Capitulo 2
Capitulo 2
Capitulo 2
EL LENGUAJE.
El lenguaje como dominio consensual.
Comprendemos que los individuos tienen capacidad para el lenguaje y que por lo tanto
precede a este. Nos oponemos a esto, creemos que el individuo se constituye en el
lenguaje, claramente para que el individuo hable y escuche se deben dar una serie de
capacidades biológicas , sin embargo el lenguaje es un fenómeno social, no biológico,
puesto que nace de la interacción entre los seres humanos, es en esta interacción donde
aparece la constitución del dominio consensual, el compartir una misma serie de signos
( gestos, sonidos, etc), sin este no hay lenguaje.
Debemos destacar que nos referimos al lenguaje a través y desde el lenguaje, debemos ser
precavidos en cuanto a que los signos, objetos, eventos y acciones son constituidas como
tales en el lenguaje.
Un objeto es una relación lingüística que establecemos con nuestro mundo y están
constituidos en el lenguaje, traen nuestra marca humana y dicen algo sobre nosotros, una
taza de té es una taza de té para nosotros, no para la mosca que se posa sobre ella.
Los seres humanos han desarrollado la capacidad del lenguaje por la estructura del sistema
nervioso, nuestros órganos vocales y auditivos, por condiciones biológicas que permiten
operar en el lenguaje, las cuales surgen de la interacción social.
Los seres humanos somos seres lingüísticos y como tales buscamos darle sentido a
nuestra vida, cuando preguntamos a alguien su nombre, obtenemos una historia, un relato,
un fenómeno social, porque crece en una cultura lingüística y somos lo que somos debido a
esa cultura, idioma y costumbres. Al modificar el relato de quiénes somos, modificamos
nuestra identidad.
El individuo no puede ser separado de su relato. Ese relato es constitutivo de lo que el
individuo es, ya que es, en los relatos que hacemos de nosotros y de otros, donde
generamos lo que somos.
El inconveniente que hay con ello es que sigue siendo una comprensión individual del
individuo y, como tal, no toma suficientemente en cuenta el carácter social del lenguaje. Se
debe establecer, un segundo punto importante a este respecto “en tanto individuos, somos
lo que somos debido a la cultura lingüística en la que crecemos y a nuestra posición en el
sistema de coordinación de la coordinación del comportamiento (del lenguaje) al que
pertenecemos” en este sentido el individuo es también una construcción y un fenómeno
social. La forma en la que actuamos en la vida no es arbitraria descansa en la historia como
en las prácticas vigentes de la comunidad a que pertenecemos, nos constituimos dentro y a
partir del trasfondo de esos metarrelatos que llamamos discursos históricos.
El lenguaje, va más allá de la capacidad de contar historias, del discurso, es un sistema de
coordinación de la coordinación del comportamiento y está presente en nuestras acciones.
La producción de relatos es una forma de actuar en la vida, cada comunidad desarrolla sus
propios modos de enfrentar la vida. Estos modos de hacer las cosas, de la manera como las
hace la comunidad, los llamamos las prácticas sociales.
Los individuos se constituyen como tales a partir del lugar que los seres humanos
ocupan dentro de sistemas lingüísticos más amplios.
Sabemos sobre la importancia, para el individuo, de los discursos históricos, esto forma
parte de un aspecto en el lenguaje de la comunidad, además está enclavado en sus
prácticas sociales. Existen diferencias individuales entre ellos, algunas de ellas son
biológicas, no es sólo en el campo de la biología donde podemos fundamentar las
diferencias individuales, el individuo es una entidad lingüística, significativa dentro de un
sistema más amplio de lenguaje.
Somos lo que somos a partir de las relaciones que establecemos con los demás. El
individuo es constituido como la suma de sus relaciones con los demás. Las
individualidades serán diferentes si en un sistema somos el empleador o el empleado, el
padre o el hijo, el hijo mayor, el del medio o el menor, el actor o el espectador, etcétera. Uno
de los principales méritos de la psicología sistémica ha sido precisamente reconocer la
función de los sistemas sociales (en especial el de la familia) en la configuración del
proceso de individualización.