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Sobre Alevosía y Abuso de Superioridad

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»Número de Referencia: 290-CAS-


2008
»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 27/07/2011
»Hora de Resolución: 08:20:00
290-CAS-2008

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las ocho horas con veinte
minutos del día veintisiete de julio del año dos mil once.

A sus antecedentes el recurso de casación interpuesto por los imputados ALBERTO ALIRIO
AGUILAR GARCÍA Y ANGEL ANTONIO LEONOR ARÉVALO, contra la sentencia definitiva
condenatoria, pronunciada por el Juzgado Especializado de Sentencia de esta ciudad, a las quince
horas del día once de abril del año dos mil ocho, que los declaró responsables penalmente por el
delito de HOMICIDIO AGRAVADO, Arts, 128 y 129 No. 3 del Código Penal y Art. 1 Inc. Final,
literal a) de la Ley Contra el Crimen Organizado y Delitos de Realización Compleja, en perjuicio
de Nelson Adán Hernández Chacón.

Habiéndose realizado la audiencia de fundamentación, Art. 428 Pr. Pn., y oídas que fueron
las partes respecto de sus planteamientos, se procede a dictar la correspondiente resolución, Art.
427 Pr. Pn..

RESULTANDO:

I.- Que la sentencia definitiva citada, en su parte resolutiva establece -entre otros puntos-
lo siguiente: "A. CONDÉNASE a ANGEL ANTONIO LEONOR ARÉVALO, por la infracción penal de
HOMICIDIO AGRAVADO, previsto y sancionado en los Artículos 128 y 129 numeral 3 del Código
Penal, en concordancia al Artículo 1 Inciso final literal a), de la Ley Contra el Crimen Organizado y
Delitos de Realización Compleja, en perjuicio del derecho a la Vida del señor NELSON ADÁN
HERNÁNDEZ CHACÓN, a cumplir la pena de TREINTA Y CINCO AÑOS DE PRISIÓN. Por lo tanto
continúe el expresado en la detención en que se encuentra, la cual se tornará prisión formal
al quedar ejecutoriada esta Sentencia. B. CONDÉNASE a ALBERTO ALIRIO AGUILAR
GARCÍA, por la infracción penal de HOMICIDIO AGRAVADO, previsto y sancionado en los
Artículos 128 y 129 numeral 3 del Código Penal, en concordancia al Articulo 1 Inciso final literal
a), de la Ley Contra el Crimen Organizado y Delitos de Realización Compleja, en perjuicio del
derecho a la Vida del señor NELSON ADÁN HERNÁNDEZ CHACÓN, a cumplir la pena de
TREINTA Y CINCO AÑOS DE PRISIÓN. Por lo tanto continúe el expresado en la detención en que
se encuentra, la cual se tornará prisión formal al quedar ejecutoriada esta Sentencia C.
CONDÉNASELES a las penas accesorias de la pérdida de los derechos de ciudadano, e
incapacidad para obtener toda clase de cargos y empleos públicos, penas accesorias que cesarán
cuando cumplan la pena principal".

II.- Contra el pronunciamiento anterior, los recurrentes han enfilado su inconformidad, señalando en
concreto dos puntos. En el primero, aseguran que existe un error en la calificación de los hechos,
por considerar que no se configuró la agravante indicada en el número tercero del Art. 129 Pn.,
pues "no se observa en los hechos acreditados que haya existido un ataque imprevisto o un
acecho sobre la víctima, de manera que se buscara ponerla en una situación de
indefensión"; de ahí, que para ellos la "ALEVOSÍA" establecida no es tal. Dicen también, que
ni el "ABUSO DE SUPERIORIDAD" debió acreditarse, ya que: "tampoco concurren como de
forma errónea se ha establecido por el Juez Especializado de Sentencia, debido a que aún
y cuando si hubo una superioridad numérica y física de personas en el ataque, ya que
se dice por el testigo "APOLINARIO" que observó a DOS PERSONAS, no se abusó de
esa circunstancia para lograr una indefensión en la víctima, sino que de los hechos
establecidos se desprende que únicamente existió la participación de una SOLA
PERSONA ante el ataque". Siendo del criterio, que lo aplicable es el Art. 128 del Código Penal,
como un HOMICIDIO SIMPLE.

El segundo punto, está orientado a cuestionar el grado de participación delincuencial que se


acreditó. A ese respecto, aseguran que se inobservó el Art. 33 Pn., por la "COAUTORÍA" que
se le atribuyó al imputado ÁNGEL ANTONIO LEONOR ARÉVALO, argumentando que: "su
aportación y actividad en el hecho de ninguna manera pudo haber tenido la capacidad de
poder detener o interrumpir la ejecución del mismo. En todo caso, la conducta de ÁNGEL
ANTONIO LEONOR ARÉVALO, tuvo que haberse encajado en una COMPLICIDAD
NO NECESARIA EN EL DELITO DE HOMICIDIO SIMPLE, tal y como lo señala la
parte segunda del Art. 36 del Código Penal". En el parecer de los reprochantes, su participación
fue una cooperación de "cualquier modo a la realización del delito".

III.- Por su parte, la Licenciada Edith del Carmen Rivera Chicas, en calidad de Agente Auxiliar
del Fiscal General de la República -al contestar el recurso- manifestó que la participación de
ambos procesados ha sido debidamente acreditada y la calificación jurídica es la correcta; además,
asegura que con las pruebas testimonial, pericial y documental evaluadas en el debate, se
estableció plenamente que la conducta antijurídica debía adecuarse a los supuestos del Arts. 129
No. 3 Pn., en razón de concurrir dicha agravante en los hechos; Asimismo, considera que el grado
de participación para ambos imputados es como lo indica el Art. 33 Pn., es decir, una Coautoría.
Por todo lo cual, pide que se declare "No Ha Lugar el recurso interpuesto".

IV.- Individualizados los puntos que provocan el agravio de los reclamantes, esta Sala considera
que su estudio debe desarrollarse dentro del marco de los hechos que el Tribunal de Instancia
delimito en la sentencia impugnada, puesto que con ello se garantizará el principio de la
"intangibilidad de los hechos", en orden a analizar sobre esa base, si el criterio utilizado por el
sentenciador fue el acertado al momento de calificar y establecer el grado de ejecución del ilícito sometido a su
conocimiento.

En tal sentido, de conformidad con el relato histórico y la acreditación fáctica que hizo el A-
quo, cuya transcripción completa se estima innecesaria, en vista que sólo basta remitirse al apartado
que en el proveído se denomina: "...HECHOS ACREDITADOS Y VALORACIÓN PROBATORIA...",
para evidenciar que han sido razonadas las circunstancias por las cuales el Sentenciante
concluyó que las conductas delictivas que analizó eran subsumibles en el supuesto jurídico de
HOMICIDIO AGRAVADO, previsto y sancionado en los artículos 128 y 129 numeral 3 del Código Penal;
habiendo aclarado, que fue colmada la circunstancia que agrava el Homicidio, indicada como Alevosía y
abuso de; superioridad, pues tuvo por cierto que; "es concordante con los hechos acusados y
acreditados en Vista Pública, por medio del testigo APOLINARIO, quien en su deposición
establece que fueron dos individuos, a quienes reconoce y describe como los actuales
imputados, los que atacaron a la víctima quien se conducía solo e intentaba cruzar la
carretera que de San Salvador conduce a Santa Ana, ello en atención a que el sujeto pasivo
estaba solo, en una carretera donde no podía ocultarse y sin posibilidad de repeler el
ataque".

De igual forma, se observa analizado el nivel de participación delincuencial de los procesados,


pues el Juzgador estimó que lo procedente era aplicar el Art. 33 Pn, por concurrir la Coautoría,
señalando que: "se ha acreditado la participación de ambos imputados en el ilícito en comento,
uno de ellos disparando en contra de la humanidad de la víctima y el otro al encontrarse parado
atrás del que disparó, de lo que se infiere que éste ejercía actos de vigilancia o de seguridad,
al haberse bajado de la bicicleta y luego huir juntos por la calle polvosa que está adyacente a
la Residencial Los Chorros, ocultándose ambos en la misma vivienda...". Ante tal situación, el
Juzgador basado en la Teoría Funcional del Dominio del Acto, estableció que: "...estamos en
presencia de una coautoría sucesiva, pues los imputados participaron en el delito,
codominándolo, desde que éstos comenzaron a ejecutarse, lo que denota el acuerdo previo
que existió por parte de ellos, y por lo tanto el dominio de los hechos aparece compartido por los
imputados, y ello genera la existencia desde antes del delito de una contribución objetiva en los
hechos".

La Sala de Casación, tomando en cuenta la doctrina mayoritaria, donde encontramos unanimidad de


opiniones sosteniendo que la esencia de la alevosía es la indefensión total de la víctima, y cuya
configuración requiere la existencia de un elemento objetivo consistente en el empleo de
determinados medios o formas que aseguren la ejecución del delito; y además, de un elemento subjetivo,
basado en la circunstancia de no existir riesgo para el hechor. Lo mismo respecto del abuso de
superioridad, el cual -según se afirma-, puede establecerse de varias maneras, siendo una de
ellas la concurrencia de más de una persona con interés en la acción delictiva.

Se estima, que la descripción de los hechos dada en la sentencia, que puede


resumirse en que los imputados aprovechando que el ahora occiso se encontraba distraído
intentando cruzar la carretera, momento en el cual se le acercaron y uno de ellos sacó de
entre sus ropas un arma de fuego y le disparó en varias ocasiones, cayendo la víctima al
suelo ensangrentada, y dándose inmediatamente a la fuga, se ajusta a los parámetros
doctrinarios reseñados, puesto que el Tribunal A-quo, ha considerado los distintos aspectos
contenidos en el numeral Tercero del Art. 129 Pn., y criterios de razonabilidad y
proporcionalidad convenientes.
Bajo esa consideración, la circunstancia de que la calificación no sea la que
esperaban los gestionantes, al interpretar que debió ser diferente (Homicidio Simple, Art.
128 Pn.), porque en el ataque no se abusó de la indefensión en la víctima, no
obstante reconocer, que: "sí hubo una superioridad numérica y física de personas en el ataque",
constituye una justificación más para determinar que la calificación desarrollada en este
caso es la adecuada, máxime que -según se observa- se hizo una amplia exposición y
análisis de todos los elementos probatorios relacionados en este asunto, cuya valoración
en forma integral permitieron al Juzgador establecer proporcionalmente la sanción
impuesta.

Respecto del tema, este Tribunal se ha pronunciado en otra oportunidad, habiendo


indicado que "para la aplicación de la agravante de alevosía basta que resulte evidente
que al verificarse la agresión el ofendido no haya podido imaginarse el ataque y que no
haya podido defenderse del acto no esperado (....) la alevosía tiene lugar no sólo,
cuando el delincuente busca y selecciona los medios, modos o formas que tiendan
directa o especialmente a asegurar la ejecución del delito, sino que también cuando
intencionalmente se aprovecha de las situaciones existentes para ejecutarlo". (Sentencia
de Casación, Ref. C268-01, de las quince horas del día cuatro de abril de dos mil tres).

De modo tal, que en el presente proceso, no se configura el error denunciado por los
casacionistas, pues los supuestos de hecho que el Juzgador de Instancia tuvo por
acreditados durante la Vista Pública, han sido subsumidos con arreglo a Derecho y en
observancia de las reglas de la sana critica.

Por consiguiente, este Tribunal arriba a la conclusión que no existe el vicio


denunciado en el proveído que se impugna, razón por la cual, debe desestimarse la
pretensión recursiva y confirmarse en todas sus partes.

POR TANTO:

Con base en los Arts. 50 Inc. 2  Nº 1, 130, 421, 422 y 427 Pr. Pn., en nombre de la República
de El Salvador, esta Sala RESUELVE:
NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito, por no existir la infracción invocada.
Devuélvanse las actuaciones al tribunal de origen, para los efectos legales consiguientes.

NOTIFÍQUESE.

R. M. FORTIN. H.-------M. TREJO.-------GUZMAN. U. D. C.-------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES


MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-------RUBRICADAS.

 
 

»Número de Referencia: 194-CAS-2012


»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 19/3/2014
»Hora de Resolución: 15:10:00
194-CAS-2012
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
quince horas y diez minutos del día diecinueve de marzo de dos mil catorce.
Los Suscritos Magistrados conocen del escrito de casación elaborado por el
Licenciado Wilfrido Napoleón Mata Melara, en su calidad de Defensor Particular de
CÉSAR AUGUSTO C. C., a quien se le atribuyen los delitos de HOMICIDIO
AGRAVADO Y AGRUPACIONES ILÍCITAS, Arts. 128 en relación al 129 Nos. 3 y 7;
345 todos Pn.; respectivamente, el primero, en perjuicio de José Antonio A. G.; y el
segundo, en detrimento de la Paz Pública.
Cabe mencionar, que el profesional impugna la Sentencia Definitiva Condenatoria,
pronunciada por el Tribunal Primero de Sentencia de San Miguel, a las nueve horas y
treinta y cinco minutos del día veintitrés de agosto del año dos mil doce.
Se repara que en la presente sentencia se aplicarán las disposiciones del Código
Procesal Penal derogado (D.L. No.190, 20/12/06, D.O. No.13, Tomo 374, 22/01/07; y D.L.
No.904, 04/12/96, D.O. No.11, Tomo 334, 30/01/97) por Decreto Legislativo No.733, de
fecha 22 de octubre del año 2008, publicado en el Diario Oficial No.20, Tomo 382, del 30
de enero del año 2009, el cual entró en vigencia el 1° de enero del año 2011, por así
disponerse en el Art. 505, Inc. Final del mencionado Decreto.
ADMISIÓN DEL RECURSO.
A causa del examen inicial realizado por esta Sala al escrito en cita, de conformidad
a los Arts. 427 en relación al 421, 422 y 423, todos Pr.Pn.; se anota que el recurrente invoca
como defectos, los siguientes:
UNO: Fundamentación Ilegítima del fallo por rechazo de prueba de carácter
decisivo. Arts. 130, 356 y 362 No. 4, todos Pr.Pn.
DOS: Vicio de la sentencia contenido en el Art. 362 No. 1 Pr.Pn., por no
encontrarse suficientemente identificado el imputado.
TRES: Errónea aplicación del Art. 129 Nos. 3 y 7 Pn.
Este Tribunal quiere referirse al primer yerro, de cuya fundamentación se extrae la
supuesta objeción del rechazo del testigo de descargo [...], para lo que transcribe el
contenido de la declaración y el extracto de la sentencia donde el Juez estimó la deposición
en comento, considerándola no creíble.
Según el abogado: "...Es hasta cierto punto temerario afirmar que un testigo está
mintiendo, únicamente porque según la apreciación subjetiva del Juez, éste se muestra
nervioso...". (Sic). Véase Fs. 862 vuelto del expediente judicial.
De lo expuesto, se advierte que los argumentos del impetrante no se encaminan a
demostrar el equívoco anunciado, ya que no comprueba el yerro en el proceso mental
seguido por el Juzgador; sino más bien constituye un reproche a la estimación que realizó el
Sentenciador respecto del testigo de descargo […], pretendiendo atacar el desmerecimiento
en su estimación.
Como ya se ha seguido en basta jurisprudencia, los aspectos relativos a la
credibilidad de una testifical no pueden ser abordados por este Tribunal, al carecer del
contacto directo con las evidencias desfiladas en la Vista Pública, siendo una esfera exenta
de control casacional y gobernada por los Jueces que inmedian la prueba. SALA DE LO
PENAL, resolución 418-CAS-2011, emitida a las 08:20 el 30/01/2013.
De suerte que, la supuesta denuncia de una insuficiente fundamentación del fallo se
trata de un simple desacuerdo con la valoración del Juzgador, cuestión que no puede ser
conocida por esta Sede, aspecto que es insubsanable, no siendo aplicable la figura de la
prevención, ya que de hacerlo podría habilitarse la introducción de un nuevo motivo,
aspecto que está prohibido en el Art. 423 Inc. Fn. Pr.Pn.; por consiguiente, deberá
INADMITIRSE.
Con dichas aclaraciones, ADMÍTANSE los defectos números dos y tres; referidos al
vicio de la sentencia contenido en el Art. 362 No. 1 y errónea aplicación del Art. 129 Nos. 3
y 7 Pn., y procédase a dictar el proveído correspondiente, conforme a lo preceptuado en el
Art. 427 Inc.3°. Pr.Pn.
RESULTANDO.
I.          Que mediante el fallo relacionado en el preámbulo de la presente resolución,
se resolvió: "...FALLAMOS: A) CONDENASE a CÉSAR AUGUSTO C. C., por el delito de
HOMICIDIO AGRAVADO, previsto y sancionado en el artículo 128 relacionado con el
129 numerales 3° y 7° del Código Penal, en perjuicio de la vida de JOSÉ ANTONIO A. G.;
a cumplir la pena de TREINTA AÑOS DE PRISIÓN [...] B) CONDENASE a CÉSAR
AUGUSTO C. C., a cumplir la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN, por el delito de
AGRUPACIONES ILÍCITAS, en perjuicio de LA PAZ PÚBLICA....". (Sic).
II.        El demandante a efecto de impugnar la decisión plasmada con anterioridad,
plantea lo subsecuente:
a) Vicio de la sentencia contenido en el Art. 362 No. 1 Pr.Pn.
Manifiesta el recurrente que dentro de la prueba testimonial vertida en juicio, el
deponente bajo clave "PABLO", no mencionó el nombre del señor César Augusto C. C.,
sino sólo el apodo; estableciendo el Sentenciador que el sujeto alias […] citado por el
testigo en cita, es el imputado C. C..
Acto seguido, manifiesta lo subsecuente: "... (i) el testigo de cargo nunca ratificó en
juicio el reconocimiento hacia el imputado, ya que no mencionó que el sujeto conocido
como […] efectivamente fuera la misma persona del imputado César Augusto C. C., y (ii)
nunca se realizó un reconocimiento en rueda de personas como anticipo de prueba para
ratificar el contenido del reconocimiento por fotografías, el cual por sí solo, es insuficiente
para tener por identificado al imputado". (Sic).
Con posterioridad, indica que si bien es cierto constan una serie de actas policiales
para acreditar las Agrupaciones Ilícitas, mencionándose en una de ellas que el testigo
"PABLO" asoció el alias [...] con el imputado C. C., estima el abogado que dichas actas
carecen de valor probatorio, máxime cuando los agentes policiales que las realizaron no
depusieron en juicio.
En definitiva, concluye que existe duda en cuanto a la identidad física del imputado,
al no tenerse certeza de la persona sobre la cual recae la imputación, razón por la que debe
declararse la absolución.
b) Errónea aplicación del Art. 129 Nos. 3 y 7 Pn.
El impugnante de manera inicial transcribe la acreditación de hechos expuesta en la
sentencia, para luego exponer que no se vislumbra la configuración de las agravantes
citadas.
En cuanto a la contenida en el numeral tercero de la norma aludida, señala que no
concurre la alevosía, puesto que las víctimas tuvieron oportunidad de defenderse, al realizar
también disparos de armas de fuego contra sus atacantes; asimismo, que no existió
premeditación al carecer de una planeación del homicidio, puesto que la orden fue dada
minutos antes de cometerse el ilícito; de igual forma, no se advierte el abuso de
superioridad, debido a que no existía superioridad numérica de los atacantes [3 personas],
respecto de las víctimas [3 a 4 personas].
Por otra parte, en lo tocante al numeral séptimo del articulado manifiesta que no se
acredita el móvil fútil o abyecto, ya que en la sentencia únicamente se menciona que se
perpetró por el hecho de pertenecer a otra mara.
Consecuentemente, plantea como solución el cambio de calificación, debiendo
condenarse por el delito de Homicidio Simple, imponiéndose una penalidad en el marco de
diez a veinte años de prisión.
Así, finalmente en la parte petitoria del escrito, solicita la enmienda directa por la
violación de ley [motivo de fondo] y el correspondiente juicio de reenvío para que se
realice otro plenario [motivo de forma].
III. Según Fs. 870 del proceso la Licenciada Liliana Guadalupe Jovel Guzmán, en
calidad de Agente Auxiliar del Fiscal General de la República, emitió su opinión, indicando
en cuanto al primer yerro, que el indiciado está suficientemente identificado, ya que se
contó con el reconocimiento por fotografías y pesquisas policiales, no practicándose el
reconocimiento en rueda de personas debido a que el imputado fue declarado rebelde.
En lo tocante a la errónea aplicación de las circunstancias agravantes, sustenta que
dentro de la plataforma fáctica se puede extraer la concurrencia de una planificación
anticipada del delito, por el simple motivo de pertenecer a la mara contraria, lo que se
constituye como una premeditación y un motivo fútil.
Luego de examinarse el recurso y los defectos planteados en él, se procede a
efectuar las siguientes reflexiones.
CONSIDERANDO:
I. Del análisis del libelo del recurso, se repara la incoación de dos yerros: 1) Falta de
identificación del imputado, Art. 362 No. 1 Pr.Pn.; y 2) Errónea aplicación de las
circunstancias agravantes contenidas en el Art. 129 Nos. 3 y 7 Pn.
II. De la contestación del emplazamiento se extrae la objeción de la agente fiscal,
desvirtuando las argumentaciones del recurrente, estimando que no existe ninguno de los
defectos invocados.
III. El diseño de la sentencia objeto de estudio, es estructurada atendiendo a los
parámetros de motivación: fáctica, probatoria descriptiva, probatoria intelectiva y jurídica.
La dinámica del Juzgador se resume en plantear los fundamentos de hecho y
derecho de manera separada para el delito de Homicidio Agravado, en perjuicio de José
Antonio A. G. y Agrupaciones Ilícitas, en detrimento de la Paz Pública, arribando a la
conclusión que de acuerdo a la prueba documental, testimonial y pericial vertida se
comprueba los hechos acusados, así como la participación del imputado C. C. en los
mismos, emitiendo el correspondiente fallo condenatorio.
IV. De entrada, denota esta Sala la presencia de dos motivos de distinta naturaleza
[de fondo y forma], cuyo tratamiento y consecuencia es divergente.
Para poder solucionar tal situación, es procedente emplear al caso sub júdice, el
principio de prelación, que no es otra cosa que resolver primero el error de procedimiento
por la probable invalidez de la causa penal, en virtud de la anulación y reenvío, quedando
en segundo plano el conocimiento del motivo de jure, siempre y cuando no se acoja el
defecto de forma.
En razón de lo anterior, es que se examinará la objeción del impetrante referida al
vicio in procedendo.
1) Falta de identificación del imputado, Art. 362 No. 1 Pr.Pn.
Según el Art. 8 Pr.Pn., una persona adquiere la calidad de imputado, cuando es
señalada ante o por la policía, la Fiscalía General de la República o los Jueces como autor o
partícipe de un delito.
En lo tocante a la identificación de un imputado, el legislador señala en el Art. 88
Pr.Pn., que los medios para realizarlo, son los sucesivos: "...por sus datos personales,
impresiones digitales, señas particulares o a través de cualquier otro medio...". (Sic).
Jurisprudencialmente se ha sostenido que el proceso de identificación involucra la
obtención de datos de un sujeto ya imputado, con el único propósito de evitar un error in
persona contra la que se imputa. Véase SALA DE LO PENAL, sentencia 210-CAS-2007,
emitida a las 11:45 el 24/03/2010.
En efecto, la importancia de determinar la identidad del indiciado, estriba en
conocer de forma certera el sujeto sobre el que se dirigirá la imputación del hecho punible,
con miras a realizarle un juicio oral y público, revestido de todas las garantías
constitucionales.
En consonancia con lo expuesto, concurrirá un vicio en la sentencia, si el imputado
no se encuentra suficientemente identificado, en otras palabras, si el sujeto contra el cual se
emite un fallo no es el mismo al que se le imputó el delito. Véase Art. 362 No. 2 Pr.Pn.
En varios precedentes, se ha sostenido que la característica primordial para que se
configure este equívoco, es su gravedad; que en este caso significa el provocar una
incertidumbre respecto de la identidad de la persona imputada. Véase SALA DE LO
PENAL, sentencia 90-CAS-2005, emitida a las 10:15 el 30/01/2006.
Tomando en consideración lo expuesto, se determina que el impetrante está
disconforme, debido a que el testigo con clave "PABLO" no mencionó el nombre del
imputado, sino solamente el alias […]; aunado a la situación que únicamente se realizó un
reconocimiento por fotografías, no contándose con la prueba necesaria para validarlo, ya
sea la práctica de un reconocimiento en rueda de personas o la ratificación del testigo en
juicio, constituyéndose sólo como una diligencia inicial de investigación, escasa para
identificar al imputado.
De lo acontecido en juicio, se constata que el declarante en alusión, efectivamente
en su deposición solo manifestó el seudónimo […]; no obstante, considera esta Sala que
ello no es motivo para causar duda acerca de quién es la persona a la que se le atribuye los
delitos de Homicidio Agravado y Agrupaciones Ilícitas.
Sobre éste punto, conviene traer a colación algunas líneas jurisprudenciales, donde
se ha establecido lo subsecuente: "...el proceso se constituye contra la persona del
imputado y no contra su nombre". (Sic). Cfr. SALA DE LO PENAL de la Cíe Suprema de
Justicia, sentencia 100-CAS-2006 dictada a las 10:30 del 10/10/2006. El subrayado es
nuestro.
Efectivamente, la circunstancia que un testigo no mencione el nombre del imputado,
sino su apodo no posee relevancia en la imputación penal que se realiza, si éste ha sido
relacionado directamente al hecho punible. Véase SALA DE LO PENAL, sentencia 144-
CAS-2011 dictada a las 9:59 el 17/10/2012.
En efecto, este Tribunal es del criterio, que la importancia en un proceso penal,
radica en determinar la vinculación del indiciado con el hecho que se le imputa. Nótese en
SALA DE LO PENAL, sentencia 100-CAS-2006 dictada a las 10:30 del 10/10/2006.
De ahí, que en el caso de autos se denote que la vinculación con los delitos
imputados deviene de un testigo que cuenta con un régimen de protección que responde a la
calidad de coimputado o también conocido como criteriado.
Hay que hacer notar, que este tipo de declarantes tienen la circunstancia especial de
haber participado en la comisión del delito y de convertirse en testigos por recibir un
beneficio, debiendo narrar cómo sucedieron los eventos, señalando las personas que
actuaron en la perpetración del hecho delictivo. Véase Ruiz VADILLO, E., El Derecho
Penal Sustantivo y el Proceso Penal, P. 134, Editorial Colex, España, 1997.
Esta peculiaridad del testigo criteriado en el presente supuesto, adquiere una gran
importancia respecto a la identificación del indiciado C. C. en los sucesos imputados,
puesto que el testigo y el imputado eran parte del mismo grupo delincuencial, participando
ambos en los hechos acusados.
De ahí que, el testigo en comento, relatara las acciones que realizó alias […] y que
son configurativas de delitos; aunado a lo anterior, se advierte dentro de la prueba desfilada
en el juicio, la práctica de un anticipo de prueba consistente en Reconocimiento por
Fotografía en Sede de Paz [agregado a Fs. 538 del proceso], en el cual el testigo con clave
"Pablo" reconoce a César Augusto C. C.; asimismo, concurren otros elementos que
sustentan la identidad nominal y física del imputado C. C., Vgr. actas de pesquisas
policiales y actas de recolector de fichas de registro de detención policial, las cuales
constituyen diligencias iniciales de investigación; al respecto, esta Sala es de la posición
que si bien es cierto estas actuaciones son de utilidad para la fase inicial del proceso,
también se ha establecido que la información que contienen constituye prueba documental,
conforme al principio de libertad probatoria prescrito en el Art. 162 Inc. 1°. Pr.Pn., siempre
que hayan cumplido con los requisitos legales [Vgr., el Art. 123 Pr.Pn., para las actas
policiales].
Es más, esta Sede incluso es del pensamiento que si existe un elemento probatorio
que lo corrobore en la audiencia de Vista Pública, debe ser valorado por el Juzgador a la luz
de la sana crítica, puesto que se trata de prueba documental prescrita en el Art. 330 No. 4
Pr.Pn.
En ese sentido, se observa que en juicio concurrió la declaración del testigo con
clave "PABLO", siendo perfectamente estimable las pruebas aludidas Ut Supra para
acreditar quién es la persona imputada, encontrándose conforme a derecho las inferencias
del Juzgador, no advirtiéndose un equívoco en la identidad del acusado C. C., a quien se le
imputó y condenó por los delitos de Homicidio Agravado y Agrupaciones Ilícitas,
resultando válida la sentencia que contra él se emitió.
De ahí que, deberá desestimarse la pretensión del recurrente en cuanto a este punto.
2)  Errónea aplicación de las circunstancias agravantes contenidas en el Art. 129
Nos. 3 y 7 Pn.
En primer lugar, cabe señalar que el impetrante se refiere únicamente a la
plataforma fáctica relativa al delito de Homicidio Agravado, siendo ésta la que a
continuación se retorna.
De acuerdo a lo consignado en el fallo, a Fs. 836 vuelto del expediente judicial, se
deja por sentado los fundamentos de hecho, extrayendo esta Sede el aspecto medular del
mismo, siendo éste el subsecuente: "...el día trece de diciembre del año dos mil cinco, a eso
de las siete de la noche aproximadamente, cuando varios miembros de la Mara
Salvatrucha se reunieron en la casa destroyer donde residía el miembro conocido como
[…] perteneciente a la Clica "SITIOS", ubicada en la Colonia Aurora de San Miguel;
siendo éstos […], […], […] Y EL TESTIGO CLAVE "PABLO", cuando el alias […], les
dijo que irían a una casa destroyer ubicada en Chinameca, pero en ella se reunían
miembros de la Mara dieciocho y trasladándose en un vehículo tipo pick up, color negro,
marca Nissan, modelo hard body, llegaron a la casa en relación y ubicándose a unos cinco
metros de la casa, […] junto al sujeto […] comenzaron a disparar y […] se quedó en el
carro, el cual lo mantenía encendido ya que su misión era tenerlo listo para que no
estuviera dando vuelta y al ejecutar el hecho darse a la fuga, el […] y […] comenzaron a
disparar con las armas de fuego que portaban, a varios jóvenes el testigo clave PABLO
también hizo varios disparos hacia los jóvenes que ahí estaban, que eran como tres o
cuatro, quienes al verse atacados, también les disparaban y de inmediato, por lo que
salieron corriendo hacia donde tenían el vehículo...". (Sic). De esto se produjo la muerte
de: José Antonio A. G..
Con posterioridad, en el análisis de encuadramiento de esos hechos, el Sentenciador
concluye en la configuración de dos agravantes en el delito de Homicidio, siendo éstas las
referidas en los Nos. 3 y 7 del Art. 129 Pn.
Así, considera que se configura la alevosía, en virtud de existir una espera de tiempo
para ejecutar el hecho, un ataque imprevisto provocando una situación de indefensión y el
aprovechamiento de una situación de desvalimiento, por el ataque sorpresa; asimismo,
sostiene la concurrencia de una premeditación, brindando únicamente una definición del
término.
Igualmente, el Sentenciador vislumbra la presencia de un móvil fútil, estimando que
la acción homicida en contra de la víctima ocurrió por la circunstancia de pertenecer a otra
Mara.
Luego de haber reseñado lo acontecido en el caso sub júdice, es preciso examinar si
el análisis jurídico realizado por el A quo se encuentra apegado a derecho.
Los reclamos del impetrante, se focalizan en desvirtuar la errónea aplicación de las
circunstancias agravantes de alevosía, premeditación, abuso de superioridad y móvil fútil o
abyecto.
Sobre ello, corresponde aclararle al recurrente que únicamente se examinarán los
elementos aplicados por el Sentenciador en su proveído [alevosía, premeditación y móvil
fútil], excluyéndose el resto de elementos que no fueron estimados en la sentencia judicial
objeto de estudio.
En ese sentido, la dinámica del examen casacional tendrá como orden de su
desarrollo, el siguiente: a) Estudio de la alevosía y premeditación; y b) Abordaje del móvil
fútil.
a) A propósito de este punto, considera esta Sala de vital importancia traer a
colación algunas líneas doctrinales y jurisprudenciales que definen la consistencia de la
alevosía y premeditación.
De acuerdo a algunos estudiosos del tema, la configuración de la alevosía requiere
que el sujeto activo haya utilizado los medios, modos o formas de ejecución con el fin de
asegurar y evitar los riesgos de una posible defensa de la víctima. Véase CEREZO MIR, J.:
Curso de Derecho Penal Español, Parte General II, P. 372, Editorial Techos, 6' Edición,
1998, Madrid, España.
La anterior definición guarda concordancia con la establecida en el Art. 30 Pn., que
enuncia la alevosía cuando el hechor provoca o se aprovecha de la situación de indefensión
de la víctima para prevenir el ataque o defenderse de la agresión, sin riesgo de su persona.
En igual dirección, líneas jurisprudenciales emitidas por este Tribunal, la engloban
en la siguiente manera: "es la indefensión total de la víctima, y cuya configuración
requiere la existencia de un elemento objetivo consistente en el empleo de determinados
medios o formas que aseguren la ejecución del delito; y además, de un elemento subjetivo,
basado en la circunstancia de no existir riesgo para el hechor...". (Sic). Nótese en SALA
DE LO PENAL, sentencia 290-CAS-2008 dictada a las 08:20 el 27/07/2011.
En lo que se refiere a la premeditación, el Art. 30 Pn., señala que existirá cuando se
planee con la anticipación necesaria, reflexiva y persistentemente, la realización del delito.
Ciertos teóricos lo conceptualizan como: "el planeamiento de la actuación criminal,
la persistencia de la voluntad criminal durante un intervalo de tiempo que transcurre entre
la determinación firme de cometer el delito y su realización". (Sic). Repárese en MORENO
CARRASCO, F.,/ RUEDA GARCIA, L., Código Penal de El Salvador Comentado, P. 190,
Consejo Nacional de la Judicatura, 1998.
Aplicando los conceptos vertidos al razonamiento planteado por el Sentenciador,
esta Sala considera que del cuadro fáctico puede extraerse circunstancias que abonan la
tesis del Juzgador en cuanto a aplicar la agravante de alevosía y premeditación.
Así, se repara del factum la realización de una reunión previa al desarrollo del
ilícito, en la cual se explicó a los participantes las acciones que iban a ejecutar, la
determinación del objetivo [casa destroyer de sujetos de la Pandilla Dieciocho], funciones
que desempeñarían, entrega de instrumentos a utilizar [vehículo automotor y armas de
fuego]; desplegando en la ejecución del evento, estrategias para que los sujetos del grupo
contrario no los detectaran, con la intencionalidad que las víctimas no pudieran repeler la
agresión, Vgr., el ataque súbito y sorpresivo, tomando a su favor circunstancias como la
nocturnidad y el abordaje a las víctimas a través de modos para no poder ser fácilmente
advertidos, como fue el hecho de llegar a pie, entre otros.
Lo antepuesto denota una planeación previa a la ejecución del hecho, así como la
utilización de modos para asegurar a las víctimas, tratando de impedir cualquier tipo de
defensión.
A propósito de éste último punto, hay que tener en cuenta al momento de evaluar la
aplicación de la alevosía, que la aplicación de mecanismos alevosos se hace con el objetivo
de evitar una defensa por parte de la víctima, no siendo relevante si ésta en el momento de
ejecución del hecho respondió el ataque.
De ahí que, se considere adecuado las postulaciones del Juez de Sentencia, razón
por la cual no tiene asidero la denuncia del impetrante.
b)  En cuanto a la presencia de la futilidad en el caso de mérito, previo a plantear la
conclusión de este Tribunal, es necesario dejar por sentado la consistencia de la causa,
génesis o móvil del delito aludido.
De acuerdo a la opinión de algunos teóricos, se trata de algo de poco aprecio o
importancia, de escaso valor. Véase MORENO CARRASCO, F.,/ RUEDA GARCIA, L.,
Código Penal de El Salvador Comentado, P. 210, Consejo Nacional dé la Judicatura, 1998.
De lo visto en el dispositivo judicial, se extrae que la futilidad radica en que el
homicidio fue perpetrado porque la víctima pertenecía a un grupo delincuencia) rival de los
atacantes.
A consideración de éste Tribunal, el análisis de la configuración de un móvil fútil
deberá determinarse bajo el contexto ante el cual se ha realizado.
Así, para el presente supuesto, se advierte la concurrencia de un ataque entre maras,
originado por miembros denominados de la Salvatrucha contra otro grupo que se hace
llamar los Dieciocho.
Hay que hacer notar, que las maras poseen una estructura compleja, por la
diversidad de actividades delincuenciales, así como los diversos factores multiculturales
que lo originan, teniendo una organización jerárquica y sobre todo territorial.
Consecuentemente, el móvil de matar a un sujeto por el hecho de ser miembro de la
Mara Dieciocho, constituye dentro del ámbito pandilleril una causa de gran importancia, en
razón a las disputas de poder y territorio; aspecto que no guarda relación con la aplicación
de la agravante referida al móvil fútil, como lo ha sostenido el Sentenciador.
De ahí que, no obstante la identificación de la errónea interpretación del elemento
mencionado, considera este Tribunal que dicho equívoco no causa una modificación en la
calificación jurídica y su consecuencia, en virtud de haberse acreditado dos de las
agravantes contenidas en el No. 3 del Art. 129 Pn., encontrándonos siempre frente a un
delito de Homicidio Agravado, razón por la que no procede la anulación del fallo.
De ese modo, el supuesto de hecho fijado ha sido subsumido con arreglo a lo que
dispone la norma penal.
En definitiva, este Tribunal arriba a la conclusión que no existen los vicios
denunciados en el proveído, motivo por el cual debe desestimarse la pretensión
impugnaticia.
Con fundamento en las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts. 50
Inc.2 No.1, 130, 357, 361, 421, 422 y 427 Pr.Pn., en nombre de la República de El
Salvador, esta Sala FALLA:
a)      DECLÁRASE NO HA LUGAR A CASAR EL FALLO DE MÉRITO, por
los defectos de casación invocados.
b)                 Remítanse las actuaciones al Tribunal de Juicio, para los efectos legales
consiguientes.
NOTIFÍQUESE.
 
D. L. R. GALINDO---------------- R. M FORTIN H. ------------------M.
TREJO-------------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS
QUE LO SUSCRIBEN.------------------------ILEGIBLE----------------SRIO--------------
RUBRICADAS.
 
 
 

  
»Número de Referencia: 202-CAS-2012
»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 30/6/2014
»Hora de Resolución: 09:15:00
202-CAS-2012
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
nueve horas y quince minutos del día treinta de junio dos mil catorce.
El anterior recurso de casación fue interpuesto por la Licenciada María Mercedes
Argüello Sibrián, en su calidad de Defensora Particular, impugnando la Sentencia
Definitiva Condenatoria, pronunciada por el Juzgado Especializado de Sentencia de San
Salvador, a las quince horas del día veinticinco de enero del año dos mil doce, en el proceso
penal instruido contra CARLOS ANTONIO O. M., por el delito de HOMICIDIO
AGRAVADO, tipificado y sancionado en el Art. 129 N° 3 Pn., en perjuicio de la vida de
José Ismael V.
En cuanto a dicho recurso de casación, luego de haberse evidenciado que la
recurrente ha cumplido los requisitos de forma y fondo que la ley exige para su
interposición, ADMÍTASE; en consecuencia, procédase enseguida a pronunciar el
respectivo fallo conforme a lo preceptuado en el Art. 427 Inc.3° Pr.Pn.
Asimismo, en la presente sentencia se aplicarán las disposiciones del Código
Procesal Penal derogado (D.L. N°190, 20/12/06, D.O. N°13, Tomo 374, 22/01/07; y, D.L.
N°904, 04/12/96, D.O. N°11, Tomo 334, 20/01/97 por Decreto Legislativo N°733, de fecha
22 de octubre del año 2008, publicado en el Diario Oficial N°20, Tomo 382, del 30 de
enero del año 2009, el cual entró en vigencia el 1° de enero del año 2011, por así
disponerse en el Art. 505, Inc. Final, del mencionado decreto.
RESULTANDO:
I-   Que mediante fallo relacionado en el preámbulo de la presente resolución se
resolvió: "...EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR, FALLO: a)
CONDENASE al imputado CARLOS ANTONIO O. M., por el delito de HOMICIDIO
AGRAVADO, previsto y sancionado en los Arts. 128y 129 N° 3 y Cp...".
II-      Después de haber efectuado el examen preliminar al escrito citado en el párrafo
anterior, consta en el expediente que la solicitante ha alegado un único defecto, siendo el
mismo la errónea aplicación del precepto legal del Homicidio Agravado, Art. 129 N° 3 del
Código Penal.
III-   A folios 285 del expediente judicial, consta que la Licenciada Ana Melba
Fajardo Martínez, en su calidad de Agente Auxiliar del Fiscal General de la República, no
contestó el escrito presentado por la abogada defensora.
CONSIDERACIONES DE LA SALA.
Previo a dar respuesta al motivo invocado por la Defensora Particular, se aclara que
se abordaron los pasajes pertinentes tanto de la causal casacional invocada como de sus
fundamentos, dejando por fuera todos aquellos aspectos que resultan intrascendentes, no
vinculados al vicio que se denuncia, y que constituyen aspectos de valoración probatoria o,
son apreciaciones subjetivas de la impetrante.
Respecto al ÚNICO MOTIVO denominado: errónea aplicación del precepto legal de
Homicidio Agravado, Art. 129 N°3, la solicitante citó lo siguiente: ".... ya que en el hecho no
pudo existir alevosía, premeditación o abuso de superioridad, ya que no existió ninguna
superioridad, (...) considera la defensa, que no se establece ninguna agravante, por lo que se
debió fallar por Homicidio y no Homicidio Agravado...".
A continuación, a efecto de respetar el denominado principio de intangibilidad de
los hechos, se plasma la relación fáctica que tuvo por acreditada el Juez, quien expresó lo
subsecuente:
"...Los hechos que quedaron plenamente establecidos son los siguientes: 1) Un
resultado material consistente en la muerte de una persona natural, 2) Una acción eficiente
para causar el resultado mencionado, 3) Que el resultado muerte guarde una relación causal
con la acción, que permite imputar tal resultado objetivamente a la acción de los sujetos, y 4)
Que la acción causante del resultado muerte, es imputable al ahora procesado (autor). En un
primer momento lo importante es determinar una acción y que ésta sea disvaliosa, por parte
del sindicado (...). Por lo que al considerar los elementos objetivos del delito tenemos: prueba
documental, testimonial y pericial (Reconocimiento Médico Legal, realizado al cadáver de
José Ismael V., efectuado a la una hora con quince minutos del día catorce de marzo de dos
mil diez, por el Doctor […], con la que se acreditan las lesiones que presentaba la víctima el
día de los hechos; Certificación de autopsia número A-10-204, practícada por el médico
forense Doctor […], del Instituto de Medicina Legal Dr. Roberto Masferrer de Santa Tecla, al
cadáver de José lsmael V., con la que se acredita que la causa de la muerte fue debido a
"herida penetrante de cráneo facial producida por proyectiles disparados por arma de
fuego"; Resultado de Anticipo de Prueba consistente en pericia de ADN, comparativo entre
las muestras de sangre obtenidas de las prendas de vestir del imputado, con la que se
acredita que tenía sangre de la víctima en sus ropas. Respecto de la agravante
contemplada en el numeral 3 del artículo 129 del Código Penal, se ha establecido la
concurrencia de esta, pues nos encontramos ante un hecho en el que ha participado una
persona, que portaba un arma de fuego, frente a la condición de indefensión de la víctima
pues no tuvo posibilidad de escapar de su agresor, repeler el ataque o defenderse de la
agresión ilegítima que sobre él ejerció el imputado, lo que se adecua a lo dispuesto en el
numeral 3 del artículo 129 del Código Penal, en concordancia con el artículo 30
numerales uno y cinco del Código Penal.". (Sic).
Partiendo de esos hechos, en seguida, esta Sala examinará si los argumentos
jurídicos que sustentan la anterior afirmación son procedentes, de acuerdo al marco
planteado.
Al respecto, para los suscritos Magistrados conviene efectuar un análisis sobre la
tipicidad del Art. 129 Pn., en especial lo concerniente a la agravante de alevosía
contemplada en el numeral 3 del precepto citado, ya que de acuerdo a su definición legal
prevista en el Art. 30 N° 1 Pn.: "Existe Alevosía cuando en los delitos contra la vida o la
integridad personal, el hecho provoca o se aprovecha de la situación de indefensión de la
víctima para prevenir el ataque o defenderse de la agresión, sin riesgo de su persona. Se
presume legalmente la alevosía cuando la víctima fuere menor de doce años y en el caso de
homicidio precedido de secuestro."
Asimismo, dicho numeral contempla también la Premeditación y el Abuso de
Superioridad, como otras modalidades, cuyas definiciones se encuentran en los numerales 2
y 5 del mismo Art. 30 del Código Penal, de la manera siguiente:
Premeditación: "Hay premeditación cuando se planea con la anticipación necesaria,
reflexiva y persistente, la realización del delito."
Abuso de Superioridad: "Aprovecharse de la debilidad de la víctima por su edad u
otra causa similar, emplear medios que debiliten la defensa del ofendido, o del accionar de
agrupaciones ilícitas tales como las pandillas denominadas maras."
Procediendo entonces la aplicación automática de la alevosía cuando el sujeto
pasivo es menor de doce años y cuando el homicidio ha estado precedido de secuestro. Sin
embargo, esta definición legal no contesta a la pregunta de si es alevoso matar a personas
indefensas distintas de las mencionadas, como personas extremadamente ancianas,
dormidas, inconscientes o cualesquiera otras en similar situación; pues en esos casos no se
puede sostener que el sujeto activo tenga que realizar ningún comportamiento para evitar
que la víctima se prevenga del ataque o se defienda de la agresión, ya que esa persona
carece de toda posibilidad para ello, al igual que no puede producir ningún riesgo para el
ofensor, de modo que en estos casos mal se puede decir que no concurre legalmente dicha
agravante.
En ese orden de ideas, la Sala de Casación, tomando en cuenta la doctrina
mayoritaria, donde se encuentra unanimidad de opiniones sosteniendo que la esencia de la
alevosía es la indefensión total de la víctima, y cuya configuración requiere la existencia
de un elemento objetivo consistente en el empleo de los denominados medios o formas que
aseguren la ejecución del delito, y de un elemento subjetivo, basado en la circunstancia de
no existir riesgo para el hechor. Siendo su diferencia esencial con el abuso de superioridad,
que mientras la alevosía busca o se aprovecha para eliminar completamente el riesgo para
el sujeto activo, en el abuso de superioridad lo que se busca es disminuir la posibilidad de
defensa de la víctima.
Pero en el presente caso, el tribunal sentenciador tuvo por acreditado que las
agravantes (alevosía y abuso de superioridad) contemplada en el Art. 129 N°3 del Código
Penal, concurrieron según su criterio porque participó una persona que portaba un arma de
fuego, frente a la condición de indefensión de la víctima, pues no tuvo oportunidad de
escapar de su agresor, repeler el ataque, o defenderse de la agresión ilegítima que sobre él
ejerció el imputado, lo que se adecuó a lo dispuesto en el numeral 3 del artículo 129 del
Código Penal, en concordancia con el artículo 30 numerales 1 y 5 del Código Penal, siendo
erróneo que dicho juzgador se refiera a ambas circunstancias gravosas, de forma indistinta,
empero como se dijo anteriormente son diferentes la una de la otra, por lo tanto también fue
erróneo de parte del juzgador hacer referencia a ambas de forma conjunta.
No obstante lo anterior, a juicio de la Sala, en el presente caso no se ha podido
establecer dichas circunstancias agravatorias (alevosía y abusa de superioridad), ya que del
hecho acreditado no se desprende la circunstancia de indefensión del ahora occiso que
menciona el A quo, pues los agentes de la Policía Nacional Civil, relatan que cuando
realizaban patrullaje de responsabilidad en la zona oyeron varias detonaciones, y a una
distancia de diez metros observaron al señor Carlos Antonio O. M. asestarle disparos a la
víctima, quien se encontraba sentado en una acera, y procedieron a darle detención, pero no
se establece por ningún medio probatorio la indefensión de la víctima o la superioridad con
la que obró el sujeto activo.
En ese sentido, estima este tribunal que no se debieron apreciar por parte de dicho
funcionario tales circunstancias como agravantes específicas, del Art. 129 N° 3 Pn.
Asimismo, es de hacer notar que de los hechos acreditados no se estableció la
circunstancia agravante de premeditación, por lo que bien hizo el sentenciador al no
referirse a la misma.
Luego de reconocerse el vicio del A quo, en cuanto a considerar como concurrente
la circunstancia agravatoria de la alevosía en el Homicidio atribuido al procesado, es
procedente casar parcialmente la sentencia, enmendar la infracción legal, reparando
directamente la errónea aplicación de la ley penal, a través de la correspondiente
MODIFICACIÓN DE CALIFICACIÓN DEL DELITO, de HOMICIDIO AGRAVADO,
Art. 129 N°3 en relación con el Art. 128 Pn., en perjuicio de la vida de José Ismael V., en
CONCURSO IDEAL con el delito de Tenencia, Portación o Conducción Ilegal o
Irresponsable de Armas de Fuego, a HOMICIDIO SIMPLE siempre en concurso ideal con
el delito cometido contra la Paz Pública arriba relacionado; en consecuencia, quedará
anulada la sentencia emitida por el tribunal inferior sólo en esa parte, quedando firme el
resto de la misma.
Por lo que con arreglo al Art. 427 Inc. 3° Pr.Pn., se enmendará en forma directa en
esta resolución la violación de ley sustantiva que ha sido corroborada, mediante la
imposición de la pena que atañe, de acuerdo al Art. 70 Pn., referida al Concurso Ideal.
En tal virtud, lo expuesto en el apartado VI denominado Individualización de la
pena, se mantienen los argumentos relativos a la justificación de la sanción, modificándose
la pena que le fue aplicada al procesado por el Homicidio Agravado por una
correspondiente al delito de Homicidio Simple; en ese sentido, se le aplicará de
conformidad a lo regulado en la disposición penal referida, la condena de TRECE AÑOS
TRES MESES de prisión, la cual corresponde a la pena del delito más grave aumentada en
su tercera parte, (Arts. 128 Pn., en relación al 40 y 70 Pn.).
Con fundamento en los motivos expuestos, disposiciones legales citadas y Arts. 50
Inc. 2 No.1, 130, 357, 361, 421, 422 y 427, todos Pr.Pn., en nombre de la República de El
Salvador, este Tribunal FALLA:
a)        CÁSASE PARCIALMENTE la sentencia impugnada por haberse comprobado
el error de fondo consistente en la errónea aplicación de la alevosía como circunstancia
agravante contemplada en el ordinal 3 del Art. 129 Pn.
b)         MODIFICASE la calificación jurídica de delito de Homicidio Agravado, Art.
129 N° 3 Pn., al de Homicidio Simple, Art. 128 Pn.
c)    IMPÓNESELE al imputado Carlos Antonio O. M., la pena legal de TRECE
AÑOS TRES MESES DE PRISIÓN, por el delito de HOMICIDIO SIMPLE, Art. 128 Pn.,
en perjuicio de la vida de José Ismael V., en lugar de la pena de Treinta Años, impuesta por
el delito de Homicidio Agravado, siguiendo la misma suerte las accesorias de ley.
Remítanse las actuaciones del proceso al tribunal de procedencia, adjuntando esta
sentencia para su cumplimiento.
NOTIFÍQUESE.
 
D. L. R. GALINDO---------------- R. M FORTIN H. ------------------M.
TREJO-------------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS
QUE LO SUSCRIBEN.------------------------ILEGIBLE----------------SRIO--------------
RUBRICADAS.
 
 
 

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