Jaque Al Mesias
Jaque Al Mesias
Jaque Al Mesias
H. van Doren
Presentacin Prlogo I Scrates: El Banquete - El Proceso - Muerte y Resurreccin II Jess: La Cena - La Intriga - Muerte y Resurreccin III Rama: La Reunin - El Complot - Muerte y Resurreccin Eplogo
Presentacin
Dejando de lado el aporte personal de van Doren (su profunda erudicin, su vuelo filosfico y su notable brillo como escritor), el tratamiento de los temas que componen el libro es propio del sistema de pensamiento silosta. Tres historias muy alejadas en el tiempo se enlazan por un interno leit motiv. Scrates, Jess y Rama viven en pocas distintas, en contextos culturales diferentes y sin embargo, la historia de los tres repite ciertas constantes: la lucha del despertar contra el ensueo, el malentendido poltico creado alrededor de quienes proclaman la revolucin interior, el rechazo malsano de los contemporneos hacia aquello que los dignifica y la violencia sistemtica contra las ideas de paz. En los tres captulos aparecen los mismos jaqueadores, a veces con nombres similares, como Anito en Scrates, Ans en Jess y la logia Anael en Rama. A veces con nombres distintos pero con un mismo conflicto en sus conciencias, tales los casos del Prefecto, Poncio Pilatos y el Jefe. Tal vez chocar a algn lector que al final de cada captulo se trate la muerte y resurreccin del personaje central, de un modo humorstico y terreno. Esta reaccin habr de explicarse por el instinto trgico de la poca, que hace adherir lastimosamente cuando los grandes hombres son abatidos y que impide rer cuando se desbarata el jaque, imponiendo un movimiento inslito a las piezas de ese juego. Van Doren insina que la partida arquetpica est llegando a su fin y trata de transmitir su certeza con un breve eplogo puesto en boca de un hombre de Amrica.
Prlogo
Este libro no cuenta con el beneplcito de la aristocracia ateniense. Tampoco con el de los fariseos de judea, ni de la burguesa defensora de la civilizacin occidental y cristiana. Choca a los persas, a los romanos y a los yanquis. Sin embargo, la izquierda (para darle un nombre) que por simple dialctica debera simpatizar con l, se siente tocada en su amor propio y lo reprueba. Parece que el movimiento de la historia siempre es extrao a los intereses de las facciones. El Templo de Apolo, el Senhedrn y la Iglesia Catlica, hubieran podido repetir un milln de veces sus errores, padeciendo de la misma amnesia. Nadie puede aceptar, por tanto los hechos que aqu se presentan. Quienes leyeron las pruebas de este libro pensaron que el compilador se haba basado en diversas fuentes de informacin: Platn, Aristfanes, los cuatro Evangelios, los Apcrifos, Josefo, Strauss, Renn, Petrucelli della Gattina y las crnicas de los escribas del ao 1970 de la era de Piscis... Nada ms inexacto! Las tres historias que componen este libro se fundamentan en los archivos audio-visuales de Hassein (una suerte de video tape), que fueron desarrollados ante el compilador para que ste, los tradujera a su modo o para que contara lo que presenci. Estos archivos se conocen desde hace mucho tiempo bajo el pomposo nombre de aksicos. En realidad se trata de grabaciones impresas en un pequeo cristal procesador de datos y conservador de informacin. Para tranquilidad de algunas personas en extremo sensibles (que imprudentemente entorpecer la libre circulacin de este volumen), digamos que esto es, en rigor, una ficcin y que si bien algunos de los personajes utilizados existieron, las cosas no fueron como aqu se relatan. Confiamos en que las ltimas afirmaciones permitan que todos sigamos siendo buenos amigos y que nuestra digestin y nuestro sueo continen aprovechando a la mayor gloria de Dios. En la tercera dinasta, bajo el emperador Mu-Vang se ejecut a Yu-tsen que era hijo de Dios y practicaba la doctrina del Despertar. Con referencia a aquello, el historiador Sse-mu-tsien escribi horrorizado: Tal fue hasta aquellos das la torpeza del gnero humano. Gracias al cielo la barbarie ha terminado. El historiador Sse-mu-tsien vivi novecientos aos despus de Yu-tsen; doscientos despus de Scrates; doscientos antes de Cristo y dos mil cien antes de Rama.
Scrates En Banquete
Scrates continu recostado y dijo: Por todo lo que llevamos ironizado comprendis la misin que me confiri esa mujer singular llamada Ditima (que no fue por cierto Jantipa, la cocinera). Esta misma tarea os confiero para que la llevis adelante. Habis de entender que estando en el centro de la civilizacin, vuestro trabajo se hace ms fcil llamndolo Filosofa. A travs de ella podis transmitir el verdadero conocimiento que est encerrado en los Ministerios de las escuelas. Segn lo que hemos desarrollado, el hombre fue olvidando su origen divino transformndose ora en pjaro, ora en cuadrpedo, ora en sierpe y tendr que terminar en pez. Cuando esta etapa sea completada podr recomenzar el crculo hasta recordar su origen. Entonces, ser un semidis. Todos vosotros comprendis que esto es un enigma ya que he puesto en el comienzo al hombre y de l he derivado los animales siendo que las cosas han procedido de manera inversa. Ea! que cada cual busque y encuentre el significado. Aclarado sto, podemos continuar. Krishna aliment al pjaro. Hermes, al cuadrpedo. Aqu estamos nosotros alimentando a la sierpe y vendr luego el pez llevado por alguien que no conocemos an pero que seguramente encarnar porque la idea existe y debe ser completada en el mundo sensible. Para que se haga ms evidente todo sto, quiero mencionar que este alejamiento del Origen que a primera vista resulta una degradacin, es en realidad una vuelta al crculo y es el paso necesario para la evolucin del hombre. Lo otro que quiero decir se refiere a las transformaciones, la categora de la aves que llevan plumas en lugar de pelos, procede (luego de una pequea modificacin) de esos hombres carentes de toda malicia, pero ligeros, que se ocupan de las apariencias celestes y creen a causa de su simpleza que las demostraciones obtenidas por el sentido de la vista son las ms slidas. Eso les ocurri a los brahmanes cuando perdieron la enseanza. La especie de los animales terrestres y de las bestias salvajes se form a partir de los que no utilizan para nada la filosofa y jams someten a su consideracin la naturaleza de ninguno de los objetos celestiales, y eso por carecer del uso se las revoluciones que tienen lugar en la cabeza y seguir solamente las directrices de aquellas partes del alma que se hallan radicadas en el pecho. Como consecuencia de esos hbitos, sus miembros anteriores y sus cabezas se han inclinado hacia la tierra, atrados por la afinidad que sienten por ella. Sus crneos se alargaron y tomaron toda clase de formas segn la manera en que las revoluciones del alma se haban comprimido como efecto de su pereza. Por esta razn tambin, esa clase de seres naci en cuatro patas. El Dios dio a los ms estpidos ms puntos de apoyo, ya que ellos eran ms atrados a la tierra. As sucedi en el Egipto al comenzar su declinacin. En cuanto a los ms imbciles de entre ellos, los que han tendido totalmente su cuerpo sobre el suelo, puesto que los pies no les eran ya de ninguna utilidad, los dioses hicieron que nacieran sin pies y reptaran sobre la tierra. Tal es nuestra situacin, cultos y hermosos varones atenienses. Finalmente, la cuarta y ltima especie, la acutica, naci de los ms bestias e ignorantes de todos. A sos los artfices divinos ni tan siquiera les han concedido una respiracin pura, ya que su alma est llena de impureza como consecuencia de todos sus desrdenes. Por eso en lugar de la respiracin pura y ligera del aire, no les han dejado ms que una respiracin profunda y turbia dentro del agua. Ellos han recibido los lugares ms bajos por habitacin, es decir las profundidades de las aguas... As les acontecer a otros que marquen una nueva etapa. De este modo los seres vivientes se metamorfosean unos en otros segn que ganen o pierdan en inteligencia o en estupidez. Ahora bien, estas especies de animales deben alimentarse para no perecer y cumplir as con la curva de su destino. Segn se ha explicado, todo cuerpo posee espesor. Todo espesor envuelve necesariamente la naturaleza de la superficie y toda superficie est compuesta por tringulos. De este modo, un cuerpo animado como el de las especies vivientes que incluye a los cuatro slidos, se alimenta tambin de ellos buscando cada parte afinidad con los elementos externos. Cuando de un cuerpo sale ms de lo que vuelve a l, el conjunto muere, y crece cuando sale menos de lo que llega. Ahora bien, cuando la constitucin del viviente es joven, cuando tiene todava el armazn de su nacimiento hecho de tringulos totalmente nuevos, esta juventud les asegura mutua adherencia vigorosa. Toda su sustancia es de consistencia tierna. Los tringulos que ella coge y que le vienen de afuera (aquellos de que estn formados los alimentos y las bebidas y que son ms viejos y ms dbiles que los suyos propios) ella los domina y los digiere con sus tringulos totalmente nuevos. De esta manera, ella hace crecer al viviente al que nutre de tringulos semejantes en gran nmero. Pero cuando la raz de los tringulos se rompe y se distiende por haber ya sostenido durante largo tiempo numerosas luchas contra 4
mltiples enemigos, no son ya capaces de romper y asimilar los tringulos nutritivos que penetran en el cuerpo y se dejan fcilmente dividir por los que vienen de fuera. Entonces, al ser dominado as por los otros, el viviente entero decae y este estado recibe el nombre de vejez. Finalmente, cuando los vnculos que mantienen atados los tringulos no pueden resistir ms, dejan a su vez que se relajen los vnculos del alma y sta liberada en conformidad con la naturaleza, echa a volar alegremente. Nosotros desde el comienzo, hemos dado alimento al ser humano con el amor que un padre siente por un hijo, pero cuando ste llegado a la madurez lo ha despreciado, su herencia ha pasado a los hijos menores. Este es el sentido que han tenido los banquetes msticos, preparar tales tringulos que sirvan de alimento a cuerpos nuevos y no del modo en que lo hace Jantipa, aderezando las comidas de tal modo que en lugar de esas figuras divinas, he tragado durante veinte aos cubos indigeribles. Por eso me veis ahora, viejo, pelado y defectuoso. Todos los discpulos rieron y uno de ellos pregunt: -Si Atenas suelta su alma a quin pasar? Esperemos que el alma se le escape por la boca y no por algn otro orificio -coment Scrates- Estad atentos a Macedonia que si aparece brbara es porque su cuerpo es tierno y puede digerir mejor que este cuerpo envejecido, el alimento de los dioses. Cuando ella crezca llevar la Doctrina a todas las tierras que conquiste. En ningn caso pensis que eso puede hacerlo Persia porque ella tambin est envejecida y slo servir de eslabn con el Asia. As que Scrates hubo terminado, cantaron todos un ditirambo a Dionisios y bebieron el vino sagrado. Luego se retiraron presurosamente.
El Proceso
En la sala del Sello del Estado, slo quedaba un hombre. El Prefecto en calidad de magistrado supremo poda no haber convocado al tribunal, postergando el juicio. Aquel da hubo trabajo suficiente como para evitarlo. La recepcin de heraldos y embajadores le haba tomado toda la maana y los escasos ratos libres, tubo que destinarlos a ordenar los asuntos polticos en trmite. Las tareas de revisin de archivo e investigacin de documentos le hubieran permitido dilatar las cosas considerablemente. El estaba en las finanzas y adems necesitaba tiempo para comprender cuando menos los movimientos sediciosos y denunciarlos al pueblo de Atenas. Tal vez aquellos mismos, se haban encargado de forzar las cosas para promover el escndalo que llev a Scrates ante el tribunal. El Prefecto saba que an postergado, el resultado hubiera sido idntico. Por lo menos ahora le quedaba la sensacin de que gracias a su intervencin se haba cumplido con las formalidades mnimas que permitan a todo ciudadano tener un juicio digno. El haba dispuesto que Disias compusiera la defensa y si el acusado haba prescindido de l, era problema suyo. Personalmente, no tena contra Scrates mayores objeciones que la de cualquier otro administrador preocupado por los ciudadanos morosos. Adems qu poda hacer el partido democrtico y los aristcratas iban y venan por todas partes acumulando argucias para exigir el juicio? El no era ms que un representante del pueblo y deba hacer lo que ste pidiera. No obstante, subsista en l la duda: o Scrates era el alma de la sedicin, o lo era la coalicin de los partidos, o un grupo de desconocidos por todos. Segn los polticos, Scrates pretenda una Repblica que de espaldas al pueblo y apoyada por ejrcitos, fortaleciera la resistencia contra el peligro persa. Para ellos era evidente que tal peligro no exista y que se trataba de un pretexto . El saba que el juicio era poltico, pero como las acusaciones de ese tipo estaban vedadas por la amnista que reconciliaba a los demcratas y a los oligarcas, se haba tratado de dar otra forma al asunto. Por alguna razn Scrates se haba mofado de continuo del Tribunal de los heliastas. Haba comenzado por llamar a sus miembros atenienses en lugar de jueces, reprochndoles veladamente que su jerarqua era obra del azar y no del mrito. Adems, sus palabras finales luego de recibir sentencia haban sido sospechosas. En efecto, dijo: Yo os juro hombres que me habis condenado a la ltima pena, que inmediatamente despus de mi muerte os llegar un castigo ms duro por Zeus! que el que me habis infligido con vuestra condena. Habis hecho esto en la idea que os veris libres de rendir cuentas de vuestra vida, pero os sobrevendr todo lo contrario: sern ms los que en adelante os pidan cuentas (yo era quien los contena, aunque vosotros no lo advertais) y sern ms molestos por cuanto son ms jvenes y vuestro enfado ser mayor. Qu quera decir con ello de yo era quien los contena, aunque vosotros no lo advertais?Era evidente que aluda al grupo formado por los jvenes desencantados de la coalicin. Por otra parte se saba que en 5
ambos partidos exista una larvada corriente de adhesin hacia l y que provena sobre todo de esos jvenes, fueran de extraccin democrtica u oligrquica. Desde haca aos, los sectores se ocupaban en desprestigiarlo pblicamente y Aristfanes fue uno de los ms perceptivos de sus maniobras, le haba lanzado sus dardos colocndolo en el pensatorio mientras explicaba falsedades sobre los temas ms diversos, enseando retrica tan cara a los sofistas. Otros comentarios hacan aparecer a Scrates y sus discpulos juramentados en un partido oculto que creca da a da apoyado por los macedonios. Se saba de los contactos que mantenan sus seguidores con los tiranos del exterior y esto haca temer a un crculo poltico que rodeaba a Atenas y que muy bien poda tener su agente en Scrates. No en vano aquellos viajaban a menudo a Megara y el Egipto, a Cirene, Tarento y Siracusa. No haba que descontar sus actitudes anteriores. En efecto, habiendo Scrates tomado parte en el Consejo de los Quinientos y siendo miembro de la comisin Pritana, se opuso a la Asamblea en pleno para defender a varios generales que haban combatido en la batalla de Arguinusas. En otra ocasin se enfrent a los Treinta Tiranos, cuando le ordenaron apresar a Len de Salamina. Tanto en Potdea, como en Anfpolis y en Delin, se haba batido militarmente logrando influir en las decisiones del mando. Por todo esto, no era de extraar que ambos bandos hubiera calculado la tendencia de Scrates a elevarse sobre ellos. Adems, era sospechoso de sofista y Atenas recordaba la triste experiencia sufrida cuando los discpulos de aquellos llegaron al poder con Alcibades y Critias. El Prefecto se explicaba ahora por qu Anito del partido democrtico (respaldado por Melito y Licn) haba llevado adelante las acusaciones en estos trminos: Scrates comete los siguientes delitos: no cree en los dioses de la ciudad, trata de introducir dioses extraos y corrompe a la juventud, dando a entender lo que polticamente esto significaba. Los argumentos en s eran dbiles y muy difcil resultaba tener pruebas a la vista. Por ello era que los acusadores haban tratado de influir en la opinin del pueblo con campaas laterales sobre la irreligiosidad del acusado. Anito era un buen ateniense y crea comprender el peligro que se cerna sobre su patria. Por tanto, haca lo imposible con tal de proteger los valores que crea de importancia, es decir, la familia, la tradicin y la religin de su pueblo (aunque stos eran en realidad los valores de la aristocracia). Cuando el Prefecto convoc al tribunal saba que el clima general era hostil a Scrates. Aparte del problema de las facciones, los sacerdotes de Apolo contribuan a magnificar los crmenes de aqul, temiendo que su prestigio fuera desplazado a favor de los grupos socrticos que los acusaban de comerciar con las cosas divinas. Scrates en el mismo juicio haba embarcado a la pitonisa de Delfos en una declaracin acerca de su sabidura, con el evidente propsito de neutralizar a los personeros del culto que hacan causa comn con los poderosos. Scrates haba estado magistral en su propia defensa destrozando a sus contrincantes y mostrando a todos su inocencia... Entonces, de un modo ruin las facciones haban tapado su voz con gran estruendo, acusndolo desde todos los ngulos: Critn se mantiene para vergenza del pueblo. Eres un ignorante que nunca sali de Atenas, pero das consejos a todos y charlas el da entero, sin mostrar industria productiva. Dices descubrir la verdad negando y discutiendo de continuo. Se te encuentra a toda hora en la plaza pblica, los gimnasios, los prticos, las tiendas de los artesanos, pero siempre con los jvenes, corrompindolos. Caricles te haba prohibido ensear y pervertir a la juventud. Dejaste morir de hambre a dos de tus hijos. Tu mujer Jantipa ha dicho que llegas borracho y la apaleas para que te alimente a cualquier hora. Tu eres hijo de Sofronisco y de la partera, te conocemos y sabemos que los arruinaste llevndote veinticinco minas que eran todos sus ahorros. Huiste cobardemente en Potdea, en Anfpolis y en Delin. Traidor. Has dicho que el sol es piedra y la luna tierra en lugar de dioses. Usas los dioses y reniegas de ellos segn te convenga. Te has atrevido a decir: obra del modo que veis para cumplir la orden que Dios me ha dado por la voz de los orculos y por la de los sueos. Quin crees que eres?, porque para nosotros no pasas de loco o de farsante. Ensanos alguna novedad porque eso del concete a ti mismo, nos los decan a nosotros las abuelitas. Aparte de las mixturas que hacen con Parmnides, Anaxgoras, Arqulao y otros, no tienes algunas buenas para el hgado?. Adems de sofista, qu otra cosa eres t? El Prefecto, entonces, se las haba ingeniado para acallar al populacho y llevar el asunto a votacin. El resultado haba sido dudoso, ya que doscientos veinte jueces haban votado a su favor contra doscientos ochenta, y eso era sntoma de que la fisura poda ampliarse. Scrates, tal vez con el afn de acentuar la divisin, haba continuado atacando a un sector del tribunal proponiendo como pena nada menos que ser alimentado por el Estado. Haba dicho: Bien. Por mi parte qu pena voy a proponeros para m? Verdad, que debo sugerir aquella que merezco? Pues bien: qu castigo debo sufrir o qu multa debo pagar por no haber tenido en la vida punto de reposo, por haberme despreocupado de aquellos que constituye la preocupacin de la mayor parte de los hombres: las ganancias, el gobierno de la casa, el generalate, los discursos ante el pueblo, los cargos pblicos, las conjuraciones y las disensiones que en la ciudad vienen teniendo lugar. Por haberme esforzado en convencer a cada uno de vosotros de que no deba de cuidarse de esas cosas antes que de procurar ser mejor y los ms prudente posible? 6
Qu merezco que me ocurra habiendo sido as? Algn bien, atenienses, al menos si hay que hacer la estimacin con arreglo a los merecimientos. Y lo que es ms, un bien de tal naturaleza que cuadre a mi persona. Y qu premio cuadra a un hombre pobre, a un bienhechor de la ciudad, que se ha visto obligado a desatender sus intereses personales para dedicarse a instruirlos? No hay cosa ms adecuada, atenienses, que mantener un hombre as en el Pritaneo, con mucha ms razn que si alguno de vosotros ha resultado vencedor en Olimpia en las carreras de caballos. Pues se hace que vosotros creis ser felices y yo que lo seis. El no tiene necesidad de manutencin y yo s. En resumen, pues, si debo estimar de acuerdo con la justicia la pena que merezco, esa es mi estimacin: la manutencin en el Pritaneo. El Prefecto haba considerado todos los aspectos del caso y recin entenda que Scrates haba forzado su condena, porque presentando tal opcin extrema no quedaba sino la decisin que se tom. No estaba claro, sin embargo por qu lo haba hecho. Por sus antecedentes, por las calumnias, por el juego de las facciones, por su influencia creciente entre los jvenes, por esa obstinacin suicida de no abandonar sus ideas, l se preguntaba ahora: Quin era realmente ese hombre? Y resonaban en sus odos aquellas palabras incomprensibles: Si adormecidos como estis me dierais un golpe y me matarais, pasarais vuestra vida durmiendo. Yo estoy aqu para despertar al hombre. Soy el tbano que aguijonea el espritu, aquel que quiere haceros abandonar la oscura caverna de las apariencias, para llevaros a la realidad de la luz. Era preferible no pensar. En poco tiempo olvidara a Scrates y, a su vez, l sera estimado durante toda su vida por haber obrado como un funcionario digno. Respir profundamente y abandon la sala pensando en su mujer que lo esperaba con los brazos abiertos.
Muerte y Resurreccin
El da anterior a la condena, el sacerdote de Apolo haba coronado la popa de la galera que llevaba a Delos la ofrenda de los atenienses. Como la ley prohiba ejecutar sentencia antes del regreso de la galera, Scrates estuvo un mes en prisin a la que podan entrar en todo momento sus conocidos. El da de la ejecucin llegaron muy temprano sus discpulos, sus hijos y su mujer. Esta empez a meter tanto ruido que fue expulsada de la celda. Luego Scrates fue liberado de sus cadenas y sentndose en la cama dijo: -Qu cosa ms extraa parece eso que los hombres llaman placer y cun sorprendentemente est unido a lo que llaman dolor. As, mientras estuvo aqu esa mujer desagradable chillando y golpendose los pechos; as reciba yo los embates del dolor. Pero una vez que fue retirada, he aqu que surgi en mi alma una sensacin parecida a la que se experimenta cuando cansado por los esfuerzos del torneo, se entregan a uno los miembros con blsamo y aceite. Esto vale tambin para el placer que reemplaz sbitamente el dolor una vez que el carcelero hubo soltado los grilletes que aprisionaban mi pierna. Placer y dolor estn mutuamente encadenados, y se desean, reemplazndose en la iniciativa a cada instante. Y luego sigui recurriendo todo el da. Al atardecer, Scrates dej que entrara su mujer a quien abraz afectuosamente y bes en la frente. De inmediato gir sobre s y dijo a Critn: -Debemos un gallo a Esculapio. No olvides el pago de esta deuda. As que lo oy, Critn sali apresuradamente a encontrar al mdico de la prisin y le pag el precio de su servicio consistente en diez minas, por lo cual (segn estaba convenido) aqul se comprometa a cambiar la cicuta por un zumo especial que tena la propiedad de hacer dormir presentando las seales de la muerte. Habiendo entrado el carcelero con el discpulo de Esculapio, Scrates lo mir de reojo como un toro y le pregunt: -Qu dices de esta bebida para hacer una libacin a los dioses, es buena o no? Luego tom la copa rebosante que le presentaron, la apur de un golpe y frotndose la barriga con deleite dijo a su mujer: -Es una suerte otorgada por el cielo morir inocente con la panza llena en lugar de vivir culpable pero vaco. Esta indirecta aument la pena de Jantipa, que no se pudo sostener y tuvo que ser sacada afuera. A las dos horas, aquel hombre que al decir de Zopiro tena todos los vicios y que era el retrato de la fealdad y la chanza, estaba muerto a los ojos de todos. Critn, Ctesipo y Apolodoro cargaron su cuerpo en un coche y lo llevaron a la pira fnebre que tenan preparada Platn y Epgenas. Atenas poda estar satisfecha, Scrates haba sucumbido. No obstante, al da siguiente el anciano y sus amigos salan del Pireo rumbo al mar. 7
Jess La Cena
Jess se levant de la cena y se quit su manto y tomando una toalla se la ci. Luego puso agua en un lebrillo y comenz a lavar los pies de los discpulos y a enjuagarlos con la toalla con que estaba ceido. Terminado esto dijo: Ahora id y caminad por todos los caminos y an de los gentiles porque es all en Roma desde donde irradiar el espritu hacia todos los dominios que le pertenecen. No tomis la serpiente desde la cola porque ella puede volverse y herir vuestra mano. Tomad la sierpe desde la cabeza y todo el cuerpo os seguir segn la llevis a un lado u otro. Estos pies que lavo son adems los peces, la parte ltima de un cuerpo que termina en muchos aos ms. Luego, cuando esto quede cumplido, mandaremos el Espritu al hombre y ser el fin de los tiempos. Pero es necesario que se haga la luz en vosotros y comprendis que as como este vino puede cambiarse en sangre y este pan en cuerpo, as se cambiarn el vino y el pan de la humanidad en sangre y cuerpo de un nuevo ser. Esto ser posible tantas veces como la operacin sea buena y bueno el artesano. Mientras tanto, explicad a todos esto que os he enseado y realizad el cambio en vosotros mismos y en memoria ma. Mirad que voy ahora a vigilar y vosotros dormiris porque el espritu est pronto pero la carne es flaca. Una y otra vez he despertado vuestro espritu pero vuestro cuerpo lo ha rendido. As tambin volver a suceder esta noche. Vigilad, despertad y el vino y el pan se convertirn en vosotros en sangre y en cuerpo de un ser nuevo. Estas cosas os he hablado para que no tengis tropiezo. Os expulsarn de las sinagogas. Y an viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensar que rinde servicio a Dios. Esto no os lo dije al principio porque yo estaba con vosotros pero ahora voy al que me envi. Se recogi un instante y agreg: Padre, yo te he glorificado en la tierra. He acabado la obra que me diste que hiciese. Luego Jess enmudeci. Tom el pan y mojndolo lo dio a Judas y le dijo: -Lo que vas a hacer, hazlo pronto. Tras lo cual judas mir al Maestro y a sus compaeros diciendo: -Sea la voluntad de Dios- y sali apresuradamente. Una vez que hubieran cantado los himnos, todos se retiraron. Jess y otros que lo siguieron, se dirigieron al huerto de los Olivos.
La Intriga
Pilatos comprenda bien la situacin. En la maana del 9 de nizn, Jess haba salido desde el monte de los Olivos hacia Jerusaln. Lo seguan sus discpulos, los del Bautista y numerosos coprovincianos galileos. Luego se haba sumado ms gente ante el tumulto provocado por aquellos y por los que no se haban enterado de la suspensin de la revuelta. No obstante y a pesar de los gritos de Hosana al hijo de David el grueso del pueblo los haba dejado pasar hasta que llegaron al prtico de Salomn en el que se fue desconcentrando el grupo. Al da siguiente, Jess haba creado otra confusin al emprenderla con unos comerciantes extranjeros que (desconocedores de los reglamentos) traficaban en el Templo. Al tratar de poner a los sacerdotes como cmplices del negocio, se haba malquistado con el pueblo humilde. Pilatos saba que Jess no obstante haber sido alentado por Ans y los saduceos para la conspiracin de Pascua, no tomaba parte en este juego. El mismo, siendo Procurador estaba complicado. En efecto, Seyano desde Roma haba concebido el plan: Judea se revelaba. Los romanos resistan dbilmente y permitan el triunfo de la sublevacin. Las legiones de Judea y los judos obligaban luego a Siria a plegarse y sta lo haca presionada por las circunstancias y sobre todo por la complicidad de Pomponio Flaco, gobernador y brazo derecho de Seyano. En diversos lugares, los judos conservaban ocultas reservas de tesoro como para terminar de animar a los legionarios de la Galia y de Btica de donde l provena. Hasta Britania estaba en revuelta contra Tiberio que desintegraba da a da el Imperio y colocaba a los leales patriotas en situacin de traidores. Por otra parte, la misma guardia pretoriana iba a encargarse del dspota evitando as un enfrentamiento entre las legiones. Las cosas s iban a cambiar! Judea, que al fin de cuentas era un de los dominios ms pobres y que demandaba gastos enormes para su ocupacin, mereca manumitirse en mrito a su colaboracin. Pero Antipas Herodes, gobernando Galilea (aunque sujeto a Roma) haba desechado el propsito enviando mensajeros a Tiberio a quien serva fielmente. Nadie ignoraba que la ambicin del tetrarca era igual en fuerza a su debilidad y temor. 8
En tal situacin, sin el apoyo de los herodianos y denunciando el complot, l quedaba al descubierto y tambin los judos. La Pascua estaba prxima y esos das eran una especie de santo y sea para todos los que recordaban la salida de Egipto. El complot de todas maneras poda ser diferido por cuanto el grueso de esos sesenta mil habitantes, ms los que llegaban de todos los puntos de la Judea haban sido advertidos por sus jefes del cambio de los planes. En tal situacin, Jess haba entrado provocando esa conmocin desconcertando a todas las facciones que se esmeraban por acallar todo sntoma de rebelin para no justificar a Herodes ante Tiberio. Jess no participaba de la revuelta, y de un modo incomprensible cambiaba de frente da a da, acumulando sobre s la antipata de aquellos grupos dispuestos a todo. El Pretor adverta que las ltimas actitudes de Jess enredaban a todas las jerarquas de Judea, teniendo en cuenta que la sublevacin ya era conocida por Csar. De todas maneras, l que tambin estaba comprometido, no sufra el temor de los jerarcas. Luego de la conmocin provocada por el rab, ellos estaban forzados a utilizarlo como el nico revoltoso para cuidar sus posiciones y para certificar en alguna medida los informes de Herodes, reemplazando convenientemente a los verdaderos actores. Por otra parte, el nazareno pareca querer elevarse sobre todos los partidos para encarnar el papel de Libertador, pero al hacerlo haba consolidado a viejos enemigos en un mismo frente. El sayn, el sumo sacerdote, el gran colegio, el sanhedrn, la sinagoga, los saduceos, los fariseos, los bohetusios, los zelotas... todos (invariablemente todos), se sentan tocados por la prdica de Jess. An los esenios, que pasaron en gran nmero a los grupos seguidores de la nueva doctrina, estaban empeados en la lucha contra el invasor y sus representantes. Por ella el Bautista haba dejado su vida al denunciar a Herodes, siendo venerado como hroe nacional. Y el rab en lugar de estrechar filas, hablaba ahora con los samaritanos, entraba en los templos extranjeros y negaba al judo ser el pueblo elegido al gritarle de continuo: raza de vboras, hipcritas, sepulcros blanqueados, espritus falsos y estrechos. Profanaba el sbado. Haba declarado la guerra al rito y promova escndalos en la sinagoga. Haba quebrantado la ley de Moiss en el captulo de las impurezas, comiendo en la casa del leproso Simn, donde una prostituta lo haba lavado en presencia de todos... Por lo menos, eso afirmaban los espas de los fariseos que los seguan por todas partes, tomando nota de cuanto haca y deca. Pilatos adverta que entre sus propios seguidores, Jess haba promovido disensiones al referirse al Bautista como simple caa sacudida por el viento, o afirmar que hasta el ms pequeo del reino de los cielos era mayor que ste. El no crea en absoluto en todas las calumnias, pero resultaba evidente que los enemigos del nazareno se inquietaban da a da. Indudablemente la fama de Jess corra ya por todos los pueblos importantes y se las arreglaba con un arte increble para desconcertar sin exponer una doctrina acabada, porque saba bien que en el caso de hacerlo o repetira cosas ya sabidas sin logran influir en el pueblo, o dira cosas nuevas: en cuyo caso se expondra a todas las acusaciones por hereje. Tampoco l como procurador, poda tolerar mucho tiempo ms que la figura de Jess creciera sin entenderse bien a dnde quera llegar. Por ahora, era evidente que trataba de ganar tiempo a fin de consolidar sus cuadros. Sus discpulos hacan circular sobre l las historias ms increbles y magnificaban cualquier hecho con tal de admirar a las multitudes. Por todas partes tejan fbulas, marcaban la paredes con sus famosos peces y escriban declaraciones que la mayor parte de las veces llegaban al bando enemigo. En fin, era la guerra, y despus de todo el nazareno tena el derecho de usar cualquier recurso para la difusin de sus ideas frente a un enemigo que contaba con todos los medios a su favor. Pilatos se senta tambin en el bando opuesto a Jess. Odiaba a Tiberio, era compaero momentneo de los judos, pero por sobre todo era un romano, an cuando nacido en Hspalis. Pensaba, adems, que lo logrado por Csar al avanzar sobre Roma desde las Galias, poda hacerse desde el Asia, y con tales proyectos no poda andarse con muchas contemplaciones. El Procurador conoca los contragolpes de los adversarios de Jess y como rudo luchador que era, los justificaba plenamente. Pero no soportaba la torpeza que ponan en sus acusaciones. Sin buenos argumentos contra Jess, quedaba siempre la extraa sensacin de que ste, en lugar de un hereje y revoltoso, era un hombre pacfico, bondadoso, afn a la enseanza de los estoicos. S, el Procurador en lugar de pruebas, tena humo entre las manos. Adverta las patraas de los acusadores y, adems, no tena nada que ver con sus problemas internos. Por todo eso haba enviado a Jess ante Herodes Antipas, a quien le corresponda el prisionero por estar aquel en Jerusaln y ste como galileo, bajo su jurisdiccin. Herodes seguramente lo pondra en libertad, ya que haba notificado sobre la rebelin y comprenda que queran hacerla recaer sobre Jess para pasar inadvertidos. En ese instante entraron Ans, Caifs y otros notables. El Procurador los hizo pasar. - Y bien - dijo Pilatos.
-Procurador - dijo uno de los personajes- nosotros hemos preguntado al reo acerca de las actividades de l y de sus seguidores y no nos ha querido dar razn, diciendo con insolencia que l predica en la sinagoga y en el templo donde estn todos reunidos. -Es una mala respuesta-dijo Pilatos. -As es -agreg el sujeto- Adems le pedimos cuenta sobre sus secuaces, porque sabemos que todos son malhechores. Siempre andan en lugares tenebrosos, reunidos con una tal Mara de Mgdala, de quien se afirma que se sacaron hasta siete demonios, con Juana mujer de Chuza, intendente de Herodes y Susana y otras que le sirven de sus bienes y con quienes se entrega a placeres desordenados en honor a Belzeb. -Eso es cosa grave! - Afirm irnicamente Pilatos, mirando de soslayo a Lntulo, su hombre de confianza. -Por Moiss! -prosigui ofuscado- Niega tener madre, como si no se conociera a Mara que lo concibi de un modo espreo, por lo cual tuvo que huir de Egipto para evitar ser lapidada. Conocemos a sus hermanos Jacob, Jos, Simn y Judas. Sus hermanas estn entre nosotros y l pretende que no tiene madre ni hermanos. Un hombre que lo conoci en su infancia, nos relat y jur por los libros de la Ley que nunca recibi instruccin, porque insult a todos sus maestros desde la enseanza de la letra Aleph. Tambin que mat a otro nio, arrojndolo desde lo alto de una terraza y siendo perseguida esa familia rproba, pas de pueblo en pueblo, expulsada por las hechiceras de la madre y las maldades de aquel nio endemoniado. As que a la muerte de su padre huy con sus ahorros y los fue dejando en las tierras que visit, sin acordarse de su hermana La, que casi muere de hambre. -Perdona que interrumpa tu discurso - dijo Caifs- quisiera dar al Procurador una prueba decisiva sobre los artificios de que se vale para engaar al pueblo, burlndose de l y de lo que supone nuestra ignorancia... Ese tal Jess, como anduvo por tierras de Egipto y del Asia, cree que todos nosotros somos iletrados. -Prosigue -dijo Pilatos con aburrimiento. -Has de saber que en una oportunidad, dijo haber resucitado a uno que jams hallamos, pero que segn algunos avisados, era de su intimidad y padeca de un mal que no era el de la muerte sino cosa parecida. En fin, en otras ocasiones (segn lo tienen escrito sus seguidores en este papiro que hacen circular) hizo caminar a un tal Pedro por las aguas por el poder de la fe, multiplic alimentos e hizo otros prodigios. Pero todo eso lo tenemos conocido desde hace cientos de aos en las leyendas de Sabatt, Jambunada y otras ms... Hasta su sermn de la montaa aparece deformado del Dhammapada. Es este un verdadero Rab, Procurador? Pilatos comenz a incomodarse y entonces Caifs retom el discurso con aire leguleyo: -Si no supiramos que te robamos de tus ocupaciones, muchas pruebas ms te traeramos sobre sus presuntos enseanza que no es si no la misma de Sakyamuni, slo que peor expresada. Para nosotros no en novedoso todo aquello del ama a tu prjimo, como tampoco las doctrinas del Zend-Aveste, que Jess mezcla con los relatos de su infancia, haciendo aparecer a tres adoradores del fuego como magos que vienen a venerarlo desde el pas de Zoroastro. Alz los hombros, mir al cielo y agreg: -Nosotros representamos las creencias de todos los pueblos, pero no podemos dejar que se corrompan nuestra tradicin, nuestra familia y nuestra religin, abatidas como estn por la dominacin extranjera. No es el caso de hacer aparecer historias lejanas, como ocurridas en nuestras propias narices. -Bien -dijo Pilatos tocado- tambin yo soy de otras tierras. Veremos que se hace, pero te advierto que esos negocios no son mi problema. -Hoy debes decidirte -interrumpi Ans-.Lo hemos interrogado en el Sanhedrn y se ha declarado tambin rey, desconociendo al Csar y ese negocio es de tu competencia. Pilatos, entonces se acerc a Ans y le dijo al odo: -Ahora tu eres defensor del Csar, o acaso te entiendes con Herodes Antipas? El sayn retrocedi y sali del pretorio, al tiempo que llegaba Oesas, dando grandes voces: -Procurador: Antipas te devuelve al reo en prueba de que su jurisdiccin se subordina a ti. Entonces Pilatos haba abandonado el pretorio para dirigirse a la Torre Mariamna a encontrarse con Judas de Kariot (aquel que haba iniciado a su mujer en las curiosas doctrinas del nazareno). Mientras suba apresuradamente hasta sus habitaciones, el Procurador recordaba todo aquello. La sugestiva presencia de Judas, sus maquinaciones de noble saduceo, su instinto poltico, sus contactos con todas las facciones que parecan respetarlo y al mismo tiempo sus relaciones con aquellos msticos seguidores del rab. Era al fin de cuentas un religioso disfrazado de poltico o l y todos sus amigos incluyendo al profeta, eran polticos y subversivos disfrazados de hombres de fe? Hubiera deseado que Jess fuera ni ms ni menos que eso: un poltico, un patriota a su manera, dispuesto a usar cualquier recurso con tal de echarlo a l y a todos los romanos. Porque en tal caso la lucha de alguna manera se equilibraba y l poda eliminarlo como defensor que era de la pax romana. Todo eso haca que sus contactos con Judas hubieran sido frecuentes y que con l precisamente, hubiera diseado la subversin de Pascua en lo que haca a Jerusaln. Judas, sin embargo, mantena siempre su escepticismo, dando a entender que todo aquello era slo un medio para expandir la Doctrina y que nada poda hacerse desde fuera, sin ganar el corazn de los hombres. As que lleg a la torre se encontr con Judas que lo estaba esperando. -Salve Poncio Pilatos! -salud Judas. 10
-Ya sabes que tengo que condenarlo. -S - afirm Judas sin inmutarse. -Cmo me dices eso? -pregunt Pilatos. -Siempre lo supimos y lo saba l antes que cualquiera de nosotros -agreg Judas. -Ahora t debes hacer tu parte. Yo elegir a Lntulo - y dicho esto lo despidi. El Procurador qued solo en la torre, dio unos pasos y se sent en el marco de una ventana, preguntndose: Quin dirige entonces las acciones de los hombres y cul es la libertad y cul la verdad? Y se sinti como una marioneta movida por los hilos de un Destino incomprensible.
Muerte y Resurreccin
Luego de continuas dilaciones, el centurin Lntulo (que haba sido designado por Pilatos con especiales recomendaciones) tom a Jess y a otros dos sediciosos acusados de crmenes comunes. En nmero de catorce personas (cinco soldados, Lntulo, los tres condenados, Judas, Jos de Arimatea, Juan, Simn y Mara de Mgdala) sali el grupo por la puerta judicial que se abra sobre el camino de Siloh y de Gaban, dejando a la izquierda la tumba de Ananas y empezando a trepar por la derecha la altura de Glgotha. Llegados a la cima hacia la hora cuarta, acostaron a los condenados en las cruces y comenzaron a ajustarlos. Luego levantaron a dos, hasta que los maderos se introdujeron en unos hoyos profundos. En la cruz de Jess colocaron una astilla grande de madera a modo de plataforma, sobre la que ste apoy sus pies. Brazos y piernas fueron atados con rigor. De inmediato el mismo Lntulo se preocup de fijar sus dos manos al madero con golpes precisos con clavos de cabeza ancha. Entonces Jess lanz dos gritos agudos. Los dos sediciosos fueron quebrados en sus miembros por golpes de barreta, mientras que izaban a Jess con sumo cuidado, temiendo que fuera a desgarrarse las manos. Una vez apisonadas la bases de las tres cruces, los soldados se colocaron alrededor de ellas en actitud de custodia. No se sabe si por lo avanzado de la hora (ya era la cuarta y a la sexta comenzaba el sbado) o por el clima especial que se viva en Jerusaln, lo cierto es que nadie ms que los mencionados anteriormente, estaban presentes y de ellos Juan fue expulsado por Judas, ya que aquel tena fama de hablar a grandes voces, por lo que recibi el apelativo de Hijo del trueno. Luego Jess dijo tener sed y entonces se le pas vino adormecedor en una esponja que se coloc en el extremo de una caa. Al poco tiempo comenz a decir a sus compaeros de suplicio cosas incomprensibles hasta que cay profundamente dormido. Comprobada la muerte de los otros reos, Lntulo lance con sumo cuidado el costado de Jess, del que man escassima sangre. Visto lo cual todos consideraron terminada la ejecucin. Los soldados bajaron a los dos ajusticiados y el centurin y los amigos de Jess, bajaron a ste, entregando formalmente el cuerpo a Jos de Arimatea, quien lo llev con los otros a la tumba en el jardn de su casa. Judas se retras un instante y pas a Lntulo 30 monedas de plata por su servicio, recomendndole que diera cuenta de todo cuanto sucedi, a Pilatos. Los cuerpos de los otros dos fueron arrojados por las laderas del monte Calvario. Llegando a la casa, reanimaron a Jess con unos brebajes y cuidaron de sus heridas que le provocaban gran malestar. Mientras tanto, Pilatos mand hacer guardia ante la piedra que se haba colocado en la tumba de Jos, suponiendo todos que el cuerpo de Jess se encontraba en ella. Recuperado el Maestro sali con Judas, Simn y otros amigos en viaje a Jope. Al tercer da Mara anunciaba a los seguidores que Jess haba resucitado y en la depresin y abatimiento en que stos se encontraban, la golpearon hasta aturdirla. Jess y sus amigos ya en Jope, zarpaban hacia el mar en un hermoso atardecer.
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Rama La Reunin
Sentados alrededor de la mesa, todos escuchaban las ltimas explicaciones que daba aquel hombre joven, descendiente seguramente de las tribus de Amrica. Rama se haba interrumpido para reconsiderar sus palabras. Luego continu: Visto todo lo anterior, pero desde el ngulo de la Tradicin, la leyenda es sta: el Creador hizo al hombre a imagen suya, pero lo dej sin terminar a fin que se desarrollara armnicamente, de acuerdo al proceso de la naturaleza sobre la cual lo haba colocado para dirigirla. Por otra parte, hasta tanto no poblara todo el planeta y no formara una red de comunicaciones entre todos los rincones del mundo, no podra desplegar otro nivel de conciencia. Si lograba que su especie como delicado tejido cubriera toda la Tierra, podra decirse que sta haba alcanzado su conciencia y estaba en condiciones de expandir la vida hacia otros puntos del sistema solar. Como todo proceso, actuaron aqu tres fuerzas desde el comienzo: la diferenciadora, la complementadora y la sintetizadora. Tratndose de una secuencia evolutiva, cada nueva sntesis se ampliaba con respecto a la que la preceda y llegada a su punto mximo, comenzaba un nuevo proceso de diferenciacin hasta desgastar la trada, reemplazndo los elementos viejos por los nuevos que se haban gestado en su interior. Mientras las culturas y las civilizaciones caan una tras otra, los elementos ms desarrollados de un nivel, creaban las condiciones para el surgimiento de un nivel posterior. Las culturas aisladas de los comienzos, fueron complementndose entre s gracias a los contactos que se establecan entre ellas, por el intercambio econmico, por el desarrollo de sus comunicaciones, por la confrontacin de sus polticas, de su arte y de su religin. El fenmeno fue amplindose de trada en trada en trada, semejando una espiral ascendente, en la cual cada vuelta tena mayor dimetro que su anterior. -Rama hizo una pausa y continu. Teniendo en cuenta esos procesos, los pensadores han elaborado dos concepciones principales, antagnicas entre s: la cclica y la lineal. La primera lleva a una interpretacin repetitiva de la historia. La segunda, a una interpretacin evolutiva. Verdaderamente sucede, que los procesos en toda etapa nacen, crecen y se reproducen, pero pasando los elementos progresivos a la etapa siguiente, mientras los regresivos decaen y mueren. Ahora bien, cuando las culturas eran islas, podan desarrollarse en su medida sin influirse mayormente. Pero eso con el tiempo fue cambiando hasta llegar a la etapa actual, en que todas las culturas existentes en el planeta estn comunicadas y pertenecen a la misma estructura. Por consiguiente, todo lo que sucede en un punto repercute en todo el globo y nada de lo que sucede puede estar aislado del conjunto. Este sistema global al que se ha llegado (y que tiende a interrelacionar sus elementos internos de un modo cada vez ms apretado) impide la existencia de fenmenos independientes. Como ejemplo de sistema en movimiento, consideremos a un cohete que se aleja de la Tierra. Si un astronauta sale de su interior, de todas maneras sigue arrastrado por la fuerza inercial del sistema al que pertenece y su libertad de movimiento siempre es relativa a l. Supongamos que el navegante pudiera desplazarse desde la proa hasta la etapa de impulsin a razn de tres kilmetros por hora. En menos de un minuto llegara a ella. Aparentemente entonces, se hubiera acercado a la Tierra. En efecto se hubiera acercado con respecto a la proa en ese momento, pero en ese minuto de caminata todo el sistema se hallara a quinientos kilmetros ms de distancia de dicho planeta (suponiendo que la velocidad del cohete fuera de treinta mil kilmetros por hora). Pues bien, el sistema mundial actual ubica a cualquier fenmeno en situacin dependiente del conjunto. En el proceso histrico en que nos encontramos inmersos, somos arrastrados por l con la velocidad que l impone. Nuestros movimientos son relativos a todo el sistema en marcha y de ningn modo independientes. Si para la evolucin del hombre fueron lanzados (desde cierto crculo que no desconocemos) en cada etapa, seres excepcionales que lograron orientar todo el proceso en la direccin que proponan, es intil ya que los factores regresivos traten de caminar desde la proa hacia la etapa de impulsin. El momento actual asume a toda la historia anterior del hombre y lo proyecta a ste hacia su desarrollo en la direccin hacia la que fue apuntado desde su lanzamiento. Vistas as las cosas, tiene sentido hablar de un Destino del hombre. Los afectos a la jerga biolgica vanlo si ms les gusta, como la preparacin del cdigo gentico elemental del ser vivo que se limita a desarrollar en la confrontacin con el medio, los caracteres grabados en el D.N.A. bsico. Los hombres creen que hacen la historia, cuando en rigor es su condicionamiento bsico aqul que lo desarrolla en la lnea propuesta. Desde luego que en cada etapa se producen correcciones de rumbo que evitan el desvo, as como la lucha con la naturaleza y el cotejo con el medio, imprimen nuevos caracteres en el ser vivo, modificando su 12
experiencia y otorgndole un manejo mayor de posibilidades... Pero siempre de posibilidades relativas al sistema en que est incluso. Si la historia parece repetirse en cada etapa, en el proceso general es siempre cambiante. En momentos oportunos, aquellos seres mencionados anteriormente, provocaron correcciones de rumbo y sus luchas fueron siempre las del cambio y la evolucin, contra la inercia y la estupidez. Esos momentos oportunos son conocidos como mesianismo y poco importa si los hombres que se hicieron cargo de tal situacin eran mesas en sentido objetivo, o si respondan a la necesidad espiritual de la poca. Cada vez que ellos aparecieron, aportaron una nueva debelacin del Ser, un nuevo estilo de vida y un nuevo nivel de conciencia, pero lo hicieron en el momento en que conclua una gran etapa, sirviendo ellos de eslabn entre un mundo agnico y otro joven y luminoso, que los mejores espritus de cada poca podan intuir en el horizonte que les tocaba contemplar. Siempre bast con una pequea cantidad de esos hombres, para provocar en los grandes conjuntos shocks adecuados a las circunstancias materiales y al estado sicolgico de la sociedad en que les correspondi actuar. Podemos comprender estas relaciones desde otro ngulo. Hoy no se puede negar, que el plomo puede transmutar en oro. Y aquellos que persiguieron a nuestros alquimistas, refunfuan ahora frente a los ciclotrones de los fsicos, aunque estn obligados a admitirlos. Se sabe que la aceleracin de las partculas opera trasmutaciones, pero de momento resulta inadmisible para la opinin general que el hombre pueda acelerarse en su interior, acelerarse sicolgicamente, como para provocar l mismo su trasmutacin. Nadie ignora en qumica, que factores catalizadores introducidos en pequesima cantidad, operan enormes aceleraciones en grandes conjuntos. De igual modo, hombres trasmutados en las distintas pocas, modificaron el cdigos de los grandes conjuntos con sus enseanzas. No obstante, al pasar (tales enseanzas) de una etapa a otra, invariablemente aument el ruido de la informacin, como dirn los cibernticos. Es decir, se degrad lo explicado al comienzo. Cada vez que ocurri esto, como sucede en los circuitos de retroalimentacin, surgi una nueva seal que reorden el conjunto. O en otras palabras; se tir por la borda toda la mercadera descompuesta. De no haber acontecido as, todo hubiera terminado en la desinteligencia total que nos relata el mito de la torre de Babel en cuanto a la confusin de las lenguas. All sucedi eso precisamente: fue tal el aumento de ruido desde la fuente emisora al receptor, que el mensaje en cada caso lleg distorsionado. A pesar del ejemplo, no debe creerse que nos estamos refiriendo a problemas de expresin y significado lingstico, sino al quehacer humano en general. Volviendo a nuestro tema primitivo y con referencia a la Tradicin: ni eran locos los que hablaron de la composicin geomtrica del mundo, de los tringulos de las cosas, ni eran ingenuos los que hablaron del cambio del vino en sangre y del pan en cuerpo. Si por otra parte aquellos estaban inspirados en la mstica del Despertar y su lenguaje (en alguna medida) era potico, la verdad que transmitieron no estuvo nunca alejada de lo que hoy conocemos como Ciencia. Sucede, amigos mos, que lo vlido para el mundo de la naturaleza en tambin vlido para el mundo del espritu, porque estos mundos no estn separados, sino que son el mismo Universo. Nosotros no tenemos la culpa si la moral actual y algunas lneas cientficas continan siendo maniqueas. Bien y mal, antimateria y materia, son aspectos de una misma realidad y no entidades separadas. Ahora el hombre est en condiciones de discurrir de un modo global puede empezar a ver las cosas en conjunto, comprendiendo que las polaridades se invierten segn ciclaje elctrico, que existen polaridades neutras, que todo cambia a cada instante y que este cambio aparentemente violento segn las circunstancias, es armnico, ordenado y estructural. Para concluir con todo esto, quiero referirme una vez ms al cuento. La leyenda insina que al fin de los tiempos la familia humana estar comunicada entre s y que todos los hombres conocern al instante lo que sucede en otras regiones, por muy alejados que estn de ellas. Entonces, cuando esa delicada piel de conciencia cubra el planeta, surgir desde el comienzo mismo de la historia, un puado se seres cuyo nmero y calidad permitan al hombre despertar, como una especie nueva, digna de llevar vida por el Universo colaborando con el plan del Creador. Entonces Rama termin su exposicin al tiempo que lanzaba algunas miradas cmplices. Pasaron unos segundos y luego, un sujeto de acento extranjero dijo: -Por el relato y las explicaciones comprendemos que has hecho tu parte, pero qu debemos hacer nosotros? -Producir el nmero que falta -respondi Rama. -Hay nmero suficiente -acot el extranjero. -Sin duda, pero es necesario obtener un nmero altamente calificado y distribuirlo en el lugar ms conveniente. Es a partir de Estados Unidos (antes de que caiga) desde donde soplar nuestro mensaje... -y observando cierta incomodidad en el grupo agreg socarronamente: -Los que miran a ese pueblo con desprecio, conviene que recuerden el dicho de los gallegos: Dios escribe derecho con lneas torcidas. En ese momento entr a la sala Fernando, un camarada de las primeras pocas. Qu hay? - dijo alguien. 13
-Se decidieron hoy a las 20. Pero lo harn a partir de maana. Por ahora tratan de medir nuestra capacidad de reaccin. -Bien -interrumpi una joven dirigindose a Rama- Esta noche a las 24 es necesario que ests en la esquina de Ayacucho y Paso, en Vicente Lpez. Llegarn los nuestros y harn lo suyo. Rama viendo que la noche estaba avanzada, se dirigi a Fernando y le dijo con apremio: -Aprate que no queda tiempo. El joven mir a Rama y a los dems tranquilamente y disponindose a salir coment: -Lstima que en estos pases de Amrica del Sur no tengan pena de muerte. Un juicio pblico en lugar de las noticias que fraguar la prensa hubiera resultado altamente aleccionador. Adems un atentado no tiene la fuerza moral ni compromete totalmente al sistema como una ejecucin que sirve luego para alimentar el complejo de culpa de toda una sociedad -hizo un ademn burln y sali. -Siempre nos adelantaremos a ellos, forzando las consecuencias -agreg la joven en voz baja. Todos aprobaron. Se escuch una vez ms el cntico de la Creacin. Luego Rama salud a todos y sali por una puerta lateral.
El Complot
Todo ese da el Jefe haba sino tironeado por los diversos sectores que exigan una definicin. Nadie ignoraba que estaba en sus manos decidir el asunto. Mientras los pequeos burgueses de los servicios inferiores iban y venan cargando papeles que a su buen entender constituan pruebas decisivas, los jerarcas del clero amenazaban con amonestarlo por la proteccin que brindaba al corruptor de la moral y socavador de la cultura occidental y cristiana. La izquierda a su vez, no poda sentirse molesta si el descargaba contra ese fascista disfrazado de Rama, el peso de la ley. El consejero norteamericano haba insinuado flemticamente que en su pas esas cosas no tenan mayor importancia. Y haba puesto como un ejemplo extremo el caso del Che Guevara. Al finalizar el corto dilogo haba dicho: muerto el perro se acab la rabia. Y eso lo haba sacado de las casillas. Despus de todo, era algo que no se entenda bien y en ningn caso apareca siquiera la sombra del menor delito. Nadie haba sido perjudicado ni en su persona ni en sus bienes y se supona que todos los ciudadanos tenan derecho a expresar sus ideas mientras no perturbaran la moral ni el orden pblico. Precisamente, a favor de Rama exista eso. Cuando merced, al estado de sitio se impidieron sus arengas, guard silencio sin resistirse. En todos los casos haba solicitado autorizacin para expresar pblicamente su pensamiento a aquella masa que se lo peda. Y en tres ocasiones seguidas se le haba alentado oficialmente que lo hiciera, explicndole que el estado de sitio no lo afectaba, porque l hablaba de cuestiones religiosas que no hacan a la seguridad del Estado. El saba que se lo estimulaba para en primer lugar sindicar a sus seguidores, en segundo lugar para detener y atemorizar a todo aquel que se atreviera a escucharlo, en tercer lugar para hacerlo pasar como agitador, forzando la desconcentracin con cachiporras, gases y embestidas de provocadores a sueldo. El Jefe ignoraba cmo haban sido preparadas y ejecutadas estas indignidades que lo asqueaban. Ya desde el primer momento haba comprendido que los que hoy recorran los pisos de su central y movilizaban a los grupos de presin en sus departamentos y an en los ministerios, lo hacan despechados porque Rama en todos los casos los haba desbaratado con cambios de frente que no pudieron asimilar en el pasado y que teman en el futuro. Ellos haban tirado la primera piedra acusndolo de formar grupos cerrados que no declaraban a la opinin pblica sus intenciones y cuando estos grupos salieron a la superficie para satisfacerlos (y de qu modo salieron!) ellos haban retrocedido escandalizados porque jams esperaron esa muestra de disciplina y de organizacin. S, l saba todo esto. Tena delante de sus ojos montones de expedientes inconsistentes, pilas de cartas de los ramastas secuestradas ilegalmente del Correo. Contaba con grabaciones telefnicas, fotogrficas, material sustrado en las casas de reunin a las que se haba entrado rompiendo puertas y ventanas, sin exhibir siquiera una orden de allanamiento. All entre esa montaa de papeles constaba la privacin ilegal de la libertad a que haban sido sometido Rama y doce compaeros suyos que se encontraban construyendo una casa en Jujuy. Saba de los diez das de encarcelamiento, de los apremios ilegales, de las injurias, all por agosto de 1966. Conoca la corrupcin del juez que se prest a todo ello con el pretexto de las guerrillas. All constaba el asalto a mano armada de que haban sido objeto otros veinte ramastas en Melchor Romero, en setiembre de 1967. All estaba, detallada con todo descaro, la ilegalidad de los procedimientos en Crdoba, Rosario y Capital Federal en 1968. El asalto y secuestro a 25 seguidores y los actos vejatorios que les haban producido durante 48 horas continuadas al encontrarlos en el Delta en 1968. 14
Documentado con los pasquines de Rosario, apareca el atropello y la campaa contra una joven seguidora, cuyo padre era juez, el cual para no ver comprometido su prestigio le sigui juicio de insana, luego de comprar testigos y de martirizarla en prisin durante quince das. All aparecan las detenciones de otros veinte en Mendoza y constaban los sucesos de un juicio ridculo, en el que fue descalificado un testigo al comprobarse sus actividades delictivas. Y qu haba pasado en todos los casos? No obstante las presiones, la compra de testigos, las pruebas, las campaas difamatorias de la prensa, haban salido siempre en libertad, declarando que los policas eran sus hermanos, que haban sido tratados maravillosamente bien y que no pasaba todo de un malentendido. Todo esto haba preocupado al Jefe desde que encontr a Claudia, una estampa con la efigie de Rama. Ese da le haba preguntado por qu la guardaba y ella le haba respondido, con esa frescura infantil que tanto amaba: Rama es bueno. Y esto haba cado sobre su cabeza como una enormidad incomprensible. Esa noche se haba repetido: Si es bueno, no es malo. Ellos dicen que es bueno y nadie puede probar lo contrario. Si no es malo a qu tanta historia. Ser posible que todo est dado vuelta? Entonces a quin sirvo yo, a quin? Rama es bueno y el argumento es tan primitivo y tan slido... hasta que ella lo haba tranquilizado leyndole el Evangelio. Todo haba resultado entonces mucho peor. El no era creyente, nunca lo fue. Pero ahora lea el Evangelio por culpa de ese norteo que lo persegua en su conciencia. Pero quin era realmente ese sujeto que de pronto se fue a la montaa a meditar y all estuvo cuatro meses, hasta que fue detenido nuevamente por estar solo, a cientos de kilmetros de las ciudades. El clima estaba preparado en su contra por cinco aos continuados de persecucin, por lo dicho desde los plpitos, por lo publicado en diarios y revistas, por lo denunciado por los hombres de bien, por los hombres religiosos y por los hombres polticos. Entonces, haba pasado aquello entre ridculo y sublime. Rama se haba dispuesto a hablar pblicamente en medio de la montaa. Era su eliminacin definitiva. No poda haber elegido peor situacin. Adems, se haba atrevido a hacerlo en su propia tierra, en la que nadie es profeta. Era pleno invierno y los caminos estaban bloqueados por las tormentas de nieve. Nada, por consiguiente, lo favoreca. Pero sucedi aquello que desconcert a todo el mundo. Cuatro das antes, las principales ciudades del pas se llenaron de afiches, pintadas, volantes y escritos alusivos al sermn. En la central se reciban informes desde Uruguay, Chile, Per, Brasil. All tambin pasaba algo con respecto al eremita de la montaa. El periodismo fue lanzado desde los mismsimos Estados Unidos. Nadie entenda nada y ya en Europa se hablaba del impacto sicolgico del fenmeno Rama. La Jeunne Afrique se haba movilizado y se saba que en cinco ciudades de Espaa se daban conferencias sobre el caso. Todo aquello no pudo entenderse y mucho menos el sermn. Vestido como montas, Rama haba arengado a una heterognea multitud en ese colosal paraje. El, por su parte, haba mandado a sus pesquisas entre el muro de custodios armados que asediaban al gento. Pero los muy torpes haban logrado una grabacin defectuosa y por supuesto traan a cambio datos contradictorios y miles de habladuras. El, trat varias veces de escuchar el mensaje, pero no logr entender nada, a diferencia de Claudia que repeta trozos enteros de memoria. Entonces Rama haba desaparecido, surgiendo nuevamente en Rosario y luego en Crdoba y finalmente en Buenos Aires, sin poder hablar en ninguno de los tres casos. Nadie saba cul era el nmero de los seguidores, porque siempre estaban mezclados en los tumultos que provocaban las fuerzas de seguridad y los provocadores a sueldo. Adems, muchos de los que se sospechaba que seguan la Doctrina, no aparecan jams en los actos pblicos. La arenga de la montaa haba desorganizado a la oposicin y luego frente a las prohibiciones, los seguidores manejaban al periodismo en conferencias de prensa, hacindolos publicar exactamente lo que necesitaban, a saber: noticias contradictorias. -Cmo era posible - se preguntaba el Jefe por aquel tiempo- que teniendo todo en su contra se las arreglaran para ir aumentando da a da la expectativa a su favor? A decir verdad, en toda su carrera Rama no haba hablado pblicamente ms de 40 minutos y segua creando desconcierto. Pero el Jefe crea advertir el juego: mientras aquel opona a sus contrincantes entre s, indignaba y despertaba adhesiones (en una fanfarria que haba comenzado zaratstricamente, pero que da a da se orientaba hacia las barriadas y los sindicatos), sus compaeros hacan crecer los cuadros subterrneos cada vez ms rpidamente, usando esa prdica absurda acerca del Despertar, la armona interna y cosas por el estilo. El Jefe haba compuesto el cuadro y se haba dicho: 1er. paso. Con todo en su contra no poda ganar al pueblo en su favor y sin embargo deba salir a la luz como seuelo ante los perseguidores, a fin de que aliviaran la presin sobre los grupos subterrneos. Si atacaba al gobierno para captar a los descontentos, lo desplazaban rpidamente. Si no lo mencionaba, la gente que tena urgencia poltica lo hubieran sindicado como agente distractivo del propio gobierno. Y he aqu lo que hizo: atac con una violencia desconocida en el pas, al clero que en esos momentos sumaba escndalos a raz del celibato, las deserciones y otras cuantas cosas ms. Y supo hacerlo mezclndolo todo 15
con un hlito milagrero que la prensa trat de volver en su contra. El clero indignado sinti los dardos y sin mostrar la cara aprovech cuanto recurso de desprestigio tena para denigrarlo ante la opinin pblica. 2do. paso. Aprovech el alboroto provocado por sus enemigos para citar a conferencias de prensa, en las que tocaba diverssimos temas y apoyaba a regmenes en aquel momento indefinidos como los del Per y Bolivia, mientras sus amigos enredaban an ms la trama. 3er. paso. Comenz a repudiar violentamente a todos los partidos y a todos los polticos, neutralizando al gobierno que tena los mismos enemigos. Y lgicamente, logr polarizar en su contra al clero y los polticos. 4to. paso. Fue lanzando llamadas a las nuevas generaciones, desarrollando sus teoras del vaco poltico y de la no-participacin en un mundo destinado al derrumbe y oponiendo as sus enemigos a los jvenes que sentan poco a poco el instinto de coetaneidad. Pero advertido esto, sus contrincantes trataron de hacer aparecer a sus seguidores como simples hippies. Entonces desapareci jurando que no volvera a arengar en pblico y que no dara a la prensa ninguna declaracin ms. Con tal actitud el desconcierto aument, pero tambin el inters de la gente joven. Cmo poda dejar todo inconcluso? A dnde conducira aquello? Cualquier chiquillo saba que al poco tiempo la gente habra olvidado hasta las mayores conmociones. Pasaron los meses y el fenmeno se fue diluyendo lentamente. Los tenaces enemigos comenzaron a frotarse la manos, aunque con recelo... As haba sucedido hasta hace dos das. S, dos das y todo se haba desencadenado con la velocidad del rayo. Era el 5to paso. Una orden lejana comenzada a conocerse en voz baja en los sindicatos del pas y ya no podan medirse las consecuencias, ni se saba que hilos estaba moviendo Rama. Desde haca dos das, ese maldito norteo se mova en Buenos Aires, negando toda versin sobre el nuevo asunto. En estos momentos en que manifestaban los planes de lucha obreros, algn estpido trajo la versin (seguramente falsa) que Rama tena extraos contactos con el exterior y que no era ajeno al fenmeno social argentino y tal vez del Cono Sur. Todo esto no pasaba de superchera. Los informante hablaban de una logia Anael, de la L inclinada y otros disparates por el estilo. Lo cierto es que la tensin en el pas era grande, muchos intereses se contraponan y todos saban que no podran dirigir a Rama en el supuesto caso de que l fuera a manejar algn proceso. Entonces, todos sus enemigos se coaligaron para presionar al Jefe a tomar una decisin absurda que no poda ser amparada ni justificada por la ley. El ultimtum estaba lanzado y el plazo se cumpla hoy a las 24. En ese momento golpearon la puerta. -Adelante -dijo el Jefe. Entraron de inmediato un sacerdote y dos funcionarios que el Jefe recordaba. Luego una cuarta persona. -Seor Jefe -dijo uno de ellos- el padre Simone viene en representacin de Monseor Crdenas... Y ste es el Doctor Robledo, uno de nuestros colaboradores. -Tomen asiento, seores -indic el Jefe luego de saludarlos cortsmente. A la seal de uno de los funcionarios, Robledo, notoriamente alterado, abri un portafolios y sin dar explicaciones se puso a leer: El Movimiento Pacifista tiene vinculaciones en su programa con otros movimientos en distintos lugares del mundo. Sus postulados bsicos son: No-violencia fsica; no-violencia econmica; no-violencia racial y noviolencia religiosa. Los siguientes puntos, son las premisas de la revolucin total pacifista: l) Derecho a la huelga en todo tipo de trabajo y en cualquier momento. 2) Participacin en el poder poltico. 3) Destruccin del aparato de persecuciones y presiones, sea cual fuera la supuesta legitimidad de su origen. 4) Socializacin de la medicina. 5) Socializacin de la educacin. 6) Reparto de las riquezas. 7) Derecho a la defensa pblica frente a la calumnia organizada. 8) Obligacin de los medios de difusin de responsabilizarse por sus publicaciones. 9) Hermandad con todos los pueblos y todas las razas. 10) Igualdad de prdica con la Iglesia oficial. 11) Libre prctica religiosa privada y pblica. 12) Derecho a la libre investigacin y propagacin de las ciencias no oficiales. El Movimiento Pacifista destaca que ningn sistema, ningn hombre, ningn Estado de la Tierra, tienen derecho a impedir las manifestaciones religiosas del espritu humano. Y dando por terminada su lectura agreg con cara de prcer: -El Juez Dormemulo de Salta, asegura al igual que yo, que este Movimiento de neto corte comunista, sigue a Rama. Lo sabemos de muy buena fuente. Esto prueba que se trata de un extremista. Los concurrentes intercambiaron algunas miradas de inteligencia y el Jefe agradeci con un dejo de sorna, tan espontnea colaboracin. Robledo, ufano con su aporte, agreg: -Seor Jefe, debemos encarcelarlo por 30 aos para evitar que las familias de Salta vivan sobresaltadas. 16
-En eso estamos -respondi el Jefe, sonriendo por el trabalenguas del estpido. Luego dej su silla y extendi su mano a tan ilustre visitante. Este abandon la oficina con una sonrisa casi anglica, acompaado por uno de los funcionarios. -Seor Jefe -dijo afablemente el sacerdote- Cunta honradez hay en el mundo! Ya ve como gente buena (aunque no tenga muy claro el panorama), se desvive por colaborar con la Justicia. Yo vengo en una misin mucho ms humilde, propia de mi ministerio. -Usted dir, padre -respondi el Jefe. -Se trata, como dira, se trata de... -... de ese delincuente de Escobar- complet el acompaante con una mirada bizca. -Oh s, el seor Escobar -agreg el cura- ha preocupado a Monseor y quisiera saber si hay algo en firme sobre el asunto. -Vea, padre -respondi el Jefe con voz ahogada- estamos a punto de concluir el caso. Creo que hoy estar terminado. -Cree seor Jefe, o est seguro? -pregunt el bizco, con aire malicioso. -Bueno, faltan algunos datos. -Si usted me permite, aportar algunos -dijo el bizco. Ante la mirada benvola del sacerdote, el bizco abri una carpeta y antes de disponerse a leer argument: -Esto es lo que han escrito esos hippies seguidores del delincuente Escobar. Son palabras textuales y se refieren a nosotros, personas productivas, maduras y honorables. A continuacin, enton la voz y ley: En un ncleo de investigacin se estudiaron mil fichas. Estas contenan datos personales de mil individuos de distintas provincias argentinas. La base comn de ellos (y por eso los agrupo) consista en su actividad difamatoria del ramasmo. Variaban en edad, sexo, ocupacin y extraccin econmica. Los resultados fueron stos: 1) El 65 por ciento era casado y haba realizado su matrimonio para solucionar problemas econmicos. Los dems eran solteros o separados, sin perspectivas de ese tipo. 2) El 55 por ciento tena algn familiar prximo que haba estado en la crcel por delitos comunes. De ellos, el 12 por ciento haba tenido problemas personales con la Justicia ordinaria. 3) Un abrumador 80 por ciento se deca catlico prctico aunque era evidente que slo el 40 por ciento cumpla con el ritual ( y esto medianamente). 4) El 40 por ciento haba logrado ocupar su puesto gracias a influencias polticas. De ellos el 70 por ciento haba pasado por partidos de ideologas opuestas. 5) Slo un 2,5 por ciento haba transitado por alguno de nuestros grupos sin acceder a niveles de Trabajo Superior. Casi el total de ellos haba recibido amenazas veladas de ser despedido de su trabajo cotidiano si continuaba en los grupos. 6) El 3 por ciento reciba sueldo por su actividad difamatoria, y un 5 por ciento era utilizado oficiosamente por el sector interesado en ese tipo de campaas. 7) Se descubri que casi el 100 por ciento senta horror por ser difamado. 8) Finalmente no se pudo ponderar, pero fue sencillo intuir, un elevado porcentaje de frustrados e irregulares en su conducta sexual. En la investigacin se comprob que ordenados los porcentajes en sentido decreciente unos pocos llenaban todos los casilleros, pero a medida que disminuan los casilleros menos poblados, los nmeros de repeticiones crecan segn la frmula precisa. Hubo un porcentaje no despreciable de individuos de constitucin fsica defectuosa. Desde luego que tal porcentaje era superior al que se registra normalmente en el total de la poblacin. Termin de leer y abriendo sus ojos bizcos ms de la cuenta , agreg: -Dicen que nos tienen fichados, seor Jefe. Nos persiguen y se inmiscuyen en la vida privada que es lo ms sagrado que puede tener un padre de familia honorable. -Eso es muy grave -respondi el Jefe- Tenga a bien dejarme esa carpeta. -Por cierto -respondi el bizco - y se la extendi nerviosamente, mientras volteaba un cenicero. -Dios es grande y sabe perdonar -arremeti el cura- lo malo est, cuando aprovechando Su nombre, se realizan iniquidades y se pone en peligro la tradicin, la familia, la patria y la religin, -hizo una venerable pausa y continu- Yo personalmente, creo que el seor Escobar es un hombre bien intencionado, pero tal vez llevado por su temeridad y su imaginacin ha perdido el sano juicio, exponindose l y exponiendo a otros a peligros muy serios. Una nueva pausa, un gesto de rememoracin y luego- Monseor ha indicado que tal vez con un adecuado tratamiento siquitrico se lo reintegre a la sociedad y se lo sustraiga del mal que padece. Como prjimo nuestro y habiendo sido bautizado en la religin de sus mayores, nos vemos en la obligacin de ayudarlo y de sugerir a usted estas medidas. -Muy razonable y humanitario, padre -respondi el Jefe. El sacerdote continu: -Es una gran pena (que sentimos Monseor y yo) al ver desperdiciarse a un muchacho que tal vez hubiera servido a mejores destinos. Pero en fin, los senderos de Dios son inescrutables... Creerse mesas el hijo de dos nativos! Decir que no se conoce nada de su vida desde que sali del colegio, cuando est probado que tiene antecedentes penales y que fue detenido varias veces. Adems, seor Jefe, ha 17
compuesto una ensalada indigerible entre Platn, Marx, Freud y Nietzsche, hacindola pasar por su doctrina. Evidentemente desvara, hay que hacer algo por l. -As es, padre -agreg framente el Jefe. En ese momento son el telfono. El Jefe descolg y una voz dijo: -Oiga, deje de dar vueltas. Aqu no hay argumentos que valgan. -S, seor -respondi el Jefe. -Me entendi? El sujeto no nos conviene y hay que deshacerse de l. Eso es todo -puntualiz con voz metlica. -Pero, cmo debo hacer seor? -Usted sabe cmo! Nadie le va a poner problemas luego. Yo me hago responsable de todo. -Muy bien seor, yo cumplo -dijo el Jefe con tono de funcionario disciplinado. -Cae sobre m toda la responsabilidad. Ah, recuerde que no estoy solo! -agreg la voz y cort. El Jefe, evidentemente impresionado, colg el tubo y se disculp ante el religioso y el bizco. Luego abri una puerta lateral que daba a un toilette y se humedeci la cara mientras cavilaba silencioso. Cerr las canillas. Se sec y sali para sentarse nuevamente entre sus interlocutores. El padre continu argumentando, pero ya el Jefe no lo escuchaba. Mir su reloj, eran las 20 horas. Mir a los dos hombre e interrumpiendo el discurso del cura, dijo: -Seores, he tenido un gran placer en atenderlos. Tengan la seguridad de que esto se decide hoy: el profeta tendr su merecido. -El que se ha autodesignado el profeta! -replic el bizco. Casi sin control, el Jefe afirm: -Tal cual lo he dicho: el profeta tendr su merecido. Salud a los visitantes, los despidi y cay abatido en el sof. Poco tiempo despus, el Jefe llamaba desde un telfono pblico a Fernando y le daba los pormenores del caso. Terminada la conversacin, regres a su oficina.
Muerte y Resurreccin
Era alrededor de la media noche. A lo lejos algunas parejas en las sombras. Un hombre permaneca en la esquina como esperando. Un automvil que avanzaba a gran velocidad se detuvo junto a l, pero desde sus ventanillas partieron varios disparos, se vio caer un cuerpo al suelo. Los atacantes se fueron rpidamente y numerosas personas corrieron hacia el baleado. Casi al mismo tiempo otro coche se detuvo y entre todos los presentes se introdujo en el vehculo al hombre herido. Alguien que dijo ser el doctor Jimnez, afirm que la vctima haba fallecido. Al da siguiente, todos los medios de informacin dieron a conocer la siguiente noticia: El santn Rama fue ultimado en una disputa con otros malvivientes. Y explicaban: Anoche, alrededor de las 24, en la interseccin de Ayacucho y Paso de Vicente Lpez, se produjo un tumulto entre varios sujetos que, presumiblemente salan de un club nocturno. Por causa que la polica trata de aclarar, uno de ellos desenfund su arma y dispar cinco tiros contra su vctima, desplomndose sta en el acto. El resto de los asociales se dio a la fuga en un automvil. Casi en el mismo instante se hizo presente una patrulla de la seccional y tambin un mdico del Hospital Cabanillas, a donde fue conducido el delincuente herido, dejando de existir a los pocos minutos. La polica trata de esclarecer el hecho, y se labran las acusaciones correspondientes. Algunos diarios agregaban estas consideraciones: El occiso presentaba varios orificios de balas calibre 38. Este cronista pudo ver y fotografiar tres perforaciones en distintos puntos del cuerpo. Emitido el certificado de defuncin, el cadver fue entregado a cuatro personas que luego de prestar declaracin lo colocaron en un atad, llevndolo a aeropuerto para su traslado a Salta, ciudad donde recibir cristiana sepultura. Rama -segn se haca llamar- era Juan Carlos Escobar, argentino, soltero de 33 aos nacido en la ciudad de Salta. Sin oficio ni domicilio fijo. Tena fama de curandero entre la gente de los arrabales, pero parece que esa actividad encubra sus maniobras extremistas. Algunos recuerdan que protagoniz varios escndalos en Salta, Rosario, Crdoba y Buenos Aires el ao pasado, cuando fue detenido con varios hippies y elementos de extrema izquierda al organizar actos de protesta en los barrios de emergencia. Muchos jvenes y jovencitas que al principio siguieron con entusiasmo a este nuevo mesas, declararon en su contra al descubrir las patraas de que haban sido vctimas. La Iglesia Catlica, que fue blanco de sus invectivas lo trat con tolerancia, considerndolo una oveja descarriada al decir del prroco de Vicente Lpez. Tal actitud, ha permitido que sus restos reciban cristiana sepultura en el cementerio de Salta. As se cerraba el caso ante la opinin pblica. Los peridicos de la provincia haban publicado dos o tres avisos fnebres e invitaban a la inhumacin para el da siguiente. 18
Esa noche fue velado por cuatro personas, mientras un polica custodiaba la puerta del rancho. Hacia las 2 de la maana abrieron el cajn, sacaron a Rama y le dieron de beber un lquido que lo reconfort. El mismo mdico que lo recogi de la calle y extendi el certificado de defuncin, estaba ahora limpiando unas heridas superficiales y cambiando el vendaje. Luego, el grupo ajust unas planchas de plomo en el fondo del cajn y sold la caja con soplete, ajust la tapa y se dispuso a salir, quedando en el interior una sola persona. Se vio subir a tres individuos en un coche, mientras otro ms retrasado le daba dinero al polica con estas palabras: -Luego dirn que yo lo vend por dinero, qu gracioso! Y dicho esto, se sum al grupo que parti velozmente. A la maana siguiente los restos eran sepultados por un pequeo nmero de conocidos. Algunas mujeres lloraron y una de ellas en una crisis de nervios afirm que Rama viva. Entonces fue vuelta a la realidad con unos golpes en las mejillas. No hubo ningn sacerdote, ninguna cruz, contrariamente a lo notificado por la prensa. Casi al mismo tiempo, Rama y sus amigos se encontraban en Antofagasta listos para embarcar.
Eplogo
Cuado fueron cortados los hilos de los hombres muecos, de los hombres de palo, toda la algaraba se aquiet y se hizo un gran silencio. Slo unos pocos quedaron suspendidos y vivos, colgando de los grandes rboles, de los rboles-padres de la selva. El puma dijo: no. El yaguaret dijo: no. El gato-tambo dijo: no. El zorro dijo: no Todos los animales se alejaron, oliendo y sacando sus lenguas, pero no tocaron a los hombres de palo porque algo los protega y no queran morir. Entonces, por sobre los montes quemados y las ciudades quemadas y los cuerpos de los hombres mueco, de los hombres de palo quemados, llegaron las naves celestiales brillantes como el Sol, amables como el Sol. Y los seores despiertos de Agarthi y Shambal, cubrieron el cielo y la tierra y trajeron alimento a todo lo que era bueno.
Jaque al Mesas - H.van Doren Editorial Transmutacin Inscripcin N 38.017 Impreso en Chile Se termin de imprimir el 5 de Mayo de 1970 Sociedad Impresora Camilo Henrquez Ltda.
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