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Clase 4 Primer y Segundo Principio

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CLASE 4

•PRIMER Y
SEGUNDO
PRINCIPIO
Primera tesis o principio general de la ontología del lenguaje.

Primer principio:

No sabemos cómo las cosas son. Sólo


sabemos cómo las observamos o cómo
las interpretamos. Vivimos en mundos
interpretativos.
Las cosas son como decimos
• Debemos abandonar toda pretensión de acceso a la verdad.
Pues, ¿qué otra cosa es la verdad sino precisamente la
pretensión de que «las cosas son» como decimos?

• Sostenemos que la verdad, en nuestro lenguaje ordinario,


alude a un juicio que realizamos sobre una determinada
proposición lingüística que le atribuye a ésta la capacidad de
dar cuenta de «cómo las cosas son».
Ser y Verdad
• Ser y verdad son dos pilares fundamentales y mutuamente
dependientes de la armazón metafísica. Verdad y acceder al
ser son dos formas de referirse a lo mismo. Si, por lo tanto, se
bloquea el acceso al ser (al cómo las cosas «son»), se bloquea
simultáneamente cualquier pretensión de acceso a la verdad.
Nietzsche, hablando sobre la relación entre pensamiento y ser,
sostiene: «Parménides dijo: 'No se puede pensar el no-ser'.
Colocándonos en el extremo opuesto, decimos: todo aquello
que puede ser pensado es, con seguridad, ficticio». Si
examinamos el postulado que afirma nuestra capacidad de
acceder al ser de las cosas y, por lo tanto a la verdad, nos
encontramos de inmediato con múltiples dificultades.
• El conocimiento revela tanto sobre lo observado
como sobre quien lo observa. Perfectamente
podríamos decir: dime lo que observas y te diré
quién eres. Esta es, precisamente, una de las
premisas centrales de la disciplina que hemos
bautizado con el nombre de «coaching
ontológico».

• Sostenemos que lo que acabamos de señalar


representa una de las intuiciones más geniales
de la filosofía de Nietzsche. Este siempre procura
establecer la conexión entre las interpretaciones
y el intérprete, entre lo dicho y quien lo dice (el
orador).
• Para la lógica moderna las cuestiones de verdad se limitan a
asegurar la coherencia interna entre distintas proposiciones. Ello
implica que sólo podemos hablar de verdad al interior de
determinados sistemas de proposiciones. Lo que no podemos
hacer es asegurar la verdad del sistema en cuanto tal por cuanto
todo sistema de conocimiento descansa en supuestos que no
son parte del sistema en cuestión, y el sistema del cual tales
supuestos forman parte descansa, a su vez, en supuestos que,
nuevamente, tampoco pertenecen a dicho sistema, y así
sucesivamente. La verdad, por lo tanto, es simplemente un
juego lógico de coherencias internas dentro de un sistema
«dado». En este contexto, decir que algo es verdadero sólo
equivale a sostener que es coherente con otras proposiciones
que aceptamos como válidas. Esto muestra la circularidad del
conocimiento, como lo reconociera la hermenéutica.

• Hermenéutica: Técnica o método de interpretación de textos.


La verdad
• Sostenemos que al sacrificar el criterio de la verdad no
quedamos desprovistos de otros criterios de discernimiento
para discriminar entre distintas interpretaciones.

• En una frase: no toda interpretación es igual a cualquier otra.


Lo que permite discernir entre diferentes interpretaciones es
el juicio que podamos efectuar sobre el poder de cada una de
ellas.
El lenguaje, sostenemos, no es inocente.
• Toda proposición, toda interpretación, abre
y cierra determinadas posibilidades en la
vida, habilita o inhibe determinados cursos
de acción. A esto nos referimos cuando
hablamos del poder de distintas
interpretaciones: a su capacidad de abrir o
cerrar posibilidades de acción en la vida de
los seres humanos. Este es el criterio más
importante que podemos utilizar para
optar por una u otra interpretación.
• Nos permite sostener que la interpretación
que aquí llamamos la ontología del lenguaje
puede abrir posibilidades de acción y de
intervención que otras interpretaciones no
pueden ofrecer. Considerando a los seres
humanos como seres lingüísticos (y a partir
de las sucesivas reinterpretaciones que
hacemos a partir de este primer postulado),
reivindicamos que abrimos posibilidades de
intervención en la vida que están cerradas
en otras interpretaciones.
• Hemos dicho que, tanto lo que postulamos ser,
como lo que postulamos que es el mundo en que
vivimos, son construcciones lingüísticas.

• Al revisar los postulados aquí planteados, en


función de una visión del lenguaje como acción y,
por lo tanto, como generador de realidad y de ser,
podemos ahora establecer una importante tesis
sobre los seres humanos. La llamaremos el
segundo principio de la ontología .
Segundo principio:
• No sólo actuamos de acuerdo a cómo
somos, (y lo hacemos), también
somos de acuerdo a cómo actuamos.
La acción genera ser. Uno deviene de
acuerdo a lo que hace.
• El programa metafísico privilegia una relación que
va del ser a la acción. Tras cada acción, éste supone
que siempre hay un ser, un sujeto, que se revela
mediante la acción realizada. Nuestras acciones
revelan nuestra forma de ser. No cuestionamos
esto. Comprendemos la importancia de observar las
acciones humanas para comprender cómo son los
humanos. Este es uno de los principios básicos del
«coaching» ontológico y dentro del cual nos es
posible efectuar lo que llamamos una
«interpretación ontológica». Al observar la forma en
que un individuo actúa (y no olvidemos que el
lenguaje es acción), el «coaching» ontológico puede
interpretar la forma de ser de tal persona.
• Nuestras acciones no sólo revelan cómo somos,
también nos permiten transformarnos, ser
diferentes, devenir. Este es un segundo principio del
«coaching» ontológico y nos capacita para realizar
lo que llamamos «intervención ontológica». Al
hacer posible que una persona actúe de un modo
determinado (y, nuevamente, no olvidemos que el
lenguaje es acción), el «coaching» ontológico le
permite moverse en una determinada dirección y
dejar atrás sus antiguas formas de ser. La acción,
por lo tanto, no es sólo la manifestación de un
determinado ser que se despliega en el mundo, es
también la posibilidad de que ese mismo ser se
trascienda a sí mismo y devenga un ser diferente.
Humberto Maturana
• Biólogo en quien nos apoyaremos, siempre insiste en
recordárnoslo, sólo podemos hacer lo que nuestra biología nos
permite; no podemos traspasar los límites de nuestras
capacidades biológicas. Sin la estructura particular del sistema
nervioso humano, y sin los desarrollados sentidos con los que
están equipados los seres humanos, no tendríamos la capacidad
de oír y hablar en la forma en que lo hacemos. Pero el lenguaje
no es generado por nuestras capacidades biológicas. Los «niños-
lobo» (aquellos niños criados en la selva por los lobos y no por
seres humanos), que tienen todas estas capacidades biológicas,
no desarrollan aquello que conocemos como el lenguaje
humano. El lenguaje, postulamos, no es desarrollado por un ser
humano aislado. El lenguaje nace de la interacción social entre
los seres humanos. En consecuencia, el lenguaje es un
fenómeno social, no biológico.
• Aparece una precondición fundamental del
lenguaje: la constitución de un dominio
consensual. Hablamos de consensualidad
dondequiera que los participantes de una
interacción social comparten el mismo sistema
de signos (gestos, sonidos, etcétera) para
designar objetos, acciones o acontecimientos en
orden a coordinar sus acciones comunes.

• Sin un dominio consensual no hay lenguaje.


Tarea
• Escuchar o leer el primer capitulo de la ontología del lenguaje.

• Escribir mis supuestos, mis acuerdos o desacuerdos.

• Indaga sobre tú manera de interpretar.

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