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Estilos de Crianza

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Definición de crianza:

La crianza según Eraso, Bravo, y Delgado (2006) se refiere al entrenamiento y


formación de los niños por los padres o por sustitutos de los padres. También se define
como los conocimientos, actitudes y creencias que los padres asumen en relación con la
salud, la nutrición, la importancia de los ambientes físico y social y las oportunidades de
aprendizaje de sus hijos en el hogar.

Algunas definiciones de estilos de crianza:

- Darling & Stenberg (1993) definen al estilo de crianza como «una constelación de
actitudes hacia los niños que son comunicadas hacia él y que, tomadas en conjunto,
crean un clima emocional en que se expresan las conductas de los padres»
- Craig y Woolfolk (1988), definieron los estilos de crianza como la forma en que los
padres crían sus hijos y esto dependerá de la interacción de diversos factores como
las características y personalidad de sus hijos y las conductas de estos para un
momento específico.

Modelo integrador de Steinberg

Se encontró en este modelo tres dimensiones en los estilos de crianza:

- Compromiso: Viene a ser el grado en que los niños/as, adolescentes perciben


conductas de acercamiento emocional, que provienen de sus padres.
- Autonomía psicológica: Grado en que los padres manejan estrategias democráticas,
no restrictivas.
- Control conductual: Grado en el cual es percibido como controlador o supervisor.

Con base, a ello, el autor se planteó cinco estilos de crianza parental:

- Estilo de crianza autoritativo: se caracteriza porque los padres son orientados


racionalmente, es decir que les interesa el buen comportamiento del hijo y a la vez
les preocupa que el niño/a se sienta amado y valorado. Quiere decir entonces que
los hijos de padres autoritativos, según el concepto anterior, se caracterizan por
tener una autoestima alta, con confianza en ellos mismos, se esfuerzan por
conseguir sus objetivos no rindiéndose con facilidad, pues son capaces de afrontar
nuevas situaciones con confianza y entusiasmo.
- Estilo de crianza autoritario: Según Steinberg estos padres controlan mucho a sus
hijos, pero les ofrecen poco apoyo emocional. Imponen normas rígidas, afirman su
poder sin cuestionamiento, a menudo usan la fuerza física como coerción o como
castigo. Cabe señalar que, para estos padres la obediencia y el respeto son los
valores más importantes de la vida. Los hijos aprenden que el poder y exigencias
externas son prioritarias, y por eso se muestran obedientes y sumisos ante poderes
externos.
- Estilo de crianza permisivo indulgente: estos padres permiten que los hijos
regulen sus propias actividades con poca interferencia. El grado de afectividad y
responsabilidad es mayor al grado de exigencia y disciplina que brindan a los hijos.
Generalmente no imponen reglas, los hijos toman sus propias decisiones sin
consultar usualmente a los padres. Típicamente se muestran cariñosos y
bondadosos, explican las cosas usando la razón y la persuasión más que la
afirmación de poder. Los hijos tienen más probabilidad de presentar problemas
académicos y de conducta.
- Estilo de crianza negligente: estos padres muestran poco o ningún compromiso
con su rol. No ponen límites a sus hijos porque no hay un verdadero interés por
hacerlo. Les faltan respuestas afectivas o de control conductual en situaciones
diarias y/o en aquellas en que se requieren. De lo anterior se desprende que los hijos
de padres negligentes presentan problemas de identidad y baja autoestima. No
conocen la importancia de las normas, y, por tanto, difícilmente las cumplirán.
- Estilo de crianza mixto: en este estilo de crianza los padres se desenvuelven de
diferentes maneras al relacionarse con los hijos, por ello se caracterizan por ser
impredecibles e inestables.

Los Beneficios del Estilo Educativo Autoritativo

El estilo autoritativo o también denominado democrático, es beneficioso porque supone


un equilibrio entre el control de los mismos y la autonomía que se les concede, la
comunicación es positiva y equitativa entre los miembros de la familia, así como las
muestras de calidez y afecto, se evidencia mejor uso del afecto y del acercamiento positivo
a los hijos; fortalecimiento de la autonomía de las acciones y razonamiento del hijo; control
discutido, razonable, no arbitrario y hasta cierto punto negociado con los hijos. Así como,
promoción de la comunicación con los hijos permitiendo que éstos expresen sus opiniones
y sentimientos, demandas ajustadas hacia los hijos según las habilidades y edad de estos,
responsabilidad hacia las necesidades de los hijos, escucha y atención hacia sus demandas.

Los padres que reúnen dichas características promueven en sus hijos la potenciación de
recursos psicológicos tan importantes como la autoestima, el desarrollo de la empatía y la
tolerancia, así como el aprendizaje de estrategias adecuadas para resolver conflictos y
afrontar problemas. En conclusión, los niños y adolescentes con un mejor desarrollo y
bienestar son aquellos cuyos padres: mantienen normas claras sobre el comportamiento de
sus hijos, utilizan el castigo de manera coherente con el comportamiento que se quiere
reprender, son consistentes en el tipo de disciplina que utilizan con sus hijos, ofrecen a sus
hijos respuestas y explicaciones razonadas de sus decisiones, se implican en la vida diaria
del adolescente y lo animan a desarrollar actividades útiles, permitiendo que desarrolle sus
propias opiniones en un ambiente de afecto.

Crianza respetuosa

La Crianza Respetuosa es una forma de abordar el ejercicio parental que considera al


niño como una persona con los mismos derechos de un adulto y cuyas bases fundamentales
son el amor, el respeto y los límites no punitivos. Más allá de un acercamiento, es una
forma de vida y por lo tanto, es aplicable a cualquier etapa evolutiva de los individuos. Se
sustenta en cuatro pilares fundamentales:

 Igualdad de derechos para niños y adultos que desmonta la creencia de que los
mayores son los únicos que saben y por ende, los niños deben obedecer.
 Empatía para ser capaces de sintonizar con las necesidades genuinas de nuestros
hijos y responder a ellas oportuna y amorosa mente.
 Límites claros basados en el modelaje, y el amor con firmeza y sobre todo, sin
violencia.
 Respeto a su integridad física y emocional que descarta las correcciones físicas
o agresiones psicológicas y busca alternativas respetuosas. Respeto de igual
manera a sus ritmos evolutivos.

La Crianza Respetuosa se fundamenta en los límites claros como eje central y


particularmente, los considero incluso, protectores de salud mental. ¿Qué pasaría si
manejáramos por una vía rápida sin semáforos ni señalizaciones? Así mismo pasa cuando
no sabemos los roles ni las tareas propias ni de los demás, estamos desorientados,
angustiados y llenos de incertidumbre por no poder predecir lo que nos espera. Unos límites
definidos desde el amor y el respeto, que comprendan las demandas de cada ciclo vital por
el que pasan nuestros hijos, que se ajusten con el tiempo a medida que el peque vaya
creciendo y sus necesidades vayan cambiando; son sanos y necesarios. Con frecuencia nos
confrontamos con situaciones que nos obligan a poner límites entre adultos y no siempre
resulta tan fácil, por lo que modelar esta práctica desde pequeños es un gran legado que
dejaremos a nuestros hijos.

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