ROMANTICISMO
ROMANTICISMO
ROMANTICISMO
INTRODUCCIÓN
El Romanticismo es un movimiento, no sólo literario, sino también ideológico que se produjo en las
culturas europeas durante la primera mitad del siglo XIX.
Se debe destacar, en primer lugar, que el Romanticismo constituye una verdadera revolución, no sólo en
literatura sino también en las instituciones. No solamente es un movimiento entre los hombres de letras
que se disponen a seguir una nueva estética, sino que trae consigo una renovación total, incluso un
nuevo concepto de la vida, de las costumbres.
La evolución del movimiento romántico es muy diferente en toda Europa, no podemos generalizar sus
influencias políticas ni sus resultados artísticos. Por lo tanto nos plantearemos algunas características
comunes.
A- El espíritu romántico
Fue precisamente Rousseau quien estableció el culto al individuo y celebró la libertad del espíritu
humano al afirmar "Siento antes de pensar". Goethe y sus compatriotas, incidieron en aspectos más
formales, Goethe se propuso imitar la libertad estilística de Shakespeare en su Götz von
Berlichingen (1773), un drama histórico sobre un caballero rebelde del siglo XVI. La obra, que justifica la
insurrección contra la autoridad política, inauguró el movimiento literario conocido como Sturm und
Drang (“tormenta e impulso”), considerado como precursor del romanticismo alemán. En esta tradición
se inscribe también la célebre novela de Goethe Las desventuras del joven Werther (1779). Esta obra,
que figura entre las principales referencias del movimiento romántico, exalta los sentimientos hasta el
punto de justificar el suicido por un amor no correspondido, y establece un tono y un estado de ánimo
imitado por los autores románticos tanto en sus obras como en su vida personal: una tendencia al
frenesí, a la melancolía, al hastío del mundo y a la autodestrucción.
B- El estilo romántico
El prólogo a la segunda edición de las Baladas líricas (1800), escrito por los poetas ingleses William
Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, se considera el manifiesto literario del romanticismo. En él se
destaca la importancia del sentimiento y la imaginación en la creación poética y se rechazan las formas y
los temas literarios convencionales. De este modo, en el desarrollo de la literatura romántica de todos
los países predomina la imaginación sobre la razón, la emoción sobre la lógica y la intuición sobre la
ciencia, lo que propicia el desarrollo de muchas obras literarias de notable sensibilidad y pasión
que antepone el contenido a la forma, estimula el desarrollo de tramas rápidas y complejas y se presta
a la fusión de géneros (la tragicomedia y la mezcla de lo grotesco y lo sublime), al tiempo que permite
una mayor libertad estilística.
Las convenciones clásicas, como las famosas tres unidades de la tragedia (tiempo, espacio y acción),
cayeron así en desuso, y la creciente demanda de lirismo y espontaneidad, cualidades que los
seguidores del romanticismo encontraron en la poesía popular y los romances medievales, generó un
enorme rechazo de la regularidad métrica, la rigidez formal y otros aspectos de la tradición clásica. Los
escritores románticos sustituyeron también a los héroes universales de la literatura dieciochesca por
héroes más complejos e idiosincrásicos. Gran parte del teatro, la novela y la poesía romántica se
entregan a la celebración del "hombre corriente" de Rousseau.
Con la difusión del movimiento romántico a los demás países de Europa, ciertos temas y actitudes, a
menudo entremezclados, se sitúan en el centro de las preocupaciones de los escritores del siglo XIX.
Gran parte de los movimientos libertarios y abolicionistas de finales del siglo XVIII y principios del XIX
tienen su origen en conceptos de la filosofía romántica como pueden ser el deseo de liberarse de las
convenciones y la tiranía, y el gran valor de los derechos y la dignidad del ser humano. Del mismo modo
que los temas racionales, formales y convencionales característicos del neoclasicismo estaban abocados
al rechazo, los regímenes autoritarios que favorecieron y auspiciaron este movimiento hubieron de
enfrentarse inevitablemente a importantes revueltas populares. La política y los temas sociales fueron
claves en la poesía y la prosa románticas en todo el mundo occidental, y fructificaron en documentos
humanos, notables por su vigor y su vigencia en el mundo actual. El año de 1848 estuvo marcado en
Europa por el estallido de graves revueltas políticas, y la corriente romántica fluyó con fuerza en Italia,
España, Austria, Alemania y Francia.
En Guillermo Tell (1804), del dramaturgo alemán Friedrich von Schiller, un oscuro montañés medieval se
convierte en símbolo inmortal de la lucha contra la tiranía y el gobierno extranjero. En la novela Los
novios (1827), del escritor italiano Alessandro Manzoni, una pareja de campesinos derrota finalmente el
feudalismo en el norte de Italia. Lord Byron y Percy Bysshe Shelley, que encarnan para los lectores de
poesía inglesa la figura del poeta romántico por antonomasia (tanto en su estilo vital como en sus
obras), protestaron airadamente contra los males políticos y sociales de la época y defendieron la causa
de la libertad en Italia y Grecia.
B- Naturaleza
Uno de los rasgos principales del romanticismo fue su preocupación por la naturaleza. El placer que
proporcionan los lugares intactos y la (presumible) inocencia de los habitantes del mundo rural se
observa por primera vez como tema literario en la obra 'Las estaciones' (1726-1730), del poeta escocés
James Thomson. Esta obra se cita a menudo como una influencia decisiva en la poesía romántica inglesa
y su visión idílica de la naturaleza. El gusto por la vida rural se funde generalmente con la característica
melancolía romántica, un sentimiento que responde a la intuición de cambio inminente o la amenaza
que se cierne sobre un estilo de vida.
Imbuidos de un nuevo espíritu de libertad, los escritores románticos de todas las culturas ampliaron sus
horizontes imaginarios en el espacio y en el tiempo. Regresaron a la edad media en busca de temas y
escenarios. La nostalgia por el pasado gótico[1] se funde con la tendencia a la melancolía y genera una
especial atracción hacia las ruinas, los cementerios y lo sobrenatural.
D- El elemento sobrenatural
El gusto por los elementos irracionales y sobrenaturales figura entre las principales características de la
literatura inglesa y alemana del periodo romántico. Esta tendencia se vio reforzada en un sentido por la
desilusión con el racionalismo del siglo XVIII, y en otro por la recuperación de una abundante cantidad
de literatura antigua (cuentos populares y baladas) realizada por Percy y los eruditos alemanes Jacob y
Wilhelm Karl (Grimm y el escritor danés Hans Christian Andersen o el español Gustavo Adolfo Bécquer,
que tanto influyó en los poetas hispanoamericanos. A partir de estos materiales surge, por ejemplo, el
motivo del doble. Muchos escritores románticos, especialmente los alemanes, se mostraron fascinados
con este concepto, que en cierto modo refleja la preocupación romántica por la propia identidad.
La coincidencia del periodo romántico con la revolución de independencia en Hispanoamérica favoreció
la importación y amplia difusión del movimiento, según un crítico moderno fue más un calco que una
ideología.
Hacia mediados del siglo XIX el romanticismo comienza a dar paso a nuevos movimientos literarios: los
parnasianos y el simbolismo en la poesía y el realismo y el naturalismo en la prosa, pero siguió
cultivándose en toda Europa y América, sin su carga original audaz, como un calco repetitivo y con gran
éxito de lectores.