El Alma Como Mariposa. Del Mito de Psique A La Retórica Visual Del Barroco
El Alma Como Mariposa. Del Mito de Psique A La Retórica Visual Del Barroco
El Alma Como Mariposa. Del Mito de Psique A La Retórica Visual Del Barroco
En nuestra tradición perviven aún misteriosos relatos en torno solamente de elaborar un mapa básico de los diferentes aspec-
a la luctuosa noche de las ánimas –madrugada entre el 1 y el 2 tos que competen a dicha fortuna, nos encontraremos con una
de noviembre–, noche en que estas se manifiestan a los vivos historia muy diversificada y cambiante a lo largo de los siglos.
haciéndose visibles por medio de mariposas. Esta idea del alma Comenzaremos por analizar el mito de Amor y Psique en la
como mariposa realmente es un símbolo universal verificable visualidad artística de la Antigüedad –en especial en el con-
en civilizaciones muy dispares. Así, en paralelo con los relatos texto funerario–, y su pervivencia hasta el Renacimiento; en
que nos han contado nuestros abuelos en los que abundan ex- segundo lugar, la relación del mito con las especulaciones an-
periencias visionarias de esta índole, podríamos citar –según gelológicas del cristianismo; concluiremos el recorrido con la
nos informa Chevalier– una creencia que permanece muy viva imagen de la mariposa como recurso de la retórica visual de
aún entre ciertas poblaciones turcas del Asia central que han los siglos XVI y XVII. Podríamos aún rastrear el renacer del
tenido una fuerte influencia irania, según la cual los difuntos mito de Psique en el mundo contemporáneo, pero esto, por el
pueden aparecer en forma de mariposa nocturna. También co- momento, lo vamos a eludir. Iremos observando, en todo este
menta este autor que en un apólogo de los Baluba y de los Tulúa recorrido, un proceso de disolución o enfriamiento de aspec-
del Kasai (Congo central), el alma toma la imagen de mariposa, tos simbólicos que comenzaron teniendo en su momento una
observándose un paralelismo simbólico entre la vida de esta y gran significación.
el ciclo vital del hombre: en su infancia es una pequeña oru-
ga que va creciendo conforme llega a la madurez, se convierte Como paso previo, es importante traer aquí la diferencia entre
en crisálida a la vejez, su tumba es un capullo de donde sale su lo que es, en sentido estricto, un símbolo, respecto de lo que es
alma, que vuela en forma de mariposa, siendo la puesta de esta un recurso retórico que equívocamente –en ocasiones– se ha
mariposa la expresión de su reencarnación. Así mismo –con- llegado a confundir con el concepto de símbolo, denominándo-
tinúa– entre los aztecas, la mariposa era un símbolo del alma se como tal. Es verdad que, muchas veces, la retórica hace uso
o del aliento vital, el cual escapa por la boca del agonizante, y de símbolos vigentes en la civilización como recurso retórico,
una mariposa entre las flores representa el alma de un guerrero pero tal cosa no quiere decir que todo recurso retórico sea un
caído en los campos de batalla. Los guerreros muertos acompa- símbolo. Una metáfora o una alegoría pueden establecerse so-
ñaban al sol en la primera mitad de su curso; a mediodía volvían bre la tradición simbólica, pero en sí, por su propia definición,
a descender a la tierra en forma de mariposas o colibríes1. El no son más que artificios del ornatus y no todos estos artificios,
arte romano nos ofrece el mosaico pompeyano conocido como de hecho, se construyen sobre símbolos. De este modo podre-
Memento mori (fig. 1) (30 a.C. - 14 d.C., Nápoles, Museo Archeo- mos observar que la mariposa, como símbolo del alma, puede
logico Nazionale), en donde la mariposa es dispuesta junto a la como tal vehicularse como recurso significante en la retórica
calavera para significar el alma y su inmortalidad, en contraste visual –sobre todo en el Barroco, momento de gran vigencia
con la decadencia del cuerpo2. Otro relieve nos presenta este de la retórica–, pero al mismo tiempo puede convertirse tam-
mismo simbolismo de un modo más narrativo: un grupo de bién en una simple metáfora de algún concepto moral sin que
campesinos medita ante la imagen de una calavera sobre la que la relación sustitutiva metáfora/concepto dentro de la retórica
se ha posado una mariposa3. merezca ser calificada como relación simbólica. Es muy impor-
tante tener clara esta diferencia y al propio tiempo advertir –tal
No cabe duda de que encontraríamos muchas más referencias es el caso– cómo las mismas tradiciones simbólicas pueden ter-
sobre el alma-mariposa, pero quiero centrarme únicamente en minar desvaneciéndose a causa de la tendencia a la racionaliza-
la trayectoria o fortuna que este símbolo ha tenido en nuestra ción, algo muy propio de nuestra cultura occidental.
cultura occidental hasta la cultura visual del Barroco. Nues-
tro punto de partida para el recorrido histórico-cultural que Como en otras civilizaciones, era creencia general en la Anti-
pretendo conducir es el mito de Psique. Para ello, y tratando güedad que el alma salía del cuerpo de los muertos en forma
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1 Memento mori. Mosaico pompeyano,
30 a.C. – 14 d.C. Museo Archeologico
Nazionale, Nápoles.
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2 Eros y Psique. Mármol romano del
siglo II a partir de un prototipo del
siglo II a.C. Galeria degli Uffizi,
Florencia.
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3 Eros atormenta a Psique.
Camafeo del siglo I a.C.
Museo Archeologico Nazionale,
Florencia.
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6 Prometeo modela al primer hombre
y Atenea dispone el alma en forma de
mariposa. Sarcófago, siglo III. Musei
Capitolini, Roma.
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Detalle de la portada del libro de
emblemas Imago Primi Saeculi Societas
Iesu a Provincia Frandro-Belgica,
Societas Iesu, 1640.
superior del alma es el angélico. Por lo tanto el alma humana se sus ciudadanos las almas incorruptibles e inmortales, en número
diferencia de los ángeles por permanecer en una situación más igual a los astros. De estas almas, unas, atraídas por la tierra y los
“fría”, mientras estos habitan otra más “cálida” por la proximi- cuerpos, caen y se unen a cuerpos mortales, pero otras ascienden,
dad a Dios19. También Clemente de Alejandría llegó a entender habiendo sido distinguidas para retornar según los números y
que las almas se encuentran en un rango inferior de “angeliza- tiempos fijados por la naturaleza. De éstas hay algunas que vuelven
ción” (Eclogae propheticae 57, 2-5). Toda esta especulación, no otra vez, añorando los hábitos y costumbres de la vida mortal, otras,
cabe duda, debió influir en el hecho de que fuera adoptada por habiendo reconocido su gran frivolidad, llaman al cuerpo prisión
el cristianismo la conformación icónica de Psique, así como de y tumba, huyendo como de un encierro o un sepulcro, ascienden
Eros, para representar a los ángeles alados20. hacia el éter con sus alas ligeras, donde recorren los astros toda
la eternidad. Unas son completamente puras y nobles, dotadas de
Filón de Alejandría enumera los seres que pueblan el aire. Este pensamientos superiores y divinos, que nunca han tenido el más
es el lugar propio de los pájaros, seres que son perceptibles por mínimo deseo por las cosas terrestres y son gobernadores del Gran
los sentidos. Mas, existen también algunas potencias, dyná- Soberano, como los oídos y los ojos de un gran rey, ven y escuchan
meis, que no son perceptibles sensorialmente: almas incorpó- todo. Algunos filósofos llaman a estas almas “démones”, y las
reas ordenadas en específicas escalas. Algunas de estas pueden Sagradas Escrituras, utilizando un nombre más apropiado, “ángeles”,
introducirse en los cuerpos mortales, y habitan en el aire, mien- pues “anuncian” las órdenes del padre a sus hijos y las necesidades de
tras otras, de naturaleza más próxima a la divinidad, no tienen los hijos al padre (De somniis I, 137-142)21.
contacto con la tierra y habitan en el éter. Dice así:
Es decir, existen dos clases de almas: unas que estarían
Pues de todos los elementos, no va a ser éste [el aire] el único en estar sometidas a “enfriamiento”, las aéreas, que se someten a
despoblado, sino que, cual ciudad tiene una noble población, siendo reclusión en los cuerpos humanos, y otras más “cálidas”, que
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vuelan más alto, habitadoras del éter, que nunca descienden a la
tierra para encarnarse. Las primeras serían las almas humanas,
y la segundas, propiamente los ángeles. Esta sería la diferencia
también entre las mariposas y los pájaros: las primeras vuelan
más bajo que los pájaros. En realidad, es la diferencia, también,
entre Psique y Eros. Por ello, en la Antigüedad, la primera es
representada con alas de mariposa, el segundo con alas de pájaro.
Eros es una divinidad que pertenece al Olimpo, la segunda no,
aunque la inmortalidad le será concedida posteriormente.
Debido al emparejamiento que hizo ya la Antigüedad de Psique imagen que tendrá un gran éxito, aflorando en numerosas
con Eros, y la relación que ambos establecen con la disposición escenas. Aparece también multiplicado en un mismo ámbito o
icónica de los ángeles, se produce aquí un juego de relaciones escena, y si son pocos y están junto con otras figuras mitológicas,
que debemos considerar conjuntamente. Eros servirá de suelen tener un sentido alegórico o simbólico. Acaba triunfando
modelo para el ángel alado, pero también hay casos en que también la profusión de Erotes en contextos decorativos
Psique servirá también de referente angélico. Un caso en que la más allá del ámbito funerario. Incluso, podían perder sus alas
iconografía angélica deriva de la de Psique, es la controvertida convirtiéndose en simples putti. Además surgirán variantes
escena de la creación de las plantas de la Biblia Cotton23. de Eros con nombres concretos en relación con conceptos
abstractos: Hímero, Pothos, Anteros, etc., representando
Ya hemos visto cómo el mito de Eros y Psique tuvo parte diferentes facetas del amor y formando parte del cortejo de
importante en el imaginario funerario romano. Pero hay que Afrodita. Roma recibió al Eros griego, dándole un nombre
tener en cuenta que es sobre todo Eros quien adquiere mayor convencional: Cupido (deseo, pasión), sin que alcanzase nunca
protagonismo en el período romano; a quien vemos más el nivel de un dios independiente con culto propio. Sin embargo,
representado en este contexto, y no cabe duda que su figura debió por influencia de la literatura helenística, su papel poético
influir en la formación de las imágenes de los ángeles. Desde el resultó insoslayable, multiplicándose sus representaciones en
siglo IV a.C., con Praxíteles y Lisipo, Eros fue representado con temas mítico-alegóricos. Uno de los aspectos más interesantes
anatomía infantil o adolescente hasta que, con el helenismo, se y, al propio tiempo, más difícil de encajar, es el Eros funerario,
convirtió en un niño de tres o cuatro años, alegre y juguetón, que aparece desde el siglo II a.C., dormido o sosteniendo una
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13 Portada del libro De Symbolis
Heroicis de Silvestro Pietrasancta,
compuesto por Rubens y grabado por
Cornelius Galle. Amberes, 1634.
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14 Agnolo Bronzino: Retrato del enano
Morgante, 1552. Galleria degli Uffizi,
Florencia.
por Jan Bialostocki como expresión de la vanitas de los países flores y vegetación aparentemente vivaces, paralelamente se
nórdicos, cuyo discurso conceptual se centra en la regeneración desarrolla todo un mundo de corrupción llevada a cabo por
de la naturaleza. Así, ante bellas composiciones de frutos, pequeños insectos, gusanos, orugas, incluso roedores, cuya
acción adquiere el significado de la constante regeneración
de la naturaleza y del mundo. Nos puede servir como ejemplo
la tela que lleva por título: La naturaleza como vanitas (1675-
79, Darmstadt, Hessisches Landesmuseum). A esta obra se
le puede aplicar un comentario parecido al que Bialostocki
dedicó a una de las obras de este pintor conservada en el
Museo Nadorowe de Varsovia: “[…] entre las piedras, hojas
y maleza que hay en un pequeño charco de agua, entre unas
ruinas visibles sólo en parte, bajo las frondosas flores, la hierba
y los matorrales se mueven las mariposas, los escarabajos, las
hormigas, las ranas, los pájaros, las serpientes y los caracoles.
En este reino verde y húmedo, las hormigas se ceban en el
esqueleto de un pájaro muerto; no muy lejos hay otro pájaro
muerto, con las patas rígidas y estiradas; masas de pequeños
insectos buscan su botín; de entre las hojas y flores va saliendo
una serpiente. Sobre este campo de batalla en el que se
desarrolla una lucha sin consideración de todos contra todos,
florecen las flores y crece la hierba”39. En esta obra no faltan las
mariposas, pero aquí es importante advertir que no parecen
estar en relación con el simbolismo del alma, configurándose
como un elemento con vistosidad, pero uno más entre el
conjunto de flores, frutos e insectos. Estamos asistiendo a un
proceso de desintegración del símbolo a causa de interferir
15
una semántica distinta al servicio de la retórica visual del caso.
Como Mignon, otros muchos artistas del norte de Europa
elaboraron composiciones semejantes en las que las mariposas
cobran cierto protagonismo, como en el caso de la Vanitas de
Rachel Ruysch (ca. 1683, Glasgow, Kelvingrove Art Gallery)
(fig. 17). Aquí se disponen también flores y mariposas en un
tronco de árbol, siendo víctimas de diferentes depredadores.
Esta pintora era hermana de un conocido profesor de
botánica y quizás la presencia de mariposas no tiene mayor
relevancia que lo observado en la naturaleza. En esta misma
línea de desintegración del símbolo se encuentra también la
representación de la mariposa en muchos cuadros de artistas
españoles de naturalezas muertas, como Antonio Ponce, Pedro
de Camprobín o Juan de Arellano40. En las obras de estos
artistas, las mariposas adquieren tanto protagonismo como las
16
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17 Rachel Ruysch: Vanitas, ca. 1683,
detalle. Kelvingrove Art Gallery,
Glasgow.
flores, sin duda debido a la vistosidad de sus alas, que las hace
comparables a las de los pétalos de cualquier flor.
17
19
y portadores de los arma Christi otros– pudieran aludir por sí en sentido estricto– fuera un ámbito que ofreciera un gran
mismos a la resurrección de la carne en virtud del simbolismo de despliegue de conceptualizaciones en torno a la oruga, la
la crisálida y la mariposa. Creo que en este contexto no pueden crisálida y la mariposa en el sentido de símbolos del alma y de
confundirse las almas con los ángeles. En todo caso, cabría la resurrección. Mas la esperanza ha resultado tristemente
pensar que el personaje de la obra que nos ocupa no fuese un decepcionante. Aquí el repertorio de aspectos en donde
ángel sino una representación simbólica del alma –por otro lado, aparece la mariposa o el capullo de la crisálida son de muy
algo excepcional en los códigos icónicos contemporáneos–. En variada índole, prestándose más al servicio del ingenio que a la
cualquier caso, quiero sugerir tal cosa como hipótesis, la cual profundización en este ámbito simbólico, uniéndose por tanto
debería ser verificada mediante una investigación de las fuentes a la tendencia apuntada anteriormente de desintegración del
que pudieron inspirar este discurso visual emblemático. simbolismo. En este sentido, uno de los tópicos más frecuentes
será el de las mariposas que acuden atraídas por la llama de una
Con todos estos exponentes, cabría esperar que la emblemática vela encontrando allí la muerte, de lo que puede ser ejemplo
en su vertiente literaria –me refiero a los libros de emblemas la empresa de Juan de Borja: Fugienda Peto [Busco lo que
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20 Dosso Dossi: Júpiter, Mercurio y la
Virtud, 1515-1518. Zamec Królevsky na
Wawelu, Colección Lanckoronski,
Cracovia.
20
huir debería] 44, exponente también de algo con una fecunda oruga es equiparada a la del hombre en la tierra, el cual tiene
tradición literaria y emblemática45. Así mismo la crisálida como fin el cumplimiento de un deber, y la muerte significa un
conformará conceptos como el expresado por Scipione Bargagli merecido descanso, dando por supuesto que la muerte cristiana
con el mote: Aliunde nihil [No hay nada de ninguna otra fuente], tiene sentido como paso previo a la resurrección.
referido a la autosuficiencia en recursos, por el hecho de que
la oruga, para construir el capullo donde se encerrará para Existen también casos singulares sobre la mariposa dentro de
realizar su metamorfosis, no necesita más materia ni industria la retórica visual que merecen atención, aunque desde una in-
que lo aportado por ella misma46. Más complejo resulta el tópico terpretación completamente lejana al simbolismo del alma. Me
del cangrejo y la mariposa, que no fue pasado por alto por los limitaré a comentar uno de ellos, también especialmente sig-
humanistas del Renacimiento, apareciendo en las empresas, nificativo por su relación con la emblemática. Corresponde al
entre las que sirve el ejemplo de Gabriele Symeoni, incluso llegó cuadro del pintor italiano Dosso Dossi titulado: Júpiter, Mer-
a ser marca de algunos impresores de Lyon durante los siglos curio y la Virtud (óleo sobre lienzo, 1515-1518, Cracovia, Zamec
XVI y XVII: J. Frellon, P. Frellon, Antoine de Harsy y Pierre Królevsky na Wawelu, Colección Lanckoronski) (fig. 20). Nos
Ravaud. Este tópico tiene sus raíces en una moneda de Augusto, muestra a Júpiter pintando mariposas en un lienzo bajo la aten-
y en su día mereció un estudio por W. Deonna47. J. Camerarius ta mirada de Mercurio, quien se lleva el dedo índice a los labios
presenta un emblema sobre la mariposa en el momento de salir para pedir silencio a otra figura adornada con flores, identifica-
de su cápsula. Su mote reza: Purus et erumpam [Puro y estalló]. da como la Virtud. En efecto, cuenta el mito que con ocasión de
Su sentido tampoco está directamente en relación con el alma, una pelea entre Virtus y Fortuna, la primera acudió a los dioses
ya que se refiere a la liberación de las ataduras de los placeres en busca de ayuda, pero Mercurio intervino y le dijo que es-
voluptuosos por medio del estudio48. Quizás se aproxima más al perara: los dioses estaban ocupados, dijo, haciendo florecer los
simbolismo del alma un emblema de Jabobus Bornitius que, bajo pepinos y pintando las alas de las mariposas. Ha sido apuntada
el mote: Penso absoluto [Valioso todo hasta lo más pequeño], nos la posibilidad de que el propio Dosso Dossi se haya representa-
muestra una oruga ocupada en comer hojas y otra ya encerrada do aquí como Júpiter, aunque no hay en ello seguridad. El pin-
en su celda. En un dístico latino, se explica que la vida tiene por tor habría tomado la apariencia de Júpiter, cabeza del panteón
objeto realizar unos deberes y que la muerte libera al hombre romano, pintando alas de multicolores mariposas, las cuales
de la carga de dicho trabajo: Munia sic quisquis peragat sibi parecen cobrar vida bajo su pincel, y volar libres de la super-
credita vitae, / Mors donec solvat fessa laboris onus [Dones para ficie del cuadro. Sería una metáfora de toda la creación, equi-
quien realiza una acreditada vida, / La muerte hasta que pague parando la del mundo y la naturaleza con la creación artísti-
la carga pesada]49. Por lo tanto, la imagen de la actividad de la ca. Así, Júpiter, Mercurio y la Virtud conformarían un discurso
21
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22 Antoine-Denis Chaudet: Cupido,
1802-1807. Musée du Louvre, París.
22
alegórico sobre el arte de la pintura misma. Júpiter trabaja en Esta historia de Júpiter pintando mariposas ha sido también
su pintura dentro de una pintura, con la paleta, y los pinceles; tratada por la emblemática. Tampoco en esto parece haber de-
Dossi había utilizado las mismas herramientas para completar jado demasiado poso el simbolismo del alma como mariposa al
el cuadro en su totalidad. Su esfuerzo humano es como el de un convertirse este tema en un simple topos poético. En el ámbito
dios, y el oficio del pintor es ennoblecido por equipararse a la español, tanto Zárraga, como Solórzano, como Mendo insisten
creación divina. Este cuadro podría leerse, por tanto, e intitu- en la imagen de Júpiter pintando mariposas bajo el mote: Mag-
larse como Alegoría de la Pintura, del mismo modo que el pro- nus in magnis [Grande entre los grandes], como algo que no
pio pintor compusiera también una Alegoría de la Música. En es digno de la majestad de un príncipe50. Se trata pues, de otra
este sentido, el artista ha trasladado al lienzo una acción divina muestra de la aplicación del símbolo de la mariposa claramente
que en su fuente originaria no era tal cosa –Júpiter pintó las como un recurso del ornatus retórico, y por lo tanto en el cami-
alas de las mariposas, no en un lienzo, sino al natural. Por ello la no de la desintegración simbólica.
cuestión reside en saber hasta qué punto el artista –y con él los
intérpretes del Renacimiento– pudieran entender qué cosa sig- Con todo, el mito de Eros y Psique tuvo también su propia for-
nificaba realmente pintar alas de mariposa en el mito antiguo. tuna en el plano literario desde el Renacimiento51, mas desde el
· notas ·
1 J. Chevalier, Diccionario de los símbolos, 1976. Del mismo autor: The Metamor- del Museo del Capitolio (nº 20), encon- podría ser también Hypnos, el sueño, o
Herder, Barcelona, 1986, pp. 691-692. phoses of Apuleius. On Making an Ass of trado en el Aventino y donado a dicho Thanatos, la muerte– porta la tradicio-
2 Se trata de un jeroglífico alegórico de Oneself, The University of North Caro- museo por Benedicto XIV en 1749. En nal antorcha encendida hacia abajo.
origen helenístico que presenta a la lina Press, Pennsylvania, 1992. este último caso tanto Eros como Psi- 15 http://www.imamuseum.org/art/
muerte como el gran nivelador que 5 S. Cavicchioli, Amore e Psiche, Alberto que han perdido sus alas. Grupos seme- collections/artwork/sarcophagus-
anula todas las diferencias de riqueza Maioli Editore, Milán, 2002. jantes a este del Capitolio se encuen- panel-cupid-and-psyche- (3-8-2011).
y clase. La emblemática del barroco 6 M. Collignon, Essai sur les monuments tran en Florencia (nº 21), Dresde (nº 22 16 S. Cavicchioli, op. cit., p. 50.
abundará sobre este tema de diversa grecs et romains relatifs au mythe de y nº 23), Londres (nº 24). 17 F. Baratte y C. Metzger, Catalogue de sar-
manera. La composición está articu- Psyché, Ernest Thorine ed., Libraire des 11 Una variante de este tipo de Eros y cophages en pierre des époques romaine et
lada a partir de un nivel con una línea Écoles françaises d’Athènes et de Rome Psique presenta a esta en actitud su- paléochrétienne, Musée du Louvre, París,
de plomada, el instrumento de los alba- du Collége de France et de l’École Nor- plicante. Son ejemplos, un grupo del 1985, pp. 115-118, nº 47.
ñiles para el nivelado. El peso de dicha male Supérieure, París, 1877, pp. 85-159. Museo del Louvre en mármol griego 18 Collignon refiere otros casos: un bajo-
plomada es la clavera –la muerte–, por 7 S. Cavicchioli, op. cit., p. 47. proveniente de Villa Borghese, en que rrelieve procedente de un sarcófago
debajo de la cual la rueda de la fortu- 8 Collignon cita dos espejos etruscos de Psique está arrodillada y Eros tiene encontrado en Ostia y conservado en
na muestra en su punto de equilibrio a bronce adornados con relieves. En el proporciones más grandes, habiendo el Vaticano (nº 168) presenta también
una mariposa –el alma inmortal–. En primero (nº 1), conservado en el Museo sido reconstruidas algunas partes (Co- a Psique asociada al mito de Prometeo.
cada lado, suspendidos de los brazos de Perugia, Eros y Psique aparecen abra- llignon, nº 13). Así mismo, es semejante Aquí aparece Hermes llevando a Psique
del nivel triangular, y en perfecto equi- zados; en el segundo (nº 2), encontrado un fragmento en mármol griego proce- con las inscripciones identificativas:
librio, se mantienen, a la izquierda, los en Palestrina, Eros aparece también con dente del Anfiteatro de Capua (nº 14), MERCVRIVS y ANIMA. Otro bajorre-
signos de la riqueza y el poder –el cetro una figura alada, considerándose repre- y una estatua de mármol proveniente lieve fragmentario de un sarcófago pro-
y la púrpura– y a la derecha la pobreza sentado el grupo de Eros y Psique. de la Villa d’Este de Tivoli, y donada al cedente de Villa Borghese y conserva-
–el zurrón del mendigo sujeto a un palo, 9 Cfr. G. Mansuelli, Galleria degli Uffizi. Museo del Capitolio por Benedicto XIV do en el Louvre (nº 169) asocia también
y los andrajos–. El tema tenía por obje- Le sculture, Istituto Poligrafico dello en 1735 (nº 15). Psique a la creación del hombre con la
to recordar a los comensales del tricli- Stato, Roma, 1958-1961, vol. 1, pp. 90-91. 12 Vid. así mismo otras pinturas pompeya- misma disposición de Prometeo mode-
nio donde se encontraba este mosaico, S. Cavicchioli, op. cit., p. 48. El grupo nas en el catálogo de Collignon (nº 3-8). lando y Atenea disponiendo la maripo-
la fugacidad de las fortunas terrenales. fue desenterrado en el Celio cerca de 13 Antología Palatina, traducción e introduc- sa del alma, más Hermes Psicopompo
3 W. Deonna, “The Crab and the Butter- Santo Stefano Rotondo en 1666. Poco ciones de M. Fernández-Galiano, Gredos, llevando a Psique. Así mismo una mo-
fly: a study in animal symbolism”, Jour- después sería adquirido por los Medici Madrid, 1978, p. 406. neda de Antonino Pío (nº 172) presenta
nal of the Warburg and Courtauld Insti- y trasladado a Florencia. 14 En el lado homólogo del sarcófago apa- en su reverso a Prometeo modelando
tutes, vol. 17, 1/2, 1954, pp. 81-82, n. 286. 10 Otros casos catalogados por Collignon recen dos Eros vestidos con clámides. una figura humana y a su derecha Mi-
http://dx.doi.org/10.2307/750132. corresponden a un fragmento del Mu- El primero porta en su mano un collar nerva teniendo en su mano derecha
4 C. Schlam, Cupid and Psyque. Apuleius seo de Letrán (nº 11); otro fragmento de mientras se lleva también el dedo a la una mariposa.
and the Monuments, The American Phi- mármol del Museo de Toulouse (nº 12); boca en un gesto semejante al de Psique, 19 La angelología cristiana ha categoriza-
lological Association, University Park, así mismo es también célebre el grupo y el segundo –el Eros funerario, que do los ángeles en jerarquías de acuer-
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do con el grado de proximidad a Dios, rio en donde se multiplican estos Erotes, flauta. Este, en vez de sonidos aislados, rral, Barcelona, 1972, p. 208.
siendo la más próxima la de serafines, unas veces de pie, otras suspendidos en no unidos entre sí, podía producir una 40 O. Cherry, Arte y Naturaleza. El bode-
querubines y tronos. El fin esencial de el aire. Por parejas, sostienen un clípeo melodía continua. Cuando fue introdu- gón español en el Siglo de Oro, Funda-
esta, según el Pseudo Dionisio, es ocu- con la efigie del difunto, o el marco para cido, los antiguos griegos reaccionaron ción de Apoyo a la Historia del Arte
parse indefectiblemente en la imitación la inscripción central. Véase la parte enérgicamente, considerándolo como Hispánico, Madrid, 1999, láms. LI, XCI,
de Dios dentro de la doble tarea que central del citado sarcófago del Me- un estímulo orgiástico. Ocupó el puesto CXV, CXXIV.
caracteriza a toda jerarquía angélica: tropolitan. A veces se multiplican en el principal en el culto a Dionysos, igual 41 Sobre la vanitas, es imprescindible el es-
recibir y transmitir la luz divina, es de- frente del sarcófago portando diferen- que la lira en el culto de Apolo. Lo em- tudio: L. Vives-Ferrándiz Sánchez, Vani-
cir el saber que lleva a la perfección. En tes objetos (Roma, Palacio Giustiniani). pleaban en el drama y en la danza, igual tas. Retórica visual de la mirada, Ed. En-
este sentido, los ángeles de este primer Otras, portan un gorgoneion, o el escudo que la lira acompañaba los sacrificios, cuentro, Madrid, 2011.
orden sobrepasan todo poder creado, de Minerva con la cabeza cercenada de las procesiones y la educación. Los dos 42 J. H. Marrow, “‘In desen speigell’: A
visible e invisible, constituyendo una la Gorgona, que se creía era un podero- instrumentos musicales mencionados New Form of ‘Memento Mori’ in Fif-
jerarquía particularmente homogénea, so amuleto contra el mal. Normalmen- eran para los griegos tan diferentes que teenth-Century Netherlandish Art”, en
que debido a su suprema pureza so- te se muestran desnudos, o con ligeras no asociaban la música instrumental Essays in Northern European art presen-
brepasa a todos los poderes deiformes, prendas que dejan ver su desnudez. en una sola noción. Todavía Aristó- ted to Egbert Haverkamp-Begemann on
ya que dichos ángeles “están constan- 26 Podemos ver ya en los sarcófagos paleo- teles hacía una clara distinción entre his sixtieth birthday, Doornspijk, 1983,
temente adheridos a su propio orden cristianos, como es el caso del sarcófago la ‘citarística’ y la ‘aulética’”. W. Tatar- pp. 154-163.
moviéndose eterna y uniformemente de Aurelio, de la Catacumba de san Lo- kiewicz, Historia de la Estética, Akal, 43 A. Brejon de Lavergnée y A. Donetzkoff,
en constante amor de Dios” (Dion. Ar, renzo, cómo un par de Erotes extienden Madrid, 1987, vol. 1, p. 25. Vid. también: “Une Vanité de Jan van Hemessen, v.
CH VII, 2; Pseudo Dionisio Areopagita, un velo por detrás de la efigie del sujeto Aristóteles, Poética, 1447a. En cuanto 1500 - v. 1560, entre au Musée des Beaux-
Obras completas, BAC, Madrid, Clásicos enterrado, lo cual podría permitir hablar a la relación de la música de los cor- Arts de Lille”, La Revue du Louvre et des
de Espiritualidad, 21). Un caso especial ya de ángeles con una función psico- dófonos con la armonía de las esferas Musées de France, vol. XIV, 4, 1995, pp.
lo constituye la tradición de los Siete pompa, aunque es más prudente consi- del macrocosmos, sirva el ejemplo de 58-60.
Príncipes, cuyo origen se encuentra en derarlos solamente como putti. El Sar- Filón de Alejandría, que llegó a asociar 44 J. Borja, Empresas Morales, ed. al cuida-
el Apocalipsis (3, 1; 5, 6), siendo signifi- cófago de Junius Bassus (s. IV, Vaticano) la música cósmica de los siete planetas do de R. García Mahíques, Ayuntamien-
cados como siete estrellas en la mano de nos presenta en cada uno de los laterales entonces conocidos con la lira de siete to de Valencia, 1998, empresa XXXIII,
Dios y como los siete ojos del Cordero. dos tipos de putti alados ocupados, res- cuerdas (Ph. De opificio mundi. 42, 1). p. 78.
Vid. S. Doménech García, “La formación pectivamente, en labores de vendimia y 32 F. Porras Robles, “La representación 45 R. García Mahíques, Empresas Sacras
de la imagen de los Siete Príncipes. Des- de siega, lo que observamos en otros sar- de los instrumentos de viento en el de Núñez de Cepeda, Ed. Tuero, Madrid,
cripción diacrónica, fuentes y herme- cófagos cristianos, como el Sarcófago del Románico jacobeo”, Revista de Folklo- 1988, pp. 40-41. Del mismo autor: Em-
néutica”, Imago. Revista de Emblemáti- Buen Pastor (s. IV, Vaticano, Museo Pio re, t. 28ª, nº 325, 2008, pp. 3-13. http:// presas Morales de Juan de Borja. Imagen
ca y Cultura Visual, 1, 2009, pp. 117-133. Cristiano, lat. 181), y que alude a las es- www.funjdiaz.net/folklore/07ficha. y Palabra para una Iconología, Ayunta-
20 No obstante, debe ser tenido en cuenta pecies eucarísticas: el pan el vino. Estos cfm?id=2441 (24-10-2012). miento de Valencia, 1998, pp. 114-115.
que el origen de la imagen de los ánge- tipos pervivirán varios siglos. 33 Societas Iesu, Imago Primi Saeculi So- 46 S. Bargagli, Dell’Imprese […] Alla prima
les alados en el seno del cristianismo es 27 E. Panofsky, Renacimiento y renacimien- cietas Iesu a Provincia Frandro-Belgica Parte, la Seconda, e la Terza nuevamen-
algo complejo, en donde también debie- tos en el arte occidental, Alianza Ed., Ma- eiusdem Societatis repraesentata, ex te aggiunte […], Francesco de France-
ron intervenir otros factores, como las drid, 1983, p. 219. Officina Plantiniana Balthasaris Moreti, schi Senese, Venecia, 1594, p. 429.
imágenes de las aladas victorias, como 28 Con guirnaldas, rodeando el túmulo fu- Amberes, 1640. 47 Vid. nota 3.
señaló F. Saxl. Cfr. de este autor: “Con- nerario de Hilaria de Carretto, obra de 34 S. Pietrasancta, De Symbolis Heroicis 48 “Caeca voluptatum, o juvenes, abrumpi-
tinuidad y variación en el significado de Jacopo della Quercia (1406-13, Lucca, libri IX, ex Officina Plantiniana Baltha- te vincla, libera erunt vestra his pectora
las imágenes”, en La vida de las imáge- Catedral de San Martino), aún ofrecen saris Moreti, Amberes, 1634. vindiciis”. J. Camerarius, Symbolorum
nes, Alianza Ed., Madrid, 1989, p. 18. una posición ambigua, mas los putti que 35 E. Panofsky, Idea. Contribución a la et emblematum centuriae quatuor […],
21 Filón de Alejandría, Sobre los sueños. So- se disponen en el coronamiento de la historia de la teoría del arte, Cátedra, sumpt. Ludovici Bourgeat Academiae
bre José, introducción, traducción y no- tumba del cardenal Rainaldo Brancacci, Madrid, 1989. Vid. el capítulo dedicado Bibliopolae, Maguncia, 1677, cent. III,
tas de T. Torallas Tovar, Gredos, Madrid, obra temprana de Donatello (ca. 1427, a la Antigüedad, pp. 17-31. emb. XCV, p. 190.
1997, pp. 92-93. Vid. también de este au- Nápoles, Sant’Angelo a Nilo), cabría ya 36 Esta obra ha sido restaurada hace po- 49 J. Bornitio, Moralia Bornitiana, hoc est
tor: De gigantibus 6 y 12; De plantatione identificarlos como aquellos ángeles cos años y expuesta. Vid. C. Falciani y A. Symbola et Emblemata Politico-Sacra et
14. Remitimos asimismo al preámbulo, trompeteros que despiertan a los muer- Natali (eds.), Bronzino. Pittore e poeta Historico-Politica […],sumptibus Ludo-
en donde se trata la cuestión en De con- tos en la tradición icónica del Juicio alla corte dei Medici, catálogo de la ex- vici Bourgeat Academiae Bibliopolae,
fusione linguarum, 171 y 174. final. De Donatello son también unos posición (Florencia, Palazzo Strozzi, 24 Maguncia, 1678, II, emb. XLIV, p. 88.
22 M. Bussagli, Storia degli angeli. Racconto angelillos ceroferarios de bronce (ca. de septiembre de 2010 - 23 de enero de 50 Zárraga se expresa así: “Para burlarse
di immagini e di idee, Tascabili Bompia- 1430, París, Musée Jacquemart-André), 2011), Mandragora, Florencia, 2010. un Sátiro de esta excelencia de Júpiter,
ni, Bolonia, 2003, p. 80. Lleva a: R. du y tantas otras manifestaciones de ánge- 37 F. J. García Pérez, “Las exequias de Isa- dando a entender no correspondían
Mesnil du Buisson, Les tessères et les les infantiles músicos, alados o no, que bel de Farnesio en Guatemala 1767-68”, sus dones con la grandeza de su epíte-
monnaies de Palmyre. Un art, une culture se disponen en diversos lugares, entre Imago. Revista de emblemática y cultura to, le introduxo dando diversos matizes
et une philosophie grecs dans les moules los que cabría recordar los músicos de visual, 2, 2010, p. 71. a las alas de las Mariposas […] Dando
d’une cité d’une religion sémitique, París, la cantoría de Florencia (1439, Museo 38 En la emblemática, no obstante, la re- a entender que no es decente a la Ma-
1962, p. 419. dell’Opera del Duomo), o los de Padua presentación más habitual del alma jestad de un Rey, el que pasen por su
23 Las miniaturas de este códice inspira- (1447-50, Basilica di Sant’Antonio). no es la mariposa sino una figura fe- mano los beneficios de menos monta”.
ron los mosaicos de la cupoletta del Gé- 29 D. Arasse, “Il programa político della menina alada con alas de pájaro, como Vid. F. Zárraga, Séneca, juez de sí mismo,
nesis en San Marcos de Venecia. Bussa- Camera degli Sposi, overo il segreto el amor. Así ocurre, por ejemplo, en la impugnado, defendido, y ilustrado, Juan
gli dedica a este aspecto una síntesis en dell’immortalità”, Quaderni di Palazzo obra anónima Amoris Divini et Huma- de Viar, Burgos, 1684, p. 301. También
op. cit., pp. 72-80. Son importantes en Te, 6, janvier-juin 1987, p. 56. ni Antipathia (Guillaume le Noir, París, en A. Bernat Vistarini y J. Cull, Enciclo-
este sentido las consideraciones de Cla- 30 Ibidem. Arasse también considera aquí 1628) http://emblems.let.uu.nl/ad1628. pedia Akal de Emblemas Españoles Ilus-
relli: Cfr. M. V. Clarelli, “I giorni delle el reagrupamiento de los putti en cua- html (10-10-12), obra que es también trados, Akal Ediciones, Madrid, 1999, nº
creazione nel ‘Genesi Cotton’”, Orien- tro grupos, combinación ajustada al editada el año siguiente teniendo como 915. Por su parte Mendo se expresará
talia Christiana Periodica, 50, 1984, pp. ritmo cuadrangular de la tarja, que so- autor a Ludovicus van Leuven (apud de modo semejante: “Ocúpese en cosas
65-93. metida bajo la forma circular de óculo Michaelem Synders, Amberes, 1629), grandes, quien es grande, y no se abata
24 M. A. Elvira Barba, Arte y mito. Manual nos recordaría la planta de un edifi- http://emblems.let.uu.nl/ad1629.html el Príncipe a ejercicios que desdicen
de iconografía clásica, Sílex, Madrid, 2008, cio funerario, y en concreto la misma (10-10-12). En la obra de O. Vaenius, de su grandeza”. Vid. A. Mendo, Prín-
pp. 246-249. planta de la Cámara de los esposos: un Amoris Divini emblemata […], (ex Offi- cipe perfecto y ministros ajustados, do-
25 Por lo general, desempeñan la función cuadrado surmontado por un círculo, cina Martini Nuti & Ioannes Meurs, cumentos políticos, y morales, Horacio
de guías de los muertos, y ayudan a entendido en la época como la super- Amberes, 1615), el alma, como el amor, Boissat & George Remeus, Lyon, 1662,
transportar las almas al Hades o al Cielo posición de la circularidad celeste so- aparecen también alados con alas de p. 78. También en A. Bernat y J. Cull,
cristiano, como hemos visto en el Sarcó- bre el cuadrado terrestre. pájaro http://emblems.let.uu.nl/v1615. op. cit., nº 916. En conclusión, no existe
fago de Psique de Arlés. Funcionan, pues, 31 En la antigua Grecia existió una clara html (10-10-12). Mas en la Pia Desi- ningún recuerdo ya de la relación de la
como psicopompos o acompañantes del diferenciación entre instrumentos de deria Emblematis de H. Hugo (Typis mariposa con el alma.
alma. A veces se les llama genios, algo cuerda y de viento, observado en ám- Henrici Aertssenii, Amberes, 1624), el 51 En este sentido, es de consulta impres-
equiparable a los dáimones, aunque esta bitos de uso concretos. De acuerdo con alma es una figura femenina sin alas cindible el estudio: F. J. Escobar Borre-
asociación puede que no sea del todo Tatarkiewicz: “Del Oriente importaron http://emblems.let.uu.nl/hu1624.html go, El mito de Psique y Cupido en la poe-
exacta. Son muchos los sarcófagos ro- los griegos los instrumentos de vien- (10-10-12). sía española del siglo XVI, Universidad
manos de los primeros siglos del impe- to, sobre todo el ‘aulós’, parecido a la 39 J. Bialostocki, Estilo e Iconografía, Ba- de Sevilla, 2002.