea Yavé y juzgue, pues
la. 8 «Pero exigidles la misma cantidad de vosotros habéis sido causa de que el Fa
ladrillos que antes, sin quitar ni uno, raón no pueda vemos, y habéis puesto
9 pues huelgan, y por eso gritan: «Tene la espada en sus manos para que nos
mos que ir a sacrificar a nuestro Dios». mate». *
P ro m esa d e lib eración
22 Entonces Moisés se volvió a Yavé,
diciendo: «Señor, ¿por qué castigas a este
pueblo? ¿Para qué me has enviado?23 Des
de que fui al Faraón para hablarle en tu
nombre, maltrata al pueblo, y tú no ha
ces nada por librarle».
1 Yavé dijo a Moisés: «Pronto verás
6 lo que yo voy a hacer al Faraón. Con
Cargadlos de trabajo, que estén ocupa mano fuerte los dejará ir, con mano fuer
dos y no den oídos a embustes». 10 Fue te los echará él mismo de su tierra».2 Dios
ron, pues, los capataces y los escribas, habló a Moisés y le dijo: «Yo soy Yavé.
y dijeron al pueblo: «Oíd lo que dice el 3 Yo me mostré a Abraham, a Isaac y a
Faraón: «No os daré en adelante la paja; Jacob como El-Sadai, pero no les mani
11 id vosotros a cogerla donde podáis, pe festé mi nombre de Yavé. * 4 N o sólo hice
ro no se os disminuirá en nada la tarea con ellos mi alianza de darles la tierra
impuesta». 12 El pueblo se dispersó por de Canán, la tierra de sus peregrinacio
toda la tierra de Egipto en busca de paja. nes, donde habitaron como extranjeros,
13 Los capataces los apremiaban: «Aca 3 sino que ahora he escuchado los gemi
bad la tarea impuesta para cada día, dos de los hijos de Israel, que tienen los
como cuando se os daba la paja».14 Fue egipcios en servidumbre, y me he acor
ron castigados los escribas de los hijos de dado de mi alianza. 6 Di, por tanto, a los
Israel que habían puesto sobre ellos los hijos de Israel: «Yo soy Yavé, yo os li
exactores del Faraón, diciéndoles: «¿Por bertaré de los trabajos forzados de los
qué ni anteayer, ni ayer, ni hoy habéis egipcios, os libraré de su servidumbre y
completado la tarea de ladrillos como an os salvaré a brazo tendido y por grandes
tes?» * 15 Fueron los escribas de los hijos juicios. 7 Yo os haré mi pueblo, y seré
de Israel a quejarse al Faraón, diciendo: vuestro Dios, y sabréis que yo soy Yavé,
«¿Cómo haces así con tus siervos? 16 A tus vuestro Dios, que os librará de la servi-
siervos no se les da la paja y se nos dice: 1dumbre egipcia, * 8 y os introducirá en la
C 14 K1 oficio de escriba era muy común en Egipto y nunca falta con su tableta y su cálamo en
cuulquicr escena de trabajo para llevar la cuenta. No dejaba de ser una atención de parte del
Faraón poner escribas hebreos sobre los israelitas. Es, además, una señal de que éstos procuraban
asimilarse la cultura egipcia.
2 > L a opresión de los trabajos forzados no fue cosa de pocos días, pues habla comenzado cuando
nació Moisés, que a estas fechas, según la cronología del texto, tenia ya ochenta años. Era, además,
el modo de hacer las obras públicas.
’ Ln este pasaje vemos una muestra del progreso de la revelación en orden a la naturaleza de
6 [>i«N. A los patriarcas se les reveló Dios como El-Sadai; sólo a Moisés se le mostró primero
romo Yavé. No quiere esto decir que este nombre fuera desconocido antes, pues la madre de Moisés
«« llamaba Jocabed, «Yavé es su gloria» (Ex 6,20; Núm 26,59); pero era desconocida antes su signi
ficación. que se nos da a conocer ahora por la revelación hecha a Moisés (Ex 34.6 s.).
7 I>oh cosas encierra este versículo: las relaciones entre Yavé y su pueblo y el conocimiento
experimental que el pueblo debe tener de la protección de su Dios. En estos dos juicios gira la his-
ÉXODO 6 -7 92
tierra que juré dar a Abraham, a Isaac sat. Estas son las familias de los coreítas.
y a Jacob, y os la daré en posesión. Yo, 25 Eleazar, hijo de Arón, tomó por mu
Yavé». 9 Así habló Moisés a los hijos de jer a una hija de Futiel, que parió a Fi
Israel, pero ellos no le escucharon, por nes. Tales son los jefes de los linajes de
10 angustioso de su dura servidumbre. los levitas, según sus familias.
10 Habló Yavé a Moisés, y le dijo: 26 Estos son el Arón y el Moisés, a
11 «Ve a hablar al Faraón, rey de Egipto, quienes dijo Yavé: «Sacad de Egipto a
para que deje salir a los hijos de Israel los hijos de Israel, según sus escuadras».
fuera de su tierra». 12 Moisés le respon 27 Ellos son los que hablaron al Faraón,
dió: «Los hijos de Israel no me escuchan, rey de Egipto, para sacar de Egipto a los
¿cómo va a escucharme el Faraón a mí, hijos de Israel, Moisés y Arón.
que soy de labio incircunciso?» 13 Yavé
habló a Moisés y a Arón, y les dio órde M oisés y los magos de Egipto
nes para los hijos de Israel y para el Fa
raón, rey de Egipto, con el fin de sacar 28 Cuando habló Yavé a Moisés en tie
de Egipto a los hijos de Israel. rra de Egipto, 29 dijo a Moisés: «Yo soy
Yavé; di al Faraón, rey de Egipto, cuan
Genealogía de Moisés y Arón to yo te diga». 30 y Moisés dijo a Yavé:
«Yo soy de labios incircuncisos. ¿Cómo
14 Estas son las cabezas de sus linajes:va a escucharme el Faraón?»
Hijos de Rubén, primogénito de Israel;
Janoc, Falu, Jesrón y Carmi; éstos son 1 Dijo Yavé a Moisés: «Mira, te he
los linajes de Rubén. 7 puesto como Dios para el Faraón,
Hijos de Simeón: Jamuel, Jasmin, y Arón, tu hermano, será tu profeta.
Ahod, Jaguen, So jar y Saúl, hijo de la 2 Tú le dirás a él lo que yo te diga a ti,
y Arón, tu hermano, se lo dirá al Faraón,
para que deje salir de su tierra a los hijos
de Israel. 3 Yo endureceré el corazón del
Faraón, y multiplicaré mis señales y mis
prodigios en la tierra de Egipto. * 4 El Fa
raón no os escuchará, y yo pondré mi
mano sobre Egipto, y sacaré de la tierra
de Egipto a mis ejércitos, a mi pueblo,
a los hijos de Israel, por grandes juicios.
Bastones egipcios antiguos. (V igouroux, Bible 5 Y los egipcios sabrán que yo soy Yavé
Polyglotte.) cuando tienda yo mi mano sobre Egipto
y saque de en medio de ellos a los hijos
cananea; éstos son los linajes de Simeón. de Israel», o Moisés y Arón hicieron lo
*6 He aquí los nombres de los hijos de que Yavé les mandaba; tal cual se lo man
Leví, con sus linajes: Gersón, Caat y Me- dó, así lo hicieron.
rari. Vivió Leví ciento treinta y siete años. 7 Tenía Moisés ochenta años, y Arón
17 Hijos de Gersón: Lobni y Semei, con ochenta y tres, cuando hablaron al Fa
sus generaciones. 18 Hijos de Caat: Ara- raón. 8 Yavé dijo a Moisés y a'Arón:
ram, Jishar, Hebrón y Oziel. Vivió Caat 9 «Cuando el Faraón os diga: Haced un
ciento treinta y tres a ñ o s.19 Hijos de Me- prodigio, le dices a Arón: Coge tu ca
rari: Majli y Musí. Estos son los linajes yado y échalo delante del Faraón, y se
de los levitas, según sus familias. convertirá en serpiente».10 Moisés y Arón
20 Amram tomó por mujer a Jocabed, fueron al Faraón e hicieron lo que Yavé
que le parió a Arón y a Moisés. Vivió les había mandado. Arón arrojó su ca
Amram ciento treinta y siete años. 21 Hi yado delante del Faraón y de sus corte
jos de Jishar: Coré, Nefeg y Zicri. 22 Hi sanos, y el cayado se convirtió en ser
jos de Oziel: Misael, Elisafán y Petri. piente. 11 Hizo llamar también el Faraón
23 Arón tomó por mujer a Elisabet, hija a sus sabios y encantadores, 12 y tam
de Aminadab, hermana de Najsón, la bién ellos echaron cada uno su báculo,
cual parió a Nadab, Abiu, Eleazar e Ita- que se convirtieron en serpientes. Pero el
mar. de Arón devoró a todos los otros. * 13 El
24 Hijos de Coré: Aser, Elcana y Abia- corazón del Faraón se endureció, y no
toria de Israel. Por eso estas ideas se hallan repetidas en los profetas hasta el Apocalipsis de San
Juan (21,3).
3 El endurecimiento del Faraón se refiere a su tenacidad en defender los intereses del reino,
7 reteniendo a los cautivos. Según una forma de decir frecuente en la Escritura, esto se atribuye
a Dios como si ninguna parte tuviera en ello la libertad. Es para poner más de relieve el propósito
divino de buscar ocasión para mostrar su poder en favor del pueblo y de que éste aprendiera cuánto
debía al Señor.
1 2 Esto de hacer los sabios y encantadores egipcios cosas semejantes a las hechas milagrosamen-
93 éxod o 7 -8
llas dol rio pitru buscar agua potable, 12 Yavé dijo a M oisés: «D ile a A ró n :
pues no podlun bohor la del rio. «Extiende tu cayado y golpea el polvo de
la tierra, que se convertirá en mosquitos
Segu nda plaga en toda la tierra de Egipto». 13 A ró n ex
tendió su mano con el cayado y golpeó
23 Pasaron siete días desde que Y a vé el polvo de la tierra, y vinieron mosqui
habla herido el río: 26 y Y avé dijo a M oi tos sobre los hombres y animales. Todo
sés: «Ve a ver al Faraón, y dfle: Deja el polvo de la tierra se convirtió en mos
salir a mi pueblo para que me sacrifique. quitos en toda la tierra de Egipto. 14 Los
’7 Si rehúsas dejarle ir, voy a castigar con magos quisieron hacer otro tanto con sus
runas a toda tu tierra. 28 En el río bu encantamientos, pero no pudieron. H abía
ir por Moisés, parece debe tomarse como efectos de prestidigitación, en que los egipcios ya de anti-
1400 v mm ahora son famosos.
l a primera plaga tiene alguna semejanza con el Nilo rojo, que es el enrojecimiento de sus
iiguuN al empezar la crecida, a causa de ciertos infusorios que lleva en sus aguas. Más aquí todo indica
que se Iratu de algo insólito y extraordinario.
1 1 Lian /'amosos los sabios y encantadores de Egipto; el texto sagrado se propone hacer resaltar
la itiumdiitl <le su poder ante el de Yavé.
Mn el río, cuya corriente apenas es perceptible; en los canales y aguas estancadas de Egipto
ibuiulun Iun runas, que aquí se convierten en una verdadera plaga, providencialmente causada.
ÉXODO 8 -9 94
mis plagas contra ti, contra tus servidores 33 Moisés dejó al Faraón y salió de la
y contra tu pueblo, para que sepas que ciudad; alzó sus manos a Yavé, y cesaron
no hay como yo en toda la tierra. 15 Si los truenos y el granizo, y dejó de llover
yo hubiera tendido mi mano y te hubiera sobre la tierra. 34 Viendo el Faraón que
herido con la peste, tú y tu pueblo ha había cesado la lluvia, el granizo y los
bríais desaparecido de la tierra; 16 pero truenos, acrecentó su pecado, >5 y endu
te he dejado con vida para que por ti reció su corazón hasta el extremo, y no
brille mi poder y mi nombre sea cele dejó salir a los hijos de Israel, como le
brado en toda la tierra. 17 Te opones to había mandado Yavé por boca de Moisés.
davía como un muro entre mí y mi pue
blo para no dejarle ir; 18 pues sabe que O ctava plaga
mañana a esta hora haré llover una gra
nizada tan fuerte como no la hubo jamás 1 í l 1 Yavé dijo a Moisés: «Ve al Fa-
en Egipto desde el día en que se fundó + ” raón, porque yo he endurecido su
hasta hoy. 19 Retira, pues, tus ganados y corazón y el de sus servidores, para obrar
cuanto tienes en el campo; cuantos hom en medio de todas estas señales, 2 para
bres y animales haya en el campo, y si que cuentes a tus hijos y a los hijos
no se retiran serán heridos por el granizo de tus hijos cuán grandes cosas hice yo
y morirán». 20 Aquellos de los servidores entre los egipcios, y qué prodigios obré
del Faraón que temieron la palabra de en medio de ellos, y sepáis que yo soy
Yavé mandaron retirar a su casa siervos Yavé».3 Moisés y Arón fueron al Faraón
y ganados; 21 pero los que no atendieron y le dijeron: «Así habla Yavé, el Dios de
la palabra de Yavé, dejaron a sus siervos los hebreos: ¿Hasta cuándo no querrás
y a sus ganados en el campo. someterte a mí? Deja ir a mi pueblo para
22 Yavé dijo a Moisés: «Tiende tu manoque me sacrifique. 4 Si te resistes y no
hacia el cielo, para que caiga el granizo quieres dejarle, mañana traeré sobre tu
en toda la tierra de Egipto sobre hom territorio la langosta, * 5 que cubrirá toda
bres y animales y sobre todas las verduras la tierra, sin que se vea nada de ella; y
del campo». 23 Moisés tendió su cayado devorará todo el resto salvado del gra
hacia el cielo, y Yavé mandó truenos y nizo, royendo todos los árboles que cre
granizo, y el fuego se precipitó sobre la cen en vuestros campos. 6 Y llenarán tus
tierra. * 24 Yavé llovió granizo sobre la casas y las casas de tus servidores y de
tierra de Egipto, y mezclado con el gra todos los egipcios. Tanta como no la
nizo cayó fuego; y tan fuerte era el gra vieron ni tus padres ni tus abuelos desde
nizo, que no lo hubo semejante en toda que comenzaron a ser sobre la tierra y
la tierra de Egipto desde que comenzó a hasta hoy». Moisés se retiró y salió de la
ser pueblo. 23 El granizo hirió en toda la casa del Faraón.
tierra de Egipto cuanto había en los cam 7 Dijeron al Faraón sus servidores:
pos, hombres y animales. Machacó tam «¿Hasta cuándo vamos a padecer esta ca
bién todas las hierbas del campo y des lamidad? Deja a esa gente que vaya a
trozó todos los árboles del campo. 26 Sólo sacrificar a Yavé, su Dios. ¿Todavía no
en la tierra de Gosen, donde habitaban ves que va a perecer el Egipto?» 8 E hi
los hijos de Tsrael, no cayó granizo. 27 El cieron venir a Moisés y Arón ante el
Faraón mandó llamar a Moisés y Arón, Faraón, que les dijo: «Id y sacrificad a
y les dijo: «Esta vez he pecado. Yavé es Yavé, vuestro Dios. ¿Quiénes sois los que
justo, y yo y mi pueblo, impíos. 28 Rogad habéis de ir?» 9 Dijo Moisés: «Hemos de
n Yavé para que cesen los truenos de ir todos con nuestros niños y nuestros
Dios y el granizo, y os dejaré ir, y no ancianos, con nuestros hijos y nuestras
quedaréis más aquí». 2y M oisés dijo: hijas, con nuestras ovejas y nuestros bue
«C'uando haya salido de la ciudad alzaré yes, porque es la fiesta de Yavé». ^ E l
mis manos a Yavé, y cesarán los truenos, Faraón les contestó: «Así sea Yavé con
y dejará de granizar, para que sepas que vosotros, como os dejaré yo ir a vosotros
de Yavé es la tierra,30 aunque sé que ni tú y vuestros hijos. Y tened cuidado, pues
ni tus servidores teméis todavía a Yavé, se ve que obráis con malicia. 11 N o, no;
Dios». 31 F,1 lino y la cebada habían sido id los hombres solos, y sacrificad a Yavé,
destrozados, pues la cebada estaba toda pues eso fue lo que pedisteis». Y en se
vía en espiga y el lino en flor, 32 pero el guida fueron arrojados de la presencia
trigo y la escanda, no, por ser tardíos. del Faraón.
7 ’ El granizo cae frecuentemente en Egipto, y a veces con tal fuerza, que puede ser un azote.
El ile Moisés, no sólo por la manera de producirse, sino también por su violencia y la compañía de
los rayos, es una verdadera plaga, del mismo carácter que las anteriores.
< i\ 4 La langosta, sin ser frecuente en Egipto, es allí muy conocida. Procede bien del este, bien
• U del oeste, y causa los estragos que todo el mundo sabe. La de Moisés acaba con lo que dejó
•1 granizo y es también extraordinaria.
ÉXODO 10*11 96
12 Pero Yavé dijo a Moisés: «Tiende tu
que de ellos hemos de tomar lo que ofrez
mano sobre la tierra de Egipto, para que camos a Yavé, nuestro Dios, y ni nosotros
venga sobre ella la langosta; que suba so siquiera lo sabemos, hasta que lleguemos
bre la tierra de Egipto y la devore todo lo allá, las víctimas que a Yavé habremos
que dejó el granizo». 13 Moisés tendió su de ofrecer». 27 Yavé endureció el corazón
cayado sobre la tierra de Egipto, y Yavé del Faraón, y el Faraón no quiso dejarlos
hizo soplar sobre la tierra el viento solano ir. 28 Dijo a M oisés: «Sal de aquí y guár
durante todo el dia y toda la noche. A la date de volver a parecer en mi presencia,
mañana, el viento solano había traído la porque el día que parezcas delante de mi,
langosta.14 Subieron por toda la tierra de morirás». 29 «Tú lo has dicho—respondió
Egipto, y se posaron sobre todo el terri Moisés— ; no volveré a parecer delante
torio de Egipto, en tan gran cantidad de ti».
como ni la hubo ni la habrá nunca.1S Cu
brieron toda la superficie de la tierra, Anuncio de la décima y última plaga
que se obscureció. Devoraron todas las
1 Yavé dijo a Moisés: «Sólo una
hierbas de la tierra, todos cuantos fru
tos de los árboles, todo cuanto había n plaga más voy a hacer venir sobre
el Faraón y sobre Egipto, y después de
dejado el granizo; y no quedó nada de
verde, ni en los árboles, ni de las hierbas ella, no sólo os dejará ir, sino que os
de los campos, en toda la tierra de Egipto. echará de aquí. * 2 Di, pues, al pueblo
16 El Faraón llamó en seguida a Moisés y que cada hombre pida a su vecino y cada
Arón, y dijo: «He pecado contra Yavé, mujer a su vecina objetos de plata y oro». •
vuestro Dios, y contra vosotros, *7 Per 3 Yavé hizo que hallase gracia el pueblo
donad mi pecado por esta vez, y rogad a los ojos de los egipcios, y aun el mismo
a Yavé, vuestro Dios, que aleje de mí Moisés era muy estimado y respetado por
esta muerte». 18 Salió Moisés de la pre los servidores del Faraón y por el pueblo.
sencia del Faraón, y rogó a Yavé, 19 y 4 Moisés dijo:«He aquí lo que dice Yavé:
éste hizo dar vuelta al viento, que sopló En medio de la noche pasaré por la tierra
muy fuertemente del poniente, y arras de Egipto, 5 y morirá todo primogénito
trando la langosta, la precipitó en el mar de la tierra de Egipto, desde el primogé
Rojo. N o quedó ni una en todo el terri nito del Faraón, que se sienta sobre su
torio de Egipto. 20 Pero Yavé endureció trono, hasta el primogénito de la esclava,
el corazón del Faraón y éste no dejó salir que está detrás de la muela, y todos los
a los hijos de Israel. primogénitos del ganado. 6 Entonces se
alzará en toda la tierra de Egipto gran
N ovena plaga griterío, como ni lo hubo ni lo habrá.
7 Pero entre los hijos de Israel, en hom
21 Dijo Yavé a Moisés: «Alza tu mano bres y en animales, ni siquiera ladrará
al cielo, y haya tinieblas sobre la tierra un perro, para que sepáis la diferencia
de Egipto, tan densas, que se palpen». * que hace Yavé entre Egipto e Israel. 8 To
22 Alzó Moisés al cielo su mano, y hubo dos cuantos servidores tuyos están aquí,
densísimas tinieblas en todo Egipto du irán entonces a decirme, prosternándose
rante tres días. 23 Durante ellos no se ante mí: Sal tú y todo el pueblo que te
veían unos a otros, y nadie se movía del obedece. Después de eso yo saldré». Y
sitio donde estaba; pero los hijos de Is muy encolerizado se retiró de la presencia
rael tenían luz en la región que habitaban. del Faraón.
24 El Faraón llamó a Moisés y Arón, y 9 Yavé había dicho a Moisés: «El Fa
dijo: «Id, sacrificad a Yavé, pero que raón no os escuchará, para que se mul
queden aquí vuestras ovejas y vuestros tipliquen mis prodigios en la tierra de
bueyes; aun a los niños podéis lleváros Egipto». Moisés y Arón habían obrado
los con vosotros». 25 Moisés respondió: todos estos prodigios ante el Faraón, pero
«Tienes que poner en nuestras manos de Yavé endureció el corazón del Faraón,
qué hacer sacrificios pacíficos y holocaus y no quería dejar salir de su tiérra a los
tos a Yavé, nuestro Dios. 26 Nuestros hijos de Israel.
ganados han de venir también con nos
otros; no ha de quedar ni una uña; por
21 En Egipto y Siria se da con alguna frecuencia una obscuridad o especie de tinieblas produ
cidas por el viento jamsim, el cual, soplando con fuerza del desierto, levanta gran cantidad de arena
que, a manera de niebla, causa obscuridad por varios días. La de Moisés no puede identificarse con
ellas. Es muy digno de notar el comentario que la Sabiduría hace de esta plaga (17,1 ss.).
1 En este capítulo parece alterado el orden de los versículos, pues luego de la despedida
n definitiva de 10,29, vuelve Moisés a hablar al Faraón en 11,8. El orden lógico parece que
debe ser: 11,4-8.1-3.9-10.
2 Este hecho prueba que los hebreos no vivían entonces separados de los egipcios, sino mea-
dados con ellos, cosa que se debe tomar en consideración al calcular su número.
97 ÉXODO 12
In stitu ció n d e la P a s c u a y d e mo saqué yo vuestros ejércitos de la tierra
los A c im o s de Egipto. Guardaréis ese dia, de gene
ración en generación, como institución
-I O 1 Yavé dijo a Moisés y Arón en perpetua. 18 El primer mes, desde el día
« tierra de Egipto: * 2 «Este mes será catorce del mes, comeréis pan sin levadu
para nosotros el comienzo del año, el ra hasta el día veintiuno.19 Por siete días
mes primero del año. 3 Hablad a toda la no habrá levadura en vuestras casas, y
asamblea de Israel y decidles: El día diez quien coma pan fermentado será borrado
de este mes tome cada uno según las casas de la congregación de Israel, sea extran
paternas una res menor por cada casa. * jero o indígena. 20 N o comeréis pan fer
4 Si la casa fuere menor de lo necesario mentado; en todas vuestras moradas se
para comer la res, tome a su vecino, al comerán panes ácimos».
de la casa cercana, según el número de 21 Convocó Moisés a todos los ancia
personas, computándolo para la res se nos de Israel, y les dijo: «Tomad del
gún lo que cada cual puede comer. 5 La rebaño para vuestras familias, e inmolad
res será sin defecto, macho, primal, cor la Pascua. 22 Tomando un manojo de
dero o cabrito. 6 Lo reservaréis hasta el hisopo, lo mojáis en la sangre del corde
día catorce de este mes y todo Israel lo ro, untáis con ella el dintel y los dos pos
inmolará entre dos luces. 7 Tomarán de tes, y que nadie salga fuera de la puerta
su sangre y untarán los postes y el dintel de su casa hasta mañana, 23 pues pasará
de la casa donde se coma. 8 Comerán la Yavé por Egipto, para castigarle, y vien
carne esa misma noche, la comerán asada do la sangre en el dintel y en los dos pos
al fuego, con panes ácimos y lechugas tes, pasará de largo por vuestras puertas,
silvestres. 9 N o comerán nada de él crudo, y no permitirá al exterminador entrar en
ni cocido al agua; todo asado al fuego, vuestras casas para herir. 24 Guardaréis
cabeza, patas y entrañas. 10 No dejaréis este rito, como rito perpetuo para vos
nada para el día siguiente; si algo quedare, otros y para vuestros hijos; 25 y cuando
10 quemaréis. 11 Habéis de comerlo así: hayáis entrado en la tierra que Yavé os
ceñidos los lomos, calzados los pies, y el dará, según su promesa, guardaréis este
báculo en la mano, y comiendo de prisa, rito. 26 Cuando os pregunten vuestros hi
pues es el paso de Y avé.12 Esa noche pa- jos: «¿Qué significa para vosotros este
suré yo por la tierra de Egipto y mataré rito?», 27 les responderéis: Es el sacrificio
11 todos los primogénitos de la tierra de de la Pascua de Yavé, que pasó de largo,
Egipto, desde los hombres hasta los ani por las casas de los hijos de Israel en
males, y castigaré a todos los dioses de Egipto, cuando hirió a Egipto, salvando
Egipto. Yo, Yavé. 13 La sangre servirá nuestras casas». El pueblo se prosternó
de señal en las casas donde estéis; yo y adoró. 28 Los hijos de Israel fueron e
veré la sangre, y pasaré de largo, y no hicieron lo que Yavé había mandado a
luibrú para vosotros plaga mortal cuando Moisés y Arón.
vn hiera la tierra de Egipto. 14 Este día
loni para vosotros memorable y lo cele M u e r t e d e tod os los p rim o g é n ito s
braréis solemnemente en honor de Yavé d e E g ip to
do generación en generación; será una
llesia a perpetuidad. * 29 En medio de la noche mató Yavé a
i'' Por siete días comeréis panes ácimos; todos los primogénitos de la tierra de
desdo el primor din no habrá ya levadura Egipto, desde el primogénito del Faraón,
•n viioNlniN casas, y quien del primero al que se sienta sobre su trono, hasta el pri
néplimo rila comiere pan con levadura mogénito del preso en la cárcel, y a todos
será borrado do Israel. 10 El dia primero los primogénitos de los animales. * 30 El
tendréis asamblou santa, y lo mismo el Faraón se levantó de noche, él, todos sus
din séptimo. No haréis en ellos obra al- servidores y todos los egipcios, y resonó
iuiiui. Inora de lo locante u aderezar lo en Egipto un gran clamor, pues no había
que cada cual haya de comer. 17 y guar ca sa d o n d e no hu biera un m u erto.
daréis los ácimos, porque en ese día mis 31 Aquella noche llamó el Faraón a Moi-
-■ y 1 Iíl comienzo y el fin del año varía mucho según las diversas regiones y épocas. En la Es-
■ • critiiru comienza con la primavera, el mes de Nisán, o con el otoño, el mes del Tisri.
3 Aquí leñemos descrito el modo de celebrar la gran solemnidad de la Pascua tal como aún se
I mmtviiI m en ln época del Señor, salvo, tal vez, algunos pequeños detalles, como el de comer recosta-
Iiin, u unmiizu griega.
>4 I .a lientu de la Pascua es más antigua que el éxodo, pues era la fiesta de las primicias del
Imno y drl comienzo de la siega; pero se añade ahora a estas razones la conmemorativa del gran
oerso nm ionul, y este aspecto vino a absorber los demás, a medida que el pueblo judío fue dejando
• 4gt imltum y el pastoreo para darse al comercio y a la artesanía.
Ju I .on primogénitos se pueden mirar como primer fruto de la unión conyugal, y como tales,
migrado*, debidos a Yavé; también como los hijos más amados, y por esto los escoge Dios como
ohiel o de ln postrera plaga que descarga sobre Egipto.
ÉXODO 12-13 98
sés y Arón, y les dijo: «Id» salid de en L e y d e la P a s c u a
medio de nosotros, vosotros y los hijos
de Israel, e id a sacrificar a Yavé, como 43 Dijo Yavé a Moisés y Arón: «Esta
habéis dicho. 32 Llevad vuestras ovejas y es la ley de la Pascua. N o la comerá
vuestros bueyes, como habéis pedido; idos ningún extranjero. 44 Al siervo comprado
y dejadme». a precio de plata le circuncidarás y la
comerá; 45 pero el adventicio y el merce
L a salid a d e l p u e b lo nario no la comerán. 46 Se comerá toda
en cada casa, y no sacaréis fuera de ella
33 Los egipcios apremiaban al pueblo, nada de sus carnes, ni quebrantaréis nin
dándoles prisa para que salieran de su guno de sus huesos. 47 Toda la asamblea
tierra, pues decían: «Vamos a morir to de Israel comerá la Pascua. 48 Si alguno
dos». 34 Cogió, pues, el pueblo la masa de los extranjeros que habite contigo qui
antes de que fermentara, y envolviendo siera comer la Pascua de Yavé. deberá
en sus mantos las artesas que la conte circuncidarse todo varón en su casa, y
nían, se las echaron al hombro. 35 Los entonces podrá comerla, como si fuera
hijos de Israel habían hecho lo que les indígena, pero ningún incircunciso podrá
dijera Moisés, y habían pedido a los comerla. * 49 La misma ley será para el
egipcios objetos de plata y oro y vestidos. indígena y para el extranjero que habita
36 Yavé hizo que hallaran gracia a los con vosotros».
ojos de los egipcios, que accedieron a su 50 Todos los hijos de Israel hicieron lo
petición, y se llevaron aquéllos los des que Yavé había mandado a Moisés y
pojos de Egipto. * Arón. 3i Aquel mismo día sacó Yavé de
la tierra de Egipto a los hijos de Israel
por escuadras.
S E G U N D A P A R T E
C amino del S in aí L e y so b re los p rim o g é n ito s
(i 2.37-18,27) 1 Habló Yavé a Moisés y le dijo:
37 Partieron los hijos de Israel de Rame- 2 «Conságrame todo primogénito.
ses para Sucot en número de unos seis Todos los primogénitos de entre los hi
cientos mil infantes, sin contar los niños, * jos de Israel, tanto de los hombres cuanto
38 Subía, además, con ellos una gran mu de los animales, míos son».
chedumbre de toda suerte de gentes, y 3 Moisés dijo al pueblo: «Acordaos
muchas ovejas y bueyes y muy gran nú siempre del día en que salisteis de Egipto,
mero de animales. 39 Cocieron bajo la de la casa de la servidumbre, pues ha sido
ceniza la masa que habían sacado de la poderosa mano de Yavé la que os ha
Egipto, e hicieron panes ácimos, pues la sacado. No se comerá pan fermentado.
masa no había podido fermentar, por la 4 Salís hoy en el mes de Abib. * 5 Cuando
mucha prisa que para salir les daban; y te introduzca Yavé en la tierra de los ca-
ni para comer pudieron preparar nada. naneos, de los jeteos, de los amorreos, de
4¿>La estancia de los hijos de Israel en los jeveos y de los jebuseos, que a tus
Egipto duró cuatrocientos treinta años. padres juró darte, tierra que mana leche
41 En aquel mismo día salieron de la tie y miel, guardarás ese rito en este mismo
rra de Egipto todos los ejércitos de Yavé. mes. 6 Durante siete días comerás pan
Aquella noche en que salvó Yavé a Is ácimo, y el día séptimo será fiesta de
rael y le sacó de la tierra de Egipto 42 será Yavé. 7 Se comerá pan ácimo durante
noche de vigilias en honor de Yavé, y siete días, y no se verá pan fermentado
con vigilias a Yavé la celebrarán todos ni levadura en todo tu territorio. 8 Dirás
los hijos de Israel por todas sus gene entonces a tus hijos: Esto es en memoria
raciones. de lo que por mí hizo Yavé al salir de
Egipto. 9 Esto será para ti como una se
ñal en tu mano, como un recuerdo a tus
ojos, para que tengas en tu boca la Ley
38 Dios, como dueño supremo de todos y juez inapelable, da estos despojos a su pueblo para
compensarlo de la dura servidumbre a que le habfan reducido los egipcios durante muchos años.
37 Sobre esta cifra véase lo dicho en la Introducción al Exodo, n.5.
48 Este texto nos muestra abierta la puerta del pueblo de Dios a los extranjeros, con la partici
pación en su culto y en sus promesas. Mediante la circuncisión quedaban adoptados y hechos del
mismo nombre y de la misma sangre, según la expresión de los nómadas de la región de Moab. Esto
debe tenerse en cuenta cuando se trata de la descendencia natural abrahámica o israelita de la nación
hebrea, pues tampoco podemos olvidar que en torno a Abraham habla en Palestina trescientos hom
bres capaces de tomar las armas y ejecutar una hazaña como la que se cuenta en Gén 14.
•JO 4 El mes de Abib e9 el que en 12,1 se llama el primero del año; era el mes de las espigas,
*^ de la siega, según el primitivo calendario hebreo.
99 éxodo 13*14
de Yavé, porque con su poderosa mano los hijos de Israel que cuando Yavé los
te ha sacado Yavé de Egipto. 10 Obser visitara se llevarían consigo sus huesos
varás esto ai tiempo ñjado, de año en año. de allí.
li Cuando te haya introducido Yavé en 20 Partieron de Sucot y acamparon en
la tierra de los cananeos, como lo juró Etam, al extremo del desierto.
a tus padres, y te la haya dado, ^ c o n 21 Iba Yavé delante de ellos, de dia, en
sagrarás a Yavé todo cuanto abre la vul columna de nube, para guiarlos en su
va; y de todo primer parto de los anima camino, y de noche, en columna de fue
les que tengas, el macho lo consagrarás a go, para alumbrarlos y que pudiesen asi
Yavé; 13 el del asno lo redimirás por un marchar lo mismo de día que de noche.
cordero, y si no lo redimes, lo desnucarás. 22 La columna de nube no se apartuba
También redimirás a todo primogénito del pueblo de día, ni de noche la de fuego.
15 Los primogénitos, como todos los primeros frutos, son, según la Ley, sagrados y debidos a
f>ios. A esta razón se añade en este versículo una razón histórica: la de recordar la muerte de los
primogénitos de Egipto, como en la Pascua se recuerda la liberación del pueblo.
1 A 1 Siguiendo el camino de las caravanas, el mismo que sus padres habían seguido, paralelo
. a la costa, llegarían en pocos días a Canán; pero Dios les ordena hacer rumbo hacia el sur
pura internarse en la península del Sinaí. Esto fue lo que movió al Faraón a salir en su persecución
creyendo que acabarla con ellos.
ÉXODO 14 -15 100
del Faraón, sus caballeros y su ejército desde la nube de fuego y humo a la hueste
los alcanzaron en Piajirot, frente a Baal- egipcia y la perturbó. 25 Hizo que las rue
sefón. 10 El Faraón se acercaba; los hijos das de los carros se enredasen unas con
de Israel, alzando los ojos, vieron a los otras de modo que sólo muy penosamen
egipcios marchar contra ellos, y llenos de te avanzaban. Los egipcios dijeron enton
terror clamaron a Yavé, 11 y dijeron a ces: «Huyamos ante Israel, que Yavé com
Moisés: «¿Es que no había sepulcros en bate por él contra los egipcios». 26*Pero
Egipto, que nos has traído al desierto a Yavé dijo a Moisés: «Tiende tu mano so
morir? ¿Qué es lo que nos has hecho con bre el mar, y las aguas se reunirán sobre
sacamos de Egipto? 12 ¿No te decíamos los egipcios, sus carros y sus caballeros».
nosotros en Egipto: Deja que sirvamos 27 Moisés tendió su mano sobre el mar,
a los egipcios, que mejor nos es servir y al despuntar el día el mar recobró su
a los egipcios que morir en el desier estado ordinario, y los egipcios en fuga
to?» 13 Moisés respondió al pueblo: «No dieron en él, y arrojó Yavé a los egipcios
temáis; estad tranquilos, y veréis la vic en medio del mar. 28 Las aguas, al reunir
toria que en este día os dará Yavé, pues se, cubrieron carros, caballeros y todo el
los egipcios que hoy veis no volveréis a ejército del Faraón, que habían entrado
verlos jamás. 14 Yavé combatirá por vos en el mar en seguimiento de Israel, y no
otros; vosotros estaos tranquilos». escapó uno solo. 29*Pero los hijos de Is
15 Yavé dijo a Moisés: «¿A qué esos rael pasaron a pie enjuto por en medio
gritos? D i a los hijos de Israel que se pon del mar, formando para ello las aguas
gan en marcha. 16 Tú alza tu cayado y una m uralla a derecha e izq u ierd a .
tiende el brazo sobre el mar, y divídelo 30 Aquel día libró Yavé a Israel de los
para que los hijos de Israel pasen por en egipcios, cuyos cadáveres vio Israel en las
medio, en seco. * 17 Yo endureceré el co playas del mar. 31 Israel vio la mano po
razón de Los egipcios, para que entren tente que mostró Yavé para con Egipto,
también detrás de ellos, y haré brillar mi y el pueblo temió a Yavé, y creyó en Ya
gloria sobre el Faraón y sobre todo su vé y en Moisés, su siervo.
ejército, sus carros y sus caballeros, 18*y
los egipcios sabrán que yo soy Yavé, C an to triunfal de M oisés
cuando el Faraón, sus carros y sus ca
balleros hagan resplandecer mi gloria». | C 1 Entonces cantaron Moisés y los
19 El ángel de Dios, que marchaba de * v hijos de Israel a Yavé este canto,
lante de las huestes de Israel, se puso de diciendo:
trás de ellas; la columna de nube que iba «Cantaré a Yavé, que se ha mostra
delante de ellos se puso detrás, 20 entre do sobre modo glorioso;
el campo de los egipcios y el de Israel, El arrojó al mar. al caballo y al caba
y se hizo tenebrosa y sombría toda la no llero. *
che, y las dos huestes no se acercaron una 2 Yavé es mi fortaleza y el objeto de
a otra durante toda la noche. 21 Moisés mi canto;
tendió su mano sobre el mar e hizo so El fue mi salvador.
plar Yavé sobre el mar toda la noche un El es mi Dios, yo le alabaré;
fortísimo viento solano, que le secó, y se Es el Dios de mi padre, yo le exaltaré.
dividieron las aguas. 22 Los hijos de Israel 3 Yavé es un fuerte guerrero;
entraron en medio del mar, a pie enjuto, Yavé es su nombre.
formando para ello las aguas una mura 4 Precipitó en el mar los carros del Fa
lla a derecha e izquierda. 23 Los egipcios raón y su ejército;
se pusieron a perseguirlos, y todos los ca La flor de sus capitanes se la tragó el
ballos del Faraón, sus carros y sus caba mar Rojo.
lleros entraron en el mar en seguimiento 5 Cubriéronlos los abismos;
suyo. 24 A la vigilia matutina miró Yavé Y cayeron al fondo, como una piedra*
16 A pesar de las dificultades exegéticas del relato del paso de los israelitas por el mar Rojo, qua
por ser incompleto no nos permite formamos idea del todo cabal de los hechos, una cosa queda
indiscutible, y es el carácter providencial, extraordinario y milagroso de los mismos. Estos acon
tecimientos han quedado grabados en el espíritu de los israelitas. A través de la historia, los legisla
dores, los profetas, los salmistas y los sabios tienen presentes los portentos de la salida de Egipto
y especialmente el paso del mar Rojo, y unas veces cantan las alabanzas del Dios libertador y otras
recuerdan al pueblo sus favores y protección para moverles a agradecimiento y al cumplimiento
de su Ley.
■ I C 1 Aunque algunos exegetas observan que la composición de este cántico parece posterior a
* ** la época de Moisés, ello no obsta para que, con el autor sagrado, lo atribuyamos al mismo,
al menos en cuanto a su contenido substancial. Como más tarde Débora (Jue 5), Ana (1 Sam 2) u
otros en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo la Virgen María (Le 1,47 ss.), Zacarías (Le 1,68 ss.)
y Simeón (Le 2,19 ss.), en momentos de elevación espiritual entonan cánticos de agradecimiento al
Señor, así también aquí Moisés improvisa este cántico sublime que, a través de los siglos, renovará
el agradecimiento de Israel por su liberación.
101 éxodo 15-16
2 * I .üh dos estaciones de Mara y Elim son las primeras que se hallan en la ribera oriental del
m*r Rojo. Mara será Ayn Musa, fuentes de Moisés, cerca de Suez, o Ayn Hamara, más distante de
Hur/; y Elim Gurandel, muy abundante en aguas.
ÉXODO 16 102
otros?» 9 Moisés dijo: «Esta tarde os dará de pan, y sabréis que yo soy Yavé, vues
a comer Yavé carnes, y mañana pan a sa tro Dios». 13 A la tarde vieron subir co
ciedad, pues ha oido vuestras murmura dornices que cubrieron el campo, y a la
ciones contra él; pues nosotros, ¿qué? No
van contra nosotros vuestras murmura
ciones, sino contra Yavé».
9 Moisés dijo a Arón: «Di a toda la
congregación de Israel que se acerque a
Yavé, pues ha oído Yavé sus murmura
ciones». Mientras hablaba Arón a toda
la asamblea de los hijos de Israel, volvié
ronse éstos de cara al desierto y apareció
la gloria de Yavé en la nu be.11 Yavé dijo
y sus manos le pesaban; tomando, pues, los egipcios: 10 «Bendito sea Yavé—dijo—,
una piedra, la pusieron debajo de él para que os ha librado de la mano de los egip
que se sentara, y al misaao tiempo Arón cios y de la del Faraón. 11 Ahora sé bien
y Jur sostenían sus manos, uno de un lado que Yavé es más grande que todos los
y otro del otro, y así no se le cansaron las dioses, pues se ha mostrado grande, ha
manos hasta la puesta del sol, 13 y Josué ciendo recaer sobre los egipcios su mal
derrotó a Amalee al file de la espada. dad». 12 Jetró, suegro de Moisés, ofreció
14 Yavé dijo a Moisés: «Pon eso por es
a Dios un holocausto y sacrificios pací
crito para recuerdo, y di a Josué que yo ficos, y vinieron Arón y todos los ancianos
borraré a Amalee de debajo del cielo». de Israel y comieron con él ante Dios. *
15 Moisés alzó un altar y le dio el nombre
de Yavé Nesi, ^ diciendo: «Pues que alzó C on sejo d e Jetró a M oisés
la mano contra el trono de Yavé, estará
Yavé en guerra contra Amalee de genera 13 Al día siguiente sentóse Moisés para
ción en generación». * juzgar al pueblo, y el pueblo estuvo de
lante de él desde la mañana hasta la tar
Viene Jetró con la m ujer y los hijos de. 14 El suegro de Moisés, viendo lo que
de Moisés el pueblo hacía, dijo: «¿Cómo haces eso
con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo
IR 1 sacerdote de Madián, sue- a juzgar y todo el mundo está delante de
* O gro de Moisés, supo lo que había ti desde la mañana hasta la tarde?»13 Moi
hecho Dios en favor de Moisés y de Israel, sés respondió a su suegro: «Es que el pue
su pueblo, que había sacado Yavé de Egip blo viene a mí para consultar a Dios.
to. 2 Tomó Jetró, suegro de Moisés, a Só 16 Cuando tiene alguna querella, vienen
fora, mujer de Moisés, a quien éste había a mí, y yo pronuncio entre ellos, hacién
hecho volverse, 3 y a los dos hijos de Só doles saber los mandatos de Dios y sus
fora, de los cuales uno se llamaba Gersón, leyes».17 El suegro de Moisés dijo a éste:
porque Moisés había dicho: «Soy un pere «Lo que haces no está bien. Te consumes
grino en tierra extranjera», 4 y el otro neciamente y consumes al pueblo que tie
Eliezer, porque había dicho: «El Dios de ne que estar delante de ti. 18 Ese trabajo
mi padre me ha socorrido y me ha librado es superior a tus fuerzas, y no puedes lle
de la espada del Faraón». 5 Jetró, suegro varlo tú solo. * 19 Oyeme, voy a darte un
de Moisés, con los hijos y la mujer de consejo, y que Dios sea contigo. Sé tú el
Moisés, vino a éste al desierto, donde es representante del pueblo ante Dios y lleva
taba acampado, al monte de Dios. 6 Man ante él los asuntos. 20 Enséñales los pre
dó a decir a Moisés: «Yo, tu suegro Jetró, ceptos y la ley y dales a conocer el cami
voy a ti con tu mujer, y con ella sus dos no que han de seguir y lo que deben ha
hijos». 7 Moisés salió al encuentro de su cer. 21 Pero escoge de entre todo el pueblo
suegro, y prosternándose le besó. Después a hombres capaces y temerosos de Dios,
de preguntarse uno a otro por la salud, íntegros, enemigos de la avaricia, y cons-
entraron en la tienda de Moisés. 8 Moisés titúyelos sobre el pueblo como jefes de
contó a su suegro todo cuanto había he millar, de centena, de cincuentena y de
cho Yavé al Faraón y a los egipcios en fa decena. 22 Que juzguen ellos al pueblo en
vor de Israel, y todas las contrariedades todo tiempo y te lleven a ti los asuntos de
que en el camino habían tenido, y cómo mayor importancia, decidiendo ellos mis
Yavé le había librado de ellas. 9 Jetró se mos en los menores. Aligera tu carga, y
felicitó de todo el bien que Yavé había que te ayuden ellos a soportarla.23 Si esto
hecho a Israel librándole de la mano de haces y Yavé te comunica sus mandatos,
i® Amalee era una tribu árabe que vivía en la región desértica que se extiende entre el Negueb,
al sur de Palestina, y el mar Rojo y Egipto. Como nómadas, están siempre prontos a lanzarse sobre
la presa dondequiera que se les ofrezca. Viendo a Israel cargado con el botín de Egipto, se lanzan
sobre él para despojarle. Cuando se halle Israel instalado en la tierra prometida harán lo mismo,
saqueando los campos y Las ciudades (Jue 6,sss.; Sam 30,1 $s.). Esta es la razón fundamental de
la enemistad entre Israel y Amalee. La gente honrada y pacífica nunca puede tener paz con los
ladrones. La ejecución de la amenaza del v.14 fue encomendada a Saúl (1 Sam 15*10 ss.). El nombre
de Yavé Nesi significa: «Yavé es mi enseña».
•J Q 12 En Ex 2,16 se nos dice que Jetró era sacerdote de Madián. No se dice que fuese sacer-
■ 0 dote del Dios Altísimo, como Melquisedec (Gén 14,18), pero esto no sería obstáculo a que
reconociese también a Yavé como Dios muy poderoso y le ofreciese sacrificios pacíficos, a los cuales
seguiría el banquete, ocasión de general regocijo (i Re 8,41 ss.).
18 Moisés, como caudillo del pueblo, era su juez autorizado; pero se comprende que le sería
muy gravoso ocuparse de todas las pequeñeces que a cada instante se suscitarían entre unos y otros.
El consejo del anciano suegro merecía ser atendido, y lo fue de buen grado por Moisés, aunque
la jerarquía esta, más que judicial, parece militar para regir a Israel como el gran ejército de Dios,
según Ex 12,4 1 ; Dt 1,10 ss.
105 éxodo 1 8 -1 9
podrás sostenerte, y el pueblo podrá aten* sés: «Yo vendré a ti en densa nube, para
der en paz a lo suyo».24 Siguió Moisés el que vea el pueblo que yo hablo contigo
consejo de su suegro, e hizo lo que le ha y tengan siempre fe en ti». Una vez que
bía dicho. 25 Eligió entre todo el pueblo Moisés hubo transmitido a Yavé las pa
a hombres capaces, que puso sobre el pue labras del pueblo, * 10*Yavé le dijo: «Ve al
blo como jefes de millar, de centena, de pueblo y santifícalos hoy y mañana. Que
cincuentena y de decena. 26 Ellos juzga laven sus vestidos 11 y estén prestos para
ban al pueblo en todo tiempo y llevaban el día tercero, porque al tercer día bajará
a Moisés los asuntos graves, resolviendo Yavé a la vista de todo el pueblo, sobre
por sí todos los pequeños. 27 Despidió la montaña del Sinaí. 12 Tú marcarás al
Moisés a su suegro, que se volvió a su pueblo un límite en tomo, diciendo: Guar
tierra. daos de subir vosotros a la montaña y de
tocar el límite, porque quien tocare la
montaña, morirá. 13 Nadie pondrá la ma
no sobre él, sino que será lapidado o asae
T E R C E R A P A R T E teado. Hombre o bestia, no ha de quedar
con vida. Cuando las voces, la trompeta
E n e l S inaí y la nube hayan desaparecido de la monta
(19-40) ña, podrán subir a ella». 14*Bajó de la
montaña Moisés a donde estaba el pueblo,
Aparición de Dios al pueblo en el y15le santificó, y ellos lavaron sus vestidos.
Después dijo al pueblo: «Aprestaos du
Sinaí rante tres días y nadie toque mujer».16 Al
tercer día por la mañana hubo truenos y
1 Q 1 El día primero del tercer mes relámpagos, y una densa nube sobre la
1 düNpuós do In salida de Egipto montaña, y un muy fuerte sonido de trom
llognmii los hijos do InhioI al desierto del petas. y el pueblo temblaba en el campa
Sitial. *• l'arliomn do Kalidim, y llegados mento. 17*Moisés hizo salir de él al pueblo
al doMorfo del Sinal acamparon en el para ir al encuentro de Dios, y se queda
desierto. Israel acampó frente a la mon ron ul pie de la montaña. 1 * Todo el Sinaí
tada. ' Subió Moisés a Dios, y Yavé lo humeaba, pues había descendido Yavé en
Humó desde lo alto de la montaña, dicien medio de fuego, y subía el humo, como el
do: «habla así a la casa de Jacob, di humo de un horno, y lodo el pueblo tem
oslo a los hijos de Israel:* 4 «Vosotros blaba. 19 El sonido de la trompeta se hacía
habéis visto lo que yo he hecho a Egipto cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y
y c ómo os he llevado sobre alas de águila Yavé le respondía mediante el trueno.
y os he traído a mí. 5 Ahora, si oís mi voz 20 Descendió Yavé sobre la montaña del
y guardéis mi alianza, vosotros seréis mi Sinaí, sobre la cumbre de la montaña, y
propiedad entre todos los pueblos; por llamó a Moisés a la cumbre y Moisés
que* mía os toda la tierra, 6 pero vosotros subió a ella. 21 Yavé dijo a Moisés: «Baja
«eréis para mí un reino de sacerdotes y y prohíbe terminantemente al pueblo que
una nación santa». Tales son las pala- traspase el término marcado para acer
briiN que has de decir a los hijos de Is carse a Yavé y ver, no vayan a perecer
rael». *
1 Moidéa vino, y llamó a los ancianosmuchos de ellos. 22 Que aun los -sacerdo
do IniiicI, y les expuso todas estas pala- tes, que son los que se acercan a Yavé,
hroN, como Yavé se lo había mandado. se santifiquen, no los hiera Yavé». 23 Moi
N1(1 pueblo todo entero respondió: «Nos sés dijo a Yavé: «El pueblo no podrá subir
otros liaremos todo cuanto ha dicho Ya a la montaña del Sinaí, pues lo has pro
vé». Moisés fue a transmitir a Yavé las hibido terminantemente, diciendo que se
palabra» del pueblo, 9 y Yavé dijo a Moi ñalara un limite en tomo a la montaña y
4 Q 1 fin inm y medio llegó Israel al Sinaí, la montaña santa en que Dios muestra su especial
* 7 * presencia. Los poetas de Israel conservaron después esta concepción, como se ve por Dt 33,2;
J im 5,s ; S n I 6H,i 8.
1 I .as relaciones entre Yavé e Israel no son las naturales de otros pueblos con sus dioses, los
i titilen no Huelen ser otra cosa que la misma naturaleza física divinizada. Estas relaciones son libres
de parle de Dios y de orden moral. Yavé, dueño de toda la tierra, y, por tanto, de todos los pue
blos, encoge libremente a Israel por pueblo peculiar suyo, por su reino de sacerdotes, por su nación
santa, mediante la cual revela su santidad al mundo, y en esta revelación va implicado el mesianismo.
* fiste concepto del sacerdocio y de la santidad del pueblo está estrechamente ligado con el
de ser Israel el pueblo primogénito de Dios (4,22). Según el derecho primitivo, el sacerdocio estaba
vinculado a la primogenitura, y, por tanto, Israel, el primogénito de ios pueblos, es el pueblo sacer
dote, que, por consiguiente, ha de ser santo, esto es, consagrado al culto divino.
• K11 esta teofanía, como en las siguientes, preséntase Dios al pueblo en forma de nube, ñgura
que Israel no puede reproducir, queriendo Dios con esto confirmar el segundo mandamiento del
Decálogo, como se nos explica en Dt 4,19.
I xodo 1 9 -2 0 106
la santificara». 24 Yavé le respondió: «Ve, dia hasta mil generaciones de los que
baja y subes luego con Arón; pero que me aman y guardan mis mandamientos.
los sacerdotes y el pueblo no traspasen los 7 No tomarás en falso el nombre de
términos para acercarse a Yavé, no los Yavé, tu Dios, porque no dejará Yavé
hiera». * 25 Moisés bajó y se lo dijo al sin castigo al que tome en falso su nom
pueblo. bre. ♦
8 Acuérdate del día del sábado para
E l Decálogo santificarlo. 9 Seis días trabajarás y ha
O A 1 Y habló Dios todo esto, dicien- rás tus obras, 10 pero el séptimo día es
do: * 2 «Yo soy Yavé, tu Dios, que día de descanso, consagrado a Yavé, tu
te ha sacado de la tierra de Egipto, de la Dios, y no harás en él trabajo alguno, ni
casa de la servidumbre. * tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni
3 tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero
No tendrás otro Dios que a mí. * 4 No
te harás esculturas ni imagen alguna de que esté dentro de tus puertas, 11 pues en
lo que hay en lo alto de los cielos, ni seis días hizo Yavé los cielos y la tierra,
de lo que hay abajo sobre la tierra, ni el mar y cuanto en ellos se contiene, y el
de lo que hay en las aguas debajo de séptimo descansó; por eso bendijo Yavé
la tierra. * 5 No te postrarás ante ellas, el día del sábado y lo santificó. *
y no las servirás, porque yo soy Yavé, 12 Honra a tu padre y a tu madre, para
tu Dios, un Dios celoso, que castiga en que vivas largos años en la tierra que Ya
los hijos las iniquidades de los padres vé, tu Dios, te da. ♦
hasta la tercera y cuarta generación de 13 No matarás. *
los que me odian,* 6 y hago misericor 14 N o adulterarás. *
2 * En toda esta teofania, a pesar de algunas incorrecciones del texto, se destacan bien estas
ideas: que Dios quiere mostrar su majestad ante el pueblo por medio de una tormenta, de una ima
gen sensible, pero que Israel no pueda reproducir (Dt 4,15 s.). Para presenciar esa teofania se exige
del pueblo el estado de santidad correspondiente, la limpieza del vestido y del cuerpo y la absten
ción de todo acto de vida conyugal. Expresión imperfecta de las exigencias de la santidad divina,
tan espiritual, pero acomodada a la rudeza del pueblo, imbuido de las concepciones antiguas. Es
una forma de la condescendencia divina con el hombre (cf. la encíclica Divino affiante Spiritu, p.xxui).
Será obra de Moisés y de los profetas ir poco a poco elevando al pueblo a la concepción espiritua
lista de la santidad divina y de la afabilidad, que se nos revela en el Nuevo Testamento. Muy a
propósito viene el texto de Baruc: «Además se dejó ver en la tierra y conversó con los hombres»,
palabras que el profeta dice de las teofanías del Sinaí, pero que tienen mayor realidad en la teofania
de la Encarnación (3.38).
O h 1 Según el v.19, confirmado por Dt 5,5, el pueblo presenció la gran teofania, mas las pa-
labras de Dios promulgando su Ley le fueron comunicadas por Moisés. El espectáculo
debió de ser grandioso. Agrupado el pueblo en la vasta llanura de er-Rahah, que rodean ingentes
peñascales graníticos, contemplaban ante sí el macizo de Ras-Safsafeh, que se alza centenares de
metros, cubierto por la tempestuosa nube. Con los ojos de la fe contemplaban a su Dios, que les
intimaba su voluntad.
2 Contiene este versículo la presentación de Yavé y sus derechos a imponer su voluntad al
pueblo, a quien acaba de rescatar del cautiverio egipcio.
3 Se impone con todo rigor el culto único de Yavé, con exclusión de todo otro dios. Este ha
sido siempre el escándalo de los paganos, que no entendieron el sentido del monoteísmo judío y
cristiano. Ni es de extrañar, cuando tanto costó a Dios y a sus profetas hacer arraigar esta idea en
la mente de Israel.
4 Los gentiles empezaron por expresar en formas plásticas el concepto de sus dioses. Para
que Israel venga a concebir a Yavé como Dios inmaterial, se le prohibe toda imagen. Algunos pue
blos antiquísimos parecen haber tenido esta misma práctica; mas lo común fue el uso y la venera
ción de las imágenes, de donde nadó la idolatría o culto de los ídolos.
5 La justicia de Dios se halla expresada con una figura tomada de la rigurosa justicia de los nó
madas en los casos de sangre; pero por encuna de tan severa justicia está la misericordia con los
que le temen. En la manifestación de estos dos atributos, justida y misericordia, se compendia
toda la revelación de Dios al hombre (Ex 34,6 ss.).
7 El juramento, tomar a Dios por testigo, es un acto de religión y es en la vida social antigua
de grandísima importancia, a causa, sobre todo, de la fe que tenían de que Dios no dejarla impune
a quien profanase el juramento.
13 Lo de la semana es una institudón enteramente desconocida fuera de Israel. El autor sa
grado comenzó por presentarnos a Dios como modelo en la obra de la creación, y ahora trae aquí
esto como argumento. El sábado se santifica no hadendo en él obra alguna, y esto los antiguos
lo entendían con un rigor material muy grande (cf. Is 56,2; Jer 17,2; Mt 12,2; Me 2,27).
12 En la familia patriarcal el respeto a los padres es el fundamento del orden familiar y social
y tiene como bendición los frutos de paz y hasta de riqueza que brotan de la unión entre los miem
bros de la familia.,
3 3 Desde la triste historia de Caín (Gén 4,11) nos viene el texto sagrado inculcando el respeto
A la vida del hombre, creado a imagen de Dios.
34 Más que la simple fornicación mira aquí el texto al adulterio^ por ser la ruina de la paa con
yugal. No hay que olvidar el aspecto social de la ley mosaica.
107 éxodo 2 0 -2 1
1 * Los bienes, frutos del trabajo humano, son algo que toca a la personalidad humana e indío-
lamanille para el sostenimiento de la vida.
1•* La administración de justicia es esencial a la paz de la sociedad, y, como en gran parte
•e Npovu «obre el testimonio de los testigos, es para ella necesario que los testigos sean veraces.
17 Piste decálogo, que contiene los fundamentos de la ley mosaica, no tiene paralelo alguno
i*ii lnn religiones gentílicas ni en la filosofía antigua. Fuera del que aquí es el quinto, todos sus pre-
irpron ritmen forma negativa de prohibición. Tampoco se le ha de considerar como idéntico al
decálogo irhii«no. Es a él lo que la Ley es al Evangelio. Sus preceptos pueden dividirse en tres
urtipos. Kl primero, que contiene los cuatro primeros preceptos, se refiere a Dios, excluyendo
Inda idolatría, laa Imágenes de Oios en el culto, el perjurio, pues el juramento llama e invoca a
I >ios por testigo, y el trabajo en el sábado, que es la profanación del día por El santificado. El quinto
precepto prescribe la honra a los padres y es el único a que expresamente se une una promesa.
1*11 tercer grupo se refiere a los bienes del prójimo, condenando el homicidio, el adulterio, el robo,
la calumnia y la codicia de los bienes del prójimo, incluyendo en éstos a la mujer.
1* Semejantes formas de teofanía son frecuentes en la Biblia y apropiadas al ánimo del pueblo
para inculcarle la idea de la majestad de Dios. La petición del pueblo y la respuesta de Moisés
son una justificación de la conducta que seguirá Dios en adelante para comunicar su voluntad
por medio de su profeta en forma más secreta, sin el aparato de la teofanía (Heb 12,18 ss.).
22 El conjunto de leyes comprendido entre el 20,22 y 23,33 se llama comúnmente «Código
de la Alianza».
24 Estos versículos proscriben todos los elementos del culto cananeo, ateniéndose a la pri
mitiva simplicidad patriarcal.
ns 6 En el código hammurabiano se emplea también la expresión «llevar ante dies» para sigm-
* I ficar sencillamente el juramento.
7 La venta de que aquí se trata parece ser de la concubina o mujer de segunda categoría. Le
Ley admite la poligamia. El matrimonio se hada por la compra de la mujer, come todavía hoy ae
practica entre los beduinos de la región de Moab.
éxodo 2 1-2 2 108
lo puso ante la mano le hirió, yo le se una niña, se aplicará esta misma ley;
ñalaré un lugar donde podrá refugiarse. * 32 pero si el herido friese un siervo o una
14 Si de propósito mata un hombre a su sierva, pagará el dueño del buey treinta
prójimo traidoramente, de mi altar mismo sidos de plata al dueño del esclavo o de
le arrancarás para darle muerte, i 5 E l que la esclava, y el buey será lapidado. *
hiera a su padre o a su madre será muer 33 Si uno abre una cisterna o cava una
to. 16 El que robe un hombre, háyalo ven y no la cubre y cayere en ella un buey o
dido o téngalo en su poder, será muerto. un asno, 34 pagará el dueño de la cister
17 E l que maldijere a su padre o a su na en dinero el precio al dueño de la
madre será muerto. bestia, pero lo muerto será para él.
18 Si riñen dos hombres, y uno hiere al 33 Si el buey de uno acornea a un buey
otro con piedra o con e! puño, sin causar de otro, y éste muere, se venderá el buey
le la muerte, pero de modo que éste tu vivo, partiéndose el precio, y se reparti
viese que hacer cam a: 19 si el herido se rán igualmente el buey muerto. 36 Pero
levanta y puede salir fuera apoyado en su si se sabe que el buey acorneaba ya de
bastón, el que le hirió será quito pagán tiempo atrás, y su dueño no lo tuvo ence
dole lo no trabajado y lo gastado en la rrado, dará éste buey por buey, y el buey
cura. muerto será para él.
20 Si uno diere de palos a su siervo o a
su sierva, de modo que muriere entre sus L e y e s relativas a la propiedad
manos, el amo será reo; 21 pero si sobre
viviere un día o dos, no, pues hacienda 37 Si uno roba un buey o una oveja, y
suya era. * la mata o la vende, restituirá cinco bueyes
22 Si en riña de hombres golpeare uno por buey y cuatro ovejas por oveja.
a una mujer encinta haciéndola parir y
el niño naciere sin más daño, será multa O O i Si el ladrón fuere sorprendido
do en la cantidad que el marido de la forzando de noche y fuese herido
mujer pida y decidan los jueces; 23 pero y muriese, no será el que le hiere reo de
si resultare algún daño, entonces dará sangre; 2 pero si hubiese ya salido el sol,
vida por vida, * 24 ojo por ojo, diente por responderá de la sangre. * 3 E l ladrón res
diente, mano por mano, pie por pie, tituirá; y si no tiene con qué, será vendido
25 quemadura por quemadura, herida por por lo que robó; y si lo que robó, buey,
herida, cardenal por cardenal. asno u oveja, se encuentra todavía vivo
26 Si uno diere a su 9Íervo o a su sierva en sus manos, restituirá el d ob le.4 S i uno
un golpe en un ojo, y se lo echare a perder, daña un campo o una viña dejando pas
habrá de ponerle en libertad en compen tar su ganado en el campo o en la viña
sación del ojo. 27 Y si le hiciera caer al de otro, restituirá por lo mejor de su cam
siervo o a la sierva un diente, le dará po o lo mejor de su viña.
libertad en compensación de su diente. 5 Si propagándose un fuego por los es
28 Si un buey acornea a un hombre o pinos quema mieses recogidas o en pie,
a una mujer, y se sigue la muerte, el o un campo, el que incendió el fuego
buey será lapidado, no se comerá su pagará el daño. 6 Si uno da a otro en
carne, y el dueño será quito. 29 Pero si depósito dinero o utensilios, y fueron
ya de antes el buey acorneaba y requerido éstos robados de la casa del otro, el la
el dueño no lo tuvo encerrado, el buey drón, si es hallado, restituirá el doble.
será lapidado, si mata a un hombre o a 7 Si no parece el ladrón, el dueño de la
una mujer, pero el dueño será también casa se presentará ante Dios, jurando no
reo de muerte. 30 Si en vez de la muerte haber puesto su mano sobre lo ajeno.
le pidieran al dueño un precio como res 8 Toda acusación de fraude, sea de buey,
cate de la vida, pagará lo que se le im de asno, de oveja, de vestido, de cualquier
ponga. 31 Si el buey hiere a un niño o a cosa desaparecida, de que se diga «esto
es», decídase por juramento ante Dios. puesta del sol, * 2í> porque con eso se
Aquel a quien Dios condenare, restituirá cubre él, con eso viste su carne, y ¿con
el doble a su prójimo. qué va a dormir? Clamará a mí, y yo
9 Si uno entrega en depósito a su próle oiré, porque soy misericordioso. *
jimo asno, buey, oveja o cualquier otra 22 N o blasfemarás contra Dios, ni mal
bestia, y lo depositado muere o se estro decirás a los príncipes de tu pueblo.
pea* o es cogido por los enemigos sin que 28 N o dilatarás ofrecerme el diezmo de
nadie lo haya visto, 10 se interpondrá en tu era y de tu lagar. Me darás el primo
tre ambas partes el juramento de Dios génito de tus hijos. 29 Así harás con el
de no haber puesto el depositario mano primogénito de tus vacas y tus ovejas;
sobre el bien de su prójimo. El dueño quedará siete días con su madre, y al
aceptará el juramento, y el depositario octavo me lo darás.
no será obligado a restituir; 11 pero si la 30 Sed para mí santos. N o comeréis la
bestia le fue robada, restituirá al dueño. carne despedazada en el campo; se la
12 Si la bestia fuere despedazada, presén echaréis a los perros. *
tese lo destrozado, y no tendrá que res
tituir. c%o i N o esparzas rumores falsos. N o
13 Si uno pide a otro prestada una bes
A O te unas con los impíos para tes
tia, y ésta se estropea o muere no estando tificar en falso. 2 No te dejes arrastrar
presente el dueño, el prestatario será obli al mal por la muchedumbre.
gado a restituir,14 pero si estaba presente En las causas no respondas porque así
el dueño, no tendrá que restituir el pres responden otros, falseando la justicia ; 3 ni
tatario. Si el préstamo fue por precio, aun en las dé los pobres mentirás por
reciba el dueño lo estipulado. compasión de ellos.
15 Si uno seduce a una virgen no des 4 Si encuentras el buey o el asno de tu
posada y tiene con ella comercio carnal, enemigo perdidos, llévaselos. * 5 Si en
pagará su dote y la tomará por mujer. cuentras el asno de tu enemigo caído
Si el padre rehúsa dársela, el seductor
bajo la carga, no pases de largo; ayúdale
pagará la dote que se acostumbra dar a levantarlo.
por las vírgenes. 6 N o tuerzas el derecho del pobre en sus
12 No dejarás con vida a la hechicera. * causas. 7 Aléjate de toda mentira, y no
IKEl reo de bestialidad será muerto. hagas morir al inocente y al justo, porque
19 Los que ofrezcan sacrificios a dioses yo no absolveré al culpable de ello. 8 No
extra ños serán exterminados. recibas regalos, que ciegan a los pruden
20 No maltratarás al extranjero, ni le tes y tuercen la justicia.
oprimirás, pues extranjeros fuisteis vos 9 N o hagáis daño al extranjero; ya sa
otros en la tierra de Egipto. * béis lo que es un extranjero, pues ex
21 No dañarás a la viuda ni al huérfa tranjeros fuisteis vosotros en la tierra de
no, 72 Si eso haces, ellos clamarán a mí, Egipto.
y yo oiré sus clamores;* 23 se encenderá
tn( cúleni y os destruiré por la espada, y Diversas leyes ceremoniales
vuesirns mujeres serán viudas, y vuestros
hijos, huérfanos. 1° Sembrarás tu tierra seis años y reco
24 Si prestas dinero a uno de mi pueblo, gerás sus cosechas; n al séptimo la deja
N un pohro (pie luibitu en medio de vos rás descansar, que coman los pobres de
otros no te pon más con él como acreedor tu pueblo, y lo que quede lo coman las
y no le exigirás usura. bestius del campo. Eso harás también
2' SI lomuN en lironda el manto de tu con las viñas y los olivares. *
prójimo, se lo devolverás antes de la 12 Seis días trabajarás, y descansarás al
17 La Ley persigue con rigor todas estas supersticiones, que iban mezcladas con prácticas
IdulAlricus (Lev 19,26.31; 20,6.27; Dt 18,9 ss.; 1 Sam 28,3.9).
/ 0 Kl extranjero no es enemigo. La Ley recuerda al israelita que él lo fue, para que piense
lo que <lehe ser para ellos (23,9; Lev 19,3; Dt 10,18 s.; 24,17 s.).
11 En impresionante el lenguaje de la Ley sobre los desvalidos, y más lo es todavía el de los
pinielas (cf. Dt 24,17; 27,19; Sal 94,6; Is 1,17.23; Jer 5,28; Ez 22,7; Sant 1,27).
21 La Escritura reprueba la usura, que no sirve sino para arruinar más al prestatario. Nehe-
mlurt (5,1 hs.) nos refiere un episodio interesante acerca de lo que era la usura en la antigüedad
V i le }>or qué la Escritura la prohíbe, y manda, en cambio, la misericordia hacia los hermanos he
breos. La ocasión de practicarla con extraños, que. autoriza Dt 23,19 s., sería muy rara, y se tratarla
tic comerciantes fenicios (Lev 25,35; Dt 23,19 s.; Sal 15,5; Prov 28,8; Ez 18,8; 22,12).
Lo que de día servía de manto, de noche hacía de cobertor.
•'0 La santidad, aquí y en algunas otras prescripciones, es la que pudiéramos llamar litúrgica♦
1 .oh profetas insisten más en la moral.
2 Q 4 He aquí otra medida ordenada a fomentar el amor y a preparar los corazones para el perdón
de las injurias, que impone el Evangelio (Mt 5,43 ss.).
11 También las tierras y los árboles gozan del descanso sabático en beneficio de los po-
éxodo 2 8 -2 4 110
séptimo, para que descansen también tu veos y de los jebuseos, que yo extermina
buey y tu asno y se recobre el hijo de tu ré. 24 N o adores a sus dioses ni les sirvas;
esclava y c! extranjero. * no imites sus costumbres, derriba y des
13 Guardad cuanto os he mandado. N o truye sus cipos. Servirás a Yavé, tu
te acuerdes del nombre de dioses extra Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua,
ños, ni se oiga de tus labios. y alejará de en medio de vosotros las
14 Tres veces cada año celebraréis fiesta enfermedades, 26 y no habrá en vuestra
solemne en mi honor. * 15 Guarda la fiesta tierra mujer que se quede sin hijos ni
de los ácimos, comiendo ácimo siete días, sea estéril, y vivirás largos años. 27 M i
como os he mandado, en el mes de A b ib , terror te precederá y perturbaré a todos
pues en ese mes saliste de Egipto. N o te los pueblos a que llegues, y todos tus
presentarás ante mí con las manos vacías. enemigos volverán ante ti las espaldas,
16 También la solemnidad de la recolec 28 y mandaré ante ti tábanos, que pondrán
ción, de las primicias de tu trabajo, de en fuga a jeveos, cananeos y jeteos delante
cuanto hayas sembrado en tus campos. de ti. 29 N o los arrojaré en un solo año,
También la solemnidad del fin del año no quede la tierra desierta y se multipli
y de la recolección, cuando hubieres reco quen contra ti las fieras. 30 Poco a poco
gido del campo todos sus frutos. 17 Tres los haré desaparecer ante ti hasta que
veces en el año comparecerá todo varón crezcas y poseas la tierra. 31 T e doy por
ante Yavé, tu Dios. confines desde el mar R ojo hasta el mar
18 N o acompañarás de pan fermentado de Palestina y desde el desierto hasta el
la sangre de mi sacrificio ni dejarás la río. Pondré en tus manos a los habitantes
carne de ésta para el día siguiente. de esa tierra y los arrojarás de ante ti.
19 Llevarás a la casa de Y avé, tu Dios, 32 N o pactarás con ellos ni con sus dioses;
las primicias de los frutos de tu suelo. 33 no sea que habitando en tu tierra te
N o cocerás el cabrito en la leche de su hagan pecar contra mí y sirvas a sus dio
madre. * ses, que sería tu ruina».
20 Y o mandaré a un ángel ante ti, para
que te defienda en el camino y te haga Alianza entre Dios e Israel
llegar ai lugar que te he dispuesto. * o a 1 Y dijo a M oisés: «Sube a Y a vé tú,
21 Acátale, y escucha su voz, no le resistas, A rón, N adab y Abiú, con sesenta
porque no perdonará vuestras rebeliones de los ancianos de Israel, y adoraréis des
y porque lleva mi nombre. 22 Pero si le de lejos. 2'Sólo Moisés se acercará a Y avé,
escuchas y haces cuanto él te diga, yo pero ellos no se acercarán, ni subirá con
seré enemigo de tus enemigos y afligiré ellos el pueblo». * 3 Vino, pues, Moisés y
a los que te aflijan, * 23 pues mí ángel transmitió al pueblo todas las palabras de
marchará delante de ti y te conducirá a Y avé y sus leyes, y el pueblo a una voz
la tierra de los< amorreos, de los jéteos, de respondió: «Todo cuanto ha dicho Y a vé
los fereceos, de los cananeos, de los je- lo cumpliremos». * 4 Escribió Moisés to-
bres. En Lev 25,4; Dt 15,1 ss.; 1 Mac 6,49.53 se hace mención de la observancia de este precepto
con las consecuencias naturales de la escasez.
12 Este texto pone bien de relieve los sentimientos de humanidad, que luego se desarrollan
mejor en Dt 5,12 ss.
14 Estas fiestas tienen un doble carácter; son fiestas agrícolas, y en este aspecto, si no todas,
alguna se halla entre los pueblos gentiles. Para Israel, el principal aspecto es el histórico. La Pas
cua, conmemoración de la salida de Egipto; la fiesta de los Tabernáculos, memoria de la estancia en
el desierto; la de Pentecostés, si no lo fue desde el principio, quedó después como conmemoración
de la promulgación de la Ley.
19 Según los textos de Ras Samra, la leche de la cabra en que se ha cocido el cabrito hace fértil
la tierra en que se derrama.
20 Dios guía a su pueblo por medio de un ángel, pero no dice en qué forma ejercerá su minis
terio (cf. Introducción al Exodo, n.6).
22 A las leyes siguen las sanciones generales que traerá la observancia o la inobservancia de
ellas, ya que son expresiones de la voluntad de Dios (Lev 26; Dt 28).
0 4 2 No cabe duda que el texto ha sufrido aquí una alteración. El c.23 se prosigue en 24,3
hasta el v.8; mientras que debe preceder 24,1-2.al v.9 y dar comienzo a otra sección.
3 Moisés recibió de Dios las leyes y, bajado del monte, da cuenta de ellas al pueblo, que las
acepta. Luego le dispone a la ceremonia de la alianza, el acto más solemne de la historia de Israel,
pues por ella quedó estrechamente ligado a Yavé. El altar representa a Yavé, las piedras a las doce
tribus, la sangre derramada sobre el altar, sobre el pueblo por aspersión y seguramente sobre las
piedras, une con un vínculo sagrado a las partes contratantes; las condiciones del pacto son el Código
de la Alianza. Más de una vez Israel renovó este pacto en señal de penitencia (2 Re 23,1 ss.; Neh 10,
I s.). Los profetas le invocan contra las transgresiones de Israel (Os 2,8; 6,7; Ez 2,3; Mal 2,10).
Jeremías lo da por anulado a causa de las transacciones del pueblo; mas para ser substituido por
otro nuevo (Jer 31,33 ss.). Es el pacto de que nos habla Jesucristo al ofrecer el cáliz de su sangre
a loe discípulos (Mt 26,28).
11 1 txooo 24
das las palabras de Y avé. Levantóse de llantes como el mismo cielo.* 11 N o ex
mañana, y alzó al pie de la montaña un tendió su mano contra los elegidos de
altar y doce piedras, por las doce tribus Israel; le vieron, y comieron y bebieron. *
de Israel; 5 y mandó a algunos jóvenes,
hijos de Israel, y ofrecieron a Yavé holo S u b e M o isé s solo a la c u m b r e
caustos e inmolaron toros, victimas pací d el Sin ai
ficas a Yavé. 6 Tom ó Moisés la mitad de
la sangre, poniéndola en vasijas, y la 12 Dijo Y a vé a M oisés: «Sube a mí al
otra mitad la derramó sobre el altar. 7 To- monte y estáte allí. T e daré unas tablas
9 Aquí cambia un tanto el escenario. Según 24.1. Moisés no sube solo al monte; le acompa
ñan su hermano Arón, Nadab y Abiú, y hasta setenta ancianos de Israel, que nos traen a la me
moria Ion escogidos por Moisés para que le ayuden a llevar la carga del gobierno del pueblo (Núm 1 1,
16 ss.), distintos de los citados en 18,24.
10 Dios se le ofrece no en una nube tempestuosa, como antes, sino en una nube arrebolada
y tranquila.
11 A pesar del dicho frecuente de que nadie puede ver a Dios y vivir, aquéllos nada sufrieron
de la visión de Dios. Gran motivo de admiración para el pueblo.
12 Aquí parece que tenemos la continuación de 3-8, donde se narra el pacto de Dios con Israel.
15 Dejados en la falda de la montaña los acompañantes, Moisés sube arriba, donde permaneció
por espacio de cuarenta dias con sus noches, y recibió de Yavé los planos maravillosos de la orga
nización del culto divino con las instrucciones necesarias para su ejecución (cf. Introducción al
£*odo, n.8).
éxo d o 2 4 -2 5 112
y tres de! otro. 33 Tres cálices, a modo drás lazos de púrpura violeta en el borde
de flores de almendro, tendrá el primer de la cortina que termina el primer con
brazo, con sus globos y lirios; tres cáli junto, y lo mismo en el extremo del se
ces, i a modo de flores de almendro, con gundo. 3 Cincuenta lazos en el borde del
sus globos y lirios, el segundo; y lo mis- primero y cincuenta en el borde del se
gundo, correspondiéndose los lazos los
unos a los otros. Pondrás cincuenta ani
llas en uno de los conjuntos de cortinas
y cincuenta en el otro, contrapuestas
entre sí. 6 Harás! cincuenta garfios de oro,
y unirás con ellos una cortina a la otra,
para que hagan una sola morada. 7 Ha
rás también once tapices de pelo de cabra
para el tabernáculo, que cubrirá la mo
rada. 8 Cada tapiz tendrá treinta codos
de largo y cuatro de ancho. 9 Los unirás
en dos grupos, uno de cinco y el otro
de seis, de modo que el sexto tapiz del
segundo se doble sobre el frente del ta
bernáculo. 10 Harás cincuenta anillos de
bronce, para el borde de uno de los con
juntos, para que pueda unirse al otro, y
cincuenta para el borde del otro, para
que pueda unirse al primero, u Harás
también cincuenta garfios de bronce, para
unir anillos con anillos, de modo que
todo haga un solo tabernáculo. 12 Lo so
brante de los tapices de la tienda, esto
es, la mitad del tapiz sobrante, penderá
sobre la parte posterior de la morada;
13 un codo de un lado, un codo del otro,
que es lo que sobra de lo largo del ta
bernáculo, se extenderá sobre los lados
de la morada, a uno y a otro, para cu
C andelero de o ro , según Nácar. brirlos,
14 Harás también para el tabernáculo
mo iodos los seis brazos que salen del una cubierta de pieles de carnero, teñidas
lidio. *4 El tallo llevará cuatro cálices, a de escarlata, y otra sobre ésta, de pieles
modo de llores de almendro, con sus glo de tejón. 15 Harás también para la morada
bo» y lirios; 35 de cada dos brazos saldrá tablones de madera de acacia, que pon
mui llor, una sobre los dos inferiores y drás de pie, 16 y tendrán cada uno diez
oint sobre los dos siguientes, y otra so codos de largo y codo y medio de ancho.
bro los dos superiores. 36 Todo hará un *7 En cada uno habrá dos espigas para
solo cuerpo, y todo de oro puro, batido. lelas entre sí. 18 De estos tablones, veinte
w llimiN pimt el Niele lámparas, que pon estarán en el lado del austro, hacia el
drá» Noble el candelabro, para que luzcan mediodía. 19 Harás cuarenta basas de
tío frouio. ,H l as dcNpubiliidoruN y la ca plata para debajo de los veinte tablones,
zoleta tlondc no apaguen Ion pabilo.» cor dos basas para debajo de cada tablón,
lados serán de oro puro. 39 Un talento de para las dos espigas. 29 En el otro lado
oro puro se empicará para hacer el can de la morada que mira al aquilón harás
delabro con lodos sus utensilios. 40 M ira, otros veinte tablones 21 y cuarenta basas
v hazlo conforme al modelo que en la de plata, dos basas para debajo de cada
nioniuftu se te ha mostrado. tablón. 22 Al lado que mira al occidente
pondrás seis tablones, 23 y otros dos en
L a morada o habitáculo cada uno de los ángulos posteriores de
0 /J 1 La morada la harás de diez cor- la morada, 24 unidos ambos de abajo
linas; de hilo torzal de lino fino, arriba, de modo que cada dos vengan a
1 cuido de púrpura violeta, púrpura escar hacer un tablón angular. 25 Son, pues, en
íala y curmesí, entretejido y represen tan- tre todos ocho tablones con sus dieciséis
do tiuorubines en tejido plumario. 2 Cada basas de plata. 26 Harás también barras
cortina tendrá veintiocho codos de largo traveseras de madera de acacia, cinco
y cuairo codos de ancho: todas las cor- para los tablones de un lado, 27 cinco
i Iniis tendrán las mismas dimensiones. para los del otro y cinco para los tablo
3 Las unirás de cinco en cinco, 4 y pon nes de la morada del lado, que cierra
Tabernáculo. (Hastio ,
115 éxodo 26*27
el fondo a occidente. 28 La barra trave violeta, púrpura escarlata y carmesí, en
sera de en medio, que pasará por el tretejido en tejido plumario. 32 Para este
medio de los tablones, se extenderá a velo harás cinco columnas de madera
todo lo largo de cada pared desde el de acacia, recubiertas de oro y con cor
uno al otro extremo. 29 Los tablones los chetes de oro, y fundirás para ellas cinco
recubrirás de oro y harás de oro los ani basas de bronce.
llos en que han de entrar las barras tra
veseras, y éstas las recubrirás también E l altar de los holocaustos
de oro. 39 Toda la morada la harás con
forme al modelo que en la montaña te n n 1 Harás un altar de madera de aca-
ha sido mostrado. ¿ * cia de cinco codos de largo y cin
co de ancho, cuadrado, y tres codos de
E l velo de separación en la morada alto. 2 A cada uno de sus cuatro ángu
los pondrás un cuerno, que saldrá del al
31 Haz también un velo de lino tor tar, y lo revestirás de bronce. 3 Harás para
zal, de púrpura violeta, púrpura escarlata el altar un vaso para recoger las cenizas,
y carmesí, entretejido en tejido plumario, paleta, aspersorios, tenazas e incensario;
figurando querubines. 32 Le colgarás de todos estos utensilios serán de bronce.
cuatro columnas de madera de acacia 4 Harás para él una rejilla de bronce en
ii'v'iihicriüs tic oro, provistas tic córche forma de malla, y a los cuatro ángulos
los do oro, y sus cuatro basas de plata. de la rejilla pondrás cuatro anillos de
n C olgarás el velo de los corchetes, y bronce. 3 La colocarás debajo de la co
allí, detrás del velo, pondrás el arca del rona del altar, a la mitad de la altura
tostiiuonío. El velo servirá para separar el de éste. 6 Harás para el altar barras de
lugar santo del lugar santísimo. 34 Pondrás madera de acacia, y las recubrirás de
«obro el arca del testimonio el propicia bronce. 7 Pasarán por sus anillas y es
torio, on el lugar santísimo. 35 La mesa tarán a ambos lados del altar cuando
la pondrás delante del velo, y frente a haya de transportarse. 8 Lo harás hueco,
la mosu, el candelabro. Este, del lado en tableros, como en la montaña te ha
meridional de la morada; la mesa, del sido mostrado.
Indo Jol norte.
E l atrio
La cortina para la entrada del
habitáculo 9 Harás para la morada un atrio. Del
lado del mediodía tendrá el atrio corti
liarás también para la entrada del nas de lino torzal en una extensión de
liNhiiácuIo un velo de lino torzal, púrpura cien codos a lo largo del lado, 10 y vein-
éxodo 2 7 -2 8 116
L a s vestiduras sacerdotales
n o 1 Y tú haz que se acerque Arón,
“ ÍO tu hermano, con sus hijos, de en
medio de los hijos de Israel, para que
sean mis sacerdotes: Arón y Nadab, Abiú,
Eleazar e Itamar, hijos de Arón. Pectoral egipcio. (Museo del Louvre.)
2 Harás a Arón, tu hermano, vestidu
ras sagradas, para gloria y ornamento. de largo y uno de ancho. 17 Lo guarnece
3 Te servirás para ello de los hombres rás de pedrería en cuatro filas. En la
diestros que ha llenado el espíritu de primera fila pondrás una sardónica, un
sabiduría, y ellos harán las vestiduras de topacio y una esmeralda; 18 en la segun
Arón, para consagrarle, y que ejerzan da, un rubí, un zafiro y un diamante;
mi sacerdocio. 4 He aquí lo que han de 19 en la tercera, un ópalo, un ágata y
hacer: un pectoral, un efod, una sobre- una amatista; 20y en la cuarta, un cri
túnica, una túnica a cuadros, una tiara sólito, un ónice y un jaspe. 2* Todas estas
y un ceñidor. 3 Se emplearán para ellas piedras irán engarzadas en oro, doce en
oro y telas tejidas en jacinto, púrpura y número, según el número de los hijos de
carmesí, y lino fino. Israel; como se graban los sellos, asi se
grabará en cada una el nombre de una
E l efod de las doce tribus. 22 Harás para el pec
toral cadenillas de oro puro, retorcidas
* El efod lo harán de oro e hilo torzal a modo de cordón, 23 y dos anillos de
de lino, púrpura violeta, púrpura escar oro, que pondrás a dos de los extremos
117 éxodo 2 8 -2 9
del pectoral; 24 pasarán los dos cordones de A rón ante Yavé, para que hallen gra
de oro por los dos anillos fijados en los cia ante él.
extremos del pectoral; 25 y fijarás dos
extremidades de los cordones a los en L a túnica, la tiara y los calzones
garces del pectoral y las otras dos ex 39 L a túnica la harás de lino y una
tremidades las unes a los engarces de tiara también de lino y un cinturón de
la parte anterior de las dos piedras de varios colores.
los hombros del efod. 26 Harás otros dos 40 Para los hijos de Arón harás túnicas,
anillos de oro, que pondrás a los dos cinturones y tiaras, para gloria y orna
extremos inferiores del pectoral, en el mento. 41 D e estas vestiduras revestirás a
borde interior que se aplica al efod, 27 y A rón, tu hermano, y a sus hijos. Los
dos anillos de oro, que pondrás en la ungirás, les llenarás las manos y los san
parte superior de las hombreras del efod, tificarás, para que me sirvan de sacer
por delante, cerca de la unión, y por dotes. * 42 Hazles calzones de lino para
encima del cinturón del efod. 28 Se unirá cubrir su desnudez, que lleguen desde la
el pectoral por sus anillos a los anillos cintura hasta los muslos. 43 Los llevarán
del efod con una cinta de jacinto, para A rón y sus hijos cuando entren en el
que quede el pectoral por encima del tabernáculo de la reunión y cuando se
cinturón del efod, sin poder separarse de acerquen al altar para servir en el santua
él. 29 Así, cuando entre Arón en el san rio; así no incurrirán en falta y no mo
tuario, llevará sobre su corazón los nom rirán. E s ley perpetua ésta para A ró n y
bres de los hijos de Israel en el pectoral para sus descendientes después de él.
del juicio, en memoria perpetua ante
Yavé. 30 Pondrás también en el pectoral L a consagración de los sacerdotes
del juicio los urim y tummim, para que O Q 1 He aquí lo que has de hacer para
estén sobre el corazón de Arón cuando 6 consagrar los sacerdotes a mi ser
se presente ante Yavé, y lleve así cons- vicio. Tomarás de entre el ganado un
lantemente sobre su corazón ante Yavé novillo y dos carneros, todos sin mácula;
el juicio de los hijos de Israel. * 2 panes ácimos, tortas ácimas, amasa
das con aceite, y frisuelos ácimos unta
L a sobretúnica dos en aceite, todo ello hecho de flor
11 La tela de la sobretúnica del efodde harina de trigo; 3 y lo pondrás todo
harás toda enteriza de jacinto. 32 Ten en un cestillo, y lo presentarás así al
drá en medio una abertura para la cabeza, tiempo de la presentación del novillo y
v esta abertura tendrá todo en torno un de los dos cameros. 4 H az a Arón y a
ieliu)r7.o, tejido como el que llevan las sus hijos avanzar a la entrada del taber
«irliiN de los vestidos para que no se rom náculo de la reunión y lávalos con agua.
pan. u En la parte inferior pondrás gra- 3 Después, tomando las vestiduras, viste
nadiin de jacinto, de púrpura y de car- a A ró n la túnica, la sobretúnica, el efod
nieiil, allomando con campanillas de oro, y el pectoral, y cíñele el efod con el cin
linio en derredor; 34 una campanilla de turón. 6 Pon sobre su cabeza la tiara, y
uro y una granada sobre la orla de la en la tiara, la lámina de la santidad.
vestidura, todo en torno. 35 Arón se re- 7 Tom a el óleo de unciones, derrámalo
vcMiirá do olla para su ministerio, para sobre su cabeza y le unges. 8 H az que
que no haga oir el Nonído de las campa se acerquen sus hijos, y les revistes las
nilla* cuando ctilre y salga del santuario túnicas, 9 los ciñes con los cinturones y
«lo Yavé, y no muera. les pones las tiaras. A ellos les corres
ponderá el sacerdocio por ley perpetua. T ú
La diadema consagrarás a Arón y a sus hijos. 10 Trae
Harás una lámina de oro puro, y luego el novillo ante el tabernáculo de
grabarás en ella como se graban los se la reunión, y Arón y sus hijos pondrán
l l o s : «Santidad a Yavé». 37 La sujetarás sus manos sobre la cabeza del novillo,
con tina cinta de jacinto a la tiara por ti Degüella el novillo ante Y a vé, a la
dolante. 38 Estará sobre la frente de Arón, entrada del tabernáculo de la reunión;
v Arón llevará las faltas cometidas en 12 toma la sangre del novillo, y con tu
todo lo sunto que consagren los hijos dedo unta de ella los cuernos del altar,
do Israel en toda suerte de santas ofren y la derramas al pie del altar. 13 Coge
das; estará constantemente sobre la frente todo el sebo que cubre las entrañas, la
<BU 30 L on urim y los tummim eran el medio de que se servía el sumo sacerdote para consultar
ii I )hm. Como vemos muchas veces, sobre todo en los libros de Samuel, se hacía la consulta
|iin|Niiiii‘iiil<i una alternativa: ¿Haré esto o aquello?, y según salieran de la bolsa urim o tummim
««• nuihiii la respuesta (i Sam 14,40 ss.; 2 Sam 30,8; 2,1).
41 «ljenar los manos» significa consagrar, porque al hacerlo les ponía en ellas los dones que
«l»hl«n ofrecer.
ÉXODO 29 110
redecilla del hígado y los dos ríñones en los sacrificios eucarísticos de los hijos de
con el sebo que los envuelve, y lo que Israel, la ofrenda de elevación es de Yavé.
mas todo en el altar. 14 La carne del no 29 Las vestiduras sagradas que usará
villo, la piel y los excrementos los que A rón serán después de él las de sus hijos;
marás fuera del campamento. Este es el con ellas serán ungidos y con ellas se
sacrificio por el pecado. rán consagrados. 30 Siete días las lleva
15 Tomarás luego uno de los cameros, rá el que de sus hijos sea sacerdote en
y Arón y sus hijos pondrán sus manos lugar suyo y entre en el tabernáculo de
sobre la cabeza de aquél; 16 degüella el la reunión para ministrar en el santuario.
carnero y riega con su sangre el altar 31 Tom arás la carne del camero de
todo en derredor. 17 Descuartiza el car inauguración y la harás cocer en lugar
nero, y lavando las entrañas y las piernas, santo. 32 Arón y sus hijos comerán a la
las pones sobre los otros trozos y la cabe entrada del tabernáculo de la reunión la
za, 18 y lo quemarás todo sobre el altar. carne del carnero y los ácimos del cesti
Es el holocausto a Yavé de suave olor; llo. 33 Comerán lo que ha servido para
el sacrificio a Yavé por el fuego. su expiación, para llenarles las manos y
19 Toma luego el otro camero, y Arón consagrarlos. N o comerá de ello ningún
y sus hijos le pondrán sus manos sobre extraño porque son cosas santas. 34 Si
la cabeza. 20 Degüella el camero, y to algo queda de las carnes de la consagra
mando su sangre, unta de ella el lóbulo ción o de los panes para el día siguiente,
de la oreja derecha de Arón y el lóbulo lo quemarás y no se comerá, porque es
de la oreja derecha de sus hijos, el pul cosa santa.
gar de sus manos derechas y el pulgar 33 Cumplirás respecto de A ró n y de sus
de sus pies derechos, y regarás de sangre hijos todo cuanto te he mandado. 3* D u
el altar todo en derredor. 21 Coge de la rante siete dias los consagrarás, y cada
sangre que habrá sobre el altar y el óleo día ofrecerás el novillo en sacrificio por
de unción, y asperge y unge a Arón y el pecado sobre el altar, para expiación,
sus vestiduras, y a sus hijos y sus vesti y le ungirás y le santificarás. 37 Durante
duras, y así será consagrado él y sus ves siete días expiarás el altar y lo santifica
tiduras, sus hijos y sus vestiduras. 22 Coge rás, y el altar será santísimo y cuanto a
el sebo del carnero, la cola, el sebo que él toque será santo.
cubre sus entrañas, la redecilla del híga
do, los dos riñones con el sebo que los E l holocausto perpetuo
envuelve y la pierna derecha, pues este 38 H e aquí lo que sobre el altar ofre
carnero es camero de consagración. cerás: dos corderos primales cada día
23 También el cestillo de ácimos pues perpetuamente, 39 uno por la mañana, el
to ante Yavé; toma un pan, una torta y otro entre dos luces; 40 con el primero
un frisuelo, 24 y pon todo esto en las ofrecerás un décimo de harina de flor,
palmas de las manos de Arón y de sus amasado con un cuarto de hin de aceite
hijos, y haz que las agiten como ofrenda de oliva machacada y una libación de
agitada ante Yavé. 25 Luego los cogerás un cuarto de hin de vino.
de sus manos y los quemarás en el altar; 41 El segundo cordero lo ofrecerás en
encima del holocausto, en suave olor ante tre dos luces, con una ofrenda y una
Yavé, para ofrecérselo. 26 Tomarás el me libación iguales a las de la mañana, en
dio pecho del camero de inauguración olor de suavidad; 42 es sacrificio por el
que sería de Arón, y lo agitarás como fuego a Ya vé , holocausto perpetuo en
ofrenda agitada ante Yavé; ésa será tu vuestras generaciones, a la entrada del
parte. 27 Santificarás el otro medio pecho tabernáculo de la reunión, ante Ya vé, allí
de agitación y la pierna de elevación, donde yo me haré presente para hablarte.
que han sido agitados y elevados del car 43 Allí me haré yo presente a los hijos
nero de inauguración, lo que cede en de Israel y será consagrado por mi glo
favor de Arón y de sus hijos, y ésa será ria. 44 Y o consagraré el tabernáculo de
la parte de Arón y de sus hijos. 28 Esa la reunión y el altar, y consagraré a
será la parte de Arón y sus hijos por Arón y a sus hijos para que sean sacer
ley perpetua que guardarán los hijos de dotes a mi servicio. 43 Habitaré en medio
Israel, pues es ofrenda de elevación, y de los hijos de Israel y seré su D io s,4 y
O Q 45 Véase la declaración de esta promesa en Dt 4,7. Este capítulo nos describe muy al de-
* ~ talle todo el ceremonial de la consagración de los sacerdotes con la oblación del primer
sacrificio. Más sencillamente, los apóstoles imponían las manos y oraban (Act 6,6; 13,3; 1 Tim 4,
14; 5,22; 2 Tim 1,6).
Esta presencia de Yavé en medio de su pueblo, de que tanto habla la Ley, es de la mayor im
portancia en la religión mosaica, y recibe en los profetas y los 9 almos una explicación mesiánica,
que luego completan los apóstoles con la exposición de los más altos misterios de la revelación
evangélica (Ex 25,8; Lev 26,12; 1 Re 8,27 ss.; Jer 7,3.7; Ez 4 3 . 7 9; Zac a .Ji; 8,3; Rom 8,9; a Cor 3,
16; 2 Tim 1,14; Ap 21,3; Jn 1,14).
U 9 fctooo 29*30
46 conocerán que yo, Yavé, coy cu Dios, el testimonio, allí donde yo he de encon
que los he sacado de la tierra de Egipto trarme contigo. 7 Arón quemará en él el
para habitar entre ellos, yo, Yavé su incienso; lo quemará todas las mañanas,
Dios. ' al preparar las lámparns, 8 y entre dos
luces, cuando las ponga en el candelabro.
E l altar de loe perfumea Así se quemará el incienso ante Yavé
perpetuamente entre vuestros descen
O A 1 Harás también un altar para que-dientes. 9 No ofreceréis sobre el altar
mar en él incienso. Lo harás de ningún perfume profano, ni holocausto,
madera de acacia, 2 de un codo de largo ni ofrendas, ni derramaréis sobre ¿1 nin
un codo de ancho, cuadrado, y de dos guna libación. 10 Arón hará la expiación
codos de alto. Sus cuernos harán un sobre los cuernos del altar, una vez por
año, con la sangre de la víctima expiato
ria; y la expiación la hará una vez por
año, de generación en generación. Este
altar es santísimo en honor de Yavé».
E l rescate de la vida
11 Yavé habló a Moisés, diciendo:
12 «Cuando enumeres a los hijos de Is
rael para hacer el censo, cada uno ofre-
"in i J büru creencia muy común entre los antiguos que no podían contarse las personas sin ex-
pañerías a la muerte. El texto parece acomodarse a esta preocupación (cf. a Sam 24.15).
é x o d o 3 0 -3 1 120
que tomarán Arón y sus hijos para la monio en el tabernáculo de la reunión,
varse las manos y los pies. 20 Con este donde he de encontrarme yo contigo.
agua se lavarán, para que no mueran, Será para vosotros cosa santísima el per
cuando entren en el tabernáculo de la fume que hagas, 37 y nadie hará para sí
reunión, cuando se acerquen al altar para otro de la misma composición; lo mira
el ministerio, para quemar un sacrificio a rás como cosa sagrada, perteneciente a
Yavé. 21 Se lavarán pies y manos, y así Yavé. 38 Cualquiera que haga otro seme
no morirán. Esta será ley perpetua para jante para aspirar su aroma será borra
ellos, para Arón y su descendencia de do de en medio de su pueblo».
generación en generación».
L os artífices destinados a la obra
E l óleo d e u n ció n y el tim ia m a
OI 1 Yavé habló a Moisés, diciendo:
22 Y avé habló a M oisés, diciendo:- v i 2 «Sabrás que yo llamo por su
23 «Toma aromas: quinientos siclos de mi nombre a Besalel, hijo de Uri, hijo de
rra de primera; la mitad, es decir, doscien Jur, de la tribu de Judá. 3 Le he llenado
tos cincuenta sidos, de cinamomo aro- del espíritu de Dios, de sabiduría, de en-
profane será castigado con la muerte; el 8 Bien pronto se han desviado del cami
que en él trabaje será borrado de en medio no que les prescribí. Se han hecho un be
de su pueblo.15 Se trabajará seis días, pero cerro fundido y se hnn prosternado ante
el día séptimo será día de descanso com él, diciendo: Israel, ahí Iiones a tu Dios,
pleto, dedicado a Yavé. El que trabaje en el que te ha sacado de I» tierra de Egip
sábado será castigado con la muerte. to». 9 Yavé dijo a Moisés: «Y» veo que
16 Los hijos de Israel guardarán el sábado este pueblo es un pueblo de cerviz dura.
y lo celebrarán por sus generaciones, ellos 10 Déjame, pues, que se desfogue contra
y sus descendientes, como alianza perpe ellos mi cólera y los consuma. Yo (c haré
tua; 17 será entre mí y ellos una señal a ti una gran nación». * 11 Moisés implo
perpetua, pues en seis días hizo Yavé los ró a Yavé, su Dios, y le dijo: «¿Por qué,
cielos y la tierra, y el séptimo día cesó ¡oh Yavé!, vas a desfogar tu cólera con
en su obra y descansó». tra tu pueblo, que sacaste de la tierra de
18 Cuando hubo acabado Yavé de ha Egipto con gran poder y brazo fuerte?
blar a Moisés en la montaña del Sinaí
le dio las dos tablas del testimonio, ta
blas de piedra, escritas por el dedo de
Dios. *
E l becerro de oro
Oñ 1 El pueblo, viendo que Moisés
tardaba en bajar de la montaña,
se reunió en torno de Arón y le dijo:
«Anda, haznos un dios que vaya delante
de nosotros. Porque ese Moisés, ese hom
bre que nos ha sacado de Egipto, no sa
bemos qué ha sido de él». 2 Arón les dijo:
«Coged los arillos de oro que tengan en
sus orejas vuestras mujeres, vuestros hi
jos y vuestras hijas, y traédmelos». * 3 To Danza litúrgica en torno a un árbol sagrado.
dos se quitaron los arillos de oro que lle (Biblia de Montserrat.)
vaban en las orejas y se los trajeron a
Arón. 4 El los recibió de sus manos, hizo 12 ¿Por qué habrán de poder decir los
un molde y en él un becerro fundido, y egipcios: Para mal suyo los sacó de la
ellos dijeron: «Israel, ahí tienes a tu Dios, tierra de Egipto, para hacerlos perecer en
el que te ha sacado de la tierra de Egip las montañas y para exterminarlos de so
to». 5 Al ver esto Arón alzó un altar ante bre la tierra? Apaga tu cólera y perdona
la imagen y clamó: «Mañana habrá fiesta la iniquidad de tu pueblo. * 13 Acuérdate
en honor de Yavé». * 6 Al día siguiente, de Abraham, Isaac y Jacob, tus siervos,
levantándose de mañana, ofrecieron ho a los cuales, jurando por tu nombre, di
locaustos y sacrificios eucarísticos, y el jiste: Y o multiplicaré vuestra descenden
pueblo se sentó luego a comer y beber cia como las estrellas del cielo, y toda la
y se levantaron para danzar. * tierra de que os he hablado se la daré a
7 Yavé dijo entonces a Moisés: «Ve, vuestros descendientes en eterna pose
baja, que tu pueblo, el que tú has sacado sión». 14 Y se arrepintió Yavé del mal
de la tierra de Egipto, ha prevaricado. que había dicho haría a su pueblo.
Oí 18 Con el texto parece indicar la diferencia entre los diez preceptos fundamentales de U
** I Ley, promulgados por Dios tan solemnemente en el Sinaí, y las otras leyes promulgadas
por Moisés con menos solemnidad.
02 2 El texto sagrado en todo este relato muestra no poca ironía, como es muy frecuente en la
^ " Biblia cuando de los ídolos se trata. Arón toma las joyas, las funde en un molde y sale un
dios; luego Moisés lo redujo a polvo, lo echó en agua y se lo dio a beber al pueblo. Tal era el dios
i|mc Israel había adorado.
■' Era aquélla una fiesta en honor del mismo Yavé. Esto nos da la clave para interpretar el epi
sodio. El pueblo sin Moisés y sin una imagen sensible de su Dios se siente desamparado. Arón les
<la una imagen de Yavé, y con ella ya sienten a Dios cerca de sí. Los semitas veneraban a Adad-
Kaminan, el dios de las tormentas, que representaban por el toro. Parece que aquí a su dios le asi
milaron a Adad, bajo la influencia de la teofania pasada, contra el segundo precepto del Decálogo.
6 Los sacrificios eucarísticos o pacíficos llevaban consigo el banquete de comunión con las car
ne* de las víctimas sacrificadas. Las danzas tenían un carácter religioso y ritual, como están en uso
todavía hoy en algunos pueblos de España. Este verso se lee a la letra en Dt 9,13.
10 Dios se siente cohibido por la oración de Moisés y le pide licencia para obrar con plena libertad
11 Se diría, hablando a lo humano, que Moisés quiere excitar el amor propio de Yavé para mo
verle u perdonar al pueblo. En los profetas Dios enuncia la misma razón, aunque expresada en otro
arillo, para justificar su cambio de conducta en favor del Israel cautivo; el celo por el honor de su
nombre (Is 9,7; 37.72; Zac 8,2).
éxodo 32-33 122
n Volvióse Moisés y bajó de la mon haciéndole objeto de burla para sus ad
taña, llevando en sus manos las dos ta versarios, * 2526 se puso a la entrada del
blas del testimonio, que estaban escritas campamento y gritó: «¡A mí los de Ya-
de ambos lados, por una y otra cara. vé!» Y todos los hijos de Leví se reunie
16 Eran obra de Dios, lo mismo que la ron en tomo de él. 27 El Ies dijo: «Así ha
escritura grabada sobre las tablas. bla Yavé, Dios de Israel: Cíñase cada uno
17 Josué oyó el ruido que el pueblo ha su espada sobre su muslo, pasad y re
cia lanzando gritos, y dijo a Moisés: «En pasad el campamento de la una a la otra
el campamento resuena ruido de batalla». puerta y mate cada uno a su hermano,
18 Moisés respondió: «No son gritos de a su amigo, a su deudo». 28 Hicieron los
victoria ni gritos de derrota; voces de al hijos de Leví lo que mandaba Moisés, y
gazara son las que oigo». 19 Cuando estu perecieron aquel día unos tres mil del
vo cerca del campamento, vio el becerro pueblo. 29*Moisés les dijo: «Hoy os ha
y las danzas; y encendido en cólera, tiró béis consagrado a Yavé, y haciéndole
las tablas y las rompió al pie de la mon cada uno oblación del hijo y del hermano;
taña. 20 Cogió el becerro que habían hecho por ello recibiréis hoy bendición». *
y lo quemó, desmenuzándolo hasta redu-
Intercesión de Moisés por el pueblo
30 Al día siguiente dijo Moisés al pue
blo: «Habéis cometido un gran pecado.
Yo ahora voy a subir a Yavé, a ver si os
alcanzo el perdón». * 31 Volvióse Moisés
a Yavé y le dijo: «¡Oh, este pueblo ha
cometido un gran pecado! Se han hecho
un dios de oro. 32 Pero perdónales su
pecado, o bórrame de tu libro, del que
tú tienes escrito». 33 Yavé dijo a Moisés:
«Al que ha pecado contra mí es al que
borraré de mi libro. 34 Ve ahora y conduce
al pueblo a donde yo te he dicho. Mi án
gel marchará delante de ti, pero cuando
llegue el dia de mi visitación, yo los casti
Júpiter Doliqueno, asimilado a Hadad Ramman, garé por su pecado». 35 Y castigó Yavé
v el Júpiter Tonante de los semitas. al pueblo por el becerro de oro que les
había hecho Arón.
cirio a polvo, que mezcló con agua, ha
ciéndosela beber a los hijos de Israel. O rd en de partida
21 Moisés dijo a Arón: «¿Qué te ha he
cho este pueblo para que tú hayas echado O Q 1 Habló Yavé a Moisés y le dijo:
sobre él tan gran pecado?» 22 Arón res «Anda, subid ya de aquí, tú y el
pondió: «Que no se encienda la cólera pueblo que has sacado de Egipto, e id
de mi señor. Tú mismo sabes cuán incli hacia la tierra que con juramento prome
nado al mal es este pueblo. 23 Me dije tí yo a Abraham, a Isaac y Jacob, di
ron : Haznos un dios que marche delante ciendo: A tu descendencia se la daré.*
de nosotros, porque ese Moisés, ese hom 2 Yo mandaré delante de ti un ángel
bre que nos sacó de la tierra de Egipto, que arrojará al cananeo, al amorreo, al
no sabemos qué ha sido de él. 24 Yo les jeteo, al fereceo, al jeveo y al jebuseo.
dije: Que los que tienen oro se despojen 3 Sube a la tierra que mana leche y miel,
de él. Me lo dieron, lo eché al fuego, y pero ya no subiré en medio de ti, porque
de él salió ese becerro». eres un pueblo de dura cerviz, no sea que
25 Moisés, viendo que el pueblo estaba te destruya en el camino». 4 Al oir estas
sin freno, pues se lo había quitado Arón, duras palabras, el. pueblo se acongojó y
25 Para celebrar la fiesta habían dejado las pocas armas que tuvieran.
29 La tribu de Leví, con este acto de celo por la causa del culto de Yavé y este acto de justicia
(Ex 20,4; Lev 26,1; Dt 4,15; 27,15), se ha merecido la dignidad del sacerdocio como Finés el ponti
ficado (Núm 25,nss.).
30 Moisés no sólo es el caudillo de Israel: es su intercesor ante Dios en todas las prevaricaciones
del pueblo. Como después San Pablo (Rom 9,3), ofrece su vida por alcanzar la gracia para Israel. La
respuesta de Dios no es clara. Si por una parte parece acceder a la súplica de su profeta, por otra
parece reservar su justicia para más adelante.
OO 1 El tono del texto es irónico. Dios, conforme a 32,34, manda a Moisés que saque a su pue-
blo: el de él, el de Moisés. Un ángel los acompañará. Yavé no quiere ir, porque se vería obli
gado a aniquilarlo. La repetición de lo de no vestirse las galas parece suponer alguna incorrección
del texto. La supresión de ellas desde Horeb parece una señal de penitencia o duelo por el pecado
del becerro de oro.
12 3 éxodo 33-84
ya nadie se vistió sus galas. 5 Entonces lugar, ifipuea ¿en qué vamos %conocer
dijo Yavé a Moisés: «Di a los hijos de yo y tu pueblo que hemos hallado gra
Israel: Sois un pueblo de dura cerviz; si cia a tus ojos sino en que marches con
un solo instante subiera con vosotros, os nosotros, y nos gloriemos yo y tu pueblo
aniquilaría. Depón, pues, tus galas, y ya entre todos los pueblos que hahiian so
sabré yo lo que he de hacer». * 6 Los hi bre la tierra?» 17 Dijo Yavé a Moisés:
jos de Israel se despojaron de sus galas a «También a eso que me pides accedo,
partir del monte Horeb. pues has hallado gracia a mis ojos, y te
7 Moisés cogía la tienda y la ponía fue
conozco por tu nombre. Yo mismo iré
ra del campamento, a alguna distancia; delante de ti y te guiaré». 18 Moisés le
le dio el nombre de tienda de reunión, dijo: «Muéstrame tu gloria», 19*y Yavé
y todo el que buscaba a Yavé iba a la respondió: «Yo haré pasar ante ti toda
tienda de reunión, que estaba fuera del mi bondad y pronunciaré ame ti mi nom
campamento. * 8 Cuando Moisés se di bre, Yavé, pues yo hago gracia a quien
rigía a la tienda, se levantaba el pueblo hago gracia y tengo misericordia de quien
todo, estándose todos a la puerta de sus tengo misericordia; pero mi faz no po
tiendas, y seguían con sus ojos a Moisés, drás verla, porque no puede verla hom
hasta que éste entraba en la tienda. 9 Una bre y vivir». * 20 Y añadió: «Hay aquí un
vez que entraba en ella Moisés, bajaba lugar cerca de m í; tú te pondrás sobre la
la columna de nube, y se paraba a la roca. 21 Cuando pase mi gloría, yo te pon
entrada de la tienda, y Yavé hablaba dré en la hendidura de la roca * 22 y te cu
con Moisés. 101Todo el pueblo, al ver la briré con mi mano mientras p aso;23 luego
columna de nube parada ante la entrada retiraré mi mano, y me verás las espaldas,
de la tienda, se alzaba, y se prosternaba pero mi faz no la verás».
a la entrada de sus tiendas. 11 Yavé ha
blaba a Moisés cara a cara, como habla M oisés d e n u ev o e n la cim a d el Sinai
un hombre a su amigo. Luego volvía Moi
sés al campamento, pero su ministro, el o A 1 Yavé dijo a Moisés: «Haz dos
joven Josué, hijo de Nun, no se apartaba u * tablas de piedra como las prime
de la tienda. * ras y escribiré en ellas lo que tenían las
i2 Moisés dijo a Yavé: «Tú me dices: primeras que rompiste,* 2 y está pronto
Haz subir a este pueblo, pero no me das para mañana subir temprano y presen
n saber a quién mandarás conmigo, a tarte a mí en la cumbre de la montaña.
pesar de que me has dicho: Te conozco 3 Que no suba nadie contigo, ni parezca
por tu nombre y has hallado gracia a mis nadie en ninguna parte de la montaña,
ojos. * 13 Si, pues, en verdad he hallado ni oveja ni buey paste junto a la monta
gracia a tus ojos, dame a conocer el ca ña». 4 Moisés talló dos piedras como las
mino, para que yo, conociéndolo, vea que dos primeras, y, levantándose muy tem
he hallado gracia a tus ojos. Considera prano, subió a la montaña del Sinaí, como
i|iio este pueblo es tu pueblo». 14 Yavé le se lo había mandado Yavé, llevando en
roapondió: «Iré yo mismo contigo y te sus manos las dos tablas de piedra.
daré descanso». 15*Moisés añadió: «Si no 5 Yavé descendió en la nube, y ponién
vienes tú delante, no nos saques de este dose (Moisés) allí junto a El, invocó el
9 Las postreras palabras del v.5 hacen presagiar el castigo impuesto en Núm 14,24-38.
7 KnU- traslado de la tienda sagrada, que hasta ahora no conocíamos, parece indicar una laguna
entre lo* vv.fi y 7.
11 No es esto tirndn la de Moisés, es más bien una tienda sagrada, como un templo móvil, en
la cusí Hiña se comunicaba con su profeta. Moisés la pone ai cuidado de su ayudante Josué. Los
vv.H-11 no miran *ólo a este caso, sino a lo que de ordinario hacía Dios con su profeta.
12 Comienza Moisés pidiendo que Yavé mismo sea quien guíe al pueblo, y Yavé se lo concede
en gracia a Moisés. Esto da aliento al profeta para seguir pidiendo, y le pide que le muestre su glo
ria. Dios también accede, añadiendo que le mostrará su bondad, que le dará a conocer su nombre,
pero se niega a mostrarle su cara, porque no es posible, al hombre contemplarla sin morir.
18 Las palabras del v.19 «pues hago gracia*, etc., están llenas de misterio. Quieren decir que
Dio* no hace gracia alguna sino por el amor de si mismo, por su ingénita bondad y misericordia.
Hun Pablo trae este texto para explicarnos el misterio de nuestra predestinación, que no tiene razón
rn lo* méritos del hombre, sino en la bondad de Dios (Rom 8,15). Esta idea la repiten en otra forma
lo* profetas cuando, anunciando la vuelta de Israel del destierro y su restauración en la patria, insis
ten en que no por los méritos del pueblo, sino por el nombre de Yavé, por su misericordia, hará el
Mrñor esta grande obra (Is 37,32; 48,9; Jer 14,7; Ez 20,14.22; 36,21 ss.). Los LXX leen, en vez de
•toda mi bondad*, «mi gloria», conforme a los w .18 y 21.
21 Di*nirso muy humano para expresar cosa tan divina acerca de Yavé, como el dejarse ver de
Mi>i*é* sin permitirle ver la cara. Santo Tomás pone a Moisés a la cabeza de los profetas por las
Hila* revelaciones que recibió sobre la naturaleza de Dios, y es en estos capítulos donde esto se deja
ver mejor (Suma Teol., 2-2 q.174 a.4).
'i á i Moisés antes habla recibido de Yavé las tablas; ahora debe prepararlas él; pero el Señor
Ina escribirá (34.28 y Dt 1 0 .4 ).
ÉXODO 3 4 124
nombre de Yavé, 6 y mientras pasaba Ya- jas, al prostituirse ante sus dioses, arras
vé delante de él, exclamó: «¡Yavé, Yavél, tren a tus hijos a prostituirse también
Dios misericordioso y clemente, tardo a ellos ante sus dioses.
la ira, rico en misericordia y fiel, * 7 que 17 No te harás dioses de metal fundido.
mantiene su gracia por mil generaciones i® Guardarás la fiesta de los ácimos,
y perdona la iniquidad, la rebelión y el pe durante siete días comerás pan ácimo,
cado, pero no los deja impunes, y castiga como te lo he mandado, en el tiempo se
la iniquidad de los padres en los hijos has ñalado, en el mes de Abib, pues en este
ta la tercera y cuarta generación». 89Moi mes saliste de Egipto.
sés se echó en seguida a tierra, y proster 19 Todo primogénito es mío. Y todo pri
nándose, 9 dijo: «Señor, si he hallado gra mogénito macho de los bueyes y de ovejas,
cia a tus ojos, dígnate, Señor, marchar en mío es. 20 El primogénito del asno lo redi
medio de nosotros, porque este pueblo es mirás con una oveja, y si no redimes a pre
de dura cerviz; perdona nuestras iniqui cio, le desnucarás. Redimirás al primo
dades y nuestros pecados y tómanos por génito de tus hijos, y no te presentarás ante
heredad tuya». * 10*Yavé respondió: «Mi mí con las manos vacías.
ra, voy a pactar alianza. Yo haré ante 21 Seis días trabajarás; el séptimo des
cansarás; no ararás en él ni recolectarás.
22 Celebrarás la fiesta de las semanas,
la de las primicias de la recolección del
trigo y la solemnidad de la recolección al
fin del año.
23 Tres veces al año se prosternarán ante
el Señor, Yavé, Dios de Israel, todos los
varones; 24 pues yo arrojaré de ante ti
a las gentes y dilataré tus fronteras, y na
die insidiará tu tierra mientras subas para
presentarte ante Yavé, tu Dios, tres ve
ces al año.
todo tu pueblo prodigios cuales no se 25 No asociarás a pan fermentado la
han hecho jamás en ninguna tierra ni en sangre de la víctima, y el sacrificio de la
ninguna nación, para que el pueblo que fiesta de la Pascua no lo guardarás du
te rodea vea la obra de Yavé, porque he rante la noche hasta el siguiente día.
de hacer cosas terribles. * 11 Atiende bien 26 Llevarás a la casa de Yavé, tu Dios,
a lo que temando hoy: Yo arrojaré de las primicias de los frutos de tu suelo.
ante ti al amorreo, al cananeo, al jeteo, N o cocerás un cabrito en la leche de su
al fereceo, al jeveo y al jebuseo. 12 Guár madre».
date de pactar con los habitantes de la 27 Yavé dijo a Moisés: «Escribe estas
tierra contra la cual vas, pues sería para palabras, según las cuales hago alianza
vosotros la ruina. 13 Derribad sus altares, contigo y con Israel».
romped sus cipos y destrozad sus ase 28 Estuvo Moisés allí cuarenta días y
ras. * 14 No adores otro Dios que a mí, cuarenta noches, sin comer y sin beber,
porque Yavé se llama celoso, es un Dios y escribió Yavé en las tablas los diez
celoso. 15 N o pactes con los habitantes de Mandamientos de la Ley. 29 Cuando bajó
esa tierra, no sea que al prostituirse ellos Moisés de la montaña del Sinaí traía en
ante sus dioses, ofreciéndoles sacrificios, sus manos las dos tablas del testimonio,
te inviten, y comas de sus sacrificios, 16 y y no sabía que su faz se había hecho ra
tomes a sus hijas para tus hijos, y sus hi diante desde que había estado hablando
6 En cumplimiento de lo dicho en 33, 19ss., Yavé pasa por delante de Moisés, yal pasar pronun
cia su nombre y lo explica por estos atributos: la bondad, la clemencia y misericordia eterna de Dios,
y la justicia en castigar los pecados. Yavé, pues, revela su nombre en su providencia, que viene a
ser el ejercicio de estos dos atributos suyos: Quoniam in aeternum misericordiae eius. No cabe la menor
duda de que este pasaje es la declaración de 3,14, y que, por consiguiente, el nombre divino de Yavé,
en su sentido histórico literal, significa la presencia de Dios en medio de su pueblo y su asistencia
continua para ejercer la justicia si el pueblo obra mal, y la misericordia, si se mantiene fiel a Dios
(cf. Núm 14,17 ss.). Si Santo Tomás dice que en las palabras de San Pablo: Quod inquirentibus se remu-
nerator sit, se halla encerrada toda la obra de la divina Providencia en orden a la salvación de los
hombres, no menos podemos decir del nombre de Yavé, interpretado en la forma en que aquí lo
hace Dios mismo.
9 Moisés, al oir las palabras en que Yavé declara su nombre, se postra en señal de adoración;
luego, renueva las súplicas de antes, animado por la misma revelación de Dios.
10 Esta alianza no es otra que la del capítulo 24# cuyas condiciones se repiten en forma más
breve, aunque insistiendo más en la destrucción de los cultos cananeos y en evitar las alianzas con
ellos.
13 Grupos de troncos de árboles, con el arranque de algunas ramas, que simbolizaban un bosque,
símbolo a su vez de Astarté, diosa de la fecundidad (cf. el grabado de 1 Re 13).
125 éxodo 34*35
con Yavé. * 30 Arón y todos los hijos do la cortina de la puerta de entrada al ha
Israel, al ver cómo resplandecía la faz bitáculo; 16 el altar de los holocaustos,
de Moisés, tuvieron miedo de acercarse su rejilla de bronce, sus barras y todos
a él. 31 Llamólos Moisés, y Arón y los sus utensilios; la pila y su base; 17 las
jefes de la asamblea volvieron y se acer cortinas del atrio, sus columnas, sus ba
caron, y él les habló. 32 Acercáronse luego sas y la cortina para la puerci del atrio;
todos los hijos de Israel, y él les comunicó 18 los clavos del habitáculo y del atrio y
todo lo que le había mandado Yavé en sus cuerdas; 19 las vestiduras sagradas pa
la montaña del Sinaí. 33 Cuando Moisés ra el servicio del santuario, las vestiduras
hubo acabado de hablar, se puso un velo sagradas para el sacerdote Arón, y las
sobre el rostro. 34 Al entrar Moisés ante vestiduras de sus hijos para los ministe
Yavé para hablar con él, se quitaba el rios sacerdotales».
velo hasta que salía; después salía para 20 Una vez que la asamblea de Israel
decir a los hijos de Israel lo que se le salió de la presencia de Moisés, vinieron
había mandado. 35 Los hijos de Israel
veían la radiante faz de Moisés, y Moisés
volvía después a cubrir su rostro con el
velo hasta que entraba de nuevo a ha
blar con Yavé.
O fre n d a s p a r a la c o n stru c c ió n d el
ta b e rn á c u lo
O C 1 Convocó Moisés la asamblea de
d d todo Israel y les dijo: «He aquí
10 que Yavé ha mandado hacer: * 2 Seis
días trabajaréis, pero el séptimo será
para vosotros santo, día de descanso,
consagrado a Yavé. El que en ese día
haga un trabajo cualquiera, será casti
gado con la muerte. 3 El sábado no en
cenderéis la lumbre en ninguna de vues
tras moradas». 4 Moisés habló a toda la
asamblea de los hijos de Israel, y les dijo:
«He aquí lo que ha mandado Yavé:
5 Tomad de vuestros bienes, para hacer
ofrenda a Yavé. Ofrezcan todos volunta
riamente una ofrenda de oro, plata, bron Fundición egipcia. ('Tebas.J
ce, 6 jacinto, púrpura, carmesí, lino, pelo
de cabra, 7 pieles de tejón teñidas de todos los de corazón generoso 2* y to
rojo y pieles de carnero teñidas de jacinto, dos aquellos a quienes impulsaba su
madera de acacia, 8 aceite para el candela ánimo a ofrecer dones a Yavé para la
bro, aromas para el óleo de unción y para obra del tabernáculo del testimonio y
el timiama, 9 piedras de ónice y piedras de todo cuanto para el culto y las vestidu
engaste para el efod y el pectoral. 10 Cuan ras sagradas era necesario. 22 Vinieron
tos de vosotros seáis hábiles, vengan para hombres y mujeres, y todos los de ánimo
ejecutar todo lo que Yavé ha mandado: dispuesto ofrecieron pendientes, arillos,
11 el habitáculo, con su tabernáculo, su anillos, cadenas, brazaletes y toda suerte
cubierta, sus anillos, sus tablones, sus de objetos de oro, presentando cada uno
iravcsaños, sus columnas y sus basas; la ofrenda de oro que dedicaba a Yavé.
12 arca y sus barras; el propiciatorio 23 Cuantos tenían jacinto, púrpura, car
y el velo de separación; 13 la mesa, con mesí, lino, pelo de cabra y pieles de
ñus barras y los panes de la proposición; carnero teñidas de rojo y pieles de te
>4 ol candelabro, con sus utensilios, sus jón, las trajeron. 24 Los que tenían plata
lámparas y el aceite para el candelabro; o bronce se lo trajeron a Yavé. Lo mis
■3ol altar del timiama y sus barras; el mo hicieron los que tenían madera de
óleo de unción y el timiama aromático; acacia para los objetos destinados al
J0 La significación de este fenómeno es manifiesta. Moisés había permanecido cuarenta días
mt1 la montaña envuelto en la gloria de Dios, hablando con él. Era muy natural que se le pegase algo
«Ir rmi gloria. El pueblo no puede mirarle, porque no tiene los ojos sanos para ver la gloria del Señor.
Ami atenuada en Moisés, necesita velarse. Según San Pablo, Israel, enfermo por sus sentimientos
«m i wilr«, no es capaz de entender los misterios del reino de Dios o de Cristo al desnudo. Sólo puede
MNMirlurloH envueltos en las formas materiales de la Ley mosaica (2 Cor 3,13).
' 1 IC * Kl autor sagrado muestra empeño en poner de relieve la devoción del pueblo por el tan
* * * ' bernáculo. Igual que en 1 Par 29*6 ss., se pondera su concurso para edificar el templo.
Éx o d o 35-36 126
culto. 25 Todas las mujeres que tenían Of»
1 Besalel, Oliab y todos los hom*
habilidad para ello hilaron con sus ma bres hábiles, en cuyo corazón ha
nos lino, y trajeron su labor, el jacinto,bía puesto Yavé inteligencia y se sentían
la púrpura, el carmesí y el Uno. 26 Todasimpulsados en su corazón para trabajar
las mujeres bien dispuestas y que tenian en esta obra, hicieron lo destinado al
habilidad para ello hilaron pelo de ca servicio del santuario como Dios se lo
bra. 27 Los principales del pueblo trajehabía mandado a Moisés. 2 Llamó Moi
ron piedras de ónice y piedras de engastesés a Besalel y Oliab y a todos los hom
para el efod y el pectoral; 28 aromas y bres hábiles a quienes había dado Yavé
aceite para el candelabro, para el óleo de
entendimiento y corazón dispuesto a po
unción y para el timiama. 29 Todos los nerse a la obra para realizarla, 3 y ellos
hijos de Israel, hombres y mujeres, de tomaron de Moisés los dones que los
corazón bien dispuesto para contribuir hijos de Israel habían traído para ejeci*>
a la obra que Yavé había mandado ha tar las obras destinadas al servicio del
cer a Moisés, trajeron a Yavé ofrendas santuario, y cada mañana seguía el pue
voluntarías. blo trayendo a Moisés sus voluntarías
ofrendas. 4 Pero un día los que hacían
Lo s artistas las obras para el santuario dejaron el
trabajo 5 y vinieron a decir a Moisés:
50 Moisés dijo a los hijos de Israel:«El pueblo trae bastante más de lo que
«Sabed que Yavé ha elegido a Besalel, se necesita para hacer lo que el Señor
mendro figurando un botón que se abre, todos sus utensilios, los vasos para la
y otros tres de la misma forma en el se ceniza, las palas, las bandejas, los tenedo
gundo brazo, y lo mismo en todos los res y los braseros. Todos estos utensilios
seis brazos que salían del candelabro. eran de bronce. 4 Hizo para el altar una
20 En el tallo del candelabro había otros rejilla de bronce, a modo de malla, y la
cuatro cálices de flor de almendro figu- colocó debajo de la comisa del altar, ha
' rando un botón que se abre, 21 el primero cia la mitad de él, por debajo. 5 Fundió
en el arranque de los dos primeros brazos, cuatro anillos para las cuatro puntas de
el segundo en el de los dos siguientes, y la rejilla de bronce, para recibir las ba
otro en el arranque de los dos últimos. rras. 6 Hizo las barras de madera de aca
22 Los brazos y sus cálices hacían todo un cia y las revistió de bronce, 7 y pasó las
cuerpo con el candelabro, y todo él era barras por los anillos a los dos lados del
una sola masa de oro puro. 23 Hizo siete altar, para transportarlo. Lo hizo hueco,
lámparas con sus despabiladeras y su en tableros. 8 Hizo el pilón de bronce, con
su base de bronce, con los espejos de
las mujeres que velaban a la entrada del
tabernáculo de la reunión.
9 Hizo el atrio. Las cortinas del atrio
para el lado del mediodía, a la derecha,
eran de lino torzal y de cien codos de lar
go. 10 Había veinte columnas con sus vein
te basas de bronce. Los garfios de las
columnas y sus anillos eran de plata.
11 Del lado del norte había cien codos de
cortina con veinte columnas y sus veinte
basas de bronce. Los garfios de las co
lumnas y los anillos eran de plata. 12 Del
lado de occidente había cincuenta codos
de cortina y diez
columnas con sus
diez basas. Los
corchetes de las
colum nas y sus
garfios eran de
plata.13 En el la
Talento hebreo. (V xgouroux, B ib le Polyglotte.J do de delante, al
o r ie n te , h a b ía
cincuenta codos;
plato, de oro puro todo. 24 §e empleó 14quince codos
para hacer el candelabro y sus utensilios de cortina de una
un talento de oro puro.25 Hizo el altar del parte y tres co
timiama, de madera de acacia, de un lumnas con sus
codo de largo, un codo de ancho, cuadra basas 13 y quince
do, y dos codos de alto; sus cuerpos codos de cortina
hacían con él un solo cuerpo; 26 le revis de la otra, con
tió de oro puro por encima, por los lados, tres columnas y
todo en derredor y los cuernos, y le ador tres basas; una
nó con una moldura de oro puro todo parte a un lado
en derredor. 27 Por debajo de la moldura de la entrada del
colocó los anillos de oro a los dos ángulos, atrio, la otra al Espejo egipcio . (V igouroux,
dos en cada lado, para recibir las barras otro lado. 16 To D ict. de la B ib le .)
que servían para transportarlo. 28 Hizo das las cortinas
las barras de madera de acacia y las re
vistió de oro. 29 Hizo también el óleo de que cerraban el atrio eran de hilo torzal de
unción y el timiama según las reglas del lino; 17 las basas de las columnas, de bron
arte de la perfumería. ce; los garfios y los anillos, de plata, y los
capiteles estaban revestidos de plata.18 La
E l a ltar d e los h o lo causto s y el atrio
cortina de la entrada del atrio estaba te
jida en vario dibujo, en hilo torzal, ja
O O i Hizo el altar de los holocaustos cinto, púrpura y carmesí; era de veinte
v O ¿le madera de acacia, de cinco co codos de largo y cinco de alto en lo ancho,
dos de largo, cinco de ancho, cuadrado, según la medida de las otras cortinas del
y tres codos de alto. 2 A los cuatro ángu atrio.19 Sus cuatro columnas y sus cuatro
los hizo los cuernos, formando con él un basas, de bronce; los garfios y los anillos,
solo cuerpo, y lo revistió de bronce.3 Hizo de plata, y los capiteles, revestidos de
129 Éx o d o 3 8 -3 9
plata.20 Todos los clavos para el habitácu jacinto, púrpura y carmesí. 6 Talló dos
lo y el recinto del atrio eran de bronce. piedras de ónice, encerradas en dos cáp
sulas de oro, para el engaste, y con los
nombres de los hijos de Israel, grabados
Su m as según el arte de los grabadores de sellos,
7 y las puso a las hombreras del efod, para
21 He aquí el cómputo de lo empleado memoria de los hijos de Israel, como a
para el habitáculo; el habitáculo del tes Moisés se lo mandó Yavé. 8 Se hizo el pec
timonio, hecho por los levitas, de orden toral, artísticamente trabajado, del mismo
de Moisés y bajo la dirección de Itamar, tejido del efod, oro, jacinto, púrpura y
hijo del sacerdote Arón. 22Besalel, hijo carmesí, en hilo torzal de lino. 9 Era cua
de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Judá, drado y doble, de un palmo de largo y uno
hizo cuanto Yavé había mandado a Moi de ancho doble.10 Se le guarneció de cua
sés, 23 teniendo por ayudante a Oliab, hijo tro filas de piedras; en la primera fila, una
de Ajisamec, de la tribu de Dan, hábil sardónice, un topacio y una esmeralda;
escultor, dibujante, para tejido en varios 11 en la segunda, un rubí, un zafiro y un
dibujos en jacinto, púrpura y carmesí, de diamante; 12 en la tercera, un ópalo, un
lino torzal.24 El total del oro empleado en ágata y una amatista; 13 y en la cuarta,
la obra del santuario, producto de las un crisólito, una ónice y un jaspe. 14 Las
ofrendas, veintinueve talentos con sete piedras estaban engastadas en cápsulas de
cientos treinta sidos, al peso del sido del oro y correspondían a los nombres de los
santuario. 25 La plata de los de la asam hijos de Israel, las doce según sus nom
blea que fueron incluidos en el censo se bres grabados en ellos como se graban
elevó a cien talentos y mil setecientos se los sellos, un nombre en cada una. 15 Se
tenta y cinco sidos, al peso del sido del hicieron para el pectoral cadenillas de oro
santuario. 26 Era un beca por cabeza, torcidas en forma de cordones;16 dos cáp
medio sido, según el sido del santuario, sulas de oro y dos anillos de oro, y se pu
para cada hombre comprendido en el cen sieron los anillos a los extremos superio
so, de veinte años para arriba, o sea de res del pectoral. 17 Se pasaron los dos cor
seiscientos tres mil quinientos cincuenta. * dones de oro por los dos anillos de los
27 Los cien talentos de plata se emplearon extremos del pectoral a las dos cápsulas
para fundir las basas del santuario, las colocadas delante de las hombreras del
del velo; cien basas, un talento por basa. efod. 18 Se fijaron estos dos cordones a
28 Con los mil setecientos setenta y cinco las dos cápsulas puestas en las hombre
sidos se hicieron los garfios para las co ras del efod. 19 Se hicieron otros dos ani
lumnas, y se revistieron los capiteles. 29 El llos de oro, que se pusieron a los extre
bronce ofrendado subió a setenta talen mos inferiores del pectoral, a la parte baja
tos y dos mil cuatrocientos sidos. 30 De del efod por defuera; 20 se hicieron otros
él se hicieron las basas de la entrada del dos anillos de oro, que se pusieron en las
tabernáculo de la reunión, el altar de dos hombreras del efod, abajo, en la par
bronce con su rejilla, y todos sus utensi te delantera, cerca de la juntura, por en
lios, 31 las basas del recinto del atrio y las cima del cinturón del efod, 21 y fijaron el
de la puerta y todas las otras piezas de pectoral, uniéndole por sus anillos a los
bronce del habitáculo y del recinto del anillos del efod con una cinta de jacinto,
atrio. para que se sostuviese el pectoral sobre
la cintura del efod, sin separarse de él,
L o s vestidos sacerdotales como Yavé se lo había mandado a Moisés.
22 Se hizo la sobretúnica del efod, toda
O Q 1 Con el jacinto, la púrpura y el de una pieza, tejida en jacinto. 23 Tenía
carmesí se hicieron también las ves- en medio una abertura semejante a la de
liduras sagradas para el ministerio del una cota y con un reborde todo en tomo
Nimtiiario; las vestiduras sagradas de para que no se rasgase. 24 Se pusieron en
Arón, como lo había mandado Yavé: la orla inferior granadas de jacinto, de
7 rl efod, de oro, hijo torzal de lino, púrpura y carmesí, en hilo de lino torzal,
Incluio, púrpura y carmesí, en obra plu 2$ y se hicieron las campanillas de oro
maria. ' Laminó el oro, y cortó las lá- puro, poniéndolas entre las granadas, en
mlnaN en hilos para entretejerlos con el el borde inferior de la vestidura, todo en
Jacinto, la púrpura y el carmesí, en obra derredor, 26 una campanilla y una grana
plumaria: 4 las dos hombreras que unían da, una campanilla y una granada, en el
una a otra las dos bandas por dos ex- borde de la vestidura todo en derredor,
iiMmoN: ,'el cinturón del efod que éste para el ministerio, como se lo había man
‘•• va unido y es del mismo tejido, oro, dado Yavé a Moisés.
bernáculo de la reunión, frente por frente del altar, y puso la cortina a la entrada
de la mesa, al lado meridional del habi del atrio. A sí acabó Moisés la obra.
táculo, 25 y colocó en él las lámparas, co
mo Yavé se lo había mandado a Moisés. L a glo ria d e D io s llen a el ta b ern á cu lo
26 Puso el altar de oro en el tabernáculo
de la reunión, delante del velo, 27 y que 34 Entonces la nube cubrió el taber
mó sobre él el timiama, como Yavé se lo náculo de la reunión, y la gloria de Yavé
había mandado a Moisés. 28 Puso la cor llenó el habitáculo. * 35 Moisés no pudo
tina a la entrada del habitáculo. 29 Colo ya entrar en el tabernáculo de la reunión,
có el altar de los holocaustos a la entra porque estaba encima la nube, y la gloria
da del habitáculo, y ofreció el holocausto de Yavé llenaba el habitáculo. *
y la oblación, como Yavé se lo había man 36 Todo el tiempo que los hijos de Is
dado a Moisés. 30 Puso el pilón entre el rael hicieron sus marchas, se ponían en
tabernáculo de la reunión y el altar, y movimiento cuando se alzaba la nube so
echó agua en él para las abluciones; bre el tabernáculo, 37 y si la nube no se
3t Moisés, Arón y sus hijos se lavaron alzaba, no marchaban hasta el día en que
en ella manos y pies. 32 Siempre que en se alzaba. 38 Pues la nube de Yavé se po
traban en el tabernáculo de la reunión saba durante el día sobre el tabernáculo,
para acercarse al altar se lavaban, como y durante la noche la nube se hacía ígnea
Yavé se lo había mandado a Moisés. a la vista de todos los hijos de Israel, todo
33 Alzó el atrio en torno del habitáculo y el tiempo que duraron sus marchas»
34 El texto habla del tabernáculo, que era la tienda, óhel, y el habitáculo, en hebreo miscan, era
el armazón interior de madera cubierta de oro.
33 La gloria de Dios en forma de nube llena el tabernáculo como llenará luego el templo. Es
como la toma de posesión de éstos por Dios y una forma sensible de su habitación en medio del
pueblo. Asi Israel, a quien se le prohíbe toda representación sensible de la divinidad, tiene algo sen
sible en que apoyar su fe.
L E V I T I C O12
5. L a distinción de las cosas puras y las impuras es, de toda la legislación mo
saica, la que choca más con nuestra conciencia moral, informada por la doctrina evan
gélica de que no mancha al hombre lo que entró en et hombre, sino lo que sale del co
razón del hombre (M t 1 5 , 1 1 ) . Mediante una consagración, las cosas materiales, como
el santuario y su mobiliario, quedan santificadas y dedicadas al servicio dwino y ex
cluidas de todo uso profano. Pero sin tal consagración, entre las cosas materiales se
establece la distinción de unas que son positivamente impuras y nunca pueden recibir
la consagración, sino que en su uso o su contacto comunican impureza, y otras que
podremos llamar negativamente impuras, o si se quiere neutras, porque si no tienen
la santidad positiva de las consagradas, tampoco entran en la categoría de ¡as impu
ras y su contacto no mancha. Esta distinción no es exclusiva de Israel; se halla en
otras muchas religiones. Cuál sea su origen no ha logrado aclararlo aún la historia
de las religiones.
Los profetas y los salmistas no se levantan de esta concepción legal o ritual de la
santidad a la concepción moral. Santo es igual que puro, y a esta pureza se opone
sólo la impureza del pecado mortal. Dios es santo, y en cuanto tal, incompatible con
todo pecado, y de la presencia de Dios sólo hay una cosa que excluya: la mancha del
pecado. Oigamos a D avid:
cienso. Es minjá. 16 D e ella quemará e! bustión la cola toda entera» que se corta
sacerdote la memoria, una parte de la pasrá desde la rabadillu; el sebo que envuel
ta con aceite y todo el incienso* Es com ve las entrañas y ciiunio hay sobre ellas,
bustión de Yavé. 10 los dos riñones, el .sebo que los recubre
y el que hay entre ellos y los lomos, y la
Sacrificios eucaristicos redecilla del hígado sobre los riñones.
11 El sacerdote lo quemará sobre el altar.
3 1 Quien ofreciere un sacrificio pací Es alimento de combustión puní Yavé.
fico, si lo ofrece de ganado mayor» 12 Si ofreciere una cabra, la presen iara
macho o hembra, sin defecto lo ofrecerá a Yavé, 13 pondrá su mano sobre la ca
a Yavé. * 2 Pondrá la mano sobre la ca beza de la víctima y la degollará a la en
beza de la víctima y la degollará a la en- trada del tabernáculo de la reunión, y los
diles:* 2 Esta es la ley del holocausto: vestidura, será lavada en lugar santo.
El holocausto arderá sobre el hogar del 21 La vasija en que se cueza, si es de ba
altar de la noche a la mañana, y el fuego rro, se romperá; si es de bronce, se fre
del altar se tendrá siempre encendido. gará y lavará en agua. 22 La comerán los
3 El sacerdote, revestido de la túnica de varones de los sacerdotes, es cosa san
lino y puestos sobre su carne los calzones tísima. 23 Pero no se comerá ninguna víc
de lino, quitará la ceniza que deje el fuego tima expiatoria cuya sangre se haya de
que consumió el holocausto, y la pondrá llevar al tabernáculo de la reunión para
al lado del altar; 4 luego, quitándose esas hacer la expiación del santuario; será
vestiduras y poniéndose otras, llevará la quemada al fuego.
ceniza fuera del campamento a un lugar
puro. 5 El fuego arderá siempre en el al 1 Esta es la ley del sacrificio por el
tar, sin apagarse; el sacerdote le alimen 7 delito. E s cosa santísima.2 L a víctima
tará con leña todas las mañanas, pondrá del sacrificio por el delito será degollada
sobre ella el holocausto y quemará allí en el lugar donde se degüella el holo
el sebo de los sacrificios pacíficos. 6 Es causto. La sangre se derramará en tomo
fuego perenne que ha de arder en el altar del altar. 3 Se ofrecerá todo el sebo: la
sin apagarse». * cola, el sebo que recubre las entrañas,
7 4 los dos riñones, con el sebo que los
Esta es la ley de la minjá: «Los hijos
de Arón la presentarán a Yavé ante el cubre y el que hay entre los riñones y los
altar. 8 El sacerdote tomará un puñado lomos, y la redecilla del hígado sobre
de ñor de harina con su aceite y todo el los riñones. 5 El sacerdote lo quemará en
incienso puesto sobre la ofrenda, y lo el altar. Es combustión de Yavé, víctima
quemará en el altar, en olor de suavidad, por el delito. 6 Comerán la carne los va
como memoria a Yavé. 9 Lo que resta de rones de entre los sacerdotes, en lugar
la ofrenda lo comerán Arón y sus hijos. santo: es cosa santísima. 7 Com o el sa
Lo comerán sin levadura, en lugar santo, crificio por el pecado, así se hará el sa
en el atrio del tabernáculo de la reunión. crificio por el delito. L a ley para uno y
10 No se cocerá con levadura. Es la parte otro es la misma. L a víctima será del
que yo les destino de mis ofrendas de sacerdote que la ofrezca. 8 Del sacerdote
combustión: cosa santísima, como el sa que ofrezca un holocausto será la piel de
crificio por el pecado y el sacrificio por la víctima que ha ofrecido. 9 Toda minjá
el delito. U Lo comerán los varones, hi cocida al horno en sartén o en cazuela
jos de Arón. Es ley perpetua para vues será del sacerdote que la ofrece. 10 Toda
tros descendientes sobre las ofrendas he ofrenda amasada con aceite o seca será
chas a Yavé por el fuego. Quienquiera para los hijos de Arón, para todos.
que la toque, se santificará». * 11 He aquí la ley del sacrificio pacífico
12 Yavé habló a Moisés, diciendo:13«He que se ofrece a Y a v é : 12 Si se ofrece en
aquí la ofrenda que han de hacer Arón y acción de gracias, con la víctima euca
sus hijos el día de su unción: un décimo r is tía ofrecerán panes ácimos amasados
de efá de flor de harina, como oblación con aceite, tortas ácimas untadas de acei
perpetua, la mitad por la mañana, la mi te, frisuelos de flor de harina amasada
tad por la tarde. * i4Se freirá en la sartén, con aceite. 13 También podrán ofrecerse
amasada con aceite, y la ofrecerá caliente con la víctima del sacrificio pacífico ofre
en suave olor a Y avé.15 También el sacer cido en acción de gracias panes fermen
dote ungido de su linaje ofrecerá esto tados. 14 D e cada una de estas ofrendas
como oblación. Es ley perpetua ante Ya se presentará por elevación una pieza,
vé; toda se quemará. 16 Toda oblación de reservada a Yavé, que será del sacerdote
sacerdote se quemará toda, no se comerá». que haya hecho la aspersión de la sangre
17 Yavé habló a Moisés, diciendo: 18 «Di de la víctima pacífica. 15 La carne de la
a Arón y a sus hijos: Esta es la ley de la víctima del sacrificio pacífico eucaristico
hostia por el pecado: Se inmolará donde se comerá el día mismo en que se ofrece,
se inmola ante Yavé el holocausto. Es sin dejar nada para el día siguiente. 16 Si
cosa santísima. 19 El sacerdote que la la víctima se ofrece en cumplimiento de un
ofrece la comerá en lugar santo, en el voto, o como ofrenda voluntaria, se co
atrio del tabernáculo de la reunión. merá el día en que se ofrece, 17 y lo que
20 Quienquiera que tocare la carne, se reste se comerá el día siguiente; pero si
santificará. Si la sangre mojare alguna algo queda para el tercer día, se quemará.
£ 1 Los capítulos 6 y 7 son un complemento de las ordenaciones anteriores sobre los sacrificios
^ y oblaciones, contenidas en los capítulos precedentes.
6 La razón histórica de conservar el fuego perennemente debió de ser la dificultad de encen
derlo si no con otro fuego, que ya sería profano (Lev 10,1-3; 2 Mac i,ig; 10,3).
11 Sobre la pureza legal, véase la Introducción, n.6.
13 Sobre el efá, véase la nota sobre Gén 33,19.
139 LEVÍTICO 7-8
*8 Si alguno comiere carne del sacrificio dado Yavé a los hijos de Israel dársela
pacífico el día tercero, el sacrificio no será desde el día de su unción, y será ley per
aceptado, no se le computará al que lo petua de generación on generación.
ofreció, sino que será abominación, y el 37 Tal es la ley del holocausto y la de
que así comió contraerá reato. 19 La car la m injá , del sacrificio por el pecado y
ne que haya tocado una cosa impura no por el delito, del sacrificio de consagra
se comerá, se quemará. 20 La carne podrá ción y del sacrificio pacifico, • 3Hque dio
comerla quienquiera que esté puro; pero Yavé a Moisés en el monte Símil. el día
el que, estando impuro, comiere la carne en que mandó a los hijos de Isrucl, que
de la víctima pacífica ofrecida a Yavé, ofrecieran sus oblaciones a Yavé en el
será borrado de su pueblo,21 y todo aquel desierto del Sinaí».
que tocare inmundicia de hombre, de ani
mal o cualquier otra abominación in
munda, y comiere de esta carne, será S E G U N D A P A R T E
borrado de su pueblo».
C onsagración d el sacerdocio
P r e s c rip c io n e s esp eciale s
(8,io)
22 Yavé habló a Moisés, diciendo: «Ha
bla a los hijos de Israel y diles: 23 No C onsagración de A ró n y sus hijos
comeréis sebo de buey, de oveja ni de
cabra. 1 Habló Y a vé a Moisés, diciendo:*
24 8
Del sebo de un animal muerto o 2 «Tom a a Arón, y con él a sus hi
destrozado por una alimaña, podréis ser jos, las vestiduras, el óleo de unción, el
viros para cualquier uso, pero de ninguna novillo para el sacrificio por el pecado,
manera lo comeréis. 25 Y quienquiera que los dos carneros y el cestito de panes
comiere sebo de animales de los que se ácimos, 3 y convoca toda la asamblea a
ofrecen a Yavé en holocausto, será bo la entrada del tabernáculo de la reunión».
rrado de su pueblo. 4 Hizo Moisés lo que le mandaba Y a vé
26 N o comeréis sangre, ni de ave, ni y, reunida la asamblea a la entrada del
de bestia, en ninguno de los lugares en tabernáculo de la reunión, 3 les dijo M oi
que habitéis. 27 El que comiere sangre de sés: «H e aquí lo que Y a vé ha mandado
cualquier especie, será borrado de su pue hacer».
blo». 6 Después hizo que se acercaran Arón
28 Y avé habló a M oisés, d ic ie n d o : y sus hijos y los lavó con agua. 7 Vistió
29«Habla a los hijos de Israel y diles: a Arón la túnica, se la ciñó, le vistió
El que ofreciere a Yavé una víctima pa la sobreveste y el efod, que le ciñó con
cífica, 30 traerá él mismo a Yavé el don el cinturón del efod, atándoselo; 8 le puso
de su hostia pacífica, tomará con sus ma el pectoral con los urin y tummim; 9 cubrió
nos el sebo de la víctima y el pecho, ba su cabeza con la tiara, poniendo en la
lanceando éste ante Yavé; 31 el sacerdote parte anterior de ella la diadema de oro,
quemará el sebo en el altar, y el pecho la diadema de la santidad, como le ha
será para Arón y sus hijos. 32 Daréis tam bía mandado Y a v é ; 10 y tomando luego
bién al sacerdote la pierna derecha como el óleo de la unción, ungió el tabernáculo
ofrenda reservada de vuestras hostias pa y cuanto en él había, y lo consagró.
cíficas. 33 La pierna será del sacerdote 11 Aspergió siete veces el altar, y lo ungió
que ofrezca la sangre y el sebo, 34 pues con todos sus utensilios, como también
yo me he reservado de las víctimas paci el pilón y su base, y los consagró.12 D erra
ficas de los hijos de Israel el pecho de mó el óleo de unción sobre la cabeza de
balanceo y la pierna de separación de Arón, y le ungió, consagrándole. 13 Hizo
las hostias pacíficas de los hijos de Israel luego que se acercaran los hijos de Arón
y se los he dado a Arón y a sus hijos, y les vistió sus túnicas, los ciñó y les puso
como ley perpetua para los hijos de Is sus tiaras, como se lo había mandado
rael. Y avé. 14 Hizo traer el novillo para el
33 Esa es la parte de Arón y de sus hisacrificio por el pecado, y Arón y sus
jos en las combustiones a Yavé, desde el hijos pusieron sus manos sobre el novillo
día en que fueron promovidos a ejercer del sacrificio por el pecado. 15 Moisés lo
unte mi el sacerdocio.3* Por eso ha man degolló, y tomando su sangre, untó con
7 37 Estos dos w .37-38 nos indican bien claramente la conclusión de esta primera sección de
* los sacrificios y oblaciones.
Q 1 La consagración de los sacerdotes reviste gran solemnidad, a fin de recomendar al pueblo la
santidad de Yavé y la de aquellos que debían asistir en su presencia y acercarse a El. El ministro
de rsta consagración es Moisés, que hasta el presente desemoeñaba el oficio sacerdotal, al que re
nuncia una vez instituido el nuevo sacerdocio. (Véase la Introducción al Levítico, n.5.)
LEVÍTICO 8 140
su dedo los cuernos del altar todo en rramando luego la sangre en tom o del
torno, y lo purificó, derramando la san altar. 25 Tomó después el sebo, la cola,
gre al pie del altar, y lo consagró para todo el sebo que cubre las entrañas, la
hacer sobre él el sacrificio expiatorio. redecilla del hígado, los dos riñones con
16 Tomó todo el sebo que recubre las su sebo y la pierna derecha. 26 Tomó
entrañas, la redecilla del hígado y los del cestillo de los ácimos, puesto ante
dos riñones con su sebo, y lo quemó Yavé, un pan ácimo, una torta ácima
todo en el altar.17 El novillo, su piel, sus amasada con aceite y un frisuelo, y los
carnes y sus excrementos se quemaron puso sobre el sebo y sobre la pierna dere
fuera del campamento, como se lo había cha; 27 y después de haber puesto todo
mandado Yavé a Moisés. esto en las manos de Arón y sus hijos,
18 Hizo que acercaran el camero del lo balancearon éstos como ofrenda a Ya
holocausto, y Arón y sus hijos le pusieron vé. 28 Moisés lo tomó de sus manos y lo
quemó en el altar encima del holocausto,
pues era el sacrificio de inauguración de
suave olor, combustión a Yavé. 29 Moisés
tomó luego el pecho del camero de inau
guración y lo balanceó ante Yavé; ésta
fue la porción de Moisés, como se lo
había mandado Yavé.
sus hijos hicieron todo lo que Yavé les gún el rito. 17 Presen i ó la ofrenda, y to
había mandado por Moisés. mando un puñado, lo quemó encima del
holocausto de la imiftmm. IHDegolló el
P rim e ro s sacrificios ofrecidos toro y el carnero del sucrificio pacífico
por A ró n y sus hijos por el pueblo. Los hijos de Arón le pre
sentaron la sangre, que él derramó en
1 El día octavo Moisés llamó a Arón, tom o del altar;19 y el sebo del loro y del
9 a sus hijos y a los ancianos de Is carnero, la cola, el sebo que recubre las
rael, * 2 y dijo a Arón: «Toma un novillo entrañas, los riñones y la redecilla del
para el sacrificio por el pecado, y un hígado, 20 las partes grasas las puso so
carnero para el holocausto, ambos sin bre los pechos. Arón quemó los sebos
defecto, y ofrécelos ante Yavé. 3 Hablarás en el altar,21 después balanceó los pechos
a los hijos de Israel, diciendo: Tomad un ante Yavé, y la pierna derecha en ofren
macho cabrio para el sacrificio de expia da balanceada, como lo había mandado
ción, un becerro y un cordero primales Moisés.
para el holocausto, ambos sin defectos; 22 Arón, alzando su mano hacia el pue
4 un buey y un camero para el sacrificio blo, le bendijo, y bajó después de haber
pacífico, para inmolarlos ante Yavé; y ofrecido el sacrificio por el pecado, el
una ofrenda amasada con aceite; porque h olocau sto y el sacrificio p acífico. *
hoy se os dará a ver Yavé». 23 Moisés y Arón entraron en el taber
5 Trajeron ante el tabernáculo de náculo
la de la reunión; y cuando salieron
reunión cuanto había mandado Moisés, bendijeron al pueblo, y la gloría de Yavé
y toda la asamblea se acercó, poniéndose se apareció a todo el pueblo, * 24 y fuego
ante Yavé. 6 Moisés dijo: «Esto es lo que mandado por Yavé consumió en el altar
ha mandado Yavé; hacedlo, y se os mos el holocausto y los sebos. A su vista el
trará la gloria de Yavé». 7 Dijo, pues, a pueblo todo lanzó gritos de júbilo y se
Arón: «Acércate al altar, ofrece tu sacri postraron rostro a tierra.
ficio por el pecado y tu holocausto, y haz
la expiación por ti y por el pueblo; pre Nadab y A biú, consumidos por
senta también la ofrenda del pueblo, y el fuego
haz la expiación por él, como lo ha man
dado Yavé». 4 A 1 Los hijos de Arón, Nadab y Abiú,
8 Arón se acercó al altar y degolló el* v tomaron cada uno un incensario,
novillo, víctima del sacrificio por el pe y poniendo fuego en ellos y echando in
cado, ofrecido por él. 9 Los hijos de Arón cienso, presentaron ante Yavé un fuego
le presentaron la sangre, y mojando él extraño, cosa que no les había sido orde
su dedo, untó de ella los cuernos del nada. * 2 Entonces salió de ante Yavé un
altar y la derramó al pie del altar.10 Que fuego que los abrasó, y murieron ante
mó en el altar el sebo, los riñones y la Yavé. 3 Dijo Moisés a Arón: «Esto es lo
redecilla del hígado de la víctima por el que declaró Yavé al decir: Yo seré santi
pecado, como Yavé se lo había mandado ficado en aquellos que se me acercan y
a Moisés; 11 pero la carne y la piel las glorificado ante el pueblo todo». Arón
quemó fuera del campamento. 12 Degolló calló.
el holocausto, y sus hijos le presentaron 4 Moisés llamó a Misael y Elisafán, hi
la sangre, que él derramó en tom o del jos de Oziel, tío de Arón, y les dijo:
altar.13 Le presentaron el holocausto des «Venid y llevad a vuestros hermanos lejos
cuartizado, con la cabeza, y él los quemó del santuario, fuera del campamento».
en el altar.14 Lavó las entrañas y las patas 3 Ellos se acercaron y los llevaron con
y las quemó encima del holocausto, is Lue sus túnicas fuera del campamento, como
go presentó la ofrenda del pueblo. Tomó se lo había mandado Moisés.
ol macho cabrío por el pecado, ofrecido 6 Moisés dijo a Arón, a Eleazar y a
por el pueblo; y degollándolo, ofreció la Itamar, hijos de Arón: «No desnudéis
expiación com o la víctim a primera, vuestras cabezas ni rasguéis vuestras ves
lo Ofreció el holocausto y lo sacrificó se tiduras, no sea que muráis y se irríte Yavé
Q i Una vez consagrado, ordena Dios que ofrezcan las primicias de su ministerio, para dar una
** señal de su aceptación ante el pueblo.
22 líl sacerdote es mediador entre Dios y el pueblo. El presenta a Dios las ofrendas del pueblo
y atrae sobre éste las bendiciones de Dios.
22 Por ley que hasta cierto punto podemos decir natural, en la sociedad patriarcal los primogé
nito» eran los sacerdotes, como eran los representantes de la autoridad. Parece que los rubenitas
«•pirnban a esta dignidad en Israel. Para mostrar su voluntad, Dios se aparece en la nube. Era un
MiMiuInto de respetar el nuevo sacerdocio.
1 O 1 Todo este capitulo, al referimos un incidente tan trágico, mira a poner bien de relieve la
■ santidad del santuario, del sacerdocio y de su ministerio.
LEV ÍTiro 10-11 142
contra todii la asamblea. Que vuestros her- Yavé?» 2®Oyóle Moisés, y se dio por sa
munos. toda la casa de Israel» lloren el in tisfecho.
cendio que ha encendido Yavé. * 7 Vos
otros no salgáis del tabernáculo de la re*
unión» no sea que muráis» porque lleváis T E R C E R A P A R T E
sobre vosotros el óleo de la unción de
Yavé». Ellos hicieron lo que Moisés les L e y e s so bre la pu reza
mandaba. (i i - i 6)
8 Yavé habló a Arón» diciendo: 9 «No
beberás vino ni bebida alguna inebriante L e y a c e r c a d e los a n im ales p u ro s
tú ni tus hijos» cuando hayáis de entrar en e im p u ro s
el tabernáculo de la reunión, no sea que
muráis. Es ley perpetua entre tus descen 1 Yavé habló a Moisés y Arón,
dientes, 10 para que sepáis discernir entre H diciendo; * 2 «Hablad a los hijos
10 santo y lo profano, lo puro y lo impuro, de Israel y decidles: He aquí los animales
11 y enseñar a los hijos de Israel todas las que comeréis de entre las bestias de la
leyes que por medio de Moisés les ha dado tierra. 3 Todo animal de casco partido y
Yavé». pezuña hendida y que rumie lo comeréis;
12 Moisés dijo a Arón, a Eleazar y4 apero no comeréis los que sólo rumian o
Itamar, los dos hijos que le quedaban a sólo tienen partida la pezuña. E l camello,
Arón: «Tomad lo que resta de las ofrendas que rumia, pero no tiene partida la pezu
de combustión, las ofrendas de Yavé, y ña, será inmundo para vosotros; 3 el co
nejo, que rumia y no parte la pezuña, es
comedlo sin levadura cerca del altar, pues inmundo; 6 la liebre, que rumia y no
es cosa santísima. 13 Lo comeréis en el parte la pezuña, es inmunda; 7 el cerdo,
lugar santo. Es tu derecho y el derecho de que divide la pezuña y no rumia, es in
tus hijos sobre las ofrendas hechas a Yavé, mundo para vosotros. 8 N o comeréis su
como me ha sido ordenado. 14 Comeréis carne ni tocaréis sus cadáveres; serán
en lugar puro, tú y tus hijos y tus hijas, el inmundos para vosotros.
pecho balanceado y la pierna reservada, 9 He aquí los animales que entre los
porque estos trozos se te dan como dere acuáticos comeréis: todo cuanto tiene
cho tuyo y de tus hijos sobre los sacrificios aletas y escamas, tanto en el mar como
pacíficos de los hijos de Israel.15 La pierna en los ríos, lo comeréis; 10 pero abomi
de separación y pecho de balanceo, que naréis de cuanto no tiene aletas y esca
con el sebo destinado al fuego se presen mas en el mar y en los ríos, de entre los
tan a Yavé para hacer la ofrenda; a ti, animales que se mueven en el agua y de
pues, y a tus hijos os pertenecen por ley entre todos los vivientes que en ella hay.
11 Serán para vosotros abominación, no
perpetua, como lo ha mandado Yavé». comeréis sus carnes y tendréis como abo
16 Moisés preguntó por el macho cabrío minación sus cadáveres. 12 Todo cuanto
que había sido sacrificado por el pecado, en las aguas no tiene aletas y escamas lo
y se encontró con que había sido quema tendréis por abominación. 13 H e aquí en
do; y airado contra Eleazar e Itamar, los tre las aves las que tendréis por abomi
hijos de Arón que quedaban, les dijo: nación, y no las comeréis por ser cosa
17 «¿Por qué no habéis comido la víctima abom inable:14 el águila, el quebrantahue
por el pecado en el lugar santo? Es cosa sos y el halieto; el milano y el buitre se
santísima, y Yavé os lo ha dado para que gún sus especies; : 5 toda clase de cuervos;
llevéis vosotros la iniquidad de la asam 16 el avestruz, la lechuza, el loro, la ga
blea y os hagáis por ella expiación ante viota y el gavilán de toda clase; t7 el
Yavé; 18 y más no habiendo sido llevada buho, el mergo, el ibis; 18 el cisne, el pe
la sangre dentro del santuario, debíais lícano, el calam ón; 19 la garza, la cigüeña,
en todas sus especies; la abubilla y el
haber comido la carne en lugar santo, murciélago. 20 Todo volátil que anda so
como lo he mandado». bre cuatro patas lo tendréis por abomina
19 Arón dijo a M oisés: «Hoy se han ción; 21 pero entre los insectos alados que
ofrecido ante Yavé la víctima por el pe marchan sobre cuatro patas comeréis
cado y el holocausto, y me ha pasado aquellos que tienen más largas las de
esto. ¿Podía comer hoy la víctima por atrás para saltar sobre la tierra. 22 He
el pecado? ¿Habría sido esto grato a aquí de entre éstos los que comeréis:
toda especie de langosta: de solam, de su vientre, sea de loa quo marchan sobre
jargol, de jagab, según las especies. 23 To cuatro o sobre muchus pniiis; los tendréis
do otro volátil de cuatro patas lo ten por abominación. 43 No os hngáis abomi
dréis por inmundo y comiéndolos os ha nables por los reptiles que reninn ni os ha
réis inmundos. 24 Quien tocare uno de sus gáis impuros por ellos; seréis mnnchados
cadáveres se contaminará y será inmun por ellos. 44 Porque yo soy Ynvé, vuestro
do hasta la tarde; 25 y si tocare algo de Dios, vosotros os santificaréis y seréis san
esto muerto, lavará sus vestiduras y será tos, porque yo soy santo, y no os mancha
inmundo hasta la puesta del sol. 26 Todo réis con ninguno de los reptiles que replan
animal que tenga pezuña, pero no par sobre la tierra. 45 Pues yo soy Yavé, que
tida, ni rumie, será para vosotros inmun os ha sacado de la tierra de Egipto para
do, y quien tocare su cadáver será in ser vuestro Dios. Santos seréis vosotros,
mundo. 27 Los que andan sobre la plan porque santo soy yo
ta de los pies serán para vosotros inmun 46 Esta es la ley referente a los cuadrúpe
dos, y quien tocare su cadáver será in dos. las aves, todos los seres vivientes que
mundo hasta la tarde, 28 y quien transpor se mueven en las aguas y todos los que
tare su cadáver lavará sus vestiduras y reptan sobre la tierra, 47 para que distin
será inmundo hasta la tarde. 29 También gáis entre lo puro y lo impuro, entre lo
estos animales serán para vosotros in que puede y lo que no puede comerse».
mundos de entre los que andan por la
tierra: la comadreja, el ratón y la tortuga, L a purificación de la recién parida
en todas sus especies; 30 el musgaño, el
camaleón, la salamandra, el lagarto y el •f €% 1 Yavé habló a Moisés, diciendo: *
topo. 31 Estos son los para vosotros in 2 «Habla a los hijos de Israel y diles:
mundos entre los reptiles; quien tocare Cuando dé a luz una mujer y tenga un
su cadáver será inmundo hasta la tarde. hijo, será impura durante siete días; será
32 Todo objeto sobre el que cayere uno impura como en el tiempo de su mens
de estos cadáveres será manchado; y los truación. 3 El octavo día será circuncida
utensilios de madera, vestidos, pieles, sa do el hijo, 4 pero ella quedará todavía en
cos, todo objeto de uso puesto será en casa durante treinta y tres días en la san
agua y será inmundo hasta la tarde; 33 to gre de su purificación: no tocará nada
da vasija de barro donde algo de esto santo ni irá al santuario hasta que se cum
caiga quedará manchada y la romperéis; plan los días de su purificación. 5 Si da a
34 todo alimento preparado con agua que luz hija, será impura durante dos sema
dará manchado, y lo mismo toda bebida, nas, como al tiempo de su menstruación,
cualquiera que sea el vaso que la conten y se quedará en casa durante sesenta y
ga, 35 todo aquello sobre lo cual caiga algo seis días en la sangre de su purificación.
ilc estos cadáveres quedará manchado y 6 Cuando se cumplan los días de su puri
por manchado lo tendréis. 36 Las fuentes ficación, según que haya tenido hijo o hi
y las cisternas donde hay cantidad de agua ja, presentará ante el sacerdote, a la en
quedarán puras, mas quien tocare el cadá trada del tabernáculo de la reunión, un
ver será impuro. 37 Si alguno de estos cordero primal en holocausto y un pi
cuerpos muertos cayere sobre una simien chón o una tórtola en sacrificio por el pe
te que ha de sembrarse, la simiente que cado. 7 El sacerdote los ofrecerá ante Ya
dará pura; 38 pero si se le hubiera echado vé y hará por ella la expiación, y será pura
agua encima y cae alguno de estos cuer del flujo de su sangre. Esta es la ley para
pos muertos, la tendréis por manchada. la mujer que da a luz hijo o hija. 8 Si no
3y Si muere uno de los animales cuya puede ofrecer un cordero, tomará dos tór
enme podéis comer, quien tocare el ca tolas o dos pichones, uno para el holo
dáver lavará sus vestidos y quedará im causto y otro para el sacrificio por el pe
puro hasta la tarde. cado; el sacerdote hará por ella la expia
4(1 El que de estos cadáveres comiere, ción y será pura».
luvará sus vestidos y será inmundo hasta
la tardo; y el que los llevare, lavará sus
vestidos y será inmundo hasta la tarde.
41 Será para vosotros abominación todo
reptil que repta sobre la tierra. 42N o co
meréis ningún animal que repta sobre la
tierra, sea de los que se arrastran sobre
1 2 1 Parece a primera vista extraño que el parto haga a la madre impura, cuando la fecundidad
* ™ M mirada en la Ley como una bendición de Dios. Sin embargo, no sólo en Israel, también
»iilrr Ion árabes la mujer que ha dado a luz es mirada como impura. La diferencia de los días, si el
imrliln n* niño o niña, muestra el bajo concepto que merecía a los antiguos la mujer, no obstante
ser intuirá de los hombres como de las mujeres.
LE VÍTIC O 19 144
Ley acerca de la lepra reciere en ella una escamosidad blanca o
rojiza, se presentará al sacerdote, 20 quien
< O 1 Yavé habló a Moisés y Arón, di- le examinará. Si la mancha está más hun
* v ciendo: * 2 «Cuando tenga uno en dida que el resto de la piel y el pelo se ha
su carne alguna mancha escamosa, o un vuelto blanco, le declarará impuro; es le
conjunto de ellas, o una mancha blanca, pra que se ha presentado en la úlcera ci
brillante, y se presente así en la piel de catrizada. 21 Si el color de los pelos no se
su carne la plaga de la lepra, será llevado ha vuelto blanco y la escamosidad rojiza
a A ron, sacerdote, o a uno de sus hijos, no está más hundida que el resto de la
sacerdotes. 3 El sacerdote examinará la piel, le recluirá por siete días; 22 y si se ha
plaga de la piel de la carne; y si viere que extendido, le declarará impuro; es lepra;
los pelos se han vuelto blancos y que la 23 pero si está como estaba, sin extenderse
parte afectada está más hundida que el la mancha, es la cicatriz de la úlcera, y el
resto de la piel, es plaga de lepra; y el sacerdote le declarará puro.
sacerdote que le haya examinado le de 24 Si uno tiene en su cuerpo, en la piel,
clarará impuro. 4 Si tiene sobre la piel de una quemadura producida por el fuego,
su carne una mancha blanca que no apa y sobre la señal de la quemadura aparece
rece más hundida que el resto de la piel, una mancha blanca o de un blanco rojizo,
y el pelo no se ha vuelto blanco, el sacer 25 el sacerdote le examinará. Si el pelo se
dote le recluirá durante siete días. 5 El día ha vuelto blanco en la mancha y ésta apa
séptimo le examinará; y si el mal no apa rece más hundida que el resto de la piel,
rece haber cundido ni haberse extendido es lepra que ha brotado en la quemadura;
sobre la piel, le recluirá por segunda vez el sacerdote le declarará impuro. 26 Pero
otros siete días, 6 y al séptimo día le exa si el sacerdote ve que el pelo de la man
minará nuevamente; si la parte enferma cha no se ha vuelto blanco, y que ésta no
se ha puesto menos brillante y la mancha aparece más hundida que el resto de la
no se ha extendido sobre la piel, el sacer piel, y fuere de un color subobscuro, le
dote le declarará puro; es una erupción. recluirá durante siete días, y después,27 al
Lavará sus vestiduras y será puro. 7 Pero séptimo, le examinará. Si la mancha se
si, después de haber sido examinado por ha extendido sobre la piel, el sacerdote
el sacerdote y declarado puro, la mancha le declarará impuro; es lepra. 28 Si está
se exten diere, será llevado a éí nuevamen como estaba, sin extenderse sobre la piel,
te para que le vea; 8 y si la mancha brillan y es de color subobscuro, es la quemadu
te ha crecido en la piel, le declarará in ra, y le declarará puro, pues es la cicatriz
mundo, que es lepra. 9 Si uno tuviere la de la quemadura.
plaga de la lepra, será llevado al sacerdo 29 Si un hombre o una mujer tuviere
te, 10 que le examinará; y si viere éste en una llaga en la cabeza o en la barba, 30 el
la piel la escama blanca y que se ha vuelto sacerdote la examinará. Si está más hun
el color de los pelos, y en la mancha esca dida que el resto de la piel y el pelo se ha
mosa se nota la carne viva, 11 será juzga vuelto rojizo y más delgado, el sacerdote
da lepra inveterada en la piel de su carne, le declarará impuro; es tiña, lepra de la
y el sacerdote le declarará impuro; no le cabeza o de la barba. 31 Pero si la llaga
recluirá, pues es impuro. 12 pero si la le no se ha extendido ni está más hundida
pra se ha extendido hasta llegar a cubrir que el resto de la piel, y el pelo no está
toda la piel del enfermo desde la cabeza rojizo, recluirá al afectado por siete días,
hasta los pies, en cuanto a la vista del 32 y al séptimo examinará la llaga. Si ésta
sacerdote aparece, le examinará, 13 y si, no se ha extendido y el pelo no ha mu
en efecto, cubre todo su cuerpo, declarará dado el color ni está la llaga más hundi
puro al enfermo; pues se ha puesto todo da que la piel, 33 le hará que se afeite fue
blanco, será puro. 14 Si en el así afectado ra de la parte afectada y le recluirá por
aparece la carne viva, será impuro, 15 y el otros siete días, 34 y al séptimo examina
sacerdote, al ver la carne viva, le declara rá la llaga; si no se ha extendido ni está
rá impuro, pues la carne viva es impura,
es lepra. *6 s i la carne viva se pone otra más hundida que la piel, le declarará pu
vez blanca, se presentará el enfermo al ro; el hombre lavará sus vestiduras y será
sacerdote, 17 que le examinará; y si la puro. 35 Pero si, después de declarado
llaga se ha puesto en verdad blanca, el puro, la llaga se extendiere sobre la piel,
sacerdote le declarará puro; es puro. 36 le examinará el sacerdote; y si en efec
18 Cuando uno tenga en su cuerpo, so to se ha extendido, no hay ya que mirar
bre su piel, una úlcera cicatrizada19 y apa si el pelo ha mudado de color; es impuro.
•fl O 1 He aquí un punto que induce a buscar la razón de la impureza de las cosas en motivos de
■ ^ higiene, porque, en efecto, la lepra es enfermedad contagiosa, y hasta el presente incurable.
En la lepra se comprenden aquí algunas otras enfermedades cutáneas, que la ciencia rudimentaria
de los antiguos no distinguía, como tampoco distinguía las dos especies de lepra, la tuberculosa 5
la anestésica, hoy bien diferenciadas.
14$ LEVÍTICO 13-14
\
37 Mas si la llaga no se ha extendido y el 56 Pero si el sacerdote ve que después
pelO| está negro, la llaga está curada, es del lavado la parte mu lidiada ha muda*
puro, y puro le declarará el sacerdote. do el color, la arrancará del vestido o
38 Si cualquier hombre o mujer tiene del cuero, de la urdimbre o de la trama;
en s i piel manchas blancas, 39 el sacer 57 y si después de esto se viera que en
dote; le examinará. Si las manchas son el vestido, o en la urdimbre, o en la
de uá color subobscuro, es empeine que trama, o en el objeto de cuero cunde
le ha salido en la piel; es puro. todavía la mancha, se quemarán. -s* Pero
40 Si a uno se le caen los pelos de la si después del lavado, en la urdimbre,
cabeza y se queda calvo, es calvicie de o la trama, o el objeto de cuero, la man
atrás; es puro. 41 Si los pelos se le caen cha ha desaparecido, se lavará otra vez,
a los lados de la cara, es calvicie ante y será puro. 59 Tal es la ley de la lepra
rior; es puro. 42 Pero si en la calva, pos del vestido, de lana o lino, de la urdim
terior o anterior, apareciere llaga de co bre o de la trama y de todo objeto de
lor blanco rojizo, es lepra que ha salido cuero, para declararlos mundos o in
en el occipucio o en el sincipucio. 43 JE 1 mundos».
sacerdote le examinará, y si la llaga esca
mosa es de un blanco rojizo, como el L e y a c e r c a d e la p u rifica c ió n del
de la lepra en la piel de la carne, 44 es le p ro so
leproso; es impuro, e impuro le decla
rará el sacerdote, pues es leproso de la i Yavé habló a Moisés, diciendo: *
cabeza.
45 El leproso, manchado de lepra, lle
U 2 «Esta será la ley del leproso para
el día de su purificación: Será conduci
vará rasgadas sus vestiduras, desnuda la do al sacerdote, 3 que saldrá a su encuen
cabeza, y cubrirá su barba, e irá cla tro fuera del campamento y le examina
mando: «¡Inmundo, inmundo!» 46 Todo rá. Si la plaga de lepra ha desaparecido
el tiempo que le dure la lepra será in del leproso, 4 mandará tomar para el que
mundo. Es impuro y habitará solo; fue ha de purificar dos avecillas vivas, pu
ra del campamento tendrá su morada. ras, madera de cedro, un hilo de púrpura
e hisopo; 5 degollará una de las aves
L ep ra de los vestidos encima de una vasija llena de agua viva;
6 y tomando el ave viva, el cedro, el hilo
47 Si apareciere mancha de lepra en
de púrpura y el hisopo, los mojará, lo
un vestido, sea de lana, sea de lino, * mismo que el ave viva, en la sangre del
48 o en hilo de trama o de urdimbre; ave degollada sobre el agua viva; 7 as
o en una piel o un objeto cualquiera de pergerá siete veces al que ha de ser pu
cuero: 49 si la mancha es de color ver rificado de la lepra y le declarará puro,
doso o rojizo, es plaga de lepra. 50 Se dando suelta en el campo al ave viva.
le enseñará al sacerdote, quien después 8 Luego, el que ha de ser purificado la
de examinar la mancha encerrará el ob vará sus vestidos, raerá todo su pelo y
jeto por siete días. 51 El séptimo exami se bañará en agua, y será puro. Podrá
nará de nuevo la mancha; si ésta se ha ya entrar en el campamento, pero que
extendido sobre el vestido, el hilo de
trama o de urdimbre, la piel o el objeto dará por siete días fuera de su tienda.
de cuero, es plaga de lepra tenaz; la 9 El día séptimo raerá todo su pelo,
cosa es impura. 52 Se quemará el vestido, sus cabellos, su barba, sus cejas, todo su
el hilo de trama o de urdimbre, la piel pelo; lavará sus vestidos, y bañará su
o el objeto de cuero en que se halla la cuerpo en agua, y será limpio. 10 El día
mancha, pues es lepra tenaz; el objeto octavo tomará dos corderos sin defecto
y una oveja primal sin defecto y tres
será quemado al fuego. 53 Pero si ve que décimos de efá de flor de harina, ama
lu mancha del vestido, de la urdimbre,
de la trama o del objeto de cuero no se sada con aceite, y un log de aceite. 11 El
luí extendido, 54 mandará lavar aquello sacerdote que haga la purificación pre
en que apareció la lepra y lo encerrará sentará ante Yavé al hombre que ha de
por otros siete días. 53 Si después de la- purificarse con todas esas cosas a la en
vndo ve que la mancha no ha mudado trada del tabernáculo de la reunión.
do aspecto, aunque no haya cundido, es i2 Tomará uno de los dos corderos, para
inmundo, y se quemará porque está in ofrecerlo en sacrificio expiatorio, y el log
fecí ndo en el reverso y en el anverso. de aceite y lo agitará ante Y a v é;13 luego
47 No se sebe a qué se refiere lo que se dice de la lepra de los vestidos y de los cueros, de que
*r huilla a partir del v.47.
1 El leproso, en virtud de su impureza, quedaba excluido de la sociedad familiar y civil y
H de la participación en el culto divino. Esta purificación tenía por objeto abrirle las puertas del
MitUmrio y de La sociedad civil y doméstica (Mt 8,4)»
LEvforco 14
degollará el cordero donde se inmola la pués ofrecerá una de tas tórtolas o i/no
víctima expiatoria y el holocausto en lugar de los pichones que haya podido prqfcu-
santo, porque la víctima del sacrificio ex rarse, 3>el uno en sacrificio por el peca
piatorio, como la del sacrificio por el pe do, el otro en holocausto con la ofren
cado, es para el sacerdote, es cosa santísi da; y así, el sacerdote hará la expiación
ma. 14 El sacerdote, tomando la sangre del ante Yavé del que se purifica. 32 Esta es
sacrificio expiatorio, untará de ella el la ley de la purificación del que tiene
lóbulo de la oreja derecha del que se plaga de íepra y no puede presentar las
purifica y el pulgar de la mano derecha víctimas ordinarias».
y del pie derecho. 15 Tomará el log de
aceite, y echando de él en la palma de L a lepra de las casas
su mano izquierda, 16 meterá el indice
de su mano derecha en el aceite que tiene 33 Yavé habló a Moisés y Arón, di
en la palma de su mano izquierda y ciendo:* 334 «Cuando hayáis entrado en
hará con él por siete veces aspersión ante la tierra de Canán que yo voy a daros
Yavé. 17 Después, del aceite que le queda en posesión, y mandare yo la plaga de
en la palma, untará el lóbulo de la oreja lepra a alguna casa de la tierra que po
derecha del que se purifica y el pulgar seeréis, 35 el dueño de la casa irá a po
de la mano derecha y el del pie derecho, nerlo en conocimiento del sacerdote, di-
encima de la sangre de la víctima; 18 el ciéndole: N oto que hay en mi casa una
resto del aceite que le queda en la palma mancha. 36 El sacerdote mandará desocu
lo echará sobre la cabeza del que se pu par la casa antes de ir a examinar la
rifica, cumpliendo así la expiación por mancha, para que no se contamine cuan
él ante Yavé. 19 Luego el sacerdote ofre to hay en ella. Desocupada, irá el sacer
cerá el sacrificio por el pecado, haciendo dote a examinarla. 37 Examinará la man
la expiación del que se purifica de su cha, y si en las paredes de la casa ha
mancha; 20 y después de inmolar el ho llare cavidades verdosas o rojizas como
locausto, lo ofrecerá en el altar con la hundidas en la pared, 38 saldrá a la puer
oblación, y asi hará por él la expiación ta de la casa y la hará cerraT poT siete
y será puro. días. 39 Al séptimo día volverá el sacer
21 Si fuere pobre y no pudiere procu dote, y si ve que la mancha ha cundido
rarse las víctimas ordinarias, tomará sólo en las paredes de la casa, 40 mandará
un cordero, que se ofrecerá en sacrificio quitar las piedras manchadas y arrojar
expiatorio, en ofrenda de expiación. Lle las fuera de la ciudad, en un lugar im
vará una décima de flor de harina ama puro ; 41 hará raspar la casa toda en lo
sada con aceite, para la ofrenda, y un interior, arrojándose en un lugar impuro
log de aceite; 22 también dos tórtolas o el polvo que se raspe. 42 Se tomarán otras
dos pichones, según sus facultades, uno piedras y se pondrán en el lugar de las
como víctima expiatoria, el otro para el quitadas, y se revocará de nuevo. 43 Si
holocausto. 23 Lo presentará el día octavo la mancha reapareciese nuevamente en
al sacerdote para su purificación, a la la casa después de haber quitado las pie
entrada del tabernáculo de la reunión, dras y de haberla raspado y revocado
ante Yavé. 24 El sacerdote tomará el cor de nuevo, 44 volverá el sacerdote a exami
dero de la expiación y el log de aceite narla. Si la mancha hubiere cundido en la
los agitará ante Yavé; 25 y después de casa, es lepra corrosiva de la casa: es
aber inmolado el cordero del sacrificio impura. 45 Se demolerá, y las piedras,
de expiación, tomará de su sangre y la la madera y todo el mortero se lleva
pondrá en el lóbulo de la oreja derecha rán fuera de la ciudad a un lugar impuro.
del que se purifica y sobre el dedo pul 46 Quien entrare en la casa durante el
gar de la mano derecha y el del pie de tiempo que se ha tenido cerrada será
recho. 26 Echará luego aceite en la palma impuro hasta la tarde. 47 Quien hubiere
de su mano izquierda, 27 y con el dedo dormido en ella lavará sus vestidos, y
índice de su mano derecha hará siete quien en ella hubiere comido lavará sus
veces aspersión ante Yavé; 28 untará del vestidos.
aceite que tiene en la mano el lóbulo de 48 Pero si el sacerdote, al volver a la
la oreja derecha del que se purifica y casa, ve que la mancha no ha cundido
el pulgar de la mano derecha y el del en ella después que la casa ha sido revoca
pie derecho en el lugar donde puso la da de nuevo, declarará pura la casa, pues
sangre de la víctima expiatoria. 29 Lo que el mal se ha curado. 49 Entonces tomará
le quede en la mano lo echará sobre la para expiar la casa dos avecillas, maderá
cabeza del que se purifica, para hacer de cedro, lana escarlata e hisopo; 50 de
por él la expiación ante Yavé. 30 Des- gollará una de las aves sobre una vasija
33 Los w . 3 3 - 5 3 , de sentido muy obscuro, parecen insertados en este capitulo de la enfermedad
de la lepra y su purificación.
14 7 LEVÍTICO 1 4 -1 6
«Di a tu hermano Arón que no entre de sus impurezas. * 17 Que no haya na
nunca en el santuario a la parte interior die en el tabernáculo de la reunión desde
del velo, delante del propiciatorio que que él entre para hacer la expiación del
está sobre el arca, no sea que muera, pues santuario hasta que salga, hecha la ex
yo me muestro en la nube sobre el pro piación por sí y por su casa y por toda
piciatorio. la asamblea de Israel. 18 Después irá al
3 altar que está ante Yavé y hará la expia
He aqui el rito según el cual entrará
Arón en el santuario: Tomará un novi ción de él, y tomando sangre del novillo
llo para el sacrificio por el pecado y un y sangre del macho cabrío, untará de ella
carnero para el holocausto. 4 Se revestirá los cuernos del altar todo en torno;19 ha
de la túnica santa de lino y se pondrá rá con su dedo siete veces la aspersión
sobre sus carnes el calzón de lino; se ce de sangre, y le santificará y le purificará
ñirá un cinturón de lino y cubrirá su ca de las impurezas de los hijos de Israel.
beza con la tiara de lino vistiéndoselos 20 Hecha la expiación del santuario,
después de haberse lavado en el agua. del tabernáculo de la reunión y del altar,
5 Recibirá de la asamblea de los hijos de presentará el macho cabrío vivo; 21 pon
Israel dos machos cabríos, para el sacri drá Arón sus dos manos sobre la cabeza
ficio por el pecado, y un carnero para el del macho cabrío vivo, confesará sobre él
holocausto; 6 Arón ofrecerá su novillo todas las culpas, todas las iniquidades de
por el pecado, y hará la expiación por los hijos de Israel y todas las transgresio
sí y por su casa. 7 Tomará después los nes con que han pecado, y los echará
dos machos cabríos, y presentándolos sobre la cabeza del macho cabrío, y lo
ante Yavé a la entrada del tabernáculo mandará al desierto por medio de un
de la reunión, 8 echará sobre ellos las hombre designado para ello. 22 El macho
suertes, una la de Yavé, otra la de Aza- cabrío llevará sobre sí todas las iniqui
zel. * 9 Arón hará acercar el macho ca dades de ellos a tierra inhabitada, y el
brío sobre el que recayó la suerte de Yavé, que lo lleve lo dejará en el desierto.
v lo ofrecerá en sacrificio por el pecado; 23 Después Arón entrará en el tabernácu
el macho cabrío sobre el que recayó la lo de la reunión y se desnudará de las
suerte de Azazel le presentará vivo ante vestiduras de lino, que se vistió para en
Yavé, para hacer la expiación y soltarle trar en el santuario; 24 y quitadas, se la
después a Azazel. 11 Arón ofrecerá el no vará su cuerpo con agua en lugar santo,
villo del sacrificio por el pecado, haciendo y se pondrá sus vestiduras. Saldrá luego,
la expiación por sí y por su casa. Después ofrecerá su holocausto y el del pueblo,
de degollar su novillo por el pecado, hará la expiación por sí y por el pueblo,
12 tomará del altar un incensario lleno de 25 y quemará en el altar el sebo del sacri
brasas encendidas, de ante Yavé, y dos ficio por el pecado. 26 El que hubiere ido
puñados de timiama pulverizado, lo lle a soltar el macho cabrío de Azazel, la
vará todo detrás de la cortina; 13 echará vará sus vestidos y bañará en agua su
el timiama en el fuego ante Yavé, para cuerpo, después de lo cual podrá entrar
que la nube de incienso cubra el propi en el campamento. 27 Serán llevados fue
ciatorio que está sobre el testimonio y no ra del campamento el novillo y el macho
muera. 14 Tomando luego la sangre del cabrío inmolados por el pecado, cuya
novillo, aspergerá con su dedo el frente sangre se introdujo en el santuario para
del propiciatorio, haciendo con el dedo hacer la expiación, y se consumirán por
siete aspersiones. 15 Degollará el macho el fuego sus pieles, sus carnes y sus ex
cabrío expiatorio del pueblo, y llevando crementos. 28 El que los queme lavará
su sangre detrás del velo, hará como con luego sus vestidos, bañará en agua su
la sangre del novillo, aspergiéndola so cuerpo y después podrá entrar en el cam
bre el propiciatorio y delante de él, 16 y pamento.
así purificará el santuario de las impure 29 Esta será para todos ley perpetua;
zas de los hijos de Israel y de todas las el séptimo mes, el día diez del mes, mor
transgresiones con que hayan pecado. tificaréis vuestras personas y no haréis
Lo mismo hará con el tabernáculo de la trabajo alguno, ni el indígena ni el ex
reunión, que está entre ellos, en medio tranjero que habita en medio de vosotros;
Dios y su pueblo podía ser perturbada, aun de una manera inconsciente, con pecados involuntarios
de los sacerdotes, de los príncipes o del pueblo. A borrar esos pecados y restablecer las buenas re
laciones entre Yavé y su pueblo se ordenaba esta solemnidad. Después de esta purificación, Israel
se creía en perfecta paz con au Dios. San Pablo considera este rito como tipo del sacrificio redentor
de Jesucristo, que con su muerte expió todos los pecados del mundo una vez para siempre
(Heb 9,15 ss.).
8 Azazel, en el libro apócrifo de Henoc, es uno de los jefes de los ángeles prevaricadores, puesto
luego en hierros por el ángel Rafael. No se sabe qué representa aquí este nombre.
16 El santuario se contaminaba por la inobservancia de los ritos y de las leyes de santidad. Por
eso ahora se comienza por la expiación del mismo.
149 LEVÍTICO 1 6 -1 7
■ f O 1 Este capítulo mira a conservar la santidad de la vida conyugal. En él se contienen los im-
*° pedimentos matrimoniales (6,i8). Con la condenación de los vicios contra la naturaleza,
pretende el legislador conservar la santidad del pueblo y apartarle de las costumbres cananeas,
profundamente corrompidas.
5 San Pablo cita este versículo en Rom 10,5 y Gál 3,12, contraponiendo la justicia de la Ley a
la de la fe en Jesucristo, que conduce a la felicidad eterna.
21 Desde antiguo se ha disputado mucho sobre el sentido de esta prohibición. A primera vísta
se trata de sacrificios humanos a Moloc, según 1 Re 11,7. Esta sentencia se halla confirmada por
Sal 106,37: Jer 7,31: 19,5 y 2 Par 28,3. Las excavaciones arqueológicas realizadas en Canán nos
convencen de su costumbre de sacrificar niños. Las palabras con que Yavé protesta por Jeremías *de
no haber mandado tales sacrificios* pudieran inducir a creer que, así como en la adoración del bece
rro adoraban los israelitas a Yavé, en la figura de Adad Ramman, dios de las tempestades, así aquí
se prohíbe que ofrezcan esos sacrificios al mismo Yavé, asimilado a Moloc. Hay que advertir que
la palabra Moloc o Molec es una deformación rabínica de Melec, rey, nombre que se da a Dios
con frecuencia. Sin embargo, en 20,2-5 se ve que se trata de un culto verdaderamente idolátrico
que Dios condena y castiga severísimamente.
15 1 LEVÍTICO 1 8 -1 9
A lg u n a s leyes p enales
9 A 1 Yavé habló a Moisés, diciendo:
«4 U 2 «Di a ios hijos de Israel: Quien
quiera que de entre los hijos de Israel, Idolo de Moloc. (Vincent, Canaan.)
o de los extranjeros que habitan en Is
rael, ofrezca a Moloc un hijo suyo, será 7 Santifícaos y sed santos, porque yo
castigado con la muerte; el pueblo le soy Yavé, vuestro Dios. 8 Guardad mis
lapidará. * 3 Yo me volveré contra ese leyes y practicadlas. Yo, Yavé, que os
hombre y le exterminaré de en medio santifica.
de su pueblo por haber entregado a Mo 9 Quien maldiga a su padre o a su
loc a uno de sus hijos, manchando mi madre, sea castigado con la muerte; cai
santuario y profanando mi santo nom ga su sangre sobre él. *
bre. 4 Si el pueblo cerrase los ojos res 10 Si adultera un hombre con la mu
pecto de este hombre que ofreció a Mo jer de su prójimo, hombre y mujer adúl
loc a uno de sus hijos y no le diera muer teros serán castigados con la muerte.*
27 Tanto el raparse la cabeza como las incisiones eran prácticas de los idólatras. La Ley la»
prohíbe por esta única razón (Dt 14,1; Ez 44,20; Jer 9,26; 25,23; 49,32).
29 La prostitución entre los paganos no sólo no era mirada como contraria a la ley moral, sino
que llegaba a veces la depravación al extremo de consagrarla en honor de una divinidad. La reli
gión de Yavé no sólo condena esta depravación (Dt 23,17), pero ni admite la ofrenda que sea pro
ducto del pecado (21,9)* La ley evangélica, como en todo, perfecciona la mosaica, condenando hasta
las miradas y los malos deseos (Mt 5,28).
33 Es muy digno de notar el respeto que la Ley preceptúa aquí hacia los extranjeros, haciendo
recordar a los hebreos que ellos lo hieran en Egipto (cf. Ex 22,21; 23,9; Dt 10,19; Ez 47,22 ss.).
2 (í 2 Sobre estos sacrificios, cf. 18,21.
“ _ 5 Esta prostitución es la idolatría, con que Israel quebranta su alianza con Yavé, que tan
ordinariamente los profetas asemejan al matrimonio.
6 La evocación de los muertos está prohibida ya en 19,31. Son de notar las severas medidas de
Saúl, mencionadas en 1 Sam 28,9.
9 En la organización casi patriarcal de los hebreos era de gran importancia mantener firmes
la autoridad de los padres (19,3; Ex 21,17; Ez 22,7; Prov 20,20; Mt 15,4).
10 Sobre el adulterio cf. Ex 20,14 y Dt 5,18; 18,20; 22,22; Ez 18,13; Jn 8,5.
153 lev in c o 2 0 -2 1
24 No ofreceréis a Yavé un animal que réis ningún trabajo «ci vil. 8 Ofreceréis a
tenga los testículos aplastados, hundidos, Yavé por siete díus consecutivos sacri
cortados o arrancados; no lo ofreceréis ficios por el fuego. El séptimo día con
a Yavé; eso no lo haréis nunca en vues vocaréis asamblea san tu y no haréis en
tra tierra. 25 Ni de la mano de un extran él ningún trabajo servil».
jero recibiréis tales víctimas para ofre
cerlas como alimento de vuestro Dios, L a s prim icias
pues están corrompidas y manchadas y
no os serían aceptas». 9 Yavé habló a Moisés, diciendo:*
26 Yavé dijo a Moisés:* 22*«Al nacer 10«Habla a los hijos de Israel y diles:
un becerro, un cordero o un cabrito, que Cuando hayáis entrado en la tierra que
darán siete días a la ubre de la madre; yo os daré y hagáis en ella la recolección,
a partir del día octavo serán ya en ade Llevaréis al sacerdote una gavilla de espi
lante agradables para ser ofrecidos a Yavé gas, primicias de vuestra recolección; 11 y
en sacrificio por el fuego; 2# sea buey o él agitará la gavilla ante Yavé, para que
cordero, no inmoléis en el mismo día os sea propicio; el sacerdote la agitará
el animal y su cría. 29 Cuando ofrezcáis a el día siguiente al sábado, 12 y el día en
Yavé un sacrificio de acción de gracias, que ofrezcáis la gavilla, sacrificaréis en
lo ofreceréis de manera que sea acepta holocausto a Yavé un cordero primal sin
ble; 30*la víctima será comida el día mis defecto; 13 acompañaréis la oblación de
mo, sin dejar nada para el día siguiente. dos décimas de flor de harina, como ofren
Yo, Yavé. da de combustión de olor suave a Yavé;
31 Guardad mis mandamientos y po la libación será de vino, un cuarto de
nedlos por obra. Yo, Yavé. 32 No profa hin. 14 No comeréis ni pan, ni trigo tos
néis mi santo nombre; sea yo santificado tado, ni espigas frescas de lo nuevo has
en medio de los hijos de Israel. Yo, Yavé, ta el día en que llevéis la ofrenda de vues
que os santifico 33 y os he sacado de la tro Dios. Es ley perpetua para vuestros
tierra de Egipto para ser vuestro Dios. descendientes, dondequiera que habitéis.
Yo, Yavé».
Pentecostés
L a s solem nidades. E l sábado 15 A partir del día siguiente al sábado,
€%o » Yavé habló a Moisés, dicien- del día en que traigáis la gavilla de espi
do:* 2 «Habla a los hijos de Is gas, contaréis siete semanas completas.
rael y diles: Estas son las solemnidades, 16 Contados así cincuenta días hasta el
asambleas santas, que convocaréis: 3 Seis día siguiente del séptimo sábado, ofrece
dias trabajaréis, pero el séptimo, que es réis a Yavé una nueva oblación. 17 Lleva
sábado, es santo, día de descanso y de réis de vuestra casa, para agitarlos, dos
santa asamblea. No haréis en él trabajo panes hechos con dos décimas de flor
alguno. Bs e1 descanso consagrado a de harina y cocidos con levadura. Son
Yavé, dondequiera que habitéis. las primicias de Yavé.* ^ C on estos pa
4 Estas son las fiestas de Yavé, las rtes ofreceréis en holocausto a Yavé siete
asambleas santas que convocaréis a su corderos primales sin defecto, un novi
tiempo: llo y dos carneros acompañando la ofren
da y la libación, en sacrificio de combus
L a Pascua tión de suave olor a Yavé. 19 Inmolaréis
también un macho cabrío en sacrificio
5 El mes primero, el día catorce del por el pecado y dos corderos primales
mes, entre dos luces, es la pascua de en sacrificio pacífico. 20 El sacerdote los
Yavé. * 6 El quince del mes es la fiesta mecerá con los panes de las primicias,
de los ácimos de Yavé. Durante siete días en ofrenda mecida ante Yavé; y los pa
comeréis pan sin levadura. 7 El primer nes, lo mismo que los dos corderos con
día convocaréis asamblea santa y no ha sagrados a Yavé, serán para el sacerdote.
26 Esta parte del capítulo explica las condiciones correctas que deben tener las víctimas (Ex 22,30).
2 3 1 Este capítulo expone las fiestas diversas del año y el modo de celebrarlas. Ante todo, el
sábado, día de descanso en honor del Señor (Ex 20,8; 23,12; 34,21).
5 La fiesta de la Pascua, a la que se dio luego el carácter conmemorativo de la salida de Egipto,
rra más antigua en Israel. Aquí se señala primeramente su carácter de fiesta de los ácimos (Ex 1,18;
1j , 3 ; Núm 9.2: 28,16; Dt 16,3).
w La fiesta de la Pascua señalaba el comienzo de la siega, que se inauguraba con la presentación
<|« un manojo de espigas, como ofrenda de las primicias, después de la cual podían segar y comer
«Ir h mies (Ex 23,19; 34,26; Núm 28,26; Dt 26,1 ss.).
17 Pentecostés, que marcaba el fin de la siega, era señalada con la ofrenda de los primeros panes
(Km 34.22: Núm 28,26; Dt 16,9). Su carácter conmemorativo de la promulgación de la Ley no se
hulla ni lu Escritura.
L E V ÍT ico 2 3 -2 4 156
E l a ñ o sab ático
ve años. * 9 El día décimo del séptimo sión daréis derecho a redimir la tierra.
mes harás que resuene el sonido de la 25 Si tu hermano empobreciere y vendie
corneta, el sonido de la expiación; ha re algo de su propiedad, vendrá el que
réis resonar el sonido de la corneta por tenga derecho, su pariente más próximo,
toda vuestra tierra, h>y santificaréis el y rescatará lo vendido por su hermano.
año cincuenta, y pregonaréis la libertad 26 Si no tuviere rescatador, que busque
por toda la tierra para todos los habitan él con qué hacer el rescate; 27 entonces
tes de ella. Será para vosotros jubileo, y descontará los años desde la venta y pa
cada uno de vosotros recobrará su pro gará al comprador lo que reste, volviendo
piedad, que volverá a su familia. M El a su propiedad. 28 Si no halla de qué pa
año cincuenta será para vosotros jubileo; gar el resto, lo vendido quedará en poder
no sembraréis, ni recogeréis lo que de sí del comprador hasta el año del jubileo,
diere la tierra, ni vendimiaréis la viña no y entonces será libre y el vendedor tornará
podada; 12 porque es el jubileo, que será a entrar en su propiedad.
sagrado para vosotros. Comeréis el fru 29 Si vendiere uno una casa en ciudad
to que de sí dieren los campos. 13 En este amurallada, tendrá derecho al rescate du
año jubilar volverá cada uno a su pose rante un año a partir de la venta; su de
sión. 14 Si vendéis a vuestro prójimo o le recho al rescate durará un año entero. *
compráis alguna cosa, que nadie perjudi 30 Si la casa situada en una ciudad amu
que a su hermano. 15 Comprarás a tu rallada no es rescatada dentro del año
prójimo conforme al número de años completo, será por siempre del que la
transcurridos después del jubileo, y con compró y de sus descendientes; no que
forme al número de años de cosecha te dará libre el año del jubileo. 31 Las casas
venderá él a ti. 16 Cuantos más años que de los pueblos no amurallados serán te
den, tanto más aumentarás el precio; nidas como feudo de tierra, podrán ser
cuantos menos queden, tanto más lo ba rescatadas y serán liberadas el año del
jarás, porque es el número de las cose jubileo. 32 Por lo que hace a las ciudades
chas lo que se vende. 17 Que nadie de vos de los levitas, las casas que en ellas tengan
otros defraude a su hermano; teme a tu los levitas serán perpetuamente rescata-
Dios, porque yo soy Yavé, vuestro Dios. bles. 33 Cuando la casa de un levita no
18 Cumplid mis leyes y poned por obra fuera rescatada, la casa vendida en ciudad
mis mandamientos, guardadlos y viviréis de las que les han sido dadas quedará li
seguros en la tierra. 19 La tierra dará sus berada en el jubileo, porque las casas de
frutos, comeréis a saciedad y habitaréis los levitas en sus ciudades son su posesión
en ella en seguridad. 20 Si preguntáis: en medio de los hijos de Israel. 34 Los
¿Qué comeremos el año séptimo, pues campos situados en derredor de las ciu
que no sembramos ni cosechamos nues dades de los levitas no podrán venderse,
tros frutos? 21 Yo os mandaré mi bendi pues son su posesión a perpetuidad.
ción el año sexto, y producirá frutos para 35 Si empobreciere tu hermano y te ten-
tres años. 22 Sembraréis el año octavo, y diere su mano, acógele y viva contigo
comeréis de la cosecha añeja; hasta la como peregrino y colono;* 36 no le da
cosecha del año venidero comeréis frutos rás tu dinero a usura ni de tus bienes a
añejos. ganancia. Teme a tu Dios y viva contigo
tu hermano. 37 No le prestes tu dinero a
E l rescate de las propiedades y los usura ni tus bienes a ganancia. 38 Yo,
siervos Yavé, vuestro Dios, que os saqué de la
23 Las tierras no se venderán a perpe tierra de Egipto para daros la tierra de
tuidad, porque la tierra es mía y vosotros Canán para ser vuestro Dios.
sois en lo mío peregrinos y extranjeros. * 39 Si empobreciere tu hermano cerca de
24 En todo el territorio de vuestra pose8ti y se te vende, no le trates como siervo;
8 El año jubilar, que viene a ser la última extensión de la ley sabática, es además una institución
de gran valor social, pues impediría la acumulación de la tierra en pocas manos.
23 «La tierra es mía», dice Yavé; los israelitas deben mirarse como simples colonos de su Dios,
que les dio la posesión de la tierra, pero no en propiedad perpetua. Por esto, a los cincuenta años
establece la Ley una plena restitución de las cosas a sus orígenes, a los días de la conquista, cuando
se repartió la tierra. Los anatemas de los profetas contra los ambiciosos de acumular tierras y la
ausencia de posteriores referencias a esta ley en la Biblia nos inducirían a pensar que esta disposi
ción debió de ser siempre letra muerta en Israel.
29 Las cosas, productos de la actividad humana, podrían venderse para siempre. Su valor era,
por otra parte, bien escaso, a juzgar por lo que nos muestran las excavaciones.
3 5 Este cuidado por el necesitado se renueva de continuo (Dt 15,17; Neh 5,5); de él se hacen
eco los oráculos de los profetas (Is 1,17; Jer 7,6; 22,3). La esclavitud en sentido propio no existía
para los israelitas, que sólo debían ser considerados como jornaleros y obtener la libertad. Libres
de sus deudas al año séptimo, entraban en posesión de sus tincas el año del jubileo (Jer 34,14 ss.).
Esta ley del v.40 no anulaba la otra del código de la alianza (Ex 21,1 s.).
159 l e v ít ic o 2 5 -2 6
te veces mayores por vuestros pecados; los persiga; 37 y tropezarán los unos con
19 quebrantaré la fuerza de vuestro or los otros, como si huyeran delante de la
gullo; haré como de hierro vuestro cielo espada, aunque nadie los persiga; y no
y como de bronce vuestra tierra. 20 Serán podréis resistir ante vuestros enemigos;
vanas vuestras fatigas, pues no os dará 38 y pereceréis entre las gentes, y la tierra
la tierra sus productos, ni los árboles de de vuestros enemigos os devorará. 39 Los
ella sus frutos. 21 Y si todavía me os opo que sobrevivan serán consumidos por sus
néis y no queréis obedecerme, os castiga iniquidades en la tierra enemiga y con
ré otras siete veces más por vuestros pe sumidos por las iniquidades de sus padres.
cados; 22 lanzaré contra vosotros fieras 40 Confesarán sus iniquidades y las de
que devoren a vuestros hijos, destrocen sus padres por las prevaricaciones con
vuestro ganado y os reduzcan a escaso que contra mí prevaricaron, 41 y que por
número, de modo que queden desiertos habérseme ellos opuesto a mí me opuse
vuestros caminos. yo a ellos y los eché a tierra de enemigos.
23 Si con tales castigos no os convertís
Humillarán su corazón incircunciso y re
a mi y seguís contra mí, 24 yo a mi vez conocerán sus iniquidades; 42 y yo en
marcharé contra vosotros y os rechazaré, tonces me acordaré de mi alianza con
y os heriré también yo siete veces más por Jacob, de mi alianza con Isaac, de mi
vuestros pecados; 25 esgrimiré contra vos alianza con Abraham, y me acordaré de su
otros la espada, vengadora de mi alianza; tierra.43 Pero ellos tenarán que abandonar
os refugiaréis en vuestras ciudades, y yo la tierra, que gozará de sus sábados, yer
mandaré en medio de vosotros la peste, ma, lejos de ellos. Serán sometidos al
y os entregaré en manos de vuestros ene castigo de sus iniquidades por haber me
migos, 26 quebrando todo vuestro sostén nospreciado mis mandamientos y por ha
de pan; diez mujeres cocerán el pan en ber aborrecido mis leyes. 44 Pero aun con
un solo horno, y os lo darán tasado; todo esto, cuando estén en tierra enemi
comeréis y no os hartaréis. ga, yo no los rechazaré, ni abominaré de
27 Si todavía no me obedecéis y seguísellos hasta consumirlos del todo, ni rom
oponiéndoos a mí, 28 yo me opondré a peré mi alianza con ellos, porque yo soy
vosotros con furor y os castigaré siete Y avé, su Dios. 45 M e acordaré por ellos
veces más por vuestros pecados. 29 Co de mi alianza antigua, cuando los saqué
meréis las carnes de vuestros hijos; co de la tierra de Egipto a los ojos de las
meréis las carnes de vuestras hijas;30 des gentes para ser su Dios. Y o , Yavé».
truiré vuestros excelsos; abatiré vuestros 46 Estos son los mandamientos, estatu
altares consagrados al sol; amontonaré tos y leyes que Y a vé estableció entre sí
vuestros cadáveres sobre los cadáveres de y los hijos de Israel, en el monte Sinai,
vuestros ídolos, y mi alma os abomina por medio de Moisés.
rá. * 31 Convertiré vuestras ciudades en
desiertos, saquearé vuestros santuarios y Votos
no aspiraré ya más el suave olor de vues
tros perfumes. 32 Devastaré la tierra, y o 1 Y avé habló a Moisés, diciendo:
vuestros enemigos, que serán los que la ^ • 2 «Habla a los hijos de Israel y di-
habiten, se quedarán pasmados; 33 y a les: Si uno hace voto a Yavé, se estimará
vosotros os dispersaré yo entre las gentes para Y a vé las personas, como las estimas
y os perseguiré con la espada desenvaina tú : 3 U n hombre de veinte a sesenta años
da en pos de vosotros; vuestra tierra será lo estimarás en cincuenta sidos de plata,
devastada y vuestras ciudades quedarán según el peso del sido en el santuario.
desiertas. 4 Una mujer la estimarás en treinta si
34 dos. 5 De los cinco a los veinte años, es
Entonces disfrutará la tierra de sus
sábados, durante todo el tiempo que du timarás un mozo en veinte sidos, y una
rare su soledad y estéis vosotros en la moza, en diez. 6 D e un mes a cinco años,
tierra de vuestros enemigos. Entonces estimarás en cinco sidos un niño y en tres
descansará la tierra y gozará de sus sába sidos una niña. 7 D e sesenta años para
dos. 33 Todo el tiempo que quedará de arriba, estimarás en quince sidos un hom
vastada tendrá el descanso que no tuvo bre y en diez una mujer. 8 Si el que hizo
en vuestros sábados, cuando erais vos el voto es demasiado pobre para pagar
otros los que la habitabais. 36 A los que el valor de tu estimación, será presentado
de vosotros sobrevivan yo les infundiré es al sacerdote, que fijará el precio según
panto tal en sus corazones, en la tierra de los recursos del hombre aquel.
sus enemigos, que el moverse de una hoja 9 Si el voto es de animales de los que se
los sobresaltará y los hará huir como se ofrecen a Yavé, cuanto así se ofrece en
huye de la espada, y caerán sin que nadie don a Y avé, será cosa santa. 10 N o será
30 La palabra hebrea jamman, que hasta aquí se traducía por estela, según los últimos descubri
mientos arqueológicos significa pebetero o altar de perfumes (Rev. Biblique [1948] 251).
161 JVÚMER08
N U M E R O S
1. E l libro cuarto del Pentateuco lleva entre los hebreos el título de Vayedabber,
«y dijo», que es la primera palabra del libro, y también el de Bamidbar, «en el desierto»,
porque en él se cuenta la historia de Israel en el desierto. Los L X X le pusieron nombre
alusivo a los empadronamientos que se cuentan al principio del libro y en el capítulo 26,
y lo llamaron Números, nombre que pasó al latín y a nuestras lenguas. Su argumento
es contar la historia de Israel desde el punto en que la deja el Levítico hasta la llegada
a la ribera izquierda del Jordán. Abarca el espacio de casi treinta y nueve años.
E l libro es una miscelánea, en la que va mezclada la historiá con las leyes, siendo
imposible hacer en él división alguna general a base del contenido. Pero la división
resulta fácil a base de la geografía. Así lo dividiremos en tres partes: i . a, Sindi
( 1 , 1 - 1 0 , 1 0 ) ; 2.a, desierto de Cadesbame ( 1 0 ,1 1 - 2 2 , 1 ) ; 3.a, orilla del Jordán o /íd-
nura de Moab (2 2 ,2 -3 6 ,13 ).
2. En la primera parte se acaba la organización del pueblo y del tabernáculo,
según el plan comenzado en Exodo (z s ) . A l censo de las doce tribus, que nos dan la
cifra de 603.550 hombres de guerra, sigue luego el de los levitas destinados al servicio
Nécat-Colunga 0
NÚMEROS 162
del santuario, 22.000, contando, no desde los veinte años, sino desde un mes para
arriba. E l segundo empadronamiento, referido en el capítulo 26, nos da la misma cifra.
De su interpretación ya hablamos en la introducción al Exodo. Aquí sólo debemos no
tar un hecho que nos revela la concepción del autor sagrado. Todo este número de
hombres va ordenado según sus tribus, con sus propios jefes y bajo sus enseñas, y acam
pan en torno del tabernáculo de una manera rigurosamente militar. Inmediatas al ta
bernáculo están las familias levíticas, y en tomo de éstas, las doce tribus, tres a cada
lado. Cuando se trata de levantar el campo, el orden es riguroso, y el tabernáculo,
llevado por los levitas, va en medio, precedido de seis tribus y seguido de las otras seis.
Y en todo este libro no se habla de un pueblo que emigra con toda su hacienda, sino
de un ejército que se mueve, al parecer, hasta sin impedimenta.
Otro punto que aquí hemos de advertir es la generosa devoción del pueblo hacia
el santuario de su Dios. Este se había fabricado con los doncitivos de oro, plata, bronce,
madera, telas variadas, pieles, etc., ofrecidas con tanta generosidad, que fu e preciso
anunciar al pueblo que suspendiese sus ofrendas. Todavía después de erigido el taber
náculo y consagrado su mobiliario, los jefes de las tribus ofrendarán carros para el
transporte y otros más ricos dones para el culto. Las órdenes en el campo son dadas
con dos trompetas de plata. Con esto se acrecienta la imagen de campamento. Estas
descripciones ideales son semejantes a las que posteriormente hacen algunos profetas
de la futura vuelta de los israelitas de la cautividad y de la ordenación del pueblo de
Dios en Palestina.
3. Comienza la segunda sección el día segundo del mes segundo en el segundo
año de la salida de Egipto, al año de la llegada al Sinaí. E l ejército del Señor se puso
en movimiento a la orden de Yavé, dada desde la nube que se alzó sobre el taber
náculo, y la marcha se organiza conforme a la norma antes referida. E l término de la
marcha fue Cadesbame, en el desierto de Farán, unos cien kilómetros al sur de B er-
seba. Es una región más bien desértica que feraz, pero en que no falta el agua, los
pastos no escasean tanto como en el desierto y hasta hay señales de cultivo. Desde aquí
enviaron los exploradores a la tierra de Canán. Aquí tuvieron lugar diversas rebe
liones del pueblo, entre ellas la famosa del levita Coré, que se levantó contra el privi
legio sacerdotal de la familia de A rón,y la de los rubenitas D atdny Abirón, que protes
taron contra el privilegio de la tribu de Leví. Aquí se detuvo el pueblo «mucho tiempo»,
dice el Deuteronomio (1,4 6 ), unos treinta y ocho años. Luego, impedidos por los idu-
meos de atravesar sus montes, tuvieron que rodearlos por el sur, para volverse hacia
el norte sin tocar en Moab ni en Idumea, pero ocupando l¿is regiones de los amorreos
Og y Seón, y bajando luego a la ribera del Jordán, que el texto llama «llanura de
Moab». A llí se prepararon para pasar el Jordán e invadir lo tierra de Canán.
4. En la última parte del libro se cuenta el interesante episodio de Balam. En él
hemos de ver, ante todo, el propósito de Dios de convertir a un extraño al pueblo
israelita en pregonero de las grandezas de Israel, como en Daniel lo son Nabucodono-
sor y Darío, Asuero en Ester, y en Judit, Ajior. L a prevaricación de Baal-Fogor vie
ne, sin duda, a justificar las repetidas intimaciones a destruir los santuarios cananeos,
para evitar el peligro de la seducción que podrían ejercer en el pueblo. L a guerra con
tra los madianitas es un ejemplo de cómo debían proceder en el castigo de los pueblos
cananeos, condenados en el juicio de Yavé; la distribución de los dos reinos amorreos
entre las tribus de Gad, Rubén y Manasés, con una multitud de leyes, señalan el fin
de la obra de Moisés.
las armas, 33 fueron contados de la tribu gregación de los hijos de Israel no incu
de Efraím cuarenta mil quinientos. rra en ira; los levitas tendrán la guarda
34 Hijos de Manasés, por sus familias del tabernáculo del testimonio». 54 Hicie
Ír linajes, contando los nombres de todos ron los hijos de Israel todo cuanto man
os varones de veinte años para arriba ap dó Yavé a Moisés; así lo hicieron.
tos para el servicio de las arm as,35 se con
taron de la tribu de Manasés treinta y dos O r d e n d el c a m p a m e n t o
mil doscientos.
36 Hijos de Benjamín, por sus familias 1 Habló Yavé a Moisés, diciendo:
2
y linajes, contando todos los varones de 2 «Que acampen los hijos de Israel
veinte años para arriba aptos para el ser cada uno junto a su enseña, bajo las en
vicio de las armas, 37 se contaron de la señas de sus linajes, frente al tabernáculo
tribu de Benjamín treinta y cinco mil cua de reunión y en tomo de él. *
trocientos. 3 Delante, al oriente, acampará Judá,
38 Hijos de Dan, por familias y linajes, con su enseña y sus escuadras. De los
contando todos los varones de veinte años hijos de Judá es jefe Nasón, hijo de Ami-
para arriba aptos para el servicio de las nadab; 4 su cuerpo de ejército, según el
armas, 39 se contaron de la tribu de D an censo, es de setenta y cuatro mil seiscientos
sesenta y dos mil setecientos. hombres. 3 A sus lados acampará la tribu
40 Hijos de Aser, por sus familias y lina de Isacar; el jefe de los hijos de Isacar es
jes, contando todos los varones de veinte Natanael, hijo de Suar, 6 y su cuerpo de
años para arriba aptos para el servicio de ejército es, según el censo, de cincuenta y
las armas, 41 se contaron de la tribu de cuatro mil cuatrocientos hombres. 7 Des
Aser cuarenta y un mil quinientos. pués, la tribu de Zabulón; el jefe de los
42 Hijos de Neftalí, por sus familias hijos
y de Zabulón es Eliab, hijo de Jelón,
linajes, contando todos los varones de 8 y su cuerpo de ejército es, según el censo,
veinte años para arriba aptos para el ser de cincuenta y siete mil cuatrocientos
vicio de las armas, 43 se contaron de la hombres. 9 El total para el campo de
tribu de Neftalí cincuenta y tres mil cua Judá es, según el censo, de ciento ochenta
trocientos. y seis mil cuatrocientos hombres, por sus
44 Estos fueron todos los contados de escuadras. Serán los primeros que se pon
los hijos de Israel, por sus linajes, los que gan en marcha.
contaron Moisés y Arón con los doce 10 Al mediodía, la enseña del campo de
príncipes de Israel, uno por cada tribu; Rubén, con sus escuadras. El jefe de los
45 siendo todos los contados de los hijos hijos de Rubén es Elisur, hijo de Sedeur,
de Israel, según sus linajes, de veinte años ii y su cuerpo de ejército, según el censo,
para arriba aptos para hacer la guerra es de cuarenta y seis mil quinientos hom
en Israel, 46*seiscientos tres mil quinientos bres. 12 A sus lados acampará la tribu de
cincuenta (603.550). * Simeón; el jefe de los hijos de Simeón es
47 Los levitas no fueron contados entre Salamiel, hijo de Surisadai, 13 y su cuerpo
éstos según la tribu 48 porque había ha de ejército es, según el censo, de cincuenta
blado Y a vé a Moisés, diciendo: 49«Sólo y nueve mil trescientos hombres. ^ D e s
dejarás de contar la tribu de Leví; no los pués, la tribu de G ad; el jefe de los hijos
contarás entre los hijos de Israel, 50 sino de Gad es Eliasaf, hijo de Reuel, 15 y su
que pondrás a los levitas en el tabernácu cuerpo de ejército es, según el censo, de
lo del testimonio, sobre todos sus utensi cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta
lios y sobre todo cuanto le pertenece. hombres. 16 El total del campo de Rubén
Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus es, según el censo, de ciento cincuenta y
utensilios, y servirán en él y sentarán sus un mil cuatrocientos cincuenta hombres.
tiendas en derredor del tabernáculo, si y Se pondrán en marcha los segundos.
cuando el tabernáculo hubiere de trasla 1 7 Después avanzará el tabernáculo de
darse, los levitas lo desarmarán; y cuando reunión, yendo el campo de los levitas
hubiere de pararse, ellos lo armarán, y el en medio de los otros. Seguirán en la
extraño que se acercare, morirá. 52 Los marcha el orden de su campamento, cada
hijos de Israel sentarán sus tiendas cada uno según su puesto y su enseña.
uno en su cuartel bajo la propia enseña, 18 A occidente, la enseña de Efraím. El
por orden de escuadras; 53 pero los levi jefe de los hijos de Efraím es Elisama,
tas sentarán las suyas alrededor del ta hijo de Amiud, 19 y su cuerpo de ejército
bernáculo del testimonio para que la con es, según el censo, de cuarenta mil qui-
un mes para arriba dio ocho mil seiscien primogénitos de los hijos de Israel y el
tos, adscritos al servicio del santuario. ganado de los levitas en lugar de los
29 Los linajes de los hijos de Caat acam primogénitos de sus ganados. Los levi
paban al mediodía del tabernáculo. 30 £ 1 tas son míos. Y o , Yavé».
jefe de los linajes de las familias de Caat 46 Para el rescate de los doscientos se
era Elisafán, hijo de Oziel. 31 Estaban a tenta y tres primogénitos de los hijos de
su cargo el arca, la mesa, el candelabro, Israel que sobrepasan el número de los
los altares y los utensilios sagrados de levitas, * 47 toma cinco sidos por cabeza,
su servicio y el velo con todo lo que per según el sido del santuario, que es de
tenecía a su servicio. 32 El jefe supremo veinte güeras. 48 Ese dinero se lo entre
de los levitas era Eleazar, hijo del sacer garás a A rón y a sus hijos, como rescate
dote Arón, a quien correspondía la super de los que sobrepasan el número de los
intendencia de todos los adscritos al ser levitas». 49Moisés tomó el dinero de los
vicio del santuario. primogénitos de los hijos de Israel que
33 D e Merarí proceden los linajes de los
sobrepasaban el número de los levitas,
mojlitas y los musitas. Estos son los lina 50 mil trescientos sesenta y cinco sidos,
jes de Merarí. 34 Los enumerados de ellos, según el sido del santuario. 51 Moisés en
conforme al censo de todos los varones tregó a Arón y a sus hijos el dinero del
de un mes para arriba, fueron seis mil rescate, según la orden de Yavé, según lo
doscientos. 35 El jefe de los linajes de que Y a v é había dicho a Moisés.
Merarí era Suriel, hijo de Abijail; acam
paban al lado norte del tabernáculo. 36 A l O b lig a c io n e s d e los levitas
cargo de Jos hijos de Merarí estaban los
1 Y a vé habló a Moisés y Arón, di
tablones del habitáculo con sus barras,
37 sus columnas y sus basas y todo su 4 ciendo : * 2 «H az el censo de los hijos
servicio, y las columnas del atrio con sus de Caat de entre los hijos de Leví, según
basas, sus clavos y sus cuerdas. sus familias y linajes, 3 desde los treinta
38 Delante del tabernáculo de reunión, años para arriba hasta los cincuenta, to
a levante, acampaban Moisés, A ró n y sus dos los que han de prestar servicio o
hijos, que velaban al cuidado del san cumplir alguna función en el tabernáculo
tuario por los hijos de Israel; todo ex de la reunión. 4 Estos serán los servicios
traño que se acercaba era castigado con de los hijos de Caat en el tabernáculo de
la muerte. 39 Los levitas que Moisés y reunión; consistirán en lo tocante a las
Arón enumeraron de orden de Yavé fue cosas santísimas. 5 Cuando hubiere de le
ron, contando de todos los linajes los va vantarse el campamento, vendrán Arón y
rones de un mes para arriba, veinti sus hijos a bajar el velo y cubrirán con él
dós mil. el arca del testimonio; 6 pondrán encima
una cubierta de pieles de tejón curtidas y
R e sc a te d e los p rim o g é n ito s d e Israe l tenderán por encima de toda ella un paño
de jacinto, y colocarán las barras del
40 Y a vé dijo a M oisés: «H az el censo de arca. 7 Tenderán sobre la mesa de los
todos los primogénitos de entre los hijos panes de la proposición una tela de ja
de Israel de un mes para arriba, contán cinto y pondrán encima de ella los platos,
dolos por sus nombres. 41 Tomarás para los cálices, las cazoletas y los vasos de
mi servicio a los levitas, en lugar de todos las libaciones; el pan perpetuo irá sobre
los primogénitos de los hijos de Israel, y el ella; 8 tenderán encima una tela carmesí,
ganado de los levitas, en lugar de los con que la envolverán, y una cubierta de
primogénitos del ganado de los hijos de pieles de tejón, y pondrán las barras de
Israel. Y o , Yavé». la mesa. 9 Tomarán una tela de jacinto,
42 Moisés hizo el censo de todos los pri con la que cubrirán el candelabro con sus
mogénitos de los hijos de Israel, según la lámparas, sus despabiladeras, sus platos
orden que Y a vé le había dado. 43 Todos para los pabilos cortados y todos los uten
los primogénitos varones, contados por silios para el aceite que se emplea en su
sus nombres, de un mes para arriba, servicio 10 y con todos sus utensilios; los
fueron veintidós mil doscientos setenta cubrirán de pieles de tejón y lo pondrán
y tres. sobre unas angarillas. 11 Tenderán un pa
44 Y a v é h ab ló a M o isé s, d icie n d o : ño de jacinto sobre el altar de oro, y
45 «Toma a los levitas en lugar de los después de cubrirlo con pieles de tejón le
46 Los primogénitos que excedan del número de los levitas deben ser rescatados con dinero,
por cuanto carecen de substituto que los reemplace en el servicio de Dios. Así, las doce tribus toman
a su cargo el servicio militar y forman el ejército de Yavé, mientras que los levitas son destinados
a los oficios sagrados.
A 1 Ahora se prescribe un segundo censo de los levitas por familias para hacer la distribución
“ de los ministerios sagrados y asignar luego a cada familia sus oficios.
167 HÚMEROS 4
pondrán las b a rras.12 Tomarán todos los 29 Haz el censo de los hijos de Merarf
utensilios para el servicio del santuario, y según sus familias y linajes, 3<>contándo
metiéndolos en una tela de jacinto, los los desde los treinta años para arriba has
cubrirán con pieles de tejón y los coloca ta los cincuenta, todos los adscritos al
rán sobre unas angarillas. 13 Quitarán del servicio y para cumplir sus funciones en
altar las cenizas y tenderán sobre él un el tabernáculo de la reunión. 31 He aquí
paño de púrpura escarlata; A pondrán lo que habrán de transportar, según sus
encima de él todos los utensilios de su servicios en el tabernáculo de la reunión:
servicio, los braseros, los tenedores, las los tablones del habitáculo, sus traveseras,
paletas y las bandejas, todos los utensi sus columnas y sus basas, 32 y las colum
lios del altar, y lo cubrirán con pieles de nas del atrio en derredor, con sus basas,
tejón y le pondrán las barras. sus estacas y sus cuerdas y todos los uten
15 Cuando Arón y sus hijos hayan aca silios de sus basas, y les indicaréis deter
bado de cubrir el santuario y sus utensi minadamente los utensilios que han de
lios todos y se levante el campamento, transportar. 33 Este es el oficio del linaje
vendrán los hijos de Caat para llevarlos, de los hijos de Merarí, conforme a su
pero sin tocar las cosas santas, no sea que servicio en el tabernáculo de la reunión,
mueran. H e aquí lo que del tabernáculo de bajo la vigilancia de Itamar, hijo del
la reunión transportarán los hijos de Caat. sacerdote Arón».
16 Eleazar, hijo de Arón, el sacerdote, ten
drá bajo su vigilancia el aceite del cande C enso de los levitas
labro, el timiama, la oblación perpetua
y el óleo de unción, así como todo el 34 Moisés y Arón y los príncipes de la
tabernáculo y cuanto él contiene, el san asamblea hicieron el censo de los hijos
tuario con todos sus utensilios». de Caat por linajes y familias,35 de cuan
17 Y avé habló a Moisés y Arón, dicien tos eran de treinta años para arriba hasta
do: 18 «Tened cuidado de que los hijos los cincuenta; 36 y los enumerados según
del linaje de C aat no sean extirpados de sus familias y sus linajes fueron dos mil
en medio de los levitas, 19 y haced de
setecientos cincuenta; 37 éstos fueron los
enumerados del linaje de los caatitas, to
modo que tengan segura la vida y no dos los que hacían el servicio en el ta
mueran si se acercan a las cosas santísi bernáculo de la reunión, que Moisés y
mas; sean A rón y sus hijos los que en Arón enumeraron de orden de Yavé dada
tren para encargar a cada uno su servicio a Moisés. 38 Hízose el censo de los hijos
y su cargo; 20 pero ellos que no entren de Gersón, por familias y linajes, 39 desde
para ver un solo instante las cosas san los treinta años para arriba hasta los cin
tas, no sea que mueran». cuenta, de cuantos hacían servicio en el
21 Y a v é h ab ló a M o isé s, d ic ie n d otabernáculo
: de la reunión, 40 y fueron
22 «H az también el censo de los hijos de enumerados por familias y linajes dos
Gersón según sus familias y linajes,23 ha mil seiscientos treinta. 41 Estos son los
ciendo el censo de los de treinta años para enumerados de los linajes de Gersón,
arriba hasta los cincuenta, de todos los todos los que hacían servicio en el ta
que han de prestar sus servicios y cum bernáculo de la reunión, que Moisés y
Arón enumeraron de orden de Yavé.
plir alguna ñmción en el tabernáculo de
42 Hízose el censo de las familias de los
la reunión. 24 He aquí los servicios de los hijos de Merarí, por familias y linajes,
linajes de Gersón, lo que habrán de hacer 43 desde los treinta años para arriba hasta
y lo que habrán de llevar. 25 Llevarán las los cincuenta, de cuantos prestaban ser
cortinas del habitáculo y tienda de la vicio en el tabernáculo de la reunión,
reunión; su cubierta y la cubierta de pie 44 y fueron enumerados por familias tres
les de tejón con que se cubren, 26 las cor mil doscientos. 45 Estos son los enumera
tinas del atrio y la de la puerta de entrada dos de las familias de Merarí, que Moisés y
del atrio, todo lo que rodea la tienda y Arón enumeraron según la orden de Yavé
el altar, sus cuerdas y todos los utensilios dada a Moisés. 46 Todos los que fueron
«le su servicio, y harán cuanto con ellos enumerados en el censo que Moisés y
nc hu de hacer. 27 A las órdenes de Arón Arón y los príncipes de Israel hicieron de
y sus hijos estará el servicio de los gerso- los levitas, por familias y linajes,47 desde
nitas en todo cuanto éstos han de hacer
los treinta años para arriba hasta los
cincuenta, 48 todos los que prestaban ser
V llcvur; vosotros asignaréis a cada uno vicio de ministerio o de transporte en el
ikMcnuinadamente lo que hayan de trans tabernáculo de la reunión, vinieron a ser
portar. 28 Este es el servicio de los linajes ocho mil quinientos ochenta. 49 Según la
ilo Gersón en el tabernáculo de la re orden dada por Yavé a Moisés, fueron
unión, y su vigilancia estará a cargo de designados cada uno para su propio mi
Itmnur, hijo del sacerdote Arón. nisterio y su propio cargo, y los designa-
NÚMF.KOfl 4*5 168
dos fueron aquellos que Yavé había man lo, la echará en el agua. 18 Luego, el
dudo. sacerdote, haciendo estar a la mujer ante
Yavé, le descubrirá la cabeza y le pondrá
Leyes varias en las manos la minjá de memoria, la
minjá de los celos, teniendo él en la ma
1 Habló Yavé a Moisés, diciendo:* no el agua amarga de la maldición,*
5 2 «Manda a los hijos de Israel que 19y la conjurará, diciendo: «Si no ha
hagan salir del campamento a todo le dormido contigo ninguno y si no te has
proso, a todo el que padece flujo y a todo descarriado, contaminándote y siendo in
inmundo por un cadáver. 3 Hombres o fiel a tu marido, indemne seas del agua
mujeres, todos los haréis salir del campa amarga de la maldición; 20 pero si te des
mento para que no contaminen el cam carriaste y fornicaste infiel a tu marido,
pamento en que habitan». Así lo hicieron contaminándote y durmiendo con otro
los hijos de Israel, haciéndolos salir del
campamento; 4 como lo ordenó Moisés, 2t (aquí el sacerdote la conjurará con el ju
ramento de execración, diciendo): Hágate
así lo hicieron los hijos de Israel.
5 Habló Yavé a Moisés, diciendo:* Yavé maldición y execración en medio
de tu pueblo y séquense tus muslos e hín
6 «Di a los hijos de Israel: Si uno, hom chese tu vientre,22 entre esta agua de mal
bre o mujer, comete uno de esos pecados dición en tus entrañas para hacer que tu
que perjudican al prójimo, prevaricando
vientre se hinche y se pudran tus mus
contra Yavé y haciéndose culpable, 7 con los». La mujer contestará: Amén, amén.
fesará su pecado y restituirá enteramente 23 El sacerdote escribirá estas maldiciones
el daño, añadiendo un quinto; restituirá en una hoja, y las diluirá en el agua amar
a aquel a quien perjudicó, 8 y si no hu
biere ya nadie a quien pertenezca la res ga, 24 y hará beber a la mujer el agua
titución, la hará a Yavé, y será entregada amarga de la maldición. 25 Luego toma
al sacerdote, además del carnero expia rá de la mano de la mujer la minjá de los
torio con que se hará la expiación del al celos y la agitará ante Yavé, y la llevará
culpable. 9 Toda ofrenda de cosas consa altar; 26 y tomando un puñado de la
ofrenda
gradas por los hijos de Israel que éstos altar, haciendo de memoria, \o quemará en el
presentan al sacerdote, de éste e s .10 Cuan después beber el agua a
to cada uno consagre, de él es; lo que la mujer. 27Darále a beber el agua; y si
se presenta al sacerdote, de éste es». se hubiere contaminado, siendo infiel a su
marido, el agua de maldición entrará en
L e y sobre los celos ella con su amargura, se le hinchará el
vientre, se le secarán los muslos, y será
11 H abló Y avé a M oisés, diciendo: maldición en medio de su pueblo. 28 Si,
12 «Habla a los hijos de Israel y diles: Si por el contrario, no se contaminó y es
la mujer de uno fornicare y le fuese in pura, quedará ilesa y será fecunda.
fiel, t3 durmiendo con otro en concúbito 29 Esta es la ley de los celos, para cuan
de semen, sin que haya podido verlo el do una mujer haya sido infiel a su mari
marido ni haya testigos, por no haber si do y se haya contaminado, 30 0 que el es
do hallada en el lecho, 14 y se apoderase píritu de los celos se haya apoderado de
del marido el espíritu de los celos y tu su marido y tenga celos de ella; presen
viese celos de ella, háyase ella manchado tará a su mujer ante Yavé, y el sacerdote
en realidad o no se haya manchado,15 la hará con ella cuanto en esta ley se pres
llevará al sacerdote, y ofrecerá por ella cribe. 31 Así el marido quedará libre de
una oblación de la décima parte de un culpa, y la mujer llevará sobre sí su pe
efá de harina de cebada, sin derramar cado».
aceite sobre ella ni poner encima incienso,
porque es minjá de celos, minjá de memo
ria para traer el pecado a la memoria.
16 El sacerdote hará que se acerque y se
esté ante Yavé; 17 tomará del agua santa
en una vasija de barro, y cogiendo un
poco de la tierra del suelo del tabernácu
C i La ley contenida en los vv.1-4 es una consecuencia de Lev 13*46 y 15.31* en que se declara
^ impuros a los que padecen los accidentes aquí señalados. El campo de Israel, presidido por
Yavé, debe conservarse santo y puro.
5 Nueva ley complementaria de Lev 5*20 ss.
18 Este rito tiene mucho parecido con las antiguas ordalías aplicables a casos semejantes, en que
se buscaba el juicio divino. En el código hammurabiano también se acude al Eufrates, que traga los
culpables, mientras rechaza los inocentes. Sin negar, ni mucho menos, el carácter sobrenatural que
este rito pudiera tener, todo este ceremonial parece que habla de influir grandemente en la mujer
culpable para moverla a declararse tal.
169 NÚMEROS 6 -7
rael, jefes de sus linajes, presentaron sus sid os; un jarro de plata de setenta sidos,
ofrendas; eran los príncipes que habían al peso del sido del santuario, llenos am
presidido el censo. 3 Llevaron sus ofren bos de flor de harina amasada con aceite,
das ame Y avé: seis carros cubiertos y para la ofrenda; 26 una taza de oro de
doce bueyes, un carro por cada dos, y un diez sidos, llena de perfumes; 27 un no
buey por cada uno de los príncipes, y los villo, un carnero y un cordero primal, para
presentaron ante el tabernáculo. el holocausto; 2° un macho cabrio, para
4 Y a vé habló a Moisés, diciendo:5 «R e el sacrificio expiatorio; 29 y para el sacri
cibe de ellos eso, y que se destine al servi ficio pacífico, dos bueyes, cinco carneros,
cio del tabernáculo de la reunión; se los cinco machos cabríos y cinco corderos
darás a los hijos de Leví, a cada uno primales. Esta fue la ofrenda de Eliab,
según las necesidades de su servicio». hijo de Jelón.
6 Moisés, tomando los carros y los bue 30 E l cuarto día, el príncipe de los hijos
yes, se los entregó a los levitas; 7 dio dos de Rubén, Elisur, hijo de Sedeur, 31 ofre
carros y cuatro bueyes a los hijos de ció: un plato de plata de ciento treinta
Gersón, según sus funciones; 8 cuatro ca sid o s; un jarro de plata de setenta sidos,
rros y ocho bueyes a los hijos de Merarí, al peso del sido del santuario, ambos lle
conforme a su servicio, bajo la vigilancia nos de flor de harina amasada con aceite,
de Itamar, hijo de Arón, sacerdote; 9 pero para la ofrenda; 32 una taza de oro de
no dio ninguno a los hijos de Caat, por diez sidos, llena de perfumes; 33 un no
que el servicio suyo de las cosas santas villo, un carnero y un cordero primal, para
habían de hacerlo llevándolas sobre sus el holocausto; 34 un macho cabrío, para
hom bros. 10 L o s príncipes hicieron su el sacrificio expiatorio; 35 y para el sa
ofrenda para la dedicación del altar cuan crificio pacífico, dos bueyes, cinco car
do fue ungido, presentando su ofrenda neros, cinco machos cabríos y cinco cor
ante el altar. 11 Y avé dijo a M oisés: «Que deros primales. Esta fue la ofrenda de
presenten los príncipes su ofrenda uno a Elisur, hijo de Sedeur.
uno para la dedicación del altar».12 Aquel 36 E l quinto día, el príncipe de los hi
día, el primero, presentó su ofrenda N a - jos de Simeón, Salamiel, hijo de Surisa-
són, hijo de Am inadab, de la tribu de d a i,37 ofreció: un plato de plata de ciento
Judá, 13 ofreciendo un plato de plata de treinta sid os; un jarro de plata de setenta
ciento treinta sidos de peso y un jarro sidos, al peso del sido del santuario, am
de plata de setenta sidos, según el peso bos llenos de flor de harina amasada con
del sido del santuario, ambos llenos de aceite, para la ofrenda; 38 una taza de oro
flor de harina amasada con aceite, para las de diez sidos, llena de perfumes; 39 un
o frend as;14 una taza de oro de diez sidos, novillo, un camero y un cordero primal,
llena de perfumes; 15 un novillo, un car para el holocausto; 40 un macho cabrío,
nero y un cordero primal, para el holo para el sacrificio expiatorio; 41 y para el
causto ; 16 un macho cabrío, para el sacri sacrificio pacifico, dos bueyes, cinco car
ficio expiatorio; 17 y para el sacrificio pa neros, cinco machos cabríos y cinco cor
cífico, dos bueyes, cinco carneros, cinco deros primales. Esta fue la ofrenda de
machos cabríos y cinco corderos primales. Salamiel, hijo de Surisadai.
Esta fue la ofrenda de Nasón, hijo de 42 El sexto día, el príncipe de los hijos
Aminadab. de G ad, Eliasaf, hijo de Reuel, 43 ofreció:
18 E l segundo día hizo su ofrenda N a- un plato de plata de ciento treinta sid os;
tanael, hijo de Suar, príncipe de Isacar. un jarro de plata de setenta sidos, al peso
19 Ofreció un plato de plata de ciento del sido del santuario, ambos llenos de
treinta sidos; un jarro de plata de se flor de harina amasada con aceite, para la
tenta sidos, al peso del sido del santuario, o fren d a;44 una taza de oro de diez sidos,
llenos ambos de flor de harina amasada llena de perfumes; 45 un novillo, un car
con aceite, para la ofrenda;29 una taza de nero y un cordero primal, para el holo
oro de diez sidos, llena de perfum es;21 un causto; 46 un macho cabrío, para el sa
novillo, un carnero y un cordero primal, crificio expiatorio; 47y para el sacrificio
para el holocausto; 22 un macho cabrío, pacífico, dos bueyes, cinco cameros, cinco
para el sacrificio expiatorio; 23 y para el machos cabríos y cinco corderos primales.
sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco car Esta fue la ofrenda de Eliasaf, hijo de
neros, cinco machos cabríos y cinco cor Reuel.
deros primales. Esta fue la ofrenda de 48 E l séptimo día, el principe de los
Natanael, hijo de Suar. hijos de Efraím, Elisama, hijo de Am iud,
24 El tercer día, el príncipe de los hijos 49 ofreció: un plato de plata de ciento
de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón, 25 ofre treinta sid o s; un jarro de plata de setenta
ció: un plato de plata de ciento treinta sidos, al peso del sido del santuario, ani
el censo fue hecho antes, y entonces se hizo el cómputo de los primogénitos y el rescate de los ex
cedentes.
171 NÚMEROS 7
bos llenos de flor de harina amasada con amasada con aceite, para la ofrenda;
aceite, para la ofrenda; 50 una taza de oro 74 una taza de oro de diez sidos, llena de
de diez sidos, llena de perfumes; 51 un perfumes; 75 un novillo, un camero y un
novillo, un carnero y un cordero primal, cordero primal, para el holocausto; 76 un
para el holocausto; 52 un macho cabrío, macho cabrio, para el sacrificio expiato
para el sacrifido expiatorio; 53 y para el rio ; 77 y para el sacrificio pacífico, dos
sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco car bueyes, cinco cameros, cinco muchos ca
neros, cinco machos cabríos y cinco cor bríos y cinco corderos primales. Esta fue
deros primales. Esta fue la ofrenda de la ofrenda de Paquiel, hijo de Ocrán.
Elisama, hijo de Amiud. 78 El duodécimo día, el príncipe de los
54 hijos de Neftalí, Ajira, nijo de Enán;
El octavo día, el principe de los hijos
de Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur, 79 ofreció: un plato de plata de ciento
55 ofreció: un plato de plata de ciento treinta sidos; un jarro de plata de setenta
treinta sidos; un jarro de plata de seten sidos, al peso del sido del santuario, am
ta sidos, al peso del sido del santuario, bos llenos de flor de harina amasada con
ambos llenos de flor de harina amasada aceite, para la ofrenda; 80 una taza de
con aceite, para la ofrenda; 56 una taza oro de diez sidos, llena de perfumes;
de oro de diez sidos, llena de perfumes; 81 un novillo, un camero y un cordero
57 un novillo, un camero y un cordero primal, para el holocausto; 82 un macho
primal, para el holocausto; 58 un macho cabrío, para el sacrificio expiatorio; 83 y
cabrío, para el sacrificio expiatorio; 59 y para el sacrificio pacífico, dos bueyes,
para el sacrificio pacifico, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabrios y
cinco carneros, cinco machos cabrios y cinco corderos primales. Esta fue la ofren
cinco corderos primales. Esta fue la ofren da de Ajira, hijo de Enán.
da de Gamaliel, hijo de Pedasur. 84 Estos fueron los dones de los prínci
60 El noveno día, el príncipe de los hi pes de Israel para la dedicación del altar
jos de Benjamín, Abidán, hijo de Guedoni, el día en que se ungió: doce platos de
01 ofreció: un plato de plata de ciento plata, doce jarros de plata, doce tazas de
treinta sidos; un jarro de plata de seten oro; 85 cada plato, de ciento treinta sidos
ta sidos, al peso del sido del santuario, de peso; cada jarro, de setenta sidos;
ambos llenos de flor de harina amasada total de la plata de estos utensilios, dos
con aceite, para la ofrenda; 62 una taza mil cuatrocientos sidos, al peso del sido
de oro de diez sidos, llena de perfumes; del santuario; 86 doce tazas de oro llenas
63 un novillo, un carnero y un cordero pri de perfume, de diez sidos cada una, al
mal, para el holocausto; 64 un macho sido del santuario; total del oro de las
cabrio, para el sacrificio expiatorio; 65 y tazas, ciento veinte sidos. 87 Total de los
para el sacrificio pacífico, dos bueyes, animales para el holocausto: doce novi
cinco cameros, cinco machos cabríos y llos, doce cameros y doce corderos pri
cinco corderos primales. Esta fue la ofren males, con sus ofrendas, y doce machos
da de Abidán, hijo de Guedoni. cabríos para el sacrificio expiatorio. 88 To
66 El décimo día, el príncipe de los hi tal de los animales para el sacrificio pa
jos de Dan, Ajiezer, hijo de Amisadán, cífico: veinticuatro bueyes, sesenta came
^7 ofreció: un plato de plata de ciento ros, sesenta machos cabríos y sesenta
treinta sidos; un jarro de plata de setenta corderos primales. Estos fueron los dones
sidos, al peso del sido del santuario, am ofrecidos para la dedicación del altar
bos llenos de flor de harina amasada con cuando se ungió.
aceite, para la ofrenda; 68 una taza de 89 Cuando Moisés entraba en el taber
oro de diez sidos, llena de perfumes; náculo de la reunión para hablar con
69 un novillo, un camero y un cordero Yavé, oía la voz que le hablaba desde
primal, para el holocausto; 70 un macho encima del propiciatorio puesto sobre el
cabrío, para el sacrificio expiatorio; 71 y arca del testimonio, entre los dos queru
para el sacrificio pacífico, dos bueyes, bines; así le hablaba Yavé. *
cinco carneros, cinco machos cabríos y
cinco corderos primales. Esta fue la ofren
da de Ajieser, hijo de Amisadán.
72 El undécimo día, el príncipe de los
hijos de Aser, Paquiel, hijo de Ocrán,
73 ofreció: un plato de plata de ciento
treinta sidos; un jarro de plata de setenta
•icios, ambos llenos de flor de harina19
19 F.I arca con el testimonio (las tablas de la Ley) es el símbolo material de la presencia de
I Hfw en medio de Israel, y por eso habla Dios desde ella a su profeta. Salta a la vísta el sentido ti
pien encarta¡co de la misma.
Este versículo parece estar fuera de su lugar propio. Al fin del Exodo parece que estarla bien.
NÚMEROS B-9 17 2
15 Dios mora en el tabernáculo y es el conductor del gran ejército de Israel. Siendo la nube
ft Ntgno sensible de su presencia, de ella se sirve para dar las órdenes de partida y estado del campo»
Solxe el sentido real de este pasaje, cf. Introducción al Exodo, n.6.
4 *| 4 E s t e v u lg o a d v e n t ic io q u e a c o m p a ñ a a lo s h ijo s d e I s r a e l, y d e q u e se h a c e m e n c ió n e n
* " v a r io s l u g a r e s , e s ta r í a c o m p u e s t o d e a s iá tic o s d e d i v e r s a s p r o c e d e n c ia s , s u je to s a s e r v i d u m
b r e , c o m o l o s h e b r e o s . A p r o v e c h ó la p r o p ic ia o c a s ió n q u e s e le p r e s e n ta b a d e e s c a p a r . S u p r e s e n c ia
e n t r e lo s i s r a e li ta s p o d r í a s e r v i r d e e x p lic a c ió n a n o p o c o s d e lo s e p is o d io s d e l p a s o p o r e l d e s i e r t o .
7 Y a e n E x 1 6 , 3 1 . a l a p a r e c e r p o r p r i m e r a v e z e l m a n á , s e n o s d a n lo s m is m o s d e t a lle s .
175 NÚMEROS 11
gerlo, y lo molían en molinos o lo ma cual estoy, y me dices: Yo les daré car
jaban en morteros, y cociéndolo en una ne, y la comerán todo un mes. 22 ¿Bas
caldera, hacían de él tortas, que tenían tará para ello degollar todas las ovejas
un sabor como de pasta amasada con y todos los bueyes? ¿Se juntarán todos
aceite. 9 Cuando de noche caía el rocío los peces del mar para darle abasto?»
sobre el campo, caía también el maná. 23 Yavé replicó a Moisés: «¿Acaso se ha
10 Oyó Moisés las lamentaciones del acortado el brazo de Yavé? Ya verás si
pueblo, que por familias se reunían a las es o no es como te he dicho».
puertas de sus tiendas, encendiendo el 24 Salió Moisés y transmitió al pueblo
ardor de la ira de Yavé; y desagradó a lo que había dicho Yavé; y eligió los se
Moisés, 11 que dijo a Yavé: «¿Por qué tenta varones de entre los ancianos do
tan mal tratas a tu siervo? ¿Por qué no Israel y los puso en derredor del taber
ha hallado gracia a tus ojos y has echado náculo. 25 Descendió Yavé en la nube y
sobre mí la carga de todo este pueblo? habló a Moisés: tomando del espíritu que
12 ¿Lo he concebido yo ni lo he parido, residía en él, lo puso sobre los setenta
para que me digas: Llévalo en tu regazo, ancianos; y cuando sobre ellos se posó
como lleva la nodriza al niño a quien el espíritu, pusiéronse a profetizar, y no
da de mamar, a la tierra que juraste dar cesaban. 26 Habíanse quedado en el cam
a sus padres? 13 ¿Dónde tengo yo carne pamento dos de ellos, uno llamado El-
para alimentar a todo este pueblo? ¿Por dad y otro llamado Medad; y también
qué llora a mí clamando: Danos carne sobre ellos se posó el espíritu; eran de
que comer? 14 Y o no puedo soportar solo los nombrados, pero no se presentaron
a este pueblo. Me pesa demasiado. 15 Si ante el tabernáculo, y se pusieron a pro
así has de hacer conmigo, dame la muer fetizar en el campamento. 27 Corrió un
te, te lo ruego; y si es que he hallado mozo a avisar a Moisés, diciendo: «Eldad
gracia a tus ojos, que no me vea ya más y Medad están profetizando en el campa
así afligido». mento». 28 Josué, hijo de Nun, ministro
de Moisés desde su juventud, dijo: «Mi
L o s setenta ancianos señor Moisés, impídeselo». 29 Y Moisés
le respondió: «¿Tienes celos por mí? ¡Oja
16 Entonces dijo Yavé a Moisés: «Elílá que todo el pueblo de Yavé profetizara
geme a setenta varones de los hijos de y pusiese Yavé sobre ellos su espíritu!»*
Israel, de los que tú sabes que son ancia 30 Volvióse Moisés al campamento, y con
nos del pueblo y de sus principales, y él los ancianos de Israel. * 31 Vino un
tráelos a la puerta del tabernáculo; que viento de Yavé, trayendo desde el mar co
esperen allí contigo. * 17 Yo descenderé dornices, que dejó sobre el campamento,
y contigo hablaré allí, y tomaré del espí hasta la altura de dos codos sobre la tie
ritu que hay en ti y lo pondré sobre ellos rra. * 32 El pueblo estuvo todo el día, toda
para que te ayuden a llevar la carga del la noche y todo el día siguiente recogiendo
pueblo y no la lleves tú solo. 18 y di al codornices; el que menos, recogió diez jó-
pueblo: Santifícaos para mañana, y co mer, y las pusieron a secar en los alrede
meréis carne, ya que habéis llorado a Ya dores del campamento. 33 Aún tenían la
vé diciendo: ¡Quién nos diera carne que carne entre sus dientes, antes de que hu
comer! ¡Mejor ciertamente estábamos en biesen podido acabar de comerlas, y en
Egipto! Ya os dará Yavé carne que co cendióse contra el pueblo el furor de Yavé,
mer. 19 N o comeréis un día, ni dos, ni y Yavé hirió al pueblo con una plaga;*
cinco, ni diez, ni veinte; 20 la comeréis *4 siendo llamado aquel lugar Quibrot-hat-
iodo un mes, hasta que se os salga por tava, porque allí quedó sepultado el pueblo
la boca y os produzca náuseas, por ha glotón. 35 De Quibrot-hat-tava partieron
ber menospreciado a Yavé, que está en para Jaserot y acamparon allí.
medio de vosotros, y haber llorado di
ciendo: ¿Por qué hemos salido de Egip
to?» 21 Moisés le dijo: «Seiscientos mil
infantes cuenta el pueblo en medio del
,A Véase la nota a Ex 24,9 Distintos a estos setenta varones escogidos para ayudar a Moisés
mn su consejo a llevar el peso del pueblo deben de serlos oficiales de diez, cincuenta, ciento y mil,
mu; forman una verdadera jerarquía militar, con atribuciones judiciales en los asuntos de menor
Importancia (Ex 18,25 s.).
Este deseo de Moisés de ver a todo el pueblo lleno del espíritu profético es lo que el pro
feta Joel anuncia que se realizará en los días felices del Mesías (2,28; Act 2,16).
Jü Ot ra vez las codornices traídas por el viento de Yavé, pero esta vez en mayor cantidad que
la primera.
Véase Ex 16,13 ss.
* No podría expresarse con más energía la mala condición del pueblo y su propensión a mur
murar y a quejarse.
NÚMEHOS 1 2 - 1 3 176
años ante9 que Tanis en Egipto.24 (23) Lle de los que habían explorado la tierra,
garon hasta el valle de Escol, cortaron un rasgaron sus vestiduras; 7 y hablaron a
sarmiento con racimos de uvas, que tra toda la asamblea de los hijos de Israel,
jeron dos en un palo, y granadas e hi diciendo: «L a tierra por Ju t|ue hemos pa
gos. * 25 (24) Llamaron a aquel lugar Na- sado en reconocimiento es .sobremanera
jal-Escol (Valle del Racimo), por el sar buena. 8 Si agradamos a Yavé. El nos
miento de vid que allí habían cortado los hará entrar en esa tierra y nos I» dará.
hijos de Israel. 26 (25) Volvieron de explo E s una tierra que mana leche y miel. 0 No
rar la tierra al cabo de cuarenta días; os rebeléis contra Y avé, y no tengáis mie
27 (26) y llegados, se presentaron a Moisés do de la gente de esa tierra, que nos los
y Arón y a toda la asamblea de los hijos de comeremos como pan. Ellos se han que
Israel en el desierto de Farán, en Cades; dado sin amparo, y Y a v é está con nos
28 (27) e hicieron relación a ellos y a toda la
otros». 10 Toda la asamblea de Israel que
asamblea, mostrando los frutos de la tie ría lapidarlos, pero la gloria de Y a vé se
rra, y contaron así: «Hemos llegado a la mostró en el tabernáculo de la reunión
tierra adonde nos mandasteis; en verdad a todos los hijos de Israel, n y Y avé dijo
m ana leche y m iel; ved sus frutos. a M oisés: «¿Hasta cuándo ha de ultra
29 (28) pero la gente que la habita es fuerte,jarme este pueblo? ¿Hasta cuándo no ha
y sus ciudades son muy grandes y están de creerme, después de todos los prodi
amuralladas; hemos visto también allí a gios que en medio de ellos he hecho?
los hijos de Enac.30 (29) Los amalecitas ha 12V o y a herirle de mortandad y a hacer
bitan la región del Negueb; los jeteos, je- de ti una gran nación, más grande y más
buseos y amorreos, la parte montuosa; los fuerte que ellos». * 13 Pero Moisés respon
cananeos, las costas del mar y a lo largo dió a Y a v é : « Y lo sabrán los egipcios,
del Jordán». 31 (30) Caleb, imponiendo si de cuyo poder sacaste a este pueblo, 14y
lencio al pueblo que murmuraba contra se lo dirán a los habitantes de esa tierra.
Moisés, clamó: «¡Subamos, subamos lue Todos ellos saben que tú, ¡oh Ya vé!, ha
go! ¡La conquistaremos, seremos más fuer bitas en medio de este pueblo, que te de
tes que ellos!» 32 (31) Pero los que habían jas ver la cara, que se posa sobre ellos
subido con él dijeron: «No debemos subir tu nube, que vas delante de ellos, de día
contra aquella gente; es más fuerte que en columna de nube y de noche en co
nosotros». 33 (32) Y desacreditaban entre lumna de fuego. >5 Si, pues, destruyes este
los hijos de Israel la tierra que habían ex pueblo, como si fuera un solo hombre,
plorado, diciendo: «Es una tierra que de los pueblos a los que ha llegado tu fama
vora a sus habitantes, y todos cuantos de d irá n :16 Por no haber podido Llevar a ese
ella hemos visto eran de gran talla. pueblo a la tierra que le había prometido,
3 4 ( 3 3 ) Hasta gigantes hemos visto allí; los ha destruido Y a vé en el desierto.
ante los cuales nos pareció a nosotros que 17 Haz, pues, mi Señor, que resplandezca
éramos como langostas; así les parecía tu fortaleza, como tú mismo dijiste.18 Y a
mos nosotros a ellos». vé, tardo a la ira y grande en misericordia,
que perdona la iniquidad y la rebeldía,
Sedición aunque no la deja impune, y visita la ini
1 Entonces toda la muchedumbre quidad de los padres en los hijos hasta
H rompió a gritar, y el pueblo se pasó la tercera y la cuarta generación. 19 Per
toda la noche llorando; 2 y todos los hi dona, pues, la iniquidad de este pueblo
jos de Israel murmuraban contra Moisés según tu gran misericordia, como desde
y Arón, y todos decían: «¡Ah, si hubié Egipto hasta aquí le has perdonado».
ramos muerto en la tierra de Egipto, o 20Díjole entonces Y a v é : «Los perdono,
muriéramos siquiera en este desierto!» según me lo pides; 21 mas por mi vida y
' ¿Por qué quiere llevarnos Yavé a esa por mi gloria, que hinche la tierra toda,
i ierra a perecer por la espada, y que sean 22 que todos aquellos que han visto mi
nuestras mujeres y nuestros hijos presa gloría y todos los prodigios que yo he
ilc otros? ¿No sería mejor que nos vol obrado en Egipto y en el desierto, y to
viéramos a Egipto?» 4 Y unos a otros se davía me han tentado diez y diez veces,
decían: «Elijamos un jefe y volvámonos desoyéndome, 23 no verán la tierra que a
n Egipto». sus padres juré dar. N o, ninguno de los
5 Entonces Moisés y Arón cayeron so que así me han ultrajado la verá. 24 sólo
lí re sus rostros ante toda la asamblea a mi siervo Caleb, que con espíritu del
de los hijos de Israel. 6 Josué, hijo de todo diferente me siguió enteramente, le
Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, que eran haré yo entrar en esa tierra donde ha es
24 Está al norte de Hebrón y se dan allí todavía las mejores uvas de mesa de la Palestina.
1 A 12 Dios, cansado del pueblo, quiere destruirle para substituirle por otro que tuviera por
*“ patriarca a Moisés; a lo que el caudillo, siempre humilde, generoso y amante de su pueblo,
«*■ ienlute, abogando muy bien por la causa de Israel (Ex 32,12; Dt 9,26; 32,27; Sal 106,23).
NÚMEROS 1 4 -1 5 178
olor a Y avé, lo hará como lo hagáis vos de en medio de su pueblo; por haber me
otros. 15 U na misma ley regirá ante Yavé nospreciado la palabra de Yavé y haber
para vosotros, los de la congregación, y traspasado su mandato, será exterminado
para el extranjero que con vosotros mora. y llevará sobre si su iniquidad».
16 U na misma ley, un mismo derecho ten
dréis vosotros y el extranjero que habita C astigo de u n violador del sábado
entre vosotros». *
17 H ab ló Y a v é a M oisés, d iciendo: 32 Sucedió, cuando estaban los hijos de
18 «Habla a los hijos de Israel y diles: Israel en el desierto, que encontruron a
Cuando hubiereis entrado en la tierra a un hombre recogiendo leña en sábado;
la cual os llevo, 19 cuando comáis el pan 33 y los que le encontraron le denunciaron
de esa tierra, ofreceréis de él ofrenda a a Moisés y a Arón y a toda la asamblea;
Y avé. 70 Com o primicia de vuestra masa 34 y le encarcelaron, poique no había sido
ofreceréis un pan, del mismo modo que todavía declarado lo que había de hacer
ofrecéis las primicias de vuestra era. 21 De se con él. 35 Yavé dijo a Moisés: «Sin
las primicias de vuestras masas ofrece remisión, muera ese hombre. Que lo la
réis ofrenda a Y a vé en vuestras genera pide el pueblo todo fuera del campa
ciones. mento». 36 Y fue llevado fuera del cam
22 pamento y fue lapidado, como se lo man
Si por inadvertencia faltareis, no po
niendo por obra todos estos mandamien dó Yavé a Moisés.
tos que Y a vé os ha dado por Moisés,
23 todo lo que Y avé os ha mandado por Las filacterias
Moisés desde el día en que para vosotros 37Yavé habló a Moisés, diciendo:*
lo dispuso para todas vuestras generacio 38 «Habla a los hijos de Israel y diles que
nes en adelante, 24 entonces la inadver de generación en generación se hagan ñe
tencia cometida por la congregación será cos en los bordes de sus mantos y aten los
expiada por la ofrenda de ella toda, de ñecos de cada borde con un cordón de
un novillo en holocausto de suave olor a color de jacinto, * 39 a fin de que les sirva,
Yavé, con la oblación y la libación de cuando lo vean, para acordarse de todos
rito, y un macho cabrío por el pecado. los mandamientos de Yavé; para que los
25 E l sacerdote haga la expiación por toda pongan por obra, sin irse detrás de los
la congregación de los hijos de Israel, y deseos de su corazón y de sus ojos, a los
les será perdonado, porque fue por igno que se prostituyen; 40 porque así, acor
rancia y han presentado a Y avé su ofren dándoos de mis preceptos y poniéndolos
da de combustión y la víctima expiatoria por obra, seréis santos a vuestro Dios.
por su inadvertencia ante Yavé. 26 Y le 41 Yo, Yavé, vuestro Dios, que os ha sa
será perdonado a toda la congregación cado de la tierra de Egipto para ser vues
de los hijos de Israel y al extranjero que tro Dios. Yo, Yavé, vuestro Dios».
en medio de ellos habita, porque del pue
blo todo fue la inadvertencia. * 27 Si el que L a sed ición d e C o r é y su castigo
por inadvertencia pecó fuese uno solo,
ofrecerá un cabrito primal por el pecado, 1 í i 1 ^ or®» de Isar, hijo de Caat,
28 y el sacerdote hará la expiación ante * O hijo de Leví; Datán y Abirón, hi
Y avé por el que pecó por inadvertencia jos de Eliab, y On, hijo de Felet, de los
para expiarle, y le será perdonado.29 Para descendientes de Rubén,* 2 se alzaron y
el indígena de los hijos de Israel y para se pusieron enfrente de Moisés, arrastran
el extranjero que habita en medio de vos do tras sí a doscientos cincuenta varones
otros tendréis la misma ley cuanto al pe de los hijos de Israel, todos de los princi
cado cometido por inadvertencia. 30 Pero pales de la asamblea, de los del consejo,
cualquiera que sea, indígena o extranjero, hombres distinguidos. 3 Se conjuraron
el que con altiva mano obrare, ultrajando contra Moisés y Arón y dijeron a éstos:
a Yavé, 31 ése será enteramente borrado «Básteos ser uno de tantos, pues santos
16 Por la circuncisión, el extranjero se incorpora a Israel. Esto, como también el ser admitido
el extranjero a ofrecer sacrificios (Núm 14,15), rompe el cerco de religión nacional y hace a la reli-
yión de Israel universal en potencia (cf. 1 Re 2,41 ss.).
26 Esto de que aun el pecado cometido con inadvertencia impurifique, pone de relieve el al
tísimo concepto que de la santidad divina quería Dios que tuviera su pueblo.
37 La violación del sábado, día consagrado a Dios, era un sacrilegio; y el sacrilegio, no sólo
en la religión de Israel, sino en las religiones gentílicas, era generalmente castigado con la muerte.
Sobre los ñecos, como recordatorio de la Ley, véase Dt 22,12; Mt 23,5.
1 £ 1 En esta sedición intervienen dos facciones, que se unen en la rebelión. La de Coré, levita,
■ ^ y sus seguidores, levitas, que aspiran al sacerdocio, y la facción de Datán y Abirón, rube-
nltNN, que aspiran a la supremacía religiosa y política.
Hasta pudiera suceder que se tratara de dos episodios distintos, pues en Núm 27,3 M habla
6a Coré y sus secuaces, y en Dt 11,6 y Sal 106,17, de Datán y Abirón.
NllMKHOH 16 leo
son lodos los de la asamblea, y en medio la congregación y di: Apartaos de en
do todos está Yavé. ¿Con qué derecho os derredor del tabernáculo y de las tien
levantáis vosotros sobre la asamblea de das de Coré, Datán y Abirón». 25 Levan
Yavé?» 4 Apenas oyó esto Moisés, se echó tóse Moisés y se fue a donde estaban
rostro a tierra. 5 Después habló a Coré Datán y Abirón, yendo tras él los ancia
a toda su facción, diciendo: «M añana nos, 26 y habló a la congregación, di
dará Y a vé a conocer quién es el suyo y ciendo: «Apartaos luego de las tiendas
quién es el santo que quiere cerca de sí de estos impíos; no toquéis nada suyo,
y el elegido, E l a sí lo acercará. 6 H a para que no perezcáis por sus pecados».
ced esto: Tomaos incensarios, Coré 27 Apartóse la muchedumbre de en de-
toda su facción; Aponed mañana fuego
en ellos, y sobre el fuego, el incienso ante
Y a v é ; aquel a quien elija Yavé, ése será
el santo. Esto os bastará, hijos de Leví»,
8 Y volviéndose después a Coré, añadió:
9 «Oídme, hijos de Leví: ¿Os parece to
davía poco el haberos Yavé, Dios de Is
rael, segregado de la congregación de Is
rael, acercándoos a sí para que le sirváis
en el tabernáculo de Y a vé y estéis delan
te de la comunidad como ministros su
yos? 10 Porque El os ha allegado de ese
modo a ti y a todos tus hermanos, hijos
de Leví, ¿ambicionáis también ahora el
sacerdocio? n Tú y tus partidarios habéis
conspirado contra Yavé. ¿Qué es Arón
para que contra él vayan vuestras mur
muraciones?» 12 Moisés mandó llamar a
Datán y Abirón, hijos de Eliab; pero
ellos respondieron: «N o queremos ir;
13 ¿todavía te parece poco habernos sa
cado de una tierra que mana leche y miel,
para traernos a morir a un desierto, que
también quieres seguir tiranizándonos?
14 N o es a una tierra que mana leche y
miel adonde nos has traído; ni un trozo
de tierra nos has dado en posesión, ni una
viña. ¿Crees que están ciegos todos estos
hombres? N o, no vam os».15 Moisés, muy
enojado, dijo a Y a vé : «N o atiendas a su
oblación. N i un asno siquiera he tomado
yo de ellos; a nadie he perjudicado». Turíbulos egipcios. (Biblia de Montserrat.)
16 Y luego dijo a C oré: «Tú y tus partida
rios presentaos mañana ante Y a v é ; tú y rredor de las tiendas de Coré, Datán y
ellos y Arón. 17 Tomad cada uno un in Abirón. Datán y Abirón salieron a la
censario y poned en él el incienso, y lle puerta de sus tiendas y se quedaron allí
gaos a Y avé cada uno con su incensario, en pie con sus mujeres, sus hijos y sus
doscientos cincuenta incensarios; tú tam pequeños.28 Dijo entonces Moisés: «Aho
bién y Arón, con su incensario cada uno», ra vais a saber que es Yavé quien me
i 8 Tomaron, pues, cada uno su incensa ha enviado para hacer cuanto he hecho
rio, pusieron en ellos el fuego y echaron y que no lo hice de mi propio impulso.
sobre él incienso, y se presentaron a la 29 Si éstos mueren de muerte natural,
entrada del tabernáculo del testimonio como mueren los hombres, no ha sido
con Moisés y A r ó n .19 Coré habla llevado Yavé el que me ha enviado; 30 pero si,
tras sí a toda la asamblea a la entrada del haciendo Yavé algo insólito, abre la tie
tabernáculo de la reunión, y la gloria de rra su boca y se los traga con todo cuan
Y avé se mostró a toda la asamblea. to es suyo y bajan vivos al seol, co
Yavé dijo a Moisés y A ró n : 21 «A p ar noceréis que estos hombres han irritado
taos de esa turba, que voy a destruirla a Yavé». 31 Apenas acabó de decir estas
en seguida». 22 Ellos, postrándose ros palabras, rompióse el suelo debajo de
tro a rostro, dijeron: «¡O h Dios, Dios ellos, 32 abrió la tierra su boca y se los
del espíritu de toda carne! ¿N o es uno tragó a ellos, sus casas y todos los parti
el que ha pecado? ¿Por qué airarte con darios de Coré con todo lo suyo. 33 Vivos
tra toda la congregación?» 23 Y avé habló se precipitaron en el abismo y los cubrió
entonces a Moisés, diciendo: 2 4 Habla a la tierra, siendo exterminados de en me-
18 1 NÚMEROS 1 6 -1 7
39 Los incensarios empleados por los rebeldes y que quedaron entre sus cadáveres estaban
profanados y no podían ser empleados en el culto divino; por otra parte, estaban consagrados a
Yiivé y no era lícito, en modo alguno, dedicarlos a usos profanos. Por eso Moisés ordena que, lami
nados, se empleen en revestir el altar.
41 En este otro suceso se nos muestra al pueblo siempre rebelde y objeto de la cólera de Yavé.
I'l sacerdote va y con el incensario los purifica, mediante el incienso, de su pecado, y la cólera de
I líos cesa.
1y 1 Este episodio de las varas sirvió para confirmar la divina elección de Arón para el sacer-
■ ■ docio. Los autores de los evangelios apócrifos se inspiraron en él para inventar otro seme
jante, que serviría para elegir esposo a la Virgen María. Tal es el origen de la vara florida de San José.
NÚMEROS 18 182
D e b e r e s y derech os de los sacerdotes rra, que han de traer a Yavé, tuyas son;
y levitas todos los que de tu casa estén limpios,
comerán de ellos. 14 Todo cuanto en Is
1 f ) 1 ^ Í ° Yavé a Arón: «Tú y tus hi- rael sea consagrado al anatema, te per
A O jos, y la casa de tu padre contigo, tenecerá. 15 Todo primogénito de toda
llevaréis sobre vosotros la iniquidad del carne, así de los hombres como de los
santuario; tú y tus hijos contigo llevaréis animales que han de ofrecer a Yavé, será
la iniquidad, la de vuestro sacerdocio. tuyo. 16 Harás rescatar los primogénitos
2 Cuanto a ti, a tus hermanos, la tribu de de los hombres y los primogénitos de
Leví, la tribu de tu padre, admítelos conti los animales impuros. Harás que sean
go al servido del santuario como adjuntos, rescatados cuando tengan un mes, y se
^ para que te sirvan cuando tú y tus hijos gún tu estimación, en cinco sidos de
'estéis en el tabernáculo de la reunión. plata, al sido del santuario, que es de
3 Estarán a tu servicio y al de todo el veinte güeras; 17 pero no aceptarás res
tabernáculo; pero no han de acercarse cate por el primogénito de una vaca, de
ni a los utensilios del santuario ni al una oveja ni de una cabra; serán cosas
altar, para no morir ellos y vosotros. santas; derramarás su sangre en torno
* Los tendrás como adjuntos, y tendrán del altar, quemarás su sebo en sacrificio
a su cuidado el tabernáculo de la reunión, de combustión, de olor grato a Yavé,
para hacer todo el servicio. Ningún ex 18 y su carne será para ti como lo es el
traño se acercará a vosotros. 5 Tendréis pecho que se mece y la pierna derecha.
el cuidado del santuario y del altar, para 19 Todo cuanto de las cosas santas se
que no se desfogue ya más la ira con reserva, la que reserven los hijos de Is
tra los hijos de Israel. 6 Yo he tomado rael para Yavfc, te lo doy a ti, a tus
de entre los hijos de Israel a los levitas, hijos y a tus hijas contigo, en estatuto
vuestros hermanos, y os los he dado a perpetuo; es pacto de sal perpetuo, ante
vosotros, don de Yavé, para hacer el Yavé contigo y con toda tu descendencia».
servicio del tabernáculo de la reunión. 20Dijo también Yavé a Arón: «Tú no
7 Pero tú y tus hijos ejerceréis vuestro tendrás tu parte de la heredad en su tie
sacerdocio en cuanto concierne al altar rra, y no habrá parte para ti en medio
del velo adentro; sois vosotros los que de ellos; soy yo tu parte y tu heredad
abéis de hacer este servicio. Yo os he en medio de los hijos de Israel. 21 Y doy
dado en puro don vuestro sacerdocio, y como heredad a los hijos de Leví todos
el extraño que pretenda acercarse, mo los diezmos, por el servicio que prestan,
rirá». por el servicio del tabernáculo de la re
8 Dijo también Yavé a Arón: «Te en unión. 22 Los hijos de Israel no han de
comiendo también la guarda de mis acercarse ya más al tabernáculo de la
ofrendas, y os doy todas las cosas san reunión, no lleven sobre sí su pecado y
tas de los hijos de Israel, por razón de mueran. 23 Serán los levitas los que ha
la unción, a ti y a tus hijos por ley per rán el servicio del tabernáculo de la re
petua. 9 He aquí lo que de las combus unión, y ellos los que sobre sí llevarán
tiones de las cosas santísimas te corres su iniquidad. Por ley perpetua entre vues
ponderá. Todas sus ofrendas, toda obla tros descendientes, no tendrán heredad
ción, todo sacrificio por el pecado y todo en medio de los hijos de Israel, 24 pues
sacrificio expiatorio que me ofrezcan, to yo les doy por heredad las décimas que
das estas cosas, como cosas santísimas, los hijos de Israel han de entregar a
serán para ti y para tus hijos».* 10Las Yavé; por eso les digo: N o tendréis he
comeréis en lugar santísimo, las come redad en medio de Israel».
rán todos los varones y serán cosas san 23 Habló Yavé a Moisés, diciendo: *
tas para vosotros, n También será tuyo 26 «Habla a los levitas y diles: Cuando
esto otro; lo que de sus dones se reserva, recibáis de los hijos de Israel las déci
de toda ofrenda mecida de los hijos de mas de sus bienes, que yo os doy por
Israel; os lo doy a ti y a tus hijos, y a heredad vuestra, presentaréis a Yavé en
tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; ofrenda una décima de la décima, 27 y
todo el que sea puro de tu casa, lo come esta ofrenda os será contada como si
rá. 12 Todo lo mejor del aceite, del mos fuese el trigo de la era o el mosto del
to y del trigo, 13 las primicias de su tie- lagar. 28 Asi ofreceréis también vosotros
O /) 1 El desierto de Sin; otras veces se dice desierto de Farán. Cades se halla en los límites
entre el desierto y la tierra habitada de la Palestina; todavía subsiste y con el mismo nom
bre. La estancia del pueblo allí fue muy larga.
NÚMEROS 20-21 184
Apareció la gloría de Yavé, * 7 y Yavé el camino trillado, y si de tus aguas bebo,
habló a Moisés, diciendo: 8«Coge el ca yo y mis ganados, te daremos el precio
yado y reúne a la muchedumbre, tú y de ellas; es cosa de nada; sólo con mis
Arón, tu hermano, y en su presencia ha pies tocaré tu tierra». 20 Pero Edom res
blad a la roca, y ésta dará sus aguas; de pondió: «No pasarás». Y salió Edom
la roca sacarás agua para dar de beber a contra él con mucha gente fuertemente
la muchedumbre y a sus ganados». 9 Moi armada. * 21 N o dio Edom paso por su
sés tomó de delante de Yavé el cayado, territorio, e Israel se alejó de él.
como se lo había él mandado; 10 juntando
Moisés y Arón a la muchedumbre delante M u e rte de A r ó n
de la roca, les dijo: «¡Oíd, rebeldes! ¿Po
dremos nosotros hacer brotar agua de esta 22 Alzando de Cades el campamento,
roca?» 11 Alzó Moisés su brazo e hirió llegó Israel con toda la muchedumbre al
con el cayado la roca por dos veces, y monte O r.23 Yavé habló a Moisés y Arón
brotaron de ella aguas en abundancia, y en el monte Or, que está en los confines
bebió la muchedumbre y sus ganados. de la tierra de Edom, diciendo: 24 «Arón
12 Yavé dijo entonces a Moisés y Arón: va a reunirse con su pueblo, pues no ha
«Porque no habéis creído en mí, santifi de entrar en la tierra que yo he dado
cándome a los ojos de los hijos de Israel, a los hijos de Israel, porque fuisteis re
no introduciréis vosotros a este pueblo en beldes a mi mandato en las aguas de
la tierra que yo les he dado». * 23 Estas Meriba. 25 Toma a Arón y a su hijo
son las aguas de Meriba (querella), donde Eleazar, y sube con ellos al monte Or;
los hijos de Israel se querellaron contra y allí 26 que se despoje Arón de sus
Yavé, que les dio una prueba de su san vestiduras y revista de ellas a Eleazar,
tidad. su hijo, porque allí se reunirá Arón con
los suyos; allí morirá». 27Hizo Moisés
E d o m se niega a dar paso libre a lo que mandaba Yavé, y a la vista de
toda la muchedumbre subieron al monte
Israel Or *. 28 Moisés hizo que se desnudara
14 Mandó Moisés embajadores desde Arón de sus vestiduras y revistió de ellas
Cades al rey de Edom, para que le dije a Eleazar, su hijo; 29 y allí murió Arón
sen: «Israel, tu hermano, te dice: Tú en la cumbre del monte; * 30 (29) y vien
sabes todas las peripecias que nos han do la muchedumbre que Arón había muer
ocurrido: 15 cómo nuestros padres baja to, hicieron duelo por él todas las fami
ron a Egipto, y hemos estado en Egipto lias de Israel por treinta días.
largo tiempo, y cómo nos maltrataron los
egipcios a nosotros y a nuestros padres; V ic to r ia c o n tra el r e y d e A r a d
cómo clamamos a Yavé, y oyó éste 1 El cananeo, el rey de Arad, que
nuestra voz, y mandó a su ángel, que ^ * habitaba en el Negueb, al oir que
nos sacó de Egipto; y que estamos aquí venía Israel por el camino de Atarim,
en Cades, ciudad situada al extremo de los atacó y cogió prisioneros. 2 Hizo en
tu territorio. 17 Te rogamos, pues, que tonces Israel voto a Yavé, diciendo: «Si
nos des paso libre por tu territorio. No entregas a este pueblo en mis manos, yo
atravesaremos tus sembrados ni tus vi destruiré sus ciudades». 3*Oyó Yavé la
ñas, ni beberemos el agua de tus pozos; voz de Israel, y le entregó el cananeo,
iremos por el camino real, sin apartar a quien dio al anatema, destruyéndolos a
nos, ni a derecha ni a izquierda, hasta ellos y a sus ciudades, por lo cual fue
que salgamos de tu territorio». 18 Edom llamado aquel lugar Jorma. *
respondió: «No pasarás, o me opondré
con las armas contra ti». 19 Dijéronle
entonces los hijos de Israel: «Iremos por
6 La V u l g a t a a ñ a d e : « C l a m a r o n al S e ñ o r y d i j e r o n : S e ñ o r , D i o s , e s c u c h a e l c l a m o r d e e s t e pue
blo y á b r e l e tu s t e s o r o s , l a f u e n t e d e a g u a v i v a , p a r a q u e , s a c ia d o s , c e s e n d e m u r m u r a r » .
12 No parece clara en el texto la culpa de Moisés y Arón. Tal vez su falta de fe, en vista de
las prevaricaciones repetidas del pueblo. Esto los habría movido a herir dos veces la roca con la vara.
20 Edom moraba en los montes de Seir, que limitan por el este el desierto de Farán y lo sepa
ran de la Arabia septentrional.
27 Hoy se designa el monte del Profeta Harum, al norte de la cadena de los montes de Seir,
cerca de Petra.
29 Una manera de honrar a los muertos, de celebrar sus honras fúnebres, era el duelo, el liante^
las lamentaciones, que aquí, por la dignidad de la persona, duran hasta un mes entero. El Ecle
siástico dedica a Arón un gran elogio (45,7-27).
3 En todas las naciones encontramos alguna ciudad que, por especiales razones, sus ene-
“ " migos condenaron a la total destrucción. Este es el anatema, en hebreo jorma, a que loa
hebreos condenaron la ciudad de Arad, de que anticipadamente se habla ya en 14,15 (Dt 1,44;
J®6 19,4; Jue 1,17).
18 5 NÚMEROS 2 1
9 Una nueva sublevación atrajo un nuevo castigo. Los ministros de él fueron serpientes vene
nosas, que con sus picaduras producían una fiebre ardiente seguida de la muerte. Para remedio,
mandó Dios hacer una serpiente de bronce semejante a las que causaban el azote, con cuya vista
sanaban los atacados. Jesucristo en San Juan menciona esta serpiente, con la que compara su exal
tación en la cruz (3,14 s.). Esto ha sugerido a los Santos Padres el sentido típico del Crucificado,
que salva a los que creen en él.
La serpiente de bronce de Moisés se conservó y fue objeto de veneración supersticiosa en el
templo, por lo cual la destruyó luego Ezequías (2 Re 18,4).
10 De Farán sigue Israel en dirección sur hasta Asiongaber, bordeando por el oeste los montes
de Seir; luego pasan al este de ellos y siguen dirección norte, pero sin tocar la tierra de Moab y
Ammón, que dejan a la izquierda, hasta llegar a la tierra de los amorreos, Seón y Og, a quienes
piden permiso para pasar hasta bajar al valle del Jordán, enfrente de Jericó. La negativa dio ocasión
a la conquista de sus tierras, en que se instalaron luego las tribus de Rubén, Gad y parte de la de
Manasés.
1 * Estos versos están tomados del libro de las «Guerras de Yavé», colección de cantos heroicos,
varias veces citada. Igual se debe decir délos versos citados en 27-31. Aunque el texto no indica la
fuente.
ilMmoH 21 22 II
jn lluego ha salido de Hesebón, llama B alam
i la ciudad de Seón,
Que devoró las ciudades de Moab y O O 1 Partieron los hijos de Israel
nsumió las alturas del Amón. acamparon en los llanos de Moa
29 ¡Ay de ti, Moab! Has perecido, pue- al otro lado del Jordán, frente a Jeric
o de Camos. 2 Balac, hijo de Sefor, supo cuanto hab
Fueron dados a la fuga sus hijos y sus hecho Israel a los amorreos;* 3 y Moa
jas por cautivas del rey de los amorreos. temió grandemente al aparecer aquel pu
30 Su prole ha perecido desde Hesebón blo tan numeroso, y se amedrentó ani
ista Dibón; sus mujeres, hasta Nofah; los hijos de Israel. 4 Moab dijo a los ai
!ga la devastación hasta Madaba». cíanos de Madián: «Esta multitud va
31 Así habitó Israel en la tierra de los devorar nuestros confines, como devoi
norreos. un buey la hierba del campo». Era ei
32 Mandó Moisés a reconocer a Jazer, tonces rey de Moab Balac, hijo de Sefo:
se apoderaron de las ciudades que de 5 Mandó, pues, mensajeros a Balam, hij
(O 2 Es Balac, rey de Moab, a quien los israelitas habían perdonado, el que aparece com
jefe de esta maniobra contra Israel; pero con Balac aparecen Madián (v.4.7) y Ammó
>t 23,3). ¿Qué lazo los puede unir, cuando Israel no va contra ellos? Pudo ser el temor de su fuer2
lando los vieron instalados en la Transjordania.
5 Balam no es un profeta, es un adivino, un hombre en quien el pueblo supone poderes ex
^ordinarios para pronunciar conjuros muy eficaces. Su origen es obscuro. Algunos pasajes le hace
nir de Petor, en asirio Pitru (22,5; Dt 23,4), cerca de Carquemis, a orillas del Eufrates, a mucho
ntenares de kilómetros de Moab; otros pasajes le muestran en tan íntima relación con amonita
madianitas (22,5; Vulg 31,8; Jos 13,22), que todo parece indicar que pertenezca a uno de este
187 NÚMEROS 22
noche y yo os responderé según lo que un lado y pared de otro: 23 y al verle d
me diga Yavé». Quedáronse los príncipes asna, echóse contra una de las paredes,
de Moab con Balam; * 9 Dios vino en la cogiendo entre ella y la pared la pierna
noche a Balam y le dijo «¿Quiénes son esos de Balam. Este se puso de nuevo a fus
que están contigo?» 10 Balam respondió a tigarla. 26 El ángel de Yavc volvió a po
D io s: «Balac, hijo de Sefor, rey de Moab, nerse en una angostura, de donde ni a
los ha mandado a mí para decirme:11 Un derecha ni a izquierda podía desviarse;
pueblo salido de Egipto está ya aquí y 22 y al verle el asna, se echó debajo de
cubre toda la superficie de la tierra; ven, Balam, quien enfurecido la fustigó más.
pues, luego a maldecírmele, a ver si puedo 28 Abrió entonces Yavé la boca del asna,
derrotarle y rechazarle».12 Pero Dios dijo que dijo a Balam: «¿Qué te he hecho y a
a Balam: «No vayas con ellos; no mal para que por tres veces me hayas fusti
digas a ese pueblo, porque bendito es». gado?» 29 Y Balam respondió: «¿Por qué
13 Balam, levantándose de mañana, dijo te burlas de mí? Si tuviera a mano una
a los príncipes de Balac: «Idos a vuestra espada, ahora mismo te mataría». 30 Y el
tierra, porque Yavé se niega a dejarme asna dijo a Balam: «¿No soy tu asna?
ir con vosotros». 14 Oído esto, los prín Tú me has montado desde que yo soy tuya
cipes de Moab se levantaron, y tornados hasta hoy. ¿Te he hecho yo nunca cosa
a Balac, le dijeron: «Balam se ha negado semejante?» Y él respondió: «No». 31 En
a venir con nosotros». 15 Pero Balac man tonces abrió Yavé los ojos a Balam, y
dó de nuevo a otros príncipes, más en éste vio al ángel de Yavé, que estaba en
número y más respetables que los prime el camino con la espada desenvainada
ros, * que, llegados a Balam, le dijeron: en la mano. Balam se postró, echándose
«He aquí lo que te dice Balac, hijo de sobre el rostro, 32 y el ángel de Yavé le
Sefor: N o te niegues a venir a verme, dijo: «¿Por qué por tres veces has fus
17 que yo te colmaré de bienes, y haré tigado a tu asna? Es que he salido yo
todo lo que tú me digas; ven, te ruego, para cerrarte el camino, porque es malo
a maldecírmelo».18 Balam respondió a los ante mí el que llevas. 33 El asna me ha
siervos de Balac: «Aunque me diese Balac visto y ha querido apartarse luego de
su casa llena de plata y de oro, no podría delante de mí las tres veces; si ella no me
yo traspasar las órdenes de Yavé, mi hubiera esquivado, te hubiera matado a
Dios, ni en poco ni en mucho; 19 pero ti, dejándola a ella viva». 34 Entonces
podéis quedaros aquí también esta no Balam dijo al ángel de Yavé: «He pecado;
che, para saber lo que vuelve a decirme no sabía que tú me cerrabas el camino;
Y avé. 20 Durante la noche vino Dios a si te parece mal, ahora mismo me volve
Balam, y le dijo: «Ya que ésos han ve ré». 35 El ángel de Yavé respondió a
nido otra vez a llamarte, levántate y vete Balam: «Ve con esos hombres, pero di
con ellos, pero no hagas más que lo que solamente lo que te diga yo». Siguió,
yo te digo». 21 Levantóse Balam de ma pues, Balam con los príncipes de Balac.
ñana, aparejó su asna y se fue con los 36 Este, en sabiendo que venía Balam, le
príncipes de Moab. 22 Pero Dios estaba salió al encuentro hasta Ir Moab, que
indignado de que fuese, y el ángel de Yavé está en la frontera del Amén, en lo últi
se puso delante de él en el camino, para mo de la frontera. 37 Balac dijo a Balam:
cerrarle el paso. Iba Balam montado en «He mandado a llamarte. ¿Por qué no
su asna y llevaba consigo a dos de sus viniste? ¿No estoy acaso yo en situación
criados. * 23 El asna, al ver el ángel de de tratarte con la debida honra?» 38 Ba
Yavé parado en el camino con la espada lam respondió a Balac: «Aquí me tienes
desenvainada en la mano, se salió del ya, pero ¿podré yo decir lo que quisieres?
camino y echó por el campo, y Balam se La palabra que Dios ponga en mi boca,
puso a fustigarla para retraerla al camino. ésa será la que te diga». 39 Siguió Balam a
24 Entonces el ángel se puso en una es Balac y llegaron a Quiriat Jusot. 40 Balac
trechura entre las viñas, entre pared de8 inmolo bueyes y ovejas, y de ellas mandó
8 Este adivino, que no profeta, no se atreve a responder sin tener orden de Yavé. ¿Era ado
rador de Yavé este arameo o madianita? Lo más natural es suponer que, siendo pagano, no negaba
la divinidad de Yavé y el gran poder con que protegía a Israel, y así no quiere ponerse enfrente de El,
sino obrar con su consentimiento. Como es natural, Yavé responde que no vaya.
13 Esta segunda misión supone que no se hallaba a tan larga distancia el adivino como la que
serla si viviera cerca del Eufrates. La respuesta de Balam es la misma de antes. La de Dios, a lo
que ya se deja traslucir, es el propósito de volver contra Balac sus planes de maldecir a Israel, con
virtiendo las maldiciones en bendiciones.
22 Balam camina con la intención de satisfacer los deseos del rey moabita. Para impedir sus
malvados planes se presenta el ángel, que el adivino no ve, pero que es visto por la pollina. Aquí
está la primera parte del prodigio: que la pollina vea al ángel y procure evitar su encuentro; la se
gunda es que el animal habla como una persona; y la tercera, que Balam dialogue con su cabalga
dura. La intención del autor sagrado es satírica: mostrar la torpeza de este adivino, que no ve lo
que ve su bestia. Después de esto el ángel se deja ver de Balam y le intima la voluntad de Dios.
NÚMliHOS 22-23 188
a Balam y a los príncipes que le acom dado de proferir lo que en mis labios
pañaban. pone Yavé?» 13 Balac le dijo: «Ven con
migo a otro sitio, desde donde puedas
B a la m b e n d ic e a Isra e l contemplarlo, y maldícemelo hasta allí».
i4 Llevólo al campo de Sofim (de los
41 A la mañana siguiente tomó Balac
a Balam y le hizo subir a Bamot Baal, des centinelas), en la cumbre del monte Fasga;
y después de alzar siete altares e inmolar
de donde se veía un ala del pueblo. * en cada uno un novillo y un carnero,*
o O 1 Balam dijo a Balac: «Alzame aquí15 dijo Balam a Balac: «Estáte ahí junto a
« w siete altares y tenme prontos siete tu holocausto, mientras voy yo allá».
novillos y siete cameros». * 2 Balac hizo 16 Salió Yavé al encuentro de Balam y
lo que Balam le había dicho, e inmolaron puso en su boca la palabra y le dijo:
un novillo y un camero en cada uno de «Vuelve a Balac y dile esto». '7 Volvióse
los altares. 5 Después dijo Balam a Balac: él y vio que estaba Balac junto a su
«Tú, quédate ahí junto a tu holocausto, holocausto, y con él los príncipes de
mientras me alejo yo, a ver si me sale Moab; y Balac le preguntó: «¿Qué es lo
Yavé al encuentro; y lo que me dé a que ha dicho Yavé?»
conocer, eso te diré». Y se alejó hacia 18 Y tomando Balam su parábola, dijo:
un monte desnudo. 4 Salió Dios al en «Levántate, Balac, y oye;
cuentro de Balam, y éste le dijo: «He Dame oídos, hijo de Sefor:
dispuesto siete altares y he ofrecido en 19 N o es Dios un hombre, para que
cada uno de ellos un novillo y un car mienta.
nero». s Y Yavé puso en boca de Balam Ni hijo de hombre, para arrepentirse.
su palabra y añadió después: «Tórnate a ¿Lo ha dicho El y no lo hará?
Balac y dile esto». 6 Vuelto a él, lo vio ¿Lo ha prometido y no lo mantendrá?
parado ante su holocausto, junto con los 20 De bendecir he recibido yo orden ;
príncipes de Moab; 7 y comenzando su Bendición ha dado El, yo no puedo re
parábola, dijo: vocarla.
«De Aram me ha traído Balac, 21 No se ve iniquidad en Jacob,
El rey de Moab, de los montes de N o hay en Israel perversidad.
Oriente: Yavé, su Dios, está con él.
Ven y maldíceme a Jacob, Rey aclamado es en medio de él;
Ven y exécrame a Israel. * 22 El Dios que de Egipto le ha sacado
8 ¿Cómo voy a maldecir yo al que Dios Es para él la fuerza del unicornio.
no maldice? 23 No hay en Jacob hechicería,
¿Cómo voy a execrar yo al que Yavé N i hay adivinación en Israel.
no execra? A sn tiempo se le dirá a Jacob
9 Desde la cima de las rocas lo veo, Y a Israel lo que Dios va a cumplirle.
Desde lo alto de los collados lo con 24 He ahí un pueblo que se alza como
templo. leona
Es un pueblo que tiene aparte su mo Y que se yergue como león.
rada N o se acostará sin haber devorado su
Y que no se cuenta entre las gentes. presa,
10 ¿Quién es capaz de contar el polvo Sin haber bebido la sangre de sus víc
de Jacob? timas».
¿Quién es capaz de enumerar las mi 23 Y Balac dijo a Balam: «No le mal
ríadas de Israel? digas, pero al menos no le bendigas».
Muera yo la muerte de los justos 26 Balam, respondiendo, dijo a Balac:
Y sea mi fin semejante al suyo». «¿No te dije ya que yo no puedo hacer
11 Balac dijo a Balam: «¿Qué es lo sino cuanto me diga Yavé?» 27 Entonces
que conmigo has hecho? Te he llamado dijo Balac a Balam: «Ven, que te lleve
para maldecir a mis enemigos, y no has a otro sitio, a ver si quiere Dios de una
hecho otra cosa que bendecirlos». 12 El vez que desde allí le maldigas». 28 Y llevó
respondió: «¿No he de tener yo el cui41 a Balam a la cima del Fogor, que mira al
41 Bamot Baal es, sin duda, un santuario de Baal, pero no es el santuario lo que buscan, sino
la altura en que está para mejor dominar el campo de Israel y pronunciar desde allí los conjuros.
2 í 1 Balam ofrece sus sacrificios a Yavé, para ponerse en comunicación con El y obtener la
gracia de la revelación, que antes se le habla prometido. En esto ejerce verdadera función
de profeta de Yavé.
7 Empieza Balam indicando su origen, Aram, los montes del Oriente. Luego expresa la impo
sibilidad de satisfacer los deseos de Balac maldiciendo al que Dios colma de tantas bendiciones.
14 El rey le lleva a otra parte para ver si logra allí lo que no alcanzó en el primer sitio. Balam
insiste en el mismo tema: no puede maldecir a Israel porque la voluntad de Dios no es ésta, sino
la contraria. La razón es que en Israel no hay pecado que irrite la cólera del Señor contra su pueblo
(Jue 5,18 s.; Jdt 5,20 s.).
189 NÚMEROS 2 3 -2 4
desierto.* 29 Balam dijo a Balac: «Alza por tres veces. Esté muy bien: * 11 Ahora
me los siete altares aquí y dispónme los huye pronto a tu tierru; yo pensaba hon
siete novillos y los siete carneros». 30 Hí- rarte grandemente, pero Yavé te ha pri
zolo así Balac, como Balam le decía, y vado de conseguirlo». 12 Respondióle Ba
ofreció un novillo y un carnero en cada lam: «¿No dije yo a tus mensajeros:
uno de los altares. t3 Aunque me diera Balac su casa llena
de plata y oro, no podré yo contravenir
V aticinio d e B alam la orden de Dios, haciendo por mí mismo
cosa alguna, ni buena ni mala, conint sus
O i * Había visto Balam que Yavé se órdenes, y solamente lo que Yavé mo
complacía en bendecir a Israel, y diga, eso le diré? 14 Ahora, pues, que
por eso no fue ya como las otras veces voy a irme a mi pueblo, ven que te diga
en busca del presagio, sino que se volvió lo que este pueblo ha de hacer al tuyo al
de cara al desierto, * 2 y alzando los ojos fin de los tiempos».* 15Y volviendo a
vio a Israel acampado, tribu por tribu. tomar la palabra, dijo:
Vino sobre él el espíritu de Yavé, 3 y «Oráculo de Balam, hijo de Beor;
tomando la palabra, dijo: Oráculo del hombre de los ojos ce
«Oráculo de Balam, hijo de Beor; rrados,
Oráculo del hombre de los ojos ce 16 Oráculo del que oye palabras de
rrados, Dios,
4 Oráculo de quien oye palabras de Del que conoce los consejos del Al
Dios, tísimo,
Del que conoce los consejos del Altí Del que ve visiones del Omnipotente,
simo, D e quien, al caer, se le abrieron los
D e quien ve se le abrieron los ojos. ojos.
5 ¡Qué bellas son tus tiendas, oh Ja 17 La veo, pero no ahora;
cob I La contemplo, pero no de cerca*
¡Qué bellos tus tabernáculos, Israel! Alzase de Jacob una estrella,
6 Se extienden como un extenso valle; Surge de Israel un cetro,
Como un jardín a lo largo de un río; Que aplasta los costados de Moab
Como áloe plantado por Yavé; Y el cráneo de todos los hijos de Set.*
Como cedro que está junto a las aguas. 18 Edom es su posesión;
7pesbórdanse de sus cubos las aguas; Seir, presa de sus enemigos;
Su posteridad goza de aguas abun Israel acrecienta su poder. *
dantes. 19 De Jacob sale el dominador
Yérguese sobre Agag, su rey, Que devasta de las ciudades las re
Exaltaráse su reino. liquias».
8 El Dios que de Egipto le ha sacado, 20 Y mirando a Amalee, prosiguió:
Es para él como la fuerza del unicornio. «La primera de las naciones es Amalee,
Devora a las naciones enemigas, Pero su fin será eterna ruina». *
Tritura sus huesos; 21 Luego, mirando a los quenitas, pro
Las traspasa con sus saetas. siguió su discurso:
9 Se agacha, se posa como un león, «Por fuerte que sea tu morada,
Como una leona. ¿Quién le concitará? Aunque pongas en las rocas tu nido,*
El que te bendiga será bendecido; 22 El quenita será devastado,
El que te maldiga, maldito será». Hasta que Asur le lleve cautivo».
10 Encendido en ira Balac contra Ba 23 Y volviendo a tomar la palabra, pro
lam y palmoteando, le dijo: «Te he lla siguió :
mado para maldecir a mis enemigos, y «¿Quién vivirá cuando Dios lo ponga
tú los has colmado de bendiciones, ya28 por obra?
28 Por tercera vez insiste Balac en su propósito de alcanzar que el adivino maldiga a Israel,
pero sus planes resultan fallidos.
O A 1 Balam habla esta vez sin consultar a Dios, y su entusiasmo sube de punto ponderando
la belleza del campo israelita, anunciando su exaltación y la victoria sobre Amalee (i Sam 15,
8 83 .) y sobre los reinos vecinos. El v.9 recuerda la bendición de Judá por Jacob (Gen 49,9) y la
de Dios a Abraham (Gén 12,3).
10 Se explica la cólera de Balac, pero a ella opone Balam una firmeza inquebrantable en con
formidad con sus primeras palabras.
14 Como para coronar su obra, quiere comunicar al rey de Moab lo que hará Israel a su pueblo
y a otros vecinos en los días venideros.
17 En la estrella y el cetro está indudablemente simbolizado el futuro Mesías; siendo, por tanto,
rute vaticinio de Balam estrictamente mesiánico.
18 Ese mismo dominará también sobre Edom o Seir, que es lo mismo.
2ti Ahora se vuelve a Amalee para anunciarle su ruina.
21 Luego se vuelve a los quíneos, pueblo mencionado entre los moradores de Canán en Gén 15,
IV, al sur de Judá (1 Sam 27,10; 30,29), y emparentado con los madianitas, a juzgar por Jue 1,16; 4,11.
\
númeroh 24-20 i 190
24 Vondriln naves de Quitim, un sacerdocio eterno, 13 para él y para
One oprimirán a Asur y oprimirán a su descendencia, por haber sido celador
Kber, de su Dios y haber hecho la expiación
También éste será dado a la ruina».* por los hijos de Israel». 14 El israelita que
25 Partióse después Balam y se volvió fue muerto juntamente con la madianita
a su tierra, y también Balac se fue por se llamaba Zamri, hijo de Salú, y era
su camino.* jefe de una de las familias de la tribu de
Simeón. 15 La madianita se llamaba Coz-
C orru pción idolátrica en Baal F ogor bi, hija de Sur, jefe de tribu de una de las
casas patriarcales de Madián.
OC 1 Estaba Israel estacionado en Se- Yavé habló a Moisés, diciéndole:
tim, y el pueblo se prostituyó por 17 «Tratad a los madianitas como enemi
el trato con las hijas de Moab. * 2 Invitá
banle éstas a los sacrificios de sus dioses, gos y destruidlos; 18 porque como ene
migos os han tratado ellos, O8) seducién
y el pueblo comía y se prosternaba ante doos con sus malas artes, por medio de
ellos. 3 Israel se fue tras Baal Fogor, y la Fogor, por medio de Cozbi, hija del
ira de Yavé se encendió contra Israel. príncipe de Madián, su hermana, que
4 Dijo Yavé a Moisés: «Reúne a todos murió cuando la plaga por lo de Fogor».
los príncipes del pueblo, y cuelga a éstos
del patíbulo ante Yavé, cara al sol, para N u ev o cen so
que se aparte de Israel la cólera encen
dida de Yavé». 5 Dijo, pues, Moisés a los O g i Después de esta plaga habló Yavé
jueces de Israel: «Matad a cualquiera de « v a Moisés y a Eleazar, hijo de Arón,
los vuestros que haya servido a Baal sacerdote, diciéndoles: 2 «Haced el cen
Fogor» so de los hijos de Israel por sus casas pa
6 En esto llegó uno de los hijos de Is
triarcales y sus linajes, de veinte años
rael, e introdujo en medio de sus herma arriba, de los hábiles para el servicio de
nos a una madianita, a los ojos mismos las armas». * 3 Moisés y Eleazar, sacerdo
de Moisés y en presencia de toda la co te, hablaron a los del pueblo en los lla
munidad de los hijos de Israel, mientras nos de Moab, cerca del Jordán, frente a
éstos lloraban a la entrada del tabernáculo Jericó, diciendo: 4 «Hágase el censo de
de la reunión. 7 Viéndolo Finés, hijo de los veinte años para arriba, como Yavé
Eleazar, hijo de Arón, sacerdote, se alzó se lo mandó a Moisés».
de en medio de la asamblea; y cogiendo Los hijos de Israel salidos de la tierra
una lanza, 8 se fue tras el hijo de Israel, de Egipto: 5 Rubén, primogénito de Is
hasta la parte posterior de su tienda, y rael. Hijos de Rubén: de Enoc, la familia
los alanceó a los dos, al hombre y a la de los enoquitas; de Falú, la familia de
mujer, en sus vientres, y cesó el azote los faluitas; 6 de Esrón, la familia de los
entre los hijos de Israel. 9 En aquella esronitas; de Carmí, la familia de los car-
plaga murieron veinticuatro mil. mitas. 7 Éstas son las familias de los ru-
10 Habló Yavé a Moisés, diciéndole: benitas, y fueron contados cuarenta y
1! «Finés, hijo de Eleazar, hijo de Arón, tres mil setecientos treinta.
sacerdote, ha apartado mi furor de los 8 Hijos de Falú, Eliab; 9 hijos de Eliab:
hijos de Israel por el celo con que ha “Namuel, Datán y Abirón; el Datán y el
celado mi honor; por eso no he consu Abirón, miembros del consejo, que se re
mido yo en el furor de mi celo a los hijos belaron contra Moisés y Arón con la
de Israel. 12 Por tanto, le dirás que yo facción de Coré, rebelándose contra Yavé,
hago con él una alianza de paz, alianza de 10 cuando abrió la tierra sus fauces y se
24 Termina anunciando la ruina de Asiria y de Eber, padre de los hebreos, de cuyos otros hijos
se habla en Gén 10,25 ss. Debe de referirse a pueblos vecinos de Asiria, contra los cuales vendrán
los enemigos del Occidente (cf. Is 15-16; 25,10; Jer 48-4Q; Lam 4,21; Ez 25,35)-
La idea que de estos oráculos resalta es la grandeza futura de Israel y su dominación sobre
los pueblos circunvecinos. Tal idea, aunque no tenga el relieve que en otros oráculos proféticos,
encierra, sin embargo, un sentido mesiánico. Balam fue en esta circunstancia verdadero profeta
de Yavé para pronosticar la futura gloria de Israel.
23 Cumplida su misión., Balam se volvió a su tierra, y Balac a sus negocios. (Véase en la In
troducción a los Números, n.4).
OC 1 Dos episodios parece que se hallan agrupados en este capítulo. Es el primero la prevari-
cación con los dioses de Moab en Baal Fogor, siendo incitadoras a ello las hijas de Moab.
El segundo es una prevaricación semejante, a la cual los incitaron las hijas de Madián, de las que
era la principal Cozbi, princesa madianita, a quien atravesó Finés junto con Zamri. Esta hazaña
mereció a Finés el pacto del sacerdocio (31,16; Jos 22,17; Sal 105,28 s.; Os 9,10).
OZT 2 El resultado de este nuevo censo, que comprende la generación siguiente a la que salió
de Egipto, muestra cómo el pueblo, a pesar de tantas muertes como produjeron los varios
castigos que sufrió, continuaba siendo tan numeroso como antes, pues los muertos pertenecían a
la generación anterior.
191 NÚMEROS 26
los tragó con Coré, muriendo los de la Bequer, la familia de los bequeritas; de
facción y devorando el fuego a doscien Tajan, la familia de los tajanitas. 36 Hi
tos cincuenta hombres, para servir de es jos de Sutalaj: de Erón, la familia de los
carmiento al pueblo. 11 Pero los hijos de eronitas. 37 Estas son las fam ilias de
Coré no perecieron. Efraím. Se contaron treinta y dos mil qui
12 Hijos de Simeón, por sus familias: nientos. Estos son los hijos de José, por
de Namuel, la familia de los namuelitas; sus familias.
de Jamín, la familia de los jaminitas; de 38 Hijos de Benjamín, por sus familias:
Jaquín, la familia de los jaquinitas; 13 de de Bela, la familia de los belaitas; de
Zare, la familia de los zareítas; de Saúl, Asbel, la familia de los asbeütas; de Aji-
la familia de los saulitas. 14 Estas son las ram, la familia de los ajiramitas; 39 de
familias de los simeonitas. Fueron conta Sufam, la familia de los sufamitas; de
dos veintidós mil doscientos. Jufam, la familia de los jufamitas. 40 Hi
15 Hijos de Gad, por sus familias: de jos de Bela fueron Arde y Noamán: de
Safón, la familia de los safonitas; de Ja- Arde, la familia de los arditas; de Noa
gui, la familia de los jaguitas; de Sun i, mán, la familia de los noamitas. 41 Estos
la familia de los suoitas; 16 de Ozni, la son los hijos de Benjamín, por sus fami
familia de los oznitas; de Eri, la familia lias. Se contaron cuarenta y cinco mil
de los eritas;17 de Arod, la familia de los seiscientos.
aroditas; de Areli, la familia de los are- 42 Hijos de Dan, por sus familias: de
litas. 18 Estas son las familias de los hijos Sujam, la familia de los sujamitas. Estas
de Gad. Fueron contados cuarenta mil son las familias de Dan, por sus familias.
quinientos. 43 Se contaron de la familia de Sujam se
19 Hijos de Judá: Er y Onán, que mu senta y cuatro mil cuatrocientos.
rieron en la tierra de Canán. 20 Hijos de 44 Hijos de Aser, por sus familias: de
Judá, por sus familias: de Sela, la fami Jemna, la familia de los jemnaitas; de
lia de los selitas; 21 de Fares, la familia Jesui, la familia de los jesuítas; de Bríe,
de los faresitas; de Zare, la familia de los la familia de los brieitas. 45 Hijos de Bríe:
zareítas. Hijos de Fares: de Esrón, la fa de Jeber, la familia de los jeberitas; de
milia de los esronitas; de Jamul, la fami Malquiel, la familia de los malquielitas.
lia de los jamulitas. 22 Estas son las fami 46 La hija de Aser se llamaba Saraj.47 Es
lias de Judá. Fueron contados setenta y tas son las familias de los hijos de Aser.
seis mil quinientos. Se contaron cincuenta y cuatro mil cua
23 Hijos de Isacar, por sus familias: de trocientos.
Tola, la familia de los tolitas; de Fuá, la 48 Hijos de Neftalí, por sus familias:
familia de los fuitas; 24 de Jasub, la fami de Jaisel, la familia de los jaiselitas; de
lia de los jasubitas; de Semran, la familia Guni, la familia de los gunitas;49 de Jeser,
de los semranitas. 25 Estas son las fami la familia de los jeseritas; de Selem, la
lias de Isacar. Se contaron setenta y cua familia de los selemitas. 50 Estas son las
tro mil trescientos. familias de Neftalí, por sus familias. Se
26 Hijos de Zabulón, por sus familias: contaron cuarenta y cinco mil cuatro
de Sared, la familia de los sareditas; de cientos.
Edón, la familia de los edonitas; de Jailel, 51 Lo s hijos de Israel incluidos en el
la familia de los jailelitas. 27 Estas son las censo fueron seiscientos un mil setecien
familias de Zabulón. Se contaron setenta tos treinta hombres.
mil quinientos. 52 Habló Y avé a Moisés, diciéndole:
28 Hijos de José, por sus familias, de 53 «A éstos repartirás la tierra en heredad,
Manasés y de Efraím: 29 Hijos de Mana- según el número de sus hombres. 34 A los
sés: de Maquir, la familia de los maqui- más numerosos les darás una parte ma
ritas. Maquir engendró a Galad; de Ga- yor; a los menos numerosos, una parte/
lad, la familia de los galaditas. 30 Estos más pequeña. A cada uno le será atribuid
son los hijos de Galad: de Jeser, la fami da la heredad según el censo. 55 L a distri
lia de los jeseritas; de Jelec, la familia bución de tierra se hará, sin embargo,
de los jelequitas; 31 de Asriel, la familia por suertes. Recibirá cada uno la tierra
de los asrielitas; de Siquem, la familia de según los nombres de las familias pa
los siquemitas; 32 de Semida, la familia triarcales. 56 Por suertes se distribuirá la
de los semiditas; de Jefer, la familia de los tierra entre el mayor y el menor».
jeferitas. 33 Salfad, hijo de Jefer, no tuvo 57 Este es el censo de los levitas por sus
hijos varones, sino solamente hijas, y los familias: de Gersón, la familia de los
nombres de las hijas de Salfad son: Mai- gersonitas; de Caat, la familia de los caati-
lu, Noa, Jagla, Merca y Tersa. 34 Esas son tas; de Merarí, la familia de los meraritas.
las familias de Manasés. Se contaron cin 58 Estas son las familias de Leví: la fami
cuenta y dos mil setecientos. lia de los libnitas, la familia de los he-
35 Hijos de Efraím, por sus familias: de bronitas, la familia de los majlitas, la fa
Sutalaj, la familia de los sutalajitas; de milia de los musitas, la familia de los
nóminos 26-28 192
coreítaa. Caat engendró a Amram, 59 y ia heredad. Si no hay hermanos, daréis la
mujer de Amram se llamaba Joquebed, heredad a los hermanos de su padre;11 y
hija de Leví, que le nació a Leví en Egip si no hay hermanos de su padre, pasaréis
to, 00 y le parió a Amram, Arón y Moisés, la heredad al más próximo pariente de la
y María, hermana de éstos. D e Arón na familia; de ésta será. Esta será para los
cieron Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar. hijos de Israel regla de derecho, como se
61 Nadab y Abiú murieron cuando ofre lo ha ordenado Yavé a Moisés».*
cían ante Yavé el fuego profano. 62*He
cho el censo de todos los varones de un E le c c ió n d e J o s u é
mes arriba, se contaron veintitrés mil. N o
se contaron entre los hijos de Israel, por 12 Dijo Yavé a Moisés: «Sube a ese
que no había de asignárseles heredad al monte de Abarim, para ver la tierra que
guna en medio de los hijos de Israel.* voy a dar a los hijos de Israel;13 la verás,
63 Este es el censo que hicieron Moisés pero también tú te reunirás con tu pueblo,
y Eleazar, sacerdote, en los llanos de como Arón, tu hermano, se ha reunido,
Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 14 por haber sido rebeldes a mi mandato
64 Entre éstos no había ninguno de los en el desierto de Sin, al rebelarse la mu
enumerados en el censo que había hecho chedumbre, en vez de santificar ante ellos
en el desierto del Sinaí, 65 pues Ies había mi nombre, con ocasión de las aguas de
dicho Yavé que morirían en el desierto; Meriba, en Cades, en el desierto de Sin».
no quedó ni uno, excepto Caleb, hijo de 15 M oisés habló a Y avé, diciendo:
Jefoné, y Josué, hijo de Nun. 16 «Que Yavé, el D ios de los espíritus de
toda carne, constituya sobre la asamblea
L e y de las herencias un hombre, 17 que los conduzca y acau
dille, para que la muchedumbre de Yavé
O 1 Acercándose las hijas de Salfad, no sea como rebaño de ovejas sin pas
^ ■ hijo de Jefer, hijo de Galad, hijo tor». 18 Yavé dijo a Moisés: «Toma a Jo
de Maquir, hijo de Manasés, de las, fami sué, hijo de Nun, hombre sobre quien
lias de Manasés, hijo de José, que se lla reside el espíritu, y pon tu mano sobre
maban Majla, Noa, Jagla, Melca y Ter é l.19 Ponle ante Eleazar, sacerdote, y ante
sa ; 2 y presentándose a Moisés ante Elea toda la asamblea, y le instalarás ante tus
zar, sacerdote, y ante todos los príncipes ojos. 20 Transmítele una parte de tu au
de la asamblea, a la entrada del taber toridad, para que la asamblea de los hijos
náculo de la reunión, dijeron: 3 «Nuestro de Israel le obedezca. 21 Que se presente
padre ha muerto en el desierto, y no era al sacerdote Eleazar, que consultará por
de la tropa de los que se confabularon él el juicio de los urim ante Yavé; y según
contra Yavé, de la tropa de Coré; pero este juicio, saldrán y entrarán los hijos
ha muerto por su pecado y no ha dejado de Israel y toda la asamblea con él». *
hijos. 4 ¿Por qué va a ser el nombre de 22 Hizo Moisés lo que le ordenó Yavé;
nuestro padre borrado de en medio de y tomando a Josué, le llevó ante Eleazar
su familia por no haber dejado hijos? Da y ante toda la asamblea; 23 y poniendo
nos una heredad entre los hermanos de sobre él sus manos, le instituyó, como se
nuestro padre». lo había dicho Yavé a Moisés.
5 Moisés llevó la cosa ante Yavé, 6 y
Yavé dijo a Moisés: 7 «Las hijas de Sal F ie sta s y sacrificio s
fad tienen razón. Dales en heredad una
propiedad entre los hermanos de su pa O O 1 Yavé habló a Moisés, diciendo: *
dre, y que pase a ellas la heredad de su « O 2 «Habla a los hijos de Israel y di-
padre. 8 Habla a los hijos de Israel y di les: Cuidad de presentarme a sus tiempos
jes: Si uno muere sin dejar hijos, haréis mis ofrendas, mis alimentos, sacrificios de
pasar su heredad a su hija; 9 y si no hay combustión, de olor suave para mí. 3 Di-
tampoco hija, pasará a sus hermanos la les: He aquí el sacrificio de combustión
62 De esta conclusión parece colegirse que él fin del nuevo censo es comprobar cuántos eran
los que hablan muerto, sentenciados por Dios a morir en el desierto y no ver la tierra prometida.
0 7 11 Como en los pueblos antiguos, y aun en el Oriente moderno, las hijas ocupan ante el
" ■ derecho un lugar inferior al de los hijos, y por esto la Ley no les concedía derecho a la he
rencia paterna. Se hace una excepción en este caso, mirando a dos principios: a conservar en el
pueblo la memoria del padre que muere dejando sólo hijas y a conservar a las familias el patrimonio,
impidiendo la acumulación de los bienes raíces en manos de pocos.
21 Josué sucede a Moisés, pero sólo en una parte de la autoridad de éste, enteramente extra
ordinaria. Dios sigue siendo el jefe supremo de Israel; pero su lugarteniente, Josué, tiene ya que
recurrir al sacerdote para conocer por los urim y tummim la voluntad de Dios. Ya no le habla cara a
cara, como a Moisés.
O O 1 La Ley habla muchas veces de los días festivos en Israel; en los dos capítulos 28-29 se
vuelve a la materia para señalar los sacrificios y ofrendas que debían ofrecerse en cada uno
de ellos. Son dos capítulos de carácter netamente litúrgico.
193 NÚMEROS 2 8 *2 9
que ofreceréis a Yavé. Cada día dos corde 22 Ofreceréis también un macho cabrio
ros primales» sin defecto, como holocaus en sacrificio por el pecado, para expia
to perpetuo. 4 4 Ofrecerás uno de los cor ros; 23 y lo ofreceréis a más del holocaus
deros a la mañana y el otro entre dos to de la mañana, el holocausto perpetuo.
luces, 5 y por oblación un décimo de efá 24 Ofreceréis estos sacrificios cada día du
de flor de harina amasada con un cuarto rante siete días; es el alimento consumido
de hin de aceite de olivas molidas. 6 Es por el fuego, de olor agradable a Yavé;
el holocausto perpetuo que se ofrecía en y los ofreceréis sin perjuicio del holocaus
el monte Sinaí, de olor suave, sacrificio to perpetuo y de su libación.25 El séptimo
de combustión a Yavé. 7 La libación será día tendréis asamblea santa y no haréis
de un cuarto de hin por cada cordero, y en él trabajo servil alguno.
la libación de vino para Yavé la harás en 26 Además, el día de las primicias en
lugar santo. 8 El segundo cordero lo ofre que presentaréis a Yavé una oblación de
cerás entre dos luces, con una ofrenda y lo nuevo; y en vuestra fiesta de las Sema
una libación como para el de la mañana: nas tendréis asamblea santa y no haréis
es sacrificio de combustión de suave olor trabajo servil alguno. 27 Ofreceréis, como
a Yavé. holocausto de olor suave a Yavé, dos no
9 El día del sábado, dos corderos pri villos, un camero y siete corderos prima
males sin defecto, y como oblación, dos les; 28 y como oblación, flor de harina
décimas de flor de harina amasada con amasada con aceite, tres décimas por cada
aceite, y su libación. * 10 Este es el holo novillo, dos por el camero 29 y una por
causto del sábado, para cada sábado, a cada uno de los siete corderos. 30 Ofrece
más del holocausto perpetuo y su liba réis un macho cabrío para expiaros. 31 Es
ción. to sin perjuicio del holocausto perpetuo
11 Al comienzo de vuestros meses ofre y de la oblación, eligiendo las víctimas
ceréis como holocausto a Yavé dos no sin defecto y añadiendo las libaciones or
villos, un carnero y siete corderos prima dinarias.
les, sin defecto; 4 12 y como oblación por
cada novillo, tres décimas de flor de ha L as fiestas d e otofto
rina amasada con aceite; por el camero,
dos décimas de flor de harina amasada O Q 1 El séptimo mes, el día primero
con aceite; 13 y por cada uno de los cor ^ v del mes, tendréis asamblea santa y
deros, una décima de flor de harina ama no haréis en él trabajo servil alguno. Será
sada con aceite. Es holocausto de agra para vosotros el día del sonar de las trom
dable olor, sacrificio de combustión a suave petas. 4 2 Ofreceréis, como holocausto de
olor a Yavé, un novillo, un carne
Y avé.14 Las libaciones serán de un medio ro y siete corderos primales, sin defecto;
de hin de vino, para un novillo; de un tercio
de hin, para un camero, y de un cuarto 3 y como oblación, flor de harina amasa
de hiny para un cordero. Este es el holo da con aceite, tres décimas por el novillo,
causto del comienzo de mes, para cada dos por el camero 4 y una por cada uno
uno de los meses del año. 15 Se ofrecerá de loscabríosiete corderos. 5 Ofreceréis un ma
a Yavé un macho cabrío en sacrificio por cho en sacrificio por el pecado,
para expiaros. 6 Lo ofreceréis a más del
el pecado, a más del holocausto perpe holocausto del mes y su oblación, y del
tuo y su oblación. holocausto perpetuo y su oblación, y de
16 El mes primero, a los catorce días sus libaciones, según lo prescrito. Son sa
del mes, será la Pascua de Y avé.17 El día crificios de combustión, de olor grato a
quince de ese mes será día de fiesta. Se
Yavé.
comerá durante siete dias pan ácim o.18 El 7 El día diez de ese mismo mes tendréis
primero habrá asamblea santa y no ha asamblea santa, y afligiréis vuestras a l-/
réis ningún trabajo servil. 19 Ofreceréis en mas, y no haréis en él trabajo alguno.4!
sacrificio de combustión un holocausto a 8 Ofreceréis en holocausto de olor grato
Yavé, de dos novillos, un carnero y siete a Yavé un novillo, un camero y siete cor
corderos primales, sin defecto; 20 y como deros primales, sin defecto; 9 y como obla
oblación, flor de harina amasada con acei ción, flor de harina amasada con aceite,
to. tres décimas por novillo, dos por car tres décimas por el novillo, dos por el
nero 21 y una por cada uno de los siete camero 10 y una por cada uno de los sie
corderos. te corderos. 11 Ofreceréis un macho ca-
3 Este era el sacrificio perpetuo (Ex 29.38-42), del que con tanta ponderación nos habla Da
niel (88,12 s.; 11,31 y 1 Mac 4,53). al cual parece ligada la salud del pueblo.
9 Estos sacrificios los recuerda Jesús (Mt 12,5).
11 El calendario hebreo era lunar, y el mes empezaba con la luna nueva ( io, io ; Sal 89,4).
2Q 1 Este era el día de Año Nuevo, principio del año civil (Lev 23,24).
• ^ 7 El 10 de tisri, o del mes séptimo, se celebraba la fiesta de la expiación nacional (Lev i6t
Wi 23,27 ss.).
N ó ca r-C o lu n g a 7
NÚMEROS 29*80 194
brío en sacrificio por el pecado, a más cabrío en sacrificio por el pecado, a más
del sacrificio expiatorio, en holocausto del holocausto perpetuo y de su obla
perpetuo y de sus oblaciones y libaciones. ción y su libación.
12 El día quince del séptimo mes ten 32 El séptimo día ofreceréis siete novi
dréis asamblea santa y no haréis en él llos, dos carneros y catorce corderos pri
trabajo servil alguno; y celebraréis la fies males, sin defecto, 33 con sus oblaciones
ta en honor de Yavé durante siete días, y libaciones por los novillos, los cameros
13 ofreciendo en holocausto, sacrificio de y los corderos, según su número y con
combustión de olor grato a Yavé, trece forme al rito. 34 Ofreceréis un macho ca
novillos, dos cameros y catorce corderos brío en sacrificio por el pecado, a más
primales, sin defecto;14 y como oblación, del holocausto perpetuo, de su oblación
flor de harina amasada con aceite, tres y de su libación.
décimas por cada uno de los trece novi 35 El día octavo tendréis asamblea so
llos, dos por cada uno de los cameros lemne y no haréis en él trabajo servil
15 y una por cada uno de los catorce cor alguno. 36 Ofreceréis en holocausto, sa
deros. 16 Ofreceréis un macho cabrío en crificio de combustión de olor grato a
sacrificio por el pecado, a más del holo Yavé, un toro, un carnero y siete corde
causto perpetuo y de su oblación y sus ros primales, sin defecto, 37 con sus obla
libaciones. ciones y sus libaciones por el toro, el
17 El segundo dia ofreceréis doce novi camero y los corderos, según el número
llos, dos cameros y catorce corderos pri y conforme al rito. 38 Ofreceréis un ma
males, sin defecto; 18 con la oblación y cho cabrío en sacrificio por el pecado, a
las libaciones por los novillos, los came más del holocausto perpetuo y de su obla
ros y los corderos, según su número y ción y su libación. 39 Estos son los sacri
según el rito, 19 y un macho cabrio por ficios que en vuestras fiestas ofreceréis a
el pecado, a más del holocausto perpe Yavé, independientemente de vuestros vo
tuo, su oblación y sus libaciones. tos y de vuestras ofrendas voluntarias,
20 El día tercero ofreceréis once novi holocaustos, oblaciones y sacrificios pa
llos, dos cameros y catorce corderos pri cíficos».
males, sin defecto; 21 con sus oblaciones
y libaciones por los novillos, los carne L ey d e los votos
ros y los corderos, según su número y
conforme al rito, 22 y un macho cabrío O A 1 Moisés habló a los jefes de las
para el sacrificio por el pecado, a más « U tribus de Israel, diciendo:4 2 «He
del holocausto perpetuo, su oblación y aquí lo que manda Yavé: 3 Si uno hace
sus libaciones. un voto a Yavé, o un juramento por el
23 El cuarto día ofreceréis diez novillos, cual se obliga a sí mismo, no faltará a su
dos carneros y catorce corderos primales, palabra; cuanto salió de su boca, hágalo.
sin defecto, 24 con sus oblaciones y liba 4 Si una mujer núbil en la casa de su
ciones por los novillos, los carneros y los padre hace un voto a Yavé y se obliga
corderos, según su número y conforme al a alguna privación, 5 y su padre, al co
rito. 25 Ofreceréis un macho cabrío en sa nocer el voto o la obligación contraída,
crificio por el pecado, a más del holo nada dice, todo voto que haya hecho y
causto perpetuo, de su oblación y de su toda obligación que haya contraído se
libación. rán válidos; 6 pero si al tener conoci
26 El quinto día ofreceréis nueve novi miento de ello el padre lo desaprueba,
llos, dos carneros y catorce corderos pri todos los votos que haya hecho y todas
males, sin defecto, 27 con sus oblaciones las obligaciones que haya contraído serán
y libaciones por los novillos, los came nulos, y Yavé la perdonará, por haberlo
ros y los corderos, según su número y desaprobado su padre.
conforme al rito. 28 Ofreceréis un macho 2 Si cuando se casa está ligada por al
cabrío en sacrificio por el pecado, a más gún voto o por palabra salida de sus
labios; 8 si al saberlo su marido se calla
del holocausto y de su oblación y liba eJ día que lo ha sabido, sus votos son
ción. válidos, y asimismo las obligaciones que
29 El sexto día ofreceréis ocho novi haya contraído tendrán valor. 9 Pero si
llos, dos cameros y catorce corderos pri al saberlo su marido lo desaprueba, anu
males, sin defecto, 30 con sus oblaciones la el voto que hizo y la palabra que salió
y libaciones, por los novillos, los corde de sus labios, con la cual se obligó, y
ros y los carneros, según su número y Yavé la perdonará.
conforme al rito. 31 Ofreceréis un macho 10 El voto de una viuda o de una re-
9 A 1 Esta materia ha sido ya tratada en Lev 27 bajo distintos aspectos. Allí se trataba de la
forma de cumplir los votos que uno hubiera hecho; aquí, más bien de la emisión del voto
y de su anulación por las personas a quienes la Ley reconoce potestad para hacerlo, que son el padre
respecto de la hija y el marido respecto de la mujer.
195 NÚMEROS 30*91
rás a Elouzar, sacerdote, como tributo pa tuvieron todos su botín para cada
a Yavé. 30 De la mitad de los hijos de uno. 34 Moisés y Eleazar, sacerdote, to
Israel tomarás el uno por cincuenta, tan mando el oro ae los cabos de millares
to en hombres como en bueyes, asnos, y de los cabos de centenas, lo llevaron
ovejas y animales de toda clase, y se lo al tabernáculo de la reunión, como me
darás a los levitas que velan al servicio moria de los hijos de Israel ante Yavé.
del tabernáculo de Yavé». 31 Moisés y
Eleazar, sacerdote, hicieron lo que Yavé D iv isió n de la T ransjordania
había mandado a Moisés; 32 y resultó
que del botín cogido por las tropas com 9 0 1 Eran muy numerosos los reba-
batientes quedaban seiscientas setenta y ños de los hijos de Rubén y los
cinco mil ovejas, 33 setenta y dos mil ca de los hijos de Gad; extraordinariamente
bezas de ganado bovino 34 y sesenta y numeroso;* 2 y viendo que la tierra de
un mil asnos; 33 y de mujeres que no Jazer y la del Galad sería una tierra
habían compartido lecho de varón, trein muy a propósito para apacentarlos, vi
ta y dos mil almas. 36 La mitad corres nieron a Moisés y a Eleazar y a los prín
pondiente a los que habían ido a la gue cipes de la asamblea, y les dijeron:
rra fue: de ovejas, trescientas treinta y 3 «Atarot, Dibón, Jazer, Nemra, Hesebón,
siete mil quinientas, 37 y el tributo a Eleale, Sabán, Nebó y Meón, 4 esa tie
Yavé, de trescientas setenta y cinco; rra que Yavé ha herido ante la congre
38 de bueyes, treinta y seis mil, y el tributo gación de Israel, es tierra muy a propó
a Yavé, setenta y dos; 39 de asnos, trein sito para los ganados, y vuestros siervos
ta mil quinientos, y el tributo a Yavé, los tienen. 3 Si, pues—-dijeron—, tus sier
de sesenta y cinco; 40 de personas, dieci vos han hallado gracia a tus ojos, dése
séis mil, y el tributo a Yavé, treinta y a tus siervos en heredad esta tierra y no
dos almas; 41 Moisés dio a Eleazar, nos hagas pasar el Jordán». 6 Moisés res
sacerdote, el tributo reservado a Yavé, pondió a los hijos de Gad y a los hijos
como éste se lo habla mandado a Moisés. de Rubén: «¿Van a ir a la guerra vuestros
42 La mitad correspondiente a los hijos hermanos y vais a quedaros vosotros
de Israel, que Moisés había separado de aquí? 7 ¿Por qué queréis desanimar a los
la de los combatientes, 43 la mitad que hijos de Israel para que no pasen a la
tocaba a la comunidad, fue de treinta y tierra que les da Yavé? 8 Asi hicieron ya
siete mil quinientas ovejas, ^treinta y vuestros padres, cuando yo los mandé des
seis mil bueyes, 43 treinta mil quinientos de Cadesbarne a explorar la tierra. 9 Su
asnos 46 y dieciséis mil personas. 47 De bieron hasta el valle de Escol, vieron la
esta mitad correspondiente a los hijos de tierra y acobardaron a los hijos de Is
Israel, tomó Moisés el uno por cincuenta rael para que no se atreviesen a ir a la
en hombres y animales, y se lo dio a los tierra que les da Yavé; 19 y la cólera de
levitas que velan al servicio del taber Yavé se encendió aquel día, y juró, di
náculo de Yavé, como éste se lo había ciendo: 11 Estos que han subido de Egip
mandado a Moisés. 48 Entonces los jefes to, de los veinte años para arriba, no
de la expedición, cabos de los millares verán la tierra que con juramento pro
y cabos de las centenas, se presentaron metí yo a Abraham, Isaac y Jacob, por
a Moisés* 49y le dijeron: «Tus siervos que no han seguido fielmente mis cami
han hecho la lista de los hombres de nos, 12 fuera de Caleb, hijo de Jefoné,
guerra que han estado a nuestras órde el quenecita, y Josué, hijo de Nun, que
nes, y no falta ni uno. 50 Traemos, pues, fielmente han seguido los caminos de
como ofrenda a Yavé, los objetos de Yavé. i3 Encendióse contra Israel la có
oro que cada uno ha cogido: brazaletes, lera de Yavé, y le ha hecho ir y venir
cadenas, anillos, pendientes y collares, por el desierto durante cuarenta años
para hacer la expiación por nosotros ante hasta extinguirse toda la generación que
Yavé». 31 Moisés y Eleazar, sacerdote, re había obrado mal ante Yavé. 14 Y ahora
cibieron de ellos el oro, todos objetos vosotros sucedéis a vuestros padres, prole
artísticamente trabajados. 32 Todo el oro de pecadores, para encender más todavía
que presentaron a Yavé, de parte de los la cólera de Yavé contra Israel.13 Porque
cabos de millares y de los cabos de las si os negáis a seguirle, El seguirá de
centenas, fue de dieciséis mil setecientos jando a Israel en el desierto, y seréis la
cincuenta sidos. 33 Los hombres de tro causa de la ruina de todo el pueblo.»
48 En todas estas secciones, que tanto se aser ejan al código sacerdotal, se suele poner de relie-
ve la devoción grande del pueblo hacia el santu
OO 1 La tierra de Ganán, prometida por Dios a los patriarcas, tenía por límite oriental el río
grande de la Palestina, el Jordán; pero como la derrota de los dos reyes amorreos, Seón y
Og, había hecho a los hebreos dueños de una buena porción de la Transjordania, tierra rica, sobre
todo en pastos, las tribus de Rubén, Gad y Manases la piden para bí, alegando su riqueza en ganados.
1$7 NÚMEROS 3 2 -3 3
' 16 Ellos, acercándose a Moisés, le dije conquistada la tierra les daréis por here
ron: «Nosotros edificaremos aquí apris dad la tierra conquistada de Galad;30 pero
cos para nuestros ganados y ciudades si no pasan con vosotros armados, se es
para nuestros niños; 17 pero, armados, tablecerán en medio do vosotros en la tie
iremos sin demora delante de los hijos rra de Canán». 3i Los hijos de Gad y los
de Israel, hasta que los hayamos intro hijos de Rubén respondieron: «Haremos
ducido en el lugar que ellos han de ocu lo que Yavé ha dicho a sus siervos. 32 Pa
par; nuestros hijos quedarán en ciudades saremos armados ante Yavé a la tierra de
fortificadas a causa de los habitantes de Canán, y la posesión de nuestra heredad
esta tierra; 18 pero nosotros no volvere quedará del lado allá del Jordán».
mos a nuestras casas hasta que los hijos 33 Moisés dio a los hijos de Gad, a los
de Israel hayan tomado cada uno pose de Rubén y a la media tribu de Manasés,
sión de su heredad, 19 pues no queremos hijo de José, el reino de Seón, rey de los
tener heredad para nosotros al otro lado amorreos, y el reino de Og, rey de Basán;
del Jordán, ni más allá, porque tendría la tierra con sus ciudades y el territorio
mos ya nuestra heredad de este lado del en torno de las ciudades. 34 Los hijos de
Jordán al oriente». 20 Moisés les dijo: Gad edificaron Didón, Atarot, Aroer,
«Si eso hacéis, si, armados para combatir 35 Atarit-Sofá, Jazer, Jegboa, 36 Betnimra
ante Yavé, 21 todos vuestros hombres de y Betarán, ciudades fuertes, e hicieron
guerra pasan el Jordán ante Yavé, hasta apriscos para sus ganados. 37 Los hijos
que hayan arrojado de ante si a sus ene de Rubén edificaron Hesebón, Eleale,
migos, 22 y no os volvéis a vuestras casas Quiríat-Jearim, 38 Nebo y Balmeón, cu
hasta que la tierra quede sometida a yos nombres fueron mudados, y Sebama,
Yavé, entonces inculpables seréis ante y dieron nuevos nombres a las ciudades
Yavé y ante Israel, y esta tierra será que edificaban.
vuestra posesión ante Yavé. 23 Pero si 39 Los hijos de Maquir, hijo de Mana
no hacéis lo que prometéis, pecaréis ante sés, marcharon contra Galad, y, conquis
Yavé, y estad ciertos de que vuestro pe tándola, arrojaron a los amorreos que
cado os alcanzará. 24 Edificad, pues, ciu allí estaban. * 40 Moisés dio Galad a Ma
dades para vuestros hijos y apriscos para quir, hijo de Manasés, que se estableció
vuestros ganados, y cumplid la palabra allí. 41 Jair, hijo de Manasés, marchó
que ha salido de vuestra boca». también y se apoderó de sus burgos, que
25 Los hijos de Gad y los hijos de Rubén
llamó Javot Jair (Burgos de Jair).42 Tam
dijeron a Moisés: «Tus siervos harán bién marchó Nobaj y se apoderó de Ca-
cuanto mi señor les mande; 26 nuestros nat y de las ciudades de ella pendientes,
hijos y nuestras mujeres, nuestros re llamándola de su nombre, Nobaj.
baños y nuestros ganados quedarán en
las ciudades de Galad; 27 y tus siervos, L as etapas d el ca m in o desd e E gip to
todos nuestros hombres, armados para al Jordán
el combate, iremos a la guerra ante Yavé,
como mi señor lo ha dicho». 28 Entonces o O 1 He aquí las estaciones de los hi-
dio Moisés órdenes acerca de ellos a v O jos de Israel cuando salieron según
Eleazar, sacerdote; a Josué, hijo de Nun, sus escuadras de la tierra de Egipto,
y a los jefes de familia de las tribus de conducidos por Moisés y Arón. * 2 Moisés
Israel, 29 diciendo: «Si los hijos de Gad describió su salida según sus estaciones a
y los hijos de Rubén pasan con vosotros voluntad de Yavé, y son éstas las esta
el Jordán con todos sus hombres arma ciones de su salida: 3 Partieron de Ra-
dos, para combatir ante Yavé, una vez meses el primer mes, el día quince del
39 La conquista no era tan completa que no les quedara a las tres tribus su tarea para llegar
a la plena posesión de la tierra.
JO i El autor sagrado nos da aquí la serie de etapas que hizo Israej en su viaje desde Egipto
^ ^ hasta el sitio en que está. Son cuarenta, como los años de la peregrinación, número, sin duda,
simbólico. De éstas, sólo 18 nos son conocidas. La crítica introduce aquí una corrección textual
muy justificada, que resuelve no pocas dificultades; los w.3Ób-4ia deben trasponerse después
del 30a. Ño nos es posible hoy identificar todos los nombres de estos lugares, pero si podemos se
guir el itinerario general de Israel. Parten de Rameses, que es Pelusio, en dirección sur; hacia Suez,
|M>r los Lagos Amargos, pasan al este y siguen la costa del mar Rojo, y, pasado el valle de Garandel,
llegan a la playa de Dafca. Desde allí, por el valle de Magara y el de Feirán, se internan hacia el
i miro del macizo granítico del Sinaí. De aquí parten para Cades, pero el camino seguido es dudoso.
I )noH quieren que por el este, buscando el golfo de Acaba, y luego por el Araba hasta Cades; otros
urdieren el camino del norte, por intrincados valles, hasta salir al desierto de Tij y llegar a Cades.
lr.Ntu fue la estación más larga de los hebreos. De ella se dirigen primero hacia el este, al monte de
Arón; giran al sur, y por el Arabá llegan a Asiongaber; rodean los montes de Seir, y vuelven luego
luida el norte para venir a parar en la orilla oriental del Jordán, frente a Jericó. (Véase el mapa del
HIimí.)
NÚMEROS 3 3 -3 4 198
primor mes. AI día siguiente a la Pascua, la cima del monte Or. 40 Fue entonces
los hijos de Israel salieron con mano cuando el cananeo, rey de Arad, que ha
alzada, a la vista de todos los egipcios. bitaba el Negueb, en la tierra de Canán,
4 Los egipcios estaban sepultando a sus tuvo conocimiento de la llegada de los
primogénitos, que había herido Yavé en hijos de Israel. 41 Partidos del monte Or,
tre ellos, haciendo así justicia contra sus acamparon en Salmona. 42 Partidos de
dioses. 5 Partieron, pues, los hijos de Is Salmona, acamparon en Punón. 43 Par
rael de Rameses y acamparon en Sucot. tidos de Punón, acamparon en Obot.
6 Partidos de Sucot, acamparon en Etam, 44 Partidos de Obot, acamparon en Iye-
que está en el extremo del desierto. 7 Par Jabarín, en los confines de Moab. 45 Par
tidos de Etam, volvieron hacia Piajirot, tidos de Iye-Jabarín, acamparon en Di-
que está frente a Balsefón, y acamparon bon Gad. 4¿ Partidos de Dibon Gad,
frente a Migdol. 8 Partidos de Piajirot, acamparon en Elmon Deblataim. ^ P a r
pasaron por el medio del mar hacia el tidos de Elmon Deblataim, acamparon
desierto, e hicieron tres días de camino en los montes de Abarim, frente a Ne-
en el desierto de Etam, y acamparon en bo. 48 Partidos de Jos montes de Abarim,
Mara. 9 Partidos de Mara, llegaron a acamparon en los llanos de Moab, junto
Elim, donde había doce fuentes y setenta al Jordán, frente a Jericó; 49 acamparon
palmeras, y acamparon allí. 10 Partidos a lo largo del Jordán, desde Bet Jesimot
de Elim, acamparon junto al mar Rojo. hasta Abelsittim, en los llanos de Moab.
11 Partidos del mar Rojo, acamparon en
el desierto de Sin. *2 Partidos del desierto D istrib u ció n d e la tierra p ro m e tid a
de Sin, acamparon en Dafca. i3 Partidos 50 En los llanos de Moab habló Yavé
de Dafca, acamparon en Alus. 14 Partidos a Moisés, diciendo: 51 Di a los hijos de
de Alus, acamparon en Rafidim, donde Israel: Cuando hubiereis pasado el Jor
no había agua para que bebiera el pue dán para la tierra de Canán, 32 arrojad
blo. 15 Partidos de Rafidim, acamparon de delante de vosotros a todos los habi
en el desierto del Sinaí. *6 partidos del
tantes de la tierra,53 y destruid todas sus
desierto del Sinaí, acamparon en Qui- esculturas y todas sus imágenes fundidas,
brot-hat-tava. 17 Partidos de Quibrot-hat- y devastad todos sus excelsos. *4 Tomad
tava, acamparon en Jaserot. 18 Partidos posesión de la tierra y habitadla, pues
de Jaserot, acamparon en Retma. 19 Par para que la poseáis os la doy. Distribuid
tidos de Retma, acamparon en Remón la por suertes entre las familias. A las más
Pares. 20 Partidos de Remón Pares, acam numerosas les daréis mayor heredad, y
paron en Lebna. 21 Partidos de Lebna, una más pequeña heredad, a las menos
acamparon en Resa. 22 Partidos de Resa, numerosas. La que en suerte le tocare a
acamparon en Quelata.23 Partidos deQue- cada una, ésa será su heredad, y la reci
lata, acamparon en el monte Sefer.
24 Partidos del monte Sefer, acamparon biréis en posesión según vuestras tribus
en Jarada. 25 Partidos de Jarada, acam patriarcales. 55 Si no arrojáis de delante
de vosotros a los habitantes de la tierra,
paron en Maquelot. 26 Partidos de Ma-
quelot, acamparon en Tajat. 27 Partidos otros los que de ellos dejéis en medio de vos
serán como espinas en vuestros ojos
de Tajat, acamparon en Taraj.28 Partidos y aguijón en vuestros flancos, y os hosti
de Taraj, acamparon en Mitca. 29 Partidos lizarán en la tierra que vais a habitar,
de Mitca, acamparon en Jasmona. 39 Par 56 y yo mismo trataré a vosotros como
tidos de Jasmona, acamparon en Mose- habia resuelto tratarlos a ellos».
rot. 31 Partidos de Moserot, acamparon
en Bene Jacán. 32 Partidos de Bene Jacán, Las fronteras de la tierra
acamparon en Jor Aggadgad. 33 Partidos
de Jor Aggadgad, acamparon en Jotbata. de p rom isión
34 Partidos de Jotbata, acamparon en O A 1 Yavé habló a Moisés, dicien-
Ebrona. 35 Partidos de Ebrona, acampa O d o : * 2 «Habla a los hijos de Is
ron en Asiongaber. 36 Partidos de Asion- rael y diles: Cuando hayáis entrado en
gaber, acamparon en el desierto de Sin, la tierra de Canán, he aquí el territorio
que es Cades. 37 Partidos de Cades, acam que será vuestra parte: la tierra de Ca
paron en el monte Or, al extremo de la nán según sus fronteras. 3 Del lado me
tierra de Edom. 38 Arón, sacerdote, subió ridional, irá por el desierto de Sin a lo
al monte Or por orden de Yavé, y murió largo de Edom. Vuestra frontera meri
allí el año cuadragésimo después de la dional arrancará del extremo del mar de
salida de la tierra de Egipto, el quinto la Sal, a oriente; 4 se inclinará al sur por
mes, el primero del mes. 39 Tenía Arón la subida de Acrabim, pasará por Sin,
ciento veintitrés años cuando murió en llegando hasta el mediodía de Cadesbar-
OA 1 Una vez más se nos señalan los límites de la tierra prometida, esta vez con más detalles
^ ^ geográficos, que no siempre es posible identificar.
199 NÚMEROS 3 4 -3 5
ne, y continuará por Jasar Adar, pasan 29 Estos son aquellos a quienes manda Ya
do por Asemón, 5 y desde Asemón irá vé distribuir la tierra de Canán entre los
hasta el torrente de Egipto, para morir hijos de Israel.
en el mar. 6 Por frontera occidental ten
dréis el mar Grande, que por este lado L a s ciu d a d es le víricas
os servirá de confín. 7 El confín septen
trional será éste: a partir del mar Gran O C 1 Habló Yavé a Moisés cu los 11a-
de, le trazaréis por el monte Or; 8 del nos de Moab, junto u! Jordán,
monte Or le llevaréis hasta la entrada de frente a Jericó, diciendo:4 2 «Manda a
Jamat, llegando a Sedadá, 9 y continua los hijos de Israel que de la heredud de
rá por Zefrón, para terminar en Jasar su posesión cedan a los levitas ciudades
Enán; éste será vuestro confín septentrio en las que puedan habitar. Dadles tam
nal. 10 La frontera oriental la llevaréis bién lugares de pastos en los contornos
desde Jasar Enán a Sefama; 11 bajará de de esas ciudades. 3 Que tengan ciudades
Sefama a Rebla, al este de Ain, descen en que habitar y pastos para sus anima
diendo de aquí al oriente hasta el mar de les, para sus ganados y para todas sus
Queneret, 12 y llegando hasta el Jordán, bestias. 4 Los lugares de pasto en torno
seguirá a lo largo de éste, para morir en de las ciudades que daréis a los levitas
el mar de la Sal. Esta será vuestra tierra serán: a partir de los muros de la ciudad,
y las fronteras que la rodearán». para afuera, de mil codos en torno; 5 y la
13 Moisés dio esta orden a los hijos extensión de fuera de la ciudad, dos mil
codos a la parte de oriente, dos mil co
de Israel: «Esta es la tierra que por suer dos a la parte del mediodía, dos mil co
tes habéis de distribuir y que Yavé ha
ordenado dar a las nueve y media tribus; dos a la parte de occidente y dos mil co
14 porque la tribu de los hijos de Rubén dos a la parte del norte, quedando en me
dio de la ciudad. Estos serán los lugares
y la de los hijos de Gad han recibido ya de pastos de sus ciudades. * 6 De las ciu
su heredad según sus familias, y la media
tribu de Manasés ha recibido también la dades mismas que daréis a los levitas,
suya. 13 Estas tribus y la media tienen ya seis serán las ciudades de refugio, donde
pueda refugiarse el homicida; y las otras,
su heredad al lado de allá del Jordán, cuarenta
frente a Jericó, al oriente». y dos en número;7 en total, cua
renta y ocho ciudades con sus lugares de
16 H abló Yavé a M oisés, diciendo: pasto. En cuanto a las ciudades que de los
17 «He aquí los nombres de los que han hijos de Israel habéis de dar a los levitas,
de hacer la distribución de la tierra en 8 tomaréis más de los que tengan mas y
tre vosotros: Eleazar, sacerdote, y Josué, menos de los que tengan menos. Cada
hijo de Nun. 18 Tomaréis también un uno cederá para los levitas sus ciudades
príncipe de cada tribu para distribuiros en proporción de la heredad que haya re
la tierra. 19 He aquí los nombres de és cibido».
tos: por la tribu de Judá, Caleb, hijo de
Jefoné; 20 por la tribu de los hijos de Ciudades de refugio
Simeón, Samuel, hijo de Amiud; 21 por
la tribu de Benjamín, Elidad, hijo de Ca 9 Yavé habló a M oisés, d icien d o :4
setón ; 22 por la tribu de los hijos de Dan, 10 «Habla a los hijos de Israel y diles:
el príncipe Boqui, hijo de Jogli; 23 por los Cuando hayáis pasado el Jordán, en la
hijos de José; por la tribu de los hijos de tierra de Canán, 11 elegiréis ciudades que
Manasés, el príncipe Janiel, hijo de Efod; sean para vosotros ciudades de refugio,
24 por la tribu de los hijos de Efraím, el donde pueda refugiarse el homicida que
príncipe Camuel, hijo de Seftán; 25 por hubiere muerto a alguno sin querer. n És
la tribu de los hijos de Zabulón, el prín tas ciudades os servirán de asilo contra
cipe Elisafán, hijo de Parmac; 26 por la el vengador de la sangre, para que no sea
tribu de los hijos de Isacar, el principe muerto el homicida antes de comparecer
Paltiel, hijo de Ozán; 27 por la tribu de en juicio ante la asamblea. 13 Las ciuda
los hijos de Aser, el príncipe Ajiud, hijo des a esto destinadas serán seis, que se
de Salomi; 28 por la tribu de los hijos de rán para vosotros ciudades de refugio.
Neftalí, el príncipe Pedael, hijo de Amiud, 14 Destinaréis tres del lado de allá del Jor-
OC 1 Dos puntos abarca este capitulo. Primeramente prescribe la asignación de 48 ciudades
con sus términos para los levitas, que, según lo dicho muchas veces, no tendrán heredad en
tre sus hermanos. Estas ciudades se tomarán de las otras tribus, en proporción a la extensión de
nuda una.
5 El término de la ciudad sería de mil codos de radio en todas direcciones; por tanto, dos mil
indos de diámetro, tomando la ciudad por centro de la circunferencia.
g El segundo punto es señalar las ciudades de refugio adonde puedan huir los que hayan tenido
In desgracia de cometer un homicidio involuntariamente, hasta que el asunto se arregle con el ven-
iwdor de la sangre, encargado de ejecutar la justicia. A la muerte del sumo sacerdote termina el
riligio.
NÚifeROfl 85-36 200
primero, y luego al templo de Jerusalén. Este precepto tiene estrecha relación con el
culto del solo Dios de Israel.
En suma, el Deuteronomio, más que un código legal, es un libro parenético, de
piedad, un catecismot una exhortación viva y apremiante a la vista del peligro in
minente y grave de que el pueblo olvide los beneficios del Señor y se aparte de su culto
y de su Ley. Una especie de teología moral, deducida de la historia de Israel y ex
puesta en forma exhortatoria. Confirman esto los apéndices, sobre todo el cántico del
capitulo 33, que debe servir de continua amonestación al pueblo.
10 La multiplicación es una de las promesas hechas a Abraham, y aquí Moisés la pondera gran
demente. Este suceso responde a lo contado en Ex 18,13 S9., antes del Sinai. Es un indicio de que
aquri relato no está en su lugar, y habría que colocarlo después de Núm 10,11.
19 Aquí aparece claro cómo Cadesbame fue la única etapa de su viaje desde Horeb, y allí per-
niMiiccicron largo tiempo.
14 Es de notar cómo aquí (24-36) se recuerda la subida de los exploradores hasta Escol, la traída
ile loa frutos, la murmuración y la sentencia divina, sin mencionar los otros sucesos que a éstos están
ine*c lados en el relato de Núm 13.
DEUTEHONOMIO 1-2 204
40 Vosotros volveos y partid por el desier que habitan en Seir, camino del Arabá a
to, camino del mar Rojo, * Elat y a Asiongaber, y dando vuelta,
41 Vosotros respondisteis, diciéndome: avanzamos por el camino del desierto de
Hemos pecado contra Yavé; queremos su Moab.
bir y combatir como Yavé, nuestro Dios, 9 Entonces me dijo Yavé: N o hosti
ha mandado; y cíñéndoos vuestras armas, guéis a los moabitas y no trabéis lucha
os dispusisteis inconsideradamente a su con ellos, pues no he de darte hada de
bir a la montaña. 42 Yavé me dijo: Diles: su tierra en posesión; pues he dado a los
No subáis y no combatáis, porque yo no hijos de Lot el Ar en posesión. * 10 An
iré en medio de vosotros; no os hagáis tes habitaron allí los emitas, pueblo gran
derrotar por vuestros enemigos. 43 Yo os de, numeroso, de alta talla, como los
lo dije; pero vosotros no me escuchasteis, enaquitas;11 también ellos, como los ena-
os resististeis a las órdenes de Yavé, y fuis quitas, pasaban por refaítas, pero los
teis tan presuntuosos, que os empeñasteis moabitas les daban el nombre de emitas.
en subir a la montaña. 44 Entonces los 12 Por lo contrarío, en Seir habitaron
amorreos que habitan en esas montanas antes los joritas; pero los hijos de Esaú
salieron contra vosotros, y os persiguie los desposeyeron, y exterminándolos, se
ron como persiguen las abejas; os derro establecieron en su tierra, como lo hace
taron en Seir hasta Jorma. 45 Vinisteis y Israel en la tierra de su posesión, que le
llorasteis ante Yavé; pero Yavé no escu da Yavé.
chó vuestra voz, no os dio oídos. 46 Así 13 Ahora, pues, levantaos y atravesad el
estuvisteis tanto tiempo en Cades, todo torrente Zared. Y atravesamos el torrente
el tiempo que allí habéis morado. Zared. 14 El tiempo que duraron nuestras
marchas desde Cadesbarne al torrente
A tra v é s d el desierto Zared fue de treinta y ocho años, hasta
(Núm. 20,14-21,20) que hubo desaparecido toda la genera
ción de hombres de guerra de en medio
2
1 Mudando de dirección, partimos del campamento, como Yavé se lo había
por el desierto, camino del mar Rojo, jurado. * *5 La mano de Yavé pesó sobre
como Yavé rae lo había ordenado; y an ellos en el campamento, hasta hacerlos
duvimos largo tiempo, dando vueltas en desaparecer a todos.
torno a las montañas de Seir.* 2 Yavé 16 Cuando la muerte hubo hecho des
me dijo: 3 Harto tiempo habéis estado aparecer de en medio del pueblo a todos
rodeando estas montañas; volved a to aquellos hombres de guerra, 17 me habló
mar la dirección norte. 4 D a esta orden al Yavé, diciendo:* 18Hoy vas a pasar la
pueblo: Vais a pasar por la frontera de frontera de Moab, el Ar, y vas a acer
vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que carte a los hijos de Ammón, pero sin
habitan en Seir. Ellos os temerán; pero pasar sus confines.19 N o los ataques y no
guardaos bien 5 de tener querellas con les hagas la guerra, porque yo no he
ellos, porque yo no os daré nada de su de darte en posesión nada de la tierra
tierra, ni siquiera lo que puede pisar la de los hijos de Ammón. Se la he dado en
planta de un pie. Yo he dado a Esaú las posesión a los hijos de Lot. 2<>También
montañas de Seir en posesión. 6 Com era tenida esta tierra por tierra de Refaím;
praréis de ellos a precio de plata los ali habitaron antes allí los refaím, que los
mentos que comáis y aun el agua que amonitas llamaban zomzomin, 21 pueblo
bebáis; 7 porque Yavé, tu Dios, te ha
bendecido en todo el trabajo de tus ma grande, numeroso, de alta talla, como
nos y te ha provisto en tu viaje por este los enaquim. Yavé los destruyó ante los
vasto desierto, y ya desde cuarenta años amonitas, que los expulsaron, y se esta
ha estado contigo Yavé, sin que nada te blecieron en su tierra. 22 Lo mismo hizo
haya faltado. 8 Pasamos, pues, flanquean Yavé por los hijos de Esaú, que habita
do a nuestros hermanos los hijos de Esaú, ban en Seir, destruyendo ante ellos a los
4 0 Este verso índica que el primer plan era entrar en Canán por el Negueb; pero a consecuencia
de la sentencia divina, o tal vez de la derrota sufrida, cambiaron de ruta y se dirigieron por el sur
hacia el este de la Palestina (Núm 20,22; 22,4).
* Israel, partiendo de Cadesbarne hacia el oriente, viene al Arabá con el propósito de atra
2 vesarlas montañas de Seir; pero, impedido por éste, sigue el camino del Arabá hasta Asion
gaber, para dar vuelta hada el norte por el desierto de la región de Moab.
9 Siguen su camino por los confines orientales de Moab. Los pueblos aquí mencionados son
los aborígenes de la tierra, anteriores a Edom, Moab, etc. Los w.10-12.20-23 parecen extraños al
discurso de Moisés, pero muy interesantes por las noticias que nos dan de estos aborígenes de
Canán y países vecinos (cf. Gén 14,5 s.; Núm 13,23).
14 Estos treinta y ocho años deben entenderse desde la llegada a Cadesbarne, donde permane
cieron «mucho tiempo» (2,46).
17 Los moabitas y los amonitas son descendientes de Lot (Gén 19,30 ss.), y por esto ordena
• Israel respetar sus términos, aunque luego dirá que no los admitan en su pueblo (23,3; Neh 13,1 3.).
205 DEÜTERONOMIO 2-3
y toda líi parce de Basán que pertenecía i eso; 27 sube a la cima del monte Pasga
al reino tic Og; toda la región de Argob, ' y dirige tus ojos hacia el occidente, el
lodo el Basán, lo que hoy se llama tierra septentrión, el mediodía y el oriente, y
de Ref'aím. 14 Jair, hijo de Manases, ob contémplala con tus ojos, pues na has
tuvo toda la región de Argob hasta la de pasar este Jordán. 28 Manda a Jo
frontera de los gesuritas y de los maca- sué, infúndele valor y fortaleza, pues él
titas, y dio su nombre a los burgos de es quien lo pasará a la cabeza de este
Basán, llamados hasta hay Javot-Jair pueblo y le pondrá en posesión de la
(Burgos de Jair). 15 A Maquir le di Ga- tierra que tú no puedes más que ver.
lad; a los rubenitas y a los ga ditas les 29 Nos quedamos, pues, en el vahe,
di una parte de Galad y hasta ai torrente frente a Bet Fogor.
Arnón, sirviendo de límite el medio del
valle, y hasta el torrente de Jaboe, fron E xhortación a la observancia de
tera de los hijos de Amrnóft,17 como tam la L e y
bién el Arabá, con el Jordán por límite,
1 Ahora, pues, Israel, guarda las le
desde Queneret hasta el mar del Arabá,
el mar de la Sal, al pie de las faldas del
Pasga, a oriente.
4 yes y mandamientos que yo te in
culco, y ponías por obra, para que vivas,
18 Entonces os di ya esta orden: Yavé, y entréis y os posesionéis de la tierra
vuestro Dios, os ha dada esa tierra para que os da Yavé, Dios de vuestros padres.
que sea posesión vuestra; y vosotros to 2 No añadáis nada a lo que yo o® pres
dos, hombres robustos* marcharéis de cribo, ni nada quitéis, sino guardad tas-
lante de vuestros hermanea los hijos de mandamientos de Yavé, vuestro D ios, que
Israel; 19 sólo vuestras mujeres, vuestros yo os prescribo. 3 Con vuestros, ojos ha
niños y vuestros ganado®—yo sé que te béis visto lo que hizo Yavé por lo de
néis muchos ganados—se quedarán en Baal Fogor. A cuantos se fueron tras
las ciudades que os he dado, 20 hasta Baal Fogor los exterminó Yavé, vuestro
que Yavé conceda quieta morada a vues Dios, de en medio de vosotros» 4 Por k>
tros hermanos, como a vosotros, y to contrario, vosotros, los que fuisteis fie
men también ellos posesión de la tierra les a Yavé, vuestro Dios, estáis todavía
que Yavé, vuestro Dios, les da al otro todos. 5 Mirad: Yo os he enseñado le
lado del Jordán. Volveréis entonces cada yes y mandamientos, como Yavé, tai
uno a la heredad que os he dada Dios, me los ha enseñado a mi* para
Entonces di tambáis» óvdenes. a Jo que los pongáis por obra en la tierra
sué, diciendo: Con tus. ojos has visto en que vais a entrar para poseerte.
todo lo que Yavé, vuestro Dios, ha hecho 6 Guardadlos y ponedlos por obra, poca
con esos dos reyes; así hará Yavé tam en ellos está vuestra sabiduría y vuestro
bién a todos los reinos, eea&tra los cuales entendimiento a los ojos de los puebles,
vas a marchar. 22 No loa tontas, que Yavé, que, al conocer todas esas leyes, se d*-
vuestro Dios, combato por vosotros. rán: Sabia e inteligente es, en verdad,
esta gran nación. * 7 Porque ¿cuál es. en
M oisés, privado d e entrar en la tierra verdad la gran nación que tenga dio
prom etid a ses tan cercanos a ella, como Yavé, nues
(Núm. 27,12 ss.) tro Dios, siempre que le invocamos?1* Y
¿cuál la gran nación que tenga leyes y
23 Entonces pedí yo a Yavé misericor mandamientos justos, como toda esto
dia, diciendo:* 24 ¡Señor, Yavé! Tú has Ley que yo os propongo hoy? * Cuida,
comenzado a mostrar a tu siervo, tai gran pues, con gran cuidado no olvidarte de
deza y tu potente brazo; pues ¿qué Dios cuanto con tus ojos has visto y n a de
hay, ni en los cielos ni en la tierra, que jarlo escapar de tu corazón por todos
pueda hacer las obras que té haces y los días de tu vida; antes bien, enséña
tan poderosas hazañas? 2*Enéjame, te selo a tus hijos y a los hijos de tus hijos.
pido, atravesar, para que pueda ver la Acuérdate del día en que estuviste ante
excelente tierra del lado é» allá dfel Jor Yavé, tu Dios, en Horeb, cuando Yavé
dán, esas hermosas monéattas y ef Líbano. me dijo: Convoca al pueblo a asamblea^
26 Pero Yavé, como fuer» de sí’ por eausa para que yo le haga oir mis palabra® y
vuestra, no me escuchó; antes bien, me sepan temerme todos los días de su vida
dijo: Basta, no vuelvas a hablarme de sobre la tierra y se lo enseñen a sus hijos.
2 3 Moisés, privado de la dicha dto iníiwducir al pueblo en Canón, debe traspasar sus poderes
a Josué (cf. Núm 20,12).
A 6 Israel, pueblo pequeño e insignificante comparado con otros muchos desde el: punto de
“ vista de la cultura material, es, sittt embargo, en el aspecto cultural religioso, la nación, máe
grande de toda la antigüedad; y su pahámonio cultural religioso, perfeccionado por el cristianis
mo, ha venido a ser el de todo el mundo civilizado.
DEUTERONOMIO 4
11 Vosotros os acercasteis, quedándoos en hecho con vosotros, y guardaos de ha
la falda del monte, mientras éste ardía ceros imagen esculpida de cuanto Yavé,
en fuego, cuyas llamas se elevaban hasta tu Dios, te ha prohibido, 24 porque Yavé,
el corazón del cielo: tiniebla, nube y tu Dios, es fuego abrasador, es un Dios
obscuridad.12 Entonces os habló Yavé de celoso.
en medio del fuego y oísteis bien sus pa
labras, pero np visteis figura alguna, sino C o n m in a c io n e s
sólo una voz. * 13 Os promulgó su alian
za y os mandó guardarla: los diez man 25 Cuando tengáis hijos e hijos do vues
damientos, que escribió sobre las tablas tros hijos y ya de mucho tiempo habi
de piedra. 14*Y a mí me mandó entonces téis en esa tierra, si corrompiéndoos os
Yavé que os enseñase las leyes y manda hacéis ídolos de cualquier clase, hacien
tos que habíais de guardar en la tierra do el mal a los ojos de Yavé, vuestro
a que vais a pasar para poseerla. Dios, y provocando su indignación— 26 yo
13 Puesto que el día en que os habló invoco hoy como testigos a los cielos y
Yavé de en medio del fuego, en Horeb, a la tierra—, de cierto desapareceréis de
la tierra de que, pasado el Jordán, vais
a posesionaros; no se prolongarán en
ella vuestros días; seréis enteramente des
truidos. 27 Yavé os dispersará entre las
gentes, y sólo quedaréis de vosotros un
corto número en medio de las naciones
a que Yavé os arrojará. * 28 Allí serviréis
a sus dioses, obra de las manos de los
hombres, de madera y de piedra, que ni
ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29 Allí
Símbolos d e io s d i o s e s . ( G r ks sm a n n , buscaréis a Yavé, vuestro Dios, y le ha
Altorient. Bilder.) llarás si con todo tu corazón y con toda
tu alma le buscas. * 30 En medio de las
no visteis figura alguna, 16*guardaos bien angustias, cuando todo esto haya venido
de corromperos, haciéndoos imagen al sobre ti, en los últimos tiempos, te con
guna tallada, ni de hombre ni de mujer, vertirás a Yavé, tu Dios, y le oirás;31 por
17 ni de animal ninguno de cuantos vi que Yavé, tu Dios, es Dios misericordio
ven sobre la tierra, ni de ave que vuela so. N o te rechazará ni te destruirá del
en el cielo, 18 ni de animal que repta todo ni se olvidará de la alianza que a
sobre la tierra, ni de cuantos peces viven tus padres juró. 32 Pregunta a los días
en el agua, debajo de la tierra; 19 ni al que te han precedido, desde aquel en
zando tus ojos al cielo, al sol, a la luna, que Dios creo al hombre sobre la tierra,
a las estrellas, a todo el ejército de los y desde el uno al otro cabo de los cielos,
cielos, te engañes, adorándolos y dándo si se ha visto jamás cosa tan grande ni
les culto; porque es Yavé, tu Dios, quien se ha oído nada semejante. 33 ¿Qué pue
se los ha dado a todos los pueblos de blo ha oído la voz de su Dios hablándole
bajo los cielos.20*Pero a vosotros os tomó en medio del fuego, como la has oído
Yavé y os sacó del horno de hierro de tú, quedando con vida? 34 Jamás probó
Egipto para que fuerais el pueblo de su un dios a venir a tomar para sí un pue
heredad, como lo sois hoy. blo de en medio de pueblos, a fuerza
21 Yavé se irritó contra mí por causa de pruebas, de señales y prodigios, de
vuestra, y juró que yo no pasaría el Jor lucha, mano fuerte y brazo extendido,
dán y no entraría en la buena tierra que de tremendas hazañas, como las que hizo
Yavé, tu Dios, te da en heredad. 22 Voy por vosotros en Egipto Yavé, vuestro
a morir en esta tierra sin pasar el Jordán; Dios, viéndolas tú con tus mismos ojos. *
vosotros lo pasaréis y poseeréis esa bue 35 A ti se te hicieron ver para que co
na tierra. 23 Guardaos, pues, de olvidaros nocieras que Yavé es, en verdad, Dios,
de la alianza que Yavé, vuestro Dios, ha y que no hay otro Dios más que él.
12 El pueblo vio la teofanla de la tempestad, pero no vio figura alguna que ellos pudieran imitar
para representar a Dios. Estas palabras nos dan la explicación del segundo precepto del Decálogo,
de no representar a Dios en estatuas, para obligarlos a concebir a Dios como inmaterial.
27 La idea del destierro, en castigo de su infidelidad, como en el discurso de Salomón (i Re 8,
46 ss.).
29 En la tierra de su cautiverio no habrá otros dioses que los ídolos, porque son los únicos a
quienes se levantan templos y altares; ellos, sin embargo, se acordarán de su Dios y, como dirá Sa
lomón, se volverán hacia el santuario de Jerusalén, y de allí subirán sus plegarias al trono de Dios
un el cielo (z Re 8,44-47 ss.; Dan 6,10).
J4 Puesto que los pueblos gentiles adoran la naturaleza divinizada, sus relaciones con los
dioses son naturales; no así las de Yavé con Israel, que se fundan en la libre elección de Dios, acep
tada por el pueblo (Ex 24,3)-
DEUVKHONOM 10 4-5
13 Seis días trabajarás y harás tus obras, oye lo que te diga Yavé, nuestro Dios, y
14 pero el séptimo es sábado de Yavé, transmítenos a nosotros cuanto Y avé,
tu Dios. No harás en él trabajo alguno, nuestro Dios, te diga, y nosotros lo es
ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, cucharemos y lo haremos.
ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni 28 Y a v é escu ch ó vu estras palabras,
ninguna de tus bestias, ni el extranjero cuando me hablabais, y me dijo: «He
que está dentro de tus puertas; para que oído las palabras que el pueblo te ha di
tu siervo y tu sierva descansen, como rigido; está bien lo que dicen. 29 jOli, si
descansas tú. * 15 Acuérdate de que sier tuvieran siempre ese mismo corazón y
vo fuiste en la tierra de Egipto, y de que siempre me temieran y guardaran mis
Yavé, tu Dios, te sacó de allí con mano mandamientos, para ser por siempre fe
fuerte y brazo tendido; y por eso Yavé, lices, ellos y sus hijos! 30 V e y diles: Vol
tu Dios, te manda guardar el sábado. veos a vuestras tiendas.31 Pero tú quédate
16 Honra a tu padre y a tu madre, co aquí conmigo, y yo te diré todas las leyes,
mo Yavé, tu Dios, te lo ha mandado, mandamientos y preceptos que tú les has
para que vivas largos años y seas feliz de enseñar, para que las pongan por obra
en la tierra que Yavé, tu Dios, te da. en la tierra que yo les voy a dar en pose
17 No matarás. sión. 32 Poned, pues, mucho cuidado en
18 No adulterarás. hacer cuanto Y avé, vuestro Dios, os man
19 N o robarás. d a; no declinéis ni a la derecha ni a la
20 No dirás falso testimonio contra tu izquierda; 33 seguid en todo los caminos
prójimo. que Y avé, vuestro D ios, os prescribe, para
No desearás la mujer de tu pró que viváis y seáis dichosos y duréis largos
jimo, ni desearás su casa, ni su campo, años en la tierra que vais a poseer».
ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni
su asno, ni nada de cuanto a tu prójimo
pertenece». * E l a m o r d e D io s y la o b se rv a n c ia
22 Estas son las palabras que Yavé di d e la L e y
rigió a toda vuestra comunidad desde la
1 Estos son los mandamientos, los
montaña, en medio de fuego, de nube y
de tinieblas, con fuerte voz, y no añadió 6 preceptos y los juicios que Yavé,
más. Las escribió sobre dos tablas de pie vuestro Dios, me mandó que os enseñase,
dra que él me dio. para que los cumpláis en la tierra en que
23 Cuando oísteis su voz de en medio vais a entrar y vais a poseer, 2 para que
de las tinieblas estando la montaña toda temas a Y avé, tu Dios, tú y tus hijos y los
en fuego, os acercasteis luego a mí todos hijos de tus hijos, y guardes todos los días
los jefes de tribus y todos los ancianos, * de tu vida todas sus leyes y todos sus man
24 y me dijisteis: Yavé, nuestro Dios, nos damientos que yo te inculco, vivas largos
ha hecho ver su gloria y su grandeza y años. 3 Escúchalos, Israel, y ten sumo
oir su voz en medio del fuego; hoy he cuidado en ponerlos por obra, para que
mos visto a Dios hablar al hombre y seas dichoso y os multipliquéis grande
quedar éste con vida. * 25 ¿Por qué, pues, mente, según lo que ha dicho Yavé, el
morir devorados por ese gran fuego, si D ios de tus padres, de darte la tierra que
seguimos oyendo la voz de Yavé, nuestro mana leche y miel.
Dios? 26 Porque, de toda carne, ¿quién 4 Oye, Israel: Y a vé es nuestro Dios,
como nosotros ha oído la voz del Dios Y a vé es único. * 5 Am arás a Yavé, tu Dios,
vivo, hablando de en medio del fuego, y con todo tu corazón, con toda tu alma,
ha quedado con vida? 27 Acércate tú y con todo tu poder, 6 y llevarás muy den-
alianza y la misericordia hasta mil gene imágenes esculpidas de sus dioses; no co
raciones a los que le aman y guardan sus dicies la plata ni el oro que haya sobre
mandamientos; 10 pero retribuye en cara ellas, apropiándotelo, y cayendo en una
al que le aborrece, destruyéndole; no tar trampa, porque es abominación de Yavé,
da en darle en cara su merecido, n Guar tu Dios, 26 y no has de introducir en tu
da, pues, tú sus mandamientos, las leyes casa abominación, para no hacerte como
y estatutos que te prescribe hoy, ponién ello es, anatema. Detéstalo y abomínalo
dolos por obra. como abominación poT ser cosa dada al
12 Si escucháis sus mandatos y los guaranatema.
dáis y los ponéis por obra, en retomo
Yavé, tu Dios, te guardará su alianza y la A g r a d e c im ie n t o a D io s p o r los
misericordia que a tus padres juró. 13 Te b e n eficios recib id o s
amará, te bendecirá y te multiplicará;
bendecirá el fruto de tus entrañas y el 1 Tened gran cuidado de poner por
fruto de tu suelo; tu trigo, tu mosto, tu 8obra los mandamientos que os pres
aceite, las crías de tus vacas y las crías cribo hoy para que viváis y os multipli
de tus ovejas, en la tierra que a tus pa quéis, y entréis, para poseerla, en la tie
dres juró darte. * 14 Serás bendito sobre rra que Yavé juró dar a vuestros padres.
todos los pueblos, no habrá estériles en ti 2 Acuérdate de todo el camino que Yavé,
ni en tus. ganados. 1S Yavé alejará de tu Dios, te ha hecho hacer estos cuaren
ti las enfermedades, no mandará sobre ta años por el desierto, para castigarte
ti ninguna de las plagas malignas de Egip y probarte, para conocer los sentimien
to, que tú conoces, y afligirá con ellas a tos de tu corazón y saber si guardas o no
los que te od ien .16 Devorarás a todos los sus mandamientos. 3 El te afligió, te hizo
pueblos que Yavé, tu Dios, va a entre pasar hambre, y te alimentó con el manó,
garte; tus ojos no los perdonarán y no que no conocieron tus padres, para que
servirán a sus dioses, porque eso sería aprendieras que no sólo de pan vive el
para ti la ruina. 17 Y si se te ocurriese de hombre, sino de cuanto procede de la
cir: ¿Cómo voy a poder expulsar a esas boca de Yavé. 4 Tus vestidos no se en
naciones, que son más numerosas que vejecieron sobre ti, ni se hincharon tus
yo?, 18no las temas; acuérdate de lo que pies durante esos cuarenta años, * 5 para
Yavé, tu Dios, hizo con el Faraón y con que reconocieras en tu corazón que Yavé,
todo el E gipto,19 las grandes pruebas que tu Dios, te instruye, como instruye un
vieron tus ojos, los portentos y prodi hombre a su hijo, 6 y guardaras los man
gios, la mano fuerte y el brazo tendido damientos de Yavé, tu Dios, marchando
con que Yavé, tu Dios, te sacó; así hará por sus caminos y temiéndole.
también Yavé, tu Dios, con todos los 7 Ahora, Yavé, tu Dios, va a introdu
pueblos que tú temes. 20 Aun tábanos cirte en una buena tierra, tierra de to
mandará Yavé, tu Dios, contra ellos, has rrentes, de fuentes, de aguas profundas,
ta hacer perecer a los sobrevivientes o a que brotan en los valles y en los montes;
los que se escondiesen. 21 No los temas, 8 tierra de trigo, de cebada, de viñas, de
porque en medio de ti está Yavé, tu Dios, higueras, de granados; tierra de olivos,
el Dios grande y terrible.22 Yavé, tu Dios, de aceite y de miel; 9 tierra donde come
expulsará a esas naciones poco a poco; rás tu pan en abundancia y no carecerás
no podrás exterminarías en un día, no de nada; tierra cuyas piedras son hierro
sea que las Aeras salvajes se multipliquen y de cuyas montañas sale el bronce. *
contra ti.23 Yavé, tu Dios, te los entregará 10 Comerás y te hartarás; bendice, pues, a
y los conturbará con gran conturbación, Yavé por la buena tierra que te ha dado.
hasta que desaparezcan; 24entregará en 11 Guárdate bien de olvidarte de Yavé,
tus manos sus reyes, y harás desaparecer : tu Dios, dejando de observar sus manda
sus nombres de debajo de los cielos; na mientos, sus leyes y sus preceptos, que
die podrá resistirte hasta que los hayas hoy te prescribo y o ; 12 no sea que cuando
destruido. 25 Consumirás por el fuego las comas y te hartes, cuando edifiques y
13 Las bendiciones de Dios a Israel son temporales (Lev 26; Dt 29); pero aun temporales y
todo, son señales de las buenas relaciones entre Dios y su pueblo, y sirven a la ve2 para fomen
tarlas. Sus bienes materiales, que ayudan en el plan divino a ir a Dios. Así se acomodaba Dios a
la rudeza de un pueblo incapaz de apreciar los bienes puramente espirituales. Por otra parte, loa
profetas y los sapienciales reprenden duramente la avaricia de los ricos, que buscan por todos los
medios acrecentar las riquezas (Is 5,8 s.; Miq 2,2; Hab 2,6). Igual que de las bendiciones hemos
de decir de los castigos y por la misma razón (Santo T omás, Suma Teológica, 1-2 q.99 a.6 ).
O 4 Estas palabras no deben tomarse al pie de la letra; son ponderaciones oratorias de la par-
0 ticular providencia que Yavé tuvo de su pueblo, sustentándole en su larga peregrinación por
«*l desierto.
9 No es precisamente la Palestina una región rica en metales; mas parece que, sobre todo en
lu Transjordania, había minas de hierro explotadas en la antigüedad, y de cobre en el Arabá.
DEITTKRONOMIO 8-9 212
eché el polvo en el agua del torrente que 6 Los hijos de Israel partieron de Berot-
baja de la montaña. Bene-Jacan para Moserá. Allí murió Arón
22 En Taberá, en Masá y en Quibrot- y allí fue enterrado. Eleazar, su hijo, fue
hat-tava excitasteis también la cólera de sacerdote en su lugar. * 7 De allí partie
Yavé; * 23 y cuando Yavé os hizo subir ron para Gadgad, y de Gadgad para
de Cadesbame, diciendo: «Subid y to Jetebata, región rica en aguas. 8 En ese
mad posesión de la tierra que os doy», tiempo separó Yavé la tribu de Leví,
fuisteis rebeldes a las órdenes de Yavé, para llevar el arca de la alianza de Yavé,
vuestro Dios; no tuvisteis confianza en para que estuvieran en su presencia y le
El y no obedecisteis su voz. 24 Habéis sirvieran y bendijeran su nombre, como
sido rebeldes a Yavé desde el día en que hasta hoy. * 9 Por eso Leví no tiene parto
El comenzó a poner en vosotros sus ojos. ni heredad entre sus hermanos, porque
25 Yo me postré ante Yavé aquellos es Yavé su heredad, como Yavé, tu
cuarenta días y cuarenta noches que es Dios, se lo ha dicho.
tuve postrado, porque Yavé hablaba de io Yo me estuve en la montaña como
destruiros, 26 y le rogué, diciendo: ¡Señor, anteriormente, cuarenta días y cuarenta
Yavé, no destruyas a tu pueblo, a tu noches; y Yavé me escuchó esta vez tam
heredad, redimida por tu grandeza, sa bién, y no quiso ya destruiros. 11 Me dijo
cándolo de Egipto con tu mano pode Yavé: «Levántate y ve a ponerte a la
rosa! 27 Acuérdate de tus siervos Abra- cabeza del pueblo, para que entren y se
ham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza posesionen de la tierra que a sus padres
de este pueblo, a su perversidad, a su juré darles».
pecado; 28 que no puedan decir los de
ia tierra de que nos has sacado: Por no E x h o r ta c ió n a la o b se rv a n c ia .
poder Yavé hacerlos entrar en la tierra P ro m esas y am en azas
que les había prometido y porque los 12 Ahora, pues, Israel, ¿qué es lo que
odiaba, los ha sacado fuera, para hacer de ti exige Yavé, tu Dios, sino que temas
los morir en el desierto. 29 Son tu pueblo, a Yavé, tu Dios, siguiendo por todos sus
tu heredad, que con tu gran poder y caminos, amando y sirviendo a Yavé, tu
brazo tendido has sacado fuera. Dios, con todo tu corazón, con toda tu
L a s tablas d e la L e y alma, 13 y guardando los mandamientos
de Yavé, y sus leyes, que hoy te prescribo
j A 1 Entonces me dijo Yavé: «Hazte yo, para que seas dichoso? 14 Mira: De
* ” dos tablas de piedra como las pri Yavé, tu Dios, son los cielos de los cielos,
meras, y sube a mí a la montaña; haz la tierra y todo cuanto en ella se contiene.
también un arca de madera; 2 yo escri 15 Y sólo con tus padres se ligó amándo
biré sobre esas tablas las palabras que los, y a su descendencia después de ellos,
estaban escritas sobre las primeras que a vosotros, a quienes ha elegido de entre
tú rompiste, y las guardarás en el arca». todos los pueblos, como lo muestra hoy.
3 Hice, pues, un arca de madera de acacia, 16 Circuncidad, pues, vuestros corazo
y habiendo cortado dos tablas de piedra nes y no endurezcáis más vuestra cerviz;*
como las primeras, subi con ellas a la 17 porque Yavé, vuestro Dios, es el Dios
montaña. 4 El escribió sobre estas tablas de los dioses, el Señor de los señores, el
lo que estaba escrito en las primeras, los Dios grande, fuerte y terrible, que no
diez mandamientos que Yavé os había hace acepción de personas ni recibe re
dicho en la montaña de en medio del galos, 18 hace justicia al huérfano y a la
fuego el día de la congregación, y me viuda,* 19 ama al extranjero y le ali
las dio. 5 Yo me volví, y bajando de la menta y le viste. Amad también vosotros
montaña puse las tablas en el arca que al extranjero, porque extranjeros fuisteis
había hecho, y allí han quedado, como en la tierra de Egipto. * 20 Teme a Yavé,
Yavé me lo mandó. tu Dios; sírvele, adhiérete a El y jura por
22 Estos tres w . 2 2 - 2 4 , que interrumpen el relato de la intercesión de Moisés, están fuera de
su lugar, que será después de 10,5.
*1 A 6 Los w.6-7, un poco alterados, son copia de Núm 33,30-33, la lista de las etapas de Israel.
■ v 8 Como premio de su celo por Yavé cuando la adoración del becerro (Ex 27,27 ss.).
16 La circuncisión del corazón no es otra cosa que la obediencia a la Ley divina, igual que
la circuncisión de los oídos. Es una idea frecuente en loa profetas, con que nos explican el verdade
ro contenido de la circuncisión de la carne (30,6; Jer 4,4; 6,10; 9,25 s.).
18 La injusticia contra los débiles es lo que más irrita a Yavé y le mueve a ejercer sus venganzas
(24,17; 27,19; Ex 22,22 s.; Is 1,17; Jer 7,5 s.).
19 No sólo justicia, amor pide Dios. Otra idea característica del Deuteronomio y que viene
11 completar el precepto del amor de Dios, a saber, el precepto del amor del prójimo. Yavé muestra
en este libro una predilección especial por los pequeños y necesitados, los huérfanos, las viudas,
los levitas, los peregrinos, a quienes manda amar y socorrer en todos los modos posibles (14,29;
16,11; 24,19 ss.; 26,12 ss.).
d ío t e r o n o m io 10-11 2 14
su nombre. 21 El es tu gloría, El e9 tu ganados, y de ellos comerás y te saciarás.
Dios, que por ti ha hecho cosas grandes 16 Pero cuidad mucho de que no se deje
y terribles, que con tus mismos ojos has seducir vuestro corazón, y, desviándoos,
visto. 22 Tus padres bajaron a Egipto en sirváis a otros dioses y os prosternéis
número de sesenta personas, y ahora ante e llo s;17 porque la cólera de Yavé se
Yavé, tu Dios, ha hecho de ti una mu encenderla contra vosotros y cerraría el
chedumbre como las estrellas del cielo. cielo, y no habría más lluvia, y la tierra
no daría más frutos, y desapareceríais
1 Ama, pues, a tu Dios y cumple
H lo que de ti demanda, sus leyes,
sus preceptos, sus mandamientos. 2 Re
presto de la buena tierra que Yavé os
da. 18 Poned, pues, en vuestro corazón
y en vuestra alma las palabras que yo
conoced hoy, pues no hablo ahora a vues os digo; atadlas por recuerdo a vuestras
tros hijos, que no saben y no vieron la manos y ponedlas como frontal entre
enseñanza de Yavé, vuestro Dios, su gran vuestros ojos. 19 Enseñádselas a vuestros
deza, su mano fuerte y su brazo tendido; hijos, habladles.de ellas; ya cuando estés
3 los prodigios y portentos que en medio en tu casa, ya cuando vayas de viaje, at
de Egipto obró contra el Faraón, rey de acostarte y al levantarte. 20 Escríbelas en
Egipto, y contra toda su tierra; 4 lo que los postes de tu casa y en tus puertas,
hizo con el ejército egipcio, con sus caba 21 para que vuestros días y los días de
llos y sus carros, arrojando sobre ellos vuestros hijos, sobre la tierra que a vues
las aguas del mar Rojo cuando os perse tros padres Yavé juró darles, sean tan
guían y destruyéndolos hasta hoy; 5 lo numerosos como los días de los cielos
que por vosotros ha hecho en el desierto, sobre la tierra.
hasta que habéis llegado a este lugar;
6 lo que hizo con Datán y Abirón, hijos S a n c io n e s d e la L e y
de Eliab, hijo de Rubén, cuando abriendo
la tierra su boca se los tragó con sus casas, 22 Porque si cuidadosamente guardáis
sus tiendas y todos sus secuaces, en medio estos mandamientos que yo 09 prescribo,
de todo Israel.* 7 Porque con vuestros amando a vuestro Dios, marchando siem
ojos habéis visto todos los grandes prodi pre por sus sendas y adhiriéndoos a El,
gios que ha hecho Yavé. 8 Guardad, pues, 23 Yavé arrojará de ante vosotros a todos
todos sus mandamientos que hoy os pres los pueblos más numerosos y más po
cribo yo, para que seáis fuertes, V entréis derosos que vosotros;* ^ cuan to pise
y os adueñéis de la tierra a que vais a la planta de vuestros pies, vuestro se
pasar, para tomar posesión de ella, 9 y rá, y vuestras fronteras se extenderán
para que se dilaten vuestros días sobre la desde el desierto al Líbano, desde el
tierra que Yavé juró dar a vuestros pa río, el Eufrates, hasta el mar occidental;
dres, a ellos y a su descendencia, la tierra todo será dominio vuestro. * 25 Nadie po
que mana leche y miel. 10 Porque la tierra drá resistir ante vosotros; Yavé, vuestro
en que vais a entrar para poseerla no es Dios, esparcirá ante vosotros, como os
como la tierra de Egipto, de donde ha lo ha dicho, el miedo y el terror sobre
béis salido, donde echabas tu simiente y toda tierra donde pongáis vuestro pie.
la regabas con tu pie, como se riega una 26 Ved; yo os pongo hoy delante bendi
huerta. 11 La tierra en que vais a entrar ción y maldición; 27 la bendición, si cum
para poseerla es una tierra de montes y plís los mandamientos de Yavé, vuestro
valles, que riega la lluvia del cielo; 12 es Dios, que yo os prescribo hoy; 28 la mal
una tierra de que cuida Yavé, tu Dios, y so dición, si no cumplís los mandamientos
bre la cual tiene siempre puestos sus ojos, de Yavé, vuestro Dios, y, apartándoos
desde el comienzo del año hasta el ñu. del camino que yo os prescribo hoy, os
13 Si vosotros obedecéis los mandatos vais tras otros dioses que no habéis co
que yo os prescribo, amando a Yavé, nocido. 29 Y cuando Yavé, tu Dios, te
vuestro Dios, y sirviéndole con todo vues haya hecho entrar en la tierra de que
tro corazón y con toda vuestra alm a,14 yo vas a tomar posesión, pronunciarás la
daré a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, bendición sobre el monte Garizim y la
la temprana y la tardía; y tú cosecharás maldición sobre el monte Ebal, * 30 esas
tu trigo, tu mosto y tu aceite; 15 yo daré montañas del otro lado del Jordán, de
también hierba a tus campos para tus trás del camino de occidente en la tierra
•I *J 6 Conviene advertir aquí la ausencia de Coré, que ya anotamos atrás, en confirmación de
• * que se trata de dos episodios distintos, pero unidos en la narración de Núm 16.
23 Los cananeos no formaban una nación, sino muchos pueblos con frecuencia en lucha, como
nos lo prueban las cartas de El-Amama.
24' Sobre las fronteras de la tierra y sobre el' Eufrates, nótese lo que en otros lugares hemós
dicho (1,7).
2 9 Más adelante, en 27,11 ss., se detalla más esta disposición, que vemos luego cumplida en
Josué (8,30 ss.).
2 15 DEUTERONOMIO 1 1 - 1 2
de los cananeos, que habitan en el Arabá, Jordán, y habitaréis en la tierra que Yavé,
frente a Galgal, junto al encinar de Moré. vuestro Dios, os dará en heredad; y en
31 Porque vais a pasar el Jordán y a pose tonces os dará reposo contra todos vues
sionaros de la tierra que Yavé, vuestro tros enemigos que os rodean, y habitaréis
Dios, os da, y la poseeréis y habitaréis en seguridad. 11 Entonces, en el lugar que
en ella. 32 Tened, pues, gran cuidado de Yavé, vuestro Dios, elija para que en él
cumplir todos los mandamientos que hoy more su santo nombre, allá llevaréis todo
os propongo. lo que yo os mando, vuestros holocaustos,
vuestros sacrificios, vuestras décimas, las
ofrendas elevadas de vuestras manos y
L e y e s acerca d el culto las ofrendas escogidas de vuestros votos
a Yavé. 12 Allí os regocijaréis en la pre
E l santuario único sencia de Yavé, vuestro Dios, vosotros,
1 O 1 He aquí, pues, las leyes y precep- vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros
tos que cuidaréis de poner por siervos y vuestras siervas, y el levita que
obra en la tierra que Yavé, Dios de esté dentro de vuestras puertas, ya que
vuestros padres, os da en posesión, todo éste no ha recibido parte y heredad con
el tiempo que viváis sobre la tierra. vosotros.13 Guárdate de ofrecer holocaus
2 tos en cualquier lugar a que llegues;14 los
Destruiréis enteramente todos los lu
gares donde las gentes que vais a des ofrecerás en el lugar que Yavé haya ele
poseer han dado culto a sus dioses, sobre gido en una de tus tribus; allí harás todo
los altos montes, sobre los collados y lo que yo te mando. *
bajo todo árbol frondoso; 123*abatiréis sus 15 Pero cuando quieras, podrás matar
altares, romperéis sus cipos, destruiréis y comer la carne en todas tus ciudades,
sus aseras, quemaréis sus imágenes ta conforme a la bendición que Yavé, tu
lladas y sus dioses y haréis desaparecer Dios, te haya otorgado. Podrán comerla
de la memoria sus nombres. * lo mismo el impuro que el puro, como
4 No haréis así cuanto a Yavé, vuestro se hace con la gacela y el ciervo; * 16 mas
Dios, 5 sino que le buscaréis en el lugar no comeréis sangre; la derramaréis sobre
que El elija entre todas las tribus, para la tierra, como el agua.
poner en él su santo nombre y hacer en 17 No podrás comer en cualquiera de
él su morada; allá iréis; 6 allí le presen tus ciudades las décimas de tu trigo, de
taréis vuestros holocaustos y sacrificios tu mosto y de aceite, ni los primogénitos
pacíficos, vuestras décimas, vuestras pri de tus vacas y tus ovejas, ni nada de
micias y la ofrenda alzada de vuestras cuanto ofrezcas en cumplimiento de un
manos, vuestros votos y vuestras obla voto, ni tus ofrendas voluntarias, ni las
ciones voluntarias y los primogénitos de oblaciones de elevación. 18 Delante de
vuestras vacas y ovejas. 7 Allí comeréis Yavé, tu Dios, en el lugar que Yavé, tu
delante de Yavé, vuestro Dios, y os rego Dios, elija, la comerás, tú, tu hijo y tu
cijaréis vosotros y vuestras familias, go hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que
zando de los bienes que vuestras manos more en tus ciudades; allí te regocijarás
adquieran y con que Yavé, tu Dios, te ante Yavé, tu Dios, disfrutando de los
bendiga. 8 No haréis cada uno como bien bienes que adquiera tu mano. * 19 Guár
le parezca, como lo hacemos nosotros date de desamparar al levita en todo el
aquí ahora, 9*porque no habéis llegado tiempo que vivas sobre tu tierra. 20 Cuan
todavía al descanso y a la heredad que do Yavé, tu Dios, haya extendido tus
Yavé, tu Dios, te da. 10 Mas pasaréis el fronteras, como te lo ha prometido, y
1 O 3 En este lugar tenemos una sucinta descripción de ios santuarios cananeos. Estaban situa-
■ “ dos, por lo general, en lugares altos, collados, colinas, y estaban al descubierto. Distingue
Moisés en ellos el altar, los ídolos, el masebot ( = cipos) y las aseras. Estos últimos eran troncos de
Arboles, con el arranque de algunas ramas, que, reunidos, venían a simbolizar un bosque, símbolo
u su vez de Astarté, la diosa de la fertilidad. (Véase el grabado de 1 Re 13.)
1 4 Es nota característica del Deuteronomio la insistencia en señalar como centro religioso el
lugar elegido por Dios entre las tribus de Israel. Siempre el santuario nacional, el tabernáculo y
•■1 templo era preferido por los buenos israelitas (1 Sam 1,3); pero las dificultades de acudir a él
v la precisión de satisfacer a las necesidades religiosas del pueblo eran causa de que se tolerasen
[os otros santuarios en que Dios se había de alguna manera manifestado (1 Sam 9,12; 13,8 ss.;
2 Sam 15,7 s.; 1 Re 3,2 ss.). Andando los tiempos, en la época de Ezequías, y más aún en la de
loiiías, la necesidad de inculcar la unidad de Dios y de purificar el culto de las contaminaciones
gentílicas y la reducción del pueblo, más tarde, después de la cautividad de Israel, obligaron a
urgir más el cumplimiento de esta ley antigua (2 Re 18,4; 23,is ss.).
15 Contra la disposición dada en Levítico 17,1 ss., se permite aquí el sacrificio de los animales
«leNtinados al abastecimiento de la población, con la condición de no comer la sangre, sino derra
marla en obsequio del Señor.
1 * El levita que «mora dentro de tus puertas» es una de las preocupaciones constantes del Deu-
i»*r<momio. Prueba clara de su precaria situación.
DEUTIKOISOMIO 1 2 - 1 3 2 16
diga»: Quiero comer carne, porque sienta cumpliere la señal o el prodigio de que
deseo de ella tu alma, podrás comerla te habló, diciendo: Vamos tras de otros
cuantas veces quieras. 21 Si el lugar que dioses—dioses que tú no conoces—y sir
Yavé, tu Dios, elija para poner en él vámosles; 3 no escuches las palabras de
su nombre está lejano, podrás matar tu ese profeta o ese soñador, porque te
ganado mayor y menor, que Yavé te dé, prueba Yavé, tu Dios, para saber si amáis
según lo que te he prescrito, y comerlo a Yavé, vuestro Dios, con todo vuestro
en tu ciudad a tu deseo. 22 Lo comerás corazón y toda vuestra alma. 4 Tras de
como se come la gacela y el ciervo; el Yavé, vuestro Dios, habéis de ir; a El
puro y el impuro podrán comerlo uno habéis de temer, guardar sus mandamien
y otro; 23 pero atente siempre a la pro tos, obedecer su voz, servirle y allegaros
hibición de comer sangre; es la vida, y no a El. 3 y ese profeta o soñador será
debes comer la vida de la carne; 24 no la condenado a muerte por haber aconse
comerás; la derramarás sobre la tierra, jado la rebelión contra Yavé, vuestro
como el agua ; 25 no la comerás, para que Dios, que os sacó de Egipto y os libró de
seas dichoso, tú y tus hijos después de ti, la casa de la servidumbre para apartaros
haciendo lo que es recto a los ojos de del camino por donde Yavé, tu Dios, te
Yavé. 26 Pero las ofrendas sagradas que ha mandado ir. Así harás desaparecer la
se te imponen y las que tú hagas en cum maldad de en medio de ti. *
plimiento de un voto, ésas tómalas, y ve 6 Si tu hermano, hijo de tu madre, o tu
al lugar que Yavé elija; 27 y allí ofrecerás hijo o tu hija, o la mujer que descansa en
tus holocaustos, carne y sangre, en el tu regazo, o tu amigo, aunque le quieras
altar de Yavé, tu Dios; en los sacrificios, como a tu propia alma, te incitare en
la sangre será derramada en el altar de secreto, diciendo: Vamos a servir a otros
Yavé, tu Dios, y la carne la comerás tú» dioses—dioses que no conocisteis ni tú
28 Escucha y guarda todo esto que yo te ni tus padres, 7 de entre los dioses de
mando, para que seas dichoso, tú y tus los pueblos que os rodean, cercanos o
hijos después de ti, por siempre, haciendo lejanos, del uno al otro cabo de la tie
lo que es recto a los ojos de Yavé, tu Dios. rra—, 8 no asientas ni le escuches, ni tenga
tu ojo piedad de él, ni le tengas compa
Contra los ritos gentílicos sión ni le encubras; 9 denuncíale irremisi
blemente, y sea tu mano la primera que
29 Cuando Yavé, tu Dios, haya exter contra él se alce para matarle, siguiendo
minado a los pueblos que de delante de después las de todo el pueblo; 10 le lapi
ti va a arrojar, y ya los hayas destruido daréis hasta que muera, por haber busca
y habites en la tierra, * 30 guárdate de do apartarte de Yavé, tu Dios, que te
imitarlos, cayendo en una trampa, des sacó de Egipto, de la casa de servidumbre.
pués de haberlos exterminado delante 11 Así, todo Israel lo sabrá y temerá de
ti y de indagar acerca de sus dioses, hacer más una semejante maldad en me
diciendo: ¿Cómo acostumbraban esas dio de ti.
gentes servir a sus dioses? Voy a hacer 12 Si de una de las ciudades que Yavé,
también yo como ellas hacían. 31 N o obres tu Dios, te ha dado por morada oyeres
así con Yavé, tu Dios; porque cuanto hay decir: * 13 Gentes malvadas, salidas de en
de aborrecible y abominable a Yavé, lo medio de tí, andan seduciendo a los habi
hacían ellos para sus dioses; hasta que tantes de la ciudad, diciendo: Vamos a
mar en el fuego a sus hijos y a sus hijas servir a otros dioses, dioses que no has
en honor suyo. 32 Todo lo que yo te conocido,14 inquirirás, examinarás y pre
mando, guárdalo diligentemente, sin aña guntarás cuidadosamente; si el rumor es
dir ni quitar nada. verdadero y cierto el hecho, si se ha
cometido en medio de ti tal abominación,
Prevenciones contra la apostasia 15 entonces, dando al anatema esa ciudad
*| O 1 Si se alzare en medio de ti un con todo cuanto hay en ella y sus ganados,
* O profeta o un soñador que te anun no dejes de pasarla a filo de espada; 16 y
cia una señal o un prodigio, 2 aunque se reuniendo todo su botín en medio de la
29 La opinión antigua era que cada región tenía sus dioses, siendo obligación de sus mora»
dores rendirles culto en la forma por ellos exigida (cf. 2 Re 17,24 ss.). De esta preocupación no
estaban libres los hebreos; por eso el autor les previene. Con razón el texto habla de abominaciones;
el cuito cananeo estaba manchado por la prostitución, elevada a la categoría de acto cultual, y con
los sacrificios humanos.
>< O 5 Como la existencia misma del pueblo pendía de la observancia de su religión, todo delito
I v grave contra ésta era, al mismo tiempo, un atentado contra aquélla. Por eso se castigaban
tan rigurosamente los delitos contra la religión. En el mismo capítulo, v.13, se expone cómo ha
f de ser castigada la ciudad en que tal delito se cometa.
' 12 L a l e y q u e s e a p l i c a a lo s in d iv id u o s d e b e a p l i c a r s e t a m b i é n a l a s c iu d a d e s . L o s lib r o s h i s -
t ó r ic o s n o s d e ja n l a im p r e s ió n d e q u e e s ta s d is p o s i c io n e s fu e r o n s ie m p r e le t r a m u e r t a . L a s i d o -
217 DEUTERONOMIO 1 3 - 1 4
ante el sol o la luna o cualquier astro del do de ella y establecido en ella tu niorudu
ejército de los cielos, cosa que yo no he si te dices: Voy a poner sobre mí un roy
mandado; * 4 cuando la cosa llegue a ti, como lo tienen todas las naciones que im
harás una escrupulosa investigación; si el rodean,* Apondrás sobre ti el rey qu»
rumor es verdadero y el hecho cierto, si Yavé, tu Dios, elija; uno de tus herma
se cometió tal abominación en Israel, nos tomarás para hacerle rey sobre ti; no
* llevarás a tus puertas al hombre o mu podrás darte por rey un extranjero qm
jer que tal maldad ha cometido y los la no sea tu hermano. Pero que no tenga
pidarás hasta que mueran. gran número de caballos ni pretenda vol
6 Sólo sobre la palabra de dos o tres ver al pueblo a Egipto; porque Yavé, tu
testigos se condenará a muerte al que ha Dios, ha dicho: No volváis nunca jamás
ya de ser condenado; no será condenado por ese camino. 17 Que no tenga mujeres
a muerte sobre la palabra de un solo tes en gran número, para que no se desvíe
tigo. * 7 Las manos de los testigos se alza su corazón, ni grandes cantidades de pla
rán las primeras contra él para hacerle ta y o r o .18 En cuanto se siente en el tro
morir y después seguirán las del pueblo. no de su realeza escribirá para sí en un
Has de extirpar el mal de en medio de ti. libro una copia de esta Ley, que se halhi
en poder de los sacerdotes levíticos.19 L;i
Diversas categorías de jueces tendrá consigo y la leerá todos los días de
su vida, para que aprenda a temer a Yavé.
8 Si una causa te resultare difícil de re
su Dios, y a guardar todas las palabras de
solver entre sangre y sangre, entre contes esta Ley y todos estos mandatos y los pon
tación y contestación, entre herida y he ga por obra,20 para que no se alce su co
rida, objeto de litigio en tus puertas, te razón sobre el de sus hermanos y no se
levantarás y subirás al lugar que Yavó, tu aparte ni a la derecha ni a la izquierda,
Dios, haya elegido,* 9 y te irás a los y así prolongue los días de su reinado,
sacerdotes hijos de Leví y al juez entonces él y sus hijos, en medio de Israel. *
en funciones, y le consultarás; él te dirá
la sentencia que haya de darse conforme
a derecho. 10 Obrarás según la sentencia L o s sacerdotes
que te hayan dado en el lugar que Yavé 4 Q 1 Los sacerdotes levíticos, toda 1<¡
ha elegido y pondrás cuidado en ajustarte a 1 0 tribu de Leví, no tendrán parte ni
lo que ellos te hayan enseñado, u Obrarás heredad con Israel; se mantendrán de los
conforme a la ley que ellos te enseñen y sacrificios de combustión a Yavé y la here
a la sentencia que te hayan dado, sin apar dad de El comerán. * 2 N o tendrán here
tarte ni a la derecha ni a la izquierda de dad en medio de sus hermanos; Yavé es su
lo que te hayan dado a conocer. *2 El que, heredad, como él se lo ha dicho. 3 Estos
dejándose llevar de la soberbia, no escu
chare al sacerdote que está allí para servir serán los derechos de los sacerdotes so
a Yavé, tu Dios, o no escuchare al juez, bre el pueblo, sobre aquellos que ofrez
can en sacrificio un buey o una oveja; se
será condenado a muerte. 13 Así extirpa dará al sacerdote la pierna, las mandíbu
rás el mal de en medio de Israel, y tu pue las y el cuajar. 4 También le darás las
blo, al saberlo, temerá y no se dejará lle primicias de tu trigo, de tu mosto y de
var de la soberbia. * tu aceite y las primicias del esquileo de
E l rey tus ovejas; aporque a él le ha elegido
Yavé, tu Dios, de entre todas las tribus,
14 Cuando hayas entrado en la tierra quepara estar ante El y ministrar en nombre
Yavé, tu Dios, te da y te hayas posesiona de Yavé, él y sus hijos, por siempre. 6 Si
3 En el relato de la creación (Gen 1,14 ss.) se cuenta la formación de los astros por Dios
n para utilidad del hombre. Era esto derruir por su base el culto de los astros divinizados,
que desde Caldea se habla difundido por Canán, como nos dan de ello testimonio los profetas
(Is 24,21; Jer 8,2; 19,13; Sof 1,5).
6 Los w.6-20 sobre procedimientos judiciales tienen su lugar propio después de 16,20, en que
se comenzó a tratar ese tema.
8 El sacerdote debe ser el juez en los casos difíciles que puedan ocurrir a los jueces ordinarios.
13 Este asunto queda expuesto en el c.13.
14 Supone el texto que Israel vivía entonces bajo un régimen patriarcal, bueno para las condi
ciones de entonces; pero, mudadas éstas, se hizo necesario un poder más fuerte, que se impusiera
a todos, y así no sucediera lo que se dice en el libro de los Jueces, que cada uno obraba según su
voluntad (17,6; 21,24). Entonces el pueblo sentirá necesidad de un rey. La ley establece que sea
un israelita que viva con sencillez y modestia.
20 Parece que el autor sagrado tiene ante los ojos la monarquía salomónica, que acabó en el
cisma de Israel.
•fl O 1 En este párrafo no se habla de los diezmos debidos a los levitas, según Lev 27,30 ss.;
1 0 Núm 18,20 ss. Los emolumentos de los sacerdotes eran las primicias y la porción de los
sacrificios (Lev 7,30 s.; Núm 18,11 ss.).
221 DEUTERONOMIO 1 8 -1 9
un levita sale de alguna de tus ciudades pediré cuenta. 20 Pero el profeta que ose
de todo Israel, donde paregrinó, para ve decir en nombre mío lo que yo no le haya
nir con todo el deseo de su alma al lugar mandado decir, o hable en nombre de
que Yavé elija, * 7 ministrará en nombre otros dioses, debe morir. * 2i Y si te dices
de Yavé, su Dios, como todos sus her en tu corazón: ¿Cómo voy a conocer yo
manos los levitas que allí estén delante la palabra que no ha dicho Yavé? 22 Cuan
de Yavé, 8 y comerá una porción igual do un profeta te hable en nombre de
a la de los otros, excluyendo a los sacer Yavé, si lo que dijo no se cumple, no se
dotes de los ídolos y a los magos. realiza, es cosa que no ha dicho Yavé; en
su presunción habló el profeta; no lo
Los profetas temas. *
9 Cuando hayas entrado en la tierra Ciudades de refugio
que Yavé, tu Dios, te da, no imites las
abominaciones de esas naciones, * 10 y no 1 Q i Cuando Yavé, tu Dios, haya ex-
haya en medio de ti quien haga pasar por * v terminado las naciones cuya tierra
el fuego a su hijo o a su hija, ni quien se te da y las hayas desposeído y habites en
dé a la adivinación, ni a la magia, ni a sus ciudades y en sus casas, * 2 te separa
hechicerías 11 y encantamientos; ni quien rás tres ciudades de en medio de la tie
consulte a encantadores, ni a espíritus, ni rra que Yavé, tu Dios, te da en posesión;
a adivinos, ni pregunte a los muertos. 3 allanarás los caminos y dividirás en tres
12 Es abominación ante Yavé cualquiera regiones el territorio que Yavé, tu Dios,
que esto hace, y precisamente por tales te da en heredad, para que todo homi
abominaciones arroja Yavé, tu Dios, de cida pueda refugiarse en esas ciudades.
delante de ti a esas gentes.13 Sé puro ante 4 He aquí el caso en que el homicida que
Yavé, tu Dios. 14 Esas gentes que vas a allí se refugie tendrá salva la vida: Si
desposeer consultan a hechiceros y adi mató a su prójimo sin querer, sin que
ónos; pero a ti nada de eso te permite antes fuera enemigo suyo ni ayer ni an
favé, tu Dios. 15 Yavé, tu Dios, te sus teayer. 5 Así, si uno va a cortar leña en
citará de en medio de ti, de entre tus her el bosque con otro y, mientras maneja con
manos, un profeta como yo; a él le oirás, fuerza el hacha para derribar el árbol,
“ precisamente como a Yavé, tu Dios, salta del mango el hierro y da a su próji
pediste en el Horeb, el día de la congre mo y le mata, ése huirá a una de las ciu
gación, diciendo: Que no oiga yo la voz dades y tendrá salva la vida. 6 Si no, el
de Yavé, mi Dios, y no vea este gran fuego vengador de la sangre perseguirá en su
para no morir.17 Entonces me dijo Yavé: furor al homicida, y si el camino era de
Dices bien hablando así. 18 Yo les sus masiado largo, le alcanzaría y le heriría
citaré de en medio de sus hermanos un de muerte; y, sin embargo, ese hombre
profeta como tú, pondré en su boca mis no merecía la muerte, pues que ni de ayer
palabras y él les comunicará todo cuanto ni de anteayer tenía odio. 7 Por eso te
yo le mande. 19 A quien no escuchare las doy este mandato: Separa tres ciudades;
palabras que él dirá en mi nombre, yo le 8 y si Yavé, tu Dios, ensancha tus fron-
6 El Deuteronomio supone a los miembros de la tribu de Leví dispersos por las tribus de Israel,
llevando una vida pobre, tal vez sirviendo en los santuarios tolerados, en que el pueblo solía sacri-
licar (i Re 3,2 ss.; 15,14.35; 22,44* etc.). La Ley pretende hacer desaparecer tales santuarios y fo
menta la concentración de los levitas en el templo (cf. Ez 44.10 ss.; 2 Re 23,9)*
9 Los antiguos acudían con frecuencia a la divinidad para conocer el futuro o cosas ocultas
por medio de la adivinación en formas variadísimas, las cuales todas tenían contacto con el culto
de I03 ídolos. Para evitar este peligro, Yavé proveyó a su pueblo de profetas, a quienes podían con-
Multar en sus necesidades (cf. 1 Sam 9,6 ss.; 2 Re 1,3 s.). El Señor les encomendó todavía una misión
más alta: la de ser los maestros y los directores espirituales de los reyes y del pueblo. De esto nos
habla este párrafo, de la ley del profetismo. Aunque la forma en que está redactada la ley, que habla
1le un profeta en singular, parece sugerir un profeta particular, que serla el Mesías, o un precursor
uyo (Me 6,15; Jn 1,25; Act 3,22; 7 .3 7 ); pero el conjunto del texto muestra claro que se trata de
los profetas, que Dios presenta como guias de Israel. El oráculo sacerdotal del urim y el tummim,
ir que se habla atrás (Ex 28,30; Lev 8,8), no lo menciona.
20 Los libros de los profetas auténticos de Yavé nos dicen cuánto abundaban en Israel estos
• wdoprofetas, siempre escuchados del pueblo, a quien halagaban.
22 Como es evidente de todo el contexto, se refiere aquí el legislador no a un profeta particular
determinado, sino a una verdadera institución, como eran la de la judicatura, la del sacerdocio y
• de la realeza. Comprende a todos los profetas que en el transcurso del tiempo mandará Dios a su
u.'blo; pero no se excluye, antes por modo especialísimo se incluye, al profeta por antonomasia,
Mesías. Uno de los fines de esta institución es apartar al pueblo de acudir a hechiceros y adivinos,
•uno acostumbraban los cananeos y en general los gentiles.
I Q 1 En Núm 35,9 ss. se establece con muchos detalles esta ley de las ciudades de refugio, que,
1 ^ por lo que toca a la Transjordania, ya las habla señalado Moisés (4,41 ss.). Debe notarse que
l‘«ley no favorecía sino al matador involuntario; para el culpable no habla asilo.
DEUTKKONOMIO 1 9 -2 0 222
terus, como a tus padres se lo ha jurado, que tú, no los temerás, porque Yavé, tu
y le da toda la tierra que a tus padres Dios, que te sacó de Egipto, está conti
juró darte, 9 siempre que guardes y pon go. * 2 Cuando se vaya a dar la batalla,
gas por obra todos los mandamientos que avanzará el sacerdote y hablará al pue
yo te prescribo hoy, amando a Yavé, tu blo, 3 y le dirá: ¡Oye, Israel! Hoy vais a
Dios, y siguiendo todos sus caminos, aña dar la batalla a vuestros enemigos; que
dirás a esas tres otras tres ciudades,10 pa no desfallezca vuestro corazón; no te
ra que no sea derramada sangre inocente máis, no os asustéis ni os aterréis ante
en medio de la tierra que Yavé, tu Dios, ellos; 4 porque Yavé, vuestro Dios, mar
te da por heredad y no caiga sangre so cha con vosotros para combatir con vos
bre ti. 11 Pero si uno que odiaba a su pró otros contra vuestros enemigos, y El os
jimo le acechare, se echare sobre él y le salvará. 5 Luego hablarán al pueblo los
hiriere mortalmente y huyere a una de escribas, diciendo: ¿Quién ha construido
esas ciudades,12 los ancianos de la ciudad una casa nueva y no la ha estrenado?
te mandarán prender y le entregarán en Que se vaya y vuelva a su casa, no muera
manos del vengador de la sangre para en la batalla y sea otro el que la estrene.
que muera. 13 No tendréis piedad de él; 6 ¿Quién ha plantado una viña y no la
quitarás de Israel sangre inocente y pros ha vendimiado todavía? Que se vaya y
perarás. vuelva a su casa, no sea que muera en
14 N o moverás los términos de tu pró la batalla y la vendimie otro. 7 ¿Quién se
jimo de donde los pusieron los antepa ha desposado con una mujer y todavía no
sados en la heredad de tu propiedad, en la ha tomado? Que se vaya y vuelva a su
la tierra que Yavé, tu Dios, va a darte casa, no sea que muera en la batalla y
en posesión. la tome otro. 8 Los escribas seguirán ha
blando al pueblo y le dirán: ¿Quién tie
La prueba testifical ne miedo y siente desfallecer su corazón?
Que se vaya y vuelva a su casa, para que
15 Un solo testigo no vale contra uno no desfallezca como el suyo el corazón
en cualquier delito o en cualquier peca de sus hermanos. * 9 Cuando los escribas
do, cualquiera que sea el pecado. En la hayan acabado de hablar al pueblo, los
palabra de dos o tres testigos se apoyará jefes de las tropas se colocarán a la ca
la sentencia. * beza del ejército.
16 Si surgiere contra uno un testigo 10 Cuando te acercares a una ciudad
malo acusándole de un delito, 17 los dos para atacarla, le brindarás la paz. ti Si
interesados en la causa se presentarán la acepta y te abre, la gente de ella será
ante Yavé, ante los sacerdotes y los jue hecha tributaria y te servirá. 12 Si en vez
ces en funciones en ese tiem po,18 quienes de hacer paces contigo quiere la guerra,
si, después de una escrupulosa investi la sitiarás; 13 y cuando Yavé, tu Dios,
gación, averiguasen que el testigo, min la pusiere en tus manos, pasarás a todos
tiendo, había dado falso testimonio con los varones al filo de la espada, 14 pero
tra su hermano, 19 le castigarán hacién las mujeres, los niños y los ganados y
dole a él lo que él pretendía se hiciese cuanto haya en la ciudad, todo su botín,
con su hermano; así quitarás el mal de lo tomarás para ti y podrás comer los
en medio de Israel. 20 Los otros, al sa despojos de tus enemigos, que Yavé, tu
berlo, temerán y no cometerán esa mala Dios, te da. i5 Así harás con todas las
acción en medio de ti; 21 no tendrá tu ciudades situadas lejos de ti, que no sean
ojo piedad; vida por vida, ojo por ojo, de las ciudades de estas gentes. * 16 Pero
diente por diente, mano por mano, pie en las ciudades de las gentes que Yavé,
por pie. tu Dios, te da por heredad, no dejarás
con vida a nada de cuanto respira: 17 da
La guerra rás al anatema esos pueblos, a los jeteos,
1 Cuando vayas a hacer la guerra amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y je-
—” a tus enemigos, al ver los caballos buseos, como Yavé, tu Dios, te lo ha
y los carros de un pueblo más poderoso mandado, i8 para que no aprendáis a
15 Estas disposiciones de procedimiento judicial pueden considerarse complemento de lo ex
puesto en 17,6 ss. y en Núm 35.30. En el precepto noveno del Decálogo se prohíbe el falso testi
monio; aquí se señala para el falso testigo la pena del talión (cf. Prov 19,5.9).
2 0 1 El ejército de Israel no se componía sino de infantería; la caballería, o mejor, la carrería
de los cananeos, tenía que infundirles grande temor (cf. Jos 17,16; Jue 1,19; 4,3).
8 Aunque la ley del servicio militar era universal, pénense aquí estas excepciones para el mo
mento mismo en que se va a dar la batalla, y parecen tender todas a retirar de en medio de las tro
pas a los que pudieran ser causa de desmoralización y cobardía.
1 5 Esta era entonces la ley común de la guerra; como el servicio de las armas en todos aquellos
pueblos era universal, todos los varones en edad de empuñarlas eran combatientes.
223 DEUTERONOMIO 2 0 * 2 1
imitar las abominaciones a que esas gen perdonada. 9 Asi quitarás de en medio
tes se entregan para con sus dioses, y de ti la sangre inocente y harás lo que
no pequéis contra Yavé, vuestro D ios.* es recto a los ojos de Yavé.*
19 Si para apoderarte de una ciudad
enemiga tienes que hacer un largo asedio, L a s m ujeres apresadas en la gu erra
no destruyas la arboleda, metiendo en
ella el hacha; come sus frutos y no los 10 Cuando hagas la guerra a los pue
Lales, que no es un hombre el árbol del blos enemigos, y Yavé, tu Dios, le los
campo para que pueda reforzar la de dé en tus manos y hagas cautivos, 11 si
fensa contra ti. * 20 Los árboles que veas entre ellos vieres a una mujer hermosa y
que no son de fruto podrás destruirlos la deseas, la tomarás por mujer, 12 la en
y derribarlos, para hacer ingenios con trarás en tu casa, y ella se raerá la cabeza
que combatir a la ciudad en guerra con y se cortará las uñ as,13 y quitándose los
tigo, hasta que caiga. vestidos de su cautividad, quedará en tu
casa; llorará a su padre y a su madre
Expiación de hom icidio com etido por tiempo de un mes; después entrarás
a ella y serás su marido y ella será tu
p o r m an o desconocida mujer.* i4 Si después te desagradare, le
0 1 1 Si en la tierra que Yavé, tu Dios, darás la libertad y no la venderás por
“ A te da en posesión fuere encontra dinero ni la maltratarás, pues tú la hu
do un hombre muerto en el campo, sin millaste.
que se sepa quién lo mató, 2 tus ancia
nos y los jueces irán a medir las distan D e r e c h o s del p rim ogén ito
cias del lugar donde esté el cadáver has 15 Cuando un hombre tenga dos mu
ta las ciudades del contorno. 3 Los an jeres, la una amada, la otra aborrecida,
cianos de la ciudad más cercana al lugar si la amada y la aborrecida le dieran
del cadáver tomarán una becerra que no hijos y el primogénito fuere de la aborre
haya trabajado, que no haya llevado so cida, * 16 el día en que distribuya sus bie
bre si el yugo, 4 y la llevarán a un valle nes entre su s h ijo s no podrá dar al
oculto, que nunca haya sido arado ni hijo de la amada el derecho de la pri-
sembrado; y allí, en el valle, la desnuca mogenitura con preferencia al de la abo
rán. 5 Entonces vendrán los sacerdotes, rrecida, si éste es el primogénito; 17 mas
hijos de Leví, porque a ellos los eligió habrá de reconocer por primogénito al
Yavé, tu Dios, para que le sirvan y para hijo de la aborrecida, dándole de sus
bendecir el nombre de Yavé, y por su bienes dos tantos, porque es el primogé
palabra ha de decidirse toda contesta nito de su robustez y suyo es el derecho
ción y toda percusión. 6 Y se llegarán de la primogenitura.
todos los ancianos de la ciudad que esté
más cerca del muerto, y lavarán sus ma E l hijo rebelde
nos sobre la becerra degollada en el
valle, 7 y responderán diciendo: «No han 1RCuando uno tenga un hijo indócil y
derramado nuestras manos esta sangre rebelde, que no obedece la voz de su
ni lo han visto nuestros ojos; 8 espía a padre ni la de su madre, y aun casti
tu pueblo Tsrael, a quien redimiste, job gándole no los obedece, * 19 lo cogerán
Yavé!, y no imputes la sangre inocente su padre y su madre y lo llevarán a los
a tu pueblo Israel». Y la sangre les será ancianos de su ciudad; y a la puerta de
18 Si Israel habla de adueñarse de la tierra y poseerla, era preciso arrojar de ella a sus habi-
iantes antiguos.
En los monumentos asirios se ve que los guerreros de Nínive no se atenían a esta ley; des-
i rulan por destruir, por dañar al enemigo, sin mirar a que luego podía ser su vasallo. Tampoco se
guardaban a veces en Israel (2 Re 3,19.25).
y ■! 9 Tan grave delito se considera el homicidio, que cuando no puede ser descubierto el autor,
“ * cuantos, por estar cerca del lugar en que se cometió, pudieran creerse complicados, manda
U Ley que se purguen de la responsabilidad mediante el juramento dado por sus representantes.
13 Esta cautiva de guerra pasa de una nación a otra nueva, cosa en cierto modo equivalente a la
uiiierte para su nación, y por eso ha de despojarse de cuanto recuerda su nación propia y guardar
lulo por un mes (Núm 20,29; Dt 34,11). EL derecho común antiguo miraba a tales mujeres como
<mluvas. El Deuteronomio es mucho más humano.
13 La Ley tolera la poligamia, común en los pueblos semitas, por la dureza del pueblo (Mt 19.8);
i'««ro en este lugar se trata de coartar la arbitrariedad del marido contra los derechos del primogé-
<uto. que se miraba como de ley natural (2 Sam 3,4; 1 Re 1,5.17 ss.). Nunca la poligamia queda bien
rurtula en las páginas de la Escritura.
18 La constitución patriarcal del Israel antiguo exigía conservar fuerte la autoridad paterna, y
por esto aquí la Ley se muestra dura con los hijos rebeldes; aunque ya se deja entender que con tan
luirnos abogados como eran el amor del padre y el de la madre, la aplicación de la Ley rarísima vez
1‘'mirla lugar (Prov 19,18; 30,17).
DEUTERONOMIO 2 1 - 2 2 224
en la ciudad yace con ella, 24 los lleva tranjero fuiste en su tierra ; 8 sus hi
réis a los dos a las puertas de la ciudad jos, a la tercera generación, podrán ser
y los lapidaréis hasta matarlos; a la jo admitidos en la asamblea de Yavé.
ven, por no haber gritado en la ciudad;
al hombre, por haber deshonrado a la L im p ie z a en los cam pam entos
mujer de su prójimo. 25 Pero si fue en
el campo donde el hombre encontró a 9 Cuando salgas en guerra contra tus
la joven desposada, y haciéndole violen enemigos, guárdate de toda cosa ma
cia yació con ella, será sólo el hombre la. * 10 Si hubiere alguno impuro por ac
el que muera. 26 A ella nada le harás; cidente nocturno, sálgase fuera del cam
no hay en ella reato de muerte, porque pamento 11 y no entre hasta que, al caer
es como si un hombre se arroja sobre de la tarde, se bañe en agua. A la puesta
otro y le mata; el caso es igual. 27 Cogi del sol podrá entrar en el campamento.
da en el campo, la joven gritó, pero no 12 Tendrás fuera del campamento un
había nadie que la socorriese. 28 Si un lugar donde agacharte para hacer tus
hombre encuentra a una joven virgen no necesidades, 13 llevando a más de las
desposada, la coge y yace con ella y armas un palo; con él harás un hoyo
fueren sorprendidos, 29 el hombre que para agacharte; y después de haberte aga
yació con ella dará al padre de la joven chado taparás tus excrementos; Apor
cincuenta sidos de plata y ella será su que Yavé, tu Dios, anda en medio de tu
mujer, por haberla él deshonrado, y no campamento para protegerte y entregar
podrá repudiarla en su vida. en tu poder a tus enemigos, y tu campa
3° Nadie tomará mujer de su padre mento debe ser santo, para que Yavé no
ni levantará la cubierta del lecho paterno. vea en ti nada de indecente y no aparte
de ti sus ojos.
Inclusión y exclusión de la com u ni H u m an id ad
dad de Israel
15 No entregarás a su amo un escla
OO 1 No será admitido en la asam- vo huido que se haya refugiado en tu
blea de Yavé aquel cuyos órganos casa. * 16 Tenlo contigo en medio de
genitales hayan sido aplastados o am tu tierra, en el lugar que él elija, en una
putados. * de tus ciudades, donde bien le viniere,
2 El fruto de una unión ilícita no se sin causarle molestias.
rá admitido en la asamblea de Yavé; 17 Que no haya prostituta de entre
ni aun a la décima generación entrará. las hijas de Israel, ni prostituto de entre
3 Amonitas y moabitas no serán ad los hijos de Israel. * 18 N o lleves a la
mitidos, ni aun a la décima generación; casa de Yavé ni la merced de una ra
no entrarán jamás, 4 porque no vinie mera ni el precio de un perro para cum
ron a vuestro encuentro con el pan y el plir un voto, que lo uno y lo otro es abo
agua al camino, cuando salisteis de Egip minación para Yavé, tu Dios. *
to, y porque trajeron contra ti a Balam, 19 N o exijas de tus hermanos inte
hijo de Beor, de Petur, de Aram Naha- rés alguno, ni por dinero, ni por víve
raim, para que te maldijera; 5 aunque res, ni por nada de lo que con usura suele
Yavé, tu Dios, no quiso oir a Balam y prestarse.* 20Puedes exigírselo al ex
mudó su maldición en bendición porque tranjero, pero no a tu hermano, para que
Yavé, tu Dios, te ama. 6 N o buscarás Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus
su amistad, ni cuidarás de su bienes empresas, en la tierra en que vas a en
tar jamás en los días de tu vida. 7 No trar para poseerla.
detestes al edomita, porque es hermano 21 Cuando hicieras un voto a Yavé,
tuyo; no detestes al egipcio, porque ex tu Dios, no retardes el cumplirlo; pues
OQ 1 Como en las naciones civilizadas existe una legislación sobre la nacionalización de extran-
jeros, así hay también entre las tribus nómadas leyes sobre la incorporación de los extraños
a la tribu. La presente disposición excluye a muchos por diversas razones y regula la admisión de
otros (Núm 22-24). De los motivos alegados, acaso debe decirse lo que en Ex 17,18 dijimos de la
guerra perpetua contra Amalee. Son motivos inspirados en la religión de estos pueblos y en el espe
cial peligro que éste era para Israel.
9 Ya se ve que no por razones de higiene, sino por respeto a la santidad de Dios, que mora en el
campamento, se dan estas disposiciones.
15 En contraposición con el derecho de otros pueblos, entre ellos los romanos, se manda respe-
tur la libertad de quien huyendo de su amo la recobró.
1 7 Esta prostitución es la prostitución sagrada, con que los cananeos pretendían honrar a las
divinidades de la fecundidad y merecer sus favores.
18 El decoro del santuario y la santidad de Dios rechazan estas ofrendas, admitidas en muchos
nentuarios semitas manchados por los vicios carnales. El perro es el prostituto, llamado con un nom
bre eufemístico: hieródulo (1 Re 14,24; 15,12; 22,47; Os 4,14).
1 9 Sobre el préstamo a interés, véase 15,3; Ex 22,24; Lev 25,36 s.
Wáoar-Colnntrn ■
DfiUTERONOMIO 2 3 - 2 5 226
Yavó, tu Dios, de cierto te pedirá cuen do cuanto te digan los sacerdotes levi
ta de ello y cargarías con un pecado. tas; todo cuanto yo les he prescrito lo
22 Si no haces voto, no cometes peca ondréis escrupulosamente por obra.
do ; 23 pero la palabra salida de tus la
bios la mantendrás y la cumplirás con
P Acuérdate de lo que con María hizo
Yavé, tu Dios, durante el camino, a la
forme al voto libremente hecho a Yavé, salida de Egipto.
tu Dios, que tu boca pronunció. 10 Si prestas algo a tu prójimo, no
24 Si entras en la viña de tu próji entrarás en su casa para tomar prenda;
mo, podrás comer uvas hasta saciar tu u esperarás fuera de ella a que el presta
apetito, pero no guardarlas en tu zurrón. tario te saque fuera la prenda.
25 Si entras en la mies de tu pró 12 Si éste es pobre, no te acostarás
jimo, podrás coger unas espigas con la sobré la prenda; 13 se la devolverás al
mano, pero no meter la hoz en la mies ponerse el sol, para que él se acueste
de tu prójimo. * sobre su vestido y te bendiga, y esto será
para ti justicia ante Yavé, tu Dios.
R ep u d io 14 N o oprimas al mercenario pobre e
indigente, sea uno de tus hermanos, sea
« A 1 Si un hombre toma una mujer y uno de los extranjeros que moran en tus
« * * llega a ser su marido, y ésta luego no ciudades. 15 Dale cada día su salario, sin
le agrada, porque ha notado en ella algo dejar pasar sobre esta deuda la puesta
de torpe, le escribirá el libelo de repu del sol, porque es pobre y lo necesita.
dio, y poniéndoselo en la mano, la man De otro modo, clamaría a Yavé contra
dará a su casa. * 2 Una vez que de la ti o tú cargarías con un pecado.
casa de él salió, podrá ella ser mujer de 16 No morirán los padres por la culpa
otro hombre. 3 Si también el segundo ma de los hijos, ni los hijos por la culpa de los
rido la aborrece y le escribe el libelo padres; cada uno sea condenado a muer
de repudio y, poniéndoselo en la mano, te por pecado suyo,*
la manda a su casa, o si el segundo ma i7 N o hagas injusticia al extranjero ni
rido que la tomó por mujer muere, 4 no al huérfano, ni tomes en prenda las ro
podrá el primer marido volver a tomarla pas de la viuda. 18 Acuérdate de que escla
por mujer después de haberse ella mar vo fuiste en Egipto y de que Yavé, tu Dios,
chado, porque esto es una abominación te libró; por eso te mando hacer así.
para Yavé, y no has de llevar el pecado 19 Cuando en tu campo siegues tu mies,
a la tierra que Yavé, tu Dios, te da en si olvidas alguna gavilla, no vuelvas a bus
heredad. carla; déjala para el extranjero, el huér
5 Cuando un hombre sea recién casa fano y la viuda, para que te bendiga Yavé,
do, no irá a la guerra ni se le ocupará tu Dios, en todo trabajo de tus manos.
en cosa alguna; quede libre en su casa 20 Cuando sacudas tus olivos, no ha
durante un año para contentar a la mu gas tras de ti rebusco en sus ramas; dé
jer que tomó. jalo para el extranjero, el huérfano y la
viuda. 21 Cuando vendimies tu viña, no
E qu idad, hu m anidad y m od eración hagas en ella rebusco; déjalo para el ex
tranjero, el huérfano y la viuda. 22 Acuér
6 No tomarás en prenda las dos pie date de que esclavo fuiste en Egipto, y
dras de una muela, ni la piedra de enci por eso te mando hacer así.
ma, porque es tomar la vida en prenda. *
7 Si se descubriere que alguno secues O C 1 Si cuando entre algunos hubiere
tró a su hermano de entre los hijos de « v pleito, y llegado el juicio, absol
Israel para hacerle esclavo, o que le ven viendo los jueces al justo y condenando
dió, el ladrón será condenado a muerte. al reo, 2 fuere el delincuente condenado
Quitarás el mal de en medio de ti. a la pena de azotes, el juez le hará echar
8 Ten cuidado con la plaga de la lepra, se en tierra y le hará azotar conforme
guardando escrupulosamente y cumplien25*9 a su delito, llevando cuenta de los azo
25 Véase sobre el uso de este derecho Mt I2,i ss.
OA 1 La Ley tiende a impedir la separación de los cónyuges; por eso prescribe que se entregue
a la mujer el repudio por escrito, no sólo para que tenga ésta una prueba de su libertad, sino
para dar lugar a que intervenga el escriba que pueda procurar la reconciliación.
Sobre esta materia la Ley se mostraba muy indulgente, sin llegar a la relajación de muchos pue
blos antiguos. El Señor nos da la razón: la dureza de corazón de los hebreos. Esto no autoriza para
pensar que, si en cosa tan grave se muestra el legislador tan condescendiente, mucho más en otras
indiferentes y de menor importancia (Mt 5,32; 19,3; 2 Cor 7,10 s.).
6 En lo que resta de este capítulo son de notar las prescripciones que tienden a fomentar el amor
al prójimo y hasta al extranjero (Ex 21,16; Lev 25,39 ss.).
16 Esta ley de la responsabilidad en los delitos de sangre está vigente aún entre los nómadas
de Moab. Que estuvo vigente en Israel nos lo prueban, aparte de 2 Sam 21, s., 2 Re 14,65 Jer 31,
29 s.5 Ez 18; Deut 7,10.
227 DEUTKRONOHIO 25-26
tes, 3 pero no le hará dar más de cua el camino y cayó sobre los rezagados
renta, no sea que pasando mucho de que venían detrás de ti cuando ibas tú
este número quede tu hermano afrentado cansado y fatigado. 19 Cuando Yavé, tu
ante ti. * Dios, te dé el reposo, librándote de todos
4 ¡No pongas bozal al buey que trilla! tus enemigos en derredor, en la tierra
que El te da en heredad, para que la
L ey del levirato poseas, extinguirás la memoria de Ama
lee de debajo del cielo; no lo olvides.
3 Cuando dos hermanos habitan uno
junto al otro y uno de los dos muere P rim icias y décim as
sin dejar hijos, la mujer del muerto no (14,22-29; Núm 18)
se casará fuera con un extraño; su cu
ñado irá a ella y la tomará por mujer, * O /J 1 Cuando hubieres entrado en la
6 y el primogénito que de ella tenga lle tierra que Yavé, tu Dios, te da
vará el nombre del hermano muerto, para por heredad y tomares posesión de ella
que su nombre no desaparezca de Is y te establecieres, * 2 tomarás una parte
rael. 7 Si el hermano se negase a tomar de las primicias de todos los productos
por mujer a su cuñada, subirá ésta a la de tu suelo, que coseches en la tierra
puerta, a los ancianos, y les dirá: «Mi que Yavé, tu Dios, te da, y poniéndola
cuñado se niega a suscitar en Israel el en una cesta, irás al lugar que Yavé, tu
nombre de su hermano; no quiere cum Dios, haya elegido para establecer en él
plir su obligación de cuñado, tomándome su nombre. 3 Te presentarás al sacerdote
por mujer». 8 Los ancianos de la ciudad entonces en funciones y le dirás: «Yo
le harán venir y le hablarán. Si persiste reconozco hoy ante Yavé, tu Dios, que
en la negativa y dice: «No me agrada he entrado en la tierra que Yavé juró
tomarla por mujer», 9 su cuñada se acer a nuestros padres darnos». 4 El sacerdote
cará a él en presencia de los ancianos, recibirá de tu mano la cesta y la pondrá
le auitará del pie un zapato y le escupirá delante del altar de Yavé, tu Dios; 5 y
en la cara, diciendo: «Esto se hace con tomando de nuevo la palabra, dirás: «Un
el hombre que no sostiene la casa de su arameo errante fue mi padre, y bajó al
hermano». 10 Y su casa será llamada en Egipto en corto número para peregrinar
Israel la casa del descalzado. allí, y creció hasta hacerse gran muche
dumbre, de mucha y robusta gente.
H o n estid ad 6 Afligiéronse los egipcios y nos persi-
uieron, imponiéndonos rudísimas cargas,
11 f
Si mientras riñen dos hombres, unoy clamamos a Yavé, Dios de nuestros
con otro, la mujer del uno, interviniendo padres, que nos oyó y miró nuestra hu
para librar a su marido de las manos del millación, nuestro trabajo y nuestra an
que le golpea, cogiere a éste por las par gustia, 8 y nos sacó de Egipto con mano
tes vergonzosas, 12 le cortará las manos poderosa y brazo tendido, en medio de
sin piedad. gran pavor, prodigios y portentos, 9 y
13 N o tendrás en tu bolso pesa grande nos introdujo en este lugar, dándonos
y pesa chica. una tierra que mana leche y miel. 1° Por
14 No tendrás en tu casa dos efás, uno eso ofrezco ahora las primicias de la tie
grande y otro chico. 15 Tendrás pesas ca rra que Yavé me ha dado». Y las dejarás
bales y justas, y efás cabales y justos, ante Yavé, tu Dios; y adorado Yavé, tu
para que se alarguen tus días sobre la Dios, U te regocijarás con los bienes que
tierra que Yavé, tu Dios, te da. 16 Por Yavé, tu Dios, te ha dado a ti y a tu casa,
que es abominación para Yavé, tu Dios, tú y el levita y el peregrino que mora
quien eso hace, cometiendo una iniqui en medio de ti. 12 Cuando hubieres aca
dad. bado de separar la décima de los frutos
17 Acuérdate de lo que te hizo Ama de tus campos, el año tercero, año del diez
lee en el camino, a la salida de Egipto;* mo, darás de ella al levita, al peregrino,
18 cómo sin temor de Dios te asaltó en al huérfano y a la viuda para que co*
O C 3 El código de Hammurabí señalaba hasta 60 azotes; la ley romana era más dura. San Pablo
nos dice haber recibido tres veces 39 azotes; uno menos de los 40, por escrúpulo de pasar el
número de los 40. Tal era el límite para los ciudadanos romanos.
5 La ley del levirato, que desde antiguo estaba en uso en Israel (Gén 38.8 as.), ae inspiraba en
un sentimiento de humanidad hacia el marido que moría sin dejar descendencia, perpetuando su
nombre en Israel. Cuánto se estimaba esta ley se nos muestra en Rut 4,1 ss. En el fondo no es más
que una especie de adopción póstuma.
17 Sobre la conducta con Amalee, cf. Ex 17,14; 1 Sam 15,1 ss.; 30,17 s.
O C 1 La ofrenda de las primicias, como la de los primogénitos, es un reconocimiento de que
• ^ se reciben de Dios. Santo Tomás lo considera de ley natural; por eso se encuentra muy ge-
nsralizada entre los pueblos antiguos. Ofrecidas a Dios las primicias, el hombre se cree autorizado
para hacer uso de lo demás. Sobre esta misma materia véase 14,22 ss.; Núm 18,8 ss.
DEUTEHONOMIO 2 6 -2 7 228
man y se sacien en tu ciudad,* 13y di* el hierro; 6 alzarás con piedras brutas el
rás unte Yavé, tu Dios: «He tomado de altar a Yavé, tu Dios, y ofrecerás sobre
mi casa lo santo, y se lo he dado al levi él holocaustos a Yavé, tu Dios; 7 le ofre
ta, al peregrino, al huérfano y a la viuda, cerás sacrificios pacíficos, y allí comerás
conforme a lo que me has mandado; no y te regocijarás ante Yavé, tu Dios; # es
he traspasado tus mandatos ni los he cribirás sobre esas piedras todas las pa
olvidado; 14no he comido nada de ello labras de esta Ley, con caracteres bien
en mi luto; no he consumido nada en claros».
estado de impureza; no lo he dado a 9 Moisés y los sacerdotes levitas habla
los muertos; he obedecido la voz de Yavé, ron a todo Israel, diciendo: Guarda si
mi Dios, y en todo he hecho lo que tú lencio, Israel, y escucha: Hoy eres el pue
me has mandado; 15 mira desde tu santa blo de Yavé, tu Dios. 10 Obedece, pues,
morada, desde los cielos, y bendice a tu la voz de Yavé, tu Dios, y pon por obra
pueblo, Israel, y la tierra que nos has sus mandamientos y sus leyes, que yo hoy
dado, como juraste a nuestros padres, te prescribo.
la tierra que mana leche y miel».
16 Hoy Yavé, tu Dios, te manda que M ald iciones
pongas por obra estos preceptos y man
datos, que los guardes y practiques con 11 El mismo día dio Moisés al pueblo
todo tu corazón y toda tu alma. * 17 Hoy esta orden: 12 Cuando hayáis pasado el
has hecho que Yavé te diga que él será Jordán, Simeón, Levi, Judá, Isacar, José
tu Dios; y has prometido seguir sus ca y Benjamín se estarán sobre el monte Ga-
minos, guardar sus leyes, sus mandamien rizim, para la bendición del pueblo;*
tos, sus preceptos, y obedecer su voz. 13 los otros, Rubén, Gad, Aser, Zabulón,
18 Yavé te ha dicho hoy que serás para Dan y Neftalí, sobre el monte Ebal, para
él un pueblo singular, como yo te lo ha la maldición. 14 Los levitas alzarán la voz,
bla dicho antes, guardando todos sus man y en voz alta dirán a todos los hombres de
damientos; y dándote el Altísimo, sobre Israel:
todas las naciones que El ha hecho, la 15 Maldito quien haga escultura o ima
superioridad en gloria, en fama y en es gen fundida, abominación a Yavé, obra
plendor, para que vengas a ser un pueblo de artífice, y la ponga en lugar oculto.
santo para Yavé, tu Dios, como El te Y todo el pueblo responderá: Amén.
lo ha dicho. 16 Maldito quien deshonre a su padre
o a su madre; y todo el pueblo respon
derá: Amén.
T E RC E R D I S C U R S O de17suMaldito quien reduzca los términos
prójimo; y todo el pueblo respon
Solemne promulgación de la L e y derá: Amén.
18 Maldito quien lleve al ciego fuera de
Orr 1 Moisés, con todos los ancianos su camino; y todo el pueblo responderá:
^ • de Israel, dio al pueblo esta or Amén.
den: «Guardad todo el mandamiento que 19 Maldito quien haga entuerto al ex
yo os prescribo hoy. * tranjero, al huérfano y a la viuda; y todo
2 Cuando hayáis pasado el Jordán, ela pueblo responderá: Amén.
la tierra que Yavé, tu Dios, te da, levan 20 Maldito quien yace con la mujer de
tarás grandes piedras, que revocarás de su padre, para alzar la cubierta del lecho
cal, 3 y escribirás en ellas todas las pala de su padre; y todo el pueblo responderá:
bras de esta Ley apenas hayas pasado Amén.
para llegar a la tierra que Yavé, tu Dios, 21 Maldito quien tuviere parte con una
te da, tierra que mana leche y miel, como bestia cualquiera; y todo el pueblo res
Yavé, tu Dios, se lo prometió a tus pa ponderá: Amén.
dres. 4 Cuando paséis el Jordán alzaréis 22 Maldito quien yace con su hermana,
esas piedras, como yo te lo mando hoy, hija de su padre o de su madre; y todo el
sobre el monte Ebal, y las revocarás con pueblo responderá: Amén.
cal. 5 Alzarás allí un altar a Yavé, un al 23 Maldito quien yace con su suegra;
tar de piedras a las que no haya tocado y todo el pueblo responderá: Amén.
OQ 1 El autor vuelve a insistir sobre el tema del capitulo precedente. Recordando los beneficios
“ ^ de Dios, les propone la renovación de la alianza y la observancia de la misma, bajo las seve
ras penas que siguen. La renovación, sin embargo, falta en el texto.
DEUTFRONOMIO 30-M
viertas a Yavé, tu Dios, y obedezcas su entrar para poseerla. 17 Pero si se aparta
voz, conforme a todo lo que yo te mando tu corazón y no escuchas, sino que te
hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón dejas arrastrar a la adoración y ai servicio
y toda tu alma, 3 también Yavé, tu Dios, de otros dioses, 18 hoy te anuncio que
reducirá a tus cautivos, tendrá miseri irás a la segura ruina y que no durarás
cordia de ti y te reunirá de nuevo de en largo tiempo sobre la tierra a cuya con
medio de todos los pueblos entre los quista vas en pasando el Jordán. 19 Yo
cuales te dispersó. * 4 Aunque se hallasen invoco hoy por testigos a los cielos y a la
tus hijos dispersos en el último cabo de tierra de que os he propuesto la vida y
los cielos, de allí los reunirá Yavé, tu la muerte, la bendición y la maldición.
Dios, y de allí irá a tomarlos. 5 Yavé, tu Escoge la vida para que vivas, tú y tu
Dios, volverá a traerte a la tierra que descendencia, 20 amando a Yavé, tu Dios,
poseyeron tus padres, y volverás a po obedeciendo su voz y adhiriéndote a El,
seerla, y El te bendecirá y te multipli porque en eso está tu vida y tu perdura
cará más que a ellos. 6 Circuncidará Yavé, ción en habitar la tierra que Yavé juró a
tu Dios, tu corazón y el corazón de tus tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que
descendientes, para que ames a Yavé, tu les daría».
Dios, con todo tu corazón y con toda tu
alma, y vivas. 7 Por lo contrario, Yavé, U ltim a s disposiciones. E lección d e
tu Dios, arrojará todas estas maldiciones Josué
sobre tus enemigos, sobre los que te odia
ron y te persiguieron. 8 Y tú obedecerás 0 1 1 Así que Moisés acabó de dirigir
la voz de Yavé, tu Dios, cumpliendo to 0 1 estas palabras a todo Israel, dijo
dos sus mandamientos que hoy te pro de nuevo: * 2 «Yo ya tengo ciento veinte
pongo. 9 Te hará abundar Yavé en toda años, no puedo ya salir ni entrar; además,
obra de tus manos, en el fruto de tu me ha dicho Yavé: Tú no pasarás el
vientre, en el fruto de tus ganados, en Jordán. 3 Yavé, tu Dios, pasará delante
el fruto de tu tierra, y te bendecirá, porque de ti y destruirá delante de ti a todas esas
volverá a complacerse Yavé en hacerte gentes, y tú las heredarás. Josué pasará
bien, como se complacía en hacérselo a delante de ti, como te lo ha dicho Yavé,
tus padres, 10 si obedeciendo a la voz de 4 y hará Yavé con ellos como hizo con
Yavé, tu Dios, guardas todos sus pre Seón y Og, reyes de los amorreos, y con
ceptos y mandatos, como está escrito en su tierra, destruyéndolos; 5 y os los en
esta Ley, y te conviertes a Yavé, tu Dios, tregará Yavé, y haréis con ellos conforme
con todo tu corazón y con toda tu alma. a todo cuanto yo os he mandado; 6 es
11 En verdad, esta Ley que hoy te impon forzaos, pues, tened ánimo y no temáis
go no es muy difícil para ti ni es cosa ante ellos, no les tengáis miedo, que Yavé,
que esté lejos de ti. *2 N o está en los tu Dios, va contigo, y no te dejará ni te
cielos para que puedas decir: ¿Quién pue desamparará».
de subir por nosotros a los cielos, para 7 Llamó, pues, Moisés a Josué, y le
cogerla y dárnosla a conocer, y que así dijo ante todo Israel: «Esfuérzate y ten
la cumplamos? 13 N o está al otro lado ánimo, porque tú has de entrar con este
de los mares para que puedas decir: pueblo en la tierra que a sus padres juró
¿Quién pasará por nosotros al otro lado Yavé darles, y tú los pondrás en pose
de los mares, para cogerla y dárnosla a sión de ella; 8 y Yavé marchará delante
conocer y que así la cumplamos? 14 La de ti, estará contigo y no te dejará ni
tienes enteramente cerca de ti, la tienes te abandonará; por esto no has de temer
en tu boca, en tu mente, para poder ni acobardarte».
cumplirla. 13 Mira: hoy pongo ante ti la
vida con el bien, la muerte con el mal. L ectu ra periódica de la L e y
16 Si oyes el precepto de Yavé, tu Dios,
que hoy te mando, de amar a Yavé, tu 9 Escrita esta Ley, entregósela Moisés
Dios, seguir sus caminos y guardar sus a los sacerdotes hijos de Leví, que llevan
mandamientos, decretos y preceptos, vi el arca de la alianza de Yavé, y a todos
virás y te multiplicarás, y Yavé, tu Dios, los ancianos de Israel, * 10 mandándoles:
te bendecirá en la tierra en que vas a «Al fin de cada septenio, al llegar el año
0 A 3 Por muchos y graves que sean los castigos con que por sus pecados aflija Dios al pueblo,
siempre acaba por prevalecer la misericordia y por cumplirse las divinas promesas en el resto
de los salvados. Este concepto, que desarrollan después tanto los profetas, está intimamente ligado con
el plan de la redención por el Mesías.
0 1 1 Con lo dicho atrás se termina la promulgación de la Ley. Moisés recuerda la sentencia que
^ ■ pesa sobre él, y después de presentar a su sucesor, le alienta a cumplir la misión que Dios
le impone.
■-c 9 He aquí una disposición interesante: cada siete años, o sea en todo año sabático, unos ejercí-
tíos espirituales, o si se quiere una misión, con la lectura y explicación de la Ley deuteronómica,
' la remisión, en la fiesta de los Taber- de nube a la entrada del tabernácul
culos, 11 cuando vendrá todo Israel a 16 y dijo Yavé a Moisés: «He aquí q
esentarse ante Yavé, tu Dios, en el vas ya a dormirte con tus padres, y e¡
gar que El elija, leerás esta Ley ante pueblo se levantaré y se prostituirá ai
do Israel, a sus oídos. *2 Reunirás al dioses ajenos, los de la tierra adonde i
ieb!o, hombres, mujeres y niños, y a y me dejará y romperá mi pacto, el q
dos los peregrinos que se hallen en con él he hecho; 17 y se encenderá ente
s ciudades, para que la oigan y apren- ces mi furor contra él, y yo los abane
n a temer a .Yavé, vuestro Dios, y naré y esconderé de ellos mi rostro, y 1
íén siempre atentos a cumplir todas las devorarán y vendrán sobre ellos mucli
labras de esta Ley. *3 Especialmente males y aflicciones; y entonces se diré
estros hijos, que nada saben de ella, ¿No es por no estar ya mi Dios en mee
brán de oirla, para aprender a temer de mi por lo que sobre mí han veni
este cántico dará testimonio contra ellos, 4 ¡El es la Roca! Sus obras son per
porque no se dará al olvido en la boca fectas, *
de sus descendientes. Porque yo conozco Todos sus caminos son justísimos;
su índole y veo lo que noy hace, aun Es fidelísimo y no hay en El iniquidad;
antes de haberle introducido en la tierra Es justo, es recto.
que juré darles». 5 Indignamente se portaron con El sus
22 Escribió, pues, Moisés este cántico hijos,
aquel día, y se lo enseñó a los hijos de Generación malvada y perversa,
Israel. 6 ¿Así pagas a Yavé,
23 A Josué, hijo de Nun, le mandó y dijo: Pueblo loco y necio?
«Esfuérzate y ten ánimo, que tú introdu ¿No es El el padre que te crió,
cirás a los hijos de Israel en la tierra que El que por sí mismo te hizo y te formó?
les he jurado, y yo seré contigo». 7 Trae a la memoria los tiempos pa
24 Y acabado que hubo Moisés de es sados,
cribir en un libro las palabras de esta Atiende a los años de todas las gene
Ley, hasta terminarla, 25 mandó a los raciones;
levitas que llevaban el arca de la alianza Pregunta a tu padre, y te enseñará;
de Yavé, diciendo: 26«Tomad este libro A tus ancianos, y te dirán: *
de la Ley y ponedlo en el arca de la alian 8 Cuando distribuyó el Altísimo su he
za de Yavé, vuestro Dios, que esté allí redad entre las gentes,
com o testimonio contra ti; 27porque yo Cuando dividió a ios hijos de ios hom
conozco tu rebeldía y tu dura cerviz; bres,
aun viviendo yo hoy con vosotros, sois Estableció los términos de los pueblos
rebeldes a Yavé, {cuánto más después Según el número de los hijos de Dios, *
que yo muera! 28 Congregad a todos los 9 Pues la porción propia de Yavé es su
ancianos de vuestras tribus y a vuestros pueblo,
prefectos, que quiero proferir, oyéndolo Su lote hereditario es Jacob.
ellos, estas palabras, invocando como tes 10 Le halló en tierra desierta,
tigos contra ellos a los cielos y a la tierra; En región inculta, entre aullidos de
29 pues sé bien que después de mi muerte soledad;
os pervertiréis del todo y os apartaréis Le rodeó y le enseñó,
del camino que os he mandado, y que Le guardó como a la niña de sus ojos. *
en tiempos venideros os alcanzará la des 11 Como el águila, que incita a su ni
ventura, por haber hecho lo que es malo dada,
a los ojos de Yavé, irritándole con las Revolotea sobre sus polluelos,
obras de vuestras manos». Asi El extendió sus alas y los cogió.
30 Moisés pronunció a oidos de ía asam Y los llevó sobre sus plumas.
blea de Israel las palabras de este cántico, 12 Sólo Yavé le guiaba;
N o estaba con El ningún dios ajeno.
hasta el fin. 13 Le subió a las alturas de la tierra,
Le nutrió de los frutos de los campos,
C á n tic o d e M o is é s Le dio a chupar miel de las rocas
Y aceite de durísimo sílice.
Q A l «Escuchad, cielos, y hablaré. Y 14 La nata de las vacas y la lacha da las
0 4 oiga la tierra las palabras de mi ovejas
boca. % Con la grosura de los corderos y da los
2 Caiga a gotas como la lluvia mi doc cameros,
trina. De los toros de Basán y de los machos
Destile como el rocio mi discurso, cabríos.
Como la llovizna sobre la yerba. Con la flor de trigo:
Como las gotas de lluvia sobre el césped, Bebiste la sangre de la uva, la espumosa
3 Porque voy a celebrar el nombre de bebida.
Yavé: Comió Jacob y se hartó,
¡Dad gloría a nuestro Dios! Y 13 engordó el Jesurún, y tiró coces.
Opi i Los w .i-3 son U introducción del cántico, una invitación a escuchar la palabra d«l profeta,
que será como benéfica lluvia sobre la tierra.
4 La primera estrofa (4-6) canta la bondad de Dios, defensor de Israel, y la ingratitud de esta
generación malvada y perversa.
7 Primera muestra de esta bondad de Dios es la elección de Israel desde los tiempos antiguos (7-9).
9 El texto hebreo, asi como las versiones, leen el estico 4 «según el número de los hijos de Is
rael», lección a todas luces incorrecta. El v.g habla de Israel como heredad especial que Yavé se re
servó; luego los pueblos deben ser la heredad de los «hijos de Dios», o sea los ángeles, a quienes se
encomendó su custodia, como aperece por Dan 10,13.20 s.
10 Celebra las bondades de Dioc hacia su pueblo durante (a peregrinación por el desierto y las
bendiciones de que le colmó dándole la posesión de Canán (10-14).
235 BEUTERONOlflO 32
Y despreció al Dios de su salvación. 4 Y dirán: Ha vencido nuestra mano,
16 Provocáronle con dioses ajenos, N o es Yavé quien ha hecho todo esto.
Irritáronle con abominaciones; 28 Es gente sin consejo,
17 Inmolaron a demonios, a no-dioses, N o tienen conocimiento;4
A dioses que no habían conocido, 29 Si fueran sabios, comprenderían esto
Nuevos, de a poco advenedizos, Y atenderían a lo que les espera.
A los que no sirvieron sus padres. 30 ¿Cómo puede uno solo perseguir H
18 De la Roca que te crió, te olvidaste, mil,
Diste al olvido a Dios, a tu Hacedor. Y dos poner en fuga a diez mil,
19 Y violo Yavé y se irritó, Sino porque su Roca los vendió
Hastiado por sus hijos y sus hijas. * Y Yavé los ha entregado?
20 Y dijo: «Esconderé de ellos mi rostro, 31 Porque no es como nuestra Roca la
Veré cuál será su fin, Roca suya.
Porque es una generación perversa, Son jueces nuestros mismos enemigos.4
Hijos sin fidelidad alguna. 32 De cierto su vid es de la vid de So*
21 Ellos me han provocado con no- doma,
dioses, De los campos de Gomorra sus sar
Me han irritado con vanidades; mientos,
Yo los provocaré a ellos con no-pueblo Sus uvas son uvas ponzoñosas,
Y los irritaré con gente insensata. Sus racimos son racimos amarguísimos;
22 Ya se ha encendido el fuego de mi 33 Veneno de dragones es su vino,
ira, Veneno mortal de áspides.
Y arderá hasta lo profundo del in 34 ¿Acaso no tengo yo esto guardado,
fierno, Encerrado en mis archivos, 4
Y devorará la tierra con sus frutos 35 Para el día de la venganza y la re
Y abrasará los fundamentos de los tribución,
montes. * Para el tiempo en que resbalarán sus
23 Amontonaré sobre ellos males y más pies?
males, Pues cerca está el día de su perdición,
Lanzaré contra ellos todas mis saetas; Y ya lo que les espera se aproxima.
24 Los consumirá el hambre y los de 36 De cierto hará Yavé justicia a su
vorará la fiebre pueblo
Y la nauseabunda pestilencia. Y tendrá misericordia de sus siervos
Mandaré contra ellos los dientes de las Cuando vea que desapareció ya toda
fieras fuerza
Y el veneno de los reptiles que se arras Y que no hay ya ni esclavo ni libre.
tran por eí polvo. 37 Y dirá entonces: ¿Dónde están aho
25 A los que fuera estén los matará la ra sus dioses,
espada, La Roca a que ellos se acogían?
Y a los que dentro, el espanto, 38 ¿Los que comíad las grasas de sus
Lo mismo a mancebos que a doncellas, víctimas
Lo mismo al que mama que al enca Y bebían el vino de sus libaciones?
necido. Que se levanten ahora y os socorran
26 Ya hubiera yo dicho: Voy a exter Y sean vuestros protectores.
minarlos del todo,
Voy a borrar de entre los hombres su 39 Ved, pues, que soy yo, yo solo,
memoria, Y que no hay Dios alguno más que yo.
27 Si no hubiera sido por la arrogancia Yo doy la vida, yo doy la muerte,
de los enemigos, Yo hiero y yo sano.
Porque se envanecerían sus persegui N o hay nadie que se libre de mi mano.
dores,15 40 Ciertamente yo alzo al cielo mi mano
15 Pero todas estas bendiciones no fueron suficientes a inspirarle gratitud, antes voívió las es
paldas a su Dios y se entregó al culto de los ídolos (15-18).—Jesurún es lo mismo que niño mima
do, predilecto.
19 Entonces Dios se irritó contra ellos, los rechazó; los entregó a una nadón insensata, a fin de
excitar la emulación de Israel y ver de volverlos a su Dios.
22 Dios descargó sobre él la pesada mano de su justicia, y los hubiera del todo aniquilado si no
fuera por no dar motivo de arrogancia a sus enemigos, que se atribuirían esa gloria (20-27).
2* En efecto: es una nación insensata esa de sus enemigos, y no entienden que ellos por al
no podían hacer con Israel lo que hacen si Yavé no les hubiera entregado su pueblo (28-30).
31 Los w .31-33 interrumpen el discurso de Yavé para dar lugar a unas reflexiones de los is
raelitas sobre lo dicho por Dios de la nación perseguidora.
34 Yavé tiene tomada nota de los vanos pensamientos de la nación altiva para el día de la ven
ganza, que está cercano. Israel entonces entenderá dónde está su apoyo, si en Yavé o en los diosee
• que se entregó (34-39)-
d e t it k h o n o m io 3 2 -3 3 236
Y Juro por mi eterna vida: * B endiciones d e M o isé s
41 Cuando yo afíle el rayo de mi enpiulu
Y tome en mis manos el juicio, 0 9 1 He aquí las bendiciones con que
Yo retribuiré con mi venganza u mis antes de morir bendijo Moisés a
enemigos los hijos de Israel. * 2 D ijo:
Y daré su merecido a los que me abo «Yavé, saliendo del Sinaí,
rrecen, Vino a Seir en favor nuestro.
42 Emborracharé de sangre mis saetas Resplandeció desde la montaña de Fa-
Y mi espada se hartaré de carne, rán,
De la sangre de los muertos y de los Desde el desierto de Cades,
cautivos, Con los rayos en su diestra...
De las cabezas de los jefes enemigos. ... para ellos. *
43 Regocijaos, gentes, por su pueblo, 3 Ha hecho gracia a su pueblo,
Porque ha sido vengada la sangre de Todos sus santos están en su mano,
sus siervos, Que reanudando su marcha a pie, pro
Le ha vengado de sus enemigos, siguieron por en medio del desierto. *
Y hará la expiación de la tierra y de su 4 Dionos Moisés la tora;
pueblo». * Su heredad es la casa de Jacob.
44 Vino Moisés e hizo oir al pueblo to 5 Hízose el rey de su Jesurún.
das las palabras de este canto. Con él Cuando se reunió la asamblea de los
estaba Josué, hijo de Nun. 45 Cuando jefes del pueblo,
hubo acabado de dirigir al pueblo estas D e todas las tribus de Israel.
palabras, ^añadió: «Meted en vuestro 6 Viva Rubén, y no se extinga,
corazón todas las palabras que hoy os Y no sean pocos sus varones. *
he pronunciado y enseñádselas a vuestros 7 Y sobre Judá dijo:
hijos, para que escrupulosamente pongan Oye, ¡oh Yavé!, la voz de Judá,
por obra todas las palabras de esta Ley. Y tráele a su pueblo.
47 Porque no es cosa indiferente para vos Por él luchó tu mano.
otros*, es vuestra vida, y cumpliéndolo Fuiste ayuda contra sus enemigos. *
prolongaréis vuestros días sobre la tierra 8 A Leví le dijo:
que vais a poseer pasando el Jordán. D a a Leví tus tummim,
Y tus urim al favorito.
E l últim o día d e la vid a de M oisés A quien probaste en Masa
Y con quien contendiste en las aguas
48 Aquel mismo día habló Yavé a Moi de Meriba. *
sés, diciendo: * 49 «Sube a este monte de 9 El que dijo a su padre: N o te conozco;
Abarim—el monte Nebo, en tierra de Y a sus hermanos no consideró,
Moab, frente a Jericó—y mira desde ahí Y desconoció a sus hijos,
la tierra de Canán, que voy a dar en po Por haber guardado tus palabras,
sesión a los hijos de Israel; 50 y muere en Por haber observado tu pacto.
ese monte a que vas a subir, y reúnete 10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob,
con tu pueblo, como murió Arón, tu her Y tu Ley a Israel,
mano, en el monte Or, y se reunió allí Y pondrán a tus narices el timiama,
a los suyos; 51 porque pecasteis contra Y el holocausto en tu altar.
mí en medio de los hijos de Israel, en las n Bendice, ¡oh Yavé!, su heredad
aguas de Meriba, en Cades, en el desierto Y acepta las obras de sus manos.
de Sin, no santificando mi nombre en me Hiere el dorso de los que contra él se
dio de los hijos de Israel. 32 Tú verás ante alcen.
ti la tierra, pero no entrarás en esa tierra Y los que le odien, que no se levanten.
que doy yo a los hijos de Israel». 12 A Benjamín le dijo:
40 Y, para asegurar mejor que su venganza llegará, Yavé jura por su vida que ejercerá un juicio
severo sobre los enemigos de la nación escogida (40-42).
43 Concluye invitando a las naciones todas a celebrar la dicha de su pueblo, que ha sido ven
gado por Dios, que ha purificado la tierra, antes manchada por sus abominaciones (43-44).
48 El único consuelo que a Moisés se concede es contemplar desde el monte Nebo la tierra por
cuya posesión tanto suspiró y luchó.
OO 1 Son paralelas a las de Job; su texto nos ha llegado tan deformado que es de muy difícil
interpretación.
2 El v.i nos presenta a Dios partiendo del Sinaí, acompañado de los millares de sus ángeles
y armada la diestra con el rayo.
3 Aquí (3-5) nos pinta la bondad de Dios hacia su pueblo, a quien sirve de guía en el desierto,
a quien da su Ley y le engrandece hasta constituirle en reino.
6 Para Rubén pide la multiplicación de sus hijos.
7 Pondera la fuerza de Judá contra los enemigos del pueblo.
8 Leví recibe el sacerdocio y el ministerio de consultar a Yavé en pago de su celo por la causa
del Señor, a la que pospuso hasta el amor de los padres.
237 DEUTERONOMIO 3 3 - 3 4
OA 1 P °r hn Moisés sube a las alturas del monte Nebo, a unos 1.500 metros sobre el valle del
^ ' Jordán, en que Israel tenía su campo, y desde aquella altura, con la vista que nunca se había
debilitado (v.7), contempla toda la tierra de Canán, desde lo que será luego heredad de Neftalí
al norte, hasta el mediodía.
Josué
tad do Yftvé, * 6 El le enterró en el valle, Israel le obedecieron, como Yavé se lo
en la tierra de Moab, frente a Bet Fogor, habia mandado a Moisés.
nadie hasta hoy conoce su sepulcro. 10 No ha vuelto a surgir en Israel pro
Tenía, cuando murió, ciento veinte años, feta semejante a Moisés, con quien cara
y ni se habían debilitado sus ojos ni se a cara tratase Yavé, 11 ni en cuanto a las
había mustiado su vigor. &Los hijos de maravillas y portentos que Yavé le man
Israel lloraron a Moisés en los llanos de dó hacer en la tierra de Egipto contra el
Moab durante treinta días, cumpliéndo Faraón y contra todos sus servidores y
se los dias de llanto por el duelo de Moi
sés. todo su territorio, 12 ni en cuanto a su
9 Josué, hijo de Nun, estaba lleno del mano poderosa y a tantos terribles pro
espíritu de sabiduría, pues había puesto digios como él hizo a los ojos de todo
Moisés sus manos sobre éL Los hijos de5 Israel. *
5 La triste muerte de Moisés, a la vista de la tierra de Canán, sin poner en ella el pie, y sobre
todo su sepultura por el mismo Yavé, es uno de los misterios históricos que nos ha dejado el Antiguo
Testamento, pareado a la desaparición de Henoc y al rapto de Elias en el carro de fuego. San Ju
das (9 ss.) nos habla de un altercado entre San Miguel y Satanás por d cuerpo de Moisés, que, lejos
de explicar el misterio, lo acrecienta.
12 Santo Tomás (Suma Teológica 2-2 q.174 a.4) concluye que Moisés fue el más eximio de
los profetas en cuanto a) oficio profético en general, aunque en alguna de las cosas que éste com
prende haya habido algún otro profeta superior a él—por ejemplo, David—en cuanto al conoci
miento de los misterios mesíánicos. Funda su conclusión en cuatro razones: en la superioridad de
la visión intelectual de Dios, en la familiaridad del trato con Dios, en ser el primero y universal
legislador y en haber sido obrador de numerosos y portentosos prodigios.
J O S U E
1. E l libro de Josué recibe su nombre de este capitán, que en el Pentateuco se nos
presenta como ayudante de Moisés (E x 2 4 ,13 ) y su lugarteniente en las empresas
guerreras (E x 17 ,9 ) . Por eso luego le sucede, con la misión de llevar a cabo la con
quista de la tierra prometida (Núm 2 7 -12 -2 3 ), del lado de acá del Jordán. Canán
estaba dividido en infinidad de reinos, independientes unos de otros y muy de ordina
rio enemigos y en guerra. Así nos los presentan las cartas de Tell-el-Amama en los
siglos X V -X V I, cuando el Egipto ejercía en Canán poderosa influencia (Introduc
ción a los libros históricos); y esta situación no había mudado cuando Josué los
acometió. L a conquista de las primeras ciudades cananeas (Jericó y H ai) les hizo
comprender la necesidad de unirse para resistir al invasor. Los gabaonitas no quisieron
entrar en esta coalición defensiva y fueron atacados por los demás. Esta fu e la ocasión
de la primera victoria de Josué en Gabaón, en la que la coalición de los reyes del
Mediodía quedó deshecha y entregado cada príncipe a sus propias fuerzas (10 ,8 -4 3 ).
Otra batalla, Junto a las aguas del Merón, acabó con la coalición de los del Norte,
y con esto se allanó el camino para la ocupación de la tierra ( 1 1 , 1 - 1 3 ) .
2. Josué la dividió toda en diez partes, excluidas las tribus que habían sido he
redadas en la Transjordania. Cada tribu hubo de ocupar su porción por sus propios
esfuerzos. N o fueron iguales los hechos por las diversas tribus para conseguirlo, ni
iguales tampoco las dificultades que todas hallaron ( 17 ,16 ; 18 ,3 ). Por esto, la d ivi
sión de Israel quedó al cabo de algún tiempo tan irregular.
3. Dios había prometido a Josué que estaría con él y que autorizaría ante el
pueblo su persona con grandes prodigios. No puede dudarse que el Señor cumpliría
su palabra. Tres son los hechos prodigiosos que se consignan en el libro: el paso del
Jordán, la toma de Jericó y la victoria de Gabaón. En los tres el texto, sea por su
deficiente conservación, sea por su obscuridad, no nos ofrece elementos suficientes
para hacemos una idea exacta de los milagros. Aun los intérpretes católicos, que no
rehuyen el milagro, dan de ellos explicaciones muy diversas.
4. La conquista de Canán, desde el punto de vista bíblico, está plenamente
justificada por los juicios de D iosa favor de Israel (E x 23,27 ; 3 3 ,2 ; Dt 9,4). Desde
239 JOSUÉ I
el punto de vista humano, la conquista no se diferencia de las realizadas por tantos
pueblos que, careciendo de patria, buscan un territorio donde hacérsela apoyándose
en su propia fuerza.
5. Ignoramos cuándo el libro haya sido escrito y por quién; lo que sí podemos
comprobar es que su autor dispuso de documentos anteriores a la conquista de Jeru-
salén por David (Jos 15,6 3) y de Guezer por el Faraón, suegro de Salomón (Jos 16 ,10 ;
1 R e 9 A 7 )-
■fl 4 Sobre «el rio grande», el Eufrates, véase la nota a Gen 15,18.
" 11 En 5,12 se nos dice que desde que pasaron el Jordán comieron loa frutos de la región de
Jericó y cesó de caer el maná. No debe olvidarse que el suelo de la Tranajordania es fértil y que
los israelitas se habían apoderado de los dos reinos amorreos (Núm 21,21 ss.) y habían obtenido
un gran botín de su guerra contra los madianitas (Núm 31.11), aparte de que poseían gran cantidad
de ganado, por lo que habían solicitado la tierra de la Transjordania (Núm 32,1 st.).
Jo s u é 2-3
7 1 5 E s q u iz á u n o d e lo s p u n t o s e n q u e m á s s e m u e s t r a l a in t e r v e n d ó n d e lo s c o p i s t a s , t e n -
1 d i e n d o a a g r a v a r e l c a s t i g o d e l s a c r ile g i o c o n g lo s a s q u e l o h a c e n e x t e n s i v o a l a fa m ilia y a
la h a d e n d a d e l s a c r ile g o . E l t e x t o d e l o s L X X , q u e e s tá m á s li b r e d e e s t a s in te r v e n c io n e s , r e d u c e
d c a s t i g o a la la p id a c ió n d e l c u l p a b l e , c o n f o r m e a l p r e c e p t o d e la L e y ( D t 2 4 , 1 6 ) .
245 josué 7*8
16 Al día siguiente, de mañana, Josuénuestro encuentro como la primera vez,
hizo que se acércala Israel por tribus, y huiremos ante ellos. Ellos saldrán en
fue señalada la tribu de Judá. 17 Hizo persecución nuestra; y cuando los haya
acercarse a las familias de Judá, y fue mos atraído lejos de la ciudad, porque
señalada la familia de Zare. Hizo acer se dirán: Huyen delante de nosotros,
carse a la familia de Zare, por casas, y como la primera vez; 7 entonces, saliendo
fue señalada la casa de Zabdi. 18 Hizo vosotros de la emboscada, os apoderáis
acercarse a la casa de Zabdi, por cabezas, de la ciudad. Yavé, vuestro Dios, la en
y fue señalado Acán, hijo de Jazmi, hijo tregará en vuestras manos. 8 Cuando la
de Labdi, hijo de Zare, de la tribu de hayáis tomado, la incendiaréis. Haced
Judá. según lo que ha dicho Yavé. Ved, ésas
19 son mis órdenes». 9 Josué los hizo partir;
Josué dijo a Acán: «Hijo mío, anda,
da gloria a Yavé, Dios de Israel, y rín y ellos fueron a ponerse en emboscada
dele honor. Confiésame lo que has hecho, entre Bétel y Hai, al occidente de Hai.
no me lo ocultes». 20 Acán respondió a Josué pasó la noche en medio del pueblo.
Josué, diciendo: «Es cierto, soy yo el 10 Levantóse Josué bien de mañana; y
que ha pecado contra Yavé, Dios de después de revisar al pueblo, avanzó a
Israel. He aquí lo que he hecho: 21 Vi la cabeza de él, él y los ancianos de Israel,
entre los despojos un hermoso manto de contra Hai. n Todos los hombres de gue
Senaar, doscientos sidos de plata y una rra que estaban con él subieron y se
barra de oro de cincuenta sidos de peso; y acercaron; llegados frente a Hai, se de
codicioso los cogí, y los enterré en medio tuvieron al norte de la ciudad, teniendo
de mi tienda, poniendo debajo el dinero». el valle entre ellos y Hai. 12 Tomó Josué
22 Josué mandó entonces comisionados, unos cinco mil hombres, y los puso en
que fueron corriendo a la tienda y vieron emboscada entre Bétel y Hai, al occidente
los objetos enterrados en la tienda de de la ciudad. 13 Luego que todo el pueblo
Acán, y debajo el dinero. 23 Tomáronlo hubo tomado posiciones al norte de la
de en medio de la tienda y se lo llevaron ciudad, y la emboscada al occidente de
a Josué y a los hijos de Israel, y lo depo ella, avanzó Josué durante la noche al
sitaron ante Yavé. medio del valle.
24 Josué cogió a Acán, hijo de Zare, y 14 Cuando el rey de Hai vio esto, se
le condujeron al valle de Acor. 25 Josué levantó de prisa, bien de mañana, para
dijo: «¿Por qué nos has puesto en per combatir a los hijos de Israel. Y sin
turbación? Pertúrbete a ti hoy Yavé». saber que detrás de la ciudad había una
Y todo Israel le lapidó. Después de lapi emboscada contra ella, el rey con todo
dado, fue quemado en el fuego,26 y echa su pueblo se dirigió a un cierto lugar del
ron sobre Acán un gran montón de pie llano. 15 Josué y todo Israel, fingiéndose
dras, que todavía hoy subsiste. Yavé apla derrotados por ellos, huyeron por el ca
có el ardor de su cólera. Por eso se llamó mino del desierto; se reunió toda la
a aquel lugar valle de Acor hasta el día gente que había en la ciudad, para perse
de hoy. guirlos con gran griterío, y persiguieron a
Josué, que los alejó así de la ciudad.
T o m a d e H ai 17 No hubo ni uno de Hai que no saliera
1 Yavé dijo a Josué: «No temas ni tras de Israel y le persiguiera, dejando
8 te acobardes. Toma oontigo a todos abierta la ciudad.
18 Yavé dijo a Josué: ^Tiende hacia
los hombres de guerra, levántate y sube
contra Hai. Mira, pongo mi tus manos Hai el dardo que llevas en la mano,
al rey de Hai, a su pueblo, su ciudad y su porque voy a poner en tu poder la ciu
territorio. * dad». Josué tendió hacia la ciudad el
2 Trata a Hai y a su rey como trataste dardo que tenía en la mano, *9 y las
a Jericó y a su rey; pero el botín y el gentes de la emboscada se levantaron
ganado, tomadlo para vosotros. Pon una prestamente del lugar donde estaban, y
emboscada detrás de la ciudad». 3 Josué corriendo, entraron en la ciudad, se apo
se dispuso a subir con todos los hombres deraron de ella y le pusieron fuego.
de guerra contra Hai. Escogió treinta mil, 20 Cuando los de Hai miraron atrás y
todos ellos hombres valerosos, y los hizo vieron el humo que de la ciudad subía
partir de noche, dándoles esta orden: al cielo, ya no pudieron ponerse en salvo
4 «Estad sobre aviso; poneos en embos por ningún lado; pues el pueblo, que
cada detrás de la ciudad, sin alejaros huía camino del desierto, se volvió con
mucho, y estad todos prontos. 5 Yo, con tra los que le perseguían. 21 Josué y todo
la gente que llevo conmigo, nos acerca Israel, viendo que la ciudad había sido
remos a la ciudad, y cuando salgan a1 tomada por los emboscados y cómo subía
1 H a i s e h a lla e n l a m e s e t a , c e r c a d e B é t e l ( G é n 1 3 , 3 ) . L o s is r a e li t a s h a n d e b i d o s u b i r d e s d e
e l v a l l e d e l Jordán, c a s i 4 0 0 m e t r o s b a jo e l n iv e l d e l m a r , h a s t a u n o s 8 0 0 p o r e n c i m a d e él
Jdsoé 6-9 246
el humo de la ciudad» se volvieron y la Ley, la bendición y la maldición, con
derrotaron a los de Hai; 22 los otros sa forme a todo lo que está escrito en el
lieron de la ciudad a su encuentro; los libro de la Ley.35 Ni una palabra de cuan
de Hai se vieron envueltos por los de to había prescrito Moisés se omitió en
Israel» de un lado por unos, del otro la lectura que hizo Josué, en presenda de
por otros; y los de Israel los batieron, toda la asamblea, de los hijos de Israel,
sin dejar ni un superviviente ni un fugi de mujeres y niños, y de los extranjeros
tivo; 23 cogieron vivo al rey de Hai y se que iban en medio de ellos.
lo llevaron a Josué.
24 Cuando Israel hubo acabado de ex
terminar en el campo a todos los habitan Estratagem a de los gabaonitas
tes de Hai, camino del desierto, por donde 1 Cuando supieron estos sucesos to
los habían perseguido, y todos hasta el dos los reyes del lado acá del Jor
último hubieron sido pasados a ñlo de dán, los de la montaña y los del llano y
9
espada, todo Israel se volvió a la ciudad los de las costas del mar Grande, frente
y la pasaron también a filo de espada. al Líbano, los jeteos, los amorreos, los
25 El número de muertos aquel día fue cananeos, los fereceos, los jeveos y los
de doce mil hombres y mujeres, todas jebuseos, 2 se unieron todos para comba
las gentes de Hai. 26 Josué no retiró la tir a Josué y a Israel de común acuerdo.
mano que tenía tendida con el dardo 3 Los habitantes de Gabaón, al saber
hasta que no hubo dado al anatema a cómo había tratado Josué a Jericó y a
todos los habitantes de Hai. 27 Los de Hai, * 4 recurrieron a la astucia y se pu
Israel sólo reservaron para ellos el ga sieron en camino, llevando provisiones
nado y el botín de esta ciudad, como para el viaje. Tomaron sacos viejos sobre
Yavé se lo había mandado a Josué. 28 Jo sus asnos, cueros viejos de vino, rotos y
sué quemó a Hai, convirtiéndola en un remendados; 5 zapatos viejos y recosidos
montón de ruinas, que todavía hoy sub para sus pies, y se pusieron vestidos vie
siste. 29 Hizo colgar de un árbol al rey jos; todo el pan que traían para el ca
de Hai y le dejó allí hasta la tarde; a la mino estaba duro y hecho migas.
puesta del sol dio orden de coger el 6 Llegaron a Josué, al campamento de
cadáver y arrojarlo a la puerta de la Gálgala; y le dijeron a él y a los de Is
ciudad, echando sobre él un gran montón rael: «Venimos de muy lejanas tierras pa
de piedras, que todavía subsiste hoy. ra hacer alianza con vosotros; hagámos
C on firm ación de la alianza la, pues». 7 Y los de Israel respondieron
a aquellos jeveos: «Quizá vosotros habi
30 Entonces Josué edificó un altar a Ya táis en medio nuestro; ¿cómo vamos a
vé sobre el monte Ebal, * 31 según la or poder hacer afianza con vosotros?» 8 Ellos
den que Moisés, siervo de Dios, había respondieron a Josué: «Somos siervos tu
dado a los hijos de Israel, como está es yos». Y Josué les dijo: «¿Quiénes sois y
crito en el libro de la Ley de Moisés; un de dónde venís?» 9 Respondieron ellos:
altar de piedras brutas, a las cuales no «Tus siervos vienen de muy lejanas tie
había tocado el hierro. Ofrecieron en él rras, por la fama de Yavé, tu Dios, pues
holocaustos a Yavé v sacrificios eucarís- hemos oido hablar de cuanto hizo en
ticos. 32 Allí, sobre las piedras, escribió Egipto 10 y de lo que ha hecho a los reyes
Josué una copia de la ley que Moisés ha de los amorreos de la otra parte del Jor
bía escrito delante de los hijos de Israel. dán, Seón, rey de Hesebón, y Og, rey de
33 Todo Israel, sus ancianos, sus oficiales Basán, que habitaba en Astarot. 11 Por
y sus jueces estaban a los dos lados del eso nuestros ancianos y todos los habi
arca, ante los sacerdotes hijos de Leví tantes de nuestra tierra nos han dicho:
que llevaban el arca de la alianza de Ya «Tomad con vosotros provisiones para el
vé: los extranjeros, lo mismo que los hi camino, e id a su encuentro y decidles:
jos de Israel, una mitad del lado del mon Somos siervos vuestros, haced alianza con
te Garizim, otra mitad del lado del monte nosotros. 12 Aquí tienes nuestro pan; es
Ebal según la orden que Moisés, siervo taba caliente cuando lo cogimos en nues
de Dios, había dado antes, para comen tras casas para el camino, el día en que
zar a bendecir al pueblo de Israel. 34 Le partimos para venir a vosotros; y ahora,
yó después Josué todas las palabras de como veis, está seco y en migajas;13 estos
30 Llegados a la meseta, deben atravesar los montes de Efiraím para llegar al fértil valle de
Siquem. flanqueado por los montes Garizim y Ebal. En él dieron cumplimiento a la orden de Moi
sés (Dt 27,1 ss.).
Q 3 G a b a ó n y la s o t r a s c i u d a d e s g a b a o n i t a s ( 9 , 1 7 ) s e h a lla n a l n o r t e d e J e r u s a l é n y n o le jo s d e
^ la s d o s c i u d a d e s d e H a i y B e t e l. L a c o n d u c t a d e s u s h a b it a n t e s , q u e , v i e n d o p e r d i d a la c a u s a
d e C a n á n , b u s c a n s o m e t e r s e a l o s is r a e li t a s , p o n e m á s d e r e l i e v e e l p á n i c o p r o d u c i d o p o r l a in v a s ió n
h eb rea.
247 josué 9*10
odres de vino eran nuevos cuando los lle Coalición de los reyes del Mediodía
namos ; y ya los veis, rotos; nuestros ves y batalla de Gabaón
tidos y nuestros zapatos se han hecho vie
jos por lo largo del camino». *4 Los de Is 1 A 1 Al saber Adonisedec, rey de Je-
rael tomaron de sus provisiones, y sin con rusalén, que Josué se había apo
sultar a Yavé, 15 Josué les otorgó la paz derado de Ha i y que la había dado al ana
y concertó con ellos que les dejaría la vi tema—como había hecho con Jericó y su
da, y también los príncipes de la asamblea rey, así hizo con Hai y su rey—y que los
les juraron. habitantes de Gabaón habían hecho pa
16 Tres días después de concertada ces la con Josué y con Israel y moraban en
alianza supieron que eran vecinos suyos tre ellos, * 2 temieron mucho, porque Ga
y que habitaban en medio de ellos. * 17 Los baón era una gran ciudad, como una de
hijos de Israel partieron y llegaron a sus las ciudades reales, más grande todavía
ciudades al tercer día. Eran sus ciudades que Hai, y sus hombres eran valientes.
Gabaón, Cafirá, Beriot y Quiriat-Jearim. 3 Adonisedec, rey de Jerusalén, mandó a
18 N o los destruyeron, por el juramento
que los príncipes de la asamblea les ha
bían hecho por el nombre de Yavé, Dios
de Israel; pero toda la asamblea murmu
raba contra los príncipes. 19 Los prínci
pes todos dijeron a la asamblea: «Nos
otros les hemos jurado por Yavé, Dios
de Israel; no podemos, pues, tocarlos;
20 pero he aquí cómo los trataremos: les
dejaremos la vida, por no traer sobre nos
otros la cólera de Yavé, por el juramento
que les hemos hecho»; y añadieron los
príncipes: «Que vivan, pues, pero que sir
van de leñadores y aguadores para toda
la congregación»; y se hizo como los prín
cipes dijeron. l/n rey vencido bajo tos pies de un monarca asirio.
22 Josué hizo llamar a los gabaonitas, (British Mus.)
y les habló asi: «¿Por qué nos habéis en
gañado, diciendo: Estamos muy alejados
de vosotros, cuando habitáis en medio de decir a Oham, rey de Hebrón; a Faram,
nosotros? 23 Ahora, pues, malditos sois, rey de Jerimot; a Jafia, rey de Laquis, y a
y no dejaréis nunca de ser esclavos, para Dabir, rey de Eglón:4 «Subid a mí y pres
cortar la leña y sacar el agua para la casa tadme vuestra ayuda para combatir a Ga
de mi Dios». baón, que ha hecho paces con Josué v con
24 los hijos de Israel». 5 Cinco reyes de los
Ellos respondieron a Josué, diciendo:
«Es que supimos la orden que Yavé, tu amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de
Dios, había dado a Moisés, su siervo, de Hebrón, el rey de Jerimot, el rey de La
que toda la tierra se os entregara y de quis y el rey de Eglón, se juntaron y su
que todos sus habitantes fueran extermi bieron con todos sus ejércitos, y acampa
nados delante de vosotros. Por eso tuvi ron cerca de Gabaón, asediándola. 6 Los
mos gran miedo por nuestras vidas y por de Gabaón mandaron a decir a Josué, al
eso hemos hecho esto. 23 Estamos en tus campamento de Gálgala: «No dejes de
manos, trátanos como te parezca bueno socorrer a tus siervos; sube prestamente
y justo tratamos». 2^ Josué hizo de ellos a nosotros y socórrenos, porque se han
lo que había dicho, y los libró de la mano coligado contra nosotros todos los reyes
de los hijos de Israel, para que no los ma de los amorreos que habitan en la mon
tasen; 27 pero los destinó desde entonces taña». 7 Josué subió de Gálgala, él y to
a cortar la leña y a sacar el agua para la dos los hombres de guerra con él, todos
asamblea y para el altar de Yavé, en el los valientes guerreros. 8 Yavé había di
lugar que Yavé eligiese, lo que hacen to cho a Josué: «No los temas, porque te
davía hoy. los entregaré en tus manos y ninguno de
14 De*cubierto el engaño, Josué les perdona la vida, pero los somete a servidumbre para aca
rrear agua y leña para el santuario. En 2 Sam 21,1-14 aparece comó los gabaonitas vivían aún bajo
la salvaguardia del juramento que aquí les habían prestado Josué y los otros principes de respetar
sus vidas
*| A 1 Por primera vez aparece en el texto sagrado la ciudad de Jerusalén, que en las cartas de
1 v El-Amarna se llama Urusalimu, ciudad de paz, y que tal vez se llamó antes Soiim, confor
me lo sugiere Gén 14,18 y Sal 76,1. Su rey Adonisedec, sintiéndose amenazado por los hebreos y
viendo la defección de los gabaonitas, convocó a los otros reyes del Mediodía para forzar a Gabaón
a seguir la causa común.
JOSUÉ 10 248
ellos podrá resistir ante ti». * 89 Josué se lamente al campamento, a Josué en Ma
echó sobre ellos de improviso; habían he ceda, sin que hubiera quien moviese la
cho la marcha desde Gálgala, andando lengua contra los hijos de Israel.
toda la noche. 10*Yavé arrojó en medio 22 Josué dijo: «Abrid la boca de la ca
de ellos la turbación ante Israel, e Israel verna, sacad a los cinco reyes y traédme
los derrotó junto a Gabaón; y persiguién los». 23 Lo hicieron así, llevando a los cin
dolos por el camino que va a Betorón, los co reyes, que sacaron de la caverna: el rey
batió hasta Azeca y Maceda. n Cuando de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de
iban huyendo delante de los hijos de Is Jerimot, el rey de Laquis y el rey de Eglón.
rael en la bajada de Betorón, Yavé hizo 24 Una vez delante de Josué, llamó éste
caer sobre ellos grandes piedras del cielo a todos los hombres de Israel y dijo a los
hasta Azeca, y murieron muchos, siendo jefes de los hombres de guerra que le ha
más los muertos por las piedras de gra bían acompañado: «Acercaos y poned
nizo que los muertos por la espada de vuestro pie sobre el cuello». Ellos se acer
los hijos de Israel. 1213Aquel día, el día en caron y pusieron su pie sobre su cuello, *
que Yavé entregó a los amorreos en las 25 y Josué dijo: «No temáis y no os acobar
manos de los hijos de Israel, habló Josué déis, sed firmes y valientes, pues así tra
a Yavé, y a la vista de Israel, dijo: tará Yavé a todos vuestros enemigos, con
«Sol, detente sobre Gabaón; tra los cuales combatís». 26 Después Josué
Y tú, luna, sobre el valle de Ayalón; hizo darles muerte y los mandó colgar de
13 Y el sol se detuvo, y se paró la luna, cinco árboles, y allí estuvieron colgados
Hasta que la gente se hubo vengado de hasta la tarde. 27 Al ponerse del sol los
sus enemigos». hizo bajar de los árboles y echarlos en la
¿No está esto escrito en el libro de caverna donde se habían escondido, y pu
Jaser? El sol se detuvo en medio del cie sieron a la boca de la caverna grandes pie
lo, y no se apresuró a ponerse, casi un dras, que todavía se ven hoy allí. *
día entero. * 14 No hubo, ni antes ni des
pués, día como aquel en que obedeció C onquista de los territorios <'*'•
Yavé a la voz de un hombre, porque Ya M ediodía
vé combatía por Israel. 15*Josué, con to
do Israel, se tornó al campamento, a Gál 28 Aquel mismo día se apoderó Josu.'
gala. de Maceda y la destruyó con todos )o>
16 Los cinco reyes huyeron y se refu vivientes que en ella había y su rey, pa
giaron en la caverna de Maceda. 17 Se lo sándola a ñlo de espada. Dio al anatema
comunicaron a Josué, diciendo: «Han si la ciudad, y a todos los vivientes que en
do hallados los cinco reyes, escondidos ella había, sin dejar uno solo, y trató a su
en la caverna de Maceda». 18 Josué dijo: rey como había tratado al de Jericó. *
«Rodad grandes piedras a la boca de la 29 Pasó Josué con todo Israel de Maceda
caverna, y poned a unos cuantos hom a Libna y la atacó. 30 Yavé la entregó
bres que la guarden, 19*pero vosotros no también a las manos de Israel, con su
os paréis; perseguid al enemigo y picadle rey; y la pasó a filo de espada a ella y a
la retaguardia; no los dejéis entrar en sus cuantos en ella había, sin dejar escapar
ciudades, porque Yavé, vuestro Dios, los uno, y a su rey le trató como había tra
ha entregado en vuestras manos». tado al de Jericó.
20 Cuando Josué y los hijos de Israel 31 Pasó luego Josué, y con él todo Is
los hubieron enteramente derrotado y ba rael, de Libna a Laquis, y la atacó, acam
tido, hasta exterminarlos, y se refugiaron pando ante ella.32 Yavé entregó a Laquis
en las ciudades fuertes los que pudieron en las manos de Israel, que la tomó al se
escapar,23 se vino todo el pueblo tranqui gundo dia, y la pasó a filo de espada, con
8 Para convencer a los israelitas, y aun a sus enemigos, de que Yavé protege a los primeros,
Dios multiplica los elementos de destrucción de sus enemigos. Primero el pánico, que los pone en
huida; luego, la espantosa granizada; y por si esto fuera poco, el día se prolonga para que los in
vasores puedan completar su obra. Verdaderamente que aquel día fue un día grande para Josué y
su ejército, y se comprende que haya sido cantado por los antiguos poetas de Israel como Débora
cantó la victoria sobre Sisara (Jue 5,1 ss.; cf. Eclo 46,4 ss.).
1 3 L a Vulgata traduce «in libro iustorum»; otros en singular, el libro del justo. Nos parece
mejor transcribirlo como nombre propio personal. No vuelve a mencionarse tal libro en la Escritura
más que en 2 Sam 1,18, y quizá, más que un libro, fue una colección de cantos bélicos. Desde
luego, las dos citas prueban que se trata de una composición poética. Por lo breve de ésta, es mucho
más difícil todavía determinar el sentido de las palabras citadas.
24 Acciones semejantes a ésta se ven representadas en los monumentos asirios, como expre
sión de la victoria sobre los enemigos. El intento de Josué aquí es infundir valor a su gente.
27 Conforme a la prescripción de la Ley (Dt 21,22 ss.; cf. 8,29).
2 8 Esta victoria puso en poder de Josué toda la región meridional de Canán. El acabar el relato
con la vuelta a Gálgala significa que no la ocuparon totalmente, contentándose con una algara de
vencedores por la tierra, que más tarde ocuparon, no sin nuevas luchas.
249 JOSUÉ 1 0 -1 1
todos los vivientes que mi ella había, co hay a orillas del mar, con una gran mu
mo había hecho en Libna.33 Entonces Ho- chedumbre de caballos y carros. 3 Reunié
ram, rey de Gazer, subió para socorrer a ronse todos y vinieron a acampar concen
Laquis; pero Josué le derrotó a él y a su trados junto a las aguas de Merom, para
pueblo, sin dejar escapar a nadie. combatir a Israel. 6 Yavé dijo a Josué:
34 Josué, y con él todo Israel, pasó de «No los temas, porque mañana, a esta
Laquis a Eglón; pusieron su campo junto misma hora, yo te los daré traspasados
a la ciudad y la atacaron. 35 Aquel mismo delante de Israel: desjarretarás sus caba
día la tomaron y pasaron a filo de espada llos y quemarás sus carros». 7 Josué y to
a todos los vivientes que había en ella, y dos los hombres de guerra llegaron de im
la dieron al anatema, como habían hecho proviso cerca de las aguas de Merom, y
con Laquis. se precipitaron sobre ellos. 8 Yavé los dio
36 enteramente en manos de Israel, que los
Josué, con todo Israel, subió de Eglón
a Hebrón y atacaron la ciudad;37 tomada, batió y los persiguió hasta Sidón la gran
la pasaron a filo de espada a ella y a su de, hasta las aguas de Misrefot y hasta
rey, a todas las ciudades de ella dependien el valle de Masfa, a oriente. Los batió,
tes y a todos los vivientes que en ellas se sin dejar escapar uno solo. 9 Josué los
hallaban, sin dejar a nadie, como lo había trató como Yavé se lo había dicho; des
hecho Josué en Eglón, y la dio al anatema jarretó sus caballos y dio al fuego sus ca
con todos los vivientes que en ella había. rros. 10 Entonces se volvió Josué y tomó
38 Josué, y todo Israel con él, se volvió y pasó a su rey al filo de la espada. Jasor
contra Dabir y la atacó. 39 Tomada, con era antes la capital de todos estos reinos.
su rey y todas las ciudades de ella depen 11 Pasaron a filo de espada a todos los vi
dientes, las pasaron a filo de espada, y die vientes que en ella se hallaban, dándolos
ron al anatema a todos los vivientes que todos al anatema; nada quedó de cuanto
allí había, sin dejar escapar a nadie. Josué vivía, y Jasor fue dado a las llamas.12 Jo
trató a Dabir y a su rey como había tra sué tomó todas las ciudades de estos re
tado a Hebrón. yes, y cogió a todos sus reyes y los pasó
40 a filo de espada, dándolos ai anatema, co
Josué batió toda la tierra, la montaña,
el mediodía, los llanos y las pendientes, mo se lo había mandado Moisés, siervo
con todos sus reyes, sin dejar escapar a de Yavé. 13 Israel no quemó ninguna de
nadie y dando al anatema a todo vivien las ciudades de la montana, fuera de Ja-
te, como lo había mandado Yavé, Dios sor, que incendió Josué. 14 Todo el botín
de Israel. 41 Batiólos Josué desde Cades- de estas ciudades y sus ganados los cogie
barne hasta Gaza, y todo el territorio de ron los hijos de Israel para ellos; pero pa
Gosen hasta Gabaón. 42 Cogió Josué a saron a filo de espada a todos los hom
todos sus reyes y toda su tierra en una bres, hasta exterminarlos, sin dejar uno.
sola expedición, porque Yavé, Dios de 13 Lo que había mandado Yavé a Moisés,
Israel, combatió por Israel.43 Después Jo su siervo, lo mandó éste a Josué, que lo
sué, y todo Israel con él, tornó al campa ejecutó sin quitar palabra de cuanto Ya
mento, a Gálgala. vé había mandado a Moisés.
16 Asi se apoderó Josué de todo este
C oalición de los reyes del N orte. Su territorio, de la montaña, de todo el me
derrota y conquista de los territorios diodía, de todo el distrito de Gosen, de
la llanura, del Arabá, de la montaña de
1 Al tener noticia de estos sucesos Israel y de sus llanos, * 17 desde la mon
H Jabín, rey de Jasor, mandó una taña desnuda que se alza hacia Seir, has
embajada a Jobab, rey de Madón, al rey ta Baal Gad, en el valle del Líbano, al pie
de Simerón, al rey de Acsaf, * 2 y a los re del monte Hermón. Cogió a todos sus re
yes que estaban al norte de la montaña, yes y les dio muerte. 18 La guerra que
y en el Arabá, al sur de Queneret, en la hizo Josué contra todos estos reyes duró
llanura, y en las alturas de Dor, al occi largo tiempo; 19 no hubo ciudad que hi
dente, 3 y a los cananeos de oriente y de ciese paces con los hijos de Israel, fuera
occidente, a los amorreos, a los jeteos, a de los jeveos que habitaban en Gabaón;
los fereceos, a los jebuseos de la montaña todas las tomaron por la fuerza de las
y a los jeveos del pie del Hermón, en el armas; 20 porque era designio de Yavé
territorio de Masfa. que estos pueblos endureciesen su cora
4 Salieron con ellos todos sus ejércitos,
zón en hacer la guerra a Israel, para que
gente innumerable, como las arenas que Israel los diese al anatema, sin tener para
1 *1 1 Como el Adonisedec de Jerusalen figura luego en Jue i,8 ss., así este Jabín de Jarón apa-
* * rece en Jue 4,2. Puesto que nuestro texto dice que Josué mató a todos los reyes, hay que
pensar que se trata de otros personajes del mismo nombre.
16 Con esta segunda batalla, Josué aniquiló a la coalición de los restantes reyes de Canán. Esto
tío era adueñarse realmente de la tierra y ocuparla: pero era destruir el obstáculo mayor para la
ocupación. El pueblo no tendría que luchar sino con las ciudades aisladas.
JO BV(: 11*13 250
ellos misericordia, y los destruyera, como torios dio Josué en heredad a las tribus
Yavé se lo había mandado a Moisés. de Israel, según sus familias, * 8 en la
21 En este tiempo se puso Josué en mar
montaña, en la llanura, en el Arabá, en
cha y exterminó a los enaquim de la mon las vertientes, en el desierto, en el Ne-
taña de Hebrón, de Dabir y de Anab, de gueb; de los jeteos, de los amorreos, de
toda la montaña de Judá y de toda la los cananeos, de los fereceos, de los je-
montaña de Israel. Josué los dio al ana veos y de los jebuseos; 9 el rey de Jericó,
tema con todas sus ciudades. 22 No que el rey de Hai, cerca de Bétel; 10el rey de
dó un enaquim en todo el territorio de los Jerusalén; el rey de Hebrón; 11 el rey de
hijos de Israel; sólo quedaron en Gaza, Jerimot; el rey de Laquis; 12 el rey de
en Gat y en Azoto. Eglón; el rey de Guezer; 13el rey de Da
23 Se apoderó Josué de todo el territo bir; el rey de Gueder; 14 el rey de Jorma;
rio, conforme a todo lo que Yavé ha el rey de Arad; 15 el rey de Libna; el rey
bía dicho a Moisés, y se lo dio en here de Odulam; 16 el rey de Maceda; el rey
dad a Israel por partes, según sus tribus, de Bétel; 17 el rey de Tafuaj; el rey de
y la tierra descansó de la guerra. O fer;18 el rey de Afeg; el rey de Lasaron;
19 el rey de Madón; el rey de Jasor; 20 el
L o s reyes vencidos rey de Simerón; el rey de Acsaf; 21 el rey
de Tanac; el rey de Mageddo; 22 el rey
* O 1 He aquí los reyes de la tierra que de Cades; el rey de Jacneam, en el Car
A« batió Israel, apoderándose de sus melo ; 23 el rey de Dor, en las alturas de
territorios, al otro lado del Jordán, a Dor; el rey de Goyim, junto a G alil;24 el
oriente, desde el torrente del Arnón hasta rey de Tirsa. En todo, treinta y un reyes.
el monte Hermón, y todo el Arabá, a
oriente: * 2 Seón, rey de los amorreos, re
sidente en Hesebón; su dominio se exten S E G U N D A P A R T E
día desde Aroer, a orillas del torrente del
Arnón, y desde el medio de este valle, so D istribución de la tierra
bre la mitad de Galad, hasta el torrente (13-22)
de Jaboc, en la frontera de los hijos de
Ammón: 3 sobre el Arabá hasta el mar 4 o i Josué era ya viejo, entrado en
de Queneret, a oriente, y sobre el mar del 1 v años, y Yavé le dijo: «Eres ya vie
Arabá, el mar de la Sal, a oriente, hacia jo, de edad avanzada, y queda todavía
Betjesimot, y del lado del mediodía, al mucha tierra por conquistar. * 2 Mira lo
pie de las pendientes del Pasga. 4 El te que queda: todos los distritos de los filis
rritorio de Og, rey de Basán, de los restos teos y todo el territorio de Gesur; 3 desde
de los refaim, residente en Astarot y en el Sijor, que corre al oriente de Egipto,
Edraí. 5 Su dominio se extendía sobre la hasta la frontera de Acarón, hacia el nor
montaña de Hermón, sobre Saleja, sobre te, que se reputa como de los cananeos;
todo Basán, hasta la frontera de Garur los cinco principes de los filisteos, el de
y de Macat y hasta la mitad de Galad, Gaza, el de Azoto, el de Ascalón, el de
territorio de Seón, rey de Hesebón. 6 Moi Gat y el de Acarón; los jeveos al medio
sés, siervo de Dios, y los hijos de Israel día; 4 toda la tierra de los cananeos, y
los batieron; y Moisés, siervo de Yavé, Meara, que es de los sidonios, hasta Afee,
dio sus territorios en heredad a los rube- hasta la frontera de los amorreos; s la
nitas y gaditas y a media tribu de Ma- tierra de los gueblitas y todo el Líbano
nasés. a oriente, desde Baal Gad, al pie del mon
7 Reyes de la tierra que batió Josué tey Hermón, hasta la entrada de Jamat;
los hijos de Israel, de este lado del Jor 6 todos los habitantes de la montaña, des
dán, a occidente, desde Baal Gad, en el de el Líbano hasta las aguas de Misre-
valle del Líbano, hasta la montaña des fot; todos los sidonios. Yo los arrojaré
nuda que se alza hacia Seir, cuyos terri de delante de los hijos de Israel. Pero dis-
1 2 1 El autor recapitula aquí lo que ya queda dicho en el Pentateuco sobre los dos reyes de
*“ la Transjordania, reyes poderosos en comparación de los cananeos, y como tales nos los
presenta la tradición (cf. i Re 4,19; Neh 9.22; Sal 134,10 s.; 135,1 s.).
7 La extensión de la tierra de Canán, comprendida la Filistina, que aquí no figura, mide 1 5.000 ki
lómetros cuadrados. Dividida en partes iguales, no llega a 500 kilómetros lo que toca a cada uno de
estos reyes, que reinaban sobre una ciudad y su término. Las excavaciones modernas nos muestran
que tales ciudades eran de reducida extensión. Jericó tendría unos 500 metros de largo por la mitad
de ancho; sus muros eran de tierra apisonada, asegurada con vigas colocadas a lo largo, y las casas
eran de la misma materia, y formaban calles tan estrechas, que un camello cargado no podría pasar
por ellas. Estos datos son muy de tener en cuenta para apreciar el lenguaje oriental de los autores
sagrados. Por lo demás, los medios humanos de que hubieran podido valerse para su conquista
eran bastante inferiores.
13 1 José era ya entrado en años y no podía pensar en conquistar él las tierras que quedaban.
tribuye por suertes esta tierra en heredad G ad
a los hijos de Israel, como yo lo he man*
dado. 24 Moisés dio a la tribu de Gad un»
7 Ahora, pues, distribuye esta tierra parte según sus familias. 25 Su territorio
en
tre las nueve tribus y la media de Mana comprendía: Jaser, todas las ciudades de
sés. 8 Con la otra mitad, los rubenitas y Galad, la mitad de la tierra de los hijos
gaditas recibieron ya su heredad, que les de Ammón, hasta Aroer, que está en
dio Moisés al otro lado del Jordán, a frente de Raba, 26 desde Hesebón hasta
oriente, como se la distribuyó Moisés, Ramat, Masfe y Betonim, y desde Ma-
siervo de Yavé: 9 desde Aroer, a orillas janaim hasta la frontera de Debir; 27 y
del torrente del Arnón, y desde la ciu en el valle Bet Aram, Bet Nimra, Sucot
dad que está en medio del valle, toda la y Safón, parte del reino de Seón, rey
llanura de Madaba, hasta Dibón; to de Hesebón, el Jordán y sus riberas, hasta
das las ciudades de Seón, rey de los amo- el cabo del mar de Queneret, del otro
rreos, que reinaba en Hesebón, hasta la lado del Jordán, a oriente.
frontera de los hijos de Ammón; u Ga- 28 Esta fue la heredad, ciudades con sus
lad, el territorio de Gesur y de Macat, pueblos, de los hijos de Gad, según sus
toda la montaña de Hermón y todo el familias.
Basán, hasta Saleca; 12 todo el reino de
Og, en Basán, que reinaba en Astarot, M ed ia tribu de M anasés
y en Edraí, y eran los últimos restos de
los refaím. Moisés batió a estos reyes y 29 Moisés dio a la media tribu de Ma
los desposeyó; 13 pero los hijos de Israel nasés una parte, según sus familias. 30 Tu
no desposeyeron a los guesuritas y a los vieron por territorio, a partir de Maja-
macatitas, y Gesur y Macat habitan en naím, todo Basán, todo el reino de Og,
medio de ellos hasta hoy. 14 La tribu de rey de Basán, y todos los burgos de Jair
Leví fue la sola a que Moisés no dio he en Basán, sesenta ciudades; 31 la mitad
redad, porque las combustiones de Ya de Galad, Astarot y Edraí, ciudades del
vé, Dios de Israel, son su heredad, co reino de Og en Basán, fueron dadas a
mo él se lo dijo. Maquir, hijo de Manasés, a la mitad de
los hijos de Maquir, según sus familias.
R ubén 32 Estas son las partes que distribuyó Moi
sés, cuando estaba en los llanos de Moab,
Moisés había dado a los hijos de la del otro lado del Jordán, frente a Jericó,
tribu de Rubén una parte según las fami a oriente. 33 Pero Moisés no dio parte a
lias. * 1516 Tuvieron por territorio, a partir la tribu de Leví: Yavé, Dios de Israel, es
de Aroer, a orillas del torrente del Arnón su parte, como él $e lo ha dicho.
y de la ciudad situada en medio del valle,
toda la llanura hasta M adaba;17 Hesebón H eb ró n , para C aleb
y todas las ciudades del llano, Dibón,
Bamot Baal, Bet Baal, Maón, 18*Jahsa, 4 A 1 He aquí lo que los hijos de Israel
Quedamot, Mefat, 19 Q u ir y a ta ím Saba- 1 “ recibieron en heredad en la tierra
ma, Sarat Asar, en el monte del valle; de Canán; lo que les distribuyeron Elea-
20 Bet Fogor, las pendientes del Pasga, zar, sacerdote; Josué, hijo de Nun, y los
Bet Jesimot, 21 todas las ciudades del jefes de familia de las tribus de los hijos
llano y todo el reino de Seón, rey de de Israel. * 2 Fue la suerte la que asignó su
los amorreos, que reinaba en Hesebón; heredad, como Yavé se lo había mandado
Moisés le derrotó a él y a los principes a Moisés, a las nueve tribus y a la media
de Madián, Eví, Requem, Sur, Jur y Rebe, tribu de Manasés. 3 Pues Moisés había
tributarios de Seón, que habitaban la ya dado su heredad a dos tribus y a
tierra. 22 El adivino Balam, hijo de Beor, media de la de Manasés, al otro lado del
fue también del número de los que los Jordán. No dio nada de la heredad a los
hijos de Israel pasaron a filo de espada. levitas en medio de ellos. 4 Los hijos de
23 Así el territorio de los hijos de Rubén José formaban dos tribus, Manasés y
llegaba hasta el Jordán y sus riberas. Efraím, y no se dio a los levitas parte en
Esta fue la heredad, las ciudades y sus el territorio, fuera de las ciudades de su
pueblos, de los hijos de Rubén y sus habitación y los campos de pastos para
familias. sus ganados y rebaños. s Los hijos de*
Israel cumplieron lo que Yavé había man
dado a Moisés, y distribuyeron la tierra.
15 A pesar de lo dicho en el v.7 8-, el autor, para completar el cuadro de la posesión de cada
tribu, empieza nuevamente por las de la Transjordania.
■1 A 1 Esta distribución debe entenderse en el sentido de señalamiento de las regiones que cada
■ ^ tribu debía conquistar por su propio esfuerzo después del esfuerzo común con que hablan
quebrantado la potencia unida de los cananeos.
O0DÉ 1 4 1 5
o Algunos de los hijos de Judá se acer
aron a Josué, en Gálgala, y Caleb, hijo
e Jefoné, el quineceo, le dijo: «Ya sabes
> que a Moisés, siervo de Dios, dijo Ya-
é respecto de mí y de ti en Cadesbarne. *
Cuarenta años tenía yo cuando Moisés,
iervo de Yavé, me mandó de Cadesbarne
ara explorar la tierra, y yo le hice rela-
ión según la sinceridad de mi corazón.
Mientras que mi9 hermanos, los que
onmigo habían subido, descorazonaron
1 pueblo, yo seguí enteramente a Yavé,
li Dios. 9 Aquel día hizo Moisés este
ira mentó: La tierra que pisaren tus pies
:rá tu heredad y la de tus hijos perpetua-
lente, porque tú has seguido enteramente
29 Los límites de Aser por el norte eran los de las ciudades fenicias aquí mencionadas.
40 También la tribu de Dan, situada igualmente en medio de Judá, quedó mal en este reparto,
pues los cananeos los estrecharon y los forzaron a emigrar al norte (cf. Jue 18).
49 Por fin, el caudillo recibe su parte en Tamnat-Sara, en la montaña de Efraím. Y con esto
se concluyó el reparto y quedó cumplida la misiórí'de Josué y la promesa de Dios a Abraham (Gén 13,
14 s.).
9 0 3 Como la ejecución del castigo, en los delitos de sangre, la atribuye la Ley al más próximo
pariente de la víctima, el vengador de la sangre (Núm 35), para impedir en los casos de
homicidio involuntario que prevaleciera la pasión sobre la justicia, se constituyen las ciudades de
refugio, en las cuales el tribunal competente juzgará el caso.
257 jo s u é 20-21
y le darán habitación donde more con hijos de Israel dieron por suerte a los
ellos. 5 Si el vengador de la sangre le per hijos de Levi esas ciudades y sus con
sigue, no le entregarán en sus manos, por tornos, como Y a v é se lo había mandado
que sin querer mató a su prójimo, a quien a Moisés.
de antes no odiaba.6 El homicida quedará 9 Dieron de la tribu de los hijos de
en la ciudad hasta que comparezca ante Judá y de la tribu de los hijos de Simeón
la asamblea para ser juzgado y hasta la estas ciudades; 10 pues la suerte de los
muerte del sumo sacerdote que entonces hijos de A rón, de la familia de Caat,
lo sea. Luego se volverá y entrará en su de los hijos de Leví, fue la primera.
ciudad v en su casa, en la ciudad de don 11 Diéronles, pues, en la montaña de Judá
de huyo». la ciudad de Arbé, padre de Enac, que
7 Señalaron, pues, a Cades en Galilea,es Hebrón, con sus contornos: 12 pero
en la montaña de Neftalí; a Siquem, en los campos de esta ciudad y las ciuda
la montaña de Efraím, y a Quiriat Arbé, des de ella dependientes se las dieron a
que es Hebrón, en la montaña de Judá. Caleb, hijo de Jefoné, en heredad.13 Die
8 D el otro lado del Jordán, a oriente de ron a los hijos del sacerdote Arón la
Jericó, designaron Bosor, en el desierto, ciudad de refugio para los homicidas, H e
en la llanura, ciudad de la tribu de Ru brón y su contorno, así como Libna y
bén; Ramot, en Galad, de la tribu de su contorno, **Jeter y su contorno, Es-
Gad, y Golán, en Basán, de la tribu de temo y su contorno, 1 5 Jelón y su con
Manasés. 9 Estas fueron las ciudades se torno, D abir y su contorno , 16 Asín, Juta,
ñaladas a todos los hijos de Israel y a los Betsames con sus contornos; nueve ciu
extranjeros que habitan en medio de ellos dades de estas dos tribus.
para que cualquiera que matase a algu 17 D e la tribu de Benjamín, Gabaón
no impensadamente pudiera refugiarse en y su contorno, Gueba y su contorno,
ellas y no muriera a manos del vengador 18 Anatot y Ahnón y sus contornos; cua
de la sangre antes de comparecer ante la tro ciudades.
asamblea. i? En todo, las ciudades de los sacer
dotes, hijos de Arón, trece ciudades y
Las c iu d a d e s levíticas sus contornos; 20 pero a las familias de
los hijos de Caat, hijos de Leví, y a los
A i 1 Los jefes de familia de los levi- otros hijos de Caat, les señaló la suerte
tas se acercaron a Eleazar, sacer ciudades de la tribu de Efraím. 21 Se les
dote; a Josué, hijo de Nun, y a los jefes dio la ciudad de refugio para los homi
de familia de las tribus de los hijos de cidas, Siquem y su contorno, en la mon
Israel, * 2 y les hablaron en Silo, en tie taña de Efraím, y Gazer, con su contor
rra de Canán, diciendo: «Yavé mandó a no; 2 2 Quisaím y Betorón, con sus con
Moisés que nos diese ciudades donde ha tornos; cuatro ciudades. 23 D e la tribu
bitar, con sus campos para nuestros ga de Dan, Elteco, Guibetón, 24 Ayalón y
nados». 3 Los hijos de Israel dieron a los G at Rimmón, con sus contornos; cuatro
levitas, de sus heredades, según el man ciudades. 25D e la media tribu de M ana
dato de Yavé, estos ciudades, con sus sés, Tanac, con su contorno, y G a t
campos. Rimmón, con su contorno; dos ciudades.
4 Salió la suerte para la familia de los
26 En todo, diez ciudades con sus con
caatitas; y los hijos del sacerdote Arón, tornos para las familias de los otros
de entre los levitas, obtuvieron por suer
hijos de C aat. 27 Se dio a los hijos de
te tres ciudades de la tribu de Judá, de Gersón, de entre las familias de los
la de Simeón y de la de Benjamín; 5 los hijos de Leví, de la media tribu de M a
otros hijos de Caat obtuvieron por suer nasés, la ciudad de refugio para los ho
te diez ciudades de las familias de la micidas, Golán, en Basán, y su contorno,
tribu de Efraím, de la tribu de Dan y como también Bosra y su contorno; dos
de la media tribu de Manasés. 6 Los hijos ciudades. 28 D e la tribu de Isacar, Quis-
de Gersón obtuvieron por suerte trece
ciudades, de las familias de la tribu de yón, Daberet, 29 Jaram ut y En Ganim
Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu y sus contornos; cuatro ciudades. 30 D e
de Neftalí y de la media tribu de Ma la tribu de Aser, M asal, Abdón, 31 Jelcat
nasés, en Basán. 7 Los hijos de Merarí, y Rejob, con sus contornos; cuatro ciu
según sus familias, obtuvieron doce ciu dades. 32 D e la tribu de Neftalí, la ciu
dades de la tribu de Rubén, de la tribu dad de refugio para los homicidas, C a
de Gad y de la tribu de Zabulón. 8 Los des, en Galilea, con su contorno, como
también Jam ot, D o r y Carian, con sus I tierra que os pertenece, que Moisés, sier
contornos; tres ciudades. 33 En todo, las vo de Yavé, os dio al otro lado del Jo r
ciudades de los gersonitas, según sus fa dán. 5 Pero tened gran cuidado de poner
milias, trece ciudades con sus contornos. por obra los mandamientos y las leyes
34 A las familias de los hijos de M que e- Moisés, siervo de Dios, os ha pres
rarí, al resto de los hijos de Leví, en la crito, amando a Y avé, vuestro D ios; mar
tribu de Zabulón, Jocneam, Carta, 33 D am - chando por todos sus caminos, guardan
na y Nalol, con sus contornos; cuatro do sus mandamientos, apegándoos a él y
ciudades; 36 de la tribu de Rubén, Besor sirviéndole con todo vuestro corazón y
y Jasa, con sus contornos; 37 Quedemot con toda vuestra alma». 6 Josué los ben
y M efat, con sus contornos; cuatro ciu dijo y los despidió, y ellos se ftieron a
dades; 37 (38) y |a tr|t)U de G ad, la sus tiendas.
ciudad de refugio para los homicidas, R a- 7 Moisés había dado a una mitad de
mot, en Galad, y su contomo, así como la tribu de Manasés un territorio en B a-
Majanaím, (3*)Jesebón y Jazer, con sus sán, y Josué dio a la otra mitad un terri
contornos; cuatro ciudades. 38 C39 40*) E n to torio en medio de sus hermanos del lado
do, las ciudades señaladas por la suerte de acá del Jordán, a occidente. A l man
a los hijos de Mcrarí, según sus familias, darlos a sus tiendas, Josué los bendijo,
el resto de las familias de los hijos de 8 diciéndoles: «Volvéis a vuestras tien
Leví, doce ciudades. das con grandes riquezas, rebaños muy
39 (41) Todas las ciudades de los hijos numerosos y mucha plata, oro, bronce
de Leví, en medio de las posesiones de hierro y vestidos; partid con vuestros
ios hijos de Israel; cuarenta y ocho ciu ennanos los despojos de vuestros ene
dades y sus contornos. * 40 (42) Cada una migos».
de estas ciudades tenía en torno suyo un 9 Los hijos de Rubén, los hijos de G ad
campo, y así para todas las ciudades. y la media tribu de Manasés, dejando
41 (43*) Y avé dio a Israel toda la tierra en Silo a los hijos de Israel, en la tierra
que a sus padres había jurado darles, y de Canán, se volvieron, para ir a la tie
se posesionaron de ella y se establecieron rra de Galad, que era la propiedad que
allí. 42 (44) Y a vé les concedió el descanso habían recibido, como Y a v é se lo mandó
en torno suyo, como se lo había jurado a Moisés. 10 Cuando llegaron a las re
a sus padres; ninguno de sus enemigos giones del Jordán que pertenecen a la
pudo resistirles, y Y avé los entregó a tierra de Canán, los hijos de Rubén, los
todos en sus manos. 43 (45) Las buenas hijos de G ad y la media tribu de M ana
palabras que Y avé había dicho a la casa sés edificaron allí un altar en la ribera
de Israel, todas se cumplieron. del Jordán, un altar muy grande. * 11 Lo s
hijos de Israel lo supieron cuando se les
V u e lta d e las trib u s o rien tales a su dijo: «M irad que tos hijos de Rubén,
territo rio los hijos de Gad y la inedia tribu de
Manasés han edificado un altar en los
Q O i Entonces llamó Josué a los ru- confines de la tierra de Canán, en los
benitas, a los gaditas y a la media distritos del Jordán, del lado de los hijos
tribu de Manasés, y les dijo: 2 «Habéis de Israel». 12 Cuando los hijos de Israel
guardado todo lo que os mandó Moisés, lo supieron se reunió en Silo toda la
siervo de Y a v é ; habéis obedecido a mi asamblea de los hijos de Israel para su
voz en todo cuanto os he mandado. 3 N o
bir contra ellos y hacerles la guerra.
habéis abandonado a vuestros hermanos
13 Los hijos de Israel mandaron a los
durante este largo espacio de tiempo, has
ta hoy, y habéis observado fielmente el hijos de Rubén, a los hijos de G ad y a
mandato de Y avé, vuestro Dios. * 4 A ho la media tribu de Manasés, en tierra de
ra, pues, que Yavé, vuestro Dios, ha Galad, a Fines, hijo del sacerdote Elea-
concedido a vuestros hermanos el des zar, * 14 y con él a diez príncipes, un prín
canso, como se lo había prometido, vol cipe de casa por cada una de las tribus
veos y tornad a vuestras tiendas en la de Israel, todos jefes de casa patriarcal
39 Con estos versículos 39-41 se da por concluida la obra de Josué y cumplido cuanto Yavé
le había dicho en 1.2 ss.
3 Josué da testimonio a los de la Transjordania de haber sido fieles a la palabra dada a Moisés
al recibir ellos su parte más allá del Jordán (Núm 32,25 ss.).
10 Está bien claro el fin con que los habitantes de la Transjordania alzaron este altar. Es para
que sirva de monumento que recuerde siempre la comunidad nacional y religiosa con los que ha
bitan en Canán. Al mismo tiempo aparece que la Transjordania no forma propiamente parte de
la tierra prometida y santificada por la presencia de Dios y que el límite de ésta es el natural de la
Palestina, el Jordán.
13 Es muy de notar el celo que aquí muestran las tribus todas, las unas protestando contra lo
que creen una infracción de la Ley y las otras reconociendo la legitimidad del único altar y san
tuario de Israel.
259 j o s d é 2 2 -2 3
OQ 2 Josué, ya anciano, se despide del pueble Gon una apremiante exhortación al estilo de las
del Deuteronomio. No se menciona el luga
j o s u é 2 3 -2 4 260
quienes sirvieron vuestros padres al otro «Serviremos a Yavé, nuestro Dios, y obe
lado del rio y en Egipto, y servid a Yavé. deceremos su voz».
15 y si no os parece bien servirle, elegid 25 Josué concluyó aquel día una alianza
hoy a quien queréis servir, si a los dioses con el pueblo y le dio en Siquem leyes y
a quienes sirvieron vuestros padres al lado mandatos; 26 y escribió estas palabras en
allá del río, si a los dioses de los amorreos, el libro de la Ley de Dios, y tomando una
cuya tierra habéis ocupado. En cuanto a gran piedra, la alzó allí debajo de la en
mí y a mi casa toca, nosotros serviremos cina que hay en el lugar consagrado a
a Yavé». Yavé. 27 Dijo a todo el pueblo: «Esta pie
i6 El pueblo respondió, diciendo: «Le dra servirá de testimonio contra vosotros,
jos de nosotros querer apartarnos de Ya pues ella ha oído todas las palabras que
vé para servir a otros dioses, 17 porque Yavé os ha dicho, y será testimonio con
Yavé es nuestro Dios, el que nos sacó de tra vosotros para que no neguéis a vuestro
la tierra de Egipto, de la casa de la ser Dios». * 28*Y Josué mandó al pueblo que
vidumbre; el que ha hecho a nuestros se fuese cada uno a su heredad.
ojos tan grandes prodigios; el que nos
ha guardado durante todo el largo cami
no que hemos recorrido y entre todos M uerte de Josué
los pueblos por en medio de los cuales
hemos pasado. 18 Yavé ha arrojado de 29 Después de esto, Josué, hijo de Nun,
lante de nosotros a todos los pueblos, a siervo de Yavé, murió a la edad de ciento
los amorreos, que habitaban en esta tie diez añ os.30 Fué sepultado en la tierra de
rra. También nosotros serviremos a Yavé, su posesión, en Tamnat Saré, en la mon
porque El es nuestro Dios». taña de Efraím, al norte del monte Gas. *
19 Josué dijo al pueblo: «Vosotros no 31 Israel sirvió a Yavé durante toda la
seréis capaces de servir a Yavé, que es vida de Josué y durante toda la vida de
un Dios santo, un Dios celoso; El no los anciunos que le sobrevivieron y co
perdonará vuestras transgresiones y vues nocían cuanto había hecho Yavé en fa
tros pecados;* 1920*cuando os apartéis de vor de Israel.
Yavé y sirváis a dioses extraños, El se 32 Los huesos de José, que los hijos de
volverá, y después de haberos hecho el Israel habían traído de Egipto, fueron
bien, os dará el mal y os consumirá». enterrados en Siquem, en el trozo de tie
21 El pueblo respondió: «No, no; que rra que Jacob había comprado por cien
remos servir a Yavé». 22*Y Josué dijo al quesitas a los hijos de Jamor, padre de
pueblo: «Testigos sois hoy contra vos Siquem, y fueron propiedad de los hijos
otros mismos de que habéis elegido a de José.*
Yavé para servirle. ^Q uitad, pues, los 33 Eleazar, hijo de Arón, murió, y fue
dioses ajenos que hay entre vosotros y sepultado en Gueba, ciudad de Fines, su
volved vuestros corazones a Yavé, Dios hijo, a quien había sido dada, en la mon
de Israel». * 24*Y el pueblo dijo a Josué: taña de Efraím.
19 Josué expresa sus temores sobre la fidelidad del pueblo a su palabra y expone las consecuen
cias de la supuesta infidelidad. Yavé es un Dios santo y celoso, que castigará severamente las infrac
ciones del pueblo. Es el pensamiento de Yavé en Ex 33,5.
23 Estas expresiones indican que la idolatría en una u otra forma era una enfermedad endémica
en Israel. Siempre se le podía decir: Echa de ti los dioses y vuélvete a Yavé (cf. v.14; Gén 35,2;
Jue 10,16; 1 Sam 7,3).
27 Josué escribe, como notario, el acta de la promesa del pueblo y coloca un cipo como testigo
perpetuo bajo la encina que señalaba el santuario de Yavé, consagrado por la tradición desde los
patriarcas (Gén 35,4; Jue 9,6; 1 Re 12,1; 2 Par 10,1; Act 7,16).
3 0 La tradición señala aún hoy, en Tamnat Saré, el sepulcro del gran caudillo de Israel.
3 2 La elección de Siquem para sepulcro de José indica la veneración en que tenían este lugar
(Gén 50,24 s-í Ex 13,19). Hoy se muestra allí el sepulcro de José. A él debe referirse Act 7,16, más
bien que al de Jacob, sepultado en Hebrón, según Gén 50. Sobre la quesita véase Gén 33,19.
i. Los jueces son personajes que Dios, en momentos difíciles, suscitó para librar
a las tribus de Israel de sus opresores. Obtenida la victoria y la libertad, con el pres
tigio que esto les daba, quedaban reconocidos como gobernantes, que ejercían su poder
principalmente juzgando al pueblo, de donde les vino el nombre de jueces.
a. Las tribus, aunque conscientes de su unidad étnica y religiosa, no formaban
por esta época una unidad politicamente organizada. Cada tribu vivía por sí, lu
chando con los cananeos por adueñarse del territorio, o en paz con ellos, resignada en
la estrechez de los límites que desde el principio habían logrado. Esto trajo otro mal
más grave, que el Legislador había puesto ya empeño en evitar: el trato íntimo con los
cananeos, las alianzas matrimoniales y, con esto, la contaminación con los idólatras
e inmorales cultos cananeos.
3. Este libro es continuación del de Josué, aunque no está enlazado literariamente
con él. Tiene dos prólogos. E l primero, histórico ( 1 ,1 - 2 ,$ ) , nos pinta la situación
política y religiosa del pueblo, reproduciendo a veces a la letra textos de Josué. E l
segundo (2,6-3,6) nos presenta las normas de la Providencia divina con Israel y el
plan del libro. Israel prevarica, dándose al culto de los dioses cananeos, y Dios le
castiga con invasiones; esto le induce a penitencia, y movido por ello, Dios le envía
un libertador. Este prólogo viene a expresar la idea fundamental contenida en el
nombre de Yavé, según la explicación dada en E x 3 , 1 2 - 1 5; 34,6-7, que Dios está
con su pueblo y le asiste lleno de misericordia y piedad, pero también lleno de justicia,
para castigar las transgresiones de su pueblo, que así aprenderá a conocerlo. A l prólogo
sigue luego la historia del juez. De los jueces, los mayores, tienen su historia más o
menos desarrollada, y de los otros, los menores, no se hace más que una breve men-
ción (3 ,7 -16 ,3 1)-
Dos apéndices históricos ( 1 7 - 1 8 y 1 9 - 2 1 ) nos refieren sucesos de la misma época,
pero que están fuera del plan general del libro.
4. Quién sea el autor se desconoce en absoluto, ni aun de la época de su com
posición sabemos cosa cierta. Pero sí que los documentos empleados eran antiguos,
anteriores, a lo menos algunos, a la conquista de Jerusalén por David ( 1 , 2 1 ; 19 ,10 - 1 3 ) .
La cronología resulta obscura. Todos coinciden en que no pueden sumarse los años
de gobierno de los jueces y los de las invasiones. Por excesiva, la suma no se ajustaría
a la realidad histórica. Alguien la reduce, suponiendo la coexistencia de varios jueces;
pero como no sabemos cuáles sean, quedaríamos sin cronología alguna. M ás razonable
parece suponer que no entran en ésta los años de invasión, como de poder ilegítimo,
y que esos años van incluidos en los de los jueces, según el uso corriente en la antigüe
dad. En la cronología oficial de España no figura José Bonaparte. E l rey legítimo de
España era Fernando V II (18 0 8 -18 3 3).
Otra particularidad de la cronología del libro es la naturaleza de las cifras,
casi todas de una generación, cuarenta años; su duplo, ochenta, o los submúltiplos,
veinte, diez, etc. Como la Naturaleza no procede con esta regularidad, hay que
suponer aquí algún artificio. E l autor, no disponiendo de datos precisos, ordenó de
este modo los que poseía. Eso mismo veremos en el libro siguiente de Samuel.
■I 1 Después de la muerte de Josué y repartida por éste la tierra, queda todavía labor para cada
■ una de las tribus (Jos 15,1 ss.).
3 La tribu de Simeón estaba enclavada en la de Judá (Jos 19,1 ss.).
7 Ya sabemos por Josué lo que eran estos reyes (cf. Jos 12,7). Esto de cortar los dedos de los
pies o de las manos, o los pies o las manos, era una costumbre bárbara no rara en Oriente, una de
tantas consecuencias del vae victis de todos los tiempos.
* Sobre Jerusalén, véase Jos 15,63.
1 2 Sobre Caleb, véase Job 14,6.
1 4 De este suegro o pariente de Moisés se habla en Núm 10,39, cuando el caudillo le invitó para
servir de guía. Se ve por aquí que aceptó la invitación y que luego se incorporó a Judá.
1 4 En Josué (13.3). se asegura que la llanura filistea no fue conquistada, y esto concuerda con
Jue 3.3 y con la historia subsiguiente.
23 Bétel, antes Luz, es famosa por la visión de Jacob (Gén. 28,11 ss.) y ocupa un tugar impor
tante en la historia religiosa de Israel.
JUECES 1 -2 264
de los dioses extraños para servirlos y Cusán Risataim, rey de Edom, y los hijos
adorarlos, sin dejar de cometer sus crí de Israel sirvieron a Cusán Risataim ocho
menes, y persistían en sus caminos. * años* 9 Clamaron a Yavé los hijos de
20 Encendióse la cólera de Yavé con Israel, y suscitó Yavé a los hijos de Is
tra Israel y dijo: «Pues que este pueblo rael un libertador, que los libertó: Oto-
ha roto el pacto que yo había establecido niel, hijo de Quenaz, el hermano menor
con sus padres y no me obedece, 21 tam de Caleb. 10 Vino sobre él el espíritu de
poco seguiré yo arrojando de ante ellos Yavé, y juzgó a Israel y salió a hacer la
a ninguno de los pueblos que dejara guerra. Puso Yavé en sus manos a Cu
Josué al morir, 22 para por ellos poner sán Risataim, rey de Edom, y pesó su
a Israel a prueba, si seguiría o no los mano sobre Cusán Risataim; 11 y estuvo
caminos de Yavé, andando por ellos como en paz la tierra durante cuarenta años, y
sus padres». 23 Y Yavé dejó en paz, sin murió Otoniel, hijo de Quenaz.*
apresurarse a expulsarlos, a aquellos pue 12 Volvieron otra vez a hacer mal los
blos que no había entregado en manos hijos de Israel a los ojos de Yavé. Y Yavé
de Josué. hizo fuerte a Eglón, rey de Moab, contra
los hijos de Israel, porque hacían el mal
1 He aquí los pueblos que dejó Yavé a los ojos de Yavé. * 13 Eglón se unió
3 para probar por ellos a Israel, a con los hijos de Ammón y con Amalee; y
cuantos no conocieron las guerras de Ca- marchó contra Israel, le derrotó y con
nán; * 2 sólo para probar a las genera quistó la ciudad de Tamarín, o de las Pal
ciones de los hijos de Israel, acostum meras, 14 y sirvieron los hijos de Israel a
brando a la guerra a los que no la habían Eglón, rey de Moab, dieciocho años.15 Cla
hecho antes: 3 cinco príncipes de los fi maron los hijos de Israel a Yavé, y Yavé
listeos; todos los cananeos; los sidonios, les suscitó un libertador: Aod, hijo de Güe
y los jeteos, que habitaban el monte Lí ra, benjaminita, zurdo. Los hijos de Is
bano, desde el monte Baal Hermón hasta rael enviaron por medio de él un pre
la entrada de Jamat. 4 Estos pueblos ha sento a Eglón, rey de Moab. 16 Habíase
bían de servir para por ellos probar a hecho Aod un puñal de dos fílos, de un
Israel y saber si obedecería los mandatos palmo de largo, que se ciñó bajo sus
que Yavé había dado a sus padres por vestidos, sobre el muslo derecho. ^P re
medio de Moisés. 5 Los hijos de Israel sentó los dones a Eglón, rey de Moab,
habitaban en medio de los cananeos, de que era un hombre muy gordo; 18 y he
los jeteos, de los amorreos, de los fere- cha la presentación, despidió a los que
ceos, de los jeveos y de los jebuseos. habían traído el presente. 19 Llegado a
6 Tomaron por mujeres a las hijas de Happesilim (los Idolos), cerca de Gálgala,
éstos y dieron a los hijos de ellos las se volvió y le dijo: «Tengo que decirte, ¡oh
hijas propias y sirvieron a sus dioses. rey!, una cosa en secreto». El dijo: «Sa
lid»; y se salieron todos los que estaban
Otoniel, Aod, Sam gar con él. 20 Entró donde estaba él tomando
7 el fresco en el cenador alto, que era sólo
Hicieron el mal los hijos de Israel
a los ojos de Yavé, y olvidándose de para él, y le dijo: «Tengo que comuni
Yavé, su Dios, sirvieron a los baales y carte una palabra de parte de Dios, ¡oh
aseras. * 8 Encendióse la cólera de Yavé rey!» Eglón se levantó de su silla; 21 y
contra Israel, y los entregó a manos de entonces Aod, cogiendo con su mano iz-
19 Esta constante alternativa de pecado y castigo, conversión y misericordia, es el tona funda
mental de este libro. (Véase Dt 28.)
O 1 Israel no ocupó todo Canán. Las razones pudieron ser múltiples, ya se mire desde el punto
^ de vista humano, ya desde el divino. En este lugar el autor sagrado señala una de las que Dios
pudo tener: servirse de los cananeos para poner a prueba la fidelidad de su pueblo (2,21 s.; 3,4).
7 El pecado que el autor menciona como prevaricación de Israel es servir a los baales y aseras
o astartés.—Baal significa señor, dueño. Es un dios que se considera como dueño del territorio, de
la ciudad y de los elementos que influyen en su vida, como la lluvia, el calor, etc. Lleva por comple
mento el nombre de la ciudad, del santuario, etc., y según éstas se multiplican. Por su significación
se daba también a Yavé este nombre, por lo que es posible que a veces los hebreos lo identificasen
con su Dios.—Asera es una diosa, luego identificada con Astarté o Astoret, según la puntuación de
los masoretas paredra del baal, que señoreaban sobre la fertilidad del suelo, la fecundidad de los
animales o de ¿os hombres, de donde proceden la sustentación y la riqueza humana. En la época
griega se los identificó con la fortuna de la ciudad. Su culto tenía con frecuencia un carácter obsceno,
por considerarlos dioses de la fecundidad.
8 El invasor viene del sur. Es el rey, no de Aram, Mesopotamia, sino de Edom. El mismo Cusán
aparece emparentado con Madián en Hab 3,7.
11 Sobre la cronología, véase la Introducción a los libros históricos, n.8.
12 La invasión viene ahora de) otro lado del Jordán, por Jericó o ciudad de las Palmas (Jos 9,16),
y son los moabitas, amonitas y amalecitas, los enemigos tradicionales de Israel que invaden los te
rritorios de Benjamín y Efraím, a los que el acceso es más fácil.
JUECES 3 - 4 266
quierda el puñal que sobre el muslo de sara, que residía en Jaroset Goim. * 3 Cla
recho llevaba, se lo clavó en el vientre, * maron los hijos de Israel a Yavé, pues te
22 entrándole también el puño tras la hoja nían aquéllos novecientos carros de hie
y cerrándose la gordura en derredor de rro, y desde hacía veinte años oprimían
la hoja, pues no sacó del vientre el duramente a los hijos de Israel. 4 Juz
puñal; y saltando por la ventana 23 salió gaba en aquel tiempo a Israel Débora,
Aod al pórtico, cerrando tras sí las puer profetisa, mujer de Lapidot. s Sentábase
tas del cenador y echando el cerrojo. para juzgar debajo de la palmera de Dé
24 Una vez que hubo salido, vinieron los bora, entre Rama y Bétel, en el monte
servidores; y viendo que las puertas del de Efraím; y los hijos de Israel iban a
cenador tenían echado el cerrojo, se dije ella a pedir justicia. * 6 Mandó llamar
ron: «Seguramente está haciendo algu Débora a Barac, hijo de Abinoam, de
na necesidad en el cubículo de verano». Cades, de Neftalí, y le dijo: «¿No te
25 Esperaron mucho tiempo, hasta perder manda Yavé, Dios de Israel? Ve a ocu
la paciencia, y como las puertas del ce par el monte Tabor y lleva contigo diez
náculo alto no se abrían, cogieron la mil hombres, de los hijos de Neftalí y
llave y abrieron, viendo que su amo yacía de los de Zabulón. 7 Yo te traeré allí, al
en tierra, muerto.26 Mientras estaban ellos torrente de Cisón, a Sisara, jefe del ejér
perplejos, huyó velozmente Aod, pasó cito de Jabín, y a sus carros y sus tropas,
de Happesilim y se puso en salvo en y los pondré en tus manos». 8 Díjole
Seirat. 27 En cuanto llegó a la tierra de Barac: «Si vienes tú conmigo, voy; si no
Israel, hizo tocar las trompetas en el vienes tú, no voy. Porque yo no sé en
monte de Efraím. Los hijos de Israel qué día el ángel de Yavé me dará el
bajaron con él de la montaña, y él se éxito». 9 Ella le contestó: «Iré, sí, iré
puso al frente de ellos 28 y les dijo: «Se contigo; porque ya no será gloría tuya
guidme, que Yavé ha entregado en vues la expedición que vas a emprender, por
tras manos a vuestros enemigos, los moa- que a mano de una mujer entregará Ya
bitas». Bajaron tras él y se apoderaron vé a Sisara». Levantóse Débora y se fue
de los vados del Jordán, frente a Moab, con Barac a Cades. 10 Convocó Barac a
sin dejar pasar a nadie. 29 Derrotaron Zabulón y Neftalí y subió con diez mil
entonces a Moab. De unos diez mil hom hombres, subiendo también con él Dé
bres, todos robustos y valientes, no es bora.
capó uno solo. 30 Aquel día quedó Moab 11 Jeber, el quineo, se había separado
humillado bajo la mano de Israel; y la de los otros quineos, hijos de Jobab,
tierra quedó en paz durante ochenta suegro de Moisés, y había plantado sus
años, mientras vivió Aod. * tiendas en el encinar de Besananim, cer
31 Después de Aod, Samgar, hijo de ca de Cades. *
Anat, derrotó a seiscientos filisteos con 12 Hicieron saber a Sisara que Barac*
una aijada de bueyes, libertando también hijo de Abinoam, subía al monte Tabor;
¿1 a Israel. * 13 y Sisara reunió todos sus carros, nove
cientos carros de hierro, y todo el ejér
D ébora cito de que disponía, y salió de Jaroset
1 Muerto Aod, volvieron los hijos de Goim al torrente de Cisón. 14 Dijo en
4 Israel a hacer mal a los ojos de tonces Débora a Barac: «Anda, que hoy
Yavé, 2 y los entregó Yavé en mano de es el día en que Yavé entrega a Sisara
Jabín, rey de Canán, que reinaba en Ja- en tus manos. ¿No va él delante de ti?»
sor y tenía por jefe de su ejército a Si21 15 Bajó Barac del monte Tabor con los
21 La acción de Aod, zurdo (20,16), se explica sin dificultad, aunque no sea tan fácil de justi
ficar.
30 Después de esta hazaña, Israel gozó de paz dos generaciones, ochenta años; pero no se dice
que Aod haya desempeñado el oficio de juez de Israel.
31 Los filisteos vienen más tarde, y algunas versiones antiguas ponen Samgar, Semagar o Same-
ra, hijo de Enán, después de Sansón (16-31). Este héroe que así hace frente a tantos filisteos se pare
ce al laureado de David, que se menciona en 2 Sam 23,11 s.
A 2 Los expositores encuentran difícil este relato a causa de «Jabín, rey de Canán, que reinaba
* en Jasor», al norte de Canán, y cuyo ejército está concentrado todo él en la llanura de Esdrelón
bajo las órdenes de un general que tiene su residencia en Jaroset Goim. Este general ser‘a Sisara,
personaje principal de esta historia.
5 Débora es una mujer que, por su inteligencia y grande ánimo, goza de gran crédito en la mon
taña de Efraím y sirve de juez árbitro para resolver los pleitos del pueblo (2 Sam 20,19). Afligida por
la situación del pueblo, acude a Barac, personaje influyente en el norte, para que concentre las tribus
de su región en el Tabor y allí presente la batalla a Sisara. Barac consiente si Débora viene con ¿1,
esperando mucho de ella por la autoridad de que gozaba en el pueblo (2 Sam 14,2; 20,16; 2 Re 22,14)*
11 Jobab nos es conocido (1,16), y moraba en el Mediodía, en el territorio de Judá; este miem
bro de su familia se había separado y moraba cerca de Isacar (2 Par 6,57), próximo al campo de ba
talla.
267 JUECES 4-5
diez mil hombres que llevaba, y puso Y o cantaré a Y avé, Dios de Israel.
Y a v é en fuga a Sisara, a todos sus ca 4 Cuando tú, ¡oh Y a vc!, salías de Seir,
rros y a todo su ejército ante Barac. Cuando subías desde los campos de
Sisara se bajó de su carro y huyó a pie. * Edom,
16 Barac persiguió con su infantería a los Tembló ante ti la tierra,
carros y al ejército hasta Jaroset Goím, Destilaron los cielos,
y todo el ejército de Sisara cayó a filo Y las nubes se deshicieron en agua.
de espada, sin que quedara ni un solo 5 Derritiéronse los montes a la presen
hombre. 17 Sisara huyó a pie a la tienda cia de Yavé.
de Jael, la mujer de Jeber, el quineo, A la presencia de Y avé, Dios de Is
pues había paz entre Jabín, rey de Jasor, rael.
la casa de Jeber, el quineo. * i® Salió 6 En los días de Samgar, hijo de Anat,
ael al encuentro de Sisara y le dijo: en los días de Jael.
«Entra, señor mío; entra en mi casa y Estaban desiertos los caminos;
no temas». Entró él en la tienda, y ella Los que antes andaban por caminos
le tapó con una alfombra. 1 9 Díjole él: trillados,
«Dam e, por favor, un poco de agua, que Ibanse por senderos desviados;*
tengo sed». Y sacando ella el odre de 7 Desiertos estaban los lugares indefen
la leche, le dio a beber y volvió a cubrir sos,
le. 20 D i jóle él: «Estáte a la puerta de Desiertos en Israel.
la tienda, y si viene alguno preguntando Hasta que me levanté yo,
si hay aquí algún hombre, dile que no». Hasta que me levanté yo, madre en
21 Cogió Jael, mujer de Jeber, un clavo Israel.
de los de fijar la tienda y, tomando en 8 A la9 puertas estaba la guerra;
su mano un martillo, se acercó a él ca Y no se veía ni un escudo ni una lanza
lladamente y le clavó en la sien el clavo, Entre los cuarenta mil de Israel.
que penetró en la tierra; y él, que estaba 9 Se va mi corazón tras los príncipes
profundamente dormido, desfalleció y de Israel.
murió. 22 Llegó entonces Barac, que iba Los que del pueblo os ofrecisteis al
persiguiendo a Sisara. Jael salió a su peligro,
encuentro y le dijo: «Ven que te enseñe Bendecid a Y a v é .*
al hombre a quien vienes buscando». En 10 Lo s que montáis blancas asnas,
tró y halló a Sisara en tierra, muerto, cla Lo s que os sentáis sobre tapices,
vado el clavo en la sien. 23 Aquel día hu Lo s que ya vais por los caminos, can
milló Y a vé a Jabín, rey de Canán, ante tad.
los hijos de Israel, 24 y la mano de los El que fue lugar de rapiña,
hijos ae Israel pesó cada vez más sobre Es ya lugar de regocijo.
Jabín, rey de Canán, hasta que le des 11 Cantad en él las justicias de Y a vé,
truyeron. Las justicias que ha hecho Y a vé
A los lugares indefensos de Israel.
C á n tic o triu n fa l d e D é b o r a Entonces pudo ya el pueblo de Y a v é
bajar a sus puertas.
5 1Aquel día cantaron Débora y Ba 12 Despierta, despierta, Débora.
rac, hijo de Abinoam , este c a n to :* Despierta, despierta, entona un canto.
2 «L o s príncipes de Israel al frente, Levántate, Barac;
Ofrecióse el pueblo al peligro. Apresa a los que te aprisionaban, hijo
Bendecid a Y avé. * de A binoam .*
3 Oíd, reyes; dadme oído, príncipes. D Entonces vencieron los pequeños a
Y o , yo cantaré a Y avé. los grandes;
,5 El pánico se apodera del ejército de Sisara y él mismo huye a campo traviesa para salvar su
vida. La victoria de Israel es completa.
17 La familia nómada de Jeber tenia alianza con el rey, cuyo era el ejército de Sisara, y allí corre
éste en busca de refugio. Esto agrava la conducta de Jael, que, ofreciéndole asilo en la tienda de su
marido, le quita la vida. Débora celebra a Jael en su canto por su patriotismo, o mejor, por su afecto
hacia el pueblo que la había adoptado (5,24 ss. y 4,9); mas con ello no justifica moralmente su acción*
1 Este cántico se pone en boca de Débora y de Barac. Es de los más antiguos de la poesía de
5 Israel. ^
2 La primera estrofa (2-5) sirve de introducción. El poeta invita a cantar a Yavé, Dios de Israel,
que, morando en el Sinaí, viene a través de Edom en socorro de su pueblo (cf. Dt 33,2; Sal 67,8 8.;
Hab 3,3 s.).
6 Los w.6-8, que forman la segunda estrofa, nos describen la opresión en que vivía el pueblo.
La situación militar de Israel corresponde bien a la de 1 Sam 13,19.22.
9 La tercera estrofa (9-11) celebra ya el triunfo de los príncipes de Israel.
12 El poeta se dirige a los principales autores de la victoria, para volver a comenzar de nuevo
el argumento.
J HECES 5 -6 268
hicieron los hijos de Israel los antros señal de que eres tú quien me habla
que hay en los montes, las cavernas y 18 y no te vayas de aquí hasta que vuelva
las alturas fortificadas. 3 Cuando Israel yo con una ofrenda y te la presente».
había sembrado, subía Madián con Ama Y él le dijo: «Aquí me estaré hasta que
lee y con los Bene Quedem y marchaban tú vuelvas». * 19 Entróse Gedeón y pre
contra ellos; 4 acampaban en medio de paró un cabrito, y con un efá de harina
Israel y devastaban los campos hasta cer hizo panes ácimos; y poniendo la carne
ca de Gaza, no dejando subsistencia al en un cestillo y el caldo en una olla, los
guna en Israel, ni ov^as, ni bueyes, ni llevó debajo del terebinto y se los pre
asnos, 3 pues subían con sus ganados y sentó. 20 El ángel de Yavé le dijo: «Coge
sus tiendas como una nube de langostas. la carne y los ácimos, ponlos encima de
Ellos y sus camellos eran innumerables aquella piedra y vierte sobre ellos el cal
y venían a la tierra para devastarla. 6 Is do». Hízolo asi Gedeón; y el ángel de
rael vino a ser muy pobre a causa de Yavé, 21 alzando el báculo que en la ma
Madián, y los hijos de Israel clamaron no tenia, tocó con la punta la carne y
a Yavé. 7 Cuando los hijos de Israel cla los panes. Surgió en seguida fuego de
maron a Yavé contra Madián, 8*Yavé les la piedra, que consumió la carne y los
envió un profeta que les dijo: «Así habla panes, y el ángel de Yavé desapareció
Yavé, D ios de Israel: Yo os hice subir de su vista. 22 Viendo Gedeón que era
de Egipto y os saqué de la servidum el ángel de Yavé, dijo: «¡Ay, Señor, Ya
bre;* 9 yo os libré de la mano de los vé! ¿Entonces he visto cara a cara al
egipcios y de la mano de todos vuestros ángel de Yavé?»* 23Díjole Yavé: «La
opresores; yo los arrojé ante vosotros y paz sea contigo; no temas, no morirás».
os di su tierra. 10*Entonces os dije: «Yo ^G ed eón alzó allí un altar a Yavé y
soy Yavé, vuestro Dios; no temáis a le llamó Yavé Salom, que todavía existe
los dioses de los amorreos, en cuya tie en Ofra de Abiezer. 25 Aquella misma no
rra habitáis. Pero vosotros no habéis es che le dijo Yavé a Gedeón: «Coge el
cuchado mi voz». 11 Vino el ángel de toro gordo de tu padre, el toro de siete
Yavé y se sentó bajo el terebinto de años; derriba el altar de Baal que tiene
Ofra, que era propiedad de Joás, abiezeri- tu padre y corta la asera que hay cerca, *
ta, cuando Gedeón, su hijo, estaba ba 26 y construye con la leña un altar a Yavé,
tiendo el trigo en el lagar para escon tu Dios, en lo alto de este fuerte; y to
derlo de Madián. * 12 Apareciósele el án mando el toro segundo, lo ofreces en
gel de Yavé y le dijo: «Yavé contigo, va holocausto sobre la leña de la asera que
liente héroe». 13 Gedeón le dijo: «Por cortarás». 27 Tomó, pues, Gedeón diez
favor, mi señor; si Yavé está con nos hombres de entre sus criados e hizo como
otros, ¿por qué nos sucede todo esto? le había mandado Yavé; pero como no se
¿Dónde están todos los prodigios que atreviese a hacerlo de día, por temor de
nos contaron nuestros padres, diciendo: la casa de su padre y de la gente de la
Yavé nos hizo subir de Egipto? Y ahora ciudad, lo hizo de noche. 28 Cuando al le
Yavé nos ha abandonado y nos ha pues vantarse a la mañana siguiente las gen
to en las manos de Madián». 14 El ángel tes de la ciudad vieron que el altar de
de Yavé se volvió a él y le dijo: «Ve y Baal había sido destruido, cortado la ase
con esa fuerza que tú tienes libra a Is ra que habla cerca y el toro segundo
rael de las manos de Madián; ¿no soy ofrecido en holocausto sobre el altar
yo quien te envía?» 15 Gedeón le dijo: construido, 29 se preguntaban unos a
«De gracia, Señor, ¿con qué voy a li otros: «¿Quién ha hecho esto?» Inquirie
bertar yo a Israel? Mi familia es la más ron, buscaron, y alguien dijo: «Gedeón,
débil de las de Manasés, y yo soy el más el hijo de Joás, ha hecho esto». Enton
pequeño de la casa de mi padre». 16 El ces dijeron a Joás las gentes de la ciudad:
ángel de Yavé le dijo: «Yo estaré conti ¿o «Saca a tu hijo para que muera, pues
go y derrotarás a Madián como si fuera ha derribado el altar de Baal y ha cor
un solo hombre». 17*Gedeón le dijo: «Si tado la asera que estaba cerca». 31 Joás
he hallado gracia a tus ojos, dame una respondió a todos los que estaban de-
8 Esta corrección trae a la memoria !a de 2.2 ss., salvo que quien aquí la hace es un profeta.
11 Al contrario, aquí es un ángel, como en 2,2 ss. Gedeón está limpiando un poco de trigo,
que ha podido substraer a las garras de los madianitas. Este terebinto debe de tener alguna relación
con el santuario de Baal, que luego será destruido por Gedeón.
18 Gedeón toma al ángel por un profeta, y como a tal le ofrece lo que a un huésped de honor
(Gén 18,6 s.; Jue 13*15)* Con su acción el ángel se dio a conocer, y entonces, como a sitio sagrado,
Gedeón lo declaró consagrado con la erección de un altar, que en los dias del escritor existía aún.
22 Teme morir por haber visto la cara del ángel de Yavé (cf. Jue 13,22 s.).
25 En una visión nocturna Yavé ordena a Gedeón destruir el santuario de Baal y levantar un
altar a Yavé en cierto lugar fuerte, y ofrecer sobre él en sacrificio un buey de su padre. Por la res
puesta del padre en el v.31 se ve que Joás, su padre, participaba ya de los sentimientos de Gedeón.
JUECES 6 -7 270
lante de él: «¿Os toca a vosotros defen bres se volvieron y quedaron sólo diez
der a Baal? ¿Sois vosotros los que le mil. 4 Yavé dijo a Gedeón: «Todavía es
habéis de salvar a él? Quien tome parti demasiada la gente. Hazlos bajar al agua
do por Baal será muerto hoy mismo. Si y allí te los seleccionaré; y aquel de quien
Baal es dios, que se defienda a si mismo, yo te diga: Ese irá contigo, vaya; y to
ya que le han derribado su altar».32 Aquel dos aquellos de quienes te diga: Esos no
día dieron a Gedeón el nombre de Jero- irán contigo, que no vayan». 5 Hizo ba
baal, diciendo: «Que sea Baal quien se jar al agua Gedeón a la gente, y dijo Yavé
vengue de él, pues que ha derribado su a Gedeón: «Todos los que en su mano
altar». laman el agua con la lengua, como la
33 Todo Madián, Amalee y los hijos lamen los perros, ponlos aparte de los
de Oriente se juntaron y pasaron el Jor que para beber doblen su rodilla». 6 Tres
dán; vinieron a acampar en el valle de cientos fueron los que al beber lamieron
Jezrael. * 34 £1 espíritu de Yavé revistió el agua en su mano, llevándola a la boca;
a Gedeón, que tocó la trompeta, y los todos los demás se arrodillaron para be
abiezeritas le siguieron. 35 Envió mensa ber. 7 Y dijo Yavé a Gedeón: «Con esos
jeros a todo Manasés, que se reunió tam trescientos hombres que han lamido el
bién para seguirle. Mandólos también a agua os libertaré y entregaré a Madián
Aser, a Zabulón y a Neftalí, que subie en tus manos. Todos los demás, que se
ron a su encuentro. vaya cada uno a su casa». $ Se proveye
36 Dijo Gedeón a Dios: «Si en verdad ron de cántaros y cogieron las trompetas,
quieres salvar a Israel por mi mano, como y a todos los otros israelitas los mandó a
me has dicho, * 37 voy a poner un vellón cada uno a su tienda, quedándose con
de lana al sereno; si sólo el vellón se cu los trescientos hombres. El campamento
bre de rocío, quedando todo el suelo seco, de Madián estaba abajo, en el valle.
conoceré que libertarás a Israel por mi 9 Aquella noche le dijo Yavé: «Leván
mano, como me lo has dicho». Asi su- tate y baja al campamento, porque te los
sedió. 38 a la mañana siguiente levantóse entrego en tus manos. 10 Y si temes ata
muy temprano, y exprimiendo el vellón car, baja con Fura, tu escudero, al cam
sacó de él el rocío, una cazuela llena de pamento, * ti y escucha lo que dicen, y
agua. 39 Gedeón dijo a Dios: «Que no se se fortalecerán tus manos y atacarás el
encienda tu cólera contra mí si hablo to campamento». Bajó con Fura, su escu
davía otra vez; quisiera hacer otra prue dero, hasta el extremo del campamento,
ba con el vellón: que sea el vellón el que donde estaban los hombres de armas.
se quede seco y caiga el rocío sobre todo 12 Madián, Amalee y los hijos de Oriente
el suelo». 40 Así lo hizo Dios aquella no se habían extendido por el valle, nume
che: sólo el vellón quedó seco, y todo el rosos como langostas, y sus camellos
suelo estaba cubierto de rocío. eran innumerables, como las arenas del
mar. 13 Cuando llegó Gedeón, estaba un
V ictoria contra los m adianitas hombre contando a su compañero su sue
1 A la mañana siguiente, Jerobaal» ño, diciéndole: «He tenido un sueño. Ro
7 que es Gedeón, fue a acampar, con
daba por el campamento de Madián un
pan de cebada, que llegó hasta una tien
toda la gente que estaba con él, por enci da y chocó contra ella, la derribó y la
ma de la fuente de Jarod. El campamento hizo rodar por tierra, y la tienda quedó
de Madián estaba debajo del de Gedeón, por tierra».14 El compañero le dijo: «Eso
al norte de las colinas de More, en el no es sino la espada de Gedeón, hijo de
valle. * 2 Y dijo Yavé a Gedeón: «Es de
masiada la gente que tienes contigo para Joás, jefe de Israel, de Jezrael. Dios ha
que yo entregue en sus manos a Madián puesto en sus manos a Madián y a todo
y se gloríe luego Israel contra mí, dicien el campamento». 15 Como Gedeón oyó el
do: «Ha sido mi mano la que me ha li sueño y la explicación, se prosternó; y
brado». 3 Haz llegar esto a oídos de la volviéndose al campamento de Israel, les
gente: el que tema y tenga miedo, que se dijo: «Arriba, que Yavé ha entregado en
vuelva y se retire». Veintidós mil hom nuestras manos el campamento de Ma«
33 Una vez más los enemigos se presentan, y esta vez asientan todos juntos su campo en la
llanura de Esdrelón, cerca de la tribu de Manasés. Es la ocasión que Dios ofrece a Gedeón. El es
píritu de Dios le impulsa a emprender la gran hazaña.
36 Pero Gedeón se muestra hombre de poca fe, y antes de proseguir su obra pide nuevas pruebas
de que Yavé le envía para salvar a su pueblo <Is 7,11; 1 Sam 2,34; 10,1 ss.).
*7 1 Era una gran masa de hombres seguramente sin armas; cierto, sin instrucción, y así poco
* apta para llevar a cabo el plan que se proponía.
19 Este «si temes» indica que, en efecto, Gedeón, al ver aquella muchedumbre y la escasez de
los suyos, temió. Dios quiso confortarle porl os sueños que siguen, tan conformes con el estilo de
los antiguos (Gén 40,9.16; 1 Sam 28,15)*
271 JUECES 7 -8
dián». 16 Dividió en tres escuadras los ¿No ha sido mejor el rebusco de Efraím
trescientos hombres y les entregó a todos que la vendimia de Abic/er? 3 En vuestras
trompetas, cántaros vacíos, y en los cán manos ha puesto Dios a los príncipes de
taros teas encendidas,17 diciéndoles: «Mi Madián, Oreb y Zeb. ¿Qué he podido yo
radme a mí y haced como me veáis hacer. hacer comparable a lo vuestro?» Calmó*
En cuanto llegue yo a los límites del cam se su cólera contra él cuando así les habló.
pamento, hacéis lo que yo haga.18 Cuan 4 Llegó Gedeón al Jordán, lo puso con
do toque yo la trompeta y la toquen los los trescientos hombres que llevaba, can
que van conmigo, la tocaréis también sados de la persecución, 5 y dijo a las
vosotros en derredor de todo el campa gentes de Sucot: «Dad, os ruego, unos
mento y gritaréis: «¡Por Yavé y por Ge panes a la gente que me sigue, que están
deón l» cansados y van en persecución de Zebaj
19 Gedeón y el centenar de hombres y Salmana, reyes de Madián». 6 Respon
que le acompañaban llegaron a los lími diéronle Jos jefes de Sucot: «¿Acaso tienes
tes del campamento al comienzo de la ya en tus manos el puño de Zebaj y Sal-
segunda vigilia, en cuanto acababan de mana, para que demos pan a tu tropa?» *
relevarse los centinelas, y tocaron las 7 Y Gedeón les dijo: «Cuando Yavé haya
trompetas y rompieron los cántaros que puesto en mis manos a Zebaj y Salmana,
llevaban en la mano. 20 Los tres cuerpos yo desgarraré vuestras carnes con espinas
tocaron las trompetas, rompieron los cán y cardos del desierto». 8 Desde allí subió
taros; y cogiendo las teas con la mano a Fanuel, e hizo a las gentes de Fanuel la
izquierda y las trompetas con la derecha misma petición, recibiendo la misma res
para tocarlas, gritaban: «¡Espada por Ya puesta de los hijos de Sucot. 9 Y dijo tam
vé y por Gedeón!» 21 Quedáronse cada bién a las gentes de Fanuel: «Cuando
uno en su puesto en derredor del campa vuelva vencedor, arrasaré esta fortaleza».
mento, y todo el campamento se puso a 10 Zebaj y Salmana estaban en Carcor
correr, a gritar y a huir. 22*Mientras los con su ejército, unos quince mil hombres,
trescientos hombres tocaban las trompe los que habían quedado de todo el ejér
tas, hizo Yavé que volviesen todos su cito de los hijos de Oriente, pues habían
espada los unos contra los otros en todo perecido ciento veinte mil hombres de ar
el campamento, y huyó el campamento mas. n Gedeón subió por el camino de
hasta Bet tíassita en la dirección de Sa- los que moran en tiendas, al oriente de
reda, hasta los límites del Abel Mejula, Nobaj y de Jogbea, y atacó el campamen
junto a Tabat. * 23 Reuniéronse los hom to, que se creía a seguro. 12 Zebaj y Sal-
bres de Israel de Neftalí, de Aser y de mana huyeron. El los persiguió y se apo
todo Manases, y persiguieron a los de deró de los dos reyes de Madián, Zebaj
Madián.24 Gedeón mandó mensajeros por y Salmana, y derrotó a todo su ejército.
todo el monte de Efraím para decirles: 13 Volvióse Gedeón, hijo de Joás, de la
«Bajad al encuentro de Madián y tomad, batalla por la subida de Jares: 14 y ha
antes que lleguen, los vados hasta Bet biendo cogido a un joven de los de Su
Bara, en el Jordán». Reuniéronse todos cot, le interrogó, y éste le dio por escrito
los hombres de Efraím y tomaron los los nombres de los jefes y ancianos de
vados hasta Bet Bara, en el Jordán. 25 Se Sucot, setenta y siete hombres. 15 Enton
apoderaron de dos príncipes de Madián, ces vino Gedeón a las gentes de Sucot y
Oreb y Zeb, y dieron muerte a Oreb en dijo: «Ved aquí a Zebaj y Salmana, con
la roca de Oreb y a Zeb en el lagar de los que me zaheristeis diciendo: ¿Acaso
Zeb. Persiguieron a Madián y llevaron a tienes ya en tu poder el puño de Zebaj
Gedeón las cabezas de Oreb y Zeb, del y Salmana, para que demos de comer a
otro lado del Jordán. tus tropas fatigadas?» 16 Cogió, pues, a
los ancianos de la ciudad, y con espinas
1 Dijéronle los hombres de Efraím: y cardos del desierto castigó a los de Su
8 «¿Cómo has hecho con nosotros eso cot. * 17 Arrasó la fortaleza de Fanuel y
de no llamarnos cuando ibas a combatir mató a los hombres de la ciudad.
con Madián?» Y se querellaron violen 18 Dijo a Zebaj y Salmana: «¿Cómo
tamente contra él. * 2 El les dijo: «¿Qué eran los hombres que matasteis en el Ta-
es lo que he hecho yo para lo vuestro? bor?» Ellos respondieron: «Eran como
22 El golpe repentino de Gedeón sembró el pánico entre los enemigos, que se creyeron atacados
por un numeroso ejército y emprendieron la fuga por la llanura de Betsán hacia el Jordán, el mismo
camino que habían traído desde la Transjordania.
O 1 Resalta aquí el orgullo de Efraím, como a lo largo de toda la historia (12,1 ss.).
® 6 Sucot y Fanuel, al otro lado del Jordán, nos son conocidas por la historia de Jacob (Gén 32,30;
33, 17). Los moradores no asienten a la petición de Gedeón porque no están seguros aún de su vic
toria, y acaso porque sienten más simpatías por los vencidos que por los vencedores (15,9 ss.).
16 Con los cardos y espinas duras del desierto castigó a los jefes de Sucot, azotándolos desnudo
• 1 cuerpo. La memoria de esta victoria la hallamos en ls 9 , 4 ; Sal 82,10.
JUECES 8 - 9 272
tú. Cada uno de ellos parecía un hijo de en Siquem le parió también un hijo, al
rey».19 El les dijo: «Eran hermanos míos, que puso por nombre Abimelec. * 32 Mu
hijos de mi madre. Vive Yavé, que no os rió Gedeón, hijo de Joás, en buena ancia
mataría si no les hubierais dado muerte». nidad, y fue sepultado en la sepultura de
20 Y dijo a Jeter, su primogénito: «Anda, Joás, su padre, en Ofra de Abiezer.
mátalos». El joven no desenvainó la es 33 Muerto Gedeón, los hijos de Israel se
pada por tener miedo, pues era todavía prostituyeron de nuevo ante los baales y
muy niño; 21 y Zebaj y Salmana dijeron: tomaron por su dios a Baal Berit,34 y no
«Levántate y mátanos tú, porque eres un se acordaron más de Yavé, su Dios, que
valiente». Levantóse Gedeón y los mató, los habia librado de los enemigos que los
y cogió las lunetas que llevaban al cuello rodeaban. 35 No se mostraron agradeci
sus camellos. dos a la casa de Jerobaal (Gedeón), se
22 Las gentes de Israel dijeron a Ge gún el mucho bien que éste había hecho
deón: «Reina sobre nosotros tú, tu hijo por Israel. *
y los hijos de tu hijo, pues nos has liber
tado de las manos de Madián». * 23 Res A b im e le c
pondióles Gedeón: «No reinaré yo sobre
vosotros, ni reinará tampoco mi hijo. Ya- 1 Abimelec, hijo de Jerobaal, se fue
vé será vuestro rey»; 24y añadió: «Voy 9
a Siquem y habló a los hermanos de
a pediros una cosa. Dadme cada uno de su madre y a toda la familia de la casa
su botín los arillos de nariz que habéis del padre de su madre, diciéndoles: 2 «Ha
cogido». Los enemigos, como ismaelitas, blad al oído a todos los varones de Si-
llevaban arillos de oro en la nariz. * quem: ¿Qué es mejor para vosotros: que
25 Ellos respondieron: «Con mucho gus os dominen setenta hombres, todos hijos
to te los daremos»; y extendiendo un de Jerobaal, o que os domine uno solo?
manto, fueron echando en él cada uno Acordaos de que yo soy hueso vuestro
los arillos del botín. 26 Y fue el peso de y carne vuestra». 3 Habiendo hablado de
los arillos de oro que había pedido Ge él los hermanos de su madre a todos los
deón de tres mil setecientos sidos de oro, habitantes de la ciudad conforme a aque
sin contar las lunetas y los pendientes, llas palabras, se inclinó su corazón hacia
ni los vestidos de púrpura que llevaban Abimelec, pues se dijeron: «Este es her
los reyes de Madián, ni los collares que mano nuestro»;* 4 y le dieron setenta si
al cuello llevaban sus camellos. 27 Con es dos de plata de la casa de Baal Berit, con
te oro hizo Gedeón un efod, que puso en los que asoldó a los hombres vagos y per
su ciudad, en Ofra. Todo Israel iba a pros vertidos que le siguieron. 5 Bajó con ellos
tituirse ante este efod, que fue un lazo a la casa de su padre, a Ofra, y mató a sus
para Gedeón y para su casa. * 28 Madián hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta
quedó humillado ante los hijos de Israel hombres, a todos sobre una misma piedra.
y no volvió a levantar la cabeza, quedan Sólo se salvó Jotán, el hijo menor de Je
do la tierra en paz durante cuarenta años, robaal, que pudo esconderse. * 6 Reunié
los días de Gedeón. ronse entonces todos los habitantes de
29 Jerobaal, hijo de Joás, se volvió Siquem
a y todos los de Bet Milo, y, vi
su casa; 30 y tuvo Gedeón setenta hijos, niendo, proclamaron rey a Abimelec jun
todos nacidos de él, pues fueron muchas to al terebinto de Musab, que está en Si
sus mujeres. 31 Una concubina que tenía2*4 quem. *
2 2 Estas palabras del pueblo indican cómo empieza a nacer la idea monárquica en Israel (cf. i Sam
8 ,7 ; 10,19). Las palabras de Gedeón no significan que él rechace la realeza, sino que quiere ejercerla
en nombre de Yavé, como simple mandatario suyo. De cómo la haya ejercido no tenemos noticias.
Pero sus 70 hijos no revelan que se ajustase al Deuteronomio 17.17*
24 Las mujeres y aun los hombres solían llevar, como singular adorno, un anillo prendido en
la pared central de la nariz o en una de las laterales. Estos anillos, recogidos de los muertos, pide
Gedeón para hacer con ellos un efod. Este le servirá para consultar a Yavé, como vemos en 1 Sam 23,
6,9; 3 0 ,7 *
22 Con el efod toma origen el santuario de Ofra, opuesto al santuario nacional y al oráculo del
sumo sacerdote por los urim y tummim ; aquí estuvo el escándalo de que nos habla el texto. Sin em
bargo, el castigo no viene hasta después del v.33.
3 1 Parece ser el caso, todavía frecuente entre los nómadas del desierto de Moab, de una mujer
que no habita en la casa del marido, sino que, por razones particulares, sigue habitando en su propia
casa.
35 Este versículo es introducción al capitulo siguiente, que comienza con la matanza de los hijos
de Jerobaal o Gedeón.
3 Se nota aquí que la madre de Abimelec era de familia bastante influyente en Siquem para
9 aspirar a dar origen a una dinastía en Israel.
5 Abimelec pretende inaugurar su reinado matando a sus hermanos, procedimiento muy orien
tal para eliminar competidores y cortar de raíz guerras civiles (cf. 2 Re 10 ,11 ; 11,1 ss.).
4 El deseo de Israel de darse un rey, que obtiene satisfacción en tiempo de Samuel, comienza
ya a manifestarse después de la victoria de Gedeón (8,22), con el ofrecimiento que hacen a éste de
273 JUECES 9
39 Salió Gaal, y a la vista de los habitanuno a su casa. 56 Así hizo caer Dios sobre
tes de Siquem combatió contra Abime- la cabeza de Abimelec el mal que había
lec, que le puso en fuga. 40 Gaal huyó de hecho a su padre asesinando a sus se
él, y cayeron muchos hasta la puerta de tenta hermanos; 57 y sobre las gentes de
la ciudad. 41 Abimelec volvió a Aruma Siquem, todo el mal que habían hecho,
mientras que Zebul impidió a Gaal y los cumpliéndose en ellos la maldición de
suyos permanecer en la ciudad. 42 Al día Jotán, hijo de Jerobaal.
siguiente salió el pueblo al campo, y Jo
supo Abimelec,43 que, cogiendo su gente,
la había dividido en tres cuerpos, los ha T o l a y J a ir
bía puesto en el campo en emboscada, y | A I Después de Abimelec surgió para
cuando vio que el pueblo salía de la ciu ^ " librar a Israel Tola, hijo de Fuá,
dad, se levantó, arremetió contra ellos, hijo de Dodó, hombre de Isacar. Habitó
44 y avanzando Abimelec con el cuerpo en Samir, en los montes de Efraím. * 2 Juz
que le seguía, se puso a la puerta de la ciu gó a Israel durante veintitrés años y mu
dad, mientras que los otros dos cuerpos rió, siendo sepultado en Samir.
se extendían por el campo y destrozaban 3 Después de él surgió Jair, de Galad,
a cuantos en él había. 45 Abimelec com que juzgó a Israel por veintidós años. *
batió a la ciudad durante todo aquel día 4 Tuvo treinta hijos, que montaban treinta
y se apoderó de ella, dando muerte a asnos y eran dueños de treinta ciudades,
cuantos allí había; la destruyó y la sem llamadas todavía Javot Jair, en la tierra
bró de sal. de Galad. 5 Murió Jair y fue sepultado
46 Así que lo oyeron los que estaban en Camón.
la fortaleza de Siquem, se retiraron a la
torre del templo de El Berit. 47 Supo Abi Je fté
melec que se habían reunido todos los ha
bitantes de la fortaleza de Siquem; 48 y 6 Volvieron los hijos de Israel a hacer
subió al monte Selmón con tocia la gente mal a los ojos de Yavé, y sirvieron a los
que llevaba; y tomando en su mano un Baales y Astartés, a los dioses de Sidón,
hacha, cortó una rama de un árbol y se a los de Moab, a los de los hijos de Am-
la puso al hombro, mandando a su gente món, a los de los filisteos, y se apartaron
que hiciera prestamente lo que le veía de Yavé, no sirviéndole más. * 7 Encen
hacer a él. 49 Cortó, pues, también toda dióse la ira de Yavé contra Israel y los
la gente cada uno su rama; y siguiendo a entregó en manos de los filisteos y en
Abimelec, las pusieron contra la fortaleza, manos de los hijos de Ammón, 8 que
y prendiéndoles fuego, la incendiaron, durante dieciocho años oprimieron y afli
muriendo allí todos los habitantes de la gieron con gran violencia a los hijos de
fortaleza de Siquem, unos mil entre hom Israel, a todos los hijos de Israel que ha
bres y mujeres. 50 Fue luego Abimelec a bitaban al otro lado del Jordán, en la
Tebes, que sitió y tomó. 51 Pero había en tierra de los amorreos, en Galad. 9 Los
Tebes, en medio de la ciudad, una fuerte hijos de Ammón pasaron el Jordán para
torre, en la que se refugiaron todos los combatir a Judá, a Benjamín y a la casa
habitantes de la ciudad, hombres y mu de Efraím, viéndose Israel muy apretado.
jeres, y, cerrando tras sí, se subieron a lo 10 Clamaron a Yavé los hijos de Israel,
alto de la torre. 52 Abimelec llegó a la diciendo: «Hemos pecado contra ti, por
torre, la atacó y se aproximó para pegar que hemos dejado a nuestro Dios y hemos
fuego a la puerta, 53 y entonces una mujer servido a los Baales». 11 Yavé dijo a los
le lanzó contra la cabeza un pedazo de hijos de Israel: «¿No os he hecho yo
rueda de molino y le rompió el cráneo. * subir de Egipto? ¿Y los amorreos, y los
54 Llamó él en seguida a su escudero y hijos de Ammón, y los filisteos, 12 y los
le dijo: «Saca tu espada y mátame, para de Sidón y Amalee os oprimieron, y cla
que no pueda decirse que me mató una masteis a mí y os salvé yo de sus manos?
mujer». El joven le traspasó, y murió Abi 13 Pero vosotros me habéis dejado a mí
melec. 55 Viendo los hijos de Israel que para servir a dioses extraños. Por eso
había muerto Abimelec, fuéVonse cada no os libraré ya m ás.14 Id e invocad a los
53 La muerte de Abimelec nos trae a la memoria la de Saúl (i Sam 31,4) y la de Seba (2 Sam
20,21 s.).
■I A 1 De Tola, originario de Isacar, pero morador de los montes de Efraím, no se cuenta nin-
*" guna hazaña guerrera; tal vez fue un hombre bueno e inteligente, que como árbitro adminis
traba justicia, a la manera de Débora, bajo una palmera, entre Bétel y Rama (4,5)- Cf. Introducción.
3 Lo mismo debemos pensar de Jair, de quien tenemos noticias por Núm 32,41 ; Dt 3,14;
Jos 13,30; 1 Par 2,22.
6 Otra vez la prevaricación, pero aquí es más universal. El castigo viene sobre la región de Ga
lad, en la Transjordania, y es un hijo de esa tierra el llamado a reconquistar la libertad. Los opreso
res son esta vez los amonitas solos.
275 JUECES 1 0 -1 1
dioses que os habéis dado; que os libren Israel de Egipto, se apoderó de mi tierra,
ellos al tiempo de vuestra angustia». 15 Los desde el Arnón hasta el Jaboc y hasta el
hijos de Israel dijeron a Yavé: «Hemos Jordán. Devuélvemela, pues, ahora pa
pecado; castíganos como quieras, pero cíficamente». 14 Jefté mandó nuevos men
líbranos ahora». 16 Quitaron de en medio sajeros al rey de los hijos de Ammón,
de ellos los dioses extraños y sirvieron a 15 que le dijeran: «He aquí lo que dice
Yavé, que no pudo soportar la aflicción Jefté: Israel no se apoderó de la tierra
de Israel. de Moab, ni de la tierra de los hijos de
17 Reuniéronse los hijos de Ammón Ammón.
y 16 Cuando Israel subió de Egip
acamparon en Galad; y se reunieron tam to, marchó por el desierto hasta el mar
bién los hijos de Israel, acampando en Rojo y llegó a Cades. 17 Entonces envió
Masfa. 18 El pueblo, los jefes de Galad, Israel mensajeros al rey de Edom para
se dijeron unos a otros: «¿Quién seré el que le dijeran: Te ruego que me dejes
que comenzará a combatir a los hijos de pasar por tu tierra; pero el rey de Edom
Ammón? Que sea él quien mande a to no se lo consintió; también se los envió
dos los habitantes de Galad». al rey de Moab, que rehusó; e Israel se
quedó en Cades. 18 Después, marchando
1 Era Jefté, el galadita, un fuerte por el desierto, rodeó la tierra de Edom
U guerrero, hijo de una meretriz, y y la tierra de Moab, y llegó al oriente
tuvo por padre a Galad. * 2 La mujer de de la tierra de Moab y acampó del lado
Galad dio a éste otros hijos, que cuando de allá del Arnón, sin entrar en tierra de
fueron grandes arrojaron de casa a Jefté, Moab, pues el Arnón es el límite de Moab.
diciendo: «No vas tú a heredar en la 19 Israel envió mensajeros a Seón, rey de
casa de nuestro padre, pues eres hijo de los amorreos, rey de Hesebón, para decir
otra mujer».3 Jefté huyó de sus hermanos le: Te ruego que nos dejes pasar por tu
y habitó en tierra de Tob. Uniéronse con tierra hasta nuestro lugar. 29 Pero Seón
él gentes perdidas, que salían con él. 4 Al no se fio de Israel dejándole pasar por
cabo de días hicieron guerra a los hijos su tierra, y reuniendo a toda su gente,
de Ammón contra Israel; 5 y fueron en acampó en Jahsa y luchó contra Israel.
tonces los ancianos de Galad a la tierra 21 Yavé, Dios de Israel, puso a Seón con
de Tod en busca de Jefté 6 y le dijeron: todo su pueblo en las manos de Israel,
«Ven, serás nuestro jefe en la guerra con que los derrotó y se apoderó de la tierra
tra los hijos de Ammón». 7 Respondió de los amorreos, que habitaban en aque
Jefté a los ancianos de Galad, diciéndoles: lla región. 22 Se apoderó de toda la tierra
«¿No sois vosotros los que me aborrecéis de los amorreos, desde el Arnón hasta el
y me arrojasteis de la casa de mi padre? Jaboc y desde el desierto hasta el Jordán.
¿A qué venís a mí ahora, cuando os veis 23 Ahora, pues, que Yavé, Dios de Israel,
en aprieto?» 8 Los ancianos de Galad res desposeyó a los amorreos ante su pueblo
pondieron: «Por eso venimos a ti ahora, Israel, ¿pretendes tú apoderarte de su
para que vengas a combatir con nosotros tierra? 24 Eso que Camos, tu dios, te ha
a los hijos de Ammón y seas nuestro jefe dado en posesión, ¿no lo posees tú? ¿Y no
v el de todos los habitantes de Galad». vamos a poseer nosotros lo que Yavé,
&Contestóles Jefté: «Si me lleváis con nuestro Dios, nos ha dado en posesión?
vosotros a combatir contra los hijos de 25 ¿Querrás tú ser mejor que Balac, hijo
Ammón, en el caso de que Yavé me los de Sefor, rey de Moab? ¿Acaso ha dis
entregue, seré vuestro jefe». 10Dijéronle putado éste a Israel su tierra? ¿Le ha
los ancianos de Galad: «Sea Yavé testigo hecho acaso la guerra? 2<>Hace trescientos
entre nosotros si no hiciéremos lo que años que habita Israel en Hesebón y en
dices».11 Partió Jefté con los ancianos de Jazer y en las ciudades que de ellas de
Galad y le hicieron su jefe y caudillo, y penden, lo mismo que en todas las que
repitió Jefté sus palabras en presencia de están a orillas del Jordán. ¿Por qué no
Yavé, en Masfa. las habéis tomado durante todo ese tiem
12 Mandó Jefté mensajeros al rey de po? 27 Yo no te he hecho mal alguno;
los hijos de Ammón, que le dijeran: «¿Qué pero tú obras mal conmigo, haciéndome
hay entre ti y mí para que hayas venido la guerra. Que Yavé sea juez y juzgue hoy
contra mí a combatir la tierra?» * 13 El entre los hijos de Israel y los hijos de
rey de los hijos de Ammón respondió a Ammón». 28 El rey de los hijos de Am
los mensajeros de Jefté: «Cuando subió món desoyó lo que Jefté le mandó a decir.
*1 *1 1 Los expositores encuentran obscuro el origen de Jefté, hijo de una meretriz y de padre
1 1 desconocido. Lo que sacamos en claro es que era galadita y que, desechado de su pueblo,
lo abandonó, yéndose a Tob, al norte de Galad. Allí reunió una tropa y se dio a hacer algaras contra
las tribus del desierto, con lo que se hizo famoso. Hallándose en grave aprieto, sus paisanos se acor
daron de él.
12 Como buen capitán, jefté quiere arreglar las cosas por vías de paz antes de acudir a las ar
mas. Parece que el motivo del conflicto era cosa de fronteras
JtTECnS 1 1 -1 2 276
trurse en él el espíritu de Yavé en el campo «Del que come salió lo que se come, y del
de Dan, entre Sora y Estaol. fuerte, la dulzura». Tres días pasaron sin
que pudieran descifrar el enigma. * 15 Lle
B o d a d e S a n só n c o n u n a filistea gó el día séptimo. A la mujer de Sansón
le habían dicho: «Persuade a tu marido
i Bajó Sansón a Timna y vio allí a que te dé la solución del enigma; si
H una mujer de entre las hijas de no, te quemaremos a ti y la casa de tu
los filisteos; * 12 y cuando volvió a subir padre. ¿Nos habéis invitado para robar
dijo a su padre y a su madre: «He visto nos?» l6 Ella lloraba y le decía: «Me
en Timna una mujer de las hijas de los aborreces; has propuesto un enigma a
filisteos; id a tomármela por mujer». 3*Di- los hijos de mi pueblo y no quieres expli
jéronle su padre y su madre: «¿Acaso no cármelo a mí». El le respondió: «No se lo
hay mujeres entre las hijas de tus herma he explicado ni a mi padre ni a mi madre,
nos y entre .todo tu pueblo para que vayas ¿y voy a explicártelo a ti? » 17 Así le había
tú a tomar mujer de los filisteos, incir estado llorando durante los siete días del
cuncisos?» Repuso Sansón y dijo a su convite; pero el séptimo día tanto lo
padre: «Tómame ésa, pues me gusta». importunó, que él dio la explicación y
4 Su padre y su madre no sabían queella se la comunicó a los hijos de su
aquello venía de Yavé, que buscaba una pueblo. 18 Los de la ciudad dijeron a
ocasión de parte de los filisteos, que eran Sansón el día séptimo, antes de la puesta
los que entonces oprimían a Israel. 5 Bajó del sol:
Sansón a Timna, cuando al llegar a los «¿Qué más dulce que la miel?
olivares de Timna le salió al encuentro ¿Qué más fuerte que el león?»
un joven león rugiendo. * 6*Apoderóse de El les contestó:
Sansón el espíritu de Yavé; y sin tener «Si no hubierais arado con mi novilla,
nada a mano, destrozó al león como se N o hubierais descifrado mi enigma».
destroza un cabrito. No dijo nada a su 19 Apoderóse de él el espíritu de Yavé;
padre ni a su madre de lo que había he bajando a Ascalón, mató allí a treinta
cho. ? Bajó y habló a la mujer que le ombres, los despojó V dio las túnicas
había gustado. 8 Tiempo después, bajan a los que habían (descifrado el enigma.
do para desposarse con ella, se desvió para Muy enfurecido, se subió a casa de sus
ver el cadáver del león, y vio que había padres. 20 La mujer de Sansón fue entre
un enjambre de abejas con miel en la gada a uno de los mozos que le habían
osamenta del león. 9 Cogióla con sus ma servido de compañeros. *
nos y siguió andando y comiendo; y
cuando llegó a su padre y a su madre, | C 1 Al cabo de días, al tiempo de la
les dio de ella, sin decirles que la había A siega, fue Sansón a visitar a su mu
cogido de la osamenta del león, y ellos jer, llevando un cabrito, y dijo: «Quiero
la comieron. 10*Bajó, pues, Sansón a casa entrar a mi mujer en su cámara». 2 Pero
de la mujer, y Sansón dio allí un banquete, el padre le negó la entrada, diciendo:
según la costumbre de los m ozos.11 Y por «Yo creí que la habías aborrecido ente
que le temían, invitaron a treinta mozos ramente, y se la he entregado a tu compa
para acompañarle. 12 Sansón les dijo: ñero. Su hermana menor es más hermosa
«Quisiera que me permitierais proponeros todavía que ella. Tómala por mujer en lu
un enigma. Si dentro de los siete días del gar suyo». 3 Sansón le dijo: «Ahora, ya
convite me lo descifráis acertadamente, sin culpa de mi parte contra los filisteos,
yo tendré que daros treinta camisas y podré hacerles daño».
treinta túnicas; 13 pero si no podéis des
cifrármelo, seréis vosotros los que habréis H a z a ñ a s d e Sa n só n
de darme a mí treinta camisas y treinta
túnicas». Ellos le dijeron: «Propón tu 4 Se fué, y cogiendo trescientas zorras
enigma, que lo oigamos». 14 El les dijo: y teas, ató a las zorras dos a dos, cola
con cola, y puso entre ambas colas una tú el que por la mano de tu siervo has
tea. * 5 Encendió luego las teas y soltó a hecho esta gran liberación; ¿voy a caer
las zorras en las mieses de los filisteos, ahora, muerto de sed, en la mano de los
abrasando los montones de gavillas, los incircuncisos?» 19 Y abrió Yavé el pilón
trigos todavía en pie y hasta los olivares. que hay en Leji y brotó de él agua. Bebió,
6 Los filisteos se preguntaban: «¿Quién ha se recobró y vivió, y la llamó por eso la
hecho esto?» Y se les dijo: «Ha sido San fuente de En Hacore, que es la que hay
són, el yerno del timneo, porque éste le todavía en Leji.* 20Sansón juzgó a Is
ha quitado su mujer y se la ha dado a un rael, en tiempo de los filisteos, durante
compañero suyo». Los filisteos subieron veinte años. *
y la quemaron a ella y a la casa de su pa
dre. 7 Sansón les dijo: «¿Esto habéis he < /J 1 Fue Sansón a Oaza, donde había
cho? Pues yo no pararé hasta vengarme 1 O una meretriz, a la cual entró. * 2 Se
de vosotros». 8 Y les tundió ancas y mus les dijo a las gentes de Gaza: «Ha venido
los, haciendo en ellos un gran destrozo, y aquí ¡Sansón». Y le cercaron y estuvieron
se bajó luego a la caverna del roquedo toda la noche en acecho cerca de la puerta
de Etam. 9 Subieron entonces los filisteos de la ciudad. Se estuvieron tranquilos du
y acamparon en Judá, extendiéndose por rante la noche, diciéndose: «Al alba le
Leji. Los de Judá les preguntaron: mataremos». 3 Sansón estuvo acostado
«¿Por qué habéis subido contra nosotros?» hasta media noche. A media noche se le
Ellos respondieron: «Hemos venido a atar vantó, y cogiendo las dos hojas de la
a Sansón para tratarle como él nos ha puerta de la ciudad, con las jambas y el
tratado a nosotros».* 11 Bajaron, pues, cerrojo, se las echó al hombro y las llevó
tres mil hombres de Judá a la caverna a la cima del monte que mira hacia He-
del roquedo de Etam y dijeron a Sansón: brón.
«¿No sabes que los filisteos nos dominan?
¿Por qué nos has hecho eso?» El les res Dalila
pondió: «He hecho con ellos como ellos
han hecho conmigo». 12 Ellos repusieron: 4 Después amó a una mujer del valle
«Hemos bajado para atarte y entregarte de Sorec, de nombre Dalila. * 5 Los prín
atado en manos de los filisteos». Sansón cipes de los filisteos subieron a ella y la
respondió: «Jurad que no vais a matar dijeron: «Sedúcele para saber en qué está
me». 13 Ellos le dijeron: «No; solamente su gran fuerza y cómo podríamos apo
a atarte para entregarte a los filisteos; derarnos de él, para atarle y castigarle.
pero no te mataremos». Y atándole con Si lo haces, te daremos cada uno mil cien
dos cuerdas nuevas, le hicieron subir al sidos de plata». Dijo, pues, 6 Dalila a
roquedo. 14 Llegados a Leji, los filisteos Sansón: «Dime, te ruego, en qué está tu
le salieron al encuentro, lanzando gritos gran fuerza y con qué habrías de ser ata
de júbilo. Apoderóse entonces de él el do para sujetarte». 7 Sansón respondió:
espíritu de Yavé, y las cuerdas que a los «Si me atasen con siete cuerdas húmedas,
brazos tenía fueron como hilos de lino que no se hubieran secado todavía, me
quemados por el fuego; las ligaduras ca quedaría sin fuerzas y sería como otro
yeron de sus m anos,15 y viendo cerca una hombre cualquiera».8 Subiéronle los prín
quijada de asno fresca, la cogió y derrotó cipes de los filisteos las siete cuerdas hú
con ella a mil hombres. 16 Dijo Sansón: medas, sin secar todavía, y ella le ató con
«Con una quijada de asno los he apo ellas. 9 Como tenía en su cuarto gentes en
rreado bien; acecho, le gritó: «¡Sansón, los filisteos
Con una quijada de asno he matado a sobre ti!» El rompió las cuerdas como
mil hombres». se rompe un cordón de estopa cuando se
17 le pega fuego, y quedó desconocido el se
Y dicho esto, tiró la quijada y llamó
a aquel lugar Ramat Leji. 18 Devorado creto de su fuerza.
por la sed, clamó a Yavé, diciendo: «Eres 10 Dadla dijo a Sansón: «Te has bur-
1 C 4 Todavía hoy abundan en esta región los chacales, que por las noches hacen oir sus au-
nidos.
10 Este modo de proceder los de Judá nos dice bien claro que Sansón obra por cuenta propia,
aunque en beneficio del pueblo, que, acobardado, no se atrevía a hacer con él causa común.
19 De una roca en forma de mortero, que por ello llevó después ese nombre, bro
tó una fuente, que San Jerónimo señalaba aún en su época.
20 Se ve el sentido que aqui tiene la palabra juzgar a Israel: luchar o defender al pueblo como
vengador suyo contra los filisteos.
I f i 1 Este episodio nos muestra la baja moralidad de Sansón, a pesar de su nazareato. Pero,
1 u con todo, prosigue su obra contra los filisteos.
4 Este capítulo es el que más nos muestra el lado flaco de Sansón. Un héroe como él aparece
rendido a los pies de una mujer, que le está traicionando y revelando a sus enemigos el secreto de
su fuerza.
JUECES 1 6 280
C u lt o c ism á tic o C o n q u is ta d e L a is
1 Había un hombre de los montes 1 O 1 En aquellos días la tribu de Dan
n de Efraím, Mica de nombre.2 Dijo
éste a su madre: «Los mil cien sidos de
A O andaba buscando dónde establecer
se, pues no le había tocado hasta en
plata que habías puesto aparte, por los tonces heredad en medio de las otras
que te oí lamentarte a veces, yo los ten tribus de Israel. * 2 Mandaron, pues, los
go, yo te los quité». 3 Di jóle su madre: hijos de Dan de entre los suyos a cinco
«Bendito de Yavé seas, hijo mío». D e exploradores, hombres fuertes; los man
volvió, pues, los mil cien sidos de plata daron de Sora y de Estaol para que re
a su madre, que dijo: «Quiero consa corriesen la tierra y la explorasen, di-
grar a Yavé este dinero y que de mi mano ciéndoles: «Id a reconocer la tierra». Lle
pase a mi hijo, para que se haga una ima garon los cinco hombres por los montes
gen tallada y chapeada. Ahí, pues, te la ae Efraím, hasta la casa de Mica, y pa
entrego». saron allí la noche. 3 Estando cerca de
4 Habiendo, pues, devuelto él a su ma la casa de Mica, conocieron por la voz
dre el dinero, tomó su madre doscientos al joven levita; y acercándose a él, le
sidos y se los dio a un orífice, y éste preguntaron: «¿Quién te ha traído a ti
hizo una imagen tallada y chapeada, que aquí? ¿Qué haces aquí y qué tienes aquí?»
quedó en la casa de M ica;41 3 y asi un 4 El les contestó: «Mica ha hecho por
hombre como Mica vino a tener una mí esto y lo otro, y me he ajustado con
casa de Dios. Hízose también un efod y él y le sirvo de sacerdote». 5 Ellos le di
unos terafim, y llenó la mano de uno de jeron: «Entonces consulta a Dios para
sus hijos para que hiciera de sacerdote. que sepamos si prosperará el viaje que
6 N o había entonces rey en Israel y ha hemos emprendido». * $ Y les dijo el
cía cada uno lo que bien le parecía. sacerdote: «Id tranquilos; está ante Yavé
7 Un joven de Belén de Judá, de nom el camino que seguís». 7 Reemprendieron
bre Jonatán, levita, que habitaba allí,* su camino los cinco hombres y llegaron
8saliendo déla ciudad de Belén de Judá, a Lais. Vieron que la gente de ella vivía
se puso a recorrer la tierra para buscar en seguridad, a modo de los sidonios,
dónde vivir; y pasando por los montes pacífica y tranquilamente, sin que nadie
de Efraím, llegó en su camino a la casa dañase a nadie, y que eran ricos y esta
de Mica. 9 Preguntóle Mica: «¿De dónde ban alejados de los sidonios y no tenían
vienes?», y el levita le contestó: «Soy relación con la Siria. * 8 Volviéronse, pues,
de Belén de Judá y ando a ver si encuen a sus hermanos, a Sora y Estaol, que les
tro dónde vivir». lODíjole Mica: «Qué preguntaron: «¿Qué traéis?» Ellos con
date conmigo y me servirás de padre y testaron: 9 «Hemos ido y recorrido el
de sacerdote. Te daré diez sidos de plata país hasta Lais y hemos visto un pueblo
al aflo, vestidos y comida». Y pasó allí que mora tranquilo según las costumbres
el levita la noche y 11 consintió en que de los sidonios, alejado de éstos y sin
darse con Mica, para quien fue el joven comunicación con la Siria. Subamos lue
como otro hijo. 12 Llenó, pues, Mica la go contra ellos. Hemos visto la tierra
mano del levita, y el joven hizo con él y es muy buena. ¿Os estáis quietos? N o
de sacerdote, quedándose en casa de dilatéis la ida para apoderarnos de esa
Mica. 13 Dijo Mica: «Ahora sí que de tierra. 10 Daréis con un pueblo que vive
cierto me favorecerá Yavé, pues tengo seguro. La tierra es amplia y Dios la
por sacerdote a un levita». N o había por ha puesto en vuestras manos. Es una
aquel entonces rey en Israel. tierra que produce de todo». 11 Salieron,
pues, de Sora y de Estaol seiscientos
hombres de las familias de Dan, armados
en guerra; 12 y subieron, acamparon en
Quiriat-Jearim, de Judá, por lo cual se
•f "y 4 Este relato nos da a conocer los orígenes del santuario de Dan, famoso en la historia de
1 * Israel (i Re 12,20). Fue en la montaña de Efraím donde Mica erigió un santuario domés
tico con su ídolo, su efod y sus terafim, para el que consagró sacerdote a su hijo.
7 Aquí He presenta este levita en busca de medios de vida y se pone al servicio de Mica para
actuar de sacerdote en vez del hijo. Mica se muestra muy satisfecho, esperando que el ministerio
de un levita sea más grato a Yavé que el de su hijo (1 Re 12,31).
■I Q 1 Nos hallamos-antes de la institución de la monarquía, y la tribu de Dan, instalada al prin-
1 ® cipio dentro de los términos de Judá, se ve forzada a emigrar, sin duda por las incursiones
de los filisteos (Jos 19,40 ss.).
5 Por aquí vemos el interés que tenía para Mica su santuario doméstico. El sacerdote consul
taba al Señor a petición de los fieles, y no hemos de creer que lo hacía sin alguna remuneración
(1 Sam 3,7 ss.; Mt 16,19).
7 Lais, junto a una de las fuentes del Jordán, debía de pertenecer a los sidonios; pero hallándo
se lejos de ellos y sin contacto con la Siria (LXX), podía ser sorprendida y atacada con facilidad.
JUECES 1 8 -1 9 282
llamó hasta hoy este lugar Majane Dan, más tu voz, si no quieres que hombres
al occidente de Quiriat-Jearim. 13 Pasaron irritados se arrojen sobre vosotros y pier
de allí a los montes de Efraím y llegaron das tu vida y la de los de tu casa». *6 Pro
hasta la casa de Mica. 14 Los cinco hom siguieron los hijos de Dan su camino;
bres que hablan ido a explorar la tierra y Mica, viendo que eran más fuertes que
de Lais dijeron a sus hermanos: «¿Sa él, se volvió y tornó a su casa. 27 Lle
béis que en esta casa hay un efod, y váronse, pues, lo que había hecho Mica
terafim, y una imagen tallada y chapea y el sacerdote que tenía; y marcharon
da? Ved vosotros lo que se ha de hacer». * contra Lais, contra el pueblo tranquilo y
15 Pasaron adelante; y entrando en la confiado, y los pasaron a filo de espada
casa del joven levita, la casa de Mica, y prendieron fuego a la ciudad. 28 No
le preguntaron por su salud, i 6 Los seis hubo quien la librara, por lo lejos que
cientos hombres de los hijos de Dan, estaba Sidón y por no tener relación
armados en guerra, se quedaron a la con la Siria. Estaba en el valle que se
entrada de la puerta. 17 Subieron los cin extiende hacia Bet Rejobot. Los hijos de
co exploradores y entraron para apode Dan reedificaron la ciudad y habitaron
rarse del efod, de los terafim y de la ima en ella, 29 y la llamaron Dan, del nombre
gen chapeada, mientras estaba el sacer de su padre, hijo de Israel, pues antes
dote a la entrada de la puerta con los se llamaba Lais.
seiscientos hombres armados en guerra.
18 Después que entraron en la casa de C u lto sa crile g o e ile g ítim o en D a n
Mica, se apoderaron del efod, de los te
rafim y de la imagen tallada y chapea 30 Los hijos de Dan se erigieron la
da, les dijo el sacerdote: «¿Qué hacéis?» imagen tallada de Mica; Jonatán, hijo
19 Ellos le dijeron: «Cállate; ponte la ma de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos,
no en la boca, vente con nosotros y fueron sacerdotes de la tribu de Dan
serás nuestro padre y nuestro sacerdote. hasta el tiempo de la emigración de Dan. *
¿Qué te es mejor, ser sacerdote de la 31 Permaneció entre ellos la imagen ta
casa de un solo hombre o serlo de una llada de Mica, que él se había hecho,
tribu y de una familia de Israel?» 20 Ale- todo el tiempo que estuvo en Silo la
grósele al sacerdote el corazón, y cogien casa de Dios. *
do el efod, los terafim y la imagen ta
llada, se fue con aquella gente. * 21 Pu C r im e n d e los d e G u e b a d e
siéronse en marcha de nuevo, llevando B e n ja m ín
por delante a los niños, a los animales
y las cosas de precio; 22y estaban ya 1 Q 1 Sucedió por aquel tiempo, cuan-
lejos de la casa de Mica, cuando éste y *21 do no había rey en Israel, que un
los hombres que habitaban las casas ve levita que peregrinaba en el límite sep
cinas de la de Mica se reunieron para tentrional de los montes de Efraím to
salir en persecución de los hijos de Dan. mó por mujer a una concubina de Belén
23 Gritaron a los hijos de D an; y éstos, de Judá. * 2 Se disgustó con él la con
volviendo la cara, dijeron a Mica: «¿Qué cubina y le dejó para irse a la casa de su
te ocurre, para que nos vengas dando padre, a Belén de Judá, donde se estuvo
voces?» 24 El contestó: «Mi dios, el que por espacio de cuatro meses. 3 Su marido,
yo he hecho, me lo habéis quitado junto llevando consigo un mozo y dos asnos,
con e! sacerdote, y os marcháis. ¿Qué se encaminó donde ella estaba, para ha
me queda entonces? ¿Y todavía me pre blarle al corazón y reducirla. Hizóle en
guntáis qué me ocurre?» * 25 Dijéronle trar ella en la casa de su padre, que al
ios hijos de Dan: «No nos hagas oir verle salió muy contento a recibirle. 4 Lis
14 El efod aquí no es una vestidura sacerdotal, como en Ex 28,6 ss., sino el instrumento de
consultar a Dios, de que se habla en 1 Sam 14,18 ss.
20 El levita se alegra, entreviendo una situación más honrosa en la futura ciudad de Dan. El
Deuteronomio nos pre^nta a los levitas llevando siempre una vida pobre (12,12.18; 18,6).
24 Mica llama su dios a la estatua de Yavé que le habían llevado. No hay motivo para pensar
que se refiriese a los falsos dioses; era una estatua en que habla querido representar a Yavé, contra
el segundo precepto del Decálogo (Ex 20,4 ss.; Dt 5,8 ss.).
30 Sólo una porción de la tribu de Dan emigró hacia el norte y fundó el santuario con el ídolo
y sacerdote de Mica, mientras que Jonatán, descendiente de Moisés, había desempeñado el sacer
docio en la tribu hasta los días de la emigración. Así leen los LXX cód. A.
31 El objeto de este pasaje parece ser damos a conocer el origen histórico del santuario que,
contra la Ley, erigieron los danitas en la ciudad de Lais, en el cual puso después Jeroboam uno de
los becerros que alzó; la gran prevaricación con que Jeroboam hizo prevaricar a Israel (1 Re 12,28).
•I Q 1 Los episodios que a continuación se relatan muestran cuánto había cundido en Israel
* ^ la corrupción, hasta llegar a ser Gueba una nueva Sodoma. Este crimen lo castiga la Ley
con la muerte. El haber aprobado toda la tribu a la ciudad criminal agrava todavía el pecado (Rom 1,
32) y explica lo cruento de la represión, que llega casi al total exterminio de Benjamín.
383 m cw 19
tóle su suegro, el padre de la joven, y limite septentrional de los montes de
se quedó allí por tres días, comiendo, Efraím, de donde soy yo. Había ido a Be
bebiendo y pasando la noche allí. 5 Al lén de Judá y voy a mi casa, pero nadie
cuarto día se levantó de mañana y se me admite en su casa. 19*Sin embargo,
dispuso a marchar; pero el padre de tenemos paja y forraje para los asnos, y
la joven dijo a su yerno: «Toma antes también pan y vino para mí, para tu sier-
un bocado de pan, para refocilarte, y va y para el mozo que acompaña a tus
luego partirás». « Sentáronse ambos y co siervos; no necesitamos nada». 20 El an
mieron y bebieron; y el padre de la joven ciano le dijo: «Sea contigo la paz; de
dijo al marido: «Anda, quédate hoy a cuanto te es necesario te proveeré y o ; no
pasar aquí la noche alegremente». ? Le te quedes en la plaza». * 21*Hízolos en
vantóse el marido para marcharse, pero trar en su casa y dio forraje a los asnos.
le instó su suegro, y se quedó a pasar Laváronse los pies los viajeros y después
la noche allí, 8 Levantóse de mañana el comieron y bebieron. 22 Mientras estaban
día quinto, para emprender la marcha; refocilándose, los hombres de la ciudad,
y le dijo el padre de la joven: «Anda, gente perversa, aporrearon fuertemente la
toma un refrigerio y diferid la marcha puerta, diciendo al anciano, dueño de la
hasta el caer del día»; y se pusieron a casa: «Sácanos al hombre que ha entrado
comer juntos. 9 Levantóse el marido para en tu casa para que le conozcamos».*
marcharse él, la concubina y el mozo; 23 El dueño de la casa salió a ellos y les
pero el suegro, el padre de la joven, le dijo: «No, hermanos míos; no hagáis tal
dijo: «Mira, comienza ya a caer la tar maldad, os lo pido; pues que este hom
de; anda, pasad la noche aquí, que el bre ha entrado en mi casa, no cometáis
día se acaba ya; pasa aquí la noche, que semejante crimen. 24 Aquí están mi hija,
$e te alegre el corazón, y mañana os le que es virgen, y la concubina de él; yo
vantáis bien temprano para volveros a tu os las sacaré fuera para que abuséis de
casa». 10 El marido rehusó pasar allí la ellas y hagáis con ellas como bien os pa-
noche, se levantó y partió. Llegó frente a rezcu; pero a este hombre no le hagáis
Jebús, que es Jerusalén, con el par de as semejante infamia». 25 Aquellos hombres
nos y la concubina. 11 Cuando estaban no quisieron escucharle, y entonces el le
cerca de Jebús, el día había ya bajado vita cogió a su concubina y la sacó fuera*
mucho, y dijo el mozo a su amo: «Será La conocieron y estuvieron abusando de
mejor que nos desviemos hacia la ciudad ella toda la noche, hasta la mañana, de
de los jebuseos para pasar allí la noche». jándola al romper la aurora. 26 Al venir
12 El amo le respondió: «No, no torcere la mañana, cayó la mujer a la entrada de
mos hacia una ciudad extraña, en la que la casa donde estaba su señor, y allí que
no hay hijos de Israel;13 lleguemos a Gue- dó hasta que fue de día. 27 Su marido se
ba»; y añadió: «Anda, vamos a acercar levantó de mañana y abrió la puerta de
nos a uno de esos dos lugares, y pasare la casa para salir y continuar su camino,
mos la noche en Gueba o en Rama». * y vio que la mujer, su concubina, estaba
1415Prosiguieron la marcha, y al ponerse tendida a la entrada de la casa con las
el sol llegaron cerca de Gueba de Ben manos sobre el umbral. 28 £1 le dijo:
jamín. 13 Tornaron, pues, hacia allá para «Levántate y vámonos»; pero nadie res
pasar la noche en Gueba. Entraron y se pondió. Púsola entonces el marido sobre
sentaron en la plaza de la ciudad; y no su asno y partió para su lugar. 19 Llegado
hubo quien los admitiera en su casa para a su casa, cogió un cuchillo y la concu
pasar en ella la noche. * 16*Llegó en esto bina y partió miembro por miembro, en
un anciano, que venía de trabajar en el
campo; era un hombre de los montes de doce trozos, que mandó por toda la tierra
Efraím que se hallaba en Gueba; los ha de Israel.* 3 o y a los enviados encargó
bitantes del lugar eran benjaminitas. que dijeran a todos los israelitas: «¿Se ha
17 Cuando, al levantar los ojos, vio al via visto jamás tal cosa desde que los hijos
jero en la plaza de la ciudad, le dijo: de Israel subieron de Egipto hasta el pre
«¿Adónde vas y de dónde vienes?» 18 El sente? Miradlo bien, deliberad y resol
le contestó: «Vamos de Belén de Judá al ved». A su vista decían todos: «Jamás ha
13 Los viajeros pasan de largo por Jerusalén, que estaba todavía en poder de loa jebuseos, y
siguen en busca de hospedaje en una ciudad israelita al norte de Jerusalén.
15 Sentados en la plaza, esperan que alguien les ofrezca hospedaje. La hospitalidad era un deber
sagrado en la antigüedad y lo es hoy en las tribus del desierto (Gén 18,3 ss.; 19,1 ss.).
20 El anciano efraimita, cumpliendo los deberes de la hospitalidad, empieza a poner de relieve
la mala condición de los habitantes de Gueba. No son hospitalarios (Job 31,32)-
22 El anciano pone ante los ojos de los criminales la ofensa que hacen a la ley déla hospitalidad.
El huésped es siempre sagrado. Para evitar su injuria ofréceles la hija. Entre dos males elige el que
a sus ojos es menor (cf. Gén 19,1 ss.).
29 Lo hecho por el levita con el cadáver de su mujer (20,6) se parece a lo que hizo Saúl 000 sus
bueyes, aunque sin la amenaza (1 Sam 11,17).
JUECES 19 -2 0 284
Derrota y casi total extinción de los que toda la ciudad subía en fuego hacia
benjaminitas el cielo. 41 Diéronles entonces la cara los
hijos de Israel; y los de Benjamín, ate
27 Por entonces estaba allí el arca de
rrados ante el desastre que se les venía
la alianza de D ios; 28 y Fines, hijo de encima, 42 volvieron las espaldas ante los
Eleazar, hijo de Arón, servía ante ella. hijos de Israel y emprendieron la huida,
Preguntaron, pues: «¿Marcharé todavía camino del desierto; pero la batalla los
otra vez para combatir a los hijos de Ben apretaba y los que venían de la ciudad
jamín, mi hermano, o debo desistir?» Ya- los exterminaron.43 Cercaron a Benjamín,
vé respondió: «Marcha, que mañana lo le persiguieron sin descanso, le aplastaron,
pondré en tu mano». 29 Israel puso en hasta el oriente de Gueba. ^D ieciocho
torno a Gueba una emboscada; 39 y al mil hombres cayeron de Benjamín, todos
tercer día subieron los hijos de Israel gente valiente. 43 D e entre los que huían
contra los hijos de Benjamín, y se orde hacia el desierto, hacia la roca de Rimón,
naron en batalla ante Gueba, como las mataron los de Israel por las subidas cin
otras veces. 3* Los hijos de Benjamín sa co mil, y siguieron persiguiéndolos hasta
lieron al encuentro del pueblo, dejándo acabar con ellos, y mataron otros mil.
se arrastrar lejos de la ciudad. Comenza 46 El número total de los de Benjamín
ron a herir y matar gente en el campo, que perecieron aquel día fue de veinticin
como las otras veces, en los dos caminos, co mil hombres de guerra, todos valien
de los cuales el uno sube a Bétel y el otro tes. 47 Seiscientos hombres de los que em
a Gabaón, unos treinta hombres de Is prendieron la huida hacia el desierto y
rael. 32 Los hijos de Benjamín se decían: pudieron llegar a la roca de Rimón per
«Derrotados ante nosotros como antes». manecieron allí durante cuatro meses.
Y los hijos de Israel dijeron: «Huyamos 48 Los hijos de Israel se volvieron sobre
y atraigámoslos sobre estos caminos, le Benjamín y pasaron a filo de espada las
jos de la ciudad»; y abandonando todos ciudades, hombres y ganados y todo cuan
sus posiciones, se pusieron en orden de to hallaron, e incendiaron cuantas ciuda
batalla en Baal Tamar. 33 Los embosca des encontraron.
dos de Israel, al occidente de Gueba, se
echaron fuera de su puesto; 34y llegaron 0 1 1 Los hombres de Israel habían ju-
contra Gueba diez mil hombres escogi ^ 1 rado en Masfa, diciendo: «Ningu
dos de todo Israel. El combate fue duro, no de nosotros dará por mujer su hija a
pues los hijos de Benjamín no se dieron uno de Benjamín». * 2 Vino el pueblo de
cuenta del gran desastre que les amena Bétel y estuvo allí ante Dios toda la tar
zaba. 35 Yavé batió a Benjamín ante Is de. Alzando su voz, lamentábase grande
rael, y los hijos de Israel mataron aquel mente, diciendo: 3 «¿Por qué, ¡oh Yavé,
día veinticinco mil cien hombres de Ben Dios de Israel!, ha sucedido que en Israel
jamín, hombres de guerra.* 36Viéronse venga hoy a faltar una tribu?» * 4 Al día
derrotados los hijos de Benjamín, y se siguiente, levantándose de mañana, alza
dieron cuenta de que Israel había cedi ron allí un altar, ofrecieron holocaustos
do terreno ante ellos porque confiaba en y hostias pacíficas, 5 y se preguntaron:
la emboscada que había puesto contra «¿Quién de entre las tribus de Israel no
Gueba. 37*Los emboscados se echaron rá ha subido a la asamblea de Yavé?» Por
pidamente sobre la ciudad y, avanzando que habían jurado solemnemente contra
contra ella, la pasaron a filo de espada. quien no subiera ante Yavé a Masfa, di
38 Los hijos de Israel habían convenido ciendo: «Será castigado con la muerte».
con los de la emboscada en una señal, di 6 Los hijos de Israel se compadecían de
ciendo: «Haced subir de la ciudad una Benjamín y su hermano, y se decían:
gran nube de humo». 39 Al verla los hijos «Hoy ha sido amputada de Israel una
de Israel, simularon la fuga. Los de Ben tribu.7 ¿Qué haremos por ellos para pro
jamín habían ya matado unos treinta curar mujeres a los que se quedan? Por
hombres y se decían: «Helos ahí batidos que hemos jurado por Yavé no darles por
ante nosotros, como en la primera bata mujeres nuestras hijas». 8 Dijéronse, pues:
lla». 40 Cuando la nube de humo comen «¿Hay alguno entre las tribus de Israel
zó a alzarse como una columna sobre la que no haya subido ante Yavé a Mas
ciudad, volvieron los ojos atrás y vieron fa?» Y ninguno de Jabes Galad había ve-
33 La derrota de los benjaminitas fue completa, y el número de los muertos en la batalla está,
como en las otras, en armonía con los censos del Pentateuco. Quedaron con vida sólo seiscientos,
que se salvaron en la roca de Rimón, hacia el desierto. El resto de la población benjaminita habría
perecido en un espantoso anatema.
O| 1 Masfa es el sitio de la concentración y de las deliberaciones, mientras que Bétel es el lugar
1 de la oración (20,3.18.26).
3 La victoria sobre un hermano es causa de llanto. Hay que reparar la desgracia, sin faltar al
juramento de que se habla en 21,1.
RUT
nido al campo, a la asamblea.* 9 Hicie mujeres nuestras hijas, porque lo$ hijos
ron un recuento del pueblo, y no se halló de Israel han jurado diciendo: Maldito
ninguno de Ja bes Galad. 10 Entonces en quien dé a los de Benjamín su hija por
vió contra ellos la asamblea doce mil mujer». 19 Y dijeron: «Cerca está la fiesta
hombres de los más valientes con esta de Yavé, que de año en año se celebra en
orden: «Id y pasad a filo de espada a los Silo»— ciudad situada al norte de Betel,
habitantes de Jabes Galad, con sus muje al oriente del camino que de Betel sube a
res y niños. 11 Pero habéis de hacer así: Siquem y al mediodía de Lebona—. *
Anatematizar a todo hombre y a toda 20 Y dieron a los de Benjamín esta orden:
mujer que haya conocido varón». 12 Ha 21 «Id y poneos en emboscada en las
llaron entre los habitantes de Jabes Galad viñas. Estad atentos, y cuando veáis salir
cuatrocientas jóvenes vírgenes que no ha a las hijas de Silo para danzar en coro,
bían conocido varón compartiendo su le salís vosotros de las viñas y os lleváis
cho, y las llevaron al campo de Silo, en la cada uno a una de ellas para mujer, y os
tierra de Canán. 13 Mandó entonces toda volvéis a la tierra de Benjamín. 22 Si los
la asamblea mensajeros que hablaran a padres o los hermanos vienen a recla
los hijos de Benjamín, que estaban en márnoslas, les diremos: Dejadlos en paz,
la roca de Rimón, y les ofrecieran la paz. pues con las de Jabes Galad tomadas en
14 Volvieron los de Benjamín entonces, y guerra no ha habido una para cada uno,
se les dieron por mujeres las que habían y no habéis sido vosotros los que se las
sobrevivido de las mujeres de Jabes Ga habéis dado, que sólo entonces seríais
lad, pero no hubo bastantes. 15 El pueblo culpables». 23 Hicieron así los hijos de
se compadecía de Benjamín, porque había Benjamín, y cogieron de entre las que
abierto Yavé una brecha en las tribus de danzaban una cada uno, llevándoselas y
Israel;16 y los ancianos de la asamblea se
preguntaron: «¿Cómo haremos para pro volviéndose a su heredad. Reedificaron
curar mujeres a los de Benjamín, puesto las ciudades y habitaron en ellas.
que sus mujeres han sido muertas?» 17 Y 24 Fuéronse entonces los hijos de Israel
decían: «Quede en Benjamín la heredad cada uno a su tribu, a su familia, vol»
de los que han escapado, para que no viendo todos a su heredad. (25) No había
desaparezca una de las tribus de Israel; entonces rey en Israel y hacía cada uno
18 pero nosotros no podemos darles por lo que bien le parecía, *
8 Este detalle confirma la concepción antes mencionada en 20,1; todos estaban obligados a
acudir a la convocatoria. Situación bien distinta de la anterior. Jabes es condenada al anatema, con
excepción de las doncellas, que reservan para los benjaminitas (Núm 31.18).
19 En Silo estaba el tabernáculo, y ahí se celebraba la fiesta anual, sin duda una de Jas tres
Crescritas por la Ley (Ex 23,14; 34,23). La solución es digna de un buen casuista. Con ella contri-
uian a la restauración de la tribu destruida, que pronto volverá a levantar cabeza, según veremos
en los libros de Samuel.
24 Tales excesos redamaban la institución de una autoridad que impusiera el orden y la jus
ticia, que tanto se echaban de menos en Israel.
R U T
Este libro, en las colecciones antiguas, suele ir unido con el de los Jueces, por perte
necer a la misma época.
Es el libro de Rut un verdadero idilio, en que se pintan las costumbres familiares
de la época, Como tantas veces hemos visto descender a Egipto a los moradores de
Canán, apretados por la sequía y el hambre, así vemos aquí una fam ilia betlemita,
en caso semejante, buscar asilo en la región de Moab. Y no debía de encontrarse mal
en aquella tierra, cuando deja pasar los años sin acordarse d evo lverá Belén. A llí se
muere el jefe de la fam ilia, allí se casan y se mueren también sus dos jóvenes hijos.
A l cabo de diez años, la madre, Noemí, resuelve tornar a su tierra, y con ella vuelve
también, inducida de piedad hacia su suegra, una de sus nueras, Rut, la moahita, la
cual, en virtud de la ley del levirato, estaba destinada a dar vida a una familia ya
287 rut 1-2
fenecida. Aunque no parece que sea esto lo que preocupa al autor, sino el damos a
conocer la ascendencia del rey David.
Del autor de este precioso librito nada sabemos, ni aun de la época en que fue
escrito.
2
vieja para volver a casarme. Y aunque me 1 Tenía Noemí un pariente por parte
quedara todavía esperanza y esta misma de su marido, Elimelec, hombre po-
1 Esta introducción muestra, de una parte, las condiciones climatológicas de Canán, donde
I no era rara la sequía, que traía como consecuencia el hambre y la emigración (Gen 12,10;
26,1 ss.; 42,51); de otra parte, la familiaridad de los hebreos con los otros pueblos, aun con aque
llos con quienes la Ley se mostraba más dura (Dt 23,3).
8 Noemí no entraba en el número de las suegras de mala fama, sino en el de aquellas de quienes
dijo Jesús; «He venido a separar al hombre de su padre..., a la nuera de su suegra* (Mt 10,35).
13 Cada pueblo tenía sus dioses. Así habla aquí Noemí y después Rut, en conformidad con
la concepción antigua, a la que alude Jeremías cuando reprende la apostasía de Judá; «Id hasta las
islas de los quititas y ved si jamás sucedió cosa como ésta: ¿Hubo jamás pueblo alguno que cambiase
au dios, con no ser dioses ésos? Pues mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que de nada vale»
(2,10 s.). Orfa, volviéndose a su pueblo, se vuelve a los dioses de Moab, y Rut, incorporándose a
Israel, se une al pueblo de Yavé y entra en la ascendencia del Mesías.
10T 2 4 288
deroso, de nombre Boz. * 2 Dijo Rut a sin decirle nada».17 Estuvo espigando Rut
Noemí: «Si quieres, iré a espigar al campo en el campo hasta por la tarde; y después
donde me acojan benévolamente»; y Noe de batir lo que había espigado, había
mí le dijo: «Ve, bija mía». 3 Fue, pues, como un efá de cebada. 18 Cogiólo y se
Rut, y se puso a espigar en un campo de volvió a la ciudad, y mostró a su suegra
trás de los segadores. Diose precisamente lo que había espigado. Sacó también lo
el caso de que el campo era de Boz, el que había guardado, lo que después de
pariente de Noemí; 4 y he aquí que vino comer le sobrara, y se lo d io .19 Su suegra
éste de Belén para visitar a los segadores, le dijo: «¿Dónde has espigado hoy y
a quienes dijo: «Yavé sea con vosotros»; dónde has trabajado? Bendito sea el que
contestándole ellos: «Yavé te bendiga». se ha interesado por ti». Rut dio a conocer
5 Y preguntó Boz al criado suyo que es a su suegra dónde había trabajado, dicien
taba al frente de los segadores: «¿De do: «El nombre del hombre en cuyo
quién es esa joven?»; 6 y él le contestó: campo he trabajado es Boz»; 20 y dijo
«Es una joven moabita que se ha venido Noemí a su nuera: «Bendito él de Yavé,
con Noemí de la tierra de Moab. 7 Me que la gracia que hizo a los vivos se la ha
dijo: Déjame espigar detrás de los sega hecho también a los muertos»; y añadió
dores. Desde la mañana hasta ahora está Noemí: «Es pariente cercano nuestro ese
aquí, y bien poco que ha descansado en hombre, es de lo que tienen sobre nos
la cabaña». 8 Dijo Boz a Rut: «¿Oyes, otros el derecho del levirato»;21 Rut aña
hija mía? No vayas a otros campos a dió: «También me ha dicho: Sigue con
espigar ni te apartes de aquí. * 9 Unete a mis gentes hasta que se sieguen todas
mis criadas y vete con ellas al campo mis cosechas». 22 Y Noemí dijo a Rut,
donde se siegue. Ya diré a mis criados su nuera: «Mejor es, hija mía, que vayas
que nadie te toque; y si tienes sed, te con sus criados, no te vayan a tratar mal
vas al hato y bebes de lo que beban los en otro campo». 23 Siguió, pues, Rut es
criados».10 Postróse Rut, rostro en tierra, pigando con los criados de Boz hasta el
y dijo: «¿De dónde a mí haber hallado fin de la siega de las cebadas y de los
gracia a tus ojos y serte conocida yo, una trigos y habitando con su suegra.
mujer extraña?» 11 El le contestó: «Sé lo
que has hecho por tu suegra después de R ut hace valer sus derechos
muerto su marido y que has dejado a sobre Boz
tus parientes y la tierra en que naciste
para venir con ella a un pueblo para ti 1 Dijo Noemí, la suegra de Rut, a
desconocido.
12 Que Yavé te pague lo que has hecho
3 ésta: «Hija mía, voy a procurarte
una posición para que seas feliz. * 2 Boz,
recibas cumplida recompensa de Yavé, con cuyos criados has estado, es pariente
ios de Israel, a quien te has confiado y nuestro, y esta noche va a hacer en su
bajo cuyas alas te has refugiado». 13 Ella era la limpia de la cebada. 3 Lávate, únge
le ái‘o: «Que halle yo gracia a tus ojos, te, vístete y baja a la era. Procura que
mi señor, que me has consolado y has no te vea hasta que no haya acabado de
hablado al corazón de tu sierva, aunque comer y beber; 4 y cuando vaya a acos
no soy yo ni como una de tus criadas». tarse, mira bien dónde se acuesta; y entra
14 A la hora de comer, dijo Boz a Rut: después, y levantando la cubierta de sus
«Acércate acá; come y moja tu pan en pies, te acuestas a ellos. El mismo te
el vinagre». Ella se sentó al lado de los dirá qué es lo que has de hacer». 5 Ella
segadores, y él le dio una porción de le respondió: «Haré cuanto tú me man
trigo tostado, de que comió ella hasta des».
saciarse, y le sobró; y guardando lo que 6 Bajó, pues, a la era e hizo todo cuanto
le había sobrado, is se levantó para se le había mandado su suegra. 7 Boz comió
guir espigando. Boz mandó a sus criados, y bebió y se alegró su corazón. Fue a
diciéndoles: «Dejadla espigar también en acostarse al extremo de la hacina, y Rut
tre los haces, sin reñirle, * 16 y sacad vos se acercó calladamente, descubrió sus pies
otros mismos algunas espigas de las ga y se acostó. 8 A medianoche tuvo el hom
villas y tiradlas, para que ella las recoja, bre un sobresalto, e incorporándose, vio
O 1 La ley del Deuteronomio es tan humana o, por mejor decir, tan divina con los pobres, que
" manda que los segadores no se vuelvan a recoger las espigas que quedaren atrás, sino que
las dejen para los pobres espigadores (24,19 ss,).
8 Boz se muestra hombre de sentimientos humanitarios y pariente agradecido.
15 Manera delicada de mostrar su generosidad con la que había sido buena mujer de un parien
te suyo.
O 1 La buena Noemí se muestra preocupada por la suerte de su nuera y de su propia descen-
^ dencia, que con triste corazón vela desaparecer. Y así, en cuanto oyó hablar de Boz se acordó
de su parentesco y de la ley del levirato, que le imponía la obligación de procurar descendencia al
pariente fallecido sin hijos (Dt 25,5 ss.).
289 RTJT 3-4
que a sus pies estaba acostada una mu ancianos de la ciudad que están aquí
jer, * 9 y preguntó: «¿Quién eres tú?» Ella sentados. $j quieres usar de tu derecho
respondió: «Soy Rut, tu sierva; extiende de levirato, usa; y si no quieres, mani
tu manto sobre tu sierva, pues tienes so fiéstalo para que yo lo sepa, pues no hay
bre ella el derecho del levirato». 10 El nadie que antes que tú tenga ese derecho;
dijo: «Bendita de Yavé seas, hija mía; después de ti vengo yo». El respondió:
tu proceder ha sido a lo último mejor «La compraré». 5 Boz le dijo: «Al com
todavía que al principio, pues no has prar a Noemí el campo, tendrás que
buscado ningún joven, pobre o rico, u No recibir a Rut, la moabita, por mujer,
temas, hija mía; yo haré por ti cuanto como mujer del difunto, para hacer vivir
me digas, pues sabe muy bien todo el el nombre del difunto en su heredad».
pueblo que habita dentro de las puertas 6 El otro respondió: «Así no puedo com
de mi ciudad que eres una mujer virtuosa. prarlo, por temor de perjudicar a mis
12 Yo tengo en verdad el derecho del le herederos. Cómpralo tú, pues yo no puedo
virato, pero hay otro que es pariente más hacerlo». 7 Había en Israel la costumbre,
próximo que yo. 13 Pasa ahí la noche, y en caso de compra o de cambio, para
mañana, si él quiere hacer uso de su de convalidar el contrato, de quitarse el uno
recho, que lo haga, y si no quiere hacerlo, un zapato y dárselo al otro. Esto servía
yo lo haré, vive Yavé. Acuéstate hasta la de prueba en Israel. * 8 El pariente pró
mañana». 14 Quedóse ella acostada a sus ximo había dicho a Boz: «Cómpralo tú
pies hasta la mañana, levantándose antes por tu cuenta». Y se quitó el zapato.
de que los hombres puedan reconocerse 9 Boz dijo a los ancianos y a todos los
unos a otros. El mandó: «Que no se sepa presentes: «Testigos sois hoy de que yo
que esta mujer ha venido a la era». compro a Noemí cuanto perteneció a
15 Y añadió: «Coge el manto que te cubre Elimelec, a Quelyón y a Majalón, 10 y
y sosténlo». Sostúvolo ella, y le echó él que tomo al mismo tiempo por mujer a
seis medidas de cebada, que le cargó, y Rut, la moabita, mujer de Majalón, para
ella entró en la ciudad. í<>Cuando llegó que no se borre de entre sus hermanos y
Rut a casa de su suegra, le preguntó ésta: de la puerta de la ciudad el nombre del
«¿Qué has hecho, hija mía?» Ella le contó difunto. Testigos sois de ello » .11 Respon
lo que el hombre había hecho por ella, dió todo el pueblo que estaba en la puerta
17 y añadió: «Me ha dado, además, estas los ancianos: «Somos testigos. Haga
seis medidas de cebada, diciéndome: No avé que la mujer que entra en tu casa
vuelvas a casa de tu suegra con las manos sea como Lía y Raquel, que edificaron la
vacías». 18 Noemí le dijo*. «Estáte tran casa de Israel. Que por ella seas poderoso
quila, hija mia, hasta ver cómo acaba la en Efrata y tengas renombre en Belén.
cosa, pues ese hombre no descansará hasta 12 Que sea tu casa como la casa de Fares,
terminar hoy mismo este asunto». el que Tamar dio a Judá, por la descen
dencia que de esa joven te dé Yavé».
M atrimonio de Boz y Rut 13 Tomó Boz a Rut y la recibió por
mujer; y entró a ella, y Yavé le concedió
1 Boz subió a la puerta de la ciudad concebir y parir un hijo. 14 Las mujeres
4 y se sentó allí. Vio pasar al pariente decían a Noemí: «Bendito Yavé, que no
mencionado y le dijo: «Deténte y siéntate ha consentido que te faltase hoy un re
aquí, fulano». Detúvose el hombre y se dentor. Que su nombre sea celebrado en
sentó. * 2 Llamó Boz a diez de los ancia Israel. 13 Que sea el consuelo de tu alma
nos de la ciudad y dijo: «Sentaos aquí». y el sostén de tu vejez, pues te lo ha dado
Una vez sentados, * 3 dijo al pariente pró tu nuera, que tanto te quiere, y es para
ximo : «Noemí, que ha vuelto de ia tierra ti mejor que siete hijos». 13 Noemí tomó
de Moab, vende la porción de campo que al niño, se lo puso al seno y fue su ma
fue de nuestro hermano Elimelec. * 4 He drina. 17 Las vecinas le dieron nombre al
querido darte cuenta de ello para decirte: decir: «A Noemí le ha nacido un hijo»,
Cómprala, si quieres, en presencia de los y le llamaron Obed. Este' fue padre de
8 No hay en esta acción nada de indecoroso; es sencillamente el medio para conseguir que Boz
cumpla el deber que le impone la ley del levirato, según el consejo de Noemí.
Ndcar-Colunga 10
SAMl’Kf. 290
InuI. padre de David. * 18 He aquí la pos gendró a N asón; Nasón engendró a Sal
teridad de Fares: Faros engendró a Es- món; 21 Salmón engendró a B oz; Boz en
rom; * *9 Esrom engendró u Aram ; Aram gendró a Obed; 22 Obed engendró a Isaí
engendró a Aminadub; Aminadab en e Isaí engendró a David.
17 El niño nacido, aunque en realidad nada tenía que ver con Noemí, legalmente era su nieto,
hijo del primer marido de l<ut (Dt 25,6).
18 Todos estos nombres entran en la genealogía del Salvador, que nos han dejado los evan
gelistas en San Mateo (1,5) y San Lucas (3,31).
S A M U E L
1. Los libros que en la Vulgata, como en la versión griega de los L X X , llevan
el nombre de 1-2 de los Reyes o de los Reinos, se denominan en hebreo de Samuel y
formaban un solo libro, sin enlace literario con los precedentes. Ha sido luego dividido
en dost conforme a la división de las versiones latina y griega.
Es su argumento uno de los períodos más importantes de la historia hebrea,
aquel en que salió Israel de su estado de disgregación política para constituir una
verdadera nación organizada. Se divide en tres partes, según los personajes que en
ellas dominan: Samuel (1 Sam 1 - 1 3 ) , Saúl ( 14 - 3 1) y David (2 Sam 1,2)» A l
fin tenemos también dos capítulos de apéndices (23-24 ).
2. Las acometidas persistentes de los enemigos acaban por hacer comprender a
las tribus de Israel la necesidad de renunciar a una parte de su libertad en pro del
bien común. Con esto se viene a formar una unidad política, si no tan coherente como
sería razonable, lo suficiente para que poco a poco se reúnan las fuerzas de Israel y,
bajo la conducta de caudillos expertosf logren asegurar primero la independencia del
pueblo y luego extender su autoridad sobre las naciones vecinas, hasta venir a formar
la nación más poderosa del mediodía de la Siria. Vivió Israel en este tiempo la época
más gloriosa de su larga historia.
3. Cuando nació Samuel ejercía la suprema autoridad judicial en Israel H elí,
sumo sacerdote. Por este tiempo comenzaron los filisteos a apretar al pueblo, subiendo
del llano a la montaña de Judá y de Benjamín. Samuel, a título de profeta. sucede a
Helí. Su autoridad es religiosa y judicial; pero, llegado el caso, hace también la
guerra contra los invasores. L a persistencia de éstos en el ataque induce al pueblo a
desear un rey que con mano fuerte los defienda. L a petición del pueblo de tener un rey
*como las demás naciones» es mirada por Dios y su profeta como una protesta contra
la organización teocrática que hasta entonces había tenido; pero al fin Dios les otorga
el rey, que será su vicario y el salvador de Israel. Saúl, a pesar de sus proezas contra
los filisteos, es rechazado por su falta de docilidad a las órdenes del profeta, que en
nombre de Dios conserva la dirección espiritual del reino y del rey. Le sucede David,
varón según el corazón de Dios, que es considerado como el más grande rey de Israel.
En premio a su piedad, le promete Dios la perpetuidad de su dinastía, promesa que
implica la promesa mesiánica.
4. Del autor y de la época de la composición del libro no tenemos noticia cierta.
Pero sin duda que el autor dispuso de documentos antiguos y muy próximos a los
sucesos. La historia no está completa, pues no se cuenta de cada personaje más que
algunos episodios de su vida. También la cronología es deficiente, bastando para darse
cuenta de ello considerar que, según esta, Helí juzgó a Israel cuarenta años ( 1 Sam 4,
18 ) ; David reinó cuarenta años (2 Sam 5,4). Y nos faltan los años de Samuel y Saúl.
Este último habría también reinado cuarenta años, según Act 13 - 2 1 (cf. Introduc
ción a los libros históricos, n.8).
I SAMUEL
19 La concepción de Samuel es efecto de la bendición de Yavé sobre Ana, estéril (cf. Le 1,24).
23 Por aquí vemos que el concurso a la fiesta no se consideraba de tan rigurosa obligación que
por una causa razonable no pudieran dispensarse de él los fieles.
O 1 La inserción del cántico no está hecha de igual modo en el texto masorético y en los LXX.
" Los dos primeros versículos expresan la exaltación del autor por el socorro de Yavé a favor
de los que esperan en El. Forman la primera estrofa.
3 En la segunda (v.3) se contrapone a la arrogancia de los malvados la sabiduría de Dios, a
quien nada se oculta.
4 La tercera estrofa (w.4-5) expresa cómo, gracias al sabio gobierno de Yavé, son abatidos los
poderosos y ensalzados los pobres y humildes.
ó Prosigue el mismo pensamiento de la estrofa cuarta (w.6-7), pero indicando expresamente
ser obra de Yavé, que da la muerte y la vida.
8 La misma idea hallamos desarrollada en la estrofa que forman los w.8-9.
10 La última (v.io) nos anuncia la intervención de Yavé como Juez sobre los confines de la
tierra para fortalecer a su Rey y para levantar la frente de su Ungido. En esta estrofa resalta el rae*
sianismo de este cántico, muy parecido al de algunos salmos, v.gr., Sal 17.
293 I SAMUEL 2 -3
ccs rara la palabra de Yavé y no era fre su visión; lépero éste llamó a Samuel,
cuente la visión. * 2 u n día, estando acos diciendo: «Samuel, hijo mío»; y éste con
tado en su lugar Helí, cuyos ojos se habían testó: «Heme aquí». 17 Helí le preguntó:
obscurecido y no podían ver, cuando to «¿Qué es lo que te ha dicho Yavé? Te
davía no se había apagado la lámpara de ruego que no me ocultes nada. Que Yavé
Dios en el santuario. * 3 Samuel, que dor te castigue si me ocultas algo de cuanto
mía en el santuario de Yavé, donde estaba te ha dicho». 18 Samuel se lo contó todo,
el arca de D io s,4 oyó la voz de Yavé que sin ocultarle nada; y Heli dijo: «El es
le llamaba: «¡Samuel!» El contestó: «He Yavé; haga lo que parezca bien a sus
me aquí»; 5 y corrió a Helí y le dijo: ojos». *
«Aquí estoy; me has llamado». Helí con 19 Samuel llegó a ser grande, y Yavé
testó: «No te he llamado, vuelve a acos estaba con él y no dejó que cayera por
tarte». Y fue a acostarse. 6 Yavé llamó tierra nada de cuanto él decía. 2<>Todo
otra vez a Samuel; y éste se levantó, Israel, desde Dan hasta Berseba, recono
y yendo a donde estaba Helí, le dijo: ció que era Samuel un verdadero profeta
«Heme aquí, pues me has llamado». Helí de Yavé. 21 Yavé siguió apareciéndosele
repuso: «No te he llamado, hijo mío; en Silo. Helí estaba ya muy viejo, y los
vuélvete y acuéstate». 7 Samuel no cono hijos de éste seguían por el mismo cami
cía todavía a Yavé, pues todavía no se no, pésimo ante Yavé.
le había revelado la palabra de Yavé.
8 Yavé volvió a llamar a Samuel por ter D e r r o t a d e Isra e l, ca u tiv e rio d el a r c a
cera vez; y éste se levantó y fue a Helí, y y m u e r te d e H e lí y sus hijos
le dijo: «Heme aquí, pues me has llama
1 Sucedió por entonces que los filis
do». 9 Comprendió entonces Helí que era
Yavé quien llamaba al joven, y le dijo: 4 teos se reunieron para hacer la gue
«Anda, acuéstate, y si vuelven a llamarte rra a Israel. Israel salió al encuentro de
di. Habla, Yavé, que tu siervo escucha». los filisteos para combatir. Acamparon
Samuel se fue y se acostó en su lugar. cerca de Eben-Ezer, y los filisteos esta
10 Vino Yavé, se paró y llamó como las ban acampados en Afee. * 2 Habiendo pre
otras veces: «¡Samuel, Samuel!» Samuel sentado batalla los filisteos contra Israel,
contestó: «Habla, Yavé, que tu siervo se empeñó el combate, e Israel fue derro
escucha»; ♦ H y dijo Yavé a Samuel: «Voy tado por los filisteos, que mataron en el
a hacer en Israel una cosa que a cuantos combate, en el campo, unos cuatro mil
la oigan les retiñirán ambos oídos. 12 En hombres.3 El pueblo se recogió en el cam
tonces cumpliré cuanto a Helí le he dicho, pamento, y los ancianos se preguntaron:
todo lo que de su casa le he dicho; co «¿Por qué nos ha derrotado Yavé hoy
menzaré y acabaré. 13 Yo le he dicho que ante los filisteos? Vamos a traer de Silo
iba a castigar a su casa para siempre por el arca de la alianza de Yavé para que
el crimen que sabía cometían sus hijos, esté entre nosotros y nos salve de la mano
de hacer odiosos los sacrificios, y que él de nuestros enemigos». * 4 Mandaron a
no corrigió.14 Por eso he jurado a la casa Silo, y se trajo de allí el arca de la alianza
de Helí que su crimen no será expiado de Yavé Sebaot, que se sienta sobre los
ni con sacrificios ni con oblaciones».4 querubines, y con ella fueron los dos hi
15 Samuel siguió acostado hasta la maña jos de Helí, Ofni y Fines. * 5 Cuando el
na y después abrió las puertas de la casa arca de la alianza de Yavé entró en el
de Yavé. No se atrevía a contar a Helí campamento, todo Israel lanzó tan gran-
0 1 Las comunicaciones proféticas eran entonces raras en Israel, y esto da más valor a la que
** recibe el niño Samuel (Dt 18,9 ss.).
2 El Exodo nos habla del candelabro de siete brazos (25,31-40). en vez del cual Salomón habría
colocado en el Santo cinco a cada lado del altar de los perfumes (1 Re 7,49); aquí se habla de la
«lámpara de Yavé», como si dijéramos la lámpara del Santísimo.
10 Es de notar el lenguaje del autor sagrado, que presenta a Dios como morando en el santua
rio y viniendo a llamar al joven, que duerme en sus dependencias (Ex 25,8; 29,45; Lev 26,12;
1 Re 6,17).
14 El «no será expiado» mira sólo a la pena, que no será retirada, no a la culpa de los sacerdotes.
18 Es de admirar la indiferencia de Helí al oír la pena impuesta; seria más de desear que ex
presara su dolor por la causa de ella.
A 1 Los lugares aquí mencionados se hallan situados cerca de Masía y de Bétel, en los confines
“ de Benjamín y Efraím. Los filisteos debían de subir a la llanura por la cuesta de Bet-Horon,
que veremos muchas veces mencionada (Jos 10,10 ss.).
3 Nótese que es Yavé quien derrotó a su pueblo, porque El, y no los dioses filisteos, es quien
da la victoria o causa la derrota (Jue 20,35). Los antiguos llevaban por enseñas las imágenes de los
dioses. La imagen, o, mejor, el símbolo, de la presencia de Yavé era el arca de la alianza, que aquí
aparece tratada con más familiaridad que en otros pasajes (Jos 3,4).
4 El arca es el símbolo de la presencia de Dios y de su habitación en medio del pueblo. La
derrota sufrida por el ejército de Israel mueve a éste a llevar al campamento el arca de Yavé, jefe
supremo de los ejércitos de Israel.
295 I SAMUEL 4*5
des gritos de júbilo, que hacían retemblar nuera, la mujer de Fines, estaba encinta,
la tierra. 6 Oyeron los filisteos el vocerío ya para dar a luz. Al saber la noticia de
y dijeron: «¿Qué vocerío es éste tan gran la toma del arca de Dios, de la muerte de
de que se oye hoy en el campamento de su suegro y de su marido, se doblegó y
los hebreos?» Y supieron que había sido parió, pues le sobrevinieron los dolores
traída al campamento el arca de Yavé. del parto. 20 Como se veía morir, las mu
7 Atemorizáronse los filisteos, y decían: jeres que estaban junto a ella le decían:
«Ha venido Dios al campamento. ¡Des «Animo, que has parido un hijo»; pero
graciados de nosotros! Cosa tal no había ella ni respondía ni entendía. 21 Llamó
sucedido hasta ahora. * 8*¡Desgraciados al hijo Icabod, 22 diciendo: «Ha pasado
de nosotros! ¿Quién nos librará de la de Israel la gloria», por haber sido to
mano de esos dioses poderosos? ¿Acaso mada el arca de Dios y por la muerte de
no son éstos los que castigaron a Egipto su suegro y de su mando. Ella dijo: «Ha
con toda suerte de plagas y con peste? pasado la gloria de Israel, porque ha sido
9 Esforzaos y sed hombres, filisteos; no tomada el arca de Dios».
tengamos que servirles nosotros a ellos,
como os sirven ellos a vosotros. Sed hom E l a r c a , e n tierra d e los filisteos
bres, luchad». 10 Combatieron, pues, los
filisteos, y fue derrotado Israel, huyendo
cada uno a sus tiendas. Fue una gran
5
1 Cogieron, pues, los filisteos el arca
de Dios y la llevaron de Eben-Ezer
derrota, en la que cayeron de Israel trein a Azoto, * 2 y. la metieron en el templo
ta mil peones, U y fue cogida el arca de de Dagón y la pusieron junto a Dagón. *
Dios, y murieron los dos hijos de Helí, 3 Al día siguiente, levantándose de ma
Ofni y Fines. 12*Un hombre de Benjamín, ñana, vieron los filisteos a Dagón tendido
de los huidos del campo de batalla, vino en tierra y con la cara contra ella, delante
corriendo a Silo aquel mismo día, con del arca de Yavé. Le cogieron y volvieron
los vestidos desgarrados y la cabeza cu a ponerle en su sitio; 4 pero al otro día,
bierta de polvo. 13 Cuando llegó estaba cuando se levantaron, encontraron a Da
Helí sentado en una silla, a la vera del gón tendido en tierra boca abajo y cor
camino, cerca de la puerta, esperando, tadas la cabeza y las manos, que yacían
pues su corazón temblaba por el arca de en el umbral, sin quedar de Dagón más
Dios. Entró el hombre en la dudad para ue el tronco. 5 Por esto los sacerdotes
informarla, y toda ella fue un grito.* e Dagón y cuantos entran en el templo
14 A1 oirlo Helí, preguntó: «¿Qué ruido, de Dagón en Azoto no pisan todavía el
qué tumulto es ése?» Entonces vino el umbral del templo. * 6 La mano de Yavé
hombre para darle la noticia.15 Helí tenía pesó grandemente sobre los de Azoto, y
noventa y ocho años, sus ojos se habían los desoló e hirió con tumores a Azoto
quedado rígidos y no veía. 16*El hombre y su territorio. * 7 Viendo los de Azoto lo
dijo n Helí: «Vengo del campo de bata- que pasaba, dijeron: «Que no quede en
IIh, do donde ho huido hoy». Helí le pre tre nosotros el arca del Dios de Israel,
guntó: «¿Y qué ha pasado, hijo mío?» porque su mano pesa mucho sobre nos
■' l'l lo contestó: «Israel ha huido ante otros y sobre Dagón, nuestro dios».*
los filisteos; ha habido muchos muertos 8 Y convocando a todos los príncipes de
del pueblo; también tus dos hijos, Ofni los filisteos para que vinieran, se pregun
l'ine.s, han sido muertos, y el arca de taron: «¿Qué haremos con el arca del
ios ha sido tomada». 18 Apenas hubo Dios de Israel?» Ellos contestaron: «Que
mentado el arca de Dios, cayó Helí de lleven el arca del Dios de Israel a Gat».
su silla hacia atrás, junto a la puerta, y 9 La llevaron, y la mano de Yavé se dejó
se desnucó y murió, pues era ya muy an sentir sobre la ciudad, y hubo en ella
ciano y estaba muy pesado. Había juzga gran espanto; hirió a las gentes de la
do a Israel durante cuarenta años. 19 Su ciudad, pequeños y grandes, y les salieron
7 Cuanta es la alegría y confianza de los hebreos de tener a su Dios en medio de ellos, tanto
ch el temor de sus enemigos por la misma causa.
13 El sacerdote, ansioso por la suerte del arca, se sienta a la vera del camino para interrogar a
los que pasan y saber por ellos noticias sobre la suerte de la batalla.
C 1 La presencia del arca no produjo los efectos que de ella esperaba Israel. Dios quiere casti-
gar ai pueblo por sus pecados; sin embargo, aun en la cautividad del arca muestra Dios su
poderlo en medio de los filisteos.
2 Idolo cuyo cuerpo era de hombre de la cintura para arriba y de pez de la cintura para abajo.
5 La versión griega añade una glosa que fácilmente se deja entender: que los devotos de Dagón
«altaban por encima del umbral cuando entraban en el templo.
6 La misma versión griega añade un detalle, aceptado por la Vulgata: la multiplicación de las
ratas, que suelen ser las propagadoras de la peste bubónica.
7 El arca de Dios recorre toda la tierra de los filisteos, sembrando la peste en todas partes y
haciendo sentir su poder sobre los dioses de los filisteos y sus adoradores. Israel quedó humillado
ante sus enemigos, pero Yavé queda glorificado.
i M M n a 5*6
decían: «¿Quién puede estar delante de la mano de los filisteos». 9 Samuel tomó
Yavé, este Dios santo? ¿Y adónde habrá un cordero de leche y lo ofreció entero
de ir al alejarse de nosotros?» * 21 Man en holocausto a Yavé, y clamó a Yavé
daron mensajeros a los habitantes de por Israel, y Yavé le escuchó. * 101Mien-
Quiriat-Jearim para que les dijeran: «Los tras Samuel ofrecía el holocausto, se acer-
filisteos han devuelto el arca de Yavé; carón los filisteos para atacar a Israel;
bajad para subirla con vosotros. pero Yavé hizo tronar muy fuertemente
aquel día sobre los filisteos y los puso en
7 1 Las gentes de Quiriat-Jearim vinie derrota, siendo batidos por los hijos de
ron y subieron el arca, depositándo Israel. 11 Los hombres de Israel, salien
la en la casa de Abinadad, que está do de Masfa, persiguieron a los filisteos
sobre una colina; y consagraron a Elie- en derrota hasta más abajo de Bet-Ho-
zer, su hijo, para que custodiase el arca ron. * 12 Samuel cogió una piedra y la
de Yavé.* puso entre Masfa y Jesana; la llamó
Eben-Ezer, diciendo: «Hasta aquí nos
D errota de los filisteos en M asía socorrió Yavé».
2 Mucho tiempo pasó, veinte años, des 13 Así humillados, no volvieron los filis
de que el arca fue depositada en Qui teos más contra la tierra de Israel; y
riat-Jearim, y toda la casa de Israel se pesó la mano de Yavé sobre ellos du
volvió a Yavé.* 3 Dijo, pues, Samuel: rante toda la vida de Samuel. * 14 Las
«Si de todo corazón os convertís a Yavé, ciudades que los filisteos habían tomado
quitad de en medio de vosotros los dioses a Israel volvieron a poder de éste, desde
extraños y las astartés; enderezad vues Acarón hasta Gat. Israel arrancó de las
tro corazón a Yavé y servidle sólo a manos de los filisteos su territorio, y
El, y El os librará de 'as manos de los hubo también paz entre Israel y los amo-
filisteos». * 4 Los hijos de Israel quitaron rreos,
todos los baales y astartés y sirvieron 15 Samuel juzgó a Israel todo el tiem
sólo a Yavé. po de su vida. * 10 Cada año hacía un reco
5 Samuel les dijo: «Congregad a todo rrido por Betel, Gálgala y Masfa. y allí,
Israel en Masfa, y yo rogaré a Yavé en todos estos lugares, juzgaba a Israel.
por vosotros». * 6 Reuniéronse en Masfa, 17 Volvíase luego a Rama, donde estaba
y sacando agua, la derramaron en tierra su casa, y allí juzgaba a Israel. Alzó allí
ante Yavé; y ayunaron aquel día, y cla un altar a Yavé.
maban: «Hemos pecado contra Yavé».
Samuel juzgaba a los hijos de Israel en S E G U N D A P A R T E
Masfa. 7*Habiendo sabido los filisteos que
los hijos de Israel se habían congregado I n s t i t u c i ó n d e l a m o n a r q u ía
en Musfu. subieron sus príncipes contra
(8- io )
Israel. Tuvieron miedo de los filisteos
Ion Ii IIon de I niiio I, Ky dijeron a Samuel: 1 Cuando envejeció Samuel, puso
«No cesen do cluniar por nosotros a Ya 8
para juzgar a Israel a sus dos hi
vé, nuestro Dios, para que nos libre de jos; 2 el primogénito, de nombre Joel, y
cincuenta mil por otro, muertos por mirar el arca. Se impone la corrección del texto según la ver
dión th* Ion LXX, que reduce los muertos a setenta.
20 El arcu de Dios part icipa de su santidad divina, y Yavé es, a la vez que santo, terrible: «santo
y terrible cm su nombre» (Sal 110,9).
7 1 13et Semes está en la tribu de Judá, pero a la falda de los montes, y era, por tanto, lugar menos
* seguro para guardar el arca; Quiriat-Jearim, en cambio, estaba en lo alto de la montaña y era
HÍtio más seguro. De Silo no vuelve a hacerse mención, probablemente por haber sido destruida
por los filisteos (Jer 7,12.14; 26,6.9).
2 Estos veinte años significarían la opresión filistea, a partir de la derrota pasada hasta la victoria
que va a contar.
3 Helí desapareció de la escena y aparece Samuel a la cabeza del pueblo.
3 Como en Jueces (20,1; 21,1), Masfa es el sitio de reunión del pueblo y lugar de penitencia;
por tanto, lugar santo. El sacrificio, libación o derramamiento de agua podemos verlo en lo que
hizo David (2 Sam 23,16).
9 Pero no sólo se ayuna y se derrama agua; también se ofrecen holocaustos a Yavé, y éstos por
un representante suyo: Samuel.
11 La batalla se desarrolla en el mismo sitio que la anterior, entre Eben-Ezer y Afee (4-1),
y los filisteos, vencidos, se retiran por la misma cuesta de Bet-Horon.
1 3 Después de esta victoria hubo paz, o mejor, una larga tregua entre Israel y los filisteos,
durante los días de Samuel.
< 13 Samuel realiza otro tipo de juez distinto de la mayoría de los pasados. No es un caudillo
militar, pero él convoca al pueblo, le alienta a la lucha y, como Moisés, ora por él a Yavé para al
canzar la victoria. Como Moisés, también ejerce las funciones de sacerdote y las de juez, fallando
las causas del pueblo y conservando en él la justicia y la paz (12,1 ss.).
I 6AM IIIX 8 -9 296
7 E s t e s e n c illo e p is o d io n o s p o n e a n te lo s o jo s u n a s p e c t o d e l p r o f e t is m o e n I s r a e l, d e q u e
9 n o s h a b l a e l D e u t e r o n o m io ( 1 8 , 1 1 s ; c f .Introducción a los libros históricos, n .2 ) . E s t e c u a rto n o
es tin a m o n e d a a c u n a d a , s in o u n p e d a z o d e m e t a l d e p e s o u n c u a r t o d e s i d o .
299 I SAMUEL 9-10
dad, donde estaba el hombre de Dios. cabeza de los invitados, que eran unos
11 Cuando subían el repecho que conduce treinta hombres. 23 Samuel dijo al coci
a la ciudad, encontraron a unas jóvenes nero: «Dame la porción que te mandé
que habían salido a coger agua, y les pusieras aparte». 24 El cocinero cogió un
preguntaron: «¿Está aquí el vidente?» pemil y lo puso ante Saúl. «Es la por
12 Ellas le respondieron, diciendo: «Sí, ción que se te reservaba», dijo a éste
aquí está; mira, allí delante; pero ve Samuel: «Ponlo delante de ti y come,
pronto, porque ha venido hoy a la ciu pues la hice guardar cuando convoqué
dad por tener el pueblo un sacrificio en al pueblo para el momento oportuno».
la altura. * 13 En cuanto entréis en la Comió Saúl con Samuel aquel día. 25 Ba
ciudad id a verle, antes que suba a la jaron de la altura a la ciudad, prepara
altura para la comida, pues el pueblo ron el lecho a Saúl en la terraza, y luego
no comerá antes que llegue él, que es se acostó. 26 Al día siguiente, a la aurora,
quien ha de bendecir el sacrificio, y des llamó Samuel a Saúl, que estaba sobre
pués comerán los invitados. Subid, pues, la terraza, y le dijo: «Levántate y te
ahora mismo y le hallaréis». 14 Ellos su despediré». Levantóse Saúl y salieron am
bieron a la ciudad. Cuando entraban en bos juntos. 27 Cuando hubieron bajado
ella encontraron a Samuel, que salía para al extremo de la ciudad, dijo Samuel a
subir a la altura. 15 Un día antes de la Saúl: «Dile al mozo que pase delante de
llegada de Saúl había advertido Yavé a nosotros». Tomó el mozo la delantera, y
Samuel, diciéndole: 16 «Mañana, a esta dijo Samuel: «Deténte ahora, que te dé
hora, yo te mandaré a un hombre de a conocer lo que dice Yavé».
Benjamín, y tú le ungirás por jefe de
mi pueblo, de Israel, y él librará a mi U n ció n de Saúl
pueblo de la mano de los filisteos, pues
he visto la humillación de mi pueblo y 1 fl 1 Samuel una redoma de
han llegado hasta mí sus clamores».* A U óleo, la vertió sobre la cabeza de
12 Luego que Samuel vio a Saúl, le dijo Saúl y le besó, diciendo: «Yavé te unge
Yavé: «Este es el hombre de quien te por príncipe de su heredad. Tú reinarás
hablé ayer. Este reinará sobre mi pueblo». sobre el pueblo de Yavé y le salvarás
18 Saúl se acercó a Samuel dentro de la de la mano de los enemigos que le ro
puerta y le dijo: «¿Harías el favor de dean. Esto te será señal de que Yavé
indicarme dónde está la casa del viden te ha ungido como jefe de su heredad:*
te?» 19 Samuel le contestó: «Soy yo el 2 Cuando hoy me dejes, encontrarás al
vidente; sube delante de mí a la altura mediodía dos hombres cerca del sepul
y comeréis hoy conmigo. Mañana te des cro de Raquel, en tierra de Benjamín,
pediré y te diré cuanto tienes en tu cora que te dirán: Las asnas que has ido a
zón. 20 Por las asnas que hace tres días buscar han aparecido, y tu padre no
urdiste, no to inquietes; han sido ha- piensa ya en ellas, sino en vosotros, y
ÍImliis. ¿Do quién va a ser cuanto de
precioso Imy en Israel? ¿No va a ser tuyo
dice: ¿Cómo haré yo para saber de mi
hijo? * 3 Siguiendo tu camino, llegarás a
y tío lodu la casa de tu padre?»21 Saúl res la encina de la lamentación de Débora,
pondió: «¿Pues no soy yo benjaminita? te encontrarás con tres hombres su-
¿No soy yo de la mínima tribu de Israel, iendo a adorar a Dios, a Bétel, y lle
de llenjamín, y no es mi familia la me vando uno tres cabritos, el otro tres pa
nor de las familias de Benjamín? ¿Por nes y el otro una bota de vino;* 4 des
qué me dices eso?» 22 Samuel, tomando pués de preguntarte por tu salud, te da
a Saúl y a su mozo, les introdujo en el rán dos de los panes, que tú tomarás de
comedor y les dio el primer lugar, a la sus manos; 3 luego llegarás a Gueba Elo-
12 Ya en 7,17 se nos había dicho que Samuel habla levantado en su ciudad, Rama de Efraím,
un altar a Yavé. En ese altar se celebra el sacriñcio por un motivo que el texto no menciona, y al
sacrificio sigue el banquete sagrado de comunión (cf. Lev 3,1 ss.).
16 Este versículo, que tiene completo paralelo con Ex 3,7 8., presenta un aspecto distinto al de
la primera actitud de Dios y de su profeta. Lo que allí era una señal de apostasía, aquí es un don de
Ralud, que Dios mismo da. Son dos aspectos que tiene la monarquía de Israel, que, de una parte,
dio al pueblo la libertad y, de otra, fue su escándalo, induciéndolo a la idolatría.
•| A 1 La unción es una consagración. Además, en Israel la unción del rey vino a tener una sig-
*" nificación equivalente a lo que nosotros decimos coronación. Es signo del especial carácter
que en Israel tenía la realeza. No es el rey un poder meramente político, como en las demás naciones,
sino el ministro de Dios, que vicariamente rige su pueblo.
2 El sepulcro de Raquel lo coloca el Gén 35,19 «en el camino de Efrata»; pero antes de Migdol-
Eder (Gén 35,21), que Miqueas pone cerca de Jerusalén (Miq 4,8). Jeremías lo supone en la tribu de
Benjamín, al norte de Jerusalén, en el camino que los cautivos hablan de seguir hacia Babilonia
(IMS)-
3 Es el sitio de la muerte de Débora, nodriza de Rebeca (Gén 35.8), y donde se la lloró y dio
sepultura. Allí «e encontró con tres hombres que subían a Bétel a adorar a Dios.
I SAMUEL 10-11 800
him, donde hay una guarnición de filis Y o os saqué de Egipto; yo os he librado
teos ; y al entrar en la ciudad te encon de la mano de los egipcios y de la de
trarás con un grupo de profetas bajan cuantos reyes os oprimieron; 19 y vos
do del excelso, precedidos de salterios, otros hoy rechazáis a vuestro Dios, que
tímpanos, flautas y arpas, y profetizan os ha librado de vuestros males y de
do. * 6 E l espíritu de Y a vé se apoderará vuestras aflicciones, y le decís: ¡N o , pon
de ti, y profetizarás con ellos y te trans sobre nosotros un rey! Presentaos ahora
formarás en otro hombre. * 7 Cuando to ante Y a vé por tribus y por familias».
das estas señales se hayan cumplido en 20 Samuel hizo que se acercasen todas las
ti, haz lo que te venga a mano, pues tribus de Israel, y fue sacada la tribu de
D ios estará contigo. 8 Baja antes que yo Benjamín. * 21 Hizo acercarse a la tribu
a Gálgala, adonde iré a reunirme conti de Benjamín por familias, y salió la fa
go para ofrecer holocaustos y sacrificios milia de Hammatri; e hizo acercar a la
eucarísticos. Espera siete dias, hasta que familia de Hammatri, por varones, y fue
yo vaya y te diga lo que has de hacer». elegido Saúl, hijo de Quis. Buscáronle,
9 En cuanto volvió Saúl las espaldas pero no le hallaron. 22 Preguntaron en
para apartarse de Samuel, se sintió otro, tonces de nuevo a Y a v é : «¿H a venido?»
y todas las señales aquellas le sucedieron Y Y avé respondió: «Está escondido entre
el mismo día. 10 Cuando llegaron a Gue- los bagajes». 23 Corrieron a sacarle de
ba encontráronse con un tropel de profe alU, y cuando estuvo en medio del pue
tas, y le arrebató el espíritu de D ios y blo sobresalía de entre todos, de los hom
se puso a profetizar en medio de ellos, bros arriba. 24 Samuel dijo al pueblo:
u Cuantos de antes le conocían se pre «Aquí tenéis al elegido de Yavé. N o hay
guntaban: «¿Qué le ha pasado al hijo entre todos otro como él». Y el pueblo
de Quis? ¡Saúl entre los profetas!» 12 Uno se puso a gritar: «¡V iva el rey!» 23 En
de los presentes contestó: « ¿ Y quién es tonces expuso Samuel al pueblo el de
el padre de esos otros?» Por eso ha que recho real y lo escribió en un libro, que
dado en proverbio «¿También Saúl entre depositó ante Y a v é ; 26 y despidió Samuel
los profetas?» 13 Cuando hubo acabado al pueblo todo, cada uno a su casa.
de profetizar, subió a Gueba. 14 Un tío También Saúl se fue a su casa, a Gue
de Saúl preguntó a éste: «¿Adónde ha ba, acompañado de una tropa de hom
béis ido?» Saúl respondió: « A buscar bres robustos, cuyos corazones había to
las asnas, pero no las hemos visto por cado Dios. * 27 Sin embargo, algunos per
ninguna parte y fuimos a casa de Sa versos decían: «¿Este va a salvarnos?»
muel». 15 E l tío le dijo: «Cuéntame lo
Y despreciándole, no le hicieron presen
que te ha dicho Samuel», w Y Saúl res
tes.
pondió: «Nos dio a saber que las asnas
habían parecido»; pero en cuanto a lo
del reino, nada le dijo de lo que le había D erro ta de los am onitas y liberación
hablado Samuel. de Ja b e s G alad
1 Pasó cosa de un mes, y subió
Elección de Saúl a la suerte HNajas, amonita, y sitió a Jabes G a
17 Samuel convocó al pueblo ante Y alad.
Los habitantes de Jabes dijeron a
vé en M asfa * i $ y dijo a los hijos de N ajas: «Pacta con nosotros y te servire
Israel: «A sí habla Y avé, D ios de Israel: m o s».* i2 Pero N ajas, amonita, les res-
5 Esta Gueba de Elohim es desconocida. Pudiera ser que la Ramala, altura de Alá, que hoy
existe no lejos de Bétel, fuera esa Gueba, Collado de Dios. Allí debía de existir un santuario, del que
volvía el grupo de profetas. Las palabras de profeta y profetizar tienen en el Antiguo Testamento
muy varios sentidos. Uno de ellos es el de cantar himnos sagrados, y es el que viene a nuestro caso.
Estos «profetas» vienen cantando cánticos a Dios. Las ceremonias de que se acompañaban tienen
semejanza con las formas orientales. Pero bajo esta áspera corteza está el espíritu de Yavé, que lu
chaba contra la invasión del paganismo cananeo en Israel (cf. 19,20).
6 El «espíritu de Yavé», que tiene también varios sentidos (11,6; 16,13; Jue 14,6.19; 15,14),
significa aquí el estado de fervor religioso de que Saúl se sintió invadido al juntarse con el grupo de
los profetas.
17 En 8,22 Samuel habla enviado al pueblo a sus casas, después de prometerles que accedería
a sus deseos; ahora los convoca de nuevo en Masfa para poner en ejecución la promesa, aunque no
sin antes repetirles la reprimenda que entonces les había echado (8,6 ss.).
20 Saúl, que había sido ungido en privado, es ahora públicamente elegido por la suerte, que es
un medio de conocer la voluntad de Dios (Prov 16,33; Jos 7 » * 4 ss-).
26 El rey está elegido; la organización del reino será obra del tiempo, ayudado de las circunstan
cias. Pero desde ahora ya se ve que al lado de los generosos y entusiastas del rey elegido hay otros
«hijos de Belial», que no se sienten satisfechos con la elección hecha por Dios.
i -| l En la historia de Jefté (Jue 11,12 ss.) hemos visto las pretensiones de los amonitas sobre
* ■ el territorio de las tribus transjordámeas. Ahora vuelven a la carga y no cesarán hasta que del
todo sean sometidos por David (2 Sam 12,29 ss.). Su actitud es insolente, como en 2 Sam 10,4.
301 I SAMUEL 1 1 -1 2
* Saúl se siente entonces rey de su pueblo, y, lleno de ardimiento, le convoca a la guerra en de
fensa de Jabes. Pero no creyéndose aún bastante fuerte, los convoca en torno a su persona y a la de
Samuel.
12 El entusiasmo producido por la victoria excita deseos de venganza contra la oposición an
terior.
14 Samuel, deseoso de consolidar la monarquía y dar con ella unidad a Israel, se aprovecha de
mine! buen comienzo y reúne al pueblo, esta vez en Gálgala, el antiguo campamento de Josué cerca
de Jericó y santuario dedicado al Dios de Israel.
■1 ^ 1 Samuel, ante todo, empieza por descargarse del oficio de juez, que hasta entonces venía
*“ desempeñando, y que desea traspasar al rey, a quien de derecho pertenece. La cuenta que da
de su conducta ante el pueblo es una buena lección para el monarca, a la vez que una justificación
de su buen proceder. En adelante, ya nadie se atreva a acusarle de haber administrado mal la justicia.
I SAMUI !. 1 2 - 1 3 302
dije: Los filisteos van a venir a atacarme bod, hijo de Fines, hijo de Helí, era sacer
a Gálgala y yo no he implorado a Yavé. dote de Yavé en Silo, y llevaba el efod.
Entonces, obligado por la necesidad, he Tampoco la gente sabía nada de adonde
ofrecido el holocausto». 13 Samuel dijo a había ido Jonatán. * 4 Entre los pasos por
Saúl: «Has obrado neciamente y has des donde Jonatán intentaba llegar al puesto
obedecido el mandato de Yavé, tu Dios. de los filisteos había un diente de roca
Estaba Yavé para afirmar tu reino sobre de un lado y otro del otro, el uno de
Israel para siempre; 14 pero ahora ya tu nombre Boses y el otro Sene. 5 Uno de
reino no persistirá. Ha buscado Yavé un ellos se alza al norte, enfrente de Mijmas,
hombre según su corazón para que sea y el otro al mediodía, enfrente de Gue
jefe de su pueblo, porque tú no has cum- ba. 6 Jonatán dijo a su escudero: «Anda,
>lido lo que Dios te había mandado». vamos a pasar al puesto de los incircun
Í 5 Levantóse Samuel y subió de Gálgacisos; puede ser que Yavé nos ayude,
la, prosiguiendo su camino. El resto del pues nada le impide salvar con muchos
pueblo fue en pos de Saúl al encuentro o con pocos». 7 Su escudero le respon
del ejército y llegaron de Gálgala a Gue- dió: «Haz lo que quieras. Donde tú va
ba de Benjamín. Saúl revistó su tropa, y yas, pronto estoy a seguirte». 8 Jonatán
quedaban con él unos seiscientos hom le dijo: «Vamos a pasar hacia ésos y a
bres. 16 Saúl, Jonatán, su hijo, y la gente dejarnos ver de ellos. 9 Si nos dicen: «Es
que con ellos quedaba, se apostaron en perad a que vayamos», nosotros nos que
Gueba de Benjamín, mientras los filisteos daremos donde estemos y no subiremos
acampaban en Mijmas. 17 Salieron del a ellos; * 10 pero si nos dicen: «Subid acá»,
campamento de los filisteos tres tropas en subiremos, porque Yavé nos los ha en
algara para saquear la tierra. Una tomó tregado en nuestras manos. Esa será para
el camino de Ofra, hacia la tierra de Sual; nosotros la señal». 111 Híciéronse ver am
18 otra el de Bet-Horon, y la tercera el de bos del puesto de los filisteos, y éstos di
Gueba, que domina el valle de Seboim, jeron: «Mirad, los hebreos salen de los
hacia el desierto. 19 No había en toda la agujeros donde se habían metido»; 12 y
tierra de Israel herrero alguno, pues los dirigiéndose a Jonatán y a su escudero,
filisteos se habían dicho: «Que no puedan dijeron: «Subid a nosotros y os enseña
los hebreos forjar espadas ni lanzas». remos una cosa». Jonatán dijo al escu
20 Todo Israel tenía que bajar a tierra de dero: «Sube detrás de mí, que Yavé los
los filisteos para aguzar cada uno su reja, ha puesto en manos de Israel». 13 Y sir
su segur, su azadón o su pico. * 21 N o se viéndose de manos y pies, subió Jonatán,
disponía más que de la lima para sacar el seguido de su escudero. Los filisteos vol
filo a toda clase de segures, tridentes y vieron la espalda ante Jonatán, que los
hoces, y para aguzar las aijadas. 22 Lle- hería, mientras detrás de él los mataba
udo el día del combate de Mijmas, no el escudero. 14 Esta primera matanza que
S ubin en mano del pueblo todo, que es hizo Jonatán y su escudero fue de unos
taba con Saúl y Jonatán, espada ni lanza veinte hombres; en un espacio como de
más que las de Saúl y las de Jonatán, su la mitad de una yugada. 15 Trascendió el
h!|n. 21 Los filisteos habían salido para espanto al campamento, al llano y a to-
guarnecer el paso de Mijmas. , dos los puestos de los filisteos, y aun las
tres columnas de saqueadores fueron pre
H a z a ñ a d e Jo n a tá n y d e rro ta d e los sa del terror. Temblaba la tierra. Fue un
filisteos espanto de Dios. * 16 Los centinelas de
Saúl que estaban en Gueba de Benjamín
| A l Un din Jonatán dijo a su escu- vieron cómo la muchedumbre se disper
m dero: «Anda, vamos a pasar al
puesto de los filisteos que está allí del saba y corría de un lado para otro . 17 Saúl
otro lado». Nada había dicho a su pa dijo a la gente que tenía con él: «Pasad
dre. 2 Saúl estaba apostado al extremo de revista y ved quién falta de entre nos
Gueba, bajo el granado de Magrón, y te otros». Pasáronla, y se halló que faltaban
nia con él unos seiscientos hombres. Jonatán y su escudero. 18 Dijo entonces
3 Ajías, hijo de Ajitub, hermano de lea- Saúl a Ajías: «Traed el efod»; pues había
20 Este sencillo detalle dice mucho acerca del estado de Israel y de la opresión que sobre él
ejercían los filisteos. No había herreros ni aun para arreglar los instrumentos de labranza; mucho
menos para fabricar armas. Conviene, sin embargo, notar que nos hallamos en los comienzos de la
Edad del Hierro, en el siglo xi a. C.
1 A 3 Al lado del rey se halla el sacerdote con el efod, instrumento para consultar a Yavé en todo
8 * momento. La forma de consultar a Dios era por las suertes, comoa parece en el v.41. De aquí
la sentencia de Prov 16,33.
9 Este presagio nos trae a la memoria el de Gén 31,8 y 2 Sam 15,26.
15 Tales golpes de mano suelen resultar felices por el pánico que la sorpresa del ataque causa en
los atacados.
I SAMUEL 14
llevudo el cfod y lo tenía allí aquel día el pueblo había pecado contra Yavé co
ame Israel. 19 Mientras Saúl hablaba con miendo la carne con su sangre, y dijo:
el sacerdote iba extendiéndose y crecien «Habéis prevaricado. Traedme luego tina
do el tumulto en el campamento de los piedra grande», 34 y añadió: «Id por todo
filisteos; y Saúl dijo al sacerdote: «Reti el pueblo y decidle que me traiga cada uno
ra tu mano».* 20 *Saúl y cuantos con él su buey o su oveja y que la degüelle aquí.
estaban se reunieron y avanzaron hasta Después comeréis y no pecaréis contra
el lugar de la lucha, y vieron que los filis Yavé comiendo carne con sangre». Llevó
teos habían vuelto sus armas unos con cada cual lo que tenía en su mano y lo
tra otros y la confusión era grandísima. degolló sobre la piedra. 35 Saúl alzó un
21 Los hebreos que de antes estaban con altar a Yavé. Fue el primer altar que alzó
los filisteos y habían subido con ellos al Saúl a Yavé.
campamento, se pusieron también al lado 36 Saúl dijo: «Vamos a salir a perseguir
de los de Israel, que estaban con Saúl y a los filisteos durante la noche, a destro
Jonatán. 22 Los que de Israel se habían zarlos hasta que luzca el día, sin dejar
ocultado en los montes de Efraím, al te uno solo con vida». Y le dijeron: «Haz
ner noticia de la huida de los filisteos, se cuanto bien te parezca». Y él dijo al sacer
pusieron igualmente a perseguirlos. 23*Así dote: «Acércate»; 37y consultó a Dios:
libró Yavé aquel día a Israel. El combate «¿He de bajar en persecución del enemi
siguió hasta Bet-Horon. Vinieron a ser go? ¿Los entregarás en manos de Israel?»
los que se reunieron con Saúl unos diez Pero Yavé no dio aquel día respuesta.
mil hombres, y se extendió la lucha por 38 Saúl dijo: «Acercaos aquí todos los je
todos los montes de Efraím. fes del pueblo y buscad a ver por quién
haya sido cometido el pecado ; 39 pues por
T e m e r a r io ju r a m e n to d e S a ú l vida de Yavé, el salvador de Israel, que
si hubiera sido por Jonatán, mi hijo, sin
24 Saúl cometió aquel día una gran im remisión morirá». Nadie del pueblo osó
prudencia, pues conjuró al pueblo, dicien responderle.* 40Dijo, pues, a todo Is
do: «Maldito el hombre que coma nada rael: «Poneos todos vosotros de un lado,
hasta la tarde mientras no me haya ven y yo y mi hijo, Jonatán, nos pondremos
gado de mis enemigos». Y nadie probó del otro». El pueblo contestó: «Haz co
bocado . 25 El pueblo estaba extenuado por mo bien te parezca». 41 Saúl dijo: «Yavé,
la fatiga ; 26 y llegó a un bosque donde ha Dios de Israel, ¿cómo es que no respondes
bía mucha miel en el suelo. A pesar de hoy a tu siervo? Si en mí o en Jonatán, mi
ver la miel corriendo por el suelo, nadie hijo, está este pecado, Yavé, Dios de Is
la tomó para llevársela a la boca, por te rael, da urim; y si está la iniquidad en el
mor del juramento hecho. 27 Pero Jona pueblo, da tummim». Y fueron señalados
tán, que nada sabía del juramento que su por la suerte Jonatán y Saúl y librado el
padre habla hecho hacer al pueblo, metió pueblo. 42 Saúl dijo: «Echad ahora la suer
la punta del bastón que llevaba en la ma te entre mí y Jonatán, mi hijo, y aquel que
no en un panal de miel y se le llevó a la señalare Yavé, morirá». Pero el pueblo
boca con la mano, y le brillaron los ojos. dijo: «No será así». Saúl persistió y fue
28 Uno del pueblo le advirtió: «Tu padre echada la suerte entre él y Jonatán, su hi
ha hecho jurar al pueblo, diciendo: Mal jo; y fue señalado Jonatán. 43 Saúl dijo
dito el hombre que coma hoy». 29 Jona a Jonatán: «Dime qué has hecho». Y Jo
tán respondió: «Mi padre ha hecho hoy natán respondió: «He gustado un poco
mucho mal al pueblo. ¿No veis cómo han de miel con la punta del bastón que lleva
brillado mis ojos sólo con haber probado ba en la mano; ¿por eso voy a morir?»
un poco de miel? 30 Si el pueblo hubiera 44 Saúl dijo: «Que me castigue Dios con
comido hoy del botín cogido a los ene todo rigor si no mueres, Jonatán». 45 El
migos, ¡cuánto mayor habría sido la de
rrota de los filisteos!» pueblo dijo entonces a Saúl: «¿Va a mo
31 Batieron aquel día a los filisteos des rir Jonatán, el que ha hecho en Israel esta
de Mijmas hasta Ayalón. El pueblo, des gran liberación? ¡Jamás! Vive Yavé, no
fallecido, 32 cuando volvió sobre el bo caerá a tierra un solo cabello de su ca
tín, cogió ovejas, bueyes y terneros; y beza, pues hoy ha obrado con Dios». Así
matándolos en el suelo, comió la carne salvó el pueblo a Jonatán y no murió. *
con su sangre.* 33Dijéronle a Saúl que 46 Saúl desistió de salir en persecución de
19 Saúl, en vista del aspecto que presentaba la lucha, ordena suspender la consulta.
32 Desde Gén 9,4 se halla rigurosamente prohibido comer la sangre de los animales. La sangre
debía servir para la expiación de los pecados (Lev 19,26; Heb 9,22).
39 El juramento era tan sagrado para los antiguos, que aun su quebrantamiento involuntario
daba lugar a escenas como las que siguen. El texto griego, mejor que el masorético y la Vulgata, nos
da aquí la manera de consultar a Dios por los urim y tummim,
45 Sólo la intervención del pueblo salvó de la muerte al héroe de la jomada, del todo inocente.
\o 5 I SAMUEL 14-15
lbs filisteos, y éstos llegaron a su tierra. la hasta Sut, frente a Egipto. 8 Cogió vivo
47 Mientras Saúl reinó sobre Israel, hizo a Agag, rey de Amalee, y dio al anatema
la guerra a todos los enemigos de en tor a todo el pueblo, pasándolo a filo de es
no: a Moab, a los hijos de Ammón, a pada. * 9 Pero Saúl y el pueblo dejaron
Edon Bet Rejob, al rey de Soba y a los con vida a Agag y las mejores ovejas y los
filisteos, venciendo en todas partes adon mejores bueyes, los más gordos y cebados,
de se volvía. * 48 Llegó a ser muy fuerte; y los corderos, no dándolos al anatema y
derrotó a Amalee y libró a Israel de las destruyendo solamente lo malo y sin va
manos de cuantos antes le saqueaban. lor.
49 Los hijos de Saúl fueron Jonatán, Is-
ví y Melquisúa; sus dos hijas se llamaron: Saúl» re c h a z a d o p o r D io s
Merob la mayor y Micol la menor. 50 La
mujer de Saúl se llamaba Ajinoam, hija Yavé dirigió a Samuel su palabra,
de Ajimas. El nombre del jefe de su ejér diciendo: u«Estoy arrepentido de haber
cito era Abner, hijo de Ner, tío de Saúl. hecho rey a Saúl, pues se aparta de mí
51 Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de y no hace lo que le digo». Samuel se en
Abner, eran hijos de Abiel. tristeció y estuvo clamando a Yavé toda
52 La guerra contra los filisteos fue en la noche; 12 y levantándose de mañana
carnizada durante toda la vida de Saúl; para ir al encuentro de Saúl, supo que ha
y en cuanto veía Saúl un hombre robusto bía ido al Carmelo, donde se había alzado
y valiente, le tomaba a su servicio. un monumento, y de vuelta, pasando más
allá, había bajado a Gálgala. 13 Dirigióse,
D e so b e d ie n c ia d e S a ú l al m a n d a to pues, Samuel a donde estaba Saúl, y le
dijo Saúl: «Bendito seas de Yavé. He cum
de Y a v é
plido la orden de Yavé » . 14 Samuel le con
1 r i Samuel dijo a Saúl: «A mí me testó: «¿Qué es entonces ese balar de ove
* v envió Yavé para que te ungiera rey jas que llega a mis oídos y ese mugir de
de su pueblo, de Israel. Escucha, pues, bueyes que oigo?» 15 Saúl respondió: «Los
ahora lo que te dice Yavé : 2 Así habla Ya han traído de Amalee, pues el pueblo ha
vé Sebaot: Tengo presente lo que hizo reservado las mejores ovejas y los mejores
Amalee contra Israel cuando le cerró el bueyes para sacrificios a Yavé, tu Dios;
camino a su salida de Egipto. Ve, pues, el resto ha sido dado al anatema». Sa
ahora, y castiga a Amalee, 3 y da al ana muel dijo entonces a Saúl: «Basta; voy a
tema cuanto es suyo. No perdones; ma darte a conocer lo que Yavé me ha dicho
ta a hombres, mujeres y niños, aun los esta noche». Saúl le dijo: «Habla». 17 Sa
de pecho; bueyes y ovejas, camellos y as muel dijo: «¿No es verdad que, hallán
nos». * 4 Dio, pues, Saúl la orden al pue dote tú pequeño a tus propios ojos, has
blo y lo congregó en Telam. Contó dos venido a ser el jefe de las tribus de Israel
cientos mil infantes y diez mil hombres de y te ha ungido Yavé rey sobre Israel?*
Judá. 5 Avanzó Saúl hasta las ciudades 18 Yavé te dio una misión, diciéndote: Ve
ile Amalee y puso una emboscada en el y da al anatema a esos pecadores de Ama
torrente; 6 y dijo a los quíneos: «Id, re lee y combátelos hasta exterminarlos.
tiraos, salid de en medio de Amalee, no 19 ¿Por qué no has obedecido al mandato
sea que os veáis envueltos con él; pues de Yavé y te has echado sobre el botín,
vosotros tratasteis con benevolencia a los haciendo mal a los ojos de Yavé?» 20 Saúl
hijos de Israel cuando subían de Egipto». contestó a Samuel: «Yo he obedecido el
Retiráronse, pues, de Amalee los qui- I mandato de Yavé y he seguido el cami
neos. * 7 Saúl batió a Amalee desde Evi- | no que me ordenó Yavé: he destruido a
a quien su propio padre habría condenado, obedeciendo a la errónea conciencia sobre la obligación
de su juramento.
47 Estos w . 47-52 nos dan un resumen de la obra de Saúl, sus victorias contra los pueblos de la
Transjordania al este, contra Amalee al sur y la lucha tenaz sostenida contra los filisteos, arrojados
de la montaña, que era la posesión de Israel. Con esto, Saúl había cumplido la misión de salvar a su
pueblo (9,16 ss.).
j R 3 Entre Amalee, pueblo nómada, siempre dispuesto a echarse sobre un pueblo sedentario
1 ** como ya era Israel, y este último, no podía menos de haber perpetua guerra. Ya a la salida
de Egipto se echó traidoramente Amalee sobre la retaguardia de Israel y apresó y mató a los reza
gados por la fatiga: y después constantemente se registran incursiones de los amalecitas contra
Israel (Ex 17,8 ss.; Dt 26,17 ss.; 1 Sam 30).
6 Los quíneos, a los que pertenecía Jobab, el suegro o pariente de Moisés (Jue 4,11), que había
seguido en su vida nómada (cf. Jue 4,11.17), aparecen muchas veces unidos a los amalecitas (Núm 24,
21; Jue 1,16). La benevolencia a que el texto alude es la mencionada en Núm 10,29 ss*
8 Ya hemos visto la misma pena impuesta a la ciudad de Jericó (Jos 6,24 ss.; 7,10 s.).
17 Amalee habitaba al mediodía de la Palestina, y Saúl, acabada la misión, se vuelve por el ca
mino del desierto de Judá. En el Carmelo erige un monumento en memoria de su victoriosa expe
dición (25.2 as.), y continúa su camino hacia Gálgala, para dar allí gracias a Dios por la victoria.
I SAMUEL 1 5 -1 6
22 Es muy de retener la doctrina contenida en estos versículos, que nos anuncian Ja de los pro
fetas y de los salmos acerca del culto espiritual y la obediencia a la ley divina, preferido al de los
sacrificios y fiestas (Is 1,11 ss.; Sal 50,7 ss.).
27 Esto significa la ruptura definitiva entre el profeta y el rey (v.35). De aquí debe de tener ori
gen el grave malestar de espíritu de Saúl de que nos hablan con insistencia los capítulos siguientes.
32 La reprobación de que se trata en los w . 17 ss. no es de la persona de Saúl, sino de su descen
dencia. Samuel accede por el momento a acompañar al rey para honrar su persona ante el pueblo;
pero luego se irán a casa, cada uno por su camino. La muerte de Agag queda justificada en las pala
bras del profeta (v.33) y en las leyes de la época.
1 f 9 Un sacrificio era ocasión de un banquete y podía servir para encubrir otros propósitos,
■ v como en el presente caso.
7 También aquí vemos realizada la sentencia de San Pablo de que Dios escoge lo ñaco pata
confundir lo fuerte (1 Cor 1,27 as.).
307 I SAMUEL 1 6 -1 7
E l g ig a n te G o lia t
i Los Alísteos, juntando sus tropas
n para hacer la guerra, se reunieron
en Soco, que pertenece a Judá. Acampa
ron entre Soco y Azeca, en Efes Domim. *
2 Reuniéronse también Saúl y los hombres
de Israel, y vinieron al valle del Terebinto,
y pusiéronse allí en orden de batalla con
tra los filisteos. 3 Estaban éstos acampa
dos en un monte, y los de Israel en un
monte opuesto, mediando entre ellos el
valle, que los separaba. 4 Salió al medio,
de las filas de los filisteos, un hombre
llamado Goliat, de Gat, que tenía de
talla seis codos y un patmo. * 5 Cubría
su cabeza un casco de bronce y llevaba
una coraza escamada, de bronce también,
de cinco mil sidos de peso. 6 A los pies
llevaba botas de bronce, y a las espaldas
«Te ves turbado por un mal espíritu de un escudo, también de bronce. 7 El asta
D ios ; 134*16 permite, señor, que tus siervos te de su lanza era como el enjullo de un
digan que se busque a un diestro tañedor telar, y la punta de la lanza, de hierro,
de arpa que, cuando se apodere de ti el pesaba seiscientos sidos. Delante de él
mal espíritu de Dios, la toque y halles iba su escudero. 8 Goliat se paró, y diri
alivio» . 17 Saúl les dijo: «Buscadme, pues, giéndose a las tropas de Israel, ordenadas
un buen músico y traédmelo». 18 Toman en batalla, les gritó: «¿Para qué os habéis
do uno de los servidores la palabra, dijo: puesto en orden de batalla? ¿No soy yo
«Yo conozco a un hijo de Isaí, de Belén, un filisteo, y vosotros siervos de Saúl?
que sabe tocar el arpa. Es hombre fuerte Elegid de entre vosotros un hombre que
y valiente, hombre de guerra y discreto baje a pelear conmigo. 9 Si en la lucha
en el hablar, y está Yavé con él». * 19 Saúl me vence, que me mate y os quedaremos
envió mensajeros a Isaí para decirle: sujetos; pero si soy yo el que le venzo y
13 Aunque no lo parezca, es claro que esta ceremonia de la unción hubo de realizarse en secreto.
De tejas abajo era una conspiración contra el rey, y de saberlo éste, no podía menos de castigarla
duramente.
14 Aquí hallamos opuestos el espíritu bueno, que es el de Yavé, y el espíritu malo. A éste acom
pañaba una extrema sensibilidad, junto con grave tristeza y mal humor. Al otro, por el contrario,
junto con la paz interior, el bienestar, la alegría y el buen ánimo para toda obra buena. A ambos se
da el nombre de «espíritu de Dios», porque procedían de la disposición de ánimo de Saúl o de David
para con el Señor.
18 Hermoso retrato este que nos hace de David. Yavé está con él, y por eso tiene buena maña
para todo, de suerte que cuanto emprende lo lleva a cabo con felicidad.
20 David no podía presentarse ante el soberano con las manos vacias. Se imponía llevarle un
obsequio, fuera del de su persona. Es la ley en Oriente.
23 Era ya conocida de los antiguos la benéfica influencia de la música sobre los hipocondríacos.
*7 1 El relato que empieza parece ser continuación de 15,35. Los ejércitos se enfrentan, no ya
t ® 8 en lo alto de la meseta en los términos de Efraím, como antes, sino más al sur, en las es-
ri baciones de la montaña, al sudoeste de Jerusalén, no lejos de la ciudad filistea de Gat.
4 El texto griego nos da sólo cuatro codos en vez de los seis, y esta lección parece preferible.
Es tendencia de los copistas aumentar lo maravilloso. Según Jos 11,22, los enaquim, gigantes, que
existían en Gaza, Gat y Azoto. Una figura de éstas en un ejército como el de Israel, sin armas ni
disciplina militar, era para poner espanto.
I SAMUEL 1 7 308
le mato a él, seréis vosotros los que nos le repitió las mismas palabras, diciendo,i
quedaréis sujetos y nos serviréis». 10 E l «Esto es lo que harán al que le mate».
filisteo añadió: « Y o arrojo este reto al 28 Eliab, su hermano, que le había oído
ejército de Israel. Dadme un hombre y hablar a aquellos hombres, se encendió
en cólera contra David y le dijo: «¿Para
lucharemos». A l oir las palabras del filis
teo, 11 Saúl y todo Israel se asombraron y qué has bajado y a quién has dejado tu
se Uenaron de miedo. rebañito en el desierto? Y a conozco tu
orgullo y la malicia de tu corazón. Para
D a v id m a ta al g ig an te ver la batalla has bajado tú». * 2 829 David
le contestó: «¿Qué he hecho? Sencilla
12 David era hijo de un efrateo, de mente, hablar una palabra». 30*Y apar
Belén de Judá, que tenía ocho hijos, lla tándose de él, se dirigió a otro, haciéndole
mado Isaí, y era al tiempo de Saúl uno
de los hombres más ancianos. 13 Los tres
hijos mayores de Isaí habían salido para
la guerra, y se llamaban, el mayor, Eliab;
el segundo, Abinadab, y Sama el tercero.
14 David era el menor; y cuando las tro
pas marcharon tras de Saúl, 15 David iba
y venía y apacentaba las ovejas de su
padre en Belén, us El filisteo salía de su
campo mañana y tarde, y estuvo haciendo
así por cuarenta días. 17 Isaí dijo a David,
su hijo: «Toma ese efá de trigo tostado y
esos diez panes y corre al campamento
donde están tus hermanos; 18 lleva tam
bién esos diez requesones para el jefe de
su millar. Visitas a tus hermanos para
ver cómo están y les preguntas si quieren
algo». 19 Saúl, ellos y todos los hombres
de Israel estaban en el valle del Terebinto
en campaña contra los filisteos.
20 David se levantó de madrugada, y,
dejando las ovejas al cuidado de un pas Honderos asirios
tor, se fue cargado de lo que le mandara
Isaí. 21 Llegó al campamento cuando el la misma pregunta, y recibió la misma
ejército salía a ordenarse en batalla, lan respuesta.
zando sus gritos de guerra. 22 Israelitas y 31 Los que habían oído las palabras de
filisteos se ordenaban en batalla, ejército David se las repitieron a Saúl, que le
contra ejército. David dejó los objetos mandó venir. 32 David dijo a Saúl: «Que
que traía en mano de un guardia del no desfallezca el corazón de mi señor
bagaje y corrió hacia las filas del ejército. por el filisteo ese. T u siervo irá a luchar
En cuanto llegó, preguntó a sus hermanos contra él». 33 Saúl le dijo: «Tú no puedes
cómo estaban; 23 pero mientras hablaba ir a batirte con ese filisteo; eres todavía
con ellos, he aquí que el campeón, el un niño y él es hombre de guerra desde
filisteo de Gat, Goliat de nombre, salió su juventud». 34D avid dijo a S aú l: «Cuan
de las filas de los filisteos y se puso a do tu siervo apacentaba las ovejas de su
decir lo de los otros días, oyéndolo David. padre y venía un león o un oso y se lleva
24 En viendo a aquél, todos los hombres ba una oveja del rebaño, * 35 yo le perse
de Israel se retiraron ante él, temblando guía, le golpeaba y le arrancaba de la
de miedo.25 Decíanse unos a otros: «¿Veis boca la oveja; y si se volvía contra mí,
a ese hombre que avanza? Viene a desafiar le agarraba por la quijada, le hería y le
a Israel. A l que le mate le colmará el rey mataba. 36 T u siervo ha matado leones
de riquezas, le dará su hija por mujer y y osos; y ese filisteo incircunciso será
eximirá de tributos la casa de su padre». como uno de ellos. ¿N o seré capaz de ir,
26 David preguntó a los que tenía cerca:
de batirle y quitar el oprobio de Israel?
«¿Qué darán al que mate a ese filisteo y Porque ¿quién es este incircunciso que
arranque a Israel la afrenta? ¿Quién es ha insultado al ejército del D ios vivo?»
ese filisteo, ese incircunciso, para insultar 37 Y añadió: «Y avé, que me libró del
así al ejército del Dios vivo?» 27 La gente león y del oso, me librará también de la
mano de ese filisteo»» Saúl entonces le la entrada de Gat y hasta las puertas de
dijo: «Ve, y que Yavé sea contigo». Acarón y cayeron filisteos en el camino
38 Saúl hizo que vistieran a David sus de Seraim hasta Gat y Acarón.*
ropas, púsole sobre la cabeza un casco 53 A la vuelta de la persecución de los
de bronce y le cubrió de una coraza. filisteos, los hombres de Israel saquearon
39 Después David se ciñó la espada de su campamento. 54 David cogió la cabeza
Saúl sobre sus ropas y probó de andar, y las armas del filisteo y llevó a Jerusa-
pues nunca había ensayado la armadura; lén la cabeza, y las armas las puso en
y dijo a Saúl: «No puedo andar con estas su tienda.* 55Cuando Saúl hubo visto
armas, no estoy acostumbrado»; y des a David avanzar contra el filisteo, dijo
haciéndose de ellas, 40 cogió su cayado, a Abner, el jefe de su ejército: «¿De
eligió en el torrente cinco chinarros bien quién es hijo ese joven, Abner?» Abner
lisos y los metió en su zurrón de pastor, respondió: 56«Por tu vida, que no lo sé,
y con la honda en la mano avanzó hacia ¡oh rey!» Y el rey le dijo: «Infórmate,
el filisteo. 41 El filisteo se acercó poco a pues, a ver de quién es hijo». 57 D e vuel
poco a David, precedido de su escudero. ta David de la muerte del filisteo, Abner
42 Miró, vio a David y le despreció por le cogió y le llevó ante Saúl, teniendo
muy joven de blondo y bello rostro. 43 Dí- todavía en la mano la cabeza del filisteo.
jole, pues: «¿Crees que soy yo un perro, 58 Saúl le preguntó: «¿De quién eres hijo,
para venir contra mí con un cayado?» mozo?» Y David le contestó: «Soy hijo
«No—contestó David—, eres todavía peor de tu siervo Isaí, de Belén».
que un perro». 44 Maldíjole el filisteo por
sus dioses y añadió: «Ven, que dé tus A m is t a d m á s q u e fra te rn a l en tre
carnes a las aves del cielo y a las bestias D a v id y Jo n a tá n
del campo» .45 David respondió al filisteo:
«Tú vienes contra mí con espada y lanza 1 O 1 Cuando hubo acabado David de
y venablo, pero yo voy contra ti en el 1 0 hablar con Saúl, el alma de Jona
nombre de Yavé Sabaot, Dios de los tán se apegó a la de David y le amó
ejércitos de Israel, a los que has insultado. Jonatán como a sí mismo.* 2 Aquel día
46 Hoy te entregará Yavé en mis manos; tomó Saúl a David y no le dejó que se
yo te heriré, te cortaré la cabeza y daré fuera a la casa de su padre. 3 Jonatán
tu cadáver y los del ejército de los filisteos hizo pacto con David, pues le amaba
a las aves del cielo y a los animales de la como a su alma, 4 y quitándose el manto
tierra; y sabrá así toda la tierra que Israel que llevaba, se lo puso a David, así como
tiene un Dios, 42 y sabrán todos éstos que sus arreos militares, su espada, su arco
no por la espada ni por la lanza salva y su cinturón. 5 David salía a combatir
Yavé, porque él es el Señor de la guerra, donde le mandaba Saúl, y siempre proce
y os entregará en nuestras manos». 48 El día con acierto. Saúl le puso al mando
filisteo se levantó, se puso en marcha y de hombres de guerra, y toda la gente
uvunzú hacia David. David echó a correr estaba contenta con él, aun los servido
a lo largo del Trente del ejército para ir res de Saúl.
al encuentro del filisteo;4y metió la mano
en el zurrón, sacó de él un cliinarro y lo E n e m ig a d e S a ú l c o n tra D a v id
lun/ú con la honda. El chinarro se clavó
en la frente del filisteo, y éste cayó de « Cuando hicieron su entrada después
bruces a lierra. 50 Así David, con una de haber muerto David al filisteo, salían
honda y una piedra, venció al filisteo y las mujeres de todas las ciudades de Is
le hirió de muerte. 51 Corrió, parándose rael, cantando y danzando delante del
ante el filisteo, y no teniendo espada a la rey Saúl, con tímpanos y triángulos ale
mano, cogió la de él, sacándola de la gremente, 7 y alternando, cantaban las
vaina; le mató y le cortó la cabeza. Viendo mujeres en coro:
los filisteos muerto a su campeón, pusié «Saúl mató sus mil,
ronse en fuga, 52 y los hombres de Israel, Pero David sus diez mil».
levantándose y lanzando los gritos de 8 Saúl se irritó mucho, y esto le des
guerra, persiguieron a los filisteos hasta agradó, pues decía: «Dan diez mil a Da-
52 No podemos menos de reconocer que en este relato del episodio David-Goliat hay ciertas
divergencias en el texto, que no pueden explicarse más que suponiendo que en él se han contraído
diversos documentos. Quizá esta divergencia, no fácilmente explicable, movió a los copistas de
ciertos códices griegos a suprimir los w .17,55 a 18,6. (Véanse Introducción a los libros históricos y
la especial a Samuel.)
54 La ciudad de Jerusalén fue arrebatada a los jebuseos por David siendo ya rey de todo Is
rael (2 Sam 5,6 ss.). Parece que este versículo es una adición posterior de algún copista distraído.
■fl O 1 El corazón noble y generoso del joven Jonatán se alegra de haber hallado otro como él
* 0 y se liga en estrecha amistad con el héroe del día; en cambio, Saúl recela de David y comienza
a dejarse dominar por la envidia, que no le dejará en toda la vida.
SAMUEL 18-19
vid y a mí mil; nada le falta, si no es cienda». 24 Fuéronle a contar a Saúl sus
el reino». 9 Desde entonces miraba Saúl servidores lo que decía David, 25*y él les
a David con malos ojos. dijo: «Habladle así: No necesita el rey
10 Al otro día se apoderó de Saúldote;el sólo quiere cien prepucios de filis
mal espíritu, y desvariaba en su casa. teos para vengarse de sus enemigos». Así
David tocaba el arpa, como otras veces. pensaba Saúl que caería David en manos
Tenía Saúl en la mano su lanza,* 11 y de los filisteos.
blandiéndola, la lanzó contra David, di- 26 Cuando los servidores dijeron a Da
ciendo: «Voy a clavar a David en la vid las palabras que había dicho Saúl, le
pared». Pero David esquivó el golpe por agradó a aquél la condición puesta para
dos veces. 10*12 Comenzó Saúl a temer a ser yerno del rey. 27 Y salió David con
David, pues veía que estaba Yavé con los que estaban a su mando y mató cien
éste, mientras que de él se había aparta filisteos, trayéndose sus prepucios, y los
do. 13 Alejóle de sí, haciéndole jefe de entregó al rey. Y cuando se cumplieron
millar, y David entraba y salía a la vista los días para ser su yerno, diole Saúl por
de todo el pueblo; n en todas sus empre mujer su hija M icol.28 Saúl vio claramen
sas se mostró acertado, porque Yavé es te que Yavé estaba con David y que todo
taba con él. 13*Vio, pues, Saúl que era Israel le amaba. 29 Temíale Saúl más y
muy precavido, y le temía. 16 Todo Is más cada vez, y fue toda su vida enemi
rael y todo Judá amaba a David, que a go de David. 30 Los príncipes de los filis
su vista entraba y salía. 17*Dijo Saúl a teos hacían incursiones; pero cada vez
David: «Mira, te daré por mujer a mi que salían, David, por su habilidad, al
hija mayor, Merob; pero has de mostrar canzaba mejor suceso que todos los otros
te valiente y hacer las guerras de Yavé»; servidores de Saúl, y su nombre llegó a
pues se decía: «No quiero poner mis ma ser muy celebrado. *
nos sobre él; que le maten las de los
filisteos». * In te rv e n c ió n d e Jo n a tá n en fa v o r d e
18 David respondió a Saúl: «¿Quién soy D a v id
yo y qué es mi vida, qué la casa de mi
padre, para que sea yo yerno del rey?» 1 Q 1 Propuso Saúl a Jonatán, su hijo,
19 Pero cuando llegó el tiempo en que *27 y a todos sus servidores matar a
Merob, la hija mayor de Saúl, había de David; y Jonatán, hijo de Saúl, que ama
ser entregada a David, se la dio por mu ba mucho a David, * 2 se lo comunicó a
jer a Hadriel, de Mejolá. 20 Micol, la éste, diciéndole: «Saúl, mi padre, busca
otra hija de Saúl, amaba a David; lo matarte. Ponte, pues, en guardia; maña
supo Saúl, y esto le agradó, * 21 pues se na, por favor, no te dejes ver y escóndete.
decía: «Se la daré para que le sirva de 3 Yo saldré con mi padre al campo, adon
lazo y le haga caer en las manos de los de tú estés; hablaré de ti a mi padre, veré
filisteos». Dijo, pues, Saúl a David: «Por qué piensa y te lo comunicaré». 4 Jona
segunda vez voy a darte ocasión de ser tán habló a su padre en favor de David,
yerno mío». 22 Al mismo tiempo dio or diciéndole: «No peque el rey contra su
den a sus servidores, diciéndoles: «Ha siervo David, pues él no ha pecado con
blad a David a escondidas de mí y de tra ti. Por el contrario, cuanto hace es
cidle: El rey te estima y todos sus servi para bien tuyo; 5 ha expuesto su vida, ha
dores te queremos; haz por ser yerno derrotado al filisteo y Yavé ha obrado
del rey». 23 Dijéronle a David esto los por él una gran liberación en todo Israel.
servidores, y respondió David: «¿Os pa Tú lo has visto y te has alegrado. ¿Por
rece cosa fácil eso de ser yerno del rey? qué, pues, vas a hacerte reo de sangre
Yo soy hombre de poco y de poca ha inocente haciendo morir a David sin cul-
10 Volvemos a la historia de 16,23. La melancolía se apodera de Saúl y, a pesar de la suavidad
de la música, en un arrebato de furor arroja la lanza que tenia en la mano, como símbolo de su reale
za, contra el músico.
17 En 17,21 se refieren las grandes promesas hechas al vencedor de Goliat. Es probable que las
anularan los celos del rey. Pero ahora le propone el matrimonio como un medio de deshacerse de
él. Entre los hebreos se hacia el matrimonio por compra de la mujer, o lo que era igual, que el novio
debía satisfacer la dote convenida al padre de la novia.
20 Viéndole vencedor en las batallas, en que esperaba que pereciese, no le cumple la palabra,
tal vez tomando por pretexto las mismas excusas de David. Pero Saúl, firme en su propósito, quiere
aprovecharse del amor de Micol por el héroe, sin duda correspondido por él, y le exige una hazaña
concreta, pero difícil: la muerte de cien filisteos, con el fin de que perezca en la empresa.
39 Entre Israel y los filisteos existía un estado de guerra permanente, y eran frecuentes las alga
ras de los unos en el territorio de los otros.
| Q 1 Saúl, viendo que por los medios indirectos no lograba eliminar a David, a quien conside-
* ** raba su rival, resolvió acudir a otros más directos, y desde luego manifestó su propósito a
sus consejeros, de los cuales parece debió de excluir a Jonatán, según pide la corrección grama
tical del texto.
311 I SAMUEL 19*20
pa suya?» 6 Saúl escuchó a Jonatán y Otra vez Saúl entre los profetas
juró: «¡Vive Yavé! N o morirá». 7 Jona
tán llamó a David y le transmitió estas 19 Dijéronle a Saúl: «Mira, David está
palabras; le llevó luego a Saúl y se quedó en Nayot, en Rama». 20 Saúl mandó gen
David a su servicio» como estaba antes. te para prenderle, y viendo a la tropa de
profetas profetizando, con Samuel a la
D avid huye de Saúl cabeza, se apoderó de ellos el espíritu
de Yavé y pusiéronse ellos también a pro
8 Comenzó de nuevo la guerra, y Da fetizar. * 21 Dieron a conocer esto a Saúl,
vid marchó contra los filisteos y les dio y éste mandó nueva gente, y también és
la batalla, infligiéndoles una gran derrota tos se pusieron a profetizar. Por tercera
y poniéndolos en fuga. 9 Un espíritu malo vez envió otros, pero también éstos pro
de Yavé se apoderó de Saúl, y estando fetizaron. 22 Entonces fue Saúl en persona
éste sentado en su casa con la lanza en a Rama, y al llegar a la cisterna de la era
la mano, mientras tocaba David el arpa, que hay en el teso preguntó: «¿Dónde
lo quiso Saúl clavar a David en la pared, están Samuel y David?» Y le respondie
pero esquivó éste el golpe, y la lanza ron: «Están en Nayot de Rama». 23 Diri
quedó clavada en el muro. Huyó David; gióse allá, a Nayot de Rama. El espíritu
u aquella noche Saúl mandó gente a la de Dios se apoderó de él, e iba profeti
casa de David para prenderle y matarle zando hasta que llegó a Nayot de Rama, *
a la mañana; pero Micol, mujer de Da 24 y quitándose sus vestiduras, profetizó
vid, le informó de ello, diciéndole: «Si él también ante Samuel, y se estuvo des
no te escapas esta misma noche, mañana
mismo te matarán», 12 y ie descolgó por nudo por tierra todo aquel día y toda
la noche. De ahí el proverbio: «¿También
la ventana. Saúl entre los profetas?»*
David huyó, poniéndose en salvo.13 Mi-
col cogió luego los terafim y los metió
en el lecho, puso una piel de cabra en el Alianza entre D avid y Jonatán
lugar de la cabeza y echó sobre ella una
cubierta.* 14Cuando Saúl mandó gente o A 1 David huyó de Nayot de Rama,
para prender a David, ella les dijo: «Está ^ " fue a ver a Jonatán y le dijo: «¿Qué
malo». 15 Saúl volvió a mandarlos para he hecho yo? ¿Qué crimen he cometido
que viesen a David, y les dijo: «Traédme contra tu padre para que de muerte me
lo en su lecho para que lo haga matar». persiga?» 2 Jonatán le dijo: «No, no será
Volvieron ellos, pero hallaron en el le así, no morirás. ¿Había de celarme a mí
cho los terafim y la piel de cabra en el eso mi padre? No hace mi padre cosa
sitio de la cabeza. 17 Saúl dijo a Micol: alguna, ni grande ni pequeña, sin dárme
«¿Por qué me has engañado así y has de la a conocer. ¿Por qué había de ocultar
jado escapar a mi enemigo para que se me ésta? No hay nada de eso». 3 Y juró
ponga en salvo?» Micol respondió a Saúl: nuevamente a David. Pero éste dijo: «Sa
«Me dijo: Déjame ir o te mato». be muy bien tu padre que me quieres, y
,H Así huyó David y se salvó. Fuése a se habrá dicho: Que no lo sepa Jonatán,
casa de Samuel, en Rama, y le contó no vaya a darle pena; pero por Dios y
cuanto le había hecho Saúl. Después se por tu vida, que no hay más que un paso
fue con Samuel a habitar en Nayot, en entre mí y la muerte». 4 Jonatán dijo a
Rama. David: «Di qué quieres que haga, que yo
haré cuanto me pidas». 5 David le res
pondió: «Mañana es el novilunio, y yo
debería sentarme junto al rey en el con-
D Se ve por aquí que los terafim, que no faltaban en casa de David, como en la de Jacob, tenían
forma humana (Gén 3 1.3 ° ss.).
2<> Saúl mismo parte a buscar a David y realizar el propósito de darle muerte. Sobre estos prote
tas véase 10,5. En este pasaje se ponen más de relieve las formas de estos profetas. No hay por qué
suponer que la desnudez de Saúl fuera completa, sino que se aligeró de ropa, como se dice de San
Pedro en Jn 21,7. No hemos de maravillamos de estas manifestaciones religiosas primitivas, que
aún se ven hoy en Jerusalén entre los musulmanes. Lo divino de la religión mosaica está con fre
cuencia envuelto en formas muy humanas, no nacidas de ella misma, sino recibidas de las costum
bres del pueblo y purificadas del sentido idolátrico que pudieran tener en sus orígenes y en los pue
blos circunvecinos.
23 Por segunda vez se nos presenta el origen de esta frase proverbial, que corría en Israel cuando
esta historia se escribía (cf. 1,12).
24 En estas turbas de profetas parece que debe distinguirse entre el fondo y las formas exterio
res. El primero era indudablemente religioso, deducido de la misma religión mosaica, pues eran
hombres dedicados de una manera especial al cu'to de Yavé. por el canto de sus alabanzas. Las
formas exteriores, el acompañamiento de músicas estrepitosas, el danzar y bailar prolongados, etc.
parecen tomadas de los falsos profetas de las relig'ones cananeas. No todo en ello era divino, y no
debemos dejamos engañar por la denominación de profeta, ya que la significación de este nombre
en la Escritura es múltiple.
I SAMUEL 2 0 312
5 El contexto pide que a las palabras de las gentes de David siga la respuesta del caudillo (v.7).
La Providencia ofrece a David la extraordinaria ocasión de mostrar su nobleza y el respeto religioso
que siente por la unción sagrada de Saúl. Dar muerte al rey no serla eliminar un rival, sería cometer
un sacrilegio en la persona sagrada del rey.
7 David dio siempre muestra de su espíritu religioso en el respeto a la unción sagrada, y pensaba
que poner la mano sobre el rey fuese no sólo un homicidio, sino un verdadero sacrilegio.
22 En este momento Saúl se resigna con la sentencia de Dios, que Samuel le había comunicado
sobre el fin de su dinastía, y pide a David el respeto de su familia, como Jonatán el de la suya. He
mos de advertir que Saúl era el primer rey de Israel, y no existía aún ley alguna de sucesión en el
reino.
OK 1 Samuel es una figura nacional, y como tal todo el pueblo le llora, y celebra sus exequias en
la forma acostumbrada (Eclo 46,16-23). Es enterrado, no en su casa, sino en su propiedad
(Núm 20,29; Dt 34,8). Por este tiempo David se retira, no al desierto de Farán, que está muy abajo,
sino al de Maón, que ya conocemos. Así lo dicen los LXX.
3 El nombre de Nabal, necio, bruto, corresponde bien a la pintura que el autor sagrado nos
hace de él. Lo mismo digamos de Abigail, mi padre (Dios) es alegre.
5 El Carmel se halla al sur de Hebrón, en el desierto de Judá, donde la única riqueza que cabe
es la ganadería. Los días del esquileo son días de regocijo. David envía a su gente en demanda del
aguinaldo a que creía tener derecho por los servicios prestados.
317 I SAMUEL 2 5
quo ha hecho Saúl, que ha borrado de que tengas fuerzas para proseguir tu ca
esta tierra a todos los evocadores y adivi mino». 23 El contestó: «No comeré nada».
nos. ¿Me tiendes un lazo para hacerme Sus servidores, uniéndose a la mujer, in
morir?>>10 Saúl le juró por Yavé, diciendo: sistieron, y él se rindió a sus instancias.
«Como vive Yavé, que por esto no le lia Levantóse de tierra y se sentó sobre el
de venir ningún mal». 11 Dijóle la mujer: diván.24 Tenia en casa la mujer un ternero
«¿A quién he de evocar?» Y Saúl contestó: gordo; matóle luego, y tomando harina
«Evócame a Samuel». coció unos ázimos 25 y los presentó a Saúl
12 A la vista de Samuel, la mujer lanzó
y a sus servidores, quienes, después de
un grito y dijo a Saúl: * ,J «¿Por qué me comer, se levantaron y partieron aquella
has engañado? Tú eres Saúl». El rey le misma noche.
dijo: «No temas. ¿Qué es lo que ves?»
La mujer dijo a Saúl: «Veo un dios que D a v id » d e sp e d id o d e l ejé rcito d e lo s
se alza de la tierra».* 14«¿Y cuál es su filisteos
figura?», preguntó Saúl. Ella respondió:
«Es un anciano que sube envuelto en su O A 1 Reunieron los filisteos todas sus
manto». Comprendió Saúl que era Sa m 9 tropas en Afee, e Israel acampaba
muel y se prosternó rostro a tierra.15 Sa cerca de la fuente de Jezrael. 2 Mientras
muel dijo a Saúl: «¿Por qué has turbado avanzaban los príncipes de los filisteos a
mi reposo, evocándome?» Saúl respondió: la cabeza de sus centenas y sus millares,
«Estoy en gran aprieto. Los filisteos me David y los suyos marchaban a retaguar
hacen la guerra y Yavé se ha retirado dia con A quis.3 Y los jefes de los filisteos
de mí. N o me ha respondido ni por pro preguntaron: «¿Qué hacen aquí estos he
fetas ni por sueños. Te he evocado para breos?» Aquis les dijo: «¿No veis que es
que me digas qué he de hacer». * 16 Samuel David, siervo de Saúl, rey de Israel, que
dijo: «¿Cómo me consultas tú, siendo así está conmigo hace días y años, sin que
que Yavé se ha retirado de ti para ponerse haya hallado yo la menor cosa que re
al lado de tu prójimo? 17 Yavé hace lo procharle desde que se pasó a nosotros
que te había predicho por mi boca: arran hasta ahora?» 4 Pero los jefes de los filis
ca el reino de tus manos para dárselo a teos se enfurecieron contra Aquis y le
a otro, a David. 18 Porque no obedeciste dijeron: «Despide a ese hombre y que se
a Yavé y no trataste a Amalee según el vuelva al lugar que le has designado; que
ardor de su cólera, por eso Yavé hace no venga a la batalla, no se revuelva con
eso contigo. 19 Entregará a Israel, junta tra nosotros durante el combate. ¿Cómo
mente contigo, a manos de los filisteos. podría él volver a la gracia de su amo
Mañana tú y tus hijos estaréis conmigo, mejor que ofreciéndole cabezas de nues
y Yavé entregará el campamento de Israel tros hombres? 5 ¿No es ese David del que
a los filisteos». cantaban danzando: Saúl mató sus mil,
20 Saúl se turbó y cayó a tierra cuan pero David sus diez mil?»
largo era, pues las palabras de Samuel le 6 Aquis llamó a David y le dijo: «Como
llenaron de espanto, y faltáronle las fuer vive Yavé, que tú eres hombre leal y que
zas, pues no había tomado nada ni en el yo veo con buenos ojos toda tu conducta
día ni en la noche. * 21 La mujer se acercó en esta expedición, sin haber visto en ti
a Saúl, y viendo su gran turbación, le nada malo desde que llegaste a mi hasta
dijo: «Tu sierva no ha hecho más que hoy; pero a los príncipes no les agradas. *
obedecerte, exponiendo su vida. 22 Escu 7 Vuélvete, pues, y toma en paz, para no
cha, pues, tú también a tu sierva, y per desagradar a los príncipes de los filisteos».
mite que te ofrezca un trozo de pan para 8 David respondió: «Pero ¿qué te he he-
12 La mujer evoca a Samuel a petición del visitante. ¿Por dónde conoce la bruja que éste es
Saúl? Por las seguridades que le dio y por el hecho de evocar a Samuel en las graves circunstancias
aquellas de la guerra.
13 La mujer habla como si viera algo extraordinario, que designa con el nombre de un «dios».
Tiene la figura de un anciano que viene envuelto en su manto. Esto bastó para que Saúl entendiese
que era Samuel, y la visión habla como si de veras fuera el profeta.
15 La visión habla, según la opinión común de que las evocaciones turban el reposo de los muer
tos. Sobre la naturaleza de esta visión se viene disputando desde Orígenes. Para unos sería, en efecto,
el alma del profeta, que, por especial permisión divina, viene a intimar al rey su próximo fin
(cf. Eclo 46,23). Otros piensan que fuese el diablo, que hablaba en nombre de Samuel, en virtud
del pacto que la bruja tiene con el espíritu del mal. Para otros seria todo puro embuste de la bruja,
como sucede de ordinario en estas evocaciones antiguas y en las modernas. Y hasta algún antiguo
rabino se aventuró a decir que todo habla sido producto de la excitada imaginación de Saúl.
20 Saúl, víctima del engaño o de la realidad de la visión, que vino a agravar la depresión de su
espíritu, cae desmayado, y sólo después de pasado algún tiempo y de haber comido recobra la fuer
za para volverse al ejército.
2 Q 6 Es curioso oir a un filisteo jurar por Yavé, pero los gentiles no negaban la divinidad de los
" ^ otros dioses distintos de los suyos, y Aquis jura por Yavé para hacerse creer mejor de David.
321 I SAM UEL 29-30
cho yo y qué has hallado tú en tu siervo, vid; ludiéronle pan que comiera y agua
desde que estoy junto a ti hasta hoy, para que bebiera y un trozo de torta de higos
que no marche yo a combatir a los enemi secos y un racimo de pasas. Una vez que
gos de mi señor, el rey?» * 9 Aquis respon con el alimento se recobró, pues había es
dió a David: «Yo sé bien que tú has sido tado tres días y tres noches sin comer ni
bueno conmigo, como un ángel de Dios; beber, 13 le preguntó David: «¿De quién
pero los jefes de los filisteos dicen: Que y de dónde eres tú?» El respondió: «Soy
no suba con nosotros a la batalla. 10 Así un esclavo egipcio al servicio de un ama-
que levántate de mañana tú y los siervos lecita, y hace tres días me abandonó mi
de tu señor que han venido contigo; iréis amo porque enfermé.* 14Habíamos he
al lugar que os he señalado; no guardes cho una incursión en el Negueb de Que-
resentimiento en tu corazón, porque me ret, y en el de Judá, y en el Negueb de
eres grato; levantaos bien de mañana y Caleb, y hem os incendiado Siceleg.»
partid en cuanto sea de día». 11 David y 15 David le preguntó: «¿Quieres guiarme
sus gentes se levantaron bien temprano, hacia donde está la banda?» El le res
y partieron de vuelta a la tierra de los pondió: «Júrame por Dios que no me
filisteos, y los filisteos subieron a Jezrael. matarás ni me entregarás a mi amo, y te
guiaré a donde está la banda». 16 Guió
S a q u e o e in c e n d io d e S ic e le g p o r los los, y vieron que estaban los amalecitas
a m a le c ita s esparcidos por todo el campo, comiendo,
bebiendo y bailando, pues era muy gran
O A 1 Cuando al tercer día llegó Davidde el botín que habían cogido en la tierra
d II con sus hombres a Siceleg, los ama de los filisteos y en la de Judá. 17 David
lecitas habían irrumpido contra el Negueb los batió desde la aurora hasta la tarde,
y contra Siceleg y la habían tomado e y no escapó ninguno de ellos, fuera de
incendiado. * 2 Habían apresado a las mu cuatrocientos mozos, que huyeron mon
jeres y a todos los que allí estaban, peque tados en camellos.18 David recobró cuan
ños y grandes, pero sin matar a nadie, to los amalecitas se llevaran y rescató a
y llevándoselos, se hablan puesto en ca sus dos mujeres.19 No faltó nadie, ni chi
mino. 3 Cuando llegaron David y sus gen co ni grande, ni niño ni niña, ni nada del
tes a la dudad y vieron que había sido botín y de cuanto se habían llevado. Da
quemada y que sus mujeres, hijos e hijas vid lo recobró todo; 2fty cogiendo el ga
habían sido llevados cautivos, 4 alzaron nado mayor y menor, se pusieron en mar
la voz y lloraron hasta más no poder. cha delante de él, diciendo: «Este es el
5 Habían sido llevadas las dos mujeres botín de David».
de David: Ajinoam, de Jezrael, y Abigail, 21 Llegó David a los doscientos hom
de Carmel, mujer de Nabal. bres que, fatigados, no habían podido se
6 David se vio muy angustiado, pues la guirle y se quedaron junto al torrente de
gente hablaba de lapidarle, ya que todos Besor. Salieron éstos al encuentro de Da
estaban muy amargados, cada uno por vid y de los que venían con él, y David
sus hijos y sus hijas. Pero David se con se acercó a ellos y los saludó amistosa
fortó en Yavé, su Dios. 7 Dijo, pues, al mente. 22 Pero lo peor de cuanto de malo
sacerdote Abiatar, hijo de Ajimelec: «Trae había en la tropa de David se puso a de
el efod». Aplicó Abiatar el efod, * 8 y Da cir: «Pues que no han venido con nos
vid consultó a Yavé, diciendo: «¿He de otros, no les daremos parte del botín que
perseguir a esa banda? ¿La alcanzaré?» hemos cogido; que coja cada uno su mu
Yuvé respondió: «Persíguela, porque de jer y sus hijos y se los lleve y se vayan».
cierto la alcanzarás y recobrarás». 9 Pú 23 Pero David dijo: «No hagáis eso des
sose David en marcha con los seiscientos pués de lo que nos ha dado Yavé; por
hombres que le seguían. Cuando llegaron que él nos ha guardado y ha puesto en
al torrente de Besor, doscientos quedaron nuestras manos la banda que vino con
sin pasar más allá, rezagados por la fa tra nosotros. * 24 Eso, ni oírse siquiera.
tiga. 10 David continuó la persecución con La parte debe ser la misma para el que
cuatrocientos hombres. 11 Encontraron en combate y para el que custodia el baga
el campo a un egipcio, que llevaron a Da je. Todos partirán por igual». 25 Y así se
8 David responde como sí no creyera en la sinceridad de Aquis; pero la falta de sinceridad más
bien estaba de parte de David, si cotejamos sus palabras con lo que se dice en 27,9 ss.
OA 1 A pesar del exterminio de Saúl, Amalee vive aún, y vive para tomar el desquite de las
d l i acometidas de David (27,8). Noticiosos de que Siceleg estaba sin guarnición, la acometen
y se llevan cuanto en ella habla.
7 Aun en aquella circunstancia, David no se decide sin consultar a Yavé, lo que hace por medio
del sacerdote Abiatar, que guarda el efod del santuario de Nob.
13 Triste suerte la de este esclavo, abandonado por su amo en el desierto porque estaba enfermo.
23 La Ley mandaba que el botín se repartiese por igual entre los que habían combatido y los
que habían quedado a retaguardia (Núm 31,27; Jos 22.8).
N ácar-Colunga 11
I I SAM UEL 322
hizo aquel día y en lo sucesivo» quedan pia espada, se echó sobre la punta de
do esto como ley y norma, que todavía ella. * 5 El escudero, viéndole muerto, se
se observa. arrojó igualmente sobre la suya, y murió
De vuelta a Siceleg, David mandó con él. 6 Así murieron aquel día juntos
parte del botín a los ancianos de Judá, Saúl y sus tres hijos y su escudero. 7 Los
diciendo: «Ahí va para vosotros un pre de Israel, que estaban en las ciudades del
sente del botín de los enemigos de Ya- lado acá del Jordán, viendo huir a los hi
vé». * 27 Mandó a los de Betul, a los de jos de Israel y sabiendo que Saúl y sus
Ramat del Negueb, a los de Jatir, 28 a los hijos habían muerto, abandonaron sus
de Arara, a los de Sifhmot, a los de Es- ciudades para emprender también la fu
tamoa, 29 a los de Carmel, a los de las ga, y viniendo los filisteos, las ocuparon. *
ciudades de los jcramelitas, a los de las 8 Al día siguiente vinieron los filisteos
ciudades de los guenitas, 30 a los de Jor para despojar a los muertos, y hallaron
nia, a los de Borasán, a los de Atac, 31 a a Saúl y a sus tres hijos, que yacían sobre
los de Hebrón y a los de todos los luga los montes de Gélboe. 9 Cortaron la ca
res por donde David y sus gentes habían beza de Saúl, y se apoderaron de sus ar
estado. mas, e hicieron publicar esta buena no
ticia por toda la tierra de los filisteos, en
D e r r o t a y m u e r te d e S a ú l los templos de sus ídolos y entre el pue
blo. 10 Las armas de Saúl las depositaron
o -i i Libraron batalla los filisteos, y en el templo de Astarté, y su cuerpo lo
^ los hijos de Israel se pusieron en colgaron de las murallas de Betsán.
fuga ante los filisteos, y cayeron muchos 11 Los habitantes de Jabes Galad, ha
en los montes de Gélboe. 2 Los filisteos biendo sabido lo que los filisteos habían
se pusieron a perseguir a Saúl y a sus hi hecho con Saúl, * *2 reunieron a los más
jos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y valientes; y después de marchar durante
a Melquisúa, hijos de Saúl. 3 El peso de
la batalla cargó principalmente sobre Saúl. toda la noche, llegaron hasta Betsán; v
Habiéndole descubierto los arqueros, se cogiendo de sus murallas el cadáver de
llenó de temor 4 y dijo a su escudero: Saúl y los de sus hijos, se volvieron con
«Saca tu espada y traspásame, no me ellos a Jabes, donde los quemaron. 13 Co
hieran esos incircuncisos y me afrenten». gieron sus huesos y los sepultaron bajo
El escudero no obedeció por el gran te el terebinto de Jabes y ayunaron siete
mor que tenía; y cogiendo Saúl su pro días.
26 Con estos dones David buscaba preparar los ánimos de las gentes de Judá para tenerlas de
su parte en los sucesos que sentía avecinarse (2 Sam 2,1 $s.).
O í 4 Saúl, ante el peligro de caer vivo en manos de los filisteos y de venir a ser objeto de burla
^ * para ellos, hace lo que Racías (2 Mac 14.41 ss.), y manda a su escudero que le quite la vida.
El suceso tiene parecido con el de Abimelec (Jue 9,54).
7 El pánico se apodera de Israel, y todos buscan su salvación del otro lado del Jordán.
11 Jabes recuerda el eficaz socorro que tuvo de Saúl (11,1 ss.), y se apresura a rendir los pos
treros homenajes a Saúl y a sus hijos. Notamos en este suceso un detalle singular: los cadáveres
fueron quemados y los huesos recibieron honrosa sepultura. Unico caso de incineradón que la
Biblia nos ofrece. El ayuno es señal de luto; viene a ser el funeral en honor de los muertos, igual
que las lamentaciones (cf. 25,1).
Tal fue el fin del primer rey de Israel, que por desobediencia y envidia perdió la protección
del Señor.
II SAMUEL
Más fuertes que los leones. y llevándole a Majanaim, * 9*12le alzó por
1 Hijas de Israel, llorad por Saúl, rey de Galad, de Aser, de Jezrael, de
Que os vestía de lino fino Efrním, de Benjamín y de todo Israel.
Y adornaba de oro vuestros vestidos. 10 Cuarenta años tenía Isbaal, hijo de
25 ¿Cómo han caído los héroes en me Saúl, cuando comenzó a reinar en Israel,
dio de la batalla? y reinó dos años. Sólo la casa de Judá
¿Cómo fue traspasado Jonniún on las seguía a David.
alturas? 11 El tiempo que David reinó en He
26 Angustiado estoy por (i, joh Jo- brón, sobre la casa de Judá, fue de siete
natán, hermano míol años y seis meses.
Me eras carísimo.
Y tu amor era para mi dulcísimo, La batalla de G ab aón
Más que el amor de las mujeres.
27 ¿Cómo han caído los héroes? ¿Có 12 Abner, hijo de Ner, y los seguidores
mo han perecido las armas del combate?» de Isbaal, hijo de Saúl, salieron de Maja
naim para Gabaón. *
13 Joab, hijo de Sarvia, y los seguido
D avid , re y de Ju d á res de David se pusieron en marcha. En
1 Después de esto, consultó David acontráronse cerca del estanque de Ga
2 Yavé, diciendo: «¿He de subir a al baón y acamparon los unos de un lado
guna de las ciudades de Judá?» Y Yavé del estanque y los otros del otro.14*Abner
respondió: «Sube». Preguntó David: «¿A dijo a Joab: «Salgan unos cuantos jóve
cuál de ellas subiré?» Y Yavé respondió: nes y combatan a nuestra vista». Joab
«A Hebrón». 2*Subió, pues, allá David respondió: «Que salgan». 13 Y salieron,
con sus dos mujeres: Ajinoam, de Jezrael, avanzando en igual número, doce de Ben
Abigail, de Carmel, mujer de Nabal. jamín por Isbaal, hijo de Saúl, y doce de
Hizo también que subieran los que es los seguidores de David; 16y cogiendo
taban con él, cada uno con su familia, y cada uno a su adversario por la cabeza,
habitaron en las ciudades de Hebrón. le hundió la espada en el costado y caye
4 Vinieron los hombres de Judá y ungie ron todos a una, llamándose por eso aquel
ron allí a David rey de la casa de Judá. lugar Campo de los Costados, que está
Supo David que las gentes de Jabes Ga- en Gabaón. 17*Hubo aquel día muy recia
lad habían dado sepultura a Saúl;* 5 y batalla, y Abner y los hombres de Israel
David envió mensajeros a los hombres de fueron vencidos por los seguidores de D a
Jabes Galad, que les dijeran: «Benditos vid. * 18 Estaban allí los tres hijos de Sar
seáis de Yavé por la misericordia que ha via: Joab, Abisai y Azael. Azael era lige
béis hecho con vuestro señor Saúl dán ro de pies, como un corzo de los campos,
dole sepultura. 6 Que haga Yavé con vos 19 y persiguió a Abner, sin apartarse de
otros misericordia y verdad. Yo también en pos de él ni a la derecha ni a la iz
os pagaré con favores lo que habéis he quierda. 20 Abner miró detrás de sí y le
cho. 78Fortaleced vuestras manos y te dijo: «¿Eres tú, Azael?» El respondió:
ned valor, pues que, muerto Saúl, los «Yo soy». 21 Y Abner le dijo: «Apártate
hombres de Judá me han ungido por rey o a la derecha o a la izquierda, coge a uno
suyo». * de esos mozos y toma sus despojos». Pe
ro Azael no quiso apartarse de él, 22 y
O posición de la casa de Saúl Abner dijo entonces a Azael: «Apártate
de en pos de mí o te derribo en tierra, y
8 Pero Abner, hijo de Ner, jefe del ejér
¿cómo podría yo levantar mis ojos de
cito de Saúl, tomó a Isbaal, hijo de Saúl; lante de Joab, tu hermano?» * 23 Pero
4 David era el candidato al trono de la tribu de Judá. La muerte de Saúl y de los hijos que
2 podían sucederle deja el camino expedito a los de Judá para ungir a David por rey suyo.
7 David se muestra buen diplomático. Como antes repartía su botín de guerra con los prima
tes de su tribu (i Sam 30.26), así ahora envía su felicitación a los de Jabes por la buena obra que
habían hecho con el rey caído. Al mismo tiempo les propone le reconozcan como sucesor en el
trono.
8 Abner, general del ejército, o por lealtad a la casa de Saúl o por apego a la privanza, alza
por rey a Isboset. Pero, por la mala situación en que el reino había quedado, trasladó su residencia
a la Transjordania (1 Sam 31,7)- Isboset equivale a Isbaal, que significa hombre de Baal. No se
dice nunca que Saúl rindiese homenaje a los Baales (véase la nota a Jue 3,7). Para expresar su aver
sión a Baal, los escribas sustituyeron este nombre por boset, abominación.
12 Instalado en Majanaim (Gén 32,1 s.), el ejército de Isbaal, a las órdenes de Abner, repasa
el Jordán y viene a Gabaón, donde le sale al encuentro la gente de David, mandada por Joab. Se
empieza por un duelo de doce por cada parte, en que los de David quedan vencedores.
17 Sigue luego la batalla general, en la cual los de David obtuvieron también la victoria.
22 Azael persigue al general enemigo Abner, deseoso de la gloria de acabar asi la guerra, que
Abner solo sostenía. Este no teme enfrentarse con el perseguidor, pero teme la venganza de Joab,
que luego, en efecto, le alcanzó (3,27).
325 I I SAMUEL 2 -3
hurán alianza coatif* y tú raiaarái como Todo el pueblo siguió llorando a Ab
deseas». David despidió luego a Abner, ner, 35 y se acercaron a David para ha
y éste se fue en paz. cerle tomar algún alimento antes de que
22 Vinieron los servidores de David y acabase el dia; pero David juró: «Hágame
Joab, de vuelta de una expedición, tra esto Yavé y esto me añada si como nada
yendo consigo gran botín. No estaba ya antes de la puesta del sol». 36 Todo el
Abner con David en Ilebrón; ya le había pueblo lo supo, viendo con agrado lo
despedido David y ya se había ido él en que hacía el rey; 37 y comprendió aquel
paz; 23 pero al llegar Joab con el ejército día que no había sido obra del rey la
que mandaba, dieron aviso a Joab, di muerte de Abner, hijo de Ner. 38 El rey
ciendo: «Abner, hijo do Ner, ha venido a dijo a sus servidores: «¿No veis que ha
estar con el rey, y ésto le ha despedido, caído hoy en Israel un gran capitán y un
y él se ha ido en paz». 24 Vino entonces gran hombre? 39 Por lo que a mí hace,
Joab al rey y lo dijo: «¿Cómo has hecho yo soy todavía débil, aunque ungido, y
esto? Ha venido a estar contigo Abner; esos hombres, los hijos de Sarvia, son
¿por qué, pues, le has dejado irse en paz? más duros que yo. Que Yavé pague al
25 ¿No sabes tú quo Abner, hijo de Ner, que ha hecho el mal según su malicia».
ha venido a engañarte y a espiarte en tus
entradas y salidas y sorprender tus pla
nes?» 26 Y en saliendo de estar con David, M uerte de Isbaal
mandó Joab algunos tras Abner, que le 1
trajeron desde la cisterna de Sira sin que
David supiera nada. 27 Cuando Abner es
4 Cuando supo Isbaal que Abner ha
bía muerto en Hebrón, se le cayeron
tuvo de vuelta en Hebrón, Joab, lleván los brazos, y todo Israel quedó conster
dole aparte dentro de la puerta, como nado. * 2 Estaban con el hijo de Saúl dos
para hablarle en secreto, le hirió en el jefes de bandidos, uno de nombre Baña y
vientre y le mató en venganza de la san otro de nombre Recab, hijos de Rimón
gre de Azael, su hermano. * 28 Al saberlo de Berot, de los hijos de Benjamín, pues
Berot se cuenta también como parte de
David, dijo: «Inocente soy yo para siem Benjamín. 3 Estos berotitas habían huido
pre, yo y mi reino, delante de Yavé, de
la sangre de Abner, hijo de Ner. * 29 Caiga de Guitaim y habían habitado allí hasta
entonces. 4 Un hijo de Jonatán, hijo de
su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre Saúl, tenia cinco años; y al llegar de
toda la casa de su padre. Haya siempre
en la casa de Joab quien padezca el flujo, Jezrael la noticia de la muerte de Saúl y
leproso, quien ande con báculo, quien Jonatán, le cogió la nodriza para huir con
muera a cuchillo, quien carezca de pan». él, y en la precipitación de la fuga le dejó
30 Joab y Abisa i, su hermano, mataron caer y quedó cojo; se llamaba Mefibaal.
a Abner porque éste había muerto a 5 Los hijos de Rimón de Berot, Recab y
Azael, hermano de los dos, en la batalla Baña, vinieron durante las horas de calor
de Gabaón. 6 y entraron en la casa de Isbaal, que es
taba durmiendo la siesta; la portera, lim
31 David dijo a Joab y a todo el pueblo piando trigo, se había dormido; y Recab
que con él estaba: «Rasgad vuestras ves
tiduras, ceñios de saco y haced duelo por y Baña 7 llegaron sin ser vistos hasta la
Abner». Y el rey David iba detrás del alcoba donde Isbaal dormía, e hiriéndole,
féretro.32 Sepultaron a Abner en Hebrón. le mataron, y cortándole la cabeza, se la
llevaron y huyeron por el camino de Ara-
Y lloró el rey en alta voz sobre la tumba
de Abner, y todo el pueblo lloró con él. bá toda la noche.
8 Trajeron a David, a Hebrón, la cabeza
33 El rey cantó una elegía por Abner y dijo: de Isbaal, y dijeron al rey: «Ahí tienes la
«¿Ha muerto Abner la muerte del cri cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo,
minal?
que te perseguía; Yavé ha vengado hoy a
34 N o estaban atadas tus manos mi señor, el rey, de Saúl y de su descen
Ni encadenados tus pies. dencia». 9 Pero David, respondiendo a
Caíste como caen los malvados». Recab y Baña, su hermano, hijos de Ri-
27 El texto sagrado nos ofrece muchos elementos para juzgar de las dotes guerreras de Joab,
pero también del ánimo ambicioso y vengativo de este sobrino de David, que a traición vengó la
muerte de un hermano caído en la batalla, a manos de quien, hiriéndole, no hacia más que defen
derse (2,22).
28 Con tales muestras da duelo, David da testimonio de no haber tenido parte alguna en el
eximen. Los hijos da su harmana flarvia le hacían pagar muy caros en disgustos los servicios grandes
que le prestaban (1 Par 2,16).
A 1 Se explica la constarasaiéa da Isbaal y de sus parciales al oir la muerte de su caudillo (3,6).
^ Dos crimínales, Basa y Iteeab, que aran capitanes de las tropas ligeras del ejército de Isbaal,
se propusieron acabar con aquella situación, a sus ojos insostenible, en provecho propio; pero su
avaricia los engañó, igual que al amalecita del capítulo 1.
327 n SAM UEL 4 -5
món do Berot, les dijo: «Vive Yavé, que impedírtelo». Con lo que querían decir:
me salvó de toda angustia» 10 que si al «Jamás entrará David uquí». * 7 Pero Da
que me anunció» diciendo: Ha muerto vid se apederó de la fortaleza de Sión,
Saúl» creyendo anunciarme cosa grata que es la ciudad de David. 8 Pues había
para mí» le cogí y le maté en Siceieg» dicho: «¿Quién, batiendo al jchuseo, lle
cuando parecía que era digno de albricias gará a alcanzar por el túnel a los ciegos y
por la noticia» 11 ¿cuánto más ahora, que cojos, aborrecidos del alma de David?»
unos malvados han quitado la vida a un Por eso quedó en proverbio: «No entrarán
hombre inocente, en su casa, en su lecho, en la casa los ciegos y los cojos». *
no habré de demandar su sangre de vues 9 David estableció su residencia en la
tras manos exterminándoos de sobre la fortaleza, y la llamó la ciudad de David
tierra?» 12 Dio, pues, orden David a sus y edificó en derredor, desde el terraplén
gentes de matarlos; y cortándoles manos para adentro. * 10 David iba creciendo en
y pies, los colgaron junto a la piscina de poder cada vez más, y Yavé, Dios Sebaot,
Hebrón, La cabeza de Isbaal la cogieron estaba con él. * 11 Hirán, rey de Tiro,
y la sepultaron en el sepulcro de Abner, envió a David una embajada y maderas
en Hebrón. de cedro, carpinteros y canteros, que edi
ficaron la casa de David. *
12 Conoció David que Yavé le había
S E G U N D A P A R T E confirmado rey de Israel y que realzaba
su reino por amor de Israel, su pueblo.
D avid, rey en J erusalén 13 Tomó David más concubinas y muje
(5-2o) res en Jerusalén después de venir de
Hebrón, y le nacieron hijos e hijas. 14 He
Reina D avid sobre todo Israel aquí los nombres de los que le nacieron
1 Vinieron a David, a Hebrón, todas en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Sa
5 las tribus de Israel, y hablaron, di lomón, 15 Jibjar, Eliua, Nefeg, Jafia,16 Eli-
ciendo: «Hueso tuyo y carne tuya somos; sama, Elijada y Elifelet.
2 ya antes, cuando reinaba Saúl sobre 17 Cuando los filisteos supieron que Da
nosotros, tú sacabas a Israel y entrabas vid había sido ungido rey de todo Israel,
con él. Además, Yavé te ha dicho: Apa subieron todos en busca suya, y David
cienta a mi pueblo y sé el jefe de Israel». que lo supo, bajó a su encuentro. * 18 Los
3 Vinieron, pues, todos los ancianos de filisteos hicieron una incursión en el valle
Israel a David, a Hebrón; y David hizo de Refaím, 19 y David consultó a Yavé,
con ellos alianza en Hebrón ante Yavé y diciendo: «¿Subiré contra los filisteos?
ungieron a David rey sobre todo Israel. * ¿Los entregarás en mis manos?» Y Yavé
4 Treinta años tenía David cuando co dijo a David: «Sube, pues de cierto los
menzó a reinar, y reinó cuarenta años. entregaré en tus manos». 20 Vino, pues,
5 Reinó en Hebrón, sobre Judá, siete años David a Baal Parasim, donde los derrotó,
y seis meses, y treinta y tres años en y dijo: «Yavé ha roto a mis enemigos
Jerusalén, sobre todo Israel y Judá. como rompen las aguas». Por eso se dio
6 a aquel lugar el nombre de Baal Parasim.
El rey se dirigió con su gente a Jeru
salén, contra los jebuseos que habitaban 21 Dejaron allí sus ídolos, que David y su
la tierra, que dijeron a David: «No entra gente se llevaron. 22 Volvieron los filisteos
rás tú aquí; ciegos y cojos bastarán para a subir y a invadir el valle de Refaím.
R 3 La guerra civil está terminada. David es ahora reconocido y por tercera vez ungido rey de
** todo Israel. Las predicciones de Samuel y los presentimientos del pueblo estaban cumplidos.
£1 héroe de las guerras contra los filisteos se hallaba ya a la cabeza de su pueblo.
6 La ciudad de Jebús está situada en un punto estratégico para cortar las comunicaciones entre
las tribus del sur y las del norte. David se propuso quitar de en medio aquel escándalo de todo
buen israelita, y a la cabeza de sus huestes aguerridas se dirige contra ellos. La acogida que los ha
bitantes de la ciudad le hacen muestra lo confiados que estaban en la fuerza de sus fortificaciones.
8 La moderna arqueología de la ciudad pone en claro este versículo. En la falda oriental del
monte sobre que estaba edificada Jerusalén se halla la fuente que los hebreos llamaron luego de
Guijón (i Re r,33). A fin de aprovecharse de sus aguas en caso de asedio, los jebuseos habían hecho
una galería subterránea, que comunicaba la ciudadela con la fuente. Por esta fuente y galería subió
la gente de David y se hicieron dueños de la ciudad, contra todas las previsiones de sus habitantes.
9 Jerusalén viene a ser desde ahora el centro político de Israel, como será también poco después
el centro religioso, con el traslado del arca. David mostró en la elección su buen ojo, pues nunca
después perdió Jerusalén su preponderancia en Israel.
10 David quiso hacer de Jerusalén !a capital de su reino. Para ello era preciso aumentar sus for
tificaciones y disponer su interior, que debía recibir gran aumento de población. El escogió para
su residencia la ciudadela, que de esto recibió el nombre de ciudad de David (i Re 2,10).
11 No poseyendo Israel obreros capaces de construir una casa regia, acude a los fenicios, sus
vecinos, como hará después Salomón (i Re 5,6).
17 Los filisteos, recelosos del poder que va adquiriendo su antiguo huésped, tratan de atajarle
los pasos.
TT flAMIIKI. 5 -7 328
gos en derredor,2 dijo a Natán, profeta: 18 y entrándose el rey David, puesto de
«Ya ves; yo habito en casa de cedro, y el lante de Yavé, dijo: «Mi Señor, Yavé,
arca de Yavé está en una tienda». *3 Natán ¿quién soy yo y qué es mi casa para que
respondió al rey: «Anda, haz lo que tienes hasta tal punto me hayas traído?19 Y aun
en tu corazón, pues que Yavé está conti esto ha sido poco a tus ojos, mi Señor,
go». 4 Pero aquella misma noche tuvo Yavé, y has hablado acerca de la casa
Natán palabra de Yavé: «Anda 5 y ve de tu siervo para lo por venir, aventa
a decir a David, mi siervo: Así habla jándome sobre los otros hombres, ¡mi
Yavé: ¿Vas a edificarme tú una casa para Señor, Yavé! 20 ¿Qué más podrá decirte
que yo habite en ella? 6 Mira, yo no he David? Tú, ¡oh mi Señor, Yavé!, conoces
habitado en casa desde el día en que saqué a tu siervo. 21 Todas estas grandezas las
de Egipto a los hijos de Israel hasta hoy, haces según tu palabra y según tu cora
sino que he andado en una tienda, en un zón, y se las has dado a conocer a tu
tabernáculo. 7 Y en todo el tiempo en siervo. 22 ¡Qué grande eres, mi Señor,
que anduve con los hijos de Israel, ¿he Yavé! N o hay nadie que se te asemeje
dicho yo palabra a ninguno de los jefes ni hay Dios fuera de ti, como lo hemos
de Israel, a quienes mandé que apacen oído con nuestros oídos. 23 ¿y hay sobre
taran mi pueblo de Israel, de hacerme la tierra pueblo, como tu pueblo, Israel,
una casa de cedro? 8 Di, pues, a David, que haya rescatado Dios para hacerle el
mi siervo: Así habla Yavé Sebaot: Yo te pueblo suyo, dándole su nombre y ha
tomé de la majada de detrás de las ovejas ciendo por él tan terribles y portentosas
para que fueses príncipe de mi pueblo, de maravillas como en favor de tu pueblo
Israel. * 9 He estado contigo por donde hiciste, redimiéndole de Egipto y expul
quiera que has ido; he exterminado de sando las gentes? 24 Has confirmado a
lante de ti a todos tus enemigos y te tu pueblo, Israel, por pueblo tuyo, para
estoy haciendo un nombre grande, como que sea tu pueblo para siempre jamás
el de los grandes de la tierra, 10*estable y seas tú su Dios. 25 Mantén, pues, siem
ciendo a mi pueblo, Israel, y plantándolo pre, mi Señor, Yavé, la palabra que has
en su lugar, para que habite en él y no dicho a tu siervo y de su casa, y obra
sea ya perturbado, y los hijos de la ini según tu palabra, 26 y sea glorificado por
quidad no le aflijan como antes, 11 desde siempre tu nombre; y dígase: Yavé Sebaot
el día en que constituí jueces sobre mi es el Dios de Israel. Sea firme ante ti la
pueblo, Israel, y dándote descanso de casa de tu siervo David, 27 pues que tú
todos tus enemigos. Hácete, pues, saber mismo, Yavé Sebaot, Dios de Israel, te
Yavé que él te edificará casa a ti; 12 y has revelado a tu siervo, diciendo: Yo te
que cuando se cumplieren tus días y te edificaré a ti casa. 28 Por eso se atreve tu
duermas con tus padres, suscitaré a tu siervo a dirigirte esta plegaria: «¡Oh mi
linaje, después de ti, el que saldrá de Señor, Yavé! Tú eres Dios, y tus pala
tus entrañas, y afirmaré su reino. 13 El bras son verdaderas, y has prometido a
edificará casa a mi nombre y yo estable tu siervo hacerle esta gracia. 29 Tenlo,
ceré su trono por siempre. *4 Yo le seré pues, a bien y bendice la casa de tu
a él padre, y él me será a mí hijo. Si obrare siervo, para que subsista siempre delante
él mal, yo le castigaré con varas de hom de ti; porque tú, mi Señor, Yavé, has
bres y con azotes de hijos de hombres: hablado, y con tu bendición será por
15 pero no apartaré de él mi misericordia, siempre bendita la casa de tu siervo».
como la aparté de Saúl, arrojándole de
delante de ti. 16 Permanente será tu casa G uerras y triunfos de D avid
y tu reino para siempre ante mi rostro, y 1 Después de esto batió David a los
tu trono estable por la eternidad». 8
filisteos y los humilló, arrebatando
17 Conforme a todas estas palabras y de a las manos de los filisteos Gat y las
toda esta visión, habló Natán a D avid;* ciudades de su dependencia. * 2 Batió tam-
2 David tenía instalada el arca en una tienda, que era un recuerdo del tabernáculo del de
7 sierto; pero esto no le satisfacía. La majestad de Yavé y la dignidad de la corte real pedían
algo más. Debía edificar un templo de piedra labrada y madera de cedro. Dio parte de su propósito
al profeta Natán, su consejero, el cual de primera intención lo aprobó.
* Pero en revelación Yavé advierte a su profeta no ser ésa su voluntad, mas en premio de tal
propósito concede a David lo que había negado a Saúl: la perpetuidad de su dinastía. Un hijo suyo
edificará a Yavé la casa que él deseaba. Esta promesa va ligada a la bendición de Jacob a Judá, la
permanencia del cetro en las manos de Judá hasta que venga Aquel para quien se destina (Gén 49,
8 ss.). Los profetas a una declaran el sentido mesiánico de esa promesa (Miq 5,r ss.), y su voz re
suena en las narraciones evangélicas, en que vemos al Mesías apellidado «Hijo de David» (Mt 21,
9; 22,41 ss.).
17 David, lleno de gratitud, se dirige al santuario para dar gracias a Yavé. Sus palabras revelan
la alta idea que tenia de los destinos de su pueblo.
O 1 Este capítulo resume las guerras y los triunfos de David, primero contra los enemigos más
0 fieros de Israel, los filisteos.
II SAM KIX 8-9 330
blén a los moabitas, y haciéndolos pos 13 David adquirió gran fama, y de vuelta
trarse en tierra, los midió, echando sobre de la victoria de Siria combatió en el
ellos las cuerdas; y dos de las medidas las valle de la Sal, derrotando a dieciocho mil
condenó a muerte, y a la otra le dejó la edomitas. * 14 Puso guarniciones en Edom,
vida. Los moabitas quedaron sometidos a y todo Edom le quedó sometido. Yavé le
David y le pagaron tributo. * daba la victoria por dondequiera que iba.
3 Batió a Hadadezcr, hijo de Rojob, 15 Reinó David sobre todo Israel, ha
rey de Soba, cuando iba camino para ciendo derecho y justicia a todo su pue
restablecer su dominio hasta el Eufrates * blo. * 16 Joab, hijo de Sarvia, era el jefe
4 Tomóle David mil setecientos caballe del ejército; Josafat, hijo de Ajilud, era
ros y veinte mil infantes; desjarretó a cronista;17 Sadoc y Abiatar, hijo de Aji-
todos los caballos de los carros de guerra, melec, hijo de Ajitub, eran sacerdotes; y
no dejando más de cien tiros de carros. Saraya, secretario. * i8 Banayas, hijo de
5 Habiendo venido en socorro de Hada- Joyada, era el jefe de los cereteos y
dezer, rey de Soba, los sirios de Damasco, los feleteos, y los hijos de David eran
batió David a veinte mil de ellos; 6 puso sacerdotes. *
guarniciones en la Siria de Damasco y
se le sometieron los sirios, haciéndose M efibaal, el hijo de Jon atán
tributarios.
1 David preguntó; «¿Queda todavía
Yavé dio a David la victoria por don
dequiera que fue. 9 alguno de la casa de Saúl a quien
7 Tomó David los escudos de oro que pueda favorecer por amor a Jonatán?»
llevaban los de Hadadezer y los trajo a 2 Había un servidor de la casa de Saúl, de
Jerusalén. 8 Tomó también gran cantidad nombre Siba; hiciéronle, pues, venir a
de bronce en Tebaj y Berotai, ciudades David, y el rey le dijo: «¿Eres tú Siba?»
de Hadadezer. El respondió; «Tu siervo». 3 El rey le
9 Cuando Tou, rey de Jamat, supo que preguntó: «¿No queda ninguno de la casa
David había derrotado a todas las fuer de Saúl a quien pueda hacer yo miseri
zas de Hadadezer, * i° mandó a Hadurán, cordia de Dios?» Siba respondió al rey:
su hijo, al rey David para saludarle y «Queda todavía un hijo de Jonatán, que
felicitarle por haber atacado y vencido a está lisiado de ambos pies». 4 «¿Dónde
Hadadezer, pues Tou estaba constante está?», preguntó el rey, y Siba respondió:
mente en guerra con Hadadezer. Hadurán «Está en casa de Maquir, hijo de Amiel,
trajo vasos de oro, vasos de plata y vasos en Lodabar».
de bronce; 11 y el rey David los consagró
también a Yavé, como había hecho con 5 El rey David mandó a buscarle a la
la plata y el oro de las gentes que había casa de Maquir, hijo de Amiel, a Loda
sometido, 12 de Edom, de Moab, de los bar; 6 y llegado a David Mefibaal, hijo de
hijos de Ammón, de los filisteos, de Ama Jonatán, hijo de Saúl, se echó sobre su
lee, y el botín que había tomado a Hada rostro, prosternándose, y David le dijo:
dezer, hijo de Rojob, rey de Soba. «Mefibaal». El le respondió: «Aquí tienes
2 Por i Sam 22,3 sabemos las buenas relaciones de David con los moabitas, las cuales no sa
bemos cuándo ni cómo se mudaron. La causa debió de ser muy grave para que David tomara de
ellos las represalias aquí indicadas.
3 Otro de los vencidos de David fue el rey de Soba, con ocasión en que, al parecer, habla lo
grado llevar sus armas hasta el rio Eufrates (10,6 ss.).
9 Tou, que, sin duda, había tenido que soportar el peso de las armas de Hadadezer, se alegra
de su derrota y envía una embajada gratulatoria a David.
13 Los edomitas, que moraban al sudeste de Canán, fueron también sometidos por David,
cumpliéndose la primera parte del vaticinio de Isaac (Gén 27,4). Con estas victorias sobre tos pue
blos circunvecinos y tradicionales enemigos de Israel dio a éste una paz y seguridad cumplidas.
15 La corte estaba organizada en la siguiente manera: Joab, sobrino de David, tenía el mando
del ejército; Josafat es el cronista del reino. Es ésta una noticia importante para la futura historia
de Israel (1 Re 4,1 ss.).
17 Los sacerdotes son dos, e ignoramos la diferencia de grado que hubiera entre ellos (1 Re 15,
24; 19,11). Sadoc aparece ahora por primera vez; Abiatar, hijo de Ajimelec, asesinado por Saúl,
fue el compañero de David en sus peregrinaciones (2 Sam 22,20 s.) y ocuparía el puesto principal,
que deberá dejar luego a Sadoc, al fracasar la conspiración de Adonías (1 Re 2,26 ss.; 1 Sam 2,
27 ss.). Tampoco es fácil de precisar el sentido de los cargos de mazkir y sopher, introducidos por
David.
18 Estos cereteos, con frecuencia mencionados en la historia de David, eran extranjeros y mer
cenarios. Parecen pertenecer a los «pueblos del mar», que en el siglo XII, bajando por la costa,
llegaron hasta las fronteras de Egipto, donde los detuvo Ramsés III, que les permitió instalarse
en Canán. A ellos pertenecían los filisteos, que parecen emparentados con Gat, ciudad filistea
(cf. 15,18). Donde el texto dice de los hijos de David «eran sacerdotes», el lugar paralelo de 1 Par
18,17 corrige diciendo «eran los primeros cerca del rey».
I I SAM UEL y - l l
Soldados jeteos
mandados por Sobac, jefe del ejército de mañana te despacharé». Quedóse, pues,
Hadadezer. 17 Súpolo D avid, y reuniendo Urías en Jerusalén aquel día, 13 y al si
a todo Israel, pasó el Jordán y vino a guiente David le convidó a comer con
Jelam. L o s sirios presentaron batalla a él, y Urías se embriagó, y salió ya tarde
D avid y se trabó el combate, 18 pero a acostarse con los servidores de su se
huyeron delante de Israel, y David les ñor, y no bajó a su casa.
mató los caballos de setecientos carros 14 A la mañana siguiente escribió D a
y cuarenta mil hombres de a pie. M ató vid a Joab una carta, y se la mandó por
también al jefe del ejército, Sobac, que manos de Urías. 15 En esta carta había
quedó muerto allí. 19 Todos los reyes va escrito: «Poned a Urías en el punto don
sallos de Hadadezer, viéndose vencidos de más dura sea la lucha, y cuando
por Israel, hicieron la paz con Israel y se arrecie el combate, retiraos y dejadle 'solo
le sometieron, y los sirios no osaron ya para que caiga m uerto».16 Joab, que ase
socorrer a los hijos de Am món. diaba la ciudad, puso a Urías en el sitio
donde sabía que estaban los más valero
A du lterio y hom icidio de D a v id sos defensores. 17 Lo s de la ciudad hicie
ron una salida contra Joab, y cayeron
A l año siguiente, al tiempo en
muchos del pueblo, de los servidores de
que los reyes suelen ponerse en
David, y entre ellos cayó muerto Urías,
campaña, mandó David a Joab con to
el jeteo, *8 jo ab mandó uno que informa
dos sus servidores y todo Israel a talar
ra a D avid de lo sucedido en el combate,
la tierra de los hijos de Ammón, y pu
19 y le dio esta orden: «Cuando hayas
sieron sitio a Raba, pero David se quedó
acabado de contar al rey lo sucedido en
en Jerusalén. *
el combate, 20 si se enciende su cólera y
2 U na tarde levantóse del lecho y se
dice: «¿Por qué os habéis acercado a la
puso a pasear en la terraza de la casa
ciudad para trabar combate? ¿N o sa
real, y vio desde allí a una mujer que
bíais que los sitiados hablan de arrojar
estaba bañándose y era muy bella. 3 Hizo
sus tiros contra vosotros? 2* ¿Quién mató
preguntar David quién era aqueila mu
a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿N o fue
jer, y le dijeron: «Es Betsabé, hija de
una mujer, que lanzó sobre él un pedazo
Eliam, mujer de Urías, el jeteo». 4 D avid
de rueda de molino, de cuya herida mu
envió gentes en busca suya; vino ella a
rió en Tebes? ¿Por qué, pues, os acer
su casa y él durmió con ella. Purificada
casteis a la muralla?», le dirás: «T u siervo
de su inmundicia, volvióse a su casa.
Urías, el jeteo, ha muerto también».
5 Quedó encinta, y lo hizo saber a D a
22 Partió el mensajero al rey a Jerusa-
vid, mandando a decirle: «Estoy encin
salén, y a su llegada contó a D avid todo
ta». 6 Entonces David expidió a Joab esta
lo que Jo ab le había ordenado y todos
orden: «Mándame a Urías el jeteo». Y
los episodios del combate. D avid se dejó
Jo ab mandó a Urías a David. 7 Presen
llevar de la cólera contra Jo ab y dijo
tóse Urías a David, y el rey le pidió nue
al mensajero: «¿Por qué os habéis acer
vas de Joab, del ejército y de las opera
cado a la ciudad? ¿N o sabíais que lan
ciones militares, 8 y después dijo a U rías:
zarían proyectiles desde lo alto de la mu
«Baja a tu casa y lávate los pies». Salió
ralla? Pues ¿quién hirió a Abimelec, hijo
Urías de la casa del rey, y detrás de él
de Jerobaal? ¿N o fue una mujer quien
un obsequio del rey; 9 pero Urías se acos
lanzó una muela de molino desde lo alto
tó a la puerta del palacio real con los
de la muralla y le hizo morir en Tebes?
demás servidores de su señor y no bajó
¿Por qué, pues, os habéis acercado a la
a su casa.
muralla?» 2 3 El mensajero dijo a D avid:
10 Dijéronle a D avid: «Urías no ha ba
«Porque aquellas gentes, en más número
jado a su casa». Y David le dijo: «Des
que nosotros, hicieron una salida, pero
pués de haber estado fuera, ¿cómo no has
los rechazamos hasta la puerta. 24Sus
bajado a tu casa?» 11 Urías respondió a
arqueros tiraban contra tus servidores des
D avid: «El arca, Israel y Judá habitan
de lo alto de la muralla, y muchos de
en tiendas; mi señor, Joab y los servido
res de mi señor acampan al raso, ¿e iba los servidores del rey fueron muertos:
yo a entrar en mi casa para comer y entre ellos tu siervo Urías, el jeteo, que
beber y dormir con mi mujer? Por tu dó muerto también». 23 David dijo al
vida y por la vida de tu alma, que no mensajero: « N o te apures demasiado por
haré yo cosa semejante». t2 David dijo este asunto, porque la espada devora unas
a U rías: «Quédate aquí todavía hoy y | veces a uno, otras veces a otro. Refuer-
•I ■■ 1 En el amplio relato de esta campaña, dii igida por Joab, el autor sagrado intercala este epi-
* * sodio de la vida privada de David, en que se pone de manifiesto la flaqueza de David y su
abuso del poder; la nobf»za y lealtad de Urías, no Dbstante su origen extraño; la autoridad del pro
feta Natán, que tan hermosamente supo arrancar al rey su propia condenación, y, finalmente, el
espíritu profundamente religioso de David.
333 I I SAM UEL 1 1 - 1 2
za el ataque contra la ciudad y destrú- morirás;14 mas por luther hecho con esto
yela». Y alentóle así. que menospreciasen u Ynvó sus enemigos,
26 La mujer de Unas supo la muerte el hijo que te ha nacido morirá». 15 Y N a
de su marido y le lloró. 27 Pasado el due tán se fue a su casa. Hirió Yuvé al niño
lo, mandó David a buscarla y la intro que había dado a luz la mujer de Urías,
dujo en su casa, y la tomó por mujer, que enfermó gravemente. 16 Entonces ro
y ella le dio un hijo. gó David a Dios por el niño y ayunó
Lo que había hecho David fue desagra y se recogió, pasando las noches acosta
dable a los ojos de Yavé. do en tierra. 17 Los ancianos de su casa
fueron a él para hacer que se levantase
R ep roch es de N atán a D a v id de la tierra, mas él no quiso y ni comía
A cy 1 Yavé le envió el profeta Natán niño, ellos.
con 18 Al séptimo día murió el
y los servidores no se atrevieron
• ^ para decirle: «Juzga este caso: Ha
bía en una ciudad dos hombres, el uno adecían: darle la noticia de su muerte, pues se
«Si cuando aún vivía el niño le
rico y el otro pobre. 2 El rico tenía mu hablábamos y no quería oir nuestra voz,
chas ovejas y muchas vacas, 3 y el pobre ¿cuánto más no lo hará cuando le diga
no tenía más que una sola ovejuela, que mos que el niño ha muerto?» 19 Mas
él había comprado y criado, con él y David, al ver que sus servidores cuchi
con sus hijos había crecido juntamente, cheaban entre sí, comprendió que el niño
comiendo de su pan y bebiendo de su
vaso y durmiendo en su seno, y era para había muerto, y preguntó a sus servido
res: «¿Ha muerto el niño?» Y ellos le
él como una hija. 4 Llegó un viajero a respondieron:
casa del rico; y éste, no queriendo to «Ha muerto».
car a sus ovejas ni a sus bueyes, para dar se 20 Levantóse entonces de tierra David;
bañó, se ungió, se mudó sus ropas y,
de comer al viajero que a su casa llegó,
tomó la ovejuela del pobre y se la adere entrando en la casa de Yavé, oró. Vuelto
zó al huésped». 5 Encendido David fuer a casa, pidió que le trajeran de comer, y
temente en cólera contra aquel hombre, comió. 21 Dijéronle sus servidores: «¿Qué
dijo a Natán: «¡Vive Yavé que el que es lo que haces? Cuando el niño aún
tal hizo es digno de la muerte 6 y que vivía, ayunabas por él y llorabas, y aho
ha de pagar la oveja con siete tantos ra que ha muerto te has levantado y has
encima por haber hecho tal cosa, obran comido». 22 Y él respondió: «Cuando aún
do sin piedad!» 7 Natán dijo entonces a vivía el niño, ayunaba y lloraba, dicien
David: «¡Tú eres ese hombre! He aquí do: ¡Quién sabe si Yavé se apiadará de
lo que dice Yavé, Dios de Israel: Yo te mí y hará que el niño viva! 23 Ahora
ungí rey de Israel y te libré de las manos que ha muerto, ¿para qué he de ayunar?
de Saúl. 8 Yo te he dado la casa de tu ¿Podré ya volverle la vida? Yo iré a él,
señor, y he puesto en tu seno las muje pero él no vendrá ya más a mí».
res de tu señor, y te he dado la casa de 24 Consoló David a Betsabé, su mujer;
Israel y de Judá; y por si esto fuera poco, y entrando a ella, durmió con ella, y
te añadiría todavía otras cosas mucho ella le dio un hijo, a quien llamó Salo
mayores. 9 ¿Cómo, pues, menospreciando món, 25 al que amó Yavé, que envió a
a Yavé, has hecho lo que es malo a sus Natán, profeta, el cual le dio el nombre
ojos? Has herido a espada a Unas, je de Jedidia por causa de Yavé *
teo; tomaste por mujer a su mujer, y 26 Joab, que asediaba Raba, de los hi
a él le mataste con la espada de los hijos jos de Ammón, se apoderó de la ciudad
de Ammón. 10 Por eso no se apartará de las aguas, 27 y mandó mensajeros a
ya de tu casa la espada, por haberme David para decirle: «He atacado a Raba
menospreciado, tomando por mujer a la y ya me he apoderado de la ciudad de
mujer de Urías, jeteo. 11 Así dice Yavé: las aguas; * 28 reúne, pues, al pueblo todo
Yo haré surgir el mal contra ti de tu y ven a acampar contra la ciudad, para
misma casa, y tomaré ante tus mismos que no sea yo quien por mí mismo la
ojos tus mujeres, y se las daré a otro, tome, y se me atribuya a mí la victoria». *
que yacerá con ellas a la cara misma de
este sol; 12 porque tú has obrado oculta 29 David reunió al pueblo, y marchando
mente, pero yo haré esto a la presencia contra Raba, la atacó y se apoderó de
de todo Israel y a la cara del sol». ella. 30 Quitó la corona de Milcón de
13 David dijo a Natán: «He pecado sobre su cabeza, que pesaba un talento
contra Yavé». Y Natán dijo a David: de oro. Tenía una piedra preciosa, y fue
«Yavé te ha perdonado tu pecado. N o puesta en la cabeza de David, que tomó
*| O 25 Jedidia. amado de Yavé.
I“ 27 La dudad baja, por contraposirión a la alta, donde se hallaba la acrópolis.
28 Aquí tenemos un rasgo que no era de esperar de Joab; quiere que sea del rey el honor de
tomar la ciudad.
II nAMHI<:i, D M 3 334
do la ciudad muy gran bolín.* 11 A los la alcoba. 11 Cuando se las puso delante
habitantes los sacó de la ciudad, y los para que las comiese, él, cogiéndola, le
puso a las sierras, a los trillos horrados, dijo: «Ven, hermana mía, acuéstate con
a las hachas, a (os molinoN y a los hor migo». 12 Ella le dijo: «N o, hermano mío,
nos de ladrillos. Eso mismo hizo con to no me hagas fuerza; mira que no se hace
das las ciudades de los hijos de Ammón. eso en Israel. N o hagas tal infamia,
Después se tornó David a Jerusalén con 13 porque ¿adonde iría yo con mi des
todo el pueblo. * honra? Y tú serías uno de los perversos
de Israel. M ira, habla al rey, que segu
Incesto de A m n ó n ramente no rehusará darme a ti». * 14 Pe
ro él no quiso darle oídos; y como era
| O 1 Después de esto sucedió que, te- más fuerte que ella, la violentó y se echó
niendo Absalón, hijo de D avid,
con ella.
una hermana, que era muy bella y se
15 Aborrecióla luego Amnón, con tan
llamaba Tam ar, se prendó de ella A m
gran aborrecimiento, que el odio que le
nón, hijo de David. * 2 Amnón andaba
tomó fue todavía mayor que el amor con
por ella atormentado, hasta enfermar por
que la había am ado; y le dijo: «Leván
Tam ar, su hermana; pues siendo ella vir
tate y vete». 16 Ella le respondió: «N o ,
gen, le parecía a Amnón difícil obtener
hermano mío, porque, si me echas, este
nada de e lla .3 Tenía Amnón un amigo de
mal será mayor que el que acabas de
nombre Jonadab, hijo de Sime», herma
cometer contra mí». Pero él no quiso
no de D avid, que era muy astuto, 4 y
oírla, 17 y llamando al mozo que le ser
que le dijo; «Hijo de rey, ¿cómo y por
via, le dijo; «Echame a ésta fuera de aquí
qué de día en día vas enflaqueciendo?
y cierra la puerta». ^ E s t a b a ella vesti
¿N o me lo descubrirás a mi?» Y Amnón
da con una túnica de mangas, traje que
le dijo: «Es que estoy enamorado de T a
llevaban en otro tiempo las hijas del rey
mar, la hermana de Absalón, mi herma
vírgenes. E l criado la echó fuera y cerró
no». 5 Jonadab le dijo: «Métete en cama
tras ella la puerta. 19 T am ar echó ceniza
y hazte el enfermo, y cuando tu padre
sobre su cabeza, rasgó la amplia túnica
venga a verte, dile: Ruégote que venga
que vestía y, puestas sobre la cabeza las
mi hermana Tam ar para darme de co
manos, se fue gritando. 20 Su hermano
mer, y preparando delante de mí algún
Absalón le dijo: «¿D e modo que tu her
manjar, lo coma yo de su mano».
mano Am nón ha estado contigo? Pues
6 Amnón se metió en cama, fingiéndo calla por ahora, hermana; es tu hermano;
se enfermo. Vino el rey a verle, y A m
no des demasiada importancia a la cosa»;
nón le dijo: «Te ruego que Tam ar, mi
y Tam ar se quedó desconsolada en la
hermana, venga a hacerme delante de mí
casa de Absalón, su hermano. * 21 Cuan
un par de hojuelas y las coma yo de su
do el rey supo todo esto, enojóse gran
mano». 7 David mandó a decir a Tam ar
demente, pero no quiso castigar a A m
a sus habitaciones: «Vete a las habita-
nón, porque le amaba como a primogé
piones de tu hermano Am nón a prepa
nito. 22 Absalón no dijo a Am nón nada,
rarle algo de comer». 8 Fue Tam ar a las
ni de bueno ni de malo, pero le odió
habitaciones de Amnón, que estaba en
la cama; y tomando la harina, la amasó, por la violación de su hermana Tam ar.
hizo las hojuelas delante de é l; 9 y to 23 A l cabo de dos años tenía Absalón
mando la sartén, las frió y se las presen el esquileo en Baljasor, que está cerca
tó, pero él no quiso comerlas y dijo: de Efraím , y quiso convidar Absalón a
«Que salgan todos de aquí», y todos se todos los hijos del rey. 24 Vino Absalón
salieron. 10 Entonces dijo Amnón a T a al rey y le dijo: «T u siervo tiene ahora
m ar: «Trae las hojuelas a la alcoba para el esquileo; te ruego que venga el rey
que yo las coma allí de tu mano», y y sus siervos a la casa de tu siervo».
tomando Tam ar las hojuelas que había 25 El rey respondió a Absalón: «N o, hijo
preparado, se las llevó a su hermano a mío, no iremos todos para no serte gra-30 1
30 En vez de «su rey», que no podía llevar una tal corona, el texto griego lee «Melcom», el dios
de los amonitas, cuya corona tomaría David como trofeo de guerra (i Re 11,5 ss.).
31 Según una costumbre antigua y en nuestros días renovada, los prisioneros de guerra son
sometidos a trabajos forzados.
jO 1 El autor nos trae muchas veces a la memoria la familia de David, sus mujeres y sus hijos
1 ** (1 Sam 27,2 s.; 2 Sam 2,2; 5.13)- Este capítulo es el primero de la triste historia familiar de
David, que estuvo lejos de ser feliz. Todo ello fruto de la poligamia. Esta Tamar, hermana de
Absalón, era hermana de Amnón sólo por parte del padre.
13 Tales uniones entre hermanos eran permitidas por las costumbres y leyes babilónicas, y,
conforme a ellas, Abraham desposó a Sara, hermana suya de padre (Gén 12,13; 20,12); pero la
Ley las prohíbe (Lev 18,9; 20,17; Dt 27,22). Acaso esta ley no estaba ya en vigor en Israel o Tamar
creía que podría dispensarla el rey.
20 Tamar no va a su padre, sino a su hermano uterino Absalón, en busca de consuelo y refugio.
335 II SAMUEL 1 3 -1 4
mo dio miedo, y me dije: «Voy u hablar viarle al rey, pero Joab se negó a ir, y
al rey, a ver si hace lo que su sierva le aunque por segunda vez le llamó, no qui
díga. 16 Seguramente el rey escuchará a so ir.* Entonces dijo a sus siervos:
su sierva y la librará de la mano del que. «Ya sabéis que el campo de Joab está
quiere raerme a mí, juntamente con mi junto al mío y que tiene allí su cebaba;
hijo, de la heredad de Dios. 17 Tu sierva id y prendedle fuego». Y los siervos de
ha dicho: Que me tranquilice la palabra Absalón pegaron fuego a las tierras de
de mi señor el rey, ya que es el rey, mi Joab. Vinieron entonces los siervos de
señor, como el ángel de Dios para dis Joab, rasgadas las vestiduras, y le dije
cernir entre lo bueno y lo malo. Y ahora, ron: «Los siervos de Absalón han pegado
que Yavé, tu Dios, sea contigo». fuego a tu campo». 31 Levantóse Joab y
18 El rey entonces dijo a la mujer: «Mi vino a casa de Absalón, y le dijo: «¿Por
ra, no me ocultes nada de lo que voy a qué han pegado fuego tus siervos a mis
preguntarte». Y la mujer respondió: «Ha tierras?» 32 Y Absalón le respondió: «Dos
ble el rey, mí señor». 19 El rey le dijo: veces te he mandado llamar para que
«¿No anda en todo esto la mano de Joab?» vinieses y fueses por mí al rey a decirle:
Y la mujer respondió: «Por tu vida, ¡oh ¿Para qué he venido de Guesur? Mejor
rey!, mi señor, que no se aparta lo que el me hubiera sido estarme allí. Que pueda
rey, mi señor, dice ni a la derecha ni a la yo ver la faz del rey, y si soy culpable,
izquierda. Joab, tu siervo, me ha man máteme». 33 Fue, pues, Joab al rey y le
dado y ha puesto en la boca de tu sierva dijo esto, y el rey llamó a Absalón, que
todas estas palabras. 20 Joab, tu siervo, inclinó a tierra su rostro ante el rey, y el
ha hecho esto para ver de mudar el as rey besó a Absalón.
pecto de las cosas. Pero mi señor es sabio,
con la sabiduría de un ángel de Dios, Rebelión de Absalón. Fuga de D avid
para conocer cuanto pasa en la tierra».
21 Entonces el rey dijo a Joab: «Voy a 1 C 1 Después de esto se hizo Absalón
hacer según tu deseo. Ve, pues, y haz que * v con un carro y caballos, y cin
vuelva el joven Absalón». * 22 Joab se cuenta hombres iban delante de él. * 2 Le
echó rostro a tierra y se prosternó, y ben vantábase Absalón bien de mañana, y
diciendo al rey, dijo: «Ahora comprendo poniéndose junto al camino de la Puerta,
que tu siervo ha hallado gracia a tus ojos, a cualquiera que tenia un pleito y venía
¡oh rey!, mi señor, pues ha hecho el rey a juicio ante el rey, le llamaba Absalón
lo que su siervo le ha dicho». 23 Levan- ;y le decía: «¿De dónde eres?» Y él con
tose luego Joab y se fue a Guesur y trajo testaba: «Tu siervo es de tal o cual de las
consigo a Absalón a Jerusalén. 24 Pero el itribus de Israel». 3 Entonces Absalón le
rey dijo: «Que se vaya a su casa y no se decía: < «Mira, tu causa es buena y justa,
me presente», y fuése Absalón a su casa pero i no tendrás quien por el rey te oiga.
sin ver al rey. '4 ¡Quién me pusiera a mí por juez de la
25 No había en todo Israel hombre tan i para que viniesen a mí cuantos
tierra
hermoso como Absalón; desde la planta tienen i algún pleito o algún negocio, y yo
de los pies hasta la cabeza, no había en les 1 haría justicia!» 5 Y cuando alguno
él defecto; 26 y cuando se cortaba el pelo, quería
< postrarse ante él, él le tendía la
cosa que hacía al fin de cada año, porque mano,i le cogía y le besaba. 6 De esta
le molestaba y por eso se lo cortaba, pe- suerte
s obraba Absalón con todos los is
saba el cabello de su cabeza doscientos raelitas
i que venían al rey en demanda de
sidos, peso real. * 27 Nadéronle a Absa- justicia,
j y así robaba el corazón de los de
lón tres hijos y una hija, de nombre Ta- Israel.
1
mar, que era hermosísima. 28 Por dos 7 Al cabo de cuatro años dijo Absatón
años estuvo Absalón en Jerusalén sin po- al i rey: «Te ruego que me permitas ir a
der ver al rey. 1Hebrón, a cumplir un voto que he hecho
29 Mandó Absalón por Joab, para en- ia Yavé; * 8 porque cuando tu siervo es-
21 Estas palabras del rey muestran la influencia de Joab sobre su ánimo.
26 El texto griego lee cien sidos, y esta lección parece deba ser preferida. Dado el peso del
sido, pesarla la cabellera 1.420 gramos.
29 Joab había empezado a favorecer a Absalón, y éste le exige que Heve hasta el cabo lo co
menzado.
■I t? 1 En Israel no existía una ley sobre la sucesión del tremo, necesaria para evitar guerras
1^ civiles, tan comunes en otros reinos de Oriente. La sucesión dependía de la voluntad del
soberano reinante, y éste se movía muchas veces por el amor de la esposa que hubiera logrado
ganar su corazón (i Re 1,17 ss.). En nuestro caso parece estar en la conciencia de todos que el de
recho de primogénito debe prevalecer (1 Re 2,15), y este derecho, contra una eventual oposición,
es el que pretende hacer triunfar Absalón. Para ello, éste prepara el terreno, como luego hará Ado-
nías (1 Re 1,5-25).,
7 Hebrón, la ciudad del sepulcro de los patriarcas y de su residencia (Gén 18,1; 14,13; 23,2 sa.).
337 I I SA M U EL 1 5
salón dijo: «Llamad a Cusaí, el arquita, hombre de Bajurim que tenía un pozo
y sepamos su parecer». <>Vino Cusaí a en el patio, y en él se metieron. 19 Tomó
Absalón, y Absalón le dijo: «Esto ha di la mujer una manta y cubrió con ella la
cho Ajitofel. ¿Hemos de hacer lo que él boca del pozo, poniendo sobre ella el
dice? Si no, habla tú». 7 Y Cusaí respon grano trillado, y así nadie pudo perca
dió a Absalón: «Por esta vez el consejo tarse de la cosa. 20 Llegaron los seguido
de Ajitofel no es bueno. 8 Tú sabes bien res de Absalón a la casa de la mujer y le
que tu padre y sus gentes son unos va preguntaron: «¿Dónde están Ajimas y Jo
lientes, y exasperarlos sería como si en natán?» Y la mujer respondió: «Ya han
el campo a una osa le arrebataran su pasado el arroyo». Y aunque los busca
cría o como un jabalí enfurecido en el ron no los hallaron, y se volvieron a Je-
desierto. Tu padre es hombre de guerra, rusalén. 21 Cuando se hubieron ido, salie
y seguramente no pasará la noche entre ron del pozo y fuéronse luego a dar el
los suyos. 9 De cierto que estará escon aviso a David, diciéndole: «Pasad luego
dido en alguna caverna o en otro lugar, el vado, porque Ajitofel ha dado este
y si a los comienzos cayeran algunos de consejo contra vosotros».22 Levantóse en
los tuyos, los que lo oyeran seguramente tonces David con todo el pueblo que con
dirían: Han sido derrotados los secuaces él estaba, y pasaron el Jordán, y al alba
de Absalón; 10 y entonces, aun el valien no quedaba uno que no hubiera pasado
te, cuyo corazón sea como el corazón de el Jordán. 23 Ajitofel, viendo que no se
un león, desmayaría, porque todo Israel había seguido su consejo, aparejó su asno,
sabe que tu padre es un valiente, y que levantóse, se fue a su casa de la ciudad
son valientes también los que con él es y, después de tomar disposiciones acerca
tán. ti Aconséjote, pues, que reúnas a todo de su casa, se ahorcó; y muerto, fue se
Israel, desde Dan hasta Berseba, en mu pultado en el sepulcro de su padre.*
chedumbre como las arenas que están en
la orilla del mar, y que tú en persona A b s a ló n , d e rro ta d o y m u e rto
vayas a darle la batalla. 12 Entonces le
atacaremos dondequiera que esté; y da 24 Llegó David a Majanaim, y Absa
remos sobre él como rocío que cae sobre lón pasó el Jordán con toda la gente de
la tierra, y no dejaremos ni uno de cuan Israel. 25 Absalón hizo jefe de su ejército
tos con él están. 13 Y si se acogiera a la a Amasa en vez de Joab. Era Amasa
ciudad, todos los de Israel llevarán allá hijo de un varón ismaelita llamado Jitra,
cuerdas, y la arrastraremos al arroyo, casado con Abigail, hija de Isaí, hermana
hasta no quedar en ella piedra sobre de Sarvia, madre de Joab. 26 Asentó su
piedra». campo Israel con Absalón en tierra de
14 Galad; 27 y en cuanto llegó David a Ma
Entonces Absalón y todos los de Is
rael dijeron: «El consejo de Cusaí, arqui janaim, 28 Sobi, hijo de Najas, de Raba,
ta, es mejor que el de Ajitofel»; porque de los hijos de Ammón, y Maquir, hijo
había dispuesto Yavé frustrar el acertado de Amiel, de Lobedan, con Barzilai, ga-
consejo de Ajitofel para traer Yavé el ladita, de Roguelim, trajeron a David
mal sobre Absalón. *5 Dijo luego Cusaí y a la gente que con él estaba camas,
a Sadoc y Abiatar, sacerdotes: «Esto y alfombras, calderas y vasijas de barro,
esto ha aconsejado Ajitofel a Absalón y trigo, cebada y harina, grano tostado,
a los ancianos de Israel, y esto y esto habas, lentejas y legumbres tostadas,
aconsejé yo. 16 Enviad, pues, inmediata 29 miel, manteca, ovejas y quesos de vaca,
mente a dar aviso a David diciendo: «No y ofrecieron todo esto a David y a los
te quedes esta noche en el campo del de que con él estaban para que comiesen,
sierto; pasa en seguida, para que no sea pues se dijeron: «Seguramente están ham
destruido el rey con todos los que le si brientos, fatigados y sedientos en el de
guen». sierto».
17 Jonatán y Ajimas estaban junto a la
fuente de Roguel, porque no podían de ■I O 1 David revistó sus tropas, y puso
jarse ver viniendo a la ciudad; y allá fue * O al frente de ellas jefes de millares
una sierva para darles aviso, y que ellos y de centenas; * 2 una tercera parte a las
lo hicieran luego llegar al rey David. órdenes de Joab, una tercera a las de
18 Violos, sin embargo, un mozo, que dio Abisal, hijo de Sarvia, hermano de Joab,
cuenta de ello a Absalón; pero ellos se y la otra tercera, a las de Itai, el jeteo.
apresuraron y llegaron a la casa de un El rey dijo a su gente: «Yo saldré tam-
23 Tal vez presiente, además de la pérdida de su influencia, la pérdida de la causa de Absalón,
y el temor de la venganza del rey le impulsa al suicidio.
•I Q 1 David divide su ejército en tres cuerpos, cuyo mando encomienda a los dos sobrinos
■ ' Joab y Abisal y al jeteo Itai, que hemos visto en 15,19 s., jefe de una tropa auxiliar o merce
naria. El rey parece tener más solicitud por su hijo rebelde que por sí mismo.
m m a m u u i, IB 340
¿Por qué habéis de oponeros hoy a mí? ra yo en mi ciudad, cerca del sepulcro
¿Hoy va a morir nadie en Israel? ¿No de mi padre y de mi madre, 39 Pero ahí
soy yo hoy rey de Israel?» 24 Y dijo a tienes a tu siervo Quimam; que vaya él
Semeí: «No morirás»; y se lo juró el con el rey, mi señor, y haz por él lo que
rey. 25 También bajó a recibir al rey Me- quieras. El rey le dijo: «Que venga con
ñbaal, hijo de Saúl; no se había hecho migo Quimam, y yo haré por él cuanto
el aseo de sus pies, de sus manos y de tú quieras, y todo cuanto tú me pidas,
su bigote, ni había lavado sus vestidos yo te lo concederé».
desde el día en que el rey salió de Jeru- 40 Cuando todo el pueblo hubo pasado
salén hasta el día en que volvió en paz. * el Jordán, lo pasó también el rey, y el
26 Vino de Jerusalén a recibir al rey, y rey abrazó a Barzilai y le bendijo, y
éste le dijo: «Mefibaal, ¿por qué no vi Barzilai se volvió a su casa. 41 Dirigióse
niste conmigo?» 27 Y él respondió: «Mi luego el rey a Gálgala, acompañado de
señor y rey, mi siervo me engañó, por Quimam y de todo el pueblo de Judá y
que tu servidor le había dicho: Aparéja la mitad de Israel, que escoltaban al rey.
me la pollina y montaré en ella para ir 42 Pero he aquí que todos los hombres
con el rey—pues que tu siervo está co de Israel se llegaron al rey y le dijeron:
jo—, 28 y él ha calumniado a tu siervo «¿Por qué nuestros hermanos, los hom
ante mi señor, el rey; pero mi señor, el bres de Judá, te han secuestrado y han
rey, que es como un ángel de Dios, hará pasado por el Jordán al rey y su casa? ¿No
lo que bien le parezca; 29 pues todos los son pueblo de David todas sus gentes?»
de la casa de mi padre no podían espe 43 Los hombres de Judá respondieron a
rar de mi señor, el rey, otra cosa que la los de Israel: «Es que el rey nos toca a
muerte; y, sin embargo, tú has puesto a nosotros más de cerca; ¿por qué os ha
tu siervo entre los que comen a tu mesa. de enojar eso? ¿Hemos vivido nosotros
¿Qué derecho tengo yo a pedir nada al a costa del rey? ¿Hemos recibido algo
rey?» 30 El rey le dijo: «¿Para qué tantas de él?» 44 Los hombres de Israel respon
palabras? Ya lo he dicho. Tú y Siba os dieron a los de Judá: «Nosotros tenemos
repartiréis las tierras». 31 Y Mefibaal dijo en el rey diez partes, y aún nos pertenece
al rey: «Que las coja todas, ya que mi David más que a vosotros. ¿Por qué nos
señor, el rey, ha vuelto a entrar en paz habéis hecho esta ofensa? ¿No hemos sido
en su casa». nosotros los primeros en proponer el res
32Barzilai, el galadita, bajó de Roguc- tablecimiento del rey?» Y la contestación
lim para acompañar al rey en el paso de los de Judá fue todavía más fuerte
del río. 33 Barzilai era muy viejo, tenía que la de los de Israel.
ya ochenta años, y había proporcionado
alimentos al rey durante su estancia en R e v u e lta d e S e b a
Majanaim, pues era hombre muy rico.
34El rey le dijo: «Vente conmigo y yo 1 Había allí un hombre perverso
te mantendré durante tu vejez en Jerusa llamado Seba, hijo de Bicri, ben-
lén». 35 Pero Barzilai respondió al rey: jaminita, que se puso a tocar la trompe
«¿Cuántos años voy a vivir yo para ir ta, diciendo: «No tenemos nosotros parte
con el rey a Jerusalén? 36 Tengo ya ochen con David ni heredad con el hijo de
ta años. ¿Puedo ya distinguir entre lo Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Cada uno a
bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo sa su casa!» * 2 Y se fueron de con David
borear lo que come y lo que bebe? ¿Pue todos los hombres de Israel, siguiendo a
do ya oir la voz de cantores y cantoras? Seba, hijo de Bicri. Pero los de Judá se
¿Y por qué tu siervo ha de ser una carga adhirieron a su rey desde el Jordán hasta
para mi señor el rey? 37 Tu siervo acom Jerusalén.
pañará hasta un poco más allá del Jor 3 Cuando llegó David a Jerusalén, co
dán al rey. ¿Y por qué el rey me ha de gió a las diez concubinas que había de
conceder esta recompensa? 38 Permite, te jado al cuidado de su casa y las puso
o ruego, que tu siervo se vuelva, y mue bajo guardia. Proveyó a su mantenimien-
han mantenido fieles al rey y han luchado por su causa, no quieren nada con los traidores. Pero
David no puede acomodarse a tales sentimientos. Después de las revueltas pasadas, quiere procurar
el orden y la paz con la indulgencia más que con el rigor.
25 Es lamentable que el rey no haga plena justicia al pobre Mefibaal, traicionado por su siervo.
La memoria de Jonatán pedía algo más de lo que en este momento hizo David por el hijo de su leal
amigo.
O A 1 David tenía razón al adoptar aquella conducta generosa con los que se habían adherido
a ia rebelión. Los ánimos estaban aún exaltados, y la prueba la tenemos en esta segunda su
blevación de Seba, otro benjaminita, el cual, sin duda, veía con dolor que la hegemonía sobre Israel
hubiera pasado de las manos de su tribu a las de Judá. Luego veremos cómo la tribu de Efraím,
siempre altiva Que 8,i ss.; 12,1 ss.), se puso a la cabeza de un movimiento secesionista, que triunfó
al fin, para ruina de Israel (i Re 12.i ss.).
343 II SAMUEL 2 0 -2 1
to, pero no volvió a entrar a ellas, y truir el muro. 16 Dio entonces voces des
encerradas estuvieron hasta el día de su de la ciudad una avisada mujer: «¡Oíd,
muerte, viviendo como v' das. oíd! Os pido que digáis a Joab que se
4 El rey dijo a Amasa: «Convócame llegue aquí para que yo lo hable». 17 Y
para dentro de tres días a los hombres una vez que se acercó, le dijo ella: «¿Eres
de Judá y hállate tú también aquí pre tú Joab?» Y él respondió: «Yo soy».
sente». 5 Fue, pues, Amasa a reunir a Ella siguió: «Pues oye las palabras de
Judá, pero se detuvo más del tiempo tu sierva». Y él respondió: «Oigo». iHEn
señalado; 6 y David dijo a Abisaí: «Seba, tonces volvió ella a hablar, diciendo: «En
hijo de Bicri, va ahora a hacernos más otros tiempos había costumbre de decir:
mal que Absalón. Toma, pues, a los sier «Quien preguntare, pregunte en Abel v en
vos de tu señor y ve tras él, no sea que Dan», y las querellas se arreglaban. 19 ¿Y
se acoja a las ciudades fuertes y se es tú procuras destruir una ciudad que es ma
cape de nuestra vista». 7 Marcharon con dre en Israel? ¿Por qué has de destruir
Abisaí las gentes de Joab, los cereteos y la heredad de Yavé?» 20 Joab respondió:
péleteos y todos los valientes, y saliendo «Lejos de mí, lejos de mí querer des
de Jerusalén, fueron tras Seba, hijo de truirla y arruinarla. 21 No es eso; es que
Bicri. 8 Cuando llegaron a la gran piedra un hombre de la montaña de Efraím,
que hay en Gabaón, les salió al encuentro Seba, hijo de Bicri, ha alzado su mano
Amasa. contra el rey David; entregadle a él solo,
Jba Joab vestido de una túnica, y so y yo me alejaré de la ciudad». La mujer
bre ella llevaba ceñida a sus lomos una dijo a Joab: «Se te echará su cabeza por
espada en su vaina, y, según avanzó, se encima de la muralla». 22 La mujer vol
cayó de ella la espada. 9 Joab dijo a vió a la ciudad y se dirigió a todo el
Amasa: «¿Estás bien, hermano?»; y con pueblo con mucha sabiduría, y cortando
la mano derecha tomó a Amasa de la la cabeza de Seba, hijo de Bicri, se la
barba, como para besarle. * 10 Amasa no echaron a Joab. Joab hizo sonar la trom
hizo atención a la espada que tenía Joab peta, y los asediantes y las gentes se re
en la mano, y éste le hirió con ella en tiraron de la ciudad, cada uno a su casa.
el vientre, echándole a tierra las entra Joab volvió a Jerusalén, al rey.
ñas, sin repetir el golpe. Amasa murió. 23 Joab mandaba todo el ejército de
Después Joab y Abisaí, su hermano, fue Israel; Banayas, hijo de Joyada, era el
ron en seguimiento de Seba, hijo de Bi jefe de los cereteos y peleteos;* 24 Ado-
cri. 11 Uno de los servidores de Joab se niram, el inspector de los tributos; Jo-
quedó junto a Amasa, y decía: «Los de safat, hijo de Ajilud, cronista; 25 Sisa,
Joab, los de David, que sigan tras Joab». escriba; Sadoc y Abiatar, sacerdotes, e
12 Amasa, bañado en sangre, yacía en el Ira, el jairita, consejero de David.
camino. Viendo aquel hombre que todos
se paraban, apartó a Amasa del camino,
lo llevó al campo y echó sobre él una A P E N D I C E S
cubierta, porque vio que cuantos venían L o s gab ao n itas y la casa d e Sa ú l
se paraban junto a él. 13 Una vez apar
tado del camino, iban ya todos tras Joab a i 1 Hubo en tiempo de David un
en seguimiento de Seba, hijo de Bicri. £ 1 hambre que duró tres años conti
14 Pasó por todas las tribus de Israel,
nuos; y David consultó a Yavé, que le
pero no le hicieron caso. Llegó a Abel- respondió: «Es por la casa de Saúl y
Bet-Maaca, y los de Bicri que le seguían por la sangre que hay sobre ella, por
llegaron en pos de é l.15 Vinieron los otros haber hecho perecer a los gabaonitas».*
y asediaron a Seba en Abel-Bet-Maaca, 2 El rey llamó a los gabaonitas y les dijo:
y alzaron contra la ciudad un baluarte, «Los gabaonitas no eran de los hijos de
que llegaba a la explanada de la mura Israel; eran un resto de los amorreos,
lla, y todo el pueblo se esforzaba por des con el cual estaban los hijos de Israel liga-
9 Esta nueva traición de Joab, ya no excusable por el deseo de vengar a un hermano y ejecutada
en un pariente (17,25), nos muestra el lado perverso de este general (19,14). Es la ambición y el
miedo a un competidor lo que le mueve al crimen.
23 Otra vez, como en 8,16 ss., nos presenta la lista de algunos oficiales de la corte. Entre ellos
hay que notar a Adoniram, inspector de los tributos, que diríamos ministro de Hacienda. Al lado
de Abiatar, sacerdote, ya bien conocido, tenemos aquí a Sadoc y a un cierto Ira, a quien el texto
atribuye también el sacerdocio como en 8,18 a los hijos de David. Otro punto igualmente oscuro.
2*1 1 En una época ignorada del reinado de David, la tierra padeció hambre por espacio de
* ■ tres años. Esto fue tenido por cierto castigo de Dios, pero sin saberse por qué pecado. Se
acude a Yavé, y la respuesta fue que la causa era el crimen de Saúl. Este rey, movido de su celo por
el bien del pueblo, había procurado acabar con los gabaonitas, a los cuales Josué y el pueblo habían
jurado respetar (Jos 9,3 ss.). Saúl era un perjuro, y Dios no podía menos de salir por su honor (Ex 20,7).
La sangre sólo con sangre puede ser expiada, y los ejecutores de la sentencia—«vengadores de la
I I SAMUEL 2 1 344
dos con juramento; y, sin embargo, Saúl cro de Quis, padre de Saúl, cumpliéndose
había procurado extinguirlos por celo de las órdenes del rey. Después de esto se
los hijos de Israel y de Judá». 3 Dijo, apiadó Yavé de la tierra.
pues, David a los gabaonitas: «¿Qué que
réis que os haga para expiaros y que Hazañas de algunos valientes
bendigáis a la heredad de Yavé?» 4 Los de D avid
gabaonitas le dijeron: «Nuestra querella
con Saúl y su casa no es cuestión de 13 Hubo todavía guerra entre los filis
plata ni oro, ni pretendemos que muera teos e Israel, y bajó David con los suyos
nadie en Israel». Y él preguntó: «Decid, y acamparon en Gob, y lucharon con
pues, lo que queréis, para que yo lo haga». los filisteos. Entonces se presentó Dodó, *
3 Ellos respondieron al rey: «Aquel hom 16 hijo de Joás, uno de los hijos de Rafa,
bre nos destruyó y quería exterminarnos, que tenía una lanza que pesaba trescien
haciéndonos desaparecer de toda la tierra tos sidos de bronce y ceñía una espada
de Israel; 6 que se nos entreguen siete nueva, y trató de herir a David. * 17 Abi
de sus hijos para que nosotros los col sal, hijo de Sarvia, vino en socorro de
guemos ante Yavé en Gabaón, en el David, hirió al filisteo y le mató. Enton
monte ante Yavé». El dijo: «Os los en ces las gentes de David le conjuraron,
tregaré». diciendo: «No salgas ya más con nosotros
7 No entregó el rey a Mefibaal, hijo aldecombate para que no extingas la lám
Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento para de Israel».
de Yavé que habían hecho entre sí Da 18 Hubo después de esto en Gob una
vid y Jonatán, hijo de Saúl. 8 Y tomó batalla con los filisteos, y entonces So-
el rey a los dos hijos que Risfa, hija
de Aya, había dado a Saúl, Armoni y
Mefibaal, y a los cinco hijos que Merob,
hija de Saúl, había dado a Adriel, hijo
de Barzilai, de Abel Mejola, 9 y se los en
tregó a los gabaonitas, que los colgaron
en el monte ante Yavé. Todos siete mu
rieron juntos en los primeros días de la
cosecha, al comienzo de la siega de las
cebadas. 10 Risfa, hija de Aya, tomando
un saco, se lo tendió sobre la tierra, y
estuvo desde el comienzo de la cosecha
de las cebadas hasta que sobre ellos ca
yeron del cielo las aguas de la lluvia, es Rebeldes empalados por los asirios
pantando durante el día a las aves del
cíelo y durante la noche a las bestias bocai, jusatita, mató a Saf, uno de los
del campo. hijos de Rafa**
11 Dieron noticia a David de lo que 19 Hubo otra segunda batalla en Gob
había hecho Risfa, hija de Aya, concu con los filisteos, y Elijanán, hijo de Jari,
bina de Saúl; y fue David a recoger betlemita, mató a Goliat» de Gat, que
los huesos de Saúl y los de Jonatán, su tenia una lanza cuya asta era como un
hijo, a la ciudad de Jabes, en Galad, cu enjullo de tejedor.
yos habitantes los habían cogido de los 20 Hubo también una batalla en Gat,
muros de Betsán, donde los habían col- en que se halló un hombre de gran talla,
ado los filisteos después de derrotar a que tenía seis dedos en cada mano y en
§ aúl en Gélboe. 13 Llevó de allí los hue cada pie, veinticuatro en todo, descen
sos de Saúl y los de Jonatán, su hijo, diente también de Rafa. 21 Insultó a Is
y recogió también los de los que habían rael, y Jonatán, hijo de Sima, hermano de
sido colgados; *4 y fueron enterrados los David, le mató. 22 Estos cuatro hombres
huesos de Saúl y de su hijo Jonatán y eran de los hijos de Rafa, de Gat, y todos
los de los que habían sido colgados, en perecieron en manos de David y de sus
tierra de Benjamín, en Sela, en el sepul servidores.
sangre»-—serán los mismos ofendidos. Mas el culpable era ya muerto. Pagará su casa, esto es, sus
descendientes, porque contra la ley que dice: «No pagarán los hijos por los padres», está la otra:
que Dios «castiga los pecados de los padres en los hijos hasta la tercera (cf. Ez 18,1 ss.) y cuarta
generación» (Ex 20,5). De todo este hecho resalta cuán grave cosa es el juramento y cómo Dios
mira por la fidelidad de las palabras selladas con la invocación de su nombre.
ls Estos w . 15-17 nos cuentan un episodio guerrero de la contienda con los filisteos en época
ignorada.
16 El peso de la lanza de bronce era de 300 sidos, equivalentes a 300 x 14,20 = 4.260 gramos.
18 Los w . 18-22, que narran otros episodios guerreros, también con los filisteos, se leen en
i Par 20,4-8.
345 I I SA M U EL 2 2
Los machacaba, sin que pudieran le Un justo dominador de los hombres.
vantarse; Dominador en el temor de Dios,
Caían bajo mis pies. 4 Como la luz de la mañana cuando se
40 Me ceñiste de fortaleza para la gue levanta el sol,
rra, En una mañana sin nubes.
Sometiste a los que se alzaban con A sus rayos, después de la lluvia,
tra mí, Yérguese la hierba de la tierra.
41 Obligaste a mis enemigos a darme las 5 ¿No es así mi casa para con Dios?
espaldas Porque El ha hecho conmigo una eterna
Y reducías al silencio a los que me odia alianza,
ban. En todo ordenada y que será cumplida.
42 Vociferaban, pero no había quien les El hará germinar toda mi salud y todo
socorriese; su buen deseo,
A Yavé, pero El no los oía. 6 Mientras que los impíos serán todos
43 Y los dispersaba como el polvo lo dis como espinas del desierto,
persa el viento, Que nadie toca con sus manos.
Y como al lodo de las plazas los pul 7 El que las coge se arma de un hierro
verizaba. o de un asta de lanza,
44 Me libraste de las sediciones del pue Y son luego arrojadas al fuego».
blo,
Me pusiste por cabeza de gentes. Los laureados de D avid
Pueblos que no conocía me servían.
45 Los extraños me halagaban. 8 He aquí los nombres de los héroes de
Obedécenme con diligente oído; David :
46 Los extraños desfallecieron. Jesbal, jacamonita, era el primero de los
Y salen temblando de sus refugios. tres; éste desnudó su espada contra ocho
47 ¡Viva Yavé y bendito sea su nom cientos hombres y los derrotó de un solo
bre! ímpetu. *
Ensalzado sea el Dios, mi salvador. 9 Después de éste, Eleazar, hijo de Do-
48 El es el Dios que me otorga la ven dó, ajojita; era uno de los tres más va
ganza, lientes que estaban con David en Pas Da-
El que me somete los pueblos. mim cuando los filisteos presentaron allí
49 El que me libra de mis enemigos, batalla, y huyendo los de Israel,10 se que
El que me hace superar a los que se dó él a pie firme, blandiendo su espada
alzan contra mí, hasta que se le cansó la mano y se le que
El que me libra del hombre violento; dó pegada a ella la espada, consiguiendo
50 Por eso te daré gracias, ¡oh Yavé!, aquel día Yavé una gran victoria, pues
ante las gentes el pueblo se tomó a donde estaba Elea
Y cantaré yo salmos en tu honor. zar, pero sólo tuvo que recoger los des
51 El que da grandes victorias a su rey, pojos.
El que hace misericordia a su ungido, 11 Después de él, Sama, hijo de Ela,
David, jaradita. Habíanse concentrado los filis
Y a su descendencia por la eternidad». * teos en un solo cuerpo, en un lugar don
de había un trozo de terreno sembrado de
U ltim a s p ala b ra s d e D a v id lentejas, y el pueblo iba huyendo ante los
filisteos; 12 Sama se puso en medio del
O Q 1 Estas son las últimas palabras de campo aquel, lo defendió y derrotó a los
David; filisteos, obrando Yavé por él una gran
«Oráculo de David, hijo de Isaí. victoria.
Oráculo del hombre puesto en lo alto, 13 Estos tres, los más valientes de los
Del ungido del Dios de Jacob, treinta, habían antes bajado al tiempo de
Del dulce cantor de Israel. * la cosecha a reunirse con David en la ca
2 El espíritu de Yavé habla por mí, verna de Odulam, mientras acampaba una
Y su palabra está en mis labios. tropa de filisteos en el valle de Refaím.
3 Ha hablado el Dios de Jacob, 14 Estaba entonces David en la fortaleza
La Roca de Israel me ha dicho: y los filisteos tenían guarnición en Be-
51 Este último versículo expresa la firme creencia en la perpetuidad de la dinastía, según la
promesa referida en i Sam 7,12 ss.
OQ 1 El cántico de David, semejante al de Moisés en Dt 32 y 33, consta del v.i, que viene a ser
“ ** el título; 2-3a, una introducción, y 3b-4, la glorificación de un soberano justo; 5-7, que será
bendecido de Yavé, mientras que los impíos serán detestados de El.
8 Las guerras que podemos decir de independencia, sostenidas tan felizmente por David, exal
taron el espíritu guerrero de Israel y dieron lugar a que se destacasen numerosos héroes. Lo que
resta de este capítulo contiene la lista de los laureados por David, divididos en categorías según sus
méritos.
347 I I SAMUEL 2 3 - 2 4
nos de Yavé, cuya misericordia es gran al mirar, vio al rey y a sus servidores que
de; pero que no caiga yo en las manos se dirigían hacia él; y, saliendo, se pros
de los hombres». 15 David escogió para ternó delante del rey, rostro a tierra,21 di
si la peste. Eran los días de la mies del ciendo: «¿Cómo mi señor, el rey, viene a
trigo cuando la peste comenzó en el pue su siervo?» David respondió: «Vengo a
blo, y murieron, desde Dan a Berseba, comprarte esta era y a alzar en ella un
setenta mil hombres del pueblo.* 16El altar a Yavé para que se retire la plaga
ángel de Yavé tendía ya su mano sobre de sobre su pueblo».22 Areuna dijo a Da
Jerusalén para destruirla; pero se arrepin vid: «Tómela mi señor y ofrezca cuantos
tió Yavé del mal y dijo al ángel que hacía sacrificios le plazcan. Ahí están los bue
perecer al pueblo: «Basta; retira ya tu yes para el holocausto; los trillos y los
mano». yugos darán la leñ a;23 todo eso, {oh rey!,
El ángel de Yavé estaba cerca de la se lo regala Areuna al rey. Que Yavé, tu
era de Areuna, el jebuseo. 17 A la vista Dios, te sea favorable».2* Pero el rey res
del ángel, que hería al pueblo, dijo David pondió a Areuna: «No, quiero comprár
a Yavé: «Yo he pecado; pero éstos, las telo por precio de plata; no voy a ofre
ovejas, ¿qué han hecho? Caiga tu mano cer yo a Yavé, mi Dios, holocaustos que
sobre mí y sobre la casa de mi padre». no me cuestan nada». Y compró David
18 Aquel día vino Gad a David y le dijo: la era y los bueyes en cincuenta sidos de
«Sube y alza a Yavé un altar en la era jilata;25 alzó allí el altar a Yavé y ofreció
de Areuna, el jebuseo». * 19 Subió David ]holocaustos y sacrificios pacíficos. Así se
conforme a la orden de Gad, como se lo aplacó Yavé con su pueblo y cesó la pla
había mandado a éste Yavé. ^Areuna, ga en Israel.
ger entre tres. En la primera leemos tres en vez de siete años, según i Par 21,12, en los LXX y la
Itala.
15 Leemos el texto conforme a la versión griega, por todos considerada como preferible. La
peste comienza, pero Yavé se conmueve y manda suspender el azote.
18 Conforme al texto del Ex 20,24, de no ofrecer sacrificios sino donde hubiera memoria del
nombre de Yavé, en la era del jebuseo Areuna, donde el ángel se habla aparecido, se levanta un al
tar y se ofrecen sacrificios. Este sitio recibirá luego una mayor consagración por la edificación del
templo.
R E Y E S i.2
i. Forman estos dos libros una sola obra, dividida también en dos libros, como
la anterior, según la división introducida en las versiones.
Con la consolidación de la monarquía en Israel logró D avid asegurar la libertad
de su pueblo y colocarlo sobre todos los pueblos vecinos, que en los tiempos anteriores
le molestaban con sus continuas invasiones. Salomón representa el apogeo de la mo
narquía hebrea. Afianzado en el trono que recibió de su padre, logró con las artes de
la paz hacerse respetar de los pueblos vecinos, entre los que Israel aparece como una
potencia. L a obra principal de Salomón fu e la construcción del templo y la organiza
ción del culto de Yavé. Con esto, Jerusalén quedó constituida para siempre en el centro
religioso de Israel. Pero toda obra humana es imperfecta, y la de Salomón no estuvo
exenta de esta ley. A su muerte, los vicios de su reinado trajeron la escisión de Israel,
que no se volvió a soldar, en los tres siglos y medio que duró la monarquía, hasta 587.
2. Los libros de los Reyes, que empiezan pintándonos con vivos colores la gloria
del reinado de Salomón, nos cuentan después la historia lamentable del pueblo, d ivi
dido en dos reinos, con frecuencia en guerra fratricida. M as no es esto lo que, sobre
todo, preocupa al autor sagrado, sino la vida religiosa de la nación. Se resume ésta
en la lucha de la religión verdadera con los restos del paganismo cananeo, siempre
vivaces por la tendencia de los hebreos a la veneración de muchos dioses y al culto
de las divinidades de los otros pueblos con quienes poco a poco se fu e poniendo en con
tacto, Fenicia primero, luego Asiria y Caldea. A l fin, las dos monarquías en que se
dividió la de Salomón acabaron en la deportación, la una a Asiria y la otra a Caldea,
donde la masa general del pueblo quedó como unas gotas de agua diluidas en el mar
349 I REYES
de las naciones gentílicas, y el resto, purificado de sus vicios idolátricos, volvió luego
a trabajar en la restauración de Jerusalén y a preparar la venida del Mesías. Tabes el
argumento de los dos libros de los Reyes.
3. Sirve de marco a la historia de cada uno de los reyes un esquema que contiene
el sincronismo de ambos reinos, el juicio sobre la conducta religiosa del monarca, la
referencia de las fuentes históricas, que son las Crónicas de los dos reinos. En este mar
co van encuadrados los pocos hechos que el historiador sagrado nos cuenta de cada
monarca, Se divide la obra en tres partes. L a primera nos cuenta la historia de S a
lomón, que reinó cuarenta años sobre las doce tribus ( 1 Re 1 - 1 1 ) . L a segunda com
prende la historia paralela de los dos reinos en que a la muerte de Salomón se dividió
Israel; sus relaciones, casi siempre hostiles, hasta la desaparición del reino de Sama
ría en 7 2 1, en que el pueblo fu e llevado a Asiria ( 1 R e 12 ,2 2 -2 R e 1 7 ) y substituido
en la tierra por otras naciones orientales. L a última parte cuenta la historia de
Judd, ya solo, desde la caída y cautividad de Samaría hasta su propia ruina, en 587.
E l autor es desconocido, mas parece pertenecer a la escuela de Jeremías. L a época de
la composición está próxima al cautiverio. E l plan de la primera parte es semejante
al de los libros de Samuel, y asimismo la cronología. E l resto tiene parecido con los
Jueces. Sirve de marco a los sinceros historiadores un esquema sobre la conducta reli
giosa de los reyes y del pueblo, inspirado en la doctrina del Deuteronomio sobre la
unidad del altar. L a historia está tomada de las Crónicas de ambos reinos, que expre
samente cita el autor. E l juicio sobre los reyes de Israel o Samaría es constantemente
el mismo, desfavorable, y por esto las dinastías se suceden unas a otras en medio de
guerras civiles y regicidios. En Judá se distinguen algunos reyes piadosos, si bien los
bruscos cambios en la vida religiosa del pueblo nos hacen ver la gran influencia del
paganismo de las naciones vecinas e invasoras, Asiria y Caldea. A pesar de esto, Dios
mantiene la promesa de la perpetuidad de la dinastía davídica hasta el fin . Los pro
fetas, sobre todo Elias y Elíseo en el reino del Norte, ocupan una parte importante en
la historia del pueblo.
5. L a cronología de las partes segunda y tercera, basada en los años de cada
reinado, es más detallada, aunque de difícil armonización, a causa de la deficiente
conservación del texto o de los diferentes cómputos. Los documentos cuneiformes nos
dan aquí gran luz, tanto en la parte histórica como en la cronología (c£ Introducción
a los libros históricos, n.8). ^
1 REYES
(V u lg . 3 R e )
voy por el camino de todos; esfuérzate, ojos para hacerme rey; pero el reino ha
uen, y sé hombre. 3 Sé fiel a Yavé, tu sido traspasado y dado a mi hermano,
B líos, marchando por sus caminos, guar
dando sus mandamientos, sus leyes y sus
porque Yavé se lo había destinado, i6 Una
sola cosa te pido ahora; no me la nie
preceptos como están escritos en la Ley gues». Ella respondió: «Di». 17 Y él pro
de Moisés, para que seas afortunado en siguió: «Te pido que digas a Salomón,
cuanto hicieres y dondequiera que vayas; porque él no te lo negará, que me dé por
4 de manera que cumpla Yavé su pala mujer a Abisag, la sunamita». 18*Betsabé
bra, la que a mí me ha dado, diciendo: dijo: «Bien, yo hablaré por ti al rey».
Si tus hijos siguen su camino ante mí en 19 Betsabé fue a hablar a Salomón por
verdad y con todo su corazón y toda su Adonias, y el rey se levantó para salir a
alma, no te faltará jamás un descendiente su encuentro, la besó y, sentándose sobre
sobre el trono de Israel. 5 Bien sabes su trono, hizo poner otro para la madre
también tú mismo lo que me ha hecho del rey y la sentó a su derecha.
Joab, hijo de Sarvia; lo que hizo con los 20 Ella le dijo entonces: «Tengo una
dos jefes del ejército de Israel, Abner, cosita que pedirte; no me la niegues».
hijo de Ner, y Amasa, hijo de Jeter, que Y el rey le dijo: «Pide, madre mía, que
los mató, derramando en la paz la sangre yo no te negaré nada». 21 Ella le dijo:
de la guerra y manchando con la sangre «Que le des por mujer a Adonias, tu
inocente el cinturón que ceñía sus lomos hermano, Abisag la sunamita». 22 El rey
y los zapatos que calzaban sus pies. 6 Haz, Salomón preguntó a su madre: «¿Por
pues, con él conforme a tu sabiduría y no qué pides tú para Adonias a Abisag, la
dejes que sus canas bajen en paz a la sunamita? Pide ya el reino para él, pues
morada de los muertos. 7 Trata con bene que es mi hermano mayor y tiene con él
volencia a los hijos de Barzilai, el galadita, a Abiatar, sacerdote, y a Joab, hijo de
y sean de los invitados a tu mesa, pues Sarvia».* 23 Y juró por Yavé, diciendo:
hicieron así bien conmigo cuando yo iba «Así me haga Yavé y asi me añada si no
huyendo de Absalón, tu hermano. 8 Ahí ha sido pronunciada contra su vida esta
tienes también a Semeí, hijo de Güera, palabra de Adonias. 24 Ahora, pues, vive
benjaminita de Bajurim, que profirió con Yavé, que me ha confirmado y me ha
tra mi violentas maldiciones el día que establecido sobre el trono de David, mi
iba yo a Majanaim. Cuando luego me padre, y me ha edificado mí casa, según
salió al encuentro al Jordán, yo le juré su promesa, que hoy mismo morirá Ado
por Yavé, diciendo: N o te haré morir a nias».
espada. 9 Pero tú no le dejes impune, 25 El rey Salomón mandó a Banayas,
pues como sabio que eres, sabes cómo hijo de Joyada, que le hirió, y Adonias
has de tratarle y harás que con sangre murió. 26 Luego dijo el rey al sacerdote
bajen sus canas al sepulcro. Abiatar: «Vete a tus tierras de Anatot.
to Durmióse David con sus padres y Tú merecías la muerte, pero yo no quiero
fue sepultado en la ciudad de David.* hacerte morir ahora, por haber llevado
n El tiempo que reinó David sobre Is el arca de Yavé delante de David, mi
rael fue de cuarenta años: siete años padre, y porque participaste en los tra
reinó en Hebrón y treinta y tres en Jeru- bajos de mi padre». * 27 Echó, pues, Salo
salén. 12 Sentóse Salomón en el trono de món a Abiatar para que no fuese sacer
David, su padre, y su reino quedó muy dote de Yavé, cumpliéndose así la pala
firme. bra que había pronunciado Yavé contra
la casa de Helí en Silo.
Primeros actos de Salomón 28 Llegaron estas noticias a Joab, que
había seguido el partido de Adonias, aun
13 Adonias, hijo de Jaguit, fue en busca
de Betsabé, madre de Salomón. Ella le que no había seguido el de Absalón, y
dijo: «¿Vienes de paz?» Y él respondió: se refugió en el tabernáculo de Yavé,
«De paz»; I4él añadió: «Quisiera decirte cogiéndose a los cuernos del altar. * 29 D i
una palabra». «Habla», le dijo ella.io*15 Y él jeron a Salomón que Joab se había re
dijo: «Tú sabes que el reino era mío y fugiado en el tabernáculo de Yavé y esta
que todo Israel había puesto en mi sus ba cogido a los cuernos del altar; y
io La ciudad de David (2 Sam 5,7), donde David recibe sepultura, vendrá a ser el panteón de
todos los reyes de Judá.
22 Salomón ve en la petición de Adonias la trama de una conspiración (cf. 2 Sam 16,20 ss.).
Habla prometido respetar la vida de su hermano si se conducía con lealtad; pero le condenó a muer
te cuando vio que conspiraba (1,52), y la condena se extiende a los partidarios.
26 Abiatar, escapado de la matanza de Nob (i Sam 22,20 ss.), se acogió a David, y a su lado
perseveró en sus peregrinaciones al sur de Judá y entre los filisteos. Con su destierro se cumplió
la sentencia de Dios revelada al niño Samuel (1 Sam 3.11 ss.).
2 8 Joab, partidario de Adonias, era además reo de la sangre de Abner y de la de Amasa. Se
gún la Ley (Ex 21,14), debía ser arrancado del altar mismo para sufrir la pena capital.
353 I REY ES 2 -3
Salomón mandó decir a Joab: «¿Qué su trajo con él. 41 Informaron a Salomón
cedió para que huyeses al altar?» Y con de que Semeí había ido de Jerusalén a
testó Joab: «Es que he temido de ti y Gat y estaba ya de vuelta; 42 y mandando
me he refugiado cerca del Señor». Y Sa llamar a Semeí, le dijo: «¿No te conjuré
lomón mandó a Banayas, hijo de Joyada, yo por Yavé y no te advertí que el día
diciendo: «Ve y hiérele». 30 Llegado al en que salieras acá o allá sería el de tu
tabernáculo de Yavé, Banayas dijo a Joab: muerte? Y me dijiste tú: La orden es
«Asi habla el rey: Sal». Pero él respondió: buena y la obedeceré. 43 ¿Por qué, pues,
«No; quiero morir aquí». Banayas llevó no has guardado el juramento de Yavé
al rey esta respuesta, diciendo: «Esto he y la orden que yo te di?» 44 Y siguió di
dicho a Joab y esto me ha contestado». ciendo el rey a Semeí: «Bien sabes tú,
31 El rey dijo a Banayas: «Haz como él tu corazón lo sabe muy bien, todo el mal
dice: hiérele y sepúltale, y quita hoy de que hiciste a David, mi padre. Yavé hace
sobre mí y de sobre la casa de mi padre la recaer tu maldad sobre tu cabeza,45 mien
sangre inocente que Joab ha derramado. tras que el rey Salomón será bendecido,
32 Haga caer Yavé esa sangre sobre su y el trono de David, afirmado por siempre
cabeza, pues mató a dos hombres más ante Yavé».
rectos y mejores que él, dándoles la muer 4* D io el rey orden a Banayas, hijo de
te con la espada, sin que nada supiera mi Joyada, que salió e hirió a Semeí, y
padre, David: a Abner, hijo de Ner, jefe Semeí murió. El reino se afirmó en las
del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de manos de Salomón. *
Jeter, jefe del ejército de Judá. 33 Su san
gre caerá sobre la cabeza de Joab y sobre' Sacrificios de Salomón en Gabaón
la de sus descendientes por siempre, mien
1 Emparentó Salomón con el Faraón,
tras que sobre David y su descendencia,
sobre su casa v su trono, dará siempre 3
rey de Egipto, tomando a una hija del
Yavé su paz». • Faraón por mujer. Trájola a la ciudad de
34 Subió entonces Banayas, hijo de JoDavid, hasta acabar de edificar su casa,
yada, y le hirió, matándole, y Joab fue la casa de Yavé, y las murallas de Jerusa
sepultado en su sepulcro en el desierto. lén en derredor. * 2 El pueblo sacrificaba
35 Puso el rey en su lugar, por jefe del en los altos, porque no había sido hasta
ejército, a Banayas, hijo de Joyada, y al entonces edificada casa a Yavé. * 3 Salo
sacerdote Sadoc en el lugar de Abiatar. món amaba a Yavé y marchaba según las
36 Hizo el rey llamar a Semeí, y le dijo: órdenes de David, su padre, pero sacri
«Hazte una casa en Jerusalén y habita en ficaba y quemaba perfumes en los altos.
ella, sin salir ni entrar para nada. El día 4 Fue el rey a sacrificar a Gabaón, que
en que salgas y pases el torrente de Ce era uno de los principales altos. Mil ho
drón, 37 sabe que con toda certeza mori locaustos ofreció Salomón en aquel al
rás; será tu sangre sobre tu cabeza».38 Se tar. * 5 Yavé se le apareció en Gabaón
meí respondió al rey:x<La orden es buena. durante la noche, en sueños, y le dijo:
Como lo dice mi señor el rey, así* hará «Pídeme lo que quieras que te dé». 6 Sa
tu siervo». lomón respondió: «Tú hiciste gran mise
Semeí estuvo mucho tiempo en Jerusa ricordia a David, mi padre, conforme mar
lén ; 39 pero al cabo <de tres años, dos chaba él en tu presencia en la fidelidad,
siervos de Semeí huyeron a refugiarse en la justicia y en la rectitud de corazón
junto a Aquís, hijo de Maaca, rey de ante ti: le has guardado esta misericordia,
Gat. Le dijeron a Semeí: «Tus siervos dándole un hijo que se sentara sobre su
están en Gat»; 4t)y levantándose, montó trono como lo está hoy. * 7 Ahora, pues,
en su asno y se fue a Gat, a Aquís, en ¡oh Yavé!, mi Dios, me has hecho reinar,
busca de sus siervos, y de vuelta, se los a tu siervo, en el lugar de David, mi
33 Esto nos trae a la memoria lo cfue se dice en Ex 21,14»
46 Con estas medidas se afianza el trono de Salomón. Muertos los conspiradores, ya nadie se
atrevió a contradecir la voluntad del rey difunto.
O 1 Tal matrimonio es una señal de la importancia que Israel había adquirido en el reinado de
** David, y esta alianza con el Faraón de Egipto contribuirá a aumentarla. Se cree que el padre
déla princesa fue Siamón, penúltimo rey de la dinastía XXI, que reinó en Tanis(976-g58). Según 9,15,
hizo una expedición militar a Palestina y conquistó Guezer a los filisteos y la entregó al yerno, como
dote de su hija.
. 2 Estos sacrificios de Gabaón, como tantos otros que hallamos en los libros precedentes, de
muestran que la ley de unidad del altar, en que tanto insiste el Deuteronomio (12,1 ss.), no estaba
en vigor, ni probablemente lo estuvo con rigor hasta que Josías la implantó en 621 (cf. Introducción
ul Pentateuco, n.5).
4 Este crecido número de víctimas significa no sólo la devoción del rey, sino también su magni
ficencia, nota característica del reinado de Salomón.
6 La plegaria de Salomón es una prueba de sus altos y nobles sentimientos y del concepto que
«‘■ nía de su oficio de rey.
Nácar-Colunga 12
l IIICVKM 3-4 354
8 Según las promesas de Dios a Abraham, el pueblo será incontable, como las estrellas del cielo
y las arenas del mar. Tal vez haya aquí una alusión al error de su padre en querer contarlo (2 Sam 24)»
De aquí resultará que las palabras de Salomón no serían una expresión ponderativa: tendrían un
sentido propio.
1 0 Yavé responde con generosidad divina a la súplica del rey, y su respuesta está en armonía
con la idea que toda tradición judía guardó siempre de Salomón y de su reinado.
16 Este episodio es una prueba de la sabiduría del rey, y a la vez nos da una idea de lo que era
la sabiduría oriental, la agudeza de ingenio para resolver los graves problemas que la vida puede
presentar (cf. 2 Sam 14,5 ss.).4
1
1 Todo este capítulo trata de la organización que con su sabiduría dio Salomón ai reino, a cuya
4 cabeza está el rey, que impera sobre todo Israel, a diferencia de los que le sucedieron.
2 Este Azarías, hijo de Sadoc, sucede a su padre en el sacerdocio.
3 Estos son secretarios reales (2 Sam 8,17; 20.25), y el tercero, cronista o archivero, ya consti
tuido por David (2 Sam 8,16; 20,24).
4 Banayas, antes jefe de la guardia real, sucede ahora a joab en e* mando del ejército (2,35).
Sadoc y Abiatar sólo pudieron ser sacerdotes al principio del reinado (2 Sam 8,24; 20,25), pues
Abiatar fue desterrado a Anatot, y Sadoc dejó e. puesto a su hijo, habiendo gozado, no sabemos
cuánto tiempo, de la confianza del rey (2,25 ss.35).
5 Este segundo Azarías está a a cabeza de los intendentes o gobernadores de provincias, según
ios vv.7 ss. Zabud, según los LXX, es sólo «amigo del rey», titulo muy conocido en la corte de los
355 REYES 4
Tolomeos y Seléucidas (cf. i Mac io,ig s.65; 11,57). Debe suprimirse el sacerdocio que le atribu
yen el hebreo y la Vulgata.
6 La casa real había crecido y exigía un mayordomo para atender a su administración. El pre
fecto de los tributos o ministro de Hacienda ya había sido establecido por David (2 Sam 20,24).
7 Estos intendentes tenían por oficio recoger los tributos destinados al sustento de la casa real.
Hay en los nombres algunas incorrecciones, que los LXX no permiten corregir del todo.
20 Este versículo nos pinta la vida idílica de Israel bajo el gobierno de un rey tan sabio, pode
roso y bendecido de Yavé (Miq 4,4; Zac 3» 10).
21 Según el texto hebreo, el c.5 empieza en 4,21 de la Vulgata y los LXX. Este capítulo nos da
cuenta del reino de Salomón, que, aunque no fue guerrero ni conquistador, supo conservar la si
tuación adquirida por su padre y la influencia sobre los vecinos de Canán, de la Transjordania y
de Siria.
22 En confirmación de la grandeza del reino de Salomón nos cuenta los bastimentos consumi
dos por su casa real, en la cual tal vez haya que incluir toda la guarnición de la capital.
¿6 Es de maravillar tanto ejército en un reino que vivía en paz, pero la obra de David era preciso
conservarla con el respeto que infunden las armas. David no tuvo carros de guerra (2 Sam 10, r8);
fue Salomón quien los introaujo en Israel. El texto no debe estar bien conservado. Se habla de 40.000
troncos de caballos para otros tantos carros. El texto paralelo de 2 Par 9,25 pone 4.000, y con esto
concuerdan los 12.000 jinetes, pues los carros asirios llevaban tres hombres cada uno. En 10,26 los
carros no son más de 1.400. Por aquí se ve cómo la tradición judía tendía a acrecentar la gloria de
Salomón y de su reino. Es un ejemplo que no debemos olvidar para formar juicio del valor de los
números en otros casos análogos.
29 Este párrafo se enlaza con el fin del capítulo tercero, donde se habla de la sabiduría de Salo
món, en la que superaba a los árabes del desierto, a los egipcios y a todos los hombres. Y entre éstos
señala a los cuatro hijos de Majol, que conocemos por 1 Par 2,6, aunque no precisamente como sa
bios <cf. 6,31; 44,15.19).
32 Por parábola, masal, se entiende proverbios, sentencias, en los cuales entraban como elemen
to metafórico los animales y las plantas, igual que entran en muchos de nuestros refranes. Esta es
la ciencia de la naturaleza de que habla el v.13 (cf. Prov 6,6; 30,24 s.).
I KICYKs i '• 356
iodos los icyes de la tierra, a los que ha madera de cedro y de ciprés quiso éste;
bía llegado la fama de su sabiduría. n (25) y Salomón daba a Hiram veinte mil
coros de trigo para el mantenimiento de
A lia n z a d e S a lo m ó n c o n H ir a m , su casa y veinte mil batos de aceite de
r e y d e T ir o olivas molidas. Esto es lo que cada año
entregaba Salomón a H iram .* 12(26) Y a
5 1O5) Hiram, rey de Tiro, m andó sus
embajadores a Salomón cuando supo
vé dio a Salomón la sabiduría, como se
lo había prometido, y hubo entre Hiram
que había sido ungido rey en lugar de su y Salomón paz e hicieron una alianza.
padre, pues siempre había sido amigo 13 (27) Salomón hizo en todo Israel una
de David. * 2 (16> Salomón dijo a Hiram: leva de treinta mil hombres para el tra
3 (17) «Tú sabes que David, mi padre, no bajo, * I4 (28) que enviaba al Líbano. Diez
pudo hacer casa para Yavé, su Dios, por mil por mes, alternativamente, estando
las guerras que tuvo en torno, hasta que un mes en el Líbano y dos en sus casas.
Yavé los puso bajo la planta de sus pies. E l prefecto de estos trabajadores obliga
4 (18) A hora Yavé, mi Dios, me ha dado dos era Adoniram. 15 (29) Tenía, además,
la paz por todas partes; no tengo enemi Salomón setenta mil hombres dedicados
gos ni querellas, 5 O9) y quiero edificar a al transporte y ochenta mil cortadores en
Yavé, mi Dios, una casa, como se lo ma el monte, 16 (30) sin contar los principales
nifestó Yavé a mi padre, diciendo: «Tu jefes que había puesto Salomón al frente
hijo, el que pondré yo en tu lugar sobre de las obras, en número de tres mil tres
tu trono, edificará casa a mi nombre». cientos, que mandaban a los grupos de
6 (20) Manda, pues, cortar para mí cedros trabajadores. 17 (31) M andó el rey traer
en el Líbano; mis siervos se unirán a los grandes piedras escogidas para los cimien
tuyos y yo te daré lo que tú me pidas tos de la casa, y los carpinteros 18 (32) y
para el salario de los tuyos, pues bien los canteros de Salomón y los de Hiram
sabes que no hay entre nosotros quien cortaban con Jos guibalenses y labraban
sepa labrar la madera como los sido- la madera y la cantería para la casa.
nios». *
7 (21) Alegróse mucho Hiram cuando E d ific a c ió n d el te m p lo
oyó las palabras de Salomón, y dijo:
«Bendito Yavé, que ha dado a David un 1 El año cuatrocientos ochenta des
hijo sabio sobre ese gran pueblo». 8 (22) Y 6
pués de la salida de los hijos de Israel
mandó a Salomón esta respuesta: «He de Egipto, el cuarto año del reinado de
oido lo que me has mandado a decir. Salomón sobre Israel, el mes de Z iv, que
H aré lo que me pides en cuanto a la ma es el segundo mes, comenzó a edificar la
dera de cedros y cipreses. 9(23> Mis sier casa de Yavé. * 2 Tenía la casa que Salo
vos los bajarán del Líbano al m ar y yo món edificó a Y avé sesenta codos de lar
los haré llegar en balsas hasta el lugar que go, veinte de ancho y treinta de alto. *
tú me digas. Allí se desatarán, y tú los 3 El vestíbulo (u la m ), delante del templo
tomarás, y cumplirás mi deseo proveyen (hecal) de la casa, era de veinte codos de
do de víveres a mi casa». largo, el ancho de la casa, y diez de fondo
io (24) Hiram facilitó a Salomón cuanta por delante de la casa. * 4 Hizo en la casa
J? 1 Esta embajada de congratulación da ocasión a Salomón para entablar relaciones con el amigo
^ de su padre en orden a la ejecución de los grandes proyectos que abrigaba su mente para levan
tar la gloria de su reino.
6 Los reyes de Asiria nos cuentan en sus inscripciones y crónicas cómo en sus expediciones
militares subían al Líbano y cortaban cedros y abetos, que llevaban a Nínive para sus construccio
nes. En Palestina escasea la madera de construcción y falta la de cedro.
11 Equivalentes a 80.000 hectolitros de trigo y 8.000 de aceite.
13 Gomo en Egipto, los trabajos se van a ejecutar a base de prestaciones personales forzadas.
Es de suponer que sobre los cananeos recaería principalmente esta carga, pero los hebreos no que
daban exentos de ella. Y como carecían de todo género de máquinas y medios de transporte, todo
el trabajo debía llevarse a cabo a fuerza de brazos.
1 En vista del evidente desorden del texto, damos a continuación el orden que creemos sería
6 el del texto primitivo, restituido el cual, la narración gana mucho en claridad y continuidad.
Sería, probablemente, 1 2 19 16b 17 20a; 3 4 5 6 7 8 9 10 15 16a 18 29 21 20b 22 30 23a 26 23b 24 25
2 7 2 8 3 I 3 2 3 3 3 4 3 5 3 6 i i i 2 1 3 I4 3 7 3 8 .
El suceso más importante del reinado de Salomón fue la construcción del templo. No es extra
ño que el autor sagrado quiera fiiar su fecha, que fue e! año 480, o sea 12 x 40, doce generaciones
de cuarenta años, a contar de la salida de Egipto. Sobre esta cronología véase la Introducción al libro
de los Jueces. Ziv es el nombre del cuarto mes del antiguo calendario hebreo, del cual se conservan
otros tres: abid, bul y etanim.
2 El valor del codo no puede precisarse; equivalía a cosa de medio metro. Podemos, pues, dar
como medidas del templo 30, 10 y 15 metros. Comparado con los templos egipcios, era bien mo
desto ; pero en Israel no se había visto semejante cosa.
3 El templo consta de dos partes: el hecal, o santo, y el debir, santísimo; delante del primero
>7 I REYES 6
del otro. • 24 Cinco codos era el largo de mas y botones de flores, cubierto de oro.
una de las alas del querubín y cinco el de 33 Hizo igualmente para las puertas de
la otra, haciendo en todo diez codos des entrada del templo (hecal) postes de ma
de la punta de un ala hasta la punta de dera de olivo cuadrados. 34 Ambas puer
la otra. 25 El segundo querubín tenía tam tas eran de madera de ciprés, de dos hojas
bién diez codos. 26 La medida y la forma giratorias la una y de dos hojas girato
eran las mismas para ambos querubines. rias la otra. 35 Hizo esculpir en ellas que
27 Puso los querubines en medio de la rubines, palmas y botones de flor, y todo
casa, en el espacio interior. Tenían las lo recubrió de oro. 3 6 Hizo también el
alas desplegadas, y la punta del ala del atrio interior, de tres órdenes de piedras
capiteles de cedro sobre las columnas.* grandes piedras de diez y de oeko codos,
3 Estaba cubierta de tablones de cedro, ti De ahí arribe ae también
arriba, sobre arquitrabes que se apoyaban excelentes piedras eortadas a la medida
en las cuarenta y cinco columnas, quince y madera de cedro. 12 En el gran atrio
columnas en cada hilera, 2*4 pues había había todo en torno tres órdenes de pie
tres naves, y en cada una de ellas ventanas dras labradas y uno de vigas de cedro; lo
que se correspondían unas enfrente de mismo que en el atrio interior de la casa
otras. 5 Todas las puertas y ventanas eran de Yavé, asi también en el atrio de la
cuadradas y en las tres naves se corres- casa real. *
zas a modo de cadenas, uno para cada grueso, y su labio estaba en forma de
capitel. 18 Hizo granadas todo en derre cáliz, como una flor de lis. Hacía dos mil
dor del reticulado y el trenzado en dos batos. *
filas, 19 y para cubrir el capitel que es 27 Hizo también diez basas de bronce,
taba sobre una de las columnas hizo lo cada una de cuatro codos de largo por
mismo que para el capitel de la otra. cuatro codos de ancho y tres de alto. *
Los capiteles eran por arriba de forma 28 He aquí cómo eran: Estaban hechas
de flor de loto y tenia cada uno cuatro de tableros, encerrados dentro de sus
codos. 20 Había en cada capitel sobre las marcos y unidos. 29 En los tableros, den
columnas doscientas granadas, alrededor tro de los marcos, había leones, toros y
t - i - J ___ :___ t___ t----- 1___ 1___ 1___ I___ I___ t___7 te»
E l mar de bronce. (Gressmann.)
cuatro esquinas de cada basa había cua mandó hacer a Hiram para la casa de
tro repisas, que hacían un mismo cuer Yavé eran de bronco bruñido. 46 Hízolos
po con la basa. 35 La parte superior de fundir el rey en las llanuras del Jordán,
la basa terminaba en un cilindro de me de suelo arcilloso, entre Sucot y Sared.
dio codo de altura, cuyos apoyos y en 47 Salomón no inquirió el peso de bron
tables eran una sola pieza. 36 Hizo en ce de estos utensilios por su gran canti
los tableros y en los marcos querubines, dad. * 48 Salomón hizo, además, lodos
leones y palmas en todos los espacios los otros utensilios para la casa de Ya
vacíos y molduras en derredor. 37 Así fue vé: el altar de oro, la mesa de oro, sobre
como hizo las diez basas; la fundición, la cual se ponían los panes de la propo
sición; 49 los candelabros de oro macizo,
cinco a la derecha y cinco a la izquierda
delante del santuario (debir), con sus flo
res, sus lámparas y sus despabiladeras
de oro; 50 las fuentes, los cuchillos, las
copas, las tazas y los braseros de oro
macizo; los goznes de oro para la puerta
del interior de la casa, a la entrada del
santísimo, y para la puerta de entrada
del templo (hecal).
51 Así se acabó toda la obra que hizo
el rey Salomón para la casa de Yavé.
Después tomó el oro y los utensilios y
lo puso todo en el tesoro de la casa de
Yavé.
D e d ic a c ió n d el te m p lo
1 Entonces convocó Salomón a los
8 ancianos de Israel, a todos los ca
bezas de las tribus y a los principes de
las familias de los hijos de Israel, para
Fuentes móviles de bronce. (Gressmann.) trasladar el arca de la alianza de Yavé
de la ciudad de David, que es Sión. *
la medida y la forma eran las mismas 2 Reuniéronse con el rey Salomón todos
para todas. los varones de Israel en el mes de Eta-
38 Hizo también diez fuentes de bron nim, que es el séptimo mes, en el día so
ce, cada una de cuarenta batos de cabida lemne de la fiesta; * 3 y llegados todos
y de cuatro codos cada una, para asen los ancianos de Israel, llevaron los sacer
tarlas en las diez basas; 39 y puso cinco dotes el arca. 4 Llevaban el arca de Yavé,
basas al lado derecho de la casa y cinco el tabernáculo de la reunión y todos los
al lado izquierdo, y el mar de bronce lo utensilios sagrados del tabernáculo. Los
puso al lado derecho, al sudeste. sacerdotes y los levitas los llevaban. 5 El
40 Hizo también Hiram los cenice rey Salomón y toda la asamblea de Is
ros, las tenazas y las copas. Así terminó rael, convocada por él, iban delante del
Hiram toda la obra de bronce que Salo arca. Sacrificaron ovejas y bueyes en nú
món le encargó para la casa de Yavé: mero incontable por su muchedumbre.
41 dos columnas con sus capiteles para 6 Los sacerdotes pusieron el arca de la
encima de las columnas; sus reticulados alianza de Yavé en su sitio, en el santua
y trenzados para los capiteles; 42 las cua rio (debir) de la casa, en el lugar santísi
trocientas granadas para los reticulados mo, bajo las alas de los querubines, 7 pues
y trenzados; dos filas de granadas para los querubines tenían las alas extendidas
cada una en derredor de los capiteles; sobre el lugar del arca y la cubrían por
43 las diez basas y las diez fuentes para encima, el arca y sus barras. 8 Se había
poner sobre estas basas; 44 el mar y los dado a las barras una longitud suficiente
doce toros que iban debajo de él; 45 los para que sus extremidades se viesen desde
ceniceros, las tenazas y las copas. To el lugar santo, que está delante del san
dos estos utensilios que el rey Salomón tuario (debir), pero sin que pudieran ver-
47 Cuando se trataba del templo de Yavé, Salomón no ponía reparo en los gastos; su generosi
dad era igual a su devoción y a su magnificencia.
Q 1 Terminada la obra del templo, es natural que la dedicación de él esté en armonía con el
^ esfuerzo realizado. Salomón convoca oficialmente a los ancianos de Israel—asi dicen los LX X —,
esto es, a los jefes de las tribus y familias de Israel. Pero el pueblo acude en masa a la solemnidad.
2 Sobre el mes de Etanim, cf. 6,i.
i m v 362
no desde fuera, y así quedaron hasta el 22 Púsose Salomón ante el altar de Yavé
día de hoy. 9 No había en el arca ninguna en presencia de toda la asamblea de Is
otra cosa más que las dos tablas de pie rael y, tendiendo sus manos al cielo,*
dra que Moisés depositó en ella en Ho- 23 dijo: «Yavé, Dios de Israel: N o hay
reb cuando hizo Yavé alianza con los Dios semejante a ti, ni en lo alto de los
hijos de Tsrael a su salida de Egipto. * cielos ni abajo sobre la tierra. Tú guar
10 En cuanto salieron los sacerdotes del das la alianza y la misericordia con tus
santuario, la nube llenó la casa de Yavé, * siervos, los que de todo corazón andan
11 sin que pudieran permanecer allí los en tu presenda. 24 Así has mantenido tu
sacerdotes para el servicio por causa de palabra a tu siervo David, mi padre, y
la nube, pues la gloría de Yavé llenaba lo que por tu boca dijiste lo has cum
la casa. plido hoy con tu mano. 25 Ahora, pues,
12 Entonces dijo Salomón: «Yavé, has ¡oh Yavé!, D ios de Israel, guarda la pro
dicho que habitarías en la obscuridad. mesa que a David, mi padre, hiciste di
13 Yo he edificado una casa para que ciendo: N o faltará de ti varón delante
sea tu morada, el lugar de tu habitación de mí que se siente en el trono de Israel,
para siempre». siempre que tus hijos sigan mis caminos
14 Volvióse el rey y bendijo a toda y anden delante de mí como has andado
la asamblea de Israel, mientras toda la tú. 26 Cúmplase ahora, ¡oh Yavé, Dios
asamblea de Israel se tenía en pie,* 15y de Israel!, la palabra que a David, tu
dijo: «Bendito Yavé, Dios de Israel, que siervo, mi padre, dijiste. 27 Pero, en ver
con su misma boca habló a David, mi dad, ¿morará Dios sobre la tierra? Los
padre, y ha cumplido con su mano lo cielos y los cielos de los cielos no son ca
que había prometido, diciendo: 16 «Des paces de contenerte. ¡Cuánto menos esta
de el día en que yo saqué de Egipto a casa que yo he edificado! 28 Mas, con
mi pueblo, Israel, no he elegido ciudad todo, atiende a la plegaría de tu siervo,
de entre todas las tribus de Israel para ¡oh Yavé, Dios mío!, y oye la oración
que en ella se me edificase una casa con que ante ti hace hoy tu siervo. 29 Que
sagrada a mi nombre, aunque elegí a Da estén abiertos tus ojos noche y día sobre
vid para que reinase sobre mi pueblo, este lugar, del que has dicho: «En él estará
Israel». 17 David, mi padre, tuvo en su mi nombre», y oye toda oración que tu
corazón edificar una casa al nombre de siervo haga en este lugar. 30 Oye, pues,
Yavé, Dios de Israel; 18 pero Yavé dijo la oración de tu siervo y la de tu pueblo,
a David, mi padre: «Tú tenías en tu Israel; cuando oren en este lugar, óyela
corazón el deseo de edificar una casa a tú también desde el lugar de tu morada
mi nombre; has hecho bien en tener esa de los cielos, y oyendo, perdona.
voluntad,19 pero no edificarás tú la casa; 31 »Cuando pecare alguno contra su
tu hijo, salido de tus entrañas, edificará prójimo y, haciéndolo jurar, le tomen ju
casa a mi nombre». 20 Yavé ha cumplido ramento delante de tu altar en esta casa,
la palabra que dio. Yo me he levantado 32 oye tú desde los cielos, y obra juzgan
en el lugar de David, mi padre, y me do a tus siervos, condenando al impío,
siento sobre el trono de Israel, como se haciendo recaer su maldad sobre su ca
lo había anunciado Yavé, y he edificado beza y justificando al justo, para retri
la casa al nombre de Yavé, Dios de Is buirle según su justicia.
rael. 21 He dispuesto un lugar para el 33 »Cuando tu pueblo, Israel, cayere an
arca de la alianza de Yavé, de la alianza te sus enemigos por haber pecado con
que hizo con nuestros padres al sacarlos tra ti y, vueltos a ti, confiesen tu nombre
de la tierra de Egipto». y oren, y te rueguen, y te supliquen en
9 El primer cuidado fue trasladar el arca desde el tabernáculo, en que David la había colocado,
hasta el templo, donde ocuparía, al fondo de la casa, el debír o santísimo. El arca era el símbolo de
la presencia de la divinidad. En ella se guardaban las tablas del decálogo, expresión de su voluntad,
según Ex 25.16.21 y Dt 10,2.5.
10 Como en Ex 40,32 s., la nube es la señal de la presencia de Yavé, que toma posesión de su
casa, y con esta presencia indica la importancia del templo y su significación religiosa. Ezequiel
nos cuenta cómo la gloria de Yavé abandonó su morada al romper Yavé sus relaciones con el pueblo
y entregar el templo para ser destruido por los caldeos (11,22 s.), y cómo volvió a ella al ser res
taurado (43.2 ss.).
14 Parece, por el relato que sigue, que Salomón es aquí el único que, como jefe del pueblo,
ejerce funciones sacerdotales. El quien bendice al pueblo y dirige a Dios la oración que pudiéramos
decir consecratona.
22 El pasado discurso (16-21) va dirigido al pueblo, mostrándole el cumplimiento de las pro
mesas divinas. La presente oración, dicha con los brazos extendidos hacia el altar, va dirigida a
Yavé. En ella es de notar el elevado concepto sobre la inmensidad de Dios, que no puede habitar
en aquella estrecha casa, puesto que llena los cielos y la tierra. El templo, en que Dios ha queriod
poner su nombre, debe ser, como quiere el Deuteronomio (12,5 ss.), el lugar de culto y oración no
sólo para los hebreos, sino para los extraños. Es ésta una afirmación importante por su sentido uni
versalista y mesiánico.
363 1 BEYES 8
ofreció allí holocaustos y ofrendas y los esta tierra y esta casa? 9 Y responderán:
sebos de los sacrificios eucarísticos, por Porque abandonaron a Yavé, su Dios,
que el aliar de bronce que hay delante de que sacó de la tierra de Egipto a sus pa
Yavé era demasiado pequeño para con dres, y se ligaron a otros dioses, proster
tener los holocaustos, las ofrendas y los nándose ante ellos y sirviéndolos. Por
sebos de los sacrificios eucarísticos. 65 Ce eso ha hecho venir Yavé sobre ellos todo
lebró entonces la fiesta, y todo Israel con este mal».
él, una gran muchedumbre venida de to
das partes, desde Jamat hasta el torrente C iudades edificadas por
de Egipto, delante de Yavé, nuestro Dios, S alom ón
en la casa que había edificado, comiendo
y bebiendo y regocijándose en la presencia 10 Al cabo de veinte años de haber edifi
de Yavé, nuestro Dios, durante siete días. cado Salomón las dos casas, la casa de
66 El día octavo despidió al pueblo, y ellos Yavé y la casa real,* 11 para las cuales
bendijeron al rey, yéndose cada uno a su Hiram, rey de Tiro, había mandado a
morada, alegre y lleno de gozo de corazón Salomón madera de cedro y de ciprés y
cuanto oro quiso, dio Salomón a Hiram
por todos los beneficios que Yavé había
hecho a David, su siervo, y a su pueblo, veinte ciudades en tierra de G alilea.12 Sa
ísrael. lió Hiram de Tiro para ver las ciudades
que le daba Salomón; y no gustándole,
Segunda aparición de Y avé 13 dijo: «¿Qué ciudades me has dado, her
mano?» Y las llamó tierras de Cabul,
9 1 Cuando hubo acabado Salomón lanombre que tienen todavía hoy. 14 Había
casa de Yavé, la casa real y todo mandado Hiram a Salomón ciento veinte
cuanto se había propuesto hacer,* 2 se talentos de oro.
apareció Yavé por segunda vez a Salo 15 He aquí cómo se reguló el servicio
món, como se le había aparecido en Ga- personal impuesto por el rey Salomón a
baón, 3 y le dijo: «He oído tu oración, los hombres cuya leva hizo para edificar
el ruego que has hecho ante mí. He san la casa de Yavé y su propia casa, el terra
tificado esa casa que has edificado para plén y las murallas de Jerusalén, y, ade
poner en ella mi nombre para siempre, más, Jasor, Megido y Guezer. *
y en ella estarán siempre mis ojos y mi 16 Había subido el Faraón, rey de Egip
corazón. 4 Si andas en mi presencia, como to; y apoderándose de Guezer, la había
anduvo David, tu padre, en integridad incendiado, matando a los cananeos que
de corazón y en equidad, haciendo cuanto habitaban en la ciudad. Después se la
yo te he mandado y guardando mis leyes dio en dote a su hija, la mujer de Salo
y mandamientos, 5 yo afirmaré el trono món; 17 y Salomón edificó a Guezer, Bet-
de tu reino sobre Israel para siempre, Jorón de abajo, 18 Balat y Tamar, en el
como se lo prometí a David, tu padre, desierto del mediodía. *9 Todas las ciu
diciendo: No faltará de ti varón en el dades de almacenes, que le pertenecían,
trono de Israel. 6 Pero si os apartáis de y las destinadas a los carros y a la caba
mí vosotros y vuestros hijos, si no guar llería, y todo cuanto quiso Salomón edi
dáis mis mandamientos, mis leyes, las ficar en Jerusalén, en el Líbano y en toda
que yo os he prescrito, y os vais tras dioses la tierra de su dominio.
ajenos para servirlos y prosternaros ante 20 Toda la gente que había quedado
ellos, 7 yo exterminaré a Israel de la tierra de los amorreos, de los jeteos, de los
que le he dado y echaré lejos de delante fereceos, de los jeveos y de los jebuseos,
de mí esta casa, que he consagrado a mi que no pertenecían al pueblo de Israel, *
nombre, e Israel será el sarcasmo y la 21 sus descendientes que habían quedado
burla de todos los pueblos. 8 Y esta casa después de ellos en la tierra, y que los
será una ruina, y cuantos pasen cerca de hijos de Israel no habían podido dar al
ella se quedarán pasmados y silbarán. anatema, los obligó Salomón a prestación
Se dirá: ¿Por qué ha tratado así Yavé a | personal, como lo están hasta hoy; 22 no
Q 1 El discurso de Yavé en esta visión encierra todo el pensamiento de los profetas sobre las re-
1aciones de Dios con su pueblo.
10 Terminadas las obras, era preciso liquidar las cuentas. Según 5,8 ss., Salomón debía proveer a
Hiram de trigo y aceite, y éste de maderas a Salomón, que tuvo que resignarse a ceder una parte del
territorio de Yavé a un rey gentil, cosa ininteligible para la posteridad en rey tan glorioso (2 Par 6,2).
15 Hasta aquí se habló de la edificación del templo y del real alcázar; ahora se añaden las cons
trucciones militares en Jerusalén y en otras ciudades estratégicas, entre ellas Guezer, conquistada
por el Faraón, y Tamar, en el desierto del Mediodía, al sur del mar Muerto. Miraban e9tas obras,
primero, a asegurar su reino, y luego, los caminos seguidos por las caravanas que hacían el comercio
entre el Egipto y el Asia.
20 Según el derecho antiguo, Salomón sujetó a la prestación personal como siervos a los cana-
neos vencidos. Los hebreos también lo fueron, según 3,27; pero por tiempos y no en la misma
forma que los cananeos.
365 1 HEVES 9 -1 0
empleó Salomón como tales a los hijos tierra me dijeron de tus cosas y de tu
de Israel, que eran sus hombres de guerra, sabiduría. 7 Y o no lo creía antes de venir
sus servidores, sus jefes, sus oficiales y losy haberlo visto con mis propios ojos.
comandantes de sus carros y su caballería. Pero cuanto me dijeron no es ni la mitad.
23 Los jefes que Salomón puso al frente de Tienes más sabiduría y prosperidad que
las obras eran quinientos cincuenta, en la fama que a mí me había llegado. 8 D i
cargados de vigilar a los trabajadores. chosas tus gentes, dichosos tus servidores,
24 L a hija de Faraón subió a la ciudad que están siempre ante ti y oyen iu sabi
de D avid a la casa que Salomón le había duría. 9 Bendito Ya vé, tu Dios, que le
edificado. Entonces fue cuando se hizo el ha hecho la gracia de ponerte sobre el
terraplén. * trono de Israel. Por el amor que Yavé
25 Tres veces cada año ofrecía Salomón tiene siempre a Israel, te ha hecho su
holocaustos y sacrificios pacíficos sobre el rey para que hagas derecho y justicia».
altar que él edificó a Y avé, y quemaba 10 D io al rey ciento veinte talentos de
perfumes sobre el que estaba delante de oro, una gran cantidad de aromas y de
Yavé. El acabó toda la casa. piedras preciosas. N o se vieron nunca
26 Construyó también Salomón naves después tantos aromas como los que la
en Asiongaber, que está junto a Elat, en reina de Saba dio al rey Salomón.
Ja costa del mar R ojo, en la tierra de 11 L as flotas de Hiram, que traían el
E d o m ;* 27 y mandó Hiram para estas oro de Ofir, trajeron también de Ofir
construcciones a sus siervos, diestros ma gran cantidad de madera de sándalo y
rineros, con los siervos de Salomón, 28 y de piedras preciosas.* 1 2 Con la madera
fueron hasta Ofir, y trajeron de allí oro, de sándalo hizo el rey las balaustradas de
cuatrocientos veinte talentos, que lleva la casa de Y a vé y de la casa del rey, y
ron al rey Salomón. arpas y salterios para los cantores. N o
vino después nunca más madera de ésta
L a reina' de Sab a en Jeru salén y no se ha vuelto a ver hasta hoy. 13 El
rey Salomón dio a la reina de Saba todo
i n i Llegó a la reina de Saba la fama
+ " que para gloría de Y a vé tenía Sa cuanto ella deseó y le pidió, haciéndole,
además, presentes dignos de un rey como
lomón, y vino para probarle con enig
Salomón. Después se volvió ella a su
mas. * 2 Llegó a Jerusalén con muy nu
tierra con sus servidores.
meroso séquito y con camellos cargados
14 El peso de oro que cada año llegaba
de aromas, de oro en gran cantidad y
a Salomón era de seiscientos sesenta y
de piedras preciosas. Vino a Salomón y
seis talentos de oro, * 15 además del que
le propuso cuanto quiso proponerle; 3 y
como tributo recibía de los grandes y
a todas sus preguntas respondió Salomón,
pequeños mercaderes, de los príncipes de
sin que hubiera nada que el rey no pu
ios beduinos y de los intendentes de la
diera explicarle. * 4 L a reina de Saba, al
tierra. 16 Hizo también el rey Salomón
ver la sabiduría de Salomón, la casa que
doscientos grandes escudos de oro maci
había edificado,5 los manjares de su mesa
y las habitaciones de sus servidores, sus zo, para cada uno de los cuales empleó
cometidos y los vestidos que vestían, los seiscientos sidos de oro, 17 y Otros tres
de los coperos y los holocaustos que se cientos escudos de oro macizo, para cada
ofrecían en la casa de Y avé, fuera de uno de los cuales empleó tres minas de
sí, 6 dijo al rey: «Verdad es cuanto en mi oro, y los puso en la casa «Bosque del
24 Este terraplén o mito parece haber sido el relleno que empezó David y acabó Salomón en
el valle que separaba el monte en que se alzaba la ciudad cananea, o ciudad de David, de la mon
taña en que se edificó el templo y el regio alcázar.
26 Este episodio de la vida de Salomón nos indica cuáles eran sus planes de gobierno, con que
pretendía transformar la vida del pueblo, dedicado hasta allí a la agricultura y a la ganadería. El
Ofir se hallaba por el mar Rojo abajo, sin que se pueda determinar si en la costa africana, en la ará
biga o más allá, en la índica.
n 1 Para darnos una idea de la fama de Salomón, el autor sagrado nos trae este episodio de la
1 ” reina de Saba. Este pueblo es ya conocido por Gén 10,7-28 y 25,3- Habitaba hacia el sudoeste
de la Arabia y era un pueblo traficante, según Ez 27,22 s.; Sal 71,15; Is 6o,6: Jer 6,20; Job 6,19.
Las crónicas de Senaquerib nos hablan de reinas de Arabia con quienes hubo de sostener guerra.
La de nuestro relato era, pues, reina de un pueblo de comerciantes árabes, de los que con frecuencia
atravesaban la Palestina con sus caravanas, y eran obligados a pagar sus derechos de peaje. No
sería extraño que en esta visita entrase por mucho también el interés de sus vasallos.
3 Para formamos idea de las cuestiones que la reina propuso a Salomón, véase Jue 14,14.
11 El contexto pide que los w .n s. se lean al fin del capítulo precedente, y así quedará el v.13
unido al 10 y como conclusión del relato. Como príncipes orientales, la reina y el rey se hicieron
mutuamente obsequios.
14 Esta suma era en verdad fabulosa. El talento equivalía a 3.000 sidos, éste a unos 14 gramos,
luego el talento a 42 kilos de oro. La suma de 666 equivale a unas 28 toneladas de oro, o sea 78 mi
llones de pesetas oro. Así podía deslumbrar a sus vasallos y a los extraños con el lujo de su corte.
1 KtiYKtf 1 0 366
Líbano»» Ia Hizo también el rey un gran las naves de Tarsis trayendo oro, plata,
trono de marfil, que cubrió con láminas marfil, monos y pavones. *
de oro purísimo. Seis gradas tenía el 23 Fue el rey Salomón más grande que
trono, y el respaldo era arqueado, y tenía todos los reyes de la tierra por las rique
dos brazos, uno a cada lado del asiento, y zas y la sabiduría. 24 Todo el mundo bus
junto a los brazos dos leones, 20 y doce caba ver a Salomón para oir la sabiduría
leones en las gradas, uno a cada lado de que había puesto Y a vé en su corazón;
cada una de ellas. N o se ha hecho nada 25 y todos le llevaban presentes, objetos
semejante para rey alguno. 21 Todas las de plata, de oro; vestidos, aromas, caba
copas del rey Salomón eran de oro y llos y mulos, y todos los años era lo
toda la vajilla de la casa «Bosque del mismo. 26 Reunió carros y caballos. Tenía
Líbano» era de oro macizo. N o había mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes,
nada de plata, no se hacía caso alguno de que puso en las ciudades donde tenía los
ésta en tiempos de Salomón, A p o rq u e carros, y en Jerusalén, cerca del rey. * 27 El
el rey tenía en el mar naves de Tarsis con rey hizo que en Jerusalén abundara la
las de Híram, y cada tres años llegaban :2*4plata como las piedras, y los cedros fueran
22 Naves de Tarsis eran naves de alto bordo, los «transatlánticos* de la época. Los fenicios,
aliados y maestros de los hebreos en la navegación, eran los mejores marinos de la antigüedad.
Tarsis se hallaba situada fuera del estrecho de Gibraitar, en España. Señalaba el extremo de las re
giones occidentales frecuentadas por las naves fenicias.
2 4 Sobre esto véase 5,6 y 9,19.
367 I REY ES 1 0 -1 1
tan numerosos como los sicómoros que esto, que no se fuese tras los dioses aje
crecen en el llano. * 2728 Los caballos los nos; pero él no siguió lo que Yavé le
traía de Musri y de Coa; una caravana había mandado. 11 Yavé dijo a Salomón:
de comerciantes del rey los compraba a «Pues que así has obrado y has roto mi
un precio determinado; * 29 un tiro de alianza y las leyes que yo te había pres
carro venía a costar, al salir de Musri, crito, yo romperé de sobre ti tu reino y
seiscientos sidos de plata, y un caballo, se lo entregaré a un siervo tuyo. 12 No lo
ciento cincuenta sidos. Traíanlos tam haré, sin embargo, en tus días, por amor
bién al mismo tiempo para los reyes de de David, tu padre; lo arrancaré de las
los jeteos y los de Siria. manos de tu hijo. 13 N i le arrancaré tam
poco todo el reino, sino que dejaré a tu
L a s m u je re s e x tra n je ra s hijo una tribu, por amor de David, mi
siervo, y por amor de Jerusalén, que yo
1 El rey Salomón, además de la he elegido».
n hija del Faraón, amó a muchas
mujeres extranjeras, moabitas, ammoni- E n e m ig o s d e S a lo m ó n
tas, edomitas, sidonias y jeteas, * 2 de las
naciones de que había dicho Yavé a los 14 Suscitó Yavé a Salomón un enemigo,
hijos de Israel: «No entréis a ellas, ni A dad, idu m eo, de la sangre real de
entren ellas a vosotros, porque de seguro Edom. * 15 Cuando David batió a Edom,
arrastrarán vuestros corazones tras sus Joab, jefe del ejército, subió para ente
dioses». A éstas, pues, se unió Salomón rrar a los muertos y mató a todos lo-
con amor. 3 Tuvo setecientas mujeres de varones de Edom ,16 quedándose con todo
sangre real y trescientas concubinas, y Israel durante seis meses en Edom hasta
las mujeres torcieron su corazón. 4 Cuan exterminar a todos los varones. 17 Enton
do envejeció Salomón, sus mujeres arras ces Adad, con algunos edomitas, siervos
traron su corazón hacia los dioses ajenos; de su padre, huyó para refugiarse en
y no era su corazón enteramente de Yavé, Egipto, siendo todavía muchacho. 18 Par
su Dios, como lo había sido el de David, tiendo de Madián, se fueron a Parán y,
su padre; 5y se fue Salomón tras de uniéndose allí algunos de Parán, llegaron
Astarté, diosa de los sidonios, y tras de a Egipto, junto al Faraón, rey de Egipto.
Milcom, abominación de los ammonitas; El Faraón dio a Adad una casa, proveyó
¿ e hizo Salomón el mal a los ojos de a su subsistencia y le dio tierras. 19 Fue
Yavé; y no siguió enteramente a Yavé, Adad muy grato al Faraón, que le dio
como David, su padre. 7 Entonces edificó por mujer a Ano, hermana mayor de su
Salomón, en la montaña que está frente mujer, hermana de la reina Tafnes. 20 La
a Jerusalén, un excelso a Camos, abomi hermana de Tafnes le parió a Guenubat,
nación de Moab, y a Milcom, abomina a quien Tafnes educó en la casa del Fa
ción de los hijos de Ammón;* 8 y de raón, estando en ella Guenubat como un
modo semejante hizo para todas sus mu hijo del Faraón.
jeres extranjeras, que allí quemaban per 2i Cuando supo Adad, en Egipto, que
fumes y sacrificaban a sus dioses. David se había dormido con sus padres,
9 Irritóse Yavé contra Salomón porque y que Joab, jefe del ejército, había muer
había apartado su corazón de Yavé, Dios to, dijo al Faraón: «Déjame ir a mi tie
de Israel, que se le había aparecido dos rra»; 22 y el Faraón le respondió: «¿Qué
veces,* 10y le había mandado, cuanto a te falta cerca de mi para que quieras
27 En estilo de hipérbole oriental, el autor sagrado nos dice cuánto abundaban los metales y
las otras materias preciosas en un reino antes pobre de ellas.
28 Coa se halla en Cilicia, y Musri, al norte, en la región del Tauro. De allí traía Salomón los
caballos para su ejército y para los principes vecinos. Con semejante tráfico hacía, sin duda, un buen
negocio, y esto parece ser lo que el autor sagrado quiere decirnos. El caballo era poco conocido en
Palestina hasta la época de Salomón; en vez de él se usaba el mulo o el asno (2 Sam 13,29; 18,9;
1 Re 1 ,33).
■f "I 1 De Saúl no se menciona más que una esposa y una concubina o esposa de segundo orden
■ * (1 Sam 14,50; 2 Sam 21,11); pero David creyó conveniente, siguiendo el uso oriental, aumentar
su harén para acrecentar su autoridad real. Salomón en esto llegó al colmo, y el autor lamenta que
muchas de las mujeres fueran extranjeras, que traían consigo sus dioses y sus devociones, siendo
por aquí causa de perversión para el rey. El Cantar de los Cantares (6,8) habla de 60 princesas y
80 de las otras. En ambos casos, las cifras han debido de ser aumentadas por los copistas posteriores.
7 Pero de todo esto, lo cierto fue que la condescendencia del rey con esas mujeres le condujeron
a la perversión y al culto de los Idolos.
9 Según las leyes del gobierno divino sobre Israel, tantas veces mencionadas, el pecado de
Salomón debía atraer sobre él un inmediato castigo. Desde luego, se anuncia la división del reino,
salva la promesa de Yavé a David.
14 Lo que sigue de este capítulo viene a ser declaración de la amenaza divina. Primero es un
Adad, príncipe de Edom, que había huido a Egipto al ser conquistado su reino por David, y que
a 1 a muerte de éste volvió a su tierra, logrando reinar en Edom. Ignoramos los detalles.
MKVM II 368
se durmió con sus padres y fue sepultado tó con azotes y yo os azotaré con escor
en la ciudad de David, su padre. Le su piones».
cedió Roboam, su hijo. 12 Vino a Roboam, pues, todo Israel al
día tercero, según lo que había dicho el
rey: Volved dentro de tres días; 13 y el
rey respondió al pueblo duramente, de
S E G U N D A P A R T E jando el consejo que le habían dado los
ancianos, 14 y le habló así, según el con
H istoria sincrónica de los r eyes sejo de los jóvenes: «Mi padre hizo pe
HASTA A ca B Y J oSAFAT sado vuestro yugo y yo lo haré más pe
(12-22) sado todavía; mi padre os azotó con azo
tes y yo os azotaré con escorpiones». *
D iv is ió n d el rein o 15 Desoyó, pues, el rey al pueblo, porque
| c% 1 Roboam fue a Siquem, por ha- así lo disponía Yavé para cumplir la pa
berse reunido en Siquem todo Is labra que El había dicho por medio de
rael para proclamarle rey. * 2 Así que lo Ajías, de Silo; de Jeroboam, hijo de Na
oyó Jeroboam, hijo de Nabat, que esta bat.
ba en Egipto, adonde había huido de Sa 16 Entonces todo Israel, viendo que el
lomón, le enviaron a llamar y se volvió rey no le escuchaba, dijo al rey: «¿Qué
de Egipto, y Jeroboam y todo Israel vi tenemos que ver nosotros con David? No
nieron. * 3 Y hablaron a Roboam di tenemos heredad con el hijo de Isaí.
JA tus tiendas, Israel! ¡Provee ahora a tu
ciendo : casa, David!»
4 «Tu padre hizo muy pesado nuestro
yugo; aligera tú, pues, ahora esta dura Fuése Israel a sus tiendas (17 y Roboam
servidumbre, y te serviremos». * 5 El les no reinó sobre más hijos de Israel de los
respondió: «Id y volved a mí dentro de que habitaban en las ciudades de Judá).
tres días». Fuése el pueblo. 6 El rey Ro 18 Mandó entonces Roboam a Adoni-
boam consultó a los ancianos que ha ram, que era prefecto de los tributos;
bían estado cerca de Salomón, su padre, pero éste fue lapidado por todo Israel y
durante su vida, diciéndoles: «¿Qué me murió. Apresuróse Roboam a montar en
aconsejáis que responda a este pueblo?» * su carro para huir a Jerusalén; 19 y así
7 Y ellos le dijeron: «Si ahora te rindes a se separó Israel de la casa de David has
este pueblo y le complaces hablándole ta el día de hoy. *
blandas palabras, te estará siempre suje 2,3 Sabiendo que había vuelto Jeroboam,
to». 8 Pero Roboam no siguió el consejo todo Israel le mandó a llamar a la asam
de los ancianos, y consultó a los jóvenes blea y le hicieron rey de todo Israel. La
que se habían criado con él y le rodea tribu de Judá fue la sola que siguió a la
ban, 9 diciéndoles: «¿Qué me aconsejáis casa de David. 21 Llegado Roboam a Je
que responda a este pueblo que así me rusalén, convocó a toda la casa de Judá
habla: Aligera el yugo que tu padre nos y a la tribu de Benjamín, ciento ochenta
impuso?» 10 Y los jóvenes que se habían mil hombres de guerra, para hacer la gue
criado con él le dijeron así: «Habla de rra a la casa de Israel y reducirla a la obe
este modo al pueblo que te ha dicho: Tu diencia de Roboam, hijo de Salomón:
padre hizo muy pesado su yugo sobre nos 22 pero Semeyas, varón de Dios, recibió
otros; aligéralo tú. Háblales así: Mi dedo palabras de Yavé, diciendo: 23 «Habla a
meñique es más grueso que los lomos de Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá,
mi padre.11 Ahora, pues, mi padre os car y a toda la casa de Judá y de Benjamín,
gó con pesado yugo y yo haré vuestro yu y a todos los del pueblo, diciendo: 24 «He
go más pesado todavía. Mi padre os azo aquí lo que dice Yavé: No subáis a ha-
■jj O 1 Siquem es bien conocido desde la edad patriarcal (Gén 12,6; 37,12; Jos 24,1; 25,32).
*“ Es seguro que Roboam va a ella para ser ungido o reconocidore y por las tribus del Norte,
cuya aspiración le era ya conocida.
2 Este versículo debe leerse al fin del capitulo precedente y unir el v.i con el v.3.
4 La gloria exterior de los reyes y de los Estados se sostiene con frecuencia a costa de sus súb
ditos. Las obras de Salomón y su magnificencia se realizaron en gran parte con la prestación personal
de su pueblo por espacio de muchos años. El pueblo, que no estaba hecho a ese régimen, protesta
contra él. Era lo que Samuel les había anunciado (1 Sam 8,10 ss.).
6 En el consejo del rey existían dos tendencias: la tradicionalista, representada por los ancia
nos, que prefería al esplendor externo la libertad y la paz interna, y la nueva, introducida por Sa
lomón, amante del progreso en la vida material y de la pompa externa. El rey se inclinó hacia la
última y respondió al pueblo con dureza.
14 En la crudeza y hasta insolencia de este lenguaje entiéndase la dureza de que habla el v.13.
19 Prescindiendo de los divinos designios, la escisión, tan profunda y definitiva, que no tuvo
soldadura en la vida de Israel, históricamente se explica por el concurso de varias causas: la riva
lidad entre Judá y bfraim, como causa remota; los gravámenes a que Salomón sometió al pueblo,
como causa inmediata. La persistencia principalmente se debió a la política de los reyes de Israel.
I IIKYI'S 1 2 -1 3 370
cor la guerra a vuestros hermanos, los hi gritó: «lAltar, altar! Así habla Yavé: Na
jos de Israel. Vuélvase cada uno de vos cerá de la casa de David un hijo que se
otros a su casa, porque de mí ha venido llamará Josías, que inmolará sobre ti a
esto»; y ellos, obedeciendo la palabra los sacerdotes de los altos que en ti sacri
de Dios, se volvieron, según la palabra de fican, y sobre ti quemarán huesos huma
Yavé. * nos». 3 Y dio entonces mismo una señal,
diciendo: «Esta es la señal que da Yavé:
R e in a d o d e Je r o b o a m e n Israe l El altar se quebrará y se derramará la ce
niza que hay en él».
25 Jeroboam edificó Siquem, en la mon4 Al oir el rey Jeroboam las palabras
taña de Efraím, y residió allí; salió des del varón de Dios, lo que había gritado
pués y edificó Penuel.* 26 Jeroboam se contra el altar de Bétel, extendió su bra
dijo en su corazón: «El reino podría muy zo desde el altar, diciendo: «Prendedle»;
bien volver otra vez a la casa de David. pero la mano que contra él extendió se
27 Si este pueblo sube a Jerusalén para ha quedó rígida y no pudo volverla a sí.
cer sus sacrificios en la casa de Yavé, el 3 El altar se quebró y las cenizas que so
corazón del pueblo se volverá a su señor, bre él había se derramaron, según la se
Roboam, rey de Judá, y me matarán a ñal que el hombre de Dios había dado,
mí». 28 Después de pensarlo, hizo el rey conforme a la palabra de Yavé. * Enton
dos becerros de oro y dijo al pueblo:
«Bastante tiempo habéis subido a Jeru ces el rey, dirigiéndose al hombre de Dios,
salén; ahí tienes a tu Dios, Israel, el que dijo: «Implora a Yavé, tu Dios, y ruégale
por mí para que pueda volver a mí la ma
te sacó de la tierra de Egipto». 29 Hizo no». El hombre de Dios imploró a Yavé,
poner uno de los becerros en Betel y el y el rey pudo volver a sí la mano, que
otro en D an; 30 y esto indujo al pecado, quedó como estaba antes. 7 Entonces dijo
pues iba el pueblo hasta Dan para ado
rar. 31 Edificó también Jeroboam lugares el rey al hombre de Dios: «Vente con
migo a mi casa para tomar algo y te haré
excelsos e hizo sacerdotes a gentes del un presente». 8 Pero el hombre de Dios
pueblo que no eran de los hijos de LevL dijo al rey: «No iré contigo a tu casa aun
32 Instituyó Jeroboam una solemnidad en que me dieras la mitad de ella, y no co
el mes octavo, el quince del mes, confor meré pan ni beberé agua en este lugar,
me a las de Judá, y sacrificó sobre el al 9 porque esa orden me ha sido dada por
tar. Así puso también en Bétel sacerdo
la palabra de Yavé: N o comas pan, ni
tes en los altos que había construido,
para que sacrificasen a los becerros que bebas agua, ni tomes para tu vuelta el ca
había hecho; 33 y subió al altar que se ha mino por donde vayas». 10 Fuése, pues,
bía hecho en Bétel el día quinto del octa por otro camino, no tomando para vol
vo mes, que él a su voluntad eligió. Insti ver el camino por donde había venido a
Bétel.
tuyó una fiesta para los hijos de Israel y
subió al altar para sacrificar. 11 Habitaba en Bétel a la sazón un vie
jo profeta, cuyos hijos vinieron a contarle
10 que el hombre de Dios había hecho
U n p ro fe ta re p re n d e a Je r o b o a m
aquel dia en Bétel y lo que había dicho
í O 1 U egó de Judá a Bétel un hom- al rey; * 12 y su padre les dijo: «¿Por qué
* " bre de Dios, por mandato de Ya camino ha ido?» Indicáronle sus hijos el
vé, mientras estaba Jeroboam en el altar camino por donde se volvió el hombre
para sacrificar;* 2 y alzando su voz con de Dios venido de Judá; 13 y él les dijo:
tra el altar, según la palabra de Yavé, i «Aparejadme el asno». Ellos se lo apare-
24 Roboam, aunque de momento pensó reducir al pueblo rebelde por la fuerza, al fin hubo
de resignarse a quedar sólo por rey de Jerusalén y Judá.
25 Jeroboam, principal promotor de la rebelión, es declarado rey de las diez tribus. Comen
zando la organización de su reino, primero escogió a Siquem por capital, que luego trasladó a Penuel,
en la Transjordania. Después miró a combatir la atracción que sobre su pueblo tenia que ejercer
el templo de Jerusalén, y para esto organizó la religión de Yavé, no según la Ley entonces vigente,
sino conforme a las desviaciones que habla sufrido o sufría aún por parte del pueblo. Asi opuso a
Jerusalén los antiguos santuarios de Bétel y Dan, a los que añadió otros muchos en los lugares altos,
que eran venerados, unos por los recuerdos históricos de Israel y sus patriarcas, otros por la tradición
cananea. En Bétel y Dan, a falta de templo y del arca de la alianza, puso dos becerros de oro, a
semejanza del becerro del desierto, en los que Yavé quedaba asemejado a Adad, el dios semita de
las tempestades. En vez del sacerdocio tradicional levítico instituyó un nuevo sacerdocio con nuevas
fiestas y ritos. Mal principio, que irá poco a poco corrompiendo la religión del reino del Norte, a
pesar de los esfuerzos de ios profetas.
•* O i Este episodio nos señala la oposición del espíritu de los profetas de Yavé contra la obra
■ ** religiosa de Jeroboam. El profeta venido de Judá nos trae a la memoria la conducta de Amós
bajo Jeroboam 11 (Am y s.).
11 Un segundo profeta de Bétel simpatías coa el primero y aplaude su conducta, aunque él
no se atreva tal vez a seguirle. La prohibición de tomar nada en Bétel, cuya infracción le costó la
vida, significa la abominación por ese culto. «Con les que tal hacen, ni comer» (i Cor 5,n).
371 I R EY ES 13-14
jaron, y él, subiendo en el a sn o ,14 se fue enterrado el hombre de Dios, poniendo
tras el hombre de Dios; y una vez que lo mis huesos junto a los suyos para que mis
alcanzó, mientras estaba sentado bajo una huesos se conserven intactos junto a los
encina, le preguntó: «¿Eres tú el hombre suyos; 32 porque se ha de cumplir la pa
de Dios que ha venido de Judá?» El le labra que de parte de Yavé gritó él con
respondió: «Yo soy». 15 Dijole entonces tra el altar de Bétel y contra todos los al
el otro: «Ven conmigo a casa para tomar tares de las ciudades de Samaría».
algún alimento». 16 Pero él respondió: 33 A pesar de esto, no se apartó Jero-
«N o puedo ir contigo ni entrar en tu ca boam de su mal camino; creó nuevos
sa, 17 porque la palabra de Yavé me ha sacerdotes de entre todo el pueblo para
dicho: N o comas pan, ni bebas agua, ni
tomes para la vuelta el camino de la ida».
18 Pero él le dijo: «Yo también soy pro
feta como tú, y un ángel me ha hablado
de parte de Yavé, diciéndome: Tráele con
tigo a tu casa para que coma pan y beba
agua». Mentía. 19 Volvióse entonces con
él el hombre de Dios, y en su casa comió
pan y bebió agua. 20 Pero mientras esta
ban sentados a la mesa fue palabra de
Yavé al profeta que le había hecho vol
ver, 21 que gritó al venido de Judá: «Así
habla Yavé: Por haber sido rebelde al
mandato de Yavé y no haber guardado
la orden que Yavé, tu Dios, te había da
do, 22 y porque volviéndote has comido
pan y bebido agua en el tugar de que te
habla dicho: N o comas pan allí ni be
bas allí agua, no entrará tu cadáver en
la sepultura de tus padres».
22 Cuando el profeta que le había he
cho volver acabó de comer pan y de be
ber agua, hizo que aparejaran para el otro Santuario cañoneo situado en lo alto de un monte
su asno, y el hombre de Dios se fue.24 En
contró en el camino un león, que le ma los altos. A cualquiera que quisiera serlo
tó, quedando su cadáver tendido en el le consagraba él sacerdote de los altos.
camino; el asno siguió junto a él y el 34 Esto fue causa de pecado para la ca
león junto al cadáver. 25 Los que pasaban sa de Jeroboam, y por eso fue extermina
vieron el cadáver tendido en el camino da y borrada de sobre la haz de la tierra.
y junto a él el león, y hablaron de ello
en la ciudad donde moraba el viejo pro A jía s p re d ic e a Je r o b o a m su ru in a
feta. 26 Cuando el profeta que le había
hecho volver lo supo, dijo: «Es el hom * A 1 Enfermó por entonces Abiya, hijo
bre de Dios, que ha sido rebelde a la or *» de Jeroboam; * 2 Jeroboam dijo a
den de Yavé, y por eso le ha entregado su mujer: «Anda, levántate y disfrázate
Yavé al león, que le ha destrozado y de modo que nadie sepa que eres la mu
muerto, conforme a la palabra que Ya jer de Jeroboam, y vete a Silo. Allí está
vé le había dicho». 27 Después, dirigién Ajías, profeta, el que me anunció que se
dose a sus hijos, dijo: «Aparejadme un ría rey de este pueblo. 3 Coge contigo diez
asno». Aparejáronlo ellos, 28 y se fue. panes, tortas y una vasija de miel y entra
Halló el cadáver tendido en el camino y en su casa, y él te dirá lo que va a ser del
el asno y el león, que estaban junto al ca niño».4 Hízolo así La mujer de Jeroboam.
dáver. El león ni había devorado el ca Se levantó, fue a Silo y entró en la casa
dáver ni había dañado al asno. 29 El pro de Ajías. Ajías no veía ya, pues por la
feta levantó el cadáver del hombre de vejez se le habían quedado fijos los ojos;
Dios, y, poniéndolo sobre el asno, se lo 3 pero Yavé había dicho a Ajías: «La mu
llevó, y vino con él a la ciudad, donde le jer de Jeroboam va a venir a consultarte
lloró y le sepultó. 30 Puso su cadáver en acerca de su hijo, que está enfermo; y
la sepultura y le lloraba, diciendo: «iAy, esto le dirás».
hermano mío!» 31 Después que le sepul Cuando llegó, quiso hacerse pasar por
tó, dijo a sus hijos: «Cuando yo muera, otra. 6 Así que oyó Ajías el ruido de sus
me sepultaréis en la sepultura donde está pasos en el momento en que trasponía
■f A 1 Otro nuevo episodio que nos pone de relieve la oposición de los profetas al gobierno de
*“ Jeroboam, que tan mal había correspondido a sus esperanzas.
I REYES 1 4 -1 5 372
tado de ninguno de sus mandamientos Abel Bet M aca, todo el Quenefet y toda
durante toda su vida, fuera de lo de la tierra de Neftalí. 21 Cuando Basa supo
Urías, el jeteo. (6 Hubo guerra entre Ro- esto, cesó de fortificar a Rama y se volvió
boam y Jeroboam mientras vivió aquél.) * a Tirsa. 22 E l rey A sa convocó a todo
7 El resto de los hechos de Abiam, lo
Judá, sin excepción, y se apoderó de las
que hizo, ¿no está escrito en el libro de piedras y de la madera que Basa empleaba
las crónicas de los reyes de Judá? en las fortificaciones de Ram a, y el rey
Hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. A sa se sirvió de ellas para fortificar u
8 Abiam se durmió con sus padres y fue Gueba de Benjamín y Misfa.
sepultado en la ciudad de David. Lie su 23 El resto de los hechos de Asa, todas
cedió Asa, su hijo. * sus hazañas, cuanto hizo, las ciudades
que edificó, ¿no está escrito en el libro
R em ad o de A sa en Ju d á de las crónicas de los reyes de Judá?
A l tiempo de su vejez estuvo enfermo de
9 El año veinte del reinado de Jeroboam los pies.
comenzó a reinar Asa en Judá. 10 Reinó 24 Durmióse A sa con sus padres y fue
cuarenta y un años en Jerusaíén, y su sepultado con ellos en la ciudad de D a
madre se llamaba Macá, hija de Abi- vid, su padre. Le sucedió Josafat, su hijo.
salón.
11 Asa hizo lo recto a los ojos de Yavé,
como David, su padre. * *2 Arrancó de R einados de N a d a b y B asa en Israel
la tierra a los consagrados a la prosti
tución idolátrica e hizo desaparecer los 25 Nadab, hijo de Jeroboam, reinó so
ídolos que sus padres se habían hecho; bre Israel; comenzó a reinar el segundo
i3 y hasta despojó a su madre, Macá, de año de A sa, rey de Judá, y reinó dos
la dignidad de reina, porque se había años sobre Tsrael. * 26 Hizo lo malo a los
hecho una asera abominable; cogió la ojos de Yavé y marchó por el camino de
abominación y la quemó en el torrente su padre, dándose a todas las abomina
de Cedrón. 14 pero no desaparecieron to ciones que su padre había hecho cometer
dos los altos, aunque el corazón de Asa a Israel.
estuvo enteramente con Yavé durante to 27 Basa, hijo de Ajias, de la casa de
da su vida. * 15 Llevó a la casa de Yavé Isacar, conspiró contra él y le mató en
cosas consagradas por su padre y por él Guibetón, que pertenecía a los filisteos,
mismo; plata, oro y utensilios. mientras Nadab y todo Israel asediaba a
16 Hubo guerra entre Asa y Basa, rey Guibetón. 28 Le mató el año tercero de
de Israel, durante toda su vida. * 17 Basa, A sa, rey de Judá, y reinó en lugar suyo.
rey de Israel, subió contra Judá y forti 29 Cuando reinó, destruyó toda la casa
ficó Rama para impedir a Asa, rey de de Jeroboam, sin dejar escapar a nadie,
Judá, salir y entrar. 18 Asa tomó toda la matando a cuanto respiraba, según la
plata y todo el oro que habían quedado palabra que Y avé había dicho, por medio
en el tesoro de la casa de Yavé y el tesoro de Ajias, de Silo, su siervo, 30 por los
de la casa del rey y se lo entregó a sus pecados que Jeroboam había cometido y
servidores, que envió a Ben Adad, hijo los que había hecho cometer a Israel,
de Tabrimón, hijo de Jezyón, rey de Si irritando así a Yavé, Dios de Israel.
ria, que residía en Damasco. El rey Asa 31 El resto de los hechos de Nadab,
le dijo; 19 «Que haya alianza entre ti y cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro
mí, como la hubo entre mi padre y tu de las crónicas de los reyes de Israel?
padre. Te mando este presente de plata (32 Hubo guerra entre A sa y Basa to
y oro. Rompe la alianza con Basa, rey dos los días de su vida.) *
de Israel, para que éste se aleje de mí». 33 E l año tercero de Asa, rey de Judá,
20 Ben Adad escuchó a Asa y mandó reinó todo Israel, en Tirsa, Basa, hijo
a los jefes de su ejército contra las ciuda de Ajias. Reinó veinticuatro años. 34 Hizo
des de Israel; y devastó a lyón, Dad, lo malo a los ojos de Y a vé y marchó por
•jj C 6 Este versículo falta en el griego y es repetición del v.7.
I vi 8 Tenemos en los w.r-8 el modelo del esquema adoptado por el autor en esta segunda parte
para encuadrar los hechos históricos de cada uno de los reinados.
11 Asa es el primero de los reformadores religiosos que ha tenido Judá, el precursor de Jo
safat, Ezequias y Josías. Con qué energía haya tomado la obra se ve por lo hecho con su madre.
Esta asera, más abominable que las otras, debía de ser la diosa paredra que se había dado a Yavé.
14 Estos altos vienen mencionándose desde antiguo, y Asa, lo mismo que los otros reyes, ex
cepto Josías, los deja subsistir. Aunque dedicados a Yavé, con facilidad se contaminaban con supersti
ciones y ritos idolátricos.
18 La guerra de Israel contra Judá fue constante, hasta que, atacado en serio Israel por Da
masco, resolvió hacer paces con sus hermanos.
25 El fin de este capítulo nos ofrece un ejemplo de lo que fue la historia política del reino del
Norte: una serie de dinastías que caen por Ja violencia después de haber subido de igual modo.
32 Simple repetición del v.16.
I BEY ES 1 5 -1 6 374
el camino de Jeroboam, dándose a los que Yavé había dicho contra Basa por
pecados que Jeroboam había hecho co medio de Jehú, profeta, 13 por todos los
meter a Israel. pecados que Basa y Ela, su hijo, habían
■f C 1 Recibió Jehú, hijo de Janani, pa- cometido y habían hecho cometer a Is
1 v labra de Yavé contra Basa, di rael, irritando con sus ídolos a Yavé,
Dios de Israel.
ciendo: * 2 «Yo te he levantado del polvo
y te hice jefe de mi pueblo, Israel; mas 14 El resto de los hechos de Ela, cuanto
por haber tú marchado por el camino de hizo, ¿no está escrito en el libro de las
Jeroboam y haber hecho pecar a mi pue crónicas de los reyes de Israel?
blo, Israel, irritándome con sus pecados, 15 El año veintisiete de Asa, rey de
3 voy yo a barrer a Basa y a su casa, y Judá, reinó siete días Zimri en Tirsa,*
haré tu casa semejante a la de Jeroboam, 16 Estaba el pueblo acampado contra Gui-
hijo de Nabat. 4 El que de la casa de betón, que pertenecía a los filisteos, y
Basa muera en la ciudad será devorado supo la noticia: «Zimri ha conspirado
por los perros, y el que de los suyos muera contra el rey, y aun le ha dado muerte»;
en el campo será comido por las aves campamento y aquel mismo día todo Israel alzó en el
del cielo». por rey a Omri, jefe del
3 El resto de los hechos de Basa, cuantoejército. 17 Omri, y con él todo Israel,
hizo, sus hazañas, ¿no está escrito en el subieron de Guibetón y pusieron cerco
libro de las crónicas de los reyes de Israel? a Tirsa. i* Cuando Zimri vio que era
* Basa se durmió con sus padres y fue se tomada la ciudad, se metió en el palacio
pultado en Tirsa. Le sucedió Ela, su hijo. real y puso fuego a la casa con él dentro,
2 La palabra de Yavé había sido diri así murió, 19 por los pecados que él
gida por medio del profeta Jehú, hijo de abía cometido, haciendo lo malo a los
Janani, contra Basa y contra su casa, ojos de Yavé y marchando por el camino
no sólo por todo el mal que él había de Jeroboam y dándose a los pecados que
hecho a los ojos de Yavé, irritándole con Jeroboam había cometido, para hacer pe
la obra de sus manos y haciéndose se car a Israel.
mejante a la casa de Jeroboam, sino 20 El resto de los hechos de Zimri, ía
también por haber destruido a la casa conspiración que tramó, ¿no está escrito
de Jeroboam. * en el libro de las crónicas de los reyes
de Israel?
R e in a d o s d e E la , Z im r i y O m r i 21 Entonces el pueblo de Israel se di
en Israel vidió en dos partidos; una mitad del
pueblo quería hacer rey a Tibni, hijo de
8 El año veintiséis de Asa, rey de Judá,Guinat, y la otra mitad estaba por Omri. *
comenzó a reinar sobre Israel en Tirsa 22 Los partidarios de Omri vencieron a los
Ela, hijo de Basa, y reinó dos años. * partidarios de Tibni, hijo de Guinat, y
9 Conspiró contra él Zimri, su siervo, Tibni fue muerto y reinó Omri.
jefe de la mitad de los carros. Estaba 23 El año treinta y uno de Asa, rey de
Ela en Tirsa comiendo y embriagándose Judá, comenzó a reinar Omri sobre Is
en casa de Arsa, su mayordomo en Tirsa; rael, y reinó doce años. Reinó en Tirsa
10 y entró Zimri y le hirió, matándole,
el afto veintisiete de Asa, rey de Judá, y seis años; 24 luego compró a Semer la
reinó en su lugar. 11 Hecho rey, una vez montaña de Samaría por dos talentos de
que se sentó sobre el trono, 12 destruyó plata y edificó sobre la montaña, dando
a toda la casa de Basa, sin dejar que a la ciudad que edificó el nombre de
escapara nadie de cuantos le pertenecían, Samaría, del monte de Semer, el dueño
ni pariente ni amigo. Destruyó Zimri del monte.*
toda la casa de Basa, según la palabra 25 Omri hizo el mal a los ojos de Yavé
■1 1 Un nuevo profeta interviene para anunciar a Basa el fin de su casa por el doble pecado
I ^ del culto ilegítimo y de la crueldad con que había tratado a la casa de Jeroboam. El v«7 de
biera, sin duda, leerse después del v.4. Los w .5 s. señalan el fin de la historia de Basa.
7 Aunque ejecutor de la sentencia divina, no carecía de responsabilidad el crimen de regicidio.
8 Es el cumplimiento de la profecía de Jehú en la persona de Ela, hijo de Basa, por uno de sus
generales, codicioso del trono.
15 Dios, que se sirve de los hombres para ejecutar su justicia, no aprueba las obras hechas
con malos fines y contra la ley de Dios. Así, Zimri, que dio muerte al soberano para ocupar su trono,
tuvo bien pronto la paga de su crimen por mano de otro general, Omri.
21 La anarquía es frecuente en Israel, donde las dinastías se suceden sin interrupción. Aquí
tenemos, a la muerte de Ela, tres años de guerra civil, hasta que Omri logra imponerse por la fuerza
de las armas.
24 Omri es uno de los principales reyes de Israel, hasta el punto de que, en los monumentos
asirios, Israel es generalmente llamado Bi-Umri = la casa de Omri. La edificación de Samaría
es igualmente un suceso importantísimo en la historia de Israel, que con ello tiene ya su capital
que oponer a la del reino de Judá. La elección del lugar, por su centralidad y su natural fortaleza,
es muestra del buen ojo político-militar de Omri.
375 I REYES 1 6 -1 7
y obró todavía peor que los que le habían además una asera, haciendo más que
precedido. 26 Marchó por todos los ca cuantos reyes le precedieron para pro
minos de Jeroboam, hijo de Nabat, y se vocar la ira de Yavé, Dios de Israel. *
dio a todos los pecados que Jeroboam 34 En su tiempo, Jiel, de Bétcl, reedificó
había hecho cometer a Israel, irritando a Jericó; echó los fundamentos ni precio
con sus ídolos a Yavé, Dios de Tsrael. de su primogénito, Abiram, y puso las
8 Dios no manda a su profeta a ninguna casa de Israel, sino a la de esta viuda sidonia, donde
Elias experimente la benevolencia de aquella pagana y él le responda con dos milagros. El Señor
declaró el sentido mesiánico de la vocación de los gentiles que implicaba este hecho (Le 4,26).
•J Q 1 Estos tres años deben contarse desde el oráculo del profeta en 17,1.
J^ 3 Este Abdias era lo que su nombre significa: un verdadero siervo de Yavé, uno de los
siete mil que no habian doblado su rodilla ante Baal (19,18).
377 I BEYES 1 8
Sebaot, a quien sirvo, que hoy mismo 24 Después invocad vosotros el nombre de
me presentaré yo delante de Ajab». Ab vuestro dios y yo invocaré el nombre de
días, yendo al encuentro de Ajab, le in Yavé. El Dios que respondiere con el
formó, y Ajab se volvió para ir al en fuego, ése sea Dios»; y todo el pueblo
cuentro de Elias. 17*Apenas le vio Ajab, respondió: «Está muy bien».
le dijo: «¿Eres tú, ruina de Israel?»* 25 Entonces dijo Elias a los profetas de
Y Elias le respondió: «No soy yo la Baal: «Escogeos el buey y haced vos
ruina de Israel, sino tú y la casa de tu otros primero, pues que sois los más, e
padre, apartándoos de los mandamientos invocad el nombre de vuestro dios, pero
de Yavé y yéndoos tras los baales. 19*An sin poner fuego debajo». 26 Tomaron ellos
da, convoca a todo Israel al monte Car el buey que les entregaron, aprestáronlo, y
mel, y a los cuatrocientos cincuenta pro estuvieron invocando el nombre de Baal
fetas de Baal, que comen de la mesa de desde la mañana hasta el mediodía, di
Jezabel». * 20 Convocó, pues, Ajab a todos ciendo : «Baal, respóndenos». Pero no ha
los hijos de Israel y a todos los profetas bía voz ni quien respondiese, mientras
al monte Carmel; y acercándose Elias estaban ellos saltando en torno del altar
a todo el pueblo, le dijo: «¿Hasta cuándo que habían hecho. * 27 Al mediodía bur
habéis de estar vosotros claudicando de lábase de ellos Elias, diciendo: «Gritad
bien fuerte; dios es, pero quizá está en
tretenido conversando, o tiene algún ne
gocio, o está de viaje. Acaso esté dormido,
y así le despertaréis». 28 Ellos daban voces
y más voces y se sajaban con cuchillos y
lancetas, según su costumbre, hasta cho
rrear la sangre sobre ellos. 29 Pasado el
mediodía, siguieron enfurecidos hasta la
hora en que suele hacerse la ofrenda de
la tarde; pero no hubo voz ni quien es
cuchase ni respondiese.
30 Entonces dijo Elias a todo el pueblo:
«Acercaos». Y todo el pueblo se acercó
a él. Preparó el altar de Yavé, que estaba
en ruinas; 31 y tomando Elias doce pie-
drás, según el número de las tribus de los
hijos de Jacob, a quien había dicho Yavé:
«Israel será tu nombre», 32 alzó con ellas
un altar al nombre de Yavé. Hizo en
derredor una zanja tan grande como la
superficie en que se siembran dos satos
de simiente; 33 compuso la leña, cortó
el buey en pedazos y púsolo sobre la
leña. 34 Dijo luego: «Llenad de agua cua
Musulmanes modernos practicándose incisiones. tro cántaros y echadla sobre el holocausto
(Biblia de Montserrat.) y sobre la leña». Después dijo: «Haced lo
mismo otra vez». Otra vez lo hicieron.
un lado y de otro? Si Yavé es Dios, se Dijo aún: «Hacedlo por tercera vez».
guidle a él; y si lo es Baal, id tras él». Y por tercera vez lo hicieron. * 33 Corría
El pueblo no respondió nada. el agua todo en derredor del altar y había
22 Volvió a decir Elias al pueblo: «Sólo llenado el agua también la zanja.36 Cuan
quedo yo de los profetas de Yavé, mien do llegó la hora de ofrecerse el holocausto,
tras que hay cuatrocientos cincuenta pro llegóse el profeta Elias y dijo: «Yavé,
fetas de Baal. 23 Que traigan bueyes para Dios de Abraham, de Isaac y de Israel;
que escojan ellos uno, lo corten en peda que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel
zos y lo pongan sobre la leña, pero sin y que yo soy tu siervo, que todo esto
poner fuego debajo; yo prepararé otro hago por mandato tuyo. 37 Respóndeme,
sobre la leña, sin poner fuego debajo. Yavé; respóndeme, para que todo este
17 Es impresionante este encuentro del profeta con el rey, echándose uno a otro la culpa de
la calamidad que sufría el pueblo.
19 El profeta de Yavé quiere poner fin a la sequía con un milagro que sea sonado y, confun
diendo a los idólatras, fortalezca el ánimo de los fieles de Yavé.
26 El culto cananeo era muy ruidoso; pero aquí el autor sagrado acentúa la nota para poner
en ridiculo a los adoradores de Baal.
34 A fin de hacer más patente el prodigio que el profeta espera de Yavé, echa agua sobre el
sacrificio. El fuego milagroso que consume la víctima es causa de la explosión de entusiasmo en
el pueblo, que se pone de parte del profeta.
I ItKYKft 1 8 - 1 9 376
pueblo conozca que tú, ¡oh Yavé!, eres va ya mi alma, que no soy mejor que mis
Dios y que tú conviertes a ti ni «Matón». padres». 3 Y echándose allí, se quedó
38 Bajó entonces fuego de Yavé, que con dormido. Y he aquí que un ángel le
sumió el holocausto y la leña, las piedras tocó, diciéndole: «Levántate y come».
el polvo, y aun lamió las aguas que 6 Miró él y vio a su cabecera una torta
abía en la zanja.39 Viendo esto el pueblo, cocida y una vasija de agua. Comió y
cayeron todos sobre sus rostros y dijeron: bebió y luego volvió a acostarse; 7 pero
«¡Yavé es Dios, Yavé es Dios!» 40 Y dí- el ángel de Yavé vino por segunda vez y
joles Elias: «Coged a los profetas de Baal, le tocó, diciendo: «Levántate y come,
sin dejar que escape ninguno». Cogiéron porque te queda todavía mucho camino».
los ellos y llevólos Elias al torrente de 8 Levantóse, pues, comió y bebió, y
Cisón, donde los degolló». * anduvo con la fuerza de aquella comida
41 Entonces dijo Elias a Ajab: «Sube a cuarenta días y cuarenta noches hasta el
comer y a beber, porque ya suena gran monte de Dios, Horeb.* 9 Allí metióse
ruido de lluvia». * « Y subió Ajab a comer en una cueva, donde pasó la noche, y le
y a beber. Elias subió a la cumbre del dirigió Yavé su palabra, diciendo: «¿Qué
Carmel y se postró en tierra, poniendo haces aquí, Elias?» 10 El respondió: «He
el rostro entre las rodillas; 43 y dijo a sentido vivo celo por Yavé Sebaot; por
su siervo: «Sube y mira hacia el mar». que los hijos de Israel han roto tu alianza,
Subió él, miró y dijo: «No se ve nada». han derribado tus altares y han pasado a
Elias le dijo: «Vuelve a hacerlo siete ve cuchillo a tus profetas, de los que sólo
ces». 44 Y a la séptima vez dijo el siervo: he quedado yo, y me están buscando
«Veo una nubecilla como la palma de la para quitarme la vida».* n Díjole Yavé:
mano de un hombre, que sube del mar». «Sal afuera y ponte en el monte ante Yavé.
El le dijo: «Ve y dile a Ajab: Unce y baja, Y he aquí que va a pasar Yavé». Y de
no te lo impida luego la lluvia». 45 Y en lante de él pasó un viento fuerte y pode
esto se cubrió el cielo de nubes, sopló roso que rompía los montes y quebraba
el viento y cayó gran lluvia. las peñas; pero no estaba Yavé en el
Subió Ajab y vino a Jezrael. 46 Fue so viento. Y vino tras el viento un terremo
bre Elias la mano de Yavé, que ciñó sus to, pero no estaba Yavé en el terremoto. *
lomos, y vino corriendo a J«sra«l delante 12 Vino tras el terremoto un fuego, pero
de Ajab. no estaba Yavé en el fuego. Tras el fuego
vino un ligero y blando susurro.13 Cuando
Va Elias a H oreb huyendo de Jezabel lo oyó Elias, cubrióse el rostro con su
manto, y saliendo, se puso en pie a la
1 q l Ajab hizo saber a Jezabel lo que entrada de la caverna, y oyó una voz que
A «7 había hecho Elias y cómo había le dirigía estas palabras: «¿Qué haces
pasado a cuchillo a los profetas, * 2 y aquí, Elias?» 14 Y él respondió: «He sen
Jezabel mandó a Elias un mensajero para tido vivo celo por Yavé Sebaot, porque
decirle: «Así me hagan los dioses y así los hijos de Israel han roto tu alianza,
me añadan si mañana a estas horas no han derribado tus altares y han pasado
estás tú como uno de ellos». 3 Temió, a cuchillo a tus profetas, de los que
pues, Elias y se levantó y huyó para sólo quedo yo, y me buscan para qui
salvar su vida, y llegó a Berseba, que tarme la vida».
está en Judá; y dejando allí a su siervo, 15 Díjole entonces Yavé: «Vete; vuélvete
4 siguió él por el desierto un día de ca por tu camino, por el desierto de Damas
mino y sentóse bajo una mata de retama; co, y cuando llegues, unge a Jazael por
deseó morirse, y dijo: «¡Basta, Yavé! Lle rey ae Siria», * 16 y a Jehú, hijo de Nimsi,
40 El torrente Cisón, donde Débora y Barac hicieron correr la sangre de los cananeos (Jue 4,
12 ss.), recibe ahora la de estos falsos profetas, a quienes Elias ejecuta como enemigos de Yavé y
pervertidores de su pueblo, según lo escrito en Dt 13.6 ss.
41 Este milagro era natural que fuese seguido de otro que trajese el remedio del pueblo. Fue
aquél un día de triunfo de la religión de Yavé sobre los cultos fenicios.
■fl Q 1 Pero Jezabel, que reinaba más que su marido, tomó dura venganza de los profetas muertos,
* -7 matando a su vez a los profetas de Yavé: enemigos de sus ídolos. Elias tuvo que huir de
nuevo, y esta vez huye hacia el desierto del Mediodía hasta llegar al Sinaf, la cuna de la religión
de Israel (Hab 3,3; Dt 33,2; Jue s.4 *•; Sal 67,8 s.).
8 Este número 40 es uno de tantos números «legítimos* que dice San Agustín que no ha de
tomarse a la letra. En mucho menos se puede hacer el camino hasta el monte Horeb.
10 Tal era, en síntesis, la situación religiosa de Israel, a causa de la venganza de Jezabel.
11 Yavé va a confortar a su fiel profeta con una visión parecida a la de Moisés (Ex 33,18 ss.).
En la gruta que le servía de morada, y que hoy se muestra en uno de los montes del macizo sinaítico,
Elias oye primero un viento huracanado, luego un terremoto, después ve un gran fuego. Yavé no
estaba en ninguno de esos fenómenos, destinados a llamar la atención de Elias. Después percibió
una suave brisa, y entonces le habló Dios y le dio sus órdenes.
15 Tres son los mandatos que el profeta recibe, pero el texto no nos cuenta más que la eje
cución del último. Jazael y Jehú llegaron, en efecto, a reinar en Damasco y en Israel respectiva-
379 I REY ES 19-20
le unges por rey de Israel. A Elíseo, su mano sobre cuanto de precioso en
hijo de Safat, de Abelmejola, le ungirás,cuentren y me lo traigan».*
para que sea profeta en lugar tuyo. 17 Al 7 El rey de Israel convocó a todos los
que escapare de la espada de Jazael le ancianos de Israel y les dijo: «Oíd bien
matará Jehú; y al que escapare de la y entended que este hombre nos quiere
espada de Jehú le matará Elíseo. 18 Voy mal; porque él me ha pedido mis muje
a dejar con vida en Israel a siete mil, res y mis hijos, mi plata y mi oro, y yo
cuyas rodillas no se han doblado ante no se los he rehusado». 8 Todos los ancia
Baal y cuyos labios no le han besado». nos del pueblo dijeron a Ajab: «No le
oigas y niégate a ello». 9 Y él les dijo a
i? Partió de allí y halló a Elíseo, hijo
de Safat, que estaba arando con doce los mensajeros de Ben Adad: «Decid a
yuntas, una de las cuales era la suya; y vuestro señor el rey: Yo haré todo lo
pasando Elias junto a él, echóle su man que has mandado a decir a tu siervo la
to; * 20 y él, dejando los bueyes, se vino
primera vez, pero esto otro no puedo
corriendo tras Elias y le dijo: «Déjame hacerlo». Los mensajeros se fueron y le
ir a abrazar a mi padre y a mi madre, y llevaron la respuesta.10 Ben Adad mandó
a decir a Ajab: «Que esto me hagan los
te seguiré». Elias respondió: «Ve y vuelve,
pues ya ves lo que he hecho contigo». dioses y esto me añadan si el polvo de
21 Alejóse de Elias, y cuando volvió cogió
Samaría basta para llenar el hueco de la
el par de bueyes y los ofreció en sacrificio;
mano del pueblo todo que me sigue»,
ii Y el rey de Israel respondió: «Decidle
con el yugo y el arado de los bueyes coció
la carne e invitó a comer al pueblo; y que no ha de alabarse el que se ciñe
levantándose, siguió a Elias y se puso a como el que ya se desciñe». *2 Cuando
su servicio. * Ben Adad recibió esta respuesta estaba
bebiendo en su tienda con los reyes va
Victorias de A jab sobre B en Adad, sallos y dijo a sus servidores: «Preparaos».
E hicieron sus preparativos contra la ciu
rey de Siria dad.
O A 1 Ben Adad, rey de Siria, reunió 13 Acercóse a Ajab, rey de Israel, un
4 " todo su ejército. Tenía consigo profeta, y le dijo: «Así habla Yavé, Dios
treinta y dos reyes vasallos, caballos y de Israel: ¿Ves toda esa muchedumbre?
carros. Subió y puso sitio a Samaría,41 Voy a entregarla en tus manos, y así sa
2 y mandó mensajeros que dijesen a Aiab, brás que yo soy Y avé».14 Ajab preguntó:
rey de Israel: 3 «Así habla Ben Adad: «¿Por mano de quién?» Y él respondió:
Tu plata y tu oro son míos, mías tus «Así dice Yavé: Por mano de los servi
mujeres y míos tus hijos».* 4 El rey de dores de los jefes de provincia». Ajab
Israel respondió: «Rey, mi señor, yo soy preguntó más: «¿Quién comenzará el com
bate?» Y él respondió: «Tú mismo».
tuyo, y tuyo es, como tú dices, todo lo 15 Entonces Ajab revistó a los servidores
que yo tengo». 5 Volvieron los mensaje de los jefes de provincia, en todo dos
ros y dijeron: «Así habla Ben Adad: Yo cientos treinta y dos. Luego revistó a
te he mandado a decir: Entrégame tu todo el pueblo, a todos los hijos de Is
plata y tu oro, tus mujeres y tus hijos. rael, que fueron siete mil.
6 Mañana, pues, a estas horas, yo man 16 Hicieron una salida al mediodía,
daré a mis servidores para que escudri mientras Ben Adad estaba bebiendo y
ñen tu casa y la de tus siervos y pongan embriagándose en las tiendas con los
mente; pero ignoramos la parte de Elias en su entronización (2 Re 8,12; 9,1 ss.). L a historia del
profeta está, sin duda, incompleta.
1 9 Del Sinai debía el profeta caminar hacia el oriente hasta la región de Madián, y luego di
rigirse al norte, hacia Galad. La conducta de Elíseo nos recuerda la de San Mateo (9,9-10).
21 Como la invasión religiosa del culto de Baal se prolongaba, Ellas elige y se prepara un su
cesor, que continuará su lucha contra ella mediante prodigios y milagros que caracterizan la misión
de estos dos profetas.
1 El texto griego de los LX X nos ofrece los cuatro últimos capítulos del libro primero en
este orden: 19, 21, 20 y 22. Y, en efecto, el 21 pertenece a la historia de Elias y el 20 tiene
en el 22 su continuación. Nos atenemos, sin embargo, al orden actual del texto masorético, que es
el de la Vulgata. El v.34 indica que en los reinados pasados de Siria e Israel, éste habla tenido que
aceptar una paz desfavorable, impuesta por los sirios, y declararse su vasallo. A exigir el cumpli
miento de esta alianza viene ahora Ben Adad con su ejército y hasta 32 reyezuelos o jeques, no más
poderosos cada uno que los 31 reyes cananeos vencidos por Josué (Jos 12).
3 Las exigencias del rey sirio se hallan expresadas en forma sobremanera cruda. Pero, a juzgar
por la respuesta de Ajab, esto no signüicarla más que un reconocimiento de vasallaje a que el rey
de Israel se resignaba en vista de las fuerzas que vienen sobre él.
4 Ben Adad no se contenta con una simple declaración de vasallaje: quería hacerlo efectivo,
llevándose el oro y la plata para sus arcas, las mujeres para su harén o los de sus aliados y los hijos
como rehenes. Ante esta exigencia, Ajab y su consejo se resisten y prefieren la guerra, de la que
Dios los sacó con ventaja, castigando el orgullo del rey sirio.
i imviü» 90 380
treinta y dos reyes, sus auxiliares. 17 Sa También Ben Adad se refugió en la
lieron los primeros los servidores de los ciudad, y andaba de cámara en cámara.
jefes de provincia. Ben Adad fue infor 31 Sus servidores le dijeron: «Nosotros he
mado y le dijeron: «Los de Samaría han mos oído que los reyes de la casa de
hecho una salida». 18 Y él respondió: Israel son reyes misericordiosos; vamos a
«Si han salido de paz, traédmelos vivos, vestimos sacos sobre nuestros lomos y a
y si han salido en guerra, traédmelos ponernos sogas al cuello, y a ir así al
vivos». rey de Israel, a ver si te deja la vida».
19 Una vez que los servidores de los 32 Vistiéronse sacos sobre los lomos y
jefes de provincia salieron de la ciudad, pusiéronse sogas al cuello y se fueron
y tras ellos el ejército, 2<>cada uno de al rey de Israel y le dijeron: «Tu siervo
ellos mató a su hombre, y los sirios em Ben Adad dice: Déjame la vida». Ajab
prendieron la fuga. Israel los persiguió. respondió: «¿Vive todavía? Es mi herma
Ben Adad, rey de Siria, se salvó eíi un no». 33 Tuvieron esto los hombres por
caballo con algunos de la caballería. 21 El buen agüero y se apresuraron a tomarle
rey de Israel salió y destrozó a la caba por la palabra, diciendo: «Ben Adad es
llería y a los carros, haciendo en los si tu hermano». Y él dijo: «Id y traédmelo».
rios gran estrago. Vino a él Ben Adad, y Ajab le hizo subir
22 Entonces se acercó al rey de Israel a su carro. 34gen Adad le dijo: «Yo te
el profeta y le dijo: «Ve y fortifícate, y devolveré las ciudades que mi padre to
mira lo que debes hacer, porque el rey mó al tuyo y tendrás en Damasco ca
de Siria volverá contra ti a la vuelta del lles para ti, como las tuvo mi padre en
año». 23 Los servidores del rey de Siria Samaría». «Y yo—repuso Ajab—-te deja
dijeron a éste: «Su dios es un dios de ré ir libre, hecha esta alianza». Hizo,
monte; por eso nos han vencido; pero pues, alianza con él y le dejó ir. *
si peleamos con ellos en el llano, los 35 Uno de los profetas dijo a un su
venceremos. * 24 Haz, pues, así: quita a compañero, por mandato de Yavé: «Hié
los reyes sus mandos y pon jefes en lugar reme, te lo ruego»; pero éste se negó a
de ellos, 25 y hazte un ejército semejante herirle. 36 Entonces le dijo el otro: «Por
al que has perdido, con otros tantos ca no haber obedecido la voz de Yavé, en
ballos y otros tantos carros. Después da cuanto me dejes te herirá un león»; y
remos la batalla en el llano y se verá cuando se alejó, encontróse con un león,
si no los vencemos». El rey les dio oídos que le hirió. 37 Encontró el otro a otro
e hizo así. 26 Pasado el año, Ben Adad hombre y le dijo: «Hiéreme, te lo rue-
reunió a todos los sirios y vino a Afee, *o», y éste le dio un golpe y le hirió.
a dar la batalla a Israel. 27 Reuniéronse 8 Fue a ponerse el profeta en el camino
también los hijos de Israel y saliéronles del rey y se disfrazó cubriéndose el ros
al encuentro. Asentaron su campo fren tro con un velo. 39 Cuando pasaba el
te a ellos, como dos rebañitos de cabras, rey, le gritó diciendo: «Tu siervo esta
mientras que los sirios llenaban la tierra. ba entre las tropas, y apartándose uno,
28 Un hombre de Dios se acercó al rey me entregó a un hombre, diciendo: Guar
de Israel y le dijo: «Así habla Yavé. da a este hombre. Si llega a faltar, res
Porque los sirios han dicho: Yavé es un ponderás de su vida con la tuya o con
dios de monte y no de llano, entregaré un talento de plata. 40 Mientras tu sier
en tus manos toda esa muchedumbre, y vo andaba de una parte para otra, el
así sabréis que yo soy Yavé». 29 Siete hombre desapareció. El rey de Israel le
días estuvieron acampando los unos fren dijo: «Tú mismo te juzgas; ésa es tu
te a los otros. El séptimo día se trabó
el combate; y los hijos de Israel hicieron sentencia». 41 Quitóse entonces el profe
a los sirios cien mil muertos de a pie en ta el velo de sobre los ojos, y vio el rey
un día. 30 El resto huyó a la ciudad de que era un profeta. 42 Este le dijo enton
Afee, y las murallas se les caían encima ces: «Así dice Yavé: Por haber dejado
a los veintisiete mil hombres que queda jr de tus manos al que yo había dado al
ban. anatema, tu vida responderá de la suya,
29 Los consejeros de Ben Adad echan primero la culpa de la derrota a los aliados, que no su
pieron cumplir con 9U deben; luego la atribuyen al Dios de Israel, que, honrado sobre todo en los
altos, podía más en el terreno montañoso, donde sus enemigos no podían hacer uso de los carros
y de la caballería; pero el resultado de la nueva batalla en la llanura fue desastroso más que el de
la pasada, en las montañas.
34 Es de notar la cortesía de Ajab para con Ben Adad, bien opuesta a la conducta observada
por éste. Tal vez porque reconocía la potencia de Siria, la cual después de la derrota podría rehacerse
fácilmente y volver a la carga, o bien por el temor de los asirios, que ya se mostraban amenazadores.
Se contenta Ajab con recobrar las ciudades antes perdidas y con un trato comercial tan favorable
para Israel cuanto el anterior era desfavorable. Se ve por lo que sigue que esta conducta de política
humana no fué bien acogida de los profetas, que juzgaban las cosas desde el punto de vista religioso.
381 I REYES 2 0 -2 1
0 *1 1 Es la continuación del capítulo ig, y en él se pone más de relieve la valentía de Elias ante
“ 1 el rey, juguete de una mujer prepotente y despótica. La residencia real estaba en Samaría;
pero en Jezrael tenía una posesión, donde gustaba pasar el tiempo de invierno.
4 A la verdad, Nabot se muestra poco deferente con su rey. La razón que parece implicada
en sus palabras es un motivo de piedad hacia la memoria de sus padres. Esto era algo subjetivo,
pues en pasar por encima no había infracción alguna de la Ley.
9 Como mujer inteligente y despótica, halla pronta salida al negocio. Manda convocar un día
de penitencia por los males que sufrían o que podían amenazar. Era ocasión de que todos hicieran
examen de su conducta y confesión de sus pecados ante Dios; lo era también de delatar el crimen
de alguno que pudiera sospecharse fuera causa del mal. Nabot iba a ser la víctima expiatoria que
traerla la remoción de la supuesta calamidad.
17 El gran profeta aparece luego como el pregonero de la justicia, que vengará el crimen co
metido en nombre del rey.
27 Ajab no era tan malo que no dejara de reconocer la injusticia cometida, ni tan destituido
de sentimiento religioso que no esperara obtener de Dios el perdón por la penitencia.
I R E Y TE8 2 1 -2 2 382
24 Llegóse entonces Sedecías, hijo deen el libro de las crónicas de los reyes
Canana, que golpeó a Miqueas en la me de Israel? 40 Ajab se durmió con sus pa
jilla, diciendo: «¿Cómo se ha retirado de dres, y le sucedió Ocozias, su hijo.
mí el espíritu de Yavé para hablarte a ti?»
25 Y Miqueas respondió: «Ya lo sabrás
el día en que vayas de cámara en cámara Josafat, rey de Judá. Ocozias, rey
para esconderte». 26 El rey de Israel dijo: de Israel
«Coge a Miqueas y llévalo a Ammón,
prefecto de la ciudad, y a Joás, hijo del 41 Josafat, hijo de Asa, comenzó a rei
rey, 27 y diles: «Así dice el rey de Israel. nar en Judá el año cuarto de Ajab, rey
Poned preso a este hombre y mantenedlo de Israel. 42 Tenía treinta y cinco años
con pan escaso y agua tasada hasta que cuando comenzó a reinar, y reinó en Je-
yo vuelva en paz». 28 y Miqueas respon rusalén veinticinco años. Su madre se
dió: «Si tú vuelves en paz, no ha hablado llamaba Azuba, hija de Silji. 43 Marchó
Yavé por mí». por todos los caminos de Asa, su padre,
29 Subieron a Ramot Galad el rey de sin apartarse, haciendo lo que es recto
Israel y Josafat, rey de Judá. * 30 El rey a los ojos de Yavé. 44 Pero no desapare
de Israel dijo al de Judá: «Voy a disfra cieron los altos, y el pueblo siguió ofre
zarme para ir al combate, pero tú vístete ciendo sacrificios y perfumes en ellos.
tus vestiduras». El rey de Israel se disfra 45 Josafat estuvo en paz con el rey de Is
zó y fue al combate. 31 El rey de Siria rael.
había dado a los jefes de sus carros esta 46 El resto de los hechos de Josafat,
orden: «No ataquéis a ninguno, ni chico sus gestas y sus guerras, ¿no está escrito
ni grande, sino sólo al rey de Israel». en el libro de tas crónicas de los reyes de
32 Cuando los jefes de los carros vieron Judá? 47 Barrió también de la tierra el
a Josafat, se dijeron: «Seguro que éste es resto de los consagrados a la prostitución
el rey de Israel», y todos se dirigieron a idolátrica que quedaban del tiempo de
él para atacarle. Josafat gritó,33 y viendo Asa, su padre. • 48 No había entonces rey
los jefes de los carros que no oru el rey cu Eiiom; un gobernador la gobernaba.
de Israel, le dejaron. 34 Entonces uno dis 4g Josalat construyó naves de Tarsis para
paró su arco al azar, e hirió al rey de ir a Olir en busca de oro; pero no fueron,
Israel por entre las junturas de la arma porque las naves se destrozaron en Asion-
dura, y el rey dijo a su auriga: «Vuélvete gaber. * 50 Entonces Ocozias, hijo de Ajab,
y sácame del campo, porque estoy he dijo a Josafat: «¿Quieres que vayan mis
rido». servidores con los tuyos en las naves?»
35 El com bate fue muy encarnizado Pero Josafat se negó.
aquel día. El rey estuvo retenido en su 51 Josafat se durmió con sus padres, y
carro frente a los sirios, y por la tarde fue sepultado con ellos en la ciudad de
murió. La sangre de la herida corría por David, su padre. Le sucedió Joram, su
dentro de su carro. ^ A la puesta del sol hijo.
se gritó por todo el campo: «Cada uno 52 Ocozias, hijo de Ajab, comenzó a
a su ciudad, cada uno a su tierra». reinar sobre Israel en Samaría el año die
37 Así murió el rey, que fue llevado cisiete
a de Josafat, rey de Judá, y reinó
Samaría y en ella le sepultaron, 38 Cuan dos años sobre Israel. 53 Hizo el mal a
do lavaron el carro en el estanque de Sa los ojos de Yavé y marchó por los cami
marla, los perros lamieron la sangre de nos de su padre y los de su madre y por
A|al> y las ramera* se lavaron en ella, se- el camino de Jeroboam, hijo de Nabat,
róii la* palabra* (pie había dicho Yavé.* que hizo pecar a Israel. 54 Sirvió a Baal
l'.l rosto de los hechos de Ajab, lo y se prosternó ante él, y provocó a Yavé,
que hizo. la casa do maríil que construyó, Dios de Israel, como lo había hecho su
Iun ciududos que cdiíicó, ¿no está escrito padre.
<ión que ao no* hitcc del consejo de Dios, en el que hasta el espíritu malo toma parte, como en el
pi'Moyo «1**1libro de lob. Dios, que todo lo tiene en sus manos, se vale hasta de los malos para reali-
/ui *o*i Nunca de miNorícordia y justicia.
*• l*oi nuimu de los pronósticos de Miqueas, los reyes subieron contra Ramot, y Ajab fué he-
tlilo uiuvrmenlr en el combate, muriendo poco después.
Que lo* perros lamerían la sangre de Ajab lo había predicho Elias (21,9), pero no así lo que
Up i ». une «lelie de ncr una adición de un copista que simpatizaba poco con el rey.
4' lurte detulle de la actividad reformadora de Josafat dice mucho sobre lo arraigada que estaba
• o |odA lu idolatría, aun en sus formas más repugnantes.
4f El ejemplo de Salomón perduraba en la memoria de los reyes de Judá; pero tal vez les faltó
• i « «N iprrm ló n «le lo s fe n ic io s.
I I R E Y E S
(Vulg. 4 Re)
P R I M E R A P A R T E
ha dicho: Id y volveos al rey que os ha
mandado y decidle: Así habla Yavé: ¿No
hay D ios en Israel, para que mandes tú
S igue la historia sincrónica a consultar a Baalzebub, dios de Aca
hasta e l f in rón? Por eso no bajarás tú del lecho a
(1-17) que has subido, pues morirás».
7 Ocozías Ies preguntó: «¿Qué trazas
1 Después de la muerte de Ajab,tenía el hombre que ha salido a vuestro
1 Moab se rebeló contra Israel. 2 Oco- encuentro y ha dicho eso?» 8 Ellos le res
zias se cayó por una ventana del piso su pondieron: «Era un hombre vestido de
perior de su casa en Samaría y se hirió; y pieles y con un cinturón de cuero a la
envió mensajeros, diciéndoles: «Id a con cintura». Ocozías dijo: «Es Elias, tesbi
sultar a Baalzebub, dios de Acarón, si ta». * 9 Mandó a él un quincuagenario
curaré de estas mis heridas»; * 3 pero el
ángel de Yavé dijo a Elias, tesbita: «Le con sus cincuenta hombres. Subió el jefe
vántate y sube al encuentro de los men adeElias, que estaba sentado en la cumbre
la montaña, y le dijo: «Hombre de
sajeros del rey de Samaría y diles: ¿No
hay Dios en Israel, para que vayáis a Dios, el rey dice: Baja». * 10 Elias respon
consultar a Baalzebub, dios de Acarón? dió al jefe de los cincuenta: «Si soy hom
4 Por eso así dice Yavé: «No bajarás del bre de Dios, que baje fuego del cielo y
lecho en que has subido, pues morirás». te abrase a ti y a tus cincuenta hombres».
Y Elias se fue. Y bajó fuego del cielo y le devoró con
5 Volvieron los mensajeros a Ocozías sus
y cincuenta hombres. 11 Ocozías mandó
él les preguntó: «¿Cómo os habéis vuel a él a otro quincuagenario con sus cin
to?» 6 Y ellos respondieron: «Ha salido cuenta hombres. El quincuagenario ha
a nuestro encuentro un hombre y nos bló a Elias y le dijo: «Hombre de Dios,
•J 2 E s t a s p a l a b r a s d e l r e y n o s r e v e la n h a s t a q u é p u n t o e r a u n a n e c e s id a d e n t r e lo s h e b r e o s c o n -
* s u l t a r a D i o s e n c u a l q u i e r e v e n t u a li d a d d e l a v i d a ( c f . In tro d u cció n a los lib ros p ro fé tic o s , n . 2 ) .
C u á n f a m o s o e r a e s te o r á c u l o d e l o s f i li s te o s s e v e p o r l o q u e l e e m o s e n lo s E v a n g e l i o s d e e s te B a a l z e
b u b , s e ñ o r d e l a s m o s c a s , e l e v a d o p o r l o s ju d ío s a l a c a t e g o r ía d e p r í n c i p e d e lo s d e m o n io s ( M t 1 2 , 2 4 ;
Le i i . is )-
8 L o s r a s g o s c o n q u e a q u í s e n o s p r e s e n t a a E l i a s s o n l o s m i s m o s c o n q u e e n lo s E v a n g e l i o s s e
p i n t a l a a u s t e r id a d d e l B a u t i s t a ( M e 1 , 6 ) .
9 L a v a r a d e la ju s t i c i a d e D i o s e n m a n o s d e E l i a s s e m u e s t r a s ie m p r e p e s a d a . E s t e s u c e s o n o
tie n e e x p lic a c ió n s in o e n e l s u p u e s t o d e q u e e l r e y , t o m a n d o p o r u n m a le fic io l a s p a l a b r a s d e l p r o
f e t a , le q u ie r e h a c e r v e n i r p a r a c a s t i g a r l e u o b l i g a r l e a a n u l a r s u e f ic a c ia , y q u e lo s c a p it a n e s y s o l
d a d o s v a n a c u m p l i r la o r d e n d e l r e y e n f o r m a ir r e s p e t u o s a y c o n d e s p r e c i o d e l p r o f e t a . « H o m b r e
d e D io s » , o p r o f e t a , d e b ía d e s e r e n t r e l a s o ld a d e s c a , g e n t e d e s c r e í d a , u n a e x p r e s ió n d e s p e c t i v a . E l
p r o f e t a , ju g a n d o c o n e l l a , m u e s t r a q u e d e v e r d a d e s v a r ó n d e D i o s , p u e s D i o s o b r a p o r é l p r o d i g io s
t e r r ib le s .
385 I I REYES 1-2
he aquí lo que dice el rey: Baja en segui le dijeron: «¿Sabes tú que Yavé alzará
da». 12 Elias le respondió: «Si soy hombre oy a tu señor sobre tu cabeza?» El res
de Dios, que baje fuego del cielo y te pondió: «Sí, lo sé; callad». * 4 Elias le
devore a tí y a tus cincuenta hombres». dijo: «Elíseo, quédate aquí, te lo ruego,
Y bajó del cielo fuego que le devoró a él pues Yavé me manda ir a Jericó». El le
y a sus cincuenta hombres. respondió: «Por la vida de Yavé y por
13 Mandó de nuevo Ocozías, por ter tu vida, que no te dejaré». Y llegaron
cera vez, a un quincuagenario con sus a Jericó. 5 Los hijos de los profetas que
cincuenta hombres. Este tercero subió, y había en Jericó se acercaron a Elíseo y
a su llegada se prosternó ante Elias su le dijeron: «¿Sabes tú que hoy va elevar
plicándole, y le dijo: «Hombre de Dios, Yavé a tu señor sobre tu cabeza?» Y él
sea preciosa a tus ojos mi vida y la vida les respondió: «Sí, lo sé; callad». * * Elias
de tus siervos. * 14 Fuego del cielo ha ba le dijo: «Quédate aquí, te lo ruego, pues
jado y ha devorado a los dos primeros Yavé me manda ir al Jordán». Y él le
quincuagenarios y a sus cincuenta hom respondió: «Por la vida de Yavé y por
bres, pero ahora sea a tus ojos preciosa tu vida, que no te dejaré». Y siguieron
mi vida».15 El ángel de Yavé dijo a Elias: ambos su camino. *
«Baja con éL Nada temas de él». Elias 7 Vinieron cincuenta hombres de los hi
se levantó y bajó con él para dirigirse al jos de los profetas y se pararon enfrente,
rey, 16 y dijo a éste: «Así habla Yavé: a distancia, y ellos dos siguieron, parán
Por haber mandado mensajeros para con dose a la orilla del Jordán. 3 Cogió enton
sultar a Baalzebub, dios de Acarón, como ces Elias su manto, lo dobló y golpeó con
si no hubiera en Israel Dios a quien poder él las aguas, que se partieron de un lado
consultar, no bajarás del lecho a que has y de otro, pasando los dos a pie enjuto.
subido, pues morirás». * 17 Ocozías mu 9 Cuando hubieron pasado dijo Elias a
rió, según la palabra de Yavé por medio Elíseo: «Pídeme lo que quieras que haga
de Elias, y le sucedió su hermano Joram, por ti antes que sea apartado de ti».
el año segundo de Joram, hijo de Josa- Y Elíseo le dijo: «Que tenga yo dos par
fat, rey de Judá, pues aquél no tenía hijos. tes en tu espíritu». * 10 Elias le dijo: «Di
13 El resto de los hechos de Ocozias, fícil cosa has pedido. Si cuando yo sea
lo que hizo, ¿no está escrito en el libro arrebatado de ti me vieres, así será; si
de las crónicas de los reyes de Israel? no, n o».11 Siguieron andando y hablando,
y he aquí que un carro de fuego con ca
Elias, arrebatado al cielo ballos de fuego separó a uno de otro, y
1 Aconteció que cuando quiso Yavé Elias subía al cielo en el torbellino*.
2 arrebatar al cielo a Elias en un tor 12 Eliseo miraba y clamaba: «¡Padre mío,
bellino, salió Elias de Gálgala con Elí padre mío! ¡Carro de Israel y auriga
seo, * 2 y djjo a Elíseo: «Quédate aquí, te suyo!» Y no le vio más, y cogiendo sus
ruego, pues Yavé me manda ir a Bétel». vestidos los rasgó en dos trozos, * 13 y co
Elíseo respondió: «Vive Yavé, y vives tú, gió el manto de Elias, que éste había de
que no te dejaré». Y bajaron ambos a Bé jado caer. Volvióse después y, parándose
tel. 3 Los hijos de los profetas que había a la orilla del Jordán, 14 cogió el manto
en Bétel salieron al encuentro de Elíseo de Elias, que éste había dejado caer, y
1 3 L a a c t i t u d d e e s t e t e r c e r c a p it á n , t a n h u m i l d e , o b t ie n e q u e e l p r o f e t a le o b e d e z c a .
16 F r e n t e a f r e n te s e h a lla n l a m a je s t a d d e Yavé, r e p r e s e n t a d a e n s u p r o f e t a , y la d e l r e y , q u e
q u e d a a n iq u ila d a a n te l a p a l a b r a d e E l i a s .
O 1 Clálgala no es la conocida desde Josué, junto a Jericó, sino otra que se halla al norte de Bétel.
* Es el punto de partida de esta curiosa peregrinación de los dos profetas: maestro y discípulo.
3 B é t e l , s a n t u a r io r e a l d e la c a s a d e I s r a e l ( A m 7 , 1 3 ) * d e b í a d e s e r s e d e d e m u c h o s fe r v o r o s o s
c e l a d o r e s d e Y a v é , s o b r e lo s q u e v e r e m o s a E l i s e o e je r c e r t a n t a in f lu e n c ia y r e c i b i r e!. n o m b r e d e
« h ijo s d e lo s p r o fe ta s * , q u e n o s o tr o s l la m a r ía m o s m e jo r « d is c íp u lo s d e lo s p r o fe ta s » .
5 De Bétel bajan hasta Jericó, donde también abundan los «hijos de los profetas».
6 De Jericó llegan al Jordán, y Eliseo, noticioso de que Yavé quiere llevarse a su maestro, se
resiste a apartarse de él hasta el fin.
9 E l s o le m n e m o m e n t o se a c e r c a y e l m a e s t r o s e f r a n q u e a c o n s u d i s c í p u l o E l i s e o , s e c o n s id e r a
c o m o e l p r im o g é n i t o d e l p r o f e t a y , c o m o t a l , p i d e u n a p o r c i ó n d o b l a d a e n s u h e r e n c ia , s e g ú n l a l e y
d e l D t 2 1 , 1 5 s s . E s t a h e r e n c ia n o e ra o t r a q u e e l e s p ír it u d e p r o f e c ía .
1 1 U n a v i d a t a n e x t r a o r d i n a r i a c o m o l a d e l g r a n c a m p e ó n d e l a re lig ió n d e Y a v é c o n t r a la s
d iv in id a d e s c a n a n e a s d e b í a t e n e r u n t é r m in o e x t r a o r d i n a r i o . Y, e n e fe c t o , e l q u e e l t e x t o n o s c u e n t a
s u p e r a e n l a f o r m a , a u n q u e c o i n c i d e e n e l fo n d o , c o n e l fin d e M o i s é s ( D t 3 4 , 5 s .) y c o n l a d e s a p a
ri c ió n d e H e n o c ( G é n 6 , 2 3 ) . L o m is t e r io s o d e e s a d e s a p a r ic ió n d e E l i a s y l a s p a l a b r a s d e M á l a q u í a s
( 3 . 2 3 ) p u e d e n e n a lg ú n m o d o ju s t i f i c a r l a in f in id a d d e l e y e n d a s q u e s e h a b í a fo r m a d o s o b r e e l p r o
f e t a ; m a s t o d a s s e d is ip a n a n t e l a p a l a b r a d e l d i v i n o M a e s t r o : « E n v e r d a d o s d i g o q u e E l i a s y a v i n o
y q u e h ic ie r o n c o n é l l o q u e q u is ie ro n » . Y l o s d i s c í p u l o s e n t e n d i e r o n q u e lo d e c í a d e J u a n ( M t 1 7 ,
1 0 s s .; M e 9 ,1 0 s s .; L e 1 ,1 7 ) .
1 2 L o s c a r r o s e r a n la fu e r z a p r i n c i p a l d e l o s e jé r c i t o s ; E l i a s era l a d e f e n s a m á s p o d e r o s a d e
Israel, c o m o l u e g o s e d i r á d e l m i s m o E l í s e o ( 1 3 , 1 4 ) .
Ndcar-Colunga 13
■I IIKVM 2 -3 386
golpeó con él las aguas, diciendo: «¿Dón 25 De allí subió al monte Carmel, des
de está ahora Yavé, el Dios de Elias?» de donde se volvió a Samaría.
Y en cuanto golpeó las aguas, se partie
ron éstas de un lado y de otro y pasó Joram , rey de Israel
Elíseo. * 1 Joram, hijo de Ajab, comenzó a
15 Los hijos de los profetas que había 3
reinar sobre Israel, en Samaría, el
en Jericó, frente por (Vente, habiéndole año segundo de Joram, hijo de Josafat,
visto, dijeron: «El espíritu de Elias reposa rey de Judá, y reinó doce años. 2 Hizo
sobre Elíseo». Y le salieron al encuentro el mal a los ojos de Yavé, no tanto, sin
y se prosternaron ante él, rostro a tierra, * embargo, como su padre y su madre. D e
16 diciendo: «Hay entre tus siervos cin rribó los cipos de Baal que había hecho
cuenta hombres fuertes que, sí quieres, su padre, * 34*pero se dio a los pecados
irán en busca de tu señor; quizá el espí con que Jeroboam, hijo de Nabat, había
ritu de Yavé le ha llevudo y le ha echado hecho pecar a Israel, y no se apartó de
contra algún monte o valle». El les res ellos.
pondió: «No, no los mandéis». 17 Pero 4 Mesa, rey de Moab, tenía muchos ga
ellos le importunaron, hasta que por fin nados y pagaba al rey de Israel cien mil
dijo: «Mandadlos». Mandaron ellos a los corderos y cien mil carneros con su lana. *
cincuenta, que estuvieron durante tres 5 A la muerte de Ajab, el rey de Moab
días buscando Elias, pero no le halla se rebeló contra el rey de Israel. 6 Enton
ron. 18 Cuando estuvieron de vuelta, Elí ces el rey Joram salió de Samaría y revis
seo, que continuaba en Jericó, les dijo: tó a Israel y se puso en marcha; * 7 man
«¿No os decía yo que no fuerais?» dando a decir a Josafat, rey de Judá: «El
19 Las gentes de la ciudad dijeron a rey de Moab se ha rebelado contra mí.
Eliseo: «El sitio de la ciudad es bueno, ¿Quieres venir conmigo para atacar a
como lo ve mi señor, pero las aguas son Moab?» Josafat respondió: «Iré yo como
malas, y la tierra, estéril». * 20 El les dijo: tú, mi pueblo como tu pueblo, y mis ca
«Traedme un plato nuevo y poned sal en ballos como tus caballos». * 8*Y preguntó:
él». Trajéronselo ellos, 21 y yendo a la «¿Por qué camino subiremos?» Y Joram
fuente de las aguas, echó en ellas la sal, dijo:«Por el camino del desierto de Edom».
diciendo: «Así dice Yavé: Yo saneo estas 9 Partieron el rey de Israel, el rey de
aguas y no saldrá de ellas en adelante ni Judá y el rey de Edom; y después de
muerte ni esterilidad», 22 y las aguas que siete días de marcha faltó el agua para
daron saneadas hasta el día de hoy, como el ejército y para el ganado que le seguía.
lo había dicho Eliseo. 10 Entonces el rey de Israel dijo: «¡Ay!
23 De allí subió a Bétel; y según iba Yavé ha reunido a tres reyes para entre
por la pendiente, salieron de la ciudad garlos en manos de M oab».11 Pero Josafat
unos muchachos y se burlaban de él, di- dijo: «¿No hay aquí ningún profeta de
ciéndole: «¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!»* Yavé por quien podamos consultar a
24 Volvióse él a mirarlos y los maldijo en Yavé?» Uno de los servidores del rey
nombre de Yavé, y saliendo del bosque de Israel dijo: «Sí, aquí está Eliseo, hijo
dos osos, destrozaron a cuarenta y dos de de Safat, que es el que daba aguamanos
los muchachos. a Elias».* 12 El rey de Judá dijo: «La
n D io s , q u e ta n to s m ila g r o s h a b ía h e c h o p o r E lia s , co m e n z a b a a h o r a a m o s tr a r q u e E lis e o e ra
e l h e r e d e r o d e s u d o b l e e s p ír it u .
15 C o n e s t e a c t o d e h u m illa c ió n le r e c o n o c e n p o r s u m a e s t r o y p o r s u c e s o r d e E l i a s . A q u í c o
m ie n z a l a a c t u a c i ó n d e E l i s e o , s e m e ja n t e a l a d e E l i a s , p e r o n a r r a d a s i n o r d e n , n i c r o n o ló g ic o n i
g e o g r á fic o .
i 9 E s t e m i l a g r o p r u e b a a lo s o jo s d e to d o s q u e , e n e fe c t o , e l e s p í r i t u d e E l i a s h a b í a r e p o s a d o
s o b r e E lis e o . E s t a fu e n t e l l e v a h o y e l n o m b r e d e l p r o f e t a e n t r e l o s c r is t ia n o s , p u e s lo s n a tu r a le s l a
lla m a n « F u e n t e d e l S u ltá n » .
23 T a m b i é n l a s e v e r i d a d le a c o m p a ñ a , y e l c a s t i g o d e e s to s in s o le n te s b u r lo n e s l o c o n f ir m a
b ie n a la s c l a r a s . E s t a b u r l a lo e r a d e l p r o f e ta d e Y a v é , y s e c u m p l i ó a l a in v e r s a e l d i c h o d e Jesús
(Mt 10,41).
3 2 E s J o r a m u n a e x c e p c i ó n e n t r e lo s r y e s d e I s r a e l . S i n d u d a , o b e d e c ie n d o a l a s in f lu e n c ia s
d e E l i s e o , d e s t r u y ó lo s íd o lo s , p e r o d e jó e n p i e lo s a n ti g u o s s a n t u a r io s e r ig id o s p o r J e r o b o a m .
4 F u é e l p a d r e d e M e s a q u i e n c o m e n z ó a p a g a r e s t e t r i b u t o , y O m r i , e l r e y d e I s r a e l q u e s e lo
im p u s o . L a g a n a d e r í a l a n a r e s h o y a ú n la p r i n c i p a l r i q u e z a d e la re g ió n d e M o a b .
6 D a d a l a s it u a c i ó n g e o g r á fic a d e M o a b r e s p e c t o d e l a s t r i b u s is r a e li t a s d e la T r a n s jo r d a n i a , n o
s e c o n c i b e q u e J o r a m s e p r o p o n g a a t a c a r a lo s m o a b it a s p o r e l s u r , s i n o e s p o r q u e s ie n te l a n e c e s i
d a d d e la a y u d a a je n a p a r a c o m b a t i r a s u a d v e r s a r i o y t a m b ié n p o r e l t e m o r a u n a t a q u e p o r l a e s
p a l d a d e lo s s ir io s d e D a m a s c o ,
7 J o r a m i n v i t a a J o s a f a t , c u a n d o e n 1 , 1 7 y 3 , 1 s e d ic e q u e h a b ía c o m e n z a d o a r e in a r e l a ñ o s e
g u n d o d e s u h ijo y h o m ó n im o J o r a m . P r u e b a c l a r a d e la in c o r r e c c ió n d e l t e x t o s a g r a d o .
11 E n to d o s lo s a p r ie t o s e s e l p r o f e t a el re f u g io d e l p u e b lo , «su c a r r o y s u a u r ig a » .
387 II REYES 3 - 4
palabra de Yavé es con él». El rey de los manantiales de aguas y talaron los
Israel y el rey de Judá y el rey de Edom árboles frutales. Sólo quedó Quir Jare-
bajaron en busca suya. * 1213 Elíseo dijo al set, que rodearon los honderos, arrojan
rey de Israel: «¿Qué tengo yo que ver do sobre ella sus tiros. 2<>Viendo el rey
contigo? Ve a los profetas de tu padre». de Moab que llevaba lo peor en la bata
El rey de Israel le dijo: «No, es que ha lla, hizo una salida con setecientos hom
reunido Yavé tres reyes para entregarlos bres de guerra para ver de desbaratar al
en manos de Moab». 14*Elíseo dijo: «Vive rey de Edom. No pudo conseguirlo;*
Yavé Sebaot, a quien sirvo, que, si no 27 y entonces, tomando a su primogénito,
fuera por respeto al rey de Judá, a ti ni al que habla de reinar después de él, le
te atendería ni te m iraría siquiera. ofreció en holocausto sobre la muralla.
J5 Traedme, pues, un tañedor de arpa». Se desató entonces gran cólera contra
Mientras el arpista tocaba el arpa, fue Israel, que, retirándose de allí, se volvió
sobre Elíseo la mano de Yavé, * 16 y dijo: a su tierra.
«Así habla Yavé: Id y haced en el valle
muchas zanjas. 17 Porque así dice Yavé: L o s prodigios de Elíseo*
N o veréis viento ni veréis lluvia, y el valle 1 Una mujer de las de los hijos de
se llenará de agua, y beberéis vosotros, 4
los profetas clamó a Elíseo diciendo:
vuestro ejército y vuestro ganado. * 18 Pe «Tu siervo, mi marido, ha muerto, y bien
ro todo esto es poca cosa a los ojos de sabes tú que mi marido era temeroso de
Yavé. Yavé entregará a Moab en vuestras Yavé; ahora, un acreedor ha venido para
manos; 19 tomaréis todas las plazas fuer cogerme a mis dos hijos y hacerlos escla
tes, talaréis todos los árboles frutales y vos». * 2 Elíseo le dijo: «¿Qué puedo yo
cegaréis todos los manantiales de agua, y hacer por ti? Dime: ¿Qué tienes en tu
destruiréis, cubriéndola de piedras, toda casa?» Ella le respondió: «Tu sierva no
la tierra fértil». 20*Por la mañana, a la tiene en casa absolutamente nada más que
hora de la presentación de la ofrenda, una vasija de aceite». 3 El le dijo: «Vete
vino el agua del camino del desierto de a pedir fuera a todos los vecinos vasijas
Sur por la parte de Edom, y la tierra toda vacias, y no pidas pocas. 4 Cuando vuel
se llenó de agua. vas a casa, cierra la puerta tras de ti y
21 Entre tanto, los moabitas, sabiendo tras de tus hijos y echa en todas esas va
que subían los reyes a atacarlos, reunie sijas el aceite, poniéndolas aparte, con
ron a cuantos estaban en edad de empu forme vayan llenándose». 5 Entonces ella
ñar las armas y se pusieron en la fronte se alejó, cerró la puerta tras de sí y de
ra. 22 Al levantarse por la mañana y ver sus hijos, y éstos fueron presentándole
brillar el sol sobre las aguas, a los de Moab las vasijas, y ella las llenaba. 6 Cuando
les parecieron las aguas desde lejos como estuvieron llenas todas las vasijas, dijo
si fueran sangre; 23 y se dijeron: «Es san a su hijo: «Dame otra vasija»; pero él le
gre; los reyes se han vuelto uno contra respondió: «Ya no hay más». Estacionó
otro, y unos a otros se han matado. ¡Ha se entonces el aceite, 7 y ella fue a dar
la, pues, Moab, a la presa!» 24 Mas cuan cuenta al hombre de Dios, que le dijo:
do llegaron al campo de Israel, alzáronse «Vete a vender el aceite y paga la deuda,
los israelitas y destrozaron a los de Moab, y de lo que te quede, vive tú y tus hijos».
que se pusieron en huida delante de ellos. 8 Pasaba un día Elíseo por Sunam. Ha
Siguieron en la fuga hiriendo a los de bía allí una mujer distinguida, que insis
Moab, 25 y asolaron sus ciudades, y en tentemente le invitó a comer, y siempre
lodas las tierras fértiles echó cada uno que por allí pasaba iba a comer a su ca
su piedra, llenándolas de ellas; cegaron sa. 9 Ella dijo a su marido: «Yo sé que
12 Las palabras de Elíseo a Joram son una expresión de las relaciones de los profetas de Yavé
con la dinastía de Omri, aunque no tanto con la persona de Joram, según el v.2.
15 Siendo la profecía un carisma sobrenatural, la música no sirve para otra cosa que para cal
mar el ánimo excitado del profeta y disponer su espíritu a recibir la revelación (Santo T omás, Suma
TtíuL, 2-2 q.172 a.3)-
17 El agua brota del subsuelo y no viene de algún valle cercano donde hubiera llovido, como
dice Josefo. Apreciar aquí el carácter natural del suceso no es posible, como tampoco la apariencia
de sangre al ser herida por los rayos del sol.
26 El acto del rey Mesa en aquel momento crítico nos revela lo que era la religión de aquellos
pueblos de que Israel se dejaba fascinar. Y esto mismo nos deja en duda de si la retirada de los reyes
lúe motivada por el horror de tal sacrificio y un resto de compasión hacia aquel enemigo denotado,
que a tales medios debía recurrir, o si se debía más bien al temor de la eficacia de aquel sacrificio.
Mesa, que en su inscripción nos cuenta las victorias sobre Israel y la ayuda de su dios nacional
Caí nos, no nos cuenta este episodio.
Es más probable que la retirada se debiera a alguna acometida de los sirios. Y ésta seria «la gran
cólera* de Yavé (cf. 9.* ss.).
1 Elíseo es el taumaturgo del Antiguo Testamento. Las deudas eran causa frecuente de es
4 clavitud, y la Ley la admite, aunque restringiéndola (Lev 25,30 ss.; Neh 5,5 ss.; Prov 22,7)*
II tlICVM 4 388
oslo hombre, que pasa siempre por nues mi bordón, y si a alguno encuentras, no
tra casa, es un santo hombre de Dios. le saludes siquiera, y si alguno te saluda,
10 Vamos a prepararle en lo alto una pe no le respondas, y pon mi bordón sobre
queña habitación y a ponerle allí una ca la cara del niño». 30 La madre del niño
ma, una mesa, una silla y un candelero, le dijo: «Por la vida de Yavé y la tuya
para que él pueda retirarse a ella cuando que no te dejaré». 31 Levantóse entonces
venga a nuestra casa». 11 Habiendo vuel y la siguió.
to un día Elíseo a Sunam, se retiró a la Guejazi había llegado antes que ellos
habitación alta y se acostó. 12 Dijo a su y había puesto el bordón sobre el rostro
siervo Guejazi: «Llama a esa sunamita». del niño; pero éste no tenía voz ni senti
Llamóla Guejazi, y ella se presentó a él. do ; asi que se había vuelto para decírselo
*3 Elíseo dijo a Guejazi: «Dile: Tú nos a Elíseo y se lo manifestó, diciendo: «El
has mostrado toda esta solicitud por nos niño no despierta». 32 Llegado Elíseo a la
otros y este esmero; ¿qué quieres que ha casa, el niño estaba tendido, muerto, en
ga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al la cama. 33 Entró entonces él, cerró la
rey o al jefe del ejército?» Y ella respon puerta tras los dos y oró a Yavé. 34 Su
dió: «Yo habito en medio de mi pueblo». bió a la cama y se acostó sobre el niño,
MY él dijo: «¿Qué haremos, pues, por poniendo su boca sobre la boca del ni
ella?» Y Guejazi respondió: «Mira, no ño, sus ojos sobre los del niño y sus ma
tiene hijos y su marido es viejo». 15 En nos sobre las manos del niño, y se tendió
tonces dijo Elíseo: «Llámala». La llamó sobre él. La carne del niño se recalentó,
y ella se paró a la puerta. 16 El le dijo: 35 y Elíseo se alejó, yendo y viniendo por
«El año que viene, por este tiempo, abra la habitación, y luego volvió a subirse en
zarás a tu hijo». «No, por favor, mi se la cama y se tendió sobre el niño. El niño
ñor; no engañes a tu sierva». 17 I-a mu estornudó siete veces y abrió los ojos.
jer quedó encinta, y al año siguiente, co 36 Llamó entonces Elíseo a Guejazi y le
mo se lo anunciara Elíseo, por aquel mis dijo: «Llama a esa sunamita». Llamóla
mo tiempo dio a luz un hijo. 18 Creció el Guejazi, y ella vino a Eliseo, que le dijo:
niño, y un día fue a donde estaba su pa «Toma a tu hijo». 37 Etta se echó a sus
dre con los segadores y dijo a su padre: pies y se prosternó ante él, rostro a tie
«¡Ay mi cabeza, ay mi cabeza!» El padre rra; cogió a su hijo y salió.
dijo a un criado: 20 «Llévalo a su madre». 38 Eliseo volvió a Gálgala. Había gran
El criado lo cogió y se lo llevó a su ma hambre en la región, y estando los hijos
dre. El niño estuvo sobre las rodillas de de los profetas sentados ante él, dijo a su
su madre hasta el mediodía y luego mu criado: «Coge la olla grande y pon a co
rió. 21 Ella subió, le acostó en el lecho cer un potaje para los hijos de los profe
del hombre de Dios, cerró la puerta y se tas». 39*Salió uno de ellos al campo para
fue.22 Llamó a su marido y le dijo: «Mán coger hierbas, y encontró una vid silves
dame, te ruego, un criado y una asna, que tre, y cogió de ella coloquíntidas hasta
quiero ir en seguida al hombre de Dios llenar su vestido. Cuando estuvo de vuel
y luego volveré».23 El le dijo: «¿Para qué ta, las cortó en pedazos en la olla donde
quieres ir a verle hoy? N o es ni novilu estaba el potaje, pues él no las conocía. *
nio ni sábado». Ella respondió: «Estáte 49 Sirvióse la comida a aquellos hombres;
tranquilo». 24 Hizo enalbardar la borrica pero en cuanto hubieron probado el po
y dijo al criado: «Cógela y anda, y no me taje, se pusieron a gritar: «La muerte esta
detengas más que cuando yo te lo diga». en la olla, hombre de Dios», y no pudie
25 Partió, pues, y llegó al hombre de
ron comerlo. 41 Eliseo dijo: «Traed hari
Dios en el monte Carmel. Cuando el na». El la echó en la olla y dijo: «Servid
hombre de Dios la vio de lejos, dijo a a esas gentes; que coman». Y ya no había
su criado Guejazi: «Ahí está la sunamita. en la olla nada de malo.
26 Vete corriendo a recibirla y pregúntale 42 Llegó de Baalsalisa un hombre a traer
si está bien ella y su marido y su hijo». al hombre de Dios el pan de las primicias,
Y ella contestó: «Sí, bien».27 Llegó luego veinte panes de cebada, y espigas nuevas
al hombre de Dios en el monte, y cogién en su saco. Eliseo dijo: «Da a esas gentes
dose de sus pies, llegó Guejazi para des que coman». 43 Su criado le contestó:
asiría; pero el hombre de D ios le dijo: «¿Cómo voy a poder dar a cien personas?»
«Déjala, que su alma está angustiada y Pero Eliseo le repitió: «Da a esas gentes;
Yavé me lo ha ocultado y no me lo ha que coman. Así dice Yavé: Comerán y
revelado». 28 Ella le dijo: «¿Pedí yo a mi sobrará». 44 Puso entonces los panes an
señor un hijo? ¿No te dije ya que no me te ellos, comieron y quedaron sobras, se
engañaras?» 29 Entonces dijo él a Gue gún la palabra de Yavé.
jazi: «Cíñete los lomos, toma en tu mano
39 La coloquíntida produce unos calabacines tamaño de naranjas, pero muy amargos y em-
pleados en farmacia como purgante.
389 II REYES 5
5 1 Namáo, jefe del ejército del rey de con todo su séquito, y cuando llegó se
Siria, gozaba el favor de su señor y presentó a él diciendo: «Ahora conozco
era tenido en mucha estima, pues por me* que no hay en toda la tierra Dios sino
dio de él había salvado Yavé a Siria. Pero en Israel. Dígnate aceptar un presente de
este hombre, robusto y valiente, era le* parte de tu siervo». 19 Elíseo respondió:
proso. 2 Habían salido los sirios por es «Vive Yavé, a quien sirvo, que no acep
cuadras y habían cautivado a una joven- taré». Namán insistió, pero él se negó.
cita de tierra de Israel que estaba al ser 17Entonces Namán le dijo: «Pues te nie
vido de la mujer de Namán; 3 y dijo un gas, permite que den a tu siervo tierra
día a su señora: «¡Oh!, si mi señor estu de ésta, la carga de dos mulos, pues en
viese cerca de un profeta que hay en Sa adelante no ofrecerá tu siervo sacrificio
maría, el profeta le curaría su lepra». ni holocausto a otros dioses, sino a Yavé. *
4 Fue él a su señor y le dijo: «Esto y esto 18 Yavé perdonará a tu siervo que, cuando
ha dicho una jovencita de tierra de Is mi señor entre en el templo de Rimón para
rael»; 5 y el rey de Siria dijo: «Pues anda, adorar y se apoye en mi mano, me pros
vete a la tierra de Israel, y yo mandaré terne yo también en el templo de Rimón.
una carta al rey de Israel». Partió él, lle Perdone Yavé a tu siervo si me prosterno
vando diez talentos de plata, seis mil si en el templo de Rimón». 19 Elíseo le
d o s de oro, diez vestidos nuevos 6 y una dijo: «Vete en paz».
carta para el rey de Israel, en que se de Cuando Namán hubo dejado a Elíseo
da: «Cuando recibas esta carta sabrás que y estaba ya a cierta distancia, 20 Guejazi,
te mando a mi servidor Namán para que el criado de Elíseo, dijo para sí: «Mi
le cures de la lepra». 7 Leída la carta, el señor ha tratado demasiado bien a Na
rey de Israel rasgó sus vestiduras y dijo: mán, ese sirio, no queriendo aceptar de
«¿Soy yo acaso D ios para dar la vida o la él lo que traía. Vive Yavé que voy a
muerte, que así se dirige a mí para que yo correr tras él a ver si me da algo».
cure a un hombre de su lepra? Sabed, 21 Y Guejazi echó a correr tras Namán.
pues, y ved que me busca querella».* Viéndole Namán correr tras él, bajó de
8 Cuando supo Elíseo que el rey de Israel su carro para ir a su encuentro y le
había rasgado sus vestiduras, mandó a preguntó: «¿Hay novedad?»; 22 y él res
decir al rey: «¿Por qué has rasgado tus pondió: «No, todo está bien; pero me
vestiduras? Hazle venir a mí, y sabrá que manda mi señor para decirte: Acaban
hay en Israel un profeta». de llegar a mi casa dos jóvenes de la
9 Vino Namán con sus caballos y su montaña de Efraím, de los hijos de los
carro, y se detuvo a la puerta de la casa profetas; haz el favor de darme para ellos
de Elíseo. 10 Elíseo le mandó a decir por un talento de plata y dos vestidos nuevos».
un mensajero: «Ve y lávate siete veces en 23Namán dijo: «Toma dos talentos», y
el Jordán, y tu carne sanará y quedarás los metió en dos sacos, y le dio dos ves
puro». * 11 Enojóse Namán y se fue, di tidos, haciendo que sus criados se los
ciendo: «¡Cómo! Yo esperaba que saldría llevasen a Guejazi. 24 Llegado a la altura,
en persona, se presentaría a mí, invoca tomólos Guejazi de sus manos y los metió
ría el nombre de Yavé, su Dios; me toca en casa, despidiendo a aquellas gentes,
ría y curaría así al leproso. 12 Los ríos de que se fueron. 25 Luego fue a presentarse
Damasco, el Abana y el Parpar, ¿no son a su señor, que le dijo: «¿De dónde
mucho mejores que todas las aguas de vienes, Guejazi?» El le respondió: «Tu
Israel? ¿No podía yo lavarme allí y que siervo no ha ido a ninguna parte». 26 Pero
dar limpio?» Y se iba muy enojado. 13 Pe Elíseo le dijo: «¿Estaba yo ausente en
ro sus siervos se acercaron a él para ha espíritu cuando el hombre se bajó de su
blarle y le dijeron: «Padre m ío: Si el pro carro para salirte al encuentro? Ya tienes
feta te hubiera mandado algo muy difí dinero y vestidos, y luego podrás tener
cil, ¿no lo hubieras hecho? ¿Cuánto más olivares, viñas, ovejas y bueyes, siervos
habiéndote dicho: Lávate y quedarás lim y siervas, 27 pero la lepra de Namán se
pio?» *4 Bajó él entonces y se bañó siete te pegará a ti y a tu descendencia para
veces en el Jordán según la orden del hom siempre». Y Guejazi salió de la presencia
bre de Dios; y su carne quedó como la de Elíseo blanco de lepra como la nieve.
carne de un niño, quedó limpio.
13 Volvió Namán al hombre de Dios
(5 7 Sin duda que hubo una falsa interpretación de parte del rey de Israel, ya que la intención
** del monarca sirio no era sino rogarle que procurase la curación de su vasallo.
19 La humildad y la fe son las condiciones necesarias de la salud, y esto es lo que muestra bien
la conducta del profeta en este caso (1 Cor 1,18 ss.).
c I m io
17 Según la concepción de los antiguos, que aún vemos reflejada en Jos 22, cada dios ejerce
su dominación en su propio territorio y en él puede recibir culto. Por una ficción jurídica vendrá a ser
tiene de Yavé la huerta que, por ejemplo, Namán cubriera con tierra llevada de Israel.
II NICYKH 6 390
6 1 Los hijos de los profetas dijeron a con nosotros son más que los que están
Elíseo: «El lugar en que moramos con ellos». 17 Elíseo oró y dijo: «¡Oh
contigo nos es demasiado estrecho. * 2 Va Yavé! Abrele los ojos para que vea».
mos a ir al Jordán, y tomaremos de allí Y Yavé abrió los ojos del siervo, y vio
una viga cada uno para hacernos una éste la montaña llena de caballos y carros
habitación». Elíseo les respondió: «Id». de fuego que rodeaban a Elíseo.
3 Uno de ellos le dijo: «Ven tú también 18 Los sirios bajaron al valle en busca
con nosotros». El dijo: «Iré»; 4 y partió de Elíseo, y éste dirigió entonces a Yavé
con ellos. Llegados al Jordán, cortaron esta súplica: «Dígnate herir de ceguera
los árboles, 5 y mientras uno estaba cor a esta gente». Y Yavé los hirió de ceguera,
tándolos, el hierro fue a caer en las aguas. conforme a la súplica de Elíseo. 19 Elíseo
Se puso a clamar: «¡Ah, mi señor! Era les dijo: «No es éste el camino ni ésta la
prestado». 6 Y el hombre tic Dios le pre ciudad. Seguidme y yo os llevaré a donde
guntó: «¿Dónde ha caído?» lil le indicó está el hombre a quien buscáis»; y los
el lugar, y Elíseo, cortando un trozo de condujo a Samaría. 20 Entrados en Sa
madera, lo arrojó al mismo lugar, y el maría, dijo Elíseo: «¡Oh Yavé! Abre los
hierro sobrenadó. 7 Entonces le dijo: «Có- ojos de esta gente para que vea»; y Yavé
jelo», y él tendió lu muño y lo cogió. les abrió los ojos, y vieron que estaban
8 El rey de Siria estaba en guerra con en medio de Samaría.
Israel, y en un consejo que tuvo con sus 21 El rey de Israel, viéndolos, preguntó
servidores dijo: «En tal y en cual lugar a E líseo : «¿Los hiero, padre m ío?»
acamparemos». 9 El hombre de Dios man 22 Y Elíseo respondió: «No los hieras,
dó a decir al rey de Israel: «Guárdate de que no los has hecho tú prisioneros con
ir a tal lugar, porque los sirios bajarán tu espada y tu arco. Dales pan y agua,
allá». 10 El rey de Israel mandó gentes para que coman y beban, y que se vayan
al lugar que el hombre de Dios había a su señor». * 23 El rey de Israel hizo que
señalado para que estuvieran al acecho. les sirvieran una gran comida, y ellos
Y esto sucedió no una ni dos veces sola comieron y bebieron; luego los despidió
mente. 11 El rey de Siria se inquietó con para que fueran a su señor. Las tropas
esto, y preguntó a sus servidores: «¿No sirias no volvieron más a la tierra de
me diréis vosotros quién nos traiciona Israel.
ante el rey de Israel?» 12 Uno de los 24 Después de esto, Ben Adad, rey de
servidores le dijo: «Nadie, ¡oh rey, mi Siria, reunió todo su ejército, y subiendo,
señor! Es Elíseo, el profeta que lia y en puso cerco a Samaría. * 25 Hubo en Sa
Israel, que lleva al rey de Israel las pala maría mucha hambre, y de tal modo la
bras que tú pronuncias en tu misma al apretaron, que un ]ómer de mosto valía
coba». * 13 El rey le dijo: «Id y ved dónde ochenta sidos de plata, y el cuarto de
está, y yo le haré prender». Vinieron, un cab de harina fina, cinco sidos de
pues, a decirle: «Está en Dotan». * 14 Man plata». * 26 Pasando el rey por la muralla,
dó él entonces caballos y carros, una le gritó una mujer: «¡Sálvame, oh rey,
gran tropa, que llegaron de noche y cer mi señor!» 27 Y el rey respondió: «Si
caron la ciudad. Yavé no te salva, ¿cómo voy a salvarte
15 El siervo del hombre de Dios se le yo? ¿Con algo de la era o con algo del
vantó muy de mañana, y vio que la ciudad lagar?» 28 Preguntóle luego el rey: «¿Qué
estaba cercada por una tropa con caballos te pasa?» Y ella respondió: «Esta mujer
y carros, y dijo al hombre de Dios: «¡Ah, me dijo: Trae a tu hijo y lo comeremos
mi señor!, ¿qué haremos?» 16 El le res hoy, y mañana comeremos el mío. 29 Co
pondió: «Nada temas, que los que están cimos, pues, mi hijo y lo comimos, y al
6 1 En 2,5 aparece muy numerosa esta colonia de discípulos de los profetas de Jericó, donde
Elíseo fue reconocido somo sucesor de Elias (2,15.12).
12 Con razón el rey Joás lloraba la muerte de Elíseo, llamándole «carro de Israel y su auriga»
(13,14 s.). El era el centinela divino puesto por Yavé para defensa de su pueblo.
13 La ciudad de Dotán o Dotain, conocida ya desde la historia de José (Gén 37,17), estaba al
norte de Samaría, y, como ciudad poco importante, era fácil que una columna de tropa ligera la
ocupara por sorpresa. Pero Elíseo contaba con otra defensa más poderosa.
22 La conducta generosa del profeta debió de ser el motivo de dejar en paz a Israel, más bien
que el temor a las fuerzas del rey.
24 La expresión «después de esto» sólo indica la continuación de la narración, no el orden cro
nológico de los sucesos.
23 Aunque en el texto y en las versiones antiguas hallamos «una cabeza de asno y un cuarto de
cab de palomina*, traducimos con algunos autores modernos como hemos hecho por parecemos
enteramente inverosímil lo que dice el texto. Eíte relato nos muestra hasta qué extremo llegaban
los horrores del hambre en estos asedios con que el enemigo pretendía forzar la ciudad por hambre
y ésta resistía con desesperación, sabiendo la suerte que le estaba reservada. El Rabsaces asirio ame
nazaba a los moradores de Jerusalén con un asedio tal, que se vieron obligados «a comerse sus ex
crementos y beberse sus orines*, según la fuerte expresión de Isalas (36,12).
391 I I REYES 6 -7
día siguiente yo le dije: Trae a tu hijo fuga, abandonando sus tiendas, sus caba
para que lo comamos, pero ella ha es llos y sus asnos, el campamento tal cual
condido a su hijo». 30*Cuando oyó el rey estaba, y huyeron para salvar la vida.
las palabras de esta mujer, rasgó sus 8 Los leprosos, llegados al campamento,
vestiduras mientras iba por la muralla, y penetraron en una tienda, comieron y be
la gente vio que por dentro estaba vestido bieron y se llevaron de allí plata, oro y
de saco.* vestidos, que fueron a esconder. Volvieron
31 El rey dijo: «Que esto me haga Yavé y penetraron en otra tienda y se llevaron
esto me añada si la cabeza de Elíseo, cosas, que fueron a esconder. * 9 Después
ijo de Safat, quedare hoy sobre sus se dijeron uno a otro: «No está bien lo
hombros». * 323Estando, pues, Elíseo sen que hacemos. Este día es un día de buena
tado en casa, rodeado de los ancianos nueva, y si nosotros nos estamos callados
que se sentaban con él, mandó el rey a y esperamos la luz del día, nos sucederá
uno delante de él, y antes que el mensa mal. Venid, pues, y vayamos a dar cuenta
jero llegara, dijo Elíseo a los ancianos: a la casa del rey». io Partieron, dieron
«¿No veis cómo ese hijo de asesino manda voces a los centinelas de la ciudad e hi
a que me quiten la cabeza? Estad atentos; cieron este relato: «Hemos entrado en el
cuando llegue el mensajero, cerrad y re campamento de los sirios, y allí no había
chazadle con la puerta; ¿no se oye ya nadie ni se oye voz alguna de hombre;
tras él el ruido de los pasos de su amo?» * no hay más que caballos atados, asnos
33 Todavía estaba hablándoles, cuando ya atados y las tiendas intactas».
el rey llegó a él y le dijo: «De Yavé cierta 11 Los centinelas de la puerta dieron
mente nos ha venido este mal. ¿Tendré yo voces y transmitieron esta noticia a la
todavía que esperar más de Yavé?»* casa del rey. 12 El rey se levantó de noche
y dijo a sus servidores: «Voy a deciros lo
7 1 Entonces dijo Elíseo: «Oíd la pa que pretenden los sirios: Como saben
labra de Yavé: Así dice Yavé: Ma que estamos hambrientos, se han salido
ñana a estas horas estará en las puertas del campamento para esconderse en los
de Samaría el sea de flor de harina a un campos, diciéndose: Cuando salgan de la
sido, y dos seas de harina de cebada, a un ciudad, los cogeremos vivos y entraremos
sido». 2 El oficial sobre cuyo brazo se en la ciudad». *3 Uno de los servidores
apoyaba el rey respondió al hombre de del rey dijo: «Que cojan cinco de los ca
Dios: «Cuando Yavé abra ventanas en ballos que todavía quedan en la ciudad
los cielos sucederá eso». Y él le dijo: «Con —porque también a ellos les sucede lo
tus ojos lo verás, pero no lo comerás». que a la muchedumbre que ha perecido—
3 y mandemos a ver». 14 Cogieron, pues,
Había en la entrada de la puerta cua
tro leprosos, que se decían unos a otros: dos carros con sus caballos, y el rey man
«¿Por qué nos vamos a estar aquí hasta dó gente que siguiera tras los sirios, di
morirnos? 4 Si nos decidimos a entrar ciendo: «Id y ved».
en la ciudad, moriremos por el hambre 15 Fueron tras ellos hasta el Jordán, y
que en ella hay, y si nos quedamos aquí, todo el camino estaba sembrado de ves
moriremos igualmente. Vamos a pasarnos tidos y objetos que en su precipitación
al campamento de los sirios, y si nos dejan habían tirado los sirios. Volvieron los
vivir, viviremos, y si nos matan, morire mensajeros y dieron cuenta al rey. 16 Salió
mos». 5 Partieron, pues, al anochecer para el pueblo y saqueó el campamento de los
el campamento de los sirios, y cuando sirios, y se puso el sea de flor de harina
llegaron a la en irada del campamento, no a un siclo, y a un sido los dos seas de
había en él nadie. * El Señor había hecho harina de cebada, según lo que habla
oir en el campamento de los sirios estré dicho Yavé.
pito de carros y estrépito de caballos, el 17 El rey había entregado la custodia
estrépito de un gran ejército, y se habían de la puerta al oficial sobre cuyo brazo se
dicho unos a otros: «Es e! rey de Israel, apoyaba el día antes, pero éste fue atro
que ha tomado a sueldo contra nosotros pellado por el pueblo a la puerta, y
a los reyes de los jéteos y a los reyes de murió, según la palabra que había pro
los egipcios y viene a atacarnos». 7 Y se nunciado el hombre de Dios cuando el
levantaron, y al anochecer se pusieron en rey bajó a él. 18 El hombre de Dios había
30 El hambre, llegado a los últimos extremos, priva de todo sentido que no sea el instinto de
satisfacerle. Estos horrores ya los leemos en Lev 26,29; Dt 28,43 ss.; Ez 5,10.
3 1 Ajab echaba sobre Elias la culpa de la larga sequía, o porque la hubiera anunciado o porque
con su poder intercesor o taumatúrgico no la había remediado; igual hace aquí su hijo.
32 El asesino es aquí el rey, por lo dicho arriba. Hijo vale lo mismo que mandatario.
3 3 El rey vuelve un tanto en sí. No es Elíseo; es Yavé el autor único de este mal. Pero si esto
es asi, ¿qué pueden esperar de El? ¿Para qué servirle?
7 8 Los leprosos, excluidos de la sociedad, habitaban no lejos de las puertas de la ciudad, don-
■ de pudieran ser socorridos por la caridad de los que entraban o salían.
I I REY ES 7*6 392
habían hecho en Ramot cuando combatía las trompetas, gritaron: «¡Jehú, rey!»*
contra Jazael, rey de Siria. Ocozías, hijo 14 Así conspiró Jehú, hijo de Josafat, hijo
de Joram, rey ae Judá, bajó a Jezrael de Nimsi, contra Joram.
para ver a Joram, hijo de Ajab, que es Joram defendía con todo Israel a Ra
taba allí herido. mot Galad contra Jazael, rey de Siria;
15 pero el rey Joram había tenido que
Los reyes de Israel y de Judá, volverse para curarse en Jezrael de las
asesinados por Jehú heridas que los sirios le habían hecho
cuando combatía contra Jazael, rey de
1 Elíseo, profeta, llamó a uno de los Siria. Jehú dijo: «Pues que lo queréis,
9 hijos de los profetas y le dijo: «Cí sea; pero que no salga de la ciudad na
ñete los lomos, toma esta redoma de die que pueda llevar la noticia a Jezrael». *
óleo y vete a Ramot Galad. * 2 Cuando 16 Jehú subió a su carro y partió para
llegues, busca a Jehú, hijo de Josafat, Jezrael, pues Joram estaba allí en cama,
hijo de Nimsi. Le haces que se levante y Ocozías, rey de Judá, había bajado a
de entre sus compañeros y le llevas apar verle. 17 El centinela que estaba en la
te, a una cámara retirada; 3 y tomando torre de Jezrael vio venir a la tropa de
la redoma de óleo, lo derramas sobre Jehú y dio la noticia: «Veo venir una tro
su cabeza, diciéndole: Así habla Yavé: pa». Joram dijo: «Manda que salga a
Yo te unjo por rey de Israel. Abres lue su encuentro uno de a caballo para sa
go la puerta y huyes sin detenerte». 4 El ber si es de paz». 18 Salió el jinete, se
joven servidor del profeta partió para presentó a Jehú y preguntó: «Asi habla
Ramot Galad; 3 y cuando llegó estaban el rey: ¿Es la paz?» Jehú respondió:
los jefes del ejército reunidos, y dijo: «¿Qué te importa a ti la paz? Vuélvete
«Jefe, tengo que decirte una cosa». Jehú detrás de mí». El centinela dio luego el
le preguntó: «¿A quién de nosotros?» aviso, diciendo: «El mensajero ha lle
El respondió: «A ti, loh jefe!» 6 Levan gado hasta ellos, pero no vuelve». 19 En
tóse Jehú y entró en casa, y el joven de tonces se mandó otro a caballo, que lle
rramó sobre su cabeza la redoma de gado a ellos preguntó: «Así habla el rey:
óleo, diciéndole: «Así habla Yavé, Dios ¿Hay paz?» Y Jehú contestó: «¿Qué te
de Israel: Yo te unjo rey de Israel, del importa a ti la paz? Vuélvete detrás de
pueblo de Yavé. 7 Tú herirás a la casa de mí». 20 El centinela volvió a decir: «¿Tam
Ajab, tu señor, y vengarás en Jezabel la bién éste ha llegado a ellos y no vuelve;
sangre de mis siervos, los profetas, y la mas al parecer, por la marcha, el que
sangre de todos los siervos de Yavé. viene es Jehú, hijo de Nimsi, porque
8 Toda la casa de Ajab perecerá; yo ex viene con mucho ímpetu». 21 Entonces
terminaré a todos cuantos pertenecen a Joram dijo: «Engancha»; y enganchado
Ajab, al esclavo y al libre de Israel, 9 y que fue su carro, salió Joram, rey de
haré la casa de Ajab semejante a la casa Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno
de Jeroboam, hijo de Nabat, y a la casa en su carro. Salieron al encuentro de
de Basa, hijo ae Ajiya. 10 Los perros Jehú, a quien hallaron en la heredad de
comerán a Jezabel en el campo de Jez Nabot, de Jezrael. 22 En cuanto vio Jo
rael y no habrá nadie que le dé sepultura». ram a Jehú le preguntó: «¿Hay paz, Je
Después, el hombre abrió la puerta y hú?» Y éste respondió: «¿Qué paz mien
huvó. tras duren las prostituciones de Jezabel,
•i Cuando salió Jehú para reunirse con tu madre, y sus muchas hechicerías?»
los servidores de su señor, le dijeron és 23 Entonces Joram, volviendo grupas, hu
tos: «¿Va todo bien? ¿Por qué ha venido yó y dijo a Ocozías: «¡Traición, Oco
a ti esc loco?» Jehú respondió: «Segura zías!» 24 Pero Jehú tendió su arco e hirió
mente conocéis al hombre y sabéis lo que a Joram entre las espaldas, saliéndole la
me ha dicho» . 12 Ellos respondieron: «No ñecha por el corazón, y Joram cayó en
es verdad. Explícanos lo que ha dicho». su carro. 25 Jehú dijo a su oficial, Bid-
El entonces dijo: «Esto y esto es lo que ha car: «Cógele y tírale en el campo de
dicho: Así habla Yavé: Yo te unjo por Nabot de Jezrael, pues me acuerdo de
rey de Israel». 13 En seguida tomaron to que cuando yo y tú íbamos juntos a ca
dos sus mantos y los pusieron debajo ballo detrás de Ajab, su padre, Yavé
de él en las gradas, y, haciendo sonar pronunció contra él la sentencia, dicien-
Q 1 En i Re 19,16 se consigna la orden dada por Dios a Ellas de ungir a Jehú, sin que allí vié-
^ ramos su cumplimiento. En 21,21 ss.29, el mismo profeta anuncia los males que Dios envia
rá sobre la casa de Ajab. Elíseo cumple la orden de la unción y Jehú realiza las predicciones del
gran profeta.
13 Por aquí se ve qué tales estaban los ánimos para derrocar una vez más la dinastía reinante
y levantar un nuevo soberano. La unción tal vez vino sólo a designar la persona o a dar la señal de
la insurrección.
13 Ya hemos visto que era Jezrael la ciudad invernal de los reyes de Israel (1 Re 21,1).
I I REYES 9 -1 0 394
do: 26 Yo he visto ayer la sangre de cibáis esta carta, pues que tenéis con
Nabot y de sus hijos, dice Yavé, y yo vosotros a los hijos de vuestro señor, y
te daré su merecido en esta misma here además carros y caballos, ciudades for
dad. Cógele, pues, y tírale a ese campo, tificadas y armas, 3 ved cuál de los hijos
según la palabra de Yavé». de vuestro señor queréis mejor y os con
27 Ocozías, rey de Judá, que vio esto, viene poner en el trono de su padre, y
huyó por el camino de Bet Ganim; pero combatid por la casa de vuestro señor».
Jehú le persiguió, diciendo: «También a 4 Ellos se llenaron de miedo y se dijeron:
él». Y le hirieron en el carro en la subida «Dos reyes no han podido resistirle, ¿có
de Gur, cerca de Jibleam; él siguió hasta mo vamos a resistirle nosotros?» 5 Y el
Mageddo, pero allí murió. 28 Sus servi jefe de la ciudad, los ancianos y los ayos
dores le trasladaron en un carro a Jeru- de los niños mandaron a decir a Jehú:
salén y le sepultaron en la sepultura de «Nosotros somos servidores tuyos y ha
remos cuanto tú nos digas. N o elegire
mos a ninguno por rey. Haz tú lo que
bien te parezca». 6 Entonces les escribió
Jehú una segunda carta, en que les decía:
«Si estáis por mí y dispuestos a obede
cerme, tomad las cabezas de esos hom
bres, hijos de vuestro señor, y venid a
mí mañana a estas horas a Jezrael».
7 Cuando éstos recibieron la carta, cogie
ron a los hijos del rey, setenta hombres;
los degollaron y pusieron sus cabezas en
canastillas, y se las mandaron a Jehú, a
Jezrael. 8 Vino uno a informarle, diciendo:
sus padres, en la ciudad de David. 29 Oco «Han traído las cabezas de los hijos del
zías había comenzado a reinar el año rey», y él dijo: «Ponedlas en dos montones
once de Joram, hijo de Ajab. a la entrada de la puerta hasta mañana».
30 Jehú entró en Jezrael. Sabiéndolo 9 Por la mañana salió y, presentándose
Jezabel, se pintó los ojos, se peinó y se ante el pueblo todo, dijo: «Vosotros sois
puso a mirar a una ventana. 31 Al pasar justos. Yo he conspirado contra mi se
Jehú por la puerta, le gritó: «¿Le salió ñor y le he dado muerte. Pero ¿quién
bien la cosa a Zimrí, asesino de su señor?» ha matado a todos éstos? 10 Sabed, pues,
32 El alzó el rostro hacia la ventana y que no caerá por tierra ni una de las
preguntó: «¿Quién eres tú para que quie palabras que Yavé ha pronunciado con
ras contender conmigo?» Entonces mi tra la casa de Ajab. Yavé cumple lo que
raron por la ventana dos o tres eunucos, declaró por medio de su siervo Elias».
33 y él mandó: «Echadla abajo»; y ellos 11 Y Jehú mató a todos cuantos de la
la echaron, y su sangre salpicó los mu casa de Ajab quedaban en Jezrael, a
ros y los caballos; Jehú la pisoteó con todos sus parientes, a sus familias y a
sus pies, 34 y después entró, comió, bebió sus sacerdotes, sin dejar escapar a uno
y dijo: «Id a ver a esa maldita y ente solo.
rradla, que al fin es hija de rey». 33 Fue 12 Después se levantó para ir a Sa
ron para enterrarla; pero no hallaron de maría; y llegado a un albergue de pas
ella más que el cráneo, los pies y las tores que había en el camino, ^encon
palmas de las manos. 36 Volvieron a dar tró a los hermanos de Ocozías, rey de
cuenta a Jehú, que dijo: «Es la amenaza Judá, y les preguntó: «¿Quiénes sois vos
que había hecho Yavé por su siervo otros?» Y ellos le dijeron: «Somos los
Elias, tesbita, diciendo: «Los perros co hermanos de Ocozías, que hemos venido
merán la carne de Jezabel en el campo a saludar a los hijos del rey y a los hijos
de Jezrael, 37 y el cadáver de Jezabel será de la reina». 14 Jehú dijo: «Cogedlos vi
como estiércol sobre la superficie del cam vos». Cogiéronlos vivos y los degolla
po, en el campo de Jezrael, de modo que ron, en número de cuarenta y dos, en
nadie podrá decir: Esta es Jezabel». la cisterna del albergue; Jehú no dejó
escapar ni a uno solo.*
Jehú, rey de Israel 15 Partido de allí, encontró a Jonadab,
hijo de Recab, que venía a su encuen
1 A 1 Jehú escribió cartas, que mandó tro; le saludó y le dijo: «¿Es sincero con
I " a Samaría, a los príncipes de la migo tu corazón, como lo es el mío con
ciudad. En ellas decía: 2 «En cuanto re tigo?» Y Jonadab le respondió: «Since-1
1 A 14 La casa de Ajab se hadaba emparentada con la de David, y sus relaciones, según ve-
*” mos, eran muy íntimas. Jehú, deseoso de asegurarse el trono, no quiere dejar rastro ni de la
casa de David, ante el temor de que de ahí pueda venir la reacción.
Prisma de Salmanasar, en que aparece el rey
postrado ante el rey asm o
i t k k y k h 1 0 -1 1 396
30 Yavó dijo a Jehú: «Por haber hecho tercera parte de vosotros que monta la
lo que es recto a mis ojos, haciendo guardia en el palacio real, 7 más las otras
desaparecer a la casa de Ajab, conforme dos partes de vosotros que montan la
a mi voluntad, tus hijos se sentarán en guardia en el templo de Yavé, 8 con las
el trono de Israel hasta la cuarta genera armas en la mano, formaréis en torno
ción». del rey y mataréis a cualquiera que pre
31 Pero Jehú no se cuidó de andar con tenda penetrar en las filas. Estaréis junto
todo su corazón en la Ley de Yavó, Dios al rey dondequiera que vaya».
de Israel, ni se apartó de los pecados con 9 Cumplieron los capitanes las órdenes
que Jeroboam había hecho pecar a Is que les había dado el sacerdote Joyada.
rael. Tomó cada uno sus gentes, las que ha
32 En aquellos días comenzó Yavé a dan el servicio el sábado, y se fueron
cercenar el territorio de Israel, y los hi al sacerdote Joyada. Este les entregó las
rió Jazael en toda la frontera de Israel,* lanzas y los escudos del rey David, que
33 desde el Jordán, a oriente, toda la tie se hallaban en la casa de Y avé,11 y cuan
rra de Galad, de Gad, de Rubén y de do los soldados de la guardia, todos con
Manasés, desde Aroer, que está junto al las armas en la mano, desplegaron desde
torrente del Arnón, hasta Galad y Basán. el lado sur al lado norte, entre el altar
34 El resto de los hechos de Jehú, cuan
y el tem plo,12 sacó al rey, púsole la dia
to hizo, sus hazañas, ¿no está escrito en dema y los brazaletes y le ungió. Todos
el libro de las crónicas de los reyes de entonces palmotearon y gritaron: «jViva
Israel? 35 Jehú se durmió con sus padres el rey!»
y fue sepultado en Samaría. Le sucedió 13 Cuando oyó Atalía el estrépito del
Joacaz, su hijo. 3<s Había reinado Jehú pueblo, se vino a donde estaba la gente
veintiocho años sobre Israel en Samaría. reunida en la casa de Yavé 14 y miró.
Y estaba el rey sobre el estrado, según
Atalía, reina de Ju d á costumbre, y cerca de él los jefes y las
trompetas, y todo el pueblo daba mues
1 Atalía, madre de Ocozías, vien tras de gran júbilo, mientras sonaban las
n do que había muerto su hijo, le trompetas. Atalía rasgó sus vestiduras y
vantóse y exterminó a toda la descenden clamó: «iTraición! ¡Traición!» 15 Enton
cia real.* 2 Pero Josaba, hija del rey ces el sacerdote Joyada dio orden a los
Joram y hermana de Ocozías, cogió a capitanes que estaban a la cabeza de las
Joás, hijo de su hermano, y le sacó furti tropas: «Sacadla de las filas y matad a
vamente de entre los hijos del rey cuan quienquiera que la siga». Pues el sacer
do los estaban asesinando, ocultándole dote había dicho: «Que no la maten en
de Atalía, a él y a su nodriza, en la cá la casa de Yavé». 16 Hiciéronla sitio, y
mara dormitorio y así pudo aquél esca cuando llegó al palacio real, por la puer
par a la muerte. 3 Seis años estuvo ocul ta de los caballos, allí la mataron.
to con Josaba en la casa de Yavé, y en 17 Joyada intervino en la alianza que
tre tanto reinó Atalía en la tierra. 4 El con Yavé hicieron el rey y el pueblo de
año séptimo, Joyada mandó a llamar a ser el pueblo de Yavé. * 18 Todo el pue
los centuriones de los cereteos y de la blo penetró en el templo de Baal y lo
guardia y los introdujo en la casa de demolió, destruyendo del todo su altar y
Yavó. Hizo pacto con ellos, juramentán sus estatuas; y al sacerdote de Baal, Ma
dolos en la casa de Yavé, y les mostró tan, diéronle muerte delante del altar.*
el hijo del rey,* 3 dándoles esta orden: 19 Después, dejando una guardia en el
«He aquí lo que habéis de hacer:* 6 La templo de Yavé, tomó a los jefes de los
32 En la guerra con Damasco, que al subir Jehú al trono estaba comenzada, salió mal, pues Is
rael perdió todo el territorio de la Transjordania. Parece haber sido el motivo que, en la invasión
asiría de 842, Jehú no sólo no se unió a la coalición dirigida por Jazael de Damasco contra Salmana-
sar III, sino que se declaró vasallo de éste, y como tal figura en los monumentos del rey de Nlnive.
•f •* 1 Por aquí se nos muestra que Atalía era en todo semejante a su madre, Jezabel. La dinastía
* * davidica está a punto de extinguirse; pero Dios cumple su promesa y preserva a este vástago,
en el cual se ve pronto restaurada la casa de David.
4 No era posible que una reina extranjera, idólatra y homicida de la familia real, pudiera conso
lidarse en el trono de David. Joyada, el depositario del vástago salvado, tiene que ser quien le colo
que en el trono de sus padres, haciendo efectivos los derechos del pueblo y los planes de Dios.
5 El plan de la conspiración no es claro. Joyada buscó el apoyo de la guardia, compuesto, en
parte a lo menos, de extranjeros, y aprovechó un sábado en que se hacía el relevo y se juntaban en
Jerusalén todas las fuerzas.
17 El rey de Israel debía ser un rey teocrático, que regía en nombre de Yavé al pueblo ligado a
su Dios por la alianza. Con la renovación de ésta, el pueblo y el rey reconocen a Yavé por su Dios
y el pueblo reconoce al niño por su rey.
18 Era una consecuencia necesaria del pacto con Yavé la destrucción de este templo de Baal,
que además debía de ser el santuario real de Atalla.
397 n REYES 1 1 -1 3
cereteos y a los guardias y a todo el pue ros para el pago de las maderas y el ta
blo, y llevaron al rey desde el templo llado de las piedras necesarias para las
de Yavé al palacio real, donde entró reparaciones.14 Pero con todo lo que en
por la puerta de la guardia. Sentóse allí traba en la casa de Yavé no hubo ni
sobre el trono real, 20 y todo el pueblo para hacer ni fuentes de plata, ni cuchi
estaba lleno de alegría, y la ciudad se llos, ni copas, ni trompetas; en suma,
quedó tranquila. Atalía había sido muer nada de oro ni de p lata,15 sino que hubo
ta en el palacio real. que emplearlo todo en la reparación de
la casa. 16 N o se tomaban cuentas a los
Reinado de Joás que recibían el dinero para entregarlo a
los que hacían las obras, porque eran
1 O i Tenia Joás siete años cuando co-personas de fidelidad. 17 El dinero por el
menzó a reinar. 2 Comenzó a rei delito y el dinero por los pecados no
nar Joás el séptimo año de Jehú, y reinó entraba en la casa de Yavé, porque era
cuarenta años en Jerusalén. Su madre se de los sacerdotes.
llamaba Sibia, de Berseba. 3 Hizo Joás 18 Entonces subió Jazael, rey de Siria,
lo que era recto a los ojos de Yavé y atacó a Gat y la tomó. Jazael tenía el
todo el tiempo que le dirigió el sacerdote designio de subir contra Jerusalén. *
Joyada; 4 pero no desaparecieron los 19 Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas
altos, y seguía el pueblo sacrificando y consagradas, lo que habían consagrado
quemando perfumes en ellos. 5 Joás dijo Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, re
a los sacerdotes: «Todo el dinero que yes de Judá, y lo que él mismo había
como ofrenda sagrada ha entrado en el consagrado, y todo el oro que había
templo de Yavé, el dinero del rescate de en el tesoro de la casa de Yavé y en el
personas según estimación y el que vo del real palacio, y enviólo todo a Jazael,
luntariamente se ofrece a la casa de Ya rey de Siria, que desistió de subir contra
vé, 6 tómenlo los sacerdotes y empléenlo Jerusalén. 20 El resto de los hechos de
en reparar la casa de Yavé en todo lo Joás, cuanto hizo, ¿no está escrito en el
que necesite reparación». 7 Pero sucedió
que el año veintitrés del reinado de Joás, libro de las crónicas de los reyes de
los sacerdotes no habían hecho las repa Judá?* 21 Sus servidores conspiraron contra él,
raciones necesarias en la casa. 8 Llamó y, rebelándose, le mataron cuando bajaba
entonces el rey al sacerdote Joyada y a a la casa del terraplén. 22Josacar, hijo
los otros sacerdotes y les dijo: «¿Por qué de Simat, y Josabab, hijo de Somer, sus
no habéis reparado lo que había que re siervos, le hirieron, y murió. Fue sepulta
parar en la casa? En adelante no seréis do con sus padres en la ciudad de David,
vosotros los que dispongáis del dinero y le sucedió Amasias, su hijo.
del pueblo, sino que lo entregaréis, para
que se haga la reparación de la casa». Joacaz y Joás, reyes de Israel
9 Los sacerdotes asintieron a no ser ellos
los que recogieran el dinero del pueblo | o 1 El año veintitrés de Joás, hijo
para hacer las reparaciones de la casa. I v de Ocozías, rey de Judá, comen
10 Entonces el sacerdote Joyada tomó un zó a reinar Joacaz, hijo de Jehú, en Sa
cofre, hizo en su tapa un agujero y le maría, y reinó diecisiete años.
puso al lado del altar, a la derecha, en 2 Hizo el mal a los ojos de Yavé y
el paso para la entrada en la casa de siguió los pecados de Jeroboam, hijo de
Yavé. Los sacerdotes de guardia metían Nabat, con que hizo pecar a Israel, y
allí todo el dinero que se traía a la casa no se apartó de ellos. 3 Encendióse el fu
de Yavé; 111 y cuando se veía que en el ror de Yavé contra Israel, y los entregó
cofre había bastante dinero, subía el se en manos de Jazael, rey de Siria, y en
cretario del rey con el gran sacerdote y manos de Ben Adad, hijo de Jazael, todo
contaban el dinero que había en la casa el tiempo que estos reyes vivieron. * 4 Joa
de Yavé. 12 Iban entregando a los encar caz imploró a Yavé, y Yavé le oyó,
gados de las obras de reparación lo ne pues vio la opresión en que los reyes de
cesario para pagar a los carpinteros y Siria tenían a Israel. 5 Deparó a Israel
demás obreros que trabajaban en la casa un libertador, que les sacó de las manos
de Y a v é ,13 a los albafiiles y a los cante de los sirios, y habitaron en sus tiendas
1 2 1 8 Una prueba de cuánto hablan progresado las oonquistas de Jazael sobre Israel en el rei-
" " nado de Jehú la tenemos en que haya llegado a atacar a Judá por la antigua ciudad de Gat,
la patria de Goliat, situada al sudoeste de Jerusalén.
20 Notemos esta diferencia entre los dos reinos. Los soberanos de Israel mueren en manos de
un conspirador, que sucede a su víctima en el trono; los de Judá, si alguna vez mueren de muerte
violenta, tienen su legitimo sucesor, que hace justicia en los regicidas.
1 1 3 Era el cumplimiento del vaticinio que, con los ojos llenos de lágrimas, habla hecho Elíseo
■ a Jazael (8 ,12 ss.).
II httYKN I L 398
Arquero$ asirios
de Judá, comenzó a reinar Joás, hijo de a batir a los sirios hasta la extermina
Joacaz, en Israel, en Samaría, y reinó ción; ahora sólo tres veces los batirás».
dieciséis años. 11 Hizo el mal a los ojos 20 Eliseo murió y fue sepultado. Por
de Yavé y no se apartó de ninguno de entonces hacían incursión en la tierra, un
los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, año y otro, las tropas de Moab; * 21 y
que había hecho pecar a Israel, sino que sucedió que, mientras estaban unos se
se dio a éstos como él. pultando a un muerto, vieron de pronto
12 El resto de los hechos de Joás, cuan venir una de estas tropas, y arrojaron al
to hizo, sus hazañas y la guerra contra muerto en el sepulcro de Eliseo y se
Amasias, rey de Judá, ¿no está escrito fueron; y en cuanto el muerto llegó a
en el libro de las crónicas de los reyes de tocar los huesos de Eliseo, resucitó y se
Israel? puso en pie.
13 Joás se durmió con sus padres, y le 22Jazael, rey de Siria, afligió a Israel
sucedió Jeroboam. Joás fue sepultado en todo el tiempo de la vida de Joacaz,
Samaría con los reyes de Israel. 23 pero Yavé tuvo misericordia de ellos y
14 Enfermó Eliseo de la enfermedad de los miró, por amor de su alianza con
que murió; y Joás, rey de Israel, bajó Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso des
a verle, lloró sobre él y dijo: «¡Padre truirlos del todo, y no los arrojó de
mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su5 ante sí. *
5 Este salvador parece haya sido el rey de Asiria, que, reanudando su expedición contra el
occidente, obligaba a Siria a concentrar sus fuerzas y a procurar unir las de sus vecinos, o más bien
Jeroboam II (14*15 s.).
2 0 Después de haber realizado en vida tantos milagros, quiere Dios honrar sus huesos con
este nuevo prodigio. Para entender el hecho téngase presente que Eliseo habría sido depositado
en una gruta o cámara tallada en la roca y cerrada luego con una piedra, a semejanza del sepulcro
del Señor. Con mucha razón los Santos Padres aducen este hecho en favor del culto de las reliquias
de los santos.
23 La promesa de Yavé a David y los méritos de éste son el escudo protector de su dinastía;
a los reyes de Israel y a su pueblo sirven las promesas y los méritos de los patriarcas.
399 II REYES 13*14
24 Murió Jazael, rey de Siria, y le su Israel, y cada uno huyó a su tienda.
cedió su hijo Bcn Adad. 25 Joás, hijo de 13 Joás, rey de Israel, cogió prisionero en
Joacaz, reconquistó de manos de Ben Betsames a Amasias, rey de Judá, hijo
Adad, hijo de Jazael, las ciudades con de Joás, hijo de Ocozías, y vino a Jeru
quistadas por Jazael a Joacaz, su pa salén e hizo una brecha de cuatrocientos
dre, durante la guerra. Joás batió tres codos en la muralla de Jerusalén, des
veces a los sirios y recobró las ciudades de la puerta de Efraím hasta la puerta
de Israel». * de la Esquina. 14 Se apoderó de todo el
oro y plata de los vasos que había en la
A m asias, re y de Ju d á . Je ro b o am , rey casa de Yavé y en el tesoro del palacio
de Israel real, y tomando rehenes, retornó con
ellos a Samaría.
A A i El año segundo de Joás, hijo de 15 El resto de los hechos de Joás, cuanto
* * Joacaz, rey de Israel, comenzó a hizo, sus hazañas y la guerra que hizo a
reinar Amasias, hijo de Joás, rey de Ju- Amasias, rey de Judá, ¿no está escrito
dá. 2 Tenía veinticinco años cuando co en el libro de las crónicas de los reyes
menzó a reinar, y reinó veintinueve años de Israel?
en Jerusalén. Su madre se llamaba Joa- 16 Joás se durmió con sus padres, y fue
dán, de Jerusalén. 3 Hizo lo recto a los sepultado en Samaría con los reyes de
ojos de Yavé, no, sin embargo, como Israel. Le sucedió Jeroboam, su hijo.
David, su padre. Obró enteramente como 17 Amasias, hijo de Joás, rey de Judá,
había obrado Joás, su padre. 4 No des vivió quince años después de la muerte
aparecieron los altos, y el pueblo siguió de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel.
ofreciendo sacrificios y perfumes en ellos. 18 El resto de los hechos de Amasias,
5 Cuando hubo afirmado en sus manos el ¿no está escrito en el libro de las crónicas
reino, castigó a los servidores que habian de los reyes de Judá?
matado al rey, su padre; * 6 pero no hizo 19 Se tramó contra él una conjuración
morir a los hijos de los asesinos, según en Jerusalén, y huyó a Laquis, pero le
10 que está escrito en el libro de la Ley persiguieron hasta Laquis y allí le dieron
de Moisés, donde manda Yavé: «No se muerte. * 20 Le trajeron en caballos, y fue
hará morir a los padres por los hijos ni sepultado en Jerusalén con sus padres,
se hará morir a los hijos por los padres, en la ciudad de David. 21 Todo el pueblo
sino que se hará morir a cada uno por de Judá tomó a Azarías, hijo de Amasias,
su pecado». y le puso sobre el trono, a la edad de
7 Batió a diez mil edomitas en el valle dieciséis años, en lugar de Amasias, su
de la Sal. Conquistó en la guerra Sela, padre. 22 Azarías reedificó a Elat y la
la llamó Joctel, nombre que conserva restituyó al dominio de Judá después
oy todavía. * de dormirse el rey con sus padres.
* Entonces mandó Amasias mensajeros 23 El año quince de Amasias, hijo de
a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey Joás, rey de Judá, comenzó a reinar sobre
de Israel, para decirle: «Ven, que nos Israel en Samaría Jeroboam, hijo de Joás,
veamos las caras». 9 Joás, rey de Is rey de Israel, y reinó cuarenta y un años
rael, hizo decir a Amasias: «El cardo del 24 Hizo el mal a los ojos de Yavé. No
Líbano mandó decir al cedro del Líbano: se apartó de ninguno de los pecados de
Dame tu hija por mujer para mi hijo. Jeroboam, hijo de Nabat, que había he
Las fieras del Líbano pasaron y pisotea cho pecar a Israel. 25 Recobró el territorio
ron el cardo. 10 Tú has batido a los edo de Israel desde la entrada de Jamat hasta
mitas, y tu corazón se ha envanecido. el mar del Arabá, según la palabra que
Goza tu gloria y quédate en casa. ¿Para había dicho Yavé, Dios de Israel, por
qué meterte en una empresa desafortu medio de su siervo Jonás, profeta, hijo
nada, que será tu ruina y la de Judá?» de Amitai, de Gat Jefer. * 26 Porque ha
11 Pero Amasias no le escuchó, y Joás, bía visto Yavé la amarga aflicción de
rey de Israel, subió y se vieron las caras Israel, a la que todos, esclavos y libres,
él y Amasias, rey de Judá, en Betsames, habían sido reducidos, sin que hubiera
que está en Judá. 12 Judá fue batido por25 quien pudiera socorrer a Israel. 27 No ha-
25 Es el cumplimiento del vaticinio de Elíseo (w .15 ss.).
•jj A 5 El rey ejecuta un acto de justicia castigando a los regicidas; pero obedece la ley de que
* *■ ’ no deben pagar los hijos por los padres (Dt 24*16; Ez 18,19 s.).
7 Los reyes ae Judá tenían gran interés en ejercer dominio sobre Sela o Joctel, porque por su
territorio pasaba el camino de las caravanas que hacían el comercio con el mar Rojo.
19 Sin duda que Amasias fue aquí la víctima de su gran imprudencia en entrar en guerra con
Israel. No es raro que las guerras infortunadas conmuevan aun los tronos más bien asentados.
25 La obra de restauración comenzada por Joás fue terminada felizmente por su hijo Jero
boam II, que logra reconquistar todo el antiguo territorio de Israel. Es la postrera señal de vida
que Dios otorga al reino del Norte.
I i IIKYM 14-15 400
lila resuelto Yavé todavía raer el nombre 12 Así se cumplió lo que Yavé había
«le Israel de debajo del cielo, y le libró declarado a Jehú, diciendo: «Tus hijos
por medio de Jeroboam, hijo de Joás. se sentarán en el trono de Israel hasta
28 El resto de los hechos de Jeroboam,
la cuarta generación».
cuanto hizo, sus hazañas en la guerra 13 Selum, hijo de Jabes, comenzó a rei
y cómo restituyó al dominio de Israel nar el año treinta y nueve de Ozías (Aza
Damasco y Jamat, ¿no está escrito en el rías), rey de Judá, y reinó un mes en
libro de las crónicas de los reyes de Is Samaría. * 14 Menajem, hijo de Gadí, su
rael? 29 Jeroboam se durmió con sus pa bió de Tirsa a Samaría; hirió a Selum,
dres, los reyes de Israel, y le sucedió hijo de Jabes, matándole, y le sucedió.
Zacarías, su hijo. 15 El resto de los hechos de Selum y la
conspiración que tramó está escrito en el
A zarías, re y de Ju d á libro de las crónicas de los reyes de Israel.
1 | J 1 El año veintisiete de Jeroboam, 16 Entonces Menajem castigó a Tapuaj
rey de Israel, comenzó a reinar y cuanto en ella había, con su territorio,
Azarías, hijo de Amasias, rey de Judá. desde Tirsa, porque no había querido
2 Tenia dieciséis años cuando comenzó a abrirle sus puertas, y abrió el vientre de
reinar, y reinó cincuenta y dos años en todas las mujeres encinta.
Jerusalén. Su madre se llamaba Jolía, de 17 El año treinta y nueve de Azarías,
Jerusalén. rey de Judá, comenzó a reinar en Israel
3 Hizo lo que es recto a los ojos de Menajem, hijo de Gadí, y reinó diez años
Yavé, enteramente como lo había hecho en Samaría.
Amasias, su padre, 4 pero los altos no 18 Hizo lo malo a los ojos de Yavé, y
desaparecieron, y el pueblo seguía ofre no se apartó, mientras vivió, de los peca
ciendo sacrificios y perfumes en ellos. dos de Jeroboam, hijo de Nabat, que
5 Yavé hirió de lepra al rey, y leproso había hecho pecar a Israel. 19 Ful, rey
estuvo hasta el día de su muerte, y mo de Asiría, vino a Israel, y Menajem le
raba en una casa aislada. Jotam, su hijo, dio a Ful mil talentos de plata para que
estaba a la cabeza del palacio y juzgaba le ayudase a consolidar el reino en sus
al pueblo.* manos.* 20Menajem, para obtener esta
6 El resto de los hechos de Azarías, cantidad, hizo una derrama sobre todos
cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro los que en Israel eran ricos, imponiendo
de las crónicas de los reyes de Judá? a cada uno cincuenta siclos de plata
7 Azarías se durmió con sus padres, y para dárselos al rey de Asiria. El rey de
fue sepultado con ellos en la ciudad de Asiría se volvió, y por entonces no se
David. Le sucedió Jotam, su hijo. quedó en la tierra.*
21 £1 resto de los hechos de Menajem,
Zacarías, Selu m , M en ajem , P ccajy a cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro
y Pecaj, reyes de Israel de las crónicas de los reyes de Israel?
22 Menajem se durmió con sus padres, y
8 El año treinta y ocho de Azarías, le sucedió Pecajya, su hijo.
rey de Judá, comenzó a reinar sobre Is 23 El año cincuenta de Azarías, rey de
rael, en Samaría, Zacarías, hijo de Jero Judá, comenzó a reinar en Israel, en Sa
boam, y reinó seis meses. 9 Hizo lo que maría, Pecajya, hijo de Menajem, y reinó
era malo a los ojos de Yavé, como lo dos años. 24 Hizo lo malo a los ojos de
habían hecho sus padres, y no se apartó Yavé, y no se apartó de los pecados de
de los pecados de Jeroboam, hijo de Na Jeroboam, hijo de Nabat, que hizo pecar
bat, que había hecho pecar a Israel. io Se a Israel. 25 Pecaj, hijo de Romelía, su
lum, hijo de Jabes, conspiró contra él, y oficial, conspiró contra él, y le hirió en
le hirió en Jiblaam, dándole muerte. El Samaría, en la torre del palacio del rey,
le sucedió. * en unión de Argob y Arie y de cincuenta
u El resto de los hechos de Zacarías hombres de entre los hijos de Galad que
escrito está en el libro de las crónicas le seguían. Así dio muerte a Pecajya, y
de los reyes de Israel. le sucedió.
■I C 5 La lepra era considerada como un castigo enviado por Yavé por algún pecado (2 Par 26,
* ** 20 s.). Jotam se hace cargo de la regencia del reino en nombre del rey enfermo. Rasgo este
muy laudable y que honra al hijo, el cual no siente prisa por ceñirse La corona.
10 Así termina la dinastía de Jehú. a quien se había prometido que duraría hasta la cuarta
generación, esto es, que tendría cuatro reyes (10,30).
1 3 Selum experimentó bien pronto en sí la justicia de Dios.
19 Ful, en asirio Pulu, es el nombre de Teglatfalasar como rey de Babilonia, y reinó por los
años 745-728 a. C. El tributo fue pagado el año 738. Con Menajem figuran en los documentos
babilónicos Rasón, de Damasco; Hiram, de Tiro, y la reina de Arabia.
20 Los 1.000 talentos de plata hacían tres millones de siclos, que divididos por 50 nos dan
60.000 personas que debieron soportar el tributo. Dato interesante para conocer la potencia econó
mica del reino: el valor del siclo era de 14 gr., unas tres pesetas.
401 I I B EY ES 15-16
26 El resto de los hechos de Pecajya, de Jotam, cuanto hizo, ¿no está escrito
cuanto hizo, escrito está en el libro de las en el libro de los reyes de Judá? 37 En
ciánicas de los reyes de Israel este tiempo comenzó a mandar Yavé con
27 El año cincuenta y dos de Azadas, tra Judá a Rasín, rey de Siria, y a Pecaj,
rey de Judá, comenzó a reinar en Israel, hijo de Romelía.*
en Samaría, Pecan hijo de Romelía, y 38 Jotam se durmió con sus padres, y
reinó veinte años. 28 Hizo lo malo a los fue sepultado con ellos en la ciudad de
ojos de Yavé y no se apartó de los peca David, su padre. Le sucedió Ajaz, su
dos de Jeroboam, hijo de Nabat, que hijo.
había hecho pecar a Israel 29 En tiempo Ajaz, rey de Judá
de Pecaj, rey de Israel, Teglatfalasar, rey
de Asiría, vino y tomó Ayón, Abel Bet j g 1 El año diecisiete de Pecaj, hijo
Maca, Janoaj, Quedes y Jasor, Galay y A v de R om elía, com en zó a reinar
Ajaz, hijo de Jotam, rey de Judá; 2 tenía
Ajaz veinte años cuando comenzó a rei
nar, y reinó dieciséis años en Jerusalén.
N o hizo lo recto a los ojos de Yavé, su
Dios, como lo había hecho David, su
padre. * 3 Marchó por el camino de los
reyes de Israel, y hasta hizo pasar a su
hijo por el fuego, según las abominacio
nes de las gentes que Yavé había expulsa
do ante los hijos de Israel 4 Ofrecía sa
crificios y perfumes en los altos, en los
collados y bajo cualquier árbol frondoso.
5 Entonces Rasín, rey de Siria, y Pecaj,
hijo de Romelía, rey de Israel, subieron
Teglatfalasar, rey de Asiria, en su carro triunfal contra Jerusalén para atacarla, y sitiaron
a Ajaz, pero no pudieron vencerle. * 6 En
la Galilea, todo el territorio de Neftalí, el mismo tiempo el rey de Edom sometió
y llevó a sus habitantes cautivos a Asiría. * a Elat al dominio de Edom, expulsando
30 Oseas, hijo de Ela, conspiró contra de ella a los judíos, y los edomitas se
Pecaj, hijo de Romelía, y le hirió, dándole establecieron en Elat, y allí habitan hasta
muerte, y sucediéndole el año veinte de el día de hoy.
Jotam, hijo de Ozías (Azadas). 31 El resto 7 Ajaz mandó mensajeros a Teglatfala
de los hechos de Pecaj, cuanto hizo, escrito sar, rey de Asiria, para decirle: «Tu siervo
está en el libro de las crónicas de los reyes soy y tu hijo. Sube y líbrame de las manos
de Israel del rey de Siria y de las del rey de Israel,
32 El año segundo de Pecaj, hijo que se alzan contra mí». * 8 El rey cogió
de
Romelía, rey de Israel, comenzó a reinar la plata y el oro que había en la casa de
Jotam, hijo de Ozías (Azadas), rey de Yavé y en el tesoro del palacio del rey y
Judá. 33 Tenía veinticinco años cuando se lo mandó como presente al rey de Asiria.
comenzó a reinar, y reinó dieciséis años 9 El rey de Asiría le dio oídos, y subió
en Jerusalén. Su madre se llamaba Jerusá, contra Damasco, la tomó y llevó a sus
hija de Sadoc. 34 Hizo lo recto a los ojos habitantes cautivos a Quir, y dio muerte
de Yavé, enteramente como lo había he a Rasín. 10 El rey Ajaz fue a Damasco
cho Ozías (Azadas), su padre; 35 pero no para ver a Teglatfalasar, rey de Asiría, y
desaparecieron los altos, y el pueblo se habiendo visto el altar que había en Da
guía ofreciendo sacrificios y perfumes en masco, mandó luego al sacerdote Urías
ellos. Jotam edificó la puerta superior de el modelo y la forma exacta del altar,
la casa de Yavé. 36 El resto de los hechos ii El sacerdote Drías construyó uno, ajus-
29 Teglatfalasar III, en los años 734-732, se lanzó sobre el occidente, venció a los sirios y redujo
el reino de Damasco a provincia asiria. Fue en esta ocasión cuando invadió el norte del reino de
Israel, llevándose cautiva la población. Tal vez Tobías pertenecía a esta cautividad, pero es indu
dable que a ella alude Isalas en 8,23 ss.
37 Ocurrió este suceso, al que se liga la profecía de Emmanuel (Is 7,1 ss.), al comienzo del
año 734, y el propósito de estos dos reyes parece haber sido obligar a Judá a entrar en la coalición
contra los asirios. La llegada de éstos fue lo que libró a Jerusalén.
•jj £ 2 Maravilla ese cambio brusco, tan frecuente en la vida religiosa de Israel. Señal clara de
■ ^ que los juicios sobre la conducta de los reyes no responden del todo a la vida del pueblo.
Luchaban de una parte los fíeles a Yavé, de otra los seguidores de los ídolos; pero ia mayoría se
dejaba llevar de un sincretismo religioso en que entraba el culto a Yavé con el de los dioses extran
jeros.
5 Es la invasión de que se habla en 16,37.
7 Esta embajada de Ajaz at asirio nos explica la respuesta del rey a Isaías y la réplica de éste al
rey en Is 7,13 as.
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se dio por rey a Jeroboam, hijo de Nabat, blecerse allí y les ensefle el modo de
que los apartó de Yavé e hizo cometer a servir al dios de aquella tierra».*
Israel un gran pecado. 22 Los hijos de 28 Vino, pues, a establecerse en Bétel
Israel se dieron a todos los pecados de un sacerdote de los que habían sido lle
Jeroboam, que él comenzó, y no se apar vados cautivos a Samaría, y les enseñó
taron de ellos 2324hasta que Yavé arrojó cómo habían de servir a Yavé.* 29Pero
a Israel lejos de su presencia, como lo las gentes aquellas se hicieron cada una
había anunciado por todos sus siervos sus dioses en las ciudades que habitaban
los profetas. E Israel ha sido llevado v los pusieron en los altos edificados por
cautivo lejos de su tierra, a Asiría, donde ios de Samaría. 30 Las gentes de Babilonia
está hasta el día de hoy. * se hicieron su Sucot Benot; las de Cuta,
24 El rey de Asiría mandó gentes su Nergal; 31 las de Jamat, su Asima;
de
Babilonia, de Cuta, de Ava, de Jamat y las de A va, su Nibján y Tartac, y las de
de Sefarvaím, y las estableció en las ciuda Sefarvaím pasaban a sus hijos por el
des de Samaría, en lugar de los hijos de fuego, en honor de Adramelec y Aname-
Israel. Se posesionaron de Samaría y ha lec, dioses de Sefarvaím. 32 También ser
bitaron en sus ciudades. * 25 Cuando co- vían a Yavé, y se dieron sacerdotes de
23 Es la definitiva destrucción y desaparición del reino del Norte. Las causas de esta ruina
fueron muchas. La principal de todas, la corrupción religiosa. No dejaron de influir también pode
rosamente las constantes revueltas políticas, acompañadas muchas veces de regicidios y cambios
de dinastías. La persistencia de esta desaparición se explica por la paganización de la inmensa ma
yoría del pueblo, que se diluyó luego entre los pueblos a que fue llevado cautivo. Los pocos que se
conservaron fieles se incorporaron después a Judá.
24 Era esto un verdadero trasiego de los pueblos. De estos orientales y de los pocos israelitas
que habían quedado en la patria salió luego la nación samaritana.
25 Despoblado el país, lo invaden las fieras, y los pueblos, supersticiosos, lo atribuyen a que
no honran al Dios de la tierra, el cual por eso se enoja y los castiga.
27 Estas casi universales transmigraciones eran parte de la política de los reyes de Asiria. Los
nuevos colonos se creen obligados a adorar al Dios de la tierra, pero al mismo tiempo siguen dando
culto a los dioses, originando esa inconcebible mezcla cultual religiosa que caracterizó a los sama-
ritanos y los hizo tan odiosos a los judíos (Jn 4,9).
28 Según Esd 4,2, el envío de estos pueblos a Samaría fue obra de Asaradón (681-668). Con
ellos vino a consumarse la obra del sincretismo religioso de Israel. Con razón los judíos, al volver
del cautiverio purificados de sus antiguos errores, no quisieron unirse con este pueblo samarítano.
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uuln. mayordomo del palacio del rey; a han quemado sus dioses; pero ésos no
Sobna, secretario, y a los sacerdotes más eran dioses; eran obra de la mano del
ancianos, cubiertos de saco, al profeta hombre, leño y piedra, y ellos los aniqui
Isaías, hijo de Amós, 3 para que le dije laron. 19 Líbranos, pues, Yavé, Dios nues
ran: «Así habla Exequias: Hoy es día de tro, líbranos de la mano de Senaquerib,
angustia, de castigo y de oprobio, como y que todos los reinos de la tierra sepan
si los hijos estuvieran puru salir del seno que sólo tú eres Dios, ¡oh Yavé!»
de sus madres y no luí hiera fuerza para 20 Entonces Isaías, hijo de Amós, man
el alumbramiento. 4 ¿No habrá oído Dios dó a decir a Ezequías: «Así habla Yavé,
las palabras del coporo mayor, que el rey Dios de Israel: He escuchado la plegaria
de Asiria, su señor, ha mandado para in que tú me has dirigido a causa de Sena
sultar al Dios vivo, y dejará Yavé, tu querib, rey de Asiria. * 21 He aquí la pa
Dios, de castigar las palabras que ha labra que Yavé ha pronunciado contra é l:
oído? Haz, pues, subir a El una plega Te desprecia y se burla de ti, virgen
ria por el resto que aún queda». hija de Sión;
5 Los servidores del rey Exequias fue Detrás de ti El mueve la cabeza, hija
ron a Isaías, 6 e Isuías les dijo: «He aquí de Jerusalén.
lo que diréis a vuestro señor: Así habla 22 ¿A quién has insultado y ultrajado
Yavé: No te asusten las palabras que has tú? ¿Contra quién has alzado tu voz?
oído, con las que los servidores del rey ¿Contra quién alzaste tus ojos? ¡Con
de Asiria me han ultrajado. 7 Yo voy a tra el Santo de Israel!
poner sobre él un espíritu tal, que al oír 23 Por tus mensajeros has ultrajado al
una noticia que recibirá se volverá luego Señor y has dicho:
a su tierra, y allí, en su tierra, yo le haré Con el poder de mis carros subo yo a
morir a espada». 8 El copero mayor se las altas montañas, a las cimas del Lí
retiró y se vio con el rey de Asiria, que bano.
estaba atacando a Libna, pues se le dijo Derribo los altos cedros, los selectos
que se había retirado de Laquis. 9 Dié- cipreses;
ronle noticia de Taraca, rey de Etiopía,
Penetro en los más remotos lugares,
diciendo: «Se ha puesto en marcha para en los más espesos bosques.
atacarte». 24 Yo alumbro las aguas extranjeras pa
El rey de Asiría mandó entonces de
nuevo mensajeros a Ezequías, diciendo: ra refrescarme con ellas
10 «Hablad así a Ezequías, rey de Judá: Y con la planta de mi pie seco todos
Que tu Dios, en quien confías, no te en los ríos de Egipto.
gañe, diciendo: Jerusalén no será entre 25 ¿No lo has oído tú? Desde mucho
gada en manos del rey de Asiría, ti Bien ha lo he preparado yo;
sabéis lo que los reyes de Asiría han he Desde muy antiguo lo he planeado yo,
cho con todos los pueblos y cómo los y ahora lo realizo;
han destruido; ¿y vas a librarte tú ?12 Los Que sirva para reducir a montones de
dioses de los pueblos que mis padres han ruinas las ciudades fortificadas.
destruido, ¿los libraron en Gozán, Harán, 26 Sean sus habitantes reducidos a la
Resef, y libraron a los hijos de Edén, que impotencia, aterrorizados y confusos,
habitan en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey Como la hierba de los campos, como
de Jamat, el rey de Arfad y el rey de la la hierba tierna,
ciudad de Sefarvaím, de Ana y de Ava?» Como las hierbas de los tejados, como
14 Ezequías tomó las cartas de mano el pasto quemado por el viento solano.
de los mensajeros y las leyó. Luego subió 27 Yo sé muy bien cuándo te levantas
a la casa de Yavé y las desplegó ante Ya y cuándo te sientas, y cuándo vienes y
vé, * 15 a quien hizo esta plegaria: «Yavé, cuándo vas.
Dios de Israel, que te sientas sobre los 28 Porque te has enfurecido contra mí
querubines: Tú, que eres el solo Dios de y han llegado a mis oídos tus bravatas,
todos los reinos de la tierra; tú, que has Por eso yo pondré mi anillo en tus
hecho los cielos y la tierra, ¡oh Yavé!, narices y mi freno en tus labios,
inclina tu oído y escucha. Abre, ¡oh Y te haré volver por el camino que has
Yavé!, tus ojos v mira. Oye las palabras traído.
que Senaquerib ha mandado a decir para 29 Y he aquí lo que te servirá de señal:
insultar al Dios vivo. 14*17 Es verdad, ¡oh Este año se comerá lo que retoñe, y el
Yavé!, que los reyes de Asiría han des año que viene lo que de sí brote.
truido pueblos y asolado tierras 18 y que Pero al tercer año sembrarás, y cose
14 Extiende Ezequías las cartas del asirio ante Dios, como pidiendo castigo por las blasfemias
que contenían.
20 La respuesta de Yavé la da el profeta Isaías, y sus palabras son una réplica enérgica a las
cartas blasfemas de Senaquerib.
407 I I REYES 19 -2 0
charás; plantaréis viñas y comeréis su dado ante ti fielmente y con corazón ín
fruto, * tegro y que he hecho lo que es bueno a
30 Pues el resto de la casa de Judá que tus ojos». Y Ezequías lloraba con gran
se salve y quede echará raices por debajo llanto. *
y dará frutos por arriba. 4 Isaías había salido; pero antes que
31 Porque saldrá de Jerusalén un resto, llegase al atrio central, recibió palabra de
y de la montaña de Sión los escapados. Yavé, que le dijo: 3 «Vuelve a Ezequías,
Y el celo de Yavé hará esto. jefe de mi pueblo, y dile: Así habla Yavé,
32 Por eso, así dice Yavé del rey de el dios de David, tu padre: He escuchado
Asiría: tu oración y he visto tus lágrimas. Te cu
No entrará ¿1 en esta ciudad ni meterá raré. Dentro de tres días subirás a la casa
en ella una ñecha. de Yavé. 6 Te añadiré otros quince años
Ni la acordonará con escudos ni alzará a tus días y te libraré a ti y a esta ciudad
contra ella empalizadas. de la mano del rey de Asiria, y protegeré
33 Se volverá por el camino por donde a esta ciudad por amor de mi y por amor
ha venido. No entrará en esta ciudad. Pa de David, mi siervo». *
labra de Yavé. 7 Isaías dijo: «Tomad una masa de hi
34 Yo protegeré esta ciudad y la salva gos». Tomáronla y se la pusieron sobre
ré por amor de mí y por amor de David, la úlcera, y Ezequías sanó. *
mi siervo». 8 Ezequías había preguntado a Isaías:
35 Aquella misma noche salió el ángel «¿En qué señal conoceré yo que Yavé me
de Yavé e hirió en el campamento de los curará y que el tercer día subiré a la casa
asirios a ciento ochenta y cinco mil hom de Yavé?» 9 Isaías le respondió: «He aquí
bres; y al levantarse por la mañana, to la señal por la que conocerás que Yavé
dos eran muertos. * cumplirá la palabra que ha pronuncia
36 Entonces Senaquerib, rey de Asiría, do: La sombra avanzará diez grados o re
levantó el campo y partió; se volvió y se trocederá diez grados». * l0 Y Ezequias
quedó en Nínive. 37 Mientras estaba pros dijo: «Poca cosa es que avance diez gra
ternado en el templo de Nisroc, su dios, dos; no así que retroceda diez grados».
Adramelec y Sarasa r, sus hijos, le hirie 11 Entonces Isaías, profeta, invocó a Ya
ron con la espada y huyeron a la tierra de vé, que hizo retroceder diez grados la
Ararat. Su hijo Asaradón reinó en su sombra en el reloj de Ajaz.
lugar. ,2 Por este tiempo, Merodac Baladán,
Enferm edad de E zequías hijo de Baladán, rey de Babilonia, man
do una carta y un presente a Ezequías,
A A i Por entonces enfermó de muerte pues había tenido noticia de su enferme
«U Ezequías, y el profeta Isaías, hijo dad. * 13 Ezequías dio audiencia a los men
de Amos, vino a él y le dijo: «Así dice sajeros y les enseñó todos sus tesoros, la
Yavé: Dispon de tu casa, porque vas a plata, el oro, los aromas y el aceite re
morir y no vivirás más». * 2 Ezequias vol finado, el arsenal y todo cuanto de pre
vió su rostro contra la pared y oró a Ya cioso había en el tesoro. Nada hubo que
vé, diciendo: Ezequías no les enseñara en la casa y en
3 «jOh Yavé! Ten en cuenta que he an29todas sus dependencias.
29 El asirio había devastado la tierra. No es extraño que la promesa de salud se dilate aún unos
años; pero al fin Jerusalén si» librará del asedio, y los fieles de Yavé verán aquí una prueba de la
protección divina sobre Jerusalén y un premio de la piedad del rey.
33 Si este suceso tuvo lunar en la primera expedición de Senaquerib por los años 701-700, la
muerte del rey asirio no se cumplió hasta pasados veinte años, 681; otra cosa sería si ocurrió en una
segunda expedición más próxima a la fecha de su muerte, como parecen persuadirlo algunos docu
mentos asirios y griegos. En todo caso murió mucho después de Ezequias.
20 1 Este capítulo se lee más completo en Is 38, en que se contiene además el cántico de
Ezequías. Ignoramos cuándo haya tenido lugar el suceso.
3 La vida de ultratumba se presentaba muy triste a los antiguos, para quienes no lucían las
esperanzas cristianas. Como la vida larga era una señal de la gracia de Dios, al contrario la vida corta,
y más la vida cortada de repente.
6 Esa promesa de librar la ciudad significaría que este suceso tuvo lugar antes de 701, o sea
692 menos 15.
7 Este verso no parece hallarse en su lugar, a menos de ver en los siguientes una señal de que
Dios le concederá los quince años más de vida, y no de que le sanará, como se dice en el v.8.
9 Tenían en el palacio un reloj solar, llamado cuadrante de Ajaz porque este rey lo había puesto.
El profeta promete hacer avanzar o retroceder la sombra que marcaba las horas. Ezequías elige lo
último como cosa en apariencia menos fácil.
12 Este príncipe caldeo combatió durante muchos años por la independencia de la Caldea y
de Babilonia contra el poder de los asirios hasta que Senaquerib logró arrojarlo del país a la tierra
de Elam por los años 694-693- No cabe duda de que esta embajada, cualquiera que fuera el pretexto,
miraba a organizar una resistencia contra el poder asirio. La ocasión más probable serla la de 705,
al morir Sargón, el gran batallador y padre de Senaquerib.
i i i i i : v kn 2 0 - 2 1 408
14 Isaías, profeta, vino luego a Eze- lomón, su hiio: «En esta casa, en Jerusa
quías y le dijo: «¿Qué han dicho esas lén, que he elegido entre todas las tribus
gentes que han venido a ti?» Ezequias de Israel, yo pondré para siempre mi
contestó: «Vienen de tierra lejana, de nombre. 8 N o haré errar más el pie de
Babilonia». 15 Isaías añadió: «¿Qué es lo Israel fuera de la tierra que yo he dado
que han visto de tu casa?» Ezequias res a sus padres, siempre que ellos cuiden de
pondió: «Han visto todo cuanto hay en poner por obra los mandamientos y las
la casa; les he enseñado todo mi tesoro, leyes que yo he prescrito a mi siervo Moi
sin dejar nada». * 16 Entonces Isaías le sés». 9 Pero ellos no obedecieron, y Ma
dije a Ezequias: «Escucha la palabra de nasés fue causa de que se descarriaran
Yavé: 17 Tiempo vendrá en que será lle e hicieran el mal, más todavía que las
vado a Babilonia todo cuanto hay en es gentes que Yavé había destruido ante los
ta casa, todo cuanto atesoraron tus pa hijos de Israel.
dres hasta hoy, sin quedar nada. 18 Y de Entonces Yavé habló por medio de
los hijos que de ti saldrán, de los engen sus siervos los profetas, diciendo: ti «Por
drados por ti, tomarán para hacer de ellos haber cometido Manasés, rey de Judá,
eunucos del palacio del rey de Babilonia». todas esas abominaciones, por haber obra
19 Ezequias respondió a Isaías: «Buena es do peor que antes de él obraron los amo*
la palabra de Yavé que has pronunciado. rreos, por haber hecho pecar a Judá con
Que durante mi vida haya paz». sus ídolos, 12 he aquí lo que dice Yavé,
20 El resto de los hechos de Ezequias, Dios de Israel: Voy a echar sobre Jerusa
todas sus hazañas, cómo hizo el estan lén y sobre Judá males que a quien los.
que y el acueducto y trajo las aguas a la oyere le retiñirán los oídos. 13 Yo echaré
ciudad, ¿no está escrito en el libro de las sobre Jerusalén la cuerda de Samaría y
crónicas de los reyes de Judá? * 21 Eze- la plomada de la casa de Ajab, y fregaré
quías se durmió con sus padres, y le su a Jerusalén como se friega un plato, vol
cedió Manasés, su hijo. viéndolo de un lado y de otro.14 Abando
naré el resto de mi heredad y se la entre
M anasés, re y de Judá garé a sus enemigos; y serán la presa y el
0 1 1 Doce años tenía Manasés cuan- botín de todos sus enemigos 15 por haber
«1 do comenzó a reinar, y reinó cin hecho lo malo a mis ojos y haberme irri
cuenta y cinco años en Jerusalén. Su ma tado desde el día en que sus padres salie
dre se llamaba Jafsiba. * O I2 Hizo el mal a ron de Egipto hasta hoy».
los ojos de Yavé, según todas las abomi 16 Derramó también Manasés mucha
naciones de las gentes que Yavé había sangre inocente, hasta llenar a Jerusalén
arrojado ante los hijos de Israel. 3 Reedi de un cabo al otro, sobre los pecados que
ficó los altos que Ezequias, su padre, ha él cometió y que hizo cometer a Judá,
bía destruido; alzó altares a Baal, levan haciendo el mal a los ojos de Yavé.
tó una asera, como había hecho Ajaz, rey 17 El resto de los hechos de Manasés,
de Israel, y se prosternó ante todo el ejér cuanto hizo, los pecados a que se entre
cito de los cielos y le sirvió. 4 Alzó alta gó, ¿no está escrito en el libro de las cró
res en la casa de Yavé, de la que Yavé nicas de los reyes de Judá?
había dicho: «Pondré mi nombre en Je ]8 Manasés se durmió con sus padres,
rusalén». 5 Alzó altares a todo el ejército y fue sepultado en el jardín de su casa,
de los cielos en los dos atrios de la casa en el jardín de Uza. Le sucedió Amón,
de Yavé. 6 Hizo pasar a su hijo por el su hijo.
fuego; se dio a la observación de las nu A m ón, rey de Ju d á
bes y de las serpientes, para obtener pro
nósticos, e instituyó evocadores de los es 19 Veintidós años tenía Amón cuando
píritus y adivinadores del porvenir. Hizo comenzó a reinar, y reinó dos años en
enteramente lo que es malo a los ojos de Jerusalén. Su madre se llamaba Mesule-
Yavé para irritarle. 7 También alzó en met, hija de Jarus, de Yotbá.
la casa de Yavé la asera, en la casa de 20 Hizo el mal a los ojos de Yavé, co
que Yavé había dicho a David y a Sa mo lo había hecho Manasés, su padre,
15 En el supuesto de lo dicho en la nota precedente, Ezequias habría mostrado a los caldeos
todos los recursos con que podía contar para la guerra que se proyectaba. El vaticinio del profeta
viene muy a propósito. Esas riquezas vendrán a parar a Babilonia, pero un siglo más tarde.
20 Subsiste aún hoy la galería que conduce el agua desde la fuente de Guijón hasta la piscina
de Siloé; en ella fue hallada una inscripción: el himno triunfal de los obreros cuando acabaron su
tarea. El Eclesiástico hace mención de esta obra, que se ordenaba a asegurar a la ciudad las aguas
de la fuente (48,19 ss.).
O I 1 Las lineas que siguen parecen significar que Ezequias no fue bastante previsor en lo que
* * toca a su sucesión, pues o la regencia a quien dejó encomendado a su hijo no era lo que
debía ser, o la fuerza del paganismo era tan poderosa que, al morir el rey, se sobrepuso a la obra
reformadora de tantos años.
409 I I REYES 2 1 -2 2
21 y siguió en todo el camino que había criba, lo leyó, 9 y fu© luego a dar cuenta al
seguido su padre. Sirvió a los ídolos a que rey, y le dijo: «Tus siervos han reunido
había servido su padre y se prosternó an el dinero que había en el templo y se lo
te ellos, 22 apartándose de Yavé, Dios de han entregado a los encargados de hacer
sus padres, y no siguiendo sus caminos. las obras en la casa de Yavé». 10 Y aña
23 Los servidores de Amón conspiraron dió: «El sacerdote Helcías me ha entre
contra él y mataron al rey en su casa; gado este libro»; y lo llevó delante del
24 pero el pueblo castigó a todos los que rey. *
habían conspirado contra el rey Amón, ii Cuando oyó el rey las palabras del
y puso por rey a Josías, su hijo, en lugar libro de la Ley, rasgó sus vestiduras 12 y
suyo. dio esta orden al sacerdote Helcías, a Aji-
El resto de los hechos de Amón, lo cam, hijo de Safán; a Acbor, hijo de Mi-
que hizo, ¿no está escrito en el libro de queas; a Safán, secretario, y a Asaya, mi
las crónicas de los reyes de Judá? nistro del rey: i3 «Id a consultar a Yavé
26 Fue sepultado en su sepulcro en el por mi, por el pueblo y por todo Judá
jardín de Uza, y le sucedió Josías, su hijo. respecto de las palabras del libro que se
ha encontrado, porque seguro que es
Josías, rey de Judá grande la cólera de Yavé contra nosotros
por no haber obedecido nuestros padres
O O l Ocho años tenia Josías cuando las palabras de este libro y no haber pues
comenzó a reinar, y reinó treinta to por obra cuanto en él se nos manda». *
y un años en Jerusalén. Su madre se lla 14 El sacerdote Helcías, Ajicam, Acbor,
maba Jedida, hija de Adaya, de Boscat. * Safán y Asaya fueron a la profetisa Jolda,
2 Hizo lo que es recto a los ojos de mujer de Salum, hijo de Tecua, hijo de
Yavé y siguió en todo el camino de Da Jarjam, guardarropa, qus moraba en Je
vid, su padre, sin apartarse ni a la dere rusalén, en el otro barrio de la ciudad.
cha ni a la izquierda. Una vez que le hablaron, * w les dijo ella:
3 El año dieciocho del reinado de Jo «Así habla Yavé, Dios de Israel: Decid al
sías mandó el rey a la casa de Yavé a Sa que a mí os ha enviado: 16 Así dice Yavé:
rán, secretario, hijo de Asalía, hijo de Me- Yo voy a hacer venir sobre este lugar y
sulam, dicióndole: * 4 «Sube a Helcías, su sus habitantes los males de que habla este
mo sacerdote, y que reúna el dinero que libro que el rey de Judá ha leído ; 17 por
haya en la casa de Yavé y que han recau que me han dejado y han quemado per
dado del pueblo los guardias de la puerta, fumes a otros dioses, irritándome con la
5 y lo entregue a los encargados de hacer obra de sus manos, y mi cólera se ha en
las obras en la casa de Yavé, empleándolo cendido contra este lugar, y no se apa
en pagar a los que trabajan en las obras gará; 18 pero diréis al rey de Judá, que
de reparación de la casa de Yavé, 6 a los os envía para consultar a Yavé: Asi dice
carpinteros, a los maestros y albañiles, y Yavé, Dios de Israel: Acerca de las pala
en pagar la madera y las piedras talladas bras de este libro que tú has oído, 19 por
para la reparación de la casa. 7 Pero que haberse conmovido tu corazón y haberte
no se les exijan cuentas del dinero que se humillado ante Yavé al oir lo que yo he
les entregue, por ser gente de probidad». anunciado contra este lugar y contra sus
habitantes, que serán objeto de espanto
Hallazgo del libro de la L e y y de execración; por haber rasgado tus
8 Entonces Helcías, el sumo sacerdote,vestiduras y haber llorado ante mí, yo
dijo a Safán, secretario: «He encontrado también te he oído a ti, dice Yavé, 20 y
en el templo de Yavé el libro de la Ley». por eso yo te recogeré a tus padres y se
Helcías dio el libro a Safán, y Safán, es rás sepultado en paz, y no verán tus ojos
2 2 1 El reinado de Josías abarca desde 638 hasta 607. El juicio de su conducta es bueno, como
“ “ no se lee de ningún otro rey, ya que éste tomó a pechos implantar la reforma según el Deu-
teronomio.
3 E s t a o b r a d e r e s t a u r a c i ó n n o c o m e n z ó h a s t a e l 6 2 1 ( c f . 1 2 , 4 s s .) .
10 Es de lamentar que el texto sagrado no nos ofrezca más detalles sobre este hallazgo. Parece
natural suponer que el libro fué hallado en el santuario, donde estuvo olvidado en aquellos largos
y tristes años de prevaricación.
1 3 N o c a b e d u d a d e q u e s e t r a ta d e l lib r o d e la L e y , e n e l c u a l s e le e n la r g o s c a p ítu lo s s o b r e
l a s s a n c io n e s d i v i n a s c o n t r a l a n a c ió n s í o l v i d a l a o b s e r v a n c i a d e l a L e y ( c f . L e v 2 6 y D t 2 8 ) . D i s
c u t e n l o s a u t o r e s s i l o h a l l a d o f u e e l P e n t a t e u c o , e l D e u t e r o n o m i o o u n a p a r t e d e é s t e . S e a d e e llo
lo q u e q u i e r a , l a s o r p r e s a y g r a n c o n m o c ió n q u e e n e l r e y y e n e l p u e b l o p r o d u c e e l h a l l a z g o m u e s
t r a n c l a r a m e n t e h a s t a q u é p u n t o h a b í a n d a d o a l o l v i d o la L e y d e D i o s . L a r e f o r m a d e J o s í a s p a r e c e
e n t e r a m e n t e a ju s t a d a a l D e u t e r o n o m io .
14 Como en todos los casos graves, se consulta al Señor por un profeta. En el presente es una
profetisa, moradora de Jerusalén, la que es consultada, y la respuesta está en consonancia con lo
que se lee en 1 Re 21,29 8. Se hace gracia al rey en atención a su piedad, pero la nadón sufrirá las
sanciones divinas.
II N ti YKM 2 2 - 2 3 410
todos los males que yo haré venir sobre sus hermanos. 10 El rey profanó el Tofet
este lugar». Ellos llevaron al rey esta res del valle de los hijos de Hinón, para que
puesta. nadie hiciera pasar a su hijo o su hija
por el fuego en honor de Moloc. 11 Hizo
IIQ 1 El rey hizo reunir junto a él a to- desaparecer de la entrada de la casa de
» * 5 dos los ancianos de Judá y de Jeru Yavé los caballos que los reyes de Judá
salén, * 2 y subió luego a la casa de Yavé habían dedicado al sol, cerca de la ha
con todos los hombres de Judá y todos bitación del camarero Natanmelec en el
los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, atrio. Quemó los carros del sol, ^ d e
los profetas y todo el pueblo, desde el molió los altares que había en la terraza
más pequeño hasta el más grande, y leyó de la cámara alta de Ajaz, que habían
delante de ellos todas las palabras del alzado los reyes de Judá, y los altares que
libro de la alianza que se había encontrado había hecho Manasés en los dos atrios
en la casa de Yavé. 3 Estaba el rey en de la casa de Yavé; y después de destro
pie junto a la columna; e hizo alianza zarlos y quitarlos de allí, arrojó el polvo
con Yavé de seguir a Yavé y guardar sus al valle de Cedrón. 13 Profanó el rey los
mandamientos, sus preceptos y sus leyes, altos que había al oriente de Jerusalén,
con todo su corazón y toda su alma, po al mediodía del monte de los Olivos, que
niendo por obra las palabras de esta Salomón, rey de Tsrael, había erigido a
alianza escritas en el libro. Todo el pueblo Astarté, la abominación de los sidonios;
confirmó esta alianza. a Camos, abominación de los moabitas, y
a Milcom, la abominación de los amoni
D estru cció n d e la idolatría tas. 14 Destrozó los cipos, derribó las ase
4 El rey mandó al sumo sacerdote, Hel- ras y llenó los lugares donde estaban de
cías; a los sacerdotes de segundo orden huesos humanos. Derribó también el
y a los que hacían la guardia a la puerta altar de Bétel, el alto que había hecho
que sacaran del templo de Yavé todos Jeroboam, hijo de Nabat, que había he
los enseres que habían sido hechos para cho pecar a Israel; destrozó sus piedras y
Baal, para asera y para toda la milicia las redujo a polvo y quemó la asera.
del cielo, y los quemó fuera de Jerusalén, Cuando Josías se volvía de allí vio
en el valle de Cedrón, e hizo llevar las los sepulcros que había en la montaña,
cenizas a Bétel. * s Expulsó a los sacer y mandó sacar de ellos los huesos y los
dotes de los ídolos, puestos por los reyes quemó sobre el altar, profanándolo, con
de Judá para quemar perfumes en los forme a la palabra de Yavé, pronunciada
altos, en las ciudades de Judá y en los por el hombre de Dios que había anun
alrededores de Jerusalén; a los que ofre ciado esto. 17 Y preguntó: «¿Qué monu
cían perfumes a Baal, al Sol, a la Luna, mento es aquel que veo allí?» Los ha
al Zodíaco y a toda la milicia de los cie bitantes de la ciudad le respondieron:
los. 6 Sacó la avera fuera de la casa de «Es el sepulcro del hombre de Dios que
Yavé, fuera de Jerusalén, al valle de Ce vino de Judá y anunció estas cosas que
drón, y la quemó allí, reduciéndola a tú has hecho con el altar de Bétel». *
ceniza, que hizo arrojar a la sepultura ts Entonces dijo él: «Dejadle en paz. Que
común del pueblo. 7 Derribó los lugares nadie remueva sus huesos». Así se con
de prostitución idolátrica del templo de servaron intactos sus huesos, juntos con
Yavé, donde las mujeres tejían tiendas los del profeta que procedía de Samaría.
para asera. 8 Hizo venir de las ciuda 19 Josías hizo también desaparecer todos
des de Judá a todos los sacerdotes, pro los templos de los altos de las ciudades
fanó los altos donde los sacerdotes que de Samaría, que habían hecho los reyes
maban perfumes, desde Gueba hasta Ber- de Israel para irritar a Yavé; hizo con
seba; derribó los altos de los sátiros que ellos enteramente como había hecho con
había delante de la puerta del gobernador Bétel. 20 Inmoló sobre los altares a todos
Josué, a mano izquierda de la puerta de los sacerdotes de los altos que había allí
la ciudad. 9 Sin embargo, los sacerdotes y quemó huesos humanos en el sitio donde
de los altos no subían al altar de Yavé en habían sido elevados. Después se volvió a
Jerusalén, pero comían panes ácimos con Jerusalén.
hiihiii de dar para entregarlo al faraón allí todos los tesoros del templo de Yavé
Nccao. y los tesoros del palacio real; rompió
36 Veinticinco años tenía Joaquim cuan todos los utensilios que Salomón, rey de
do comenzó a reinar, y reinó once años Tsrael, había hecho para el templo de
en Jerusalén. Su madre se Huma ha Sebida, Yavé, conforme a lo que Yavé había
hija de Pedaya, de Ruma. 31 Hizo el mal anunciado. 14 Llevó cautiva a toda Jeru
a los ojos de Yavé, enteramente como lo salén, a todos los jefes y a todos los
habían hecho sus padres. hombres de importancia, en número de
diez mil, con todos los carpinteros y
A i 1 En su tiempo, Nabucodonosor, herreros, no dejando más que a la gente
<6*1 rey de Babilonia, se puso en cam pobre de la tierra. 15 Deportó a Joaquín
paña. Joaquim le había estado sujeto du a Babilonia, y llevó cautivos, de Jerusalén
rante tres años, peni luego se volvió y se a Babilonia, a la madre del rey, a las
rebeló contra él. * 2 Entonces mandó Yavé mujeres del rey, a sus eunucos, a los gran
contra Jcaquim tropas caldeas, tropas de des de la tierra; 16 a todos los hombres
1os sirios, tropas de los moabitas y de los de armas, en número de siete mil, y a los
amonitas; las envió contra Judá para carpinteros y herreros, en número de mil.
destruirle, según la palabra que Yavé A todos los hombres de valer aptos para
había pronunciado por sus siervos los la guerra, el rey de Babilonia los llevó
profetas.3 No sucedió esto sino por orden cautivos a Babilonia. 17 Luego puso por
de Yavé, que quería arrojar a Judá de su rey, en lugar de Joaquín, a Matanías,
presencia a causa de los pecados come su tío, mudándole el nombre en el de
tidos por Manasés 4 y de la sangre ino Sedecías.
cente derramada por Manasés, que había
llenado a Jerusalén, que no quiso Yavé Sedecías, último rey de Judá. Asedio,
perdonar. toma y destrucción de Jerusalén
s El resto de los hechos de Joaquim,
cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro 18 Veintiún años tenía Sedecías cuando
de las crónicas de los reyes de Judá? comenzó a reinar, y reinó once años en
6 Joaquim se durmió con sus padres, y Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal,
le sucedió Joaquín, su hijo. hija de Jeremías, de Libna.
7 El rey de Egipto no salió ya más de 19 Hizo el mal a los ojos de Yavé, en
su tierra, porque el rey de Babilonia se teramente como lo había hecho Joaquín,
habla apoderado de cuanto era del rey 20 por la cólera de Yavé contra Jerusalén
de Egipto, desde el torrente de Egipto y contra Judá, que Yavé quería arrojar
hasta el Eufrates. de su presencia. Sedecías se rebeló contra
8 Dieciocho años tenía Joaquín cuando el rey de Babilonia.
comenzó a reinar, y reinó tres meses en
Jerusalén. Su madre se llamaba Nejusta, €%f i El año noveno del reinado de
hija de Elnatán, de Jerusalén. 9 Hizo el Sedecías, el día diez del mes dé
mal a los ojos de Yavé, enteramente como cimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia,
lo había hecho su padre. vino con todo su ejército contra Jerusa
MEn este tiempo subieron contra Je lén, acampó ante ella, y levantaron contra
rusalén los servidores de Nabucodonosor, ella ingenios en derredor. * 2 La ciudad
rey de Babilonia, y la ciudad fue ase estuvo cercada hasta el año undécimo
diada. ii Nabucodonosor, rey de Babilo del reinado de Sedecías. 3 El día nueve
nia, llegó a la ciudad mientras sus servi del cuarto mes del año undécimo de Se
dores la asediaban. *2 Entonces Joaquín, decías era grande el hambre en la ciudad,
rey de Judá, salió al rey de Babilonia con y no había ya pan para la gente deí
su madre, sus servidores, sus jefes y sus pueblo. 4 Entonces abrieron brecha en la
eunucos. El rey de Babilonia le prendió ciudad, y toda la gente de guerra huyó
el octavo año de su reinado. * 13 Sacó de de noche por el camino de la puerta entre
2 á 1 En 6 o$, Nabucodonosor, muerto su padre, Nabopolasar, subió al trono de Babilonia.
Poco después se presentó en occidente a tomar posesión de aquella parte del imperio asirio
de que se creía heredero. Joaquim fue dejado en pacífica posesión del trono de su padre, Josías,
pero bajo el vasallaje de Babilonia. Sin embargo, en Jerusalén prevalecía la tendencia egipcia, y el
rey comenzó a dar muestras de insurrección contra la Caldea. Noticioso Nabucodonosor, manda
sus tropas para obligarle a volver a la obediencia. Cuando éstas llegan, en 597, Joaquim era muerto
desde hacia tres meses, sucediéndole en el trono Joaquín o Jeconlas.
1 2 Muy prudentemente, Jeconías renunció a la resistencia, evitando la guerra. Con su madre,
una buena parte de la corte y lo más granado de la capital fue llevado cautivo a Babilonia, siendo
substituido en el trono por su tío Matanías, a quien se cambió el nombre por el de Sedecías.
O R 1 Sedecías habla prestado juramento de vasallaje a Nabucodonosor; pero, seducido por los
egipcios, se olvidó de su deber. El año 589 se presentó el ejército caldeo ante Jerusalén y la
cercó. El profeta Jeremías nos ha conservado muchos episodios del cerco largo y duro que Jerusalén
padeció.
413 I I REYES 2 5
los muros, cerca del jardín del rey, mien 19 y de la ciudad, a un eunuco, que tenía
tras los caldeos tenían cercada la ciudad. a sus órdenes la gente de guerra; a cinco
Los huidos tomaron el camino del Arabá; hombres de los consejeros del rey, que
5 pero el ejército de los caldeos persiguió fueron encontrados en la ciudad; al se
al rey y le dio alcance en los llanos de cretario del jefe del ejército encargado del
Jericó, y todo su ejército se dispersó, alistamiento y a sesenta más dol pueblo
dejándole. 6 Apresaron al rey y le llevaron que se hallaban en la ciudad. 20 Nebu
al rey de Babilonia, a Ribla, y le senten zardán, jefe de la guardia, los cogió y los
ciaron. 7 Los hijos de Sederías fueron llevó a Ribla, al rey de Babilonia. 21 El
degollados en su presencia; a Sedecías le rey de Babilonia les dio muerte en Ribla,
sacaron los ojos, y cargado de cadenas en tierra de Jamat.
de bronce, le llevaron a Babilonia. Así fue llevado cautivo Judá lejos de
8 El día séptimo del quinto mes—era su el tierra. * 22 Nabucodonosor puso el res
año diecinueve del reinado de Nabucodo- to del pueblo que quedaba en la tierra
nosor en Babilonia—Nebuzardán, jefe de bajo el gobierno de Godolías, hijo de
la guardia, servidor del rey de Babilonia, Ajicán, hijo de Safán. 23 Cuando los jefes
entró en Jerusalén, ♦ 9 quemó el templo de de las tropas supieron, ellos y sus hom
Yavé, el palacio real y todas las casas de bres, que Godolías había sido puesto por
Jerusalén. Todo el ejército de los cal el rey de Babilonia como gobernador del
deos, que estaba con el jefe de la guardia, territorio, vinieron a Godolías, a Misfa,
demolió las murallas que rodeaban a Je Ismael, hijo de Netanía; Jojanán, hijo
rusalén. u Nebuzardán, jefe de la guardia, de Careaj; Saraya, hijo de Tanjumet, de
llevó cautivos a los que habían quedado Neftoa, y Jazanía, hijo de un macateo,
en la ciudad, de los que se rindieron al con sus gentes. ^ G odolías les juró a
rey de Babilonia, y al resto de la gente, ellos y a sus hombres, diciéndoles: «No
12 fuera de algunos pobres que dejó, como temáis nada de parte de los caldeos; que
viñadores y labradores. daos en la tierra, servid al rey de Babi
13 Los caldeos rompieron las columnas lonia, y os irá bien». 25 Pero el séptimo
de bronce que había en la casa de Yavé, mes, Ismael, hijo de Netanía, hijo de
las basas, el mar de bronce que había Elísama, de sangre real, vino acompañado
en la casa de Yavé, y se llevaron el bronce de diez hombres, e hirieron mortalmente
a Babilonia. 8*14 Cogieron los ceniceros, las a Godolías, así como a los judíos y cal
tenazas, las palas, los cuchillos, las tazas deos que estaban con él en Misfa. 26 En
y todos los utensilios de bronce con que tonces todo el pueblo, pequeños y grandes,
se hacía el servicio.15 El jefe de la guardia los jefes y sus tropas, se levantaron y se
cogió también los braseros y las copas y fueron a Egipto por temor de los caldeos.
todo cuanto era de oro y cuanto era de 27 El año treinta y siete de la cautividad
plata. 16 Las dos columnas, el mar, las de Joaquín, rey de Judá, el día veintisiete
basas que Salomón había hecho para la del duodécimo mes, Evil Merodac, rey de
casa de Yavé; todos los utensilios de Babilonia, el año primero de su reinado,
bronce tenían un peso incalculable. 17 La alzó la cabeza de Joaquín, rey de Judá,
altura de una columna era de dieciocho y le sacó de la prisión. * 28 Le habló con
codos, y tenía encima un capitel de bronce benevolencia y puso su trono por encima
de tres codos de altura, y en derredor del de los tronos de los reyes que con él
capitel había trenzados y granadas, todo estaban en Babilonia. 29 Le hizo quitar
de bronce; y lo mismo la otra columna. sus vestidos de preso, y ya siempre comió
18 a su mesa todo el tiempo de su vida.
El jefe de la guardia cogió a Sarayas,
el sumo sacerdote; a Sofonías, el segundo 30 El rey proveyó constantemente a su
sacerdote, y a los tres guardias del atrio; mantenimiento todo el tiempo de su vida.
8 El mes quinto, que puede ser el de julio, 1 1 ciudad fue tomada y, con el templo, quemada
y destruida; sus riquezas, llevadas a Babilonia, y lo más granado de la población que habla sobre-
vivido fue conducido en cautiverio a las orillas de 1 Eufrates (587).
21 La causa de la ruina y la cautividad fue 1¡ 1 corrupción religiosa. Los reyes de Babilonia si-
guieron la política de los de Asiria. Al fin vino 1 1 prometida restauración, en la cual no participó
sino un corto número de los cautivos, quedando otros muchos en medio de los pueblos paganos.
27 Es el hijo de Nabucodonosor y sucesor su] 70 el que saca a Jeconias de la prisión y le honra
sentándole a su mesa (562). Ya era tarde.
RARALIPOMENOS O C RON ¡ C A S
1. Los libros precedentes vienen a ser una historia seguida desde el principio del
mundo hasta la cautividad babilónica. Los Paralipómenos, con Esdras y Nehemías,
contienen una historia paralela de la precedente, hecha con criterio distinto. Los dos
de los Paralipómenos formaban en el texto hebreo un solo libro, que luego se dividió
en dos, tomada de las versiones la división. El nombre hebreo equivale a Crónicas,
Anales. El de Paralipómenos les viene del griego, y vale tanto como cosas preteridas,
omitidas, porque los traductores creyeron erróneamente que el fin del autor había sido
consignar las cosas omitidas de los libros de Samuel y de los Reyes. Siendo tan cara
la repetición de cosas, tomadas, según todas las apariencias, de aquellos libros, es ma
nifiesto el error del nombre y sufundamento. Es, sin embargo, el nombre admitido. Los
Paralipómenos contienen una historia de Israel, narrada desde el punto de vista del
templo y del culto legítimo.
2. Para hacerse cargo de la naturaleza especial de esta obra conviene considerar
la época en que fue compuesta. Al volver del cautiverio se sintió Israel reducido a una
provincia del gran imperio persa, sin más personalidad que la que provenía de su Ley
y de su religión. Por esto la vida del pueblo se concentró en torno del templo y de la
autoridad religiosa, el sumo sacerdote, con los escribas o doctores de la Ley. El templo
y la Ley eran para ellos lo más importante de su patrimonio nacional. A través de
este principioconsideraban luego su pasada historia, y todo lo que nofuera esto tenía
para ellos poco valor. Esto, en efecto, si no era toda la historia de Israel,contenía los
elementos esenciales de la misma. Israel era el pueblo de Yavé, el Dios único verdadero,
sólo por Israel reconocido y adorado. Con Israel se había ligado por una antigua
alianza, y en medio de él había establecido su morada. Esta morada había sido pri
meramente el tabernáculo levantado por Moisés en el desierto, al cual sucedió luego
el templo de Salomón. De uno y de otro había tomado Dios posesión mediante la nube
de su gloria, y allí había puesto su nombre, convirtiéndolos en símbolos de su presen
cia en medio de Israel. Como el tabernáculo había sido el único lugar legítimo del
culto durante la peregrinación por el desierto, asi lo había sido el templo desde quefue
levantado por Salomón. Era, pues, el lugar santo de la tierra en el que Dios se comu
nicaba con los hombres. Así lo decía Salomón en su plegaria consecratoria del templo
(i Re 8). Los salmistas se hacen eco de estas ideas y sentimientos en muchos de los
salmos, y los profetas, cuando nos hablan de los tiempos mesiánicos, confrecuencia nos
presentan el templo como el centro del reino mesidnico, el lugar en que Dios manifes
tará su gloria y adonde concurrirán todos los pueblos, ansiosos de participar de las
bendiciones prometidas por Dios a su pueblo. Sobre esta idea tan alta y tan mesiá-
nica a la vez se apoya el autor de nuestra obra para componer esta nueva historia de
su pueblo, en la que sólo el templo y lo que con el templo se relacione tendrá cabida.
Y a través de esta idea contempla la historia pasada de Israel.
3. El género de su composición es de compilación de documentos, retocados con
adiciones aclaratorias, supresiones, correcciones, para amoldarlos mejor a su propó
sito, aunque con aíguna divergencia, para cuya explicación habrá que recurrir a la
doctrina de la encíclica de Pío XII acerca de los géneros literarios. El autor
cita cuidadosamente sus fuentes. Los títulos de éstas llegan a catorce, aunque tal vez
se reduzcan todas a una o dos obras generales de la historia de Israel.
4. Se dividen en cuatro partes: la primera ( 1 Par 1- 9 ) , que se extiende hasta
David, está formada por listas genealógicas tomadas de los libros precedentes y de
otros documentos particulares. Las listas, a veces repetidas y discordantes, muestran
que tales documentos son más bien empadronamientos de las tribus o familias, reali
zados en distintas épocas, y que reflejan el estado de las mismas en cada una. La se
gunda parte (10 -2 9 ), omitido Saúl, abarca la historia de David, como fundador del
reino y del nuevo tabernáculo de Jerusalén y preparador de todo lo necesario para la
construcción del templo. Omite los pecados del rey. La tercera parte (2 Par 1-9 ) nos
415 I PA RA LIPÓ M EN O S 1
cuenta la ejecución de la gran obra preparada por David y realizada por Salomón.
También guarda silencio sobre las caídas de éste. La cuarta parte (10-36) nos refiere
la historia de Judd hasta el decreto de Ciro, que permitió la restauración del templo
Insiste en la historia de aquellos reyes que en diversas épocas más intervinieron en la
reforma religiosa.
5. Para resolver ciertas dificultades históricas que algunos oponen, a causa de
varios documentos que se citan y de sucesos que se narran, el lector tendrá una solución
general en la Introducción general, n. 1 5 .
El autor de la obra es desconocido, aunque muchos la atribuyen a Esdras. La
época de su composición, a juzgar por las genealogías de Zorobabel, que nos dan las
versiones antiguas, no sería anterior al siglo IV, en la época griega.
I PARALIPOMENOS O CRONICAS
SUMARIO PRIM ERA P A R T E : G en ealo gías (1-9): De los primeros
patriarcas hasta Abraham (1,1-27). Abraham y su descen
dencia (1,28-45). Genealogía de Judd (2). Genealogía de David (3). Nueva genea
logía de Judd (4,1-23). Genealogía de Simeón (4,24-43). Rubén (3,1-10). Gad
(5,11-22). Manasés (5,23-36). Leví (6). Isacar (7,1-5). Benjamín (7,6-12).
Neftalí y Manasés (7,13-19). Efraim (7,20-29). Aser (7,30-40). Otra vez Ben
jamín (8,1-33). Saúl (8,34-40). Primeros moradores de Jerusalén después de la
cautividad (9,1-38). Nueva genealogía de Saúl (9,39-44).— SEG U N D A P A R T E :
H istoria de D avid (10-29): Muerte de Saúl (10). Principios del reinado de
David (11,1-9). El ejército de David (11,10-12,40). Traslación del arca a casa
de Obededom (13). Guerras contra los filisteos (14). Traslación del arca a Jerusa
lén (15). Ordenación del culto divino (16). Promesas divinas a David (17). Guerra
en la Transjordania (18-20). Empadronamiento del pueblo (21). Preparación de
los materiales para la construcción del templo (22). Ordenes de los levitas y sacerdo
tes (23-26). Ordenación militar del reino (27). Testamento de David (28-29).
P R I M E R A P A R T E Pelistim y los Caftorim. 13 Canán engen
dró a Sidón, su primogénito, 14 y a Jet,
G en ealo gías a los jebuseos, los amorreos, los guergue-
(1-9) seos, 15 los jeveos, los arqueos, los sineos,
16 los arvadeos, los semareos y los jáma
Los prim eros patriarcas hasta teos.
A braham 12 Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfacsad,
Lud y Aram. Hijos de Aram: Us, Jul,
1 Adán, Set, Enós, * 2 Cainán, Mala* Gueter y Mesec. * 18 Arfacsad engendró
I leel, Jared, 3 Junoc, Metusela, Lamec, a Salaj, y Salaj engendró a Eber. 19 A
4 Noé, Scm, Caín y Jufet. 5 Hijos de Jafet: Eber le nacieron dos hijos, el nombre
Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, del uno Peleg, porque en su tiempo se
Mesec y Tiras. * dividió la tierra, y el nombre de su her
6 Hijos de Gomer: Asquenas, Difat mano,y Joctán. 29 Joctán engendró a Al-
Togorma. 7 Hijos de Javán: Elisa, Tarsis, modad, Selef, Jasarmavet, Jeraj, 21 Ado-
Quitim y Rodanim. ram, Uzal, Dicla, 22 Eval, Abimae!, Seba,
8 Hijos de Cani: Cus, Misraim, Put y 23 Ofir, Abila y Jobab. Todos éstos son
Canán. 9 Hijos de Cus: Saba, Yavila, hijos de Joctán.
Sabía, Regma, Sabteca. Hijos de Regma:
Seba y Dadán. L os diez patriarcas desd e S em
10 Cus engendró a Nimrod; éste co a A b rah am
menzó a ser potente sobre la tierra, n Mis
raim engendró a los Ludim, los Anamim, 24 Sem, Arfacsad, Selaj, 2$ Eber, Peleg,
los Leabim, los Naftujim, 12 los Patrusim Reu, 26 Sarug, Najor, Teraj, 27 Abram,
y los Caslujim, de los que salieron los 1 que es Abraham.
1 Gén s»i ss.
I 5 Gén 10,1 s.
17 Gén 11,10 ss.
I PA R A U PÓ M E N O S 1 - 2 416
que fue madre de Onam. 27 Los hijos escribas que habitan en Jabes; los tirea-
de Ram, primogénito de Jerajmeel, fue cianos, los simeacianos y los socacianos.
ron: Maas, Jamán y Equer. 28 Los hijos Estos son los quíneos, descendientes de
de Onam fueron: Saraai y Jada. Hijos de Jamat, padre de la casa de Recab.
Samai: Nadab y Abisur. 29 El nombre de
la mujer de Abisur era Abijail y le parió Los descendientes de David
a Ajbán y Molid. 30 Hijos de Nadab:
1 He aquí los hijos de David que le
Seled y Apaim. Seled murió sin hijos.
31 Hijo de Apaim, Isei. Hijo de Isei, Se-
3
nacieron en Hebrón: el primogénito,
sán. Hijo de Sesán, Ajlai. 32 Hijos de Ammón, de Ajinoam, de Jezrael; el se
Jada, hermano de Samai: Jeter y Jonatán. gundo, Daniel, de Abigail, de Carmel;*
Jeter murió sin hijos.33 Hijos de Jonatán: 2 el tercero, Absalón, de Maaca, hija de
Pelet y Zaza. Estos son los hijos de Jeraj Talmai, rey de Guesur; el cuarto, Ado-
meel. 34 Sesán no tuvo hijos, pero sí hijas. nías, hijo de Agit; 3 el quinto, Sefatia, de
35 Sesán tenía un esclavo egipcio llamado Abital; el sexto, Jitream, de Egla, su mu
Jarja, y Sesán dio su hija por mujer a jer. 4 Estos seis le nacieron en Hebrón.
Jarja, su esclavo, a quien le parió ella a Reinó allí siete años y seis meses, y en Je-
Atai. 36 Atai engendró a Natán: Natán rusalén treinta y tres años.
engendró a Zabad; 37Zabad engendró a 5 He aquí los que le nacieron en Jeru-
Efilal; Efilal engendró a Obed; 38 Obed salén: Simea, Solab, Natán y Salomón,
engendró a Jehú; Jehú engendró a Aza- cuatro de Betsabé, hija de Ammiel; *
rías; 39 Azarías engendró a Jales; Jales 6 Jibiar, Elisama, Elifelet, 7 Noga, Nefeg,
engendró a Elasa; 40 Elasa engendró a Jafia, 8 Elisama, Elyada y Elifelet: nue
Sismai; Sismai engendró a Salum; 4* Sa- ve. 9 Todos éstos fueron hijos de David,
Ium engendró a Jecamya; Jecamya en y además los hijos de las concubinas. Ta-
gendró a Elisama. mar fue su hermana.10 Hijos de Salomón:
42 Hijos de Caleb, hermano de Jeraj Roboam; Abiya, su hijo; Asa, su hijo;
meel: Mesa, su primogénito, que fue pa Josafat, su hijo; * 11 Joram, su hijo; Oco-
dre de Zif, y los hijos de Maresa, padre cias, su hijo; Joás, su hijo; 12 Amasias,
de Hebrón. * 43 Hijos de Hebrón: Coré, su hijo; Azarías, su hijo; Jotam, su hijo;
Tapuaj, Requén y Sama. 44 Sama engen I3Ajaz, su hijo; Ezequías, su hijo; Ma-
dró a Rajam, padre de Jorqueam; Requén nasés, su hijo; ,4 Amón, su hijo; Josías,
engendró a Sam ai. 45 H ijo de Sam ai: su hijo. 15 Hijos de Josías: el primogé
Maón; y Maón, padre de Betsu. 46 Efa, nito, Jojanán; el segundo, Joaquim; el
concubina de Caleb, parió a Jarán, Mosa tercero, Sedecías; el cuarto, Salum. 16 Hi
y Gazez. Jarán engendró a Gazez. 47 Hi jos de Joaquim: Jeconías, su hijo; Sede-
jos de Jodaim: Reguem, Jotán, Guesa, cías, su hijo. 17 Hijos de Jeconías: Asir,
Pelet, Efa y Saaf. 48 Maaca, concubina de cuyo hijo fue Salatiel; 18 Malquiram, Pe-
Caleb, parió a Seber y Tircana. 49 Tam daya, Senasar, Jecamías, Hosama y Ne-
bién parió a Saaz, padre de Madmana, y dabia. 19 Hijos de Pedaya: Zorobabel y
a Seba, padre de Majbena y padre de Gui- Simei. Hijos de Zorobabel: Mesulam y
bea. Hija de Caleb fue Acsa. Hananía; Selomit, su hermana;* 20 Ha-
50 Estos fueron hijos de Caleb: Sobal, saba, Ohel, Berequia, Jasadla, Jusab, Je-
hijo de Jur, primogénito de Efrata, y Si- sed, cinco. 21 Hijos de Jananía: Pelatía
bal, padre de Quiriat-Jcarim; 51 Salma, y Jisaya; los hijos de Refaya, los hijos
padre de Betlejem; Jaret, padre de Bet- de Arnán, los hijos de Abdías, los hijos
Gader. de Secanía. 22 Hijo de Secanía: Semae-
52 Los hijos de Sobal, padre de Qui- ya. Hijos de Semaeya: Jatus, Jigueal, Ba
riat-Jearim, fueron Aroé, Jasi el menajita. ria j, N earia y Safat, seis. 23 Hijos de
53 Las familias de Quiriat-Jearim fueron: Nearia: Elyoenai, Ezequías y Azricam,
los jeturianos, los pucianos, los suma- tres. 24 Hijos de Elyoenai: Jodavia, Elyo-
cianos y los misreenos; de estas fami sib, Pelaya, Acub, Jojanán, Delaya y Ana
lias salieron los soreacianos y los estato- ná, siete.
lianos. 54 Hijos de Salma: Betlejem y los
netopacianos, Astoret, Bet-Joab, Jasi, los
manajteos, los soreos 55 y las familias de
U ziel.19 (4) Hijos de Merari: Majli y Mu- simo y haciendo la expiación por Israel,
si. Estas son las familias de Leví según según cuanto había mandado Moisés, sier
sus padres. vo de Dios.
20 (5) De Gersón: Libni, su hijo; Jalat, 50 (35) He aquí los hijos de A ró n : Elea-
su hijo; Zimma, su hijo; 2* (6) Joai, su zar, su hijo; Fines, su hijo; Abisúa, su
hijo; Ido, su hijo; Zerai, su hijo; Jetrai, h ijo ; 51 (36) Buqui, su h ijo ; Uzi, su h ijo ;
su hijo. 22 (7) Hijos de Caat: Minadab, su Zerajya, su hijo; 32 (37) Merajot, su hijo;
hijo; Coré, su hijo; Asir, su hijo; 23 (8) El- Am aría, su h ijo; Aiitub, su hijo; 53 (38) Sa-
cana, su hijo; Ebiasaf, su hijo; Asir, su doc, su hijo; Ajim a, su hijo.
hijo; 24 (9) Tajat, su hijo; Oriel, su hijo;
Ozías, su hijo; Saúl, su hijo. 25 (™) Hijos Ciudades levíticas
de Elcana: Amasai y Ajimot; Elcana, su 54 (39) H e aquí sus habitaciones según
hijo; 26 (n ) Elcana Sofaim, su hijo; Na- sus términos y los límites que les fueron
jat, su hijo; 27 O2) Eliab, su hijo; Jerojam, señalados: a los hijos de Arón, de la
su hijo; Elcana, su hijo; 28 (13) y los hijos familia de los caatitas, que fueron los
de Samuel; el primogénito, Joel, y el se primeros señalados por la suerte, * 54 55*(40) se
gundo, Abías. 29 (I4) Hijos de Merari: les dio Hebrón, en la tierra de Judá, y sus
Majli; Libni, su hijo; Simeí, su hijo; Uza, contornos; 56(41) pero el territorio de la
su hijo ; 30 (15) Simea, su hijo; Jaguiya, su ciudad y sus pueblos fueron atribuidos
hijo; Asuya, su hijo. a Caleb, hijo de Jefone. 57 (42) a los hijos
31 (16) He aqui los que puso David pa de A rón se les dieron: la ciudad de refu
ra dirigir el canto en la casa de Yavé gio de Judá, Hebrón y Libna con sus
después que el arca tuvo un lugar de re c o n to rn o s; 58 (43) je te r y E stem o con
poso. 32 (17> Servían de cantores ante el sus contornos; Jelón y sus contornos;
tabernáculo, ante la tienda de la reunión, D avir y sus contornos; 59(44) Asán y sus
hasta que Salomón edificó la casa de Ya contornos; Juta y sus contornos; Betsa-
vé en Jerusalén, en la que hicieron su ser mes y sus contornos. 60(45) D e la tierra
vicio según las reglas que les fueron pres de Benjamín, Guébat con sus contornos
critas. 33 (18) He aquí los que asistían con y Alm at con sus contornos. Todas sus
sus hijos: De entre los hijos de Caat, He ciudades fueron trece, según sus linajes.
rnán, cantor, hijo de Joel, hijo de Samuel, (46) a los otros hijos de C aat dio la
34 (19) hijo de Elcana, hijo de Jerojam, hi suerte diez ciudades de familias de la
jo de Eliel, hijo de T oaj,35 (20) hijo de Suf, tribu de Efraím, de la tribu de D an y de
hijo de Elcana, hijo de Majat, hijo de la media tribu de Manasés. * 62 (47) Lo s
Ajnasaí, 36 (21) hijo de Elcana, hijo de hijos de Gersón, según sus familias, tu
Joel, hijo de Azarias, hijo de Sofonía, vieron trece ciudades de la tribu de Isacar,
37 (22) hijo de Tajat, hijo de Asir, hijo de de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí
Ebiasaf, hijo de Coré, 38 í23) hijo de Jit- y de la trib u de M a n a s e s en B a s a n .
sear, hijo de Caat, hijo de Leví, hijo de 63 (48) Lo s hijos de Merari, según sus fa
Israel. 39 (24)S u hermano Asaf estaba a milias, tuvierou por suerte doce ciudades
su derecha; Asaf, hijo de Baraquías, hijo de la tribu de Rubén, de la tribu de G ad
de Sima, 40 (25) hijo de Micael, hijo de Ba y de la tribu de Zabulón.
stas, hijo de Malacjuías,41 (26) hijo de Etni, 64 (49) L o s hijos de Israel dieron a los
hijo de Zeraj, hijo de Adaya, 42 (27) hi levitas estas ciudades y sus contornos.
jo de Etán, hijo de Zima, hijo de Simeí, 65 (50) Diéronles, por suerte de la tribu
43 (28) hijo de Jojat, hijo de Gersón, hijo
de los hijos de Judá, de la tribu de los
de Leví. 44 (29) Además, los hijos de Mo hijos de Simeón y de la tribu de los hijos
ran estaban a su izquierda: Etán, hijo de Benjamín, las ciudades que designaron
de Cusí, hijo de Abdí, hijo de Maluc, con sus nombres. 66 (5*) Para las otras
45 (30) hijo de Asabías, hijo de Amasias,
familias de los hijos de Caat, las ciudades
hijo de Helcías, 46 (3J) hijo de Amasai, de su territorio fueron de la tribu de
hijo de Bani, hijo de Semer, 47 (32) hijo Efraím .* 6 7 (5 2 ) Les dieron la ciudad de
de Majalí, hijo de Musí, hijo de Merari, refugio, Siquem y sus contornos en la
hijo de Leví. montaña de Efraím ; Guezer y sus con
48 (33) Sus hermanos los levitas fueron tornos; 68 (53> Jocmeam y sus contornos;
puestos a todo el ministerio del taber Betorón y sus contornos; 69 (54)Ayalón
náculo de la casa de Dios. 49 (34) Arón y y sus contornos; Gat-Rimm ón y sus con
sus hijos eran los que ofrecían los sacri tornos; 70 (55) y de la media tribu de M a-
ficios en el altar de los holocaustos y el nasés, Aner y sus contornos; Bileam y
incienso en el altar de los perfumes, cum sus contornos para las otras familias de
pliendo estos servicios en el lugar santí los hijos de Caat.
54 Jos 21,10 SS.
61 Jos 21,5 SS.
JOS 2 1 , 2 0 88.
421 PAHALIPÓ M ENO S 6 - 7
7 61Cf.
Gén 46,13; Núm 26,23.
8,1-6; Gén 46,21; Núm 26,38 ss.
13 Gén 46,24; Núm 26,48 s.
14 Cf. 5,23 ss.; Núm 26,29 ss.; Jos 17,2 ss.
20 Núm 26,35 ss.
í a m a i.i p ó m e n o s 7 -9 422
44 Todos estos documentos, al parecer sin interés para la historia de Israel, eran de grande
importancia para la comunidad israelita, que vivía en torno del templo, para conocer los orígenes
de las familias y para tejer las genealogías de las mismas (cf. Esd 2,62 s.).
j j j 1 El relato de este capítulo concuerda con 1 Sam 31, al cual añade los w .13 s., sobre las
8 v causas de la muerte de Saúl y sus hijos y la reprobación de su dinastía. Son las únicas palabras
que nuestro autor consagra al primer rey de Israel que fue por Dios reprobado.
I lU lM l.irÓ M E N O S 1 0 -1 1 424
cogió Saúl su espada y se echó sobre que por esto se llamó la ciudad de David.
ella. 5 El escudero de Saúl, viéndole muer 8 Edificó la ciudad en derredor, desde el
to, se echó también sobre su espada y terraplén, y Joab reconstruyó el resto de
murió. 6 Así perecieron Saúl y sus tres la ciudad. 9 David vino a ser de día en
hijos, pereciendo con ellos toda su casa. día más grande, y Yavé Sebaot estaba
7 Todos los de Israel que estaban en el con él.
valle, viendo que habían huido los hom
bres y que Saúl y sus hijos eran muertos, L os laureados d e D a v id
dejaron sus ciudades para ponerse tam
bién en fuga, y los filisteos se apoderaron 10 He aquí los primeros de los valientes
de ellos. que siguieron a David y que le ayudaron
8 con todo Israel a asegurar su dominación
Al día siguiente vinieron los filisteos
ara despojar a los muertos, y hallaron a y hacerle rey de Israel según la palabra de
aúl y a sus hijos caídos en el monte de Yavé. * 11 He aquí por sus nombres los
Gélboe. 9 Los despojaron y se llevaron su valientes que siguieron a David:
cabeza y sus armas, e hicieron pregonar Jasobán, hijo de Jacmoni, jefe de los
las buenas noticias por toda la tierra de treinta. Blandió su lanza contra trescien
los filisteos, a sus ídolos y al pueblo. tos hombres, que derrotó de una vez.
10 Pusieron las armas de Saúl en el tem 12 Después de él, Eleazar, hijo de Dodó,
plo de su dios y colgaron su cabeza en el ajojita, otro de los tres. 13 Estaba éste
templo de Dagón. “ En Jabes Galad, al con David en Pas Damim, donde los
saber lo que los filisteos habían hecho filisteos se habían reunido para la lucha;
con Saú l,12 se levantaron todos los hom había allí una haza de cebada, y huyendo
bres útiles, y tomaron el cuerpo de Saúl ya el pueblo ante los filisteos, 14 se puso
y los de sus hijos y los transportaron a en medio de la haza y la defendió, derro
Jabes, y allí los sepultaron bajo la encina tando a los filisteos y obrando Yavé una
de Jabes, y ayunaron por siete días. gran salvación.
13 Murió Saúl porque se habla hecho 15 Tres de los treinta bajaron a donde
culpable de infidelidad hacia Yavé, cuyas estaba David, a la roca de la caverna de
palabras no guardó, y por haber pregun Odulam, cuando estaban acampados los
tado y consultado a los evocadores de los filisteos en el valle de Refaím. 16 Estaba
muertos. 14 N o obedeció a Yavé, y Yavé David en la fortaleza y los filisteos tenían
le mató, y transfirió el reino a David, una guarnición en Betlehem. 17 Se le ocu
hijo de Isaí. rrió a David decir: «{Quién me diera po
der beber agua de la cisterna que está
D a v id , rey a la puerta de Betlehem!» 18 Y entonces
los tres, pasando a través del campamento
i Todo Israel se congregó en torno de los filisteos, cogieron agua de la cis
H a David en Hebrón, diciendo: «Mi terna que hay a la puerta de Betlehem ; y
ra : tú eres hueso de nuestro hueso y carne llevándola, se la presentaron a David;
de nuestra carne. * 2 Ya antes, aun reinan pero David se negó a bebería y la derramó
do Saúl, eras tú el que sacabas y volvías a ante Yavé, diciendo: 19 «Líbreme Dios
Israel. Yavé, tu Dios, te ha dicho: «Tú de hacer tal cosa. ¿Voy a beber yo la san
apacentarás a mi pueblo, Israel, y tú serás gre de estos hombres, que a riesgo de su
el jefe de mi pueblo, Israel». 3 Así todos vida han ido allá?» Porque era ciertamente
los ancianos de Israel vinieron al rey, a con riesgo de la vida como la habían
Hebrón, y David hizo con ellos alianza traído, y no quiso bebería. Esto hicieron
en Hebrón, ante Yavé. Ungieron a David los tres valientes.
por rey de Israel, según la palabra de 20 Abisal, hermano de Joab, era jefe de
Yavé pronunciada por Samuel. los treinta. Blandió su lanza contra tres
4 Marchó David con todo Israel contra cientos, que mató, y tuvo renombre entre
Jerusalén, que es Jebús. Habitaban allí los treinta, * 21 y era entre ellos muy con
los jebuseos; 5 y los de Jebús dijeron a siderado, pero no llegaba a los tres pri
David: «No entrarás tú aquí». Pero David meros.
se apoderó de la fortaleza de Sión, que 22Benaya, hijo de Joyada, hombre de
es la ciudad de David. 6 David había mucho valor y célebre por sus hazañas,
dicho: «El que primero hiera al jebuseo natural de Cabsiel, mató a dos valientes
será jefe y príncipe». Y fue el primero de Moab, y un día de nieve, bajando a una
en subir Joab, hijo de Sarvia, y fue hecho cisterna, mató a un león. 23 Mató también
jefe. 7 David se estableció en la fortaleza, a un egipcio que tenía cinco codos de es-
•fl •* * El autor sagrado omite aquí lo que en : Sam se nos cuenta de la lucha civil hasta el re-
■ * conocimiento de David por todas las tril »us.
10 Los méritos de estos laureados de primera clase se leen en 2 Sam 23,8-17.
2° La lista de los treinta de segunda clase se 1 talla casi completa a continuación de los primeros
en 2 Sam 23.18-39.
425 I PARALIPÓM1ENOS 1 1 -1 2
tatura y cuya lanza era como un enjullo 9 También de entre los gaditas fueron
de tejedor. Bajó contra él con un palo y hombres valientes a unirse a D avid, en
le arrancó de la mano la lanza, con la que la fortaleza del desierto, soldados dies
le mató. 24 Esto hizo Benaya, hijo de tros en la guerra, armados de escudo y
Joyada, que tuvo gran renombre entre lanza, semejantes a leones y ligeros como
los treinta. 25 Fue muy considerado entre cabras monteses.
los treinta, pero no llegaba a los tres 9 Ezer, el jefe; Abdías, el segundo;
primeros; David le puso al frente de su Eliab, el tercero; 10 Mismana, el cuarto:
guardia. Jeremías, el q u in to ;11 Ataí, el sexto; Eliel,
26 Los valientes del ejército: Azael, her
el séptim o;12 Jojanán, el octavo; Elzabad,
mano de Joab; Elcana, hijo de Dodó, de el noveno; 13 Jeremías, el décimo; M ac-
Betlehem;27 Samot, de Haror, y Eles, pe- vanai, el undécimo, i4 Eran hijos de Gad,
lonita;28 Ira, hijo de Iques, tecuita; Abie- jefes del ejército. U no solo, el menor de
zer, de Anatot; 29 Sibeca, cusafita; Ilal, todos, era capaz de atacar a cien hom
ajusita;30 Maharai, netofatita; Jeled, hijo bres, y el mayor, a mil. 15 Estos fueron
de Baña, netofatita;31 Itaí, hijo de Ribai, los que pasaron el Jordán en el mes pri
de Gueba, de los hijos de Benjamín; Ba- mero, cuando se desbordaba por todas
nayas, faratonita; 32 Jurai, de los valles sus márgenes, y pusieron en fuga a todos
de Gas; Abiel, arbatita; 33Azmavet, ba- los habitantes de los valles, a oriente y a
jarumita; Eliajba, salbonita; 34Jasem. occidente.
agunita; Jonatán, hijo de Sague, de Ha 16 Hubo también de entre los hijos de
ror; 33 Aliam, hijo de Sacar, de Haror; Benjamín y de Judá quienes se unieron
Elifal, hijo de Ur; 36 Efer, de Mequera; a D avid en la fortaleza. 17 David les sa
Ajiya, de Palón; 37 Jesro, del Carmel; lió al encuentro y les dijo: «Si venís a mí
Narai, hijo de Esbaí; 38 Joel, hermano de con buenas intenciones, para ayudarme,
Natán; Mibjar, hijo de Hagri; 39 Selec, mi corazón se apegará a vosotros; pero
amonita; Najrai, de Berot, escudero de si es para engañarme en provecho de mis
Joab, hijo deSarvia; 40 Ira, deJeted; Ga- enemigos, estando mis manos limpias de
reb, de Jeter; 41 Urías, jeteo; Zabad, hijo iniquidad, véalo el D ios de nuestros pa
de Ajlai; 42 Adina, hijo de Siza^rubenita, dres y que El os lo demande». 18 Enton
jefe de los rubenitas, y treinta con él; ces se revistió del espíritu Amasai, que
43 Jonán, hijo de Maaca; Josafat, de M¡- era el jefe, y dijo: «A ti y a tu pueblo, hijo
tui; 44Ozías, de Astarot; Sama y Jetiel, de Isaí, paz. Paz, paz a ti y paz a cuantos
hijos de Jotam, de Aroer; 45 Jediael, hijo te ayudan, pues te ayuda a ti tu Dios».
de Simri; Joja, su hermano, tisaíta; David los recibió y los hizo jefes de
46 Eliel, de Majavim; Jeribai y Josavía, las tropas.
hijos de Elnaam; Jitma, moabita; 47 Eliel, 19 También de los hijos de Manasés vi
Obed y Joasiel, de Mesobía. nieron a unirse a David cuando vino con
los filisteos a la batalla contra Saúl, aun
G u erreros qu e se un ieron a D a v id que no combatió, porque los príncipes de
ya en tiem p o s de Saúl los filisteos, habido consejo, le despidie
1 O 1 Estos son los que vinieron a unir- ron diciendo: «Se pasaría a Saúl con pe
se a David, en Siceleg, cuando es ligro de nuestras cabezas». 20 Cuando re
taba alejado de Saúl, hijo de Quis, y fue tornó a Siceleg, éstos fueron los que de
ron parte de los valientes que le presta Manasés se le unieron: Adnas, Jozabad,
ron su ayudu durante la guerra. * 2 Eran Jediael, Micael, Jozabad, Elíú y Siltaí, je
arqueros y tiraban piedras lo mismo con fes de millares de Manasés. 21 Ayudaron
la mano derecha que con la izquierda y a David contra las bandas de ladrones,
disparaban flechas con e1 arco. Eran de pues eran todos hombres valerosos y vi
Benjamín, del número de los hermanos nieron a ser jefes en el ejército. 22 D e día
de Saúl. 3 El jefe era Ajiezar; Joás, hijo en día llegaban gentes a unirse a David,
de Sema, de Guibea; Jeriel y Pelet, hi hasta que vino a tener un gran ejército,
jos de Azmavet; Beraca; Jehú, de Ana como un ejército de Dios.
tot; 4 Jismaeya, de Gabaón, valiente en
tre los treinta y jefe de los treinta; Jere Guerreros de las doce tribus que.
mías, Jajaziel, Jojanán, Jozabad, de Gue- vinieron a H ebrón para hacer rey
der; 5 Eluzai, Jerimot, Bealia, Semanas, a D avid
Sefatías, de Jarif; 6 Elcana, Jisjiva, Aza-
zel, Joezer y Jesoveam, corejitas; 7 Joela 23 He aquí el número de hombres de
y Zebadias, hijos de Jerojam, de Guedor. guerra que armados vinieron a D avid, a
Victoria de D avid sobre los filisteos manos, doscientos veinte; 7 de los hijos
de Gersón, Joel, jefe, y sus hermanos, dos
1 i i Hiram, rey de Tiro, mandó era- cientos; 8 de los hijos de Elisafán, Seme-
* “ bajadores a David, y le proporcio ya, jefe, y sus hermanos, doscientos; 9 de
nó madera de cedro, canteros y carpinte los hijos de Hebrón, Eliel, jefe, y sus her
ros para que edificaran su casa. * Co manos, ochenta;10 de los hijos de Uzlel,
noció David que Vavé afirmaba su domi Aminadab, jefe, y sus hermanos, ciento
nio sobre Israel y que ensalzaba su reino doce. 11 David llamó a los sacerdotes Sa-
por amor de Israel, su pueblo. 3 David to doc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asa
mó entonces mujeres en Jerusalén, y tuvo ya, Joel, Semeya, Eliel y Aminadab, l*y
hijos e hijas. 4 Los nombres de los que le les dijo: «Vosotros sois los jefes de fami
nacieron en Jerusalén son: Samúa, Sobab, lia de los levitas; santificaos vosotros y
Natán, Salomón, 5 Jibjar, Elisúa, Elfelet, vuestros hermanos para subir el arca de
6 Noga, Nefeg, Jafia, ‘ Elisama, Beeliada Yavé, del Dios de Israel, al lugar que yo
y Elifelet le he preparado. *3 Por no estar vosotros
8 Cuando los filisteos supieron que D a
allí la primera vez, Yavé, nuestro Dios,
vid había sido ungido rey de todo Israel, nos castigó, porque no fuimos a buscarle
subieron todos en busca suya, y David, según la ley».
que lo supo, les salió al paso. 9 Llegaron 14 Santificáronse los sacerdotes y los le
los filisteos y se desparramaron por el va vitas para subir el arca de Yavé, Dios de
lle de Refahn. 10 David consultó a Dios, Israel. 1$ Los hijos de los levitas llevaban
preguntando: «¿Subiré contra los filis el arca de Dios en hombros, con sus ba
teos y los entregarás en mis manos?» Y rras, como lo había ordenado Moisés, se
Yavé le dijo: «Sube y los entregaré en tus gún el mandato de Yavé. 16 David man
manos», n Subieron ellos a Baal Perasim, dó a los jefes de los levitas que dispusieran
donde David los derrotó. Luego dijo: a sus hermanos los cantores, que hiciesen
«Dios ha dispersado por mi mano a mis resonar los instrumentos musicales, arpas,
enemigos, como rotura de aguas que se salterios y címbalos, en señal de regocijo;
derraman». Por eso se dio a aquel lugar 17 y los levitas designaron a Hernán, hijo
el nombre de Baal Perasim. 12 Se dejaron de Joel, y de entre sus hermanos, a Asaf,
allí sus diosee, que por orden de David hijo de Baraquías, y de entre los hijos de
fueron quemados en el fuego. Merarí, sus hermanos, a Hetán, hijo de
D Los filisteos invadieron de nuevo el C usaya;18 después, con ellos, sus herma
valle, *4 y David consultó de nuevo a Dios, nos del segundo orden: Zacarías, Uziel,
y Dios le dijo: «No subas contra ellos. Ro Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Benayas,
déalos v échate sobre ellos desde delante Maaseyas, Matatías, Eiifele, Micneyas,
de las balsameras. 15 Cuando por las ci Obededom y Jejel, porteros. 19 Los can
mas de las balsameras oigas un estruen tores Hernán, Asaf y Etán llevaban cím
do, sal luego y atácalos, que irá Dios de balos de bronce para hacerlos resonar;
lante de ti para derrotar el campo de los 20 Zacarías, Uziel, Semiramot, Jejiel, Uní,
filisteos». 16 Hizo David como Dios le Eliab, Maaseyas y Benayas llevaban sal
mandara, y derrotó a los filisteos desde terios templados para las voces altas; 2t y
Gabaón hasta Guezer. i? La fama de Da Matatías, Eiifele, Micneyas, Obededom,
vid se extendía por todas aquellas tierras, Jeiel y Azazias, con citaras acordadas a
y puso Yavé sobre todas las gentes el te la octava; 22 y Quenanías, jefe de los levi
mor de David. tas, dirigía el canto, pues tenia mucho co
nocimiento de él. 23 Berequías y Elcana
Traslado del arca a Jerusalén eran los porteros del arca; 24 y Sebanías,
1 C 1 David hizo casa para sí en la ciu- Josafat, Natanael, Amas!, Zacarías, Be-
* ® dad de David y preparó un lugar nayas y Eliezer, sacerdotes, tocaban las
para el arca de Dios, alzando para ella trompetas delante da! arca de Dios. Obe
una tienda. * 2 Entonces se dijo: «El arca dedom y Jijías eran también porteros del
de Dios no debe ser transportada sino arca.
por los levitas, porque son los que eligió 25 David, pues, los ancianos de Israel
Yavé para trasladarla y para hacer su ser y los jefes de millares fueron a traer el
vicio por siempre». 3 Reunió, pues, Da arca de la alianza de Yavé desde la casa
vid a todo Israel en Jerusalén para subir de Obededom, con gran alegría. 26 Y por
el arca de Yavé al lugar que le había dis- haber asistido Dios a ios levitas que lleva
mesto. 4 Reunió a los hijos de Arón y a ban el arca de la alianza de Yavé, se sa
Í os levitas. 5 De los hijos de Caat, a Uriel, crificaron siete novillos y siete cameros.
el jefe, y sus hermanos, ciento veinte; 6 de 27 David iba vestido de un manto de biso,
jos hijos de Merarí, Asaya, jefe, y sus her lo mismo que todos los levitas que Ueva-
1 El accidente de Uza interrumpió a medio camino el traslado del arca. La solemnidad de
la traslación, que ocupa dos capítulos, supera en mucho al relato breve de Samuel.
i p a im i .ii ' ó muimos 15 -16 428
liim el arca, los cantores y Queríanlas, jefe Por la tierra toda prevalecen sus jui
de la música entre los cantores. Llevaba cios.
David también sobre sí el efod de lino. 13 Fielmente se ha acordado siempre de
28 De esta manera llevó todo Israel el su alianza.
arca de la alianza de Yavé entre gritos de D e sus promesas para mil generaciones.
júbilo, al son de las bocinas, las trompe 16 D e lo que pactó con Abraham,
tas, los címbalos, los salterios y las cíta< De lo que juró a Isaac.
ras. 29 Cuando el arca de la alianza de 17 De lo que fielmente estableció con
Yavé llegó a la ciudad de David, Micol, Jacob
hija de Saúl, mirando por una ventana, Y con Israel como pacto eterno,
vio al rey David saltando y bailando de 18 Diciendo: A ti te daré la tierra de
lante del arca, y le menospreció en su co Canán
razón. Como porción de vuestra heredad.
19 Eran entonces poco numerosos, po
E l arca» en el tabernáculo co numerosos y extranjeros en ella.
20 Iban de una gente a otra gente
I fi 1 Traída el arca de Dios, pusiéron- Y de un reino a otro pueblo.
1" la en medio de la tienda que Da 21 Pero no consintió que nadie los opri
vid había alzado para ella, y ofrecieron miese
ante Dios holocaustos y sacrificios euca- Y por causa de ellos castigó a reyes.
rísticos. * 2 Cuando hubo acabado David 22 N o toquéis a mis ungidos,
de ofrecer los holocaustos y los sacrificios No hagáis mal a mis profetas.
eucarísticos, bendijo al pueblo en nombre 23 Cantad a Yavé, habitantes todos de
de Yavé,3 y distribuyó a todo Israel, hom la tierra;
bres y mujeres, a cada uno una porción de Pregonad uno y otro día su salvación,
pan, de carne y de uvas pasas. 24 Contad a los pueblos su gloria,
4 Puso levitas al servicio del arca de Ya Sus maravillas a los pueblos todos.
vé para que invocaran, alabaran y ensal 25 Porque Yavé es grande, digno de
zaran a Yavé, Dios de Israel. 5 Fueron: toda alabanza,
Asaf, el jefe; Zacarías, el segundo después Temible sobre todos los dioses.
de él; Uziel, Semiramot, Jejiel, Matatías, 26 Porque los dioses de las gentes son
Eliab, 6 Benayas, Obededom y Jejel, con ídolos,
instrumentos músicos, salterios y arpas, Pero Yavé es el hacedor de los cielos.
y Asaf era el que hacía sonar los címbalos. 27 La gloria y la majestad sean ante El,
Los sacerdotes Benayas y Jozajiel tocaban La alabanza y el honor en su santuario.
continuamente las trompetas delante del 28 Dad a Yavé, ¡oh familias de los pue
arca de la alianza de Dios. 7 Aquel día blos!,
dio David a Asaf y a sus hermanos por Dad a Yavé la gloria y la alabanza,
primera vez, para cantar las alabanzas de 29 Dad gloria al nombre de Yavé.
Yavé, este canto: * Traed ofrendas y entrad en sus atrios.
Adorad a Yavé en ornamentos santos,
C ántico 30 Temblad ante El todos los de la tie
rra.
8 «Alabad a Yavé, invocad su nombre. El afirmó el orbe, y firme está.
Pregonad a los pueblos sus hazañas. 31 Alégrense los cielos y regocíjese la
9 Cantadle, cantad salmos en su honor. tierra,
Contad todos sus portentos. Pregónese entre las gentes: Yavé reina.
10 Gloriaos en su santo nombre; alé 32 Truene el mar con cuanto lo llena,
grese el corazón de los que buscan a Yavé. Salte de gozo el campo y cuanto hay
II Buscad a Yavé y fortaleceos. en él,
Buscad siempre su rostro. 33 Den gritos de júbilo los árboles de
12 R ecordad cuántas m aravillas ha las selvas
obrado. Al venir Yavé, pues viene para juzgar
Sus prodigios, los juicios de su boca. a la tierra.
13 D e s c e n d ie n te s de A b rah am , su 34 Dad gracias a Yavé, que es bueno
siervo; Y es eterna su misericordia.
Hijos de Jacob, su elegido. 33 Decid: Sálvanos, ¡ob Dios!, salud
14 Es Yavé nuestro Dios. nuestra;
i£ 1 Instalada el arca de Dios en la tienda que David le tenía preparada, el rey organizó el culto
■ ” en una forma que preanunciaba la del templo salomónico, preparada por el mismo David.
7 El canto entregado por David a Asaf y sus hermanos es, con ligeras variantes, el salmo 106
(Vulg. 105). El verso «Dad gracias a Yavé, que es bueno y es eterna su misericordia* es puesto
luego numerosas veces en boca de los levitas y del pueblo todo para alabar y bendecir a Yavé. Los
versos 28-33 son mesiánicos, por referirse al reinado universal de Yavé, que había de realizar el
Mesías.
429 I PA RA LIPÓ M EN O S 1 6 -1 7
1 O 1 La grande obra de David fue consolidar la seguridad de Israel con las victorias alcanzadas
■ ° sobre los pueblos circunvecinos. El c.x8 responde a 2 Sam 8, con la sola excepción de
2 Sam 8,2, que está muy simplificado.
431 I PARAL1PÓMEKOS 19-21
que yo, vas tú en socorro mío, y si los liat, Lajm i, de G at, que llevaba una lanza
hijos de Ammón son más fuertes que tú, cuya asta era como un enjullo de tejedor.
iré yo en socorro tuyo. 13 Esfuérzate y es 6 Hubo otra batalla más en Gat, en la
forcémonos por nuestro pueblo y por las que se halló un hombre de alta talla, que
ciudades de nuestro Dios, y haga Yavé lo tenía seis dedos en cada mano y en cada
que bien le parezca». pie, veinticuatro en todo, y que descendía
14 Avanzó Joab con los suyos para atatambién de Rafa. 7 Retó a Israel, y Jo-
car a los sirios, que huyeron ante él, 15 y natán, hijo de Simea, hermano de David,
los hijos de Ammón, cuando vieron que le mató. 8 Estos hombres eran hijos de
habían huido los sirios, se pusieron tam Rafa, de Gat, y perecieron a manos de
bién en fuga delante de Abisaí, hermano David y sus servidores.
de Joab, y se encerraron en la ciudad.
Joab se volvió a Jerusalén. E l censo del pueblo
16 Viendo los sirios que habían sido de
rrotados por Israel, mandaron a buscar n i 1 Alzóse Satán contra Israel e in-
a los sirios del otro lado del río, que vi ^ * citó a David a hacer el censo de
nieron al mando de Sofac, jefe del ejér Israel. * 2 David dijo a Joab y a los jefes
cito de Hadadezer. 17 Súpolo David y re del pueblo: «Id a hacer el censo de Israel,
unió a todo Israel, y pasando el Jordán desde Berseba hasta Dan, y traédmelo,
marchó contra ellos y se preparó a atacar para que sepa yo su número». 3 Joab res
los. Ordenóse David en batalla contra los pondió a David: «¡Ojalá hiciera Yavé a
sirios, 18 y los sirios, después de haberse su pueblo cien veces más numeroso! Pe
batido con él, se pusieron en huida de ro, rey y señor mío, ¿no son todos servi
lante de Israel, y David les mató siete dores tuyos? ¿Para qué pide esto mi se
mil hombres de los carros y cuarenta mil ñor? ¿Para qué hacer una cosa que será
infantes. Mató también a Sofac, jefe del imputada como pecado a Israel?» 4 El rey
ejército. 19 Los hombres de Hadadezer, persistió en la orden que había dado a
viéndose derrotados por Israel, concer Joab, y Joab partió y recorrió todo Is
taron paces con David y se le sometieron. rael, y vino luego a Jerusalén. Joab entre
N o volvieron más los sirios a socorrer a gó a David el rollo del censo del pueblo,
los hijos de Ammón. 5 y había en todo Israel un millón cien
mil hombres de guerra, y en Judá cuatro
O A 1 Al año siguiente, al tiempo en cientos setenta mil. 6 No hizo entre ellos
que suelen los reyes salir a cam el censo de Leví y Benjamín, porque abo
paña, Joab, a la cabeza de un fuerte ejér minaba Joab la orden del rey. 7 Desagra
cito, fue a talar la tierra de los hijos de dó la orden a Dios y castigó a Israel. *
Ammón, y puso sitio a Raba. David se 8 Entonces dijo David a Dios: «He co
quedó en Jerusalén; Joab se apoderó de metido con esto un gran pecado. Perdona,
Raba y la destruyó. * te ruego, la iniquidad de tu siervo, pues
2 Quitó David la corona de Milcón de he obrado como un insensato».
encima de su cabeza, y hallóla del peso 9 Yavé habló así a Gad, el vidente de
de un talento de oro y que tenía una pie David: 10 «Ve a decir a David: Así habla
dra preciosa, que fue puesta sobre la ca Yavé: Tres plagas te propongo para que
beza de David. Saqueó la ciudad y obtuvo elijas una con que te heriré», n Gad vino
de ella un gran botín. 3 Sacó de ella a los a David y le dijo: «Así habla Y avé:12 Eli
habitantes y los puso a serrar con las sie ge: o tres años de hambre, o tres meses
rras y a los trillos y a las hoces. Lo mismo durante los cuales huirás de tus enemigos
hizo con todas las ciudades de los hijos y te alcanzará la espada de tus enemigos,
de Ammón. Volvióse luego David con o tres días durante los cuales la espada
todo el pueblo a Jerusalén. * de Yavé y la peste estarán sobre la tierra,
y el ángel de Yavé llevará la destrucción
Victorias contra los filisteos a todo el territorio de Israel. Ve, pues,
lo que he de responder al que me envía».
4 Después de esto hubo en Guezer una 13 David respondió a Gad: «En gran aprie
batalla contra los filisteos. Entonces fue to me veo. Pero caiga yo en las manos
cuando Sibecai, jusatita, mató a Sipai, de Yavé, cuya misericordia es inmensa, y
uno de los refaím. Los filisteos quedaron no caiga en las manos de los hombres».
humillados. * 5 También hubo otra bata 14 Mandó Yavé la peste sobre Israel, y
lla con los filisteos, en la que Elianán, cayeron setenta mil hombres de Israel.
hijo de Jair, mató a un hermano de Go 15 Dios mandó un ángel a Jerusalén para
1 Esta guerra contra los amonitas responde a 2 Sam i i , i y 12,26.
3 El cronista omite el adulterio de David y la muerte de Urias, que no entraban en su plan.
4 Nuevas victorias contra los filisteos. Es un compendio de 2 Sam 21,15-22.
1 Esta narración del censo y de la peste procede de 2 Sam 24.
7 El censo ordenado por David atrae sobre Israel la ira del Señor. ¿Por qué? Véase 2 Sam 24,10.
uui.ihrtMKNoH 21-2 2 432
iloNirulrlu, y cuando ya estaba destruyén pada del ángel le había llenado de es
dola, miró Yavé y se arrepintió de aquel panto.
mal, y dijo al ángel destructor: «Basta.
Retira ya tu mano». El ángel de Yavé O O 1 Y dijo David: «Esta será la casa
estaba junto a la era de Omán, jebuseo, de Yavé Dios y aquí estará el al
16 y David alzó los ojos y vio al ángel de tar de los holocaustos para Israel».
Yavé entre la tierra y el cielo, teniendo P reparativos d e D a v id para la
en su mano, desnuda, la espada, vuelta
contra Jerusalén. construcción del tem p lo
Entonces David y los ancianos, vesti 2 Mandó David que se reuniesen todos
dos de saco, cayeron sobre sus rostros, los extranjeros que había en la tierra de
17 y David ¿ jo a Dios: «¿No sov yo el Israel, y encargó a los canteros que fue
que he mandado hacer el censo del pue sen preparando piedras talladas para la
blo? Yo soy quien ha pecado y ha hecho construcción de la casa de Dios. * 3 Pre
el m al; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? paró también hierro en abundancia para
¡Yavé, Dios mío! Pese tu mano sobre mí la clavazón de las puertas y para las gra
y sobre la casa de mi padre y no haya pas, y bronce en cantidad imponderable,
plaga en tu pueblo». 18 El ángel de Yavé y madera de cedro innumerable, 4 pues
dijo a Gad que hablase a David para que los sidonios y los tirios habían traído a
subiese a alzar un altar en la era de Or David maderas de cedro en abundancia.
nan, jebuseo, y subió David, cumplien 5 David se decía: «Mi hijo Salomón es
do la orden que Gad había dado en nom todavía joven e inexperto, y La casa que
bre de Yavé. 20 Ornán, que estaba trillan ha de edificarse a Yavé ha de ser, por la
do el trigo, se volvió y vio al ángel y se grandeza, por la magnificencia, por la
escondió con sus cuatro hijos. belleza, reputada en todas las tierras; por
21 Cuando llegó David cerca de Omán, eso quiero hacer preparativos; y los hizo,
miró Ornán y vio a David, y saliendo de antes de su muerte, en abundancia. 6 D a
la era, se prosternó ante David rostro a vid llamó a Salomón, su hijo, y le dio
tierra. 22 David dijo a Omán: «Cédeme orden de edificar una casa a Yavé, Dios
el campo de tu era para que yo alce en de Israel. 7 Le dijo: «Hijo mío, yo tenía
ella un altar a Yavé; cédemelo por su el propósito de edificar un templo al nom
precio en plata, para que se retire la pla bre de Yavé, mi Dios; 8 pero Yavé me
ga de sobre el pueblo». 23 Omán respon dijo: Tú has derramado mucha sangre y
dió a David: «Tómala y que mi señor has hecho grandes guerras. No serás tú
el rey haga en ella lo que bien le parezca; quien edifique una casa a mi nombre,
mira, te doy los bueyes para el holocaus porque has derramado ante mí mucha
to, los trillos para leña, y el trigo para la sangre sobre la tierra. 9 He aquí que te
ofrenda. Todo te lo doy». 24 Pero el rey nacerá un hijo, que será hombre de paz
dijo a Omán: «No, quiero comprártela y a quien daré vo paz, librándole de todos
por su valor en plata, pues no voy a pre sus enemigos en derredor. Su nombre
sentar yo a Yavé lo que es tuyo ni a será Salomón, y durante su vida haré yo
ofrecerle un holocausto que no me cuesta venir sobre Israel la paz y la tranquilidad.
nada». * 25 Y dio David a Omán seiscien tOEse edificará una casa a mi nombre.
tos sidos de oro por el lugar, 26 y edificó Será para mí un hijo, y yo seré para él
allí un altar a Yavé, y le ofreció holocaus un padre, y afirmaré para siempre el tro
tos v sacrificios eucarísticos. Invocó a no de su reino en Israel. 11 Ahora, pues,
Yavé, y Yavé le respondió por el fuego hijo mío, que Yavé sea contigo, para que
que del cielo descendió sobre el altar del prosperes y edifiques la casa de Yavé, tu
holocausto.27*Entonces habló Yavé al án Dios, como él de ti lo ha declarado.
gel, que volvió la espada a la vaina. 12 Quiera darte Yavé la sabiduría y la
28 Viendo David que Yavé le había oído inteligencia para reinar sobre Israel en
en la era de Omán, jebuseo, sacrificaba la observancia de la Ley de Yavé, tu Dios.
allí, 29 pUes el tabernáculo de Yavé, que 13 Prosperarás si cuidas de poner por obra
Moisés había hecho en el desierto, y el los mandamientos y preceptos que mandó
altar de los holocaustos estaban enton Yavé á Moisés para Israel. Esfuérzate,
ces en la altura de G abaón,30 y David no pues; ten ánimo y no temas ni desmayes.
podía ir allá a buscar a Yavé, pues la es 14 Y o con mis esfuerzos he reunido para
24 Sólo son de notar algunas variantes (w.4-9), en que se acentúa la noción de pecado y el
castigo que, sin duda, traerá sobre el pueblo, y la adición de los w.2i,27b-22,i, en que se justifica
la elección de la era de Omán (sic) para el altar de los holocaustos de Israel.
0 9 2 La voluntad de David de edificar un templo al Señor está bien manifiesta en el c. 17. Impe-
■ “ dido por la voluntad de Dios de realizar sus planes, hace todo lo que puede, preparando los
materiales, los planos de la obra y la organización del culto. En el presente capítulo comienza el
rey su tarea, tan grande que merecerla David el nombre de fundador del templo con mejor título
que su hijo. Nada hay de esto en el libro de Samuel.
433 I PARALIPÓMENOS 2 2 -2 4
la casa de Yavé cien mil talentos de oro, 14 Los hijos de Moisés, hombre de Dios,
un millón de talemos de plata y una can fueron contados en la tribu de Leví. 15 Los
tidad imponderable de bronce y de hierro, hijos de Moisés fueron Gersón y Elie-
en gran abundancia. He aprestado asimis zer. 15 Hijo de Gersón fue Sebuel, el jefe,
mo madera y piedra, que tú acrecentarás. 17 Hijo de Eliezer fue Rejabía; el jefe.
15 Tienes a la mano un gran número de Eliezer no tuvo más hijos, pero los hi
obreros, de canteros, carpinteros y hom jos de Rejabía fueron muchos. 18 Hijo
bres expertos en toda clase de obras. de Jisear fue Selomit, el jefe. 19 Los hi
15 El oro, la plata, el bronce y el hierro jos de Hebrón: Jeería, el jefe; Amarlas,
son sin número. Levántate, pues, ponte el segundo; Jezaziel, el tercero, y Jaca-
a la obra y que Yavé sea contigo». mán, el cuarto. 20 Hijos de Uziel: Mica,
17 Mandó también David a todos los
el primero; Jisía, el segundo. 21 Hijos de
principales de Israel que prestasen su Merarí: Majlí y Musí. Hijos de Majlí:
ayuda a Salomón, su hijo. 18 «¿No está Eleazar y Quis. 22 Murió Eleazar sin hijos,
con vosotros Yavé, vuestro Dios, y no pero dejó hijas, y los hijos de Quis, sus
os ha dado El paz en todas partes? El hermanos, las tomaron por mujeres. 23 Hi
ha puesto en mis manos a los morado jos de M usí: Majlí, Eder y Jerimot, tres.
res de la tierra, y la tierra está sometida 24 Estos son los hijos de Leví, según las
ante Yavé y ante su pueblo. 19 Poned, familias de sus padres, cabezas de las
pues, todo vuestro corazón y vuestro casas paternas, según el censo hecho con
ánimo en buscar a Yavé, vuestro Dios; tando por cabezas. Estaban dedicados al
levantaos y edificad el santuario de Yavé, ministerio de la casa de Yavé desde los
Dios, para traer el arca de la alianza de veinte años arriba. 23 Pues David dijo:
Yavé y los utensilios consagrados a Dios «Yavé, Dios de Israel, ha dado el reposo
a la casa edificada al nombre de Yavé». a su pueblo, Israel, y habitará por siem
pre en Jerusalén, 25 y los levitas no ten
Lo s levitas» su número y sus drán ya que transportar el tabernáculo
funciones v todos los utensilios de su servicio».
A O 1 Viejo ya David y harto de días, 27 Y asi, conforme a las últimas disposi
« v hizo a Salomón, su hijo, rey de ciones de David, se hizo el censo de los
Israel. 2 Reunió a todos los jefes de hijos de Lev! desde los veinte años para
Israel, a los sacerdotes y a los levitas. arriba.
3 Hizose el censo de los levitas de trein 28 Puestos a las órdenes de los hijos
ta años arriba, y su número, contado de Arón, para el servicio de la casa de
por cabezas uno a uno, fue de treinta y Yavé, tenían a su cuidado los atrios y
ocho mil. 4 Y dijo David: «Que de ellos las cámaras, la limpieza de todas las
veinticuatro mil se dediquen a los oficios cosas santas y las obras del servicio de
de la casa de Yavé, seis mil sean jueces la casa de D ios: 29 los panes de la pro
y oficiales, 5 cuatro mil porteros y cuatro posición, la harina de flor para las ofren
mil dedicados a alabar a Yavé con los das, las tortas de pan ácimo, las hojuelas
instrumentos que yo he hecho para ello». fritas en sartén y las cocidas y todas las
5 David los distribuyó en órdenes se medidas de capacidad y de longitud. 30 Te
gún los hijos de Leví, Gersón, Caat y nían que presentarse cada mañana y cada
Merarí. tarde para alabar y celebrar a Yavé 31 y
7 Hijos de Gersón: Ladán y Simeí. ofrecer continuamente los holocaustos a
HHijos de Ludán, tres: Jejiel, el primero; Yavé los sábados, los novilunios y las
Zetam y Joel. 9 Hijos de Simeí, tres: fiestas, según el número y los ritos pres
Selomit, Jaziel y Harán, Estos son los critos. 32 Daban la guardia al tabernácu
jefes de las familias de Ladán. 10 Hijos lo de la reunión a las órdenes de los
de Simeí: Jafat, Ziza, Jeus y Beria. 11 Es hijos de Arón, sus hermanos, en el servi
tos cuatro son los hijos de Simeí. Jafat cio de la casa de Yavé.
era el primero y Ziza el segundo. Jeus
L o s sacerd otes, d istribu id o s en
y Beria no tuvieron muchos hijos y for
maron en el censo una sola casa pater ve in ticu a tro clases
na. i2 Hijos de Caat: Amram, Jiscar, He- 4 1 He aquí las clases de los hijos
brón y Usiel, cuatro. 13 Hijos de Am de Arón: Hijos de Arón: Nadab,
ram: Arón y Moisés. Arón fue elegido Abiú, Eleazar e Jtamar. * 2 Nadab y Abiú
para servir en el santo de los santos, él murieron antes que su padre y no de
y sus hijos perpetuamente, para ofrecer jaron hijos. Eleazar e Itamar cumplieron
los perfumes ante Yavé, para hacer su las funciones sacerdotales. 3 David distri
ministerio y bendecir por siempre su nom buyó a Sadoc, de los hijos de Eleazar,
bre.24 y a Ajimelec, de los hijos de Itamar, en
turnos para el servicio. 4 Hubo entre los vid, Sadoc, Ajimelec y los jefes de las
hijos de Eleazar más jefes que entre los casas paternas de sacerdotes y levitas.
hijos de Itamar, y se hizo esta división: Todo se hizo por suerte para distribuir
los hijos de Eleazar tenían dieciseis jefes igualmente los oficios, siendo el jefe de
de casas paternas, y los hijos de llamar, familia como el menor de sus hermanos.
ocho. 5 Hízose la distribución por suerte,
unos con otros, y fueron jefes del san L os cantores, distribuidos en
tuario y jefes de Dios tanto los hijos veinticuatro clases
de Eleazar como los hijos de llamar.
6 Semeyas, hijo de Natanael, secreta OJJ 1 David y los jefes del ejército se-
rio de la tribu de Leví, los inscribió de pararon a los que de entre los
lante del rey y de los príncipes, delante hijos de Asaf, de Hernán y de Jedutún
de Sadoc, sacerdote, y de Ajimelec, hijo habían de hacer el oficio de cantores,
de Abiatar, y de los jefes de familias de acompañándose del arpa, del salterio y
sacerdotes y levitas, y se iba sacando por de los címbalos, cumpliendo cada uno
suene una casa paterna para Eleazar y el oficio a que se le destinaba en propor
una casa paterna para llamar. 7 L a pri ción de su número. 2 De los hijos de
mera suerte tocó a Jojarib; la segunda, Asaf: Zacur, José, Natanía y Asarela,
a J iday a ; 8 la tercera, a Jo rim ; la cuarta, bajo la dirección de Asaf, cantor del
a Seorim; la quinta, a M alaquías; la rey. 3 De Jedutún: los hijos de Jedutún,
sexta, a Miam ín; 10 la séptima, a C o s; la Godolías, Sori, Jeseías, Josabías, Mata
octava, a A bías; 11 la novena, a Jesúa; tías y Semeí, seis, bajo la dirección de
la décima, a Secanía; 12 la undécima, a su padre, Jedutún, que cantaba con el
Elyasib; la duodécima, a Jacim ; 13 la arpa para alabar y celebrar a Yavé. 4 De
décimotercera, a Ju pa; la décimocuarta, Hernán: sus hijos, Buquías, Matanías,
a Jebab; 14 la décimoquinta, a Bilga; la Oziel, Sabuel, Jerimot, Jamanías, Jana-
décimosexta, a Im e r ;15 la decimoséptima, ní, Eliata, Guedelti, Romemtiezer, Jesba-
a Jezir; la décimoctava, a Afses; 16 la casa, Melotí, Otir y Majaziot. 5 Todos
decimonona, a Peteya ; la vigésima, a Je- éstos eran hijos de Hernán, vidente dei
zaqu iel;17 la vigésimo primera, a Jaquim ; rey, para cantar las alabanzas de Dios y
la vigésimo segunda, a G am ul; 38 la vi ensalzar su poder, pues Dios había dado
gésimo tercera, a D elaya; la vigésimo cuar a Hernán catorce hijos y tres hijas. *
ta, a M azia. 6 Todos éstos de Asaf, de Jedutún y de
19 Así fueron distribuidos para su mi Hernán fueron puestos bajo la dirección
nisterio, para que entrasen en la casa de de sus padres para cantar en el templo
Yavé a las órdenes de Arón, conforme a de Yavé tocando los címbalos, las arpas
los mandatos que les había dado Yavé, y los salterios, cumpliendo los ministe
Dios de Israel. rios de la casa de Yavé según el orden
prescrito por el rey. 7 El número de ellos,
Je fe s d e las fam ilias d e los levitas con sus hermanos hábiles en el arte y
20 He aquí los jefes de las otras fami que enseñaban a los otros a cantar las
lias de los levitas: Subael, de los hijos alabanzas a Yavé, era de doscientos
de Amram, y Jejdaya, de los hijos de ochenta y ocho. 8 Fueron sorteados en
Subael. 21 De los hijos de Rejabía, el cada clase sin acepción de personas, jó
jefe era Jisia. 22 Salemot era hijo de Isab, venes y viejos, hábiles y menos hábiles.
y Jajat, hijo de Salemot. 23 El primogé 9 El primero por suerte fue José, de
nito de los descendientes de Hebrón fue la casa de Asaf; el segundo, Godolías,
Jeriyán; el segundo, Amarías; el tercero, por él y por sus hijos y hermanos en
Jajaziel; el cuarto, Jacmán. 24 Hijo de número de doce; 10 el tercero, Zacur, y
Uziel fue Mica, e hijo de Mica, Samit. sus hijos y hermanos en número de doce;
25 Jisiya era hermano de Mica, y Zaca u el cuarto, Jisrí, con sus hijos v herma
rías, hijo de Jisiya. nos en número de doce; 12 el quinto,
20 Los hijos de Merarí son: Majlí Natanías,
y con sus hijos y hermanos en
Musí. Uzías tuvo un hijo, llamado Beño, número de doce ; 13 el sexto, Buquías, con
27 Merarí tuvo además a Uzías, Soam, sus hijos y hermanos en número de doce;
Zacur y Jibrí. 28 Majlí tuvo un hijo, lla 14 el séptimo, Jisreela, con sus hijos y
mado Eleazar, que no tuvo hijos. 29 Quis hermanos en número de doce; 15 el oc
tuvo un hijo, llamado Jerameel. 30 Los tavo, Jesaya, con sus hijos y hermanos
hijos de Musí son: Majlí, Eder y Jeri- en número de doce; 16 el noveno, Ma
mot. Estos son los hijos de Leví según tanías, con sus hijos y hermanos en nú
sus familias. 31 También ellos, como los mero de doce; 17 el décimo, Semeya, con
hijos de Arón, fueron sorteados ante Da sus hijos y hermanos en número de doce;
OC 5 El título de «vidente del rey», que se da aquí a Hermán, en 21,9 a Gad y en 2 Par 3 5 , 1 5 a Je-
dutún, parece indicar un profeta sacerdote, órgano de las divinas revelaciones cerca de David *
435 1 PARALIPÓMENOS 2 5 -2 6
18 el undécimo, Azareel, con sos hijos y los hermanos de Josa eran, en todo, trece.
hermanos en número de doce; 19 el duo 12 A estos órdenes de porteros, a los
décimo, Asabías, con sus hijos y herma jefes de ellos y a sus hermanos, fue enco
nos en número de doce; 20el decimoter mendada la guardia para el servicio de
cero, Sabael, con sus hijos y hermanos la casa de Yavé. 13 Fueron sorteados para
en número de doce; 21 el decimocuarto, cada puerta, pequeños y grandes, según
Matatías, con sus hijos y hermanos en sus casas paternas.
número de doce; 22 el decimoquinto, Je- 14 Tocó por suerte a Selemía el lado de
rimot, con sus hijos y hermanos en nú oriente. Se echó la suerte para Zacarías,
mero de doce;23 el decimosexto, Jananías, su hijo, que era un prudente consejero,
con sus hijos y hermanos en número de y le tocó el lado del norte. 15 A Obede
d oce;24 el decimoséptimo, Jesbacasa, con dom, con sus hijos, le tocó el lado del
sus hijos y hermanos en número de doce; mediodía, donde estaban también las des
25 el decimoctavo, Janani, con sus hijos pensas. 16 A Josa le tocó el lado de occi
y hermanos en número de doce; 26 el dente, la puerta de Salequet, que sale a
decimonono, Melotí, con sus hijos y her la calle empinada. Estos cuerpos de guar
manos en número de doce; 27 ei vigési dia se correspondían unos a otros. 17 La
mo, Eliata, con sus hijos y hermanos en puerta de oriente estaba guardada por
número de doce; 28 el vigésimo primero, seis levitas, y la del norte por cuatro, que
Otir, con sus hijos y hermanos en nú se renovaban todos los días. Había tam
mero de doce; 29 el vigésimo segundo, bién cuatro por día a la puerta del me
Guedeltí, con sus hijos y hermanos en diodía, y otros cuatro que servían de dos
número de doce; 30 el vigésimo tercero, en dos en el lugar de las despensas. *8 En
Majaziot, con sus hijos y hermanos en el Parvar (pórtico) al occidente, cuatro en
número de doce; 31 el vigésimo cuarto, la calle y dos en el Parvar. 19 De este
Romemtiezer, con sus hijos y hermanos modo fueron distribuidos los porteros,
en número de doce. que eran todos hijos de Coré y de Merarí.
20 Ajias tenía Ja guarda de los tesoros de
O r d e n e s d e \o& p orteros d e\ te m p lo la casa de D ios y de los utensilios sagra
nn 1 También fueron distribuidos los dos. 21 De entre los hijos de Laedam, los
guardas de las puertas. hijos de Gersón, descendiente de Laedam,
De los hijos de Coré: Meseelemías, jefe de las casas paternas de Laedam, ger-
hijo de Coré, de los hijos de Asaf. * sonita, eran: Jejieli y Zetán. 22 Los hijos
2 Hijos de Meseelemías; Zacarías, el pri de Jejieli, Zetán y Joel, su hermano, que
mogénito; Jediael, el segundo; Zebadías, guardaban los tesoros de la casa de Yavé.
el tercero; Jataniel, el cuarto; 3 Elam, el 23 De entre los amramitas, jisearitas, he-
quinto; Jeojanán, el sexto; Elyoenai, el bronitas y uzelitas, 24 Sebuel, hijo de Ger
séptimo. 4 Hijos de Obededom: Seme- són, hijo' de Moisés, era intendente del
yas, el primogénito; Jozabal, el segundo; tesoro. 25 De entre sus hermanos los des
Joaj, el tercero; Sacar, el cuarto; Neta- cendientes de Eliezer, cuyo hijo fue Reja-
nael, el quinto; 5 Amiel, el sexto; Jsacar, bía, hijo de éste Jesaya, hijo de éste Joram,
el séptimo; Peultai, el octavo, pues Dios hijo de éste Zicri, hijo de éste Selomit;
le habla bendecido. 6 A Semeyas, su hijo, 26 Selomit y sus hermanos guardaban los
le nacieron hijos, que prevalecieron en tesoros de las cosas santas que habían
la casa de su padre y eran hombres sido consagradas por el rey David, por
fuertes. 7 Mijos de Semeyas: Otni y Re los jefes de las casas paternas, los jefes
fací, Ohcd, l'l/uhud y sus hermanos, hom de millares y de centenas, y los jefes del
bres valerosos; Eliu y Samaquías. 8 To ejército, 27 del botín de guerra y dé los
dos éstos eran hijos de Obededom. Ellos, despojos para la casa de Yavé. 28 Todo
sus hijos y sus hermanos fueron hombres lo que había sido consagrado por Samuel,
vigorosos y de mucha fuerza para el el vidente; por Saúl, hijo de Quis; por
servicio; sesenta y dos de Obededom. Abner, hijo de Ner; por Joab, hijo de
9 Los hijos y los hermanos de Meseele Sarvia, todas las cosas consagradas, esta
mías, hombres valientes, eran en número ban bajo la custodia de Selomit y sus
de dieciocho. hermanos.
10 De los hijos de Merarí: Josa, que 29 De entre los jisearitas, quenayas y
tuvo por hijos: Simrí, el jefe, hecho jefe sus hermanos ejercieron funciones exte
por su padre a pesar de no ser el primo riores, como oficiales y jueces en Israel.
génito; 11 Jilquiva, el segundo; Tebalia, el 39 D e entre los hebronitas, Josabia y sus
tercero; Zacarías, el cuarto. Los hijos y hermanos, hombres valientes, mil sete-
1 Una obra tan colosal como la del templo exigía también numerosos servidores, a fin de
mantener el orden y velar por la santidad dd templo y por la custodia de todas sus cosas.
De i a iv se trata de los porteros; el resto del capítulo, 20-32, de los encargados de velar por las
cosas del santuario.
I I-AIIALIJAMENOS 2 6 -2 7 436
cientos, gobernaban a los famelita* del 11 El octavo, para el octavo mes, era
lado de allá del Jordán, en mi parte occi Sibcaí de Jusat, del linaje de Zarjí, que
dental, tanto en lo concerniente al servi tenia bajo él veinticuatro mil hombres.
cio de Yavé cuanto en lo concerniente al 12 El noveno, para el noveno mes, era
servicio del rey. 31 Por lo quo haco a los Abiezer, de Anatot, de los hijos de Ben
hebronítas, de quienes orn Joriyá. se jamín, que mandaba veinticuatro mil
hicieron el año cimrcnin dnl rehuido de hombres.
David investigaciones on Jn/rr de Clnlad, 13 El décimo, para el décimo mes, era
según sus genealogías y mus cunu.s puternas; Maraí, de Netofat, descendiente de Zarjí,
32 y se halló que los hermanos do Jeriyá, y tenia bajo sí veinticuatro mil hombres.
hombres valientes y robustos, eran dos 14 El undécimo, para el undécimo mes,
mil setecientos, jefes do casas paternas. I era Benayas, de Faratón, de la tribu de
El rey David los constituyó sobre los Efraím; su tropa era de veinticuatro mil
rubenitas, los gaditas y la media tribu de hombres.
Manasés para lo tocante a Dios y lo to 15 El duodécimo, para el duodécimo
cante al rey. mes, era Joldaí, de Netofat, descendiente
de Otoniel, y su tropa era de veinticuatro
L os jefes del ejército mil hombres.
n*T 1 El número de los hijos de Israel
« ■ que entraban en servicio de tropa Los jefes de las doce trib u s
para la guardia del rey, que se relevaba 16 Estos eran los jefes de las doce tribus:
todos los meses del año según la distri En la de Rubén, Eliezer, hijo de Zicri;
bución que de ellos se había hecho, era en la de Simeón, Safantías, hijo de Maa-
de veinticuatro mil cada vez; cada tropa cá; 17 en la de Leví, Josabías, hijo de Ca-
tenia sus jefes de casas paternas, sus jefes muel; de los aronitas, Sadoc; 18 en la de
de millar y de centena y sus oficiales al Judá, Elihu, hermano de David; en la
servicio del rey.* de Isacar, Amri, hijo de Micael; 19 en la de
2 A la cabeza de la primera división Zabulón, Jismaías, hijo de Abdías; en la
para el primer mes estaba Jasobeam, hijo de Neftalí, Jerimot, hijo de Azriel; 20 en
de Zabdiel; mandaba una división de la de Efraím, Oseas, hijo de Azacías; en
veinticinco mil hombres. 3 Era de los hijos la media tribu de Manasés, Joel, hijo dé
de Peres y mandaba a todos los jefes de Pedaya; 21 en la media tribu de Manasés
la tropa del primer mes. en Galad, Jidom, hijo de Zacarías; en la
4 A la cabeza de la división del segundo tribu de Benjamín, Jasiel, hijo de Abner;
mes estaba Dodaí, ajotita; y tenía bajo 22 en la tribu de Dan, Ezriel, hijo de Jero-
él a Miclot, que mandaba una parte de jam. Estos eran los príncipes de las tribus
esta tropa, que era de veinticuatro mil de Israel.
hombres. 23 David no quiso contar a los que es
5 El jefe de la tercera división, la del taban por debajo de los veinte años, por
tercer mes, era Banayas, hijo de Joyada, que Yavé le había dicho que multiplica
sacerdote, y tenia a su mando veinticuatro ría a Israel como las estrellas del cielo. *
mil hombres. 6 Este es el Banayas que 24 Joab, hijo de Sarvia, había comenzado
era el más valiente de los treinta y los a hacer el censo; mas no lo acabó, porque
superaba a todos. Su hijo Amisadab era esto trajo la ira sobre Israel, y por eso el
uno de los jefes de su división. número de los que habían sido contados
7 El cuarto jefe, para las tropas del cuar no está escrito en las crónicas de David.
to mes, era Asael, hermano de Joab; y
Zabdías, su hijo, después de él. El número O tros funcionarios d e D a v id
de sus tropas era de veinticuatro mil. 23Azmavet, hijo de Adiel, tenía a su
8 El quinto jefe, para el mes quinto, era cargo el tesoro del rey; sobre tos alma
Saraaor, de Jezer, y su tropa era de veinti cenes del campo, en las ciudades, en los
cuatro mil. pueblos y en las torres estaba Jonatán,
9 El sexto, para el sexto mes, era Jira, hijo de Ozías. * 26 Ezri, hijo de Jelub, es
hijo de Iques de Tecua, y tenía en su tropa taba sobre los obreros del campo, que
veinticuatro mil hombres. labraban las tierras; 27 Simeí, de Rama,
10 El séptimo, para el séptimo mes, era sobre las viñas; Sabdí, de Sefam, sobre
Jeles, de Falón, de la tribu de Efraím; las bodegas; 28 Baal Anam, de Gueber,
su tropa era de veinticuatro mil hombres. sobre los olivares e higuerales, en el llano;
O Y 1 David, que elevó tan alta la potencia militar de Israel sobre los pueblos vecinos, hubo de
“ * empezar organizando el ejército. El presente capitulo nos habla de doce cuerpos de ejér
cito de 24-ooo hombres cada uno, que hacían servicio por tumo.
23 Estos w.2-3 s. son un complemento a lo que se nos dice en el c.21 sobre el censo del pueblo.
25 Lo que queda del capítulo, w .25-34, nos informa sobre otros funcionarios del rey. Muy
probablemente este capítulo no ocupa el lugar que le corresponde.
437 I PARALIPÓMENOS 2 7 -2 8
Joás, sobre las provisiones de aceite ; 29 Si- hijos después de vosotros a perpetuidad.
traí, de Sarón, sobre el ganado vacuno 9 Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios
que se apacentaba en Sarón; Safat, hijo de tu padre y sírvele con corazón perfec
de Adlaí, sobre el ganado vacuno que se to y ánimo generoso; porque Yavé escu
apacentaba en los valles; 30 Obid, ismae driña los corazones de todos y penetra
lita, sobre los camellos; Jejdía, de Mero- todos los designios y todos los pensamien
not, sobre los asnos; 31 Jezis, agareno, so tos. Si tú le buscas, le hallarás; mas si le
bre tas ovejas. Todos éstos eran intenden dejas, te rechazará para siempre. 10 Mira
tes de la hacienda de David. que Yavé te ha elegido para edificar casa
32 Jonatán, tío de David, era consejero, que sea su santuario; esfuérzate y hazlo».
hombre de sentido y de saber; Jejiel, hijo Entregó David a su hijo la traza del
de Jacmoní, era mayordomo de los hijos pórtico y sus dependencias y oficinas, de
del rey. 33 Ajitofel era consejero del rey; las salas, de las cámaras y de la casa del
Jusaí, arquita, era amigo del rey; 34 ade propiciatorio. 12 Asimismo, la traza de
más de Ajitofel, eran consejeros Joyada, cuanto él quería hacer para los atrios de
hijo de Banayas, y Abiatar. Joab era el la casa de Yavé, para las cámaras del alre
jefe supremo del ejército del rey. dedor, para los tesoros de la casa de Ya
vé y para los tesoros de las casas consa
R e c o m e n d a c io n e s d e D a v id a S a lo gradas. 33 Diole también la distribución de
m ó n p a ra la e d ifica ció n d el te m p lo los órdenes de los sacerdotes y los levitas,
para todo el ministerio de la casa de Ya
O Q l David convocó a Jerusalén a to- vé, y de los utensilios del ministerio de la
dos los jefes de Israel: a los jefes casa de Yavé; 14 el modelo de los utensi
de las tribus, a los jefes de las divisiones lios de oro, con el peso que cada uno ha
al servicio del rey, a los jefes de millares bía de tener, y el de los utensilios de plata,
y de centenas, a los intendentes de la ha con el peso que había de tener cada uno
cienda y de los ganados del rey, a los hi de los utensilios para el servicio. 15 El
jos del rey, a los eunucos y oficiales del peso de los candeleras de oro, el de las
palacio, a todos los hombres de valer;* lámparas de oro, con el peso de cada
2 y levantándose en pie, dijo: «Oídme, her candelera y de cada lámpara; el peso de
manos míos y pueblo mío: Yo tenía el los candeleras de plata y de sus lámpa
propósito de edificar una casa de reposo ras, según el uso a que se destinaba cada
para el arca de la alianza de Yavé, para candelera. 16 Le dio el peso de oro para
el escabel de los pies de nuestro Dios, y las mesas de los panes de la proposición,
había ya hecho aprestos para ello; 3 pero para cada mesa, y la plata para las mesas
me dijo Dios: Tú no edificarás casa a mi de plata. 17 Le dio el modelo de los tene
nombre, porque eres hombre de guerra y dores, de las fuentes, de los cálices de oro
has derramado mucha sangre. 4 Pero Ya puro, el de las copas de oro, con el peso
vé, Dios de Israel, me eligió de toda la de cada copa ; 18 el del altar de los perfu
casa de mi padre para que perpetuamen mes de oro puro, con su peso de oro; el
te fuese rey de Israel, pues eligió a Judá modelo del carro y de los querubines, que
por caudillo, y de la casa de Judá, a la fa tienden sus alas y cubren el arca de la
milia de mi padre, y de entre los hijos de alianza de Yavé. 19 «Todo esto, dijo, me
mi padre, se agradó de mí para hacerme ha sido mostrado por la mano de Yavé,
rey de todo Israel. 3 De todos mis hijos, que me dio a entender el diseño de todas
pues me ha dado Yavé muchos hijos, eli las obras».
gió a mi hijo Salomón para sentarse en el 20 Dijo después David a Salomón, su
trono de Yavé sobre Israel; 6 y me ha di hijo: «Esfuérzate y anímate, y ponte a la
cho: Salomón, tu hijo, edificará mi casa obra; no temas ni desmayes, porque Yavé
y mis atrios, porque yo le he elegido por Dios, mi Dios, estará contigo y no te de
hijo y yo seré padre para él. 7 Yo afirmaré jará ni te desamparará hasta que acabes
su reino para siempre si él se esfuerza en toda la obra para el servicio de la casa
poner por obra mis mandamientos y mis de Yavé. 21 Los órdenes de sacerdotes y
juicios como hoy. 8 Ahora, pues, ante to levitas para todo el ministerio de la casa
do Israel, la congregación de Yavé, y ante de Yavé, y todos los hombres de buena
nuestro Dios, que nos oye, guardad y ob voluntad y de habilidad para toda suer
servad todos los mandamientos de Yavé, te de obras, y los príncipes y todo el pue
vuestro Dios, para que poseáis la buena blo estarán contigo para ejecutar tus ór
tierra y la dejéis en heredad a vuestros28 denes».
2 8 \.^ ste capitulo es la continuación del 23, que termina con una exhortación de David a su
™ hijo sobre la edificación del templo. Delante de los príncipes de la nación hace entrega a su
hijo de todos los planos y proyectos del santuario, de los utensilios y de la organización de) culto
divino, además de los materiales preciosas necesarios para la ejecución de las obras.
I PAKAi.U’ÓMENOS 29 438
O fre n d a s v o lu n tarlas para al tem plo todo. En tu mano está la fiierza y el po
derío. Es tu mano la que todo lo afirma y
OQ l Después dijo David a toda la engrandece. 13 Por eso, Dios nuestro, nos
asamblea: «Sólo a Sulomón, mi otros te confesamos y alabamos tu glorio
hijo, ha elegido Dios: os joven y de cor so nombre. 14 porque ¿quién soy yo y
ta edad, y es grande lu obra, porque la quién es mi pueblo para que podamos
casa no es para hombres, sino para Yavé hacer estas voluntarias ofrendas? Todo
Dios. * 2 Yo, con todo mi esfuerzo, he viene de ti, y lo que voluntariamente te
preparado para la cu su do mi Dios oro ofrecemos, de ti lo hemos recibido. 13 So
para lo de oro, plulu para lo de plata, mos ante ti extranjeros y advenedizos, co
bronce para lo de bronce, hierro para lo mo lo fueron nuestros padres. Son como
de hierro, madera para lo de madera, y la sombra nuestros días sobre la tierra, y
piedras de ónice, y piedras preciosas, y no dan espera. 16 ¡Oh Yavé, Dios nues
piedras blancas como el alabastro, y pie tro!, toda esta abundancia que para edi
dras de diversos colores, toda suerte de ficar la casa a tu santo nombre te hemos
piedras preciosas y mármol de Sais. ofrecido, tuya es, de tu mano la hemos re
3 Además, en mi devoción para la casa cibido. i? Yo sé, Dios mío, que tú escu-
de Yavé, guardo en mi tesoro particular
oro y plata, además del preparado para
la casa del santuario, que doy para la casa
de mi Dios. 4 Tres mil tíllenlos de oro, de
oro de Ofir, y siete mil talentos de plata
fina para recubrir las paredes de la casa.
3 Oro, pues, para las cosas de oro, plata
para las cosas de plata, para todas las
obras de orfebrería. ¿Quién quiere hoy ha
cer ofrenda a Yavé?»
6 Entonces todos los príncipes de las
familias, los príncipes de las tribus de Is
rael, los jefes de millares y de centenas y
de los intendentes de la hacienda real ofre
cieron voluntariam ente sus ofrendas, Cortesanos egipcios ante el Faraón
7 dando para la obra de la casa de Dios
cinco mil talentos de oro y diez mil dá driflas el corazón y que amas la rectitud;
ñeos, diez mil talentos de plata, dieciocho por eso te he hecho yo todas mis ofrendas
mil talentos de bronce y cien mil talentos
de hierro. * * Y todo el que se halló con yvoluntarias en la rectitud de mi corazón,
veo ahora con alegría que todo tu pue
piedras preciosas diolas para el tesoro de blo, que está aquí, te ofrece voluntaria
la casa de Yavé, entregándoselas a Jejiel, mente sus dones. ia Yavé, Dios de Abra-
gersonita. 9 Gozóse el pueblo de haber ham, de Isaac y de Israel, nuestros padres,
contribuido voluntariam ente con sus conserva para siempre en el corazón de
ofrendas, porque con entero corazón se tu
las hacían a Yavé, y el rey David tuvo tospueblo esta voluntad y estos pensamien
y encamina a ti su corazón. 19 Da asi
de ello gran alegría. mismo a mi hijo Salomón corazón perfec
Oración de D avid to para que guarde todos tus mandamien
tos, tus leyes y tus mandatos, y que todos
David bendijo a Yavé ante toda la los ponga por obra, y te edifique la casa
asamblea, diciendo: para la que yo he hecho aprestos».
«Bendito tú, ¡oh Yavé!, Dios de Israel, 20 Luego dijo David a toda la asamblea:
nuestro padre de siglo en siglo. 11 Tuya «Bendecid ahora a Yavé, vuestro Dios»;
es, ¡oh Yahvét, la majestad, el poder, la y toda la asamblea bendijo a Yavé, Dios
gloría y la victoria; tuyo el honor y tuyo de sus padres, y postrándose, oraron ante
cuanto hay en los cielos y en la tierra. Tu Yavé y ante el rey. * 21 Sacrificaron victi
vo, ¡oh Yavé!, es el reino; tú te alzas so mas a Yavé, y al día siguiente ofrecieron
beranamente sobre todo, *2 Tuyas son las a Yavé holocaustos, mil becerros, mil car
riquezas y la gloria, tú eres el duefio de neros, mil corderos con sus libaciones y
2 Q 1 David se dirige al senado de los principes de Israel, exponiéndoles la cantidad enorme de
“ ^ materiales, oro, plata, bronce, hierro, mármoles, etc., que tenia preparados. Y como si esta
generosa devoción del rey les fuera un estímulo, todos en competencia ofrendaron oro, plata, bron
ce, hierro, piedras preciosas. Vemos aquí reproducida aquella devoción del pueblo en el Sinai
(Ex 35,1-36,7; Núm 7).
7 £1 dárioo es una moneda de oro pena, corriente entre loe judíos que vivieron bajo el imperio
persa.
29 Después de esto no quedaba más que hacer sino sentar a Salomón en el trono de su padre
v mostrar el cumplimiento de la promesa de Yavé en el c.17.
439 II PARALIPÓMENOS 1
II PA R A LIPO M E N O S O CR O N ICAS
tos de cebada, veinte mil batos de vino con otras. 6 Hizo el pavimento del templo
y veinte mil de aceite». de mármoles preciosos y de gran belleza.
10 Hiram, rey de Tiro, respondió en un El oro de que recubrió los artesonados,
escrito que dirigió a Salomón: «Porque las vigas, las pilastras, los muros y las
ama Yavé a su pueblo, te ha hecho rey puertas era de lo más fino. 7 Hizo tam
de éb>. 11 Y decía también: «Bendito Ya bién cincelar querubines sobre los muros.
vé, Dios de Israel, que ha hecho los cielos 8 Hizo también la casa del santísimo (de-
y la tierra y ha dado al rey David un hijo bir), cuyo largo, que correspondía a la
sabio, entendido, cuerdo y prudente, que anchura de la casa, era de veinte codos, y
edifique casa a Yavé y casa real. 12 Yo, su ancho, igualmente de veinte codos; y
pues, te envío un hombre hábil y enten 10 recubrió todo de oro, que venia a
dido, a Hiram-Abi, 13 hijo de una mujer pesar seiscientos talentos. 9 Hizo también
de las hijas de Dan, pero cuyo padre era de oro los clavos, cada uno de los cuales
de Tiro, que sabe trabajar el oro, la plata, pesaba cincuenta sidos de oro. También
el bronce, el hierro, la piedra, la madera, los techos estaban revestidos de o ro.10 Hi
la púrpura, el jacinto, el lino y la escarla zo también para la casa del santísimo dos
ta, y grabar toda suerte de figuras; y es querubines tallados, que cubrió de oro.
ingenioso en inventar cuanto se necesita 11 El largo de las alas de los querubines
para toda clase de obras. El trabajará con era de veinte codos, pues era cada uno
tus obreros y con los de David, mi señor, de cinco codos, y la una tocaba al muro
tu padre. 14 Manda tú, pues, mi señor, a de la casa y la otra llegaba hasta el ala dd
tus siervos el trigo y la cebada, el aceite otro querubín;12 y de igual modo las del
y el vino que has ofrecido. 15 Nosotros otro querubín, de cinco codos de largo,
cortaremos en el Líbano toda la madera tocaba la una al muro y la otra a la del
que necesites, y la pondremos en balsas, otro querubín.13 Las alas de ambos que
para llevarla por mar hasta Jope, y tú la rubines estaban desplegadas y tenían en
harás llevar de allí a Jerusalén». todo veinte codos de largo. Estaban en
16 Salomón hizo el censo de todos los pie y con los rostros vueltos a la entrada
extranjeros que había en la tierra de Is de la casa. 14 Hizo también el velo, de
rael, después del hecho por David, su jacinto, de púrpura, de escarlata y de
padre, y fueron hallados ciento cincuen lino, en el cual hizo dibujar querubines.
ta y tres mil seiscientos.17 Destinó de ellos 15 Hizo además, ante la puerta del templo,
setenta mil para los transportes, y ochenta dos columnas de treinta y cinco codos
mil para las canteras en los montes, y tres de altura, con sus capiteles, cada uno de
mil seiscientos capataces para vigilar a los los cuales tenía cinco codos de alto .16 Hi
obreros. zo también en ellos cadenetas, como las
del santuario (debir), y las puso en los
C onstru cción del tem plo capiteles, y con ellas se enlazaron cien
1 Comenzó, pues, Salomón a edificar granadas. Alzó las columnas en el ves
3 la casa en Jerusalén, en el monte tíbulo del templo, la una a la derecha y
Moría, que había sido mostrado a David, la otra a la izquierda. A la que estaba a
su padre, en el lugar que David había la derecha la llamó Jaquín y a la de la
dispuesto en la era de Omán, jebuseo. * izquierda Boaz.
2 Comenzó la edificación a dos días del
mes segundo del año cuarto de su reinado. E l altar de bronce, el m a r de bronce
3 He aquí el plano seguido por Salomón y otros utensilios
para la construcción de la casa de Yavé: 1 Hizo además el altar de bronce, de
4
el largo era de sesenta codos, según la veinte codos de largo, y veinte de
medida antigua; el ancho, de veinte co ancho, y diez de alto.* 2 También hizo
dos. 4 El vestíbulo (ulam)> que iba de un mar de fundición, que tenía diez co
lante, tenía un largo, correspondiente al dos del uno al otro borde, enteramente
ancho de la casa, de veinte codos, y su redondo; su altura era de cinco codos, y
anchura era de diez codos, y ciento veinte un cordón de treinta codos lo ceñía en
de alto; lo recubrió interiormente de oro derredor. 3 Había debajo de él figuras de
puro. 5 Revistió la parte mayor de la casa toros, y estaba todo en derredor adornado
(hecal) de madera de ciprés y la recubrió de dos filas de figuras de toros, diez por
de oro puro, haciendo grabar en ella cada codo, todo en torno, y todo de la
palmas y cadenetas que se enlazaban unas misma fundición. 4 El mar descansaba so-
1 Este capítulo, que describe compendiosamente el templo y la riqueza de su construcción,
3 corresponde a 1 Re 6, y empieza consignando el señalamiento del sitio. En la narración se
echa bien de ver la insistencia en ponderar la riqueza de los materiales, sobre todo la abundancia
del oro. La altura del ulam, de que antes no se hablaba, es de 120 codos.
1 Después de la construcción del edificio se cuenta la fabricación del mueblaje y de los utensi
4 lios del templo, resumiendo 1 Re 7,13-51, con algunas adiciones, como la de las diez mesas,
correspondientes a los diez candeleras (v.8).
• I IMMAIjrrtMICNOS 4 -5 442
bno doce toros, de los cuales tres miraban T raslad o del arca al santuario
al norte, tres al occidente, tres al medio
día y tres al oriente, todos teporiendo el 5 1 Así terminó Salomón todo lo que
mar, y la parte posterior de los toros es había determinado hacer para la casa
taba oculta debajo del mar. * El grueso de Yavé. Salomón hizo traer al templo
de este vaso era de un palmo y su borde todo cuanto su padre habla consagrado,
era como el de una copa o como el de un y puso la plata, el oro y todos los vasos
lirio abierto; hacia tres mil batos. $ Hizo en el tesoro de la casa de Dios. * 2 Des
igualmente diez fuentes, y puso cinco de pués convocó a Jerusalén a todos los
ellas a la derecha y cinco a la izquierda, ancianos de Israel, a todos los príncipes
para lavar allí lo que había de ser ofrecido de las tribus y a los jefes de familias de
en holocausto. Los sacerdotes se lavaban los hijos de Israel para trasladar el arca
en el mar. de la alianza de Yavé de la ciudad de
7 Hizo diez candelabros de oro, de la David, que es Sión. 3 Así se reunió todo
forma que se le había ordenado, y los Israel en torno del rey el dia de la solem
puso en el templo (hecal), cinco a un nidad del séptimo mes; 4 y cuando hubie
lado y cinco al otro. 8 Igualmente diez ron venido todos los ancianos de Israel,
mesas, y las puso en el templo (hecal), tomaron los levitas el arca 3 y la llevaron
cinco a la derecha y cinco a la izquierda, al templo, con el tabernáculo de la re
y cien tazas de oro. 9 Hizo a más el atrio unión y todos los utensilios del tabernácu
de los sacerdotes, y el gran atrio, y las lo. Los sacerdotes y los levitas llevaron
puertas del mismo, que cubrió de bronce. todos los vasos del santuario que había
10 Asentó el mar al lado derecho, al su en el tabernáculo. 6 El rey Salomón y
deste. ii Hizo también Hiram las calderas, todo el pueblo, cuantos se habían reunido,
las palas y las tazas, y acabó toda la obra iban delante del arca, e inmolaron car
que el rey había emprendido hacer en el neros y bueyes sin número; tanta fue la
templo de Dios, es decir, 12 las dos co muchedumbre de las víctimas.
lumnas, los entrelazados, los dos capiteles 7 Los sacerdotes pusieron el arca de la
que la coronaban y entrelazados con las alianza de Yavé en el lugar para ella
granadas que los cubrían. 13 Hizo cuatro destinado; es decir, en el oráculo (debir)
cientas granadas y dos retículas, de modo del templo, en el santísimo, bajo las alas
que había dos filas de granadas unidas a de los querubines; 8 de modo que los
cada una de estas retículas, que cubrían querubines cubrían con sus alas el lu
los capiteles de las columnas, n Hizo tam gar en que había sido puesta, así como
bién basas, sobre las que asentó las fuen las barras; 9 y como las barras con que
tes, 13 y el mar; los doce toros sobre los había sido trasladada eran un poco lar
que se asentaban,16 las calderas, las palas, gas, salían las cabezas de ellas un poco
los tenedores; todos los enseres se los fuera del santuario, pero no se veían
hizo Hiram-Abi al rey Salomón para la desde fuera. Allí ha estado siempre el
casa de Yavé del bronce mejor. 17 Hízolos arca hasta hoy.
fundir el rey en los llanos del Jordán, en 10 No había en el arca más que las
tierra arcillosa, entre Sucot y Sereda. 18 La dos tablas que en ella fueron puestas por
muchedumbre de estos utensilios era gran Moisés en Horeb, cuando Yavé dio su
de y no pudo saberse su peso en bronce. Ley a los hijos de Israel, a su salida de
19 Hizo, pues, Salomón de oro todos Egipto. 11 Cuando los sacerdotes salieron
los utensilios del templo de Yavé, con el del santuario, pues todos los sacerdotes
altar y las mesas de los panes de la que allí se encontraban fueron santifica
proposición. 20 Hizo también de un oro dos, sin observar la distribución de los
purísimo los candeleros con sus lámparas, servicios, 12 los levitas cantores, los de
para que ardieran delante del oráculo Asaf, de Hernán y Jedutún, con sus hijos
(debir) según costumbre; 21 las flores, las y hermanos, vestidos de lino fino, ha
lamparillas y las despabiladeras, todo de cían resonar los címbalos, los salterios y
oro purísimo. 22 Igualmente las jofainas, las cítaras, puestos al oriente del altar,
las cucharillas y los incensarios, de oro por ciento veinte sacerdotes que tocaban
puro. Las puertas del templo interior, del las trompetas. 13 Todos al mismo tiem
santísimo, así como las del templo exte po cantaban a una, entre el sonar de las
rior (hecal), eran de oro. trompetas, los címbalos y los otros ins
trumentos músicos, y alababan y confe
saban a Yavé: «Porque es bueno, porque
su misericordia es eterna».
C 1 Ante todo, Salomón hace depositar en el templo el tesoro de Yavé y los vasos del culto. Lue
go, reunida toda la nación con el rey, trasladan el arca con gran solemnidad, y la colocan en lo
más interior del templo, en el santísimo. Dios manifestó su complacencia llenando con la nube de
su gloria la casa y tomando con esto posesión de ella. El autor insiste en la cantidad de los instru
mentos músicos (cf. i Re 8, i - i i ).
443 II PARALIPÓMENOS 5*6
La casa de Yavé se llenó de una nube; tu siervo, prometiste, diciendo: N o fal
14 y no pudieron ya estar allí los sacer tará de ti varón delante de mi que se
dotes para ministrar por causa de la nube, siente en el trono de Israel, siempre que
porque la gloria de Yavé llenaba la casa tus hijos guarden sus caminos, andando
de Dios. en mi Ley, como has andado tú delante
de mí. 17 Ahora, pues, ¡oh Yavé!, Dios
P le g a ria d e S a lo m ó n e n la d e d ic a c ió n
de Israel, que se cumpla la palabra dada
d el te m p lo a tu siervo David.
1 Entonces dijo Salomón: «Yavé ha 18»Pero ¿en verdad habitará Dios con
6 dicho que habitaría en la obscuri el hombre en la tierra? Los cielos y los
dad, * 2 y yo he edificado una casa de cielos de ios cielos no pueden contenerte;
. morada para que El la habite para siem ¡cuánto menos esta casa que yo he edi
pre». 3 Luego, el rey, volviéndose a toda ficado! 19 Pero atiende, ¡oh Yavé, mi
la asamblea, la bendijo, estando toda en Dios!, a la oración de tu siervo y a su
pie; 4 y prosiguió: súplica; oye el clamor y la oración con
«Bendito Yavé, Dios de Israel, que ha que tu siervo ora delante de ti, 20 y que
cumplido lo que por su boca prometió tus ojos estén siempre abiertos sobre esta
a David, mi padre, diciendo: 5 Desde que casa día y noche, sobre este lugar de que
saqué de Egipto a mi pueblo, ninguna has dicho: Allí estará mi nombre; 21 y
ciudad elegí de las tribus de Israel para que oigas la oración que en este lugar ora
edificar casa donde estuviese mi nombre, tu siervo. Oye asimismo el ruego de tu
ni elegí varón que fuese príncipe de mi siervo y de tu pueblo, Israel, cuando oren
pueblo, Israel; 6 pero elegí a Jerusalén en este lugar; oye tú desde lo alto de
para que en ella esté mi nombre, y elegí los cielos, desde el lugar de tu morada;
a David para que esté a la cabeza de oye y perdona.
mi pueblo, Israel. 7 David, mi padre, tuvo 22 »Si alguno pecare contra su prójimo,
el propósito de edificar casa al nombre y él le pidiere que jure con juramento,
de Yavé, Dios de Israel; 8 pero Yavé y vinieren a jurar ante tu altar en esta
dijo a David, mi padre: Bien has hecho casa, 23 óyele desde los cielos, y obra y
en querer edificar casa a mi nombre; juzga a tus siervos, dando su merecido
bueno ha sido este propósito, 9 pero no al impío, haciendo recaer su impiedad
serás tú quien edifique ia casa, sino tu sobre su cabeza, y justifica al justo, re
hijo, salido de tus entrañas; ése será tribuyéndole según su justicia.
quien edificará casa a mi nombre. 10 Yavé 24 »Cuando tu pueblo, Israel, cayere de
ha cumplido lo que dijo, pues me levanté lante de sus enemigos por haber prevari
yo en lugar de David, mi padre, y me cado contra ti y, convirtiéndose, confe
he sentado en el trono de Israel, como saren tu nombre y rogaren delante de ti
Yavé había dicho, y he edificado casa en esta casa, 25 óyelos desde los cielos,
al nombre de Yavé, Dios de Israel, H y y perdona el pecado de tu pueblo, Israel,
he puesto en ella el arca, en la cual está y vuélvelos a la tierra que a ellos y a sus
el pacto de Yavé concertado con los padres diste,
hijos de Israel». 26»Si se cerraren los cielos y no hu
*2 Púsose luego Salomón delante del al biere lluvias, por haber pecado contra ti,
tar de Yavé, en presencia de toda la y oraren a ti en este lugar, y confesaren
asamblea de Israel; y tendiendo sus ma tu nombre, convirtiéndose de sus peca
nos—13 pues había hecho un estrado de dos al afligirlos tú, 27 oye en los cielos y
bronce de cinco codos de largo, otro perdona el pecado de tus siervos y de tu
tanto de ancho y tres de alto, que había pueblo, Israel, y enséñales el buen cami
mandado poner en medio de! templo— no, para que anden por él, y dales la
y puesto en pie, arrodillándose luego, lluvia sobre tu tierra, la que por heredad
vuelto a toda la muchedumbre y alzan diste a tu pueblo.
do las manos al cielo, dijo: 28 »Si hubiere hambre en la tierra, o
14 «Yavé, Dios de Israel, no hay Dios pestilencia, o tizón, o añublo, o langosta,
semejante a ti, ni en el cielo ni en la o pulgón, o el enemigo los cercare en su
tierra; tú guardas la alianza y la miseri tierra, en sus ciudades, o hubiere otra
cordia a tus siervos que andan delante cualquiera plaga o enfermedad; 29 si un
de ti con todo su corazón; 15 otorgaste a hombre, o todo Israel, hace oraciones y
David, mi padre, todo cuanto le prome súplicas y, reconociendo su llaga y su
tiste, y has puesto por obra cuanto de dolor, tendiera sus manos hacia esta casa,
palabra dijiste, como lo vemos hoy. 30 óyele desde los cielos, desde el lugar
16 Cumple, pues, ahora, Yavé, Dios de de tu morada, y perdona y da a cada
Israel, todo cuanto a David, mi padre, uno conforme a sus caminos, según su
C i Contiene este capitulo la oración consecratoria de Salomón, que nos cuenta i Re 8,12-53*
" Los dos últimos w .4 1 s. están tomados, con ligeras variantes, del salmo 132,8-10.
n i'A iu iJ r Ó M iiN o s 6 - 7 444
corazón, pues sólo tú conoces el corazón rael descender el fuego y la gloria de
rio los hijos de los hombres; 31 para aue Yavé sobre la casa, cayeron a tierra so
le teman y anden por tus caminos todos bre sus rostros en el pavimento, y ado
los días de su vida en la tierra que diste raron y confesaron a Yavé: «Porque es
a nuestros padres. bueno, porque es eterna su misericor
32 »Cuando el extranjero, que no es de dia».
tu pueblo, Israel, venido de lejanas tie 4 Entonces el rey y todo el pueblo sa
rras por la fama de tu nombre y de (u crificaron víctimas delante de Yavé, 3 y
fuerte mano y tu tendido brazo, viniere ofreció el rey Salomón en sacrificio vein
a orar en esta casa, 33 óyele tú desde los tidós mil bueyes y ciento veinte mil ove
cielos, desde el lugar de tu morada, y jas, y así fue dedicada la casa de Dios
haz lo que con clamores te pida el ex por el rey y todo el pueblo. 4 Los sacer
tranjero, para que todos los pueblos de dotes asistían en su ministerio, y los le
la tierra conozcan tu nombre y te teman, vitas, con los instrumentos de música de
como tu pueblo, Israel, y sepan que tu Yavé, que había hecho el rey David para
nombre es invocado sobre esta casa que alabar a Yavé, «cuya misericordia es eter
yo te he edificado. na», y con los que le alababa también
34 »Si saliere tu pueblo a la guerra con David. Asimismo los sacerdotes tocaban
tra sus enemigos, por el camino que les trompetas delante de ellos, y todo el
señales, y oraren a ti, hacia esta ciudad pueblo estaba en pie.
que tú has elegido, hacia la casa que a 7 También santificó Salomón el atrio
tu nombre he edificado, 33 oye tú desde que estaba delante de la casa de Yavé,
los cielos su oración, su ruego, y ampara ofreciendo allí los holocaustos y el sebo
su derecho. de las víctimas, por ser el altar de bronce
36»Si pecaren contra ti—pues no hay que Salomón había hecho insuficiente para
hombre que no peque— y, airado con tantos holocaustos, la ofrenda y el sebo.
tra ellos, los entregares a sus enemigos, 8 Hizo Salomón fiesta con todo Israel
que los lleven cautivos a tierra enemiga, por siete días, reuniéndose una gran mu
lejana o cercana, 37 y ellos, volviendo en chedumbre desde la entrada de Jamat
sí en Ja tierra adonde fueren llevados hasta el torrente de Egipto. 7*9 Al octavo día
cautivos, se convirtieren y oraren a ti celebraron asamblea santa, pues habían
en la tierra de su cautividad y dijeren: hecho la dedicación del altar durante sie
Hemos pecado, hemos obrado inicua e te días y celebrado por siete días la so
impíamente; 38 si se convirtieren a ti de lemnidad. 10 A veintitrés del séptimo mes
todo corazón y con toda su alma en la envió al pueblo a sus estancias, alegres
tierra de su cautividad, donde los hu y gozosos en su corazón por los bene
bieren llevado cautivos, y oraren hacia ficios que Yavé había hecho a David, a
su tierra, la que diste a sus padres, ha Salomón y a su pueblo, Israel.
cia la ciudad que tú has elegido, y hacia
esta casa que yo he edificado a tu nom R e sp u e sta d e Y a v é a la p le g a ria d e
bre, 39 oye tú desde los cielos, desde el S a lo m ó n
lugar de tu morada, su oración y su
ruego, y perdona a tu pueblo, que pecó 11 Acabó, pues, Salomón la casa de
contra ti. 40 Ten, pues, ¡oh Dios mío!, Yavé y la casa del rey; y todo cuanto
abiertos tus ojos y atentos tus oídos a se había propuesto hacer en la casa de
la oración hecha en este lugar. Yavé y en su casa lo consiguió, i2 Enton
41 »¡Oh Yavé, Dios! Levántate y ven a ces se le apareció Yavé durante la noche
tu lugar de reposo, tú y el arca de tu y le dijo: «He oído tu plegaría y he ele
majestad. Que tus sacerdotes, Yavé, Dios, gido este lugar como la casa en que se
se revistan de salud, y tus santos gocen me habrán de ofrecer sacrificios.13 Cuan
de tus bienes. do yo cierre el cielo y no haya lluvia,
42 »¡Yavé, Dios, no rechaces a tu ungi cuando mande a la langosta devorar la
do ; acuérdate de tu misericordia con Da tierra, cuando mande la peste entre mi
vid, tu siervo!» pueblo, 14 si mi pueblo, sobre el que se
invoca mi nombre, se humilla, ruega y
1 Cuando Salomón acabó de orar, me busca la cara, si se aparta de sus ma
7 descendió del cielo fuego, que con los caminos, yo oiré desde los cielos y
sumió los holocaustos y las victimas, y le perdonaré su pecado y curaré a la
la gloria de Yavé llenó la casa. * 2 No tierra. 13 Mis ojos estarán siempre abier
podían los sacerdotes estar en la casa de tos y atentos mis oídos a su plegaría
Yavé, porque la gloría de Yavé llenaba hecha en este lugar.16 Y o elijo y santifico
la casa de Yavé. 3 Al ver los hijos de Is esta casa para que en ella sea invocado
7 1 La primera porción de este capítulo (i - io), que corresponde a i Re 8,54-66, cuenta la con-
* dusión de las fiestas, de las que el pueblo volvió contentísimo a sus casas. La otra parte, que
corresponde a 1 Re 9,1-9, «a la respuesta de Dios a la plegaria de Salomón.
445 II PARALIPÓMEfiOS 7 -9
mi nombre y para morar en ella por 11 Salomón subió a la hija del Faraón
siempre, y la tendré siempre ante mis de la ciudad de David, a la casa que para
ojos y en mi corazón.17 Y tú, si andas en ella había edificado, pues dijo: «Mi mu
mi presencia como anduvo David, tu pa jer no ha de habitar en la casa de David,
dre, haciendo todo cuanto yo he manda rey de Israel, porque los lugares en que
do, y guardas mis leyes y mis preceptos, ha estado el arca de Yavé son sagrados».
i* yo afirmaré el trono de tu reino, como 12 Entonces ofreció Salomón a Yavé
se lo prometí a David, tu padre, dicien holocaustos en el altar de Yavé que ha
do: N o faltará jamás un hijo tuyo que bía alzado delante del pórtico, |J ofre
reine en Israel. 19 Pero si os volvéis y ciendo lo que para cada día prescribió
dejáis los mandamientos y preceptos que Moisés para los sábados, los novilunios
yo os he prescrito y os vais a servir a y las tres solemnidades del año: la de los
dioses ajenos, adorándolos,20 yo os arran Acimos, la de las Semanas y la de los Ta
caré de mi tierra, que os he dado; y esta bernáculos. 14 Estableció en sus funciones,
casa que a mi nombre he santificado, la como las había determinado David, su
rechazaré de ante mi y será la burla y el padre, a los sacerdotes según su oficio, a
escarnio de todas las gentes, 21 y por los levitas según su cargo de alabar a
ilustre que haya sido, será el espanto de Yavé y servir cada día a los sacerdotes
cuantos cerca de ella pasen, que dirán:
¿Por qué ha hecho Yavé así con esta
tierra y esta casa? 22 Y se responderán:
Porque dejaron a Yavé, Dios de sus pa
dres, que los había sacado de la tierra
de Egipto, y se adhirieron a dioses aje
nos, y los adoraron y los sirvieron; por
eso ha traído El sobre ellos todos estos
males».
O tra s c o n stru c c io n e s de S a lo m ó n
i Al cabo de veinte años, en los que
8 edificó Salomón la casa de Yavé y
su propia casa, * 2 reconstruyó las ciuda
Nave mercante fenicia
des que le habla dado Hiram y estableció en el ministerio, e igualmente a los por
en ellas a los hijos de Israel. teros asignados a cada puerta, según sus
3 Después marchó Salomón contra Ja- clases, como lo había ordenado David,
mat de Soba y la tomó. 4 Edificó a Tad- hombre de Dios. 15 Nada escapó a la or
mor, en el desierto, y todas las ciudades denación del rey en cuanto a los sacerdo
de municiones en Jamat. 5 Edificó Betho- tes y levitas, ni en cuanto a cosa alguna
rón el alto y el bajo, ciudades fuertes, tocante a los tesoros. 16 Así fue dirigida
amuralladas, con puertas y barras; 6 Ba- toda la obra de Salomón, desde el día en
lat y todas las ciudades de munición que que se pusieron los cimientos de la casa
le pertenecían, y las ciudades de los ca de Yavé hasta el día en que fue termina
rros y de la caballería, y todo lo que quiso da. Acabóse, pues, la casa de Yavé.
edificar en Jerusalén, en el Líbano y en 17 Entonces partió Salomón para Asion-
toda la tierra de su dominio. 7 Todo el Gueber y Elat, a orillas del mar, en tierra
pueblo que había quedado de los jeteos, de Edom, 18 pues Hiram, por medio de
amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos, que sus siervos, le había enviado navios y ma
no era parte de Israel; 8 sus descendien rineros diestros, conocedores del mar.
tes, que habían quedado con ellos en la Fueron éstos con los siervos de Salomón
tierra y no habían exterminado los hijos a Ofir, y trajeron de allí cuatrocientos
de Israel, los hizo servir en los trabajos, cincuenta talentos de oro, que entregaron
y así se sigue haciendo hasta hoy. 9 No a Salomón.
empleó Salomón como esclavos para sus
trabajos a ningún hijo de Israel, pues és L a rein a d e S a b a , en Je ru sa lé n
tos eran hombres de guerra, jefes, oficia 1 Llegó a la reina de Saba la fama
les, comandantes de los carros y de la 9
de Salomón; y vino a Jerusalén para
caballería. probarle con enigmas, acompañada de
10 Los jefes puestos por Salomón a la muy gran séquito de camellos, cargados
cabeza del pueblo y encargados de la vi de aromas y oro en abundancia y piedras
gilancia eran doscientos cincuenta. preciosas. Vino a Salomón y le dijo cuan-
Q 1 El templo era la obra magna de Salomón, pero no la única. El c.8 nos refiere las diversas
^ obras llevadas a cabo por el rey para la buena organización del reino (cf. i Re 9). Entre las ciu
dades edificadas pone el texto Tadmor, Palmira, que debe ser Tamor, según 1 Re 9*18, al sur del
mar Muerto.
II PAHAJLIPÓMENOS 9 -1 0 446
estaba en Egipto, adonde había huido rusalén. 19 Así te apartó Israel de la casa
por causa del rey Salomón, y volvió de de David, hasta hoy.
Egipto. 3 Enviaron a llamarle y vino Je-
roboam con todo Israel y hablaron a Ro- 1 Vino Roboam a Jerusalén, y re
boam, diciendo:4 «Tu padre agravó nues
tro yugo. Afloja, pues, ahora la dura ser
U unió a la casa de Judá y a la de
Benjamín, ciento ochenta mil hombres de
vidumbre y el pesado yugo con que tu guerra escogidos, para combatir contra
padre nos oprimió, y te serviremos». 5 El Israel y reducirle al dominio de Roboam;
les respondió: «Volved a mi de aquí a 2 pero dirigió Yavé su palabra a Setno-
tres días». El pueblo se fue. 6 Entonces yas, hombre de Dios, diciéndole : 3 «Habla
Roboam pidió consejo a los ancianos que a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá,
habían servido a Salomón, su padre, y a todos los de Israel en Judá y Benja
mientras vivió, y díjoles: «¿Qué me acon mín, y diles: 4 Así habla Yavé: N o subáis
sejáis vosotros que responda a este pue a luchar con vuestros hermanos; vuélvase
blo?» 7 Ellos le hablaron diciendo: «Si tú cada uno a su casa, porque soy yo quien
hoy te conduces humanamente con este ha hecho esto». Y ellos, escuchando la
pueblo, y le complaces, y le das buenas palabra de Yavé, se tornaron y no fueron
palabras, ellos te servirán perpetuamen contra Jeroboam.
te». 8 Pero él, dejando el consejo que los
ancianos le dieron, lo pidió a los mance R o b o a m a fir m a su rein a d o
bos que se habían criado con él y le asis 5 Habitó Roboam en Jerusalén y edi
tían, 9 diciendo: «¿Qué me aconsejáis vos ficó y fortificó ciudades en Judá. * 6 For
otros que responda a este pueblo, que me tificó Belén, Etam, Tecua, 7 Betsur, Socó,
ha hablado diciendo: Alivia el yugo que Adulam, 8 Gat, Mareta, Ziv, 9 Adoraím,
tu padre nos impuso?» 10 Los mancebos Laquis, Azeca, 1° Sora, Ayalón y Hebrón,
que se habían criado con él le hablaron que eran de Judá, y otras en Benjamín.
así: «Diles a los que te han pedido que lt Guarneció también las fortalezas, y
aligeres su yugo: Mi dedo meñique es puso en ellas jefes, y las avitualló de
más grueso que la cintura de mi padre. aceite y vino, 12 las proveyó de armas,
11 Si mi padre os cargó de pesado yugo, escudos y lanzas, fortificándolas en gran
yo lo agravaré. Mi padre os castigó con manera, y Judá y Benjamín le estuvieron
azotes, y yo os azotaré con escorpiones». sujetos.
12 Vino, pues, Jeroboam con todo el 13 Los sacerdotes y levitas de todo Is
pueblo a Roboam el tercer día, según lo rael venían a él de todos sus términos,
que mandara el rey, diciendo: «Volved a 14 y dejaban sus heredades y posesiones
mí de aquí a tres días»; 13 el rey les res para venirse a Judá y a Jerusalén, pues
pondió ásperamente, pues se apartó el Jeroboam y sus hijos los echaban del mi
rey Roboam del consejo de los ancianos, nisterio de Yavé. 15 El se hizo sacerdotes
i4 y siguió el consejo de los jóvenes, di para los altos, para los machos cabríos y
ciendo: «Mi padre agravó vuestro yugo, para los becerros que se había fabricado.
y yo lo agravaré más todavía; mi padre 16 Tras de aquéllos vinieron también, de
os castigó con azotes, y yo os azotaré con todas las tribus de Israel, los que tenían
escorpiones». *5 No escuchó el rey al pue puesto su corazón en seguir a Yavé, Dios
blo, porque era cosa de Dios, para que de Israel, para poder sacrificar en Jerusa
se cumpliera la palabra que había dicho lén a Yavé, el Dios de sus padres. 17 Así
Yavé por medio de Ajías, silonita, a Je se fortaleció el reino de Judá y afirmaron
roboam, hijo de Nabat. a Roboam, hijo de Salomón, en el reino
Viendo todo Israel que no los había por tres años, pues tres años siguieron
escuchado el rey, respondió el pueblo al por el camino de David y Salomón.
rey diciendo: «¿Qué tenemos que ver nos 18 Tomó Roboam por mujer a Majalat,
otros con David? No tenemos heredad hija de Jerimot, hijo de Jerimot, hijo de
con el hijo de Isaí. ¡A tus tiendas, Israel! David, y a Abigail, hija de Eliab, hijo de
Mira tú ahora por tu casa, David». Y todo Isaí, 19 que le parió hijos: Jeús, Semarías
Israel se fue a sus estancias. 17 Reinó Ro- y Zaham. 20 Tomó después a Maacá, hija
bouni sobre los hijos de Israel que habi de Absalón, que le parió a Abías, Ataí,
taban en las ciudades de Judá. lg Mandó Ziza y Selomit. 21 Amó Roboam a Maacá,
luego el rey Roboam a Adoram, prefecto hija de Absalón, más que a todas sus mu
de los tributos, pero los hijos de Israel le jeres y concubinas, pues tuvo dieciocho
lapidaron, y murió. Entonces se apresuró mujeres y sesenta concubinas, y engendró
Roboam a subir a su carro y huyó a Je- veintiocho hijos y sesenta hijas.
tribus y la constitución de dos reinos, con frecuencia enemigos entre sí, con la consiguiente debi
litación de su poder enfrente de los pueblos gentiles que los rodeaban (cf. 1 Re 12,1-24).
! Todo lo que resta de este capítulo (5-23) procede de documentos nuevos y no se lee en el
n libro de los Reyes.
II PAHAUPÓMENOS 1143 448
candelero de oro con sus lámparas cada y abatió las aseras. * 2 Mandó a Judá a
tarde, para que ardan, porque nosotros buscar a Yavé, el Dios de sus padres, y
guardamos los mandatos de Yavé, nues practicar la Ley y sus mandamientos.
tro Dios, mientras que vosotros los ha 4 Hizo desaparecer de todas (as ciudades
béis dejado. 12 Dios está, pues, con nos de Judá los altos y los altares de incienso,
otros a nuestra cabeza, y están con nos y su reinado fue reinado de paz. 3 Edificó
otros los sacerdotes con sus trompetas, ciudades fuertes en Judá, pues la tierra
para hacerlas resonar contra vosotros. estaba tranquila, y no hubo guerra contra
Hijos de Israel, no hagáis la guerra a Yavé, él durante aquellos años, pues Yavé le
el Dios de vuestros padres, porque no os dio paz. 6 Dijo a Judá: «Edifiquemos estas
irá bien». ciudades y rodeémoslas de murallas y de
13 Jeroboam hizo que rodeara una em torres, con puertas y barras, mientras no
boscada para acometer a los de Judá estamos en guerra, porque hemos bus
por la espalda, atacándoles así de frente cado a Yavé, nuestro Dios, y por haberle
y por la espalda; 14 y cuando Judá se buscado nos ha dado el reposo de todas
percató, tenía a Israel de trente y a las partes». Edificáronlas, pues, sin que na
espaldas.15 Clamaron los de Judá a Yavé, die lo impidiera. 7 Tema Asa un ejército
y los sacerdotes tocaron las trompetas, de trescientos mil hombres de Judá, ar
dieron sus gritos, y asi como alzaron sus mados de escudo y lanza, y doscientos
gritos, Dios desbarató a Jeroboam y a ochenta mil de Benjamín, armados de
todo Israel delante de Abías y de Judá. escudo, y arqueros, todos hombres va
16 Huyeron los hijos de Israel ante Judá, lerosos.
y Dios los entregó en sus manos, 17 y 8 Subió contra ellos Zerac, cusita, con
Abías y sus gentes hicieron en ellos gran un ejército de mil millares y trescientos
mortandad, cayendo de Israel quinientos carros, y llegó hasta Maresa.* 9 Salióle
mil hombres escogidos. 18 Así fueron hu Asa al encuentro y le presentó batalla en
millados entonces los hijos de Israel, mien el valle de Sefatá, junto a M aresa.10 Cla
tras que los de Judá se fortalecieron, mó Asa a Yavé, su Dios, diciendo: «Yavé,
porque se apoyaron en Yavé, el Dios de no hay para ti diferencia entre socorrer
sus padres.19 Persiguió Abías a Jeroboam al que tiene muchas fuerzas o al que tiene
y le tomó ciudades: Bétel, con las ciuda pocas. Ven, pues, en ayuda nuestra, Yavé,
des de su dependencia; Jesana, con sus nuestro Dios, porque en ti nos apoyamos
dependencias, y Efrón, con sus depen nosotros, y a combatir en tu nombre he
dencias. 20 No tuvo ya Jeroboam fuer mos venido contra toda esta muchedum
za en tiempo de Abías; le hirió Yavé bre. Yavé, tú eres nuestro Dios; que no
y murió. sea el hombre quien triunfe de ti» .11 Yavé
21 Abías fue poderoso, tuvo catorce mudeshizo a los cusitas ante Asa y ante Judá,
jeres y engendró veintidós hijos y dieciséis y los cusitas se pusieron en fuga. 12 Asa
hijas. 22 El resto de los hechos de Abías, y la gente que llevaba los persiguieron
sus hechos y sus cosas, está escrupulosa hasta Guerar, y cayeron los cusitas sin
mente escrito en el libro de Ido, profeta. poder salvar su vida, porque fueron des
23 Durmióse Abías con sus padres y fue truidos por Yavé y su ejército. 13 Asa y
sepultado en la ciudad de David. Le suce su gente cogieron gran botín y batieron
dió Asa, su hijo, en cuyo tiempo tuvo todas las ciudades que había cerca de
paz la tierra durante diez años. Guerar, porque el terror de Yavé se ha
bía apoderado de ellos, y saquearon todas
A sa, rey de Judá. V ictoria contra las ciudades, siendo muchos los despojos.
Zerac y los etíop es 14 Dieron también contra los apriscos y
establos de los ganados, llevándose gran
1 A 1 Asa hizo lo que es bueno y recto cantidad de ovejas y camellos. Después
a los ojos de Yavé, su D ios.* se volvieron a Jerusalén.
2 Hizo desaparecer los altares de los cultos
extranjeros y los altos, demolió los cipos
j A 1 La actividad de los cuarenta y un años que reinó Asa la reduce i Re 15,9-24 a la reforma
1“ religiosa y a la defensa contra Israel mediante la alianza con Damasco, que compró a peso
de oro. Pero el cronista tiene más cosas que contamos. Primeramente su devoción a Yavé. que le
indujo a suprimir muchas supersticiones; luego, sus providencias para asegurar la paz del reino.
2 La reforma religiosa de Asa hace desaparecer los excelsos que durante tanto tiempo persistie
ron ilegítimamente en Judá, pues aunque en ellos se sacrificaba a Yavé, eran enteramente contra
la Ley, que mandaba sacrificar únicamente en el lugar elegido por Dios.
8 A pesar de la paz que Yavé le había dado. Asa tuvo un ejército de 580.000 hombres, reclutados
en solas las dos tribus de Judá y Benjamín. Con estas fuerzas hubo de hacer frente a Zerac, que
pretendía invadir la tierra de Judá con un millón de hombres y 300 carros de guerra. Con la ayuda
de Dios, Asa loe derrotó en el valle de Sefatá, cerca de Maresa. Estos cusitas no pueden ser los etío
pes, que más tarde dominaron en Egipto; deben de ser los cusitas de Arabia, mencionados en Jue 3,8,
Hab 3,7 y 2 Par 21,16.
N ácar-Colunga 10
n PARALIPÓMENOS 1 5 -1 6 450
riendo el año cuarenta y uno de su reina depósito. 13 Tuvo además muchas pro
do, 14 y fue sepultado en el sepulcro que visiones en las ciudades de Judá y hombres
él había hecho para sí en la ciudad de de guerra muy valerosos en Jerusalén.
David. 15 Se le puso en un lecho lleno de 14 Este es el número de ellos, según las
aromas y perfumes, preparados según el casas paternas : En Judá, jefes de millares,
arte de la perfumería, y se quemó además su jefe era Adna, y con el trescientos mil
en honor suyo una cantidad muy consi hombres muy esforzados;15 después de él,
derable de ellos. * el jefe Jojanán, y con él doscientos ochen
ta mil; 16 tras éste, Amasias, hijo de Zicrí,
Josafat, re y de Ju d á que se había consagrado voluntariamente
1 A Asa le sucedió Josafat, su hijo. a Yavé, y con él doscientos mil hombres
n Se fortificó contra Israel * 2 y pUS0 valientes; 17 de Benjamín: Eliada, hombre
guarniciones en todas las ciudades fuertes muy valeroso, y con él doscientos mil
de Judá, así como en las de Efraím, de armados de escudo y arco; 18 después de
que Asa, su padre, se había apoderado. éste, Josafat, y con él ciento ochenta mil
3 Estuvo Yavé con Josafat, porque éste dispuestos para la guerra. 19 Estos eran
anduvo por los caminos primeros de Da los que hacían el servicio del rey, sin
vid, su padre, y no buscó a los baales, contar los que él había puesto de guar
4 sino que se acogió al Dios de sus padres nición en todas las ciudades fuertes de
y siguió sus mandatos, sin imitar lo que Judá.
hacía Israel. 5 Yavé afirmó el reino en las
manos de Josafat, a quien traía presentes E xp ed ició n de Josafat, re y de Ju d á,
todo Judá, y tuvo gran abundancia de y A ja b , re y de Israel, contra
riquezas y mucha gloria. 6 Su corazón se los sirios
fortaleció en los caminos de Yavé, e hizo
también desaparecer de Judá los excelsos * Q l Tuvo Josafat mucha riqueza y
y las aseras. » O poder y emparentó con Ajab, * 2 y
7 El año tercero de su reinado mandó ala cabo de algunos años bajó a ver a
sus príncipes Benjail, Abdías, Zacarías, Ajab a Samaría. Ajab mató para él y
Nataniel y Miqueas por las ciudades de para su séquito gran número de ovejas
Judá para que enseñasen, * 8 y con ellos y bueyes, y le persuadió que subiese con
a los levitas Semeyas, Netanías, Zebadías, él contra Ramot Galad. 3 Dijo Ajab, rey
Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, To de Israel, a Josafat, rey de Judá: «¿Quieres
bías y Tobadonías, levitas, y con ellos a marchar conmigo a Ramot Galad?» Y éste
los sacerdotes Elisama y Joram, 9 que respondió: «Yo como tú y mi pueblo
enseñaron por las ciudades de Judá, te como tu pueblo; iremos contigo».4 Y dijo
niendo consigo el libro de la Ley de Yavé, Josafat al rey de Israel: «Pero consulta, te
y recorriendo las ciudades de Judá ense ruego, la palabra de Yavé». 3 Juntó enton
ñando al pueblo. 10 Cayó el terror de ces el rey de Israel cuatrocientos profetas
Yavé sobre todos los reinos de las tierras y les preguntó: «¿Iremos contra Ramot
que había en torno de Judá, y no osaron Galad o me estaré quieto?» Ellos le di
hacer la guerra contra Josafat. * 11 Los jeron: «Sube, que Dios la entregará en
filisteos traían a Josafat presentes y tribu m anos del rey». 6 Pero Josafat dijo:
tos de plata. Traíanle también los árabes «¿Queda todavía aquí algún profeta de
ganados, siete mil setecientos carneros y Yavé por quien podamos preguntarle?»
siete mil setecientos m achos cabríos. 7 El rey de Israel respondió a Josafat:
12 Crecía, pues, Josafat grandemente y «Aún hay aquí un hombre por quien po
edificó en Judá fortalezas y ciudades de demos preguntar a Yavé; pero yo le abo-
13 Por primera vez se menciona este rito funerario de quemar perfumes en honor del rey muer
to (cf. 21,19; Jer 34,5).
*7 1 Estos w .i-6 son la introducción a la historia de Josafat, que abarca dos puntos: sus pro-
I I videncias para asegurar las ciudades conquistadas por su padre y su fidelidad a Yavé
(cf. 1 Re 22,41 ss ).
7 Desde el año tercero de su reinado, Josafat envía sacerdotes y levitas por todas las ciudades
del reino para enseñar al pueblo la Ley del Señor. Estos w .7-9 parece deben ser seguidos de 19,4-11,
en que se trata de la administración de justicia, encomendada también a los sacerdotes y levitas,
conocedores de la Ley del Señor. Datos propios del cronista.
to Esta sección del capítulo (10-19) nos cuenta la riqueza y el poder de Josafat, señales de las
bendiciones de que Dios le colmaba en premio de su piedad. Los hombres de guerra subían a
1.160.000, sin contar las guarniciones de las ciudades fuertes de Judá. Estos datos no constan en la
historia de los reyes.
*| O 1 Josafat, a pesar de su piedad y su celo por continuar la reforma religiosa de su padre, Asa,
* 0 inicia las relaciones amistosas entre Israel y Judá y se alia con Ajab, siendo por ello repren
dido por los profetas Miqueas y Jehú. Es curiosa la forma literaria en que se nos presenta la induc
ción a Ajab para que vaya a atacar a Ramot Galad, donde hallará la muerte. Este capítulo lo leemos
en 1 Re 22,1-34.
IT PA1IAI.I CÓMENOS 1 8 -1 9 452
rro/co, porque nunca me profetiza cosa Yavé para hablarte a ti?» 24 Y Miqueas
buena, sino siempre malas. Es Miqueas, le respondió: «Ya lo verás un día, cuando
hijo de Jimia». Y respondió Josafat: «No andes de cámara en cámara para escon
diga eso el rey». 8 Llamó entonces el rey derte».
de Israel a un eunuco y le dijo: «Haz que 25 Entonces el rey de Israel dijo: «Coged
venga luego Miqueas, hijo de Jimia». a Miqueas y llevadlo a Amón, goberna
9 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, dor de la ciudad, y a Joás, hijo del rey,
estaban sentados cada uno en su trono 26 y decid: Esto dice el rey: Meted a éste
y vestidos de sus vestiduras reales, en la en la cárcel y mantenedle con pan de
plaza que hay a la entrada de la puerta aflicción y agua de angustia hasta que
de Samaría, y estaban delante de ellos yo vuelva en paz». 27 Miqueas le dijo:
todos los profetas. 10 Sedéelas, hijo de «Si vuelves tú en paz, no ha hablado
Quenana, se había hecho unos cuernos Yavé por mí».
de hierro, y decía: «Así dice Yavé: Con 28 Subió, pues, el rey de Israel, y con
éstos acornearás a los sirios hasta des él Josafat, rey de Judá, a Ramot Galad;
truirlos del todo». 11 Lo mismo profetiza 29 y dijo el rey de Israel a Josafat: Yo
ban también todos los profetas, diciendo: me disfrazaré para entrar en la batalla;
«Sube a Ramot Galad y triunfarás, por tú vístete tus vestiduras». Disfrazóse el
que Yavé la entregará en manos del rey». rey de Israel y entró así en la batalla.
12 El mensajero que había ido a buscar 30 El rey de Siria había mandado a los
a Miqueas le habló, diciendo: «Mira que jefes de los carros que con él tenía, di
todos los profetas a una profetizan bienes ciendo: «No ataquéis a ninguno, ni chico
al rey; habla, pues, como ellos y anuncia ni grande, sino sólo al rey de Israel».
bienes».13 Miqueas respondió: «Vive Ya 31 Ycuando los jefes de los carros vieron
vé que yo anunciaré lo que mi Dios me a Josafat, dijeron: «Este es el rey de Is
diga». Llegó, pues, a la presencia del rael», y le cercaron para combatirle. E n
rey»14 que le preguntó: «Miqueas, ¿iremos tonces clamó Josafat, y Y a v é le socorrió
a combatir a Ramot Galad o he de estar apartándolos D ios de él. 32 Lo s jefes de
me quieto?» Y él respondió: «Subid, que los carros se percataron de que no era
lo lograréis y será entregada en vuestras el rey de Israel, y se alejaron de él. 33 E n
manos». 15 Entonces le dijo el rey: «¿Hasta tonces disparó un hombre su arco al
cuántas veces tendré que conjurarte, por azar e hirió al rey de Israel por entre las
el nombre de Yavé, que no me digas sino junturas de la armadura. E l rey dijo en
la verdad?»i6 Y él le contestó: «He visto a tonces a su auriga: «D a la vuelta y sácame
todo Israel disperso por los montes, como del campo, que estoy herido». 34E l com
ovejas sin pastor»; y dijo Yavé: «Es que bate fue encarnizado aquel día y el rey
no tienen señor; que se vuelva cada uno de Israel estuvo en su carro hasta la tarde
en paz a su casa». frente a los sirios, muriendo a la puesta
17 Y el rey de Israel dijo a Josafat: «¿No del sol.
te decía yo que no me profetiza bien, sino
mal?»18 Y dijo entonces él: «Oíd, pues, la 1 A 1 Josafat, rey de Judá, se volvió
palabra de Yavé: Yo he visto a Yavé sen en paz a su casa, a Jerusalén. *
tado en su trono, y a su derecha y a su 2 Salióle al encuentro Jehú, el vidente,
izquierda estaba todo el ejército de los hijo de Jananí, que dijo a Josafat: «¿So
cielos»; 19 y Yavé dijo: «¿Quién inducirá corres al impío y ayudas a los que abo
a Ajab, rey de Israel, a que suba para rrecen a Y a vé ? Por eso Y a v é está irritado
caer en Ramot Galad?» Y uno decía una contra ti. 3 Pero hay en ti buenas obras,
cosa y otro decía otra; 20 pero salió un porque has arrancado de la tierra las
espíritu, que se puso delante de Yavé y aseras y has puesto tu corazón en buscar
dijo: Yo le induciré. Y Yavé le preguntó: a Yavé».
¿Cómo? Y él le dijo: 21 Saldré y me haré R eform as en la administración
espíritu de mentira en la boca de todos
sus profetas. Y Yavé le dijo: Tú le indu de justicia
cirás; tú saldrás con la tuya; ve y haz asi. 4 Habitaba Josafat en Jerusalén; pero
22 Y ahora ha puesto Yavé el espíritu de salió a recorrer el reino desde Berseba
mentira en la boca de todos estos tus hasta la montaña de Efraím para traerlos
profetas, pues ha decretado Yavé el mal a todos a Y a vé , el D ios de sus padres.
contra ti». 23 Entonces Sedecías, hijo de 5 Puso en la tierra jueces por todas las
Quenana, se llegó a Miqueas y le dio ciudades fuertes de Judá, de ciudad en
una bofetada en la mejilla, diciendo: «¿Por ciudad, 3 y les dijo: «M irad lo que hacéis,
qué camino se ha ido de mí el espíritu de porque no juzgáis en lugar de hombres,
1 Q 1 Estos versículos (1-3) expresan el juicio de los profetas sobre la conducta de Josafat, que
8 ^ tan malas consecuencias habla de traer para Judá, no obstante las buenas intenciones del rey
de cortar de raíz las guerras fratricidas y fortalecer el poderío del pueblo israelita contra los pueblos
vecinos. Sobre este profeta, cf. 16,7 y 1 Re 16,1.
453 ii i*a halipóm en os 19-20
sino en lugar de Yavé, que está cerca de casa delante de ti, pues tu nombre está
vosotros cuando sentenciáis. 7 Sea, pues, en esta casa, y clamaremos a ti en la tri
sobre vosotros el temor de Yavé, y cuidad bulación, y tú nos oirás y nos salvarás.
de guardarlo, porque no hay en Yavé, 1° Ahora, pues, he aquí que los hijos de
nuestro Dios, iniquidad ni acepción de Ammón, y los de Moab, y los del monte
personas, ni recibe cohecho. 8 Puso tam Seir, a cuyas tierras no dejaste que fuese
bién Josafat en Jerusalén levitas, sacerdo Israel cuando venía de Egipto, sino que
tes y jefes de las familias de Israel para se apartase y no los destruyese,11 nos pa
que diesen a los habitantes el juicio de gan queriendo echarnos de tu heredad,
Yavé y decidiesen las causas. 9 Les dio que tú nos diste en posesión. 12 ¡Oh Dios
sus órdenes, diciendo: «Obrad en todo nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque nos
con temor de Yavé, fielmente y con cora otros no tenemos fuerza contra tanta mu
zón perfecto. 10 En toda causa que venga chedumbre como contra nosotros viene
a vosotros, de vuestros hermanos que y no sabemos qué hacer; nuestros ojos
habitan en las ciudades, trátese de causas se vuelven a ti».
de sangre, de cuestiones de la ley, de los 13 Todo Judá estaba en pie delante de
mandamientos, ceremonias y preceptos, Yavé, con sus niños, sus mujeres y sus
instruidlos para que no pequen contra hijos.14 Estaba allí Jajaziel, hijo de Zaca
Yavé y caiga su cólera sobre vosotros y rías, hijo de Benaya, hijo de Jeiel, hijo de
sobre vuestros hermanos, y así no peca Matanías, levita, de los hijos de Asaf, so
réis. 11 Amarías, sacerdote, os presidirá bre quien vino el espíritu de Yavé en me
en toda causa tocante a Yavé, y Zebadías, dio de la asamblea, 15 y dijo: «Oíd, Judá
hijo de Ismael, príncipe de la casa de todo, y vosotros, los moradores de Jeru
Judá, en las causas tocantes al rey; tenéis salén, y tú, Josafat: Así dice Yavé: «No
entre vosotros a los levitas, que serán temáis ni os amedrentéis ante tan gran
vuestros maestros. Esforzaos, pues, y a muchedumbre, porque no es vuestra la
la obra, y que Yavé sea con quien bien guerra, sino de Dios. Mañana bajaréis
lo haga». coni ra ellos; ellos van a subir por la cuesta
de Sis, y los hallaréis al extremo del valle,
V ictoria de Josafat contra m oabitas frente al desierto de Jeruel. 17 No habrá
y am onitas por qué peleéis en esto vosotros; paraos,
a 1 D espués de esto, los hijos de estaos quedos y veréis la salvación de Ya
"" Moab y los hijos de Ammón y vé con vosotros. ¡Oh Judá y Jerusalén!,
algunos míneos vinieron en guerra contra no temáis ni desmayéis; salid mañana con
Josafat. * 2 Dieron noticia a Josafat, di tra ellos, que Yavé estará con vosotros».
ciendo: «Viene contra ti, desde el otro 18 Echóse entonces Josafat rostro a tie
lado del mar, de Edom, una gran muche rra, y todo Judá y todos los moradores
dumbre, y están ya en Jasasón Tamar, de Jerusalén se postraron ante Yavé, ado
que es Engadi». 3 En su temor, se dispuso rándole. 19 Los levitas de los hijos de Caat
Josafat a buscar a Yavé, y promulgó un y de los hijos de Coré se levantaron para
ayuno para todo Judá. 4 Reuniéronse los alabar a Yavé, Dios de Israel, con fuerte
de Judá para clamar a Yavé, y vinieron y alta voz.
para buscar a Yavé de todas las ciudades 20 Levantáronse por la mañana y sa
de Judá. 5 Puesto entonces en pie Josafat lieron por el desierto de Tecua, y mien
en medio de la asamblea de Judá en tras salían, Josafat, en pie, dijo: «Oídme,
Jerusalén, en la casa de Yavé, delante del Judá y habitantes de Jerusalén: Confiad
atrio nuevo, 6 dijo: «Yavé, Dios de nues en Yavé, vuestro Dios, y seréis seguros;
tros padres: ¿No eres tú Dios en los cielos creed a sus profetas y prosperaréis».
y no eres tú quien domina a todos los 21 Después, habido consejo con el pueblo,
reinos de las gentes? ¿No eres tú quien puso cantores de Yavé para alabar la her
tiene en su mano la fuerza y la potencia, mosura de su santuario delante del ejér
a que nadie puede resistir? 7 ¡Dios nues cito:
tro! ¿No arrojaste tú delante de tu pueblo, «Alabad a Yavé, porque es eterna su
Israel, a los moradores de esta tierra, y misericordia».
la diste para siempre a la posteridad de 22 Y en cuanto comenzaron los cantos
Abraham, tu amigo? * Ellos la habitan y y alabanzas arrojó Yavé discordias sobre
han edificado a tu nombre un santuario, Ammón, Moab y los del monte Seir, que
diciendo: 9 Si nos sobreviene alguna cala habían venido contra Judá, y se mataron
midad, la espada, el castigo, la peste o unos a otros. 23 Echáronse los hijos de
el hambre, nos presentaremos en esta Ammón y Moab sobre los moradores del
20 1 estc caPÍtul° cs propio del cronista, que nos ofrece esta gran victoria de Josafat,
obtenida no con las armas de sus numerosos soldados (17,10), sino con los cánticos de los
levitas en alabanza de Yavé. Dios hizo que los amonitas y moabitas se destruyesen unos a otros,
no dejando a Josafat y a su pueblo otro trabajo que el de recoger el rico botín que los enemigos es
dejaron en el campo (cf. 2 Re 3). Sobre la flota de Asiongaber, cf. 1 Re 22,49.
II PARALIPÓMENOS 20-21 454
monte Seir, para destruirlos y extermi Joram , rey d e Judá
narlos; y cuando hubieron acabado con
los habitantes del monte Seir, unos a otros o 1 1 Josafat se durmió con sus padres
se destruían. 24 Cuando Judá llegó a la al ^ 1 y fue sepultado en la ciudad de Da
tura desde la cual se descubre el desierto vid. Le sucedió Joram, su hijo. * 2 Joram,
y miraron del lado donde estaba la mu hijo de Josafat, tuvo por hermanos a Aza
chedumbre, no vieron más que cadáveres das, Jejiel, Zacarías, Azadas, Micael y Se-
por tierra; ninguno había escapado. 25 Jo- fatías, todos hijos de Josafat, rey de Judá.
safat y su gente fueron a apoderarse de los 3 Habíales hecho su padre grandes dona
despojos, hallando entre los cadáveres mu ciones de plata, oro y objetos preciosos,
chas riquezas y objetos preciosos; cogien con ciudades fuertes en Judá; pero dejó
do tantos, que no pudieron llevárselo todo el reino a Joram, por ser el primogénito.
de una vez, y emplearon tres días en re 4 Cuando Joram se posesionó del reino y
coger el botín; tan considerable fue. 26 Al se afirmó en él, pasó a cuchillo a todos
cuarto día se reunieron en el valle de Be- sus hermanos y a algunos jefes de Israel.
racá, donde alabaron a Yavé. Por eso lla 5 Tenía Joram treinta y dos años cuando
maron a este valle Beracá (bendición), comenzó a reinar, y reinó ocho años en
nombre que lleva todavía hoy. Jerusalén. 6 Anduvo por los caminos de
27 Los hombres de Judá y de Jerusalén, los reyes de Israel, como había hecho la
con Josafat a la cabeza, partieron gozo casa de Ajab, pues tuvo por mujer a una
sos para volverse a Jerusalén, pues Yavé hija de Ajab, e hizo lo malo a los ojos de
los había llenado de alegría, librándolos Yavé. 7 Pero no quiso Yavé destruir la
de sus enemigos. 28 Entraron en Jerusa casa de David, por la alianza que había
lén, en la casa de Yavé, al son de las cí hecho con David y la promesa que le
taras, los salterios y las trompetas. 29 El hizo de darle siempre una lámpara a él
terror de Yavé se apoderó de todos los y a sus hijos.
reinos de las otras tierras cuando supie 8 En su tiempo se rebeló Edom contra
ron que Yavé había combatido contra los el dominio de Judá y se dio un rey. *
enemigos de Israel. 30 El reinado de Josa 9 Marchó Joram con sus jefes y todos sus
fat fue tranquilo y su Dios le dio la paz carros, y levantándose de noche derrotó
de todas partes. a los de Edom, que le tenían cercado a él
31 y a los jefes de sus carros, lo Sin embargo,
Josafat reinó sobre Judá. Tenía trein
ta y cinco años cuando comenzó a reinar, la rebelión de Edom contra el dominio de
y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su Judá dura hasta hoy. También se rebeló
madre se llamaba Azuba, hija de Silji. contra su dominio Libna porque había
32 Anduvo por el camino de Asa, su pa dejado a Yavé, Dios de sus padres.
dre, sin apartarse de él, haciendo lo recto 11 Joram se hizo altos en los montes de
a los ojos de Yavé. 33 Pero los altos no Judá, incitó a los habitantes de Jerusalén
desaparecieron y el pueblo no tenía su a la prostitución idolátrica e impelió a
corazón firmemente apegado al Dios de ella a Judá. * 12 Recibió un escrito del pro
sus padres. feta Elias, que decía: «He aquí lo que di
34 El resto de los hechos de Josafat, los
ce Yavé, Dios de David, tu padre: Por no
primeros y los postreros, está escrito en haber andado por los caminos de Josafat,
la historia de Jehú, hijo de Jananí, que tu padre, ni por los de Asa, rey de Judá, *
fue inserta en el libro de los reyes de Is 13 antes bien por los de los reyes de Israel;
rael. 35 Josafat, rey de Judá, se alió con por haber hecho fornicar a Judá y a los
el rey de Israel, Ocozías, que fue un im moradores de Jerusalén, como fornica la
pío, 36 y se asoció con él para construir casa de Ajab, y por haber dado muerte
naves que fueran a Tarsis, haciéndose las a tus hermanos, a la casa de tu padre,
naves en Asiongaber. 37 Entonces Eliecer, que eran mejores que tú, 14 Yavé castiga
hijo de Dodava, de Maresa, profetizó con rá a tu pueblo con una plaga muy grande,
tra Josafat, diciendo: «Por haberte aso y a tus hijos, y a tus mujeres, y a tu ha
ciado con Ocozías, Yavé destruirá tu cienda, y a ti con una violenta enferme
obra». Las naves se destrozaron y no dad, con enfermedad de tus entrañas, que
pudieron ir a Tarsis. aumentará de día en día, hasta que las
la casa de Yavé. 6 Que no entre ni salga genes, y mataron delante del altar a Ma-
nadie en la casa de Yavé, fuera de los tán, sacerdote de Baal.*
sacerdotes y levitas que están de servi 18 Luego ordenó Joyada los oficios en
cio; éstos podrán entrar porque están la casa de Yavé por mano de los sacerdo
consagrados. 7 Todo el pueblo hará la tes y levitas, según la ordenación hecha
guardia de Yavé y los levitas rodearán por David en la casa de Yavé, para ofre
al rey por todas partes; cada uno tendrá cer a Yavé holocaustos, como está escri
las armas en su mano, y quienquiera que to en la Ley de Moisés, en medio de can
entrare en la casa, morirá. Estaréis con tos de júbilo, conforme a la ordenación
el rey cuando éste entre y salga». de David. 19 Puso también los porteros
8 Los levitas y todo Judá hicieron todo a las puertas de la casa de Yavé para que
10 que el sacerdote Joyada había manda por ninguna entrase ningún inmundo.
do, y cada uno tomó a los suyos, los que 20 Y tomando luego a los jefes de cente
entraban en servicio y los que salían na, a los jefes del pueblo y al pueblo
de servicio el sábado, pues el sacerdote todo de la tierra, llevaron al rey de la
Joyada no exceptuó a ninguna de las casa de Yavé; y llegados al medio de
divisiones. 9 El sacerdote Joyada entre la puerta principal de la casa del rey,
gó a los jefes de centenas las lanzas y sentaron al rey sobre el trono del reino.
los escudos grandes y pequeños, que pro 21 Todo el pueblo de la tierra estaba lleno
venían del rey David y se hallaban en de júbilo, y la ciudad se estuvo tranquila.
la casa de Dios. 10 Hizo que rodeasen al Atalía había sido muerta a espada.
rey, poniendo a todo el pueblo cada uno
con las armas en la mano, desde el lado Jo ás, re y de Ju d á
derecho hasta el lado izquierdo de la o A 1 Siete años tenía Joás cuando co-
casa, junto al altar y por toda la casa, menzó a reinar, y reinó cuarenta
11 y adelantando al hijo del rey, pusieron años en Jerusalén. Su madre se llamaba
sobre su cabeza la diadema y el testimo Sibyá, de Berseba. *
nio y le proclamaron rey. Joyada y sus 2 Hizo Joás lo que es recto a los ojos
hijos le ungieron y gritaron: «¡Viva el de Yavé todo el tiempo de vida del sacer
rey!» dote Joyada. 3 Joyada tomó para Joás
12Atalía oyó el estrépito del pueblo, dos mujeres, y Joás engendró hijos e
que corría y aclamaba al rey; vino a hijas.
donde estaba el pueblo en la casa de 4 Después de esto vino a Joás el pen
Yavé 13 y miró. Estaba el rey sentado samiento de reparar la casa de Yavé,*
en su estrado, a la entrada, y los jefes y 5 y reuniendo a los sacerdotes y levitas,
los trompetas estaban junto al rey, y les dijo: «Salid por todas las ciudades
todo el pueblo de la tierra daba mues de Judá y recoged cada año de todo
tras de gran alegría, y sonaban las trom Israel dinero para reparar la casa de
petas, y los cantores con los instrumentos vuestro Dios, y poned en esto gran di
de música entonaban cánticos de ala ligencia». Pero los levitas no se dieron
banza. Atalía rasgó sus vestiduras y gri prisa, 6 y llamando el rey a Joyada, sumo
tó: «¡Conspiración, conspiración!» ^ E n sacerdote, le dijo: «¿Por qué no has cui
tonces el sacerdote Joyada, llamando a dado de que los levitas trajesen de Judá
los jefes de centena que estaban al fren y de Jerusalén el tributo impuesto por
te de las tropas, les dijo: «Sacadla de Moisés, siervo de Dios, a toda la con
las filas, y a quienquiera que la siga le gregación de Israel para el tabernáculo
matáis». Pues el sacerdote dijo: «No la del testimonio? 7 Pues la impía Atalía y
matéis en la casa de Yavé». *5 Hízosele sus hijos han saqueado la casa de Dios,
lugar y se encaminó al palacio real por empleando para servir a los Baales todo
la entrada de la puerta de los caballos, lo consagrado a la casa de Yavé».
y allí la mataron. 16 Joyada hizo alianza 8 Mandó entonces el rey que se hiciera
entre Yavé, el pueblo todo y el rey, de un arca y la pusieran fuera, a la entra
ser el pueblo de Yavé. 17*Después de esto da de la casa de Yavé; * 9 y se pregonó
entró todo el pueblo en el templo de por Judá y Jerusalén que trajesen a Yavé
Baal y lo derribaron, echando por tierra el tributo que Moisés, siervo de Dios,
sus altares, haciendo pedazos sus imá había impuesto a Israel en el desierto. *
17 El sacerdote Joyada renueva la alianza entre Yavé y el pueblo de ser éste el pueblo de Yavé,
O I 1 El comienzo del reinado de Joás, igual que en 2 Re I2,i ss.
4 Joás encarga a los sacerdotes la reparación del templo, que habla sufrido mucho en la
época de Atalía, como en i Re 12,4-6 se cuenta.
8 Ambos textos están conformes en declarar el poco celo de los sacerdotes y levitas para pro
mover las obras del santuario, por lo cual el rey mandó colocar en el templo un arca en que se reco
gieran las ofrendas de los fieles (cf. 2 Re 12,7-16).
9 Puede referirse al rescate impuesto en Ex 30,11-16 y aludido en 38,25.
457 I I l ’AHALIPÓMENOS 2 4 -2 3
10 Todos los jefes y el pueblo todo se de Zacarías, y dio muerte a su hijo. Za
complacieron en ello, y traían y echaban carías dijo al morir: «Vea Yavé y él lo
en el arca lo que había de pagarse, 11 En requiera».
el momento oportuno, cuando los levi 23 A la vuelta del año subió contra él
tas veían que en el arca había mucho el ejército de Siria, que vino a Judá y
dinero, que había que entregar a los in Jerusalén. Mataron de entre el pueblo a
tendentes del rey, el secretario del rey todos los príncipes de él y llevaron to
y el comisario del sumo sacerdote ve dos sus despojos al rey de Damasco.*
nían a vaciar el arca, y luego volvían a 24 El ejército de Siria había venido con
ponerla en su sitio, haciendo así todos poca gente; pero Yavé entregó en sus
los días y recogiendo dinero en abun manos un ejército muy considerable, por
dancia. que habían abandonado a Yavé, Dios
12 El rey y Joyada se lo entregaban a de sus padres. 25 Los sirios hicieron jus
los encargados de hacer las obras en la ticia en Joás, y una vez que se retiraron,
casa de Yavé para pagar a los canteros dejándole en gran dolor, conspiraron con
y carpinteros para la reparación de la tra él sus servidores para vengar la san
casa de Yavé, así como a los herreros gre de los hijos de Joyada, sacerdote, y
y broncistas para reparar la casa de Yavé. le dieron muerte en su lecho. Murió v
13 Los oficiales trabajaron e hicieron fue sepultado en la ciudad de Davia,
las reparaciones necesarias, restituyendo mas no en los sepulcros de los reyes.
a su estado la casa de Dios y consoli 26 Los que conspiraron contra él fueron
dándola. 14 Cuando se terminaron las Zabud, hijo de Simat, la amonita, y Jo-
obras, llevaron al rey y a Joyada el resto zabad, hijo de Simrit, la moabita.
del dinero, y de él se hicieron utensilios 27 Lo que toca a sus hijos, a las gran
para la casa de Yavé, los utensilios para des amenazas que hubo de soportar y
el servicio, copas para los holocaustos y a las reparaciones hechas en la casa de
otros utensilios de oro y de plata. Du Dios, escrito está en el midrás del libro
rante toda la vida de Joyada se ofrecie de los reyes. Le sucedió Amasias, su
ron continuamente holocaustos en la casa hijo.
de Yavé. A m asias, rey d e Judá
15 Murió Joyada viejo y harto de días;
tenía al morir ciento treinta años. 16 Fue OJJ 1 Veinticinco años tenía Amasias
sepultado en la ciudad de David, con cuando comenzó a reinar, y rei
los reyes, pues había hecho mucho bien nó veinticinco años en Jerusalén. Su ma
por Israel, por Dios y por su casa. dre se llamaba Jehoadán, 'de Jerusalén, *
2 Hizo lo recto a los ojos de Yavé,
Idolatría y castigos pero no con un corazón perfecto del todo.
17 Después de la muerte de Joyada co3 Luego que se afirmó en el trono, dio
menzaron los príncipes a adular al rey, muerte a los siervos que habían asesina
y éste los escuchó, 18 y dejando la casa do a su padre, 4 pero no mató a sus
de Yavé, Dios de sus padres, sirvieron hijos, conforme a lo que está escrito en
a las aseras y a los ídolos; y vino la ira la Ley, en el libro de Moisés, donde
de Dios sobre Judá y sobre Jerusalén, manda Yavé: «No morirán los padres
porque se habían hecho culpables. 19 Ya por los hijos, ni los hijos por los padres,
vé les mandó profetas para reducirlos a sino que cada uno morirá por su pecado».
sí, pero no escucharon sus advertencias. 5 Reunió Amasias a Judá y constitu
20 El espíritu de D ios descendió sobre yó, según las casas paternas, jefes de
Zacarías, hijo del sacerdote Joyada, que, millares y de centenas por todas las ciu
presentándose ante el pueblo, dijo: «Así dades de Judá y Benjamín. Hizo el censo
habla Dios: ¿Por qué quebrantáis los desde los veinte años arriba, y fueron
mandamientos de Yavé? No os vendrá hallados trescientos mil aptos para la
bien por ello, pues si vosotros dejáis a guerra, armados de lanza y escudo. * 6 To
Y avé, Y avé os dejará a vosotros.»* mó de Israel a sueldo cien mil hombres
21 Conjuráronse contra él, y de orden valientes por cien talentos de plata. 7 Vino
del rey le lapidaron en el atrio de la casa a él un hombre de Dios y le diio: «¡Oh
de Yavé. 22 N o se acordó el rey Joás del rey! Que no vaya contigo el ejército de
bien que le había hecho Joyada, padre Israel, pues no está Yavé con Israel,
20 Zacarías, hijo de Joyada, es el profeta a quien se refiere Cristo nuestro Señor en Mt 23,35.
Según San Jerónimo, en el Evangelio de los nazarenos se leía hijo de Joyada en vez de hijo de Bara-
quias, como se dice en este lugar. De este suceso nada se nos dice en los Reyes.
23 La palabra del profeta se cumplió, y los sirios fueron los instrumentos de ella. En substancia,
lo mismo se nos cuenta en 2 Re 12,16-21.
2 5 1 La introducción del reinado de Amasias, como en 2 Re 14,1-6.
5 Esta guerra contra los edomitas (5-16) es la ampliación de la breve noticia contenida en
2 Re 1 4 . 7 *
I I PARALIPÓMENOS 25-26 458
con todos esos hijos de Efraím. 8 Si vas había resuelto Dios entregarle en sus ma
con ellos, aunque tú hagas en el combate nos por haber buscado a los dioses de
esfuerzos de valor, Dios te hará caer ante Edom.
el enemigo, porque tiene Dios poder para 21 Subió, pues, Joás, rey de Israel, y
levantar y para derribar». 9 Amasias dijo viéronse las caras él y Amasias, rey de
entonces al hombre de Dios: «¿Qué será, Judá, en Betsames, que está en Judá; 22 y
pues, de los cien talentos que he entre cayó Judá delante de Israel y huyeron
gado a las tropas de Israel?» Y el hom cada uno a su casa. 23 Joás, rey de Is
bre de Dios le respondió: «Mucho más rael, apresó en Betsames a Amasias, rey
que eso puede darte Yavé». 10 Entonces de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, y
Amasias apartó la tropa que había ve le llevó a Jerusalén, donde abrió una
nido de Efraím, para que se volvieran brecha de cuatrocientos codos desde la
a sus casas; ellos se irritaron fuertemente puerta de Efraím hasta la puerta de la
contra Judá, y se volvieron a sus casas Esquina. 24 Tomó el oro y la plata y
enfurecidos. u Amasias se esforzó, y a la todos los vasos sagrados que había en
cabeza de su pueblo vino al valle de la la casa de Dios al cuidado de Obede-
Sal y deshizo a diez mil hombres de los dom y los tesoros del palacio real, y a
hijos de Seir. 12 Los hijos de Judá apre los rehenes, y se volvió a Samaría.
saron vivos a diez mil, y llevándolos a 25 Amasias, hijo de Joás, rey de Judá,
la cresta de una roca, los despeñaron, y vivió quince años después de la muerte
todos se hicieron pedazos. de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel.
13 Los de la tropa que Amasias había 26 El resto de los hechos de Amasias,
despedido, para que no fuesen con él a los primeros y los postreros, ¿no está es
la guerra, se derramaron por las ciuda crito en el libro de los reyes de Judá y
des de Judá desde Samaría hasta Beto- de Israel? 27 Después que Amasias se apar
rón, y mataron a tres mil personas y to tó de Yavé, tramaron una conjuración
maron muchos despojos. 14 Al regresar contra él en Jerusalén; y como huyera
Amasias de la derrota de los edomitas a Laquis, mandaron tras él a Laquis los
trajo también consigo los dioses de los conjurados, y le mataron allí. 28 Trajéron-
hijos de Seir, y se los puso por dioses, le en caballos, y le sepultaron con sus
prosternándose ante ellos y quemándoles padres en la ciudad de David.
perfumes. 15 Encendióse el furor de Yavé
contra Amasias, y le mandó un profeta, O zías, rey de Ju d á
que le dijo: «¿Por qué has buscado los O g 1 Todo el pueblo de Judá tomó a
dioses de esas gentes, que no pudieron Ozías, de edad de dieciséis años,
librar a su pueblo de tus manos?»16 Cuan y le puso por rey en lugar de su padre,
do esto le dijo el profeta, respondió él: Amasias. * 2 Ozías reconstruyó Elat y la
«¿Y quién te ha hecho a ti consejero del restituyó al dominio de Judá después que
rey? Quítate de ahí. ¿Es que quieres que el rey se durmió con sus padres. 3 Dieci
te haga azotar?» El profeta se retiró, di séis años tenía Ozías cuando comenzó a
ciendo: «Yo sé que Dios ha decretado reinar, y reinó cincuenta y dos años en
destruirte por haber hecho eso y no ha Jerusalén. Su madre se llamaba Jecolía,
ber escuchado mi advertencia». de Jerusalén. 4 Hizo lo recto a los ojos
17 Amasias, después de haber tenido de Yavé, enteramente como lo había he
consejo, mandó a decir a Joás, hijo de cho Amasias, su padre. 5 Se dio a buscar
Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel: «Ven, a Yavé durante la vida de Zacarías, que
que nos veamos las caras». * 1718 Entonces le educó en el temor de Dios; y mien
Joás, rey de Israel, envió a decir a Ama tras él buscó a Yavé, Dios le protegió.
sias, rey de Judá: «El cardo del Líbano 6 Tuvo guerra contra los filisteos, y de
mandó a decir al cedro del Líbano: Da rribó las murallas de Gat, las de Jabne
tu hija por mujer a mi hijo. Pero vinie y las de Azoto, y reconstruyó ciudades en
ron las fieras del Líbano, pisaron y ho el territorio de Azoto y en el de los
llaron el cardo. 19*Tú te dices: He de filisteos. * 7 Dios le ayudó contra los filis
rrotado a Edom; y tu corazón se ha enso teos, contra los árabes, que habitaban
berbecido. Quédate en tu casa. ¿Para qué en Gur Baal, y contra los meunitas.
has de meterte en una empresa desgracia 8 Los am onitas traían presentes a
da, que será tu ruina y la ruina de Judá? Ozías, y su fama se extendió hasta las
20 Pero Amasias no le escuchó, porque fronteras de Egipto, pues llegó a ser muy
17 Esta lucha de Amasias con Joás y el fin de aquél se cuenta de igual modo en 2 Re 14,8-14; 17,20.
y e 1 La introducción a la historia de Ozías o Azarías (1,5) corresponde al relato de 2 Re 14.21 s.;
15,2-7. La mención de esta ayuda de Yavé contra los árabes y los míneos prueba que eran
frecuentes por estos tiempos las algaras que por el sur hacían estos pueblos contra Judá.
6 Toda esta labor administrativa y militar de Ozías es propia del cronista; la historia de los Re
yes nada nos dice de ella.
459 i i p a r a l ip ó m e n o s 26-28
sacerdotes y levitas, que reunió en el atrio mañana, reunió a los iefes de la ciudad
oriental,5 y les dijo: «Oídme, levitas: san y subió a la casa de Yavé. 21 Ofrecieron
tifícaos y santificad la casa de Yavé, el siete novillos, siete carneros, siete corde
Dios de vuestros padres, y echad la im ros y siete machos cabríos, en sacrificio
pureza del santuario 6 Porque han peca expiatorio por el reino, por el santuario
do nuestros padres y han hecho el mal y por Judá. El rey mandó a los sacerdotes
a los ojos de Yavé, nuestro Dios; le han hijos de Arón que los ofreciesen en el altar
abandonado, han apartado sus ojos del de Yavé. 22 Los sacerdotes inmolaron los
tabernáculo de Yavé y le han vuelto las novillos, recibieron su sanare y la derra
espaldas. 7 Hasta cerraron las puertas del maron en torno del altar; inmolaron los
pórtico, apagaron las lámparas y dejaron carneros y derramaron su sangre en el
de ofrecer a Yavé, Dios de Israel, perfu altar; inmolaron los corderos y derrama
mes y holocaustos en el santuario. 8 Por ron su sangre en el altar. 23 Presentaron
eso la cólera de Yavé pesa sobre Judá luego los machos cabríos expiatorios ante
y sobre Jerusalén, y los ha entregado a la el rey y ante la asamblea, que pusieron
confusión, a la desolación y a la burla, sus manos sobre ellos, 24 y los sacerdotes
como lo estáis viendo con vuestros ojos. los inmolaron y derramaron la sangre al
9 Ya veis que por eso han caído nuestros pie del altar, en expiación por los pecados
padres por la espada, y nuestros hijos y de todo Israel, pues por todo Israel había
nuestras hijas están en cautividad. 10 Yo ordenado el rey el holocausto y el sacri
quiero que hagamos alianza con Yavé, ficio expiatorio.
Dios de Israel, para que se aparte de nos 25 Hizo que los levitas se pusieran en la
otros su encendida cólera. 11 Ahora, pues, casa de Yavé con címbalos, salterios y ar
hijos míos, basta de negligencias, pues pas, según la ordenación de David, de
habéis sido elegidos por Yavé para mi Gad, vidente del rey, y de Natán, profeta,
nistrar ante él en su servicio, para ser sus porque tal era la orden de Yavé, transmi
servidores y ofrecerle perfumes». tida por medio de sus profetas. 26 Los le
vitas ocuparon su sitio con los instrumen
R eform a religiosa tos de David, y los sacerdotes el suyo con
12 Levantáronse los levitas: Macat, hi las trompetas. 27 Ezequias mandó ofrecer
jo de Amasaí; Joel, hijo de Azarías, de el holocausto sobre el altar; y en cuanto
los hijos de Caat; y de los de Merarí, Quis, comenzó el holocausto, comenzó también
hijo de Abdi; Azarías, hijo de Jelaleel; y el canto de Yavé al son de las trompetas
de los gersonitas, Joaj, hijo de Simma; y con el acompañamiento de los instru
Edén, hijo de Joaj; 13 y de los hijos de mentos de David, rey de Israel. 28 Pros
Elisafán, Simrí y Jehiel; y de los hijos de ternóse toda la asamblea, se cantó el can
Asaf, Zacarías y M atanías;14 y de los hi to y se tocaron las trompetas, todo hasta
jos de Hernán, Jejiel y Simeí; y de los hijos que el holocausto se terminó. 29 Cuando
de Jedutún, Semeyas y Uziel. 15 Reunie se hubo acabado de ofrecer el holocausto,
ron a sus hermanos, y después de santi el rey con toda la asamblea doblaron las
ficarse ellos, vinieron a purificar la casa rodillas y se prosternaron. 30 Después el
de Yavé, según las órdenes del rey y se rey Ezequias y los jefes dijeron a los levi
gún las palabras de Y a v é.16 Entraron los tas que alabasen a Dios con palabras de
sacerdotes en el interior de la casa de Ya David y de Asaf, vidente, y ellos lo hicie
vé para purificarla; sacaron todas las im ron con gran júbilo, e inclinándose, ado
purezas que hallaron en el templo de Ya raron. 31 Luego dijo Ezequias: «Vosotros
vé y las arrojaron al atrio de la casa de habéis llenado seguramente vuestras ma
Yavé, donde las recibieron los levitas, pa nos para Yavé. Llegaos, pues, a ofrecer
ra llevarlas fuera, al valle del Cedrón. víctimas y sacrificios eucarísticos en la
17 Comenzaron las purificaciones el día casa de Yavé». Y así toda aquella muche
primero del primer mes; el octavo día del dumbre ofreció hostias, sacrificios euca
mismo mes entraron en el pórtico del tem rísticos y holocaustos con gran piedad y
plo de Yavé, y emplearon ocho días en liberalidad.
purificar el templo de Yavé; el día dieci 32 Los holocaustos que ofreció la asam
séis del mismo mes acabaron lo que ha blea fueron setenta novillos, cien carne
bían comenzado. 18 Fueron luego al rey ros y doscientos corderos, todo en holo
Ezequias y le dijeron: «Hemos purifica causto a Yavé. 33 Consagraron también a
do toda la casa de Yavé, el altar de los ho Yavé seiscientos bueyes y tres mil ovejas.
locaustos y todos sus utensilios y la mesa 34 Como los sacerdotes eran pocos y no
de los panes de la proposición. 19 Y todos bastaban para desollar las víctimas des
sus utensilios, que el rey Ajaz profanó du tinadas al holocausto, ayudáronlos sus
rante su reinado con sus transgresiones, hermanos los levitas hasta acabar y has
están ya reparados y purificados y ante ta que se hubieron purificado los sacerdo
el altar de Yavé». tes, pues los levitas se mostraban con co
20 El rey Ezequias se levantó bien de razón dispuesto a purificarse más que los
II IMKAl.irÓMENOS 2 9 -3 0 462
0 *| 1 Dos cosas se contienen en este capítulo: la primera es la purificación de Israel con la des-
^ * tracción de todos los altares, estatuas, etc., que existían en el reino de Judá y en las tribus del
Norte; la otra es la organización del culto en Jerusalén. Para ello mira a asegurar bien la subsis
tencia de los sacerdotes y levitas mediante la exacción y conveniente distribución del diezmo, al
tenor de la Ley (Núm 18).
II PARAMPÓMEN08 3 2 464
torres y una antemuralla; reparó el terra mis manos y de las manos de mis padres,
plén de la ciudad de David e hizo armas ¿cuánto menos podrá vuestro Dios libra
de toda suerte y escudos. 6 Nombró jefes ros de mis manos?» 16 Otras cosas más
para mandar el ejército y, reuniendo luego añadieron los emisarios de Senaquerib
a todo el mundo en la plaza de la puerta contra Yavé y contra Ezequías, su siervo.
de la ciudad, les habló al corazón, di 17 Escribió, además, cartas en que blas
ciendo: 7 «Esforzaos y confortaos; no te femaba de Yavé, Dios de Israel; y ha
máis; no os dé miedo el rey de Asiria y blaba contra El, diciendo: «Lo mismo
toda esa muchedumbre que trae, porque que los dioses de las gentes de las tierras
más son los que con nosotros están que los no pudieron librar a sus pueblos de mis
que están con él. 8 El tiene el brazo de manos, tampoco el D ios de Ezequías li
carne; pero con nosotros está Yavé, nues brará al suyo de mis manos». 18 Y ha
tro Dios, para ayudamos y combatir nues blaban en voz muy alta, en judío, al
tros combates». El pueblo cobró valor con pueblo de Jerusalén que se hallaba en
las palabras de Ezequías, rey de Judá. las murallas, para asustarlos y hacerlos
9 Después de esto, Senaquerib, rey de entrar en temor, para apoderarse de la
Asiria, que combatía a Laquis con todo ciudad. 19 Hablaron contra el Dios de
su poder, mandó emisarios a Jerusalén Jerusalén, lo mismo que contra los dio
para decir a Ezequías, rey de Judá, y a ses de las gentes de la tierra, obra de
todos los de Judá que estaban en Jeru manos de hombres.
salén : 10 «Así dice Senaquerib, rey de Asi 20 Pero el rey Ezequías y el profeta
ría : ¿En quién confiáis vosotros para esta Isaías, hijo de Amos, opusieron sus ora
ros quietos, cercados en Jerusalén? 11 ¿No ciones a estas blasfemias y clamaron al
os engaña Ezequías para entregaros a la cielo; 21 y Yavé envió un ángel, que mató
muerte, al hambre, a la sed, diciendo: a cuantos fuertes y valerosos había en el
Yavé, nuestro Dios, nos librará de la ejército del rey de los asirios y al jefe que
mano del rey de Asiría?12 ¿No es Ezequías los mandaba; y Senaquerib se volvió con
el que ha hecho desaparecer sus altos y sus afrenta a su tierra, y allí, entrando en el
OO i El relato tan entero que nos da la historia de los Reyes (18,13-19,37) nos lo compendia
el cronista en este capitulo (1-23), añadiendo los detalles de la galería subterránea que conduce
el agua de Guijón a la piscina de Siioé, poniendo de relieve las providencias de Ezequías por la de
fensa del reino y la protección de Dios, pero sin hablar de los saqueos de Senaquerib.
465 II PARALIPÓMENOS 3 2 -3 3
templo de su dios, hijos suyos, que de que los sepulcros de los reyes, hijos de Da
él habían salido, le mataron a espada. vid, y todo Judá y Jerusalén celebraron sus
22 funerales. Le sucedió Manasés, su hijo. *
Así libró Yavé a Ezequías y a los mo
radores de Jerusalén de la mano de Sena-
uerib, rey de los asirios, y de las manos M anasés, rey de Judá
e todos, y les dio la paz con todos sus o O 1 Doce años tenía Manasés cuando
reinos. 23 Muchos de éstos aún trajeron ^ O comenzó a reinar, y reinó cincuen
a Jerusalén victimas para ofrecer allí sa ta y cinco años en Jerusalén.* 2 Hizo el
crificios a Yavé y presentes a Ezequías, mal a los ojos de Yavé, conforme a las
rey de Judá, cuya fama fue luego muy abominaciones de las gentes que Yavé
grande entre todas las naciones. había arrojado ante los hijos de Israel,
24 Por aquel entonces cayó enfermo de 3 y volviéndose reedificó los altos que
muerte Ezequías, y rogó a Yavé, que le había derribado Ezequías, su padre; le
escuchó, dándole una señal de su cura vantó altares a los baales, se hizo aseras
ción. * y adoró a toda la milicia de los cielos y
25 Pero no correspondió Ezequías al les sirvió. 4 Alzó también altares en la
bien que le había sido hecho; antes se casa de Yavé, de la que había dicho Yavé:
ensoberbeció su corazón, y se encendió «En Jerusalén estará mi nombre perpetua
la ira de Yavé contra él y contra Judá y mente»; 5 pero los alzó en honor de toda
Jerusalén. * 26 pero Ezequías, después de la milicia del cielo, en los dos atrios del
haberse engreído su corazón, se humilló, templo de Yavé. 6 Pasó a sus hijos por
y se humillaron con él los moradores de el fuego en el valle de Ben Hinnón;
Jerusalén, y no vino sobre ellos la ira de observaba los sueños y los augurios, se
Yavé en los días de Ezequías. dio a la magia, teniendo cerca de sí
27 Tuvo Ezequías riquezas y gloria so magos y encantadores, e hizo mucho mal
bremanera, y reunió tesoros de plata y ante Yavé, irritándole. 7Puso, además,
oro, de piedras preciosas, de aromas, de una estatua fundida en la casa de Dios,
escudos y de cuantas alhajas son de de de la que había dicho Yavé hablando a
sear. * 28 Asimismo tuvo depósitos para David y a Salomón, su hijo: «Estableceré
almacenar las rentas de trigo, vino y acei para siempre mi nombre en esta casa y en
te, y establos para las bestias, y apriscos Jerusalén, que he elegido entre todas las
para sus ganados. tribus de Israel, 8 y no removeré el pie de
29 Hízose también ciudades para él, pues
Israel de la tierra que yo di a vuestros
tenía una gran muchedumbre de rebaños, padres, siempre que ellos guarden y pon
de ovejas y de toda suerte de ganado ma gan por obra cuanto yo les he mandado,
yor, por haberle dado Dios mucha ha toda la Ley, mandamientos y preceptos
cienda. 30 Este mismo Ezequías fue el que les he dado por mano de Moisés».
que cubrió los manantiales de las aguas 9 Descarrió Manasés a Judá y a los
de Guijón de Arriba, y condujo las aguas moradores de Jerusalén para hacer peor
bajo tierra a occidente de la ciudad de todavía que las gentes que Yavé destruyó
David, y salió con cuanto emprendió. ante los hijos de Israel. 10 Habló Yavé a
31 Dios, sin embargo, para probarle y Manasés y a su pueblo, pero ellos no le
para que descubriese lo que tenia en su escucharon;* 11 por lo que trajo Yavé
corazón, le dejó en lo de los embajado contra ellos a los jefes del ejército del
res de los príncipes de Babilonia, que rey de los asirios, que apresaron a Mana
vinieron a él para informarse del prodigio sés, y cargado de grillos y cadenas, le
que había acaecido en la tierra. llevaron a Babilonia. 12 Cuando se vio
32 El resto de los hechos de Ezequías, en la angustia, oró a Yavé, su Dios,
de todas sus buenas obras, escrito está humillándose grandemente ante el Dios
en las profecías de Isaías, profeta hijo de de sus padres.13 Gimió y le dirigió instan
Amos, y en el libro de los reyes de Judá tes súplicas, y fue atendido, pues oyó su
y de Israel. oración y le volvió a Jerusalén, a su
33 Durmióse Ezequías con sus padres, reino. Entonces conoció Manasés que Ya
y fue sepultado en un lugar más eminente vé es Dios. *
24 La enfermedad se halla más extensamente narrada en 2 Re 20,1-11 y en Is 38.
25 Esta mancha sobre la conducta de Ezequías se refiere, sin duda, a la embajada de Merodac-
Baladán, contada en 2 Re 20,12-19.
27 Las riquezas del rey son en la mente del cronista una prueba de cuán grata era a Dios su vida.
33 Era natural que las honras fúnebres de Ezequías correspondieran a su gloriosa vida.
QQ 1 La triste descripción de las prevaricaciones de Manasés (1-9,16) corresponde a la que
nos da la historia de los Reyes (21,1-9).
10 A jas amenazas generales de los profetas, que nos da 2 Re 21,10 -15, «1 cronista substituye
una noticia concreta, su cautiverio en Babilonia, de que los Reyes no dicen nada.
13 La historia de los Reyes, que desconoce el cautiverio de Manasés y su penitencia, ignora
asimismo las obras buenas que el cronista cuenta de él después de su vuelta a Judá.
n paraupó m em os 33*34 466
i* Después de esto reedificó la nuirall;i David, su padre, y a los doce años co
exterior de la ciudad de David, a occidente menzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de
del Guijón, en el valle, desde la entrada altos, aseras, esculturas e imágenes de
de la puerta del Pescado, continuándola fundición. 4 Derribaron en su presencia
hasta Ofel y elevándola considerablemen los altares de los baales e hizo pedazos
te, y puso jefes del ejército en todas las los ídolos que estaban en ellos, abatió las
ciudades fuertes de Judá. aseras y desmenuzó las esculturas y fun
15 Hizo desaparecer los dioses ajenos y diciones, esparciendo el polvo sobre las
quitó de la casa de Yavé el ídolo y todos sepulturas de los que les habían sacrifi
los altares que había alzado en el monte cado. 5 Quemó los huesos de los sacerdo
de la casa de Yavé y en Jerusalén, y los tes de los ídolos sobre sus altares y lim
hizo arrojar todos fuera de la ciudad. pió a Judá y Jerusalén. 6 Igual hizo en
16 Restableció el altar de Yavé, y sobre la s ciu d a d es de M a n a sés, E fraím y
él ofreció victimas y sacrificios pacíficos y Simeón, hasta Neftalí, 7 y después de ha
eucarísticos, y mandó a Judá que sirviese ber deribado los altares y las aseras y de
a Yavé, Dios de Israel. 17 Pero el pueblo haber roto y desmenuzado las esculturas
seguía sacrificando en los altos, aunque y destruido todos los ídolos por la tierra
sólo a Yavé, Dios de Israel. de Israel, se volvió a Jerusalén.
18 El resto de los hechos de Manasés, 8 A los dieciocho años de su reinado,
su oración a Dios y las palabras de los después de haber limpiado la tierra y el
videntes que le hablaron en nombre de templo, mandó a Safán, hijo de Asalías,
Yavé, Dios de Israel, escrito está en el y a Maasías, gobernador de la ciudad, y
libro de los reyes de Israel. 19 También a Joaj, hijo de Joajaz, cronista, que re
su oración, y cómo fue oído, y todos sus parasen la casa de Yavé, su Dios. * 9 Vi
pecados y prevaricaciones, los lugares nieron éstos a Helcías, sumo sacerdote, y
donde edificó altos y puso aseras e ídolos recibido de él el dinero que había sido
antes de humillarse, todo esto está escrito puesto en la casa de Yavé y el que los
en la historia de los videntes. 20 Durmióse levitas y porteros habían recaudado de
Manasés con sus padres y fue sepultado Manasés y Efraím y de todo el resto de
en el jardín de su casa. Le sucedió Amón, Israel, así como de todo Judá y Benjamín
su hijo. * y de los habitantes de Jerusalén, 10 lo
entregaron a los encargados de las obras
A m ó n , r e y d e Ju d á de reparación del templo para restaurarlo
21 Veintidós años tenía Amón cuando y reparar las ruinas. Estos dieron el dinero
comenzó a reinar, y reinó dos años en a los maestros encargados de las obras de
Jerusalén. 22 Hizo el mal a los ojos de la casa de Yavé, 11 los cuales lo entrega
Yavé, como lo había hecho Manasés, su ban a los obreros que trabajaban para res
padre, pues sirvió y sacrificó Amón a taurar y reparar la casa, a los carpinteros
todos los ídolos que había hecho su pa y canteros, para que comprasen piedra
dre; 23 pero nunca se humilló delante de en las canteras y maderas para las te
Yavé, como se humilló Manasés, su pa chumbres de los edificios que habían des
dre; antes cometió crímenes mucho más truido los reyes de Judá.12 Estos hombres
grandes. se portaron con probidad en sus trabajos.
24 Conspiraron contra él sus servidores, Estaban bajo la vigilancia de Jajat y Ab
y le mataron en su casa. 25 El pueblo dio días, levitas, de entre los hijos de Merarí, y
muerte a los que habían matado a Amón, de Zacarías y Mesulam, de entre los caati-
puso por rey en su lugar a Josías, su tas, todos ellos hábiles músicos, t3que
ijo. vigilaban las obras y dirigían a los obreros
Jo sía s, r e y d e J u d á ocupados en los diversos trabajos; había
además otros levitas que hacían de se
O A 1 Ocho años tenía Josías cuando cretarios, comisarios y porteros.
« * * comenzó a reinar, y reinó treinta
y un años en Jerusalén. * 2 Hizo lo recto H allazgo del libro de la L e y
a los ojos de Yavé y anduvo por los ca 14 Cuando se sacaba el dinero llevado
minos de David, su padre, sin apartarse a la casa de Yavé, Helcías, sacerdote,
de ellos ni a la derecha ni a la izquierda. encontró el libro de la Ley de Yavé,
3 A los ocho años de su remado, siendo dado por mano de Moisés. 15 Entonces
aún mozo, comenzó a buscar al Dios de Helcías, tomando la palabra, dijo a Safán,
24 La triste historia de Amón concuerda con lo que nos cuenta la historia de los Reyes (21,19-26).
O I t La introducción a la historia de Josías corresponde a 2 Re 22,1 s.
Esta obra de purificación (3-7) es el resumen de la más amplia narración de 2 Re 23,
4-20,24.27 después del hallazgo del libro de la Ley.
® Este importante relato del hallazgo del libro de la Ley (8-33) corresponde, con algunas varían,
tes, a 2 Re 22,8-20.
467 II PARALIPÓMENOS 3 4 -3 6
Pascua cinco mil corderos y quinientos ti y mi, rey de Judá? N o es contra ti con
bueyes. tra quien voy yo ahora; es contra una
Organizóse el servicio, y los sacerdo casa con la que estoy en guerra, y Dios
tes y levitas ocuparon sus puestos, según me ha dicho que me apresure. N o te
sus divisiones, conforme a la orden del opongas, pues, a Dios, que está conmigo,
rey. 11 Inmolaron la Puscua; los sacerdo no te destruya». 22 Pero Josías no se reti
tes derramaron la sangre que recibían de ró y se disfrazó para entrar en el combate
mano de los levitas, y los levitas desolla sin escuchar las palabras de Necao, que
ron las víctimas. 12 Pusieron aparte los venían de la boca de Dios. Avanzó para
holocaustos para dárselos a las varias ca atacarle en el valle de Megiddo. 23 Los
sas paternas de las gentes del pueblo para arqueros tiraron contra el rey Josías, y el
que se los ofreciesen a Yavé, como está rey dijo a sus servidores: «Retiradme, que
escrito en el libro de Moisés. Lo mismo estoy gravemente herido». 24 Los servido
hicieron con los bueyes.13 Asaron la Pas res le sacaron de aquel carro y le pusie
cua al fuego, como está ordenado, y co ron en otro y le llevaron a Jerusalén. Mu
cieron las cosas santas en calderas, cal rió y fue sepultado en el sepulcro de sus
deros y sartenes, distribuyéndolas diligen padres. Todo Judá y Jerusalén lloraron
temente al pueblo. 14 Luego prepararon a Josías, 25 y Jeremías compuso una la
lo que era para ellos y para los sacerdotes, mentación sobre Josías, que cantan to
pues los sacerdotes, hijos de Arón, estu davía hoy los cantores y cantoras en sus
vieron hasta la noche ocupados en ofre lamentaciones sobre Josías, habiendo ve
cer los holocaustos y sebos; por eso los nido a ser esta costumbre como ley en
levitas hubieron de preparar para ellos y Israel. Están escritas entre las lamenta
para los sacerdotes, hijos de A rón .15 Los ciones.
cantores, hijos de Asaf, estaban en sus 26 El resto de los hechos de Josías, to
puestos, según las órdenes de David, de das sus buenas obras, conforme a lo man
Asaf, de Hernán y de Jedutún, vidente del dado en la ley de Yavé;27 sus hechos pri
rey; y los porteros, cada uno en su puer meros y postreros, escrito está en el libro
ta; no tuvieron que abandonar sus oficios, de los reyes de Israel y Judá.
porque sus hermanos, los levitas, prepa
Jo a ja z , J o a q u im y Jo a q u ín , re y e s
raron lo que era para ellos.
16 Así se organizó aquel día todo el d e Ju d á
servicio de Yavé, para celebrar la Pascua o g 1 El pueblo tomó a Joajaz, hijo de
y para ofrecer holocaustos en el altar de v v Josías, y le hicieron rey en lugar
Yavé, según las órdenes del rey Josías. de su padre, en Jerusalén.* 2 Veintitrés
*7 Los hijos de Israel que se hallaban años tenía Joajaz cuando comenzó a rei
allí celebraron entonces la Pascua y la nar, y reinó tres meses en Jerusalén. *
fiesta de los Acimos durante siete días. 3 El rey de Egipto le depuso en Jeru
18 Ninguna Pascua semejante a ésta se ha salén y castigó al pueblo con una contri
bía celebrado en Israel desde los días de bución de cien talentos de plata y un
Samuel, profeta, y ningún rey de Israel talento de oro. 4 El rey de Egipto puso
había celebrado una Pascua semejante a por rey sobre Judá a Eliaquim, hermano
esta que celebraron Josías, los sacerdotes de Joajaz, mudándole el nombre por el
y los levitas, todo Judá e Israel que allí de Joaquim. Necao cogió a su hermano
se hallaban y los habitantes de Jerusalén. Joajaz y se lo llevó a Egipto.
19 Fue el año dieciocho del reinado de 3 Veinticinco años tenía Joaquim cuan
Josías cuando se celebró esta Pascua. do comenzó a reinar, y reinó once años en
Jerusalén. Hizo el mal a los ojos de Yavé,
F in d e Jo sia s su Dios.
20 Después de esto, después de haber 6 Nabucodonosor, rey de Babilonia, su
reparado Josías la casa de Yavé, Necao, bió contra él y le cargó de cadenas de
rey de Egipto, subió para combatir en bronce para conducirle a Babilonia. 7 Lle
Carquemis, a orillas del Eufrates. Josías vóse Nabucodonosor a Babilonia los uten
le salió al paso, * 2* y Necao le mandó silios de la casa de Yavé y los puso en su
emisarios que le dijeran: «¿Qué hay entre palacio de Babilonia.20
20 La muerte de Josías, después de su celo por el culto de Yavé, fue un golpe mortal para los
fieles de Judá. El relato del cronista, que concuerda en substancia con 2 Re 23,29 s.. insiste en el
llanto del pueblo por su querido rey,
O C 1 Joacaz, Inmediato sucesor de Josías, es historiado en 2 Re 23,30-35.
**** 2 Joaquim, hijo de Josías, como el precedente, fue entronizado por Necao. Cuando en 605
Nabucodonosor vino a Palestina, le sometió al imperio caldeo. Sin embargo, Joaquim debió de
excitar sospechas en Babilonia sobre su fidelidad, y tal vez por esto se vió obligado a acudir a la
Caldea para descargarse. A esta ida debe de aludir el cronista en 36,6 s.,y que concuerda con Daniel 1,
1 ss. El rey volvió a Jerusalén, donde al fin se declaró en abierta rebelión contra Babilonia, muriendo
cuando los ejércitos caldeos se dirigían contra él (597)*
4 69 ESDRAS T NEHEMÍAS
8 El resto de los hechos de Joaquim, medio. 17 Trajo contra ellos al rey de los
las abominaciones que cometió y lo malo caldeos, que pasó a cuchillo a sus mance
que en él se halló, escrito está en el librobos en la casa de su santuario, sin perdo
de los reyes de Israel y de Judá. Le suce nar a mancebo ni a doncella, a viejo ni
dió Joaquín, su hijo. encanecido. A todos los entregó en sus
9 Dieciocho años tenía Joaquín cuando manos.
comenzó a reinar, y reinó tres meses y 18 Nabucodonosor llevó a Babilonia to
diez días en Jerusalén. Hizo el mal a los dos los utensilios de la casa de Dios,
ojos de Yavé. * 10 A la vuelta del año man grandes y pequeños; los tesoros de la
dó el rey Nabucodonosor que le llevasen casa de Yavé y los del palacio del rey y
a Babilonia con los vasos preciosos de la los de sus jefes. * 19 Quemaron la casa de
casa de Yavé, y puso en su lugar por rey Dios, demolieron las murallas de Jerusa
a Sedecías, su hermano, sobre Judá y Je lén, dieron al fuego todos sus palacios
rusalén. y destruyeron todos los objetos precio
S e d e cía s sos. 20 A los que habían escapado a la
espada llevólos Nabucodonosor cautivos
11 Veintiún años tenía Sedecías cuandoa Babilonia; y allí le estuvieron sujetos
comenzó a reinar, y reinó once años en a él y a sus hijos hasta la dominación del
Jerusalén. * 12 Hizo el mal a los ojos de reino de Persia, 21 para que se cumpliese
Yavé, su Dios, y no se humilló ante Jere la palabra de Yavé pronunciada por boca
mías, profeta, que le habló de parte de de Jeremías, hasta que la tierra hubo re
Yavé. 13 Rebelóse asimismo contra Na posado sus sábados, descansando todo el
bucodonosor, al cual había por Dios ju tiempo que estuvo devastada hasta que
rado fidelidad y endurecido su cerviz, y se cumplieron los setenta años.
obstinóse su corazón y no se volvió a
Yavé, el Dios de Israel.14 También todos E d ic t o d e C ir o
los príncipes de los sacerdotes y el pueblo 22 El año primero de Ciro, rey de Per
aumentaron sus prevaricaciones, siguien sia, para que se cumpliese la palabra de
do las abominaciones de las gentes y con Yavé pronunciada por boca de Jeremías,
taminando la casa de Yavé, que él había Yavé suscitó el espíritu de Ciro, rey de
santificado en Jerusalén. Persia, que hizo publicar de viva voz y
15 Yavé, Dios de sus padres, les mandópor escrito, por todo su reino, este de
sus mensajeros constantemente para amo creto : *
nestarlos, pues quería perdonar a su pue 23 «Así habla Ciro, rey de Persia: Yavé,
blo y a su casa. 16 Pero ellos hicieron el Dios de los cielos, me ha dado todos
escarnio de los mensajeros de Dios y me los reinos de la tierra y me ha mandado
nospreciaron sus palabras, burlándose de edificarle una casa en Jerusalén, en Judá.
sus profetas, hasta que subió la ira de ¿Quién de entre vosotros es de su pueblo?
Dios contra su pueblo y ya no hubo re Que suba, y Yavé sea con éb>.
9 Joaquín o Jeconías, que le sucedió, fue llevado cautivo, y de ello tenemos noticia en 2 Re 24»
8-17, y por el profeta Jeremías (24,1 ss.), y por Ezequiel (1,1 as.; 2,15), que fue uno de los cautivos
que acompañaron al rey.
11 Sedecías, hermano de Joaquín e hijo de Josías, fue puesto en el trono por Nabucodonosor,
que le exigió juramento de fidelidad. Por eso la rebelión le fue imputada como un perjurio contra
Yavé (cf. Ez 17,13 ss.).
18 El fin de Judá se halla más extenso en 2 Re 25,1 ss. y Jer 52.
22 Estos dos últimos versículos se leen también al principio del libro siguiente, en Esdras 1,1-2.
Este primer año de Ciro es el primero de su reinado en Babilonia (538). El vaticinio de Jeremías
es el de los setenta años (cf. 25*11; 29.10).
E S D R A S Y N E H E M I A S
Estos dos libros son una continuación de los Paralipómenos, cuya terminación se
repite al principio del de Esdras. También formaron antes un solo libro, dividido luego
en dos, Esdras y Nehemías en el texto hebreo, I y II de Esdras en las versiones. Su
argumento es la restauración material, religiosa y moral de la nación, después de la
vuelta del cautiverio, en virtud del decreto de Ciro (538). Empieza por la restaura
ción del altar y la cimentación del templo, añadiendo una lista de los que volvieron
con Zoróbabel de Babilonia, en número de 42.360 personas (1,1-4,6). L a oposición
de los samaritanos, al ver rechazada su oferta de colaboración, impidió proseguir la
obra durante los reinados de Ciro y de Cambises. Los mismos obstáculos opusieron
ESPRA* I 470
después a la restauración de la ciudad y de sus muros en los reinados de Jerjes I (485-6$)
v Artajerjes I (465-42). Aprovechando las revueltas del principio del reinado de Da-
río I (522-4 8 5), a instancias de los profetas Ageo y Zacarías, se acaba el templo,
que es dedicado en 5 15 (4,24-6,22).
No puede caber duda sobre la inversión de estas dos secciones del primer libro.
Lo que resta de él (7 -10 ) cuenta la venida a Jerusalén del anciano Esdras, en compa
ñía de seis mil nuevos repatriados y con autorización de un Artajerjes, ignoramos
cuál, para gobernar al pueblo. Llegado a Jerusalén el año séptimo del rey, halla la
ciudad contaminada por los matrimonios con extranjeras, pero los ánimos tan bien
dispuestos, que, ante las lágrimas del anciano Esdras, todos se ofrecen a despedirlas.
Sigue luego, con otros documentos, la autobiografía de Nehemías, que llega solo,
con poderes de gobernador para restaurar la ciudad en ruinas, el año veinte de un
Artajerjes que tampoco sabemos cuál sea. Lleva a cabo su obra con gran energía.
Levanta y dedica los muros y pone en orden la vida religiosa y moral del pueblo con
ayuda de Esdras, que figura con el título de escriba ( 1 - 1 2 ) . Nehemías, acabados
sus primeros poderes, retorna al rey; pero vuelve al poco tiempo y encuentra las
cosas ya en desorden, teniendo que desplegar gran energía hasta con los sacerdotes,
uno de los cuales, que estaba casado con una hija del príncipe de los samaritanos,
huye a Samaría ( 1 3 ) . N o obstante el orden de la narración actual, parece muy
probable que la legación de Nehemías precedió a la de Esdras y que el libro de aquél
debiera insertarse antes de los capítulos 7 -10 de éste.
Estos libros están escritos en forma de compilación de diversos documentos. Ig
noramos el autor. No es improbable la sentencia de muchos que dicen haber sido su
autor el mismo que el de los Paralipómenos.
ESDRA S
(Viulg. 1 de E sd ra s)
sus domicilios, y los dioses de Sumer y Accad, que Nabonides, con grande enojo del señor de los
dioses, habla traído a Babilonia, por orden del dios Marduc, yo les hice ocupar en sus santuarios
la morada amada de su corazón».
ESDRAfl 2 -fl 472
nlm, hijos de Nefasim,51 hijos de Bochud, Restauración del altar y del culto
iiijos de Jacuta, hijos do Jnrjur. 12 hijos
de Baslut, hijos de Mejldii, hijos de Jar- O 1 Llegado el séptimo mes, los hijos
sa, 53 hijos de Barcos, hijos de Sisera, ü de Israel que estaban ya en sus ciu
hijos de Tamaj, 54 hijos do Nesiaj, hijos dades se reunieron como un solo hombre
de Jatifa. en Jerusalén. 2 Josué, hijo de Josadac,
55 Hijos de los siervos de Salomón: hicon sus hermanos, los sacerdotes, y Zo-
jos de Sotaí, hijos de Soferet, hijos de robabel, hijo de Saaltiel, con sus herma
Perada,56 hijos de Jaala, hijos de Darcón, nos, se levantaron para edificar el altar
hijos de Gudel, 57 hijos de Sefatías, hijos del Dios de Israel y ofrecer sobre él el
de Jatfl, hijos de Poqueret Asebaim, hi holocausto, como está prescrito en la Ley
jos de Amí. de Moisés, hombre de Dios. 3 Asenta
58 Todos los netineos e hijos de los ron el altar sobre sus cimientos, aunque
siervos de Salomón, trescientos noventa había que temer de los pueblos vecinos,
y dos. y ofrecieron en él holocaustos a Yavé,
59 Estos son los que subieron de Tel el holocausto de la mañana y el de la
Mela, Tel Harsa, Querub, Addán e Im- tarde. 4 Celebraron la fiesta de los Taber
mer, sin poder dar razón de su casa náculos, como está escrito; ofrecieron día
paterna y de su estiipe para probar que por día holocaustos, según el número
eran de Israel. 60 Hijos de Delaya, hijos prescrito para cada día. 5 Después siguie
de Tobías, hijos de Necoda, seiscientos ron ofreciendo el holocausto perpetuo,
cincuenta y dos. los holocaustos de los novilunios y los
61 Y de los hijos de los sacerdotes, hi de todas las solemnidades consagradas a
jos de Abaya, hijos de Cos, hijos de Bar- Yavé y los de todos aquellos que hacían
zilai, que tomó por mujer a una de las ofrendas voluntarias a Yavé. 6 Comenza
hijas de Barzilai, galadita, y fue llamado ron a ofrecer holocaustos desde el día
con el nombre de ellos; 62 éstos busca primero del mes séptimo. Todavía, sin
ron sus registros genealógicos, pero no embargo, no se habían puesto los cimien
los hallaron, y fueron excluidos del sacer tos de la casa de Yavé.
docio, 63 y el gobernador les prohibió Com ienza la obra del templo
comer las cosas santas mientras un sacer
dote no consultase los urim y tummim. 7 Dieron dinero a los canteros y a los
64 La congregación toda entera era de carpinteros, y comida, bebida y aceite a
cuarenta y dos mil trescientas sesenta los sidonios y a los tirios, para que tra
personas, 65 sin contar los siervos y sier- jesen maderas de cedro del Líbano, según
vas, en número de siete mil trescientos había dispuesto en cuanto a esto Ciro, rey
treinta y siete. Entre ellos había trescien de Persia. *
tos cantores y cantoras. 66 Tenían sete 8 El afio segundo después de la llega
cientos treinta y seis caballos, doscientos da a la casa de Yavé, a Jerusalén, el se
cuarenta y cinco mulos, 67 cuatrocientos gundo mes, Zorobabel, hijo de Saaltiel;
treinta y cinco camellos y seis mil sete Josué, hijo de Josadac, con el resto de
cientos veinte asnos.* sus hermanos los sacerdotes y los levi
68 Muchos de los jefes de familias, al tas, y todos los otros que habían venido
llegar a la casa de Yavé, en Jerusalén, de la cautividad, se pusieron a la obra
hicieron ofrendas voluntarías para la casa y encargaron a los levitas de veinte años
de Yavé, para reedificarla en el lugar en arriba la vigilancia de los trabajos de la
que había estado. * 69 Dieron para el te casa de Yavé. 9 Josué, con sus hijos y
soro de la obra, según sus medios, se sus hermanos; Cadmiel,con sus hijos, los
senta y un mil dáricos de oro, y cinco hijos de Hodabías; los hijos de Jenadad,
mil minas de plata, y cien túnicas sacerdo con sus hijos y sus hermanos, los levitas,
tales. 70 Los sacerdotes y levitas y parte se dispusieron todos a una a vigilar a los
del pueblo se instalaron en Jerusalén; los que trabajaban en la casa de Dios.
cantores, los porteros y los netineos se es Cuando los obreros pusieron los ci
tablecieron en sus ciudades. El resto de mientos de la casa de Yavé, asistieron
Israel habitó en sus ciudades. los sacerdotes revestidos, con trompetas,
67 Por la cifra de las bestias de carga, caballos, mulos, camellos y asnos, podemos formamos
idea de la condición de las personas que formaban aquella caravana de todo un pueblo que camina
hacia su patria, sostenido por la fe en los destinos mesiánicos, que su Dios le había prefijado.
68 La principal preocupación de todos es el santuario, y los personajes más importantes son
los sacerdotes, los levitas y los cantores. Este documento, con algunas variantes, lo tenemos en
Neh 7.
O 7 Restaurados el altar y los sacrificios, se dedican los judíos a la reedificación del templo, que
** tienen que interrumpir por la enemiga de los samaritanos. Lo terminan empujados por el pro
feta Ageo; pero bien se ve por éste lo lejos que el nuevo templo estaba de la magnificencia del de
Salomón.
473 ESDRAS 34
los levitas, los hijos de Asaf, con cím- rio, escribieron a Artajerjes, rey de Per
alos para alabar a Dios, según la or sia, acerca de Jerusalén esta carta:
denación de David, rey de Israel, H y b91 0Rehum, gobernador; Simsaí, secreta
cantaban alabando y confesando a Yavé: rio, y el resto de sus colegas, los jueces
«Porque es bueno, porque es eterna su y oficiales persas y los hombres de Erec,
misericordia para Israel». de Babilonia, de Susa, de Deha, de Elam
Todo el pueblo lanzaba gritos jubilo 10 y de otros pueblos que el grande y
sos, alabando a Yavé, porque se ponían glorioso Asnapar trasladó y estableció en
los cimientos de la casa de Yavé. 12 Mu la ciudad de Samaría y otros lugares del
chos de los sacerdotes y levitas y de los lado de acá del río, etc.*
jefes de familias, ya ancianos, que ha 11 He aquí la copia de la carta que
bían conocido la casa primera, lloraban mandaron al rey Artajerjes:
en voz alta al ver poner los cimientos «Tus siervos, las gentes del lado de
de esta obra, mientras que los demás acá del rio, etc.
gritaban jubilosos, 13 no pudiendo distin 12 »Sepa el rey que los judíos que de
guirse en el pueblo entre el clamor de ahí salieron y han llegado entre nosotros
los gritos de alegría y el de los llantos, a Jerusalén están reedificando la ciudad
porque clamaba el pueblo con júbilo y rebelde y mala, alzan sus murallas y res
el ruido se oía hasta lejos. tauraron los cimientos.13 Que sepa, pues,
el rey que, si esta ciudad es reedifica
Interrupción de la obra del templo da y reconstruidas sus murallas, no pa
1 Cuando los enemigos de Judá y cho garán tributo, ni impuestos, ni dere
4 de peaje, y que de ellos se ha de
Benjamín supieron que los vueltos resentir el real tesoro.14 Ahora, pues, co
de la cautividad estaban reedificando el mo nosotros comemos la sal del palacio
templo de Yavé, Dios de Israel, 2 lle y no creemos conveniente que el rey sea
gáronse a Zorobabel y a los jefes de fa menospreciado, mandamos al rey esta
milias y les dijeron: «Queremos coope información; 15 que se investiguen los li
rar con vosotros en la reconstrucción, bros de las historias de tus padres, y en
porque también nosotros buscamos a ellos verás que esta ciudad es una ciudad
vuestro Dios y a El sacrificamos desde rebelde, funesta para los reyes y sus pro
los días de Asaradón, rey de Asiría, que vincias, y que ya de antiguo se movie
aquí nos trajo». 3 Dijéronles Zorobabel, ron en ella revueltas, habiendo sido por
Josué y los demás jefes de familia de esto destruida. 16 Hacemos saber al rey
Israel: «No conviene que juntos edifique que, si esta ciudad se reedifica y se le
mos la casa de nuestro Dios; hemos de vantan sus murallas, perderás con esto
ser nosotros solos quienes la edifiquemos mismo tus posesiones del lado de acá
a Yavé, Dios de Israel, pues así lo ha del río».
mandado el rey Ciro, rey de Persia». 17 Respuesta que mandó el rey: A Re
4 Entonces las gentes de aquella tierra
hum, gobernador; a Simsaí, secretario, y
intimidaron al pueblo de Judá, querien al resto de sus colegas que habitaban en
do impedir la construcción; 45*y ganán Samaría y otros lugares del lado acá del
dose con dinero algunos consejeros de río:
la corte, procuraron hacer fracasar su «Salud.
propósito durante todo el reinado de Ciro, 18 »La carta que nos habéis enviado
rey de Persia, hasta el reinado de Darío, ha sido exactamente leída en mi presen
rey de Persia. cia. 19 D i orden de que se hicieran in
vestigaciones, y ha sido hallado que ya
Interrupción de las obras de la ciudad de antiguo esa ciudad se rebeló contra
* En el reinado de Asuero, al comien los reyes y que se dio a la sedición y a
zo de él, escribieron una acusación con la revuelta. 20 Hubo en Jerusalén reyes
tra los moradores de Judá y de Jerusa poderosos, dueños de toda la tierra del
lén; * 7*y en tiempos de Artajerjes, Bir lado de allá del rio, a los que se pagaba
la, Mitrídates, Tabeel y el resto de sus tributo, impuesto y derecho de peaje.
colegas escribieron a Artajerjes, rey de Por consiguiente, mando que cesen los
Persia. La carta fue traducida al arameo trabajos de esas gentes, para que esa ciu
transcrita con caracteres árameos. 8 Re- dad no sea reconstruida sin una autori
um, el gobernador, y Simsaí, secreta zación mía. 22 N o dejéis de poner en esto
<5 Los w.6-23 no se refieren al templo, sino a la ciudad, a cuya restauración se opusieron los
4 mismos de antes y con más empeño. Esta oposición duró, como dice el texto, los reinados de Jer-
jes I (486-465) y de Artajerjes I (465-424), y debió de ser el año 20 de este Artajerjes, que sería el 465»
cuando Nehemías logró el permiso de ir a Jerusalén. Los acusadores ponderan, de una parte, la
potencia antigua de Jerusalén, y de otra la fidelidad de ellos al rey, la cual los obliga a mirar por
los intereses del imperio.
10 Según el v.2, debe leerse Asaradón en vez de Asnapar.
ESDRAS 4 - 6 474
gran diligencia, no sea que el mal au telos a conocer, y hemos puesto por es
mente, con perjuicio de los reyes». crito los nombres de los que están al
23 En cuanto la copia de esta carta del frente suyo. 11 He aquí la respuesta que
rey Artajerjes fue leída ante Rehum, go nos dieron: «Nosotros somos servidores
bernador; Simsaí, secretario, y sus cole del Dios de los cielos y la tierra y esta
gas, fueron éstos apresuradamente a Je- mos reconstruyendo la casa que fue cons
rusalén a los judíos e hicieron cesar los truida muchos años ha. Un gran rey de
trabajos por la fuerza. Israel la edificó y la terminó. 12 Pero lue
go que nuestros padres irritaron al Dios
Se reanuda la reconstrucción del de los cielos, él los entregó en manos de
tem p lo Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cal
24 Entonces se pararon las obras de la deo, que destruyó esta casa y llevó cau
casa de Yavé en Jerusalén, quedándo tivo al pueblo a Babilonia. 13 Pero el año
interrumpidas hasta el año segundo del primero del reinado de Ciro, rey de Ba
reinado de Darío, rey de Persia. * bilonia, el rey Ciro dio la orden de reedi
ficar esta casa de Dios, I4 y el mismo rey
1 Ageo, profeta, y Zacarías, hijo de Ciro sacó del templo de Babilonia los
5 ido, profeta, hablaron en nombre de utensilios de oro y plata que Nabucodo
Dios a los judíos que había en Judó y nosor había tomado del templo de Je
en Jerusalén;* 2 y entonces Zorobabel, rusalén, llevándolos al templo de Babi
hijo de Saaltiel, y Josué, hijo de Josa- lonia, e hizo que fueran entregados al
dac, se levantaron y comenzaron a edi llamado Sesbasar, que nombró goberna
ficar la casa de Dios en Jerusalén. Con dor, 15 diciéndole: Toma estos utensilios
ellos estaban los profetas de Dios, que y ve a llevarlos al templo de Jerusalén
los asistían. 3 Vinieron enionces a ellos y que la casa de Dios sea reconstruida en
Tatnaí, gobernador del lado de acá del su mismo lugar. 16 Este mismo Sesbasar
río; Setar-Boznaí y sus colegas, y les di vino y puso los cimientos de la casa de
jeron: «¿Quién os ha dado autorización Dios en Jerusalén; desde entonces está
para levantar esta casa y levantar estos reconstruyéndose y no se ha terminado.
muros?»; y preguntaron: «¿Cuáles son 17 »Ahora, pues, si al rey le parece
los nombres de los que construyen este conveniente, que se hagan investigaciones
edificio?» * 4 Entonces les respondieron, en la casa del tesorero del rey de Babilo
dándoles los nombres de los que hacían nia para ver si hubo una orden del rey
la reconstrucción. 5 Pero los ojos de Dios Ciro para la reconstrucción de esta casa
estaban sobre los ancianos de los judíos, de Dios en Jerusalén, y que el rey nos
y se permitió que continuasen las obras transmita luego su voluntad en este
mientras se consultaba al rey Darío, hasta asunto».
que se recibiese de él carta acerca de Edicto de D arío
esto.
6 He aquí copia de la carta que al rey 1 Entonces el rey Darío dio orden
Darío mandaron Tatnaí, gobernador del 6
de hacer investigaciones en la casa
lado de acá del río; Setar-Boznaí y sus de los archivos, donde se depositaban los
colegas los persas, que habitaban del lado tesoros; 2 y se halló en Ecbatana, capital
de acá del río. 7 Le enviaron una relación de la provincia de Media, un rollo en
en estos términos: que estaba escrito lo que sigue:
«Al rey Darío, salud. 3 «El año primero del rey Ciro ha dado
8 »Comumcamos al rey que hemos ido el rey Ciro esta orden respecto de la
a la provincia de Judá, a la casa del casa de Dios en Jerusalén: Que la casa
Dios grande. Está construyéndose en pie sea reconstruida para ser un lugar en
dras talladas, y se colocan las maderas que se ofrezcan sacrificios, y que tenga
en los muros, y el trabajo se hace rápi sólidos fundamentos. Tendrá sesenta co
damente y adelanta en sus manos. 9 He dos de alto, sesenta de ancho * 4 y tres
mos preguntado a los ancianos y les he hiladas de piedra tallada y una de ma
mos hablado así: «¿Quién os ha dado dera nueva, siendo abonado el importe
autorización para edificar esta casa y le x>r la casa del rey. 5 Además, los utensi-
vantar estos muros?» 10 Les hemos pre ios de oro y plata que Nabucodonosor
guntado también los nombres para dár sacó del templo de Jerusalén, trayéndolos
24 En este lugar se vuelve a reanudar el hilo de la historia interrumpida en el v.6.
1 Los textos de los profetas confirman la verdad del historiador sagrado.
5 3 Se advierte bien que los gobernadores de la provincia del lado acá del Eufrates velaban mu
cho sobre la conducta de los pueblos. Pero en este caso, sin duda, fueron estimulados por los sarna-
rítanos. A pesar de esto, la conducta de los gobernadores fue prudente y benévola.
6 3 Esta carta nos instruye acerca del modo de conservar los registros del gobierno persa.
475 E5DRAS 6-7
9 No sólo se confirma la orden de Ciro, sino que el rey toma a su cargo tos gastos del culto.
No por esto ha de creerse que Darío se hiciera judío; pero, siendo politeísta, creía en los dioses de
todos los pueblos y juzgaba de buena política tenerlos contentos a ellos y a sus dioses. Lo mismo
hacían los reyes de Siria (cf. i Mac 10,39 ss.; 2 Mac 3,3; 9.16), y es el sentido del decreto de Ciro,
según la crónica babilónica, cuyo texto hemos copiado en la nota al c.i v.4.
14 El nombre de Artajerjes es, sin duda, añadido por algún copista, pues él nada tuvo que ver
con el templo, que fue tenninado al finalizar el año sexto de Darío (515).
19 Después de la dedicación, la Pascua, como en 2 Par 30 y 35.
y 1 Uno de los puntos más discutidos de la cronología de este libro es el de precisar cuál de loe
* tres Artajerjes fue el que dió este decreto tan generoso a favor de Esdras. El año séptimo de
Artajerjes I sería el 479; el de Artajerjes II, el 397, y el de Artajerjes III, el 352. En todo caso, entre
la dedicación del templo y la llegada de Esdras hay un lapso de muchos años.
ESDRAS 711 476
Babilonia y era un escríba muy versado coros de trigo, cien batos de vino, cien
en la Ley de Moisés, dada por Yavé, Dios batos de aceite y sal a discreción. 23 Que
de Israel; y como estaba sobre él la mano todo cuanto está mandado por el Dios
de Yavé, su Dios, el rey le otorgó todo de los cielos se haga puntualmente para
cuanto le pidió. 7 Muchos de los hijos de la casa del Dios de los cielos, para que
Israel, de los sacerdotes y levitas, de los no venga su cólera sobre nuestro reino,
cantores, de los porteros y de los netineos sobre el rey y sobre sus hijos. 24 Os hace
vinieron también a Jerusalón el año sép mos saber que no podrá ser impuesto
timo del rey Artajerjes. HLlegó Esdras a tributo, ni gabela, ni derecho de peaje a
Jerusalén el mes quinto del año séptimo ninguno de los sacerdotes, levitas, can
del rey. 89 Habiendo salido de Babilonia tores, porteros y netineos ni a ningún
el día primero del primer mes, llegó a servidor de esa casa de Dios.
Jerusalén el día primero del quinto mes, 25 »Y tú, Esdras, según la sabiduría que
estando sobre él la buena mano de su de Dios tienes, establece jueces y magis-
Dios, 10*porque Esdras había dispuesto
su corazón para poner por obra la Ley
de Yavé y enseñar en medio de Israel
sus mandamientos y preceptos.
11 He aquí la copia de la carta entregada
por el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y
escríba, versado en los mandamientos y
las leyes de Yavé a Israel:
12 «Artajerjes, rey de reyes, a Esdras,
sacerdote y escriba, versado en la Ley
del Dios de los cielos, salud: Bat o efeh hebreo
13 »He dado la orden de dejar a todos
los del pueblo de Israel, de sus sacerdotes trados que administren justicia a todo el
y levitas, que hay en mi reino, que estén pueblo del otro lado del río, a todos los
dispuestos a partir contigo a Jerusalén. que conocen la Ley de tu Dios, y enséña
14 Tú eres enviado del rey y de sus siete sela a los que no la conocen.
consejeros para inspeccionar a Judá y 26 »Cualquiera que no guarde puntual
Jerusalén respecto de la Ley de tu Dios, mente la Ley de tu Dios y la ley del rey
que está entre tus m anos,15 y para llevar será condenado a muerte, a destierro, a
allá el oro y la plata que el rey y sus multa o a prisión».
consejeros han ofrecido generosamente al 27 Bendito Yavé, Dios de nuestros pa
Dios de los cielos, cuya casa está en Je dres, que ha dispuesto el corazón del rey
rusalén; 16 toda la plata y el oro que a glorificar así la casa de Yavé en Jeru
puedas reunir en Babilonia, con las ofren salén, 28 y que me hizo objeto de la bene
das voluntarias hechas por el pueblo y volencia del rey, de sus consejeros y de
los sacerdotes a la casa de Dios en Jeru todos sus poderosos jefes. Fortalecido por
salén. 17 Cuidarás de adquirir con ese la mano de mi Dios, que estaba sobre mí,
dinero novillos, carneros, corderos y cuan reuní a los jefes de Israel para que par
to es necesario para las ofrendas y las tieran conmigo.
libaciones, que ofrecerás sobre el altar
de la casa de vuestro Dios en Jerusalén, Los com p añ eros de Esdras
18 y con el resto de la plata y el oro harás 1 He aquí los jefes de familias y las
lo que mejor te parezca a ti y a tus her 8 genealogías de los que subieron con
manos, conforme a la voluntad de vuestro migo de Babilonia en el reinado de Ar
Dios. 19 Deposita ante Dios en Jerusalén tajerjes :*
los utensilios que se te entregan para el 2 D e los hijos de Fines, Gersón; de los
servicio de la casa de tu Dios 20 y saca hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de
de los tesoros del rey lo que sea necesario David, Jatús; 3 de los hijos de Secanías
para las otras expensas que has de hacer y de los hijos de Paros, Zacarías, y con
para la casa de tu Dios. él ciento cincuenta varones registrados;
21 »Yo, el rey Artajerjes, doy orden a 4 de los hijos de Pajat Moab, Elyoenai, hi
todos los tesoreros de la parte de allá jo de Zazajías, y con él doscientos varo
del río de entregar íntegramente a Esdras, nes; 5 de los hijos de Zatú, Secanías, hijo
sacerdote y escriba, versado en la Ley del de Jacaziel, y con él trescientos varones;
Dios de los cielos, todo lo que él os pi 6 de los hijos de Joab, Abdías, hijo de Jo-
diere, 22 hasta cien talentos de plata, cien natán, y con él cincuenta varones; 7 de
1 Aquí comienzan las memorias de Esdras, copiadas a la letra, de las cuales es probable
8 que estén tomadas las noticias del capítulo precedente. Ante todo nos da la lista de los que
volvieron con él, cuyos orígenes indica como cosa muy importante para la vida de las familias en la
comunidad de Judá.
477 ESDHAS 8
los hijos de Joab, Abdías, hijo de Atalía, en sus manos seiscientos cincuenta talen
y con él setenta varones; 8 de los hijos tos de plata, utensilios de plata por cien
de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y talentos, cien talentos de o ro ,27 veinte co
con él ochenta varones; 9 de los hijos de pas de oro por valor de mil dáricos y dos
Joab, Abdías, hijo de Jejiel, y con él dos vasos de un hermoso bronce bruñido tan
cientos dieciocho varones; 10*de los hijos precioso como el oro. 28 Luego les dije:
de Baní, Selomit, hijo de Josifía, y con «Vosotros estáis consagrados a Y a v é ; es
él ciento sesenta varones; * 11 de los hijos tos utensilios son cosas santas, y esta pla
de Bebaí, Zacarías, hijo de Bebaí, y con ta y este oro son ofrenda voluntaria hecha
él veintiocho varones; 12 de los hijos de a Y avé, el D ios de vuestros padres. 29 Ve
Azgad, Jojanán, hijo de Acatán, y con lad y guardadlos hasta que los peséis ante
él ciento diez varones; 13 de los hijos de los jefes de los sacerdotes y levitas y ante
Adonicam, los últimos; y he aquí los nom los jefes de las familias de Israel en Jeru-
bres : Elifelet, Jeuel y Semeyas, y con ellos salén, en las cámaras de la casa de Yavé».
sesenta varones;14*de los hijos de Bigvaí,
Utai y Zabud, y con ellos sesenta varones.
15 Los reuní cerca del río que corre ha
cia Ahavá, y acampamos allí tres días; y
habiendo buscado entre el pueblo y los
sacerdotes, no hallé ninguno de la casa
de Leví. 16 Entonces llamé a los jefes de
Eliezer, Ariel, Semeyas, Elnatán, Jabid,
Zacarías y Mesulam, 17 y los mandé al
jefe Ido, que habitaba en Casifía, ponien
do en su boca lo que habían de decir a
Ido y a sus hermanos los netineos que
había en Casifía, para que nos mandasen 30 L o s sacerdotes y levitas recibieron a pe
servidores para la casa de nuestro Dios.
1!* Como estaba con nosotros la buena ma so la plata, el oro y los utensilios para lle
no de nuestro Dios, nos trajeron a Sere- varlos a Jerusalén, a la casa de nuestro
bía, hombre de sentido, de entre los hijos Dios. 31 Partimos del río de Ah avá, para diri
de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, y con
gimos a Jerusalén, el día doce del mes
él sus hijos y sus hermanos, en número primero. L a mano de Dios fue con nos
de dieciocho; 19 Jasabía, y con él Isaías, otros y nos preservó de ataques de ene
de entre los hijos de Merarí, sus herma migos y de toda emboscada durante el
nos y sus hijos, en número de veinte; 20 y camino. 32 Llegamos a Jerusalén y des
de entre los netineos, que David y los cansamos tres días; 33 el cuarto día pesa
jefes habían puesto al servicio de los levi mos en la casa de nuestro D ios la plata,
tas, doscientos veinte netineos, todos de el oro y los utensilios, y lo entregamos
signados por sus nombres. todo a Merimot, hijo de Urías, sacerdote,
21 Allí, cerca del río de Ahavá, publiqué que tenía consigo a Eleazar, hijo de Fines,
un ayuno de penitencia ante nuestro Dios y con eUos los levitas Josabad, hijo de Jo
para implorar de él un feliz viaje para nos
otros, para nuestros hijos y para toda sué, y Noadías, hijo de Biní. 34 Después
de recontarlo y repesarlo todo, se puso
nuestra hacienda.* 22Me hubiera aver por escrito el peso total.
gonzado de pedir al rey una escolta y ca 35 L o s hijos de la cautividad vueltos del
ballería para protegemos del enemigo du destierro ofrecieron en holocausto al Dios
rante el camino, pues habíamos dicho al de Israel doce novillos por todo Israel, no
rey: «La mano de nuestro Dios está para venta y seis cameros, setenta y siete cor
bien de ellos sobre cuantos le buscan». deros y doce machos cabríos, como vícti
23 Por eso ajumamos e invocamos a nues mas expiatorias, todo en holocausto a Y a
tro Dios, y El nos escuchó. vé. 36 Transmitieron las órdenes del rey
24 Elegí doce jefes de los sacerdotes:
Serebía, Josabía y diez de sus hermanos. a los sátrapas del rey y a los gobernadores
25 Pesé delante de ellos la plata, el oro y del lado acá del río, y éstos honraron al
los utensilios, donados en ofrenda para pueblo y a la casa de Dios.
la casa de nuestro Dios por el rey, sus
consejeros y sus jefes y por todos los de
Israel que habían sido hallados, 26 y puse
10 Busca miembros de la tribu de Leví para que se hagan cargo de las cosas que llevaba desti
nadas al templo; y como no los había, envía en su busca. Y, en efecto, logra mover la voluntad de
algunos y resolverlos a repatriarse.
21 Este río Ahavá es desconocido; se supone que sea uno de los muchos canales mediante los
cuales se repartía el agua del Eufrates para regar la tierra. El camino que la caravana debía seguir
a lo largo del Eufrates bordeaba el desierto y era de temer alguna acometida de los árabes (v.31).
E5DRAS 9*10 478
de todo Israel que harían lo que se aca | todos designados por sus nombres, y és
baba de decir, y ellos lo juraron. 6 Des tos se sentaron para resolver el asunto el
pués se retiró Esdras de la casa de Dios día primero del mes décim o.17 El día pri
y fue a la cámara de Jojanán, hijo de Elia- mero del mes primero acabaron de juzgar
sib, pero no comió allí pan ni bebió agua, a todos los que habían tomado mujeres
porque estaba en gran desolación por el extrañas.
pecado de los hijos de la cautividad *, 7 Se 18 De entre los sacerdotes fueron ha
publicó por Judá y Jerusalén a todos los llados que habían tomado mujeres extra
hijos de la cautividad que se reuniesen ñas: De los hijos de Josué, hijo de Josa-
en Jerusalén, 8*y que si alguno no se pre dac, y sus hermanos: Maasías, Eliezer,
sentaba dentro de los tres días, conforme Jarib y Godolías, * 19 que se comprome
al acuerdo de los príncipes y de los an tieron, dando su mano, a echar a sus mu
cianos, le fuesen confiscados todos sus jeres y a ofrecer un camero por su peca
bienes, y él excluido de la congregación do ; 20 de los hijos de Immer, Jananí y
de los hijos de la cautividad. Zebadías; 21 de los hijos de Jarim, Maa
9 Todos los hombres de Judá y Benja sías, Ellas, Semeyas, Jojiel y Ozías; 22 de
mín se reunieron en Jerusalén dentro de los hijos de Pasur, Élyoenai, Maasías, Is
los tres días. Era el día veinte del noveno mael, Natanael, Jozabad y Elasa.
mes, y todo el pueblo estaba en la plaza 23 De entre los levitas, Jozabad, Simeí,
de la casa de Dios temblando con mo Quelaya, que es quelita; Petajya, Judá y
tivo de aquel negocio y a causa de la llu Eliezer. 24 De entre los cantores, Eliasib.
via. 10*Levantóse Esdras, sacerdote, y di De entre los porteros, Salum, Telem y
jo: «Habéis prevaricado tomando muje Urí.
res extrañas, añadiendo prevaricaciones a 25 De entre los hijos de Tsrael: De los
la iniquidad de Tsrael. 11 Dad ahora glo hijos de Paros, Ramia, Jiziya, Malquiya,
ria a Yavé, el Dios de vuestros padres, Miyamim, Eleazar, Malquiya y Benaya;
y cumplid su voluntad. Apartaos de los 26 de los hijos de Elam, Matanías, Zaca
pueblos de esta tierra y de las mujeres rías, Jejiel, Abdi, Jeremot y Elias; 27 de
extrañas». 12*Toda la asamblea respon los hijos de Zatu, Elyoenai, Eliasib, Ma
dió a una y en alta voz: «Hágase así, con tanías, Jeremot, Zabad y Aziza; 28 de los
forme a tu palabra». hijos de Bebaí, Jojana, Ananías, Jabdu y
13 «Pero como el pueblo es muy nume Atlaí; 29 de los hijos de Baní, Mesulam,
roso y está el tiempo de lluvias, no sien Maluc, Adaya, Jasub, Seal y Jerimot;
do posible permanecer al descubierto y 30 de los hijos de Pajat Moab, Adna, Que-
como, además, no es cosa de un día o dos, lal, Banayas, Masías, Matanías, Besaleel,
por ser muchos los que de nosotros han Biní y Manasés; 31 de los hijos de Jarim,
pecado en esto, 14 que sean nuestros jefes Eliezer, Jisjiya, Malquiya, Semeyas, Si
los que en lugar de la asamblea toda se meón, 32 Benjamín, Maluc y Semaría;
queden; y a todos los que de nuestras 33 de los hijos de Jasum, Matnaí, Mata-
ciudades han tomado mujeres extrañas les ta, Zabad, Elifelet, Jeremaí, Manasés y
hagan venir en tiempos determinados con Simeí; 34 de los hijos de Baní, Madaí, Am-
los ancianos y los jueces de cada ciudad, ram, Uel, 35 Benayas, Bedia, Queluyas,
hasta que la encendida cólera de nuestro 36 Vania, Meremot, Eliasib, 37 Matanías,
Dios se aparte de nosotros en cuanto a Matnaí, Jasaí, 38 Baní, Biní, Semeí, 39 Se-
esto». lemías, Natán, Adayas,40 Macnadbaí, Sa-
*5 Jonatán, hijo de Azael, y Jajzía, hijo sai, Saraí, 41 Azareel, Selamías, Semanas,
de Tecua, apoyados por Mesulam y por 42 Salum, Amarías y José; 43 hijos de Ne-
Sabtai, levitas, fueron los únicos que se bo, Jejel, Matatías, Zabat, Zebina, Jadar
opusieron a este parecer,16 al que se ha Joel y Banayas.
bían adherido todos los hijos de la cauti 44 Todos éstos habían tomado mujeres
vidad. Se eligió a Esdras, sacerdote, y a extranjeras y muchos tenían ya hijos de
algunos de los jefes de las casas paternas, ellas.
6 Joianán, nieto de Eliasib, era el sumo sacerdote (Neh 12,22). Al llegar Nehemlas a Jerusalén
lo era Eliasib, el abuelo de Jojanán (Neh 3,1). Este mismo Jojanán era sumo sacerdote el año 14
de Darío II, cuando la colonia judia de Elefantina escribía a Bagohi, gobernador de Judea, pidiendo
favor para levantar el templo de Yavé, destruido por los egipcios. El año 14 de Darío corresponde
al 410, de donde cacamos en conclusión que el Artajerjes de Esdras es el segundo de este nombre,
que reinó de 404 a 359.
18 La lista de los culpables nos ofrece ante todo los miembros de la familia del sumo sacerdote,
Igual que en Neh 13,28 ss. El mal ejemplo venia de lo alto.
N E H E M I A S
(Vudg, 2 de Efedros)
n
SUMARIO Nehemías en la corte persa ( i ) . Viene a Jerusalén nombrado
1 gobernador ( 2 ) . Comienza la obra de los muros ( 3 ) . Contra
dicción de los enemigos (4 ). Quejas del pueblo contra los ricos ( 5 ) . Asechanzas de
los enemigos ( 5 ,1- 7 ,5 ) . Lista de los primeros repatriados (7 ,6 -7 3 ). Lección de
la Ley al pueblo (8 ). Penitencia del pueblo (9 ). Renovación de la alianza ( 10 ) .
Repoblación de las ciudades ( 1 1 ) . Sacerdotes y levitas repatriados ( 12 ,1- 2 6 ) . De
dicación de los muros (12 ,2 7 -4 2 ). Disposiciones para la conservación del culto ( 12 ,
4 3-13,3)* Nehemías vuelve por segunda vez y corrige los abusos del pueblo ( 13 ,4 - 3 1) .
Plegaría de Nehemías por los hijos volveré al lugar que he elegido para ha
de Israel cer residir en él mi nombre. 10 Son tus
siervos, son tu pueblo, que redimiste tú
1 1
ólas:
Palabras de Nehemías, hijo de Helcon tu gran poder y tu fuerte mano.
11 }Oh Señor! Que esté atento tu oído a
En el mes de Casleu del año veinte, es la plegaria de tu siervo y a la de los sier
tando yo en Susa, en la capital, 12 llega vos tuyos que desean temer tu nombre.
ron de Judá Jananí y uno de mis herma Concede ahora próspero suceso a tu sier
nos con algunos otros. Yo les pregunté vo y haz que halle yo gracia a los ojos de
wr los judíos que habían sido libertados, este hombre»; pues servía yo entonces de
Í
os restos de la cautividad y por Jerusa copero al rey.
lén. 3 Ellos me respondieron: «Los restos
de la cautividad están en la provincia en Artajeijes da permiso a Nehemías
gran miseria y afrenta. Las murallas de para ir a reedificar a Jerusalén
Jerusalén están todavía en ruinas, y sus
2
puertas quemadas por el fuego». 4 Cuan 1 En el mes de Nisán del año veinte
do oí esto sentóme v lloré, y estuve por del rey Artajerjes, estando ya el vino
muchos días desolado. Ayuné y oré ante delante de él, tomé el vino y se lo ofrecí
el Dios de los cielos, 5 diciendo : «Ruégo- al rey. Jamás había yo aparecido triste
te, Yavé, Dios de los cielos, Dios grande en su presencia, * 2 pero aquel día me di
y terrible, pue guardas tu alianza y haces jo: «¿Por qué estás con tal mala cara?
misericordia con los que te aman y guar Enfermo no estás; no puede ser, pues,
dan tus mandatos: * 6*Que esté atento tu sino alguna pena de tu corazón». Yo en
oído y abiertos tus ojos para escuchar la tonces me aterroricé sobremanera, 3 y res
oración que tu siervo te dirige ahora día pondí al rey: «Viva el rey eternamente:
y noche por tus siervos, los hijos de Is ¿Cómo no va a estar triste mi rostro cuan
rael, confesando los pecados de Israel, do la ciudad donde están los sepulcros de
nuestros pecados contra ti, porque yo y mis padres está en ruinas y quemadas por
la casa de mi padre hemos pecado, 7 te el fuego sus puertas?»
hemos ofendido y no hemos guardado los 4 Y me dijo el rey: «¿Qué es lo que quie
mandamientos, las leyes y los preceptos res?» Yo, rogando al rey de los cielos,
que tú prescribiste a Moisés, tu siervo. 5 respondí al rey: «Si al rey le pareciera
8 Acuérdate de estas palabras que tú man bien y hallara gracia tu siervo ante ti, que
daste decir a Moisés, tu siervo: Si peca me mandaras a Judá, a la ciudad de los
reis, yo os dispersaré entre los pueblos; sepulcros de mis padres, para reedificar
9 pero si os volvéis a mí y guardáis mis la». * 6 El rey, a cuyo lado estaba senta
mandamientos y los ponéis por obra, aun da la reina, me dijo: «¿Cuánto durará tu
que hubiereis sido desterrados a los con viaje? ¿Cuándo estarás de vuelta?» Plugo
fínes de la tierra, de allí os reuniré yo y os al rey dejarme partir, y yo le señalé tiem-
1 5 Esta oración de Nehemías expresa bien su fe en los destinos de su nación.
O 1 Los tres reyes con el nombre de Artajerjes que reinaron en Persia pasaron de los veinte años;
puede ser, pues, cualquiera de los tres. Pero si atendemos Esd 4,6 s., en que se habla de Jerjes
y Artajeijes, y a lo dicho de Esdras en 10,6, parece claro que en nuestro caso se habla del primero
de este nombre, que reinó 465-424. El suceso de Nehemías habría ocurrido en 445, casi un siglo
después del retomo de los primeros repatriados (538).
5 Nehemías no pide por la ciudad de sus padres, cosa que pudiera excitar temores en el sobe
rano, sino por la ciudad de los sepulcros de sus padres. Los sepulcros son siempre sagrados, pero
los muertos que en ellos descansan no son de temer para ningún gobernante.
481 NEHEMÍAS 2 -3
po. 7 Después dije al rey: «Si al rey le pa lo que hacéis ahí? ¿Os rebeláis contra el
rece bien, que se me den cartas para los rey?» 20 y yo les di esta respuesta: «El
gobernadores del otro lado del río, para Dios de los cielos nos hará salir con
que me permitan pasar y entrar en Judá; nuestra empresa. Nosotros, sus siervos,
8 y otra carta para Asaf, guardabosques nos levantaremos y haremos la edifica
del rey, para que me facilite maderas y ción. Vosotros no tenéis parte, ni derecho,
viguería para las puertas de la ciudadela ni recuerdos en Jerusalén».
vecina a la casa, para las murallas de la
ciudad y para la casa que yo he de habi Reparación de las murallas de
tar. Diome el rey estas cartas, pues la Jerusalén
buena mano de mi Dios estaba sobre mí. 1 Eliasib, sumo sacerdote, se levantó
Llegada a Jerusalén
3 con sus hermanos los sacerdotes y
edificaron la puerta de las Ovejas; la
9 Presentóme a los gobernadores del consagraron y pusieron las puertas desde
otro lado del río y les entregué las cartas la torre de Meá hasta la torre de Jana-
del rey, que había hecho que me acompa neel. 2 A continuación de Eliasib edi
ñasen dos jefes del ejército y alguna gente ficaron los hombres de Jericó, y a conti
de a caballo, * 10 Cuando lo supieron Sam- nuación de éstos edificó Zacur, hijo de
balat, joronita, y Tobías, siervo amonita, Imri.
disgustóles en extremo que viniese un 3 Los hijos del Sena edificaron la puerta
hombre para procurar el bien de los hijos del Pescado y la cubrieron, pusieron las
de Israel. 11 Llegué a Jerusalén y estuve puertas, los cerrojos y los goznes. 4 Al
allí tres días; pasados los cuales, 12 me lado de ellos trabajó en las reparaciones
levanté de noche con algunos hombres, Meremoj, hijo de Urías, hijo de Acus; y
sin decir a nadie lo que mi Dios me había al lado de éstos reconstruyó Mesulam,
puesto en el corazón hacer por Jerusalén. hijo de Berequías, hijo de Mesezabel; y
N o llevaba conmigo bestia alguna de car al lado de éstos restauró Sadoc, hijo de
ga; sólo mi propia cabalgadura. *3 Salí Baana. 5 Inmediatos a ellos restauraron
de noche por la puerta del Valle y me los tecuitas, aunque sus nobles no dobla
dirigí hacia la fuente del Dragón y la ron su cerviz al servicio de sus señores.
puerta de la Escombrera, mirando las 6 La puerta Vieja la restauraron Joyada,
murallas de Jerusalén en ruinas y sus hijo de Pasea, y Mesulam, hijo de Beso-
puertas consumidas por el fuego.14 Seguí días; la ensamblaron y pusieron a las
a la puerta de la Fuente y al estanque del puertas sus cerrojos y sus goznes. 7 Junto
Rey, y no había por allí sitio por donde a éstos reedificaron Meladas, gabaonita,
pasar la cabalgadura en que iba. 15 Subí, y Jadón, meronotita; y los hombres de
todavía de noche, por el torrente e ins Gabaón y Misfa trabajaron de orden del
peccioné la muralla. Luego volví a entrar gobernador de este lado del río. 8 Junto a
por la puerta del Valle, estando así de ellos trabajó Uziel, hijo de Jarayas, de
vuelta. los fundidores, y a su lado Ananías, de
16 Los magistrados no sabían adónde los perfumistas; reconstruyeron Jerusalén
había ido y qué era lo que había hecho. hasta la muralla ancha. 9 A continuación
Hasta entonces no había dicho nada a de éstos trabajó Refaías, hijo de Hur,
los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los gobernador de la mitad del distrito de
jefes, ni a los magistrados, ni a ninguno Jerusalén. 10 A continuación trabajó en
de los que llevaban la dirección de los frente de su casa Jedaya, hijo de Jaromat,
negocios. 17 Entonces yo les dije: «Bien y a su lado Jatús, hijo de Jesabnia.11 Otra
veis el lamentable estado en que nos ha porción de la muralla y la torre del horno
llamos. Jerusalén está destruida, y sus fue reparada por Malquiya, hijo de Jarím,
puertas consumidas por el fuego. Vamos, y Jasub, hijo de Pajat Moab. 12 A conti
pues, a reedificar las murallas de Jerusa nuación de ellos trabajó con sus hijos
lén, y no estaremos más en el oprobio. Salum, hijo de Jaloes, jefe de la otra
18 Les conté cómo la buena mano de mi mitad del distrito de Jerusalén. 13 Janum
Dios había estado sobre mí y las palabras y los habitantes de Zanoaj repararon la
que el rey me había dirigido; y entonces puerta del Valle, la edificaron, pusieron
dijeron: «¡Andando, a edificarla!» Y to las puertas, los cerrojos y los goznes.
maron resueltamente esta buena deter Hicieron además mil codos de muralla,
minación. hasta la puerta de la Escombrera.
19 Cuando lo supieron Sambalat, joro 14 Malquiya, hijo de Recab, jefe del
nita; Tobías, siervo amonita, y Guesem, distrito de Bet Maquelem, reedificó la
árabe, se burlaban de nosotros y nos puerta de la Escombrera, poniendo sus
menospreciaron. Nos dijeron: «¿Qué es puertas, sus cerrojos y sus goznes.
9 Estos gobernadores, a quienes Nehemías acude para presentarles sus credenciales, debían
de vivir en Samaría (Esd 4,17). y asi pudieron enterarse los enemigos de los judíos.
Nácar-Colung-a 16
NEHRMÍA* 3-4 482
*5 Snlum, hijo de Col José, jefe del dis otra sección, y después de éste, Mesulam,
trito de Misfa, reconstruyó la puerta de hijo de Baraquías, reparó delante de su
la Fuente, la levantó, la cubrió, puso las vivienda. 31 Después reparó Malquías, de
puertas con sus cerrojos y sus goznes. entre los orífices, hasta la casa de los
Construyó además el muro de la piscina netineos y de los comerciantes lo de frente
de Siloé, cerca del jardín del rey, hasta a la puerta de Mifcad y hasta la cámara
la escalinata que baja de la ciudad de alta del ángulo. 32 Entre la cámara alta
David. del ángulo y la puerta de las Ovejas tra
16 Después de él, Nehemías, hijo de bajaron los orífices y los mercaderes.
Azbuc, jefe de la mitad del distrito de
Bet Sur, trabajó en las reparaciones hasta P rosigu en los trabajos a pesar de los
enfrente de los sepulcros de David, y obstáculos
hasta delante de la piscina, que había 33 Cuando supo Sambalat que estába
sido artísticamente construida, y hasta el mos reconstruyendo la muralla, se enojó
cuartel. 17 Después de él trabajaron los mucho y se encolerizó. Burlábase de los
levitas, Rehú, hijo de Bani, y a su lado judíos, 34 diciendo ante sus hermanos y
trabajaba Jasabías, jefe de la mitad del ante los soldados de Samaría: «¿Para qué
distrito de Queila. 18 Después de él, sus trabajan esos impotentes judíos? ¿Acaso
hermanos, Bimú, hijo de Jenadad, jefe van a dejarles hacer? ¿Van a sacrificar?
de 1a otra mitad del distrito de Queila; ¿Van a terminar? ¿Van a resucitar las pie
19 y al lado de éste, Ezer, hijo de Josué, dras enterradas bajo montones de escom
jefe de Misfa, reparó otra porción de la bros y consumidas por el fuego ? » 35 Y To
muralla frente al arsenal, hacia el ángulo. bías, el amonita, que estaba junto a él,
20 Después de él, Baruc, hijo de Zabal, decía: «Ya pueden edificar. Una zorra
reparó otra porción, desde el ángulo hasta que contra ella se lance derribará la mu
la entrada de la casa de Eliasib, sumo ralla de piedra».
sacerdote. 21 Después de él reparó Mere- 36 Escucha, ¡oh D ios nuestro!, cuántos
mot, hijo de Uría, hijo de Hacos, otra nos menosprecian, y haz que sus insultos
sección desde la entrada de la casa de recaigan sobre sus cabezas, y dalos al
Eliasib hasta el extremo de ella. pillaje en una tierra de cautiverio. 37 N o
22 Después de él trabajaron en la repa perdones su iniquidad y que no se borre
ración los sacerdotes de la hoya del Jor delante de ti su pecado, porque injurian
dán, 23 y después de ellos Benjamín y Asub, a los que están edificando. *
enfrente de sus casas. Después de éstos, 38 Reedificamos, pues, la muralla, que
Azarías, hijo de Maasías, hijo de Anunía, dando del todo acabada, hasta la mitad
reparó lo cercano a su casa. 24 Después de su altura, y el pueblo se animó para
de él, Binuí, hijo de Jenadad, reparó el trabajo.
otra sección, desde la casa de Azarías
hasta la vuelta del ángulo. 25 Palal, hijo 1 Pero Sambalat, Tobías, los árabes,
de Uzai, construyó lo de delante del án 4 los amonitas y los de Azoto se en
gulo y la torre que hay en el saliente, furecieron sobremanera al saber que la
sobre lo alto del palacio real en el patio reparación de las murallas avanzaba y
de la prisión. Después de él trabajó Pada- que comenzaban a cerrarse las brechas,
yas, hijo de Paros. 2 y todos a una se confabularon para ve
26 Los netineos que habitan el Ofel tra nir a atacar a Jerusalén y hacer el daño
bajaron hasta enfrente de la puerta de las posible.
Aguas, a oriente, y la torre en saliente. 3 Nosotros rogamos a nuestro Dios, y
27 Después de ellos los tecuitas repararon pusimos una guardia que de día y de
otra porción, frente a la gran torre en noche vigilara para defendernos de sus
saliente, hasta el muro del Ofel. 28 a par ataques. * 4 Sin embargo, Judá decía: «Ya
tir de la puerta de los Caballos, los sacer faltan las fuerzas a los acarreadores, y el
dotes trabajaron en la reparación, cada escombro es todavía mucho; no podemos
uno frente a su casa. 29 Después de ellos acabar la muralla». 5 Mientras que los
trabajó Sadoc, hijo de Immer, delante enemigos decían: «Nada sabrán y nada
de su casa; y después de él Semeyas, verán hasta que lleguemos en medio de
hijo de Secanías, guarda de la puerta de ellos y los matemos, y asi haremos que
Oriente. 3<>Después de él reparó Jananías, cesen las obras». 6 Los judíos que entre
hijo de Selemías, y Janún, hijo de Salaf, ellos habitaban vinieron diez veces para
37 Palabras como éstas nos facilitan la inteligencia de las expresiones imprecatorias que se leen
3 tantas veces en los salmos. Nehemias, que siente la dignidad de su pueblo como pueblo de Yavé
y de su ciudad como la ciudad de Dios, mira la injuria del pueblo como injuria hecha a Dios mismo
y pide que, saliendo por su honor, haga Dios brillar su justicia y reprima la insolencia de los enemigos.
3 Este episodio origina históricamente la profunda enemistad entre judíos y samaritanos, aun
que ésta procede principalmente del diverso origen y del culto híbrido de los samaritanos.
N EH EM ÍA S 4 - 5
advertirnos de todos los lugares de donde tras hijas lo están ya, sin que tengamos con
venían a nosotros. 7 Por eso puse detrás qué rescatarlas, por estar nuestras tierras
de las murallas al pueblo por familias, y nuestras viñas en poder de otros».
todos con sus espadas, sus lanzas y sus 6 Yo me enojé en gran manera al oir
arcos. 8 Fui a ver, y levantándome, dije estos clamores y estas quejas. 7 Pensando,
a los jefes y a los magistrados y al resto resolví reprender a los grandes y a los
del pueblo: «¡No los temáis! Acordaos magistrados, y tes dije: «¡Cómo! ¿Prestáis
del Señor, grande y terrible, y luchad por a usura a vuestros hermanos?» Y reuní
vuestros hermanos, por vuestros hijos y una gran asamblea contra ellos, 8 y dije:
vuestras hijas, por vuestras mujeres y «Nosotros, según nuestras facultades, he
vuestras casas». mos rescatado a nuestros hermanos los
9 Cuando supieron los enemigos que judíos, vendidos a las gentes, ¿y ahora
estábamos apercibidos, frustró Dios su venderíais vosotros mismos a vuestros
consejo, y volvimos todos a continuar la hermanos, y éstos serán vendidos a nos
muralla, cada uno en su trabajo.10 Desde otros?» Callaron, no teniendo nada que
entonces, la mitad de los míos trabajaban, responder. 9 Y yo añadí: «Lo que hacéis
y la otra mitad estaba sobre las armas no está bien. ¿No marcharéis en el temor
con las lanzas, los escudos, los arcos y de nuestro Dios, para no ser el oprobio
las corazas. Los jefes estaban detrás de de las gentes enemigas nuestras? 10 Tam
toda la casa de Judá. 11 Los que cons bién yo, mis hermanos y mis servidores
truían la muralla y los que cargaban y les hemos prestado dinero y trigo. Vamos
acarreaban las cargas, trabajaban con una a perdonarles lo que nos deben. De
mano y tenían un arma en la otra; i? todos volvedles luego sus campos, sus viñas, sus
mientras trabajaban tenían las espadas olivares y sus casas, y restituidles el uno
ceñidas a sus lomos. por ciento del dinero, del trigo, del vino
Yo tenía junto a mí al trompeta; 13 y y del aceite que les habéis exigido como
dije a los jefes, a los magistrados y al interés». 12 Ellos dijeron: «Se los devolve
resto del pueblo: «La obra es mucha y remos y no les exigiremos nada. Haremos
extensa, y estamos en la muralla aparta como u'i dices». Llamé entonces a los
dos, lejos unos de otros;14 cuando oigáis, sacerdotes, y delante de ellos les hice
pues, la trompeta, reunios, y nuestro Dios jurar que harían así. 13 Yo sacudí mi
combatirá por nosotros». 15 Seguimos, manto, diciendo: «Que asi sacuda Dios
pues, trabajando en la obra, teniendo la fuera de esta casa y de sus bienes al que
mitad de nosotros la lanza en la mano no cumpla su palabra; y que asi sea el
desde el levantarse de la aurora hasta el que tal haga, sacudido y vacío. Y toda
salir de las estrellas. 16 Al mismo tiempo la asamblea respondió «Amén». Y ala
dije también al pueblo: «Que cada uno baron a Yavé. El pueblo hizo conforme
con su criado pase la noche en Jerusalén, a esto.
haciendo así de noche centinela y traba 14 Desde el día en que el rey me puso
jando de día en la obra». I7 Ni yo, ni por gobernador de la tierra de Judea,
mis hermanos, ni mis mozos, ni la gente del año veinte al año treinta y dos del
de guardia que me seguía nos desnudá rey Artajerjes, durante doce años ni yo
bamos, si no era para bañarnos. ni mis hermanos habíamos vivido de las
rentas del gobernador. 15 Antes de mí, los
Q uejas del p u eb lo contra la codicia gobernadores anteriores abrumaban al
d e los grandes. In terven ción y pueblo tomando de él pan y vino por
desinterés de N eh em ías valor de cuarenta sidos de plata, y sus
servidores mismos oprimían al pueblo.
* Alzáronse entre las gentes del pue Yo, por temor de Dios, no hice a sí.18 An
5 blo y sus mujeres muchas quejas con tes bien, he trabajado en la construcción
tra sus hermanos judíos. 2 Unos decían: de estas murallas, no hemos adquirido
«Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, campo alguno y todos mis servidores a
somos muchos y tendremos que venderlos una estaban a la obra. 17 Tenía a mi
or trigo para poder comer y vivir». mesa ciento cincuenta hombres, judíos y
r Otros decían: «Tenemos que empeñar magistrados, a más de los que a nosotros
nuestros campos, nuestras viñas y nuestras venían de los pueblos de en derredor.
casas por trigo a causa del hambre». 18 Cada día se me aderezaba un buey,
4 Otros decían: «Hemos tenido que pedir seis ovejas escogidas y aves, y cada diez
a usura dinero sobre nuestros campos y días vino en abundancia. A pesar de esto
nuestras viñas para pagar los tributos del yo no he reclamado los derechos de go
rey;5 nuestra carne es, sin embargo, como bernador, porque la servidumbre del pue
la carne de nuestros hermanos, y nuestros blo era grave. 19 Acuérdate de mi para
hijos son como sus hijos; pero tenemos bien, Dios mío, y de cuanto yo hice por
que sujetar a servidumbre a nuestros hi este pueblo.
jos y a nuestras hijas, y algunas de nues
in m ik m ia h r>-y 484
45 Estos sacerdotes, temporalmente excluidos del ministerio, han de esperar a que un sacerdote
ungido pueda consultar a Yavé por medio de los urim y tummtm. El juicio definitivo ha de ser de
Yavé.
nehemíab 7 - 9 486
veinte mil dárteos de oro y dos mil dos que no han preparado, pues hoy es día
cientas minas de plata; 71 y lo que dio el consagrado al Señor; y no os entristez
resto del pueblo fueron veinte mil dáricos cáis, porque la alegría de Yavé es vuestra
de oro, dos mil minas de plata y sesenta fortaleza». 11 Los levitas hacían callar al
y siete vestiduras sacerdotales. 72 Habita pueblo, diciendo: «Callad, que hoy es día
ron los sacerdotes, los levitas, los cantores, santo, y no os entristezcáis».
los porteros, los netineos y todo Israel en 12 Fuése todo el pueblo a comer, y a
sus ciudades. Llegado el séptimo mes, ya beber, y a enviar porciones, gozando de
estaban los hijos de Israel en sus ciudades. gran alegría, porque había entendido lo
que se le había enseñado.
E sd ras lee al pueblo el libro de la L e y 13 El segundo día, los jefes de familia
de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, se
1 Llegado el séptimo mes, los hijos
8 de Israel estaban ya en sus ciudades;
reunieron con Esdras, escríba, para oir
la explicación de las palabras de la Ley;
y entonces el pueblo, como un solo hom 14 y hallaron que en la Ley que había dado
bre, se reunió en la plaza que hay delante
Yavé por mano de Moisés estaba escrito
de la puerta de las Aguas y dijeron a que los hijos de Israel habitasen en caba
Esdras que llevase el libro de la Ley de ñas en la solemnidad del mes séptimo; *
Moisés, dada por Yavé. * 2 Llevólo Esdras 1 5 y proclamaron esta publicación por to
ante la asamblea, compuesta de hombres
y mujeres, de cuantos eran capaces de das las ciudades y en Jerusalén, diciendo:
«Subid a los montes y traed ramas de
entenderla. Esto era el día primero del
mes séptimo. acebuche, ramas de arrayán, ramas de
palmera y de todo árbol frondoso para
3 Esdras estuvo leyendo el libro desde hacer las cabañas como está mandado».
la mañana hasta la tarde en la plaza que
hay delante de la puerta de las Aguas, 16 Salió, pues, el pueblo todo, y tra-
y todo el pueblo seguía con atención la yéndolas hicieron cabañas, unos en sus
lectura del libro de la Ley. 4 Estaba Es terrados, otros en sus patios y en los
dras, escriba, sobre un estrado de ma atrios de la casa de Dios, en la plaza de
dera que se alzó con esta ocasión; y es la puerta de las Aguas y en la plaza de
taban junto a él, a su derecha, Matatías, la puerta de Efraím; 17 y todos los de la
congregación que volvieron de la cauti
Semeyas, Anaía, Unas, Helcías y Maa- vidad hicieron cabañas y habitaron en
sías, y a su izquierda, Jasdava, Misael,
ellas, cosa que no habían hecho los hijos
Malquiva, Asum, Jasbadana, Zacarías y de Israel desde los días de Josué, hijo de
Mesulam. 5 Abrió Esdras el libro, vién Nun, hasta entonces. Hubo gran alegría.
dolo todos, por estar él más alto que to
do el pueblo, y todo el pueblo estaba 18 Esdras leyó en el libro de la Ley de
atento. 6 Bendijo entonces Esdras a Yavé, Dios cada día, desde el primero hasta el
último. Celebraron la solemnidad siete
Dios grande, y todo el pueblo, alzando días, y al octavo tuvieron gran asamblea,
las manos, respondió: «Amén, amén»; y
postrándose adoraron a Yavé, rostro a según lo prescrito.
tierra. 7 Josué, Bani, Serebías, Jamín, A yuno y confesión de los pecados
Acub, Sebtaí, Odias, Maasías, Quelita,
Azarías, Josabad, Janán y Pelaya, levitas, del pueblo
explicaban la Ley al pueblo atento. 8 Leía 1 El día veinticuatro del mismo mes
el libro de la Ley de Dios clara y distin 9 se reunieron los hijos de Israel en
tamente, entendiendo el pueblo lo que se ayuno, vestidos de saco y cubiertos de
le leía. ^Nehemías, gobernador; Esdras, polvo. * 2 Ya la estirpe de Israel se había
sacerdote y escriba, y los levitas que ha apartado de todos los extranjeros, y pues
cían al pueblo la explicación dijeron a tos en pie confesaron sus pecados y las
todo el pueblo: «Hoy es día consagrado a iniquidades de sus padres. 3 En pie, cada
Yavé, vuestro Dios; no os entristezcáis ni uno en su lugar, se leyó en el libro de la
lloréis», pues todo el pueblo lloraba oyen Ley de Yavé, su Dios, cuatro veces en el
do las palabras de la Ley. 910*Y luego les día, y otras cuatro veces en el día confe
dijo: «Id y comed manjares grasos, y be saron y adoraron a Yavé.
bed licores dulces, y mandad parte a los
1 El contenido de este capitulo no pertenece a las memorias de Nehemfas; pero tuvo lugar
8 bajo su gobierno (8-9) y probablemente poco después de acabarse la obra de las murallas.
Nehemías cree de su deber completar la obra material con otra más importante, la religiosa, y para
ello empieza por la instrucción del pueblo. Para esto disponía de un gran auxiliar, Esdras, escriba,
docto en la Ley de su Dios, a quien ayudaban varios levitas.
I 4 Este precepto se lee en Lev 23,39-43 ; pero el texto mismo confiesa la novedad de esta práctica.
1 Pasada la ñesta de los Tabernáculos, se prosigue la misión empezada, a fin de inculcar bien
9 en el ánimo del pueblo la observancia de la Ley, y se termina todo con una renovación de la
alianza, como la de Josías (2 Re 23,1 ss.).
487 Ne h e MÍAS 9
P L E G A R I A DE LOS L E V I T A S
5 Esta plegaria, confesión de los muchos pecados de Israel, es un resumen de la historia del
pueblo a través de los siglos y testimonio de la justicia de Dios ai castigarle y de su gran miseri
cordia al restaurarle.
NEHEMÍAH 9
bía también tirios que traían el pescado díos que habían tomado mujeres de A zo
y toda clase de mercancías, vendiéndolas to, de Am món y de M oab, 24 cuyos
a los hijos de Judá en Jerusalén el día hijos por mitad hablaban azoteo o la
del sábado. lengua de este o el otro pueblo, y no sa
17 Reprendí a los magistrados de Judá bían hablar judío. 23 Y o los reprendí y
les dije: «¿Qué es esto tan malo que los maldije, hasta golpeé a algunos y les
acéis, profanando así el día del sába arranqué los pelos, y los conjuré en nom
do? 18 ¿N o es eso lo que hicieron vues bre de Dios, diciendo: «N o daréis vues
tros padres, y por eso trajo nuestro Dios tras hijas a sus hijos ni tomaréis sus hi
sobre nosotros y sobre esta ciudad tan jas para vuestros hijos o para vosotros.
tos males? ¿ Y vosotros acumuláis ira con 26 ¿N o pecó por esto Salomón, rey de
tra Israel, profanando el sábado?» 19 M an Israel? Aunque no hubo en la muche
dé, pues, que al obscurecer antes del sá dumbre de las gentes rey semejante a él,
bado cerrasen las puertas de Jerusalén y que era amado de su D ios y fue puesto
que no las abriesen hasta después del por E l rey sobre todo Israel, aun a él le
sábado. Puse a las puertas algunos de hicieron pecar las mujeres extranjeras.
mis servidores, para que en día de sá 27 ¿Vam os, pues, a consentir, sabiéndolo,
bado no dejasen entrar carga alguna; 20 y que vosotros cometáis ese gran mal de
así se quedaron una y dos veces fuera prevaricar contra nuestro Dios tomando
de Jerusalén los mercaderes, que vendían mujeres extranjeras?»
toda suerte de mercancías. 21 Y o les ad 28 U no de los hijos de Joyada, hijo de
vertí diciendo: «¿Por qué pasáis la noche Eliasib, sumo sacerdote, era yerno de
delante de la muralla? Si otra vez lo ha Sambalat, joronita, y por eso le arrojé
céis, os mandaré prender». Y ya no vi lejos de mí. * 29 Acuérdate de ellos, D ios
nieron más en día de sábado. ^ E n t o n mío, de los que contaminan el sacerdo
ces mandé a los levitas que se purifica cio y el pacto del sacerdocio y de los
sen y que viniesen a guardar las puertas levitas. 30 Por eso los limpié de todo lo
para santificar el día de sábado. También extranjero y puse a sacerdotes y levitas
por eso acuérdate de mí, D ios mío, y por clases, cada uno a su obra, 31 y para
perdóname según la muchedumbre de tu la ofrenda de la leña en los tiempos se
misericordia. ñalados y para las primicias.
23 V i asimismo por aquellos días ju ¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bien!
28 Según Flavio Josefo, este hijo de Joyada y hermano del sumo sacerdote Jonat.án, casado con
una samaritana, huyó con su mujer a Samaría y fundó el templo del Garizim, en contra del de Je
rusalén. Este mismo debió de ser el que introdujo entre los samaritanos la ley por la que el culto debía
regirse. Tal sería el origen del Pentateuco samaritano, no distinto del hebreo sino en la escritura,
que es la antigua de los judíos.
T O B I A S 12
I 3 El texto griego que traducimos comienza la historia poniendo el relato en boca del mismo
Tobías.
4 La división política del reino de David llevó consigo la escisión religiosa. Jeroboam erigió
contra el santuario nacional de Jerusalén otros dos, los de Bétel y Dan, en que colocó los becerros
como imágenes de Dios. Los israelitas que permanecieron fieles a la Ley acudían, contra las órde
nes del rey, a Jerusalén para cumplir sus obligaciones y devociones religiosas.
8 Sobre estos varios diezmos, cf. Dt 15,22 ss., a cuyas prescripciones se ajusta la conducta de
Tobit.
495 TOBÍAS 1 -2
linaje comían los manjares de los genti tés, la fiesta santa de las siete semanas;
les ; * 11 pero yo me abstenía de comer y habiéndome sido preparado un ban
los, 12 porque con toda mi alma me acor quete, me recosté para comer. 2 Al ver
daba de Dios. 13 Diome el Altísimo favor tantos manjares, dije a mi hijo: Vete y
y gracia aúte Emenasar, que me hizo su trae al primer necesitado que encuentres
proveedor, * l 4 y viajando por la Media, de nuestros hermanos, que me recuerde
presté a Gabael, hermano de Gabrías, al Señor; yo espero por ti.* 3 Cuando
en Ragúes de Media, diez talentos de volvió, dijo: «Padre, uno de nuestro linaje
plata. yace en la plaza estrangulado». 4 En se
15 Muerto Emenasar, le sucedió Sena- guida, sin probar bocado, me lancé a la
querib, su hijo. Los caminos se hicieron calle, le tomé y le metí en una habita
inseguros y ya no pude volver a la Me ción hasta que se puso el sol. 5 Vuelto
dia. * a casa, me lavé y comí con tristeza,
16 En los días de Emenasar hacía yo 6 porque me vino a la memoria la profe
muchas limosnas a mis hermanos, 17 dan cía de A m os:
do pan a los hambrientos y vistiendo a «Vuestras fiestas se convertirán en due
los desnudos; y si veía muerto a alguno lo, y vuestras alegrías, en lamentaciones».
de mi linaje, arrojado junto a los muros 7 Lloré, y en poniéndose el sol, fui a
de Nínive, le daba sepultura. 18 Si el rey cavar una hoya en que sepultar el ca
Senaquerib mataba a alguno, luego que dáver.
volvió huido de Judea, yo en secreto lo 8 Los vecinos se reían de mí, dicien
enterraba. En su furor mató a muchos, do: «Aún no ha escarmentado; ya tuvo
cuyos cadáveres buscaba luego él, y no que huir por eso, y ahora vuelve a ente
los hallaba. * rrar a los muertos».
19 Pero un ninivita hizo saber al rey
que era yo el que los enterraba, y en L a prueba
tonces tuve que ocultarme; y sabiendo 9 Aquella misma noche, cuando acabé
que me buscaba para darme muerte, te de darle sepultura, aun antes de puri
meroso, hui. 20 Fui despojado de todos ficarme, me dormí en el atrio junto al
mis bienes, no dejándome nada, sino a muro, quedando con el rostro descubier
Ana, mi mujer, y a Tobías, mi hijo. to. 1() No sabía yo que había pájaros en
21 N o eran pasados cincuenta días y le el muro; y teniendo los ojos abiertos,
mataron dos de sus hijos, que huyeron a los pájaros dejaron caer en mis ojos su
los montes de Ararat, y le sucedió Sa- estiércol caliente, que me produjo en ellos
querdón, su hijo, el cual puso a Ahikar, unas manchas blancas que los médicos
el hijo de mi hermano Anael, al frente no fueron capaces de curar. Por este
de toda la contabilidad administrativa tiempo, Ahikar proveía a mi sustento,
del reino. * hasta que partió para Elimaida.11 Enton
22 Ahikar me alcanzó el perdón y pude ces Ana, mi mujer, se ocupaba de su
volver a Nínive. Era Ahikar, mi sobrino, casa en trabajos femeniles 12 y llevaba su
copero, guardasellos, administrador y labor a los amos. Estos, al pagarle una
contador, y Saquerdón le había hecho vez su salario, le regalaron un cabrito.
su primer ministro. *21 13 Cuando volvió a su casa comenzó el
cabrito a balar. Y yo le dije: «¿De dónde
2 1 Al volver a mi casa me fueron de viene ese cabrito? ¿No será robado? De
vueltos Ana, mi mujer, y Tobías, vuélvelo a los amos, que no es lícito
mi hijo. Era por la fiesta de Pentecos comer cosa robada». 14 Ella me contestó:
10 El año 721 fue tomada Samaría, y la mayor parte de la población del reino llevada a Nínive
en cautiverio. Pero antes de este cautiverio, la tribu de Neftalí y otras del norte de Israel fueron
invadidas el año 732 por Teglatfalasar, y muchos de sus habitantes llevados al cautiverio (2 Re 15,29).
A esta invasión alude el oráculo de Is 8,23.
13 Emenasar, corrupción de Salmanasar (727-722).
15 Hay aquí una incorrección del texto, que hemos de atribuir a los copistas: Salmanasar, hijo
de Teglatfalasar (727-722), el que puso el cerco a Samaría, murió en 722, antes de tomar la ciudad.
El que la tomó fue su sucesor, Sargón (722-705), padre de Senaquerib, que no reinó hasta la muerte
de su padre (705).
18 En la época de Ezequías, hacia el año 700 o después del 693, Senaquerib vio su ejército des
truido por la peste en Judea y hubo de retirarse, humillado por la mano de Dios.
21 Saquerdón por Asaradón, hijo y sucesor de Senaquerib (681-668).
22 Este Ahikar figura como protagonista de una historia descubierta entre los papiros de Ele
fantina, escrita en arameo, y que se remonta al siglo V antes de Jesucristo. Le veremos varias veces
mencionado en este libro (Introducción a los libros históricos, n.7).
O 2 No se sabe cómo adquiriera Tobías en su cautiverio la posición desahogada que el relato
" supone. Pero el autor insiste en mostramos el empleo que de sus bienes hada, enteramente
conforme al Deuteronomio, en que tanto se inculca el amor al prójimo y el socorro de los necesi
tados.
TOBÍAS 2*4
«Es un regulo que han añadido a mi sa ellos has gozado. 9 ¿Por qué nos/azo
lario». Pero yo no la creía, y la instaba tas? Ya que ellos murieron, vete tú con
a que lo devolviese a los amos, enojado ellos y que no veamos jamás hijd o hija
contra ella. Mas me replicó: «¿Dónde es tuya». ■
tán tus limosnas y tus buenas obras? Ya i° Oyéndolas se entristeció sobrema
lo ves ahora». nera, tanto que quería ahorcarse. Pero
decía: «Soy la hija única de mi padre;
l Yo me entristecí y lloré, y con do si tal hiciera, el oprobio vendría sobre él
3 lor me puse a orar, diciendo: y de dolor conduciría su ancianidad al
2 «Justo eres, Señor, y justas todas tus sepulcro». 11 Y oraba puesta a la ven
obras; tana, y decía: «Bendito eres, Señor Dios
todos tus caminos son misericordia y mío, y bendito tu nombre, santo y ex
verdad; celso por los siglos. Bendígante todas
juzgas siempre según verdad y justicia. tus obras para siempre. 12 Y ahora, Se
* Muéstrate a mí y para en mí tus ñor, en ti pongo mis ojos y mi rostro.
ojos. 13 Llévame de la tierra y que no oiga
N o me castigues por mis pecados, ya más ultrajes. i4 Tú sabes, Señor, que
ni por mis ignorancias, ni por las que yo estoy limpia de todo pecado con hom
mis padres bre 15 y que no he manchado mi nombre
cometieron contra ti. * ni el nombre de mi madre en esta tierra
4 Porque ellos desoyeron tus preceptos de mí cautiverio. Hija única soy de mi
tú nos has entregado en botín padre, el cual no tiene hijo que pueda
al cautiverio y a la muerte, heredarle, ni pariente próximo con un
objeto de escarnio para todas las na hijo para quien yo deba guardarme por
ciones, mujer; ya se han muerto siete maridos;
entre las que hemos sido dispersa ¿de qué me sirve la vida? Y si no te pa
dos. rece bien quitármela, mírame y ten pie
5 dad de mí y que no escuche ya más estos
Muchos son tus juicios y verdaderos,
para que vayas a tomar venganza ultrajes».
por mis pecados y los de mis padres; 16 Fue escuchada la oración del uno y
porque ni cumplimos tus preceptos de la otra en la presencia de la gloria
ni caminamos sinceramente delante de Dios. 17 Rafael fue enviado para re
de ti. mediarlos a los dos, para batir las cata
6 Ea, pues, haz conmigo según tu be ratas de Tobit y para casar a Sara, la hija
neplácito. de Ragüel, con Tobías, el hijo de Tobit,
Quítame el aliento de vida y paralizar a Asmodeo, el maligno de
para que muera y me convierta en monio, por cuanto a Tobías tocaba here
polvo; darla. Al tiempo mismo en que se vol
porque más prefiero morir que vivir, vía Tobit y entraba en su casa, bajaba
pues he oído ultrajes mentirosos Sara, la de Ragüel, dei piso alto de la
y una gran tristeza se apodera de mí. suya.
Haz que sea yo libertado de esta an
gustia C o n se jo s d el p a d re al h ijo
para ir al eterno lugar.
N o apartes tu rostro de mí». 4
1 En aquel día se acordó Tobit de la
suma que tenía en poder de Gabael
en Ragúes de Media; 2 y se dijo: «Yo me
La prueba de Sara he pedido la muerte; ¿por qué, pues, no
7 Aquel mismo día aconteció en Ecba- llamar a Tobías, mi hijo, y comunicár
tana de Media que Sara, hija de Ra- selo antes de morir?» 3 Llamóle y le dijo:
güel, fue insultada por las esclavas de «Si muero, hijo mío, me darás sepultura
su padre, * 8 porque, habiendo sido dada y te guardarás de menospreciar a tu ma
en matrimonio a siete maridos, el malig dre; hónrala siempre todos los dias de
no demonio Asmodeo les había dado tu vida, obra según su beneplácito y no
muerte antes que con ella hubieran te le causes tristeza. 4 Acuérdate, hijo, de
nido vida conyugal, y le decían: «¿No los muchos trabajos que ella pasó por
estás loca tú, que ahogas a tus maridos? ti cuando te llevaba en su seno; cuando
Siete has tenido ya, y de ninguno de muera, dale sepultura a mi lado, en el
O 3 Era un principio de la justicia antigua que los hijos llevasen la pena de los pecados de sus
padres. Ezequiel (18) declaró que Dios no seguirla esa norma, sino que cada uno pagaría por
sus pecados, salvo, claro es, la ley de la solidaridad social, que hace que los hijos paguen los pecados
de los padres.
7 Sólo la cruz de Cristo y su resurrección nos han enseñado el precio del sufrimiento; los an
tiguos, cuando se ven agobiados por el dolor, desean la muerte, pensando que la vida del seol, aun
que triste, no lo seria más que la presente. Como Tobías, habla Sara (v.13), hablan Jeremías (20,14),
Job (3,3 ss.) y Elias (1 Re 19,4).
497 TOBÍAS 4 -5
mismo sepulcro. 5 Acuérdate* hijo* siem yan bien encaminados; porque no es del
pre del Señor, nuestro Dios, y guárdate hombre el consejo; sólo el Señor es quien
de pecar; observa sus preceptos. Practi da todos los bienes, y a quien quiere le
ca la justicia todos los días de tu vida humilla según su voluntad. Acuérdate*
y no sigas los caminos de la iniquidad, pues, hijo mío, de mis preceptos y no
6 porque siguiendo la verdad serás feliz se bórren de tu corazón.
en todas tus obras como todos los que 20 »Has de saber también que tengo diez
practican la justicia. 7 Según tus faculta talentos en poder de Gabael* hijo de Ga-
des* haz limosna y no se te vayan los brías, en Ragúes de Media. 21 N o temas*
ojos tras lo que des. No apartes el rostro hijo; somos pobres, pero rico serás si te
de ningún pobre* y Dios no los apartará mes a Dios y te apartas de todo pecado y
de ti. 8 Si abundares en bienes* haz de haces lo que le es grato».
ellos limosna* y si éstos fueren escasos*
según esa tu escasez* no temas hacerla. P r e p a r a tiv o s d e v ia je a M e d ia
9 Con esto atesoras un depósito para el
día de la necesidad* 10 pues la limosna * Respondió Tobías, diciéndole: «Pa
libra de la muerte y preserva de caer en 5
dre* cuanto me has mandado lo cum
las tinieblas, 11 y es un buen regalo la pliré. 2 Pero ¿cómo voy a poder recobrar
limosna en la presencia del Altísimo para el dinero de Gabael, si no le conozco?»
todos los que la hacen. 3 Diole su padre el recibo y le dijo: «Bus
12 ca quien te acompañe, que yo le daré su
»Guárdate, hijo, de toda fornicación,
y ante todo toma esposa del linaje de tus recompensa, y ponte en camino para co
padres; no tomes mujer extranjera que no brar el dinero antes que yo muera».4 Fué-
sea del linaje de tu padre* que hijos somos se en busca de uno, y se encontró con
de profetas* Noé* Abraham* Isaac y Ja Rafael* que era un ángel. 3 No conocién
cob, nuestros antiguos padres. Recuerda* dole* le dijo: «¿Podrías acompañarme a
hijo, que éstos tomaron mujeres de entre Ragúes de Media, si es que conoces el
sus hermanos, y fueron bendecidos en hi camino?» 6 El ángel le contestó: «Yo iré
jos* y heredó su descendencia la tierra. * contigo, que conozco bien el camino y
13 Y ahora, hijo mío* ama a tus hermanos hasta lie sido huésped de Gabael, nuestro
1 4 y no te ensoberbezcas en tu corazón ni hermano». 7 Tobías le contestó: «Espera
desprecies a los hijos e hijas de tu pueblo, un poco, que voy a decírselo a mi padre».
rehusando tomar de ellas mujer, porque 8 El le respondió: «Vete y no tardes».
en el orgullo está la perdición y el des Se fue y dijo a su padre: «Ya hallé
orden, y en la ruindad la penuria y el quien pueda acompañarme». El le dijo:
hambre, pues la madre del hambre es la «Llámale, que quiero saber de qué tribu
ruindad. N o retengas una noche el sala es y si es de confianza para acompañarte».
rio de un obrero que trabajare para ti; 9 Llamóle, entró y se saludaron. 10 Díjole
entrégaselo luego. Si sirvieres a Dios, El Tobit: «Dime, hermano: ¿de qué tribu y
te recompensará. Atiende, hijo, a todas familia eres tú?» 11 Y le contestó: «¿Quie
tus obras y muéstrate prudente en tu con res conocer la tribu y la familia e infor
versación. 15 Lo que no quieras para ti, marte de la persona que va a acompañar
no lo hagas a nadie. N o bebas vino hasta a tu hijo?» Replicóle Tobit: «Quiero, her
embriagarte* no vaya contigo la embria mano, conocer tu linaje y tu persona».
guez. 16 Da de tu pan al hambriento, y de 12 «Pues yo soy hijo de Azarías* hijo de
tus vestiduras al desnudo. Todo cuanto Ananías* grande entre tus hermanos».
te sobrare dalo en limosnas, y no se te *3 Respondióle é l: «Seas, hermano, bien
vayan los ojos tras lo que dieres. venido; pero no te enojes de que haya
17 querido saber tu tribu y tu familia. Por
»Pon tu pan y tu vino en los funera
les de los justos y no comas ni bebas con suerte eres hermano mío, de una buena y
los pecadores. * 18 Sigue el consejo de los noble ascendencia, pues yo conocía a Ana-
prudentes y no desprecies ningún buen nías y a Jonatán, hijos de Semeí, el gran
consejo. 19 En todo tiempo bendice al Se de, de cuando juntos íbamos a Jerusalén
ñor Dios y pídele que tus caminos sean para adorar, llevando las primicias y los
rectos y todas tus sendas y consejos va diezmos de las cosechas; que no se des-
m 12 El Deuteronomio insiste mucho en la prohibición de las alianzas con los cananeos (Dt 7,
^ 3 •)• Uno de los puntos de reforma por que tuvieron más que luchar Esdras y Nehemías fue
precisamente este de los matrimonios con mujeres extranjeras.
17 Muchos pueblos antiguos, como los egipcios, hadan ofrendas a los muertos, llevados de la
idea de que tenían necesidad de alimentos; otros, como los griegos, honraban a los muertos con
juegos y banquetes ; los hebreos los honraban con solemnes lamentaciones durante más o menos
días, según la condición del muerto. A estas lamentaciones se añadían también banquetes en obse
quio de los lamentadores, que siempre se extendían a ios necesitados de la ciudad. A estos banquetes
es a los que mira Tobit, que tanto se distinguía por la práctica de la misericordia (cf. Jer 16,7; Ez 24,
17; Bar 6,32; Eclo 7,37).
TOBÍAS 5 -7 498
camarón ellos como nuestros hermanos. puede darla a ningún otro marido, según
D e buena raíz eres» hermano. la Ley de Moisés, o sería reo de muerte,
14»Pero dime: ¿cuál será el salario que porque antes que a ningún otro te perte
habré de darte? ¿Bastaría un dracma por nece a ti la herencia».
día y el sustento para ti y para mi hijo? 13 Replicó entonces el joven al ángel:
15 Y cuando felizmente volváis, te añadi «Hermano Azadas, he oído que la don
ré algo». 16 Convinieron en ello, y dijo a cella fue dada a siete maridos y que todos
Tobías: «Prepárate para el camino y que perecieron en la cámara nupcial; 14y yo
tengáis feliz viaje». Una vez que el hijo soy hijo único de mi padre, y temo que,
preparó lo necesario para el camino, dí- si me acerco a ella, voy a morir como los
jole su padre: «Parle con éste, y Dios, anteriores, porque la ama un demonio, y
que mora en los cielos, os dé feliz viaje y a ella no le hace ningún daño, pero sí a
un ángel os acompañe». Y se pusieron en los que se le acercan. Temo ahora que
camino, yendo con ellos el perro del mozo. si muero llevaré al sepulcro a mi padre
17 Su madre, Ana, se puso a llorar, y a mi madre, de dolor por mí, pues no
di
ciendo a Tobit: «¿Por qué habrás enviado tienen otro hijo que les dé sepultura».
a nuestro hijo? ¿No era él nuestro báculo 15 Contestóle el ángel: «¿No te acuerdas
viviendo con nosotros? tH No tuviéra de las palabras que tu padre te inculcó
mos nunca ese dinero, si había de costar- sobre tomar mujer de tu propio linaje?
nos nuestro hijo, *9 Hasta el presente, el Escúchame, pues, hermano: Esa será tu
Señor nos dio de qué vivir y vivíamos mujer, y del demonio no te preocupes,
contentos». 2°Pero Tobit le dijo: «No que esta misma noche te será dada por
digas eso, mujer. Volverá sano y tus ojos mujer. ™ Cuando entres en la cámara nup
lo verán. 21 Porque un ángel bueno le cial, toma un perfumador y pon en él tro
acompaña, tendrá un viaje feliz y volverá zos del corazón y del hígado del pez, que
sano». 22 Y ella dejó de llorar. hagan humo; 17 que en cuanto lo huela
el demonio, huirá y no volverá por los si
E n via je h a c ia M e d ia glos de los siglos. Pero cuando a ella te
acerques, levantaos ambos e invocad al
6 1 Siguieron los caminantes su viaje y
llegaron al atardecer a las orillas del
Dios misericordioso, que os salvará y ten
drá piedad de vosotros. No temáis, que
río Tigris, donde pasaron la noche. 2 Bajó para ti está destinada desde la eternidad
el muchacho a bañarse y salió del rio un y tú la salvarás e irá contigo, y estoy se
pez que quería devorarle. 3 Pero el ángel guro de que tendrás de ella hijos».
le dijo: «Cógelo». Cogiólo el joven y lo Asi que oyó Tobías estas palabras, sin
sacó a tierra. * 4 Díjole el ángel: «Des tió grande amor por ella y se le apegó su
cuartiza el pez y separa el corazón, el hí corazón. En esto llegaron a Ecbatana.
gado con la hiel, y ponlos aparte». 5 Hizo
el muchacho lo que el ángel le decía, y E l c a sa m ie n to d e T o b ía s y S a r a
asando el pez, comieron. Continuaron su
camino y llegaron cerca de Ecbatana. 1 Llegados a casa de Ragüel, les sa
6 Dijo el joven al ángel: «Hermano Aza- 7lió al encuentro Sara, que los saludó,
rlas, ¿para qué sirven el corazón y el hí y ellos a ella, y los introdujo. 2 Dijo Ra
gado con la hiel del pez?» 7 El le respon güel a Edna, su mujer: «jCómo se pare
dió: «Sirven para que, si un demonio o es ce este joven a Tobit, mi primo!» 3 En
píritu le atormenta a uno, quemándolos tonces Ragüel les preguntó: «¿De dónde
ante él, ya no vuelva a molestarle. &Cuan sois, hermanos?» A lo que ellos contes
to a la hiel, sirve para ungir a quien tu taron: «De los hijos de Neftalí, de los
viese cataratas, pues con ella quedará cu cautivos de Nínive». 4 «¿Conocéis a To
rado». bit, nuestro hermano?» Respondiéronle:
9 Así que llegaron a Ecbatana, 10 dijo«Sí que le conocemos». «¿Está bien?»
el ángel al joven: «Hoy, hermano, habre 5 «Vive y está bien», contestaron ellos.
mos ae pernoctar en casa de Ragüel, tu Y Tobías añadió: «Es mi padre». 6 Ra
pariente, que tiene una hija llamada Sa güel, saltando, se echó a su cuello y le
ra. Yo le hablaré para que te la den por besó, derramando lágrimas. 7 Y bendíjo-
mujer, Uque a ti te toca su herencia, le, diciendo: «Eres hijo de un varón bue
pues tú eres ya el único de su linaje: la no, bonísimo». Pero al saber que Tobit
joven es bella y discreta. 12 Oye, pues, lo había perdido la vista, se entristeció hasta
que voy a hacer: Yo hablaré a su padre, derramar lágrimas. 8 Edna, su mujer, y
y cuando volvamos de Ragúes celebrare Sara, su hija, lloraron también; los reci
mos la boda; pues ya sé que Ragüel no bieron cordialmente, sacrificaron un car-
C 3 No sabemos que en el Tigris existiera un pez como el que nos hace suponer eJ texto, capaz
U de devorar a una persona. Pero, si existía, no sería tal que se dejase coger y sacar a tierra por
el joven Tobías. Esto parece tener un carácter sobrenatural, e igualmente las utilidades del corazón,
de la hiel y el hígado del pez. En algo tenía que manifestarse la presencia del ángel de Dios.
499 TOBÍAS 7 -9
ñero y les ofrecieron un suntuoso ban ciste a Adán y le diste por ayuda y auxilio
quete. a Eva, su mujer; de ellos nació todo el
9 Dijo luego Tobías a Rafael: «Hermalinaje humano. Tú dijiste: No es bueno
no Azarías, habla de aquel asunto de que que el hombre esté solo: hagámosle una
en el camino tratamos, y que se acabe este ayuda semejante a él. 7 Ahora, pues,
negocio». 1° Expuso Azarías el asunto a Señor, no llevado de la pasión sexual, sino
Ragüel, que dijo a Tobías: «Come, bebe del amor de tu ley, recibo a esta mi her
y alégrate; en efecto, a ti te toca recibir mana por mujer. Ten misericordia de mí
a mi hija; pero antes tengo que advertir y de ella y concédenos a ambos larga
te una cosa: 11 He dado ya mi hija a sie vida». 8 Ella respondió: «Amén». 9 Y pa
te maridos, pero en entrando a ella, en saron ambos dormidos aquella noche.
la misma noche murieron. Tú ahora re Cuando Ragüel se levantó, se fue a
gocíjate». Mas Tobías contestó; «No gus cavar una sepultura, 10 diciendo: «Segu
taré bocado hasta que no resolváis este ro que ha muerto éste también». u Vuelto
negocio y me lo confirméis». * 12 Dijo Ra Ragüel a casa, 12 dijo a Edna, su mujer:
güel: «Tómala desde ahora, según la Ley, «Manda a una de las siervas que vea si
porque tú eres su hermano y a ti se te de está vivo, para enterrarle si no y que
be. Que Dios misericordioso os colme de nadie se entere». 33 Abrió la sierva la
felicidades». 13 Llamó a Sara, su hija, y puerta y vio que ambos dormían. 14 Salió
cogiéndola de la mano, la entregó a To luego y les comunicó que estaba vivo.
bías por mujer, diciendo: «Anda, según 15 Entonces bendijo Ragüel a Dios, di
la Ley de Moisés, tómala y llévala a tu ciendo: «Bendito seas tú, Dios, con toda
padre». Y los bendijo. 14 Llamó a Edna, bendición pura y santa, y bendígante tus
su mujer; tomó un rollo, escribió el con santos, y todas tus criaturas, y todos tus
trato matrimonial, lo selló* 35 y luego co ángeles, y todos los elegidos; bendígante
menzaron a comer. por los siglos. 16 Bendito tú, que me has
16 Llamó después Ragüel a Edna, su alegrado, no sucediendo lo que yo me
mujer, y le dijo: «Prepara, hermana, otra temía, sino que has obrado con nosotros
alcoba y llévala a ella». Hizo Edna lo según tu gran misericordia.37 Bendito seas
que le mandaba, y llevó a su bija a la tu, Señor, que tuviste misericordia de
cámara. Lloraba Sara, y enjugando la estos dos hijos únicos; ten de ellos piedad
madre las lágrimas de su hija, le decía: y concédeles acabar en bien su vida con
<<Ten buen ánimo, hija; el Señor del alegría y misericordia». 18 Y mandó a
cielo y de la tierra te dará gracia en vez sus siervos rellenar la sepultura. 19 Hizo-
de esta tu tristeza; ten valor, hija mía». Ies fiesta de bodas por espacio de catorce
días, * 20 pues antes ya le había instado
1 Cuando hubieron terminado de co a que no partieran hasta terminar los
8 mer, llevaron a la alcoba a Tobías. catorce días de boda.2* Pasados, les daría
2 El, recordando las palabras de Rafael, la mitad de su hacienda y le dejaría irse
tomó un brasero y, poniendo encima de en paz a su padre, y el resto lo recibiría
las brasas el corazón y el hígado del pez, cuando muriesen él y su mujer.
hizo humo. 3 El demonio, en cuanto olió
aquel humo, huyó al Egipto superior, 1 Llamó entonces Tobías a Rafael y
donde el ángel le ató. * 4 Una vez que 9
le dijo: 2 «Hermano Azarías, toma
quedaron los dos solos, se levantó Tobías contigo un siervo y dos camellos y vete
del estrado y dijo: «Levántate, hermana; a Ragúes de Media, a casa de Gabael,
vamos a orar para que el Señor tenga y cóbrame el dinero y tráele a él a la
misericordia de nosotros». 5 Y comenzó boda, 3 pues Ragüel me ha pedido con
Tobías, diciendo: «Bendito eres, Dios de instancia que no me vaya, 4 y mi padre
nuestros padres, y bendito por los siglos estará contando los días, y si ve que
tu nombre santo y glorioso. Bendígante tardo mucho, se morirá de pena».
los cielos y todas las criaturas. 6 Tú hi 5 Partió Rafael y se hospedó en casa de
T 11 La Ley prescribía que la hija única, heredera de sus padres, debía casarse dentro de su fa-
* milia para que el patrimonio no pasase de una a otra tribu (Núm 26,1 ss.). Claro que esto mi
rando al patrimonio, que estaba constituido por los bienes inmuebles poseídos en Canán.
14 La Ley de Hammurabi no reconoce validez a ningún contrato matrimonial que no se haga
por escrito. Entre los propios judíos de Elefantina se hallan algunos contratos matrimoniales f/n-
troducción a los libros históricos, n.7)-
Q 3 San Agustín interpreta este pasaje del diablo que huye del olor del corazón y del hígado del
^ pez quemados y es atado en el desierto por el ángel, diciendo que el ángel coartó el poder del
diablo, «potestatem eius cohibuit et frenavit». Estas metáforas tienen, sin duda, un origen anterior.
Asi, por ejemplo, los egipcios y babilonios decían que los espíritus malos gustaban de morar en los
desiertos.
19 Las solemnidades nupciales solían durar siete días; ahora se duplican por lo excepcional del
caso (Gén 29,27; Jue 14,12).
TOBÍAS 9-12 500
Gabael, a quien dio el recibo. Trajo Ga- d a el camino para ver si descubría a su
bael los talegos sellados y se los entregó. hijo. 6 Cuando creyó verle venir, dijo al
6 Madrugaron y juntos vinieron a la boda, padre: «Mira, viene nuestro hijo, y con
bendiciendo Gabael a Tobías y a su mujer. él su compañero».
7 Rafael dijo a Tobías: «Estoy seguro
A n sie d a d e s d e los p a d re s d e T o b ía s de que tu padre recobrará la vista. 8 Un
1 A 1 Entre tanto, Tobit, su padre, es- tale los ojos con la hiel; al escocerle se
1 " taba contando los días que podía frotará, se desprenderán las cataratas y
durar el viaje, y cuando éstos se pasaron verá».
y vio que su hijo no volvía, 2 comenzó a 9 Ana, corriendo, se arrojó al cuello de
decir: «Tal vez están retenidos por la su hijo, didéndole: «¡Te veo, hijo mío!
cobranza del dinero, o acaso ha muerto ¡Ahora ya puedo morir!» Y ambos llora
Gabael y no hay nadie que se lo entregue». ban. 10 Salió Tobit a la puerta, y tropezó;
3 Y se entristecía sobremanera.4 Su mujer pero el hijo corrió a él 11 y, cogiéndole,
le decía: «Sin duda que ha perecido nues derramó la hiel sobre sus ojos, diriendo:
tro hijo, porque tarda mucho». Y comen «¡Animo, padre!» i2 En cuanto le esco
zaba a llorarle, diciendo: 3 «¡Ay de mi, cieron los ojos, se frotó, 13 y se despren
hijo mío! ¿Por qué te dejé ir, luz de mis dieron las escamas. Al ver a su hijo se
ojos?» 6 Tobit le decía: «Calla, no te arrojó a su cuello 14 y, llorando, dijo:
apures; seguro que está bien». 7 Pero ella «Bendito tú, ¡oh Dios!, y bendito sea tu
replicaba: «Calla, no pretendas engañar nombre por los siglos, y benditos tam
me; seguro que ha muerto». Y todos los bién todos tus santos ángeles, 15 porque
días iba al camino por donde se fue, pa después de azotarme has tenido miseri
sando el día sin tomar bocado, y la cordia de mí y veo a Tobías, mi hijo».
noche llorando sin cesar a Tobías, su Entró su hijo contento y refirió a su
hijo. padre todas las maravillas que le habían
L a v u e lta a su s p a d re s sucedido en Media.
h» Salió Tobit a las puertas de Nínive
8 Cumplidos los catorce días de la boda, al encuentro de su nuera, contento y
que Ragüel le había rogado que pasase bendiciendo a Dios. Y cuantos le veían
con ellos, dijo Tobías a Ragüel: «Déjame se maravillaban de verle andar sin laza
partir, que mis padres habrán perdido ya rillo. 17 Tobías alababa delante de ellos
la esperanza de volver a verme». a Dios, porque había tenido misericordia
9 Pero su suegro le respondió: «Quédate de él. Así que llegó Tobit a Sara, su
aquí y yo enviaré un mensajero a tu padre nuera, la bendijo, diciendo: «Bien venida
para darle noticias de ti». 10 Mas Tobías seas, hija mía. Bendito sea Dios, que te
insistió: «Déjame ir a mi padre». 11 En ha traído entre nosotros, y benditos sean
trególe luego Ragüel su mujer, Sara, y tus padres». Fue todo esto motivo de
la mitad de la hacienda, siervos, ganados alegría para sus hermanos en N ínive.
y dinero; 12 y al despedirlos, los bendijo, 18 Llegaron Ahikar y Nadab, su sobrino,
diciendo: «Que el Dios del cielo os dé 19 y durante siete días se celebraron con
feliz viaje, hijos míos, y que vea yo vues regocijo las bodas de Tobías.
tros hijos antes de morir». 13 Y a su
hija le dijo: «Honra a tus suegros, que L a revelación d el án gel
ellos son ahora tus padres, y tenga yo 1 n 1 Llamó Tobit a Tobías y le dijo:
buenas noticias de ti». Y la besó. Edna 1 « «Mira, hijo mío, el salario que
dijo a Tobías: «Hijo mío, que el Señor has de dar a ese hombre que ha ido con
del cielo te dé una vida feliz, y a mí tigo y lo que conviene añadirle». 2 «Padre
ver a los hijos de Sara, mi hija, para que —contestó él—, no me parece mucho
me alegre en presencia del Señor. Yo te darle la mitad de lo que he traído, 3 pues
la doy como en depósito; mi hija es, no me ha vuelto sano, curó a mi mujer,
le des mala vida». cobró el dinero y a ti también te ha
curado». 4 Respondió el anciano: «Todo
1 Al punto se puso Tobías en ca se lo merece». 5 Y llamando al ángel, le
H mino, bendiciendo a Dios, que le
había dado tan feliz viaje, y bendiciendo
dijo: «Toma la mitad de todo lo que
habéis traído y vete en paz». 6 Entonces
también a Ragüel y a Edna, su mujer. el ángel, llamando a los dos aparte, les
Así caminaron hasta llegar cerca de Ní- dijo:
nive. 2 Entonces dijo Rafael a Tobías: «Bendecid a Dios y glorificarle, ensal
«Bien te acordarás, hermano, de cómo zadle, pregonad a todos los vivientes lo
hemos dejado a tu padre. 3 Vamos a ade que ha hecho con vosotros, 7 pues bueno
lantamos nosotros a tu mujer para pre es bendecir a Dios y ensalzar su nombre,
parar la casa. 4 Lleva contigo la hiel del pregonando sus obras. N o os canséis de
pez». Partieron ellos, siguiéndoles el perro. confesarle. Bueno es guardar el secreto
5 Entre tanto, Ana, sentada, miraba ha del rey, pero glorioso pregonar las obras
501 TOBÍAS 12 - 1 3
de Dios. Habéis hecho el bien y nada que El es nuestro Señor y nuestro Dios,
malo os pasará. 8 Buena es la oración Él nuestro Padre por los siglos de los
con el ayuno, y la limosna con la justicia. siglos.
Mejor es poco en justicia que mucho en 5 N os azota por nuestras iniquidades,
iniquidad. Mejor es dar limosna que acu y luego se compadece y nos reunirá
mular tesoros, 9 pues la limosna libra de de las naciones en que nos ha dis
la muerte y limpia de todo pecado. Los persado.
que practican la misericordia y la justicia 6 Si os convertís a El de todo corazón
serán colmados de felicidad, 10 mientras y con toda vuestra alma
que los pecadores son enemigos de su para practicar la verdad en su pre
propia dicha. 11 Nada os quiero ocultar. sencia.
Ya os lo he dicho: bueno es guardar los entonces se volverá a vosotros
secretos del rey, pero es glorioso revelar y no os ocultará su rostro.
las obras de DiosY12 Cuando orabais tú 7 Contemplad ahora lo que ha hecho
y tu nuera, Sara,fyo presentaba ante el con nosotros,
Santo vuestras oraciones. Cuando ente dadle gracias a boca llena,
rrabas a los muertos, también yo te asis bendecid al Señor de la justicia
tía. 13 Cuando sin pereza te levantabas y ensalzad al Rey de los siglos
y dejabas de comer para ir a sepultarlos, 8 Yo le confesaré en la tierra de mi
no se me ocultaba esa buena obra, antes cautiverio
contigo estaba yo. 14 Por eso me envió y pregonaré su poder y su majestad al
Dios a curarte a ti y a Sara, tu nuera. pueblo pecador.
1S Yo soy Rafael, uno de los siete santos Convertios, pecadores, y practicad la
ángeles que presentamos las oraciones de justicia delante de El;
los justos y tienen entrada ante la majes quizá tenga misericordia de nosotros.
tad del Santo». 9 Yo ensalzo a mi Dios, Rey de los
16 Los dos se quedaron turbados, y cacielos;
yeron sobre su rostro, llenos de temor. * mi alma se regocijará en su grandeza.
17 El les dijo: «No temáis; la paz sea con 10 Hablen todos y confiésenle en Jeru
vosotros. Bendecid a Dios siempre, pues salén;
no he venido por mi voluntad, sino por 11 Jerusalén, la ciudad del Santo.
la de Dios, por lo que a El debéis bendecir
Por las obras de tus hijos te azotará,
siempre. 18 Todos los días me hacía ver pero de nuevo se compadecerá de los
de vosotros; no comía ni bebía; lo que hijos de los justos.
vosotros veíais era una apariencia. d Aho
ra alabad a Dios, que yo me subo al que 12 Confiesa dignamente al Señor
me envió, y poned por escrito todo lo y bendice al Rey de los siglos
sucedido». para que de nuevo sea en ti
20 Se levantaron, pero no le volvieron a edificado su tabernáculo con alegría,
ver. 21 Y confesaron las grandezas y ma para que alegre en ti a los cautivos
ravillas de Dios y cómo el ángel del Señor y muestre en ti su amor hacia los des
se les había aparecido. dichados
por todas las generaciones y genera
C á n tic o d e a la b a n z a ciones.
14 i Y Tobit, en un transporte de 13 Pueblos numerosos vendrán de lejos,
lO júbilo, escribió una oración y al nombre del Señor, nuestro Dios,
dijo: trayendo ofrendas en sus manos,
«Bendito sea Dios, que vive por los ofrendas para el Rey del cielo.
siglos, Las generaciones de las generaciones
por to d o s los sig lo s perm anece su exultarán en ti.
reino. * 14 Malditos todos los que te aborrecen
2 Porque El azota y se compadece, y benditos para siempre todos los que
lleva al sepulcro y saca de él; te aman.
nadie hay que escape de su mano. 15 Alégrate y salta de gozo por los
3 Confesadle, hijos de Israel, ante las na hijos de los justos,
ciones, que serán congregados, y al Señor de
pues El nos dispersó entre ellas. los justos bendecirán,
4 Pregonad aquí su majestad, i* Dichosos los que te aman;
ensalzadle ante todos los vivientes, en tu paz se alegrarán.
1 4 Según el sentir tradicional, nadie puede ver a Dios sin morir, y esto se extendía también a
la vísta de los ángeles. Por eso, padre e hijo se turban y temen y el ángel los tranquiliza.
•J O 1 En este cántico resaltan las esperanzas de todo buen israelita. El Señor, en su justicia,
■ ^ castiga los pecados de su pueblo; pero en su misericordia tendrá piedad de él, le volverá a
la patria y hará resurgir a Jerusalén, centro del reino mesíánico.
TOBÍAS 1 3 -1 4 502
P R IM E R A P A R T E : A n te c ed e n t es al asedio de B e t u -
SUMARIO l ia ( 1 - 6 ) : Potencia de Nabucodonosor ( 1 ) . Expedición de
Holofemes (2 ). Cobarde conducta de las naciones gentiles ( 3 ) . Los judíos se prepa
ran para la guerra (4 ). Discurso de Aquior a Holofemes ( 3 ) . Respuesta de Holo
fem es (6).-—S E G U N D A P A R T E : V ictoria d e l pueblo jud ío ( 7 - 1 6 ) : Grave
situación en Betulia ( 7 ) . Judit ante los capitanes del pueblo (8 ). Su oración a
Dios (g ) . Camino del campo asirio ( 10 ) . En presencia de Holofemes ( 1 1 ) . Judit en
la cena de Holofemes ( 1 2 ) . Vuelve triunfante a la ciudad ( 1 3 ) . Ataque de los ju
díos contra los asirios ( 14 ) . L a victoria completa ( 1 5 ) . Cántico de Judit ( 16 ,1- 2 2 ) .
Fin de la historia de Judit ( 16 ,2 3 - 3 1) .
cadas y los apriscos de nuestros ganados, de Israel, que tenía su asiento en Je
todo está a tu disposición; dispón de rusalén.
todo según te plazca. 4 Y nuestras ciuda 9 Todos los hijos de Israel clamaron
des con sus moradores, siervos tuyos son; con gran instancia a Dios y se humi
ven y haz con ellos como bien te parezca». llaron con gran fervor; 10 ellos, sus mu
5 Llegados los hombres do Holofernes, le jeres y sus hijos, todos los extranjeros o
hablaron de esta forma. jornaleros, y sus esclavos, vistiéronse de
6 Descendió él con su ejército a la costa
saco. 11 Todos los israelitas, las mujeres
y puso guarniciones en Ins ciudades fuer y los niños, los moradores de Jerusalén,
tes, y de ellas enroló en su ejército gente se postraron ante el santuario, cubrieron
escogida. 7 Toda la región le recibió con de ceniza sus cabezas, mostraron sus sacos
coronas, danzas y panderos. 8 Devastó ante el Señor y revistieron de saco el
todo su territorio y taló sus bosques sa altar. 12 Todos a una clamaron al Dios
grados, y ordenó destruir todos los dioses de Israel, pidiéndole con ardor que no
de aquella tierra, para que sólo a Nabu- entregase al saqueo sus hijos, ni diese sus
codonosor adorasen todas las naciones y mujeres en botín, ni las ciudades de su
le invocaran como a Dios todas Jas len heredad a la destrucción, ni al santuario
guas y todas las tribus. * 9 Llegado al a la profanación y el oprobio, regocijando
llano de Gsdrelón, cerca de Dotán, frente a los gentiles.
a la gran llanura de Judá, 10 asentó su 13 Escuchó el Señor sus clamores y miró
campo entre Gaba y Escitópolis, donde su aflicción. Ayunaba el pueblo todos los
permaneció un mes esperando toda la días en toda Judea y en Jerusalén, ante el
impedimenta de su ejército. santuario del Señor omnipotente. 14 Joa
quim, sumo sacerdote, y todos los sacer
Llega la guerra a Judá dotes que asistían en la presencia del
Señor y le servían, ceñían de saco su
1 Así que los hijos de Israel que mo cintura al ofrecer el holocausto perpetuo
4 raban en Judá oyeron todo cuanto y los votos y las ofrendas del pueblo,
había hecho a los gentiles Holofernes, 13 y echaban ceniza sobre sus tiaras* y
general en jefe del ejército de Nabucodo- clamaban al Señor con todas sus fuerzas
nosor, rey de los asirios, y cómo había pidiendo que se dignase visitar a toda la
saqueado todos los templos y los había casa de Israel. *
destruido, 2 sintieron grandísimo miedo y
se turbaron por Jerusalén y por el templo Actitud de Holofernes ante la
del Señor, su Dios; * 3 pues recientemente resistencia de Israel
habían subido de la cautividad, y hacía
* Llegó a noticias de Holofernes, ge
poco que se había reunido todo el pueblo
de Judea, y el mobiliario y el altar y la 5
neralísimo del ejército asirio, que
casa habían sido santificados después de los hijos de Israel se preparaban para la
su profanación. 4 Enviaron, pues, a toda guerra; que habían cerrado las entradas
la región de Samaría y sus aldeas, a de las montañas y habían fortificado to
Betorón, Belmain, Jericó, Joba, Aisora y das las cumbres de los montes altos y co
al valle de Salem; 5 y ocuparon todas las locado barreras en el llano. 2 Montando
cimas de los montes altos y amurallaron en cólera, llamó a todos los príncipes de
sus aldeas, y se aprovisionaron de vitua Moab, a los capitanes de Ammón y a to
llas en previsión de la guerra, pues re dos los sátrapas de la costa, 3 y les habló
cientemente habían recogido la cosecha en estos términos: «Decidme, hijos de Ca-
de sus campos. nán, ¿qué pueblo es ese que mora en las
6 Escribió Joaquim, que por aquellos montañas? ¿Qué ciudades habitan? ¿Cuál
días era sumo sacerdote en Jerusalén, a es el número de sus soldados? ¿En qué
los moradores de Betulia y de Bet-Omes- está su fuerza y su poder? ¿A quién tienen
taim, enfrente de Esdrelón, ante la lla por rey y jefe de su ejército? 4 ¿Por qué
nura que está junto a D otán,7 diciéndoles desdeñan venir a mi encuentro, a dife
que resistiesen en las subidas de la mon rencia de todos los moradores del oc
taña, pues por ellas era el acceso a Judea, cidente?»
y como éste era estrecho, sería fácil aun
a sólo dos hombres impedir el paso a los D isc u r so d e A q u ior
que llegaban. 8 Ejecutaron los hijos de 5 Le contestó Aquior, jefe de todos los
Israel las órdenes de Joaquim, el sumo hijos de Ammón: «Escuche mi señor una
sacerdote, y del senado de todo el pueblo palabra de boca de tu siervo, y te diré la
8 Por aquí vemos que el ejército llega a la llanura de Esdrelón, entre Galilea y Samaría.
2 También Israel teme, pero no tanto por sí cuanto por la Ciudad Santa y el santuario de Dios,
que acababan de levantar, y por el culto divino, que hacía poco habían restaurado,
15 El saco y la ceniza son señales de luto, de aflicción, con que mover a Dios.
507 JÜDIT 5 * 6
verdad acerca del pueblo que habita es jeto de oprobio ante toda la tierra».*
tas montañas próximas a donde tú estás, 22 Y así que acabó Aquior de pronun
que no saldrá mentira de la boca de tu ciar estas palabras, todo el pueblo, que
siervo. 6 Este pueblo es originario de Cal estaba en torno de la tienda, rompió en
dea. 7 Habitaron primero en la Mesopo- murmullos de reprobación. Los magna
tamia; y por no seguir a los dioses de sus tes de Holofernes y todos los moradores
padres, que vivían en la Caldea, 8 la aban de la costa y de la región de Moab pidie
donaron y dejaron su culto para adorar al ron que Aquior fuese descuartizado.
Dios del cielo, el Dios que se les había 23 «Porque nunca temeremos—decí an—
dado a conocer. Los padres los arrojaron nada de los hijos de Israel. Es un pueblo
de la presencia de sus dioses, y ellos hu sin ejército, sin fuerza para sostener una
yeron a Mesopotamia, donde habitaron lucha dura. 24 Subamos, pues, y serán
muchos días. 9 Les dijo su Dios que salie pasto de todo tu ejército, señor Holofer
ran de sus moradas y se encaminaron a la nes».
tierra de Canán, donde peregrinaron, en
riqueciéndose de oro y plata y muchos Fruto inmediato del discurso de
rebaños. ^ Bajaron a Egipto, porque el A quior
hambre había invadido la tierra de Ca 1 En cuanto cesó el tumulto de las
nán, y se instalaron allí, donde hallaron
alimentos, multiplicándose hasta hacerse
6 gentes que rodeaban el consejo, dijo
Holofernes, general en jefe del ejército asi
incontable su número. 11 Pero se levantó rio, a Aquior y a los moabitas en presen
contra ellos un rey de Egipto, que los cia de todo el pueblo extranjero: «¿Quién
oprimió con trabajos de hacer ladrillos, eres tú, Aquior, y vosotros, mercenarios
y los humilló, convirtiéndolos en escla de Efraím, para profetizar como lo ha
vos. 12 Clamando a su Dios, hirió éste béis hecho hoy, diciendo que no luche
toda la tierra de Egipto con plagas, para mos contra la nación israelita porque la
las cuales no había cura, hasta que los protege su Dios? 2 ¿Qué Dios hay, si no
arrojaron los egipcios de su presencia. es Nabucodonosor? 3 Este ha enviado su
13 Secó su Dios el mar Rojo delante de ejército y los borrará de la haz de la tie
ellos 14 y los encaminó al Sinaí y a Cades- rra, sin que su Dios pueda librarlos; pero
barne; y arrojando a todos los que mora nosotros, siervos de Nabucodonosor, los
ban en el desierto, 15 habitaron en la tie aplastaremos como a un solo hombre, y
rra de los amorreos, y con su poder ani no podián resistir el empuje de nuestra
quilaron a todos los habitantes de Hese- caballería. 4 Con ella inundaremos su tie
bón. Atravesaron luego el Jordán, y se rra y bañaremos en sangre sus montañas,
osesionaron de la montaña; 16 hicieron llenaremos de cadáveres sus valles, y no
uir delante de ellos a los cananeos, a los podrán mantenerse en pie delante de nos
fereceos, a los jebuseos, a los siquemitas otros, y todos enteramente perecerán, di
y a todos los guergueseos, y habitaron ce el rey Nabucodonosor, señor de to
en esta tierra mucho tiempo. 17 Todo les da la tierra, y sus palabras no quedarán
fue bien mientras no pecaron contra su sin cumplimiento. 5 Pero tú, Aquior, mer
Dios, porque éste, que aborrece la injus cenario de Ammón, que tales discur
ticia, estaba con ellos. 18 Pero cuando se sos has tenido en este día de tu insen
apartaron del camino que les había seña satez, no volverás a ver mi rostro hasta
lado, luego fueron destruidos con muchas que yo no haya castigado a esa nación de
guerras, y llevados cautivos a tierra ex huidos de Egipto. 6 Cuando yo vuelva,
traña, y el templo de su Dios convertido atravesará tu cuerpo el hierro de mi ejér
en ruinas, y sus ciudades ocupadas por cito, y la muchedumbre de mis lanceros
los enemigos. 19 Ahora que se han con tu costado, y caerás bañado en tu sangre.
vertido a su Dios han subido de la región 7 Mis siervos te llevarán a la montaña y te
en donde estuvieron dispersos, y se apo pondrán en una de las ciudades de la su
deraron de Jerusalén, donde está su san bida, 8 y no perecerás hasta que con ellos
tuario, y se establecieron en la monta seas aniquilado. 9 Ya que tan ñrme espe
ña, que estaba despoblada. 20 Ahora, ranza tienes de que no sean conquistados,
pues, dueño y señor: ¿Hay escándalo en no se abata tu rostro. Pero de cuanto he
este pueblo? Si hay en él alguna culpa o dicho, ni una palabra caerá en el vacío».
pecado contra su Dios, entonces suba 10 Luego ordenó Holofernes a los sier
mos, que los derrotaremos. 21 Pero si no vos que estaban a su lado en la tienda que
hubiese en ellos iniquidad, pase de largo tomasen a Aquior y le llevaran a Betulia,
mi señor, porque su Dios los protegerá entregándole a los israelitas.11 Cogiéronle
y será con ellos, y vendremos a ser ob los siervos de Holofernes y le condujeron
C 21 Este relato de Aquior, además de resumir la historia de Israel, pone de relieve una ley que
^ en la historia sagrada hagiógrafos y profetas enseñan: que Dios es el refugio de Israel y que nada
tiene éste que temer mientras se mantenga fiel a Yavé.
JUDIT 6 -7 508
dicho. * 17 Los hijos de Ammón levanta les volverá sobre nosotros su misericor
ron el campo, y con ellos cinco mil asi dia el Señor, nuestro Dios, que no nos
rios, que acamparon en el valle y ocupa abandonará hasta el fin. 31 Si pasados es
ron las aguas y los manantiales de agua tos días no nos viniera ningún auxilio,
de los israelitas. 18 Subieron los hijos de yo haré lo que pedís». 32 Despidió al pue
Esaú y los de Ammón y acamparon en blo y se fue cada uno a su puesto, a los
la montaña, frente a Dotán. Pusieron lue muros y a las torres de la ciudad, y a las
go una división hacia el mediodía, hacia mujeres y a los niños los mandó a sus
el este, contra Ecrebel, que cae cerca de casas. Grande era el abatimiento que do
Husi, sobre el torrente de Mocmur, y el minaba en la ciudad.
resto del ejército asirio acampó en el lla
no, cubriendo toda la haz de la tierra. Judit
Las tiendas y la impedimenta se extendían 8 i Entonces lo supo Judit, hija de Me-
en inmensa muchedumbre, con todas sus rarí, hijo de Ox, hijo de José, hijo
gentes, que eran en extremo numerosas. de Ociel, hijo de Helcías, hijo de Elias,
19 Los hijos de Israel clamaron al Señor, hijo de Quelcías, hijo de Eliab, hijo de
su Dios, pues perdieron el ánimo al ver Natanael, hijo de Salamiel, hijo de Sara-
se cercados por sus enemigos, sin posible sadai, hijo de Israel. 2 Su marido, Mana-
escape. 20 El campo de los asirios, su in sés, era de su misma tribu y familia, y ha
fantería, sus carros y su caballería los tu bía muerto en los días de la siega de la
vieron cercados por espacio de treinta y cebada. 3 Hallándose con los atadores de
cuatro días; de manera que a los habi haces en el campo, cogió una insolación
tantes de Betulia se les agotaron todas las y cayó en el lecho, y murió en Betulia, su
aguas, 21 quedaron vacías las cisternas, ciudad. Diéronle sepultura en la de sus
sin que tuviesen para beber a saciedad padres, en el campo que hay entre D o
un día, y el agua se les distribuía con me tán y Belamón.
dida. 22 Desmayaban las mujeres y los ni 4 Vivía en su casa Judit, guardando su
ños; los jóvenes desfallecían de sed y viudez hacía tres años y cuatro meses.
caían sin fuerza en las calles de la ciudad 5 Habíase hecho un cobertizo en el terra
y en los pasos de las puertas. do de la casa y llevaba saco a la cintura,
23 Se amotinó todo el pueblo contra debajo de los vestidos de su viudez.*
Ocias y contra los jefes de La ciudad: jó 6 Ayunaba todos los días, fuera de los sá
venes, mujeres y niños, y clamaron a bados, novilunios, las solemnidades y días
grandes voces contra todos los ancianos, de regocijo de la casa de Israel. 7 Era be
diciendo:24 «Sea Dios juez entre nosotros lla de formas y de muy agraciada presen
y vosotros por habernos sometido a tama cia. Su marido, Manasés, le había dejado
ña injusticia, no proponiendo tratos de oro y plata, siervos y siervas, ganados y
paz a los asirios.25 Ahora ya no hay para campos, que ella por sí administraba.
nosotros auxilio, y Dios nos ha entrega 8 Nadie podía decir de ella una palabra
do en sus manos para que ante ellos cai mala, porque era muy temerosa de Dios.
gamos de sed y suframos completa ruina. 9 Llegaron a los oídos de Judit las
26 Ahora, pues, llamadlos y entregad la desatinadas palabras que el pueblo ha
ciudad al saqueo de las gentes de Holo- bía dirigido al jefe; vio cuán abatidos es
femes y de todo su ejército. 27 Más ven taban por la escasez del agua y supo asi
tajoso nos será entregarnos a ellos, por mismo la respuesta de Ocias, jurando en
que siquiera, siendo siervos suyos, vivi tregar la ciudad a los asiríos pasados cinco
remos y no veremos con nuestros ojos la días.10Envió a su sierva, la que tenía pues
muerte de nuestros niños y consumidas ta sobre todos sus bienes, e hizo llamar a
nuestras mujeres y nuestros hijos. 28 Os los ancianos de la ciudad, Ocias, Cabris
conjuramos por el cielo y la tierra, por y Carmis, 11 y cuando llegaron les dijo:
nuestro Dios y Señor de nuestros padres, «Escuchadme, príncipes de la ciudad de
que nos castiga según nuestros pecados Betulia: N o es acertado lo que hoy ha
y según las transgresiones de nuestros pa béis dicho al pueblo, como tampoco el
dres, que desistáis». 29 Se produjo un gran juramento que habéis interpuesto entre
llanto en medio de la asamblea, y todos Dios y vosotros diciendo que entregaríais
a una clamaron a grandes voces al Señor la ciudad a vuestros enemigos si en esos
Dios. días no viniere el Señor en vuestro auxi
30 Dijoles Ocias: «Tened ánimo, her lio. i2 ¿Quiénes sois vosotros para tentar
manos; esperemos cinco días, en los cua a Dios, los que estáis constituidos en lu-
16 Era la táctica antigua ante una ciudad fuertemente fortificada. Por eso el asedio de Samaría
por los asirios duró tres años y casi lo mismo el de Jerusalén por los caldeos. Por esto mismo, los
extremos del hambre eran tan horrorosos en la ciudad sitiada (2 Re 6,26 ss.).
O 5 Judit es el tipo de la piedad israelita, semejante a aquella viuda que San Lucas nos muestra
u sirviendo al Señor en el templo, en oración y ayuno desde su temprana viudez.
JUDIT 8-9 510
gar de Dios en medio de los hijos de los sino para examinar su corazón, así tam
hombres? 13 ¿Al Dios omnipotente pre bién a nosotros nos azota, no para cas
tendéis poner a prueba? ¿No acabaréis tigo, sino para amonestación de los que
de aprender? 14 Si no podéis sondear la le servimos». *
profundidad del corazón humano ni com 28 Ocias le respondió; «Todo cuanto
prender sus pensamientos, ¿cómo vais a has dicho es salido de un buen corazón,
escudriñar a Dios, el Creador de todas y no hay quien a tus palabras pueda opo
las cosas; a penetrar su mente y compren ner nada. 29 No es hoy cuando tu sabidu
der sus pensamientos? De ningún modo, ría se descubre; desde el principio de tus
hermanos, irritéis al Señor, Dios nuestro; días conoció todo el pueblo tu inteligen
15 que si no quisiere ayudarnos en los cin cia y tu buen corazón. 30 Pero es mucho
co días, poder tiene para protegemos en lo que el pueblo padece por la sed, y esto
el día que quisiere o para destruirnos en nos obligó a hablar como hablamos y a
presencia de nuestros enemigos.16 No pre hacer el juramento que no quebrantare
tendáis hacer fuerza a los consejos del Se mos. 31 Ruega por nosotros, tú que eres
ñor, Dios nuestro, que no es Dios como mujer piadosa, y el Señor enviará lluvia
un hombre que se mueve con amenazas que llene nuestras cisternas para que no
ni como un hijo del hombre que se rinde. perezcamos».
17 Por tanto, esperando la salud, clame 32Díjoles Judit: «Escuchadme: Yo me
mos a El que nos socorra. Si fuese su be propongo realizar una hazaña que se re
neplácito, oirá nuestra voz. 18 Porque no cordará de generación en generación en
hay en nuestra generación ni se conoce tre los hijos de nuestra raza. 33 Vosotros
en nuestros días tribu, ni familia, ni reli estaos esta noche a la puerta; yo saldré
gión, ni ciudad que adore dioses fabrica con mi sierva, y en los días que pusisteis
dos, como sucedía en los tiempos anti por término para entregar la ciudad a
guos, 19 por causa de los cuales fueron vuestros enemigos, visitará el Señor a Is
entregados nuestros padres a la espada y rael por mi mano. 34 No tratéis de averi
al saqueo y cayeron con gran estrago de guar mis planes, que no os los manifes
lante de sus enemigos. 20 Pero nosotros taré mientras no haya dado remate a lo
no conocemos otro Dios fuera de él, por que me propongo ejecutar».
donde esperamos que no nos desatenderá 35 Y le contestaron Ocias y los jefes:
ni a nosotros ni a ninguno de nuestro li «Vete en paz, y que el Señor vaya delan
naje. 21 Considerad que si nosotros fuéra te de ti para que nos vengues de nuestros
mos tomados, toda Judea sería destruida enemigos». 30 Y saliendo del cobertizo se
nuestro santuario saqueado, y entonces fueron.
ios nos pediría cuenta de su profana Oración de Judit
ción. 22 Y la matanza de nuestros herma
nos, y el cautiverio de la tierra, y la deso 1 Judit, postrándose rostro a tierra,
lación de nuestra heredad la haría el Se
ñor recaer sobre nuestras cabezas, en me
9 echó ceniza sobre su cabeza y descu
brió el cilicio que llevaba ceñido. Era pre
dio de las naciones a quienes sirviéramos, cisamente la hora en que se ofrecía en
siendo escándalo y ludibrio a los ojos de Jerusalén, en la casa de Dios, el incienso
nuestros dueños. 23 Ni sería nuestra ser de la tarde, cuando clamó Judit con gran
vidumbre para nuestro bien; antes, en voz al Señor, diciendo: *
nuestra deshonra la volvería el Señor, 2 «Señor, Dios de mi padre Simeón, en
Dios nuestro. 24 Y ahora, hermanos, mos cuya mano pusiste una espada para to
tremos a nuestros conciudadanos que de mar venganza de los extranjeros que ha
nosotros pende no sólo nuestra vida, sino bían violado a una doncella para su des
que el santuario, el templo y el altar sobre honra, poniendo al descubierto sus mus
nosotros se apoyan. 25 Demos gracias al los para vergüenza y profanando su seno
Señor, nuestro Dios, que nos prueba, para oprobio. 3 Contra lo que tú tenías
igual que a nuestros padres. 26 Recordad mandado que se hiciese obraron ellos, y
cuanto hizo con Abraham, cómo probó por eso entregaste sus príncipes a la muer
a Isaac y qué cosas sucedieron a Jacob en te, y su lecho, testigo de sus engaños, lo
Mesopotamia de Siria cuando apacenta cubriste de sangre; heriste a los siervos
ba las ovejas de Labán, su tío. 27 Pues así con sus príncipes, y a éstos sobre su tro
como aquéllos no los pasó por el crisol no. 4 Diste sus mujeres en presa y sus hi-
27 Este discurso de Judit a los jefes del pueblo muestra la grandeza de su fe y el alto concepto
que tiene del soberano poder de Dios, que, sin duda, cumplirá sus promesas, pero que es libre para
elegir el tiempo y el modo de cumplirlas. Si tarda, es que quiere probarnos; pero no dejará de venir
en nuestro auxilio.
Q 1 La oración se inspira en los mismos sentimientos antes expresados a los jefes del pueblo.
Algo de extraño tiene la súplica pidiendo eficacia para los medios que se propone emplear.
Véase lo dicho en la Introducción, según la doctrina de Santo Tomás.
511 JUD IT 9-10
jos al cautiverio, y todos sus bienes en rido Manasés, 4 calzóse las sandalias, se
reparto a tus hijos predilectos, que se abra puso los brazaletes, ajorcas, anillos y are
saban en celo por ti, abominaban la im tes y todas sus joyas, y quedó tan atavia
pureza de la sangre de aquéllos y te in da, que seducía los ojos de cuantos hom
vocaron en su auxilio. Dios, Dios mío, bres la miraban. 5 Entregó a su sierva una
escucha a esta pobre viuda. 5 Tú, en efec bota de vino y un frasco de aceite, llenó
to, ejecutas las hazañas, las antiguas, las una alforja de panes de cebada, de tortas
siguientes, las de ahora, las que vendrán de higos y de panes limpios, envolviéndo
después; 6 tú planeaste lo que estaba por lo todo en paquetes, y se lo puso a la
venir, y sucedía como tú lo habías decre esclava a las espaldas.
tado, y se presentaba a ti, diciendo: He 6 Al salir por la puerta de la ciudad de
me aquí. Pues todos tus caminos están Betulia, encontró al prefecto de la ciudad,
dispuestos y previstos tus juicios. 7 Mira Ocias, y a los ancianos Cabris y Carmis,
que los asirios tienen un ejército podero 7 los cuales, al verla y notar su rostro mu
so, se engríen de sus caballos y jinetes, se dado y sus ricos vestidos, quedaron so
enorgullecen de la fuerza de sus infantes, bremanera maravillados de su belleza, y
tienen puesta su conñanza en sus broque le dijeron: 8«Dios, el Dios de nuestros
les, en sus lanzas, en sus arcos y en sus padres, te dé gracia y lleve al cabo tus
hondas, y no saben que tú eres el Señor proyectos para gloria de Israel y exalta
que decide las batallas, cuyo nombre es ción de Jerusalén». Y adoraron a Dios.
Yavé. 8 Quebranta su fuerza con tu po 9 Ella les dijo: «Ordenad que se me abran
der, pulveriza su fuerza con tu ira, por las puertas de la ciudad, y saldré a reali
que han resuelto violar tu santuario, pro zar lo que con vosotros he hablado».
fanar el tabernáculo en que se posa tu glo Y ordenaron a los jóvenes que le abriesen
rioso nombre y derribar con el hierro los las puertas, como eLLa había dicho. 10 Hi
cuernos de tu altar. 9 Pon los ojos en su riéronlo así, y Judit salió seguida de su
soberbia, descarga tu cólera sobre su ca sierva. La gente de la ciudad estuvo mi
beza, dame a mí, pobre viuda, fuerza para rándola hasta que, bajando el monte, atra
ejecutar lo que he premeditado. io Hiere vesó el valle y la perdieron de vista.
con la seducción de mis labios al siervo U Siguiendo la dirección del valle, ca
con el principe y al príncipe con el siervo, minaron hasta que les salió al paso una
y quebranta su orgullo por mano de una avanzada de los asirios,12 que la cogieron
mujer. 11 Que no está tu poder en la mu y le preguntaron: «¿Quién eres tú y de
chedumbre ni en los valientes tu fuerza; dónde vienes y adónde vas?» A lo que
antes eres tú el Dios de los humildes, el ella contestó: «Soy una hija de los hebreos,
amparo de los pequeños, el defensor de que voy huyendo de su presencia, porque
los débiles, el refugio de los desampara están a punto de seros dados en presa.
dos y el salvador de los que no tienen es 13 Voy a presentarme a Holofemes, gene
peranza. 12 Sí, sí. Dios de mis padres y ral en jefe de vuestro ejército, para comu
Dios de la heredad de Israel, Señor de nicarle noticias verdaderas; quiero indi
los cielos y de la tierra, Creador de las carle el camino por donde puede subir y
aguas, Rey de toda la creación; escucha dominar toda la montaña, sin que perez
mi plegaria 13 y dame una palabra seduc ca ni uno solo de sus hombres».
tora que cause heridas y cardenales en 14 Cuando oyeron tales palabras y con
aquellos que han resuelto crueldades con templaron su rostro, que les pareció ma
tra tu alianza, contra tu santa casa, con ravilloso por su extraordinaria belleza,
tra el monte de Síón, contra la casa que le dijeron: 15«Has salvado tu vida apre
es posesión de tus hijos. 14 Haz que todo surándote a bajar a nuestro señor; ve,
tu pueblo y cada una de sus tribus reco pues, a su tienda, que de los nuestros te
nozca y sepa que tú eres el Dios de toda acom pañarán hasta entregarte a él.
fortaleza y poder y que no hay otro fuera 16 Cuando estés en su presencia, no temas,
de ti que proteja al linaje de Israel». comunícale esas noticias y serás bien tra
tada». 17 Escogieron de ellos cien hom
Sale Judit para el cam p o asirio bres, que la acompañaron a ella y a su
4 A 1 Una vez que cesó de clamar al sierva, conduciéndolas a la tienda de Ho-
+ U Dios de Israel y acabó todo esto, lofernes. 18 Corrió por las tiendas la voz
2 se levantó de su postración, y, llamando de su venida, y se juntó un gran concurso
a la esclava, bajó a la casa en que solía en el campamento, que la rodeó mientras
morar los sábados y las festividades. 3 Se estuvo fuera de la tienda de Holofemes,
quitó el saco que llevaba ceñido y se des esperando ser presentada.19 Todos se ma
pojó de los vestidos de viudez; bañó en ravillaban de su belleza, y por ésta, de los
agua su cuerpo, se ungió con ungüentos, hijos de Israel, diciéndose unos a otros:
aderezó los cabellos de su cabeza, púsose «¿Quién se atreverá a despreciar a este
encima la mitra, se vistió el traje de fiesta pueblo que tales mujeres tiene? No se debe
con que se adornaba cuando vivía su ma dejar ni una sola de éstas, porque las que
JUDIT 10*11 512
quedaren serían capaces de seducir a toda lo qne había hablado en tu presencia.
la tierra». 20 Salieron los que hacían la io Por esto, dueño y señor mío, no eches
guardia cerca de Holofernes y todos sus en olvido ninguna de sus palabras; guár
servidores y la introdujeron en la tienda. dalas en tu corazón, que son verdaderas.
21 Hallábase Holofernes descansando en Nunca nuestro linaje es castigado ni la
su lecho, bajo un dosel tejido de púrpura espada prevalece contra ellos si no han
y oro y cuajado de esmeraldas y otras pie pecado contra Dios, n Ahora, para que
dras preciosas. mi señor no sea rechazado y fracase, ya
22 En cuanto se la anunciaron, salió a la muerte se abate sobre ellos y se apo
la antecámara, precedido de lámparas de dera de ellos el pecado con que han irri
plata.23 Llegada Judit a presencia de Ho- tado a su Dios. Seguramente que han co
lofemes y de sus servidores, todos se que metido un gran pecado, * 12 ya que se les
daron maravillados de la belleza de su han agotado las provisiones, el agua es
rostro. Postróse ante ¿1, pero los servido casea y han resuelto matar sus ganados,
res la levantaron. y beber su sangre, y comer cuanto D ios
en sus leyes les ordenó que no comieran,
Judit, ante Holofernes 13 y hasta las primicias del trigo, los diez
mos del vino y del aceite, que, como cosas
1 Di jóle Holofernes: «Ten buen áni santas, están reservadas a los sacerdotes
H mo, mujer, y no te intimides, que que en Jerusalén asisten en la presencia
yo nunca hice daño a nadie que estuviera de nuestro Dios, a pesar de que a ninguno
dispuesto a servir a Nabucodonosor, rey del pueblo le es licito tocarlo con las ma
de toda la tierra. 2 Si ese tu pueblo que nos. 14 Han enviado mensajeros a Jeru
-habita en la montaña no me hubiera des salén, donde también sus moradores han
preciado, nunca yo levantara contra ellos hecho lo mismo, para que obtengan el
mi lanza; pero ellos lo han querido. perdón del senado; 13 y sucederá que en
3 Ahora dime por qué has huido de cuanto les llegue la noticia lo harán, y
ellos, viniéndote a nosotros. En verdad entonces, para mina suya, te serán en
te has salvado. Ten ánimo, que salva se tregados. 16 Por lo cual yo,. tu sierva., sa
rás esta noche y en lo futuro. 4 Nadie se bedora de todas esas cosas, huí de ellos
atreverá a ofenderte; antes todos te ha y Dios me envía a ejecutar en ti una cosa
rán bien, como se hace a los siervos de mi de que se maravillará toda la tierra cuan
señor el rey Nabucodonosor». do la oyeren.17 Pues tu sierva es temerosa
5 Judit le respondió: «Oye las palabrasdel Dios del cielo, a quien día y noche
de tu esclava y deja que te hable tu sierva, sirve. Por ahora me quedaré aquí, señor
que no diré a mi señor esta noche cosa mío, y a la noche me iré al valle a orar a
que no sea verdad. 6 Si sigues las indica mi Dios; 18 y cuando ellos hayan come
ciones de tu esclava, seguramente que tido esos pecados, él me lo dirá y yo ven
Dios acabará por ti el negocio y no fra dré a comunicártelo. Tú entonces saldrás
casará mi señor en su empresa. 7 Pues por con tu ejército, al que nadie podrá resis
la vida de Nabucodonosor, rey de toda tir. 19 Yo misma te guiaré por en medio
la tierra, y por el poder de quien te ha de Judea hasta llegar a Jenisalén y haré
enviado para reducir al buen camino a que te sientes en medio de ella y los con
todos los vivientes, que no sólo los hom duzcas como ovejas sin pastor. N i un
bres serán por ti reducidos a su servidum perro ladrará contra ti. Todo esto me ha
bre, sino que aun las mismas fieras del sido comunicado por revelación, y para
campo y los ganados y las aves del cielo, anunciártelo he sido yo enviada».
por tu fortaleza, vivirán bajo el gobierno 20 Mucho agradaron semejantes discur
de Nabucodonosor y de toda su casa. sos a Holofernes y a todos sus servidores,
8 En verdad, a nuestros oídos ha llegado y maravillados de su sabiduría decían:*
la fama de tu sabiduría y la de tu gran 21 «De un extremo a otro de la tierra no
inteligencia, y por toda la tierra se ha hay mujer de tan hermoso rostro y de
corrido la noticia de que tú eres el mejor tan discretas palabras».22 Contestóle Ho-
de todo el reino, el que más vale por la lofemes: «Bien ha hecho Dios en enviarte
ciencia y el más admirable por el arte de delante del pueblo para entregarlo en
la guerra. 9 Sabemos las palabras que nuestras manos y perder a los que des
AquioT habló en tu consejo y hemos oído precian a mi señor. 23 Cuanto a ti, muy
sus dichos, pues las gentes de Betulia se hermosa eres y muy discreta en tus pala
apoderaron de él, y él les comunicó todo bras. Si haces cuanto has dicho, tu Dios
1 1 11 Confirma la sentencia de Aquior; peí 3 añade que, sin duda, Israel tiene irritado a su
* * Dios y no podrá contar con él. En el apri :to en que se hallan se han atrevido a comete
graves sacrilegios contra las cosas santas.
20 Holofernes, el generalísimo del ejércitorio,
asi carece ya de iniciativa. Subyugado por la her-
mesura de Judit, hasta se olvida del mandato qi le trae de hacer reconocer a Nabucodonosor por
único Dios.
518 JU D IT 11-15
será mi Dios y tendrás un asiento en la 15 Al punto se vistió y se atavió de
casa del rey Nabucodonosor y tu fama todo su aderezo femenil. Su sierva fue y
se extenderá por toda la tierra. le preparó en el suelo, enfrente de H o
lofemes , las pieles que había recibido de
E l banquete de H olofem es Bagoas para su uso cotidiano, para que,
| €% i Mandó Holofemes que la aloja- sentada en ellas, comiese. 16 Entró Judit
1 ^ ran en donde guardaba su vajilla y se sentó. El corazón de Holofemes que
de plata» y dispuso proveerle la mesa de dó prendado de ella, su alma hervía en
sus propios manjares y darle a beber de deseos de unirse a ella. Desde el día que
su vino. 2 Pero Judit dijo: «No comeré la vio estaba aguardando una ocasión
de tus manjares, pues podrían ser para para rendirla.17 Díjole Holofemes: «Bebe
mí tropiezo; comeré de lo que traigo y alégrate con nosotros». 18 Y contestó
conmigo». 3 Holofemes le contestó; «Y Judit: «Beberé, señor, que yo tengo este
cuando se agoten las provisiones que traes, día por el más grande de toda mi vida».
¿de dónde podremos traer otras semejan 19 Tomó lo que la sierva le había prepa
tes para darte? Porque no hay entre nos rado, y comió en presencia de Holofer-
otros ninguno de tu nación». 4 A lo que nes, 20 el cual se alegró sobremanera con
Judit respondió: «Juro por tu vida, mi ella, y bebió tanto vino, cuanto jamás
señor, que no consumirá tu sierva las lo había bebido desde el día que nació.
provisiones que consigo trae antes que
D ios realice por mi mano lo que tiene E l g o lp e d ecisivo
resuelto». <1 O 1 Cuando ya se hizo tarde, los sier-
5 *
La introdujeron los servidores de H o vos de Holofemes se salieron apri
lofemes en la tienda, y durmió hasta la sa, y Bagoas cerró por fuera la tienda e
medianoche; levantándose a la vigilia ma hizo a todos retirarse de la presencia de
tutina, 6 envió a decir a Holofemes: «Rue su señor, y se fueron a sus lechos, pues
go a mi señor ordene que sea permitido estaban rendidos, porque el banquete ha
a tu sierva salir a hacer oración». 7 Y bía sido largo. 2 Quedó Judit sola en la
radtenó H olofem es a los de su guardia tienda, y Holofemes tendido sobre su
que no la estorbasen. Así permaneció lecho, todo él bañado en vino. 3 Dijo
tres días en el campamento, saliendo cada Judit a su sierva que se quedase fuera
noche al valle de Betulia para bañarse de la alcoba y aguardara su salida como
en el agua de la fuente. 8 Cuando iba, en los días pasados, añadiéndole que sal
oraba al Señor Dios de Israel que diri dría a su oración. Lo mismo había dicho
giese sus pasos, para exaltación de los a Bagoas. 4 Habíanse ido ya todos, sin
hijos de su pueblo. * 9 Luego que entraba quedar nadie, ni pequeño ni grande, en
limpia, permanecía en la tienda hasta que la estancia. Puesta entonces en pie junto
le traían la comida, a la calda de la tarde. al lecho de Holofemes, dijo en su cora
10 Al cuarto día dio Holofemes un ban zón: «Señor, Dios todopoderoso: Mira
quete sólo a sus servidores, sin invitar a en esta hora la obra de mis manos para
ninguno de sus oficiales.11Y el eunuco Ba- exaltación de Jerusalén, 3 pues ésta es la
goas, que tenía la intendencia de todas ocasión de acoger tu heredad y de ejecu
sus cosas, le dijo: «Ve y persuade a esa tar mis proyectos, para ruina de los ene
mujer hebrea que tienes encomendada, migos que están sobre nosotros». 6 Y
que venga acá a comer y beber con nos acercándose a la columna del lecho que
otros. 12 Sería vergonzoso que despidiéra estaba a la cabeza de Holofemes, des
mos a tal mujer sin tener comercio con colgó de ella su alfanje; 7 llegándose al
ella; porque si no la conquistáramos, se lecho, le cogió por los cabellos de su
iría riendo de nosotros». 13 Salió Bagoas cabeza y dijo: «Fortaléceme, Dios de Is
de la presencia de Holofemes, y vino a rael, en esta hora». 8 Y con toda su fuer
Judit, diciéndole: «No vacile esta hermo za le hirió dos veces en el cuello, cor
sa sierva en venir a mi señor, para ser tándole la cabeza. 9 Envolvió el cuerpo
honrada de él y alegrarse bebiendo vino en las ropas del lecho, quitó de las co
con nosotros, haciéndose este día como lumnas el dosel y, cogiéndolo, salió en
una hija de los asirios que asisten en el seguida, entregando a la sierva la cabeza
palacio de Nabucodonosor». 14 Judit le de Holofemes, 10 que ésta echó en la
contestó: «¿Quién soy yo para contrade alforja de las provisiones, y ambas sa
cir a mi señor? Todo lo que fuere grato lieron juntas como de costumbre.
a sus ojos lo haré con presteza, y será Atravesado el campamento, rodearon
esto motivo de alegría para mi hasta el valle y subieron al monte de Betulia,
el fin de mi vida». hasta llegar a las puertas de la ciudad.
1 O 8 Las leyes de la santidad aplicadas a las comidas eran muy graves, como vemos en el Nuevo
* Testamento. Judit no quiere contaminarse, y por eso lleva consigo sus manjares y sale al
campo a hacer sus purificaciones sin ocultárselo a sus enemigos.
Náoar-Colunga 17
JUDIT 1 3 -1 4 514
11 Gritó de lejos Judit a los que hadan dia de los asirios, pero sin bajar. 3 Ellos,
la guardia sobre las puertas: «Abridnos, tomando sus armas, se encaminarán a
abridnos las puertas; Dios, nuestro Dios, su campo para despertar a los jefes del
está con nosotros para mostrar una vez ejército asirio e irán a la tienda de Ho-
más su fuerza en Israel y su poderío lofernes; y al no hallarle, se apoderará
contra los enemigos, como hoy acaba de de ellos el temor y huirán ante vosotros.
hacerlo». *2 Y en cuanto los hombres de 4 Se unirán a vosotros en la persecución
la ciudad oyeron su voz, se dieron prisa todos los habitantes de toda la montaña
en bajar a la puerta y avisaron a los an de Israel y los desbarataréis por los ca
cianos de la ciudad. 13 Todos, desde el minos. 3 Pero antes de hacer esto llamad
pequeño hasta el grande, concurrieron, a Aquior el amonita, para que vea y
porque era para ellos inesperada la lle reconozca la cabeza del que despreció
gada de Judit. Abrieron la puerta, las a la casa de Israel y nos lo envió como
recibieron y, encendiendo fuego para destinado a la muerte.
alumbrar, la rodearon. 6 Hicieron venir a Aquior de casa de
14 Judit, levantando la voz, les dijo:Ocias. Cuando aquél llegó y vio la cabeza
«Alabad a Dios, alabadle, alabad a Dios, de Holofernes en las manos de un hom
que no ha apartado su misericordia de bre en medio de la asamblea del pueblo,
la casa de Israel; antes, por mi mano, cayó sobre su rostro, sintiéndose desfa
ha herido esta noche a nuestros enemi llecido. 7 Levantáronle, se arrojó a los
gos». 15 Y sacando de la alforja la ca pies de Judit y, humillándose en su pre
beza, se la mostró diciendo: «Ahí tenéis sencia, dijo: «Bendita seas tú en todas
la cabeza de Holofemes, el general en las tiendas de Judá y en todas las nacio
jefe del ejército asirio, y ahí el dosel bajo nes. Cuantos oigan tu nombre quedarán
el que yacía en su embriaguez aquel a asombrados. &Dime ahora lo que has
quien el Señor hirió por la mano de una hecho en estos días». Y en medio de todo
mujer. 16 Yo juro por el Señor, que me el pueblo le contó Judit cuanto había
ha guardado en todos mis pasos, que mi hecho desde el día de su salida hasta el
rostro le sedujo para perdición suya, pero momento en que les hablaba. 9 Cuando
que no cometió contra mí pecado alguno acabó de hablar prorrumpió el pueblo en
que pudiera mancillarme o avergonzar grandes aclamaciones y resonaron en la
me». 17 Todo el pueblo quedó estupe ciudad los gritos de alegría.
facto, y, doblando las rodillas, adoraron 10 Viendo Aquior lo que el Dios de
a Dios, diciendo a una voz: «Bendito Israel había hecho, creyó en El, y se cir
seas, Dios nuestro, que has aniquilado cuncidó la carne de su prepucio y hasta
en este día a los enemigos de tu pueblo». el día de hoy quedó agregado a la casa
18 Ocias le dijo: «Bendita tú, hija delde Israel. *
Dios Altísimo, sobre todas las mujeres 11 En cuanto despertó la aurora, col
de la tierra y bendito el Señor Dios, que garon del muro la cabeza de Holofernes,
creó los cielos y la tierra y te ha dirigido y todos los hombres de Israel tomaron
hasta aplastar la cabeza del jefe de nues sus armas y en escuadrones salieron a
tros enemigos. 19 Tus alabanzas estarán las subidas del monte. 12 Así que los asi
siempre en la boca de cuantos tengan rios los vieron, dieron aviso a sus oficia
memoria del poder de Dios. 20 Haga El les, y éstos a sus jefes y a sus generales.
que esto sea para tu eterna gloria y cól 13 Llegando a la tienda de Holofernes,
mete de todo bien, pues no has perdona dijeron al que estaba de guardia: «Di
do tu vida por librar a tu pueblo. En que despierten en seguida a nuestro se
nuestra caída has sido su socorro, an ñor, porque estos esclavos se han atre
dando rectamente en la presencia de nues vido a bajar contra nosotros en son de
tro Dios». Y el pueblo contestó: «Amén, guerra, pretendiendo aniquilarnos».
amén». 14 Entró Bagoas y llamó agitando la
cortina de la tienda, pues suponía él que
E l golpe de Ju d it, descubierto en el estaría durmiendo con Judit. 15 Y como
cam po asirio nadie le respondía, corrió la cortina y,
1 Y dijoles Judit: «Oídme, herma entrando en la alcoba, le encontró ten
U nos: Coged esta cabeza y colgadla dido sobre el estrado, muerto y con la
de las murallas. 2 Y en cuanto amanezca cabeza cortada. 16 Gritó en medio de llan
y el sol se derrame sobre la tierra, tome tos, lamentos y fuertes voces y rasgó sus
cada uno sus armas y salid todos los vestiduras 17 Entró luego en la tienda en
hombres de guerra fuera de la ciudad, que estaba alojada Judit y, no hallán
con el jefe al frente; haréis ademán de dola, salió corriendo al pueblo y gritó:
bajar al valle contra los puestos de guar 18 «¡Esas esclavas nos han traicionado!
10 Aquior queda convertido en un prosélito del judaismo, al que se agregó por la fe en
U Dios y por la circuncisión (cf. Ez 12,48).
515 JUDIT 1 4 - 1 6
E S T E R 1
1. E l libro de Ester es, en el fondo, parecido al de Judit, y uno mismo parece haber
sido el propósito del autor que lo escribió. Recibe su nombre de la heroína que er
figura principal. Es su argumento una persecución de que la nación judía fue objeto
en el imperio persa durante el reinado de Jerjes I (485-465). Consta de dos partes.
L a primera, protocanónica ( 1 ,1 - 1 0 ,3 ) , en lengua hebrea, forma el núcleo de la
historia. L a narración pone en claro que la causa de la persecución era la nacionalidad
de Israel, sus leyes, sus instituciones, por las que se distingue de otros pueblos; pero
no aparece en ella el nombre de Dios. Parece manifiesto el propósito del autor de
callarlo. A esta parte primera se añaden ciertos complementos deuterocanónicos (10 ,
4 -16 ,24 ), que sólo se han conservado en griego, y en los que se encarece la piedad
de los protagonistas. Sobre el origen de esta distinción se dan diversas explicaciones,
sin que ninguna se acerque siquiera a la certeza.
Respecto de la forma literaria de este libro, deben hacerse las mismas observaciones
517 ESTER * 1 1 - * 1 2
que de los dos que le preceden, y debe resolverse el problema en conformidad con la
doctrina de Su Santidad Pío X II.
2. Para entender el libro hay que hacerse cargo de la concepción antigua sobre las
relaciones entre las divinidades y los pueblos que las veneraban. Yavé es el Dios de
Israel; éste es el único pueblo que le conoce y sirve, pues las demás naciones le ignoran.
L a causa de Dios en el mundo está, pues, ligada a la causa de Israel. De aquí nace
el alto concepto que de sí tiene Israel. Ante él y sus derechos son nada en la presencia
de Dios las demás naciones. Para hacerse cargo de la narración, tenga presente el
lector que en estas vastas regiones del Asia, donde en el curso de los siglos se han
sucedido tantos imperios y han dominado tantas religiones y tantas razas, han exis
tido desde muy antiguo odios profundos, causa de espantosas matanzas, como la que
sufrió en los días de la primera guerra europea la nación cristiana de los armenios
de parte de los musulmanes, con él asentimiento y hasta con la cooperación de las
autoridades turcas. Este hecho hace verosímil la narración de las matanzas que
cuenta el libro de Ester.
f>| 1 3 Las porciones deuterocanónicas (10,4-16,26), escritas en griego, fueron traducidas por
■ 1 San Jerónimo y añadidas al fin del libro, a continuación de las protocanónicas (1,1-10,13).
Como estas adiciones se ordenan a declarar distintos puntos de la historia, hemos optado por in
troducirlas en los lugares que según su contenido les corresponde, señalándolas con un asterisco.
Este Artajerjes es una traducción equivocada del original Asuero, que corresponde a Jerjes I
(485-465)*
3 Es la primera cautividad del año 597, en la que fue también llevado el profeta Ezequiel. Ya
se deja entender que Mardoqueo no pudo ser de aquellos cautivos, sino descendiente de ellos.
■ £•* 4 Este detalle histórico es la explicación de los honores concedidos luego a Mardoqueo
I“ (6,1 ss.).
ESTER * 1 2 - 2 518
palacio y le otorgó otras mercedes. * Pero los cuales tenía junto a si a Carsena, Se-
Amán, hijo de Amasata, agagitn, que tar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y
gozaba de gran crédito ante el monarca, Memucan, siete príncipes de Persia y de
buscaba cómo perder a Mardoqueo y a Media, que asistían al rey y ocupaban
su pueblo por la delación do Jos eunucos el primer rango en su reino, 15 qué ley
del rey* habría de aplicarse a la reina Vasti por
no haber hecho lo que el rey le había
G ran festín d e A su ero mandado por medio de los eunucos.
16 Memucan respondió ante el rey y
1 En tiempo de Asuero, el Asuero
I que reinó, desde la India hasta la
Etiopía, sobre ciento veintisiete provin
los príncipes: «No es sólo al rey a quien
ha ofendido la reina Vasti; es también
a todos los príncipes y a todos los pue
cias, * 2 mientras se sentaba sobre su trono blos de todas las provincias del rey
real en Susa, la capital, 3 el año tercero Asuero, 17 porque lo hecho por la reina
de su reinado dio un festín a todos sus llegará a conocimiento de todas las mu
príncipes y servidores. Los comandantes jeres y será causa de que menosprecien
del ejército de los persas y de los medos, a sus maridos, pues dirán: El rey Asuero
los grandes y los jefes de las provincias, mandó que llevasen a su presencia a la
se reunieron en su presencia, 4 y él hizo reina Vasti y ella no fue; *8 y desde hoy
muestras de la espléndida riqueza de su las princesas de Persia y de Media que
reino y de la brillante magnificencia de su sepan lo que ha hecho ía reina se lo di
grandeza durante muchos días, 5 durante rán a todos los príncipes del rey, y de
ciento ochenta dias. Pasados éstos, el rey aquí vendrán muchos desprecios y mucha
dio a todo el pueblo de Susa, la capital, cólera. 19 Si al rey le parece bien, haga
desde el más grande hasta el más peque publicar e inscribir entre las leyes de los
ño, un festín, que duró siete días, en los persas y de los medos, con prohibición
jardines del palacio real. 6 Cortinajes de traspasarlo, un real decreto mandan
blancos, verdes y azules pendían de co do que la reina Vasti no parezca más de
lumnas de mármol, sujetos con cordones lante del rey Asuero, y dé el rey la digni
de lino y de púrpura a anillos de plata. dad de reina a otra que sea mejor que
Lechos de oro y de plata estaban sobre ella. 20 El edicto del rey será conocido
un pavimento de pórfido, alabastro, már en todo su reino, por grande que es, y
moles de varios colores y nácar. 7 Ser todas las mujeres honrarán a sus maridos,
víase el vino en vasos de oro de diversas desde el más grande hasta el más pe
configuraciones y se servía con real abun queño».
dancia, gracias a la generosidad del rey; 21 Aprobó el rey este parecer e hizo lo
sro a nadie se le obligaba a beber,
r pues había mandado el rey a todas las
gentes de su casa que se hiciese confor
que le aconsejaba Memucan, 22 mandan
do cartas a todas las provincias del reino,
a cada una según su escritura y a cada
me a la voluntad de cada cual. 9 También pueblo según su lengua, en las que se
la reina Vasti dio un festín a las mujeres mandaba que todo hombre había de ser
en el palacio real del rey Asuero. * el amo en su casa y que se divulgase
esto entre todos los pueblos.
D eso b ed ien cia de la reina Vasti y su
desgracia Ester, reina
1 Después de esto, cuando ya se cal
El día séptimo, alegre por el vino
el corazón del rey, mandó éste a Mahu- 2 mó la cólera del rey, pensó en Vasti
man, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Ze- y en lo que ésta había hecho y en la de
tar y Carcas, los siete eunucos que ser cisión que respecto de ella se había to
vían ante el rey Asuero, 11 que trajeran mado. 2 Los servidores del rey le dijeron:
a su presencia a la reina Vasti, con su «Búsquense para el rey jóvenes vírgenes
real corona, para mostrar a los pueblos y bellas, 3 poniendo el rey en todas las
y a los grandes su belleza, pues era de provincias de su reino comisarios que
hermosa figura; 12 pero la reina se negó hagan reunir todas las jóvenes vírgenes
a venir con los eunucos, y el rey se irritó y de bella presencia en Susa, la capital,
mucho y se encendió en cólera. 13 Pre en la casa de las mujeres, bajo la vigi
guntó entonces el rey a los sabios cono lancia de Hegue, eunuco del rey y guar
cedores del derecho, pues era éste el modo da de las mujeres, que les dará lo nece
de tratar los negocios ante los conoce sario para ataviarse, 4 y que la joven que
dores de las leyes y del derecho, 14 de más agrade al rey sea la reina en lugar
a Efectivamente, desde Cambises, que conquistó Egipto, el imperio persa se podía decir que
I llegaba desde la India hasta Etiopía, ambas inclusive. Según Herodoto, se dividía en veinte
satrapías; pero estas circunscripciones eran muy vastas y se subdividían luego en provincias.
9 Esta descripción nos da una idea de la proverbial fastuosidad oriental.
519 ESTER 2 - 3
de Vasti». Aprobó el rey este parecer y queo, que la había adoptado por hija,
se hizo así. * no pidió nada al que había sido designa
5 Había en Susa, la capital, un judío do por Hegue, eunuco del rey y guarda
llamado Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de de las mujeres. Ester halló gracia a los
Semeí, hijo de Quis, del linaje de Benja ojos del rey y de cuantos la veían. Fue
mín, 6 que había sido deportado de Jeru- conducida Ester a la presencia del rey
salén entre los cautivos llevados con Jeco- Asuero, a la casa real, el mes décimo,
nías, rey de Judá, por Nabucodonosor, que es el mes de Tebet, en el año séptimo
rey de Babilonia, 7 y había criado a He- de su reinado.
disa, que es Ester, hija de su tío, pues no 17 El rey amó a Ester más que a todas las
tenía padre ni madre. La joven era bella otras mujeres, y halló ésta gracia y favor
de talle y de hermosa presencia y había ante él más que ninguna otra de las jóve
sido adoptada por Mardoqueo cuando nes. Puso la corona real sobre su cabeza
se quedó sin padre y sin madre. 8 Cuando y la hizo reina en lugar de Vasti. * 18 El
se publicó la orden del rey y su edicto al rey dio un festín a todos sus príncipes y
ser reunidas en Susa, la capital, jóvenes a sus servidores, un festín en honor de
en gran número, bajo la vigilancia de Ester, y dio alivio a las provincias e hizo
Hegue, fué también tomada Ester y lleva mercedes con real liberalidad. 19 Cuando
da a la casa del rey bajo la vigilancia de por segunda vez reunieron a las jóvenes,
Hegue, guarda de las mujeres. 9 La joven estaba Mardoqueo sentado a la puerta
le agradó y halló gracia a sus ojos, y él del rey. 20 Ester no había dado a conocer
se apresuró a proveerla de todo lo nece su nacimiento ni su pueblo, porque se lo
sario para su adorno y su subsistencia, y había prohibido Mardoqueo, y seguía
le dio siete doncellas escogidas de la casa cumpliendo las órdenes de Mardoqueo
del rey, y la aposentó con éstas en el tan fielmente como cuando estaba bajo
mejor departamento de la casa de las mu su tutela.
jeres. 21 En aquel mismo tiempo, cuando Mar
i® Ester no dio a conocer ni su pueblo doqueo se sentaba a la puerta del rey,
ni su nacimiento, pues Mardoqueo le ha Birgán y Teres, dos eunucos del rey, de
bía prohibido que lo declarase. * 11 Todos jándose llevar de un movimiento de ira,
los días iba y venía Mardoqueo al ves quisieron poner su mano sobre el rey
tíbulo de la casa de las mujeres para saber Asuero. * 22 Mardoqueo tuvo conocimien
cómo estaba Ester y cómo la trataban. to de ello e informó a la reina Ester, que
Después de haber estado ya doce me se lo comunicó al rey de parte de Mardo
ses, conforme a la ley de las mujeres, queo. 23 Averiguada la cosa y hallada cier
ungiéndose seis meses con óleo y mirra ta, los dos eunucos fueron colgados de
y otros seis con los aromas y perfumes una horca, escribiéndose el caso en el
de uso entre las mujeres, cuando le llegaba libro de las crónicas, delante del rey.
el turno era llevada cada joven a la pre
sencia del rey. 13 Así iba cada una a la A m á n , favorito del rey
presencia del rey, y cuando pasaba de la 1 Después de esto, el rey Asuero ele
casa de las mujeres a la casa del rey, se
le dejaba llevar cuanto ella quería; 14 iba
3 vó al poder a Amán, hijo de Hame-
data, agagita, ensalzándole y poniendo
allá por la tarde, y a la mañana siguiente su silla sobre la de todos los principes
pasaba a la segunda casa de las mujeres que estaban con él.*
bajo la vigilancia de Saasgaz, eunuco del 2 Todos los servidores del rey que esta
rey y guarda de las concubinas. No volvía ban a la puerta del palacio doblaban ante
ya más a la presencia del rey, a menos Amán la rodilla y se prosternaban ante él,
que éste la desease y fuese nominalmen pues tal era la orden del rey; pero Mar
te llamada. doqueo no doblaba sus rodillas ni se pros
15 Cuando le llegó el tumo para ir al
ternaba, * 3 y los servidores del rey que
rey, Ester, hija de Abigail, tío de Mardo estaban a la puerta dijeron a Mardoqueo:
O 4 La descripción de estos festines nos da una idea de la fastuosidad oriental. Todavía en nues-
" tros clásicos vemos cómo jóvenes hermosas, que tuvieron la desgracia de caer cautivas en poder
de los corsarios moros, eran enviadas como obsequio para el harén del sultán de Constantinopla.
10 Esta reserva tiene su razón en lo que después se dirá de los judíos, que eran odiosos por su
especial género de vida.
17 Los reyes tenían un harén numeroso; pero entre todas las mujeres había una que se des
tacaba y llevaba el titulo de reina. Lo primero podía ser exigencia de la sensualidad, que no se ve
saciada; lo segundo era una exigencia del corazón humano y también de la vida política.
21 Son los mismos que en 12, r se llaman Gabata y Tarra.
O l Los rabinos han jugado mucho con estos nombres, queriendo ver en ellos a un macedonio
^ o un descendiente de Agag, el rey de Amalee, muerto por Samuel (1 Sam 15,1 ss.).
2 Parece indicar el texto que Mardoqueo se negaba a tales cortesías por ver en ellas actos de
culto, que sólo a Dios son debidos.
ESTER 3 - * l B 520
«¿Por qué traspasas la orden del rey?» es el mes de Adar, y que sus bienes fue
4 Y como se lo repitiesen todos los días sen dados al pillaje.
y él no les hiciese caso, se lo comunicaron 14 Las cartas encerraban una copia del
a Amán, para ver si Mardoqueo persistía edicto, que debía publicarse en cada pro
en su resolución, pues les había dicho que vincia, invitando a los pueblos a estar
era judio. 5 Viendo Amán que Mardo apercibidos para aquel d ia .15 Los correos
queo no doblaba la rodilla y no se pros partieron apresuradamente, según la or-
ternaba ante él, se llenó de furor; 6 pero del del rey. El edicto se publicó en Susa,
teniendo en poco poner su mano sobre la capital; y mientras el rey y Amán be
Mardoqueo solamente, pues ya le habían bían, estaba la ciudad de Susa conster
dicho a qué pueblo pertenecía, quiso des nada. *
truir al pueblo de Mardoqueo, a todos
los judíos que habitaban en el reino de * 1 0 1 La copia de la carta es del te-
Asuero. *** ñor siguiente:
«Artajerjes, rey grande, a los sátrapas
E l decreto de exterm inio contra los y gobernadores subordinados de las cien
judíos to veintisiete provincias, desde la India
hasta Etiopía, ordena lo que sigue: * 2 Aun
7 El mes primero, que es el mes de Ni- cuando tenga el imperio de muchas na
sán, en el duodécimo año del rey Asuero, ciones y haya subyugado toda la tierra,
se echó el pur, es decir, la suerte, ante jamás he querido engreírme con la con
Amán, de día en día y de mes en mes, fianza del poder, sino gobernar con justi
hasta que salió el mes duodécimo, que es cia y moderación, asegurando a mis vasa
el mes de Adar. llos una vida perpetuamente tranquila y
8 Dijo entonces Amán al rey Asuero : procurando la quietud y seguridad del
«Hay en todas las provincias de tu reino reino hasta los extremos confines, para
un pueblo, disperso y separado de todos que florezca la paz, tan deseada de los
los otros pueblos, que tiene leyes dife hombres.
rentes de las de todos los otros y no 3 »Consultando con mis consejeros có
guarda las leyes del rey. No conviene a mo podría llevarse esto a cabo, uno de
los intereses del rey dejarlos en paz. * 9 Si ellos, de nombre Amán, distinguido por
al rey le parece bien, escríbase orden de su discreción acerca de mí, de lealtad
exterminarlos y yo pesaré diez mil ta bien probada, de firme fidelidad, que en
lentos de plata en manos de los superin el palacio real ocupa la segunda dignidad,
tendentes de la hacienda para que se in 4 me ha dado a conocer la existencia de
gresen en el tesoro real». 10*Entonces el un pueblo que vive mezclado con todas
rey se quitó de la mano su anillo y se lo las tribus de la tierra, odioso por sus le
entregó a Amán, hijo de Hamedata, aga- yes, opuesto a todas las naciones, que
gita, enemigo de los judíos, 11 y le dijo: continuamente traspasa los mandatos de
«La plata que ofreces sea para ti y para los reyes e impide que tengan efecto las
ti también ese pueblo, para que hagas medidas de gobierno por mí intachable
con él lo que bien te parezca». mente ordenadas.
12 Fueron entonces llamados los secre 5 »He averiguado también que esta na
tarios del rey el día trece del mes primero, ción vive totalmente aislada, siempre en
y se escribió todo lo que ordenaba Amán abierta oposición con todo el género hu
a los sátrapas del rey, a los gobernadores mano, y que al tenor de sus leyes observa
de todas las provincias y a los jefes de un género de vida extraño, hostil a nues
todos los pueblos, a cada provincia se tros intereses, y comete los más perversos
gún su escritura y a cada pueblo según excesos para impedir el buen orden del
su lengua. Se escribió el nombre del rey reino.
Asuero y se sellaron las cartas con el ani 6 »En virtud de esto os ordeno que
llo del rey.13 Fueron mandadas las cartas todos los por mí señalados en las cartas
por medio de los correos a todas las pro de Amán, a quien he encomendado este
vincias del rey ordenando destruir, hacer negocio, siendo como es mi segundo pa
perecer y matar a todos los judíos, jóve dre, todos, con sus mujeres e hijos, sean
nes y viejos, niños y mujeres, en un solo de raíz exterminados por la espada de sus
día, el día trece del duodécimo mes, que enemigos, sin misericordia ni piedad, el
9 En las partes protocanónicas no aparece el motivo religioso, sino el nacional. Son las leyes
peculiares de Israel las que se alegan como causa de la persecución. La carta que sigue en griego
no menciona tampoco expresamente el motivo religioso; pero no hay duda de que, envuelta en
tantas razones la oposición de Israel a las demás naciones, está implícita su religión.
13 Fueron los persas los que, para el buen gobierno de su vastísimo imperio, instituyeron el
servicio oficial de correos.
jgrfl O > Esta carta viene a completar la narración del capitulo tercero, en que se habla de los
■ ^ motivos alegados para ordenar el exterminio de los íudíos.
521 £9TER * 1 3
día catorce del mes duodécimo de Adar bre o mujer, que entre al rey al atrio in
del presente año; 7 de suerte que los ene terior sin haber sido llamado; sólo se libra
migos de ayer y de hoy en un solo día de la muerte aquel a quien el rey tiende
desciendan al infierno por muerte violen su cetro de oro, y yo no he sido llamada
ta, y para el tiempo venidero sea nuestro por el rey desde hace treinta días».
gobierno estable y perfectamente tran 12 Cuando recibió Mardoqueo la con
quilo». testación de Ester, 13 mandó que le res
pondieran: «No vayas a creer tú que serás
C onsternación de los judíos la única en escapar entre los judíos todos
1 Cuando supo Mardoqueo lo que por estar en la casa del rey, 14 porque si
4 pasaba, rasgó sus vestiduras, se vistió
de saco y se cubrió de ceniza y se fue por
ahora callas y el socorro y la liberación
viniera a los judíos de otra parte, tú y
medio de la ciudad, dando fuertes, dolo la casa de tu padre pereceríais. ¿Y quién
rosos gemidos, 2 y llegó hasta la puerta sabe si no es precisamente para un tiem
del rey, pues no era a nadie licito entrar po como éste para lo que tú has llegado
vestido de saco. 3 En todas las provincias a la realeza?»
dondequiera que llegó la orden del rey 15 Ester mandó decir a Mardoqueo:
y su edicto hubo entre los judíos gran 16 «Ve y reúne a los judíos todos de Susa
desolación, y ayunaron, lloraron y cla y ayunad por mí, sin comer ni beber por
maron, acostándose muchos sobre la ce tres días, ni de noche ni de día. Yo tam
niza y vestidos de saco. bién ayunaré igualmente con mis donce
4 Las doncellas de Ester y sus eunucos llas, y después iré al rey, a pesar de la
vinieron a decírselo. La reina se quedó ley, y si he de morir, moriré». *
muy atemorizada y mandó vestidos a 17 Mardoqueo se fue e hizo lo que Es
Mardoqueo para que se los pusiese, qui ter le había mandado.
tándose el saco; pero él se negó a acep
tarlos. 45 Entonces llamó Ester a Hatac, * fO 9 Y oró al Señor, haciendo me-
uno de los eunucos que había puesto cer ^ ^ moría de todas sus obras, 9 di
ca de ella el rey, y le mandó que fuera a ciendo :
preguntar a Mardoqueo qué era aquello «Señor, Señor, Rey omnipotente, en
y de dónde venía. 6 Fue Hatac a Mardo cuyo poder se hallan todas las cosas, a
queo, a la plaza de la ciudad, delante de quien nada podrá oponerse si quisieres
la puerta del rey; 7 y Mardoqueo le con salvar a Israel: h>Tú, que has hecho e1
tó lo que pasaba y le dio noticia de la cielo y la tierra y todas las maravillas
suma que Amán habla ofrecido entregar que hay bajo los cielos, 11 tú eres dueño
al tesoro del rey en pago del exterminio de todo y nada hay, Señor, que pueda re
de los judíos. 8 Diole también copia del sistirte. 12 Tú lo sabes todo; tú sabes, Se
edicto que se había publicado en Susa ñor, que no por orgullo ni altivez ni por
para exterminarlos, a fin de que se la en vanagloria hice yo esto de no adorar al
señase a Ester y le diese cuenta de todo, orgulloso Amán; 13 que de buena gana
y mandó a Ester presentarse al rey para besaría las huellas de sus pies por la salud
pedirle gracia y rogarle por su pueblo. de Israel;14 que yo hice esto por no poner
la gloria del hombre por encima de la
# 1C 1 Le dijo que la mandaba que gloria de Dios; que no adoraré a nadie
^ O entrase al rey y le pidiese gracia fuera de ti, mi Señor, y que obrando así
para el pueblo: 2 «Acuérdate de los días no lo hago por altivez.
de tu abatimiento, cuando eras criada por 15 Ahora, pues, Señor, mi Dios y mi
mi mano; porque Amán, el primero des Rey, Dios de Abraham, perdona a tu pue
pués del rey, ha hablado contra nosotros blo cuando ponen en nosotros los ojos
ara hacernos morir. 3 Invoca al Señor y para nuestra perdición, con el ansia de
abla al rey por nosotros; líbranos de la destruir tu antigua heredad. 16 N o eches
muerte». * en olvido esta tu porción, que para ti
rescataste de la tierra de Egipto. 17 Escu
4 9 Fue Hatac y comunicó a Ester lo
que le había dicho M ardoqueo.10 Es
cha mi plegaria y muéstrate propicio a
tu heredad; vuelve nuestro duelo en ale
ter encargó a Hatac que fuera a decir a gría para que viviendo cantemos, Señor,
Mardoqueo: u «Todos los servidores del himnos a tu nombre, y no cierres, Señor,
rey y todo el pueblo de las provincias del la boca de los que te alaban».
rey saben que hay una ley que castiga 18 Y todo Israel clamó con toda su
con pena de muerte a cualquiera, hom fuerza, porque tenían la muerte a la vista.
*15 3 No es la simple señal de luto, sino la oración al Señor, lo que aquí pide Mardoqueo.
A 16 Este ayuno no es ayuno de luto: es el ayuno que acompaña a la plegaria para mejor alcanzar
’ piedad de Dios, aunque de esto nada se diga expresamente en el texto. La oración que sigue
en la porción deuterocanónica se ajusta bien a este concepto.
ESTER * 1 4 - 5 522
# * 4 1 La reina Ester, presa de mor- banquetes del rey, ni bebo el vino de las
1 * tal angustia, acudió al Señor,2 y, libaciones; >8 que no ha tenido tu sierva
despojándose de sus vestidos de corte, se dia alegre desde el día de su encumbra
vistió de angustia y duelo, y en vez de los miento hasta hoy sino en ti, Señor, Dios
ricos perfumes se cubrió la cabeza de pol de Abraham.19 ¡Oh Dios sobre todos fuer
vo y ceniza, humillándose. Todo cuanto te, oye la voz de los desamparados y
solía ella adornar por placer, lo cubrió líbranos del poder de los perversos, lí
ahora con sus cabellos. brame a mí de todo mal!»
3 Y oró al Señor, Dios de Israel, di
ciendo: «Señor mío, tú que eres nuestro In terven ción de Ester
único Rey, socórreme a mí, desolada, que # | C 4 El día tercero, así que acabó
no tengo ayuda sino en ti, 4 porque se iv su oración, se despojó de sus
acerca el peligro. 5 Desde que nací he oído hábitos de penitencia y se vistió de gala.
en la tribu de mi familia que tú, Señor, 5 Y así, espléndidamente aderezada e in
escogiste a Israel entre todas las naciones vocando a su Dios y Salvador, testigo de
y a nuestros padres entre todos sus pro todas las cosas humanas, tomó a dos de
genitores por heredad perpetua, y que les sus siervas, $ apoyándose en una de ellas,
cumpliste cuanto les habías prometido. como quien no puede, de puro delicada,
6 Ahora nosotros hemos pecado delante sostenerse, 7 mientras la otra la seguía,
de ti y tú nos entregaste en poder de nues llevando la cola de su manto. 8 Aparecía
tros enemigos, 7 en castigo de haber ado enteramente hermosa, el rostro sonrosado,
rado a sus dioses. Justo eres, Señor. 8 Mas alegre y como encendido de amor, mas el
ellos no se contentan con imponernos corazón oprimido por el miedo. 9 Y atra
dura servidumbre, y han puesto sus manos vesando todas las puertas, se detuvo de
sobre las manos de sus ídolos, 9 jurando lante del rey.
anular las promesas de tu boca, borrar Hallábase éste sentado en su trono, ves
tu heredad, cerrar la boca de los que te tido con todo el aparato de su majestad,
alaban, extinguir la gloria de tu casa y cubierto de oro y piedras preciosas, y
de tu altar,10 abrir la boca de los gentiles aparecía en gran manera terrible. 10 Le
para celebrar las proezas de sus ídolos vantando el rostro radiante de majestad,
y hacer que un rey de carne sea por esto en el colmo de su ira, dirigió su mirada,
ensalzado para siempre, u No entregues, y al punto la reina se desmayó, y demu
Señor, tu cetro a los que nada son, ni se dado el rostro, se dejó caer sobre la sierva
rían de nuestra caída, antes bien, haz que que le acompañaba. 11 Pero mudó Dios
sus consejos se vuelvan contra ellos; haz el espíritu del rey en mansedumbre, y,
para todos escarmiento al autor de esta asustado, se levantó de su trono y la puso
guerra contra nosotros. 12 Acuérdate de sobre sus rodillas hasta que ella volvió
nosotros, Señor; date a conocer en el día en sí. La consolaba con blandas palabras,
de nuestra tribulación y fortaléceme, Rey *2 diciendo: «¿Qué es esto, Ester? Yo soy
de los dioses, Dominador de todo poder. tu hermano, cobra ánimo. 13 No, no mo
13 Pon en mis labios palabras apropiadas rirás, que mi mandato es para el común
en presencia del león y muda su corazón de las gentes. 14 Acércate». 15 Y tomando
en odio al que nos hace la guerra para el cetro de oro la tocó en el cuello y la
ruina suya y de sus parciales. * 14 Líbrame besó, diciendo: «Háblame».16 Ella le dijo:
con tu mano y ayúdame a mí, que estoy «Te vi, señor, como a un ángel de Dios,
sola y no tengo sino a ti, Señor. 15 Tú lo y mi corazón quedó turbado ante el te
sabes todo y sabes, por tanto, cómo abo mor de tu majestad, * 17 pues eres, señor,
rrezco la gloria de los inicuos y detesto admirable y tu rostro está lleno de dig
el lecho de los incircuncisos y de todos nidad». 18 Y mientras hablaba, volvió a
los extraños. 16 Tú conoces que sólo por caer desmayada.19 Turbóse el rey, y toda
necesidad estoy donde estoy, que detesto la servidumbre la atendía.
las señales de mi gloria que llevo sobre la
1 Al tercer dia Ester se vistió sus ves
cabeza en los días de mi pública presen
tación; que las abomino como paño de 5 tiduras reales y se presentó en el atrio
menstruación; que no las llevo en mis días interior de la casa, delante del aposento
de retiro;17 que no ha participado tu sier- del rey. Estaba éste sentado en su real
va de la mesa de Amán, ni aprecio los trono, en el palacio real, enfrente de la
* 4 M 13 El león es el rey, por la severa ley que protegía su majestad. Lo que aquí pide Ester
I“ ^ qUe ei rey cese en su odio contra los judíos y que este odio se vuelva contra Amáni.
Es el problema perpetuo de las imprecaciones, en que se pide la misericordia divina para el pueblo
de Dios y la justicia para sus enemigos, porque lo son también de Yavé.16
16 Los ángeles de Dios que asisten en su presencia participan en algo de su majestad,
■ ' I como Moisés al bajar del monte venía irradiando claridad. Por esto Ester se turba al ver
al rey «como un ángel de Dios».
523 ESTER 5 - 7
entrada;2 y cuando vio a la reina Ester en ro. * 3 El rey preguntó: «¿Qué honores y
pie, en el atrio, halló ésta gracia a sus distinciones se han concedido por esto
ojos y tendió sobre ella el rey el cetro de a Mardoqueo?» «Ninguna ha recibido»,
oro que tenía en su mano, 3 y le dijo: respondieron los servidores. 4 Entonces
«¿Qué tienes, reina Ester, y qué es lo que dijo el rey: «¿Quién está en el atrio?»
quieres? Aunque fuera la mitad de mi Amán había venido al atrio exterior de la
reino, te sería otorgada». 4 Ester respon casa para pedir al rey que mandara col
dió: «Si al rey le place, venga hoy el Tey gar a Mardoqueo de la horca que le
con Amán a un festín que yo le he prepa había preparado. 5 Los servidores le res
rado». 5 El rey dijo: «Id a llamar a Amán pondieron: «Ahí está Amán en el atrio».
como lo desea Ester». Y dijo el rey: «Que entre». 6 Entró Amán
Fue el rey con Amán al festín que ha y el rey le dijo: «¿Qué ha de hacerse con
bía preparado Ester, y durante él 6 dijo aquel a quien el rey quiere honrar?»
el rey a Ester: «¿Qué es lo que pides? Todo Amán se dijo a sí mismo: «¿A quién otro
te será concedido. ¿Qué deseas? Aunque ha de querer honrar el rey?» 7 Y contes
fuera la mitad de mi reino la tendrías». tó: «Para honrar a quien el rey quiere
7 Ester respondió: «He aquí lo que pido honrar, 8 habrán de tomarse las vestidu
y lo que deseo: 8 Si he hallado gracia a ras reales que se viste el tey, y el caballo
los ojos del rey, y si place al rey conce en que el rey cabalga, y la corona real
derme mi petición y satisfacer mi deseo, que ciñe su cabeza, 9 y dar el vestido, el
que vuelva el rey con Amán al banquete caballo y la corona a uno de los más no
que yo les prepararé, y mañana yo daré bles príncipes del rey para que vistan a
la respuesta al rey según su mandato». aquel a quien el rey quiere honrar, y lle
9 Amán salió aquel día gozoso y lleno vándole en el caballo por la plaza de la
de contento el corazón; pero cuando vio ciudad, vayan pregonando ante él: Asi
a la puerta del rey a Mardoqueo, que no se hace con el hombre a quien el rey
se levantó ni se movió a su paso, se llenó quiere honrar».
de ira contra Mardoqueo. ™Supo, sin 10 El rey dijo a Amán: «Coge luego el
embargo, contenerse, y se fue a su casa. vestido y el caballo, como has dicho, y
Luego mandó buscar a sus amigos y a haz eso con Mardoqueo, el judío que se
Zeres, su mujer; 11 y Amán les habló de sienta a la puerta del rey. N o omitas
la grandeza de sus riquezas, del número nada de cuanto has dicho». 11 Cogió
de sus hijos, de todo cuanto había hecho Amán el vestido y el caballo, vistió a
el rey para engrandecerle, dándole el pri Mardoqueo y le paseó a caballo por la
mer lugar, por encima de los jefes y los plaza de la ciudad, gritando delante de
servidores del rey. 12 Y añadió: «Sólo á él: «Así se hace con el hombre a quien
mí también ha invitado la reina Ester al el rey quiere honrar».
banquete que ha dado al rey, y me ha 12 Volvióse Mardoqueo a la puerta del
invitado además para mañana en su casa rey, y Amán se fue corriendo a su casa,
con el rey. 13 Pero todo esto no es nada desolado y cubierta la cabeza. 13 Contó
para mí mientras vea a Mardoqueo, el Amán a Zeres, su mujer, y a todos sus
judío, sentado a la puerta del rey». * 14 Ze amigos todo lo que le había sucedido, y
res, su mujer, y todos sus amigos le dije sus amigos y Zeres, su mujer, le dijeron:
ron : «Prepara una horca de cincuenta co «Si el Mardoqueo ese, delante del cual
dos de alta y mañana por la mañana pide has comenzado a caer, es de la raza de
al rey que sea colgado en ella Mardoqueo, los judíos, no le vencerás; antes de cierto
y luego te irás satisfecho al festín con el sucumbirás ante él». 14 Y cuando toda
rey». Agradó a Amán el consejo y mandó vía estaba ella hablando, vinieron los
preparar la horca. eunucos del rey y se llevaron apresurada
mente a Amán al festín que Ester había
H o n o r es con ced id os a M ard oq u eo y preparado.
h u m illación d e A m á n
1 Aquella noche, no pudiendo el rey A m á n , acusado por Ester, es c o n d e
6 conciliar el sueño, hizo que le lleva nado a m u erte
ran el libro de los anales, las crónicas, y 1 Fueron el rey y Amán al banquete
leyéndolas ante el rey, 2hallóse escrito lo 7a casa de Ester. 2 El segundo día dijo
que había revelado Mardoqueo, descu el rey a Ester otra vez durante el festín:
briendo que Bigtán y Teres, los dos eunu «¿Cuál es tu petición, reina Ester? Te será
cos del rey, guardas del atrio, habían que concedida. ¿Qué es lo que deseas? Aun
rido llevar su mano sobre el rey Asue que fuera la mitad de mi reino, la ten-
C 13 Viva pintura del orgullo de Amán. Toda su privanza con los reyes no basta a quitarle la
^ amargura que le causa la que él llama descortesía de Mardoqueo.
2 En 2,2i ss. se habló ya del descubrimiento de esta conspiración por Mardoqueo y asimismo
6 en * i i ,I 2 ss.
ESTER 7 -8 524
pía del edicto que había de publicarse en manera desconocedor de nuestra bondad,
cada provincia, e informaba a todos los por mí acogido hospitalariamente, 11 al
pueblos de que los judíos estarían aquel canzó la benevolencia que usamos con
día prestos a vengarse de sus enemigos. todas las naciones, en tanto grado, que
14 fuese apellidado nuestro padre y venerado
Los correos partieron en seguida con
toda prisa por la posta según la orden del por todos como poseedor de la segunda
rey. El edicto fue publicado también en dignidad del trono real. 12 E incapaz de
Susa, la capital.15 Mardoqueo salió de la llevar el peso de tanta grandeza, intentó
casa del rey, vestido con un vestido regio privarme del reino y de la vida, i3 y con
azul y blanco, con una gran corona y un toda suerte de maliciosos engaños trató
manto de lino y de púrpura.16 Hubo para de perder a mi salvador y bienhechor
los judíos luz y alegría, gozo y honra. La constante Mardoqueo y a la irreprochable
ciudad de Susa lanzaba gritos de regoci compañera del reino, Ester, con toda su
jo, 17 y en cada provincia y cada ciudad, nación.14 Así pensaba él aislamos y pasar
por dondequiera que llegaron la orden del a los macedonlos el imperio de los persas.
rey y su edicto, hubo entre los judíos gozo 15 »Pero hemos averiguado que los ju
y regocijo, banquetes y fiestas; y muchas díos, entregados a la muerte por este
de las gentes de los pueblos de las regio consumado criminal, no son malhechores,
nes se hicieron judíos, porque se había antes se gobiernan por leyes santísimas,
apoderado de ellos el temor a los judíos. 16 que son hijos del altísimo, sumo y
viviente Dios, que conserva el reino en el
C op ia del edicto en fav o r de los judíos mejor estado en favor nuestro, como de
# 1 1 La copia de la carta es como nuestros predecesores. 17 Por esto haréis
*** sigue: bien en no prestar atención a las cartas
«Artajerjes, rey grande, a los goberna remitidas por Amán, hijo de Hamedata,
dores de las regiones de las ciento veinti 18 por cuanto el autor de ellas ha sido
siete satrapías desde la India hasta Etio crucificado a las puertas de Susa con
pía, y a cuantos entiendan en nuestros toda su casa, habiéndole dado sin tar
negocios, salud. 2 Muchos, después de ha danza su merecido castigo el Dios om
ber recibido honores singulares de la ex nipotente.
tremada bondad de sus bienhechores, as 19 »La copia de esta carta haréis pu
piran a cosas más altas, 3 y no sólo tratan blicarla en todas partes, para que sea
de oprimir a nuestros súbditos, sino que, permitido a los judíos vivir según sus
incapaces de sostener el peso de su digni leyes, 20 y les prestaréis apoyo para que
dad, conspiran hasta contra el que se la puedan rechazar a los que en el día de
confirió. 4 Y no sólo destierran de entre la tribulación los ataquen, el día trece
los hombres la gratitud, sino que, hincha del mes duodécimo de Adar; 21 pues el
dos con el fausto de su inesperada pros Dios que todo lo domina ha convertido
peridad, procuran escapar a la justicia en día de alegría el que estaba señalado
vengadora de Dios, perpetuo testigo de para ruina de la nación escogida.
todas las cosas. 5 Con frecuencia, a mu 22 »Vosotros, pues, celebrareis con todo
chos de los constituidos en la suprema regocijo, como una de vuestras festivida
autoridad, la falaz adulación de aquellos des, el día señalado, 23 para que ahora y
a quienes encomendaron la dirección de en lo futuro sea día de salud para vos
los negocios los hace cómplices de san otros y para todos los leales a los persas,
gre inocente y les causa irremediables ma y para los que maquinaban contra vos
les, 6 engañando con la mentirosa astucia otros sea de infausta memoria. 24 Y toda
de su malignidad la noble sencillez de los ciudad o región en general que esto no
soberanos. 7 Esto podemos comprobarlo, cumpliere, sea inexorablemente destruida
no tanto por las historias antiguas, según por el hierro y el fuego, y hecha inacce
dejamos indicado, cuanto por el examen sible no sólo a los hombres, sino también
de sucesos que tenéis a la vista, hechos a las fieras y a las aves, y por siempre
impíamente consumados por la peste de odiosa».
los indignos gobernantes. 8 Por eso es pre
ciso proveer para lo futuro, procurando V en ganza de los judíos
con la paz un reino tranquilo a todos los i Al duodécimo mes, que es el mes
hombres, 9 realizando los cambios nece 9
de Adar, el día trece del mes, el
sarios y juzgando siempre con equidad día en que había de cumplirse el edicto
los negocios que se ofrecieren. del rey y en que los enemigos de los
io »Vosotros sabéis cómo Amén, hijo judíos habían pensado dominarlos, fue
de Hamedata, macedonio, enteramente ex lo contrario lo que sucedió, y los judíos
traño a la sangre de los persas y sobre- dominaron a sus enemigos. * 2 Reuniéron
Q 1 Este capitulo es el más duro de todo el rel¡ te. Parece que los judíos no se limitaron a defen-
derse de sus enemigos, como el edicto anteri »r decía, sino que pasaron a la ofensiva y por su
ESTER 9 526
se los judíos en sus ciudades, en todas las y de fiesta, en que se mandan presentes
provincias del rey Asuero, para poner la los unos a los otros.
mano sobre todos aquellos que buscaban
su perdición; y nadie pudo resistirlos, L a fiesta de los «purim »
porque el temor de ellos se había apode 20 Mardoqueo escribió estas cosas y en
rado de todos los pueblos. 3 y todos los vió cartas a los judíos de todas las pro
jefes de las provincias, los sátrapas, los vincias del rey Asuero, cercanas y lejanas,
gobernadores y los funcionarios del rey, 21 mandándoles celebrar todos los años el
apoyaron a los judíos, por el temor que día catorce y el quince del mes de Adar,
les inspiraba Mardoqueo; 4 pues era Mar- 22 como días en que habían obtenido el
doqueo poderoso en la casa del rey, y su reposo, librándose de sus enemigos, y
fama se esparció por todas las provincias, celebrar el mes en que su tristeza habíase
porque se hacia de día en día más po convertido en alegría y su desolación en
deroso. regocijo; y hacer de estos días, días de
5 Los judíos hirieron a espada a todos festín y de alegría, en que se mandan
sus enemigos, los mataron y los hicieron presentes los unos a los otros y se distri
perecer, y trataron como quisieron a los buyen dones a los indigentes. 23 Los ju
que Ies eran hostiles. 6 En Susa, la capi díos se comprometieron a hacer lo que
tal, mataron los judíos, haciéndolos pe ya habían comenzado y les mandaba Mar
recer, a quinientos hombres, 7 y degolla doqueo; 24 porque Amán, hijo de Hame
ron a Parsandata, Dalfon, Asfata, 8 Pora data, agagita, enemigo de todos los judíos,
ta, Adalía, Aridata, 9 Parmasta, Arisai, había concebido el proyecto de extermi
Aridai y Baizata,10 los diez hijos de Amán, narlos y había echado el pur, es decir, la
hijo de Hamedata, el enemigo de los ju suerte, para matarlos y exterminarlos;
díos; pero éstos no se dieron al pillaje. 25 pero habiéndose presentado Ester al
11 Llegó aquel día a conocimiento del rey, mandó el rey por escrito hacer recaer
rey el número de los muertos en Susa, la sobre la cabeza de Amán el maligno pro
capital; 12 y el rey dijo a Ester: «Los yecto que él había hecho contra los judíos
judíos han matado y hecho perecer en y le colgó de la horca a él y a sus hijos.
Susa, la capital, a quinientos hombres y 26 Por eso se llaman estos días purim,
a los diez hijos de Amán. ¿Qué habrán del nombre de pur.
hecho en el resto de las provincias del Conforme al contenido de esta carta,
rey? ¿Qué más pides? ¿Qué más quieres? según lo que ellos mismos habían visto y
Se te concederá, lo tendrás».13 Ester res les había sucedido, * 27 Jos judíos tomaron
pondió: «Si al rey le parece bien, que les por ellos, por su descendencia y por todos
sea permitido a los judíos de Susa obrar aquellos que a ellos se unieran, la resolu
también mañana conforme al edicto de ción y el compromiso irrevocable de cele
hoy, y que se cuelgue en la horca a los 1 brar cada año estos dos días al modo y al
diez hijos de Amán». 14 El rey mandó tiempo prescritos. 28 Estos días habían de
que así se hiciera, y se publicó el edicto ser recordados y celebrados de genera
en Susa.13 Los judíos de Susa se reunieron ción en generación, en cada familia, en
de nuevo el día catorce del mes de Adar, cada provincia y en cada ciudad, y estos
y mataron en Susa a trescientos hombres, días de purim no habían de ser jamás
pero tampoco se dieron al pillaje. abolidos entre los judíos ni borrado su
16 Los otros judíos que había en las recuerdo entre sus descendientes.
provincias del rey se reunieron y defen 29 La reina Ester, hija de Abigail, y el
dieron su vida; y se procuraron reposo, judío Mardoqueo escribieron con instan
librándose de sus enemigos, y mataron cia a los judíos por segunda vez, para
a setenta y cinco mil, pero no se dieron confirmar la carta acerca de los purim,
al pillaje. 30 y se mandaron cartas a todos los ju
17 Esto sucedió el día trece del mes de díos, a las ciento veintisiete provincias
Adar. Los judíos se aquietaron el catorce, del rey Asuero. Contenían palabras de
haciendo de él un día de banquetes y paz y fidelidad, prescribiendo los días
regocijo. 18 Los que había en Susa, que de purim, al tiempo fijado, 31 como el
se habían reunido el trece y el catorce, se judío Mardoqueo y la reina Ester los
aquietaron el quince, haciendo de él un habían establecido, para ellos y para toda
día de banquetes y regocijo. 19 Por eso su posteridad, con ocasión de su ayuno y
los judíos del campo, que habitan ciuda sus clamores. 32 Asi, la orden de Ester
des no amuralladas, hacen del día ca confirmó la institución de los purim, y esto
torce del mes de Adar un día de banquete fue escrito en el libro.
mano ejercieron la justicia contra los que habían tenido el propósito de darles muerte. Cuanto a
las cifras, tal vez ocurre con ellas lo que con tantas otras de la Escritura: que están alteradas.
2 * Esta fiesta de los purim, o de las suertes, también llamada de Mardoqueo, de la que se hace
mención en a Mac 15,37, puede tomarse en testimonio permanente del valor histórico del libro.
52T I MACASEOS
I M A C A S E O S
1 . Desde los dias de Esdrdsy Nehemías hasta los de Seleuco I V ( 1 8 7 - 1 75) la his
toria está muda. Israelt gobernado por un senado que presidia el sumo sacerdote, vivía
en paz bajo el imperio persa, y cuando éste fue substituido por el macedónico, pasó
automáticamente al dominio de Alejandro Magno. A la muerte de éste se organizó
el reino de los Seléucidas en Siria y el de los Tolomeos en Egipto. Palestina, puesta
en medio, fu e campo de batalla en las rivalidades de ambos reinos, y hubo de sufrir las
consecuencias. E l fervor religioso se fu e apagando en muchos israelitas, que, contami
nados con el paganismo griego, quisieron substituir las instituciones mosaicas por las
helénicas. Los reyes de Siria vieron con agrado estos propósitos y los hicieron suyos,
apoyando a los que prevaricaban de la Ley y alianza divinas y dando con esto ocasión
a las guerras heroicas de los Macabeos, que casi tuvieron tanto de civiles como de
nacionales. Estas guerras son el argumento de los libros de los Macabeos, que no son
una sola obra dividida en dos libros, sino dos obras distintas y en gran parte paralelas.
2. E l libro primero, encabezado con un breve resumen histórico, que va desde A le
jandro Magno (336 -323) hasta Antíoco I V Epifanes ( 1 , 1 - 1 0 ) , nos cuenta: 1 ) el
principio de la persecución religiosa promovida por Antíoco ( 1 1 - 6 7 ) ; 2 ) la suble
vación de Matatías y de sus hijos ( 2 ,1-7 0 ) ; 3 ) el desarrollo de estas luchas bajo la
dirección sucesiva de Judas, apellidado el Macabeo (3 ,1- 9 ,2 2 ) ; 4) de Jonatdn (9,
2 3 -12 ,5 4 ) ; 5 ) y de Simón ( 13 - 1 6 ) . Abarca un período de cuarenta años ( 17 5 -
13 5 a. C .) . En ellos, el pueblo, bajo la dirección de esta familia, gracias al heroísmo
de la misma y a la habilidad con que supo aprovecharse de las contiendas civiles del
reino seléucida, alcanzó la independencia y creó una nueva dinastía levitica, la de
los Asmoneos, como la Historia denominó a la familia de Matatías.
3. Este libro fu e escrito en hebreo, entre los años 104 y 63 a. C., por un judío de
Palestina, entusiasta de la nueva dinastía, cuyos orígenes parece que se propone
contar. Su cronología tiene por punto de partida la era griega, que comienza en
I MACAIIKOM 1 528
otoño thd 3 12 , aunque propiauumte el punto de partida del autor es la Pascua prece
dente. Perdido el original hebreo, que Orígenes y San Jerónimo conocieron, nos queda
una versión griega, de la cu<// se derivó la antigua latina, que es la que se contiene
en la Vulgata, un tanto corregida.
«• 1 Alejandro, a quien la Historia llama el Magno, nació en 356. Sucedió a su padre en 336
I y murió en Babilonia en 323. En los trece años de su reinado empezó por acabar la obra de su
padre, sometiendo a los griegos para lanzarlos luego a la conquista del imperio persa, cuyas fron
teras pasó, llegando hasta la India. Su gran inteligencia aspiraba, más que a vengar a los griegos de
las opresiones de los reyes persas, a difundir el helenismo y crear un gran imperio a base de la cul
tura helénica. Sus heroicos esfuerzos y su intemperancia agotaron pronto sus energías, muriendo
en plena juventud.
6 Todo lo que se refiere a la muerte de Alejandro y a su testamento es obscuro en los histo
riadores clásicos. Lo que el autor sagrado nos dice es lo que corría entre la gente culta y se mostró
por los hechos. Bien sabido es cómo del imperio de Alejandro nacieron, entre otros, los reinos de
Egipto y de Siria, que más interesan a la presente historia.
11 Éste Antíoco es el perseguidor de la religión judia, hijo de Antíoco III el Grande. Este,
vencido por los romanos en Magnesia (188) y obligado a firmar una humillante paz, tuvo que mandar
a Roma a su hijo como rehén para asegurar el cumplimiento de lo pactado. A la muerte de su her
mano Seleuco, logró salir de Roma y apoderarse del trono de Siria, excluyendo a sus sobrinos, hijos
del difunto rey (175).
12 Como antes la religión cananea o asiria ejercía sobre los hebreos una atracción poderosa,
asi ahora la cultura helénica los fascina y los impulsa a procurar civilizarse, avergonzándose de su
tradicional modo de vivir.
1 MACABEOS 1
rizado éste, huyó ante él, y fueron mu nación de sus moradores, y toda la casa
chos los que cayeron heridos. 20 Antíoco de Israel quedó cubierta de confusión.
se apoderó de las ciudades fuertes de 30 Pasados dos años, envió el rey al
Egipto y volvió cargado de despojos.21 El jefe de los tributos a las ciudades de
año 14 3, después de haber vencido a Judá y a Jerusalén con numerosas tro
Egipto, Antíoco vino contra Israel 22 y pas, * 31 y con falsía les habló palabras
subió a Jerusalén con un poderoso ejér de paz, en las que ellos creyeron. 32 pero
cito. 23 Entró altivo en el santuario, arre de repente se arrojó sobre la ciudad,
bató el altar de oro, el candelabro de las causando en ella gran estrago y haciendo
luces con todos sus utensilios, la mesa perecer a muchos del pueblo de Israel.
de la proposición, las tazas de las liba 33 Saqueó la ciudad y la incendió, y des
ciones, las copas, los incensarios, la corti truyó sus casas y los muros que la cer
na, las coronas, y arrancó todo el deco caban. 34 Llevaron cautivas a las mujeres
rado de oro que cubría el templo. 24 Se y a los niños y se apoderaron de los
apoderó asimismo de la plata, del oro ganados. 35 Edificaron en tom o a la ciu-
25 El tratado de Magnesia, que obligaba a pagar a los romanos fuertes sumas, tenia siempre
exhausto el tesoro real, y el rey buscaba llenarlo con el saqueo de los templos. En el caso presente
le daba pretexto para cometer «luchos atropellos la lucha civil existente entre los judíos, que el rey
miraba como dirigida contra su autoridad.
30 Apolonio era el jefe de esta tropa y el ejecutor de estas órdenes bárbaras del rey, que ter
minaron en la supresión del culto divino y en la dedicación del templo a Júpiter Olímpico por el
mes de Casleu en 168. Esta es la gran calamidad que obsesionaba la mente del profeta Daniel (7,7 s.
19 ss.; 8,9 ss. 23 ss.).
I MjráHKOfl 1-2
ctnd tic David un muro al»o y fum e y abandonaron la Ley. Fueron grandes Ids
torres también fuertes, conviniéndola en males que cometieron en la tierra, 56 obli
ciudadela. 36 La guarnecieron de gentes gando a los verdaderos israelitas a ocul
impías, hombres malvados, que en ella tarse en todo género de escondrijos.
se hicieron fuertes. 37 I n aprovisionaron 57 El día quince del mes de Casleu del
de armas y vituallas, y juntando los des- año 145 edificaron sobre el altar la abo
pojos de Jerusulón, íos depositaron en minación de la desolación, y en las ciu
ella, viniendo a ser para la ciudad un dades de Judá de todo alrededor edifica
gran lazo. ron altares; 58 ofrecieron incienso a las
38 Fue una asechanza para el santuario,puertas de las casas y en las calles, 59 y
una grave y continua amenaza para Is
rael. 39 Derramaban sangre inocente en
torno del santuario y lo profanaron.
40 A causa de ellos huían los moradores
de Jerusalén, que vino a ser habitación A
de extraños. Se hizo extraña a su propia
prole, y sus hijos la abandonaron. 41 Su
santuario quedó desolado como el de
sierto; sus fiestas se convirtieron en duelo;
sus sábados, en oprobio, y en desprecio Antíoco IV Epifanes ( 173-164^
su honor. 42 A la medida de su gloria
creció su deshonra, y su magnificencia los libros de la Ley que hallaban los
se volvió en duelo. rasgaban y echaban al fuego. 60 A quien
se le hallaba con un libro de la alianza en
L a p e rse c u c ió n religiosa su poder y observaba la Ley, en virtud del
decreto del rey se le condenaba a muerte.
43 El rey Antíoco publicó un decreto en 61 A sí hacían a Israel, a cuantos habi
todo su reino de que todos formasen un taban en sus ciudades, un mes y otro mes.
solo pueblo, dejando cada uno sus pecu 62 El veinticinco del mes sacrificaron en
liares leyes. 44 Todas las naciones se avi el ara levantada sobre el altar de los
nieron a la disposición del rey. 45 Muchos holocaustos. 63 Las mujeres que circunci
de Israel se acomodaron a este culto, daban a sus hijos eran muertas, según el
sacrificando a los ídolos y profanando el
decreto, 64 y los niños colgados por el
sábado. 46 Por medio de mensajeros, el
cuello. Saqueaban las casas y daban muer
rey envió a Jerusalén y a las ciudades de
te a q uienes se h ab ían c ircu n cid ad o .
Judá órdenes escritas de que todos si 65 Muchos en Israel se mantuvieron fuer
guieran aquellas leyes, aunque extrañas al tes en su resolución de no comer cosa
país; 47 que se suprimiesen en el santuario
impura, prefiriendo morir a contaminarse
los holocaustos, el sacrificio y la libación;
con los alimentos y profanar la santa
48 que se profanasen los sábados y las alianza, y por ello murieron. 66 M uy gran
solemnidades; 49 que se contaminase el de fue la cólera que descargó sobre Is
santuario y el pueblo santo; 50 que se rael.
edificasen altares y santuarios e ídolos y
se sacrificasen puercos y animales impu
ros; 51 que dejasen a los hijos incircunci
P R I M E R A P A R T E
sos; que manchasen sus almas con iodo
género de impureza y abominación, de
M a ta tía s
suerte que diesen al olvido la Ley y (2 )
mudasen todas sus instituciones, 52 y que
quien se negase a obrar conforme a es 21 Por entonces se levantó Matatías,
hijo de Juan, hijo de Simeón, sacer
te decreto del rey fuera condenado a dote, de los hijos de Joarib, de Jerusalén,
muerte. * que habitaba en Modín. * 2 Tenía cinco
53 Tal fue el decreto publicado en todo hijos; Juan, apellidado Caddis; 3 Simón,
el reino. En todo Israel instituyó ins llamado Tasi; 4Judas, apellidado M aca-
pectores, 54 y a las ciudades de Judá les beo; 5 Eleazar, apellidado Abarán, y Jo -
dio orden de que sacrificasen cada una natán, apellidado Apfos. 6 Y viendo las
por sí, ciudad por ciudad. 55 Se les unie abominaciones cometidas en Judá y en
ron muchos del pueblo, todos los que Jerusalén, 7 dijo:
52 Aquí ya tenemos la franca persecución religiosa. En los sucesos precedentes, tal vez la per
secución no fuera sino lucha política contra la nación; mas ahora la lucha comienza por el decreto
que trata de imponer la religión helénica y prohíbe la judía.
O 1 El anciano sacerdote Matatías es la encamación del sentimiento patriótico y religioso de
^ Israel, sentimiento que supo infundir a sus hijos, los cuales, animados de él, luchan heroica
mente hasta obtener la victoria. Lástima que sus descendientes no hayan sabido conservarla por
mucho tiempo.
$31 I MACABEOS 2
68 Tal es el testamento de este gran patriota, en cuyo corazón se junta el amor de la patria
con el de la Ley de Dios y la religión, que es el alma y la vida de su pueblo (167).
O 1 El autor empieza la historia de Judas Macabeo con un canto a sus proezas. Con esto ya nos
** dice el juicio que le merece su vida.
10 Apolonio reforzó su ejército con nuevos contingentes venidos de Samaría para someter a
los rebeldes; pero fue vencido por Judas, que con esta primera victoria cobró ánimos para empren
der cosas mayores.
533 I MACABEOS 3
13 Cuando llegó a oídos de Serón, jefe las disensiones y las calamidades que él
del ejército de Siria, que Judas había había traído sobre la tierra, en su empeño
juntado gente y que una muchedumbre de de suprimir las leyes que habían estado
fieles a la Ley combatía a su lado, * 14 se en uso desde los días antiguos, 30 temió
d ijo : M e haré famoso y ganaré gloria en no tener, como otras veces le había su
el reino, combatiendo a Judas y a los cedido, para los gastos y los donativos,
suyos, que desprecian los decretos del que solía repartir con más larga mano y
r e y .15 Y preparada la segunda expedición, mayor prodigalidad que sus antecesores. *
salió y subió con poderoso ejército, al 3i En este grave aprieto, resolvió ir a Persia
cual se unieron los impíos, para apoyarle a cobrar los tributos de las regiones y re
y tomar venganza de los hijos de Israel. unir mucho dinero.
16 Llegaron hasta la subida de Betorón, 32 Dejó a Lisias, hombre ilustre y de li
donde les salió al paso Judas con una pe naje real, al frente de los negocios del rei
queña tropa. 17 Esta, viendo el ejército no, desde el Eufrates hasta los confines de
que venía contra ellos, dijo a Judas: «¿Có Egipto, 33 y Con el encargo de velar por
mo podremos nosotros, tan pocos, luchar su hijo Antioco hasta su vuelta. 34 Puso a
contra tan poderosa muchedumbre, y me su disposición la mitad del ejército y los
nos estando, como estamos hoy, extenua elefantes, encomendándole la ejecución de
dos por el ayuno?» sus planes, y sobre todo lo de Judea y Je-
18 Pero Judas les contestó: «Fácil cosa rusalén. 35 Debía enviar contra ellos el ejér
es entregar una muchedumbre en manos cito, aplastar y destruir la fuerza de Israel
de pocos, que para el D ios del cielo no y las reliquias de Jerusalén, hasta borrar
hay diferencia entre salvar con muchos de la tierra su memoria, 36 © instalar a ex
o con pocos; 19 y no está en la muche tranjeros en sus confines, distribuyéndole
dumbre del ejército la victoria en la gue la tierra por suerte. 37 L a otra mitad del
rra: del cielo viene la fuerza. 20 Estos lle ejército la llevó consigo el rey, que partió
gan contra nosotros llenos de orgullo e de Antioquía, la capital de su reino, el
impiedad para apoderarse de nosotros, año 14 7, y atravesando el Eufrates se di
de nuestras mujeres e hijos, y saquearnos, rigió hacia las regiones altas.
21 mientras que nosotros luchamos por 38 Luego eligió Lisias a Tolomeo, hijo
nuestras vidas y por nuestras leyes.22 Dios de Dorim eno; a Nicanor y a Gorgias, va
los aplastará a nuestros ojos; no tengáis rones valerosos de entre los amigos del
miedo de ellos». rey, 39 y envió con ellos cuarenta mil hom
23 A sí que acabó de hablar, los acome bres y siete mil caballos para invadir la
tió con decisión, derrotando enteramente Judea y arrasarla, según el mandato del
a Serón y a su ejército. 24 Los persiguió rey. 40 Partieron con todo su ejército y vi
Judas por la bajada de Betorón hasta el nieron a acampar cerca de Em aús, en la
llano, quedando en el campo unos ocho llanura. 41 Cuando los mercaderes de la
cientos hombres y huyendo los demás a región tuvieron noticias de su llegada, to
tierra de los filisteos. 25 Con esto, el es maron consigo muchísima plata, oro y
panto y el miedo a Judas y a sus herma siervos y vinieron al campamento para
nos se apoderó de las naciones vecinas. comprar los hijos de Israel por esclavos.
2* L a fama de su nombre llegó hasta el También se agregaron a ellos fuerzas pro
rey, y en todas las naciones se contaban cedentes de Idumea y de la tierra de los
sus batallas. filisteos. *
42 Viendo Judas y sus hermanos que
S e p re p a r a n m á s d u ro s c o m b a te s las calamidades se multiplicaban y que
27 E l rey Antioco, en teniendo noticia los ejércitos estaban acampados en sus
de estos sucesos, se encendió en ira y dio confines, y conocedores de las órdenes da
orden de juntar todas las fuerzas del rei das por el rey de destruir y exterminar al
no, un ejército poderosísimo. 28 Abrió sus pueblo, 43 se dijeron unos a otros: «D e
tesoros y pagó la soldada a su ejército por fendamos a nuestro pueblo contra esos
un año, ordenando que estuviesen prepa planes de destrucción y luchemos por
rados para todo evento. 29 Viendo el rey nuestra nación y por el santuario», 44 y re
que sus tesoros habían quedado exhaus solvieron disponerse a la guerra, orando y
tos y que los tributos eran escasos, por13* pidiendo a D ios clemencia y misericordia.
13 Un nuevo general sirio, que viene lleno de presunción contra los judíos. Por Betorón intenta
subir de la llanura a la meseta alta de Judea; allí es donde le sale al paso Judas y lo derrota, persi
guiéndolo por la misma bajada en que Josué habla perseguido a los cananeos después de la batalla
de Gabaón (Jos 11,11-14).
3 0 Estos donativos eran a modo de aguinaldos que empezaron por darse al ejército en ocasio
nes extraordinarias y que luego se convirtieron en regulares y obligatorios. Eran cosa importante
para mantener la lealtad de las tropas, casi todas mercenarias.
41 El comercio de esclavos era muy lucrativo; y como los prisioneros de guerra eran por derecho
común esclavos, los mercaderes vienen presurosos, esperando hacer un gran negocio.
I M A f;A W :oa 3 - 4 534
** Jerusalén estaba despoblada como un po para atacar a los del rey que estaban
desierto; no había quien de sus hijos en junto a Emaús, 4 en tanto que el grueso
trase o saliese. Su santuario estaba con del ejército andaba aún disperso, lejos del
culcado, y los hijos de los extranjeros mo campamento.
raban en la ciudadela. Era ésta albergue 5 Llegó Gorgias al campo de Judas por
de los gentiles; el gozo de Jacob había des la noche; y no hallando a nadie, los bus
aparecido, y habían enmudecido la ñauta caba por los montes, diciendo: «Estos han
y la cítara. huido de nosotros». 5 En cuanto fue de
46 Se reunieron y vinieron a M asfa, fren día apareció Judas en el llano con tres mil
te a Jerusalén, pues en otro tiempo había hombres, que no tenían ni los escudos ni
sido M asfa un lugar de oración para Is las espadas que deseaban. 7 Vieron el cam
ra e l;* 47 y ayunaron aquel día, se vistie pamento de los gentiles, fuerte, atrinche
ron de saco, pusieron ceniza sobre sus ca rado, rodeado de la caballería, formado
bezas, rasgaron sus vestiduras 48 y exten or hombres diestros en la guerra. 8 D ijo
dieron el libro de la Ley, buscando en él Í
udas a los que le acompañaban: «N o te
lo que los gentiles preguntan a las imá máis a esa muchedumbre, ni su ímpetu os
genes de sus ídolos. * 49 Trajeron los ves acobarde. 9 Recordad cómo fueron salva
tidos sacerdotales, las primicias y los diez dos nuestros padres en el mar R o jo cuan
mos, e hicieron venir a nazareos que ha do el Faraón los perseguía con su ejército.
bían cumplido los días de su consagra 1° Levantemos al cielo nuestra voz, en la
ción, 50 y a voces clamaron al cielo, di esperanza de que se compadezca de nos
ciendo : «¿Qué vamos a hacer con éstos y otros y, acordándose de la alianza con
adonde vamos a llevarlos? 51 Porque tu nuestros padres, aplaste hoy ante nues
santuario está hollado y profanado; tus tros ojos este campamento, 11 y conoce
sacerdotes, en luto y humillación, 52 y aho rán todas las gentes que hay quien rescata
ra los gentiles se han reunido contra nos y salva a Israel».
otros para destruirnos. T ú sabes las cuen 12 Alzando los enemigos sus ojos, vie
tas que echan sobre nosotros. 53 ¿có m o ron que venían a atacarlo s,13 y salieron
podremos hacerles frente si tú no nos ayu del campo para combatirlos. L o s de Ju
das?» 54 Y tocaron las trompetas y clama das tocaron las cometas, 14 y se trabó la
ron a grandes voces. lucha, siendo derrotados los gentiles, que
55 luego se dieron a huir por el llan o .15 Fu e
Después de esto instituyó Judas jefes
del pueblo, de millares, centenas, cincuen ron perseguidos hasta Guezer, los llanos
tenas y decenas, 56 y dijeron a los que edi de Idumea, de Azoto y de Jam nia; los re
ficaban casas, a los que habían tomado zagados cayeron todos al filo de la espa
mujer, a los que habían plantado una viña da, quedando en el campo hasta tres mfl
y a los tímidos, que se volvieran cada uno de ellos. 16 Volviendo Judas con su ejér
a su casa, conforme a la prescripción de cito de perseguirlos, dijo a los su yos:
la Ley, 57 y levantando el campo, vinieron 17 «N o codiciéis los despojos, que tenemos
a ponerse al sur de Emaús. * 58 D ijo Judas ante nosotros el peligro, 18 pues Gorgias
a los suyos: «Preparaos y portaos como está con su ejército en los montes próxi
valientes, prontos a luchar mañana tem mos. Por el momento haced frente a los
prano contra estas gentes que se han re enemigos y combatid contra ellos; des
unido contra nosotros para destruirnos pués ya podréis tomar los despojos con
y destruir nuestro santuario. 59 M ejor es seguridad».
morir combatiendo que contemplar las ca 19 Estaba aún Judas diciendo esto, cuan
lamidades de nuestro pueblo y del santua do apareció, saliendo del monte, una di
rio. 60 En todo caso, hágase la voluntad visión de Gorgias; 20la cual, al ver cómo
del cielo». los suyos habían vuelto las espaldas y ar
día en llamas el campamento, porque el
N u e v a s v ic to ria s humo que se veía daba bien a entender
1 Oorgias, tomando cinco mil infan" lo sucedido, 21 se llenó de miedo, y más
4 tes y mil jinetes escogidos, levantó el viendo al ejército de Judas en el llano, en
campo por la noche 2 con el propósito de orden de batalla. 22Todos se dieron a huir
atacar al ejército judío y derrotarlo por hacia la tierra de los filisteos. 23 Judas en
sorpresa. Llevaban por guías hombres de tonces se volvió y recogió el botín del
la ciudadela. 3 Tuvo de ello noticia Judas, campamento, donde tomaron mucho oro
y con sus valientes movió también el cam4 6 y plata, y telas de jacinto y de púrpura m a-
46 No pudiendo acudir a Jerusalén, ocupada por los sirios, se reúnen en Masfa, bien conocida
desde la historia de los Jueces (20,3) y de Samuel (1 Sam 7,5).
4 9 Es día de luto y de oración. A falta de profeta o de sacerdote que consulte al Señor por loa
ttrim y tummim, lo hacen por el texto de la Ley. Los nazareos terminaban su voto con un sacrificio
que sólo en el templo podía ofrecerse. Pero el templo estaba profanado y en poder de los gentiles.
57 Ya no se combate en la meseta, sino en las primeras estribaciones de la montaña, cerca de
Emaús. Indicio de los progresos de Judas.
535 I MACASEOS 4
riña, y grandes riquezas.24 A su vuelta ele» vieran en jaque a los de la ciudadela,
vaban al cielo cánticos y bendiciones al mientras purificaban el santuario. * 42 Eli
Señor: «Porque es bueno, porque es eter gieron sacerdotes irreprochables, aman
na su misericordia». 25 En aquel día ob tes de la Ley, 43 los cuales purificaron el
tuvo Israel una gran victoria. templo y echaron las piedras del altar ido
26 Cuantos extranjeros se salvaron llegalátrico en lugar inmundo. 44 Deliberaron
ron a anunciar a Lisias lo sucedido, 27 y qué harían del altar de los holocaustos,
éste, al oir las noticias, se quedó conster que había sido profanado, 45 y les pareció
nado y abatido, porque las cosas no ha buen consejo destruirlo, por cuanto los
bían sucedido en Israel como el rey se lo gentiles lo habían profanado, 46 y depo
había ordenado. 28 Al año siguiente or sitar las piedras en el monte del templo,
ganizó un ejército de sesenta mil hombres en lugar conveniente hasta que viniese un
y cinco mil caballos para acabar total profeta que diese oráculo sobre ellas,
mente con los judíos. 29 Vino por Idumea 47 Tomaron luego piedras sin labrar, con
y acampó en Betsur. Para hacerles frente forme prescribe la L e y; repararon el san
sólo disponía Judas de diez mil hombres. * tuario y el interior del templo, purificaron
30 A la vista de tan fuerte ejército, oró, di los atrios, 48 hicieron nuevos vasos sagra
ciendo : «Bendito seas, Salvador de Israel, dos e introdujeron el candelabro, el altar
que quebrantaste el ímpetu del gigante por de los perfumes y la mesa del templo.
mano de tu siervo David y entregaste el 49 Quemaron incienso en el altar, encen
campamento de los filisteos en poder de dieron las lámparas del candelabro que
Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero. lucían en el tem plo,50 colocaron los panes
31 Da este campo a manos de tu pueblo sobre la mesa y colgaron las cortinas. De
de Israel y queden avergonzados su ejér esta manera dieron fin a la obra.
cito y su caballería. 32 Infúndeles miedo, 51 En la mañana del día veinticinco del
abate la presuntuosa confianza en su for mes noveno, que es el de Casleu, del
taleza y avergüéncense de su derrota. año 148, se levantaron de madrugada 52 y
33 Derrótalos por la espada de los quo ic of recieron el sacrificio prescrito por la Ley
aman y entonen cánticos de loor todos los en el nuevo altar de los holocaustos que
que conocen tu nombre». habían construido. 53 Precisamente en la
34 Vinieron a las manos; cayeron del misma hora y día en que le habían pro
ejército de Lisias cinco mil hombres. 35 Al fanado los gentiles fue renovado con cán
ver Lisias la derrota de su ejército y la au ticos, con cítaras, con arpas y con címba
dacia del de Judas y cómo estaban dis los. 54 Todo el pueblo se postró sobre su
puestos a vivir o morir gloriosamente, rostro, adorando y elevando sus bendi
partió para Antioquía y reclutó mercena ciones al cielo, que les había dado tan fe
rios para acrecentar su ejército, con el pro liz suceso. 55 Durante ocho días celebra
pósito de volver contra Judas. ron la renovación del altar, y con alegría
ofrecieron los holocaustos y sacrificios de
R estab lecim ien to del culto acción de gracias y alabanza. 56 Adorna
ron la fachada del templo con coronas
36 Judas y sus hermanos se dijeron ende oro y escudos y restauraron las por
tonces: «Nuestros enemigos están derro tadas y las cámaras y les pusieron puertas.
tados; subamos, pues, y purifiquemos el 57 Fue muy grande la alegría del pue
santuario y restablezcamos el culto».* blo por haber borrado el oprobio de 'os
32 Y juntando el ejército, subieron al mon gentiles. 58 Finalmente, mandaron Judas
te de Sión.38 Al ver el santuario desolado, y sus hermanos y toda la asamblea de Is
profanado el altar, quemadas las puertas, rael celebrar los días de la renovación del
la hierba crecida en los atrios como en un altar a su tiempo, de año en año, por
bosque o en un monte, y las habitaciones ocho días, desde el veinticinco del mes de
destruidas, 39 rasgaron sus vestiduras y al Casleu, con alegría y regocijo. * 59 Por
zaron gran llanto, se pusieron ceniza sobre aquel mismo tiempo levantaron en tor
la cabeza, 49 se postraron en tierra, toca no del monte Sión muros altos y torres
ron las trompetas de señales y clamaron fuertes para que no pudieran los genti
al cielo. les hollarle como habían hecho antes;
41 Luego ordenó Judas que algunos tu 60 pusieron en él una guarnición que le
M 29 Esta vez los sirios buscan subir por la tierra de los idumeos, que desde el cautiverio ocu-
paban el sur de la antigua tribu de Judá.
36 Judas se creyó dueño de toda la Judea, pues sólo quedaba en Jerusalén la guarnición de la
fortaleza levantada desde el principio, al norte del templo, para tener sujeta la ciudad y el santuario.
41 Por lo dicho se comprende la importancia de este acto de Judas, primer fruto de sus victo
rias: purificar el templo de las impurezas gentílicas y restablecer el culto legítimo del Dios ver
dadero.
58 La prueba más grande de la alta significación de este acontecimiento está en la institución
de esta fiesta (165), que perduró hasta el fin del templo, o sea hasta el año 70 d. C.
I MACARROS 4 -5 536
defendiera. Fortificaron asimismo a Bet- tidos por los gentiles. 17 Dijo Judas a Si
Kur para protegerla y que el pueblo tuvie món, su hermano: «Toma gente contigo
se una defensa por el lado de Idumea. y ve a librar a nuestros hermanos de Ga
lilea; yo y mi hermano Jonatán iremos
G u e r r a c o n tra los p u e b lo s vecin o s a Galad». 18 A José, el de Zacarías, y a
1 Cuando las naciones de alrededor Azarías los dejó por jefes del pueblo con
5 oyeron que el altar habia sido reedi el resto del ejército para la defensa de Ju
ficado y restaurado como antes el santua dea, 19 dándoles esta orden: «Quedaos al
rio, se enfurecieron sobremanera, 2 y de frente del pueblo, pero no trabéis lucha
cidieron destruir a los de la raza de Jacob con los gentiles hasta nuestra vuelta».
que vivían en medio de ellos, comenzan 20 Tomó Simón tres mil hombres para
do a ejecutar matanzas y destrucciones en ir a Galilea, y Judas ocho mil para ir a
el pueblo.* * Comenzó Judas por hacer Galad. 21 Partió Simón para Galilea, y
la guerra a los hijos de Esaú, y se apode después de muchos encuentros con los
ró de Acrabatane, en Idumea, desde la gentiles, los derrotó y persiguió hasta las
cual hostigaban constantemente a Israel. puertas de Tolemaida, 22 quedando en el
Les infligió una gran derrota, humillán campo unos tres mil de los gentiles y apo
dolos y llevándose sus despojos.4 Se acor derándose Simón de sus despojos. 23 To
dó de la maldad de los hijos de Bayán, mó luego a los que moraban en Galilea y
que tendían al pueblo lazos y emboscadas en Arbata, con sus mujeres, hijos y cuan
en los caminos. 5 Los obligó a encerrarse to tenían, y los trajo con gran júbilo a
en sus torres, los cercó y, dándolos al ana Judea.
tema, puso fuego a las torres, que ardie 24 Judas el Macabeo y Jonatán, su her
ron con todos los que en ellas había. 6 Pa mano, atravesaron el Jordán y caminaron
só luego a los hijos de Am món, y se en durante tres días por el desierto,25 encon
contró con un ejército fuerte y un pueblo trándose con los nabateos, que los reci
numeroso, y a Timoteo por jefe. 7 Tuvo bieron am igablemente y les contaron
con ellos muchos encuentros, hasta que cuanto a sus hermanos había sucedido en
los derrotó y deshizo totalmente. 8 Se apo la región de Galad, 26 y cómo muchos de
deró de Jazer y sus aldeas y se volvió lue ellos se hallaban prisioneros en Bosora,
go a Judea. en Bosor, en Alema, en Casfor, en Ma
9 Los gentiles de Galad se conjuraron queó y en Carnaím, ciudades todas fuer
contra los israelitas que moraban en su tes y grandes; 27 que también en las de
territorio, con el propósito de aniquilar más ciudades de Galad había prisioneros,
los, pero ellos huyeron a la fortaleza de y habían ordenado los enemigos para el
Diatema. * 10 Escribieron a Judas y a sus día siguiente atacar las plazas fuertes, to
hermanos, diciéndoles: «Se han juntado marlas y acabar con todos los judíos en
contra nosotros las naciones de nuestro un solo día.
contorno, que se proponen destruimos; 28 Judas con su ejército, atravesando
11 están dispuestas a venir y apoderarse de el desierto, llegó de improviso a Bosora,
la fortaleza en que nos hemos refugiado; se apoderó de la ciudad, pasó al filo de
tienen a Timoteo por jefe de su ejército. la espada a todos los varones, se adueñó
12 Ven, pues, y líbranos de sus manos, por- de todos sus despojos y la puso fuego.
ue muchos ae los nuestros han caído ya, 29 Levantando el campo por la noche, se
S y todos nuestros hermanos de la región encaminó hacia la fortaleza de Diatema.
de Tobi han sido muertos y robadas sus 30 Al amanecer alzó los ojos y vio una
mujeres, sus hijos y sus bienes, pereciendo muchedumbre innumerable con escalas y
allí unos seis mil hombres». máquinas de guerra dispuesta a atacar
14 Estaban leyendo estas cartas, cuando y tomar la fortaleza. 31 Entendió Judas
llegaron, rasgadas las vestiduras, otros que el ataque comenzaba y oyó que de la
mensajeros de G a lilea ,15 los cuales comu ciudad subía al cielo un gran griterío y
nicaron que se hablan juntado contra ellos sonido de trompetas. 32 Dijo entonces a
gentes de Tolemaida, y de Tiro, y de Si- los de su ejército: «Luchad hoy por vues
dón, y los gentiles de toda la Galilea, pa tros hermanos». 33 Y en tres secciones se
ra aniquilarlos.16 Cuando Judas y el pue dirigieron por la espalda, tocando las
blo oyeron semejantes noticias, se reunió trompetas y clamando a Dios en oración.
una gran asamblea, y deliberaron sobre 34 Cuando el ejército de Timoteo se dio
lo que habían de hacer por sus hermanos, cuenta de que era el Macabeo, empren
que se hallaban en grave aprieto, comba dieron la fuga. Le infligió una gran de
is 2 El ejemplo del rey cundió entre los pueblos vecinos a Jerusalén, que se dieron todos a per-
^ seguir a los judíos. Judas estaba en su legítimo derecho de defender a sus hermanos. Comienza
la campaña por el sur contra los idumeos y la prosigue pasando al oriente del Jordán contra los
amonitas.
9 Las noticias llegan de Galad, al este del Jordán, y de Galilea. A Galilea envía Judas a su her
mano Simón, y a Galad se dirige él mismo con su hermano Jonatán. El éxito no pudo ser más feliz.
537 I MACABEOS 5-6
rrota, quedando aquel día en el campo guerra tomaron posiciones y atacaron la
hasta ocho mil hombres. 35 Luego se vol ciudad todo aquel día y la noche siguien
vió Judas contra M asfa, la atacó, adue te hasta que se rindió. 51 Pasó al filo de
ñándose de ella, matando a todos sus la espada a todos los varones, arrasó la
hombres, tomando sus despojos y entre ciudad y se apoderó de sus despojos, atra
gando la ciudad a las llamas. 36 Partien vesándola luego por encima de los cadá
do de allí, tomó a Casfor, M aqued y Bo- veres. 52 Pasado el Jordán, llegaron a la
sor, con las demás ciudades de Galad. gran llanura de Betsán.33 Judas, que man
37 Después de esto juntó Timoteo otro daba la retaguardia, iba exhortando al
ejército y vino a acampar enfrente de R a pueblo todo el camino hasta llegar a la
tón, del otro lado del torrente. 38 Envió tierra de Judá. 54 Con gran gozo y alegría
Judas a explorar el campo, y le trajeron subieron al monte de Sión y ofrecieron
estas noticias: «Se han juntado con T i holocaustos por no haber caído ninguno
moteo todos los gentiles de alrededor, y de ellos y haber vuelto todos en paz.
forman un ejército muy grande. ^ A d e 53 En los días en que Judas y Jonatán
más, han tomado a sueldo a los árabes estaban en Galad, y Simón en Galilea,
como auxiliares, y están acampados del frente a Tolemaida, * 56 llegaron a oídos
otro lado del torrente, prontos a venir de José, el de Zacarías, y Azarías, jefes
contra ti». Salió Judas al encuentro de del ejército, las hazañas y las batallas que
ellos. ^ T im o te o había dado estas ins llevaban a cabo, 57 y se dijeron: «Haga
trucciones a sus capitanes: «Si al llegar mos también nosotros célebre nuestro
Judas al torrente le permitiéramos pasar nombre peleando contra las naciones de
hasta nosotros, no podríamos resistirle, alrededor». 5 *58 Y dieron orden al ejército
porque tiene una fuerza incontrastable; que con ellos tenían de emprender la mar
41 mas si por temor acampara al otro lado cha hacia Jamnía. 59 Pero les salió al paso
del torrente, iremos contra él y le vence Gorgias con su gente, 60 que derrotaron
remos». a José y Azarías, persiguiéndolos hasta
42 Cuando Judas se acercó al torrente los confines de Judea. Dos mil hombres
detuvo a los intendentes del ejército y les cayeron aquel día del pueblo de Israel.
dio esta orden: «N o permitáis que se que Acaeció este gran descalabro 61 por no ha
de nadie en el campo; que vayan todos a ber obedecido a Judas y a sus hermanos,
luchar». 43 Y atravesó el primero contra creyéndose capaces de grandes hañazas.
los enemigos, y todo el pueblo en pos de 62 Pero no eran ellos de la raza a que fue
él. Fueron deshechos los gentiles, que ti dado salvar a Israel. 63 Por el contrario,
raron las armas y huyeron al santuario el heroico Judas y sus hermanos alcanza
de Caraaím . 44 Pero los de Judas se apo ron gran gloria ante Israel y ante todos
deraron de la ciudad y pusieron fuego al los pueblos a cuyos oídos llegó su fama,
santuario, que ardió con todos los que 64 y en medio de aclamaciones todos los
en él había. A sí fue abatida Carnaím, sin rodeaban.
que los enemigos pudieran hacer frente a 65 Partieron luego Judas y sus herma
Judas. nos en campaña contra los hijos de Esaú,
45 hacia el mediodía, y se apoderaron de
Juntó Judas a todos los israelitas que
moraban en G alad, desde el pequeño has Hebrón y de sus aldeas, destruyeron su
ta el grande, a sus mujeres e hijos y su ha fortaleza y quemaron las torres de su re
cienda, una muchedumbre muy grande, cinto. * 66 En seguida se dirigió contra la
para traerlos a la tierra de Judá. 46 A l lle tierra de los filisteos, atravesando por
gar a Efrón, ciudad grande y muy fuerte Maresa. 67 Cayeron aquel día en la bata
en la entrada de un desfiladero, no po lla algunos sacerdotes, que inconsidera
dían desviarse ni a la derecha ni a la iz damente salieron a luchar, queriendo dar
quierda, sino que habían de pasar por en pruebas de su valentía. 68 Se dirigieron
medio de ella. 47 L o s de la ciudad se en luego hacia Azoto, en tierra de filisteos,
cerraron y muraron a cal y canto las puer y destruyó sus altares, quemó las estatuas
tas. Les envió Judas un mensaje de paz, de sus dioses y se volvió a la tierra de
48 diciéndoles: «Permitidnos atravesar por Judá.
vuestra tierra, camino de la nuestra; nadie
os molestará; sencillamente pasaremos a M u erte d e A n tío co E pifan es
pie». Pero no quisieron abrirle. 1 Atravesaba el rey Antíoco las re
49 Ordenó Judas entonces pregonar en 6 giones altas de Persia, cuando tuvo
todo el campo que hiciesen todos alto en noticias de Elimaida, ciudad célebre por
el sitio en que estaban. 50 L o s hombres de su riqueza de plata y oro. 2 H abía en ella
55 Este desgraciado episodio de los dos lugartenientes de Judas sirve al autor para poner más
de relieve el valor de los hermanos Macabeos, a quienes parecía acompañar la victoria.
65 Después de la primera campaña feliz del Norte, otra nueva contra Idumea y la Filistea viene
a completar el triunfe.
I IMf'AHKOft 6 538
£ 2 En los templos, fuera de los objetos del culto, que podían ser, como los de Jerusalén, de
” oro, se guardaban los exvotos, como estos aquí mencionados, que eran a veces de gran valor.
Además, eran los templos, sobre todo los santuarios más célebres, depósito donde los particulares
guardaban su fortuna bajo la custodia de la religión. Antíoco III murió en una expedición seme
jante a la de su hijo.
5 Tenemos de esta expedición y de la muerte de Antíoco tres relatos (2 Mac 1,12 ss.; 9,1 ss.),
que no es fácil reducir a la unidad, tal vez porque sean incompletos y cada uno de ellos refleje algu
na de las versiones que en Palestina corrían sobre esta remota expedición y su desastroso fin,
que fue para muchos motivo de alegría.
16 El ano 149 de la era griega, que viene a ser el 164 a. C.
18 Al norte del templo, los gentiles habían levantado una ciudadela, desde la que hostilizaban
al pueblo que acudía al templo.
21 El rey era Antíoco V Eupator, joven aún, que su padre había dejado bajo el cuidado de
Lisias, pero a quien al morir encomendó a Filipo.
539 I MACABEOS 6
31 A pesar de ser grandes las fuerzas que llevaron, el rey y su tutor Lisias dan la vuelta a Judea,
siguiendo la costa, para seguir por la Idumea hasta acampar junto a Betsur, en las montañas de
Hebrón.
47 Judas, después de un encuentro con el enemigo, no se siente con fuerzas para hacer frente
a las del rey, y se retira hacia Jerusalén con ánimo de defenderla. El rey le sigue después de rendir
a Betsur y asienta su campo frente al templo; pero noticias llegadas de Antioquía le mueven a hacer
las paces con Judas, concediendo a los judíos el derecho de vivir según la Ley (cf. 2 Mac 11,16-33).
49 Por primera vez en la historia sagrada se hace mención de la observancia del año sabático,
en que, según Lev 25,2-7, no debía sembrarse la tierra (cf. Neh 10,31).
I MACABEOS 6 -7
540
ciendo al rey, a los generales del ejército y fiel al soberano; * 9*y le envió en com
y a la tropa: «D e día en día perdemos pañía del impío Alcim o, a quien insti
fuerzas, escasean las provisiones y la pla tuyó sumo sacerdote, mandándole que
za que combatimos es muy tuerte y de tomase venganza de los hijos de Israel.
bemos ocuparnos en las cosas del reino. 10 Partieron con un gran ejército, y, 11*1
58 Tendamos, pues, la mano a estos hom gados a la tierra de Judá, enviaron men
bres, hagamos las paces con ellos y con sajeros a Judas y a sus amigos con pa
todo su pueblo, 59 y convengamos en que labras engañosas de paz, n a las que
vivan según sus leyes, como antes. Pre ellos no dieron crédito porque veían el
cisamente a causa de esas leyes, que nos
otros hemos pretendido abrogar, se han
irritado y han hecho todo esto». 60 Fue
bien acogida la propuesta por el rey y
los generales, y enviaron mensajeros de
paz a los judíos, que la aceptaron. 61 E l
rey y los generales les juraron, y en vir
tud de esto salieron de la fortaleza.
62 Entró el rey en el monte de Sión, y
viendo lo fuerte del sitio, quebrantó el
juramento que había hecho y mandó Demetrio i Soter (ió a -iso )
destruir el muro que lo cercaba. 63 Lue
go se apresuró a partir, y, volviéndose gran ejército que traían. ^ A cu d iero n a
a Antioquía, halló a Filipo dueño de Alcim o y a Báquides muchos escribas
la ciudad y la atacó, logrando apode reclamando justicia; 13*y los asideos, que
rarse de ella por la fuerza. son los primeros entre los hijos de Is
rael, fueron a pedirles la p a z ;* A p o r
Báquides y Alcim o, en Judá que se decían: «Es un sacerdote del linaje
1 E l año 1 5 1 salió de Rom a Deme de A rón el que ha llegado con las tropas;
7 trio, hijo de Seleuco, con unos cuan no nos engañará».15 E n efecto, les habló
tos hombres, y desembarcó en una ciu palabras de paz y les juró diciendo: « N o
dad marítima, logrando ser en ella re os haremos mal ni a vosotros ni a vues
conocido por re y .* 2 A l entrar en el tros amigos». 16*Con esto le creyeron;
palacio real de sus padres, el ejército se pero prendió a sesenta de ellos y en un
apoderó de Antíoco y de Lisias para en solo día les dio muerte, según lo que
tregárselos. 3 A l saberlo, dijo: «N o quie está escrito:
ro ni ver su cara». 4 Las tropas los mata 17 «Las carnes de tus santos y su san
ron, y así se sentó Demetrio en su trono gre derramaron en torno de Jerusalén, y
real. 5 Luego se llegaron a él todos los no había quien los enterrase». *
malvados e impíos de Israel, con Alcim o 18 El miedo y el espanto se apoderó
a la cabeza, que pretendía el sumo sacer de todo el pueblo, porque se decían:
d o c io ;* 6 y presentaron al rey muchas «N o hay verdad ni justicia, pues han vio
acusaciones contra el pueblo, diciendo: lado los compromisos y juramentos que
«Judas y sus hermanos han dado muerte habían hecho».
a todos tus amigos, y a nosotros nos han 19 Báquides, saliendo de Jerusalén, vino
expulsado de nuestra tierra. 7*T e roga a acampar en Bezeta y mandó prender
mos envíes una persona de tu confianza a muchos de los que habían desertado
que vaya y vea todos los estragos que de él y a algunos del pueblo, y los mató,
nos han causado a nosotros y al terri arrojándolos en una gran cisterna. 29 Pu
torio del rey y que los castigue a ellos so luego la tierra en manos de Alcim o,
y a cuantos les prestan auxilio». con tropas para auxiliarle, y se volvió
8 Eligió el rey a Báquides, uno de sus al rey. 21 Alcim o luchaba por asegurar
amigos, que gobernaba la región del otro se en el pontificado, 22 juntándose a él
lado del río, hombre grande en el reino todos los perturbadores de su pueblo.
1 Este Demetrio era el hijo de Seleuco, excluido del tremo por Antíoco V. Con este acto inició
7 una guerra civil, que no acabará sino cuando los romanos se apoderen del reino y hagan de
él la provincia de Siria.
5 En seguida los judíos prevaricadores de su Ley y los sacerdotes ambiciosos acuden al nuevo
rey, buscando su apoyo contra Judas y los suyos.
S La s cosas estaban muy mudadas desde la paz concedida por Lisias, que había asegurado a
los judíos poder vivir conforme a su Ley. Por eso Báquides, con Alcimo, investido de la dignidad
pontifical, pueden llegar a Jerusalén sin que Judas se les oponga.
13 La gente piadosa, poco amiga de guerras, se dejaba convencer de que, teniendo a su frente
a un sacerdote, podrían vivir en paz bajo la ley de sus padres. Con esto se contentaban.
17 Son palabras del salmo 79,3. Báquides, cumplida su misión de instalar al sumo sacerdote en
Jerusalén, se volvió al rey; pero las cosas estaban lejos de quedar en paz en Judea, y pronto salió
Judas de su retiro, obligado por las violencias del sumo sacerdote.
541 I MACABEOS 7 -8
26 Nicanor parece venir con propósitos de arreglar las cosas por vías pacificas, y así comenzó
a tratar a Judas como amigo; pero los judíos, sus enemigos, no pudiendo consentirlo, le denuncian
al rey, y asi se vió obligado a mudar de conducta.
4 5 Gazer es la antigua Guezer.
48 La alegría de este triunfo se deja ver por la fiesta instituida en conmemoración de la misma
(cf. Jdt 16,30-31; Est 9,17).
Q 1 «Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija», y los romanos eran ese árbol fron-
^ doso, bajo el cual, quiso Judas cobijarse contra los reyes de Siria. Estaba convencido de que
la causa de la religión y de la Ley no quedaría asegurada contra los manejos de los prevaricadores
mientras no lograse la independencia de su pueblo. Los romanos, desde su victoria sobre Antíoco III,
habían venido a ser los árbitros entre los antiguos reinos nacidos del imperio de Alejandro Magno.
Judas, para asegurarse de su protección, resuelve enviar una embajada. La descripción de los ro
manos y de su gobierno responde a lo que en Judea se decía de ellos.
I MACASEOS 8 -9 542
este pais muy alejado de ellos; y cómo que nos inscribáis en la lista de vuestros
a los reyes que desde los confínes de la aliados y amigos». 21 Estas palabras fue
tierra habían ido contra ellos los habían ron bien recibidas. 22 He aquí ahora la
derrotado, infligiéndoles tan gran desca copia de la epístola que escribieron en
labro que los restantes les pagaban tri tablas de bronce y que enviaron a Jeru-
buto cada año. 5 Y que a Filipo y a salén para que les fuese memorial de paz
Perseo, reyes de Macedonia, y a los de y de alianza:
más que se levantaron contra ellos los 23 «Salud a los romanos y al pueblo
habían derrotado en guerra y los habían judío por mar y por tierra para siempre
subyugado, 6 y a Antíoco el Grande, rey y que la espada y el enemigo estén siem
de Asia, que estuvo en guerra con ellos pre lejos de ellos. 24 Si el pueblo de los
que tenía ciento veinte elefantes y ca- romanos fuera primero atacado o lo fuese
allería y carros v ejército muy numero alguno de sus aliados en todo su impe
so, le habían vencido 7 y cogido prisio rio, 25 el pueblo de los judíos les prestará
nero, imponiéndole un gran tributo a él
y a los que en el reino le sucedieron,
obligándole a dar rehenes 8 y a ceder la
Jonia, la M edia y la Lidia, esto es, sus
mejores provincias, que aquéllos cedieron
al rey Eumenes. 9 L o s griegos quisieron
ir contra ellos y aniquilarlos; pero en
cuanto les fue conocido el propósito
10 enviaron contra ellos un general que los
combatió, cayendo de los griegos muchos Antíüco lll el Grande (223-187)
en el campo, siendo llevadas cautivas las
mujeres y los hijos, saqueados los bie auxilio, según las circunstancias lo dic
nes, subyugada la tierra, destruidas las ten, con plena lealtad. 26 A l enemigo no
fortalezas y reducidos a servidumbre has le dará ni suministrará trigo, armas, pla
ta hoy. 11 A los demás reinos e islas, ta ni naves. Esta es la voluntad de los
cuantos se les opusieron, totalmente los romanos, y guardarán este convenio sin
subyugaron. 12 Pero a sus aliados y ami compensación ninguna. 27Asimismo, si
gos que en ellos confían les guardan fide primero el pueblo judío es atacado, los
lidad, y así habían logrado dominar los romanos le ayudarán lealmente, según las
reinos próximos y remotos. Cuantos sa circunstancias lo dicten, 2$ y al enemigo
ben de su fama los temen, 13 y cuantos no le darán ni trigo, ni armas, ni plata,
son por ellos ayudados para reinar, rei ni naves. Tal es la voluntad de los ro
nan, y a los que no quieren los destitu manos. 29 Conforme a estas condiciones
yen, y así han adquirido gran poder, se conciertan los romanos con el pueblo
i* Entre ellos nadie lleva diadema ni viste judío. 3o Si después de este acuerdo unos
púrpura para engreírse con ella. 15En y otros quisieren añadir o quitar alguna
vez de esto se han creado un senado, y cosa, podrán hacerlo a su voluntad, y lo
cada día deliberan trescientos veinte se añadido o quitado será o dejará de ser
nadores, que de continuo miran por el valedero. 31 Cuanto a los daños que les
bien del pueblo y por su buen gobierno. ha causado el rey Demetrio, ya hemos
16 Cada año encomiendan a uno solo el escrito a éste diciendo: ¿Por qué impones
mando y el dominio de toda su tierra, tan pesado yugo sobre nuestros amigos
y todos obedecen a este único, sin que y socios los judíos? 32 Si vuelven a que
haya entre ellos envidias ni celos. jársenos de ti, les haremos justicia, ha
17 Eligió Judas a Eupolemo, hijo de ciéndote la guerra por mar y por tierra».
Juan, hijo de A cco, y a Jasón, hijo de
Eleazar, y los envió a Rom a para hacer Báquides, otra v e z en Judea. M uerte
con ellos amistad y alianza, *s librándose
d e Judas
asi del yugo del reino griego, pues veían
que el designio de éste era someter a
Israel a servidumbre. 19Llegaron a Rom a
9 1 Cuando Demetrio supo que N ica
nor y su ejército habían caído en
después de un largo viaje, entraron en el la batalla, volvió a enviar por segunda
senado y, tomando la palabra, dijeron: vez a Báquides con Alcim o a tierra de
20«Judas Macabeo, sus hermanos y el Judá, a la cabeza del ala derecha de su
pueblo de los judíos nos envían para ha ejército. * 2 Tomaron el camino que llega
cer con vosotros alianza de paz y pedir a Galilea y acamparon en M asalot de
1 El rey Demetrio trataba a los judíos como súbditos rebeldes, y así las intimaciones de los
9 romanos no tuvieron efecto por el momento. Contra judas triunfante vuelve a enviar a Bá
quides, que esta vez pudo atribuirse una victoria completa, pues el jefe de la sedición caía muerto
en el campo de batalla, judas, en efecto, cayó luchando heroicamente por la causa de su pueblo,
que le lloró amargamente.
543 I MACASEOS 9
de ganarse a Jonatán para su causa. Jonatán se aprovechó de las ofertas de Demetrio, pero al fin se
declaró por Alejandro Bala.
Nácar-Colunga 18
1 MACABEQ8 1 0 546
jefes y vivirán según sus leyes, como lo WEl rey Tolomeo le respondió dicien
ha dispuesto el rey en la tierra de Judá. do: «Dichoso el día en que has vuelto a
38 Y los tres distritos tomados a las regio la tierra de tus padres y te sentaste en el
nes de Samaría e incorporados a Judea trono real. 56 Con gusto haré lo que me
lo serán de modo que formen una sola dices. Ven a mi encuentro a Tolemaida,
circunscripción y no obedezcan a otra para que nos veamos y te haga yerno
autoridad que a la del sumo sacerdote. mío, según tú deseas».
39 De Tolemaida y su distrito hago obse 37 Partió de Egipto Tolomeo con su
quio al santuario de Jerusalén para sufra hija Cleopatra, y llegaron a Tolemaida
gar los gastos del mismo. 40 D oy cada el año 162. 58 El rey Alejandro le salió
año quince mil sidos de plata, pagaderos al encuentro, Tolomeo le dio su hija
de los derechos del rey en los lugares que Cleopatra, y celebraron en Tolemaida las
nos pertenecen. 41 Todo el sobrante que
los empleados de! fisco no hayan entre
gado, como en los años anteriores, desde
ahora lo destino a las obras del templo.
42 Y los cinco mil sidos de plata que cada
año percibíamos de los tributos del tem
plo, también los condonamos y se los da
mos a los sacerdotes que ejercen las fun
ciones sagradas. 43 Cuantos se acojan al
templo de Jerusalén y a todo su recinto, Demetrio II Nicator (146*142 y 12 8 -12$)
deudores de los impuestos reales o de
cualquier otra deuda, quedarán Ubres, y bodas con gran magnificencia, como de
también cuanto tengan en mi reino.44 Los reyes. 59 El rey Alejandro escribió a Jo
gastos para edificar y restaurar el templo natán que viniese a su encuentro. * 50 Vino
serán pagados de la hacienda real. 45 Los con grande pompa a Tolemaida, se entre
gastos para la edificación de los muros vistó con los dos reyes y les hizo obse
de Jerusalén y las fortificaciones de su re quios de oro y plata; también a sus cor
cinto correrán también por cuenta del rey, tesanos les hizo muchos regalos, ganán
y asimismo la edificación de las murallas dose con ellos su favor. 5i Vinieron após
en Judea». tatas, mandados de Israel, para acusarle,
46 Cuando Jonatán y el pueblo oyeron pero el rey no los a te n d ió ,a n te s mandó
estas palabras, no las creyeron ni las acep quitar a Jonatán sus vestidos y vestirle de
taron, acordándose de los grandes males púrpura, como se hizo. Le sentó el rey
que había causado en Israel y cuánto los a su lado, 63 y dijo a sus grandes: «Salid
había atribulado,47 y se decidieron en fa con él por medio de la ciudad y pregonad
vor de Alejandro, que les había hecho que nadie se atreva a acusarle sobre nin
proposiciones de paz, y así le prestaron gún negocio y que nadie por ninguna cau
auxilio todo el tiempo. sa le moleste. 54 Cuando sus acusadores
48 Reunió el rey Alejandro grandes fuervieron los honores públicos que se le
zas y asentó su campo enfrente del de De hacían y le vieron vestido de púrpura,
metrio. 49 Trabaron la batalla los dos re huyeron todos. 65 Le honró mucho el
yes, y huyó el ejército de Demetrio, per rey y le inscribió en el número de sus pri
seguido por Alejandro, que quedó vence meros amigos, y le nombró general y
dor. 50 La batalla fue encarnizada y duró gobernador de provincia. 56 Después de
hasta la puesta del sol, cayendo en aquel lo cual volvió Jonatán a Jerusalén en
día el rey Demetrio. paz y contento.
51 Después de esto, Alejandro envió 57 El año 165, Demetrio, hijo de De
mensajeros a Tolomeo, rey de Egipto, metrio, vino de Creta a la tierra de sus
diciéndole: 52 «Vuelvo a mi reino, he lo padres. * 68 En cuanto Alejandro lo supo,
grado sentarme en el trono de mis padres volvió a A ntioquía muy contrariado.
y recobrar el gobierno después de derro 59 Demetrio confirmó por gobernador de
tar a Demetrio y apoderarme de nuestra la Celesiria a Apolonio, que juntó un
tierra. 33 Trabada la batalla, fue vencido poderoso ejército, y vino a acampar en
él y su ejército, y nos hemos sentado en Jamnia, desde donde envió recado a Jo
el trono de su reino. 54 Hagamos, pues, natán, diciéndole: 70«¿Vas a ser tú el
alianza; dame tu hija por mujer, y seré único que te levantes contra nosotros, y
tu yerno, y tanto a ti como a ella os haré voy a ser yo objeto de risa y burla por
presentes dignos de ti». causa tuya? ¿Por qué presumes hacerte
39 Jonatán llega a ser un gran personaje en el reino de Siria y en la corte de su rey.
37 Nueva guerra civil en Siria. Otro hijo de Demetrio Soter, del mismo nombre que su padre
y apellidado Nicator, se levanta en armas contra Alejandro. Jonatán se mantiene fiel a éste y alcanza
brillantes victorias contra Apolonio, general de Demetrio. Esto le mereció nuevos honores de Ale
jandro.
547 I MACABEOS 1 0 -1 1
fuerte en los montes contra nosotros? envió la fíbula de oro, como es costumbre
71 Si tanto confías en tus fuerzas, des darla a los parientes de los reyes, y le
ciende al llano y midamos las armas, dio Acarón con todos sus términos en
que conmigo está la fuerza de las ciuda posesión.
des. 72 Pregunta y sabrás quién soy yo y
quiénes los que me prestan auxilio, los L a traición de T o lo m e o contra
cuales dicen que no podrás mantenerte a A lejandro
pie fírme ante nosotros, y que por dos
veces fueron vencidos tus padres en esta 1 El rey de Egipto juntó grandes
tierra. 73 N o podrás sostener el empuje H fuerzas, como las arenas del mar,
de mi caballería y de mi ejército en campo y muchas naves, con el intento de apo
abierto, donde no hay piedras, ni gui derarse por engaño del reino de Alejandro
jarros, ni lugar adonde huir». y agregarlo a su propio reino. * 2 Con
74 Cuando Jonatán oyó las bravatas de pretextos de paz se encaminó a Siria,
Apolonio, se llenó de indignación; y es abriéndosele las puertas de las ciudades
cogiendo diez mil hombres, salió de Je- y saliendo todos a recibirle, pues era
rusalén, llevando consigo a Simón, su orden del rey Alejandro que le saliesen al
hermano. 75 Acampó frente a Jope, que encuentro, como a suegro suyo. 3 Así
le cerró las puertas, porque había en ella que Tolomeo entraba en las ciudades,
una guarnición de Apolonio. Pero la ata ponía en ellas guarniciones. 4 Al entrar
caron, 76 y atemorizados los ciudadanos, en Azoto le enseñaron el templo de Da
le abrieron las puertas, quedando Jonatán gón incendiado, la ciudad y sus cercanías
dueño de Jope. destruidas, arrojados en el campo los
77 Asi que Apolonio tuvo noticia del cadáveres y al borde de los caminos los
suceso, sacó al campo tres mil caballos y montones de los que habían caído en la
una poderosa fuerza de infantería, 78 y batalla 5 Contáronle lo que había hecho
siguió el camino de Azoto, fingiendo pasar Jonatán, con el fin de hacérsele odioso,
de largo frente a Jope, pero se volvió en pero el rey callaba.
seguida a la llanura, muy confiado en la 6 Vino Jonatán al encuentro del rey a
numerosa caballería que tenía. Jonatán Jope con gran aparato, se saludaron y
salió contra él hacia Azoto, y se trabó durmieron allí. 7 Jonatán le acompañó
la lucha. 79 Apolonio había dejado em luego hasta el río llamado Eleutero, y
boscados mil caballos. 80 Supo Jonatán la luego se volvió a Jerusalén. 8 El rey To
asechanza que detrás de sí tenía, y aunque lomeo se adueñó de todas las ciudades
unos y otros cercaron el campo y estu de la costa hasta Seleucia del Mar, me
vieron lanzando flechas contra el pueblo ditando perversos planes contra Alejan
desde la mañana hasta la noche, 81 el dro. 9 Envió embajadores a Demetrio,
pueblo se mantuvo firme, según las órde diciéndole: «Ven, hagamos alianza, y te
nes de Jonatán, hasta que la caballería se daré mi hija, la que tiene Alejandro, y
fatigó. 82 Luego movió Simón sus fuerzas reinarás sobre el reino de tus padres.
y atacó a la falange, y como la caballería 10 Me pesa haberle dado mi hija, pues
estaba ya agotada, los derrotaron y pu ha buscado asesinarme». 11 Y con calum
sieron en fuga. 83 La caballería se dispersó nias procuraba hacerle odioso, por co
por la llanura, huyendo hacia Azoto, y se dicia de su reino. 12 Al fin le quitó la
refugiaron en el templo de Dagón, su hija y se la dio a Demetrio, rompiendo
ídolo, para salvarse. 84 Jonatán prendió con Alejandro y haciendo manifiestas sus
fuego a Azoto y a las ciudades cercanas, enemistades 13 Entró Tolomeo en Antio-
se apoderó de sus despojos y dio a las quía y se ciñó a su cabeza dos diademas:
llamas el templo de Dagón, abrasando a la de Asia y la de Egipto.
los que en él se habían refugiado. 85 El 14 Hallábase por aquellos días el rey
número de los que perecieron por la Alejandro en Cilicia, por haberse rebe
espada y por el incendio subió a ocho mil. lado los de aquellos lugares, ^cuando
86 De allí levantó el campo Jonatán oyóy que su suegro venia contra él en son
se vino hacia Ascalón, cuyos moradores de guerra Tolomeo sacó su ejército y le
salieron a recibirle con gran honor. 87 Jo fue al encuentro con poderosas fuerzas y
natán se volvió a Jerusalén con los suyos, le puso en huida. 16 Huyó Alejandro a la
cargados de despojos. * 88 Cuando estos Arabia en busca de refugio, mientras que
sucesos llegaron a oídos del rey Alejandro, el rey Tolomeo quedó triunfante. 17 El
concedió nuevos honores a Jonatán, 89 le ‘ árabe Zabdiel cortó la cabeza a Alejandro
87 Sí Jonatán no igualó a Judas como guerrero, sin duda que le aventajó como diplomático, sa
biendo aprovecharse bien de la guerra civil que estalló en Siria.
•J *1 1 La intervención de Tolomeo Filometor en los negocios de Siria nos revela cuán baja era
■ ■ la moralidad política de aquellos reinos helenistas. Jonatán en este caso se condujo como
fiel vasallo de Alejandro.
I MACABROS 11 548
y se la envió a Tolomeo. 18 Tres días I nas y de las coronas, que nos pertenecen,
más larde moría eJ rey Tolomeo, y los desde ahora 36 se los condonamos todos,
suyos, que estaban en las fortalezas, pe-1 y serán anulados desde ahora para siem
recian a manos de los moradores de las pre. 37 Así, pues, haced una copia de este
m ism as. 19 Y así r ein ó D e m etr io el decreto y entregádsela a Jonatán para
año 167. que se deposite en el monte santo y en
lugar visible».
38 Viendo el rey Demetrio que había
S ig u e n las p ro sp e rid a d e s d e Jo n a tá n
llegado a dominar el reino y nadie se le
20 por aquellos días reunió Jonatán oponía,
a disolvió su ejército, enviándolo
los hombres de Judea para tomar la a sus casas, excepto a las fuerzas extran
ciudadela de Jerusalén, contra la cual jeras que había reclutado de las islas de
construyó muchas máquinas de guerra. las gentes. Esto le atrajo la enemiga de
21 Pero algunos de los impíos, enemigos cuantos habían pertenecido al ejército de
de su propia nación, se fueron al rey y sus padres.39 Trifón, que había sido antes
le informaron de cómo Jonatán tenia de los parciales de Alejandro, cuando
asediada la fortaleza. 22 Oído lo cual se vio que las tropas murmuraban contra
irritó, y viniendo a To lema ida, escribió Demetrio, se dirigió al árabe Emalcue,
a Jonatán que levantase el cerco de la que criaba a Antíoco, hijo de Alejandro,
ciudadela y viniera a su encuentro a toda niño todavía, 49 apremiándole para que
prisa para conferir con él en Tolemaida. se lo entregase, a fin de sentarlo en el
23 Recibido el mensaje, Jonatán ordenó trono de su padre. Le comunicó cuanto
continuar el asedio, y se rodeó de algunos había hecho Demetrio, y el descontento
ancianos de Israel y sacerdotes, y resolvió de su ejército contra él, y permaneció allí
aventurarse al peligro. 24 Tomando consi bastantes días.
go plata, oro, un vestido y otros muchos 41 Entretanto, envió Jonatán al rey una
presentes, fue a ver al rey a Tolemaida,' súplica para que retirase la guarnición
hallando en él buena acogida, 25 no obs de la ciudadela de Jerusalén y de las otras
tante que algunos impíos de su nación le fortalezas, porque hostigaban a Israel.
acusaban. 42 Respondió Demetrio a Jonatán, dicién-
26 Hizo el rey según lo que habían he dole: « N o sólo esto te haré a ti y a tu
cho sus antecesores, honrándole en pre pueblo, sino que os colmaré de honores
sencia de todos sus enemigos. * 27 Le con cuando llegue la ocasión propicia. 43 Por
firmó en el sacerdocio y en cuantos ho el momento me harías un gran favor
nores tenía de antes y le hizo inscribir enviándome algunas tropas auxiliares,
en el número de sus primeros amigos. porque mi ejército está disuelto». ^ A c
28 Jonatán solicitó del rey que hiciese li cedió Jonatán, mandándole a Antioquía
bres de tributos la Judea y las tres topar tres mil hombres escogidos, de cuya lle
quías de Samaría, prometiéndole en cam gada se alegró mucho el rey. 43 Am oti
bio trescientos talentos. 29 Asintió el rey, náronse contra él los de la ciudad, en
v de todas estas cosas escribió a Jonatán número de ciento veinte mil, pretendiendo
una carta del tenor siguiente: matarle. 46 Se recluyó él en su palacio,
30 «El rey Demetrio a Jonatán, su hermientras los ciudadanos ocupaban las ca
mano, y a la nación de los judíos, salud. lles de la ciudad y comenzaba el asalto.
31 Os enviamos, para que de ello os in 47 Llam ó el rey en su auxilio a los ju
forméis, copia de la carta que hemos díos, que acudieron luego, se distribuye
escrito a Lástenes, nuestro pariente, acer ron por la ciudad, 48 mataron aquel día
ca de vosotros: 32 El rey Demetrio a Lás hasta cien mil hombres, incendiaron la
tenes, su padre, salud. 33 Hemos resuelto ciudad y la saquearon. Así libraron al
favorecer a la nación de los judíos, nues rey. 49 Cuando vieron los de la ciudad
tros amigos, que nos han sido fieles.34 Les que los judíos eran dueños de ella a su
confirmamos, pues, la posesión de los arbitrio, perdieron el ánimo, y, suplican
territorios de la Judea y de los tres distri tes, clamaron al rey, diciendo: 39«Perdó
tos de Aferema, Lida y Ramata, que nanos y haz que cesen ya los judíos de
fueron desprendidos de Samaría e incor combatir contra nosotros y contra la ciu
porados a Judea. Todos los sacrificadores dad». 51 Y depusieron las armas e hicieron
de Jerusalén quedan exentos del tributo la paz Los judíos adquirieron grande
que el rey recibía antes de ellos cada año gloria ante el rey y ante todo su reino y
de los frutos del campo y de los árboles. volvieron a Jerusalén cargados de botín.
33 Igualmente los restantes tributos que
nos pagaban, de los diezmos, de las sali
26 Muerto Alejandro y elevado Demetrio Nicator al trono, por de pronto Jonatán continuó go
zando de los favores del nuevo monarca, a pesar de las instigaciones de los judíos apóstatas, que le
eran contrarias, y mostró al nuevo rey la misma lealtad que antes había guardado a Alejandro.
549 I l f ACABEOS 1 1 -1 2
4 * } 1 Jonatán, cuya situación había ido creciendo extraordinariamente a favor de la guerra civil
I“ de los reyes de Siria, creyó prudente robustecerla reanudando relaciones diplomáticas con
otros estados.
5 E s t e O n í a s d e q u ie n h a b l a l a c a r t a d e J o n a t á n a l o s e s p a r ta n o s f u e O n í a s I , h ijo d e J a d u a ,
p o n t í f i c e e n l a é p o c a d e A l e j a n d r o M a g n o , q u e t u v o p o r s u c e s o r a s u h i jo p o r lo s a ñ o s 3 2 3 - 3 0 0 .
I MACABEOS 1 2 550
24 Son los mismos de 11,57, Que ahora se presentan por el lado oriental del Líbano.
39 Después de tantas victorias guerreras y diplomáticas, Jonatán viene a perecer traicionado a
manos de un villano, que teme le será obstáculo para ejecutar los dañados intentos que abriga con
tra su rey.
551 I MACASEOS 1 2 -1 3
mismo. 44 Dijo luego a Jonatán: «¿Por vida, que no valgo yo más que mis her
qué molestar a todo el pueblo, no ha manos, 6 antes tomaré la defensa de mí
biendo guerras entre nosotros? 43 Mánda nación y del santuario, de nuestras mu
los a sus casas, dejando contigo unos jeres e hijos, ahora que llevados del odio
cuantos que te acompañen, y vente con se han juntado todas las naciones para
migo a Tolemaida. Te la entregaré con aplastarnos». 7 Se enardeció el pueblo al
las demás fortalezas y pondré a tus órde oir estas palabras, 8 y a grandes voces
nes el resto del ejército y los oficíales respondió, diciendo: «Sé nuestro caudillo
del rey. Hecho esto, yo me volveré, que en lugar de Judas y de Jonatán, tu her
sólo para eso he venido». mano. 9 Combate nuestras batallas; cuan
46 Diole fe Jonatán e hizo según lo to nos digas lo haremos».
decía, licenciando su ejército, que se vol 10 Juntando todos los hombres de gue
vió a la tierra de Judá. 47 Sólo se reservó rra, se dio prisa a concluir los muros de
tres mil hombres, de los que dejó dos Jerusalén, que quedó fortificada toda en
mil en Galilea, llevándose consigo sólo derredor.11 Envió a Jonatán, hijo de Abe-
mil. 48 En cuanto Jonatán entró en To salom, con bastante fuerza a Jope, que
lemaida, los tolemenses cerraron las puer echó de allí a los que la guarnecían, que
tas, le prendieron a él, y a los que le dándose en ella. Trifón salió de Tole
acompañaban los asesinaron. * 49 Luego maida con un poderoso ejército para
Trifón envió su ejército y su caballería a invadir la Judea, llevando consigo a Jo
la Galilea y a la gran llanura para ani natán preso. 13 Simón acampó en Adida,
quilar a todos los parciales de Jonatán. frente a la llanura.
50 Supieron que había sido preso y muerto 14 Al conocer Trifón que habían nom
Jonatán y los que le acompañaban, y brado a Simón caudillo en lugar de su
unos a otros se animaron para salir a hermano Jonatán y que estaba pronto a
campaña para combatir. 51 Al ver sus trabar batalla, le envió mensajeros, 15 di
perseguidores cuán resueltos estaban a ciendo: «Hemos detenido a tu hermano
luchar por su vida, se volvieron. a causa do la deuda que tenía con el
52 Se fueron sin ser molestados a tesoro real por los cargos que desempe
la
tierra de Judá y lloraron a Jonatán y a ñaba. 16 Envía, pues, cien talentos de plata
los suyos, temiendo mucho por sí. Todo y a dos do sus hijos como rehenes, por
Israel hizo gran duelo. 53 Entonces todas que al ser libertado no se rebele contra
las naciones vecinas se propusieron ani nosotros, y le dejaremos libre» . 17 Aunque
quilarlos, diciéndose: «Ya no tienen cau entendía Simón que hablaban con enga
dillo que los proteja; luchemos, pues, ño, envió el dinero y los dos niños, por
contra ellos y borremos su memoria de no concitar contra sí la enemiga del pue
entre los hombres». blo, que podría decir: 18 «No ha enviado
el dinero y los niños, y por eso pereció
Jonatán». 19 Así, pues, envió los niños y
C U A R T A P A R T E los cien talentos; pero Trifón, faltando a
su palabra, no puso en libertad a Jo
natán.
S im ó n , p r í n c ip e d e l p u e b l o ju d ío 20 Trifón emprendió luego la marcha
(13-16) para invadir la tierra y devastarla. Para
ello, rodeando, vino a Adora; pero Simón,
1 O 1 Oyó Simón que había reunido con su ejército, le salla al encuentro donde
Trifón un poderoso ejército para quiera que él iba. 21 Los de la ciudadela
venir contra la tierra de Judá y aplastar enviaron mensajeros a Trifón, rogándole
la; * 2 y viendo al pueblo lleno de espanto que se diera prisa a venir en su socorro
y de temor, subió a Jerusalén y reunió al por el desierto y les trajese víveres. 22 Pre
pueblo. 3 Los alentó, diciendo: «Ya sa paró Trifón toda su caballería para llegar
béis lo que yo, mis hermanos y la casa aquella noche, pero no pudo a causa de
de mi padre hemos hecho por las leyes y la mucha nieve que había caído. Llegó a
el santuario, las guerras y las angustias Galad, 23 y en Bascama dio muerte a
que hemos soportado. 4 Por esta causa, Jonatán, que fue sepultado allí. 24 Des
que es la de Israel, dieron la vida todos pués Trifón dio la vuelta y se volvió a su
mis hermanos, quedando yo solo. 5 No tierra.
qrn'era Dios que en esta hora de tribula 25 Mandó Simón por los restos de su
ción rehuya el peligro por amor de la hermano Jonatán y les dio sepultura en
48 Judas murió en el campo de batalla. Jonatán, víctima de una traición de los sirios. Simón
morirá víctima de la villanía de un yerno suyo.
■f O 1 La pérdida de Jonatán no tuvo las mismas consecuencias que la muerte de Judas, porque
* ** la nación se hallaba ya fuerte y el poder de sus caudillos bien consolidado.
I MACASEOS 13-14 552
Modín, la ciudad de sus padres. * 26 Todo construyó máquinas de asedio y las apro
Israel hizo por él gran duelo y le lloró ximó a la ciudad, acometiendo una de las
muchas días. 27 Edificó Simón sobre los torres y apoderándose de e lla .44 Invadie
sepulcros de sus padres y hermanos un ron la ciudad los que estaban en la má
monumento de piedras labradas por una quina, produciéndose en aquélla gran con
y otra cara, alto y visible desde muy moción. 45 Lo s de la ciudad subieron a
lejos. 28 Encima levantó siete pirámides, las murallas con sus mujeres e hijos, ras
unas enfrente de otras, dedicadas a su gadas las vestiduras, y a grandes voces
padre, a su madre y a su» cuatro herma clamaban pidiendo a Simón la paz, 46 y
nos. 29*31Las asentó sobre sus basas y las le decían: «N o obres con nosotros según
rodeó de grandes columnas, y puso en merecen nuestras maldades, sino según
ellas panoplias, naves esculpidas, que pu tu misericordia». 47 Simón se dejó apla
dieran ser vistas de lodos los que nave car y suspendió las hostilidades contra
gaban por el mar. 30 Ese sepulcro que ellas, pero expulsó a los de la ciudad, pu
erigió en Modín perdura hasta el día de rificó las casas en que había ídolos, y así
hoy. 31 Trifón, que procedía dolosamente hizo su entrada en ella en medio de cán
con el joven Antíoco, acabó por darle ticos y bendiciones. 48 Después de lim
muerte, * 32 se declaró rey en su lugar y se piarla de toda impureza, instaló en ella
ciñó la diadema del Asia, trayendo con gente observante de la L ey, la fortificó
esto una gran calamidad sobre la tierra. y construyó allí para él una morada.
49 Los de la ciudadela de Jerusalén no
S im ó n co n so lid a la lib e rta d n acio n a l podían salir de ella, ni entrar en la región
para comprar o vender, y pasaban mu
33 Simón edificó las fortalezas de Ju- cha escasez, pereciendo de hambre mu
dea, las rodeó de altas torres y muros chos de ellos. 30 Clamaron a Simón en de
fuertes, les puso puertas y cerrojos y las manda de paz, y él se la otorgó, echán
proveyó de vituallas. 34 Bnvió algunos dolos de allí y limpiando la ciudadela de
hombres escogidos al rey Demetrio, pi Impurezas. 51 E l día veintitrés del mes se
diendo que concediera al país la remisión gundo del año 1 7 1 entró en ella con cán
de los tributos, por cuanto los actos de ticos, palmas y acompañamiento de cí
Trifón habían sid o actos de saqueo. taras, címbalos y arpas, con himnos y
35 Contestó el rey Demetrio a estas peti cánticos, porque había sido aplastado un
ciones enviándoles letras del tenor si gran enemigo de Israei. 52 Estableció que
guiente: cada año se solemnizara este dia con re
36 «El rey Demetrio a Simón, sumo gocijo. 53 Fortificó el monte del templo,
sacerdote y amigo de los reyes, y a los que está próximo a la ciudadela, y habi
ancianos y a la nación judía, salud. 37 He tó allí él con los suyos. 54 Viendo Simón
mos recibido la corona de oro y la palma que Juan, su hijo, era hombre animoso,
que nos habéis enviado, y estamos dis le hizo jefe de todas las tropas, con re
puestos a hacer con vosotros una paz sidencia en Gazer. *
definitiva y a escribir a los intendentes
reales que os condonen las deudas. 38 To P ro sperid ad de Sim ón
do cuanto hemos pactado con vosotros
sea firme, y las fortalezas que habéis | A 1 E l año 17 2 reunió el rey Demetrio
edificado sean vuestras. 39 Os perdonamos I “ sus tropas y se puso en marcha ha
también las faltas y las ofensas cometidas cia la M edia en busca de recursos para
hasta este día, y la corona que debéis, y hacer la guerra a Trifón. 2 Sabido por
si algún tributo se cobraba en Jerusalén, Arsaces, rey de Persia y de Media, que
ya no se cobre. 40 Si algunos de vosotros Demetrio había invadido su territorio,
estáis dispuestos a alistaros en nuestro mandó a su encuentro a uno de sus ge
ejército, podéis hacerlo, y que reine entre nerales con el encargo de cogerle vivo.
nosotros la paz». 3 Partió éste y derrotó a Demetrio, ha
41 El año 170 quedó Israel libre del yu ciéndole prisionero y llevándole a A r
go de los gentiles, 42 y comenzaron a en saces, que le encarceló.
cabezarse asi los documentos y contra 4 Disfrutó de paz la tierra de Judá toda
tos: «El año primero de Simón, gran pon la vida de Simón, que procuró la prospe
tífice, general y caudillo de los judíos». ridad de su pueblo; a todos fue grato su
43 En los días aquellos acampó Simón gobierno y gozó de fama todos los días
contra Gazer y la cercó con sus fuerzas, de su vida. 5 Y añadió a esta gloria la
29 Modín se halla situado en lo que podríamos decir la comisa de la alta meseta judía y mirando
al Mediterráneo.
31 Trifón acaba por dar muerte al niño Antíoco VI y ceñirse la corona.
54 Simón sucede a su hermano, consolida la próspera situación de Judá y recoge para su familia
los frutos de tantas luchas como había sostenido; pero, al fin, acabó traidoramente asesinado por
553 I MACABEOS 14
toma de Jope para puerto, teniendo asi món a Numenio a Roma para renovar la
entrada a las islas del mar. 6 Extendió los alianza con los romanos, mandando por
términos de su nación y mantuvo el do él, como presente, un escudo de oro de
minio de su tierra. 7 Redimió muchos cau mil minas de peso.
tivos, se adueñó de Gazer, de Betsur y de
la ciudadela. Quitó de ella las impurezas Simón, reconocido principe
y no hubo quien le resistiera. 8 Cultivaban del pueblo
en paz la tierra, y la tierra daba sus co 23 Cuando el pueblo oyó tales cosas, se
sechas, y los árboles del campo, sus fru dijeron: «¿Qué gracias podemos dar a
tos. 9 Los ancianos se sentaban en las Simón y a sus hijos? * 26 Porque valero
plazas, todos hablaban de las prosperi samente han combatido contra los ene
dades de la tierra, y Jos jóvenes vestían migos de Israel, tanto él como sus herma
como traje de honor el traje de guerra. nos y toda su familia, y han afianzado
10 Abasteció las ciudades y las puso en es nuestra libertad». Y grabaron en placa de
tado de defensa. Llegó la fama de su nom bronce, que colgaron de columnas en el
bre hasta los extremos confines de la tie monte de Sión, 27 la siguiente escritura:
rra. 11 Hizo reinar la paz en toda la tie «El día diecisiete del mes de Elul del año
rra y gozó Israel de gran bienestar.12 Ca 172, el año tercero del pontificado de Si
da uno se sentaba bajo su parra y su hi món, príncipe del pueblo de Dios, 28 en
guera, y nada había que les causara temor. la asamblea general de los sacerdotes y
13 Desapareció de la tierra el que les hacía del pueblo, de los príncipes y ancianos de
la guerra y en sus días fueron vencidos la nación, se hizo saber esto: En las mu
reyes. 14 Dio seguridad a los humildes de chas guerras que ha habido en nuestras
su pueblo, tuvo celo por la Ley y desterró tierras, 29 Simón, hijo de Matatías, de los
a todos los impíos y malvados. 15 Res hijos de Joarib, así como sus hermanos, se
tauró la gloria del santuario y aumentó tos expusieron al peligro e hicieron frente a
vasos sagrados. los adversarios de su nación por la con
Habla llegado a Roma y a Esparta servación del santuario y de la Ley, y ga
la noticia de la muerte de Jonatán, de la naron grande gloria para sn pueblo. 30 Jo
que se dolieron mucho. 17 Pero al saber natán los congregó y fue sacerdote hasta
que Simón, su hermano, le había sucedido que se reunió con sus padres. 31 Resolvie
en el sumo sacerdocio y que mandaba en ron entonces los enemigos invadir la tie
la tierra y en sus ciudades, 18 le escribie rra, devastarla y hacerse dueños del san
ron la renovación de la amistad y la alian tuario; 32 pero se levantó Simón y salió
za antes hecha con Judas y Jonatán, sus a la defensa de su pueblo, y con grandes
hermanos, en placas de bronce,19 que fue expensas suyas armó a los valientes de su
ron leídas en Jerusalén en la asamblea del nación y les pagó la soldada. 33 Fortificó
pueblo. He aquí la copia de las letras en las ciudades de Judea y a Betsur, en sus
viadas por los espartanos: confines, donde antes dominaban las ar
20 «Los príncipes y la ciudad de Esparmas de los enemigos. Puso allí guarnición
ta, a Simón, sumo sacerdote, y a los an judía, 34 fortificó a Jope, junto al mar, y
cianos y a los sacerdotes y a todo el pue a Gazer, en los confines de Azoto, en la
blo de los judíos, sus hermanos, salud. que antes habitaban los enemigos, e ins
21 Los mensajeros que habéis mandado a taló en ellas judíos y los proveyó de cuanto
nuestro pueblo nos han dado noticias de era necesario para su defensa. 35 Viendo
vuestra gloria y honor, y de ello nos ale el pueblo la conducta de Simón y la glo
gramos sobremanera. 22 Hemos registra ria que se proponía dar a su nación, le hi
do en las deliberaciones del pueblo lo si cieron su caudillo y sumo sacerdote, en
guiente: Numenio, hijo de Antíoco, y An- premio de haber realizado todas estas
típatro, hijo de Jasón, legados de los ju proezas y de la justicia y fidelidad que ha
díos, han llegado a nosotros para reno guardado a su pueblo, procurando por
var la antigua amistad. 23 El pueblo re todos los medios el engrandecimiento de
solvió recibir honrosamente a los mensa éste. 36 £ n sus días todo prosperó, y los
jeros y depositar una copia de su discurso gentiles fueron exterminados de la tierra,
entre los documentos públicos, para que y en la misma Jerusalén, los que ocupaban
el pueblo espartano guarde la memoria la ciudad de David, que habían convertido
de ello. Y hemos enviado una copia de en ciudadela, de donde hacían salidas,
esto a Simón, sumo sacerdote». profanando los alrededores del santuario,
24 Después de estos sucesos envió Si con gran perjuicio de su santidad. 37 Instaló
•f A 25 Hasta ahora, los tres caudillos que se hablan sucedido a la cabeza del pueblo judío en la
1 ^ lucha por su religión y su Ley habían recibido los poderes de los patriotas sublevados y de
los reyes que venían a reconocer su alzamiento; pero ahora es la nación toda, en una asamblea ge
neral, la que ratifica su obra y confiere a Simón y a su familia la suprema dignidad religiosa y civil.
La lucha habla durado casi treinta años. El destronado rey Demetrio se alzó contra Trifón y reco
noció la obra del pueblo judio.
I MACABEOS 1 4 *1 5 554
allí judíos, la fortificó para seguridad de el reino y asolado sus ciudades. 5 Te rati
la tierra y de la ciudad y dio mayor al fico, pues, todas las exenciones que te han
tura a las murallas de Jerusaléfi. 38 Por hecho los reyes mis predecesores y todas
todo esto, el rey Demetrio le confirió el las mercedes que te han otorgado. ¿Te
sumo sacerdocio, 39 y le inscribió en el permito acuñar moneda propia para tu
número de sus amigos y le otorgó gran tierra. 7 Que Jerusalén y su santuario sean
des honores, 49 pues supo que los judíos libres; que cuantas armas has fabricado
eran tenidos por los romanos como ami y cuantas fortalezas has levantado y po
gos, aliados y hermanos, y habían sido sees queden en tu poder; 8 que todas las
acogidos con honor los legados de Simón. deudas al tesoro real y cuanto en adelante
41 Los judíos y sacerdotes resolvieron ins hubiere de percibir el rey te sea por siem
tituir a Simón por príncipe y sumo sacer pre condonado. 9 Y cuando nos hubié-
dote por siempre, mientras no aparezca
un profeta digno de fe, 42 y por su caudi
llo, que defienda el santuario e instituya
inspectores de obras, gobernadores de la
tierra, capitanes de las tropas y alcaides
de las fortalezas; 43 que cuide de las co
sas sagradas; que sea de todos obedecido;
que se inscriban en su nombre todos los
documentos públicos en la tierra, vista la
púrpura y lleve la fíbula de oro.44 A nadie Antíoco VII Sidetes ( 13 7 -1 2 8 )
será lícito, ya del pueblo, ya de los sacer
dotes, traspasar ninguna de estas disposi ramos apoderado de) reino, os honrare
ciones ni contravenir a lo que por él fuere mos, a ti y a tu nación y al templo, tan
ordenado, o convocar en la tierra asam magníficamente, que vuestra gloria se ex
blea sin su consentimiento, ni vestir la tenderá por toda la tierra».
púrpura, ni llevar la fíbula de oro. 45 El 10 El año 174 Antíoco se puso en mar
que traspasare estas disposiciones o vio cha hacia su reino, y todas las tropas se
lare alguna de ellas incurrirá en castigo». declararon por él, de suerte que muy po
46 Todo el pueblo aprobó conferir a Si cas fueron las que le quedaron a Trifón.
món estos poderes y honores, y convino 13 Perseguido por el rey Antíoco, vino
en que él obrase conforme a ellos. 47 Acep huyendo hasta Dora del Mar. 12 Vio en
tó Simón, agradecido, el sumo sacerdocio tonces cuántos males se le venían encima,
y ser caudillo y jefe de los judíos y de los pues las tropas le habían abandonado.
sacerdotes, ejerciendo el mando supremo. 13 Acampó el rey Antíoco contra Dora
48 Mandaron que esto se escrioiese en con ciento veinte mil hombres y ocho mil
láminas de bronce y se pusiese en el atrio caballos. 14 Cercaron la ciudad por mar y
del templo en lugar visible, y que una co por tierra y la estrecharon, de suerte que
pia de lo mismo se depositase en el tesoro nadie podía salir ni entrar en ella.
del templo, a disposición de Simón y de 15 En esto llegó de Roma Numenio y
sus hijos. los que con él habían ido, trayendo copia
de cartas escritas a los reyes y a las na
R e c o n o c im ie n to d e esta situ ació n p o r ciones del tenor siguiente: * 16«Lucio, cón
las n a cio n e s e x tra n je ra s sul de los romanos, a Tolomeo, salud.
17 Han venido a nosotros embajadores de
1 P 1 Antíoco, hijo del rey Demetrio, los judíos, aliados y amigos nuestros, en
* v envió desde las islas del mar cartas viados por Simón, sumo sacerdote, y por
a Simón, sumo sacerdote y jefe de los ju la nación de los judíos, para renovar la
díos, y a toda la nación. * 2 Era el conte antigua amistad y alianza, 18 y han sido
nido de las cartas del tenor siguiente: «El portadores de un escudo de oro de mil
rey Antíoco a Simón, sumo sacerdote y minas de peso. 19 En virtud de esto nos
jefe de la nación judía, salud. 3 Como ha parecido bien escribir a reyes y na
quiera que hombres malvados se hayan ciones que no les causen ningún mal ni les
apoderado del reino de nuestros padres, hagan la guerra, ni a sus ciudades ni a su
es mi voluntad recobrarlo y restablecerlo tierra, ni presten auxilio a quienes los
en su forma antigua, para lo cual he reuni combatan.20 N os pareció igualmente bien
do un ejército numeroso y equipado de recibir de ellos el escudo. 21 Si, pues, hom
naves de guerra. 4 Me propongo desem bres malhechores, huyendo de ellos, se
barcar y perseguir a los que han arruinado refugiaren entre vosotros, entregadlos a
IR 1 Muerto Demetrio antes de haber logrado expulsar a Trifón, un hermano de aquél, An-
■ ^ tíoco VII Sidetes, quiso contar coa el apoyo de Simón para conquistar el trono de su padre,
y empezó confirmándole todos los honores y privilegios de que gozaba.
1 s obtenida la victoria por Antíoco, Simón tiene noticia de otra victoria diplomática, pues eso
significa la carta del senado remano que le traerá Numenio.
555 I UACABEOS 1 5 -1 6
Simón, sumo sacerdote, para que los cas a Cendebeo general de la costa, poniendo
tigue según la ley». 22 En la misma forma en su mano fuerzas de infantería y caba
escribieron al rey Demetrio, a Atalo, a llería, 39 con el encargo de acampar fren
Ariarates, a Arsaces 23 y a todas las na te a Judea y edificar a Cedrón y fortificar
ciones: a Lampsaco, a los espartanos, a sus puertas, a fin de hostigar al pueblo de
Délos y a Mindo, a Sición, a Caria, a Sa Israel. El rey se fue en persecución de
inos, a Panñlia, a Licia, a Halicamaso, a Trifón.
Rodas, a Fasélida, a Coo, a Side, a Ara 40 En cuanto Cendebeo llegó a Jamnia
dos, a Gortina, a Gnido, a Chipre y a comenzó a molestar al pueblo, invadiendo
Cirene. 24 Y copia de esas cartas se la en la Judea, haciendo cautivos y muertos.
viaron a Simón, sumo sacerdote. Edificó a Cedrón,41 y en ella colocó caba
25 Como hemos dicho, el rey Antioco llería e infantería para hacer incursiones
acampó enfrente de Dora la Nueva y la por Judea, como se lo había ordenado el
estrechó, y construyó máquinas de gue rey.
rra, quedando Trifón cercado, sin poder
entrar ni salir. * 26 Simón envió en ayuda 4 1 Subió Juan de Gazer y comunicó
del rey dos mil hombres escogidos y pla A " a su padre lo que Cendebeo estaba
ta y oro y mucho material de guerra. 27 N o haciendo. 2 Llamó entonces Simón a sus
quiso él recibirlos; antes bien revocó cuan dos hijos mayores, Judas y Juan, y les dijo:
to había pactado antes y rompió con él. «Yo y mis hermanos y la casa de mi pa
28 Mandó a Atenobio, uno de sus amigos, dre hemos combatido por Israel desde
para tratar con él y decirle: «Vosotros re nuestra juventud hasta el presente, y nues
tenéis a Jope y a Gazer y la fortaleza de tros esfuerzos han sido tan felices, que lo
Jerusalén, ciudades de mi reino; 29 habéis gramos la libertad de Israel. 3 Al presente
devastado sus territorios y causado gran yo estoy ya viejo; pero vosotros, por la
des daños a la tierra y os habéis adueñado misericordia de Dios, estáis en buena
de muchos lugares de mi reino. 30 Entre edad; tomad mi puesto y el de mi her
gad, pues, luego las ciudades que habéis mano y salid a luchar por nuestra nación
ocupado y los tributos de que os habéis y que la ayuda del cielo sea con vosotros».
apoderado fuera de los confines de la Ju- 4 Eligieron de la gente de todo el terri
dea; 31 de no hacerlo, pagaréis por ello torio los hombres más aguerridos y ca
quinientos talentos de plata, y por los per ballería, hasta veinte mil, y partieron con
juicios causados y por los tributos de las tra Cendebeo, pernoctando en Modín.
ciudades percibidos, otros quinientos ta 3 Puestos en marcha muy de mañana ha
lentos; y si no, iré y os haremos la guerra». cia la llanura, vieron un poderoso ejérci
to de infantería y caballería que les venía
A n t io c o V I I S id etes se v u e lv e co n tra
al encuentro. Solo un torrente había de
por medio. 6 Se detuvo enfrente de ellos
S im ó n Juan con sus hombres; y viendo que los
suyos temían atravesar el torrente, lo hizo
32 Llegado Atenobio, el amigo del rey,él el primero; y sus hombres, viéndole, le
a Jerusalén, vio la magnificencia de Si siguieron. 7 Dividió su gente, colocando
món, su vajilla de oro y plata y la numero la caballería en medio de los infantes, por
sa servidumbre, y quedó maravillado. Oí que la caballería de los contrarios era muy
do el mensaje del rey,3233 respondió Simón: numerosa. 8 Resonaron las trompetas sa
«No hemos tomado tierra ajena, ni de bie gradas, y Cendebeo y su ejército queda
nes ajenos nos hemos apoderado, sino de ron deshechos, cayendo muchos de ellos
la heredad de nuestros padres, de la que huyendo los restantes a la fortaleza.
sin justicia nuestros enemigos se habían Quedó herido Judas, el hermano de
adueñado. 34 Aprovechando la ocasión, Juan; pero éste persiguió a los enemigos
hemos recobrado la heredad de nuestros hasta llegar a Cedrón, que Cendebeo ha
padres. 35 Cuanto a Jope y a Gazer, que bía edificado,10 y huyeron hasta las torres
reclamáis, hacían a nuestro pueblo gran que hay en el territorio de Azoto, que Juan
des daños y asolaban la tierra; por ellas dió al fuego, cayendo de los enemigos
daremos cien talentos». Atenobio no le hasta tres mil hombres, y se volvió, vic
respondió palabra, 3637pero se volvió fu torioso, a Judá.
rioso al rey y le comunicó las palabras de
Simón, su magnificencia y todo cuanto M uerte alevosa de Simón
había visto. Airóse el rey con gran ira.
37 Entretanto, Trifón, embarcado en una u Tolomeo, hijo de Abubos, coman
nave, huyó a Ortosiada.38 El rey instituyó dante del campo de Jericó, tenia mucha
25 El nuevo rey, Antioco VII, cuando se creyó asegurado en el trono, sintió recelos del poder
de Simón y comenzó una nueva contienda. En día mostró sus dotes militaras Juan, que debía suce
der a su padre.
n MACABICOS 555
plata y o ro ,* 1 2 y era yerno del sumo de poner en su mano la tierra y las ciu
sacerdote. 13 Se engrió tanto, que quiso dades. 19 Envió otros a Gazer para que
hacerse dueño de la tierra, para lo cual se apoderasen de Juan, y escribió a los
resolvió quitar a traición la vida a Simón oficiales de ésta pidiéndoles que se pasa
y a sus h ijo s.14 Visitaba Simón las ciuda sen a él, que les daría plata y oro y rega
des del territorio, a fin de proveer a sus los. 20 M andó otros para que se apode
necesidades, y bajó a Jericó con M ata rasen de Jerusalén y del monte del tem
tías y Judas, sus hijos, el año 17 7 en el plo. 21 Pero alguno se adelantó a comu
mes undécimo, que es el mes de Sabat. nicar a Juan, en Gazer, cómo habían sido
15 Los recibió el hijo de Abubos con per muertos su padre y sus hermanos y que
fidia en una fortaleza pequeña, llamada habían mandado quien le matase a él.
D oc, que él había levantado. Les ofreció 22 Quedó fuera de sí al oir tales noticias,
un gran banquete, pero ocultó a siete y prendiendo a los que venían a él para
hombres, 16 que cuando Simón y sus hi darle muerte, los mató, pues sabía lo que
jos estaban ebrios, a una señal de T o - intentaban.
Iomeo, se levantaron y tomando las armas 23 Lo s demás sucesos de Juan, sus gue
dieron sobre Simón, matándole a él, a rras, las hazañas que realizó, los muros
sus hijos y a algunos de su séquito, 17 co que levantó y sus obras todas, 24 escritas
metiendo una gran traición y devolvien están en los anales de su pontificado, des
do mal por bien. de el día en que fue hecho sumo sacerdo
18 Luego escribió Tolom eo al rey para te después de su padre.
que enviase tropas en su auxilio, a fin
1 £ 11 Un yerno es el traidor que mata a Simón y a sus hijos con el depravado intento de en-
* ^ tregar la nación en poder de los sirios. Asi acaba esta historia, triste presagio de la futura
historia de la dinastía asmonea, que terminará por dejar al pueblo en poder de los extraños.
I I M A C A B E O S
1 . Este libro no es propiamente un libro segundo, una continuación del precedente;
es otro libro sobre la misma materia, bastante amplia para poder ser argumento de
muchos libros. Un cierto Jasón de d ren e, desconocido de nosotros, compuso cinco
libros sobre Judas Macabeo; nuestro autor los compendió en este solo libro en favor
de los lectores que no pudieran leer los cinco de Jasón. Abarca unos quince años ( 17 5 -
16 1 a. C .). E l propósito del autor no es sólo contar los sucesos históricos, sino, me
diante ellos, instruir y edijicar a sus lectores. Escribe en griego y se sirve de los recursos
de la retórica griega para mejor lograr su intento. E l prólogo (2,20 -33) y el epilogo
(15*38-40) ponen de relieve la gran diferencia que hay entre este libro y todos los
otros, escritos en lengua semítica. L a cronología seguida es la del libro primero, con
la diferencia de que éste sigue en todo el cómputo oficial, empezando a contar desde
el otoño de 3 12 a. C.
2. L a obra va precedida de dos a modo de apéndices, que son dos cartas ( 1 ,1 - 9 y
1,10 - 2 ,19 ) dirigidas por los judíos de Jerusalén a los de Egipto, con el fin manifiesto
de recomendarles la santidad del santuario jerosolimitano y apartarlos del templo
cismático que habían levantado en Leontópolis.
atrevía a llamarle traidor al reino. 3 Tan en todo querían imitar, se volviesen luego
adelante fue esta enemistad, que hasta contra ellos y fuesen sus enemigos y opre
llegaron a cometerse homicidios por parte sores. 17 N o es cosa de poco ni que se
de algunos parciales de Simón; 4 tanto, hace impunemente violar las leyes divi
que Onías, considerando lo peligroso de nas, como lo mostrará el tiempo veni
estas rivalidades y la furia de Apolonio, dero.
general de la Celesiria y la Fenicia, en i* Al celebrarse en Tiro los juegos quin
favorecer la maldad de Simón, se fue a quenales con asistencia del rey, 19 el mal
ver al rey, 5 no como acusador de sus vado Jasón envió de Jerusalén espectado
conciudadanos, sino mirando al interés res, ciudadanos de Antioquía, portadores
común y en particular al de toda la na de trescientas dracmas para el sacrificio
ción, * pues veía que sin la intervención de Hércules. Pero los que las llevaban
del rey era imposible lograr la paz en el pidieron que no se empleasen en los sa
gobierno y que Simón no cesaría en su crificios, porque no convenía, sino que
locura. se destinasen a otras expensas. * 20 Y así
7 Muerto Seleuco y apoderado del rei aquella cantidad que iba enviada, según
no Antíoco, por sobrenombre Epifanes, la voluntad del donante, para el sacrificio
Jasón, hermano de Onías, comenzó a am de Hércules, por deseo de los portadores
bicionar el sumo sacerdocio; * 8 y en una fue destinada a la construcción de tri
audiencia prometió al rey trescientos se rremes.
senta talentos de plata, ochenta talentos 21 Habiendo sido enviado a Egipto Apo
más de otras rentas, 9 y sobre éstos, ciento lonio, de Menesteo, con motivo de la
cincuenta más, si se le autorizaba para entronización del rey Tolomeo Filome-
instalar un gimnasio y una mancebía y tor, vino a saber Antíoco que aquel sobe
se concedía a los de Jerusalén la ciudada rano era enemigo de su reino, y se pro
nía antioquena. * 10 Accedió el rey; y Ja puso prevenirse contra él. Llegado a Jope,
són, obtenido el poder, luego se dio a subió a Jerusalén, 22 donde Jasón y la
introducir las costumbres griegas entre sus ciudad le hicieron un magnífico recibi
conciudadanos. 11 Abolió los privilegios miento, y entró en medio de antorchas
otorgados a los judíos por el favor de los y aclamaciones. Condujo luego de allí
reyes, gracias a las gestiones de Juan, pa sus tropas u Fenicia.
dre de Eupolemo, el que desempeñó la 23 Pasados tres años, envió Jasón a Me-
embajada para obtener la amistad y la nelao, hermano del antes mencionado Si
alianza de los romanos; contra los dere món, para llevar dinero al rey y para ges
chos ciudadanos introducía costumbres tionar ciertos asuntos importantes; * 24 pe
implas, 12 y hasta bajo la misma acrópo ro, ganada la gracia del rey, Menelao le
lis se atrevió a erigir el gimnasio, obli adulaba, dándose aires de hombre influ
gando a educar allí a los jóvenes más yente, con lo que obtuvo para sí el sumo
nobles. sacerdocio, ofreciendo trescientos talentos
13 Así cundió en alto grado el helenismás que Jasón. 25 y asi, con las creden
mo y progresó la introducción de costum ciales del rey, se vino aquel hombre, que
bres extranjeras por la desalmada actitud no tenia nada que le hiciera digno del
del implo, más que sumo sacerdote, Ja sacerdocio, sino instintos de tirano cruel
són. * 14 Los sacerdotes ya no se preocu y sentimientos de fiera salvaje. 26 Jasón,
paban del servicio del altar; antes mos que había suplantado a su hermano, fue
trando poca estima del templo y descui a su vez suplantado por otro y forzado
dando los sacrificios, se apresuraban a to a huir a la tierra de Ammón.27 Mas com o
mar parte en los prohibidos ejercicios de Menelao, una vez posesionado del poder,
la palestra en cuanto eran invitados a no cumpliese las promesas hechas al rey,
lanzar el disco. 15 Desdeñando los hono 28 a pesar de las reclamaciones de Sós-
res patrios, estimaban en mucho las dis trates, alcaide de la acrópolis, a quien
tinciones griegas.16 Por lo cual vino sobre pertenecía la exacción de los tributos, am
ellos la gran calamidad de que aquellos bos fueron llamados por el rey. 29 Me
mismos a quienes envidiaban y a quienes nelao hubo de dimitir el sumo sacer-
7 La conducta de este Jasón sirve para poner en claro las causas de la lucha que va a comen
4 zar. Un sacerdote ambicioso y de corazón paganizado acude al rey de Siria y le promete gran
des riquezas a cambio del sumo sacerdocio y de la autorización para introducir las instituciones
helénicas en su pueblo. Y esto lo hace contra un hermano suyo, de todos grandemente venerado.
9 Mancebía en el sentido clásico de juventud o mocedad, y aquí de lugar para la educación de
la juventud en las costumbres helénicas. Algo semejante al gimnasio.
13 Casos como el de Jasón los vemos con alguna frecuencia en esta historia. Nos dan a conocer
a qué extremo había descendido la moral en muchos primates de Judá.
39 Estos enviados gozaban del título de ciudadanos en Antioquía, y así serían mejor recibidos.
23 £1 sumo sacerdocio vino a ser cosa vendible, más por la ambición de los judíos que por la ar
bitrariedad de los reyes. Este Menelao, hermano de Simón, era de la tribu de Benjamín, extraña al
sacerdocio levítico.
n MACASEOS 4-5 562
docio en favor de su hermano Usímaco, Lisímaco los atacaba, cogieron unos pie
y Sóstrates fue nombrado gobernador de dras, otros estacas, y algunos hasta la
Chipre. ceniza que tenían a mano, y confusamente
30 Entre tanto, los tarsenses y los ma- las arrojaban contra los que rodeaban a
lotas se rebelaron por haber sido dados Lisímaco. 42 Fueron heridos muchos de
en regalo a Antioquida, concubina del ellos, algunos derribados y todos ahuyen
rey.31 A toda prisa partió éste para aquie tados; el mismo sacrilego quedó muerto
tarlos, dejando encargado del gobierno junto al gazofilacio.
a Andrónico, uno de sus dignatarios. 43 A propósito de estos hechos se en
32 Menelao, juzgando la ocasión propicia, tabló juicio contra Menelao. 44 Habiendo
arrebató ciertos objetos del templo, que venido el rey a Tiro, tres varones envia
regaló a Andrónico; otros logró venderlos dos por el senado propusieron ante él la
en Tiro y en las ciudades vecinas.33 Cuan causa. 45 Menelao, viéndose ya perdido,
do de esto supo con certeza Onías, que prometió mucho dinero a Tolo meo, hijo
se hallaba retirado en su lugar de asilo, de Dorimenes, si le ganaba al rey. 46 Y en
junto a Dafne, cerca de Antioquía, le efecto, Tolomeo, llevándole aparte hacia
reprendió.34 Por lo cual Menelao, llaman un peristilo, como para tomar el fresco,
do aparte a Andrónico, le pidió que ma hizo mudar de sentencia al rey, 47 que
tase a Onías; y aquél, yendo a verle, con absolvió de todos sus crímenes a Menelao,
dolo, dándole la mano y haciendo jura autor de toda la maldad, y condenó a
mento, persuadió a Onías (aunque a éste muerte a aquellos desdichados, que, si
no dejaba de serle sospechoso) a que sa ante los escitas hubieran tenido que de
liese de su asilo, y al instante le mató, sin fender su causa, habrían sido dados por
respeto alguno de la justicia. * inocentes. 4* Sin tardanza fueron al in
33 Fue esto motivo de que no sólo los justo castigo los que habían tomado la
judíos, sino también muchos de las otras defensa de la ciudad, del pueblo y de los
naciones, se indignaran y llevasen muy vasos sagrados. 49 Pero hasta los tirios,
a mal la inicua muerte de tal varón. horrorizados de la maldad, les hicieron
36 Vuelto de Cilicia el rey, se le presenta magníficos funerales, so Entretanto, Me
ron los judíos de Antioquía y muchos de nelao permanecía en el poder por la ava
los griegos, que asimismo aborrecían la ricia de los gobernantes, y progresaba en
maldad, para hablarle de la muerte injusta maldad, convertido en feroz perseguidor
de Onías. 37 Cordialmente se entristeció de sus conciudadanos.
Antíoco, y movido de compasión, derra
mó lágrimas, recordando la discreción y 1 Por este tiempo preparó Antíoco
gran modestia de Onías; 38 e indignado, al 5 su segunda expedición contra Egip
instante despojó a Andrónico del manto to; * 2 y por espacio de casi cuarenta días,
de púrpura e hizo que, desgarrados los por toda la ciudad aparecieron en el aire
vestidos, le pasearan por toda la ciudad carreras de jinetes vestidos con túnicas
hasta el sitio mismo en que había impía doradas, armados de lanzas, a semejanza
mente asesinado a Onías. Allí fue ejecu de cohortes, * 3 y escuadrones de caballos
tado aquel criminal, dándole el Señor su en orden de batalla, ataques y cargas de
merecido. una y otra parte, movimiento de escudos,
39 Muchos fueron los robos sacrilegos multitud de lanzas, espadas desenvaina
cometidos en Jerusalén por Lisímaco, das, lanzamiento de dardos, brillar de
aconsejado de Menelao; tantos que, di armaduras de oro y corazas de todo gé
fundida la fama, se amotinó el pueblo nero. 4 Por lo cual todos rogaban que
contra Lisímaco, pero cuando ya muchos tales apariciones fuesen buen presagio.
objetos de oro habían desaparecido. 4<>Ex 3 Difundido el rumor de que Antíoco
citada la muchedumbre e inflamada en había muerto, tomó Jasón no menos de
cólera, armó Lisímaco unos tres mil hom mil hombres y atacó de improviso a la
bres y comenzaron a obrar desaforada ciudad. Aunque los moradores corrieron
mente. Era su jefe un cierto Tirano, no a los muros, la ciudad fue tomada, y Me
menos avanzado en años que en cruelda nelao se refugió en la acrópolis. * 6 Jasón
des. 41 Cuando se dieron cuenta de que hizo sin piedad gran matanza en sus con-
34 Sucedía la llorada muerte de Onías en 171 a. C. Este Onías, ungido del Señor, como sumo
sacerdote, y además digno del elogio que de él hace el autor, es el mismo de quien nos habla Daniel
en 9,26.
C 1 Esta segunda expedición de Antíoco IV contra el Egipto tuvo lugar en 168. Los romance
** le obligaron a levantar el cerco de Alejandría y a retirarse a su reino, y él vino a desahogar su
mal humor contra los judíos.
2 El autor sagrado ya desde el prólogo nos habla de estas visiones como contadas por Jasón.
Eran un elemento de la retórica griega para anunciar grandes calamidades sobre los pueblos. Tam
bién Josefo habla de ellas como presagios de la ruina de Jerusalén por Tito.
5 Jasón, suplantado por Menelao, al oír hablar de la muerte del rey, se alza en rebeldía. En justo
56$ n MACASEOS 5-6
ciudadanos, no teniendo en cuenta que el pie, reprimida su audacia por los
una feliz jornada contra sus conciudada azotes. 19 Pero no eligió el Señor la na
nos es el mayor infortunio; pensando, ción por el lugar, sino el lugar por la
por el contrario, que alcanzaba trofeos nación; 20 por lo cual aquél ha tenido
de enemigos y no de connacionales. 7 Mas que participar de la desdicha del pueblo,
no por eso logró adueñarse del poder, y así como después participó en los bene
al fin recibió el oprobio como premio de ficios del Señor, y, abandonado a la có
su traición, teniendo que huir de nuevo lera del Omnipotente, de nuevo ha sido
a la tierra de Ammón. 8 El fin de su per restaurado con gran gloria en la recon
versa vida fue éste: que, acosado por ciliación del altísimo Señor.
Aretas, rey de los árabes, huyendo de 21 En suma, que Antíoco, habiendo
ciudad en ciudad, de todos perseguido, arrebatado del templo mil ochocientos
detestado como renegado de su Ley, exe talentos, a toda prisa se retiró a Antio-
crado como verdugo de su patria y de quía, pensando en su orgullo que podría
sus conciudadanos, fue empujado hasta navegar por la tierra y andar por el mar,
Egipto; 9 y el que a tantos había desterra para vanagloria de su espíritu. 22 Todavía
do de la patria, vino a acabar en tierra dejó prefectos que afligieron a la nación
extraña, huyendo a Lacedemonia con la en Jerusalén, a un tal Filipo, frigio de
esperanza de lograr un refugio en gracia nación, más cruel que el mismo que lo
del parentesco; 10 y el que a tantos había había puesto, y en Garizim, a Andró-
dejado sin sepultura, murió sin ser por nico. A los cuales hay que añadir Mene
nadie llorado y privado de sepultura, no lao, que a todos excedió en maldad con
sólo del sepulcro familiar. tra sus conciudadanos, 23 y era el que
11 peores sentimientos tenía hacia sus com
Llegados a noticia del rey estos su
cesos, sospechó que la Judea quería re patriotas.
belarse; y asi al volver de Egipto hecho 24 Más tarde envió todavía Antíoco al
una furia se apoderó de la ciudad por abominable Apolonio, con un ejército de
la fuerza de las armas* 12 y ordenó a veintidós mil hombres, con órdenes de
los soldados herir sin piedad a los que degollar a todos los adultos y vender a
les salieran al encuentro y degollar a los las mujeres v a los niños. * 25 Llegó
que subiesen sobre las casas. 13 Así fue éste a Jerusalén simulando paz y hasta
ron muertos jóvenes y viejos, fenecieron el día santo del sábado se estuvo quieto.
hombres y mujeres y niños, y fueron de Entonces, mientras los judíos estaban en
gollados doncellas y niños de pecho.14 En fiesta, dio órdenes a sus soldados de ha
tres días enteros que duró, perecieron cer ejercicios, 26 y mató a todos cuantos
ochenta mil personas; cuarenta mil ca salieron a contemplarlos, e invadiendo
yeron asesinadas y otras tantas fueron luego la ciudad, dio muerte a una gran
vendidas por esclavos. 15 N o satisfecho muchedumbre. 27 Pero Judas Macabeo,
con esto, se atrevió a entrar en el tem con otros nueve, se retiró al desierto, y
plo, el más santo de toda la tierra, sien con los suyos vivía a manera de las
do su guía el traidor a la religión y a fieras en los montes, alimentándose de
la patria Menelao. 16 Con sus impuras hierbas por no contaminarse.
manos tomó los vasos sagrados y arre
bató los dones que por otros reyes ha L a persecu ción religiosa
bían sido ofrecidos para realzar la glo 1 N o mucho tiempo después mandó
ria y la dignidad del lugar, entregándose
a manos impuras.
6
el rey a un anciano ateniense para
que obligara a los judíos a dejar la reli
17 Llena el alma de orgullo, Antíoco gión de sus padres, prohibiéndoles vivir
no veía que por los pecados de los mo según las leyes de D ios;* 2 y con orden
radores de la ciudad el Señor se había de que profanara el templo de Jerusalén
por breve tiempo irritado y que por esto y lo dedicara a Júpiter Olímpico, y el
había ocurrido aquel desacato hacia el de Garizim, según la condición de los
lugar. 18 Si no hubiese sido por estar moradores del lugar, a Júpiter Hospita
ellos cargados de tantos pecados, igual lario. 3 Grave e insoportable era para la
que Heliodoro, el enviado del rey Se- muchedumbre el progreso de la maldad;
leuco, para apoderarse del tesoro, hu 4 porque el templo era teatro de liberti
biera éste sentido, en cuanto allí puso naje y orgías de los gentiles, que se so-
castigo de sus crímenes tuvo que expatriarse, y murió, con el sello de la maldición divina, en el des
tierro.
1i Antíoco fue llamado por los griegos el «furioso», Epimanes, en vez de Epifanes. Aquí se nos
descubre cómo sus arrebatos de furor estallaban contra los judíos.
24 Este Apolonio es el mismo de quien nos habla i Mac 3,10.
£ 1 Este es el gran crimen de Antíoco, del que nos habla con tan hondo sentimiento el profeta
v Daniel (7,23 ss.; 8,23 ss.; 9,26 s.; 11,30 ss.).
I I MACABEOS 6-7 564
lazaban allí con las meretrices y en los afrentosa vida, iba de su propia volun
atrios sagrados tenían comercio con las tad al suplicio, 2®y la escupía, como han
mujeres, llenándolo todo de inmundicias. de hacer los que tienen valor para re
5 El altar mismo estaba lleno de cosas chazar de sí cuanto no es lícito comer
indecentes, execradas por la Ley. 6 N o por amor a la vida. 21 Los que presidían
se observaban los sábados, ni se guarda* el inicuo sacrificio, por la amistad que
ban las fiestas patrias, ni siquiera podía de antiguo tenían con aquel varón, to
uno declararse judío. 7 Al contrario, con mándole aparte, le exhortaban a traer
inexorable violencia eran arrastrados a cosas de las permitidas, preparadas por
celebrar cada mes el natalicio del rey y él, para simular que había comido las
a participar en los sacrificios, y cuando sacrificadas, según mandato del rey. *
se celebraban las fiestas de Dionisio, eran 22 Haciendo asi se libraría de la muerte,
forzados los judíos a tomar parte en las y por la antigua amistad hacían con él
procesiones coronados de hiedra. este acto de humanidad. z3 Pero él, ele
8 Por sugestión de los tolemenses vándose
se a más altas consideraciones, dig
publicó un edicto en las ciudades griegas nas de su edad, de la nobleza de su vejez,
inmediatas para obrar de igual modo de su bien ganada y respetada canicie y
con los judíos, obligándolos a partici de la ejemplar vida que desde niño ha
par en los sacrificios 9 y condenando a bía llevado, dipna en todo de las leyes
muerte a los que no consintiesen en aco santas establecidas por Dios, respondió
modarse a las costumbres gentílicas. Era diciendo que cuanto antes le enviasen al
de ver qué excesos de desolación tuvieron Ades; 24que era indigno de su anciani
entonces lugar. 10 Dos mujeres fueron de dad simular, no fuera que pudiesen lue
latadas por haber circuncidado a sus hi go decir los jóvenes que Eleazar, a sus
jos, y, con los niños colgados de los pe noventa años, se había paganizado con
chos, las pasearon por la ciudad y luego tos extranjeros.
las precipitaron de las murallas. n Otros 25 «Mi simulación—dijo—por amor de
que se habían reunido en próximas ca esta corta y perecedera vida los induciría
vernas para celebrar ocultos el día sép a error y echaría sobre mi vejez una afren
timo, denunciados a Filipo, fueron en ta y un oprobio; 26 pues aunque al pre
tregados a las llamas. N i pensaron en sente lograra librarme de los castigos hu
defenderse, por el sumo respeto hacia manos, de las manos del Omnipotente
el día santo. no escaparé ni en vida ni en muerte.
12 Por esto ruego a aquellos a cuyas27 Por lo cual animosamente entregaré la
manos venga a parar este libro que no vida y me mostraré digno de mi anciani
se escandalicen de estos desdichados su dad, 28 dejando a los jóvenes un ejem
cesos ni piensen que para ruina y no plo noble, para morir valiente y genero
para corrección de nuestro linaje suce samente por nuestras venerables y santas
dieron tales cosas. * !3 Que no dejar mu leyes». Diciendo esto, tomó el camino
cho tiempo impunes a los pecadores, sino del suplicio, 29 conducido por aquellos
aplicarles luego el castigo, es gran bene mismos que poco antes se mostraban
ficio. 12*14 El Señor aguanta con paciencia humanos para con él, pero que ahora,
a las otras naciones para castigarlas enfurecidos a causa de las palabras pro
cuando han llenado la medida de sus feridas, le azotaban, teniéndole por insen
iniquidades. 15 Mas no obra asi con nos sato. 30 Estando para morir de los azo
otros, que sólo cuando hayamos llegado tes, exhaló un gemido y dijo: «El Señor
al colmo de nuestros pecados ejerce la santísimo ve bien que, pudiendo librar
venganza. 16 Nunca apartará su miseri me de la muerte, doy mi cuerpo a los
cordia de nosotros; y corrigiendo a su crueles azotes; pero mi alma los sufre
pueblo con la adversidad, no le abando gozosa por el temor de Dios». 31 Así
na. 17 Sólo para memoria hemos dicho acabó la vida, dejando con su muerte,
esto. Ahora prosigamos nuestra narra no sólo a los jóvenes, sino a todos los
ción. de su nación, un ejemplo de nobleza y
Muerte de Eleazar una memoria de virtud.
18 M a r tirio d e los siete h e rm a n o s c o n
A Eleazar, uno de los primeros doc
tores, varón de avanzada edad y noble su m a d r e
aspecto, abriéndole la boca, querían for 1 Es muy digno de memoria lo ocu
zarle a comer carne de puerco. 19 Pero 7
rrido a siete hermanos que con su
él, prefiriendo una muerte gloriosa a una madre fueron presos y a quienes el rey
12 Es de notar esta observación del autor. ¿G imo consentía Dios tales profanaciones de su san-
tuario y tales iniquidades contra su pueblo? Para :orregir y purificar a éste y hacerle digno de ma-
yor misericordia.
21 Hermoso cuadro el de la pasión de este n ártir de la Ley antigua, bien superior a Sócrates
y comparable a los mártires de la Ley de gracia.
565 II MACABEOS 7
Moisés. Tú, inventor de toda maldad tropa, se hizo irresistible a los gentiles,
contra los hebreos, no escaparás a las volviendo el Señor su cólera en miseri
manos de Dios. * 32 Nosotros por nues cordia. 6 Llegando de improviso a las
tros pecados padecemos; 33 y si nuestro ciudades y aldeas, las incendiaba; y ocu
Señor, que es el Dios vivo, se irrita por pando posiciones convenientes, triunfaba
un momento para nuestra corrección, de ponía en huida a no pocos enemigos.
nuevo se reconciliará con sus siervos; Sobre todo aprovechaba la noche, como
34 pero tú, impío, el más criminal de los más acomodada para tales incursiones, y
hombres, no te engrías neciamente y, or por todas partes se difundía la fama de
gulloso y vanamente confiado, te encien su valor.
das contra sus siervos; 33no estás aún 8 Viendo Filipo cuánto había progresa
libre del juicio del Dios omnipotente, do aquél en poco tiempo y cómo iban
que todo lo ve. 36 Mis hermanos, des creciendo sus éxitos, escribió a Tolomeo,
pués de soportado un breve tormento, general de la Celesiria y la Fenicia, para
beben el agua de la vida eterna en vir que viniese en apoyo de los negocios del
tud de la alianza de Dios; pero tú pa rey. 9 Este llamó al instante a Nicanor,
garás en el juicio divino las justas penas hijo de Patroclo, uno de sus más fieles,
de tu soberbia. 37 Yo, como mis herma y le mandó a Judea, poniendo bajo su
nos, entrego mi cuerpo y mi vida por las mando no menos de veinte mil hombres
leyes patrias, pidiendo a Dios que pron de todas las naciones, con el encargo de
to se muestre propicio a su pueblo y que destruir todo el linaje de los judíos. Tam
tú, a fuerza de torturas y azotes, confie bién se le agregó Gorgias, general muy
ses que sólo El es Dios. 38 En mí y en experimentado en las cosas de la guerra.
mis hermanos se aplacará la cólera del 10 Se proponía Nicanor proporcionar al
Omnipotente, que con encendida justi rey, de la venta de los judios cautivos,
cia vino a caer sobre toda nuestra raza». dos mil talentos, que debían a los roma
39 Furioso, el rey se ensañó contra éste nos como tributo, 11 y así envió a las
más cruelmente que contra los otros, lle ciudades de la costa invitaciones para
vando muy a mal la burla que de él ha que viniesen a comprar esclavos judíos,
cía. 4o Así murió limpio de toda conta prometiendo darles noventa esclavos por
minación, enteramente confiado en el Se talento. N o presentía la venganza que
ñor. 4i La última en morir fue la madre. el Omnipotente iba a descargar sobre él.
42 Y esto baste a propósito de los sacri 12 En cuanto llegó a oídos de Judas
ficios y de los martirios extraordinarios. que Nicanor se había puesto en marcha,
informó a los suyos de la venida de aquel
ejército. 33 Unos, acobardados y sin fe
SEGUNDA PARTE en la venganza divina, se dieron a la
huida, yéndose a otros lugares. 14 Otros
H i s t o r ia d e J u d a s M a c a b e o vendían cuanto les quedaba, rogando al
Señor los librara del impío Nicanor, que
(8- is ) los había vendido antes de caer en sus
P rim eras victorias d e Judas M acab eo manos, 33 si no por ellos, siquiera por
la alianza hecha con sus padres y por
1 Entre tanto, Judas Macabeo y los su venerando y excelso nombre, que ellos
8 suyos, entrando secretamente en las llevaban.
aldeas, invitaban a sus parientes y a los Juntando el Macabeo su gente, en
que habían permanecido fieles al judais número de seis mil, los exhortó a no
mo, y se les incorporaban, llegando a acobardarse ante el enemigo ni tener mie
juntar hasta seis mil hombres;* 2 e in do de la muchedumbre de los gentiles
vocaban al Señor para que mirase por que injustamente venían contra ellos, sino
su pueblo, de todos conculcado; tuviese a combatir valientemente,37 teniendo ante
f iedad del templo, profanado por impíos; los ojos el ultraje inferido por aquéllos
se compadeciese de la ciudad, devasta al lugar santo, la opresión de la ciudad
da y casi enteramente arrasada; escucha escarnecida y la disolución de las insti
se los torrentes de sangre que a El cla tuciones patrias. 18 Ellos, decía, vienen
maban; 4 se acordase de la inicua muer confiados en sus armas y en su valor;
te de niños inocentes y de las blasfemias nosotros ponemos la confianza en el Dios
proferidas contra su nombre y mostra omnipotente, que puede con un solo ade
se su ira contra los malvados. mán derribar a los que vienen contra
5 Puesto el Macabeo al frente de su nosotros y al mundo entero. 19 Y trajo
31 Los mártires padecen por los pecados del pueblo y con la esperanza de la resurrección, pero
a Antíoco le aguarda la severa justicia de Dios.
8 1 Las victorias narradas en este capítulo corresponden a las que se cuentan en Mac 3-4.
567 I I MACABAOS 8 - 9
«I A 1 F o r t a l e c i d o J u d a s c o n la s p a s a d a s v ic t o r ia s , s e d i r i g e a J e r u s a l é n p a r a p u r i f i c a r e l t e m p lo
"V y r e s t a u r a r e l c u l t o d i v i n o ( c f . 1 M a c 4 , 3 6 s9 .).
6 Esta que aquí llama de los Tabernáculos es la de la Dedicación, en invierno.
569 n MACASEOS 1 0
tirsos, ramos verdes y palmas, cantaban derándose luego de las dos torres. 23 Dio
himnos al que los había favorecido hasta feliz término a esta empresa matando a
purificar su templo. 8 Y de común acuer más de veinte mil en las dos fortalezas.
do dieron decreto a toda la nación judía 24 Timoteo, el que antes había sido ven
de celebrar cada año las mismas fiestas. cido por los judíos, juntó numerosa fuerza
mercenaria; y reunida la caballería de
D e r r o t a d e G o r g ia s y d e T im o t e o Asia en buen número, vino con el propó
sito de hacer la Judea presa de guerra.
9 Tal fue el fin de Antioco, apellidado 25 Al acercarse las tropas del Macabeo se
Epifanes. 10*Ahora contaremos los suce volvieron a Dios en la oración; y cu
sos de Antioco Eupator, hijo del impío, bierta de polvo la cabeza y ceñidos de
compendiando las calamitosas guerras.* saco los lomos, 26 se postraron al pie del
11 Así que se hizo cargo del reino, puso altar, rogando a Dios se les mostrase pro
al frente del gobierno a un cierto Lisias, picio a ellos y hostil a sus enemigos, opo
general en jefe de la Celesiria y la Fenicia. niéndose a los adversarios según las pro
12 Tolomeo, llamado Macrón, que se ha mesas de la Ley. 27 Terminada la oración,
bía distinguido por su amor a la justicia empuñaron las armas, salieron de la ciu
en el trato con los judíos, reparando las dad, e hicieron alto cuando estuvieron
iniquidades que con ellos se habían co cerca del enemigo.
metido, procuraba tratarlos amigablemen 28 Antes que del todo amaneciera vi
te. 13 Mas por esto fue denunciado por nieron a las manos. Los unos tenían como
los cortesanos ante Eupator. y a cada ins prenda de feliz éxito y de victoria, a más
tante tenía que oír que le tachaban de de su valor, el recurso a su Dios; los otros
traidor; pue9 habiendo dejado Chipre, iban al combate llevados de su pasión.
que Filometor le había confiado, se había 29 En lo más duro de la pelea se les apa
pasado al bando de Antioco Epifanes. recieron en el cielo a los adversarios cinco
Desesperado, viendo que no podía desem varones resplandecientes, montados en ca
peñar honrosamente su cargo, se enve ballos con frenos de oro, que, poniéndose
nenó. a lu cabeza de los judíos 30 y tomando en
u Por entonces Gorgias, nombrado ge medio dos de ellos al Macabeo, le prote
neral de aquellas provincias, mantenía gían con sus armas, le guardaban incólu
tropas mercenarias y con frecuencia hos me y lanzaban flechas y rayos contra el
tigaba a los judíos. 15 Al mismo tiempo enemigo, que, herido de ceguera y espan
que él, los idumeos, dueños de fortalezas to, caía.31 Mataron veinte mil quinientos,
bien situadas, molestaban a los judíos, y de los jinetes, seiscientos. 32 El mismo
y acogiendo a los huidos de Jerusalén, Timoteo huyó a la fortaleza llamada Ga-
procuraban fomentar la guerra.16 Las tro zer, plaza muy guarnecida, donde man
pas del Macabeo, después de hacer ora daba Quereas.
ción y pedir a Dios que viniese en su 33 Las fuerzas del Macabeo, llenas de
ayuda, acometieron las fortalezas de los ardor, atacaron durante cuatro días la
idumeos; 17 y atacándolas con vigor, se fortaleza. 34 Los de dentro, confiados en
hicieron dueños de las plazas, rechazaron la fuerza del lugar, los ultrajaban sin ce
a cuantos sobre los muros combatían, sar y proferían palabras impías v jactan
degollaron a cuantos cayeron en sus ma ciosas contra los asediantes. " P ero al
nos y dieron muerte a no menos de veinte amanecer el quinto día, veinte jóvenes
mil hombres. de los que seguían al Macabeo, encen
18 Habiéndose refugiado unos nueve mil didos sus ánimos por las blasfemias, se
en dos torres muy fuertes y bien abaste lanzaron valerosamente a la muralla y
cidas para resistir un largo asedio, 19 el la escalaron con ánimo viril, matando a
Macabeo dejó, para mantener el cerco, a cuantos se oponían. 36 Y otros tras ellos
Simón, a José y a Zaqueo, con bastante la escalaron igualmente en medio del des
gente, y él se dedicó a luchar donde más orden de los asediados, y poniendo fuego
urgencia había. 20 Los de Simón, llevados a las torres y a las puertas, encendieron
de la avaricia, se dejaron comprar con
dinero por algunos de los que en las to hogueras, en que quemaron vivos a los
rres estaban, recibiendo setenta mil drac- blasfemos. 37 Francas las puertas, penetró
mas por dejarlos escapar. 21 Sabido esto el resto del ejército, se apoderó de la ciu
por el Macabeo, reunió a los jefes del pue dad, dando muerte a Timoteo, que se ha
blo y los acusó de haber vendido a sus bía escondido en una cisterna; a su her
hermanos, dejando huir a sus enemigos, mano Quereas y a Apolofanes. 38 Reali
22 y como traidores los hizo matar, apo zada esta hazaña, con himnos y alabanzas
1 0 L a s a c c i o n e s d e g u e r r a c o n t e n id a s e n el r e s to d e e s te c a p i t u l o c o r r e s p o n d e n e n p a r t e a la
n a r r a c i ó n m á s e x t e n s a d e i M a c 5 . C o n e lla s r e s p o n d e J u d a s a lo a a t a q u e s d e lo s p u e b l o s v e c in o s
c o n t r a lo s ju d ío s .
I I MACABEQ8 10-11 570
bendecían al Señor, que tan grandes sosas ticiones de los judíos, fue otorgado por
hacia por Israel, dándoles t a i p e a vie- el rey. 16 La carta de Lisias a los judíos
toria. era del tenor siguiente:
«Lisias, al pueblo judío, salud. 12 Juan
N u e v a e x p e d ic ió n d e L is ia s . P a s c o n
y Abesalom, vuestros mensajeros, me han
los ju d io s entregado una comunicación suplicando
1 Muy poco tiempo después Lisias, respuesta a los puntos en ella contenidos.
U tutor del rey, pariente suyo y re 18 Cuanto era preciso proponer al rey se
gente del reino, muy apesadumbrado por lo hice saber, y él ha otorgado cuanto le
lo sucedido, * 2 juntó alrededor de ochen pareció aceptable. 19 Por tamo, si tenéis
ta mil hombres y toda la caballería y vino vosotros la misma buena voluntad hacia
contra los judios, pensando hacer de la el reino, yo en adelante procuraré favore
ciudad una población griega, 3 someter cer vuestra causa. 20 En cuanto a los d e
el templo a tributo, como los santuarios talles, he dado encargo a vuestros men
gentiles, y hacer el sumo sacerdocio ven sajeros y a los míos de que os los co
dible y anual, 4 sin tener para nada en muniquen de palabra. 21 Pasadlo bien.
cuenta el poder de Dios y muy pagado Año 148, a veinticuatro del mes de Dios-
de los millares de sus infantes y caballos corintio».
y de sus ochenta elefantes. 5 Entrando en 22 La carta del rey decía asi:
Judea, se acercó a Betsur, plaza fuerte «El rey Antioco a su hermano Lisias,
situada en un desfiladero y distante de salud. 23 Trasladado a los dioses nuestro
Jerusalén unos ciento cincuenta estadios, padre y queriendo que los súbditos de
y la atacó. 6 Así que los del Macabeo su nuestro reioo vivan sin perturbaciones,
pieron que Lisias estaba atacando la for atentos a sus propios intereses, 24 hemos
taleza, a una con la muchedumbre roga sabido que los judíos se niegan a adop
ban al Señor, entre llantos y gemidos, tar las costumbres helénicas, como quería
que enviase un buen ángel para salvar a nuestro padre, y prefieren conservar sus
Israel. 7 El mismo Macabeo, tomando sus propias instituciones, y por esto piden
armas, se adelantaba a los demás para ir íes sea otorgado vivir según sus leyes.
en socorro de sus hermanos; 8 y mientras 25 Queriendo, pues, que esta nación viva
con igual valor todos marchaban llenos tranquila, hemos resuelto que su templo
de ardimiento, cerca todavía de Jerusalén les sea restituido y vivan según las cos
se les apareció en cabeza un jinete vestido tumbres de sus mayores. 26 Harás, pues,
de blanco, armado de armadura de oro y bien en comunicarles esto y concertar con
vibrando la lanza, 9 Todos a una bendije ellos la paz, para que, sabiendo nuestra
ron a Dios misericordioso y se enardecie voluntad, vivan contentos y alegremente
ron, sintiéndose prontos no sólo a atacar atiendan a sus propios negocios».
a los hombres y a los elefantes, sino a 27 La carta del rey a los judíos es como
penetrar por muros de hierro. sigue;
10 Marchaban en orden de batalla, fia «El rey Antioco, al senado de los ju
dos en aquel auxiliar celestial, señal de dios y a los demás judíos, salud. 28 Si
misericordia del Señor hacia ellos, 11 y gozáis desalud, me alegraré de ello; nos
como leones se lanzaron sobre los ene otros estamos bien. 29 Menelao nos co
migos, dejando fuera de combate once munica que deseáis volver a juntaros con
mil infantes y mil seiscientos jinetes 12 y los vuestros, 30 y a los que lo hagan hasta
haciendo huir a los demás. La mayor el treinta del mes de Xántico les concede
parte de los que se salvaron quedaron mos la paz y la seguridad; 31 y concede
desnudos y heridos, y el mismo Lisias se mos que los judíos puedan usar de sus
f mso en salvo huyendo vergonzosamente. comidas y de sus leyes como antes, y
3 Como no carecía de discreción, echandonadie sea en modo alguno molestado por
sobre sí mismo la culpa de la sufrida de los errores anteriores. 32 He mandado a
rrota y entendiendo que los hebreos eran Menelao que os confirme en estas segu
invencibles por tener de su parte al Dios ridades. 33 Pasadlo bien. El año 148, el
todopoderoso, les envió mensajeros 14 pro día quince del mes de Xántico».
poniéndoles la reconciliación en condicio 34 También los romanos les enviaron
nes justas y prometiendo persuadir al rey una carta, que decía asi:
de la necesidad de hacérselos amigos. «Quinto Memmio y Tito Manlio, le
15 Aceptó el Macabeo las proposiciones gados de los romanos, al pueblo de los
de Lisias, mirando al interés público; y, judíos, salud. 33 Lo que Lisias, pariente
en efecto, todo cuanto el Macabeo pro del rey, os ha otorgado, nosotros lo apro
puso por escrito a Lisias, acerca de las pe bamos. 36 Cuanto a lo que él ha creído
•ff 1 E s t e c a p í t u l o n o s c u a n t a , e n f o r m a u n p o c o d i v e r s a , la e x p e d ic ió n d e L i s i a s y d e A n t l o -
■ * c o V , q u e t e r m in ó c o n la p a z , o t o r g a n d o L i s i a s a lo s ju d ío s l a fa c u l t a d d e v i v i r s e g ú n s u s
1
le v e s ( c f . M a c 6 , 2 8 a s .).
571 n MACABAOS 1 1 - 1 2
deber someter al rey, envfad luego alguno deada de foso y murallas altas, poblada
con instrucciones precisas, a fin de que por gentes de todas las naciones, que se
nosotros le apoyemos según vuestra con llamaba Caspín. 14 Los de dentro, con
veniencia. Nosotros nos dirigimos a An- fiados en la fortaleza de los muros y en
tioquía. 37 Por tanto, daos prisa y enviad el abastecimiento de víveres, insultaban
algunos que nos informen de vuestros groseramente a los de Judas y les lanza
deseos. 38 Pasadlo bien. El quince del mes ban afrentas y dicterios, w Los de Judas,
de Xántico del año 148». * invocando ai gran Señor del universo,
que en tiempos de Josué, sin arietes ni
D iv e r s a s victo ria s d e Ju d a s co n tra
máquinas de guerra, había derribado los
los p u e b lo s v e cin o s muros de Jericó, atacaron con fiereza las
1 Q 1 Concluido este tratado, partió Li- murallas. 16 Tomada por la voluntad de
* « sias al rey, y los judíos se entrega D ios la ciudad, hicieron en ella atroz car
ron a las labores del campo. * 2 Pero de nicería, hasta parecer como lleno de la
los jefes que quedaron en la región, T i sangre que a él había afluido un vecino
moteo y Apolonio el de Genneo, y Jeróni estanque de dos estadios de ancho.
mo y Demofón, y a más de éstos Nicanor, 17 Después de una marcha de setecien
gobernador de Chipre, no les permitían tos cincuenta estadios llegaron a Jaraca,
gozar de sosiego y de paz. 3 Por otra par a los judíos llamados tubienses.18 N o pu
te, los de Jope cometieron un enorme dieron entonces apoderarse de Timoteo,
crimen. Invitaron a los judíos que entre porque sin emprender nada, se había ido
ellos moraban, con sus mujeres e hijos, de aquella región, dejando en cierto lu
a subir en barcas dispuestas por ellos, gar una muy fuerte guarnición 19 Pero
como si no hubiera enemistad alguna 4 y Dositeo y SosípatTO, generales del M a-
obrasen conforme al común acuerdo de cabeo, marcharon contra ella y mataron
la dudad. Aceptaron aquéllos, como de a más de diez mil de los que Timoteo ha
seosos de la paz y no sospechando nada bía dejado en guarnición.
m alo; pero, llegados a alta mar, fueron 20 El Macabco organizó su ejército por
echadas al fondo no menos de doscientas cohortes, puso a aquellos dos al frente de
personas. ellas y partió en busca de Timoteo, que
5 Cuando Judas llegó a saber la cruel tenía a sus órdenes ciento veinte mil in
dad cometida contra los de su nación, fantes y mil quinientos jinetes. 21 Asi que
dio luego orden a su gente; e invocando supo éste la llegada de Judas, envió las
a Dios, justo juez, 6 vino contra los asesi mujeres y los niños y toda la impedimenta
nos de sus hermanos, y de noche puso a un lugar llamado Cam ión, que era muy
fuego al puerto, quemó las naves y mató fuerte y de difícil acceso a causa de lo
a cuantos allí se habían refugiado. 7 H a montuoso y quebrado del terreno.
biéndole cerrado la plaza, se retiró, pero 22 A l aparecer la primera cohorte de
con el propósito de volver de nuevo a Judas, se apoderó de los enemigos el páni
exterminar de raíz a toda la población co. U na aparición del que todo lo ve les
de Jope. 8 Informado de que los de Jam - infundió tal miedo que se dieron todos a
nia se proponían hacer otro tanto con los la fuga, cada uno por su lado, de suerte
judíos allí domiciliados, 9 cayó de noche que unos a otros se molestaban y con las
sobre ellos e incendió el puerto y quemó puntas de las espadas se herían. 23 Judas
las naves, de modo que la claridad del persiguió con encarnizamiento a aquellos
fuego se veía desde Jerusalén, a distancia crim inales, m atando hasta treinta mil
de doscientos cuarenta estadios. hombres. 24 E l mismo Timoteo, caído en
10 A nueve estadios de allí, cuando manos
se de Dositeo y Sosípatro, instaba
dirigía contra Timoteo, le salieron al en mucho que le dejasen libre, pues que tenia
cuentro no menos de cinco mil árabes y en su poder a muchos padres y hermanos
quinientos jinetes. 11 Empeñada la lucha, de judíos que no lo pasarían bien si él
con la ayuda de Dios, los de Judas salie moría. 25D ada su palabra con muchas
ron vencedores, y los árabes nómadas, seguridades de que los restituiría incólu
vencidos, pidieron la paz a Judas, com mes, le dieron libertad por amor de los
prometiéndose a darles ganado y ayu hermanos.
darles en todo. 12 Judas, convencido de Partió Judas contra Cam ión y con
que en mucho le podían ser útiles, hizo tra el santuario de Atargates, donde dio
paces con ellos; concluidas éstas, se re muerte a veinticinco mil hombres. 27Des
tiraron los árabes a sus tiendas. pués de esta derrota y matanza emprendió
13 A tacó también una ciudad fuerte, ro Judas la marcha hacia Efrón, ciudad fuer-
3® Tenemos aquí una muestra de la diplomacia romana y del modo en que Judas y sus her
manos supieron aprovechar la alian** coa Roma en favor d* au pueblo.
•f 1 Este capítulo prosigue las lucha* de Judas con los pueblos vecinos, comenzadas en to,io.
* Cf. 2 Mac 5,i ss.
n MACABEOS 12 -13 572
te, donde moraba una muchedumbre de 41 Todos bendijeron al Señor, justo juez,
diversas naciones. Jóvenes robustos, or que descubre las cosas ocultas. 42 Volvie
denados ante los muros, luchaban animo ron a la oración, rogando que el pecado
samente, y dentro había mucha provisión cometido les fuese totalmente perdona
de máquinas de guerra y de proyectiles. do; y el noble Judas exhortó a la tropa
28 Pero los judíos, invocando al Omni a conservarse limpios de pecado, tenien
potente, que con su poder aplasta las do a la vista el suceso de los que habían
fuerzas enemigas, se apoderaron de la caído, 43 y mandó hacer una colecta en
ciudad y mataron a veinticinco mil de las filas, recogiendo hasta dos mil drac-
los que estaban dentro.29 Partieron de allí, mas, que envió a Jerusalén para ofrecer
atacaron a Escitópolis, que dista de Je - sacrificios por el pecado; obra digna y no
rusalén seiscientos estadios. 30 Pero ante ble, inspirada en la esperanza de la resu
el testimonio de los judíos que allí mora rrección; 44 pues si no hubiera esperado
ban de que los escitopolitanos habían que los muertos resucitarían, superfluo y
sido benévolos con ellos, y en los días de vano era orar por ellos. 45 M as creía que
su infortunio les habían guardado mu a los muertos piadosamente les está re
chas deferencias, 31 les dieron las gracias, servad a una m ag n ífica reco m pen sa. *
exhortándolos a continuar siendo benévo 46 Obra santa y piadosa es orar por los
los con los de su linaje; y se vinieron a muertos. Por eso hizo que fuesen expiados
Jerusalén, próxima ya la fiesta de las Se los muertos: para que fuesen absueltos de
manas o Pentecostés. los pecados.
32 Después de la fiesta marchó contra
Gorgias, general de los idumeos. 33 Salió
Vuelve Lisias o tra vez c o n tra Judea
con tres mil hombres de a pie y trescientos y h a c e la p a z c o n los ju d ío s
de a caballo; 34 y trabada la batalla, fue | O 1 E l año 149 supieron los de Judas
ron pocos los judíos que cayeron. 35 U n A O q Ue Antíoco Eupator venta contra
cierto Dositeo bacenorense, bravo jinete, Judea con gran muchedumbre de tro
agarró a Gorgias por la clámide y tiraba pas, * 2 y con él Lisias, su tutor y regente
de él vigorosamente, queriendo cogerle vi del reino. Mandaba cada uno un ejército
vo ; pero vino sobre él un jinete tracio que griego de ciento diez mil infantes, cinco
le derribó el hombro, y así pudo Gorgias mil trescientos jinetes, veintidós elefan
huir a Maresa. 36 Los soldados de Esdras tes y trescientos carros armados de ho
hallábanse fatigados de la larga lucha; pe ces. 3 A ellos se había juntado Menelao,
ro Judas invocó al Señor para que se mos que con grande astucia exhortaba a A n
trase su auxiliar y caudillo en la batalla. tíoco, no llevado de la solicitud por la
37 Entonó en lengua patria un canto de patria, sino esperando ser restituido en
guerra, y cayendo de improviso sobre los el poder. 4 Pero el R ey de reyes excitó la
de Gorgias. los puso en derrota. 38 Retra cólera de Antíoco contra aquel criminal;
jo Judas su ejército y lo condujo a Odo- pues como Lisias hiciera ver al rey que
lam. Llegado el día séptimo, purificados aquél había sido la causa de todos los
según la costumbre, celebraron allí el sá disturbios, ordenó fuese conducido a Be-
bado. rea y muerto allí, al estilo del lugar. 3 H a
39 A l día siguiente, como era necesario, bía allí una torre como de cincuenta co
vinieron los de Judas para recoger los ca dos de alto, rodeada por todas partes de
dáveres de los caídos, y con sus parientes cenizas ardientes y coronada por una má
depositarlos en los sepulcros de familia. quina giratoria, 6 con la cual arrojaban
40 Entonces, bajo las túnicas de los caí a las cenizas al ladrón, sacrilego o al autor
dos, encontraron objetos consagrados a de algún otro crimen horrendo. 7 D e tal
los ídolos de Jamnia, de los prohibidos muerte había de acabar el impío Mene
por la Ley a los judíos; siendo a todos lao, sin lograr el honor de la sepultura.
manifiesto que por aquello habían caído. 8 M uy justo era que quien tantos pecados
45 Nuestro autor está lleno del pensamiento de la resurrección. Efectivamente, esos sacrificios
expiatorios de los pecados no tendrían explicación en la creencia antigua del seol, pero si en la de la
resurrección. En el libro de la Sabiduría se promete al justo una corona de inmortalidad en el reino
de Dios (3,4; 5,15 s.); nuestro autor añade a esto la resurrección corporal. Semejante corona no po
drá lograrse sin la justicia perfecta. Estos que murieron por la justicia, pero con alguna mancha de
pecado, necesitan expiar esos pecados, lavar esas manchas antes de recibir la recompensa. Las ideas
no tienen la claridad que han alcanzado en nuestra teología; pero es fácil a la luz de ésta declarar el
sentido del texto y ver aquí el valor de los sufragios por los difuntos.
IO 1 Este capítulo presenta alguna dificultad cuando se le compara con el c.2. Este termina
1 ^ con la paz otorgada por Lisias a los judíos y ratificada por los legados romanos, y el presen
te empieza al año siguiente con una expedición guerrera. El libro es obra compendiada, y muy bien
pudieron haberse roto las paces sin que de ello nos conservara el relato. Por lo demás, en 1 Mac 6,
28 ss. se simplifica en una sola expedición del rey y de Lisias lo que aquí se expone en dos, de Li
sias la primera y de Lisias con el rey la segunda.
573 I I MACAHEOS 1 3 1 4
cometiera contra el altar, cuyo ftiego y de Tolemaida hasta la región de los Gue-
cenizas son santos, en cenizas recibiera rrenios. 25 pero al llegar a Tolemaida, sus
la muerte. habitantes llevaron muy a mal los con
9 Iba el rey animado de sentimientos ciertos, e indignados querían romper lo
feroces, dispuesto a mostrarse más duro estipulado. 26 Subió entonces Lisias a la
con los judíos que lo había sido su pa tribuna, se esforzó por defender la causa,
dre. 10 Informado de ello Judas, mandó logrando aplacarlos, y se volvió a Antio-
a su gente invocar día y noche al Señor, quía. Tal fue el suceso de la venida y re
para que, como siempre, ahora les ayu tirada del rey.
dase, cuando el pueblo, que apenas ha
bía comenzado a respirar,11 estaba a pun L a paz con Nicanor
to de quedar sin ley, sin patria y sin tem 1 A l cabo de tres años supieron los
plo, y sometido a la tiranía de las nacio H de Judas que Demetrio, hijo de
nes blasfemas. 12 Cuando todos a una hu Seleuco, había desembarcado en Trípo
bieron rogado al Señor misericordioso li con poderoso ejército y flo ta,* 2y se
con lágrimas y ayunos y postraciones du había hecho dueño de la tierra, dando
rante tres días continuos, Judas los ani muerte a Antíoco y a Lisias, su tutor.
mó y ordenó que se preparasen;13 y des 3 Cierto Alcim o, que había sido antes su
pués de consultar a los ancianos, resolvió mo sacerdote y que en los tiempos de la
emprender la marcha antes que el ejérci confusión se había voluntariamente con
to del rey entrase en Judea y se hiciesen taminado, considerando que no había pa
dueños de la ciudad; poniendo la cosa en ra él otro modo de salvación y de acceso
manos del Señor, 14encomendando al altar santo, 4 se vino al rey Demetrio
Creador del universo el resultado de la el año 1 5 1 , trayéndole una corona de
batalla y exhortando a los suyos a lu oro, una palma y unos ramos de olivo,
char animosamente hasta morir por las que se creían procedentes del templo.
leyes, por el templo, por la ciudad, por Aquel día no pidió nada. 5 Pero aprove
la patria y sus instituciones. chando la ocasión, propicia a su demen
Ordenó su ejército en batalla junto a cia, de haber sido llamado a consejo
Modín. 15 D io a los suyos el santo y se por Demetrio, para preguntarle cuáles
ñ a: «D e D ios es la victoria», y con la flor eran las disposiciones y designios de los
de sus soldados acometió de noche el judíos, respondió: <>«EI partido de los
campamento del rey, matando hasta dos judíos que llaman asideos, cuyo jefe es
mil hombres y el m ayor de los elefantes Judas M acabeo, fomenta las guerras y
con los que llevaba encima. 16 Luego se las sediciones y no consiente que el reino
retiraron victoriosos, dejando el campa goce de paz; 7 por lo cual, yo, despojado
mento lleno de pánico y de perturbación. de la dignidad paterna, quiero decir, del
17 A l ser de día, todo estaba acabado, gra sumo sacerdocio, he venido ahora aquí,
cias a la ayuda del Señor, que le había so 8 mirando con toda lealtad por los inte
corrido. 18 E l rey, vista la audacia de los reses del rey y buscando también los de
judíos, intentaba adueñarse por astucia mis conciudadanos, pues, por la temeri
de las plazas. 19 Llevó su ejército contra dad de aquéllos, toda nuestra nación se
Betsur, plaza fuerte de los judíos, pero se halla en ruinas. 9 D ate cuenta, pues, ¡oh
veía rechazado y derrotado y cada vez rey!, de estas cosas; mira por nuestra
menos fuerte. tierra y nuestra raza oprimida, llevado de
20 Judas proveía de vituallas a los de tu d e s in te r e s a d o a m o r h a c ia to d o s
dentro. 21 U n cierto Rodoco, del ejército 10 Mientras Judas esté con vida, no podrá
judío, descubrió al enemigo los secretos el Estado gozar de paz».
de la defensa. Fue buscado, cogido y en u D icho esto, al punto los restantes
carcelado. 22 Por segunda vez el rey en amigos, que se hallaban indispuestos con
tró en tratos con los de Betsur, y hechas tra Judas, inflamaron más el ánimo de
las paces, se retiró.23 A tacó a Judas, mas Demetrio, t2 logrando que éste llamase
fue vencido. Pero informado de que F i- luego a Nicanor, comandante anterior
lipo, quien había quedado por regente del mente del cuerpo de elefantes, a quien
reino, se había sublevado en Antioquia, nombró general de Judea, 13 dándole or
quedó consternado. Luego pidió la paz den de acabar con Judas, dispersar a
a los judíos, jurándoles atender sus jus todos los suyos e instalar a Alcim o por
tas peticiones; y reconciliado con ellos, sum o sacerdote del santísim o tem plo.
ofreció sacrificios, honró el templo y ofre 14 E n seguida los gentiles, que por temor
ció dones. 24 A l M acabeo le acogió muy de Judas habían huido de la Judea, se
bien y le hizo general y gobernador des agregaron como rebaño a Nicanor, pen-
1 Nuestro autor omite la venida de Báquides para instalar a Alcimo en el sumo sacerdocio
U (i Mac 7,8-24), y nos cuenta la de Nicanor, que empieza por tratar a Judas como amigo,
pero luego, obligado por el rey, rompe con Judas y con loe suyos, declarándoles abierta guerra.
n 1IACABEOS 14 574
37 La persecución de este patriota no tuvo oti [>motivo que mostrar la ruptura con los parciales
de Judas.
57 5 n MACABEOS 14 -15
cando al Soflor de la vida y del espíritu, mucho por el pueblo y por la ciudad
que de nuevo se las devolviera. Y de s a n t a : J e r e m ía s , p r o fe t a de D i o s » .
esta manera acabó. * 15 Y tendía Jeremías su diestra y entre
gaba a Judas una espada de oro, dicién-
D e r r o t a d e N ic a n o r dole: 16 «Tom a esta espada santa, don
4 C 1 Informado Nicanor de que Judas de Dios, con la cual triunfarás de los
* ^ andaba por los lugares de Samaría, enemigos».
pensó atacarle con entera seguridad en 17Alentados con estas nobles palabras
día de sábado. * 2 Los judíos que a la de Judas, capaces de vigorizar y exaltar
fuerza le seguían le dijeron: «N o preten- hasta el heroísmo las almas de los jóvenes,
das aniquilarlos tan salvaje y bárbara resolvieron no atrincherarse en el campo,
mente; respeta el día que desde el princi sino arrojarse valientemente sobre el ene
pio ha sido declarado santo por el que migo, y luchando con todo valor decidir
todo lo ve». 3 A lo que aquel malvado la cosa, puesto que se hallaban en peligro
contestó si había Soberano en el cielo la ciudad, la religión y el templo; *8 pues
que hubiera ordenado solemnizar el día la solicitud que por las mujeres, los hijos,
del sábado. 4 Y como ellos le respondie los hermanos y parientes tenían era me
sen: «Sí, hay un Señor, D ios vivo, sobe nor que la que sentían por el templo
rano del cielo, que ha ordenado celebrar santo, la más grande y primera de todas
el día séptimo». 5 «Pues yo— contestó él— las cosas.
digo que hay un soberano en la tierra que 19N o era pequeña la ansiedad de los
manda tomar las armas y cumplir lo que que en la ciudad habían quedado, in
conviene al rey». C on todo, no pudo lle quietos como se hallaban por la lucha de
var a cabo su malvado propósito. fuera. 20 Cuando todos esperaban el futu
6 Mientras Nicanor, en su insensato ro desenlace, y los enemigos se acercaban
orgullo, pensaba levantar con Judas y dispuestos en orden de batalla, y los ele
los suyos un monumental trofeo, 7 éste, fantes colocados en lugares oportunos, y
puesta siempre su confianza en el socorro la caballería en las a la s,21 al ver el M aca-
del Señor, 8 exhortaba a los suyos a no beo la muchedumbre que se acercaba, el
temer el ataque de los paganos; antes variado aparato de las armas, la fuerza
bien, recordando los auxilios que en tiem de los elefantes apostados en lugares con
pos anteriores les habían venido del cielo, venientes, levantando las manos al cielo,
esperasen también ahora del Todopode invocó al Señor, hacedor de prodigios.
roso la victoria. 9 Y los alentaba, propo Sabía que no por la fuerza de las armas
niéndoles testimonios de la Ley y de los se alcanza la victoria, sino que Dios la
profetas y recordándoles los combates otorga a los que juzga dignos de ella.
que habían sostenido, dándoles con esto 22 L a invocación fue como sigue: «Tú,
mucho ánimo. 10 Después de haber levan Señor, que enviaste un ángel bajo Eze-
tado sus espíritus, les puso de manifiesto quías, rey de Judá, que mató del ejército
la falta de fe de los gentiles y la trans de Senaquerib a ciento ochenta y cinco
gresión de sus juramentos; 11 animando mil hombres, 23 envía ahora, Señor de
a todos, no tanto con la seguridad de sus los cielos, delante de nosotros, un ángel
escudos y lanzas cuanto con la confianza bueno que infunda a éstos temor y tem
de sus alentadoras palabras. Sobre todo, blor. 24 Con la fuerza de tu brazo sean
los alegró con la relación de un sueño quebrantados los que llegan blasfemando
digno de toda fe. 12 He aquí el sueño contra tu pueblo santo». Y con esto ter
que había tenido: Onías, que había sido minó.
sumo sacerdote, hombre bueno y bonda 23 Los de Nicanor avanzaban al son de
doso, de venerable aspecto, de suaves las cornetas y de los cantos guerreros;
maneras, de elegante lenguaje, que desde 26 en tanto que los de Judas llegaron a
su niñez se había ejercitado en toda vir chocar con los enemigos en medio de
tud, tendía sus manos, orando por toda súplicas y oraciones. 27 Y mientras lucha
la comunidad de los jud ío s.13 Aparecióse- ban con las manos, oraban en su corazón
le también otro varón, que se destacaba a D io s; y así, magníficamente fortalecidos
por la blancura de sus cabellos y por su por una aparición de Dios, echaron por
gloriosa dignidad, nimbado de admirable tierra no menos de treinta y cinco mil
y magnífica majestad . i4 Onías dijo: «Este hombres. 28 Terminada la lucha y entre
es el amador de sus hermanos, que ora gados a la alegría, hallaron que, revestido
46 Al decir de Santo Tomás, el autor sagrado pondera en este acto, más de soberbia que de
fortaleza, el sentimiento de amor a la patria y a la Ley, que le movía a evitar caer vivo en poder de
los gentiles y recibir de ellos la muerte. La verdadera fortaleza es la del anciano Eleazar, que por la
misma causa sufrió la muerte a manos de los gentiles.
L I B R O S S A P I E N C I A L E S
x. Tenemos que empezar por explicar lo que es la sabiduría para los hebreos.
No es, como para Aristóteles, la ciencia de las últimas causas, stno cierta agudeza y
prontitud de ingenio para hallar una salida en casos apurados. Tal era la sabiduría
de la mujer de Tecua (2 Sam 14,2 ss.), de la mujer de Abel (ibid. 20 ,16 ss.) y la
de Salomón ( 1 Re 3 ,12 ss.). Análoga a ésta es la agudeza para hallar solución a
los enigmas y acertijos de que tanto gustaban los orientales. Véase en Jue 14 ,10 ss. el
enigma de Sansón a los filisteos, y en 1 Re 10 ,3 ss. los de Salomón y la reina de Soba.
2. Extiéndese esta sabiduría a la observación de la naturaleza, de los instintos
de los animales, del obrar del hombre, para sacar de todo esto enseñanzas útiles a la
dirección de la vida humana; pues Dios, al crear las cosas, derramó en ellas los ricos
tesoros de su sabiduría. Pero más que en la naturaleza, depositó Dios su sabiduría en
la Ley, que, al decir de Moisés, viene a ser para los israelitas la sabiduría y la inteli
gencia que los haga célebres entre todos los pueblos (D t 4,6 ss.). Apoyados en este
dable principio, los sabios de Israel se levantan al conocimiento de aquella sabiduría
que asistió a Dios en la creación del mundo y que se derramó en las cosas creadas,
sabré todo en el hombre.
Otra forma mds modesta de sabiduría era el ingenio artístico para ejecutar obras
de orfebrería, para componer poesías y para cantarlas con acompañamiento de ins
trumentos.
Todas estas manifestaciones de la sabiduría, así como podían ser naturales o
adquiridas, así también pueden ser infundidas por Dios, como se dice de José, Salo
món y Daniel.
3. Conforme a esto, los sabios de Israel nos han dejado libros, como el de Job,
el Eclesiastés y la Sabiduría, en que se debate el grave problema del proceder de Dios
con los justos y los impíos. E n el Salterio nos han legado una riquísima colección de
cantos, los cuales, en artística forma, exponen los misterios de Dios reflejados en la
naturaleza, su providencia con Israel, la que guarda con los justos y los malvados, etc.
577 SAPIENCIALES
En los Proverbios y el Eclesiástico, los sabios de Israel nos han dejado el fruto de sus
meditaciones, que nos enseñan a gobernarnos según la voluntad de Dios. Finalmente,
el Cantar de los Cantares es obra de sabiduría por su exquisita forma poética y por
su pensamiento, que es la idea mesidnica, contenida en los profetas y expuesta en una
serie de cantos que giran en tomo de una imagen también profética, la del matrimonio,
aplicada a las relaciones de Dios con su pueblo.
4. Como de lo dicho se colige, el principio de la sabiduría de Israel, más que su
ingenio, es la revelación divina. Por eso debieran colocarse los libros sapienciales des
pués de los profetas. A la luz de las enseñanzas de éstos meditaban los sabios sobre
la naturaleza y sobre la vida de los hombres, y de aquí se levantaban a escudriñar los
misterios de la sabiduría divina. A esta consideración, que pudiéramos llamar teoló
gica, de la naturaleza creada y d é la providencia y misterios divinos, basada en la Ley
y los Profetas y en la historia de Israel, se añadía en los sabios que escribieron los libros
sagrados la iluminación del Espíritu Santo, que, al mismo tiempo que elevaba su mente,
daba valor a sus enseñanzas.
5. Decíamos que el arte de la poesía era una de las manifestaciones de la sabi
duría hebrea. Porque es de saber que existe en la Biblia hebrea un arte poético. San
Jerónimo y algunos antiguos asimilaron el verso hebreo al griego y al latino. Era, sin
duda, una equivocación. Pero los esfuerzos hasta ahora realizados para definir la natu
raleza del verso hebreo sólo han dado de sí una multitud de opiniones, que muestran
en su misma multitud la dificultad del asunto y la imposibilidad de llegar hasta ahora
a conclusiones ciertas. Una cosa es clara: que además de ese artificio poético, el ritmo
tónico, hay en la poesía hebrea un ritmo lógico del pensamiento, que se ha llamado
paralelismo de los miembros. A una linea o verso se añade otro que expresa el mismo
pensamiento (paralelismo sinónimo), o un pensamiento que desarrolla y completa el
primero (paralelismo sintético), o un pensamiento contrapuesto al primero (paralelis
mo antitético) . Véanse los siguientes ejemplos:
No prevalecerán los impíos en el juicio,
N i los pecadores en la congregación de los justos ( Sal 1,5 ) .
Bienaventurado el varón que no anda en consejo de impíos,
N i camina por las sendas de los pecadores,
N i se sienta en compañía de malvados (Sal 1 , 1 ) .
Siéntate a mi diestra,
En tanto que pongo a tus enemigos
Por escabel de tus pies (Sal 1 1 0 ,1 ) .
Extenderá Yavé desde Sión tu poderoso cetro:
«Domina en medio de tus enemigos» (Sa l 1 10 ,2 ) .
Una respuesta blanda calma la ira,
Una respuesta áspera la enciende.
L a boca del sabio hace amable la sabiduría,
L a del necio sólo profiere sandeces (Prov 1 5 ,1 - 2 ) .
6. Estos versos paralelos se agrupan con frecuencia formando estrofas. E l nú
mero de los versos de cada estrofa puede variar hasta en un mismo poema. L a distin
ción de las estrofas supone, por lo general, un nuevo aspecto del tema que el poema
desarrolla. Mas este principio no suele ser en la práctica norma segura para distin
guir las estrofas. Lo es el alfabetismo de algunos salmos ( g - 1 0 . 1 1 1 . 1 1 2 ) , de las L a
mentaciones, del cántico de Habacuc, etc., o algún refrán, verso o estrofa intercalada
que al fin de cada estrofa se repite, verbigracia, salmos 42-43, y el signo sela, que se
halla con frecuencia en los salmos, aunque muchas veces fuera de lugar. Nótase tam
bién, a veces, la asonancia de las palabras y la repetición regular de ciertos vocablos
o expresiones, y otros artificios literarios que muestran el ingenio de los poetas y su
propósito de embellecer con ellos sus poemas.
y. Es muy digno de notar que no son sólo los libros sapienciales los que están
escritos en forma métrica: son numerosísimas las partes de otros libros, sobre todo los
pro f éticos, que nos ofrecen la misma forma y emplean idéntico lenguaje. Isaías habla
Nácar-Colunga 19
JO B 578
casi siempre en verso; en Jeremías y Ezequiel abunda también la forma poética; y
los oráculos de Joel, Nahum y Habacuc son modelos maravillosos de poesía. L a lite
ratura eclesiástica nos ofrece un ejemplo análogo, que conviene advertir. San Efrén,
en su lengua siríaca, compuso infinidad de sermones y tratados en forma poética, que
luego enseñaba al pueblo para que los cantase. Por este medio le adoctrinaba en los
dogmas de la fe y en las normas de la vida cristiana. De igual modo los profetas com
ponían en verso sus oráculos para que mejor corriesen entre el pueblo.
8. Son siete los libros comprendidos en esta categoría de sapienciales: Job, los
Salmos, los Proverbios, el Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, la Sabiduría y el
Eclesiástico. Algunos apócrifos de la última época del judaismo podrían servimos
también para estudiar este género literario.
J O B
1. Se discute en el libro de Job una cuestión que hallamos muchas veces planteada,
o por lo menos indicada, en el Antiguo Testamento, y que es el tormento de todos los
ingenios de la literatura sagrada precristiana: el problema del infortunio del justo.
L a Escritura repite muchas veces, como un axioma, que Dios da a cada uno según
sus obras. Todos aceptamos este principio, que es de elemental justicia, como la cosa
más natural, porque responde enteramente a los sentimientos de equidad impresos en
el corazón del hombre. Pero cuando se miran las cosas de tejas abajo parece que tal
principio flaquea no pocas veces, pues se ven justos en la miseria e impíos en la pros
peridad. Y al flaquear el principio es como si la misma justicia divina se tambalease,
viniendo a poner a dura prueba la fe de los creyentes en Dios.
Los Salmos nos ofrecen con frecuencia el cuadro desgarrador que se desarrolla
en el corazón de los fieles; y es, a nuestro juicio, la mejor prueba de su gran f e el verlos
sobreponerse a esta tentación en medio de la obscuridad en que vivían respecto a las
sanciones de la vida futura. N i es este problema sólo del pueblo hebreo. La literatura
caldea nos presenta una lamentación del justo que expresa ante sus dioses sentimientos
análogos a los del salmista. El autor de nuestro libro quiso estudiar el problema con
toda la amplitud que el estado de la revelación en su tiempo le permitía; y para ello
acudió a este personaje, Job, que, a juzgar por la mención de Ezequiel ( 14 ,14 ) ,
había pasado a la posteridad como modelo de justicia y de paciencia.
2. E l libro consta de tres partes: un prólogo ( 1- 2 ) y un epílogo en prosa (4 2 ,7 -16 ),
y el cuerpo de la obra en verso. E l prólogo nos da a conocer las pruebas a que Job fu e
sometido por Dios y los motivos por que a ellas le sometió.
Sigue luego la disputa. Tres amigos de Job, al saber las calamidades que de re
pente habían caído sobre él, vienen a visitarle y a condolerse con su amigo. A l verle
sentado en la ceniza, rayéndose con un tejón, la estupefacción se apodera de ellos, y
por espacio de siete días y siete noches se están mirando sin hablar palabra. A l fin
prorrumpe Job en un monólogo ( 3 ) , en que expresa la grandeza de su dolor. Sus
palabras parecen una amplificación de las que en caso análogo profirió Jeremías
(20 ,14 ss.). Esta queja de Job es la señal de ataque por parte de los amigos. Los que
habían venido a consolarle se convierten en acusadores, aunque con la sana intención
de reducirle a penitencia. No tienen prueba alguna concreta de la culpabilidad de
Job, pero les basta verle de aquel modo herido de Dios. Era ésta una prueba que no
admitía réplica, a menos de negar la justicia divina. Por espacio de once capítulos
van los tres amigos repitiendo en variadas formas el mismo argumento, y Job respon
diendo a cada uno (4 -14 ). No contentos con esto, vuelven todavía a la carga y con
sumen un segundo turno, respondiendo Job a cada réplica ( i s - 2 1 ) . Todavía insisten
con una réplica los amigos. Job les responde ( 2 2 - 3 1) . Antes de esta respuesta se inter
cala un elogio de la Sabiduría que parece desprenderse del resto, pues no sabemos
siquiera en boca de quién se pone (28 ). Los tres amigos desisten por fin de acusar a
Job al ver cómo él persiste en declararse justo. Entonces aparece un cuarto acusador,
que, irritado, ataca a Job y a los tres amigos. Empieza en un tono ampuloso, expo
579 JOB 1
niendo la doctrina de que los castigos impuestos por Dios tienen un valor educativo.
Es la nueva idea que nos aporta Eliú—así se llama el nuevo orador—en los cuatro
discursos que pronuncia, sin que el acusado profiera una palabra de respuesta (3 2 -3 7 ).
3. Finalmente, del seno de la tempestad, como en otro tiempo en el Sinaí, se
aparece el Señor, que hace oir su voz (38 -1-4 2,6 ). E l lector creerá que viene como
maestro soberano a definir la cuestión, poniendo en claro el valor de los argumentos
con tanta insistencia repetidos. Pero no es así, porque el Señor, dirigiéndose a Job,
intenta aplanarle con la descripción de las obras en que se descubre la grandeza de su
poder y de su sabiduría, para que Job entienda que los juicios de Dios son inescruta
bles. Y así termina el cuerpo de la obra. En el epílogo, Dios se muestra irritado
contra los tres amigos por no haber hablado según verdad, como su siervo Job, y
les manda ofrecer un sacrificio de siete toros y siete carneros y que Job ore por ellos.
Y termina el epílogo diciendo que Job recibió la salud, y los bienes que antes poseía se
le duplicaron; que vivió ciento cuarenta años y murió harto de días.
4. Del autor del libro nada podemos decir sino que era un altísimo poeta. De
su época algo nos indica la comparación con Jeremías y con algunos salmos en que
se expone el mismo problema. E l libro de Job sería posterior a estos otros escritos,
del tiempo, por tanto, de la cautividad o inmediatamente posterior a ella.
•j 1 No se conoce la patria precisa de Job. Sólo podemos asegurar que fue árabe, pues en el
* v.3 se dice de él que era grande «entre todos los orientales».
5 Bendecir aquí es un eufemismo por maldecir, blasfemar u otro verbo.
6 Esta representación que aquí se nos hace de la corte divina, en que los ángeles, «los hijos de
Dios», vienen como a presentar a Dios sus respetos en día solemne, y entre ellos Satanás, es de lo
más atrevido que hallamos en el Antiguo Testamento, sólo comparable al cuadro que nos ofrece
Miqueas de Jimia en 1 Re 22,18-23.
>8 Después del cuadro de felicidad que nos trazó el autor en el v.3 ss., ahora, en un instante,
para que la impresión en Job sea más fuerte, se ve privado de cuanto poseía, con excepción de la
mujer, guardada para mayor tormento suyo.
JO B 1 - 3 580
del cielo fuego de Dios, que abrasó a las tejón y estaba sentado sobre ceniza. 9 Dí-
ovejas y a los mozos, consumiéndolos. jole entonces su mujer: «¿Aún sigues tú
Sólo he escapado yo para darte la noti aferrado a tu integridad? 10 ¡Bendice a
cia». 17 Todavía estaba éste hablando, Dios y muérete!» El le respondió: «Has
cuando vino otro, que dijo: «Los caldeos, hablado como habla la mujer necia. ¿No
divididos en tres tropeles, han dado sobre recibimos de Dios los bienes? ¿Por qué
los camellos, apoderándose de ellos, y a no vamos a recibir también los males?»
los siervos los hirieron a filo de espada. En todo esto no pecó Job con sus labios. *
Yo solo he podido escapar para traerte
la noticia». 18 Mientras hablaba éste to Vienen a consolar a Jo b tres de sus
davía llegó otro, que dijo: «Estaban fus amigos
hijos y tus hijas comiendo y bebiendo 11 Tres amigos de Job: Elifaz, temanita;
vino en la casa de su hermano el primo Bildad, súbita, y Sofar, namatita, cuando
génito, y vino del otro lado del desierto supieron todas las desgracias que le ha
un torbellino y conmovió las cuatro es bían sobrevenido, vinieron cada uno de
quinas de la casa, que cayó sobre los su lugar, habiendo convenido en juntarse
jóvenes, y todos han muerto. Yo solo para condolerse y consolarle.* 12 Ya de
he escapado para darte la noticia». lejos alzaron sus ojos y no le reconocie
Fidelidad de Jo b ron; se pusieron a llorar a voz en grito,
rasgando cada uno sus vestiduras y es
20 Levantóse entonces Job, rasgó sus parciendo al aire polvo sobre sus cabezas.
vestiduras, rasuró su cabeza y, echándose 13 Estuvieron con él sentados en tierra por
en tierra, adoró, diciendo: 21 «Desnudo espado de siete dias y siete noches, y
salí del vientre de mi madre y desnudo ninguno habló palabra viendo cuán gran
tornaré allá. Yavé me lo dio, Yavé me de era su dolor.
lo ha quitado. ¡Sea bendito el nombre
de Yavé!» * 22 En todo esto no pecó Job Lamentos de Jo b
ni atribuyó a D ios insipiencia.
3 1
Después de esto abrió Job su boca
M ayores pruebas para maldecir el día de su nacimien
2 i Vinieron otro día los hijos de Dios to, • 2 y tomando la palabra, dijo:
a presentarse ante Yavé, y vino tam 3 Perezca el día en que nací
bién Satán entre ellos, presentándose ante y la noche en que se dijo: Ha sido conce-
Yavé, 2 y dijo Yavé a Satán: «¿De dónde [bido un niño.
vienes?» Respondió Satán a Yavé: «Ven 4 Conviértase ese día en tiniebla,
go de dar una vuelta por la tierra y pa no se cuide de él Dios desde el cielo,
searme por ella». 3 Y dijo Yavé a Satán: no resplandezca sobre él un rayo de luz.
«¿Y has reparado en mi siervo Job, que 5 Apodérense de él obscuridad y som-
no hay como él en la tierra, varón ínte [bras de muerte.
gro y justo, temeroso de Dios y apartado Encobe sobre él negra nube,
del mal, y que aún persevera en su perfec llénelo de terrores la negrura del dfa.
ción a pesar de que tú me incitaste contra 6 Hagan presa de aquella noche las ti-
él para que en vano le afligiese?» 4 Res desaparezca del año, [nieblas,
pondióle Satán a Yavé: «¡Piel por piel! no sea contada en los meses.
Cuanto el hombre tiene lo dará gustoso 7 Sea noche de soledad,
por su vida. 5 Anda, pues; extiende tu no haya en ella regocijos.
mano y tócale en su hueso y en su carne* 8 Maldíganla los que saben maldecir el día,
a ver si no te vuelve la espalda». 6 Yavé los que saben despertar al Leviatán.
dijo entonces aSatán: «Ahí le tienes; en 9 Háganse tinieblas las estrellas de su cre
tu mano le pongo, pero guarda su vida». púsculo.
7 Salió Satán de la presencia de YavéQue espere la luz y no le venga
e hirió a Job con una ulceración maligna y no vea los parpadeos de la aurora,
desde la planta de los pies hasta la coro 10 por no haberme cerrado las puertas del
nilla de la cabeza. * 8 Rascábase con un [seno materno
2 1 Admirable expresión de la fe de Job y de su conformidad con la voluntad divina, cuando
en un instante se ve despojado de sus bienes y de sus hijos.
7 El texto no permite concretar la enfermedad de Job; lo que si nos pone bien de manifiesto
2 es la paciencia y la plena conformidad con el querer de Dios. La mujer viene aquí como auxi
liar de Satanás para aumentar el dolor de Job.
10 El texto dice: «Bendice a Dios y muérete*, o por ironía o por un eufemismo, como en 1,5.
11 La llegada de los tres amigos anuncia la proximidad del debate. Pero el autor lo retrasa siete
días con sus noches, en las que, a la vista del cambio verificado en su amigo, meditan sobre las
causas de él, que serán luego la materia de sus discursos.
1 Este monólogo de Job es una expresión de la grandeza de los dolores que padece, a que la
3 naturaleza se resiste, no obstante la resignación en la voluntad de Dios.
581 jo b 3 -5
y no haber substraído a mis ojos tanta ¿Qué justos fueron jamás exterminados? *
[miseria. 8 Por lo que siempre vi, los que aran la
11 ¿Por qué no expiré en el seno de mi [iniquidad
[madre? y siembran la injusticia son los que cose
¿Por qué no perecí al salir de sus entrañas? chan sus frutos.
12 ¿Por qué hallé rodillas que me aco- 9 Un soplo de Dios los destruye,
v pechos que me amamantaron? [gieron el aliento de sus narices los abate.
« P u es ahora, muerto, descansaría, 10 Los rugidos del león, los bramidos del
dormiría y reposaría [rugiente,
14 con los reyes y los grandes de la tierra, los dientes de los cachorros de león son
que se construyen mausoleos; [quebrantados.
15 con los príncipes ricos en oro, 11 Perece el león falto de presa,
que llenan de plata sus moradas. y se dispersan los cachorros de la leona.
16 O ni hubiera existido, como aborto
[secreto A p arición nocturna
o como los que, concebidos, no llegaron
[a ver la luz. 12 Llegóme calladamente una palabra,
17 Allí no perturban ya los impíos con sus mis orejas percibieron sólo un murmullo,
[perversidades, 13 al tiempo en que agitan el alma las
allí descansan los que codiciosos se afa [visiones nocturnas,
maron, cuando duermen los hombres profundo
18 allí están en paz los esclavos, [sueño.
allí no oyen ya la voz del capataz, 14 Apoderóse de mi el terror y el espanto,
19 allí son iguales grandes y pequeños temblaron todos mis huesos,
y el esclavo no está sometido al amo. 15 un viento azotó mi rostro,
20 ¿A qué dar luz al desdichado, un torbellino erizó el pelo de mi cuerpo.
dar vida al de amargado corazón, 16 Estaba uno ante mis ojos, pero no le co
21 a los que esperan la muerte y no les estaba ante mi un fantasma, [noria;
[llega y oí una voz que blandamente murara-
y la buscan más que si malhiriesen un [raba:
22 los que saltarían de júbilo [tesoro; 17 ¿Hay mortal que pueda tenérselas con
y se llenarían de alegría si hallasen el [Dios?
[sepulcro; ¿Se tendrá nadie por inocente ante su
23 al hombre que no sabe por dónde ir, [Hacedor?
a quien le cierra D ios toda salida? 18 Mira: aun a sus ministros no se confía,
24 Son los suspiros mi comida aun en sus ángeles halla tacha.
mis rugidos se derraman como aguas. 19 ¡Cuánto más en los que habitan mora-
Lo que temo, eso me llega; [das de barro
lo que me atemoriza, eso me coge. y del polvo traen su origen!
26 N o tengo tranquilidad, paz ni descanso; Que son aplastados como un gusano,
se ha adueñado de mi la turbación. 20 son acabados de la noche a la mañana,
desaparecen para siempre sin darse cuenta
21 se rompe el hilo de su vida [nadie;
Reproches de Elifaz y mueren sin saberse cómo.
¿V a a ser el hombre verboso quien por eso y están seguros los que provocan a Dios,
[tenga razón? como si todo lo hubiera puesto D ios en
3 ¿Tus declamaciones van a hacer callar [sus manos.
[a los hombres? 7 Pregunta a las bestias, y ellas te ense-
¿Vas a burlarte sin que nadie te confunda? a las aves del aire, y te lo dirán; [ñarán;
4 T ú dices: «M i doctrina es la verdadera, 8 a los reptiles de la tierra, y te instrui-
yo estoy limpio en su presencia». [rán,
5 ¡Ojalá hablara D ios y te lo harán saber los peces del mar.
y El abriera sus labios contigo 9 ¿Quién no ve en todo esto
6 para descubrirte los secretos de la sa que es la mano de D ios quien lo hace;
bid uría!, 10 de Dios, que es el dueño de todo vi-
y verías que Dios te ha condonado [viente
buena parte de tus culpas. y del espíritu de todos los hombres?
7 ¿Crees tú poder sondear a Dios, 11 ¿N o se ha hecho la oreja para oir,
llegar al fondo de su omnipotencia? como el paladar para gustar?
8 E s más alto que los cielos. ¿Qué harás? 12 Está en las canas el saber
E s más profundo que el abismo. ¿Qué en- y en la ancianidad la sensatez.
9 E s más extenso que la tierra, [tenderás? 13 Pero en E l están la sabiduría y el poder;
más ancho que el mar. suyo es el consejo, suya la prudencia.
10 Cuando acomete, aprisiona y cita a 14 L o que E l destruye no puede recons-
¿quién podrá contrarrestarle? (juicio, [truirse;
11 Conoce a los perversos. lo que E l aprisiona, nadie lo liberta.
Ve la iniquidad donde nadie podría sos- 15 Si retiene las aguas, todo se seca;
12 A si el necio se hace discreto [pecharla, si les da suelta, devastan la tierra.
y el estúpido onagro se humaniza. 16 D e El vienen el poder y el consejo;
fe Si tú dispusieras tu corazón E l es el señor del engañado y del enga-
y alzaras a E l tus manos; fñador;
14 si limpiaras de tus manos la iniquidad 17 El despoja de consejo al consejero;
y no dieras acogida en tu tienda a la in entontece a los jueces,
justicia, 18 desciñe el tahalí de los reyes
15 alzarías tu cabeza de la ignominia, y ciñe una cuerda a su cintura;
te sentirías seguro y nada temerías, 19 despoja al sacerdote de su gloria,
16 te olvidarías entonces del dolor, abate a los poderosos,
de él te acordarías, como de agua que 20 quita a los elocuentes la palabra
[pasó. y priva del consejo a los ancianos;
17 Sería esplendente tu vida como el mé- 21 arroja sobre los grandes el desprecio
y tus tinieblas como la mañana, [diodía y desciñe la cintura de los fuertes;
fe Vivirías seguro de lo que te esperaba, 22descubre lo más oculto en las tinieblas
y mirando en torno te acostarías tran y saca a la luz lo más recóndito;
quilo. 23 eleva a los pueblos y los abate,
19 Mientras durmieras nadie te turbaría, dilata a las naciones y las abandona,
y muchos, al contrario, buscarían tu ros- 24 quita el sentido a los gobernantes
[tro. y los hace errar en un desierto sin ca-
29 Pero los ojos del malvado se consu [minos;
no habrá para él escape alguno [mirán, 25 caminan a tientas en las tinieblas sin
y su esperanza será el último suspiro. y hace que como beodos vacilen, [luz,
1S Este versículo parece expresar el deseo de volver a la vida una vez que pasara la cólera de
U Dios, que le privaría de ella. Pero los versículos siguientes parecen no admitir la realización
de tal deseo, porque el muerto no revivirá. Los caminos de la vida aún estaban ocultos para nuestro
autor.
■ jC 1 Comienza el segundo tumo. Las palabras de Elifaz no pueden ser más graves. Todos los
* ^ razonamientos de Job no tienen consistencia: si así fuera, como él dice, la piedad quedarla
destruida.
587 job 15*16
las lágrimas de mis ojos corren ante El. y su propio consejo le precipitará.
21 ¡Oh, si hubiera árbitro entre D ios y el 8 Se enredarán en red sus pies
[hombre v caminará sobre una trampa;
como le hay entre el hombre y su pró 9 un lazo le atará los tobillos,
jim o!, se le enredará fuertemente,
22 pues pocos son los años que me restan, 10 se le ocultará la cuerda en la tierra,
y es sin vuelta el camino por do voy. y la trampa estará en su misma senda,
ti De todas partes le asaltarán terrores;
i Y a mi vida se acaba, le seguirán, pisando sus talones.
n extínguense mis días, 12 Su opulencia se tomará en hambre
sólo me queda el sepulcro. [junto a mí! y la perdición le acompañará.
2 ¡Si al menos no tuviera escarnecedores 13 La enfermedad roerá su piel
Pero mis ojos pasan la noche sumidos en y devorará sus miembros el primogénito
[la amargura. [de la muerte.
3 Dame, ¡oh D ios!, seguro cerca de ti, 14 Será arrancado del apoyo de su tienda
que entonces, ¿quién podrá apretarme? y le bajarán al rey de los terrores.
4 Has cerrado su mente al conocimiento, 15 Otros, no él, habitarán su tienda,
pero no dejarás que prevalezcan. lloverá azufre sobre su morada.
5 Invita uno a sus amigos a la presa, 16 Secaránse sus raíces por debajo,
mientras desfallecen los ojos de sus hijos. cortaránle por arriba sus ramas.
6 M e ha hecho la fábula de las gentes, 17 Desaparecerá de la tierra su recuerdo,
soy para todos objeto de mofa. no tendrá ya nombre en la extensión del
7 M is ojos los consume la tristeza, [desierto.
y mis miembros son todos una sombra. ig Le lanzarán de la luz a las tinieblas,
8 Y pásmanse de ello los buenos, le exterminarán del mundo.
y los inocentes se alzan contra el perverso. 19 No tendrá familia ni parentela en el
9 Pero el justo persevera en su camino, ni sobreviviente en su tierra. [pueblo
y quien tiene limpias las manos se afirma 29 De su caída se espantarán los occiden-
[siempre más. y se horrorizarán los orientales. [tales
to pero, en fin, volved todos, volved, 21 Esa es la suerte del malvado,
que no hallaré entre vosotros un solo el destino del que desconoce a Dios.
[discreto.
11 Pasaron mis días, se desvanecieron mis Respuesta de Jo b a Bildad
las prendas de mi corazón. [proyectos,
12 L a noche me la convierten en día [luz. | Q 1 Respondió Job, diciendo:
y de las tinieblas me prometen próxima * ** 2 ¿Hasta cuándo afligiréis mi alma
13 ¿Qué puedo esperar? El sepulcro será y me majaréis con vanos discursos?
[mi morada, 3 Ya me habéis afrentado diez veces
en las tinieblas dispondré mi lecho. y me maltratáis sin avergonzaros.
1 4 Diré al sepulcro: ¡Tú eres mi padre! 4 Aun siendo verdad que yo haya errado,
Y a los gusanos: ¡M i madre y mis her- sobre mí recaería mi yerro.
15 ¿Dónde está mi esperanza? [manos! 3 ¿A qué alzaros contra mí,
M i fortuna, ¿quién la verá? aduciendo como prueba mis oprobios?
16 ¿Van a bajar detrás de mi al sepulcro? 6 Sabed, pues, que Dios me ha oprimido
¿Vamos a caer juntos en el polvo? y me ha envuelto en sus redes, [respuesta;
7 Grito contra la opresión, y no obtengo
Segundo discurso d e B ild a d pido justicia, y no la hay para mí;
8 ha cerrado mis caminos, y no tengo
1 f i i R e p l i c ó B i l d a d , s u h i t a , di- [salida;
* 0 ciendo: ha llenado de tinieblas mis senderos.
2 ¿Cuándo pondrás fin a los vanos dis 9 Me ha despojado de mi gloria,
cursos? arrancó de mi cabeza la corona.
Reflexiona primero y luego hablaremos. 10 Me ha demolido del todo, y perezco;
3 ¿Por qué nos tomas como bestias y descuajó como árbol mi esperanza.
asamos a tus ojos por estúpidos? 11 Encendióse contra mí su cólera
J Tú, que en tu furor te desgarras a ti y me contó entre sus enemigos.
[mismo, 12 Vinieron contra mí todas sus milicias,
¿crees acaso que sin ti quedará despobla se han atrincherado en mi camino
b a la tierra, y han acampado en torno de mi tienda.
y lanzarás de su lugar las rocas? 13 Alejáronse de mí mis hermanos,
5 Sí, se apagará la luz de los perversos, y mis amigos se me han hecho extraños.
no brillará la llama de su hogar. ^Desaparecieron mis vecinos y cono
6 Apagaráse la luz en su tienda, cidos,
se extinguirá su lámpara. me han olvidado hasta los huéspedes de
7 El cepo impedirá sus pasos vigorosos [mi casa.
589 jo b 1 9 -2 1
2 7 13 Parece que los discursos de los tres amigos habrían de cerrarse con una réplica de Sofar
* ' que siguiera a la de los otros dos; pero ésta no va indicada en el texto con la ordinaria frase
introductoria. Es, por tanto, probable que debería reconstituirse con los trozos 24,18-24 y 27,14-23.
obteniéndose así la simetría de las partes que se da en las primeras intervenciones; de lo contrarío,
resultarían puestas en boca de Job afirmaciones que son las mismísimas de los amigos que con él
discuten.
O f i 1 El texto no indica quién pronuncia estas palabras en elogio de la sabiduría. Al crear Dios
el mundo la difundió en la creación; por eso Dios la conoce, pero los hombres no alcanzan
a conocer sus secretos.
593 jo b 2 8 -2 9
OA i Y ahora me hacen burla los más han venido sobre mí días de aflicción.
O v [mozos que yo, 28 Ando en torno enlutado, sin consuelo,
a cuyos padres me hubiera yo desdeñado y me pongo a gritar entre la turba.
[de contar 29 He venido a tener por hermanos a los
entre los perros de mis ganados. [chacales
2 Aun el vigor de sus brazos, y por compañeros a los avestruces, [piel,
¿de qué podía servirme? 3° Ennegrecida se va desprendiendo mi
N o tenían fuerza alguna V mis huesos queman por el ardor.
3 Flacos por la miseria y el hambre, 31 Hase trocado en duelo mi cítara,
roían las raíces del desierto; y mi flauta en lamentos.
la tierra, árida y desolada, era su nodriza.
4 Recogían bledos entre la maleza, 0 1 1 Había hecho pacto con mis ojos
con raíces de retama se alimentaban. + de no mirar a virgen.
5 Arrojados de en medio de los hombres, 2 Pues ¿qué porción me reservaría Dios
perseguidos a gritos como ladrones, [desde lo alto,
6 habitaban en lo escarpado de los torren- y qué heredad el Omnipotente desde las
en cuevas y entre rocas, [tes, [alturas?
7 rugiendo entre la maleza 3 ¿N o es la perdición la que espera al ini-
y reuniéndose entre la enramada. [cuo,
8 Gente innoble, pueblo sin nombre, y el infortunio a los obradores de la mal-
arrojados de su misma tierra. 4 ¿N o está El mirando mis caminos [dad?
9 ¡Y de ésos soy yo objeto de burla, y contando todos mis pasos?
les sirvo de canción! 5 N i anduve con engaños
10 Abominan de mí, me esquivan, ni corrieron hacia el fraude mis pies;
y hasta se atreven a escupirme a la cara. 6 péseme Dios en balanza justa,
11 Perdido todo respeto, me insultan, y Dios reconocerá mi inocencia.
rompen todo freno en mi presencia, 7Si se apartaron mis pasos de tus sendas,
i* A mi derecha se alza al populacho, y tras mis ojos se fué mi corazón,
y prepara los caminos para perderme, o se pegó algo a mis manos,
í- Destruyen mis sendas, procuran mi rui- 8 siembre yo y coseche otro,
y no hay quien los detenga. [na, y sean arrancadas mis plantaciones.
*4 Irrumpen contra mí como por ancha 9 Si mi corazón se dejó seducir por mujer
surgen de debajo de las ruinas, [brecha, y estuve en acecho a la puerta de mi pró-
15 Han arremetido contra mí terrores, 10 muela para otro mi mujer [jimo,
se fue como viento mi prosperidad, y sea entregada a ajenos brazos;
pasó cual nube mi ventura, 11 pues maldad grande es ésta,
16 y ahora se derrite mi vida dentro de mi, es un grave crimen,
y me agarran días de aflicción. 12 fuego que devora hasta la destrucción,
17 La noche me taladra los huesos, y consumiría toda mi hacienda.
y no descansan los que me roen. 13 Si desdeñé el derecho de mi siervo [mí,
18 M e envuelven como vestido con fuerza, y el de mi sierva cuando se quejaron de
me ciñen como la orla de mi túnica. 14 ¿qué haría cuando se alzara Dios para
19Hanme arrojado al fango, [niza. [juzgar?;
y he venido a ser como el polvo y la ce- cuando me pidiere cuentas, ¿qué respon
20 ¡Clamo a ti, y tú no me respondes; d ería ?
insisto, y no me haces caso! [enemigo, 15 El que me hizo a mi en el materno seno,
21 T e has tomado para mi en despiadado [¿no le hizo también a él?
y con toda tu fuerza me persigues; ¿N o fue el mismo el que al uno y al otro
*2me alzas en alto, me haces cabalgar so* [nos formó en el vientre?
[bre el viento, 16 Si negué al indigente su satisfacción
hasta que la tormenta se deshace en lluvia. y defraudé la esperanza de la viuda,
23 Bien sé que me llevas a la muerte, 17 si comí solo mi bocado
al lugar de reunión de todos los mortales. sin dar de comer de él al huérfano; [padre
24 Sin embargo, yo no alcé la mano contra 18 antes desde mi infancia le atendía como
[el pobre, y desde el seno materno le protegía;
le salvé en su angustioso gritar. 19 si vi al miserable sin vestido
25 ¿N o lloraba yo todos los días con el y al pobre que carecía de ropas,
[afligido? 20y no me bendijeron sus carnes, [jas;
¿N o se llenaba de tristeza mi alma por el y se calentaron con el vellón de mis ove-
[pobre? 21 si alcé mi mano contra el inocente,
26 Y cuando esperaba el bien, vínome el por verme superior a él en la puerta,
[mal; 22 despréndase mi hombro de la espalda
cuando esperaba la luz, vino la osbcu- y arránquese del hombro mi brazo.
[ridad. 23 Pues temía el castigo de Dios
27 Mis entrañas se agitan sin descanso. y no habría podido resistir a su majestad.
595 jo b 3 1 -3 3
31 40 Los w .38-40 están, sin duda, trastrocados. Deberían leerse a continuación del v.32.
q 5 Este pequeño prólogo nos presenta a Eliú y los motivos de su injerencia en el debate.
El argumento nuevo que aporta es el valor educativo del dolor, que justifica la conducta de
Dios y es motivo para que Job guarde silencio.
jo b 3 3 -3 4 596
los derriba en una noche y quedan aptas- 14menos todavía cuando tú dices que no
[tados. [lo ve.
26 En castigo de su maldad los flagela Ante E l está la causa; espera en El.
allí donde sean vistos, 15 A l decir, pues, que no es su ira la que
27 porque se alejaron de El [castiga,
y no quisieron saber de sus caminos, que no atiende gran cosa a la iniquidad,
2 ft y Uegó a El el clamor del oprimido 16 abrió Jo b vanamente su boca
en cuanto se hizo oír el lamento de los y multiplicó insensatamente las palabras.
[desvalidos.
29 Si E l calla, ¿quién podrá condonar? C uarto discurso d e E liú
Si El esconde su rostro, ¿quién ya le verá?
El cela sobre las naciones y sobre los in- O /J 1 Continuó Eliú diciendo:
[dividuos u u 2 Espera un poco y te enseñaré,
30 para que no campe el impío por sus todavía hay más razones en favor de Dios.
[respetos, 3 Sacaré de lejos mi saber
para que no sufra el pueblo vejaciones. y vindicaré la justicia de mi Hacedor.
31 Si alguno dice a Dios: 4 Cierto, no son falaces mis razones,
«M e he engreído, pero no volveré a hacer te habla un perfecto conocedor.
32 si he pecado, adoctríname; [el mal; 5 Mira: Dios es poderoso,
si he hecho el mal, no lo haré más». y el puro de corazón no lo desprecia.
33 ¿Castigará El según tu consejo? 6 N o deja florecer al impío
¿Te dirá: Juzga tú en lugar mío? y hace justicia al desvalido.
D i tú lo que sepas. 7 No aparta sus ojos de los justos,
34Háblenme los sensatos, y al fin los sienta en tronos con los reyes,
atiéndanme los prudentes. y son exaltados. [la miseria,
35 No habló Job cuerdamente; 8 Encadenados, oprimidos en los lazos de
fueron imprudentes sus discursos. El les hará reconocer sus obras,
36 ¿No será Job probado a fondo 9 sus pecados, porque se ensoberbecieron.
por sus respuestas, propias de un impío, Abre sus oídos a la corrección
37 pues a su pecado añade la rebelión, 10 y los exhorta a que se aparten del mal.
bate palmas contra nosotros Si le oyen, si se le someten,
y multiplica sus quejas contra Dios? 11 terminarán felizmente sus días
y sus años transcurrirán en la dicha.
T e r c e r d iscu rso d e E liú 12 Pero si le desoyen, acabarán malamente
y morirán cuando menos lo esperaban.
O C 1 Tomó Eliú la palabra y dijo: 13 Los de corazón protervo se aíran
u 2 ¿Te parece haber pensado justamen- y no claman a Dios cuando los encadena;
al decir: «Tengo razón contra Dios», [te 14 por eso se extingue su alma en la ju-
3 y diciendo: «¿De qué me sirve, [ventud
qué ventaja he tenido por no haber pe- y acaba su vida entre los infames.
4 Voy a responderte, [cado?» 15 Salva al pobre por su pobreza
y a responder contigo a tus amigos. y con la tribulación abre sus oídos.
5 Contempla el cielo y mira; 16 También a ti te sacará de las fauces
considera las nubes; son más altas que tú. [de la angustia
6 Si pecas tú, ¿qué mal haces? a lugar holgado, sin estrecheces,
Si multiplicas tus pecados, ¿qué perjuicio a mesa llena de selectos manjares.
7 Y con ser justo, ¿qué le das? [le causas? 17 Pero si sigues los senderos del impío,
¿Qué recibe El de tu mano? [obrar; la culpa y la pena se corresponderán.
8 A un hombre como tú perjudica tu mal 18 N o te lleve, pues, la ira al arrebato
a un hijo de hombre aprovecha tu justicia. y no te deprima la cuantía del rescate.
9 Gritan por la gravedad de la opresión, 19 ¿Puede acaso sacarte de la angustia tu
piden socorro contra la tiranía de los po [clamor
derosos ; y a todos tus vigorosos esfuerzos?
1° pero nadie dice: «¿Dónde está el Dios ¿ONo anheles, pues, tanto la noche de la
[que nos creó, [muerte,
que da en la noche cantares de júbilo, que va arrebatando a unos tras otros.
11 que nos da inteligencia mayor que a las 21 Guárdate de dejarte llevar a la iniqui
[bestias de la tierra dad,
y nos hace sabios más que a las aves del pues por eso fuiste probado con la aflic
[cielo?» ción.
12 Y, claro, por mucho que griten. El no 22 Mira: Dios es sublime en su poder,
[responde ¿quién como El es maestro? [ducta?
viendo la soberbia de los malvados. 23 ¿Quién jamás le dio normas de con-
*3 Un vano gritar, cierto, no lo escucha ¿Quién jamás pudo decirle: Has hecho
el Todopoderoso no lo atiende, [Dios; [mal?
jo b 3 6 -3 8 598
te has paseado por las profundidades del OQ 1 ¿Sabes tú el tiempo en que paren
[abismo? ** [las gamuzas?
17 ¿Se te han abierto las puertas de la ¿Asististe al parto de la cierva?
[muerte? 2 ¿Contaste los meses de su preñez
¿H as visto las puertas de la región tene o conoces el tiempo de su parto?
b ro sa? 3 Se encorvan, echan su cría,
18 ¿Abarcas la inmensidad de la tierra? poniendo fin a sus dolores.
Dilo si la conoces. [de la luz?; 4 Se hacen grandes sus crías, crecen en el
19 ¿Cuál es el camino para las moradas salen y no vuelven más a ellas. [campo,
y las tinieblas, ¿dónde habitan? 5 ¿Quién da libertad al asno salvaje?
20 ¿Sabrás tú conducirlas a sus dominios ¿Quién rompe las ataduras al onagro,
v tornarlas a los senderos de su morada? 6 al que por casa di el desierto,
21 ¡Seguro lo sabrás, pues ya habías na
c id o f or guarida las estériles estepas?
Se ríe del estrépito de las ciudades
y era ya entonces grande el número de y no oye las voces del arriero;
[tus días! 8 vaga por los montes al pasto,
22 ¿H as ido a los escondrijos de la nieve? se va tras de toda hierba verde.
¿H as entrado en los almacenes del granizo, 9 ¿Consentirá el búfalo en servirte y
23 que guardo yo para los tiempos de la en pasar la noche a tu pesebre?
[desdicha, 10 ¿Podrás atarle el yugo con tus coyundas
para el día de la guerra y de la batalla? y hacerle arar los surcos delante de ti?
24 ¿Cuál es el camino por donde se difunde 11 ¿Contarás con él por su gran fuerza
[la niebla? y le encomendarás tus labores?
¿Por dónde se echa sobre la tierra el 12 ¿Le fiarás la recogida de tu grano
[viento solano? y el amontonamiento de tus mieses en la
25 ¿Quién abre el camino de la inundación [era?
y sus sendas al rayo tonante [sierta, 13 Agítase graciosa el ala del avestruz,
26 para hacer llover sobre la tierra de- que posee hermoso plumaje.
sobre desiertos inhabitados por el hombre, 14 Abandona sus huevos a la tierra
27 para empapar las áridas llanuras y los deja que se calienten en la arena.
y hacer brotar la verde hierba? 13 sin pensar que un pie puede romperlos,
28 ¿Tiene padre la lluvia? puede aplastarlos un animal salvaje.
¿Quién engendra a las gotas del rocío? 16 Es cruel con sus hijos, como si no
29 ¿De qué seno sale el hielo?, [fueran suyos,
y la escarcha del cielo, ¿quién la engendra? y no se cuida de que sea vana su fatiga,
30 Se endurecen las aguas como piedra 17 porque le negó Dios la sabiduría
y se congela la superficie del abismo. y no le dio parte en la inteligencia;
¿Atarás tú los lazos de las Pléyades 18 pero en cuanto se yergue en alto,
o puedes soltar las ataduras del Orión? se ríe del caballo y del jinete.
32 ¿Eres tú quien a su tiempo hace salir 19 ¿Das tú al caballo la fuerza,
[la corona boreal revistes su cuello de ondulantes crines?
y quien guia a la Osa con sus hijos? 20 ¿Le enseñas tú a saltar como la langosta?
33 ¿Conoces tú las leyes de los cielos Su relincho es fiero y terrible.
y has determinado su influjo sobre la 21 Hiere la tierra con su casco, lánzase
34 ¿Alzas tu voz hasta las nubes, [tierra? sale al encuentro de las armas, [audaz,
>ara que te cubran de copiosas aguas? 22 ríese del miedo, no se empavorece,
J 5 ¿Mandas tú a los relámpagos y van ellos, no retrocede ante la espada,
diciéndote: Henos aquí? 23 cruje sobre él la aljaba,
36 ¿Quién puso sabiduría en el ibis la llama de la lanza y la saeta;
y al gallo quién le dio inteligencia? 24 con estrépito y resoplido sorbe la tierra,
37 ¿Quién dispone las nubes con cuenta y no se contiene al sonido del clarín,
[número 25 Cuando suena la trompeta, dice: ¡Sus!
y quién derrama los odres de los cielos Y huele de lejos la batalla, [batalla
38 cuando se hace una masa el polvo el clamor de los jefes y el tumulto de. la
y se pegan unos a otros los terrones? 26 ¿Se alza a lo alto el azor por tu sabi
39 ¿Eres tú quien proporciona su presa al duría,
y sacia el alma de los leoncillos [león tendiendo sus alas hacia el mediodía?
40 cuando están agazapados en sus cubiles 27 ¿Se remonta por orden tuya el águila
o se ponen en acecho en la espesura? hace su nido en las alturas?
41 ¿Quién prepara su alimento al cuervo I Habita en las rocas y allí pasa la noche,
cuando sus polluelos gritan a Dios en la cresta de las rocas, en lo más
y graznan por falta de comida? 2 9 Acecha desde allí la presa, [abrupto
que de muy lejos descubren sus ojos.
30Soibetean la sangre sus polluelos,
y donde hubiere muertos, allí está ella.
jo b 3 9 -4 1 600
S A L M O S .i
i. El titulo que este libro lleva en el texto masore'tico significa en general cantos,
himnos, salmos, loas, etc. El libro está dividido en cinco. El primero contiene los
salmos 1-41. El segundo, los salmos 42-72. El tercero, los salmos 73-89. El cuarto,
los salmos 90-106, y el quinto, los salmos 107-150.
Probablemente estos cinco libros son otras tantas colecciones de salmos, hechas
en distintas épocas y por distintos autores, como lo prueba el terminar cada una de
ellas con una doxologia final, y principalmente la nota que se halla al fin del segundo
libro (Sal 72): «Aquí terminan los salmos de David, hijo de Jesé»; pues a pesar de
ella son no pocos los salmos que a David atribuyen las inscripciones. Se confirma
este modo de ver por hallarse algunos repetidos en los varios libros, con más o menos
ligeras variaciones. Asi, por ejemplo, 14 —53, y el estar algunos de ellos compuestos
de parte de otros, como, por ejemplo, el salmo 69, que es parte del 39, w. 14-18; el
107, compuesto de fragmentos del 56, w.8-12, y del 59, vv.7-14. Sólo pueden ex
plicarse estos hechos suponiendo que al tiempo en que fué hecha la colección gene
ral gozaban ya de tal prestigio las varias colecciones particulares, que el autor de
aquélla las aceptó cuales eran, sin atreverse a suprimir nada en ellas.
Se confirma esto mismo por el uso sistemático que en los distintos libros se hoce de
los nombres divinos de Yavé y Elohim. En el libro primero aparece generalmente el
SALMOS 602
nombre de Yavé; en el segundo, generalmente el nombre de Elohim; en el tercero,
casi tanto el de Yavé como el de Elohim; en el cuarto, exclusivamente, y en el quinto,
casi exclusivamente, el de Yavé.
2. El libro de los Salmos o Salterio suele llamarse Salterio de David, y asi lo
llamó el Concilio Tridentino; pero esto no quiere decir que sea David el único autor
de todo él, sino que es el principal autor, pues son muchos los salmos que él compuso, y
se le considera como el más eximio de los salmistas de Israel: «Egregius psaltes Israel*
(2 Sam 23,1). Las inscripciones atribuyen a Moisés uno, el 90; a David, sesenta y
cuatro; a Salomón, uno, el 72, según la interpretación que de la inscripción hacen
muchos intérpretes, que, sin embargo, no nos parece la más probable; a Ásaf, levita,
doce; a los coreítas o hijos de Coré, doce; a Etdn, uno, el 89. Los restantes, cincuenta
y nueve, son anónimos— *huérfanos* los llaman los judíos— ; la inscripción, si la
llevan, no indica el autor.El autor de la colección general, según todas las probabili
dades, parece haber sido Esdras.
La época en quefueron escritos los salmos abarca un largo período, que va desde
los comienzos de la monarquía, siglo XI a.C., hasta después de la cautividad babiló
nica, siglo V a.C.; sin que podamos con certeza señalar fechas más recientes para
algunos, como creen ciertos intérpretes, y mucho menos todavía decir que muchos de
éstos sean del tiempo de los Macabeos.
3. Las inscripciones que preceden a tantos salmos, aunque no pueda afirmarse
que sean de los autores, son, sin embargo, antiquísimas, muy anteriores al tiempo en
quefue hecha la versión de los LXX, como lo prueba el hecho de que muchas de ellas
ya eran ininteligibles para los autores de esta versión. Son estas indicacionesdel autor,
del género de la composición, de la melodía a cuyo tenor había de cantarse el salmo, de
los instrumentos músicos con que el canto había de acompañarse, de la tesitura de las
voces y el cantor que había de dirigirlo o personalmente cantarlo. Por desgracia se
perdió entre los judíos la tradición de casi todo cuanto concernía al canto litúrgico,
y hoy muchas de estas indicaciones son, para nosotros, o enteramente indescifrables o
sólo muy problemáticamente conjeturables. Las que se refieren al género de la com
posición distinguen varias clases de salmos: mizmor, higgayon, mictam, sir,masquil.
Qué signifiquen no podemos hoy colegirlo. Los que indican la melodía suelen repetir
la primera o primeras palabras de un canto ya conocido; así, por ejemplo: Mut-
labben, Ajelet-Saar, etc. Indicadoras de los instrumentos hallamos neguinot, ins
trumentos de cuerda; nejilot, instrumentos de aire, etc. Referentes a la tesitura ha
llamos seminit, a la octava; alemot, a voces blancas, voces de doncella, etc. Final
mente se repite muchas veces «del director del canto, de Jedutún», etc., que parecen
indicar quién había de cantarlo o quién había de dirigirlo. Todas estas indicaciones,
si nos fueran ciertamente conocidas, tendrían para nosotros un valor artístico muy
estimable, pero no el valor histórico que tienen las que se refieren al autor del salmo
o a las circunstancias históricas en que fue compuesto.
Además del autor, indican varias inscripciones las circunstancias históricas en
que el salmo fue compuesto. Así, por ejemplo, el 7 lleva la inscripción: «Sigayon de
David, que cantó a Yavé con ocasión de lo de Cus, benjaminita». El 18: «Al maestro
del coro, salmo de David, siervo de Yavé, que dijo las palabras de este canto cuando
le libró Yavé de todos sus enemigos y de la mano de Saúl», etc.
4. La autoridad de estas inscripciones históricas es, como hemos dicho, muy
grande, por su gran antigüedad; no es, sin embargo, del todo decisiva. Como norma
en cuanto a esto, debemos seguir las respuestas dadas por la Comisión Pontificia
Bíblica en 1 de mayo de 1910.
Para apreciar en su justa medida lo que vale para la interpretación de un salmo
el conocimiento de su autor, hemos de tener ante los ojos cuánfrecuente es en la poesía,
sobre todo en la lírica, que el poeta se revista, o revista a la persona a quien canta,
de una vaga personalidad, que trasciende la realidad de la misma y acumule sobre
ella no sólo notas reales de otras, sino también notas ideales a que su mente se eleva.
Así, por ejemplo, nuestro Gabriel y Galán, al cantar al «Ama», ve en ella no sólo las
cualidades de la esposa muerta, de quien generalmente se cree, quizá sin razón, que
603 SALMOS
es la persona cantada en el poema, sino las de otras amas a quienes conoció, y quizá
las de una ama ideal que sólo en su mente tuvo vida. Esto mismo sucede en la lírica
sagrada; y por eso sería desacertado querer interpretar muchos salmos que llevan
una inscripción histórica encerrándose dentro de las circunstancias históricas a que
se refiere la inscripción. El poeta, aunque compusiera sus salmos en las circunstancias
históricas que la inscripción menciona, rompe generalmente ese marco y, elevándose
muy por encima de él, expresa pensamientos y sentimientos que no caben dentro del
mismo.
A esto parece aludir San Juan de la Cruz cuando, en el prólogo de su «Cántico
Espiritual», nos dice que estas canciones fueron compuestas «en amor de abundante
inteligencia mística», y que «los dichos de amor es mejor declararlos en su anchura,
para que cada uno se aproveche según su modo y el caudal de su espíritu, que no
abreviarlos a un sentido a que no se acomode todo paladar». Si además tenemos en
cuenta, como hemos indicado, la ilustración divina de la mente del salmista y el
ambiente mesiánico de que estaba rodeado, se verá la justeza de estas observaciones
acerca del mesianismo de muchos salmos.
5. El orden de los salmos no es ni lógico ni cronológico. Tampoco la numeración
es la misma en los códices hebreos y en las diversas versiones. La Vulgata sigue en
esto a los LXX. El 9 de la Vulgata son el 9 y el 10 en hebreo, y por eso a partir
del 10 la numeración de la Vulgata y el Hebreo se separan, siendo siempre en una uni
dad inferior la numeración de la Vulgata a la del Hebreo: Vulg 10-112, Hebr 11-113.
El 113 de la Vulgata es en Hebreo el 114 y 115, mientras que el 114 y el 115 de la
Vulgata son el 116 en el Hebreo, continuando, por tanto, la numeración de aquélla
en la unidad inferior a la de éste desde el 114-113 Vulgata, itó Hebreo, hasta el
143 Vulgata, 146 Hebreo. El 146 y 147 de la Vulgata son el 147 del Hebreo; por
tanto, se iguala ya la numeración en la una y el otro hasta el fin del Salterio.
Cada uno de los libros lleva al fin una doxología, que viene a equivaler a una ins
cripción, y el conjunto del Salterio termina con el salmo 150, que más que salmo es
propiamente la doxología final de todo el Salterio.
6. El argumento de los salmos es variadísimo. Es todo cuanto puede afectar al
alma sensible de los salmistas: el espectáculo de la naturaleza, la historia de Israel,
algún suceso culminante de esa historia, la lucha continua entre el bien y el mal,
entre los seguidores de Dios y los que viven de espaldas a El, la confianza del justo
en la providencia divina, la confesión humilde de los pecados, la gloria de Dios, su
poder, su sabiduría, etc. Todo esto contemplado a la luz de la revelación divina y
de los destinos divinos de Israel. Como el mesianismo se hallaba tan hondamente
impreso en el alma de los salmistas, en todas partes lo revelan, y en forma varia
dísima, igual que vemos acontece en los profetas.
7. La lucha entre el bien y el mal, entre los fieles de Dios y los impíos, da lugar
a ciertas manifestaciones que necesitan alguna aclaración. Dios en la Ley promete
bendiciones copiosas a los que vivan fieles a su alianza, pero amenaza con gravísimos
castigos a los que de esa alianza se olvidan (Lev 26; Dt 28-30). Aquí se inspiran
los profetas en sus oráculos conminatorios contra los prevaricadores de la Ley o en
las bendiciones que predicen para los tiempos mesiánicos. Estas sanciones son tem
porales, como que iban dirigidas al pueblo.
Ahora bien, cuando los salmistas toman por argumento de sus cantos la lucha
entre el pueblo de Dios, el único que lo conoce y rinde culto, y las naciones idólatras,
que le desconocen y que, confiadas en la ayuda de sus dioses, tratan de esclavizar al
pueblo elegido, los salmistas piden a Dios descargue todos los azotes que en la Ley
conmina sobre los pueblos enemigos de Israel y, por tanto, de Dios. Igual acontece
cuando el salmista pone los ojos en sí mismo y en sus amigos losjustos, amigos también
de Dios, convertidos en blanco de las persecuciones de los impíos. La causa de Dios,
que los justos representan en el mundo, se halla interesada, y los salmistas claman
al cielo pidiendo justicia, una justicia dura como la de la Ley, para que los malvados
sean abatidos y los justos levanten cabeza y se animen a seguir en el servicio de Dios.
Tales plegarias se hallan expresadas con la fuerza y el realismo propios de un poeta
SALMOS 1 604
oriental y no pueden menos de impresionar a las almas educadas en la doctrina evan
gélica. Pero,entendidas a la luz de las precedentes consideraciones, no son sino cla
mores vehementes por el triunfo de la justicia de Dios sobre los impíos, para los cuales,
después que Cristo satisfizo a ¡a divina justicia por todas sus impiedades, no podemos
pedir sino aquella gracia y misericordia que el Salvador nos mereció a todos,
8. De entre los libros de la Sagrada Escritura es el de los Salmos uno de los más
leídos y estimados. Los judíos los sabían de memoria y los cantaban con frecuencia.
En la primitiva Iglesia cristiana sucedía otro tanto. San Cipriano, San Basilio, San
Jerónimo, etc., nos ofrecen testimonios de la universal difusión de los Salmos entre
losfieles de su tiempo, que llegaba hasta el punto de cantarse los salmospor los ocupados
en las faenas agrícolas; no digamos los monjes, una de cuyas principales obligaciones
era aprenderlos todos de memoria. Quizá la principal razón por que no fue recibida
en la Iglesia la versión de los Salmos hecha por San Jerónimo del texto hebreo fue
la gran difusión de la versión antigua entre el pueblofiel, que se habría visto pertur
bado por una tal traducción.
Si, en general, los libros poéticos hebreos son como la flor de toda la divina reve
lación del Antiguo Testamento, mucho más lo son los Salmos. Debería ser este libro
el devocionario de los devocionarios, pues por el hecho mismo de ser inspirado por
Dios podemos decir que es el devocionario que nos ha dado el mismo Dios. Tienen los
Salmos una fuerza singular para excitar en nosotros los más elevados pensamientos,
los más piadosos sentimientos. Son como fragante jardín, en que no falta ninguna
de las flores de las virtudes y abundan los más exquisitos frutos de virtud, piedad y
devoción.
g. Entre las versiones de los Salmos, lo mismo que de todas las Escrituras del
Antiguo Testamento» la más antigua es la Alejandrina o de los L X X . E s, por lo
general, demasiado servil. De ella procede la antigua latina o ítala, que participa,
por tanto,de su principal defecto. De ésta hizo San Jerónimo una primera revisión
o corrección, ajustándola al texto griego de los LXX, y es tradicionalmente conocida
con el nombre de tPsalterium Romanum*. Después hizo una nueva revisión, según el
texto hexaplar de Orígenes, generalmente conocida con el nombre de *Psalterium
Gallicanum, que, fuera de una pequeña parte, es la que figura actualmente en las
ediciones de la Vulgata y en los Breviarios. Finalmente, hizo el santo Doctor una
versión directa del texto hebreo al latín, que, a pesar de algunos lunares, es mucho
mejor que ninguna de las anteriores y sobremanera estimable. Recientemente la
Santa Sede ha dado a la Iglesia una nueva versión latina hecha por los profesores
del Instituto Bíblico. A ella principalmente nos atendremos en la corrección y tra
ducción que ofrecemos a nuestros lectores.
1 1 Este salmo no lleva la inscripción que indique el autor. Es el primero de los «huérfanos».
Canta la bienaventuranza del justo y el desastroso fin del impío. Compara al primero a un
árbol frondoso y fructífero; al segundo, a una paja seca arrebatada por el huracán, cuyo fin será
la perdición. Hay entre la descripción que de la suerte del justo se hace y la que hace Jeremías (17,7)
una intima dependencia, sin que podamos determinar quién depende de quién, si el salmista de
Jeremías o Jeremías del salmista. Los Santos Padres le consideran como introductorio de todo el
Salterio.
605 SALMOS 14
6 Conocer el Señor el camino de los justos es mirarlos con solicita benevolencia y guiarlos por
buen camino.
2 Este salmo es el primero de los mesiánicos. Nos representa el salmista, que, según Act 4,25.
2 es David, a las naciones conjuradas contra el Señor y su Cristo. El Ungido de Yavé es entro
nizado en Sión como Rey universal y amonestados los pueblos a que prudentemente se le sometan.
L a entronización de que aquí se habla se realÍ2Ó en la resurrección de Cristo, según la exégesis de
San Pablo (Act 13,33).
1 Aunque distintos en el texto, los salmos 3 y 4 son uno solo. Muchas razones persuaden de
3 esto. Por el contrarío, no se nos alcanza la razón de que el salmo haya sido dividido en dos.
2 El título indica que el salmo hace referencia a la situación de David cuando hubo de salir
de Jerusalén huyendo de Absalón, su hijo, que se habla levantado contra él. En todo caso expresa
la situación del salmista, rodeado de enemigos, pero que vive tranquilo, porque tiene puesta en Dios
su confianza.
3 L a significación de la palabra Sela no la conocemos con certeza. Lo más probable parece
que es un término que indicaba algo perteneciente a la música litúrgica, o respecto de la alternan
cia de los coros, o de interludios de los instrumentos, o de mayor fuerza que al canto habla de darse.
Quizá con ella se distinguen las estrofas; pero en este caso habría que reconocer que muchas veces
no está puesta en el lugar debido.
1 El salmista se siente rodeado de descontentos que le acusan, mientras él se siente alegre y
4 confiado; por esto se acuesta tranquilo bajo la protección de Dios.
5 Este versículo es obscuro. Los LX X y la Vulgata traducen «irritaos», lo que significa una
perturbación del ánimo, que puede ser de ira o de temor. San Pablo, aludiendo, sin duda, a este
texto, dice: «Si os enojáis, no pequéis ni se ponga el sol sobre vuestra iracundia» (Ef 4,26).
SALMOS 4 - 7 606
7 L a V u l g a t a h a s u g e r id o a a lg u n o s u n a c o m o im p r e s ió n d e la m e n te d i v i n a e n e l a lm a h u m a n a ,
p o r l a c u a l é s ta p a r t i c i p a d e l a n a tu r a le z a in te le c tu a l d e D i o s ; p e r o e l t e x t o h e b r e o n o a p o y a e sta
e x p lic a c ió n . E n la s itu a c ió n e n q u e s e h a lla n , ¿ q u ié n le s m o s t r a r á e l b ie n y lo s s a c a r á a fe liz t é r
m in o ? D i o s h a r á b r i l l a r s o b r e e llo s s u f a z s e r e n a , s e g ú n la b e n d ic ió n d e N ú m 6 ,2 6 . E l v . 8 c o n f ir m a
e s to m is m o .
C 1 E l p o e t a , c o n s c i e n te d e su f i d e lid a d a Y a v é , se p r e s e n t a a n te E l , p o r la m a ñ a n a , m u y c o n -
^ fia d o , p o r q u e s a b e q u e D i o s , s ie n d o ju s t o y a m a n d o l a ju s t ic i a , n o p u e d e d a r b u e n a a c o g i d a
a l im p ío y a l e m b u s te r o . E n la lu c h a q u e e x is t e e n e l m u n d o p id e a l S e ñ o r q u e le a lla n e e l c a m in o ,
lib r á n d o lo d e l a s t e n t a c io n e s y c o n f u n d ie n d o a lo s im p ío s . C o n e s t o a le g r a r á a c u a n t o s e n E l c o n f ía n .
£ 1 E l p r in c ip i o , t a n ju s t o y t a n re p e tid o e n el A n t i g u o T e s t a m e n t o , d e q u e D i o s d a a c a d a u n o
^ s e g ú n s u s o b r a s , e n te n d id o m a t e r ia lm e n t e d a b a o c a s ió n p a r a v e r e n la s e n fe r m e d a d e s y o tro s
m a le s t e m p o r a le s , c o m o lo s d e J o b , u n a s e ñ a l d e l a c ó le r a d i v i n a , d e l a b a n d o n o d e D i o s . T a l e s el
m o t i v o q u e in s p ir a e ste s a lm o , e n q u e el s a lm is ta p id e la s a lu d .
7 1 E l a r g u m e n t o d e e s te s a lm o l o h e m o s d e v e r re p e tid o e n o tr o s m u c h o s . L o s s a lm is ta s , a lm a s
* ju s ta s , a c a s o p r o f e t a s , c o m o Je r e m í a s , y , p o r ta n t o , r e p r e s e n ta n te s d e la c a u s a d e D i o s e n la
tie r r a , s e v e n h e c h o s el b la n c o d e l a s ir a s y p e r s e c u c io n e s d e l m u n d o , e s d e c ir , d e lo s q u e n o s ie n te n
la c a u s a d e D i o s p o r d e ja r s e l l e v a r d e lo s v i c i o s y d e Ja id o la tr ía . E n e s ta s it u a c i ó n p id e n a D i o s q u e
d e fie n d a e n e llo s s u p r o p ia c a u s a . T a l e s s a lm o s a d q u i e r e n u n s e n tid o m e s iá n ic o , c o n s id e r a n d o al
607 SALMOS 7-9
3 N o sea que como león me arrebate al ¡Cóm o cantan los altos cielos su majes
guno el alma I y me desgarre, sin que ha tad!
ya quien me libre. 3 Las bocas mismas de los niños y I de
4 Y avé, mi D ios: si hice yo esto, si hay los que maman | son ya fuerte argumento
crimen en mis manos, contra tus adversarios, | para reducir al
5 Si pagué con mal a quien estaba en paz silencio al enemigo y al perseguidor.
conmigo, | si aun al enemigo le despojé 4 Cuando contemplo los cielos, obra de
sin razón, tus manos, | la luna y las estrellas, que tú
6 Persiga el enemigo mi alma, | alcánce has establecido:
la y échela por tierra, | y arrastre mi glo 3 ¿Qué es el hombre para que de él te
ria por el polvo. acuerdes, | o el hijo del hombre para que
7 Alzate, ioh Y a vé !, en tu ira, | yérguete tú cuides de él?
contra la rabia de mis enemigos | y hazme 6 Y le has hecho poco menor que D ios; |
la justicia que tú mandaste. le has coronado de gloria y de honor. *
8 Rodéate del consejo de las naciones ) 7 L e diste el señorío sobre las obras de
y siéntate en lo alto sobre él. tus manos, | todo lo has puesto debajo de
9 E s Y a vé quien juzga a los pueblos. | sus pies:
Defiende mi causa, ¡oh Y a vé !, según la 8 L as ovejas, tos bueyes, todo juntamen
justicia y la inocencia que hay en mí. te, | y todas las bestias del campo.
10 Acabe de una vez la malicia del im 9 Las aves del cielo, los peces del mar, |
pío, y confirma al justo. | Dios, justo, es todo cuanto corre por los senderos del
cudriñador del corazón y de los riñones. mar.
11 M i escudo es Dios, [ que salva a los ¡Oh Y avé, Señor nuestro, I cuán mag
rectos de corazón. nífico es tu nombre en toda la tierral
12 Dios es justo juez, | cada día los ame
naza con su ira. 9
13 Si no se convierten, afila su espada, |D io s , ju e z s u p re m o , q u e ju z g a y cas
tiende su arco y apunta; tiga a las gentes y a los im p ío s d e
14 Apareja las saetas mortíferas, | sae su p u e b lo
tas que E l enciende.
15 E l que concibió maldad, se preñó de 1 A l maestro del coro. A la muerte del
iniquidad j y pare el fraude. hijo. Salmo de David. *
16 El que cava y ahonda la cisterna, | 2 Alef. Quiero, ¡oh Yavé!, darte gradas
caerá en la hoya que él mismo hizo. con todo mi corazón, 1 cantar tus mara
17 Recaerá sobre su cabeza su maldad, J villas.
y su crimen sobre su misma frente. 3 Alegrarme y regocijarme en ti f y can
18 Y o alabaré a Y avé por su justicia, | tar salmos a tu nombre, ¡oh Altísimo!
cantaré el nombre del Señor Altísimo. 4 Bet. Por haber retrocedido mis ene
migos, | por haber caído y perecido ante
8 tu faz;
5 Por haber tú defendido mi causa y mi
B o n d a d d e D io s al so m e te r al
derecho, | sentándote en tu trono, justo
h o m b r e tod a la cre a ció n juez.
1 A l maestro del coro. En la Getea. Sal 6 Guímel. Reprimiste a las gentes, hi
mo de David. * ciste perecer al impío, | borrando por
2 ¡Oh Yavé, Señor nuestro, cuán mag siempre jamás su nombre.
nifico es tu nombre | en toda la tierra! | 7 Aniquilaste al enemigo, hecho perpe-
f u t u r o M e s í a s c o m o p r in c ip a l r e p r e s e n t a n t e d e e s a c a u s a d e D io s , p o r la c u a l s u f r i ó p e r s e c u c ió n
y h a s t a la m u e r t e m is m a . V i e n e n a s e r e sto s s a lm o s c o m o t ip o s d e lo s v a t ic in io s d e I s a ía s s o b r e e l
S i e r v o d e Y a v é , q u e m u e r e p o r la s a lu d d e l m u n d o .
Q 1 E s e ste s a lm o u n c o m e n t a r io p o é tic o d e l r e la to d e la c r e a c ió n d e l h o m b r e ( G é n 1 , 2 6 ) . E l e -
0 v a n d o el p e n s a m ie n to d e l s a lm is ta h a s t a e l h o m b r e p o r e x c e le n c i a , q u e e s J e s u c r is t o , y e n
q u ie n e l s a lm o se r e a liz a d e u n m o d o m á s a lto y p e r f e c t o , el s a lm o p u e d e c o n s id e r a r s e c o m o
m e s iá n ic o .
6 E l t e x t o le e E l o h i m , D i o s , p u e s , e n e fe c to , D i o s c r e ó a l h o m b r e a s u im a g e n y s e m e ja n z a . 9
1
1 E l s a lm o g e n e l o r ig in a l h e b r e o h a s id o e rr ó n e a m e n te d i v i d i d o e n d o s p o r c o p i s t a s y t r a
9 d u c t o r e s , o r ig in á n d o s e a sí d o s s a lm o s , 9 y 1 0 . Q u e s o n re a lm e n t e u n o s o lo l o p r u e b a la s u c e s ió n
d e lo s c a r a c t e r e s a lf a b é t ic o s h e b r e o s e n s u o r d e n e n a m b o s s a lm o s , p u e s é s te e s e l p r i m e r s a lm o
a lfa b é t ic o . D e a q u í a r r a n c a la d i v e r g e n c i a e n l a n u m e r a c i ó n d e lo s s a lm o s e n t r e e l t e x t o h e b r e o ,
d e u n a p a r t e , y el g r i e g o y e l la tin o , d e o t r a , c o m o a d v e r t im o s e n 1 (Introducción al Salterio. E n la
n u m e r a c i ó n , V . s ig n if ic a V u l g a t a ) .
E l s a lm is t a c o n t e m p la a D i o s , R e y d e lo s s ig lo s , q u e d e s d e s u a lt o t r o n o g o b ie r n a la h u m a n id a d .
E m p i e z a p o r d a r le g r a c ia s p o r l a v i c t o r i a o t o r g a d a a I s r a e l s o b r e la s n a c io n e s q u e fu e r o n c o g id a s
e n s u s p r o p io s la z o s , y p id e a l S e ñ o r a c a b e l a o b r a c o m e n z a d a . L o s im p ío s p r e s u m e n t o d a v ía d e
si, h a b la n c o n d e s d é n d e l S e ñ o r , p e r s ig u e n a lo s b u e n o s y a lo s d é b i l e s ; p o r e s o e l s a lm is t a ru e g a
a Y a v é q u e h a g a o s te n ta c ió n d e s u p o d e r c o n t r a e llo s .
SALMOS 9 -1 1 608
tua ruina; | destruiste las ciudades: pere quien me mueva, j siempre seré feliz, jamás
ció la memoria de ellos* infortunado!»
8 He. Asiéntase Y a vé en su trono, fir 7 Pe. Su boca está llena de fraude y de
me por toda la eternidad; | establemente engaño; | lleva bajo su lengua la vejación
fundó su trono para juzgar. y la opresión.
9 Para regir justamente el orbe de la tie 8 Siéntase al acecho en las aldeas, en
rra, | para gobernar con equidad. sus guaridas, para devorar al inocente; |
10 Vau. Para que sea Y a vé el asilo del Ayin. Acechan al pobre sus ojos,
oprimido, | asilo al tiempo de la cala 9 e insidian en lo escondido, como león
midad; en la madriguera,
11 Para que confíen en E l cuantos cono para cogerle, para coger al miserable |
cen su nombre, I pues no abandonas, ¡oh y enredarle en sus redes.
Y a vé !, a los que te buscan. 10 Sade. L e espía y se arroja sobre él, |
1 2 Zain. Cantad a Y avé, que mora en y caen los infelices en sus garras;
Sión ; | contad a los pueblos sus grandes 11 Y dice en su corazón: «¡N o se acuer
portentos. da Dios, | ha escondido su rostro, no ve
13 Pues acordóse, vengador, de la sangre nada!»
de aquéllos derramada, | y no se olvida de 12 Qof. ¡Alzate, Señor Dios! ¡Alza tu
los clamores de los oprimidos. mano, | no te olvides de los desvalidos.
14 Jet. Acuérdate, Y a vé , de m í; | mírame 13 ¿Cómo puede el impío despreciar a
reducido por mis enemigos a la angustia y Dios | y decir en su corazón que no cas
sácame de las puertas de la muerte. tigas?
15 Para poder cantar tus alabanzas en í4 Res. T ú lo ves, porque miras las pe
las puertas de la hija de Sión | y regocijar nas y los trabajos | para retribuir con tu
me por tu salvador auxilio. mano. | A ti se te confía el miserable, | tú
16 Tet. Cayeron las gentes en la hoya eres el auxilio del huérfano.
que ellos mismos excavaron, | enredáron 15Sin. Quebranta el brazo del impío, |
se sus pies en la red que oculta tendieron. castiga la impiedad del malvado, | que no
17 Mostróse Y avé, dio su juicio, | y que pueda más ser hallada.
dó preso el impío en la obra misma de sus 16 E s Y a v é rey de los siglos eternos, 1
manos. (Higgayón. Sela.) las gentes han sido barridas de su tierra.
18 Y o d . Caerán los impíos en el sepul 17 Tau. T ú , ¡oh Y avé!, oyes las preces
cro, | todas las gentes que no se acuerdan del humilde, | fortaleces su corazón, le
de Dios. das oídos.
19 Alzate, ¡oh Ya vé !, no prevalezca el 18 Y defiendes el derecho del huérfano
hombre, | sean juzgadas ante él todas las y del oprimido, I para que no se atreva a
gentes. ensoberbecerse el hombre en la tierra.
20 Caf. Que no ha de ser dado el po
bre a perpetuo olvido, | no ha de ser por 11 (V . 10)
siempre fallida la esperanza del mísero.
A b s o lu ta co n fia n za d el ju sto en
21 ¡Oh Yavé! Arroja sobre ellos el te
rror, | sepan las gentes que son hombres. el S e ñ o r
1 A l maestro del coro. D e David.
io Y o confío en Y avé. | ¿Cóm o, pues, me
1 Lámed. ¿Por qué, ¡oh Y a vé !, te man decís: «Vuélvete, pájaro, a tu m onte»?*
tienes tan alejado, | y te escondes al tiem 2 Tienden los impíos su arco, | ajustan
po de la calamidad, a la cuerda sus saetas, | para asaetear en lo
2 Y por la soberbia del impío son con oculto a los rectos de corazón.
sumidos los infelices | cogidos en los la 3 Si los fundamentos se destruyen, |
zos que les tienden? ¿qué podrá hacer el justo?
3 Mem. Gloríase el malvado en la am 4Está Y a vé en su santo palacio; | tiene
bición de su alma, | y el avaro se aparta Y avé en los cielos su trono; | ven sus
de Y avé con desprecio; ojos, | y sus párpados escudriñan a los
4 Y dice el soberbio en su fatuidad: hijos de los hombres.
«¡N o atiende! | N o hay Dios». Estos son 5 Y avé prueba al justo y al impío, | y
sus pensamientos. su alma aborrece al que ama la violencia.
5 Nun. Siempre son perversos sus ca 6 Lloverá sobre los impíos carbones en
minos, | son para él tus juicios muy leja cendidos; | fuego y azufre, huracanado
nos en la altura, I a cuantos se le oponen torbellino, será la parte de su cáliz.
pretende apartarlos con su soplo. 7 Porque justo es Y a vé y ama lo jus
6 Y se dice en su corazón: «¡N o hay to, | y los rectos verán su benigna faz.
1 Hermoso salmo, que nos declara cómo la santidad de vida es la condición piara poder
15 acercarse al Dios santo.
Nácar-Colunea 20
SALMOS 1 6 1 8 610
■I £ 1 El salmista, tomando la persona del Mesías, ora al Señor y expresa su firme confianza de
■ w que le librará del poder de la muerte y le hará conocer los caminos de la vida eterna. Los
apóstoles lo ritan como vaticinio de la resurrección del Mesías (Act 2,25 ss.; 13,35).
n 1 El salmista se nos presenta rodeado de impíos, que pretenden acabar con él, y en este
aprieto recurre a Dios en demanda de auxilio.
| Q 1 Este salmo se lee también en 2 Sam 22. Como lo dice el título, fue compuesto por el Real
1 0 Profeta cuando ya se vio libre de todos sus enemigos. Es digna de notarse en él la forma
en que Dios se aparece, envuelto en una tempestad. La descripción de la teofanía es enteramente
de estilo apocalíptico, y de ella han tomado no pocos elementos descriptivos los autores posteriores.
611 SALMOS 1 8 -1 9
■| A i Este salmo consta evidentemente de dos partes. La primera habla de los cielos; la segun-
* ^ da, de la Ley. La misma traducción deja ver claramente la diferencia de metro entre una
SALMOS 1 9 -2 1 612
y otra. Disputan los autores si se trata de dos salmos unidos en uno o de uno solo dividido en dos
partes. En este último caso, la primera parte sería como el elemento de comparación para la segunda,
OA 1 Los salmistas nos presentan a Dios morando en el templo y reinando desde allí sobre su
pueblo; por esto piden que proteja al rey desde Sión y le dé la victoria.
0 1 1 Es uno de los muchos regios. El rey de Israel es un rey teocrático, instituido por Dios,
* 1 encargado de una misión, divina y sujeto de las promesas mesiánícas hechas a David y a su
descendencia; por esto es fácil ver en estos salmos un sentido más alto que el histórico, en que el
autor se eleva hasta «el hijo de David», corona de la dinastía davídica.
613 SALMOS 21-23
n {Alzate, Yavé, en tu fortaleza! | Que 14 Se han repartido mis vestidos I y
podamos en himnos y salmos cantar tu echan suertes sobre mi túnica.
poderío. 20 Tú, pues, ¡oh Y avé!, no retrases tu
22 (V. 2l) socorro; | apresúrate a venir en mi au
xilio.
Q u e ja s d el ju sto p e rse g u id o y a c c ió n
2Í Libra mi alma de la espada, I y mi
d e g ra cia s p o r la lib e ra c ió n vida del poder de los perros;
1 A l maestro del coro. Sobre la cierva 22 Sálvame de la boca del león, | a este
de la aurora. Salmo de David. * miserable de los cuernos de los búfalos.
2 ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has 23 Que pueda yo hablar de tu nombre a
desamparado? | Lejos están de la salva mis hermanos | y ensalzarte en medio de
ción mis rugidos. la congregación.
3 ¡Dios míol, clamo de día, y no me res 24 ¡Los que temáis a Yavé, alabadlel |
pondes; | de noche, y no hallo remedio. ¡Descendencia toda de Jacob, glorificad
4 Con todo, tú eres el Santo, | tú habitas le! | ¡Reverenciadle todos los descendien
entre las alabanzas de Israel. tes de Israel!
5 En ti esperaron nuestros padres; ! es 25 Porque no desdeñó ni despreció la
peraron, v tú los libraste. miseria del misero, | ni apartó de él su
6 A ti clamaron, y fueron salvados; | en rostro, | antes oyó al que imploraba su so
ti confiaron, y no fueron confundidos. corro.
7 Verdad que yo soy un gusano, no un 26 Por tu favor resonarán mis himnos
hombre; | el oprobio de los hombres y el en la numerosa congregación, I y cumpli
desprecio del pueblo. ré mis votos ante los que te temen.
8 Búrlanse de mí cuantos me ven, I 27 Comerán los pobres, y se saciarán, |
abren los labios y mueven la cabeza. y alabarán a Y a vé los que le buscan. |
9 «Se encomendó a Y avé— dicen— ; lí «Viva vuestro corazón siempre».
brele El, | sálvele E l, pues dice que le es 28 Se acordarán, y se convertirán a Y a
grato». vé todos los confines de la tierra, | y se pos
10 Y es verdad, tú eres mi esperanza des trarán delante de El todas las familias de
de el útero, | mi seguro refugio desde el las gentes.
seno de mi madre. 29 Porque de Y a vé es el reino, i y El
11 Desde mi nacimiento fui entregado a dominará a las gentes.
ti, | desde que colgaba de los pechos de mi 30 Comerán y se regocijarán ante E l to
madre; tú eres mi Dios. dos los grandes de la tierra; | se curvarán
12 N o te apartes de mi, que se acerca el los que al polvo cayeron. M i alma vivirá
peligro; | ven en mi ayuda, que a nadie para El.
tengo que me socorra. 31 M i posteridad te servirá, | hablará de
tí Rodéanme toros en gran número; I Y a vé a las generaciones venideras;
cércanme novillos de Basán. 32 Y predicarán tu justicia al pueblo
14 Abren sus bocas contra mi | cual león que ha de nacer. | Esto es obra de Y avé.
rapaz y rugiente.
15 M e derramo como agua; | todos mis 2 3 (V . 22)
huesos están dislocados. | Mi corazón es D io s , p a sto r d el ju sto
como cera | que se derrite dentro de mis
entrañas. 1 Salmo de David.
16 Seco está como un tejón mi paladar, | & Y avé mi pastor; nada me falta. *
mi lengua está pegada a las fauces | y me 2 M e pone en verdes pastos | y me lleva
has echado al polvo de la muerte. a frescas aguas.
17 M e rodean como perros, | me cerca 3 Recrea mi alma | y me guía por las
una turba de malvados, | han taladrado rectas sendas, | por amor de su nombre.
mis manos y mis pies, 4 Aunque haya de pasar por un valle
18 puedo contar todos mis huesos. | tenebroso, | no temo mal alguno, porque
Pero ellos me miran, me contemplan con tú estás conmigo. | T u clava y tu cayado
gozo. son mi consuelo.
22 1 Lo que del salmo 7 dejamos dicho tiene especialfsima aplicación a éste, en que los
“ padecimientos del salmista son más atroces y la paciencia con que los sufre perfecta, sin una
palabra en que pida el castigo de sus perseguidores. Es el que más de cerca preludia al «Siervo de
Yavé», del que se diferencia, sin embargo, en que aquí no muere y en que el resultado de su salva
ción es la alegría de los justos por verle salvo y triunfante en él la causa de Dios, que es también
la de ellos mismos, mientras que en el «Siervo de Yavé» su muerte por los pecados de todos es la
redención del mundo (Is 52,13-53,12).
2 Q 1 Siendo la vida pastoril tan conocida en Israel, es natural que los profetas y salmistas den
" ^ a Dios el nombre de Pastor del pueblo, o de los fieles de él. Además, los rectores del pueblo
son llamados sus pastores, y, por tanto, Yavé es su Pastor supremo (cf. Jer 23,1 ss.; Ez 34,1 ss.;
Zac 11,4 ss.; Jn 11,14 ss.).
salm os 23-25 614
5 T ú pones ante mí ana mesa» ] enfrente porque tú eres mi D ios, mi salvador, ) y
de mis enemigos. | H as derramado el óleo en ti espero siempre. *
sobre mi cabeza, | y mi cáliz rebosa. 6 Zain. Acuérdate, ¡oh Y a vé!, de tus
6 Sólo bondad y benevolencia me acom misericordias, | de tus gracias, que son
pañan J todos los días de mi vida, | y es imperecederas.
taré en la casa de Y a vé | por muy largos 7 Jet. N o te acuerdes de los pecados de
años. mi mocedad y de mis faltas; | acuérdate
de mí conforme a tu misericordia | y se
24 (V. 23) gún tu bondad, ¡oh Y a vé!
C a n to pro cesio n al 8 Tet. Bueno y recto es Yavé, | por eso
señala a los errados el camino.
1 Salmo de David. 9Y o d . Y guía a los humildes por la
D e Y a vé es la tierra y cuanto la llena, | justicia I y adoctrina a los mansos en sus
el orbe de la tierra y cuantos le habitan; * sendas.
2 Pues E l es quien lo fundó sobre los 10 C af. Todas las sendas de Y a vé son
mares, | y sobre las olas lo estableció. misericordia y verdad | para los que guar
3¿Quién subirá al monte de Y avé, ( se dan su pacto y sus mandamientos.
estará en su lugar santo? 11 Lámed. Por la gloría de tu nombre,
4 El de limpias manos y puro corazón, | ¡oh Y a vé !, | perdona mis culpas, que son
el que no lleva su alma al fraude | y no jura grandes. *
con mentira. 12 Mem. ¿Quién es el hombre temeroso
5 Ese alcanza de Y avé bendición | y jus de D ios? ( El le enseñará el camino que
ticia de Dios, su salvador. ha de seguir.
6 Ésa es la raza de los que le buscan, | 13 Nun. Su alma vivirá feliz | y su des
de los que buscan el rostro del Dios de Ja cendencia poseerá la tierra.
cob. (Sela.) 14 Sámec. Y a vé descubre sus secretos a •
? Alzad, ¡oh puertas!, vuestras frentes; | los que le temen | y les da a conocer sU
alzaos más, ¡oh antiguas entradas!, I que alianza.
va a entrar el R ey de la gloria. 15 Ayin. M is ojos siempre están en Y a
8 ¿Quién es ese Rey de la gloria? | E s vé, | porque E l es quien saca mis pies de
Yá vé , el fuerte, el poderoso; | es Y a v é po la red.
deroso en la batalla. 16 Pe. Vuélvete a mi y ten de mi pie
9 Alzad, ¡oh puertas!, vuestras frentes; | dad, | que estoy solo y afligido.
alzaos más, ¡oh antiguas entradas! | Que 17 Sade. Ensancha mi angustiado cora
va a entrar el Rey de la gloria. zón | y sácame de mis estrechuras.
10 ¿Quién es ese Rey de la gloria? | Es i 8 Qof. M ira mi pena y mi miseria | y
Y avé Sebaot; | E l es el R ey de la gloria. perdona todos mis pecados.
(Sela.)* 19 Res. M ira cuán numerosos son mis
enemigos, | que me odian con un odio
25 (V. 24) feroz.
C o n fia n z a d el ju sto en el S e ñ o r 20 Sin. Guarda mi vida y sálvame, I no
me vea confundido de haber acudido a ti.
1 D e David. * 21 Tau. N o me abandonen la integridad
2 Alef. A ti atzo mi alma, | Ya vé , mi y la rectitud, | pues que en ti espero, Yavé.
Dios, j Bet. En ti confío, no sea confun 22 Libra, ¡oh Dios!, a Israel | de todas
dido, | no se gocen de mí mis enemigos. sus tribulaciones.
3 Guímel. N o ; quien espera en ti, no es
confundido; | confundido el que en balde
se rebela contra ti.
4Dálet. Muéstrame, Joh Y a vé !, tus ca
minos; | adiéstrame en tus sendas.
5He. Guíame en tu verdad y enséñame, I
OA 1 Cuando el Señor sacó a Israel de Egipto y le condujo por el desierto hasta la tierra de
Canán, El mismo fue su guía, que por medio de un ángel, y simbolizado por la nube, iba
a la cabeza del pueblo (Ex 14,19; 23,20). Así los fíeles que venían en peregrinación a Jerusalén y
en la explanada del templo hacían procesiones como la de Neh 12,27.43, se representan al Señor
caminando a su cabeza y entrando en el templo delante de ellos.
10 Algunos modernos expositores de los salmos querrían poner el salmo 15 a continuación
del 24 y formando un solo salmo con él.
O I ! 1 Con gran sosiego y placidez, como quien todo lo confía a la bondad de Dios, el salmista
levanta a El su alma, pidiéndole perdón de sus pecados, que no sea por ellos confundido y
que al mismo tiempo le libre de toda angustia y de las molestias de sus enemigos.
3 Falta en el texto el verso que corresponde a la letra vau.
11 Las causas que a Dios mueven a perdonar y tener misericordia no son extrañas a El mismo;
son, en suma, la gloria de su nombre.
615 salm os 2 6 -2 8
1 El salmista nos representa a un justo cuidadoso de servir al Señor y que vive en lucha con
™y los impíos. Por esto pide a Dios que salga por su causa.
7 7 1 En este salmo, que expresa la gran confianza del salmista en su Dios, algunos autores
“ ■ modernos quieren ver dos salmos: el uno (1-6), que canta esta confianza en que desafía a
sus enemigos; el otro (7-14), que nos revela el estado de angustia en que los enemigos le tienen puesto.
4 Este versículo nos muestra cuánta parte ocupaba en la vida religiosa de Israel el templo de
Jerusalén. Los justos, llenos de fe de la presencia de Dios en su morada, no tienen otro placer que
asistir a ella y a las solemnidades de su culto.
O Q 1 A la súplica por que Dios le salve y no le deje perecer con los malvados sigue la acción
A O de gracias del que se cree escuchado. Los postreros versículos extienden la oración y piden
por el rey y por la salud de su pueblo. No faltan autores que quieran ver aquí dos salmos: 1-5 y 6-g.
SALMOS 2 8 -S 1 616
OQ 1 Bellísimo salmo, en que se revela Yavé en medio de la tempestad como Rey eterno, que
^ desde el cielo bendice a su pueblo y le colma de paz.
OA 2 La enfermedad, como cualquier otro mal que pueda venir sobre el hombre, sería una
señal de la cólera de Dios. Oyendo el Señor la oración del salmista, no sólo le libra de aquel
mal, sino también de los escarnios de los impíos, que se alegraban de verle humillado y confundido
por su Dios.
0*1 1 Recordemos a Job acusado por sus amigos; con más razón el salmista puede temer su con-
** * fusión ante Jas acusaciones y los escarnios de sus enemigos al verle afligido y como herido
por la mano de Dios.
617 SALMOS 3 1 - 3 3
sericordia, | pues has visto mi aflicción | santos; | a los fieles conserva Yavé, | y
y en las angustias salvaste mi alma. paga con usura a los soberbios.
9 N o me entregaste en manos del ene 23 Esforzaos y fortaleced vuestro cora
migo, | pusiste mis pies en anchura. zón I todos cuantos esperáis en Yavé.
1° Ten piedad de mí, |oh Y a vé !, | por
que estoy en tribulación; | la tristeza 32 (V. 31)
consume mis ojos, I mi alma y mis en C on fesión d e los pecad os y acción
trañas.
U Sí, mi vida se gasta en el dolor, | y
de gracias por el perdón
mis años en gemidos. [ M i vigor enfla 1 D e David. Masquil.
quece por la tribulación, | y se consu ¡Bienaventurado aquel a quien le ha
men mis huesos. sido perdonado su pecado, | a quien le
12 Soy el oprobio de todos mis perse ha sido remitida su iniquidad! *
guidores, | objeto de terror para mis 2 ¡Bienaventurado aquel a quien no
vecinos | y de espanto para cuantos me imputa Y a vé la iniquidad j y en cuya
conocen; | todos los que me ven huyen alma no hay mentira!
de mí. 3 Mientras callé, consumíanse mis hue
Com o muerto he sido borrado de sos, | con mi gemir durante todo el día,
todos los corazones | y parezco una 4 Pues dia y noche tu mano pesaba
vasija rota. sobre mi, | y tornóse mi vigor en seque
14 Oigo el murmurar de muchos, | es dades de estío. (Sela.)
panto por todas partes, j cuando a una 5Pero te confesé mi pecado | y te
se confabulan contra mí | y traman arre descubrí mi iniquidad. | D ije: «Confesa
batarme la vida. ré a Y a vé mi pecado», | y tú perdonaste
15 Pero yo confío en ti, ¡oh Y avé! | Y o mi iniquidad. (Sela.)
digo: Tú eres mi Dios, 6 Por eso te invocarán todos los pia
ló E n tus manos están mis días; I lí dosos al tiempo propicio, | y la inunda
brame de la mano de mis enemigos y ción de las copiosas aguas no llegará a
de mis perseguidores. ellos.
1 7H az resplandecer tu faz sobre tu sier 7Tú eres mi asilo, tú me preservas de
vo | y sálvame en tu misericordia * la adversidad | y me rodeas de cantos
18 Y avé, que no sea yo confundido, de liberación. (Sela.)
pues te invoco; j confundidos sean los 8 « Y o te haré saber y te enseñaré el
malvados y que mudos bajen al sepul camino que debes seguir; | seré tu con
cro ; * sejero, y estarán mis ojos sobre ti.
19 Que callen para siempre los labios 9N o seas sin entendimiento, como el
mentirosos, | que, soberbios y despec caballo y el mulo, | a los que pones bri
tivos, | lanzan insolencias contra el justo. da y freno, | porque si no, no se acer
20¡Q ué grande es, oh Y avé, la mise can a ti.»
ricordia | que guardas para los que te 10 M uchos son los dolores del impío, |
temen, | que a la vista de todos | haces pero la misericordia ceñirá al que espera
a los que en ti confian! en Y avé.
21 T ú haces de tu presencia su defensa | 11 Alegraos en Y avé, regocijaos, ¡oh
contra la crueldad de los hombres, | y justos!; | saltad de gozo todos los rectos
como en un tabernáculo los pones a cu de corazón.
bierto | de los azotes de las lenguas.
22 ¡Bendito sea Yavé, que en mí hace 33 (V. 3 2 )
admirable su misericordia | como ciu Alabanza del poder y la providencia
dad fortificada!
del Señor
23 Y o , en mi turbación, había ya di
cho: | H e sido arrojado de ante tus t ¡Alegraos, justos, en Y a vé! | Bien está
ojos; | pero tú has oído mi voz supli a los rectos la alabanza.*
cante | cuando a ti clamé. 2 Cantad a Y a v é con la cítara, | en
24A m ad a Y a v é vosotros todos, sus salzadle con el arpa de diez cuerdas.
17 Haz resplandecer sobre mi tu rostro y devuélveme la alegría y la paz (Sal 4.7 ; Núm 6,25-26).
*8 El justo, fiel a su Dios, ve enfrente de si a los malvados, enemigos de Yavé, que se burlan
de él y de lo que él representa, que es la causa de Dios. El salmista pide a Dios que salga por la causa
suya y la de sus fieles, castigando a los impíos según su justicia.
O O 1 £1 salmista se congratula de haber obtenido el perdón de su pecado cuando se lo confesó
a Yavé, lo que debe ser una lección para todos y un argumento de la bondad de Dios, que
se constituye en maestro del hombre si éste se le muestra dócil.
O O 1 El salmista invita a alabar a Yavé, omnipotente, que hace fracasar los planes de las na-
dones contra su pueblo, el cual por esto puede vivir en seguridad bajo la mirada y la pro
tección de Yavé, que desde lo alto de los cielos contempla la conducta de los hombres.
SALMOS 3 3 - 3 4 618
3 Cantadle un canto nuevo | y tañed 3 Bet. En Y a vé se gloriará mi alma,
bien a una con júbilo la lira. lo oirán los justos y se alegrarán.
4 Porque es recta la palabra de Y a vé | y 4 Guímel. ¡Cantad conmigo la grande*
toda su obra es obra de verdad. za de Yavé! j ¡Ensalcemos a una su nom
3 £ 1 ama la justicia y el derecho, | bre! y
de la misericordia de Y a vé está llena la 5 D áleL Y o he buscado a Yavé, y El
tierra. me ha escuchado, | librándome de to
6 Por la palabra de Y avé fueron he dos mis terrores.
chos los cielos, | y todo su ejército por 6 He. Volveos todos a El, y seréis
el aliento de su boca. alumbrados | y no cubrirá el oprobio
7 E l reúne como en odre las aguas del vuestros rostros.
mar | y hace de los abismos como es 7 Zain. M iró el desvalido a Y a vé, y E l
tanques. le escuchó, | y le salvó de todas sus an
8 Tema a Y avé toda la tierra, | téman gustias.
le todos los habitantes del universo; « Je t. Acam pa el ángel de Y a vé | en
9 Porque dijo El, y fue hecho; | man derredor de los que le temen, y los salva
dó, y así fue. del peligro.
19 Anula Yavé el consejo de las gen 9 Tet. Gustad y ved cuán bueno es Y a
tes | y frustra las maquinaciones de los vé; | bienaventurado el hombre que se
pueblos. acoge a E l!
11 E l consejo de Y a v é permanece por 10 Yo d . Temed a Y a vé vosotros sus
la eternidad; | los designios de su cora santos, ) pues nada falta a los que le
zón, por todas las generaciones. temen.
12 ¡Venturoso el pueblo cuyo D ios es 11 C af. Empobrecen los ricos, y en la
Y avé, ! el pueblo que E l se eligió por he penuria pasan hambre; ( pero a los que
redad! buscan a Y avé no les falta bien alguno.
13 M ira Y a vé desde los cielos, | y ve 1 2 Lámed. Venid, hijos, oídme, | y os
a todos los hijos de los hombres. enseñaré el temor de Yavé.
34 Desde la morada en que se asienta 1 33 M em . ¿Quién es él hombre que ama
ve a todos los habitantes de la tierra. la vida | y desea ver días felices?
15 E s E l quien ha hecho todos los co 14 Nun. Pues preserva del mal tu len
razones | y conoce a fondo todas sus gua, | y tus labios de palabras mentirosas.
obras. 15 Sámec. Aléjate del mal y haz el bien, |
16 N o es la muchedumbre de los ejér busca y persigue la paz.
citos la que salva al rey, | ni se salva el 16 Ayin. Los ojos de Y a vé están sobre
guerrero por su gran robustez. los justos, | y sus oídos atentos a sus cla
17 Vano es para la salvación el caba mores.
llo; | su gran vigor no librará al jinete. 17 Pe. L a faz de Y a vé está contra los
18 Están los ojos de Y a v é sobre los que hacen el mal | para honrar de la
que le temen, | sobre los que esperan tierra su memoria.
en su misericordia, 18 Sade. Clamaron los justos, y Y a vé los
19 Para salvar sus almas de la muer oyó | y los libró de todas sus angustias.
te, | para nutrirlas en tiempo de hambre. 19 Qof. Está Y a vé vecino a los de cora
29 Nuestra alma confia en Y a v é ; | Ezón l contrito, | salva a los afligidos de
es nuestro auxilio y nuestro escudo. espíritu.
21 E n E l se regocija nuestro corazón, | 20 Res. M uchas son las aflicciones del
en su santo nombre está nuestra confianza. justo, | pero de todas le libra Yavé.
22 Sea, ¡oh Ya vé !, sobre nosotros tu 21 Sin. Tom a a su cuidado todos sus
misericordia, | como esperamos an ti» huesos, | y ni uno solo de ellos será roto.
22Tau. L a desgracia matará al impío, |
y los que aborrecen al justo serán des
34 (V. 33) truidos.
A la b a n z a d e D io s , p ro te c to r d e l 23 Y a vé redime el alma de sus siervos, |
ju sto y cuantos en él confían no serán casti
gados.
l D e D avid. Cuando s• fingió loco ante
Abimelec, que le echó de si, pudiendo
así escapar. *
2 Alef. Y o bendeciré siempre a Y a
vé, | su alabanza estará siempre en mi
boca.O I
0 7 1 El problema de la existencia del mal en el mundo y las razones del gobierno divino, bajo
^ * el cual se ve con frecuencia padecer a los justos y prosperar a los malvados, inquietaba gran
demente a los autores del Antiguo Testamento, a quienes aún no había sido revelado el misterio
de la cruz y de la resurrección de Cristo. No obstante, el verso 18 expresa abiertamente la apro
bación divina a la conducta de los justos y lo eterno de su recompensa.
12 El salmista nos describe en esta larga estrofa (12-22) la suerte desdichada de los impíos, y
prosigue en las siguientes (23-34) pintándonos la amorosa providencia con que Dios vela sobre
loe justos.
621 sa lm o s 37-39
poseas la tierra, | y gozarás a la vista te | y en cuya boca no hay respuesta.
del exterminio de los impíos. 16 Porque es en ti, ioh Y avé!, en quien
35 Res. H e visto al impío altamente confío, | y serás tú quien por mí respon
ensalzado I y extenderse como árbol vi- das, | ¡Yavé, D ios mío!
N goroso. * 17 Pero te d igo : «Que no se gocen en
\ 36 Pero pasé de nuevo, y ya no era ; | le mi mal | y no se engrían contra mí cuando
'.busqué, y no le hallé. resbale mi pie».
37 Sin. Considera al recto y mira al 18 M ira que estoy para caer, | tengo
justo, | y verás que su ñn es feliz. siempre a mis ojos mi maldad.
38 Lo s impíos, por el contrario, serán 19Pues yo confieso mi culpa | y que peno
exterminados; | la posteridad de los mal mi pecado.
vados será tronchada. 20 Pero viven y son fuertes mis enemi
39 Tau. D e Y a vé viene la salvación de gos | y se multiplican los que injusta
los justos, | es su refugio al tiempo de la mente me odian;
adversidad. 21 Y los que vuelven mal por bien | me
40 Y a v é los socorre y los libra; I del hostigan por seguir el bien.
impío los libra y los salva, | porque se 22 N o me abandones, ¡oh Y a v é !; | no
acogen a El. te estés alejado de mí, ¡Dios mío!
23 ¡Corre en mi auxilio! i ¡Señor mío,
3» (V. 37)
mi salud!
Oración de un pecador arrepentido
39 (V. 38)
1 Salmo de D avid. Para memoria. * Deprecación del justo atribulado
2 N o me castigues, Y avé, en tu furor, |
no me corrijas en tu ira. 1 A l maestro del coro. D eldutún. Salmo
3 Que tus saetas han penetrado en mí | de David. *
y pesa gravemente sobre mí tu mano. 2 Y o me dije: Atenderé a mis caminos |
4N ada hay sano en mi carne a causa para no pecar con mi lengua; | pondré un
de tu ira ; | nada íntegro en mis huesos a freno a mi boca | mientras tenga al impío
causa de mi pecado. frente a mí.
5 Pasan por encima de mi cabeza mi» 3 Quedé silencioso, m udo; callé aun el
iniquidades, j pesan sobre mí como pesada bien; | pero mi dolor se exacerbaba.
carga. 4M e ardía el corazón dentro del pecho; |
6 Hedionda podre supuran mis llagas | se encendía el fuego en mi meditación, j
a causa de mi locura. y prorrumpí con mi lengua:
7V o y encorvado y en gran manera hu 5Dame a conocer, ¡oh Y a vé!, mi fin |
millado, | todo el día en luto; y cuál sea la medida de mis días; | que
8 Porque están mis huesos abrasados, | sepa cuán caduco soy.
y no hay en mi carne parte sana. 6 H as reducido a un palmo mis días, |
9Estoy desfallecido y sobremanera aca y mi existencia delante de ti es la nada; j
bado, | y la conmoción en mi corazón me no dura más que un soplo todo hombre.
hace rugir. (Sela.)
10 M is deseos, ioh Y a vé !, ante ti están, | 7 Muévese el hombre cual un fantasma, |
y no se te ocultan mis gemidos. por un soplo solamente se afana; j amon
11 Está lleno de congoja mi corazón, me tona sin saber para quién.
faltan las fuerzas, | y aun la misma luz 8 ¿Qué podría yo entonces esperar, oh
de mis ojos me abandona. Y a vé ? | Pero está en ti mi esperanza.
12 M is amigos y mis compañeros se 9Líbrame de todas mis iniquidades, |
alejan por mis llagas, | y mis vecinos se no me hagas el escarnio del malvado.
quedan lejos. 10 Enmudezco, no abro mi boca, | pero
13 Tiéndenme lazos los que buscan mi sé que tú lo haces.
vida | y me amenazan los que desean mi 11 Desvía de mí tu azote, | que el rigor
ruina; | todo el día están maquinando de tu mano me consume.
engaños. 12 Tú vengas con castigos la iniquidad
14Y o hago que no oigo, como sordo, | del hombre | y destruyes su soberbia como
y como mudo no abro la boca. la polilla; cierto que todo hombre es un
15 Soy como hombre que no sien- soplo. (Sela.)
35 Esta última estrofa es la suma de todo el salmo: los impíos perecerán; los justos tienen en
Dios asegurada su salvación.
OO 1 El salmista padece una grave enfermedad, que él mismo tiene por pena de sus pecados,
los cuales con humildad confiesa a Dios. Lejos de compadecerse, sus amigos y compañeros
le escarnecen y le tienden lazos. En el silencio se encomienda a Dios, pidiéndole que le libre y no
le deje caer en manos de sus enemigos ni permita que se regocijen viendo su ruina.
O Q 1 Como Job sentado en la ceniza, así el salmista, oprimido por la tribulación que Dios le
^ ^ envía, y que le convierte en escarnio de sus enemigos, que son los de Dios, enmudece hasta
que por fin prorrumpe en quejas al Señor.
SALMOS 3 9 -4 1 622
1 Algunas expositores modernos pretenden ver en este salmo dos composiciones; la pri-
mera (2-11), en que el salmista, escuchado de Dios en un grave peligro, le da gracias, pre
gonando que no a los sacrificios, sino a su confianza en el Señor y a la obediencia a sus preceptos
debe el que Dios le haya escuchado. La segunda piarte del salmo (12-18) serla un apremiante llama
miento en la angustia, seguido de una súplica pidiendo la confusión para sus perseguidores y la
alegría iubdosa para los que aman al Señor.
7 Contienen estos versículos un pensamiento interesantísimo, que es d tema del primer sermón
de Isaías (1,2) contra la falsa piedad de Judá. El sacrificio que Dios desea no es el de los becerros,
sino el de la voluntad, con la perfecta obediencia a su ley. Esto se realizó plenisimamente en Cristo,
que hasta el fin cumplió la voluntad del Padre, y en este aspecto el salmo es mesiánico.
1 Este salmo es parecido al 38. También la ocasión de él es una enfermedad del salmista.
4 ! El versículo 14 es la doxología con que termina el libro primero del Salterio-
623 SALMOS 4 1 - 4 4
A O 1 Aunque distintos en el texto, los salmos 42 y 43 son un salmo único. Basta para conven-
cerse de ello atender a la estrofa intercalar, que en uno y otro es la misma. El salmo es una
bellísima explosión de los suspiros y anhelos del salmista por el templo, en que siente la presencia
de su Dios, en quien se goza.
das al matadero | y nos has dispersado canto | que al rey voy a cantar. | Sea mi
entre las gentes. lengua como el cálamo de veloz escriba.
13 Has vendido de balde a tu pueblo; ( 3 Eres el más hermoso de los hijos de
no subiste mucho su precio. los hombres; | en tus labios se ha derra
14 Nos has hecho el oprobio de nuestros mado la gracia | y te ha bendecido Dios
vecinos, | el ludibrio y la mofa de cuantoscon eterna bendición.
nos rodean. 4 Cíñete la espada sobre el muslo, ¡oh/
15 nos has hecho la fábula de las gen héroe!; | tus galas y preseas, /
tes; | todas al vernos yerguen su cabeza. 5 Y marcha, cabalga por la verdad y la
(6 Mi ignominia está delante de mi todojusticia; | enséñete tu diestra portentosás
el día; | cubre mi rostro la vergüenza. hazañas.
17 Ante los insultos y los ultrajes | del 6 Agudas son tus saetas; | ante ti caen
enemigo, del vengativo. los pueblos; | van derechas al corazón de
18 Todo esto ha venido sobre nosotros los enemigos del rey.
sin haberte olvidado | ni haber roto tu 7 Tu trono, ¡oh Dios!, es por siempre
pacto. jamás, | y cetro de equidad es el cetro
19 No se ha rebelado nuestro corazón, | de tu reino. *
no se salieron de tus caminos nuestros 8 Amas la justicia y aborreces la iniqui
pasos. dad ; | por eso Dios, tu Dios, te ha ungido |
con el óleo de la alegría más que a tus
20 Y tú nos aplastaste en esta guarida de
chacales | y nos cubriste de sombras de compañeros.
muerte. 9 Mirra, áloe, casia exhalan tus vesti
21 Si hubiéramos olvidado el nombre de dos, | y el sonido de los instrumentos de
nuestro Dios, j si hubiéramos tendido cuerda te alegra en tus marfileñas es
nuestras manos a los dioses extraños, tancias.
22 ¿No había de saberlo Dios, | que 10 Hijas de reyes figuran en tu corte | y a
conoce los secretos del corazón? tu diestra está la reina, toda oro de Ofir.
23 Antes por tu causa nos entregan a la 11 Oye, hija; mira, dame tu oído; olví
muerte cada día | y somos tenidos por date de tu pueblo y de la casa de tu
ovejas para el matadero. padre;
24 ¡Despierta! ¿Cómo es que estás dor 12 Que prendado está el rey de tu her
mido. Yavé? | ¡Despierta, no nos dejes mosura. | Pues que él es tu señor, sírvele
del todo) a éL
25 ¿Por qué escondes tu rostro, 1olvida 13 Los tirios vienen con dones, | los
do de nuestra miseria, de nuestra opre ricos del pueblo buscan tu favor.
sión? 14 Enteramente gloriosa llega la hija del
26 Está nuestra alma postrada en el rey; ( su vestido es tejido de oro.
polvo, | está nuestro cuerpo pegado a la 15 Vestida de diversos colores es llevada
tierra. al rey; | detrás de ella, las vírgenes, sus
27 ¡Levántate y ayúdanos! | ¡Rescátanos amigas, le son introducidas.
por el honor de tu nombrel * 16 Acompañadas de música y júbilo, i
entran en el real palacio.
45 (V. 44) 17 A tus padres sucederán tus hijos; (
los constituirás principes por toda la
C a n to n u p c ia l
tierra.
1 Al maestro del coro. Sobre los lirios. 18 Celebre yo tu nombre por genera
Masquil, de los hijos de Coré. Canto de ciones y generaciones. | ¡Alábente los pue
amor. * blos por los siglos eternos!
2 Bullendo está en mi corazón un bello
27 No los méritos del pueblo, sino el honor del nombre de Yavé, es el motivo que invoca el
salmista aquí y en otros lugares. Los gentiles dirán que Dios abandonaba a su pueblo porque no
podía librarle.
AE l Nuestro salmo es un epitalamio, en que, con ocasión de las bodas de un rey de Judá, se
Z '7 celebran primero la gallardía, el valor, la justicia del rey novio, y luego las gracias de la no
via, de origen extranjero, como la hija del Faraón, esposa de Salomón. En esto tiene cierta semejan
za con el Cantar de los Cantares. Pero el salmista contempla a los novios como orlados de la gloria
de la dinastía davidica, por las promesas mesiánicas que los envuelve, y que ellos representan en
este momento histórico. De aquí procede cierta idealización, que presta al salmo un sentido mesiá-
nico.
7 Este verso es variamente interpretado. Unos ven en él una expresión elíptica que se declara
así: «Tu trono es trono de Dios, divino». Otros en el Elohim ven una incorrección del copista por
Yavé y dan a esta palabra el valor de verbo ser, lo que daría este sentido: «Tu trono es o será por
los siglos», etc. Una tercera exposición se apoya en el Sal 82,6; 8,6, donde los jueces son llamados
«Elohim» e «hijos del Altísimo», lo que conviene más al rey, sobre todo cuando se le considera como
sujeto de la promesa mesiánica. En la persona del futuro Mesías alcanzará esta expresión un pleno
sentido, porque será el Hijo de Dios.
625 SALMOS 4 6 - 4 8
merad sus palacios | para poder contár der del abismo, | porque me elevará a sí.
selo a las generaciones venideras. (Sela.)*
15 Porque éste es Dios y lo será siem 17 No te impacientes, pues, si ves a uno
pre; | El nos regirá. enriquecerse | y se acrecienta la gloria de
su casa;
49 (V. 48) 18 Porque a su muerte nada se llevará
consigo | ni le seguirá su gloria.
T o d o h o m b r e es m o rta l, p e ro el
19 Aunque en su vida se congratulase: j
ju sto tiene la fír m e e sp e ra n z a en la «Te alabarán porque has logrado tu fe
in m o rta lid a d licidad» ;
1 Al maestro del coro. Salmo de los 20 Tendrá que irse a la morada de sus
hijos de Coré.* padres I para no ver ya jamás la luz.
2 ¡Oíd, oíd, oh pueblos todos! | Es 21 Pues el hombre, puesto en suma
cuchad todos vosotros, habitantes del dignidad, no entiende; | es semejante a
mundo. los animales, perecedero.
3 ¡Plebeyos y nobles, | ricos y pobres!
4 Mi boca proferirá sabias palabras, 1 y SO (V. 49)
palabras de sensatez serán las de mi co E l culto aceptable a Dios
razón.
5 Tenderé mis oídos al proverbio, I y al 1 Salmo de Asaf.
arpa expondré mi sentencia. El Dios soberano, Yavé, habla, | con
6 «¿Por qué temer yo el día de la des voca a la tierra de levante a poniente. *
ventura, | cuando la perfidia me pise los 2 Brilla desde Sión, perfección de la
talones; hermosura.
7 La perfidia de los que confían en su 3 Viene nuestro Dios, y no en silencio. |
hacienda y se glorían de la abundancia Le precede ardiente fuego, [ le rodea fu
de sus riquezas?» riosa tempestad.
8 Nadie puede rescatar al hombre de la 4 Llama arriba a los cielos y a la tie
muerte, | nadie puede dar a Dios su pre rra | para juzgar a su pueblo:
cio; 3 «Reunidme a mis santos, | los que con
9 Pues muy elevado es el rescate de la sacrificios sellaron mi alianza».
vida, | y no se llegará jamás a él, ^ Y los cielos promulgan su justicia, |
10 Para que pueda uno vivir por siem porque Dios mismo es el juez. (Sela.)
pre | sin ver el sepulcro. 7 ¡Oye, pueblo mío, que te hablo yo, |
11 ¡Sí, lo verán! Mueren los sabios, | que te amonesto yo, oh Israel! | Yo soy
desaparecen el necio y el estulto, | dejan Dios, tu Dios.
a otros sus haciendas. 8 N o te reprendo por tus sacrificios | ni
12 Pensaban que duraría su casa una por tus holocaustos, que están siempre
eternidad, | que subsistiría perpetuamente ante mí.
su morada, { y ponían sus nombres a sus 9 Yo no tomo becerros de tu casa ! ni
tierras. de tus apriscos machos cabríos:
13 Pero el hombre, aun puesto en suma 10 Porque mías son todas las bestias de
dignidad, no dura; l es semejante a los los bosques l y los miles de animales de
animales, perecedero. los montes.
14 Tal es su camino, su locura; i y con ti Y en mi mano están todas las aves
todo, los que vienen detrás ( siguen sus del cielo | y todos los animales del campo.
mismas máximas. (Sela.) 12 Si tuviera hambre, no te lo diría a ti, |
15 Como rebaños son echados en el porque mío es el mundo y cuanto lo llena.
seol, | devóralos la muerte, | y dominan 13 ¿Como yo acaso la carne de los to
sobre ellos los justos. | Pronto será ros? | ¿Bebo acaso la sangre de los carne
consumida su lozanía, | y el seol será su ros?
morada. 14 Ofrece a Dios sacrificios de alaban
16 Pero Dios rescatará mi alma del po za | y cumple tus votos al Altísimo.
A Q 1 En este salmo, cuyo tema es la sentencia de muerte que pesa sobre todos los hombres, es
muy de notar la seguridad que en el v.16 expresa el salmista de ser por Dios librado de la
muerte.
16 Los antiguos justos, que desconocían las alegres esperanzas que Cristo nos descubrió con
su resurrección, no entreveían para después de la muerte otra cosa que el seo!, que Job nos pinta
con tan tristes colores (10,12). Pero en este salmo, a semejanza del salmo 16, se nos ofrece la espe
ranza del rescate del abismo. El libro de la Sabiduría (3,1 ss.) declarará mejor este pensamiento.
R A 1 Este salmo desarrolla un pensamiento semejante al del Sal 40; más claramente aún al del
primer discurso de Isaías (1,2 ss.). No son los sacrificios de los toros los que agradan a Dios,
el cual no come su carne ni bebe su sangre. El sacrificio de alabanza y el cumplimiento de la ley
divina es lo que el Señor desea de nosotros.
627 SALM OS 5 0 - 5 2
jue sucumbiera. | Cavaron ante mi una 12 Y dirá cada uno: «¡Hay premio pa
Í osa; [ fueron ellos los que cayeron en ra el justo, ( hay un Dios que hace jus
ella. (Sela.) ticia al mundo!»
8 Pronto está mi corazón, está mi co
razón dispuesto | a cantarte y entonar 5 9 (V. 58)
salmos.
9 ¡Despierta, gloria mía; despierta, sal Oración contra los enemigos
terio y citara, | y despertaré a la aurora!
10 Te alabaré entre los pueblos, ¡oh 1 Al maestro del coro. Sobre «No des
Señor! j Te cantaré salmos entre las na truyas». Mictam de David cuando mandó
ciones. * Saúl vigilar la casa para matarle. *
11 Porque sobrepasa a los cielos tu mi 2 Líbrame de mis enemigos, ¡Dios mío!, |
sericordia, | y a las nubes tu verdad. defiéndeme de los que se alzan contra
12 Alzate, ¡oh Dios!, allá, en lo alto de
mí.
los cielos; | haz esplender en toda la 3 Líbrame de los que obran la iniqui
tierra tu gloria. dad, | sálvame de los hombres sanguina
rios;
58 (V. 5 7 ) 4 Porque ya ves que ponen asechanzas
a mi vida | y se conjuran contra mí
Increpación contra los jueces injustos los poderosos.
1 Al maestro del coro. Sobre «No des 5 Sin crimen ni pecado de parte mía,
truyas». Mictam de David. * ¡oh Yavé!, | sin culpa mía corren y me
2 ¿Hacéis justicia en verdad, oh prín acometen. Despierta, ven y mira:
cipes? | ¿Juzgáis rectamente a los hom 6 Porque tú, ¡oh Yavé Sebaot!, eres
bres? Dios de Israel. | Despierta para castigar
3 No. A sabiendas obráis la iniquidad,a| todas las gentes, ¡ no perdones a nin
vuestras manos hacen que en la tierra guno [ de los que obran pérfidamente.
domine la injusticia. (Sela.)
4 Estos inicuos se han desviado des 7 Vuelven por la tarde ladrando com o
de el seno de su madre; | estos menti perros | y dan vueltas en tom o a la
rosos se han extraviado desde que na ciudad. *
cieron. 8 Abren su boca y llevan la espada en
3 Tienen veneno semejante al veneno sus labios. ) «¿Quién oye?», dicen.
de las serpientes; 1 son áspides sordos, 9 Pero tú, ¡oh Yavé!, te ríes de ellos, |
que cierran sus oídos. haces burla de todas las gentes.
6 Para no oir la voz del encantador, | 10 A ti recurro, fortaleza mía, | porque
por hábü que éste sea. tú, Dios, eres mi refugio.
7 Quiébrales, ¡oh Dios!, los dientes en 11 Dios mío, misericordia mía. | Dios
la boca | Rompe, ¡oh Yavé!, las quija mío, presérvame con tu favor | y hazme
das de estos leoncillos. mirar triunfante a mis enemigos.
8 Desaparezcan como agua que se va; | 12 Mátalos, Dios, no hagan caer a
que no puedan lanzar más que dardos mi pueblo; | hazlos errar con tu fuerza
despuntados. y abátelos, | ¡oh Yavé!, escudo nuestro.
9 Sean como el caracol, que se deshace 13 Pecado es en su boca toda palabra
en baba; | como aborto de mujer, que de sus labios; 1 queden presos en su so
no ve el sol. berbia, I en las maldiciones y mentiras
,0 Antes que vuestras calderas sientan que profieren.
el fuego de las espinas, | espinas y fuego 14 Acábalos en tu furor, acábalos y de
lléveselos el torbellino. jen de ser, | y sepan que hay un Dios
11 Gozará el justo al ver el castigo, que | domina en Jacob | hasta los confines
bañará sus pies en la sangre del im de la tierra.
pío.* 15 Vuelven por la tarde ladrando como
10 Este será un modo de pregonar la gloria de Dios, preparando su reconocimiento entre los
gentiles y los tiempos mesiánicos (Tob 13,3).
CO 1 Otra calamidad de Israel, contra la cual gritan los profetas y que el salmista pide a Dios
que la haga desaparecer de la tierra, afianzando con esto la fe de los justos.
11 Estos dos versículos nos dan la clave de todas las sépticas en que los salmistas piden el cas
tigo de los adversarios. Es la justicia de Dios la que desean ver brillar, esa justicia que tantas veces
parece obscurecerse y pone a muy dura prueba las almas.
C Q 1 L a referencia dd título mira a 1 Sam 19 ,11. El v.io divide d salmo en dos partes. En la
v - 7 primera se nos presenta el salmista inocente y atacado en todas partes por sus enemigos,
aunque lleno de confianza en el Señor; en la segunda pide que Dios los aniquile, para que todos
sepan que Yavé es quien reina en Jacob.
7 En las ciudades orientales, los perros, animales inmundos, vagan libres en tomo a las ciuda
des, haciendo la limpieza de las mismas.
631 sa lm o s 59-62
perros | y dan vueltas en tomo a la ciu migos, I porque vano es el auxilio del
dad. hombre.
16 Van en busca de su comida, | pero 14 Con Dios haremos proezas, I y El
no se saciarán, y gritarán. aplastará a nuestros enemigos.
17 Mas yo cantaré tu poder, [ y de ma
ñana alabaré tu misericordia, | porque 6 i (V. 6o)
fuiste mi refugio | y mi amparo en el Oración después del triunfo
día de la angustia.
18 A ti, fortaleza mía, te cantaré sal 1 Al maestro del coro. Sobre las cuer
mos, | porque eres, ¡oh Dios!, mi refu das. Salmo de David. *
gio, | Dios mío, misericordia mía. 2 Oye, ¡oh Dios!, mi clamor, | atien
de mi oración.
6o (V. 59) 3 Desde el cabo de la tierra clamo a
ti l cuando se angustia mi corazón, i Me
Petición de la victoria después de pondrás en una roca inaccesible, | me
una derrota darás descanso,
4 Pues tú eres mi refugio, | la torre
1 Al maestro del coro. Sobre «Los li fuerte frente al enemigo.
rios del testimonio». Mictam de David. 5 Habite yo para siempre en tu ta
Para ser aprendido. bernáculo, 1 me acogeré al amparo de
2 Cuando venció a Aram Naharaím y tus alas. (Sela.)
a Aram de Soba y se volvió Joab y 6 Tú, ¡oh Dios!, has escuchado mis de
derrotó en el valle de la Sal a doce mil seos | y me diste por heredad los que
edomitas. * temen tu nombre.
3 Tú, ¡oh Dios!, nos rechazaste y nos 7 Añadirás días a los días del rey, | y
derrotaste, | te airaste; restitúyenos. sus años serán como los días de muchos
4 Hiciste temblar nuestra tierra y la generaciones.
quebraste. | Sana sus quiebras, porque 8 Siéntese siempre a la presencia de
vacila. Dios | y guárdenle la misericordia y la
5 Hiciste ver a tu pueblo cosas du clemencia;
ras, | nos diste a beber el vino del vér 9 Así podré cantar siempre tu nom
tigo. bre, | cumpliendo mis votos cada día.
6 Pero has dado bandera a los que te
temen 1 para que se recojan ante el arco. 6 z (V. 6i)
(Sela.) Sólo en D io s hay qu e esperar
7 Para que sean liberados tus dilec
tos, | danos la victoria con tu diestra, 1 Al maestro del coro. A Idutún. Sal
óyenos. mo de David.*
8 Dijo Dios por su santidad: «Yo triun 2 Sólo en Dios se aquieta mi alma; | El
faré, | dividiré a Siquem y mediré el valle solo me socorre.
de Sucot. * 3 El solo es mi roca y mi salvación, (
9 M ío es Galad, mío es Manasés, I y mi refugio; no vacilaré nunca.
Efraím es el yelmo de mi cabeza, Judá 4 ¿Hasta cuándo habéis de ensañaros
mi cetro. contra un hombre, | golpeando todos
lOMoab es la bacía para lavarme, 1 contra pared inclinada, | como contra
sobre Edom arrojaré mi calzado, 1 y so muro ruinoso?
bre ti, Filistea, cantaré yo victoria». 5 Sólo buscan derribarme. | Se deleitan
¿Quién me conducirá a la ciudad con la mentira, | bendicen con su boca,
fortificada? | ¿Quién me llevará a Edom? y en su corazón maldicen. (Sela.)
12 ¿No serás tu, ¡oh Dios!, que nos 6 Sólo en Dios aquiétate, alma mía, |
has rechazado, | tú que no sales ya con porque sólo de El viene lo que espero.
nuestros ejércitos? 7 El solo es mi roca y mi salvación, |
13 Danos auxilio contra nuestros ene mi refugio; no vacilaré nunca.
iT A 2 Este titulo alude a Sam 8 y io. El salmista nos cuenta con gran dolor una grave derrota
experimentada por su pueblo (3-5); pero luego levanta su ánimo con la confianza en el Se
ñor, que ha prometido a su pueblo las conquistas de Canán y de los pueblos vecinos y que por sí
mismo conduciría a Israel a la victoria.
8 Loe W .8-12 se leen luego en el salmo 108,8-12.
£ 1 ^ E l salmista, tal vez un levita de los cantores del templo, desde los confines del reino se
u 1 dirige a Yavé, pidiendo que le ampare y le conceda morar para siempre en su tabernáculo;
luego le ruega por el rey, pidiendo para él largos dias de vida. Esta oración nos trae a la memoria
lo dicho sobre los salmos 21 y 45.1
1 En medio de la lucha intestina que se desarrolla en Israel, el salmista pone en Dios su
62 confianza; en El están el poder y la misericordia; El dará a cada uno según sus obras.
salm os 62-65 632
8 De Dios me viene protección y glo 64 (V. 63)
ria, } Dios es mi fuerte roca, mi asilo.
9 ¡Oh pueblo!, confía siempre en El. I Los consejos del impío, frustrados
Derramad ante El vuestros corazones, | por Dios
que D ios es nuestro asilo. (Sela.)
10 Como un soplo son los hijos de 1 Al maestro del coro. Salmo de Da
los hombres, j una mentira los grandes. | vid. *
Puestos en balanza, suben; | juntos pe 2 Oye, ¡oh Dios!, la voz de mis que
san menos que un soplo. jas, | defiende mi vida del terrible ene
11 No confíes en la violencia ni en la migo.
rapiña os gloriéis; I si abundan las ri 3 Protégeme de la conjuración de los
quezas, no apeguéis a ellas vuestro co malvados, { de la conspiración de los
razón. malignos.
12 Una vez habló Dios, y estas dos co 4 Que afilan como espada su lengua | y
sas le oí yo: | Que sólo en Dios está él lanzan como flechas sus amargas pala
poder. bras.
13 Y en ti, ¡oh Señor!, está la miseri 5 Para asaetear desde sus guaridas al
cordia, | pues das a cada uno según sus justo; | y de improviso le asaetean sin
obras. temor.
6 Obstínanse en sus malvados desig
nios, | se conciertan para tenderle ocul
63 (V. 62) tos lazos, I diciendo: «¿Quién los descu
Oración de D avid fugitivo en el brirá?»
desierto 7 Apuran criminales proyectos, I ocul
tan lo que proyectaron, | y todos tienen
1 Salmo de David. Cuando estaba en una mente y un corazón obscuro.
el desierto de Judá. * 8 Pero dispara Dios contra ellos su
2 Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco saeta, | y de improviso son heridos.
solícito, | sedienta de ti está mi alma, 9 Su lengua se vuelve contra ellos, I y
mi carne te desea, | como tierra árida, cuantos los vean moverán su cabeza.
sedienta, sin aguas. 10 Y temerán todos los hombres y pro
3 ¡Cómo te contemplaba en tu santua clamarán la obra de Dios, | y pensarán
rio, | ponderando tu grandeza y tu glo en lo que El hace.
ria! 11 Mientras que el justo se regocijará
4 Porque es tu misericordia mejor que en Yavé | y en El confiará, | y se gloria
la vida, [ y te alabarán mis labios. rán todos los rectos de corazón.
5 Así te bendeciré toda mi vida | y
en tu nombre alzaré mis manos.
6 Mi alma se saciará como de medula 65 (V. 64)
y grosura, | y mi boca te cantará Acción de gracias por una abundante
con labios jubilosos. cosecha
7 Aun en mi lecho me acuerdo de ti; |
en ti pienso en las vigilias, 1 Al maestro del coro. Salmo de Da
8 Pues tú eres mi asilo, ( y salto de vid. Cántico. *
gozo a la sombra de tus alas. 2 A ti, ¡oh Dios!, se te debe la alaban
9 Mi alma está apegada a ti, | y tu za de Sión I y a ti el cumplimiento de
diestra me sostiene; los votos.
10 Pero los que tienden asechanzas a 3 A ti, que escuchas las plegarias; | a
mi vida I bajarán a lo profundo de la ti recurren todos los hombres.
tierra. 4 A causa de las maldades. | Prevale
Serán dados a la espada, | serán cen sobre nosotros nuestros delitos; | tú
pasto de chacales, los perdonas.
12 Y el rey se gloriará en Dios, | se 5 ¡Bienaventurado aquel a quien eliges
gloriarán los que juran en El, | mien tú | para estar cerca de ti, | habitar en
tras que la boca de los mentirosos se tus atrios | y saciarse de la dicha de tu
cerrará. casa, | de la santidad de tu templo!
£ O 1 El título se refiere a 2 Sam 15,23 ss. El >almista, que toma la persona del rey y que mora
lejos del templo, siente la nostalgia de los días pasados en él contemplando la grandeza y la
gloria de Dios. Aun en el lecho se acuerda de su Dios, a quien su alma está unida; pero ios que a
su vida tienden asechanzas perecerán a la espada.
1 El salmista se ve acosado por sus enemigos; pero Dios viene en su auxilio y con sus saetas
64 acaba con los malvados, alegrando el corazón de los justos.1
1 Hermoso himno, en que el salmista contempla a Yavé en su templo, desde el cual derrama
65 sus bendiciones sobre los campos, enriqueciéndolos de sus bienes.
633 salm os 65-68
6 Tú nos respondes juntamente con es 11 Nos metiste en la red, | pusiste tu
tupendos prodigios, | »oh Dios de nues pie en nuestros lomos.
tra salvación!, | esperanza de todas las 12 Hiciste cabalgar hombres sobre nues
gentes de la tierra, | de los más alejados tras cabezas. | Pasamos por el fuego y
confínes. por el agua, i pero al fin nos pusiste en
7 Ceñido de poder, | das firmeza a los refrigerio.
montes, 13 Entraré en tu casa con holocaus
8 Aplacas el furor de los mares, el to, | te cumpliré mis votos,
furor de sus olas, | el tumulto de los pue 14 Los que pronunciaron mis labios | y
blos. profirió mi boca en mi angustia.
9 Y temen por tus prodigios aun los 15 Te ofreceré pingüe holocausto con
más remotos habitantes; | tú alegras las perfume de cameros, | te sacrificaré bue
regiones del oriente y del poniente. yes y machos. (Sela.)
10 Tú visitas la tierra y la abrevas | y 16 Vosotros todos, cuantos teméis a
en mil maneras la enriqueces. | Con Dios, venid y escuchad, | y os contaré
grandes ríos y abundantes aguas | pre cuanto ha hecho por mí.
paras sus trigos. | Así la dispones: 17 Le invocaré con mi boca, | le can
11 Regando sus surcos, ( humedecien taré himnos con mi lengua.
do sus terrones, | temperándola con la 18 Si yo hubiera tenido iniquidad en
lluvia | y bendiciendo sus gérmenes. mi corazón, | no me hubiera escuchado
12 Coronas la añada con toda suerte de el Señor.
bienes, | y tu carro destila la abundancia. 19 Pero me oyó Dios | y atendió a la
13 La derramas sobre los; pastizales del voz de mi plegaria.
desierto, | y los collados se ciñen de ale 20 ¡Bendito sea Dios, | que no desechó
gría. mi oración ni me negó su misericordia!
14Vístense los campos de rebaños de
ovejas, | y los valles se cubren de mieses, | 67 (V. 66)
y todos cantan y saltan de júbilo. Conozcan a Oíos todos los pueblos
66 (V. 65) 1 Al maestro del coro. A las cuerdas.
A c ció n d e gracias p or un a lib eración Salmo. Cántico.*
2 Apiádese Dios de nosotros y bendíga
3 Al maestro del coro. Cántico. Salmo.nos,
I | haga resplandecer su faz sobre
(Cantad a Dios, oh tierra toda!* nosotros. (Sela.)
2 Cantad la gloria de su nombre, | dad 3 Para que se reconozcan en la tierra
le la gloría de la alabanza. tus caminos | y los pueblos todos conoz
3 D i a Dios: ¡Cuán admirables son tus can tu salvación.
obras! | A la grandeza de tu poder tie 4 Dente gloria, ¡oh Dios!, los pueblos, |
nen que ceder tus enemigos. dente gloria los pueblos todos.
4 Póstrese toda la tierra y entone sal 5 Alégrense las naciones y salten de
mos, | cante salmos a tu nombre. (Sela.) gozo, | porque tú gobiernas a los pue
5 Venid y ved las obras de Dios; | blos con equidad | y riges a las naciones
cosas magnificas ha hecho en favor del de la tierra. (Sela.)
hombre. 6 Dente gloria, ¡oh Dios!, los pueblos, |
6 El secó el mar; por el río pasaron dente gloria los pueblos todos.
a pie enjuto. ! Alegrémonos de ello. 7 D io la tierra sus frutos. | Bendícenos,
7 El con su poder domina por la eter Dios, Dios nuestro.
nidad; | sus ojos observan a las gen 8 Bendíganos Dios | y témanle todos
tes, | a los rebeldes, para que no se enso los confines de la tierra.
berbezcan. (Sela.)
8 Bendecid, ¡oh pueblos!, a nuestro 68 (V. 67)
Dios; | haced oir las voces de sus ala Canto triunfal
banzas.
9 El ha conservado nuestra vida ( y 3 Al maestro del coro. Salmo de Da
no ha dejado que vacilaran nuestros pies. vid. Cántico.*
10 Tú, ¡oh Dios!, nos has probado, | 2 ¡Alzase Dios! Desaparecen sus ene
nos has examinado como se examina la migos, | huyen a su vista todos los que
plata.1 le odian.
1 La invitación que el salmista hace a todas las naciones para que alaben a Dios es una ex-
presión del pensamiento mesiánico, del reino universal de Dios.
tot r buscan, | y los que aman tu salva en la vejez y en la canicie; | que pueda yo
ción exclamen: | «Glorificado sea Dios». manifestar tu poderío a esta generación, |
6 Yo soy un pobre menesteroso. jSo- y tus proezas a la venidera.
córreme, oh Dios! | Tú eres mi ayuda y 19Y tu justicia, ¡oh Dios!, tan excelsa, |
mi libertador. | ¡Oh Yavé, no te detengas! porque tú haces grandes cosas. | ¿Quién,
¡oh Dios!, como tú?
7 1 (V. 70) 20 Tú me has hecho probar muchas an
gustias y tribulaciones; | pero de nuevo
Oración de un justo en su ancianidad me darás vida | y de nuevo me sacarás de
1 En ti, Yavé, he esperado; no sea nun los abismos de la tierra.
ca confundido. • Acrecienta mi dignidad | y vuelve a
2 En tu justicia líbrame y sálvame, | consolarme.
dame oídos y socórreme. 22 Y yo alabaré, ¡Dios mío!, al sonido
3 Sé para mí roca de refugio, | una ciu- del arpa, tu fidelidad; [ te salmodiaré a la
dadela fuerte donde me ampare, | por cítara, ¡oh Santo de Israel!
que eres mi baluarte y mi fortaleza. 23 Te cantarán mis labios entonando
4 Sálvame, Dios mío, de las manos del salmos, | y mi alma, por ti rescatada.
malvado, | de las manos del perverso y 24 Mi lengua ensalzará tu justicia todo
del violento. el día | por haber confundido y avergon
5 Porque tú, ¡oh Señor!, eres mi espe zado a los que buscaban mi mal.
ranza, | mi confianza desde mi juventud.
6 Desde que comencé a existir fuiste mi 73 (V. 71)
apoyo; | desde las entrañas de mi madre, E l rey Mesías
tú fuiste mi protector; en tí esperé siem
pre. 1 D e Salomón.
7 He sido para muchos un asombro, | Da, ¡oh Dios!, al rey tu juicio, | y tu
porque tú siempre fuiste mi seguro asilo. justicia al hijo del rey, *
8 Llénese mi boca de tus alabanzas, | de 2 Para que gobierne a tu pueblo con
tu gloria continuamente. justicia, | y a tus oprimidos con juicio.
9 No me rechaces al tiempo de la ve 3 Germinarán los montes la paz para
jez: [ cuando ya me faltan las fuerzas, no el pueblo, | y los collados, la justicia.
me abandones. 4 Hará justicia a los oprimidos del pue
10 Porque hablan contra mí mis enemi blo, | defenderá a los hijos del menestero
gos, | y los que me espían se conjuran so i y quebrantará a los opresores.
contra mí. 5 Vivirá mientras perdure el sol, | mien
11 Diciendo: «Dios le ha dejado; | per tras permanezca la luna, de generación
seguidle y cogedle, | que no habrá quien en generación..
le libre». 6 Caerá como lluvia sobre prado sega
12 ¡Oh Dios, no te alejes de mí! | Acude do, | como lluvia que penetra en la tierra.
presto, Dios mío, en mi socorro. 7 Florecerá en sus días la justicia | y ha
13 Sean confundidos y exterminados mis brá mucha paz mientras dure la luna.
enemigos; | cúbranse de vergüenza y de 8 Dominará de mar a mar, | del río has
ignominia los que buscan mi mal. ta los cabos de la tierra.
14 Yo siempre esperaré, | y a tus ala 9 Ante él se inclinarán los habitantes
banzas añadiré nuevas alabanzas. del desierto, | y sus enemigos morderán
15 Proclamará mi boca tu justicia; to el polvo.
dos los días, tus prodigios salvadores, | 10 Los reyes de Tarsis y de las Islas le
aunque no conozco su número. ofrecerán sus dones, [ y los reyes de Seba
16 Contaré en las maravillas de Yavé, | y de Saba le pagarán tributo.
recordaré ahora sólo tu justicia. 11 Postraránse ante él todos los reyes ]
17 Tú, ¡oh Dios!, me adoctrinaste desde y le servirán todos los pueblos.
mi juventud, | y hasta ahora he pregonado 12 Porque protegerá al desvalido que le
tus grandezas. implora f y al oprimido que no tiene quien
18 N o me abandones, pues, ¡oh Dios!, le ayude.
y ■ ! 1 El anciano, que había vivido fiel a Dios y seguro bajo su amparo, ahora se siente más aco-
I I sado de sus enemigos, que, sin duda, se alientan al verle viejo y desfallecido. Pero él confia
en Dios, que le dará nuevo motivo de alabanza.
7 q 1 El título del salmo es ambiguo, ya que puede interpretarse que Salomón es el autor oque
* “ es la persona a quien el salmo se dedica. Parece esto último lo más probable. Según esta
hipótesis, el salmo, que es mesiánico, debe explicarse a tenor de la promesa mesiánica, que leemos
en 2 Sam 7,75 ss. El rey e hijo de rey es el heredero de la gloriosa promesa, que transmitirá a sus
herederos hasta llegar aquel para quien el trono eterno está reservado (Gén 49.10). La obra de su
gobierno está descrita con los más vivos colores con que los profetas nos pintan la obra del Rey
Mesías.
637 salm os 7 2 -7 4
13 Tendrá misericordia del pobre y del 10 Por eso seduce a mi pueblo su pala-
menesteroso | y defenderá la vida de los labrería | y se sorben a boca llena esas
pobres. aguas.
14 Rescatará su vida de la opresión y de 11 Y dicen: «¿Lo sabe acaso Dios, lo
la violencia | y será preciosa su sangre a conoce el Altísimo?»
los ojos de él. 12 Esos impíos son, | y, con todo, a
13 Y será feliz, y le darán oro de Seba;mansalva
| amontonan grandes riquezas.
y ellos elevarán de continuo preces por 13 En vano, pues, he conservado limpio
él | y por siempre le bendecirán. mi corazón I y he lavado mis manos en
16 Habrá abundancia de trigo en el lla la inocencia,
no; | en la cima de los montes ondularán 14 Y fui flagelado de continuo | y cada
las mieses como el Líbano i y florecerán mañana con una nueva pena.
las ciudades como la hierba de la tierra. 15 Pero si yo dijere: «Hablaré como
17 Será su nombre bendito por siempre; | ellos», | renegaría de la comunidad de
durará mientras dure el sol. | Y le ben tus hijos.
decirán todas las tribus de la tierra; | to 16 Páseme a pensar para poder enten
das las naciones le aclamarán bienaven der esto, | pues era ciertamente cosa ar
turado. dua a mis ojos;
17 Hasta que penetré en el secreto de
D o x o lo g ía final del libro segun do Dios | y puse atención a las postrimerías
de éstos.
18 Sea bendito el nombre de Yavé, Dios 18 Ciertamente los pones tú en resba
de Israel, | el único que hace maravillas. * ladero | y los precipitas en la ruina.
19 Y bendito sea por siempre su glorio 19 ¡Oh, cómo en un punto son asola
so nombre | y llénese de su gloria toda la dos; | acaban y son consumidos espan
tierra. Amén, amén. tosamente!
20 Aquí acaban las preces de David, 20 Son como sueño de que se despier
hijo de Jesé. ta, | y tú, Señor, cuando despertares, des
preciarás su apariencia.
L I B R O T E R C E R O 21 Si se exacerbaba mi corazón ] y me
(73-89)
atormentaban mis pensamientos,
22 Es porque era un necio y no sabia
nada; | era ante ti como un bruto ani
73 (V. 72) mal.
V anidad de la dicha del im p lo 23 Pero no, yo estaré siempre a tu la
do, | pues tú me has tomado de la diestra,
1 Salmo de Asif. 24 Me gobiernas con tu consejo | y al
¡Oh, cuán bueno es Dios para los bue fin me acogerás en gloría.
nos, | para los limpios de corazón! * 25 ¿A quién tengo yo en los cielos? |
2 Estaban ya deslizándose mis pies, | Fuera de ti, nada deseo sobre la tierra.
casi me había resbalado. 26 Desfallece mi carne y mi corazón; |
3 Porque miré con envidia a los im la Roca de mi corazón y mi porción es
píos | viendo la prosperidad de los malos. Dios por siempre.
4 Pues no hay para ellos dolores; | su 27 Porque los que se alejan de ti pere
vientre está sano y pingüe. cerán; | arruinas a cuantos te son in
^ No tienen parte en las humanas aflic fieles;
ciones | y no son atribulados como los 28 Pero mi bien es estar apegado a
otros hombres. Dios, | tener en Yavé Dios mi esperan
6 Por eso la soberbia los ciñe como co za | para poder anunciar tus grandezas |
llar, J y los cubre la violencia como ves en las puertas de Sión.
tido.
7 Sus o ;os se les saltan de puro gordos |
y deían traslucir los malos deseos de su 74 (V. 7 3 )
corazón. L a d esolación del te m p lo destruido
8 Motejan y hablan malignamente, | al
taneramente amenazan. 1 Masquil de Asaf.
9 Ponen su boca en el cielo, | y su len ¿Por qué, ¡oh Dios!, nos has rechaza
gua atruena la tierra. do por siempre? | ¿Por qué arde tu fu-
18 Los w .18 s. forman la doxología final del libro segundo del Salterio.
7 0 1 El tema de este salmo es el problema que plantea la prosperidad de los impíos y el infor*
* tunio de los justos, problema que en otros muchos salmos y escritos del Antiguo Testamen
to se desarrolla. La solución es que la prosperidad de los malvados es efímera (17-22), mientras
que el justo tiene su dicha en estar con Dios (23-28). En estos versículos se deja entrever la recom
pensa del justo en la vida futura al lado del Señor y se preludia la consoladora doctrina del libro
de la Sabiduría.
salm os 7 4 -7 6 638
ror contra las ovejas de tu pastizal?* sa; | acuérdate de los ultrajes que conti
2 Acuérdate de tu comunidad, aque nuamente te hace el insensato.
lla que desde el principio hiciste tuya, | 23 No olvides los gritos de tus enemigos, |
la que redimiste para hacerla tu tribu el tumulto siempre creciente de los que se
propia, | del monte de Sión, en que pu alzan contra ti.
siste tu morada.
3 Recorre con tus pies estas completas 75 (V. 74)
ruinas; | el enemigo lo destruyó todo en
el santuario. Dios, juez de los enemigos de
4 Rugían tus enemigos en el lugar de su pueblo
tu asamblea | y pusieron allí por trofeos 1 Al maestro del coro. A las cuerdas.
sus enseñas. Salmo de Asaf. Cántico. *
5 Parecían como gente que alza el ha 2 Dárnoste gracias, ¡oh Dios!, dárnoste
cha j en medio de tupido bosque, gracias, 1invocamos tu nombre y ensalza
6 Y hasta las puertas las destruyeron I mos tus grandes maravillas.
con el hacha y el martillo. 3 «Cuando me tome yo el tiempo opor
7 Prendieron fuego a tu santuario | y tuno, | juzgaré justamente.
profanaron, arrasándola, la morada de tu 4 Aunque se disolviese la tierra con to
nombre. dos sus habitantes, | yo solidificaría sus
8 Se decían: «Hagamos cesar todas las columnas». (Sela.)
solemnidades de Dios en la tierra». 5 Yo digo a los soberbios: «No os en
9 Ya no vemos señales prodigiosas a fa soberbezcáis». ] Y a los impíos: «No irgáis
vor nuestro; | ya no hay ningún profeta, | vuestra cabeza.
ni nadie entre nosotros que sepa hasta 6 No levantéis en alto vuestras frentes, |
cuándo. no habléis con erguida cerviz».
10 ¿Hasta cuándo, ¡oh Dios!, insultará 7 Ciertamente, ni de oriente, ni de occi
el adversario | y sin cesar blasfemará tu dente, | ni del desierto vendrá la salvación.
nombre el enemigo? 8 Pero es Dios quien juzga, | y a unos
11 ¿Por qué retraes tu mano | y retienes humilla y ensalza a otros.
tu diestra en el seno? 9 Pues tiene Dios en su mano el cáliz !
12 Pues Dios es ya de antiguo mi rey, | de espumoso vino, lleno de mixtura, | y
el que obra salvaciones en la tierra. lo da a beber; | apurarán hasta las he
13 Con tu poder dividiste el mar | y rom ces, | beberán todos los impíos de la tierra.
piste en las aguas las cabezas de las ñeras. 10 Mientras que yo siempre cantaré | y
í4 Tú aplastaste la cabeza del Levia- entonaré salmos al Dios de Jacob.
tán | y le diste en pasto a los monstruos 1J Yo quebrantaré toda la fuerza de los
marinos. impíos, | y se acrecentará el poder de los
15 Tú hiciste brotar fuentes y torrentes, | justos.
secaste ríos caudalosos.
16 Tuyo es el día, tuya la noche; ¡ tú es 76 (V. 75)
tableciste la luna y el sol. Canto triunfal después de la victoria
17 Tú marcaste los límites a la tierra, |
tú fijaste el verano y el invierno. 1 Al maestro del coro. A las cuerdas.
18 Acuérdate de esto: que el enemigo Salmo de Asaf. Cántico. *
blasfema de Yavé I y un pueblo insensa 2 Glorioso es Dios en Judá, 1 grande es
to ultraja tu nombre. su nombre en Israel.
19 No entregues a las fieras el alma de 3 Tiene en Salem su tabernáculo, I su
tu tortolilla | y no tengas por tanto tiem morada en Sión.
po en olvido a tus desvalidos. 4 Allí rompe los rayos del arco, | el es
20 Mira tu alianza; | está la desdicha cudo, la espada y todo aparato bélico.
da tierra toda llena de violencias. (Sela.)
21 Que no se vea confuso el afligido, | y 5 Eres resplandeciente y majestuoso, {
el pobre y el menesteroso alaben tu nom ¡oh Dios!, I cuando apareces desde los
bre. montes eternos.
22 Alzate, ¡oh Dios!, y defiende tu cau 6 Los fuertes guerreros fueron allí des-
•V A 1 El salmista nos pone ante la más triste situación del pueblo. El templo se halla devastado
* ^ por enemigos que blasfeman de Dios y de la religión de Israel. Recordando los tiempos
antiguos, en que Dios dio tantas pruebas de su poder, el salmista pide al Señor que se acuerde de
su pueblo y de su alianza y confunda a los que se levantan contra El.
y E 1 Dios es el juez soberano, que a su tiempo hará justicia a todos; a los impíos les hará beber
* ** el cáliz de su cólera y a los justos les dará la salud.
1 El salmo canta la gran derrota de Senaquerib, rey de Asiría, y de ella se levanta a cantar
* ” el reinado universal de Dios, dando con esto al salmo un carácter mesiánico.
639 s a l m o s 7 6 -7 B
pojados, | durmieron su sueño, | y no hi ¿Qué Dios es grande como nuestro Dios?
cieron uso de su manos los hombres fuer 15 Tú eres el Dios que obras prodigios; I
tes. tú mostraste tu poder entre las gentes.
7 A tu amenaza, [oh Dios de Jacob!, | 16 Con tu brazo rescataste a tu pueblo» |
quedáronse pasmados carros y caballos. los hijos de Jacob y de José. (Sela.)
8 Eres terrible tú, íoh DiosI | ¿Quién 17 Viéronte las aguas, ¡oh Dios!; | vié-
puede estar ame ti cuando te aíras? ronte las aguas y se turbaron, 1 y tembla
9 Das desde los cielos tu sentencia, | y ron aun los mismos abismos.
la tierra se estremece y calla, 18 Arrojaron las nubes torrentes de
Cuando se levanta Dios para hacer aguas, | y dieron los nublados su voz, y
justicia, | para salvar a los oprimidos de volaron tus saetas.
la tierra. (Sela.) 19 Estalló tu trueno en el torbellino, |
ti Aun el furor de Edom sirve a tu glo alumbraron los relámpagos el orbe, | y,
ria, I y los restos de Hemat te alabarán. sacudida, tembló la tierra.
i* Haced votos a Yavé, vuestro Dios, 20 Fue el mar tu camino, | y tu senda la
y cumplidlos; | cuantos están en derredor inmensidad de las aguas, | aunque no de
traigan dones al terrible. jabas huellas en él.
13 Pues El corta el soberbio respiro de 21 Condujiste como grey a tu pueblo |
los príncipes | y es terrible a los reyes de por mano de Moisés y de Arón.
la tierra.
77 (V. 76) 78 (V. 77)
Lo s antiguos portentos, consuelo del L a historia de los padres, enseñan za
p u eb lo perseguido para los hijos
1 Al maestro del coro. Para Idutún. Sal 1 Masquil. De Asaf.
mo de Asaf. * Atiende, pueblo mío, a mi doctrina; |
2 Y o alzo mi voz a Dios y clamo, | alzo dad vuestros oídos a las palabras de mi
mi voz a Dios y El me escucha. boca. *
3 En el día de mi tribulación busqué a 2 Abriré mi boca a las sentencias | y
Yavé, | y se alzaban a El mis manos sin evocaré las enseñanzas de los tiempos an
descanso por la noche, | y rehusaba mi tiguos.
alma todo consuelo. 3 Lo que hemos oído y sabemos, i lo
4 Se acuerda mi alma de Dios y gime, | que nos contaron nuestros padres. *
medito y se angustia mi corazón. (Sela.) 4 N o lo encubriremos a sus hijos, | con
5 N o me dejas pegar los ojos, | y me taremos a las generaciones posteriores | las
siento turbado y sin palabras. glorias de Dios; y su gran poderío, | y los
6 Pienso en los días antiguos, 1recuerdo prodigios que ha obrado.
los años lejanos. 5 Como dio una norma Jacob | y esta
7 Pienso por la noche en mi corazón, | bleció una ley en Israel; | como mandó
reflexiona e inquiere mi alma; a nuestros padres | enseñar estas cosas
2 «¿Acaso el Señor nos rechazará por a sus hijos;
los siglos | y no nos será ya nunca fa 6 Para que las conociese la generación
vorable? venidera, | y los hijos que habían de na
9 ¿Cesó ya para siempre su piedad, | se cer | se las contasen a sus propios hijos;
acabó lo que prometió para generaciones 7 Para que éstos pusieran en Dios su
de generaciones? confianza | y no olvidasen las obras de
10 ¿Se ha olvidado ya Dios de hacer cle Dios | y guardasen sus mandatos.
mencia | y cerró airado su misericordia?» 8 Y no se hiciesen como sus padres, |
(Sela.) gente contumaz y rebelde, | generación de
Me digo: «Mi dolor es éste: | que se corazón indócil | y de espíritu infiel a su
ha mudado la diestra del Altísimo». Dios.
72 Me acuerdo de las obras de Dios, | re 9 Los hijos de Efraím, muy diestros ar
cuerdo tus antiguas maravillas, queros, | volvieron la espalda el día del
73 Considero tus grandes hechos y re combate;
flexiono sobre tus hazañas. 10 N o m antu vieron su alia n za con
74 ¡Oh Dios!, santos son tus caminos. | Dios | y rehusaron seguir su ley;
Y 7 1 En un momento de gran tribulación. € salmista medita en las maravillas realizadas de
* * antiguo por Dios y en la grandeza de su p der, que se muestra en la naturaleza.
yO 1 A la luz de aquellos principios que la profecía nos enseña acerca de la providencia divina
* ^ sobre Israel, el salmista recorre la historia del pueblo elegido, dirigida toda ella hacia la rea
lización de sus altos destinos mesiánicos.
3 En la Ley muchas veces se encarga a los padres que recuerden a sus hijos las antiguas mara
villas de Dios a favor de Israel, para excitar en ellos sentimientos de gratitud y fidelidad (Ex 12,26;
13.8; Dt 4.9)*
SALMO 7 8 6 40
i* Dieron al olvido sus obras | y las ma 34 Cuando los hería de muerte, le bus
ravillas que a sus ojos había obrado. caban, I se convertían y se volvían a Dios;
12 Ante sus padres había obrado ma 35 Y se acordaban de que era Dios su
ravillas, | en la tierra de Egipto, en la re Roca, | y el Dios Altísimo, su redentor.
gión de Tanis. * 36 Pero le engañaban con su boca | y
13 Dividió el mar para darles paso, | y con su lengua le mentían,
paró las aguas como si les pusiera un 37 Y su corazón no era sincero para El |
dique. y no eran fieles a su alianza.
14 Los guiaba de día en la nube | y du 38 Pero es misericordioso, y perdonaba
rante toda la noche con resplandor de la iniquidad, | y no los exterminó; antes
fuego. refrenó muchas veoes su ira | y no dejó
13 que se desfogara toda su cólera.
Hendió las rocas en el desierto | y les
proveyó de raudales inexhauribles, 39 Se acordó de que eran carne, un so
i* Hizo salir arroyos de la piedra, | hizo plo que pasa y ya no vuelve. *
correr las aguas como río. 40 ¡Cuántas veces se rebelaron en el de
17 Y con todo, volvieron a pecar con sierto | y le contristaron en la soledad!
tra El y a rebelarse contra el Altísimo en 41 Siguieron tentando a D ios y enoja
el desierto. ron al Santo de Israel.
18 Tentaron a D ios en su corazón, | y 42 N o se acordaron de su gran poder, |
pidieron comida a su gusto. ni del día en que los libertó de la opre
Hablaron contra Dios, diciendo: | sión;
«¿Podrá acaso Dios poner mesa en el de 43 N i de cómo obró en Egipto sus pro
sierto? digios, | y sus portentos en la región de
20 Hirió la peña y brotaron las aguas, | Tanis,
y corrieron como un torrente; ( ¿pero po 44 Mudando sus aguas en sangre ( para
drá también damos pan | y preparar en el que no pudiesen beber en sus canales;
desierto carne a su pueblo?» 45 Mandando contra ellos tábanos que
21 Oyólo Yavé y se indignó, j y se en los devorasen | y ranas que los infestasen;
cendió su furor contra Jacob, | y subió su 46 Dando sus cosechas al pulgón | y sus
ira contra Israel. frutos a la langosta;
22 Porque no creían en Dios | y no te 47 Devastando con el granizo sus viñas, |
nían confianza en su protección. y sus higuerales con la piedra;
23 Dio orden a sus nubes, j abrió las 48 Dando al pedrisco sus ganados | y al
puertas del cielo, rayo sus rebaños.
24 Y llovió sobre ellos el maná, para que 49 Derramó sobre ellos su tremenda có
comieran, | dándoles un trigo de los cielos. lera, | la ira, el furor, la angustia, | como
23 Comió el hombre pan de ángeles, | un y tropel de malignos espíritus.
les dio comida hasta la saciedad. * 50 Dio rienda suelta a su enojo, | no
26 Hizo soplar en el cielo el viento so substrajo su vida a la muerte, | dio sus
lano, | y con su poder hizo soplar el ganados en presa a la peste,
austro. 51 Y mató a todos los primogénitos de
27 Y caer como polvo sobre ellos la car Egipto, | a los primogénitos de las tiendas
ne, | como arenas del mar aves aladas. de Cam.
28Hízolas caer dentro del campamen 52 Pero sacó a su pueblo como un reba
to mismo | y en derredor de las tiendas ño, | los condujo como grey por el de
de ellos; sierto;
29 Y comieron y se hartaron, | y así les 53 Y los guió seguros y sin temor, | mien
dio lo que ansiaban. tras se tragaba el mar a sus enemigos.
30 pero apenas habían acabado de sa 54 Los llevó hasta sus santas fronteras, |
ciar su avidez, | todavía tenían en su boca a los montes que conquistó su diestra.
la comida, 55 Arrojó ante ellos a las naciones, | di
31 Y montó Dios en cólera contra ellos, | vidió en partes su tierra en heredad j e hi
e hirió de muerte a los robustos, | y abatió zo habitar en las tiendas de aquéllos a las
a la flor de Israel. tribus de Israel.
32 Con todo, volvieron a pecar | y no 56 Y todavía volvieron a tentar y provo
dieron crédito a sus maravillas; caron a Dios Altísimo, | y no guardaron
33 Y consumió como un soplo sus días, | sus mandatos.
y sus años en calamidades imprevistas. 57 Volviéndole las espaldas, prevarica-
12 Es éste un dato interesante sobre la región de Tanis, teatro de los prodigios de Moisés.
Con esto se suple la deficiente información geográfica del Exodo acerca de este punto.
25 Pan de los ángeles llaman los LXX y la Vulgata al maná porque baja del cielo, morada de los
ángeles, que asisten ante Dios (Sal 29,1 ss.). El texto hebreo dice pan de nobles, de principes: «pan
blanco» diríamos hoy.
39 Acordándose de que eran de came, y por esto mal indinados, Dios se movía a tener de ellos
piedad.
641 SALMOS 7 8 - 8 0
ron como sus padres, | fallaron como en 4 Somos el escarnio de nuestros veci
gañoso arco. nos, | la irrisión y el ludibrio de los que
58 Le irritaron con sus altos | y le pro nos rodean.
vocaron con sus esculturas. 5 ¿Hasta cuándo, oh Yavó? ¿Habrás de
59 Sintió Dios toda su cólera al verlo, | estar airado para siempre? | ¿Arderá siem
y rechazó con aspereza a Israel; pre como fuego tu furor?
60 Y dejó el tabernáculo de Silo, | la * Derrama tu ira sobre las gentes que
tienda que fue su morada entre los hom no te conocen, | sobre los reinos que no
bres. * invocan tu nombre.
61 Dio a la esclavitud su fuerza, | y a 7 Porque han devorado a Jacob, | han
manos del enemigo su gloria. asolado sus moradas.
62 Condenó a su pueblo a la espada | 8 N o recuerdes para nuestro mal las ini
y se enfureció contra su heredad. quidades antiguas; | sálgannos al encuen
63 Devoró el fuego a sus jóvenes | y no tro tus misericordias, | que estamos muy
cantaron sus vírgenes el canto nupcial. abatidos.
64 Sus sacerdotes perecieron a la espa 9 Socórrenos, ¡oh Dios, salvador nues
da, | y no los lloraron sus viudas. tro!, por el honor de tu nombre; | socó
65 Mas despertóse entonces el Señor, rrenos y perdona nuestros pecados por tu
como quien duerme, | como el valiente nombre.
oprimido por el vino; ¿Por qué han de poder decir las gen
66 E hirió a sus enemigos por la espal tes: «¿Dónde está su Dios?» | Sea notoria
da, | cubriéndolos de eterna ignominia. a las gentes y a los ojos nuestros | la ven
67 Y rechazó a la tienda de José | y no ganza de la sangre derramada de tus sier
eligió a la tribu de Efraím, vos.
o8 Pero eligió a la tribu de Judá, | el u Llegue a tu presencia el gemido de
monte de Sión, monte de su predilección. los cautivos, I con el poder de tu brazo
69 Edificó su santuario con alturas desalva a los condenados a muerte.
cielo | y firme como la tierra, que cimen 12 Haz recaer sobre la cabeza de nues
tó por los siglos. tros enemigos el séxtuplo | de la afrenta
7®Y eligió a David, su siervo, | y le to con quo quieren afrentarte, ¡oh Yavé!
mó de las majadas de ovejas; 13 Y nosotros, tu pueblo, grey de tu
71 D e tras de las ovejas que cría le to pastizal, | te alabaremos eternamente | y
mó, | para que apacentase a Jacob, su cantaremos tus alabanzas por generacio
pueblo; | a Israel, su heredad. nes y generaciones.
72 Y él, con corazón recto, los apacen
tó | y los condujo con la prudencia de sus 80 (V. 79 )
manos. Oración por el pueblo perseguido
79 (V. 78) 1 Al maestro del coro. Sobre «Los li
Oración pidiendo la restauración de rios del testimonio». Salmo de Asaf. *
2 ¡Oh pastor de Israel!, escucha. | Tú
las ruinas y el castigo de los enemigos que conduces a José como un rebaño, |
1 Salmo de Asaf. que te sientas entre los querubines, mués
¡Oh Dios! Han invadido las gentes tu trate.
heredad, | han profanado tu santo tem 3 Ante Efraím, Benjamín y Manasés. |
plo ( y han reducido a Jerusalén a un mon Despierta tu poder, | ven y sálvanos.
tón de escombros. * 4 ¡Oh Dios!, restáuranos, | haz esplender
2 Dieron los cuerpos de tus siervos por tu rostro, y seremos | salvos.
pasto a las aves del cielo, | y la carne de 3 ¡Oh Yavé, Dios Sebaot! | ¿Hasta cuán
tus santos a las bestias de la tierra; do seguirás desdeñando la oración de tu
3 Derramaron como agua su sangre en pueblo?
los alrededores de Jerusalén, | sin que hu 6 Les das a comer pan de lágrimas, |
biese quien les diera sepultura.60 les haces beber lágrimas en abundancia;
60 S i l o , s i t u a d a e n l a t r i b u d e E f r a í m , f u e d u r a n t e l a é p o c a d e l o s ju e c e s e l a s i e n t o d e l t a b e r
n á c u lo . D e S i l o , d e s p u é s d e a lg u n o s a c c i d e n t e s q u e s e t r a s l u c e n e n e l l i b r o p r i m e r o d e S a m u e l , e l
a r c a y e l s a n t u a r io n a c io n a l p a s a r o n a J e r u s a l é n , d o n d e r e i n a b a l a d in a s t ía d e D a v i d e n v i r t u d d e l a
e le c c ió n d i v i n a ( 2 S a m . 7 , 1 3 - 1 6 ; J e r 7 , 1 2 ) .
*7 Q 1 E l s a l m o h a c e r e l a c i ó n a u n m o m e n t o t r i s t e d e l a h is to r ia d e J e r u s a l é n , c u y o t e m p l o e s tá
A _ p r o f a n a d o , l a c i u d a d e n r u i n a s y r o d e a d a d e c a d á v e r e s , y , p a r a c o l m o d e m is e r ia , l o s p u e b lo s
v e c i n o s e s c a r n e c e n a l p u e b l o e le g id o y b l a s f e m a n d e s u D i o s . E l s a l m i s t a p i d e m i s e r i c o r d i a p a r a
s u n a c i ó n y ju s t i c i a p a r a l o » q u e a s i u lt r a je n a l p u e b l o y a Y a v é . E l s a l m o c o n v i e n e b ie n a l o s d í a s
d e l a t o m a d e J e r u s a l é n p o r l o s c a ld e o s .
fiA 1 En una triste situación del pueblo, que recuerda la que Nehemías encontró en Jerusalén
u v (1-2), el salmista acude a Dios pidiendo la restauración de Israel, que representa bajo la
imagen de rebaño de Dios y de viña plantada por El mismo.
SALMOS 80-83 642
Q O 1 E l s a lm is t a c o m ie n z a p o r r e p r e s e n t a m o s a D i o s s e n t a d o e n s u t r o n o y r o d e a d o d e l a s
ju e c e s d e I s r a e l, a q u ie n e s c a l i f i c a d e d io s e s p o r l a f a c u l t a d q u e p a r a j u z g a r t ie n e n d e D i o s ,
y r e p r e n d e d u r a m e n t e s u c o n d u c t a , d e v e r d a d e r o s p r e v a r i c a d o r e s ( c f. S a l 5 8 ; I s 3 , 1 3 ) .
OO 1 E l p o e t a v e a s ’.i p u e b lo e s t r e c h a d o y p e r s e g u id o p o r to d o s lo s p u e b l o s c i r c u n v e c i n o s y
p i d e a D i o s l e li b r e y le v e n g u e d e e llo s , h a c ié n d o le s r e c o n o c e r e l s u m o p o d e r l o d e Yavé
s o b r e t o d a la t ie r r a .
64* salm os 83-85
3 Mira que bravean tus enemigos | y carne saltan de júbilo por el D ios vivo.
yerguen la cabeza los que te aborrecen. 4 Halla una casa el pájaro, | y la go
4 Tienden asechanzas a tu pueblo | y londrina un nido donde poner sus pollue-
se conjuran contra tus protegidos. los; | yo he hallado tus altares, ¡oh Yavé
5 Dicen: «Ea, borrémoslos del número Sebaot, | rey mío y Dios mío!
de las naciones, | no haya más memoria 5 Bienaventurados los que moran en tu
del nombre de Israel». casa | y continuamente te alaban. (Sela.)
6 Todos a una se han confabulado, | se 6 Bienaventurado el hombre que tiene
han ligado estrechamente contra ti. en ti su fortaleza | y anhela frecuentar
7 Las tiendas de Edom, los ismaelitas. | tus subidas.
Moab, los agarenos, 7 Aun pasando por el árido valle de
3 Gebal y Ammón y Amalee, | los filis
Bacá, j se le hace todo fuentes, l como
teos con los habitantes de Tiro. cubierto de las bendiciones de la lluvia
9 También se ha unido a ellos Asur,temprana.
|
dando su apoyo a los hijos de Lot. (Sela.) 8 Y siguen cada vez más animosos I
1° Hazles como hiciste a Madián, | a para ver al Dios de los dioses en Sión.
Sisara, a Jabín en el torrente de Cisón. 9 Oye mi oración, ¡oh Yavé, Dios Se
U Que perecieron en Endor j y vinieron baot!; | atiéndela, Dios de Jacob. (Sela.)
a ser estiércol de la tierra. 10 Escudo nuestro, Dios, mira, | y pon
12 Haz a éstos y a sus jefes como a Oreb los ojos en el rostro de tu ungido. *
y Zeb, | como a Zebe y a Salmana, y a 11 Porque más que mil vale un día en
todos sus príncipes. * tus atrios, | y prefiero estar a la puerta
13 Que dijeron: 1«Apoderémonos de las de la casa de mi Dios | a morar en las
tierras de Dios». tiendas de la iniquidad.
14 Hazlos, Dios mío, como polvo que 12 Porque sol y escudo es Yavé, Dios, |
arrastra el torbellino, | como pajuela al y da Yavé la gracia y la gloria, | y no
viento: niega sus bienes a los que caminan en la
15 Como abrasa el fuego la selva, | como inocencia.
quema la llama los montes; 13 ¡Oh Yavé Sebaot! | ¡Bienaventurado
16 Persíguelos así con tu tormenta, | el hombre que en ti confía!
atérralos con tu huracán.
*7 Cubre su rostro de ignominia, | y 8 5 (V. 84)
busquen tu nombre, ¡oh Yavé! *
18 Sean para siempre confundidos y ate Oración pidiendo la salud del pueblo
rrados; | sean llenos de vergüenza y pe 1 Al maestro del coro. Salmo de los
rezcan, hijos de Coré. *
19 Y reconozcan que tu nombre es Ya 2 Has sido benévolo con tu tierra, ¡oh
vé | y que sólo tú eres el Altísimo sobre Yavé! | Mejoraste la suerte de Jacob.
toda la tierra. 3 Has perdonado la iniquidad de tu
pueblo l y has ocultado todos sus pecados.
*4 (V. 83) 4 Has apartado tu furor | y has desisti
Anhelo de la presencia de Dios en do del ardor de tu cólera.
el templo 5 Vuélvete a nosotros, Dios, nuestra
salvación, | y haz cesar tu ira contra
1 Al maestro del coro. Sobre «La Ge- nosotros.
tea». Salmo de los hijos de Coré. * 6 ¿Vas a estar siempre irritado contra
2 ¡Cuán amables son tus moradas, oh nosotros | y vas a prolongar tu cólera de
Yavé Sebaot! generación en generación?
3 Anhela mi alma y ardientemente desea 7 ¿No vas a devolvemos la vida, j para
los atrios de Yavé; j mi corazón y mi que tu pueblo pueda gozarse en ti?
1 2 S o n é s to s l o s je f e s m a d ia n it a s v e n c id o s p o r G e d e ó n ( J u e 6 - 7 ) .
1 7 E s t o s c a s t ig o s q u e e l s a lm is ta p i d e p a r a lo s e n e m ig o s d e s u p u e b l o n o t e r m i n a n c o n s u r u i n a ,
s in o c o n s u s a l u d , p u e s t o q u e , c o m o fin d e l c a s t ig o , p i d e q u e r e c o n o z c a n a Y a v é y l e b u s q u e n . T a l
p e tic i ó n s e in s p ir a e n lo s v a t ic in io s m e s iá n ic o s d e la v o c a c ió n d e la s g e n te s .
Q A 1 E s t e s a lm o e s u n c á n t ic o d e p e r e g r in a c ió n . L o s p e r e g r in o s , lle n o s d e d e v o c i ó n h a c i a e l
s a n tu a r io , e x p r e s a n s u s a n sia s d e l l e g a r a c o n t e m p la r le y p o n d e r a n l a d ic h a d e q u ie n e s v i v e n
c e r c a d e é l, q u e e s c o m o v i v i r c e r c a d e Y a v é , q u e m á s f á c i lm e n t e o y e l a s p l e g a r i a s d e lo s q u e e stá n
v e c in o s a E l .
1 0 E l d e fe n s o r y el u n g id o es el r e y , p o r q u ie n el s a lm is t a p id e a D i o s .
O C 1 C e l e b r a el s a lm is t a la v u e lt a d e l c a u t iv e r io y la r e s t a u r a c i ó n n a c io n a l. P e r o é s ta ib a m u y
l e n t a m e n t e ; n i s e a ju s t a b a a la s h e r m o s a s p r o m e s a s c o n t e n id a s e n lo s o r á c u lo s d e I s a ía s , Je
re m ía s y E z e q u i e l . P o r e so p id e q u e lle g u e e sa p le n a re s t a u r a c i ó n , e n la c u a l v a y a i m p l i c a d a , lo m is
mo q u e e n la s a lu d id a s p r o f e c ía s , la p r o m e s a m e s iá n ic a .
sa lm os 8 5 -8 8 644
8 H aznos ver, |oh Y a vé !, tus piedades | 13 Por tu gran misericordia para con
y danos tu ayuda salvadora. migo, f por haber sacado mi alma del
9 Y o bien sé lo que dirá Dios. | Que profundo averno.
sus palabras sean palabras de paz | para 14 (Oh Dios! Gentes soberbias se alza
su pueblo y para sus santos | y para ron contra mí, | una turba feroz busca mi
cuantos se vuelven a E l de corazón. alma, | y no te ponen delante de sí.
10 Si, su salvación está cercana para los 15 Pero tú, loh Yavé!, eres D ios miseri
que le temen, | y bien pronto habitará la cordioso y clemente, | magnánimo y de
gloria en nuestra tierra. gran piedad y fidelidad.
11 Se encontrarán la benevolencia y la 16 Mírame y ten piedad de mí, | forta
fidelidad, | se darán el abrazo la justicia lece a tu siervo | y salva al hijo de tu
y la paz. esclava.
12 Brota de la tierra la fidelidad | y mira 17 Haz conmigo muestra de ti para
la justicia desde lo alto de los cielos. bien, | y viéndola confúndanse los que me
13 Sí, Y a v é nos otorgará sus bienes, | odian, | vean que tú eres Yavé, que me
y la tierra dará sus frutos. socorres y me consuelas.
14 V a delante de su faz la justicia, | y
la paz sigue sus pasos. 87 (V. 86)
L a gloria d e la Jerusalén m esián ica
86 (V. 85)
1 Salmo de los hijos de Coré. Cántico.
Petición del auxilio de Dios
Fundada está sobre los santos montes. *
1 Oración. D e David. 2 Ama Dios las puertas de Sión | más
Inclina, Y avé, tus oídos y óyeme, I por que todas las tiendas de Jacob.
que estoy afligido y soy un menesteroso. * 3 Muy gloriosas cosas se han dicho de
2 Guarda mi alma, pues que soy tu ti, | ciudad de Dios. (Sela.)
devoto; I salva, mi D ios, a tu siervo, que 4 Contaré a Rahab y a Babilonia entre
en ti confía. los que me conocen; | la Filistea, Tiro
3Ten misericordia de mí, ¡oh Y a vé !, | con los etiopes, | éstos allí nacieron.
pues te invoco cada día. 3 Y de Sión dirán: «Este y el otro allí
4Alegra el alma de tu siervo, | porque han nacido, | y es el Altísimo mismo el
a ti alzo mi alma, que la fundó».
5 Pues tú eres, Señor, indulgente y pia 6 Inscribirá Yavé en el libro de los pue
doso | y de gran misericordia para los blos: | «Este nació allí». (Sela.)
que te invocan. 7 Y cantarán saltando de júbilo: ) «En
6 Escucha, ¡oh Ya vé !, mi oración | y ti están mis fuentes todas».
atiende a la voz de mis plegarias.
7 En el día de la angustia te llamo, ] 88 (V. 87)
porque sé que me oyes. O ración d e u n afligido
8 N o hay, Señor, en los dioses seme
jante a ti, | y nada hay que iguale tus 1 Al maestro del coro. Cántico de los
obras. hijos de Coré. Sobre «Mahalat». Para can
9 Todas las gentes que tú hiciste, | ven tar. Masquil de Ernán, ezraíta. *
drán, ¡oh Y a vé !, a postrarse ante ti | y 2 ¡Oh Yavé, D ios mío!, | día y noche
honrarán tu nom bre;* clamo a ti.
10 Pues que tú eres grande y obras ma 3 Llegue mi oración a tu presencia, |
ravillas, j tú eres el solo Dios. inclina tu oído a mi clamor.
11 Enséñame, ¡oh Y a vé !, tus caminos, 4 Harta de males está mi alma, | mi
para que ande yo en tu verdad, | y lleva vida al borde del sepulcro.
mí corazón únicamente a reverenciar tu 3 Ya me cuentan entre los que bajan a
nombre. la fosa; ! soy ya hombre sin fuerzas.
12 Pueda yo darte gracias, Y avé, mi ¿Abandonado entre los muertos, | o
D ios, con todo mi corazón, | y glorificar como los traspasados que moran en el
tu nombre por la eternidad. sepulcro, | de quienes ya nadie se acuer
1 Esta petición tan apremiante del auxilio divino, hecha por el salmista contra las gentes
soberbias que se levantan contra él, no parece que cuadre a un particular, sino a un príncipe,
cuya causa es la causa común del pueblo.
9 En el V.9 se augura la venida de las naciones todas a honrar a Dios en el templo, lo que implica
francamente la idea mesiánica.
Oy 1 Bellísimo salmo mesiánico. Jerusalén vendrá a ser la ciudad cosmopolita en que todas las
0 1 naciones gozarán de los derechos de ciudadanía, como si en ella hubieran nacido (Is 4,3).
Con esto preludia la doctrina de San Pablo de que en Cristo no hay judío ni griego, bárbaro ni
escita, porque todos son uno en Cristo (Col 3,11 s.).
OO 1 El profeta, profundamente afligido y contristado, pide a Dios humildemente le libre d e
0 0 tantas penas y le salve la vida.
645 salm os 8 8 -8 9
da, | y que fueron arrancados a tus manos. 7 ¿Quién sobre las nubes semejante al
7 Hasme puesto en lo profundo de la Señor? | ¿Quién semejante a Y a vé entre
hoya, | entre las tinieblas del abismo. los hijos de D ios?
8 Pesa tu ira sobre mí | y has desenca 8 Terrible es D ios en la congregación
denado contra mí todos tus furores. (Sela.) de los santos, | grande y formidable más
9 Has alejado de mí a mis conocidos, I que cuantos le rodean. *
me has hecho para ellos abominable, | 9Y a vé , D ios Sebaot, ¿quién hay que te
estoy encerrado y no tengo salida. iguale? | Eres poderoso, {oh Y a vé l, ceñi
10 Mis ojos languidecen por la aflic do de tu fidelidad.
ción; | te invoco, loh Yavé!, todo el día, | 10T ú dominas la soberbia del m ar; |
y tiendo mis manos hacia ti. cuando se embravecen sus olas, tú las
11 ¿Harás tú ya prodigio alguno para contienes.
los muertos? | ¿Se levantarán los muertos 11 T ú quebrantaste a R ahab, com o a
para alabarte? (Sela.)* un herido enemigo, | y con tu fuerte
12 ¿Cantará nadie en el sepulcro tus brazo dispersas a tus enem igos.*
piedades, | ni en el averno tu fidelidad? 12 Tuyos son los cielos, tuya la tierra, I
13 ¿Será conocido prodigio alguno tuyo el orbe de la tierra y cuanto lo llena, tú
en las tinieblas, | ni tu justicia en la tierra lo formaste;
del olvido? 13 T ú creaste el aquilón y el austro; (
14 A ti clamo, pues, loh Yavé!, | y mis el Tabor y el Hermón saltan al oír tu
plegarias van a ti desde la mañana. nombre.
15 ¿Por qué, loh Yavé!, me rechazas | y 14T ú tienes un brazo lleno de vigor, I
me escondes tu rostro? fuerte es tu mano, amenazadora tu diestra.
16 Soy un misero afligido desde mi mo 13 L a justicia y el juicio son el asiento de
cedad, | siempre en espanto, lleno de tu trono, [ y la misericordia y la fidelidad,
terrores. tus heraldos.
17Derrámanse sobre mí tus furores | Bienaventurado el pueblo que sabe
y me oprimen tus espantos. cantarte; | andará, ¡oh Y a vé!, a la luz de
18 Continuamente me invaden como tu faz.
aguas, | y todas a una me sumergen. 17Gozarán siempre de la alegría de tu
19 Has alejado de mí amigos y compa nombre | y se alegrarán en tu justicia.
ñeros, | y son mis parientes las tinieblas. 18 T ú eres nuestra gloría y nuestra fuer-
za, | y por tu benevolencia se acrecienta
nuestro poderío.
89 (V. 88) 19Pues de Y a v é es nuestro escudo | y
Quejas por el abatimiento del rey nuestro rey del Santo de Israel.
a pesar de las promesas hechas a 20t ú en tiempos hablaste en visión a
D avid tus predilectos, y dijiste: | «H e dado mi
ayuda a un valiente, | he alzado en la
1 Masquil de Etán, ezraíta. * nación a un valeroso.
2 Cantaré siempre las misericordias de 21 H e hallado a D avid, mi siervo; | lo
Yavé { y daré a conocer por mi boca a he ungido con mi óleo consagrado.
las generaciones todas tu fidelidad; 22 M i mano le sostendrá con firme apo
3 Porque dijiste: «La misericordia es yo | y mi brazo le hará fuerte.
eterna; | tu fidelidad se apoya en los 23N o le vencerá enemigo, | no le aba
mismos cielos. tirá inicuo.
4 He hecho alianza con mi elegido, | 24Destruiré ante él a sus enemigos |
he jurado a David, mi siervo: y quebrantaré a los que le aborrecen.
5 Haré durar por siempre tu prole | y 25 Serán con él mi verdad y mi miseri
estableceré tu trono por las generaciones». cordia | y en mi nombre se alzará su
(Sela.) poder.
6 Los cielos cantan tus maravillas, ¡oh 26 Pondré su mano sobre el mar, | y su
Yavé!, | y tu fidelidad en la asamblea de diestra en los ríos.
los santos. 27E l me invocará, diciendo: «T ú eres
11 Estos versículos nos dan a conocer la idea triste que los hebreos se formaban de la región
de los muertos. Era esto un motivo más para pedir a Dios que les diese largos días en la tierra de
los vivos.
Q Q 1 Salmo de inspiración enteramente mesiánica, basada en la alianza de Dios con Israel, en la
promesa divina hecha a David. Lo uno y lo otro eran motivos para esperar de Dios una me
jor suerte para Israel que la que entonces tenía y para pedir al Señor que se acordase de sus palabras
y las cumpliese cuanto antes.
8 Los «santos» son los «hijos de Dios», los ángeles, que forman la corte de Dios y a veces se nos
presentan como formando su consejo (1 Re 22,19-23).
11 Rahab es aquí el océano primitivo, caótico, que los antiguos concebían como muy agitado
y embravecido.
SALMOS 8 9 - 9 0 646
mi padre, | mi Dios, la roca de mi sal loh Yavéf, | las que por tu verdad juraste
vación». * a David?
28 Y yo le haré mi primogénito, | el 51 Acuérdate, |oh Yavé!, del oprobio de
más excelso de los reyes de la tierra. tus siervos | y de cómo llevo yo en mi
29 Y o guardaré eternamente con él mi seno las afrentas de muchos pueblos.
misericordia, | y mi alianza con él no 52 Las que arrojan tus enemigos, ¡oh
será rota. Yavé!, | sobre los pasos de tu ungido.
30 Haré subsistir por siempre su descen
dencia | y su trono mientras subsistan los Doxología final del libro
cielos.
31 Si traspasan sus hijos mi ley | y no 53 Bendito sea Yavé por la eternidad.
siguen mis mandatos, Amén, amén.
32 Si violan mis preceptos | y no hacen
caso de mis mandamientos,
33 Y o castigaré con vara sus rebeliones | L I B R O C U A R T O
y con azotes sus pecados. (90-106)
34 Pero no apartaré de él mi piedad |
ni faltaré a mi fidelidad; 90 (V. 89)
35 N o quebrantaré mi alianza | y no Deprecación de misericordia
retractaré cuanto ha salido de mis labios.
36 U na cosa he jurado por mi santidad, j 1 Oración de Moisés, varón de Dios.
y no romperé la fe a D avid : Yavé, tú has sido refugio para nos
37 Su descendencia durará eternamente | otros | de generación en generación. *
y su trono durará ante mi cuanto el sol. 2 Antes que los montes fuesen | y fue
38 Y | como la luna | permanecerá eter sen pandos la tierra y el orbe, | eres tú
namente | y será testigo fiel en el cielo». desde la eternidad hasta la eternidad.
(Sela.) 3 Reduces al polvo al hombre, | dicién-
39 Pero, con todo, has rechazado, has dole: «Volved, hijos de la tierra».
alejado a tu ungido, j te has indignado 4 Mil años son a tas ojos ) como el dia
contra él. de ayer, que ya pasó; ( como una vigilia
40 H as roto la alianza con tu siervo, | de la noche.
has profanado y echado a tierra su dia 5 Los arrebatas; son como sueño ma
dema. ñanero, | como hierba verde.
41 Has arruinado todas sus murallas, J 6 Que a la mañana florece y verdeguea, |
has reducido a escombros sus fortalezas. a la tarde se marchita y se seca.
42 Cuantos pasan por el camino le sa 7 Consúmenos tu ira i y nos conturba
quean, ( es el oprobio de sus vecinos. tu indignación.
43 H as robustecido la diestra de sus 8 Has puesto nuestros pecados frente a
enemigos, j has alegrado a todos sus ad ti, [ nuestros pecados secretos a la luz de
versarios. tu faz.
44 Has embotado el filo de su espada | 9 Y todos nuestros dias transcurren bajo
y no le has socorrido en el combate. tu ira, | y acaban nuestros años como un
43 L e has despojado de su majestad | suspiro.
y
has echado por tierra su trono. 10 Los días de nuestros años son seten
46 H as acortado los días de su juven ta años, | y ochenta en los más robustos; |
tud | y le has cubierto de oprobio. (Sela.) pero también la robustez es apariencia,
47 ¿H asta cuán d o , ¡oh Y a v é !, estarás un nada, | porque pasa en un instante, y
siempre escondido? | ¿Arderá tu ira como volamos.
fuego? 11 ¿Quién pesa a lo justo la severidad
48 Acuérdate de cuán breve es la vida | de tu ira | y tu indignación en lo que
y de cuán para poco hiciste a todos los debes ser temido?
mortales. 12 Enséñanos, pues, a contar nuestros
49 ¿Quién es el hombre que viva y no dias, ( para que adquiramos un corazón
haya de ver la muerte? | ¿Quién puede sabio.
substraerse al poder del sepulcro? (Sela.) 13 Vuélvete, ¡oh Yavé!, ya por fin | y
50 ¿Dónde están tus antiguas piedades, ten compasión de tus siervos.
27 En virtud de la especial predilección de Dios por Israel, éste es llamado hijo y aun primogé
nito de Dios entre todos los pueblos de la tierra. David, por las mismas razones, recibe los mismos
títulos, e igual sus herederos. Estos títulos alcanzarán plenísima realización en el Mesías, Hijo de
Dios.
QA 1 Comienza el salmo con una meditación sobre la eternidad de Dios y la caducidad del
” hombre. La causa de esta última son los pecados, los cuales atraen sobre nosotros los casti
gos de Dios. Termina el salmista pidiendo la benevolencia divina para el pueblo, que desde hace
muchos años se halla en la miseria.
647 s á L iio s 9 0 -9 S
1 Como el precedente, celebra este salmo la providencia de Dios, que castiga a los impíos
92 haciendo efímera su prosperidad, pero que la da larga y duradera a los justos.
93 1 Breve, pero magnífico canto a la grandeza de Dios, que inmensamente supera a lo más
grande de la creación.
salm o s 98-96 648
tumultuosas, | más que los furores del 21 ¿Los que se echan sobre la vida del
mar, | eres tú magnifico en las alturas, justo | y condenan la sangre inocente?
|oh Yavé! 22 Pero Yavé es refugio para mí, | y mi
5 Tus testimonios son firmísimos, | conDios es la roca de mi salvación.
viene a tu casa la santidad, ¡oh Yavé!, | 29 El arrojará sobre ellos su misma per
por los siglos de los siglos. versidad, | y con su misma malicia los
aniquilará, | los aniquilará Yavé, nuestro
94 (V- 93 ) Dios.
In vocación a D io s , q u e castiga a los 95 (V. 94)
im p ío s y p rotege a los justos E xh ortación a la alabanza y
ob ed ien cia d e D io s
1 ¡Dios de las venganzas, Yavé, | Dios
de las venganzas, muéstrate!* 1 ¡Venid, cantemos jubilosamente a Ya
2 Alzate, juez de la tierra, | da a los vé; | cantemos gozosos a la roca de
soberbios su merecido. nuestra salvación! *
3 ¿Hasta cuándo los impíos, ¡oh Yavé!, | 2 Lleguémonos a El con alabanzas, 1
hasta cuándo los impíos triunfarán? aclamémosle con cánticos.
4 ¿Hablarán proterva y jactanciosamen 9 Porque D ios grande es Yavé, | Rey
te | los que obran la iniquidad? grande sobre todos los dioses.
5 Aplastan, Yavé, a tu pueblo, | opri 4 Porque tiene en sus manos las pro
men a tu heredad. fundidades de la tierra | y suyas son tam
6 Dan muerte a la viuda y al peregrino | bién las cumbres de los montes.
y a los huérfanos quitan la vida. 5 Suyo es el mar, pues El lo hizo; | suya
7 Y se dicen: «No ve Yavé, | no lo sabe la tierra, formada por sus manos.
el Dios de Jacob». * 6 Venid, postrémonos en tierra ante El; |
8 Entended, necios del pueblo, | y vos doblemos nuestra rodilla ante Yavé, nues
otros, fatuos, ¿cuándo seréis cuerdos? tro Hacedor.
9 El que hizo el oído, ¿no va a oir? | El 7 Porque El es nuestro Dios, y nosotros
que formó el ojo, ¿no ha de ver? el pueblo que El apacienta ¡ y el rebaño
10 El que educa a los pueblos, ¿no va a que El guía. | ¡Oh si oyerais hoy su voz!
reprender? | ¿El que da al hombre la sa • «No endurezcáis vuestro corazón co
biduría? mo en Meribá, | como el día de Masá, en
11 Conoce Yavé los pensamientos de los el desierto,
hombres, | cuán vanos son. 9 Donde me tentaron vuestros padres, |
12 Bienaventurado el hombre a quien tú me probaron, a pesar de haber visto mis
educas, ¡oh Yavé!, | al que das sabiduría obras.
con tu ley. to Cuarenta años anduve desabrido de
13 Para que esté tranquilo en los días aquella generación, | y tuve que decirme:
de aflicción, | en tanto que se cava para Estos son gente de torcido corazón, | que
el impío la fosa. desconoce mis caminos.
14 No abandona Yavé a su pueblo, | no n Por esto les juré en mi ira | que no
desampara su heredad. entrarían en mi reposo».
15 Volverán a la justicia los juicios | y
la seguirán todos los rectos de corazón. 96 (V. 95)
16 ¿Quién se levantará por mi contra A lab an za d el S eñor, ú n ico D io s
los malvados? | ¿Quién estará conmigo
contra los obradores de la iniquidad? 1 Cantad a Yavé un cántico nuevo, )
17 Si Yavé no me hubiera ayudado, Jya cantad a Yavé la tierra toda.*
habitaría mi alma en el sepulcro. 2 Cantad a Yavé y bendecid su nom
18 Apenas decía y o : «Vacilan mis pies», | bre, | anunciad de día en día su salvación.
tu gracia, ¡oh Yavé!, me sostenía. 3 Celebrad su gloria entre las gentes, |
19 Y en las grandes angustias de mi co en todos los pueblos sus maravillas,
razón | alegraban mi alma tus consuelos. 4 Porque grande es Yavé y digno de
20 ¿Puede acaso ser aliado tuyo el trono toda alabanza, | terrible sobre todos los
de la iniquidad? 1¿Puede la tiranía sofocar dioses.
el derecho. 9 Porque todos los dioses de los pueblos
qm 1 En vano pretenden los impíos tranquilizarse y persuadirse de que Dios no ve sus malas
obras. Las ve y las castigará, mientras que al justo nunca le abandonará.
7 Tal era el ateísmo práctico de los impíos de Israel. Para ellos Dios estaba tan alto, que no se
ocupaba de las miserias humanas.
Q C 1 Invita el poeta a todos los fieles de Yavé a postrarse ante El y prestarle obediencia cura-
pliendo sus leyes, y a no rebelarse contra El, como los israelitas en el desierto.
1 La invitación a los pueblos todos a venir a adorar al Señor implica la universalidad del
% reino de Dios, reconocido por todas las naciones, y, por tanto, el reino mesiánico.
649 salm os 9 6 -9 9
son vanos ídolos; | pero Yavé hizo los 11 Ya alumbra la luz al justo | y la
cielos. alegría a los rectos de corazón.
6 Delante de El van la magnificencia 12 Alegraos en Yavé, ¡oh justos!, | y
y la alabanza; | en su santuario están honrad su santo nombre.
la fortaleza y la gloria.
7 Dad a Yavé, joh familias de los pue 98 (V. 97)
blos!, | dad a Yavé la gloria y el poderío. C anto de alabanza a D io s después
8 Dad a Yavé el honor debido a su nom de la victoria
bre, [ tomad ofrendas y venid a sus atrios.
9 Inclinaos ante Yavé en la pompa sa 1 Salmo.
grada; | tiemble ante El toda la tierra. Cantad a Yavé un cántico nuevo, |
10 Decid entre las gentes: «iReina Ya porque El ha hecho maravillas; | han
vé l» 1Decid también: «El afirmó el orbe y vencido su diestra y su santo brazo.*
no se conmueve, (El gobierna con equidad 2 Ha mostrado Yavé su salvación | y
a los pueblos». ha revelado su justicia a ojos de las gentes.
11 Alégrense los cielos, regocíjese la tie 3 Se ha acordado de su benignidad | y
rra, | truene el mar y cuanto en él se de su fidelidad a la casa de Israel; | todos
contiene. los confines de la tierra vieron la victoria
12 Salte de júbilo el campo y todo cuanto de nuestro Dios.
hay en él | y alégrense también los árboles 4 Saltad de júbilo ante Yavé toda la
de la selva tierra; | a El las voces, los cantos y los
13 Ante la presencia de Dios, que viene, | salmos.
que viene a regir la tierra. | Regirá el 3 Cantad a Yavé con la cítara, | con la
mundo con justicia | y a los pueblos con citara y con voces de canto.
su fidelidad. ó Con las trompetas y los sones de la
bocina; | saltad de júbilo ante el rey Yavé.
7 Brame el mar y cuanto él contiene, |
97 (V. 96)
ol mundo y todos sus habitantes.
G loria d e la venida d e D io s 8 Batan palmas los ríos, | regocíjense a
a juzgar su vez los montes.
1 Dios reina, gócese la tierra, | alégren 9 Delante de Yavé, que viene, | que viene
se sus muchas islas. * a juzgar la tierra. | Y juzgará al mundo con
2 Hay en tomo de El nube y calígine; | justicia, | y a los pueblos con equidad.
la justicia y el juicio son las bases de su
trono. 99 (V. 98)
3 Precédele fuego, | que abrasa en de G lo ria del Señ or en su santo m onte
rredor a todos sus enemigos.
4 Sus rayos alumbran el mundo; | tiem 1 Dios reina, tiemblan los pueblos. |
bla la tierra al verle. Se asienta entre los querubines, tiembla la
5 Derrítense como cera los montes ante tierra. *
Yavé, | ante el Señor de toda la tierra. 2 Grande es Dios en Sión, | excelso so
6 Anuncian los cielos su justicia | y to bre todos los pueblos.
dos los pueblos ven su gloria. 3 Alabado sea tu grande y terrible nom
7 Queden confundidos todos los que ado bre; | es santo su nombre.
ran sus simulacros, | los que se glorían de 4 Y poderoso el rey que ama la justi
sus ídolos; | se postran ante El todos los cia. | Tú estableciste las normas de la rec
dioses. titud, | tú hiciste en Jacob juicio y justicia.
8 Oyelo Sión y se alegra; | regocijanse 3 Ensalzad a Yavé, nuestro Dios, | y
las ciudades de Judá | por tus juicios, postraos ante el escabel de sus pies, | por
Yavé. que es santo.
9 Porque tú eres Yavé, el Altísimo, so 6 Moisés y Arón están entre sus sacer-
bre toda la tierra, | inmensamente ensal tes; | Samuel, con los que invocan su nom
zado sobre todos los dioses. bre.
10 Aborreced el mal los que amáis a Invocaban a Yavé, y El los oía.
Yavé, | que El defiende la vida de sus san 7 Les hablaba en columna de nube, | y
tos | y los libra de la mano de los impíos. aíon sus testimonios | y la Ley que les dio.
Q7 1 Canta el reino de Dios sobre Israel, precedido del juicio sobre los que adoran a los ídolos.
* Canto indudablemente mesiánico.
QQ 1 Una victoria del pueblo sirve de ocasión al poeta para dirigir a todas las naciones una
invitación para que concurran a cantar a Yavé, reconociendo su poderío y su fidelidad a
las promesas hechas a su pueblo.
QQ 1 Yavé, Rey justo, reina sobremanera en Sión, en medio de sus santos. A El vendrán loa
-7 -7 pueblos todos de la tierra (Is 6,1 s$.; 2,2 ss.).
SALMOS 9 9 - 1 0 2 650
21 Escuchando el gemir de los cautivos \ sus hijos, | tan benigno es Dios para con
y librando a los destinados a la muerte. los que le temen.
22 Para que sea cantado en Sión el nom 14 Pues él conoce bien de qué hemos sido
bre de Yavé | y sus alabanzas en Jeru- hechos, | sabe que no somos más que lodo.
salén. 15 Los días del hombre son como la
23 Cuando se reunirán todos los pue hierba; | como flor del campo, así florece.
blos | y todos los reinos para servir a 16 pero sopla sobre ella el viento, y ya
Yavé. no es más, | ni se sabe siquiera dónde es
24 A medio camino quebrantó mis fuer tuvo.
zas, | abrevió mis dias. 17 Pero la misericordia de Yavé e& eter
25 Yo clamo: ¡Dios mío!, | no me lleves na para los que le temen; | y su justicia
en la mitad de mis días; | tú, cuyos años para los hijos de los hijos,
son por generaciones y generaciones. 18 Para los que son fieles a su alianza ¡
26 Desde el principio fundaste tú la y tienen presentes sus mandamientos para
tierra, | y obra de tus manos es el cielo; ponerlos por obra.
27 Pero éstos perecerán y tú permanece 19 Ha establecido Yavé en los cielos su
rás, ) mientras todo envejece como un trono, | y su reino lo abarca todo.
vestido. | Los mudas como se muda una 20 Bendecid a Yavé, vosotros, sus án
veste. geles, | que sois poderosos y cumplís sus
28 Pero tú siempre el mismo, | y tus días órdenes, | prontos a la voz de su palabra.
no tienen fin. 21 Bendecid a Yavé, vosotras todas, sus
29 Habitarán los hijos de tus siervos milicias, | que le servís y obedecéis su vo
allí | y permanecerá ante ti su posteridad. luntad.
22 Bendecid a Yavé, todas sus obras, | en
103 (V. 102) cualquier lugar de su imperio. | (Bendice,
alma mia, a Yavé.
Alabanza de la providencia de Dios
1 D e David. 104 (V. 103)
¡Bendice, alma mía, a Yavé; | bendiga Gloria de Dios en la creación
todo mi ser su santo nombre! *
2 ¡Bendice, alma mía, a Yavé, | y no ol 1 ¡Bendice, alma mia, a Yavé! | Yavé,
vides ninguno de sus favores! Dios mío, tú eres grande, I tú estás ro
3 £1 perdona tus pecados, | El sana to deado de esplendor y majestad.*
das tus enfermedades. 2 Revestido de luz como de un manto, |
4 El rescata tu vida del sepulcro | y de como una tienda tendiste los cielos;
rrama sobre tu cabeza gracia y misericor 3 Alza tus moradas sobre las aguas. |
dia. Haces de las nubes tu carro | y vuelas
5 El sacia tu boca de todo bien | y re sobre las plumas de los vientos.
nueva tu juventud como la del águila. 4 Tienes por mensajeros a los vientos, |
6 Hace Yavé justicia | y juicio a todos y por ministros llamas de fuego.
los oprimidos. 5 Fundaste la tierra sobre sus bases | pa
7 Dio a conocer a Moisés sus caminos, | ra que nunca después vacilara.
y sus obras a los hijos de Israel. 6 La cubriste de los mares como de ves
8 Es Yavé piadoso y benigno, | tardo a tido, | y las aguas cubrieron los montes.
la ira, clementísimo. 7 A tu increpación huyeron, | al sonido
9 N o está siempre acusando [ y no se de tu voz se precipitaron,
aíra para siempre. ®Y se alzaron los montes y se abajaron
10 N o nos castiga a la medida de nues los valles | hasta el lugar que les habías se
tros pecados, | no nos paga conforme a ñalado.
nuestras iniquidades. 9 Pusísteles un limite que no traspasa
11 Sino que cuanto sobre la tierra se al rán, | no volverán a cubrir la tierra.
zan los cielos, | tanto se eleva su miseri 10 Haces brotar en los valles los manan
cordia sobre los que le temen. tiales, | que corren luego entre los mon
12 Cuan lejos está el oriente del occiden tes.
te, | tanto aleja de nosotros nuestras cul 11 Allí beben todos los animales dél
pas. campo, | allí matan su sed los asnos sal
13 Cuan benigno es un padre para con vajes.
1 n O 1 El poeta invita a los ángeles y a todas las obras de la creación a alabar a Dios por tantos
^ favores como a todos, y principalmente a su pueblo, tiene hechos, y con los que dio mues
tras de su infinita bondad y misericordia.
■IAi 1 L a gloria de Dios es inmensa, se refleja en todas las obras de sus manos y resplandece
* ^ su admirable providencia. Nunca serán suficientes nuestras acciones de gracias y nues
tras alabanzas.
SALMOS HM-J.05 652
12 Allí cerca se posan las aves del cie ios (V. 104)
lo, | que cantan en la fronda.
«3 De tus moradas mandas las aguas so Fidelidad de Dios a la alianza
bre los montes, | y del fruto de tus obras 1 Alabad a Yavé, invocad su nombre, |
se sacia la tierra. dad a conocer entre los pueblos sus obras. *
14 Haces nacer la hierba para los anima 2 Cantadle y entonadle salmos, ) cele
les, | y el heno para el servicio del hom brad sus maravillas.
bre, | para sacar de la tierra el pan. 3 Gloríaos en su santo nombre; | alé
15 Y el vino que alegra el corazón del grese el corazón de los que buscan a Yavé.
hombre, | y el aceite que hace lucir su 4 Buscad a Yavé y su poder, | buscad
rostro, | y el pan que sustenta la vida del siempre su rostro.
hombre. 5 Recordad las maravillas que ha obra
16 Sacias también a los altos árboles, | a do, | sus prodigios y las sentencias de su
los cedros del Líbano que plantó. boca.
17 En los cuales anidan las aves; ) y los 6 Vosotros, descendencia de Abraham,
abetos, domicilio de la cigüeña; su siervo; | hijos de Jacob, su elegido.
18 Los altos montes para las gamuzas, I 7 El es Yavé, nuestro Dios, | y sus jui
las peñas para madrigueras del damán. * cios prevalecen en toda la tierra.
19 Hizo la luna para medir los tiempos, | 8 Fielmente guardó siempre su alianza I
y que el sol su ocaso conociese. y la promesa hecha por miles de genera
20 Tú tiendes las tinieblas y se hace no ciones.
che, | y en ella corretean todas las bestias 9 El pacto hecho con Abraham | y su
salvajes. juramento a Isaac.
21 Rugen los leoncillos por la presa, | 10 y confirmó a Jacob como ley firme J y
pidiendo así a Dios su alimento. a Israel como alianza eterna.
22 Sale el sol, y todos se retiran | y se 11 Diciendo: «Yo te daré la tierra de
acurrucan en sus cuevas. Canán | como porción de vuestra here
23 Sale el hombre a sus labores, | a sus dad»,
haciendas, hasta la tarde. 12 Aunque fueran pocos en número, |
24iCuántas son tus obras, oh Yavé, | casi como nada, y extranjeros en ella.
y cuán sabiamente ordenadas! | Está llena 13 Pasaron de una a otra nación | y de un
la tierra de tus beneficios. reino a otro pueblo.
25 Este es el mar, grande, inmenso; ( 14 N o dejó que nadie los oprimiese | y
allí, reptiles sin número, | animales peque castigó por ellos a reyes.
ños y grandes. 15 «No toquéis a mis ungidos, | no ha
2^ Allí, las naves se pasean, ( y ese Le- gáis mal a mis profetas».
viatán que hiciste por que allí retozase. Llamó el hambre sobre aquella tie
27 Todos esperan de ti | que les des el rra, | hizo'que faltara todo mantenimiento.
alimento a su tiempo. 17 Y mandó delante de ellos a un va
28 Tú se lo das y ellos lo toman; | abres rón, | a José, vendido como esclavo.
tu mano y sácianse de todo bien. 18 Fueron puestos en el cepo sus pies |
29 Si tú escondes tu rostro, se contur y fue encadenado con hierros.
ban; j si les quitas el espíritu, mueren y 19 Hasta que se realizó su presagio, 1 y
vuelven al polvo. le acreditó la palabra de Dios.
30 Si mandas tu espíritu, se recrían, | 20 Mandó el rey que lo soltasen; | el do
y asi renuevas la faz de la tierra. minador de pueblos le dejó en libertad.
31 Sea eterna la gloria de Yavé | y góce 21 Y le hizo señor de su casa j y prín
se Yavé en sus obras. cipe de todo su dominio,
32 Mira a la tierra, y tiembla; | toca a 22 Para que con su ejemplo enseñase a
los montes, y humean. los príncipes ( y enseñase sabiduría a los
33 Yo cantaré toda mi vida a Yavé, | ancianos.
entonaré salmos a mi D ios mientras viva. 23 Y vino Israel a Egipto, | habitó Jacob
34 Séale grato mi canto, | y yo me goza en la tierra de Cam.
ré en Yavé. 24 Y multiplicó grandemente su pue
35 Desaparezcan de la tierra los peca blo | e hizo que fuesen demasiado fuertes
dores | y dejen de ser los impíos. | {Bendi para sus enemigos.
ce, alma mía, a Yavé! ¡Aleluya! 25 QUe se volviese el ánimo de éstos para
odiar a su pueblo I y para vejar dolosa
mente a sus siervos.
i® El damán es un animalejo semejante al a nejo, abundante en Palestina, y que, al sentir el
peligro, corre a refugiarse bajo las peñas.
4 A C 1 Salmo histórico. L a suma fidelidad de Dios a su alianza con Israel, mostrada sobre todo
* v v en la liberación de la servidumbre egipc a y en darle la tierra prometida, debe ser motivo
para que su pueblo incesantemente le alabe y le b
653 SALMOS 1 0 5 - 1 0 6
■f AC 1 Salmo también histórico. Las continuas rebeldías del pueblo contra su Dios, humil-
* demente confesadas, han de ser para el pueblo motivo de alabarle y bendecirle por su
gran misericordia para con él.
SALMOS HJO'IIJY 654
y se desarrolló entre ellos una mortandad. que El redimió de mano del enemigo,
30 Levan lose Finés e hizo justicia, | y la 3 Y los que reunió de entre las tierras |
plaga cesó. del oriente y del occidente, del aquilón y
31 Y le fue contado esto a justicia, | de del austro.
generación en generación para siempre. 4 Andaban errantes por el desierto so
32 Le irritaron también en las aguas de litario, | no hallaban camino para ciudad
Meribá, | y fue castigado Moisés por cul habitada.
pa de ellos. 5 Hambrientos y sedientos, I desfalle
33 Porque turbaron su espíritu | y pro cía la fuerza de su alma;
firió con sus labios palabras imprudentes. 6 Y clamaron a Yavé en su peligro, J y
34 No destruyeron a los pueblos, Jcomo los libró de sus angustias.
se lo había mandado Yavé. 7 Y los llevó por camino derecho | para
35 Antes se mezclaron con las gentes | que pudieran llegar a la ciudad habitada.
y adoptaron sus costumbres. 8 Den gracias a Yavé por su piedad | y
36 Y dieron culto a sus ídolos, | que por los maravillosos favores que hace a
fueron para ellos un lazo. los hijos de los hombres.
37 Sacrificaron los propios hijos | y las 9 Porque sació al hambriento, | y al fa
propias hijas a los demonios; mélico le llenó de sus bienes.
38 Derramaron sangre inocente, | la san 10 Estaban sentados en tinieblas y en
gre de sus hijos y sus hijas, | sacrificándo sombras de muerte, | cautivos en miseria
los a los ídolos de Canán. | Y quedó la y hierros.
tierra contaminada por la sangre. 31 Porque se habían rebelado contra
39 Contamináronse así con sus obras | y los mandamientos de Dios | y habían des
se prostituyeron con sus acciones. preciado los consejos del Altísimo.
40 Y se encendió la ira de Yavé contra 12 Su corazón estaba abatido por el in
su pueblo | y abominó de su heredad. fortunio; | estaban deprimidos, sin tener
41Y los entregó en poder de las gentes {y quien los socorriese;
quedaron sometidos a los que los odiaban, 13 Y clamaron a Yavé en su peligro, | y
42 Y fueron vejados por sus enemigos | los libró de sus angustias.
y doblegados bajo su mano. 14 Y los sacó de las tinieblas y de las
43 Muchas veces los libraba, | pero ellos sombras de la muerte, | y rompió sus ca
se obstinaban en sus rebeliones, | y eran denas.
humillados por sus iniquidades. 13 Den gracias a Yavé por su piedad | y
44 Mas El vio sus tribulaciones | y oyó por los maravillosos favores que hace a
sus lamentos. los hijos de los hombres.
43 Y se acordó de su alianza con ellos, | 16 por haber roto puertas de bronce | y
y su mucha misericordia le inclinó a la haber desmenuzado barras de hierro.
piedad. 27 Dolientes, por su mala conducta | y
46 Y los hizo objeto de sus piedades | en por sus maldades estaban enfermos.
presencia de cuantos los tenían en cau 18 Toda comida les producía náuseas |
tiverio. y estaban ya a las puertas de la muerte;
47 ¡Sálvanos, Yavé, Dios nuestro, y re- 19 Y clamaron a Yavé en su peligro, | y
únenos de entre las gentes, | para que po los libró de sus angustias.
damos cantar tu santo nombre j y glo 20 Mandó su palabra y los sanó | y
riamos en tus alabanzas! los sacó de la perdición.
21 Den gracias a Yavé por su piedad |
D o x o lo g ía final del libro y por los maravillosos favores que hace
48 Bendito sea Yavé, Dios de Israel, de a los hijos de los hombres.
eternidades en eternidades. I Y diga todo 22 Y ofrézcanle sacrificios de alaban
el pueblo; Amén. ¡Aleluya! za, | y llenos de júbilo publiquen sus
obras.
23 Los que surcan el mar en las na
L I B R O Q U I N T O ves | para hacer su negocio en la inmen
(107-150) sidad de las aguas;
24 También éstos vieron las obras de
107 (V. 106) Yavé | y sus maravillas en el piélago.
25 El dijo al huracán que soplara f y
B en ign id ad d e la providencia divina levantó las olas del mar.
1 «¡Alabad a Yavé, porque es bueno, | 26 Subían hasta los cielos y bajaban
porque es eterna su misericordia!» * hasta los abismos; I su alma fluctuaba en
2 Digan así los rescatados de Yavé, | los tre angustias.107
1 0 7 1 Este salmo, que nos describe ya pasado el cautiverio babilónico, termina pintándonos
i " * la restauración con colores claramente mesián¡co9 . cosa frecuente en los profetas que des
arrollan el mismo tema (Jer 31 - 3 3 í Ez 3 4 )*
655 salm o s 10 7 -10 9
27 Rodaban y vacilaban como ebrios, | Alzate sobre los cielos, ¡oh D ios!, | y
y toda su pericia no servía de nada. resplandezca en toda la tierra tu gloria.
28 Y clamaron a Yavé en su peligro, [ y 7 Para que sean libertados tus ama
los libró de sus angustias. dos, | danos el auxilio de tu diestra y
29 Tornó el huracán en céfiro, | y las óyenos.
olas se calmaron. 8 Habló Dios por su santidad: | «Yo
30 Alegráronse porque se habían encal triunfaré, dividiré a Siquem y mediré el
mado, | y los guió al deseado puerto. valle de Sucot.
31 Den gracias a Yavé por su piedad | 9 Mío es Galad, mío Manasés; | Efrnlm
y por los maravillosos favores que hace es el yelmo de mi cabeza, I Judá mi
a los hijos de los hombres. cetro;
32 Y alábenle en la asamblea del pue 10 Moab la bacía para lavarme; | so
blo | y glorifíquenle en el consejo de bre Edom pondré mi cabeza; I de la h'i-
los ancianos. listea triunfaré».
33 El toma en desiertos los ríos, | las 11 ¿Quién me guiará a la ciudad for
fuentes de aguas en tierra árida. tificada, | quién me llevará hasta la Idu-
34 Hace de la tierra fértil un salobral | mea?
por la maldad de sus habitantes. 12 ¿No eres por ventura tú, ¡oh Dios!,
33 Toma el desierto en lago | y la tie que nos has rechazado, | y no sales ya,
rra seca en manantiales de aguas. ¡oh Dios!, con nuestros ejércitos?
36 Hace habitar allí a los hambrien 13 Danos tu auxilio contra el enemigo, |
tos | y fundan allí ciudad de morada. porque vana es la salud que viene del
37 Siembran campos y plantan viñas | hombre.
que dan frutos abundantes. 14 Con Dios haremos proezas, | El que
38 Los bendice y se multiplican, [ y sus brantará a nuestros enemigos.
ganados no disminuyen.
39 Y si vienen a ser pocos y oprimi 109 (V. 108)
dos, | por el peso del infortunio y las
fatigas, O ración im p recativ a c o n t ra
40 El, que puede arrojar el oprobio so el en em ig o
bre los príncipes | y los hace errar fuera
de camino, 1 Al maestro del coro. Salmo de David.
41 Salva a los pobres de la miseria | y Dios, alabanza mía, no calles,*
multiplica como rebaños sus familias. 2 Porque la boca del impío y del do
42 Ven esto los justos y se regocijan, | loso se abren contra mí. | Me hablan
y los malvados tienen que cerrar su boca. con lengua engañosa,
43 ¿Quién es sabio que considere es 3 Rodéanme de palabras de odio | y
to | y ponga atención en los favores de me combaten sin causa.
Yavé? 4 En pago de mi amor me maltratan, |
y yo no hago más que orar.
108 (V. 107) * Me vuelven mal por bien, | y odio
Petición del a u xilio d iv in o c o n tra los por amor.
e n e m ig o s 6 Pon contra él a un impío | y esté a
su diestra el acusador.
1 Cántico. Salmo de David. * 7 Cuando se le juzgue, salga condena
2 Pronto está mi corazón, ¡oh Dios! do I y sea ineficaz su ruego.
Pronto está mi corazón; | quiero cantar 8 Sean coitos sus días | y sucédale otro
y entonar salmos. en su ministerio.
3 Despierta, alma mía; despertad, sal 9 Sean huérfanos sus hijos, | y su mu
terio y cítara, | y despertaré a la aurora. jer viuda.
4 Quiero alabarte entre los pueblos, ¡oh 10 Vaquen errantes sus hijos y mendi
Yavé!, | y cantarte salmos entre las na guen, | sean arrojados de sus devastadas
ciones. casas.
3 Cantar que es más grande que los ti Arrebátele el acreedor cuanto tiene |
cielos tu misericordia | y que llega hasta y róbenle extraños cuanto adquirió con
las estrellas tu fidelidad. su trabajo.
•C A O 1 Invoca el salmista la fidelidad de Dios en el cumplimiento de sus promesas para pedirle
* que libre al pueblo de sus enemigos. Los w .8-14 son igualmente los 8-14 del salmo 60,
y los w.2-7» les 8-12 del 57.
j A Q 1 De todos los salmos imprecatorios, m quizá éste el que con más extensión y vehemen-
8 cía expresa los sentimientos del salmista contra sus enemigos. Las palabras no pueden
menos de chocar con nuestra mentalidad cristiana. Si el salmista puede considerarse como tipo del
Siervo paciente de Yavé, es en cuanto paciente, no en el modo de padecer y sufrir, ni tampoco
en cuanto a los frutos de la pasión del Siervo de Yavé, que servirá para hacer triunfar la fidelidad
del Señor a sus promesas (véase en la Introducción a los Salmos, n.8).
SALMOS 1 0 9 - 1 1 1 656
91 La liturgia aplica este salmo y otros semejantes a Jesucristo paciente. En efecto, el justo
que aquí habla puede considerarse como tipo del Siervo de Yavé, paciente.
1 *1 A 1 Este salmo tiene cierta semejanza con el 2. La primera parte de él es obscura; pero
* ^ el fin no lo es menos. Ya los judíos lo entendían del Mesías, y la objeción que Cristo nues
tro Señor presenta a los judíos en su controversia con ellos no tiende a contradecir esta creencia,
sino a mostrar que el Mesías es algo más que hijo de David (Mt 22,42 ss.). Los apóstoles citan
varias veces los versos 1 y 4 para mostrar la exaltación de Jesucristo y su sacerdocio (1 Cor 15,25;
Heb 1,13; 5,6; 7,17; 10,13). Los textos griego y hebreo difieren mucho en el verso 3. Según el griego,
la escena del principio tendría lugar en el cielo, entre los esplendores de la corte celestial; según
el texto hebreo, en Jerusalén, donde Dios reina en su templo, y su ungido al lado de El. El pueblo
le recibe con gusto y se pone a sus órdenes para emprender la guerra contra los adversarios, que
quedan deshechos. Tal vez se inspira en Dan 7,13 s.
4 Según la antigua costumbre de todos los pueblos, el rey, como cabeza del pueblo, era el re
presentante de éste ante la divinidad, y así era el sumo sacerdote de la nación. Tal era Melquisedec,
sacerdote y rey a la vez, y tal será el Mesías. No asi el sumo sacerdote, hijo de Leví (Heb 6,19-7,28).
•f *| *1 1 Se celebran los portentos hechos por Yavé en favor de su pueblo, que han de ser cons-
! ' * tantemente recordados y agradecidos por sus fieles.
657 salm os 1 1 1 -1 1 5
4 Zain: Hizo memorables sus maravi 10 Res: Verá esto el impío y se llena
llas; | Jet: Yavé es misericordioso y cle rá de despecho, | Sin: rechinará los dien
mente. tes y se repudrirá. | Tau: Los deseos del
5 Tet: Dio a comer a los que le temen, | impío se frustrarán.
Yod: acordándose siempre de su alianza.
<>Caf: Mostró a su pueblo el poderío 1 1 3 (V. 1 1 2 )
de sus obras, | Lámed: dándole la pose Benignidad de Dios con los humildes
sión de las gentes.
7 Mem: Fidelidad y justicia son las 1 (Aleluya!
obras de sus manos; | Num: son firmes Alabad, siervos de Yavé, | alabad el
todos sus preceptos. nombre de Yavé. *
8 Sámec: establecidos por los siglos, 2 Sea bendito el nombre de Yavé |
por la eternidad, I Ayin: obra de fideli ahora y por los siglos eternos.
dad y rectitud. 3 Desde donde sale el sol hasta don
9 Pe: Rescató a su pueblo, | Sade: ra de se pone | sea alabado el nombre de
tificó por eternidad su alianza; | Qof: Yavé.
su nombre es santo y terrible. 4 Excelso sobre todas las gentes es Ya
Res: El principio de la sabiduría es vé, | su gloria es más alta que los cielos.
temer a Yavé. | Sin: Los que esto hacen 5 ¿Quién semejante a Yavé, nuestro
tienen buen entendimiento; | Tau: su Dios, | que tan alto se sienta,
alabanza permanece por los siglos. 6 Que mira de arriba abajo | en los
cielos y en la tierra?
XI2 (V. IIl) 7 Que levanta del polvo al pobre | y
alza del estiércol al desvalido.
Bienandanzas del justo 8 Dándole asiento entre los príncipes, |
1 1 Aleluya! entre los príncipes de su pueblo.
Alef: Bienaventurado el varón que te 9 Que hace habitar a la estéril en casa,
me a Yavé, | Bet: y se deleita en gran madre gozosa de hijos.
manera en sus mandamientos. *
2 Guimel: Su descendencia será pode 1 1 4 , 1 1 5 (V. 1 1 3 )
rosa sobre la tierra, ( Dálet: y la gene E l S e ñ o r es el D io s ú n ic o , p ro te c to r
ración de los rectos será bendecida. d e Israel
3 H e: Habrá en su casa hacienda y 1 íAleluya!
riquezas, I Vau: y su justicia permane Al salir Israel de Egipto, | la casa
cerá por los siglos. de José del pueblo extranjero, *
4 Zain: En las tinieblas resplandece co 2 Hizo de Judá su santuario, | de Is
mo la luz para los rectos; | Jet: es mise rael su imperio.
ricordioso, clemente y justo. 3 Viole el mar y huyó, | el Jordán se
5 Tet: Le va bien al varón que da y echó para atrás.
presta, | Yod: mantiene su estado por 4 Saltaron los montes como carneros, |
la justicia. y los collados como corderos.
*C af: C iertam ente no caerá para 5 ¿Qué tienes, (oh mar!, que huyes; I tú,
siempre, I Lámed: el justo será en eter Jordán, que te echas atrás?
na memoria. 6 ¿Vosotros, montes, que saltáis como
7 Mem: N o temerá la mala nueva; | cameros; | vosotros, collados, como cor
Num: su corazón estará firme, confiado deros?
en Yavé. 7 A la venida de Yavé tiembla, ioh
8 Sámec: Constante será su corazón, tierra!, | a la venida del Dios de Jacob.
impávido, I Ayin: en tanto que ve la 8 Que hace de la piedra lago de aguas,
suene de sus enemigos. de la roca fuente de aguas.
9 Pe: Da y distribuye a los pobres, |
Sade: su justicia permanece por los si
glos, | Qof: su poder se exaltará glorio 1 No por nosotros, ¡oh Yavé!, no por
samente. nosotros; | hazlo por la gloria de tu
112 1 Canta el poeta la bienaventuranza del justo y la benigna providencia de Dios sobre él.
■ 1 j O 1 Este salmo es el primero de los del grupo de Hallel (113-118), que se cantaban durante
I I v las solemnidades anuales en el templo, y en las casas después del banquete pascual, como
acción de gracias. Exalta la grandeza de Dios, que se da a conocer sobre todo por su misericordia
hacia los humildes.
i i l •* I E 1 Estos dos salmos, bien distintos por el tema, en el texto griego y en la Vul-
■ I j 1 1 w gata forman uno solo. El primero canta los prodigios de Yavé al sacar a los is
raelitas de Egipto. El segundo contrapone al Dios invisible de Israel, que mora en los cielos, los
ídolos insensibles e impotentes, y termina pidiendo a Dios la bendición para su pueblo.
SALMOS ] 1 5 - 1 1 8 658
4 Digan los que temen a Yavé: | que timas y traedlas a los cuernos del altar.
es eterna su misericordia. 28 Tú eres mi Dios, yo te alabaré; |
5 En la angustia invoqué a Yavé, | y me mi Dios, yo te ensalzaré.
oyó Yavé, poniéndome en salvo. 29 Alabad a Yavé, porque es bueno, |
6 Está por mí Yavé. ¿Qué puedo te porque es eterna su misericordia.
mer, | qué podrá hacerme el hombre?
7 Está Yavé por mí como socorro mío; | 1 1 9 (V. 118 )
despreciaré, pues, a todos los que me
odian. Excelencias de la ley de D io s
8 Mejor es confiar en Yavé I que con
fiar en los hombres. ALEF
9 Mejor acogerse a Yavé i que fiar en 1 Bienaventurados aquellos que andan
los príncipes. en camino inmaculado, | que caminan en
10 Todas las gentes me cercaban, | y, la ley de Yavé. *
confiado en el nombre de Yavé, luego 2 Bienaventurados los que guardan sus
las derrotaba. mandatos | y con todo su corazón le
11 Me rodeaban por todas partes, | y, buscan.
confiado en el nombre de Yavé, las de 3 Los que no cometieron iniquidad al
rrotaba. guna | y marchan por sus caminos.
12 Me rodeaban por todas partes, | que 4 Tú mandaste que tus mandamientos |
maban como el fuego las espinas, | y, diligentemente se cumplieran.
confiado en el nombre de Yavé, las de 5 Ojalá sean firmes mis caminos | en
rrotaba. la guarda de tus preceptos.
13 Fui fuertemente empujado para que 6 Entonces no seré confundido | cuan
cayera, j pero fue Yavé mi auxilio. do atiendan a todos tus mandamientos.
14 Yavé es mi fortaleza y a El le canto 7 Te confesaré con rectitud de cora
salmos; I El estuvo conmigo para darme zón, | acostumbrándome a tus justísimos
la victoria. decretos.
15 Voces de júbilo y de victoria l resue 8 Guardaré tus mandamientos. ( No
nan en las tiendas de los justos; | la dies me dejes jamás.
tra de Yavé ha hecho proezas.
16 La diestra de Yavé me ensalzó, | la BET
diestra de Yavé ha hecho proezas. 9 ¿Cómo mantendrá el joven la limpie
17 N o moriré, viviré | para poder can za de sus caminos? | Guardando tus pa
tar las obras de Yavé. labras.
18 Castigóme, castigóme Yavé, | pero 10 Yo te he buscado con todo el cora
no me dejó morir. zón; | no permitas que me aparte de tus
19 Abridme las puertas de la justicia, I preceptos.
y entraré por ellas para dar gracias a 11 He escondido en mi corazón tus pa
Yavé. labras | para no pecar nunca contra ti.
20 Esta es la puerta de Yavé, | entran 12 ¡Bendito seas, oh Yavé! | Enséña
por ella los justos. me tus preceptos.
21 Te doy gracias, ¡oh Yavé!, norque 13 Con mis labios he pregonado | to
me oíste | y estuviste por mí para la vic dos los decretos de tu boca.
toria. 14 Me he alegrado por el camino de
22 La piedra que rechazaron los cons tus amonestaciones | más que por todas
tructores | ha sido puesta por piedra las riquezas.
angular. 15 Quiero meditar tus preceptos, | con
23 Obra de Yavé es ésta, | admirable a siderar atentamente tus caminos.
nuestros ojos. 16 Me deleitaré en tus estatutos, | no
24 Este es el día que hizo Yavé; | ale me olvidaré de tu palabra.
grémonos y jubilemos en él.
25 ¡Oh Yavé!, danos, danos victorias; | GUÍMEL
danos, ¡oh Yavé!, prosperidades. 17 Concede a tu siervo vivir | y que
26 Bendito quien viene en el nombre guarde tus preceptos.
de Yavé; | nosotros os bendecimos des 18 Abre mis ojos | para que pueda ver
de la casa de Yavé. las maravillas de tu ley.
27 Yavé es Dios, El nos mandó su 19 Soy peregrino en la tierra, | no me
luz. f Enguirnaldad de frondas las vic encubras tus mandamientos.
1 *1 Q 1 Este salmo, el más largo de todo el Salterio, canta las excelencias de la divina ley. Es
1 1 ^ alfabético, y cada estrofa consta de ocho versos, que comienzan con la letra que a cada una
corresponde según el orden alfabético hebreo. En cada uno de los ocho versos de la estrofa se men
ciona la ley divina, designada con una palabra distinta: ley, mandamientos, juicios, estatutos, etc.
Tal vez en su origen el orden de todos estos distintos nombres fuera el mismo en todas las estro
fas; pero hoy no sucede así, seguramente por los inevitables descuidos de los copistas.
SALMOS 1 1 9 660
w Consúmese mi alma | por el deseo 44 Que guarde siempre tu ley | por to
constante de tus decretos. dos los siglos.
21 Tú increpas a los soberbios { y son 45 Que marche en holgura, | porque he
malditos cuantos se desvían de tus man buscado tus preceptos.
damientos. 46 De tus mandamientos hablaré aun
22 Aparta de mi el oprobio y el despre ante los reyes, | no me avergonzaré.
cio, | pues he guardado tus mandamien 47 Me deleitaré en tus mandamientos, |
tos. que es lo que amo.
23 Aunque se sienten los principes en 48 Alzaré mis manos a tus mandamien
consejo y hablen contra mí, | tu siervo tos | y meditaré en tus decretos.
meditará tus estatutos.
ZAIN
24 También tus amonestaciones son mis
delicias, | mis consejeros tus estatutos. 49 Acuérdate de la palabra dada a tu
siervo, | en la cual me hiciste esperar.
DÁLET 50 Este es mi consuelo en mi aflicción: |
que tu palabra me da la vida.
25 pegada al polvo está mi alma: | 33 Mucho se empeñan los petulantes en
conserva mi vida según tu palabra. descarriarme, | pero yo no me aparto de
26 Te expuse mis necesidades y me es tu ley.
cuchaste; | enséñame tus preceptos. 32 Me acuerdo de tus juicios de tiempo
27 Haz que entienda los caminos de tus antiguo, | [oh Yavé!, y me consuelo.
mandamientos | y pueda meditar sobre 53 Ardo al ver que los impíos | se apar
tus maravillas. tan de tu ley.
23 Va mi alma encorvada por la triste ^4 Fueron mis cantos tus estatutos | en
za; | levántame tú según tu palabra» la casa de mi peregrinación.
29 Apártame del camino de la menti 53 D e noche me acuerdo de tu nombre,
ra | y dame, clemente, tus enseñanzas. ¡oh Yavé!, | y guardo tu ley.
30 Elegí el camino de la verdad, | hice 00 Esta ha sido mi suerte: 1 guardar tus
míos tus decretos. preceptos.
31 Estoy adherido a tus mandamientos; | JE T
¡oh Yavél, no permitas que sea con
fundido. 07 Mi porción, ¡oh Yavé!, dije, I es guar
32 Correré por el camino de tus man dar tu palabra.
damientos | cuando tú ensanchares mi 58 Te pido y te ruego con todo el cora
corazón. zón | que me seas propicio según tu pa
HE labra.
09 Miro y remiro mis caminos I y hago
33 Instrúyeme, loh Yavé!, en el camino que marchen mis pies por tus mandamien
de tus mandatos, | paraque^del todo los tos.
cumpla. 0®Me apresuro y no vacilo | en guar
34 Dame entendimiento para que guar dar tus mandatos.
de tu ley | y la cumpla con todo el cora 03 Las redes de los impíos me estre
zón. charon, | pero yo no me olvidé de tu ley.
35 Haz que vaya por la senda de tus 02 Me levanto a medianoche j para dar
mandamientos, | que son mi deleite. te gracias por tus justos juicios.
36 Inclina mi corazón a tus consejos, j w Soy amigo de cuantos te temen | y
no a la avaricia. guardan tus mandamientos.
37 Aparta mis ojos de la vista de la va 04 La tierra está llena, ¡oh Yavé!, de tus
nidad | y dame la vida de tus caminos. piedades; | enséñame tus mandatos.
38 Cumple a tu siervo tu palabra, | la
que a quienes te temen prometiste. TET
39 Aparta de mi el oprobio que temo, |
00 Obraste benignamente con tu sier
porque tus decretos son para bien.
40 Mira que he anhelado tus preceptos, | vo, | ¡oh Yavé!, según tu palabra.
y guarda mi vida en tu justicia. 00 Enséñame y dame la dicha de saber
y conocer, i pues que creo en tus man
vau
damientos.
67 Antes de ser humillado estuve des
4t Venga, pues, sobre mí tu piedad, ¡oh carriado, | pero ahora guardo tu ley.
Yavé!; | tu salud según tu palabra; 68 Tú eres bueno y bienhechor; I ensé
42 Para que a quienes me increpan pue ñame tus estatutos.
da responderles | que he esperado en tu 69 Sugeríanme falsedades los soberbios, |
palabra. pero yo guardo con todo corazón tus pre
43 N o quites jamás de mi boca las pa ceptos.
labras de verdad i que espero en tus de 70 Craso está como sebo su corazón, |
cretos. pero yo tengo en tu ley todas mis delicias.
661 SALMOS 119
127 1 Sin Dios nada hay seguro; con El, todo lo está.
128 1 Felicidad del justo bendecido del Señor con las bendiciones que la Ley promete.
1 El nombre de Israel declara el salmista haber sufrido mucho de los enemigos del pueblo;
129 pero Dios, justo, lo libró de los malvados.
665 sa lm os 1 2 9 -1 3 3
•f 0 4 1 Ea eate salmo una invitación a los sacerdotes y levitas que pernoctan en el templo para
■ que bendigan al Señor.
1 O lí 1 Alabanza a Yavé por las grandes obras que ha realizado, sobre todo en favor de su pue-
I O vi blo. Ante El, los ídolos son nada.
667 salm o s 1 3 6 -1 3 8
136 (V. 135) 3 Allí los que nos tenían cautivos nos
pedían que cantásemos; | los que nos
Canto de acción de gracias hablan llevado atados, que nos alegráse
1 {Aleluya! mos: j «Cantadnos alguno de los cánticos
Alabad a Yavé, porque es bueno, | R. de Sión».
porque es eterna su misericordia. * 4 ¿Cómo cantar en tierra extranjera |
2 Alabad al Dios de los dioses, | R. los cánticos de Yavé?
3 Alabad al Señor de los señores, 1 R. 5 Si yo me olvidare de ti, Jerusalén, |
4 Al que es el único en hacer grandes sea echada en olvido mi diestra;
maravillas, | R. 6 Péguese mi lengua al paladar si yo
5 Al que hizo sabiamente los cielos, | R. no me acordase de ti, | si no pusiera a
6 Al que afirm ó la tierra sobre las Jerusalén por encima de toda alegría.
aguas, I R. 7 Recuerda, |oh Yavé!, a los edomitas el
7 Al que hizo los grandes luminares, | R. día de Jerusalén, | los que decían: «Arra
8 El sol, para dominar de día, 1R. sadla, arrasadla hasta los cimientos».
9 La luna, para dominar la noche, | R. 8 Hija de Babel, devastadora, | bien
10 Al que hirió a los primogénitos de aventurado quien te dará lo que tú nos
Egipto, | R. diste a nosotros.
11 Y sacó a Israel de en medio de 9 ¡Bienaventurado quien cogerá a tus
ellos, | R. niños | y los estrellará contra las piedras!
12 Con mano fuerte y brazo tendido, | R.
13 Al que dividió en partes ¿1 mar Ro 138 (V. 137)
jo, | R.
14 Y llevó a Israel por en medio de él, | R. C anto d e acción de gracias
15 Y sumergió al Faraón y a su ejército 1 D e David.
en el mar Rojo, | R. Quiero alabarte, ¡oh Yavé!, con todo
16 Al que condujo a su pueblo por el mi corazón, | porque escuchaste las pala
desierto, l R. bras de mi boca.
17 Que hirió a grandes reyes, | R. Te cantaré salmos ante los ángeles, *
18 Y mató a reyes poderosos, | R. 2 Me prosternaré ante tu santo templo, |
19 A Seón, rey de los amorreos, | R. y cantaré tu nombre j por tu misericor
20 Y a Og, rey de Basán, 1 R. dia y tu fidelidad, pues has magnificado
21 Cuyas tierras dio en heredad, [ R. sobre todas las cosas | tu nombre y tu
22 En heredad a Israel, su siervo, | R. promesa.
23 Que en nuestra humillación se acordó 3 Y cuando te invoqué me oíste, | y
de nosotros, | R. fortaleciste grandemente mi alma.
24 Y nos libró de nuestros enemigos, | R, 4 Te alabarán, ¡oh Yavé!, todos los
25 Que da pan a toda carne, | R. reyes de la tierra | cuando oigan todas
26 Alabad al Dios del cielo. | R. las palabras de tu boca.
5 Celebrarán los caminos de Yavé: |
137 (V. 136) «¡Grande es, ciertamente, la gloria de
E l am o r de los cautivos por Sión Yavé!»
6 Excelso es Yavé, y atiende al humil
1 Junto a los ríos de Babilonia, allí de, | pero al soberbio le mira desde lejos.
nos sentábamos | y llorábamos acordán 7 Cuando estoy en medio de la tribula
donos de Sión. * ción, preservas mi vida, | extiendes tu
2 De los sauces de sus orillas | colgába mano contra la ira de mis enemigos | y tu
mos nuestras cítaras. diestra me salva.
1 Oí 1 Este salmo es una verdadera letanía. En ella, un coro cantaba el verso primero y el
1 pueblo respondía: «Porque es eterna su misericordia*, frase que muchas veces hallamos
en las Sagradas Escrituras puesta en boca de los que alaban al Señor en el templo. La misericordia
es el atributo divino que más de relieve se pone en el Antiguo Testamento, a pesar de lo cual los
fariseos lo entendieron tan poco, que fue necesario que el Señor les propusiese la parábola del hijo
pródigo (Le 15) y les recordase aquellas palabras: Misericordia quiero, que no sacrificios (Mt 9,13).
•I 0 7 1 Otro salmo imprecatorio, compuesto, sin duda, en Babilonia durante el cautiverio, o,
* ^ 4 por lo menos, bajo la impresión producida por el cautiverio. El salmista expresa maravi
llosamente su entrañable amor a Jerusalén. Recuerda, como lo hacen también algunos profetas,
la alegría con que los hijos de Edom vieron la ruina de Jerusalén y su templo, y pide para ellos el
castigo divino; pero, sobre todo, su ánimo se vuelve contra Babilonia, la ciudad devastadora, que,
según los vaticinios de los profetas, está a su vez destinada a la ruina y a la devastación, tanto que
hasta sus niños serán cogidos por los pies y estrellados contra las rocas. La justicia de Dios para con
las naciones es a veces, en el Antiguo Testamento, sin misericordia; ésta se reserva sólo para Israel.
1 3 0 1 Habiendo recibido de Dios un gran beneficio, el salmista le da gracias en el templo.
1 v io Este beneficio es tan singular, que todos los reyes de la tierra alabarán a Yavé cuando
oigan la palabra de su boca. Esto sólo tuvo realización en el Mesías, cuya resurrección fue la salud
del mundo entero.
flALMOH 1 3 8 - 1 4 0 668
HCumpla Yavé en mí su obra. | Eterna 20 Que impíamente se rebelan contra
es, job Yavé!, tu misericordia; | no de ti, | y vanamente tus adversarios se atre
jes sin acabar la obra de tus manos. ven!
21 ¿Cómo no odiar, ¡oh Yavé!, a los que
139 l'V. 138) te odian? | ¿Cómo no aborrecer a los
que se levantan contra ti?
L a om niscien cia y om nipresencia 22 ¡Si, los odio con el más completo
divina odio | y los tengo por enemigos míos!
23 Escudríñame, ¡oh Dios!, y examina
1 Al maestro del coro. Salmo de David. mi corazón; | pruébame y examina mis
jOh Yavé!, tú me has examinado y me pensamientos;
conoces, | no se te oculta nada de mi ser. * 24 Y mira si hay en mi camino cosa
2 Que me siente o me levante, tú lo sa viciosa | y llévame por las sendas de la
bes, | y de lejos te das cuenta de todos mis eternidad.
pensamientos.
3 Que camine o me acueste, tú lo ad 140 (V. 139)
viertes; | tú conoces todos mis caminos,
4 Pues aún no está la palabra en mi Oración contra los enemigos
lengua, | y ya tú, Yavé, lo sabes Lodo. maldicientes
3 Por detrás y por delante me ciñes | 1 Al maestro del coro. Salmo de D a
y pones sobre mí tu mano. vid. *
6 Sobremanera admirable es para mí 2 Líbrame, ¡oh Yavé!, del hombre ma
tanta ciencia, | sublime e incomprensible lo, | presérvame del hombre malvado;
para mí. 3 De los que maquinan el mal en su
7 ¿Dónde podría alejarme de tu espíri corazón | y todo el día excitan con
tu? | ¿Adonde huir de tu presencia? tiendas.
8 Si subiere a los cielos, aili estás tú; ! 4 De los que afilan su lengua como ser
si bajare a los abismos, allí estás pre pientes, | tienen bajo sus labios el veneno
sente. de la víbora. (Sela.)
9 Si, robando las plumas a la aurora, | 5 Defiéndeme, Yavé, de las manos del
quisiera habitar al extremo del mar, implo, | protégeme de los hombres vio
10 También allí me cogería tu mano | lentos, | que ponen tropiezos a mi paso.
y me tendría tu diestra. 6 Los soberbios, que me ponen ocultos
11 Si dijere: «Las tinieblas me oculta lazos, | tienden sus redes junto al cami
rán, I será la noche mi luz en torno mío», no | y ponen cepos para mi. (Sela.)
12 Tampoco las tinieblas son densas para 7 Pero yo digo a Yavé: «Tú eres mi
ti, | y la noche luciría como el día, | pues Dios». | Escucha, ¡oh Yavé!, la voz de mis
tinieblas y luz son iguales para ti. súplicas.
13 Porque tú formaste mis entrañas, | 8 Yavé, Señor, protector y salvador
tú me tejiste en el seno de mi madre. mío, | tú protegerás mi cabeza el día del
14 Te alabaré por el maravilloso modo combate.
en que me hiciste. | ¡Qué admirables son 9 N o permitas, Yavé, lo que desea el
tus obras! impío; | no permitas que se logren sus
Del todo conoces tú mi alma. dolosos consejos. (Sela.)
15 No se te ocultaban mis huesos | cuan 20 Alzan su cabeza los que me cercan, |
do secretamente era formado | y en el la malicia de sus labios los aplaste.
misterio era plasmado; 12 Lluevan sobre ellos brasas encendi
16 Ya vieron tus ojos mis obras, | escri das, | caigan en el abismo para no levan
tas están todas en tu libro, | y mis días, tarse más.
aun antes de ser el primero de ellos. 12 El hombre lenguaraz no será estable
17 ¡Cuán admirables son para mi tus sobre la tierra; j el hombre malvado será
consejos, oh Dios; | qué ingente el nú presa del infortunio que le derribará.
mero de ellos! 13 Pero yo sé que Yavé saldrá en de
18 Si quisiera contarlos, son más que fensa del desvalido, i en defensa del po
las arenas; I si llegara hasta el fin, aún bre.
estaría contigo. 14 Sólo los justos alabarán tu nombre, |
19 ¡Oh Dios!, si exterminaras a los im y los rectos habitarán en tu presencia.
píos, | si alejaras de mí a los hombres
sanguinarios.
1 OQ 1 £ 1 tema de este salmo es la omnisciencia de Dios, a quien nada se oculta, ni los pensa-
* ** mientos más recónditos de los hombres.
AA 1 El salmista se siente acosado por enemigos, de loa cuales pide a Dios que le libre y
* *” vuelva sobre ellos los males con que le amenazan.
669 SALMOS 141-144
141 (V. 140) sobremanera necesitado; | líbrame de los
que me persiguen, | pues son ellos los
O ración en u n m ortal p eligro más fuertes.
1 Salmo de David. 8 ¡Oh!, saca mi alma de la cárcel 1 para
¡Oh Yavé, te invoco, apresúrate a soco que pueda alabar tu nombre. | Me ro
rrerme! | ¡Oye la voz del que a ti clama! * dearán los justos | si benignamente me
2 Séate mi oración como el incienso, | y fueres propicio.
el alzar a ti mis manos, como oblación
vespertina. *43 (V. 142)
3 Pon, ¡oh Yavé!, guarda a mi boca, | H u m ild e oración e n u n peligro
centinelas a la puerta de mis labios.
4 N o dejes que se incline al mal mi 1 Salmo de David.
corazón, | a hacer impías maldades; | Oye, Yavé, mi oración | y escucha mi
con los hombres que cometen iniquidad ] plegaria según tu fidelidad; | óyeme en
no tenga yo parte en sus suntuosos ban tu justicia. *
quetes. 2 N o entres en juicio con tu siervo, |
5 Que me castigue el justo es un favor, | pues ante ti no hay nadie justo.
que me reprenda es óleo sobre mi cabeza, | 3 Persigue el enemigo a mi alma; | ya
que mi cabeza no rehúsa; | incesante ha postrado en tierra mi vida ( y me
mente rogaré yo por ellos en sus aflic ha puesto en las tinieblas, como a los
ciones. muertos de mucho ha.
6 Fueron precipitados sus jefes desde 4 Por eso está mi alma acongojada | y
la roca, | y pudieron oir mis palabras, que desfallece mi corazón.
eran blandas. s Me acuerdo de los tiempos antiguos, |
7 Como se hiende y ara la tierra, | están medito en todas tus obras, | considero
esparcidos sus huesos a la boca del se lo hecho por ti;
pulcro. 6 Y alzo a ti mis manos | y mi alma,
8 Pero mis ojos miran a ti, loh Yavé! | como tierra sedienta de ti. (Sela.)
A ti me acojo, | no permitas que se derra 7 Apresúrate a oírme, ¡oh Yavé!, | que
me mi alma. ya desmaya mi alma. | N o me ocultes tu
9 Guárdame para que no caiga en el rostro; | sería semejante a los caídos en
lazo de los que me dan caza, | en los la fosa.
armadijos de los que obran el mal. 8 Haz que conozca pronto tu favor, |
10 Caerán los impíos en sus mismas pues en ti espero, f Dame a saber el
redes, | mientras que yo escaparé de ellas. camino por donde ir, | porque a ti alzo
mi alma.
142 (V. 141) 9 Líbrame de mis enemigos, ¡oh Yavé!, |
porque a ti recurro.
O ración en u n m ortal peligro 10 Enséñame a hacer tu voluntad, | pues
1 Masquil de David cuando estaba en eres mi Dios.
la caverna. Oración.41 Tu espíritu es bueno, | llévame por
2 Clamo con mi voz a Yavé, | a Yavé camino llano.
ruego* con mi voz fuerte. 11 Por el Honor de tu nombre preserva
3 Derramo ante El mi querella, | ex mi vida | y en tu justicia saca mi alma
pongo ante El mi angustia. del peligro de muerte.
4 Ciertamente en mí se acongoja mi 12 Haz con tu piedad que cierren su
alma, | pero tú conoces todos mis ca boca mis enemigos | y que perezcan cuan
minos | y que en la senda por donde tos persiguen mi alma, | pues soy siervo
voy | me han escondido una trampa. tuyo.
5 Si miro a la derecha, veo Ique no hay 144 (V. 143)
quien me mire con benevolencia, | no tengo
escape, | no hay quien vuelva por mi vida. Acción de gracias por la victoria
6 A ti clamo, ¡oh Yavé! | Digo: Tú eres 1 De David.
mi refugio, | mi parte en la tierra de los Bendito sea Yavé, mi roca, | que adies
vivientes. tra mis manos a la guerra, | mis dedos al
7 Atiende a mis lamentos, | pues estoy combate. *
1 A 'I 1 Invoca a Yavé el salmista, que no quiere nada con los impíos. Estos serán arrojados al
* * ■ seo/, mientras él tiene puesta en Dios su confianza.
•i C A 1 El objeto de este salmo, como el de os precedentes, que por muchos siglos formaron
• v V ej último en el oficio de laudes y que i vecen, en efecto, constituir uno solo, es la invi-
tación dirigida a todas las cosas a alabar a Dios.
P R O V E R B I O S
C ^ La ley condenaba a muerte a los adúlteros, y sin duda que, como ocurre hoy en las tribus
^ del desierto arábigo, esta ley no dejaría de cumplirse en muchos casos con todo rigor.
PROVERBIOS 5 - 6 676
*2 Y hayas de exclamar: ¡Ay de mi, cerse, | un poco mano sobre mano des
que odié la disciplina | y no di oídos a los cansando,
que me adoctrinaban! 11 Y sobreviene como correo la mise
13 N o escuché la voz de los que me edu ria | y como ladrón la indigencia.
caban | y no di oídos a los que me ense
ñaban. E l malo
14 Por poco no he llegado al extremo
de mis males, ] en medio del consejo de la 12 El hombre malo es digno de despre
cio, | anda en mendacidad de boca,
asamblea. 13 Hace guiños con los ojos, refriega
15 Bebe el agua de tu cisterna, | los rau
dales de tu pozo. los pies, | habla con los dedos,
16 ¿Quieres derramar fuera tus fuen 14 Tiene el corazón lleno de maldad I y
tes, | por las plazas las aguas de tu río? siembra siempre la discordia.
17 Tenias para ti solo, | no para que 15 Por eso vendrá sobre él de improvi
contigo las beban los extraños. so la ruina | y será quebrantado súbita
18 Bendita tu fuente, I y gózate en la mente y sin remedio.
compañera de tu mocedad,
19 Cierva carísima y graciosa gacela; I Cosas odiosas a Dios
embriáguente siempre sus amores ] y re 16 Seis cosas aborrece Yavé | y aun
créente siempre sus caricias. siete abomina su alma:
20 ¿Para qué andar loco, hijo mío, tras 17 Ojos altaneros, lengua mantirosa, I
la extraña | y abrazar en tu seno a una ex manos que derraman sangre inocente.
tranjera? 18 Corazón que trama iniquidades, |
21 Los caminos del hombre están a los pies que corren presurosos al mal,
ojos de Yavé. | £1 ve todos sus pasos. 19 Testigo falso, que difunde calumnias |
22 El impío queda preso en su propia y enciende rencores entre hermanos.
iniquidad | y cogido en el lazo de su culpa.
23 Morirá por falta de disciplina | y su H u ye de la mujer disoluta
gran necedad le perderá. 20 Guarda, hijo mío, los mandatos de
tu padre | y no des de lado las enseñan
Evitar los empeños zas de tu madre.
1 Hijo mío, si saliste fiador por tu 21 Ten siempre ligado a ellos tu cora
6 prójimo, | si has estrechado la mano zón, | enlázalos a tu cuello.
22 Te servirán de guía en tu camino | y
del extraño;
2 Si te has ligado con tu palabra | y te velarán por ti cuando durmieres, { y cuan
has dejado coger por tu boca, do te despiertes te hablarán;
3 Haz esto, hijo mío, para librarte, | ya 23 Porque antorcha es el mandamiento,
que has caído en manos de tu prójimo: | y luz la disciplina, | y camino de vida la
Ve sin tardanza y asegúrate de tu amigo. corrección del que te enseña.
4 N o des sueño a tus ojos, j no des re 24 Para que te guarden de la mala mu
poso a tus párpados. jer, | de los halagos de la mujer ajena. *
5 Ponte a salvo como de la mano del 25 N o codicies su hermosura en tu co
cazador el corzo, | como el pájaro del razón, ) no te dejes seducir por sus mi
lazo del parancero. radas;
26 Porque si la prostituta busca un pe
L a pereza dazo de pan, | la casada va a la caza de
una vida preciosa.
6 Ve, ¡oh perezoso!, a la hormiga; | mi 27 ¿Puede alguno llevar fuego en su re
ra sus caminos y hazte sabio. gazo | sin quemarse los vestidos?
7 No tiene capitán, | ni rey, ni señor. 28 ¿Quién andará sobre brasas | sin que
6 Y se prepara en el verano su mante se le abrasen los pies?
nimiento, | reúne su comida al tiempo de 29 Así el que se acerca a la mujer aje
la mies. | O ve a la abeja y aprende cómo na, | no saldrá indemne quien la toca.
trabaja | y produce rica labor, | que re 38 ¿No es tenido en poco el ladrón cuan
yes y vasallos buscan para sí | y todos do roba | para saciar su hambre, si la
apetecen, [ y siendo como es pequeña y tiene?
flaca, ! es por su sabiduría tenida en mu 31 Y si es cogido tendrá que pagar el
cha estima. * séptuplo | de toda la hacienda de su casa.
9 ¿Hasta cuándo, perezoso, dormirás; j 32 Pero el adúltero es un mentecato; |
cuándo despertarás de tu sueño? sólo quien quiere arruinarse a si mismo
10 Un poco dormitar, un poco adorme hace tal cosa.
£ 8 Lo que se dice de la abeja no se lee en el texto hebreo; está tomado de los LXX.
** 24 Es la segunda vez que se habla del mismo tema. Indicio de un estado moral poco lisonjero.
Y eso a pesar de las duras sanciones de la Ley.
677 PROVERBIOS 6 -8
2 N o aprovechan las riquezas mal ad de juego, | y lo es para el sensato ser sabio.
quiridas, | mas la justicia salva de la 24 Sobre el impío vendrá lo que él se
muerte. teme, | mas el justo verá colmados sus
3 Y a vé no dejará hambrear al justo, I deseos.
pero dejará insaciados los apetitos del 23 Como pasa el huracán, deja de ser el
malvado. impío, | mas el justo permanece para
4 L a mano perezosa empobrece; | la siempre.
diligente, enriquece. 2$ Como el vinagre a los dientes y el
3 El que en estío recoge es hombre in humo a los ojos, | así es el haragán para
teligente; | el que duerme al tiempo de quien le manda.
siega, se deshonra. 27 El temor de Yavé alarga la vida, |
6 Bendiciones sobre la cabeza del jus mas los años del impío serán abreviados.
to; | pero la lengua del impío encubre 28 Se cumplirá la esperanza del justo, |
violencias. pero se desvanecerá la del impío.
7 L a memoria del justo será bendeci 29 El camino de Yavé es la fortaleza
d a; | el nombre del impío será maldito. del perfecto, | pero es el terror de los
8 El hombre sensato acepta el manda malhechores.
miento, | pero el lenguaraz lo resiste. 30 El justo no vacilará jamás, I pero el
9 E l que anda en rectitud va seguro; | impío no durará sobre la tierra.
el que va por sendas tortuosas va a la 31 En la boca del justo florece la sabi
ruina. duría, | pero la lengua del impío será cor
10 El que guiña los ojos acarrea mala tada.
ventura; | el que mira francamente, sana. * 32 Los labios del justo están llenos de
gracia; | la boca del impío, de perver
E l hablar del justo sidad.
11 Fuente de vida es la boca del justo, | i La balanza falsa es abominable
pero la boca del malvado encubre la vio
lencia.
n
agrada.
a Dios, | mas la pesa cabal le
14 Donde no hay gobierno va el pueblo de ser, | pero la casa del justo queda en pie.
a la ruina, | en la abundancia del consejo 8 Cada uno es alabado según su sabi
está la salvación. duría, [ pero el de perverso corazón es
15 Andará en ansiedad el que sale fia menospreciado.
dor de otro, | el que rehuye la fianza vi 9 Mejor está el hombre obscuro que tie
virá tranquilo. ne qué comer | que el presuntuoso que
16 La mujer prudente es gloria de su ma carece de pan.
rido; | trono de deshonra es la mujer que El justo provee a las necesidades de
aborrece la justicia. | Los perezosos ca sus bestias, | pero el corazón del impío
recen de bienes, j pero los laboriosos ad es despiadado.
quieren riquezas. 11 El que labra su campo tendrá pan
a saciedad, | pero el que se va tras los va
B en eficencia gabundos es un insensato.
12 El deseo del impío es una red de ma
17 El misericordioso se hace bien a sí les, ( la raíz del justo es fructífera.
mismo; I el de corazón duro, a sí mismo
se perjudica. L a lengua
*8 El impío hace ganancias vanas; | el 13 El malvado se enreda en pecados de
que siembra justicia, ése de verdad gana. lengua, | el justo se libra de ellos.
19 El que sigue la justicia va a la vida, | 14 De los frutos de su boca se sacia el
el que va tras el mal corre a la muerte. hombre, | y según él trata, así será tra
20 Los de corazón malo son abomina tado.
bles a Yavé, | los de perfectos caminos 13 Al necio le parece derecho su cami
le son gratos. no, | el sabio atiende a los consejos de los
21 Más pronto o más tarde no quedará sabios.
impune el malvado, | pero la prole del 16 El necio luego al punto descubre su
justo escapará. cólera, 1 el sensato sabe disimular una
22 Anillo de oro en jeta de puerco | es afrenta.
la mujer bella, pero sin seso. 17 El que habla verdad declara lo jus
23 E l deseo del justo se logra, | pero el to, | pero el testigo falso lo disfraza.
impío no puede esperar más que ira. 18 Hay quien al hablar da tantas esto
24 Hay quien derrama y siempre tiene cadas como palabras, | pero la lengua
más, | otro que ahorra más de lo justo del sabio cura las heridas.
y empobrece. 19 El labio veraz mantiene siempre la
25 El benéfico se sacia, | y quien larga palabra; | la lengua mentirosa, sólo por
mente da, largamente tendrá. un momento.
26 Al que acapara el trigo le maldice 20 El corazón del que maquina el mal
el pueblo, | sobre la cabeza del que lo es fraudulento, [ alegre el corazón de los
vende caen bendiciones. de buenos consejos.
27 El que hace prontamente el bien, bie 21 Sobre el justo no vendrá la adversi
nes se atrae; | al que busca el mal le ven dad, | mas para los impíos todo serán
drá el mal. males.
28 El que en sus riquezas confía, cae 22 Los labios mentirosos los aborrece
rá; | los justos reverdecerán como follaje. Yavé; | se agrada de los que proceden
29 El que perturba su casa cogerá vien sinceramente.
to | y el necio será siervo del sensato. 23 El cuerdo encubre su sabiduría; | el
30 El fruto del justo es árbol de vida, | corazón del necio pregona su necedad.
y el sabio roba los corazones.
31 Si el justo tiene en la tierra su paga, | Laboriosidad
cuánto más el impío y el pecador. 24 La mano laboriosa señorea; | la pe
rezosa se hace tributaria.
■f O 1 El que ama la corrección ama la 23 La angustia del corazón deprime al
sabiduría, | el que odia la correc hombre, | y una palabra buena le con
ción se embrutece. forta.
2 El bueno alcanza el favor de Yavé, | 26 El justo aventaja a su prójimo; | el
que condena al de mala vida. camino del impío le lleva a la ruina.
3 N o se afirma el hombre por la impie 27 El indolente no asa su pieza, i pero
dad; | la raíz del justo no será arrancada. el diligente tiene copiosa abundancia.
4 La mujer fuerte es la corona del ma 28 En el camino de la justicia está la
rido, | la mala es carcoma de sus huesos. vida; | el camino tortuoso lleva a la
5 Los pensamientos del justo son rec muerte.
titud; | los consejos del impío, fraude.
6 Las palabras del impío son para ace 1 O 1 El hijo sabio ama la corrección, |
char la sangre, | la boca del justo la salva. O pero el petulante no escucha la re
7 Son trastornados los impíos y dejan prensión.
681 PROVERBIOS Í 3 - 1 4
2 Del fruto de su rectitud gozará el del pecador está reservada para el justo.
hombre; | el deseo de los desleales es la 23 Lo que rotura el pobre da pan en
prepotencia. abundancia; | mas por la impiedad se
3 El que guarda su boca» guarda su disipa la hacienda.
vida; | el que mucho abre sus labios» bus 24 Odia a su hijo el que da paz a la
ca su ruina. vara; ] el que le ama se apresura a co
4 Desea el haragán, pero nada logra; I rregirle.
mas el alma del diligente se saciará. 23 El justo tiene pan a saciedad; | pero
5 Odia el justo toda palabra mentiro el vientre del impío hambreará.
sa; | pero el impío se deshonra y cubre
de vergüenza. ■f A 1 La mujer prudente edifica la ca-
6 La justicia conserva íntegro al hom * “ sa; | la necia, con sus manos la
bre, | el pecado subvierte al pecador. destruye.
2 El que anda en rectitud teme a Ya*
P o b reza y riqueza vé; 1 el que va por sendas tortuosas le
desprecia.
7 Hay quien se las da de rico y no tiene 3 En la boca del necio está la vara de
nada, | y quien teniendo mucho se hace la soberbia; | mas los labios del sabio
el pobre. son su guarda.
8 El rico, con sus riquezas, puede resca 4 Sin bueyes, el granero está vacío; |
tar la vida; 1 pero el pobre no tiene con por la fuerza del buey hay pan en abun
qué rescatarse. dancia.
9 La luz del justo brilla espléndidamen 5 El testigo fiel no miente; [ el testigo
te; | pero la lámpara del impío se extin falso profiere mentiras.
guirá. * Busca el petulante la sabiduría, pero
10 La soberbia sólo contiendas ocasio nada; | mas para el prudente es fácil
na; | pero es sabio quien toma consejo. alcanzarla.
11 Riqueza hecha de prisa, se va; | el 7 Apártate del necio, | en quien no
que poco a poco allega, ( crece. hallarás labios de ciencia.
12 Esperanza que se dilata, aflige el co 8 La ciencia del cuerdo está en cono
razón; | deseo satisfecho es árbol de vida. cer su camino; | al necio le engaña su
necedad.
Docilidad 9 El necio desprecia la expiación; 1 en
13 El que menosprecia el mandato pe tre los justos habita la benevolencia.
recerá por ello; | el que lo respeta tendrá 10 El corazón conoce sus amarguras, |
su recompensa. pero en sus alegrías no tiene parte el
14 La enseñanza del sabio es fuente de extraño.
vida | para huir los lazos de la muerte. * 11 La casa del malvado será asolada; |
15 La cortesía concilla gracia; | los mo la tiénda del justo florecerá.
dos de los soberbios son ásperos. 12 Hay caminos que nos parecen de
14 El cuerdo todo lo hace con conoci rechos, | pero al fin acaban en la muerte.
miento; | el necio va derramando su ne 13 Aun en la risa hay aflicción de co
cedad. razón, | y a la alegría sucede la congoja.
17 Un mal mensajero precipita en la 14 El insensato tendrá el fruto de sus
desgracia; | el mensajero fiel es remedio obras | y de él gozará también el hombre
saludable. bueno.
18 Miseria y vergüenza para el que des P ru d en cia
deña la corrección; | mas el que la guarda
será honrado. 15 El simple todo lo cree; | el pruden
El deseo cumplido es deleite del al te pone atención a sus respuestas.
ma; | pero apartarse del mal es abomina 16 El sabio es cauto y se aparta del
ción para el necio. mal; | el necio se deja llevar a él fácil
20 Ve con los sabios y te harás sabio; 1 mente.
al que a necios se allega le alcanzará la 17 El que presto se enoja hará locu
desdicha. ras; | pero el hombre reflexivo no se
impacienta.
E l premio de los justos 18 El necio a su necedad se atiene, |
mientras que el sabio se corona de sa
21 Al pecador le persigue la desventu biduría.
ra, I pero el justo será bien retribuido. 19 Los malos se inclinarán delante de
22 El hombre de bien será heredado los buenos, | y los impíos, ante la puerta
por los hijos de sus hijos; i la hacienda del justo.
20 Aun a los parientes es odioso el po duría, | no así el corazón del necio.
bre; | pero el rico tiene muchos amigos. 8 Yavé abomina el sacrificio del im
21 El que desprecia a su prójimo, pe pío | y se agrada de la oración del justo.
ca; i bienaventurado el que tiene mise 9 Aborrece Yavé el camino del impío; J
ricordia de los pobres. pero ama al que sigue la justicia.
22 ¿No yerra el que maquina el mal? | to Molesta la corrección al que va por
Pero el que obra el bien tendrá miseri mal camino, | pero el que aborrece la
cordia y fidelidad. corrección morirá.
23 En toda labor hay fruto; | pero la 11 Están delante de Yavé el seol y el
charlatanería empobrece. averno, | cuánto más los corazones de
24 La cordura del sabio es su coro los hombres.
na; | la necedad es el collar de los necios. 12 El petulante no quiere que le corri
25 Salva las vidas el testigo veraz; | jan, | por eso no va con los sabios.
pero el que profiere mentiras es un ase
sino. L a felicidad
Religión y Estado
13 Corazón alegre hace buena cara, |
2« El temor de Yavé es la confianza pero la pena del corazón abate el alma.
del fuerte, ) y sus hijos en él hallarán 14 El corazón prudente busca la sabi
refugio. duría, | pero la boca del necio se com
27 El temor de Yavé es fuente de vida I place en la necedad.
que aleja de los lazos de la muerte. 13 Los días del pobre todos son tris
28 El pueblo numeroso es el orgullo tes, | pero la alegría del corazón es un
del rey; | en la falta de pueblo está la perenne banquete.
ruina del principe. 16 Mejor es poco con el temor de Ya
29 Es tardo a la ira el prudente; | el vé | que muchos tesoros con la turbación.
pronto a la ira hará muchas locuras. 17 Mejor comer legumbres donde hay
39 Corazón apacible es vida del cuer amor | que comer buey cebado donde
po, | y la envidia es la caries de los hue hay odio.
sos. 18 El iracundo promueve contiendas, |
31 El que maltrata al pobre injuria a el que tarde se enoja aplaca las rencillas.
su Hacedor; | el que tiene piedad del 19 El camino del perezoso es seto de es
pobre le honra. pinas, | el sendero de los rectos es llano.
32 El impío es arrastrado en su mal 20 El hijo sabio es la gloria de su padre; f
dad; | el justo hallará refugio en su ino el necio, la vergüenza de su madre.
cencia. 21 Al falto de sentido le agrada la nece
33 En el corazón del cuerdo reposa la dad, | pero el hombre prudente endereza
sabiduría, | que se hace sentir aun entre sus caminos.
necios. 22 Frústrense los planes donde no hay
34 La justicia engrandece a las nacio consejo, | pero se logran por el consejo de
nes; | el pecado es la decadencia de los muchos.
pueblos. 23 Gusta saber qué responder, J y la pa
35 Al ministro inteligente da el rey su labra dicha a tiempo, ¡cuánto bien hace!
favor; | al inepto, su desprecio. 24 El inteligente va hacia arriba por el
camino de la vida, | pare apartarse del se
L a m an sed u m b re pulcro abajo.
i |j 1 Una respuesta blanda calma la Odiosos y caros a Dios
* O ira; | una palabra áspera enciende
la cólera. 25 Asóla Yavé la casa del soberbio | y
2 La lengua del sabio hace estimable afirma los linderos de la viuda.
la doctrina; | la boca del necio no dice 26 Son abominables a Yavé los pensa
más que sandeces. mientos del malo | y le son gratas las pala
3 Los ojos de Yavé están en todas par bras limpias.
tes | observando a los malos y a los bue 27 Perturba su casa el codicioso,) pero el
nos. que aborrece las dádivas vivirá.
4 La lengua blanda es árbol de vida; | 28 El corazón del justo medita la res
la áspera hiere el corazón. puesta, | pero la boca del impío echa fuera
s El insensato desprecia la corrección su maldad.
paterna, | obra prudentemente el que la 29 Lejos de los impíos está Yavé, I mas
atiende. oye la oración del justo.
6 En la casa del justo reina la abun 30 Rostro radiante alegra corazones, |*y
dancia; | en las rentas del impío, la tur una buena nueva conforta los huesos.
bación. 31 Oreja que escucha la corrección salu
7 Los labios del sabio derraman sabi dable ! tendrá su puesto entre los sabios.
683 p r o v e r b i o s 1 5 -1 7
OO 17 Este epígrafe pertenece al texto y encabeza esta segunda sección de proverbios (22,17-
24,22).
p h o v I'íhihdh 23-24 680
saber qué fuese para el hombre lo mejor lo que me costó estudio y fatiga debajo
de cuanto acá abajo se hace durante los del sol. También esto es vanidad. 20 Y
contados días de su vida. desesperé en mi corazón de todo el tra
4 Emprendí grandes obras, me construí bajo que he hecho debajo del sol, 21 por
palacios, me planté viñas, 5 me hice huer que quien trabajó con conocimiento, con
tos y jardines y planté en ellos toda suer pericia y buen suceso, tiene después que
te de árboles frutales. 6 Me hice estanques dejárselo todo a quien nada hizo en ello;
para regar de ellos el bosque donde los también esto es vanidad y mal grande.
árboles crecían. 7 Compré siervos y sier- 22 Pues ¿qué le queda al hombre de todo
vas y tuve muchos nacidos en mi casa; su afanarse y fatigarse con que debajo
tuve mucho ganado, vacas y ovejas, más del sol se afanó? 23 Todos sus días son
que cuantos antes de mi hubo en Jerusa- dolor y todo su trabajar fatiga, y ni aun
lén. 8 Amontoné plata y oro, tesoros de de noche descansa su corazón. También
reyes y provincias. Híceme con cantores esto es vanidad. *
y cantoras y con cuanto es deleite del 24 N o hay para el hombre cosa mejor
hombre, princesas sin número. 9 Fui gran que comer y beber y gozar de su trabajo,
de, más que cuantos antes de mí fueron y vi que esto es don de Dios. 25 Porque
en Jerusalén, conservando mi ciencia. ¿quién puede comer y beber sino gracias
io y de cuanto mis ojos me pedían, nada a E l? 26 Porque al que le es grato le da
les negué. N o privé a mi corazón de sabiduría, ciencia y gozo, pero al peca
goce alguno, y mi corazón gozaba de dor le da el trabajo de allegar y amonto
toda mi labor, siendo éste el premio de nar para dejárselo después a quien D ios
mis afanes. 11 Entonces miré todo cuan quiera. También esto es vanidad y apa
to habían hecho mis manos y todos los centarse de viento.*
afanes que al hacerlo tuve, y vi que todo
era vanidad y apacentarse de viento y T o d o a su tie m p o
que no hay provecho alguno debajo del
1 Todo tiene su tiempo y todo cuan
sol.
V anidad d e la sabiduría 3 to se hace debajo del sol tiene su
hora. * 2 H ay tiempo de nacer y tiempo
12 Me volví a mirar a la sabiduría, a de m orir; tiempo de plantar y tiempo
la estulticia, a la necedad, porque ¿qué de arrancar lo plantado; 3 tiempo de he
hará el hombre que viene en pos del rir y tiempo de curar; tiempo de destruir
rey? Lo que ya se ha hecho. 13 Y vi que y tiempo de edificar; 4 tiempo de llorar
la sabiduría sobrepuja a la ignorancia y tiempo de reir; tiempo de lamentarse
cuanto la luz a las tinieblas.14 El sabio tie y tiempo de danzar; 5 tiempo de esparcir
ne ojos en la frente y el necio anda en las piedras y tiempo de amontonarlas;
tinieblas. Vi también que una misma es tiempo de abrazarse y tiempo de separar
la suerte de ambos. se; 6 tiempo de ganar y tiempo de per
15 Y dije en mi corazón: «También yo der; tiempo de guardar y tiempo de ti
tendré la misma suerte del necio; ¿por rar; 7 tiempo de rasgar y tiempo de co
qué, pues, hacerme sabio, qué provecho ser; tiempo de callar y tiempo de hablar;
sacaré de ello?» Y vi que también esto 8 tiempo de amar y tiempo de aborrecer;
es vanidad,16 porque del sabio, como del tiempo de guerra y tiempo de paz.
necio, no se hará eterna memoria, sino
que todo, pasado algún tiempo, pronto In certid u m b re d e lo p or v en ir
se olvida. Muere, pues, el sabio igual
que el necio. 9 ¿Qué provecho saca el que se afana
17 Por eso aborrecí la vida, al ver que de aquello que hace? 10 Y o he mirado el
cuanto debajo del sol se hace, todo es va trabajo que D ios ha dado a los hijos de
nidad y apacentarse de vien to,18 y aborre los hombres para que en él se ocupen.
cí todo cuanto había hecho bajo el sol, 11 Todo lo hace El apropiado a su tiem
porque todo tendré que dejarlo a quien po, y ha puesto además en el alma la
vendrá después de mí. 19 ¿Y quién sabe idea de la perduración, sin que pueda el
si ése será sabio o será necio? Y con hombre descubrir la obra de D ios desde
todo, dispondrá de todo mi trabajo, de <
el principio hasta el fin. 12 Conocí que
O 23 El sabio hace ventaja al necio e ignorante (v.13 s.); pero, después de todo, cuanto se afana
* en la vida no le da la felicidad, y al fin viene a morir igual que los otros, sin dejar en pos de sí otra
memoria que los demás mortales.
26 En este supuesto, la conclusión final es que lo práctico seré disfrutar de los bienes de la vida,
que son don de Dios. En esta última frase, el Cohelet se levanta por encima del vulgar materialista.
Con todo, esto no sacia el corazón ni basta para hacerlo feliz.
O 1 El pensamiento de este trozo (1-15) parece ser el mismo de antes. Todo marcha igual, y en
^ ello el hombre no encuentra la felicidad. No queda, pues, otra cosa sino gozar los bienes y
«hacer el bien».
697 ECLESTASTÉS 3-5
no hay para él otro bien que gozarse y 5 E l necio se cruza de manos y se come
procurarse el bienestar en su vid a,13 pues su carne. 4 M ás vale una sola mano llena
el que uno coma, beba y se goce de su en reposo que las dos llenas en trabajo
trabajo, don es de Dios. 14 Conocí que y en vanos afanes.
cuanto hace Dios es permanente y nada 7 Volvíme de nuevo y vi otra vanidad
se le puede añadir, nada quitar, y hace debajo del sol: 8 un hombre solo que no
así Dios que se le tem a.15*Lo que es, eso tiene sucesor, que no tiene hijo ni her
fue ya, y lo que fue, eso será, y Dios mano y no cesa nunca de trabajar ni se
vuelve a traer lo que ya pasó. hartan sus ojos de riquezas. ¿Para quién
trabajo yo y me someto a privaciones?
D e só r d e n e s sociales También esto es vanidad y duro trabajo. *
16Otra cosa he visto debajo del sol: Ventajas d e la com p añ ía
que en el puesto de la justicia está la
injusticia, y en el lugar del derecho, la 9 M ás valen dos que uno solo, porque
iniquidad. * 17 Por eso me dije: Dios juz logran mejor fruto de su trabajo, tosí
gará al justo y al injusto, porque hay un uno cae, el otro le levanta; pero ¡ay del
tiempo destinado para todo y para toda solo, que si cae, no tiene quien le levante!
obra. 11 También si duermen dos juntos, uno a
18 otro se calientan; pero el solo, ¿cómo
Di jeme también acerca del hombre:
Dios quiere hacerles ver y conocer que podrá calentarse? 22 Si uno es agredido,
de sí son como las bestias;* 19porque serán dos a defenderse, y la cuerda de
una misma es la suerte de los hijos de tres hilos no es fácil de romper.
los hombres y la suerte de las bestias, 13 M ás vale mozo pobre y sabio que
y la muerte del uno es la muerte de las rey viejo y necio, que no sabe escuchar
otras, y no hay más que un hálito para los consejos. 14 Aquél, aun de la cárcel
todos, y no tiene el hombre ventaja so podrá salir para subir al trono, aunque
bre la bestia, pues todo es vanidad. en su reino haya nacido pobre. 15 V i que
20 Unos y otras van al mismo lugar; to todos los que andan y viven debajo del
dos han salido del mismo polvo; y al sol se iban con aquél, con el mozo que
polvo vuelven todos. le quitó su puesto. * 14 N o tenía fin la
21 ¿Quién sabe si el hálito del hombre muchedumbre del pueblo que lo seguía;
sube arriba y el de la bestia baja abajo, sin embargo, los que vengan detrás tam
a la tierra? poco estarán contentos de él, porque
22 Y vi que no hay para el hombre también esto es vanidad y apacentarse
nada mejor que gozar de su trabajo, de viento.
pues ésa es su parte; ¿y quién le dará a
conocer lo que ha de venir después de él? D e b e r e s para co n D io s
17 Pon atención a tus pasos al acercar
1 Toméme y vi las violencias que se te a la casa de D ios; llegarse dócilmente
4 hacen debajo del sol, y las lágrimas vale más que el sacrificio de los insensa
de los oprimidos sin tener quien los con tos; que no saben hacer más que el mal.
suele, y la fuerza en mano de los opre
sores sin tener aquéllos consolador. 2 Y 1 N o seas precipitado en tus palabras
proclamé dichosos a los muertos que se 5
y que tu corazón no se apresure a
fueron más dichosos que los vivos que proferir una palabra delante de Dios,
viven todavía 3 y más dichosos aún a los que en los cielos está D ios y tú en la
que nunca vivieron y no vieron lo malo tierra; sean, pues, pocas tus palabras.
que debajo del sol se hace.* 2 Porque de la muchedumbre de las ocu
4 Vi también que todo trabajo y cuan
paciones nacen los sueños, y de la mu
to de bueno se hace mueve la envidia chedumbre de las palabras, los despro
del hombre contra su prójimo. También pósitos.
esto es vanidad y apacentarse de viento. 3 Si haces voto a D ios, no tardes en
14 En el trono, que debe ser asiento de la justicia, se ven con frecuencia sentadas la tiranía
y la injusticia. Esto exige la intervención de Dios como Juez supremo, y el Cohelet la espera.
18 Para entender este punto obscuro, en que algunos quieren ver el materialismo del Cohelet,
es preciso colocarse en el mismo punto de vista del autor. En la incertidumbre de cómo Dios dará
a cada uno según sus obras, y miradas las cosas conforme aparecen, no se ve diferencia entre el
fin del hombre y el de la bestia: ambos acaban en el sepulcro y para ambos acaba el mundo. Por
eso concluye como atrás, que no le queda al hombre más que gozar de su trabajo (v.23)‘
3 Esta sentencia del Cohelet ante las miserias que afligen al hombre en esta vida son la gene
4 ralización de las expresiones de Jeremías y Job cuando se sentían oprimidos de dolor.
8 Hermosa sentencia. Es, en efecto, una gran miseria la del avaro, que se afana en allegar ri
quezas, las cuales ni él ni sus hijos han de gozar.
15 ¿Nació el joven con derecho al trono, pero se vio privado de él por ser pobre, o nació pobre,
pero sabio y predestinado al trono? En ambos casos vale más que el rey necio.
■CUS1A9TÍS 5*7 698
cumplirlo, que no hallan favor los ne que se afana el hombre debajo del sol
gligentes; lo que prometes, cúmplelo. los contados días que Dios le concede,
4 M ejor es no prometer que dejar de pues ésta es su parte;* 18y el haber re
cumplir lo prometido.5 No consientas que cibido de Dios riquezas y hacienda y
tu boca te haga culpable, y no digas facultad de gozar de ellas, alegrándose
luego ante el sacerdote que fue inadver con su parte en medio de sus afanes,
tencia, pues se irritaría Dios contra tu es también don de Dios; 19 no tendrá
palabra y destruiría las obras de tus ma mucho en qué pensar en los días de su
nos; 6 pues de la muchedumbre de los vida, porque D ios le llenó de alegría
cuidados nacen los sueños, y de la mu el corazón.
chedumbre de las palabras, los despro
pósitos. Teme, pues, a Dios. D e s e o s insaciados
1 Hay un mal que yo vi debajo del
Injusticias 6
sol y que pesa muy gravemente so
7 Si ves en la región la opresión del bre el hombre. 2 Uno a quien D ios
pobre y la violación de la justicia y del dio riquezas, hacienda y honra, y a quien
derecho, no te sorprendas, porque por nada le falta de cuanto su deseo puede
encima del grande hay otro más grande desear, pero a quien Dios no le deja
que vela, y encima de ambos, otro ma gozar de todo eso, sino que lo gozan
yor. * los extraños. Esto es vanidad y mal tra
8 El fruto del campo es para todos, y bajo. 3 Aunque tenga cien hijos y viva
aun el rey es para el campo. muchos años, si no se hartó su alma del
9 El que ama el dinero no se ve harto bien y ni siquiera halla sepultura, 4 digo
de él, y el que ama los tesoros no saca que mejor que él es el abortivo, que si
de ellos provecho alguno; también esto en vano vino y obscuramente se va y
es vanidad. cubren su nombre las tinieblas, 3 y ni
10 Con la mucha hacienda, muchos son vio el sol ni supo nada, todavía más
los que la comen; y ¿qué saca de ella quietud goza que aquél, 6 y aunque dos
el amo, más que verla con sus ojos?* veces mil años viviese sin gustar el bien,
11 Dulce es el sueño del trabajador, coma ¿no irían todos esos años por el mismo
poco, coma mucho; pero la hartura no camino?
deja dormir al rico. 7 Todo el trabajo del hombre es para
su boca, y nunca se harta su alma.
A fan es inútiles 8 ¿Cuál es la ventaja del sabio sobre el
12 necio? ¿Cuál la del pobre que sabe ir su
Hay un trabajoso afán que he visto
debajo del sol: riquezas guardadas para camino? 9 Mejor es prever que perderse
el mal de su dueño. 13 Piérdense esas ri en deseos, y también esto es vanidad y
quezas en un mal negocio, y a los hijos apacentarse de viento.
que engendra no les queda nada en la 10 El que es, ya tiene nombre, y ya se
mano. 14 Como desnudo salió del seno sabe que es un hombre y que no podrá
de su madre, desnudo se tornará, yéndo contender con quien es más fuerte que
se como vino, y nada podrá tomar de él. 11 Cierto, muchas palabras aumen
sus fatigas para llevárselo consigo.15 Tam tan la vanidad, pero ¿qué provecho hay
bién esto es un triste mal, que como vino, en eso para el hombre 12 y quién sabe
asi haya de volverse y nada pueda lle qué es lo mejor para él en los días de
varse en la mano de cuanto trabajó; i6 y la vida de su vanidad, que pasa como
sobre esto, comer todos los días de su sombra? ¿Quién dará a saber al hombre
vida en tinieblas, en afán, dolor y mi lo que después de él sucederá debajo del
seria. sol?
E l b ien L o m ejor
1 Mejor es el buen nombre que el
17 He aquí lo que yo he hallado de
bien: que es bueno comer, beber y dis 7
oloroso ungüento, y mejor el día de
frutar, en medio de tantos afanes con. la muerte que el del nacimiento. *
7 Esta opresión del pobre y esta conculcación de la justicia era ya en la antigüedad, y lo es
5 todavía para las almas de poca fe, una prueba torturadora. El Eclesiastés no se sorprende de
ella, porque está seguro de que por encima de los hombres hay uno que hará justicia.
í0 He aquí una hermosa observación sobre las ventajas del que tiene mucho: que puede ali
mentar a muchos y gozarse en el placer de ellos. Así dice una sentencia, atribuida al Señor, que
«es mejor dar que recibir* (Act 20,35).
17 En medio de la obscuridad en que vive sobre su felicidad futura, la mejor parte del hom
bre en esta vida, en medio de los afanes de ella, es aprovecharse de los bienes que Dios le otorgó
y disfrutarlos el tiempo que Dios mismo le conceda. Esta idea responde a la antigua de que Dios
remunera la virtud con abundancia de bendiciones en la vida presente (Lev 26,3-13; Dt 28,1-14)*
7 * Consideradas las miserias y vanidades de la vida, mejor es la salida de ella que la entrada»
699 ECLESIASTÉS 7 - 8
10 Dijo también nuestro poeta que «cualquier tiempo pasado fue mejor»; pero esto para el que
sufre las calamidades del presente y no ve del pasado sino los bienes.
Bajo una expresión dura es preciso buscar un pensamiento verdadero y que esté en armonía
con la doctrina del Cohelet. Supuesto que este consejo va dirigido al justo, le inculca que evite la
excesiva preocupación, el escrúpulo por la observancia de la Ley, que no deja de dañar al espíritu.
Al revés, el versículo siguiente se dirige al que lleva una vida despreocupada. A éste le advierte
atender a las consecuencias de la vida disoluta, siquiera por amor de la vida misma.
20 Esta sentencia concuerda con aquella de San Juan: «Si alguno dice que no tiene pecado,
miente y a sí mismo se engaña» (r Jn 1,8). Por esto Jesucristo nos pone en los labios esta petición:
«Perdónanos nuestras deudas», etc.
28 E n lo s P r o v e r b i o s (7,4-23) hallemos re p e tid o s e so s juicios d e s f a v o r a b le s d e la mujer. Y a se
d e ja e n t e n d e r q u e t a le s ju ic io s n o tmiaa e n la m e n te d e l a u t o r s a g r a d o l a u n iv e r s a lid a d q u e s u s
e x p r e s io n e s a p a r e n t a n . S e g u r a m e n t e q u e e l C o h e l e t n o in c lu ía a s u madre n i a l a m a d r e d e s u s h ijo s
e n t a le s ju ic io s p e s im is ta s .
ECLESIA81ÉS 8 -9 700
día de la muerte; no hay armas para tal que corren el justo y el Impío, el bueno
guerra ni podrá la iniquidad salvar al y el malo, el puro y el impuro, el que sa
reo de ella. crifica y el que no ofrece sacrificios; como
el hombre de bien, el malhechor; como el
L a virtud, d esconocida que jura, el que aborrece el juramento.
9 Esto he visto poniendo atención a
cuanto sucede bajo el sol, en tiempos L a m u erte
en que el hombre domina sobre el hom 3 Este mal hay en todo cuanto existe
bre para su mal. 10 Vi a impíos recorda bajo el sol: que sea una misma la suerte
dos, mientras que los que habían hecho de todos y que el corazón de los hijos de
el bien se iban del lugar santo y eran los hombres esté lleno de mal y de enlo
olvidados en la ciudad; también esto es quecimiento durante su vida y luego la
vanidad:* 11 Que la sentencia contra el muerte. ¿Y quién es exceptuado?
mal no se ejecute prontamente, y por 4 Mientras uno vive hay esperanza, que
esto el corazón de los hijos de los hom mejor es perro vivo que león muerto;
bres se llena de deseos de hacer el mal; 3 pues los vivos saben que han de morir,
12 que hace el pecador cien veces el mal mas el muerto nada sabe y ya no espera
y pervive; con todo, yo sé que los que recompensa, habiéndose perdido ya su
temen a Dios tendrán el bien, los que memoria.
temen ante su presencia, 13 mientras que ^ Amor, odio, envidia, para ellos ya
el impío no tendrá bien ni prolongará todo se acabó; no toman ya parte algu
sus días, que serán como sombras por no na en lo que sucede bajo el sol.
temer a Dios. 7 Ve, come alegremente tu pan y bebe
14 Sin embargo, tal vanidad se da sotu vino con alegre corazón, pues que se
bre la tierra, que son tratados justos co agrada Dios en tus buenas obras. 9 Vís
mo conviene a los malvados, y malvados tete en todo tiempo de blancas vestiduras
como conviene a los justos. Y me digo y no falte el ungüento sobre tu cabeza.
también que esto es vanidad. 15 Por eso 9 Goza de la vida con tu amada compa
alabo la alegría, que el hombre no tiene ñera todos los días de la fugaz vida que
bien bajo el sol sino comer, beber y ale D ios te da bajo el sol, porque ésa es tu
grarse, y esto es lo que le queda de sus parte en esta vida entre los trabajos que
trabajos en los días de vida que le da padeces debajo del sol. 19 Cuanto bien
Dios bajo el sol. * puedas hacer, hazlo alegremente, porque
no hay en el sepulcro, adonde vas, ni obra,
In certid u m b re del destino ni industria, ni ciencia, ni sabiduría.
16 Di, pues, mi corazón a conocer la sa
biduría y a examinar el trabajo que se In certid u m b re d e la fortuna
hace sobre la tierra, porque hay quien ni Tómeme y vi debajo del sol que no
de día ni de noche ve cerrarse sus ojos es de los ágiles el correr, ni de los valien
por el sueño, n Examiné también la obra tes el vencer, ni aun de los sabios el pan,
de Dios, que no puede el hombre cono ni de los entendidos la riqueza, ni aun de
cer cuanto se hace bajo el sol, y por mu los cuerdos el favor, sino que el tiempo y
cho que en buscar se fatigue, nada llega a el acaso en todo se entremezclan 12 y que
descubrir; y aun cuando dijere el sabio ni aun su hora conoce el hombre. Como
que sabe, nada llega a saber. * pez que es cogido en una mala red y como
pájaro que se enreda en el lazo, así se
1 Poniendo en mi corazón todo esto, enredan los hijos de los hombres en el
9 vi bien que el justo y el sabio y sus mal tiempo cuando de improviso los coge.
obras están en las manos de Dios, y ni 13 Otra cosa he visto debajo del sol,
siquiera sabe el hombre si es objeto de que fue para mi una gran lección: 14 ha
amor o de odio; todo está encubierto ber una ciudad pequeña con poca gente
ante él. * 2 Todo a todos sucede de la dentro, contra la cual vino un gran rey
misma manera; una misma es la suerte y la asedió, levantando contra ella gran-
Q 10 Este versículo expresa un hecho que Job repite con frecuencia y que en los Salmos ponía
° a prueba la fe de los justos. Los versículos siguientes parecen una solución a la dificultad. La
sentencia divina llegará, sin duda, aunque parezca a veces tardar.
15 La consecuencia expuesta en este verso ya la hemos visto atrás. En estas sentencias, al pare
cer epicúreas, siempre brilla el pensamiento de Dios.
17 No es escepticismo, sino expresión un tanto extremosa de lo limitada que es la ciencia huma
na cuando se trata de los grandes problemas que tocan al gobierno de la vida. ¡Pobres de nosotros
si no tuviéramos la antorcha de la revelación evangélica 19
1
1 Todo está en las manos de Dios; pero no es fácil por la sola cotidiana experiencia inferir
9 las leyes del gobierno divino. Es esto una tentación para los justos y causa de extravio para los
hombres de poca fe. Señales de amor o de odio serían los bienes o males que le han de suceder
según la interpretación corriente de la máxima «Dios da a cada uno según sus obras*. '
701 ECLESIASTES 9 -1 2
des fortificaciones;15 y haber un hombre tiempo para refección, mas no para beber!
cillo, pobre, pero sabio, que con su sabi 18 Por la negligencia se cae la techum
duría salvó la ciudad. Y , sin embargo, de bre y por la pereza se dan goteras en la
aquel hombre pobre nadie se acordaba. casa.
*6 Entonces me dije: M ás vale la sabidu 19 Se hacen para alegrarse los banque
ría que la fuerza; pero la sabiduría del tes, y el vino alegra la vida y el dinero
pobre es despreciada y sus palabras no sirve para todo.
son escuchadas. 20 N o digas mal del rey ni aun con el
pensamiento; ni digas mal del rico ni en
E l sabio tu alcoba, porque los pájaros llevan la
17 Las calmas palabras del sabio se hanoticia y un alado hará saber tus pala
cen oir mejor que los gritos del que manda bras.
a necios. 18 M ás vale la sabiduría que las
armas de guerra, y un yerro destruye mu 1 Echa tu pan en las aguas, que des
cho bien. H pués de mucho tiempo lo hallarás.
2 Da de lo tuyo a siete y aun a ocho, que
1 A 1 U na mosca muerta en él estropea no sabes el mal que podrá venir sobre la
1 " el ungüento del perfumista, y un tierra.
poco de locura puede pesar más que la 3 La nube preñada de lluvia la derra
sabiduría y la honra. mará sobre la tierra, y si el árbol cae al
2 Dirige el sabio su mente a la derecha, mediodía o al norte, allí quedará:
3 y a la izquierda el necio. Por cualquier 4 El que al viento mira no sembrará,
camino que el necio vaya es siempre ne y el que mira a las nubes no segará.
cio, y todos dicen: «Es un loco». 5 Como no sabes por qué camino en
4 Cuando un poderoso se enfurezca contra el espíritu en los huesos, dentro del
tra ti no le repliques, porque la manse seno de la mujer encinta, asi no conoces
dumbre impide grandes males. la obra de Dios, que es quien todo lo
hace.
E l m al gob iern o ASiembra bien de mañana tu simiente
3 U n mal que he visto debajo del sol y a la tarde no dejes reposar tu mano,
es el mal que nace del soberano. que no sabes qué es mejor, si esto o lo
6 E s puesto el inepto en muchos puesotro o si ambas cosas son igualmente
tos elevados y los aptos se sientan abajo. buenas.
7 H e visto al siervo a caballo y a los prín 7 Dulce es la vida y agradable a los
cipes andar a pie como siervos. ojos ver el sol. 8 Mas sí el hombre vivie
8 E l que cava una fosa, dentro de ellare muchos años y en todos ellos gozase
cae, y el que deshace una pared es mor de alegría, piense en los días de tinieblas,
dido de la sierpe. 9 E l que rueda una pie que serán muchos, y que cuanto sucede
dra se hace mal con ella, y el que parte es vanidad.
la leña corre peligro de herirse con ella. 9 Alégrate, mozo, en tu mocedad, y alé
10 Si el filo se embota y no se aguza, grese tu corazón en los días de tu juven
hay que poner más esfuerzo; pero la sa tud; sigue los impulsos de tu corazón y
biduría da el remedio. los atractivos de tus ojos, pero ten presen
11 Si muerde una serpiente no encanta te que de todo esto te pedirá cuenta Dios. *
da, de nada valen los conjuros. 12 Las 10 Echa la tristeza fuera de tu corazón y
palabras de la boca del sabio son gra tente lejos del dolor, porque mocedad y
ciosas; pero al necio sus labios le causan juventud son vanidad.
su ruina. 13 E l comienzo de su hablar es
necedad y su fin es loco desvarío.14 E l ne L a vejez
cio se deshace en palabras. 1 Q 1 En los días de la juventud acuér-
N o sabe el hombre lo que será y lo & date de tu Hacedor; antes de que
que sucederá nadie se lo da a saber. 15 El vengan los días malos y lleguen los años
trabajo al necio le fatiga, pues no sabe en que dirás: N o tengo ya contento;2 an
ni por dónde ir a la ciudad. tes que se obscurezcan el sol, la luna y las
estrellan y vengan las nubes después de la
T em p la n za y p ru dencia lluvia; 3 cuando temblarán los guardia
¡A y de ti, tierra, que tienes por rey nes de la casa, y se encorvarán los fuer
a un niño y cuyos gobernantes banque tes, y cesarán de trabajar las muelas por
tean de mañana! 17 ¡Bienaventurada tú, que son pocas, y se obscurecerán los que
tierra, que tienes por rey a un hombre miran por las ventanas, 4 y se cerrarán
noble y cuyos gobernantes comen a su las puertas de fuera, y se debilitará el rui-
•I 9 En pocos pasajes a éste paralelos se expresa con más claridad el pensamiento del Cohelet:
■ 1 goza de la vida, pero no olvides que Dios te pedirá cuenta del uso que haces de los bienes
que te entregó.
CANTAR DE LOS CANTARES 702
manifestaba en su pueblo. Y no hay que dudar que acudiría a esta fuente en busca
de elementos materiales para desarrollar el tema que se había propuesto tratar. Por
donde no nos parece desacertada la conducta de aquellos autores que estudian el amor
y la solemnidad de las bodas en Israel y en los pueblos vecinos para explicar el carácter
literario del Cántico y el sentido de su simbólico lenguaje. Pero esto no ha de ocupar
el primer plano en la explicación del canto sagrado, que en cuanto a su sentido reco
noce inspiración más alta.
7. En suma, que el Cántico es un idilio en que se celebran los amores del Mesías
con el Israel de Dios (Gdl 6,16), tomando la forma literaria de las costumbres he
breas, y el pensamiento de los vaticinios proféticos. La acción dramática es en el Cán
tico muy escasa. El valor significativo de las imágenes, aunque no siempre, es muchas
veces alegórico, si bien difícil de definir.
8. Es difícil hacer la división de una obra compuesta con gran libertad literaria.
Hay quien cree que se debe admitir la división en siete partes, jundada primeramente
en la duración de las bodas entre los hebreos, que era de siete días, como aparece por
el Gén 29,37; Ju* *4**2 y Tob 8,23. El texto mismo hace muy razonable la siguiente
división: 1.*, *,*-2,7; 2 2 , 8 - 1 7 ; 3.a,3,1-5; 4 a,3 »6 -S>*> 5 a»$*2-6,9; 6 a»6,10-8,4,
y 7*, 8,5-14.
9. La tradición judía atribuía este libro a Salomón,y de ello da testimonio el
epígrafe mismo del libro. Los Santos Padres recibieron esta sentencia y la retuvieron
como tradición histórica más bien que como punto de fe. En los últimos tiempos los
críticos se inclinaron a atribuir el libro a una época más reciente. Las razones son: pri
mero, la forma del libro, que es más artificiosa de lo que parece corresponder a la época
primitiva de la literatura hebrea; luego, el lenguaje, que es en muchos casos aramai
zante, cosa que no puede convenir a la época de Salomón y sí a la época posterior a la
cautividad; tercero, el mismo tema del libro, que, siendo profético y siendo el autor
un sabio y no un profeta, parece suponer que el libro haya sido escrito después de los
profetas. La fecha precisa no puedefijarse con certeza y menos aún el nombre del autor.
Nácar-Colvnga
CANTAR DE LOS CANTARES 1 -2 706
9 Parecerá extraño esta manera de ponderar las gracias de la Esposa; pero los beduinos del de
sierto toman la camella como término de comparación para describir la hermosura de la novia.
17 Este versículo alude probablemente al templo, en que Dios moraba y se comunicaba a su
pueblo y donde se comunicaría, sobre todo, en la época mesiánica (cf. Sal 41-42).
o * La esposa se halla en su propia casa con el pensamiento puesto en el Esposo; de repente le
* siente venir, y acercarse a la casa, y atisbar hacia adentro, buscando, sin duda, a la Esposa.
10 Este discurso del Esposo contiene una hermosa descripción de la primavera, que en la Pa
lestina sucede a las lluvias invernales y que en Siria era el tiempo en que solían celebrarse las bodas.
Invita a la Esposa a gozar de los encantos que la naturaleza ofrece. Todo ello expresa muy al vivo
la alegría de los tiempos mesiánicos, después de las miserias y tristezas de la cautividad. No las ex
presiones poéticas, pero sí el entusiasmo que domina al autor, parecen bien inspirados en la segunda
parte de Isaías, cuando anuncia la llegada de la salud mesiánica.
16 Esta sentencia, expresiva del mutuo amor de los esposos, responde a aquella tan repetida
en el Antiguo Testamento, sobre todo en los profetas, cuando hablan de los tiempos mesiánicos:
«Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo» (Lev 26,12; Jer 7,23; Ez 11,20; Ap 21,3).
707 CANTAR DE LOS CANTARES 3*4
4 Aquí aparece de nuevo el Esposo como atraído por las declaraciones que la Esposa acaba de
hacer. La descripción que sigue, en parte tomada de las precedentes, expresa la belleza divina de
la Esposa, esto es, de Israel, purificado por Dios mediante las tribulaciones de la cautividad y her
moseado con la santidad y la justicia de su Dios, según que los profetas anunciaban para la época
mesiánica (Os 2,14-24).
8 Este detalle singular de la descripción está tomado de lo que era un harén real en Persia, por
ejemplo, y lo que era el del mismo Salomón, según 1 Re 11,4. El pensamiento del poeta es que la
Esposa es entre muchas mujeres la favorita, la que aventaja a todas en belleza y la que triunfa del
corazón del rey, su Esposo. Pero esto no pertenece más que a la figura, pues el autor sagrado nos
describe las bellezas del Israel de Dios en comparación de las demás naciones, que serán admitidas
a participar de los amores del Mesías. El salmo 45,10 ss. había ya hecho uso de esta misma imagen.
10 El coro, al ver acercarse a los Esposos, prorrumpe en expresiones de admiración a la belleza
de la Esposa; ella les responde con algo que parece referirse a la inauguración del reino mesiánico;
vuelve el coro a tomar la palabra para entonar un canto a la belleza de la Esposa; al coro sigue el
Esposo con otro canto y termina con un éxtasis de amor de la Esposa.
12 Este versículo es sumamente obscuro por la incorrección del texto, por lo singular de la ima
gen y por lo difícil que es establecer la conexión de este versículo con los que preceden y siguen.
Estas palabras son corregidas y traducidas de muy diversa manera por los expositores; no nos de
tendremos a justificar la traducción, pero sí el sentido, que comparamos con Is 43,5 ss.; 49,22 s .;
60,8 s.; 66,18 ss. y con Bar 4,37 ss. Se habla de la vuelta de Israel de su cautiverio, ayudado de los
mismos gentiles, que lo tienen a gran honor, maravillados como están de ver las grandezas de Yavé
sobre su pueblo y deseosos de tener parte en ellas.
CANTA! 0 1 LOS CANTASES 7*8 7 10
y 1 3 La Esposa invita al Esposo a salir y ver el campo. El sentido alegórico de estos versículos
* no puede ser más claro. Es la invitación a ver los frutos propios de la edad mesiánica, los frutos
de la justicia y de la santidad, tantas veces representados por el jardín, los árboles, etc.
O 1 Extraño deseo el de la Esposa, y, sin embargo, parece ser éste el punto culminante del me*
^ sianismo del poema: ver al Esposo, a quien sabe tan inñnitamente superior a ella, hecho hom
bre y participando de su misma naturaleza.
3 La última sección comienza como la anterior; el coro se dirige a la Esposa, maravillada por su
dicha; sigue luego un diálogo entre los Esposos; entran los hermanos de la Esposa y acaban, por
fin, los dos Esposos.
11 Esta es ía viña de que habla Is 5 , 1 ss.; 27,2; Sal 79,9 ss.; Jer 2 , 2 1 ; 1 2 , 1 0 ; Ez 1 5 , 1 ss., plan
tada por Dios en medio de la multitud de los pueblos.
13 El Esposo es el que habla. Las palabras parecen que no están en el orden debido; pero el
sentido no se muda. La Esposa es invitada a cantar para complacer al Esposo y a los compañeros
de éste, que por segunda vez aparecen aquí (1,7). El sentido no parece ser otro que la simpatía por
la Esposa, que hace graciosas todas sus cosas.
14 Es el cántico de la Esposa invitando al Esposo a llegar ya al monte de los bálsamos, que debe
ser el templo de Jerusalén, donde se ofrecen a Dios las oblaciones de los perfumes.
Con esto concluye el libro de una manera semejante a la conclusión del Apocalipsis, 22,20, con
una súplica por la venida del Mesías. Era la súplica de los justos en Israel (Mt 13,17; Le 2,25 ss.),
s a b i d u r í a
Convite griego
la; | en el siglo venidero triunfará corona 20 Verán llenos de espanto sus peca
da, | después de haber reportado la victo dos, | y sus crímenes se levantarán con
ria en combates inmaculados. tra ellos, acusándolos.
3 Pero la numerosa prole de los impíos
es sin provecho, | y los troncos bastardos U lt im o fin d e los ju sto s
no echarán hondas raíces ni tendrán sue 1 Entonces estará el justo en gran se
lo seguro; 5 guridad, | en presencia de quienes
4 Pues aunque sus ramas verdeen por le persiguieron j y menospreciaron sus
un tiempo, | no estando fuertemente fijas, obras. *
serán sacudidas por el viento | y por la 2 A l verlo se turbarán con terrible es
violencia del vendaval arrancadas de panto, | y quedarán fuera de sí ante lo
cuajo. inesperado de aquella salud.
5 Las ramas serán quebradas antes de 3 Arrepentidos, se dirán, | gimiendo por
su desarrollo, | su fruto será inútil, no la angustia de su espíritu: «Este es el que
madurará, j de nada servirá. algún tiempo tomamos a risa | y fue ob
6 Porque los hijos nacidos de uniones jeto de nuestro escarnio.
ilegítimas | serán testigos contra sus vi 4 Nosotros, insensatos, tuvimos su vida
ciosos padres al ser interrogados. por locura | y su fin por deshonra.
7 Pero el justo, si muriese prematura 3 iCómo son contados entre los hijos
mente, | estará en la paz; de D ios, | y tienen su heredad entre los
8 Que la honrada vejez no es la de los santos!
muchos años, | ni se mide por el número 6 Luego erramos el camino de la ver
de días. dad, ( y la luz de la justicia no nos alum
9 La prudencia es la verdadera canicie bró, | y el sol no salió para nosotros.
del hombre, [ y la verdadera ancianidad 7 N o s cansamos de andar por sendas
es una vida inmaculada. de iniquidad y de perdición, | y caminamos
10 El que se hizo grato a Dios fue ama por desiertos solitarios, | y el camino del
do de El, | y viviendo entre los pecadores, Señor no lo atinamos.
fue trasladado. * 8 ¿Qué nos aprovechó nuestra sober
11 Fue arrebatado por que la maldad no bia, | qué ventaja nos trajeron la riqueza
pervirtiese su inteligencia | y el engaño y la jactancia?
no extraviase su alma; 9 Pasó como una sombra todo aquello, (
12 Que la fascinación del vicio corrom y como correo que va por la posta,
pe el bien, | el vértigo de la pasión per 10 Com o nave que atraviesa las agitadas
vierte la mente sana. aguas, [ sin dejar rastro de su paso | ni
*3 Llegado en poco tiempo a la perfec del camino de su quilla por las olas;
ción, | vivió una larga vida. 11 O como ave que vuela por los aires, |
Pues su alma era grata al Señor; f por sin dejar señal de su vuelo; | pues si bate
esto se dio prisa a sacarle de en medio el aire con sus alas | y lo corta con la vio
de la maldad. lencia de su ímpetu, | y se abre camino
15 Los pueblos lo vieron, pero no lo en con el movimiento de las alas, | después
tendieron | ni sobre ello reflexionaron, | ya no se halla señal de su paso;
que la gracia y la misericordia es para los 12 O como flecha que se tira al b la n co ,!
elegidos, | y la visitación para los santos. que aunque hienda el aire, luego éste vuel
16 El justo muerto condena a los im ve a cerrarse, | y no se conoce por donde
píos vivos, [ y la juventud pronto acaba pasó.
da condena los muchos años del impío. 13 A sí también nosotros, en naciendo
17 Verán el fin del sabio, | sin entender morimos; | sin dar muestra alguna de
los designios del Señor sobre él, | ni por nuestra virtud, | nos extinguimos en nues
qué le puso en seguridad. tra maldad».
18 Verán y se burlarán, | pero el Señor 14 Sí, la esperanza del impio es como
se reirá de ellos. fjolvo arrebatado por el viento, | como
19 Y después de esto caerán sin honra, | ligera espuma deshecha por el huracán, |
y serán entre los muertos en el oprobio como humo que en el aire se disipa, j cual
sempiterno; | porque los quebrantará, re recuerdo del huésped de un día que pasó
duciéndolos al silencio, [ y los sacudirá de largo.
en sus cimientos | y serán del todo desola 13 pero los justos viven para siempre, I
dos, | y serán sumergidos en el dolor, | y y su recompensa está en el Señor | y el
perecerá su memoria. cuidado de ellos en el Altísimo»
10 Alude a Henoc, de quien se habla en Gén 5,24, el cual, en comparación de loe otros patriarcas,
tuvo corta vida, pero aventajada en perfección.
K 1 El autor nos presenta aquí el juicio final, que será el día de loa desengaños, porque en él
** aparecerá clara la razón del gobierno divino sobre los hombrea (cf. Mt 11,19 ; 25,31-46; Le 7,35).
715 SABIDUEÍA 5*7
w Por esto recibirán un glorioso rei 10 Pues los que guardan santamente las
no, | una hermosa corona de mano del cosas santas serán santificados, | y quie
Señor, | que con su diestra los protege | y nes hubieren aprendido sabrán cóm o res
los defiende con su brazo. ponder.
17 Se armará de su celo como de ar u Ansiad, pues, m is palabras, | desead
madura, | y armará a las criaturas todas las e instruios.*
para rechazar a sus enemigos; 12 Resplandece sin jamás obscurecerse
18 Vestirá por coraza la justicia | y se la sabiduría, I fácilm ente se deja ver de
pondrá por yelmo el sincero juicio. los que la aman | y es hallada de los que
19 Embrazará por escudo impenetrable la buscan.
la santidad. 13 Y aun se anticipa a darse a conocer
29 a los que la desean.
Y afilará su fuerte cólera cual espa
da, | y todo el universo luchará con El u e i que temprano la busca no tendrá
contra los insensatos. que fatigarse, | pues a su puerta la hallará
21 Los dardos de los rayos partirán bien sentada;
dirigidos, | y volarán de las nubes al 15 Pues pensar en ella es ya prudencia
blanco como de arco. consumada, | y el que vela por ella pronto
22 Y la ira, como lanzada por una ca se verá sin afanes.
tapulta, arrojará violentas granizadas; | 15 Porque ella misma busca por todas
y el agua del mar se enfurecerá contra partes a los dignos, | y en los cam inos se
ellos, | y los ríos se precipitarán con fu les muestra benigna, | y en todos sus pen
ria sobre ellos. sam ientos les sale al encuentro.
23 Un soplo poderoso los embestirá I 17 Pues su principio es el deseo since-
y los aventará como torbellino. | La ini rísimo de la instrucción, | y procurar la
quidad desolará toda la tierra | y la mal disciplina es ya amarla.
dad derribará los tronos de los poderosos. 18 Este amor es la guarda de sus pre
ceptos; | la observancia de las leyes ase
L a sabiduría y lo s reyes gura la incorrupción,
1 Oíd, pues, reyes, y entended. | 19 Y la incorrupción nos acerca a D ios.
6 Aprended los que domináis los con
fines de la tierra.
29 Por tanto, el deseo de la sabiduría
nos conduce al reino.
2 Aplicad el oído los que imperáis so H Si os com placéis, pues, en los tronos
bre las muchedumbres | y los que os en y en los cetros, reyes de los pueblos, | es
greís sobre la multitud de las naciones. * timad la sabiduría, para que reinéis por
3 Porque el poder os fue dado por el siempre.
Señor, | y la soberanía por el Altísimo, f
que examinará vuestras obras y escudri S alom ón , en a m o ra d o d e la sabiduría
ñará vuestros pensamientos;
4 Porque siendo ministros de su reino 22 Y o os contaré qué es la sabiduría y
no juzgasteis rectamente | y no guardas cuál es su origen; | y no os ocultaré sus
teis la Ley, | ni según la voluntad de Dios misterios, | sino que me remontaré hasta
caminasteis. el com ienzo de la creación, | y pondré en
5 claro su conocim iento, | y nada om itiré
Terrible y repentina vendrá sobre vos
otros, | porque de los que mandan se ha de la verdad.
de hacer severo juicio; 23 N o iré con el que de envidia se con
6 Pues el pequeño hallará misericordia,sume,
| | porque la envidia no tiene nada
pero ios poderosos serán poderosamen que ver con la sabiduría.
te atormentados; 24 Los muchos sabios son la salud del
7 Que el Señor de todos no teme de mundo, | y un rey prudente la prosperidad
nadie | ni respetará la grandeza de nin de su pueblo.
guno ; ] porque El ha hecho al pequeño y 25 Así, pues, aprended m is palabras y
al grande, | e igualmente cuida de todos; os serán de provecho.
8 Pero a los poderosos amenaza pode
t Yo soy hombre mortal, semejante
rosa inquisición.
9 7
A vosotros, pues, reyes, se dirigen a todos, | nacido del que primero fue
mis palabras, | para que aprendáis la sa formado de la tierra, | y en el seno de mi
biduría y no pequéis. madre se formó mi carne.*
£ 2 El origen divino del poder era una idea muy impresa en el ánimo de los antiguos, pero defor-
v mada para exaltación de los príncipes, que se creian dioses. Aquí se inculca la idea verdadera
con su consecuencia: la cuenta que Dios pedirá a los reyes del ejercicio del poder.
11 La sabiduría, como en Prov 1,20 ss.; 8,1 ss., llama a todos y se ofrece a enriquecerlos con sus
tesoros para hacerlos dichosos.
y 1 Gomo en el capitulo precedente empezó hablando a los reyes, ahora introduce aquí a un rey
* glorioso, dando una lección de prudencia a los demás reyes para que aprendan a mirarse » al
SABIDURÍA 7 - 8 716
20 Quiere decir que gozaba desde su nacimiento de aquella gracia que los antiguos expresaban
con la sentencia «mens sana in corpore sano».
A 1 El autor se inspira para esta oración, que pone en boca de Salomón, en i Re 3,5 ss., donde
«7 se cuenta la visión divina y la petición que Salomón hizo de la sabiduría.
SABIDURÍA 9 - 1 1 718
to que está en nuestras roanos, | ¿quién 11 L e asistió contra la avaricia de quien
rastreará lo que sucede en el cielo? le oprimía | y le enriqueció.
17 ¿Quién conoció tu consejo si tú no 12 L e preservó de sus enemigos | y le
le diste la sabiduría | y enviaste de lo alto protegió contra los que le acechaban, | y
tu espíritu santo? le dio el premio de un rudo combate, |
18 Así es como se han enderezado los para que aprendiera que la piedad es
caminos de los que moran sobre la tie más fuerte que todo.
rra, f y los hombres supieron lo que te 13 N o abandonó al justo vendido | y
es grato, | y por la sabiduría fueron salvos. le salvó del pecado; | descendió con él al
calabozo.
14 Y no le abandonó en la prisión |
S E G U N D A P A R T E hasta entregarle los poderes del reino | y
el poder sobre sus opresores. I Descu
L a s a b id u r ía e n I s r a e l
brió la mentira de sus acusadores | y le
(10-20) dio una gloria eterna.
L a sabiduría, guía d e los patriarcas
M o isés e Israel, gu iad os p or la
| A 1 Ella fue la que guardó al primer
* “ hombre, | al que primeramente for sabiduría
maste para ser padre del mundo, | y le 15 Libró de la nación opresora al pue
salvó en su caída, * blo santo, | al pueblo puro, a la descen
2 Y le dio poder para dominar sobre dencia irreprochable.
todas las cosas. w Entró en el alma del servidor de
3 Por haberse apartado de ella en su D ios | e hizo frente a reyes temibles con
cólera, | el injusto se. perdió por su furor prodigios y señales.*
fratricida. 17 D io a los santos la recompensa de
4 Inundó luego la tierra el furor de és sus trabajos, | guiándolos por un camino
te, | y de nuevo la salvó la sabiduría, | ri de prodigios, | y fue para ellos sombra
giendo al justo en leño deleznable. por él dia ] y luz de astros por la noche.
5 Cuando las naciones en una concor 18 Les hizo atravesar el mar R ojo | y
dia inicua fueron confundidas, | conoció los condujo a través de las muchas aguas.
al justo y le conservó irreprochable ante 19 Sumergió a sus enemigos, | y del
Dios | y le mantuvo fuerte contra la ter profundo abismo arrojó a la playa sus
nura paternal por su hijo. cadáveres.
6 Ella salvó de la ruina de los impíos 20 Por esto los justos despojaron a los
a) justo I en su huida del fuego que impíos, | celebraron, Señor, tu santo nom
descendía sobre Pentápolis; bre | y a una alabaron tu diestra vence
7 Y en testimonio de la maldad | con dora.
tinúa la tierra desolada, humeante, | y 2* Porque la sabiduría abrió la boca
sus árboles dan frutos que no madu de los mudos | e hizo elocuentes las len
ran, | y una estatua de sal quedó cual guas de los niños.
monumento de un alma desobediente.
8 Pues los que despreciaron la sabidu i Hizo prosperar sus obras por ma
ría, | no sólo sufrieron el daño de no co
nocer el bien, | sino que dejaron a los
H no de un profeta santo;
2 Atravesaron el desierto inhabitable |
vivientes un monumento de su insensa y fijaron sus tiendas en lugares desiertos;
tez, | para que no cayesen en olvido sus 3 Resistieron a los enemigos y se ven
pecados. garon de sus adversarios.
9 Pero la sabiduría libró de las penas 4 Tuvieron sed y te invocaron, | y les
a los que la servían. fue dada agua de la dura roca, | y para
10 Libró al justo que huía de la ira saciar su sed, de la áspera piedra.
fraterna, | le condujo por caminos rec
tos, | le mostró el reino de Dios | y le
dio a conocer las cosas santas. | Le pros
peró en sus fatigas I y multiplicó el fruto
de sus trabajos;
* Es la sabiduría el plan de la creación, existente en la mente divina y actualizado luego en el
* mundo por la palabra omnipotente de Dios. Abarca.dos cosas: la naturaleza de los seres y su
gobierno; sobre todo se fija el autor en el gobierno del hombre. En los capítulos que vienen nos
habla de esa sabiduría que dirigió a los principales personajes bíblicos, los cuales, a su vez, se some
tieron con docilidad a ese gobierno, cooperando con esto a los planes de Dios sobre ellos. No señala
las personas por su nombre, pero ya se dejan bien conocer por las obras que les atribuye,
16 Se alude aquí a Moisés, guiado por la Sabiduría. En esto el autor se extiende en contamos
los juicios de Dios sobre los egipcios y sus misericordias con Israel, el pueblo santo, por ser puehlo
elegido de Dios más que por su conducta indócil, que el autor no toma en cuenta en este lugar.
719 SA B ID U R ÍA 11-12
C a s tig o d e los e g ip cio s 22 Porque el realizar cosas grandes siem
8 pre está en tu mano, | y al poder de tu
Pues por donde fueron castigados sus
enemigos, * brazo, ¿quién puede resistir?
6 Por ahí fueron socorridos los indi 23 Pues todo el mundo es delante de ti
gentes. como un grano de arena en la balan
7 En vez de las aguas perennes del za ! y como una gota de rocío de la ma
río, | se vieron aquéllos turbados con ñana que cae sobre la tierra.
sangre podrida, 24 Pero tienes piedad de todos, porque
8 En castigo del decreto infanticida. | todo lo puedes, | y disimulas los pecados
Dísteles a ellos, contra toda esperanza, de los hombres para traerlos a peniten
cia;
aguas abundantes,
9 Y mostraste por aquella sed I el cas 25 Pues amas todo cuanto existe | y
tigo infligido a los adversarios, | juzga nada aborreces de lo que has hecho, |
dos con ira. que no por odio hiciste cosa alguna.
10 Porque aquéllos, probados y corre 26 ¿ Y cómo podría subsistir nada si tú
gidos con misericordia, | conocieron cómo no quisieras | o cómo podría conservar
eran atormentados los impíos con ira. se sin ti?
11 Pues a unos, como padre que amo 27 Pero a todos perdonas, porque son
nesta, los probaste; | pero a los otros, tuyos, Señor, amador de las almas.
como rey severo que condena, los cas
C astigo d e los c a n a n e o s
tigaste.
12 Pues ausentes y presentes eran igual | O 1 Porque en todas las cosas está
mente atormentados tu espíritu incorruptible.
13 Y heridos por un doble pesar. | G i 2 Y por eso corriges con blandura a
mieron por la memoria de lo pasado, los que caen, | y a los que pecan los
14 Porque, oyendo que sus propios tor amonestas, despertando la memoria de
mentos | beneficiaban a los otros, cono su pecado, 1 para que, libres de su mal
cieron al Señor. dad. croan. Señor, en ti.
15 Pues aquel que ellos arrojaron y des 1 Y porque aborrecías a los antiguos
preciaron | le admiraron al fin de los habituntcs de tu tierra santa,
sucesos, | cuando sintieron una sed muy 4 Que practicaban obras detestables de
diferente de la de los justos. magia, ritos impíos,
16 En castigo de los pensamientos in 5 Y eran crueles asesinos de sus hi
sensatos y estúpidos | con que, extravia jos, | que se daban banquetes con la car
dos, adoraban a reptiles miserables y ne y sangre humanas, | y con la sangre
viles brutos, | les enviaste en castigo mu se iniciaban en infames orgías.
chedumbre de animales irracionales, 6 A esos padres, asesinos de seres ino
17 Para que conocieran que por don centes, | determinaste perderlos por ma
de uno peca, | por ahí es atormentado. no de nuestros padres,*
18 Pues no era difícil a tu mano om 7 Para que recibiese una digna colonia
nipotente, | que creó el mundo de la de hijos de D ios | esta tierra, ante ti la
materia informe, | enviarles muchedum más estimada de todas.
bre de osos o feroces leones, 8 Pero a éstos, como a hombres, los
19 O fieras desconocidas llenas de fu perdonaste, | y enviaste tábanos como
ror, creadas nuevamente, | que respira precursores de tu ejército, | para que poco
sen un aliento inflamado, exhalando un a poco los exterminaran.*
olor infecto, | o que de sus ojos lanza 9 N o porque fueras impotente para so
sen terribles centellas, meter por las armas los impíos a los
20 Que no sólo hiriéndolos les causa justos | o para de una vez destruirlos
ran la muerte, | sino que ya sólo con su por fieras feroces o por una palabra
vista espantable los m ataran; dura;
21 Pero aun sin esto, por un simple 10 Pero castigándolos poco a poco les
soplo podrían perecer ! perseguidos por diste lugar a penitencia, | no ignorando
la justicia | y disipados por tu soplo que era el suyo un origen perverso, | y
poderoso; | pero todo lo dispusiste con que era ingénita su maldad, | y que ja
medida, número y peso. más se mudaría su pensamiento.
1 | 5 El autor contrapone aquí la misericordia usada por Dios con los hebreos y la justicia ejer-
1 1 cida con los egipcios, justicia que todavía fue acompañada de misericordia, porque Dios
ama cuanto existe y nada aborrece de cuanto creó, como la misericordia hacia Israel no careció de
justicia. Son muy dignos de notar los últimos versículos de este capítulo.
| O 6 Lo8, hebreos recibieron del Señor la orden de exterminar a los cananeos, como ministras
• de la justicia de Dios, que debía vengar tales crímenes.
8 La misma conducta misericordiosa que usó Dios con los egipcios usó con los canana , y por
la misma razón, porque es misericordioso.
SABIDURÍA 12-13 720
H Que era semilla maldita desde su 25 Y por esto, como a niños sin jui
origen | y no por temor de nadie dila cio, I les enviaste un castigo de burla;
taste el castigo de sus pecados.* 26 Y los que no se corrigieron con amo
12 Pues ¿quién te dirá: Por qué haces nestaciones de burla | sufrieron un cas
esto, | o quién se opondrá a tu juicio, | o tigo digno de Dios,
quién te llamará a juicio por la pérdida 27 Pues fueron castigados por medio de
de naciones que tú hiciste, | o quién aquellos mismos ! que tenían por dioses
vendrá a abogar contra ti por hombres y por ellos mismos azotados I al ver
impíos? que aquel que antes se negaron a recono
13 Que no hay más D ios que tú, que cer por D ios era el D ios verdadero, | que
de todo cuidas, | para mostrar que no echó sobre ellos la suprema condenación.
juzgas injustamente.
i í Y no hay rey ni tirano que te pueda N e c e d a d d e lo s q u e a d o ra n las
pedir cuentas de tus castigos. c ria tu ra s
13 Siendo justo, todo lo dispones coni O 1 Vanos son por naturaleza todos
justicia | y no condenas al que no merece ios hombres que carecen del co
ser castigado, | pues lo tienes por indig nocimiento de D ios, | y por los bienes
nó de tu poder. que disfrutan no alcanzan a conocer al
16 Porque tu poder es el principio de que es la fuente de ellos, | y por la consi
la justicia | y tu poder soberano te auto deración de las obras no conocieron al
riza para perdonar a todos. artífice,*
17 Sólo si no eres creído perfecto en 2 Sino que al fuego, al viento, al aire
poder haces alarde de tu fuerza, | confun ligero, | o al círculo de los astros, o al
des la audacia de los que dudan de ella. agua impetuosa, t o a las lumbreras del
18 Pero tú, Señor de la fuerza, juzgas cielo tomaron por dioses rectores del uni
con benignidad | y con mucha indulgen verso.
cia nos gobiernas, j pues cuando quieres 3 Pues si seducidos por su hermosura
tienes el poder en la mano. los tuvieron por dioses, | debieron cono
L eccion es qu e de lo d ich o se infieren cer cuánto mejor es el Señor de ellos, |
pues es el autor de la belleza quien hizo
19 Por tales obras enseñaste a tu pue- todas estas cosas.
plo [ que el justo dóbe ser bueno, | y 4 Y si se admiraron del poder y de la
diste a tus hijos buenas esperanzas | de fuerza, | debieron deducir de aquí cuán
que das tiempo de penitencia de los pe to más poderoso es su creador;
cados. 5 Pues de la grandeza y hermosura de
20 Porque si a los enemigos de tus hi las criaturas, | por razonamientos, se llega
jos y reos de muerte I los castigaste con a conocer al Hacedor de éstas.
tantos miramientos e indulgencia, | dán 6 Pero sobre éstos no cae tan gran re
doles tiempo y espacio para arrepentirse proche, | pues por ventura yerran | bus
de su maldad, * cando realmente a D ios y queriendo ha
21 ¿Con qué circunspección juzgarás a llarle;
tus hijos, | cuyos padres recibieron de 7 Y , ocupados en la investigación de
ti juramentos y alianza de buenas pro sus obras, | a la vista de ellas se persua
mesas? den de la hermosura de lo que ven,
: 22 Pues, corrigiéndonos a nosotros, azo 8 aunque no son excusables.
tas mil veces más a nuestros enemigos, | 9 Porque si pueden alcanzar tanta cien
para que, cuando nosotros juzgamos, pen cia | y son capaces de investigar el uni
semos en tu bondad 1 y, al ser juzgados, verso, [ ¿cómo no conocen más fácilmente
esperemos misericordia. al Señor de él?
23 Pues a los injustos, que pasan la
vida en la insensatez, I los atormentaste £1 culto de los ídolos
por tus propias abominaciones,
24 Cuando muchos más se extraviaron 10 Desdichados los que han puesto sus
por los caminos del error, | teniendo por esperanzas en muertos, | cuantos llaman
dioses los más viles animales, ¡ engañados dioses a las obras de sus manos, | oro
a manera de niños insensatos. y plata, obras de artífice, | e imágenes de
animales, | o piedra inútil, obra de mano 3 N o quieres que las obras de tu sa
antigua. * biduría estén ociosas. | Por esto los hom
11 Corta experto leñador un tronco ma bres confían sus vidas a un frágil leño, |
nejable, | lo descorteza diestramente | y, y, atravesando las ondas en una balsa,
haciendo uso de su destreza y arte, I fa llegan a salvo.
brica un mueble útil para las necesida 6 Y habiendo perecido al principio los
des de la vida; orgullosos gigantes, | la esperanza del
12 Y los despojos de la obra | los con mundo escapó al peligro en una balsa, |
sume en preparar su comida y satisfa que, gobernada por tus manos, dejó al
cer su necesidad; mundo semilla de posteridad.
13 Pero el último resto, que para nada 7 Bendito sea, pues, el leño de que se
sirve, | un leño torcido y lleno de nu hace recto uso. *
dos, | lo toma y lo labra en sus ratos de 8 Pero el ídolo, obra del hombre, es
ocio, | y con su arte le da una figura, maldito él y quien lo hace. | Este porque
semejanza de hombre, lo hizo; aquél porque, siendo corrupti
14 O dándole la semejanza de un vil ble, es llamado dios.
animal y pintándole de minio, le da un 9 Igualmente son a Dios aborrecibles
color rojo | y cubre de pintura todas las el impío y su impiedad.
manchas que hay en él, 10 Y así serán castigados la obra y el
15 Y , preparándole una morada digna, | que la hace.
le coloca en el muro, asegurándole con 11 Por esto serán visitados los ídolos
clavos, | cuidando bien que no caiga, de las naciones; | porque las criaturas
16 Pues sabe que no puede sostenerse de D ios se convirtieron en abominación, |
a sí mismo, | siendo una imagen que en escándalo para las almas de los hom
necesita de ayuda. bres | y en lazo para los pies de los in
17 Y luego, al dirigirle oraciones por sensatos. *
su hacienda, por sus mujeres y sus hi 12 Pues el principio de la fornicación
jos, | no se avergüenza de hablar con es la invención de los ídolos, | y su in
quien carece de alma, vención es la corrupción de la vida.
18 D e invocar al impotente pidiéndole 13 N o existieron desde el principio j ni
la salud, | y ruega al muerto por la vida, | existirán para siompre;
y suplica la ayuda de quien es lo más 14 Fue la vanagloria de los hombres la
inútil. que los introdujo en el mundo, | y por
19Y pide un feliz viaje al que no pue esto está decidido su próximo fin.
de usar de sus pies, | y ganancias y em
presas y el éxito de sus obras | y energía L a apoteosis h u m a n a
al más incapaz de hacer nada con sus 15 U n padre, presa de acerbo dolor, |
manos.i234
* hace la imagen del hijo que acaba de
serle arrebatado, | y al hombre entonces
i A 1 Pongamos otro caso. U no se pro- muerto le honra ahora como a dios, | es
A ** pone navegar, | se dispone a atra tableciendo entre sus siervos misterios e
vesar por las furiosas ondas, | e invoca iniciaciones. *
a un leño más frágil que la nave que le 16 Luego, con el tiempo, se consolida
lleva. esta costumbre impía y es guardada como
2 Pues ésta fue inventada por la codi ley, | y por los decretos de los príncipes
cia del lucro | y fabricada con sabidu son veneradas las estatuas.
ría por un artífice. 17 Y a quienes los hombres no pueden
3 Pero tu providencia, Padre, la gobier de presente honrar por estar lejos, | de
na, | porque tú preparaste un camino lejos se imaginan su semblante | y hacen
en el mar, | y en las ondas senda segura. la imagen visible de un rey venerado, |
4 Mostrando que puedes salvar del pe para adular al ausente con igual diligen
ligro, | para que cualquiera, aun sin el cia que si estuviera presente.*
conocimiento del arte, pueda embarcarse. 18 Y , progresando la superstición, tam-
10 En estilo irónico, como es usual en otros autores sagrados, el autor empieza a tratar aquí de
la idolatría y sus orígenes. Conviene tener presente esta observación para juzgar las palabras del
autor sagrado, que a veces pudieran parecer exageradas (Bar 6).
*| A 7 Se trata aquí del barco o arca de Noé, hecha de madera, propuesta por Dios para salvar
I ^ de la catástrofe del diluvio la semilla de la humanidad e imitada después por los hombres
para sus negocios.
11 Los ídolos, fabricados de madera, piedra o metales, es decir, de la materia creada por Dios,
han sido ocasión de idolatría y luego de la degradación moral consiguiente a la idolatría, según lo
declara el Apóstol en su epístola a los Romanos (1,25 ss.).
15 El amor paterno es la causa de la divinización del hijo muy amado. Cicerón quiso levantar
a su hija Tulía un sepulcro en forma de templo y se empeñaba en verla colocada entre los dioses.
17 El culto de los príncipes era muy antiguo en Egipto y perduró hasta la época romana. Los em-
SABIDURÍA 1 4 * 1 5 722
mente impenetrable, 1 salía del fondo del biendo con certidumbre a qué juramento
insondable ades, | durmieron el mismo habían dado fe, tuvieron más ánimo.
sueño. 7 Y fue esperada por tu pueblo | la sa
14 Unos, agitados por prodigiosos fan lud de los justos y la perdición de los ene
tasmas; I otros, desfallecidos por el aba migos.
timiento del ánimo, | sorprendidos por 8 Pues con lo mismo que castigaste a
un repentino e inesperado terror. los enemigos, 1 con eso nos fortificaste lla
15 Luego, si alguno caía rendido, | que mándonos a ti.
daba como encerrado en una cárcel sin 9 En secreto hicieron sus sacrificios los
cadenas. hijos santos de los buenos, | y de co
11234
56 E1 labrador o el pastor, | el obrero mún acuerdo hicieron este pacto divino, |
ocupado en los trabajos del campo, | sor de que los santos participasen igualmen
prendidos, soportaban lo inevitable. te | de los mismos bienes y peligros, | can
17 Ligados todos por una misma cade tando antes las alabanzas de sus padres.
na de tinieblas. | Fuera el viento que sil 10 Entre tanto resonaba el grito discor
ba, | o el canto suave de los pájaros entre dante de los enemigos | y se oía el triste
la espesa enramada, | o el rumor de las llanto por los hijos muertos;
aguas que se precipitan con violencia, 11 Y con igual pena fue castigado el
18 O el estrépito horrísono de piedras siervo que el amo, | y la plebe padecía lo
que se despeñan, | o la carrera invisible mismo que el rey.
de animales que retozan, | o el rugido de 12 Y todos a una, con un solo género
fieras que espantosamente rugen, | o el de muerte, | tenían muertos innumera
eco que resuena en los hondos valles, | bles, | y no bastaban los vivos para sepul
todo los aterraba y los helaba de espanto. tarlos, | pues en un instante sus más no
19 Mientras todo el universo era ilumi bles nacidos fueron muertos.
nado por una brillante luz | y libremente 13 A causa de sus magias no habían
se entregaban todos a sus trabajos. creído todos los castigos pasados, | pero
20 Sólo sobre aquéllos se extendía una con la muerte de los primogénitos con
densa noche, imagen de las tinieblas que fesaron que el pueblo era hijo de D ios.
a poco les aguardaban, | pero ellos se 14 Un profundo silencio lo envolvía to
eran para si mismos más graves que las do, j y en el preciso momento de la media
tinieblas. noche,
15 T u palabra omnipotente de los cie
1 Q 1 Mientras que para tus santos bri- los, de tu trono real, | cual invencible
1 O liaba una espléndida luz, | aquéllos, guerrero, se lanzó en medio de la tierra
oyendo sus voces sin ver a las personas, | destinada a la ruina. *
las proclamaban felices aunque hubieran 16 Llevando por aguda espada tu de
sufrido. creto irrevocable; e irguiéndose, todo lo
2 Y aunque maltratados injustamente, llenó de muerte, | y caminando por la
no se habían vengado, antes daban gra tierra, tocaba el cielo.
cias | y pedían perdón de ser tenidos por 17 A l instante visiones de sueños | terri
enemigos. blemente los turbaron, | cayendo sobre
3 Y en lugar de las tinieblas encendiste ellos temores inesperados;
una columna, | que les diste para su ca 18 Y arrojados por tierra aquí y allí, |
mino, guía desconocido, | un sol inofensi manifestaban la causa por que morían.
vo para una gloriosa peregrinación. 19 Las visiones que los turbaron les ha
4 Pues dignos eran de ser privados de bían advertido, | para que al m orir no
luz y encerrados en tinieblas ( los que ignorasen por qué sufrían aquellos males.
guardaban en prisión a tus hijos, | por 20 L a prueba de la muerte alcanzó tam
quienes había de ser dada al mundo la luz bién a los justos, | y en el desierto se pro
incorruptible de la Ley. dujo una mortandad en la muchedumbre; |
5 Y a los que habían resuelto dar muer pero la cólera no duró mucho tiempo. *
te a los hijos de tus santos, | uno de los 21 Porque un varón irreprensible se apre
cuales fue expuesto y salvado para cas suró a combatir por el pueblo 1 con las
tigo de ellos, | les quitaste la muchedum armas de su propio ministerio, | la ora
bre de sus hijos | y a una los ahogaste en ción y la expiación del incienso, | y resistió
las impetuosas aguas. a la cólera y puso fin al azote, | mostran
6 Aquella noche fue de antemano co do que era tu siervo.
nocida por nuestros padres; | porque sa 22 Y venció a la muchedumbre, I no con
*| O 15 La palabra de Dios, o sea el decreto irrevocable que ordenaba la muerte de los primo-
1 u génitos, es aquí personificada y comparada a un guerrero que se lanza a la lucha armado
de todas sus armas.
2 0 También a los hebreos alcanzó el castigo en el desierto; pero éstos contaban con él vali
miento de su caudillo ante Dios, y la plaga cesaba pronto (Ex 32,11-14)-
SABIDURÍA 18 * 1 9 726
el poder del cuerpo ni con la fuerza de las 9 Pues como potros en sus pastos | y
armas, | sino que con la palabra sujetó al como corderos retozones | te alababan
que los castigaba, I recordando los jura* a ti, Señor, que los libraste;
mentos y la alianza de los padres. 10 Y se acordaban de que aún en su
23 Y caídos los muertos a montones destierro, I en vez de producir otros ani
unos sobre otros, | levantándose en me* males, produjo la tierra mosquitos, ( y
dio, aplacó la cólera | y le cortó el camino en vez de peces produjo el río multitud
hacia los vivos. de ranas.
24 Pues sobre sus vestiduras llevaba gra 11 A l fin vieron una nueva producción
bado a todo el pueblo, [ los nombres glo de aves | cuando, llevados del apetito, pi
riosos de los padres, grabados en las cua dieron los placeres de la comida.
tro series de piedras, | y tu gloria sobre 12 Y para su satisfacción subieron del
la diadema de su cabeza. mar las codornices.
25 A la vista de esto retrocedió con te
mor el exterminador | y dio por suficiente E l castig o d e los so d o m ita s
la manifestación de la cólera divina. Mientras que sobre los pecadores ca
yeron los castigos, | de que fueron indi
Isra e l y los e g ip cio s ante el cios los violentos rayos, | pues justamen
m a r R o jo te padecían por sus maldades,
1Q 1 Pero sobre los impíos llegó hasta H Lo s que habían practicado tan de
I v el colmo la cólera sin misericor testable inhospitalidad. | Porque unos no
dia, | porque Dios sabía de antemano lo quisieron recibir a desconocidos que lle
que iba a sucederles; * gaban | y otros pretendieron esclavizar
2 Que habiéndose permitido partir | y a los extranjeros, sus bienhechores, *
dándoles prisa para que partiesen, | luego, 14 Y sobre el castigo entonces recibido
arrepentidos, los persiguieron. tendrán otro al fin | por haber acogido
3 A ú n no habían terminado el luto y con tan mala voluntad a los extranjeros.
aún | lloraban sobre los sepulcros de los 13 L o s egipcios recibieron con festivas
muertos, \ cuando se lanzaron a nuevos manifestaciones i a los que fueron parti
planes insensatos, I y a los que suplicantes cipes en sus beneficios, | mas luego los
habían arrojado los persiguieron como a afligieron imponiéndoles crueles faenas.
fugitivos. 19 También fueron heridos de ceguera, |
4 U na merecida necesidad los arrastra como los que a las puertas del justo, | en
ba a este fin, | haciéndoles olvidar los vueltos en densa tiniebla, | buscaban la
precedentes sucesos | para que recibiesen entrada de la puerta.
el pleno castigo que faltaba a sus tor 27 Y para ejercer en ellos la justicia se
mentos. pusieron de acuerdo los elementos, | como
5 Y mientras que tu pueblo hacía una en el salterio se acuerdan los sonidos | en
maravillosa travesía, | encontraron ellos una inalterable armonía, | como clara
una extraña muerte; mente puede verse por los sucesos.
6 Porque toda la creación, en su propia 18 Pues los animales terrestres se mu
naturaleza, | recibió de lo alto una forma dan en acuáticos, | y los que nadan cami
nueva, | sirviendo a tus mandatos, | para nan sobre la tierra.*
que tus hijos fuesen guardados incólumes. 19 E l fuego supera con el agua su pro
7 L a nube daba sombra a! campamen pia virtud, | y el agua se olvida de su pro
to; de las aguas que antes la invadían se piedad de extinguirlo.
vio emerger la tierra seca, | y en el mar 20A l contrarío, las llamas no atacaron
R ojo un camino sin tropiezos; I y las on las carnes | de los ligeros animales que
das impetuosas dieron lugar a un verde caminan por todas partes, | ni derritieron
campo, aquel alimento celestial fusible como el
8 Por donde atravesaron en masa los rocío; | pues en todas las cosas, Señor,
ue por tu mano eran cubiertos, 1 después engrandeces a tu pueblo y le glorificas, j
S e haber contemplado prodigios estu y no le has despreciado, antes le asististe
pendos. en todo tiempo y lugar.
4 Q 1 Prosigue el mismo tema de los capítulos precedentes. Quiere decir que las criaturas todas,
1 ^ sometidas a la acción de Dios para servir a los planes divinos sobre los hebreos, obraban
de modo diverso de lo que pedia su naturaleza. En esto estaba el prodigio.
13 Al fin vienen los sodomitas, que pertenecen a la historia del Génesis, castigados por la mala
acogida que dieron a los mensajeros del cielo (19,1-14).
18 Para ejercer la justicia divina, los elementos formaron como un salterio, combinando armó
nicamente su condición. Estos animales acuáticos han de ser las ranas, que invaden la tierra de
Egipto (Ex 8,1-15); el fuego son los rayos, que, destruyendo los ganados, perdonan a las ranas,
como el sol derrite el maná, que, por otra parte, era cocido al fuego. Todo sucede para glorificación
de Israel (16,17).
E C L E S I A S T I C O
E l Eclesiástico es un libro semejante a los Proverbios y fu e escrito en hebreo. U n
nieto del autor, que lo tradujo al griego, antepuso a su versión un prólogo, en que nos
habla de su abuelo, Jesús, hijo de Sirac, que, habiéndose dado mucho al estudio de las
divinas Escrituras, de la Ley, de los Profetas y los otros libros, quiso, para utilidad de
todos, escribir éste, en que da a conocer los frutos de su trabajo.
Sólo con alguna aproximación podemos colegir la fecha de la composición del
libro, por el elogio que en él se hace del pontífice Simón, hijo de Onías ( 5 0 ,1- 2 0 ) .
L a fecha de la versión es posterior al año 58 de Tolomeo Evergetes. Aunque hay dos
de ese mismo nombre, Tolomeo II I, que reinó de 246 a 2 2 1 , y Tolomeo V II, llamado
Fiscón, que reinó de 1 yo a 1 1 6 , sólo este último puede ser, pues el primero no reinó
más que veinticinco años. L a fecha señalada por el traductor seria, pues, el año 13 6 .
D ivídese el libro en dos partes. L a prim era tiene gran parecido con los Proverbios.
Canta las excelencias de la sabiduría y nos ofrece reglas de conducta en form a de sen
tencias. Se diferencia de los Proverbios en que mientras en éstos las sentencias son,
por lo general, sueltas y sin conexión de unas con otras, en el Eclesiástico van ligadas,
desarrollando un tema. L a segunda parte tiene más parecido con la Sabiduría. E n ella
se hace el elogio de los antepasados ilustres de Israel, a quienes precisamente la sabi
duría rigió, y por eso adquirieron un nombre eterno.
P a ra la numeración de los versículos seguimos de ordinario a Vigouroux en su
B ib lia Poliglota, que, por ajustarse a la Vulgata, es de mayor comodidad para el
uso, si bien difiere de la que traen los nuevos editores de los textos hebreo y griego y los
traductores modernos que hemos podido consultar. Los versos cuyos números van entre
paréntesis ( ) no se hallan en el texto griego de los L X X .
lluvia ! y los días del pasado, ¿quién po 22E l temor del Señor es la corona de
drá contarlos? la sabiduría 1 y hace florecer la paz y la
3 L a altura de los cielos, la anchura de salud.
la tierra, | la profundidad del abismo, 23 L a una y la otra son don de D ios | y
¿quién podrá medirlos? el Señor las ve y las distribuye.
4 Antes que todo fue creada la sabidu 24 Com o lluvia derrama E l la ciencia,
ría, | y la luz de la inteligencia existe desde el conocimiento y la inteligencia, | y le
la eternidad. * vanta la gloria de los que la poseen.
5 L a fuente de la sabiduría es la palabra 25 L a raíz de la sabiduría es temer al
de Dios en las alturas, | y sus caminos, Señor; i y sus ramas, la longevidad.
los mandatos eternos. * (26) * 27 E l temor del Señor aleja el pe
6 ¿ A quién fue dada a conocer la raíz cado, | y quien con él persevera evita la
de la sabiduría | y quién conoció sus se cólera.
cretos? 28 E l violento arrebato no tiene discul
7 ¿ A quién le fue manifestada la ciencia pa, | la cólera furiosa lleva a la ruina.
de la sabiduría | y quién entendió sus 29 E l hombre magnánimo espera su
planes? tiempo, I pero al fin triunfa.
8 Sólo uno es el sabio y el grandemen 30 Retiene la palabra hasta que llega su
te terrible, i que se sienta sobre su trono. tiempo, | y los labios de los fieles celebran
9 E s el Señor quien la creó f y la vio y su prudencia.
la distribuyó. 31 E n los tesoros de la sabiduría hay
10 L a derramó sobre todas sus obras | sabias sentencias, | pero la piedad para
y sobre toda carne, según la medida de con D ios es execrable al pecador.
su liberalidad, | y la otorgó a los que le (32)* 33 ¿Deseas la sabiduría? Guarda
aman. * los mandamientos | y el Señor te la otor
gará;
E l te m o r d e D io s , p rin cip io d e la 34 Pues la sabiduría y la disciplina son
sabiduría el temor de D ios, | y su complacencia,
u E l temor del Señor es ¿loria y ho la fe y la mansedumbre.
nor, | prudencia y corona de gozo. (35) 36 N o seas rebelde al temor de Dios,|
12 E l temor del Señor regocija el cora y no te llegues a El con corazón doble.
zón, | da prudencia, alegría y longevidad. 37 N o seas hipócrita delante de los hom
13 A l que teme al Señor le irá bien en bres | y pon atención a tus palabras.
sus postrimerías, | y el día de su fin halla 38 N o te engrías, pues caerías | y echa
rá gracia. rías sobre ti la infamia;
14 E l temor del Señor es honra y gloría 39 Y el Señor descubriría tus secretos |
y corona de exaltación. y te derribaría en medio de la asamblea,
15E l principio de la sabiduría es temer 40 por no haberte dado al temor del Se
a Dios, | y se les comunica a los fieles ñor | y estar tu corazón lleno de engaño.
ya en el seno materno. *
10 Hizo de los hombres su morada para P erseveran cia e n m e d io d e la
siempre | y será siempre fiel a la proge ten tación
nie humana.
(17,18 ,19 ) * 20L a plenitud de la sabidu
ría es temer al Señor; | embriaga con sus
frutos a quien la tiene.
2
1 Hijo mío, si te das al servicio de
Dios, | prepara tu ánimo a la ten
tación. *
2 Ten recto corazón y soporta con pa
21 ciencia | y no te impacientes al tiempo
Llena sus casas de bienes, | y de sus
frutos hinche sus graneros. del infortunio.
4 La expresión «fue creada la sabiduría» no puede significar venir a la existencia por creación,
sino simplemente existir desde la eternidad, pues se trata de la sabiduría de Dios. Es la idea que
Prov 8,22 expresa diciendo: «El Señor me poseyó antes de todas las cosas, es decir, desde la eter
nidad».
5 La palabra creadora de Dios es la fuente de la sabiduría derramada en la creación.
10 Dios derrama su sabiduría sobre el universo, particularmente sobre el hombre racional,
y más especialmente por la gracia sobre los que le aman.
19 Como disposición del alma para recibir la sabiduría, el temor del Señor es el principio de ella.
17 Los w.17-19, que no existen en la versión griega, se leen así en la Vulgata: «17 El temor
del Señor es la santificación de la ciencia. 1 * Esta santificación guarda el corazón y lo hace justo,
lo llena de alegría y gozo. 19 El que teme al Señor será feliz y bendecido en la hora de su muerte».
26 En la Vulgata dice así el versículo 26: «La inteligencia y la santificación de la ciencia se ha
llan en los tesoros de la sabiduría, pero la sabiduría es una execración para el pecador».
32 En la Vulgata, v.32: «El culto de Dios es una execración para el pecador».
O 1 A pesar del principio general de que Dios da a cada uno según sus obras, según el cual el
“ justo debía esperar bienes, el autor recuerda a Job y Tobías, y con esto previene al justo para
la tentación.
729 ECLESIÁSTICO 2-8
3 Adhiérete a El y no te separes, | p a ra 4 3 Pues D ios honra al padre en los hijos |
que tengas buen éxito en tus postrime y confirma en ellos el juicio de la madre.
rías. 4 E l que honra al padre expía sus peca
4 Recibe todo cuanto E l manda sobre dos.
ti | y ten buen ánimo en las vicisitudes de 5 Y como el que atesora es el que honra
la prueba. a su madre.
3 Pues el oro se prueba en el fuego, | y 6 E l que honra a su padre se regocijará
los hombres gratos a Dios, en el crisol en sus hijos | y será escuchado en el día
de la tribulación. de su oración.
6 Confíate a El y te acogerá, | endereza . 7 E l que honra a su padre tendrá larga
tus caminos y espera en El. vida,
8 Y el que obedece al Señor es consueto
C o n fia n z a e n el Señor de su madre.
7 Lo s que teméis al Señor esperad en E l que teme al Señor honra a su padre |
su misericordia | y no os descarriéis, pues y sirve como a señores a los que le engen
vendríais a caer. draron.
8 L o s que teméis al Señor confiad en 9 D e obra y de palabra honra a tu pa
E l | y no quedaréis defraudados de vues dre,
tra recompensa. 19 Para que venga sobre ti su bendición;
9 Lo s que teméis al Señor esperad la 11 Porque bendición de padre afianza la
dicha, | el gozo eterno y la misericordia. casa del hijo, | y maldición de madre la
(10) * n Considerad las generaciones an destruye desde sus cimientos.
tiguas y ved: | ¿Quién confió en el Señor 12 N o te glories con la deshonra de tu
que fuese confundido, padre, 1 que no es gloria tuya su deshonra;
12 O quién persevera en su temor y fue *3 Porque la gloria del hombre procede
abandonado, | o quién le invocó y se sin de la honra de su padre, | y es infamia de
tió defraudado? los hijos la madre deshonrada.
13 Porque piadoso y compasivo es el 14 Hijo, acoge a tu padre en su anciani
Señor, | perdona los pecados y salva en dad | y no le des pesares en su vida.
el tiempo de la tribulación. 15 Si llega a perder la razón, muéstrate
con él indulgente | y no le afrentes por
jA y de los co b a rd es! que estés tú en la plenitud de tu fuerza: |
1 4 iA y de los corazones tímidos y de que la piedad con el padre no será echada
las manos flojas, | y del pecador que va en olvido. *
por doble camino! u Y en vez del castigo por los pecados
15 ¡A y del corazón cobarde! Porque no tendrás prosperidad.
tiene fe, | por eso no hallará defensa. 17 E n el día de la tribulación, el Señor
16 ¡A y de vosotros, los impacientes! se acordará de ti, | y como se derrite el
17 Pues ¿qué haréis cuando el Señor os hielo en día templado, así se derretirán
visite? tus pecados.
13 Los que teméis al Señor no descon 18 Com o un blasfemo es quien abando
fiéis de sus palabras; | los que le amáis se na a su padre, | y será maldito del Señor
guid sus caminos. quien irrita a su madre.
19 Lo s que teméis al Señor procurad
agradarle; | los que le amáis, complaceos M od estia y m isericordia
en su Ley. 19 Hijo mío, pórtate con modestia, | y
29 L o s que teméis al Señor preparad el
serás amado más que el dadivoso.
corazón | y humillaos ante El. 29 Cuanto más grande seas, humíllate
(2i) * 22Caigamos en las manos del Se más, | y hallarás gracia ante el Señor;
ñor | y no en las manos de los hombres, 21 Porque grande es el poder del Se
23 Pues cuanta es su grandeza, I tanta ñor, | y es glorificado en los humildes.
es su misericordia. 22 L o que está sobre ti no lo busques, |
y lo que está sobre tus fuerzas no lo
D e b e r e s para con los padres procures.
0 ) * 2 Escuchad, hijos míos, que soy
3 23 Atente a lo que está a tus alcances |
vuestro padre, | y obrad de modo que y no te inquietes por lo que no puedes
alcancéis la salud. conocer.
14 En la Vulgata, v.io, se lee: «Los que teméis al Señor, amadle, y vuestros corazones serán
iluminados».
21 La Vulgata: «Los que temen al Señor guardan sus mandamientos y aguardarán hasta que
ponga sobre ellos sus ojos».
O 1 La Vulgata: «Los hijos de la sabiduría forman la congregación de los justos, e hijos suyos
son la obediencia y el amor».
15 Tal vez no hable aquí de la demencia, sino de la chochez en que con frecuencia incurren
los ancianos, haciéndose pesados e impertinentes a los demás.
ECLESIASTICO 3-5 730
24 N o te obstines en hacer lo que no 14 E l que la abraza heredará la gloria, |
puedes, y en su casa entrará la bendición del
25 Pues mucho es ya lo que ante ti está Señor.
que podrás entender. 15 L o s que la sirven, sirven al Santo, |
26 A muchos extravió su temeridad, | y el Señor ama a los que la aman.
y la presunción pervirtió su pensamiento. 16 E l que la escucha juzgará a las na
27 E l que ama el peligro caerá en él, | ciones, | y el que se allega a ella habitará
y el corazón duro parará al fin en la confiado.
desgracia. 17 Si te confías a ella, la tendrás por
(28) *29 E l corazón duro se verá apla heredad, | y tus descendientes la poseerán;
nado, i y el obstinado añadirá pecados a. 18 Porque en la tentación caminará con
pecados. él | y le elegirá entre los primeros;
50 L a desgracia del soberbio no tiene 19 Traerá sobre él el miedo y el temor, |
remedio, | porque arraigó en él la maldad. en su infancia le azotará | hasta que se
51 E l corazón del discreto medita sen le confíe | y le pruebe en sus preceptos.
tencias | y da oído atento a la doctrina 20 pero de nuevo se volverá a él | y
del sabio. le alegrará.
(32) * 33 E l agua apaga la ardiente llama, | 2t Y le revelará sus secretos.
y la limosna expía los pecados. 22 M as si se extraviase, le abandonará (
34 El que agradece los beneficios se pre y le entregará a la ruina.
para otros nuevos | y en el día de la
caída hallará apoyo. L a b u en a y la m ala con fu sión
D e b e r e s para c o n lo s p ob res 23 Espera tu tiempo y guárdate del mal.
i Hijo mío, no arrebates al pobre su 24 Y no tendrás que avergonzarte de ti
4 sostén, | no vuelvas tus ojos ante el mismo.
25 pues hay una confusión que es fruto
necesitado. *
2 D a al hambriento | y satisfaz al hom del pecado, | y una confusión que trae
bre en su necesidad. consigo gloría y gracia.
3 N o irrites al corazón ya irritado ) 26 N o tengas respetos que sean en per
juicio de tu alma.
y no difieras socorrer al menesteroso.
4 N o desdeñes al suplicante atribulado | 27 Y no te avergüences para ruina tuya.
28 N o retengas la palabra salvadora |
y no vuelvas el rostro al pobre.
5 N o apartes los ojos del necesitado | y no ocultes tu sabiduría;
29 Pues en el hablar se da a conocer la
y no des al hombre ocasión de malde
cirte : sabiduría, | y la doctrina en las palabras
de la lengua.
6 Pues si te maldice en la amargura
de su alma, | su Hacedor escuchará su 30 N o hagas contradicción a la verdad |
oración. y no te avergüences de tu falta de doctrina.
7 Muéstrate afable con la congrega 31 N o te avergüences de confesar tus
ción | y humilla tu cabeza al potentado. pecados,
8 Inclina al pobre tu oído | y con 32 Y no nades contra la corriente. |
mansedumbre respóndele palabras ama N o te sometas al hombre necio | y no
bles. tengas acepción por la persona del po
9 Arranca al oprimido del poder de su deroso.
opresor | y no te acobardes al hacer 33 Lucha por la verdad hasta la muer
justicia. te, | y el Señor Dios combatirá por ti.
to Muéstrate padre para los huérfanos, [ 34 N o seas duro en tus palabras | ni
cual marido para la madre de éstos. perezoso ni remiso en tus obras.
35 N o seas como león en tu casa | ni
ii Y serás como hijo del Altísimo | y
te muestres caprichoso con tus servidores.
el hijo más amado de tu madre.
36 N o sea tu mano abierta para recibir |
L a s v e n ta jas d e la sa b id u ría y cerrada para dar.
12 L a
sabiduría exalta a sus hijos | y
L a falsa se g u rid a d
acoge a los que la buscan.
13 E l que la ama, ama la vida, | y 1 N o te apoyes sobre las riquezas |
los que madrugan para salir a su encuen 5 y no digas: «M e basto a mí mismo».
tro, serán llenos de alegría. 2 N o te apoyes en ti mismo y en tu
28 L a Vulgata: «El corazón que sigue dos caminos no tendrá éxito, y el corazón depravado
tropezará en ellos*.
32 La Vulgata: «El corazón sabio e inteligente se abstendrá del pecado, y en las obras de jus
ticia tendrá feliz éxito*.
A 1 El primer miembro puede equivaler al precepto de la Ley: «No niegues al jornalero su jor-
“ nal* (Lev 19,13).
fuerza | para vivir según los deseos de L o s a m ig o s
tu corazón.
6 S i tuvieres muchos amigos, | uno en
3 N o digas: «¿Quién me dominará?» |
tre mil sea tu consejero.
Porque sin duda te castigará el Señor.
7 Si tienes un amigo, ponte a prueba |
4 N o digas: «H e pecado, ¿y qué me ha
y no te confíes a él tan fácilmente;
sucedido?» | Porque el Señor es paciente.
8 Porque hay amigos, de ocasión, | que
3 A u n del pecado expiado no vivas sin
no son fieles en el dia de la tribulación.
temor, | y no añadas pecados a pecados. *
6 Y no digas: «Grande es su misericor y 9que H ay amigo que se torna en enemigo |
descubrirá, para vergüenza tuya,
dia, | El perdonará mis muchos pecados»,
tus defectos.
7 Porque aunque es misericordioso, tam
10 H ay amigos que sólo son compañe
bién castiga, | y su furor caerá sobre los
pecadores. ros de mesa, | y no te serán fieles en el
día de la tribulación.
8 N o difieras convertirte al Señor | y
no lo dejes de un día para otro; 11 En tus días felices será otro tú ! y
9 Porque de repente se desfoga su ira, | hablará afablemente de los tuyos;
12 Pero si te viere humillado, se volverá
y en el día de la venganza perecerás.
contra ti | y te ocultará su rostro.
N o te apoyes en las riquezas mal
13 Apártate de tus enemigos | y guár
adquiridas, | porque nada te aprovecha
date de tus amigos.
rán en el día de la ira.
14 U n amigo fiel es poderoso protec
tor; | el que le encuentra halla un tesoro.
M o d eración d e la len gu a 15 N ad a vale tanto como un amigo fiel; |
11 N o te dejes llevar de todo viento 1 su precio es incalculable.
y no camines por una senda cualquiera, { 16 U n amigo fiel es remedio salud able;)
que así es como obra el pecador de doble los que temen al Señor lo encontrarán.
corazón. 17 El que teme al Señor es fiel a la
12 Sé firme en tus juicios I y no tengas amistad, | y como fiel es él, asi lo será su
más que una palabra. amigo.
13 Sé pronto para oir | y lento para
responder. V entajas d e la sabiduría
14Si tienes que responder, responde; 1 18 Hijo mío, desde tu mocedad date a
si no, pon la mano a la boca. la doctrina, | y hasta tu ancianidad ha»
13 En el hablar está la gloría o la des
liará sabiduría.
honra, | y la lengua del hombre es su
ruina.
19 Allégate a ella como ara y siembra
el labrador, | y espera buenos frutos;
16 Que nadie te llame chismoso, | y 20 Porque el trabajo te fatigará un po
no tiendas lazos con tu lengua; co, | pero pronto comerás de sus frutos.
17Porque sobre el ladrón vendrá la 21 Es muy duro para los indisciplina
confusión, | y la condenación sobre el dos, | y el insensato no permanecerá en ól;
de corazón doble. 22 Pesará sobre él como pesada piedra
18 N o ofendas a nadie, ni en mucho ni de prueba, | y no tardará en arrojarla
en poco. de si;
23 Porque la sabiduría es fiel a su nom
1 Y no te hagas enemigo al amigo; | bre | y es discreta en revelarse.
6 pues sobre el malo vendrá la confu 24 ¿ c u c h a , hijo mío, y recibe mis avi
sión y el oprobio, I y lo mismo sobre el sos | y no rehuyas mis consejos.
pecador de doble corazón. 25 D a tus pies a sus cepos, | y tu cuello
a su argolla;
E l orgullo 26 Dale tu hombro | y no te molesten
sus ataduras.
2 N o te engrías en tus pensamientos, [ 27 Allégate a ella con toda tu alma, I y
no seas destrozado como un toro. con todas tus fuerzas sigue sus caminos.
3 Si destrozas las hojas, echas a perder 28 Sigue su rastro, búscala, y se te des
los frutos I y te quedarás como árbol cubrirá, | y una vez cogida no la sueltes;
seco. 29 Porque al fin hallarás en ella tu des
4 El alma perversa se pierde a sí mismacanso
| y tu gozo.
y será el ludibrio de sus enemigos. 30 Y serán para ti sus cepos defensa
3 L a palabra suave multiplica los ami poderosa, | y su argolla túnica de gloria.
gos, [ la lengua bien hablada es rica en 31 Su yugo es ornamento de oro, | y sus
afabilidad. ataduras son cordón de jacinto.
C 5 Del pecado por el que hubieras ofrecido los sacrificios expiatorios acostumbrados no vivaa
** sin temor, que tal vez Dio* no se da por satisfecho y quiere exigirte una expiación más per
sonal, v.gr., una enfermedad.
ECLESIÁSTICO 6 -7 732
9 Dios quiere que oremos con fe en su bondad, pero no consiente que le señalemos el tiempo
7 de obrar. El es siempre el Señor Qdt 8,12 ss.).
1* Dios puso a Adán en el paraíso para que lo trabajase y guardase. Semejante trabajo no serla,
como después (Gen 3,17-20), pena del pecado, sino placentera ocupación.
21 No repudies a la mujer discreta, que vale más que el oro. San Pablo dirá después, en nom
bre del Señor, que en ningún caso la repudie (1 Cor 7,10 -11).
26 L a disciplina sobre la educación de la mujer es en los Sapienciales muy severa, correspon
diente al concepto que de la mujer tienen.
735 ECLESIÁSTICO 3-10
9 10 L a Vulgata: «10 Toda prostituta es como basura en el camino, que es pisada de cuantos
pasan. 1 1 Muchos, alucinados por la belleza de una mujer extraña, se hicieron r¿probos; pero
su conversación es como fuego que quema».
ECLESIÁSTICO 10 * 11 734
2 Según el juez del pueblo, asi son sus humana. I ¿Cuál es la progenie infame?
ministros, | y según el regidor de la ciu L a de los que quebrantan los preceptos.
dad, así sus moradores. 24 Entre sus hermanos es honrado el
3 El rey ignorante pierde a su pueblo, | jefe, | pero los que temen al Señor son
ia ciudad prospera por la sensatez de más que él.
L i príncipes. 25 Rico, noble o pobre, | su gloria estará
4 En manos del Señor está el gobierno en el temor del Señor.
de la tierra, | y en cada tiempo pone so 26 N o es justo afrentar al discreto | ni
bre ella a quien le place. conviene honrar al hombre prepotente.
5 En la mano del Señor está la fortuna 27 El grande, el juez y el poderoso son
del hombre; | es El quien hace brillar el honrados, I pero ninguno mejor que el
rostro del escriba. que tema al Señor.
28 A l siervo sabio le servirán los libres, |
E l orgullo y el varón docto no se queja.
6 N o vuelvas a tu prójimo mal por mal, 29 N o alardees de sabio al hacer tus
cualquiera que sea el que él te haga, | obras | y no te gloríes al tiempo de la
ni te dejes llevar de la soberbia. angustia.
7 L a soberbia es odiosa al Señor y a 30 M ejor es quien trabaja y abunda en
los hombres, | y contra ambos peca quien bienes j que el pretencioso que carece
comete injusticia. de pan.
8 El imperio pasa de unas naciones a 31 Hijo mío, honra tu alma con la mo
otras | por las injusticias, la ambición y destia | y dale el honor de que es digna.
la avaricia. 32 ¿Quién justificará al que peca contra
9 ¿De qué te ensoberbeces, polvo y ce su alma | y quién honrará al que a sí
niza? | Y a en vida vomitas las entrañas. mismo se deshonra?
10 N ad a tan odioso como el avaro; 1 33 H ay pobres que son honrados por su
él es capaz de vender hasta su alma. prudencia 1 y hay quien sólo es honrado
11 Una ligera enfermedad, el médico por su riqueza.
sonríe; * 34 Y quien es honrado en la pobreza,
12 Pero hoy rey, mañana muerto. ¡cuánto más lo será en la riqueza! | Y el
13 A l morir el hombre, | su herencia que es deshonrado en la riqueza, ¡cuánto
serán las sabandijas, las fieras y los más lo será en la pobreza!
gusanos.
14 E l principio de la soberbia es apar 1 L a sabiduría yergue la cabeza del
tarse de Dios | y alejar de su Hacedor su n humilde | y le da asiento en medio
corazón. * de los magnates.
15 Porque el pecado es el principio de
la soberbia, | y la fuente que le alimenta E l ju ic io se g ú n la a p a rie n c ia
mana maldades.
16 Por esto el Señor manda tremendos 2 N o alabes al hermoso por su hermo
castigos | y los extermina de raíz. sura | ni afrentes al feo por su fealdad.
17 Los tronos de los príncipes derriba 3 Pequeña entre los volátiles es la abe
el Señor, ) y en lugar suyo asienta a los ja, 1 pero el fruto de su labor es riquísimo.
mansos. 4 N o escarnezcas al pobre por sus ha
18 rapos | ni afrentes al que pasa un día
El Señor arranca de raíz a los sober
bios, | y planta en su lugar a los humildes. amargo, | porque las obras del Señor
19 Las tierras de las naciones destruyeson inescrutables | y secretas sus obras
el Señor ! y las arrasa hasta los cimientos. con los hombres.
20 Y a ha destruido y desarraigado al 5 Muchos príncipes acabaron por sen
gunas ! y borró de la tierra su memoria. tarse en el suelo, | y quien menos se
(2i) *22 N o es propio de hombres la pensaba se ciñó la corona.
soberbia, | ni la cólera furiosa de los 6 Muchos potentados fueron humilla
nacidos de mujer. dos | y su gloria pasó a poder de otros.
7 Antes de informarte no reprendas; I
L a gloria verdadera explora primero y luego corrige.
23 ¿Cuál es la progenie honrada? L a Antes de oir no respondas, { y no
progenie humana. 1 ¿Cuál es la progenie interrumpas el discurso ajeno.
honradc ? L a de los que temen al Señor. |
¿Cuál es la progenie infame? L a progenie
•f *| 30 Como el marino no puede hablar de la felicidad de un viaje hasta llegar al puerto, asi
no puede juzgarse de la prosperidad de la vida de un hombre hasta que Dios no descubra
con su juicio qué aprecio hace de ella.
■I O 2 La beneficencia, de que en este y en los siguientes versículos se habla, es considerada
1 * por ri autor como efecto de la familiaridad y simpatía hacia la persona beneficiada, siendo
en el primer caso simpatía hacia el justo y su justicia, y en el segundo hacia el malvado y hacia su
maldad. En otro caso, la doctrina de este pasaje estaría en contradicción con la de 29,1 ss., en que
se recomienda la misericordia con el prójimo sin mirar a su condición.
ECLESIÁSTICO 12 - 1 3 736
go ; | en la desgracia, hasta el amigo se 8 T e confundirá con sus halagos; I pero
retira. hasta dos y tres veces te despojará, I y al
10 N o te fíes jamás de tu enemigo, fin | se burlará de ti. | Después de esto te
pues como el ácido que destruye el hierro, verá y se te hará el desconocido | y te in
asi es su maldad. sultará, moviendo la cabeza.
u Aunque a ti acuda y se te muestre (9) * io M ira no te engañe | y te de
obsequioso,) ponte sobre aviso y guárda rríbe tu necedad.
te de éL | H az con él como quien limpia (ii) • 12 s i un poderoso te llama a si,
un espejo, | y verás que está del todo oxi estáte quieto, | y con m ayor instancia te
dado. llamará.
12 N o le pongas junto a ti, | no te derríbe 13 N o te acerques tú, no seas rechaza
y ocupe tu puesto. I N o le sientes a tu d o; | pero no te estés demasiado lejos, para
derecha, | no sea que te quite tu silla | y no ser olvidado.
al fin reconozcas la verdad de mis pala 14 N o te aventures a intimar con él y no
bras | y te compunjas al recordar mis des fe a sus muchas palabras, | porque
advertencias. con su mucha diaria te pondrá a prue
13 ¿Quién se compadecerá del encanta ba, ! y sonriendo te sonsacará.
dor a quien muerde la serpiente ( y del 15 E s un infame quien falta a su pala
que anda con fieras? | A sí del que busca bra | y sin miramientos foija enredos.
la compañía del pecador | y se mezcla 16 Estáte atento y guárdate m uch o,! por
en sus pecados. que la desgracia te ronda.
14 Mientras tú estés en pie no se descu (l7, 18) 19 T odo animal ama a su seme
brirá, | pero en cayendo tú te abando jante, | y el hombre a su prójimo.
nará. 20 T oda carne se une a los de su espe
13 E l enemigo te acariciará con sus la cie, | y el hombre a su semejante.
bios, | pero en su corazón medita cómo 21 ¿Para qué unir el lobo con el corde
echarte en la fosa. ro? | Pues lo mismo es unir al impío con
1^ Derramarán lágrimas sus ojos, | pero el justo.
si hallare oportunidad, no se hartará de 22 ¿Qué paz puede haber entre hiena y
sangre. perro? | Pues asi entre el rico y el pobre. *
17 Si la desgracia te alcanza, le tendrás 23 E l asno salvaje es presa del león en el
frente a ti, desierto; | así también los pobres son pas
18 Y fingiendo socorrerte, te echará la to de los ricos.
zancadilla. 24 Abominable es para el soberbio la
19 M overá la cabeza | y batirá palmas, 1 humildad, | lo mismo que el pobre para
y murmurando mudará muchas veces el el rico.
semblante. 25 E l rico, si vacila, es sostenido por los
amigos; { pero el pobre, si cae, es rechaza
E le c c ió n d e las a m ista d e s do aun por los amigos.
4Q i E l que con pez anda se mancha, I y 26 Si el rico habla, todos le aplauden; |
Á O el que trata con soberbios se hace aunque diga necedades le dan la razón.
semejante a ellos. 27 Pero si el pobre habla, le insultarán; |
2 N o tomes sobre ti peso superior a tus hablará con discreción y nadie lo reco
fuerzas | ni trates con los que son más po nocerá.
derosos y ricos que tú. 28 H abla el rico y todos callan | y ponen
3 ¿Qué le dará el caldero a la olla? | por las nubes su discreción.
Chocar con ella y quebrarla. 29 Pero habla el pobre y dicen: «¿Quién
4 E l rico hace injusticias y se gloría de es éste?» | Y si se propasa, todos se le
ello; | el pobre recibe una injusticia y pide echan encima.
excusa.
5 Mientras le seas útil se servirá de ti; | U s o d e la riqueza
cuando no valgas nada te abandonará.
6 Si tienes bienes, vivirá contigo, | pero 3® Buena es la riqueza sin pecado, | y
te empobrecerá sin dolerse. mala la pobreza, castigo de la soberbia. *
7 Si le eres necesario, te adulará, I te 31 E l corazón del hombre se refleja en
sonreirá y te dará esperanzas, | te hablará su rostro, | ya para bien, ya para mal.
bellas palabras y te dirá: «¿Qué quieres?» 32 Rostro alegre es señal de corazón sa-
NéUxir^Colunga ¿é
ECLESIÁSTICO 15-17 7 38
*1 16 Los impíos querrían persuadirse de que Dios estaba muy alto y no ve las cosas de aquí
1 ^ abajo (Job 22,13 ss.); pero los profetas insisten en la omnisciencia de Dios, a la que nada
se escapa (Sal 139,8-16).
7 L e dio ojos | para que viera la gran 31 El sol preside al ejército de los altos
deza de sus obras, * cielos, | pero el hombre es polvo y ceniza.
8 Para que alabara su nombre santo | y
pregonara la grandeza de sus obras. 1 Q 1 El que vive eternamente crió jun-
9 Y añadióle ciencia, | dándole en pose Á O tamente todas las cosas. | Sólo el
sión una Ley de vida. Señor es justo. *
10 Estableció con ellos un pacto eter 2 Nadie puede dignamente dar a cono
no I y les enseñó sus juicios. cer sus obras.
11 Contemplaron sus ojos la grandeza 3 ¿Quién investigará sus grandezas?
de su gloria, | y sus oídos oyeron su ma 4 E l poder de su majestad, ¿quién lo
jestuosa voz, | y les dijo: «Guardaos de cantará, | y quién podrá enumerar sus
toda iniquidad». misericordias?
12 Y les dio mandatos acerca de su pró 5 N ada hay que quitar a su obra, nada
jimo. que añadir, [ y nadie es capaz de investi
13 El mira siempre sus caminos | y nada gar las maravillas del Señor.
se esconde a sus ojos. 6 Cuando el hombre cree acabar, en
14 D io a cada nación un jefe, * tonces comienza, | y cuando se detiene
15 Pero Israel es la porción del Señor. se ve perplejo.
16 Todas sus obras están ante E l como 7 ¿Qué es el hombre y de qué sirve? I
está el sol, | y sus ojos están de continuo ¿Qué tiene de bueno y qué de malo?
sobre sus caminos. 8 El número de los días del hombre, a
17 Sus injusticias no se le ocultan, | y más tirar, son cien años; Icomo una gota
todos sus pecados están delante del Se de agua en el mar, I como un grano de
ñor. arena, así son sus pocos años a la luz del
18 La misericordia del hombre es como día de la eternidad.
sello ante El, | y tiene cuenta del beneficio 9 Por eso el Señor es magnánimo con
hecho al hombre como de la propia pu ellos | y derrama sobre ellos su miseri
pila. cordia.
19 Luego se alzará para darle su recom 10 Vo y conoce que su fin es desventu
pensa, | y echará sobre la cabeza de cada rado,
uno el pago de sus obras. u Y por eso multiplica sus piedades.
20 Sin embargo, perdona a los que se 12 L a misericordia del hombre es para
arrepienten j y consuela a los que pierden con su prójimo; | la del Señor, para con
la esperanza. toda carne.
21 Vuélvete al Señor y deja los pecados; 13 Arguye, instruye y enseña, | y redu
22 Suplícale y enmienda las ofensas. ce como pastor a su rebaño.
23 Conviértete al Altísimo y apártate de 14 Tiene piedad de quien recibe su en
la iniquidad, j y aborrece de corazón todo señanza, | de quien es diligente en cum
lo abominable. | En el ades, ¿quién alaba plir sus preceptos.
rá al Altísimo
(24) 25 p o r ios vivos que le tributan ala L a b u e n a c o n v e rsa c ió n
banzas? 15 Hijo mío, tus beneficios no los acom
26 E l
muerto, como el que no existe, ya pañes de reproches, | ni tus obsequios de
no alaba; * palabras amargas.
27 E l vivo y el sano, ése alabará al Se 16 El rocío refresca los ardores del sol, |
ñor. y así la buena palabra es mejor que el don.
28 iCuán grande es la misericordia del 17 Una buena palabra es mejor que un
Señor | y su piedad para los que se vuel obsequio, | pero el hombre benéfico une
ven a El! la una al otro.
29 Pues no es del todo perfecto el hom 18 El necio hace groseros reproches, |
bre ! ni es inmortal el hijo del hombre. y el don del envidioso hace mal a los ojos.
30 ¿Qué más refulgente que el sol? | 19 Antes de hablar, aprende, | y antes
Y aun él se eclipsa. [ ¿Cuánto más el hom de la enfermedad, cuídate.
bre, cuya fuerza es carne y sangre? 20 Antes del juicio examínate a ti mis-
7 L o s o jo s d e l e n t e n d i m ie n t o , q u e D i o s n o s h a d a d o , e n e s to p r in c ip a lm e n t e d e b e n e je r
c i t a r s e : e n c o n t e m p l a r l a b e lle z a d e la s o b r a s d e D i o s y c o n o c e r p o r e l l a s a s u H a c e d o r .
14 L a d i v i n a P r o v i d e n c i a , q u e t o d o lo h a c e c o n o r d e n , d i o a c a d a n a c ió n s u a u t o r i d a d q u e la
g o b e r n a s e ; fie r o s e r e s e r v ó p a r a s í e l g o b ie r n o d e I s r a e l y e l d a r l e l a s le y e s a p r o p i a d a s a s u s d e s tin o s
m e s iá n ic o s .
26 E l E c le s iá s t ic o , d e s c o n o c e d o r d e la m a n e r a d e v i v i r e n e l seol, in v ita a q u e s e a p ro v e c h e n
lo s d ía s d e e s t a v i d a e n a la b a r a D i o s .
■I O i E n e s te t e x t o p r e t e n d ía a p o y a r S a n A g u s t í n s u c o n c e p c ió n d e q u e D i o s h a b í a c r e a d o
I ™ t o d a s l a s c o s a s a l a v e z y q u e lo s s e is d í a s t e n ía n s o la m e n t e u n v a l o r lite r a r io . L o m á s s e g u r o
e s q u e e l a u t o r s a g r a d o s ig u e l a le t r a d e l G é n e s i s y q u e n o p r e t e n d e e x c lu i r lo s d ía s d e l a c r e a c ió n ,
s in o d e c i r q u e D i o s c r e ó t o d a s l a s c o s a s , s in e x c e p t u a r n in g u n a .
ECLESIÁSTICO 18-19 740
23 E s t e v e r s í c u l o a d m i t e s e r in t e r p r e t a d o e n d o s s e n tid o s . P r im e r o , e l q u e d a m o s e n e l t e x t o :
a n te s d e h a c e r u n v o t o m i r a c ó m o lo p u e d e s c u m p l i r , y n o tie n te s a D i o s c o n t u in c u m p lim ie n t o .
E l o tro e s el q u e n o s d a la V u l g a t a : « A n t e s d e o r a r p r e p a r a t u a lm a » , s e n tid o m á s e s p ir itu a l y m u y
q u e r i d o d e n u e s tr o s m a e s tr o s e s p ir itu a le s .
Q 5 E l v . 5 se le e e n e l c ó d ic e a le ja n d r in o y e n la V u l g a t a : « Q u ie n se c o m p l a c e e n la in iq u i d a d
1y q u e d a r á i n f a m a d o ; q u ie n o d ia l a c o r r e c c ió n a c o r t a s u v i d a ; q u ie n a b o r r e c e la lo c u a c id a d e x
t in g u e l a m a ld a d » .
8 L o s a n ti g u o s d e c ía n q u e l a s c o s a s d e lo s a m ig o s s o n c o m u n e s , s in e x c lu ir , c l a r o e s, la s m á s
í n t im a s ; p e r o e s to tie n e s u s lím ite s , y h a y c o s a s q u e s ó lo c o m u n i c a u n o c o n D i o s y a h o r a c o n el
c o n fe so r, q u e h a c e su s v e ce s.
741 ECLESIÁSTICO 1 9 - 2 1
O í) 1 9 L a V u l g a t a : « N o s a b e d is t r i b u i r n i l o q u e d e b í a r e s e r v a r n i lo q u e d e b í a g a s ta r » . Q u e
“ v g a s t a s in tin o n i d is c r e c ió n . O
I*
O I 9 E s o s o n lo s b ie n e s m a l a d q u ir id o s , q u e e l p o s e e d o r n o Be a p r o p i ó e n ju s t i c i a , l l e v a n d o
“ 1 s o b r e q u i e n a s í lo s a d q u i r i ó la r e s p o n s a b ilid a d d e l p e c a d o .
ECLESIÁSTICO 2 1 - 2 2 742
O O ® L o s g r i e g o s e m p le a b a n la m ú s i c a e n l a s m a n if e s t a c io n e s d e d u e l o ; p e r o n o lo s h e b r e o s ,
“ “ q u e n o c o n c e b í a n la m ú s i c a sin o c o m o e x p r e s ió n o e x c i t a n t e d e a le g r ía .
13 É s t a d e b ía d e s e r la le y o r d in a r i a , p o r q u e e n c a s o s e x t r a o r d i n a r i o s s e p r o lo n g a b a h a s t a u n m e s ,
c o m o s e le e d e A r ó n ( N ú m 2 0 , 2 0 ) y d e M o i s é s ( D t 3 4 , 8 ) .
743 ECLESIÁSTICO 22-23
son rail veces más daros que el sol i y sas me ordenó, | mi Hacedor fijó el lugar
que ven todos los caminos de los hom de mi habitación,*
bres | y penetran hasta los lugares más 13 Y me dijo: Habita en Jaco b | y es
escondíaos. tablece tu tienda en Israel.
2 9 Antes que fueran creadas todas las
cosas, ya las conocía El, | y lo mismo las M ora e n Israel
conoce después de acabadas. 14 Desde el principio y antes de los si
30 Será aquél castigado en las plazas glos me creó | y hasta el fin no dejaré
de la ciudad, | y donde menos lo sospe de ser. | E n el tabernáculo santo, delante
cha será cogido. de él ministré,*
(3t) 32 Así también la mujer que engaña 15 Y así tuve en Sión morada fija y
a su marido | y de un extraño le da un estable, | reposé en la ciudad de E l ama
heredero; da, 1 y en Jerusalén tuve la sede de mi
33 Porque en primer lugar desobedeció imperio.
a la Ley del Altísimo, | y además pecó 16 Eché raíces en el pueblo glorioso, |
contra su marido; | y en tercer lugar en la porción del Señor, en su heredad.
cometió adulterio, | dándole hijos de va
rón extraño. Sus gracias
34 Esta será llevada ante la asamblea | y 17 Com o cedro del Líbano crecí, | como
recaerá sobre sus hijos la duda;* ciprés de los montes del Hermón.
35 Sus hijos no echarán raíces i ni sus 18 Crecí como palma de Engadi, I como
ramas darán fruto. rosal de Jericó.
3 6 Dejará una memoria de maldición, | 19 Com o hermoso olivo en la llanura, I
y su deshonra no se borrará. como plátano junto a las aguas.
37 Y los supervivientes conocerán que 20 C om o la canela y el bálsamo aromá
nada hay mejor que el temor del Se tico exhalé mi aroma | y como la mirra
ñor I y nada más dulce que atenerse a escogida di suave olor.
sus mandamientos. 21 Com o gálbano, estacte y alabastri
no vaso de perfume, | como nube de
E lo g io d e la sabiduría incienso en el tabernáculo.
0 4 i La sabiduría se alaba a si mis- 22C om o el terebinto extendí mis ra
4 * * ma | y se gloría en medio de su mas, | ramas magníficas y graciosas.
pueblo; 23 Com o vid eché hermosos sarmien
2 En la asamblea del Altísimo abre su
tos | y mis flores dieron sabrosos y ricos
boca | y en presencia de su majestad se frutos.
gloría. * 24 Y o soy la madre del amor, | del
(3, 4) * 5 Yo salí de la boca del Altísimo, temor, de la ciencia y de la santa espe
6 Y como nube cubrí toda la tierra. ranza.
7 Yo habité en las alturas I y mi trono (25) * 26 Venid a mí cuantos me de
fue columna de nube. seáis | y saciaos de mis frutos.
8 Sola recorrí el círculo de los cielos | 27 Porque recordarme es más dulce que
y me paseé por las profundidades del la miel, | y poseerme, más rico que el
abismo. panal de miel.
9 Por las ondas del mar y por toda la (28) * 29 Lo s que me coman quedarán
tierra. con hambre de mí, I y los que me beban
WEn todo pueblo y nación imperé; quedarán de mí sedientos.
u En todos busqué descansar | para 30 E l que me escucha jamás será con
establecer en ellos mi morada. fundido, | y los que me sirven no pe
*2 Entonces el Criador de todas las co carán.
34 La mujer adúltera debía ser apedreada por el pueblo (Dt 22,22-24), y este pecado ponía
en duda la legitimidad de sus hijos, induciendo a sospechar si serían también hijos de pecado.
OA 2 La asamblea del Altísimo era la reunión del pueblo que concurría a las fiestas anuales en
el templo (Sal 22,23).
4 La Vulg&ta: «3 En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena
de I09 santos; 4 Recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendecida entre
los benditos».
12 La Sabiduría divina se halla difundida sobre todas las obras de Dios, y los pueblos todos
pueden conocerla, y por ella a Dios; pero en Israel esa misma Sabiduría se halla en la Ley, y por
ella puede conocer mejor al Señor. Esta es la sabiduría y la gloria de Israel, que le distingue de todos
los pueblos (Dt 4,6).
14 La expresión «antes de los siglos», «antes de la creación del mundo» y otras tales significan
desde la eternidad. Sobre la creación de la sabiduría véase lo dicho en la nota a 1,4.
25 La Vulgata: «En mi está toda la gracia del camino y de la verdad, en mí toda esperanza de
la vida y de la virtud».
2s La Vulgata: «Perdurará mi memoria en la serie de los siglos».
745 ECLESIÁSTICO 24-25
Z 24 La Vulgata: «Cimientos sólido» sobre roca firme son los mandamientos de Dios en el
3 corazón de la mujer santa».
26 Los w .26-34 están tomados del códice alejandrino y no se hallan en la Vulgata.
747 ECLESIÁSTICO 27-28
OO 2 Son muy dignas de notar estas máxima >, que nos traen a la memoria la doctrina evan-
* ° gálica, consignada en el padrenuestro y en muchos pasajes del Evangelio.
ECLESIÁSTICO 2 8 -2 9 748
31 Este verso, que mira el caso de un solo esclavo,nos muestra otro espíritu, que no es el de
la sociedad pagana, aunque todavía no es la voz de San Pablo a Fiiemón (8-20), a los Colosenses
(4,1) o a los Fílípenses (6,5-9).
OA 1 La superstición antigua daba mucha importancia a los sueños y basaba en ellos multitud
"3 » de supersticiones. Dios se comunicaba también a los suyos a veces en sueños (cf. Núm 12,6).
De ahí la salvedad que hace el autor al resaltar la vanidad de los sueños.
11 L a Vulgata: «El que no ha sido tentado, ¿qué puede saber? Pero el que una vez fue engañado
se hará cauteloso».
22 L a Vulgata: «Sólo el Señor basta a los que esperan en El el camino de la verdad y de la justicia*.
22 Por el contexto parece claro que los dos obran unidos, como los del versículo precedente,
y más los de los versículos siguientes.
OS 1 Es interesante esta sección por el concepto espiritual que nos da del culto divino, muy
en armonía con el salmo 50,8-15.
753 ECLESIÁSTICO 35-36
15 L a bendición de Arón no puede ser otra sino la que leemos en Núm 6.22-27, donde se or
dena al sacerdote bendecir al pueblo con esta fórmula: «Que el Señor os bendiga y os conserve;
que haga brillar sobre vosotros la luz de su rostro y tenga piedad de vosotros; que él vuelva a vosotros
su rostro y os dé la paz». Hermosa bendición.
26 El hombre recibió a la mujer como una ayuda para su vida (Gén 2,20-24).
75 5 ECLESIÁSTICO 37-38
OQ 1 Esta sección nos describe las ocupaciones del sabio y las ventajas de su carrera.
Oy 30 Dios creó buenas todas las cosas y para bien del hombre. Los justos se atienen a esta nor
ma divina, mientras que los malos, usando de ellas mal, las hacen malas para sí mismos.
757 ECLESIÁSTICO 39-40
los piadosos, I mas para los pecadores la bestia, | se da esto; pero siete veces
se convierten en malas. más a los pecadores | se les añade:
33 H ay vientos destinados a la vengan 9 Peste y sangre, fiebre y espada, | de
za; | descargan con furia sus azotes, vastación, ruina y hambre y plagas.
34 E l día de la ira despliegan su poder | 10 Todas estas cosas fueron creadas para
y aplacan la cólera del que los hizo. los inicuos, | y por ellos vino el diluvio.
35 E l fuego y el granizo, el hambre y la
mortandad, i todos son instrumentos de L os bienes d e los impíos
venganza. 11 Todo lo que viene de la tierra, a la
36 Las ñeras, los escorpiones, las víbo tierra vuelve, | y lo que viene de las
ras | y la espada vengadora son para ex aguas va al m ar.*
terminio de los impíos. * 12 E l soborno y la injusticia serán bo
37 En cumplir los mandatos de D ios se rrados, | pero la honradez permanece para
gozan \ y se hallan prontos e*n la tierra siempre.
para su ministerio; | cuando llega el día 13 Las riquezas de los malvados se se
no traspasan el mandato. carán como torrente, | y como arroyo
38 Por esto desde el principio me con caudaloso en el fragor de la tormenta.
firmé en este juicio | y lo medité y lo *4 C recid o a rra stra peñ asco s; | pero
consigné por escrito. pronto se seca, le viene su fin.
39 Las obras del Señor todas son bue 13 L a posteridad de los impíos no echa
nas, | y llegada la hora, todas cumplen su rá brotes, | pues las raíces malvadas es
destino. tán sobre roca escarpada.
40 Y no hay que decir: «Esto es peor 16 Como berro que nace a la orilla de
que aquello», | porque a su tiempo todas las aguas, | es arrancado antes que toda
las cosas cumplirán su fin. otra hierba.
41 Y ahora de todo corazón cantad con L o m ejor
vuestra boca | y bendecid el nombre del
Señor. D L a beneficencia no es nunca conmo
vida, | y la limosna perdura por siempre.
Miseria de la vida humana J8 La vida con vino y licor es dulce; |
4A 1 U na penosa tarea se impuso a pero mejor que con estas dos cosas, con
todo hombre | y un pesado yugo hallar un tesoro.
oprime a los hijos de A d án | desde el 19 L a educación de los hijos y la cons
día en que salen del seno de su madre | trucción de una ciudad dan fama dura
hasta el día en que vuelven a la tierra, dera, | más todavía tener mujer sabia.
madre de todos: * 20 E l vino y la música alegran el cora
2 Lo s pensamientos y los temores de zón, | pero sobre ambas cosas está el
su corazón | y la continua espera del día amor de la sabiduría.
de la muerte, 21 L a flauta y el arpa hacen agradable
3 Desde el que glorioso se sienta en el el canto, | pero sobre ambas cosas está
trono | hasta el humillado en la tierra y la lengua blanda.
el polvo; 22 L a gracia y la belleza son delicia de
4 Desde el que lleva púrpura y corona | los ojos, | pero sobre ambas cosas está
hasta el que viste groseras pieles; | la el verdor del campo.
cólera, la envidia, la turbación, el temor, | 23 E l amigo y el camarada son útiles a
la ansiedad de la muerte, la ira y las que su tiempo, 1 pero sobre ambos está la
rellas | turban en sueños nocturnos su mujer prudente para el marido.
corazón. 24 Los hermanos y parientes, para el
5 Y al tiempo del descanso en el lecho, | tiempo de la tribulación; | pero más que
los sueños de la noche alteran su mente. unos y otros es salvadora la limosna.
6 Apenas descansa un poco, casi nada, | 23 E l oro y la plata son pie firme, j pero
y luego se queda dormitando como en día sobre ambas cosas es estimado el consejo.
de guardia. 26 Las riquezas y la fuerza levantan el
7 Se siente turbado con las visiones de corazón, | pero sobre ambas cosas está
su corazón, | como fugitivo que huye del el temor de Dios.
enemigo. | Cuando despierta y se ve a 27 N o hay penuria para el que teme al
salvo, 1 se admira de sus terrores. Señor, | con E l no hay necesidad de bus
8 En toda carne, desde el hombre hasta car apoyos.
36 Sabido es cuánta fuerza daban los antiguos maniqueos a la existencia de los animales da
ñinos como argumento contra la providencia de Dios y la creación del mundo por el Dios bueno.
4 A 1 Todas las miserias que enumera esta sección son consecuencia del pecado. De todas es-
“ ” taba exento Adán en el paraíso.
1 1 La caducidad de la dicha de los impíos era una de las soluciones que daban los sabios a la
objeción que nacía de la prosperidad del malvado, y que al Eclesiastés no le satisfacía plenamente.
e c l e s iAst ic q 40-4 2 75 8
29 La mendicidad es una de las penas con que Dios amenaza a los infractores de su Ley (Lev 26,
16; Dt 15,4). Y, a la verdad, es una gran miseria, aunque haya quien en ella encuentre sus ventajas
y por días la explote.
1 L a m u e r t e e s s ie m p r e a m a r g a , p o r q u e e s l a s e p a r a c ió n d e l a lm a y d e l c u e r p o y e l a b a n d o n o
* " d e la v i d a p r e s e n t e , a la q u e t a n t o s la z o s n o s l i g a n ; p e r o e s to le r a b le y h a s t a c o n s o la d o r a
p a r a q u ie n e s l a c o n s id e r a n c o m o e l t r á n s it o a l a e t e r n id a d d i c h o s a . P e r o e s to s h o r iz o n t e s n o e s t a b a n
a ú n p le n a m e n t e a b i e r t o s a n te s d e Je s u c r i s t o .
19 H e r m o s a p i n t u r a d e l a v e r d a d e r a y f a l s a v e r g ü e n z a , q u e n o s t r a e a l a m e m o r i a l a s p a la b r a s
de Jesús en Mt 10,32 a.
759 ECLESIÁSTICO 4243
pesos, | ni de comprobar el peso y la ficientemente | ni contar todas sus mara
medida; villas. | E l Señor fortaleció a todos sus
5 N i de comprar poco o mucho; | ni ejércitos angélicos | para asistir delante
de ajustar el precio con el vendedor; | de su gloría.
ni de corregir con frecuencia a los hijos; | 18 Investiga el abismo y el corazón del
ni de azotar hasta la Sangre al siervo hombre | y penetra todas sus recondi
rebelde; teces.
6 N i de sellar la puerta de la casa donde 19 Conoce lo pasado y lo venidero, |
hay una mala mujer; | ni de echar la llave aun lo más oculto.
donde hay muchas manos; 20 N o hay pensamiento que se le esca
7 D e marcar lo que deposites; ! de ano pe | ni palabra oculta para El.
tar en libro con cuidado lo que des o 21 El ordenó la grandeza de su sabidu
recibas; ría, | es uno y el mismo desde la eternidad;
8 N i de reprender al insensato y al 22 N ada tuvo que añadir ni quitar | y
necio, | y aun al anciano sospechoso de no necesitó consejo de nadie.
liviandad. | A sí serás verdaderamente hon 23 ¡Cuán deleitables son todas sus obras!
rado de todos 1 y tendrás la aprobación ¡ Y eso que es sólo como una chispa lo que
de todos los vivientes. de ellas podemos conocer!
L os cuidados por la hija
24Todo vive y permanece para siem
pre | y en todo momento le obedece.
9 U na hija es para el padre un tesoro ^ D i f i e r e n to d a s las c o sa s u n as de
que hay que guardar, | un cuidado que otras | y no hay nada inútil.
quita el sueño, | por que en su juventud 26 Uno contribuye al bien del otro; |
no sea violada | y no sea aborrecida des ¿quién se saciará de admirar su belleza?
pués de casada:
10 En su doncellez no sea deshonrada | E l sol
y se vea encinta en la casa de su padre; |
que no sea infiel al marido, | y bien ca j O 1 Magnífico es en las alturas del
sada sea estéril. firmamento | y es bellísimo el as
pecto de los cielos.
11 Hijo mío, sobre la hija atrevida re
fuerza la vigilancia, | no te haga escarnio 2 Sale el sol e irradia su calor, | criatura
admirable, obra del Altísimo.
de tus enemigos, | fábula de la ciudad,
objeto de burla entre el pueblo, | y te 3 A l mediodía abrasa la tierra, | ¿y
avergüenze en medio de la muchedum quién puede resistir sus ardores?
bre. | Que su habitación no tenga venta 4Necesita el artesano soplar el homo
na, | ni en la alcoba donde por la noche para las obras que requieren fuego, i
duerme haya entrada que dé a ella. pero tres veces más abrasa el sol los
montes. | Sus rayos abrasan el orbe, {
12 Que no muestre su belleza a ningu
no, | ni tenga trato íntimo con mujeres. sus resplandores deslumbran los ojos.
13 Porque de los vestidos sale 1a poli su5virtud
Grande es el Señor, que le hizo; 1 por
acelera él su carrera.
lla, | y de la mujer la maldad femenil.
14 M ejor es la rudeza del varón que la
zalamería de la mujer, | y la hija des L a luna y las estrellas
honrada es el oprobio de los padres. 6 También la luna brilla siempre a sus
tiempos, | para señalar perpetuamente su
sucesión.
S E G U N D A P A R T E 7 Por la luna conocemos los días de
fiesta, | y mengua cuando ha llegado a su
L a sa bid u r ía e n l a n a t u r a leza y en plenitud.
LA HISTORIA DE ISRAEL 8 En la luna nueva, según su nombre,
(42,15-50,26) se renueva, | y en sus varios cambios
crece maravillosamente.
L a s obras de D io s 9 Es faro de los campamentos en las
15 V o y a traer a la memoria las obras alturas | que alumbra el ejército desde
del Señor | y a pregonar lo que he visto. | los cielos.
Por la palabra del Señor existe todo, j 10 Hermosura del cielo es el resplandor
todo cumple su voluntad según su orde de las estrellas, | brillante adorno de las
n a ció n :* alturas del Señor.
16 El sol sale y lo alumbra todo, | y la 11 Por la palabra del Santo guardan su
gloría del Señor se refleja en todas sus ordenanza | y no se cansan de hacer la
obras. centinela.
17 N o pueden los santos enumerar su
A O 15 Estos w . 15-26 son la introducción del capitulo siguiente, que termina con un epilo-
*™ go (29-37) digno de la introducción.
ECLESIÁSTICO 43 -4 4 760
Los fenómenos meteorológicos voz | cuanto podáis, que está muy por
encima de vuestras alabanzas.
12 Pon la vista en el arco iris y bendice (33) 34 Lo s que le ensalzáis, cobrad nue
al que lo hizo. | ¡Qué hermoso es por su vas fuerzas; | no os rindáis, que nunca
esplendor! llegaréis al cabo.
13 Con su circulo luminoso abarca el 35 ¿Quién le vio y puede darle a cono
cielo; | le tendieron las manos del A l cer, | y quién puede engrandecerlo tanto
tísimo. como E l es?
14 E l poder de D ios dirige al rayo | y 36 L o escondido de E l es mucho más
hace volar sus saetas justicieras. que todo esto, | pues lo que vemos de
15 Para este fin abre el almacén de sus sus obras es muy poco.
tesoros | y hace volar como aves las 37 E l Señor ha creado todas las cosas, i
nubes. y E l dio la sabiduría a los justos.
16 Con su poder las condensa | y des
menuza las pedrezuelas del granizo.
17 A la voz de su trueno retiembla la V* Elogio de los patriarcas
tierra, AA
1 Alabemos a los varones glorio-
i* S e estremecen los montes. | A su “ “ sos, | nuestros padres, que vivieron
orden sopla el viento solano, | el aquilónen el curso de las edades; *
y el torbellino. 2 Grande gloria les confirió el Señor, |
19 Com o turbiones de aves hace volar y magnificencia desde el principio.
la nieve, | que se posa en la tierra como 3 Ejercieron en sus reinos el señorío |
la langosta. y fueron famosos por su valor. | Conse
20Y con su blancura deslumbra los jeros de gran prudencia, | que todo lo
ojos, | y de verla caer, el corazón se veían en visiones proféticas.
extasía. 4 Con sus consejos guiaron al pueblo |
21 Derrama como sal la escarcha, | que y por su sabiduría fueron sus príncipes.
se endurece como puntas de espino. 5 Sabios escritores | y autores de sen
22 Hace soplar el viento frío del norte, (
tencias llenas de doctrina; \ inventores
y el agua se enfurece y se convierte en de melodías musicales | y compositores
cristal. | Se forma en los estanques una de poemas y proverbios;
costra, | que los cubre como coraza. 6 Ricos, llenos de gran poder, | que en
23 Devora los montes y abrasa el de sus moradas gozaron pacíficamente de
sierto 1 y como fuego quema todo verdor. sus bienes.
24 Remedio pronto de estos males es 7 Fueron honrados entre sus coetáneos |
una niebla, | el rocío para empapar la e ilustres en sus dias.
tierra seca. 8 Muchos de ellos dejaron gran nom
25 Con su decisión hundió el océano | bre | para que se canten sus alabanzas.
y plantó las islas en el abismo. 9 También hubo otros de ellos de quie
26 Los que navegan por el mar cuen nes no hay memoria, | que pasaron como
tan de su inmensidad, | y al oirlos nos si jamás hubieran sido ¡ y vinieron a ser
pasmamos. como si no hubieran nacido, | y lo mismo
27 Se ven alli obras de las más maravisus hijos en pos de ellos.
llosas y espantables, { mil géneros de 10 M as los primeros fueron hombres
animales y monstruos marinos. piadosos, | cuya justicia no cayó en el
2» El Señor da a los navegantes buen olvido.
suceso | y por su palabra tiene éxito el 11 L a dicha perdura con su linaje,
viaje. I Todo lo ordena su voluntad. 12 Y su heredad pasó a los hijos de
sus hijos; su linaje se mantiene fiel a la
Las obras de Dios superan toda alianza.
alabanza 13 Y sus hijos lo fueron por amor de
ellos. | Por siempre permanecerá su des
29 Mucho más diría y no acabaría, | y cendencia | y no se borrará su gloria.
el resumen de nuestro discurso será: «El 14 Su s cuerpos fueron sepultados en
lo es todo». paz, | y su nombre vive de generación en
30 Si quisiéramos dignamente alabarle, generación.
jamás llegaríamos, I porque es mucho 15 Lo s pueblos se hacen lenguas de su
más grande que todas sus obras. sabiduría I y la asamblea pregona sus
31 E s terrible el Señor, muy grande, 1 alabanzas.
y su poder sobre toda admiración. *1
32 Cuando alabáis al Señor, alzad la I
I I 1 Los w .1-15 son asimismo la introducción al elogio que hace de los patriarcas. En ella recoge
** * y une los rasgos más salientes que se leen en la Escritura acerca de ellos (cf. Sab 10,1-14;
Heb 11,1-39,16; Gén 5,24 y 6-9).
76 1 ECLESIÁSTICO 44 -4 5
24 Hizo contra ellos prodigios | y los 8 Para que las naciones conociesen su
consumió con un fuego abrasador; anatema, | y que era contra Dios la gue
25 Y aumentó la gloria de Arón | asig rra que hacían, | y que él obedecía las
nándole una heredad; | y le dio en por órdenes del Todopoderoso.
ción las primicias de los frutos de la 9 En los días de Moisés mostró su
(ierra, misericordia | con Caleb, hijo de Jefoné, |
26 Y comer los sacrificios del Señor; | impidiendo la defección del pueblo | y
y los panes de la proposición son su reprimiendo la murmuración de los se
porción, | que le dio a él y a su descen diciosos. *
dencia. 10 Sólo estos dos fueron reservados |
27 Sólo en la tierra no los heredó, | no de los seiscientos mil infantes | para ser
tuvieron parte en medio del pueblo, I introducidos en la heredad, | en la tierra
porque «E l será tu porción y tu heredad». que mana leche y miel.
28 Fines, hijo de Eleazar, fue el tercero 11 Y el Señor dio a Caleb vigor, | que
en la dignidad, I por haber mostrado celo conservó hasta la vejez, | para que su
por el Dios del universo * biese a lo alto de la tierra, | y su descen
29 Y por haber resistido en la defección dencia obtuvo la heredad,
del pueblo | con la fortaleza de su cora 12 A fin de que viesen todos los hijos
zón generoso, j haciendo así la expiación de Israel | que es bueno caminar en pos
de Israel. del Señor.
10 Por eso le fue confirmada por de 13 Los jueces, cada uno por su nom
creto | una alianza perpetua para servir bre, | los que no pervirtieron su corazón |
en el santuario, | a fin de que él y su y no se apartaron del Señor.
descendencia | tengan el sumo sacerdocio 14 Sea bendita su memoria, | florezcan
para siempre. sus huesos en la sepultura.
31 También hizo D ios alianza con D a 15 Y en sus hijos se renueve su nombre.
vid, hijo de Jesé, de la tribu de Ju d á; |
su trono lo hereda su hijo ante Dios, j
como la heredad de A rón pertenece a él Sam uel
y a su descendencia. | Bendecid, pues, 16 Samuel, amado del Señor | y su pro
al Señor, porque es bueno | y os ha co feta, estableció la monarquía | y ungió a
ronado de gloria; | que derrama la sa los príncipes sobre su pueblo.
biduría en vuestros corazones l para juz 17E n la Ley del Señor juzgó a la na
gar a su pueblo con justicia, | a fin de ción, | y visitó el Señor a Jacob.
que no desaparezca su bienestar ] ni su 18 Por su fidelidad fue interrogado co
gloría de generación en generación. mo vidente ! y reconocido por su fideli
dad como vidente fiel.
Josué 19 E invocó al Señor todopoderoso, I
A c i Fuerte en las batallas fue Josué, cuando los enemigos le acosaban por to
hijo de Nun, | sucesor de Moisés das partes, | con la ofrenda de un cordero
en la dignidad profética; | que fue, se primal.
gún su nombre, 20 Y tronó del cielo el Señor | e hizo oir
2 Grande en la salud de los elegidos su voz por medio de gran estampido.
del Señor | para ejercer la venganza 21 Y aplastó a los príncipes enemigos, |
contra los enemigos que se le opusieron, | a todos los príncipes d é lo s filisteos;
para poner a Israel en posesión de su 22 Y antes de la hora del sueño eterno |
heredad. pidió testimonio ante el Señor y su ungi
3 ¿Qué gloria no alcanzó cuando alzó do : | «Bienes, ni siquiera unas sandalias 1
sus manos | y extendió su espada contra de nadie he recibido». | Y nadie pudo
la ciudad? acusarle.
4 ¿Quién le resistió? | Porque combatió 23 Y después de su muerte profetizó
las batallas del Señor. y anunció al rey su fin, | ehizo oir saliendo
5 ¿N o se detuvo el sol al tender su ma de la tierra su voz profética | para borrar
no, | y un solo día fue igual a dos?* la iniquidad del pueblo.
6 Invocó al Altísimo Soberano | mien
tras acosaba por todas partes a los ene D a v id
migos, | y le respondió el Señor grande |
con piedras de granizo de eran potencia, a m i Luego se levantó Natán, | que
7 Que arrojó contra el pueblo enemigo, | f* i profetizó en los días de David.
y en la bajada aniquiló a los adversarios; 2 Com o se separa el sebo de la carne
de la hostia pacífica, | asi fue separado 21 Pero *e diste al amor de las mujeres |
D avid de los hijos de Israel. y les diste poder sobre tu cuerpo;
3 Jugó con leonas como con cabritos | 22 Y pusiste mácula en tu gloria, | des
y con osos como con corderos. honraste tu estrado; | y trajiste la cólera
4 ¿N o mató en su juventud al gigante, | sobre tus hijos | y lamentos sobre tu li
haciendo cesar el oprobio de Israel? naje;
5 A l levantar la mano con la piedra en 23 Cuando el pueblo se dividió en dos, J
la honda | abatió la soberbia de Goliat. y de Efraim tuvo origen un reino rebelde. •
6 Porque invocó al Señor Altísimo, | y 24 Pero el Señor no abrogó su promesa
éste dio fuerza a su diestra | para derri misericordiosa, | ni dejó de cumplir nin
bar al poderoso en la guerra | y ensalzar guna de las palabras, ! ni borró la descen
el cuerno de su pueblo. dencia de su elegido, | ni extirpó el linaje
7 Por lo cual le cantaron las doncellas del que fue su am ado;
y le aclaman on con «Diez mil». | Cuando 25 Y dio un resto a Jacob, | y a David un
se ciñó la corona emprendió la guerra, renuevo salido de él.
8 Y sujetó a los enemigos en derredor; | 26 Murió Salomón ya anciano.
puso guarniciones entre los filisteos | y 22 Y dejó en pos de sí un hijo soberbio,
hasta el día de hoy quebrantó su poder. 28 Rico en necedad, pobre de inteligen
9 En todas sus empresas dio gracias | al cia: [ Roboam , que con su resolución in
D ios Altísimo con himnos de alabanza. * citó al pueblo a la rebeldía.
10 C on todo su corazón amó a su H a 29 Jeroboam, hijo de Nabat, pervir
cedor | y cada día le alabó con salmos. tió a Israel | y puso a Efraim en camino
11 Estableció los instrumentos que ha de pecado; | y se multiplicaron mucho
bían de tocarse al cantar ante el altar | y sus maldades, *
ordenó el canto de los salmos acompaña 30 Hasta ser expulsado de su tierra.
do de arpas. 31 Y se precipitaron en todo género de
12 D io gran esplendor a las fiestas | y mil Ida des, [ hasta que vino sobre ellos la
solemnizó las fiestas de todo el año, | ala vongunza.
bando el santo nombre de Dios | desde el
alba, haciendo resonar el santuario. Elias y Elíseo
13 E l Señor le perdonó sus pecados | y
ensalzó para siempre su poder, | le ase j o 1 Com o un fuego se levantó Elias; |
guró la sucesión en el reino | y puso su •tO su palabra era ardiente como an
torch a;*
trono sobre Israel. *
2 Y trajo sobre ellos el hambre, | y en
Salomón su celo los redujo a pocos.
14 Después de él se levantó un hijo sa 3 Con la palabra del Señor cerró los
bio, | que por su padre gozó de prosperi cielos ! y por tres veces hizo bajar fuego. *
dad. 4¡Cuán glorioso fuiste, Elias, con tus
13 Salomón, que reinó en días de paz, | prodigios! | ¿Quién podrá gloriarse de pa
D ios le dio descanso de todas partes | recerse a ti?
para que levantase la casa a su nombre | 5Tú que levantaste un muerto del se
y preparase un santuario eterno. pulcro, | y del ades por la palabra del A l
tó ¡Cuán sabio fuiste en tu juventud! tísimo; *
(Como río fuiste lleno de inteligencia! | 6 Que precipitaste a reyes en la ruina,
C on tu inteligencia abarcaste la tierra, y a ilustres de su estrado;
12 Y la llenaste de proverbios y enig 7 Que oíste en el Sinaí las amenazas de
mas. | Llegó tu nombre hasta las remotas Dios, | y en el Horeb los juicios vengado
islas | y fuiste amado a causa de la paz. res;
18 Por los cánticos, proverbios y pará 8 Que ungiste a reyes ejecutores de los
bolas | y por las respuestas fuiste la ad castigos, | y a profetas que te sucedieron;
miración de las naciones. 9Que fuiste arrebatado en un torbelli
19En el nombre del Señor D ios, | que no de fuego, 1 en un carro tirado por caba
es el Dios de Israel, llos ígneos; *
20 Amontonaste oro como hierro, | y 1® Adscrito y preparado para los tiem
como plomo amontonaste p la ta;* pos venideros j para aplacar la cólera an-
1 i Re 17,1.
48 3 1 Re 18; 2 Re 1.
3 1 Re 17,22.
9 2 Re 2 ,n .
ECLESIASTICO 4 8 -4 9 764
tes del día del Señor, | para reducir los co ció lo futuro | y las cosas ocultas antes de
razones de los padres a los hijos | y res que sucedieran.
tablecer las tribus de Jacob. ♦
Josías
11 Dichosos los que mueran después de
haberte visto, | pero más feliz tú, que por AQ 1 E l nombre de Josías es como per-
siempre vivirás. fume oloroso | preparado por per
12 Cuando Elias desapareció de la vis fumista. *
ta en el torbellino, | Elíseo fue lleno de su 2 Su memoria es dulce como la miel a
espíritu; | duplicó sus prodigios, | y todas la boca | y como música en banquete;
las palabras de su boca eran un milagro. 3 Pues afligido por los extravíos del
13 E n sus días no tembló ante los prín pueblo, | quitó de en medio las abomina
cipes, | ni mortal ninguno le subyugó. ciones de la iniquidad.
14 N ad a fue para él imposible, | y en el 4Fu e perfecto ante el Señor su cora
sepulcro su cadáver profetizó. zón | y en los días de la iniquidad afirmó
15 V ivo hizo prodigios, | y aun muerto la piedad.
realizó maravillas. 5 Fuera de D avid, Ezequías y Josías, |
16 C o n todo eso, no se arrepintió el pue-todos los restantes incurrieron en pecado
. blo | ni se apartó de sus pecados | has de negligencia.
ta que fue arrojado de su tierra | y disper 6 Porque no siguieron la L e y del Altí
sado entre las naciones. simo | los reyes de Judá, hasta el último.
7Y asi D ios los entregó en poder de
Ezequfas otros, | y su gloria la dio a un pueblo ne
cio y extraño,
17 Pero quedó Judá, aunque reducido a 8 Y dieron al fuego la ciudad santa | y
poco, | y príncipes de la casa de D avid ; convirtieron en desierto los caminos que a
18 Algunos de ellos hicieron lo que es ella llevaban. *
grato a D ios, j pero otros se llenaron de
iniquidad. L o s profetas
19 Ezequías fortificó su ciudad | e intro 9 Según los vaticinios de Jeremías, a
dujo las aguas de Geón dentro de ella. | quien maltrataron, | siendo el profeta con
C on el hierro excavó la roca | y edificó es sagrado desde el seno de su madre | para
tanques para las aguas. arrancar, destruir y arruinar, | para edi
20 En sus días subió Senaquerib | y en ficar, plantar y reforzar.
vió a Rabsaces, | que levantó su mano 10 Ezequiel vio en visión la gloria, | que
contra Sión, | y en su soberbia blasfemó el Señor le mostró sobre el carro de ios
contra Dios. * querubes. ♦
21 Se estremecieron entonces sus cora 11 E hizo mención de Jo b, el profeta, |
zones | y sintieron dolores como de parto, que perseveró fiel en los caminos de la
22 E invocaron al Señor misericordio justicia.
so | y tendieron hacia él sus manos; | y al 12 También los doce profetas; florez
instante los oyó el Santo desde el cielo, can sus huesos en sus sepulturas, | porque
23 Y los libró por mano de Isaías. curaron a Jacob | y le confortaron con
24 Hirió el ángel del Señor el campo de una segunda esperanza.
los asirios, | y su derrota se tom ó en des
ordenada huida, * Zorobabel
25 Porque hizo Ezequías lo que es grato 13 ¿Cóm o engrandecer a Zorobabel, |
al Señor | y siguió los pasos de D avid, su que era como sello en la mano derecha? *
padre; | los preceptos que le dio Isaías, 14Y lo mismo a Jesús, hijo de Josedec. |
profeta, | grande y verídico en sus orácu En sus días reedificaron el altar ] y erigie
los. ron el templo santo, | destinado a una glo
26 E n sus días hizo retroceder el sol | ria eterna.4
y prolongó la vida del rey. * 13 También Nehemías, cuya memoria
27 C on grande inspiración vio los tiem sea gloriosa, [ que levantó nuestras rui
pos últimos | y consoló a los que lloraban nas, | reedificó nuestras casas arruinadas,
en Sión ; | hasta el fin de los tiempos anun- puso puertas y cerrojos. *
10 Mal 4,6.
*0 2 Re 18,13.
24 2 Re 19,35; I® 37, 36.
26 2 Re 2 0 ,11; Is 38,3.
AQ 1 2 Re 22,1.
^ ** 8 2 Re 25,9.
10 Ez 1,4.
13 1 Par 3,19; Esd 3,2; Ag 1,12 ; 2,24.
1 4 Zac 4,1.
15 Es de maravillar que al lado de Nehemías, el restaurador de Jerusalén, no se haga mención
de Esd ras, «el escriba docto en la Ley de Dios» y la figura más saliente y más venerada del rabinismo.
765 ECLESIÁSTICO 4 9 -5 0
16 Pocos en la tierra como Henoc, | que 15 Teniendo en sus manos las ofrendas
fue trasladado de la tierra; del Señor, | ante toda la congregación de
17 Y no hubo ningún nacido como Jo Israel, | hasta acabar el servicio del altar |
sé, que fue señor de sus hermanos, sus y acabar el sacrificio al Altísimo.
tentador de su pueblo, 16 Tendía su mano a la libación | y ofre
18 Cuyos huesos fueron cuidadosamen cía la sangre de la vid.
te traídos. 17 Y derramaba al pie del altar la san
19 También Sem, Set y Enós son cele gre | de olor agradable al Soberano A l
brados, | y sobre todos cuantos han vivi tísimo.
do es la gloria de Adán. 18 Tocaban entonces los hijos de Arón I
las trompetas de metal laminado | y le
Simón vantaban un fuerte sonido | para avisar
C A i Principe de sus hermanos y glo- que se hallaban ante el Altísimo.
v U f]a de su pueblo | fue Simón, hijo de 19 Entonces todo el pueblo a una se
Onías, sumo sacerdote. | E n su vida fue apresuraba | a caer rostro a tierra | para
restaurada la casa | y en sus días fue con adorar al Señor Altísim o, | al Santo de
solidado el templo. * Israel.
2 En sus días fue edificado el muro | y 29 Y los cantores hacían oir su voz | y
torres de refuerzo como en palacio real. en el vasto templo resonaba la dulce me
3 En su época fue cavado el estanque, | lodía.
depósito semejante al mar por la canti 21 Y clamaba todo el pueblo de la tie
dad de sus aguas. rra | orando ante el Misericordioso | has
4 Protegió a su pueblo contra los ladro ta acabarse el servicio del altar | y termi
nes [ y aseguró su ciudad contra los ene nar el culto prescrito.
migos. 22 Entonces Simón, bajando, levantaba
5 ¡Qué majestuoso cuando salía del san sus manos | sobre la congregación de los
tuario, | cuando se adelantaba de detrás hijos de Israel | para dar con sus labios la
de la cortina! bendición de parte de D ios | y gloriarse
6 Com o la estrella de la mañana entre en su nombre.
nubes, | como la luna llena en los días de 23 D e nuevo se postraban en tierra | para
plenilunio; recibir de él la bendición.
7 Com o el sol radiante sobre el templo 24 A hora bendecid al Señor, Dios de Is
del Altísimo, rael, | que hace maravillas en toda la tie
8 Com o el arco iris, que se aparece en rra, | que forma al hombre en el seno ma
las nubes; | como flor entre el ramaje en terno | y le hace según su voluntad.
días primaverales, | como azucena junto 25 Concédanos El la sabiduría del cora
a la corriente de las aguas, | como las flo zón | y haga reinar la paz en nuestros
res del Líbano en días de verano; días.
9 Com o el incienso que arde sobre la 26 Que su misericordia permanezca con
ofrenda, | como vaso de oro finamente Simón | y mantenga firme el pacto de F i
trabajado nes. | Que no sea roto el pacto con él | ni
10 Y enriquecido con piedras precio con su descendencia por los días del
sas; cielo».
11 Com o verde olivo cargado de fruto, |
como ciprés que se alza hasta las nubes, | E P I L O G O
cuando se ponía los ornamentos de su (50.27-51,38)
gloria | y se vestía con las ropas suntuo
sas; Razas odiosas
12 Cuando subía al altar majestuoso | y 27D os pueblos me son odiosos | y un
hacía resplandecer los ámbitos del san tercero que ni siquiera es pu eblo:*
tuario ;
28 L o s que moran en la montaña de
13 Cuando recibía de sus hermanos las
Seir y los filisteos | y el pueblo necio que
porciones de la víctima | y estaba en pie habita en Siquem.
junto al fuego, | rodeado de una corona
de hijos, | como renuevos de cedro en el
Epilogo
monte Líbano.
14 Com o sauces le rodeaban en su ma 29Doctrina sabia y sentencias pruden
jestad todos los hijos de A ró n; tes | consignó en este libro | Jesús, hijo
R A 1 Onías, padre de Simón, es, sin duda, el mencionado en 1 Mac 12,7. Conocemos dos pon-
tífices del mismo nombre y apellido, ambos del siglo II a. C .: el primero es Onías, padre de
Simón, llamado el Justo, el segundo se distinguió por haberse opuesto a la pretensión de Tolomeo
Filopator (222-205) de entrar en el santuario.
27 Son bien conocidos los motivos de estas poco amistosas relaciones de los judíos con los idu-
meos y los samaritanos.
ECLESIÁSTICO 5 0 -5 1 766
29 Estos versículos (29-31) son el epílogo de la obra. El autor nos hace la presentación de su
persona, que ya conocemos por el prólogo del traductor.
E l 1 En este postrer capítulo distinguimos los w .1-17 , que tienen parecido con el salmo 18 de
v I David. El autor da gracias al Señor por los muchos males de que le libró.
17 Esta letanía, que llega hasta el v.18, está tomada del texto hebreo y se halla inspirada en los
salmos 117 ,1-4 y 136.
1® En la última sección de este capitulo (18-38) el autor nos cuenta sus esfuerzos por adquirir
la sabiduría y los frutos logrados, que él ofrece a todos los amantes de ella.
76 7 LIBROS PROFÉTICOS
L I B R O S P R O F E T I C O S
L a misión de los profetas
1. Ya en la Introducción general (n n.5-10) hemos hablado del carisma de la
profecía otorgada a los autores sagrados. Necesitamos ampliar lo dicho allí en esta
Introducción a los libros proféticos.
Tres son los nombres que principalmente se dan en la Sagrada Escritura a estos
hombres de Dios: los de rohe y jozeh, que significan videntes, y el más común de
nabi, que traducimos por profeta. L a etimología de este último nombre es discutida,
pero su sentido ordinario resulta bien claro de las palabras de Dios a Moisés cuando
se excusaba con su tartamudez: «Mira, te he puesto como Dios para el Faraón, y
Arón, tu hermano, será tu profeta. Tú le dirás a él lo que yo te mandare, y Arón,
tu hermano, se lo dirá al Faraón para que deje partir de su tierra a los hijos de Is
rael* (E x 7 ,i ss.). Nabi, pues, quiere decir el que habla en nombre de otro. Es la sig
nificación de la palabra griega profetes. Es, pues, profeta el encargado, por especial
misión divina, de hablar al pueblo en nombre de su Dios.
2. Con estos sus enviados se proponía el Señor satisfacer dos necesidades del
pueblo de muy desigual importancia. Los antiguos no se atrevían a emprender negocio
alguno, privado o público, sin antes consultar la voluntad de sus dioses. Israel padecía
de la misma enfermedad. Pues para impedir que acudiesen a los oráculos gentiles o a
los adivinos, los proveyó el Señor de profetas a quienes acudiesen (Dt 18 ,15 ss.), y
para esto mismo dio al sumo sacerdote los urim y tummim (E x 28,50). Recordemos
a Saúl yendo a consultar a Samuel sobre las pollinas perdidas ( 1 Sam 9 6 ,11) ; al
rey Jeroboam, que, teniendo a su hijo enfermo, manda a su mujer a consultar al profeta
Ajías sobre el desenlace de la enfermedad ( 1 Re 14 ,1 ss.); y más todavía el caso de
Ocozías, que en semejante caso envió mensajeros a consultar a Baalzebub, dios de
Acarón, para saber si curaría de aquella enfermedad, a los cuales salió Elias al en
cuentro, por orden de Dios, y les dijo: «¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis
a consultar a Baalzebub, dios de Acarón?* (2 Re 1,2 ss.). David tenía su profeta,
por quien consultaba al Señor sobre los negocios públicos (2 Sam 7 ,1 ss.); y los
otros reyes no emprendían cosa grave sin hacer lo mismo (cf. 1 R e 22,5 ss.;
Je r 38 ,14 ss.).
Pero no era ésta la misión principal de los profetas. Otra tenían, ligada al destino
de Israel. E l Señor los había escogido para preparar los caminos del Mesías y la
salud del mundo. Los patriarcas eran instruidos por Dios sobre la conducta que de
bían seguir para responder a su misión divina. Moisés fue llamado a organizar la
vida religiosa y social del pueblo sobre las bases del monoteísmo y de las promesas
mesiánicas hechas a los patriarcas. Por esto fue el más grande de los profetas de Israel,
LIBROS PROFÉTICOS 768
según Santo Tomás (S u m aT e o l.2-2 q .17 4 a.4 J. A Moisés le sucedieron otros profetas,
encargados de explicar la Ley, inculcar su observancia, combatir las transgresiones,
llamar al pueblo a penitencia mediante amenazas y promesas. Entre éstas se destaca
siempre la promesa del Mesías y de su obra salvadora. Esta es la misión principal
del profetismo de Israel, por lo que se distingue del de todos los pueblos antiguos.
3. Como abundaban en Israel estos ministros auténticos de la palabra divina,
así abundaban también sus remedos y falsificaciones, ¡os falsos profetas, que se decían
enviados de Yavé y daban como palabra de Dios los sueños de su imaginación. Su
norma era halagar al pueblo y a los principes, prometiéndoles fácil prosperidad,
con que los confirmaban en sus extravíos (cf. 2 R e 22 y Je r 28)* Eran los principales
adversarios de los verdaderos profetas, como fueron luego los escribas los adversarios
de Jesucristo.
4. L a profecía es un carisma divino, no un arte adquirido por el estudio. Sin
embargo, los profetas necesitan de ordinario una formación que los prepare para
mejor desempeñar la misión que Dios les confiere. Adquieren esta formación en el
seno de la fam ilia y en las asociaciones de hombres piadosos, llamadas escuelas de
profetas, al parecer fundadas por Samuel ( 1 Sam 10 ,5 .10 s.; 19 ,20 ) y restauradas
por Eliseo (2 Re 2,3 ss.); en la lectura de la Ley y de los profetas anteriores, en el
trato con hombres doctos, en la meditación y en las luchas dé cada día. Todo esto
lo venía a completar y confirmar con su sello divino la iluminación profética. Recae
ésta en la inteligencia, única facultad de conocer que es capaz de percibir la verdad
divina; pero esta verdad suele presentársele a los profetas envuelta en multitud de
imágenes o símbolos, que son una nota característica del profetismo de Israel. Como
ejemplo bastará citar las visiones de la vocación de los tres grandes profetas: Isaías (6 ),
Jeremías ( 1 ) y Ezequiel ( 1 - 3 ) . A estos cuadros simbólicos sé añaden las acciones,
también simbólicas, que dan al ministerio de los profetas un carácter enteramente
dramático. En este punto se distinguen, sobre todo, Jeremías ( 16 ,1 ss.; 18 ,1 ss.) y
Ezequiel (3,22 ss.; 1 2 ,1 ss.; cf. 2 Re 1 3 ,1 4 - 1 9 ; Act 2 1,10 s.).
5. Los discursos de los profetas, tal como nos han llegado, en su mayoría están
escritos en verso, y a veces en estrofas artificiosamente compuestas, y son frecuente
mente modelos no sólo de elocuencia, sino de la poesía hebrea y universal. E l caso de
Jeremías (36) nos muestra cómo los profetas dirigían al pueblo la palabra en el
templo, en las plazas, en las puertas de las ciudades, en su propia, casa, dondequiera
que podían. Luego, con frecuencia escribían esos versos y los entregaban al pueblo,
que los aprendía fácilmente, los recitaba y cantaba, continuando así el ministerio del
profeta. Daniel es de los muy pocos profetas que han publicado sus vaticinios sólo
por escrito. Sin duda, de esta divulgación de los oráculos proféticos proviene la falta
de orden cronológico que en casi todos se siente, y no sólo del desorden cronológico de
los diversos oráculos, sino hasta del desorden de un oráculo mismo, que viene a ser
una de las dificultades más graves en el estudio de los profetas. Los expositores se
esfuerzan por reducirlos a su verdadero orden; pero no teniendo a su disposición
más medios que el texto actual de los oráculos mismos ni más criterio que el orden
lógico de las ideas, el ritmo de los versos y la artijiciosa construcción de las estrofas
no siempre pueden alcanzar a restituirlos a su orden primitivo.
6. ¿Cómo probaban los profetas la verdad de su misión? Moisés, el primero de
los profetas de Israel, necesitó señales con que mostrar al pueblo ser enviado de Dios
(E x 3 ,11- 6 ,9 ) ; pero los que a Moisés siguieron, con la misión de mantener al pueblo
en la observancia de la Ley o de reducirle a ella, no tenían necesidad de tales pruebas.
Su vida ajustada a la Ley, su celo por la causa de Dios, la fortaleza con que luchaban
contra los pecados del pueblo y reprendían las iniquidades de reyes, principes y sacer
dotes, eran para los creyentes prueba bastante de que Dios los enviaba. S i Elias y
Eliseo pasaron a la historia como grandes taumaturgos, de Isaías sólo se nos cuenta
un milagro; de Jeremías y Ezequiel, ninguno, como tampoco se cuenta ninguno del
Bautista, el postrero de los profetas. S i al leer hoy sus discursos no puede menos de
sentirse en ellos el espíritu de Dios, mucho más lo sentirían los coetáneos, que los
oían y eran testigos de su vida.
769 LIBROS PROFÉTICOS
lugar esto alrededor del año 650, en que Asurbanipal luchaba contra su hermano
Samasumuquin, gobernador de Babilonia, hasta tomar la ciudad y sujetar la Caldea,
que había hecho causa común con el rebelde. Muerto este rey (6 25), que llegó a apo
derarse de Egipto, la Asiria decayó rápidamente; Ninive fue tomada por los medos
y caldeos en 612, y aunque su ejército continuó luchando por la conservación del
imperio, éste desapareció pocos años después, dejando en pos de si la memoria de su
espíritu guerrero, de su ferocidad y de su sistema de deportaciones, que los caldeos
imitaron luego.
8. Una señal de cuán habituados estaban los pueblos de Palestina al yugo asirio
pudiera ser la conducta de Josías. Como el faraón Necao se dirigiese con un ejército
hacia la Siria para lograr alguna parte de los despojos del reino ninivita, Josías
quiso cortarle el paso. En una desgraciada batalla, que se dio en Megido, quedó gra-
vemente herido y vino a Jerusalén a morir en 608 (2 Re 23,29 s.). Derrotado en
Carquemis por el príncipe Nabucodonosor, no logró Necao sus propósitos; pero de
vuelta a su tierra pasó por Jerusalén, y hallando el trono de Josías ocupado desde
hacía tres meses por Joacaz, su hijo, destituyó a éste y puso en su lugar a Joaquim,
llevando a su hermano a Egipto (ibid., 2 3 ,3 1- 3 3 ) . Después de la retirada del faraón,
Judá pud(f creerse independiente, hasta que en 604 Nabucodonosor se presentó en
Palestina e impuso su vasallaje a todos los reyes de la región. Pero entonces volvió a
renovarse la antigua historia. Con la esperanza de la ayuda egipcia, los reyes de
Siria y Candn se confederaron para sacudir el yugo caldeo. En 597 se presentó Nabu
codonosor con su ejército, y la coalición se deshizo. Joaquim había ya muerto. Joaquín
o Jeconías, su hijo y sucesor, no se atrevió a afrontar los peligros de la guerra, y cuando
los caldeos se presentaron ante Jerusalén, les salió al encuentro en son de paz. Nabu
codonosor le prendió para llevárselo a Babilonia con una buena parte de lo más
selecto del pueblo, y puso en el trono a un tercer hijo de Josías, Matanías, a quien
mudó el nombre por el de Sedecías, exigiéndole juramento de fidelidad (2 R e 2 4 ,1-2 0 ).
Pronto Nabucodonosor se dio cuenta de que no podía estar seguro de la lealtad
de Judá, y Sedecías hubo de ir a Babilonia para sincerarse. A l fin, en 389 acabó
Sedecías por declararse en abierta rebeldía. Los caldeos llegaron y pusieron cerco a
Jerusalén, tomándola al cabo de año y medio de asedio, en julio de 38 7. E l templo
fue incendiado; los muros y los palacios de Jerusalén, arrasados. A Sedecías le condenó
a perder los ojos, después de haber contemplado la matanza de sus hijos y de sus corte
sanos. Lo principal y más granado de la nación, en todos los órdenes, fue deportado a
Caldea, quedando en Judá el pueblo humilde bajo el gobierno de Codolías (2 R e 2 $ ;
2 Par 3 6 ,17 ss. y Jer 3 2 ).
9. No fue larga la duración del segundo imperio caldeo. A Nabucodonosor suce
dieron como relámpagos tres reyes de su dinastía. El cuarto fue Nabonides, hijo de
una sacerdotista de Jarrán, cuyo principal empeño fue reformar la religión caldea.
Con esto se malquistó con los sacerdotes y el pueblo, que con gusto dieron acogida al
ejército persa, mandado por Gubaru, caldeo. En 539 entró éste en Babilonia, defen
dida por el príncipe Belsarasar, que fue muerto. Pocos días después, Ciro hacía su
entrada en la ciudad y era reconocido rey de Babilonia. Su primera medida fue
ordenar la restitución de ios dioses a sus antiguos santuarios, de donde la superstición
de Nabonides los había sacado, y autorizar a todos los pueblos deportados para que
volviesen a su tierra.
En estas medidas quedaron incluidos los judíos, a quienes restituyó los vasos sa
grados, tomados del templo por Nabucodonosor, y dio permiso para volver a Judá
y levantar el templo. No todos los deportados se resolvieron a emprender el viaje de
vuelta. Y los que por entonces o más tarde lo hicieron, sólo pudieron levantar el altar
y echar los cimientos del templo, impedidos de proseguirlo por los pueblos circunvecinos,
sobre todo por los samaritanos, cuya cooperación en la obra del santuario no habían
querido aceptar los judíos. Sólo en los comienzos del reinado de Darío ( 3 2 1 ) , apro
vechando las turbulencias originadas por el cambio de monarca y dinastía, pudieron
acabar aquéllos la obra. Pero la ciudad continuaba en ruinas, hasta que Nehemías
pidió y obtuvo del rey Artajerjes I (463-424) autoridad de gobernador, con el fin
771 LIBROS PROFÉTICOS
de levantar los muros de Jerusalén. Los que volvieron del cautiverio vivieron en su
tierra, gozando de la amplia libertad que los persas les otorgaban, sobre todo a causa
de la afinidad que creían hallar entre su religión y la judía. Caído el imperio persa a
los golpes de maza de Alejandro Magno, la Palestina pasó automáticamente bajo domi-
nio de los macedonios. Tal es el cuadro externo en que se desarrolló la actividad de
los profetas. Veamos ahora el cuadro interior.
é p o c a a s ir ía (7 5 0 -6 12 )
a) Amós y Oseas; b) Isaías y Miqueas; c) Nahum.
ÉPOCA BABILÓNICA ( 6 l 2 * 539 )
a) Jeremías con Baruc; b) Habacuc y Sofonías; c) Ezequiel y Daniel.
ÉPOCA PERSA ( 539*333)
a) Ageo y Zacarías$ b) Malaquías.
De época incierta quedan Abdías, Joel y Jonás. Por la extensión de sus vaticinios
los dividieron ya los judíos en profetas mayores, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel,
aunque éste en la Biblia hebrea figura entre los hagiógrafos, y los otros doce, que
formaban un solo libro y se llamaban profetas menores.
I S A I A S
1. Isaías, el primero de los profetas mayores, nos cuenta en el capítulo 6 su voca
ción al ministerio profético, que tuvo lugar *el año en que murió el rey Ozías» (7 3 7 ).
Desempeñó su misión durante los tres siguientes reinados, de Joatán, A jaz y Eze-
quías ( 1 , 1 ) . No tenemos, en el extenso libro de los vaticinios de Isaías, ninguno que
haga expresa mención de Joatán, aunque bien se pueden atribuir a su tiempo los pri
meros capítulos ( 1 - 5 ; 9,8-10,4). De la época de A jaz es, sin duda, a lo menos, buena
parte del libro de Emmanuel ( 7 - 12 ) , y de la de Ezequías los capítulos 36-39. Como
la cronología de estos reyes es algo incierta, y el libro del profeta contiene pocos datos
778 ISAÍAS
cronológicos, no podemos Jijar con certeza el tiempo del comienzo ni del Jin de su mi
nisterio. Sólo podemos asegurar que empezó antes del 734, año de la guerra siroefrai-
mita contra Á jaz ( 7 ,1 )• L a tradición judía asegura que murió aserrado por el rey
Manasés, bien entrado ya el siglo V II y, por consiguiente, cuando el profeta era ya
muy anciano.
2. A l llamarle el Señor a profetizar le confiere una gravísima misión: reducir
al pueblo de Judd a la obediencia, y previendo que no habrían de escucharle, anunciarle
que su endurecimiento en la maldad había de atraerle el castigo de Dios «hasta que las
ciudades queden devastadas y sin habitantes, la tierra saqueada y desierta, y que la
soledad sea grande en toda la tierra» ( 6 ,1 1 ) . A esto se ajustan las conminaciones de
los primeros capítulos, en que reprende al pueblo por su falsa piedad, su inmoralidad
y su soberbia. Lo mismo hace después contra A jaz, por su incredulidad con ocasión de
la guerra siroefraimita (734)% en el capítulo 7, aunque todas estas conminacio
nes vayan seguidas de las más hermosas promesas mesiánicas ( 1 ,2 4SS.; 2,2 ss.; 8,23-9,
6; 1 1 , 1 ss.). En los capítulos 36-39 le vemos intervenir en los graves negocios que sus
citaba la invasión de Senaquerib (7 0 1-6 9 3), alentando a Ezequías y vaticinando la
salud de Jerusalén, la ruina del invasor y más tarde la curación de Ezequías. Aunque
no conste expresamente ni por los escritos del profeta ni por los libros históricos, no
podemos dudar de que Isaías haya tenido gran parte en la reforma religiosa llevada
a cabo por Ezequías.
3. Con qué espíritu y elocuencia haya cumplido Isaías su misión, nos lo dicen
sus oráculos, tan densos de pensamiento, de tan elevada y vehemente expresión, tan
variados por los temas que trata. Basta para convencerse de esto leer el primer dis
curso, en que reprende al pueblo por su ingratitud hacia Dios ( 1 ,2 - 2 7 ) ; tes amena
zas contra Asur ( 10 ,3 - 19 ) ; el oráculo contra Tiro ( 2 3 ) ; las conminaciones contra
Efraím (2 8 ); la réplica a los embajadores asirios (3 7 ,2 2 -3 5 ), y sus muchos vatici
nios mesiánicos, por los cuales mereció ser llamado el profeta evangelista.
4. Igual que los libros de los otros profetas, el de Isaías no tiene unidad de plan:
en él se destacan ciertos grupos, como los vaticinios de Emmanuel ( 7 - 1 2 ) , los oráculos
contra las naciones ( 13 -2 3 ) , el apocalipsis (24 -2 7 ), los capítulos histórico-proféticos
relativos a la invasión asiria (36-38) y, finalmente, la última parte, dedicada a la
restauración (40-66).
Es propio y singular de algunos capítulos de Isaías ( 1 3 ,1- 14 ,2 3 ; 2 1 , 1 - 1 0 ) , y es
pecialmente de toda la segunda parte (40-66), que el profeta aparezca como viviendo
y moviéndose en época muy posterior a la suya, en la que inmediatamente precede a la
vuelta de la cautividad. En esto se distinguen los capítulos citados y toda la segunda
parte del resto de la obra: en el modo ordinario de presentar sus profecías los otros
profetas.
L a singularidad de este fenómeno ha inducido a los expositores protestantes a ne
gar la autenticidad isaiana de estos capítulos, que algunos autores católicos quieren
atribuir a discípulos del profeta, profetas como él. Un decreto de la P .C .B .d e l 28 de
junio de 1908 declaró insuficientes los argumentos aducidos hasta aquella fecha para
negar a Isaías la paternidad de tales capítulos.
He aquí sus respuestas: I I I , Si los profetas que anuncian cosas futuras se han de
dirigir siempre a sus coetáneos, a aquellos que las pudieran entender, y, por tanto,
si la segunda parte de Isaías (40-66), en que el profeta no habla a los judíos, sus con
temporáneos, sino a los que lloraban en el destierro, como presente entre ellos, no puede
ser de Isaías, desde mucho tiempo muerto, sino de un autor desconocido, que vivía entre
los desterrados. L a respuesta es negativa.— IV . S i el argumento tomado de la lengua
y el estilo es de tal peso que fuerce a un perito de la lengua hebrea a admitir pluralidad
de autores en el libro de Isaías. L a respuesta es también negativa.— V. S i todos los
argumentos aducidos, tomados en globo, son suficientes para probar que el libro de
Isaías no es sólo del profeta, sino de dos o más autores. L a respuesta es siempre negativa.
E l texto del libro de Isaías es quizá el que parece haber sufrido más traslocaciones;
ISAÍAS 1 774
parece como si en él hubiera habido un terremoto. Hubiéramos querido restituirle al
orden que nos parece fue el primitivo, mas para no producir confusiones en el lector
le dejamos en el que actualmente tiene en el texto, indicando en notas el orden en que
parece debe ser leído.
I 1 Este versículo viene a ser como titulo de toda la obra, a la vez que nos indica la época en que
el profeta ejerció su ministerio.
775 ISAÍAS 1 -3
27 En este oráculo (2-27) de Isaías, uno de los más elocuentes, se reprende la falsa devoción de
Judá, declarando a la vez cuál es la religión que a Dios agrada en armonía con su santidad, a saber,
la justicia y la misericordia con el prójimo. Al pecado debe seguir el castigo; pero a éste la restau-
ración, que siempre tiene carácter mesiánico.
O 1 Este versículo es, sin duda, el título de un segundo oráculo, que empieza en 1,28 -31; prosi-
* gue en 2,6-22, con la reprensión de la superstición idolátrica y de la soberbia, para terminar
en 2,2-5 con la hermosa promesa mesiánica que nos presenta a Jerusalén como foco de luz, centro
de la religión divina, y a las naciones, atraídas hacia ella corriendo deseosas de disfrutar de tanta
dicha en la paz de Yavé, que será Rey y Juez de todos.
ISAÍAS 3-4 776
pan y el sostén del agua, * | 2 el guerrero, descarrían, | han torcido el camino por
el hombre de armas, | el juez, el profeta, que ibas.
el adivino y el anciano, | 3 el jefe de cin 13 Y a vé está en pie para acusar, | se alza
cuenta, el grande y el consejero, | el ma para juzgar a los pueblos.
go y el hechicero. | 4 Y les dará mozos por 14Y a vé vendrá a juicio | contra los an
príncipes, | y reinará sobre ellos el capri cianos y los jefes de su pueblo, | porque
cho, | 5 y las gentes se revolverán los unos habéis devorado la viña, | y los despojos
contra los otros, j cada uno contra su ve del pobre llenan vuestras casas. | 15 Por
cino, | y el mozo se alzará contra el an que habéis aplastado a mi pueblo, | y ha
ciano, 1 y el villano contra el noble. | 6 Y se béis machacado el rostro de los pobres, |
echarán unos sobre otros, | diciéndose: | dice el Señor, Y a vé Sebaot.
Tienes un manto en la casa de tu padre; | 16 D ice Y a v é : | Y a que tan orgullosas
ven y sé nuestro jefe, | y toma en tus ma son las hijas de Sión, que f van con la ca
nos esta ruina. | 7 Y el otro aquel día les beza erguida | y mirando con desver
responderá: N o soy médico yo, | y en mi güenza, | pisando como si bailaran | y ha
casa no hay ni pan ni vestido, | no quiero ciendo sonar las ajorcas de sus pies, | 17 el
ser jefe del pueblo. Señor afeitará la cabeza de las hijas de
8 Sí, Jerusalén está al borde de la ruiSión, | y decalvará Y a vé sus frentes. |
na, y caerá Judá, | porque sus palabras 18 Aquel día quitará el Señor todos sus
atavíos, | ajorcas, redecillas y lunetas, |
19 collares, pendientes, brazaletes, 1 20 co
fias, cadenillas, cinturones, | pomos de
olor y amuletos, |21 anillos, arillos, |22 ves
tidos preciosos, túnicas, | mantos, bolsi-
tos, |23 espejos, y velos, tiaras y mantillas. |
24Y en vez de perfumes, habrá hedion
dez; | y en vez de cinturón, un cordel; | y
en vez de trenzas, calvicie; ] y en vez de
vestido suntuoso, saco; ¡ y en vez de her
mosura, vergüenza. |25Y los hombres cae
rán a la espada, | y sus fuertes en la bata
lla. | 26 Sus puertas se entristecerán y ge
mirán, | y ella se sentará en tierra, de
solada.
G lo ria al resto salvado
4 1 En
aquel día, [ siete mujeres echa
rán mano a un hombre, | diciendo:
Comeremos de nuestro pan, | nos vesti
remos con nuestras ropas, | pero que po
damos llevar tu nombre; quita nuestro
C a ja de afeites egipcia oprobio. * | 2 En aquel día | será el renue
vo de Y a vé gloria y ornato, l y el fruto de
y sus obras todas son contra Y avé, | para la tierra, grandeza y honra | de los que
irritar los ojos de su majestad. | 9 Sus de Israel quedaren. 13 y los restos de Sión,
frentes dan testimonio contra ellos, | pues los sobrevivientes de Jerusalén, | serán lla
llevan como Sodoma sus pecados a la vis mados santos, | y todos los hombres, ins
ta, | no los disimulan. | ¡A y de ellos, que critos entre los naturales de Jerusalén, |
se acarrean su propia ruina! 4cuando lave el Señor la inmundicia de
10 Bienaventurado el justo, | porque halas hijas de Sión, | limpie en Jerusalén las
brá bien, comerá el fruto de sus obras. | manchas de sangre, | al viento de la jus
11 ¡A y del impío!, porque habrá mal, | re ticia, al viento de la devastación; | 5cuan
cibirá el pago de las obras de sus manos. do venga Y a vé sobre todo el monte de
12 M i pueblo está oprimido por capriSión | y sobre los lugares de sus asam
chosos, | y se han apoderado de él exac bleas, | en nube y humo de día, | y en res
tores. | Pueblo mío, ios que te guían te plandor de fuego y llama de noche; | y
3 1 El tercer discurso abarca los capítulos 3-4. A la dura reprensión de Judá y de sus mujeres,
a quienes se amenaza con una total devastación, acaba prometiendo días gloriosos de restau
ración para el pequeño resto, que recibirá la gracia del Señor después de haber escapado a la jus
ticia vengadora (4,2-6).
1 En la grave devastación con que el profeta amenaza a la nación, la muerte se cebará, sobre
4 todo, en los hombres; las mujeres quedarán sin maridos, estériles por consiguiente. Por esto
hasta siete se allegarán a uno de los varones supervivientes, para que, tomándolas por esposas, les
quiten el oprobio de la esterilidad. Todo ello es expresión figurada de la gran desolación de Judá.
777 ISAÍAS 4-5
habrá protección sobre toda gloria, * ! 6 y vo, 1 sin que se dé cuenta, | y sus grandes
tabernáculo para proteger contra el calor serán consumidos por el hambre, | y su
del día, | y para refugio y abrigo contra vulgo se secará de sed. | 14Por eso el seol
el turbión y el aguacero. ensanchará su seno | y abrirá su boca
sin medida, y allá bajará su gloria, su mu
L a parábola de la viña chedumbre, su fausto, de que tanto se en
1 Voy a cantar a mi amado | el canto vanecía. | 15 Y el hombre será humillado,
5 de la viña de sus amores: | Tenía mi y abatidos los varones, | y bajados los
amado una viña | en un fértil recuesto. * ojos altivos, |16 y Y a vé Sebaot ensalzado
2 L a cavó, la descantó I y la plantó de vi en el juicio, | y el D ios Santo santificado
des selectas. | Edificó en medio de ella por la justicia. [17Corderos pacerán allí
una torre, | e hizo en ella un lagar, | es como en su pastizal | y cabritos devora
perando que le daría uvas, | pero le dio rán las destruidas posesiones de los ricos!
agrazones. |3 Ahora, pues, vecinos de Je- 18 ¡A y de los que se arrastran el cas
rusalén y varones de Judá, juzgad entre tigo | con cuerdas de maldad, y las penas
mí y mi viña. | 4 ¿Qué más podía yo ha del pecado | como con coyundas de ca
cer por mi viña | que no lo hiciera? | ¿C ó rro! |19 ¡A y de los que dicen: Que venga
mo, esperando que diese uvas, | dio agra pronto, | que se dé prisa, j que veamos la
zones? obra de sus manos; | que venga, pues, y
5 Voy, pues, a deciros ahora | lo que de una vez | acabe su plan el Santo de Is
haré de mi viña: | Destruiré su albarra- rael, | y lo veamos nosotros 1
da, | y será ramoneada. | Derribaré su 29 ¡A y de los que al mal llaman bien y
cerca, | y será hollada. I 6 Quedará desier al bien m al; | que de la luz hacen tinie
ta, j no será podada ni cavada, | crecerán blas | y de las tinieblas luz, | y dan lo amar
en ella los cardos y las zarzas, | y aun go por dulce | y lo dulce por amargo! |
mandaré a las nubes que no lluevan so 21 ¡A y de los que son sabios a sus ojos |
bre ella. | 7 Pues bien, la viña de Y avé y son prudentes delante de sí mismos! |
Sebaot es la casa de Israel, | y los hom 22 ¡A y de los que son valientes para beber
bres de Judá son su amado plantío. | Es vino | y fuertes para mezclar licores; J ^ d e
peraba de ellos juicio, | pero sólo hubo los que por cohecho dan por justo al im
sangre vertida; | justicia, pero sólo hubo plo | y quitan al justo su justicia!
rebeliones. 24 Por eso, como la lengua del fuego de
vora el rastrojo | y como se consume en
A m en azas contra los perversos la llama la hierba seca, | su raíz se torna
8 iA yde los que añaden casas a casas, | rá podredumbre, f y su flor será arreba
de los que juntan campos y campos | has tada como el polvo. | Porque han recha
ta acabar el término, | siendo los únicos zado la ley de Y a vé Sebaot | y han des
propietarios en medio de la tierra! | 9 A preciado la palabra del Santo de Israel. |
mis oídos ha llegado, | de parte de Y a v é 25Por eso se ha encendido la cólera de Y a
Sebaot, | que las muchas casas serán aso vé contra su pueblo, | y ha tendido con
ladas; | las grandes y magníficas queda tra él su mano, y le ha herido: I y tiem
rán sin moradores. ! Y diez yugadas de blan los montes, | y yacen los cadáveres
viña sólo producirán un bato, | y un jó - en medio de los caminos, | como estiér
mer de simiente sólo dará un efá! col. | M as con todo esto no se ha aplaca
11 ¡A y de los que se levantan con el do la cólera, su mano queda tendida.
alba | para seguir ía embriaguez | y se 26 Alzará pendón a gente lejana | y lla
quedan por la noche | hasta que el vino mará silbando a los del cabo de la tierra, |
los enciende, | 12 en cuyos banquetes hay que vendrán pronto y velozmente.* |
arpas, | cítaras, panderos, | flautas y mu 27 N o hay entre ellos cansado ni vacilan
cho vino, | y no reparan en las obras de te, | ni dormido ni somnoliento; | 28 no
Y avé [ ni ven las obras de sus manos! | se quitan de sus lomos el cinturón, j ni
13 Por eso mi pueblo será llevado cauti se desatan la correa de los zapatos. | Sus
flechas son agudas, | y tensos sus arcos. | ta que Yavé arroje lejos a los hombres | y
Los cascos de sus caballos son dé peder sea grande la desolación en la tierra, j
nal, | y las ruedas de sus carros un tor 13 Si quedare un décimo, será también pa
bellino; | 29 su bramido es de león; | ruge ra el fuego | como la encina o el terebinto
como cachorro de león, | gruñe y arre cuyo tronco es abatido.
bata la presa, | y se la lleva, sin que nadie
ueda quitársela. | 30 Habrá aquel día un Isaías y Ajaz
ramar contra ellos, | como bramido del 1 Sucedió en tiempo de Ajaz, hijo de
m ar; | mirarán a la tierra í y no habrá sino 7Joatam , hijo de Ozías, rey de Judá,
tinieblas y tribulación, | se obscurecerá la que Rasín, rey de Siria, y Pecaj, hijo de
luz en los cielos. Romelía, rey de Israel, subieron contra
Jerusalén para combatirla, pero no pu
Vocación de Isaías al ministerio dieron tomarla. * 2 Y tuvo noticia la casa
profético de David de que Siria y Efraím se habían
6 1El año de la muerte del rey Ozías confederado, y tembló su corazón y el
vi al Señor sentado sobre un troqo corazón del pueblo, como tiemblan los
alto y sublime, y sus haldas henchían el árboles del monte a impulsos del viento.
templo. * 2 Había ante El serafines, que 3 Entonces dijo Y a vé a Isaías: Sal lue
cada uno tenía seis alas; con dos se cu go al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo
brían el rostro, con dos se cubrían los Sear-Jasub, al cabo del acueducto de la
pies, 3 y con las otras dos volaban, y los piscina Superior,* 4 camino del campo
unos a los otros se gritaban y se respon del Batanero, y dile: | M ira bien no te
dían: ¡Santo, Santo, Santo, Y a vé Se- inquietes, no temas nada y ten firme co
baot! I ¡Está la tierra toda llena de su razón | ante esos dos cabos de tizones
gloria! humeantes, ante el furor de Rasín, el si
4 A estas voces temblaron las puertasrio, y del hijo de Romelía, | 5 ya que la
en sus quicios, 5 y la casa se llenó de hu Siria ha resuelto tu ruina, | con Efraim
mo. Y o me dije: «¡A y de mí, perdido soy!, y el hijo de Romelía, diciendo: | 6 M ar
pues siendo un hombre de impuros la chemos contra Judá, | apoderémonos de
idos, J que habita en medio de un pueblo él, enseñoreémonos de él J y démosle por
de labios impuros, | he visto con mis ojos rey al hijo de Tabel.
al Rey, Yavé Sebaot». | 6 Pero uno de 7 He aquí lo que dice el Señor, Y a v é : 1
los serafines voló hacia mí, teniendo en Eso no se logrará, no será así, | 8 porque
sus manos un carbón encendido, que con la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza
las tenazas tomó del altar, |7 y tocando con de Damasco, Rasín (dentro de sesenta y
él mi boca, dijo: «M ira, esto ha tocado cinco años, Efraím habrá dejado de ser
tus labios, | tu culpa ha sido quitada y pueblo), * ¡ 9 y la cabeza de Efraím es Sa
borrado tu pecado». maría, | y la cabeza de Samaría el hijo de
8 Y oí la voz del Señor, que decía: Romelía.
| | Vosotros, si no tuviereis fe, no
«¿A quién enviaré | y quién irá de nues permaneceréis.
tra parte?» | Y yo le dije: | Heme aquí, 10 Y dijo además Isaías a A jaz: u Pide
envíame a mí. | 9 Y El me dijo: | Ve y di a Y avé, tu Dios, una señal, o de abajo en
a ese pueblo: | Oíd y no entendáis, | 10 ved lo profundo, o de arriba en lo alto. 12 Y
y no conozcáis. Endurece el corazón de contestó A ja z: N o la pediré, no quiero
ese pueblo, | tapa sus oídos, | cierra sus tentar a Yavé. 13 Entonces dijo Isaías: |
ojos. | Que no vea con sus ojos, ! ni oiga Oye, pues, casa de D avid: | ¿Os es poco
con sus oídos, | ni entienda su corazón, | y todavía molestar a los hombres, | que mo
no sea curado de nuevo. ! 11 Y yo le dije: lestáis también a mi Dios? | 14 El Señor
¿Hasta cuándo, Señor? | Y E l respondió: | mismo os dará por eso la señal: | He aquí
Hasta que las ciudades queden asoladas | que la virgen grávida da a luz un hijo | y
y sin habitantes, | y las casas sin morado le llama Emmanue]. * 15 y se alimentará
res, | y la tierra hecha un desierto. | 12H as de leche y miel | hasta que sepa desechar
£ > Este capítulo nos cuenta la vocación de Isaías, el mismo año en que murió el rey Ozías
^ (de 740 a 737)* Yavé se revela a su profeta como el Dios de la santidad, que, por lo mismo, la
exige de su pueblo. «Sed santos, que yo soy santo; Yavé, vuestro Dios» se repite muchas veces en
el Levítico. Precisamente porque el pueblo no la tiene ni parece estar dispuesto a procurársela, por
esto el Señor le amenaza con una completa devastación. Los w .9 y 10 deben mirarse como una
ñgura de permisión. El Señor, como hastiado de su pueblo, envía a su profeta a endurecer al pueblo
en el mal. no porque sea éste su intento al enviar a Isaías, sino porque va a ser el resultado del mi
nisterio de éste, a causa de las malas disposiciones del pueblo.
^ 1 Los capítulos 7 a 12 forman el llamado Libro de Emm anuel, en el cual la amable figura del
■ Niño aparece enlazada con la invasión asiria, que amenaza a Judá y que traerá la devastación
tantas veces anunciada (cf. Introducción a los libros proféticos, n.7).
3 Sear-Jasub, nombre simbólico que significa «el resto volverá*.
8 Las palabras de este paréntesis son, sin duda, una glosa.
34 Las dificultades de este vaticinio han sido sentidas desde antiguo, por la unión con que apa-
779 ISAÍAS 7-8
lo malo y elegir lo bueno. \ 16 Pues antes blo | las aguas de Síloé, que corren man
que el niño sepa desechar lo malo y ele samente. ? y haber temblado ante Rastn
gir lo bueno, | la tierra por la cual temes y el hijo de Romelía. 1 7 va a traer contra
de esos dos reyes será devastada, f 17 Hará él el Señor ! aguas de un río tan caudalo
venir Y avé sobre ti, sobre tu pueblo | y so e impetuoso, | que saltarán todos sus
sobre la casa de tu padre, | días cuales diques | y se desbordarán por todas las
nunca vinieron | desde que Efraím se sepa riberas, | 8 y llegando hasta Judá. le inun
ró de Judá. | 18 Y en esos días silbará Y a darán y le cubrirán, ! llenándole de agua
vé f a la mosca que está en los cabos del hasta el cuello I Y tendiendo sus brazos, |
rio de Egipto, | y a la abeja que está en cubrirán toda tu tieira, ! ¡oh Emmanuel!
la tierra de Asiría, | 19 y vendrán y se aba 9 Aprended, pueblos, que seréis que
tirán en masa | sobre valles y torrentes, | brantados; | oíd todos vosotros, los de
y sobre los huecos de las rocas, I y sobre lejanas tierras. | Armaos, que vais a ser
los zarzales, y sobre los matorrales todos. | quebrantados: I apercibios, que seréis que
20 En esos días afeitará el Señor | con na brantados. ¡ 10 Trazad planes, que serán
vaja alquilada del lado de allá del río, | deshechos; I haced proyectos, que no se
y rasurará las cabezas, los pelos del cuer lograrán. I porque Dios está con vosotros.
po, | y quitará la barba. 11 Así me ha hablado Yavé, mientras se
21 En aquel día tendrá uno una vaca yapoderaba de mí su mano y me advertía
dos ovejas, I 22 y por la gran cantidad de que no siguiese el camino de este pueblo.
leche que darán, | comerá mantequilla, | Y me dijo: 112 N o llaméis conjuración | a
pues de mantequilla y miel se alimenta lo que este pueblo llama conjuración. I No
rán | todos los que quedaren en la tierra. | tengáis miedo ni temor de lo que él te
23 En aquel día, I el lugar donde había mil me: í 13 a Yavé Sebaot habéis de santi
vides | por valor de mil sidos de plata, | ficar, ! de El habéis de lemer, de El tened
24 se cubrirá de cardos y de zarzas. I Y se miedo. I 14 El será piedra de escándalo y
entrará allá con arco y saetas, | pues toda piedra de tropiezo I para las dos casas de
la tierra será espinas y cardos. I 25 Y a los Israel, | lazo y red para los habitantes de
montes que se cavaban y escardaban | no Jerusalén. I 15 Y muchos de ellos trope
se irá y a , por temor de las espinas y los zarán, l caerán y serán quebrantados. ! y
cardos; | quedarán para pasto de bueyes | I se enredarán en el lazo y quedarán cogi
y para ser pisoteados por el ganado. dos.
16 Guardaré el testimonio, I sellaré esta
L a destrucción de S am aría y de enseñanza para mis discípulos,* I i"y es
D am asc o peraré a Yavé, que oculta su rostro I a la
1 Díjome Y a v é : Tom a una tabla gran casa de Jacob. | En El esperaré. 1i* Henos
8 de y escribe en ella * 2 con grandes aquí a mi y a mis dos hijos, I que me dio
caracteres: A Maher-salal-jas-baz. Y tó Yavé, | como señales y presagios en Is
mame dos testigos fieles, lirias, el sacer rael, I de parte de Yavé Sebaot. que mora
dote, y Zacarías, hijo de Jebereguías. * en el monte de Sión. 1 19 Y todavía os di
3 Acerquéme a la profetisa, que concibió rán sin embargo: | Consultad a los evo
y parió un hijo, y Y a vé me dijo: Llám a cadores I y a los adivinos, que m urmuran
le M aher-salal-jas-baz,4 porque antes que y susurran: | ¿No debe un pueblo consul
el niño sepa decir «padre mío, madre tar a sus dioses 1 y a sus muertos *20 sobre
mía», las riquezas de Damasco y el botín la suerte de los vivos 1para conocimiento
de Sam aría serán llevados por el rey de y testimonio? | Seguramente eso es lo que
Asiría. os dirán.
Noche sin aurora, * I 21 tribulación y
L a invasión de Ju d á p o r los asirios hambre invadirán la tierra, I y enfureci
5 Y me habló de nuevo Y a vé y me di dos por el hambre, ! maldecirán a su rey
jo : | 6 Por haber despreciado este pue y a su Dios. | 22 Alzarán sus ojos arriba, I
rece ligado a la devastación asiría. Para damos cuenta del lenguaje del profeta, habremos de recono
cer que había tenido de Dios una muy alta revelación de Emmanuel, la cual le dejó tan impresio
nado, que no podía apartar el pensamiento de ella. Así, al anunciar la inminencia de la invasión
asiría, toma por señal el mismo Niño, que. si entonces naciera, antes de llegar a los años de la dis
creción no tendría para alimentarse más que leche y miel. Estas abundarán mucho, porque toda la
tierra devastada será pastizal para los ganados.
O > Ese capitulo, hasta el v.2ob, contiene una serie de vaticinios alusivos a la invasión asiría que
^ anuncia el c.7.
2 El nombre del niño significa Pronto a saquear, Rápido a robar.
14 El testimonio es la tabla (8,1) en que están escritos los nombres de sus hijos Maher-salal-
jas-baz (8-3) y Sear-Jasub (7,3). Ambos llevan nombres simbólicos de la devastación asiria, que
con el del padre tendrá el pueblo siempre ante los ojos. Sin embargo, todavía habrá quienes tengan
por muy natural consultar por los evocadores y adivinos sobre la suerte del pueblo.
29 El oráculo que sigue debe empezar por 5,26-30; continuará luego con 8,20c: «Noche sin
ISAIAS t í - l ü 780
luego minirán a la tierra, | pero sólo ha enemigos, I al ejército de sus enemigos. |
brá imgusíia y tinieblas, | obscuridad y 12 ( n ) La Siria al este y los filisteos al oes
tribulación. | M as se pasará la noche* | te, | que a boca llena devorarán a Israel. |
23 y no habrá ya tinieblas I para el pueblo Ni con todo esto se aplacará su ira, | an
que andaba en angustias. tes seguirá todavía tendida su mano.
13 (12) Pero el pueblo no se ha vuelto al
J Como al principio cubrió de opro que le hería, | no ha buscado a Yavé Se
9 bio | la tierra de Zabulón y la baot; | 14 (13) y Yavé cortará de Israel la
tierra de Neftalí, | a lo último llenará de cabeza y la cola, | el ramo y la caña en
gloria el camino del mar | y la otra ribera un mismo día. | 15 (l4)L os ancianos, los
del Jordán, | la Galilea de las gentes. * > grandes: he ahí la cabeza; | el profeta,
doctor de mentiras: he ahí la cola. |
D esp u és d el castigo, Israel será 16 (15) porque los que guían al pueblo se
lib e ra d o p o r el R e y M esías descarrían, f y los guiados van perdidos. í
2(1) El pueblo que andaba en tinie 17 (16) por eso el Señor no se complace en
blas, | vio una luz grande; I sobre los que sus mancebos, | ni tiene piedad de sus
habitaban en la tierra de sombras de huérfanos y sus viudas. | Porque todos son
muerte | resplandeció una brillante luz. | impíos y malvados, J y toda boca dice des
3 (2) Multiplicaste la alegría, | has hecho propósitos. | Ni con esto se aplaca su
grande el júbilo, | y se gozan ante ti co ira, | antes seguirá todavía tendida su
mo se gozan los que recogen la mies, | mano.
como se alegran los que se reparten la 18 (17) Porque la iniquidad se ha encen
presa. | 4 (3) Rompiste el yugo que pesa dido como fuego, | que devora cardos y
ba sobre ellos, | el dogal que oprimía su zarzas I y consume la maleza del bosque, J
cuello, | la vara del exactor, como en el subiendo el humo en remolinos. 119 (J8) Por
día de Madián. | 5 (4) Y han sido echados el furor de Yavé Sebaot se abrasará la tie
al fuego | y devorados por las llamas | los rra, | y el pueblo será presa del fuego. |
zapatos jactanciosos del guerrero I y el 20 (19) Despedazan a derecha, y se quedan
manto manchado de sangre. | 6 (5) Porque con hambre; | devoran a izquierda, y no
nos ha nacido un niño, | nos ha sido dado se sacian; | (20) cada cual devora a su
un hijo, | que tiene sobre su hombro la so prójimo, | y nadie se apiada de su her
beranía, | y que se llamará | maravilloso mano. | Manasés contra Efraím, Efraím
consejero, Dios fuerte, | Padre sempiter contra Manasés, | y ambos a dos contra
no, Príncipe de la paz, * | 7 (6) para dila Judá. | 21 Ni con todo esto se aplaca su
tar el imperio y para una paz ilimitada, | ira, | antes seguirá todavía tendida su
sobre el trono de D avid y sobre su reino, j mano.
para afirmarlo y consolidarlo I en el de
recho y la justicia | desde ahora para siem 1 A 1 ¡Ay de los que dan leyes inicuas I
pre jamás. [ El celo de Y avé Sebaot hará 1 v y de los escribas que escriben pres
esto. cripciones tiránicas | 2 para apartar del
tribunal a los pobres de mi pueblo | y
E l castigo de los perversos conculcar el derecho de los desvalidos, [
8 para despojar a las viudas | y robar a los
C7) El Señor ha mandado palabra para
Jacob, | que ha caído en Israel, *| 9 (8) y huérfanos! I 3 ¿Qué haréis el día de la vi
llegará a conocimiento de todo el pue sitación, | del huracán que viene de le
blo, | de Efraím y de los habitantes de jos? [ ¿A quién os acogeréis para que os
Samaría. | Los que en su soberbia y en proteja? | ¿Qué será de vuestros tesoros? |
su dureza de corazón se decían: | 10 (9) Han 4 D e no ir curvados entre los cautivos, j
caído los ladrillos, pero edificaremos con habrán caído entre los muertos. | N i con
sillares; | han sido cortados los sicómo todo esto se aplacará la ira de Y avé, | an
ros, pero en su lugar pondremos cedros. I tes seguirá todavía tendida su mano.
ii ( 10) Y a vé fortalecerá contra ellos a sus
aurora». Bajo la imagen de una tormenta, el profeta describe la invasión asiría sobre el norte del
reino de Samaría por Teglatfelasar después de la conquista de Damasco (732).
22 Tras de la tormenta viene el día claro; aquí la claridad es la edad mesiánica.91
9 1 San Mateo (4,is s.) hace uso de este texto para introducir la aparición de Jesús en Galilea.
A las tinieblas del error y del pecado sucede la luz de la verdad y de la gracia.
6 Los atributos que aquí atribuye el profeta al Niño nos declaran la alta idea que Dios le había
comunicado de este vástago de David. Tales atributos tocan en lo divino, y su pleno sentido nos
lo pondrá en claro la propia revelación del Nuevo Testamento.
8 L a sección 9,8-10,4 consta de cuatro estrofas claramente distinguidas por el estribillo: «Ni
con todo esto se aplacará», etc. (9,12.17.21; 10,4), a las cuales no dudamos en añadir 5,24-25. El
tema es la amenaza contra Israel a causa de sus iniquidades. El instrumento será, sin duda, el asirio;
pero, como Amós y Oseas, no lo señala por su nombre, lo que indicaría que el oráculo es anterior
a los otros dos.
781 ISAÍAS 1 0 *1 1
11 a1 un Otra vez, después de describirnos la invasión del asirio, su gloria y su poder, semejantes
soberbio bosque, que, sin embargo, será destruido, lo contrapone al humilde renuevo
ISAÍAS 1 1 - 1 3 782
de los cielos, | Yavé con los instrumentos rán extranjeros, | se unirán a la casa de
de su furor | para asolar la tierra toda. Jacob. | 2 Los tomarán los pueblos y
6 Lamentaos, que se acerca el día de los llevarán a su lugar, j y la casa de Is
Yavé, | que vendrá como azote del To rael los tendrá por siervos y siervas |
dopoderoso, | 7 y desfallecerán todos los en la tierra de Yavé. | Cautivarán a los
brazos | y se helarán todos los corazones que los habían cautivado | y dominarán
de los hombres. | 8 Se llenarán de terror a los que los dominaron. | 3 Entonces,
y de angustia, y de dolor se retorcerán el día en que Yavé te dará el reposo | de
como parturienta. | Se mirarán con estu tus fatigas, de tus penas y de la dura
por unos a otros | y se encenderán en servidumbre | a que estuviste sometido, |
llama sus rostros. 4 cantarás este canto | contra el rey de
9 Ved que se acerca el día de Yavé,Babilonia
| y dirás:
y cruel, con cólera y furor ardiente, | ¿Cómo se acabó el opresor | y pasó
para hacer de la tierra un desierto | y la vejación? | 5 Rompió Yavé la vara de
exterminar a los pecadores. | 10 Las es los impíos, | el cetro de los tiranos. |
trellas del cielo y sus luceros | no darán 6 El que castigaba a los pueblos con fu
su luz, | el sol se obscurecerá en nacien ror, | sin cansarse de fustigar; | el que
do, y la luna no hará brillar su luz. | en su cólera subyugaba a las naciones |
11 Yo castigaré al mundo por sus críme bajo un yugo cruel. | 7 Toda la tierra
nes, | y a los malvados por sus iniqui está en paz, toda en reposo | y en cantos
dades. | Yo haré cesar la insolencia de de alegría. J 8 Hasta los cipreses se alegra
los soberbios | y abatiré la altivez de los ron de tu ruina, l con los cedros del Lí
opresores. | 12 Yo haré que sean los hom bano. | Desde que tú quedaste inmóvil |
bres más escasos que el oro fino, más nadie sube ya a abatirnos. | 9 El seo!
que el oro de Ofir. | 13 Yo haré estreme mismo se conmueve en sus profundida
cer a los cielos | y temblará la tierra en des ] para salir a recibirte, | y por ti
su lugar | ante la indignación de Yavé despierta a las sombras, | todos los gran
Sebaot | el día del furor de su ira. des de la tierra, | y hace dejar sus tronos
14 Entonces, como cierva asustada, a | todos los reyes del orbe.
como ovejas sin pastor, | se irá cada 1ÜY todos a voces te dicen: | ¿Tam
uno a su pueblo, | huirá cada uno a su bién tú te debilitaste como nosotros | y
tierra. | *5 Cuantos fueren habidos se has venido a ser uno de tantos? | 11 Ha
rán degollados, cuantos fueren cogidos bajado al seol tu gloria | al son de tus
caerán a la espada. | 16 Sus hijos serán arpas; | los gusanos serán tú lecho | y
estrellados a sus ojos, | sus casas incen gusanos serán tu cobertura. 12 ¿Cómo
diadas, sus mujeres violadas. | 17 Yo des caíste del cielo, | lucero brillante, hijo
pertaré contra ellos a los medos, | que de la aurora? | ¿Echado por tierra | el
no se cuidan de la plata, | que no codi dominador de las naciones? 13 Tú, que
cian el oro. | 18 Y los arcos aplastarán a decías en tu corazón: | Subiré a los cie
los mancebos | y no harán gracia al fruto los; | en lo alto, sobre las estrellas de
del vientre | ni tendrán sus ojos piedad Dios, elevaré mi trono; | me instalaré
de los niños. | 19 Entonces Babilonia, la en el monte santo, | en las profundida
ñor de los reinos, | ornamento de la so des del aquilón. 14 Subiré sobre la cum
berbia de los caldeos, | será como So bre de las nubes | y seré igual al Altísi
doma y Gomorra, | que Dios destru mo. | 15 Pues bien, al sepulcro has baja
yó. | 20 N o volverá jamás a ser habitada | do, | a las profundidades del abismo.
ni poblada en los siglos venideros. | No 16 Para verte mejor se detienen \ y te
alzará allí el árabe su tienda | ni se apa contemplan diciéndote: | ¿Es éste el que
centarán allí ganados. | 21 Morarán allí hacía temblar la tierra, | el que trastor
las fieras, | y los buhos llenarán sus ca naba los reinos, 17 el que hacia del mun
sas. | Habitarán allí los avestruces | y do un desierto, i devastaba las ciudades |
harán allí los sátiros sus danzas. | 22 En y no liberaba a sus cautivos? | 18 Todos
sus palacios aullarán los chacales, | y los reyes de las naciones | reposan con
los lobos en sus casas de recreo. | Está honor, | cada uno en su morada; 19 pero
para llegar su tiempo, no se alargarán mu tú has sido arrojado de tu sepulcro |
cho sus días. * como un vil tronco. | Los muertos por
la espada | descienden a los sepulcros de
P r o m e s a d e lib e ra c ió n y ca n to
piedra; | tú, como cadáver que se piso
triu n fa l tea con los pies, | 20 no tendrás con ellos
1 i i Yavé se apiadará de Jacob, | to- sepultura, i porque arruinaste tu tierra,
* ** davía escogerá a Israel | y los es mataste a tu pueblo. | N o se hablará ya
tablecerá en su tierra. | A ellos se uni jamás | de la raza del impío.
22 En los días de Isaías, Babilonia no era más que una provincia del imperio asirio; de aquí la
duda sobre la época de la composición de este oráculo.
ISAÍAS 14-16 784
21 Aparejaos para la matanza de los
saco, | por los terrados, por las plazas; |
hijos I por la impiedad del padre. | No todos se lamentan, todos lloran.
se levanten más para conquistar la tie 4 Hesebón y Eleale lanzan gritos, | cu
rra | y Henar el mundo de ruinas. | 22 Yo yos ecos se oyen hasta Jahas. I Moab
me alzaré contra ellos, | dice Yavé Se- siente desfallecer sus riñones, | y su alma
baot; | yo aniquilaré de Babilonia su desmaya. I 5 Salen gritos del corazón de
nombre y sus restos, | su raza y su ger Moab, | sus huidos llegan a Segor, a
men, dice Yavé. | 23 Yo la haré hura de Eglat-Selisiya. | Suben llorando | la cuesta
erizos | y fangosa charca, j y la barreré de Luhit, I van dando gritos de angustia |
con la escoba de la destrucción, dice por el camino de Joronaím.
Yavé Sebaot. * 6 Se han secado las aguas de Nimrim, |
se ha secado el heno, se ha marchitado la
O rácu lo contra Asiría hierba, | todo verdor ha desaparecido. |
w Yavé Sebaot lo ha jurado, diciendo: | 7 Llévanse sus bienes y sus provisiones |
Sí, lo que yo he decidido llegará, | lo al otro lado del torrente de los Sauces. |
que yo he resuelto se cumplirá. * | 25 Yo 8 El llanto rodea las fronteras de Moab, j
romperé al asirio en mi tierra y le hollaré los lamentos llegan hasta Eglaím, I y
en mis montes, I y se les quitará de enci hasta Beer-Elim los alaridos, | 9 porque
ma su yugo, | y arrojarán su carga de las aguas de Dimón | están llenas de
sobre sus espaldas. | 26 He aquí la resolu sangre, j y todavía mandaré sobre Di
ción tomada contra toda la tierra, | he món nuevos males. | Leones para los
ahf la mano tendida contra todos los escapados de Moab 1 y para los sobre
pueblos. | 27 Yavé Sebaot ha tomado esta vivientes de la tierra.
resolución, | ¿quién se le opondrá? | Ten
dida está su mano, I ¿quién la apartará? | £ 1 Enviad la hija del señor de la
* ® tierra I desde las rocas del desierto |
O ráculo contra la Filistea al monte de Sión. | 2 Como aves espan
28 El año de la muerte del rey Ajaz se tadas, | como nidada dispersa, | así van
dio este oráculo:* 29 N o te alegres tú, las hijas de Moab l por los vados del
Filistea toda, | por haberse roto la vara Amón. I 3 Resuelve, decide, | haz sombra
que te hería, | porque de la raza de la como de noche en pleno mediodía, |
serpiente nacerá un basilisco, | y su fruto oculta a los desterrados, | no entregues
será un dragón volador. | 30 Los hijos a los fugitivos. | 4 Esconde dentro de tí a
de los pobres se apacentarán en mis pas Los desterrados de Moab, | protégelos del
tos, | y los humildes dormirán seguros. | devastador, | hasta que acabóla invasión, |
Yo haré morir de hambre a tu raza | y cese la destrucción I y deje la tierra el
destruiré lo que de ti queda. 1 31 Gime, invasor.
¡oh puerta!; grita, ¡oh ciudad!; | cae des 5 El trono se afirmará por la clemencia; |
fallecida la Filistea toda. | Viene del aqui y sobre ese trono se sentará siempre, | en
lón una humareda, ! viene el enemigo en la tienda de David, I un juez celoso de la
apretados haces, | 32 ¿y qué responder a justicia | y sabio en discernir el derecho. |
los mensajeros de las naciones? ) Yavé 6 Hemos oido del altanero orgullo de
fundó a Sión, | y a ella se acogerán los Moab, | su arrogación, su orgullo, | su
desvalidos de su pueblo. insolencia, su palabrería. | 7 Por eso la
méntese Moab por Moab, | sean todo
O r á c u lo c o n tra M o a b lamentos; ( suspiren profundamente con
1 r i Oráculo sobre Moab. movidos | por las tortas de uvas pasas
1 0 Ved, atacado de noche, | Ar-Moab de Quir-Jareset; | 8 porque el campo de
está en ruinas; | atacado durante la no Hesebón está desolado, | los señores de
che, | está en ruinas Quir-Moab. * | 2 La las naciones | han pisoteado la viña de
gente de Dibón ha subido i a los altos Sibma. | Sus ramas se extendían hasta
para llorar, | y Moab se lamenta | por Jazer, | sus sarmientos iban a perderse en
Nebo y por Madaba. Todas las cabezas el desierto, | y sus pámpanos llegaban
están rasuradas; | todas las barbas, afeita hasta muy lejos, | y pasaban el mar. |
das. | 3 Salen por las calles vestidos de 9 Por eso uno mis llantos a los llantos de
Jazer | por la viña de Sibma, | y os riego y no te acordaste del que era tu forta
con mis lágrimas, Hesebón y Eleale, | leza. | Para eso plantaste los jardines de
sobre cuyos frutos y cosechas | estallaba Adonis I y pusiste en ellos los pámpanos
el grito del lagarero. [ 10 Ya no hay gozo de un dios extraño. * | 11 El día mismo en
y alegría en tus vergeles, ) ya no hay que los plantabas los veías crecer, | y al
cantos ni gritos de júbilo en las viñas, | día siguiente todas las plantas estaban en
ya no se pisa el vino en los lagares, | ya flor; | pero ta cosecha ha sido nula para
cesaron los gritos del lagarero. | 11 Por el día de la angustia, | y el dolor es irre
eso mis entrañas ( vibran como un arpa mediable.
por Moab, | y mi corazón por Quir-
Jareset. O rácu lo sob re Etiopía
12 Verán a Moab subir con fatiga a 12 ¡Ah! Ruido de muchedumbres innu
sus altos, | y entrar en sus santuarios merables, | como el estruendo del mar; [
para pedir y no obtener nada. | 13 Esta tumulto de .naciones, | como el estrépito
es la palabra que sobre Moab pronunció de aguas copiosísimas. | 13 Los amenaza
Yavé en otro tiem po;14 y ahora dice esto él, y huyen lejos, | ahuyentados como el
Yavé: Dentro de tres años, como años tamo de los limpiadores | arrebatado del
de jornalero, será abatida la soberbia de viento, como el polvo arrebatado por
Moab, con toda su gran arrogancia, y huracanado torbellino. [14 A la hora de la
quedará de ella bien poco, casi nada. tarde será el espanto | y a la mañana
habrán desaparecido. | Esa será la suerte
O r á c u lo so b re D a m a s c o de los que nos aplastan, | la suerte de los
1 Oráculo sobre Damasco. que nos saquean.
n Ved a Damasco, borrada del núme
ro de las ciudades, j N o es más que un 1 f i 1 de la tierra del zumbido de
montón de ruinas. * | 2 Sus ciudades, de A O aias, | de tras los ríos de Cus! * |
siertas para siempre, | sirven de majada 2 La que envía mensajeros por el mar, |
a los ganados. | Allí duermen sin que na- en naves de junco sobre las aguas. | Id
die los espante. | 3 Ya no hay ayuda para volando, mensajeros, | al pueblo de ele
Efraím, | ya no existe el reino de Da vada talla y piel brillante, | a la nación
masco. | Y del resto de Aram y de su temible y lejana, | 3 a la nación fuerte y
gloria, | será lo que de la gloria de los conquistadora, | cuya tierra está surcada
hijos de Israel, | dice Yavé Sebaot. f de ríos. | Todos vosotros, los moradores
4 Será en aquel tiempo atenuada la gloria del mundo, | los habitantes de la tierra, I
de Jacob | y enflaquecerá su bien nu cuando sobre el monte se alce la bandera,
trido cuerpo. | 5 Como cuando el segador mirad, j Cuando oigáis sonar la trompeta,
siega la mies | y coge las espigas con escuchad.
su mano; [ 6 como cuando se espiga en 4 Porque he aquí lo que me ha dicho
el valle de Refaím. | Queda un rebusco Yavé;
como después de cosechada la aceituna, [ Yo miro tranquilo mi morada, | como
dos o tres olivas en la copa del árbol, | calienta sereno un sol brillante, | como
cuatro o cinco en las ramas, dice Yavé, nube de rocío en el calor de la vendimia. |
Dios de Israel. 5 Porque antes de la vendimia, cuando
7 Aquel día se volverá el hombre a su hayan caído las flores I y los frutos se
Hacedor, | sus ojos mirarán al Santo de hayan hecho maduros racimos, | se po
Israel. | 8 No mirará a los altares obra darán los sarmientos con la podadera, |
de sus manos, | no se volverá a lo que y aun serán quitadas, arrancadas las ce
hicieron sus dedos, | a las aseras ni a los pas. J 6 Y se dejarán a merced de los
altares del sol. * | 9 Aquel día serán tus buitres de los montes [ y de las bestias
ciudades fuertes, como las ciudades de del llano, j Allí pasarán los buitres el
siertas de los amorreos y los jeveos, | verano, ¡ y las bestias del llano el in
abandonadas al acercarse los hijos de vierno.
Israel; | serán tierra devastada. | 10 Por 7 En aquel tiempo traerán ofrendas a
que te olvidaste del Dios de tu salud | Yavé Sebaot del pueblo de alta talla y
■J y i Damasco fue subyugada por los asirios (732), de los que no la pudieron librar los Ídolos
i 1 que adoraba. Pero Isaías, lleno del espíritu de los tiempos mesiánicos, ve el día en que tam
bién Damasco reconocerá al Señor y se volverá al Santo de Israel. A pesar del título, varios versícu
los parecen referirse a Israel.
8 Estos altares del sol son los altares en que quemaban perfumes (Lev 26,30).
10 Los cultos de Adonis eran celebrados en Biblos y conocidos en Judá.
1 f i 1 ^tro oráculo contra los etíopes, que dominaban en Egipto y eran la vana esperanza de
8® muchos israelitas contra Asiria. Senaquerib los venció en Altacu, obligándolos a volverse a
su tierra, donde más tarde los perseguirían los asirios. También aquí el profeta entrevé el día feliz
en que este pueblo vendrá a ofrecer sus dones a Yavé en su monte de Sión, lo que es anunciar los
tiempos mesiánicos.
ISAÍAS 18-20 786
piel brillante, del pueblo temible, lejano, haga palma o haga junco. I 16 Aquel dia
de la nación fuerte y conquistadora, cuya serán los egipcios como mujeres, ] se
tierra está surcada de ríos, a la morada aterrarán y temblarán i ante la mano
del nombre de Yavé Sebaot, al monte de de Yavé Sebaot, | tendida contra ellos. !
Sión. 17 Entonces la tierra de Judá j será para
O r á c u lo so b re E g ip to Egipto motivo de espanto, ] y quienquiera
que le oiga nombrar | se asombrará de los
■i Q 1 Oráculo sobre Egipto. * | 2 Ved designios de Yavé Sebaot acerca de él. |
A 5J cómo Yavé, montado sobre ligera 18 En aquel día habrá en tierra de Egipto
nube, | llega al Egipto. | Ante El tiem cinco ciudades | que hablarán la lengua de
blan todo los dioses de Egipto | y el Canán, | y jurarán por Yavé Sebaot, |
corazón de los egipcios se hiela de es y de ellas una se llamará la Ciudad del
panto. | 3 Yo armaré a egipcios contra Sol. | 19 Aquel día habrá en tierra de
egipcios, | y lucharán hermanos contra Egipto altar para Yavé, | y en sus fron
hermanos, amigos contra amigos, | ciudad teras estelas de Yavé. | 20 Esto será para
contra ciudad, reino contra reino. | Y el Yavé Sebaot señal | y testimonio en la
Egipto perderá su espíritu | y se confun tierra de Egipto, | y cuando clamen a
dirán sus consejos, | preguntarán a sus Yavé en sus tribulaciones, | Yavé les
ídolos y a sus magos, | a sus evocadores mandará un salvador, | un vengador que
y adivinos. los librará. | 21 Yavé hará que los egipcios
4 Yo entregaré al Egipto en manos de le conozcan, | y el Egipto conocerá aquel
un dominador cruel; i un rey duro se día a Yavé, | y le ofrecerán sacrificios y
adueñará de ellos, | dice el Señor, Yavé oblaciones, | y harán votos a Yavé, y los
Sebaot. | 5 Las aguas del mar se agota cumplirán. | 22 Pues Yavé castigará al
rán, | y el río se consumirá, se secará. | Egipto, | hiriendo y sanando, | y se con
6 Los canales se estancarán, \ los canales vertirán a Yavé, | que se dejará mover a
de Egipto bajarán y se secarán; | juncos y compasión y lo curará.
cañas se doblarán. | 7 Los prados del 23 Y aquel día habrá camino | de Egipto
Nilo, a las riberas del río, | cuanto el a Asiria, [ y el asirio irá a Egipto y el
Nilo hace crecer, se secará, caerá, mo egipcio a Asiria. | Y egipcios y asirios
rirá. | 8 Gemirán y se lamentarán los servirán a Yavé. | 24 Aquel día Israel será
pescadores, | cuantos echan en el Nilo tercero | con Egipto y la Asiría, | como
sus anzuelos [ y cuantos tienen sus redes bendición en medio de la tierra. | 25 Ben
en las aguas estarán desesperados. dición de Yavé Sebaot, que dice: | Ben
9 dito de mi pueblo de Egipto; | Asiría,
Los que trabajan el lino estarán cons
ternados; | peinadoras e hiladores, des obra de mis manos; I e Israel, mi heredad.
concertados. | 10 Los tejedores, afligidos, |
y todos los obreros en la mayor de O rácu lo sob re E gip to y E tiopía
solación. Q A 1 El año en que el Tartán vino a
Los príncipes de Zoán son del todo Azoto, mandado por Sargón, rey
locos; 1 el consejo de los consejeros del de Asiria, y combatió a Azoto y la tomó, *
Faraón es consejo necio, i ¿Cómo decís 2 habló Yavé por Isaías, hijo de Amos,
al Faraón: | Somos hijos de sabios, | diciendo: Ve, quítate de los lomos el
hijos de antiguos reyes? | 12 ¿Dónde es saco y descálzate los pies. Hízolo así
tán, pues, tus sabios? | Dígante ahora y Isaías, andando desnudo y descalzo; 3 y
dente a saber | lo que Yavé Sebaot ha dijo Yavé: Como anduvo Isaías, mi sier
determinado sobre Egipto. | 13 Los prín vo, desnudo y descalzo tres años, señal y
cipes de Zoán son del todo locos, I los pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía,
príncipes de Menfis van errados, | los 4 así llevará el rey de Asiria a los cautivos
jefes de sus tribus engañan a Egipto. | de Egipto y a los desterrados de Etiopía,
14 Yavé ha derramado sobre ellos un es mozos y viejos, desnudos y descalzos, al
píritu de vértigo, | y descarrían el Egipto aire las nalgas. 5 Y los que contaban con
en cuanto hace, | como desatina el bo Etiopía y se enorgullecían de Egipto que
rracho en su borrachera. darán consternados y confusos; 6 y los
15 N o le saldrá bien al Egipto cosa moradores de esta tierra dirán: Mirad a
alguna, | haga cabeza o haga cola, | los que eran nuestra esperanza, a los que
■* Q 1 £1 tema de la invasión de Egipto por los asirios, como en el vaticinio anterior; pero aquí
■ ” el pensamiento mesiánico está más desarrollado. Egipto acudirá a rendir culto a Yavé, y las
dos naciones enemigas, Asiria y Egipto, harán las paces, siendo Israel la mediadora, y todos tres
recibirán las bendiciones del Señor.
^ A i En 7 1 1 Azoto se levantó contra Asiria, confiada en el auxilio del Egipto. El ejército de
Asiria la sometió, haciéndola sufrir un duro castigo, con gran confusión de quienes Ies ha
bían prometido ayuda. El Señor manda a su profeta que vaya desceñido y descalzo por las calles de
JerusaJén, para dar a entender a sus compatriotas, que en Egipto ponían su confianza, cuán frágil
era el bastón en que querían apoyarse.
787 is a í a s 2 0 -2 2
pensábamos acogemos para que nos sir fugitivos. | 15 Porque van huyendo de la
vieran de refugio y protección contra el espada, | ante la espada desenvainada, 1
rey de Asiria. ¿Cómo escaparemos nos ante los tensos arcos, i ante los horrores
otros? de la guerra. | 16 Pues he aquí lo que me
ha dicho Yavé: Dentro de un año, como
O rácu lo sob re B abilonia año de jornalero, se acabará toda la glo
O 4 ' Oráculo sobre ei desierto del mar. ria de Cedar. 17 Quedarán muy pocos de
•* A Como del mediodía el huracán des los valientes arqueros, de los hijos de Ce-
encadenado, j viene también esto del de dar. Lo dice Yavé, Dios de Israel.
sierto, | de la tierra espantosa. * | 2 Me
ha sido mostrada una terrible visión: | O r á c u lo so b re Je ru sa lé n
Saqueadores saqueando; | asoladores aso ñ O 1 Oráculo sobre el valle de la Vi-
lando. | Lánzate, Elam. Asediad, medos; | sión. *
despojaos de toda piedad. | 3 Mis entra 2 ¿Qué tienes para subirte así | toda a
ñas se han llenado de angustia, | y soy los terrados, j ciudad turbulenta, llena de
presa de dolores I como de parturienta. | tumulto, 1 ciudad de alborotos? | Tus
Aturdido, ya no oigo; | espantado, ya no heridos no son heridos a la espada, (
veo. | 4 Pasmóse mi corazón, | el terror no han muerto en el combate. | 3 Tus
me invadió, | la plácida noche me llena jefes han huido todos a la vez, | han
de espanto. sido apresados sin la defensa del arco. |
5 Han puesto la mesa, han tendido Todos el tus guerreros han sido cogidos en
mantel, | comen, beben. | ¡Arriba, prín masa, I huían lejos, muy lejos.
cipes! ¡A engrasar el escudo! | 6 Porque 4 Por eso digo: | Apartaos de mí, de
ved lo que me ha dicho el Señor: | Ve, jadme verter amargas lágrimas, | no me
pon uno en atalaya [ que comunique lo importunéis con vuestros consuelos | pol
que vea. I 7 Si ve un tropel de caballos, la ruina de mi pueblo. | 5 Porque es día
de dos en dos, | un tropel de asnos, un tic alboroto, | de angustia y de confu
tropel de camellos, | Hque mire atenta sión, 1 de parte del Señor, Yavé Sebaot. !
mente, muy atentamente, I y que grite: En el valle de la Visión, | derrumbamiento
Ya los veo. | Así estoy yo, Señor, en de murullas, | griterío en la montaña.
atalaya, 1 sin cesar todo el día, | y me 6 Elam ha cogido su aljaba, | Aram ha
quedo en mi puesto toda la noche. montado a caballo. | Quir ha sacado el
9 Llegan tropeles de gentes, f caballos de
escudo. | 7 Tus hermosos valles están Ue-
dos en dos, { se alza una voz y dice: | nos de carros, f acampan los jinetes a
¡Cayó! ¡Babilonia ha caído! | Todas las tus puertas. | 8 Cayó el velo que cubría a
imágenes de sus dioses | yacen por tierra Judá, | y en tal día miráis los arsenales
destrozadas. I 10 ¡Oh pueblo mío!, pisado, de la casa del bosque, | 9 las brechas de
trillado como la mies, | lo que he oído, de la ciudad de David, y veis que son nu
parte de Yavé Sebaot, Dios de Israel, | merosas, | y recogéis las aguas del estan
yo te lo hago saber. que inferior. | Contáis las casas de
Oráculo sobre E d om Jerusalén, [ y derribáis para fortalecer
las murallas. u Y hacéis depósito entre
31 Oráculo sobre Edom. los dos muros | para las aguas de la
Danme voces desde Seir: | Centinela, piscina vieja; | pero no miráis al que ha
¿qué hay de la noche? | Centinela, ¿qué dispuesto estas cosas, j no veis | al que
hay de la noche? * | 12 El centinela res de mucho ha las preparó.
onde: | Viene la mañana, viene tam- 12 El Señor, Yavé Sebaot, os invita en
ién la noche. | Preguntad, si queréis; ese día ¡ a llorar, a gemir; a rasurar la
volved a preguntar. cabeza, a ceñir el saco. | 13 Pero en vez de
eso | hay júbilo y alegría, | matanza de
Oráculo sobre Arabia bueyes y de ovejas, | comilonas y borra
13 Oráculo sobre Arabia. cheras. | «Comamos y bebamos, | que
Pasad la noche en un monte del de mañana moriremos». | 14 Yavé Sebaot me
sierto, | caravanas de Dedán. 14 A los lo ha revelado: | Este pecado no os
que tengan sed, llevadles agua; | habitan será perdonado hasta la muerte, I dice el
tes de la tierra de Tema, | dad pan a los Señor, Yavé Sebaot.
2 1 1 Este oráculo contra Babilonia, asediada por los elamitas y los medos, tiene intimo pareci-
" ■ do con el c.13. El pueblo de Dios parece cautivo, pues el profeta lo ve pisado y trillado por
los babilonios. El titulo es un poco enigmático; el desierto del mar parece ser el paÍ9 del mar, al sur
de Caldea.
11 Este oráculo contra Edom y el siguiente, contra Arabia, son, sin duda, fragmentos de otros
más completos.
2 2 1 Este oráculo o elegía (1-14) se refiere a la invasión asiría de la ¿poca de Ezequías (2 Re 20»
“ “ 20; 2 Par 32,2 s.; Eclo 48,ig ss.).
is a ía s 22-24 788
del siervo como de su amo, | de ta pesan sobre ella sus pecados y caerá para
criada como de la señora, | del que no volver a levantarse. | 21 Entonces, aquel
compra como del que vende, | del que día, visitará Yavé j la milicia de los cielos
presta como del que tom a prestado, 1 del en la altura, | y abajo a los reyes de la
acreedor como del deudor. tierra. | 22 Y serán encerrados, presos en
3 La tierra será devastada, entregada al la mazmorra, I encarcelados en la pri
pillaje; | lo decretó Yavé. | 4 La tierra sión, | y después de muchos días serán
está desolada, marchita; | el mundo pe visitados. | 23 La luna se enrojecerá, el
rece, Languidece, | perece el cielo con la sol palidecerá l cuando Yavé Sebaot sea
tierra. | 5 La tierra está profanada por proclamado rey. I Y sobre el monte de
sus moradores, | que traspasaron la Ley, Sión, en Jerusalén, | resplandecerá su
falsearon el derecho, | rompieron la alian gloría ante sus ancianos.
za eterna. | 6 Por eso, la maldición con
sume la tierra, | y sus moradores llevan L a im p ied a d , abatida
sobre si las penas de sus crímenes. | Por OC 1 Yavé, tú eres mi Dios; | yo te
eso los moradores de la tierra son con ensalzaré y alabaré tu nombre, |
sumidos | y reducidos a corto número. } porque has cumplido designios maravi
7 Y se pierde el vino, y enferma la vid, | llosos, | de mucho ha verdaderos con
suspiran cuantos antes se regocijaban. | verdad. * I 2 Porque hiciste de la ciudad
Y cesó la alegría de los panderos, I un montón de piedras; | de la ciudad
y se acabó el estrepitoso regocijo | y el fuerte una ruina. | Ya la ciudadela de
alegre sonar del arpa. | 9 Ya no beben el los impíos no es ciudad, ] y no será
vino entre cantares, I y las bebidas son jamás reedificada. | 3 Por eso te alabará
amargas al que las bebe. | 10 Y están las un pueblo fuerte | y te temerá la ciudad
ciudades desiertas, en ruinas, | cerradas de las naciones poderosas. | 4 Porque eres
las casas, sin que nadie entre en ellas. | tú el refugio del débil, | el refugio del
11 Lamentándose por las calles: Ya no pobre en la aflicción, [ amparo contra la
hay vino, | cesó todo gozo, | desterróse de tempestad, | sombra contra el calor. |
la tierra la alegría. | 12 La ciudad ha Pues el aliento de los poderosos | es como
quedado en soledad, | y las puertas, aba una borrasca de invierno; | 5 como calor
tidas, en ruinas, | 13 porque así será en la sobre tierra seca, I humillarás el orgullo
tierra, en medio de los pueblos, | como de los impíos; | como el calor a la sombra
cuando se sacude el olivo, | como cuando de una nube, | se extinguirá el canto
se hace el rebusco después de la vendimia. triunfal de los poderosos.
t4 Alzan sus voces, lanzan gritos de
alegría; | desde las orillas del m ar can Cántico de los redim idos
tan la majestad de Yavé. ! 15 Glorifican a 6 Y preparará Yavé Sebaot | a todos
Yavé en las islas, | en las islas del mar, | los pueblos, sobre este monte, | un festín
el nombre de Yavé, Dios de Israel. | suculento de manjares, un festín de vinos
16 Oyese cantar desde los confines de la generosos, I de manjares grasos y tiernos,
tierra: | ¡Gloría al justo! I Pero yo digo: de vinos selectos y clarificados;* | 7 y
¡Ruina sobre mí! | ¡Ruina sobre mí! ¡Ay sobre este monte hará desaparecer el velo 1
de mí! | Los ladrones roban y saquean. que vela a todos los pueblos, | la cortina
17 Terror, hoya, red | sobre ti, habi que cubre a todas las naciones. | 8 Y des
tante de la tierra; | 18 el que escape al truirá a la muerte para siempre, ! y en
terror, caerá en la hoya; I el que escape jugará el Señor las lágrimas de todos los
a la hoya, se enredará en la red. | Abrense rostros, | y alejará el oprobio de su pue
las cataratas en lo alto | y tiemblan los blo, | lejos de toda la tierra. | Lo dice
fundamentos de la tierra. | 19 La tierra se Yavé.
rompe con estrépito, I la tierra retiembla, | 9 Y se dirá en aquel día: | He aquí nues
salta en pedazos. | 20 La tierra tiembla tro Dios, j hemos esperado en El que nos
como un ebrio, [ vacila como una choza, I salvaría. | Ahí está Yavé, a quien esperá-
OA 19 Este pasaje habla de la resurrección del pueblo; pero no es fácil decidir si es la resurrec-
ción nacional de que habla Ezequiel (37) o la individual de Daniel (12,2).
O *7 1 L a tercera parte del apocalipsis de Isaías abarca el capitulo 27, excepto el primer versículo,
* * que habla de Egipto y debe de ser de alguno de los oráculos anteriores (19-20). Dios cuida
de su viña, que Yavé ha castigado para bien de ella, y traerá la justicia contra los impíos y la restau
ración de Israel. Es curioso el texto siguiente de Textos de Ras Samra: «Tú (Baal) herirás a Lotán,
la serpiente huidiza; tú aniquilarás la serpiente tortuosa, la poderosa de siete cabezas» (Revue Bi -
blU pie [1937] 545)*
791 I s a ía s 27-28
las mujeres y les prenden fuego. | Es un 9 ¿A quién va a enseñársele sabidu
pueblo sin conocimiento; | por eso el que ría? | ¿A quién va a dársele lecciones de
le hizo no tuvo piedad de él, ¡ el que le doctrina? | ¿A los recién destetados? | ¿A
formó no se compadeció de él. | 12 Enton los que apenas han sido arrancados de
ces hará Yavé la cosecha de sus frutos | los pechos? | 10 Porque sav lasav, sav
desde el curso del río hasta el torrente lasav, kav lakav, kav lakav, zer sam,
de Egipto; | vosotros seréis recogidos uno zer. sam * | 11 Pues bien, sí, balbuceando,
a uno, hijos de Israel. como quien tartamudea en una lengua
13 Entonces se tocará la gran trompe extranjera, | será como se enseñe a este
ta, | y vendrán los dispersos en la tierra pueblo.
de Asur | y los fugitivos en Egipto, | y se 12 Habíales dicho: Aquí está el repo
prosternarán ante Yavé [ en el monte so, l dad reposo al fatigado, | aquí está
santo de Jerusalén. el descanso; | 13 pero no han querido obe
decer, j y ahora Yavé les dirá: sav lasav,
C U A R T A P A R T E sav lasav, | kav lakav, kav lakav, zer sam,
zer sam. | Y así, al andar, caerán de espal
J uicio sobre S amaría y J eru salén das, | y serán quebrantados y cogidos en
(28-35) el lazo.
14 Oid, pues, burlones, la palabra de
C o n tra S a m a ría y Je ru s a lé n Yavé; | oídla, maestros del pueblo de Je
n o 1 ¡Ay de la corona soberbia de los rusalén. | 15 Vosotros decís: Hemos hecho
4 0 bebedores de Efraím, | de la flor pacto con la muerte, | nos hemos concer
marchita de la hermosura de su gloria, | tado con el seol; | el azote desencadenado
que se alza sobre la cima asentada en el pasará sin llegar a nosotros; | nos hemos
fértil valle | de los que se atracan de hecho de la mentira abrigo, | de la perfidia
vino!* | 2 He aquí que Yavé manda a refugio.
un fuerte y poderoso, | como turbonada 16 Por eso dice el Señor, Yavé: | Yo
de granizo, como huracán devastador, | he puesto en Sión por fundamento una
como chaparrón impetuoso de aguas to piedra, | piedra probada, I piedra angular,
rrenciales, | que todo lo inundan y derri de precio, sólidamente asentada. | El que
ban. | 3 Será pisoteada | la corona soberbia en ella se apoye, no titubeará. * I 17 Y de
de los bebedores de Efraím, 1 4 y la flor la justicia haré regla, | y del derecho haré
marchita de la hermosura de su gloria, { nivel. | La granizada echará abajo el abrigo
que se alza en el fértil valle, I será como de la mentira, | y las aguas torrenciales se
breva tempranera, que se adelanta a la llevarán el refugio de la perfidia, j 18 Vues
cosecha, j y en viéndola, se coge y se tro pacto con la muerte quedará roto, | y
come. vuestra convención con el seol, anula
5 En aquel día Yavé Sebaot será corona
da. | Cuando el azote desencadenado pase,
de gloria | y diadema de hermosura para os aplastará, ! 19 siempre que pase, os
las reliquias de su pueblo. | Espíritu de cogerá, 1 y pasará todas las mañanas, de
justicia para el que se sienta en el trono día y de noche, | y su espantoso terror
de la justicia, | y de valentía para el que os servirá de lección. | 20 Porque la cama
haya de rechazar el asalto de las mura será corta para poder estirarse, ( y la
llas. | 7 También ellos se tambalean por el manta demasiado estrecha para poder en
vino y se entontecen con los licores. | volverse. 121 Porque se alzará Yavé como
Sacerdotes y profetas vacilan, embriaga en el monte de Perasim, | y rugirá de
dos por los licores inebriantes; | se ahogan cólera, como en el valle de Gabaón, | para
en el vino y se aturden con las bebidas realizar su obra, obra extraordinaria, |
fuertes, 1y yerran en la visión, y tropiezan para hacer su labor, labor inaudita. * |
en el juicio. * | 8 Las mesas están todas 22 No os burléis, pues, I no se aprieten
llenas de vómitos e inmundicias, ¡ no hay todavía más vuestras ataduras, | pues de
lugar para más. cretada está la destrucción para la tierra
2Q 1 El comienzo de este capitulo (1-4) va dirigido contra Samaría antes de su ruina (721),
y sin duda no es más que breve fragmento de un oráculo más extenso.
7 Aquí comienza una amenaza contra los directores del pueblo de Judá, que andan como bo
rrachos; ni oyen ni entienden las amonestaciones del profeta para que pongan su confianza en Dios,
la piedra angular, sólidamente asentada, y no vayan a ponerla en Egipto, cuyas fuerzas destruirá
Dios, como destruyó las de los cananeos en Gabaón (Jos 10,1-19).
10 Estas palabras, que se repiten en el versículo 13, no tienen sentido alguno; son un remedo
del balbuceo de los niños, con que se burlaban, de los profetas los malvados cuando aquéllos los
amenazaban de parte de Dios, y que Dios les repite amenazándoles con los asirios, los cuales hablarán
una lengua que no entenderán y será para ellos como el balbuceo de los niños (cf. 3 3 ,1 9 ; Jer 5 ,15 )
para que no entiendan la palabra del Señor, que los podría librar. Se reproduce en otra forma el
pensamiento de 6,9.
16 Esta piedra angular es citada en Rom 9,33; I Pe 2,6 (cf. Is 8,14).
21 Alude a la victoria de David sobre los filisteos (2 Sam 5,17-21).
ISAÍAS 28*29 792
toda; | yo se lo he oído ál Señor, Yavó Ceguera del pueblo
Sebaot. 9 Espantaos, asombraos, I ofuscaos, ce
23 Atended, oíd mi voz; | escuchad, oíd gad. | Embriagaos, pero no de vino; bam
mis palabras. * | 24 ¿Acaso está siempre el boleaos, pero no de embriaguez, * | 10 por
labrador arando, | cavando o rastrillan que derrama Yavé sobre vosotros | un
do?, | 25 Después de allanar la superficie, | espíritu de letargo, 1 y cierran vuestros
¿no siembra la neguilla o esparce el co ojos los profetas, | y velan vuestras ca
mino, | o echa el trigo en líneas o la ceba bezas los videntes. | 11 Toda revelación
da en su sitio j y la avena en el suyo? | es para vosotros como libro sellado; se
26 Su Dios los instruye | y les enseña cómo le da a leer a quien sabe leer, diciéndole:
han de hacer. I 27 Ni tampoco se trilla la Lee esto, y responde: No puedo, el libro
neguilla con el trillo, | ni se hace pasar está sellado. 12 O se da el libro a quien
sobre el comino la rueda de la carreta, 1 no sabe leer, diciéndole: Lee esto, y res
sino que la neguilla se bate con el palo, | y ponde: N o sé leer.
el comino se bate con la vara. | 28 Y el 13 El Señor dice: | Pues que este pueblo
trigo, ¿se muele acaso en la era? | No, es se me acerca sólo de palabra | y me honra
pisado sin cesar, j se hace pasar sobre sólo con los labios, | mientras que su co
él la rueda del carro, | pero no se muele. | razón está lejos de mí, | puesto que su
29 También esto lo enseña Yavé Sebaot, | temor de mi no es más que un manda
cuyos consejos son admirables y cuya miento humano aprendido de memoria, |
sabiduría es muy grande. 14 voy a hacer nuevamente con este pueblo
C astigo de Jerusalén extraordinarios prodigios, | ante los que
fallará la ciencia de los sabios | y será
aq 1 jAv de Ariel, Ariel, | la ciudad confundida la prudencia de los prudentes.
« v en que habitó David! | Añadid a 15 ¡Ay de los que se esconden de Yavé, |
un año otro año | hasta que se complete queriendo encubrir sus pensamientos, | y
el ciclo de las fiestas. * | 2 Luego yo ata para sus obras buscan las tinieblas! | D e
caré a Ariel, | y habrá llantos y gemidos. | los que dicen: ¿Quién nos ve? | ¿Quién
3 Serás para mí un verdadero Ariel. | Co nos conoce? * | 16 ¡Qué perversidad! Tener
mo te asedió David te asediaré yo; I te por barro al alfarero. | Decir a su hacedor
rodearé de una circunvalación | y alzaré la obra: N o me has hecho tú; | y el vaso
baluarte contra ti. | 4 Y serás desolada, a quien lo hizo: N o sabes nada.
vendrá de la tierra tu palabra, | y tus
ahogados sonidos saldrán del polvo, | y Promesas de salud
saldrá de la tierra tu voz como la de un
fantasma, | y del polvo tu palabra como i7 Si, de aquí a muy poco | el Líbano
un murmullo. 15 Pero la muchedumbre de será vergel | y el vergel será bosque. |
tus enemigos será como fino polvo; ! la 18 Entonces oirán los sordos las palabras
turba de tus tiranos, como paja que vue del libro, \ y los ciegos verán sin sombras
la. | Y vendrá esto de repente, en un mo ni tinieblas. I 19 Se regocijarán en Yavé
mento, | porque te socorrerá Yavé Se los humillados, ] y aun los más pobres se
baot | 6 con truenos, estruendo y gran gozarán en el Santo de Israel. | 20 Porque
ruido; | con huracán, tempestad y llama se acabó la violencia, tuvo fin el escarnio |
de fuego devorador. | 7 Será como un sue y fueron aniquilados los que se iban tras
ño, como visión nocturna, | la muche la iniquidad; I 21 los que por una palabra
dumbre de las gentes que combaten a condenaban a uno; | los que ponían ase
Ariel, | que la atacan y embisten su for chanzas contra quien en la puerta los
taleza j y la estrechan de cerca. | 8 Como vencía; | los que por un nada negaban
el hambriento' sueña que come | y se al justo su derecho.
levanta con el estómago vacío, | como 22 Por eso el que redimió a Abraham,
sueña que bebe el sediento | y se levanta Yavé, | dice a la casa de Jacob: | Ya no
luego agotado y desfallecido, | lo mismo será confundido Jacob, | ya no palidece
sucederá a la muchedumbre de gentes | rá su rostro. | 23 Porque sus hijos verán
que atacan el monte de Sión. mi obra en medio de ellos | y santificarán
23 E n e s to s ú lt im o s v e r s íc u lo s e l p r o f e t a e x h o r t a a s u s d is c íp u lo s , a lo s q u e t ie n e n f e e n s u s
p a la b r a s , a v i v i r c o n f ia d o s c o m o e l l a b r a d o r , q u e s ie m b r a c o n l a e s p e r a n z a d e l a c o s e c h a .
2 Q 1 D e n t r o d e u n o o d o s a ñ o s l a m u l t i t u d d e l e jé r c it o a s ir io s e a p r e t a r á e n t o m o a J e r u s a l é n ,
“ ^ p e r o D i o s lo d is ip a r á c o m o e l p o lv o .
9 A p e s a r d e e s to , el p u e b l o n o c r e e , e s tá c i e g o , s o n c o m o b o r r a c h o s q u e c a r e c e n d e d is c r e c ió n .
1 5 D e s d e e s te v e r s íc u lo h a s t a e l fin d e l c a p í t u l o 3 2 t e n e m o s u n a s e r ie d e d is c u r s o s e n q u e e l
p r o f e t a c o m b a t e la s v a n a s e s p e r a n z a s d e m u c h o s i s r a e li t a s e n l a a y u d a d e E g i p t o p a r a l u c h a r c o n t r a
lo s a sir io s . P e r o n o fa lt a n a i l a d o d e la s a m e n a z a s p r o m e s a s d e s a lu d , a l p a r e c e r li g a d a s a l a c o n f ia n z a
e n Y a v é , q u e e l p r o f e t a i n c u lc a e n v e z d e l a p o lít ic a h u m a n a ; v . g r . , 2 9 . 5 - 8 - 1 7 - 2 4 ; 3 0 , 1 8 - 2 9 ; 3 2 , 1 5 - 2 0 .
E n t o d o c a s o e s d if íc il m o s t r a r e l o r d e n ló g ic o d e l p e n s a m ie n t o d e I s a ía s y p a r e c e q u e e l d e l t e x t o
s e h a lla m u y a lte r a d o .
793 is a ía s 29*30
mi nombre. I Y pregonarán santo al Santo remos en corceles veloces. —Bien, correrán
de Jacob [ y temerán al Dios de Israel. | veloces vuestros perseguidores. | 17 Hui
24 y los de alma descarriada aprenderán la réis mil amenazados por cinco, | hasta
sabiduría, [ y los que murmuraban apren quedar como un mástil sobre la cumbre
derán la doctrina. de un monte | y como bandera sobre
una colina.
Contra la política humana
Bendiciones del Señor sobre Judá
O A 1 ¡Ay de los hijos rebeldes, dice
v U Yavé, que proyectan sin tenerme 18 Por eso os está esperando Yavé, para
en cuenta a mí, | que hacen pactos contra haceros gracia; | por eso se levanta, para
mi espíritu, | añadiendo pecados a peca tener misericordia de vosotros, | que es
dos! | 2 Toman el camino de Egipto | sin Yavé Dios justo, 1 y cuantos se le aco
haberme consultado, | para pedir el auxi gen son bienaventurados. 19 Sí, pueblo
lio del Faraón, I para abrigarse a la som de Sión, habitantes de Jerusalén, ya no
bra de Egipto. | 3 Pero el apoyo del Faraón llorarás más. Te hará gracia cuando le
será vuestra vergüenza, | y el abrigo de invoques; en oyendo tus clamores te res
Egipto será vuestra confusión, | 4pUes ponderá, 20 cuando te haya dado a comer
cuando estén tus príncipes en Zoán | y el Señor el pan de la angustia y a beber
lleguen tus embajadores a Hares, | 3 todos el agua tasada. Ya no se ocultarán tus
quedarán burlados por el pueblo, | que maestros, | sino que con tus ojos los
de nada les servirá | ni podrá socorrerlos verás, 21 y oirás con tus oídos la voz de
y ayudarlos, | mas será su vergüenza y su los que te encaminan, que si te apartas
ignominia. a la derecha o a la izquierda, te dirá:
6 Aparejan las bestias de carga para Ese
ir es el camino, anda por él. 22 Tendréis
al mediodía, | a través de una región entonces como inmundicia la plata que
desierta y desolada, | de donde salen el cubre vuestros ídolos y el oro que de
león y la leona, | la víbora y el dragón cora vuestras imágenes. Y las tiraréis co
volador. | Llevan a lomo de asnos sus mo cosa inmunda, diciendo: Lejos de
riquezas, | y sobre la giba de los camellos aquí. 2J Entonces te dará El la lluvia
sus tesoros, | para un pueblo que de nada para la simiente que siembres en la tie
sirve. | 7 Porque el socorro de Egipto no rra, y el pan que la tierra producirá
es más que vanidad, nada, | y por eso será suculento y nutritivo. 24 Entonces pa
le llamo; La soberbia adormilada. cerán tus ganados en pastos pingües, y
8 los bueyes y los asnos que labran la tie
Ve, pues, y escribe esta visión en una
tableta, j consígnala en un libro, | para rra comerán forraje salado, aventado y
que sea en los tiempos venideros | perpe bieldado. 25 Entonces en todo monte alto
tuo y eterno testimonio. I 9 Porque este y en todo collado sublime habrá arro
pueblo es un pueblo rebelde, | son hijos yos y corrientes de agua, al tiempo de
fementidos, que no quieren escuchar | la la gran matanza, de la caída de las to
Ley de Yavé. | 10 Que dicen a los viden rres. 26 Será entonces la luz de la luna
tes; N o veis, | y a los profetas; N o nos como la luz del sol, y la luz del sol siete
habláis más que de castigos; | decidnos veces mayor, al tiempo en que curará
cosas halagüeñas, | profetizadnos men Yavé la herida de su pueblo y sanará
tiras, 1 11 apartaos del camino, | quitaos las llagas de sus azotes.
del sendero, ¡ dejad de poner a nuestra 27 He aquí el nombre de Yavé, que vie
vista | al Santo de Israel. 12 Por eso, he ne de lejos. | Arde su cólera, es un
aquí lo que el Santo de Israel dice: | Ya violento incendio. | Sus labios respiran
que rechazáis la palabra | y confiáis en furor, | su lengua es como fuego abrasa
falsedades e iniquidades I y en ellas os dor. | 28 Su aliento es como torrente des
apoyáis, | *3 sea ése vuestro pecado para bordado | que sube hasta el cuello |
vosotros | grieta en pared ruinosa, | joroba para cribar a las naciones en la criba de
en alto muro, | cuyo derrumbamiento llega la destrucción | y poner bozal de engaño
de repente, en un instante, E y se rompe, a las mandíbulas de los pueblos. | 29 En
como sin piedad se rompe una vasija de tonces vosotros cantaréis como en no
barro, | *4 hasta no quedar siquiera un che de fiesta, | tendréis alegre el corazón
tejón | para llevar brasas al brasero | o como quien marcha al son de la flau
para sacar agua de la cisterna. ta j para ir al monte de Yavé, a la roca
13 Porque ved lo que dice el Señor, de Israel. | 30 Y hará oir Yavé su voz ma
Yavé, el Santo de Israel: I En la conver jestuosa | y mostrará su brazo amenaza
sión y la quietud está vuestra salvación, | dor, | en el ardor de su ira, en medio de
y la quietud y la confianza serán vues fuego devorador, j en tempestad, en agua
tra fuerza; | 16 pero vosotros no habéis cero y en granizo. | 31 A la voz de Yavé
querido escuchar | y habéis dicho: N o, | temblará Asur ( y será herido con el
huiremos en caballos. | Bien, huid. —Hui palo. | 32 Cada golpe de palo vengador |
I s a ía s «0-33 794
que Yavé descargue sobre él | se dará y estarán atentos los oídos de los que
ni son de tambores y arpas y entre dan oyen. | 4 Los fatuos juzgarán acertada
zas. 1 33 Está desde hace mucho tiempo mente | y la lengua tartamuda hablará
preparado un tofet, I está también desti claro y expedito. | 5 No se llamará ya
nado al rey. | Honda y ancha es la ho noble al loco, | ni magnánimo al bellaco,
ya, | en que no falta paja y leña, | 6 El insensato dice insensateces, | y su
que el soplo de Yavé va a encender co corazón maquina la maldad, | cometer
mo torrente de azufre. iniquidades, | escarnecer a Yavé, ! dejar
al hambriento con su hambre | y quitar
Condenación de la política humana al sediento la bebida. | 7 Las armas del
O 1 1 iAy de los que bajan a Egipto malvado son perniciosas, | traza planes
v i en busca de socorro | y confían malignos | para perder al desvalido con
en los caballos, | y en la muchedumbre palabras mentirosas, | aunque sea justa
de carros ponen su esperanza, ( y en el la causa del pobre; [ 8 mientras que el
número de los jinetes! | Pero no miran bueno tiene nobles designios | y en sus
al Santo de Israel | y no buscan a Yavé. | nobles designios persevera.
2 Porque El es diestro en traer los males j 9 Mujeres descuidadas, oíd mi voz; |
y no retira su palabra. | Y se levantará mujeres confiadas, escuchad mis pala
contra la casa de los malvados, | con bras. | 10 Dentro de un año y unos días
tra el socorro de los que obran la ini habréis de temblar, ¡oh confiadas!, 1 por
quidad. | 3 El egipcio es un hombre, no que no habrá vendimia ni cosecha. |
es un dios, ] y sus caballos son carne, ii Temblad, descuidadas; estremeceos,
no son espíritu. ) Y en tendiendo Yavé confiadas; | despojaos, desnudaos, ceñid
su mano, | caerá el protector y caerá el de saco vuestros lomos. ¡ 12 Se dan gol
protegido, | ambos juntamente perece pes de pecho, | llorando por los hermo
rán. | 4 Porque ved lo que me ha dicho sos campos y las fértiles viñas. | i3 En la
Yavé: | Como león que ruge | o como tierra de mi pueblo | no hay más que
cachorro de león que se arroja sobre la cardos y espinas; 1 y aun en todas las
presa, | contra el cual se reúne toda la casas de placer | de la ciudad alegre. I
turba de pastores, | pero no se acobarda 14 Los palacios están desiertos, ! desierta
ante sus gritos ni se turba ante su nú la ciudad ruidosa, | toires y fortalezas
mero, | así Yavé Sebaot se lanzará a la devastadas, | para siempre convertidas
lucha | en el monte de Sión, en su colla en cuevas, | lugar de descanso para los
do, | 5 y huirán los enemigos como aves asnos salvajes | y de pasto para los ga
que levantan el vuelo; | así protegerá nados.
Yavé Sebaot a Jerusalén, I protegiendo, iS Mientras no sea derramado sobre
librando, preservando, salvando. nosotros 1 un espíritu de lo alto, | y el
6 Volveos, hijos de Israel, a aquel de desierto se tome en vergel, | y el vergel
quien tan profundo abismo os separa. | venga a ser selva, » y el derecho more
7 Entonces cada cual tirará sus ídolos en el desierto, | y la justicia en el ver
de plata y sus ídolos de oro, | que vos gel. | 17 La paz será obra de la justicia; I
otros mismos os hicisteis con vuestras y el fruto de la justicia, el reposo | y la
manos pecadoras. | 8 Asur caerá a la seguridad para siempre. | 18 Mi pueblo
espada, que no es espada de hombre, | habitará en morada de paz, | en habita
herido por espada que no es de un mor ción de seguridad, | en asilo de reposo; 1
tal. | Huirá ante la espada, | y sus jó 19 y la selva caerá a los golpes del grani
venes guerreros serán cautivados; | 9 y zo, | y la ciudad será del todo abati
de miedo caerá su fortaleza, i y sus jefes, da. 1 20 Venturosos los que sembráis a la
espantados, abandonarán sus banderas. | orilla de las aguas | y no atáis el buey ni
Así dice Yavé, que tiene su fuego en al asno.
Sión ] y su horno en Jerusalén.
Liberación de Jerusalén
N u ev a era d e Judá OO 1 ¡Ay de ti, devastador, que no has
O O 1 He aquí que reinará un rey en sido devastado! | ¡Ay de ti, sa
justicia | y gobernarán goberna queador, que no has sido saqueado! |
dores en juicio. | 2 Cada uno será como Cuando acabes de devastar serás tú de
abrigo contra el huracán, | como refugio vastado ; | cuando acabes de saquear se
contra la tempestad, | como corriente de rás tú saqueado.*
agua en tierra seca, l como la sombra 2 Ten, ¡oh Yavé!, piedad de nosotros, |
de una gran roca para tierra calurosa. | que en ti hemos confiado. | Sé tú nues
3 N o se ofuscarán los ojos de los que ven j tro brazo cada día, | nuestro socorro
OO 1 E s t e o r á c u l o f u e p r o n u n c i a d o h a c ia 7 0 1 ó 6 9 3 , é p o c a s e n q u e in v a d i ó la P a le s t in a S e n a q u e -
r i b , c u y a d e r r o t a p r e d i c e c o n l a s a lu d d e J e r u s a lé n . E s t a s a lu d d a p i e a l p r o f e t a p a r a a n u n c ia r
l o s t ie m p o s m e s lá m e o s.
79S ISAÍAS 33-34
al tiempo de la tribulación. | 3 A tu 22 Yavé es nuestro juez, Yavé es nues
voz de trueno huyen los pueblos; | cuan tro jefe, | Yavé es nuestro rey. El nos
do te alzas tú, las naciones se disper salva. 1 23 Tus cuerdas se aflojaron, } ya
san. i 4 Se recoge el botín como cuando no sostienen el mástil, ya no tienden
se recogen las langostas, | y se precipi las velas. I 24 Entonces la presa que se
tan sobre él como sobre los campos la repartirá será muy grande; | hasta los
langosta. | 5 Yavé es grande, se sienta en cojos tomarán parte en el saqueo. | 25 Na
los cielos | y llena a Sión de rectitud y die dirá: Estoy enfermo, | pues el pueblo
de justicia. | 6 La seguridad de aquellos obtendrá el perdón de sus iniquidades.
días será tesoro de ventura; | serán su
riqueza: sabiduría, entendimiento y te Juicio contra las gentes
mor de Yavé. O A 1 Acercaos, pueblos, y oíd; escu-
7 Ved: Los de Ariel lanzan gritos | y chad naciones; | oiga la tierra y
los mensajeros de paz lloran amargamen cuantos la llenan, | el mundo y cuanto
te. | 8 Las calles están desiertas, | no hay en él se produce. * 2 Porque está irritado
quien pase por los caminos; | ha roto Yavé contra todas las naciones, | airado
la alianza, ha aborrecido a las ciudades, | contra todo el ejército de ellas. | 3 Las
no hace cuenta de nadie. | 9 La tierra está destina al matadero, | las entrega al ex
de luto, entristecida; | el Líbano, confu terminio, y sus muertos quedarán aban
so, desfallecido; | Sarón es un desierto. | donados. | Exhalarán los cadáveres un
Basán y el Carmelo han perdido su fo hedor fétido | y por los montes correrá
llaje. en arroyos la sangre.
io Voy a levantarme, dice Yavé, | voy 4 La milicia de los cielos se disuelve, 1
a alzarme, voy a subir. | 11 Habéis conce se enrollan los cielos como se enrolla
bido heno y pariréis paja, | y vuestro un libro; [ y todo su ejército caerá | co
soplo será fuego que os devorará. | 12 Los mo caen las hojas de la vid, | como caen
pueblos serán reducidos a cenizas, | co las hojas de la higuera. | 3 Mi espada
mo zarzas cortadas y consumidas por se embriagará en los cielos 1 y va a caer
el fuego. [ 13 Vosotros, los que habitáis sobre Edom, | sobre el pueblo que he
lejos, oíd lo que yo hago, | y los que destinado al exterminio. | * La espada
estáis cerca, conoced mi poder. | 14 Los de Yavé chorrea sangre 1 y está cubierta
pecadores de Sión se espantarán, | y tem de grasa; | de la sangre de los corderos
blarán los impíos, j ¿Quién de nosotros y de los machos cabríos, | de la grasa
podrá morar en el fuego devorador? | de los riñones de los carneros; | porque
¿Quién habitar en los eternos ardores? hace Yavé un sacrificio en Bosra I y
13 El hombre justo en sus caminos y gran matanza en la tierra de Edom. |
recto en sus palabras, | que no quiere 7 Caen con ellos los búfalos, | y los bue
ganancias fruto de la violencia, | y cuya yes con los toros. | Su tierra está borra
mano rechaza el presente corruptor; | el cha de sangre | y su suelo cubierto de
que cierra sus oídos a proposiciones san grasa. | 8 Es para Yavé un día de vengan
guinarias | y se tapa los ojos para no za, ! un año de desquite para la causa
ver el mal, | 16 ése habitará en las altu de Sión.
ras ¡ y tendrá su refugio en firmes rocas, | 9 Los torrentes de Edom se converti
tendrá pan y no le faltará el agua. rán en pez, | y su polvo, en azufre, | y
17 Tus ojos verán al rey en su magni será su tierra como pez que arde día y
ficencia ¡ y verán la tierra que se extien noche; | 10 nunca se extinguirá, | subirá
de hasta muy lejos. | 18 Tu corazón re su humo perpetuamente. | Será asolada
cordará los dias de terror; ) ¿Dónde está por generaciones y generaciones | y na
el exactor? ¿Dónde está el pesador? | die pasará más por ella. ! 11 Se adueña
¿Qué fue de los que contaban las torres? | rán de ella el pelícano y el mochuelo, | la
19 A esa gente espantable de lengua obs habitarán la lechuza y el cuervo. | Echa
cura, | que tú no entiendes, que tarta rá Yavé sobre ella | las cuerdas de la
mudea palabras imposibles de descifrar, | confusión y el nivel del vacío, | y habita
no la verás ya más. | 20 Mira a Sión, la rán en ella los sátiros, | y todos sus no
ciudad de nuestras festividades; | vean bles quedarán exterminados. ! i2 Allí ya
tus ojos a Jerusalén, | morada de quietud, no habrá reino | y desaparecerán todos
tienda bien fija, | cuyos clavos no serán sus grandes. ¡ 13 En sus palacios crecerán
arrancados | ni rota cuerda alguna. | las zarzas, [ en sus fortalezas las ortigas
21 Aquí está Yavé para nosotros en su y los cardos, | y serán morada de chaca
gloria; | es para nosotros río y anchos les | y refugio de avestruces. | 14 Perros
canales | por donde no irá barca de re y gatos salvajes se reunirán allí, | y se
mos | ni pasará ningún poderoso navio. juntarán allí los sátiros, i Allí tendrán
O A 1 E s t e o r á c u lo c o n t r a l a s g e n te s p o n e b ie n d e m a n if ie s to lo e x p u e s t o e n la Introduceió , a
los librosproféticos, n . i a .
I s a ía s 34-36 796
su morada el fantasma nocturno | y ha rán los rescatados de Yavé. I 10 Vendrán
llará su lugar de reposo. | 15 Allí hará a Sión cantando cantos triunfales, | ale
su nido la serpiente y pondrá sus hue gría eterna coronará sus frentes. | Los
vos, | los incubará y los sacará. | Allí se llenará el gozo y la alegría I y huirán la
reunirán los buitres | y se encontrarán tristeza y los llantos.
unoB con otros.
Liberación y gloria de Israel A p é n d ic e h is t ó r ic o so b r e l a
O C 1 E n c o n t r a s t e c o n e l c a p í t u l o 3 4 , é s te n o s p in t a la v u e l t a d e I s r a e l a s u p a t r i a y l a r e s t a u r a -
c i ó n p a c í f i c a e n l a t i e r r a d e C a n á n , q u e D i o s Ie s h a b ía d a d o . E n é ste , c o m o e n to d o s lo s v a
t ic in io s d e l m is m o g é n e r o , h a c e r e s a l t a r c o n v i v o s c o lo r e s l a d e s c r i p c i ó n p o é t i c a d e l o s t ie m p o s
m e s iá n ic o s .
O /: 1 L o s c a p ít u lo s 3 6 a 3 9 s o n d e l a s p á g in a s m á s in te re s a n te s d e la h is to r ia d e Je r u s a l é n , t o -
m a d a s d e 2 R e 1 8 , 1 3 - 2 0 , 2 1 , e n q u e s e d e s t a c a la fi g u r a d e l p r o f e t a . E n e lla s o b r e s a le e l d i s
c u r s o d e I s a í a s c o n t r a e l o r g u ll o d e lo s a sir io s , c u y a d e r r o t a a n u n c ia . P a r e c e n r e s p o n d e r e s to s s u
c e s o s a la c a m p a ñ a d e S e n a q u e r i b d e lo s a ñ o s 7 0 1 ó 6 9 3 .
2 R a b s a c e s e s e l je f e d e lo s o fic ia le s o g e n e r a l e n je f e d e l e jé r c ito , a u n q u e e n t o n c e s é s t e e r a
m a n d a d o p o r el r e y e n p e r s o n a , q u e a s e d ia b a a L a q u i s , a l s u r d e J u d á . R a b s a c e s s e s it ú a a l s u d e s t e
d e J e r u s a lé n , e n e l v a l l e C e d r ó n . E l p r e f e c t o d e p a la c io q u e s a le a r e c ib ir le e s e l m is m o d e q u e s e
h a b la a tr á s ( 2 2 , 2 0 ) , p e r o el s e c r e t a r io a c o m p a ñ a n t e h a d e s e r d is t in t o d e l p r e f e c t o , c o n t r a q u ie n
h a b l a el p r o f e t a ( 2 2 , 1 5 ) .
6 L o s e t ío p e s d e N a p a t a h a b í a n l o g r a d o a p o d e r a r s e d e E g i p t o , y , s ig u ie n d o la s tra d ic io n e s
f a r a ó n ic a s , a s p i r a b a n a in t e r v e n ir e n C a n á n y o p o n e r s e a lo s a sir io s.
7 E s c u r io s a e s ta a lu s ió n d e l a s ir io a la r e f o r m a r e lig io s a d e E z e q u í a s , q u e m u e s t r a c u á n t o le
a p re c ia b a el a u to r s ag ra d o .
8 L o s a sir io s h a b ía n h e c h o g r a n d e s p r o g r e s o s e n el m a n e jo d e l c a b a llo , y e ra la c a b a lle r í a la
fu e r z a p r in c ip a l d e s u e jé rc ito .
797 I s a ía s 36-37
de rechazar a uno solo de los menores E zeq u ías consulta a Y avé p or Isaías
servidores de mi señor? Pero cuentas con
que el Egipto te va a suministrar caba O 9] 1 En oyendo el rey Ezequías aque
llos y jinetes. 10 ¿Acaso sin contar con ta • lio, rasgó sus vestiduras, se vis
Yavé he invadido yo esta tierra para tió de saco y entró en el templo de
devastarla? Yavé me ha dicho: Invade Yavé,* 2 y envió a Elyaquim, prefecto
la tierra y devástala. del palacio; a Sobna, secretario, y a los
ii Entonces Elyaquim, Sobna y Joás di más ancianos de los sacerdotes, vestidos
jeron a Rabsaces: Habla a tus siervos de saco, a Isaías, hijo de Amós profeta,
en ara meo, pues le entendemos; no nos que le dijeran: 3 He aquí lo que dice
hables en judío, no lo oiga la gente que Ezequías: El día de hoy es día de angus
hay en las murallas. 12 Rabsaces respon tia, de castigo y de oprobio. El hijo ha
dió : ¿Acaso a tu señor y a ti me ha man llegado a término, pero no hay fuerza
dado mi señor dirigir estas palabras? ¿No para darlo a luz. 4 A ver si Yavé, tu
son más bien para la gente sentada en Dios, ha oído las palabras de Rabsaces,
las murallas, que con vosotros habrán mandado por el rey de Asiría, su señor,
de comerse sus excrementos y beberse para insultar al D ios vivo, y le castiga
sus orines? * 13 Avanzó entonces Rabsa Yavé, tu Dios, por las palabras que él
ces y gritó fuertemente en lengua judía: ha oído. Dirígele una súplica por este
14 He aquí lo que dice el rey grande, resto que subsiste todavía.*
el rey de Asiría: que no os engañe Eze- 5 Los servidores del rey Ezequías fue
quías: 15 Mirad que él no podrá libraros. ron a Isaías, e Isaías les dijo: 6 Decid a
Que no os haga confiar en Yavé dicien vuestro señor esto. He aquí la palabra
do: Yavé seguramente nos librará, no de Yavé: No te asuste el discurso que
caerá esta ciudad en poder del rey de acabas de oir, en el que los servidores
Asiria. i¿ No escuchéis a Ezequías; he del rey de Asiría me han ultrajado. 7 Yo
aquí lo que dice el rey de Asiría: Haced voy a poner en él un espíritu tal, que en
paras cravnigo, ravdtos., y cada cual co recibiendo cierta noticia, se volverá a su
merá el fruto de su viña y de su higuera, tierra, y allí le haré caer al filo de la es
y beberá el agua de su cisterna, 17 hasta pada. *
que venga yo a llevaros a una tierra
como la vuestra, tierra de trigo y de vino, S enaquerib in tim a d e n u ev o la
tierra de cereales y de viñas. * 18 Que no rendición
os embauque Ezequías diciendo: Yavé 8 Volvióse Rabsaces y halló al rey de
nos librará. ¿Acaso los dioses de los pue Asiría asediando a Libna, pues supo que
blos libraron cada uno a su tierra de había dejado Laquis. 9 Supo entonces el
las manos del rey de Asiría? * 19 ¿Dónde rey de Asiria que Taraca, rey de Etio
están los dioses de Jamat y de Arpad? pía, se había puesto en marcha contra
¿Dónde los dioses de Sefarvaim? ¿Dónde él, y mandó otra vez sus mensajeros a
los dioses de Samaría? ¿Libraron a Sa Ezequías con esta orden: 10 Decid a Eze
maría de mis manos? 20 ¿Cuál de los dio quías, rey de Judá: Que no te engañe
ses de estas tierras pudo librar la suya de tu Dios, en quien has puesto la confian
mis manos para que Yavé pueda librar za, diciendo: Jerusalén no será entregada
de mis manos a Jerusalén? en mano del rey de Asiría. 11 ¿No sabes
21 Ellos se callaron y no dijeron na cómo los reyes de Asiría han destruido
da, porque el rey había dado esta or a todos los pueblos? ¿Y vas a salvarte
den: N o les respondáis.22 Elyaquim, hijo tú? 12 ¿Salvaron sus dioses a los pueblos
de Helcías, prefecto del palacio; Sobna, que destruyeron mis padres, a Gosán y
secretario, y Joás, hijo de Asaf, canci Jarrán, a Resef y a los hijos de Edén,
ller, rasgaron sus vestiduras, se tomaron que están en Teíasar? 13 ¿Dónde están el
a Ezequías y le refirieron las palabras rey de Jamat, el rey de Arpad y el rey de la
de Rabsaces. ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?
12 Como se ve, es ya vieja la artimaña de los invasores de no reconocer a los gobiernos de los
pueblos amenazados y su pretensión de tratar con el pueblo mismo, cuyos salvadores pretenden ser.
17 La deportación de los pueblos entraba en los planes políticos de Asiría, y ésta da por supuesta
el enviado de Senaquerib.
18 El historiador sagrado pone muy de relieve las blasfemias del asirio contra Yavé, que no
era a sus ojos sino uno de tantos dioses.
O y 1 Ante aquellas blasfemias, el rey se rasga las vestiduras de horror, y mientras se dirige al
^ 8 templo, envía sus ministros al profeta.
4 Senaquerib, como si estuviera seguro de la victoria sobre el etíope, envía una nueva emba
jada a Ezequías, esta vez por escrito, pero con las mismas ideas. Ezequías presenta la carta ante
Yavé, como para despertar su cólera contra el blasfemo. La respuesta le viene por Isaías y es con
forme a los deseos del rey y a la providencia de Yavé sobre Judá. Este oráculo nos pone de mani
fiesto el genio poético del profeta.
7 Se habla aquí de una «noticia»; después (v.3ó), de una catástrofe.
iMÍAt 37*38 798
Plegaría d e E zeq u ías y respuesta tierna; | serán como el musgo que nace
de Y avé en los tejados, abrasado por el viento
solano. ( 28 Yo sé cuándo te levantas y
14 Ezequías recibió la carta de la mano
cuándo te sientas | y conozco todas tus
de los mensajeros, y luego de leerla su andanzas. | 29 Tu furor contra mí, tu
bió al templo de Yavé, 15 y desplegándola insolencia, han llegado a mis oídos. |
ante Yavé le dirigió esta plegaria: 16 ¡Oh Yo te pondré mi aro en la nariz, | y mi
Yavé Sebaot, Dios de Israel, que te sien freno en tus labios, I y haré que te vuel
tas entre los querubines! Tú eres el solo vas por el camino por donde viniste. |
Dios de todos los reinos de la tierra. 30 He aquí ahora la señal para ti: I Este
Tú has hecho los cielos y la tierra. año se comerá lo que produzcan los gra
17 Inclina tus oídos, ¡oh Yavé!, y oye. nos caídos, 1 y al siguiente lo que de sí
Abre, ¡oh Yavé!, tus ojos y mira. Oye produzca la tierra sin sembrarse, I pero
todas estas palabras que me dirige Sena- al tercer año sembraréis y cosecharéis, |
querib para escarnecer al Dios vivo. 18 Es plantaréis viñas y comeréis su fruto. |
verdad, ¡oh Yavé!, que los reyes de Asi 31 El resto que queda en la casa de Judá I
ría han destruido a todos los pueblos y echará raíces por debajo | y llevará fru
sus tierras; *9 que arrojaron al fuego a tos en Jo alto. * | 32 Porque saldrá de
sus dioses, que no eran dioses, sino obra Jerusalén un resto, | y sobrevivientes del
de la mano de los hombres, leño y piedra, monte de Sión; ¡ el celo de Yavé Sebaot
y los destruyeron.20 Líbranos, pues, Yavé, hará esto.
Dios nuestro, de sus manos y que apren 33 He aquí, pues, lo que dice Yavé del
dan todos los reinos de la tierra que tú rey de Asiria: | No entrará él en esta
eres Yavé, el Dios único. ciudad | ni arrojará en ella flecha; | no
21 Entonces Isaías, hijo de Amós, manmarchará contra ella embrazando el es
dó a decir a Ezequías: He aquí lo que cudo | ni la rodeará de trincheras. |
dice Yavé, Dios de Israel: Por la plegaria 34 Por el camino que trajo se tornará, j
que tú me has dirigido con motivo de N o entrará en esta ciudad, dice Ya
lo de Senaquerib, rey de Asiria, 22 he vé. | 35 Yo defenderé esta ciudad, yo la
aquí la sentencia que Yavé pronuncia libraré | por amor de mi y de mi siervo
contra él: | Te desprecia, se burla de David.
ti, | virgen, hija de Sión; | yergue detrás
de ti su cabeza, 1 hija de Jerusalén. 1 L a liberación
23 ¿A quién has ultrajado y escarnecido? | 36 Vino el ángel de Yavé e hirió en
¿Contra quién has alzado tu voz y has el campo de los asirios a ciento ochenta
dirigido tus soberbias miradas? | ¿Contra y cinco mil hombres, y a la mañana, al
el Samo de Israel? | 24 Por medio de tus despertar, no se veían más que cadáve
esclavos has ultrajado al Señor J y has res. * 37 Entonces Senaquerib, rey de Asi
dicho: Con mis numerosos carros | he ria, levantó el campo y se tornó, quedán
subido a las crestas de las montañas, | a dose en Nínive; 38 y mientras oraba en
las cumbres del Líbano, | y he cortado el templo de Nesroc, su dios, sus hijos
los sublimes cedros | y los más hermosos Adramelec y Saresec le mataron a espada
cipreses. | He llegado a las más altas ci y huyeron a la tierra de Ararat. Le suce
mas | y a los más espesos bosques; | dió su hijo Asaradón.
25 he alumbrado y bebido aguas extran
jeras; j he secado con mis pies los cana E n ferm ed ad d e E zeq u ías
les de Egipto. O O 1 Enfermó por entonces Ezequías
26 pues oye: Ha mucho tiempo ya que O O de enfermedad mortal; y el pro
yo preparaba esto; | lo resolví muy de feta Isaías, hijo de Amós, vino a verle y
antiguo y ahora lo cumplo. | Tú habrás le dijo: * 2 Dispon de tu casa, porque vas
de hacer montones de ruinas de ciudades a morir, no curarás. Ezequías se volvió
fuertes, I 27 cuyos habitantes estarán sin cara a la pared e hizo a Yavé esta ple
fuerza, espantados y confusos. | Serán garia: 3 ¡Oh Yavé!, acuérdate de que he
como la hierba de los campos, verdura andado fielmente delante de ti de todo
31 «El resto» es una alusión a los cautivos de Judá, en número de 200.000, llevados cautivos
por Senaquerib (Crónica de este rey).
34 La sentencia común de los expositores es que una peste que de repente se desarrolló en el
ejército asirio obligó a Senaquerib a retirarse de Judá, adonde no volvió más. Hay fundamento para
suponer que en este relato están englobadas dos expediciones del rey, la una de 701 y la otra posterior
a 693. En esta postrera habría tenido lugar esta derrota de Senaquerib. Su muerte a manos de dos
de sus hijos, sin duda descontentos de la sucesión ordenada por el padre, no tuvo lugar hasta 681.90
9 0 3 Morir en la plenitud de los días, cuando ya d cuerpo se inclina a la sepultura, era mirado
como un favor de Dios; pero acabar la vida a la mitad de la carrera era cosa muy triste y
que tenía todas las apariencias de un castigo divino. Esto explica la conducta de Ezequías, que no
conocía las esperanzas que Jesucristo nos abrió con su resurrección.
ISAÍAS
del hoyo de la corrupción | y has echado 21 Isaías mandó traer una catai
tras de ti todos mis pecados. | *8 Porque de higos e hizo que se la pusieran
no puede alabarte el sepulcro, 1 no puede llaga, y Ezequías sanó. * 22 Y pr<
celebrarte la muerte | ni pueden los que Ezequías: ¿Qué señal tendré yo c
descienden a la fosa I esperar en tu fideli volveré a subir al templo de Yavé
dad. I 19 Los vivos, los vivos son los que
pueden alabarte, | como yo te alabo hoy, | E m bajada de M erodacbalac
y de padres a hijos pregonar tu fideli y p red icción del cautiveri
dad. | 20 Que nos salve Yavé y cantaremos O Q 1 Por entonces Merodacba
al arpa todos los días de nuestra vida, I v «/ hijo de Baladán, rey de Bab
ante el templo de Yavé. mandó a Ezequías un mensaje y u
21 Es manifiesto que estos dos versículos no están en su lugar. Leído el n después
el 2i después del 8 hacen perfecto sentido.
801 is a ía s 39-40
sente, pues había tenido noticia de su camino a vuestro Dios. * | 4 Que se relle
enfermedad y de su curación. * 2 Ezequías nen todos los valles | y se rebajen todos
se alegró de ello y enseñó a los embajado los montes y collados; | que se allanen las
res su tesoro» la plata» el oro» los perfu cuestas | y se nivelen los declives. 15 Por
mes y ungüentos preciosos» su arsenal y que va a mostrarse la gloria de Yavé, | y
todo cuanto había en sus almacenes. No a una la verá toda carne.
hubo nada» ni en el palacio ni en sus de Ha hablado la boca de Yavé. | 6 Una
pendencias» que no les enseñase Ezequías. voz dice: Grita. I Y yo respondo: ¿Qué
3 El profeta Isaías fue a ver a Ezequías y he de gritar? | Toda carne es como hier
le preguntó: ¿Qué han dicho esas gentes ba, | y toda su gloria como flor del cam
de dónde vienen? 4 Ezequías respondió: po. | 7 Sécase la hierba, marchítase la
an venido de lejos a verme» de Babi flor, | cuando sobre ellas pasa el soplo de
lonia. ¿Y qué es lo que de tu palacio han Yavé. | 8 Sécase la hierba, marchitase
visto?» preguntó. Y Ezequías respondió: la flor, | pero la palabra de nuestro Dios
Han visto cuanto en mi patacio hay; no permanece por siempre.
ha quedado nada de cuanto hay en mis 9 Sube a un alto monte, | anuncia a
almacenes que no les haya enseñado. Sión la buena nueva. | Alza con fuerza la
5 Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye voz, tú que llevas la buena nueva a Jeru-
la palabra de Yavé Sebaot: 6 Tiempo ven salén. | Alzadla, no temáis nada, | decid
drá en que todo cuanto hay en este pala a las ciudades de Judá: | He aquí a vues
cio y cuanto reunieron tus padres hasta tro Dios. 110 He aquí al Señor, Yavé, que
el día de hoy será llevado a Babilonia; viene con fortaleza. | Su brazo domina
nada quedará» dice Yavé. 7 Y tus hijos, rá. I Ved que viene con él su salario y va
tus propios hijos, los engendrados por ti, delante de El sil fruto. | 11 El apacentará
serán llevados y tomados por eunucos a su rebaño como pastor, | El le reunirá
para el palacio del rey de Babilonia. con su brazo; 1 El llevará en su seno a los
8 Y Ezequías dijo a Isaías: Buena es la corderos I y cuidará a las paridas.
palabra de Yavé que me anuncias. Así, 12 ¿Quién midió las aguas con el hueco
pensaba él, habrá por lo menos paz y se de su mano, | y a palmos los cielos, | y al
guridad durante mi vida.* tercio de efá el polvo de la tierra; | pesó
en la romana las montañas | o en la ba
lanza los collados? | 13 ¿Quién ha son
Q U I N T A P A R T E deado el espíritu de Yavé, | quién fue su
consejero y le instruyó? | 14 ¿Con quién de
I srael, l i b r e d e l c a u t i v e r i o liberó El para recibir instrucciones | y que
BABILÓNICO le enseñase el camino de la justicia? |
(40-43) ¿Quién le enseñó la sabiduría 1 y le dio
a conocer el camino del entendimiento? |
G loria d e Y avé en la liberación 15 Son las naciones como gota de agua
de su p u eb lo en el caldero, J como grano de polvo
¿A 1 Consolad, consolad a mi pueblo, j en la balanza. | Las islas pesan lo que el
dice vuestro Dios; | animad a Je- polvillo que se lleva el viento. ) 16 El Lí
rusalén y gritadle * | 2 que se acabó su bano no basta para leña, | ni sus animales
servidumbre, | y han sido expiados sus para el holocausto. | 17 Todos los pueblos
pecados, | y que ha recibido de manos de son delante de El como nada, | son ante
Yavé | el doble por todos sus crímenes. El nada y vanidad.
3 Una voz grita: Abrid una calzada a
Yavé en el desierto, | allanad en la soledad
OQ 1 Este episodio, como los precedentes, no está en orden cronológico. Merodacbaladán luchó
** por la independencia de la Caldea contra la Asiria hasta que en 605 fue tomada Babilonia,
muerto Baladán y destruido su ejército. Estos embajadores vienen, sin duda, a promover la coali
ción de los pueblos cananeos contra Senaquerib.
8 Ezequías se resigna ante la sentencia de Yavé, como Helí y David (1 Sam 3,18; 2 Sam 24,14);
pero todavía mira como una manifestación de la divina misericordia el que los males anunciados se
difieran hasta después de su muerte.
A A 1 Por el comienzo de esta parte segunda del libro de Isaías, el Eclesiástico dice de este pro-
■ ^ feta que contempló el fin de los tiempos y consoló a los que lloraban a Sión (Eclo 48,27).
Israel ha pagado ya el doble de lo que por sus pecados había merecido. Alégrese ya, porque viene
a salvarle Yavé, sabio y poderoso, ante quien son nada los ídolos y los principes de las naciones.
El es quien ha suscitado al conquistador, quien lo predijo antes que llegase para dar libertad a su
pueblo. Este, sostenido por Dios, no tendrá que temer; sus enemigos quedarán aniquilados y a él
le hará volver a la patria como por un umbroso bosque.
3 El profeta nos presenta a Yavé llegando por el desierto para hacer justicia salvando a su pje-
blo. Manda prepararle los caminos, como se hace a los reyes que visitan una ciudad. En virtud de
la analogía, los evangelistas ponen este texto en boca del Bautista, que invita al pueblo a preparar
los caminos al Mesías mediante la penitencia (Le 3,4 s.).
Nácar-Col unga
V anidad d e los ídolos mo siempre, I y seré en los últimos tiem
18 ¿A quién, pues, compararéis vuestra pos. I 5 Las islas le ven, y tiemblan, I y se
Dios, | qué imagen taréis que se le aie> eepaatae les eeefines de la tierra, i Se
ineje? I 19 El ídolo es fundido por el fun reúnen y jemos vienen al juicio.
didor, el orfebre le reviste de oro I y le 6 Uno a otro se ayudan, I uno a otro
adorna con cadenillas de plata. * se dicen: ¡Animo! I 7 El escultor anima
20 Para hacer a la imagen una peana > al orfebre, i y el que bate el oro al forja
toman madera incorruptible | y buscan dor, f diciendo: Bien está esa soldadu
un buen obrero t que fíje el ídolo para ra. | Y le afirma con clavos para que no
que no se caiga. se caiga.
21 ¿No lo sabéis? ¿No os lo habéis apren
dido? 1¿No os lo han dicho desde el prin Prom esa de liberación
cipio? ¿No lo habéis visto desde que se 8 Pero tú, Israel, eres mi siervo: | yo
fundó la tierra? ' 22 Está El sentado sobre te elegí. Jacob, I progenie de Abraham,
el orbe de la tierra, '■cuyos habitantes son mi amigo. ‘ 9 Yo te traeré de los confines
ante El como langostas. I El tiende los de la tierra i y te llamaré de las regiones
cielos como un toldo, I los despliega como lejanas, ! diciéndote: Tú eres mi siervo, |
una tienda de morada. I 23 El torna en yo te elegí y no te rechazaré. 110 No temas
nada a los poderosos. I y en vanidad a nada, que yo estoy contigo: I no desma
los jueces de la tierra. 24 Apenas plan yes, que yo soy tu Dios. I Yo te fortale
tados, apenas sembrados, I apenas han ceré, yo vendré en tu ayuda. I y con la
echado sus troncos raíces en la tierra. I mano de mi justicia te sostendré. ' 11 Con
sopla sobre ellos, y se secan, I y como pa fundidos serán y cubiertos de ignominia |
juela los arrastra el huracán. todos los que te persiguen. I Serán redu
25 ¿A quién, pues, que me iguale I me cidos a la nada, aniquilados, | los que
asemejaréis?, dice el Santo. I 26 Alzad a contienden contigo. I 12 Buscarás y no
los cielos vuestros ojos y mirad: I ¿Quién hallarás a los que te aborrecen, | serán
los creó? 1 El que hace marchar su bien reducidos a la nada los que te combaten. |
contado ejército, I y a cada uno llama por 13 Porque yo, Yavé, tu Dios, ! fortaleceré
su nombre, I y ninguno falta, l tal es su tu diestra: I y yo te digo: Nada temas, |
inmenso poder v su gran fuerza, f27 ¿Cómo yo voy en tu ayuda. i 14 Nada temas, gu
dices tú, Jacob: ' cómo murmuras tú, Is sanillo de Jacob.!coquito de Israel.! *5 Yo
rael: I Yavé no ve lo que sucede. ' Yavé te haré como agudo rastrillo, 1 nuevo y
no se da cuenta de la justicia de mi cau armado de dientes. ! Irás, trillarás y pul
sa? I 29 ¿No sabes tú. no has aprendido, I verizarás los montes : y desharás en me
que Yavé es Dios eterno. ' que creó los nuda paja los collados. 1 i* Los bieldarás,
confines de la tierra, que ni se fatiga y el viento los aventará, ! y el huracán los
ni se cansa 1 y que su sabiduría no hay dispersará 1 Y te regocijarás en Yavé | y
quien la alcance? ! 29 El da vigor al fati te gloriarás en el Santo de Israel.
gado 1y multiplica las fuerzas del débil: ' 17 Los pobres, los menesterosos, buscan
Jo se cansan los jóvenes, se fatigan. 1 v los el agua y no la hallan: 1 su lengua está
guerreros llegan a flaquear: ' 31 pero los seca por la sed; ! pero yo. Yavé, los oiré;
que confían en Yavé renuevan sus fuer yo, el Dios de Israel, no los abandona
zas, y echan alas como de águila. I y vue ré. ' ,R Yo. Yavé, haré brotar manantia
lan velozmente sin cansarse, I y corren les en las alturas peladas 1 y fuentes en
sin fatigarse. medio de los valles. : Tornaré el desierto
en estanque. 1 y la tierra seca en corrien
Y avé suscita un libertador tes de aguas. 1 10 Yo plantaré en el desier
A 4 1 Oídme, islas, en silencio: i reno- to cedros y acacias, I mirtos y olivos. ! Yo
*** vad, ioh pueblos!, vuestras fuer plantaré en la soledad cipreses, '■ olmos
zas: I acercaos y hablad, 1 entremos en y alerces juntamente, i 20 Para que todos
juicio. I 2 ¿Quién le ha suscitado del lado vean y comprendan 1 y todos consideren
de levante I y en su justicia le llamó para y entiendan que es la mano de Yavé la
que le siguiera? ! ¿Quién puso en sus ma que hace eso I y el Santo de Israel el que
nos los pueblos I y le entregó los reyes? I lo crea.
Su espada los reduce a polvo, i y su arco *1 Venid y alegad vuestro derecho, i pre
los dispersa como brizna de paja. ' 3 Los sentad vuestras pruebas, dice el Rey de
persigue y va tranquilamente 1 por cami Jacob: 1 22 Que se acerquen y nos anun
nos que no había pisado nunca. 14 ¿Quién cien lo que está por venir. ’ ¿Qué predic
hace esto, quién lo cumple? ' El que desde ciones hicisteis en lo pasado? I Para que
el principio llamó a las generaciones. 1Yo. las tengamos en cuenta. I Anunciadnos
Yavé, que era al principio, I y soy el mis lo por venir, i y veremos su cumplimien
to Los w .6-7 del capitulo 41, que están allí fuera de contexto, encajan aquí perfectamente y
deberían traspasarse a este lugar.
803 ISAÍAS 41-42
dores? I ¿No fue Yavé, contra quien he avanzar a carros y caballos, I y a los
mos pecado, | cuyos caminos no quisimos ejércitos de fuertes guerreros, | o los echa
seguir, 1 cuya Ley no obedecimos? | por tierra juntamente, sin que vuelvan a
25 ¿Quién derramó sobre él el fuego de levantarse, | extinguidos como mecha que
su ira i con los furores de la guerra? | Ro se apaga.
deados de llamas, no comprendieron; | 18 No os acordéis más de lo de otras
quemados, no hicieron caso. veces, | no hagáis atención a lo pasado; |
19 que voy a hacer una obra nueva | que
JO 1 Ahora, pues, así dice Yavé, | que ya está comenzando; ¿no la veis? | Voy
te creó, Jacob; | que te formó, Is a abrir un camino en el desierto | y a
rael. | Nada temas, yo te he rescatado, | yo llevar ríos a la soledad; 120 y me alabarán
te llamé por tu nombre y tú me pertene las bestias del campo, | los chacales y los
ces. | 2 Si atraviesas las aguas, yo seré avestruces. | Voy a poner agua en el de
contigo | y no te sumergirán las olas. | Si sierto, | y torrentes en las tierras áridas, |
pasas por el fuego, no te quemarás, | las 21 para abrevar a mi pueblo, a mi elegido, j
llamas no te consumirán. | 3 Porque yo al pueblo que hice para mi, ] que cantará
soy Yavé, tu Dios, ( el Santo de Israel, mis loores.
tu salvador. | Yo doy al Egipto por resca
te tuyo, | doy por ti a Etiopía y Seba. | L a liberación es pura misericordia
4 Porque eres a mis ojos de muy gran es de Y avé
tima, | de gran precio, y te amo, | y entrego
por ti reinos | y pueblos a cambio de tu 22 Pero tú, |oh Jacob!, no me invocas
vida. I 5 N ada temas, que yo estoy con te; I no te fatigaste en buscarme, Israel; |
tigo ; | yo traeré tu descendencia del orien 23 no me ofreciste ovejas en holocausto, | no
te | y los reuniré del occidente. | 6 Diré me honraste con tus sacrificios; | yo no te
al septentrión: Devuélvelos, l y al medio abrumé con ofrendas | ni te importuné
día : No los retengas. | Retraed a mis hijos por el incienso. | 24 No compraste aromas
de las regiones lejanas ¡ y a mis hijas de de precio para mí | ni me saciaste con la
los confínes de la tierra, | 7 a todos cuan grosura de tus sacrificios, I sino que me
tos llevan mi nombre, | que yo los creé y atormentaste con tus pecados [ y me ape
formé para mi gloria. | 8 Dejad que vuelva naste con tus iniquidades. | 25 Soy yo, soy
el pueblo ciego, que ya tiene ojos; j el yo quien por amor de mí borro tus peca
pueblo sordo, que ya tiene oídos. dos | y no me acuerdo más de tus rebel
9 Los pueblos se reúnen todos 1 y días.
se | 26 Hazme recordar, entremos en
congregan las naciones. | ¿Quién de entre juicio; | habla tú para justificarte. | 27 Pecó
ellos anuncia tales cosas, | quién aduce tu primer padre, | y tus guías se rebelaron
antiguas predicciones? | Que presenten contra mí, | y tus príncipes profanaron mi
sus pruebas para justificarse, | y oyéndo santuario. | 28 Por eso di a Jacob al ana
las, se diga: Verdad. 1 10 Vosotros sois tema | y a Israel al oprobio.
mis pruebas, dice Yavé; I mi siervo, a quien
yo elegí para que aprendáis y me creáis | Efusión del espíritu de Y avé
y comprendáis que soy yo solo. | Antes y conversión de las gentes
de mí no había dios alguno, | y ninguno
habrá después de mí. 111 Yo, yo soy Yavé, | A A 1 Oye, pues, ¡oh Jacob!, mi siervo; |
y fuera de mí no hay salvador. | 12 Soy í* í* Israel, a quien elegí yo. | 2 Así ha
yo el que anuncio, el que salvo, el que bla Yavé, que te ha hecho, | en el seno
hablo, | y no hay otro entre vosotros; materno te formó | y te ha socorrido. |
vosotros sois mis testigos, dice Yavé. I Nada temas, siervo mío, Jacob, | el Jesu-
13 Yo soy Dios desde la eternidad, I y lo rún, a quien yo elegí; l 3 porque yo derra
soy por siempre jamás. I Nadie puede maré aguas en el desierto, | arroyos en lo
librar a nadie de mis manos; { lo que seco; | derramaré mi espíritu sobre tu
hago yo, ¿quién lo estorbará? posteridad | y mi bendición sobre tus
descendientes, | 4 que crecerán como la
Salida d e B abilonia hierba a orilla del agua, | como prados
junto a los ríos. | 5 Este dirá: Yo soy de
14 Así habla Yavé, vuestro redentor,Yavé;
| | aquél tomará el nombre de Ja
el Santo de Israel: | Por vosotros mandé cob; | y el otro escribirá en su mano: De
yo contra Babilonia, | y rompí los cerro Yavé; | y querrá ser conocido con el
jos de vuestra cárcel, | y los caldeos fue nombre de Israel.
ron atados con cuerdas. ] ¿Qué fue de sus
gritos de alegría? | 15 Yo soy Yavé, vues Vanidad de los ídolos
tro Santo, | el creador de Israel, vuestro
Rey. 116 Así habla Yavé, | el que abre ca 6 Así habla Yavé, el rey de Israel, |
minos en el mar | y senderos en la mu su redentor, Yavé Sebaot: I Yo soy el
chedumbre de las aguas. I 17 El que hace primero y el último ( y no hay otro Dios
805 I s a ía s 44-45
ftiera de mí. * ! 7 ¿Quién como yo? Que de la madera, | sobre sus brasas he cocido
venga y hable, | que anuncie y se compare el pan, | he asado la carne y me la he
conmigo. | ¿Quién desde el principio anun comido; ) lo que con el resto haga será
ció lo por venir? | Que nos prediga lo que un ídolo execrable, | y me prosternaré
ha de suceder. I 8 No os atemoricéis, no ante un tronco de madera. ( 20 Se ali
temáis nada. | ¿No lo anuncié yo antes menta de ceniza, | y su corazón enga
ya | y lo predije tomándoos por testigos? ¡ ñado le extravía. | Y no salva su alma
N o hay Dios alguno fuera de mí, | y si diciéndose: | ¿No es pura mentira lo que
hav Roca, no la conozco. tengo en la mano?
* Todos los hacedores de ídolos son
nada, | y sus vanas hechuras no sirven S ólo Y avé es grande
de nada. | Y son testigos ellos mismos, 21 Ten en la memoria estas cosas, Ja
no ven nada, 1 no saben nada, para ver cob; 1mira, Israel, que tú eres mi siervo; |
güenza suya. | 10 ¿Quién hace un dios, yo te he formado, tú estás para servirme; |
quién funde un ídolo, [ para no servir de Israel, no te olvidaré. | 22 Yo he disipado
nada? ] 11 Mirad, todos sus devotos serán como nube tus pecados, como niebla tus
confundidos; | los que los hacen son iniquidades. | Vuelve a mí, que yo te he
hombres. | Que se junten, que vengan rescatado. | 23 Cantad, cielos, la obra de
todos; | todos temblarán, cubiertos de Yavé; | resonad, profundidades de la tie
vergüenza. | 12 Un herrero aguza el cincel, rra ; | saltad de júbilo, montañas; | cantad
forja en la fragua su obra, | hace la ima todos, árboles de la selva; 1 que Yavé ha
gen a golpe de martillo, | poniendo toda rescatado a Jacob ¡ y ha mostrado su
su fuerza. | Tiene hambre y está agotado; | gloria en Israel.
no bebe, está desfallecido. * | 13 Otro que 24 Así dice Yavé, tu redentor, [ el que
trabaja en madera | toma sus medidas en el seno te formó. | Yo soy Yavé, el
con la cuerda | y hace sus señales con que lo ha hecho todo; I yo, yo solo
almagre. | Maneja el cepillo y marca con desplegué los cielos | y afirmé la tierra.
el compás. | Hace así una semejanza de ¿Quién me ayudó? * ¡ 25 Yo deshago las
hombre, de un hombre bello, [ para que señales mentirosas de los embusteros I
habite en una casa. y a los adivinos enloquezco. | Yo obligo
14 Plántanse cedros que hace crecer alalos sabios a retroceder y tomo en locura
lluvia; se deja que se hagan grandes en su sabiduría; | 26 pero mantengo las pa
el bosque, se escogen luego el roble y la labras dadas a mis siervos | y cumplo
encina y se cortan los cedros. ) 15 Sirven los designios revelados a mis mensajeros. |
luego de leña para el fuego, para calen Yo digo a Jerusalén: Serás habitada; | y
tarse, ( también para cocer el pan. 1Y ade a las ciudades de Judá: Seréis reedifica
más se hacen con ellos dioses, | ante los das, I yo levantaré sus ruinas. ] 27 Yo digo
cuales se prosternan, | ídolos que adoran. | al abismo: Sécate, | y deseco sus aguas. |
i* Ha quemado el fuego la mitad de la 28 Yo digo a Ciro: Tú eres mi pastor, 1 y
leña, | sobre las brasas asa carne | y se él hará lo que yo quiera. | Yo digo a
sacia comiendo el asado. | Caliéntase lue Jerusalén que será reedificada I y que
go, diciendo: | ¡Ea! Me caliento, siento su templo será reconstruido.
la lumbre. | 17 Con el resto se hace un
dios, | un ídolo que adora, postrándose C iro, el libertador d e Israel
ante él, 1 y a quien suplica, diciendo: | A C 1 A5* dice Yavé a su ungido, Ciro, ]
Tú eres mi dios, sálvame. | 18 Pero ellos a quien tomó de la mano | para
no saben, no distinguen; | porque están derribar ante él las naciones, | para des
cerrados sus ojos y no ven, | está cerrado ceñir la cintura de los reyes, | para
su corazón y no entienden. | 19 No refle abrir ante él las puertas | y dejarle libres
xionan, | son demasiado simples e igno las entradas. * | 2 Yo iré delante de ti | y
rantes para decir: | He quemado la mitad te allanaré los caminos montuosos, i Yo
I I 6 Otro discurso, que va hasta el fin del c.46. Comienza celebrando a Yavé como Dios único,
ante quien son nada los ídolos de las gentes. El es quien suscitó a Ciro para castigo de las
naciones y libertad de su pueblo.
12 Aquí el profeta se burla donosamente de los fabricadores de los ídolos, que se humillan ante
lo que ellos mismos fabricaron. Es argumento corriente en los profetas, fondado, si no en la
concepción de los sabios, que tenían los ídolos por simples imágenes de los dioses, sí en la
concepción del vulgo, en la cual entraban hasta muchos tenidos por sabios, que consideraban los
ídolos como dioses, a lo menos en cuanto estaban habitados por las mismas divinidades.
24 Otro argumento muy preferido del profeta es este de que Yavé crea la tierra, que extiende los
cielos, hace prodigios y predice lo que se propone hacer; al contrario que los Idolos, que de nada de
esto son capaces.
A I* 1 Desde el c.41 el profeta habla de Ciro, aunque sin mencionarle por su nombre. Esta unción
es su destino para ejecutar los planes divinos sobre los pueblos y sobre Israel. Ciro es el mi
nistro de la justicia divina contra Babilonia y de la misericordia a favor de Israel. Una y otra cosa
Is a ía s 45-46 806
romperé las puertas de bronce | y arran los están cubiertos de confusión y de
caré los cerrojos de hierro; | 3 yo te ignominia, | vense todos juntos llenos de
entregaré los tesoros escondidos | y las vergüenza, j 17 Israel es salvado por Yavé
riquezas enterradas, | para que sepas que con salvación eterna; | ni vergüenza ni
o soy Yavé, el Dios de Israel que te confusión por los siglos para él.
amó por tu nombre. | 4 Por amor de 18 Sí, así habla Yavé, | el que creó los
mi siervo Jacob, | por amor de Israel, mi cielos, | el Dios que formó la tierra, | la
elegido, | te he llamado por tu nombre I hizo y la afirmó. | No la creó en vano; |
y te he dado un nombre glorioso, aunque la formó para que fuese habitada. | Soy
tú no me conocías; | 5 soy yo, Yavé, no yo, Yavé, y ningún otro. | 19 No he ha
es ningún otro; | fuera de mí no hay Dios. blado yo en secreto, I en un obscuro
Yo te he armado, aunque tú no me cono rincón de la tierra. | No he dicho yo a la
cías, 6 para que sepan el levante y el progenie de Jacob: | Buscadme en vano. |
poniente | que no hay ninguno fuera de Soy yo, Yavé, cuya palabra es verdadera j
mí. | 7 Yo soy Yavé, no hay ningún otro. | y cuya predicción es segura.
Yo formo la luz y creo las tinieblas, | 20 Reunios, venid, acercaos juntamen
yo doy la paz, yo creo la desdicha; soy yo, te f los sobrevivientes de las naciones. |
Yavé, quien hace todo esto. | 8 Destilad, No tienen entendimiento los que llevan
cielos, arriba, el rocío; | lloved, nubes, laun ídolo de madera | y ruegan a un dios
justicia; j ábrase la tierra y produzca el incapaz de salvar. | 2* Hablad, exponed,
fruto de la salvación | y germine la jus consultaos unos a otros: ! ¿Quién predijo
ticia. | Soy yo, Yavé, quien crea esto. estas cosas desde mucho ha, | mucho
tiempo antes las anunció? i ¿No soy yo,
Inutilidad de toda op osición Yavé, el único, | y nadie más que yo? |
9 ¡Ay del que contiende con su Hace (22)N o hay Dios justo y salvador fuera
dor! | Es el tiesto de los tiestos de la de raí; | 22 volveos a mí y seréis salvos, |
tierra. | ¿Dice acaso el barro al alfarero: confines todos de la tierra. (23> Porque
Qué es lo que haces? | ¿Dicele la obra yo soy Dios y no hay otro; | 23 por mí
al obrero: Eres un torpe? | 10 ¡Ay del que lo juro, | sale la verdad de mi boca |
al padre dice: Por qué engendraste, | o y es irrevocable mi palabra. | 24 Doblaráse
dice a la madre: Por qué pariste! | 11 Así ante mí toda rodilla ) y por mí jurará
dice Yavé, | el Santo de Israel, que te toda lengua. | 25 (24> De mí dirán: Cierta
formó. | ¿Os atreveríais vosotros a pedir mente sólo en Yavé | hay justicia y fuer
me cuenta de mis propósitos, | a darme za. [ A El vendrán cubiertos de ignomi
lecciones acerca de la obra de mis ma nia ) todos cuantos se agitan contra El. |
nos? | 12 Yo hice la tierra | y creé sobre 26 (25) En Yavé será justificada y glorifica
ella al hombre: I mis manos desplegaron da | toda la progenie de Israel.
los cíelos, | y yo mando a todo su ejér
cito. | 13 Y yo le suscité para justicia | Caída de los ídolos
y allano todos sus caminos. I El reedificará A £ 1 P °strad° Bel» abatido Nebo, J
mi ciudad I y libertará a mis desterrados, I sus simulacros son puestos sobre
no por dinero ni por dones, | dice Yavé bestias de carga, | cargados y llevados
Sebaot. con trabajo. * | 2 Todos son humillados,
todos abatidos juntamente; ( no pudieron
L a conversión de las gentes salvar esta carga, | antes ellos mismos
I4 Así habla Yavé: ! Los trabajadores son llevados cautivos.
de Egipto, los traficantes de Cus, | los 3 Oídme, casa de Jacob, | y vosotros
sabeos de elevada estatura, [ pasarán a todos, restos de la casa de Israel, lleva
ti, y serán tuyos, y te seguirán, | y te dos desde el seno por mí y carga mía
servirán esposados, encorvados, I y supli desde el nacimiento. I 4 Yo mismo hasta
cantes te dirán: | Sólo tú tienes un Dios, vuestra vejez, | hasta vuestras canas, os
no hay ningún otro, i los dioses no exis soportaré; | como ya hice, yo me encargo
ten ya. | 18 En verdad que tienes contigo de sosteneros y preservaros. | 8 ¿A quién
un Dios escondido, | el Dios de Israel, queréis compararme? ¿Con quién medir
salvador. | 16 Todos los hacedores de ído me? | ¿A quién me haréis semejante,
son una prueba de que Yavé es verdadero Dios, y los dioses que no pueden hacer tales cosas no son
nada.
A fL 1 El contexto parece exigir la transposición de 1-2 después del v.7. Como prueba de que los
* ' J ídolos no pueden nada, dice el profeta que a la llegada de Ciro tendrán que ser cargados
sobre bestias para huir con sus adoradores. Una nueva forma de ironía, porque, a la verdad, el
ejército de Ciro entró en Babilonia dirigido por un general caldeo, Gubaru, en medio de las acla
maciones del pueblo, y Ciro pocos meses después tomó de manos de Bel el poder sobre Babilonia
y permitió volver a los santuarios los dioses, que Nabonides por superstición había reunido en la
ciudad.
807 I s a ía s 46-48
igual? | 6 Aquéllos sacan el oro de la tamientos. | 10 Tú estabas fiada en tu
bolsa, l pesan la plata en la balanza, I maldad 1 y te decías: No me ve nadie. 1
pagan al orfebre y mandan que les haga Tu sabiduría y tu ciencia te engañaron, |
un dios; I luego se postran y le adoran, | y te decías en tu corazón: I Yo y no
7 le cargan sobre sus hombros, le llevan, | más que yo. I 11 Pero va a caer sobre ti
le ponen en su lugar, y allí se está; I no un mal | que no podrás conjurar, | y te
se mueve de su sitio; | claman a él, pero abrumará una ruina | que no podrás
no responde | ni libra de la tribulación. remediar; I caerá de repente sobre ti, |
8 Acordaos de esto y entendedlo; | en sin que preveas sus golpes. I 12 Acude
trad en vosotros, rebeldes. | 9 Recordad ahora a tus encantamientos, | a las mu
los tiempos pasados desde el principio. | chas hechicerías | con que te fatigas desde
Sí, yo soy Dios, yo, y no tengo igual 1 la niñez. | Quizá puedan servirte, | quizá
10 Yo anuncio desde el principio lo por puedan hacerte terrible. | 13 ¿Estás can
venir 1 y de antemano lo que no se ha sada de tanto consultar? { Que vengan
hecho. J Yo digo: Mis designios se reali ahora, que te salven I los que hacen la
zan, I y cumplo toda mi voluntad. 1n Yo carta del cielo, | y observan las estrellas, (
llamo de levante al ave de presa, I de y hacen la cuenta de los meses, | de lo
lejana tierra al hombre de mi consejo. | que ha de venir sobre ti. I 14 Helos ahí
Como lo he dicho, así lo haré; | lo he como briznas de paja, | que serán consu
dispuesto y lo cumpliré. midas por el fuego. | No podrán escapar |
12 Oídme, hombres de duro corazón, | de los brazos de las llamas; I no serán
que estáis lejos de la justicia, i 13 Yo brasas para calentar el pan, 1 ni ho
haré que se os acerque mi justicia, ya guera para sentarse ante ella. | 15 Eso
no está lejos, | y no tardará mi salva serán para ti I aquellos por quienes te
ción. | Yo pondré en Sión la salud | y afanaste, tus amigos desde la juventud, j
mi gloria en Israel. Cada cual echará por su camino, | y no
habrá quien te salve.
C aída de B abilonia
A 1 Desciende y siéntate en el polvo, I Israel sale d e B abilonia por pura
“ » virgen hija de Babilonia. I No más gracia
trono; siéntate en la tierra, I hija de los 40 1 Oíd esto, casa de Jacob, | los
caldeos. | Ya no te llamarán jamás I la qUe lleváis el nombre de Israel, |
delicada, la voluptuosa. * 12 Coge la muela los salidos de las entrañas de Judá. j
y ve a moler la harina; I quítate el velo, | Los que juráis por el nombre de Yavé (
pon haldas en cinta, descubre tus piernas j y alabáis al Dios de Israel, I pero sin
y pasa los ríos. | 3 Descubierta será tu verdad y sin justicia, * I 2 aunque lleváis
desnudez, I se verán tus vergüenzas. I el nombre de la ciudad santa I y os apo
4 Yo tomaré venganza implacable, I dice yáis sobre el Dios de Israel, ( cuyo nombre
nuestro redentor, I Yavé Sebaot es su es Yavé Sebaot. I 3 Lo que ha pasado, ya
nombre, | el Santo de Israel. I 5 Siéntate ha tiempo lo predije | y de mi boca
en silencio, súmete en tinieblas, | hija de salió. Yo lo hice oir I y de improviso
los caldeos; | ya nunca más te llamarán obré, y todo se ha cumplido. I 4 Porque
soberana de los reinos. bien sé que eres duro, I y es tu cerviz una
6 Estaba yo airado contra mi pueblobarra | de hierro, | y que tienes una frente
y dejé profanar mi heredad I y la entre de bronce. I 5 Yo te predije esto hace
gué en tus manos. | Tú no tuviste piedad, I tiempo, | antes de que sucediera te lo di
e hiciste pesar tu yugo aun sobre los a saber. | Para que no dijeras: Lo ha
ancianos. | 7 Tú decías: Yo seré siempre, | hecho mi ídolo; I mi estatua, mi bronce
por siempre, la reina, I y no reflexionaste, | lo mandó. | 6 Ya lo has oído, lo has
no pensaste en tu fin. | 8 Escucha, pues, visto todo cumplido: I ¿Por qué no pre
esto, voluptuosa, I que te sientes tan decís también vosotros? | Yo te he dado
segura, | que dices en tu corazón: I Yo a conocer ahora cosas nuevas, | cosas
y nadie más que y o ; | no enviudaré ni me ocultas que tú no sabías. | 7 Se crean
veré sin hijos. | 9 Ambas cosas te ven ahora, no en tiempos pasados; I antes de
drán | de repente, en un mismo día; I hoy nada habías oído de ellas, I para que
la falta de hijos y la viudez I te abruma no dijeras: Ya lo sabía yo. | 8 N o; nada
rán a un tiempo, | a pesar de tus nume habías oído, nada conocías, | nada en
rosos agüeros | y de tus muchos encan mucho tiempo ilegó a tus oídos. | Porque
J 7 1 No la ciudad, sino el imperio de Babilonia fue destruido por Ciro. La que hasta entonces
“ * era gloriosa reina de los caldeos quedó convertida en una de las muchas grandes ciudades
que abarca el imperio de los persas. La verdadera ruina material sólo vino siglos más tarde.
4 0 1 Por los antiguos profetas Dios había predicho los castigos que sobre su pueblo enviaría;
ahora predice nuevas cosas, la salud y ía restauración de Israel. Nuevo argumento de ser
Yavé verdadero Dios.
I s a ía s 48-49 808
só que eres infiel, | y tu nombre es Re mi madre me llamó por mi nombre.* |
belde desde que naciste. | 9 Yo por la 2 El hizo mi boca como cortante espada, |
honra de mi nombre contengo mi ira, | El me guarda a la sombra de su mano, | hi
por amor de mi gloria te doy largas, | y no zo de mi aguda saeta | y me guardó en su
llego a exterminarte. | 10 Mira, te pasé por aljaba. | 3 El me ha dicho: Tú eres mi sier
el fuego del crisol, y no había plata; te he vo, | en ti seré glorificado. | 4 Yo me de
pasado por la hornaza de la aflicción. | cía: Por demás he trabajado, | en vano y
» Es por mí, por amor de mi lo hago, | para nada consumí mis fuerzas, I pero mi
porque no quiero que mi nombre sea es causa está en manos de Yavé, | mi recom
carnecido, | y mi gloria a nadie se la doy. pensa en las manos de mi Dios. | 3 Y aho
12 Oyeme, Jacob, | y tú, Israel, que yo ra dice Yavé, el que desde mi nacimiento
te llamo; | soy yo, yo, el primero, | y me formó para siervo suyo, | para traer
aun también el postrero. I 13 Mi mano a él a Jacob, | para congregarle Israel. |
cimentó la tierra, | mi diestra desplegó Yavé me ha dado este honor, | y El, mi
los cielos, | y los llamé y luego aparecie Dios, será mi fuerza. I 6 Díjome: Poco es
ron. I 14 Reunios todos y oíd : | ¿quién de para mi ser tú mi siervo para restablecer
entre ellos anunció estas cosas? j Aquel a las tribus de Jacob [ y reconducir a los
quien Yavé ama, cumplirá su voluntad ] salvados de Israel. I Yo te hago luz de
contra Babilonia y contra la raza de los las gentes | para llevar mi salvación has
caldeos. | 15 Yo, yo le he hablado, yo ta los confines de la tierra. | 7 Así dice
le he llamado, | yo le guío y prospero sus Yavé, | el Redentor de Israel, su Santo, |
caminos. | 16 Acercaos a mi y oíd esto: | al menospreciado y abominado de las gen
Desde el principio no os he hablado en tes, | al esclavizado por los tiranos. | Ve-
las sombras; [ cuando las cosas se hacían, ránte los reyes, y se levantarán; | los prin
allí estaba yo. | Y ahora yo, el Señor, cipes, y se prosternarán, | por la obra de
Yavé, I soy quien le envía con su espíritu. Yavé, que es fiel; | del Santo de Israel,
17 Así habla Yavé, tu redentor, | el te ha elegido.
que
Santo de Israel: | Yo soy Yavé, tu
Dios, | que para tu bien te enseña | y te L a liberación
pone en el camino que has de seguir. [ 8 Así habla Yavé: I Al tiempo de la
18 ¡Ah!, si atendieras a mis leyes, | tu gracia te escuché, | el día de la salvación
paz sería como un río, | y tu justicia vine en tu ayuda. | Yo te formé y te puse
como las olas del mar. | 19 Tu descen por alianza de mi pueblo, | para restable
dencia sería como los granos de arena; | cer la tierra | y repartir las heredades de
los frutos de tus entrañas, como el polvo. | vastadas.
Y nada borraría, nada raería | tu nombre 9 Para decir a los presos: Salid; y a los
de delante de mí. | 20 Salid de Babilonia, que moran en tinieblas: Venid a la luz. |
huid de entre los caldeos | con canto de En todos los caminos serán apacenta
alegría; | anunciad, pregonad la buena dos, | habrá pastos en todas las laderas. |
nueva, | que llegue hasta los confines 10 No padecerán hambre ni sed, | calor
de la tierra. | Decid: Rescata Yavé ] a ni viento solano que los aflija. | Porque
su siervo Jacob. | 21 N o tendrá sed en el los guiará el que de ellos se ha compade
desierto por el cual los guia; | hará que cido | y los llevará a aguas manantiales. I
broten para ellos aguas de la roca, | 11 Yo tomaré todos los montes en cami
abrirá la peña y brotarán las aguas. 1 nos l y estarán preparadas las vías. | 12 Vie
22 Pero no hay paz para los malvados, nen de lejos: | éstos, del norte y del po
dice Yavé. niente; | aquéllos, de la tierra de Sinim. *
S E X T A P A R T E Restauración de Sión
13 Cantad, cielos; tierra, salta de go
I sr a el , libertado por e l siervo zo; | montes, que resuenen vuestros cán
de Y avé ticos, | porque ha consolado Yavé a su
(49-66) pueblo, | ha traído compasión de sus ma
4 A 1 ¡Oídme, islas! | ¡Atended, pueblos les. | 14 Sión decía: Yavé me ha abando
lejanos! | Yavé me llamó desde an nado, el Señor se ha olvidado de mí. |
tes de mi nacimiento, j desde el seno de ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su
in 1 Con esta invitación, dirigida a las Islas del Mar y a los pueblos remotos, parece comenzar
* un nuevo oráculo muy importante, por la parte que en él tiene el Siervo de Yavé, a quien
Dios concede una palabra poderosa para restablecer a las tribus de Jacob y llevar la luz hasta los
confines de la tierra. Jerusalén, restaurada, se maravillará de su fecundidad, y las naciones vendrán
a ella para servirla. Todo es obra del poder de Yavé, único salvador de Israel, que en esto mostrará
haber reanudado su pacto con Jacob. En 50,4, de nuevo aparece el Siervo de Yavé, dócil en seguir
sus enseñanzas, paciente en sufrir los ultrajes, a quien Israel debe oir lo mismo que las naciones para
alcanzar las promesas de Abraham.
i* Sinim, nombre misterioso, que algunos corrigen Sevenim, Syena, al sur de Egipto.
809 I s a ía s 49-51
vientre, | no compadecerse del hijo de sus na despierta mis oídos para que oiga co
entrañas? | 15 pues aunque ella se olvi mo discípulo; | 3 ©1 Señor, Yavé, me ha
dara, | yo no te olvidaría. | 16 Mira, te ten abierto los oídos, | y yo no me resisto,
go grabada en mis manos, ] tus muros es no me echo atrás. | ° He dado mis espal
tán siempre delante de mí. | 17 Ya vienen das a los que me herían, | y mis mejillas
aprisa los que levantarán tus ruinas, | y a los que me arrancaban la barba. | Y no
tus asoladores huyen lejos de ti. | 18 Echa escondí mi rostro ante las injurias y los
en torno de ti los ojos y mira; | todos se esputos. | 7 El Señor, Yavé, me ha soco
reúnen para venir a ti. | Por mi vida, dice rrido, | y por eso no cedí ante la ignomi
Yavé, que te revestirás de ellos como de nia | e hice mi rostro como de pedernal, |
ornamento | y te ceñirás de ellos como sabiendo que no sería confundido. | 8 Cer
novia. | 19 Porque tu tierra, devastada, ca está mi defensor. ¿Quién quiere con
arruinada, desierta, será ahora estrecha tender conmigo? { Comparezcamos jun
para la muchedumbre de tus habitantes, I tos. ¿Quién es mi adversario? | Que se
y se alejarán los que te devoraban. | 20 En ponga frente a mí. | 9 Sí, el Señor, Yavé,
tonces dirán a tus oídos los hijos de la me asiste. | ¿Quién me condenará? | To
madre que los había perdido: | La tierra dos ellos caerán en pedazos, como vesti
es demasiado estrecha para mí; | hazme do viejo; | la polilla los consumirá. |
lugar para que habite en ella. | 21 Y tú di Quien de vosotros tema a Yavé, | oiga
rás en tu corazón: | ¿Quién, pues, me ha la voz de su Siervo. | El que ande en ti
parido a éstos? | Yo había perdido mis nieblas, privado de luz, | que confíe en
hijos y quedé estéril. I ¿A éstos quién los el nombre de Yavé y se apoye sobre su
ha criado? 1 Yo estaba sola. ¿De dónde Dios. | 11 Los que estáis encendiendo un
vienen éstos? fuego | y preparando saetas encendidas, ]
22 Así habla el Señor, Yavé: | Yo ten arrojaos a las llamas de vuestro fuego | so
deré mi mano a las gentes y alzaré mi bre las saetas que encendéis. | De mi ma
bandera a las naciones, I y traerán en bra no os llegará esto, | y seréis atormentados
zos a tus hijos y en hombros a tus hijas. | en un lecho de dolor.
23 Reyes serán tus ayos, l y reinas tus no
drizas; | postrados ante ti, rostro a tie Exhortación a los israelitas fieles
rra, | lamerán el polvo de tus pies. | Y sa
brás que yo soy Yavé | y que el que en C 1 1 Oídme vosotros, los que seguís
mí confía no es confundido. la justicia | y buscáis a Yavé. |
24 ¿Se le quita al guerrero su botín? Considerad la roca de que habéis sido ta
¿Se le escapa al poderoso su presa? ) llados, | la cantera de que habéis sido sa
25 Así habla Yavé: | Pues yo arrebataré cados. | 2 Mirad a Abraham, vuestro pa
al guerrero su botín | y al poderoso le dre, | y a Sara, que os parió en dolores. I
arrancaré su presa, | y defenderé tu cau Sólo a él le elegí yo, | y le bendije y le mul
sa | y salvaré a tus hijos. | 26 Y a los que tipliqué. | 3 D e cierto Yavé consolará a
te despojaron les haré comer sus propias Sión, | consolará todas sus ruinas | y tor
carnes | y se embriagarán de su sangre nará su desierto en vergel, | y su soledad
como de vino dulce. | Y reconocerá toda en paraíso de Yavé, | donde habrá gozo
carne que yo soy Yavé, tu salvador, | tu y alegría | y cantos y alabanza.
redentor, el Fuerte de Jacob. 4 Atended, pueblos, a mi voz; | prestad
me oído, naciones, j Que de mí viene la
C A 1Así dice Yavé: | ¿Dónde está el doctrina | y mi ley será la luz de los pue
libelo de repudio de vuestra ma blos. | 5 Mi justicia se acerca, ya viene mi
dre, | por el cual la he repudiado yo? | salvación, | y mi brazo hará justicia a los
¿O cuál es aquel de mis acreedores | a pueblos. | A mí me esperan las islas | y
quien os haya vendido yo? | Por vuestros aguardan mi poder. | 6 Alzad los ojos al
crímenes fuisteis vendidos j y por vues cielo | y mirad la tierra a vuestros pies. |
tros pecados fue repudiada vuestra ma Pasarán los cielos como humo, j se enve-
dre. | 2 ¿Por qué cuando yo venía no ha jecérá como un vestido la tierra | y mori
llaba a nadie | y cuando llamaba nadie rán como las moscas sus habitantes. | Pe
me respondía? I ¿Habráse acortado mi ro mi salvación durará por la eternidad |
brazo para salvar | o no tendré ya fuerza y mi justicia no tendrá fin.
para librar? | Con sólo mi amenaza seco 7 Oídme vosotros, los que conocéis la
el mar | y tomo en desierto los ríos, | has justicia; f tú, pueblo, en cuyo corazón está
ta perecer sus peces por falta de agua | y mi Ley. | N o temas las afrentas de los
morir de sed sus vivientes. | 3 Yo revisto hombres, ( no te asusten sus ultrajes. |
los cielos de un velo de sombras | y los 8 Porque como a vestidura los comerá la
cubro como de saco. tínea, | como a lana los roerá la poli
4 El Señor, Yavé, me ha dado lengua lla. | Pero mi justicia durará por la eter
de discípulo | para saber sostener con nidad, | y mi salvación de generación en
mi palabra a los abatidos. | Cada mafia- generación.
I s a ía s 5 1 5 2 810
9 Alzate, álzate, revístete de fortaleza,encima
| de ti, | cuando pisaban tu dorso
brazo de Yavé. | Levántate, como en los como se pisa la tierra, | como camino
tiempos antiguos, I en los siglos remo de los que pasan.
tos. | ¿No eres tú quien aplastaste a Ra-
hab | y atravesaste al dragón? | 10 ¿No C O 1 Levántate, levántate, revístete de
eres tú quien secaste el mar, | las aguas fortaleza, ¡oh Sión!; | viste tus ves
del profundo abismo, | y tomaste las pro tiduras de fiesta, | Jerusalén, ciudad san
fundidades del mar en camino | para que ta; | que ya no entrará más dentro de ti |
pasasen los redimidos? | 11 Volverán los incircunciso ni inmundo. | 2 Sacúdete el
rescatados de Yavé, | volverán a Sión con polvo, levántate, | Jerusalén cautiva. |
cantos de triunfo, f coronada de gloría Desata las ataduras de tu cuello, j cauti
eterna su frente, i Se apoderarán de ellos va, hija de Sión.
el gozo y la alegría, | huirán el llanto y 3 Así dice Yavé: De balde fuisteis ven
la tristeza. didos y sin precio seréis rescatados.4 Pues
12 Soy yo vuestro consolador. | ¿Por qué así dice Yavé: A Egipto bajó mi pueblo
temer tú a un débil mortal, | a un hom en otro tiempo para habitar alü como
bre que es como el heno, | 13 olvidándote peregrino, pero Asur le cautivó sin ra
de Yavé, tu Hacedor, | que desplegó los zón. 5 ¿Qué, pues, he de hacer yo, dice
cielos y fundó la tierra, | para estar te Yavé, ahora que ha sido tomado gratis
miendo todo el día I el furor de tu opre mi pueblo? Sus opresores aúllan y con
sor, | que busca destruirte? | 14 ¿Dónde tinuamente, dice Yavé, es blasfemado mi
está el furor del que te oprimía? | Bien nombre. 6 También mi pueblo conocerá
pronto será liberado el cautivo. | N o mo mi nombre y que soy yo quien dice: Aquí
rirá en su cárcel, | no le faltará el pan. estoy.
13 Yo soy Yavé, tu Dios, | que levanto
el mar y embravezco sus olas, | y cuyo Alegría de la restauración
nombre es Yavé Sebaot. | 16 Yo pondré 7 ¡Qué hermosos son sobre los montes |
en tu boca mi palabra ( y te protegeré los pies del mensajero | que anuncia la
con la sombra de mi mano, | desplegan paz, | que te trae la buena nueva, i que
do los cielos y fundando una tierra i y pregona la salvación, | diciendo a Sión:
diciendo a Sión: Tú eres mi pueblo. Reina tu Dios! | 8 ¡Voces! Tus atalayado
17 Despierta, despierta, levántate, Je- res alzan la voz, i y todos a una cantan
rusalén, | tú que has bebido de la mano jubilosos, I porque ven con sus ojos i có
de Yavé I el cáliz de su ira; | tú que has mo se ha vuelto Yavé hacia Sión.
apurado hasta las heces I el cáliz que atur 9 Cantad todas a una vuestros cantos, |
de. * ! 18 No hubo nadie que la guiara I de ruinas de Jerusalén, | que consuela Yavé
todos los hijos que ella parió; | ninguno a su pueblo | y rescata a Jerusalén. i Ya
la sostuvo con su mano ¡ de cuantos hi vé alza su santo brazo | a los ojos de to
jos crió. I 19 Cayeron sobre ti estos dos dos los pueblos, i y los extremos confines
males. | ¿Quién se dolerá de ti? ¡ Ruina de la tierra | ven la salvación de nuestro
y azote, hambre y espada, I ¿quién te con Dios.
solará? I 20 Tus hijos yacen desfallecidos i 11 Partid, partid, salid de ahi, | no to
en las encrucijadas de los caminos, | co quéis nada inmundo. ! Salid, purificaos |
mo antílopes cazados a lazo, | ebrios de los que lleváis los utensilios de Yavé. I
la ira de Yavé, i de los furores de tu Dios. 12 Pero no salgáis a la desbandada, | no
21 Oye, pues, malaventurada, | ebria, pepartáis como fúgitivos, | porque va Yavé
ro no de vino. I22 Así habla tu Señor, Ya a vuestro frente, | y vuestra retaguardia es
vé, | tu Dios, que aboga por su pueblo: el Dios de Israel. *
Yo tomaré de tu mano | la copa em
briagadora, | el cáliz de mi ira, | y no lo P o em a del Siervo de Y avé
beberás ya más. 1 23 Y lo pondré en la ma 13 He aquí que mi Siervo prosperará, |
no de los tiranos, | en la mano de tus será engrandecido y ensalzado, puesto
opresores, | en la mano de los que te de muy alto. | 14 Como de él se pasmaron
cían: | Encórvate para que pasemos por muchos, | tan desfigurado estaba su ros-
C i 17 Nuevamente se insiste en el pensamiento varias veces repetido. Israel ha sufrido la ira
^ * de su Dios, ha bebido la copa de su cólera en castigo de sus pecados, pero la hora del castigo
de Babilonia se acerca, y ésta será la hora de la libertad de Israel.
C O l i Esta sección (52,13-53,12), con los varios fragmentos dispersos que antes hemos ido
indicando, forma un verdadero poema, que es a la vez el vaticinio más claro de la pasión
del Siérvo del Señor, y que podríamos llamar el profético y primer relato de la pasión. Los dolo
res del Siervo; la causa de ellos y los frutos de la muerte se hallan descritos con los más vivos colo
res. Uñé cosa,.sin embargo, hay que notar: que, tanto aquí como en los pasajes anteriores, este
Siervo aparece, como Melquisedec, sin padre ni genealogía; parece como si no tuviera nada que ver
con el glorioso hijo de David y restaurador de su reino. Por eso se explica que estos pasajes fue
ran un enigma para los judíos, como les fue después escándalo el misterio de la cruz.
811 I s a ía s 52-55
tro | que no parecía ser de hombre, 115 asi que los hijos de la abandonada son más
se admirarán de él las gentes | y los reyes numerosos | que los hijos de la casada,
cerrarán ante él su boca | al ver lo que dice Yavé. *
jamás vieron, | al entender lo que jamás 2 Ensancha el espacio de tu tienda, |
habían oído. extiende las pieles que te cubren; | no las
recojas, alarga tus cuerdas I y refuerza tus
C O 1 ¿Q uién creerá lo que hem os clavos; I 3 porque te extenderás a derecha
O O oído? | ¿A quién fue revelado el e izquierda, | y tu descendencia poseerá
brazo de Yavé? | 2 Sube ante El como un las naciones | y poblará las ciudades de
retoño, | como retoño de raíz en tierra siertas. | 4 Nada temas, que no serás con
árida. | No hay en él parecer, no hay her fundida; no te avergüences, que no serás
mosura que atraiga las miradas, I no hay afrentadla. Te olvidarás de la vergüenza de
en él belleza que agrade. I 3 Despreciado, la juventud | y perderás el recuerdo del
desecho de los hombres, I varón de dolo oprobio de tu viudez. 15 Porque tu marido
res, conocedor de todos los quebrantos, | es tu Hacedor, I que se llama Yavé Se-
ante quien se vuelve el rostro, | menospre baot, I y tu redentor es el Santo de Israel, |
ciado, estimado en nada. que es el Dios del mundo todo.
4 Pero fue él, ciertamente, quien tomó 6 Sí, Yavé te llamó | como a mujer aban
sobre sí nuestras enfermedades I y cargó donada y desolada. I La esposa de la ju
con nuestros dolores, | y nosotros le tu ventud, ¿podrá ser repudiada?, dice tu
vimos por castigado | y herido por Dios Dios. I 7 Por una hora, por un momento
y humillado. I 3 Fue traspasado por nues te abandoné, I pero en mi gran amor vuel
tras iniquidades 1 y molido por nuestros vo a llamarte. I 8 Desencadenando mi ira,
pecados. I El castigo salvador pesó sobre oculté de ti mi rostro; I un momento me
él, I y en sus llagas hemos sido curados. I alejé de ti; I pero en mi eterna misericor
6 Todos nosotros andábamos errantes, co dia me apiadé de ti, I dice Yavé, tu re
mo ovejas, I siguiendo cada uno su cami dentor.
no, | y Yavé cargó sobre él | la iniquidad 9 Será como al tiempo de Noé, | en que
de todos nosotros. juré que nunca más el diluvio | se echaría
7 Maltratado y afligido, | no abrió sobre
la la tierra. I Así juro yo ahora no vol
boca, | como cordero llevado al matade ver a enojarme contra ti, no volver a re
ro, | como oveja muda ante los trasquila ñirte. | io Que se muevan los montes, I que
dores. | 8 Fue arrebatado por un juicio tiemblen los collados, | no se apartará más
inicuo, I sin que nadie defendiera su cau de ti mi misericordia, ] y mi alianza de paz
sa | cuando era arrancado de la tierra de será inquebrantable, | dice Yavé, que te
los vivientes t y muerto por las iniquida ama.
des de su pueblo. | 9 Dispuesta estaba en 11 ¡Pobrecita, azotada por la tempestad,
tre los impíos su sepultura, I y fue en la sin abrigo! I Voy a edificarte sobre jaspe, I
muerte igualado a los malhechores, | a sobre cimientos de zafiro. | 12 Te haré al
pesar de no haber en él maldad I ni ha menas de rubí | y puertas de carbunclo, |
ber mentira en su boca. 11® Es que quiso y toda una muralla de piedras precio
quebrantarle Yavé con padecimientos. sas. I 13 Todos tus hijos serán adoctrina
Ofreciendo su vida en sacrificio por el dos por Yavé ! y gozarán de mucha paz. |
pecado, | tendrá posteridad y vivirá largos 14 Serás fundada sobre la justicia, | y es
dias, ! y en sus manos prosperará la obra tará lejos de ti la opresión, que no habrás
de Yavé. I 11 Librada su alma de los tor de temer, { y la angustia, que no te llega
mentos verá, I y lo que verá colmará sus rá jamás.
deseos. I El Justo, mi siervo, justificará 15 Si te atacare alguno, no será de par
a muchos [ y cargará con las iniquidades te mia, I y quien te ataque caerá ante ti. |
de ellos. I 12 Por eso yo le daré por parte 16 Mira, yo he hecho al herrero, | que so
suya muchedumbres, I y recibirá muche pla las brasas del fuego | y con su tra
dumbres por botín; | por haberse entre bajo forja un arma; también he hecho yo
gado a la muerte I y haber sido contado al destructor para destruir. | 17 Toda ar
entre los pecadores | cuando llevaba so ma forjada contra ti será inútil, | y cual
bre sí los pecados de todos 1 e intercedía quiera que sea la lengua que contra ti se
por los pecadores. querelle, triunfarás tú. I Esta es la por
G loria d e la n u eva Sión ción de los servidores de Yavé | y la jus
ticia que de mí les vendrá, dice Yavé.
(J A 1 Regocíjate, estéril. la sin hijos; I
® ** entona un canto de alegría, tú que C C 1 ¡Oh vosotros, los sedientos!, ve-
no conoces los dolores del parto. | Por nid a las aguas; | aun los que no
E J 1 Los ce después 60,1-62,12, forman como un gran poema en que se describe
d t la gloriosa restauración de Jerusalén, convertida en centro de las naciones, que se sienten
atraídas a ella por las maravillas que ven realizadas por Yavé. El tema se encuentra con frecuencia
en los profetas, pero en ninguna parte tratado con la amplitud y el alto lirismo que aquí.
I saías 55-57 8 12
¿ tenéis dinero. | Venid, comprad pan y co árbol seco. | 4 Porque así dice Yavé a
med; I venid, comprad sin dinero, j sin los eunucos | que guardan mis sábados |
pagar, vino y leche. | 2 ¿A qué gastar vues y eligen lo que me es grato i y son fieles a
tro dinero no en pan, | y vuestro trabajo mi pacto: * | 3 Yo os daré en mi casa,
no en hartura? | Escuchadme y comeréis dentro de mis muros, | poder y nombre,
lo mejor | y os deleitaréis con manjares mejor que hijos e hijas. | Yo les daré un
suculentos. | 3 Dadme oídos y venid a nombre eterno, | que nunca perecerá. |
mi; | escuchadme y vivirá vuestra alma, | 6 Y a los extranjeros allegados a Yavé |
y haré con vosotros un pacto sempiterno, j para servirle y amar su nombre, | para
el de las firmes misericordias de David. | ser sus servidores, | que guarden el sá
4 D e ti he hecho un testimonio para las bado sin profanarlo | y sean fieles a mi
gentes, I un jefe y maestro de ios pue pacto, | 7 yo los llevaré al monte de mi
blos. I 5 Llamarás a pueblos que te son santidad I y los recrearé en mi casa de
desconocidos, | y pueblos que no te co oración, j Sus holocaustos y sacrificios
nocen I correrán a ti, | por Vavé, tu Dios, | serán gratos en mi altar, | porque mi
por el Santo de Israel, que te glorificará. casa será llamada casa de oración | para
6 Buscad a Yavé mientras puede ser todos los pueblos.
hallado, j llamadle en tanto que está
cerca. | 7 Deje el impío sus caminos, 1 y Lo s malos pastores de Israel
el malvado sus pensamientos, | y vuélvase 8 Oráculo del Señor, Yavé, I que re-
a Yavé, que tendrá de él misericordia; | une a los dispersos de Israel: | A los
a nuestro Dios, que es rico en perdones. reunidos yo allegaré otros. | 9 Bestias del
8 Porque no son mis pensamientos vues campo, fieras de la selva, | venid todas
tros pensamientos, | ni mis caminos son a comer. I 10 Mis guardianes son ciegos
vuestros caminos, dice Yavé. | 9 Cuanto todos, | no entienden nada. | Todos son
son los cielos más altos que la tierra, | perros mudos I que no pueden ladrar; |
tanto están mis caminos por encima de soñolientos, se acuestan, | son amigos de
los vuestros, | y por encima de los vues dormir. | 11 Son perros voraces, insacia
tros, mis pensamientos. ( 10 Como baja bles, { y aun los pastores no entienden, |
la lluvia y la nieve f de lo alto del cielo, siguen cada uno su camino, | cada cual
y no vuelven allá | sin haber empapado y busca su interés. | 12 «Venid, voy en busca
fecundado la tierra y haberla hecho ger de vino, | y beberemos licores, | y ma
minar, | dando la simiente para sembrar y ñana será como hoy | día grande, muy
el pan para comer, | 11 así la palabra que grande».
sale de mi boca | no vuelve a mí vacía, |
sino que hace lo que yo quiero | y cumple Idolatrías de Israel
su misión. * Perece el justo, | y no hay quien
12 Sí, partiréis con regocijo | y cami v # pare mientes; I desaparecen los
naréis en paz. | Montes y collados os buenos, | y no hay quien entienda | que
aclamarán | y todos los árboles del campo el justo es recogido ante la aflicción, |
os aplaudirán. | 13 En vez de los espinos, 2 para entrar en la paz, | para que des
crecerá el ciprés; | en vez de las ortigas, cansen en sus lechos | los que siguen el
el mirto, | y será esto gloria para Yavé, | camino derecho.
señal eterna, imperecedera. 3 Acercaos, pues, vosotros, | hijos de
bruja, 1 generación de adúltera y de pros
V ocación d e las gen tes tituta. * | 4 ¿De quién os burláis? | ¿A quién
1 Asi dice Yavé: | Guardad el de- hacéis muecas y sacáis la lengua? | ¿No
v w recho, obrad la justicia, | que pron sois vosotros hijos de pecado, | raza de
to va a venir mi salvación | y a revelarse mentira, | 5 encendidos de concupiscencia
mi justicia. | 2 Bienaventurado el varón que bajo el terebinto ! y bajo todo árbol
esto hiciere, | y el hijo del hombre que frondoso, | sacrificando niños en el lecho
a ella se asiere, | y que guarde el sábado de los torrentes, j en los huecos de las
sin profanarlo | y guarde sus manos de peñas?
toda obra mala. 6 Los lisos chínanos del torrente serán
3 Que no diga el extranjero allegado a tu parte, | he ahí tu porción. } A ellos
Yavé: | Yavé me excluye de su pueblo. | hiciste tus libaciones | y llevaste ofrendas; i
Que no diga el eunuco: | Yo soy un ¿no habré de resentirme yo? | 7 Sobre un
4 L a ley deuteronómica (23.1 ss.) excluía a los eunucos de la comunidad de Israel; pero
aquí el Señor declara abrogada esa ley en favor de la piedad de los eunucos, que por ella
podrán alcanzar un nombre glorioso en el reino mesiánico.
C *7 3 Este pasaje, como casi todo lo que sigue hasta el fin del libro, se distingue notablemente
^ * de lo que procede. Allí sólo suenan palabras de triunfo, de alegría por la vuelta de Israel a
la gracia de su Dios; aquí, en cambio, hallamos lo que es tan frecuente en los profetas y más en
Isaías: la reprensión de los pecados y las amenazas de castigos.
813 I s a ía s 5 7 -5 9
monte alto, bien alto, I pones tu cama; I ama la justicia, | sin apartarse de la ley
después subes allá | para sacrificar. | de Dios. | Me piden leyes justas | y pre
8 Detrás de la puerta y del umbral I tenden acercarse a Dios. ( 3 ¿A qué ayu
pones tu memoria, | y lejos de mí, des nar, si tú no lo ves? | ¿A qué humillar
vergonzadamente te desnudas, [ subes a nuestras almas, si tú no te das por en
la cama y la ensanchas 1 y te prostituyes tendido? | Sí, pero en el día de ayuno
con aquellos cuyo comercio deseas, | com os vais tras vuestros negocios | y oprimís
partiendo su lecho. * a todos vuestros servidores. | 4 Ayunáis
9 Corres a Moloc con ungüentos, | lle para mejor reñir y disputar, | para herir
nas las manos de perfumes, | envías lejos inicuamente con el puño. | No ayunéis
a tus mensajeros, | hasta la profundidad como lo hacéis ahora, | sí queréis que en
del seol. | 10 El largo viaje te fatiga, | lo alto se oiga vuestra voz. | 5 El ayuno
pero no dices: Renuncio a él. | Hallas que me agrada | es el día en que se humi
nuevas fuerzas | y no desistes. | 11 ¿De lla el hombre. I Encorvar la cabeza como
quién temes, qué te asusta, | para rene un junco | y acostarse con saco y en
gar de mí, | para no acordarte más de ceniza, | ¿a eso llamáis ayuno | y día
mí | y no hacerme caso? | ¿No me he agradable a Yavé?
callado y he cerrado los ojos, | y tú
no me temiste? | i2 Pues ahora voy a E l ayu n o grato a Y avé
pregonar mi justicia, I y tus obras de 6 ¿Sabéis qué ayuno quiero yo?, | dice
nada te servirán. [ 13 Grita. Que te salven el Señor, Yavé: [ Romper las ataduras
tus ídolos. | A todos los llevará el viento, | de iniquidad, | deshacer los haces opreso
un soplo los arrebatará. | Pero el que en res, | dejar ir libres a los oprimidos | y
mí confía heredará la tierra | y poseerá quebrantar todo yugo; | 7 partir su pan
mi monte santo. con el hambriento, albergar al pobre sin
abrigo, | vestir al desnudo | y no volver
P ro m esa de p erdón a los tu rostro ante tu hermano. | 8 Entonces
arrepentidos brillará tu luz como la aurora, | y se
14 Y se dirá: Abrid, abrid camino, alladejará ver pronto tu salud, } e irá delante
nadlo, | quitad los tropiezos del camino de ti la justicia, | y detrás de ti la gloria
de mi pueblo; j Aporque así dice el de Yavé. j 9 Entonces llamarás, y Yavé te
Altísimo, | cuya morada es eterna, cuyo oirá; | le invocarás, y El dirá: Heme aquí.
nombre es santo: | Yo habito en la altura Cuando quites de ti la opresión, I el
y en la santidad, I pero también con el gesto amenazador y el hablar altanero; (
contrito y humillado, | para hacer revivir 10 cuando des de tu pan al hambriento |
los espíritus humillados f y reanimar los y sacies el alma del indigente, f brillará tu
corazones contritos. | 16 Pues yo no quie luz en la obscuridad, | y tus tinieblas serán
ro estar siempre contendiendo, | ni quiero cual mediodía. | 11 Yavé será siempre tu
estar siempre enojado, | porque sucum pastor, | y en el desierto hartará tu alma |
biría ante mí todo espíritu, | tas almas y dará vigor a tus huesos. | Serás como
que yo he creado. huerto regado, | como fuente de aguas
17 Por su iniquidad, un tiempo yo le vivas, | que no se agotan jamás. | 12 Edi
herí en mi ira, | y ocultándome, le cas ficarán tus hijos las desiertas ruinas |
tigué sañudo. | El rebelde seguía por los y alzarás los cimientos primeros; | y te
caminos de su corazón. | 18 Sus caminos llamarán reparador de las brechas | y
los conozco yo, y le sanaré | y le conduciré restaurador de las casas en ruinas.
y le consolaré. | WYo pondré cantos en 13 Cuando te abstengas de profanar el
los labios afligidos. | Paz, paz al que está sábado | y de ocuparte en tus negocios el
lejos y al que está cerca, | dice Yavé; yo día santo, | y hagas del sábado tus deli
le curaré. | 20 Pero los malvados son un cias | y lo santifiques, alabando a Yavé, |
mar proceloso, | que no puede aquietar y me honres, dejando tus negocios, | el
se | y cuyas olas arrojan cieno y lodo. | trabajo que te ocupa y los discursos va
21 No hay paz, dice Yavé, para los impíos. nos, | 14 entonces será Yavé tu delicia |
y llevará tu carro a las alturas de la
L os p ecad os d e Israel tierra. | Te haré gozar de la heredad de
C D 1 Clama a voz en cuello sin cesar; J Jacob, tu padre; | habla la boca de Yavé.
v O alza tu voz como trompeta | y
echa en cara a mi pueblo sus iniquidades, | Poder salvador de Yavé, mas para el
y sus pecados a la casa de Jacob. * | 2 Día que se enmienda
tras día me buscan | y quieren saber mis C Q 1 N o, no se ha acortado la mano
caminos, | como si fueran un pueblo que | V Ü salvadora de Yavé, | ni se ha he-
8 Imagen de la idolatría. Cf. Ez 16,23.
D 1 Pretende el pueblo merecer la gracia de Dios con ayunos y no se cuida de practicar la jus-
^ ticia v observar la Ley del Señor, que es el ayuno grato a Yavé (cf. Zac 7).
ISAÍAS 59-60 814
cho su oído duro para oir. * | 2 Vuestras un hombre I y le asombró que no hubiera
iniquidades cavaron un abismo I entre intercesor. | Y se apoyó en su brazo I y
vosotros y vuestro Dios; I vuestros peca vino en su ayuda su justicia; | 17 y se
dos hacen que El oculte sus rostro I para revistió de la justicia como de coraza, |
no oíros; | 3 porque vuestras manos están y puso sobre su cabeza el casco de la
manchadas de sangre, | y vuestros dedos salvación, I y se vistió de vestiduras de
de iniquidades; | vuestros labios hablan venganza, I y se cubrió de celo como de
mentira | y vuestra lengua dice maldades. | manto.
4 No hay quien clame por la justicia, I 18 Como son las obras, así será la re
nadie que juzgue con verdad. I Confían tribución ; I ira contra sus enemigos, furor
en vanidades y hablan vanidades; I con contra sus adversarios. 119 Y temerán des
ciben maldades y paren crímenes; I 5 in de el poniente el nombre de Yavé, | y
cuban huevos de áspides I y tejen telas desde el nacimiento del sol su majestad; |
de araña, | y el que come los huevos porque vendrá como torrente impetuoso, |
muere, | y si los rompe sale un basilisco. I empujado por el soplo de Yavé. | 20 Mas
6 Y sus telas no sirven para hacer ves para Sión vendrá como redentor, | para
tidos, | no pueden cubrirse con su obra; | los de Jacob que se convierten de sus
sus obras son obras de iniquidad, | y pecados, dice Yavé. | 21 He aquí mi alianza
llevan en sus manos la rapiña, i 7 Corren con ellos, dice Yavé; | El espíritu mío que
tras el mal sus pies | y se dan prisa a está sobre ti; I y las palabras que yo
derramar sangre inocente. I Sus pensa pongo en tu boca I no faltarán de ella
mientos son pensamientos de iniquidad, | jamás, ni de la de tus hijos, | ni de la
y a su paso dejan el estrago y la ruina. boca de los hijos de tus hijos, 1 dice
8 No conocen los caminos de la paz, | Yavé, desde ahora para siempre.
no hay en sus sendas justicia; I sus vere
das son tortuosas, I y quien por ellas Gloria de la nueva Jerusalén
va no conoce la paz. /J A 1 Levántate y resplandece, que ya
9 Por eso se alejó de nosotros el juicio, I se alza tu luz | y la gloria de
por eso no nos alcanza la justicia. | Es Yavé alborea para ti.* | 2 mientras está
peramos luz, y no vemos más que tinie cubierta de sombras la tierra I y los
blas; t resplandor, y no hay más que pueblos yacen en tinieblas. I Sobre ti
obscuridad. I 10 Vamos palpando como viene la aurora de Yavé I y en ti se ma
el ciego a lo largo del muro, I y andamos nifiesta su gloria. I 3 Las gentes andarán
a tientas, como quien no tiene ojos, i a tu luz. I y los reyes, a la claridad de
Tropezamos en pleno día como si fuera tu aurora. : 4 Alza los ojos y mira en
de noche; | estamos a obscuras, como tomo tuyo; l todos se reúnen y vienen
muertos; I *1 gruñimos todos como osos I a ti; I llegan de lejos tus hijos, I y tus
v gemimos como palomas; ! esperamos la hijas son traídas a ancas.
liberación, pero no viene; I la salvación, 5 Cuando esto veas resplandecerás, | y
pero está lejos de nosotros. | 12 Porque palpitará tu corazón y se ensanchará. |
son ante ti muy numerosos nuestros pe Vendrán a ti los tesoros del mar, ! llega
cados, I y nuestros crímenes dan testi rán a ti las riquezas de los pueblos. |
monio contra nosotros. [ Presentes nos 6 Te inundarán muchedumbres de came
están nuestros crímenes y conoce llos, I de dromedarios de Madián y de
mos nuestras iniquidades. 13 Rebelarse y Efa. I Llegarán de Saba en tropel, | tra
renegar de Yavé: I apostatar y alejamos yendo oro" e incienso I y pregonando las
de nuestro Dios; I hablar la perfidia y la glorias de Yavé. I 7 En ti se reunirán los
violencia; I concebir en el corazón y pro ganados de Cedar, I y los carneros de
ferir palabras de mentira; f 14 y se aleja Nebayot estarán a tu disposición, t Serán
el derecho, I y se ausenta la justicia, I y víctimas gratas sobre mi altar, I y yo
tropieza la buena fe en las plazas, I no glorificaré la casa de mi gloria.
halla lugar la rectitud. I La buena fe ha 8 ¿Quiénes son aquellos que vienen vo
sido desterrada, | y quien evita el mal lando. como nube, I como bandada de
es roído. palomas que vuelan a su palomar? I 9 Sí,
*5 Violo Yavé y se indignó. I que ya se reúnen las naves para mí, I y los navios
no hay justicia. I 16 Vio que no había ni i de Tarsis abren la marcha, I para traer
RQ 1 El poder salvador de Dios no se ha acortado, pero no se pondrá en acción en beneficio
de los pecadores, sino en favor de los que se vuelven a Yavé. A éstos vendrá a librar el Señor
y establecerá una alianza firme.
| | A 1 El profeta nos describe a Jerusalén como la capital del reino mesiánico Iluminada por la
gloria de Yavé, atraerá a sí los peregrinos de todos los pueblos del Oriente hasta el extremo
de Arabia y del Occidente hasta las lejanas tierras de Tarsis. Vienen trayendo a los israelitas para
reedificar con ellos lo3 muro9 destruidos de Jerusalén Jerusalén. convertida en centro de peregri
nación del mundo entero, verá acudir a ella las riquezas de las naciones para enriquecer a los hijos
de Israel, en cuyos oídos debían resonar estos oráculos como suavísima música (cf. Ag 2,8 ss.).
8 15 I s a ía s 60-62
de lejos a tus hijos con su oro y su plata, | I una corona; | el óleo del gozo, en vez de
para el nombre de Yavé, tu Dios; | para luto; | la gloria, en vez de la desespera
el Santo de Israel, que te glorifica. ción. | Se los llamará terebintos de justi
10 Extranjeros reedificarán tus muros,cia, | , plantación de Yavé para su gloria. |
y sus reyes estarán a tu servicio, [ pues si 14 Ellos reedificarán las ruinas antiguas 1 y
en mi ira te herí, I en mi clemencia he : levantarán los asolamientos del pasado. |
tenido piedad de ti. 1 11 Tus puertas esta Restaurarán las ciudades asoladas, | los
rán siempre abiertas, no se cerrarán ni escom bros de m uchas generaciones. )
de día ni de noche, | para traerte los 5 Habrá extranjeros para apacentar tus
bienes de las gentes con sus reyes por ganados, I y extraños serán tus labradores
guías al frente; | 12 porque las naciones y y viñadores. I 6 Y vosotros seréis llamados
los reinos que no te sirvan a ti | perecerán sacerdotes de Yavé | y nombrados mi
y serán exterminados. nistros de nuestro Dios. | 7 Comeréis lo
13 Vendrá a ti la gloria del Líbano,exquisito
I de las naciones | y os vestiréis
los cipreses, los olmos y los alerces jun de sus magnificencias. | Pues como tuvie
tamente. | Para embellecer mi santuario, i ron el doble en cuanto a vergüenza y fue
para decorar el lugar en que se asientan su parte el oprobio y la confusión, | re
mis pies. | 14 A ti vendrán humillados los cibirán el doble también sobre la tierra I
hijos de los tiranos, I y se postrarán a v gozarán de eterna gloria.
tus pies todos cuantos te infamaron. | Ya 8 Porque yo. Yavé, soy amante del de
te llamarán la ciudad de Yavé, I la Sión recho | y aborrezco el rapaz latrocinio. |
del Santo de Israel. | 15 De abandonada Por eso les daré fielmente su recompensa |
que eras, odiada y detestada, yo te haré y haré con ellos una alianza eterna I 9 Su
eterno prodigio, | delicia de los siglos. I descendencia será glorificada en los pue
16 Mamarás la leche de las gentes, ¡ los blos, 1 y su posteridad en medio de las
pechos de los reyes, | y sabrás que yo, gentes. | Y quien los viere reconocerá |
Yavé, soy tu salvador, I tu redentor, el que son la progenie bendita de Yavé.
Fuerte de Jacob. | 17 En vez de cobre pon
dré en ti oro; [ en vez de hierro, plata; I A g ra d e c im ie n to a Y avé de la
bronce en vez de madera, ¡ y hierro en Je ru sa lé n re sta u ra d a
vez de piedras. I Te daré por magistrado 10 Y yo me gozaré en Yavé, | y mi
la paz, I y por soberano la justicia. i 18 No alma saltará de júbilo en mi Dios, |
se hablará ya de injusticia en tu tierra, | porque me vistió de vestiduras de salud j
de saqueo y de ruina en tu territorio. | y me envolvió en mamo de justicia, I
Tus muros los llamarás «salud», | y a como esposo que se ciñe la frente con
tus puertas, «gloria». diadema I y como esposa que se adorna
19 Ya no será el sol tu lumbrera, | ni de sus joyas. i 11 Porque como produce
te alumbrará la luz de la luna. | Yavé la tierra sus gérmenes I y como hace
será tu eterna lumbrera, | y tu Dios será brotar el huerto sus semillas, I así el
tu luz. i 20 Tu sol no se pondrá jamás, | Señor, Yavé, hará brotar la justicia ] y la
y tu luna nunca se esconderá, porque gloria ante todas las gentes.
será Yavé tu eterna luz; | acabáronse ios
días de tu luto. | 21 Tu pueblo será un Y a viene la salvació n
pueblo de justos I y poseerá la tierra para i Por amor de Sión yo no callaré |
siempre. | Renuevos del plantío de Yavé, I y por Jerusalén no pararé I hasta
obra de mis manos, hecha para resplan que resplandezca la justicia como aurora, |
decer. | 22 Del más pequeño saldrá un y la salvación como brillante antorcha; j
millar; | del menor, una inmensa nación, i 2 y verán las naciones tu justicia, I y
Yo, Yavé, lo he resuelto, | y a su tiempo todos los reyes tu gloria, I y te darán un
yo lo cumpliré. nombre nuevo, I que te pondrá la boca
de Yavé.
£?1 1 El espíritu del Señor, Yavé, des- 3 Serás en la mano de Yavé corona
cansa sobre mi, j pues Yavé me de gloria, real diadema en la mano de
ha ungido. | Y me ha enviado para pre tu Dios. 4 No te llamarán ya más la
dicar la buena nueva a los abatidos. | «Desamparada», i ni se llamará tu tierra
y sanar a los de quebrantado corazón; | «Desierta», : sino que te llamarán a ti
para anunciar la libertad a los cautivos | «Mi complacencia en ella», | y a tu tierra
y la liberación a los encarcelados. * \ «Desposada», i porque en ti se compla
2 Para publicar el año de la remisión de cerá Yavé i y tu tierra tendrá esposo. |
Yavé ■y el dia de la veugenza de nuestro j 5 Como «aacebo que se desposa con una
Dios, i 3 Para consolar a los tríete» ! y dar I deneeHe, I asi el que te edificará se des
a los afligidos de Sión, I en vez de cenina, posará consigo. I Y como la esposa hace
1 En la sinagoga de Nazaret. Jesús se aplicó a si este pasaje, con el resultado que San Lucas
61 nos refiere en 4,16 ss
I s a ía s 6 2 - 6 4 816
C O » Los profetas nos pintan a veces a Yavé como guerrero armado de todas sus armas para
combatir a sus enemigos; aquí nos lo presentan viniendo del combate, manchados de sangre
los vestidos, después de haber ejercido su cólera contra los impíos (59,15 ss.).
3 «Nadie de las gentes», esto es, ningún dios de las gentes.
7 Aquí comienza una tierna plegaría, puesta en boca del pueblo, que se prosigue en el capítulo
siguiente. El pueblo invoca la misericordia de Dios, confiesa sus pecados y pide que Yavé renueve
sus maravillas, salve a su pueblo y levante su santuario en ruinas.
9 «Su faz misma», esto es, El mismo en persona (Ex 33,14).
14 Pondera el amor de Yavé hacia su pueblo, incomparablemente mayor que el de Abraham
<cf. 64,8).
817 i s a ía s 6 4 - 6 5
pueblos ante ti, | 3 haciendo nunca espe en los collados. | Yo les mediré en el
rados prodigios, | de que no se oyó hablar seno el salario de sus obras pasadas.
jamás. | 4 Jam ás oyeron oídos, jamás vie 8 Así dice Yavé: ! Como cuando hay
ron ojos I Dios que así obrara como jugo en un racimo, dicen, no lo eches a
obras tú con los que en ti confian. | perder, { que hay en él bendición, | así
5 (4) Tú te adelantas a los que obran el haré yo por amor de mis siervos; | no
bien | y tienen presentes tus caminos, | los destruiré del todo, | 9 sino que sacaré
pero estás irritado por nuestros pecados de Jacob una progenie, | y de Judá un
y padeceremos hasta que seamos salvados. heredero de mis montes, | y los habitarán
6 C5) Todos nosotros somos impuros, | mis elegidos | y morarán allí mis siervos. |
toda nuestra justicia es como vestido in 10 Y será Sarón prado para los carneros, |
mundo. | Hemos caído como hojas secas, | y el valle de Acor dehesa para los bue
y nuestras iniquidades como viento nos yes | del pueblo que me habrá buscado. |
arrastran. I 7 (6) Y nadie invoca tu nom 11 Mientras que vosotros, los que dejáis
bre, t nadie despierta para apoyarse en a Yavé | y os olvidáis de mi monte santo, |
ti. | H as apartado tu rostro de nosotros i los que aderezáis mesa para la diosa
y nos has entregado a nuestras iniqui Fortuna | y llenáis la copa para libar al
dades. Destino, | 12 a todos os destinaré a la
8 COY con todo, ¡oh Yavé!, tú eres espada, | todos sucumbiréis en la ma
nuestro Padre; J nosotros somos la ar tanza; | porque cuando os llamaba no
cilla y tú el alfarero; | todos somos obra me respondisteis | y cuando os hablaba
de tus manos. 1 9 (8) jOh Yavé!, no te no me escuchasteis. | Hacíais lo que era
irrites del todo, | no estés siempre acor malo a mis ojos | y elegíais lo que me
dándote de nuestras iniquidades; | ve, desagradaba.
m ira que somos tu pueblo. 13 Por eso dice el Señor, Yavé: | Sí,
io (9) Tus ciudades santas están hechas
mis siervos comerán, | y vosotros ten
un desierto, | Sión es un desierto; 1 Jeru- dréis hambre; | mis siervos beberán, |
salén, un lugar asolado. | n (i®) Nuestro y vosotros tendréis sed; | mis siervos
santo y magnífico tem plo, l donde te gozarán, l y vosotros seréis confundidos; |
alababan nuestros padres, | ha sido presa 14 mis siervos cantarán, lleno de júbilo el
del fuego. I Toda nuestra gloria está en corazón, | y vosotros gemiréis con el
ruinas; | 12 (u ) ¿y a todo esto vas a mos corazón quebrantado | y gritaréis deses
trarte insensible, | vas a callarte para hu perados; | 15 dejaréis vuestro nombre a
millarnos del todo? mis elegidos como imprecación: | «Que el
Señor, Yavé, te mate». | Y a sus siervos
R e s p u e s ta d e Y av é dará otro nombre.
C C 1 Yo estaba a la disposición de 16 Todo el que en la tierra quiera ben
ios que no me consultaban, | po decirse, | se bendecirá en el Dios fiel. [
día ser hallado por los que no me bus Todo el que en la tierra jure, | jurará
caban. | Yo decía; Heme aquí, heme por el nombre del Dios verdadero; | y
aquí, | a gente que no invocaba mi nom las angustias pasadas se darán al olvi
bre. * | 2 Todo el día tendía yo mis ma do | y estarán lejos de mis ojos. | 17 Porque
nos | a un pueblo rebelde, | que iba por voy a crear cielos nuevos I y una tierra
caminos malos, | en pos de sus pensa nueva, | y ya no se recordará lo pasado |
mientos. I 3 U n pueblo que me provo y ya no habrá de ello memoria. J 18 Sino
caba a ira descaradamente y sin cesar, | que se gozará en gozo y alegría eterna |
sacrificando en los huertos | y quemando de lo que voy a crear yo, | porque voy
incienso sobre ladrillos; | 4 que iba a a crear a Jerusalén alegría, | y a su pueblo
sentarse en los sepulcros | y pasaba la gozo.
noche observando los astros; | que comía 19 Y será Jerusalén mi alegría, | y mi
carne de puerco ) y en cuyas ollas había pueblo mi gozo, | y en adelante no se
manjares inmundos; I 5 que decía; Qué oirán más en ella | llantos ni clamores. |
date ahí, | no te llegues a mí, que te 20 N o habrá allí niño que muera de pocos
santificaría. | Es como humo que ¿ l e de días, | ni viejo que no cumpla los suyos. |
mis narices, | fuego encendido todo el día. Morir a los cien años será morir niño, |
6 Todo esto escrito está delante de mí | y no llegar a los cien años será tenido por
y no callaré sin darles su pago | y re maldición. | 21 Construirán casas y las
tribuirles con medida colmada. | 7 Vues habitarán, | plantarán viñas y comerán
tras iniquidades y las iniquidades de vues su fruto. | 22 No edificarán para que ha
tros padres, dice Yavé, | que quemaron bite otro, ¡ no plantarán para que recoja
incienso en los montes | y me ultrajaron otro. | Porque según los días de los árbo-
£ C 1 Este capítulo puede considerarse como la respuesta de Dios a la plegaria anterior, y en ella
nos refiere la conducta por Dios seguida con pueblo tan rebelde; pero al fin llegará la obra
de la misericordia y de la restauración de Israel.
ISAÍAS 6 5 * 6 6 818
les serán ios días de mi pueblo, | y mis pueblo en un día? | ¿Una nación nace
elegidos disfrutarán del trabajo de sus toda de una vez? | Pues Sión ha parido
manos. | 23 N<> trabajarán en vano, | a sus hijos | ames de sentir los dolores. |
ni parirán para una muerte prematura, | 9 ¿Voy a abrir yo el seno materno para
sino que serán la progenie bendita de que no nazcan hijos?, I dice Yavé. | ¿O
Yavé | ellos y sus descendientes. | 24 An voy a cerrarlo yo, que soy quien hace na
tes que ellos me llamen les responderé y o ; I cer?, | dice tu Dios.
todavía no habrán acabado de hablar, y ya 10 Regocíjate, Jerusalén. | Vosotros, los
los habré escuchado. | 23 El lobo y el cor que la amáis, sea ella vuestra gloria. I
dero pacerán juntos; | el león, como el Llenaos con ella de alegría i los que con
buey, comerá paja, | y la serpiente comerá ella hicisteis duelo. | 11 Para mamar hasta
el polvo, i No habrá mal ni aflicción | en saciaros I la leche de sus consolaciones, I
todo mi monte santo, dice Yavé. para mamar en delicia | a los pechos de
L a n u e v a J e ru s a lé n , d e la q u e se rá n su gloria. | 12 Porque así dice Yavé: |
Voy a derramar sobre ella la paz como
e x clu id o s los m a lv a d o s río | y la gloria de las naciones como to
1 Asi dice Yavé: | El cielo es mi rrente desbordado. | Y sus niños serán
trono, | y la tierra el escabel de llevados a la cadera | y acariciados so
mis pies. | ¿Qué casa podríais edificar bre las rodillas.
me? | ¿En qué lugar moraría yo? * | 2 Todo 13 Como consuela una madre a su hi
eso mis manos lo hicieron, j todo es mío, jo, | así os consolaré yo a vosotros y
dice Yavé. | Mis miradas se posan sobre seréis por Jerusalén consolados. | 14 Cuan
los humildes I y sobre los de contrito do esto veáis latirán de gozo vuestros
corazón, que temen mis palabras. | 3 Hay corazones | y vuestros huesos reverde
quien me sacrifica un buey y m ata a un cerán como la hierba. | La mano de
hombre; I quien inmola un cordero y Yavé se dará a conocer a sus siervos, ( y
desnuca a un perro; | quien presenta su su furor a sus enemigos.
ofrenda y como sangre de puerco; | quien 15 Porque he aquí que llega Yavé en
ofrece el incienso y se postra ante un fuego | y es su carro un torbellino |
ídolo. para tomar su ira en incendio y sus ame
4 ¡Ah! Ellos se complacen en sus ca nazas en llamas de fuego, j 16 Porque va
minos I y aman sus abominaciones; | a juzgar Yavé por el fuego | y por la es
pero yo me complaceré en sus males | y pada a toda carne | y caerán muchos a
traeré sobre ellos lo que se temen. | Por los golpes de Yavé. | 17 Los que se santi
que llamé y nadie me respondió, | hablé fican y purifican para ir a los jardines,
y nadie me escuchó. | Hicieron lo que en grupo tras uno que va delante, que
era malo a mis ojos | y escogieron lo que comen carne de puerco, de reptiles o
a mí me desagrada. ratas, todos perecerán, dice Yavé. 18 Yo
5 Oíd la palabra de Yavé 1 vosotros, conozco sus obras y sus pensamien
los que teméis mi palabra; | ellos, vues tos. Vendré p a r a reunir las naciones
tros hermanos, que os aborrecen y os de toda lengua, que vendrán p a r a
niegan por causa de mi nombre, han di ver mi gloria. * 19 Yo les Jaré una señal
cho: ! Que haga Yavé muestra de su y mandaré a los sobrevivientes de las
gloria I y nosotros seremos testigos de naciones a Tarsis, a Put, a Lud, a Mo-
vuestro contento. 1 Pero han de ser con soc y a Ros, a Tubal y a Javán, y a las
fundidos. * | 6 Voces, alborotos en la islas lejanas, que no han oído nunca ha
ciudad, | voces que salen del templo, f blar de mi nombre y no han visto mi
Es la voz de Yavé, I que da a sus enemi gloria, y ellos pregonarán mi gloria en
gos el pago merecido. tre las naciones 20 y de todas las nacio
7 Antes de ponerse de parto | ha pari nes traerán a vuestros hermanos como
do, I antes de sentir los dolores dio a ofrenda a Yavé, a caballo, en carros, en
luz un hijo. I 8 ¿Quién oyó cosa semejan literas, en mulos y en dromedarios, a
te? | ¿Quién vio nunca tal? | ¿Nace un mi monte santo, a Jerusalén, dice Yavé,
c /r 1 Empieza este discurso con un tema semejante al del capitulo primero de Isaías, la religión
'JU material, que no agrada a Yavé.
5 Este versículo pone muy de relieve la división de Israel. De una parte están los que tiemblan
de la palabra de Yavé y que son odiados de sus hermanos a causa del nombre de Dios; de la otra
están los que se burlan diciendo: «Que se manifieste la gloria de Dios». La respuesta de Yavé es que
los primeros experimentarán U alegría y los otros quedarán confundidos. Luego nos describe la
multiplicación repentina de Jerusalén, que termina como habla empegado, con el gozo para sus
siervos y la cólera para los enemigos.
19 Todavía prosigue el desarrollo del mismo tema. Dios dará a conocer su gloria entre las na
ciones y éstas cargarán con los hijos de Iereel dispone* por la horra y los traerán a Jerusalén,
llevados del deseo de tener parte en sus bendiciones (ée.8 ss.). Entenas* se restablecerá el culto
divino según la voluntad de Dios, en el que todos tomarán parte, y al salir del templo verán los
cadáveres de los impíos que <e habían rebelado contra Dios.
819 JEREMÍAS
como traen los hijos de Israel sus ofren vilunio, de sábado en sábado, vendrá
das en vasos puros al templo de Yavé. toda carne a prosternarse ante mí, dice
2J Y yo elegiré de entre ellos sacerdotes Yavé, 24 y al salir verán los cadáveres
y levitas, dice Yavé; 22 porque así como de los que se rebelaron contra mí, cuyo
subsistirán ante mí los cielos nuevos y gusano nunca morirá y cuyo fuego no
la tierra nueva que voy a crear, dice se apagará, que serán objeto de horror
Yavé, así subsistirá vuestra progenie y para toda carne.
vuestro nombre; 23 y de novilunio en no
J E R E M I A S
1. Jeremías es el segundo de los profetas mayores, que nos cuenta su vocación
al principio de su libro. «Yo— le dice Yavé—te consagré antes de nacido y te destiné
para ser profeta de las naciones, para que arranques y plantes, destruyas y edifiques.
Yo te haré ciudad fuerte, columna de hierro y muro de bronce, para hacer frente
a toda la tierra, a reyes, a principes, a sacerdotes y al pueblo todo». Esto ya dice bas
tante de la grave misión encomendada a Jeremías, que desde el principio aparece ante
el Señor tímido y, a su propio juicio, inepto para tal ministerio (Jer i ; cf. Eclo 49,9).
Que con la asistencia divina supo realizar su misión, nos lo dice, fuera de su libro,
el elogio que le consagra Onías en el 2 Mac 15,14 .
2. Nació Jeremías en Anatot, ciudad sacerdotal, al oriente de Jerusalén, en el
reinado de Manasés o de Amón. Fue su padre Helcías, sacerdote, que debió de educar
a su hijo en el verdadero espíritu del sacerdocio, al que por su nacimiento estaba des
tinado. Todavía joven, recibió el llamamiento de Dios, el año 13 de Josías, en 626
(25,3)- Cinco años más tarde Josías emprendía la reforma religiosa (6 2 1) , y es ex
traño que no hallemos en Jeremías mds noticias de ella que la alusión del capitulo 1 1 .
L a muerte del piadoso príncipe (608) fue una pérdida irreparable para la causa de
la reforma. Como todos los buenos, sintió Jeremías la muerte de Josías, a la que dedicó
unas lamentaciones, según se nos dice en 2 Par 35,25. En los reinados de Joaquim
(608-597) y de Sedecias (598-587), Jeremías tuvo que realizar lo que el Señor le
había dicho en su llamamiento, oponiéndose cual muro de bronce a los vicios predo
minantes, la idolatría y la inobservancia de la Ley, que son el tema de sus discursos,
en los que anuncia la destrucción del templo y d éla ciudad con la deportación del pue
blo a Babilonia. Sus palabras no eran bien recibidas ni de los principes ni del pueblo,
que oían con mds gusto a los malos sacerdotes y a los falsos profetas No es, pues, de
extrañar que Jeremías hubiera de beber muchas veces el amargo cáliz del dolor. Insul
tos, oprobios, cárceles, acusaciones de traición a la patria, asechanzas contra su vida,
todo lo hubo de soportar, y en tanto grado, que a veces el dolor le forzaba a levantar
sus ojos a Dios en son de queja y hasta maldecir el día de su nacimiento con un tono
que supera en fuerza de expresión al de Job (15 ,10 -2 0 ; 17 ,1 2 - 1 8 ; 18 ,18 -2 3 ; 20,28-38).
Con razón es mirado Jeremías como tipo del Redentor, aunque no ciertamente por el
modo con que sobrellevó sus penalidades. De él no se puede decir lo que del Siervo de
Yavé escribía Isaías: «Enmudeció como un cordero ante el que lo trasquila y no abrió
su boca» ( Is 5 3,7) • Jeremías se queja amargamente a Dios y pide que le vengue, puesto
que su causa es la misma causa de Dios.
3. Nunca con más razón se dijo que el amor es causa de dolor. E l corazón tierno
y sensible del profeta, lleno de amor hacia su pueblo, se sentía excitado por las abomi
naciones de Judd y por los castigos con que Dios le amenazaba; y ante esta vista Jere
mías se conmueve intensamente, hasta poner en sus labios palabras tan elocuentes,
imágenes tan vivas y tan variadas, sentimientos tan tiernos, que su elocuencia supera
a la del mismo Isaías. Dios le obligó a ejercer la triste misión de vaticinar ¡a ruina
total de Judd y de presenciar con sus ojos el cumplimiento de sus vaticinios; pero tam
bién le dio el consuelo de pronosticar la futura restauración mesidnica, unida, a sus
ojos, como es ordinario en los profetas, con la vuelta de los deportados a la patria*
Por esto no es de maravillar que sus palabras, antes tan desagradables en los oídos de
JEREMÍAS 1 820
Judd, fueran luego las más consoladoras. En el 2 M ac 15 ,14 se nos cuenta la visión
de Judas el Macabeo, en la que se le aparecen el santo pontífice Onías y nuestro profeta.
E l primero hace la presentación del segundo en estos términos: *Este es el amigo de sus
hermanos, que ora mucho por el pueblo y por la ciudad santa: Jeremías, el profeta de
Dios». Destruida Jerusalén y asesinado Godolías, el gobernador dejado por los caldeos
en Judát Jeremías fu e conducido a Egipto por los que allá huyeron. Su corazón sintió
honda amargura al ver a sus hermanos entregarse a la idolatría egipcia, sin hacer
caso de la dura lección que acababan de recibir. Desde este momento no tenemos no
ticia del profeta, ni sabemos si murió a orillas del Nilo, si volvió a Judd o se dirigió
a Caldea, para cooperar a la obra de Ezequiél, consolando a los deportados.
4. E l libro de Jeremías nos ofrece un capítulo, el 36, sumamente interesante y úni
co en la literatura profética, sobre la redacción de la mayor parte de los oráculos,
que por mandato diwno dictó el profeta a su secretario Baruc. E l texto he
breo de los oráculos de Jeremías, comparado con la versión griega de los L X X , pre
senta gran cantidad de adiciones. Los críticos discuten sobre su origen y su valor, y sus
sentencias están lejos de ser unánimes. Hay quien da preferencia al texto masorético
y quien prefiere el texto más corto de los L X X . Según otros, no se puede adoptar una
solución general, sino estudiar cada caso por separado. Tampoco el orden de los orácu
los es el mismo en el texto hebreo y en la versión de los L X X . Desde el capítulo 25
hasta el $2, en los que se hallan los vaticinios contra las naciones, el orden es muy di
ferente. L a razón es, sin duda, que los oráculos se conservaron primero separados, y al
reunirlos no se les dio en todas partes el mismo orden.
1 ólas, del linaje de los sacerdotes que cando con ella mi boca, me dijo: | 10 Mira
habitaban en Anatot, rierra de Benjamín;
que pongo en tu boca mis palabras. |
2 a quien llegó la palabra de Yavé en Hoy te doy sobre pueblos y reinos poder
tiempo de Josías, hijo de Amón, rey de de destruir, arrancar, arruinar y asolar;
Judá, el año décimotercero de su reina de levantar, edificar y plantar.
do, 3 y después, en tiempo de Joaquim,
hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin D os visiones
del año undécimo de Sedecías, hijo de i1 Y me llegó la palabra de Yavé, que
Josías, rey de Judá, hasta el quinto mes me decía: ¿Qué ves, Jeremías? Yo le
de la transmigración de Jerusalén. contesté: Veo una vara de almendro.
12 Y me dijo: Bien ves, pues yo vela
Vocación y misión del profeta ré sobre mis palabras para cumplir
4 Llegóme la palabra de Yavé, que de las. 13 De nuevo me llegó la palabra de
cía: | 5 Antes que te formara en las ma Yavé, que decía: ¿Qué ves, Jeremías? Yo
ternas entrañas te conocía; | antes que tú contesté: Veo una olla al fuego y de
salieses del seno materno te consagré [ y te cara al septentrión. * 14 Y me dijo Yavé: |
designé para profeta de pueblos. * | 6 Y Del septentrión vendrá el incendio | que
5 No parece que esta palabra que traducimos consagré signifique una santificación propia
I mente dicha, como suponen algunos, por la infusión de la gracia santificante. Es más bien una
vocación a la misión profética, que también llamamos en castellano consagración. Confirma esta
sentencia Eclo 49,9-
13 La olla vista por Jeremías es símbolo de los furores que estaban para venir sobre Jerusalén
821 JEREMÍAS 1* 2
O 1 El primer discurso de Jeremías abarca 2,1-4,4, y se divide en tres partes: 2,1-25; 2,26-3,5
y 3,6-4,4. Su tema es la apoetasía de Israel, que, volviendo las espaldas a Yavé, va en segui
miento de los ídolos impotentes para salvar.
3 L a ju v e n t u d d e I s r a e l, e l t i e m p o d e s u s a m o r e s c o n D i o s , s o n l o s d í a s e n q u e , s a c á n d o le d e
E g i p t o , l e c o n d u jo a l d e s i e r t o y a l l í l e h iz o o b je t o d e s u s In tim a s c o m u n ic a c io n e s , c o m o s e n a r r a
e n e l P e n tate u co .
1 1 L a g lo r ia d e I s r a e l e s Y a v é , s u D i o s , to r p e m e n t e c a m b i a d a p o r l a n a d a d e lo s íd o lo s ( c f . D t 1 0 ,
2 1 ; S a l 1 0 6 ,2 0 ).
1 8 E l S i jo r e s u n o d e l o s p r i n c i p a l e s b r a z o s d e) N i l o .
JEREMÍAS 2 -3 822
liado alto | y bajo todo árbol frondoso I paras los caminos | para captarte el
te acostaste y te prostituiste. * | 2* Yo amor? | Es que a los caminos del cri
te planté de la vid más generosa, I toda men | estás habituada. | 34 Hay en tus
de selectos plantones. | ¿Cómo, pues, te manos | manchas sangrientas de pobres
me has vuelto vil y degenerada I y te inocentes, | no de sorprendidos en co
me has hecho viña ajena? nato de robo. | 35 Y dices: Soy inocente, |
22 Por mucho que te laves con su cólera se ha apartado ya de mí. |
ni
tro, I por mucha lejía que emplees, I ¡Ah! Ya te juzgaré yo | por decir: No he
siempre verán mis ojos la suciedad de pecado.
tu depravación, I palabra del Señor, Ya- 36 ¿Por qué apresurarte tanto | para
vé. I 23 ¿y podrás, acaso, decir: No es mudar de camino? I Egipto te burlará, |
toy manchada, | no me he ido en pos como te burló Asiria. | 37 También de
de los baales? | Repara en lo que hacías ahí saldrás | con las manos en la cabe
en el valle; | reconoce tu culpa, ] came za, | pues el Señor hará fallar tus planes |
lla joven, de ligeros pies, | que corres y no se te lograrán.
de un lado para otro; | 24 impetuosa,
habituada al desierto, | en el ardor de P ecad o y penitencia
su pasión olfatea el viento; I ¿quién la 1 Cuando un hombre despide a la
reducirá? | El que la busque no tendrá 3
mujer | y ella se aparta de él, si
que fatigarse, | la hallará fácilmente en viniere a ser de otro hombre, | ¿se vol
el tiempo de celo. I 25 Da descanso a tus verá otra vez ella al primero? | ¿No se
descalzos pies, | respiro a tus sedientas considera tal mujer | como enteramente
fauces. | Pero tú dices: No, es en vano; I y por siempre manchada? | Tú, pues,
amo lo extranjero y tras ello me voy. que con tantos amadores fornicaste, |
¿podrás volver a mí? Palabra de Yavé. |
P rofu n d a d egradación 2 Pon tus ojos en los collados, | a ver en
26 C o m o queda confundido el ladrón cuál de ellos no te entregaste. | Andabas
al verse descubierto, I así será confun por los caminos al acecho, | como ace
dida la casa de Israel. | Ellos, sus reyes, cha el árabe en el desierto. I Contami
sus grandes, | sus sacerdotes y sus pro naste la tierra ( con tus perversidades y
fetas, | 27 que dicen a un leño: Tú eres fornicaciones; I 3 tus muchos amantes |
mi padre; | y a una piedra: Tú me diste han sido un lazo para ti. | Y tú tenías
la vida. | Pero al tiempo de la angustia frente de prostituta, | no querías aver
me invocan: ) ¡Alzate y sálvanos! ) gonzarte.
28 ¿Dónde están ahora los dioses que tú 4 Desde poco acá me invocas, dicien
te fabricaste? | Que se alcen ellos y te do: ¡Padre mío! | Tú eres el esposo de
salven ahora: I pues tantos son tus dio mi juventud, i 3 ¿Va a durar por siempre
ses, ¡oh Judá!, I cuantas tus ciudades; I y su cólera? I ¿La mantendrá hasta el
cuantas son las puertas de Jerusalén, I fin? I Pero mientras esto dices sigues
tantos son los altares de Baal. cometiendo maldades y las llevas al colmo.
29 ¿Qué podéis alegar contra mí? I To 6 Y me dijo el Señor en tiempo del
dos os habéis rebelado contra mí, pala rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho
bra de Yavé. I 30 En vano os he casti Israel? Se fue por todo monte alto y
gado en vuestros hijos; I no habéis que bajo todo árbol frondoso para fornicar
rido aprender, I la espada ha devorado allí. * 7 Yo le dije: Con todo y con ha
a vuestros profetas I como devora el león. ber perpetrado tantos crímenes, vuélvete
31 Oid los de esta generación la pala a mí. Pero no se volvió.
bra de Yavé: I ¿Por ventura soy yo para 8 Vio esto su pérfída hermana, Judá;
Israel un desierto I o una tierra tenebrosa I vio que por tantas fornicaciones y apos-
paTa que digan: Somos libres, no ire tasías despedí a Israel, dándole el libelo
mos en pos de ti? 32 ¿Se olvida por ven de repudio. Pero ella, sin temor alguno,
tura la doncella de sus galas I y de su igualó la perfidia de su hermana, y se
ceñidor la esposa? I Pues mi pueblo se fue y apostató también. 9 Y contaminó
ha olvidado de mí I ya desde días sin la tierra con sus fornicaciones, y adulte
cuento. ró con la piedra y con el leño; 10 y tam
33 ¿Por qué tan mañosamente te pre poco la pérfida hermana Judá se volvió
20 E l p a c t o e n t r e D i o s y e l p u e b l o tie n e , e n e l e s t i lo p r o f é t ic o , c i e r t o c a r á c t e r d e p a c t o m a t r i
m o n i a l. y s u q u e b r a n t a m ie n t o p o r la id o la tr ía e s n o s ó lo u n a fo r n ic a c ió n , s in o u n v e r d a d e r o a d u lt e r io .
E l c u l t o id o lá tr ic o te n ía p r in c ip a lm e n t e lu g a r e n lo s t e m p lo s e d ific a d o s e n h o n o r d e lo s Id o lo s y e n
lo s a lt o s d e lo s c o lla d o s y b a j o lo s á r b o le s o b o s q u e s c o n s a g r a d o s a lo s d io s e s d e la f e r t ilid a d ( J d t 3 ,8 ) .
O 6 E l re in o d e I s r a e l h a b ía s id o d e s t r u i d o p o r lo s a s ir io s e n 7 2 1 . p e r o n o to d a la p o b la c ió n h a b ía
^ sid o lle v a d a a l c a u tiv e r io , y lo s q u e h a b ía n q u e d a d o e n su tie rr a c o n t in u a b a n e n la s id o la tr ía s d e
s u s p a d re s , in s e n s ib le s a lo s a z o te s q u e h a b ía n s u f r id o . J o s í a s e x te n d ió h a s t a e s ta r e g ió n la r e f o r m a
r e lig io s a , s e g ú n 2 R e 2 3 , 1 6 ss.
823 JEREMÍAS 3 4
16 E l a r c a s a n ta e r a s ím b o lo d e la p r e s e n c ia d e D io s , d e q u ie n se d ic e q u e e stá s e n t a d o s o b r e
lo s q u e r u b in e s y d e a llí h a b la b a a M o i s é s ( N ú m 7 ,8 9 ) . E n lo s tie m p o s p o r el p r o fe ta p r o m e tid o s ,
t o d a la c i u d a d se r á tro n o d e D i o s . E s t o s ig n if ic a q u e s e m a n if e s ta r á c o n ta n to s p r o d i g io s y b e n d i
c io n e s , q u e la s g e n t e s to d a s s e s e n tir á n a t r a íd a s a e lla ( I s 2 , 2 s s .) . C l a r a s e ñ a l d e l m e s ia n is m o .
A 2 E l ju r a m e n to , p r a c t i c a d o c o n la s d e b i d a s c o n d ic io n e s , e s u n a c t o d e re lig ió n p o r e l c u a l s e
“ d is t in g u ir á n lo s fieles d e l S e ñ o r en lo s tie m p o s m e s iá n ic o s .
5 U n s e g u n d o d is c u r s o , q u e v a h a s ta 6 ,3 0 . a n u n c ia c o n c la r o s d e ta lle s ia in v a s ió n d e lo » p u e b lo s
d e l N o r t e , lo s c a ld e o s , q u e v e n d r á n s o b r e J u d á y Je r u s a lé n c o m o in s tru m e n to d e la ju s tic ia d iv in a ,
p a r a e je r c e r (as v e n g a n z a s d e s u s id o la tr ía s e in fid e lid a d e s.
JEREMÍAS 4 - 5 824
7 2 Este párrafo nos dice de qué manera los profetas cumplían su misión. Jeremías recibe la orden
* de colocarse a la puerta del templo e intimar a los que entran y salen; esta amenaza debía de
sonar en los oídos de todos a blasfemia, como vemos en el capitulo 26, con el cual éste tiene cone
xión estrecha.
9 Este versículo nos declara bien cuál era el programa moral y religioso que pregonaba el pro
feta, conforme con el de Isaías en el capitulo 1.
12 Silo, en la tribu de Efraím, fue el lugar del santuario nacional durante la época de los jueces
(18,31; 2t,2) y de Samuel (1,3: 2,15)- Vicisitudes diversas sacaron de allí el arca, y luego el taber
náculo, centro religioso de Israel, vino a instalarse en la capital del reino (Jue 21,2; 1 Sam 1,2;
Sal 77,60).
827 JEREMÍAS 7-8
13 Pues ahora, palabra de Yavé, y porque pues:
s I Sois gente que no oye | la palabra
os amonesté a tiempo repetidas veces y de Yavé, su Dios; | gente sin enmienda, i
no me escuchasteis, os llamé y no me res de cuyos labios ha desaparecido la ver
pondisteis, 14 haré de esta casa a mi de dad. | 29 Córtate la hermosa cabellera y
dicada, en que confiáis vosotros, y de esta tírala, | y entona por los montes tus la
tierra que di a vuestros padres, lo que mentaciones, 1 pues ha echado de sí Yavé
hice de Silo; 15 y os arrojaré de mi pre y repudiado i a la generación que provocó
sencia, como arrojé a vuestros hermanos, su ira.
a toda la progenie de Efralm. 30 Hicieron los hijos de Judá sus mal
16 Y tú no me ruegues ya por este puedades ante mis ojos, palabra de Yavé.
blo, no hagas por ellos súplicas ni oracio Llevaron sus abominaciones a la casa a
nes, no me porfíes, porque no te oiré. * mí dedicada, profanándola. 3* Y se hicie
17 ¿Por ventura no ves lo que ellos hacen ron los altos de Tofet, que está en el valle
en las ciudades de Judá y en las plazas de de Benjinón, para quemar allí sus hijos
Jerusalén? *8 Los hijos amontonan la leña, y sus hijas, cosa que ni yo les mandé ni
los padres la prenden fuego y las mujeres pasó siquiera por mi pensamiento. * 32 Por
amasan la harina para hacer las tortas de eso vienen dias, palabra de Yavé, en que
la Reina del cielo y libar a los dioses ex no se le llamará ya Tofet ni valle de Jinón,
traños, para darme pesadumbre. * 19 ¿Pero sino valle de la mortandad; y tantos se
es a mí, por ventura, a quien la dan? Pa rán los sepultados en Tofet, que no habrá
labra de Yavé. ¿No es más bien para su ya lugar para más; 33 y los cadáveres de
daño? 20 Por tanto, así dice el Señor, este pueblo serán pasto de las aves del
Yavé: El furor de mi ira se derramará cielo y de las bestias de la tierra, sin que
sobre este lugar, sobre hombres y anima haya quien las espante. 34 Y haré que deje
les, sobre arboledas y campos y sobre los de oírse en las ciudades de Judá y en las
frutos de la tierra, y arderá y no se extin plazas de Jerusalén el son de los cantos de
guirá. alegría y regocijo, los cantos del esposo
y de la esposa, y no habrá más que desola
O b ed ien cia, n o sacrificios ción en esta tierra.
21 Así dice Yavé Sebaot, Dios de Israel:
Aumentad el número de vuestros sacri R u in a y desolación
ficios y comed la carne de las víctimas. 1 Entonces, palabra de Yavé, saca
22 Cuando yo saqué de Egipto a vuestros 8
rán de sus sepulcros los huesos de
padres no fue de holocaustos y sacrificios los reyes de Judá, los de los príncipes,
cte lo que les hablé ni lo que les mandé, * los de los sacerdotes, los de los profetas
23 sino que les ordené: Oid mi voz y seré y los de los habitantes de Jerusalén;*
vuestro Dios, y vosotros seréis mi pue 2 y los esparcirán al sol, a la luna y a toda
blo; y seguid los caminos que yo os man la milicia celeste, que ellos amaron y a
do y os irá bien. 24 Pero ellos no me que sirvieron, tras de la cual se fueron
escucharon, no me dieron oídos, y siguie y que consultaron y adoraron; nadie los
ron su consejo en la dureza de su mal recogerá ni los sepultará; servirán de es
corazón y se pusieron detrás, no delante tiércol a la tierra. 3 Cuantos restos de
de mí. esta mala generación sobrevivan preferi
25 Desde el día en que vuestros padresrán la muerte a la vida en los lugares a
salieron de Egipto hasta hoy, les he en que yo los arrojaré, palabra de Yavé Se
viado mis siervos, los profetas, día tras baot.
día; 26 pero no me escucharon, no me C ontum acia
prestaron oído, y endurecieron su cerviz
y obraron peor que sus padres. 27 Cuando 4 Diles: Así dice Yavé: | ¿Por ventura
les digas todo esto, no te escucharán, y quien cae no hace por levantarse? | ¿Quien
los llamarás y no te responderán. ™ Diles, se va no vuelve? 5 ¿De dónde, pues, la
16 Estas palabras de Yavé muestran hasta dónde llegaba la perversión del pueblo. Sin embargo
de esto, Moisés obtuvo perdón en un caso análogo (Ex 32,10).
18 La «Reina del cielo* era Istar, la estrella Venus, U gran divinidad del panteón semita.
22 Amós habla de semejante manera en 5,25. E9tas palabras no excluyen las ordenaciones del
código sacerdotal. El profeta, moralista, hace resaltar la mayor importancia de la obediencia, que es
sacriñcio espiritual, sobre los sacrificios materiales. Ello explica el estilo tajante con que a veces los
profetas parecen despreciar los sacrificios litúrgicos.
31 El valle, valle de Jinón o de Ben-Jinón o Bene-Jinón, es el que rodea a Jerusalén por el oeste
y el sur. En los profetas es famoso el santuario idolátrico de Tofet, situado en la confluencia de este
valle con el Tiropeón, que, atravesando la ciudad, viene a terminar al sur de ella. Este santuario estaba
consagrado a una divinidad bárbara, que se complacía en sacrificios humanos, de que muchas veces
nos hablan con horror los autores sagrados. Parece haber sido inaugurado por Ajaz, a juzgar por
2 Par 28,3 (cf. Jer 19,5 s. 12 s.).
Q 1 En este oráculo, que abarca hasta el capítulo 10, hay trozos que no parecen ocupar el lugar
0 que les corresponde, de donde nace la dificultad para ver el desarrollo del discurso.
JEREMÍAS 8-9 828
pertinaz aversión | de este pueblo, su após la hija de mi pueblo | desde lejana tierra. |
tata rebeldía? [ Tan fuertemente se ha ¿No estaba por ventura Yavé en Sión? |
abrazado a la mentira, | que del todo ¿No estaba en ella su rey? | ¿Por qué, pues,
rehúsa convertirse. | 6 Yo estoy atento y provocaron mi ira con sus ídolos, I con
escucho; 1 no hay quien hable con ver dioses extraños? 1 20 Pasó el verano, se
dad, | nadie a quien le remuerdan sus acabó el otoño, | y no hemos sido salva
maldades | y se pregunte: ¿Qué es lo que dos. | 21 Estoy quebrantado | por el que
he hecho? j Todos corren desenfrenada branto de la hija de mi pueblo; | estoy
mente su carrera | como caballo lanzado cubierto de luto, | se ha apoderado de
a la batalla. mí el espanto. | 22 ¿Por ventura no había
bálsamo en Galad | y no había médicos
Falsa confianza e n la L e y allí? ¿Cómo, pues, no fue vendada la he
7 En el cielo, la cigüeña conoce su es rida | de la hija de mi pueblo?
tación; | la tórtola, la golondrina y la
grulla | conocen los tiempos de sus mi D o lo r del profeta p or la ruina del
graciones, | pero mi pueblo no conoce pueblo
los juicios de Yavé. | 8 ¿Cómo os decís: | (23) 1 ¡Quién me diera que mi cabeza se
Tenemos la sabiduría, poseemos la Ley 9hiciera agua, | y mis ojos fuentes de
de Yavé? | La convirtieron en mentira | lágrimas, | para llorar día y noche I las
las mentirosas plumas de vuestros escri llagas de la hija de mi pueblo! * | 2 Ojalá
bas. | 9 Han sido confundidos los sabios, 1 tuviera en el desierto 1 un albergue de
avergonzados, cogidos. | Arrojaron de sí caminantes, | y dejaría a mi pueblo | y me
la palabra de Yavé. | ¿Qué sabiduría les iría lejos de ellos, | pues todos son adúl
queda? | 10 Por eso daré sus mujeres a teros, | gavilla de ladrones; J 3 tensan su
extraños, | sus campos a otros poseedo lengua como un arco. | Nada de fideli
res; | porque desde el pequeño al grande, dad, | sólo el fraude predomina en la
todos se llenaron de rapiñas; | desde el tierra. | Amontonan iniquidad sobre ini
profeta al sacerdote, | todos se dieron al quidad, | y a mí me desprecian, palabra
fraude; I 11 y curaban las llagas de mi de Yavé. | 4 Guárdese cada uno de su
pueblo I como cosa de nada, diciendo amigo | y nadie confíe en su hermano, |
«paz, paz», | cuando no había paz. * | pues todos los hermanos engañan siem
12 Serán confundidos, I porque hicieron pre, | todos los amigos calumnian. | Unos
abominaciones, | no se avergonzaron, | no a otros se engañan, | 3 no hay verdad en
conocen siquiera la vergüenza; | por eso sus palabras. I Tan avezadas están sus
caerán con los demás caídos, | al tiempo lenguas a la mentira, | que no pueden
de la cuenta caerán, dice Yavé. 13 Los ya sino mentir.
reuniré a todos, palabra de Yavé. I No 6 Amontonan violencia sobre violen
quedará racimo en la viña ni higo en la cia, | engaño sobre engaño, | y no quieren
higuera; | caerán hasta las hojas. Yo.les conocerme, palabra de Yavé. | 7 Por eso,
enviaré gentes que los arrebaten. así dice Yavé Sebaot: I Yo ios fundiré
en el crisol, ¡ ¿pues qué otra cosa voy a
R uina sin esperanza hacer | con la hija de mi pueblo? | 8 Sus
t4 ¿Por qué nos estamos sentados? | lenguas son saetas mortíferas, | las pala
Reunios y vayamos a las ciudades amu bras de su boca son dolo; | dan la paz a
ralladas I a perecer allí, pues Yavé, nues su prójimo | y llevan la insidia en su co
tro Dios, nos va a descubrir; j nos ha razón. | 9 ¿No habré de pediros cuentas |
dado a beber agua de adormideras | por por todo esto? Palabra de Yavé. | De un
haber pecado contra El. | 15 ¡Esperar la pueblo como éste, | ¿no habré de tomar
paz, y no haber bien alguno 1 | ¡Esperar la yo cumplida venganza?
curación, y todo pavor! | 16 Ya se oye 10 Llorad y gemid sobre los montes, la
desde Dan el relinchar de sus caballos, j mentaos por los pastizales del desierto, |
Al estruendo de su caballería de guerra | porque están desolados, | no hay quien
tiembla la tierra toda. | Ya viene a devorar pase por ellos, | ni se oye el balar de los
la tierra y cuanto hay en ella, 1la ciudad y rebaños. Desde las aves del cielo | hasta
cuantos la habitan. | 17 Voy a mandar con las bestias de la tierra, I todos huyeron, |
tra vosotros | serpientes y víboras, | contra todos se fueron. ¡ 11 Y de Jerusalén haré
las que no hay conjuro posible, | y os un montón de ruinas, | cubil de chaca
morderán, palabra de Yavé. les; f y de las ciudades de Judá, desola
18 Mi mal es sin remedio, | mi corazón ción, | donde no habitará nadie. | 12 ¿Quién
desfallece. J 19 Oigo gritos de angustia de será el hombre sabio que entienda esto, |
11 Los falsos profetas se mostraban siempre optimistas y lisonjeros con el pueblo (cf. 28,1-4;
I Re 22,6-7).
1 A la vista de los crímenes de su pueblo largamente descritos, el profeta querría huir al desierta.
9 A esta lamentación pertenecen los w . 18-23 del capítulo precedente.
829 JEREMÍAS 9 - 1 0
y te pusiste, vete al Eufrates y escóndela sión del rebaño de Yavé, llevado en cau
en una hendidura de la piedra. 5 Fui, tiverio.
pues, y la escondí junto al Eufrates, se 18 Di al rey y a la reina: | Humillaos,
gún lo mandó Yavé. sentaos en el suelo, I porque está para
6 Y al cabo de muchos días me dijo caer de vuestras cabezas J la corona de
Yavé: Anda, vete al Eufrates y recoge vuestra gloria. | 19 Las ciudades del sur
la faja que te mandé esconder allí. 7 Fui, están cercadas | y nadie escapará. | Todo
pues, al Eufrates y busqué la faja y la Judá será apresado, | todos sin excep
saqué del lugar en que la había escondi ción cautivados. | 2 0 Alza tus ojos y mira,
do, pero estaba podrida; no servia ya Jerusalén, | vienen del septentrión, j
para nada. ¿Dónde está la grey que te fue dada, |
8 Y me habló el Señor diciéndome: tu espléndido rebaño? | 21 ¿Qué dirás
9 Así dice Yavé: Así haré yo que se pudra cuando te golpeen la cabeza tus amantes, |
la mucha soberbia de Judá, el gran or aquellos que acostumbrabas a tratar co
gullo de Jerusalén. 10 Este pueblo malva mo amigos? | ¿No te dolerás con dolo
do, que rehúsa escuchar mis palabras y res 1 como de mujer en parto? | 22 y si
en la depravación de su corazón se va te preguntas en tu corazón: | ¿por qué
tras dioses ajenos para servirlos y ado me sucede todo eso? j Por la muchedum
rarlos, será como esa faja podrida, que bre de tus maldades alzaron tus faldas | y
no sirve ya para nada. 11 Como se adhie maltrataron tus talones. | 23 ¿Mudará por
re la faja a los lomos del hombre, así ventura su tez el etíope, | o el tigre su ra
quise yo que se adhiriese a mí toda la yada piel? | Asi, ¿podréis vosotros obrar
casa de Israel y toda la casa de Judá, pa el bien, | tan avezados como estáis al
labra de Yavé, para que ellos fuesen mi mal?* | 24Yo los dispersaré como paja
pueblo, mi honra, mi prez, mi gloria; que vuela | al viento del desierto. I
pero eÚos no me escucharon. 25 Es tu parte, | es la porción que yo te
señalo, palabra de Yavé, | por haberme
L a s tinajas rotas despreciado y haber puesto tu esperan
12 Vete, diles esto: Así dice Yavé, Dios
za | en la vanidad de los ídolos. | 26 Tam
de Israel: Las tinajas se llenan de vino. bién yo te alzaré las faldas hasta taparte
Y te dirán: ¿Acaso no sabemos muy con ellas la cara ) y se verán tus ver
bien que las tinajas se llenan de vino?* güenzas. 127 A mi cara pusiste tú tus adul
13 Pero tú les dirás: Así dice Yavé: Pues terios, I tus relinchos, tus execrables for
así llenaré yo de embriaguez a todos los nicaciones. ( Sobre los collados del cam
habitantes de esta tierra, a los reyes que po | tuve que ver yo tus torpezas. | ¡Ay
se sientan en el trono de David, a los de ti, Jerusalén, si no te limpias! | ¿Has
sacerdotes, a los profetas y a todos los ta cuándo dilatarás tu conversión?
moradores de Jerusalén: 14 y se quebra
rán, chocando unos contra otros, pa L a gran sequía
dres contra hijos a la vez, palabra de 4 A 1 Llegó la palabra de Yavé a Je-
Yavé. No tendré de ella compasión ni + “ remías con ocasión de la sequía. *
clemencia ni misericordia en su destruc 2 Llora Judá, | y sus puertas están desola
ción. das, | e inclinadas hacia la tierra las ca
15 Escuchad, dadme oídos, no os enva bezas, | y crece el grito de Jerusalén. |
nezcáis, 1 que es Yavé quien os habla. 1 3 Los pudientes de ella mandaron a sus
16 Dad gloria a Yavé, vuestro Dios, | zagales por agua; | fueron éstos a los
antes que se haga obscuro; y antes que pozos, | pero no hallaron agua | y se
tropiecen vuestros pies | por los montes volvieron con los cántaros vacíos, | tris
en tinieblas, | y en vez de la luz que es tes, afligidos y cubiertas las cabezas. |
peráis, | os dé sombras de muerte | y 4 Los agricultores se afligen y cubren sus
densas tinieblas. | 17 Si no escucháis, llo cabezas, | porque los campos están ex
raré en secreto vuestra soberbia, 1 llo tenuados | por falta de lluvia sobre la
raré sin consuelo I y mis ojos derrama tierra. I 5 Aun las ciervas en el campo I
rán abundantes lágrimas | por la disper paren y abandonan la cría | por falta
12 Dios llenará de vino y embriagará a todos los moradores de Jerusalén, sin excluir a los reyes,
sacerdotes y profetas, para que vengan a chocar unos con otros y destruirse. A estas parábolas sigue
una apremiante exhortación a la penitencia.
2 3 Todas estas imágenes nos parecen a nosotros demasiado crudas, acostumbrados como esta
mos al uso de eufemismos; pero hay que tener en cuenta que los orientales son mucho más realistas
que nosotros, y que este realismo se refleja en sus literaturas.
1 A 1 La sequía es tan grande, que en los pozos no hay agua, ni siquiera para beber. El profeta
1 » siente piedad de su pueblo y ruega a Yavé, una y más veces, que tenga misericordia de él,
y por su antigua alianza le dé el agua que necesita. Dios contesta a su profeta que no lo hará, porque
no lo merece; el castigo será lo que vendrá sobre ellos.
833 JEREMÍAS 1 4 - 1 5
de oa*to9. I 6 Lo« asnos salvajes están tierra ciue no conocen. ( 19 ¿Acaso has
sobre las colinas peladas I aspirando el rechazado del todo a Judá? { ¿Detesta tu
aire como chacales y hundidos los ojos alma a Sión? ] ¿Cómo nos hieres de muer
por la falta de hierba. te. | y mientras esperábamos paz, todo
7 Aunque nuestras maldades claman son infortunios, | y a la hora del alivio |
contra nosotros, | hazlo, ¡oh Yavé!, por sólo se presenta la angustia?
la gloría de tu nombre. | Grandes son 20 Reconocem os, ¡oh Yavé!, nuestra
nuestras rebeldías. | Hemos pecado con* maldad | y la de nuestros padres. | He
tra ti. | 8 Tú eres la esperanza de Israel, mos pecado contra ti. | 21 Por la gloria
¡oh Yavé!, | su salvador en el tiempo de de tu nombre, no nos rechaces, | no des
la tribulación. | ¿Cómo vas a ser cual precies el trono de tu grandeza. | Acuér
extranjero en tu tierra, | como viajero date, no rompas tu alianza con nos
que sólo pasa en ella una noche? | 9 ¿Có otros. * | 22 ¿Hay entre los ídolos de las
mo vas a parecer como hombre azora gentes quien pueda hacer llover? | ¿O
do, como guerrero incapaz de salvar? | pueden de sí los cielos dar la lluvia? |
Pues tú, ¡oh Yavé!, habitas en medio de ¿No eres tú en quien esperamos? | Pues
nosotros ] y tu nombre es por nosotros tú eres quien hace todo eso.
invocado. | ¡No nos desampares!
10 Esto dice Yavé de este pueblo: | Asi 1 C 1 Pero Yavé me dijo: Aunque se
se acostumbraron a vagar de un lado 3 v me pusieran delante Moisés y Sa
para otro; | no daban paz a sus pies. | muel, no se volvería mi alma a este pue
Pero Yavé no les tiene amor alguno; | blo. Quita este pueblo de mi presencia,
ahora se acordará de sus maldades | y que se vayan.2 Y si te preguntan: ¿Adún
les pedirá cuenta de sus pecados. | ti Y de hemos de ir? Respóndeles: Asi dice
me dijo Yavé: N o ruegues por este pue Yavé: | El que a la mortandad, a la mor
blo para que le socorra. 12 Cuando ayu tandad; | el que a la espada, a la espa
nen no escucharé sus clamores y cuando da; ( el que al hambre, al hambre; l el
ofrezcan holocaustos y oblaciones no los que al cautiverio, al cautiverio. | 3 Yo
aceptaré, sino que los consumiré con la les daré por regidores cuatro deudos, pa
espada, con el hambre y con la peste. labra de Yavé: la espada para matar,
13 Y yo dije: ¡Ah, ah, Señor, Yavé! los perros para arrastrarlos, las aves del
Mira que los profetas les dicen: No ve cielo y las fieras del campo para devo
réis la espada, no vendrá el hambre. Paz rarlos y consumirlos. * 4 Y los haré el
entera os daré en este lugar.14 Pero Yavé asombro de todas las regiones de la tie
me dijo: Mentidamente profetizan los rra a causa de Manases, hijo de Eze-
profetas en mí nombre; yo no los he en quías, rey de Judá, por todo lo que hizo
viado, no los he mandado, no les he en Jerusalén.
hablado. Falsas visiones, agüeros, vani
dades y engaños de su corazón es lo que L o s horrores de la gu erra
les profetizan. 15 Por eso dice Yavé: Con 5 ¿Quién, pues, va a compadecerse de
tra los profetas que profetizan en mi ti, oh Jerusalén? | ¿Quién se dolerá por
nombre sin haberlos yo enviado, dicien ti? | ¿Quién se saldrá del camino | para
do: N o habrá en esta tierra espada ni preguntar por ti y saludarte? | 6 Tú me
hambre: A la espada y por hambre pe dejaste a mí, palabra de Yavé; | me vol
recerán esos profetas.16 Y las gentes ante viste la espalda; | y yo voy a extender
uienes ellos profetizaron serán arroja- contra ti mi mano | y te abatiré sin due
as a las calles de Jerusalén, muertas lo. | 7 Y los aventaré con el bieldo | a
por hambre y por espada, y no habrá las puertas de la tierra; dejaré sin hijos
quien les dé sepultura a ellos, a sus muje a mi pueblo y le destruiré i por su impe
res, a sus hijos y sus hijas, y haré caer so nitencia. | 8 Serán más numerosas sus viu
bre ellos su maldad. 17 Diles, pues, así: | das | que las arenas del mar. | Lanzaré
Derramen mis ojos lágrimas [ de noche contra la madre de sus jóvenes | un de
y de día sin cesar, | pues la virgen hija vastador en pleno día. | Haré que caiga
de mi pueblo | ha sido quebrantada con de repente sobre ellos | el terror y la an
gran quebranto, | herida de gravísima gustia. | 9 Ajóse de tristeza la madre de
plaga. siete hijos, I su alma desfalleció; \ pú
i8 Si salgo, al campo | veo por doquier sose para ella el sol cuando aún era de
muertos por la espada; | si entro en la día, I quedó abatida y confusa. | Sus
ciudad, | muertos por el hambre. | Profe restos los entregaré a la espada | de sus
tas y sacerdotes son arrastrados | a una enemigos, dice Yavé.
21 El trono de la grandeza, de la majestad de Dios, es Jerusalén, por razón del templo que en
ella estaba.
15 3 Cuatro deudos o parientes, por ir casi siempre unidos: guerra, hambre, peste y mortandad.
Náoar-Colunga Z7
JEREMÍAS 1 5 - 1 6 834
los malos deseos de vuestro mal corazón, la heredad | que te di y te haré esclava
sin escucharme a mi. 13 Por eso os arro de tus enemigos | en tierra para ti desco
jaré fuera de esta tierra, a una tierra que nocida, | pues habéis encendido el fuego
no conocéis ni conocieron vuestros pa de mi ira, | que arderá por siempre.
dres, y allí serviréis día y noche a dioses 5 Asi dice Yavé: | Maldito el hombre
extraños y no tendré compasión de vos que en el hombre pone su confianza, | y
otros. de la carne hace su apoyo, | y aleja su
14 Por eso vendrá tiempo, palabra de
corazón de Yavé. * | 6 Será como desnudo
Yavé, en que no se dirá ya: «Vive Yavé, arbusto en e l desierto; | que aunque le
que sacó a los hijos de Israel de la tierra venga algún bien, no lo siente, | y vive en
de Egipto»; 15 sino: «Vive Yavé, que sacó las arideces del desierto, | en tierra sali
a los hijos de Israel de la tierra del aqui trosa e inhabitable. | 7 Bienaventurado el
lón y de las otras en que los dispersó», varón que confia en Yavé | y en El pone
cuando yo los haga volver a su tierra, a su confianza. ¡ 8 Es como árbol plantado
la que di a sus padres.16 Yo voy a mandar a la vera de las aguas, | que echa sus
muchos pescadores, palabras de Yavé, raíces hacia la corriente { y no teme la
que los pescarán; y después muchos caza venida del calor, | conserva su follaje ver
dores, que los cazarán por los montes de, | en año de sequía no la siente, | y no
todos, por todos los collados y por las deja de dar fruto.
cavernas de las rocas. 17 Porque están a 9 Tortuoso es el corazón, j impenetra
mi vista todos sus caminos, | no se escon ble para el hombre. | ¿Quién puede cono
den de mi vista, | y sus maldades no están cerle? | 10 Yo, Yavé, que penetro los
ocultas a mis ojos. 1 18 Yo les pagaré al corazones | y pruebo los riñones 1 para
doble sus iniquidades y pecados ! por retribuir a cada uno según sus caminos, |
haber profanado mi tierra | con la carro según el fruto de sus obras.
ña de sus ídolos | y haber llenado de abo 11 Perdiz que empolla huevos ajenos |
minaciones mi heredad. es el que injustamente allega riquezas; | a
la mitad de sus días tendrá que dejar
L a salud, por la confianza en Yavé las, | y su fin será el de un necio.
19 ¡Yavé, mi fuerza, mi fortaleza, | mi 12 Trono de gloria excelso desde el prin
refugio al tiempo de la tribulación! | A ti cipio | es nuestro santo templo. | 13 Yavé
vendrán los pueblos | desde los confines es la esperanza de Israel; | todos los que
de la tierra, y dirán: | Sólo mentira fue le abandonan serán confundidos. | Los
la herencia de nuestros padres, | vanidad que te dejan se cubrirán de vergüenza, 1
sin provecho alguno. porque dejaron a la fuente de aguas vi
20 Si es el hombre el que se hace los vas, a Yavé.
dioses, I entonces no son dioses. | 2* Por 14 Sáname, ¡oh Yavé!, y seré sano; |
eso esta vez les voy a dar a conocer, I les sálvame y seré salvo, | pues tú eres mi
voy a hacer ver la fuerza de mi brazo, | y esperanza. I 15 Ellos me dicen: ¿Dónde
sabrán que mi nombre es Yavé. está la palabra de Yavé? | Que se cumpla. |
16 Pero yo no he ido tras de ti a incitarte
L a culpa de Judá a su castigo; | nunca he deseado el día de
i El pecado de Judá está escrito | la calamidad, | tú lo sabes. | Lo que ha
n con estilo férreo: 1 a punta de dia salido de mis labios, | ante tu presencia
mante se ha grabado ! en la tabla de su está. I 17 N o me hagas temblar. | Proté
corazón; * | 2 en los cuernos de sus alta geme el día de la tribulación. {18 Sean con-
res, en sus aseras, ¡ en los árboles verdes, | fundidos mis perseguidores, no yo. | Sean
en las elevadas colinas, | 3 en los montes ellos los que tiemblen, no yo. j Haz venir
del llano. Tus riquezas, todos tus tesoros, | sobre ellos el día de la ira. j Tritúralos
los daré al pillaje por tus pecados | en todo con doble trituración. *
tu territorio. | 4 Te obligaré a abandonar
7 1 Este capitulo contiene varios temas, que parecen desligados unos de otros. Primeramente,
1‘ los pecados de idolatría de Judá traerán como secuela el castigo.
5 Maldito el hombre que pone su confianza fuera de Yavé; bendito el que confía en el Señor;
será como árbol plantado sobre la corriente de las aguas (Sal 1,1-3).
18 Estas imprecaciones del profeta contra los que encarnizadamente le persiguen, así como las
contenidas en 18,21-23, y en otros lugares del A. T., por ejemplo, Sal 109, no son expresión del
deseo de una venganza personal, sino más bien del deseo de que Dios castigue con castigos tempora
les a los enemigos del profeta, que son al mismo tiempo los enemigos de Dios. A veces más que im
precaciones son profecías. Para explicarse tales imprecaciones es muy de tener en cuenta el carácter
hiperbólico de la literatura poética de estos pueblos y que muchas veces se trata de fórmulas usuales
y como troqueladas del lenguaje. Estos pueblos, tan realistas, difícilmente distinguían en sus maldi
ciones entre el pecado y el pecador, y al maldecir a aquél, maldicen a éste. Finalmente, y sobre todo,
se ha de tener en cuenta que están estas imprecaciones dentro del marco del A. T., ley de premios
y de castigos temporales, ley de justicia, que llega hasta incluir la pena del talión, y no podemos apli
carles el criterio de ley nueva, ley de gracia y ae misericordia, ley de caridad.
JEREMÍAS 1 7 -1 8 836
como fuego abrasador | que siento den ra que le dijeran: * 2 Consulta a Yavé
tro de mis huesos, | que no puedo con acerca de nosotros, pues Nabucodono-
tener | y no puedo soportar. sor, el rey de Babilonia, nos hace la gue
10 Oigo muchas maldiciones | y por torra. Quizá haga Yavé con nosotros se
das partes me amenazan: | «¡Delatadle, gún su maravilloso poder y tenga que
delatémosle!» JAun los que eran mis ami retirarse.
gos me espían | para ver si doy un paso 3 Jeremías les respondió: Así diréis a
en falso: [ «A ver si le engañamos, y Sedecías: 4 Esto es lo que dice Yavé, Dios
triunfaremos, | nos vengaremos de él». | de Israel: Yo haré volver contra vosotros,
11 Pero Yavé es para mí un fuerte guerre que confiáis en las armas, las armas mis
ro; | por eso mis enemigos caerán venci mas con que lucháis fuera de las mura
dos, [ no triunfarán, | y serán enteramente llas contra el rey de Babilonia y los cal
confundidos por su fracaso | con perpe deos que van a asediaros, y las amonto
tua ignominia, que nunca se olvidará. naré dentro de esta ciudad. 5 Y yo, yo
12 ¡Oh Yavé Sebaot, tú que pruebas mismo
al lucharé contra vosotros con ira,
justo | y penetras dentro del corazón y cólera e indignación grandes. 6 Y heriré
de los riñones! | Que vea yo tu venganza a los moradores de esta ciudad, hombres
contra ellos, | pues a ti te he encomendado y animales. Morirán de una gran peste.
mi causa. | 13 Porque El libra el alma del 7 Y después de esto, palabra de Yavé, a
pobre | de la mano de los malvados. Sedecías, rey de Judá, y a sus servidores
14 y al pueblo, a cuantos en la ciudad se sal
¡Maldito sea el día en que nací! ¡El
día en que mi madre me parió no sea ven de la peste, de la espada y del ham
bendito! | 15 Maldito el hombre que ale bre, los pondré en manos de Nabucodo-
gre anunció a mi padre: ) «Un niño, tie nosor, rey de Babilonia, y en manos de
nes un hijo varón», | llenándole de gozo. | sus enemigos, y en manos de los que bus
16 Sea ese hombre como las ciudades | que can su vida, que los pasarán a filo de es
destruye Yavé sin compasión, | donde por pada sin compasión, sin piedad, sin mi
la mañana se oyen gritos | y al mediodía sericordia.
alaridos. | 17 ¿Por qué no me mató en el 8 Y a ese pueblo le dirás: Así habla Ya
seno de mi madre, | y hubiera sido mi ma vé: Mirad, os doy a elegir entre el cami
dre mi sepulcro, | y yo preñez eterna de no de la vida y el de la muerte. 9 Los que
sus entrañas? | 18 ¿Por qué salí del vientre se queden dentro de esta ciudad, morirán
de mi madre, [ para no ver más que tra por la espada, por el hambre y por la pes
bajo y dolor | y acabar mis días en la te; los que se salgan y se entreguen a los
afrenta? * caldeos que os cercan, vivirán, tendrán
por botín la vida salva.10 Porque yo vuel
S E G U N D A P A R T E vo mi rostro contra esta ciudad para mal,
no para bien, palabra de Yavé, y la haré
V aticin io s sobre l a ruina de caer en manos de Nabucodonosor, rey de
J eru salén y d e J udá Babilonia, que la dará al fuego.
(2 1-2 9 ) 11 Y a la corte del rey de Judá dile: |
Oíd la palabra de Yavé, * | 12 casa de Da
L a destrucción del reino vid: 1 Así dice Yavé: 1Haced siempre jus
A 4 1 Palabra de Yavé que llegó a Je- ticia, | librad al oprimido de las manos
^ ^ remías cuando el rey Sedecías le del opresor, | no sea que brote como fue
mandó a Pasjur, hijo de Malaquías, y a go mi ira, y se encienda, | y arda sin que
Sefonías, sacerdote, hijo de Mahasías, pa haya quien la apague, | por la maldad de
de todos. Me has engañado». Amarga, muy amarga es, ciertamente, la queja; pero muy disculpable
en el triste estado de ánimo en que debía hallarse. Acababa de ser azotado, preso y encepado por
anunciar lo que el Señor le mandara. ¿No estaba todo esto muy lejos de lo que de las promesas de
protección habría cabido esperar?
18 Estas maldiciones son supremos gritos de angustia, en que prorrumpe el profeta, transida el
alma por la inmensa amargura que le produce su dura misión. Quisiera no haber vivido. Es de una
valentía y una belleza insuperable la expresión: «Hubiera sido mi madre mi sepulcro, y yo preñez
eterna de sus entrañas».
Al leer estas maldiciones, vienen, luego a la memoria las de Job (3,1-16). ¿Serán las unas imita
ción de las otras? No lo sabemos. En el caso de serlo, ¿quién imitó a quién? A juicio de muchos crí
ticos, el libro de Job es posterior al de Jeremías, y desde luego las maldiciones de éste superan en
nervio y energía a las de aquél, más difusas y desleídas, y por lo general el modelo supera siempre
a la imitación.
0 *1 1 Era ordinario el consultar a Dios en los grandes apuros de la vida privada o pública. Na-
^ * bucodonosor se halla ante Jerusalén. ¿Cuáles serán los propósitos de Dios ? ¿Querrá repetir
el prodigio de la época de Senaquerib? La respuesta no pudo ser más categórica. La ciudad pere
cerá por el hambre, la espada y la peste. El que quiera salvarse, que se aleje.
11 Estos dos versos no guardan relación con los precedentes, pero van dirigidos a la corte, in
culcándole la guarda de la justicia.
839 JEREMÍAS 2 1 - 2 2
O A 1 Esta visión simbólica fue comunicada ; Jeremías después de 597, a propósito de la pri-
■ * mera deportación (598), objeto de la con pasión de los que habían quedado; pero el pro-
feta predice a ¿tos mucho peor destino.
JEREMÍAS 2 5 842
baof. I>ú>s de Israel, a Ajab, *trfjo de tiempo, palabra de Yavé, en que trocaré
Colíiy.i, y a Sedeólas, hijo de Masa ya, la suertfe de mi pueblo, Israel y Judá, y
que mentirosamente os profetizan en mi los haré volver la-tierra que di a sus
nombre: Yo los entregaré en manos de padres en posesión. 4 He aquí lo que dice
Nabucodonosor, rey de Babel, que los Yavé sobre Israel y Judá: 5 Pues así dice
ajusticiará a vuestros ojos, 22 y quedará Yavé:
de ellos, entre los cautivos de Judá que Oímos gritos de dolor, | de espanto, no
están en Babel, la maldición: Haga con de paz. | * Preguntad y ved. ¿Es que paren
tigo Yavé como con Sedecías y Ajab, a los hombres? | ¿Cómo, si no, veo a todos
quienes asó al fuego el rey de Babel 23 por los varones con las manos en los lomos,
haber hecho iniquidades en Israel, ha como en parto, | demudados y amarillos
ber adulterado con las mujeres de sus todos los rostros? | 7 ¡Ah! Es el día gran
prójimos y haber hablado mentirosamen de. f No hay nada igual a él. | Tiempo de
te en mi nombre, sin que yo los mandara. angustia para Jacob, pero de él le vendrá
Yo lo sé y lo atestiguo, palabra de Yavé. la salvación. | 3 Y sucederá que en ese
día, | palabra de Yavé Sebaot, | quebraré
C ontra Sem eyas el yugo de sobre su cuello | y romperé
24 Y a Semeyas, el Nejlamita, dile: Así sus coyundas; | 9 y ya no serán más
dice Yavé Sebaot, Dios de Israel: 23 por siervos de extranjeros, | sino que servirán
cuanto tú has mandado en tu nombre a Yavé, su Dios, I y a David, su rey, I
una carta a todo el pueblo de Jerusalén y que yo les suscitaré.
a Sofonías, hijo de Masaya, sacerdote, y 10 Y tú, siervo mío, Jacob, no temas, I
a todos los sacerdotes, diciendo les : 2 6 Ya palabra de Yavé; I no tiembles, Israel, |
vé te ha hecho sacerdote en lugar de orque voy a libertarte de esta tierra
Joyada para que como prefecto vigiles ¡jana, | y a tus hijos de la tierra de su
en el templo de Yavé a todo fanático que cautividad. | Jacob tomará, y vivirá tran
uiera hacer el profeta y le hagas enea- quilo | y seguro, sin que nadie le pertur
enar y poner en el cepo. 2 7 ¿ C ó m o , pues, be. | 11 Porque yo estoy contigo, | palabra
no has castigado a Jeremías, el de Amatot, de Yavé, para salvarte. I Yo llevaré la
que anda profetizando entre vosotros? ruina a todos los pueblos | entre los que
¿3 Hasta ha llegado a escribimos a Babel te dispersaré; | pero a ti no te arruinaré, 1
diciendo: Eso será largo. Construid casas sino que te castigaré con moderación. |
y habitadlas, plantad huertos y comed Impune no quedarás.
sus frutos.
29 El sacerdote Sofonías leyó al profeta H erid a y curación
Jeremías esta carta; 30y Yavé habló a 12 Así, pues, dice Yavé: | Era incura
Jeremías, diciéndole: ble tu herida; j tu mal, sin remedio; |
31 Manda a decir a todos los cautivos: 13 nadie se cuidó de curar tu úlcera; [
Esto dice Yavé sobre Semeyas, el Nejla no había remedio para curarte. | 14 Todos
mita: Por haberos profetizado Semeyas tus amadores te han olvidado; | ni pre
sin que yo le haya enviado y haberos guntan por ti; | pues yo herí, como hiere
hecho concebir falsas esperanzas, 32por un enemigo, í con cruel castigo | por
eso dice Yavé: Yo castigaré a Semeyas, tus grandes maldades, | por la muche
el Nejlamita, y a su descendencia. No dumbre de tus pecados. | 15 ¿A qué gritas
tendrá descendencia que habite entre este por tu herida? | Es incurable tu mal. |
pueblo y vea el bien que yo haré a mi Por tus grandes maldades, por tus mu
pueblo, palabra de Yavé, por haber pre chos pecados, | te he tratado así. 116 Pero
dicado la rebeldía contra Yavé. todos los que te devoraron serán devora
dos | y tus enemigos irán todos al destie
rro. | Tus saqueadores serán saqueados, |
T E R C E R A P A R T E y tus expoliadores serán expoliados.
17 Voy a curar tu Haga, | voy a sanar
O r á c u l o s s o b r e l a s a l u d m e s i á n i c a tus heridas, palabra de Yavé, | porque
(30-33) te llaman la «Repudiada», Sión; J la que
no tiene quien se acuerde de ella. | 18 Así
C astigo y p erdón dice Yavé: He aquí que voy a restablecer
O A 1 Llegó a Jeremías palabra de Ya'los tabernáculos de Jacob, | y me com
vó, diciendo: * 2 Así dice Yavé» padeceré de sus tiendas, | y se reedificará
Dios de Israel: Escribe en un libro todo la ciudad sobre su colina, | y el palacio
cuanto yo te he dicho. 3 Porque viene j en su lugar anterior. | 19 Y saldrán de
O A 1 Por grandes que sean las manifestaciones de la justicia de Yavé, excitada por los crímenes
de su pueblo, las de la misericordia serán mayores, y éstas son las que expone ahora Jeremías
para consolar a su pueblo y levantar sus ánimos a la confianza en Yavé, su Dios. El profeta emplea
aquí todos sus recursos poéticos para describir la restauración de Judá después de cumplidos los
setenta años de Babel.
847 JEREMÍAS 3 0 -3 1
31 Esta denominación de «nueva alianza*, empleada por Jeremías la primera vez y repetida des
pués por San Pablo (Heb 8,8-13), ha prevalecido para designar la revelación evangélica y los libros
inspirados que la contienen.
26 Para Dios nada hay imposible. La ciudad será entregada a los caldeos, para satisfacer la justa
cólera de Dios; pero luego el Señor reunirá a los deportados y hará con ellos una alianza eterna,
que no será anulada. Las promesas de Dios, dirá luego San Pablo, son sin arrepentimiento
(Rom 1 1,29). Tiene palabra de rey, no se vuelve atrás. La infidelidad del pueblo no sorprende al
que es omnisciente.
JEREMÍAS 32-34 850
no de los caldeos. 44 Se comprarán cam en la tierra de Benjamín y en tomo a Je
pos, dando por ellos el precio en plata; rusalén, y en las ciudades de Judá, toda
se harán contratos escritos, se sellarán y vía pasará el ganado bajo la mano del
se aducirán testigos en tierra de Benja que lo cuenta, palabra de Yavé.
mín, en los alrededores de Jerusalén, en
las ciudades de Judá, en las de la monta Reino eterno y perpetuo sacerdocio
ña, y en las del llano, y en las del medio 14 He aquí que vienen días, palabra de
día, porque yo trocaré su suerte, palabra Yavé, en que yo cumpliré la buena pala
de Yavé. bra que he pronunciado sobre la casa de
R estauración Israel y sobre la casa de Judá. * 15 En esos
O O 1 Fue dirigida la palabra de Yavé días y en ese tiempo yo suscitaré a David
O O a Jeremías por segunda vez mien un renuevo de justicia, que hará derecho
tras estaba preso en el atrio de la guardia, y justicia sobre la tierra, *6 En esos días
diciéndole:* 2 Así dice Yavé, el que ha será salvado Judá, y Jerusalén habitará en
hecho la tierra y la ha formado y afirma paz, y se la llamará «Yavé, justicia nues
do, Yavé es su nombre. 3 Llámame y yo tra». 17 Porque así dice Yavé: N o faltará
te responderé, y te comunicaré cosas gran a David un varón que se siente sobre el
des y ocultas que tú no conoces, 4 pues trono de la casa de Israel.18 Y a los sacer
así dice Yavé, Dios de Israel, de las cosas dotes levitas no les faltará tampoco va
de esta ciudad y de los palacios del rey rón que me ofrezca holocausto y queme
de Judá, destruidos al servir de baluartes la ofrenda y sacrifique todos los días.
y troneras para resistir a los caldeos, 5 lle 19 Y recibió Jeremías palabra de Yavé,
nándose con los cadáveres de los hom diciendo: 20 Así dice Yavé: Si rompéis
bres que yo herí en mi furor y mi indigna mi pacto con el día y mi pacto con la no-
ción, volviendo atrás mi rostro a esta ciu I che para que no sea día y noche a su tiem
dad por tantas maldades suyas. 6 Pero po, 21 entonces se romperá mi pacto con
mira, yo los sanaré, yo los curaré y les David, mi siervo, para que no haya hijo
abriré tesoros de paz y seguridad; 7 yo suyo que se siente sobre su trono, y mi
haré volver a los cautivos de Judá y a pacto con los levitas sacerdotes, mis mi
los de Israel, y los restableceré como al nistros. 22 Como no pueden contarse las
principio, y los limpiaré de todas las ini milicias celestes ni las arenas del mar, así
quidades que contra mí cometieron; 8 y multiplicaré yo la descendencia de David,
Ies perdonaré todos sus pecados y todas mi siervo, y a los levitas, mis ministros.
sus rebeliones contra mí; 9 y será para 23 Y recibió Jeremías palabra de Yavé,
mi gloria, alegría, alabanza y gozo entre diciendo: 24¿No ves lo que dicen estas
todos los pueblos de la tierra, que verán gentes?: «Las dos familias que Yavé eli
todo el bien que yo les haré, y que se gió, las dos las ha repudiado»; y despre
asombrarán y admirarán de tanto bien cian a mi pueblo por no ser ya a sus ojos
y de tanta paz como yo les daré. un pueblo. 25 Así dice Yavé: Si no he
10 Asi dice Yavé: Todavía en estos lu hecho yo pacto con el día y con la noche
gares, de que vosotros decís: Son un de ni he dado leyes a los cielos y a la tierra,
sierto, sin hombres y sin bestias; en las 26 entonces repudiaré yo la descendencia
ciudades de Judá y en las calles de Jeru de Jacob y de David, mi siervo, y no to
salén, desiertas, sin hombres y sin bes maré de ella jefes para la progenie de
tias, ii se oirán voces de júbilo y voces de Abraham, de Isaac y de Jacob, pues yo
alegría, los cantos del esposo y los cantos haré volver a sus cautivos y tendré pie
de la esposa; voces que cantarán los dad de ellos.
que llevan al templo sus oblaciones:
«Alabad a Yavé Sebaot, porque es C U A R T A P A R T E
bueno, porque es eterna cu misericordia»;
porque yo restauraré esta tierra a su an P ostreros vaticin io s y suerte
tiguo estado. Palabra de Yavé. DEL PROFETA
12 Así dice Yavé Sebaot: Todavía ha (3 4 -4 5 )
brá en estos lugares desiertos, sin hom
bres ni bestias, y en todas sus ciudades, £1 destino de Sedecias
majadas donde los pastores apriscarán sus O A 1 Palabra de Yavé que recibió Je-
rebaños; 13 en las ciudades de la monta remías mientras Nabucodonosor,
ña, en las del llano y en las del mediodía, rey de Babilonia, con todo su ejército y
OO 1 Admirable conducta la de Dios. El profeta se halla preso en el atrio de la guardia real,
mientras la ciudad es combatida por los caldeos, y allí viene Dios a consolarle con estas pro
mesas de gloriosa restauración, pintadas con colores del todo mesiánicos.
14 La casa de David parece caída, víctima de sus propios crímenes; pero Yavé promete un
nuevo vástago, cuyo nombre será «Yavé es nuestra justicia». Asimismo, los sacerdotes, que hasta
ahora tan mal habían respondido a su misión, y cuyo santuario será, por lo mismo, deartuido, vol
verán también a ofrecer sacrificios gratos a Yavé.
851 JEREUÍAS 3 4
todos los reinos de la tierra sometidos a *3 Así dice Yavé, Dios de Israel: Yo
su dominación y todos sus pueblos, ata hice con vuestros padres un pacto al
caba a Jerusalén y a todas sus ciudades. * tiempo que los saqué de Egipto, de la
2 Así dice Yavé, Dios de Israel: Ve a Se casa de la esclavitud, diciéndoles: 14*Al
déelas, rey de Judá, y dile: Así dice Ya llegar el año séptimo, cada uno dará li
vé: Mira que voy a entregar esta ciudad bertad al hermano hebreo que se le haya
en manos del rey de Babilonia, que le vendido; te servirá durante seis años, pe
pegará fuego, 3 y tú no escaparás de sus ro luego le liberarás; mas vuestros padres
manos, sino que serás hecho prisionero y no me obedecieron, no me dieron oídos.
le serás entregado, y verás con tus ojos 15 Vosotros hoy os habéis convertido, y
al rey de Babilonia, y te hablará boca a habéis hecho bien a mis ojos, proclaman
boca, y serás llevado a Babel. 4 Oye, pues, do la liberación de vuestros hermanos, y
¡oh Sedecías!, rey de Judá, lo que dice habéis hecho ese pacto en mi presencia,
Yavé: Esto es lo que te dice a ti: N o mo en la casa en que se invoca mi nombre;
rirás a la espada; 045*morirás en paz, y co 16 luego os habéis vuelto atrás, habéis pro
mo se quemaron perfumes en los funera fanado mi nombre y habéis vuelto a re
les de tus padres, los reyes que te han pre traer cada uno a sus siervos y siervas que
cedido, así se quemarán también en los habíais liberado, reduciéndolos de nuevo
tuyos, y se te harán lamentaciones: «¡Ay, a la servidumbre y haciéndolos vuestros
Señor!», pues soy yo quien lo digo, yo, esclavos y esclavas. 17 Por eso, así dice
Yavé. Yavé: Vosotros no me habéis escuchado,
6 El profeta Jeremias dijo todo esto proclamando
a cada uno la libertad de su
Sedecías, rey de Judá, en Jerusalén. 78El prójimo; pues yo os proclamo la libera
ejército del rey de Babel estaba entonces ción, palabra de Yavé, para la espada, pa
atacando a Jerusalén y a las otras ciuda ra la peste, para el hambre, y haré de vos
des de Judá que no se habían rendido, a otros el vejamen de todos los reinos de
Laquis y Azeca, que aún resistían entre la tierra. 18 Y haré de los que han que
las ciudades amuralladas de Judá. brantado mi pacto y no lian guardado la
palabra con que ante mí se ligaron como
Quebrantamiento de la ley de la becerro partido por en medio para pasar
servidumbre entre ambas partes. * 19 Los grandes de
Judá, los grandes de Jerusalén, los eunu
8 Palabra de Yavé que recibió Jere cos, los sacerdotes y todo el pueblo de es
mías después de haber hecho el rey Se ta tierra que pasaron por entre las partes
déelas un convenio con el pueblo todo del becerro;20los entregaré en manos de
de Jerusalén, * 9 de que se publicase la sus enemigos, en las manos de los que de
liberación de los esclavos hebreos, hom muerte les persiguen; y sus cadáveres se
bres y mujeres, y de que no fuera retenido rán pasto de las aves del cielo y de las bes
como esclavo ningún judío o judía por tias de la tierra; 21 y a Sedecías, rey de
un hermano suyo. 10*Todos los grandes y Judá, y a sus príncipes los entregaré en
todo el pueblo, que habían aceptado este mano de sus enemigos, en manos de los
convenio, consintieron en libertar cada que de muerte les persiguen, en manos del
uno a sus esclavos y esclavas y no rete ejército del rey de Babel, que se ha reti
nerlos en la esclavitud; consintieron y los rado. 22 Y o les daré la orden, palabra de
libertaron; n pero se arrepintieron luego, Yavé, y les haré volver a esta ciudad; y la
y reclamaron a los esclavos y esclavas que combatirán, la tomarán y la incendiarán,
habían liberado y los obligaron a ser de y haré de las ciudades de Judá un desier
nuevo esclavos y esclavas. 12*Recibió, to y no habrá quien las habite.
pues, Jeremías palabra de Yavé, dicién-
dole:
0 4 1 Este triste mensaje que Jeremías recibe para el rey es de los últimos días de Jerusalén,
cuando la ciudad tuvo un poco de respiro por la causa que señala el v.7. Pero aun esta pro
mesa estaba condicionada por la rendición, y como ésta no tuvo lugar, la suerte del rey fue más
triste aún.
8 Al comenzar el asedio se habla contraído este compromiso, que luego dieron al olvido, cuando
Nabucodonosor levantó provisionalmente el cerco para acabar de someter otras ciudades y para
hacer frente a los egipcios.
Los israelitas que no podían pagar sus deudas se vendían como esclavos a los acreedores o ven
dían a éstos sus hijos; pero esta esclavitud no era perpetua; habla de cesar, según la Ley, pasados
seis años, estando los dueños obligados a dar libertad a estos siervos al año séptimo (cf. Ex 21,2;
Dt 15 , 12 ; Neh s).
18 Aquí se nos ofrece pintada al vivo la ceremonia del pacto antes aludido. Todo pacto debía
ser sancionado con una víctima degollada ante el altar, con la fórmula; «Así haga Dios al que que
brante este pacto», o dividiendo en cuartos la víctima y pasando los pactantes por en medio de ella
pronunciando estas palabras: «Así me haga Dios si fuere infiel al pacto*. Dios amenaza con dividir
en cuartos a esos quebrantadores del pacto (cf. Gén 15,17).
JEREMÍAS 3 5 -8 6 852
O C 1 Tuvo lugar este episodio el año cuarto de Joaquim (604), cuando Nabucodonosor vino a
imponer su autoridad sobre los pueblos antes súbditos de Asiria. Estos recabitas, por dis
posición de su ascendiente Jonadab, seguían la vida nómada y se abstenían además del vino; todo
por rehuir el peligro de la corrupción moral (cf. 2 Re 10,15 ss.; 1 Par 2,55)-
nc 1 Este otro episodio, tan interesante para conocer el modo de actuar que tenían los profetas,
d " tuvo lugar al año siguiente del suceso pasado.
2 A la letra, «un rollo de libro». Esto significa también, por su etimología, la palabra «volumen*:
un trozo mayor o menor de la materia sobre que se escribía, que se arrollaba luego, y así se conser
vaba. La materia no era ya la piedra, ni la tableta de barro como antes, ni era todavía el pergamino
como después, sino hojas de papiro provenientes principalmente de Egipto, y que se unían unas a
otras en la cantidad necesaria.
5 Impedido, probablemente, por una prohibición de la policía del templo de presentarse en él
853 JEREMÍAS 3 6 -3 7
en el templo en un día de ayuno y oyendo cia del rey, en las habitaciones del rey,
todos los que vienen de todo Judá y de y en presencia de todos los grandes que
sus ciudades; 7 a ver si acaso sus oracio estaban junto a él. 22 Estaba el rey en
nes llegan a la presencia de Yavé y se con las habitaciones de invierno, era el no
vierten cada uno de sus pésimos caminos» veno mes, y tenía delante de sí un bra
porque grande es el furor y la indignación sero encendido; 23 y según iba leyendo
con que amenaza Yavé a este pueblo. Judí tres o cuatro columnas del volumen,
8 Hizo, pues, Baruc, hijo de Nerías, lo lo iba rasgando el rey con el cuchillo
que había mandado Jeremías, profeta, y del escriba y lo arrojaba al fuego del bra
leyó en el libro las palabras de Yavé en sero, hasta que lo quemó todo.
la casa de Yavé. 24 N o temieron ni rasgaron sus vestidu
9 Sucedió, pues, el año quinto de Joa- ras ni el rey ni sus cortesanos que oye
quim, hijo de Josías, rey de Judá, en el ron todas aquellas palabras.
mes noveno, que se promulgó un ayuno 25 Sin embargo, Elnatán, Dalaías y Ga
a todo el pueblo de Jerusalén y a todos marías rogaron al rey que no quemara
cuantos venían a Jerusalén de las ciuda el volumen, pero éste no los oyó; 26 y
des de Judá; 10 y leyó Baruc el libro de mandó el rey a Jeremiel, hijo de Amelec,
los sermones de Jeremías en el templo, a Sarayas, hijo de Ezríel, y a Selemías,
en la cámara de Gamarías, hijo de Sa- ijo de Abdeel, que apresaran a Baruc,
fán, escríba, en el vestíbulo superior, a escriba, y a Jeremías, profeta, pero Yavé
la entrada de la puerta Nueva del tem los ocultó.
plo, oyendo todo el pueblo. 11 Y habien 27 Después que el rey quemó el volu
do oído Miqueas, hijo de Gamarías, hijo men de los sermones de Jeremías, que
de Safán, las palabras de Yavé del libro, había escrito Baruc al dictado de aquél,
12 bajó al palacio del rey, a la cámara recibió Jeremías palabra de Yavé, que
del escriba, donde se hallaban todos los le dijo: 28 Toma un nuevo volumen y
grandes: Elisama, escriba; Dalaías, hijo escribe en él todos los sermones anterio
de Semeia, y Elnatán, hijo de Ajobor, res que había en el primero, que quemó
y Gamarías, hijo de Safán, y Sederías, Joaquim, rey de Judá; 29 y a Joaquim,
hijo de Ananias, y todos los grandes; rey de ludá, le dirás: Así dice Yavé: Tú
13 y les comunicó Miqueas todo lo que has quemado aquel volumen, diciendo:
había oído leer a Baruc del volumen ¿Por qué has escrito esto, anunciando
ante el pueblo. que vendrá el rey de Babel y devastará
14 Mandaron, pues, todos los grandes esta tierra, no dejando en ella hombre
a Judí, hijo de Natanías, hijo de Sele- ni jumento? 30 Pues así dice Yavé contra
mías, hijo de Cusí, para decir a Baruc: Joaquim, rey de Judá: N o tendrá descen
Ven y trae el volumen en que has leído diente que le suceda en el trono de David
al pueblo. Tomó, pues, Baruc el volu y su cadáver será arrojado al calor del
men y vino con él a ellos, 15 que le dije* día y al frío de la noche; 31 y le pediré
ron: Siéntate y léenos eso a nosotros; cuenta a él y a su descendencia y a sus
y se lo leyó Baruc. 16 Cuando oyeron, siervos de sus iniquidades, y traeré sobre
pues, todo aquello, mostráronse unos a ellos y sobre los habitantes de Jerusalén
otros atónitos y dijeron a Baruc: Tene y sobre los hombres de Judá todos los
mos que comunicar esto al rey; 17 y le males que les he anunciado y ellos no
dijeron: Indícanos cómo has escrito tú han querido o ir.
todo esto. 18 Baruc les dijo: El me dic 32 Tomó, pues, Jeremías otro volumen
taba como si me leyese, y yo lo escribía y se lo dio a Baruc, hijo de Nerías, es
con tinta en el libro.19 Y dijeron los gran criba, el cual escribió de boca de Jere
des a Baruc: Ve y escóndete, y que se mías todos los sermones que quemó Joa
esconda también Jeremías, sin que sepa quim, rey de Judá, y se añadieron toda
nadie dónde estáis. vía otros muchos como aquéllos. *
Lectura ante el rey Consulta de Sedecías y respuesta de
20 Ellos se fueron al rey, al atrio, de Jeremías
jando el volumen en la cámara de Elisa
ma, escriba, y dijeron al rey lo que pa O 7 1 Reinó Sedecías, hijo de Josías,
saba. 21 Mandó el rey a Judí que llevara • en lugar de Jeconías, hijo de Joa
el volumen, y éste lo tomó de la cámara quim. Fue Nabucodonosor, rey de Ba
de Elisama, escriba, y lo leyó en presen bel, quien le hizo rey de la tierra de
después del episodio que se cuenta en el c.26, cuando Jeremías estuvo a punto de aer muerto por
el pueblo. La opinión de que el impedimento fuera la prisión no parece probable, pues entonces
hubiera sido imposible que Jeremías se escondiera (cf. 26).
32 Al primer rollo destruido sucede este segundo, que corresponde en gran parte al libro de
Jeremías que hoy tenemos.
JEREMÍAS 3 7 -3 8 854
Judá. * 2 Y no obedecieron él y sus sier en manos del rey de Babel. 17 y dijo Je
vos y el pueblo de la tierra lo que había remías al rey Sedecías: ¿Qué pecado he
mandado Yavé por medio de Jeremías, cometido yo contra ti, contra tus corte
profeta; 3 y envió el rey Sedecías a Jucal, sanos y contra tu pueblo para que me
hijo de Selemías, y a Sofonías, hijo de hayáis metido en la cárcel? 18 (19) ¿Dón
Maasías, sacerdote, a Jeremías, profeta, de están ahora vuestros profetas que os
diciéndole: Ruega por nosotros a Yavé, profetizaban diciendo: N o vendrá el rey
nuestro D ios.* 4 Jeremías andaba libre de Babel contra vosotros y contra esta
mente entre el pueblo, pues todavía no tierra? 19 (20) Oyeme, pues, ¡oh rey, mi
le habían encarcelado. (5) Salió entonces señor!, te lo ruego; acoge mi súplica y
de Egipto el ejército del Faraón, y, al no me vuelvas a la prisión de la casa de
saber la nueva, los caldeos que asedia Jonatán, escriba, porque me moriré allí.
ban a Jerusalén se retiraron de allí. 20 (21) Mandó, pues, el rey Sedecías que
5 (6) Y recibió Jeremías, profeta, pala fuese llevado al vestíbulo de la guardia
bra de Yavé diciéndole: 6 (7) Así dice y se le diese cada día una torta de pan
Yavé, Dios de Israel: Decid al rey de de la calle de los Horneros mientras no
Judá que os ha mandado a preguntarme: faltase del todo el pan en la ciudad. Así
Ese ejército del Faraón que ha venido en quedó Jeremías en el vestíbulo de la
socorro vuestro se tendrá que volver a guardia.
su tierra de Egipto 7 (8) y volverán los
caldeos a combatir esta ciudad, y la to O O 1 Oyeron Safarías, hijo de Matán;
marán y la incendiarán. 8 (9) Así dice v O Guedelías, hijo de Pascur; Jucal,
Yavé: No os engañéis a vosotros mis hijo de Selemías, y Pasjur, hijo de Mel-
mos diciéndoos: Se irán los caldeos y quías, que Jeremías decía delante de todo
nos dejarán en paz; porque no se irán. el pueblo: 2 Así dice Yavé: Todos cuan
9 (10) Pero aunque destrozarais a todo el tos se queden en esta ciudad morirán
ejército caldeo que lucha contra vosotros de espada, de hambre y de peste; el que
y no quedase de él más que algunos he huya a los caldeos vivirá y tendrá la vida
ridos, ésos saldrían de sus tiendas y pega por botín. 3 Así dice Yavé: Con toda cer
rían fuego a esta ciudad. teza esta ciudad caerá en manos del ejér
cito del rey de Babel, que la tomará.
Encarcelamiento de Jeremías 4 Y dijeron los grandes al rey: Hay
10 (J1) Cuando se había retirado de Je que matar a ese hombre, porque con eso
rusalén el ejército caldeo por la venida hace flaquear las manos de los guerreros
del ejército del Faraón, 11 (12) salía Jere que quedan en la ciudad y las de todo
mías de Jerusalén para ir a tierra de el pueblo, diciéndoles cosas tales. Ese
Benjamín a hacer una partición en medio hombre no busca el bien de este pueblo,
de su pueblo; * 12 (13> pero al llegar a la sino su mal. 5 Dijoles el rey Sedecías:
puerta de Benjamín, el jefe de la guardia, En vuestras manos está. Pues no podía
llamado Jerías, hijo de Selemías, hijo de el rey nada contra ellos.
Ananías, apresó a Jeremías, diciendo: Tú 6 Cogieron, pues, a Jeremías y le me
vas a pasarte a los caldeos.13 (14) Jeremías tieron en la cisterna de Melquías, hijo
respondió: Mentira, no voy a pasarme a del rey, que está en el vestíbulo de la
los caldeos. Pero no escuchó Jerías a cárcel, bajándole con cuerdas a la cisterna,
Jeremías, y, arrestándole, le condujo a en la que no había agua, pero sí lodo,
los jefes, 14 (15) que, airados contra Jere y quedó Jeremías metido en el lodo.
mías, le hicieron azotar y encerrar en 7 Oyó Abdemelec, etíope, eunuco de la
la cárcel que había en la casa de Jona- casa real, que habían metido a Jeremías
tán, escríba, de la cual habían hecho en la cisterna. El rey estaba entonces en
prisión. la puerta de Benjamín. 8 Salió Abdeme
15 (16) y entró Jeremías y fue metido lec del palacio y fue a decir al rey: 9*1Rey,
en una cisterna abovedada y estuvo allí mi señor, han hecho mal esos hombres
mucho tiempo. 16 (17) Mandó a buscarle el tratando así a Jeremías, profeta, metién
rey Sedecías y le preguntó en secreto, en dole en la cisterna para que muera allí
el palacio: ¿Hay palabra de Yavé? (18) Sí, de hambre, pues no ha y y a pan en la
la hay, contestó Jeremías: Serás entregado ciudad.
07 1 Los tres cc.37-39 contienen diversos episodios de la vida del profeta durante los postre-
** ■ ros días de Jerusalén (588-586).
3 El rey Sedecías pide al profeta que interceda con Yavé por la ciudad cuando los caldeos ha
bían levantado el cerco para salir al encuentro del ejército egipcio, que al fin, sin combatir, se vol
vió a su tierra. El profeta contesta a los enviados del rey que no se forje ilusiones sobre la suerte de
la ciudad, que sin duda será entregada a las llamas.
11 Durante este mismo levantamiento del cerco quiso el profeta ir a Anatot por un asunto que
el texto no explica bien. Fue detenido como tránsfuga a las puertas de la ciudad, llevado a la comi
saría, azotado y encerrado en un calabozo.
855 JEREMÍAS 3 8 -3 9
Jeremías: Sea Yavé contra nosotros tes hago saber hoy, y vosotros no escu
tigo verdadero y fiel si no hiciéramos en cháis la voz de Yavé, nuestro Dios, lo
todo según la palabra que Yavé, tu Dios, que me ha encargado deciros. 22 Sabed,
te mande para nosotros. <»Bueno o malo, pues, que certísimamente moriréis de es
seguiremos el mandato de Yavé, nues pada, de hambre y de peste en el lugar
tro Dios, a quien te enviamos, para que a donde queréis iros a habitar.
nos suceda bien obedeciendo la voz de
Yavé, nuestro Dios. H u id a a E gip to contra la voluntad
7 Pasados diez días, recibió Jeremías del profeta
alabra de Yavé: 8 y llamó a Joanán,
ijo de Carea, y a todos los jefes de tro J O 1 Sucedió, pues, que cuando Jere-
pas que con él estaban y a todo el pueblo, mías acabó de hablar a todo el
chicos y grandes, 9 y les dijo: Así dice pueblo las palabras de Yavé, su Dios,
Yavé, Dios de Israel, a quien me habéis todo cuanto Yavé, su Dios, le había en
mandado para presentarle vuestros rue cargado decirles, 2 Azarías, hijo de Maa-
gos : Si os quedáis tranquilos en esta sías; Joanán, hijo de Carea, y todos los
tierra, yo os edificaré y no os destruiré, hombres soberbios dijeron a Jeremías: Es
os plantaré y no os arrancaré, pues me mentira lo que dices: N o te ha enviado
pesa ya del mal que os he hecho. Yavé, nuestro Dios, para decimos: N o
11 No os dé miedo el rey de Babel, vayáis
a a habitar en Egipto. 3 Es Baruc,
quien teméis; no temáis de él, dice Yavé, hijo de Nerías, que te incita contra nos
pues yo estoy con vosotros para salva otros, para entregamos a los caldeos, para
ros y libraros de sus manos. 12 Y o os haré que nos den muerte o nos deporten a
hallar gracia ante él, y él os la hará y Babel.
os dejará en vuestra tierra. 13 Pero si de 4 D e este modo Joanán, hijo de Carea;
cís: No queremos seguir en esta tierra todos los jefes y todo el pueblo desoyeron
no escucháis la voz de Yavé, vuestro la orden de Yavé de quedarse en la tierra
ios, 14 diciendo: Nos iremos a la tierra de Judá. 3 Y Joanán, hijo de Carea, y to
de Egipto, donde no veremos ya la gue dos los jefes de tropas tomaron a los res
rra ni oiremos el sonido de la trompeta tos de Judá que habían vuelto de las re
y no habrá falta de pan, allí habitaremos; giones todas en que se habían dispersa
entonces, restos de Judá, escuchad la do, para habitar en la tierra de Judá;
palabra de Yavé: 6 los hombres, las mujeres, los niños, las
Así dice Yavé Sebaot, Dios de Is hijas del rey y todos cuantos Nebu-Zar-
rael: Si volvéis vuestros ojos a Egipto dan, jefe de la guardia real, había dejado
para iros allá y habitar en él, 16 la espada con Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Sa-
que teméis os alcanzará sobre la tierra fán, y a Jeremías, profeta, y a Baruc, hijo
de Egipto, el hambre que receláis os so de Nerías; 7 entraron en Egipto, des
brevendrá en Egipto y os hará morir oyendo la voz de Yavé, y llegaron a
allí. 17 Y todos cuantos vuelvan el rostro Tafnes. *
hacia Egipto para ir a habitar allí mori 8 Y recibió Jeremías la palabra de Yavé
rán de espada, de hambre y de peste; en Tafnes, diciéndole: 9 Toma con tu
ni uno solo escapará ni se librará del mano unas piedras grandes y mételas en
mal que yo haré venir sobre ellos; 18 por el empedrado, junto a la puerta de Fa
que así dice Yavé Sebaot, Dios de Is raón, en Tafnes, en presencia de los ju
rael: Lo mismo que ha estallado mi có díos. lo Y diles: Así dice Yavé Sebaot,
lera y mi furor contra los habitantes de Dios de Israel: Yo mandaré a buscar a
Jerusalén, así estallará mi furor contra Nabucodonosor, rey de Babel, mi sier
vosotros si os vais a Egipto, y seréis vo, que asentará su trono sobre estas pie
objeto de execración, de horror, de mal dras que acabo de colocar y extenderá so
dición y de oprobio y no veréis más bre ellas su tapiz, n Vendrá y batirá la tie
esta tierra.19 He aquí la palabra de Yavé rra de Egipto; los que a la muerte, a la
para vosotros, restos de Judá: No va muerte; los que al cautiverio, al cautive
yáis a Egipto. Sabed que yo os lo ad rio ; los que a la espada, a la espada.12 Y
vierto hoy solemnemente. pegará fuego a los templos de sus dioses,
20 Os engañáis a vosotros mismos. Me y los abrasará, y despiojará la tierra de
habéis mandado a Yavé, nuestro Dios, Egipto como despioja el pastor su zama
diciéndome: Intercede por nosotros cer rra, y saldrá de aquí en paz. I3 Y rompe
ca de Yavé, nuestro Dios; todo lo que rá los obeliscos del templo del Sol, en
diga Yavé, nuestro Dios, comunícanos Egipto, y quemará los templos de Egipto.
lo y nosotros lo haremos, 21 Yo os lo
A T 7 Se creían en Egipto libres de los caldeos, pero Jeremías les asegura que su seguridad es vana.
Nabucodonosor llegará y hará en Egipto lo mismo que había hecho en Judá. Esta expedición
parece haberse realizado el año 37 de Nabucodonosor, que sería el 568.
859 JEREMÍAS 44
Idolatría y su castigo Egipto que vuelvan a la tierra de Judá,
objeto de las ansias de su alma, a la
A A 1 Palabras que dirigió Jeremías a que querrían volver para habitar, si no
todos los judíos que habitaban en es algún fugitivo.
tierra de Egipto, en Migdol, Tafnes, Men 15 Entonces todos los hombres, sabedo
tís y en la región de Patros. * 2 Así dice res de que sus mujeres ofrecían incienso
Yavé Sebaot, Dios de Israel: Vosotros a los dioses ajenos, y todas las mujeres,
habéis visto todos los males que yo he reunidas en gran asamblea, y todos los
traído sobre Jerusalén y sobre todas las del pueblo que habitaban en Egipto, en
ciudades de Judá, desiertas hoy, sin que la región de Patios, respondieron a Je
nadie las habite, 3 por las iniquidades que remías: 16 N o te escucharemos en lo que
cometiron, provocando mi ira y yéndose nos dices en nombre de Y avé,17 sino que
a ofrecer incienso a los dioses ajenos, que persistiremos en hacer todo cuanto nos
no conocían ni ellos ni sus padres. 4 Yo venga en boca, quemando incienso a la
os mandé repetidamente a mis siervos, Reina del cielo y ofreciendo libaciones,
los profetas, diciéndoos: N o hagáis esas como antes hemos hecho e hicieron nues
abominaciones que detesto. 5 Y no obe tros padres, nuestros reyes y nuestros
decieron ni me dieron oídos, convirtién magnates en las ciudades de Judá y en las
dose de sus maldades y dejando de ofre plazas de Jerusalén, viéndonos entonces
cer incienso a los dioses ajenos.6 Y estalló hartos de pan y felices, sin experimentar
mi cólera y se encendió mi furor sobre la desdicha; 18mientras desde que deja
las ciudades de Judá y en las plazas de mos de quemar incienso a la Reina del
Jerusalén, convertidas en desierto y de cielo y ofrecerle libaciones, carecemos de
vastación, como están hoy. todo y nos consume la espada y el ham
7 Ahora, pues, así dice Yavé Sebaot, bre. 19 Y si nosotros quemamos incienso
Dios de Israel: ¿Por qué cometéis contra a la Reina del ciclo y le ofrecemos liba
vosotros mismos ese gran mal de hacer ciones, ¿es acaso sin nuestros maridos
que perezcan hombres y mujeres, niños y como hacemos las tortas para ofrecérse
mamones, de en medio de Judá, sin que las a su imagen y hacerle las libaciones?
quede resto alguno de vosotros, * provo 2o Y dijo Jeremías a todo el pueblo, a los
cándome con las obras de vuestras ma hombres y a las mujeres, a todos los que
nos, ofreciendo incienso a los dioses aje asi le habían respondido: 21 iQué! El
nos en la tierra de Egipto, a que habéis incienso que en las ciudades de Judá y
venido a habitar, y desaparezcáis y seáis en las plazas de Jerusalén quemasteis vos
maldición y oprobio de todas las gentes otros, vuestros padres y vuestros reyes,
de la tierra? vuestros magnates y todo el pueblo, ¿no
9 ¿Habéis por ventura olvidado las ini
lo ha recordado Yavé y no lo ha tenido
quidades de vuestros padres, de los reyes presente? 22 No podía ya soportar Yavé
de Judá, de vuestros magnates, las vues la malicia de vuestras perversidades y
tras y las de vuestras mujeres, las come vuestras abominaciones, y por eso vues
tidas en la tierra de Judá y en las calles tra tierra ha sido convertida en un desierto
de Jerusalén? 10 |N o se han arrepentido inhabitado, hecha horror y maldición,
todavía hoy! N o han tenido temor ni como está hoy. 23 Por haber quemado
han seguido mis preceptos, los que os di incienso a los ídolos, pecando contra Ya
a vosotros y a vuestros padres. vé, sin oír su voz ni seguir su ley, sus
11 Por tanto, así dice Yavé Sebaot, Dios
preceptos y sus amonestaciones, por eso
de Israel: Yo volveré a vosotros mi ros han venido sobre vosotros todos esos
tro para mal y exterminaré a todo Judá, males que hoy padecéis.
12 y tomaré a los restos de Judá que 24 Dijo, pues, Jeremías a todo el pue
volvieron su rostro a Egipto para venir blo y a todas las mujeres: Oíd la palabra
a habitar en él, y perecerán todos en tierra de Yavé todos los de Judá que habitáis
de Egipto; caerán por la espada, morirán en tierra de Egipto: 25 Así dice Yavé
de hambre desde el más pequeño hasta Sebaot, Dios de Israel: Vosotros y vues
el más grande; morirán de espada o de tras mujeres lo decís con vuestra boca y
hambre y serán execración, asombro, mal lo haréis con vuestras manos; decís: Cum
dición y oprobio. 13 Yo ajustaré cuentas pliremos los votos que hemos hecho de
a los que habitan en tierra de Egipto, quemar incienso a la Reina del cielo y
como se las ajusté a los de Jerusalén, por ofrecerle libaciones. Ciertamente los cum
la espada, por el hambre y por la peste. pliréis . ciertamente los pondréis por obra.
14 No habrá fugitivos ni supervivientes de 26 Oíd, pues, la palabra de Yavé todos
los restos de Judá venidos a habitar en los de Judá que habitáis en Egipto: Yo
A A 1 En Egipto se halla el profeta con que los muchos judíos que allí moraban padecían de la
■ ^ misma enfermedad que los de Judá: la idolatría. A ellos dirige este largo discurso, en que
les amenaza con la muerte en la tierra de su destierro; sólo unos pocos volverán a la patria.
JEREMÍAS 4 4 -4 6 860
Juro por mi gran nombre, palabra de to, que estaba en Carquemis, junto al
Yavé, que no será ya más pronunciado río Eufrates, al que derrotó Nabucfcdo-
mi nombre por boca de ningún hombre nosor, rey de Babel, el cuarto año dé
de Judá, diciendo: ¡Vive el Señor Yavé!, Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá.*
en toda la tierra de Egipto. * 27 Yo velaré 3 Preparad escudo y broquel, I marchad
sobre ellos para mal, no para bien, y a la guerra, | aparejad los caballos. |
todos los varones de Judá que habitan 4 A montar, caballeros; formad; I el casco
en tierra de Egipto serán consumidos en la cabeza; | limpiad las lanzas, ceñid
por la espada y por el hambre hasta que la loriga.
perezcan del todo, 28 y los que escapen a 5 ¿Qué veo? Vacilan, | vuelven la es
la espada volverán de la tierra de Egipto palda. | Muertos los más valientes, | hu
a la tierra de Judá, muy pocos en nú yen veloces, sin mirar atrás. | Terror
mero, y los restos de Judá que han en por doquier, palabra de Yavé. | 6 No
trado en tierra de Egipto sabrán qué escapará el más veloz, | no se librará
palabra es la que se cumple, si la mía o el más fuerte. | Al norte, a orillas del
la suya. 29 y he aquí la señal, palabra Eufrates, | cayeron derrotados.
de Yavé, de que yo os pediré cuentas en 7 ¿Quién es ese que avanza como un
este lugar y de que se realizará mi palabra río, j cuyas aguas rugen como torrente? |
contra vosotros para vuestro mal. 30 Así 8 Es Egipto, que sube como el Nilo, |
dice Yavé: Yo entregaré al faraón Ho- cuyas aguas rugen como torrente, | que
fra, rey de Egipto, en manos de sus enemi dice: Inundaré la tierra, devastaré las
gos, en manos de los que de muerte le ciudades con sus moradores. | 9 Adelante
persiguen, como entregué a Sedéelas, rey la caballería; | avancen los carros; | mar
de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey chad, valientes. | Etíopes y libios, | el
de Babel, su enemigo, que de muerte le escudo al brazo; | libios, los que tensan
perseguía. el arco. | 10 Pero es el día de Yavé, Dios
de los ejércitos; t día de venganza contra
Palabras del Señor a Baruc sus enemigos. | La espada devorará, se
A C 1 Palabras que dijo Jeremías, pro- hartará, | se embriagará de su sangre. |
feta, a Baruc, hijo de Nerías, cuan Día de gran sacrificio a Yavé, D ios de
do escribía estas cosas al dictado de Je los ejércitos, | en tierras del norte, junto
remías, el cuarto año de Joaquim, hijo al río Eufrates.
de Josías, rey de Judá. 2 Así dice Yavé, 11 Sube a Galad en busca de bálsamo, (
Dios de Israel, a ti, Baruc. 3 Tú dices: virgen hija de Egipto. | En vano multipli
¡Ay mísero de mí, que Yavé no hace más carás los remedios, | no hay cura para
que añadir dolor a mi dolor! Me canso ti. | 12 Oyeron las gentes tu ignorancia, l
de gemir y no hallo reposo. 4 Así dice y tus alaridos llenaron la tierra. | Tropezó
Yavé: Dile esto: He aquí que lo que yo el fuerte con el fuerte, | y ambos junta
había edificado lo destruyo, lo que había mente cayeron.
plantado lo arranco. 3 ¡Y tú pides para 13 Palabras que dijo Yavé a Jeremías,
ti grandes cosas! N o las pidas, pues mien profeta, sobre la venida de Nabucodono
tras yo hago venir males sobre toda carne, sor, rey de Babel, a Egipto para batir
te dejo a ti salva la vida dondequiera lo: * | 14 Anunciadlo en Migdol, ] prego
que vas. nadlo en Menfis; | decid: ¡Arriba!, pre
paraos, | porque la espada va a devorarlo
Q U I N T A P A R T E todo en torno vuestro. I 13 ¿Cómo huye
Apis? | Tu toro ha sido abatido, | porque
V a t ic in io s so bre la s n acio nes Yavé lo derribó. | 16 Tus soldados tropie
(46-51) zan y caen, | dícense unos a otros: | ¡Eat
Volvámonos a nuestros pueblos, | a la
Contra Egipto tierra en que nacimos, | ante la espada
A f i 1 Palabras de Yavé a Jeremías con- destructora.
tra las gentes. * 2 a Egipto. Contra 17 Al Faraón, rey de Egipto, | llamadle
el ejército del faraón Necao, rey de Egip «ruido a destiempo». | 18 Vivo yo, dice
26 Insiste el profeta, y como señal de su palabra anuncia la muerte del faraón Hofra a manos
de sus enemigos. Los historiadores clásicos cuentan que, en efecto, habiendo sido destronado por
Amesés (569), éste le trató al principio con respeto, pero luego, obligado por las exigencias del
pueblo, le hizo estrangular.
A Z! 1 Los capítulos que siguen (46-51) van dirigidos contra las naciones. En los LXX se halla
esta sección después de 25,12. Tiene su paralelo en Is 13-23 y en Ez 25-32.
2 La primera parte (2-12) es un canto de triunfo al poder de Yavé, que deshizo en Carquemis
(604), por medio de los caldeos, al ejército del faraón Necao, necia esperanza de tantos en Judá.
13 Este título ya nos dice el contenido del oráculo siguiente, la invasión de Nabucodonosor
sobre el Egipto, anunciada en 43.8 ss. Esto no se había cumplido antes del año 37 de Nabucodo
nosor (568).
861 JEREMÍAS 4 6 -4 8
1 El enemigo viene del norte (v.2); no puede dudarse que sea el ejército caldeo.
AQ 1 Este largo vaticinio contra el tradicional enemigo de Israel termina con una breve promeas
de restauración (v.47).
JEREMÍAS 4 8 -4 9 862
lft Ya se acerca la ruina de Moab, | suspira como una flauta, | por la pérdida
su mal corre velozmente. | 17 Lloradle de cuantos bienes habían adquirido.
todos sus vecinos, | todos los que por 37 Toda cabeza ha sido rapada, | toda
su fama le conocéis, decid: | ¿Cómo asi barba rasurada, | todos los brazos están
ha sido roto el cetro poderoso, | el báculo desgarrados, | y los ríñones, cubiertos de
glorioso? | 18 Desciende de tu magnificen cilicio. | 38 Sobre todos los terrados de
cia y siéntate en el cieno, | moradora Moab y en todas sus plazas | no hay más
hija de Dibón, | que ya sube contra ti el que llantos, | porque he roto a Moab |
devastador de Moab, | que arrasará tus como se rompe un cacharro enojoso, pa
fortalezas. | 19 Sal al camino y atalaya, 1 labra de Yavé.
habitante de Aroer; | pregunta a los hui 39 ¡Cómo ha sido quebrantado! Lamen
dos; a los que se han salvado, diles: «¿Qué taos; | ¡cómo volvió Moab las espaldas
pasó?» vergonzosamente! | Es objeto de burla y
20 Avergonzado está Moab; ha sido de de espanto para cuantos le rodean. |
rrotado. | Clamad, gritad, | anunciadlo 40 Por eso dice Yavé: | Sí, viene volando
en el Arnón: | Moab está devastado. | como el águila | y extiende sobre Moab
21 Se ha cumplido el castigo | contra los sus alas. | 41 Sus ciudades serán tomadas,
moradores de la meseta, | contra Jolón, asaltadas sus fortalezas, | y entonces el
contra Jasa, | contra Mefat | 22 y contra corazón de los guerreros de Moab I será
Dibón; | contra Nebó, contra Bet-Dibla- en aquel día como el corazón de mujer
taím, 1 23 contra Quiriat-Jearim, contra en parto. | 42 Y dejará Moab de ser una
Bet-Gamul, | contra Bet-Maón, 124 contra nación, Jpor haberse alzado contra Yavé.
Queriot y contra Bosra; | contra todas las 43 Terror, hoya y red | contra vosotros,
ciudades de Moab | cercanas y lejanas. | moradores de Moab, | palabra de Yavé. |
25 El poder de Moab ha sido abatido, 1 44 El que escape al terror caerá en la
roto ha sido su brazo, palabra de Yavé. hoya, | el que se libre de la hoya será
26 Emborrachadle, pues se alzó contra cogido en la red. | Yo haré venir todo esto
Yavé: | y Moab, que ha batido palmas, | contra Moab el año de su castigo, pala
sea también objeto de burla. | 27 ¿No te bra de Yavé. | 45 Se detienen a la sombra
burlabas de Israel, | como de ladrón de Hesebón | extenuados por la fuga. |
cogido, y hablabas de él moviendo burlo Pero suben de Hesebón las llamas, | sale
namente la cabeza? | 28 Abandonad vues el fuego de los palacios de Sehón, I que
tras ciudades, habitantes de Moab, | y devora las sienes de Moab, | la coronilla
refugiaos en las rocas, | como la paloma de los jactanciosos.
bravia, [ que anida al borde de los pre 46 ¡Ay de ti, Moab! | Acabaste, pueblo
cipicios. de Camos. | Tus hijos son llevados cauti
29 Conocida es la soberbia de Moab, vos, el | y tus hijas en cautiverio. | 47 Pero
soberbio; | su orgullo, su altanería, su al fin de los días | yo haré volver a los
arrogancia, | la altivez de su corazón. | cautivos de Moab, | palabra de Yavé. |
30 Bien conozco, bien, su jactancia, pa Hasta aquí el juicio de Moab.
labra de Yavé; | sus vanas bravatas, sus
fútiles obras. | 31 Por eso gimo por Moab, | Contra A m m ó n
me lamento por Moab todo | y lloro por A Q 1 Así dice Yavé: | ¿Por ventura
las gentes de Quit-JeTes. | 32 Más que por no tiene hijos Israel? | ¿No tiene
Jazer lloro por ti, viña de Sibma. | Tus heredero? | ¿Por qué, pues, Milcom ha
sarmientos atravesaron el mar | y se ex heredado a Gad | y su pueblo ocupa sus
tendían hasta Jazer. | Sobre tu cosecha ciudades? * | 2 Por eso viene tiempo, pa
y tu vendimia | se arrojó el devastador. labra de Yavé, | en que yo haré oir a
33 Huyeron de los vergeles de Moab el Rabba-Ammón | los gritos de guerra. |
regocijo y la alegría. | Yo he vaciado el Quedará convertido en un montón de
vino de tus tinajas, | no pisará ya más ruinas, | sus ciudades serán quemadas. |
el lagarero. | La canción ya no es can Y heredará Israel a sus herederos, pala
ción. | 34 Los alaridos de Hesebón llegan bra de Yavé.
hasta Eleale, | se extiende su rumor hasta 3 ¡Grita, Hesebón! Ha sido devastada
Jasa, | desde Segor hasta Joronaím | y Hai. | Gritad, hijas de Rabbat; l ceñios
hasta Eglat-Selisiya. Sí, aun las aguas de cilicios, llorad, | porque Milcom será lle
Nimri se secarán. vado cautivo, | y con él sus sacerdotes
33 Yo haré desaparecer de Moab, pala y magnates.
bra de Yavé, 1 a los que suben a sus altu 4 ¿Por qué te glorias de tus valles, hija
ras | a ofrecer incienso a sus dioses. | 36 Por rebelde? | Y confiada en tu riqueza de
eso mi corazón suspira | como una flauta cías: ¿Quién vendrá contra mí? | 5 Yo
por Moab; por las gentes de Quir-Jeres | traeré sobre ti el terror | de cuantos te
AG 1 Esta breve profecía sobre Ammón termina también con una promesa parecida a la de
: W Moab (v.6).
863 JEREMÍAS 4 9
rodean, palabra de Yavé, y os dispersa 29 Oíd, pues, los designios de Yavé con
réis cada uno por su lado, | y no habrá tra Edom, | los planes que traza contra
uien reúna a los huidos. | 6 Y después Temán. | En verdad que serán conduci
e esto yo haré volver | la cautividad de dos por lo más ruin del rebaño, | y a su
los hijos de Ammón, palabra de Yavé. vista se espantarán los pastizales. | 21 Tem
blará la tierra al fragor de su ruina 1 y se
Contra Edom oirán sus alaridos en el mar Rojo. | 22 Co
mo águila subirá, volará I y extenderá
7 Así dice Yavé Sebaot: | ¿No hay sus alas sobre Bosra, J y el corazón de
sabiduría en Temán? | ¿Huyó de sus sa los guerreros de Edom será entonces |
bios el consejo? | ¿Se ha desvanecido su como el corazón de mujer en parto.
prudencia? * 178 Huid, volved las espaldas,
buscad refugios profundos, | habitantes Contra Damasco
de Dedán, | porque voy a traer la ruina
de Esaú, | el tiempo de su castigo. | 9*Cuan 23 Jamat y Arfad están cubiertas de
do vengan contra ti los viñadores | no vergüenza, I les ha llegado una mala
te dejarán un racimo. | Cuando de noche nueva, j se conturbaron y se agitan como
te asalten los ladrones j se llevarán cuanto el mar, | y no hallan descanso. *
les convenga. | 19 Soy yo quien despoja 24 Damasco, acobardada, se dispone a
a Esaú; | yo descubriré sus escondites, | no la fuga; I es presa del terror, | siente an
podrá ocultarse. | Su pueblo será destrui gustias y dolores | como de parturienta.
do, | sus hermanos y sus vecinos dirán: 25 ¡Ay de ella! | ¡Cómo ha quedado de
u «Deja a tus huérfanos, que yo los sierta la ciudad gloriosa, | la ciudad de
criaré, | que cuenten conmigo tus viudas». [ la alegría! [ 26 Por eso caerá en sus plazas
12 porque así dice Yavé: 1 Los que no su juventud, | y todos sus hombres de
hubieran debido beber el cáliz | han te guerra perecerán en aquel día, | palabra
nido que beberlo, | ¿y vas a quedar tú de Yavé Sebaot. | 27 Yo pegaré fuego a
impune? | N o quedarás, no; lo beberás. | los muros de Damasco, | que consumirá
Porque he jurado por mí mismo, j los palacios de Benadad.
palabra de Yavé; | soledad, objeto de
oprobio y de maldición será Bosra; | Contra los árabes
sus ciudades, ruinas por siempre.
14 He recibido de Yavé una noticia, | 28 Contra Cedar y el reino de Jasor, que
ha sido enviado un heraldo por los pue destruyó Nabucodonosor, rey de Babel,
blos: | «Reunios y marchad contra él, así dice Yavé: | Levantaos, marchad con
alzaos para hacerle la guerra». | K Yo te tra Cedar y devastad a los hijos del Orien
haré pequeño entre los pueblos, | des te. * | 29 Apodérense de sus tiendas y de
precio de los hombres. 1 16 Te ha enga sus ganados, | de sus tapices, de todos sus
ñado la altanería de tu corazón, | tú utensilios; | apropíense sus camellos | y
que habitas en los huecos de las rocas | esparzan el terror en tomo suyo.
y escalas las crestas de los montes. | 30 Huid, escapad a toda prisa, | buscad
Aunque pongas tan alto como el águila escondidos refugios, | habitantes de Ja-
tu nido, 1 de allí te haré bajar, palabra de sor, I palabra de Yavé. | Porque Nabuco
Yavé. donosor, rey de Babel, [ ha trazado contra
17 Edom vendrá a ser objeto de horror,vosotros
| sus planes | y está haciendo pro
el viandante se quedará estupefacto. | yectos en daño vuestro.
Y contemplará sus ruinas silbando bur 31 Alzaos, marchad contra una gente
lonamente. | 18 Destruido como Sodoma y tranquila | y confiada, palabra de Yavé, |
Gomorra, | con sus ciudades vecinas, que no tiene puertas ni cerrojos | y habita
dice Yavé. | N o habrá quien la habite, | aislada. | 32 Serán vuestro botín sus ca
ni hijo de hombre que en ella more. | mellos, y vuestra presa sus ganados. | Yo
19 Como un león subirá desde los bos dispersaré a todos los vientos a esas sienes
cajes del Jordán | a los pastos siempre rapadas | y de todos los confines haré
verdes. | En un momento los arrojaré venir sobre ellos la ruina, | palabra de
de ellos | y estableceré allí a quien me Yavé. | 33 Y se convertirá Jasor en guarida
plazca. ! Pues ¿quien como yo? | ¿Quién de chacales | y quedará por siempre de
me pedirá cuentas? | ¿Quién es el pastor sierta. | No morará en ella nadie, | ni la
que me hará frente? habitará hijo de hombre.
7 Edom, descendiente de Esaú, tan poco benévolo para con sus hermanos, que batió palmas
en la ruina de Jerusalén, sufrirá la misma pena de parte de los caldeos. El león del v.19 debe de ser
Nabucodonosor.
23 El profeta parece conservar la memoria de las antiguas relaciones guerreras de Damasco
con Israel.
28 Las tribus de la Arabia, que más de una vez hacían sentir su furor guerrero y rapaz a la Pa
lestina, tampoco quedarán libres de las ambiciones bélicas de Nabucodonosor.
Contra Elam 8 Huid del recinto de Babel, | de la
tierra de los caldeos salid. I Sed como
34 palabra de Yavé a Jeremías, profeta, cabestros a la cabeza del ganado, | 9 por
acerca de Elam, que le fue dirigida al que voy a suscitar | y a lanzar contra
comienzo del reinado de Sedecías, rey Babel un gran conglomerado de muchas
de Judá. * gentes del norte, | que la asediarán y
35 Así dice Yavé Sebaot: | Yo romperé la tomarán; ( sus saetas, como de gue
el arco de Elam, | el fundamento de su rreros adiestrados, I no errarán el blanco. I
fuerza. 136 Y o desencadenaré contra Elam 10 Y será dada la Caldea al pillaje, | y
los cuatro vientos j de los cuatro confines se hartarán los conquistadores de sus
del cielo. | A todos estos vientos los despojos, | palabra de Yavé.
dispersaré | y no habrá nación | que no 11 Alegraos ahora, regocijaos, | despo
vea llegar a ella I a los fugitivos de jadores de mi heredad; | saltad como
Elam. | 37 Yo haré temblar a Elam ante novilla sobre la hierba, | relinchad como
sus enemigos, | ante los que buscan su sementales. | 12 Grande será la confusión
vida. | Yo haré venir sobre ellos el mal, | de vuestra madre, I grande la vergüenza
el furor de mi cólera, palabra de Yavé. j de la que os engendró. | Será la última
Yo mandaré en su persecución la espada | de las naciones, ] un desierto, soledad,
hasta destruirlos. I 38 Yo pondré mi trono sequedad. | 13 La ira de Yavé la dejará
sobre Elam | y haré perecer al rey y a sus deshabitada, | la convertirá en soledad; i
grandes, | palabra de Yavé. | 39 Pero al cuantos pasen por Babel se espantarán I
fin de los días haré volver a los cautivos y silbarán contra ella su total destrucción.
a Elam, | palabra de Yavé. 14 Aprestaos contra Babel y sus con
tornos cuantos tendéis el arco. | Comba
Contra Babel tidla, no escatiméis las saetas, porque
r a i Palabras que dirigió Yavé a Je pecó contra Yavé. | 13 Lanzad de todas
e" remías, profeta, acerca de Babel partes contra ella el grito de guerra; | en
y de la tierra de los caldeos:* 2 Anun todas partes se rinde. | Cayeron sus torres,
ciadlo a las gentes, pregonadlo; alzad han sido arrasados sus muros. \ Es la
bandera, | publicadlo, no lo calléis; | venganza de Yavé. | Vengaos de ellos,
decid: Cayó Babel, lleno de vergüenza haced con ella lo que ella hizo. * | 16 Dis
está Bel, vencido está Marduc, | confun persad de Babel a los sembradores | y a
didos sus ídolos, abatidos sus dioses. * los que siegan | al tiempo de la cosecha. |
3 Del septentrión avanza contra ella Ante la espada devastadora, | cada uno
un
pueblo | que hará de su tierra soledad, ( se volverá a su pueblo, | cada uno huirá
en que no habitará nadie; | hombres y a su tierra.
ganados huyeron, desaparecieron. | 4 En 17 Israel es un rebaño disperso, | leones
tonces, en aquellos días, | vendrán los le dispersaron. | Primero le devoró el rey
hijos de Israel, | y con ellos los hijos de de Asur; 1 luego Nabucodonosor, rey de
Judá. | Seguirán su camino llorando, | y Babel, | le rompió los huesos. I 18 Por
buscarán a Yavé, su Dios. | 5 Pregunta eso, asi dice Yavé Sebaot, | Dios de
rán por el camino de Sión vuelto hacia Israel: | Yo castigaré al rey de Babel y
ella su rostro: | «Vamos y liguémonos a su tierra | como castigué al rey de
con Yavé | con pacto eterno, que no Asur. | 19 Y traeré a Israel a sus pastizales,
se olvide jamás». y se apacentará en el Carmelo y en Ba-
* Rebaño descarriado ha venido a ser sán; | se saciará en el monte de Efraím y
mi pueblo. | Sus pastores le engañaron | de Galad. | 20 Entonces, en aquellos días, I
y le hicieron vagar por los montes. | An se buscará la iniquidad de Israel y no se
duvieron de monte en collado, | se olvi hallará, I el pecado de Judá y no pare
daron del aprisco. | 7 Cuantos los hallaron cerá, I porque yo seré propicio a los que
los devoraban, | y se decían sus enemi queden.
gos: | N o hay delito en ello, | porque han 21 Sube, íoh espada!, contra la tierra
pecado contra Yavé, | sede de la justicia, de Meretaím | y contra los habitantes de
esperanza de sus padres.34 Pecod. | Espada, acuchilla y mata tras
34 Elam se hallaba al este de la Caldea y cuenta mucho entre los enemigos de Asiria y Babilonia.
í A i De todos estos vaticinios, aquel cuya razón mejor entendemos es éste, que va dirigido con-
' J " tra Babilonia, cuyo fin, al cabo de setenta años, traerá la libertad de Israel. En efecto, el
oráculo comienza anunciando la vuelta de todo Israel, y éste es el pensamiento principal del orácu
lo (2-20).
2 Bel era el dios nacional de la antigua Nippur; Marduc, el de la antigua Babel. Cuando ésta
logró la hegemonía política, Marduc vino a ser el principal tutelar de Babilonia, y Bel fue llamado
Bel-Marduc, y asi Jeremías les llama Bel y Marduc.
19 Es el logro del anhelo expresado por el autor del Sal 136,8: «Dichoso quien te dé tu pago,
el que a nosotros nos diste tú».
865 JEHEMÍA8 5 0 -5 1
ellos, palabra de Vavé, I y haz cuanto yo contra sus aguas, que se secarán, j por
te he mandado. * que es tierra de ídolos j y se glorían de sus
22 Estruendo de guerra en la tierra, espantajos.
| | 39 Por eso se convertirá en
inmensa ruina. I 23 ¿Cómo has sido roto cubil de ñeras y chacales, | en morada de
en pedazos, | martillo de toda la tierra? | avestruces. | Y no será más habitada I ni
¿Cómo has venido a ser, Babel, horror de poblad a po r siglos . | 40 Com o destruyó
las gentes? | 24 Soy yo quien te ha ten Yavé a Sodoma, I a Gomorra y a las ciu
dido la red, | y sin darte cuenta, Babel, dades vecinas, I no habitará hombre en
quedaste presa en ella. | Estás cogida, ella ni morará en ella hijo de hombre.
has sido apresada, | porque provocaste 41 Ya viene del norte un pueblo, | un
a Yavé. | 25 Yavé abrió sus arsenales, pueblo grande, | muchos reyes se alzan
ha sacado las armas de su cólera, j Porque de los confínes de la tierra. | 42 Empuñan
tenía un quehacer Yavé Sebaot | en la el arco y el venablo, | son crueles y sin pie
tierra de los caldeos. 1 26 Venid de los dad. 1 Su estrépito es como el mugido del
últimos confínes contra ella, } abrid sus mar; | montan caballos, | vienen con todos
graneros, I haced de ella montones como los pertrechos de guerra | contra ti, hija de
de gavillas y destruid, j que no quede Babel. | 43 El rey de Babel ha recibido la
nada. | 27 Matad todos sus toros | que noticia, [ se le han caído los brazos, | es
vayan al matadero. | ¡Ay de ellos! Les presa de la angustia ] y de dolores, como
llegó su día, | el día de su castigo. mujer en parto.
28 Rum or de tumulto de los fugitivos, de44 Vedlos, se lanzan como leones | que
los que escapan I de la tierra de Babel. | suben de los boscajes del Jordán i a los
Anunciad en Sión la venganza de Yavé, pastos siempre verdes. [ En un momento
nuestro Dios, | la venganza de su templo. | ios hago partir 1y establezco allí a quien
2 9 Convocad contra Babel a los arqueros, | me place. | ¿Pues quién como yo? | ¿Quién
a cuantos tienden el arco ; | cercadla, que me pedirá cuentas? | ¿Quién es el pastor
no escape nadie. I Dadle su merecido. | que podrá oponérseme? | 45 Oíd, pues,
Haced con ella como ella hizo, | pues se los designios de Yavé contra Babel, i sus
irguió contra Yavé, ) contra el Santo de planes contra la Caldea. ] Irán conduci
Israel, | 30 Por eso caerá en sus plazas su dos por lo más ruin del rebaño, | y a su
juventud | y todos sus hombres de guerra vista los pastizales se asombrarán. | 46 Al
perecerán aquel día. rumor de la conquista de Babel tembla
31 Heme aquí contra ti, insolente, j pa rá la tierra, | sus ecos repercutirán en las
labra del Señor, D ios Sebaot. | Ha llegado naciones.
tu día, | el día de tu castigo. | 32 Vacila
la insolente, caerá | y nadie podrá levantar C 1 1 Así dice Yavé: | Yo voy a susci-
la. | Y o pegaré fuego a sus ciudades, | que v i tar contra Babel | y contra los ha
las consumirá con todos sus alrededores. bitantes de la Caldea | el espíritu des
33 Asi dice Yavé Sebaot: | Los hijos detructor; * | 2 y mandaré contra Babel biel
Israel viven en la opresión, I y con ellos dado res que la bielden, | que harán eva
los hijos de Judá. I Cuantos los hicieron cuar su tierra | y la asediarán de todas
esclavos los retienen | y rehúsan soltar partes I el día de su miseria. | 3 N o deje,
los; | 34 pero su libertador es fuerte, | su pues, el arquero su arco | ni se desciña la
nombre es Yavé Sebaot; | El sabrá defen malla. | N o perdonéis a su juventud, | ex
der su causa para dar reposo a la tierra | terminad todo su ejército. | 4 Que caigan
y confusión a los habitantes de Babel. muertos sobre la tierra de Caldea, 1 tras
3S ¡Espada contra los caldeos!, palabrapasados en su plazas. | 3 Que la tierra de
de Yavé, | y contra los moradores de Ba los caldeos está llena de crímenes | ante el
bel, | contra sus grandes y contra sus sa Santo de Israel, | pues no son ya Israel ni
bios. | 36 Espada contra sus mentirosos Judá viudas | de su Dios, Yavé Sebaot.
adivinos, I que serán tenidos por necios. |
Espada contra sus hombres de guerra, j 6 Huid de Babel, | salve cada uno su
que se llenarán de pavor. | 37 Espada vida, | no perezcáis por su iniquidad. | Es
contra sus caballos y contra sus carros, I el tiempo de la venganza de Yavé; va a
y contra todas sus tropas auxiliares, J darle su merecido. | 7 Era Babel como
que están en medio de ella, | que se copa de oro en manos de Yavé; i sirvió
harán como mujeres. | Espada contra sus para embriagar a toda la tierra. I Los pue
tesoros, que serán saqueados. I 38 Espada blos bebieron de su vino i y enloquecie-
21 Otro oráculo (21-46) en que Dios ordena a la espada venir contra Babilonia. Es la espada
de Yavé, manejada por gentes venidas del norte, y que dará libertad a su pueblo, ejerciendo su jus
ticia contra el verdugo.
e i 1 Otro tercer vaticinio contra Babel, en que abundan los mismos pensamientos de la justi-
^ ■ cia de Yavé. El destructor de las naciones será a su vez destruido. La Media es el instrumen
to de Dios, como en Isaías 13 y 21.
N á c & r -C o lu n g a 28
JEREMÍAS 5 1 866
ron. * I 8 De repente Babel ba caldo y se ha niños; contigo aplasté al pastor y a su re
roto; I gemid por ella. | Id en busca de baño ; | 23 contigo aplasté al labrador y a
bálsamo para su herida | a ver si sana. | su yunta; | contigo aplasté a gobernantes
9 Hemos querido curar a Babel, pero no y jueces.
se ha curado; | dejé 24 Pero yo devolveré a Babel | y a todos
mosla, vámonos cada los habitantes de la aldea | todo el mal
uno a nuestra tierra, | que a vuestros ojos | hicieron ellos a Sión,
porque sube su mal palabra de Yavé.
dad hasta los cielos | 25 Heme aquí contra ti, monte de des
y se eleva hasta las trucción, | que destruyes la tierra. | Yo
nubes. extenderé mi mano sobre ti | y te haré ro
10Yavé ha hecho dar desde lo alto de las rocas, | y haré de
justicia a nuestra cau ti mi incendio. | 26 No se sacará más de
sa; | venid, anuncie ti una piedra angular | ni una piedra de ci
mos en Sidn | la obra miento. | Serás perpetua ruina, | palabra
de Yavé, n u e s t r o de Yavé.
Dios. | 11 Afilad las 27 Alzad bandera en la tierra, | tocad
saetas, llenad las al las trompetas en los pueblos, | santificad
jabas. | Yavé ha exci para la guerra contra ella a las gentes, i
tado el espíritu del convocad contra ella los reinos de Ara
rey de los medos. | rat, I de Menni y de Ascenez. | Instituid
Tiene contra Babel contra ella sátrapas, | lanzad contra ella
u n proyecto: d e s los caballos | como espesa nube de lan
El dios Bel truirla. | Es la ven gostas. | 28 Santificad para la guerra con
ganza de Yavé, | la tra ella a las naciones, | a los reyes de Me
venganza de su templo. dia, a sus jefes, a todos sus gobernantes |
12 Alzad las banderas sobre los muros y a todo el pueblo de su jurisdicción.
de Babel, estrechad el cerco, poned centi 29 La tierra toda tiembla y se estreme
nelas | y disponed emboscadas; | porque ce, | porque va a cumplirse el designio de
hará Yavé como lo pensó, | todo cuanto Yavé contra Babel | para hacer de la tierra
ha dicho contra los habitantes de Babel. | de Babel un desierto inhabitable. | 30 Los
13 Tú que te sientas entre grandes cana guerreros de Babel | no luchan ya en
les, | rica de tesoros, | ha venido tu fin, la campo abierto; | se han encerrado en las
medida a que cortar el hilo de tu vida. | fortalezas. | Han perdido su valor, | se han
14 Por sí mismo lo juró Yavé Sebaot: | Te vuelto mujeres. | 31 Se ve correr a los co
inundaré de hombres, más en número que rreos uno tras otro, | uno tras otro a los
¡as langostas, | que lanzarán contra ti sus mensajeros, | para anunciar al rey de Ba
gritos de triunfo. bel | que su ciudad está tomada del uno al
13 El con su poder ha hecho la tierra, | otro extremo. | Sus casas están ardiendo, |
con su sabiduría cimentó el orbe | y con sus puertas han sido rotas. | 32 Los vados,
su inteligencia tendió los cielos. | 16 A su ocupados; | las defensas, ardiendo, | y los
voz se congregan las aguas en el cielo. [ hombres de guerra, abatidos.
El hace subir las nubes desde los confines 33 Porque así dice Yavé Sebaot, Dios de
de la tierra; | hace brillar el rayo entre la Israel: | La hija de Babel es como una era |
lluvia | y saca los vientos de sus escondri cuando se trilla; | bien pronto le llega
jos. rá el tiempo de la recolección. | 34 El rey
17 Embrutecióse el hombre sin conoci de Babel me devoró, me consumió, | me de
miento; | los orífices se cubrieron de ig jó como vaso vacío. | Me tragó como dra
nominia haciendo sus ídolos, | pues no gón | y llenó su vientre de mis bocados más
funden sino vanidades, | que no tienen vi suculentos. | 35 Sean sobre Babel mis car
da, | 18 nada, obra ridicula. | El día de la nes destrozadas, | dirá Sión. ! Caiga mi
cuenta perecerán. sangre sobre los habitantes de la Caldea,
19 No es ésta la herencia de Jacob, | quedirá Jerusalén. | 36 Por eso asi dice Y'avé:
El es el Hacedor de todo, | e Israel es su Yo tomaré por mi cuenta tu causa; | yo te
propia tribu; | su nombre es Yavé Se vengaré, | yo secaré su mar | y cegaré sus
baot. | 20 Tú me fuiste martillo | y maza de manantiales; | 37 y se convertirá Babel en
guerra. | Contigo aplasté pueblos; contigo un montón de ruinas, | en cubil de chaca
quebranté reinos; | 21 contigo derribé ca les, | objeto de horror y de sarcasmo, | sin
ballo y jinete; | contigo aplasté al carro y habitantes.
al conductor; | 22 contigo aplasté a hom 38 Todos a una rugen como leones, |
bres y mujeres; contigo aplasté a viejos y7 gruñen como cachorros de leona. * | 39 En
7 Babel, como instrumento de la ira de Dios, desoló y oprimió a muchos pueblos, dándoles a
beber el cáliz de la ira del Señor; pero también para ella ha llegado la hora, y a su vez ha de beberlo.
38 Un cuarto oráculo predice la destrucción de los ídolos y de las murallas de Babilonia.
867 JEREMÍAS 5 1-52
su fiebre yo les prepararé la bebida, | los$ Babel el devastador. I Son apresados sus
embriagaré para que desfallezcan | y duer■ guerreros, rotos sus arcos, | porque es Ya-
man el sueño eterno, de que no desperta■ vé Dios de retribuciones, | y les dará su
rán, I palabra de Yavé. | 40 Yo les llevaré: merecido.
al matadero como corderos, | como car 57 Y emborracharé a sus grandes, a sus
neros y chivos, | 41 ¿Cómo ha sido cogidai sabios, | a sus jefes, a sus magistrados, a
Babel? | ¿Cómo ha sido conquistada la1 sus guerreros, | y dormirán un sueño eter
gloría de toda la tierra? | ¿Cómo ha veni no, del que no despertarán, | palabra del
do a ser Babel | objeto de horror entre los Rey, cuyo nombre es Yavé Sebaot. | 58 Así
pueblos? dice Yavé Sebaot: | La ancha muralla de
42 Ha subido el mar contra Babel, | Babella será enteramente arrasada, | sus al
ha sumergido bajo el cúmulo de sus olas. | tas puertas quemadas; j trabajaron en va
43 Sus ciudades han sido devastadas; | no tantas gentes, | y las naciones para el
tierra árida y desierta, | que nadie habita fuego se han cansado.
rá, | por la que nadie transitará. | 44 Yo me 59 Misión que encomendó Jeremías,
ensañaré contra Bel en Babilonia, | yo le profeta, a Saraya, hijo de Nenas, hijo de
haré vomitar por la boca cuanto engulló; | Masías, al ir éste a Babilonia con el rey
ya no concurrirán más a él las gentes; I Sedeólas, el cuarto año de su reinado. Sa
caerán también las murallas de Babel. | raya era entonces gran intendente. * 60 Es
4*Sal de ella, pueblo mío. | Salve cada cribió Jeremías en un volumen todo el
cual su vida | ante el furor de la cólera mal que había de venir contra Babel,
de Yavé. cuanto había escrito contra Babilonia.
46 No os turbéis ni temáis | por los ru 61 Y dijo Jeremías a Saraya: Cuando lle
mores que se esparcen por la tierra. | Un gues a Babel lee en voz alta todo esto;
año correrá un rumor | y el otro otro; | do 62 y dirás: Yavé, tú has hablado de des
minará en la tierra la opresión, | un tirano truir este lugar, sin que haya ni hombre
contra otro tirano. | 47 Por eso vienen ni ganado que lo habite, hecho perpetua
días | en que yo me ensañaré contra los soledad, w Cuando hayas acabado de
ídolos de Babel, | y toda la tierra se cu leerlo le atarás una piedra y lo arrojarás
brirá de vergüenza, | y todos sus muer en medio del Eufrates, 64diciendo: Así
tos quedarán sobre ella. | 48 Y cielos y se hundirá Babel, sin alzarse ya más del
tierra y cuanto hay en ellos | aplaudirán estrado y la destrucción que yo traeré so
lo sucedido a Babel. | Del norte vendrán bre ella. Hasta aquí las palabras de Jere
sus devastadores, | palabra de Yavé. | mías.
49 Por los muertos de Israel caerá Ba
bel, | como por Babel cayeron los muer
tos de toda la tierra. | 50 Los que hayáis A P E N D I C E H IS T O R IC O
podido escapar a la espada, partid, | no (52)
os detengáis. | En la tierra lejana acor Cum plimiento de la profecía de
daos de Yavé | y que vuelva Jerusalén
a vuestra memoria. Jerem ías contra Jerusalén
51 Estamos llenos de vergüenza, hemos C O 1 A la edad de veintiún años co-
sido ultrajados, | nuestro rostro se cubre v í menzó a reinar Sedecías, y reinó
de confusión. | Entraron extranjeros [ en once años en Jerusalén. Su madre fue
el santuario del templo de Yavé. | 52 Por Jamital, hija de Jeremías, de Libna. *
eso vienen días, | palabra de Yavé, | en 2■ Hizo mal a los ojos de Yavé, como lo
que yo destruiré sus ídolos | y por toda había ! hecho Joaquim, 3 encendiendo la
su tierra se oirá el gemir de los heridos. I < cólera de Yavé contra Jerusalén y con
53 Aunque se alzase Babel hasta el cie tra Judá, hasta hacer que los arrojase de
lo | e hiciera inaccesibles por lo altas sus su i presencia. Sedecías se rebeló contra
murallas, | vendrán contra ella devasta- el < rey de Babel. 4 Y sucedió que el año
dores traídos por mí, | palabra de Yavé. nono : de su reinado, el décimo mes, el
54 Oyense los alaridos de Babel, j ruina < diez del mes, vino Nabucodonosor, rey
grande en la tierra de los caldeos. | 55 Por- de« Babel, con todo su ejército contra Je-
que devasta Yavé a Babel | y pone fin a rusalén:i la cercó, levantó fortificaciones
su gran jactancia; | y mugen sus olas < contra ella en derredor; 5 y estuvo sitiada
como aguas desbordadas, | retumban con 1la ciudad hasta el año undécimo del rey
estruendo, | 56 porque ha venido contra 1Sedecías. 6 El mes cuarto, a nueve del
59 Poco después de las embajadas de los reyes a Jerusalén y del oráculo del yugo, Sedecías de
bió ¡r a Babilonia a sincerarse ante Nabucodonosor. Sería entonces cuando Jeremías envió estos
vaticinios a los de la primera deportación.
CO 1 Para mostrar el exacto cumplimiento de los vaticinios de Jeremías se añadió al fin de ellos
este capítulo, tomado de z Re 24,18-25,30.
JEREMÍAS 52 868
mes, se apoderó el fiambre de la ciudad lumnas, el mar de bronce y los doce toros
no había en ella ya nada que comer. de bronce y las basas que había hecho el
Abrieron brecha en los muros y todos rey Salomón para el templo, de un peso
los hombres de guerra huyeron, saliendo incalculable.21 Las columnas eran de die
de la ciudad de noche, por el camino de ciocho codos de altura cada una, doce
la puerta entre ambos muros, que está de circunferencia, y tenían cuatro dedos
junto a los jardines reales, mientras los de grueso, pues eran huecas por dentro.
caldeos rodeaban la ciudad. Tomaron el 22 Tenía cada columna su capitel de bron
camino que conduce al Arabá. 8 El ejér ce, de cinco codos de alto; todo en torno
cito caldeo persiguió al rey, dándole al de los capiteles había un entretejido con
cance en los llanos de Jericó, y todas sus granadas, todo de bronce. Lo mismo la
tropas le abandonaron y se dispersaron. otra columna. 23 Eran noventa y seis las
9 Cogieron al rey y le llevaron ante el rey granadas pendientes, ciento entre todas,
de Babel, en Ribla, en la tierra de Jamat, sobre el entretejido en derredor. 24 Y se
donde le juzgó. 10 El rey de Babel hizo llevó el jefe de la guardia a Saraya, sumo
degollar a los hijos de Sedéelas a la vista sacerdote, y a Sofonías, el segundo, y a
de éste, e igualmente a los grandes de los tres prefectos del vestíbulo. 25 De la
Judá, en Ribla. 11 A Sedecías le h;.?o sa ciudad llevó a un eunuco intendente de
car los ojos y le cargó de cadenas de bron las gentes de guerra; a siete de los con
ce para conducirle a Babel, donde le tuvo sejeros intimos del rey, que estaban en
encarcelado hasta el día de su muerte. la ciudad; al secretario del jefe del ejér
12 El quinto mes, el día diez del mes, el cito, encargado de la recluta, y sesenta
año decimonono de Nabucodonosor, rey más del pueblo, que se hallaban en la ciu
de Babel, vino Nebu-Zardan, jefe de la dad. 26 Y los llevó Nebu-Zardan, jefe de
guardia real, ministro del rey de Babel, la guardia, ante el rey de Babel, en Ri
a Jerusalén 13 y puso fuego al templo y bla; 27 y el rey de Babel los hizo matar en
al palacio del rey y a todas las casas de Ribla, en tierra de Jamat, y Judá fue de
Jerusalén, quemando principalmente to portado de su tierra. 28 Estos son los que
das las casas grandes; 14 y el ejército de deportó Nabucodonosor: el año séptimo
los caldeos que estaba con el jefe de la de su remado, tres mil veintitrés judíos;
guardia arrasó toda la muralla que ro 29 el año dieciocho, ochocientas treinta y
deaba a Jerusalén. 15 El resto del pueblo dos almas;39 el año veintitrés de Nabuco
que había quedado en la ciudad, los pró donosor deportó Nebu-Zardan, jefe de
fugos que se habían pasado al rey de Ba la guardia, setecientas cuarenta y cinco
bel y el resto de los artesanos los llevó almas; entre todos, pues, cuatro mil seis
Nebu-Zardan, jefe de la guardia, 16 de cientas almas. 3* Y sucedió que el año
jando sólo los pobres de la tierra, viñado treinta y siete de la deportación de Joa
res, y labradores, 17 Rompieron también quín, rey de Judá, en el duodécimo mes,
las columnas de bronce que había en el el dia veinticinco de él, Evilmerodac, rey
templo de Yavé, las basas y el mar de de Babel, el año del comienzo de su rei
bronce del templo y se llevaron todo el nado, hizo gracia a Joaquín, rey de Judá,
bronce a Babel. 18 Cogieron los caldeos y le sacó de la prisión. 32 Le habló bené
las palas, los cuchillos, las copas, las cu volamente, y puso su silla sobre las de los
charas y todos los utensilios del culto. otros reyes que estaban con él en Babel.
19 Igualmente tomó el jefe de la guardia 33 Dejó sus vestidos de preso y comió ya
los pilones, los braseros, las copas, las siempre a la mesa del rey por todos los
calderas, los candelabros, las cucharas y días de su vida. 34 Todo cuanto necesi
los platos; todo cuanto era de oro, por taba para su mantenimiento se lo dio dia
oro; lo de plata, por plata; 20 las dos co por día hasta el de su muerte.
LAMENTACIONES DE JEREMIAS
No es el texto hebreo, sino la versión griega, la que atribuye estos cantos a Jere
mías, y en ese testimonio se debe fu ndar principalmente la tradición que señala a Je re
mías como autor de ellos. Son las Lamentaciones cuatro cantos alfabéticos, seguidos
de una oración, cuyo tema es la soledad y ruina de Jerusalén, destruida por h s caldeos.
Tales composiciones eran usuales en Oriente, y sabemos que Jerem ías dedicó unas lamen
taciones a la muerte de Josías. Su ministerio profético en los últimos años de Judd, el
amor intenso que hacia su pueblo sentía y lo mucho que trabajó por apartar de él las
amenazas divinas, hacen de Jerem ías el más apto cantor de las penas de Judd y le seña
lan como autor de estos tiernos cantos. Muchos críticos, sin embargo, no se dejan con
vencer por estas razones, y alegan otras, no decisivas, en contra de tal atribución♦
Todo esto ni pone en duda la inspiración divina ni aminora el mérito literario de estas
endechas, que tan solemnemente resuenan en las iglesias cristianas en los días de la
Sem ana Santa para llorar la ruina espiritual de Israel.
40 Desde este versículo hasta el 48 emplea la forma plurai para hablar a Dios exponiendo el
triste estado de la ciudad.
49 Vuelve otra vez el profeta a hablar en primen persona, lamentando la ruina de Jerusalén, y
acaba recurriendo a la misericordia de Dios, pidiendo al fin el justo castigo para sus enemigos.
19 Esta confesión de los pecados tiene gran parecido con la que hace Daniel en 9.7 « •
1 1 Este recurso a la misericordia de Dios y a su propio honor es frecuente en los profetas, y
2 se lee asimismo en la oración de Daniel, 9,19, y en Ex 32,11.
BARUC 2 - 3 876
9 Esta segunda sección contiene una exhortación a buscar la sabiduría, que Israel posee en la
3 ley divina.
22 Estos pueblos son con frecuencia mencionados en la Escritura como sabios (cf. Ez 28,41 s.;
Zac 9,2; Jer 49,7).
877 BARUC 3 -4
26 Los gigantes son aquellos de que se hace referencia no pocas veces, sobre todo en los prime
ros libros de la Biblia, v.gr., los hijos de Enac (Dt 1,28; 2,10).
38 Esta aparición de Dios no es otra que la del Sinaí, como lo muestra claro el texto siguiente.
La ley divina era el más grande tesoro de sabiduría para Israel (Dt 4.6; Eclo 24,32 ss.).
5 Comienza ahora otro discurso consolatorio, dirigido al pueblo cautivo.
4 9 Hermoso discurso puesto en boca de Jerusalén, que consuela a sus hijos con la esperanza tú
Dios.
BAR UC 4-6 878
lo que se pone de manifiesto que no son delante las ofrendas. 27 Los sacerdotes,
dioses. No los temáis, pues. vendiendo las víctimas sacrificadas, se
15 aprovechan de ellas. Y asimismo sus mu
Así como cualquier utensilio que un
hombre tiene, si se quiebra, no es ya de jeres ponen en sal una porción de ellas
utilidad, 16 así son sus dioses. Colocados y no dan nada al pobre ni al débil. 28 Son
en sus templos, los ojos se les llenan de manoseados por mujeres impuras por el
polvo, levantado por los pies de los que parto o la menstruación. Conociendo,
allí entran. 17 Y así como al criminal que pues, por todo eso que no son diosas,
ofendió al rey o al condenado a muerte no debéis temerlos.
se le cierran las puertas de la prisión, 29 ¿Cómo, pues, llamarlos dioses? Pues
así los sacerdotes aseguran sus templos hasta mujeres presentan sus ofrendas a
con puertas, con cerrojos y con palan semejantes dioses de plata, de oro y de
cas para que no sean robados por los madera; 30 y en sus templos los sacerdo
ladrones. 18 Encienden lámparas para ellos tes están sentados, rasgadas las túnicas,
le dé el habla, siendo como es el dios sin que los dioses puedan auxiliarse.
incapaz de oirlos. 4 iY sabiendo esto, no 58 De suerte que mejor es un rey, que
piensan en dejarlos, porque no tienen co puede hacer ostentación de su poder, o
nocimiento. 42 y las mujeres, ceñidas de un utensilio cualquiera en una casa, del
cordones, se sientan en los caminos que cual se sirve su dueño, que estos ^ioses
mando salvado; 43 y cuando alguna de falsos. Y hasta la puerta de una casa
ellas, solicitada, se la lleva un transeúnte protege las cosas que hay en ella mejor
y duerme con ella, injuria a las vecinas que esos falsos dioses, y una columna de
por no haber merecido ese honor de madera en un palacio real vale más que
que le rompieran el cordón. ellos 59 Y no digamos del sol, de la luna
44 Todo lo que con estos dioses se hace
y de las estrellas, que alumbran, puestas
es un embuste. ¿Cómo, pues, vamos a para utilidad de los hombres. 60 Y asi
creer y decir que son dioses? 43 Han sido mismo el relámpago, cuando brilla, se
fabricados por artífices y orfebres y no hace ver bien; y el viento sopla en toda
podrán ser sino lo que quieran los artí la tierra; 61 y las nubes, cuando Dios las
fices. 46 Los mismos que los fabrican no ordena pasar por encima de ella, cum
viven largo tiempo: ¿cómo va a vivir lo plen el mandato; 62y el fuego, enviado
que ellos fabricaron? 47 Han dejado para de arriba para consumir los montes y
los venideros mentira y oprobio. 48 Cuan las selvas, hace lo que le es mandado.
do sobre ellos viene la guerra o la cala Sus dioses ni por la belleza ni por la
midad, deliberan entre si los sacerdotes potencia son a estas cosas comparables.
dónde podrán ocultarse con ellos. 49 ¿Có *3 N o debe, pues, creerse ni decirse que
mo, pues, no comprenden que no son son dioses, no siendo capaces de hacer
dioses los que ni a si mismos se libran justicia ni de hacer bien a los hombres.
de la guerra ni de las calamidades? 64 Conociendo, pues, que no son dioses,
so Luego se ve que, siendo de madera, no los temáis.
dorados y plateados, son un embuste para 65 Son incapaces de maldecir o bende
todas las naciones y los reyes y quedará cir a los reyes. 66 Ni pueden dar en el
manifiesto que no son dioses, sino obras cielo señales a las naciones, ni pueden,
humanas y que no hay en ellos nada como el sol, alumbrar, ni iluminar como
divino. la luna. 67 Las fieras mismas saben más
51 ¿Quién, pues, no conocerá que no que ellos, porque huyendo a su madri
son dioses? 52 No podrán jamás hacer guera pueden salvarse a sí mismas. 68 No
un rey en la región ni dar a los hombres se ve, pues, por modo alguno que sean
la lluvia. 53 Su propia causa no podrán dioses; por tanto, no los temáis.
defenderla, ni protegerse contra la injus 69 Así como en el melonar nada guar
ticia por su impotencia. 54 Son como las da el espantajo, así sus dioses de madera,
cornejas, que vuelan entre el cielo y la dorados y plateados. 70 Más parecen es
tierra. Y si alguna vez prende el fuego pino en huerto, sobre el cual todos los
en los templos de estos dioses de madera pájaros se posan. Son también estos dio
dorada o plateada, sus sacerdotes se sal ses de madera, dorados y plateados, se
van con la huida, pero ellos se queman mejantes a un muerto arrojado al se
como vigas en medio de las llamas. 55 Ni pulcro tenebroso. 71 Por la púrpura y el
a un rey ni a los enemigos resistirán. lino que sobre ellos se envejece conoce
3¿ ¿Cómo, pues, admitir o pensar que rás que no son dioses. Y ellos mismos
son dioses? serán más tarde consumidos, viniendo a
Ni de ladrones ni de salteadores se ser el oprobio de la tierra. 72 Mejor es,
salvan estos dioses de madera, plateados pues, el hombre justo, que no tiene ído
y dorados. 57 Cualquiera más fuerte les los, porque está muy lejos de tener que
arrebatará el oro y la plata y el vestido temer el oprobio.
de que están cubiertos, y se marcharán,
E Z E Q U I E L
j . Ezequiel, hijo de Btizi, que formaba parte de los deportados con Jeeonias
en 595, era de familia sacerdotal. Su vida, por tanto, se había pasado en el ejercicio
del ministerio sacerdotal, en Jerusalén. Nabucodonosor instaló a los cautivos a orillas
del río Quebar, uno de los muchos canales que, derivados del Eufrates, servían para
regar la Caldea. Tel-Abib era la localidad en que habitaba el profeta cuando co
menzó a profetizar. A llí tenía su casa, donde vivía con su mujer, das delicias de sus
ojos» (24,16)* No parece que tuviera hijos. A pesar del castigo, los deportados no
habían entrado por los caminos de la penitencia: continuaban entregados a la idola
tría, ilusionados por los falsos profetas que entre ellos había, con la esperanza de volver
pronto a la patria. L a carta de Jeremías disuadiéndoles de ello no había hecho ninguna
mella en sus corazones (Jer 29 ,1 $s.).
2. E l año quinto del cautiverio (593^, Ezequiel fu e llamado por Dios al minis
terio profético del modo más solemne. Con aquella misteriosa visión que se nos des
cribe en los capítulos 1-3 , Dios quiso dar a entender a los cautivos que no sólo en Judd
y en el templo moraba Yavé, sino también en la Caldea, en medio de ellos, y que allí
inspiraba a un profeta para que en nombre suyo les hablase. Y, efectivamente, Eze
quiel comenzó su misión con un estilo lleno de símbolos, a modo de parábolas, y mez
clado de acciones también simbólicas, que son la nota característica en los vaticinios
de nuestro profeta. En éstos insiste, sobre todo, en las prevaricaciones idolátricas de
Israel y Judd, que a veces describe hasta con crudeza. L a primera parte de su libro
(1-2 4 ) tiende a convencer a sus oyentes, la casa rebelde, del castigo irrevocable de
Jerusalén, cuyos pecados describe para justificar la conducta de Dios hacia ella. Son
notables sobre esto los capítulos 16 y 23. Cuando la sentencia del Señor se ha cumplido,
entonces Ezequiel muda de tono y habla ya del retomo, de la penitencia, de la miseri
cordia del Señor, de la restauración mesidnica (33-39)* Tiene también su sección de
vaticinio contra las naciones gentílicas (2 3 -3 2 ), entre las cuales se destacan las de
Tiro (26 ,1-2 8 ,19 ) y de Egipto (2 9 -32 ). Es notable la última sección del profeta
(40-48), en que nos describe en forma verdaderamente geométrica la restauración
de Israel después del cautiverio: el templo, la ciudad, sus arrabales y la tierra toda de
Palestina, repartida por igual entre las doce tribus. Es claro que esto no responde a la
realidad histórica. Es uno de tantos símbolos, una descripción que ha de interpretarse
a modo de parábola, cuyo sentido es el mismo que este profeta y los otros nos ofrecen
en forma más llana en otros lugares.
3. Ignoramos la fecha de la muerte de Ezequiel, que debió de ocurrir en Caldea
después de 570. Con su misión contribuyó a renovar el espíritu religioso entre los de
portados. Gracias a él, cuando sonó la hora de Dios no faltaron millares de israelitas
que, curados de sus antiguas idolatrías, volviesen a Judd dispuestos a secundar los pla
nes de Dios, preparando la llegada del Mesías y de su salud.
4. Ha debido de ser el mismo profeta quien coleccionó sus vaticinios, que por eso
se hallan en mejor orden que los de los profetas anteriores.
EZEQUIEL 1 882
ii y ve luego y llégate a los deportados, había visto en la ribera del Quebar, y caí
a los hijos de tu pueblo, y habíales, di- rostro a tierra; 24 pero entró en mí el
ciándoles: Así dice el Señor, Yavé, óigan espíritu y me puso en pie y me habló
te o no te oigan. 12*Entonces me arreba Yavé, diciéndomo: Ve y enciérrate en tu
tó el espíritu y oí tras de mí un estruendo casa. * 23 Tú, hijo de hombre, verás que
de fuerte terremoto al elevarse la gloria echan cuerdas sobre ti y te atan con ellas,
de Yavé de su lugar; * 13 y oí el rumor de y ya no podrás salir a ellos. 2<>Y haré
las alas de los cuatro seres que daban la ue se te pegue la lengua al paladar y que-
una contra la itra y el ruido de las rue arás mudo y no serás ya para ellos un
das, ruido de gran terremoto.14*Entonces censor, porque es casa rebelde; 22 mas
me alzó el espíritu y me arrebató. Yo an cuando yo te hable abriré tu boca y en
daba amargado y malhumorado en mi tonces les dirás: Así habla el Señor, Ya
alma; pero fue sobre mi la mano de Yavé, vé; el que oiga, oiga, y el que no quiera
que me confortó. oir, no oiga, porque es casa rebelde.
13 Llegué así a los deportados de Tel-
Abib, que habitaban en la ribera del rio E l p la n o d e Je ru s a lé n ased ia d a
Quebar, a la región donde moraban, y 1 Tú, hijo de hombre, toma una ta
estuve entre ellos atónito durante siete 4
bleta de arcilla y púntela delante.
días, i® Al cabo de los siete días me fue Traza en la tableta el plano de una ciu
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: dad, Jerusalén. * 2 Pon contra ella cerco,
17 Hijo de hombre, yo te he dado por alza contra ella torres, haz vallado, asien
atalaya a la casa de Israel. Tú oirás las ta campamento delante de ella y pon
palabras de mi boca y de mi parte los contra ella arietes en derredor. 3 Toma
amonestarás. 18*Si yo digo al malvado: luego una plancha de hierro y ponía
«jVas a morir!», y tú no le amonestares como muro de hierro entre ti y la ciudad,
y no le hablares para retraer al malvado y dirige a ella tus miradas. El cerco será
de sus perversos caminos para que viva, estrecho, y lo estrecharán cada vez más.
él, el malvado, morirá en su iniquidad, Es señal para la casa de Israel.
pero yo te demandaré a ti su sangre.
19 Mas si, habiendo tú amonestado al mal E l profeta» cargado con las iniquida
vado, no se convierte él de su maldad y d es d e Israel y d e Judá
de sus perversos caminos, él morirá en 4 Echate después sobre tu lado izquier
su iniquidad, pero tú habrás salvado tu do y pon sobre él las maldades de la
alma. 20 Y si se apartare el justo de su casa de Israel. Tantos días como sobre
justicia, cometiendo maldad, y pusiere él yazcas, expiarás en ti la iniquidad suya.
yo una trampa delante de él, él morirá. 3 Los años de su expiación te los computo
D e no haberle amonestado tú, morirá a ti por días; ciento noventa días expia
en su pecado y no se recordarán las obras rás las iniquidades de la casa de Israel.
buenas que hubiere hecho, pero yo te 6 Acabados éstos, te echarás del lado de
demandaré a ti su sangre. 21 Pero si tú recho para expiar a su vez las iniquida
amonestaste al justo para que no pecara des de la casa de Judá por cuarenta
y dejare de pecar, vivirá él, porque fue días, computándote cada día por un año. *
amonestado, y tú habrás salvado tu 7 Dirigirás tus miradas contra el muro
alma. * de Jerusalén, tendiendo el brazo y pro
El profeta, cautivo en su casa fetizando contra ella. 8 Yo te ataré con
cuerdas para que no puedas volverte de
22 Fue aquí de nuevo sobre mí la ma un lado al otro mientras no se cumplan
no de Yavé, que me dijo: Levántate, los días de tu atadura.
vete al campo y allí te hablaré.23 Levanté-
me y salí al campo y vi que estaba allí
la gloria de Yavé, como la gloria que
12 En los Salmos (17,11; 104,3) se dice que Dios hace de las nubes su carro y camina sobre las
alas de los vientos; aquí le vemos, a semejanza de los reyes, caminar sobre su carro. Pero este carro
y su atalaje está formado por cuatro querubines alados y animados y con ruedas para moverse mejor
en todas direcciones. Encima de ellos está una bóveda, que representa al firmamento, la morada
celeste de Dios. Está Yavé sentado en su trono, vestido de luz y rodeado del arco iris (Ap 4,2-11).
21 Estas palabras del Señor indican la grave responsabilidad que pesa sobre el profeta.
24 Esta orden de Dios a su profeta parece que se dirige a llamar la atención del pueblo sobre el
profeta mismo, a quien hasta entonces no conocía como inspirado de Dios.
1 En esta tableta de arcilla, como las usadas por los babilonios para escribir los textos cunei
4 formes, el profeta debe dibujar la ciudad de Jerusalén y representar a los ojos del pueblo el
asedio de la misma.
4 Ya se deja entender que estas palabras no implican un mandato que el profeta debe ejecutar,
pues no sería posible sin un milagro. Es una parábola para significar con aproximación la duración
del cautiverio. Mira a los dos reinos; el de Israel, deportado el 721, y el de Judá, que lo estaba desde
bada cinco años y lo serla más completamente dentro de poco.
685 BZBQÜIEL 4*6
< La espada vengadora de Yavé deja siempre un resto, que seré luego como la semilla sobre la
cual descenderán las bendiciones- mesiánicas.
1 Todo este discurso no tiene otro sentido que el de los precedentes. Una nueva amenaza con
7 tra la tierra de Judá.
14 A la llegada del ejército enemigo, el pánico te apoderará de todos, faltarán las fuenaa y d
consejo, asi en el pueblo como en sus principales.
887 EZEQÜIEL 7 -8
hicieron sus ídolos. 21 Por eso los haré yo zando mis ojos al lado del septentrión, vi
para ellos estiércol y los daré al saqueo al norte de la puerta el altar del ídolo
de manos extrañas y en botín a los impíos del celo, a la entrada misma, y me dijo:
de la tierra, para que la contaminen. 6 Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos?
22 Apartaré de ellos mi rostro y será ¿Ves las grandes abominaciones que la
profanado mi tesoro, entrarán allí los casa de Israel hace aquí mismo para ale
invasores y lo profanarán; 23 de él harán jarme de mi santuario? Pero date la vuel
cadenas. Porque está la tierra llena de ta y verás abominaciones todavía más
sangre, y la ciudad llena de violencias. grandes. 7 Y me llevó a la entrada del
24 Traeré allá lo más feroz de las gentes atrio, y mirando, vi un agujero en la
ara que se apoderen de sus casas; aca* pared. 8 Y me dijo: Hijo de hombre, ho
aré el orgullo de los poderosos y serán rada la pared. Horadé la pared y apareció
profanados sus santuarios. una puerta. 9 Entra, me dijo, y mira las
25 Viene la ruina; pedirán paz y no pésimas abominaciones que éstos hacen.
habrá paz; 26 vendrá angustia sobre an 10 Entre, miré y vi toda suerte de imáge
gustia y al anuncio de una seguirá el nes de reptiles y bestias abominables y
de otra. Faltará la visión a sus profetas, todos los ídolos de la casa de Israel pin
los sacerdotes desconocerán la Ley, y los tados en la pared en derredor. * 11 Y se
ancianos el consejo.27 El rzy se enlutará y tenta hombres de los ancianos de la casa
los príncipes estarán desolados y tembla de Israel, entre ellos Jezonías, hijo de
rán las manos de todo el pueblo. Yo los Safán, estaban en pie ante ellos, cada
trataré según sus caminos y los juzgaré uno con su incensario en la mano, de los
segihx su merecido, y sabrán que yo soy que subía una nube de incienso. 12 Y me
Yavé. dijo: Hijo de hombre, ¿has visto lo que
hacen los ancianos de Tsrael en secreto,
La gloria de Yavé abandona cada uno en su cámara, llena de imáge
el templo nes? Pues se dicen: Yavé no nos ve; se
1 El año sexto, el día cinco del quinto ha alejado de la tierra.13 Y me dijo: Pues
8 mes, me hallaba yo en mi casa, y es verás abominaciones todavía mayores que
taban delante de mi los ancianos de Judá, éstos hacen.
y allí se posó sobre mí la mano del Señor, 14 Me condujo a la entrada de la puerta
Yavé. * ¿ Miré, y vi una figura al parecer de la casa de Yavé, del lado norte, y es
de fuego. De lo que aparecía, de cintura taban allí dos mujeres sentadas llorando a
arriba era fuego, y de cintura abajo era Tammuz;* 15 y me dijo: ¿Has visto, hijo
como un esplendor luminoso, como bron de hombre? Pues todavía verás abomi
ce brillante. 3 Tendió una a modo de ma naciones mucho más grandes que ésta.
no y me cogió por los pelos de la cabeza. 16Y me llevó al atrio interior de la casa
El espíritu me levantó entre la tierra y el de Yavé, y allí, a la misma entrada del
cielo, y en visión divina me llevó a Jeru- santuario de Yavé, entre el vestíbulo y el
salén, a la entrada de la puerta del atrio altar, había unos veinticinco hombres, de
interior, del lado del septentrión, donde espaldas al santuario de Yavé y cara al
estaba puesto el ídolo que provoca el oriente, que hacia el oriente se postraban.
celo. * 4 Y allí estaba la gloria del Dios de Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto?
Israel, semejante a la de la visión que tuve ¿Será cosa ligera para la casa de Judá
en el campo. hacer las abominaciones que en este lugar
se hacen, que han llenado la tierra de
La idolatría en el templo mismo violencias para irritarme? Y hasta se lle
5Y me dijo: Hijo de hombre, alza tus van la zemora a sus narices. * 1718 Pues
ojos hacia el lado del septentrión. Y al también yo obraré con furor, no se apiada-
8 1 En la presencia misma de los ancianos del pueblo, que muchas veces son mencionados y que
parece tenían sus reuniones en la casa del profeta, éste experimentó la mano de Yavé, que en
espíritu le llevó al templo de Jerusalén, donde vio la gloria de Yavé, que, como en el Pentateuco,
es una imagen de Yavé, que se hace presente en el templo.
3 Dios conduce en espíritu al profeta al templo de Jerusalén para hacerle ver las abominaciones
Idolátricas que allí se cometen. De una manera semejante se habla en Dan 14.35 s. Qué estatua serla
esta que excitaba el celo de Yavé, que es Dios celoso, no puede precisarse con certeza (Dt 32,16.21;
Re 15,13).
10 Aquí parece que se nos presentan las manifestaciones de los cultos egipcios, que no podían
faltar entre aquellas gentes, tan aficionadas a buscar el apoyo del Egipto contra la Asiría y la Caldea.
14 Tammuz es el mismo dios babilónico, muy venerado en Grecia bajo el nombre de Adonis,
el joven amante de Venus, que la fábula decía muerto por un jabalí y cuya muerte lloraban las mu*
17 La palabra zemora significa un ramito o ramillete, mas no sabemos de qué, y por eso hemos
creído mejor transcribirla que traducirla. Los textos asirios sugieren ciertas mices de virtud mágica,
que creían daban vida al que las olía.
EZEQVIKL 8-10 B88
rá mi ojo y no tendré compasión, y cuan* con el tintero de escriba a la cintura, vino
do griten a mis oídos en voz alta, no los a hacer relación: He hecho lo que man
escucharé. daste.
Los mensajeros de la destrucción Nueva descripción de la gloria
1 Y clamó en mis oídos con fuerte de Dios
9 voz: ¡Acercaos los que habéis de 1 A 1 ^ miré, y vi encima del firma*
castigar a la ciudad!* 2 Y llegaron seis A " mentó que estaba sobre las cabe
hombres por el camino de la puerta su zas de los querubines una como piedra
perior del lado del septentrión, cada uno de zafiro que aparecía sobre ellos como
con su instrumento destructor en la mano. una semejanza de trono; * 2 y habló Yavé
Había en medio de ellos un hombre ves al hombre vestido de lino y le dijo: Ve
tido de lino, que traía a la cintura un por entre las ruedas de debajo de los
tintero de escríba; y entrados, fueron a querubines y llena tus manos de las bra
ponerse junto al altar de bronce. sas encendidas que hay entre los queru
3 La gloría del Dios de Israel se alzó bines y échalas sobre la ciudad; y él fue a
de sobre los querubines sobre el que vista mía. 3 Los querubines se habían pa
estaba, hacia el umbral de la casa, y rado al lado derecho de la casa cuando el
llamando al hombre vestido de lino que hombre fue y una nube había llenado el
llevaba el tintero de escriba,* 4 le dijo atrio interior. 4 La gloria de Yavé se
Yavé: Pasa por en medio de la ciudad, alzó sobre los querubines al umbral de
por en medio de Jerusalén, y pon por la casa, y ésta se llenó de la nube, y el
señal una tau en la frente de los que se atrio se llenó del esplendor de la gloria
duelen de todas las abominaciones que de Yavé; * 5 y el rumor de las alas de los
en medio de ella se cometen. * 3 Y a los querubines se oía hasta el atrio exterior,
otros les dijo: Pasad en pos de él por la semejante a la voz de D ios omnipotente
ciudad y herid. N o perdone vuestro ojo cuando habla.
ni tengáis compasión;* 6 viejos, mance 6 Y como dio la orden al hombre ves
bos y doncellas, niños y mujeres, matad tido de lino, «Coge del fuego de entre las
hasta exterminarlos, pero no os lleguéis ruedas de en medio de los querubines»,
a ninguno de los que llevan la tau. Co entró él y paróse entre las ruedas; 7 y uno
menzad por mi santuario. Comentaron, de los querubines tendió la mano al fue
pues, por los ancianos que estaban de go que entre ellos había, y tomó de él y lo
lante del templo. 7 y les dijo: Profanad puso en las palmas del que estaba vestido
también el santuario, henchid de muertos de lino, que lo tomó y salió.
los atrios. Salid, pues. Salieron y se pu 8 Mostróse entonces en los querubines
sieron a matar por la dudad. una forma de mano de hombre bajo sus
8 Mientras ellos herían, quedéme yo alas. 9 Miré y vi cuatro ruedas junto a
solo, y postrándome rostro a tierra, grité: los querubines, una rueda al lado de uno
¡Oh Señor, Yavé! ¿Vas a exterminar cuan y otra al lado de otro querubín. A la
to queda de la casa de Israel, arrojando vista parecían las ruedas como de turque
tu furor sobre Jerusalén? 9 Y me dijo: La sa, 10*y en cuanto a su forma, las cuatro
iniquidad de la casa de Israel y de Judá es eran iguales, como rueda dentro de rueda.
muy grande. La tierra está llena de san H Cuando se movían iban a sus cuatro la
gre; la ciudad, llena de injusticia, pues dos y no se volvían atrás al marchar.
se han dicho: Yavé se ha alejado de la i2 Todo el cuerpo de los querubines, dor
tierra y no ve nada.10 Así, pues, haré yo; so, manos y alas, y las ruedas estaban
no perdonará mi ojo, no tendré compa todo en derredor llenos de ojos, y todos
sión, haré recaer sus obras sobre sus cuatro tenían cada uno su rueda.13 A las
cabezas. 11Y el hombre vestido de lino, ruedas, como yo lo oí, las llamaban tor-
9 1 Es la voz de Yavé mismo, que llama a los ministros de su justicia paca que la ejecuten sobre
Jerusalén.
3 La gloria de Yavé es una imagen para representar a Dios, a quien la concepción teológica
sobre la trascendencia divina impide designar aquí en propia persona.
4 La señal puesta en la frente marcaba a los piadosos que se dolían de la idolatría del pueblo
y los señalaba para la preservación. Este detalle de la visión está impirado en la señal puesta sobre
el dintel de las casas israelitas en Egipto (Ex 12,13).
9 Estos otros, a quienes se encomienda la ejecución de la justicia, son como el ángel vengador
que la noche de Pascua hirió a los egipcios.
1 A 1 Como el profeta nos dice, esta visión es la misma que había visto al principio junto al río
■ v Quebar, y que nos describe en el c.i.
4 Hay que distinguir en el conjunto de la visión la gloria de Yavé, que es como la imagen del
mismo Dios, el carro con su trono, formado por los querubines, la bóveda y el trono de zafiro. La
gloria habla descendido de su trono y se había colocado en el umbral de la puerta para dar las ór
denes a los ejecutores de la divina justicia contra Jerusalén.
EZEQÜIEL 10 - 11
bellino. 14 Cada uno tenía cuatro aspec tiplicado los muertos en esta ciudad, ha
tos: «4 primero de toro, el segundo de béis llenado sus calles de cadáveres. 7 Por
hombre, el tercero de león y el cuarto de tanto, así dice Yavé: Vuestros muertos,
águila. 15 Levantáronse los querubines. los que habéis dejado tendidos en medio
Eran los mismos seres vivientes que había de ella, ésos son la carne y ella es la
visto junto al río Quebar. 16 Al moverse olla, pero yo os sacaré de ella.
los querubines, se movían las ruedas a su 8 Vosotros tenéis miedo a la espada, y
lado, y cuando alzaban las alas para levan yo haré venir la espada sobre vosotros,
tarse de tierra, las ruedas, a su vez, no se dice el Señor, Yavé. 9 Yo os sacaré de
apartaban de su lado; 17 cuando aquéllos en medio de ella y os entregaré en manos
se paraban, se paraban éstas, y cuando de los extranjeros y haré justicia en vos
se alzaban aquéllos, se alzaban éstas con otros. 10 Pereceréis a la espada en los
ellos, pues había en ellas espíritu de vida. términos de Israel; os juzgaré y sabréis
18 La gloria de Yavé se quitó de sobre que yo soy Yavé. 11 N o será ella para
el umbral de la casa y se puso sobre los vosotros la olla, ni seréis vosotros en
querubines; 19 y los querubines, saliendo ella la carne; en los términos de Israel
fuera, tendieron las alas, se alzaron de os juzgaré,12 y sabréis que yo soy Yavé,
tierra a vista mía, y con ellos se alzaron cuyos mandamientos no habéis seguido,
las ruedas. Paráronse a la entrada de la cuyas leyes no habéis practicado, sino
puerta oriental de la casa de Yavé, y la que habéis obrado siguiendo las costum
gloria del Dios de Israel estaba arriba bres de las gentes que os rodean.
sobre ellos. * 20 Eran los mismos seres 13 Apenas había profetizado, cayó muer
que había visto bajo el Dios de Israel to Peltía, hijo de Banayas, y yo me eché
junto al río Quebar, y supe que se llama rostro a tierra y grité con todas mis fuer
ban querubines. 21 Cada uno tenía cuatro zas: ¡Ah Señor, Yavé! ¿Vas a acabar del
aspectos y cada uno cuatro alas y una todo con lo que queda de Israel? 14 Me
semejanza de mano de hombre bajo las fue dirigida palabra de Yavé, diciendo:
alas. 22 La semejanza de sus rostros era 15 Hijo de hombre, tus hermanos, los de
la de los que vi junto al río Quebar. Cada tu parentela, la casa de Israel toda entera,
uno iba de frente a sí. son los que dicen a los habitantes de
Jerusalén: Alejaos de Yavé, tenemos la
Castigo de los jefes del pueblo tierra en posesión. 16 Diles por tanto:
1 Me elevó el espíritu y me llevó Asi habla el Señor, Yavé: Los he alejado
H a la puerta oriental de la casa de entre las gentes, los he dispersado en tie
Yavé, la que mira a levante; y vi que rras extranjeras, pero yo seré para ellos
había a la puerta veinticinco hombres, santuario por el poco tiempo que estarán
entre los cuales Jazanías, hijo de Asur, en la tierra a que han emigrado. *
y Peltía, hijo de Banayas, jefes del pueblo. 17 Diles, pues: Así habla el Señor, Ya
2 Y Yavé me dijo: Hijo de hombre, éstos vé: Yo os recogeré de entre las gentes, y
son los que maquinan perversidades y os reuniré de entre las tierras a que habéis
dan en la ciudad perversos consejos; 2 y sido dispersados, y os daré la tierra de
dicen: ¿No se han reconstruido bien pron Israel. 13 Y entrarán en eUa y quitarán
to las casas de la ciudad? Ella será la de ella todos sus ídolos y todas sus abo
olla, nosotros la carne. * 4 Por tanto, pro minaciones. 19 Y les daré otro corazón y
fetiza contra e llo s, profetiza, hijo de pondré en ellos un espíritu nuevo; qui
hombre. taré de su cuerpo su corazón de piedra y
5 Y vino sobre mí el espíritu de Yavé lesy daré un corazón de carne,20 para que
me dijo: Di: Así habla Yavé: Vosotros sigan mis mandamientos y observen y
habéis dicho eso, casa de Israel, y yo sé practiquen mis leyes, y sean mi pueblo
muy bien lo que pensáis. 6 Habéis mul y sea yo su Dios. * 21 Pero a los que se
19 La gloria de Yavé, o sea El mismo, que moraba en el templo, lo abandona, para que el templo
sea entregado a la destrucción de los caldeos. No se concibe que pudiera ser profanado morando
Yavé en él.
1 1 3 Este versículo es obscuro, y acaso no esté bien conservado. Ateniéndonos al texto, que
■ ■ concuerda con la Vulgata, pudiera entenderse así como lo leemos. El asedio de Jerusalén
tuvo dos etapas, separadas por la ida de los caldeos al encuentro de los egipcios. Al fin de este inter
medio, dedicado a restaura las ruinas del asedio, se dirían estos consejeros del pueblo: Las casas
están reparadas, la ciudad está otra vez en condiciones de protegemos; ella será la caldera que pro
tege la carne de los ardores del fuego; ella nos protegerá contra las mortíferas ascuas de los ase
diantes, si volvieran. A esto responde Yavé en el v . 8 ss.
19 Hermosas palabras las de este verso. Los desterrados carecen de templo; pero Dios mismo
será su templo; Dios no los abandona en su destierro, hasta reconducirlos a su patria, mudado su
espíritu.
2 0 Durante el destierro, el Señor cambiará el corazón del pueblo, que será curado de sus ten
dencias idolátricas. Pero, como siempre, el profeta ve al fin del cautiverio la edad mesiánica y aquella
edad de oro, esto es, de plena fidelidad a la nueva alianza, de que nos hablan siempre los profetas.
EZEQOIBL 11-12 890
complacen en sus ídolos, en sus abomí- J para que salga y se cubrirá el rostro para
naciones, yo Ies echaré sus obras sobre la I no ver la tierra» 13 Yo le tenderé mis re
cabeza, dice el Señor, Yavé. I des, y será cogido en mis mallas, y le Ue-
22 Los querubines desplegaron sus alas, I varán a Babilonia, a la tierra de los cal-
y les siguieron las ruedas; y la gloría del I déos, pero no la verá, v allí morirá»14 Y a
Dios de Israel estaba sobre ellos; 23 y I cuantos estén a su fado para servirle,
la gloría de Yavé se alzó de en medio de I a cuantos le acompañen, los esparciré a
la ciudad y se posó sobre el monte que I todos los vientos y desenvainaré en pos
está al oriente de la ciudad» • 24 Me tomó I de ellos mi espada» 15 Y sabrán que yo
el espíritu y me llevó a Caldea entre los I soy Yavé cuando los disemine entre las
cautivos, en visión del espíritu de Dios. I gentes y los derrame sobre la tierra.16 Pe-
y desapareció la visión que había tenido. I ro haré que de ellos quede un corto nú-
Yo dije a los cautivos todo lo que I mero de la espada, del hambre y de la
“.......................
Yavé me había mostrado. I pestilencia, para que cuenten todas sus
abominaciones entre las gentes a las que
L a fuga del rey llegaren y sepan que yo soy Yavé.
1 Fueme dirigida la palabra de Ya-
12 17
vé, diciendo: * 2 Hijo de hombre: I diciendo:18 Hijo de hombre, come tu pan
Fu
Habitas en medio de gente rebelde, que I con tem or y bebe tu agua con anhelo y
tiene ojos para ver y no ven, oídos para I angustia, 19 y di al pueblo de la tierra:
oir y no oyen, porque son gente rebelde. Así habla el Señor, Yavé, de los m orado-
3 Tú, hijo de hombre, dispón tus trebejos res de Jerusalén y de la tierra de Israel:
de emigración y sal de día a la vista de I Comerán su pan con temor, y con espan-
ellos. Parte a presencia suya del lugar en I to beberán su agua, porque su tierra será
que estás para otro lugar, a ver si reco- I despojada de todo por la maldad de
nocen que son gente rebelde. 4 Saca tus I cuantos la habitan. 2 0 Y serán asoladas
trebejos, como trebejos de camino, de día, I las ciudades que habitan y sabrán que
a sus ojos, y parte por la tarde a presencia I yo soy Yavé.
suya, como parten los desterrados. 5 A
sus ojos horada la pared y sal por eha, I ^ castigo se acerca
6 llevando a sus ojos tus trebejos, y te los I 21 Fueme dirigida la palabra de Yavé,
echas al hombro, y sales al obscurecer, I diciendo: 22 Hijo de hombre, ¿qué refrán
cubierto el rostro y sin mirar a la tierra, I es ese que corre por la tierra de Israel, di-
pues quiero que seas pronóstico para la I ciendo: Pasan los días y no se cumple la
casa de Tsrael. I visión? 23 Diles por tanto: Así habla el
7 Yo hice lo que se me mandaba, y salí Señor, Yavé: Yo haré que desaparezca
de día con mis trebejos, como trebejos de I ese refrán y no lo repetirán en Israel,
emigración; horadé con mis manos la pa- 24*Diles por lo contrario: Ya se acerca el
red y los saqué al obscurecer, y me Jos | día y se cumplirá toda visión. N o habrá
eché al hombro a presencia suya. 8“ Por “ ya más en adelante visiones e n g a ñ o s a s^
la mañana me fue dirigida la palabra de adivinaciones lisonjeras en la casa de Is
Yavé, diciendo: 9 Hijo de hombre, no te rael. 23 Porque yo, Yavé, digo: Se cum
ha dicho la casa de Israel, esta casa de plirá la palabra que yo pronuncié y no
rebeldes: ¿Qué es lo que haces? i<>Pues se dilatará. Antes en vuestros días, ¡oh
diles: Así habla el Señor, Yavé: Este casa de rebeldes!, diré mi palabra y la
oráculo es para el príncipe que está en cumpliré. Palabra del Señor, Yavé.
Jerusalén y para toda la casa de Israel 26 Fueme dirigida la palabra de Yavé,
que allí se halla, 11 Diles: Yo soy para diciendo: 27 Hijo de hombre, mira cómo
vosotros una señal; lo que yo hago, eso dice la casa de Israel: Las visiones que
harán ellos: irán al destierro, al cauti éste ve no son para pronto, profetiza para
verio. muy lejanos días.* 28Diles por tanto:
12 El príncipe que entre ellos está se Así habla el Señor, Yavé: No se dilatará
echará al hombro su bagaje en la obscu ya más. Se cumplirá toda palabra que yo
ridad y partirá. Se horadará la muralla I hable, dice el Señor, Yavé^
2 3 Al fin, la gloria de Dios, de un vuelo deja el templo y la ciudad y va a posarse sobre el monte
de los Olivos. Ahora el invasor podrá destruir el santuario sin profanar el nombre de Yavé, que no
tendrá nada en él.
O 1 Jeremías nos cuenta cómo Sededas y su ejército, cuando perdieron toda esperanza de salud,
* contra el consejo del profeta, que les aseguraba la vida entregándose a los caldeos, huyeron
una noche por una brecha; pero, perseguidos por los enemigos, fueron alcanzados (3 9 ,4 .n)- Esto
es lo que simboliza esta orden de preparar el profeta sus bártulos y salir de noche por la brecha
abierta en el muro de tapial de su casa.
2 7 Interesante para entender cómo ola el pueblo las palabras del profeta. No negaban su vera
cidad, sabiendo que eran profetas de Dios; pero creían, al ver pasar los días sin que las visiones ae
cumplieran, que no eran más que amenazas, que no se realizarían o quedarían para edades remotas.
891 EZEQUIEL 13-14
Contra los falsos profetas 18 D i: Así habla el Señor, Yavé: ¡Ay de
4 O 1 Fueme dirígida la palabra de Ya-las que se hacen cintajos para todas las
* vé, diciendo: * 2 Hijo de hombre, articulaciones de las manos y lazos para
profetiza contra los profetas de Israel, toda clase de gentes, para cazar las al
profetiza, y di a esos que profetizan a mas! ¿Creéis que cazando las almas de
capricho suyo: Oíd la palabra de Yavé. mi pueblo mantendréis las vuestras?
3 Así dice el Señor, Yavé: ¡Ay de los pro 19 Vosotras por dos puñados de cebada
fetas insensatos que andan a su propio 0 dos pedazos de pan me deshonráis ante
capricho, sin haber visto nada! 4 Fueron, mi pueblo predicando la muerte de quien
Israel, tus pro«etas como zorras del de no ha de morir y prometiendo la vida a
sierto. 5 N o habéis subido a las brechas, quien no vivirá, y engañando así a mi
no habéis amurallado la casa de Israel pueblo, que se cree las mentiras.
para que resistiera en el combate el día 20 Por tanto, así dice el Señor, Yavé:
de Yavé. 6 Vieron vanidad y adivinación Heme aquí contra esos vuestros cintajos
mentirosa. Dicen: «Ha dicho Yavé», y no con que cazáis las almas; yo los arranca
los envió Yavé, y hacen esperar que se ré de vuestros brazos y dejaré volar libres
cumplirán sus palabras. 7 ¿No habéis vis a las almas que con ellos cazáis. 21 Yo
to visiones vanas? ¿No habéis anunciado arrancaré también vuestros lazos y libra
adivinaciones mentirosas, diciendo: «Ha ré de vuestras manos a mi pueblo. No os
dicho Yavé», no habiéndolo dicho yo? servirán ya más de red en vuestras ma
8 Por tanto, así dice el Señor, Yavé:nosi y sabréis que yo soy Yavé. 22 Por ha
Por haber hablado vosotros vanidad y ber entristecido con vuestras mentiras el
haber visto mentiras, por tanto, aquí es corazón del justo, cuando yo no quería
toy vo contra vosotros, dice el Señor, Ya entristecerle, y haber confortado las ma
vé. * Y será mi mano contra los profetas nos del impío para que no se volviese de
que ven vanidad y adivinan mentira. No su mal camino y viviese,23 ya no tendréis
formarán en la asamblea de mi pueblo, más vanas visiones ni pronunciaréis más
ni serán inscritos en el libro de la casa de oráculos. Libraré de vuestras manos a mi
Israel, ni volverán a la tierra de Israel, y pueblo y sabréis que yo soy Yavé.
sabréis que yo soy el Señor, Yavé.
10 Por tanto, por haber engañado a mi E xh ortación a la conversión
pueblo, diciendo: «Paz», no habiendo paz, 4 A i Vinieron a mí algunos de los an-
y porque mientras mi pueblo alzaba una 1 ** cíanos de Israel y se sentaron de
pared, ellos la jarreaban con barro, 11 di lante de mí; * 2 y me fue dirigida la pala
a esos jarreadores con barro que se cae bra de Yavé, diciendo: 3 Hijo de hom
rá, que vendrán aguaceros y mandaré gra bre, estas gentes llevan sus ídolos dentro
nizadas que la derribarán y viento impe de su corazón y miran con sus ojos el es
tuoso que la deshará.12 Y cuando caiga la cándalo de su iniquidad. ¿Voy a dejarme
pared, no os dirán: ¿Dónde está la emba consultar por ellos? 4 Háblales, por tanto,
rradura con que la cubristeis? y diles: Así habla el Señor, Yavé: A to
13Por tanto, así dice el Señor, Yavé: dos los de la casa de Israel que, llevando
Yo en mi furor desencadenaré la tempes sus ídolos en su corazón y mirando con
tad, y vendrá en mi ira un aguacero im sus ojos el escándalo de su iniquidad, vi
petuoso, y caerá furioso el granizo para nieren al profeta, les responderé yo mis
destruir. 14 Y derribaré la pared que vos mo, Y^vé, hablándoles de la muchedum
otros embarrasteis, la echaré a tierra, y bre de sus ídolos, 5 para agarrar a la casa
quedarán al descubierto sus cimientos. Je- de Israel por su propio corazón, ya que
rusalén caerá, y vosotros pereceréis en por sus ídolos se apartan de mí.
medio de sus escombros, y sabréis que yo 6 Di, por tanto, a la casa de Israel: Así
soy Yavé. 15 Yo saciaré mi furor contra habla el Señor, Yavé: Convertios y apar
la pared y contra los que la recubrieron taos de vuestros ídolos y apartad la vista
de barro; y se dirá: Ya no hay pared y de vuestras abominaciones; 7 porque a
se acabaron los que la jarreaban, i6 los quienquiera de la casa de Israel que de
profetas de Israel que profetizan a Jeru- mí se apartare para poner en su corazón
salén y tienen para ella visiones de paz, sus ídolos y sus ojos en el escándalo de
no habiendo paz, dice el Señor, Yavé. su iniquidad y viniere al profeta para pre
17 Y tú, hijo de hombre, pon tus ojos en guntarle, le responderé yo, Yavé, por mí
las hijas de tu pueblo que profetizan a ca mismo, 8 y pondré mi rostro contra él, y
pricho suyo y profetiza contra ellas. le haré portento y fábula, y le arrancaré
•• O 1 También vivían en Babilonia, entre los desterrados, falsos profetas, que vaticinaban se-
■ ^ gún su imaginación, y afirmaban que Jerusalén sería por Dios preservada como en los días
de Ezequías y que ellos volverían luego a la patria (Jer 9,31).
■I A 1 Estos ancianos, que rinden en su corazón culto a los ídolos, vienen a consultar a Dios por
1 “ su profeta. La respuesta que reciben es la que más necesitan.
EZEQUIKL 14 -16 892
de mi pueblo, de Israel, y sabréis que yo jas, que escaparán y saldrán fuera, y ven
soy Yavé; 9 y si el profeta seductor dice drán con vosotros y veréis su conducta y
alguna cosa, seré yo, Yavé, quien le ha sus obras, y comprenderéis el mal que yo
bré seducido y tenderé sobre él mi mano, voy a hacer a Jerusalén y todo lo que
le exterminaré de en medio de mi pue- voy a hacer contra ella. 23 Lo compren
lo Israel. 10 Y llevarán sobre sí su mal deréis cuando veáis su conducta y sus
dad ; según la maldad de quien pregunta, obras, y reconoceréis que no sin razón
así será la maldad de quien responde. hago yo cuanto hago, dice el Señor, Yavé.
11 Para que no yerre más la casa de Israel
lejos de mí ni se contamine con todas sus Israel, sarm ien to inútil
abominaciones, y sean mi pueblo y yo sea 1 C 1 Fueme dirigida la palabra de Ya-
su Dios, dice el Señor, Yavé. I v vé, diciendo:* 2 Hijo de hombre,
¿qué tiene más el palo de la viña que otro
Inutilidad de la intercesión palo? ¿Qué es el sarmiento entre todas las
12 Fueme dirigida la palabra de Yavé, maderas de la selva? 3 ¿Sacarán de él ma
diciendo:13 Hijo de hombre: Cuando por dera para hacer obra alguna? ¿Harán de
haberse rebelado pérfidamente contra mi él estacas para colgar cualquier cosa?
la tierra, tienda yo mi brazo contra ella, 4 Echase al fuego para que se consuma,
y la quebrante el sustento del pan y mam de cabo a cabo es consumido, y arde
de sobre ella el hambre, y extermine en también el medio; ¿servirá para nada
ella hombres y animales, 14*aunque hu más? 5 Cuando estaba entero no servía
bieran estado en ella estos tres varones, para hacer de él obra alguna. ¡Cuánto
Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia menos servirá después de quemado, des
hubieran salvado su vida, dice el Señor, pués que fue presa del fuego!
Yavé. * 15 Y si invadiera esa tierra con 6 Por tanto, así dice el Señor, Yavé:
bestias feroces para que la desolaran, sin Como es el palo de la vid entre las ma
que nadie por miedo a las fieras la atra deras de la selva, leña que yo echo al fue
vesara, 16 si hubieran estado en ella esos go para que se consuma, asi echaré a él
tres varones, por mi vida, dice Yavé, no a los habitantes de Jerusalén. 7 Volveré
hubieran salvado a sus hijos ni a sus hi contra ellos mi rostro; escaparon del fue
jas ; ellos solos habrían escapado, y la tie go, y el fuego los devorará, y sabréis que
rra habría sido desolada. 17*Y si mando yo soy Yavé cuando volviere contra ellos
contra ella la espada y digo: Espada, re mi rostro. 8 Y tornaré la tierra en desierto
corre la tierra y extermina hombres y ani por cuantos prevaricaron, dice el Señor,
males; 18 aunque en medio de ella estu Yavé.
vieran aquellos tres varones, por mi vida,
dice Yavé, que no salvarían a sus hijos y H orrib le ingratitud d e Israel
a sus hijas; ellos solos escaparían. 19*O si 1 Íb 1 Fueme dirigida la palabra de Ya-
mandare sobre esa tierra la peste contra I ” vé, diciendo:* 2 Hijo de hombre,
ella, dentro de su sangre, derramando mi echa en cara a Jerusalén sus abominacio
ira para exterminar hombres y bestias, nes 3 y di: Esto dice el Señor, Yavé, a Je
20 aunque en medio de día estuvieran Noé, rusalén : Eres por tu tierra y por tu origen
Daniel y Job, por mi vida, dice Yavé, no una cananea, tu padre un amorreo, tu ma
salvarían un hijo ni una hija; por su pro dre una jetea; 4 a tu nacimiento, el día
pia justicia escaparían ellos y salvarían la que naciste, nadie te cortó el ombligo, no
propia vida. fuiste lavada en el agua para limpiarte, no
21 Pues así dice el Señor, Yavé: ¡Cuánfuiste frotada con sal ni fajada; 5 nadie
to más cuando desencadene yo contra Je- hubo que pusiera en ti sus ojos para ha
rusalén esos cuatro azotes juntamente: la certe algo de esto compadecido de ti, sino
espada, el hambre, las bestias feroces y que con horror fuiste tirada al campo el
la peste, para exterminar en ella hom día en que naciste. 6 Pasé yo cerca de ti
bres y animales! 22 Y, sin embargo, que y te vi sucia en tu sangre, y, estando tú en
darán en ella algunos restos, hijos e hi tu sangre, te dije: ¡Vive!
1 4 L a in t e r v e n c ió n d e lo s ju s t o s a f a v o r d e lo s p e c a d o r e s e s d e g r a n e fic a c ia a n te D i o s , c o m o s e
v e p o r G é n 1 8 , 2 3 - 3 3 ; p e r o c u a n d o l a s c o s a s lle g a n a l ú lt im o e x t r e m o , y a n o v a l e n in te rc e s o re s . A q u í
e l p r o f e t a n o s o f r e c e a e sto s t r e s p e r s o n a je s , q u e l a tr a d ic ió n p r e s e n t a b a c o m o ju s t o s y d e g r a n v a l i
m ie n to a n t e D i o s . N o é e s a n te r io r a l p u e b lo h e b r e o ; J o b , e x t r a ñ o a é l, y D a n i e l n o p a r e c e q u e s e a
e l p r o f e t a D a n i e l , s in o u n a n ti g u o p e r s o n a je d e q u e h a b la n lo s t e x t o s d e R a s S a m m a (Rev. Biblique
[ 1 9 3 7 ] 5 4 1 , 5 4 6 ) . I g u a l s e h a b l a d e Je r e m í a s ( 2 M a c 1 5 . 1 4 ) .
« fC 1 L a v i d , a b u n d a n t e e n P a le s t in a , e s p o r s u f r u to m u y a p r e c i a d a ; p e r o s u m a d e r a n o s ir v e
■ d p a r a o t r a c o s a q u e p a r a a li m e n t a r e l f u e g o . A s í e s J e r u s a l é n , l a a n te s a m a d a v i ñ a d e Y a v é
( I s s , i s s . ; S a l 8 0 ,9 ) .
•f C 1 E s t e la r g o c a p ít u lo e s u n a n a r r a c i ó n p a r a b ó lic a d e l m á s v i v o r e a lis m o , e n q u e n o s p in t a
I II la h is to r ia re lig io s a d e I s r a e l, s ie m p r e in fie l a s u D i o s y amante d e l o s íd o lo s . A
p e s a r d e to d o ,
a c a b a p r o m e t ie n d o la r e a n u d a c i ó n d e l a a n ti g u a a li a n z a .
893 EZEQUIEL 16
•| *7 1 Esta alegoría nos representa un águila, el rey de Caldea, el cual viene a Jerusalén y traslada
I* a Babilonia el cedro del Líbano, el rey Jeconías, poniendo en su lugar a Sedecías, a quien
exigió juramento de fidelidad. La segunda águila es el Egipto, hacía quien Sedecías tendió sus manos,
por lo cual el águila primera le arrancará, llevándole cautivo a Babilonia.
895 EZEQUIEL 17*18
con é1 un pacto, tomándole juramento. ra»? 3 Por mi vida, dice Yavé, que nunca
Llevóse a los poderosos de la tierra 14 pa más diréis ese refrán en Israel. 4 Mías son
ra que el ramo fuese modesto y no se re las almas todas; lo mismo la del padre que
belase y guardase y mantuviese el pacto la del hijo, mfas son, y el alma que pecare,
hecho con él. 15 Pero se rebeló y mandó ésa perecerá.
embajadores al Egipto para que le diese 5 El que sea justo y haga juicio y jus
caballos y mucha gente. ¿Prosperará? ¿Es ticia, ^ no banquetee por los montes y no
capará el que tales cosas hizo? Rompió el alce sus ojos a los ídolos de la casa de Is
pacto, ¿escapará? rael ; no manche a la mujer de su prójimo
16 Por mi vida, dice el Sefíor, Yavé, que
y no llegue a la menstruada;7 y no oprima
en la tierra de quien le había puesto en el a nadie y devuelva al deudor su prenda, v
tronco, cuyo juramento menospreció y no robe y dé pan al hambriento y vestí*
cuya alianza rompió, allí morirá, en Ba do al desnudo; 8 no dé a logro ni recíba
bilonia. *7 y el Faraón no le socorrerá con a usura, retraiga su mano del mal y haga
gran ejército y muchas fuerzas en la lucha juicio de verdad entre hombre y hombre;
cuando se levanten terraplenes y se cons 9 camine en mis mandatos y guarde mis
truyan torres para destrucción de muchas leyes obrando rectamente, ése es justo, vi
vidas.18 Menospreció el juramento, rom virá, dice Y avé.10 Pero si engendró un hi
pió el pacto, dio su mano y luego hizo co jo ladrón, vertedor de sangre o que haga
sas tales; no escapará. 19 Por tanto, así alguna de esas otras cosas, My no imi
habla el Señor, Yavé: Por mi vida, que yo tando a sus padres, coma por los montes»
echaré sobre su cabeza mi juramento, que manche a la mujer de su prójimo,12 opri-
él menospreció, y mi pacto, que él rom ma al pobre y al desvalido, robe, no de
pió; 20 y le tenderé mi red y quedará preso vuelva la prenda, alce los ojos a los ídolos
en mi lazo. Le deportaré a Babilonia, y y haga abominaciones, 13 dé a logro y reci
allí le juzgaré por la infidelidad cometida ba usura, ¿vivirá éste? N o vivirá. Hizo
contra mí. 2i Todos los fugitivos de sus todas esas abominaciones; de cierto mo
tropas caerán a la espada, y los que que rirá. Recaerá su sangre sobre él.
den serán dispersados a todos los vientos, 14 Pero si éste engendró un hijo que,
y sabréis que yo, Yavé, he hablado. viendo todos los pecados de su padre, no
los imita, 15 ni come por los montes, ni
Promesas del rey Mesías alza sus ojos a los ídolos de Israel, ni man
22 Así dice el Señor, Yavé: También yo cha a la mujer de su prójimo, 16 ni opri
tomaré del cogollo del cedro, y del princi me a nadie, ni retiene la prenda, ni roba,
pal de sus renuevos cortaré un tallo, * 223 y da su pan al hambriento y viste al desnu
lo plantaré sobre el monte alto y sublime, do, 17 contiene su mano de la iniquidad,
en el alto monte de Sión le plantaré; y no recibe usura ni interés y cumple mis
echará ramas y dará fruto, haciéndose un preceptos, éste no morirá por la iniquidad
magnífico cedro, y se acogerán a él todas de su padre, vivirá.18 Su padre, que agra
las aves de toda pluma, que habitarán a la vió y despojó a su hermano y no obró el
sombra de sus ramas; 24 y conocerán to bien en medio de su pueblo, ése morirá
dos los árboles de la selva que yo soy Ya por su iniquidad.
vé, que humillé el árbol sublime y levanté 19 Y si dijereis: ¿Por qué no ha de pa
el árbol bajo, sequé el árbol verde e hice gar el hijo la iniquidad del padre? Pues
reverdecer el árbol seco. Yo, Yavé, he ha porque el hijo hizo juicio y justicia y
blado y yo lo cumpliré. guardó mis mandamientos y los puso por
obra, y de cierto vivirá. 20 El alma que
L a justificación de D io s pecare, ésa morirá; el hijo no llevará so
•i Q 1 Fueme dirigida la palabra de Ya- bre sí la iniquidad del padre, ni el padre
A O vé, diciendo:* 2 ¿Qué andáis repi la del hijo; la justicia del justo será sobre
tiendo este proverbio en la tierra de Israel él, y sobre él será la iniquidad del malva
y decís: do. 21 Y si el malvado se retrae de su
«Los padres comieron los agraces | y maldad y guarda todos mis mandamien
los dientes de los hijos tienen la dente tos y hace lo que es recto y justo, vivirá
22 Sin embargo, de ese cogollo, que es la casa de David, hará brotar Yavé un renuevo que.
Convertido en cedro, dará acogida a todas las aves: el Mesías.
«| o l Este capítulo es importantísimo en la historia de la revelación del A. T. Con él queda rota
8® aquella cadena que ligaba a los padres con los hijos.
La ley de la responsabilidad social es una ley natural. Los hijos heredan no sólo el nombre, los
bienes y la gloria de los padres, sino también las enfermedades, la miseria, etc. Igual se diga de los
pueblos. Esta ley la unlversalizaba la opinión del pueblo, haciendo que los hijos cargasen con todas
las responsabilidades de los padres. El profeta la reduce a sus justos límites. Ante Dios, cada uno
será juzgado según sus obras, buenas o malas, sin consideración a la conducta de los padres. En la
Ley ya se habla establecido el mismo principio, que cada uno pagará por su pecado (Dt 24,16;
Jer 31.29 a.).
1ZEQDIKL 1 8 -2 0 896
con los Idolos de Egipto. Yo, Yavé, soy alcé mi mano en el desierto, jurándoles
vuestro Dios. 8 Pero ellos se rebelaron que los esparciría entre las gentes y los
contra mi y no quisieron darme oídos, aventaría por las tierras;24 porque no pu
ni quitaron de sus ojos los espantajos de sieron por obra mis mandamientos y des
E gipto; y dije que derram aría sobre ellos echaron mis ordenaciones y profanaron
mi ira y desfogaría mi enojo sobre ellos mis sábados, y se les fueron los ojos tras
en la tierra de Egipto. los ídolos de sus padres. 25 Por eso les di
9 Mas, por la gloria de mi nombre, para
yo también a ellos ordenaciones no bue
que no fuese infamado a los ojos de las nas y decretos que no son de vida, * 26 y
gentes en medio de las cuales estaba, a los contaminé en sus ofrendas, cuando pa
cuya vista me había dado a conocer como saban a sus hijos por el fuego, a todo
quien los había de sacar de la tierra de primogénito, para desolarlos y hacerles
E g ip to ,10 los saqué de la tierra de Egipto saber que yo soy Yavé.
y los conduje por el desierto ;11 les di mis 27 P or tanto, hijo de hombre, habla a
leyes y mis mandamientos y les hice saber la casa de Israel y diles: Así habla el Se
mis disposiciones, que son la vida para ñor, Yavé: H asta esta injuria me hicieron
quien las cumple. 12 Diles también mis vuestros padres, entre las infidelidades
sábados, para que fuesen señal entre mí ue cometieron contra mí. 28 Yo los con-
y ellos, para que supiesen que yo soy uje a la tierra que, alzando mi mano, ha
Yavé, que los santifico. bía jurado darles, y ellos, mirando a todo
13 Pero rebelóse contra mí la casa de alto collado y a todo árbol frondoso, sa
Israel en el desierto, no anduvieron en crificaron allí sus víctimas y presentaron
mis preceptos y no guardaron ni cum sus irritantes ofrendas, y pusieron suaves
plieron mis ordenaciones, que son la vida aromas y derram aron sus libaciones.29 Yo
para quien las cumple, y profanaron mis les dije: ¿Qué es ese alto, el B a m á , adonde
sábados. Entonces dije que volcaría sobre vosotros vais? Y B a m á se llama hasta hoy.*
ellos mi furor y en mi ira los exterminaría
«a desierto.14 Pero retraje m i m ano por C a stig o
el honor de mi nombre, para que no fuese
profanado a los ojos de las gentes, a cuya 30 Di, pues, a la casa de Israel: Asi ha
vista los había sacado. 15 Alcé mi m ano bla el Señor, Yavé: {Qué! Os contamináis
en el desierto, jurándoles no llevarlos a la vosotros a la manera de vuestros padres,
tierra que les había dado, que mana leche fornicáis con sus ídolos, 31 y ofreciendo
y miel, la más hermosa de todas las tie vuestras ofrendas y pasando a vuestros
rras, 16 porque habían despreciado mis hijos por el fuego os contamináis con
ordenaciones y no habían seguido mis vuestros ídolos hasta el día de hoy; ¿y voy
leyes y habían profanado mis sábados, a responderos yo, casa de Israel? Por mi
yéndose su corazón tras sus ídolos. vida, dice Yavé, que no os responderé.
12 Con todo, mis ojos los m iraron pia32 Y no será lo que vosotros pensáis. Por
dosamente para no destruirlos y no los que vosotros os decís: Seremos como las
exterminé en el desierto. 18 Pero dije en gentes, como las naciones de la tierra,
el desierto a sus hijos: N o sigáis las cos sirviendo al leño y a la piedra. 33 Por mi
tumbres de vuestros padres, no sigáis sus vida, dice el Señor, Yavé, que con puño
caminos ni os contaminéis con sus ídolos; fuerte, con brazo tendido y en efusión de
19 yo soy Yavé, vuestro D ios; andad en ira he de reinar sobre vosotros. 34 Os he
mis ordenaciones, guardad mis m anda de sacar de en medio de las gentes y os
mientos y ponedlos p or o b ra ;20 santificad recogeré de en medio de las tierras a que
mis sábados y sean señal entre mi y vos con puño fuerte, con brazo tendido y en
otros, para que sepáis que yo soy Yavé, efusión de ira os desparramé; 33 y os lle
vuestro Dios. 21 Pero los hijos se rebela varé al inhabitable desierto, y allí cara a
ron contra mí, no anduvieron en mis or cara litigaré con vosotros; 36 como litigué
denaciones ni guardaron mis mandamien con vuestros padres en el desierto de la
tos poniéndolos por obra, los que son la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros,
vida para quien los cumple; profanaron dice el Señor, Yavé. 37 Y os haré pasar
mis sábados, y dije entonces que derrama bajo el cayado y os conduciré con disci
ría sobre ellos mi ira para satisfacer en plina de alianza. 38 Separaré de vosotros
ellos mi enojo en el desierto. 22 M as re a los rebeldes, a los que se apartaron de
traje mi mano por el honor de mi nombre, mí, y los sacaré de la tierra en que mo
para que no se infamase a los ojos de las ran, y no entrarán en la tierra de Israel y
gentes a cuya vista los saqué. 23 También sabréis que yo soy Yavé.
25 £1 texto es difícil. Estos preceptos no buenos deben ser los de la consagración de los primo
génitos (Ex 13,2; 22,29; 34,io), que interpretaban mal, según las costumbres cananeas, pasándolos
por el fuego (Is 6,9 s.).
29 Bamá es el nombre con que designaban los santuarios cananeos erigidos en los altos
Nácar-Colun&a
BZEQUTIL 2 0 * 2 1 898
25 Sedecías había jurado por Yavé fidelidad a Nabucodonosor, pero había quebrantado tal jura
mento, cometiendo un perjurio.
27 La segunda mitad de este versículo parece inspirada en Gén 49,10 y anunciar en el Mesías
la restauración de las ruinas. Sin embargo, el texto está incorrecto.
2* Después de Jerusalén, la espada vengadora de Yavé, manejada por Nabucodonosor, se vol
verá contra loa amonitas.
nq 1 Como si Dios quisiera justificar la sentencia que en el c.21 pronunció contra Jerusalén,
aquí nos pinta con vivos colores el cuadro de las iniquidades del pueblo, de los príncipes, de
los sacerdotes, tantas que en toda la ciudad no halló quien con su valimiento se levantase a favor
de ella.
CZEQI7IEL 2 2 -2 3 900
el crisol, así seréis fundidos vosotros en to, porque eran los que se habían acostado
medio de él y sabréis que soy yo Yavé, con ella en su mocedad y habían manosea
que derramo mi furor sobre vosotros. do su seno juvenil y derramado sobre ella
sus impurezas. 9 Yo por eso la entregué
Los crímenes de los príncipesi en manos de sus amantes, en manos de
sacerdotes y profetas los hijos de Asiría, de quienes estaba ena
23 Fueme dirigida la palabra de Yavé, morada. 10 Ellos descubrieron sus ver
diciendo: 24Hijo de hombre, diles: Eres güenzas, le cocieron sus hijos y sus hijas
una tierra no bañada desde lo alto, no y a ella la hicieron perecer a la espada.
rociada por la lluvia al tiempo de la ca Vino a ser famosa entre las mujeres por
nícula. 25 Dentro de ella se conjuran los la justicia que en ella se hizo.
príncipes; como ruge el león y despedaza 11 Viendo esto Ooliba, su hermana, fue
la presa, así devoran ellos las almas; se más estragada que ella en su pasión, y
apoderan de los tesoros y riquezas y mul sus prostituciones sobrepasaron a las de
tiplican en medio de ella las viudas. 16 Sus su hermana. 12 Encendióse en amor por
sacerdotes han violado mi Ley y han pro los hijos de Asur, jefes y oficiales, nobles
fanado mis cosas santas; no hacen dife vestidos magníficamente, caballeros en sus
rencia entre lo santo y lo profano, ni en caballos, jóvenes todos y codiciables.13 Yo
señan a distinguir entre lo mundo y lo vi que se habían contaminado, que ambas
inmundo; cierran los ojos a las violacio habían seguido el mismo cam ino.14 Pero
nes de los sábados y yo soy profanado en ésta fue más lejos que la otra en sus for
medio de ellos; 27 sus príncipes son como nicaciones: vio hombres pintados en pa
lobos que despedazan la presa, derraman red, figuras de caldeos trazadas con mi
do sangre, destruyendo las almas, para nio, 15 ceñidos sus lomos de sus cinturo
dar pábulo a su avaricia. 29 Sus profetas nes, y tiaras de varios colores a la cabeza,
revocan con barro suelto, profetizándoles todos con apariencia de jefes, figuras de
vanidad y prediciendo mentiras, y dicen: hijos de Babilonia, de la Caldea, su pa
«Así habla el Señor, Yavé», sin que Yavé tria. 16 Y en viéndoles se encendió en amor
haya hablado. 29 Y el pueblo de la tierra por ellos y mandó embajadores a Caldea,
oprime, roba, hace violencia al desvalido 17 y entraron a ella los hijos de Babilonia,
y al menesteroso, y al extranjero le veja al lecho de sus amores, y la mancharon
contra derecho. 30 También de entre ellos con sus inmundicias y ella se contaminó
busqué yo quien levantase muro y se pu con ellos hasta hartar su deseo. 18 Hizo
siese a la brecha frente a mí en favor de patentes sus fornicaciones y descubrió su
la tierra, para que yo no la devastase, y ignominia, y yo me asqueé de ella, como
no le hallé. 31 Por tanto, derramaré sobre me había asqueado de su hermana.19 Mas
ellos mi ira y los consumiré con el fuego todavía acrecentó sus fornicaciones, tra
de mi furor y les echaré sobre la cabeza yendo a su memoria los días de su moce
sus obras, dice el Señor, Yavé. dad, cuando había fornicado en la tierra
de Egipto. 20 Y ardió en lujuria por aque
Los pecados de Samaría y de llos lujuriosos, que tienen carne de burro
Jerusalén y su castigo y flujo de garañones. 21 y renovaste las
fornicaciones de tu mocedad, cuando los
O O 1 Fueme dirigida la palabra de Ya-egipcios estrujaban tus pechos y mano
vé, diciendo:* 2 Hijo de hombre, seaban tu seno juvenil.
había dos mujeres hijas de la misma ma 22 Por eso, Ooliba, así dice el Señor,
dre. 3 Se prostituyeron en Egipto al tiempo Yavé: Yo suscitaré contra ti a tus aman
de su mocedad; allí fueron estrujados sus tes, aquellos de que te hartaste tus deseos,
pechos y manoseado su seno virginal. y los haré venir contra ti en derredor.
4 Llamábanse Oola la mayor, y su her 23 Los hijos de Babilonia y todos los cal
mana, Ooliba. Fueron mías y parieron
hijos e hijas. Oola es Samaría; Ooliba, deos, los de Peqod, los de Soa, los de Coa
Jerusalén. 5 Oola me fue infiel y se enlo y con ellos todos los hijos de Asur: mozos
queció por sus amantes, sus vecinos, los guapos, jefes y capitanes todos, nobles y
asirios. 6 Iban vestidos de púrpura viole notables, todos a caballo. 24 Y vendrán
ta, eran jefes y oficiales, todos jóvenes, contra ti con estrépito de carros y ruedas,
codiciables y que montaban caballos. 7 Se con escudos, paveses y capacetes, se or
prostituyó a ellos, la flor de los hijos de denarán en batalla de todas partes con
Asur, y se contaminó con todos los ídolos tra ti. Yo les he entregado a ellos tu juicio
de aquellos de quienes se enamoró. 8 Tam y te juzgarán según sus leyes. 25 Desenca
poco dejó sus prostituciones con el Egip denaré mi celo contra ti y te tratarán con
O Q 1 Bajo la imagen de dos hermanas de perdidas costumbres nos traza el profeta la historia
_ _ moral y religiosa de los dos reinos de Samaría y de Judá, acabando por someterlas ambas al
juicio de un recto tribunal, que las condenará a la pena impuesta a las adúlteras.
901 Ez e q u ie l 2 3 -2 4
■ OA 1 Este vaticinio fue pronunciado en Babilonia el día mismo en que los caldeos establecieron
mY el asedio contra Jerusalén. El juicio de Dios contra la ciudad está vivamente expresado por
la olla, en que se cuece la victima, dividida en pedazos.
K Z E Q U tE L 24-25 902
que no derrame yo mi fuego sobre ti. Oíd la palabra del Señor, Yavé: Así ha
14 Yo, Yavé, he hablado. Vendré, lo haré, bla el Señor, Yavé: Pues que tú dijiste
no me volveré atrás, no tendré piedad, «Bien» cuando era profanado mi san
no me arrepentiré. Según tus caminos y tuario y la tierra de Israel era asolada, y
tus obras, así serás juzgada, dice el Señor, llevada la casa de Judá al cautiverio,4 por
Yavé. eso yo te entregaré en poder de los hijos
15 Fueme dirigida la palabra de Yavé, del Oriente, que pondrán en ti su campa
diciendo: 16 Hijo de hombre, voy a qui mento y alzarán en ti sus tiendas, y co
tarte de repente lo que hace tus delicias, merán tus cosechas y beberán tu leche.
pero no te lamentes ni llores, no derrames 5 Y haré de Raba pastizal de camellos, y
una lágrima. * 17 Suspira en silencio, sin de las ciudades de Ammón, rediles de
llevar luto por el muerto; ponte el tur ovejas. Y sabréis que yo soy Yavé.
bante en la cabeza y calza tus pies, no te 6 Porque así habla el Señor, Yavé: Pues
cubras el rostro ni comas el pan del duelo. que batiste palmas y pateaste con los pies
18 Yo había estado hablando al pueblo y te regocijaste en el alma con desprecio
por la mañana, y a la tarde murió mi mu- para la tierra de Israel, 7 por eso heme
er. A la mañana siguiente hice lo que me aquí, tenderé mi mano contra ti y te daré
Í labia sido mandado, 19 y la gente me de en presa a las gentes, y te extirparé de
cía: ¿No nos explicarás lo que significa entre los pueblos de la tierra, y te haré
eso que haces? 20 Yo les respondí: Yavé desaparecer del número de ellos. Te ex
me ha hablado, diciendo: 21 Di a la casa terminaré y sabrás que yo soy Yavé,
de Israel: Así habla el Señor, Yavé: Mi
rad, voy a profanar mi santuario, gloria O ráculo contra M oab
de vuestra fuerza, delicia de vuestros ojos 8 Así dice Yavé: Puesto que Moab ha
y regalo de vuestra alma; vuestros hijos dicho: ¡Oh! ¡La casa de Judá es entre los
y vuestras hijas caerán a la espada, 22 y pueblos uno de tantos! * 9 Por eso yo abri
entonces haréis vosotros lo que ahora ré el flanco de Moab, desde las ciudades
hago yo. No os cubriréis el rostro ni co fronterizas, gloria de la región. Bet-Je-
meréis el pan del duelo; 23 llevaréis en simot y Baal-Meón, hasta Quiriataim.
vuestra cabeza los turbantes y calzaréis JODoy su tierra a los hijos de Oriente para
vuestros pies; no os lamentaréis ni llo que no sean contados más entre los pue
raréis, sino que os consumiréis en vuestra blos. 11 También haré justicia en Moab.
iniquidad y gemiréis unos con otros.
24 Ezequiel será para vosotros una señal; Oráculo contra Edo m
cuando esto llegue haréis vosotros lo que 12 Así dice el Señor, Yavé: Por el com
él hace ahora y sabréis que yo soy Yavé. portamiento de Edom, que tomó vengan
25 Y tú, hijo de hombre, el día en que yo za de la casa de Judá y se manchó sobre
les arrebataré a ellos su fortaleza, el or manera vengándose de ellos, 13 por eso, ,
gullo de su gloría, la delicia de sus ojos, así dice el Señor, Yavé: También yo ten
el gozo de sus almas, sus hijos y sus hi deré mi mano contra Edom, y extermi- J
jas, 26 vendrá a ti un huido para darte la naré hombres y bestias, y lo reduciré a
noticia; 27 y aquel día se abrirá tu boca ruinas; desde Temán hasta Dedán caerán
a la llegada del fugitivo, y hablarás, no a la espada. 14 Y pondré la venganza con
estarás ya mudo, y serás señal para ellos, tra Edom en manos de mi pueblo Israel,
y sabrán que yo soy Yavé. que tratará a Edom conforme al furor de
mi ira, y sabrán que yo soy Yavé y que es
mía la venganza. Así dice el Señor, Yavé.
S E G U N D A P A R T E
Oráculo contra Filistea
V aticin io s sobre las n acio n es 15 Así habla el Señor, Yavé: Por haber
(25-32) obrado vengativamente los filisteos y ha
berse vengado con odio en el alma, exter
Oráculo contra Am m ón minando con odio secular; por eso. asi
A 1 Fueme dirigida la palabra de Ya- dice el Señor, Yavé: Yo tenderé mi mano
“ v vé, diciendo: 2 Hijo de hombre, contra los filisteos y exterminaré a los ce-
tiende tu vista hacia Ammón y profetiza reteos. Haré perecer hasta los restos de
contra él. 3 D i a los hijos de Ammón: los habitantes de la orilla del mar. 17 Haré
16 Interesante acción simbólica de la conducta de Dios. £1 profeta acaba de perder a su mujer,
«las delicias de su alma»; pero Dios le manda que no llore. También El va a perder a su esposa,
Jerusalén, con su santuario, y no hará duelo por ellos.
2 R 8 Aquí comienzan los oráculos contra las naciones vecinas. Los más importantes de ellos
son los que hablan a Tiro (26-28) y a Egipto (29-32). Los pueblos de Ammón, Moab, Edom
y Filistea, siempre rencillosos contra Judá, se habían alegrado de su ruina y cooperado a ella; por
eso Yavé los castigará por medio del mismo ministro de sus venganzas, el rey de Babilonia, o por
los árabes del desierto, «los hijos del Oriente*.
903 EZEQUIEL 29-27
con ellos grandes venganzas, con furor tus heridos, a la matanza que en ti harán,
los castigaré y sabrán que yo soy Yavé temblarán las islas.16 Todos los príncipes
cuando haga en ellos mi venganza. del m ar bajarán de sus tronos, se despoja
rán de sus mantos y de sus recamadas
Oráculo contra Fenicia vestiduras, se vestirán de espanto y se sen
n / ¡ 1 El año undécimo, el día primero tarán en tierra. Temblarán a cada mo
^ v del mes, me fue dirigida la palabra mento y estarán consternados ante ti.
de Yavé, diciendo:* 2 Hijo de hombre, 17 Te cantarán una elegía y te dirán : «¡Có
por haber dicho Tiro de Jerusalén: | mo! ¿Destruida tú, la poblada por los que
«Bien, ha sido rota la que era puerta de recorrían los mares, | la ciudad tan cele
los pueblos; j vendrán a mi, yo me lle brada , tan poderosa en el mar? | ¿Des
naré y ella está desierta», | 3 por eso así truida con sus habitantes, | que eran el
dice el Señor, Yavé: | Heme aquí contra espanto de todos los que la rodeaban? |
ti, Tiro. | Yo haré subir contra ti pueblos 18 Estremecerá nse las islas el día de tu
numerosos, | como hace subir el mar sus caída, | se espantarán de tu fin las islas
olas; | 4 y destruirán las murallas de Ti del mar.
ro | y abatirán sus torres. | Y barreré de 19 Pues así dice el Señor, Yavé: Cuan
ella hasta el polvo | y haré de ella una des» do yo te torne en ciudad desierta, co
nuda roca. | 5 Será en medio del mar ten m o las ciudades deshabitadas; cuando
dedero de redes, porque yo he hablado, haga yo subir al abismo contra ti y te
dice el Señor, Yavé. | Será presa de las cubra la inmensidad de las aguas, 20 te
gentes, | 6 y sus hijas, las que están en haré bajar con los que cayeron en la fosa,
el campo, | serán pasadas a cuchillo, | y con los pueblos de otros tiempos, y te
sabrán que yo soy Yavé. pondré en las profundidades de la tierra,
7 Porque así habla el Señor, Yavé: Yo en las eternas soledades, junto a los que
enviaré desde el septentrión, contra Ti ^bajaron a la fosa; y no serás habitada
ro, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, jamás, y daré tu gloria a la tierra de los
rey de reyes, con carros, caballos y jine vivientes. 2* Te reduciré a la nada, no se
tes y gran muchedumbre de pueblo. 8 Pa rás ya más. Te buscarán y nunca ya más
sará al filo de la espada a tus hijas del te hallarán, dice el Señor, Yavé.
campo, [ pondrá contra ti cerca, | levan
tará baluartes | y alzará escudos. í 9 pon C ontra T iro
drá contra ti arietes, | derrumbará tus
murallas | y con sus ingenios echará por O 1 Fueme dirigida la palabra de Ya-
el suelo tus torres. ^ ■ vé, diciendo: * 2 Tú, hijo de hom
10 La polvareda que alzarán sus caba bre, haz a Tiro una elegía. 3 Di a Tiro: |
llos te cubrirá; J y al estrépito de sus ca ¡Oh tú, la que te asientas a la entrada del
balleros, sus carros y sus ruedas | retem mar, | la que comercias con los pueblos
blarán tus muros, | cuando entre él por de numerosas islas! | Así habla el Señor,
tus puertas, I como se entra en ciudad Yavé; | Tiro, tú te decías: «Yo soy de per
conquistada. | 11 Con los cascos de sus ca fecta hermosura, | 4 mis dominios están
ballos | hollará todas tus calles | y pasará en el corazón de los mares»; | los que te
a tu pueblo al filo de la espada, [ y caerán edificaron te hicieron perfectamente her
a tierra las columnas de tu fuerza. mosa, | 5 de cipreses de Sanir hicieron tus
Darán al saqueo todas tus riquezas, j quillas; I de cedros del Líbano, tus más
al pillaje todas tus mercancías. | Demole tiles ; | ó tus remos, de encinas de Basán; |
rán tus murallas | y derribarán tus magní tus bancos, de boj incrustado de marfil, |
ficos palacios; | hasta las piedras, las ma traído de las islas de Quitím.
deras y el escombro Jlo arrojarán al mar. 7 De lino recamado del Egipto | eran
13 Haré cesar el estrépito de tus canta tus velas y tus toldos: | de jacinto y púrpu
res, | n<) se oirá más el sonido de las cí ra de las islas de Elisa f tus pabellones. |
taras. | 14 Te tornaré desnudo escollo, | 8 Los habitantes de Sidón y de Ar-
apto para tender en él las redes, f y no se vad | eran tus remeros, | y los más exper
rás jamás reconstruida, porque yo, Yavé, tos entre ti, | ¡oh Tiro!, tus pilotos. [ 9 An
he hablado, dice el Señor, Yavé. cianos de Guebal con sus más hábiles
15 Así ha hablado el Señor, Yavé, de obreros | calafateaban tus junturas. | To
Tiro: Al fragor de tu caída, al gritar de das las naves del mar, con sus navegan-
*yCL 1 El año i i d e la primera cautividad, cuando Jerusalén había ya caído en poder de loa caldeos,
Tiro, la gran ciudad comercial de la Fenicia, muestra su alegría, esperando medrar con la
desaparición del reino de Judá. El profeta pronuncia contra ella esta solemne amenaza, que no sabe
mos con certeza cuándo y hasta qué punto se haya realizado.
^ ^ 1 El profeta nos ofrece en este capítulo una hermosa elegía de la ciudad comercial y nave-
• * gante, bajo la imagen de una rica nave, y nos describe el comercio de Tiro con todos los pue
blos conocidos, todos los que figuran en la tabla etnográfica de Gén io.
EZEQTTTRL 2 7 - 2 8 m
OO 1 El rey de Tiro, que en su orgullo se coi ipara con Dios, será muerto con la muerte de los
“ O quc mueren en Los mares. Otra vez tenei ios a Daniel como personaje de gran sabiduría*
905 EZEQtJIEL 26-29
jeros, porque he hablado yo, | dice el aquí contra ti, Sidón. Yo seré glorificado
Señor, Yavé. en medio de ti, y sabrán que yo soy Yavé
cuando la juzgue y manifieste en medio
Elegía del rey de Tiro de ella mi santidad. 23 Mandaré a ella
11 Fueme dirigida la palabra de Yavé, la peste, y la sangre a sus calles, y caerán
diciendo: * 112 Hijo de hombre, canta una en ella los muertos a la espada que todo
elegía al príncipe de Tiro y dile: Así en tomo la rodeará, y sabrán que yo
habla el Señor, Yavé: Eras el sello de la soy Yavé. 24*Y no será ya para la casa
perfección, lleno de sabiduría y acabado de Israel un aguijón punzante, un espino
de belleza. 13*Habitabas en el Edén, en desgarrador en medio de cuantos la ro
el jardín de Dios, vestido de todas las dean y la aborrecen. Sabrán que soy
preciosidades. El rubí, el topacio, el dia Yavé.
mante, el crisólito, el ónice, el berilo, 23 Así dice el Señor, Yavé: Cuando
el zafiro, el carbunclo, la esmeralda y el reúna yo a la casa de Israel de en medio
oro te cubrían; llenaste tus tesoros y tus de todos los pueblos en que se dispersó,
almacenes. El día en que fuiste creado yo me glorificaré ante las gentes, y habi
14 te pusieron junto al querube colocado tarán en la tierra que di a mi siervo
en el monte de Dios, y andabas en me Jacob;26 habitarán en ella seguros, y cons
dio de los hijos de D io s.15 Fuiste perfecto truirán en ella casas, y plantarán viñas;
en tus caminos desde que fuiste creado habitarán en seguridad cuando haga yo
hasta el día en que fue hallada en ti la justicia en todos aquellos que en tomo a
iniquidad. * 16*Por la muchedumbre de ella la aborrecen, y sabrán que yo, Yavé,
tus contrataciones se llenaron tus estan soy su Dios.
cias de violencia; y pecaste, y te arrojé
del monte santo y te eché de entre los O r á c u lo s c o n t r a E g ip t o
hijos de Dios; el querube protector te hi
zo perecer. Prim er oráculo
17 Ensoberbecióse tu corazón de tu her O Q 1 El año décimo, el décimo mes, a
mosura y se corrompió tu sabiduría, y a ^ *7 doce del mes, fueme dirigida la
pesar de tu esplendor, por tus muchos y palabra de Yavé, diciendo:* 2 Hijo de
grandes delitos, yo te eché por tierra; y hombre, vuelve tu rostro hacia el Faraón,
te doy en espectáculo a los reyes, 18 por rey de Egipto, y profetiza contra él y
la muchedumbre de tus iniquidades. Por contra el Egipto entero; 3 habla y di:
la injusticia de tu comercio profanaste Así dice el Señor, Yavé: | Heme aquí
tus santuarios; y yo haré salir de en contra ti, ¡oh Faraón!, rey de Egipto. |
medio de ti un fuego devorador, y te Cocodrilo gigantesco echado en medio
reduciré a cenizas en medio de la tierra, de tus ríos, | te dijiste: Míos son los ríos, |
a los ojos de cuantos te miran. 1920Todos yo mismo los he creado.
cuantos de entre los pueblos te conocen 4 Yo pondré un aro en tus quijadas | y
se asombrarán de ti. Serás el espanto de te sacaré de en medio de tus ríos, | con
todos y dejarás de existir para siempre. todos los peces que hay en ellos | pegados
a tus escamas, I 5 y te arrojaré al desierto I
C on tra Sidón a ti y a todos los peces de tus ríos; | y
20 Fueme dirigida la palabra de Yavé, caerás en la superficie de los campos, i y
diciendo: * 21*Hijo de hombre, vuélvete no serás recogido ni levantado; | y te daré
de cara a Sidón y profetiza contra ella. en pasto | a las fieras de la tierra y a las
22 Di: Así habla el Señor, Yavé: Heme aves del cielo, | 6 y todos los habitantes
11 Después de anunciada su muerte, le honra con una lamentación, como antes habla hecho con
Tiro. Gomo en otros casos el Faraón o Nabucodonosor, el rey de Tiro, Itobaal según los historiado
res griegos, es la representación de su reino. De manera que esta lamentación es una segunda lamen
tación de Tiro.
15 No deja de sorprender el retrato que nos hace el profeta del principe de Tiro. AI que antes
(v. 2 ss.) reprochaba igualarse a Dios, ahora lo presenta adornado de toda riqueza y perfección y lo
coloca en el jardín de Edén, al lado de los querubes, que lo custodian, casi convertido en uno de ellos,
hasta que aparece en él la iniquidad de su tráfico y es arrojado fuera, como los primeros padres.
Hay que advertir que el estado del texto deja mucho que desear en punto a corrección.
20 Después de Tiro, que tenia en esta época la hegemonía de la Fenicia, viene Sidón, el primo
génito de Canán, según Gén 10,15, que había sido para Israel un aguijón punzante. Después de esto
vendrá la restauración de Israel en su tierra, «cuando Dios haga justicia en todos cuantos le aborrecen».
O Q 1 Cuatro capítulos dedica el profeta a Egipto, que tanta parte había tenido en la ruina de
“ ^ Judá, solicitándole a rebelarse contra los caldeos. En este primer oráculo, pronunciado durante
el asedio de Jerusalén, nos pinta Egipto bajo la imagen del cocodrilo, animal tan abundante en el
Nilo, a quien sacará de las aguas para conducirle al desierto. El ministro de esta venganza divina
parece que será el mismo Nabucodonosor, y por espacio de cuarenta años, una generación, sufrirá
Egipto el cautiverio y la dispersión en tierra extraña. Debe de ser ésta una profecía conminatoria*
cuya realización, en la forma en que el profeta la anuncia, desconocemos.
EZEQ0IEL 29-30 906
del Egipto | sabrán que yo soy Yavé, | Tiro, yo le doy el Egipto, porque fue
por haber sido tú báculo de caña para la para mí para quien trab aron , dice el
casa de Israel» j 7 que te rompiste cuando Señor, Yavé. 21 En ese día yo haré nacer
te cogieron con la mano» | traspasando el cuerno de la casa de Israel. Y abriré
sus flancos. | Cuando en ti se apoyaron en medio de ellos tu boca, y sabrán que
te quebraste» | deslom ándolos e n te ra yo soy Yavé.
mente.
8 Por eso así dice el Señor» Yavé: ) Tercer oráculo
Yo haré venir la espada sobre ti | y ex OA 1 Fueme dirigida la palabra de Ya-
terminaré hombres y bestias, I 9 y la tierra vé, diciendo: * | 2 Hijo de hombre,
de Egipto se tornará soledad y desierto, 1 profetiza y di: | Así habla el Señor, Yavé: ¡
y sabrán que yo soy Yavé. | Por haber 3 Vociferad: «¡Desdichado día!»; | porque
dicho: Míos son los ríos, I yo los he se acerca el día de Yavé, | día tenebroso; |
creado, | 10 por eso heme aquí contra ti llega la hora de las gentes. | 4 Vendrá la
y contra tus ríos; | yo haré del Egipto espada sobre el Egipto | y la angustia
desierto y soledad, 1 desde Migdol hasta sobre la Etiopía, ¡ cuando caigan los
Siena, | hasta las fronteras de Etiopía. | muertos en Egipto, | y sean apresadas sus
u No pasará por él pie de hombre ( ni muchedumbres, | y destruidos sus ci
pie de animal pasará por allí, | y quedará mientos.
por cuarenta años deshabitado. | 12 Yo 5 La Etiopía, las gentes de Put y de
haré del Egipto tierra desierta entre las Lud, toda suerte de pueblos, las gentes
desiertas, | y serán sus ciudades entre las de Cub y las tierras aliadas caerán con
ciudades desiertas | durante cuarenta ellos a la espada. 6 Así dice Yavé: | Cae
años, | y diseminaré a los egipcios entre rán los apoyos del Egipto, 1 se desvane
las naciones | y los dispersaré por las cerá la altivez de su poderío. | Desde
tierras. Migdol hasta Siena caerán a la espada, 1
J3 Así dice el Señor, Yavé: Al cabo de dice el Señor, Yavé. | 7 Quedará desolado
cuarenta años reuniré al Egipto de entre entre las tierras desoladas, | y sus ciuda
los pueblos a que le había dispersado; des entre las ciudades en ruina. | 8 Se sa
My mudaré la suerte del Egipto y le brá entonces que yo soy Yavé j cuando
llevaré a la tierra de Pairos, a la tierra pegue fuego al Egipto | y quebrante todos
de sus orígenes, y allí formará un modes sus apoyos. J 9 Aquel día partirán mensa
to reino; 15 será el más humilde de los jeros de mi parte, que irán a esparcir el
reinos y no volverá a alzarse sobre las terror en la confiada Etiopía, y serán
naciones. Le disminuiré para que no pue presa de la angustia cuando le venga al
da enseñorearse de las gentes. 16 No será Egipto su día.
ya este reino para Israel apoyo de con 10 Así dice el Señor, Yavé: | Haré cesar
fianza, sugestión de iniquidad, a la cual el tumultuar del Egipto | por mano de
se vuelva, y sabrán que yo soy Yavé. Ñabucodonosor, rey de Babilonia. | 11 El
y sus gentes, los valerosos entre los pue
Segundo oráculo blos, | serán llevados a devastar la tierra, |
17 El año veintisiete, el primer mes, en y desenvainarán su espada contra el Egip
el primer día del mes, me fue dirigida la to, | y llenarán de muertos su tierra; | 12 y
palabra de Yavé, diciendo:* 18 Hijo de secaré sus ríos, | venderé esa tierra a
hombre, el rey Ñabucodonosor, rey de gentes feroces | y devastaré su tierra y
Babilonia, ha hecho prestar a su ejér cuanto en ella hay por mano de extran
cito un largo servicio contra Tiro. Encal jeros; 1yo, Yavé, lo digo.
veciéronse todas las cabezas, todos los 13 Así dice el Señor, Yavé: | Haré des
hombres quedaron molidos, y no hubo aparecer los falsos dioses de Menfis 1 y
ni para él ni para su ejército paga de no se alzará ya príncipe alguno en la
Tiro por el servicio prestado contra ella. tierra de Egipto. | 14 Echaré el terror
19 Por tanto, así dice el Señor, Yavé: sobre la tierra de Egipto, | devastaré a
Doy a Ñabucodonosor, rey de Babilonia, Pairos, pegaré fuego a Tanis, haré jus
la tierra de Egipto; él tomará sus rique ticia en Tebas; i 15 derramaré mi ira sobre
zas y cogerá sus despojos. Pillará su bo Pelusio, el baluarte del Egipto, f y exter
tín, y ésta será la paga para su ejército. minaré a la muchedumbre de Tebas. |
20 En pago del servicio prestado contra 16 pondré fuego al Egipto, | Pelusio se
17 Por el año 571 pronuncia el profeta este segundo oráculo contra Egipto. Ñabucodonosor había
puesto su ejército al servicio de Dios para ejecutar su sentencia contra Tiro y Sidón, pero no
halló en esta larga guerra la paga de sus servicios. Esta se la ofrece Dios en la rica tierra del Nilo. Pa
rece obrar aquí Dios como los generales antiguos, que concedían a sus soldados el saqueo de una
ciudad para recompensarles de las fatigas de una campaña dura.
OA 1 Lo que en el oráculo precedente se prometía, se nos presenta ahora inminente, y se nos
da de ello una descripción desoladora.
907 EZEQUIEL 30-31
dolerá sobremanera, | se abrirá brecha 6 Anidaban en la expansión de sus ra
en Tebas | y de Mentís serán destruidos mas | todas las aves del cielo y parlan
los muros. | 17 Las juventudes de He- bajo su copa | todas las bestias del cam
liópolis y de Bubastis | caerán a la es po, 1 y eran muchos los pueblos | que
pada, | y sus mujeres irán al cautive habitaban a su sombra. | • Era hermoso
rio. | 18 En Tafnis se obscurecerá el día | por su grandeza, | por la extensión de
cuando destrócelos cetros de Egipto I y sus ramas, | por tener sus raíces metidas |
aniquile el orgullo de sus fuertes. | Que en abundantes aguas. | 8 No le sobrepu
dará envuelto en tinieblas | y sus hijas jaban los cedros del jardín de Dios; |
serán llevadas cautivas. ( 19 Haré justicia no se le asemejaban en la fronda los
en Egipto | y sabrán que yo soy Yavé. cipreses; | no eran los plátanos como
una de sus ram as; | ningún árbol del
Cuarto oráculo jardín de Dios | le igualaba en hermo
sura. | 9 Yo le había hecho hermoso y
20 El año undécimo, el primer mes, frondoso,
el | y todos los árboles del Edén
día siete del mes, me fue dirigida la pa le m iraban con envidia.
labra de Yavé, diciendo: * 2021*Hijo de hom to Por eso asi dice el Señor, Yavé: Ya
bre, yo he roto el brazo del Faraón, rey que por ser encumbrado en altura, al
de Egipto, y no le ha sido vendado, ni zando su cima hasta las nubes, se em
fajado, ni entablillado para soldar la ro briagó su corazón de la propia alteza,
tura y que pueda manejar la espada. 11 le he dado yo en las m anos de un
22 Por tanto, así dice el Señor, Yavé: fuerte de las gentes, que le tratará según
Heme aquí contra el Faraón, rey de Egip su m aldad; le he desechado por su im
to. Yo le romperé los dos brazos, el piedad. 12 Extranjeros, los más feroces de
sano y el quebrado, y haré que la espada los pueblos le abatieron; cayeron sus ra
se le caiga de la mano, 23 y diseminaré mas por los montes y por todos los valles,
a los egipcios entre las gentes y los aven quedó destrozada su fronda por todas las
taré por las tierras; 24 y fortaleceré los pendientes de la tierra, y esquivando su
brazos del rey de Babilonia, y pondré sombra, todos los pueblos de la tierra
mi espada en su mano, pero quebraré le abandonaron. 13 Posáronse sobre sus
los brazos del Faraón, que delante de restos toda9 las aves del cielo y en sus
aquél gemirá con gemidos de herido de ramas hicieron sus yacijas todas las bes
muerte. 25 Fortaleceré los brazos del rey tias del c a m p o ;14 para que no se exalten
de Babilonia, y se caerán los brazos del en su altura los árboles todos de junto
Faraón, y sabrán que yo soy Yavé, cuan a las aguas, y no lancen su cima hasta las
do ponga mi espada en mano del rey de nubes, y no confíen en su altura cuantos
Babilonia y la esgrima él contra la tierra son regados por las aguas, porque todos
de Egipto. 26 Esparciré a los egipcios en están destinados a morir, a ir a la mo
tre las gentes y los aventaré por las tierras, rada subterránea, entre los hijos de los
y sabrán que yo soy Yavé. hombres que bajan a la fosa.
15 Así dice el Señor, Yavé: El día en
Quinto oráculo. L a caída de Asur» que bajó al seol enluté el abismo, retuve
figura de la de Egipto el curso de los ríos y se estancaron las
41 2 El año undécimo, el tercer mes, aguas caudalosas; entristecí al Líbano por
el primero del mes, fueme dirigida él y se secaron todos los árboles del
la palabra de Yavé, diciendo: * 2 Hijo de campo. 16 Con el fragor de su ruina hice
hombre, di al Faraón, rey de Egipto, y a temblar a las gentes. Cuando le hice bajar
su pueblo: | ¿A quién te igualaste en tu al seol entre aquellos que bajan a la
grandeza? | 3 Era Asur cedro del Líbano | fosa, se consolaron en la morada subte
soberbio de su fronda y de sublime al rránea todos los árboles del Edén y los
tura, | que mecía su copa entre las nubes. | mas hermosos y selectos del Líbano, todos
4 Las aguas le hicieron crecer, | el abismo regados por las aguas.17 También bajarán
le encumbró; | corrían ríos cerca del ellos al seol con él, hacia los muertos a
lugar en que estaba plantado, | y manda la espada, los que fueron su brazo y se
ba sus influencias a todos los árboles del acogieron a su som bra en medio de las
campo. | 5 Por eso se encumbró sobre gentes.
todos los árboles del campo, ( y se mul 18 ¿A quién te asemejas tú por gloria
tiplicaron sus ramas, | y su fronda se y por grandeza entre los árboles del Edén?
extendió, | por la abundancia de aguas. Pues tam bién tú serás llevado con los
20 Un cuarto oráculo anuncia el castigo del Faraón y de su reino por mano del rey de Babilonia,
OI 1 Bajo la imagen de un cedro de Líbano nos pinta la gloria de Asiria, que, sin embargo, des-
** 1 cendió a la región de los muertos, dejándolos espantados. Pues Egipto, que tanto se engríe,
comparándose con Asiria, tendrá la misma suerte que ella.
EZEQUIEL 3 1 -3 2 908
árboles del Edén a la morada subterránea. rán; la cantarán las hijas de las gentes,
Yacerás entre los incircuncisos, con los la cantarán sobre el Egipto y todas sus
traspasados por la espada. Eso será del muchedumbres, dice el Señor, Yavé.
Faraón y de toda su gente, dice el Señor,
Yavé. Otra elegía a Egipto
17 El año duodécimo, el quince del mes,
Elegía de la ruina de Egipto fueme dirigida la palabra de Yavé, di
o o i El año duodécimo, el duodécimo ciendo: * 18 Hijo de hombre, compon un
mes, el día primero del mes, me canto lúgubre a la muchedumbre del Egip
fue dirigida la palabra de Yavé, dicien to. Precipítale a él y a las hijas de las
do: * 2 Hijo de hombre, canta una elegía gentes fuertes a lo profundo de la tierra,
al Faraón, rey de Egipto, y di: Eras como con los que bajan a la fosa. 19 ¿Conque
el león de las gentes, eras como el coco nos sobrepasabas por belleza? Baja, baja
drilo de los mares; con tus narices hacías a la fosa y yace entre los incircuncisos.
hervir las aguas, y las enturbiabas con 20 Cae en medio de los muertos a la
tus patas y hollabas sus canales: 3 Así espada, que la espada ha sido ya entre
dice el Señor, Yavé: Yo te tenderé mi gada; traedlo con toda su pompa. 21 En
red con una turba de pueblos que te el seol se dirigirán a él los fuertes entre
subirán en mi esparavel, 4 y te echaré en los fuertes, diciéndole a él y a sus auxi
tierra seca, y te dejaré en medio del liares: Han bajado a la fosa y yacen entre
campo. Haré venir sobre ti todas las los incircuncisos, entre los muertos a la
aves del cielo y saciaré de ti a todas las espada.
bestias de la tierra. 5 Esparciré tus carnes 22 Allí está Asur con todos sus ejércitos,
por los montes y llenaré de tu carroña cuyos sepulcros están en tomo de él.
los valles. 6 Regaré con tu sangre la tierra 23 Están sepultados en lo profundo de la
por donde andas, la regaré. Regaré con fosa rodeándole en torno, todos traspa
ella hasta los montes y de ella se llenarán sados por la espada, los que sembraban
los canales. el terror en la tierra de los vivos.
7 Al apagar tu luz velaré los cielos y 24 Allí Elam, con todas sus mesnadas
obscureceré las estrellas. Cubriré de nubes en torno de su sepulcro; todos muertos a
el sol, y la luna no resplandecerá; 8 todos la espada cayeron, y bajaron incircuncisos
los astros que brillan en los cielos se a lo profundo de la fosa. Los que espar
vestirán de luto por ti, y se extenderán cieron el terror en la tierra de los vivos
las tinieblas sobre la tierra, dice el Señor, trajeron su ignominia a lo profundo del
Yavé. 9 Llenaré de horror el corazón de abismo. 25 En medio de los muertos pu
muchos pueblos cuando lleve al cauti sieron su lecho para él y sus muchedum
verio a los tuyos, a tierras que no conocen; bres. Sus sepulcros le rodean, todos in
io dejaré por ti atónitos a muchos pueblos circuncisos, muertos a la espada. Sembra
y a sus reyes, que temerán por sí cuando ron el espanto en la tierra de los vivos,
comience a volar a su vista contra ti mi pero vinieron con su ignominia a unirse
espada, al tiempo de tu ruina. con los que bajan al seol y yacen en medio
ii Porque así dice el Señor, Yavé: La de los muertos.
espada del rey de Babilonia te alcanzará; 26 Allí Mesec y Túbal, con todos sus
12 exterminara a tu pueblo con la espada ejércitos, cuyos sepulcros les rodean; to
de los fuertes, todos valerosos entre los dos incircuncisos, muertos a la espada,
valerosos, que destruirán la soberbia del los que aterrorizaban a la tierra de los
Egipto y todas sus muchedumbres serán vivos. 27 No yacen con los héroes que
deshechas. 13 Destruiré todos tus ganados cayeron entre los incircuncisos y bajaron
de junto a las muchas aguas, que no en a la morada de los muertos con sus armas
turbiará ya más pie de hombre ni pezuña de guerra, la espada bajo sus cabezas y
de bestia. el escudo sobre sus huesos, con haber
14 Entonces correrán limpias sus aguas,sido el terror de los valientes en la tierra
y sus canales se deslizarán como aceite, de los vivos. 28 También tú serás que
dice el Señor, Yavé. 15 Cuando tomaré brantado entre los incircuncisos y yacerás
en desierto la tierra de Egipto y asolaré con los muertos a la espada.
cuanto la llena. Cuando heriré a todos 29 AJUi está Edom, sus reyes y sus prín
cuantos la habitan, que sabrán que yo cipes todos, que a pesar de su valor yacen
soy Yavé. i<> Esta es la elegía que canta entre los muertos a la espada, y duermen
OO 1 Una elegía sobre la ruina de Egipto por Nabucodonosor. En ella nos hace el profeta una
espantosa pintura de la ruina de Egipto. Hasta los cielos se obscurecerán para producir mayor
espanto en los pueblos.
17 Otra nueva elegía, en que se manda a la región de los muertos al Egipto para hacer compañía
a los asirios y elamitas, escitas e idumeos. Su vista consolará al Faraón de su caída en aquel lugar
(Is 14*10-15)
909 EZEQUIEL 9 2 *3 3
con los incircuncisos, con los que bajaron L a salud por la penitencia
a la fosa. 30 Allí están todos los principes 10 Di, ¡oh hijo de hombre!, a la casa
del septentrión y todos los sidonios, que de Israel: Vosotros decís: «Llevamos so
con su ignominia descendieron a los muer bre nosotros nuestros pecados y nuestras
tos, a pesar del terror que inspiraba su rebeliones, y por eso nos vamos consu
valor. Incircuncisos se acostaron con los miendo; ¿cómo vamos a vivir?» 11 Diles:
muertos a la espada, y comparten su Por mi vida, dice el Señor, Yavé, que yo
ignominia con los que bajan a la fosa. no me gozo en la muerte del implo, sino
31 El Faraón los verá y se consolará en que se retraiga de su camino y viva.
de sus muchedumbres, de los suyos, muer Volveos, volveos de vuestros malos ca
tos a la espada, y de todo su ejército, minos: ¿Por qué os empeñáis en morir,
dice el Señor, Yavé. 32 Porque yo sem casa de Israel?
braré mi terror en la tierra de los vivos y 12 Hijo de hombre, di también a los
se acostarán en medio de los incircun hijos de tu pueblo: La justicia del justo
cisos, con los muertos a la espada, el no le salvará el día en que pecare, y la
Faraón y todas sus muchedumbres, dice impiedad del impío no le será estorbo
el Señor, Yavé. el día en que se convierta de su iniquidad,
T E R C E R A P A R T E como no vivirá el justo por su justicia el
día en que pecare.13 Diciendo yo al justo:
V a t i c i n i o s c o n s o l a t o r io s s o b r e De cierto vivirás: Si él, fiado en su justicia,
I sr a e l comete maldad, no serán traídas a la
(33-39) memoria todas sus justicias, sino que por
la iniquidad que cometió morirá.14 Y di
E l profeta» atalaya del pueblo ciendo yo al impío: De cierto morirás:
O O l Fueme dirigida la palabra de Ya-Si él se convirtiere de su pecado e hiciere
v O vé, diciendo: * 2 Hijo de hombre, juicio y justicia;15 si devolviere la prenda,
habla a los hijos de tu pueblo y diles: restituyere lo robado y caminare por los
Si hiciere yo venir la espada sobre una mandatos de vida, no haciendo iniquidad,
tierra y la gente de la tierra toma un ciertamente vivirá, no morirá. 16 No se
hombre de su territorio y lo pone por recordará ninguno de los pecados que
atalaya, 3 y éste, viendo venir la espada cometió; hizo juicio y justicia y de cierto
sobre la tierra, toca la bocina para dar vivirá.
al pueblo la alarma, 4 si el que oye el 17 Y dirán los hijos de tu pueblo: «No
sonido de la bocina no se apercibe y es recta la vía del Señor». ¡Las suyas sí
llegando la espada le hiere, su sangre que no son rectas!18 Sí el justo se aparta
será sobre su cabeza. 5 Oyó el sonido de su justicia y hace iniquidad, morirá
de la bocina y no se apercibió; su sangre por ésta, y si el impío se aparta de su
será sobre él; si se hubiese apercibido, iniquidad y hace juicio y justicia, por
habría salvado su vida. 6 Mas si el atala esto vivirá. 20 Y decís: «No es recta la
ya, por lo contrario, viendo llegar la vía del Señor». Yo os juzgaré, ¡oh casa
espada no toca la bocina para que la de Israel!, a cada uno conforme a sus
gente se aperciba, y llegando la espada caminos.
hiere a alguno de ellos, éste quedará preso 21 El año duodécimo de nuestro cauti
en su propia iniquidad, pero yo deman verio, el mes décimo, a cinco del mes,
daré su sangre al atalaya. vino a mí un escapado de Jerusalén, di
7 Mira, pues, ¡oh hijo de hombre!: Yo ciendo: «La ciudad ha sido tomada». *
te he puesto por atalaya de la casa de 22 La tarde anterior, antes que llegase el
Israel. Cuando oigas de mi boca la pala fugitivo, había sido sobre mí la mano de
bra, apercíbelos de parte mía. 8 Si yo Yavé, que abrió mi boca a la llegada del
digo al impío: ¡Impío, vas a morir!; si tú fugitivo, a la mañana; abrióse mi boca
no hablas al impío para apercibirle de y en lo sucesivo ya no estuve mudó.
su mal camino, el impío morirá por su 23 Y me fue dirigida la palabra de Yavé,
iniquidad, pero de su sangre te pediré yo diciendo:4 24Hijo de hombre, los que
cuenta a ti. 9 Pero si tú apercibiste al en la tierra de Israel moran, en aquellas
impío de su camino para que se apartase ruinas andan diciendo: «Abraham era él
de él y él no se apartó, él morirá por su solo y poseyó la tierra; pues nosotros
iniquidad, pero tú habrás salvado tu alma. som os muchos, poseeremos la tierra».
OO 1 El profeta es constituido por Dios atalaya del pueblo y pregonero de la salvación por la
penitencia. Cuando todo parece perdido para Judá, pues los vaticinios precedentes del pro
feta se han cumplido. Dios le hace repetir que no quiere la muerte del pecador, sino que se convier
ta y viva.
21 No es creíble que la noticia de la toma de Jerusalén tardara año y medio en llegar a los depor
tados de Caldea; debe de haber aquí una errata. Algunos códices del texto leen «el año undécimo*.
23 Los que habían quedado en Judá tenían esperanzas de restaurar la nación; el Señor les dice
que no. Esta misión la tiene reservada para los purificados por el fuego del cautiverio.
E2EQÜIEL 3 3 3 4 910
25 Diles, pues: Así habla el Señor, Yavé: 7 Oíd, pues, pastores de Israel, la pala
Vosotros banqueteáis por los montes, al- bra de Yavé. 8 Por mi vida, dice Yavé,
záis los ojos a vuestros ídolos, derramáis que pues mi rebaño ha sido depredado y
Ja sangre; ¿vais a poseer la tierra? 20 Vos- han sido presa mis ovejas de todas las fie
otros os apoyáis sobre vuestras espadas, ras del campo por falta de pastor, pues
hacéis abominaciones y cada cual conta no iban mis pastores en pos de mi rebaño,
mina a la mujer de su prójimo, ¿y vais sino que le abandonaron, apacentándose
a poseer la tierra? 27 Diles así: Esto dice a sí mismos, no a mi grey; 9 oíd, por tan
el Señor, Yavé: Por mi vida, que los to, joh pastores!, la palabra de Yavé:
que moran entre las ruinas perecerán a la 10 Así habla el Señor, Yavé: Heme aquí
espada, y los que están en campo abierto contra los pastores para requerir de su
los daré en pasto a las fieras, y los que se mano mis ovejas. No les dejaré ya rebaño
escondan en las rocas y en las cuevas que apacienten, no serán pastores que a sí
morirán de peste. 28 Y desolaré la tierra mismos se apacienten. Les arrancaré de la
hasta destruir su soberbia y su fortaleza, boca mis ovejas, no serán ya más pasto
y los montes de Israel serán asolados, suyo. 11 Porque así dice el Señor, Yavé:
sin que haya quien por ellos pase; 29 y Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y las
sabrán que yo soy Yavé cuando con reuniré. *
vierta la tierra en un desierto por todas
las abominaciones que han cometido. E l pastor ñel
30 Y tú, hijo de hombre, mira que los
hijos de tu pueblo se burlan de ti junto 12 Como recuenta el pastor a sus ove
a las paredes y a las puertas de sus casas, jas el día en que la tormenta dispersa a la
y hablan los unos con los otros, cada uno grey, así recontaré yo mis ovejas, y las
a su prójimo, diciendo: «|Ea, vamos a pondré en salvo en todos los lugares en
oir qué palabra sale de Yavé!» 31 Y vie que fueran dispersadas el día del nublado
nen a ti como a las asambleas, y se sientan y de la tiniebla;13 y las retraeré de en me
delante de ti los de mi pueblo para es dio de las gentes, y las reuniré de todas
cuchar tus palabras, pero luego no las las tierras, y las llevaré a su tierra y las
ponen por obra; y mientras me halagan apacentaré sobre los montes de Israel, en
con su boca, se va su corazón tras su los valles y en todas las regiones del país.
avaricia.32 Eres para ellos cantor gracio 14 Las apacentaré en pastos pingües y
so, de hermosa voz y maestro en el canto; tendrán su ovil en las altas cimas de Is
oyen tus palabras, pero de ponerlas por rael. Allí tendrán cómoda majada y pin
obra, nada. 33 Mas cuando ello viniere, y gües pastos en los montes de Israel.
viene ya, sabrán que hubo entre ellos un )5 Yo mismo apacentaré a mis ovejas y
profeta. yo mismo las llevaré a la majada, dice el
Señor, Yavé. 14*16 Buscaré la oveja perdida,
Los malos pastores traeré la extraviada, vendaré la pernique
brada y curaré la enferma; y guardaré las
4 i 1 Fueme dirigida la palabra de Ya- gordas y robustas, apacentaré con justi
" » vé, diciendo:* 2 Hijo de hombre, cia. 17 Y tú, rebaño mío, así dice el Señor,
profetiza contra los pastores de Israel. Yavé: Yo mismo juzgaré entre oveja y
Profetiza diciéndoles: Así habla el Señor, oveja y entre carneros y machos cabríos.
Yavé: ¡Ay de los pastores de Israel que se 18 ¿No os bastaba a vosotros apacentaros
apacientan a sí mismos! ¿Los pastores no en lo mejor de los pastos, que pisotea
son para apacentar el rebaño? 3 Pero vos bais además con vuestras pezuñas el res
otros comíais su grosura, os vestíais de to del pasto? Beber el agua clara y no en
su lana, matabais los cebados, no apacen turbiar con vuestras pisadas la que queda.
tabais a las ovejas. 4 N o confortasteis a las 19 ¡Mis ovejas van a tener que comer lo que
flacas, no curasteis a las enfermas, no ven vosotros hollasteis con los pies y beber
dasteis a las heridas, no redujisteis a las lo que con ellos enturbiasteis!
descarriadas, no buscasteis a las perdidas, 20 Por eso, así dice el Señor, Yavé: Yo
sino que las dominabais con violencia y juzgaré entre la oveja gorda y la oveja
con dureza. 5 Y así andan perdidas mis flaca. 21 Y como empujáis con el flanco y
ovejas por falta de pastor, siendo presa las espaldas y acorneáis con los cuernos a
de todas las fieras del campo. 6 Andan las débiles, hasta que las echáis y las ha
errantes por montes y collados, derrama céis descarriar,22 yo protegeré a mis ove
das por toda la haz de la tierra, sin que jas para que no se descarríen, y juzgaré
haya quien las busque y las congregue. entre oveja y oveja.
1 4 1 Este capítulo, escrito después de la ruina definitiva de Judá, está dedicado a levantar el
ánimo de los cautivos con la esperanza de la restauración, enlazada con la promesa mesiántca,
11
Los pastores anteriores, infieles a su misión, habían conducido su rebaño a la ruina en que
al presente se halla, pero Yavé tomará ahora a su cuenta este oficio para rehacer el rebaño.
911 e z e q u i e l 3 4 -3 6
23 El Mesías y su grande obra salvadora viene siempre después de la catástrofe. Yavé se ser
virá, para realizar su obra de misericordia, de David, esto es, del Hijo de David.
30 Esta frase: «Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo», resume las relaciones de Yavé con Is
rael en los tiempos mesiánicos. San Juan ve la plena realización de esta sentencia en la Jerusalén
del délo (Ap 21,3: Lev 26,11: Jer 7.23).
O C 1 Un nuevo oráculo contra Edom, pero más explícito que los otros sobre las causas de U
amenaza, que son el trato dado a los fugitivos de Judá, su alegría por la ruina de ésta y la
ocupación de la tierra, que había quedado desolada (Sal 137,7; Lam 21-22).
O C 1 El comienzo del capítulo contrapone a la desolación que Yavé traerá sobre Edom la res-
^ ” tauración de Judá.
EZEQ V1EL 3 6 -37 9 12
béi.s soportado el escarnio de las gentes, las gentes y os reuniré de todas las tierras
7 así habla el Señor, Yavé: Alzo mi mano y os conduciré a vuestra tierra; 25 y os as
y juro que las gentes que os rodean so pergeré con aguas puras y os purificaré de
portarán vuestro escarnio, 8 y vosotros, todas vuestras impurezas, de todas vues
montes de Israel, germinaréis, daréis ra tras idolatrías.
mas y frutos a mi pueblo Israel; que va a 26 Os daré un corazón nuevo y pondré
volver. 9 Porque heme aquí, a vosotros, a en vosotros un espíritu nuevo; os arran
vosotros me vuelvo. Todavía seréis labra caré ese corazón de piedra y os daré un
dos y sembrados, ^multiplicaré en vos corazón de carne. * 2627 Pondré dentro de
otros a los hombres, la casa de Israel toda vosotros mi espíritu, y os haré ir por mis
entera, y serán repobladas las ciudades y mandamientos y observar mis preceptos
reconstruidas las ruinas. y ponerlos por obra. 28*Entonces habita
11 Multiplicaré en vosotros a los hom réis la tierra que yo di a vuestros padres,
bres y se multiplicarán los ganados, y es y seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
taréis poblados como antiguamente, y Os libraré de todas vuestras impurezas,
más todavía que al principio, y sabréis y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no
que yo soy Yavé. 12 Haré volver a vos tendréis hambre.30 Multiplicaré los frutos
otros a los hombres, mi pueblo, Israel, de los árboles y el de los campos, para que
que os poseerán y les seréis en heredad y nunca más os escarnezcan las gentes por
no volveréis a devorarlos. 13 Así dice Ya que padezcáis hambre.
vé: Pues que andan diciendo de ti: «Eres 31 Vosotros, por vuestra parte, os acor
una tierra que devora a los hombres y daréis de vuestros malos caminos, de
mata a sus hijos»,14 no devorarás ya más vuestras obras, que no fueron buenas, y
a los hombres, no matarás más a tus hijos, sentiréis vergüenza de vosotros mismos
dice el Señor, Y avé;15 y nunca más te ha por vuestras iniquidades y vuestras abo
ré oir los insultos de las gentes, ni tendrás minaciones. 32 N o lo hago por vosotros,
que soportar los escarnios de los pueblos, dice el Señor, Yavé; sabedlo, confundios
y no quedarán los tuyos privados de hi y avergonzaos de vuestras obras, ¡oh ca
jos, dice el Señor ,Yavé. sa de Israelí
16 Fueme dirigida la palabra de Yavé,
diciendo:17Hijo de hombre, cuando mo P r o s p e r id a d d el n u e v o rein o
ró en su tierra la casa de Israel, la conta
minaron con sus malas obras y sus peca 33 Así habla el Señor, Yavé: El día en
dos. Su obrar ante mi fue como inmundi que os habré purificado de todas vues
cia de menstruada. 18 Por eso descargué tras iniquidades, repoblaré las ciudades y
yo mi ira sobre ellos, por la sangre que reconstruiré las ruinas. * 34 La tierra deso
derramaban en la tierra y por los ídolos lada en que el caminante no ve más que
con que la contaminaron. 19 Y los he dis desolación volverá a ser labrada, 35 y se
persado entre las gentes y han sido espar dirá: Aquella tierra inculta se ha conver
cidos por todas las tierras, juzgándolos tido en jardín del Edén ; las ciudades arrui
conforme a sus caminos y a sus obras; nadas, asoladas y desiertas están fortifi
20 y llegados a las gentes a donde fueron, cadas y pobladas, 36 y los pueblos que en
éstas profanaron mi santo nombre, di torno vuestro han sido dejados sabrán
ciendo de ellos: «¡Estos son el pueblo de que yo, Yavé, he reedificado vuestras de
Yavé; han sido echados de su tierra!» rribadas ruinas y he repoblado de árbo
21 Pero he tenido lástima de ellos, al ver les la tierra devastada. Yo, Yavé, lo he
mi santo nombre profanado, por causa de dicho, y lo haré.
la casa de Israel, entre las gentes a las que 37 Así dice el Señor, Yavé: Aún a esto
han sido llevados. más me dejaré inducir por la casa de Is
22 Di, pues, a la casa de Israel: Así ha rael: Multiplicaré los hombres como se
bla el Señor, Yavé: N o lo hago por vos multiplican los rebaños;38 a modo de ove
otros, casa de Israel, sino más bien por jas consagradas, de ovejas de Jerusalén,
el honor de mi nombre, profanado por en sus solemnidades, así serán las ciuda
causa vuestra entre las gentes a que ha des arruinadas, llenas de rebaños huma
béis ido. 23 Yo santificaré mi nombre nos, y sabrán que yo soy Yavé.
grande, profanado entre las gentes a cau L o s h u eso s secos
sa de vosotros en medio de ellas, y sabrán
las gentes que yo soy Yavé, dice el Señor, i Fue sobre mí la mano de Yavé,
Yavé, cuando yo me santificare en vos 37 y llevóme Yavé fuera y me puso
otros a sus ojos.24 Yo os tomaré de entre en medio de un campo que estaba Ueno
26 En estos versos se promete la gracia del Espíritu Santo, que, al decir de San Pablo, derrama
Dios en nuestros corazones, infundiéndonos la caridad, y con ella el espíritu de adopción, en virtud
del cual llamamos a Dios nuestro Padre y nos sentimos sus hijos (Rom 8,15-17). _
33 Esa promesa de la multiplicación es el tema de la magnifica visión siguiente.
913 EZEQUIEL 37-38
de huesos. * 2 Hízome pasar por cerca de I le está unida». 17 Júntalos luego el uno
ellos todo en derredor, y vi que eran so con el otro, para que sean uno solo, y
bremanera numerosos sobre la haz del uno solo hagan en tu mano. 18 Y cuan
campo y enteramente secos. 3 Y me dijo: do te pregunten los hijos de Israel: ¿No
Hijo de hombre, ¿revivirán estos huesos? nos enseñarás qué es eso? 19 Diles: Así
Y yo respondí: Señor, Yavé, tú lo sabes. habla el Señor, Yavé: Mirad, yo tomaré
4 Y El me dijo: Hijo de hombre, profeti el báculo de José, que está en manos de
za a estos huesos y diles: Huesos secos, Efraím y de las tribus de Israel que le
oíd la palabra de Y avé.5 Así dice el Señor, están unidas, y lo pondré sobre el báculo
Yavé, a estos huesos: Yo voy a hacer en de Judá, haciendo un solo báculo, y será
trar en vosotros el espíritu y viviréis; 6 y uno solo en mi mano. 20 Que estén a sus
pondré sobre vosotros nervios, y os cu ojos los palos en que escribas y diles:
briré de carne, y extenderé sobre vosotros 21 Así dice el Señor, Yavé: Mirad, yo to
piel, y os infundiré espíritu, y viviréis y maré a los hijos de Israel de entre las gen
sabréis que yo soy Yavé. tes a que han ido, juntándolos de todas
7 Entonces profeticé yo como se me partes, y los traeré a su tierra. 22 Y haré
mandaba; y a mí profetizar se oyó un rui de ellos en la tierra, en los montes de Is
do, y hubo un agitarse y un acercarse rael, un solo pueblo, y todos tendrán un
huesos a huesos. 078*Miré y vi que vinieron solo rey; nunca más serán dos naciones,
nervios sobre ellos, y creció la carne y los nunca más estarán divididos en dos rei
cubrió la piel, pero no había en ellos espí nos ; 23 nunca más se contaminarán con
ritu. 9 Díjome entonces: Profetiza al es sus ídolos; los libraré de todas las rebe
píritu, profetiza, hijo de hombre, y di al liones con que pecaron, y los purificaré,
espíritu: Así habla el Señor, Yavé: Ven, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
¡oh espíritu!, ven de los cuatro vientos, 24 Mi siervo David será su rey, y tendrán
y sopla sobre estos huesos muertos, y vi todos un solo pastor, y caminarán por
virán. 10*Profeticé yo como se me manda las sendas de mis mandamientos y guar
ba, y entró en ellos el espíritu, y revivie darán mis preceptos, poniéndolos por
ron y se pusieron en pie, un ejército grande obra. 25 Y habitarán la tierra que yo di
en extremo. a mi siervo Jacob, en que habitaron vues
11 Díjome entonces: Hijo de hombre, tros padres. Ellos la habitarán y los hijos
esos huesos son la entera casa de Israel. de sus hijos por los siglos, y por los siglos
Andan diciendo: «Se han secado nues será su príncipe David, mi siervo. 26 Es
tros huesos, ha fallado nuestra esperanza, tableceré con ellos un pacto de paz que
estamos perdidos». será pacto eterno; los asentaré, los acre
12 Por eso profetiza y diles: Así habla centaré y pondré mi santuario en medio
el Señor, Yavé: Yo abriré vuestros sepul de ellos por los siglos. 27 Pondré en me
cros y os sacaré de vuestras sepulturas, dio de ellos mi morada, y yo seré su Dios
pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Is y ellos serán mi pueblo. 28 Y sabrán las
rael; 13 y sabréis que yo soy Yavé cuando gentes que yo, Yavé, santifico a Israel
abra vuestros sepulcros y os saque de cuando esté mi santuario en medio de
vuestras sepulturas, pueblo m ío ,14 y pon ellos por los siglos.
ga en vosotros mi espíritu, y viváis, y os
dé reposo en vuestra tierra; y sabréis que G og
yo, Yavé, lo dije y lo hice, dice Yavé. O O 1 Fueme dirigida la palabra de Ya-
vé, diciendo:* 2 Hijo de hombre,
U n solo reino bajo el cetro ún ico del vuelve tu rostro a Gog y a la tierra de
n u evo D a v id Magog, príncipe soberano de Ros, de
15 Fueme dirigida la palabra de Yavé, Mesec y de Túbal y profetiza contra él,
diciendo:* i6 Hijo de hombre, toma un 3 y di: Así habla el Señor, Yavé: Heme
palo y escribe en él: «Judá y los hijos de aquí contra ti, príncipe soberano de Ros,
Israel que le están unidos». Toma luego de Mesec y de Túbal; 4 yo te atraeré y
otro y escribe en él: «José, el báculo de pondré freno a tus mandíbulas; y te sa
Efraím y de toda la casa de Israel que caré a ti y a todos tus ejércitos, caballos
0 7 1 Daniel (12,1 s.) y loa mártires del 2 Mac (7,9.11.14) muestran una esperanza cierta en la
* resurrección de los muertos, como la tenían ios fariseos (Mt 22,23-24); pero ésa vendrá al
fin de los tiempos. Aquí nuestro profesa anuncia la resurrección como medio de llevar a cabo la
restauración de Israel en su tierra y gozar de la edad mesiánica. No puede, pues, tratarse de la re
surrección de los cuerpos, sino como de un símbolo o imagen de la resurrección del pueblo, que
Dios multiplicará como los rebaños o como el trigo sembrado en campo fértil.
15 La escisión del reino de David fue una gran calamidad para el pueblo de Dios; la restau
ración aquí prometida traerá la reunión de Israel y Judá bajo el cetro del descendiente de David,
el Mesías.
9 0 1 Los dos capítulos que siguen tienen un carácter escatológico. Israel mora tranquilo en su
tierra, sin temor de enemigos. De las regiones del aquilón llega una invasión feroz de pueblos
EZEQUIEL 3 8 -3 9 914
y jinetes, de todo en todo equipados. ueblo, Israel, como nublado que va a cu-
Muy gran muchedumbre con rodelas y rir la tierra. Al cabo de los días yo te
escudos, todos con espada. 5 Persia, Etio haré marchar contra mi tierra, para que
pía y Put con ellos, todos con escudo y me conozcan los pueblos, cuando a sus
yelmo. * Gomer y todas sus mesnadas, ojos, en ti, (oh Gogt, seré santificado.
la casa de Togorma; los extremos con
fines septentrionales y todas sus hordas, L a d e stru cció n d el in v a so r
pueblos innumerables, contigo.
17 Así habla el Señor, Yavé: ¿No eres
L a invasión tú aquel de quien hablé yo en tiempos pa
7 Prepárate, apréstate tú y toda la insados, por medio de mis siervos, los pro
numerable muchedumbre reunida en tor fetas de Israel, que desde años profetiza
no tuyo; sé su jefe. 8 De aquí a muchos ron entonces que yo te traería contra
días te será dada la orden. Al cabo de ellos? En aquel día, cuando marchará
años vendrás a la tierra salvada de la es Gog contra la tierra de Israel, dice el Se
pada, recogida de entre muchos pueblos, ñor, Yavé, subirá la ira a mis narices;
a los montes de Israel, que habían sido 19 y en mi celo, en el incendio de mi furor,
reducidos a eternas ruinas. Ha sido saca juro que habrá aquel día gran temblor en
da de entre las gentes y habita confiada la tierra de Israel.20 Y temblarán ante mí
mente. 9 Tú la invadirás, llegando allí co los peces del mar y las aves del cielo, los
mo un torbellino; como tormenta que en anímales del campo y todos los reptiles
volverá la tierra serás tú, con todos tus que se arrastran por la tierra, y los hom
ejércitos y los innumerables pueblos que bres que hay en la tierra. Y los montes se
están contigo. desmoronarán y caerán las rocas, y todos
10 Así dice el Señor, Yavé: En aque los muros se vendrán al suelo.
llos días se alzarán en tu corazón los pen 21Y llamaré contra él la espada por to
samientos y concebirás malvados desig dos sus montes, dice el Señor, Yavé; v la
nios: 11 Te dirás: «Voy a subir contra una espada de cada uno será contra su her
tierra indefensa, iré contra gentes tran mano. * 22 y haré justicia en él con peste
quilas que habitan confiadamente, todas y con sangre, y lloveré contra él y contra
sin murallas, sin puertas ni cerrojos».* los numerosos pueblos que le acompañan
12 A robar, a saquear, a poner tus manos lluvia torrencial, piedras de granizo, fue
sobre ruinas repobladas, sobre un pue go y azufre; 23 y me magnificaré y haré
blo reunido de entre las gentes, que tiene muestra de mi santidad, y me daré a co
ganados y propiedades y habita en el nocer a pueblos numerosos, que sabrán
ombligo de la tierra. 13 Seba y Dedán y que yo soy Yavé.
sus mercaderes, Taisis y todos sus comer
ciantes, te dirán: «¿Vienes en busca de O Q 1 Tú, pues, hijo de hombre, profe-
botín? ¿Has reunido toda esa muchedum tiza contra Gog y di: Asi habla el
bre para saquear, en busca de plata y de Señor, Yavé: Heme aquí contra ti, ¡oh
oro, para coger ganados y riquezas, para Gog!, príncipe soberano de Mesec y de
hacer gran botín?» Túbal, 2 yo te atraeré, yo te guiaré y te
14 haré subir de los extremos confines del
Por tanto, profetiza, hijo de hombre,
y di a Gog: Así dice el Señor, Yavé: En septentrión y te llevaré a los montes de
aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel Israel; 3 y romperé en tu mano izquierda
habite confiadamente, ¿no lo sabrás tú? el arco y haré caer de tu diestra las saetas.
15 Y vendrás desde tus moradas, desde las 4 Caerás en los montes de Israel con todos
extremas regiones del septentrión, tú y los ejércitos y todos los pueblos que con
contigo numerosos pueblos, todos a ca tigo estén. Te destino para pasto de aves
ballo, una inmensa muchedumbre, un ejér rapaces de todo plumaje y de las fieras del
cito poderoso,16 que avanzará contra mi campo. 5 Serás abatido sobre la haz del
desconocidos, los cuales, atraídos por la facilidad de la presa que les ofrece Israel, recién restaurado,
pretenden acabar con él. Pero el Señor interviene en defensa de su pueblo y siembra la discordia
entre los invasores, que unos a otros se destrozan.
11 En Zacarías (2,4) se dice que en la época de la restauración Jerusalén será habitada sin mu
rallas a causa de la multitud de su población y que el Señor será para ella como muro de fuego.
Esta idea es la que quiere desarrollar Ezequiel en estos dos capítulos. A fines del siglo V il los es
citas y los cimerios se arrojaron sobre el Asia, recorrieron saqueando la Siria y llegaron a la Filis-
tea, viniendo a morir, como mueren las olas del mar en la arena, sobre la frontera de Egipto. Sobre
estos hechos contemporáneos de Ezequiel se apoya el profeta para damos este oráculo. Estos ven
drían atraídos por el ansia de un rico y fácil botín, pero Dios interviene a favor de su pueblo, y los
enemigos unos a otros se destruyen.
21 Estos últimos versículos expresan bien la intención de Yavé al traer estas hordas de enemi
gos contra su pueblo. Quiere mostrar a Israel que El es su escudo protector y enseñar a las na
ciones que, si por las iniquidades castigó a Israel, ahora, por su gran misericordia, le restaura y le
reinstala en su berra.
915 BZEQUIEL 39-40
campo, porque lo digo yo, dice el Señor, réis a mi mesa de caballos y jinetes, de hé
Yavé. roes y guerreros de toda suerte, dice el
6 Y encenderé en Magog un fuego y en Señor, Yavé.21 Haré ante las gentes mues
las islas que habitan confiadamente, y sa tra de mi gloria, y todas verán las justi
brán que yo soy Yavé. 7 Haré notorio mi cias que yo hago y los castigos con que
santo nombre en medio de mi pueblo Is hiere mi mano.
rael ; no dejaré más que sea profanado mi 22 La casa de Israel sabrá para en ade
santo nombre, y sabrán las gentes que yo lante que yo soy Yavé, su Dios. 23 Y las
soy Yavé, el Santo en Israel. 8 Y llegarán gentes conocerán que por sus iniquidades
estas cosas, vendrán, dice el Señor, Ya fue llevada la casa de Israel al cautiverio,
vé : Es el día de que he hablado y o .9 Y sal porque se había rebelado contra mí y yo
drán fuera los habitantes de las ciudades escondí de ella mí rostro, y la entregué
de Israel, y darán ai fuego y quemarán en manos de sus enemigos para que todos
armas, escudos y paveses, arcos y flechas, juntos cayesen a la espada,24 tratándolos,
mazas y lanzas, y harán lumbre con ellas según sus inmundicias y sus transgresio
por siete años. 10 No tendrán que traer nes y escondiendo de ellos mi rostro.
leña del campo ni cortarla en los montes:
harán el fuego con las armas y expoliarán P o r v e n ir p a cific o y glo rio so d e Israel
a sus expoliadores y depredarán a sus de
predadores, dice el Señor, Yavé. 25 Por tanto, dice el Señor, Yavé: Aho
11 Aquel día daré yo a Gog un lugar de ra voy a hacer volver la cautividad de Ja
sepultura en Israel: el valle de los Aba- cob, y tendré misericordia de toda la casa
rim, a oriente del mar; allí será sepultado de Israel, velando por mi santo nombre.
Gog con todas sus muchedumbres, y se 26 Y ellos olvidarán los oprobios sufridos
llamará el valle de A m on-G og.12 Le da y sus rebeldías contra mí cuando habiten
rá sepultura la casa de Israel para puri seguros en su suelo sin que nadie los per
ficar la tierra, y estará sepultándolos du turbe; 27 cuando los saque de entre Vas
rante siete meses. 13 Los sepultará todo gentes y los reúna de (as tierras en sus ene
el pueblo de la tierra, y quedará famoso migos, y me santifique a los ojos de las
para ellos el día en que yo seré glorifica gentes; 2Hsabrán que yo soy Yavé, su
do, dice el Señor, Yavé. 14 Designarán Dios, lo mismo cuando los llevé al cau
hombres que vayan por la tierra conti tiverio entre las gentes que cuando los
nuamente reconociéndola, para dar se reuní en su tierra. No dejaré allí ni uno
pultura a los invasores, enterrando a los so lo ,29 ni les esconderé mi rostro, porque
que queden sobre la haz de la tierra; la habré derramado mi espíritu sobre la casa
recorrerán buscando por espacio de siete de Israel, dice el Señor, Yavé.
meses;15 y cuando al recorrerla vean osa
mentas humanas, tendrán alzada junto a
ellas una señal hasta que los enterrado
C U A R T A P A R T E
res las sepulten en el valle de Amon-Gog. C uadro d e l a restauración m esián ica
16 Así purificarán la tierra.
(40-48)
17 Y tú, hijo de hombre, así habla el
Señor, Yavé: D i a las aves de toda espe E l n u evo tem p lo
cie y a todas las bestias del campo: Re
unios y venid. Juntaos de todas partes 4 A 1 El año veinticinco de nuestro cau-
para comer las victimas que yo inmolo pa “ v tiverio, al comienzo del año, el diez
ra vosotras, sacrificio inmenso, sobre los del mes, el año catorce de la toma de la
montes de Israel. Comeréis las carnes y ciudad, aquel día mismo fue sobre mi la
beberéis la sangre; 18 comeréis carne de mano de Yavé, que me condujo * 2 en vi
héroes, beberéis sangre de príncipes de la sión divina a la tierra de Israel, y me puso
tierra. Carneros, corderos, machos cabríos sobre un monte altísimo, sobre el cual ha
y toros, gordos como los de Basán.19 Co bía, al mediodía, como una edificación de
meréis gordura hasta saciaros; beberéis ciudad. 3 Llevóme allá y un varón de as
sangre hasta embriagaros, de las victimas pecto como de bronce bruñido, que tenía
que para vosotros inmolaré. 29 Os satura en su mano una cuerda de lino y una caña
A í í 1 Los nueve últimos capítulos de Ezequiel (40-48) forman una perfecta unidad. En ellos
se traza la restauración en forma un tanto geométrica, reflejada en los grabados con que
ilustramos la descripción. Empieza por describirnos el templo con los detalles de un arquitecto,
aunque sin planos. La gloria del Señor vuelve a él; es decir, Yavé vuelve a tomar posesión de su
morada y a reanudar las relaciones de amistad con su pueblo. Los sacerdotes y levitas reorganizan
el culto, que se celebra conforme a todas las exigencias del ceremonial. Luego se divide la tierra
entre las tribus, el príncipe, los levitas y sacerdotes. Estos últimos reciben su heredad en tomo del
santuario, como para guardar mejor su santidad. Las tribus son instaladas todas en la tierra de
Yavé (Jos 22,9-29), esto es, del lado acá del Jordán. El nombre de la ciudad será: «Yavé mora allí».
Por sí solo dice bastante este nombre sobre la nueva situación de Israel.
, estaba en pie a la puerta. 4 Dí- dida también a una y otra pi
el varón: Hijo de hombre, mira lastras.
jos y atiende con tus oídos y pon 11 Midió la anchura del vano
m a lo que yo te vaya mostran- ta, de diez codos, y la longitud
para que te lo haga ver has sido arriba, de trece codos. J*Ha1
para que se lo cuentes todo a la de las cámaras un espacio, de
srael. 5 Mira, pues, ahí la mura- del otro, de un codo, y cada cá
:>r que rodea la casa por todas seis codos de un lado y seis
13 Midió la puerta desde el te<
OESTE
a ü É n F T ;iM iT a
ESTE
Planta del templo de Ezequiel
a de medir que aquel varón te- cámara hasta el techo de la d
mano era de seis codos, de codo veinticinco codos de anchura, f
la uno. Midió con ella el espesor tra puerta. 14 Midió el atrio, ve:
y era de una caña, y su altura que daba frente a la puerta y
i caña. * 6 Vino luego a la puerta por todas partes. 15 Y desde U
hacia el oriente, subió sus siete de la puerta de entrada hasta
midió su umbral, de una caña interior, cincuenta codos. 16 La
didad. i Las cámaras tenían cada nía todo en derredor ventana
aña de largo y una caña de an das, que hacia el exterior se es
ua entre cámara y cámara cinco y estaban en las cámaras y en
el umbral de la puerta por den tras, y lo mismo había tambié
al vestíbulo, de una caña. 9 Mi- que daban al interior del atrio ei
Líbulo de la puerta, de ocho co y en cada uno de los postes hal
is pilastras, de dos codos; el 17 Llevóme luego al atrio e
de la puerta estaba a la parte el cual había cámaras, y estí
10 Tenía la puerta oriental tres todo en derredor; treinta cám
te un lado y tres del otro, todas alrededor del atrio. 18 El solad
la medida, y de una misma me- dos de las puertas correspondí
odo equivalía al codo ordinario más cuatro dedos, o sea 52 centímetros.
917 EZEQUIEL 4 0 -4 1
chura de ellas mismas, el solado inferior. al atrio exterior y había en ellos palmas
19 Midió el espacio entre la fachada de la y las gradas de subida eran ocho.
puerta por debajo, hasta la delantera de 38 Había también allí una cámara que
la puerta interior por arriba, cien codos se abría hacia los postes de las puertas;
hacia oriente y norte. 20 Midió el largo y era donde habían de lavarse los holo
el ancho de la puerta que da al norte, al caustos. 39 En el vestíbulo de la puerta
atrio exterior; 21 sus' cámaras, tres a un habla a cada lado dos mesas, en las que
lado, tres al otro; las pilastras y el vestí se había de degollar el sacrificio por el
bulo eran de las mismas dimensiones que pecado y el sacrificio por el delito. 40 En
las de la puerta primera, cincuenta codos el lado exterior, al norte de quien subía
de largo y veinticinco codos de ancho. por la entrada de la puerta, había otras
22 Sus ventanas, su vestíbulo, sus palmas, dos mesas, y otras dos al otro lado,
tenían las mismas dimensiones que las de cerca del vestíbulo de la puerta. 41 Ha
la puerta que da al oriente. Se subía a bía, pues, a cada lado de la puerta cua
ella por siete gradas y delante de ella es tro mesas de una parte y cuatro de otra,
taba el atrio. » Frente por frente de éste ocho mesas, en las que se hacía la inmo
había en el atrio interior una puerta que lación. 42 Había, además, otras cuatro me
estaba también frente por frente de la sas para los holocaustos, de piedra ta
puerta oriental. Midió la distancia entre llada, codo y medio de largas, codo y
puerta y puerta: cien codos. medio de anchas y un codo de altas,
24 Llevóme después al lado del medio sobre las cuales se ponían los instrumen
día, donde estaba la puerta que da al tos con que se inmolaban los holocaus
mediodía; y medidas las pilastras y el tos y los otros sacrificios. 43 Tenían las
vestíbulo, tuvieron las mismas dimensio mesas en derredor un reborde alto de
nes que las otras. 25 Había en torno de un codo, y sobre días se ponía la carne
ella y del vestíbulo ventanas iguales a de las víctimas.
las otras, cincuenta codos de largo y 44 Fuera de la puerta interior, en el
veinticinco codos de ancho. 26 Las gra atrio interior, había dos cámaras: una
das de subida a la puerta eran siete, y al lado de la puerta norte, y que se abría
delante de ellas estaba el vestíbulo. Ha hacia el mediodía; otra al lado de la
bía a cada lado palmas en los postes. puerta del mediodía, que se abría hacia
27 Había también puerta hacia el medio el norte. 45 Y me dijo: Esta cámara que
día en el atrio interior, y entre puerta se abre hacia el mediodía es para los
y puerta midió cien codos. 28 Llevóme sacerdotes que hacen la guardia del tem
por la puerta del mediodía al atrio inte plo, 46 y la que mira al norte es la de
rior, y midió la puerta y el vestíbulo, los sacerdotes que hacen la guardia del
de las mismas dimensiones; 29 sus cáma altar. Son los hijos de Sadoc que entre
ras, sus pilastras y el vestíbulo, de las los hijos de Leví se acercan a Yavé para
mismas dimensiones. La puerta y su ves servirle. 47 Midió el atrio, cien codos de
tíbulo tenían ventanas en derredor y cin ancho y cien codos de largo, cuadrado,
cuenta codos de largo y veinticinco de y en él, delante de la casa, estaba el
ancho. (30) * 31 El vestíbulo daba al atrio altar. 48 Llevóme al vestíbulo de la casa;
exterior, en sus postes había palmas y midió cada uno de los postes, cinco co
las gradas de subida eran ocho. 30*32 Lle dos el de una parte, cinco codos el de
vóme luego al atrio interior por el cami la otra. 49 Tenía el véstíbulo veinte co
no de oriente, y midió la puerta, de las dos de largo y doce codos de ancho, y
acostumbradas dimensiones. 33 Las cá se subía a él por diez gradas. Había
maras, las pilastras y el vestíbulo, de las junto a los postes columnas, una a un
mismas dimensiones, con ventanas en lado y otra al otro.
ellas, y en el vestíbulo cincuenta codos
de largo y veinticinco de ancho. 34 Su A 1 i Me introdujo en el templo, mi-
vestíbulo daba al atrio exterior, en los ^ dió los postes, anchos seis codos
de un lado y seis codos del otro; tal era
postes a uno y otro lado había palmas la anchura de las pilastras. 2 El vano de
y las gradas de subida eran ocho. la puerta era de diez codos, y los lados
35 Llevóme luego a la puerta del sep de la puerta cinco codos a una parte y
tentrión y midió, hallando las dimensio cinco codos a la otra. Midió también
nes de las otras 36 para cámaras, pilas el largo, y eran cuarenta codos, y el an
tras y vestíbulo, y en torno a las venta cho eran veinte codos. 3 Pasó luego al
nas, cincuenta codos de largo y veinti interior y midió cada pilar de la puerta,
cinco de ancho. 37 Sus vestíbulos daban dos codos, y la puerta misma, seis codos,
30 El versículo 3°. que falta en los LXX y en la antigua versión latina, parece una interpolación.
Dice: «Había en él salientes todo en torno, veinte codos a lo largo y veinte a lo ancho». Como se ve,
rompe la simetría de la descripción, pues en ninguna otra parte se habla de estos salientes.
E2EQÜIEL 4 1 -4 2 918
y la anchura de la entrada, siete codos. y palmas talladas por todos los muros
4 Midió también el largo, y eran veinte de la casa.
codos, y el ancho sobre el frente del tem 21 Los pilares del templo eran cuadran-
plo, veinte codos; y me dijo: Este es el guiares, y enfrente del santísimo había
santísimo. una cosa que parecía 22 un altar de ma
5 Midió luego el grueso del muro de dera, tres codos de alto, dos codos de
la casa, seis codos, y la anchura de las largo y dos codos de ancho, y tenia sus
cámaras laterales, cuatro codos, todo en cuernos, sus pies y sus costados de ma
torno de la casa. 6 Las cámaras latera dera. Y me dijo: Es la mesa que está
les estaban sobrepuestas unas a otras, delante de Yavé. 23 Había dos puertas,
treinta en cada uno de los tres pisos. la del santo y la del santísimo. 24 Cada
Había retallos en el muro de la casa en puerta tenía dos hojas que se plegaban
derredor, para que en ellos se apoya en dos partes, dos partes para una hoja
sen las vigas de las cámaras sin entrar y dos para la otra. 25 En las puertas ha
en el muro. 7 Había mayor anchura en bía tallados querubines y palmas, como
las cámaras hacia arriba de piso en piso, en las paredes, y en la fachada del
porque los retallos de la casa iban de atrio al exterior había un portal de
piso en piso todo en derredor de la casa, madera, 26 y había ventanas aspilleradas
y así al subir dejaba el muro mayor an y palmas a cada lado en las paredes la
chura. Del piso inferior se podia subir terales del vestíbulo, en las cámaras late
al de en medio y de éste al superior. rales de la casa y en los cornisamentos.
8 Vi que la casa toda en torno estaba
sobre una elevación. Los cimientos de l Sacóme al atrio exterior, al lado
las cámaras laterales eran de una caña del septentrión, y me llevó al de
entera, seis codos hacia el ángulo. 9 La partamento que está frente al muro del
anchura del muro exterior del edificio norte. 2 Era de un frente de cien codos
lateral era de cinco codos, igual al es de largo al lado norte y tenia cincuen- -
pacio de las cámaras de dentro. 10 De ta codos de ancho, 3 dando al espacio
las cámaras a la casa había una anchura vacio de veinte codos del atrio interior
de veinte codos por todos lados en de y al enlosado del atrio exterior, terra
rredor de la casa. 11 Las puertas de las za contra terraza en tres pisos. 4 Delan
cámaras, una del lado del norte y otra te de las cámaras había un corredor de
del lado del mediodía, daban a un es diez codos de ancho y cien codos de
pacio vacio que rodeaba toda la casa, largo; sus puertas daban al norte. 3 Las
cinco codos de ancho. 12 Una construc cámaras superiores, como las terrazas,
ción separada que habia frente al espacio quitaban espacio, eran más estrechas que
vacio, al lado de occidente, tenía setenta las inferiores y las intermedias del edi
codos de ancho. El muro del edificio ficio, 6 pues los pisos eran tres, pero sin
tenía cinco codos de grueso todo en de columnas como las columnas de los
rredor, y su largo era de noventa codos. atrios. Por eso las superiores eran más
13 Luego midió la casa, largo cien co estrechas que las de abajo y las de en
dos; el espacio vacio, las edificaciones y medio. 7 El muro exterior de fuera, de
los muros, cien codos; *4 la anchura de lante de las cámaras, que daba al atrio
la delantera de la casa con espacio va exterior frente a las cámaras, tenía cin
cio, cien codos. 15 Midió la anchura de cuenta codos de largo, 8 pues el largo
la edificación frente al espado vacio, ha de las cámaras del lado del atrio exte
cia atrás, y los portales de uno y otro rior era de cincuenta codos, pero del
lado, cien codos. El templo interior y los lado del templo, de cien codos.
vestíbulos del atrio,16 el umbral, las ven 9 Más abajo de las cámaras había una
tanas aspilleradas, los portales todo en entrada que daba al oriente, para el que
torno. Los tres pisos estaban todos en venía del atrio exterior, al comienzo del
derredor cubiertos de tablas de madera muro del atrio. 10 Del lado del medio
desde el suelo hasta las ventanas, y las día, frente al espacio vacío y al muro
ventanas tenían cortinas. de cintura, había cámaras; 11 delante de
17 Lo de encima de las puertas, en el ellas, un corredor como el de las cá
interior de la casa y en el exterior, las maras que dan al norte; su largo y su
paredes de lo interior y de lo exterior, ancho eran los mismos, y también las
estaban cubiertas de relieves, 18 represen varias salidas y toda su disposición. Co
tando querubines y palmas. Habia una mo las puertas de las primeras 12 eran
palma entre querubín y querubín, 19 y las puertas de las cámaras que daban al
cada querubín tenía dos aspectos, aspec mediodia, y había unas puertas al co
to de hombre hacia una palma y aspecto mienzo del corredor, en el muro corres
de león hacia la otra, y así todo en torno pondiente, para quien venía del oriente.
de la casa. 20 Desde el suelo hasta la 13Díjome: Las cámaras del norte y
altura de las puertas había querubines las cámaras del mediodía que dan al es-
919 EZEQUIEL 4 2 - 4 3
pació vacío son las cámaras del santua su umbral junto a mi umbral y sus pos
rio» donde los sacerdotes que se acercan tes junto a mis postes, y pared sólo por
a Yavé comerán las cosas santísimas, es medio, contaminaron mi santo nombre
decir, las oblaciones y las víctimas por con las abominaciones que cometieron.
el pecado y por el delito, pues este lugar Por eso en mi furor los consumí. 9*Pero
es santo. 14 Cuando los sacerdotes entra ahora arrojarán lejos de mí sus fornica
ren no saldrán del lugar santo al atrio ciones y los cadáveres de sus reyes, y yo
exterior, sino que dejarán allí las vesti habitaré en medio de ellos para siempre.
duras con que ministran, pues son san
tas; y vestido de otras, se acercarán asi E l altar de los holocaustos
a lo destinado al pueblo. 10 Y tú, hijo de hombre, describe a la
15 Cuando hubo acabado de medir casa de Israel este templo. * 11 Si se aver
la
fábrica interior, sacóme fuera por la puer güenzan de lo que han hecho, muéstra
ta que da al oriente y midió el períme les la traza y el diseño de esta casa, sus
tro. 16 Midió el lado de oriente con la salidas y sus entradas y toda su dispo
caña de medir, quinientos codos; se vol sición, sus ritos y sus leyes, y ponlo por
vió 17 y midió el lado del norte, quinien escrito ante sus ojos, para que guarden
tos codos de la caña de medir. 18 Midió todos sus ritos y sus reglas y los pongan
el lado del mediodía, quinientos codos por obra. 12 Esta es la ley de la casa:
de la caña de medir. 19 Se volvió al lado Sobre la cumbre del monte, todo en de
de occidente y midió quinientos codos de rredor, su término será santísimo. Tal es
la caña de medir. 2(>Midió el muro de cin la ley de la casa. 13 He aquí las medidas
tura a los cuatro vientos; tenía quinientos del altar en codos de a codo y coto el
codos de largo, quinientos codos de an codo. El canal, de un codo de alto y
cho y separaba el santuario del lugar un codo de ancho, y el reborde que lleva
profano. en torno, un codo. 14 Tal es el zócalo
del altar. Desde el canal sobre el suelo
L a gloria de D io s e n el n u evo tem p lo al plano inferior, dos codos, y la anchu
A O 1 Llevóme luego de nuevo a la ra de su vuelo, un codo. Del plano in
puerta que da al oriente,* 2 y vi ferior al plano superior, cuatro codos, y
la gloria del Dios de Israel venir del la anchura, de un codo. 1$ El altar tenía
oriente. Se oía un estrépito como el es cuatro codos, y arriba del altar, los cua
trépito de caudalosas aguas y la tierra tro cuernos. 16 El altar tenía doce codos
resplandecía del resplandor de la gloria. de ancho y doce codos de largo, forman
3 El aspecto de lo que veía era como el do un cuadrado perfecto.17 La basa tenía
que vi cuando vino Yavé a destruir la catorce codos de largo y catorce de ancho
ciudad, y en todos los aspectos, como a los cuatro lados, y en torno de ella
los de la visión que vi cerca del río había una cornisa de medio codo y el
Quebar. Caí rostro a tierra, 4*mientras canal de un codo todo en derredor; sus
la gloria de Yavé penetró en la casa por gradas estaban al lado oriental.
la puerta de la fachada que da al oriente.
5 El espíritu me levantó y me llevó al Su inauguración
atrio interior y vi la gloria de Yavé lle i8 Dijome: Hijo de hombre, así habla
nar la casa * y oí que alguno me hablaba el Señor, Yavé: Estas son las leyes del
desde dentro de la casa, mientras el va altar para cuando sea construido para
rón aquel estaba en pie junto a mí 7 y ofrecer en él holocaustos y derramar la
me decía: sangre de ellos. * 19 A los sacerdotes, le
Hijo de hombre, éste es el lugar de vitas de la posteridad de Sadoc, que se
mi trono, el escabel de las plantas de rán los que a mí se han de acercar para
mis pies, donde habitaré para siempre servirme, dice el Señor, Yavé, les darás
en medio de los hijos de Israel. La casa un novillo para el sacrificio por el peca
de Israel no profanará ya más mi santo do. 20 Tomarás de su sangre y untarás
nombre, ni ella ni sus reyes con sus abo con ella los cuatro cuernos y los cuatro
minaciones y con homicidios de jefes en ángulos del cuadro y el borde todo en
medio de ella y con sus altos; 8 pusieron torno. Así harás la expiación y la pro
piciación del altar. 21 Tomarás luego el asi mi alianza con todas vuestras abomi
novillo del sacrificio por el pecado» que naciones 8 y no guardando lo estableci
quemarás en el lugar de la casa desig do acerca de mis cosas santas, antes po
nado fuera del santuario. 22 Al día si niéndolos como ministros de mi culto en
guiente ofrecerás por el pecado un ma mi santuario, en lugar vuestro. 9 Así dice
cho cabrío sin defecto y expiarás el altar el Señor, Yavé: Ningún extranjero incir
como lo hiciste con el novillo. 23 Cumpli cunciso de corazón e incircunciso de car
do que hayas el rito expiatorio» ofrecerás ne, de cuantos están en medio de Israel,
un novillo sin defecto y un carnero de entrará en mi santuario. N>Los levitas,
la grey sin defecto. 24 Los ofrecerás a que se apartaron de mi cuando Israel se
Yavé; los sacerdotes derramarán sobre alejó de mí yéndose tras sus ídolos, lle
ellos la sal y los ofrecerán a Yavé en ho varán su iniquidad.11 Servirán en mi san
locausto. 25 Por siete días sacrificarás portuario de guardias de las puertas de la
el pecado un macho cabrío por día; ofre casa y de guardias de la casa misma;
cerás además un novillo y un carnero degollarán los holocaustos y las víctimas
de la grey sin defecto. 26 Por siete días del pueblo y estarán ante él para servirle.
se hará la propiciación del altar, se pu 12 Por haber servido a sus ídolos y haber
rificará y se consagrará. 27 Pasados estos sido para la casa de Israel tropiezo de
días, del día octavo en adelante, los saceriniquidad, alzo mi mano, dice el Señor,
dotes ofrecerán en el altar vuestros ho Yavé, y juro que llevarán sobre sí su
locaustos y vuestros sacrificios eucarísti- iniquidad; 15 que no se acercarán a mí
cos, y yo os seré propicio, dice el Señor, para servirme en las funciones sacerdota
Yavé. les y para tocar mis cosas santas en el
santísimo, sino que llevarán sobre sí la
L as n u evas ley es del culto vergüenza y la pena de las abominacio
A A 1 Llevóme luego de nuevo a la nes que cometieron.14 Los dejo reducidos
** « puerta de fuera del santuario que a hacer solamente la guardia d¿ la casa
daba al oriente, pero la puerta estaba y su servicio en lo que en ella haya de
cerrada;* 2 y me dijo Yavé: Esta puerta hacerse.
ha de estar cerrada, no se abrirá ni en 15 Los sacerdotes levitas hijos de Sa-
trará por ella hombre alguno, porque ha doc que guardaron el ordenamiento de
entrado por ella Yavé, Dios de Israel; mi santuario cuando se apartaron de mí
por tanto, ha de quedar cerrada. 3 Por los hijos de Israel, serán mis allegados
lo que hace al príncipe, por ser el prín para ministrar ante mí y ofrecerme la
cipe, podrá sentarse en ella para comer grosura y la sangre, dice el Señor, Yavé.
el pan en la presencia de Yavé; entrará 16 Esos entrarán en mi santuario y se
por el camino del vestíbulo de la puerta llegarán a mi mesa, guardando mi or
y por el mismo saldrá. denamiento. 17 Cuando entren por las
4 Llevóme hacia la puerta del norte puertas del atrio interior se vestirán ves
por delante de la casa, y miré y vi que tiduras de lino, no llevarán sobre sí lana
la gloria de Yavé llenaba la casa de cuando ministren en las puertas del atrio
Yavé, y me postré rostro a tierra. * 5 Ya interior y dentro de la casa. 18 Lleva
vé me dijo: Hijo de hombre, pon aten rán tiaras de lino sobre sus cabezas, y
ción, mira con tus ojos y oye con tus calzones de lino a sus lomos, y no se
oídos todo lo que yo voy a hablar con ceñirán para no sudar. 19 Pero cuando
tigo sobre todas las ordenaciones de la hayan de salir al atrio exterior, al pueblo,
casa de Yavé y todas sus leyes; pon se quitarán las vestiduras con que se
atención a todas las entradas de la casa hace el servicio, y, dejándolas en las cá
y a todas las salidas del santuario; 6 y di maras del santuario, se vestirán otros
a los rebeldes, a la casa de Israel: vestidos para no santificar al pueblo con
Así dice el Señor, Yavé: Basta ya de sus vestiduras. 20 N o se raparán la cabe
abominaciones, ioh casa de Israelí 7 De za ni dejarán crecer sus cabellos, sino
traer extranjeros ni incircuncisos de co que se los cortarán motilando sus ca
razón e incircuncisos de carne para que bezas.
entren en mi santuario, contaminen mi 21 Ningún sacerdote beberá vino cuan
casa, mientras vosotros me ofrecéis mi do haya de entrar en el atrio interior.
pan, el sebo y la sangre, quebrantando 22 N « tomarán por mujer ni viuda ni
A A i La puerta oriental, que da paso del atrio interior hacia afuera, estará cerrada por haber
pasado por ella la gloria de Yavé, santificándola; sólo el principe del pueblo podrá sentarse
en ella para los banquetes sagrados que acompañan a los sacrificios pacíficos.
4 Al pasar de la puerta oriental a la del norte, por «1 atrio interior, pasé por dolante de la casa
y la vio llena de gloria de Dios, que la santifica. Por esto deberán ser excluidos de ella todos los in
circuncisos de corazón y de carne, y aquellos hijos de Levl que en los tiempos pasados habían pre
varicado sólo servirán en los oficios inferiores, quedando excluidos del sacerdocio, reservado a los
"hijos de Sadoc.
921 EZEQUIEL 4 4 -4 5
repudiada, sino virgen de la casa de Is la ciudad destinaréis cinco mil codos de
rael o viuda de sacerdote. 23 Enseñarán a ancho y veinticinco mil de largo, parale
mi pueblo a distinguir entre lo santo y lamente a la porción santa reservada,
lo profano y a discernir entre lo puro y que pertenecerá a la casa de Israel.
lo impuro. 24 Juzgarán los pleitos confor 7 El príncipe tendrá su parte, lindando
me a mis leyes y guardarán mis leyes y de ambos lados con la parte del santuario
mis preceptos en cuanto a todas mis y la parte de la ciudad, ante la parte
solemnidades y santificarán mis sábados. del santuario y la parte de la ciudad del
23 No entrarán a muerto alguno para no lado occidental, hacia occidente, y del la
contaminarse; sólo por el padre o la do oriental, hacia oriente, y de una lon
madre, el hijo o la hija, el hermano o gitud igual a una de las partes, desde
la hermana que no haya ya tenido ma la frontera occidental a la oriental. 8 Es
rido se contaminarán. 26 Después de su ta será su propiedad, su posesión en Is
purificación contarán siete días, 27 y el rael, y así mis principes no oprimirán
día en que entren en el santuario, en el nunca más a mi pueblo y dejarán la
atrio interior, para ministrar en el san tierra a la casa de Israel por sus tri
tuario, ofrecerán su expiación, dice el bus. 9 Así dice el Señor, Yavé: ¡Basta,
Señor, Yavé. príncipes de Israel! Dejad la violencia y
28 En cuanto a su heredad, su heredad la rapiña. Haced juicio y justicia, no
seré yo; no les daréis posesión en Is haya de parte vuestra exacciones sobre
rael, pues su posesión seré yo. * 2829 Se mi pueblo, dice el Señor, Yavé.
alimentarán de las ofrendas, de los sa
crificios por el pecado y de los sacrificios Nuevas ofrendas y primicias
por el delito, y será para ellos cuanto 10 Sean justas vuestras balanzas, justo
en Israel sea dado al anatema. 30 Las vuestro efá, justo vuestro bat. * u El efá
primicias de todos los primeros frutos y el bat serán de la misma medida, el
de toda suerte y todas las ofrendas de bat la décima parte del jómer, y una dé
toda suerte de cuanto ofreciereis serán cima parte del jómer el efá. Uno y otro
para los sacerdotes, y daréis también a los corresponderán al jómer. 12 El sido, vein
sacerdotes las primicias de vuestras ma te güeras. Los cinco sidos habrán de
sas, para que en vuestras casas repose ser cinco, los diez, diez, y cincuenta si
la bendición. 31 N o comerán mortecino d os la mina. 13 La ofrenda que reserva
alguno ni desgarrado, sea ave, sea bestia. réis será ésta: un sexto de efá por jómer
de trigo y un sexto de efá por jómer de
N u eva distribución de la tierra cebada. 14 Y la ley para el aceite, para
A C 1 Cuando distribuyáis por suerte el bat de aceite, ésta: la décima parte
la tierra para poseerla, reservaréis de un bat por jómer. Diez batos son el
una suerte a Yavé, que le consagraréis jómer, pues diez batos llenan el jómer.
en la tierra, de veinticinco mil codos de 15 De las reses, una por manada de
largo y diez mil de ancho, que en todo doscientas, de las gordas de Israel, para
su término en derredor será santa. * el sacrificio, para el holocausto, para el
2 D e ella será para el santuario un cua sacrificio pacífico y para el expiatorio,
dro de quinientos por quinientos codos, dice el Señor, Yavé. * w Todo el pueblo
que tendrá en torno un espacio libre de de la tierra hará esta oblación al príncipe
cincuenta codos.3 D e esa extensión la me de Israel, i?y cuenta del príncipe será
dirás, de un largo de veinticinco mil co dar el holocausto, la ofrenda y la liba
dos y un ancho de diez mil, y en ella que ción en las fiestas, en los novilunios, en
dará el santuario, el santísimo. 4 Esta los sábados y en todas las solemnidades
porción santa de la tierra será para los de la casa de Israel, y él ofrecerá el sacri
sacerdotes que se acerquen a ministrar ficio expiatorio, la ofrenda, el holocausto
a Yavé y servirá para sus casas y como y el sacrificio eucaristico, para expiar las
lugar santo para el santuario. s Asimis casas de Israel.
mo veinticinco mil de largo y diez mil 18 Así dice el Señor, Yavé: El día pri
de ancho para los levitas que hacen el mero del primer mes tomarás un novillo
servicio de la casa, y en ella tendrán ciu sin defecto y harás la expiación del san
dad de habitación. 6 Para propiedad de tuario. * 19 El sacerdote tomará de la san-
28 Estos versículos señalan los emolumentos que percibirán por su ministerio los sacerdote*
(cf. Núm 18,1-32).
A JT 1 La restauración del pueblo tendrá lugar en la tierra de Yavé (Jos 22,18-19), es decir, en
la tierra propia de Canán, renunciando al territorio de la Transjordania. De esta tierra se
tomará ante todo una faja para la ciudad y el templo, para los sacerdotes y levitas y para el príncipe
del pueblo (véase el plano).
10 Sobre las medidas véase Indice.
15 Se señala la contribución del pueblo para el sostenimiento del culto (Neh 10,32; Mt 17,23-2$)*
18 Expone el modo de celebrar las diversas fiestas del año (Núm 28-29).
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ribera del mar, Rubén, una parte. 7 Junto marón como se descarriaron los levitas
a Rubén, desde el lado de oriente hasta cuando se descarriaron los hijos de Israel.
la ribera del mar, Judá, una parte. 8 Junto 12 Les pertenecerá como porción santísi
a Judá, desde el lado de oriente hasta la ma reservada de la porción de tierra que
orilla del mar, estará la porción que re se reserva, al lado de la de los levitas.
servaréis de veinticinco mil codos de an 13 Los levitas tendrán, paralelamente al
cho, y larga cuanto cada una de las partes limite de los sacerdotes, veinticinco mil
de oriente a occidente, y en medio de ella codos de largo y diez mil de ancho, veinti
estará el santuario. cinco mil en toda la longitud y diez mil
9 La porción que reservaréis para Yavéen la anchura. 14 N o podrán vender ni
tendrá veinticinco mil codos de largo y permutar nada, ni exportar las primicias
diez mil codos de ancho. * 910 Esta porción de la tierra, porque están consagradas a
pertenecerá a los sacerdotes y será santa, Yavé. 15 Los cinco mil codos restantes,
9 Aquí se trata más en detalle de la división de la faja mayor del centro, ya mencionada eo
45»! « .
925 ' EZEQUIEL 4 8
en la anchura de los veinticinco mil, serán ciudad, entre el limite de Judá y el límite
profanos, para la ciudad, para las casas de Benjamín.
y los alrededores; la ciudad estará en 23 He aquí las otras tribus: Desde orien
medio. 16 Estas serán sus medidas: a la te hasta la orilla del mar, Benjamín, una
parte del norte, cuatro mil quinientos parte.24 Al lado de Benjamín, desde orien
codos, y cuatro mil quinientos codos a te, a la orilla del mar, Simeón, una parte.
la parte del mediodía; a la parte de 23 Al lado de Simeón, desde oriente hasta
oriente, cuatro mil quinientos codos, y el mar, Isacar, una parte. 26 Al lado de
cuatro mil quinientos codos a la parte Isacar, desde oriente hasta el mar, Za
de occidente.17 El contorno de la ciudad bulón, una parte. 27 Al lado de Zabulón,
será: al norte, de doscientos cincuenta desde oriente hasta el mar, Gad, una
codos, y de doscientos cincuenta al me parte. 28 Al lado de Gad, al lado meri
diodía; al oriente, de doscientos cincuenta dional, hacia el mediodía, correrá la fron
codos, y de doscientos cincuenta al oc tera desde Tamar hasta las aguas de Me-
cidente. ríbat-Cades, a lo largo del torrente hasta
18 Lo que queda de longitud delante el mar Grande. 29 Tal es la tierra que
de la porción santa, diez mil codos al partiréis en heredad a las tribus de Israel
oriente y diez mil al occidente; los que y tales sus partes, dice el Señor, Yavé.
quedan serán para que de su producto 30 Estas serán las salidas de la ciudad:
se mantengan los que trabajan para la Al lado del norte medirá cuatro mil qui
ciudad. 19 La labrarán los operarios de nientos codos. * 3031 Las puertas de la ciu
la ciudad, tomados de entre todo Israel. dad tendrán los nombres de las tribus
20 La parte reservada tendrá en conjunto de Israel. Tendrá al norte tres puertas:
veinticinco mil codos por veinticinco mil, una la puerta de Rubén, otra la puerta
y para la propiedad de la ciudad toma de Judá y la otra la puerta de Leví. 32 Al
réis la cuarta parte de la porción consa lado oriental cuatro mil quinientos codos
grada. 21 D e lo que queda a ambos lados y tres puertas: una la puerta de José,
de la porción santa y de la propiedad de otra la puerta de Benjamín y la otra la
la ciudad, a lo largo de los veinticinco puerta de Dan. 33 Del lado del mediodía
mil codos de la porción santa hasta el medirá cuatro mil quinientos codos y
tendrá tres puertas: la puerta de Simeón,
oriente, y a occidente a lo largo de los una; la puerta de Isacar, una; la puerta de
veinticinco mil codos hacia la frontera Zabulón, una. 34 Del lado de occidente,
occidental paralelamente a las partes, será cuatro mil quinientos codos y tres puertas:
para el príncipe. Eso será lo del príncipe;