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Una Cosa Hago Filipenses 3

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Una cosa hago

Filipenses 3:12-16
- Para no ser un mediocre espiritual
- Para no olvidar a que fui llamado
- Con la actitud correcta

Introducción

Es fácil para nosotros enredarnos en cosas, tanto tangibles como las que no se pueden ver como
la reputación, es estatus, la fama, los logros, el éxito etc. Pablo escribe acerca de las cosas que le
eran ganancia (v.7) y menciona “lo que queda atrás” y “lo que está delante” (13).
En el caso de Pablo estas cosas eran intangibles, como sus logros religiosos (v.14), el sentimiento
de autosatisfacción y la moralidad. Nosotros hoy en día podemos ser atrapados por ambas cosas,
tanto las tangibles como las intangibles, y como resultado perder nuestro y gozo y el enfoque de
nuestras vidas.

Pero, esto no quiere decir que lo que podemos ver y tocar sea pecaminoso. Dios creó lo que
vemos, y la Biblia declara que son cosas buenas. Dios sabe que necesitamos ciertas cosas para
vivir, de hecho, el “nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. Pero también
somos advertidos que nuestras vidas no consisten en la abundancia de algo que poseamos.
Porque la cantidad no asegura la calidad. Nosotros vemos mucha gente que tiene las cosas que el
dinero puede comprar, pero han perdido las cosas que el dinero no puede comprar.

Y pocas son las personas que se toman tiempo para pensar seriamente en los valores que
controlan sus decisiones y la dirección que sus vidas están tomando.
Muchos hoy en día son esclavos de las cosas, y como resultado no experimentan el gozo cristiano
verdadero y tampoco avanzan espiritualmente en sus vidas.

En el caso de Pablo, las cosas por las cuales vivía antes de conocer a Cristo parecían buenas: una
vida recta, obediencia a la ley y la defensa de la religión de sus padres. Pero ninguna de estas
cosas lo satisfacían ni le daban la aprobación de Dios que tanto necesitaba.
No fueron las malas cosas que mantuvieron a Pablo apartado de Cristo, sino las cosas buenas.
Pablo tuvo que perder su religión para encontrar la salvación.

Y vemos en Pablo como ocupa muchas analogías con la vida cotidiana de ese entonces para
ilustrar verdades espirituales. Tal es el sentido, que en este pasaje Pablo es visto como un atleta
quien corre una carrera. TODOS QUEREMOS SER CRISTIANOS VICTORIOSOS Y LOGRAR LOS
PROPOSITOS PARA LOS CUALES HEMOS SIDO SALVADOS. TODOS QUEREMOS GLORIFICAR A
DIOS. Pero no todos sabemos lo que se necesita para vivir una vida que lo glorifique.

“No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin
de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo
mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta
misma actitud; y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará Dios; sin
embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado.”
Filipenses 3:12-16 LBLA
Desarrollo

1. Para no ser un mediocre espiritual


v.12-13a. No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo
adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo
Jesús. Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado;

Esta es la declaración de alguien que nunca se quedaba satisfecho. No que Cristo no sea
suficiente, porque leyendo el v.10 sabemos que Pablo estaba satisfecho en Cristo, pero
descontento con su vida espiritual (DESCONTENTO SANTO).

Mi tarea hoy es demostrar con el pasaje que no existen atajos en esta carrera.

No es una experiencia mística, ni algo que tenemos en un momento dado, o que despertamos de
la noche a la mañana siendo otras personas.
Se trata de un proceso lento y gradual que dura toda la vida, por la obra del ES morando en
nosotros a través de Su Palabra debemos pagar el costo del discipulado.

Pablo no considera haber terminado, o que era suficientemente santo.


Pablo, un tremendo siervo no consideraba ser perfecto, sino que, sabia que tenia un camino que
debía seguir caminando.
No podía estar satisfecho ni cómodo... bien pudo haber dicho que había hecho muchos
discípulos, que había llevado el evangelio a diferentes continentes, evangelizado a multitudes y
reyes.... sino que dijo que proseguía porque sabia que su tarea en este mundo no había acabado.

Esto es algo que a los cristianos nos cambia el chip.


Veo a muchas personas que dejan de trabajar, se jubila, o dejan la principal actividad de sus
vidas y envejecen de golpe. Sienten que su vida se acabo, hicieron lo que tenían que hacer y lo
que queda es disfrutar lo que tienen.
Pero para nosotros los cristianos es diferente, tenemos algo que nos hace despertar y avanzar.
Un motivo más para despertar temprano y ocuparnos: continuar perfeccionándonos, continuar
creciendo para el reino y hacer crecer el reino de Dios.

Pablo no se conformaba con lo que había logrado, ni con el nivel de madurez que tenia, porque
entendía que su camino no terminaba hasta el ultimo respiro y en su corazón sentía que debía ir
adelante aun cuando eso significase la muerte. Pablo dejó a un lado su más grande deseo, el
estar con Cristo (un deseo legítimo); por la mayor necesidad que había, el crecimiento de la
iglesia y la propagación del evangelio.

El mismo sentir debemos tener: dejar a un lado nuestros deseos, sueños y planes (que no son
legítimos como los de Pablo), por la mayor necesidad que tenemos, conocer a Cristo.

¿Cuántos están satisfechos con su madurez y con su vida espiritual?


Muchos creyentes están satisfechos consigo mismos porque comparan su carrera con la de otros
creyentes, generalmente con aquellos que no progresan mucho. Si Pablo se hubiera comparado
con otros hubiera estado tentado a enorgullecerse y talvez a aflojar el paso. El pecado oculta,
minimiza, distorsiona, niega y cambia la realidad de nuestras acciones. Vemos muy bien el
pecado en otros hasta llegamos a irritarnos, porque el pecado del otro no nos ciega. El nuestro
si. Así que, si vos has llegado a compararte con el chico que lucha con su pecado, déjame decirte
que ese chico al menos está luchando, o sea que, está corriendo la carrera, pero vos caíste en el
error de creerte mejor de lo que sos y sentir falsamente que estas avanzando en la carrera
cristiana, cuando la realidad de muchos es que ni siquiera han empezado a caminar.

Y vemos en el ejemplo de Pablo que no se comparo con otros; se comparó consigo mismo y con
Cristo. El uso doble de la palabra “perfecto” en el v.12 y v.15 explica la manera de pensar de
Pablo. No ha llegado a la perfección, pero él es perfecto, y una evidencia de esta madurez es el
conocimiento de que no es perfecto. El creyente maduro se evalúa sinceramente a si mismo y
se esfuerza por mejorar en dependencia de Dios.

Pablo no tenia conceptos ilusorios acerca de si mismo. Todavía tenia que “proseguir a la meta”
con el fin de “lograr asir (agarrarse) de aquello por lo cual” fue “asido por Cristo”.

Estamos muy cómodos y contentos con venir solamente al culto que ni traemos Biblias, no
sabemos ni siquiera buscar un libro porque no sabemos como están ordenados, porque no
sabemos la historia de la redención, no llegamos a nuestras casas a meditar en la Palabra
expuesta, y por eso nuestras vidas no son confrontadas ni mucho menos vemos cambios, porque
pretendemos modificar la conducta a través de crear un hábito, cuando lo que necesitamos es
una transformación del corazón.
Estamos en una rutina que ya se convirtió en un mal habito:
1. Sabemos que necesitamos ayuda pero pensamos que con solo ir a la iglesia ya lo resolvimos.
2. Creemos que Dios existe y nos sentimos mal por nuestro pecado.
3. Llegamos a la iglesia y nos adaptamos a una rutina de martes de pf, sábado de culto de
jóvenes, domingo de día del Señor.
4. Nos adaptamos a una predica de 30-45 minutos y luego nos aburrimos. Porque nuestro
deseo por Jesús y por su Palabra es pobre y mediocre. (démonos cuenta: si nuestro deseo
por conocer a Jesús fuera nuestro mayor deseo, entonces esperaríamos que la predica no
dura 45 minutos sino 2 horas) los predicadores nos hemos tenido que adaptar al déficit de
atención que existe en las personas y tratar de resumir en 45 minutos las verdades
espirituales que impregnan cada uno de los versículos de la Biblia.
Nos adaptamos a una rutina donde Cristo no esta siendo glorificado.

Examen para ver si lees o no lees: sabes quienes es ¿Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Judá, Moisés,
José, David, Salomón, Manases, Judas Tadeo, Natanael, Mateo, Felipe, Tomas, Simón, Jacobo,
Juan, Pedro, Santiago, Andrés, Pablo, Eva, Sara, Rahab, Rut, Ana, María, la mujer samaritana,
Marta, María Magdalena, Lidia, Evodia y Sintique?

Hoy buscamos a Dios y luego dejamos de hacerlo. Se nos ha enseñado a amar y aceptar a
Dios, pero no a buscarlo cada día más. Y la principal consecuencia de no buscarlo es
frustración, estancamiento y un falso sentimiento de satisfacción.
Los santos de la iglesia primitiva aceptaron a Cristo, lo amaron, buscaron, encontraron y
siguieron buscando más de Él.

No te olvides que tenemos una lucha con una naturaleza caída, donde todo el día todos
los días nos enfrentamos a sentirnos orgullosos de algo, merecedores de elogio y
reconocimiento y de creernos merecedores de oportunidades para hacer ver lo bueno que
somos en algo, creemos que cumplimos perfectamente con el estándar de Cristo, cuando
ni siquiera al estándar que el mundo establece logramos acercarnos.
¿Esperas ser honrado en un mundo en donde tu Señor fue crucificado?

Pablo tenia mucho por lo que podía enorgullecerse: V.4-6 (de su descendencia y linaje, de su
obediencia irreprochable a la Ley y su celo como enemigo de la iglesia).
Pero cuando conoció a Cristo, recién pudo decir lo que vemos en el v.7. Perdió todo lo que
consideraba ganancia cuando se hallaba apartado de Dios. Mas comparó estos “tesoros” con lo
que Cristo Jesús ofrecía, y se dio cuenta de que todo lo que era tan valioso y amado para él no
era sino ''basura" comparado a lo que tenía en Cristo.
Pablo sabia que no es ningún tonto el que da aquello que no puede guardar para ganar aquello
que no puede perder: Pablo perdió su religión y su reputación, pero ganó más de lo que perdió:
- Gano el conocer a Cristo, la justicia de Cristo, la participación personal, poderosa,
dolorosa y practica con Cristo.

Y es a consecuencia de eso que Pablo dice lo que


vemos en el 2do punto.
2. Para no olvidar a que ha sido llamado
(v.13b) pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante,

Pablo ha sido llamado a una cosa.


“Una cosa” es una frase importante en la vida cristiana.
“Una cosa te falta”, le dijo Cristo al joven rico que se justificaba a si mismo.
“Una cosa es necesaria”, él le explico a la ocupada Marta cuando esta criticó a su hermana.
“Una cosa sé” exclamó el hombre que recibió su vista por el poder de Cristo.
“Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré” testificó el salmista.
Muchos creyentes están envueltos en muchas cosas, cuando el secreto está en concentrarse en
“una cosa”. El creyente debe dedicarse a la carrera cristiana. Nadie tendría éxito haciendo
muchas cosas, sino que lo obtiene cuando se especializa en algo especifico. La concentración es
el secreto del éxito. La vida cristiana se trata de prioridades, de vivir para aquello que más
importa.
¿Cuál es esa una cosa a la que Pablo y por consiguiente nosotros también hemos sido
llamados?
A Permanecer en Jesús, a perseguir a Jesús, a buscar a Jesús. A mirar su cruz, a cargar la
nuestra, a mirarlo y continuar caminando.

Y el principal motivo del porque no podemos hacer esto, es porque no queremos olvidar lo que
queda atrás.
La persona que no conoce a Cristo es controlada por su pasado, pero el creyente que se esfuerza
en la carrera mira hacia el futuro. El creyente debe dirigir la vista hacia el futuro “olvidando
ciertamente lo que queda atrás”. “Olvidar” no quiere decir no recordar, sino que, lo que la Biblia
quiere decir es “no estar ya más influenciado por”. Cuando Dios promete, “y nunca más me
acordaré de sus pecados y transgresiones” no quiere decir que Dios tiene mala memoria, sino
que “ya no tomara en cuenta tus pecados, los cuales nunca mas pueden afectar tu relación con Él
ni influir en Su actitud hacia nosotros”.

No podemos cambiar el pasado, pero podemos cambiar su significado.


Había cosas en el pasado de Pablo que podrían haber sido obstáculos que lo pudieron frustrar,
pero se convirtieron en aspiraciones que lo impulsaron hacia adelante. Los eventos no
cambiaron, pero su manera de verlos, si.

Pablo podría gloriarse de muchas de las cosas que había logrado, como nosotros podemos decir,
ya hice una clase de esto, participe en una campaña misionera, lleve regalos, saque sonrisas,
predique, di un devocional, termine el discipulado... Pero de nada sirve lo que logramos si no
llevas a la práctica nada de eso, porque quedo en el pasado. De nada sirve lo bueno que fuimos
en el pasado. Sino que, olvidándonos lo que queda atrás, como cristianos debemos olvidar
todo lo que hemos hecho y tener presente lo mucho que hay todavía por delante.

Extenderse quiere decir “ir hacia adelante con todo”. Eso es lo que tenemos que hacer, ir hacia
adelante con el propósito para el que hemos sido llamados. Un propósito que está en Cristo.
V.20-21. Los creyentes tienen una ciudadanía doble: la de la tierra y la del cielo, y nuestra
ciudadanía en el cielo nos debe hacer mejores ciudadanos aquí en la tierra. El creyente con la
mente espiritual no es atraído por las cosas de este mundo. El hace sus decisiones sobre bases
cuyos valores son eternos y no sigue la corriente de este mundo pasajero.
Fuimos creados para algo eterno, y en la medida que te enfoques en cosas temporales en esa
misma medida vas a frustrarte y no vas a aferrarte a Cristo. Tenes un vacío del tamaño de Dios
que solo Él puede llenar y no nada pasajero. Tenes una ciudadanía celestial no terrenal, así que
deja de vivir como mundano conformándote con lo temporal y nada trascendente.

No importa lo que hicimos, sino lo que tenemos por hacer.


Lo que lograste es fantástico, si te fue bien gloria a Dios, si te fue mal aprende de ello y
olvídate. Sigamos hacia adelante, levántate y vamos hacia la meta, sigamos
caminando, sigamos esforzándonos, sigamos ocupándonos de nuestra salvación con
temor y temblor.
Pero analiza tu vida y pregúntate:
¿Qué impide que te enfoques en lo que esta adelante?
¿Cuáles son tus prioridades?
Estamos tan enfocados en banalidades como la diversión que sacrificamos la perfección
espiritual.

- Estas más preocupado en que vas a hacer saliendo del culto o de los mensajes que te están
llegando que lo único que queres es que esta predica termine.
- Tu prioridad es que nadie sepa que sos cristiano y por eso no compartís nada de la iglesia.
- Tu prioridad no es conocer a Cristo por eso no lees tu Biblia, por eso no buscas ayuda, no vas
y hablas sobre tus problemas con un líder, porque crees que tus propias fuerzas son
suficientes.
- Tu prioridad no es la vida eterna, no es terminar la carrera, por eso aún no conoces
realmente a Jesús. Pensas que por venir ya cumplis un check dentro de una lista de
requisitos, cuando lo único que haces es vivir igual que los judaizantes, añadiendo tu propia
ley al evangelio, invalidando la Palabra de Dios por tu tradición.

No podés extenderte porque seguís agarrándote de un peso que ya Cristo cargó en la Cruz pero
vos no queres soltar.
No podés extenderte hacia adelante, porque aun seguís encerrado en la idea de que agradas a
Dios estando con un pie en la iglesia y otro en el mundo.

“lo que esta atrás” debe ser puesto a un lado y “lo que está adelante” debe tomar su lugar.

Pero debemos tener la actitud correcta.


3. La clave esta en la actitud
No tenemos la actitud que Cristo requiere de un discípulo.
a. v.14. Determinación
prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús.
¿Cuál es la motivación para hacer lo que haces? ¿qué te motiva a venir a la iglesia? ¿La chica o
chico que te gusta está acá, tener nuevos amigos, ir a comer después, recibir un mensaje que me
alegre porque estoy triste?
¿Por qué despertaste hoy? Para cumplir con una obligación más, o ¿para glorificar a Dios a
través de tus responsabilidades? Para conocerlo un poco más, para parecerte más a Él o para
buscar ser bendecido y prosperado usando el nombre de Dios en vano.

Tendemos a buscar sus bendiciones pero no al que bendice. Y eso es porque no tenemos
determinación sino confusión.

La palabra “prosigo” es un verbo que lleva la idea de un esfuerzo intenso. Un hombre no se


convierte en pastor escuchando una predica, ni mirando películas o escuchando música cristiana,
ni leyendo libros, ni animando a gritos a los demás. Un hombre se convierte en pastor cuando
entra a la pista y empieza a correr con la determinación de ganar. Siguiendo al buen pastor,
cuidando la verdad, predicando la verdad, viviendo la verdad. Pero ¿a que pastor vas a seguir,
que verdad vas a cuidar, predicar y vivir, si no conoces a Jesús ni el evangelio?

El mismo celo que Pablo empleó cuando perseguía a la iglesia, lo exhibió al servir a Cristo.
El perseguidor fue perseguido. Y seria increíble si los creyentes pusieran la misma
determinación en su vida espiritual que ponen en otras cosas como el futbol, gimnasio, en
aprender una nueva disciplina, el trabajo, en hacer planes para juntarse, para comer en la pf,
para organizar cumpleaños y pedir cuotas.
Seria interesante que el mismo empeño que pones cuando te arreglas para venir al culto y verte
pintudo, lo pongas por preparar al hombre interior para que este preparado para toda buena
obra.

Porque así como el predicador se prepara semanas para dar un mensaje, así todos debemos
prepararnos para recibirlo. Pero no podes recibir en tu corazón a Jesús si es que no estás
determinado a soltarlo todo. Porque hay cosas que están ocupando el lugar que solo Jesús
debe tener.

¿saben a quien Jesús le dice siervo inútil? Al cristiano que hace lo que tiene que hacer. Y
muchos acá creen que viven determinados cuando ni siquiera califican como siervos sino solo
como inútiles.

Un corredor cristiano, debe tener una mente espiritual, que se de cuenta y conozca de que Dios
es quien debe obrar en él, si ha de querer ganar la carrera. Dios obra el querer como el hacer.

b. v.15-16. Disciplina
Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tenéis
una actitud distinta, eso también os lo revelará Dios; sin embargo, continuemos viviendo
según la misma norma que hemos alcanzado.”

Pero no es suficiente correr con una fuerza intensa y ganar; el corredor debe también obedecer
las reglas. En los juegos griegos, los jueces eran muy estrictos en cuanto a eso. Cualquier
infracción de las reglas descalificaba al atleta. No perdía su ciudadanía (a pesar de que la
deshonraba) pero, si perdía el privilegio de participar y representar a su ciudad.

De esta manera, en los v.15-16, Pablo enfatiza que el creyente debe recordar las reglas
espirituales que se hallan en la Palabra de Dios.
El asunto acá no es lo que el atleta piensa, sino lo que los jueces determinan. De la misma
manera, todos nos vamos a presentar ante el tribunal de Dios, donde vos ahora podés elegir si
tener a Jesucristo como el juez que te condena o el abogado que te defiende y da su vida por tu
libertad.
Tenemos que recordar el evangelio a Diario. Ser disciplinados quiere decir dejar de hacer todo
en tus fuerzas y depender en todo del evangelio.

RECORDAR
La vida cristiana esta supuesta a ser una vida en constante crecimiento, pues nunca nos vamos a
detener. Aun en el cielo vamos a continuar creciendo en el conocimiento de Dios, pues Dios es
infinito. Y toda la eternidad no basta para conocer a nuestro Dios.

Pero ahora, mientras estemos con vida, debemos hacer una cosa para evitar una condición
espiritual mediocre y olvidar nuestro llamado, debemos vivir vidas determinadas y
disciplinadas, vidas cristocentricas, vidas que busquen conocerlo cada vez más, vidas que se
deleiten en su presencia, vidas que así como el salmista “una cosa demanden y busquen, estar
en su presencia todos los días, para contemplar su hermosura”.

La cruz de Cristo Jesús es el tema central de la Biblia, el corazón del evangelio, y el motivo
principal de la alabanza en el cielo. La cruz es la prueba del amor de Dios por los pecadores
(Romanos 5:8) y del odio de Dios por el pecado. La cruz condena lo que el mundo aprecia.

Es la cruz la que ocupa el lugar central en la vida del creyente.

REACCIONAR
Mi hermano, que venís a la iglesia hace tiempo, dejame decirte que tu falta de conocimiento de
Jesús viene por una carencia de deseo originado porque no recordamos el evangelio todos los
días. Y es esa misma falta que impide que podas conocer lo hermoso, perfecto y suficiente que es
nuestro Dios.

Si hoy no lees tu Biblia y ves a Cristo en cada una de sus Palabras, o si venis siguiendo una rutina
a la que lo único que hiciste fue adaptarse, entonces este mensaje es para llamar tu atención y
que hoy podas comenzar de nuevo, pero comenzar bien, aferrado a la fuente de vida, cada día
mas de Jesús en nosotros. Busca consejo, busca a un líder, pedile empezar un estudio, pedile que
te enseñe todo lo que sabe, abrí tu corazón y sincérate.

El problema no es la rutina sino el mal habito que te lleva a convertirte en un agente pasivo que
se sienta todos los sábados esperando ser transformado si pagar el precio del discipulado.

Dios no quiere tu pasividad, sino que seas un miembro activo dentro del cuerpo de Cristo, donde
lo primero y mejor que podes hacer es una cosa: soltarlo todo y aferrarte a Cristo.
El creyente halla una incalculable fortaleza presente a causa de su esperanza futura.
"Por el gozo puesto delante de él" (Hebreos 12:2), Cristo estuvo dispuesto a sufrir la cruz. El
hecho de que Jesucristo va a venir es una motivación poderosa para una vida dedicada a su
servicio hoy, vivir vidas que hagan una cosa, que se aferren a Jesús.

Oremos...

No hay vacio que Su Suficiencia no pueda llenar


No hay debilidad que Su Gracia no pueda fortalecer
No hay dolor que Su Misericordia no pueda aliviar
No hay tristeza que Su Gozo no pueda desplazar
No hay herida que Su Toque no pueda sanar
No hay enemistad que Su Cruz no pueda reconciliar
No hay interrogantes que Su Sabiduria no pueda responder
No hay carencia que Su Provision no pueda suplir
No hay esclavitud que Su Poder no pueda romper
Ni pecado que Su Cruz no pueda perdonar.

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