El Romanticismo 4º
El Romanticismo 4º
El Romanticismo 4º
Introducción:
El final del s. XVIII está marcado por los ideales de la Revolución Francesa (1789)
y por el ascenso de Napoleón (hasta su derrota en Waterloo en 1815). Tras su
caída, el Congreso de Viena restaura las viejas monarquías. Las reivindicaciones
básicas de la Revolución Francesa (libertad, igualdad y fraternidad) fueron la
bandera del liberalismo europeo a lo largo del siglo siguiente. La expansión
napoleónica contribuyó a difundir por Europa el espíritu liberal de la Revolución,
pero hizo surgir una reacción nacionalista ante la invasión de una buena parte de
Europa (precisamente la lucha española contra la invasión napoleónica se
convirtió en un símbolo para los románticos). La burguesía, que había liderado la
Revolución, se encastilló en los privilegios adquiridos y apoyó la Restauración tras
el citado Congreso de Viena.
Aunque algunos románticos son conservadores y añoran los valores del Antiguo
Régimen o de la Edad Media vista como época cargada de espiritualidad y altos
ideales, la mayoría se orienta hacia el liberalismo, doctrina política que defiende
las libertades individuales (propiedad, prensa, asociación,…, defienden la
soberanía popular, los derechos del hombre y la limitación del poder del Estado).
De hecho, Víctor Hugo (el máximo representante del romanticismo francés)
defiende que el Romanticismo no es más que el liberalismo en la literatura.
Esta nueva sensibilidad es compartida por los miembros del grupo alemán Sturm und
Drang (tempestad e impulso), que en la segunda mitad del s. XVIII desarrollaron una
corriente artística y política que es un claro precedente de las actitudes románticas.
Los principales representantes del Sturm und Drang fueron Friedrich Schiller (1759-
1805) y Goethe (1749–1832).
El primero sufrió persecuciones políticas que le obligaron a errar por diversas ciudades
alemanas. Se le considera el creador del teatro nacional alemán moderno con obras
como Los bandidos, La doncella de Orleáns y Guillermo Tell. Los protagonistas de las
obras de Schiller son héroes que siguen los impulsos más nobles de sus almas y
colisionan con una realidad injusta. Su estilo se caracteriza por el cuidado con que
construye los parlamentos de sus personajes, con los que pretende emocionar al
espectador. La escenografía tiende a ser impactante y muy a menudo recurre a las
ambientaciones históricas (La Guerra de los Treinta Años, la suiza medieval, la España
de los Austrias)
Goethe, por su parte, es autor de una obra clave para la sensibilidad prerromántica: Las
penas del joven Werther, que relata en forma epistolar la historia del amor imposible de
Werther con Carlota (que está prometida con Arturo, al que Werther estima y respeta)
en el marco idílico de la Alemania rural. Los sentimientos amorosos del protagonista y
los que le despierta la contemplación de la naturaleza desbordan la obra. El final trágico
de la novela, con el suicidio del protagonista, se dice que provocó una oleada de
suicidios por toda Europa. Sin embargo, en su madurez, Goethe retornó a una literatura
de cuño más equilibrado y clásico. Es también autor de la que se considera una de las
obra cumbres de la literatura alemana, Fausto, publicada en dos partes (1808 y 1932).
- Deseo de evasión. El choque entre los anhelos e ideales del romántico y
la mezquina realidad que le rodea generan en éste el deseo de huir hacia un
pasado legendario (la Edad Media en Scott, la Grecia Clásica en Hölderlin),
o hacia países lejanos y exóticos, para escapar del desengaño y la
frustración .
- Tiene gran éxito la novela histórica (novelas de Walter Scott como
Ivanhoe, de Dumas como Los tres mosqueteros). Se cultiva también la
narración breve (es época de grandes escritores de relatos, como Hoffmann
y E. Allan Poe).
EL ROMANTICISMO EN ESPAÑA: