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4°A SOC ES - Humedales - Reserva Ecológica Costanera Sur - Dia de La Ecologia

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Día de la

____________________
Ecología
Humedales:
Reserva Ecológica Costanera Sur
Nivel Secundario

Colegio San Patricio


________________________
Argentina - Buenos Aires - Avellaneda – Sarandí
Año 2022
LOS HUMEDALES
¿QUÉ SON?

Los humedales son á reas que permanecen en condiciones de inundació n o


con suelo saturado con agua durante períodos considerables de tiempo. Si bien
este término engloba una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales
comparten una propiedad primordial: el agua es el elemento clave que
define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones.

El agua puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas
subterrá neas. Los humedales se distinguen también por las características
particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a las
condiciones de inundació n o de alternancia de períodos de anegamiento y sequía.
De esta manera, los humedales no son necesariamente transiciones entre los
sistemas acuá ticos y terrestres, sino que poseen características estructurales y
funcionales propias, que los diferencian de unos y otros.

A nivel global, se calcula que los humedales cubren aproximadamente 12,1


millones de km2. Sin embargo, la Perspectiva Mundial sobre los Humedales estima
que su extensió n ha disminuido rá pidamente, con pérdidas del 35 % desde 1970.
Esta pérdida o degradació n de los humedales tiene efectos negativos en la
naturaleza y las personas. Las principales presiones sobre los humedales se
relacionan con cambios en el uso del suelo (urbanizació n, deforestació n, rellenos,
etc.), alteraciones en la diná mica del agua (por extracció n, intercepció n, desvíos,
etc.), extracciones (pesca, maderas, pasturas, etc.), contaminació n (agrícola,
industrial y doméstica), introducció n de especies exó ticas invasoras y el cambio
climá tico.

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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONSERVARLOS?

Los humedales contribuyen de modo decisivo al bienestar humano al


desempeñ ar funciones de las cuales se derivan mú ltiples beneficios.

 Diversidad biológica. Muchas especies de flora y fauna silvestres


dependen completamente de los humedales. Son há bitats de suma
relevancia para especies migratorias como las aves y cobijan a especies
amenazadas. Algunos poseen una alta proporció n de especies endémicas, es
decir que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
 Amortiguación de las inundaciones. Los humedales desempeñ an un
papel importante en el control de las inundaciones. Pueden actuar como
esponjas, al absorber el agua de las lluvias y las crecientes de los ríos, y
permitir que se filtre má s lentamente a través del suelo y la vegetació n,
reduciendo con ello la velocidad y el volumen del agua que fluye aguas
abajo.
 Mitigación y adaptación al cambio climático. Los humedales
desempeñ an funciones críticas en la mitigació n del calentamiento global.
Por un lado, son importantes sumideros de carbono y, por ende, su
destrucció n libera gases de efecto invernadero, en tanto que su
restauració n y creació n se traduce en la retenció n de má s gases de efecto
invernadero. Por otra parte, los humedales cumplen un rol fundamental en
la adaptació n al cambio climá tico, ya que amortiguan el efecto de las
tormentas y las inundaciones.
 Abastecimiento de agua. Los humedales retienen y almacenan agua,
disponible para consumo humano, producció n y sostenimiento de la vida
silvestre. Cuando los humedales se encuentran situados sobre sedimentos y
rocas permeables, el agua que retienen se filtra a través del suelo y recarga
los acuíferos. Ademá s, al retener sedimentos y nutrientes, muchos
humedales actú an como filtros que pueden eliminar sustancias tó xicas de
los cuerpos de agua.
 Valores culturales. Como proveedores de agua y muchos otros bienes y
servicios, la població n se ha asentado histó ricamente en zonas de
humedales, desde los pueblos originarios hasta la actualidad, desarrollando
un rico y diverso patrimonio cultural. Muchos humedales son sitios de gran
relevancia arqueoló gica e histó rica.
 Provisión de alimentos, materiales y medicinas. Los humedales generan
gran variedad de productos de plantas, animales y minerales que son
utilizados por personas de todo el mundo. Los productos de los humedales
varían desde los alimentos bá sicos como el pescado, hasta la madera de
construcció n, leñ a, aceite vegetal, sal, plantas medicinales, tallos y hojas
para la fabricació n de tejidos, y forraje para animales. La intensidad y escala

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con que se cosechan y emplean esos productos varía enormemente,
pudiendo intervenir en el proceso desde usuarios de subsistencia, cuya
intensidad de producció n es reducida, hasta explotaciones comerciales
intensivas. Los humedales juegan un papel fundamental como sustento de
los peces y de la pesca tanto a nivel comercial como de subsistencia.
 Estabilización de costas y protección contra tormentas. Las marismas
salobres y otros humedales costeros sirven como primera línea de defensa
contra las tormentas, reduciendo el impacto de las olas; mientras que las
raíces de las plantas fijan los sedimentos y retienen nutrientes. En el caso de
los deltas, la sedimentació n permite la creació n de nueva tierra.
 Recreación y turismo. La belleza natural y la diversidad de la vida animal y
vegetal de muchos humedales hacen que sean lugares de destino turístico y
recreativo muy apreciado. En muchos casos permiten generar ingresos a
economías regionales y son sitios de relevancia para desarrollar actividades
de educació n ambiental.

HUMEDALES EN ARGENTINA

La gran extensió n del país y su variedad de climas y relieves determinan la


presencia de una importante abundancia y diversidad de humedales. Pueden
encontrarse conformando grandes extensiones, en forma de paisajes de
humedales, reconocidos y valorados por los mú ltiples servicios ecosistémicos que
brindan (como el Delta del Paraná , la regió n del Iberá , etc.), pero también como
pequeñ os humedales ubicados en zonas á ridas (mallines, vegas, barreales, etc.) de
gran importancia local como proveedores de agua dulce, forraje para fauna y
ganado, há bitat de diversidad bioló gica, etc.

La Argentina aprobó la Convenció n sobre los Humedales en 1991, a través


de la Ley n.º 23.919 (con sus enmiendas en la Ley n.º 25.335). A la fecha, el país
designó 23 Humedales de Importancia Internacional o Sitios Ramsar, que abarcan
una superficie total de 5.687.651 hectá reas. La administració n de estos sitios se
encuentra, segú n corresponda, a cargo de las jurisdicciones provinciales, la Ciudad
Autó noma de Buenos Aires o la Administració n de Parques Nacionales, en el caso
de las á reas naturales protegidas comprendidas por la Ley n.° 22.351. Entre ellos
se encuentran los humedales de Península Valdés en Chubut –declarada
Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO–, Laguna de los Pozuelos en
Jujuy, Palmar de Yatay en Entre Ríos, Lagunas y Esteros del Iberá en Corrientes o la
Reserva Ecoló gica Costanera Sur –destacada por ser una reserva urbana– en la
Ciudad Autó noma de Buenos Aires. El ú ltimo sitio designado fue la Reserva Natural
Villavicencio, en la provincia de Mendoza.

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Asimismo, el país participa de la Iniciativas Regionales Ramsar para la
conservació n y uso sostenible de los humedales fluviales de la Cuenca del Plata
(junto con Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de los humedales altoandinos
(junto con Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y Venezuela).

El Proyecto “El Inventario de los Humedales de Argentina: Una Herramienta


para la Implementació n de la Convenció n de Ramsar” (WFF/10/AR/6), financiado
por la Iniciativa “Humedales para el Futuro” de la Convenció n sobre los Humedales
e implementado por la Fundació n Humedales, en colaboració n con el Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nació n y la Universidad Nacional de San
Martín. 

El documento aborda el primer nivel del Inventario Nacional de Humedales


e identifica once regiones de humedales, que cubren la totalidad del territorio
nacional, incluyendo las Islas del Atlá ntico Sur y el Sector Antá rtico Argentino.
Pone de manifiesto la gran abundancia y diversidad de tipos de humedales que hay
en el país, y permite mejorar la comprensió n sobre su expresió n espacial y
funcionamiento.

 Región Humedales montanos precordilleranos y subandinos:


Corresponde a las selvas subtropicales de montañ a del noroeste de
Argentina. Los humedales está n asociados principalmente a los cauces
fluviales, ríos y arroyos de montañ a con fuerte estacionalidad, en tanto que
los ambientes de cará cter léntico como lagunas (de Yala, del Tesorero y
Pintascayo, entre otras), madrejones, bañ ados y embalses son minoritarios
y se circunscriben al sector pedemontano (Izquierdo y Grau 2017).
 Región Humedales del Chaco: La diná mica de los cuatro ríos principales
de la regió n (Pilcomayo, Bermejo, Juramento-Salado y Salí-Dulce) y las
lluvias estacionales, combinadas con un relieve heterogéneo, determinan
diferentes tipos de humedales. Algunos humedales presentan
características y diná micas claramente discernibles del resto del paisaje,
como la laguna Yema en Formosa, así como una variedad de depresiones
naturales que se inundan por las lluvias estacionales conformando lagunas
someras de diferentes tamañ os. Existen también complejos de humedales,
conformados por un conjunto de lagunas, bañ ados, esteros, meandros
abandonados, etc., con diferentes grados de conectividad entre ellos.
Ejemplos son los Bajos Submeridionales, el Bañ ado la Estrella y los Bañ ados
del río Dulce, entre otros. La alternancia de épocas de lluvias y sequías
constituye el principal factor que condiciona las características y diná mica
de los humedales (Marchetti 2017).
 Región Humedales altoandinos y de la Puna: Corresponde al altiplano y
cordones montañ osos por encima de los 3.000 msnm en el noroeste y

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centro-oeste del país. La superficie que ocupan los humedales es escasa y se
presentan como parches en el contexto de un paisaje á rido. Los principales
tipos de humedales son las lagunas (de diversos tamañ os, profundidad y
salinidad), las vegas, salares y barreales. Las vegas son ecosistemas clave
por los valiosos servicios que brindan como provisió n de agua dulce, há bitat
de diversidad bioló gica y forraje para pastoreo, entre otros. Ejemplos de
humedales de la regió n son las lagunas de Pozuelos, Vilama, Diamante,
Brava y barreal del Leoncito, entre otros. Se diferenciaron dos subregiones:
Vegas, lagunas y salares de la Puna y Vegas y lagunas altoandinas
(Yacobaccio y Morales 2017, Sosa y Guevara 2017).
 Región Humedales misioneros: En la selva misionera los humedales está n
asociados principalmente a los valles aluviales de los grandes ríos (Paraná y
Uruguay) y a los cursos de sus tributarios, como el Iguazú , Uruguaí y Yabotí,
entre otros. Forman redes dendríticas densas y sinuosas con valles
generalmente angostos en un relieve accidentado. En la selva también
pueden encontrarse bañ ados pequeñ os que se forman en depresiones,
ocupando escasa superficie, pero muy importantes por su biodiversidad
(Giraudo 2017).
 Región Humedales del corredor fluvial Chaco-Mesopotámico: Esta
regió n incluye las planicies de inundació n de los ríos Paraguay, Paraná y
Uruguay y varios tributarios hasta su desembocadura en el Río de la Plata.
Concentra la mayor superficie de humedales del país con una gran variedad
de tipos. Los humedales se manifiestan en grandes extensiones que con
frecuencia dominan completamente el paisaje. Presentan una intrincada
trama de cursos de agua, madrejones, bañ ados, esteros y cañ adas
interconectados, sometidos en su mayor parte a pulsos de inundació n y
sequía. Se definieron tres subregiones: Ríos, esteros, bañ ados y lagunas del
río Paraná ; Riachos, esteros y bañ ados del Chaco Hú medo y Malezales,
tembladerales y arroyos litoraleñ os (Bó y Quintana 2017, Minotti 2017a y
2017b).
 Región Humedales valliserranos: Se emplaza en el centro del país
extendiéndose hacia el noroeste en las Sierras pampeanas orientales y
occidentales. La mayor parte de la regió n está sometida a condiciones de
déficit hídrico durante todo el añ o. Se caracteriza por la escasez de cuerpos
de agua permanente. Los principales tipos de humedales son salinas (que
en algunos casos ocupan grandes extensiones), cursos de agua temporarios,
pequeñ os cuerpos de agua, vegas, mallines, barreales y embalses
artificiales. Se identificaron tres subregiones: Ríos y arroyos de los valles
intermontanos; Arroyos y mallines de las sierras centrales y Salinas de la
depresió n central (Karlin y Karlin 2017a y 2017b, Scopel et al. 2017).
 Región Humedales del Monte Central: Esta regió n es atravesada por la
Cuenca del Desaguadero, que se alimenta de los ríos cordilleranos de

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régimen nival como el San Juan, Mendoza y Tunuyá n, entre otros. Estos ríos
al llegar a la planicie conforman distintos tipos de humedales de
importancia regional en un entorno de extrema aridez, tales como bañ ados
y lagunas semipermanentes. También hay salares (como la Salina del
Bebedero y la del Diamante), salitrales y embalses artificiales (Sosa y
Guevara 2017).
 Región Humedales de la Pampa: En toda la regió n, de relieve general
llano o levemente ondulado, se encuentran dispersas una gran cantidad y
diversidad de lagunas permanentes y temporarias. También se encuentran
otros tipos de humedales como bañ ados, cañ adas y diversos cursos de agua.
La actividad agropecuaria ha provocado un intenso reemplazo de los
ambientes naturales originales. Se definieron dos subregiones: Lagunas de
la Pampa Hú meda y Lagunas salobres de la Pampa Interior (Baigú n y
Lombardo 2017, Romano y Brandolin 2017).
 Región Humedales costeros: Se extiende desde la Ciudad Autó noma de
Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, incluyendo las costas de las islas del
Atlá ntico Sur. Se encuentra sometida a grandes amplitudes de marea que se
incrementan hacia el sur, que junto con la baja pendiente del terreno
determinan extensas zonas intermareales. Esta regió n presenta una
diversidad de tipos de humedales que incluye ambientes estuariales, playas
y marismas, como la de Bahía Samborombó n, Bahía Anegada, Bahía de San
Antonio y Ría de Deseado, entre otras. Se identificaron dos subregiones:
Playas y marismas de la costa bonaerense y Playas y marismas de la costa
patagó nica e islas del Atlá ntico Sur (Gonzalez Trilla y Blanco 2017, Blanco
et al. 2017).
 Región Humedales de la Patagonia: Corresponde a la porció n sur del país.
Se identificaron tres subregiones: Lagos, cursos de agua y mallines de los
Andes Patagó nicos; Lagunas y vegas de la Patagonia extrandina y Mallines y
turberas de la Patagonia Sur e islas del Atlá ntico Sur. La primera, atravesada
por la Cordillera de los Andes y con abundantes precipitaciones, presenta
grandes y pequeñ os lagos, mallines, turberas, ambientes periglaciares y una
importante red hidrográ fica. En la Patagonia extrandina los humedales
continentales se caracterizan por su localizació n dispersa y relativamente
pequeñ as dimensiones en un entorno de semidesierto. Los tipos de
humedales má s numerosos en esa subregió n son las lagunas y las vegas o
mallines. La porció n sur de esta regió n se caracteriza por la presencia de
mallines, principalmente en las zonas de estepa, y turberas, sobre todo en el
sur de Tierra del Fuego e Islas del Atlá ntico Sur (Buria 2017, Mazzoni 2017
y Mataloni 2017).
 Región Humedales Antárticos: La rigurosidad de su clima determina que
solo algunos sectores (principalmente insulares y costeros) dispongan de
agua en estado líquido unos pocos meses al añ o. Esta condició n (la

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disponibilidad de agua líquida durante el breve período estival) ha sido
recientemente señ alada como la que define la presencia de humedales en la
Antá rtida. Entre los tipos de humedales presentes se cuentan cuerpos de
agua tales como torrentes de deshielo glaciar o “chorrillos”, arroyos
alimentados por glaciares, pendientes donde el agua de deshielo corre en
forma de flujo laminar, lagos de diferentes orígenes y otras depresiones en
las que se acumula agua por derretimiento o escurrimiento (Mataloni y
Quintana 2017).

UNA DEMANDA QUE LLEVA 10 AÑOS

En la Argentina, la demanda por una ley de humedales para la conservació n


y uso sostenible de estos ecosistemas tiene ya má s de 10 añ os. En 2 ocasiones,
2013 y 2016, proyectos de ley tuvieron media sanció n del Senado pero se frenaron
en la Cá mara de Diputados. 

En los ú ltimos 2 añ os se presentaron 15 proyectos de ley de protecció n de


humedales en el Congreso. Durante ese mismo añ o ambas cá maras impulsaron una
serie de sesiones informativas pú blicas en las que participaron científicos,
académicos y organizaciones socioambientales, así como el Consejo Federal de
Ambiente (Cofema) y el Consejo Hídrico Federal, el sector productivo y los propios
legisladores y sus asesores. Se conformó un grupo de trabajo y se logró un texto
unificado y consensuado.

El 20 de noviembre de 2020, la Comisió n de Recursos Naturales y Ambiente


Humano de Diputados dio dictamen unificado al Proyecto de Ley de Presupuestos
Mínimos de Protecció n Ambiental para el Uso Racional y Sostenible de los
Humedales, pero luego quedó “cajoneado” durante todo 2021 por las 3 comisiones
que restaban analizarlo y aprobarlo para que bajara al recinto: Agricultura,
Intereses Marítimos y Presupuesto. De esta forma, tras no ser incluido para ser
tratado en sesiones extraordinarias en el Congreso, el proyecto perdió estado
parlamentario. 

La iniciativa establecía, entre otras cosas, una definició n de humedales


precisa y basada en consenso científico, la incorporació n de los humedales en los
procesos de ordenamiento ambiental territorial previstos por la Ley General del
Ambiente 25.675, la creació n de un Inventario Nacional de Humedales, el uso
racional y sostenible de los humedales, la creació n de un Programa Nacional de
Conservació n de Humedales y un Fondo Nacional cuyo partida presupuestaria no
podía ser inferior al 0,3% del presupuesto nacional.

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Humedales: reservas de vida en peligro de extinción. La acción del hombre
amenaza la subsistencia de los humedales, ecosistemas imprescindibles para
el planeta. Científicos de la UNLP advierten sobre las consecuencias para la
región y la importancia de su preservación

La acció n del hombre se ha transformado en una amenaza para la


subsistencia de estos ecosistemas, imprescindibles para el desarrollo de la vida en
el planeta. De manera lenta pero incesante, la superficie de humedales se reduce en
todo el mundo y se calcula que, a nivel global, su extensió n ya se redujo un 40%.

Su importancia es vital. Estos ecosistemas constituyen una de las


principales fuentes de agua para las poblaciones humanas y son reservorios de
biodiversidad. De ellos dependen, en distinta medida, la provisió n de agua para
distintos fines; la recarga y descarga de acuíferos; la protecció n de recursos de
agua dulce contra la salinizació n; la mitigació n de inundaciones; el control de la
erosió n; y la estabilizació n de costas y de microclimas. 

¿Có mo se explica el creciente deterioro y extinció n de los humedales? El


avance de la urbanizació n y el consumo excesivo e ineficiente del agua ofrecen las
pistas para comprender las causas de este fenó meno, y el porqué de la alteració n
de los procesos diná micos del ecosistema.

Jezabel Primost, doctora en Ciencias Exactas e integrante de Centro de


Investigaciones del Medioambiente, (CIM), UNLP-CONICET, explica: “existen
distintos tipos de humedales y clasificaciones segú n la geomorfología (es decir, la
forma de la superficie terrestre), el origen del agua que los sustenta y el tipo de
vegetació n asociada. A grandes rasgos, se reconocen cinco tipos de humedales
principales: marinos (humedales costeros, lagunas costeras, arrecifes de
coral); estuarinos (deltas, marismas de marea y manglares); lacustres (humedales
asociados con lagos); ribereños (humedales adyacentes a ríos y arroyos)
y palustres (es decir, “pantanosos” como marismas, pantanos y ciénagas), aunque
existen clasificaciones má s específicas, como la que establece la Convención
Ramsar sobre humedales en la que se distinguen 42 tipos de humedales,
incluyendo humedales artificiales como estanques, embalses, canales”.

La Convención Ramsar es un tratado internacional con 171 Estados parte,


que tiene como misió n la conservació n y el uso racional de los
humedales mediante acciones locales, regionales, nacionales y gracias a la
cooperació n internacional, como contribució n al logro de un desarrollo sostenible
en todo el mundo.

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La pérdida de los humedales

María Julia Rocca, Especialista en Ciencias del Territorio Facultad de


Arquitectura y Urbanismo de la UNLP, detalla con crudeza el impacto que la
urbanizació n ha tenido y tiene sobre los ecosistemas. “Las principales causas del
deterioro y extinció n de humedales derivan de la urbanizació n, el consumo
excesivo y el uso ineficiente del agua, con la consiguiente alteració n de los procesos
diná micos del ecosistema”, asegura.

Població n dispersa en espacios insulares y litorales costeros; asentamientos


informales de sectores populares en á reas inundables o sin los servicios bá sicos de
saneamiento; ciudades extendidas en las planicies de inundació n
impermeabilizando suelos, entubando cursos de agua superficiales y alterando las
condiciones del sistema hídrico; y  grandes desarrollos inmobiliarios bajo el
formato de “urbanizaciones acuá ticas”, son algunas modalidades de asentamientos
humanos que presionan sobre estos ecosistemas naturales. Otras alteraciones se
originan en el cambio de uso del suelo a actividades agrícolas, prá cticas
extractivas, rellenos sanitarios, y modificaciones en los cursos de agua superficial”.

En la misma línea Primost agrega: “son muchos los factores que está n
conduciendo a la pérdida de la estructura y la diná mica natural de los humedales.
Entre ellos, los relacionados al desarrollo urbano y rural a través de los cambios en
el uso del suelo y en la hidrogeomorfología; la desviació n de agua mediante
represas, diques y canalizaciones; el desarrollo de infraestructuras viales y centros
urbanos particularmente en valles fluviales y zonas costeras; la deforestació n; la
explotació n intensiva por actividades agrícola-ganaderas, entre tantas otras
actividades antró picas que traen aparejado un impacto asociado a la
contaminació n”.

De la mano del hombre, entra en escena ademá s, la contaminació n del agua


por vertidos residuales, el exceso de nutrientes y otros compuestos provenientes
del uso de fertilizantes, plaguicidas y fá rmacos.

“Se estima que má s del 80 % de las aguas residuales mundiales se vierten


en á reas asociadas a humedales sin tratamiento adecuado. Por ello la calidad del
agua está empeorando cada vez má s y casi todas las fuentes de agua dulce del
planeta ya está n afectadas en diferente medida. Sumados a estos factores, el
cambio climá tico afecta de manera directa la integridad de estos ecosistemas”.

Cochero coincide y agrega un dato en base a sus investigaciones: “en el


ILPLA nos dedicamos a estudiar los bañ ados de desborde fluvial de cuatro arroyos
representativos de un gradiente de urbanizació n (Arroyos Carnaval, Arroyo del
Gato, y dos afluentes del importante bañ ado del Arroyo Pescado) para conocer su

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biodiversidad y su funcionamiento ecosistémico. Entre las primeras conclusiones
que se obtienen de este estudio es que los humedales fluviales mejor conservados,
es decir, con menos impacto urbano, tienen una gran diversidad de algas, plantas
acuá ticas, invertebrados, peces, anfibios, reptiles y aves. Y esta rica biodiversidad
se ve notablemente afectada por los contaminantes provenientes de las actividades
humanas en la cuenca, como pesticidas, fá rmacos y metales”.

“Es imperativo entender a los arroyos y ríos como ecosistemas diná micos y
que proveen funciones importantes para el desarrollo humano, no só lo como
meros canales de drenaje receptores de los productos de la actividad humana. El
manejo y la preservació n de los ecosistemas fluviales es una tarea que debe
realizarse de manera integral sobre todo el territorio que ocupa la cuenca,
considerando la preservació n de sus funciones ecosistémicas”.

“La degradació n de zonas de ríos de cabecera afecta directamente al curso


de agua en zonas má s bajas” asegura Cochero. “Tomemos como ejemplo las obras
hidrá ulicas realizadas en los arroyos de nuestra regió n en los ú ltimos añ os; el
canalizado permite un mayor caudal en caso de crecidas, destinado a aliviar las
inundaciones en varios barrios del partido. Sin embargo, la cementació n del cauce,
junto con la destrucció n de los bañ ados de desborde fluvial naturales del arroyo, y
la eliminació n de plantas acuá ticas, reducen la capacidad de autodepuració n de
contaminantes del río. Esta situació n tiene efectos muy adversos sobre las costas
donde desembocan los arroyos (particularmente en los partidos de Ensenada y
Berisso), tanto disminuyendo su calidad del agua como incrementando sus propios
riesgos de inundació n”.

Falta de legislación

Si algo les faltaba a los humedales para sembrar aú n má s incertidumbre


respecto a su futuro y preservació n en Argentina, el capítulo de legislació n parece
no traer buenas noticias. María Julia Rocca lo expresa con claridad: “Desde lo legal
se abre una perspectiva para reflexionar en cuanto a la efectividad de los marcos
legales vigentes tanto en lo que respecta a la legislació n ambiental como a la de
ordenamiento territorial y sus mú ltiples -en casos ausentes o contradictorias-
adecuaciones y estrategias a nivel municipal para valorizar y proteger la condició n
de los humedales desde una visió n que contribuya a la sostenibilidad del
crecimiento urbano”.

“Desde lo político la protecció n de los humedales implica que los gobiernos


asuman un verdadero compromiso con la implementació n de políticas de
ordenamiento territorial que articulen el conjunto de políticas pú blicas sectoriales
(suelo y vivienda, infraestructuras, movilidad, industria, ambiente, salud y
patrimonio) desde una abordaje multidimensional, multiescalar  y multiactoral,

10
con directrices de crecimiento urbano que definan estos ecosistemas como
espacios “no urbanizables”, y que prioricen la provisió n de servicios de
saneamiento y la gestió n del riesgo ambiental para los sectores vulnerables ya
asentados” concluyó la docente.

RESERVA ECOLÓGICA COSTANERA SUR


(Ciudad Autónoma de Buenos Aires)

https://www.youtube.com/watch?v=8JwbAcjLbkA

Coordenadas geográficas
34 36 30 S – 58 21 W.

Área
353 ha.

Localización
Sobre la margen occidental del Río de la Plata, en el extremo este de la Ciudad
Autó noma de Buenos Aires.

Fecha de designación Ramsar


22 de marzo de 2005.

Características principales
Bosques, pastizales, lagunas y bañ ados forman parte de este espacio ú nico
que, en el añ o 2005, fue declarado como sitio Ramsar por su valor mundial como
hú medal. Cabe recordar que, a los efectos de la Convenció n de Ramsar
(Convenció n sobre Humedales), este tipo de lugares son considerados importantes
por sus reservas de agua, por ser espacios de destacada biodiversidad y por ser
claves en el funcionamiento de los ecosistemas.
A diferencia de otras á reas naturales protegidas, explican desde la Ciudad, la
Reserva nace sobre el terreno ganado al río y conquistado por la naturaleza. En ese
contexto, la biodiversidad se fue abriendo paso. No solo se extendió la vegetació n,
sino que también se convirtió en el hogar de cientos de especies de aves,
mamíferos, reptiles e insectos. Finalmente, en junio de 1986, esta zona fue
declarada Parque Natural y Zona de Reserva Ecoló gica.
Presenta una gran cantidad de ambientes de origen artificial, como los
bañ ados, lagunas pastizales, matorrales y bosques, ademá s de las playas del Río de
la Plata. Los cuerpos de agua y los bañ ados son los ambientes má s representativos
y ricos por la diversidad bioló gica que sustentan.

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El á rea fue colonizada por diversas comunidades vegetales a partir de
semillas presentes en el terreno, diseminadas por el viento o transportadas
principalmente por las aves. Estas comunidades favorecieron el establecimiento de
poblaciones animales al proporcionarles a las mismas, refugio y alimento.
Se han avistado en diferentes épocas del añ o 250 especies de aves, 9 de
anfibios, 23 de reptiles, 10 de mamíferos, y 50 de mariposas, entre otras. El sitio
mantiene abundantes poblaciones estivales de aves acuá ticas entre las que se
destacan elementos emblemá ticos típicos de las lagunas pampeanas como Cygnus
melancoryphus (cisne de cuello negro) y Coscoroba coscoroba (coscoroba), ambas
incluidas en el Apéndice II de CITES, varias especies de Anas sp. (patos) y Fulica
sp. (gallaretas), Porphyrula martinica, Gallinula sp. (pollonas), Aramus
guarauna (carao), Casmerodius albus, Egretta thula (garza), Botaurus
pinnatus, Ixobrychus involucris (mirasoles), Podiceps sp. (macá ) y Phalacrocorax
olivaceus (biguá ), y rapaces relacionadas con ambientes acuá ticos.
Los cuerpos de agua y los bañ ados que los circundan son há bitat de especies
de mamíferos como Myocastor coypus (coipo o nutria). En los bañ ados y pastizales
cercanos es frecuente observar numerosas especies de culebras acuá ticas y
semiacuá ticas y es particularmente notoria una especie de saurio, Tupinambis
teguixin (lagarto overo). Estos ambientes sustentan ademá s poblaciones estables
de roedores silvestres como Akodon azarae (rató n de campo comú n), Cavia aperea
pamparum (cuis), Oligoryzomys flavescens (rató n colilargo menor), Calomys
musculinus (laucha bimaculada), marsupiales como Lutreolina
crassicaudata (comadreja colorada) y Didelphis albiventris (comadreja overa)
y Myotis sp. (murciélago).
Entre la fauna íctica se destacan especies como Prochilodus
lineatus (sá balo), Leporinus obtusidens (boga), Hoplias
malabaricus (tararira), Astyanax fasciatus y Cheirodon
interruptus (mojarras), Rhamdia sapo (bagre sapo), Pimelodus maculatus (bagre
amarillo), Hipostomus commersoni (vieja de agua), Cichlasoma
fascetus y Gymnogeophagus meridionalis (chanchitas), Jenynsia
lineata y Cnesterodon decemmaculatus (madrecitas), que forman parte de las
diferentes cadenas tró ficas colaborando no só lo al mantenimiento del cuerpo de
agua (herbívoros e insectívoros) sino también a la existencia de las poblaciones de
aves ictió fagas (biguaes, macaes y garzas) y de tortugas.
Las comunidades vegetales está n constituidas por bosques, arbustales,
comunidades herbá ceas y comunidades acuá ticas. En el á rea se encuentran muy
bien representadas algunas especies que está n sufriendo una severa reducció n de
há bitat, como es el caso de la Cortaderia selloana (cortadera). Entre la vegetació n
se observan bosques de Tessaria integrifolia (aliso de río) el que suele estar
acompañ ado por Baccharis salicifolia (chilca), por diversas especies
de Solanum y Polygonum y por varias gramíneas. Se encuentran numerosas
especies que conforman las selvas higró filas que se desarrollan en las riberas de

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los ríos Paraná , Uruguay y sus afluentes. En las orillas inundables se observa la
presencia de Schenoplectus californicus (junco) y una serie de especies que se han
establecido en el sitio como Ocotea acutifolia (laurel blanco), Citharexylum
montevidense (tarumá ), Erithryna crista-galli (ceibo), Salix humboldtiana (sauce
criollo) y Sapium haematospermun (curupí o lecheró n).
Como humedal urbano reú ne características de importancia por ser un sitio
de capacitació n y de difusió n, labor que es desarrollada por el personal
dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, junto a diversas
organizaciones no gubernamentales como Amigos de la Tierra Argentina, la
Asociació n Ornitoló gica del Plata/Aves Argentinas, la Fundació n Vida Silvestre
Argentina y Asociació n Proteger. Estas entidades y un nú mero importante de
ciudadanos independientes, comenzaron la defensa del Á rea por su valor ecoló gico
(representa una verdadera muestra de la vida silvestre del ecosistema ribereñ o),
histó rico (por su cercanía al sitio del primer emplazamiento de la Ciudad y expone
las características ambientales que encontraron los conquistadores), educativo y
turístico. Importante ademá s para recreació n y deporte; se realizan prá cticas de
aerobismo, expresió n corporal, gimnasia, ciclismo, paseos recreativos, paseos para
avistar aves y actividades culturales.

CUESTIONARIO

1. ¿Quién es el problema para los humedales?


2. ¿Cuá l es la finalidad de la Ley de Humedales?
3. ¿Có mo se acaba con un humedal?
4. ¿Có mo podemos proteger a los humedales?

Por un
Futuro
Consciente
Eco Sanpa

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