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Rosenberg - Campos Carlés, Celina

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Universidad Católica Argentina

Trabajo final:
Historia
Contemporánea II

Dra. Josefina Elizalde


Prof. Narella Mansilla

Celina Campos Carlés


2023
El ideólogo Alfred Rosenberg y el Partido Nacionalsocialista de los
Trabajadores

– Alfred Rosenberg: Diarios 1934- 1944


Por Celina Campos Carlés

Los grandes acontecimientos bélicos del siglo XX, tales como la Primera y Segunda
Guerra mundial, la violencia desatada con la Revolución rusa, las tensiones de ambas
posguerras, el auge de los totalitarismos y el devenir de la guerra fría, encuadraron un
siglo de complejidades inauditas. El siglo XX se encuentra atestado de sucesos que
moldearon y perfilaron nuevas corrientes de pensamiento. Cada uno de estos episodios
englobó una ideología con fundamentos ideológicos y filosóficos que buscaron
plasmarse en políticas reales y producir un cambio efectivo sobre el mundo circundante.

En este trabajo nos centraremos en el análisis y el estudio del pensamiento de


Alfred Rosenberg dentro del movimiento nacionalsocialista y su rol en el Partido
Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores –popularmente conocido como Partido
Nazi–. Se analizará el programa cultural del ideólogo y su interés por generar un cambio
real en la sociedad en la que se encontraban. Por medio del diario personal del jerarca
nazi Alfred Rosenberg (1893- 1946) nos aproximaremos a la visión que pregonaba e
intentaba difundir por Alemania y por los demás pueblos conquistados durante la
Segunda Guerra Mundial. Nacido en Reval, Estonia, vivenció los avatares de la
Revolución rusa que forzaron a su familia al exilio, estas experiencias de vida
contribuyeron a la formación de su fuerte pensamiento antibolchevique.1 Luego, con el
correr de los años, construiría una de las principales fuentes ideológicas del Partido
nazi. Si bien no es posible extenderse en cuestiones metodológicas por cuestión de
espacio, considero preciso mencionar algunas de las dificultades que presenta el diario
de Rosenberg como fuente. Es necesario tener presente que se trata de una fuente
sumamente parcial con dificultades para corroborar fehacientemente la exactitud de la
reproducción de los diálogos y los aconteceres. Además, presenta tachones y vacíos
temporales significativos. Sin embargo, rebelan lo que el jerarca Nazi pensaba de sí
mismo y del mundo circundante.

1
Evans, Richard J. (2004). The Coming of the Third Reich. Londres: Penguin. pp. 178-179.

1
El interés cultural de Rosenberg se despertó tempranamente y muchas de sus
ideas quedaron plasmadas para la posteridad en la revista nazi Völkischer Beobachter
(El observador popular), él fue su editor desde 1923 hasta 1938. 2 No es menor el
nombre de esta revista y su función a lo largo de la trayectoria del nazismo. El Partido
Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores compró este medio de difusión en 1920,
y el nombre es de interés porque remite a un concepto de gran profundidad y
trascendencia para la política alemana: Volkisch. Como explica Fritzsche, este término
se refiere a la comunidad del pueblo, es decir que genera un sentimiento de pertenencia
en el que es más importante el ser alemán que la clase social. Esta concepción del
pueblo alemán tiene sus raíces en el romanticismo y el folklore de la nación. La gran
novedad del Partido Nazi radica en que logra aunar dos ideas que nunca antes se habían
presentado juntas, el nacionalismo volkish y el socialismo. Esto proveyó una nueva
forma de participación popular que el Partido Nacionalsocialista supo encauzar muy
hábilmente para generar adeptos. A pesar de la eficiencia de los nacionalsocialistas para
aprovechar la idea volkisch, ellos no fueron los únicos en emplearla. De hecho, este
concepto se volvió muy popular en 1918, evidenciado con el aumento del uso de
vocablos como Volksgemeinschaft, Volkstaat (Estado del pueblo), Volkspartei (Partido
del pueblo) en la circulación de la prensa.3

Rosenberg desempeñó un papel muy importante en términos culturales


nacionalsocialistas por medio de sus publicaciones en Völkischer Beobachter, pero su
misión y compromiso con respecto a su concepción de la cultura alemana se
acrecentaron con la fundación en 1928 de la Liga Militante para la Cultura Alemana. La
función de este organismo era difundir la cultura nacional y combatir lo que ellos
consideraban como “arte degenerado”. El ideólogo no se cansó de luchar por lo que se
denominó concepción nacionalsocialista del mundo, esta cosmovisión fue trabajada por
Rosenberg en sus escritos y llevada a cabo por sus acciones concretas. La tesis de su
pensamiento reúne varios conceptos que se deben desarrollar para adentrarse en su
doctrina. Por un lado, el idéologo sostuvo una posición racista y antisemita en la que
denunció una conspiración judía mundial, apoyada por la masonería. Por otro lado,
desarrolló la idea de la asimilación de los términos bolchevique y judío y una fuerte
posición anticristiana. A lo largo de este trabajo abordaremos todos estos conceptos que

2
Cecil, R. (1972). The Myth of the Master Race: Alfred Rosenberg and Nazi Ideology. p. 34.
3
Fritzsche, P. (2006). De alemanes a nazis: 1914-1933. Siglo XXI Editores Argentina. p.105.

2
se sintetizan en la lucha contra los tres grandes enemigos de Rosenberg: el
antisemitismo, el antibolchevismo y el anticristianismo.. 4

El antisemitismo de Rosenberg se basaba en la idea de la existencia de un


sistema dicotómico entre la “raza” alemana y la “antirraza” judía.5 La raza aria era
superior a las demás y por lo tanto su misión era gobernar a las inferiores y éstas no
debían cruzarse. La raza judía era la inferior a todas las razas y la culpable de la
corrupción de la cultura moderna; supuestamente las corrientes semíticas habían
degenerado el arte, la moral y la sociedad en general. Por lo tanto, era menester que los
alemanes expulsaran a los judíos de su territorio y denunciaran el presunto mal que
éstos implicaban para la humanidad. Es interesante posicionar el lugar del antisemitismo
dentro del nacionalsocialismo y su rol para el ascenso de Adolf Hitler al poder. Peter
Fritzsche argumenta que “el antisemitismo sólo jugó un papel secundario en las
campañas electorales de los nacionalsocialistas. No fue el tema principal de su
propaganda electoral (...). Puede decirse que los alemanes «fueron atraídos hacia el
antisemitismo, porque fueron atraídos hacia el nazismo, no a la inversa»” 6. Es decir, que
el antisemitismo del partido no fue lo que lo condujo al poder. No obstante, el
pensamiento antisemita estaba difundido en el clima de época, de hecho, Eric Weitz,
arguye que Hitler no hizo aportes ideológicos, la innovación del Führer se ciñó a sus
capacidades organizativas y retóricas.7 Algo similar expone Kissinger diciendo que
Hitler poseía buenas facultades oratorias, pero que no representaba ninguna escuela
importante del pensamiento político, “su pensamiento iba desde lo trivial hasta lo
fantástico, y consistía en un popularizado refrito del pensamiento tradicional y radical
de la derecha”8. De hecho, el renombrado libro de Hitler, Mi Lucha (1925), posee
muchas ideas antisemitas que fueron influenciadas parcialmente por el pensamiento y
los escritos de Rosenberg.9

Otro de los principales aspectos de la cosmovisión nacionalsocialista que


desarrolló Rosenberg fue el antibolchevismo. Este asunto es complejo e interesante

4
Matthäus J. y Bajohr F. (2015). Rosenberg, el sistema nacionalsocialista y la «cuestión judía». En Alfred
Rosenberg. Diarios 1934- 1944 . Titivillus. pp. 40- 60.
5
Matthäus J. y Bajohr F. (2015). Introducción. En Alfred Rosenberg. Diarios 1934- 1944 . Titivillus. p.
10.
6
Fritzsche, P. (2006). De alemanes a nazis: 1914-1933. Siglo XXI Editores Argentina. p.151.
7
Weitz, E. D. (2009). La Alemania de Weimar: presagio y tragedia. Turner. cap. 3.
8
Kissinger, H. (1994). El fin de la ilusión: Hitler y la destrucción de Versalles. La Diplomacia. México:
Fondo de la Cultura Económica. pp. 285- 286.
9
Matthäus J. y Bajohr F. (2015). Introducción. Alfred Rosenberg. Diarios 1934- 1944 . Titivillus. p. 10.

3
porque la teoría del jerarca nazi buscaba unir el concepto de bolchevique a judío, por lo
tanto, a causa del antisemitismo, ya era un enemigo para combatir. La estrategia de
Rosenberg era explícita, pues la entrada en su diario del día 23 de agosto de 1935
expresa: “debemos concatenar el bolchevismo a los judíos, de acuerdo con la realidad, e
impedir que, de repente, estos últimos se conviertan también en «antibolcheviques» y
vuelvan a envenenar al victorioso nacionalismo de nuestro tiempo.” 10 Rosenberg,
consideraba que los judíos representaban el abominable universalismo y eran los
responsables tanto del liberalismo como del comunismo, que el nazismo tanto detestaba.
Así pues, el antisemitismo era la manera de combatir las dos corrientes: el comunismo y
el liberalismo.11 Rosenberg detestaba la raza eslava por “inferior” y comunista, por eso
no dejó pasar oportunidad para vilipendiar el bolchevismo que había arraigado en la
zona eslava.

El 24 de agosto de 1939, se firmó el tratado Ribbentrop- Molotov, un acuerdo


de no agresión entre Alemania Nazi y la URSS, concretado días antes del inicio de la
Segunda Guerra Mundial. El pacto establecía el compromiso de las dos potencias de
rechazar alianzas políticas o militares en oposición al otro. Hitler, con este acuerdo,
ganaba tiempo para evitar una guerra inminente en dos frentes. Además, se demarcaban
las esferas de influencia alemana y soviética. 12 Rosenberg, se encontró fuertemente
decepcionado luego de enterarse de este acuerdo entre ambas naciones, su rechazo
radicó en su odio visceral hacia los judeo-bolcheviques. Interpretó la negociación como
una renuncia parcial de los ideales nacionalsocialistas contra el comunismo “que
tachamos desde hace veinte años de rufianismo judío”. Puede apreciarse el gran
disgusto del jerarca al repetir la duración de la lucha cultural y política que había
emprendido, pues el tratado era “una ofensa moral para la lucha que libramos desde
hace veinte años”13. Interesa este episodio por varias cuestiones, primero, porque
reafirma a Rosenberg en su posición antibolchevique; segundo, porque abre la puerta al
análisis del funcionamiento del régimen nazi y de los mecanismos de Hitler para
concentrar y mantener el poder. Tercero, permite cotejar un amplio campo de
investigación como son las discrepancias dentro del partido Nacionalsocialista.14

10
Alfred Rosenberg. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 175.
11
Matthäus J. y Bajohr F. (2015). Introducción. Alfred Rosenberg. Diarios 1934- 1944 . Titivillus. p. 19.
12
Procacci, G. (2004). Historia general del Siglo XX. Crítica: España. pp. 263-265.
13
Alfred Rosenberg. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 253.
14
Goldhagen, D. J. (2019). Los verdugos voluntarios de Hitler: los alemanes corrientes y el Holocausto.
Taurus.

4
La historiografía estructuralista ha llevado a cabo un amplio trabajo de estudio
de las estructuras internas del régimen nazi. Las dinámicas generadas y promovidas por
Hitler eran de competencia de intereses y predominio del individuo más fuerte. Según
Ian Kershaw esta situación favorecía el establecimiento de una “anarquía
administrativa".15 Es llamativo como Rosenberg redactó en su diario episodios que
evidencian esta forma de proceder del Führer. El líder impulsaba este mecanismo por
medio de elogios, críticas a enemigos personales de su interlocutor, detalles particulares
como regalos. Rosenberg en numerosas oportunidades escribió en su diario la cantidad
de veces que Hitler le tendió la mano, no pasa por alto los obsequios 16 que le hizo ni sus
atenciones17. Además, dejó por escrito las críticas efectuadas por el líder hacia sus
enemigos personales, como Heinrich Himmler y Joseph Goebbels. No obstante, si se
contrasta con el diario personal de Goebbels, es posible encontrar pasajes de halagos de
Hitler hacia el jefe de propaganda y retracciones hacia Rosenberg18. Tanto Ian Kershaw
como Henry Kissinger19 concuerdan que Hiter ponderaba y reprochaba acorde a sus
conveniencias y con esta estrategia se ganaba el favor de sus subalternos. Es decir, que
el Führer criticaba a los ausentes “a la par que expresaba su estima a los presentes: una
acreditada estrategia para ganarse lealtades y enfrentar a los competidores entre sí.”20
Un episodio divertido en el diario de Rosenberg que manifiesta esta característica de
Hitler versa sobre una disputa entre Hans Kerrl (Ministro de Asuntos Eclesiásticos) y
Rosenberg respecto al papel de la Iglesia Católica en Alemania. En el pasaje se halla a
un Rosenberg ofendido hablando con Hitler, él le cuenta su situación con Kerrl, y el
proceder del Führer es sumamente hábil al decirle:

“¿Cree usted que es casualidad que yo le haya llamado dos veces


para que pronuncie grandes discursos en el Día del Partido? Me resulta
difícil decírselo así, pero si alguien me pregunta por usted, le contestaré

15
Kershaw, I. (). Diálogo con Ian Kershaw: Hitler y el nazismo– Explicar lo irracional en términos
racionales./ Entrevistado por Miranda Lida. El Historiador.
16
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 225.
17
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 179.
18
En noviembre de 1934– Hitler comparó a Rosenberg en presencia de Goebbels con una “mujer que
cocina bien, pero que en lugar de cocinar toca el piano”. Fröhlich, Goebbels– Diario, parte I, tomo 3/1, p.
144. (Entrada del 26 de noviembre de 1934).
19
Kissinger, H. (1994). El fin de la ilusión: Hitler y la destrucción de Versalles. La Diplomacia. México:
Fondo de la Cultura Económica. pp. 285 - 315.
20
Matthäus J. y Bajohr F. (2015). Introducción. En Alfred Rosenberg. Diarios 1934- 1944 .
Titivillus.P.23.

5
que es la mente más profunda del movimiento. Usted es el padre de la
iglesia del Nacionalsocialismo.”21

Con este halago Rosenberg quedó desarticulado, creyó haber ganado la


competencia con Kerrl ya que el Führer le brindó seguridad por medio del elogio. Acto
seguido, Rosemberg arremetió contra su competencia diciendo “Ahora bien, si Kerrl le
cuenta a diferentes personas de su Ministerio que el Führer ha dicho de mi obra que es
una porquería y un absurdo, eso sobrepasará todos los límites del descuido.” 22 Esta
frase, posiblemente expresada con profunda convicción por Rosenberg, no hace más
que abrir el interrogante si no habrá sido cierto que Hitler criticó la obra de Rosenberg
en una conversación con Kerrl.

En numerosas ocasiones Rosenberg se quejó en su diario de las dificultades que


padecía para poder llevar a cabo sus proyectos de purificación racial en el este y de la
conservación de lo que él denominaba arte degenerado23. Llaman la atención estas
frustraciones del jerarca nazi porque revelan la incompetencia y falta de coordinación
dentro del Estado Nazi. Kershaw sostiene en Trabajar para el Führer (2003) que el
régimen de Hitler era hostil al orden racional de gobernar y de administrar. Esto no se
debía a una casualidad, sino que era parte de la política y planificación del Führer ya
que se regía por la idea del triunfo de la voluntad y el principio darwinista de que el más
fuerte dentro del partido prevalecería por medio de la competencia y de la superposición
de las administraciones hitlerianas. Por lo tanto, resulta lógico que Rosenberg se
encuentre en pugna constantemente con otros jerarcas nazis como Goebbels y Himmler.

Kershaw24 expone que por el modo de proceder del Führer era muy difícil tener
acceso a él y que su aparato burocrático era sumamente desorganizado. El diario de
Rosenberg lo constata porque relata sus numerosas competencias por las
yuxtaposiciones de puestos. Le sucedió a él a nivel personal por ser el director de la
Oficina de Asuntos Exteriores que disputó de manera no oficial con el Ministerio de
Asuntos Exteriores. Asimismo, Kershaw, establece que esta forma de gobernar, además
de dejar poco por escrito y dar muchas órdenes verbales, era una artimaña de Hitler que

21
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 165.
22
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 165.
23
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 213.
24
Kershaw, I. (1993). ‘Working towards the Führer.’Reflections on the Nature of the Hitler Dictatorship.
Contemporary European History, 2(2), 103-118.

6
favorecía a su persona y la dependencia en él. De esta manera Hitler se perfila dentro de
las categorías de líder carismático de Max Weber.

Estas posiciones historiográficas de corte estructuralista fueron matizadas y


criticadas por la corriente “intencionalista”. Los intencionalistas como Karl D. Bracher
no concuerdan con la postura que estudia el aparato nacionalsocialista porque creen que
disminuye el papel y la culpabilidad de Hitler en el proceso, catalogándolo como un
“dictador débil”. Su teoría se basa en que las posiciones ideológicas del Führer fueron
las que condujeron a la guerra y que el antisemitismo causó el holocausto. En esta
misma línea argumenta Daniel Goldhagen en su libro más famoso Los verdugos
voluntarios de Hitler (1996). Goldhagen hace especial hincapié en que toda la sociedad
alemana fue responsable de perpetrar el horror del nazismo, no eran sólo los jerarcas
nazis los antisemitas, sino que los alemanes comunes apoyaron las medidas. 25

Esta disgregación efectuada respecto al tema nodal de este trabajo, la concepción


nacionalsocialista, aporta material de interés porque exhibe algunos de los desacuerdos
en la cúpula del movimiento sobre las medidas a tomar. Hitler dictaminó concretar un
pacto de no agresión con Rusia a pesar de que Rosenberg disentía por motivos
ideológicos. Esto nos conduce al interrogante ¿es posible que los jerarcas nazis
entendieran distintas cosas por concepción nacionalsocialista del mundo?

Para ahondar en esta cuestión sería necesario estudiar el alcance de la postura


ideológica de Rosenberg. ¿Todos pensaban que la concepción nacionalsocialista del
mundo era como la que él planteaba? Rosenberg llegó a la cima de su desarrollo
intelectual con su libro El mito del Siglo XX (1930), donde describió detalladamente su
visión del mundo y su perspectiva sobre lo que es el nacionalsocialismo. Su libro puede
interpretarse como una Filosofía de la Historia colmada de misticismo racista. A lo
largo de sus páginas, Rosenberg, buscó el origen de la raza aria en un pasado mítico y
trazó en términos pseudocientíficos, un “linaje racial” hasta llegar a la Alemania del
siglo XX. El objetivo al que aspiraba el ideólogo nazi era la creación de una nueva
Alemania por medio de la erradicación de los judíos que encarnaban la decadencia de la
Modernidad. La lucha entre las razas que plantea El Mito es de carácter cosmológico
porque intentaba crear un nuevo mundo a partir del caos imperante. 26 Esta teoría ha sido
25
Goldhagen, D. J. (2019). Los verdugos voluntarios de Hitler: los alemanes corrientes y el Holocausto.
Taurus.
26
Griffin, R. (2010). Modernismo y fascismo. La sensación de comienzo bajo Mussolini y Hitler. España:
Akal. P.199.

7
interpretada bajo el rótulo de neo-paganismo por varios historiadores como Richard
Evans27. No es sencillo conocer el alcance y la repercusión del libro de Rosenberg. Por
un lado, sabemos que fue un best-seller del momento y que el autor fue galardonado por
Hitler con el premio estatal de arte y ciencia. Además, él mismo relata en su diario
numerosas felicitaciones de hombres de relevancia en el mundo político y cultural por
su obra. Aun así, por otro lado, algunos historiadores han puesto en tela de juicio el
impacto real de la obra de Rosenberg.

En primera instancia abordaremos los motivos que conducen a pensar que sí


tuvo impacto. Este planteo es desarrollado por la historia intelectual, representada por
Hermann Lübbe, Michael Ley y Julius Schoeps (Escuela Ritter). Ellos atribuyen que la
corriente neo-pagana que buscaba el reemplazo del cristianismo, encarnada en mayor
medida en Rosenberg y en menor medida en Himmler, era muy importante después de
todo y que fue un tema relegado en la historiografía. Rosenberg, en su diario relata
muchos episodios en lo que lo felicitaron o le expresaron su admiración por El Mito, de
hecho, él mismo se sorprendió y enorgulleció en varias ocasiones cuando distintas
personas formularon frases como “para mí y para muchos [El Mito] se ha convertido en
la nueva Biblia”28 o el veredicto del alcalde de Düsseldorf que luego de la Jornada de la
técnica le dijo al ideólogo: “para nosotros el nombre Rosenberg es sinónimo de
programa.”29 Además, por el grado de desarrollo de su pensamiento, Hitler, le asigna
cargos importantes a Rosemberg como la administración de la Alianza de la Lucha para
la Cultura Alemana (1929), el Instituto de la Cuestión Judía (1941), el Ministerio del
Reich para los Territorios Ocupados del Este (1941) y el Ministerio de Asuntos
Exteriores (1933-1945). Estos cargos le dieron una alta capacidad a Rosenberg para
obrar, y por medio de estas posiciones intentó ejecutar acciones concretas para llevar a
la práctica su contenido intelectual abstracto. Por ejemplo, Rosenberg quiso educar en el
nacionalsocialismo a la Wehrmacht para que se convierta “en un instrumento de la
concepción nacionalsocialista del mudo”.30 Además, como los nacionalsocialistas
prestaron servicio en la Wehrmacht, Rosenberg consideró, entonces, que correspondía
que la Wehrmacht tuviera que ir a formarse política e ideológicamente al movimiento 31.
De este modo la Wehrmacht llevaría adelante una misión nazificadora y germanizadora
27
Evans, R. J. (2017). La revolución cultural de Hitler. La llegada del Tercer Reich. Ediciones Península.
28
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 162.
29
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 145.
30
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 244.
31
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 312.

8
en el este. Otra de las políticas concretas que buscó desarrollar Rosenberg para difundir
su doctrina fue la creación de manuales escolares nacionalsocialistas para que se
implementaran en las escuelas. Además, quería implantar los principios
nacionalsocialistas como contenido transversal a todas las asignaturas.32

También es posible encontrar el impacto de Rosenberg dentro del movimiento


en algunos discursos de Hitler. Luego de una prédica del Führer en septiembre de 1935,
varios miembros del partido que estuvieron presentes le dijeron: “sabíamos que
Rosenberg tiene una línea clara, pero otros decían cosas distintas. El discurso del Führer
ha supuesto una brillante confirmación de las ideas de Rosenberg.” 33 No obstante, esta
frase no es tan esclarecedora, también puede develar ambigüedad: si era necesaria una
confirmación de las ideas de Rosenberg significa que no eran hegemónicas e
indiscutidas. Además no puede olvidarse la parcialidad de la fuente.

Hay múltiples razones que permiten debatir la preeminencia del pensamiento de


Rosenberg dentro del movimiento. Algunos historiadores relativizan la primacía del
ideólogo en el nacionalsocialismo. George Griffin escribe: “sería engañoso retratar (...)
a cualquier líder nazi, incluso al propio Hitler, como la encarnación de una «ideología
nazi» homogénea.”34 Es decir, que hay múltiples corrientes de pensamiento dentro del
rótulo nacionalsocialista y catalogar a un individuo como el auténtico ideólogo es
reduccionista y artificioso. Son reveladores los pasajes del 19 de abril de 1942 del libro
Las conversaciones privadas de Hitler en aquel monólogo Hitler dijo que las ideas de
Rosenberg no eran la doctrina oficial del partido y se manifestó contra la oposición a la
fe y a la ciencia de su tiempo que pregonaba en El Mito35. No obstante, Rosenberg se
convenció de lo contrario: “Mi elaboración se ha convertido en el programa del Reich;
mis «opiniones personales» son ya la base de toda la revolución del Führer” 36.
Posiblemente, la contradicción de estas sentencias encuentren solución en el programa
del nazismo que se concentró en los 25 puntos del partido publicados en 1920. El punto
cuatro posiblemente fue inspirado por Rosenberg: se estableció que nadie fuera de los

32
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 304.
33
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 194.
34
Griffin, R. (2010). Modernismo y fascismo. La sensación de comienzo bajo Mussolini y Hitler. España:
Akal. p. 356.
35
Trevor-Roper, H. R. (1973). Hitler's table talk 1941-44: His private conversations. Canada: Enigma. p.
1942.
36
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 214.

9
miembros de la Nación podría ser ciudadano del Estado, por lo tanto se excluyeron a los
judíos y a todas las personas que no tuvieran en sus venas sangre germana.

Otro de los puntos importantes de disentimiento entre Rosenberg y otros


miembros del partido fue respecto al cristianismo. Ya hemos mencionado que uno de
los factores fundamentales de la doctrina de Rosenberg era el anticristianismo. El
ideólogo deseaba combatir esta religión porque la consideraba judaizante, a lo largo de
su diario se encuentran extensos comentarios anticristianos. Consideraba que ser
germano era necesariamente ser anticristiano,37 y que los nuevos tiempos acarrean una
nueva concepción del mundo que no respondía a las ideas del cristianismo 38. Rosenberg
desdeñaba el atraso de la Iglesia, el medievalismo que veía en ella y su falta de
concordancia con la “verdadera” cultura alemana. Él no podía tolerar en este sentido al
cristianismo porque interpretaba que esta religión no es parte de la cultura de la nación y
la “cultura germana era elemento de unidad alemana.”39 Estaba convencido de la
infranqueable distancia entre el cristianismo y la germanización, en una frase burlona de
su diario resumió esta idea: “La iglesia ha vuelto a demostrar que, cuando habla en
alemán, lo que dice suena a chino.”40

El Führer le permitía a Rosenberg escribir a título personal contra a iglesia, pero


se resguardaba de decir que sus ideas anticristianas fuesen el programa del Reich. De
hecho, Hitler evitó confrontar de tal manera a la Iglesia y no mostró su apoyó público a
Rosenberg, no obstante, en conversaciones privadas con él le aseguró en varias
oportunidades que compartía su postura anticristiana41. Este asentimiento del Führer le
dio ímpetu para alimentar su imagen de ideólogo y padre de la cosmovisión
nacionalsocialista. Lo cierto, es que muchas veces terminó desprestigiado porque sus
ideas resultaban sumamente abstractas y difíciles de ejecutar. 42
A comienzos de 1940,
Rosenberg, se impactó con una observación que hizo Hitler: el ideólogo se sorprendió al
descubrir una nueva faceta del Führer que catalogó de positivista y que contradecía sus
opiniones de El Mito. De cierta manera este episodio refuerza el argumento que se fue
desarrollando a lo largo del trabajo sobre las artimañas de Hitler: para ganarse el favor

37
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 131.
38
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 272.
39
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p.123.
40
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p.130.
41
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p. 118, 194 y 205.
42
Matthäus J. y Bajohr F. (2015). Introducción. En Alfred Rosenberg. Diarios 1934- 1944 . Titivillus.
p.42

10
de algunos criticaba a los ausentes y halagaba a los presentes. Hitler y Rosenberg habían
mantenido largas conversaciones sobre la visión nacionalsocialista del mundo, y es
posible que Hitler nunca antes haya contradicho al ideólogo para obtener de él mayor
adhesión. De ahí la sorpresa de Rosenberg cuando escuchó una idea tan distinta a la que
estaba acostumbrado del Führer.

Otro de los motivos por los que Rosenberg despreciaba a la Iglesia era por
considerar que se construyó sobre el miedo y la sumisión, antítesis al
nacionalsocialismo que según el ideólogo su nacimiento fue sobre el valor y el orgullo. 43
Es notable que rescate el valor y el orgullo como los principios de su movimiento. Si se
contextualiza se desentrañan dos nociones esenciales: la centralidad del nacionalismo
volkisch que ya se ha explicado y la necesidad de un renacer de Alemania luego de la
humillación que significó el Tratado de Versalles.

Luego de que se firmara el Tratado de Versalles en 1919 arraigó un fuerte


malestar en Alemania por las cláusulas que se consideraron impuestas, tal fue el
sentimiento de coacción que se sufrió que el tratado se popularizó bajo el nombre de
Diktat. Incluso J. M. Keynes, británico, se expresó contrario al tratado por ser “una paz
cartaginesa”, la deshonra sufrida por los alemanes no era aceptable. Según explica
Geoffrey Parker, los alemanes firmaron el armisticio el 11 de noviembre de 1918 bajo la
promesa de los Estados Unidos: Woodrow Wilson garantizaría una “paz justa”.
Alemania quedó profundamente insatisfecha por las cláusulas de las reparaciones de
guerra y el desarme alemán. 44 Fue considerado realmente como una humillación y un
ultraje al honor alemán. Además, Matthias Erzberger y demás miembros del Partido
Zentrum Católico fueron quienes firmaron el armisticio, por lo tanto, la opinión pública
concentró sus ansias de culpables en estas personas que fueron catalogadas de judíos y
socialdemócratas; traidores de la patria.45 Esta teoría llevó el nombre de la puñalada por
la espalda y fue difundida principalmente por la derecha. De hecho, el recientemente
constituido Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores alzó esta bandera.
Todos los alemanes estaban en contra del Tratado de Versalles, pero la derecha
amenazó a la República de Weimar. Kissinger sentencia que el desplome del orden
internacional de Versalles habría sido pacífico de no ser por Hitler, ya que la sociedad y

43
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España. p.193.
44
Parker, R. A. C. (1997). La paz con Alemania. En El siglo XX: Europa 1918-1945. España: Siglo XXI.
pp.2-21.
45
Weitz, E. D. (2009).El mundo de la política. En La Alemania de Weimar: presagio y tragedia. Turner.

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los políticos durante los primeros años de Weimar mostraron un compromiso para
liberarse de las cláusulas más onerosas del tratado por medio de la aplicación de una
política de realización.46

Rosenberg, como miembro del movimiento nazi, siempre se expresó en contra


del tratado y plasmó en su diario sus ansias de restaurar el orgullo herido de Alemania:
“Hasta hoy no nos hemos dado cuenta del milagro que supone, (...) que en solo dos años
haya nacido, a partir de un estado completamente desarmado, un Reich que inspira
respeto y al que hoy en día nadie podría atacar sin correr un grave riesgo.” 47 Esta frase
de Rosenberg muestra el anhelo de engrandecimiento luego de la derrota y la vejación
que significó el Tratado de Versalles.

COMENTARIOS FINALES

La figura de Alfred Rosenberg alcanzó relevancia dentro del movimiento


nacionalsocialista a través de su labor intelectual y sus cargos administrativos. Es
voluminosa su obra literaria en la revista Völkischer Beobachter donde se inició en el
trabajo académico que culminaría con la redacción de El mito del siglo XX. Este libro
fue un compendio de su pensamiento que causó importantes polémicas por su fuerte
antisemitismo, antibolchevismo y anticristianismo. Su lucha por la visión
nacionalsocialista desde la propia perspectiva fue encarnizada y sin tregua.

Una de las cuestiones que los comentarios sobre su libro puso de manifiesto fue
la heterogeneidad del pensamiento en el seno del movimiento nazi. Como respalda la
teoría desarrollada por Roger Griffin no es posible encontrar a un solo ideólogo del
nazismo ni un pensamiento homogéneo. Por momentos resulta confuso comprender
plenamente los verdaderos postulados del Partido nazi ya que algunos comentarios de
Hitler establecen –según Rosenberg– a el libro El Mito como parte del programa del
partido, pero en otros sitios, –como en Las conversaciones privadas de Hitler– se
encuentra justamente la negación de la obra de Rosenberg como ideas oficiales. La tesis
de Kershaw sobre el funcionamiento interno de la estructura del partido nazi otorga una
clave para la interpretación de estas incoherencias: Hitler construía y concentraba poder
por medio de fomentar la competencia y el caos administrativo. Brindaba elogios a los
presentes y despreciaba intencionalmente a sus enemigos personales. Además, era

46
Kissinger, H. (1994). El resurgimiento de los vencidos. En La Diplomacia. México: Fondo de la
Cultura Económica.
47
Rosenberg, A. (2015). Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Titivillus: España.p.146.

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adverso al orden racional de gobernar y encarnaba rasgos propios de un líder
carismático.

A pesar de la mencionada heterogeneidad de ideas, hay ciertos postulados que se


mantienen igual para todos: el nacionalismo Volkisch, el antisemitismo y el desprecio
por el Tratado de Versalles. Estas cuestiones generaban un bloque político y cultural,
cuyas variables eran más bien de precisiones abstractas o de orden metodológico y
político para aplicarlas a la realidad.

BIBLIOGRAFÍA

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Ideology.
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Reich. Ediciones Península.
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Argentina.
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corrientes y el Holocausto. Taurus.
- Griffin, R. (2010). Modernismo y fascismo. La sensación de comienzo bajo
Mussolini y Hitler. España: Akal. P.199.
- Kershaw, I. (). Diálogo con Ian Kershaw: Hitler y el nazismo– Explicar lo
irracional en términos racionales./ Entrevistado por Miranda Lida. El
Historiador.
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the Hitler Dictatorship. Contemporary European History, 2(2), 103-118.
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Económica.
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«cuestión judía». En Alfred Rosenberg. Diarios 1934- 1944 . Titivillus.
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1945. España: Siglo XXI.
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conversations. Canada: Enigma. p. 1942.
- Weitz, E. D. (2009). La Alemania de Weimar: presagio y tragedia. Turner.

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