Brahms
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Brahms
Las obras más destacadas de Brahms incluyen cuatro sinfonías, conciertos para piano y
violín, música de cámara, lieder (canciones), música coral y obras para piano. Sus
sinfonías, en particular, son consideradas monumentos del repertorio sinfónico, y su
música de cámara es venerada por su complejidad y belleza.
Brahms fue reconocido y admirado por sus contemporáneos, y su legado musical sigue
siendo influyente hasta el día de hoy. Aunque no todos fueron admiradores suyos, ya
que los progesistas de Weimar, representados por Franz Liszt lo consideraban de
tradicionalista y demasiado académico, aunque su contribución y artesanía han sido
admiradas por figuras posteriores tan diversas como Arnold Schönberg y Edward Elgar.
Johannes Brahms compuso una serie de Intermezzi para piano, fueron uno de los
últimos grupos de piezas para piano que compuso, en este caso inspirados en su gran
amiga Clara Schumann, con la que trabajó a lo largo de su vida.
Estos son un grupo de piezas que, compuestas tres años antes de la muerte del
compositor cuando este tenía alrededor de sesenta años, llaman la atención del oyente
por su rica y variada sonoridad construida con gran cohesión, economía de materiales y
una aparente simpleza.
Hay algo en ellos que es único, el lenguaje pianístico que encontramos en estos trabajos
tardíos de Brahms refleja una estética y unas preocupaciones propias que caracterizan
y acompañan al compositor a lo largo de su vida, distanciándolo de contemporáneos
suyos como Franz Liszt y Frédéric Chopin.
Brahms llamaba intermezzo a toda pieza que se podía definir como “caprichoso o
ardiente”. En este caso, los intermezzos no necesitan una técnica de un nivel alto, algo
que, si ocurría en muchos de sus trabajos anteriores, pero la complejidad de su
musicalidad hace muy difícil la comprensión de la misma. Se requiere mucha
sensibilidad y delicadeza, muchos tipos de toque y mucha precisión para poder sacar a
flote todos los matices, para diferenciar todas las voces. Es en este sentido en el que
Johannes Brahms aprovecha muchas de las posibilidades que ofrece el piano. El objetivo
del análisis será entonces encontrar estos elementos que dan cohesión a la obra y que
ayuden a definir las características propias que marcan el estilo del compositor.
Una curiosidad acerca de estas breves piezas es que fueron compuestas y también
publicadas en el mismo año, exactamente en 1892.
Otra de las curiosidades acerca de este conjunto es que todas tienen un tempo común,
en este caso es el “andante”.
Son piezas musicales breves y líricas destinadas a ser interpretadas como obras
independientes o como parte de un conjunto más amplio. Los Intermezzi para piano de
Brahms son conocidos por su riqueza emocional, delicadeza y profundidad. El propio
Johannes Brahms se refiere a estos tres Intermezzi como “canciones de cuna para mis
tristezas”.
1. Intermezzo en Mi bemol mayor, Op. 117, No. 1: Este Intermezzo es uno de los más
conocidos de Brahms. Es una pieza serena y melancólica, con una melodía hermosa
y expresiva. Transmite una sensación de nostalgia y contemplación.
Se podría decir que este intermezzo es como una canción popular que nos recuerda
a sus sonatas para piano de juventud.
Tiene una forma ternaria (ABA) y un ritmo ternario también (6/8).
2. Intermezzo en Si bemol menor, Op. 117, No. 2: Este Intermezzo contrasta con el
anterior, ya que es más apasionado y oscuro. Presenta una melodía lírica en el
registro medio del piano y ofrece momentos de intensidad y ternura.
También tiene forma ternaria y ritmo ternario, pero esta vez de 3/8.
Estos son solo ejemplos destacados, pero Brahms compuso más Intermezzi para piano
a lo largo de su carrera. Otros conjuntos notables incluyen los Intermezzi del Op. 76 y el
Op. 118, que presentan una variedad de estados de ánimo y estilos dentro de las piezas
individuales.
Los Intermezzi para piano de Brahms son apreciados por su belleza lírica, su profunda
introspección emocional y su capacidad para transmitir una amplia gama de
sentimientos a través de la música. Son obras destacadas dentro del repertorio
pianístico y muestran el dominio compositivo y la sensibilidad artística de Brahms.
En las obras de Brahms no parece haber eventos arbitrarios o accidentales, cada nota
parece tener una estrecha relación con el todo y reflejar su naturaleza.
Frase 9: c 47-49
Frase 3: c 9-12
Frase 10: c 50-57
c 13-16
Sección A, frase 1:
Sección A, frase 2:
Seguidamente utiliza el mismo motivo con la nota La b, el cuarto grado de la tonalidad
y comienza progresivamente a añadir adornos en la melodía en la frase 2, dándole a esta
más expresividad y movimiento que la anterior. Cabe destacar un detalle en el compás
7 donde la voz superior (la mano derecha) hace un ritmo aparentemente de 3 / 4
mientras que la mano izquierda mantiene su ritmo ternario de 6 / 8, un efecto rítmico
que aparece por primera vez en la obra y que irá usándolo J. Brahms a lo largo de la
pieza.
Sección A, frase 1:
Finalmente usa la frase 3 para alcanzar el máximo de expresividad de esta primera
sección y cerrar la frase en el compás 16 para comenzar un puente modulante hacia la
sección B en Mi b menor en este caso. Podemos ver en esta tercera sección como
Brahms utiliza recurrentemente el motivo rítmico del que hablamos antes, en este caso
teniendo una sensación binaria en la parte de la mano izquierda (tocando negras)
mientras que la voz de la mano derecha esta haciendo la melodía y motivo que apareció
desde el primer compás, el cual sigue en un claro 6 / 8.
En el puente usa mucho las tonalidades de La b menor y Si b menor, para acabar con
una cadencia en el compás 20 de SIB-SOL-LAB.
Final de Frase 5.
Sección B, frase 6.
La frase 6 tiene una estructura muy parecida a la de la frase 5 excepto su final, pero si
que cambia su movimiento armónico, ya que esta modulando entre la tonalidad de Mib
menor y La menor. En este caso Brahms se centra más en la parte armónica, dejando
estática la parte rítmica, manteniendo las figuras que ya han aparecido antes de la frase
5, y manteniendo ese efecto rítmico de la mezcla de 3/4 con 6/8.
Es curioso ver como utiliza la misma forma armónica para terminar con esta frase en los
compases 36-37 que ya utilizó antes en la cadencia del compás 28, pero en este caso en
la tonalidad de Lab menor. Aquí llega uno de los momentos más mágicos de la obra, ya
que la música tiene la dirección armónica de volver a resolver de su tónica (Lab menor)
después de un acorde de V7 (Mib menor), pero entonces J. Brahms crea un efecto de
pausa y de “no resolución”, ya que vuelve a su relativo mayor, Mi b Mayor, tonalidad en
la que empezó la obra.
Se puede encontrar, haciendo una mirada general a la obra, una similitud en dos partes,
en el final de la sección B con el final de la sección A.
En el final de la sección A, el ultimo acorde de La (tonalidad de Mib mayor) es resuelto
por un Lab menor, por lo que el Mib es ahora el nuevo quinto grado de la nueva
tonalidad, y en el caso de la sección B es lo opuesto, el Mib es en esta sección B la
dominante y para la sección A´ pasa a ser la tónica.
Final de sección B.
Sección A´.
Comienza con la frase 7 del compás 38 al 41, en esos 4 compases J. Brahms usa el mismo
material que al inicio de la obra, pero en este caso añade textura armónica, sobre todo
en el bajo. La melodía en octavas sigue siendo el motivo principal de la frase, en este
caso también ofreciendo un registro más amplio, usando todos los recursos que ofrece
el piano, este recurso genera un efecto de amplitud y sonoridad grandiosa.
La frase 8 es una variación de la frase 2 con un adorno en la melodía de semicorcheas
que da una sensación de fluidez, como si la música caminara hacia delante.
En el final de la obra, J. Brahms no utiliza su recurso rítmico más recurrente, el que nos
enseñó durante toda la obra (3/4 y 6/8), en este caso lo cambia por una sincopa en la
parte superior que igualmente desencaja el ritmo y la métrica en la que estamos.
Encontramos un detalle aparentemente insignificante en los últimos compases, J.
Brahms nos presenta las primeras 4 notas de la obra (Mib-Re-Do-Sib) en el compás 53,
y en el final de ese mismo compás, muestra una variante partiendo desde la nota Do
(Do-Sib-La-Lab)
Conclusión
Después de analizar brevemente las partes y características del Intermezzi op.117 en Mi
b mayor podemos entender un poco más acerca de la construcción de esta pieza. Vemos
como a lo largo de la obra esta todo relacionado, cualquier detalle mínimo tiene su
relación desde el principio hasta el final. La base parte de elementos sencillos que entre
ellos forman una estructura muy compleja.
Se puede sentir como la aparente simpleza superficial tiene en realidad mucha
musicalidad y crea un sentido y cohesión a toda la obra.
La interpretación de esta obra requiere un gran trabajo por parte del pianista para poder
expresar y resaltar todos los pequeños detalles que aparecen.
En mi opinión, creo que este trabajo de investigación es obligatorio para un intérprete
si quiere tocar la obra, ya que así podrá entenderla y en su defecto, interpretarla con
más carácter y personalidad.
Bibliografía.
Chiantore, Luca, 2019, Historia de la técnica pianística: Un estudio sobre los grandes
compositores y el arte de la interpretación en busca de la Ur-Technik, Madrid, Alianza
Editorial.
https://www.youtube.com/watch?v=ZNqdtkYV23c
https://www.musicalion.com/es/scores/partituras/75/johannes-
brahms/6462/intermezzo-en-mi-bemol-mayor
https://anchaesmicasa.wordpress.com/2023/05/07/tres-intermezzi-op-117-en-tres-
interpretaciones-sokolov-vs-lupu-y-tres-teloneros-de-lujo/