Tema 1
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Maestría Gestión del Cuidado
Compilador: Humberto Elizalde Ordoñez
TEMA 1
Epistemología y metodología en Ciencias de la salud.
Los estudios de posgrado se orientan a profundizar el conocimiento y la práctica profesional a
partir de los fundamentos científicos de campos específicos del saber y el quehacer humano
que se han construido para atender los problemas que derivan de las necesidades sociales que
surgen de estar en el mundo.
Esto implica promover el desarrollo científico y profesional de los estudiantes para posibilitar la
consolidación de la capacidad innovadora, técnica y metodológica del estudiante a partir del
ámbito de formación que surge desde la práctica científica, el aprendizaje autónomo y la
actitud crítica.
En el área de ciencias de la salud, los estudios de posgrado enfrentan la necesidad de formar
recursos humanos de alto nivel, con capacidad de pensar epistémicamente para situarse frente
a la realidad que se quiere conocer y de esta manera analizar los diferentes niveles del proceso
salud-enfermedad, problematizar la experiencia y generar hipótesis que permitan rediseñar
modelos y proponer nuevos axiomas, leyes, teorías y modelos. La formación orientada hacia el
pensamiento epistémico en los estudios de posgrados a nivel de maestría y doctorado
posibilita trascender la formación de investigadores.
La actitud inquisitiva del pensamiento epistémico en la reconstrucción de preguntas de
investigación aproxima al estudiante al desempeño innovador de su quehacer científico y
adquiere un papel estratégico en la generación de conocimiento socialmente útil en el ámbito
de la salud y la enfermedad.
La tendencia del mercado profesional en ciencias de la salud en el contexto del desarrollo
científico y tecnológico del siglo XXI permiten fundamentar la necesidad de incorporar el
debate epistemológico de la realidad social de la salud y la enfermedad a las actividades de
investigación en salud.
Esto implica identificar la relevancia teórica, metodológica o analítica de los avances de las
ciencias de la salud y rehabilitar el núcleo epistemológico del proceso salud- enfermedad.
Identificar, examinar, comprender y tratar epistemológicamente los problemas de salud
requiere incorporar la epistemología a los programas de posgrado en ciencias de la salud; sin
embargo, surgen diversas interrogantes: ¿cuál es la visión temática sobre la epistemología que
se debe ofrecer durante el programa de posgrado en la formación del estudiante en el área de
ciencias de la salud?, ¿cuáles son los enfoques epistémicos que se requieren para el análisis de
los problemas en salud?, ¿cuáles son las áreas que propician el desarrollo epistemológico de la
investigación en salud?, ¿cuáles son los principios gnoseológicos y ontológicos que
fundamentan las ciencias de la salud? En resumen, ¿qué enseñar?
Atendiendo a estas cuestiones, se realizó el estudio con el propósito de caracterizar los campos
problemáticos que fundamenten el diseño de un programa académico para el curso de
epistemología que se imparte en los posgrados de ciencias de la salud.
En lo que respecta a la investigación, se consideran tres orientaciones:
La investigación como procedimiento dialéctico de relaciones cognitivas del sujeto con el
mundo de la vida. Tiene por finalidad propiciar y fomentar el interés, el espíritu creativo y
de indagación en un proceso de aprendizaje, que se alimentará tanto de las fuentes de
información como de la confrontación de los participantes en su grupo de aprendizaje.
La investigación como acercamiento a la realidad a partir de la praxis. El conocimiento no
puede construirse de manera contemplativa y pasiva, sino por medio de la acción
transformadora que el estudiante-investigador realiza, de manera que la investigación se
considera un proceso de reflexión-acción permanente para cuestionar a la realidad y, en
consecuencia, como proceso de construcción de alternativas de solución para atender las
necesidades sociales que afectan al hombre al estar en el mundo.
TEMA II
Aspectos éticos de la investigación en Ciencias de la Salud.
La ética de la investigación en Salud cristaliza una tensión entre los valores que subyacen a
los derechos humanos universales, los objetivos y principios que rigen a la Medicina (en
relación a la promoción de la salud y el bienestar de las personas), y el objetivo que persigue la
investigación en Salud (generar conocimiento generalizable para mejorar la salud y el bienestar
y/o aumentar la comprensión de la biología humana). Estos principios y objetivos pueden
confrontar en el intento de lograr sus respectivas metas, y en el intento de orientar las
prácticas en la investigación, de modo que sean respetuosas de los derechos humanos, se ha
diseñado un marco ético normativo a tal fin.
El primer pronunciamiento internacional en tal sentido fue dado por el Código de
Núremberg como expresión de la ruptura de un paradigma que había regido a la ciencia por
casi dos siglos. Las investigaciones realizadas por médicos nazis en la Segunda Guerra Mundial
fueron la clara demostración de que la búsqueda de objetivos de conocimientos puede estar
completamente reñida con los intereses de los seres humanos y las sociedades y aún más, que
las acciones llevadas a cabo por médicos e investigadores no están desprovistas de
responsabilidad moral, bajo la premisa de una supuesta neutralidad moral de la ciencia.
El Código de Núremberg rompe aquel paradigma, marcando el surgimiento de una nueva
etapa en la investigación biomédica, en la que un modelo dialógico reemplazó al monológico
que rigió las acciones en investigación hasta entonces. Ya no es un conjunto de normas propias
e internas al campo de la biomedicina el que ha de regir las prácticas que llevan adelante los
investigadores, sino que estas normas han de ser el resultado de un diálogo entre la
biomedicina y las estructuras sociales y políticas, basándose en el respeto de los bienes y
valores propios a la sociedad que subyacen a los derechos humanos.
No es casual que esta época coincida precisamente con la aprobación por parte de las
Naciones Unidas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1945, la cual se
presenta como el espejo en el que todas las prácticas deben reflejarse para encontrar la vía
correcta que las oriente. Estos dos conjuntos de principios inauguran una etapa diferente de
los marcos ético-normativos y las regulaciones de la investigación biomédica.
Desde entonces y hasta nuestros días se han aprobado numerosas normativas que han ido
formando un marco internacional de pautas éticas progresivamente enriquecido, el cual gozó
de consenso internacional hasta los años ’90. El documento más relevante en este sentido y
que ha seguido a los dos antes mencionados, ha sido la Declaración de Helsinki, elaborada y
aprobada por la Asamblea Médica Mundial (su primera versión fue en el año 1964) la cual
contó con una legitimidad dentro de la comunidad médica que fue incrementándose desde su
aprobación hasta los años ’90. Otros documentos internacionales que han ganado gran
aceptación han sido las Normas CIOMS (1989, 1993, 2002), las Normas CIOMS
epidemiológicas, el Convenio sobre Derechos Humanos y la Biomedicina (Oviedo, 1997),
las Guías Operacionales para Comités de Ética que evalúan investigación biomédica (OMS,
2000) y los documentos que ha aprobado la UNESCO como la Declaración Universal sobre el
Genoma Humano y los Derechos Humanos (1997), la Declaración Internacional sobre los
Datos Genéticos Humanos (2003) y, particularmente, la Declaración Universal sobre Bioética y
Derechos Humanos (DUBDH) del año 2005. Otro documento, aprobado en EE.UU. en el año
1978, fue el Informe Belmont, cuya propuesta ganó gran difusión internacional a pesar de no
estar respaldado por un organismo internacional.
Toda la historia de los documentos internacionales ha sido la respuesta ética a distintas
violaciones de los derechos humanos de los participantes de la investigación a nivel mundial.
Estas situaciones pusieron en evidencia que aún con la existencia de códigos y declaraciones,
Catedra: Investigación en Salud
Los contenidos del documento no son autoría del docente, es el resultado de la compilación de
varias fuentes, fines académicos de enseñanza aprendizaje
Separata N.º 1
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se hacen necesarios controles muy estrictos, tanto gubernamentales como de cuerpos
independientes locales, regionales e internacionales, que evalúen los aspectos éticos de la
investigación en Salud, tarea de los comités de ética de investigación (CEI). Pero también son
necesarias legislaciones locales en los países donde se realizan las investigaciones, que
interpreten las normas internacionales a la luz de los contextos locales y establezcan sus
propias normativas sobre la base del respeto por los derechos humanos y las libertades
fundamentales.
Cada violación de los derechos humanos requirió la inclusión de nuevas y más complejas
especificaciones en las declaraciones internacionales que aseguren el respeto por la dignidad,
la seguridad, el bienestar y los derechos de los/las participantes de la investigación, al mismo
tiempo que se fueran creando y adaptando las legislaciones nacionales. En este sentido, en el
campo de la ética de la investigación en Salud, la universalidad de las normas no está reñida
con su adecuación a las condiciones contextuales si se rigen por el respeto de la dignidad de las
personas. De este modo, la mayor parte de las declaraciones internacionales coinciden en un
punto fundamental que está en la base de la ética de la investigación, el respeto por la
dignidad de las personas.
Tanto la Declaración de Helsinki como la DUBDH, son muy claras en este sentido al plantear
que el interés del sujeto debe primar siempre por sobre el interés de la ciencia y el de la
sociedad. Este principio establece el lazo indeleble que debe unir las prácticas profesionales,
como son las prácticas científicas, con los valores y principios que rigen el orden social, es decir
los derechos humanos fundamentales. Ninguna práctica debería desarrollarse por fuera de
este marco ético y legal normativo.
La DUBDH establece en su artículo 3° el principio sobre dignidad humana y derechos humanos,
planteando las dos premisas que se encuentran en la base de toda la Declaración.
Se habrán de respetar plenamente la dignidad humana, los derechos humanos y las
libertades fundamentales.
Los intereses y el bienestar de la persona deberían tener prioridad con respecto al interés
exclusivo de la ciencia o la sociedad.
Como se verá en lo que sigue, estos dos principios iluminan toda la evaluación ética de la
investigación en la que participan seres humanos y dan respuesta a muchos de los argumentos,
algunos muy confusos que intentan esgrimirse para soslayar el respeto por los derechos
humanos, proponiendo anteponer el valor social, el valor científico o solo el interés financiero
como objetivos legítimos a ser perseguidos, aún a riesgo de tener que hacer algunos
“sacrificios”.
Se podría afirmar que hasta los años ’90 hubo un consenso sobre estos puntos. Desde
entonces se ha producido un progresivo debilitamiento de los instrumentos normativos
internacionales, en particular la Declaración de Helsinki hasta su última versión de Fortaleza
2013 y las normas CIOMS (que se encuentran nuevamente en revisión luego de su versión del
2002). Estos cambios han sido cuestionados en numerosos trabajos y es un tema fundamental
para el análisis de todo el cuerpo de principios que ha de regir las investigaciones y, en
particular, para el diseño de políticas públicas en los países de bajos y medianos ingresos que
se funden en estas normas.
Investigaciones respetuosas de la ética: Los aspectos que deben ser considerados. Desde
el Código de Núremberg se dio un gran valor al consentimiento informado de los participantes
en la investigación, pero en los años siguientes se fueron incluyendo otros criterios que deben
ser tenidos en cuenta en la evaluación ética de las mismas y que son previos a la decisión
individual de los participantes. Esto quiere decir que deben ser evaluados por los gobiernos y
por comités de ética independientes del país donde se realiza la investigación, no dejando que
sean los propios participantes los que puedan decidir sobre ello a riesgo de exponerse a
situaciones de inducción indebida o de explotación.