Unidad III La Organizacion Administrativa Primera Parte
Unidad III La Organizacion Administrativa Primera Parte
Unidad III La Organizacion Administrativa Primera Parte
F A C U L T A D D E D E R E C H O
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UNIDAD III
LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA
Primera parte
APUNTES DE CLASES
DERECHO ADMINISTRATIVO
SANTIAGO, 2005
En las unidades anteriores hemos analizado el concepto de derecho administrativo
y la función administrativa.
De ahí que el capítulo I de esta unidad parta por analizar el derecho de asociación
en la Constitución.
El capítulo III establece los elementos que conceptualizan a los órganos de la ad-
ministración del Estado (OAE). Allí se estudia que pertenecen al género "órganos
del Estado", que su función es colaborar con el Presidente de la República en su
tarea de gobierno y administración; que están claramente establecidos en la ley.
En el capítulo IV, se pasa revista a los principios que ordenan su operatoria. Ahí
se indica que se rigen por los principios de servicialidad, legalidad, control y res-
ponsabilidad, y que tienen una manera singular de subordinarse a la Constitución.
Queda para la segunda parte de los apuntes de esta unidad, analizar a los O.A.E.
desde la perspectiva nacional, regional, provincial y local. En la primera categoría,
se analizan a los Ministros, Subsecretarios y Jefes de Servicio. A nivel regional se
estudia al Gobierno Regional, a los Intendentes, al Consejo Regional y a los Se-
remis. A nivel provincial, se pasa revista a los Gobernadores y al Consejo Econó-
mico y Social Provincial. Por último, a nivel local se examina a los Municipios, al
Alcalde al Concejo Municipal y al Concejo Económico y Social Comunal.
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I. ANTECEDENTES.
1. Concepto.
De este aspecto negativo, se deduce que nadie pueda ser obligado, para
ejercer los derechos que la propia Constitución consagra, a vincularse a
una agrupación. El inc. 4º del Nº 16 del art. 19 tiene una consagración es-
pecial de este principio: "Ninguna ley o disposición de autoridad pública po-
drá exigir la afiliación a organización o entidad alguna como requisito para
desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la desafiliación para
mantenerse en éstos".
ii. En segundo lugar, porque la ley castiga al empleado público que im-
pida a un habitante de la República formar parte de cualquier asocia-
ción lícita (art. 158 Nº 4 del Código Penal).
iii. En tercer lugar, porque las únicas asociaciones prohibidas son las
contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad del Estado.
iv. En cuarto lugar, porque sólo si desean tener capacidad para adquirir
derechos y contraer obligaciones y para ser representadas judicial y
extrajudicialmente, deben constituirse en conformidad a la ley. Este
es el sentido del inc. 2º del citado Nº 15: "Para gozar de personalidad
jurídica, las asociaciones deberán constituirse en conformidad a la
ley". Es decir, se distingue el ejercicio del derecho de asociación de
la personalidad jurídica. Por eso, pueden haber agrupaciones sin
personalidad jurídica.
Con ello busca que las asociaciones o grupos asociativos que se dan
dentro de la sociedad civil o política (Estado), no puedan ser impedi-
dos de existir, ni trabados en su funcionamiento.
Por otra parte, tal como ya se indicó, el Estado no sólo debe abste-
nerse de actuar allí donde operan los grupos intermedios y, más aún,
en su estructura interna, sino que además, la Constitución le ordena
garantizar y amparar esa autonomía. Esto se traduce en la obligación
de despejar todos los obstáculos que dificultan la libre acción de es-
tos grupos, provenientes tanto de terceros, como del mismo Estado.
Para ello, los entes intermedios disponen de los instrumentos consti-
tucionales que le permitan obtener ese amparo, como son las accio-
nes constitucionales que el Texto Fundamental contempla.
a. Organizaciones.
En primer lugar, este precepto comprende las distintas formas de asocia-
ción. La constitución de sindicatos, la organización de un partido político, o
cualquier otra; todas son una consecuencia de este principio matriz y fun-
damental.
De ahí que este precepto ampare, como ya se señaló, no sólo a las organi-
zaciones con personalidad jurídica sino también a las que no la tienen.
Dentro de las que tienen personalidad jurídica, cubre a las de derecho pri-
vado, tanto las que persiguen fines de lucro como las que no. Las que per-
siguen fines de lucro quedan cubiertas, además, por el derecho a desarro-
llar cualquier actividad económica.
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Los colegios profesionales expresan con especial claridad los cambios que la
Constitución de 1980 introdujo en el derecho de asociación.
Bajo la Constitución de 1925, los colegios profesionales tenían las siguientes ca-
racterísticas:
d. En cuarto lugar, los colegios tenían una estructura orgánica común. El or-
ganismo máximo se denominaba consejo general; les seguían los consejos
generales hasta llegar a los profesionales. Los directivos de estos organis-
mos eran elegidos por votación. Es decir, los colegios generaban sus auto-
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b. El DL. 3.621 fue la norma legal que puso término a los colegios profesiona-
les con las características que tenían bajo la Constitución de 1925.
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iii. Derogó todas las disposiciones legales que facultaban a los colegios
para conocer y resolver los conflictos que se promovieran entre pro-
fesionales, o entre éstos y sus clientes.
iv. Terminó con la potestad disciplinaria de los colegios por actos desdo-
rosos, abusivos o contrarios a derecho, entregando el control de la
ética a los Tribunales de Justicia, quienes conocen de estos asuntos
en Juicio sumario.
v. Derogó las normas que facultaban a los colegios para dictar arance-
les de honorarios. A falta de estipulación expresa o acuerdo entre las
partes, los honorarios deberían ser regulados por el juez conforme al
procedimiento sumario.
c. El D.F.L. 630, de mayo de 1981, del Ministerio de Justicia, fijó las normas
sobre los registros profesionales. En su artículo 2º estableció la existencia
de un registro público de profesionales que debe llevar el Ministerio de Jus-
ticia por intermedio del Servicio de Registro Civil e Identificación. La misma
norma legal dispuso que no era requisito para ejercer una profesión estar
anotado en dicho registro.
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I. PLANTEAMIENTO.
El derecho reconoce la existencia de dos tipos o entes con personalidad: las per-
sonas naturales y las personas jurídicas.
Existen dos grandes concepciones respecto de las personas jurídicas: la que las
considera un ente ficticio y la que las considera entes reales. La diferencia radica
en el papel del Estado: si las personas jurídicas son un ente ficticio, el Estado las
crea y puede suprimirlas; en cambio, si son realidades, el Estado sólo las recono-
ce.
Las diferencias entre las personas jurídicas y las naturales radican en lo siguiente:
2. Las personas jurídicas no pueden actuar sino en función de los fines para
los cuales han sido creadas. En cambio, la persona natural puede perseguir
cualquier fin lícito.
Ahora bien, atribuir personalidad jurídica a un ente significa, básicamente, tres co-
sas:
Existen dos tipos de personas jurídicas: las de derecho público y las de derecho
privado. Las diferencias radican en lo siguiente:
De acuerdo al artículo 547 inciso 2º del Código Civil, las disposiciones del
Título XXXII del Libro I, no se aplican a las corporaciones o fundaciones de
derecho público, como la nación, el fisco, las municipalidades. Estas se ri-
gen por leyes y reglamentos especiales.
En efecto, en primer lugar, dicha ley define a las iglesias, confesiones o institucio-
nes religiosas, como las entidades integradas por personas naturales que profe-
sen una determinada fe.
A las entidades religiosas, la ley les permite crear personas jurídicas. En especial,
pueden fundar, mantener y dirigir en forma autónoma institutos de formación y de
estudios teológicos o doctrinales, instituciones educacionales, de beneficencia o
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Pero dicha facultad la ley las sujeta a dos límites. Por una parte, las entidades reli-
giosas, así como las personas jurídicas que ellas constituyan en conformidad a
esta ley, no pueden tener fines de lucro.
Por la otra, para constituir personas jurídicas, las entidades religiosas deben se-
guir un procedimiento reglado. Dicho procedimiento tiene las siguientes etapas:
Dicha personalidad genera dos efectos. En primer lugar, las personas jurídicas de
entidades religiosas regidas tienen los mismos derechos, exenciones y beneficios
tributarios que la Constitución Política de la República, las leyes y reglamentos
vigentes otorguen y reconozcan a otras iglesias, confesiones e instituciones reli-
giosas existentes en el país.
Ahora bien, retomando el hilo de nuestro planteamiento, cabe señalar que el suje-
to de derecho puede ser tanto una persona natural como una persona jurídica.
Dentro de esta distinción, el Estado es una persona jurídica.
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Sin embargo, esta definición que a nosotros nos parece tan natural, tuvo que pa-
sar por una larga historia, no exenta de dificultades, tal como se verá mas adelan-
te. Antes, en todo caso, que los OEA pudieran tener dicha personalidad, el Estado
tuvo que obtenerla. De ahí que el estudio de este proceso sea relevante.
4. En cuarto lugar, el Estado como persona jurídica, significa que hay conti-
nuidad, no obstante los cambios de gobierno o de régimen político.
1. La evolución en Alemania.
ii. Permitió separar los bienes propios del Príncipe de los bienes de la
Corona. Estos últimos fueron administrados como un patrimonio se-
parado, que el rey no podía enajenar ni disponer. Así, por ejemplo,
no podía dividir el reino entre sus sucesores.
Finalmente, Jellinek precisará que para que sean propiamente jurídicas las
relaciones entre el Estado y los súbditos, es indispensable que ambos se
reconozcan investidos de derechos y deberes recíprocos. Es decir, son ne-
cesarios los derechos públicos subjetivos.
a. El derecho de gente.
El rey, si bien es absoluto y como tal regibus solutus, está sometido al dere-
cho de gente. En tal virtud, no puede vulnerar los derechos patrimoniales de
sus súbditos, pues contratos y propiedad son instituciones de derecho de
gentes. Si vulnera estos derechos, dicta rescriptos contra ius.
Sus propulsores fueron Berthélemy y Ducrocq. Para ellos, el Estado sólo tiene
personalidad jurídica cuando acciona como persona privada, sujeta al régimen
jurídico del derecho privado, a través de actos de gestión de orden patrimonial.
El Estado tiene una doble personalidad: una pública y otra privada o Fisco. La pri-
mera tiene lugar cuando realiza o presta un servicio público o ejecuta actos de
gestión pública. La personalidad privada surge cuando realiza actos de gestión
patrimonial o actos de administración de un bien de dominio privado.
3. La personalidad única.
El Estado tiene una sola personalidad, aunque con capacidad para ser sujeto de
derecho público o privado. La aplicación de distintos ordenamientos a un sujeto no
significa que su personalidad se divida o multiplique. Las que se multiplican pue-
den ser las competencias. De ahí que el Estado sea uno, aunque sus relaciones
sean varias.
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Como se verá dentro de un instante, el Código Civil fue bastante innovativo para
su época, pues reconoció que algunos órganos de la administración, como los
municipios y el Fisco, tenían personalidad jurídica de derecho público y que se
regían por sus propios estatutos.
El profesor Eduardo Soto Kloss ha sostenido en nuestro país la tesis que la fun-
ción administrativa se desarrolla por medio de "personas jurídicas administrativas".
Los OEA son sujetos de derechos porque actúan con la personalidad jurídica pro-
pia que les da el ordenamiento jurídico o deben recurrir a la del Fisco.
Además, el propio Código Civil entiende que el Estado y el Fisco gozan de perso-
nalidad jurídica (art. 547). Ambas son entendidos como corporaciones de derecho
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público. Por lo mismo, son sujetos de derecho, capaces de ser representados judi-
cial y extrajudicialmente, y de contraer derechos y obligaciones.
a. Dicho precepto del Código Civil se ubica dentro de un título totalmente nue-
vo para mediados del siglo XIX. Los Códigos de la época en que se dictó el
Código Civil, no contemplaban la regulación de las personas jurídicas.
Lo anterior no deja de ser notable, pues a mediados del siglo XIX, recién se abría
paso en Alemania la teoría que atribuía personalidad jurídica al Estado.
Los entes de la administración del Estado que tienen una personalidad jurídica
propia, no tienen una de derecho privado sino que de derecho público. Ello implica
-señala el profesor Soto Kloss- que su creación y configuración está entregada a
la Constitución y a la ley.
Ese principio de juridicidad –como persona jurídica que es el Estado– está confi-
gurado como vinculación positiva al Derecho, como su condicionamiento, pues es
el Derecho quien estructura jurídicamente dicha persona jurídica, crea sus órga-
nos, los dota de atribuciones, regula su actuación y funcionamiento y rige todos y
cada uno de sus actos (arts. 6º y 7º C.P.).
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La visión anterior, permite extraer diferencias entre los grupos intermedios consti-
tuidos en base al derecho de asociación, y los órganos de la administración del
Estado.
a. Los órganos del Estado son creados y configurados por la ley, quien deter-
mina sus funciones o atribuciones (artículo 62 inciso cuarto Nº 2). El dere-
cho los crea y les establece su estatuto jurídico.
Ello implica que los órganos del Estado pueden ejercer potestades públicas,
no así los grupos intermedios. La ley, como manifestación de la voluntad
soberana, puede entregar a un órgano que ella misma crea y configura, po-
deres de imposición. Los órganos del Estado ejercen soberanía, porque ex-
presan, en un ámbito determinado, el imperio del Estado.
c. Sólo a través de los órganos del Estado hay ejercicio de la soberanía. Por
eso, la Constitución señala que ningún sector del pueblo ni individuo "puede
atribuirse su ejercicio". Los órganos del Estado no tienen "otra autoridad o
derechos que los que expresamente se le hayan conferido en virtud de la
Constitución o las leyes".
Para el profesor Soto Kloss la administración es de dos tipos. Por una parte, existe
una administración fiscal, que actúa bajo la persona jurídica Fisco y que está vin-
culada con el Presidente de la República por medio de una relación jerárquica.
Está configurada por los Ministerios y los servicios públicos centralizados. Por la
otra, existe la administración no fiscal, compuesta por numerosas personas jurídi-
cas que, ya sea por la función que realizan y llevan a cabo (funcionalmente centra-
lizadas) o por el territorio por el cual actúan (territorialmente descentralizadas),
están dotadas de autonomía de gestión tanto normativa como financiera. Todos
estos entes en las administraciones no fiscales se vinculan al Presidente de la Re-
pública por intermedio de algún Ministerio, quien ejerce respecto de ellos poderes
jurídicos de supervigilancia.
1. Planteamiento.
Los órganos que componen la administración son sujetos de derechos porque tie-
nen personalidad jurídica propia o necesitan la del Fisco para actuar.
Pero los órganos de la administración del Estado no son un cuerpo visible o tangi-
ble. ¿Cómo, entonces, siendo invisibles o intangibles, se manifiestan en la vida
social?.
a. Teoría del mandato. Esta teoría postula que las personas físicas (funciona-
rios) actúan como mandatarios de la persona jurídica estatal (mandante).
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c. Teoría del órgano. Esta teoría señala, en primer lugar, que en toda persona
jurídica hay diversos órganos. Cada uno de ellos carece de personalidad ju-
rídica; tienen aquella de la persona a que pertenecen. En segundo lugar, la
falta de personalidad de estos órganos, hace posible la pluralidad de órga-
nos en la persona jurídica. En tercer lugar, la voluntad del órgano se expre-
sa a través de sus agentes; éstos, al realizar su actividad dentro del marco
de sus atribuciones, produce la imputación o atribuibilidad. En otras pala-
bras, para esta teoría, la voluntad del Estado se expresa a través de ciertas
personas u órganos a los cuales el ordenamiento jurídico atribuye dicho
efecto.
1. Concepto.
De este modo, la teoría del órgano es directamente tributaria del dogma de la per-
sonalidad jurídica. Si este se concibe como persona jurídica que expresa una vo-
luntad unitaria, se plantea de inmediato la cuestión de como calificar en derecho la
posición de las personas que individual o colegiadamente manifiestan su voluntad.
El agente estatal no es un representante que actúa para el Estado, sino que actúa
por el Estado, en cuanto forma parte de él.
2. Elementos.
El órgano es, entonces, una unidad jurídica que comprende tanto a su titular como
su competencia.
Sus relaciones con los otros órganos de la persona jurídica de la que forma parte
son, por eso, interorgánicas, pues se dan siempre dentro del ámbito de una sola
persona jurídica. Estas relaciones pueden ser de colaboración, de conflicto o de
superioridad.
Además, esto explica que exista pluralidad de órganos dentro de una misma per-
sona jurídica, pues si cada uno de ellos tuviera una personalidad propia, la unidad
del ente quedaría comprometida y habrían distintos sujetos de derecho.
4. Las relaciones.
b. Los actos realizados por el titular del órgano se consideran como emanados
de la persona jurídica cuya voluntad expresa y sus consecuencias recaen
sobre ella, no sobre él.
c. El titular del órgano, como tal, no tiene derechos subjetivos frente a los
otros órganos de la misma persona jurídica; sólo entra en relaciones jurídi-
cas con ellos.
El titular del órgano se encuentra con una doble relación respecto de la organiza-
ción: una relación de servicio y una relación orgánica.
En primer lugar, los actos que realice el titular del órgano son imputables a la per-
sona de la que forma parte.
6. La atribuibilidad.
Ahora bien, los mecanismos que la ley establece para garantizar dicho acceso
son, básicamente, tres: los requisitos de ingreso; los mecanismos de ingreso, y las
sanciones:
2. El funcionario de derecho.
Este es aquel que tiene título legal y está investido con la insignia del poder y la
autoridad del cargo. Es decir, es aquel que goza de investidura regular porque su
designación o elección cumplió con todos los requisitos legales.
c. Ejercicio de la competencia.
3. El funcionario de hecho.
a. Concepto.
Es aquel que con título aparente o con título irregular ejerce funciones como
si fuese verdadero funcionario. El título es irregular, pero las funciones de-
ben ser ejercidas como si fuese titular de ella. Lo que define al funcionario
de hecho es el título, pues o lo tiene sólo en apariencia o es irregular. Ello lo
distingue del funcionario regular pero incompetente. En este hay perfecta
regularidad de su título, pero exceso en sus facultades.
La teoría del error de derecho fue formulada por Ulpiano para validar
los actos de un pretor que era esclavo fugitivo.
Si se dan estos supuestos, los actos del funcionario de hecho son vá-
lidos.
De acuerdo con esta teoría, los terceros pueden impugnar los actos
del funcionario de hecho si la investidura no es aparente o si los ter-
ceros han procedido de mala fe.
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- Que las circunstancias sean muy graves, es decir que no haya auto-
ridades y la intervención de terceros sea indispensable. En otras pa-
labras, debe haber un verdadero estado de necesidad.
- Que los actos que realice el particular sean los mismos que el fun-
cionario competente hubiera podido efectuar.
Las normas que permiten construir la teoría del funcionario de hecho se encuen-
tran en el EA (arts. 16, 153, 155 y 156) y en la LOCBGAE. En esos casos, se con-
serva la validez de los actos dictados por el funcionario de hecho y éste tiene de-
recho a la remuneración correspondiente. Con lo primero, se protege a los terce-
ros de buena fe; con lo segundo, se evita el enriquecimiento ilícito de la adminis-
tración.
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La investidura regular es la que aquí interesa. Esta expresión significa que la auto-
ridad o el funcionario tiene que haber sido, de conformidad al ordenamiento jurídi-
co, imbuido del cargo correspondiente.
Hay dos posibilidades, indica el art. 16, para determinar la época en que ri-
ge un nombramiento:
Sin embargo, dicho artículo permite que aún en los casos señalados, el
empleado continúe ejerciendo sus funciones con los mismos derechos y
prerrogativas. Pero exige dos requisitos:
Los art. 155 y 156 regulan esta situación. El primero de estos preceptos es-
tablece la regla general: no se pueden prolongar indebidamente las funcio-
nes. Hay falta si hay prolongación y el funcionario no puede reincorporarse
a la administración. Sin embargo, el art. 156 establece la posibilidad de una
prolongación de funciones. Pero la sujeta a estrictos requisitos:
IX. EL FISCO.
Hasta ahora, hemos analizado cómo los O.A.E. son sujetos de derecho. Ello signi-
fica que necesitan de una personalidad jurídica para actuar. Cuando tiene esa
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1. Concepto.
Para el profesor Enrique Silva Cimma, Fisco y Estado son una misma y única per-
sona jurídica de derecho público.
La teoría del fisco –agrega dicho autor– nació como una consecuencia de la nece-
sidad de encontrar defensa para los particulares cuyos derecho patrimoniales se
veían amagados por los actos del príncipe. Como no se podía accionar contra el
patrimonio de éste, hubo que crear un ente contra el cual se pudiera accionar.
Así nació el fisco, quien en nuestro régimen jurídico es un ente investido de perso-
nalidad jurídica para que represente al Estado en el ejercicio de los derechos pa-
trimoniales que a éste compete. Se trata en Chile de una persona jurídica de dere-
cho público. Así lo reconoce el Código Civil desde 1851.
La idea del fisco, en todo caso, apunta a resaltar a que es un sujeto de derecho
que tiene un patrimonio, constituido por toda clase de bienes, muebles e inmue-
bles, y por toda clase de derechos, reales y personales.
El Estado a través del Fisco es, entonces, propietario, acreedor y deudor. Desde el
punto de vista de sus relaciones jurídicas, y sin que pierda su carácter de persona
jurídica de derecho público, se regula por las mismas normas que reglan las rela-
ciones jurídicas de los particulares.
i. Por ley, como en el caso de las tierras sin dueño, las minas, etc.;
iii. A título oneroso, como los muebles y materiales necesarios para los
servicios públicos, que adquiere mediante los contratos de suminis-
tros;
ii. En general, por los hechos lícitos o ilícitos de los funcionarios públi-
cos, que pueden generar su responsabilidad.
b. La síntesis histórica.
El profesor Eduardo Soto Kloss explica de la siguiente manera es surgi-
miento del fisco.
Cabe destacar que el control que ejercía el Tribunal del Imperio era
relativamente eficaz. Se cuenta que Federico II, rey de Prusia, quería
terminar con un molino que estropeaba la vista de una de sus villas.
Para ello ofreció comprarlo. Ante la negativa del molinero a vendér-
selo, pues constituía el sustento de su familia, amenazó con quitárse-
lo. Ante dicho mal inminente, se cuenta que el molinero exclamó: "sí;
¡pero hay tribunales en Berlin!.“
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El profesor Soto Kloss sintetiza de la siguiente manera el origen, en el derecho romano, de la teoría del Fisco:
La teoría del Fisco tiene sus orígenes en el derecho romano. En él existía un centro de referencia (especie de persona moral) junto a la
persona del Emperador, al cual pertenecían los bienes necesarios para propender a la obtención de los fines del Estado.
Las etapas por las que evoluciona esta persona son las siguientes:
1ª etapa: Los cuestores y el numerario.
Los cuestores tenían a su cargo la administración de los bienes de la comunidad (numerario). Su labor concreta de "administración"
consistía a hacer constar por escrito, en libros especiales, todo cuanto se relacionaba con las entradas y salidas de los dineros que
recibían los cónsules, y que percibían directamente, o por autorización del Senado.
Respecto a los dineros, o patrimonio, o caja de la comunidad, los Cónsules, para disponer de ellos, no tenían una facultad propia sino
que debían solicitar una autorización al Senado. El "aerarium populi romani" era el patrimonio de la totalidad de los ciudadanos y el
Senado constituía su verdadero sujeto jurídico titular. Por ello, solicitar la disposición de esos dineros era considerado, durante la Repú-
blica, como una medida de tipo extraordinario.
2ª etapa: Autonomía del cuestor
Poco a poco, esta función de los auxiliares "cuestores" fue adquiriendo autonomía. Ello significó una limitación bien concreta para los
Cónsules de disponer libremente de estos bienes, pues debían consultar a los cuestores para efectuar gastos de la caja, y además se
distinguía el tiempo de guerra del tiempo de paz, pues existía una neta separación entre ambas cajas : "de la ciudad", y "de guerra".
El cuestor debía hacer constar en ciertos libros la orden del Cónsul, el fin y monto de los dineros entregados. De esta manera, una vez
cesado el Cónsul en el cargo, debía dar cuenta de su gestión, y los cuestores rendir cuenta de la administración de la caja. Así se podía
perseguir la responsabilidad del magistrado supremo.
3ª etapa: El Fiscus
En la época del Principado, al Príncipe (imperator) le correspondían, como de su propiedad, ciertas provincias y países llamados "impe-
riales" como v.gr. Egipto, y los ingresos que de ellos provenían, tales como tributos y demás gravámenes de conquista. Ello dio origen a
una "caja imperial" o "Fiscus Caesaris", para diferenciarlo de la caja privada del Príncipe, formada por sus bienes privados, destinados a
la mantención de la casa imperial, es decir de su morada y servidumbre ("res privata").
Augusto dispuso una intervención directa del Emperador en la recaudación de tributos en las provincias, fueran éstas senatoriales o
sometidas a él directamente. De allí que fuera necesaria una verdadera administración especial para estos patrimonios imperiales; a ello
debe sumarse que con el progresar del tiempo y de las conquistas territoriales, fue tomando una amplitud enorme.
Sin embargo, la situación de exigüedad del tesoro hacía dificil solventar los gastos públicos. Ello llevó a Augusto a cargar sobre la caja
imperial gran parte de los egresos que significaba la administración de la ciudad, y en general los gastos públicos.
De allí que se empezó a costear de su "Fiscus" las subsistencias de Roma ("cura annonae") y las obras públicas necesarias para la
construcción de una red de caminos por toda la Italia ("cura viarum"), como asimismo la regularización del Tíber. Del mismo modo, con
dicha caja se mantenía una policía y un servicio de extinción de incendios.
Fue de esta manera, entonces, que poco a poco la caja imperial ("Fiscus Caesaris") fue atrayendo no sólo los egresos sino también los
ingresos del tesoro de Roma, hasta llegar a incluir el propio "aerarium populi romani", cuya administración era celosamente ejercida
durante la República por el Senado.
4ª etapa: Adriano y sus reformas
A pesar que no poca parte de los gastos públicos salían de la caja imperial, su administración, legalmente, era una administración de
tipo privada, pues existía una neta separación entre Estado y Príncipe, considerándose éste como un sujeto privado, como un particular.
No se daba respecto al Príncipe la función de inspección o control financiero que en el período republicano existía en cuanto a los
gastos de los Cónsules. Además, la administración misma del "Fiscus Caesaris" estaba fuera de ser estimada una función pública.
De ahí que en época de Adriano (117138), se establecieron también los llamados "advocati fisci", defensores judiciales de esta caja
imperial.
El mismo Adriano abolió el sistema de arrendamiento de impuesto y dispuso que el cobro de los impuestos adeudados se realizara por
vía jurisdiccional, ante los tribunales, entendiendo que el "Fiscus" (caja imperial, o tesoro del Estado) no es considerado sino como un
simple particular, que como tal debía recurrir por medio de una acción judicial ante los tribunales para exigir el cobro de esa deuda
tributaria; de esta manera, el "Fiscus Caesaris" aparece como una especie de persona moral privada.
5ª etapa: El procurator augusti
En época de Claudio (4154), la administración de dicha caja estaba en manos de la servidumbre doméstica imperial. En el siglo II quien
pasa a administrar el "Fiscus Caesaris", es un procurador imperial: el "procurator Augusti", funcionario del orden de la caballería.
6ª etapa: El tesoro del imperio equivalente a la caja imperial
Con Diocleciano (284305), la caja imperial o "Fiscus" concentra toda la administración del tesoro del Imperio, habiendo absorbido com-
pletamente al patrimonio de la comunidad.
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a. Representación extrajudicial.
La representación extrajudicial y nacional del Fisco la encarga el artículo 35
de la LOCBGAE al Presidente de la República. Pero éste puede delegarla
en forma general o específica en los jefes superiores de los servicios cen-
tralizados, para la ejecución de los actos y celebración de los contratos ne-
cesarios para el cumplimiento para los fines propios del respectivo servicio.
A proposición del jefe superior, el Presidente de la República puede delegar
dicha representación en otros funcionarios del servicio.
1. Concepto.
Como se observa, el Consejo de Defensa del Estado tiene los siguientes elemen-
tos configurativos:
2. Antecedentes.
El Consejo de Defensa del Estado fue creado bajo el Gobierno de Jorge Montt,
mediante el D.S. Nº 2.629, de 21 de noviembre de 1895. Tiene, en consecuencia,
más de 100 años.
a. Reforzó su autonomía.
La reforma de 1993 reforzó la autonomía del Consejo a través de tres me-
canismos:
i. La remoción de Consejos.
iii. Descentralización.
b. Transacciones.
La otra gran reforma de 1993, fue facultarlo para que con el voto de las tres
cuartas partes de sus miembros en ejercicio y en sesión especialmente
convocada con tal objeto, pudiera acordar transacciones en los procesos en
que interviniera.
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La reforma también faculta para que con el voto de la mayoría de los miem-
bros en ejercicio, acepte el pago en cuotas de las deudas que le correspon-
da cobrar, aun en los casos que éstas constaran en sentencias ejecutoria-
das.
3. Funciones.
a. Función general.
El Consejo tiene por objeto principal la defensa judicial de los intereses del
Estado (art. 2°).
b. Funciones específicas.
El Consejo tiene atribuidas una serie de funciones específicas enmarcadas
dentro de dicho objeto. Algunas las "debe" ejercer y otras "puede" ejercerlas
si así lo acuerda. En otras palabras, tiene competencia imperativa y compe-
tencia facultativa.
Por otra parte, no todas las funciones tienen que ver con juicios. Así sucede
con la emisión de dictámenes y con el estudio de títulos.
También, no todas estas funciones son exclusivas, pues algunas las com-
parte con otros órganos de la administración.
El Consejo tiene la defensa del Fisco en todos los juicios y en los ac-
tos no contenciosos de cualquier naturaleza, sin perjuicio de la que
corresponda, de acuerdo con la ley, a los abogados de otros servi-
cios públicos y en las gestiones judiciales y administrativas previas al
ejercicio de una acción penal que correspondiera ejercer o sostener
al Consejo y cuando, a juicio del mismo, se justifique su intervención.
4. Organización.
a. El Consejo.
Es el órgano directivo. Se compone de doce abogados, nombrados por el
Presidente de la República, sin sujeción a normas sobre escalafón, pudien-
do recaer el nombramiento en personas ajenas al Consejo (art. 12°).
c. Departamentos.
El Consejo tiene dos Departamentos: el de defensa fiscal y el de la defensa
de la ley de alcoholes. Sin embargo, esta última función pasó a manos del
Ministerio Público.
5. Privilegios procesales.
a. Carácter de procuradores.
El Presidente del Consejo y los abogados procuradores fiscales tienen el
carácter de procuradores del número para el desempeño de sus cargos. En
tal sentido, pueden conferir poder en los términos del inciso primero del ar-
tículo 7° del Código de Procedimiento Civil (art. 42°).
b. Patrocinio y poderes.
El patrocinio y poder que confiera el Presidente del Consejo de Defensa del
Estado y los abogados procuradores fiscales, no requiere la concurrencia
personal de los mismos, bastando, para la correspondiente autorización, la
50
c. Cauciones y consignaciones.
El Estado, el Fisco, Las Municipalidades y los servicios de la administración
descentralizada del Estado o las entidades privadas en que el Estado tenga
aporte o participación mayoritarios, no están sujetos a la obligación de ren-
dir las cauciones y consignaciones a que se refiere el Código de Procedi-
miento Civil y otras leyes procesales (Art. 63°).
Pero los documentos e informes deben ser requeridos por el Consejo a tra-
vés de oficio firmado por el Presidente o por el Secretario-Abogado o por el
respectivo Abogado Procurador Fiscal (art. 54°).
a. Envío de copia.
Ejecutoriada la sentencia, el tribunal debe remitir oficio al Ministerio que co-
rresponda y al Consejo de Defensa del Estado, adjuntando fotocopia o co-
pia autorizada de la sentencia de primera y de segunda instancia, con certi-
ficado de estar ejecutoriada.
51
Dicho informe debe ser firmado por el Presidente del Consejo y despachado
dentro de los 30 días siguientes a la recepción del oficio.
c. Decreto.
Toda sentencia que condene al Fisco debe cumplirse dentro de los sesenta
días siguientes a la fecha de recepción del oficio del Tribunal, mediante de-
creto expedido a través del Ministerio respectivo.
Cabe anotar que el artículo 28 del D.L. Nº 1263 establece que el Ejecutivo
puede ordenar pagos, excediéndose de las sumas consultadas en los ru-
bros correspondientes, para cumplir sentencias ejecutoriadas dictadas por
autoridad competente.
52
En tal caso, los excesos deberán ser financiados con reasignaciones pre-
supuestarias o con mayores ingresos.
Dicha norma dispone, en otras palabras, que el Estado no puede alegar fal-
ta de fondos presupuestarios para no pagar una sentencia condenatoria.
Tal como ya se indicó, el Consejo de Defensa del Estado está facultado para
acordar transacciones en los procesos en que intervenga. Para ello es necesario,
en primer lugar, que la transacción cuente con el voto de las tres cuartas partes de
sus miembros en ejercicio. En segundo lugar, el acuerdo debe tomarse en sesión
especialmente convocada con tal objeto. En el acta de la sesión en que se adopte
el acuerdo de transigir, debe dejarse constancia de los fundamentos que se tuvie-
ron para ello. En tercer lugar, los acuerdos respectivos deben ser aprobados por
resolución del Ministerio de Hacienda cuando se trate de sumas superiores a tres
mil unidades tributarias mensuales (art. 7º).
Constituyen una especie dentro de los "órganos del Estado", pues esta expresión
incluye al poder judicial, al parlamento , a órganos dotados de autonomía constitu-
cional y a los órganos de la administración del Estado.
Para hablar de "órganos del Estado", es necesario, entonces, entender a éste co-
mo una persona jurídica integrada por distintos componentes. Estos componentes
son sus órganos.
Cabe precisar que en nuestra Constitución son "órganos del Estado" no sólo aque-
llos órganos que integran un poder del Estado (un tribunal, la Cámara de Diputa-
54
dos, un servicio público), sino también otros órganos como el Tribunal Constitucio-
nal, el Consejo de Seguridad Nacional, el Banco Central, que no forman parte de
ningún poder, pues tienen autonomía constitucional.
Lo anterior se explica porque la Constitución, por una parte, establece una plurali-
dad funcional para que sus órganos obtengan el bien común. No existen sólo las
tres funciones clásicas sino que varias, todas ellas a cargo de órganos diferentes.
Por la otra, la Carta Fundamental distingue entre "órganos constitucionales" y "ór-
ganos constitucionalmente relevantes". Los primeros tienen su estatuto regulado
en la propia Constitución, quien los crea, define y dota de atribuciones. Se les
puede denominar también "autonomías constitucionales", pues no dependen ni se
relacionan con el gobierno, el Congreso Nacional o el Poder Judicial. Están al
margen de los vínculos jurídicos administrativos de la línea jerárquica; tampoco
admiten facultades de supervigilancia o tutela. Se autodeterminan funcional y ad-
ministrativamente y sus directivos son autoridades inamovibles. Se encuentran
sometidos directamente a la Constitución y a una preceptiva legal que por manda-
to constitucional regula su generación y funcionamiento, la que habitualmente es
una ley orgánica constitucional o una ley de quórum calificado.
Ahora bien, todo órgano constitucional es órgano del Estado. La asimilación obe-
dece a que dichos órganos cumplen una función esencial en el sistema político,
por lo que deben regirse por las mismas normas y principios generales aplicables
a un órgano integrante de un poder del Estado.
Por lo tanto, cada vez que el ordenamiento jurídico utiliza la expresión "órgano del
Estado", está refiriéndose no sólo a los órganos que integran un poder del Estado,
en donde quedan comprendidos los órganos de la administración del Estado como
integrantes del “poder ejecutivo”, sino también a los órganos que hemos denomi-
nado "órganos constitucionales".
De ahí que por ejemplo, el inciso primero del artículo 6º de la Constitución Política
del Estado, que prescribe que "los órganos del Estado deben someter su acción a
la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella", sea aplicable a todos los
55
órganos del Estado, incluidos, por cierto, los de la administración del Estado y los
órganos constitucionales.
Por otra parte, todo órgano del Estado es creado por el derecho, quien lo configu-
ra. En efecto, es la norma jurídica –la Constitución o la ley- la que da nacimiento a
un órgano del Estado. Pero al introducirlo al mundo del derecho, le fija sus funcio-
nes y atribuciones, o sea, cuáles son sus tareas y la manera en que puede cum-
plirlas. La creación y configuración esencial de los órganos del Estado es, por tan-
to, heterónoma. Es decir, la otorga una norma jurídica ajena a el mismo.
1. Dicho inciso tiene una fórmula general que permite afirmar que en ella exis-
te un concepto material y no formal u orgánico para incluir a distintos órga-
nos dentro de la Administración del Estado.
2
Caso especial es el del Banco Central, pues el artículo 2º de su LOC señala que no le serán aplicables para
ningún efecto legal las disposiciones generales o especiales dictadas o que se dicten para el sector público.
Además, el artículo 90 de dicha ley señala expresamente que la LOCBGAE no le es aplicable. En otras palabras,
no sería parte de la órganos de la administración del Estado. Aún así, la Contraloría General de la República ha
sostenido que el Banco Central forma parte de la Administración del Estado.
3
El artículo 101 de la Constitución utiliza la expresión "servicios públicos creados por ley para el cumplimiento de
las funciones administrativas que operen en la región", para referirse a aquellos órganos que el Intendente debe
coordinar, supervigilar o fiscalizar.
56
3. El artículo 21 refuerza aún más la tesis que la enumeración del inciso se-
gundo del art. 1º de la LOCBGAE es material y no formal. Mientras el inciso
segundo del citado artículo utiliza la expresión "órganos que cumplan una
función administrativa", el artículo 21, que señala aquellos que forman parte
de la Administración Pública, habla sólo de servicios públicos creados para
el cumplimiento de la función administrativa. La supresión de la expresión
"órganos" revela dos cosas. Por una parte, que "órganos" y "servicios" no
son expresiones sinónimas. De lo contrario, no se explica su uso en el art.
1º y su supresión en el 21. Por otra parte, su no uso en el art. 21 revela que
no a todos los órganos que cumplen una función administrativa le es aplica-
ble la normativa del art. 21 en adelante.
En otras palabras, la idea que subyace tras esta ley es establecer una administra-
ción unitaria, esto es que no existan órganos que estén marginados de ciertos
principios y normas comunes.
Ello marca una diferencia con el sistema vigente bajo la Constitución del 25. En
ella, la expresión administración del Estado tuvo un origen jurisprudencial y surgió
para salvar el alcance restringido que el texto original de la Constitución había im-
puesto a la voz administración pública.
Sin embargo, la realidad hizo surgir órganos con personalidad jurídica en el ámbito
de la seguridad social o para desarrollar actividades económicas. Estos órganos
no estaban ya bajo la dependencia si no sólo bajo la supervigilancia del Presidente
de la República. En otras palabras, los organismos administrativos con personali-
dad jurídica surgieron, por ende, por obra del legislador.
57
Sólo en 1943, la Constitución se reformó para incorporar como órganos que debí-
an ser creados por ley de iniciativa exclusiva del Presidente de la República a las
empresas fiscales y a las instituciones semifiscales. Con ello junto a la administra-
ción pública, es decir, a aquella que actúa bajo la personalidad jurídica del fisco,
se reconoció la existencia de los servicios descentralizados. A estos órganos se
les denominó administración del Estado.
Ello no significa, sin embargo, que la LOCBGAE sea aplicable íntegramente a to-
dos los órganos de la Administración del Estado, pues su artículo 21 se encarga
de distinguir qué disposiciones se aplican a todos ellos y cuáles a sólo algunos de
los órganos de la Administración del Estado. En dicha disposición se deja expresa
constancia que los artículos 1 a 20 se aplican a todos los órganos de la Adminis-
tración del Estado, incluidos aquellos regidos por una Ley Orgánica Constitucional
o de quórum calificado. Del artículo 21 en adelante, quedan regidos sólo los Minis-
terios, Intendencias, Gobernaciones y Servicios Públicos creados para el cumpli-
miento de la función administrativa.
Sin embargo, el Título III de la LOCBGAE, es decir, de los artículos 52 a 68, incor-
porado por la Ley Nº 19.653, sobre Probidad Administrativa, se aplica nuevamente
a todos los O.A.E.
De este modo, el Título I (art. 1 a 20) y el Título III (art. 52 a 68, se aplican a todos
los O.A.E. El Título II (art. 21 a 51) sólo se aplica a ciertos órganos.
La función de gobierno implica la potestad de tomar decisiones y es, por tanto, una
facultad de imperio. Es comprensiva de todo cuanto tienda a la preservación del
orden público y a la conservación de la seguridad interna y externa. La función
administrativa, en cambio, supone un conjunto de atribuciones que se orienta más
bien a la aplicación de las normas para la consecución de los objetivos de poder
público en materia de desarrollo y funcionamiento de los servicios públicos.
58
4
Consecuente con nuestro sistema presidencial de gobierno, los ministros se mantienen en su cargo mientras
cuenten con su confianza. (artículos 32 Nº 9 y 33 de la Constitución; y 19 y 20 LOCBGAE).
5
En nuestro país existen 18 ministerios y tres autoridades con rango de ministro (Directora del Sernam y Presi-
dente de la Comisión Nacional de Energía, Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes).
6
En total, existen 26 subsecretarías. Entre los Ministerios que tienen dos o más subsecretarios están: Interior
(Interior y Subdere), Defensa (Guerra, Marina, Aviación, Carabineros e Investigaciones), Economía (Economía y
Pesca), Transportes (Transportes y Telecomunicaciones), Salud (De Redes y de Salud Pública). El Director de
Chiledeportes tiene rango de Subsecretario.
7
No tiene SEREMIs, por ejemplo, el Ministerio de Defensa, el Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
8
Tiene una doble dependencia. Por una parte, debe ajustarse a las instrucciones de carácter técnico y
administrativo que imparta su Ministerio. De ahí que le corresponda llevar a cabo las tareas que sean propias de
su respectivo ministerio. Por la otra, está subordinado al Intendente en todo lo relativo a la elaboración, ejecución
y coordinación de las materias que sean de competencia del gobierno regional.
59
4. Finalmente, los servicios, a diferencia de los Ministerios que sólo fijan las
políticas y los planes, son los brazos ejecutores de dichas políticas y pla-
nes. Por excepción, pueden asumir tareas de configuración (artículo 22
LOCBGAE).
Por otra parte, existen órganos de la administración del Estado a nivel regional,
provincial y comunal.
9
En marzo de 2004, se crearon las comunas de Hualpen, Alto Hospicio y Cholchol.
61
mente. Ello no obsta a que con dicha autonomía, presten su ayuda a la tarea que
la Constitución entrega al Jefe de Estado.
Los órganos de la administración del Estado tienen por propósito satisfacer nece-
sidades públicas de manera regular y continua.
De este modo, sus actos y sus disposiciones, han de "someterse a Derecho", han
de ser "conformes" a Derecho. La disconformidad constituye "infracción del orde-
namiento jurídico" y les priva, actual o potencialmente de validez.
La actividad jurídica desplegada por los órganos estatales debe estar fundada en
potestades constitucionales, legales o reglamentarios preexistentes a la actuación
misma, es decir, que previo a la actuación, deben estar habilitados o apoderados
por el ordenamiento del correspondiente derecho o de la correspondiente facultad,
atribución o potestad.
La potestad fue definida por Santi Romano como el poder jurídico para imponer
decisiones a otros para el cumplimiento de un fin.
63
Dicho artículo exige para la validez de un acto de cualquier órgano del Estado,
dentro de los cuales están los órganos de la administración del Estado, la concu-
rrencia de tres requisitos copulativos.
a. La investidura regular.
Se entiende por investidura regular el hecho de conferir a una persona, por
el órgano que corresponda y conforme a derecho, la calidad de represen-
tante del poder público.
b. La competencia.
La "competencia" es el círculo de atribuciones que la Constitución o la ley fi-
ja como propio del ejercicio de la autoridad, para el conocimiento y resolu-
ción de determinados asuntos.
c. La forma.
En un primer sentido, "forma" es sinónimo de procedimiento, de conjunto de
diligencias encaminadas a obtener la dictación de un acto público. En un
segundo sentido, la palabra forma alude a la solemnidad de expresión del
acto, a la externalidad que debe observar, a cómo se manifiesta documen-
talmente hacia el exterior la voluntad pública. La forma es todo aquello que,
vinculado al acto decisión, pueda distribuirse o diferenciarse de la materia o
contenido mismo de la actuación.
La Constitución exige formas de diverso tipo. Por ejemplo, la firma del Mi-
nistro (Artículo 35 inciso 2º); informes previos de órganos para la decisión
de otros (Artículo 49 Nº 7); plazos de diversas naturaleza y distintos objeti-
vos (artículo 9 inciso 2º; 10 Nº 3; 43, inciso 2º); quórum de asistencia y
aprobación (artículo 63).
Sin embargo, las formas no son un fin en sí mismo. Debe excusarse la in-
observancia de aquellas exigencias formales no esenciales o que puedan
ser cumplidas posteriormente o que sean saneables. Las exigencias forma-
les tienen un alcance eminentemente medial y subordinado al fin para el
que se instauran. Es el fin a que sirven el que justifica la forma. Por eso, el
vicio de procedimiento afecta la validez del acto administrativo sólo cuando
toca un elemento esencial y genera perjuicio (art. 13, LBPA).
65
En segundo lugar, los órganos de la administración del Estado están sujetos a es-
trictos controles internos, pues por mandato legal las autoridades y jefaturas de-
ben ejercer un control jerárquico permanente del funcionamiento de los organis-
mos y de la actuación del personal de su dependencia. Deben velar también por el
cumplimiento de los planes y de la aplicación de las normas dentro del ámbito de
sus atribuciones. Este control se extiende tanto a la eficiencia como a la eficacia
en el cumplimiento de los fines establecidos.
Los recursos administrativos son los actos por los cuales el administrado legitima-
do solicita a la administración la revocación o la modificación de un acto adminis-
trativo que le afecta. En este sentido, constituyen un cauce para que la propia ad-
ministración pueda revisar y modificar el contenido de sus actos. Son una posibili-
dad para que la administración evalúe su decisión nuevamente. Por eso, se inter-
ponen ante la propia administración autora del acto recurrido, que es quien debe
resolverlo.
10
Cabe consignar que este control jurisdiccional, por una parte, está a cargo de cualquier tribunal
de la República, o sea, no está restringido a los tribunales superiores de justicia. Por otra parte, es
un control que no sólo vela por la legalidad del acto administrativo, sino también por la
constitucionalidad. En este último sentido destaca la competencia del Tribunal Constitucional
para conocer de todos los decretos inconstitucionales de la administración.
67
En derecho civil, hay responsabilidad cada vez que una persona debe reparar el
perjuicio o daño sufrido por otro. En este sentido, es la obligación que pesa sobre
una persona de indemnizar el daño sufrido por otra.
Pero el daño debe ser cierto, es decir, real, efectivo, tanto que, a no mediar él, la
víctima se habría hallado en mejor situación. Un daño no deja de ser cierto porque
su cuantía sea incierta o indeterminada o de difícil apreciación. La certidumbre
dice relación no con su cuantía sino con el hecho que haya ocurrido realmente.
Para que haya responsabilidad es menester que entre el dolo o la culpa, por una
parte, y el daño, por la otra, haya una relación de causalidad, es decir, que éste
sea la consecuencia o efecto de ese dolo o culpa. Un delito o cuasidelito obliga a
la indemnización cuando conduce a un daño, cuando éste es su resultado, cuando
el daño se induce de él, cuando el daño puede atribuirse a la malicia o negligencia
de su autor. Hay relación de causalidad cuando del hecho o la omisión doloso o
culpable es la causa directa y necesaria del daño, cuando éste sin él no se habría
producido.
Es indiferente que la relación causal sea mediata (daño deriva directamente del
hecho ilícito, cuando entre ambos no se interpone otra causal) o inmediata (entre
el hecho ilícito y el daño se interponen otras causas que también han influido en
su producción).
falta de servicio surge cuando hay una falla en las tareas y deberes propios del
órgano, produciendo un daño a terceros.
De ahí que no obligue a través de la ley o de los reglamentos, sino que obliga ella
misma directamente a todos y a cada uno de los órganos del Estado. La vigencia
de los preceptos constitucionales no es un asunto que quede condicionado a la
voluntad del legislador.
69
Sin embargo, este modo de operar no es privativo del texto constitucional, ni si-
quiera es anormal. Es decir, este método de normación no es un defecto técnico;
tampoco una manifestación del supuesto carácter programático de la Constitución.
Es consecuencia de la función que le corresponde cumplir y que es distinta de las
restantes normas. La Constitución no puede concebirse como un sistema cerrado
de instrucciones vinculantes y unívocas, sino como un cauce, un marco de límites
externos dentro de los cuales los órganos deben ejercer libremente su poder de
iniciativa y de configuración políticas. De ahí que los preceptos constitucionales
sean, en su mayoría, preceptos abiertos.
Entre las funciones que cumple el texto constitucional y que atentan contra la re-
gulación detallada, destaca que ordena a largo plazo la dinámica política, social y
económica. La Constitución es un instrumento regulador de la vida política en un
Estado democrático. Esta fórmula puede resumirse en tres notas: la Constitución
es un instrumento al servicio de la consecución de la unidad política del Estado; la
Constitución es un texto que opera sobre un sistema de pluralismo político y la
Constitución es una norma cuyos principales destinatarios públicos son los órga-
nos que ejercen las funciones supremas del Estado.
to con la Constitución, pues ello implica prescindir de una ley vigente y válida. Se-
ría una especie de derogación oblicua o indirecta.
Ley se tendrá por válida hasta que sea declarada inconstitucional, sino que
implica materialmente algo más. Primero, una confianza otorgada al legisla-
tivo en la observancia y en la interpretación correcta de los principios de la
Constitución; en segundo término, que una Ley no puede ser declarada in-
constitucional más que cuando no exista "duda razonable" sobre su contra-
dicción con la Constitución; tercero, que cuando una Ley esté redactada en
término tan amplios que puede permitir una interpretación inconstitucional
habrá que presumir que, siempre que sea "razonablemente posible", el le-
gislador ha sobreentendido que la interpretación con la que habrá de apli-
carse dicha Ley es precisamente la que la permite mantenerse dentro de
los límites constitucionales".
Con este fallo, el Tribunal Constitucional rompió sus precedentes en esta materia.
En efecto, en fallos anteriores ("Colonia Dignidad", "Plan Regulador Serena-
Coquimbo", "Decretos Camineros", "Playas") había sentado la doctrina que al Tri-
bunal Constitucional le corresponde contrastar directamente el decreto con la
Constitución, sin considerar la ley que ejecuta el decreto respectivo. Entre otras
razones, porque sus competencias no le permiten velar por la supremacía consti-
tucional de leyes vigentes, sino sólo de proyectos de ley. Por lo tanto, al enfrentar-
se a un decreto que se ajustaba a la ley, hacía "como" si la ley no existiera, y lo
analizaba confrontándolo con el parámetro normativo constitucional.
73
I. DE ACUERDO A LA AUTONOMIA.
De acuerdo a su autonomía del poder central, los OAE pueden ser centralizados,
desconcentrados, descentralizados y autónomos.
a. Concepto.
Mediante la desconcentración, señala Manuel Daniel, se transfieren compe-
tencias de los órganos superiores a los inferiores y se disminuye la subordi-
nación de éstos a aquéllos.
b. Características.
i. La desconcentración implica la radicación de una o varias potestades
en un órgano inferior dentro de la escala jerárquica. No se crea una
nueva persona jurídica. En eso se distingue de la descentralización.
c. Clasificación.
La desconcentración pude ser de dos tipos. Por una parte, está la territo-
rial. Se efectúa mediante la presencia de direcciones regionales (art. 33 in-
ciso 2º, LOCBGAE). Por la otra, la funcional. A través de ella se radican
por ley atribuciones en determinados órganos del respectivo servicio (art.
33, inciso final, LOCBGAE).
centración es bien particular, pues casi se les asimila a los servicios des-
centralizados. La razón que no se les diera derechamente este carácter fue
que los gremios temían una eventual privatización de los hospitales.
En segundo lugar, el director del hospital tiene delegada por ley la represen-
tación judicial y extrajudicial del servicio de salud. El director del servicio de
salud respectivo sólo puede intervenir como coadyuvante en cualquier es-
tado del juicio.
a. Concepto.
Mediante la descentralización, se crea un órgano con personalidad jurídica
y patrimonio propio, y se atenúa su control de uno jerárquico a otro de tute-
la.
Ello marca una diferencia con los órganos centralizados. Estos no tienen
personalidad jurídica ni patrimonio propio, y están sujetos al control directo
de la autoridad.
b. Clasificación.
La descentralización puede ser funcional o territorial.
78
Para dicho autor, la Constitución Política de 1980 estableció una nueva ca-
tegoría de órganos públicos y, en consecuencia, un nuevo sistema de orga-
nización administrativa: las autonomías. Este “status” se aplica a los órga-
nos de rango constitucional que ella misma creó con esas características,
como una categoría distinta a los organismos descentralizados.
Siendo así, puede sostenerse que son órganos autónomos para la Consti-
tución los organismos que presentan especiales caracteres de independen-
cia frente a los poderes del Estado, hallándose sometidos sólo a la Consti-
tución Política y a la ley que conforme a ella regula su organización, funcio-
namiento y atribuciones.
5. Ejemplos.
NOMBRE DEL NOMBRE DE LA LEY NATURALEZA DEL DISPOSICION
ORGANISMO SERVICIO
Superintendencia de Ban- Ley de Bancos Servicio descentralizado Artículo 1º. La Superintendencia de Ban-
cos e Instituciones Finan- cos e Instituciones Financieras es una
cieras institución autónoma, con personalidad
jurídica, de duración indefinida, que se
regirá por la presente ley y se relacionará
con el Gobierno a través del Ministerio de
Hacienda.
Su domicilio será la ciudad de Santiago y
no obstante su carácter de institución de
derecho público, no se considerará como
integrante de la Administración Orgánica
del Estado ni le serán aplicables las nor-
mas generales o especiales dictadas o
que se dicten para el sector público y, en
consecuencia, tanto la Superintendencia
como su personal se regirán por las nor-
mas del sector privado, sin perjuicio de lo
que dispone el artículo 5º.
Superintendencia de Valo- Decreto Ley Nº 3.538 Servicio descentralizado Artículo 1º. Créase la Superintendencia
res y Seguros de Valores y Seguros, que se regirá por la
presente Ley, institución autónoma, con
personalidad jurídica y patrimonio propio,
que se relacionará con el Gobierno a
través del Ministerio de Hacienda.
Su domicilio es la ciudad de Santiago, sin
perjuicio de las oficinas regionales que
pueda establecer el Superintendente en
otras ciudades del país.
Su patrimonio está integrado por los bie-
nes que se le transfieren en virtud de este
decreto ley, los fondos que anualmente
destina al efecto la Ley de Presupuestos,
los ingresos que perciba por los servicios
que preste y los demás bienes que ad-
quiera a cualquier título.
Instituto de Normalización Decreto Ley N 3.502 Servicio descentralizado Artículo 1º. Créase el Instituto de Norma-
Previsional lización Previsional, en adelante el Institu-
to, organismo autónomo con personalidad
jurídica y patrimonio propio, que se rela-
cionará con el Supremo Gobierno a través
del Ministerio del Trabajo y Previsional
Social.
Comisión Nacional de Decreto con Fuerza de Servicio descentralizado Artículo 1º. Créase la Comisión Nacional
Riego Ley Nº 7, de 1983, Agri- de Riego como persona jurídica de dere-
cultura cho público, cuyo objeto será asegurar el
incremento y mejoramiento de la superfi-
cie regada del país. Se relacionará con el
Supremo Gobierno a través del Ministerio
de Agricultura.
81
Servicio Agrícola y Gana- Ley Nº 18.755 Servicio descentralizado Artículo 1º. El Servicio Agrícola y Gana-
dero dero será un servicio funcionalmente
descentralizado, de duración indefinida,
con personalidad jurídica y patrimonio
propio, con plena capacidad para adquirir,
ejercer derechos y contraer obligaciones,
el cual estará sometido a la supervigilan-
cia del Presidente de la República a tra-
vés del Ministerio de Agricultura. Su domi-
cilio será la ciudad de Santiago, sin perjui-
cio de los domicilios especiales que pueda
establecer.
Para los efectos de esta ley, se entenderá
por “el Servicio” al Servicio Agrícola y
Ganadero.
Artículo 2º. El Servicio tendrá por objeto
contribuir al desarrollo agropecuario del
país, mediante la protección, mantención
e incremento de la salud animal y vegetal;
la protección y conservación de los recur-
sos naturales renovables que inciden en
el ámbito de la producción agropecuaria
del país y el control de insumos y produc-
tos agropecuarios sujetos a regulación en
normas legales y reglamentarias.
Servicio del Adulto Mayor Ley Nº 19.828 Servicio descentralizado Artículo 2º. Créase el Servicio Nacional
del Adulto Mayor, en adelante el Servicio,
como servicio público, funcionalmente
descentralizado, dotado de personalidad
jurídica y de patrimonio propios, sometido
a la supervigilancia del Presidente de la
República, a través del Ministerio Secreta-
ría General de la Presidencia.
El Servicio Nacional del Adulto Mayor
tendrá su domicilio en la ciudad de San-
tiago.
Servicio Nacional de Pesca Decreto con Fuerza de Servicio centralizado Artículo 24º. Créase el Servicio Nacional
Ley Nº 5, de 1983, Eco- de Pesca que dependerá del Ministerio de
nomía Economía, Fomento y Reconstrucción.
Artículo 25º. Corresponde en general al
Servicio Nacional de Pesca ejecutar la
política pesquera nacional y fiscalizar su
cumplimiento y, en especial, velar por la
debida aplicación de las normas legales y
reglamentarias sobre pesca, caza maríti-
ma y demás formas de explotación de
recursos hidrobiológicos.
82
Dirección de Presupuestos Decreto Ley Nº 1.263 Servicio centralizado Artículo 15º. La Dirección de Presupues-
tos es el organismo técnico encargado de
proponer la asignación de los recursos
financieros del Estado.
Le compete, además sólo a dicha Direc-
ción, orientar y regular el proceso de for-
mulación presupuestaria. Asimismo, le
incumbe regular y supervisar la ejecución
del gasto público, sin perjuicio de las
atribuciones que le corresponden a la
Contraloría General de la República, de
acuerdo a lo dispuesto en el inciso 1º del
artículo 52 de este texto legal.
Gendarmería de Chile Decreto Ley Nº 2.859 Servicio centralizado Artículo 1º. Gendarmería de Chile es un
Servicio Público dependiente del Ministe-
rio de Justicia, que tiene por finalidad
atender, vigilar y rehabilitar a las personas
que por resolución de autoridades compe-
tentes, fueren detenidas o privadas de
libertad y cumplir las demás funciones que
le señale la ley.
Servicio de Tesorerías Decreto con Fuerza de Servicio centralizado Artículo 1º. El Servicio de Tesorerías
Ley Nº 1, de 1994, Ha- dependerá del Ministerio de Hacienda, y
cienda estará encargado de recaudar, custodiar y
distribuir los fondos y valores fiscales, y
en general, los de todos los servicios
públicos. Deberá, asimismo, efectuar el
pago de las obligaciones del Fisco, y otros
que le encomienden las leyes.
Dirección General de Decreto con Fuerza de Servicios centralizados Artículo 11º. Créase la Dirección General
Obras Públicas Ley Nº 850, de 1997, de Obras Públicas, dependiente del Minis-
Obras Públicas terio de Obras Públicas, que tendrá las
atribuciones y funciones que le otorga la
presente ley.
Artículo 13º. La Dirección General de
Obras Públicas estará formada por los
siguientes servicios:
- Dirección de Planeamiento;
- Dirección de Arquitectura;
- Dirección de Riego;
- Dirección de Vialidad;
- Dirección de Obras Portuarias;
- Dirección de Aeropuertos, y
- Dirección de contabilidad y Finanzas.
Los órganos ejecutivos son aquellos que toman decisiones. Se denominan tam-
bién órganos de la administración activa. En esta categoría se encuentran, por
ejemplo, los Ministerios y los servicios públicos.
La doctrina señala que los órganos ejecutivos dictan actos administrativos de vo-
luntad.
Los órganos asesores son aquellos que no toman decisiones, sino que emiten in-
formes destinados a preparar la decisión administrativa. Dichos informes se de-
nominan dictámenes; contienen opiniones técnicas, jurídicas o económicas sobre
un asunto determinado.
3. Ejemplos.
Artículo 94.- En cada municipalidad existirá un consejo económico y
social comunal, compuesto por representantes de la comunidad local
organizada. Será un órgano asesor de la municipalidad, el cual ten-
drá por objeto asegurar la participación de las organizaciones comu-
nitarias de carácter territorial y funcional, y de actividades relevantes
en el progreso económico, social y cultural de la comuna.
EL CONSEJO ECONÓMICO Y SO-
CIAL COMUNAL La integración, organización, competencia y funcionamiento de estos
consejos, serán determinados por cada municipalidad, en un regla-
mento que el alcalde someterá a la aprobación del concejo.
Los órganos unipersonales son aquellos cuyo titular es una única persona física.
Para los servicios públicos, la LOCBGAE establece como regla general en la di-
rección la estructura unipersonal. Por excepción, la dirección puede ser colegiada.
Así sucede con al AGCI, la CONAMA, la Comisión Nacional de Energía.
Los órganos colegiados tienen dos tipos de normas jurídicas que regulan su fun-
cionamiento. Por una parte, están las normas que externamente establecen su
organización y funcionamiento. Por la otra, están las normas que internamente
dicta el órgano.
86
3. Ejemplos.
a. El Concejo Municipal.
Artículo 72.- Los concejos estarán integrados por concejales elegi-
dos por votación directa mediante un sistema de representación
proporcional, en conformidad con esta ley. Durarán cuatro años en
sus cargos y podrán ser reelegidos. Cada concejo estará com-
puesto por:
EXPRESA SU VOLUNTAD ME- Artículo 86.- El quórum para sesionar será la mayoría de los con-
DIANTE ACUERDO cejales en ejercicio. Salvo que la ley exija un quórum distinto, los
acuerdos del concejo se adoptarán por la mayoría absoluta de los
concejales asistentes a la sesión respectiva. Si hay empate, se
tomará una segunda votación. De persistir el empate, se votará en
una nueva sesión, la que deberá verificarse a más tardar dentro de
tercero día. Si se mantiene dicho empate, corresponderá al alcalde
el voto dirimente para resolver la materia.
b. El Consejo Regional.
Artículo 29.- El consejo regional estará integrado, además del
intendente, por consejeros que serán elegidos por los concejales
de la región, constituidos para estos efectos en colegio electoral
por cada una de las provincias respectivas, de acuerdo con la
siguiente distribución:
Para el profesor Soto Kloss bajo esta denominación “instituciones” se engloba una
heterogénea tipología de entidades dedicadas en sus fines a la satisfacción de
múltiples necesidades públicas.
Entre estas instituciones, se pueden indicar dos tipos. Por una parte, las institucio-
nes semifiscales. Por ejemplo, la Caja de Previsión de la Defensa Nacional. Es
decir, entes centralizados. Por la otra, quedan bajo esta denominación de "institu-
ciones", un conjunto de entes administrativos personificados dotados de autono-
mía normativa, administrativa y financiera. O sea, servicios descentralizados con
distintos nombres.
Los órganos centrales son aquellos que extienden su competencia a todo el terri-
torio nacional. Por ejemplo, los Ministros de Estado, los Subsecretarios, los Jefes
de los Servicios Públicos nacionales.
Los órganos periféricos son aquellos que tienen una competencia territorial limita-
da.
I. CONCEPTO.
Los medios personales –señala Santamaría Pastor- son las personas físicas que
integran la organización y que actúan por ella. Los medios reales, son, a su vez,
los medios materiales y los recursos económicos que manejen dichas personas.
Finalmente, el elemento normativo, son las reglas que disciplinan la actividad de
las personas.
El primer problema que presenta toda organización, es quien la dota de los medios
personales, reales y normativos. Es decir, en quien radica la potestad organizato-
ria.
1. La solución histórica.
La ley que crea un Ministerio, fija su función, sus órganos y sus competen-
cias.
Sin perjuicio de la existencia de una ley por cada Ministerio, existe la deno-
minada ley de Ministerios. Esta es el DFL Nº 7.912, de diciembre de 1927.
Dicha ley fija la competencia de los diversos Ministerios que existían a la
época de su dictación (9). En la práctica dicho DFL ha pasado a ser el esta-
tuto orgánico de los Ministerios que no tiene su propia ley orgánica, como
Interior y Defensa.
Por otra parte, si bien cada Ministerio tiene su propia ley orgánica, la gran
mayoría tiene sus reglamentos orgánicos. Estos son dictados en ejercicio
de la potestad reglamentaria de ejecución del Presidente de la República,
respecto de la ley del respectivo Ministerio. Así, por ejemplo, el Minsegpres
tiene al DS. Nº 07, de 1991, de dicho Ministerio, como el Reglamento Orgá-
nico del Ministerio. Dichos reglamentos precisan o complementan lo conte-
nido en la ley orgánica.
Cabe señalar, enseguida, que no todo lo relativo al rol y función del Ministe-
rio puede estar contenido en una sola ley. Así sucede cuando diversas le-
yes, a través del tiempo, les atribuyen competencias. Por ejemplo, el Minis-
terio de Transportes y Telecomunicaciones tiene como fuente legal de su
accionar, al DFL Nº 279, de 1960. Pero, en materia de transportes, le entre-
92
gan tareas las leyes Nºs. 3.059, 18.290, 18.696; y en materia de telecomu-
nicaciones, le asignan competencias el DL Nº 1.762, de 1977, y la Ley Nº
18.168, de 1982.
También sucede lo mismo con los servicios públicos que dependen o se re-
lacionan con cada Ministerio. En efecto, cuando una ley crea un Ministerio,
no siempre configura de inmediato los servicios públicos que ejecutan su
función. En algunos casos, eso sucede. Por ejemplo, la Ley Nº 18.989, que
creó Mideplan, creó también los servicios públicos relacionados con el: Agci
y Fosis. Pero la mayoría de los casos, dichos servicios se crean después.
Por ejemplo, la ley que creó al Minsegpres, no contemplaba a la Conama.
Esta se creó por la Ley Nº 19.300, en 1994, o sea cuatro años después de
su creación.
Sin embargo, dicho mandato es meramente legal, si bien materia de ley or-
gánica. Por lo mismo, otra ley, aprobado con los quórums respectivos y
previo control del Tribunal Constitucional, puede establecer otra organiza-
ción interna. Por ejemplo, la Ley Nº 18.902, que creó a la Superintendencia
de Servicios Sanitarios, facultó al Superintendente para que, con sujeción a
la planta de personal, pudiera establecer la organización interna de la Su-
perintendencia (art. 5º).
93
Sin embargo, la propia Constitución (arts. 101 y 102) convoca a la ley para
que regule los otros aspectos de estos órganos. Pero hace un distingo res-
pecto del Intendente.
Pero la misma Constitución (art. 105) convoca a ley para que determine sus
atribuciones y aquellas que pueda delegarle el Intendente. Dicha ley es la
LOCGAR, que se refiere a esto en sus artículos 3 a 5; y 44 a 47.
1. Flexibilidad municipal.
MATERIA LEY
Art. 16.- En las comunas cuya población sea superior a cien mil
habitantes, las municipalidades incluirán en su organización interna
la Secretaría Municipal, la Secretaría Comunal de Planificación y
Coordinación, y a lo menos, las unidades encargadas de cada una
de las funciones genéricas señaladas en el artículo anterior.
Art. 17.- En las comunas cuya población sea igual o inferior a cien
mil habitantes, la organización interna de sus municipalidades inclui-
rá la Secretaría Municipal y todas o alguna de las unidades encar-
Unidades de apoyo flexibles
gadas de las funciones genéricas señaladas en el artículo 15, según
las necesidades y características de la comuna respectiva. Asimis-
mo, podrán incluir una Secretaría Comunal de Planificación y Coor-
dinación.
Además de lo señalado en el inciso anterior, dichas municipalidades
podrán refundir en una sola unidad, dos o más funciones genéricas,
cuando las necesidades y características de la comuna respectiva
así lo requieran.
Art. 18.- Dos o más municipalidades, de aquéllas a que alude el
inciso primero del artículo anterior, podrán, mediante convenio cele-
brado al efecto y cuyo eventual desahucio unilateral no producirá
consecuencias sino hasta el subsiguiente año presupuestario, com-
Comparten unidades
partir entre sí una misma unidad, excluidas la secretaría municipal,
el administrador municipal y la unidad de control, con el objeto de
lograr un mejor aprovechamiento de los recursos humanos disponi-
bles.
Art. 44.- Dos o más municipalidades podrán convenir que un mismo
funcionario ejerza, simultáneamente, labores análogas en todas
ellas. El referido convenio requerirá el acuerdo de los respectivos
Comparten funcionarios concejos y la conformidad del funcionario.
El estatuto administrativo de los funcionarios municipales regulará la
situación prevista en el inciso anterior.
96
MATERIA LEY
Art. 30.- Existirá un administrador municipal en todas aquellas co-
munas donde lo decida el concejo a proposición del alcalde. Para
desempeñar este cargo se requerirá estar en posesión de un título
profesional.
Será designado por el alcalde y podrá ser removido por éste o por
acuerdo de los dos tercios de los concejales en ejercicio, sin perjui-
cio que rijan además a su respecto las causales de cesación de
funciones aplicables al personal municipal.
El administrador municipal será el colaborador directo del alcalde en
Administrador municipal las tareas de coordinación y gestión permanente del municipio, y en
la elaboración y seguimiento del plan anual de acción municipal y
ejercerá las atribuciones que señale el reglamento municipal y las
que le delegue el alcalde, siempre que estén vinculadas con la natu-
raleza de su cargo.
En los municipios donde no esté provisto el cargo de administrador
municipal, sus funciones serán asumidas por la dirección o jefatura
que determine el alcalde.
El cargo de administrador municipal será incompatible con todo otro
empleo, función o comisión en la Administración del Estado.
Art. 31.- La organización interna de la municipalidad, así como las
funciones específicas que se asignen a las unidades respectivas, su
Convocatoria al reglamento coordinación o subdivisión, deberán ser reguladas mediante un
reglamento municipal dictado por el alcalde, con acuerdo del conce-
jo conforme lo dispone la letra j) del artículo 65.
a. La norma analizada.
El artículo 20 del proyecto, que creaba el servicio público "Chiledeportes",
establecía las atribuciones propias del Director Nacional del Instituto Nacio-
nal de Deportes de Chile. En su letra b), disponía que le corresponde "Es-
tablecer la organización interna del Servicio", y en su letra c) que debe
"Nombrar y contratar personal, asignarle funciones, poner término a sus
servicios y aplicar las medidas disciplinarias que correspondan de acuerdo
con las normas estatutarias que los rijan".
Cabe destacar –precisó– que es la propia Constitución la que indica las ma-
terias que son de reserva legal, de modo que las normas de una ley que
pretendan alterar esa competencia y establecer que el Director de un servi-
cio público puede disponer en aquello que es propio de ley, son contrarias a
la Constitución.
En consecuencia, el artículo 20, letra b), y letra c) -en cuanto autoriza al Di-
rector del Instituto para "asignarle funciones" al personal de dicho servicio-,
del proyecto que le fue remitido, lo consideró el Tribunal Constitucional in-
constitucional.
En esta ocasión, el tribunal tuvo que determinar la naturaleza de una norma inclui-
da en un proyecto de ley que alteraba la estructura interna de los servicios públi-
cos que establece la LOCBGAE. El proyecto creaba un servicio público denomi-
nado Defensoría Penal Pública.
2. De otro, es, por regla general, una ley simple. Por excepción, la Constitu-
ción exige que esta ley sea orgánica constitucional. Así sucede con los ór-
ganos regionales, provinciales y locales.
Por otra parte, es perfectamente posible que la ley que cree y configure un OAE,
sea un DFL. El art. 61 inc. 4º sólo excluye de esa posibilidad a órganos no inte-
grantes de la administración del Estado, como los tribunales, el Congreso Nacio-
nal, el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la República. Respecto
de estos órganos, ningún DFL puede abordar su organización, atribuciones y ré-
gimen de personal.
VII. RECAPITULACIÓN.
En tercer lugar, no todos los O.A.E. tiene igual régimen. Desde luego, algunos tie-
ne más de una ley que lo regula. Además, no todos tiene el mismo tipo de leyes,
pues a unos los rige la ley simple, a otros una orgánica y, en fin, a algunos un de-
creto con fuerza de ley. También cabe anotar que las leyes que los rigen tienen
diferentes profundidades regulatorias, pues en unos casos es completa y en otros
enunciativa.
101
I. LA JERARQUIA
1. El poder de dirección.
a. El deber de obediencia.
El artículo 61 letra f) del Estatuto Administrativo establece como obligación
de los funcionarios públicos obedecer las órdenes impartidas por su supe-
rior jerárquico.
103
b. La excepción de responsabilidad.
Sin embargo, dicho deber de obediencia no es absoluto. Nuestro sistema
consagra lo que se denomina "obediencia reflexiva".
Para que opere dicha excepción, en necesario que se cumplan tres requisi-
tos. En primer lugar, el inferior debe considerar que la orden dada por su
superior es ilegal. Esto es, que vulnera el ordenamiento jurídico. El subordi-
nado está obligado a plantear la objeción. Además, ésta no tiene que ser
elaborada. Es lo que al funcionario le parece ilegal. En segundo lugar, el in-
ferior debe representar dicha ilegalidad a su superior. Dicha presentación
debe hacerlo por escrito. Finalmente, el superior debe reiterar la orden por
escrito.
Si se dan estos tres requisitos, la orden debe ser cumplida por el inferior.
Pero, éste queda a salvo de la responsabilidad que emane del acto.
Este mecanismo, por una parte, constituye una especie de control difuso de
la legalidad, pues cualquier funcionario puede representar la ilegalidad de
una orden. Por la otra, aunque la ley nada dice, hasta que no se insista, una
vez hecha la presentación, debe entenderse suspendida la ejecución de la
orden.
c. La desobediencia.
De acuerdo con lo anterior, la desobediencia a las órdenes del superior tie-
ne efectos necesarios de subrayar. En primer lugar, constituye una falta
administrativa. Por lo mismo puede ser sancionada mediante los procedi-
mientos disciplinarios correspondientes, salvo que haya operado el meca-
nismo de obediencia reflexiva.
2. El poder de revisión.
3. El poder disciplinario.
4. El poder de control.
De este modo, las relaciones de jerarquía generan entre el jerarca y los subordi-
nados la facultad del primero para examinar lo que realiza el segundo.
3. El control jerárquico tiene dos límites. Por una parte, el superior debe actuar
siempre en el ámbito de sus competencias y de aquellas del inferior. Por
otra parte, se debe ejercer en los niveles que corresponda. Así por ejemplo,
el Ministro controla al Subsecretario y éste a los Jefes de División. Estos úl-
timos, a su vez, controlan a los Jefes de Departamentos y éstos al personal
dependiente de ellos.
I. CONCEPTO.
Para el profesor Eduardo Soto Kloss, el inciso segundo del artículo 7º de la Consti-
tución, que aparece por primera vez en nuestro ordenamiento en el artículo 160 de
la Constitución de 1833, tuvo un doble propósito:
Ahora bien, la competencia tiene otros rasgos diferenciadores del derecho subjeti-
vo:
1. La avocación.
2. Delegación.
a. Concepto.
Mediante la delegación, un órgano superior encarga a otro inferior el cum-
plimiento de funciones que el ordenamiento jurídico le ha conferido como
propias a dicho órgano superior.
La delegación implica algo más que el mero “encargo” hecho por el superior
al inferior para que éste realice funciones suyas. La delegación supone
“desprendimiento” de un deber funcional. Existe cuando una autoridad in-
vestida de un poder determinado, hace pasar el ejercicio de ese poder a
otra autoridad o persona, descargándolo sobre ella. No se transfiere, por
tanto, la potestad sino su ejercicio.
b. Requisitos.
La delegación se encuentra regulada en nuestro ordenamiento, en el artícu-
lo 41 de la LOCBGAE. Dicha regulación se aplica a todos los OAE, con ex-
cepción de los que señala el inciso 2º del artículo 21.
c. Características.
En primer lugar, la delegación es revocable, es decir, puede ser dejada sin
efecto, en cualquier momento, por el delegante. Por lo mismo, la delegación
es temporal.
110
d. Efectos.
El primer efecto de la delegación es que la potestad delegada la pasa a
ejercer el delegado. Mientras la delegación subsista, el delegante no puede
avocarse dichos asuntos.
e. Clasificación.
En primer lugar, como ya se analizó, la delegación puede ser nominada o
innominada, según recaiga en una persona determinada o no.
3. La suplencia de servicio.
a. Concepto.
Los servicios públicos tienen cobertura nacional. Pero eso no garantiza que
tengan presencia en todas las localidades, pues pueden no tener oficinas
en todas partes.
111
Es condición, entonces, para que pueda darse esta figura, que un servicio
esté presente en un lugar y otro no, y este último necesite, para cumplir su
objetivo, estar ahí. En vez de ampliar la presencia del servicio necesitado,
se aprovechan los medios y recursos de un servicio instalado y en opera-
ciones en un lugar determinado.
b. Requisitos.
Para que esta figura pueda operar, es necesario que se cumplan dos requi-
sitos. En primer lugar, entre los servicios involucrados debe celebrarse un
convenio, donde se fijen los derechos y obligaciones respectivos.
En segundo lugar, dicho convenio debe ser aprobado por la autoridad com-
petente. Esta autoridad es distinta según si los servicios tengan o no com-
petencia regional. Si no la tienen, el convenio se aprueba por decreto su-
premo suscrito por los Ministros correspondientes. Si, en cambio, tienen
presencia regional, los convenios son aprobados por resolución del respec-
tivo Intendente.
a. Concepto.
La Constitución, al definir su modelo de organización regional, lo hizo inspi-
rada en el principio de gradualidad. Conforme a este, las estructuras regio-
nales pueden solicitar más competencias y recursos en la medida que estén
en condiciones de asumirlos (art. 107). Uno de los instrumentos que la ley
diseña para implementar este proceso, son los traspasos administrativos de
competencia. Estos se encuentran regulados en la LOCGAR, en su art. 67.
pletara. O sea, no bastaba el art. 67. Sostuvo que era una forma de des-
centralización. Por lo mismo, se necesitaba una ley.
b. Requisitos.
El art. 67 de la LOCGAR se encarga de precisar los requisitos para que
opere este mecanismo.
En primer lugar, debe haber una petición formal del gobierno regional al
Presidente de la República. Dicha petición debe ir acompañada de los estu-
dios y antecedentes que demuestren su aptitud para asumir responsabilida-
des. La petición del gobierno regional supone el acuerdo de dicho organis-
mo, a través de los mecanismos legales.
En segundo lugar, deben haber dos informes. Por un lado, de los Ministros
y servicios involucrados. Dicho informe debe ser evacuado dentro de los 60
días siguientes a la recepción de la documentación respectiva. Por el otro,
debe haber un informe del Ministerio del Interior.
a. Concepto.
La Constitución permite que a iniciativa de los gobiernos regionales, los Mi-
nisterios puedan celebrar con ellos convenios anuales o plurianuales de
programación de inversión pública en la respectiva región (art. 104).
Mediante este instrumento, uno o más Ministerios convienen con uno o más
gobiernos regionales, un plan de inversión pública, en la o las regiones por
un plazo determinado, que puede ser uno o más años.
Los sujetos del convenio son uno o más Ministerios y uno o más gobiernos
regionales.
El plazo de duración del convenio puede ser de uno año o más tiempo.
b. Requisitos.
El art. 80 de la LOCGAR se encarga de establecer los requisitos para que
operen estos convenios.
En segundo lugar, el convenio debe ser sancionado por decreto suscrito ba-
jo la fórmula por orden del Presidente de la República.
a. Origen.
Para su historia, seguiremos el dictamen 037325, de 1997, de la Contraloría
General de la República.
les de atención primaria, las postas rurales y los servicios de atención pri-
maria de urgencia, para que éstas tomaran a su cargo la atención de los
mismos.
b. Concepto.
Como se puede apreciar, lo que se dispuso en virtud de tal preceptiva no
fue la simple entrega de ciertos bienes o establecimientos, sino que el tras-
paso a las municipalidades de una parte de la función de atención de salud
y se establecieron las bases para que tales corporaciones edilicias presta-
ran el servicio público de que se trata, que, hasta ese momento, estaban
entregados a los Servicios de Salud, de conformidad con el Decreto Ley
2.763, de 1979.
c. Requisitos.
En primer lugar, para materializar de manera más ordenada y específica el
traspaso de tales servicios, según el mandato del legislador, el artículo 3º
del DFL 1-3.063, de 1980, dispuso que “en los casos en que una municipa-
lidad estime conveniente tomar a su cargo un servicio atendido por algún
organismo del sector público” debía procederse a firmar un convenio con la
entidad pública respectiva, sobre el traspaso del servicio y sus bases.
En segundo lugar, el citado convenio debía ser aprobado por decreto su-
premo, rigiendo el traspaso del servicio desde la fecha de publicación de di-
cho acto en el Diario Oficial. Ello efectivamente comenzó a ocurrir a partir
de 1981.
d. Modalidades.
Ahora bien, conforme al artículo 2º del DFL 1-3063, de 1980, los traspasos
de servicios podían tener el carácter de provisorio o definitivo, de acuerdo a
las necesidades y programas existentes sobre el servicio de que se trate.
Por una parte, porque esa posibilidad no se previó en la ley. Por otra, de
conformidad con el inciso final del artículo 4º del DFL 1-3063, de 1980, sus-
tituido en similares términos en lo que interesa, por el artículo 15 de la Ley
18.198, los cargos que quedaban vacantes en el organismo del sector pú-
blico por efecto del traspaso del personal, se entendieron suprimidos, dis-
minuyendo por consiguiente su dotación máxima.
e. Corolario.
El proceso de traspaso definitivo del servicio de atención primaria de salud,
entonces, desde los Servicios de Salud hacia las respectivas municipalida-
116
Dicho artículo exige para la validez de un acto de cualquier órgano del Estado,
dentro de los cuales están los órganos de la administración del Estado, la concu-
rrencia de tres requisitos copulativos.
Se suele indicar que los elementos que permiten configurar la competencia son de
cuatro órdenes. En primer lugar, las atribuciones; estas son las facultades que
constituyen la autoridad. Las autoridades públicas actúan por el Estado o por el
organismo público que dirigen. En tales circunstancias, tienen dos grandes vías
jurídicas de actuación, para alcanzar sus fines. Por una parte, la vía del derecho
común, en la medida que hagan uso de figuras jurídicas de derecho privado; por la
otra, la vía del derecho público, que se configura justamente por medio de faculta-
des especiales, cuya característica propia consiste en poder imponerse unilate-
ralmente a los demás sujetos jurídicos por medio de la autoridad, en que el titular
de un órgano decide en nombre de la colectividad, obligando al acatamiento de la
comunidad. Estas son las potestades. Las potestades le pueden permitir normar,
resolver, sancionar o ejecutar.
En ciertos casos, las normas que rigen la competencia son interpretadas en forma
distinta por los eventuales encargados de aplicarlas, pudiendo darse el supuesto
que dos órganos se consideren igualmente competentes o incompetentes para
intervenir en el mismo. Esta oposición de criterios determina lo que se llama “con-
flicto”, “cuestión” o “contienda” de competencia.
Tales conflictos o cuestiones pueden ser de tres órdenes: entre órganos adminis-
trativos (conflicto interno dentro de un poder) y entre un órgano administrativo y un
órgano judicial (conflicto externo, o conflicto de poderes) y entre autoridades na-
cionales, regionales, provinciales y comunales.
Esta norma exige que los órganos de la administración del Estado en conflicto de-
pendan o se relacionen con algún Ministerio.
Sin perjuicio de esta norma general, existen algunas normas especiales. Así el
art. 25 N del DL N° 2763, establece que las contiendas entre los directores de los
Servicios de Salud y los directores de los establecimientos de autogestión, las re-
suelva el Subsecretario de Redes.
Las "partes" de la contienda pueden ser, por un lado, las autoridades políticas o
administrativas del país. En esta expresión quedan comprendidos el Presidente de
la República, los Ministros de Estado, los intendentes, los gobernadores, los jefes
de servicios, los alcaldes, el Contralor General de la República, el Presidente del
Banco Central, los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. Por la otra, sólo
pueden plantear las contiendas de competencia o suscitarse respecto de ellas, los
tribunales superiores de justicia, es decir, las cortes de apelaciones, las cortes
marciales y la Corte Suprema.
Pero esta ley no se ha dictado. Ello implica que no existe modo de superar estos
conflictos que no sea de mutuo acuerdo entre los órganos involucrados.
Ello significa, por un lado, que la competencia es de derecho estricto. No cabe ex-
tender su ámbito por la vía analógica. Por la otra, en caso de conflicto entre potes-
tades y derechos, priman estos últimos. Las potestades deben respetar los dere-
chos de las personas; cualquier ejercicio de soberanía tiene como límites los dere-
chos esenciales.
Pero en el ejercicio de su actividad, los órganos también pueden exceder los lími-
tes de su competencia. En tal caso, los actos que realicen están viciados.
Los órganos que entran en conflicto pueden pertenecer a la misma persona públi-
ca. En ese caso el conflicto es puramente interno y se resuelve de distintas mane-
ras, según sean los órganos intervinientes. Pero también puede comprometer a
otra persona jurídica. En este caso, habrá que distinguir la naturaleza de los órga-
nos involucrados para resolver.
Sin embargo, las modernas técnicas organizacionales han cambiado dicho enfo-
que. A la administración se le exige que cumpla metas, que obtenga resultados en
su accionar. La manera que tiene de servir mejor a las personas es no sólo no
vulnerando la ley o sujetándose estrictamente a lo que ella dispone, sino obte-
niendo resultados.
El control financiero tiene dos propósitos. Por una parte, busca verificar el acata-
miento de las disposiciones legales y reglamentarias que digan relación con la
administración de los recursos del Estado. Esta labor la realiza la Contraloría.
realiza la Contraloría mediante las auditorías. Estas tienen por propósito verificar
la recaudación, percepción e inversión de sus ingresos y de las entradas propias
de los servicios públicos. Finalmente, la Contraloría cumple esta tarea mediante el
examen y juzgamiento de las cuentas de los organismos del sector público.
Dicha evaluación debe realizarse por un grupo de expertos ajenos al servicio. Las
instituciones cuyos programas sean objeto de evaluación, así como los procedi-
mientos y marcos de referencia, son determinados por el Ministerio de Hacienda.
Por otra parte, la Ley de la Alta Dirección Pública obliga a que las personas que
sean nombradas bajo este sistema, celebren convenios de gestión, donde se defi-
nan metas y objetivos evaluables periódicamente. El mismo convenio debe cele-
brar el director de un hospital autogestionado en red. Si se comprueba el incum-
plimiento de esas metas, cabe la remoción.
4. Elemento de probidad.
Como la probidad exige la preeminencia del interés general sobre el particular (art.
52, LOCBGAE), se contraviene ésta cuando se infringen los deberes de eficiencia
y eficacia que rigen el desempeño de los cargos públicos y ello produce un grave
124
5. Elemento remuneracional.
Esta consiste en el pago de una suma de dinero a los funcionarios por el cumpli-
miento de metas que se fija el propio servicio. Su cumplimiento se mide en base a
indicadores previamente definidos. Si el servicio cumple las metas, los funciona-
rios que trabajan en el servicio reciben la asignación. Esta constituye un incentivo
por el cumplimiento de programas de mejoramiento de gestión. La asignación
puede total o parcial según se cumpla íntegra o un porcentaje de la meta.
6. Asignación presupuestaria.
La Ley de Nuevo Trato establece, a contar del año 2003, un premio anual por ex-
celencia institucional para el servicio que resalte en el cumplimento de los resulta-
dos de su gestión, en la eficiencia institucional y en la productividad de los servi-
cios proporcionados a sus usuarios. El premio consiste en un monto equivalente a
un 5% sobre los estipendios de la asignación de modernización.
125
I. INTRODUCCIÓN
Ello obliga a pasar revista a las técnicas de unidad y coherencia con que cuentan
los OAE. Estas son tres: la coordinación, la cooperación y el control.
II. LA COORDINACIÓN.
1. Antecedentes normativos.
tades de las autoridades regionales”. Por su parte, el artículo 107, inciso final, dis-
pone que los municipios y los demás servicios públicos existentes en la respectiva
comuna deben coordinar su acción en conformidad a la ley. El artículo 112, com-
plementa lo anterior al encomendar a la ley establecer fórmulas de coordinación
para la administración de todos o algunos de los municipios, con respecto a los
problemas que le sean comunes, así como entre los municipios y los demás Ser-
vicios Públicos.
2. Concepto.
En cuarto lugar, no hay en la coordinación jerarquía. Cada ente conserva sus pro-
pias potestades; pero las orienta hacia un propósito común. No hay dependencia
entre los que se coordinan; aunque hay una preponderancia de quien conduce el
proceso.
3. Fundamento.
Tradicionalmente, los OAE se relacionaban unos con otros en base a los principios
de competencia, de jerarquía o de autonomía relativa. Ello implicaba que cada uno
operaba en el ámbito de materias o en el territorio que el ordenamiento jurídico le
128
Dicho enfoque ha sido recogido por el legislador tanto a nivel ministerial como de
servicio público. Ejemplo de ello, es el Minsegpres y la Conama.
De acuerdo a su ley, el Minsegpres tiene tres roles centrales. Por una parte,
centraliza la labor jurídica del Presidente de la República. Como a este co-
rresponde ejercer la potestad reglamentaria y tiene importantes facultades
legislativas (iniciativa exclusiva, fijación de urgencias, convocatoria a legis-
latura extraordinaria), este Ministerio se encarga de administrar dichas po-
testades. Todo decreto, indicación o proyecto de ley pasa y es evaluado por
este Ministerio antes de la firma del Presidente de la República.
a un tema. Sus objetivos son preparar una decisión, formular una propuesta
de política, o resolver una discrepancia.
En cuarto lugar, lleva a cabo esta función mediante los Comités Interminis-
teriales (CI). Como su nombre lo indica, son comisiones asesoras integra-
das por Ministros y autoridades de alto nivel encargadas de analizar, definir
e impulsar planes, políticas o programas de algún sector. Así, hay C.I. del
área social, C.I. de infraestructura, de relaciones internacionales, de moder-
nización del Estado. Estos Comités son creados por instructivo presidencial.
Son presididos por el Ministro más vinculado al área. Como Secretaría Téc-
nica actúa un funcionario del Minsegpres.
Lo anterior implica que todo EIA o DIA debe presentarse en la Conama. Pa-
ra conocer la opinión de los órganos sectoriales, la Conama les solicita in-
formes. La decisión final implica hacerse cargo de cada informe. Y en la ins-
tancia de conducción máxima de la Conama –el Consejo Directivo- están
todos los Ministros con competencias ambientales. Lo relevante de resaltar
es que si la Conama califica favorablemente el proyecto respectivo, ningún
OAE puede negar las autorizaciones ambientales pertinentes (art. 24).
Especial relevancia cobra describir la coordinación que la ley establece a nivel re-
gional, provincial y local.
iii. Asimismo, dicha ley establece que las competencias que no se ha-
yan otorgado expresamente a los gobiernos regionales, siguen es-
tando en la administración nacional.
132
Para los efectos de precisar de mejor forma las distintas vinculaciones entre
los gobiernos regionales y las municipalidades, es posible establecer los si-
guientes distingos:
Ello no quiere decir que no tenga atribuciones que puedan incidir en la mar-
cha del gobierno regional, pues el gobernador posee, entre sus atribuciones
propias, varias en este sentido. Vale la pena consignar:
ii. Por otra parte, está facultado para requerir por escrito a las autorida-
des del gobierno comunal, provincial y regional, los antecedentes re-
feridos a proyectos y programas de desarrollo social, económico y
cultural que se contemplen dentro de la provincia.
Por otra parte, también existe una vinculación entre el gobernador y el mu-
nicipio. Esta coordinación puede expresarse en los siguientes aspectos:
iii. Las políticas, los planes y los programas de los gobiernos regionales
deben ajustarse a la política nacional de desarrollo y al presupuesto
de la nación.
De ahí que para los efectos de la coordinación entre las políticas y planes
nacionales y regionales, MIDEPLAN debe asistir técnicamente al gobierno
regional.
III. LA COOPERACIÓN.
1. Concepto.
2. Técnicas de cooperación.
i. Concepto.
La ley permite que esta institución sea posible aun cuando las muni-
cipalidades que se asocian no pertenezcan a una misma provincia o
región.
ii. Regulación.
b. La encomendación de gestión.
Un segundo ejemplo de cooperación, es la encomendación de gestión que
regula la LOCBGAE.
i. Concepto.
Una de las fórmulas a través de las cuales la ley permite que se de-
manda la colaboración de un tercero, es la encomendación de ges-
tión, que regula el artículo 37 de la LOCBGAE.
ii. Requisitos.
La ley exige dos requisitos para que esta figura opere. En primer lu-
gar, es necesario que haya una autorización previa otorgada por ley.
No basta, entonces, la regulación general que hace el art. 37 de la
LOCBGAE. Dicha autorización legal puede ser a un servicio o a va-
rios. Así, la Ley Nº 18.803, autoriza a los servicios públicos para en-
comendar, mediante la celebración de contratos, acciones de apoyo
a sus funciones. Permiten outsourcing, en otras palabras.
IV. EL CONTROL.
Específicamente, dicho control implica que los servicios están sometidos a la de-
pendencia o la supervigilancia del Presidente de la República a través de los res-
pectivos Ministerios (art. 28 LOCBGAE).
Sólo por excepción la ley puede crear servicios públicos bajo la dependencia o
supervigilancia directa del Presidente de la República. Así sucede con el Consejo
de Defensa del Estado, que como órgano descentralizado, está sujeto a un control
de tutela directa del Presidente de la República, sin la mediación de ningún Minis-
terio.
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Ahora bien, el control que ejerce el Presidente de la República varía según este-
mos en presencia de un servicio público centralizado o de uno descentralizado.
Además, los controles puede ser realizados por organismos técnicos o por órga-
nos políticos.
Aquí interesa destacar que los órganos de la administración del Estado están suje-
tos a estrictos controles internos, pues por mandato legal las autoridades y jefatu-
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ras deben ejercer un control jerárquico permanente del funcionamiento de los or-
ganismos y de la actuación del personal de su dependencia. Deben velar también
por el cumplimiento de los planes y de la aplicación de las normas dentro del ám-
bito de sus atribuciones. Este control se extiende tanto a la eficiencia como a la
eficacia en el cumplimiento de los fines establecidos.
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I. EL PRINCIPIO PARTICIPATIVO.
Una de las constantes de los nuevos servicios públicos estatales, es que se esta-
blecen instancias o mecanismos institucionales de participación.
Tienen consejo consultivo, el INJ, la Oficina Nacional del Retorno, la ANI, la Cona-
di, la Conama, Chiledeportes, el Servicio del Adulto Mayor y el Consejo Nacional
de la Cultura y de las Artes.
Estos consejos tienen por tarea asesorar a los órganos resolutivos, formular ob-
servaciones y sugerencias, proponer acciones y pronunciarse sobre las demás
tareas cuyo parecer se han recabado por dichos órganos.
La reciente Ley N° 19.937 establece, por ejemplo, que cada Servicio de Salud de-
be tener un Consejo Consultivo de Usuarios. Este está compuesto por 3 repre-
sentantes de la comunidad vecinal y 2 representantes de los trabajadores del es-
tablecimiento. Tiene por función de asesorar al director del establecimiento en la
fijación de las políticas de éste y en la definición y evaluación de los planes institu-
cionales.
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Por otra parte, aunque volveremos más adelante sobre ello, la Ley de Municipali-
dades permite la realización de plebiscitos comunales sobre asuntos de interés
por la comunidad local. Si vota más del 50% de los ciudadanos inscritos en los
registros, el resultado del plebiscito es vinculante. El plebiscito es, pues, una forma
directa de participación de las personas.
Como se sabe, este es un órgano del nuevo proceso penal. Se trata de un servicio
público cuyo objeto es proporcionar defensa a quienes carezcan de abogado en el
nuevo sistema procesal penal.
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Pero estos abogados no son funcionarios del servicio sino que este los contrata en
el mercado. Ello lo hace a través de un proceso de licitación donde se pondera el
costo y la experiencia. Los elegidos forman un listado oficial. El imputado elige el
abogado del listado que mejor le parezca. Pero el servicio debe velar por la cali-
dad de la atención.
El objetivo de estos estándares es, por una parte, asegurar una defensa penal de
calidad. Por la otra, lograr una correcta inversión de los recursos públicos que se
destinan a pagar a dichos abogados.
En segundo lugar, están los objetivos. Estos son los resultados que se esperan
alcanzar.
En tercer lugar, están las metas. Estos son los resultados de una o de varias acti-
vidades específicas relacionadas con el objetivo.
A través de dicha reforma (Ley N° 19.937) se estableció una doble obligación para
el Ministerio de Salud. De un lado, el Ministerio debe “establecer los estándares
mínimos que deberán cumplir los prestadores institucionales de salud, tales como
hospitales, clínicas, consultorios y centros médicos, con el objeto de garantizar
que las prestaciones alcancen la calidad requerida para la seguridad de los usua-
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Del otro, el Ministerio debe “establecer un sistema de acreditación para los presta-
dores institucionales autorizados para funcionar. Para estos efectos se entenderá
por acreditación el proceso periódico de evaluación respecto del cumplimento de
los estándares mínimos señalados en el numeral anterior, de acuerdo al tipo de
establecimiento y a la complejidad de las prestaciones. Un reglamento del Minis-
terio de Salud establecerá el sistema de acreditación, la entidad o entidades acre-
ditadoras, públicas o privadas, o su forma de selección; los requisitos que deberán
cumplir, las atribuciones del organismo acreditador en relación con los resultados
de la evaluación; la periodicidad de la acreditación; las características del registro
público de prestadores acreditados, nacional y regional, que deberá mantener la
Superintendencia de Salud; los aranceles que deberán pagar los prestadores por
las acreditaciones, y las demás materias necesarias para desarrollar el proceso.
La acreditación deberá aplicar iguales estándares a los establecimientos públicos
y privados”.
También dicha reforma establece una serie de obligaciones para los “estableci-
mientos autogestionados en red”. En primer lugar, deben cumplir estándares defi-
nidos normativamente, como la de reducir las listas de espera. En segundo lugar,
queda sujeto a auditorías externas de gestión administrativa y financiera una vez
al año. En tercer lugar, si hay incumplimiento de los estándares, el director del
hospital debe presentar un plan de contingencia. Si no lo hace o este se rechaza
o su evaluación es insatisfactorio, cesa en su cargo.