4°A SOC ES - Humedales - Reserva Ecológica Costanera Sur - Dia de La Ecologia
4°A SOC ES - Humedales - Reserva Ecológica Costanera Sur - Dia de La Ecologia
4°A SOC ES - Humedales - Reserva Ecológica Costanera Sur - Dia de La Ecologia
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Ecología
Humedales:
Reserva Ecológica Costanera Sur
Nivel Secundario
El agua puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas
subterrá neas. Los humedales se distinguen también por las características
particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a las
condiciones de inundació n o de alternancia de períodos de anegamiento y sequía.
De esta manera, los humedales no son necesariamente transiciones entre los
sistemas acuá ticos y terrestres, sino que poseen características estructurales y
funcionales propias, que los diferencian de unos y otros.
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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONSERVARLOS?
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con que se cosechan y emplean esos productos varía enormemente,
pudiendo intervenir en el proceso desde usuarios de subsistencia, cuya
intensidad de producció n es reducida, hasta explotaciones comerciales
intensivas. Los humedales juegan un papel fundamental como sustento de
los peces y de la pesca tanto a nivel comercial como de subsistencia.
Estabilización de costas y protección contra tormentas. Las marismas
salobres y otros humedales costeros sirven como primera línea de defensa
contra las tormentas, reduciendo el impacto de las olas; mientras que las
raíces de las plantas fijan los sedimentos y retienen nutrientes. En el caso de
los deltas, la sedimentació n permite la creació n de nueva tierra.
Recreación y turismo. La belleza natural y la diversidad de la vida animal y
vegetal de muchos humedales hacen que sean lugares de destino turístico y
recreativo muy apreciado. En muchos casos permiten generar ingresos a
economías regionales y son sitios de relevancia para desarrollar actividades
de educació n ambiental.
HUMEDALES EN ARGENTINA
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Asimismo, el país participa de la Iniciativas Regionales Ramsar para la
conservació n y uso sostenible de los humedales fluviales de la Cuenca del Plata
(junto con Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de los humedales altoandinos
(junto con Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y Venezuela).
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centro-oeste del país. La superficie que ocupan los humedales es escasa y se
presentan como parches en el contexto de un paisaje á rido. Los principales
tipos de humedales son las lagunas (de diversos tamañ os, profundidad y
salinidad), las vegas, salares y barreales. Las vegas son ecosistemas clave
por los valiosos servicios que brindan como provisió n de agua dulce, há bitat
de diversidad bioló gica y forraje para pastoreo, entre otros. Ejemplos de
humedales de la regió n son las lagunas de Pozuelos, Vilama, Diamante,
Brava y barreal del Leoncito, entre otros. Se diferenciaron dos subregiones:
Vegas, lagunas y salares de la Puna y Vegas y lagunas altoandinas
(Yacobaccio y Morales 2017, Sosa y Guevara 2017).
Región Humedales misioneros: En la selva misionera los humedales está n
asociados principalmente a los valles aluviales de los grandes ríos (Paraná y
Uruguay) y a los cursos de sus tributarios, como el Iguazú , Uruguaí y Yabotí,
entre otros. Forman redes dendríticas densas y sinuosas con valles
generalmente angostos en un relieve accidentado. En la selva también
pueden encontrarse bañ ados pequeñ os que se forman en depresiones,
ocupando escasa superficie, pero muy importantes por su biodiversidad
(Giraudo 2017).
Región Humedales del corredor fluvial Chaco-Mesopotámico: Esta
regió n incluye las planicies de inundació n de los ríos Paraguay, Paraná y
Uruguay y varios tributarios hasta su desembocadura en el Río de la Plata.
Concentra la mayor superficie de humedales del país con una gran variedad
de tipos. Los humedales se manifiestan en grandes extensiones que con
frecuencia dominan completamente el paisaje. Presentan una intrincada
trama de cursos de agua, madrejones, bañ ados, esteros y cañ adas
interconectados, sometidos en su mayor parte a pulsos de inundació n y
sequía. Se definieron tres subregiones: Ríos, esteros, bañ ados y lagunas del
río Paraná ; Riachos, esteros y bañ ados del Chaco Hú medo y Malezales,
tembladerales y arroyos litoraleñ os (Bó y Quintana 2017, Minotti 2017a y
2017b).
Región Humedales valliserranos: Se emplaza en el centro del país
extendiéndose hacia el noroeste en las Sierras pampeanas orientales y
occidentales. La mayor parte de la regió n está sometida a condiciones de
déficit hídrico durante todo el añ o. Se caracteriza por la escasez de cuerpos
de agua permanente. Los principales tipos de humedales son salinas (que
en algunos casos ocupan grandes extensiones), cursos de agua temporarios,
pequeñ os cuerpos de agua, vegas, mallines, barreales y embalses
artificiales. Se identificaron tres subregiones: Ríos y arroyos de los valles
intermontanos; Arroyos y mallines de las sierras centrales y Salinas de la
depresió n central (Karlin y Karlin 2017a y 2017b, Scopel et al. 2017).
Región Humedales del Monte Central: Esta regió n es atravesada por la
Cuenca del Desaguadero, que se alimenta de los ríos cordilleranos de
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régimen nival como el San Juan, Mendoza y Tunuyá n, entre otros. Estos ríos
al llegar a la planicie conforman distintos tipos de humedales de
importancia regional en un entorno de extrema aridez, tales como bañ ados
y lagunas semipermanentes. También hay salares (como la Salina del
Bebedero y la del Diamante), salitrales y embalses artificiales (Sosa y
Guevara 2017).
Región Humedales de la Pampa: En toda la regió n, de relieve general
llano o levemente ondulado, se encuentran dispersas una gran cantidad y
diversidad de lagunas permanentes y temporarias. También se encuentran
otros tipos de humedales como bañ ados, cañ adas y diversos cursos de agua.
La actividad agropecuaria ha provocado un intenso reemplazo de los
ambientes naturales originales. Se definieron dos subregiones: Lagunas de
la Pampa Hú meda y Lagunas salobres de la Pampa Interior (Baigú n y
Lombardo 2017, Romano y Brandolin 2017).
Región Humedales costeros: Se extiende desde la Ciudad Autó noma de
Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, incluyendo las costas de las islas del
Atlá ntico Sur. Se encuentra sometida a grandes amplitudes de marea que se
incrementan hacia el sur, que junto con la baja pendiente del terreno
determinan extensas zonas intermareales. Esta regió n presenta una
diversidad de tipos de humedales que incluye ambientes estuariales, playas
y marismas, como la de Bahía Samborombó n, Bahía Anegada, Bahía de San
Antonio y Ría de Deseado, entre otras. Se identificaron dos subregiones:
Playas y marismas de la costa bonaerense y Playas y marismas de la costa
patagó nica e islas del Atlá ntico Sur (Gonzalez Trilla y Blanco 2017, Blanco
et al. 2017).
Región Humedales de la Patagonia: Corresponde a la porció n sur del país.
Se identificaron tres subregiones: Lagos, cursos de agua y mallines de los
Andes Patagó nicos; Lagunas y vegas de la Patagonia extrandina y Mallines y
turberas de la Patagonia Sur e islas del Atlá ntico Sur. La primera, atravesada
por la Cordillera de los Andes y con abundantes precipitaciones, presenta
grandes y pequeñ os lagos, mallines, turberas, ambientes periglaciares y una
importante red hidrográ fica. En la Patagonia extrandina los humedales
continentales se caracterizan por su localizació n dispersa y relativamente
pequeñ as dimensiones en un entorno de semidesierto. Los tipos de
humedales má s numerosos en esa subregió n son las lagunas y las vegas o
mallines. La porció n sur de esta regió n se caracteriza por la presencia de
mallines, principalmente en las zonas de estepa, y turberas, sobre todo en el
sur de Tierra del Fuego e Islas del Atlá ntico Sur (Buria 2017, Mazzoni 2017
y Mataloni 2017).
Región Humedales Antárticos: La rigurosidad de su clima determina que
solo algunos sectores (principalmente insulares y costeros) dispongan de
agua en estado líquido unos pocos meses al añ o. Esta condició n (la
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disponibilidad de agua líquida durante el breve período estival) ha sido
recientemente señ alada como la que define la presencia de humedales en la
Antá rtida. Entre los tipos de humedales presentes se cuentan cuerpos de
agua tales como torrentes de deshielo glaciar o “chorrillos”, arroyos
alimentados por glaciares, pendientes donde el agua de deshielo corre en
forma de flujo laminar, lagos de diferentes orígenes y otras depresiones en
las que se acumula agua por derretimiento o escurrimiento (Mataloni y
Quintana 2017).
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Humedales: reservas de vida en peligro de extinción. La acción del hombre
amenaza la subsistencia de los humedales, ecosistemas imprescindibles para
el planeta. Científicos de la UNLP advierten sobre las consecuencias para la
región y la importancia de su preservación
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La pérdida de los humedales
En la misma línea Primost agrega: “son muchos los factores que está n
conduciendo a la pérdida de la estructura y la diná mica natural de los humedales.
Entre ellos, los relacionados al desarrollo urbano y rural a través de los cambios en
el uso del suelo y en la hidrogeomorfología; la desviació n de agua mediante
represas, diques y canalizaciones; el desarrollo de infraestructuras viales y centros
urbanos particularmente en valles fluviales y zonas costeras; la deforestació n; la
explotació n intensiva por actividades agrícola-ganaderas, entre tantas otras
actividades antró picas que traen aparejado un impacto asociado a la
contaminació n”.
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biodiversidad y su funcionamiento ecosistémico. Entre las primeras conclusiones
que se obtienen de este estudio es que los humedales fluviales mejor conservados,
es decir, con menos impacto urbano, tienen una gran diversidad de algas, plantas
acuá ticas, invertebrados, peces, anfibios, reptiles y aves. Y esta rica biodiversidad
se ve notablemente afectada por los contaminantes provenientes de las actividades
humanas en la cuenca, como pesticidas, fá rmacos y metales”.
“Es imperativo entender a los arroyos y ríos como ecosistemas diná micos y
que proveen funciones importantes para el desarrollo humano, no só lo como
meros canales de drenaje receptores de los productos de la actividad humana. El
manejo y la preservació n de los ecosistemas fluviales es una tarea que debe
realizarse de manera integral sobre todo el territorio que ocupa la cuenca,
considerando la preservació n de sus funciones ecosistémicas”.
Falta de legislación
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con directrices de crecimiento urbano que definan estos ecosistemas como
espacios “no urbanizables”, y que prioricen la provisió n de servicios de
saneamiento y la gestió n del riesgo ambiental para los sectores vulnerables ya
asentados” concluyó la docente.
https://www.youtube.com/watch?v=8JwbAcjLbkA
Coordenadas geográficas
34 36 30 S – 58 21 W.
Área
353 ha.
Localización
Sobre la margen occidental del Río de la Plata, en el extremo este de la Ciudad
Autó noma de Buenos Aires.
Características principales
Bosques, pastizales, lagunas y bañ ados forman parte de este espacio ú nico
que, en el añ o 2005, fue declarado como sitio Ramsar por su valor mundial como
hú medal. Cabe recordar que, a los efectos de la Convenció n de Ramsar
(Convenció n sobre Humedales), este tipo de lugares son considerados importantes
por sus reservas de agua, por ser espacios de destacada biodiversidad y por ser
claves en el funcionamiento de los ecosistemas.
A diferencia de otras á reas naturales protegidas, explican desde la Ciudad, la
Reserva nace sobre el terreno ganado al río y conquistado por la naturaleza. En ese
contexto, la biodiversidad se fue abriendo paso. No solo se extendió la vegetació n,
sino que también se convirtió en el hogar de cientos de especies de aves,
mamíferos, reptiles e insectos. Finalmente, en junio de 1986, esta zona fue
declarada Parque Natural y Zona de Reserva Ecoló gica.
Presenta una gran cantidad de ambientes de origen artificial, como los
bañ ados, lagunas pastizales, matorrales y bosques, ademá s de las playas del Río de
la Plata. Los cuerpos de agua y los bañ ados son los ambientes má s representativos
y ricos por la diversidad bioló gica que sustentan.
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El á rea fue colonizada por diversas comunidades vegetales a partir de
semillas presentes en el terreno, diseminadas por el viento o transportadas
principalmente por las aves. Estas comunidades favorecieron el establecimiento de
poblaciones animales al proporcionarles a las mismas, refugio y alimento.
Se han avistado en diferentes épocas del añ o 250 especies de aves, 9 de
anfibios, 23 de reptiles, 10 de mamíferos, y 50 de mariposas, entre otras. El sitio
mantiene abundantes poblaciones estivales de aves acuá ticas entre las que se
destacan elementos emblemá ticos típicos de las lagunas pampeanas como Cygnus
melancoryphus (cisne de cuello negro) y Coscoroba coscoroba (coscoroba), ambas
incluidas en el Apéndice II de CITES, varias especies de Anas sp. (patos) y Fulica
sp. (gallaretas), Porphyrula martinica, Gallinula sp. (pollonas), Aramus
guarauna (carao), Casmerodius albus, Egretta thula (garza), Botaurus
pinnatus, Ixobrychus involucris (mirasoles), Podiceps sp. (macá ) y Phalacrocorax
olivaceus (biguá ), y rapaces relacionadas con ambientes acuá ticos.
Los cuerpos de agua y los bañ ados que los circundan son há bitat de especies
de mamíferos como Myocastor coypus (coipo o nutria). En los bañ ados y pastizales
cercanos es frecuente observar numerosas especies de culebras acuá ticas y
semiacuá ticas y es particularmente notoria una especie de saurio, Tupinambis
teguixin (lagarto overo). Estos ambientes sustentan ademá s poblaciones estables
de roedores silvestres como Akodon azarae (rató n de campo comú n), Cavia aperea
pamparum (cuis), Oligoryzomys flavescens (rató n colilargo menor), Calomys
musculinus (laucha bimaculada), marsupiales como Lutreolina
crassicaudata (comadreja colorada) y Didelphis albiventris (comadreja overa)
y Myotis sp. (murciélago).
Entre la fauna íctica se destacan especies como Prochilodus
lineatus (sá balo), Leporinus obtusidens (boga), Hoplias
malabaricus (tararira), Astyanax fasciatus y Cheirodon
interruptus (mojarras), Rhamdia sapo (bagre sapo), Pimelodus maculatus (bagre
amarillo), Hipostomus commersoni (vieja de agua), Cichlasoma
fascetus y Gymnogeophagus meridionalis (chanchitas), Jenynsia
lineata y Cnesterodon decemmaculatus (madrecitas), que forman parte de las
diferentes cadenas tró ficas colaborando no só lo al mantenimiento del cuerpo de
agua (herbívoros e insectívoros) sino también a la existencia de las poblaciones de
aves ictió fagas (biguaes, macaes y garzas) y de tortugas.
Las comunidades vegetales está n constituidas por bosques, arbustales,
comunidades herbá ceas y comunidades acuá ticas. En el á rea se encuentran muy
bien representadas algunas especies que está n sufriendo una severa reducció n de
há bitat, como es el caso de la Cortaderia selloana (cortadera). Entre la vegetació n
se observan bosques de Tessaria integrifolia (aliso de río) el que suele estar
acompañ ado por Baccharis salicifolia (chilca), por diversas especies
de Solanum y Polygonum y por varias gramíneas. Se encuentran numerosas
especies que conforman las selvas higró filas que se desarrollan en las riberas de
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los ríos Paraná , Uruguay y sus afluentes. En las orillas inundables se observa la
presencia de Schenoplectus californicus (junco) y una serie de especies que se han
establecido en el sitio como Ocotea acutifolia (laurel blanco), Citharexylum
montevidense (tarumá ), Erithryna crista-galli (ceibo), Salix humboldtiana (sauce
criollo) y Sapium haematospermun (curupí o lecheró n).
Como humedal urbano reú ne características de importancia por ser un sitio
de capacitació n y de difusió n, labor que es desarrollada por el personal
dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, junto a diversas
organizaciones no gubernamentales como Amigos de la Tierra Argentina, la
Asociació n Ornitoló gica del Plata/Aves Argentinas, la Fundació n Vida Silvestre
Argentina y Asociació n Proteger. Estas entidades y un nú mero importante de
ciudadanos independientes, comenzaron la defensa del Á rea por su valor ecoló gico
(representa una verdadera muestra de la vida silvestre del ecosistema ribereñ o),
histó rico (por su cercanía al sitio del primer emplazamiento de la Ciudad y expone
las características ambientales que encontraron los conquistadores), educativo y
turístico. Importante ademá s para recreació n y deporte; se realizan prá cticas de
aerobismo, expresió n corporal, gimnasia, ciclismo, paseos recreativos, paseos para
avistar aves y actividades culturales.
CUESTIONARIO
Por un
Futuro
Consciente
Eco Sanpa
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