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Consideraciones Ético-Legales. Enfoque Interdisciplinario

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Disciplina

CONSIDERACIONES
ÉTICO-LEGALES DESDE
UN ENFOQUE
INTERDISCIPLINARIO

ACOMPAÑANTE
TERAPÉUTICO
Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

CONTENIDO

UNIDAD 1: LA SALUD COMO UN DERECHO HUMANO

UNIDAD 2: MARCO JURÍDICO LEGAL DEL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO

UNIDAD 3: DEBERES Y RESPONSABILIDADES DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO

UNIDAD 4: ENFOQUE INTERDISCIPLINARIO

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

UNIDAD 1

LA SALUD COMO UN
DERECHO HUMANO

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

INTRODUCCIÓN: LA SALUD COMO DERECHO HUMANO

Para estudiar acerca de las cuestiones jurídico-legales del acompañamiento terapéutico,


debemos comenzar por entender por qué consideramos a la Salud como un Derecho
Humano.
La respuesta es clara y contundente: La salud tiene una importancia vital para todos los
seres humanos. Por lo tanto, el derecho a la salud constituye un derecho fundamental de
todos los seres humanos.

SALUD: HISTORIA Y
CONCEPTO

En primer lugar, lo que debemos hacer es


cuestionarnos qué entendemos por
“salud” para, poder abordarla.
La salud no es un concepto en particular, sino una construcción sociocultural relativa a
cada momento histórico y a las diferentes culturas. Por lo tanto, como todo producto
cultural, la salud no es un concepto que se mantenga idéntico a lo largo del tiempo. De
hecho, podemos reconstruir diferentes sentidos que ha ido adquiriendo en diferentes
sociedades, en diferentes momentos históricos y en diferentes culturas.
Para muchas personas estar sano es lo mismo que sentirse bien, allí se hace alusión a la
salud percibida. En otros casos, algunas personas se definen a sí mismas como sanas
cuando saben o suponen que no están enfermas, podemos decir que aquí la salud se
define por la ausencia de enfermedad.

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

Considerando los cambios socioculturales que transcurrieron en la historia, la Organización


Mundial de la Salud (OMS) en el Preámbulo de su Constitución en el año 1948, define a la
salud como un “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades”.
Avanzando un poco más en el tiempo, la OMS Europea, en 1985 amplía este concepto y
considera a la salud como “el grado en que una persona o grupo es capaz, por un lado, de
llevar a cabo sus aspiraciones y de satisfacer sus necesidades y, por el otro de enfrentarse
con el ambiente. En consecuencia, la salud debe considerarse no como un objetivo en la
vida sino como un recurso más de la vida cotidiana. La salud es un concepto positivo que
comprende recursos personales y sociales, así como de capacidad física adecuada”.

SALUD COMO DERECHO HUMANO

Las Naciones Unidas definen a los derechos humanos como los derechos inherentes a
todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico,
lengua, religión o cualquier otra condición. Estos derechos corresponden a todas las
personas, sin discriminación alguna; son interrelacionados, universales, inalienables,
interdependientes e indivisibles.
Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan
entre sí. Las personas tienen responsabilidades; así como hacen valer sus derechos, deben
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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

respetar los derechos de los demás. Por otra parte, los Derechos Humanos también
decretan las relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia las personas.
Estos derechos, exigen que los gobiernos hagan determinadas cosas y les impide hacer
otras.

Ningún gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo


ningún acto que vulnere los derechos de los demás.

La Constitución de la OMS afirma que “el goce del grado máximo de salud que se pueda
lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”.
Por lo tanto, la salud es un derecho humano y esta
categorización del derecho como tal, acarrea
implicancias fundamentales en el acceso a la
cobertura. El derecho a la salud otorga a las personas
la posibilidad de acceder a los servicios de cuidado
médico y obliga al Estado, a garantizar a los
ciudadanos la posibilidad de poder disfrutar del
mejor estado de salud que posible.
Al hablar de Derechos Humanos nos referimos a
aquellos “derechos sociales y exigibles”, esta
afirmación nos posiciona diferente en la práctica, pues conocer la naturaleza de la salud
como un derecho y su posibilidad real de acceso a una cobertura de salud, nos permite
pensar más claramente frente a la problemática que acarrea una enfermedad en la vida de
una persona.

“El mundo necesita un


guardián de la salud
mundial, un custodio de
valores, un protector y
defensor de la salud,
incluido el derecho a la
salud”.

(Dra. Margaret Chan,


Directora General de la OMS)

El derecho a la salud significa que los gobiernos deben crear las condiciones
que permitan a todas las personas vivir lo más saludablemente posible.

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

Esas condiciones incluyen la garantía de recibir servicios de salud, condiciones de trabajo


saludables y seguras, vivienda adecuada y alimentos nutritivos.
El derecho a la salud no debe entenderse como el derecho a estar sano. El derecho a la
salud está consagrado en tratados internacionales y regionales de derechos humanos y en
las constituciones de los países de todo el mundo.

Este derecho involucra cuatro


elementos:
Disponibilidad Accesibilidad
Disponibilidad: Se debe contar con un
número suficiente de establecimientos,
bienes y servicios públicos de salud, así
como de programas de salud.
Aceptabilidad Calidad
Aceptabilidad: Todos los
establecimientos, bienes y servicios de
salud deben ser respetuosos de la ética médica y culturalmente apropiados.
Además deben ser sensibles a los requisitos del género y el ciclo de vida.
Calidad: Los establecimientos, bienes y servicios de salud deben ser apropiados desde el
punto de vista científico y médico, y ser de buena calidad.
Accesibilidad: Los establecimientos, bienes y servicios de salud deben ser accesibles a
todos.
La accesibilidad presenta cuatro dimensiones:
 Evitar la discriminación
 Accesibilidad física
 Accesibilidad económica (asequibilidad)
 Acceso a la información

Obligaciones
Al igual que todos los derechos humanos, el derecho a la salud impone a los diferentes
gobiernos tres tipos de obligaciones:
 Respetar: Significa simplemente no ingerir en el disfrute del derecho a la salud
(“no perjudicar”).
 Proteger: Significa adoptar medidas para impedir que terceros (actores no
estatales) interfieran en el disfrute del derecho a la salud (por ejemplo, regulando
la actividad de los actores no estatales).

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 Cumplir: Significa adoptar medidas positivas para dar plena efectividad al derecho
a la salud (por ejemplo, adoptando leyes, políticas o medidas presupuestarias
apropiadas).

¿QUÉ ES LA SALUD MENTAL?

Según la OMS, la Salud Mental se define como un estado de bienestar (emocional,


cognitivo y social) en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede
afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera
y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Es decir, la Salud Mental interfiere en la
forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida y está
determinada por múltiples factores socioeconómicos, biológicos y medioambientales.
En resumen, consideramos a la salud como un estado de completo bienestar físico, mental
y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Entendemos:
 Salud física es el óptimo funcionamiento fisiológico del organismo.
 Salud mental es el equilibrio psicológico de la persona, considerando tanto los
aspectos cognitivos como los emocionales.
 Salud social es la habilidad de interaccionar apropiadamente con la gente y el
contexto, satisfaciendo las relaciones interpersonales.

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

UNIDAD 2

MARCO JURÍDICO LEGAL DEL


ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO

Acompañante Terapéutico

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DELIMITACIONES JURÍDICOS LEGALES


DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO

El Acompañante Terapéutico es un profesional que


se inserta en la vida cotidiana del enfermo y que
trabaja dentro de un equipo interdisciplinario
siguiendo las consignas del terapeuta de cabecera.
Su rol es fundamental en la contención de
pacientes descompensados, crisis psicóticas,
adicciones, discapacidad, pacientes con
enfermedades terminales, así como en la integración y adaptaciones curriculares de niños
con dificultades en el aprendizaje.
El AT se encuentra capacitado para sostener, cuidar, aliviar y compartir las ansiedades,
angustias y desequilibrios de enfermos con perturbaciones emocionales, que han entrado
en crisis al no poder generar respuestas adaptativas ante situaciones externas e internas
que se presentan en la vida del sujeto y que desencadenan en trastornos de la
personalidad llevando a situaciones de: descontrol, crisis, ideas suicidas, actuaciones auto
y heteroagresivas.
En Argentina la creciente demanda de capacitación para la función del AT se corresponde
con el crecimiento continuado del campo práctico para esta actividad en las últimas tres
décadas. Esta demanda se ha correspondido con el creciente interés por parte de
diferentes instituciones en formar especialistas en este dispositivo.
Su inserción ha sido admirable en clínicas, hospitales de día, institutos recreativos-
terapéuticos para la niñez y adolescencia, geriátricos, especialmente desde el ámbito
privado.

LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL

En noviembre del 2010 fue aprobada la nueva Ley 26.657


que pretende la “desmanicomialización” como una
política a largo plazo. A partir de la implementación de
dicha ley, el acompañamiento terapéutico ha impulsado su desarrollo en todo el país como
un recurso altamente valioso y efectivo, facilitando la aplicación de la misma y ubicando a
quien padece como sujeto de derecho. A través de esta herramienta se logra reforzar el

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tratamiento implementándolo en el entorno cotidiano, ampliando la mirada del


padecimiento hacia un enfoque global, interdisciplinario y no estigmatizante.
La sanción de la ley aporta legalidad a una gran cantidad de buenas prácticas en salud y
salud mental que, si bien eran desarrolladas con anterioridad a su sanción, no contaban
con un marco normativo, regulatorio y de apoyo. A su vez, y bajo la legitimidad de haber
sido votada por amplios consensos parlamentarios, y contar con el apoyo de profesionales,
usuarios y organizaciones de la sociedad civil, inaugura un período inédito de
oportunidades de transformación y cambio de otras modalidades de intervención.
Se discute, y afortunadamente se seguirá discutiendo, desde los diversos agentes del
campo de la salud, y en particular de la salud mental, al respecto de diversos puntos que
dicha ley y su contemporánea reglamentación.
Nos excedería aquí una discusión detallada al
respecto, sin embargo, es interesante pensar a la
ley, a las leyes, en su dimensión de ordenamiento
de la experiencia social, constituyéndose como
una terceridad capaz de operar y mediar más allá
de cualquier accionar arbitrario, represivo o
tutelar.
Habida cuenta de existir también un profundo
desconocimiento, tanto al respecto de articulados
técnicos como del espíritu de la normativa, nos
parece interesante enunciar y tomar aquí algunos puntos que complementen nuestra
reflexión sobre la práctica del AT, por considerarla un asidero jurídico privilegiado para el
desarrollo, mejoramiento y problematización de dicho oficio. Justamente, y evitando
recaer en una reflexión netamente técnica, pensaremos a la ley como una ley-proyecto
que encarna fuertemente un programa basado en el respeto por los derechos humanos de
los sujetos: respeto, resguardo, promoción de derechos que solo puede realizarse desde
prácticas y dispositivos basados en la premisa fundamental del cuidado y dignidad de las
personas y comunidades.

Ley 26.657
Se transcriben solo aquellos artículos relacionados con la intervención del AT, sus derechos
y los del paciente.
ARTÍCULO 1° —La presente ley tiene por objeto asegurar el derecho a la
protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de los
derechos humanos de aquellas con padecimiento mental…

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Luego se enumeran una serie de derechos civiles y humanos específicos, de los


cuales nuestra práctica en cuestión se presenta como fundamental para la
concreción de muchos de los mismos.
ARTÍCULO 7° —El Estado reconoce a las
personas con padecimiento mental los
siguientes derechos: “… derecho a
recibir tratamiento y a ser tratado con
la alternativa terapéutica más
conveniente, que menos restrinja sus
derechos y libertades, promoviendo la
integración familiar, laboral y
comunitaria…”.
Complementando la última línea, y en relación a la importancia del
acompañamiento y a la garantía de una atención en salud mental centrada en la
comunidad de origen o referencia de los sujetos.
ARTÍCULO 9° —“… se orientará al reforzamiento, restitución o promoción
de los lazos sociales”.
ARTÍCULO 14° —“… debe promoverse el mantenimiento de vínculos,
contactos y comunicación de las personas internadas con sus familiares,
allegados y con el entorno laboral y social, salvo en aquellas excepciones
que por razones terapéuticas debidamente fundadas establezca el equipo
de salud interviniente”.

Atentos a estos últimos enunciados, tendientes a concebir niveles de restricción mínima de


derechos básicos tales como el trabajo, el mantenimiento de los vínculos y relaciones
familiares en la propia comunidad, observamos cómo, no solo la imposición del dispositivo
asilar manicomial restringiría derechos, sino también la ausencia de instancias de
coordinación y prácticas de otro tipo, por ejemplo, en la asistencia ambulatoria. El
Acompañamiento Terapéutico promueve y facilita la implementación de esta ley a través
de sus múltiples beneficios. Por un lado, funciona como una extensión de los cuidados del
profesional a cargo, haciendo más efectivo el tratamiento. El dispositivo de AT sostiene las
indicaciones del equipo tratante gracias a su presencia prolongada en la vida cotidiana de
la persona con padecimiento mental. El AT facilita la constante circulación de la
información dentro del equipo interdisciplinario permitiendo una intervención más
integradora y efectiva.
Así, la intervención y presencia dentro del equipo interdisciplinario del AT, considerado
este como un dispositivo que se construye y reconstruye según las necesidades de cada
caso, pudiendo propiciar y colaborar en el mantenimiento y promoción de las mencionadas
acciones, se presenta como central al momento de diseñar un programa asistencial,

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situado en el sostenimiento de un enfoque de derechos y en sintonía con la vigente Ley


Nacional de Salud Mental Nº 26.657
Aunque aún quedan múltiples aspectos negativos por resolver, se ha avanzado muchísimo
en la consolidación de esta práctica. Desde el punto de vista legal, la regulación del AT aún
se encuentra en discusión y debate tanto a nivel provincial como nacional.
Para el reconocimiento de nuestra labor, es necesario el trabajo incesante como el que se
viene realizando en estos últimos años, en el que
deben incluirse muchos profesionales que han
dado su aporte desde distintas especialidades.
Mediante jornadas, encuentros, congresos,
publicaciones de libros y artículos, se fue dejando
un registro, abriendo paso a una legalidad y a una
interlocución genuina con los distintos ámbitos
profesionales donde se inserta el
acompañamiento terapéutico.

DERECHOS DEL PACIENTE

El AT debe ser consciente de su profesión, esto significa que debe conocer y asumir la
responsabilidad que requiere el trabajo con personas con problemáticas de salud. Como
agente de salud sus funciones deben estar encuadradas en un profundo compromiso,
responsabilidad y vocación. Debemos tener en cuenta que son un dispositivo a disposición
de un otro dependiente y como tal debe llevar a cabo acciones que no los perjudiquen. Por
esto es fundamental conocer cuáles son los derechos de los pacientes proclamados en la
Ley 26.529.
Los derechos del paciente fueron sancionados mediante la Ley 26.529, cuyos artículos más
importantes se transcriben a continuación:
ARTÍCULO 1º —Ámbito de aplicación.
El ejercicio de los derechos del paciente, en cuanto a la autonomía de la
voluntad, la información y la documentación clínica, se rige por la
presente ley.
ARTÍCULO 2º —Derechos del paciente.
Constituyen derechos esenciales en la relación entre el paciente y el o
los profesionales de la salud, el o los agentes del seguro de salud, y
cualquier efector de que se trate, los siguientes:

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a) Asistencia
El paciente, prioritariamente los niños, niñas y adolescentes, tienen derecho a
ser asistidos por los profesionales de la salud, sin menoscabo y distinción
alguna, producto de sus ideas, creencias religiosas, políticas, condición
socioeconómica, raza, sexo, orientación sexual o cualquier otra condición. El
profesional actuante solo podrá eximirse del deber de asistencia cuando se
hubiere hecho cargo efectivamente del paciente otro profesional
competente.

b) Trato digno y respetuoso


El paciente tiene el
derecho a que los
agentes del sistema
de salud
intervinientes, le
otorguen un trato
digno, con respeto a
sus convicciones
personales y
morales, principalmente las relacionadas con sus condiciones socioculturales,
de género, de pudor y a su intimidad, cualquiera sea el padecimiento que
presente, y se haga extensivo a los familiares o acompañantes.

c) Intimidad
Toda actividad médico asistencial tendiente a obtener, clasificar, utilizar,
administrar, custodiar y transmitir información y documentación clínica del
paciente debe observar el estricto respeto por la dignidad humana y la
autonomía de la voluntad, así como el debido resguardo de la intimidad del
mismo y la confidencialidad de sus datos sensibles, sin perjuicio de las
previsiones contenidas en la Ley Nº 25.326.

d) Confidencialidad
El paciente tiene derecho a que toda persona que participe en la elaboración
o manipulación de la documentación clínica, o bien tenga acceso al contenido
de la misma, guarde la debida reserva, salvo expresa disposición en contrario
emanada de autoridad judicial competente o autorización del propio
paciente.

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e) Autonomía de la voluntad
El paciente tiene derecho a aceptar o
rechazar determinadas terapias o
procedimientos médicos o biológicos, con
o sin expresión de causa, como así
también a revocar posteriormente su
manifestación de la voluntad.
Los niños, niñas y adolescentes tienen
derecho a intervenir en los términos de la
Ley 26.061 a los fines de la toma de
decisión sobre terapias o procedimientos
médicos o biológicos que involucren su vida o salud.

f) Información sanitaria
El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria necesaria,
vinculada a su salud. El derecho a la información sanitaria incluye el de no
recibir la mencionada información.

g) Interconsulta médica
El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria por escrito, a fin de
obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento
relacionados con su estado de salud.

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UNIDAD 3

DEBERES Y RESPONSABILIDADES
DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO

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DEBERES Y RESPONSABILIDADES

Creer que el AT no tiene responsabilidad civil y penal frente a su labor es desconocer que
se trata de un profesional de la salud que puede ser implicado en una causa judicial, en
caso de que exista una mala práctica de su profesión.
Entendemos por “responsabilidad” la obligación de quien incumple un deber pautado con
otra persona y debe reparar el daño producido. Para salvaguardar los derechos de los
pacientes, los tribunales están facultados para defender los derechos de los pacientes que
pueden ser violados por profesionales de cualquier especialidad, también para controlar su
cumplimiento y reparar el daño que pudiera producir una práctica inadecuada.

RESPONSABILIDAD CIVIL

Cualquier profesional que integra un equipo psicoterapéutico


establece con su paciente y con el equipo un contrato, el cual
tácitamente implica que accionará utilizando los medios posibles dentro de las
herramientas que la ciencia le brinda para mejorar o recuperar la salud del paciente. De
esta manera, se establece una obligación de medios y no de resultados; es decir que no se
asegura con su ejercicio la recuperación de la salud del paciente, sino que se garantiza al

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paciente recibir la atención que la ciencia indique: el tratamiento adecuado que debe ser
completo y no parcial.
En el marco del Derecho, se denomina “Responsabilidad Civil” a la obligación que contrae
una persona cuando le causa daño a otra de forma involuntaria. Es decir, nos tenemos que
responsabilizar de los inconvenientes causados y responder indemnizando los daños y
perjuicios ocasionados al tercero para compensar los efectos del mismo. Si la obligación de
indemnizar procede de un incumplimiento de un contrato, nos encontraríamos ante una
responsabilidad civil contractual. Por el contrario, si no existe contrato y causamos daños,
nos encontraríamos ante la denominada responsabilidad civil extracontractual.
Es por ello que antes de comprometerse contractualmente, el acompañante debe
considerar el grado de involucramiento que tendrá con el caso.
Cuando un profesional no desea seguir formando parte de un equipo tratante, deberá
primero informarse y luego en conjunto establecer una adecuada estrategia de abandono
y reemplazo para no perjudicar gravemente al paciente. Si así lo fuera, podría presentarse
una situación judicial que comprometería al profesional y a quienes lo acompañan en el
caso.
 Es deber del profesional asistir en relación con la patología del paciente, no con la
formación del terapeuta.
 Cuando el profesional no se encuentra formado para tratarlo, se impone el deber
de derivar.
 La responsabilidad civil es genética, no nace por el ejercicio profesional, sino que
este es una cualidad que los profesionales tienen en tanto personas.
 La profesión es una calificación de la responsabilidad que tiene influencia en la
extensión del resarcimiento.
 El profesional se encuentra limitado por el derecho del paciente a recibir un
tratamiento idóneo, completo, científicamente comprobable y actual.
 Si el tratamiento es incompleto, hay responsabilidad profesional en caso de
perjuicio al paciente.

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RESPONSABILIDAD PENAL

La Responsabilidad Penal es la
consecuencia jurídica que se genera a
raíz de la comisión de un delito tipificado
en la ley penal. Concretamente, cualquier
acción humana que genere una lesión o
riesgo de lesión a la vida, la integridad
física, el honor, la libertad o el orden
público se enmarcan en hechos punibles
de responsabilidad penal.
Existen leyes penales que condenan la mala práctica profesional. El Código Penal
contempla dos tipos de delitos distintos según lo previsto en sus artículos 106 y 108:
Abandono de persona y omisión de auxilio, respectivamente. Ambos son dolosos, es decir,
debe existir la intención de dañar o, dicho de otra manera, conocer la situación y no
actuar.
Ninguno de los artículos enuncia taxativamente “paciente”, pero los dos enuncian
“peligro” como común denominador. En relación directa con la medicina, esto se traduciría
en abandono de paciente.
ARTÍCULO 106° —El que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea
colocándolo en situación de desamparo, sea abandonando a su suerte a
una persona incapaz de valerse y a la que deba mantener o cuidar o a la
que el mismo autor haya incapacitado, será reprimido con prisión de seis
meses a tres años.
La pena será de reclusión o prisión de tres a seis años, si a consecuencia del
abandono resultare un grave daño en el cuerpo o en la salud de la víctima.
Si ocurriere la muerte, la pena será de tres a diez años de prisión.
ARTÍCULO 108° —Será reprimido con prisión... o multa..., el que
encontrando perdido o desamparado un menor de diez años o a una
persona herida o inválida o amenazada de un peligro cualquiera, omitiere
prestarle el auxilio necesario, cuando pudiere hacerlo sin riesgo personal o
no diere aviso inmediatamente a la autoridad.

Ambos artículos procuran la defensa de sujetos en estado de minusvalía e incapacidad,


exigiendo un proceder solidario a cualquier integrante de la comunidad, y definiendo una
obligatoriedad especial para quienes tienen ciertos oficios y profesiones con funciones de
protección.

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

El estado de minusvalía e incapacidad se refiere a todos aquellos estados en que un AT


puede intervenir. De acuerdo al penalista
Fontán Balestra, la minusvalía consiste en
la pérdida de la aptitud para la autovalía y
puede ser determinada por causas
intrínsecas del sujeto (minoridad, extrema
vejez, patologías orgánicas o psiquiátricas)
o extrínsecas al sujeto (violencias
traumáticas, accidentes, intoxicaciones
etílicas, adicciones).
Todo aquel profesional de la salud que
durante el ejercicio de la profesión,
desamparara o abandona, negando o no
realizando la atención y/o el cuidado
necesario que deben y pueden brindar,
crea entonces una situación de peligro
para la salud o la vida de una persona, y esto se define como un delito.

Abandono de persona
El Código Penal define al abandono de persona como las acciones u omisiones por las
cuales se ponen en peligro a una persona, independientemente de la futura aparición o
no de un daño efectivo o concreto sobre ella (lesión y/o muerte). En caso de que esto
suceda, se debe considerar un aumento de la pena que se agrega a la anterior.
La acción típica no consiste en abandonar como parece indicarlo el título, pues lo esencial
es poner en peligro la vida o la salud de otro. El delito se comete tanto haciendo nacer la
amenaza por desamparo, como abandonando a su suerte a la víctima. En el primer
supuesto el agente la pone en situación de carecer de los cuidados necesarios como para
que no corran peligro su vida o su salud. En el segundo se desentiende de resguardarla.

Omisión de auxilio
En la omisión de auxilio, los profesionales de la salud no crean la situación de peligro ni se
coloca en ella a la persona, sino que la encuentran en la situación de peligro ya instalada
y se niegan a brindar el auxilio necesario.
Se entiende por “necesario” a que
la calidad del auxilio a prestar debe
ser la suficiente para solucionar o
evitar el peligro existente, y
conforme a las circunstancias de
medios, tiempo, modo y lugar.

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

Los médicos son una autoridad para la ley, dada su función y la obligación legal de atención
impuesta por la Ley 17.132, artículo 19, inciso 2°: … asistir a los enfermos cuando la
gravedad de su estado así lo imponga y hasta tanto, en caso de decidir la no prosecución de
la asistencia, sea posible delegarla en otro profesional o en el servicio público
correspondiente. Sin embargo, cuando existe riesgo personal para la prestación del auxilio
también deben avisar y solicitar colaboración a la autoridad (personal policial o de
bomberos), para poder actuar según el caso (excitación psicomotriz severa, lesionados en
accidentes diversos y en sitios o situaciones de difícil acceso).
La omisión de auxilio ocurre en los siguientes casos:
 Fuera de situaciones de peligro amenazante, también se omite la atención y el
auxilio cuando un médico encuentra personas heridas o inválidas y no se lo
brinda.
 Debe considerarse como herido o inválido a menores o personas enfermas o
lesionadas que estén imposibilitadas de autoprocurarse auxilio o autovalerse.
 La omisión de auxilio es la infracción que comete el médico que es llamado y que
se niega sin justa causa a prestar sus servicios.

El profesional de la salud tiene el deber legal, moral y ético de prestar asistencia a un


enfermo grave o urgente, prestación que, en principio, no admite condicionamiento
alguno, y mucho menos de orden formal o material. Este deber de carácter imperativo,
reconoce inicialmente una fuente de rango legal: el Código Civil sanciona toda conducta
omisiva que resulte perjudicial a otro en la medida que una disposición legal ordene la
actividad omitida.
ARTÍCULO 1074° —Toda persona que por cualquier omisión hubiese
ocasionado un perjuicio a otro, será responsable solamente cuando una
disposición de la ley le impusiere la obligación de cumplir el hecho
omitido.

DELITOS DOLOSOS Y CULPOSOS

Un delito doloso es aquel que


se comete con conciencia, es
decir, el autor quiso hacer lo
que hizo, existe intencionalidad
y conocimiento de la puesta en
peligro de un otro.Los delitos dolosos tienen penas mayores que los culposos.
Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

En este sentido, se contrapone al delito culposo, donde la falta se produce a partir de no


cumplir ni respetar la obligación de cuidado. Un asesinato es un delito doloso; en cambio,
un accidente donde muere una persona es un delito culposo.
Se actúa con culpa cuando se actúa por negligencia, impericia o imprudencia.
 Negligencia: Es el descuido u omisión inexcusable en el cumplimiento de una
obligación, es lo contrario al sentido del deber. Consiste en el descuido y la
desatención del paciente, es decir, profesional no actúa acorde a las normas de su
profesión y en base a sus conocimientos y habilidades. Un ejemplo de negligencia
sería no controlar periódicamente la toma de la medicación de un paciente.
 Impericia: Es la ignorancia inexcusable, la falta de experiencia o de práctica en el
cumplimiento de una obligación, o insuficiencia de conocimiento o técnica en la
realización de una actividad. Consiste en la actuación profesional llevada a cabo
con ineptitud técnica y física, así como también la falta de actualización sobre los
avances de su profesión. Podríamos considerar una impericia del AT interpretar o
utilizar términos analíticos para abordar un paciente.
 Imprudencia: Temeridad inexcusable, es cuando se actúa con exceso de confianza,
de manera que constituye una falta de predicción o de precaución en la acción,
poniendo así en peligro la vida o la recuperación de su paciente. Sería un ejemplo
de imprudencia el abordar al paciente sin saber el diagnóstico ni trabajar con un
equipo interdisciplinario.

RESPONSABILIDAD ÉTICA Y MORAL

Para el éxito de su rol, el acompañante terapéutico deberá, en primer lugar, lograr una
identificación; la misma no tiene que ver con un otro, sino que con su profesión. Esto
significa que primero debe identificarse como un agente de salud, como un profesional
que asiste a un paciente.
Cara cumplir este rol, el AT desempeña la labor de auxiliar a una persona con problemas de
salud, ya sea física o mental, en aquellos ámbitos donde no pueda desenvolverse con
autonomía. Normalmente en un ámbito distinto al contexto clínico u hospitalario como
podría ser el hogar familiar, la escuela, el trabajo, etc. Es un “observador privilegiado” que
trabaja en la vida cotidiana de los pacientes y en este sentido, su aporte es fundamental
para el equipo de trabajo.
Muy frecuentemente, los casos donde se dan estas labores, son con personas que sufren
trastornos mentales graves, trastornos del neurodesarrollo, personas discapacitadas por
movilidad reducida u otras problemáticas que limitan las capacidades de desenvolverse.

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El AT siempre trabaja en coordinación con un equipo terapéutico y es supervisado por otro


profesional. A través de herramientas y técnicas terapéuticas, trabaja para alcanzar los
objetivos exclusivamente terapéuticos previamente determinados por el equipo
interdisciplinario.
El AT debe ser consciente de su profesión, y esto significa que debe conocer y asumir la
responsabilidad que requiere el trabajo con personas con problemáticas de salud. El
cuidado del otro trae consigo una dependencia que debe estar garantizada por el
compromiso, cumplimiento y desempeño apropiados bajo un direccionamiento de
tratamiento específico.

La responsabilidad
y la conciencia son
inseparables:
no existe verdadera
conciencia sin
responsabilidad,
y no existe
responsabilidad
sin conciencia.

Una vez establecido el vínculo son muchos los factores personales que están en juego en la
relación que se da entre un paciente y su AT:
 El paciente se apoyará en su AT.
 El AT deberá comprometerse
con su desarrollo pues se pone
en juego la subjetividad del
paciente.
 El equipo tratante también
depositará en el AT confianza y
garantía de un aporte
fundamental para el
tratamiento.
 El AT deberá ser consciente del grado compromiso en el que se está involucrado.

De acuerdo a lo desarrollado, se entiende que el AT es un agente de salud cuyas funciones


deben estar encuadradas en un profundo compromiso, responsabilidad y vocación,
valores sin los cuales no se puede llevar a cabo un tratamiento de forma exitosa. Pero

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

además aparece la condición humana, más allá de la profesión en sí: el llevar a cabo
acciones que no perjudique al otro, a ese otro dependiente.
En el ámbito profesional, la responsabilidad es la condición fundamental para el ejercicio
de cualquier actividad para la cual una persona ha sido capacitada y cuya incorrecta
aplicación lo coloca en la obligación de responder ante la justicia. Permite reflexionar,
administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos en un plano moral.

Existen diferentes tipos de normas que regulan el accionar profesional y el incumplimiento


de las mismas tienen su consecuencia.

NORMAS NORMAS NORMAS NORMAS


MORALES JURÍDICAS SOCIALES DEONTOLÓGICAS

La Sociedad, La autoridad Organizaciones


DICTADAS POR: por la conducta jurídica, La sociedad de los
humana el Estado profesionales

FORMALIDAD No escrita Escrita No escrita. Escrita

Mantener
Regulan las Ordenar el Regula el
armonía y
FINALIDAD conductas de comportamiento ejercicio
uniformidad
las personas humano profesional
entre habitantes

Con las prácticas


Con las Con las políticas
profesionales
EVOLUCIÓN costumbres y las demandas Con la sociedad
y con la
y tradiciones sociales
tecnología

CONSECUENCIAS Rechazo de Penas, multas Rechazo de Sanciones


DE NO CUMPLIR la sociedad y sanciones la sociedad disciplinarias

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

UNIDAD 4

ENFOQUE INTERDISCIPLINARIO

Acompañante Terapéutico

24
Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

DISCIPLINA Y PROFESIÓN

Disciplina y profesión están claramente interrelacionadas, es por esto que debemos


diferenciar ambos conceptos.
Entendemos a la PROFESIÓN como un campo especializado de la práctica, creada sobre la
estructura teórica de la ciencia o conocimiento de una disciplina en particular y las
habilidades prácticas que la acompañan. De allí se desprende la otra noción a desarrollar,
concebimos a la DISCIPLINA como una rama del conocimiento que es investigada y
enseñada en centros de educación superior.
Las disciplinas son reconocidas como tales por medio de las publicaciones académicas en
las que se exponen los resultados de investigaciones. Aporta técnicas y métodos para
obtener un conocimiento específico. Tiene objeto de estudio y método científico.
Comenzamos conceptualizando qué entendemos por disciplina para así poder reconocer
cuáles son los distintos tipos de integración disciplinar y porqué es tan importante, como
AT, formar parte de un equipo interdisciplinar para abordar al paciente.

INTEGRACIÓN DISCIPLINAR

Una de las características fundamentales y fundantes del Acompañante Terapéutico es el


trabajo en equipo interdisciplinario, que enriquece el abordaje integral del paciente. Pero
¿qué es “interdisciplinar” y qué lo diferencia de otros tipos de abordajes?

Existen tres niveles de integración disciplinar:


La MULTIDISCIPLINA que implica la participación de más
de dos disciplinas en una investigación o estudio, sin
perder cada una su caracterización o abandonar su
metodología propia. Por ejemplo, en una
Transdisciplina
investigación multidisciplinaria los expertos de
cada disciplina trabajan sobre el tema
únicamente enfocándose en su área
de estudio y no toman en Interdisciplina
cuenta el trabajo de los demás.
Termina siendo una
Multidisciplina
compilación del punto de vista

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

de cada disciplina sobre un tema en específico.

La INTERDISCIPLINA es algo más complejo que la multidisciplina, porque no es la


yuxtaposición de disciplinas para estudiar algo, sino que exige una integración de la teoría
o elementos de la teoría científica de varias disciplinas. Esa integración, requiere a su vez el
diseño de una metodología, que utilizan de común acuerdo y con la misma estrategia,
investigadores formados en disciplinas distintas. Exige abandonar una visión simple,
pretende ver desde diversas ventanas. Requiere diseñar y construir una visión compleja,
requiere un nivel de integración conceptual. En definitiva, es la cooperación de varias
disciplinas en un estudio u otra actividad semejante, en la cual las distintas disciplinas
tienen un dialogo con el que interaccionan y encuentran un punto en común desde el cual
basan su trabajo.

La TRANSDISCIPLINA es una forma de organización de los conocimientos que trascienden


las disciplinas de una forma radical. Hace énfasis en lo que está entre las disciplinas, lo que
las atraviesa. Los conocimientos científicos se nutren entre sí y aportan una mirada global
que no se reducen a las disciplinas ni a su campo.

El acompañamiento terapéutico es
un dispositivo que se inscribe
necesariamente en un esquema de
trabajo interdisciplinario, siguiendo
los lineamientos y la dirección
terapéutica del profesional (o
equipos de profesionales) a cargo
del tratamiento del paciente. A la
vez de constituirse en una
herramienta terapéutica en la cotidianeidad del paciente, puede aportar nuevo material en
un trabajo en red con los distintos profesionales intervinientes.
Para poder trabajar desde una mirada integral que contemple las distintas dimensiones de
la persona y sus diversidades, es importante poder definir y articular que el trabajo del
Acompañante Terapéutico este contemplado como parte de equipos interdisciplinarios de
trabajo.
En estos contextos de participación e intercambio en los equipos el acompañante puede
consultar sobre cuestiones puntuales de su intervención a otros profesionales y definir
acuerdos y discusiones sobre abordajes específicos que deben plantearse de acuerdo a las
demandas y necesidades del acompañante. Pensando en la singularidad de las situaciones
y las personas.

Acompañante Terapéutico

26
Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

SISTEMAS CLASIFICATORIOS DE TRASTORNOS MENTALES

Los Sistemas Clasificatorios de los Trastornos Mentales describen criterios de diagnóstico,


proporcionando un lenguaje común entre los distintos profesionales que conforman un
equipo de trabajo interdisciplinario (psiquiatras, psicólogos clínicos, acompañantes
terapéuticos, investigadores de las ciencias de la salud) y que se dedican a la
psicopatología, estableciendo claramente los criterios que los definen y ayudando a
asegurar que el diagnóstico sea preciso y consistente.
Se pueden diferenciar dos modelos que permiten hacer un diagnóstico:
 Modelo sintomático: Se diagnostica la enfermedad con base en los síntomas.
 Modelo etiológico: Se hace el diagnóstico basado en la causa de la enfermedad.

La mayor parte del diagnóstico de los trastornos mentales, se realiza con base en los
síntomas que el paciente presenta, ya que se acepta que la etiología de los trastornos
mentales es “biopsicosocial”, por lo que están involucrados factores biológicos,
psicológicos y sociales.
La utilidad clínica de un diagnóstico o de una clasificación de los trastornos mentales y del
comportamiento depende de su:
 Valor para la comunicación, entre los médicos, los pacientes, las familias, los
administradores.
 Facilidad de implementación en la práctica clínica, incluyendo su precisión en la
descripción, facilidad de uso y el tiempo requerido para su empleo.
 Utilidad en la selección de intervenciones y en la toma de decisiones de manejo
clínico.
Ante esta situación, llegar a una decisión (diagnóstico) cuando se evalúa a un paciente que
sufre un trastorno mental, conlleva aplicar una serie de reglas previamente establecidas
por consenso. Tales reglas se establecen en los sistemas de clasificación diagnóstica.

DSM V - CIE 10

Cuando hablamos de DSM-V nos referimos a la 5ta ed. del Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales. Se trata de uno de los manuales y sistemas
clasificatorios de los trastornos y alteraciones psíquicas más conocidos y relevantes. Esta

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

edición fue publicada en 2013 por la American Psychiatric Association (APA) mediante el
consenso de expertos y la realización de múltiples investigaciones.

En el caso del CIE-10 las siglas hacen referencia a la


décima edición de la “Clasificación Internacional de
las Enfermedades”. Se trata de otro de los grandes
manuales y sistemas clasificatorios que existen;
este manual, no analiza únicamente los trastornos
mentales sino el conjunto de todas las
enfermedades, trastornos y alteraciones que
existen. En ella los trastornos mentales únicamente
ocupan un capítulo, el quinto (o F). Fue publicada en 1992 por la Organización Mundial de
la Salud. Aunque en 2018 se publicó la siguiente edición, la CIE-11, lo cierto es que aún a
día de hoy sigue siendo más utilizada y se encuentra más extendida la versión CIE-10 e,
incluso, la anterior a esta (CIE-9).
Ambos son manuales taxonómicos de referencia, pero con varias diferencias para tener en
cuenta:
 Nivel de especificidad: El DSM es un manual de referencia centrado en los
trastornos mentales, la CIE incluye no solo las alteraciones de la psique sino el
conjunto de trastornos y enfermedades médicas que pueden aparecer en el ser
humano.
 Diferentes objetivos: Aunque ambos se orientan al diagnóstico, mientras que el
DSM tiene como objetivo una descripción sistemática y precisa de los criterios
diagnósticos y características propias de un trastorno, la CIE se orienta más a
realizar un registro y análisis de las características presentes del trastorno.
 Organización que las genera: El DSM-5 ha sido elaborado por la American
Psychiatric Association, una de las organizaciones americanas más relevantes del
mundo en lo que respecta al estudio de los problemas de salud mental. Por otro
lado la CIE-10 ha sido elaborada por la Organización Mundial de la Salud, la cual
tiene gran repercusión de nivel mundial, pero sus investigaciones no están
exclusivamente abocadas al campo de la salud mental.

 Nivel de reconocimiento: Probablemente el DSM-5 sea el sistema clasificatorio


más conocido y con mayor aceptación, tanto para el diagnóstico clínico como para
la investigación y la docencia; es sin duda el más utilizado en América. Sin

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

embargo, gran parte de los psiquiatras del mundo y especialmente de Europa


emplean la CIE-10.
 Número de grandes categorías: En la clasificación realizada entre los diferentes
trastornos mentales la CIE-10 incorpora un total de 10 secciones diferenciadas en
el capítulo dedicado a los trastornos psíquicos, de las cuales tres se dedican a
trastornos infantiles, en el DSM podemos encontrar un total de 21 grandes
categorías diagnósticas. Hay que tener en cuenta que hablamos de grandes
grupos de trastornos, existiendo diversos trastornos en la mayoría de cada uno de
los grupos.
 Diferentes trastornos o presencia de un mismo
trastorno con diferentes denominaciones: En algunas
ocasiones tanto el DSM-5 como CIE-10 clasifican los
trastornos psiquiátricos con diferentes nombres,
incluyen criterios que pueden ser divergentes entre sí
(por ejemplo pueden tener en cuenta períodos
temporales en los que se debe presentar el síntoma
distintos entre sí). Incluso existen algunos que
directamente no existen o no son considerados como
entidades diagnósticas en uno de los sistemas clasificatorios, como ocurre con el
trastorno mixto ansioso-depresivo. La mayoría de estas diferencias son poco
relevantes y hacen referencia a las mismas realidades, siendo altamente
arbitrarias.
 Transculturalidad: El DSM-5 está basada en una perspectiva y un entendimiento
de la psique basado en la mentalidad y cultura occidental, mientras que en el caso
del CIE-10 se tienen más en cuenta la existencia de diferentes problemáticas más
propias de otras culturas. Así, mientras que en el DSM es posible que algunas
problemáticas no se acaben de ajustar a los criterios
diagnósticos debido a elementos culturales
divergentes con respecto a los occidentales la CIE
resulta más transcultural y permite mayor aplicabilidad
en otras regiones del mundo con diferentes
circunstancias y maneras de entender la realidad.
 Un sistema… ¿multiaxial? Tanto el DSM como el de la CIE han empleado un
sistema multiaxial, con diferentes ejes que permiten la anotación de diferentes
tipos de problemáticas de tal forma que se facilita el diagnóstico y clasificación de
las diversas problemáticas. La evaluación multiaxial permite realizar un informe
sobre la actividad global de una persona. El CIE-10 mantiene tres ejes principales:
diagnóstico clínico, discapacidades y elementos contextuales. El DSM-5 ha
evolucionado hacia la documentación no axial de los diagnósticos donde

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

desaparecen los ejes diagnósticos, permitiendo que los pacientes sean


considerados de manera integral y única cuando se realiza una valoración
psiquiátrica.

El DSM-5 está configurado en tres secciones:


 Sección I: Conceptos básicos del DSM-5
 Sección II: Criterios y códigos diagnósticos
 Sección III: Medidas y modelos emergentes

El orden de los capítulos en la Sección II refleja un enfoque de "ciclo vital", con los
trastornos más frecuentemente diagnosticados en la infancia al comienzo del manual (el
primer capítulo es sobre los trastornos del neurodesarrollo) y al final del manual se
encuentran los trastornos más frecuentes en las personas de edad avanzada (tales como
los trastornos neurocognitivos).
Es importante tener presente que estos manuales siempre debe ser utilizado por personas
con experiencia clínica, ya que se usa como una guía que debe ser acompañada de juicio
clínico además de los conocimientos profesionales y criterios éticos necesarios.
El objetivo con el que fueron elaborados estos manuales fue mejorar la comunicación
entre los profesionales. Por esto, no tiene la pretensión de explicar las diversas patologías,
ni de proponer líneas de tratamiento farmacológico o psicoterapéutico, como tampoco de
adscribirse a una teoría o corriente específica dentro de la psicología o de la psiquiatría.
Una concepción errónea muy frecuente es pensar que la clasificación de los trastornos
mentales encasilla a las personas; pero lo que realmente hace es clasificar los trastornos de
las personas que los padecen.

PSIQUIATRÍA Y PSICOLOGÍA

Un tratamiento para una persona que está


atravesando un trastorno, se concibe a partir
de las indicaciones que el profesional indica para poder aliviar sus síntomas. Dentro de los
trastornos psicológicos, podemos diferenciar dos disciplinas que ejecutan sus directivas
para el paciente de acuerdo a su forma de trabajar sobre el mismo, ellas son: la Psiquiatría
(rama de la Medicina) y la Psicología.
Como ya hemos visto, hoy en día los Psicólogos y los Psiquiatras suelen trabajar en forma
interdisciplinaria, integrando también otros profesionales al equipo, como pueden ser:

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

Terapeutas Ocupacionales, Psicomotricistas, Acompañantes Terapéuticos, Trabajadores


Sociales, etc. Esto se realiza de este modo, porque está comprobado empíricamente que
integrando recursos de distintos ámbitos, la calidad de vida de un paciente puede mejorar
considerablemente.

Diferencias y similitudes entre estas profesiones


Tanto la Psiquiatría y como la Psicología son ciencias dedicadas a la salud mental de los
individuos, y este no es el único punto de concordancia entre estas dos disciplinas. Ambos
profesionales, psicólogos y psiquiatras, tienen la posibilidad de practicar la psicoterapia.
Estas convergencias se prestan a confusiones en relación a la diferenciación entre una y
otra disciplina, sin embargo, existen varias desigualdades que hacen a la especificidad de
cada una de estas profesiones.
En principio partiremos da la diferencia en la formación de ambas profesiones, si bien
ambas son ciencias de la salud, la Psicología es una ciencia social y la Psiquiatría una ciencia
natural. La primera es una profesión que tiene varias ramas, dependiendo las
características de su labor; entonces podemos encontrar la psicología clínica,
criminológica, laboral, social, entre otras. Por otra parte, la Psiquiatría es en sí misma una
rama de la Medicina, por lo tanto tiene la potestad de prescribir psicofármacos a sus
pacientes.
En cuanto a las herramientas que utilizan para atacar al síntoma en la Psicología,
específicamente en el Psicoanálisis, la herramienta principal es la palabra. Se busca que el
sujeto pueda establecer un vínculo con el síntoma, y aunque este no desaparezca, que
pueda aprender a manejarlo, que pueda entablar un "vínculo" con él, y de esta forma
aunque el síntoma no desaparezca, ya deja de estar tan instalado en la vida del paciente. El
síntoma cumple una función para evitar mayor angustia frente a una causa aun más
profunda, por lo que desde el Psicoanálisis se hace hincapié en encontrar la causa. Por otro
lado, en la Psiquiatría, las herramientas son los distintos psicofármacos. Estas actúan en lo
orgánico de forma rápida, aquietando el sufrimiento que causa el síntoma (aunque no se
busca su causa, por lo que puede resintomatizar).
También podemos establecer otra diferencia en la causa del síntoma; para el Psicoanálisis,
la causa es inconsciente, y se manifiesta en el consciente a través de la expresión
sintomática. En cambio, en la Psiquiatría, la causa es biológica (un desequilibrio en el
funcionamiento de producción de hormonas).
Con respecto al saber, se puede decir que la Psicología deposita el saber en el sujeto, el
analista lo incluye al sujeto dentro del saber, lo integra.
A medida que va avanzando la terapia psicoanalítica, el paciente descubre ese "saber no
sabido", ese saber propio que en un principio era rechazado. En la Psiquiatría en cambio, el

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

saber queda del lado del médico ya que es él quien lo médica. El sujeto apela a un saber
del otro que él diga qué es lo que tiene que hacer, qué es lo que tiene que tomar, etc.

El AT como complemento en la estrategia de intervención


Teniendo en cuenta estas diferencias disciplinares, la tarea del Acompañante Terapéutico
se define en base a una estrategia del equipo interdisciplinario tratante, con los objetivos a
lograr previamente establecidos. Ya sea el Psicólogo o el Psiquiatra, ambos tienen una
formación y una responsabilidad mayor en cuanto a las indicaciones y la dirección del
tratamiento, que el AT no puede obviar, sino complementar su trabajo en base al trabajo
estratégico de los profesionales.

GLOSARIO

SEMIOLOGÍA: Parte de la Medicina que estudia los


síntomas y signos de las enfermedades, los cuales
constituyen el instrumento de trabajo que permite
apreciar la situación clínica de un enfermo y establecer
un diagnóstico.

DIAGNÓSTICO: “Llamamos diagnóstico al arte de


identificar una enfermedad a través de los signos y
síntomas que el paciente presenta”. A la palabra
“diagnóstico”, la Real Academia de la Lengua le otorga los significados de distinguir o
reconocer, capacidad de distinguir.

Acompañante Terapéutico

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Disciplina: Consideraciones ético-legales. Enfoque interdisciplinario

SIGNOS: Manifestaciones objetivas, que se reconocen al


examinar a un enfermo y que son investigadas

SÍNTOMAS: Manifestaciones subjetivas que el paciente


experimenta y que el médico no percibe y le es difícil
comprobar y a cuyo conocimiento se llega sobre todo
con el interrogatorio

SÍNDROME: Conjunto de síntomas y signos que son comunes a varias enfermedades


vinculados genética, etiológica o patogénicamente.

ENFERMEDAD: Conjunto de síntomas y signos que obedecen a una causa etiológica.

TRASTORNO: En el campo de la medicina, se denomina trastorno a una alteración del


funcionamiento normal de la mente o el cuerpo. Estos pueden ser causados por factores
genéticos, enfermedades o traumatismos.

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