EGW - El Tiempo de Angustia, Ellen White
EGW - El Tiempo de Angustia, Ellen White
EGW - El Tiempo de Angustia, Ellen White
¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a
él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. (Jer. 30: 7).
Cuando Cristo acabe su obra mediadora en favor del hombre,
entonces empezará ese tiempo de aflicción. Entonces la suerte de cada
alma habrá sido decidida, y ya no habrá sangre expiatoria para
limpiarnos del pecado. . . Entonces el espíritu que reprime el mal se
retirará de la tierra. Como Jacob estuvo bajo la amenaza de muerte de
su airado hermano, así también el pueblo de Dios estará en peligro de
los impíos que tratarán de destruirlo. Y como el patriarca luchó toda la
noche pidiendo ser librado de la mano de Esaú, así clamarán los justos
a Dios día y noche que los libre de los enemigos que los rodean. . .
Cuando en su angustia Jacob se asió del Ángel y le suplicó con
lágrimas, el Mensajero celestial, para probar su fe, le recordó también su
pecado y trató de librarse de él. Pero Jacob no se dejó desviar. Había
aprendido que Dios es misericordioso, y se apoyó en su misericordia. Se
refirió a su arrepentimiento del pecado, y pidió liberación. Mientras
repasaba su vida, casi fue impulsado a la desesperación; pero se aferró
al Ángel, y con fervientes y agonizantes súplicas insistió en sus ruegos,
hasta que prevaleció.
Tal será la experiencia del pueblo de Dios en su lucha final con los
poderes del mal. Dios probará la fe de sus seguidores, su constancia, y
su confianza en el poder de él para librarlos. Satanás se esforzará por
aterrarlos con el pensamiento de que su situación no tiene esperanza;
que sus pecados han sido demasiado grandes para alcanzar el perdón.
Tendrán un profundo sentimiento de sus faltas, y al examinar su vida,
verán desvanecerse sus esperanzas. Pero recordando la grandeza de la
misericordia de Dios, y su propio arrepentimiento sincero, pedirán el
cumplimiento de las promesas hechas por Cristo a los pecadores
desamparados y arrepentidos. Su fe no faltará porque sus oraciones no
sean contestadas en seguida. Se asirán del poder de Dios, como Jacob
se asió del Ángel, y el lenguaje de su alma será: "No te dejaré, si no me
bendices". Patriarcas y Profetas:199-200.
Porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido.
(Gén. 32: 28).
Si Jacob no se hubiese arrepentido antes por su pecado
consistente en tratar de conseguir la primogenitura mediante un engaño,
Dios no habría podido oír su oración ni conservarle bondadosamente la
vida. Así será en el tiempo de angustia. Si el pueblo de Dios tuviera
pecados inconfesos que aparecieran ante ellos cuando los torturen el
temor y la angustia, serían abrumados; la desesperación anularía su fe,
y no podrían tener confianza en Dios para pedirle su liberación. Pero
aunque tengan un profundo sentido de su indignidad, no tendrán
pecados ocultos que revelar. Sus pecados habrán sido borrados por la
sangre expiatoria de Cristo, y no los podrán recordar. . .
Todos los que traten de ocultar o excusar sus pecados, y permitan
que permanezcan en los libros del cielo inconfesos y sin perdón, serán
vencidos por Satanás. Cuanto más elevada sea su profesión, y cuanto
más honorable sea la posición que ocupen, tanto más grave será su
conducta ante los ojos de Dios, y tanto más seguro será el triunfo del
gran adversario.
Sin embargo, la historia de Jacob es una promesa de que Dios no
desechará a los que fueron arrastrados al pecado, pero que se han
vuelto al Señor con verdadero arrepentimiento. Por la entrega de sí
mismo y por su confiada fe, Jacob alcanzó lo que no había podido
alcanzar con su propia fuerza. Así el Señor enseñó a su siervo que sólo
el poder y la gracia de Dios podían darle las bendiciones que anhelaba.
Así ocurrirá con los que vivan en los últimos días. Cuando los peligros
los rodeen, y la desesperación se apodere de su alma, deberán
depender únicamente de los méritos de la expiación. . . Nadie perecerá
jamás mientras haga esto. . .
Jacob prevaleció, porque fue perseverante y decidido... Este es el
tiempo en que debemos aprender la lección de la oración que prevalece
y de la fe inquebrantable. Las mayores victorias de la iglesia de Cristo o
del cristiano no son las que se ganan mediante el talento o la educación,
la riqueza o el favor de los hombres. Son las victorias que se alcanzan
en la cámara de audiencia con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante
se ase del poderoso brazo de la omnipotencia. Patriarcas y
Profetas:200-202.
Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas;
escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la
indignación. Isa. 26: 20.
En el día de la dura prueba [Cristo] dirá: "Anda, pueblo mío, entra
en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un
momento, en tanto que pasa la indignación". ¿Cuáles son las cámaras
en las cuales habrán de esconderse? Son la protección de Cristo y sus
ángeles. El pueblo de Dios no estará en ese tiempo en un solo lugar.
Formará grupos esparcidos por toda la tierra.
Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos, y juntarse en
grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles les
proveían comida y agua, mientras que los impíos sufrían hambre y sed.
Durante la noche pasó ante mí una escena sumamente
impresionante. Parecía haber gran confusión y lucha de ejércitos. Un
mensajero del Señor se paró ante mí y dijo: "Llama a tu familia. Yo os
conduciré; seguidme". Me llevó por un oscuro pasaje a través de un
bosque; luego por un desfiladero de las montañas, y dijo: "Aquí estarás
segura". Había otros que habían sido llevados a aquel retiro. El
mensajero celestial dijo: "El tiempo de prueba vendrá como ladrón en la
noche, como el Señor anunció que vendría".
En el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará
poderosamente en favor de los que se mantengan firmemente por lo
recto... En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que
existiese nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás
con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos
de Dios. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se
revelará en su favor como: "Dios de dioses", que puede salvar hasta lo
sumo a los que ponen su confianza en él.
En el tiempo de angustia que vendrá inmediatamente antes de la
venida de Cristo, los justos serán resguardados por el ministerio de los
santos ángeles; pero no habrá seguridad para el transgresor de la ley de
Dios. Los ángeles no podrán entonces proteger a los que estén
menospreciando uno de los preceptos divinos. Dios nos Cuida:21 de
Diciembre.
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los
moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a
vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.(Apoc. 12:12)
Al aproximarnos a los peligros de los últimos días, las tentaciones
del enemigo se tornan más fuertes y más decididas. Satanás ha
descendido con gran poder, sabiendo que su tiempo es corto; y está
obrando "con todo engaño de iniquidad para los que se pierden" (2 Tes.
2:10). Mediante la Palabra de Dios nos llega el aviso de que, si fuera
posible, engañaría a los mismos elegidos.
Sucesos extraordinarios han de ocurrir pronto en el mundo. El fin
de todas las cosas está cercano. El tiempo de angustia está por llegar
para el pueblo de Dios. Será entonces cuando se promulgará el decreto
prohibiendo comprar o vender a los que guardan el sábado del Señor, y
que se los amenazará con castigos, y aun con la muerte, si no observan
el primer día de la semana como día de reposo.
"En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de
parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca
fue desde que hubo gente hasta entonces, pero en aquel tiempo será
libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro" (Dan.
12:1). Por esto podemos ver la importancia de tener nuestros nombres
escritos en el libro de la vida. Todos aquellos cuyos nombres estén
registrados allí serán librados del poder de Satanás y Cristo ordenará
que les sean quitados sus vestidos sucios y que sean vestidos con su
justicia. . .
En el tiempo de angustia Satanás excita a los malvados y éstos
rodean a los hijos de Dios para destruirlos. Pero no sabe que en los
libros del cielo se ha escrito la palabra "perdón" frente a sus nombres.
Tampoco sabe que se ha dado esta orden: "Quitadle esas vestiduras
viles... Pongan mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas"
(Zac. 3: 4, 5) . . .
¡Cuán precioso a la vista de Dios es su pueblo! (Review and Herald, 19
de Noviembre, 1908). En Los Lugares Celestiales: 03 de Diciembre.
El sello del Dios viviente sólo será colocado sobre los que son
semejantes a Cristo en carácter. 7CBA:981 (1895).
Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de
angustia, deben reflejar plenamente la imagen de Jesús. PE:71 (1851).
El sello de Dios no será nunca puesto en la frente de un hombre o
una mujer que sean impuros. Nunca será puesto sobre la frente de
seres humanos ambiciosos y amadores del mundo. Nunca será puesto
sobre la frente de hombres y mujeres de corazón falso o engañoso.
Todos los que reciban el sello deberán estar sin mancha delante de Dios
y ser candidatos para el cielo. 2JT:71 (1882).
El amor se expresa en la obediencia, y el amor perfecto echa fuera
el temor. Los que aman a Dios, tienen el sello de Dios en la frente, y
obran las obras de Dios. HH:53 (1894).
Los que venzan el mundo, la carne y el diablo, serán los
favorecidos que recibirán el sello del Dios vivo. TM:445 (c. 1886).
¿Estamos luchando con todas las facultades que Dios nos dio para
alcanzar la medida de la estatura de hombres y mujeres en Cristo?
¿Estamos procurando su plenitud, conquistando una altura cada vez
mayor, en procura de la perfección de su carácter? Cuando los siervos
de Dios alcancen este punto, serán sellados en sus frentes. El ángel
registrador declarará: "Consumado es". Serán completos en él los que le
pertenezcan por creación y por redención. 3MS:488 (1899). EUD:225-
226.
Antes del diluvio, después que Noé hubo entrado en el arca, Dios
le encerró en ella, dejando fuera a los impíos; pero por espacio de siete
días el pueblo, no sabiendo que su suerte estaba decidida, continuó en
su indiferente búsqueda de placeres y se mofó de las advertencias del
juicio que le amenazaba. "Así -dice el Salvador- será también la venida
del Hijo del Hombre" (Mat. 24: 39). Inadvertida como ladrón a
medianoche, llegará la hora decisiva que fija el destino de cada uno,
cuando será retirado definitivamente el ofrecimiento de la gracia que se
dirigiera a los culpables...
Mientras que el hombre de negocios está absorto en el afán de
lucro, mientras el amigo de los placeres corre tras ellos, mientras la
esclava de la moda está ataviándose, puede llegar el momento en que
el Juez de toda la tierra pronuncie la sentencia: "Has sido pesado en la
balanza y has sido hallado falto" (Dan. 5:27, VM).-CS 545 (1911).
EUD:234.
Cantan "un cántico nuevo" delante del trono, un cántico que nadie
podía aprender sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico
de Moisés y del Cordero, un canto de liberación. Ninguno sino los ciento
cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues 273 es el
cántico de su experiencia -una experiencia que ninguna otra compañía
ha conocido jamás. Son "éstos, los que siguen al Cordero por donde
quiera que fuere". Habiendo sido trasladados de la tierra, de entre los
vivos, son contados por "primicias para Dios y para el Cordero" (Apoc.
15: 2-3; 14: 1-5). "Estos son los que han venido de grande tribulación";
han pasado por el tiempo de angustia cual nunca ha sido desde que ha
habido nación; han sentido la angustia del tiempo de la aflicción de
Jacob; han estado sin intercesor durante el derramamiento final de los
juicios de Dios. CS:707 (1911). EUD:272-273.
Y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente
hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los
que se hallen escritos en el libro. Dan. 12:1.
A medida que nos acercamos a los peligros de los últimos días, las
tentaciones del enemigo se hacen cada vez más fuertes y persistentes.
Satanás ha descendido con gran poder, sabiendo que tiene poco
tiempo; y trabaja "con todo engaño de iniquidad para los que se pierden"
(2 Tes. 2:10). El Señor nos amonesta mediante su Palabra acerca de
que, si fuera posible, engañaría también a los mismos escogidos.
Pronto tendrán lugar ante el mundo acontecimientos
extraordinarios. El fin de todas las cosas está a las puertas. El tiempo de
angustia está por sobrecoger al pueblo de Dios. Es entonces cuando se
promulgará el decreto que prohibirá comprar o vender a los que guardan
el sábado del Señor, amenazándolos con castigarlos, y aun con la
muerte, si no observan el primer día de la semana como día de reposo.
"En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran Príncipe que está de
parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia; cual nunca
fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será
libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro". Este
pasaje revela la importancia de tener nuestros nombres escritos en el
libro de la vida. Todos los que tengan sus nombres registrados allí serán
librados del poder de Satanás, y Cristo ordenará que se le quiten sus
vestiduras viles y que sean vestidos con su propia justicia. "Y serán para
mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo
actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le
sirve" (Mal. 3: 17).
En el tiempo de angustia Satanás alborota a los malvados y estos
rodean al pueblo de Dios para destruirlos. Pero él ignora que frente a
sus nombres en los libros del cielo se ha escrito la palabra "perdón".
Ignora que se ha dado la orden: "Quitadle esas vestiduras viles" y
vístanlo con "ropas de gala", y "pongan mitra limpia sobre su cabeza"
(Zac. 3: 4-5).
La promesa que se le hizo a Josué también se le hace a todo el
pueblo remanente de Dios: "Si anduvieres por mis caminos [no en tus
propios caminos], y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás
mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te
daré lugar" (verso 7). ¿Quiénes son "estos que aquí están"? Son los
ángeles de Dios. Si pudieran ser abiertos nuestros ojos, como sucedió
con el siervo de Eliseo en Dotán, nos veríamos rodeados por ángeles
malignos que tratan de imponer su presencia sobre nosotros, y buscan
una oportunidad para tentarnos y vencernos; pero también veríamos a
ángeles santos que nos guardan, y que con su luz y su poder mantienen
a raya a los ángeles malos.- Historical Sketches:155-156. Exaltad a
Jesús:29 de Noviembre.
Los siervos de Cristo deben testificar por su Jefe con el poder del
Espíritu Santo. El intenso deseo con el cual el Salvador anheló salvar a
los pecadores debe señalar cada uno de sus esfuerzos. La
misericordiosa invitación, hecha primero por el Salvador, debe ser
repetida por voces humanas, y resonar en todo el mundo: "Y el que
quiere, tome del agua de la vida de balde." (Apoc. 22:17). La iglesia
debe decir "Ven." Todas las energías de la iglesia deben ser movilizadas
al servicio de Cristo. Los discípulos de Jesús deben unirse para un
esfuerzo enérgico que tenga por objeto llamar la atención del mundo
hacia las profecías de la Palabra de Dios, que se están cumpliendo
rápidamente. La incredulidad y el espiritismo están adquiriendo sobre el
mundo un dominio siempre mayor. ¿Quedarán ahora también fríos e
incrédulos aquellos a quienes fue dada una gran luz?
Estamos en vísperas del tiempo de angustia y nos esperan
dificultades apenas sospechadas. Un poder de abajo impulsa a los
hombres a guerrear contra el Cielo. Seres humanos se han coligado con
las potencias satánicas para anular la ley de Dios. Los habitantes de la
tierra se están volviendo rápidamente como los contemporáneos de
Noé, que el diluvio se llevó, y como los habitantes de Sodoma que el
fuego consumió. Las potencias de Satanás se esfuerzan por distraer las
mentes de las realidades eternas. El enemigo ha dispuesto las cosas de
manera que favorezcan sus planes. Negocios, deportes, modas; he aquí
las cosas que ocupan las mentes de hombres y mujeres. El juicio es
falseado por las diversiones y por las lecturas frívolas. Una larga
procesión sigue por el camino ancho que lleva a la ruina eterna. El
mundo, presa de la violencia, del libertinaje y de la embriaguez, está
convirtiendo a la iglesia. La ley de Dios, divina norma de la justicia, es
declarada abolida.
En este tiempo -un tiempo de iniquidad desbordante- una nueva
vida procedente de la Fuente de toda vida debe tomar posesión de
aquellos que tienen el amor de Dios en sus corazones, e impulsarlos a
proclamar con poder el mensaje de un Salvador crucificado y resucitado.
Deben hacer esfuerzos enérgicos y perseverantes para salvar almas. El
ejemplo que ellos den debe ser tal que ejerza sobre quienes los rodean
una influencia decisiva para el bien. Deben considerar todas las cosas
como una pérdida en comparación con la excelencia del conocimiento
de Cristo Jesús Señor nuestro.
Un celo intenso debe posesionarse ahora de nosotros. Nuestras
energías adormecidas deben despertarse y consagrarse a un esfuerzo
incansable. Obreros consagrados deben ir al campo, para preparar el
camino del Rey y ganar victorias en nuevas localidades. Hermano mío,
hermana mía, ¿os deja indiferentes el saber que cada día bajan a la
tumba almas que no han sido amonestadas ni salvadas, ignorantes de
su necesidad de la vida eterna y de la propiciación hecha para ellas por
el Salvador? ¿Os deja indiferentes el saber que muy pronto este mundo
debe comparecer ante Jehová, para rendir cuenta de cómo transgredió
su ley? Los ángeles del cielo se asombran al ver que los que por tantos
años han tenido la luz, todavía no han llevado la antorcha de la verdad a
los lugares obscuros de la tierra. 3JT:306-307.
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que
el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. (Juan 9:4).
El tiempo del sellamiento es muy corto y pronto terminará. Ahora,
mientras los cuatro ángeles están reteniendo los cuatro vientos, es el
momento en que debemos asegurar nuestra vocación y elección. . .
Se me señaló la época en que terminaría el mensaje del tercer
ángel. El poder de Dios había asistido a sus hijos, quienes después de
cumplir su obra estaban preparados para sobrellevar la hora de prueba
que les aguardaba. Habían recibido la lluvia tardía o refrigerio de la
presencia del Señor y se había reavivado el viviente testimonio. Por
todas partes había cundido la postrera gran amonestación, agitando y
enfureciendo a los moradores de la tierra que no habían querido recibir
el mensaje.
Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con
tintero de escribano en la cintura regresó de la tierra y comunicó a Jesús
que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los
santos. Vi entonces que Jesús, quien había estado oficiando ante el
arca de los diez mandamientos, dejó caer el incensario, y alzando las
manos exclamó en alta voz: "Consumado es"...
Vi que muchos descuidaban la preparación necesaria, esperando
que el tiempo del "refrigerio" y la "lluvia tardía" los preparasen para
sostenerse en el día del Señor y vivir en su presencia. ¡Oh! ¡ y a cuántos
vi sin amparo en el tiempo de angustia!. . . [Cuando Jesús salga del
santuario] los santos y justos seguirán siendo santos y justos, porque
todos sus pecados habrán quedado borrados, y ellos recibirán el sello
del Dios vivo; pero quienes sean injustos e impuros, seguirán siendo
también injustos e impuros, porque ya no habrá en el santuario
sacerdote que ofrezca ante el trono del Padre las oraciones, los
sacrificios y las confesiones de ellos. Por lo tanto, lo que deba hacerse
para salvar almas de la inminente tormenta de ira, ha de ser hecho
antes de que Jesús salga del lugar santísimo del santuario celestial.
Maranata:240.
Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el
sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se
les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No
hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos
sellado en su frente a los siervos de nuestro Dios. (Apoc. 7:2-3).
Todo en el mundo está alterado. Las naciones se han airado y se
realizan grandes preparativos para la guerra. Una nación conspira
contra otra y un reino contra otro. El gran día de Dios se apresura
rápidamente. Pero aunque las naciones alistan sus fuerzas para la
guerra y el derramamiento de sangre, todavía está en vigencia la orden
dada a los ángeles de que retengan los cuatros vientos hasta que los
siervos de Dios sean sellados en sus frentes.
Los cuatro vientos siguen retenidos hasta que los siervos de Dios
sean sellados en sus frentes. Entonces los poderes de la tierra reunirán
sus fuerzas para la gran batalla final. ¡Con cuánto cuidado deberíamos
aprovechar, entonces, el corto período que resta de nuestra
peregrinación!
Mentes que se han entregado a pensamientos desordenados
deben cambiar... Los pensamientos deben concentrarse en Dios. Ahora
es tiempo de realizar un ferviente esfuerzo para vencer las tendencias
naturales del corazón carnal.
Precisamente antes de entrar en [el tiempo de angustia], todos
recibiremos el sello del Dios vivo. Entonces vi que los cuatro ángeles
dejaban de retener los cuatro vientos. Y vi hambre, pestilencia y espada;
una nación se levantaba contra otra y el mundo se hallaba en confusión.
..
¿Cuál es el sello del Dios vivo que se pone en la frente de sus
hijos? Es una marca que pueden ver los ángeles y no los ojos humanos,
puesto que el ángel destructor debe percibir esa señal de redención. La
mente inteligente ha visto la señal de la cruz del Calvario sobre los hijos
e hijas que ha adoptado el Señor. El pecado de la transgresión de la ley
de Dios es borrado. Están ataviados con el vestido de bodas y son
obedientes y fieles a todos los mandamientos de Dios.
Nos hallamos en el tiempo del zarandeo, cuando todo lo que
pueda ser sacudido lo será. El Señor no excusará a los que conocen la
verdad si no obedecen sus mandamientos en palabra y obra.
Maranata:241.
Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas;
escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la
indignación. (Isa. 26:20).
En el día de la dura prueba [Cristo] dirá: "Anda, pueblo mío, entra
en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un
momento, en tanto que pasa la indignación".
¿Cuales son las cámaras en las cuales habrán de esconderse?
Son la protección de Cristo y sus ángeles. El pueblo de Dios no
estará en ese tiempo en un solo lugar. Formará grupos esparcidos por
toda la tierra.
Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos, y juntarse en
grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles les
proveían comida y agua, mientras que los impíos sufrían hambre y sed.
Durante la noche pasó ante mi una escena sumamente
impresionante. Parecía haber gran confusión y lucha de ejércitos. Un
mensajero del Señor se paró ante mí y dijo: "Llama a tu familia. Yo os
conduciré, seguidme". Me llevó por un oscuro pasaje a través de un
bosque; luego por un desfiladero de las montañas, y dijo "Aquí estarás
segura ". Había otros que habían sido llevados a aquel retiro. El
mensajero celestial dijo: "El tiempo de prueba vendrá como ladrón en la
noche, como el señor anunció que vendría".
En el período final de la historia de esta tierra, el señor obrará
poderosamente en favor de los que se mantengan firmemente por lo
recto. . . En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que
fue nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás, con
toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de
Dios. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se
revelará en su favor como "Dios de dioses", que puede salvar hasta lo
sumo a los que ponen su confianza en él.
En el tiempo de angustia que vendrá inmediatamente antes de la
venida de Cristo, los justos serán resguardados por el ministerio de los
santos ángeles; pero no habrá seguridad para el transgresor de la ley de
Dios. Los ángeles no podrán entonces proteger a los que estén
menospreciando uno de los preceptos divinos. Maranata:268.
¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a
él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. (Jer. 30:7).
Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos mientras no
estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces
caerían las siete postreras plagas. Estas enfurecieron a los malvados
contra los justos, pues los primeros pensaron que habíamos atraído los
juicios de Dios sobre ellos, y que si podían raernos de la tierra las plagas
se detendrían. Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual
los hizo clamar día y noche por su libramiento. Este fue el tiempo de la
angustia de Jacob.
Así como Satanás influyó en Esaú para que marchase contra
Jacob, así también instigará a los malos para que destruyan al pueblo
de Dios en el tiempo de angustia. Como acusó a Jacob, acusará
también al pueblo de Dios. Cuenta a las multitudes del mundo entre sus
súbditos, pero el pequeño grupo constituido por los que guardan los
mandamientos de Dios resiste a su pretensión a la supremacía. Si
pudiese hacerlos desaparecer de la tierra, su triunfo sería completo. Ve
que los ángeles protegen a los que guardan los mandamientos e infiere
que sus pecados les han sido perdonados; pero no sabe que la suerte
de cada uno de ellos ha sido resuelta en el santuario celestial. Tiene
conocimiento exacto de los pecados que les ha hecho cometer y los
presenta ante Dios con la mayor exageración y asegurando que esa
gente es tan merecedora como él mismo de ser excluida del favor de
Dios. Declara que en justicia el Señor no puede perdonar los pecados
de ellos y destruir al mismo tiempo a él y a sus ángeles. Los reclama
como presa suya y pide que le sean entregados para destruirlos.
Mientras Satanás acusa al pueblo de Dios haciendo hincapié en
sus pecados, el Señor le permite probarlos hasta el extremo. . .
Reconocen plenamente su debilidad e indignidad. Satanás trata de
aterrorizarlos con la idea de que su caso es desesperado, de que las
manchas de su impureza no serán lavadas jamás. Espera así aniquilar
su fe, hacerles ceder a sus tentaciones y alejarlos de Dios.
Maranata:270.
Es tiempo de actuar.-
Vi que los hijos de Dios aguardaban a que sucediese algún
cambio, y se apoderase de ellos algún poder compelente. Pero sufrirán
una desilusión, porque están equivocados. Deben actuar; deben echar
mano del trabajo y clamar fervorosamente a Dios para obtener un
conocimiento verdadero de sí mismos. Las escenas que se están
desarrollando delante de nosotros son de suficiente magnitud como para
hacernos despertar y grabar la verdad en el corazón de todos los que
quieran escuchar. La mies de la tierra está casi madura.
Se me mostró cuán importante es que sean íntegros los ministros
que se dedican a la obra solemne y de tanta responsabilidad de
proclamar el mensaje del tercer ángel. El Señor no se ve en estrechez
por falta de recursos o instrumentos con que realizar su obra. Puede
hablar en cualquier momento, y por quienes quiera; su Palabra es
poderosa, y realizará aquello para lo cual la envió. Pero si la verdad no
ha santificado ni purificado las manos y el corazón de aquel que ministra
las cosas sagradas, está expuesto a hablar de acuerdo con su propia
experiencia imperfecta; y cuando habla de sí mismo, de acuerdo con las
decisiones de su propio juicio no santificado, su consejo no es entonces
de Dios, sino de sí mismo. Así como el que es llamado de Dios es
llamado a ser santo, el que es aprobado y separado de los hombres
debe dar evidencia de su santa vocación, y manifestar por su
conversación y conducta celestiales que es fiel a Aquel que lo ha
llamado.
Pesan terribles ayes sobre los que predican la verdad, pero no son
santificados por ella, y también sobre aquellos que consienten en recibir
y sostener a los no santificados para que ministren en palabra y
doctrina. Me siento alarmada por los hijos de Dios que profesan creer la
verdad solemne e importante; porque sé que muchos de ellos no están
convertidos, ni santificados por ella. Los hombres pueden oír y
reconocer toda la verdad y sin embargo, no saber nada del poder de la
piedad. No serán salvos por la verdad todos los que la predican. Dijo el
ángel: "Limpiaos los que lleváis los vasos de Jehová."" (Isa. 52:11.)
Ha llegado el momento en que aquellos que eligen al Señor como
heredad presente y futura, deben confiar sólo en él. Todo aquel que
profese la piedad debe tener experiencia propia. El ángel registrador
está anotando fielmente las palabras y los actos del pueblo de Dios. Los
ángeles están observando el desarrollo del carácter, y pesando el valor
moral. Los que profesan creer la verdad han de ser íntegros ellos
mismos y ejercer toda su influencia para iluminar a otros y ganarlos para
la verdad. Sus palabras y obras son el conducto por medio del cual los
principios puros de la verdad y la santidad son transmitidos al mundo.
Son la sal y la luz de la tierra.
Vi que al mirar hacia el cielo veremos luz y paz; pero al mirar al
mundo, veremos que todo refugio nos faltará, y todo bien pasará pronto.
No hay para nosotros ayuda sino en Dios; en este estado de confusión
de la tierra podemos hallar serenidad, firmeza o seguridad tan sólo en la
fuerza de una fe viva; no podemos tener paz si no descansamos en Dios
ni esperamos su salvación. Resplandece sobre nosotros, una luz mayor
que la que iluminó a nuestros padres. No podemos ser aceptados ni
honrados por Dios prestando el mismo servicio o haciendo las mismas
obras que nuestros padres. Para ser aceptados y bendecidos por Dios
como lo fueron ellos, debemos imitar su fidelidad y celo, aprovechar
nuestra luz como ellos aprovecharon la suya, y obrar como ellos habrían
obrado si hubiesen vivido en nuestros días.
Debemos andar en la luz que resplandece sobre nosotros. De otra
manera esa luz se trocará en tinieblas. Dios exige que manifestemos al
mundo, por medio; de nuestro carácter y nuestras obras, una medida del
espíritu de unión que esté de acuerdo con las verdades sagradas que
profesamos, y con el espíritu de las profecías que se están cumpliendo
en estos; postreros días. La verdad que hemos comprendido y la luz que
ha resplandecido sobre nuestra alma nos juzgarán y condenarán si nos
apartamos de ellas y nos negamos a ser guiados por ellas.
La Crisis Venidera
Despertémonos y obremos.-
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