Resumen Del Segundo Parcial
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Resumen Del Segundo Parcial
RESUMEN
CÉLULA
La célula es el componente básico de todos los seres vivos que forman 30 millones
de células, este es el número de células
que, de media, constituyen el cuerpo
humano. Un cuerpo que, en esencia, es
un organismo en el que los distintos
tejidos y órganos trabajan de forma
coordinada para que realicemos nuestras
funciones fisiológicas. A la vez les
brindan estructura al cuerpo, absorben
los nutrientes de los alimentos, convierten estos nutrientes en energía y realizan
funciones especializadas. Las células también contienen el material hereditario del
organismo y pueden hacer copias de sí mismas.
Todos estos tejidos y órganos son, básicamente, fruto de la unión entre células.
Ahora bien, no todas las células del cuerpo humano son iguales. De hecho, pese a
tener todas el mismo ADN, dependiendo de qué tejido u órgano tengan que
constituir, desarrollarán unas propiedades únicas.
La sangre, el cerebro, los huesos, los músculos, los dientes, la piel, el hígado, los
riñones, las uñas… Cada estructura de nuestro cuerpo está formada por un tipo de
célula específico Y cada una de ellas se organizará con las de su misma tipología
para dar lugar a un cuerpo humano perfectamente funcional.
Una célula es, a grandes rasgos, la unidad orgánica y biológica más sencilla capaz
de realizar las funciones vitales: reproducción, relación y nutrición. Son, por lo tanto,
el pilar de la vida. Y todos los seres vivos están formados, al menos, por una célula.
Sea como sea, una célula es una estructura con un tamaño promedio de 10
micrómetros (la milésima parte de un milímetro) que consiste en un medio interno,
conocido como citoplasma, el cual está protegido y delimitado por una membrana
celular, que separa a esta célula del exterior.
Ahora bien, los seres unicelulares están muy limitados en lo que a complejidad se
refiere. En este sentido, el desarrollo de los organismos pluricelulares fue uno de los
mayores hitos de la evolución. Entre ellos encontramos todos aquellos seres
eucariotas (células con núcleo delimitado) formados por más de una célula, como los
animales, las plantas y algunos hongos.
Y cuando hay organismos pluricelulares, cada una de las millones de células que los
constituyen debe especializarse en una acción muy concreta dentro del cuerpo. Por
ello, pese a tener todos los mismos materiales genéticos, expresan unos genes
determinados y silencian de otros.
Las células constan de muchas partes, cada una con una función diferente. Algunas
de estas partes, llamadas orgánulos, son estructuras especializadas que realizan
ciertas tareas dentro de la célula. Las células humanas contienen las siguientes
partes principales:
Retículo endoplásmico: Este orgánulo ayuda a procesar las moléculas creadas por
la célula. Además, el retículo endoplásmico transporta estas moléculas a sus
destinos específicos, ya sea dentro o fuera de la célula.
Ribosomas: Los ribosomas son orgánulos que procesan las instrucciones genéticas
de la célula para crear proteínas. Estos orgánulos pueden flotar libremente en el
citoplasma o estar conectados al retículo endoplásmico.
Algunas células, sobre todo las glandulares, tienen por función principal la
producción de sustancias complejas como las hormonas o las enzimas. Las
hormonas son mensajeros químicos que controlan y coordinan las actividades a
través del organismo. Por ejemplo, la insulina es una hormona producida por ciertas
células del páncreas para ayudar a regular las concentraciones de azúcar en sangre.
Las enzimas son proteínas complejas que controlan y llevan a cabo casi todos los
procesos y reacciones químicas del organismo. Otras células del páncreas producen
enzimas digestivas que descomponen los alimentos para que puedan ser
absorbidos. Algunas células producen otras sustancias útiles, como las células de la
mama, que producen leche, las células del revestimiento de los pulmones, que
producen moco, y las células de la boca, que producen saliva.
2. Neumocitos: Los neumocitos son las células que conforman los alvéolos
pulmonares, por lo que hacen posible el intercambio de gases en los pulmones,
haciendo llegar a la sangre el oxígeno y retirando el dióxido de carbono.
3. Enterocitos: Los enterocitos son un tipo de células epiteliales que constituyen los
intestinos, por lo que permiten la absorción de nutrientes, haciéndolos llegar a la
sangre.
4. Células papilares: Las células papilares, también conocidas como células de las
papilas, son un tipo de célula epitelial que forman parte de la lengua y que permiten
desarrollar el sentido del gusto, pues comunican con el sistema nervioso.
5. Células endoteliales: Las células endoteliales son aquellas que estructuran las
paredes de los vasos sanguíneos, siendo, por lo tanto, imprescindibles para que
arterias y venas transporten adecuadamente la sangre a lo largo y ancho del cuerpo.
7. Óvulos: Los óvulos son los gametos femeninos. Se trata de las células más
grandes del cuerpo humano (0,14 milímetros) y las únicas que nunca se regeneran.
La mujer nace con un número determinado de óvulos y cuando las reservas se
terminan, acaba su vida fértil.
8. Células de Merkel: Las células de Merkel son aquellas que, estando situadas en
distintos tejidos epiteliales, son responsables del sentido del tacto, pues son
sensibles a cambios de presión y temperatura y están conectadas con el sistema
nervioso.
9. Células pigmentadas: Las células pigmentadas forman parte de la piel y son
aquellas especializadas en sintetizar melanina, el pigmento que, además de
determinar el color de nuestra piel, nos protege de la radiación solar.
11. Plaquetas: Las plaquetas, también conocidas como trombocitos, son células
sanguíneas muy pequeñas (4 micrómetros) que, al igual que los glóbulos rojos,
carecen de núcleo. Su función es la de formar agregados para que, en caso de una
herida o un corte, la sangre coagule, evitando así hemorragias.
12. Linfocitos B: Los linfocitos B son un tipo de glóbulos blancos, los cuales, siendo
también conocidos como leucocitos, son las células sanguíneas que constituyen el
componente celular del sistema inmunitario, aquel que reconoce y neutraliza
patógenos. En el caso de los linfocitos B, se trata de células cuya principal función es
la de producir anticuerpos, los cuales se unen a los antígenos de los patógenos para
desencadenar así la respuesta inmune.
13. Linfocitos T CD8+: Los linfocitos T CD8+ son glóbulos blancos que, después de
haber sido informados de la presencia en el cuerpo de un patógeno, lo neutralizan.
Del mismo modo, destruyen células de nuestro cuerpo infectadas por virus e incluso
células cancerosas.
14. Linfocitos T CD4+: Los linfocitos T CD4+ son glóbulos blancos encargados de
coordinar la respuesta inmunitaria ante una infección, estimulando a los linfocitos B
para que produzcan mayores cantidades de anticuerpos y así acelerar la
neutralización de la amenaza.
15. Macrófagos: Los macrófagos son glóbulos blancos que, después de ser
alertados de la infección por parte de los linfocitos, se desplazan al lugar del
problema y empiezan a fagocitar a los gérmenes, es decir, los absorben y los
degradan en su citoplasma.
17. Células dendríticas: Las células dendríticas son glóbulos blancos que
desarrollan dos funciones dentro de la respuesta inmune. Por un lado, fagocitan
gérmenes, de modo similar a los macrófagos. Y, por otro lado, presentan los
antígenos a los linfocitos para que estos sepan rápidamente dónde está la infección.
19. Basófilos: Los basófilos son glóbulos blancos que, ante una infección, segregan
todas aquellas sustancias que culminan con las respuestas locales de inflamación.
20. Neutrófilos: Los neutrófilos son los glóbulos blancos que llegan más
rápidamente al lugar de la infección, segregando enzimas para empezar a dañar a
los patógenos mientras llegan las otras células inmunes. Son el principal componente
del pus.
21. Monocitos: Los monocitos son células que patrullan la sangre y, en caso de una
infección, se diferencian en macrófagos para que estos desarrollen sus funciones.
22. Fibroblastos: Los fibroblastos son las células principales de los tejidos
conectivos, pues se encargan de sintetizar colágeno, una sustancia química que da
rigidez a muchas estructuras del cuerpo. Todos aquellos tejidos que mantienen los
órganos en su sitio y dan integridad al organismo están formados por fibroblastos,
que son las células más comunes del cuerpo humano.
26. Condrocitos: Los condrocitos son células producidas por los condroblastos que
constituyen el componente principal de los cartílagos, que son estructuras elásticas
sin irrigación sanguínea ni nerviosa (ni sangran ni tienen sensibilidad) que se
localizan en los extremos de los huesos para lubricar las articulaciones y evitar el
roce entre huesos y en distintas partes del cuerpo para moldear su forma, como la
tráquea, la nariz o las orejas.
27. Osteoblastos: Los osteoblastos, presentes en todos los tejidos óseos del
cuerpo, son células con la función principal de diferenciarse en osteocitos.
29. Células musculares: Las células musculares son aquellas que, organizándose
formando fibras perfectamente unidas por tejido conectivo, constituyen todos y cada
uno de los más de 650 músculos del cuerpo. Dependiendo de si su movimiento es
voluntario o involuntario, forman el tejido muscular estriado o liso, respectivamente.
31. Células gliales: Las células gliales, también conocidas como neuroglias, son el
otro gran componente del sistema nervioso. A diferencia de las neuronas, no están
especializadas en conducir impulsos nerviosos, sino en servir como soporte
mecánico para, precisamente, estas neuronas.
32. Bastones: Los bastones son células del sistema nervioso presentes en la retina,
permitiendo así el desarrollo del sentido de la vista. Están especializadas en captar
las señales lumínicas de baja intensidad, por lo que son estos bastones los que nos
permiten ver, aunque sea poco, en la oscuridad.
33. Conos: Los conos son células del sistema nervioso que, al igual que los
bastones, están localizadas en la retina y permiten el desarrollo del sentido de la
vista. Sin embargo, en este caso se encargan de captar la luz de alta intensidad
(para ver de día) y, del mismo modo, permitir diferenciar los colores.
34. Células hepáticas: Las células hepáticas, también conocidas como hepatocitos,
son aquellas que constituyen el hígado, el órgano más grande del cuerpo después de
la piel. Estos hepatocitos están especializados en la síntesis de bilis, una sustancia
que segrega el hígado y que ayuda a digerir los alimentos.
36. Células basales: Las células basales son aquellas que, como podemos deducir
por su nombre, se encuentran en la base de la epidermis. Su principal función es la
de producir nuevas células epiteliales, pues la piel, al estar siempre expuesta a
daños, tiene que renovarse constantemente.
37. Miocitos cardíacos: Los miocitos cardíacos o células musculares cardíacas son
aquellas que constituyen el corazón, permitiendo que el corazón sea una máquina
muy resistente capaz de bombear sangre sin parar, latiendo más de 3.000 millones
de veces y bombeando 2 millones y medio de litros de sangre a lo largo de nuestra
vida.
39. Células renales: Las células renales son aquellas que constituyen los riñones,
dos órganos situados por debajo de las costillas que, formando parte del sistema
urinario, filtran la sangre. Estas células renales son capaces de retirar de la sangre
todas las sustancias tóxicas (en apenas 30 minutos), las cuales serán eliminadas a
través de la orina.
40. Células parietales: Las células parietales son aquellas que, estando situadas en
las paredes del estómago, se encargan de producir y liberar en la cavidad gástrica
ácido clorhídrico, imprescindible para la digestión.
41. Células peptídicas: Las células peptídicas también están presentes en las
paredes estomacales y son importantes para la digestión, pero no sintetizan y liberan
ácido clorhídrico, sino todas aquellas enzimas digestivas para degradar los nutrientes
en moléculas más sencillas capaces de ser absorbidas posteriormente en los
intestinos.
42. Células de las glándulas sudoríparas: Las células de las glándulas sudoríparas
son aquellas que, localizadas en la piel, constituyen las estructuras que producen y
liberan el sudor, una sustancia acuosa que tiene el objetivo de regular la temperatura
corporal.
43. Células de las glándulas lagrimales: Las células de las glándulas lagrimales
son aquellas que, estando ubicadas por encima de cada uno de los globos oculares,
producen lágrimas constantemente, para humedecer la córnea, lubricar el párpado y
proteger el ojo.
TEJIDOS
Desde el tejido muscular hasta el nervioso, el cuerpo humano está constituido por la
suma de distintos tejidos con unas propiedades morfológicas únicas y unas funciones
específicas que permiten el desarrollo de órganos.
El cuerpo humano está formado por 30 billones de células. Y cada una de ellas,
contiene todo nuestro ADN. En otras palabras, una neurona y una célula muscular
tienen la misma información genética en su núcleo.
Porque dependiendo de su localización y de las funciones que tienen que
desempeñar, expresarán unos genes concretos y silenciarán a otros. En este
sentido, se forman grupos de células que se diferencian entre ellas por los genes que
expresan.
Los tejidos son un nivel de organización tisular entre células similares tanto en
morfología como en fisiología. Dentro del cuerpo humano, los tejidos pueden
funcionar tanto individualmente (como los vasos sanguíneos) como estructurándose
entre ellos formando estructuras más complejas llamadas órganos, como el caso del
corazón, por ejemplo. Sea como sea, los tejidos que conforman nuestro organismo
son los siguientes.
6. Tejido muscular cardíaco: El tejido muscular cardíaco es aquel que, al igual que
el liso, es de contracción y relajación involuntaria, aunque, como podemos deducir
por su nombre, se encuentra exclusivamente en el corazón. De hecho, este órgano
está formado por, junto a otros, por tejido muscular cardíaco, el cual se conoce
también como miocardio. Gracias a él, el corazón puede bombear sangre.
10. Tejido óseo: El tejido óseo es aquel que constituye los 206 huesos de nuestro
cuerpo, unos órganos que, pese a su dureza, están formados por células vivas. Las
células óseas (hay distintos tipos, como los osteocitos o los osteoblastos) conforman
un tejido conectivo con una matriz que presenta un alto nivel de mineralización (el
50% de un hueso son sales minerales, especialmente calcio). Sea como sea, los
huesos tienen un tejido compacto en su superficie y, en su interior, un tejido
esponjoso, el cual tiene un nivel de mineralización menor (por lo que es menos
denso) y tiene la función de albergar los vasos sanguíneos que irrigan los huesos y la
médula ósea roja, donde se producen las células sanguíneas.
ÓRGANOS
Las funciones del cuerpo humano dependen de órganos como el corazón, los
pulmones, el hígado, el cerebro, los músculos y la piel. Se trata de agrupaciones de
tejidos con características morfológicas y funcionales muy diversas que resultan
vitales en la biología humana.
Órganos del aparato circulatorio: Las funciones del aparato circulatorio, también
conocido como sistema cardiovascular, son fundamentales para el aporte de oxígeno
y otros nutrientes al organismo en su conjunto. Es decir, su principal objetivo es
transportar sustancias de un lugar a otro dentro del cuerpo. Dicho transporte se lleva
a cabo a través de la sangre, que a su vez, tiene como objetivo proteger el
organismo y regular la absorción de líquidos; así como a través del corazón y los
vasos sanguíneos.
Órganos del sistema respiratorio: El aparato respiratorio está compuesto por los
órganos que los seres humanos utilizamos para obtener oxígeno del aire que nos
rodea, así como para expulsar el dióxido de carbono generado. Además, dichos
órganos son fundamentales para la vocalización, para el olfato, para la regulación de
PH, entre muchas otras cosas. Nos referimos en concreto a los pulmones, la nariz, la
boca, la faringe, la laringe, la tráquea y los bronquios.
4. Boca: La boca, o la cavidad bucal, forma parte tanto del aparato respiratorio como
del aparato digestivo. Principalmente se encarga de iniciar el paso de alimentos y
bebidas, así como de las sustancias que se encuentran en el medio ambiente. En la
sección más interna, está cavidad se compone de distintas mucosas y paredes, que
incluyen desde los labios y las mejillas hasta el paladar y la base de la lengua. A su
vez, estas últimas albergan otras estructuras anatómicas como los dientes y las
amígdalas.
8. Bronquios: Los bronquios son pequeños tubos que se desprenden de los dos
lados de la tráquea y tienen la función de conectar esta última con los pulmones. Por
su ubicación, los bronquios se dividen en izquierdo y derecho. Así, facilitan el paso
del aire entre dichos órganos y por lo tanto son fundamentales para la respiración y
la vocalización. Están compuestos por cartílagos, músculos y mucosas,
principalmente.
10. Estómago: El estómago se encuentra después del esófago y antes del intestino,
haciendo la función de puente entre ambos órganos en la absorción, distribución y
desecho de los alimentos. Es una especie de cámara muscular donde se almacena
temporalmente todo lo que consumimos, y mediante un proceso de contracciones y
relajaciones del músculo liso que lo compone, el estómago favorece la digestión
química de los alimentos.
14. Colon: Llegando casi al final del aparato digestivo y del proceso de deshecho de
nutrientes se encuentra el colon. Este órgano es el encargado de preservar las
últimas cantidades de agua, sal y vitaminas que necesitamos para mantener nuestro
cuerpo hidratado. Se compone de cuatro partes principalmente: ascendente,
transverso, descendente y sigmoideo.
15. Recto: El recto se encuentra en la parte final del colon y el intestino grueso. Al
encontrarse en el extremo final del aparato digestivo, este órgano se encarga de
desechar los residuos de los alimentos y bebidas. Es ahí en donde se depositan las
heces fecales (compuestas de todo aquello que nuestro organismo no pudo digerir) y
se preparan para salir finalmente del organismo.
16. Ano: El ano es la abertura que conecta el interior del aparato digestivo con el
exterior. Su actividad forma parte del proceso final de absorción y desecho de los
alimentos, siendo el órgano que expulsa finalmente las heces fecales. Lo anterior
ocurre por medio de distintos reflejos de defecación, realizados por el recto.
18. Riñones: Los riñones son reconocidos como los dos principales órganos de este
sistema. Es así ya que se encargan de producir orina a partir de los residuos de
aquello que ingerimos, y posteriormente, enviarla fuera del organismo a través de la
vejiga y la uretra. Cada riñón se compone de las siguientes partes: corteza, médula,
papila, columna, pirámide, cápsula fibrosa, cáliz mayor y menor, uréter, pelvis renal e
hilio renal.
19. Vejiga: Este órgano está encargado de almacenar temporalmente la orina para
después expulsarla con ayuda de la uretra. La vejiga se encuentra muy cerca de la
pelvis y de los órganos sexuales tanto femeninos como masculinos. Se compone de
distintas capas que se encargan de activar o inhibir los esfínteres, y con ésto retener
o expulsar la orina. Así mismo se conforma de cuatro secciones: el trígono vesical, el
ápex vesical, la cúpula vesical y el cuello vesical. El proceso que tiene lugar cuando
la vejiga está llena y se prepara para expulsar la orina por los conductos siguientes,
se conoce como “micción”.
20. Uretra: La uretra es el órgano por medio del cual expulsamos finalmente la orina
de nuestro organismo. Pero no solo esto. La uretra también forma parte del aparato
genital tanto masculino como del femenino, ya que es el órgano encargado de
expulsar el semen y el líquido eyaculatorio respectivamente. En el caso del aparato
genital femenino, la uretra también es el órgano que se encuentra más expuesto a
las infecciones de las vías urinarias, esto probablemente debido a su corta longitud.
21. Uréter: El uréter es un tubo de amplia extensión que van desde la parte superior
de los riñones hasta la parte superior de la vejiga. Se compone de una capa de fibras
musculares, otra de tejido conjuntivo (adventicia) y otra de mucosa. El uréter se
encarga de facilitar el trabajo de filtrado del riñón, de almacenar los cálculos renales
y de inhibir o activar el esfínter.
El conjunto formado por la piel, el órgano más grande del cuerpo humano, y sus
apéndices (el pelo y las uñas) es conocido como “sistema integumentario” y tiene
entre sus funciones la de proteger otros tejidos más internos, la de regular la
temperatura corporal y la de excretar productos de desecho a través del sudor, entre
otras.
25. Piel: La piel es el órgano más grande del cuerpo, cuya principal función es
proteger al organismo de todos los agentes externos y por lo tanto servir como un
medio de comunicación. Además, funciona como una amplia capa encargada de
conectar o mantener unidos al resto de órganos. Se divide en tres principales partes:
demir, epidermis e hipodermis.
26. Pelo: El pelo es un tallo que se conecta con el cuero cabelludo por medio de una
raíz. Se forma en la capa de la piel que conocemos como dermis, así como a partir
de sustancias irrigadas por los tejidos sanguíneos. Su principal función es proteger la
piel de posibles agentes nocivos, por lo mismo se extiende alrededor de todo el
cuerpo, con mayor o menor abundancia y grosor según la zona.
27. Uñas: Las uñas son células que han quedado endurecidas y están compuestas
de distintas sustancias, como queratina y calcio. Entre otras cosas tienen la función
de proteger la piel que se encuentra bajo ellas.
En concreto, sus principales funciones básicas para los seres humanos, como la
regulación de las emociones, el hambre y el sueño.
30. Glándula pineal: Está glandula se encuentra en una zona aún más interior de
nuestro cerebro, el epitálamo.
Recibe este nombre porque tiene una forma similar a la de un pino y se encarga
principalmente de secretar hormonas fundamentales para la regulación del ciclo de
sueño, como la melatonina.En el siglo XVIII, gracias a las propuestas del filósofo
francés René Descartes, se pensaba que esta glándula era la sede del alma, la
conciencia y los pensamientos.
33. Glándulas adrenales: Las glándulas adrenales se ubican sobre cada uno de los
riñones. Entre otras cosas tienen la función de regular la activación del estrés,
especialmente por medio de la secreción de neuronas como el cortisol y la
adrenalina.
Se componen por una médula y una corteza, y su actividad está controlada por el
sistema nervioso autónomo, con lo cual no es voluntaria.
El aparato linfático forma parte del circulatorio, si bien merece mención aparte por el
hecho de que se ocupa de forma específica de las defensas -esto es, del sistema
inmunitario. Los órganos linfoides incluyen la médula ósea, el timo, el bazo y los
ganglios linfáticos.
Se localiza muy cerca del corazón y, tal como otras glándulas, el timo se compone de
dos lóbulos, una corteza, una médula, arterias, venas y nervios regulados por el
sistema nervioso simpático.
36. Bazo: El bazo es un órgano fundamental para la renovación de las células que
componen el torrente sanguíneo. Principalmente se encarga de desechar los
glóbulos rojos que ya no vamos a utilizar, y permitir la producción de glóbulos
nuevos.
37. Ganglios linfáticos: Los ganglios linfáticos son una amplia red o estructura de
tejido conectivo que recorre nuestro cuerpo. Se encarga de regular el paso de
sustancias e impedir el paso de agentes patógenos.
Lo anterior por medio de un proceso de filtrado que hace que los anticuerpos se
mantengan activos por todo el organismo.
Los órganos del sistema nervioso humano son el encéfalo, la médula espinal y los
nervios, fundamentales en la transmisión de la información neural a los órganos
periféricos.
Cada una de estas partes cumple funciones muy importantes para la actividad
humana que van desde la regulación de los cinco sentidos y los procesos cognitivos,
hasta el control de movimientos musculares voluntarios.
40. Nervios: En el sistema nervioso central, los nervios son las estructuras que se
inervan o activan ante cualquier tipo de estimulación. Parten de distintos puntos de la
médula espinal y llegan hasta el cráneo, llevando información distinta según el tipo
de nervio del que se trata.
Además de que cada uno de los cinco sentidos clásicos está compuesto por un
sistema complejo, también se han propuesto otros sentidos, como la propiocepción,
de la cual depende nuestra percepción de las sensaciones que se producen en los
órganos internos.
41. Ojos: Los ojos son los órganos encargados de recibir los estímulos visuales y
llevarlos a través de distintos nervios hasta nuestro cerebro, de manera que
logremos procesarlos. Se componen de distintos músculos y tejidos que resultan
fundamentales para enfocar imágenes, regular la intensidad de la luz y finalmente
transportarla hacia las neuronas.
42. Oídos: Los oídos los órganos que nos permiten recibir y procesar los estímulos
auditivos, especialmente a través de una membrana que conocemos como tímpano.
Se componen de tres partes: una externa, una media y una interna.
43. Nariz: La nariz forma parte tanto del sistema respiratorio como del sistema
sensorial, ya que no solo nos permite el ingreso de oxígeno y la regulación del
dióxido de carbono, sino que es fundamental para el olfato.
44. Lengua: La lengua es un órgano compuesto por músculos que tiene como
objetivo facilitar la deglución de todo aquello que ingerimos. Pero no solo eso sino
que la lengua también es fundamental para la vocalización y para el disfrute de
alimentos a través del sentido del gusto.
45. Piel: Además de ser el mayor órgano del cuerpo, la piel es fundamental para
regular las sensaciones a las que accedemos por medio del tacto. Debido a su
extensa sensibilidad, la piel nos permite discriminar entre distintas texturas e incluso
experimentar emociones a partir de éstas.
SISTEMAS
Sistema linfático: Al igual que el sistema inmune, el sistema linfático juega un papel
importante en la protección del cuerpo. La función principal del
sistema linfático es formar y movilizar la linfa, un líquido que
contiene glóbulos blancos y que permiten luchar contra las
infecciones. Además elimina el exceso de este fluido de los
tejidos, devolviéndolo a la sangre.