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Semiologia Que Quedo Arrecho

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Introducción.

La semiología es la disciplina científica que ordena los conocimientos clínicos,


identificados a través de los signos y síntomas, con el objetivo de llevar al
diagnóstico de los problemas de salud. Esto constituye el método clínico. La
semiología básica respiratoria, está cambiando actualmente con el desarrollo de
escalas de gravedad, cuestionarios sistematizados, uso de tecnología en clínica,
docencia e investigación computacional. El sistema respiratorio se encarga de
llevar a cabo un conjunto de mecanismos mediante los cuales las células del
organismo pueden realizar la respiración tisular o interna: toman oxígeno y
expulsan dióxido de carbono. Está íntimamente ligado al sistema circulatorio.
Durante la inspección de cada paciente, desde el primer momento del encuentro y
el establecimiento de la comunicación, deben observarse estos detalles, por
separado y en su conjunto, que permitan arribar a conclusiones.
Desarrollo.

1. Examen Pulmonar.
Las pruebas de la función pulmonar o PFP miden qué tan bien funcionan sus
pulmones. Incluyen pruebas que miden el tamaño del pulmón y el flujo de aire,
como la espirometría y las pruebas de volumen pulmonar. Otras pruebas miden
qué tan bien ingresan y salen de su sangre los gases como el oxígeno. Estas
pruebas incluyen la oximetría de pulso y las pruebas de gases en sangre arterial.

Otra prueba de la función pulmonar, llamada fracción de óxido nítrico espirado


(FeNO), mide el óxido nítrico, que es un marcador de inflamación pulmonar. Es
posible que le realicen una o más de estas pruebas para diagnosticar enfermedades
pulmonares y de las vías respiratorias, para comparar su función pulmonar con los
niveles de funcionamiento esperados, para supervisar si su enfermedad está
estable o empeorando y para ver si su tratamiento está funcionando.

Las fases de un examen pulmonar o respiratorio consisten en:


a) Inspección.
Es importante fijarse en la forma cómo el paciente respira:
 Si se aprecia respirando tranquilo o se nota afligido, como si le faltara el
aire (disnea)
 La frecuencia respiratoria (ej.: pacientes febriles pueden presentar
taquipnea)
 La expansión torácica (ej.: si es una respiración de amplitud normal,
aumentada o superficial)
 La ritmicidad (ej.: lo normal es que sea regular, pero podría ocurrir que un
paciente presente variaciones con se ve en la respiración de Cheyne-Stokes)
 La relación entre la inspiración y la espiración (ej.: pacientes con
obstrucción bronquial presentan una espiración prolongada)
 Si presenta cianosis (ej.: en los labios, la lengua, las mucosas, los lechos
ungueales, etc.)
 Tiraje: se presenta en pacientes con una obstrucción de la vía aérea alta
(ej.: estrechez a nivel de las cuerdas vocales). Por la dificultad que existe para que
el aire entre al tórax, es necesario hacer más fuerza con lo que se genera una
presión intratorácica negativa mayor y se observa una retracción a nivel de los
espacios supraesternales, intercostales y regiones subcostales.
 Aleteo nasal: es una apertura mayor de las alas de la nariz con cada
inspiración; es un signo de insuficiencia respiratoria que se observa con más
frecuencia en niños pequeños.

b) Percusión.
La percusión de los pulmones se efectúa principalmente con el método
indirecto, o sea, usando el dedo medio de una mano como plexímetro y el dedo
índice o medio de la otra mano como percutor.

Se recomienda percutir desde las zonas de mayor sonoridad hacia aquellas con
sonido mate. Por ejemplo, si se desea delimitar las bases de los pulmones,
conviene percutir desde el área ventilada de los pulmones en dirección al
abdomen. Cuando el ruido cambia de sonoro a mate, se estaría pasando de un
tejido que contiene aire a otro que no lo contiene. Normalmente, la base derecha
es más alta que la izquierda (por la ubicación del hígado).

El desplazamiento del diafragma se evalúa percutiendo las bases pulmonares


mientras el paciente respira normal, y luego, repitiendo la maniobra después de
haberle solicitado que respire profundo. Lo habitual es un desplazamiento de 4 a 6
cm.

Cuando existe una condensación pulmonar o un derrame pleural se escucha un


sonido mate en la zona comprometida.

c) Palpación.
Al poner la mano sobre el tórax mientras el paciente habla, se siente un
discreto cosquilleo en la mano. Esto se debe a vibraciones que se general al
interior del tórax. Para hacer más nítida esta sensación, habitualmente se le pide al
paciente que diga algunas palabras, como treinta y tres, etc. La mano se aplica
especialmente sobre las zonas más cercanas a los pulmones (espalda, costados,
cara anterior) y se apoya abierta en toda su extensión o se “ahueca”, apoyando el
borde externo o cubital. Es de mucha utilidad comparar las vibraciones vocales,
de uno y otro lado.

La facilidad con que se palpen estas vibraciones vocales va a depender de


varios aspectos:
 El tono de la voz
 La fuerza con que la persona habla
 La zona que se palpa (por ejemplo, cerca de la tráquea se siente más
nítido)
 El grosor de la pared torácica (que depende fundamentalmente de la grasa
subcutánea)
 La integridad del tejido pulmonar (por ejemplo, en los enfisemas, el
parénquima pulmonar está disminuido, existe más aire “atrapado”, y las
vibraciones se sienten más débiles)
 Elementos que se interponen entre los grandes bronquios y la pared del
tórax (por ejemplo, en condensaciones, como ocurre con las neumonías, se
transmiten mejor las vibraciones vocales; en cambio, cuando existe líquido, como
ocurre en los derrames pleurales, o cuando se interpone aire, como ocurre en los
pneumotórax, las vibraciones vocales se palpan menos o simplemente, no se
palpan.

d) Auscultación.
Consiste en escuchar los ruidos que se generan en los pulmones bajo las
siguientes condiciones: la respiración y al emitir palabras.

Los ruidos pulmonares se originan debido al paso de aire por las vías aéreas en
la medida que se generen flujos turbulentos, como ocurre en la laringe y en la
bifurcación de bronquios grandes y medianos. A medida que los bronquios se
dividen, el área de sección va aumentando, y como consecuencia, la velocidad del
flujo disminuye. Cerca de los alvéolos el flujo es laminar y no genera ruidos.

De acuerdo a diferentes estudios, los ruidos que se auscultan en la superficie de


la pared torácica se generan en los bronquios mayores, principalmente lobares y
segmentarios. Los ruidos que llegan a la periferia son de baja frecuencia, ya que el
pulmón sirve de filtro para los sonidos de alta frecuencia.

Al auscultar los pulmones se deben cubrir todos los sectores, sin olvidar de
auscultar debajo de las axilas. Tal como debe ocurrir con la palpación y la
percusión, con la auscultación también se deben comparar los hallazgos de un
lado con los del otro lado.

Habitualmente se ausculta con la membrana del estetoscopio y se le solicita al


paciente que respire por la boca y más profundo. Esto permite escuchar los ruidos
en forma más nítida. En todo caso, es necesario saber adaptarse a ciertas
condiciones que presentan algunos enfermos: pacientes con sus facultades
mentales comprometidas que no colaboran, el caso de los niños pequeños,
personas que generan ruidos a nivel de la garganta cuando respiran, etc.

2. Anatomía torácica.
La estructura ósea de la caja torácica está formada por la columna vertebral, 12
pares de costillas y el esternón, además de las escápulas. Las costillas se articulan
hacia atrás con la columna dorsal y hacia delante, las primeras siete se unen al
esternón y las tres siguientes, se van uniendo entre ellas y forman del reborde
costal. Las costillas 11 y 12 son “flotantes” ya que no se unen al esternón. El
reborde costal derecho e izquierdo forma un ángulo llamado ángulo costal. El
esternón está formado por el manubrio (parte superior), el cuerpo y el apéndice
xifoides (entre ambos rebordes costales, se palpa como una punta). Entre el
manubrio y el cuerpo existe un ángulo llamado ángulo de Louis (o ángulo
esternal), que es fácil de palpar.
La parte anterior de la segunda costilla, a cada lado, llega justo a este nivel.
Esta es una referencia anatómica que conviene conocer ya que palpando el ángulo
de Louis uno desliza los dedos hacia el lado y palpa la segunda costilla y desde
ahí se identifica la tercera costilla hacia abajo y así sucesivamente. Entre cada
costilla se ubica un espacio intercostal que toma el nombre de la costilla
inmediatamente por arriba. Es posible palpar fácilmente desde el segundo espacio
intercostal al sexto; más abajo es difícil porque las costillas se van juntando por
delante.

En el interior de la caja torácica se encuentran los pulmones y las estructuras


del mediastino: corazón, esófago, tráquea, ganglios linfáticos, timo, aorta, vena
cava superior e inferior.

Referencias anatómicas. Líneas: (son todas paralelas a una recta que pasa por
la columna vertebral)
 Por atrás: -línea vertebral: pasa por las apófisis espinosas. -líneas
escapulares (derecha e izquierda): pasa por la punta de las escápulas
 Por los lados: -línea axilar anterior: pasa por delante de la axila. -línea
axilar media pasa por la mitad de la axila. -línea axilar posterior: pasa por detrás
de la axila.
 Por delante: -línea medioesternal: pasa por la mitad del esternón. -línea
medioclavicular (derecha e izquierda): pasa por la mitad de las clavículas.

La apófisis espinosa de la séptima vértebra cervical (C7) es habitualmente la


más prominente (se nota especialmente al flectar el cuello). La apófisis
inmediatamente más abajo corresponde a la primera vértebra dorsal (T1) y así
sucesivamente hacia abajo. Conviene recordar que la punta de las apófisis
espinosas se ubica, por su anatomía, un poco más abajo que el respectivo cuerpo
vertebral. Para describir algo que está en la espalda sirve de ayuda contar desde la
apófisis espinosa de C7 y hacer la relación con la línea que corresponda (por
ejemplo, describir algo a la altura de T10 con la línea escapular de un determinado
lado).
La punta de las escápulas, en una persona de pie, con los brazos extendidos a
ambos lados del tronco, llega como al séptimo u octavo espacio intercostal.

3. Fisiología respiratoria.
El sistema respiratorio se encarga de llevar a cabo un conjunto de mecanismos
mediante los cuales las células del organismo pueden realizar la respiración tisular
o interna: toman oxígeno (O2) y expulsan dióxido de carbono (CO2). Está
íntimamente ligado al sistema circulatorio.

Los pulmones tienen su propio saco pleural en la cavidad torácica. Cada uno de
ellos tiene un vértice, una base y dos caras:

El vértice es la parte superior redondeada de cada pulmón y se extiende a


través de la abertura superior del tórax, por encima de la 1ª costilla.

La base, o también llamada cara diafragmática, es cóncava, semilunar y


descansa sobre la superficie convexa del diafragma.

La cara costal es la mayor, lisa y convexa, se adapta a la pared torácica. La cara


interna tiene una parte vertebral que ocupa el canal a cada lado de la columna
vertebral y otra mediastínica que presenta depresiones debido al corazón y los
grandes vasos.

El pulmón derecho está dividido en tres lóbulos: superior, medio e inferior. Es


de mayor tamaño y más pesado que el izquierdo, además su diámetro vertical es
menor debido a que la cúpula derecha del diafragma es más alta.

El pulmón izquierdo está dividido en dos lóbulos: un lóbulo superior, que


presenta la escotadura cardíaca en donde se sitúa el corazón, y un lóbulo inferior.
El alvéolo representa la unidad funcional pulmonar, este surge tras los
bronquiolos terminales, formando los bronquiolos respiratorios, luego los sacos
alveolares y finalmente el alvéolo como tal. La musculatura es lisa, por lo que está
dominada por el sistema nervioso autónomo (SNA), compuesto a su vez por los
sistemas simpático y parasimpático.

En el alvéolo es donde ocurre la verdadera respiración pulmonar:


Ventilación: paso de aire a través de las estructuras pulmonares durante la
inspiración y la espiración

Hematosis: intercambio gaseoso (CO2 – O2) realizado en el alvéolo, también


se denomina respiración pulmonar externa.

Difusión: paso de gases desde el alvéolo al capilar y viceversa. Depende del


gradiente de concentración de ambos gases, del coeficiente de difusión de cada
uno de ellos y del estado de la membrana respiratoria.

Perfusión: irrigación del alveolo por parte del capilar pulmonar.

Ventilación-Perfusión (RVP): consiste en la relación existente entre los


alvéolos ventilados y su perfusión por parte de los capilares. Los alvéolos del
vértice pulmonar se encuentran mejor ventilados y peor perfundidos que los de la
base.

Las unidades alveolares ventiladas pero no perfundidas se conocen como


espacio muerto. También se denominan de esta manera otras estructuras en las
que no se realizan hematosis como las fosas nasales, laringe, tráquea y bronquios
principales o fuente.

Los vasos sanguíneos encargados de abastecer el sistema respiratorio se


conocen como circulación pulmonar. Normalmente se dice que las arterias llevan
la sangre oxigenada y las venas la desoxigenada, sin embargo en la circulación
pulmonar ocurre todo lo contrario.

La arteria pulmonar lleva sangre desoxigenada y/o carboxigenada desde el


ventrículo derecho del corazón hasta los capilares arteriales que envuelven los
alveolos. Una vez oxigenada, es recogida por los capilares venosos y enviada a
través de las venas pulmonares de nuevo a la aurícula izquierda y así se
incorporará a la circulación sistémica.

El transporte de oxígeno y dióxido de carbono por vía sanguínea puede


realizarse mediante dos vías: el gas se encuentra disuelto en el plasma,
representado como presión parcial del gas, o bien en el interior de los hematíes
ligado a la Hemoglobina (Hb), que recibe el nombre de oxihemoglobina (O2) o
carboxihemoglobina (CO2) en función de qué molécula se encuentre ligada a ella.

El CO2 además puede transportarse a nivel orgánico en forma de bicarbonato


(HCO3-), ya que al acceder al interior de los hematíes reacciona con agua y la
enzima anhidrasa carbónica para formar ácido carbónico, que a su vez, al
disociarse de un ion hidrógeno (es decir, al perderlo) formará el bicarbonato. Este
se liberará de nuevo al torrente sanguíneo.

La circulación pulmonar no sólo tiene como objetivo la hematosis pulmonar,


sino que también cumple una serie de funciones como: Antiembólica: filtro de
émbolos; Nutricional: transporta el O2 y los nutrientes necesarios a las células del
epitelio alveolar; Metabólicas: producción de ciertas enzimas (enzima
convertidora de angiotensina, enzima convertidora de bradiquinina, etc.).

El sistema respiratorio también cuenta con una parte musculoesquelética. La


respiración pulmonar en concreto se lleva a cabo gracias a la ayuda de los
músculos respiratorios. Para realizar la respiración es necesario generar un
gradiente de presión respecto a la presión atmosférica, que equivale a 0 mmHg
(en fisiología respiratoria – la presión parcial del O2 atmosférico es de 760mmHg
y su concentración es del 21%).

Una presión negativa equivale a una presión inferior a la atmosférica y una


positiva a una superior a ella. Los músculos respiratorios actúan a modo de bomba
creando una diferencia de presiones que permite acceder y expulsar el aire del
interior de los pulmones, ya que estos por si solos no son capaces de generar
presiones.

Músculos inspiratorios: durante la fase de inspiración, el diafragma y los


músculos respiratorios se contraen y la presión intrapulmonar desciende respecto
a la atmosférica, lo que hace que el aire entre en las vías respiratorias. Los
músculos participantes en la inspiración son: diafragma, escalenos, trapecio,
esternocleidomastoideo, músculos intercostales externos, músculos paraesternales,
aletas nasales.

Músculos Espiratorios: durante la espiración, los músculos respiratorios se


relajan y la presión intrapulmonar asciende respecto a la atmosférica, por lo que el
aire es expulsado de los pulmones. Los músculos participantes en la espiración
son: músculos de la pared abdominal (rectos y oblicuos), triangular del esternón,
músculos intercostales internos.

A esto se le añade que la presión intrapleural es inferior a la atmosférica, por lo


que nunca se puede equilibrar con la presión atmosférica ya que la cavidad pleural
está cerrada de manera hermética.

Los músculos respiratorios se encuentran inervados por un grupo de


motoneuronas localizadas a nivel espinal, las cuales envían una serie de descargas
rítmicas, y como consecuencia se produce la inspiración.

Estas motoneuronas están controladas por un sistema nervioso que emplea dos
tipos de mecanismos separados pero interdependientes:
Sistema nervioso voluntario: compuesto por el SN central y el periférico, capaz
de controlar conscientemente el patrón respiratorio.

Sistema nervioso autónomo: totalmente involuntario, compuesto por un centro


respiratorio, localizado en el tronco encefálico. Este centro es el encargado de
controlar la respiración en función de las necesidades metabólicas del organismo.

4. Generalidades de la semiología respiratoria.


La presencia de tejido pulmonar condensado (condensación), o colapsado
(atelectasia), la presencia de aire o líquido en la cavidad pleural (neumotórax -
derrame), la disminución difusa del tejido pulmonar y las obstrucciones al flujo
aéreo (enfisema, bronquitis crónica, asma, obstrucción de vías aéreas superiores),
originan cambios semiológicos característicos que son los Síndromes Clínicos
Semiológicos del aparato respiratorio. Estos serán más evidentes cuando mayor
sea el daño producido por la patología. En algunos casos se podrán observar
asociaciones de dichos síndromes en un mismo paciente.

En los movimientos respiratorios normales se observa que la inspiración es


más corta que la espiración, con una relación de 1:3 en niños mayores y adultos.
Se debe identificar:
a) Patrón respiratorio.
b) Frecuencia respiratoria (FR): valores normales (respiraciones por minuto):
 Recién nacido: 30-50.
 6 meses: 20-40.
 1-2 años: 20-30.
 2-6 años: 15-25.
 Mayor de 6 años: 13-20.
c) Profundidad de la respiración (batipnea): en el niño pequeño escuchar la
respiración con la campana del estetoscopio colocada en la boca o en la nariz,
permite estimar la frecuencia y la profundidad de la respiración y distinguir
sonidos originados en las vías respiratorias superiores.
d) Dificultad respiratoria.
Mediante anamnesis se explorará la existencia de:
 Tos: el reflejo de la tos se puede provocar explorando la garganta con el
depresor o apretando suavemente el hueco supraesternal. Puede estar deprimido
en niños con retraso mental, enfermedad debilitante, parálisis de la musculatura
respiratoria o tras administración de sedantes o antitusígenos.

 Palpación
Se realizará con suavidad, palpando las diferentes regiones del tórax. En
algunos casos ayudará a confirmar las alteraciones encontradas en la inspección.
Se valorará: movilidad torácica, adenopatías, puntos dolorosos y frémito.

 Percusión
Se realiza con el método directo (aplicando golpes suaves sobre la pared
torácica con los dedos índice y medio) en niños pequeños, y de forma indirecta
(dedo/dedo) en el niño mayor. La percusión debe ser simétrica y comparativa;
normalmente en el niño dará un sonido más intenso y resonante, de tonalidad
elevada, dada su mayor capacidad vibratoria.

Es útil comenzar percutiendo las zonas donde se espera que exista timpanismo,
siguiendo con las que presenten matidez. Se evalúa: matidez torácica y
timpanismo torácico.

 Auscultación
Los ruidos respiratorios se originan en las vías respiratorias grandes, donde la
velocidad y la turbulencia inducen vibraciones en las paredes de las vías
respiratorias. Estas vibraciones se transmiten a través del tejido pulmonar y la
pared torácica a la superficie, en donde pueden oírse con la ayuda del
estetoscopio.
Los ruidos respiratorios normales están directamente relacionados con la
velocidad del flujo aéreo y la morfología de la luz de la vía de conducción.
La velocidad del flujo está principalmente determinada por la ventilación
pulmonar y el área total de la vía aérea. El movimiento del aire a través de los
bronquiolos terminales y los alvéolos no participa en la producción de los sonidos
respiratorios, ya que la velocidad del aire a este nivel es muy lenta para producir
turbulencias u ondas sonoras.

Sin embargo, las enfermedades que afectan a las vías terminales y a los
alvéolos modifican los sonidos en la superficie del tórax, ya que aumentan o
disminuyen la transmisión.

La auscultación pulmonar constituye una herramienta clínica indispensable que


nos permite relacionar los ruidos respiratorios con las diferentes características
fisiológicas de cada enfermedad.

5. Significado del pulmón como filtro de vibraciones de alta


frecuencia.
a. Ruidos respiratorios fisiológicos
 Murmullo pulmonar: audible prácticamente sobre todos los
pulmones durante la inspiración y al comienzo de la fase espiratoria. Está
relacionado con el flujo turbulento del aire por los bronquios lobares y
segmentarios. La disminución de su intensidad está presente en las siguientes
situaciones: disminución de la acción respiratoria, a consecuencia del
empeoramiento de la entrada de aire a las partes periféricas del pulmón (en
enfisema) o disminución de la transmisión del ruido como resultado de la
presencia de líquido o aire en la cavidad pleural, presencia de bulas grandes o
deformación del tórax.

 Ruido bronquial: de amplio espectro de frecuencias, en situación


normal audible solamente sobre la tráquea y grandes bronquios. Patológico
(audible sobre las partes periféricas o parte del pulmón) puede indicar la
existencia de un infiltrado inflamatorio en el pulmón o de una hemorragia.

b. Ruidos respiratorios accesorios


 Estertores: son ruidos sordos, cortos (<0,25 s), ruidos respiratorios
interrumpidos, producidos por una igualación súbita de las presiones de los gases
entre dos áreas pulmonares. Se producen durante la apertura de las pequeñas vías
respiratorias previamente cerradas.

 Estertores crepitantes, de frecuencia más alta, antiguamente


denominados "de burbuja fina"; causas: neumonía, edema de pulmón, fibrosis
pulmonar y otras

 De frecuencia más baja, antiguamente denominados "de burbuja


gruesa"; causas: p. ej. bronquiectasias.

 Sibilancias y roncus: ruidos sonoros de carácter continuo (>0,25 s),


de frecuencia alta (sibilancias) o baja (roncus). Las sibilancias (sonidos sibilantes
o silbidos) se producen a consecuencia del paso de un flujo turbulento de aire por
unas vías respiratorias estrechadas, y los roncus son sobre todo el resultado de la
presencia de secreciones en las vías respiratorias

 Sibilancias inspiratorias: se producen a consecuencia de la


existencia de una estenosis de las vías respiratorias localizadas fuera del tórax;
causas: p. ej. parálisis de las cuerdas vocales, lesiones inflamatorias de la laringe y
la tráquea, compresión extrínseca de la tráquea, cuerpo extraño; el estridor es un
tono muy alto con una frecuencia constante; indica obstrucción de la laringe o de
la tráquea, aparece también en la disfunción de las cuerdas vocales y precisa
entonces diferenciarlo del asma

 Sibilancias espiratorias: estenosis de las vías respiratorias


localizadas dentro del tórax; causas: p. ej. asma, bronquitis crónica, EPOC,
aspiración del contenido alimentario, raramente tromboembolismo pulmonar,
insuficiencia cardíaca.

 Ruidos de características complejas: son aquellos ruidos


compuestos por sibilancias breves acompañadas de estertores crepitantes; están
presentes sobre todo en pacientes con alveolitis alérgica, con menor frecuencia en
pacientes con otras enfermedades pulmonares intersticiales o neumonía
infecciosa.

 Frote pleural: se produce a consecuencia de la fricción entre la


pleura parietal y visceral, que están alteradas por causa de un proceso inflamatorio
o neoplásico.

6. Importancia de la palpación.
Es la técnica diagnóstica que utiliza el tacto de las partes externas del cuerpo o
bien de la parte accesible de las cavidades. Palpar consiste en tocar algo con las
manos para conocerlo mediante el sentido del tacto. Este acto proporciona
información sobre forma, tamaño, temperatura, consistencia, superficie, humedad,
sensibilidad y movilidad.

La palpación médica es algo más que el simple uso de las manos para tocar;
«examinar» se puede definir como la investigación por medio de la inspección o
de la manipulación, e incluso sugiere que se trata de un examen riguroso, una
investigación o una exploración de fundamental importancia.

Tiene como objetivo, detectar la presencia o ausencia de masas, dolor,


temperatura, tono muscular y movimiento. Y corroborar los datos obtenidos
durante el interrogatorio e inspección.

7. Técnicas de exploración: objetivos específicos, partes blandas, grosor de


la piel y subcutáneo.
Mediante el examen físico se identifican los signos de enfermedad o
normalidad presentes en el organismo. Para captar cómo es el examen del paciente
nos valemos de la información que podemos lograr a través de nuestros sentidos:
la vista, el tacto, el oído, e incluso el olfato.

A la información que se logra mediante el examen físico directo, se agregan


mediciones como el peso, la talla, la presión arterial y la temperatura. Aunque en
forma complementaria es posible efectuar distintos exámenes (de sangre,
endoscopías, radiografías, biopsias, etc.), el examen físico aporta una información
valiosa, en el momento mismo, sin mayores costos.

Las técnicas básicas de exploración son elementos importantes y necesarios


que se deben tener en cuenta cuando examinamos a nuestros pacientes. Es a través
de las mismas es que se inicia el examen físico, luego de realizar un interrogatorio
adecuado.

El objetivo del examen físico y de las técnicas de exploración, es llegar a la


incertidumbre de lo que padece el paciente, es decir, darle una respuesta a la
inquietud del paciente y saber cómo tratarlo u ocuparse de ello.

La piel se compone de epidermis, dermis e hipodermis. Existe un componente


de transición el tejido celular subcutáneo, que supone la transición a tejidos más
profundos y que es variable en función de la región en la que nos encontremos y
cual sea la función que realice (manos, grueso y adherente favorecer actividad
prensil, mientras que en el codo es delgado y móvil).

Las características a observar en la piel son:


 Pilosidad, cambios cuantitativos localizados (alteración vascular).
 Coloración:
 Variabilidad racial.
 Pálido, mala circulación.
 Roja, proceso inflamatorio.
 Violeta, problemas de retorno.
 Negro, necrosis.
 Marrón oscuro, hiperqueratosis.
 Cambios llamativos de color (equimosis, angiomas).

 Volumen, piel es un tejido muy distensible.


 Aspecto de la piel
 Nivel de descamación.
 Fina o gruesa.
 Aspectos patológicos (estrías, piel de naranja, etc.)

 Humedad de la piel.
El nivel de humedad, tiene unos márgenes muy estrechos para considerarse los
ideales, si la piel está excesivamente seca o húmeda, se impide una adecuada
percepción de la misma.

La humedad de la piel, está íntimamente relacionado con el concepto de


resistencia cutánea, a su vez la alteración de la resistencia cutánea se encuentra
relacionada con distintas patologías, reflejando una alteración del sistema
neuromuscular sobre el terreno en que está modificada la resistencia cutánea. Las
zonas de alteración de la resistencia cutánea, suelen coincidir con zonas de
hiperhidrosis (trastornos por vía refleja).

 Pliegues de flexión, relacionados con articulaciones subyacentes.


 Aspectos especiales: escaras, cicatrices, lunares, verrugas.

Las cicatrices son regiones problemáticas para el abordaje fisioterapéutico,


debido a que si son recientes dificultan la aplicación de ciertos procedimientos y
por otro lado si son antiguas, pueden llegar a hacer fracasar el tratamiento sobre
todo si es dolorosa.
Conclusión.
La exploración nos sirve para confirmar la orientación diagnostica que nos ha
dado la anamnesis. Mientras que la anamnesis en determinadas circunstancias
puede ser recortada, esto no se debe hacer con la exploración, por el riesgo de
ignorar otros diagnósticos que, probablemente, ni el enfermo sabe que tiene. Las
técnicas básicas de exploración son elementos importantes y necesarios que se
deben tener en cuenta cuando examinamos a nuestros pacientes. Es a través de las
mismas que se inicia el examen físico, luego de realizar un interrogatorio
adecuado. Al concluirlas, según los requisitos a tener en cuenta en cada una de
ellas y el algoritmo necesario a seguir para cada examen físico por sistemas y
aparatos tenemos en nuestras manos argumentos de mucho valor que permiten
plantear si se está ante un paciente sano o no. Estas técnicas básicas de exploración
son: inspección, palpación, percusión y auscultación. El orden de realización de
las mismas es común para cada uno de los exámenes físicos de los diferentes
aparatos y sistemas, podemos decir que generalmente se realiza inicialmente la
inspección, luego la palpación, le sigue la percusión y finalmente la auscultación
aunque existen algunas excepciones como por ejemplo en el aparato digestivo al
cual nos referiremos particularmente en ese sistema ya que su orden de realización
varía para que no se ofrezcan datos que falseen lo encontrado al examen físico.
Bibliografía.
 http://publicacionesmedicina.uc.cl/ManualSemiologia/
260ExamenPulmonar.htm (1, 2)
 Reiriz Palacios, J. Sistema respiratorio: Anatomía y Fisiología. Collegi
Oficial de Infermeres i Infermers, Barcelona. Infermera Virtual. págs 1 – 27. (3)
 Young, M. Fisiología del aparato respiratorio. Universidad Nacional del
Nordeste. Argentina 2011. (3)
 http://archivos.fapap.es/files/639-488-RUTA/
41c40d78357454b852687677651dde55.pdf (4)
 https://www.uninet.edu/tratado/c020102.html (4)
 https://empendium.com/manualmibe/chapter/B34.I.1.31. (5)
 http://www.ugr.es/~marroyo/documentos%20nuevos/fg/piel.pdf (6)
 http://www.ugr.es/~marroyo/documentos%20nuevos/fg/piel.pdf (7)

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