Un Día en Mi Vida
Un Día en Mi Vida
Un Día en Mi Vida
Un día en mi vida
Me encuentro acostada en mi cama cuando escucho un estruendo, un sonido alto pero
frio, sin sentimiento ni alma; al abrir los ojos y buscar de donde proviene, encuentro que
es la alarma avisándome que es hora de iniciar un nuevo día, apago la alarma y me
dispongo a organizarme, sé que tengo tiempo suficiente como para no tener que correr
así que me tomo mi tiempo en alistar mi atuendo del día y bañarme.
Al terminar de alistarme escucho una voz
- Adiós, hermana, ya me voy al colegio.
Desayuno junto con mi madre mientras hablamos de lo que debemos hacer el día, ella
trabajar y yo estudiar.
Salgo a coger bus para dirigirme hacia la Universidad, logro subirme en un SITP, para
sorpresa de nadie, lleno, me bajo del mismo para subirme a la estación de Transmilenio,
en la cual, al igual que el SITP está llena, pero logro subirme en un Transmilenio
medianamente cómoda y con tiempo.
Llego a la Universidad, tengo las clases del día y me devuelvo por Transmilenio, en el
cual se sube un joven de aspecto andrajoso, sombrío y puedo decir algo tenebroso; nos
miramos entre todos los pasajeros con cierto temor pues la ciudad no es precisamente
reconocida por su seguridad y no tenemos un lugar para el cual correr; este joven procede
a hablar de manera bastante peculiar y utilizando un léxico bastante agresivo y un poco
vulgar, pide dinero, pero no para comida, sino para estupefacientes, es Bogotá y es el
transporte publico, por su sinceridad algunos le dan algunas monedas por lo que en la
siguiente estación dice
- ¡CHAO!
Nadie le responde por lo que repite con un tono más fuerte y algo intimidante
- ¡Oigan, que chao!
Todos respondemos y el sigue en su camino.
La continuación de mi viajes es sumamente ordinaria, música, gente desconocida con
caras de preocupación, tristeza o simple aburrimiento; la desgracia que se ve en
Transmilenio.
Al bajarme de la estación mi padre está esperándome para llevarme a casa, en el trayecto
hasta la misma tenemos una charla del día y le cuento la cosa más distinta que me
sucedió en el día que como no es de extrañar, fue el joven en Transmilenio, me dice que
debo tener cuidado y siempre estar al pendiente de la gente.
Al llegar a casa almuerzo y me siento en el escritorio a estudiar y hacer trabajos, por lo
que el ritual de preparación para empezar comienza con ponerme ropa cómoda, tener
snacks cerca, música que me guste, pero no me distraiga y las herramientas a la mano.
Al terminar lo que debo hacer, como algo ligero, les deseo buenas noches a las personas
que quiero, hago otro ritual de preparación, en este caso de aseo y me voy…