Evangelio Seglar Del DOMINGO II
Evangelio Seglar Del DOMINGO II
Evangelio Seglar Del DOMINGO II
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En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí,
porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea
manifestado a Israel."
Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se
posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas
bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he
dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios."
Segunda Lectura
Anotaciones a la Segunda Lectura de la misa dominical.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde
una dimensión de la vida laical.
DESDE LA MISIÓN CON LOS MIGRANTES
(Mujer, soltera, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar’
Juan no se apoya en la oportunidad que tiene de afirmar, lo que le preguntan de que si era el Mesías, sobre
todo señala quien sí lo es. Este es el Cordero de Dios, trae a memoria, a quién se esperaba desde antiguo,
al Mesías.
Lo presenta con un nuevo matiz, que quita el pecado del mundo; o sea el que trae la liberación, a todo el
habitante del mundo, la liberación es universal. Señala a esa Luz, Camino, Verdad y Vida, ciertamente que
lo hace y sigue señalando esa Luz que todos buscamos en nuestro caminar, en estos tiempos en que la
inmigración, se busca como una solución, para poder centrar su vida, en mejorar la calidad, encontrar el
camino y la verdad; con los que viven en el núcleo familiar y su entorno.
El inmigrante empieza su andadura por caminos desconocidos, amenazas o extorsiones, que encuentra en
su camino. Es Jesús la Luz que le da esperanza, a través de iniciativas alternativas, como albergues donde
se le recibe y se le trata con dignidad, pues es Jesús quien le alumbra, le da la Vida, que en otras palabras
es la verdadera Liberación, de lo que dejó atrás por X circunstancias. Es Jesús quién abre paso, nos
acompaña y Éste es incondicional para cada hermano suyo, siendo Él nuestro hermano Mayor, señala
nuestro camino y nos da la Vida, dando paso a la esperanza.
Me encuentro con este Evangelio que me hace revisar mi vida cristiana. Veo la humildad de Juan al darle
paso a Jesús, porque tiene clara su misión de “prepararle el camino al Señor”. En mi vida hay muchas
situaciones y momentos en los que me ha tocado a través de la Palabra y mi testimonio mostrar a Jesús a
personas que no han tenido la dicha de conocerle, no saben a quién seguir y a veces no he tenido tanta
valentía, pero el Espíritu ha salido en mi ayuda. ¡Qué valiente es Juan para decir que: “Él es el Hijo de Dios”
sin importarle que lo llamaran blasfemo y que lleno de Dios para ser humilde al decir “Él es más importante
que yo”
Es necesario que como Juan tenga bien claro que mi misión no es mostrarme yo, es llevar la Palabra que
da vida, que renueva, que alegra. Que cuando vea los frutos de alguna misión en las que participo pueda
decir que el responsable de ello es “Aquel de quien les hablé y di testimonio”. Debo vivir en un constante
encuentro con Jesús para poder dar fe de él, para ser su voz en cualquier sitio y situación donde me
encuentre y que pueda escuchar muchas personas que digan como un niño indígena: ¡Es bonito hablar de
Dios y de su mamá!
YA mí, como joven claretiana que voy a vivir la JMJ este verano, la lectura me dice claramente que Jesús es
el Cordero de Dios, en el que todo empieza y todo acaba. Aquel que se hizo carne para habitar entre
nosotros y transmitirnos el AMOR de nuestro Padre. Esta revelación la hemos podido celebrar en este
tiempo de Navidad en el que compartimos con los que más queremos el milagro de la Palabra hecha
hombre, hecha carne.
Como Juan, quiero ser la voz de esa Palabra. Cumpliendo con nuestra misión, dando testimonio de que
hemos visto y tenemos fe en el Hijo de Dios. Quisiera dar testimonio y compartir la alegría que me crea el
saber que Jesús habita entre nosotros, en la experiencia de la JMJ.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
¿Hay algo que te une al Bautista? Él tendría más cerca al Señor, al ser coetáneo suyo. Y para verlo,
contaba primero con la fe. Era la fe la que le puso sobre aviso para distinguir su presencia. Creer en Él era
la base necesaria para distinguir al Espíritu Santo que bajaba del cielo y se posaba sobre Él. Y tanto que
creía en Él que anunciarlo, allanar su sendero, era el propósito de su vida que condicionaba todo su ser.
¿Te relacionas con Jesús viviendo la emoción que suscitan los salmos?
¿Lo descubres en una canción?
¿Dios “te entra” por la razón, por los sentimientos, por la pasión de saberte acompañado a lo largo de tu
camino?
No es una simple curiosidad, te lo propongo como un ejercicio que te permite afianzar tu relación con Jesús