Función de La Escuela Conocimiento y Poder
Función de La Escuela Conocimiento y Poder
Función de La Escuela Conocimiento y Poder
Era inevitable que dicha discusión sobre los aspectos positivos y negativos de
la escuela giren en torno a la pregunta “¿para qué sirve la escuela?” ¿Qué
beneficios proporciona…? ¿Es la escuela una “obligación”, o por el contrario es
una conquista? ¿Quién “necesita” de la escuela: las clases dominantes, las
clases dominadas o ambas? Si las clases dominantes “imponen” la educación
¿Por qué las clases populares la reclaman? Si la educación es un derecho
desde largo tiempo reivindicado por el pueblo, ¿por qué los sectores
dominantes se interesan en proporcionarla?
Ese saber cotidiano no es el mismo para todos los hombres, mas allá de que
cada individuo posee un saber particular, se tienen saberes cotidianos
diferentes en razón de experiencias de vida en que también lo son.
Podríamos decir, entonces, que en el nivel “más alto “el conocimiento recibe su
legitimación de manos de quienes lo producen y también de ciertos foros e
instituciones que acreditan su índole científica. Pero a medida que el
conocimiento desciende y comprende a públicos más amplios, dicha
legitimidad debe ser ratificada: para ello existe también una variada gama de
instituciones y organismos. El sistema educativo con sus distintos niveles
cubre un amplio espacio de esta escala legitimadora.
La sagrada palabra del maestro: hemos visto que los dos tipos de
conocimientos que se procesan y transmiten en la escuela: el cotidiano y el
científico-legitimo. Respecto del primero la escuela constituye una
prolongación de la familia y de la calle y que también hay que un saber
cotidiano escolar que en la escuela ella es producido.
Es por ello que la escuela más que proporcionar a las clases populares
“herramientas socialmente validas”, lo que hace es otorgar competencias
individuales que preparan para la “lucha por la vida”.
A las clases dominantes para mantener y desarrollar el sistema social que las
tiene como tales o, para expresarlo con otras palabras, para realizar la
preproducción ampliada de la sociedad; y a los individuos de las clases
populares, para mejorar su situación económica y social.
Y he aquí las primeras palabras que me dirigieron las diosas, musas del Olimpo,
hijas de Zeus…: …Nosotras sabemos decir muchas falsedades de tal manera
que parezcan verdad. Pero también sabemos, si nos place, proclamar lo
verdadero”. Hesíodo
Si es cierto que “la verdad nos hará libres”, el problema es cómo hacer para que
la verdad entre en la escuela, para que ésta se nutra de verdad.
Bibliografía: