Qué Dice La Biblia
Qué Dice La Biblia
Qué Dice La Biblia
El tiempo que empleamos con el Señor en oración puede liberar el poder más dinámico y transformador
de la historia que este mundo jamás haya conocido.
La Biblia describe diversas operaciones de la oración, pero ahora vamos a examinar la oración como algo
individual. Nuestra oración como un cuerpo unido puede únicamente ser tan fuerte como el tiempo
personal que pasemos con el Señor a solas.
A. El lugar secreto
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6.6 Hemos sido invitados a la oración
íntima por el Mismo Señor. Esta clase de oración “secreta” presupone y asegura:
1) Los motivos correctos. “Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de
pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han
obtenido toda su recompensa.” Mateo 6:5
2) Las relaciones correctas con Dios como padre. “¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le
pide[a]un pescado, le dará en cambio una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues
si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el
Espíritu Santo a quienes se lo pidan!” Lucas 11:11-13
3) Una confianza verdadera en el señor. “Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará. Mañana, tarde y
noche clamo angustiado, y él me escucha”. Salmos 55:16- 17
Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de ustedes, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me
honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más
que reglas humanas.” Marcos 7:6-7
A medida que expresamos nuestros sentimientos y problemas en nuestra conversación con Dios,
podemos hacerlo en forma de adoración:
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. Mi alma se gloría en el Señor; lo
oirán los humildes y se alegrarán. Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre. Busqué
al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores.” Salmos 34:1-4,
Confesión: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará
de toda maldad.” 1 Juan 1:9,
Peticiones: “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.” Mateo 7:7
O por acciones de gracias: “Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes
groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias.” Efesios 5:4-20
“Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” Lucas 21:36.
“Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben cuándo volverá el dueño de la casa, si al
atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y los
encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos!” Marcos
13:35-37.
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es
débil.” Mateo 26:41
“Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies
que envíe obreros a su mies.” Lucas 10:2.
“Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los
hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y
reposadamente en toda piedad y honestidad.” 1 Timoteo 2:1, 2.
5) Orad por vuestros enemigos
“Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.” Lucas 6:28.
C. Cuándo orar
La Biblia nos da muchos ejemplos de personas que oraban “Jabes le rogó al Dios de Israel: Bendíceme y
ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción. Y Dios le concedió su
petición.” 1 Crónicas 4:10.
La mayoría de los héroes de la fe tuvieron sus tiempos regulares del día separados específicamente para
la oración, muchas veces tres veces al día (por la mañana, al mediodía y por la tarde o al anochecer).
“En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él
oirá mi voz.” Salmos 55:16, 17.
“Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas
ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía
por costumbre orar tres veces al día.” Daniel 6:10.
El mejor ejemplo de un patrón diario de oración regular y sincera es una que evite los ritos religiosos sin
significado, y ésta puede ser encontrada en el Señor Jesús mismo:
Temprano en la mañana: “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de
la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.” Marcos 1:35
Toda la noche: “Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a
Dios.” Lucas 6:12
Antes de cada comida: “Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo.
Luego partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. También
repartió los dos pescados entre todos.” Marcos 6:41
“E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si
tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.” 1
Crónicas 4:10
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros...” Santiago 5:16
“Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así
como lo fue entre vosotros.” 2 Tesalonicenses 3:1
“¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración... ¿Está alguno enfermo...? Llame a los ancianos de
la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al
enfermo, y el Señor lo levantará...orad unos por otros, para que seáis sanados...” Santiago 5:13-16
“Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá y Dios le dará vida...” 1
Juan 5:16
E. Ayuda en la oración
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene,
no lo sabemos, pero el espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8:26.
Parte del propósito del Espíritu Santo es enseñarnos: “porque en ese momento el Espíritu Santo les
enseñará lo que deben responder.” Lucas 12:12
Guiarnos en oración: “Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el
Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.” Romanos 8:27
Y también ayudarnos en nuestra fe: “Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de
sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser.” Efesios 3:16, 17
El Espíritu Santo a veces ungirá la oración de un creyente de manera especial y a esto le llamamos “orar
en el Espíritu Santo.” “Pero ustedes, queridos hermanos, sigan confiando siempre en Dios. Esa confianza
es muy especial. Cuando oren, dejen que el Espíritu Santo les diga lo que deben decir.” Judas 1.20;
“No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, háganlo dirigidos por el Espíritu Santo. Manténganse
en estado de alerta, y no se den por vencidos. Oren siempre, pidiendo por todos los que forman parte
del pueblo de Dios.” Efesios 6:18.
A fin de ayudarnos en la oración, el Espíritu Santo ha provisto también un don especial para el creyente:
El don de lenguas, es decir, el hablar en otras lenguas al Señor en oración.
“Algunos reciben el poder de hacer milagros, y otros reciben la autoridad de hablar de parte de Dios.
Unos tienen la capacidad de reconocer al Espíritu de Dios, y de descubrir a los espíritus falsos.
Algunos pueden hablar en idiomas desconocidos, y otros pueden entender lo que se dice en esos
idiomas. Pero es el Espíritu Santo mismo el que hace todo esto, y el que decide qué capacidad darle a
cada uno.” 1 Corintios 12:4-11.
“Más la oración de los rectos es su gozo... Él oye la oración de los justos.” Proverbios 15:8, 29
F. Compañero de labores
“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa
que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” Mateo 18:19.
G. La Iglesia en oración
Si hay un poder tremendo en dos personas que se unen para orar, ¿te imaginas qué pasaría si toda la
asamblea o la congregación entera del pueblo de Dios se reuniera para clamar a Dios? Mira lo que
sucedió cuando la iglesia primitiva lo hizo así:
“Luego de escucharlos, todos juntos oraron: “Señor, tú hiciste el cielo y la tierra, y el mar y todo lo que
hay en ellos…” Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron
llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.” Hechos 4:24, 31.
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