Resumen de Principios
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Resumen de Principios
Decimos que todo parte de la existencia de un conflicto, pues básicamente el conflicto nos
acompaña toda la vida pero cuando estamos a nivel jurídico o a nivel legal, es claro que hay
conflictos que tienen una connotación jurídica y que deben ser resueltas por un juez, o sea por
un órgano jurisdiccional en el cual está presente el juez, y este agente de poder que por
constitución tiene este gran poder que se llama jurisdicción, esta facultad, este poder a su vez
también debe de resolver conflictos intersubjetivos y brindar tutela jurisdiccional. Entonces se
dice que jurisdicción tienen los jueces, y que esta se debe entender como un poder y deber
para poder resolver conflictos y tutela de derechos.
Denominado también principio de autoridad. Este principio históricamente, limitó los excesos
del principio dispositivo. Consiste en la aptitud que tiene el Juez para conducir autónomamente
el proceso, vale decir sin necesidad de intervención de las partes, a la consecución de los fines.
La Dirección del proceso está a cargo del juez y antes que una facultad es un deber. Es el
desempeño de sus funciones, porque el juez tiene deberes, facultades y derechos.
En nuestro sistema procesal peruano la dirección del proceso le corresponde al juez. Quien
debe impulsar el proceso desde su inicio hasta su culminación, en el mínimo de actos posibles y
de manera dinámica y sin demora, el juez será responsable de cualquier demora que pudiere
ocurrir por su negligencia
El deber del Juez de Impulsar el proceso de oficio, Como dice Couture, “se denomina impulso
procesal al fenómeno en virtud del cual se asegura la continuidad de los actos procesales y su
dirección hacia el fallo definitivo”. Entonces el impulso procesal se encuentra estrechamente
relacionado con la distribución de roles entre el juez y las partes. Ya que cuando se habla de
impulso se está haciendo referencia a quién, las partes o el juez, hace avanzar el proceso.
El juez como director del proceso debe actuar los medios probatorios necesarios para llegar a
esclarecer los hechos afirmados por las partes. Sin perjuicio de lo expresado hasta este punto, no
se puede dejar de recalcar que conforme a lo previsto en el artículo III del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, el juez como director del proceso, está no solo facultado, sino en alguna
medida razonablemente compelido a agotar todos los medios que le permitan esclarecer los
hechos y resolver el conflicto, obviamente, sin que esto signifique sustituirse a las partes.
La dirección del proceso cumple con la función de hacer avanzar o impulsar a los sujetos
procesales a través de las diversas etapas que integran el proceso (postulatoria, probatoria,
decisoria, impugnatoria y ejecutoria) hasta que la tutela buscada por las partes, luego de
materializado el acceso a la justicia, se convierta en efectiva. Por tanto, podemos decir que la
tutela judicial cuando logra hacerse efectiva (cumpliéndose lo ordenado en la sentencia) es un
indicador de que los sujetos procesales, juez y partes, han cumplido con sus obligaciones de
dirección e impulso de oficio y principio dispositivo correspondientes.
El juez como director del proceso debe actuar los medios probatorios necesarios para llegar a
esclarecer los hechos afirmados por las partes. Sin perjuicio de lo expresado hasta este punto, no
se puede dejar de recalcar que conforme a lo previsto en el artículo III del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, el juez como director del proceso, está no solo facultado, sino en alguna
medida razonablemente compelido a agotar todos los medios que le permitan esclarecer los
hechos y resolver el conflicto, obviamente, sin que esto signifique sustituirse a las partes. En tal
sentido, el juzgador debe actuar los medios probatorios necesarios para llegar a esclarecer los
hechos afirmados por las partes. (Casación N.° 530-2016-Loreto, de 25-08-2016)
Principio de dirección del proceso. Juez no puede arrogarse la calidad de parte: el principio
rector del proceso civil es el principio dispositivo: Si bien el juez es el director del proceso, el
principio rector del proceso civil es el principio dispositivo, por lo que el juez no puede
arrogarse la calidad de parte y aducir argumentos que no fueron hechos valer por las partes a
través de los recursos que les franquea la ley. (Casación N.° 2935-98-Apurímac, de 26-04-1998).
Podemos concluir del presente principio que si bien el juez es el director del proceso, por lo que
el juez no puede arrogarse la calidad de parte y aducir argumentos que no fueron hechos valer
por las partes a través de los recursos que les franquea la ley. Es necesario resaltar que el
impulso del proceso está a cargo del juez, sin embargo, el artículo 346 del C.P.C. impone a las
partes la carga de impulsar el proceso, sancionando la falta de cumplimiento de dicha carga con
la declaración de abandono. Entonces El impulso del proceso les corresponde a ambos sujetos
procesales, juez y partes.
PRINCIPIO 3.- ARTÍCULO III.- FINES DEL PROCESO E INTEGRACIÓN DE LA NORMA PROCESAL El código
procesal Civil en su artículo III del Título Preliminar del CPC prevé que: “El juez deberá atender a que la
finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas
con relevancia jurídica haciendo con efectivos los derechos sustanciales, y que su finalidad abstracta es
lograr la paz social en justicia. En caso de vacío o defecto en las disposiciones del código, se deberá
recurrir a los principios generales del derecho procesal y a la doctrina y jurisprudencia correspondientes,
en atención a las circunstancias del caso” Al señalar el Código dos finalidades del proceso, recoger
evidentemente las orientaciones de los sistemas procesales: dispositivo e inquisitivo; respecto a su
finalidad asume tanto la orientación privatista como la publicista. De acuerdo con lo consagrado por la
norma procesal, en fin, del proceso no se queda en la solución del conflicto, sino que va más allá busca
la paz social en justicia, previsión que se inspira inequívocamente en aquel principio que afirma la
superioridad de los intereses por sobre los individuales. En este sentido, el proceso constituye un
instrumento eficaz, tanto para la efectividad de los derechos sustantivos, como de los derechos
colectivos.
La finalidad concreta del proceso es resolver los conflictos de intereses y eliminar las incertidumbres
jurídicas. Conforme expresa Couture acerca del conflicto de intereses: “Podemos afirmar que no se
puede concebir la existencia de una sociedad humana, sin conflicto de interés y derechos, ya que las
normas jurídicas de la tutela siempre son susceptibles de ser violadas”. Para el inicio de un proceso,
necesariamente debe existir un conflicto de intereses o una incertidumbre jurídica.
Pero para someter un conflicto de intereses o una incertidumbre jurídica a la autoridad jurisdiccional y
se inicie el proceso, debe tener relevancia jurídica. La relevancia jurídica está referida a la importancia
del problema justiciable. El conflicto de intereses está referido a la existencia de intereses
recíprocamente resistidos u opuestos con relación a un determinado bien jurídico. Resolviendo el
conflicto de intereses o eliminando la incertidumbre jurídica, se logra el fin concreto del proceso: hacer
efectivos los derechos sustanciales. Son derechos sustanciales los que la constitución y las leyes
reconocen a las personas, tales como: propiedad, herencia, libertad, igualdad, domicilio, nombre, etc. La
finalidad abstracta del Proceso. El fin que persigue el proceso, sea contencioso o no contencioso, es
lograr la paz social en justicia. Si la finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia, entonces, una
vez que la Litis se presente ante el juez, vía demanda del actor, el proceso desde que se instaure hasta
que termine debe procurar promover la paz social en justicia den la sentencia, el Juez al resolver el
conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre debe tener presente estas dos finalidades.
El juez tiene el deber de buscar una solución al conflicto mediante una sentencia justa, que promueva la
paz social, porque esa es la finalidad. En cuanto se refiere a las lagunas del Derecho. El vacío que
presenta el texto de una ley, y que deja sin solución, expresa determinada cuestión jurídica. Estos vacíos
están expresa determinada cuestión jurídica. Estos vacíos están originados por la trayectoria idea de la
ley, en cuanto norma general, proyectada y aplicada a un caso concreto, porque, según explican muchos
autores, no puede presentarse que la ley prevea todos y cada uno de los casos concretos o particulares
en que será aplicada. El problema llevado en el campo procesal pone en discusión el tema de si el juez
puede o no abstenerse de resolver o sentenciar aduciendo el vacío de la ley. En el derecho común, el
problema lo resuelve la mayor parte de legislaciones facultando al Juez para que aplique los principios
generales del derecho, así lo establece el art. VIII del título preliminar del código civil. En esta forma se
ubica la estimación de los principios generales como una cuestión de competencia del juez, dándole
cierta facultad generadora, respecto al caso concreto. Empero, en potestad tiene los límites y no puede
entenderse como absoluta, ni es una letra en blanco que el legislador acepta para que el juez llene un
contenido con absoluta libertad.
La constitución del esta establece dentro las garantías de administración de justicia, la obligación de los
magistrados de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia de la ley. En tal caso, deben
aplicarse los principios generales de derecho y el derecho consuetudinario (art. 139, inciso 8, de la
constitución). Los principios generales del derecho procesal o generales del proceso son los
fundamentos lógico-axiológico-jurídicos dentro de los cuales se desarrolla o debe desarrollarse el
proceso.
Para Jorge Peryrano este principios son las construcciones normativo- jurídicas de índole subsidiaria,
producto de la más cuidadosa decantación técnico-sistemática, de las normas que regulan un proceso
civil dado, no excluyente , en las normas de regulan el proceso civil dado, no excluyente en general, de
sus antítesis lógicas o de las consecuencias de estas que contribuyen a integrar los vacíos que presenta
la regulación normativa donde ven la luz, pero cuya primera misión es la de servir de faro para que el
intérprete sea juez legislador o tratadista, no equivoque el camino y olvide que toda solución
procedimental propuesta debe armonizar con ella, su pena de introducir la incoherencia, allí donde
resulta más nefasta, es decir en el ámbito del proceso
1. PRINCIPIO DE INMEDIACION.
El principio de inmediación es tal vez el mas importante dentro de un sistema publicístico ya que tiene
por finalidad tiene por objetivo que el juez, quien va en definitiva a resolver el conflicto de intereses o la
incertidumbre jurídica,
El CPC ha optado por regular el principio de inmediación. Al hacerlo, ha privilegiado también la técnica
de la oralidad, es decir, el medio o instrumento a través del cual se produce el contacto entre el juez y los
protagonistas directos o indirectos del proceso, así como con los hechos materiales que interesan al
conflicto real que subyace en el proceso judicial.
2. PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN
El principio de concentración es una consecuencia lógica del principio de inmediación anteriormente
desarrollado. Cualquier organización judicial fracasaría si la participación obligada del más importante de
sus personajes el juez ocurriese en un número indeterminado de actos procesales. Es imprescindible
regular y limitar la realización de estos, promoviendo su ejecución en momentos estelares del proceso
para darle factibilidad a la necesaria presencia del órgano jurisdiccional.
Este principio busca que el proceso se realice en el menor tiempo posible y en forma continua, evitando
que las cuestiones accidentales e incidentales (medidas cautelares o recursos impugnatorios) entorpezcan
el desarrollo del proceso al dilatarlo sin necesidad. Por ello se regula y limita la realización de los actos en
determinadas etapas del proceso.
Finalidad del principio de concentración
Facilitar el trabajo del enjuiciador, pues al efectuarse una verificación de pruebas y argumentos de manera
concentrada permitan que se obtenga los fines del sistema.
Ejemplo: Es donde hay un juicio oral con menos audiencias para que se le dé una conclusión pronta al
proceso y es menor el peligro de quien lo resuelve.
3. PRINCIPIO DE ECONOMÍA
Este principio está referido especialmente “a tres áreas distintas: ahorro de tiempo, gasto y esfuerzo”.
El principio de economía procesal no sólo apunta a economizar los costos que pueda suponer el proceso,
sino también a hacer del proceso un trámite sumario: “el principio de economía procesal, como es
conocido, intenta enfrentar no sólo el tema de los costos, sino también de la duración y de la cantidad de
actos que deben realizarse en un proceso”. Y es que muy vinculado a este principio de economía se
encuentra el principio de celeridad procesal, tan vinculados están que el Supremo intérprete de la
Constitución suele nombrarlos de manera conjunta.
procura la agilización de las decisiones judiciales, haciendo que los procesos se tramiten de la manera
más rápida y menos costosa en dinero y tiempo.
4. PRINCIPIO DE CELERIDAD
La celeridad procesal constituye una de las manifestaciones del derecho al debido proceso, y como tal
exige que los actos procesales se realicen sin dilaciones indebidas, es decir, en un tiempo razonable que
evite que se produzca indefensión o perjuicio de los procesados debido a la demora en la celebración o
conclusión de las etapas procesales. La dirección e impulso procesal de oficio esta a cargo del juez
En palabras del Tribunal Constitucional, el principio de socialización, “consiste en el deber del juez de
evitar que las desigualdades materiales existentes entre las partes impidan la consecución de una
decisión judicial que sea reflejo cabal de la objetividad del Derecho.
Justicia e igualdad son dos conceptos relacionados y unidos que no pueden valorarse el uno sin el otro.
Debemos tener en cuenta que la justicia es uno de los valores fundamentales del ser humano, a través
de ella se busca que cada individuo reciba lo que le pertenece independientemente de sus condiciones,
lo que implica un reconocimiento y respeto total por los derechos humanos. El principio de igualdad en
el ámbito del proceso es una manifestación del principio general de "Igualdad ante la ley
Podemos hablar partiendo del proceso civil, que ha cambiado sus rasgos y expresiones, ofrece nuevas
soluciones y se adapta a las nuevas exigencias sociales en la medida en que la sociedad se somete a
aquel motor de transformación, de otra cultura jurídica que sonríe a lo nuevo y fulmina lo viejo. Se ve
una nueva identidad del proceso como la respuesta a nuevas exigencias, pero no del hombre sino del
Derecho, las exigencias del hombre bien vistas no son nuevas, son exigencias de libertad, igualdad,
justicia y paz; en cambio, las exigencias del Derecho son aquellas sin las cuales este no satisfará las
exigencias del hombre; y es que la justicia siempre se ha visto a través del Derecho.
El desarrollo del eficientísimo procesal que se desprende de los últimos momentos del
paleoprocesalismo implica un conjunto de avances gestados por el publicismo procesal. De manera que
corresponde al neoprocesalismo ajustarlos a sus exigencias estructurales una vez se haga cargo de ellos.
LA IGUALDAD EN EL PROCESO
El principio de igualdad en el ámbito del proceso es una manifestación del principio general de "igualdad
ante la ley" consagrado por el art.02 de la Constitución Política del Perú.
Se viola este principio cuando se concede o reconoce a un litigante lo que se niega a otro. Es decir, se
vulnera la garantía de igualdad entre las partes si no se otorga a todas idénticas oportunidades de
petición, afirmación, prueba y decisión oportuna, congruente y fundada.
El principio de igualdad, vinculado con los procesos contenciosos, es según el que los interesados
principales del proceso (o sea, las partes) deben ser tratados de forma igualitaria, es decir, que todos los
litigantes deben tener las mismas oportunidades de actuación dentro del proceso, sin que ninguno se
encuentre en situación de inferioridad; porque la situación de partida no es idéntica ya que la parte
activa (la que solicita la tutela de un derecho) está en una situación objetivamente más favorable que la
parte pasiva. Pero una vez iniciado el proceso debe ser homogénea
En contexto de socialización e igualdad de las personas ante la ley sin distinción alguna así como en el
derecho procesal es su paridad de condiciones de los justiciables, para que ninguno pueda encontrase
en una condición inferior jurídica frente al otro. No se debe conceder a uno lo que se niega a otro en
igualdad de circunstancias, este principio se estremece bajo un sistema social donde no hay un mínimo
equilibrio ene l reparto de los medios para la subsistencia del ser humano, ni igualdad de razones de
raza , idioma, religión, condición social y política, mismo que se refleja que no todos los litigantes estén
en la posibilidad igualitaria, no solo de entrar al proceso, sino de afrontarlo en toda su dimensión,
además la calidad técnica para la defensa o resistencia del derecho en debate y las estrategias
procesales que asuman en el proceso, dependen del profesionalismo del letrado y de los honorarios en
su retribución.
Este principio materializa el principio constitucional en donde él se refiere a la facultad del juez debe
impedir la desigualdad entre las partes que concurra al proceso, es decir convierte la tesis de igualdad
ante la ley en igualdad de las partes en el proceso
PRINCIPIO 7 ARTICULO 7
Es importante que recordar un juez debe ser imparcial y que todos los actos influyen en
el desarrollo del proceso; para eso se tiene tres actos:
El aforismo iura novit curia, se presenta como una restricción al clásico principio
dispositivo y al contemporáneo principio de autoridad; sirve para indicar que el juez
conoce el derecho hay que emplear el pretérito
DEMANDA Y REQUISITOS: El cual se aprecia en El artículo 424 del CPC cuenta con
11 incisos, de los cuales son de nuestro interés los incisos 5, 6 y 7.
IMPRECISIÓN DE LA PRETENSIÓN:
El vocablo pretensión se puede definir como aquel deseo o intención que tiene una
persona de conseguir una cosa, así como también es un elemento primordial de la
demanda, así como los sujetos, el objeto y la causa.
Se tiene el artículo 424, inciso 7, del CPC, contempla el fundamento jurídico como uno
de los requisitos que debe contener toda demanda. De otro lado, el artículo 426 del
CPC, donde tiene 4 incisos, los cuales receptúan que el juez declarará inadmisible la
demanda cuando no tenga los requisitos legales, otorgando un plazo a la parte actora
para que subsane los defectos anotados, de incumplirse tal mandato, se procederá a
su rechazo.
2. LA MULTA
Se refiere a las conductas impropias de todo aquel que participa en el proceso de donde se da lugar que
el juez tome la decisión, dependiendo de la situación, este puede corregirla no solo recomendando una
actuación acorde con el principio de moralidad procesal conocido en nuestro país como principio de
buena fe procesal sino también poniendo una sanción económica por la conducta asumida.
4. OPINIONES DE AUTORES
En opinión de (ZAVALETA CARRUITERO, 2007) sostiene que: “Este artículo establece el principio de
gratuidad sin limitaciones.”
La justicia común, llamada también civil, es gratuita solo para los pobres. Esto concuerda con la
disposición de los artículos 179 al 187 del Código Procesal Civil en donde reglamenta quienes tienen
derecho al Auxilio Judicial (beneficio de la pobreza).
Como excepción a la regla del pago de costas, costos y multas, estos no tienen nada que ver con la
gratuidad de la justicia, ya que constituyen una sanción.
Las costas y costos se sancionan por perder el juicio.
La multa se sanciona por inconducta de las partes.
La desigualdad económica de las personas, la lejanía geográfica de las sedes judiciales, los patrones
culturales y lingüísticos, constituyen los principales obstáculos para un efectivo acceso a la justicia. Estos
desequilibrios económicos de los litigantes van a permitir ventajas o desventajas estratégicas en los
litigios puesto que las personas que poseen mejores recursos financieros podrán darse el lujo de iniciar
un litigio y soportar los retrasos de este.
Para permitir equilibrio entre los justiciables se ha adoptado por asistir a las partes económicamente
débiles a través de la figura procesal del auxilio judicial. Sin embargo, la realidad nos dice que el proceso
civil sigue siendo costoso y el ciudadano solamente tiene real acceso a la justicia si dispone de
suficientes medios económicos, es así como se puede afirmar que existe un acceso a la justicia
igualitaria de derecho más no de hecho.
Cada acto del procedimiento ha de ser conforme a ley, no en razón de estar descrito en la
ley ni en la medida del rigor de las exigencias legales, sino en la medida de la necesidad de
cumplir ciertas funciones del proceso y porque existen funciones a cumplir.
No debemos olvidar, que el refuerzo a la autoridad del juez y la ampliación de sus poderes,
confieren a este un marco propicio para adecuar las normas procesales a las
circunstancias del caso en concreto.
Permite que el juez pueda adecuar las exigencias de cumplir con los requisitos formales a
los fines del proceso.
2.1.- REQUISITOS
2.2.- OBJETIVO
Carácter mediato
Carácter inmediato
2.5.- INFORMALISMO
Por otro lado, no puede existir, Ni formalismo procesal exagerado ni informalismo procesal,
sino formalismo al servicio de los fines del proceso civil.
PRINCIPIO 10:
El proceso per legis actionis: Era un proceso riguroso y formalista que se utilizaba para
resolver controversias civiles en el derecho romano. Se iniciaba mediante una fórmula
verbal específica y seguía un conjunto de pasos y ritos que debían ser cumplidos con
precisión para que el proceso fuera válido. En este proceso, existía la figura de la doble
instancia a través de la "duplicatio", que permitía al demandado apelar la sentencia
condenatoria dictada en primera instancia y llevar el caso a una segunda instancia.
El proceso per formulas: Era un proceso más flexible y menos formalista que el proceso
per legis actionis, y que también se utilizaba para resolver controversias civiles en el
derecho romano. En este proceso, se elaboraba una fórmula escrita que contenía los
términos del litigio y se designaba a un juez que debía resolver la controversia en función
de lo que estipulaba la fórmula. En el proceso per formulas también existía la figura de la
doble instancia a través de la "appelatio", que permitía al demandado apelar la sentencia
dictada en primera instancia y llevar el caso a una segunda instancia.
En efecto, en virtud del principio de doble instancia, los órganos jurisdiccionales, con
poderes y límites específicamente determinados por el Derecho Procesal objetivo, pueden
volver a examinar el producto de la actividad de los órganos jurisdiccionales de la primera
instancia.
De acuerdo con el artículo X del título preliminar del Código Procesal Civil:.
Visto así, podemos apreciar que, en nuestro ordenamiento jurídico, el proceso civil se
divide en dos instancias. En este sentido, nuestra Constitución Política atribuye
competencia a un órgano jurisdiccional para que dirima el conflicto en primera instancia, y a
otro órgano la función de revisar el fallo en segunda instancia.