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Resumen Tema 9. Procedimiento Administrativo Común (IV)

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Tema 9.

La Ley 39/2015, del procedimiento administrativo común de


las administraciones públicas: De los actos administrativos: Nulidad y
anulabilidad. De las disposiciones sobre el procedimiento
administrativo común: Garantías del procedimiento

ÍNDICE

1. Derecho administrativo y su relación con la Constitución española


2. De los actos administrativos
2.1. Nulidad y anulabilidad de los actos administrativos
3. De las disposiciones sobre el procedimiento administrativo común
3.1. Garantías del procedimiento
1. Derecho administrativo y su relación con la Constitución española

La Constitución española, como norma suprema que regula los poderes del
Estado y los principales órganos constitucionales, lleva a cabo varias indicaciones
respecto a la regulación del derecho administrativo y del modo de funcionamiento de las
Administraciones Públicas del Estado. Para ello, en su artículo 97, expone que el
Gobierno dirige (…) la Administración civil. En consecuencia, el Gobierno tiene la
competencia para dirigir la Administración Pública en cuanto tiene que encargarse de
servir con objetividad los intereses generales y actuar de acuerdo con los principios de
eficacia, descentralización, desconcentración y coordinación, tal y como se menciona
en el artículo 103 de la Constitución.

Además, en relación con el procedimiento administrativo común que debe


regirse para todas las Administración Públicas del Estado, el artículo 105 menciona que
una ley regulará el procedimiento a través del cual deben producirse los actos
administrativos. Para el cumplimiento de este precepto constitucional, el derecho
administrativo, al menos desde 1992 hasta el año 2015 se regulaba en la Ley 30/1992,
de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común. Como se ha mencionado, a partir del año 2015, esta ley queda
derogada por la Ley 39/2015, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas y por la Ley 40/2015, del Régimen Jurídico del Sector
Público, dividiendo la ley original en dos leyes en las que cada una regula un aspecto
fundamental del Sector Público y del derecho administrativo.

Entrando en estudio de la Ley 39/2015, del Procedimiento Administrativo


Común de las Administraciones Públicas (en adelante PAC), su Título Preliminar define
el objeto y el ámbito subjetivo de aplicación de la ley, quedando definidos los objetivos
que deben satisfacer las Administraciones Públicas en relación con las premisas
expuestas en la Constitución española y los órganos del Estado a los que les será de
aplicación lo dispuesto en la ley:

A estos efectos, el artículo 1 de la Ley del PAC enumera los objetos de la ley,
que son los siguientes:

- Regular los requisitos de validez y eficacia de los actos administrativos.


- El Procedimiento Administrativo Común.
- Los principios a los que se ha de ajustar el ejercicio de iniciativa legislativa y
potestad reglamentaria.
Por otro lado, el artículo 2 de ley realiza una definición de lo que se considera
sector público, que será a los órganos a los que se les aplica esta ley. Para ello, el sector
público quedaría organizado de la siguiente manera:

 Sector Público
o Administración General del Estado
o Administraciones de las Comunidades Autónomas
o Entidades de la Administración Local
o Sector Público Institucional
 Organismos públicos vinculados o dependientes de las
Administraciones Públicas
 Entidades de derecho privado vinculados o dependientes de las
Consideración de Administraciones Públicas
Administraciones  Universidades Públicas
Públicas

2. De los actos administrativos

El Título III de la ley del PAC regula los requisitos y la eficacia de los actos
administrativos, en cuanto éstos deben de publicarse y notificarse siguiendo unas reglas
que se establecen en los Capítulos I y II de dicho Título. Este Título contiene, demás, un
tercer Capítulo en el que se enumeran los casos en los que un acto administrativo se
considerará nulo o anulable y los efectos que producen cada uno de ellos. Esto se regula
en los artículos 47 y siguientes.

2.1. Nulidad y anulabilidad de los actos administrativos

Como se ha acabado de mencionar, el Capítulo III del Título III de la ley de


estudio regula los casos en los que un acto administrativo se considerará nulo o
anulable. En primer lugar, el artículo 47 de la norma enumera los actos que se
considerarán nulos de pleno derecho, siendo los siguientes:

- Actos que lesionen derechos y libertades susceptibles del amparo constitucional.


Estos derechos susceptibles del amparo constitucional se encuentran enumerados
en el artículo 53.2 de la Constitución española, artículo referido a las garantías
constitucionales. Concretamente, los derechos que están al amparo
constitucional son el incluido en el artículo 14 y aquellos incluidos en la Sección
primera del Capítulo segundo del Título I de la Constitución, que son los
denominados fundamentales.
- Actos dictados por órganos manifiestamente incompetentes por materia o
territorio.
- Actos que tengan un contenido imposible.
- Actos constitutivos de infracción penal o dictados en consecuencia de ésta.
- Actos dictados prescindiendo del procedimiento establecido. Este caso se
encuentra en relación con el principio de inderogabilidad singular que se aplica
al procedimiento administrativo, expuesto en el artículo 37 de esta ley.
- Actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico que adquieran
facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos

Además, de los casos expuestos para considerar nulo un acto administrativo, por
norma general se considerarán nulos todos aquellos actos que vulneren la Constitución
Española, las leyes y otras disposiciones de carácter superior.

Por otro lado, los actos que se considerarán anulables quedan enumerados en el
artículo 48 de la ley, siendo los siguientes:

- Actos que incurran en cualquier infracción del ordenamiento jurídico.


- Actos que tengan defecto de forma. A estos efectos, se considerará que un acto
administrativo contiene un defecto de forma cuando carezca de los requisitos
formales para alcanzar su fin o cuando dé lugar a indefensión de los interesados.
- Actuaciones administrativas fuera de tiempo.

A pesar de la concurrencia de las situaciones de nulidad o anulabilidad de los


actos administrativos, ello no implica la nulidad o anulabilidad de los actos sucesivos
que puedan producirse o de las partes del acto que son independientes de la parte
viciada. Sin embargo, sí que se considerará todo el acto nulo o anulable en el caso de
que la parte viciada del mismo sea de tal importancia que sin ella no se hubiera podido
dictar el acto. Aún así, el artículo 50 añade que en caso de que estos actos nulos o
anulables contengan elementos constitutivos de otro acto distinto, se producirán los
efectos atribuidos a éste.

El artículo 52 de la ley establece que para que un acto anulable pueda


convalidarse deben de subsanarse los vicios que contiene. Para ello, y siempre que el
vicio no sea determinante de nulidad del acto, la convalidación se realizará por el
órgano competente superior jerárquico del que dictó el acto viciado. En cambio, para la
simple convalidación de un acto cuyo vicio es la falta de autorización, servirá por el
otorgamiento de la autorización correspondiente por el órgano competente. El acto de
convalidación que se realice producirá efectos desde su fecha, independientemente del
motivo que hubieran llevado a la convalidación.

3. De las disposiciones sobre el procedimiento administrativo común

El Título IV de la ley del PAC está dedicado al procedimiento administrativo


común como tal, en cumplimiento del objeto de la ley expresado en el artículo 1. En
este título se regulan los aspectos esenciales del procedimiento en cuanto a sus garantías
y a las fases que se suceden en todo procedimiento. Dichas fases esenciales son la
iniciación, la ordenación, la instrucción, la finalización y los métodos de ejecución, todo
ello regulado en los siete capítulos que integran dicho Título.
3.1. Garantías del procedimiento

En cuanto a las garantías del procedimiento, éstas se regulan en el Capítulo I del


Título IV de la ley. El artículo 53 establece los derechos que tiene el interesado en el
procedimiento administrativo, siendo los siguientes:

 A conocer el estado de tramitación del procedimiento y el sentido del silencio


administrativo que lleve aparejado.
 A identificar a las autoridades y al personal que tramiten su procedimiento.
 A no presentar documentación original, salvo que se establezca lo contrario.
 A no presentar datos y documentos que ya se encuentren en poder de las
Administraciones Públicas.
 A formular alegaciones y utilizar los medios de defensa admitidos. En relación a
este precepto, los interesados tendrán asimismo derecho a aportar
documentación en cualquier momento anterior al trámite de audiencia.
 A obtener información y orientación acerca de los requisitos jurídicos o técnicos.
 A actuar asistidos de asesor en defensa de sus intereses.
 A cumplir las obligaciones de pago.

En relación a los procedimientos administrativos sancionadores, los interesados


tienen derecho a ser notificados de los hechos que se le imputan como de las
infracciones que puedan constituir y también tienen derecho a la presunción de la no
existencia de responsabilidad administrativa mientras no se demuestre lo contrario.

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