Caperucita Roja
Caperucita Roja
Caperucita Roja
Psicocrítica
Curso 2019-2020
Caperucita Roja
Para empezar hay que tener en cuenta el esquema común que los tres cuentos
comparten: una niña, personaje protagonista, que se adentra en el bosque con una cesta
para llevarle alimentos a su abuela, por petición de su madre. Un lobo, personaje
antagonista, que interfiere en el camino para preguntarle su destino, que consigue
aprovecharse de su inocencia, engañarla, distraerla, y así llegar antes a casa de su abuela,
donde se la come, se pone su ropa y, cuando la niña llega, tienen la conversación más
conocida del cuento: por qué sus orejas, sus ojos, sus brazos y su boca son tan grandes; y
de ahí el bocado final. Estos elementos constituyen las invariantes del cuento, la estructura
interna. Las variantes entrarán según la intención del que reescriba este cuento,
condicionado por factores como la moral, el público receptor, la época, o los propios
intereses ideológicos.
La versión de Perrault añade una variante que después quedará establecida como
invariante en la recepción y reescritura posterior: la caperuza roja, dándole así identidad
al personaje. La Psicocrítica ha querido encontrar en este cuento el símbolo de la
menstruación, ubicándolo en la caperuza roja.
En todo caso, el esquema es el mismo. Su cesta, esta vez, tiene una torta y un
tarrito de mantequilla. Mantendrá, como invariante, el momento en el que el lobo la hace
desnudarse, añadiendo además una moraleja explícita para advertir a las mujeres de los
hombres. Así el lobo no solo será un personaje para el relato, sino un símbolo, una
metáfora popular para constituir un especie de código moral y para seguir articulando
cuentos. Y es que el lobo, en nuestro imaginario colectivo, es el arquetipo de maldad,
tiene esa connotación. Está presente así en otros cuentos, como en Los tres cerditos.