Lenguaje Guía Frankestein
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LENGUA Y LITERATURA
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Objetivos: Leer habitualmente para aprender y recrearse, y seleccionar textos de acuerdo con sus
preferencias y propósitos.
Reflexionar sobre las diferentes dimensiones de la experiencia humana, propia y ajena, a partir de la lectura
de obras literarias y otros textos que forman parte de nuestras herencias culturales, abordando los temas
estipulados para el curso y las obras sugeridas para cada uno
Instrucciones:
Lee atentamente las instrucciones específicas de cada ítem
Responde en hoja aparte o la misma guía
Recuerda leer con calma, subrayar las ideas principales, tomar apuntes o buscar el significado de las
palabras que no conoces.
Cuida tu ortografía y tu redacción
Entrega tu guía en orden y sin manchas
¿Has leído o visto alguna producción en donde el ser humano decide darle vida a algo o alguien que no la
posee? Si tu respuesta es afirmativa, explica con tus palabras de qué trataba la producción y cómo se
desarrollaba el conflicto
Frankenstein o el moderno Prometeo
Esta novela es considerada por algunos como la primera obra narrativa de ciencia ficción por partir de una
premisa científica ficticia y también por ahondar temas como la ética de la ciencia. Además, es una obra que
explora la creación y la destrucción de la vida.
La autora relata que la novela surgió de manera anecdótica. En 1816, Europa estaba viviendo alteraciones
climáticas drásticas a causa de una serie de importantes desastres volcánicos, entre ellos la erupción del
monte Tambora, que oscureció con sus cenizas gran parte del hemisferio norte. Debido a la oscuridad y el
frío provocados por estos desastres naturales, 1816 es conocido como “el año sin verano”, “el año de la
pobreza”, entre otros. Producto de lo anterior, se perdieron las cosechas en un área geográfica de gran
amplitud, provocando una escasez alimenticia y a su vez una alta mortalidad. Mary Shelley, su marido y
otros intelectuales decidieron visitar la casa de veraneo de Lord Byron, poeta inglés, en Suiza. Para
distraerse de las dificultades, Byron invitó a sus amigos a inventar relatos de terror.
En esta situación, Mary concibió la idea de Frankenstein. En ella plasmó varios temas fundamentales de la
época, además de sus propios temores y preocupaciones, utilizando la figura del científico para crear una
de las novelas de terror más famosas en la historia de la humanidad. En ella, el doctor Víctor Frankenstein
juega a ser Dios intentando entregarle la vida a un cuerpo inanimado creado a partir de órganos y miembros
de distintas personas, todo lo cual derivará en espantosos resultados.
ACTIVIDAD 2: Responde las siguientes preguntas de comprensión, antes de seguir avanzando (puedes
utilizar tu texto siempre que lo tengas de modo físico)
¿Cuál es el conflicto en la historia?
¿Qué representa el sueño de Víctor al inicio del relato? ¿Qué importancia tiene para la historia?
¿Qué características de la época puedes reconocer en el relato? Fundamenta
¿Qué conclusión puedes extraer a partir de las acciones de Víctor Frankenstein?
CONTINUEMOS…
La temática de la creación de la muerte o la vida por parte del ser humano no es propia de la autora Mary
Shelley, sino que es un tema que se ha discutido y se ha planteado desde hace mucho tiempo antes, incluso
planteándose este enigma en los mitos de la antigua gracia, en base a esto, te invito a leer con atención el
siguiente mito:
Hubo un tiempo en el que solo los dioses inmortales existían. Los hombres y las muchas especies que ahora
pueblan la tierra todavía no habían tenido su génesis. Fueron los dioses sus creadores; no tanto por decisión
propia, sino porque el destino parecía indicarlo. De esta manera, fabricaron a estos en el interior de la tierra,
donde la oscuridad es perpetua, mediante una masa de tierra, fuego, agua y otras materias que se pudieran
combinar con estas. Es probable que el modelado de estos futuros seres mortales recayera en el astuto
Prometeo, o que quizás solo tuviera la responsabilidad de crear uno, al hombre, al que le dio la forma, nada
menos que de los dioses inmortales. Por ello, mientras el resto de los animales miran a la tierra inclinados, el
hombre levanta el rostro y mira al cielo. No obstante, en aquel primer momento, la raza humana era una
más
entre tantas. Nada hacia pensar a los habitantes del Olimpo que tantos dolores de cabeza les daría en el
futuro.
Este Prometeo al que hemos hecho alusión era hijo del titán Jápeto y nadie duda de su paternidad. A
diferencia de lo que suele ocurrir – aunque tratándose de seres divinos nada nos puede sorprender -,
desconocemos a ciencia cierta quien era su madre: quizás era la joven Címene, pero otros alegan que fue
Asia
o igual Temis. En cualquier caso, este dios y su hermano Epitemeo recibieron una importante misión:
Debían repartir cualidades entre los seres mortales con el fin de que todos ellos pudiesen sobrevivir.
Pese a que los dos hermanos debían llevar a cabo tal tarea, Epitemeo solicitó a Prometeo realizar él solo el
reparto, tras el cual este último podría inspeccionar la obra. Prometeo accedió. De esta manera, Epimeteo
comenzó el trabajo que parecía realizarlo sabiamente. Como el objetivo era que todos aquellos seres
pudieran sobrevivir y que ninguna raza se enfrentara a la extinción por la amenaza de otra, este hizo que las
capacidades de algunos animales las contrarrestaran las Características de otros. De esta manera, el que
tenía gran fuerza no podía competir con los que eran débiles, pues estos últimos tenían rapidez. Los que
tenían cuerpos pequeños recibieron alas para huir, mientras que los que tenían cuerpo grande podían
defenderse mediante esta característica.
Para que aquel reino animal no se convirtiera en una lucha constante de unos contra otros, consideró que
algunas especies debían alimentarse únicamente de hierbas, frutos y raíces. Estos serían cazados por otros
animales para comer su carne. Pero para que estos últimos no acabaran con los primeros, entregó a los
herbívoros gran descendencia, mientras que los carnívoros carecían de abultada progenie.
Pero no solo la amenaza provenía del que todavía no era el reino animal, si no de las estaciones que enviaba
Zeus, por ello, les dio a todos buen pelaje para que se cubrieran del frío y del calor en verano. Del mismo modo,
sospechando que andar por la tierra les causaría heridas, los dotó de pezuñas o gruesa piel.
Epimeteo, que no era del todo sabio, cometió un fatal error. Cuando debía otorgar al hombre cualidades, el titán
comprobó que ya había entregado todas. El hombre estaba totalmente desprotegido. Carecía de fuerza, pelo,
velocidad y estaba descalzo. Cuando Prometeo se percató de ello pensó, que el hombre, que, a su vez, era
creación suya, estaba destinado a la extinción. La solución pasó por entregar a los hombres el fuego. Por alguna
razón que desconocemos, Zeus ya por iniciativa propia y por los ruegos de Prometeo comenzó a mandarles este
calorífico
elemento. Pero los hombres ignorantes, eran incapaces de conservarlo por mucho tiempo. La capacidad de
crearlo por ellos mismos no se les había sido otorgada.
Podrían los hombres haber vivido bajo la benevolencia del dios de dioses, pero este, un buen día se negó a seguir
mandando fuego. Ello lo hizo porque al parecer los hombres empezaron a realizar altares y a sacrificar animales
para los dioses, pero Prometeo, que profesaba gran amor a los hombres y quizás odio a su primo Zeus, engañó a
este para que los sacrificios que realizaran los hombres a los dioses fueran, meramente las sobras de las víctimas
y no la jugosa carne. Así en Mecone, Prometeo tomó un buey he hizo dos paquetes con parte de este. Uno que
tenía la carne y las entrañas y otro que contenía los huesos. El primero estaba cubierto con grasa blanca y el
segundo con el vientre del animal. Puso ante Zeus ambos y le invitó a que eligiera uno de ellos. Zeus claramente,
con el que a simple vista era más apetitoso. La irritación de este fue tremenda al comprobar el engaño y desde
aquel momento los hombres quedaron con la carne de los sacrificios, pero Zeus que no expresó abiertamente su
malestar por la vergüenza de haber sido engañado, comenzó una relación de amor y odio con los hombres. Los
castigaría cruelmente en varias ocasiones. La primera, fue dejar de proporcionar el ansiado fuego.
Prometeo no iba a dejar que los hombres murieran y por lo tanto, perpetró el mayor de los robos. Consideró
oportuno otorgarles la sabiduría de las artes, la cual solo podría entregarse de una única manera, dándoles fuego
en propiedad para que estos pudieran crearlo por ellos mismos. Prometeo entró en la morada de Hefesto y
Atenea y ahí halló el fuego. Lo escondió en el
hueco de una cañaheja en donde este ardía
lentamente para darle tiempo para escapar sin
ser visto con él. El regalo que les hizo, les
permitió a los hombres adquirir enormes
conocimientos,
aunque no todos los hombres dominaban todas
las artes por igual, debido que a algunos se les
daba mejor unas que otras, pero todos aquellos
se beneficiaban de las destrezas del resto.