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Sistema Urogenital

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SISTEMA

UROGENITAL
Aide Jacqueline Barrios Berrueta
Paola Itzel Veloz Alonso
Introducción
El sistema urogenital puede dividirse en dos
componentes del todo distintos: el sistema
urinario y el sistema genital.

Ambos se desarrollan a partir de una cresta


mesodérmica común (mesodermo intermedio),
ubicada a lo largo de la pared posterior de la
cavidad abdominal y, al inicio de su desarrollo,
los conductos excretores de los dos sistemas
desembocan en una misma cavidad, la cloaca.
SISTEMA
URINARIO
Sistemas renales
En secuencia cráneo-caudal, durante
la vida intrauterina del humano se
forman tres sistemas renales que
muestran sobreposición discreta:
pronefros, mesonefros y metanefros.
Pronefros Mesonefros
Al inicio de la cuarta semana el pronefros El mesonefros y los conductos mesonéfricos derivan
está representado por 7 a 10 grupos del mesodermo intermedio, desde los segmentos
celulares sólidos en la región cervical. torácicos superiores hasta los lumbares superiores
(L3). En una fase temprana de la cuarta semana del
involucionan antes de que se formen otros desarrollo, durante la regresión del sistema pronéfrico,
en posición más caudal. Al final de la aparecen los primeros túbulos excretores del
cuarta semana todo rastro del sistema mesonefros. Se elongan con rapidez, constituyen un
asa en forma de S y adquieren un ovillo capilar que
pronéfrico ha desaparecido.
dará origen al glomérulo en su extremo medial.
Alrededor del glomérulo los túbulos forman la cápsula
de Bowman, y estas estructuras constituyen en
Metanefros: el riñón conjunto un corpúsculo renal.
A la mitad del segundo mes el mesonefros da origen a
definitivo un órgano grande de forma ovoide a cada lado de la
El tercer órgano urinario, el metanefros o línea media.
riñón definitivo, aparece en la quinta Debido a que la gónada en desarrollo está en su región
semana. Sus unidades excretoras se medial, la elevación que crean los dos órganos se
desarrollan a partir del mesodermo conoce como cresta urogenital.
metanéfrico En el varón algunos túbulos caudales y el conducto
mesonéfrico persisten y participan en la formación del
sistema genital, pero en la mujer desaparecen.
Sistema colector
Los conductos colectores del riñón definitivo se desarrollan a partir de la yema ureteral. La
yema penetra al tejido metanéfrico, que se moldea sobre su extremo distal como un capuchón.
De manera subsecuente, la yema se dilata para formar la pelvis renal primitiva, y se divide en
porciones craneal y caudal, que formarán los futuros cálices mayores.
Cada cáliz forma dos yemas nuevas al tiempo que penetra al
tejido metanéfrico. Estas yemas continúan subdividiéndose
hasta que existen 12 o más generaciones de túbulos. en la
periferia, se forman más túbulos hasta el final del quinto mes.
Los túbulos de segundo orden crecen y absorben a aquéllos de
la tercera y cuarta generaciones, para dar origen a los cálices
menores de la pelvis renal. La yema ureteral da origen al
uréter, la pelvis renal, los cálices mayores y menores, y a entre
1 y 3 millones de túbulos colectores.
SISTEMA EXCRETOR

El extremo distal de cada túbulo colector recién formado queda cubierto por un capuchón de tejido
metanéfrico. Bajo la influencia inductora del túbulo las células del capuchón tisular dan origen a
vesículas pequeñas, las vesículas renales.

Los capilares crecen hacia el interior de la dilatación en un extremo de la S y se diferencian en


glomérulos. Estos túbulos, junto con sus glomérulos, dan origen a las nefronas o unidades excretoras. El
extremo proximal de cada nefrona genera la cápsula de Bowman.

La elongación continua del túbulo excretor determina la formación del túbulo contornea do proximal, el
asa de Henle y el túbulo contorneado distal.

De ahí que el riñón se desarrolle a partir de dos fuentes:


1. El mesodermo metanéfrico, que provee las unidades excretoras
2. La yema ureteral, que da origen al sistema colector.

Al momento del nacimiento los riñones tienen un aspecto lobulado, pero ese aspecto desaparece
durante la niñez como consecuencia del crecimiento adicional de las nefronas.
REGULACIÓN MOLECULAR DEL DESARROLLO DEL
RIÑÓN

Al igual que para la mayor parte de los órganos, la diferenciación del riñón implica interacciones
epitelio-mesénquima. El mesénquima expresa WT1, un factor de transcripción que permite que este
tejido sea competente para responder a la inducción provocada por la yema ureteral. El WT1 también
regula la síntesis del factor de crecimiento neurotrópico derivado de la glía y el factor de crecimiento
de hepatocitos.
Los receptores de cinasa de tirosina, RET para el GDNF y MET para el HGF, se sintetizan en el epitelio de
las yemas ureterales, con lo que se establecen vías de señalización entre los dos tejidos. A su vez, las
yemas inducen al mesénquima por medio del factor de crecimiento de fibroblastos 2 (FGF2) y la
proteína morfogénica ósea 7 (BMP7).
La conversión del mesénquima en un epitelio para la formación de nefronas también está mediada por
las yemas ureterales mediante la expresión de WNT9B y WNT6. El factor PAX2 promueve la
condensación del mesénquima para prepararse para la formación de los túbulos
Fibronectina, colágena I y colágena III son sustituidas por laminina y colágena tipo IV. Se sintetizan las
moléculas de adhesión celular sindecán y cadherina E, esenciales para la condensación del mesénquima
en epitelio.
POSICIÓN DEL RIÑÓN FUNCIÓN RENAL
El riñón, al inicio situado en la región pélvica, se El riñón definitivo que se forma a partir del
desplaza más tarde a una posición más alta en metanefros entra en función cerca de la
el abdomen. Este ascenso renal deriva de la semana 12. La orina se expulsa a la cavidad
disminución de la curvatura corporal y del amniótica y se mezcla con el líquido amniótico.
crecimiento de las regiones lumbar y sacra. El líquido es deglutido por el feto y se recicla
por los riñones
En la pelvis el metanefros recibe su irrigación
arterial de una rama pélvica de la aorta.
Durante su ascenso hasta el nivel abdominal es
vascularizado por las arterias que se originan
de la aorta en niveles cada vez más altos.
Vejiga y uretra
Durante la cuarta a la séptima semanas del desarrollo la cloaca se divide en seno urogenital, en la región anterior,
y conducto anal, en la región posterior. El tabique urorrectal es una capa de mesodermo ubicada entre el conducto
anal primitivo y el seno urogenital. La punta del tabique dará origen al cuerpo del periné, un sitio de inserción de
varios músculos perineales
Pueden distinguirse tres porciones en el seno urogenital; la porción superior y más grande corresponde a la vejiga
urinaria. Al inicio la vejiga está comunicada con el alantoides, pero cuando el lumen de éste se oblitera el
remanente constituye un cordón fibroso grueso, el uraco, que persiste y conecta el ápice de la vejiga con el cordón
umbilical. En el adulto corresponde al ligamento umbilical medio. La porción siguiente es un conducto más bien
estrecho, la porción pélvica del seno urogenital, que en el varón da origen a los segmentos prostáticos y
membranosos de la uretra.
Como resultado del ascenso de los riñones, los orificios de los uréteres se desplazan en dirección cefálica; los de
los conductos mesonéfricos se acercan entre sí para ingresar a la uretra prostática, y en el varón se convierten en
los conductos eyaculadores.
El epitelio de la uretra en ambos sexos se origina a partir del endodermo; el tejido conectivo y el tejido de
músculo liso circundantes derivan del mesodermo visceral. Al final del tercer mes el epitelio de la uretra
prostática comienza a proliferar y da origen a varias evaginaciones que penetran al mesénquima
circundante. En el varón estas yemas constituyen la glándula prostática. En la mujer la porción craneal de
la uretra da origen a las glándulas uretrales y parauretrales.
SISTEMA
genital
La diferenciación sexual es un proceso complejo que
implica a muchos genes, algunos de los cuales son
autosómicos. El dimorfismo sexual es el cromosoma Y,
que contiene un gen de determinación testicular
denominado sexdetermining region on Y (SRY) en su brazo
corto (Yp11).

El producto de este gen inicia una cascada que activa a


genes distales que determinan el destino de los órganos
sexuales rudimentarios.

La proteína SRY bajo su influencia se presenta el


desarrollo masculino; en su ausencia se establece el
desarrollo femenino.
Gónadas
Las gónadas no adquieren características morfológicas masculinas o femeninas sino hasta la
séptima semana del desarrollo. En un principio aparecen como un par de rebordes longitudinales, las
crestas genitales o gonadales Se forman a partir de la proliferación del epitelio y una condensación
del mesénquima subyacente. Las células germinales no aparecen en las crestas genitales sino hasta
la sexta semana del desarrollo.
Las células germinales primordiales surgen del epiblasto, migran por la línea primitiva y a la tercera
semana ya estan entre células del endodermo de la pared del saco vitelino en proximidad al
alantoides.
En la cuarta semana migran y alcanzan las gónadas primitivas al
inicio de la quinta semana, para invadir las crestas genitales en la
sexta semana. Si no se alcanzan las crestas, las gónadas no se
desarrollan o son rudimentarias.
El epitelio de la cresta genital prolifera y las células epiteliales
penetran al mesénquima subyacente, constituyendo los cordones
sexuales primitivos. Estos cordones estan conectados con el
epitelio superficial y a la gónada se conoce como gónada
indiferenciada.
Testículos
Si el embrión tiene genética masculina, las células germinales primordiales cuentan con un
complemento cromosómico sexual XY. Bajo la influencia del gen SRY en el cromosoma Y, que
codifica al factor de determinación testicular, los cordones sexuales primitivos siguen
proliferando y penetran a profundidad en la médula para constituir los cordones testiculares o
medulares
Los cordones se desintegran para formar una red de tiras celulares diminutas que más tarde dan
origen a los túbulos de la rete testis. La túnica albugínea, separa los cordones testiculares del
epitelio superficial.

A la octava semana de gestación las células de Leydig comienzan a producir testosterona, y el


testículo puede influir sobre la diferenciación sexual de los conductos genitales y los genitales
externo.
Los cordones testiculares se conservan como un tejido sólido hasta la pubertad, en que adquieren
un lumen, para constituir los túbulos seminíferos. Una vez que los túbulos seminíferos se
canalizan, se unen a los túbulos de la rete testis, que a su vez penetran a los conductillos
eferentes.
Ovario

En los embriones femeninos con complemento cromosómico sexual XX y sin cromosoma Y, los cordones
sexuales primitivos se disocian para formar cúmulos celulares irregulares, que contienen grupos de
células germinales primitivas, ocupando la porción medular del ovario. Desaparecen y son sustituidos por
estroma vascular, que constituye la médula ovárica.

En la séptima semana da origen a una segunda generación de cordones, los cordones corticales, que
penetran al mesénquima subyacente, pero permanecen cerca de la superficie. En el tercer mes estos
cordones se dividen en cúmulos celulares aislados. Las células se siguen proliferando y rodean a cada
ovogonia con las células foliculares. Juntas, las ovogonias y las células foliculares constituyen un folículo
primordial.

El sexo genético de un embrión se define en el momento de la fecundación con base en si el


espermatozoide porta un cromosoma X o uno Y. En embriones con una configuración cromosómica sexual
XX los cordones medulares de las gónadas involucionan y se desarrolla una generación secundaria de
cordones corticales. En embriones con complemento sexual XY los cordones medulares se transforman
en cordones testiculares y no se desarrollan cordones corticales secundarios
Conductos genitales
Etapa indiferenciada
En un principrio el embrión masculino y el femenino tienen dos pares de conductos genitales:
Los conductos mesonéfricos (de Wolff)
Los conductos paramesonéfricos (de Müller).

En la región craneal el conducto se abre hacia la cavidad abdominal a través de una


estructura similar a un embudo. En la región caudal discurre en posición lateral al conducto
mesonéfrico, y luego lo cruza por delante para elongarse en dirección caudomedial.

En la línea media entra en contacto estrecho con el conducto paramesonéfrico del lado
opuesto. El extremo caudal fusionado de ambos conductos se proyecta hacia el interior de la
pared posterior del seno urogenital, donde da origen a una pequeña protuberancia, el
tubérculo paramesonéfrico. Los conductos mesonéfricos drenan en el seno urogenital a
ambos lados del tubérculo paramesonéfrico.
Conductos genitales masculinos
Los conductos genitales son estimulados por la testosterona para desarrollarse y derivan de regiones del sistema
renal mesonéfrico. Los túbulos epigenitales, establecen contacto con los cordones de la rete testis y constituyen los
conductillos eferentes del testículo. Los túbulos excretores a lo largo del polo caudal del testículo, los túbulos
paragenitales, no se unen a los cordones de la rete testis. Sus vestigios se conocen en conjunto como paradídimo.
El apéndice del epidídimo, los conductos mesonéfricos persisten y dan origen a los conductos genitales principales.
Los conductos mesonéfricos persisten y dan origen a los conductos genitales principales. Los conductos
mesonéfricos se elongan y desarrollan circunvoluciones, para constituir el (conducto) epidídimo.

Desde la cola del epidídimo hasta la región en que emerge la


vesícula seminal, el conducto mesonéfrico desarrolla una
capa muscular gruesa y da origen al conducto deferente. La
región del conducto que se extiende más allá de las vesículas
seminales constituye el conducto eyaculador.

Bajo la influencia de la hormona antimülleriana (AMH;


también denominada sustancia inhibidora de Müller, que
sintetizan las células de Sertoli, los conductos
paramesonéfricos en el varón degeneran, excepto por una
porción pequeña en sus extremos craneales, el apéndice
testicular
Conductos genitales femeninos
En presencia de estrógenos y en ausencia de testosterona y
AMH (MIS), los conductos paramesonéfricos se convierten en
los conductos genitales principales en el embrión femenino.
Se reconocen en tres partes en cada conducto:
1. Un segmento vertical craneal que se abre a la cavidad
abdominal
2. Una región horizontal que cruza el conducto mesonéfrico
3. Un segmento vertical caudal que se fusiona con su par del
lado opuesto

Cuando la segunda parte de los conductos paramesonéfricos se desplaza en dirección mediocaudal, las crestas
urogenitales se reorientan de manera gradual en un plano transversal. Una vez que los conductos se fusionan en la
línea media, se establece un pliegue pélvico transversal amplio, el cual se extiende desde las caras laterales de los
conductos paramesonéfricos fusionados y se dirige hacia la pared de la pelvis, es el ligamento ancho del útero.

Los conductos paramesonéfricos fusionados dan origen al cuerpo y al cérvix, así como al segmento superior de la
vagina. El útero está rodeado por una capa de mesénquima que forma tanto su cubierta muscular, el miometrio,
como la peritoneal, el perimetrio. En ausencia de testosterona, los conductos mesonéfricos en la mujer degeneran.
Regulación molecular del desarrollo
de los conductos genitales
El gen SRY codifica un factor de transcripción y es el gen
maestro para el desarrollo de los testículos. Actua junto con el
gen autosómico SOX9, que codifica un regulador de la
transcripción, que también puede inducir la diferenciación
testicular.
El factor SRY o el SOX9, o ambos, inducen a los testículos para
secretar FGF9, que actúa como factor quimiotáctico que
induce a los túbulos del conducto mesonéfrico a penetrar la
cresta gonadal.
SRY induce una regulación positiva sobre la síntesis del FACTOR ESTEROIDOGÉNICO 1, que estimula la
diferenciación de las células de Sertoli y de Leydig, junto con SOX9, SF1 y eleva la concentración de AMH, y con esto
produce la involución de los conductos paramesonéfricos (de Müller).
Los complejos testosterona receptor median la diferenciación de los conductos mesonéfricos para dar origen al
conducto deferente, las vesículas seminales, los conductillos eferentes y el epidídimo. Los complejos
dihidrotestosteronareceptor modulan la diferenciación de los genitales externos masculinos.

WNT4 es el gen de determinación ovárica. El producto de este gen estimula la transcripción del gen DAX1, un
miembro de la familia de los receptores nucleares de hormonas, que inhiben la función de SOX9.
Vagina
Surgen dos evaginaciones sólidas a partir de la porción pélvica del seno. Estas evaginaciones,
los bulbos senovaginales, proliferan y dan origen a una placa vaginal sólida. La proliferación
continúa en el extremo craneal de la placa, lo que incrementa la distancia entre el útero y el
seno urogenital. Para el final del quinto mes la evaginación vaginal está del todo canalizada.

La cavidad de la vagina permanece separada de la del seno urogenital por una delgada placa de
tejido, el himen. En él normalmente se desarrolla una pequeña abertura durante la vida perinatal.
En la mujer pueden conservarse algunos remanentes de los túbulos excretores craneales y
caudales en el mesoovario, donde constituyen el epoóforo y el paraoóforo, respectivamente.

El conducto mesonéfrico desaparece, excepto por una porción craneal pequeña que se identifica
en el epoóforo y en ocasiones una región caudal pequeña que puede identificarse en la pared del
útero o la vagina. En una fase posterior de la vida puede formar el quiste de Gartner.
Genitales externos
MASCULINOS FEMENINOS
se caracteriza por una elongación rápida del El tubérculo genital solo sufre elongación
tubérculo genital, que se denomina ahora falo, el discreta y constituye el clítoris.
cual tira de los pliegues uretrales hacia adelante,
de tal manera que se convierten en las paredes Los pliegues uretrales no se fusionan, sino que
laterales del surco uretral. se transforman en los labios menores.

Éste se extiende a lo largo de la cara ventral del Las protuberancias genitales crecen y dan lugar
falo elongado, pero alcanza su región distal, el a los labios mayores.
glande. Al final del tercer mes los dos pliegues
uretrales se cierran sobre la placa uretral y El surco urogenital se mantiene abierto y
forman la uretra peneana. constituye el vestíbulo.

Cuando las células ectodérmicas provenientes


de la punta del glande se invaginan y constituyen
un cordón epitelial corto. Este se desarrolla más
adelante un lumen, con lo que se forma el meato
uretral externo. Las protuberancias escrotales,
se forman en la región inguinal.
Descenso testicular
Hacia el final del segundo mes el mesenterio urogenital se fija al testículo y el mesonefros a la pared
abdominal posterior. Con la degeneración del mesonefros, la fijación funge como mesenterio para la
gónada. En dirección caudal adquiere características ligamentosas y se conoce como ligamento genital
caudal. A partir del polo caudal del testículo también se extiende una condensación mesenquimatosa
rica en matriz extracelular, el gubernáculo.

Al tiempo que el testículo comienza a descender se forma y crece un segmento extraabdominal del
gubernáculo, desde la región inguinal hasta las protuberancias escrotales. Cuando el testículo pasa por
el conducto inguinal este segmento extraabdominal entra en contacto con el piso del escroto.

Por lo normal, los testículos llegan a la región inguinal alrededor de las 12 semanas de gestación, han
migrado por el conducto inguinal a las 28 semanas y han llegado al escroto a las 33 semanas. El
proceso recibe influencia de hormonas, entre ellas andrógenos y MIS.

De manera independiente al descenso del testículo, el peritoneo de la cavidad abdominal forma una
evaginación a cada lado de la línea media, que penetra la pared abdominal ventral. Esta evaginación, el
proceso vaginal, sigue el curso del gubernáculo testicular hasta las protuberancias escrotales.
Descenso de los ovarios

El descenso de las gónadas es


considerablemente menor en el feto femenino
que en el masculino, y los ovarios por último se
establecen justo por debajo del borde de la pelvis
verdadera.

El ligamento genital craneal constituye el


ligamento suspensorio del ovario, en tanto el
ligamento genital caudal da origen al ligamento
uteroovárico y al ligamento redondo del útero.
Este último se extiende hacia los labios mayores.
¡Gracias!

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