4 - El Fiel Sumo Sacerdote
4 - El Fiel Sumo Sacerdote
4 - El Fiel Sumo Sacerdote
He. 2:17-18
INTRODUCCIÓN:
En el A.T. el pueblo era representado delante de Dios por el sumo
sacerdote, quien se regía por la ley. La ley condenaba a todo aquel que
no la cumplía en su totalidad, declarando a todos culpables, a unos
inmundos y a otros hasta los hacia merecedores de la muerte porque ella
misma no podía perfeccionar a nadie, por lo tanto el sacerdocio también
era imperfecto. Dios en su misericordia cambió este sacerdocio enviando a
su Hijo, quien ahora es misericordioso y fiel, sumo sacerdote para
siempre.
DESARROLLO:
El sumo sacerdote entraba una vez al año al lugar santísimo para hacer
expiación por los pecados del pueblo ante El Señor (Lv. 16:2); Aarón fue
el primero designado para este cargo después de la proclamación del pacto
del Sinaí y de la orden de construir el tabernáculo (Ex. 27:21; 28), y
eran los descendientes de leví quienes se encargaban de este trabajo;
este sacerdocio era según la ley y el sumo sacerdote que entraba en
pecado al Lugar Santísimo moría y el pecado del pueblo no era cubierto
(He. 7:23-27).
Con todo esto era necesario cambiar el sacerdocio; Dios al enviar a su
Hijo anuló por medio de su sacrificio el sacerdocio que era según la ley,
para dar lugar a uno mejor y eterno que es según la gracia, este es en un
nuevo pacto que no condena, ni da muerte sino que justifica, da vida y
nos auxilia. En Hebreos 2:17-18 vemos el proceso que pasó el Señor Jesús
para llegar a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote: ·
TENIA QUE SER HECHO SEMEJANTE A SUS HERMANOS EN TODO: En Hebreos 2:14
leemos que era necesario que Cristo tomara cuerpo con carne y sangre para
que así fuera semejante a sus hermanos; para esto fue necesario que se
despojara de su gloria (Fil. 2:6-8). Dios Padre le formó cuerpo en el
vientre de María (Sal. 139:13,16), para que naciera de forma natural (Lc.
2:6-7; Jn. 1:1-4;14), haciéndolo por un poco de tiempo menor que los
ángeles (Sal. 8:5). Vemos en la biblia que el Señor Jesús tenia las
mismas limitaciones y debilidades humanas, como consecuencia
sentía hambre (Mt. 21:18),
sed (Jn. 4:7),
se enojaba (Mrc. 3:5 ),
sentía cansancio (Jn. 4:6),
se entristecía (Mrc. 3:5; 26:37),
lloraba (Jn. 11:33,35),
amaba (Jn. 11:3,5,36),
se alegraba (Lc. 10:21), etc. ·
A FIN DE LLEGAR A SER UN MISERICORDIOSO Y FIEL SUMO SACERDOTE: Podemos
entender que cuando Jesús estuvo en su ministerio terrenal actuó como
sacerdote, según el nuevo orden que El estaba estableciendo, que era el
de Melquisedec. En el Salmo 110:4 se puede ver perfectamente el
sacerdocio de Jesús, cuando David profetizó diciendo: "Jehová juró y no
se retractará: Tu eres sacerdote para siempre, según el orden de
Melquisedec", y en el libro de Hebreos lo confirman una vez más como
sacerdote (He. 5:5-6,10); pero después de haber ofrecido ruegos y
suplicas con gran clamor y lagrimas al Padre (He. 5:7), de haber padecido
para aprender obediencia (He. 5:8), y de haberse perfeccionado (He. 5:9),
fue constituido sumo sacerdote de nuestra fe para siempre, por Dios.
Jesús permaneció fiel en todo al que lo constituyó (He. 3:1), no como
siervo sino como hijo sobre su casa, la cual somos nosotros (He. 3:6),
porque El mismo no enseñaba ni hacia su propia voluntad sino la del
Padre. ·
PARA EXPIAR LOS PECADOS DEL PUEBLO: El sumo sacerdote solo podía ofrecer
sacrificio de animales que eran incapaces de borrar pecados, él mismo
tenia que ofrecer sacrificios por sus pecados y luego por los del pueblo,
entraba por el atrio pasando por el altar de bronce, el lavacro, luego
llegaba a el lugar santo y atravesaba el velo hasta llegar al lugar
santísimo a ofrecer la sangre del sacrificio.
A la luz de la palabra sabemos que cuando nuestro Señor y Salvador
Jesucristo entregó su vida en la cruz se constituyó en el sacrificio
perfecto, hecho una vez y para siempre, no como macho cabrío sino como el
cordero de Dios que quita el pecado del mundo, siendo autor de eterna
salvación para todos los que le obedecen (He. 5:9). El Señor por su
sacrificio nos redimió del pecado, nos libró de la muerte (He. 2:14-15),
y mediante el derramamiento de su sangre nos borró los pecados. En el
momento de resucitar el Señor venció a la muerte, como consecuencia se
rasgó el velo y entró en el cielo, viviendo desde entonces eternamente. ·
EL MISMO PADECIÓ SIENDO TENTADO, ES PODEROSO PARA SOCORRER A LOS QUE SON
TENTADOS: Al participar de cuerpo, el Señor estaba expuesto a los
sufrimientos, la prueba y la tentación como todos nosotros; en Mateo 4:1-
11 vemos que después de ser bautizado en el Jordán el Espíritu Santo lo
llevó al desierto para ser tentado por el diablo en tres áreas diferentes
a) físico (Mt. 4:3-4),
b) almático (Mt. 4:5-7),
c) espiritual (Mt. 4:8-11);
en Juan 4:16-18 vemos una tentación de tipo sexual y aun en la cruz el
diablo lo tentó invitándolo a que se bajara de la ella (Mrc. 15:29-32).
Después de haber sido tentado en todo, pero sin pecado, Jesucristo venció
al mundo, al pecado (He. 4:15-16), al diablo y la muerte con su misma
muerte y su resurrección, subió a la diestra del Padre y ahora intercede
por nosotros, por lo tanto sabemos que tenemos un abogado (1 Jn. 2:1-2),
y que podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (He. 4:15-
16).
CONCLUSIONES: ·
En el tiempo de la ley, sí un sacerdote era tocado por un inmundo se
contaminaba, pero nuestro sacerdote, no se contaminó cuando lo tocaron
personas que estaban inmundas, sino desprendió y desprende aun virtud
para todo aquel que se le acerca y le toca, El no se contamina pero sí
nos limpia de toda inmundicia para que tengamos vida y no seamos los
mismos. ·
Podemos encontrar ejemplos de fidelidad en la Biblia como Elías, Elíseo,
Josué, Moisés, etc. pero el único que merece ser llamado fiel y verdadero
es Jesucristo (Ap. 19:11-13). ·
Jesucristo pudo llegar a ser misericordioso y fiel porque comprendía la
naturaleza humana, ya que había participado de ella. ·
Jesucristo mismo padeció de las mismas tentaciones y sufrimiento que
nosotros y por esta razón ahora nos podemos acercar a El para que nos
auxilie y nos de la fortaleza necesaria para sufrir la prueba y vencer la
tentación, con la convicción de que no nos acusara sino que tendrá
misericordia de nosotros.
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