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Guía de Acompañamiento Al Duelo

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SUBSECRETARIA PREVENCIÓN DEL DELITO

PROGRAMA APOYO A VÍCTIMAS DE DELITOS VIOLENTOS

GUÍA DE ACOMPAÑAMIENTO NO PRESENCIAL AL DUELO - COVID-19


PROGRAMA DE APOYO A VÍCTIMAS DELITOS VIOLENTOS

Santiago, noviembre 2020

1
Este documento fue elaborado por profesionales de la Primera Respuesta de la
Unidad de Intervención del Programa Apoyo a Víctimas. Se agradece particularmente
la labor de los psicólogos/as Julio Cesar Carrasco, Sandra Moreno, Nadia Zepeda,
Joaquina Solano y el trabajo de las Coordinaciones; José Páez, Jorge Silva y René
Sepúlveda.

2
Índice

I Introducción_______________________________________________5
Salud mental, Pandemia y Confinamiento ________________________________ 7
Duelo en contexto de Pandemia COVID-19 _______________________________ 9
Estrategias para abordar el duelo inicial en COVID-19 ______________________ 12
Estrategias _______________________________________________________ 14
Escenarios del Fallecimiento __________________________________________ 14
Peritajes tanatológicos ______________________________________________ 14
Servicio Médico Legal en Emergencia COVID-19 __________________________ 14
Ceremonias _______________________________________________________ 15
II Duelo Normativo y Duelo Complicado __________________________ 18
Definiciones Generales ______________________________________________ 18
Duelo Normativo ___________________________________________________ 20
Duelo complicado __________________________________________________ 24
Determinantes del duelo _____________________________________________ 25
La complicación del duelo ____________________________________________ 26
III Intervención No Presencial __________________________________ 28
Ventajas que ofrece este tipo de intervención en el caso de esta iniciativa. _ ¡Error!
Marcador no definido.
En el caso de intervenciones telefónicas y/o chat (sin contacto visual) _________ 28
IV Propuesta de Sesiones _____________________________________ 29
Sesión I __________________________________________________________ 30
Presentación Personal y Primera Exploración _____________________________ 30
Encuadre _________________________________________________________ 30
Exploración de Red de Apoyo. ________________________________________ 31
Herramientas de Auto Regulación Emocional (Ver en Apéndice 1) ____________ 31
Conexión con las Emociones y Expresión/Aceptación Emocional ______________ 31
Psicoeducación (Afrontar Rutinas, Higiene, Alimentación, Etc.). ______________ 34

3
Sesión II _________________________________________________________ 36
Afrontar El Trauma – Historia de la Pérdida ______________________________ 36
Validación del Sufrimiento ___________________________________________ 37
Educación Emocional________________________________________________ 38
Pactar objetivos a corto plazo _________________________________________ 38
Sesión III ________________________________________________________ 39
Temáticas Pendientes _______________________________________________ 39
Elaboración y aceptación de emociones _________________________________ 38
Dinámicas de Cierre ________________________________________________ 39
Sesión IV/V _______________________________________________________ 39
Reconstrucción del significado del Ser Querido Fallecido. ___________________ 39
El Legado que nos deja: Explorar Enseñanza y Aprendizajes del Ser Querido. ___ 39
Sesión V/VI _______________________________________________________ 40
Entrevista de Reconstrucción de Significado _____________________________ 40
Final de la Última Sesión: Visión de Futuro ______________________________ 41
Referencias _______________________________________________ 43
Anexos ___________________________________________________ 44
Escala de Depresión Ansiedad Estrés (DASS-21) __________________________ 44

4
I Introducción

La emergencia provocada por el virus COVID-19 ha provocado el despliegue


de una serie de medidas, por parte de distintas instituciones públicas y privadas,
tendientes a proteger primordialmente la integridad física de la población. Entre ellas,
las medidas más efectivas para prevenir el contagio del COVID-19 han implicado
distanciamiento físico y confinamiento, ambas soluciones que pueden llegar a ser
altamente estresantes para la población. A estos factores, se debe sumar la
desconocida experiencia de atravesar un periodo de pandemia global, incertidumbre
laboral y económica que ha derivado de la pandemia, y por supuesto, la pérdida de
familiares y seres queridos. Todos estos estresores que se han sumado a los ya
presente en la vida cotidiana, los que pueden tornarse por una parte de la población,
por momentos, insoportables.

El Programa de Apoyo a Víctimas de Delitos Violentos, frente al estado de


emergencia sanitaria presente el año 2020, ha visto un incremento sus consultas
relacionadas al tratamiento de duelo, debido al fallecimiento de familiares y/o figuras
significativas de las víctimas de delitos violentos, producto del COVID-19. Viéndose
incrementadas las consultas con respecto a esta temática en el teléfono abierto a la
ciudadanía las 24 horas, todos los días del año; teléfono 600 818 1000. Así como
también frente a la atención tradicional del Programa en víctimas de delitos violentos,
estas centran la intervención en problemáticas de duelo sufrida por un familiar o
amigo/a cercana, producto del COVID-19.

Es este contexto, se vuelve pertinente para el Programa Apoyo a Víctimas,


desarrollar un documento específico en materia de intervención no presencial en
duelo, basado en los siguientes argumentos; la cantidad de fallecidos que la
enfermedad del COVID-19 ha traído consigo, la probabilidad que las víctimas de
delitos violentos que sean atendidas por el PAV tengan una afectación asociada a la
pérdida de un ser querido producto del COVID-19.

5
Debido a Pandemia, y la necesidad de distanciamiento físico y cuarentena de
las personas, el Programa Apoyo a Víctimas tuvo que avanzar rápidamente a sostener
su intervención de forma remota, logrando continuar con su labor pública de atención
a las víctimas de delitos violentos por medio de la tecnología de comunicación. La
intervención con víctimas que atraviesan temáticas de duelo, no ha sido ajena a esta
forma de realizar el trabajo, sin embargo, por lo complejo de la temática de duelo, y
la alta cantidad de situaciones a intervenir se hace imprescindible dotar a los equipos
de intervención de indicaciones sobre el trabajo de contención y terapéutico en duelo
de forma remota.

A continuación, se presentan una serie de capítulos que abordarán temas como


de salud mental y confinamiento, intervención remota y el desarrollo de las
características distintivas del duelo en contexto de pandemia, con lo cual se pretende
contar con un entendimiento común sobre lo que implica el proceso de duelo en este
escenario y sus características excepcionales.

6
Salud mental, Pandemia y Confinamiento

La experiencia acumulada en el PAV (Programa Apoyo a Víctimas), y en la


literatura, indican que en la atención de comunidades expuestas a situaciones
estresantes por delitos violetos y en situaciones de emergencias y/o desastres,
generan un impacto en la población, el cual dependerá, entre otras variables tales
como; el origen del evento, la intensidad de éste, la cercanía o exposición a la
emergencia, grados de resiliencia personal y comunitaria presente, factores socio
culturales, entre otros.
Estas situaciones en contexto de Coronavirus, y sus consecuencias como
ausencia de una cura específica para el Coronavirus, una alta cifra de fallecidos, la
exposición de las consecuencias de la enfermedad en los medios de comunicación y
redes sociales, la incertidumbre asociado a factores económicos y sociales derivados
de la Pandemia. Además de los largos periodos de tiempo de confinamiento de la
población, hace que las comunidades, y las personas experimenten mayor sensación
de estrés, preocupación y miedo, como respuestas naturales a una crisis desconocida.

El Ministerio de Salud, entendiendo este contexto, es que, a través del


Departamento de Salud Mental en Emergencias y Desastres, indica que para esta
pandemia es esperable las siguientes reacciones en la comunidad1:

 Incertidumbre, ansiedad por la evolución del fenómeno y temor por la


magnitud de éste.
 Miedo a contagiarse, a la cuarentena, a enfermar, a perder la vida.
 Evitar acercarse a los centros de salud por temor al contagio, aun
cuando requieran de atención.
 Temor a no poder trabajar durante cuarentena o aislamiento,
preocupación por no poder generar ingresos y/o de ser despedido del
trabajo.

1
Extraído de “Salud Mental y Apoyo Psicosocial durante COVID-19. Departamento de
Emergencias” Ministerio de Salud, 2020.

7
 Miedo a ser excluido socialmente o puesto en cuarentena, por ser
asociado con la enfermedad (por ejemplo, discriminación hacia personas
que han visitado o son de origen de país con virus circulando).
 Sentir impotencia por no poder proteger a sus seres queridos, y miedo
a perderlos por el virus.
 Temor de estar separado de sus seres queridos y cuidadores debido a
periodo de cuarentena o aislamiento.
 Sentimientos de impotencia, aburrimiento, soledad y tristeza debido al
periodo de cuarentena o aislamiento.
 Miedo a vivir la experiencia de una epidemia previa u otras situaciones
críticas.

Reacciones que se traducen en estresores también esperables de manifestarse en las


personas, tales como2:

 Riesgo de ser contagiado y contagiar a otros.


 Síntomas comunes de otros problemas de salud (por ejemplo, fiebre)
pueden ser confundido con COVID-19 y producir temor por haber sido
contagiado sin necesariamente estarlo.
 Madres, padres y cuidadores pueden sentir preocupación creciente, por
dificultad de acudir a redes de apoyo tradicionales para el cuidado de
los niños y niñas, muchas veces conformadas por adultos mayores
(abuelos, abuelas, etc.)
 Riesgo de empeoramiento de la salud física y mental en personas con
mayor vulnerabilidad y que dependen de cuidadores, en caso de que
estos sean puestos en cuarentena o aislamiento, y no cuenten con otros
apoyos o cuidadores, como es el caso de personas mayores en situación
de dependencia y personas con discapacidad.

2
Extraído de “Salud Mental y Apoyo Psicosocial durante COVID-19. Departamento de
Emergencias” Ministerio de Salud, 2020

8
 Al ser un escenario desconocido, riesgo de negación que conlleva a no
asumir conductas de cuidado y protección de sí mismo y la comunidad.
 Generación de rumores y noticias falsas que circulan en medios y redes
sociales que generan mayor incertidumbre y que promueven acciones o
prácticas inadecuadas.

Si bien estas reacciones y estresores son altamente esperables en una


comunidad general, estas no consideran otras condiciones de vulnerabilidad o
amenazas comunes de identificar en los usuarios/as del Programa de Apoyo a
Víctimas las cuales son relevantes de considerar, algunas de estas amenazas propias
de la población atendida del PAV son:

 Condición de mayor vulnerabilidad por victimizaciones recientes.


 Interferencias en procesos de superación de la experiencia delictual por
la interrupción de la atención presencial.
 Procesos jurídicos en desarrollo, tales como audiencias, tomas de
declaración, entre otras diligencias, que puedan verse afectadas por la
emergencia y que generen disconformidad, ansiedad y temor.
 Desmedro social producto de la victimización en ámbito laboral,
habitacional, económico, sanitario, etc. Ejemplo: robo de herramientas
de trabajo, desmedro económico por fallecimiento de jefe/jefa de hogar
por delitos de homicidios/femicidios, delitos que afecten a adultos
mayores sin redes de apoyo efectivas, etc.
 Situaciones de riesgo latentes que puedan agudizarse en situaciones de
confinamiento, tales como episodios de violencia en la familia, conflictos
vecinales, entre otros.

Duelo en contexto de Pandemia COVID-19

La muerte de familiares o cercanos siempre es un proceso complejo para quien


lo vivencia. Cuando los profesionales del PAV se han enfrentado a víctimas indirectas

9
de homicidios consumados o familiares de mujeres víctimas de femicidios, (población
habitual de trabajo del PAV) comprenden las múltiples reacciones iniciales y cómo
este proceso varía conforme a estas variables, tales como: la forma del fallecimiento,
los recursos personales, el apoyo social presente los primeros momentos, y la red de
apoyo sostenida en el tiempo, entre otros.

Asimismo, los ritos fúnebres suponen una organización contingente y un


desgaste emocional relevante para las personas más afectadas por la pérdida, pero
también son una parte fundamental del duelo inicial. Diligencias como el
reconocimiento de cuerpos en el Servicio Médico Legal o las gestiones realizadas en
los centros de salud, el proceso de velorio y posterior funeral, son ritos que forman
parte de un ciclo de momentos dolorosos, pero a la vez, necesarios para la mayoría
de las personas. De esta forma, las lamentables circunstancias de las muertes
provocadas por el virus COVID 19, y las posteriores complicaciones en relación a los
ritos mortuorios, han repercutido en afectaciones adicionales a las propias de la
muerte de un ser querido.

Por otra parte, como se ha apreciado a través de los medios de comunicación,


la emergencia y las medidas adoptadas para enfrentar estas muertes a nivel
internacional, han alterado notoriamente este proceso, afectando el esperado
desarrollo del duelo de las familias. En países de Europa y Asia, por ejemplo, debido
a la alta mortalidad presentada por COVID-19, han debido restringir velorios,
funerales y, en China, suspenderlos o prohibirlos.

Es en este contexto que resulta necesario identificar cómo estos ritos se han
visto alterados a modo de comprender el contexto que tendrán que enfrentar las
familias de fallecidos en nuestro país.
En Chile, por ejemplo, actualmente el proceso de despedida de la persona
fallecida se ha visto alterado por regulaciones locales/nacionales como estrategias de
prevención al contagio entre personas. El protocolo vigente que sugiere el Ministerio
de Salud, determina un número reducido de familiares en el instante posterior al

10
fallecimiento, con prohibición de acercarse, acariciar, abrazar a las personas
fallecidas. Situación que evidentemente podría aumentar el dolor y la impotencia de
no poder efectuar una despedida adecuada, afectando el inicio del duelo e
incrementando las probabilidades de construir un duelo más patológico. En ese
sentido, los expertos esperan que los duelos sean más largos que lo habitual.
Además, el aislamiento social bloqueará, inevitablemente, en cierta medida, la
dimensión social del duelo, tan relevante para aliviar el malestar emocional inicial.
Gestos como abrazos de cercanos, miradas comprensivas, apoyo y acompañamiento
los primeros días, son muestras de afecto que se suspenden progresivamente en la
medida que aumentan las medidas restrictivas, debiendo privilegiar procesos de
duelo más individuales y en soledad.
Por lo anterior, los expertos han sugerido potenciar la dimensión individual, a
través de ritos simbólicos en los hogares. Entre ellos, repasar álbumes de fotos,
encender velas o realizar alguna ceremonia personal que permita iniciar la
elaboración de la pérdida. Junto a ello, incentivar el apoyo social mediante las
plataformas disponibles en períodos de cuarentena, tales como llamadas telefónicas,
video llamadas o mensajes de texto, que permitan, aunque con ciertos límites,
promover un soporte social que alivie el malestar emocional, compartiendo el dolor
y generando un espacio de descompresión emocional a través del llanto y evocación
de recuerdos.
Por otro lado, es, además, altamente esperable las emociones de impotencia
y sentimientos de culpa por parte de familiares cercanos al fallecido. La imposibilidad
de poder despedir adecuadamente a un ser querido (vestirlo, maquillarlo, besarlo,
verlo por última vez, etc.), o peor aún, tener la restricción de participar del proceso
de velorio o funeral, son escenarios susceptibles de provocar rabia, desolación y
frustración, con posibles pensamientos de crítica hacia la institucionalidad, al
personal médico o hacia la supuesta irresponsabilidad de las personas que, al no
respetar las medidas sanitarias, colaboraron a la propagación del virus. Todas ellas
como eventuales mecanismo de defensa frente al dolor vivenciado.
Respecto a la culpa, debemos señalar que ésta emerge frecuentemente en
procesos normales de duelo. Sin embargo, en el contexto actual de fallecimientos por

11
COVID 19, es esperable que ella esté aún más presente, asociada a la probabilidad
de contagio al fallecido por parte de alguno de los familiares o cercanos. En este
sentido, una de las condiciones que generan estrés en las emergencias sanitarias es
el carácter de “invisible” de éstas, lo que abre la sospecha de contagio de cualquier
persona que pudo haber interactuado con el/la fallecida en los últimos días,
provocando grandes sentimientos de incertidumbre y culpa.

Estrategias para abordar el duelo inicial en COVID-19

Es así, que, con todas estas condiciones de excepcionalidad que se han


presentado, cada persona vive y elabora el duelo de forma diferente, y pese a la
existencia etapas o fases como la negación, ira, tristeza, aceptación, etc., que no
respetan necesariamente una temporalidad, la necesidad de generar proceso de
cierre es una acción que debemos orientar.
Para ello, se proponen algunas estrategias que pueden ser transmitidas a los
usuarios/as.

Estrategias

• La imposibilidad de no poder vivir el duelo con familiares, genera una


sensación de vacío que desestabiliza emocionalmente. Para ello, se sugiere activar el
apoyo social mediante llamadas telefónicas, mensaje de textos y video llamadas, que
permitan vaciar/manejar las emociones, promover el llanto como aliviador natural y
aumentar la sensación de acompañamiento. Idealmente promover una frecuencia
diaria, siempre respetando el proceso individual que cada persona defina.
• Promover ritos simbólicos que permitan elaborar el cierre. Escribir una
carta a esa persona, sembrar un árbol, recopilar recuerdos, escoger una canción que
relacione el vínculo con el fallecido/a,
• Normalizar los sentimientos de tristeza, ira, culpa y frustración, como
parte de la respuesta natural a una pérdida significativa.

12
• Sugerir pautas de corto, mediano y largo plazo, que faciliten la
organización del duelo y además un proceso de seguimiento institucional.

Escenarios del Fallecimiento

En el contexto de la intervención y primeros contactos con familiares de


fallecidos por COVID-19, es importante considerar los diferentes escenarios en los
que se producen, con el objetivo de comprender tanto las gestiones que se debieron
realizar y el contexto general en el que se produjo el fallecimiento. El contexto del
fallecimiento tendrá diferencias en cuanto a las gestiones y se espera que el contexto
de fallecimiento pueda generar efectos particulares en sus familiares.
Se identifican los siguientes tres espacios en donde se producen fallecimientos
en estos contextos:
a) Domicilios; existen personas que han fallecido en sus propios domicilios
producto del agravamiento de síntomas y posteriores fallecimientos. Algunos de ellos,
pueden haber recibido atención previa en un centro asistencial, pero otros
eventualmente no.
Si alguno de estos casos se encontraba previamente confirmado con COVID—
19, es probable que haya mantenido medidas estrictas de aislamiento físico con
familiares y cercanos, precisamente por el riesgo de contagio que supone. Misma
situación una vez confirmado el deceso, en el que se prohibirá el contacto con
familiares, siendo estos últimos obligados a realizar una cuarentena estricta durante
los siguientes 14 días.
b) Centros de Salud: personas que fallecen en hospitales o clínicas,
mientras se encontraban en proceso de cuidados.
En su gran mayoría, podrían haber estado sujetos a ventiladores mecánicos,
oxigeno terapia u otro, siendo su fallecimiento producto del colapso orgánico o
rechazo corporal al tratamiento.
También se han presentado casos en que por variables como la edad,
enfermedades previas, o ambas, se resuelve en conjunto a la familia la desconexión

13
a ventilación mecánica debido al estado de irreversibilidad del estado de salud,
produciendo el deceso posterior.
Considerar que, en estos casos, los familiares ya fueron sometidos a
restricciones estrictas para las visitas de familiares durante su estadía en el centro
de salud, así mismo cuando hayan sido informadas del fallecimiento para las
posteriores diligencias.
c) Servicio Médico Legal: es posible que existan personas que fallezcan en
contextos que requieran alguna investigación, siendo trasladadas al SML por orden
del Ministerio Público. Para esto, existe un protocolo indicado por el Servicio Médico
Legal que se adjunta a continuación.

Peritajes tanatológicos

Para enfrentar este estado de catástrofe se mantendrán las más altas medidas
de seguridad para manipulación de fallecidos y se realizarán solo los peritajes médico
legales que sean determinados por Fiscalía. En este contexto los protocolos
establecidos son los siguientes 3:
• Si una persona hospitalizada con diagnóstico de Coronavirus fallece,
será el propio recinto hospitalario el que establezca clínicamente la causa de muerte,
sin ser necesario su traslado al SML.
• Si una persona fallece estando hospitalizada, pero aún no se ha
confirmado el diagnóstico de Coronavirus, se esperarán los resultados. Si se confirma
la presencia del virus, tampoco será necesario su traslado al SML para constatar
causa de muerte.
• Si ingresa al SML un caso sospechoso de Covid-19, se aplicará un
examen externo, fijación fotográfica y toma de muestras para la realización posterior
de exámenes toxicológicos o ADN. Además, se realizará toma de muestra de tejido
pulmonar para su análisis en el ISP, organismo a cargo del procesamiento de
muestras en casos de Coronavirus.

3
Extraído de http://www.sml.gob.cl/index.php/sml-en-contingencia-coronavirus/

14
Servicio Médico Legal en Emergencia COVID-19

A continuación, se indicarán las gestiones del SML frente al manejo de cuerpos,


y el estado institucional en la presente emergencia4;

Ante la emergencia sanitaria declarada por la severa expansión del Covid-19,


el Servicio Médico Legal se encuentra aplicando los procedimientos de seguridad
acordados con el Ministerio de Salud (MINSAL) y el Instituto de Salud Pública (ISP)
para el abordaje de los distintos casos que se presenten en las próximas semanas.
Siguiendo los lineamientos que se han establecido para la mayoría de los
servicios públicos, para evitar aglomeraciones se ha restringido la atención presencial
a los usuarios solo a las funciones críticas de retiro de fallecidos, autopsias y
urgencias por delitos sexuales. Los funcionarios han sido provistos de materiales de
resguardo y prevención como guantes de látex, mascarillas y antiparras, además de
extremar las medidas de limpieza de superficies, lavado de manos y uso de alcohol
gel.
Las sedes de todo el país están re agendando las horas de atención y
atendiendo consultas telefónicamente hasta las 14:00 horas, y de forma permanente
en el correo electrónico oirs@sml.gob.cl

Ceremonias

El protocolo vigente emitido por el Ministerio de Salud fue remitido a funerarias


y a medios de comunicación. La información que se presenta a continuación, fue
extraída a través de los medios de comunicación y ciertas orientaciones entregadas
por empresas funerarias5.

• Se establece que, en los recintos asistenciales, al fallecer un paciente


diagnosticado con Covid-19, "se debe permitir el acceso a la sala o zona de
aislamiento de los familiares y amigos para una despedida, señalándoles claramente

4
Extraído de http://www.sml.gob.cl/index.php/sml-en-contingencia-coronavirus/
5
Extraído de https://www.minsal.cl/

15
que no deberán establecer contacto físico con el cadáver ni con las superficies u otros
enseres de su entorno o cualquier otro material que pudiera estar contaminado". Para
esto, deberán ingresar a la sala con una bata desechable, guantes y mascarilla
quirúrgica.

 Ni los familiares ni las empresas funerarias podrán realizar tareas como


lavar y vestir a la persona fallecida. No se establece qué ocurrirá con
sus efectos personales.
 Tras la despedida, el cuerpo debe introducirse en una bolsa
impermeable que se pulverizará con desinfectante de uso hospitalario,
para ser trasladado a la brevedad posible a la morgue del recinto.
 Para el posterior traslado al crematorio, o al velatorio y posteriormente
al cementerio, la bolsa en cuyo interior está el cadáver deberá ser
introducida en un ataúd que cumpla las condiciones habituales exigidas
para cualquier féretro. No existen restricciones para el velatorio,
siempre que el ataúd esté cerrado y sellado.
 No se justifica prohibir o restringir los servicios de velatorio para el
fallecido/a. La única precaución aplicable es que el ataúd estará cerrado.
Sin embargo, las funerarias están sugiriendo evitar los velorios, o
restringir el número de participantes para evitar riesgo de propagación.

Respecto a los ritos fúnebres, se indica lo siguiente:


• Está prohibida la celebración de velorios en domicilios, estos deben
hacerse en un lugar determinado especialmente para ello.
• La asistencia está restringida al núcleo directo del fallecido con un
número máximo de 20 personas.
• No pueden asistir quienes hayan sido denominados como “contacto
estrecho” por la Seremi de Salud, ellos deben permanecer en
cuarentena.

16
• Todo el proceso (velorio, ceremonia o entierro), debe tener una
duración máxima de 90 minutos. Este último se debe realizar en un
lugar definido como cementerio según el Código Sanitario.
• Se recomienda no utilizar decoración durante las ceremonias (velas,
flores o fotos, entre otros), con el fin de evitar la cadena de contagio.
• Los asistentes deben cumplir con distanciamiento físico de mínimo un
metro entre cada persona.
• La sepultura queda a disposición de la familia, tanto si es cremación o
inhumación. En este último caso no se necesita un ataúd especial, ya
que todos deben ser herméticos e impermeables.
• Luego de ocurrida la ceremonia, el lugar se debe desinfectar.

17
II Duelo Normativo y Duelo Complicado

Definiciones Generales

¿Qué se podrá experimentar al vivir la pérdida de un ser querido?

Diversos autores, a lo largo de las últimas décadas, han conseguido identificar


etapas en la experiencia de duelo. Cada una, caracterizada por presentar diferentes
tareas. La literatura tiene un denominador común; comprende a la experiencia como
un proceso que no suele ser lineal y que, sin embargo, presenta una tendencia
progresiva de acuerdo con el transcurso del tiempo. Igualmente, existe consistencia
interna entre los autores al reconocer que el duelo se acompaña de reacciones y
sentimientos que pueden durar minutos, horas, semanas o, incluso, meses.
A continuación, serán referenciados planteamientos propuestos por diversos
autores quienes, de manera detallada ofrecen categorías cada vez más amplias.
Neymeyer (2002) relevó que transitaremos por procesos de evitación
caracterizados por la tendencia a evadir la toma de conciencia plena de la realidad
de la perdida; una suerte de negación. Luego, plantea que el transito avanzará hacia
la asimilación. Una experiencia en donde quien vive la pérdida suele preguntarse
“¿cómo será la vida sin esa persona?”, o, experimentar sentimientos de soledad y
tristeza intensa. Finalmente, expone que sería esperable alcanzar la acomodación,
una suerte de aceptación de la experiencia mediante el paso por un proceso circular,
gradual y progresivo, que permitiría reflejar autocontrol emocional adaptativo.
Worden (1997) amplió sus categorías. En primer lugar, propuso que se iniciará
un trabajo de aceptación de la realidad de la pérdida: tarea consistente en el afrontar
la muerte y la idea de que la persona que ha fallecido ya no volverá. Señala que la
negación será parte de esta etapa. Luego, hace referencia a un especial esfuerzo
definido como el inevitable trabajo sobre las emociones y el dolor asociado.
Posteriormente, agrega que quien experimenta la perdida conseguiría una adaptación
en un contexto diferente, debiendo fortalecer y/o desarrollar competencias y
creencias nuevas. Para finalizar, señala que se suelen desarrollar procesos de

18
resignificación de las creencias y emociones asociadas a aquella persona que ya no
está.
Ross (2016) propone etapas como instrumentos para facilitar el tránsito por el
proceso de duelo y, asimismo, como mapas para favorecer un reconociendo de lo
vivido y encuadrar todo aquello que pudiéramos sentir. Hacer referencia a cinco
etapas; la negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
La primera, negación¸ en un principio comparable con experiencias de
distanciamiento emocional, desconcierto y/o un cuestionamiento acerca del cómo y
el por qué tenía que suceder. Luego, la comienza de irreversibilidad de la muerte
comienza a fortalecerse y, como una expresión de desesperanza aparecería la ira.
Floreciendo, igualmente otras emociones y sentimientos como por ejemplo la
tristeza, el pánico, el dolor y la soledad. Posteriormente, acompañada del anhelo y
frustración, aquella persona que vive la pérdida de otra, comenzaría una negociación,
pudiendo coexistir la culpa y el deseo de retorcer el tiempo. A continuación, la autora
menciona que habrá que experimentar una sensación de vacío a un nivel aún más
profundo en la persona, al cual define como depresión. Se observarían en la persona
conductas de repliegue hacia sí mismo y evocarían una sensación de letargo y animo
bajo a quienes le rodean. Ross (2016) finaliza la descripción de sus tareas con un
proceso de aceptación, clarificando que no debe confundirse con la noción de
sentirnos bien y expone que sería el resultado del esfuerzo por aceptar la realidad de
que la persona que ha fallecido ya no volverá.
Además de las tareas, la literatura consigue describir reacciones normativas al
proceso de duelo, clarificando la importancia de medir la frecuencia e intensidad de
cada una de estas expresiones ya que, si bien vivirlas es parte del proceso, no prohibir
del continuo y armónico desarrollo del proceso humano de adaptación.
Entre otros, podremos observar en la persona que experimenta la pérdida de
un ser querido:
- Malestar físico: dolores de cabeza, temblores, vértigo, palpitaciones
diversos síntomas gastrointestinales. No hay una incidencia de síntomas como asma,
diabetes o cáncer.

19
- Existen síntomas enmascarados: el superviviente puede desarrollar
síntomas como los que experimentó la persona querida antes morir. Se entienden
como somatizaciones;
- Preocupaciones de la imagen del fallecido.
- Introyección de rasgos o conductas de la persona fallecida.
- Culpa relacionada con la pérdida del fallecido.
- Incapacidad para funcionar de manera tal como la hacía antes de la
pérdida.

En ese contexto, se recomienda conocer los síntomas propios del COVID-19 a


fin de normalizar la situación de familiares. Será imprescindible que, ante la presencia
de síntomas, puedan dirigirse a un Servicio de Salud y hacer el despeje
correspondiente.

Duelo Normativo

En la revisión de la literatura se podrán reconocer características asociadas a


un duelo normativo o no complicado, abarcando un amplio rango de sentimientos,
creencias y conductas. Dado que la lista es amplia se hará referencia a, William
Worden, quien, en 1997, consigue diferenciar indicadores normativos del Duelo en
cuatro categorías. Estas son: sentimientos, sensaciones físicas, cogniciones o
creencias y conductas.
A continuación, se describirán o mencionarán indicadores asociados a cada una
de estas categorías (Worden, W. 1997).
1. Sentimientos:
a. Tristeza, identificado como el sentimiento con mayor prevalencia.
b. Enfado, proveniente de dos canales; la frustración de no haber
conseguido evitar la pérdida y/o la sensación de encontrarse desamparado: una
suerte de regresión hacia los estados de desprotección del superviviente.

20
c. Culpa, por no haber sido suficientemente amable, por haber tenido
alguna diferencia, no haber respondido a la totalidad de demandas y necesidades de
quien partió.
La gran mayoría de las veces, estos sentimientos de culpa son irracionales y
se mitigan mediante la confrontación con la realidad.
d. Ansiedad, pudiendo transitar desde una pequeña sensación de
inseguridad o estado de alerta, hacia estados más significativos como lo son las crisis
de pánico. Se deberá tener en consideración, al respecto de esto último, que serán
indicadores que sugieren una reacción de duelo patológico.
Principales ansiedades:
d.1.: preocupación por la creencia de que no podrán cuidar de sí mismos.
d.2.: la toma de conciencia de la mortalidad.
e. Soledad, principalmente en quienes experimentan la pérdida de una
pareja o alguien con quien compartían el día a día.
f. Impotencia, particularmente en las primeras fases de la pérdida.
g. Shock, recurrentemente en las muertes repentinas. Sin embargo,
incluso cuando la muerte es esperada, como consecuencia de una enfermedad
progresiva.
h. Anhelo, por retornar al contexto previo de la pérdida.
i. Emancipación, pudiendo ser un sentimiento adaptativo.
j. Alivio, con mayor incidencia en torno a quienes brindaron
acompañamiento en las fases paliativas del fallecido. Existe una elevada correlación
con la sensación de culpa.
k. Insensibilidad, como resultado de la ocurrencia de diversas sensaciones.
Es una respuesta, tendiente al aplanamiento afectivo como defensa ya que la vivencia
de estos pudiera ser sumamente compleja y/o desbordante.
2. Sensaciones Físicas:
• Vacío en el estómago.
• Opresión en el pecho.
• Opresión en la garganta.
• Hipersensibilidad al ruido.

21
• Sensación de despersonalización.
• Falta de aire.
• Debilidad muscular.
• Falta de energía.
• Sequedad en la boca.
• Otros indicadores, similares a los síntomas vivenciados por quien falleció
toda vez que haya sido producto de una enfermedad progresiva.

Será necesario movilizar hacia un despeje por parte de profesionales médicos


toda vez que exista dichos signos.
3. Cogniciones o creencias:
Determinados pensamientos sobre el mundo, quienes rodean y el sí mismo del
superviviente será normativos en las diferentes etapas del duelo. Generalmente,
cesan después de un periodo breve, no obstante, estos persisten y movilizan la
génesis de sentimientos que pueden desarrollar experiencias de duelo patológicas,
depresiones o trastornos de ansiedad.
Entre otras, podremos identificar la presencia de:
a. Incredulidad, cuya aparición será dentro de los primeros momentos al
conocimiento de la perdida. Especialmente, en aquellas muertes repentinas.
b. Confusión, como la expresión de la dificultad para organizar
pensamiento o ideas, o bien, para poder prestar atención sobre algo.
c. Preocupación como respuesta a una necesidad de protección del
fallecido. Pueden contener pensamiento obsesivo sobre cómo recuperar a la persona
perdida.
En ocasiones pueden ser intrusivos y acompañarse de conductas, evocando
sentimientos incomodos. Esto último, según sea su frecuencia o intensidad será
indicador del desarrollo de un probable duelo complicado.
d. Sentido de presencia, de la mano del sentimiento de anhelo. El
superviviente puede pensar que el fallecido aún está presente de alguna manera en
la dimensión de espacio y tiempo de los vivos.

22
e. Alucinaciones, pudiendo ser visuales como auditivas. Suelen ser
experiencias efímeras y generalmente no significan el desarrollo de un duelo
patológico.
4. Conductas.
a. Dificultades para conciliar el sueño, pudiendo suceder dificultades para
dormirse o bien episodios de despertar anticipado. Suelen corregirse solos, con el
paso de tiempo. No obstante, se deberá monitorear la frecuencia e intensidad ya que
pueden devenir a un duelo complicado.
b. Conflictos alimentarios caracterizados por atracones o restricciones en
el consumo.
c. Asilamiento social, caracterizada como un repliegue hacia sí mismo del
superviviente. Suelen ser periodos breves que, por si solos, tienden a la remisión.
d. Conductas evitativas, a fin de mantener distancia emocional de cualquier
estimulo, lugar o persona que evoque recuerdos asociados a quien partió. Esto, para
resguardarse de tomar contacto con sentimientos dolores.
Podemos encontrarnos con supervivientes que se liberan rápidamente de los
objetos o ropas del fallecido, deshaciéndose de estas o haciéndolas desaparecer de
cualquier manera posible. Este, suele ser un indicador de un probable duelo
complicado.
e. Conductas de afrontamiento, tales como visitar lugares, portar objetos
que evocan recuerdos del fallecido o buscarlo a viva voz. Se debe prestar atención a
las formas y los significados asociados al afrontamiento ya que, según sea su
frecuencia e intensidad, podrán indicar rasgos de un duelo complicado.
f. Suspirar, correlacionada a la sensación física de falta de respiración. O
bien, como un indicador de elevada ansiedad toda vez que tienda a la
hiperventilación. Esto, suele asociarse a probables episodios de crisis de pánicos y/o
desarrollo de duelos complicados.
g. Hiperactividad.
h. Llanto.

23
Duelo complicado

Quisiéramos también identificar aquellos aspectos que podrían conllevar a un


duelo complicado, para así desde nuestra labor de intervención en la primera etapa
del duelo, podamos prevenir o anticipar la posible complicación del duelo, para que
el superviviente pueda comenzar un trabajo anticipado de ciertos aspectos que podría
dificultar su proceso.
Nos referiremos a que un duelo se complicó, cuando todos las reacciones,
sentimientos y vivencias descritas anteriormente, tengan una alta intensidad y se
prolonguen en el tiempo. Por lo mismo es importante comprender las diversas
conductas o reacciones que se pueden tener al enfrentarse a un duelo, entendiendo
también que no todos vivenciarán todo lo descrito, ni lo harán en un orden específico,
debido a que se reacciona de modo distinto ante algún evento o pérdida de un ser
querido.
Según lo planteado por Worden (1997) un duelo complicado podría ir de la
mano de la depresión, por lo mismo es importante hacer su diferenciación, ya que
durante el proceso de un duelo normativo también suelen aparecer síntomas que
podrían relacionarse a cuadros depresivos, los que serían una respuesta esperable
tras la pérdida de alguien, como por ejemplo trastornos del sueño y del apetito,
además de una intensa tristeza. La gran diferencia está en la pérdida de la
autoestima, la cual sería un indicador de patologización del duelo, sumado a una
sensación de pobreza y vacío interior. Por lo mismo, es importante tener en cuenta
que hay conductas o sentimientos esperables, a pesar de que lo ideal es que estos
no se prologuen en el tiempo (es difícil indicar el tiempo ideal para vivirlo, sin
embargo, si persiste por más de un año, es importante consultar con especialistas).
Por lo mismo, es importante que al momento de intervenir con quienes estén
enfrentando un proceso de duelo, hacer la distinción entre un duelo agudo y aquellos
que podrían patologizar en una depresión mayor, para así efectuar las derivaciones
pertinentes en el momento oportuno.

24
Determinantes del duelo

Como se señaló anteriormente, todos vivencian el proceso del duelo de un


modo distinto, pudiendo ser un proceso más breve y leve para algunos o más intenso
y extenso para otros, por lo que a continuación se detallarán categorías
determinantes y variables que podrían complicar el proceso del duelo (Worden, W.
1997).
1. Factores relacionales: Es importante saber quién era la persona fallecida
y conocer la relación que ambos sostenían respecto al apego. Hay cierto tipo de
relaciones que dificultan el proceso, como la relación ambivalente, donde podría
existir un exceso de enojo y culpa. En ocasiones la muerte puede abrir viejas heridas
respecto al fallecido, y en ocasiones pueden llegar a tener relación con agresiones
sexuales o maltrato. También las relaciones dependientes suelen ser difíciles de
elaborar, ya que suelen ir de la mano de sensaciones de impotencia.
2. Factores circunstanciales: es importante identificar el tipo de muerte, ya
sea si esta fue natural, accidental, suicidio u homicidio, y dónde ocurrió a nivel
geográfico (cerca o lejos). También cobra relevancia las circunstancias de la muerte,
pudiendo ser esta incierta (alguien desaparecido), duelo inacabado o perdidas
múltiples.
3. Factores históricos: se hace relevante saber si la persona ha vivido otras
perdidas anteriormente y cómo está/as fueron elaboradas, ya que ello podría
determinar el curso del proceso del duelo. También es importante conocer su historial
de salud mental previa, ya que alguien con historial de depresiones podría ser más
propensos a tener un duelo complicado.
4. Factores de personalidad: Respecto al superviviente, es relevante saber
el manejo que tiene respecto a la ansiedad y el cómo se enfrenta a situaciones de
estrés, ya que podría dar indicadores respecto a la capacidad que tiene para enfrentar
el duelo. En ocasiones, a fin de evitar ciertos sentimientos intensos la persona podría
aislarse, como un método de defensa a enfrentar ello, o bien sería también dificultoso
para alguien que tenía una relación de dependencia con el fallecido.
5. Factores sociales: Fundamental conocer los antecedentes sociales,
étnicos y religiosos del superviviente, además de identificar el apoyo emocional y

25
social brindado por su entorno, ya que sea a nivel familiar o externo. Esto debido a
que el duelo es un proceso social y se afronta de mejor modo cuando se cuenta con
el apoyo de la gente, por lo mismo la ausencia de ello podría ser determinante para
el desarrollo de un duelo complicado.
En este punto también cobra relevancia el tipo de muerte, ya que en ocasiones
cuando se debe enfrentar un duelo por suicidio, suele ser difícil para el superviviente
hablar socialmente de ello.
6. Otro tipo de estrés simultaneo: Lo que podría afectar a un proceso de
duelo, serían los cambios simultáneos y crisis que se dan posterior a la muerte (ej.
cambios económicos).

La complicación del duelo

Tal como señala Worden (1997), la complicación del duelo tiene relación con
la intensidad del sentir (desborde, desadaptación) o con la duración prolongada de
aquel estado, donde queda la sensación de que no se avanza hacia un progreso.
A continuación, se describirán los tipos de duelos complicados (Worden, W.
1997):
Duelo crónico: Tiene relación con la duración, la cual es excesiva y donde no
se logra llegar a una conclusión satisfactoria. En este caso la persona es consciente
de que no logra avanzar en su proceso, para acabarlo, motivo por el cual suelen pedir
ayuda a un profesional.
Duelo retrasado: Llamados también inhibidos, suprimidos o pospuestos. Aquí
la persona puede haber tenido una reacción emocional al momento de la pérdida,
pero más adelante la intensidad del duelo parece excesiva, probablemente porque al
inicio no se elaboró adecuadamente la pérdida, motivo por el cual posteriormente se
intensifica la vivencia.
Duelo exagerado: Corresponde a la intensificación de un duelo normal, debido
a que la persona se siente desbordada y podría presentar conductas desadaptativas,
siendo consciente que aquella reacción se debe a la perdida. En este tipo de duelo,
hay mayores probabilidades de que aparezcan depresiones clínicas, crisis de pánico
o abuso de alcohol u otras sustancias.

26
Duelo enmascarado: Existe la presencia de síntomas y conductas que dificultan
a la persona, los cuales no son relacionados con la pérdida vivida. Probablemente
debido a que no se expresaron los sentimientos asociados al proceso del duelo de
forma abierta y por ende ello se expresa de otro modo. En este caso la persona
también podría presentar síntomas, los cuales se asemejan a los de la persona
fallecida o presentar síntomas psiquiátricos o conductas desadaptativas, que, a
diferencia del duelo exagerado, no logran relacionarlo con la pérdida vivida.

27
III Intervención No Presencial

Por intervención telepsicológica se considera el tratamiento a distancia


apoyado por la tecnología y llevado a cabo por profesionales. La terapia online
permite que el paciente se sienta más cómodo y seguro puesto que está
interactuando desde su hogar o en un lugar protegido que reúna las condiciones para
la realización de la terapia. Por otro lado, el profesional tiene acceso directo a
informaciones sobre el ambiente en el que se desenvuelve el paciente. Además,
existen datos empíricos que avalan la eficacia de dichas intervenciones.

Factores positivos que ofrecen este tipo de intervención en el caso de


brindarse esta iniciativa en contexto de emergencia

• Representa un apoyo más inmediato, siendo útil en la situación de emergencia


que estamos viviendo;
• Puede actuar como un puente en períodos críticos, a la espera del inicio de un
tratamiento, si fuera necesario, en condiciones más normalizadas.
• Es útil como enfoque preventivo, para informar, asesorar, sostener y
acompañar a las personas, dándoles herramientas de control en su gestión del dolor,
pudiendo así reducir los problemas, antes de que provoquen síndromes más
complicados, con riesgo de cronificación o cualquier otra expresión desadaptativa del
proceso de duelo (autolesiones, consumo excesivo de psicofármacos,
somatizaciones, etc.).

En el caso de intervenciones telefónicas y/o chat (sin contacto visual):

• La ausencia de contacto visual y expresiones faciales aumenta el anonimato,


lo que facilita revelar información íntima sin haber creado vínculo previamente, ya
que hay menos barreras, inicialmente, que en un entorno cara a cara;
• El tiempo de respuesta disponible aumenta la capacidad de reflexión y la
posibilidad de introspección; el simple hecho de escribir con respecto a los propios

28
problemas o conflictos ayuda a "separarse" de los problemas y favorece la
elaboración de los mismos;
• La sesión siempre está disponible para el paciente (en el caso de chat,
permanece escrita, en el caso de intervención de audio, se puede grabar). Incluso el
terapeuta, al final de la sesión, puede volver a leer el texto para hacer más reflexiones
sobre aspectos a los que no había prestado atención durante la sesión;
• La "presencia virtual" favorece la expresión de los propios problemas al
disminuir la resistencia.

Nuestro objetivo es mantener la esencia de la relación terapéutica, aunque


tengamos que cambiar el formato. La condición fundamental: el terapeuta y el
doliente deben interactuar. La terapia online tiene apoyo empírico: es una alternativa
fiable. Numerosos estudios y meta análisis muestran la eficacia de la terapia a través
de internet desde determinados enfoques. (Andersson, Rozental, R- ck y Carlbring,
2015; Grist y Cavanagh, 2013).

A continuación, se propone una metodología de acompañamiento en duelo, desde la


perspectiva de atención remota, basada en la Guía de acompañamiento al Duelo
COVID-19, Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (marzo 2020) 6

6
Extraído de: http://www.cop.es/uploads/PDF/GUIA-ACOMPANAMIENTO-DUELO.pdf

29
IV Propuesta de Sesiones

Sesión I

Una cuestión muy importante. Aunque la persona haya solicitado nuestra


intervención, parece central ser delicados desde el primer momento. Nos ha dado el
permiso en el "qué", pero atentos al "cómo" y al "cuándo". Entramos, de algún modo,
en la casa de alguien. Preguntaremos si es el momento adecuado, si prefiere que la
conversación se tenga en otro momento, etc.

Presentación Personal y Primera Exploración

Nos presentamos, le pedimos que se presente, expresamos una generalización


empática ("imaginamos que se encuentra usted en un momento muy especial...",
expresamos la condolencia y utilizamos voz cálida y en sintonía con la delicadeza de
la situación.
A partir de ahí, se comenta que vamos a hacerle unas preguntas sencillas para
ubicarnos en la situación: su nombre completo, cómo prefiere que le llame, edad,
con quién vive... Posteriormente, explicamos brevemente el encuadre.

Encuadre

• Número sesiones: en función de las necesidades; habitualmente, un encuadre de 4 a 10


sesiones, pero siempre de manera muy flexible. Al final de la sesión, ya nos plantearemos
en todo caso, cómo continuar (establecer un cierto "contrato terapéutico" con mucha
flexibilidad).

• Duración de las mismas: normalmente, en torno a los 25-30 minutos.


• Garantía de confidencialidad.
• Garantía de soporte.
• Medio de conexión: teléfono, mail, online, etc.
• Consentimiento informado.
• Solicitud de número de contacto telefónico de un tercero.

30
• Explicación del marco terapéutico: "el objetivo es ayudarle a usted en esta
situación de aislamiento a convivir con ese dolor y a poder disminuirlo, manteniendo
el recuerdo de su ser querido e intentando conservar fuerzas para salir de este
aislamiento y poder mirar el futuro; y, sobre todo, la garantía de acompañarle: no
está solo en esto".

Exploración de Red de Apoyo.

Tanto en el domicilio, como fuera del mismo.


“¿Quién diría que son sus principales apoyos ahora mismo?”

Herramientas de Auto Regulación Emocional (Ver en Apéndice 1)

Evaluar la capacidad de la persona para autoregularse


Lugar seguro
Recuerdos positivos (si es que se puede)
Grounding
4 elementos
Respiración profunda
La bailarina
Contenedor
Promover ejercicio, Yoga, TaiChi, Meditación

Conexión con las Emociones y Expresión/Aceptación Emocional

Es conocido que los tiempos de reacción emocional de las personas pueden


variar en el proceso de duelo. El objetivo ha de ser mantener la conexión con la
persona, por ello, si ésta no está preparada para hablar de su mundo emocional, será
importante respetar y lanzar el mensaje de ayuda (es decir, "sostener sin empujar")
y, en todo caso, intentar que el vínculo establecido permita en una próxima entrevista
poder abordar ese mundo emocional.

31
En todo caso, para explorarlo, podríamos introducir un primer abordaje
emocional preguntando de manera similar a ésta:
"Estamos conscientes que la pérdida de un ser querido nos puede generar
mucha pena, también que no es fácil hablar sobre ello, pero entiendo que nos puede
ayudar abordarlo, para ver cómo manejarlo. En este sentido, ¿qué es lo que más le
duele de todo lo que ha ocurrido? Cada persona es distinta y sería mejor que usted
pudiera contarlo con sus palabras.” “¿Le parece si le ayudo para que podamos hablar
de esas emociones?”:
Cuando todas las certezas han caído, cuando la razón ya no subsiste y no se
sabe cuál es el camino fiable para salir de la oscuridad, la guía inicial puede ser lo
que sentimos: nuestras emociones. Ante la incertidumbre, parece importante
escuchar lo que sentimos. Las emociones son la base sobre las cuales construimos
nuestro mundo, la manera más primaria que nos guía hacia la construcción de
significado que nos hace comunicar y en base a ellas actuamos. La emoción es la
manera en el que el organismo reacciona a la pérdida, por esto nos puede guiar
hacia la salida.

"¿Cuál es el sentimiento más intenso que siente en este momento?... ¿Qué


puede estar sintiendo ahora?” ¿Qué significado le da a ese sentimiento?".

Los profesionales intervinientes deben tener en consideración que durante el


duelo las personas dolientes suelen presentar las siguientes emociones:

 Tristeza. Estamos tristes porque alguien a quien amábamos mucho ya no está,


estamos tristes porque con él/ella se ha ido todo mi mundo y no sé sabe qué
hacer. ¡Cómo podríamos no estar tristes! Darse permiso para estar tristes y
aceptar esta emoción como una forma todavía primordial de contacto con el
fallecido o fallecida ayuda a que la tristeza sea vivida de otra manera. Debajo
de esta gran tristeza suele haber un gran amor.

32
 Miedo: cuando el dolor por la pérdida nos asusta, cualquier sentimiento es más
llevadero, incluido el miedo. Hay miedo cada vez que hay un cambio y esto
sirve para intentar preservarnos del posible sufrimiento de experimentar el
vacío. En el duelo hay miedo a cambiar de estrategias de afrontamiento, miedo
a sentir y hasta tenemos miedo a soltar las emociones que consideramos
negativas, como si fuéramos a rompernos. Pero el miedo más profundo es a
avanzar, porque quisiéramos detener el tiempo para evitar que él ya se fue.
Porque el miedo no es solo al vacío, sino también al olvido.

 Rabia: los dolientes sienten mucha rabia a veces, hacia ellos y hacia los demás,
no importa si hay una causa o no, lo importante es saber que hay enfado. Es
una de las emociones más frecuentes en duelo, tanto que Kubler-Ross la
identifica como una fase del mismo proceso de adaptación, explicándola como
una etapa natural de ese proceso. La rabia es una forma de disfrazar la tristeza
y postergar enfrentarse con ella. Sirve para evitar conectar con otras
emociones hasta que no sentimos que estamos preparados para afrontarlas.
En un primer momento esta emoción es comprensible y adaptativa, pero si no
se le proporciona una salida, una expresión, acaba convirtiéndose en
resentimiento y amargura, pudiendo cristalizarse en un asunto pendiente con
alguien y algo.

El estado emocional en el duelo no es una progresión lineal, es más bien una


adaptación constante a una montaña rusa emocional que no tiene lógica ni
temporalidad. Si un día te despiertas feliz y libre de rabia, no quiere decir que mañana
la rabia no volverá a visitarte, lo que podemos hacer es disminuir la intensidad y
entender el para qué está presente. En cualquier caso, en esta primera fase puede
haber dos extremos: explosión emocional, más o menos contenida (las conocidas
como "punzadas del dolor") o el bloqueo emocional. Convendrá explorar -y en su
caso validar- ambas situaciones.

33
El darse cuenta (insights), en sí mismo, no baja los niveles de activación
emocional, pero sí que ayuda a los dolientes a dar sentido a lo que su emoción les
dice y a identificar la meta, necesidad o preocupación que les está marcando.
Serán las emociones secundarias y desadaptativas, las que necesitarán ser
trabajadas para ser reguladas. Las emociones secundarias son aquellas respuestas
que son subsidiarias de otros procesos internos más primarios y, como tales, pueden
ser defensas. Por ejemplo, sentirse desesperanzado es secundario cuando hay un
sentimiento no expresado de ira (primaria).
Habiendo aceptado e identificado la emoción, en lugar de evitarla, el terapeuta
ayuda al paciente en su utilización, tanto para conocerse como para movilizarse.
Además del valor de la conciencia emocional como fuente de información, simbolizar
la emoción en la conciencia promueve la reflexión sobre la experiencia para crear un
nuevo significado, lo que ayuda a los pacientes a desarrollar nuevas narrativas para
explicar su experiencia.

Algunas preguntas útiles o similares, en esta línea pueden ser:


"¿Cómo expresa usted habitualmente sus sentimientos en general? ¿Cómo
expresa normalmente su malestar? ¿Cómo lo está haciendo ahora, en esta etapa
tan difícil?”

Psicoeducación (Afrontar Rutinas, Higiene, Alimentación, Etc.).

"Es importante activarse, aunque no tenga muchas ganas, para poder


continuar la vida, pudiendo incluso poder hacer la despedida que él (ella) merecía y
que usted también necesitaba…”

Estar en duelo conlleva estrés emocional y también físico. Con frecuencia nos
podemos encontrar con consecuencias para la salud como cefaleas, tensión arterial
alta, opresión en el pecho, tensión muscular, insomnio, trastornos gástricos, etc. Para
evitar que estas situaciones se den o se cronifiquen necesitamos cuidarnos y tener la
energía apropiada.

34
Aquí enumeramos algunos recursos que pueden favorecer el equilibrio psico-
físico y ser útiles como recomendaciones en cualquiera de las sesiones:

 Importancia de alimentarse bien y dormir las horas razonables según la edad,


sabiendo que, en los primeros tiempos del proceso de duelo, son normales las
alteraciones del sueño y del apetito.
 Afrontar los problemas de insomnio: regularidad en la hora de acostarse y
levantarse, aunque no sienta ganas o deseos (hace de ello una especie de ritual).
 Concederse a sí mismo “islas” de duelo, obligándose de algún modo a actividades
distractoras en algunos momentos y al descanso de los pensamientos repetitivos.
Conectar con programas de televisión o internet que no tengan que ver con el
coronavirus.
 Atenerse lo más posible a la rutina diaria y mantener momentos de descanso si
la actividad dentro de casa es de "no parar". (En ocasiones se "hace" para no
"sentir").
 Expresar tus emociones cuando están a flor de piel, gritar o llorar si lo necesitas.
 Concederse momentos de soledad y, en ellos, recordar momentos vividos con tu
ser querido pensando en el enriquecimiento mutuo que se dio en la convivencia.
 Buscar una "buena oreja" para ser escuchado, comprensiva y respetuosamente,
pero huir de quien solo quiere “darle vueltas” a la pena.
 Decirte que lo peor del duelo va a pasar y que irás adquiriendo paz en el corazón.
 Evitar tomar grandes decisiones, ya sabemos que cuando la emoción es intensa,
la capacidad de razonamiento es menor.
 Escapar de las conversaciones que agotan tu energía.
 Recordar que no olvidarás a tu ser querido aun cuando aprendas poco a poco a
no pensar o no llorar siempre por él/ella.
 No inquietarse porque la tristeza vuelva repentinamente (las "punzadas del
dolor"), es normal y eso no significa "estar peor". Hacer que estos episodios sean
seguidos da nuevos impulsos hacia el bienestar.
 Darse tiempo para recuperar la paz y estabilidad en tu vida. El duelo lleva su
tiempo.

35
 Reencontrarse de manera sana con recursos, espirituales o sentimentales, como
la oración, la meditación, las fotografías o recuerdos en los que se desarrolló parte
de la convivencia con el ser querido. Recordar que no queremos que haya olvido.
 Tratar de no enredarse en las preguntas que no tienen respuestas. Nadie ni nada
podrán arrebatar la enorme riqueza de lo vivido y lo amado con él/ella. Empezar
a familiarizarse con la idea de reubicar su presencia en su vida, ahora ya como
una presencia anímica, y seguir viviendo y amando a los que se tiene al lado e
importan.
 Llamarnos a nosotros o a algún ser querido en momentos de alta dificultad. Estos
son solo unos cuantos recursos, que pueden ser útiles, estando indicados, en las
diferentes sesiones.

Cierre

Terminar la sesión agradeciendo la confianza y su generosidad en compartir.


Normalizar la intensidad emocional de la misma, animar a la expresión emocional en
su medio. Si ha habido alguna "tarea" que hayamos acordado en algún momento,
recordarla. Concretar día y hora de la próxima sesión.

Sesión II

Afrontar El Trauma – Historia de la Pérdida

"El otro día me contaba que todo fue muy rápido y ... (habitualmente 4
circunstancias) ...
- no ha podido acompañar en el hospital como le hubiera gustado
- no ha podido despedirse de xxx, ni expresarle lo mucho que le ha querido...
- no ha podido velarle como hubiera deseado,
- no ha podido tener el apoyo social o familiar expresado y significativo que
se suele tener en los comienzos del duelo..."
Poder contar en detalle la historia de la pérdida promueve el manejo, la
integración y la regulación emocional, en contraposición a la evitación y a la

36
disociación (se pueden ofrecer tareas a realizar en casa como escritura, arteterapia,
biblioterapia, conectadas con la construcción de nuevas narrativas) ... siempre
teniendo en cuenta sus habilidades previas y su capacidad actual.
Se trata de ayudarle a hacer una lectura de no culpabilización, diferenciando,
entre otras cosas, entre responsabilidad y culpa.

Validación del Sufrimiento

Las familias en duelo a menudo luchan contra el doble aislamiento: uno


voluntario ya que tienen miedo de cargar a su red de apoyo con su tristeza persistente
y otro forzoso ya que perciben que el apoyo social disminuye con el tiempo. En la
situación actual, el aislamiento es mucho más exigente, como prevención del
contagio. Se sienten socialmente solos y piensan que no va a cambiar esa realidad
social porque no hay oportunidades para superarlo. En los duelos, habitualmente, se
sienten abandonados cuando pierden sus contactos, amigos, familiares, colegas,
añadiendo una pérdida secundaria a la pérdida insoportable de su familiar.
A veces sienten que nadie los entiende y quien lo intenta a veces es capaz de
decir cosas muy inapropiadas con tal de aconsejar y sentirse útil; por esto el duelo
puede convertirse en el evento más solitario y promotor de aislamiento de la vida de
una persona.
Las personas, frente a su problemática sienten que solo ellos viven esa
realidad, concluyen que son los únicos que sufren de esta forma y tienen dificultades,
vivencias y emociones inaceptables.
Es en la relación terapéutica donde los dolientes empiezan a experimentar una
fuerte carga de alivio al darse cuenta que sus emociones son compartidas y
permitidas. La identificación con los otros dolientes favorece el permiso a sentir el
propio dolor. Así se deja de ver como algo amenazador o insano y se normaliza como
parte de la vida. Y desde ahí se puede empezar a verlo como parte del inicio de la
cicatrización.

37
Educación Emocional

Importante seguir trabajándola en todas las sesiones.

Pactar objetivos a corto plazo

Comprometerse dentro de la relación terapéutica a la realización de pequeñas


tareas es una forma de reforzar el vínculo y la confianza con uno mismo y con la vida.

Sesión III

Temáticas Pendientes

Los asuntos pendientes son el producto de situaciones pasadas o conflictos


intra-psíquicos no resueltos, todas aquellas cosas no dichas y no expresadas, que se
quedan dentro y no se resuelven. Son fuentes de profundo malestar psicológico,
pueden ser el producto del amor no expresado, de la culpabilidad no resuelta, de
acciones del pasado no aceptadas. Aparecen cuando una persona se siente dolida,
enojada, o resentida hacia alguien o algo y no encuentra la forma de dar salida a
estos sentimientos.
Cuando las personas están imposibilitadas para hacer un cierre
adecuadamente, cuando no pueden olvidar las acciones que han ocurrido en el
pasado, o cuando no aceptan las situaciones como son, entonces son incapaces de
funcionar de forma sana y enérgica.
En estos momentos es muy frecuente que esté la "temática pendiente" del
final de la relación, donde no se pudo cuidar, acompañar, despedir y celebrar el ritual
como se hubiera deseado. Ver asimismo las posibilidades de aceptación de la realidad
del proceso como real -que no como positiva-, de reparación simbólica, de expresión
de todo ello.

Elaboración y aceptación de emociones

Seguimos trabajándola en todas las sesiones.

38
Dinámicas de Cierre

Facilitar la resolución de las preocupaciones acerca de la muerte o de la


relación, como la culpa del superviviente o el auto reproche.
Importancia, asimismo, de darse permiso para sentir, pero también para
aceptar (dolorosamente, pero aceptar), resolver y/o avanzar. Ver resistencias y
posibilidades para "darse esos permisos".

Sesión IV/V

Reconstrucción del significado del Ser Querido Fallecido.

El objetivo es contactar con la historia compartida con el ser querido.


“¿Recuerdas a tu ser querido en una imagen?, ¿Cómo es? ¿Dónde está?...
¿Cuáles son sus cualidades más grandes?... ¿Qué es lo que más le
representa?... ¿Cómo se describiría el/ella?... ¿Y cómo le describes tú?... ¿Qué
hay de él/ella en ti?”
Validar el derecho al recuerdo.

El Legado que nos deja: Explorar Enseñanza y Aprendizajes del Ser Querido.

Llamamos legado a la presencia de una relación, una vinculación interna


continua con la persona fallecida. La figura del ser querido perdida bajo el punto de
vista físico, viene así internalizada y su legado, sus enseñanzas, representan un
modelo a seguir y una continuación de su presencia que consuela y da otro sentido
a la vida.
Es importante poder crear puentes que unen con la persona fallecida y que
devuelven el vínculo de otra manera para ayudar a la elaboración de la pérdida. Lo
central es darnos cuenta de cómo necesitamos poner lo perdido en un buen lugar,
que nos alumbre e ilumine para seguir caminando, en vez de aferrarnos a su recuerdo

39
anclado en el pasado o tratar de enterrarlo. Es importante dar un nuevo lugar interno
en vez que temer o buscar el olvido.
“Su presencia, ¿cómo ha cambiado tu vida, en qué aspectos? ¿Qué te ha
enseñado? ¿Cuáles son los valores que te ha trasmitido? ¿Cuál es la herencia que te
ha dejado? ¿Qué quieres dejar ir de él/ella? ¿Cómo podrías rescatar su legado y
traerlo al presente?”
(Se pueden ofrecer tareas a realizar en casa como escritura, arteterapia,
biblioterapia, etc., conectadas con la construcción de lazos continuos con el difunto).
Se trata de trabajar lo que él entienda que es su responsabilidad y su deseo frente a
ese legado.

Sesión V/VI

(Esta sesión será difícil, por los tiempos, que se pueda dar, pero aporta pistas
a insinuar para poder trabajar en el futuro).

Entrevista de Reconstrucción de Significado

El proceso de creación de significado se produce a través de tres vías


específicas: la búsqueda de sentido, la búsqueda de beneficios y el cambio de
identidad.
Según distintos autores, la búsqueda de sentido se refiere al intento de los
individuos en duelo de cuestionar, buscar y encontrar sentido a su experiencia de
sufrimiento, de pérdidas y de duelo. Algunas preguntas que se hacen las personas
en esta fase podrían ser: por qué la muerte ocurrió, por qué fue mi ser querido quien
murió, por qué él y no yo y no otros, qué significa la pérdida en relación a la vida que
tenía y cómo mis emociones en duelo encajan con mi experiencia de duelo.
Según Gilles y Neimeyer (2006), la búsqueda de beneficios implica el proceso
en que los dolientes descubren algún aspecto positivo de su vida que no habría
ocurrido sin la pérdida, como una perspectiva mejorada hacia el mundo o aprender
algo nuevo sobre sí mismos. De todos modos, en la situación de duelo tan reciente y

40
tan agudo que estamos sosteniendo, es difícil que se dé este proceso, pero
teóricamente podría darse.
El cambio de identidad se refiere al proceso de la experiencia de los individuos
en duelo que implica cierto grado de transformación personal, como el aumento de
la empatía, la resiliencia, la solidaridad o la independencia como resultado de su
pérdida.
A través de estos tres procesos hay autores que sugieren que los individuos
logran la asimilación o la acomodación y, por lo tanto, reducen la angustia provocada
por las diferencias percibidas entre sus estructuras de significado global y el
significado de la pérdida.
“A partir de esta dolorosa pérdida, ¿sientes que quieres buscar nuevas formas
de conocimiento y aprendizaje? ¿Cuáles? ¿Piensas en lo que puedes recibir de quien
falleció, en el legado/herencia y la misión que quieres o debes llevar a cabo?” "Esta
pérdida, ¿cómo ha afectado a su visión de ti mismo/a o de su mundo? ¿Valora las
mismas cosas? ¿Cómo ha afectado su experiencia a las prioridades en tu vida?”
Crear un objetivo, un propósito vital intentando que la memoria de quien
falleció viva en otros. Transformar el duelo y el dolor emocional en un significado,
haciendo actividades que creen algo bueno y que brinden ayuda. Usar la
experiencia espiritual como herramienta de confort y de camino hacia adelante.

Final de la Última Sesión: Visión de Futuro

Es importante hacer un cierre adecuado. Algunas orientaciones:

 Que la persona, con nuestra ayuda, haga un recuento de lo


aprendido/experimentado, para que le pueda seguir ayudando en el futuro.
 Posibles compromisos que pueda adquirir para cuando termine el período de
aislamiento.
 Contacto a dejar por si en algún momento quiere que le ayudemos a buscar
alternativas de apoyo profesionales.

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 Hacer algún ritual de autocuidado juntos acompañante y paciente para facilitar
la propia despedida (por ejemplo, crear una lista de canciones de duelo y vida,
encender una vela y meditar juntos, etc.)
 Agradecimiento por su confianza y generosidad en compartir algo tan íntimo y
tan profundo como es la experiencia de duelo.
 Explorar si la persona atendida es practicante de algún credo religioso o
espiritual. Las creencias de esta naturaleza estimulan la superación de las
pérdidas de seres queridos por medio de la fe, la plegaria, la meditación, los
rituales, las creencias sobre la vida y la muerte, buscando ayudar a los que
sufren a superar su malestar y aumentar los sentimientos positivos y el
bienestar psicológico, afectivo y espiritual.

Finalmente, y con el fin de dejar conectada al usuario con la red institucional, se


proporcionan los datos de contacto del profesional que realizó el acompañamiento
de duelo y los teléfonos y datos institucionales.

 “Quiero agradecerle la confianza entregada y la oportunidad de habernos permitido


acompañarle en esta etapa dolorosa de su vida por el fallecimiento de su ser querido
_____________, debiendo saber que estamos disponibles, le dejo mi número de contacto
_______________ y desde el Programa de Apoyo a Víctimas nos puede contactar en la
línea 600 818 1000 o bien en el sitio web: www.apoyovictimas.cl si a futuro necesita de
apoyo o contención emocional.”

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Referencias

- Kübler-Ross, E y Kessler, D. (2006). Sobre el duelo y el dolor. Editorial Luciérnaga,


Barcelona.

- Ministerio de Salud (2020, 23 de Marzo) Salud Mental y Apoyo Psicosocial durante


COVID-19. Departamento de Emergencias, MINSAL.

- Neimeyer, R. (2002). Aprender de la pérdida. Una guía para afrontar el duelo. (25-45).
Editorial Paidós Ibérica, Barcelona.

- Servicio Médico Legal (s.f). Plan SML Coronavirus. Consultado el 11 de junio de 2020.
http://www.sml.gob.cl/index.php/sml-en-contingencia-coronavirus/

- Organización Mundial de la Salud (2012). Primera ayuda psicológica: Guía para


trabajadores de campo. Consultado el 30 de marzo 2020.
https://www.who.int/mental_health/publications/guide_field_workers/es/

- Worden, W. (1997). El tratamiento del duelo. Asesoramiento psicológico y terapia. (25-


113). Editorial Paidós Ibérica, Barcelona.

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Anexos

Escala de Depresión Ansiedad Estrés (DASS-21)

Por favor lea cada afirmación y encierre en un círculo un número 0, 1, 2


o 3 que indique cuanto de esa afirmación se aplica a su caso durante el último
mes. No existen respuestas correctas o incorrectas. No gaste mucho tiempo en cada
afirmación.
La escala a utilizar es como se
presenta a continuación:
0 No se aplica a mí en absoluto. NUNCA (N)
1 Se aplica a mí en algún grado o parte del tiempo. A VECES (AV)
2 Se aplica a mí en un grado considerable, o en una buena parte del tiempo.
A MENUDO (AM)
3 Se aplica a mí, mucho. CASI SIEMPRE (CS)

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