167.5 Cronicachafarinas
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All content following this page was uploaded by Ángel Enrique Salvo Tierra on 28 June 2019.
Para un naturalista no hay mayor satisfacción que y ahora además para nuestra permanencia allí. En el
ser el primero en visitar un lugar inexplorado. Es lo que malecón nos esperaba el siempre atento Comandante de
debieron sentir todos aquellos que durante siglos lleva- Marina, D. Eliseo González, y el resto de la tripulación.
ron a cabo expediciones a lugares desconocidos para el Navegamos durante casi dos horas por el fuerte viento
estudio de la naturaleza. Evidentemente cada vez son de levante a sotavento, arribando en el atracadero de
menos esos lugares del planeta, y por eso cuando hace la Isla Isabel. Durante el viaje, Alfredo me describía
cuatro décadas Alfredo Asensi me ofreció la oportunidad las formaciones vegetales que se vislumbraban entre la
de viajar al Archipiélago de Chafarinas, tuve la misma bruma en las costas marroquíes, apenas a dos millas
sensación de aquellos aventureros. La expedición estaba náuticas desde el Cabo Tres Forcas hasta el Cabo de
programada para el año 1979, pero en el último mo- Aguas, y cerca de la desembocadura del Río Muluya,
mento tuvo que suspenderse por el agravamiento de las frontera entre Argelia y Marruecos.
relaciones hispano-marroquíes. Para entonces, estaba
previsto que fuese Francisco Conde quien acompañase al Nuestra llegada fue un festival para el destacamento
Profesor Asensi, lo que no pudo ser al año siguiente por de las islas, compuesto por cinco civiles y un centenar de
motivos de salud, dándome la oportunidad de sustituirlo. soldados, que por alguna razón habían sido sancionados.
Al mando había un teniente que residía temporalmente
Gracias a las gestiones ante la Diputación de Mála- con su mujer en la isla. Junto con el farero Antonio
ga de Miguel Alcobendas, cineasta y selecto activista Oses, de la dinastía de Los Curros de Chafarinas, la
cultural, y de Pilar García Millán, diseñadora y pro- última familia autóctona del archipiélago, conformaban
ductora, fue posible desarrollar una expedición hasta el comité de bienvenida. Nos agasajaron con una sencilla
entonces inédita. Aunque en la biografía de Miguel pero exquisita comida y luego nos enseñaron nuestros
que se encuentra en Wikipedia no aparece referencia aposentos en la residencia de oficiales. La sobremesa se
alguna a esta expedición, su objetivo era producir un alargó mucho, ya que no paramos de preguntar detalles
documental de naturaleza, algo por entonces extra- de las islas. Bien avanzada la tarde, aprovechamos la
ño en España, sin más referencia que la de aquellos bajamar para atravesar a pie el istmo hacia la isla del
realizados por el equipo de Félix Rodríguez de la Fuente. Rey Francisco, el «cementerio», como era allí cono-
cida, porque en ella había un pequeño camposanto
La expedición partió el 14 de Mayo de 1980, confor- con tumbas derruidas, algunas de personajes llenos de
mada los zoólogos Mario Vargas y Agustín Antúnez, y historia. No permanecimos mucho tiempo allí, ya que
como botánicos Alfredo Asensi y yo, además de Miguel la tarde languidecía. Al regresar, nos llamó la atención
y Pilar. Viajamos en avión hacia Melilla. La experiencia una barquita a remo en la que viajaba un hombre con
del vuelo ya fue en sí una aventura (para varios era chilaba: Chopito. Osses nos explicó que venía todos
nuestro bautizo de vuelo,... ¡y vaya bautizo!). Al llegar los días, siempre que no hubiese temporal, y que traía
a Melilla nos recibió el Comandante General Militar, D. baratijas y golosinas que vendía al destacamento. Nos
José María Bougón, que nos impuso una insignia del acercamos y también compramos algunas cuantas co-
«Adelantado», y nos ofreció todas las facilidades para el sas, la típica tetera, unos gorros de lana y alguna manta.
viaje hasta Chafarinas en el «barco del correo», que iba
una vez por semana a llevar provisiones a la guarnición, La cena también se prolongó entre preguntas y
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relatos. Allí nos contó Oses como encima del Congreso que les están dejando sin sustento.
hubo un enterramiento de dos personas. La isla fue
prisión, desde finales del siglo XIX, de los insurgentes Un poco más tarde, con una luna llena espectacular,
cubanos, filipinos e intelectuales españoles durante el mar empezó a resplandecer: era un mar de noctiluccas
la dictadura de Primo de Rivera. Así que, en 1954, (microalgas fosforescentes), uno de los fenómenos más
Cuba pidió a España la repatriación de dos líderes de extraordinarios que jamás he contemplado, junto con
aquella sublevación, Rafael Maceo y Juan Cintra. El un arco iris de luna en el Estrecho.
general Muñoz Grande, uno de los más destacados
miembros del gobierno franquista, a pesar de las malas A la mañana siguiente hicimos la primera incursión
relaciones hispano-cubanas, lo autorizó, y una flotilla en la Isla del Congreso. Espectacular macizo volcá-
se desplazó desde Vigo, donde se produciría la entrega nico por el que sobrevolaban miles de gaviotas. Las
de los restos a Cuba. El padre de Osses, también farero argénteas se mantenían a una cierta distancia, pero
de Chafarinas, estaba aquellos días convaleciente en las de pico rojo o de Audouin, como anidaban en el
un hospital de Málaga, y a alguien le preguntaron suelo, se arrojaban sobre nuestras cabezas en defen-
dónde estaban los restos de aquellos héroes. Les dijo sa de sus puestas. Estas tenían allí su colonia más
que en la cumbre de la isla del Congreso. En poco grande conocida y convivían con la argéntea, aunque
tiempo descubrieron ambos esqueletos, y entre salvas la población de la oportunista iba siendo cada vez mayor.
y honores partieron hacia el puerto gallego para luego
ir a Cuba. Cuando el joven aprendiz de farero fue a Las plantas y las estructura de la vegetación nos
visitar a su padre a la clínica malagueña y le contó lo recordaban mucho a la almeriense, y más concreta-
de los cubanos, a poco más se muere, pero de un infarto. mente a las de Punta Entina y Punta del Sabinar,
donde Alfredo y yo habíamos estado un par de meses
– ¡Pero que han hecho, si esos eran dos gitanos que antes, en un paisaje muy distinto al de ese mar de
se mataron a navajazos! - gritó su padre y maestro, plásticos que inunda hoy todo el campo de Dalías.
mientras él pensaba: Pero al dar unos pasos, nos topamos con algo para
mi hasta entonces desconocido, una especie crasa que
– ¿Quién se lo iba a decir? ¡A Cuba y con todos los recordaba a un cactus. Alfredo la reconoció rápida-
honores! mente. Se trataba de una asclepiadácea: Caralluma
europea subsp. maroccana. Desgraciadamente, tan sólo
Al acabar la cena, el teniente nos invitó a una visita queda el testimonio de las fotos del artículo en Jábega,
muy especial, al «morro» del puerto. Allí estaba todo el ya que el ejemplar vivo que intentamos cultivar en
destacamento pescando. Rápidamente, nos dieron un el Departamento no prosperó, y en el herbario MGC
«chambé», una tranza con unos pocos anzuelos y sin plo- no se conserva el pliego testigo, posiblemente porque
mo, y por cebo, sardinas en sal, aunque según decían no tratándose de una planta crasa debió de descomponerse.
era necesario: se «robaba» más pescado del que entraba
a la carnaza. Aquello era el mejor indicador de la rica Mientras contemplábamos nuestro hallazgo, Agus-
diversidad marina de la zona. Colaboramos a capturar la tín daba gritos anunciándonos que había encontrado
que iba a ser nuestra comida del día siguiente. Oses nosun eslizón, un lagarto sin patas y ciego. Aprovechó
explicó que buena parte de la dieta era de superviven- para contarnos que los eslizones son también conocidos
cia, y que él, en muchas ocasiones, ante la necesidad, como «alacranes» y que de ahí el dicho «Si la víbora
había echado mano de huevos de gaviotas o de una volará y el alacrán viera, no habría hombre que al campo
colonia de palomas que habitaba en la isla del Congreso.saliera», entendiéndose que las gentes pensaban que
los eslizones por su morfología parecida a las víboras,
Aquello era un mar de sorpresas: un recluta sacaba eran igualmente venenosos. Mario por su parte, llamó
ante nuestros incrédulos ojos una hermosa langosta a la nuestra atención más discretamente, para que observá-
vez que retumbaron en la lejanía unos graves bombazos. semos un águila pescadora incubando sus huevos, a la
par que el vuelo de un Halcón de Eleonora.
– Son los nuestros pescando con explosivos. Van a
acabar con todo – nos dijo enojado el comandante. Todo era increíble, pero lo más grande estaba por
llegar. Bajamos hasta una rada pedregosa, en donde
– ¿Y no podéis hacer nada? – preguntó Mario. comenzamos a recolectar algas, mientras Miguel y Pilar
nos grababan, cuando en el otro extremo desde una
– Afortunadamente, cada vez son menos. Vienen de gruta un ser enorme empezó a nadar hacia nosotros.
lejos, y los mismos de aquí los abordan, ya que saben Era una foca monje o foca fraile, «Peluso», el último
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macho de la especie en el mar de Alborán, y uno de Jábega, con una magnífica introducción de Francisco
los escasos 300 ejemplares vivos de la especie. Los Mir Berlanga, un relato publicado por Laura Smith en el
machos son sedentarios y tan sólo viajan para aparearse, desaparecido «SOL de España», estas seis diapositivas
mientras las hembras están en permanente movimiento que conservaba, los testimonios en el herbario MGC...
con las crías. En el litoral andaluz fue frecuente ver es- ¡Ah! Y los apuntes del Cuaderno de campo que han
te tipo de mamífero marino hasta mediados del siglo XX. servido para rememorar aquella experiencia única.
Nos dijeron que Peluso era muy juguetón e inofen- Epílogo: Años más tarde, gracias a un profundo traba-
sivo, por lo que Miguel y Pilar no lo dudaron y se jo sobre la flora y la vegetación del archipiélago realizado
zambulleron en su búsqueda. En su piel pudimos com- por Emilio Blanco (1988), supimos que estas islas ha-
probar por qué se estaban extinguiendo. Tenía heridas de bían sido visitadas anteriormente por unos farmacéuticos
todo tipo propiciadas por el hombre: disparos,arpones, militares a finales del siglo XIX, por Gandoger en 1908,
cuchilladas. . . Tuvimos el gran honor de jugar con él, y que incluso, según González Bueno, en 1902 se inició
ya que a principios de los noventa, después de sufrir el una tesis inédita por Bescansa que llevaba por título
moquillo y estar aprisionado por unas artes de pesca, «Herborizaciones fanerogámicas de las Islas Chafarinas y
desapareció. Unos dicen que murió y otros que le vieron sus inmediaciones del Campo del Moro», que a pesar de
marcharse con otra foca más joven que él. Hoy, en estar muy avanzada no llegó a presentarse. En cualquier
su lugar, Alda y otros individuos merodean por aquel caso, en aquellos momentos nos sentimos naturalistas
santuario de Peluso. pioneros en aquel maravilloso archipiélago, y hoy, cuatro
décadas después, aún mucho más.
Por la tarde visitamos el poblado de la Isla Isabel,
una avenida central con barracones a los lados, aposen-
Referencias
tos de los soldados. Al fondo, una Iglesia dedicada a la
Inmaculada Concepción estaba ya casi derruida. Nos [1] Antúnez Corrales A y Vargas Yáñez JM. (1980) Inventario fau-
nístico de Chafarinas. Jábega 32: 60-64. http://www.cedma.es/
contaron que allí llegaron a vivir hasta 3 000 personas, catalogo/jabega.php?num=32
y que se celebraba todo tipo de actos civiles, además
[2] Asensi Marfil A y Salvo Tierra ÁE. (1980) La vegetación de las Islas
de los castrenses. Incluso, en Semana Santa se pose- Chafarinas. Jábega 32: 55-59. http://www.cedma.es/catalogo/
sionaban algunas imágenes. Al atardecer la noche del jabega.php?num=32
viernes, uno de los reclutas nos invitó a que fuésemos
[3] Blanco Castro E. (1988) Plantas de las Islas Chafarinas y des-
a la «discoteca». «¿Discoteca en Chafarinas?» – fue la cripción de su paisaje vegetal. Actas del Simposi Internacional
pregunta de todos. Se trataba de un «chambao» con de Botanica Pius Font i Quer. Vol VII. Fanerògamia: 333-343.
https://www.miteco.gob.es/es/parques-nacionales-oapn/
algunos adornos singulares, con música y bebidas no centros-fincas/chafarinas/Plantas%20Chafarinas_
alcohólicas, que servían para satisfacer las añoranzas tcm30-280254.pdf
de los fines de semanas de aquellos soldados. [4] Mir Berlanga F. (1980) Las Islas Chafarinas, Las: historia del archi-
piélago de Chafarinas. Jábega 32: 51-54. http://www.cedma.es/
catalogo/jabega.php?num=32
Otra nueva sorpresa fue ver en la isla del Rey, mien-
tras tomaba muestras de algas en unas rocas batidas a
levante, una colonia de percebes. Recolectamos e inven-
tariamos durante aquellos días las tres islas, mientras
Miguel y Pilar rodaban sin cesar, haciéndonos repetir
escenas. Hasta donde sabemos, el documental llegó a
producirse e incluso exhibirse en el Certamen de Cine
Científico de Ronda, en donde obtuvo un galardón, pero
jamás llegamos a verlo los iniciáticos actores.
CORMÓFITOS
ALGAS
Figura 1: Cartografía utilizada en la preparación de la expedición extraída de Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana de
Espasa Calpe de 1922.
Figura 2: Las islas de Isabel II y del Rey desde la Isla del Congreso.
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Figura 3: Rada de la Isla del Congreso donde vivía Peluso. La cabeza en primer término corresponde a Miguel Alcobendas, el
chapoteo del fondo a Pilar, y a medio camino entre ambos, la cabeza de Peluso.
Figura 4: La cumbre de la Isla del Congreso. Obsérvese a la derecha como uno de los miembros de la expedición es casi tumbado por
una gaviota de Audouin.
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Figura 5: La claridad de los fondos marinos era espectacular. En estos acantilados a los pies del fotógrafo se encontraba Caralluma
europea.
Figura 7: Foto de familia, antes de partir, delante de la residencia de oficiales: nuestros amigos para siempre, Mario Vargas (en el
centro con gafas y el gorro que se compró), junto a él Pilar García Millán, y a continuación Antonio Oses; abajo Miguel Alcobendas
(con la niña), Alfredo Asensi (de rojo) y Enrique Salvo (con la cámara). Por tanto, la foto debió de hacerla Agustín Antúnez, el único
que falta.
Figura 8: Página del Sol de España con el reportaje de Laura Smith sobre la expedición.