El Retrato de Dorian Gray
El Retrato de Dorian Gray
El Retrato de Dorian Gray
Mientras el pintor Basil Hallway retrata a Dorian Gray, la conversación de lord Henry Wotton induce al joven
al hedonismo y le abre los ojos ante la brevedad de la juventud. Basil imprime en el lienzo su obsesión y
adoración por la belleza de Dorian y lo baña en halagos. Inquieto por aquellas ideas, Dorian Gray se entristece
al ver el retrato terminado:
Poco después, el pintor Basil Hallway envía el retrato a casa de Dorian, al sentir que había puesto demasiado de
su alma en él, y que, por lo tanto, era incapaz de destinarlo a una exposición.
Dorian Gray se enamora de la joven y bella actriz Sibyl Vane. Desde que la conoce, asiste todas las noches al
teatro para verla actuar en diferentes obras, todas ellas de Shakespeare. El joven decide invitar a sus amigos,
Basil y lord Henry, al teatro para que la conozcan. Pero aquella noche, Sibyl actúa pésimamente en el rol de
Julieta, haciendo que la mitad del público, incluyendo a los invitados de Dorian, se retirasen antes de terminar.
Dorian visita a Sibyl tras bastidores después de la función y le reclama. Sibyl, le explica que al haber conocido
el verdadero amor, no lograba representarlo mediante personajes falsos, menos personificados por malos
actores. El joven, furioso, le dice que con esa mala actuación había matado su amor, y termina la relación
abruptamente.
Ya en su casa, Dorian se detiene a observar con atención su retrato. Al fijar la mirada, nota un cambio casi
imperceptible en el canto de la boca: parecían las marcas de una sonrisa cruel. Es la primera vez que sospecha
que su deseo podría haberse convertido en realidad. Con miedo de las consecuencias, esconde el cuadro.
Al día siguiente, Dorian lamenta lo sucedido, y decide disculparse con Sibyl y cumplir su promesa de
casamiento. Pero, en una visita, lord Henry le comenta que Sibyl ha muerto. En efecto, la joven se suicida al
beber un vaso con materiales tóxicos, lo que despierta la sed de venganza de su hermano, James Vane.
Para consolar a Dorian, lord Henry le presta un libro sobre los pecados del mundo en diferentes épocas. El
protagonista era un “parisino con temperamento romántico y científico extrañamente combinados”, y “contenía
la historia de su vida, escrita antes de que él la hubiera vivido.”
Dorian tomó el libro como un manual. Entre tanto, los estragos físicos de su estilo de vida y sus acciones, cada
vez más viles, eran absorbidos por su retrato, guardado a llave en el sótano. Hasta los 38 años, Dorian había
logrado mantener su inmaculada belleza y juventud, con la cual provocaba a los otros a disfrutar del placer sin
consecuencias, arrastrándolos hacia su ruina final.
Con el tiempo, Dorian gana una terrible reputación. Tras años sin verlo, el pintor Basil Hallway recrimina a
Dorian ante los comentarios de la gente. Dorian le dice que es su culpa y lo lleva a ver el cuadro. Basil se
horroriza ante la terrible imagen y arrastra a Dorian al escritorio para rezar por su absolución. Pero Dorian, tras
un impulso irresistible, apuñala a Basil a traición.
Dorian se deshace de todas las pruebas que lo incriminan. Meses más tarde, con la conciencia intranquila,
decide dar un último paso para su liberación: matar la obra y "todo lo que significaba". Así, toma el puñal con
el que había matado a Basil y atraviesa el lienzo. Dorian cae al suelo dando grandes alaridos. Cuando los
criados suben a la habitación, el cuerpo de un viejo yace en el suelo con un puñal en el corazón.