1) No podemos acceder directamente a la verdad o a cómo son realmente las cosas, sino sólo a cómo las interpretamos o observamos desde nuestros marcos lingüísticos e interpretativos.
2) Nuestras acciones no sólo revelan nuestra forma de ser, sino que también nos permiten transformarnos y convertirnos en seres diferentes.
3) El lenguaje surge de la interacción social entre los seres humanos, no de capacidades biológicas, y requiere de un dominio consensual de signos compartidos.
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1) No podemos acceder directamente a la verdad o a cómo son realmente las cosas, sino sólo a cómo las interpretamos o observamos desde nuestros marcos lingüísticos e interpretativos.
2) Nuestras acciones no sólo revelan nuestra forma de ser, sino que también nos permiten transformarnos y convertirnos en seres diferentes.
3) El lenguaje surge de la interacción social entre los seres humanos, no de capacidades biológicas, y requiere de un dominio consensual de signos compartidos.
1) No podemos acceder directamente a la verdad o a cómo son realmente las cosas, sino sólo a cómo las interpretamos o observamos desde nuestros marcos lingüísticos e interpretativos.
2) Nuestras acciones no sólo revelan nuestra forma de ser, sino que también nos permiten transformarnos y convertirnos en seres diferentes.
3) El lenguaje surge de la interacción social entre los seres humanos, no de capacidades biológicas, y requiere de un dominio consensual de signos compartidos.
1) No podemos acceder directamente a la verdad o a cómo son realmente las cosas, sino sólo a cómo las interpretamos o observamos desde nuestros marcos lingüísticos e interpretativos.
2) Nuestras acciones no sólo revelan nuestra forma de ser, sino que también nos permiten transformarnos y convertirnos en seres diferentes.
3) El lenguaje surge de la interacción social entre los seres humanos, no de capacidades biológicas, y requiere de un dominio consensual de signos compartidos.
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CLASE 4
•PRIMER Y SEGUNDO PRINCIPIO Primera tesis o principio general de la ontología del lenguaje.
Primer principio:
No sabemos cómo las cosas son. Sólo
sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos. Las cosas son como decimos • Debemos abandonar toda pretensión de acceso a la verdad. Pues, ¿qué otra cosa es la verdad sino precisamente la pretensión de que «las cosas son» como decimos?
• Sostenemos que la verdad, en nuestro lenguaje ordinario,
alude a un juicio que realizamos sobre una determinada proposición lingüística que le atribuye a ésta la capacidad de dar cuenta de «cómo las cosas son». Ser y Verdad • Ser y verdad son dos pilares fundamentales y mutuamente dependientes de la armazón metafísica. Verdad y acceder al ser son dos formas de referirse a lo mismo. Si, por lo tanto, se bloquea el acceso al ser (al cómo las cosas «son»), se bloquea simultáneamente cualquier pretensión de acceso a la verdad. Nietzsche, hablando sobre la relación entre pensamiento y ser, sostiene: «Parménides dijo: 'No se puede pensar el no-ser'. Colocándonos en el extremo opuesto, decimos: todo aquello que puede ser pensado es, con seguridad, ficticio». Si examinamos el postulado que afirma nuestra capacidad de acceder al ser de las cosas y, por lo tanto a la verdad, nos encontramos de inmediato con múltiples dificultades. • El conocimiento revela tanto sobre lo observado como sobre quien lo observa. Perfectamente podríamos decir: dime lo que observas y te diré quién eres. Esta es, precisamente, una de las premisas centrales de la disciplina que hemos bautizado con el nombre de «coaching ontológico».
• Sostenemos que lo que acabamos de señalar
representa una de las intuiciones más geniales de la filosofía de Nietzsche. Este siempre procura establecer la conexión entre las interpretaciones y el intérprete, entre lo dicho y quien lo dice (el orador). • Para la lógica moderna las cuestiones de verdad se limitan a asegurar la coherencia interna entre distintas proposiciones. Ello implica que sólo podemos hablar de verdad al interior de determinados sistemas de proposiciones. Lo que no podemos hacer es asegurar la verdad del sistema en cuanto tal por cuanto todo sistema de conocimiento descansa en supuestos que no son parte del sistema en cuestión, y el sistema del cual tales supuestos forman parte descansa, a su vez, en supuestos que, nuevamente, tampoco pertenecen a dicho sistema, y así sucesivamente. La verdad, por lo tanto, es simplemente un juego lógico de coherencias internas dentro de un sistema «dado». En este contexto, decir que algo es verdadero sólo equivale a sostener que es coherente con otras proposiciones que aceptamos como válidas. Esto muestra la circularidad del conocimiento, como lo reconociera la hermenéutica.
• Hermenéutica: Técnica o método de interpretación de textos.
La verdad • Sostenemos que al sacrificar el criterio de la verdad no quedamos desprovistos de otros criterios de discernimiento para discriminar entre distintas interpretaciones.
• En una frase: no toda interpretación es igual a cualquier otra.
Lo que permite discernir entre diferentes interpretaciones es el juicio que podamos efectuar sobre el poder de cada una de ellas. El lenguaje, sostenemos, no es inocente. • Toda proposición, toda interpretación, abre y cierra determinadas posibilidades en la vida, habilita o inhibe determinados cursos de acción. A esto nos referimos cuando hablamos del poder de distintas interpretaciones: a su capacidad de abrir o cerrar posibilidades de acción en la vida de los seres humanos. Este es el criterio más importante que podemos utilizar para optar por una u otra interpretación. • Nos permite sostener que la interpretación que aquí llamamos la ontología del lenguaje puede abrir posibilidades de acción y de intervención que otras interpretaciones no pueden ofrecer. Considerando a los seres humanos como seres lingüísticos (y a partir de las sucesivas reinterpretaciones que hacemos a partir de este primer postulado), reivindicamos que abrimos posibilidades de intervención en la vida que están cerradas en otras interpretaciones. • Hemos dicho que, tanto lo que postulamos ser, como lo que postulamos que es el mundo en que vivimos, son construcciones lingüísticas.
• Al revisar los postulados aquí planteados, en
función de una visión del lenguaje como acción y, por lo tanto, como generador de realidad y de ser, podemos ahora establecer una importante tesis sobre los seres humanos. La llamaremos el segundo principio de la ontología . Segundo principio: • No sólo actuamos de acuerdo a cómo somos, (y lo hacemos), también somos de acuerdo a cómo actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo a lo que hace. • El programa metafísico privilegia una relación que va del ser a la acción. Tras cada acción, éste supone que siempre hay un ser, un sujeto, que se revela mediante la acción realizada. Nuestras acciones revelan nuestra forma de ser. No cuestionamos esto. Comprendemos la importancia de observar las acciones humanas para comprender cómo son los humanos. Este es uno de los principios básicos del «coaching» ontológico y dentro del cual nos es posible efectuar lo que llamamos una «interpretación ontológica». Al observar la forma en que un individuo actúa (y no olvidemos que el lenguaje es acción), el «coaching» ontológico puede interpretar la forma de ser de tal persona. • Nuestras acciones no sólo revelan cómo somos, también nos permiten transformarnos, ser diferentes, devenir. Este es un segundo principio del «coaching» ontológico y nos capacita para realizar lo que llamamos «intervención ontológica». Al hacer posible que una persona actúe de un modo determinado (y, nuevamente, no olvidemos que el lenguaje es acción), el «coaching» ontológico le permite moverse en una determinada dirección y dejar atrás sus antiguas formas de ser. La acción, por lo tanto, no es sólo la manifestación de un determinado ser que se despliega en el mundo, es también la posibilidad de que ese mismo ser se trascienda a sí mismo y devenga un ser diferente. Humberto Maturana • Biólogo en quien nos apoyaremos, siempre insiste en recordárnoslo, sólo podemos hacer lo que nuestra biología nos permite; no podemos traspasar los límites de nuestras capacidades biológicas. Sin la estructura particular del sistema nervioso humano, y sin los desarrollados sentidos con los que están equipados los seres humanos, no tendríamos la capacidad de oír y hablar en la forma en que lo hacemos. Pero el lenguaje no es generado por nuestras capacidades biológicas. Los «niños- lobo» (aquellos niños criados en la selva por los lobos y no por seres humanos), que tienen todas estas capacidades biológicas, no desarrollan aquello que conocemos como el lenguaje humano. El lenguaje, postulamos, no es desarrollado por un ser humano aislado. El lenguaje nace de la interacción social entre los seres humanos. En consecuencia, el lenguaje es un fenómeno social, no biológico. • Aparece una precondición fundamental del lenguaje: la constitución de un dominio consensual. Hablamos de consensualidad dondequiera que los participantes de una interacción social comparten el mismo sistema de signos (gestos, sonidos, etcétera) para designar objetos, acciones o acontecimientos en orden a coordinar sus acciones comunes.
• Sin un dominio consensual no hay lenguaje.
Tarea • Escuchar o leer el primer capitulo de la ontología del lenguaje.
• Escribir mis supuestos, mis acuerdos o desacuerdos.