1 Geografia
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1.- Introducción
2.-Relieve
3.-Hidrografía
4.-Clima
5.-Ecosistemas
6.-Recursos naturales
7.-Países y capitales
8.-Problemas y desafíos
ambientales
1.-
INTRO
Hace millones de años, cuando nuestro planeta era un escenario en constante
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cambio, los continentes no tenían la forma que hoy conocemos. En ese entonces,
América del Norte no era más que una pequeña porción de tierra unida a otros
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continentes en lo que se conoce como Pangea, el supercontinente que existió hace
aproximadamente 300 millones de años.
Sin embargo, los movimientos tectónicos y las fuerzas internas de la Tierra
comenzaron a separar a los continentes. En un lento proceso, América del Norte se
separó de Europa y África, mientras que al oeste emergían vastos océanos. Este
proceso, conocido como deriva continental, condujo a la formación de los continentes
tal como los conocemos hoy.
América del Norte tomó su forma actual gracias a la colisión entre dos placas
tectónicas: la Placa Norteamericana y la Placa del Pacífico. Hace alrededor de 150
millones de años, estas placas comenzaron a chocar, creando una serie de cambios
geológicos significativos. Se formaron imponentes cadenas montañosas, como las
Montañas Rocosas y los Apalaches, que atraviesan el continente de norte a sur.
A medida que los continentes se separaban y se formaban las cadenas montañosas,
se produjeron cambios en el clima y la biodiversidad de América del Norte. Los
glaciares avanzaron y retrocedieron, dando forma a los Grandes Lagos y esculpiendo
valles y cañones impresionantes. Los ríos como el Mississippi y el Missouri tallaron
paisajes majestuosos a su paso.
En cuanto a su ubicación geográfica actual, América del Norte se encuentra en el
hemisferio norte del continente americano. Limita al este con el Océano Atlántico, al
oeste con el Océano Pacífico, al norte con el Ártico y al sur con América Central.
América del Norte está conformada por varios países, entre los más destacados se
encuentran Estados Unidos, Canadá y México. Cada uno de estos países posee su
propia historia y características geográficas únicas, que enriquecen la diversidad y el
patrimonio de la región.
2.-
RELIEV
El relieve de América del Norte es sumamente diverso y abarca una amplia gama
de características geográficas que han sido moldeadas a lo largo de millones de
años. El continente se caracteriza por la presencia de imponentes cadenas
montañosas, vastas planicies, mesetas elevadas y sistemas de sierras escarpadas,
cada uno con su propia belleza y peculiaridades.
Una de las cadenas montañosas más destacadas es la cordillera de las Montañas
Rocosas, que se extiende desde el noroeste de Canadá hasta el suroeste de
Estados Unidos, a lo largo de más de 4,800 kilómetros. Estas majestuosas
montañas, con picos que alcanzan alturas impresionantes, son un hito geográfico
emblemático de la región. Las Montañas Rocosas ofrecen paisajes espectaculares,
con profundos valles, cañones escarpados y majestuosos glaciares. Además, esta
cadena montañosa alberga una gran diversidad de vida silvestre, incluyendo
alces, osos, lobos y águilas.
Otra cadena montañosa significativa es la cordillera de los Apalaches, que se
extiende a lo largo de la costa este de América del Norte, desde Canadá hasta el
noreste de Estados Unidos. Si bien los Apalaches no son tan imponentes como las
Montañas Rocosas, ofrecen una belleza y un encanto distintivos. Estas montañas
más antiguas presentan colinas onduladas, bosques frondosos y una rica historia
geológica. Los Apalaches son una barrera natural que ha influido en los patrones
de asentamiento y en la diversidad biológica de la región.
Además de las montañas, América del Norte cuenta con vastas planicies que se
extienden por miles de kilómetros. Las Grandes Llanuras, ubicadas en el centro
del continente, son conocidas por su paisaje abierto y sus suelos fértiles, que han
sido fundamentales para la agricultura en la región. Estas llanuras ofrecen una
vista panorámica, donde el horizonte se extiende hasta donde alcanza la vista,
creando una sensación de amplitud y libertad. En las Grandes Llanuras se
encuentra el famoso "Tornado Alley" (el callejón de los tornados), una región
propensa a las tormentas y tornados debido a su ubicación geográfica.
En contraste con las planicies, América del Norte también cuenta con mesetas
elevadas, como el famoso altiplano mexicano, que se encuentra en el centro de
México. Esta meseta es un lugar de fascinante belleza y características geológicas
únicas. Está rodeada por montañas volcánicas y ofrece paisajes desérticos y
semiáridos. Además, el altiplano mexicano alberga importantes ciudades
históricas y culturales, como la Ciudad de México, y es hogar de diversas
comunidades indígenas con ricas tradiciones y patrimonio cultural.
América del Norte también es conocida por sus sistemas de sierras escarpadas y
montañas prominentes. La Sierra Nevada, ubicada en el oeste de Estados Unidos,
se extiende a lo largo de más de 650 kilómetros y alberga algunos de los picos
más altos del continente, como el Monte Whitney, que alcanza los 4,421 metros
de altura. Esta cadena montañosa es famosa por su belleza natural y sus
majestuosos bosques de secuoyas, que incluyen a los famosos árboles gigantes
del Parque Nacional de Yosemite.
Otro sistema de sierras importante es la Sierra de Baja California, situada en el
noroeste de México. Esta cadena montañosa se extiende a lo largo de la
península de Baja California y cuenta con paisajes impresionantes, que van desde
desiertos áridos hasta cumbres nevadas. La Sierra de Baja California es hogar de
una gran diversidad biológica, incluyendo especies endémicas y una amplia
variedad de flora y fauna adaptada a las condiciones áridas.
Estos sistemas de sierras y montañas no solo añaden belleza escénica a la
geografía de América del Norte, sino que también desempeñan un papel crucial
en el ciclo hidrológico de la región. Sus elevaciones capturan la humedad
atmosférica, generando precipitaciones y alimentando los ríos que fluyen hacia
las tierras bajas y proporcionan agua dulce para los ecosistemas y las
comunidades humanas.
3.-
HIDRO
La hidrografía de América del Norte es excepcionalmente diversa y abarca una
amplia variedad de cuerpos de agua, desde ríos y lagos hasta estuarios y costas
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oceánicas. Estos sistemas hidrográficos desempeñan un papel fundamental en la
configuración del paisaje, la vida silvestre, la economía y la cultura de la región.
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Los ríos de América del Norte son una característica prominente de su hidrografía.
Además del río Mississippi y el río Colorado, existen otros ríos destacados que
atraviesan la región. El río San Lorenzo, por ejemplo, es uno de los ríos más
importantes de América del Norte y sirve como una vía navegable vital que conecta
los Grandes Lagos con el océano Atlántico. El río San Lorenzo también es famoso por
sus impresionantes cataratas, las Cataratas del Niágara, que atraen a millones de
visitantes cada año.
El río Mackenzie, en Canadá, es otro río notable. Es el río más largo de Canadá y el
segundo más largo de América del Norte, después del río Mississippi. Fluye a través
de vastas extensiones de paisajes prístinos y salvajes, como las tierras altas del
Yukón y los enormes deltas que desembocan en el mar de Beaufort.
América del Norte también se caracteriza por los Grandes Lagos, que son un
conjunto de cinco lagos interconectados: Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario.
Estos lagos son una característica única en la hidrografía mundial y constituyen la
mayor masa de agua dulce del planeta. Su importancia económica es significativa, ya
que ofrecen una abundante pesca comercial y recreativa, y son una importante vía
de transporte para barcazas y embarcaciones de carga.
Además de los ríos y lagos, la costa de América del Norte es extensa y diversa. En el
océano Atlántico, destacan el golfo de México, el golfo de San Lorenzo y la costa
este de Estados Unidos, conocida por sus playas de arena y hermosos paisajes
costeros. En el océano Pacífico, se encuentra la costa oeste de Estados Unidos, con
su espectacular línea de costa y paisajes montañosos que se encuentran con el mar.
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En la región ártica de América del Norte, la hidrografía se caracteriza por extensos
glaciares, icebergs y mares con hielo, como el mar de Beaufort y el golfo de Alaska.
Estos ecosistemas frágiles son hogar de especies adaptadas al clima polar y
desempeñan un papel vital en el equilibrio climático global.
La hidrografía de América del Norte es esencial para el ciclo del agua, la regulación
del clima, la biodiversidad y la sustentabilidad de los ecosistemas. Además, los
cuerpos de agua de la región proporcionan una amplia gama de oportunidades
recreativas y turísticas, desde la pesca y la navegación hasta el avistamiento de
ballenas y la práctica de deportes acuáticos.
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4.-
CLIMA
El clima de América del Norte es increíblemente diverso debido a la gran
extensión del continente y a su variada geografía. Desde las regiones árticas del
norte hasta los trópicos del sur, la región experimenta una amplia gama de climas
que influyen en la flora, la fauna, la agricultura y las actividades humanas en
general.
En el norte de América del Norte, se encuentran las regiones árticas,
caracterizadas por un clima extremadamente frío y árido. En estas áreas, las
temperaturas invernales pueden llegar a ser extremadamente bajas, con
frecuentes nevadas y vientos fuertes. El verano es breve y fresco, con
temperaturas moderadas. Estas regiones son hogar de la tundra, un ecosistema
frágil y único que alberga una variedad de especies adaptadas a las duras
condiciones climáticas, como los renos y los osos polares.
En contraste, las regiones del sur de América del Norte, como México y el Caribe,
tienen un clima tropical y subtropical. Estas áreas experimentan altas
temperaturas durante todo el año y una alta humedad. Los veranos son calurosos
y húmedos, mientras que los inviernos son suaves. En las zonas costeras, la
influencia del océano modera las temperaturas y genera un clima más templado.
Los huracanes son una amenaza común en esta región durante la temporada de
huracanes, que va de junio a noviembre.
En el centro y el oeste de América del Norte, predominan los climas templados y
continentales. En estas áreas, las estaciones están bien definidas, con veranos
cálidos e inviernos fríos. Sin embargo, hay variaciones significativas en la cantidad
de precipitación y en la duración de las estaciones. Por ejemplo, en la región de
las Grandes Llanuras, conocida como el "cinturón de tornados", los veranos son
calurosos y húmedos, con tormentas eléctricas y tornados frecuentes. En
contraste, la región del suroeste de Estados Unidos, como el desierto de Sonora,
tiene un clima desértico, con veranos extremadamente calurosos y escasas
precipitaciones.
En el oeste de América del Norte, la presencia de montañas y sistemas de sierras
influye en los patrones climáticos. Las Montañas Rocosas, por ejemplo, crean un
efecto de sombra de lluvia, lo que significa que el lado occidental de las montañas
recibe más precipitaciones que el lado oriental. En la región de la costa oeste,
desde California hasta Columbia Británica, el clima es mediterráneo, con inviernos
suaves y húmedos y veranos secos y soleados. Esta área es conocida por su clima
agradable y por albergar bosques de secuoyas y hermosos parques nacionales.
5.-
ECOSIS
Los ecosistemas de América del Norte son sumamente diversos y albergan una
variedad extraordinaria de flora y fauna. Desde las vastas extensiones de bosques y
TEMAS
praderas hasta los desiertos áridos y los frágiles ecosistemas costeros, la región es el
hogar de una amplia gama de hábitats y paisajes que sustentan la vida en todas sus
formas.
Una de las características más notables de los ecosistemas de América del Norte son
sus extensos bosques. El bosque boreal, también conocido como taiga, se extiende a
lo largo de la región norte, desde Alaska hasta Canadá y Rusia. Estos bosques se
caracterizan por árboles de coníferas como abetos y pinos, y albergan una diversidad
de especies adaptadas a las bajas temperaturas, como alces, osos pardos y lobos. Los
bosques templados también son prominentes en América del Norte, como el bosque
pluvial del noroeste del Pacífico, que cuenta con árboles de gran tamaño como
secuoyas y abetos de Douglas.
Las praderas y estepas son otro ecosistema importante en América del Norte. Las
Grandes Llanuras, ubicadas en el centro del continente, son conocidas por sus
extensas praderas que se extienden desde Canadá hasta Texas. Estas praderas son el
hábitat de especies emblemáticas como el bisonte americano y el antílope, así como
de numerosas aves migratorias. Las estepas de América del Norte, como la estepa
patagónica en Argentina y la estepa de Chihuahua en México, también albergan una
diversidad de especies adaptadas a las condiciones áridas y semiáridas.
Los ecosistemas acuáticos de América del Norte también son de vital importancia.
Los ríos y lagos de la región sustentan una gran variedad de vida acuática, desde
peces y anfibios hasta aves acuáticas y mamíferos marinos. Los Grandes Lagos, por
ejemplo, son conocidos por su biodiversidad y por ser uno de los hábitats de agua
dulce más grandes del mundo. Los arrecifes de coral en el Caribe, como el arrecife de
Belice, son ecosistemas marinos importantes que albergan una diversidad de
especies marinas y son destinos populares para el buceo y el turismo.
Los ecosistemas costeros de América del Norte también son destacados. Desde las
costas rocosas de la Columbia Británica hasta las playas de arena blanca de Florida
y las marismas del golfo de México, estas áreas brindan hábitats únicos para una
variedad de especies. Los manglares, por ejemplo, son ecosistemas costeros
tropicales que actúan como viveros naturales para peces y aves, además de
brindar protección contra tormentas y erosión.