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El Alma Como Mariposa. Del Mito de Psique A La Retórica Visual Del Barroco

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El alma como mariposa.

Del mito de Psique a la retórica visual del Barroco


· rafael garcía mahíques ·
Universitat de València

En nuestra tradición perviven aún misteriosos relatos en torno solamente de elaborar un mapa básico de los diferentes aspec-
a la luctuosa noche de las ánimas –madrugada entre el 1 y el 2 tos que competen a dicha fortuna, nos encontraremos con una
de noviembre–, noche en que estas se manifiestan a los vivos historia muy diversificada y cambiante a lo largo de los siglos.
haciéndose visibles por medio de mariposas. Esta idea del alma Comenzaremos por analizar el mito de Amor y Psique en la
como mariposa realmente es un símbolo universal verificable visualidad artística de la Antigüedad –en especial en el con-
en civilizaciones muy dispares. Así, en paralelo con los relatos texto funerario–, y su pervivencia hasta el Renacimiento; en
que nos han contado nuestros abuelos en los que abundan ex- segundo lugar, la relación del mito con las especulaciones an-
periencias visionarias de esta índole, podríamos citar –según gelológicas del cristianismo; concluiremos el recorrido con la
nos informa Chevalier– una creencia que permanece muy viva imagen de la mariposa como recurso de la retórica visual de
aún entre ciertas poblaciones turcas del Asia central que han los siglos XVI y XVII. Podríamos aún rastrear el renacer del
tenido una fuerte influencia irania, según la cual los difuntos mito de Psique en el mundo contemporáneo, pero esto, por el
pueden aparecer en forma de mariposa nocturna. También co- momento, lo vamos a eludir. Iremos observando, en todo este
menta este autor que en un apólogo de los Baluba y de los Tulúa recorrido, un proceso de disolución o enfriamiento de aspec-
del Kasai (Congo central), el alma toma la imagen de mariposa, tos simbólicos que comenzaron teniendo en su momento una
observándose un paralelismo simbólico entre la vida de esta y gran significación.
el ciclo vital del hombre: en su infancia es una pequeña oru-
ga que va creciendo conforme llega a la madurez, se convierte Como paso previo, es importante traer aquí la diferencia entre
en crisálida a la vejez, su tumba es un capullo de donde sale su lo que es, en sentido estricto, un símbolo, respecto de lo que es
alma, que vuela en forma de mariposa, siendo la puesta de esta un recurso retórico que equívocamente –en ocasiones– se ha
mariposa la expresión de su reencarnación. Así mismo –con- llegado a confundir con el concepto de símbolo, denominándo-
tinúa– entre los aztecas, la mariposa era un símbolo del alma se como tal. Es verdad que, muchas veces, la retórica hace uso
o del aliento vital, el cual escapa por la boca del agonizante, y de símbolos vigentes en la civilización como recurso retórico,
una mariposa entre las flores representa el alma de un guerrero pero tal cosa no quiere decir que todo recurso retórico sea un
caído en los campos de batalla. Los guerreros muertos acompa- símbolo. Una metáfora o una alegoría pueden establecerse so-
ñaban al sol en la primera mitad de su curso; a mediodía volvían bre la tradición simbólica, pero en sí, por su propia definición,
a descender a la tierra en forma de mariposas o colibríes1. El no son más que artificios del ornatus y no todos estos artificios,
arte romano nos ofrece el mosaico pompeyano conocido como de hecho, se construyen sobre símbolos. De este modo podre-
Memento mori (fig. 1) (30 a.C. - 14 d.C., Nápoles, Museo Archeo- mos observar que la mariposa, como símbolo del alma, puede
logico Nazionale), en donde la mariposa es dispuesta junto a la como tal vehicularse como recurso significante en la retórica
calavera para significar el alma y su inmortalidad, en contraste visual –sobre todo en el Barroco, momento de gran vigencia
con la decadencia del cuerpo2. Otro relieve nos presenta este de la retórica–, pero al mismo tiempo puede convertirse tam-
mismo simbolismo de un modo más narrativo: un grupo de bién en una simple metáfora de algún concepto moral sin que
campesinos medita ante la imagen de una calavera sobre la que la relación sustitutiva metáfora/concepto dentro de la retórica
se ha posado una mariposa3. merezca ser calificada como relación simbólica. Es muy impor-
tante tener clara esta diferencia y al propio tiempo advertir –tal
No cabe duda de que encontraríamos muchas más referencias es el caso– cómo las mismas tradiciones simbólicas pueden ter-
sobre el alma-mariposa, pero quiero centrarme únicamente en minar desvaneciéndose a causa de la tendencia a la racionaliza-
la trayectoria o fortuna que este símbolo ha tenido en nuestra ción, algo muy propio de nuestra cultura occidental.
cultura occidental hasta la cultura visual del Barroco. Nues-
tro punto de partida para el recorrido histórico-cultural que Como en otras civilizaciones, era creencia general en la Anti-
pretendo conducir es el mito de Psique. Para ello, y tratando güedad que el alma salía del cuerpo de los muertos en forma

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1 Memento mori. Mosaico pompeyano,
30 a.C. – 14 d.C. Museo Archeologico
Nazionale, Nápoles.

de una mariposa. El “alma” fue un concepto propio de la cos-


movisión griega que designaba el hálito vital o espíritu de un
individuo, el cual quedaba unido al cuerpo en vida de este y se
desprendía de él tras la muerte; en este sentido coincidía con
las creencias del cristianismo, así como del judaísmo. El térmi-
no griego psyché [alma] está en relación semántica con psychos
[frío]. Etimológicamente deriva del verbo psycho [aire frío], de
donde se forma el sustantivo psiché, que alude en un primer
momento al soplo o aliento que exhala al morir el ser humano,
y dado que dicho aliento permanece en el individuo hasta que
este expira, el término psiché pasa a significar también la vida.
Cuando esta abandona el cuerpo, lleva una existencia autóno-
ma, que los griegos imaginaron como algo antropomorfo y ala-
do, a modo de un doble, eídolon, del difunto, el cual iba a morar
de un modo fantasmal en el Hades.

El tema de Psique fue uno de los preferidos a partir del pe-


ríodo helenístico, y sobre todo se manifiesta en la época tar-
do-antigua, momento en que se concreta también el relato
de Amor y Psique, transmitido por Apuleyo en su novela El
Asno de Oro, ocupando en él tres libros (Met. IV, V, VI). Psique,
hija de un Rey, era tan bella que nadie quería desposarla por
el “terror sagrado” que inspiraba. Desde tierras lejanas iban a
rendirle culto, como si se tratara de la encarnación de la Diosa
1
del Amor. Los templos de Venus quedaban abandonados ante
el encanto de una Psique viva y nadie rendía ya sus ofrendas
en el altar de la diosa. Los padres de Psique, por intervención Eros dormido, que al despertar, decepcionado, la abandonó.
del oráculo de Apolo, la destinaron a un dios inmortal y la de- Posteriormente Psique es sometida por Afrodita a varios tra-
jaron, entre lamentos y honras fúnebres, en lo alto de un pe- bajos –en realidad, las pruebas para conquistar la inmortali-
ñasco. Eros se enamoró de Psique cuando la madre de este, dad– entre otros, a bajar al Hades para traerle una caja con
la celosa Venus, lo había enviado para que la alcanzase con una sustancia embellecedora: el Sueño, que le debía ser entre-
una flecha oxidada, enamorándola con un hombre ruin. Mas gada por Perséfone, pues había sufrido una merma de belleza
Eros hizo que fuera llevada por el viento a su palacio celeste. a causa del padecimiento por cuidar a su hijo Eros, enfermo y
Allí fue desposada por el dios del Amor, a quien, sin embargo, deprimido. Psique pudo realizar el encargo, pero quedó cauti-
no podía ver. Fue un amor a escondidas: se encontraban úni- vada por el “Sueño estigio” que la sorprendió al abrir impru-
camente de noche, en la oscuridad, prohibiendo Eros a Psi- dentemente la caja. Eros, que la había perdonado, voló hasta
que cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, que volvió a depositar
la oscuridad, se amaban. Mal aconsejada por sus envidiosas en la caja, y suplicó a Zeus y a Afrodita su permiso para casar-
hermanas, en mitad de la noche, Psique encendió una lámpa- se con Psique. Estos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique.
ra para observar a su amado, pero se pinchó con una de sus El mito vino a integrarse en el imaginario como símbolo de
flechas y una gota de aceite hirviendo cayó sobre la cara de la inmortalidad del alma a través del amor, y los contextos en

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2 Eros y Psique. Mármol romano del
siglo II a partir de un prototipo del
siglo II a.C. Galeria degli Uffizi,
Florencia.

adopta las alas de una mariposa, o incluso se transforma en la


mariposa misma.

Cavicchioli nos presenta, como primer testimonio del grupo de


Eros y Psique, un relieve en terracota de estilo severo proce-
dente de Locri, en la Magna Grecia (primera mitad del siglo V
a.C., Tarento, Museo Nazionale). Esta pareja, con alas de pájaro,
eleva el carro de Afrodita mientras Hermes se dispone también
a subir. Se trata de un relieve funerario y Afrodita no aparece
como la diosa del pantheon olímpico, sino como una divinidad
ctonia, a la cual es asociada la figura de Hermes, conductor de
las almas a la vida de ultratumba: psicopompos. Es muy intere-
sante el contexto funerario de esta representación, lo que da
sentido al grupo de Eros y Psique en este ámbito, como lo será
posteriormente el de los sarcófagos romanos. El tipo iconográ-
fico del abrazo de Eros y Psique es frecuente en la decoración
cerámica de las hidriae, vasos concebidos para contener agua
pero utilizados también como urnas cinerarias7. No obstante,
no es este el único contexto en donde aparece dicho grupo8.

Las manifestaciones sobre este tipo iconográfico del abrazo en-


2
tre Eros y Psique son abundantes a partir del período helenísti-
co. El ejemplo más relevante lo constituye un grupo escultórico
donde el mito funcionó son de índole muy diversa, teniendo en mármol conservado en los Uffizi de Florencia (fig. 2) (Collig-
especial relevancia el funerario. non nº 17). Se trata de un mármol romano del siglo II que deriva
de un prototipo del siglo II a.C., con restauración moderna en
El mito de Eros y Psique y su relación con las artes visuales donde –sobre un fundamento original inconfundible–han sido
desde la Antigüedad es un tema ya estudiado en sus líneas incorporados de nuevo los brazos, así como también las alas de
generales, primero por Carl Schlam4, y más recientemente Psique9. Este grupo manifiesta el tipo iconográfico genuino del
por Sonia Cavicchioli5. M. Collignon6 realizó ya un catálogo período helenístico, en donde se acentúa el carácter humano de
monumental de representaciones sobre el mito de Psique, el la relación entre los dos personajes. Psique aparece semidesnu-
cual ofrece suficientes referencias para constatar cómo la An- da, con un drapeado que cubre la parte baja del cuerpo, mien-
tigüedad elaboró visualmente el mito. Las representaciones tras Eros se muestra completamente desnudo. Ella lo abraza
icónicas, aunque con una construcción aparentemente narra- mientras este la acaricia en un tierno beso. Debe advertirse que
tiva y naturalista, son realmente imágenes conceptuales des- Eros exhibe alas de ave, mientras que Psique lleva alas de mari-
tinadas a la manifestación simbólica. Por lo general, Psique posa, algo constante en la disposición icónica de ambos perso-
era representada por los artistas como una niña o una joven najes desde el período helenístico10. En otro destacado grupo en
vestida con una especie de quitón y casi siempre con alas de mármol, catalogado por Collignon en la colección Landsdowne
mariposa. Desde el siglo IV a.C., Psique fue asimilada a la ma- de Londres (nº 25), Eros toma de la mano izquierda a Psique,
riposa, ya que, en griego, psiché era también el nombre que se aproximándola a sí. Es un grupo que ha llegado muy mutilado y
le daba a cierta mariposa nocturna. A partir de aquí, Psique fue profundamente reconstruido en el siglo XIX, disponiéndo-

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3 Eros atormenta a Psique.
Camafeo del siglo I a.C.
Museo Archeologico Nazionale,
Florencia.

se en la mano izquierda de Psique una mariposa, algo que per-


tenece más a la mentalidad neoclásica plasmada en obras como
las de Canova o Chaudet11. En todas estas manifestaciones pre-
domina el gusto helenístico por la sensualidad y el sentimenta-
lismo, algo que parece dejar en un segundo plano el significado
simbólico relativo a la unión del alma con la divinidad. En reali-
dad, el tipo del abrazo sensual entre ambos, como se manifiesta
en el grupo de los Uffizi, llegó a conocer una producción en se-
rie desde los talleres helenísticos y romanos para satisfacer una
alta demanda. Este tipo iconográfico lo podemos también apre-
ciar en diferentes frescos pompeyanos, destacando uno perte-
neciente al cuarto estilo (ca. 45-79, Pompeya)12. Lo tenemos así
mismo en mosaico, del que puede ser un buen ejemplo el con-
servado actualmente en el Alcázar de los Reyes Cristianos de
Córdoba. Por otro lado, el grupo de Eros y Psique se propagará
en un vastísimo repertorio de pequeños objetos como gemas o
piedras engastadas en joyas en donde la unión de ambos se nos
3
manifiesta de un modo muy diversificado, de lo cual la litera-
tura ofrece también sus muestras. Un ejemplo lo tenemos en
la Antología Palatina en donde el poeta Meleagro advierte que sufrimiento hacia alguien (Eros). Sus brazos son producto de
la mariposa (el alma) gira en torno al amor atraída por él, pero una restauración.
si los tormentos del amante son excesivos, es decir si el fuego
quema demasiado –como las mariposas que son atraídas por Como asunto funerario, Psique se integra de diverso modo en
el resplandor de la llama–, el alma puede huir gracias a sus alas los sarcófagos romanos. En un ejemplar encontrado en Arlés
de mariposa: “la falena que en torno a ti gira, si tanto la quemas, (fig. 4), aparece conducida por un oferente donde hace el gesto
se te escapará, Eros; también ella tiene alas” (AP, Mel. V, 57)13. de indigitación llevándose el dedo a los labios, probablemen-
En tiempos helenísticos, epigramas como este difunden el con- te pidiendo silencio14 (fines del s. II, Musée de l’Arles Antique,
cepto de Psique y Eros como el alma y el sentimiento amoroso inv.: FAN.92.00.543, procedente de Alyscamps, fines del s. II;
que la domina. La mariposa es una metáfora del alma que sufre Collignon, nº 116). Así mismo es abundante también, en los sar-
al ser atraída por el fuego de la pasión amorosa, y del que trata cófagos, el tipo de Eros y Psique abrazados. Puede servirnos de
de escapar para no quemarse. Este concepto es perfectamente ejemplo un sarcófago datado en el período de los Severos (ca.
expresado en imagen mediante un tipo iconográfico muy di- 190-200 d.C.), conservado en el Metropolitan Museum of Art
fundido en el que Eros atormenta a Psique, como lo muestra de Nueva York (inv.: 56.145), que presenta sendos grupos simé-
un camafeo (siglo I a.C., Florencia, Museo Archeologico Nazio- tricos enmarcando el frente del sarcófago, en donde Eros aca-
nale) (fig. 3). En relación con este tipo iconográfico de Psique ricia la cara de Psique mientras esta extiende hacia él su mano.
atormentada por Eros, pueden estar las esculturas monumen- Esta disposición guarda una gran semejanza con otro sarcófago
tales que nos presentan a Psique afligida, tipo este que parece de mármol del primer decenio del siglo III, conservado en el
derivar, tanto compositiva como icónicamente, de un original Museo de las Termas de Roma (fig. 5). En otros casos, como en
del siglo II a.C. El ejemplar más relevante es la estatua que se un fragmento conservado en el Indianapolis Museum of Art15
conserva en el Museo Capitolino de Roma. Nos presenta a una (ca. 300 d.C.), Eros y Psique sostienen el medallón central, sus-
Psique adulta inclinada y volviendo la cabeza con expresión de tituyendo a los genios alados que generalmente cumplen dicha

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4 Psique conducida por un oferente.
Sarcófago de fines del s. II. Musée de
l’Arles Antique, Arlés.

5 Eros y Psique. Sarcófago, primer


decenio del siglo III. Museo delle
Terme, Roma.

funto en el más allá, y su abrazo con Eros, la beatitud implícita


en la unión con la divinidad. Ello explicará que el primer cris-
tianismo, como señala Cavicchioli16, adopte también la imagen
aislada de Psique como símbolo persuasivo de la salvación y la
inmortalidad derivadas de la obra redentora de Cristo. En este
sentido, Psique, en forma de niña o de muchacha, aparece en
una pintura mural de la Catacumba de Domitila.
4

Pero en el contexto funerario, tiene también especial relevancia


un complejo diagrama conceptual que aparece en los sarcófa-
gos: la creación del primer hombre por Prometeo y la infusión
del alma por Atenea. En un fragmento de sarcófago romano del
Museo del Prado (180 d.C.), Prometeo modela el cuerpo del pri-
mer hombre, mientras Atenea coloca encima de su cabeza una
mariposa, símbolo de la infusión del alma. Psique aparece tam-
bién personificada detrás de Atenea, como una joven vestida
con quitón y volando con alas de mariposa. Este tema de Psique
asociada al mito de Prometeo es desplegado también a través
de otras disposiciones icónicas más o menos concordantes con
este fragmento del Prado. En este sentido, cabe destacar un sar-
cófago de los Museos del Capitolio (Nr. inv.: 329; Collignon, nº
167) que presenta el ciclo de la Creación y la Muerte del hombre.
También se representa la misma escena de Prometeo modelan-
do al primer hombre y Atenea disponiendo el alma en forma de
mariposa (fig. 6), completándose con la presencia del grupo de
Eros y Psique abrazados, así como de la Tierra, como madre, con
un cuerno de la abundancia. Paralelamente, sobre un hombre
inanimado en el suelo, sobrevuela una mariposa que acaba de
salir de su cuerpo, teniendo detrás una mujer con largos ve-
los –separada de Atenea por un signo solar, y de identificación
compleja–. Próximo, aparece el grupo de Hermes Psicopompo
llevando a Psique. Otro sarcófago conservado en el Louvre, des-
cubierto en el siglo XVI en Arlés, (Collignon, nº 173), y datado
hacia 240 d.C.17, representa la creación del hombre por Prome-
5
teo y las etapas de la vida. La decoración principal, a la izquier-
da (fig. 7), está dedicada al mito de la creación del hombre por
función. En los sarcófagos, la figura de Psique no cabe duda que Prometeo y su destino. La escena es particularmente compleja.
adquiere un carácter espiritual o religioso, recuperándose el Prometeo modela el primer hombre de barro, bajo la mirada de
simbolismo abandonado de los relieves de los tiempos preclá- la diosa Atenea, quien decide la asignación de las almas. En el
sicos, trivializado en las representaciones sensuales del grupo fondo brilla la cabeza radiante de Helios, el Sol. Eros y Psique se
helenístico. Psique vuelve a revelar el destino del alma del di- entrelazan en una muestra de amor a los pies de Hermes, el con-

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6 Prometeo modela al primer hombre
y Atenea dispone el alma en forma de
mariposa. Sarcófago, siglo III. Musei
Capitolini, Roma.

7 Creación del hombre por Prometeo y


su destino. Sarcófago, ca. 240 d.C.
Musée du Louvre, París.

8 Ossa arida audite verbum domini.


Fresco de la sinagoga de Dura Europos,
ca. 244 d.C., Museo Nacional, Damasco.

ductor de las almas. En el panel central, figuran las Parcas que


rigen el destino del hombre y Poseidón, el maestro de las fuer-
zas destructivas de la naturaleza. En la parte derecha, Selene, la
luna, acompaña la salida del alma, mientras que la Tierra está a
punto de recibir el cuerpo del difunto. Tiene también interés el
tema de Prometeo en un sarcófago encontrado en 1817 en Poz-
zuoli (Collignon nº 171). Prometeo, sentado, tiene a sus pies el
cuerpo de un hombre sin vida, sobre el que coloca una mano,
mientras se lleva la otra a la barbilla en actitud contemplativa. A
la derecha, dos genios alados conducen a Psique hacia el cuerpo
extendido. Uno de ellos acerca una antorcha al cuerpo, mientras
que el otro parece empujar a Psique hacia él, la cual hace un ges-
to de repulsión, y parece resistirse a entrar dentro del cuerpo. Es
muy probable que esta otra interpretación de la unión del alma
con el cuerpo esté relacionada con las especulaciones neopla-
tónicas contemporáneas, a partir de las cuales es considerado
el cuerpo material como algo que aprisiona al alma espiritual18.
7
psique, eros y las especulaciones angelológicas
cristianas
No es aquí mi propósito continuar analizando la fortuna artísti-
ca y visual del mito de Psique y Eros más allá de la Antigüedad.
De tal cosa se han ocupado ya los citados estudios de C. Schlam
y S. Cavicchioli. Cabe principalmente resaltar, en relación con
este mito, el hecho de que Eros fuera representado con alas de
pájaro y Psique con alas de mariposa, algo que perfectamente
se podía adaptar a las especulaciones angelológicas de Filón y
de Orígenes. Tal cosa podría traducir simbólicamente, también,
la diferencia entre almas y ángeles. Las almas serían represen-
tadas con alas de mariposa, como Psique, mientras que los án-
geles lo serían con alas de pájaro, como Eros. Veamos todo esto.

La influencia del judaísmo y del cristianismo irá introducien-


do en la cultura clásica matices importantes en el concepto del
alma, lo que tendrá consecuencias notables en el ámbito de la
visualidad de este concepto. En el ámbito del neoplatonismo,
8
Filón de Alejandría –principal representante del llamado neo-
platonismo medio– postuló la identidad entre almas y ángeles.
Estas entidades, así como los démones del mundo helénico, di- friamiento”, que habría sido determinado por la decadencia del
fieren en el nombre y pertenecen a una única realidad anímica. alma respecto de un estadio superior, más próximo al calor di-
Orígenes, además, sostuvo la existencia de un proceso de “en- vino (Princ. 2, 8; PG II, 222-223). Evidentemente, dicho estadio

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9 Andrea Mantegna: Cámara de los
esposos, ca. 1465-1474, putti alados con
alas de mariposa. Palacio Ducal,
Mantua.

10 Macrino d’Alba: La Virgen


entronizada entre san Hugo de Grenoble
y san Hugo de Lincoln, 1496, detalle de
los ángeles músicos. Cartuja, Pavía.

11
Detalle de la portada del libro de
emblemas Imago Primi Saeculi Societas
Iesu a Provincia Frandro-Belgica,
Societas Iesu, 1640.

superior del alma es el angélico. Por lo tanto el alma humana se sus ciudadanos las almas incorruptibles e inmortales, en número
diferencia de los ángeles por permanecer en una situación más igual a los astros. De estas almas, unas, atraídas por la tierra y los
“fría”, mientras estos habitan otra más “cálida” por la proximi- cuerpos, caen y se unen a cuerpos mortales, pero otras ascienden,
dad a Dios19. También Clemente de Alejandría llegó a entender habiendo sido distinguidas para retornar según los números y
que las almas se encuentran en un rango inferior de “angeliza- tiempos fijados por la naturaleza. De éstas hay algunas que vuelven
ción” (Eclogae propheticae 57, 2-5). Toda esta especulación, no otra vez, añorando los hábitos y costumbres de la vida mortal, otras,
cabe duda, debió influir en el hecho de que fuera adoptada por habiendo reconocido su gran frivolidad, llaman al cuerpo prisión
el cristianismo la conformación icónica de Psique, así como de y tumba, huyendo como de un encierro o un sepulcro, ascienden
Eros, para representar a los ángeles alados20. hacia el éter con sus alas ligeras, donde recorren los astros toda
la eternidad. Unas son completamente puras y nobles, dotadas de
Filón de Alejandría enumera los seres que pueblan el aire. Este pensamientos superiores y divinos, que nunca han tenido el más
es el lugar propio de los pájaros, seres que son perceptibles por mínimo deseo por las cosas terrestres y son gobernadores del Gran
los sentidos. Mas, existen también algunas potencias, dyná- Soberano, como los oídos y los ojos de un gran rey, ven y escuchan
meis, que no son perceptibles sensorialmente: almas incorpó- todo. Algunos filósofos llaman a estas almas “démones”, y las
reas ordenadas en específicas escalas. Algunas de estas pueden Sagradas Escrituras, utilizando un nombre más apropiado, “ángeles”,
introducirse en los cuerpos mortales, y habitan en el aire, mien- pues “anuncian” las órdenes del padre a sus hijos y las necesidades de
tras otras, de naturaleza más próxima a la divinidad, no tienen los hijos al padre (De somniis I, 137-142)21.
contacto con la tierra y habitan en el éter. Dice así:
Es decir, existen dos clases de almas: unas que estarían
Pues de todos los elementos, no va a ser éste [el aire] el único en estar sometidas a “enfriamiento”, las aéreas, que se someten a
despoblado, sino que, cual ciudad tiene una noble población, siendo reclusión en los cuerpos humanos, y otras más “cálidas”, que

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vuelan más alto, habitadoras del éter, que nunca descienden a la
tierra para encarnarse. Las primeras serían las almas humanas,
y la segundas, propiamente los ángeles. Esta sería la diferencia
también entre las mariposas y los pájaros: las primeras vuelan
más bajo que los pájaros. En realidad, es la diferencia, también,
entre Psique y Eros. Por ello, en la Antigüedad, la primera es
representada con alas de mariposa, el segundo con alas de pájaro.
Eros es una divinidad que pertenece al Olimpo, la segunda no,
aunque la inmortalidad le será concedida posteriormente.

Una manifestación de la aplicación de las alas de mariposa a


las almas, la tenemos ejemplificada en un fresco de la sinagoga
de Dura Europos (ca. 244 d.C., Museo Nacional de Damasco)
que representa la visión de Ezequiel conocida como Ossa arida
10
audite verbum domini (fig. 8). Dios suscitó al profeta una visión
de una vega llena de huesos secos que, por orden divina, se
cubrieron de carne y nervios, y pidió al profeta que invocara
al espíritu, que volvió a habitar en ellos: “Miré y vi que estaban
recubiertos de nervios, la carne salía y la piel se extendía por
encima, pero no había espíritu en ellos. Él me dijo: ‘Profetiza
al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al espíritu: así dice
el Señor Yahvé: ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla
sobre estos muertos para que vivan’. Yo profeticé como se me
había ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se
incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército”
(Ez 37, 8-10). En la imagen pictórica se aprecia el descenso de
las almas, representadas con alas de mariposa, sobre los cuerpos
sin vida extendidos por el suelo de la vega. Las psikai, en número
de cuatro como referencia al espíritu que llega de los cuatro
vientos, visten con una indumentaria peculiar: una suerte de
quitón, no así la dalmática y palio que caracterizan a los ángeles.
Es importante retener también aquí que en la representación se
produce una identidad entre almas y viento, ya que las cuatro
figuras corresponden tanto al espíritu, o alma, como a los vientos.
Ello se puede explicar por el hecho de que el término hebraico
11
ruàh tiene el significado tanto de viento como de alma22.

Debido al emparejamiento que hizo ya la Antigüedad de Psique imagen que tendrá un gran éxito, aflorando en numerosas
con Eros, y la relación que ambos establecen con la disposición escenas. Aparece también multiplicado en un mismo ámbito o
icónica de los ángeles, se produce aquí un juego de relaciones escena, y si son pocos y están junto con otras figuras mitológicas,
que debemos considerar conjuntamente. Eros servirá de suelen tener un sentido alegórico o simbólico. Acaba triunfando
modelo para el ángel alado, pero también hay casos en que también la profusión de Erotes en contextos decorativos
Psique servirá también de referente angélico. Un caso en que la más allá del ámbito funerario. Incluso, podían perder sus alas
iconografía angélica deriva de la de Psique, es la controvertida convirtiéndose en simples putti. Además surgirán variantes
escena de la creación de las plantas de la Biblia Cotton23. de Eros con nombres concretos en relación con conceptos
abstractos: Hímero, Pothos, Anteros, etc., representando
Ya hemos visto cómo el mito de Eros y Psique tuvo parte diferentes facetas del amor y formando parte del cortejo de
importante en el imaginario funerario romano. Pero hay que Afrodita. Roma recibió al Eros griego, dándole un nombre
tener en cuenta que es sobre todo Eros quien adquiere mayor convencional: Cupido (deseo, pasión), sin que alcanzase nunca
protagonismo en el período romano; a quien vemos más el nivel de un dios independiente con culto propio. Sin embargo,
representado en este contexto, y no cabe duda que su figura debió por influencia de la literatura helenística, su papel poético
influir en la formación de las imágenes de los ángeles. Desde el resultó insoslayable, multiplicándose sus representaciones en
siglo IV a.C., con Praxíteles y Lisipo, Eros fue representado con temas mítico-alegóricos. Uno de los aspectos más interesantes
anatomía infantil o adolescente hasta que, con el helenismo, se y, al propio tiempo, más difícil de encajar, es el Eros funerario,
convirtió en un niño de tres o cuatro años, alegre y juguetón, que aparece desde el siglo II a.C., dormido o sosteniendo una

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12 Pedro Pablo Rubens y Jan Brueghel
el Viejo: Naturaleza y sus seguidores, ca.
1615-1619, detalle. Putti con alas de
mariposa coronan a la Naturaleza con
una guirnalda de flores. Kelvingrove
Art Gallery, Glasgow.

Lo que sí parece claro es que esta figura ha podido también


representar otras cosas, como es el caso del fresco de Traini
en Pisa, en donde se trata de genios siniestros que señalan a la
Muerte sus víctimas: una joven hermosa y un joven elegante
confiadamente absortos el uno con el otro27. Con todo, parece
ser que en el Quattrocento ya puede hablarse de ángeles a
partir de tales putti28. Ya en el Quinientos, la Madonna Sixtina
de Rafael (1513-14, Dresde, Gemäldegalerie) presenta uno de
los más tempranos casos en que, convertidos definitivamente
en angelitos, se introducen en escenas de visión celeste entre
nubes, algo que proliferará en multitud de representaciones
barrocas de glorias celestes.

Pero en todo este proceso, llama la atención también el hecho


de que no sea solamente el antiguo Eros la referencia para la
disposición de los pequeños ángeles que crea el Renacimiento.
También el recuerdo de Psique puede que dejara su huella,
si bien las especulaciones neoplatónicas de Filón ni siquiera
llegan a ser un recuerdo, ni tampoco las que permitieron
12
inspirar en Psique las citadas escenas de la creación en la Biblia
Cotton así como en los mosaicos de San Marcos de Venecia.
antorcha volcada hacia el suelo, que puede ser la imagen de En este sentido, en el marco humanístico y “arqueológico”
Hypnos [el Sueño] o Tánatos [la Muerte]24. del Renacimiento, un caso interesante lo viene a significar
la Cámara de los esposos de Mantua (ca. 1465-1474). Andrea
Los Erotes alados aparecen también en el imaginario funerario Mantegna se caracterizó como un pintor muy sensibilizado
de los sarcófagos romanos en muy diversa variedad25. No cabe hacia la recuperación de formas y tipos iconográficos de la
duda de que estos Erotes, también reconocidos simplemente Antigüedad, y no cabe duda de que la introducción de putti
como putti alados, constituyen una fuente de inspiración para alados como las mariposas junto con otros dotados de alas de
los ángeles cristianos, bien lo sea solamente desde el punto de pájaro es algo que adquiere especial relevancia. En el centro
vista formal, bien como “tema de encuadre”, conformando una del muro oeste de esta estancia, nueve putti alados circundan
tradición que llega hasta la extinción del Barroco en el siglo XIX26. la tarja dedicatoria (fig. 9), número que corresponde también
a los putti dispuestos en el óculo. En el grupo de la tarja, siete
Es evidente que la proliferación de los pequeños ángeles del de ellos ostentan alas de mariposa y tres las tienen de pájaro;
Barroco tiene su origen en este putto que ha ido atravesando los en el grupo del óculo todos portan alas de pájaro y, además,
siglos. El problema fundamental radica en tratar de ver dónde se reparten en tres grupos de tres. Esta estructura en los putti
empieza la consideración del Eros como ángel. ¿Son ángeles los del óculo podría sugerir el reparto de las jerarquías celestes
putti vendimiadores de los sarcófagos paleocristianos?, ¿hasta de acuerdo con la tradicional angelología del Pseudo Dionisio.
qué punto podemos considerar ángeles aquellos putti que Pero no se trata aquí propiamente de ángeles, y esta especie de
sostienen el clípeo de Cristo en la representación que quiere “sello divino” en el complejo de la decoración, como apuntó D.
simular un relieve en la casa de la Natividad de la Virgen en Arasse, no debe ser entendido en el sentido religioso sino como
Padua? No es sencillo dar una respuesta contundente a ello. una secularización del registro angélico por medio de una

216 g o ya 3 5 2   ·   a ñ o 2 0 1 5
13 Portada del libro De Symbolis
Heroicis de Silvestro Pietrasancta,
compuesto por Rubens y grabado por
Cornelius Galle. Amberes, 1634.

referencia “arqueológica” al arte antiguo que connota también


lo angélico, en el contexto, todo ello, de una exaltación imperial
de la casa Gonzaga. Es decir, se trataría de hacer visible la doble
naturaleza del cuerpo dinástico de los Gonzaga: secularizando
el registro angélico, los putti alegorizan el registro humano29. En
este orden de consideraciones, los nueve putti de la tarja serían
como un eco de los del óculo, pero implicando una variación
fundamental: las alas de mariposa que de acuerdo también
con Arasse vendrían a poner el acento en la inmortalidad
terrena conquistada post mortem, es decir la permanencia en
la memoria de los hombres. De este modo, la diferenciación
entre alas de mariposa y alas de pájaro introduce en el discurso
visual un matiz fundamental dentro de la exaltación dinástica
programada en la Cámara de los esposos: mientras los putti del
óculo connotarían el character aeternitas que distingue a los
13
príncipes e inviste la universitas de la dinastía; los putti de la tarja
aluden a la inmortalidad conquistada por los Gonzaga dentro
de la historia. Llama la atención también que la inscripción entronizada con el Niño, teniendo en la parte superior unos
de esta tarja es el único texto legible de la sala, en donde el ángeles adorantes –en general sosteniendo una corona sobre
pintor, disponiendo su propio nombre junto a los del marqués la cabeza de María–, y dos angelillos músicos al pie: uno de
y su esposa, se autoerige en un rol equivalente al del biógrafo ellos tocando un instrumento de cuerda y el segundo ocupado
humanista: inmortalizar personajes ilustres conservando su con una gaita. Lo que resulta significativo es que el primero de
memoria después de su muerte30. Es significativo aquí, por ellos tiene alas de pájaro y el segundo de mariposa. Así aparece
tanto, el mantenimiento del código que distingue lo celeste de en el retablo de la Virgen con san Francisco y santo Tomás de
lo terrestre –lo elevado de lo bajo; lo superior de lo inferior– por Aquino, conservado en la ciudad de Alba de Cuneo –de donde
medio de las alas de pájaro y las de mariposa respectivamente. era natural el pintor– en el que figuran también arrodillados los
Los putti alados como las mariposas, predominantes entre los retratos de los donantes. Esta misma disposición la hallamos
que sostienen la tarja dedicatoria, conforman una referencia igualmente en el políptico de la Cartuja de Pavía (fig. 10),
“histórica”, o “terrena”, en contraste con los putti del óculo que firmado en 1496, en donde aparece la Virgen entronizada entre
connotan una gloria más próxima a lo “celeste”. san Hugo de Grenoble y san Hugo de Lincoln, y en el tríptico de
Tortona, firmado en 1499, con la Virgen entre san Juan Bautista
Pasando desde el terreno de los putti al de los ángeles, a fines y san Romualdo, donde este último presenta al donante. En
del Quattrocento podemos ya advertir propiamente ángeles todo caso, debe observarse que los ángeles adorantes de la parte
tanto con alas de pájaro como con alas de mariposa en donde superior parecen tener mayor jerarquía –incluso edad– que los
se mantiene también dicho código, aunque con los matices dos ángeles músicos inferiores, en donde las alas de mariposa
propios del contexto. No es precisamente tampoco muy de uno de ellos pueden ser interpretadas como un signo de
general encontrar ángeles con alas de mariposa junto a otros menor rango o madurez. Probablemente, el hecho de ejecutar
con alas de pájaro. Pero un ejemplo singular y muy relevante un instrumento de viento, como lo es la gaita, por parte del ángel
puede ser el de Macrino d’Alba (1460/65-1520). Este pintor alado como las mariposas, en contraposición al instrumento de
utilizó un modelo de ángeles músicos, que aplicó al menos cuerda, ejecutado por su compañero, alado como los pájaros,
en tres de sus obras conservadas, en donde aparece la Virgen justifique la diferencia de sus respectivas alas: el instrumento

rafael garcía mahíques 217


de cuerda es más acorde con la armonía universal de las esferas, el símbolo de la mariposa en la retórica visual
más celeste, mientras que el de viento tendría una categoría más No obstante lo dicho anteriormente sobre cierta trivialización en
terrena. Desde la Antigüedad, los cordófonos, instrumentos la representación indistinta de ángeles tanto con alas de pájaro
apolíneos, se asociaban con la armonía de las esferas por como con alas de mariposa, algo sin duda queda en la tradición
medio de ideas pitagóricas y platónicas que se trasladaron al cultural que pueda hacer que la representación de seres más
contexto cristiano donde los instrumentos de cuerda pasaron próximos a la naturaleza que al reino celeste sean representados
a representar la armonía celeste: el macrocosmos reflejado con el recurso a las alas de mariposa. Nos puede servir como
en la armonía superior de los bienaventurados. Por otro lado, ejemplo el óleo de Rubens y Jan Brueghel el Viejo, Naturaleza
los aerófonos –así como la percusión– eran, desde Grecia, y sus seguidores (ca. 1615-19, Glasgow, Kelvingrove Art Gallery)
instrumentos dionisíacos, asociados a los ritos orgiásticos, (fig. 12), en donde las Gracias colocan un manto a una estatua de
concepto que también impregnará el pensamiento cristiano, Naturaleza mientras unos putti con alas de mariposa la coronan
pasando a ser asociados a lo terreno y material: los instintos con una guirnalda de flores. Algo semejante ocurre en la portada
más bajos y animales del ser humano31. Esta división entre del libro de emblemas De Symbolis Heroicis del jesuita Silvestro
instrumentos de cuerda (apolíneos y celestes), y de viento y Pietrasancta34, compuesto por el mismo Rubens y grabado por
percusión (dionisíacos y orgiásticos), se mantendrá incluso Cornelius Galle (fig. 13). Aquí el genio de las artes, amparado por
en el Románico manifestándose en espacios jerarquizados: la Naturaleza y Mercurio –los cuales enlazan sus respectivos
arquivoltas y tímpanos para los cordófonos, y capiteles y atributos: la láurea del premio terrenal y el caduceo–, recibe
canecillos para el viento y la percusión32. Recuérdese también, de este último las herramientas de su trabajo. El genio de las
como hemos anotado antes, que el término hebraico ruàh artes va alado significativamente con alas de mariposa, puesto
tiene el significado tanto de “viento” como de “alma”. Con este que su acción es eminentemente terrena, siendo la inspiración
pequeño detalle de la diferencia de las alas, asociada al tipo de en la naturaleza y las herramientas de las diferentes artes los
instrumento, probablemente Macrino d’Alba estaría sugiriendo, apoyos que le van a permitir enfrentarse a la materia. Mas el
si no dos categorizaciones diferentes de seres angélicos, al alma aspira siempre a abandonar la materia y dirigirse hacia
menos dos aspectos diferentes de la música angélica. Dios, como ya formularan los neoplatónicos en el siglo III,
aspecto que magistralmente analizó Panofsky en relación con
Pero no parece que este código haya llegado a permanecer. las ideas estéticas en el sentido de que la imagen producida por
Ejemplos de putti o de angelillos con alas de mariposa, el artista debía servir de apoyo sensible para que el alma, desde
alternando con otros con alas de pájaro, los podemos encontrar su cárcel terrena, pudiera aproximarse a contemplar la Idea
en algunas manifestaciones artísticas a partir del Renacimiento que habita en la esfera supraterrena, que en términos cristianos
sin que necesariamente se perfile ninguna sugerencia de equivaldría a la esfera del Cielo donde mora la divinidad y sus
categorización. La pérdida de todo referente significante se criaturas35. Significativamente, tras la portada, una leyenda
hace patente en la portada del libro de emblemas: Imago Primi a página completa hace de contrapunto, o de complemento, a
Saeculi Societas Iesu a Provincia Frandro-Belgica33 (fig. 11). En este aspecto terrenal del arte, recordándonos la aspiración que
dicha portada se observan, como tenantes de los rótulos, así tiene el alma hacia la virtud, la cual se encuentra en el entorno
como de cartelas con emblemas, tanto a putti sin alas, como a divino, fin hacia el cual se debe encaminar el arte: Tanto nobilior
angelillos de ambas especies: alados con alas de pájaro unos y quisque, quanto propinquior Deo est. At omnis in illum propinqui-
con alas de mariposa otros, sin que se aprecie ninguna razón tas de vicinitate virtutum, de vitiorum fuga, statuenda. Carolus
aparente que pueda explicar la preferencia o la jerarquía de Scribanius è Societate Iesu. Philosoph. Christian., cap. 5 [Tanto
estos. ¿Habrá pasado este detalle simbólico de la diferenciación más noble que cualquier otra, cuanto más cerca de Dios. Y más
de las alas a ser algo completamente trivial? ¿Estaríamos ante la aún, la cercanía de él en las inmediaciones de todas las virtudes,
desintegración de un símbolo? va a establecer la huida de los vicios].

218 g o ya 3 5 2   ·   a ñ o 2 0 1 5
14 Agnolo Bronzino: Retrato del enano
Morgante, 1552. Galleria degli Uffizi,
Florencia.

Vemos, pues, que el código que hemos tratado en el punto an-


terior referido a la angelología en donde las alas de mariposa
denotaban lo terreno e inferior en contraposición a lo celeste y
elevado, se mantiene también en otras manifestaciones visua-
les. Este código puede ser clave para la comprensión de algunas
imágenes en donde la mariposa sorprende con una misteriosa
presencia. Tal sería el caso, en primer lugar, del retrato del ena-
no Morgante por Agnolo Bronzino (1552, Florencia, Galleria
degli Uffizi)36. Este artista pintó un doble retrato –de frente y
de espalda, desnudo, en cada cara de una misma tela–, de quien
fuera el enano preferido de Cosme I de Medici. El enano apare-
ce como ucellatore: cazador de pájaros, con un búho (o una le-
chuza) que servía de cebo para atraerlos. En el retrato de fren-
te (fig. 14), Morgante sostiene en una mano el búho atado con
una cuerda, mientras se acerca un pájaro. Aquí es interesante
observar dos llamativas mariposas en vuelo en la parte baja del
cuadro, una de las cuales es aprovechada para tapar su sexo. Es
14
evidente que el código de las dos clases de vuelo, el superior y el
inferior –pájaros y mariposas–, podría ofrecer un punto de vista
interpretativo. También dicho código ayudará a comprender la Su anverso presenta la efigie de Jacques Boiçeau, el que fuera
presencia, no menos sorprendente, de las mariposas posadas guardián de los jardines en Francia, bajo el reinado de Luis XIII.
sobre los titanes que pintó Cornelis van Haarlem en su obra: El reverso está formado por un paisaje en donde aparecen, en el
La caída de los titanes (1588, Copenhague, Statens Museum for suelo, varias orugas y en el aire otras tantas mariposas. El mote
Kunst). Junto con otros seres volátiles de aspecto noctámbulo, es suficientemente expresivo para la inteligencia del concepto:
las mariposas son dispuestas aquí como habitadoras del Tártaro, natus humi post opus astra peto [nacido en el suelo después del
la región más profunda del inframundo a donde cayeron los trabajo, me dirijo a las estrellas]. La inmortalidad del alma como
titanes tras su derrota infligida por los olímpicos. abandono del cuerpo tras la muerte es algo que fue expresado
también en las exequias de nuestro Barroco. Puede servir como
Pero no olvidemos el aspecto fundamental de la mariposa como ejemplo el jeroglífico de las exequias de Isabel de Farnesio en
símbolo del alma. En este sentido, aprovechado el símbolo como Guatemala, cuyo estudio ha sido publicado recientemente37.
recurso retórico, la mariposa bien en sí misma, o bien mediante el En uno de los jeroglíficos, aparece la mariposa recién salida del
referente de sus alas sirvió también para crear diversos conceptos capullo que la ha tenido encerrada (fig. 16), bajo el mote: Tristi
en relación con el alma, o la vida del alma. En este sentido uno de de carcere sursum [De la cárcel surge triste], con referencia al
los más significativos ha sido la expresión del ciclo de la mariposa, abandono del cuerpo por parte del alma, en la que la tristitia
desde su etapa más terrena como oruga, su metamorfosis como puede quedar más bien referida a la severidad o aturdimiento
crisálida y la salida de esta como mariposa bien formada como producido por el renacer desde la cárcel corporal38.
símbolo de la resurrección o de la inmortalidad. El repertorio
de modos con que tal cosa puede ser expresada puede ser muy Las mariposas son también frecuentísimas en muchos
amplio, pero solamente voy a proponer algunos ejemplos. Para bodegones o naturalezas muertas, y muchas veces integradas
empezar, el reverso de una medalla realizada por Abraham en un discurso visual en torno a la vanitas. Cabe recordar las
Dupré (1624, Edimburgo, National Gallery of Scotland) (fig. 15). composiciones de Abraham Mignon, que fueron destacadas

rafael garcía mahíques 219


15 Natus humi post opus astra peto.
Abraham Dupré, reverso de una
medalla de bronce, 1624. National
Gallery of Scotland, Edimburgo.

16 Tristi de carcere sursum. Jeroglífico


de las exequias de Isabel de Farnesio
en Guatemala.

por Jan Bialostocki como expresión de la vanitas de los países flores y vegetación aparentemente vivaces, paralelamente se
nórdicos, cuyo discurso conceptual se centra en la regeneración desarrolla todo un mundo de corrupción llevada a cabo por
de la naturaleza. Así, ante bellas composiciones de frutos, pequeños insectos, gusanos, orugas, incluso roedores, cuya
acción adquiere el significado de la constante regeneración
de la naturaleza y del mundo. Nos puede servir como ejemplo
la tela que lleva por título: La naturaleza como vanitas (1675-
79, Darmstadt, Hessisches Landesmuseum). A esta obra se
le puede aplicar un comentario parecido al que Bialostocki
dedicó a una de las obras de este pintor conservada en el
Museo Nadorowe de Varsovia: “[…] entre las piedras, hojas
y maleza que hay en un pequeño charco de agua, entre unas
ruinas visibles sólo en parte, bajo las frondosas flores, la hierba
y los matorrales se mueven las mariposas, los escarabajos, las
hormigas, las ranas, los pájaros, las serpientes y los caracoles.
En este reino verde y húmedo, las hormigas se ceban en el
esqueleto de un pájaro muerto; no muy lejos hay otro pájaro
muerto, con las patas rígidas y estiradas; masas de pequeños
insectos buscan su botín; de entre las hojas y flores va saliendo
una serpiente. Sobre este campo de batalla en el que se
desarrolla una lucha sin consideración de todos contra todos,
florecen las flores y crece la hierba”39. En esta obra no faltan las
mariposas, pero aquí es importante advertir que no parecen
estar en relación con el simbolismo del alma, configurándose
como un elemento con vistosidad, pero uno más entre el
conjunto de flores, frutos e insectos. Estamos asistiendo a un
proceso de desintegración del símbolo a causa de interferir
15
una semántica distinta al servicio de la retórica visual del caso.
Como Mignon, otros muchos artistas del norte de Europa
elaboraron composiciones semejantes en las que las mariposas
cobran cierto protagonismo, como en el caso de la Vanitas de
Rachel Ruysch (ca. 1683, Glasgow, Kelvingrove Art Gallery)
(fig. 17). Aquí se disponen también flores y mariposas en un
tronco de árbol, siendo víctimas de diferentes depredadores.
Esta pintora era hermana de un conocido profesor de
botánica y quizás la presencia de mariposas no tiene mayor
relevancia que lo observado en la naturaleza. En esta misma
línea de desintegración del símbolo se encuentra también la
representación de la mariposa en muchos cuadros de artistas
españoles de naturalezas muertas, como Antonio Ponce, Pedro
de Camprobín o Juan de Arellano40. En las obras de estos
artistas, las mariposas adquieren tanto protagonismo como las
16

220 g o ya 3 5 2   ·   a ñ o 2 0 1 5
17 Rachel Ruysch: Vanitas, ca. 1683,
detalle. Kelvingrove Art Gallery,
Glasgow.

18 Balthasar van der Ast: Vanitas, 1635.


Staatliche Museen, Berlín.

flores, sin duda debido a la vistosidad de sus alas, que las hace
comparables a las de los pétalos de cualquier flor.
17

Pero no es del todo generalizable esta actitud ante la


representación de la mariposa en el contexto de las naturalezas
muertas. En la pintura holandesa, sobre todo, podemos ver algún
caso de composiciones en donde están presentes la oruga y la
mariposa, elementos que denotan claramente la resurrección
o la inmortalidad del alma. Vale la pena mencionar, como
ejemplo representativo, el lienzo de Balthasar van der Ast que
podemos titular como Vanitas (fig. 18) (1635, Berlín, Staatliche
Museen). El él observamos a una mariposa sobrevolando una
rama con flores de manzano, mientras en la parte inferior repta
por el suelo una oruga, la cual puede ser presa de la voracidad
de una lagartija. No se pierde en esta composición el espíritu
significante de la “naturaleza como vanitas”, pero además hay
una clara alusión a la resurrección del alma una vez abandona
el cuerpo, la cual, por su capacidad de volar, ha dejado detrás
el peligro del depredador. El tema parece ser una constante
en las obras de este pintor, pues lo vemos sugerido también en
otra Vanitas (1650-57, Dessau, Anahaltische Gemäldegalerie),
construida sobre un gran jarrón con flores, en donde no faltan
las conchas, objeto de lujo del coleccionismo holandés del siglo
XVII, y conformado como un típico atributo asociado a la idea
de la vanidad de las cosas terrenas41.
18

En la relación de la mariposa con la vanitas merece que


pongamos también atención a una obra del pintor Jan van fue ya abordado por A. Brejon de Lavergnée y A. Donetzcoff43.
Hemessen, conocida así mismo como Vanitas (óleo sobre tabla, Simplemente debemos atender al significado que adquieren
1535-1540, Lille, Musée des Beaux-Arts) (fig. 19). Presenta a un las alas de mariposa, un elemento bastante inusual. Donetzcoff
ser antropomorfo con alas de mariposa que sostiene en su mano y Brejon de Lavergnée sugieren para su interpretación el
un espejo donde se ve reflejada una calavera en el interior de significado general de la mariposa en las naturalezas muertas
un espacio en cuyo fondo se aprecia una ventana. El tema de y en las escenas de género, como referente de la fragilidad de
la muerte a través de un espejo es conocido y parece haberse la condición humana, de la fugacidad de la existencia y de sus
originado en los Países Bajos hacia fines del siglo XV42. En el placeres. También sugiere este estudioso una posible conexión
marco del espejo se desarrolla la siguiente leyenda: Ecce rapinam con el simbolismo del alma inmortal. Por último, establece
rerum omnium [He aquí el rapto de todas las cosas]. Una filacteria cierta relación con la representación de unos ángeles con alas de
se enrosca alrededor del brazo con esta otra inscripción: Inspice mariposa, presentes en el contexto del Juicio Final en el tríptico
roboris formae opumque finem [Mira el final del poder, de la ejecutado por este mismo artista y que conserva la iglesia de
belleza y de las riquezas]. No tengo la intención de entrar en Santiago Apóstol de Amberes. Mas no podemos compartir su
el análisis detallado de este emblema o discurso visual, el cual observación de que dichos ángeles –trompeteros del Juicio unos

rafael garcía mahíques 221


19 Jan van Hemessen: Vanitas, ca.
1535-1540. Musée des Beaux-Arts, Lille.

19

y portadores de los arma Christi otros– pudieran aludir por sí en sentido estricto– fuera un ámbito que ofreciera un gran
mismos a la resurrección de la carne en virtud del simbolismo de despliegue de conceptualizaciones en torno a la oruga, la
la crisálida y la mariposa. Creo que en este contexto no pueden crisálida y la mariposa en el sentido de símbolos del alma y de
confundirse las almas con los ángeles. En todo caso, cabría la resurrección. Mas la esperanza ha resultado tristemente
pensar que el personaje de la obra que nos ocupa no fuese un decepcionante. Aquí el repertorio de aspectos en donde
ángel sino una representación simbólica del alma –por otro lado, aparece la mariposa o el capullo de la crisálida son de muy
algo excepcional en los códigos icónicos contemporáneos–. En variada índole, prestándose más al servicio del ingenio que a la
cualquier caso, quiero sugerir tal cosa como hipótesis, la cual profundización en este ámbito simbólico, uniéndose por tanto
debería ser verificada mediante una investigación de las fuentes a la tendencia apuntada anteriormente de desintegración del
que pudieron inspirar este discurso visual emblemático. simbolismo. En este sentido, uno de los tópicos más frecuentes
será el de las mariposas que acuden atraídas por la llama de una
Con todos estos exponentes, cabría esperar que la emblemática vela encontrando allí la muerte, de lo que puede ser ejemplo
en su vertiente literaria –me refiero a los libros de emblemas la empresa de Juan de Borja: Fugienda Peto [Busco lo que

222 g o ya 3 5 2   ·   a ñ o 2 0 1 5
20 Dosso Dossi: Júpiter, Mercurio y la
Virtud, 1515-1518. Zamec Królevsky na
Wawelu, Colección Lanckoronski,
Cracovia.

20

huir debería] 44, exponente también de algo con una fecunda oruga es equiparada a la del hombre en la tierra, el cual tiene
tradición literaria y emblemática45. Así mismo la crisálida como fin el cumplimiento de un deber, y la muerte significa un
conformará conceptos como el expresado por Scipione Bargagli merecido descanso, dando por supuesto que la muerte cristiana
con el mote: Aliunde nihil [No hay nada de ninguna otra fuente], tiene sentido como paso previo a la resurrección.
referido a la autosuficiencia en recursos, por el hecho de que
la oruga, para construir el capullo donde se encerrará para Existen también casos singulares sobre la mariposa dentro de
realizar su metamorfosis, no necesita más materia ni industria la retórica visual que merecen atención, aunque desde una in-
que lo aportado por ella misma46. Más complejo resulta el tópico terpretación completamente lejana al simbolismo del alma. Me
del cangrejo y la mariposa, que no fue pasado por alto por los limitaré a comentar uno de ellos, también especialmente sig-
humanistas del Renacimiento, apareciendo en las empresas, nificativo por su relación con la emblemática. Corresponde al
entre las que sirve el ejemplo de Gabriele Symeoni, incluso llegó cuadro del pintor italiano Dosso Dossi titulado: Júpiter, Mer-
a ser marca de algunos impresores de Lyon durante los siglos curio y la Virtud (óleo sobre lienzo, 1515-1518, Cracovia, Zamec
XVI y XVII: J. Frellon, P. Frellon, Antoine de Harsy y Pierre Królevsky na Wawelu, Colección Lanckoronski) (fig. 20). Nos
Ravaud. Este tópico tiene sus raíces en una moneda de Augusto, muestra a Júpiter pintando mariposas en un lienzo bajo la aten-
y en su día mereció un estudio por W. Deonna47. J. Camerarius ta mirada de Mercurio, quien se lleva el dedo índice a los labios
presenta un emblema sobre la mariposa en el momento de salir para pedir silencio a otra figura adornada con flores, identifica-
de su cápsula. Su mote reza: Purus et erumpam [Puro y estalló]. da como la Virtud. En efecto, cuenta el mito que con ocasión de
Su sentido tampoco está directamente en relación con el alma, una pelea entre Virtus y Fortuna, la primera acudió a los dioses
ya que se refiere a la liberación de las ataduras de los placeres en busca de ayuda, pero Mercurio intervino y le dijo que es-
voluptuosos por medio del estudio48. Quizás se aproxima más al perara: los dioses estaban ocupados, dijo, haciendo florecer los
simbolismo del alma un emblema de Jabobus Bornitius que, bajo pepinos y pintando las alas de las mariposas. Ha sido apuntada
el mote: Penso absoluto [Valioso todo hasta lo más pequeño], nos la posibilidad de que el propio Dosso Dossi se haya representa-
muestra una oruga ocupada en comer hojas y otra ya encerrada do aquí como Júpiter, aunque no hay en ello seguridad. El pin-
en su celda. En un dístico latino, se explica que la vida tiene por tor habría tomado la apariencia de Júpiter, cabeza del panteón
objeto realizar unos deberes y que la muerte libera al hombre romano, pintando alas de multicolores mariposas, las cuales
de la carga de dicho trabajo: Munia sic quisquis peragat sibi parecen cobrar vida bajo su pincel, y volar libres de la super-
credita vitae, / Mors donec solvat fessa laboris onus [Dones para ficie del cuadro. Sería una metáfora de toda la creación, equi-
quien realiza una acreditada vida, / La muerte hasta que pague parando la del mundo y la naturaleza con la creación artísti-
la carga pesada]49. Por lo tanto, la imagen de la actividad de la ca. Así, Júpiter, Mercurio y la Virtud conformarían un discurso

rafael garcía mahíques 223


21 William-Adolphe Bouguereau:
La abducción de Psique, 1895.
Colección particular, depositado en el
University of Virginia Art Museum,
Charlottesville.

21

224 g o ya 3 5 2   ·   a ñ o 2 0 1 5
22 Antoine-Denis Chaudet: Cupido,
1802-1807. Musée du Louvre, París.

22

alegórico sobre el arte de la pintura misma. Júpiter trabaja en Esta historia de Júpiter pintando mariposas ha sido también
su pintura dentro de una pintura, con la paleta, y los pinceles; tratada por la emblemática. Tampoco en esto parece haber de-
Dossi había utilizado las mismas herramientas para completar jado demasiado poso el simbolismo del alma como mariposa al
el cuadro en su totalidad. Su esfuerzo humano es como el de un convertirse este tema en un simple topos poético. En el ámbito
dios, y el oficio del pintor es ennoblecido por equipararse a la español, tanto Zárraga, como Solórzano, como Mendo insisten
creación divina. Este cuadro podría leerse, por tanto, e intitu- en la imagen de Júpiter pintando mariposas bajo el mote: Mag-
larse como Alegoría de la Pintura, del mismo modo que el pro- nus in magnis [Grande entre los grandes], como algo que no
pio pintor compusiera también una Alegoría de la Música. En es digno de la majestad de un príncipe50. Se trata pues, de otra
este sentido, el artista ha trasladado al lienzo una acción divina muestra de la aplicación del símbolo de la mariposa claramente
que en su fuente originaria no era tal cosa –Júpiter pintó las como un recurso del ornatus retórico, y por lo tanto en el cami-
alas de las mariposas, no en un lienzo, sino al natural. Por ello la no de la desintegración simbólica.
cuestión reside en saber hasta qué punto el artista –y con él los
intérpretes del Renacimiento– pudieran entender qué cosa sig- Con todo, el mito de Eros y Psique tuvo también su propia for-
nificaba realmente pintar alas de mariposa en el mito antiguo. tuna en el plano literario desde el Renacimiento51, mas desde el

rafael garcía mahíques 225


punto de vista visual –en el sentido de la representación de Psi- mundo antiguo, en donde el mito formaba parte, por medio de
que con alas de mariposa y Eros con alas de pájaro– tendremos la poética, del conocimiento y de la verdad, nos encontramos
que esperar al movimiento neoclásico para observar una recu- con que el mismo mito se convierte solamente en un vehículo
peración del mito y su proyección en el arte de la Modernidad. del lenguaje poético subjetivo, orientado generalmente hacia
Esto ya no es objeto de atención dentro del presente estudio, la belleza sensual. Ante ello, quiero terminar con la pregunta
que termina en la retórica visual del Barroco. La raíz de dicha de hasta qué punto los artistas de la Modernidad han visto en
recuperación se va a centrar prácticamente en la revitalización Psique el antiguo símbolo del alma, que en forma de mariposa
de los amores de Eros y Psique, de los que nos dan cuenta, entre aún pervive en el imaginario mágico dentro de nuestra civili-
otros, el grupo escultórico de Canova (París, Louvre), el lienzo zación –siendo numerosas las manifestaciones dentro de las
de François Gerard (1798, París, Louvre) o las bellísimas com- artes escénicas contemporáneas, tales como la danza, así como
posiciones de William Adolphe Bouguereau (fig. 21). No faltan en el cine y las artes audiovisuales–, o simplemente han recrea-
tampoco creaciones eruditas en relación con el mito como Las do libre y poéticamente el mito liberándolo de la carga mági-
edades del Amor (1824) de Berthel Thorvaldsen, en donde el ca heredada de tiempos ancestrales. Este aspecto de la erosión
artista ha elaborado creativamente un discurso visual concre- del mito en beneficio de la liberación del genio humano de los
to, o también el Cupido de Denis Chaudet (ca. 1802-1807, París, temores ancestrales, fascinó a Aby Warburg, llegando a consti-
Louvre), en donde este presenta una rosa a una mariposa que tuir el leitmotiv de todas sus especulaciones intelectuales sobre
encuentra en el suelo (fig. 22). La rosa es un símbolo del amor. la vida de las imágenes. En cualquier caso, aun perviviendo el
En el pedestal, en bajorrelieve, hay dispuestas unas escenas en símbolo del alma como mariposa, la interpretación que las ar-
las que se aprecia a diferentes cupidos atacando con sus flechas tes visuales han hecho de este a lo largo de los siglos, lo han ido
una colmena, siendo a su vez perseguidos por las abejas, en- despojando progresivamente de su carga arcana y misteriosa.
tre las cuales sobrevuelan también unas mariposas. Se trataría Habría que ver estas cosas en un nuevo estudio complemen-
aquí de un concepto elaborado según la tradición de la retórica tario al llevado a cabo aquí, encajado dentro de lo que, desde
visual del Barroco que merece un estudio específico, el cual nos Warburg, se entiende como una cadena de “continuidad y va-
hace recordar un conocido emblema de Alciato sobre Cupido y riación”, que en términos más iconológicos entendemos como
las abejas. Pero en todas estas composiciones, a diferencia del “tradición cultural convencionalizada”.

· notas ·

1 J. Chevalier, Diccionario de los símbolos, 1976. Del mismo autor: The Metamor- del Museo del Capitolio (nº 20), encon- podría ser también Hypnos, el sueño, o
Herder, Barcelona, 1986, pp. 691-692. phoses of Apuleius. On Making an Ass of trado en el Aventino y donado a dicho Thanatos, la muerte– porta la tradicio-
2 Se trata de un jeroglífico alegórico de Oneself, The University of North Caro- museo por Benedicto XIV en 1749. En nal antorcha encendida hacia abajo.
origen helenístico que presenta a la lina Press, Pennsylvania, 1992. este último caso tanto Eros como Psi- 15 http://www.imamuseum.org/art/
muerte como el gran nivelador que 5 S. Cavicchioli, Amore e Psiche, Alberto que han perdido sus alas. Grupos seme- collections/artwork/sarcophagus-
anula todas las diferencias de riqueza Maioli Editore, Milán, 2002. jantes a este del Capitolio se encuen- panel-cupid-and-psyche- (3-8-2011).
y clase. La emblemática del barroco 6 M. Collignon, Essai sur les monuments tran en Florencia (nº 21), Dresde (nº 22 16 S. Cavicchioli, op. cit., p. 50.
abundará sobre este tema de diversa grecs et romains relatifs au mythe de y nº 23), Londres (nº 24). 17 F. Baratte y C. Metzger, Catalogue de sar-
manera. La composición está articu- Psyché, Ernest Thorine ed., Libraire des 11 Una variante de este tipo de Eros y cophages en pierre des époques romaine et
lada a partir de un nivel con una línea Écoles françaises d’Athènes et de Rome Psique presenta a esta en actitud su- paléochrétienne, Musée du Louvre, París,
de plomada, el instrumento de los alba- du Collége de France et de l’École Nor- plicante. Son ejemplos, un grupo del 1985, pp. 115-118, nº 47.
ñiles para el nivelado. El peso de dicha male Supérieure, París, 1877, pp. 85-159. Museo del Louvre en mármol griego 18 Collignon refiere otros casos: un bajo-
plomada es la clavera –la muerte–, por 7 S. Cavicchioli, op. cit., p. 47. proveniente de Villa Borghese, en que rrelieve procedente de un sarcófago
debajo de la cual la rueda de la fortu- 8 Collignon cita dos espejos etruscos de Psique está arrodillada y Eros tiene encontrado en Ostia y conservado en
na muestra en su punto de equilibrio a bronce adornados con relieves. En el proporciones más grandes, habiendo el Vaticano (nº 168) presenta también
una mariposa –el alma inmortal–. En primero (nº 1), conservado en el Museo sido reconstruidas algunas partes (Co- a Psique asociada al mito de Prometeo.
cada lado, suspendidos de los brazos de Perugia, Eros y Psique aparecen abra- llignon, nº 13). Así mismo, es semejante Aquí aparece Hermes llevando a Psique
del nivel triangular, y en perfecto equi- zados; en el segundo (nº 2), encontrado un fragmento en mármol griego proce- con las inscripciones identificativas:
librio, se mantienen, a la izquierda, los en Palestrina, Eros aparece también con dente del Anfiteatro de Capua (nº 14), MERCVRIVS y ANIMA. Otro bajorre-
signos de la riqueza y el poder –el cetro una figura alada, considerándose repre- y una estatua de mármol proveniente lieve fragmentario de un sarcófago pro-
y la púrpura– y a la derecha la pobreza sentado el grupo de Eros y Psique. de la Villa d’Este de Tivoli, y donada al cedente de Villa Borghese y conserva-
–el zurrón del mendigo sujeto a un palo, 9 Cfr. G. Mansuelli, Galleria degli Uffizi. Museo del Capitolio por Benedicto XIV do en el Louvre (nº 169) asocia también
y los andrajos–. El tema tenía por obje- Le sculture, Istituto Poligrafico dello en 1735 (nº 15). Psique a la creación del hombre con la
to recordar a los comensales del tricli- Stato, Roma, 1958-1961, vol. 1, pp. 90-91. 12 Vid. así mismo otras pinturas pompeya- misma disposición de Prometeo mode-
nio donde se encontraba este mosaico, S. Cavicchioli, op. cit., p. 48. El grupo nas en el catálogo de Collignon (nº 3-8). lando y Atenea disponiendo la maripo-
la fugacidad de las fortunas terrenales. fue desenterrado en el Celio cerca de 13 Antología Palatina, traducción e introduc- sa del alma, más Hermes Psicopompo
3 W. Deonna, “The Crab and the Butter- Santo Stefano Rotondo en 1666. Poco ciones de M. Fernández-Galiano, Gredos, llevando a Psique. Así mismo una mo-
fly: a study in animal symbolism”, Jour- después sería adquirido por los Medici Madrid, 1978, p. 406. neda de Antonino Pío (nº 172) presenta
nal of the Warburg and Courtauld Insti- y trasladado a Florencia. 14 En el lado homólogo del sarcófago apa- en su reverso a Prometeo modelando
tutes, vol. 17, 1/2, 1954, pp. 81-82, n. 286. 10 Otros casos catalogados por Collignon recen dos Eros vestidos con clámides. una figura humana y a su derecha Mi-
http://dx.doi.org/10.2307/750132. corresponden a un fragmento del Mu- El primero porta en su mano un collar nerva teniendo en su mano derecha
4 C. Schlam, Cupid and Psyque. Apuleius seo de Letrán (nº 11); otro fragmento de mientras se lleva también el dedo a la una mariposa.
and the Monuments, The American Phi- mármol del Museo de Toulouse (nº 12); boca en un gesto semejante al de Psique, 19 La angelología cristiana ha categoriza-
lological Association, University Park, así mismo es también célebre el grupo y el segundo –el Eros funerario, que do los ángeles en jerarquías de acuer-

226 g o ya 3 5 2   ·   a ñ o 2 0 1 5
do con el grado de proximidad a Dios, rio en donde se multiplican estos Erotes, flauta. Este, en vez de sonidos aislados, rral, Barcelona, 1972, p. 208.
siendo la más próxima la de serafines, unas veces de pie, otras suspendidos en no unidos entre sí, podía producir una 40 O. Cherry, Arte y Naturaleza. El bode-
querubines y tronos. El fin esencial de el aire. Por parejas, sostienen un clípeo melodía continua. Cuando fue introdu- gón español en el Siglo de Oro, Funda-
esta, según el Pseudo Dionisio, es ocu- con la efigie del difunto, o el marco para cido, los antiguos griegos reaccionaron ción de Apoyo a la Historia del Arte
parse indefectiblemente en la imitación la inscripción central. Véase la parte enérgicamente, considerándolo como Hispánico, Madrid, 1999, láms. LI, XCI,
de Dios dentro de la doble tarea que central del citado sarcófago del Me- un estímulo orgiástico. Ocupó el puesto CXV, CXXIV.
caracteriza a toda jerarquía angélica: tropolitan. A veces se multiplican en el principal en el culto a Dionysos, igual 41 Sobre la vanitas, es imprescindible el es-
recibir y transmitir la luz divina, es de- frente del sarcófago portando diferen- que la lira en el culto de Apolo. Lo em- tudio: L. Vives-Ferrándiz Sánchez, Vani-
cir el saber que lleva a la perfección. En tes objetos (Roma, Palacio Giustiniani). pleaban en el drama y en la danza, igual tas. Retórica visual de la mirada, Ed. En-
este sentido, los ángeles de este primer Otras, portan un gorgoneion, o el escudo que la lira acompañaba los sacrificios, cuentro, Madrid, 2011.
orden sobrepasan todo poder creado, de Minerva con la cabeza cercenada de las procesiones y la educación. Los dos 42 J. H. Marrow, “‘In desen speigell’: A
visible e invisible, constituyendo una la Gorgona, que se creía era un podero- instrumentos musicales mencionados New Form of ‘Memento Mori’ in Fif-
jerarquía particularmente homogénea, so amuleto contra el mal. Normalmen- eran para los griegos tan diferentes que teenth-Century Netherlandish Art”, en
que debido a su suprema pureza so- te se muestran desnudos, o con ligeras no asociaban la música instrumental Essays in Northern European art presen-
brepasa a todos los poderes deiformes, prendas que dejan ver su desnudez. en una sola noción. Todavía Aristó- ted to Egbert Haverkamp-Begemann on
ya que dichos ángeles “están constan- 26 Podemos ver ya en los sarcófagos paleo- teles hacía una clara distinción entre his sixtieth birthday, Doornspijk, 1983,
temente adheridos a su propio orden cristianos, como es el caso del sarcófago la ‘citarística’ y la ‘aulética’”. W. Tatar- pp. 154-163.
moviéndose eterna y uniformemente de Aurelio, de la Catacumba de san Lo- kiewicz, Historia de la Estética, Akal, 43 A. Brejon de Lavergnée y A. Donetzkoff,
en constante amor de Dios” (Dion. Ar, renzo, cómo un par de Erotes extienden Madrid, 1987, vol. 1, p. 25. Vid. también: “Une Vanité de Jan van Hemessen, v.
CH VII, 2; Pseudo Dionisio Areopagita, un velo por detrás de la efigie del sujeto Aristóteles, Poética, 1447a. En cuanto 1500 - v. 1560, entre au Musée des Beaux-
Obras completas, BAC, Madrid, Clásicos enterrado, lo cual podría permitir hablar a la relación de la música de los cor- Arts de Lille”, La Revue du Louvre et des
de Espiritualidad, 21). Un caso especial ya de ángeles con una función psico- dófonos con la armonía de las esferas Musées de France, vol. XIV, 4, 1995, pp.
lo constituye la tradición de los Siete pompa, aunque es más prudente consi- del macrocosmos, sirva el ejemplo de 58-60.
Príncipes, cuyo origen se encuentra en derarlos solamente como putti. El Sar- Filón de Alejandría, que llegó a asociar 44 J. Borja, Empresas Morales, ed. al cuida-
el Apocalipsis (3, 1; 5, 6), siendo signifi- cófago de Junius Bassus (s. IV, Vaticano) la música cósmica de los siete planetas do de R. García Mahíques, Ayuntamien-
cados como siete estrellas en la mano de nos presenta en cada uno de los laterales entonces conocidos con la lira de siete to de Valencia, 1998, empresa XXXIII,
Dios y como los siete ojos del Cordero. dos tipos de putti alados ocupados, res- cuerdas (Ph. De opificio mundi. 42, 1). p. 78.
Vid. S. Doménech García, “La formación pectivamente, en labores de vendimia y 32 F. Porras Robles, “La representación 45 R. García Mahíques, Empresas Sacras
de la imagen de los Siete Príncipes. Des- de siega, lo que observamos en otros sar- de los instrumentos de viento en el de Núñez de Cepeda, Ed. Tuero, Madrid,
cripción diacrónica, fuentes y herme- cófagos cristianos, como el Sarcófago del Románico jacobeo”, Revista de Folklo- 1988, pp. 40-41. Del mismo autor: Em-
néutica”, Imago. Revista de Emblemáti- Buen Pastor (s. IV, Vaticano, Museo Pio re, t. 28ª, nº 325, 2008, pp. 3-13. http:// presas Morales de Juan de Borja. Imagen
ca y Cultura Visual, 1, 2009, pp. 117-133. Cristiano, lat. 181), y que alude a las es- www.funjdiaz.net/folklore/07ficha. y Palabra para una Iconología, Ayunta-
20 No obstante, debe ser tenido en cuenta pecies eucarísticas: el pan el vino. Estos cfm?id=2441 (24-10-2012). miento de Valencia, 1998, pp. 114-115.
que el origen de la imagen de los ánge- tipos pervivirán varios siglos. 33 Societas Iesu, Imago Primi Saeculi So- 46 S. Bargagli, Dell’Imprese […] Alla prima
les alados en el seno del cristianismo es 27 E. Panofsky, Renacimiento y renacimien- cietas Iesu a Provincia Frandro-Belgica Parte, la Seconda, e la Terza nuevamen-
algo complejo, en donde también debie- tos en el arte occidental, Alianza Ed., Ma- eiusdem Societatis repraesentata, ex te aggiunte […], Francesco de France-
ron intervenir otros factores, como las drid, 1983, p. 219. Officina Plantiniana Balthasaris Moreti, schi Senese, Venecia, 1594, p. 429.
imágenes de las aladas victorias, como 28 Con guirnaldas, rodeando el túmulo fu- Amberes, 1640. 47 Vid. nota 3.
señaló F. Saxl. Cfr. de este autor: “Con- nerario de Hilaria de Carretto, obra de 34 S. Pietrasancta, De Symbolis Heroicis 48 “Caeca voluptatum, o juvenes, abrumpi-
tinuidad y variación en el significado de Jacopo della Quercia (1406-13, Lucca, libri IX, ex Officina Plantiniana Baltha- te vincla, libera erunt vestra his pectora
las imágenes”, en La vida de las imáge- Catedral de San Martino), aún ofrecen saris Moreti, Amberes, 1634. vindiciis”. J. Camerarius, Symbolorum
nes, Alianza Ed., Madrid, 1989, p. 18. una posición ambigua, mas los putti que 35 E. Panofsky, Idea. Contribución a la et emblematum centuriae quatuor […],
21 Filón de Alejandría, Sobre los sueños. So- se disponen en el coronamiento de la historia de la teoría del arte, Cátedra, sumpt. Ludovici Bourgeat Academiae
bre José, introducción, traducción y no- tumba del cardenal Rainaldo Brancacci, Madrid, 1989. Vid. el capítulo dedicado Bibliopolae, Maguncia, 1677, cent. III,
tas de T. Torallas Tovar, Gredos, Madrid, obra temprana de Donatello (ca. 1427, a la Antigüedad, pp. 17-31. emb. XCV, p. 190.
1997, pp. 92-93. Vid. también de este au- Nápoles, Sant’Angelo a Nilo), cabría ya 36 Esta obra ha sido restaurada hace po- 49 J. Bornitio, Moralia Bornitiana, hoc est
tor: De gigantibus 6 y 12; De plantatione identificarlos como aquellos ángeles cos años y expuesta. Vid. C. Falciani y A. Symbola et Emblemata Politico-Sacra et
14. Remitimos asimismo al preámbulo, trompeteros que despiertan a los muer- Natali (eds.), Bronzino. Pittore e poeta Historico-Politica […],sumptibus Ludo-
en donde se trata la cuestión en De con- tos en la tradición icónica del Juicio alla corte dei Medici, catálogo de la ex- vici Bourgeat Academiae Bibliopolae,
fusione linguarum, 171 y 174. final. De Donatello son también unos posición (Florencia, Palazzo Strozzi, 24 Maguncia, 1678, II, emb. XLIV, p. 88.
22 M. Bussagli, Storia degli angeli. Racconto angelillos ceroferarios de bronce (ca. de septiembre de 2010 - 23 de enero de 50 Zárraga se expresa así: “Para burlarse
di immagini e di idee, Tascabili Bompia- 1430, París, Musée Jacquemart-André), 2011), Mandragora, Florencia, 2010. un Sátiro de esta excelencia de Júpiter,
ni, Bolonia, 2003, p. 80. Lleva a: R. du y tantas otras manifestaciones de ánge- 37 F. J. García Pérez, “Las exequias de Isa- dando a entender no correspondían
Mesnil du Buisson, Les tessères et les les infantiles músicos, alados o no, que bel de Farnesio en Guatemala 1767-68”, sus dones con la grandeza de su epíte-
monnaies de Palmyre. Un art, une culture se disponen en diversos lugares, entre Imago. Revista de emblemática y cultura to, le introduxo dando diversos matizes
et une philosophie grecs dans les moules los que cabría recordar los músicos de visual, 2, 2010, p. 71. a las alas de las Mariposas […] Dando
d’une cité d’une religion sémitique, París, la cantoría de Florencia (1439, Museo 38 En la emblemática, no obstante, la re- a entender que no es decente a la Ma-
1962, p. 419. dell’Opera del Duomo), o los de Padua presentación más habitual del alma jestad de un Rey, el que pasen por su
23 Las miniaturas de este códice inspira- (1447-50, Basilica di Sant’Antonio). no es la mariposa sino una figura fe- mano los beneficios de menos monta”.
ron los mosaicos de la cupoletta del Gé- 29 D. Arasse, “Il programa político della menina alada con alas de pájaro, como Vid. F. Zárraga, Séneca, juez de sí mismo,
nesis en San Marcos de Venecia. Bussa- Camera degli Sposi, overo il segreto el amor. Así ocurre, por ejemplo, en la impugnado, defendido, y ilustrado, Juan
gli dedica a este aspecto una síntesis en dell’immortalità”, Quaderni di Palazzo obra anónima Amoris Divini et Huma- de Viar, Burgos, 1684, p. 301. También
op. cit., pp. 72-80. Son importantes en Te, 6, janvier-juin 1987, p. 56. ni Antipathia (Guillaume le Noir, París, en A. Bernat Vistarini y J. Cull, Enciclo-
este sentido las consideraciones de Cla- 30 Ibidem. Arasse también considera aquí 1628) http://emblems.let.uu.nl/ad1628. pedia Akal de Emblemas Españoles Ilus-
relli: Cfr. M. V. Clarelli, “I giorni delle el reagrupamiento de los putti en cua- html (10-10-12), obra que es también trados, Akal Ediciones, Madrid, 1999, nº
creazione nel ‘Genesi Cotton’”, Orien- tro grupos, combinación ajustada al editada el año siguiente teniendo como 915. Por su parte Mendo se expresará
talia Christiana Periodica, 50, 1984, pp. ritmo cuadrangular de la tarja, que so- autor a Ludovicus van Leuven (apud de modo semejante: “Ocúpese en cosas
65-93. metida bajo la forma circular de óculo Michaelem Synders, Amberes, 1629), grandes, quien es grande, y no se abata
24 M. A. Elvira Barba, Arte y mito. Manual nos recordaría la planta de un edifi- http://emblems.let.uu.nl/ad1629.html el Príncipe a ejercicios que desdicen
de iconografía clásica, Sílex, Madrid, 2008, cio funerario, y en concreto la misma (10-10-12). En la obra de O. Vaenius, de su grandeza”. Vid. A. Mendo, Prín-
pp. 246-249. planta de la Cámara de los esposos: un Amoris Divini emblemata […], (ex Offi- cipe perfecto y ministros ajustados, do-
25 Por lo general, desempeñan la función cuadrado surmontado por un círculo, cina Martini Nuti & Ioannes Meurs, cumentos políticos, y morales, Horacio
de guías de los muertos, y ayudan a entendido en la época como la super- Amberes, 1615), el alma, como el amor, Boissat & George Remeus, Lyon, 1662,
transportar las almas al Hades o al Cielo posición de la circularidad celeste so- aparecen también alados con alas de p. 78. También en A. Bernat y J. Cull,
cristiano, como hemos visto en el Sarcó- bre el cuadrado terrestre. pájaro http://emblems.let.uu.nl/v1615. op. cit., nº 916. En conclusión, no existe
fago de Psique de Arlés. Funcionan, pues, 31 En la antigua Grecia existió una clara html (10-10-12). Mas en la Pia Desi- ningún recuerdo ya de la relación de la
como psicopompos o acompañantes del diferenciación entre instrumentos de deria Emblematis de H. Hugo (Typis mariposa con el alma.
alma. A veces se les llama genios, algo cuerda y de viento, observado en ám- Henrici Aertssenii, Amberes, 1624), el 51 En este sentido, es de consulta impres-
equiparable a los dáimones, aunque esta bitos de uso concretos. De acuerdo con alma es una figura femenina sin alas cindible el estudio: F. J. Escobar Borre-
asociación puede que no sea del todo Tatarkiewicz: “Del Oriente importaron http://emblems.let.uu.nl/hu1624.html go, El mito de Psique y Cupido en la poe-
exacta. Son muchos los sarcófagos ro- los griegos los instrumentos de vien- (10-10-12). sía española del siglo XVI, Universidad
manos de los primeros siglos del impe- to, sobre todo el ‘aulós’, parecido a la 39 J. Bialostocki, Estilo e Iconografía, Ba- de Sevilla, 2002.

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