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Caso Acción Pauliana

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA SALA CIVIL TRANSITORIA

CASACIÓN N.º 3136-2006, CUSCO

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA;


VISTA la causa número tres mil ciento treintiséis - dos mil seis, con los acompañados, en
Audiencia Pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a ley, de conformidad
con lo opinado en el dictamen de la señora Fiscal Supremo en lo Civil, emite la siguiente
sentencia.

MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por Augusto
Gabino Calderón Álvarez y Ana Lechuga Alegría de Calderón mediante escrito de fojas
doscientos cincuenticinco, contra la sentencia de vista emitida por la Primera Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia del Cusco, de fojas doscientos cuarenticinco, su fecha
veintiuno de junio del dos mil seis, que confirma el auto dictado en la Audiencia de
Saneamiento Procesal, Conciliación y Pruebas, cuya acta obra a fojas noventidós, que
declaró saneado el proceso y la existencia de una relación jurídica procesal válida, y
confirma la sentencia apelada de fojas doscientos quince, que declara fundada la
demanda interpuesta por Delma Kopa Cruz y, en consecuencia, ineficaz el anticipo de
legitima del veinte de junio del dos mil tres otorgado por Augusto Gabino Calderón
Álvarez y Ana Lechuga Alegría de Calderón a favor de su hija Katy Gloria Calderón
Lechuga, integrándola en el sentido de que la ineficacia es respecto únicamente de la
demandante Delma Kopa Cruz, y declarando, asimismo, nulo y sin efecto los extremos
de la apelada en que se declara la ineficacia de la inscripción registral y ordena que las
cosas vuelvan al estado anterior del acto jurídico declarado ineficaz.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, el recurso de casación fue declarado procedente


mediante resolución del veinticuatro de octubre del dos mil seis, por la causal prevista
en el inciso tercero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, en
virtud de lo cual los recurrentes denuncian la contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, toda vez que: a) se ha transgredido lo
dispuesto en el inciso cuarto del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil, pues
las resoluciones deben expresar claramente lo que se decide en cualquier instancia, lo
que significa que ninguna decisión se presume o menos puede sobrentenderse su
efecto; y en el caso de autos el juzgado concedió a esta parte la apelación sobre el
resultado de las excepciones, sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida; sin
embargo, la Sala Superior sólo se pronuncia confirmando el auto que declara saneado
el proceso y la existencia de una relación jurídico procesal válida, en consecuencia, la
Sala no ha resuelto las excepciones, pues sólo reproduce el efecto de dichas
excepciones, mas no lo que debe decidir sobre ellas; b) la Sala Superior determina que
la pretensión instada es la de revocatoria de otorgamiento de escritura pública de
anticipo de legítima e inscripción registral, sin embargo desde el parágrafo tres punto
dos al tres punto siete el Colegiado analiza la ineficacia del acto jurídico de anticipo de
legítima como consecuencia de un fraude procesal; en tal sentido, se confunde el
continente con el contenido o, lo que es lo mismo, el acto jurídico de anticipo de
legítima, su ineficacia como consecuencia de un presunto fraude procesal y el
documento en el que el acto está contenido, incurriendo en un grave vicio de
incongruencia procesal en la motivación; c) la Sala Superior sostiene que, por razón de
economía procesal, debe pronunciarse sobre el fondo de la controversia, aun cuando
implícitamente la conclusión es que la sentencia es nula. Una cosa es pronunciarse por
economía procesal y otra cosa es renunciar a administrar justicia con sujeción a la ley
pretendiendo una supuesta celeridad procesal para justificar vicios de nulidad
existentes en el acto procesal materia de revisión, siendo que el principio que aplica la
Sala no puede salvar el vicio que afecta al acto; y,

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, al amparo del artículo ciento noventa y cinco del Código Civil, que regula
acción de ineficacia de acto jurídico (conocida también como acción revocatoria o
pauliana), Delma Kopa Cruz interpuso demanda para que se declare la revocatoria del
otorgamiento de la transferencia de la propiedad inmueble sito en el Pasaje San Pedro,
Manzana H - dos, Lote dieciséis, Urbanización Ttio, Distrito de Wanchaq, que efectuaron
Augusto Gabino Calderón Álvarez y Ana Lechuga Alegría de Calderón a favor de su hija
Katy Gloria Calderón Lechuga, contenido en la minuta y escritura pública de Anticipo de
Legítima del veinte de junio del dos mil tres, acto con el cual la codemandada Ana
Lechuga Alegría de Calderón, a sabiendas de la existencia de un adeudo impago que
afianzó a favor de la actora (ascendente a nueve mil dólares americanos) dispuso de su
patrimonio conocido dificultando el cobro de su acreencia.

Segundo.- Que, el petitorio así formulado no fue cuestionado por los demandados, y si
bien la codemandada Ana Lechuga Alegría de Calderón formuló excepción de oscuridad
o ambigüedad en el modo de proponer la demanda, fue porque consideraba que el
cobro del adeudo no debía dirigirse contra aquella sino contra los deudores y obligados
directos del mismo, y que ella es sólo una garante.

Tercero.- Que, las instancias de mérito se han pronunciado declarando la ineficacia de


la escritura pública de Anticipo de Legítima del veinte de junio del dos mil tres,
precisándose por el Colegiado Superior que aquella debe entenderse sólo respecto de
la demandante Delma Kopa Cruz, para lo cual recurren al análisis de la institución
regulada en el artículo ciento noventa y cinco del Código Civil; sin embargo, los
recurrentes sostienen que tal análisis no debió darse, ya que no se demanda la ineficacia
del acto jurídico, sino del documento que lo contiene, por lo que se habría incurrido en
causal de nulidad por transgresión al principio de congruencia procesal. Al respecto,
cabe señalar que el Juez, como director del proceso, tiene el deber de resolver el litigio
conforme a la norma sustantiva o material que verdaderamente corresponda, a fin de
efectivizar una justa composición del litigio, con arreglo a derecho; y si bien es cierto
que existe la limitación que impone el principio de congruencia procesal, dado que el
Juez sólo debe sentenciar según lo alegado y probado por las partes, sin embargo este
principio no se contradice con el deber de suplir y corregir la motivación jurídica de la
demanda (iura novit curia), sino por el contrario se complementan, pues es razonable y
coherente señalar que corresponde a las partes exponer y probar únicamente el
petitorio y los hechos que lo sustentan, y al Juez efectuar la calificación jurídica de los
mismos.
Cuarto.- Que, en tal contexto, se advierte que el petitorio expuesto por la demandante
y los hechos en los que se sustentan se encuentran perfectamente comprendidos en el
supuesto que regula el primer párrafo del artículo ciento noventa y cinco del Código
Civil, pues la ineficacia que se demanda es respecto del “otorgamiento de la
transferencia de la propiedad inmueble...”, es decir, respecto del acto jurídico
propiamente dicho y, como tal, correspondía analizar el caso concreto partiendo por
establecer y determinar los elementos constitutivos del fraude en el acto jurídico
cuestionado, y como es que ello determinaba la ineficacia de la escritura pública de
Anticipo de Legítima respecto de la actora, para efectos de que pueda hacer efectivo
contra la fiadora Ana Lechuga Alegría de Calderón el cobro de los créditos afianzados a
su favor. Por ello, cuando la Sala Superior procede a calificar los hechos aplicando el
derecho respectivo no contradice ni transgrede el principio de congruencia procesal, ya
que no confunde el acto jurídico con el documento que sirve para demostrarlo, más aún
si lo que persigue a través de la acción revocatoria o pauliana es la declaración de
ineficacia de los actos que perjudican el cobro de la acreencia de la actora que
finalmente se materializaron en la acotada escritura pública de Anticipo de legítima;
razón por la cual la denuncia contenida en el acápite b) de los fundamentos del recurso
no merecen ser amparada.

Quinto.- Que, los recurrentes alegan también que la Sala Superior no se habría
pronunciado sobre la apelación interpuesta contra el auto que resolvió las excepciones
deducidas, sino que se limita a confirmar el extremo que declaró saneado el proceso y
la existencia de una relación jurídica procesal válida. Es el caso señalar, en primer lugar,
que la apelación interpuesta por el abogado defensor de los demandados se dirigió
expresamente a impugnar “el acto que sanea el presente proceso”, tal como así se
consigna en el acta de la Audiencia de Saneamiento Procesal, Conciliación y Pruebas,
específicamente en el folio noventinueve; por ello, cuando el Colegiado Superior se
pronuncia confirmando el citado auto que declara saneado el proceso, no ha dejado de
pronunciarse sobre la apelación concedida en la referida audiencia ni se ha pronunciado
sobre algún extremo no apelado. En segundo lugar, se advierte de la lectura de la misma
acta que la impugnación estuvo dirigida a cautelar únicamente los derechos de la
codemandada Katy Gloria Calderón Lechuga, respecto a la excepción deducida por su
parte, tal como así se consigna a fojas cien, pues los fundamentos expuestos por el
abogado defensor estuvieron dirigidos a sustentar la falta de legitimidad para obrar de
aquella codemandada, por el hecho de no haber tenido participación alguna en la
obligación dineraria asumida por su madre Ana Lechuga de Calderón; en tal sentido, se
advierte que, de haber incurrido el Colegiado Superior en alguna omisión al
pronunciarse en apelación sobre la defensa de forma deducida, ello sólo hubiera
afectado a la codemandada Katy Gloria Calderón Lechuga y no a los recurrentes, por lo
que se advierte que éstos carecen de interés alguno para pretender cuestionar vicios de
nulidad en la recurrida, pues la presunta omisión no les agravia, siendo de aplicación lo
normado en el artículo ciento setenta y cuatro del Código Procesal Civil. En tercer lugar,
conforme se desprende del numeral tres punto uno de la sentencia de vista, el Colegiado
Superior se pronunció expresamente sobre las excepciones deducidas tanto por la
codemandada Katy Gloria Calderón Lechuga como por la codemandada Ana Lechuga de
Calderón, por lo que se ha cumplido a cabalidad con motivar, en extenso, lo que se
decide respecto de la apelación diferida, resolviéndola conforme a ley; razón por la cual
la causal procesal contenida en el acápite a) de los fundamentos del recurso de casación
tampoco resulta amparable.

Sexto.- Que, finalmente, los recurrentes sostienen que los vicios procesales advertidos
por la Sala Superior debieron motivar la declaratoria de nulidad de la sentencia apelada
y no su confirmatoria, pues aquellos vicios no podían salvarse aplicando el principio de
economía procesal. Los vicios procesales advertidos por el Colegiado Superior, a que se
refieren los recurrentes, son dos: 1) el pronunciamiento extra petita incurrido por el Juez
de la causa al declarar “que las cosas vuelvan al estado anterior al acto declarado
ineficaz”, y 2) que debe considerarse que la inoponibilidad o ineficacia del acto ineficaz
se produce únicamente respecto del acreedor. Ambos puntos motivaron que el
Colegiado: i) integre la sentencia apelada en el sentido que se entienda que la ineficacia
declarada es únicamente respecto de la demandante Delma Kopa Cruz, y ii) anule la
misma sentencia en los extremos que se declara la ineficacia de la inscripción registral y
ordena que las cosas vuelvan al estado anterior del acto jurídico declarado ineficaz.

Sétimo.- Que, al respecto, debe tenerse en cuenta que la acción revocatoria o pauliana
persigue como finalidad principal que el acreedor quirografario o insuficientemente
garantizado pueda ejecutar su crédito sobre los bienes objeto del acto fraudulento, no
obstante que ya no pertenezcan al deudor, es decir, se coloca a los bienes materia de
enajenación en situación que puedan ser embargados y rematados judicialmente por el
acreedor, subsistiendo el acto celebrado entre el deudor que transfirió o enajenó y el
tercero que adquirió, reputándose válido y eficaz entre ellos, pero inoponible al
acreedor demandante. Tal es la conclusión a la que igualmente arriba el Juez de la causa
al emitir su sentencia, sin embargo, sin referir motivación alguna, aquel extendió los
alcances de su fallo en la parte resolutiva en los términos ya referidos en el sexto
considerando de la presente resolución. Es evidente que tal pronunciamiento del A quo
es producto de una errónea interpretación de los alcances del instituto de la ineficacia
del acto jurídico regulado en los artículos ciento noventa y cinco y siguientes del Código
Civil, la misma que sólo requería ser corregida pues, en esencia, se resolvió conforme al
petitorio demandado. En consecuencia, y atendiendo a que la corrección en la
motivación no modificaría sustancialmente el sentido de lo resuelto, en la medida que
los magistrados han declarado que el acto jurídico cuestionado es, en efecto, ineficaz,
no había lugar a declarar la nulidad de la sentencia impugnada.

Octavo.- Que, cabe agregar a lo expuesto que la omisión incurrida por el Juez de la causa
al no precisar que la ineficacia declarada es sólo respecto de la demandante se
circunscribe únicamente a la parte resolutiva de su fallo, pues en la parte considerativa
del mismo, específicamente en el considerando tercero, sí se señala el efecto que
persigue la acción revocatoria; por tanto, no procedía declarar la nulidad de la sentencia
apelada, sino sólo su integración en la parte omitida, al amparo del último párrafo del
artículo ciento setenta y dos del Código Procesal Civil.

Noveno.- Que, por lo demás, conforme a los principios de trascendencia y conservación


del acto procesal, no cabe declararse la nulidad del mismo cuando existan dudas sobre
los defectos o vicios que se alegan, salvo que se haya afectado el derecho de defensa de
una de las partes, circunstancia última que no se advierte en autos. En consecuencia,
cuando el Colegiado Superior procede a integrar la apelada y anular los extremos
resolutivos que no se ajustan a los efectos de la acción revocatoria o pauliana contenida
en el artículo ciento noventa y cinco del Código Civil, invocando para ello el principio de
economía procesal, no ha renunciado a su deber de administrar justicia, como afirman
los recurrentes; razón por la cual la causal procesal contenida en el acápite c) de los
fundamentos de recurso también debe ser desestimada. Décimo.- Que, siendo así, al no
verificarse la causal de contravención de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso, el recurso de casación debe ser desestimado, procediendo conforme a
lo normado en los artículos trescientos noventa y siete, trescientos noventa y ocho y
trescientos noventa y nueve del Código Procesal Civil; por cuyas razones, Declararon:
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Augusto Gabino Calderón Álvarez y
Ana Lechuga Alegría de Calderón mediante escrito de fojas doscientos cincuenticinco;
en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fojas doscientos cuarenticinco,
su fecha veintiuno de junio del dos mil seis; CONDENARON a la parte recurrente al pago
de las costas y costos originados por la tramitación del presente recurso, así como al
pago de una multa ascendente a dos Unidades de Referencia Procesal; ORDENARON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por
Delma Kopa Cruz contra Augusto Gabino Calderón Álvarez y Otros sobre ineficacia de
acto jurídico (acción revocatoria o pauliana), Vocal Ponente señor Ticona Postigo; y los
devolvieron.-

S.S. TICONA POSTIGO, SOLIS ESPINOZA, PALOMINO GARCÍA, CASTAÑEDA SERRANO,


MIRANDA MOLINA.

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