Revista de Pedagogía 0798-9792: Issn
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ISSN: 0798-9792
revped2012@gmail.com
Universidad Central de Venezuela
Venezuela
Gil del Pino, María del Carmen; García Fernández, Cristina María; Manrique Gómez,
Miguel Ángel
EL PODER DE LAS EXPECTATIVAS DEL DOCENTE EN EL LOGRO ACADÉMICO DE
LOS ESCOLARES INMIGRANTES
Revista de Pedagogía, vol. 38, núm. 102, 2017, pp. 97-121
Universidad Central de Venezuela
Caracas, Venezuela
1
María del Carmen Gil del Pino. Doctora en Educación de personas adultas desde una perspectiva
interdisciplinar. Licenciada en Geografía e Historia, licenciada en Ciencias de la Educación,
licenciada en Antropología Social y Cultural, licenciada en Psicología. Profesora titular del
Departamento de Educación de la Universidad de Córdoba, España. e-mail: ed1gipim@uco.es
2
Cristina María García Fernández. Doctora en Psicología. Departamento de Psicología, Universidad de
Córdoba. Avenida San Alberto Magno, s/n 14071, Córdoba. . e-mail: m12gafec@uco.es
3
Miguel Ángel Manrique Gómez. Maestro de Educación Primaria en ejercicio, licenciado en
Psicopedagogía por la Universidad de Jaén (España) y máster en Educación Inclusiva por la Universidad
de Córdoba (España). Estudiante de Doctorado del Departamento de Educación de esta Universidad. Sus
líneas de investigación son el fenómeno migratorio y la inclusión educativa. e- mail: z42magom@uco.es
_____________________________
Recepción: 12 de abril de 2016 • Aceptación: 21 de junio 2017
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
SUMMARY: The phenomenon of immigration has transformed our schools into plural
centers. Some studies have pointed out the negative influence of ethnic, religious,
cultural and linguistic plurality on the structure of school life and academic
achievement. However, there are few studies that highlight the influence of teacher
assessments and expectations on migrant students. Therefore, the present research work
aims to analyze the expectations of early childhood and primary education teachers
about their students and the possible influence on learning. We interviewed a group of
ten teachers from an early childhood and primary education school with a plural
character. Descriptive analyzes indicate a significant relationship between teachers'
expectations and assessments and the school success of students.
1. Introducción
Las expectativas, opiniones y valoraciones de los docentes sobre los estudiantes
constituyen un importante elemento educativo al influir en sus acciones, pues los chicos
ajustan sus respuestas y comportamientos a las expectativas que sus profesores
proyectan sobre ellos, es decir, si esperan mucho darán mucho y si no esperan nada no
darán nada (Justo, 2011; Tarabini, 2015). Por tanto, podríamos decir que el pensamiento
del docente es un pensamiento profético, o sea, un pensamiento que se traduce en
realidades concretas. Las creencias a través de las que el maestro interpreta a sus
alumnos constituyen el estrato básico, el más profundo de su arquitectura mental. Ahora
bien, éstas se entremezclan con temores, intereses, proyecciones y actitudes que,
finalmente, se traducen en conductas. Por tanto, el plano cognitivo empapa el afectivo y
el conductual. En este sentido, la figura del profesor se convierte en eje sustantivo de los
procesos de enseñanza y aprendizaje y también en clave dentro del plano emocional y
social del estudiante (Rovira, 2013; Silva, García y Contreras, 2014; Van den Bergh, et
al., 2010).
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Revista de Pedagogía, Vol. 38, N° 102, 2017, pp.
Claro que esto no es fácil de conseguir. Sucede que una cultura, la cultura "culta",
alta cultura o cultura dominante, se ha erigido entre las otras como superior y se ha
impuesto de manera sutil sobre ellas, considerándolas formas culturales amenazantes.
Los sujetos que no poseen el molde cultural hegemónico son vistos como extraños. En
consecuencia, son desvalorizados y excluidos. Y sucede que la escuela, tal y como
defienden los sociólogos franceses Bourdieu y Passeron (1981), considerada como uno
de los Aparatos Ideológicos del Estado, se encarga de salvaguardar y difundir los
valores y las normas de la cultura hegemónica y de debilitar, satanizar o eliminar los de
las otras. Así, transmite una manera etnocéntrica de mirar a los sujetos pertenecientes a
culturas minoritarias. Socializa, pues, bajo formas de fuerte identidad cultural. Al
entender que una cultura es superior, la aísla y protege. Algunos estudios subrayan la
minimización de lo cultural como factor pedagógico y señalan que existe una negación
de la diversidad, siendo este tipo de actitudes perjudiciales para toda la población
escolar y para sus familias (Leiva, 2017).
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
Padrós y Girbés, 2012). Sin embargo, las actividades no deben limitarse solo al entorno
escolar sino que también deben hacerse en espacios públicos y abiertos. Por ejemplo, es
preciso llevar a los niños a un museo para mirar una obra de arte concreta. Dependiendo
del grupo cultural al que pertenezcan, estos harán distintos tipos de interpretaciones de
ella, pues la cultura condiciona su forma de analizar las realidades con las que se
encuentran. Y esto es básico para el conocimiento y el respeto del otro.
Motivar para la participación en actividades como la anteriormente descrita puede
favorecer la creación de productos culturales compartidos y, a la vez, un fuerte sentido
de identificación personal. La creación conjunta de elementos simbólicos -cuadros,
camisetas de fútbol...- generados a partir de procesos de diálogos interculturales
favorece la interculturalidad.
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
Para ello, realizaron un test para medir las capacidades del alumnado de distintas
aulas. Este test era una herramienta muy fiable para detectar a los alumnos que
destacarían a lo largo de todo el curso. Una vez finalizado, a los profesores se les
facilitó una lista hecha al azar de estudiantes “con alto rendimiento académico”,
extremo que ellos desconocían. Las pruebas realizadas a fin de curso demostraron que
los alumnos seleccionados rindieron mejor y ello debido a que algunas conductas de los
profesores (mayor atención, tareas más eficaces…) hicieron realidad sus expectativas.
Así, demostraron que aquellos estudiantes que son considerados como más capacitados
terminan recibiendo, de manera directa e indirecta, más y mejores estímulos (Efecto
Pigmalión positivo). Las expectativas de los profesores parecen influir, pues, de manera
significativa en el rendimiento de los alumnos.
Aunque en este estudio las expectativas inducidas en los profesores eran, por
motivos éticos, de signo positivo, hay que pensar que la profecía se cumplirá también
cuando éstas sean negativas y que, por tanto, el rendimiento de los alumnos se verá
perjudicado cuando el pensamiento del profesor sobre ellos sea desfavorable.
El citado experimento causó un impacto tan fuerte que dio paso a muchos otros
que pretendían replicar los resultados. Aunque la mayoría no lo consiguieron, otros, sin
embargo, hallaron evidencias científicas de que cuando los docentes esperan mucho de
unos niños dan a estos un trato diferente acorde a sus esperanzas y consiguen que
tengan un rendimiento escolar alto.
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Revista de Pedagogía, Vol. 38, N° 102, 2017, pp.
Lo anterior podría enlazarse con los últimos resultados publicados por el Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte (MECD) sobre el Informe PISA (2012), que muestran
unas diferencias estadísticamente significativas en cuanto a niveles de conocimiento y
adquisición de competencias entre el alumnado autóctono y el de origen inmigrante,
siendo más bajos los de este último grupo. De hecho, los estudiantes no autóctonos de
15 años tienen los resultados más bajos en Matemáticas, Lengua y Ciencias; el 36% de
los de primera generación se encuentran en este nivel más bajo, mientras que la tasa
para los nativos es del 17% (PISA, 2012).
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
Así las cosas, es necesario buscar una inclusión educativa real, o sea, que nada
ajeno a los hijos de inmigrantes les impida la igualdad a la que tienen derecho, que el
éxito académico esté al alcance de su mano, que sueñen con ir a la Universidad, que
logren, finalmente, la común aspiración humana de alcanzar mejores modos de vida. Si
esto lo redactamos interrogativamente puede dar forma a nuestras cuestiones de
investigación que, haciendo un gran esfuerzo de síntesis, son tres: ¿Qué creencias,
cosmovisiones o teorías implícitas sobre la diversidad cultural en general y sobre los
niños inmigrantes y sus padres en particular tienen los docentes que participan en el
estudio? ¿Han recibido formación específica para promover el desarrollo de la
pluralidad de valores de las distintas culturas como una riqueza o bien social? ¿Qué
procedimientos, recursos y medidas movilizan para promover una educación conforme
a los valores de los derechos humanos?
5. Metodología
Participantes
La muestra utilizada para este estudio está constituida por diez docentes de un
Centro de Educación Infantil y Primaria (C.E.I.P.) ubicado en el Barrio de Valdeolleros,
perteneciente al Distrito Sierra-Norte de la ciudad de Córdoba, ciudad que se encuentra
dividida en once distritos de los cuales los de Poniente-Sur, Centro y Sierra-Norte son
los que presentan un mayor porcentaje de habitantes no autóctonos según los datos
estadísticos de población del Ayuntamiento de Córdoba de 2013. Concretamente, el
distrito Sierra-Norte, que es en el que realizamos nuestro estudio, cuenta con un total de
111 personas registradas.
La ciudad presenta un bajo porcentaje de inmigrantes si se compara con otras
ciudades de España. Sin embargo, goza de una gran riqueza cultural, ya que en ella
residen personas procedentes de todos los continentes (Tabla 1).
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Método e instrumento
El método empleado en la investigación es de corte descriptivo-comparativo y
cualitativo. Para Quecedo y Castaño (2003), este modo de hacer es utilizado sobre todo
en las ciencias sociales y se centra en originar datos descriptivos: las palabras de los
diferentes sujetos, ya sean habladas o escritas, y la conducta observable. El cometido de
este tipo de metodología es conseguir información de los participantes fundamentada en
sus percepciones, creencias, opiniones, significados y actitudes (Vargas, 2012).
El trabajo cualitativo facilita una aproximación intensiva a los hechos y nos sitúa
directamente en la perspectiva del actor, en sus percepciones y valoraciones de la
realidad. Es decir, lo importante no son las personas sino su pensamiento, sus
expectativas, su visión del mundo, su conciencia.
Frente a los estudios de gran escala que nos posibilitan las técnicas cuantitativas, las
cualitativas nos permiten conocer en mayor profundidad los procesos de decisión
individual y las variables que en ellos entran en juego, identificando a los actores y las
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
relaciones que les resultan significativas. Se analizan aspectos como el lenguaje que
utilizan los sujetos, tanto el verbal como el no verbal, para, a través de él, llegar a los
distintos significados e interpretaciones que tienen de la realidad. Así, sus narraciones y
recreaciones de los acontecimientos ayudan al investigador a conocer cómo y por qué
actúan de la forma en que lo hacen.
Ya en 1990, John Elliot consideró que “el investigador educativo no puede realizar
su función separada de la de los docentes, ya que investigar es integrar el conocimiento
profesional de los profesores en el conocimiento propio de los investigadores” (Barba,
2013, p. 23). Por tanto, a lo largo del proceso del trabajo de campo hay que estar
abiertos a adaptar el diseño inicial de estudio, incorporando más técnicas o variaciones
sobre las mismas a medida que encontramos nueva información. La flexibilidad que
este enfoque ofrece y la sistematización con la que se elabora permite contemplar toda
la complejidad del objeto de estudio.
La entrevista que se les hizo constaba de dos partes, una primera en la que
solicitábamos datos de carácter personal y profesional como el sexo, la edad, el número
de hijos, el estado civil o los años dedicados a la docencia, y otra con preguntas de
respuesta abierta sobre el objeto de estudio. En la siguiente tabla (Tabla 2) pueden verse
los resultados obtenidos en relación a las variables demográficas solicitadas.
Un primer dato que puede extraerse de la tabla anterior es el predominio de
mujeres, que constituyen el 80% de la muestra. Otro elemento visible es que un 70% de
la muestra se halla entre los 46 y los 60 años, situándose el 30% restante entre los 30 y
los 45. Por otra parte, el 90% de los docentes afirma ser creyente y el 55,5% de ellos
practicante. En cuanto al estado civil, el 70% está casado y el 30% restante divorciado.
Vemos también que el 80% tiene al menos un hijo. Con respecto a la colaboración o
pertenencia a alguna asociación, la mitad de ellos afirma colaborar con alguna.
Por otro lado, si nos fijamos en las dimensiones de carácter profesional, los
docentes encuestados cuentan con una gran experiencia, pues el 80% tiene una
trayectoria docente de al menos 20 años. En cuanto a la etapa educativa, el 70% se ubica
en Educación Primaria y el resto en Infantil.
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Voluntariado
Estado civil
académica
Años en la
Titulación
educativa
docencia
Religión
Nº hijos
Sujeto
Etapa
Edad
Sexo
Nº 2 ♀ 46 - 60 0 P. D Diplomada 26 Infantil No
Nº 4 ♂ 30 - 45 1 No P. D Diplomado 21 Primaria No
Nº 5 ♀ 46 - 60 2 No C. D Diplomada 25 Infantil No
Por lo que atañe a los alumnos de los docentes entrevistados, el 87,5% son de
origen autóctono con ambos progenitores españoles y el 8% son españoles con uno o
ambos progenitores de fuera. Es decir, que el 95,5% del alumnado tiene la nacionalidad
española. Por tanto, la población infantil inmigrante es inferior al 5% del total, lo que
significa que constituye un grupo muy minoritario. Pese a ello, como ya dijimos antes,
el Centro cuenta con una gran diversidad cultural y étnica, ya que el origen de dicha
población es muy diverso, pues procede de Asia, Latinoamérica, África y Europa del
Este, como puede verse en la tabla 3 que presentamos a continuación.
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
Sujeto 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 %
Total
Nº total alumnos matriculados 22 25 24 22 25 20 20 21 21 24 224 100
Otro dato de interés es que muchos de los alumnos inmigrantes presentan serias
dificultades de aprendizaje debido a su desconocimiento de la lengua castellana o al
desfase curricular, lo cual ha supuesto que los maestros y maestras hayan tenido que
realizar un trabajo coordinado para ayudarles en la fase de adaptación. Otro de los retos
al que éstos han tenido que hacer frente ha sido al del establecimiento de relaciones con
las familias a pesar de los problemas de idioma. Aunque la atención a alumnos de
origen inmigrante es difícil y conlleva un gran esfuerzo, la presencia de éstos en las
aulas resulta muy satisfactoria, pues aporta una gran riqueza cultural y propicia la
búsqueda de nuevas formas de pensar, sentir y hacer, algo absolutamente necesario en
los tiempos de cambio vertiginoso en los que vivimos.
Sin duda, la indagación sobre nuevas maneras de atender a la diversidad constituye
una de las razones en la realización de este trabajo. Solo la formación permanente nos
permite adaptarnos a los nuevos contextos educativos y dar respuesta a la enorme
variedad cultural que actualmente se congrega en las aulas.
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Procedimiento
Para llevar a cabo nuestro estudio hemos seguido las fases que establecen
Rodríguez, Gil y García (1996) en el proceso de investigación cualitativa:
Fase preparatoria
Etapa reflexiva: Comenzamos con la elección del objeto de estudio, que como ya
se ha dicho antes, es el pensamiento del profesor y su repercusión en el logro
académico.
Diseño: Una vez delimitado el objeto de estudio, delineamos nuestro trabajo.
Fue el momento de tomar una serie de decisiones sobre la elaboración del marco teórico
y sobre el método de investigación y las técnicas e instrumentos de recogida y análisis
de datos.
Trabajo de campo
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
Acceso al campo: nos situamos en un centro educativo de Córdoba con una alta
presencia de alumnado inmigrante, elegimos a diez maestros-tutores con diversidad
cultural en sus aulas y les solicitamos su participación en el estudio.
Recogida productiva de datos: Realizamos una entrevista semiestructurada a los
docentes elegidos, dedicándoles toda nuestra atención y generando en ellos un clima de
confianza para que pudiesen expresarse con sinceridad y sin ningún tipo de recelo.
Fase analítica
Reducción de la información: De las respuestas dadas por los docentes
seleccionamos los datos que tenían relevancia para nuestra investigación.
Disposición y transformación de datos: Ajustamos la masa de información
obtenida en las entrevistas con los interrogantes que establecimos al inicio del estudio
con la intención de sacarle todo el provecho posible.
Obtención de resultados y establecimiento de conclusiones: Al material que
teníamos en nuestras manos sacamos todo el provecho posible a través de una síntesis
que nos permitiera presentar los hallazgos más destacados y extraer las pertinentes
conclusiones.
Fase informativa
Informar a los implicados y al resto de la comunidad de los resultados: Con la
publicación de este artículo pretendemos cumplir el deber ético de todo investigador de
entregar a la comunidad educativa en general y a los sujetos participantes en la
investigación en particular, los frutos obtenidos del estudio realizado.
Nos corresponde ahora explicar cómo hemos analizado e interpretado los textos
orales de los sujetos que han intervenido en la investigación, textos que han sido
transcritos al pie de la letra. Para Goetz y Le Compte (1988), “el etnógrafo comprueba y
genera sucesivamente explicaciones, tanto de sentido común como teóricas, del
comportamiento y actitudes de los individuos y grupos que estudia” (p.180).
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conjunto de información mediante algún sistema. Ahora bien, dado que el número de
sujetos participantes en nuestra investigación es reducido, no hemos usado ningún
programa informático de análisis cualitativo, debido a que nos resultaba más fácil
agrupar la información manualmente.
9. Resultados
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
de su aula?, cinco de ellos dieron una respuesta positiva. Consideran que la diferencia
de culturas genera expresiones compartidas y resulta enriquecedora para el resto de los
alumnos. Un ejemplo de lo anterior se halla en la frase siguiente: “Entiendo que es una
oportunidad muy importante para brindar a los alumnos una visión abierta y globalizada
de la sociedad y de valorar las diferencias desde el respeto y la admiración” (Sujeto 7).
Sin embargo, el resto de docentes se mostró cauteloso ante la diversidad cultural por el
cambio que produce en la dinámica del aula. Así, por ejemplo, uno de ellos respondió
esto: “No tengo ninguna objeción al respecto, siempre y cuando se respeten las normas
del centro” (Sujeto 8). Otro docente expresa la misma idea de la siguiente manera:
En algunos casos, el alumnado sigue el currículo sin ninguna dificultad. Otros
arrastran hándicaps porque su nivel está por debajo del español, y en algunos casos con
lenguas totalmente diferentes. La diversidad supone un gran esfuerzo para el
profesorado, atender sus necesidades… (Sujeto 10).
En conclusión, la diversidad cultural es entendida por la mayoría de los maestros
como la presencia de alumnos de origen inmigrante semiintegrados en la cultura
autóctona. La mitad de los sujetos la consideran como un elemento positivo y
enriquecedor para el aula. La otra mitad, sin embargo, opina que supone un
sobreesfuerzo diario y una dificultad añadida al trabajo y no tiene claros los posibles
beneficios.
En referencia a la formación del profesorado en atención a la diversidad cultural, si
bien es cierto que ésta se nutre de la experiencia cotidiana en el aula, sus cimientos se
hallan en los planes y programas formativos puestos en marcha por la Administración.
Los resultados mostraron que siete de los diez maestros entrevistados afirman no haber
participado en ninguno referido a la atención a la diversidad cultural, de los cuales
cinco responden con un no rotundo mientras que los otros dos afirman haberse formado
solamente a través del intercambio de experiencias con el resto de sus compañeros. Un
ejemplo de ello lo hallamos en la siguiente cita:
No he recibido formación específica. Me he informado leyendo sobre esta temática
en libros de Pedagogía y a través del intercambio de experiencias con otros docentes y
con mi propia práctica docente con alumnado de diversidad cultural (aprender a tratarlos
a ellos y a sus familias) [Sujeto 2].
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De los tres sujetos que reconocen haber sido formados, uno indicó que había
realizado un curso a través de un sindicato hace algunos años. Los otros dos, aunque
dicen que no poseen preparación específica alguna, reconocen que han contado en
momentos puntuales con apoyo y orientación por parte del profesor del aula temporal de
adaptación lingüística (ATAL). Esta es la respuesta concreta de uno de ellos al ser
preguntado sobre la formación recibida: “Muy poca. Hemos recibido el asesoramiento y
apoyo del equipo de ATAL, pero resulta bastante insuficiente ante el volumen de
alumnos que tenemos en el centro” (Sujeto 10). Se trata de tres docentes mujeres que
trabajan en Educación Primaria y pertenecen o colaboran en alguna ONG o Asociación.
En resumen, la mayoría de los docentes declara que no se ha formado de manera
específica en atención a la diversidad cultural y los que sí lo han hecho afirman que no
ha sido a través de cursos oficiales.
Para la variable relativa a las dificultades para atender la diversidad cultural, los
resultados evidenciaron la falta de formación de los profesores para tratar la diversidad
cultural. Así, se pone de manifiesto que la mayoría de los entrevistados considera que es
complicado abordarla.
Ante la pregunta ¿es difícil atender la diversidad cultural en el aula y en el centro?,
siete de los diez sujetos de la muestra respondieron afirmativamente. Sus razones para
así creerlo fueron, entre otras, el desconocimiento de la lengua española por parte del
alumnado y de sus familias, la falta de implicación y participación de los progenitores,
los prejuicios que tienen los alumnos autóctonos acerca de los niños de fuera o la falta
de habilidades sociales que estos presentan al incorporarse al Sistema Educativo
Español. Una de las respuestas que dieron para justificar tales afirmaciones es esta:
A veces sí, pues existe una serie de principios bien acomodados en la mente de
algunos niños españoles hacia el alumnado de etnia rumana (robo, mal olor, etc.) con lo
que es difícil lidiar a diario. Resulta triste ver cómo algunos progenitores echan por
tierra una oportunidad valiosísima de enriquecimiento cultural (Sujeto 9).
Por el contrario, tres docentes opinaron que atender la diversidad cultural del aula o
del Centro no supone problema alguno. En su opinión, conocer, comprender y respetar
las diferentes culturas hace que los obstáculos desaparezcan. Esta es la respuesta
concreta de uno de ellos: “No, solo hay que conocer las costumbres y respetarlas en la
medida que sea posible, siempre teniendo en cuenta las del resto del alumnado” (Sujeto
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
4). Asimismo, otro sujeto afirmó que la diversidad cultural no entraña dificultad alguna
al tratarse de alumnos de Educación Infantil.
En resumen, la mayoría de los docentes entrevistados considera que atender la
diversidad cultural en el aula es algo difícil, lo que a nuestro juicio no se puede
relacionar con la formación recibida aunque quizás sí con el hecho de que para algunos
no haya sido específica o formal. Tampoco se puede relacionar con las distintas
variables sociodemográficas de los docentes tenidas en cuenta en el estudio.
Para las medidas de atención a la diversidad cultural, los resultados indicaron que el
profesorado realiza acciones específicas para abordarla, en concreto las más habituales
suelen ser el apoyo y el refuerzo educativo. Así, ante la pregunta ¿qué medidas pone en
marcha para atender la diversidad cultural?, cinco maestros afirmaron trabajar el
respeto y la educación en valores como modos de abordarla. En concreto, uno (Sujeto 4)
respondió en este ítem lo siguiente: “Respeto ideológico y de creencias”. Por su parte,
otros cuatro afirmaron que utilizaban el apoyo y el refuerzo educativo como medida de
atención a la diversidad. Un ejemplo es la respuesta que presentamos a continuación:
“Seguir el ritmo de trabajo que se marca al principio de curso para todos los
alumnos. En caso de haber alguno con necesidades educativas o dificultades en el
aprendizaje, derivarlos a pedagogía terapéutica, audición y lenguaje o refuerzo
educativo” (Sujeto 8).
A diferencia de los demás entrevistados, uno afirmó que su forma de atender la
diversidad cultural de su aula era trabajar la educación multicultural en el área de
Conocimiento del Medio. Su respuesta fue la siguiente: “Llevo años relacionando el
área de Conocimiento del Medio con las culturas de los países que representan la
diversidad cultural de mi aula; desde la gastronomía, geografía, oficios, paisajes…”
(Sujeto 7).
Las respuestas anteriores están de acuerdo con lo que generalmente se realiza en las
etapas educativas de Infantil y Primaria, el refuerzo y el apoyo como principales
medidas para atender la diversidad cultural puestas en marcha bajo el presupuesto de
respeto entre culturas. Estas son llevadas a cabo sobre todo por maestras de Educación
Primaria de entre 46-60 años, casadas y con hijos.
El nivel de integración y los resultados académicos del alumnado inmigrante
mostró una relación. En este sentido, se le planteó al profesorado la siguiente pregunta:
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Gil del Pino, García Fernández, Manrique Gómez. El poder de las expectativas del docente
cinco respondieron que en algunos casos sí y en otros no. Claro que con la pregunta
planteada no podemos saber cuáles son los factores que provocan esta falta de
participación, aunque sí comprobamos que esta es menor que la de las autóctonas.
Véase una de las respuestas dadas:
“He tenido alumnos inmigrantes que a sus familias no he conseguido verlas en todo
el curso a pesar de haber sido llamadas con frecuencia para asistir a las tutorías. Sin
embargo, con otras ha sido constante la comunicación” (Sujeto 8).
Para tres de los diez maestros entrevistados las familias inmigrantes no se implican
en el aula. La contestación de uno de ellos fue literalmente esta: “En líneas generales los
padres de este alumnado no se implican en la dinámica del aula y del centro” (Sujeto 2).
En definitiva, parece claro que para los profesores entrevistados la implicación de
los padres de alumnos inmigrantes en el aula es más baja que la de las familias
autóctonas, aunque en sus respuestas no aluden a las causas de ello.
Por último, las opiniones, observaciones y reflexiones realizadas por los docentes
sobre la diversidad cultural y su tratamiento desde el ámbito educativo fueron diversas.
Aunque dos de los entrevistados no aportaron nada más, los ocho restantes
proporcionaron una información muy sustanciosa para nuestro estudio. Así, cuatro
centraron su atención en la falta de recursos y de personal especialista para atender las
necesidades educativas del alumnado de origen inmigrante como, por ejemplo, el
desconocimiento de la lengua de aquí. El texto que exponemos seguidamente refleja con
suma claridad esto que decimos:
Desde la Delegación de Educación se debería reforzar con más personal a estos
alumnos. Muchos de ellos llegan con un desconociento total del castellano y lo
único que hacen es aburrirse en clase. Los profesores tutores tenemos 25 alumnos
con diferentes necesidades y es difícil atender a personas de este tipo por no
conocer nuestro idioma (Sujeto 1).
Otros tres docentes centraron sus comentarios en la riqueza que supone la
diversidad cultural en el aula tanto para los alumnos como para los propios docentes.
Véase lo que expresó uno en concreto: “Por último he de hacer una valoración positiva
en mi trayectoria profesional con estos alumnos inmigrantes que me han aportado un
enriquecimiento tanto en lo personal como en lo cultural” (Sujeto 3).
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6. Discusión y conclusiones
Otra conclusión que cabe extraer es que la mitad de los sujetos considera que la
diversidad es muy positiva y enriquecedora para los alumnos, mientras la otra mitad
cree que supone un sobreesfuerzo y un obstáculo en su trabajo y que no aporta beneficio
alguno, lo que estaría en línea con los estudios que reflejan la percepción de un
deterioro en la calidad educativa con la presencia de alumnado inmigrante (Etxeberría y
Elosegui, 2010). Esta creencia puede estar justificada por la escasa formación específica
del docente para promover el desarrollo de la pluralidad de valores en el aula. Por tanto,
es normal que los docentes consideren que es difícil atender y promover las diferencias
que existen en sus aulas. Sin embargo, la literatura ha reflejado resultados positivos
derivados del desarrollo de actuaciones en este aspecto (Martínez, Padrós y Girbés,
2012).
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REFERENCIAS
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