Psicología y Ministerio Pastoral
Psicología y Ministerio Pastoral
Psicología y Ministerio Pastoral
Primero es necesario, exponer algunas ideas generales sobre cada una de las dos materias para
verificar si es viable dicha integración o, por lo menos, una complementación entre ambas.
Termino proponiendo algunas pautas de procedimiento. Lo que aquí planteo es una
introducción al tema que, evidentemente, requerirá una mayor reflexión.
Pero vayamos por partes en primer lugar tratare de explicar algunos conceptos referentes
a la Psicología.
El Ministerio Pastoral:
1. El Ministerio Pastoral es el proceso por el que el pastor colabora con los creyentes en el
desarrollo espiritual con el fin de que cada uno sea más semejante a Jesucristo. 3
2. Reconocemos que lo que ocurrió en los orígenes (Génesis 3) ha afectado a todos los
órdenes de la conducta humana: aspectos psicológicos, sociales, ecológicos... Por lo
tanto, el énfasis está en la preocupación espiritual de la vivencia humana de una forma
integral.
3. Las herramientas con las que cuenta el pastor son: la instrucción en la Palabra de Dios,
la oración, la unción, la comunión, la fe, el amor, la reconciliación, la Comunidad...
(Efesios 6:10).
6. Uno de los elementos más importantes del Ministerio Pastoral es la “Cura de almas y/o
restaurar la vida espiritual”.
1. Elementos de diferenciación
La Psicología prescinde del concepto de pecado. El ministerio pastoral lo reconoce
como raíz última de todo el mal que aqueja a la humanidad.
La psicología pretende ser científica, es decir seguir las pautas de los procedimientos
de la ciencia a la hora de proponer, contrastar, verificar hipótesis. El ministerio pastoral
no prescinde de la ciencia, pero trasciende a los planteamientos científicos.
La psicología elimina el elemento sobrenatural y no se plantea la existencia de Dios. El
ministerio pastoral está fundamentado en la confianza de un Dios creador, soberano,
que se interesa por el ser humano.
La meta de la psicoterapia es el equilibrio emocional de la persona. La meta del
ministerio pastoral es el equilibrio espiritual de la persona.
La psicología tiene una dimensión individual. El ministerio pastoral tiene una
dimensión comunitaria. No obstante, hay enfoques psicológicos que trascienden lo
personal, y se interesan por la familia, el grupo; como la Terapia Sistémica.
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2. Elementos de interrelación
• Tanto la psicología como el ministerio pastoral se ocupan en la conducta de la persona.
• Tanto la psicología como el ministerio pastoral detectan condicionantes de las conductas tanto
internas como externas.
• Tanto la psicología como el ministerio pastoral buscan el equilibrio de la persona.
• Tanto la psicología como el ministerio pastoral proponen la necesidad de un enfoque
multidisciplinar: médico, psicológico, espiritual, pedagógico, social, biológico. Por ejemplo:
ante una situación de tensión nerviosa continuada, el enfoque pastoral ha de tener en
consideración los aspectos biológicos de la conducta: problemas físicos, estrés situacional,
trastornos hormonales..., en lugar de proponer, simplemente, un origen espiritual del problema;
en un caso así, el “la disfunción espiritual” será más el efecto que la causa.
• Tanto la psicología como el ministerio pastoral tratan asuntos comunes: problemas familiares
y matrimoniales, el miedo (ansiedad), sentimientos de culpa, estrés...
• Tanto la psicología como el ministerio pastoral siguen procesos de ayuda similares: la
entrevista personal, los grupos (de terapia o de comunión), detección de problemas, propuesta
de procedimientos, evaluación... 6
• Tanto la psicología como el ministerio pastoral tienen manuales a los que recurrir: obras de
psicología para unos, la Biblia para otros.
• Tanto el psicólogo como el ministro cristiano desarrollan ampliamente la capacidad de
escuchar. A partir de ahí pueden ser más o menos directivos en el proceso de acompañamiento.
• Tanto el psicólogo como el ministro cristiano mantienen unas obligaciones éticas:
1) No revelar confidencias,
2) Cuidar los contactos físicos,
3) Reconocer las propias limitaciones...
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Paul Tournier dijo: “Tengo una vocación triple: médica, psicológica y espiritual. Si es
desagradable caer en la rutina técnica como médico o como psicólogo, es aún peor convertir en
un oficio la cura del alma. Confieso que lo que más me apasiona es la vocación espiritual.
Precisamente porque toda mi experiencia me ha enseñado los límites de la medicina y de la
psicología, porque la necesidad suprema y universal de los hombres es encontrar a Dios”.
Hay cristianos que somos psicólogos y algunos de ellos ejercemos labores pastorales, lo que
representa una clara ventaja, aunque también tiene ciertos inconvenientes. Hay autores que
proponen una orientación psicológica y pastoral en el tratamiento de las personas. En este
sentido, Viktor E. Frankl, nos habla de un inconsciente no tanto impulsivo, sino espiritual. Su
propuesta de tratamiento fue llamada “logoterapia” al considerarla como una “psicoterapia a
partir de lo espiritual”.
A partir de lo dicho podríamos concluir que hay aspectos de la vida que la psicología no
puede tratar por sus limitaciones conceptuales; en este sentido sería necesario recurrir al
ministerio pastoral.
Por otro lado, hay elementos de la conducta que escapan al ministerio pastoral, por lo que
deberíamos orientar a la persona en la búsqueda de un profesional de la psicología.
Hay pastores que están tratando de ejercer como psicólogos sin la acreditación necesaria. Esto
no es ético. Es mejor orientar al creyente hacia un psicólogo, 7cristiano a ser posible. Ahora
bien, el hecho de que el psicólogo sea creyente no es garantía de que la terapia vaya bien, por lo
que lo más aconsejable será buscar al profesional más competente, sea cristiano o no. Hay
psicólogos cristianos que están tratando asuntos espirituales en la consulta. En mi opinión, esto
tampoco es ético. Es aconsejable orientar al creyente hacia un pastor. En este sentido, la
colaboración leal entre pastor, psicólogo y psiquiatra es deseable.
Hemos de tener claro lo que es el campo de acción de cada disciplina. El psicólogo debería
tratar de abstenerse de entrar en los asuntos estrictamente pastorales; el pastor debería tratar de
eludir los tratamientos psicológicos. Tanto uno como otro han de enfocar su trabajo buscando
el bienestar de la persona. Por lo tanto, si hay áreas que escapan a su especialidad profesional,
lo ético es animar a la persona a buscar ayuda donde pueda encontrarla.
Por otro lado, el pastor no debe menospreciar su “arsenal tecnológico”. Es cierto que no hay
técnicas tan desarrolladas en el ministerio pastoral como en la psicoterapia, pero partimos de
la base del poder de la oración, de la unción, de la eficacia de la Palabra de Dios en la vida
de la persona, del beneficio que conlleva la comunión auténtica y del bien que causa la
obediencia a Dios, bajo la confianza que otorga el perdón, la reconciliación, el amor, la
esperanza…
El hecho de que haya aspectos de la vida del creyente que escapen a la capacidad profesional
del pastor no significa que se desvincule. El ministerio pastoral debe seguir apoyando y
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animando al creyente que tiene un problema psicológico. De la misma forma que el pastor
visita a un enfermo del corazón, ora por él y comparte las Escrituras, sostiene y atiende a un
creyente con problemas emocionales. Ante cualquier tipo de problema, el pastor encuentra
formas de apoyo para ayudar al creyente en su conflicto; en ocasiones no tendrá mucho que
decir, pero el acompañamiento será la mejor ayuda que podrá ofrecerle cuando sufre.
Es difícil que la psicoterapia y el ministerio pastoral puedan ser desarrollados por la misma
persona. Sin embargo, se puede hacer; pero normalmente en la práctica clínica se prefiere y es
requisito indispensable que el paciente no tenga ningún otro tipo de relación con el terapeuta,
(parentesco, amistad, negocios, etc.) mientras que en el ministerio pastoral es habitual una
relación estrecha.
Mejor sería poder disponer de un equipo multidisciplinar en la propia iglesia o entre varias:
médico, psiquiatra, psicólogo, pastor; redes de apoyo como la sociedad femenil, o cualquier
otra.
De todas formas, hay problemas que son comunes a ambas disciplinas (ansiedad, enojo, culpa)
y, por otro lado, también se puede tratar problemas emocionales usando técnicas psicológicas
con componentes espirituales.
Por ejemplo: En el tratamiento de un problema ansiedad podríamos usar la “tríada de
autocontrol”. Básicamente esta técnica incluye tres aspectos:
1) Cortar el pensamiento ansioso
2) Entrenamiento en relajación, ya sea autógena o muscular.
3) E imaginación de una escena agradable.
En esta escena agradable se pueden incluir elementos espirituales: el amor de 8Dios, el cariño
de los hermanos, el perdón, la ayuda del Espíritu Santo, la esperanza...
Por poner otro ejemplo: Si quisiéramos usar la Terapia Racional Emotiva de Ellis para un
problema de habilidades en la comunicación, en uno de los pasos que él propone y que
tiene que ver con las creencias racionales, podríamos incluir elementos espirituales: “Si
me equivoco al hablar, no tengo por qué considerar que me rechazarán, pues son mis
hermanos y me quieren, pero sobre todo cuento con el amor de Dios, que es
incondicional…”.
Como ejemplo podríamos citar Romanos12:2 es un texto que nos habla de transformación y,
además, especifica el procedimiento que es claramente psicológico (cognitivo) y espiritual:
renovación del entendimiento. En ocasiones habrá que aplicar un proceso estrictamente
espiritual o estrictamente psicológico. En otras, habrá que usar ambos. No obstante, el pastor
siempre tiene que considerar, ante cualquier problema, cómo acompañar a la persona que sufre.
En este sentido la cercanía pastoral será imprescindible.
• Baste como ejemplo el hecho de que se ha encontrado una relación importante entre la
depresión mayor y las alteraciones del sueño. Con el Electroencefalograma (EEG) o
Polisomnografía (estudio del sueño), se ha descubierto que en los depresivos la distribución del
sueño MOR (REM) ha quedado alterada y desplazada. Algunos estudios han mostrado que el
acortamiento en la latencia de MOR se correlaciona de forma considerable con 9la severidad de
la depresión. Es decir, el MOR parece mal ubicado y extendido en el sueño de los depresivos.
Nota: de 1994 a 2000 (trabaje y fui responsable de la Clínica de los Trastornos del Sueño, en el Hops.
Psiquiátrico “Dr. Rafael Serrano” Dependiente de la Secretaria de Salud En el estado de Puebla.
alguna falta, vosotros que sois espirituales restauradle con espíritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las
cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo”.
Estimados hermanos; espero que estos apuntes les ayude a dilucidar, el papel del Ministerio
pastoral y la ayuda Psicológica, cada disciplina en su justa dimensión., Concluyendo que la
palabra de Dios está por sobre todas las cosas.
¡Que Dios los bendiga!
Bibliografía
1 Douglas A. Bernstein y Michael T. Nietzel. Introducción a la psicología Clínica. Mac. Graw
Hill. 2000. 10
2 E. Jerry Pares. Psicología Clínica Manual Moderno 1996 .
3 Ellis Alrbert. TRE. Terapia Racional Emotiva. A. Paz Mex. 2000
4 Alberto Barrientos. Principios y Alternativas de Trabajo Pastoral. Miami: Caribe,
1982, págs. 29,ss.
5. Viktor E. Frankl. La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y religión. Barcelona:
Herder, 1991, pág. 21.
6 Véase Vernon Grounds. El evangelio y los problemas emocionales. Tarrasa: Clie,
1980.
7 Rosenzweig, Mark R. Y Leiman, Arnold I. Psicología fisiológica. Madrid: McGraw‐Hill,
1992, pág. 605‐606.
8. W. R. Parker. La Oración en la Psicoterapia. Pax-Mex 2006