Hist Mex Unidad 2
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HISTORIA DE MÉXICO II
1. EL GOBIERNO SOBERANO
hispanoamericanas.1
ocurrencia y necesidad de los negocios demandare, que por ahora sean ocho; […] que todos
1
Carlos I y la reina Juana en 1542; Felipe II en El Pardo a 24 de septiembre de 1571, en las Ordenanzas del
Consejo, y Felipe IV en las de 1636. Recopilación de leyes de los reinos de las Indias, mandadas imprimir y
publicar por la majestad católica del rey don Carlos II, nuestro señor. Ivlián de Paredes, impresor. Madrid,
1681; lib. II, tít. II, ley 2. || Siguiendo a la historiografía tradicional, en adelante denominaré a esta obra Leyes
de Indias.
2
Este “Nos” va en mayúscula inicial porque se refiere a los monarcas en general de España; es decir, a la
Corona como institución y no a cada rey como individuo. A dicha expresión se le llama la “persona
mayestática” (palabra latina de la que proviene el términos majestad).
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2
[…] Por que los del nuestro Consejo de las Indias con más poder y autoridad nos
sirvan y ayuden a cumplir la obligación que tenemos al bien de tan grandes reinos y
señoríos, es nuestra merced y voluntad que el dicho Consejo tenga la jurisdicción suprema 4
de todas las nuestras Indias occidentales, descubiertas y que se descubrieren; […] y, para la
nuestra, las leyes […] que, por tiempo, para el bien de aquellas provincias convinieren”.
quintos […] de oro, perlas, piedras, plomo, cobre y estaño; tributos de indios de nuestra
Real Corona; diezmos y novenos;5 […] derechos de almojarifazgo y todos los demás
3
La “limpieza de sangre” implicaba que fueran “cristianos viejos”; es decir, que sus abuelos, “por los cuatro
costados”, fueran católicos. En otras palabras, no debían ser “cristianos nuevos” o recién convertidos del
Islam o del judaísmo al cristianismo.
4
Jurisdicción, en estricto sentido, significa la “facultad o poder que se concede para el gobierno en la decisión
de las causas”; pero, en amplio sentido, se extendía a “la autoridad, poder o dominio sobre otro”. Diccionario
de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las
phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes y otras cosas convenientes al uso de la lengua,
dedicado al rey nuestro señor don Phelipe V, que Dios guarde, a cuyas expensas se hace esta obra. 6 tomos.
Imprenta de Francisco del Hierro. Madrid, 1726-1739; tomo 4, p. 334. | A fin de evitar confusiones, y
siguiendo la tradición historiográfica, en adelante denominaré a esta obra Diccionario de Autoridades. ||
Digitalizado por la Real Academia Española (RAE). Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española:
http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle.
5
“Declaramos que los dos novenos reservados a Nos en los diezmos de las iglesias catedrales metropolitanas,
catedrales y parroquiales de nuestras Indias pertenecen a nuestro Patrimonio Real; y, la cobranza y
administración de ellos, a los Oficiales de nuestra Real Hacienda”. Carlos I en Madrid a 3 de octubre de
1539; confirmada por Felipe III en Madrid a 10 de diciembre de 1617 y 10 de noviembre de 1618. Leyes de
Indias, lib. I, tít. XVI, ley 24.
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3
cualquier causa o razón, han de cobrar nuestros Oficiales Reales, […] poniéndolo dentro en
nuestra Caja”.6
- “Ordenamos y mandamos a los oficiales de nuestra Real Hacienda que remitan a estos
reinos,7 en cada un año, todo el dinero, plata y oro que tuvieren en su poder y se hallare en
nuestra Hacienda”.
“Por cuanto el derecho del patronazgo eclesiástico nos pertenece en todo el estado de las
Indias, así por haberse descubierto y adquirido aquel Nuevo Mundo, edificado y dotado en
él las iglesias y monasterios a nuestra costa y de los señores Reyes Católicos, nuestros
antecesores, como por habérsenos concedido por bulas de los Sumos Pontífices: […]
Ordenamos y mandamos que este derecho de patronazgo de las Indias, único e in solidum,
siempre sea reservado a Nos y a nuestra Real Corona, y no pueda salir de ella”.
6
Felipe II, Ordenanzas de Oficiales Reales, de 1579. Ibidem, lib. VIII, tít. VIII, ley 3.
7
Con esta expresión, la Corona se refiere a los territorios ubicados en la península ibérica.
8
Felipe III, en Madrid a 2 de marzo de 1608 y a 11 de diciembre de 1619. Ibidem; lib. VIII, tít. XXX, ley 1.
9
Felipe II, en el Bosque de Segovia, a 13 de julio de 1573. Ibidem, lib. VI, tít. I, ley 17.
10
Felipe II en San Lorenzo a 1 de junio de 1574, en Madrid a 21 de febrero de 1575. Ibidem, lib. I, tít. VI, ley
1.
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4
A) Los virreyes.
- “Establecemos y mandamos que los reinos de El Perú y Nueva España sean regidos y
gobernados por virreyes, que representen nuestra Real Persona, y tengan el gobierno
- “Los que hubieren de ser proveídos para virreyes del Perú y Nueva España, […] pongan
su primero y mayor cuidado en procurar que Dios Nuestro Señor sea servido, y su Santa
Ley predicada y dilatada en beneficio de las almas de los naturales y habitantes en aquellas
provincias; y las gobiernen en toda paz, sosiego y quietud, procurando que sean
aumentadas y ennoblecidas; […] y tengan muy especial cuidado del buen tratamiento,
- “Constituimos y nombramos a los virreyes del Perú y Nueva España por capitanes
generales de las provincias de sus distritos; y permitimos que puedan ejercer en ellas este
cargo, por mar y tierra, en todas las ocasiones que se ofrecieren, por sus personas”.13
- “Ordenamos y mandamos que los virreyes del Perú y Nueva España sean presidentes de
11
Carlos I en Barcelona a 30 de noviembre de 1542; Felipe II en Bruselas a 15 de diciembre de 1552 y en
Madrid a 17 de febrero de 1567; Carlos II y la reina gobernadora. Ibidem, lib. III, tít. III, ley 1.
12
Felipe II en Bruselas a 15 de diciembre de 1588; Felipe III en El Escorial a 19 de julio de 1614. Ibidem, lib.
III, tít. III, ley 2.
13
Felipe III, en El Escorial, a 19 de julio de 1614; Felipe IV, en Madrid, a 18 de febrero de 1628. Ibidem, lib.
III, tít. III, ley 3.
14
Ibidem, lib. III, tít. III, ley 4.
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5
criminales, guarden las leyes de estos nuestros reinos de Castilla […] y provean de forma
- “Conviene a nuestro servicio señalar tiempo limitado en que los virreyes del Perú y Nueva
España sirvan sus cargos; y por la presente declaramos que […] los sirvan por tiempo de
- “Está ordenado que en todos los casos que se ofrecieren de justicia, dejen los virreyes
B) Legislación que pretendía evitar que se corrompieran, promulgada entre 1530 y 1636.
- “Mandamos que ningún pariente, por consanguinidad ni afinidad, […] de los del Consejo
de Indias, […] ni de los virreyes, presidentes ni oidores de las Audiencias, […] puedan ser
proveídos en ningún oficio, dignidad ni beneficio, perpetuo ni temporal, de las Indias; […]
pena de que los proveídos pierdan los oficios y salarios que de ellos hubieren llevado”.19
15
En el espacio que hoy ocupa la República mexicana se contaban a tres Reales Audiencias: la del reino de la
Nueva España (con sede en la ciudad de México), la del reino de la Nueva Galicia (con sede en Guadalajara)
y la del reino de Guatemala (con sede en la urbe del mismo nombre).
16
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 24 de abril de 1545. Ibidem, lib. II, tít. XV, ley 57.
17
Carlos I en Bruselas a 10 de marzo de 1555; Felipe IV en Madrid a 18 de noviembre de 1659 y en 9 de
marzo de 1653, a 26 de febrero de 1660 y 30 de diciembre de 1663. Ibidem, lib. III, tít. III, ley 71.
18
Felipe III, en San Lorenzo, a 26 de abril de 1618, en Santarém, a 13 de octubre de 1619 y, en San Lorenzo,
a 5 de septiembre de 1620; Felipe IV, a 7 y 11 de junio de 1621. Ibidem, lib. III, tít. III, ley 36.
19
Felipe II, en las Ordenanzas del Consejo; Felipe IV, en 1636. Ibidem; lib. II, tít. II, ley 36.
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6
- “Los presidentes y oidores no reciban –de ningún género de personas– dineros prestados
ni otras cosas, dádivas ni presentes, en poca o en mucha cantidad, so las penas contenidas
en las leyes y pragmáticas de estos reinos; […] y no tengan familiaridad estrecha con
- “Ordenamos y mandamos que los presidentes, oidores, alcaldes del crimen y fiscales no
por otras interpuestas; […] pena de la nuestra merced y de perdimiento de sus oficios y de
- “Con todo desvelo y cuidado deben los jueces de residencia saber y averiguar los buenos
y malos procedimientos de los residenciados, para que los buenos sean premiados y
- “Ordenamos que, el que hubiere tenido oficio [público], no pueda ser promovido a otro
sin haber dado primero residencia del primero, […] y de haber dado cuenta de lo que fue a
su cargo”.23
20
Felipe II en Badajoz a 3 de junio de 1580; Felipe III en San Lorenzo a 5 de septiembre de 1620. Ibidem, lib.
II, tít. 16, ley 69.
21
Carlos I y la reina de Bohemia gobernadora en Valladolid a 29 de abril de 1549; Maximiliano y la reina allí
a 16 de abril y 2 de mayo de 1550, y Felipe II allí a 9 de mayo de 1569. Ibidem, lib. II, tít. 16, ley 54.
22
Felipe III, en San Lorenzo a 5 de junio de 1620. Ibidem, lib. V, tít. XV, ley 32.
23
Felipe III, en Madrid a 30 de enero de 1618. Ibidem, lib. III, tít. 2, ley 6.
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7
“Por cuanto en lo que hasta ahora se ha descubierto de nuestros reinos y señoríos de las
Indias están fundadas doce Audiencias y Cancillerías Reales;25 […] para que nuestros
vasallos tengan quién los rija y gobierne en paz y en justicia, sus distritos se han dividido
Audiencias; y todos a nuestro Supremo Consejo de las Indias, que representa a nuestra Real
Persona”.
“Mandamos a los gobernadores, corregidores alcaldes mayores, y sus tenientes, que traigan
en su mano la vara de nuestra Real Justicia, y no salgan en público sin ella; pues es la
insignia por la cual son conocidos los jueces, a quien han de acudir las partes a pedirla, para
que se les administre igualmente; y oigan a todos con benignidad, de manera que sin
C) Los requisitos que debían cumplir, desde la época de los Reyes Católicos.
- “Mandamos que ningún letrado pueda haber –ni haya– oficio ni cargo de Justicia […] en
24
Felipe IV. Ibidem, libro II, título XV, ley 1.
25
Las Reales Audiencias tenían el apelativo de Cancillerías porque todas las sentencias que emitían eran
rubricadas con el sello del rey y porque el canciller tenía la facultad de cancelar los documentos falsos.
26
Carlos I y la reina de Bohemia gobernadora en Valladolid a 4 de septiembre de 1551; Felipe II y la princesa
gobernadora allí a 5 de septiembre de 1558 y en Madrid a 3 de febrero de 1560 y a 15 de febrero de 1575;
Felipe IV en Madrid a 4 de octubre de 1615. Ibidem, lib. V, tít. II, ley 9.
27
Felipe II en Badajoz a 26 de agosto y 18 de septiembre de 1550. Ibidem, lib. V, tít. II, ley 11.
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8
villa ni lugar de nuestros reinos,28 si no constare, por fe de los notarios de los Estudios,
haber estudiado en los estudios de cualquier universidad de estos nuestros reinos, […]
estudiando Derecho canónico o civil,29 a lo menos, por espacio de diez años; y que hayan
bienes y hacienda que tuvieren al tiempo que Nos les hiciéremos merced; y los que se
hallaren en las Indias, le hagan y presenten ante las Audiencias Reales del distrito”.31
A) Sus obligaciones.
- “Mandamos a los corregidores y alcaldes mayores que cobren, por los tercios del año, los
tributos incorporados en la Corona; y los remitan a la Caja del distrito. Y para más
seguridad, den fianzas –al tiempo que fueren proveídos– de que cumplirán con esta
- “Luego que reciban la provisión y despacho de sus oficios, hagan juramento en forma de
28
Por “Justicias”se entendía a todos los jueces de la Corona.
29
El Derecho canónico era el que regía las relaciones entre los sacerdotes y los jerarcas de la Iglesia católica.
En tanto que el Derecho civil se refería a las relaciones entre los vasallos y su monarca.
30
En aquella época, la mayoría de edad se alcanzaba a los 25 años o cuando se contraía matrimonio. Don
Fernando y doña Isabel en Barcelona, a 6 de julio de 1493. Recopilación de las leyes destos reynos, hecha por
mandado de la magestad cathólica del rey don Philipe segundo, nuestro señor. Casa de Andrés de Angulo.
Alcalá de Henares, 1569; lib. III, tít. IX, ley 2. || Con el fin de evitar confusiones, y siguiendo la tradición
historiográfica, en adelante denominaré a esta obra Nueva recopilación.
31
Felipe IV en Madrid a 5 de diciembre de 1622. Leyes de Indias, lib. V, tít. II, ley 8.
32
Felipe II en Madrid a 18 de febrero de 1588. Ibidem, libro VI, tít. IX, ley 9.
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9
doctrina cristiana y en los santos sacramentos, y que sean bien tratados; y de lo que en esto
[…] Cap. 13. Cuiden de que los indios no anden vagamundos, trabajen y siembren
sus milpas, conforme lo ordenado; […] sin que por razón de esto se les lleve pena
pecuniaria.
puentes y Casas de Comunidad, sin que los indios se graven más unos que otros.
interpósitas personas, tierras ni posesiones algunas, no sólo durante el tiempo de sus oficios
pero ni en seis años después, so las penas impuestas en la orden y prohibición que hay
sobre esto”. 33
3.1. El Ayuntamiento
“Y luego, ordenamos de hacer y fundar y poblar una villa, que se nombró la Villa Rica de
la Vera Cruz; […] fundada la villa, hicimos alcaldes y regidores, […] se puso picota en la
33
Instrucción y orden de gobierno de 11 de enero de 1611. Montemayor, autos acordados, auto 58, f. 24v.
34
Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Alonso Remon, ed.
Imprenta del Reino. Madrid, 1632; cap. XLII, f. 29.
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10
B) Los alcaldes.35
de españoles de las Indias, […] es nuestra voluntad que sean elegidos cada año, en la forma
que hasta ahora se ha hecho y fuere costumbre, dos alcaldes ordinarios; los cuales
mandamos que conozcan en primera instancia […] en cuanto a lo civil y criminal. Y las
C) El Regimiento.
“Mandamos que los alcaldes ordinarios no se introduzgan en las materias de gobierno, así
“Por la presente damos licencia y facultad a las ciudades de las nuestras Indias para que
puedan hacer las ordenanzas que les pareciere ser necesarias y convenientes a la buena
administración de su república. Las cuales les tenemos por bien que se guarden y cumplan
y ejecuten siendo aprobadas por el nuestro virrey de aquella tierra; el cual pueda quitar y
añadir de nuevo las que le pareciere convenir; […] y puedan usar de ellas los pueblos,
35
Carlos I en 1537. Leyes de Indias, lib. V, tít. III, ley 1.
36
Felipe II, en El Pardo a 16 de noviembre de 1573. Ibidem, ley 11.
37
Felipe II en Valladolid a 1º de septiembre de 1558. Cedulario de Alonso Zorita 1574. Beatriz Bernal, ed.
Miguel Ángel Porrúa. México, 1985; p. 327.
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11
E) La enajenación de oficios.38
“Por cuanto una de las mayores y más conocidas regalías de nuestra Real preeminencia y
administración de justicia, […] como tan importantes al buen gobierno de nuestros estados,
[…] y éstos son de dos especies: unos con jurisdicción y otros con alguna participación de
ella, que no la tienen derechamente; y las necesidades generales y públicas han obligado a
que –reservando los de la primera especie– se beneficien los de la segunda, para aumento
[…] Nuestra voluntad es, y mandamos, que sean vendibles y renunciables los
oficios siguientes, como hasta ahora se ha observado, según nuestras resoluciones, general
“Para haber de poblar –así lo que está descubierto, pacífico y debajo de nuestra obediencia
[…] Elegida la región, provincia o comarca y tierra por los descubridores expertos,
elíjanse los sitios para fundarse pueblos, cabeceras y sujetos, sin perjuicio de los indios.
[…] Llegando al lugar donde se se ha de hacer la población –el cual mandamos que
sea de los que estuvieren vacantes–, […] se haga la planta del lugar, repartiéndola por sus
38
La reina doña Juana en Segovia a 15 de octubre de 1522, Carlos I en 1557; Felipe II en Lisboa a 13 de
noviembre de 1581 y a 6 de abril de 1591; Felipe III en Aranjuez a 17 de julio de 1610; Felipe IV en Zaragoza
a 11 de octubre de 1645. Leyes de Indias, lib. VIII, tít. 20, ley 1.
39
Felipe II en El Bosque de Segovia a 13 de julio de 1573. Encinas, ff. 232-246.
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12
plazas y calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor, y desde allí
[…] Toda la plaza a la redonda, y las cuatro calles principales que de ellas salen,
tengan portales, porque son de mucha comodidad para los tratantes que aquí suelen
concurrir.
[…] Los demás solares se repartan por suerte a los pobladores, continuándolos a los
que corresponden a la plaza mayor; y los que restaren queden para Nos, para hacer merced
de ellos a los que después fueren a poblar, o lo que la nuestra merced fuere.
población vaya en mucho crecimiento, siempre quede bastante espacio adonde la gente se
pueda salir a recrear y salir los ganados sin que hagan daño.
Confinando con los ejidos, se señalen dehesas: para los bueyes de labor, y para los
caballos y para los ganados de la carnicería, y para el número ordinario de ganados que los
pobladores –por ordenanza– han de tener; y en alguna buena cantidad más para que se
acojan para Propios del Concejo; y lo restante se señale en tierras de labor, de que se hagan
suertes, en la cantidad que se ofreciere, de manera que sean tantas como los solares que
puede haber en la población; […] y los demás queden para Nos, para que hagamos merced
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de infantería a algunos vecinos que tienen a su cargo las compañías, formadas de la gente
de sus distritos”.
- “A Nos se ha hecho relación que al bien de los naturales de esas partes convendría que se
juntasen e hiciesen pueblos de muchas casas juntas, en las comarcas que ellos eligiesen,
porque estando –como agora están– cada casa por sí y aun en cada barrio, no pueden ser
estando en pueblos juntos y no derramados; y que en en todos los pueblos que estuviesen
hechos –y se hicieren– era bien que se criasen y proveyesen alcaldes ordinarios, para que
hiciesen justicia en las cosas civiles; y también regidores cadañeros, de los mismos indios,
que los eligiesen ellos, los cuales tuviesen cargo de procurar el bien común; y se
hacer en la provincia de Tlaxcala y en otras partes; y que también tuviesen cárcel en cada
pueblo, para los malhechores; […] y que se persuadiese a los dichos indios que tuviesen
ganados, al menos ovejunos y puercos, en común o [en] particular; […] y que a todo lo
40
Felipe III en El Pardo a 19 de noviembre de 1613. Leyes de Indias, lib. III, tít. XII, ley 18.
41
Valladolid, 9 de octubre de 1549. Konetzke, Richard. Colección de documentos para la historia de la
formación social de Hispanoamérica, 1493-1810. Vol. 1, 1493-1592. Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC). Madrid, 1962; tomo 1, doc. 173, pp. 260-261.
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14
susodicho debían ser los dichos indios persuadidos por la mejor y más blanda y amorosa
[…] Vos mando que veáis lo susodicho y, platicado cerca de todo ello con los
prelados de las provincias sujetas a esa Audiencia, poco a poco ordenaréis sobre ello lo que
indios no puedan ser electos españoles, mestizos, mulatos ni otros mezclados, sino que
“Que, para las cargas comunes que tienen que pagar los indios, [a]demás del tributo
ordinario, hagan sus sementeras de maíz –o de trigo donde se llevare–, a comunidad; de que
se haga la paga, y no en reales, por que no dejen de trabajar pagándolo en dinero […] Y se
junten para este cultivo entre ellos, haciendo que los mandones los hagan trabajar;
reservándose solamente del dicho trabajo el gobernador y alcaldes de cada uno de los
vendan el fruto, y lo procedido se ponga en la Caja de Comunidad; […] y tengan las llaves:
el gobernador, un alcalde y un mayordomo, los cuales asistan para sacar lo que hubiere de
gastarse, con cuenta y razón, para en pro de su república, asentando en un libro lo que así se
gastare.
42
Ordenanza de 23 de agosto de 1642. Beleña, núm. 49, f. 25.
43
Auto acordado de 3 de septiembre de 1577, cofirmado por capítulo de cédula fecha en Lisboa a 4 de junio
de 1582. Montemayor de Cuenca, Juan Francisco. Recopilación sumaria de algunos autos acordados de la
Real Audiencia y Chancillería de la Nueva España, que reside en la ciudad de México [1678]; en: Ventura
Beleña, Eusebio. Recopilación sumaria de todos los autos acordados de la Real Audiencia y Sala del Crimen
de esta Nueva España [1787]. 2 tomos. María del Refugio González, ed. UNAM. Instituto de Investigaciones
Jurídicas. México, 1981 (Serie A. Fuentes, b) Textos y estudios legislativos, 27); núm. XC, p. 54. | Este
mandamiento fue avalado por una ordenanza de Felipe II en Lisboa a 4 de junio de 1582. Leyes de Indias, lib.
VI, tít. IV, ley 31.
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15
“Que el gasto de los edificios de las iglesias de los pueblos de indios se haga a costa de los
tributos que pagan al rey, y a los encomenderos, y se gaste todo lo que fuere menester hasta
acabar la obra; con que la cantidad que así se tomare para esto no exceda de la cuarta parte
∙ La religión oficial.45
“Dios nuestro Señor, por su infinita misericordia y bondad, se ha servido de darnos –sin
merecimientos nuestros– tan grande parte en el señorío de este mundo; […] y teniéndonos
por más obligado que otro ningún príncipe del mundo a procurar su servicio y la gloria de
reinos y señoríos, islas y Tierra Firme, que […] firmemente crean y simplemente confiesen
el misterio de la Santísima Trinidad, […] los artículos de la santa fe y todo lo que tiene,
la Santa Madre Iglesia tiene y enseña, sean castigados con las penas impuestas por
Derecho”.
44
Carlos I en Monzón a 2 de agosto de 1533. Montemayor y Córdova de Cuenca, Juan Francisco. Sumarios
de las cédulas, órdenes y provisiones Reales que se han despachado por Su Majestad para la Nueva España y
otras partes. Imprenta de la viuda de Bernardo Calderón. México, 1678; lib. V, tít. VII, sum. 4; f. 209v.
45
Leyes de Indias, lib. I, tít. I, ley 1.
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16
- “Por cuanto pertenecen a Nos los diezmos eclesiásticos de las Indias, por concesiones
apostólicas de los Sumos Pontífices, mandamos a los Oficiales de nuestra Real Hacienda de
aquellas provincias que hagan cobrar y cobren todos los diezmos que son debidos, y
hubieren de pagar los vecinos, de sus labranzas y crianzas, de las especies y de la forma que
- “La alcabala, de lo que se vende y compra universalmente por todos, es un derecho tan
antiguo y justificado de los reyes de Castilla, como es notorio; y, por esta razón, debido en
“Es nuestra voluntad que los indios e indias tengan, como deben, entera libertad para
casarse con quien quisieren, así con indios como con naturales de estos reinos, o españoles
- “Que los indios de edad de 25 años, aunque estén debajo de la patria potestad y no sean
46
Carlos I en Pamplona a 22 de octubre de 1523; Felipe II en Madrid a 16 de junio de 1572. Leyes de Indias,
lib. I, tít. XVI, ley 1.
47
Felipe II en El Pardo a 1 de noviembre de 1591. Leyes de Indias, lib. VIII, tít. XIII, ley 1.
48
Fernando y Juana, los Católicos, en Balbuena a 19 de octubre de 1514 y en Valladolid a 5 de febrero de
1515; Felipe II y la princesa gobernadora allí a 18 de octubre de 1556. Leyes de Indias, lib. VI, tít. I, ley 2.
49
Felipe II en Madrid a 5 de julio de 1578. Montemayor, lib. V, tít. VII, sum. 28; f. 214.
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17
- “Que los indios que pasaren de 55 años, y las indias de cincuenta, dejen de pagar
tributo”.50
los indios”.
- “Prohibimos que los indios anden a caballo, y mandamos a las Justicias que así lo hagan
- “Que ningunos indios, juntos o de por sí, puedan andar de noche, por las calles: desde
primero de octubre hasta fin de marzo, que es el invierno, de las ocho de la noche para
arriba; y desde primero de abril hasta fin de septiembre de cada año, que es el verano, desde
las nueve de la noche para arriba; pena de […] cien azotes por la primera vez, y por la
“Que los indios que trataren en mercaderías de Castilla paguen la alcabala; pero de la tierra
50
Felipe II en Madrid a 26 de mayo de 1573. Montemayor, lib. V, tít. VII, sum. 27; f. 214.
51
Felipe II en Madrid a 19 de julio de 1568, en Córdoba a 1 de marzo de 1570. Leyes de Indias, lib. VI, tít. I,
ley 33.
52
Ordenanza de 24 de octubre de 1623. Montemayor, ordz. 47, f. 15v.
53
Auto acordado de 23 de septiembre de 1588. Montemayor, auto 94, f. 25.
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18
compadecemos por su estado, calidad y trabajos; […] que concurren en nuestros indios, por
[…] Supuesto que no se puede poner en duda que los indios, por las razones
referidas, son miserables personas; tampoco la tiene que hayan de gozar y gocen de todos
los favores y privilegios que a los menores, pobres, rústicos y otros tales se conceden, así
en lo judicial como en lo extrajudicial; […] porque por tales se tienen todas aquellas que no
se pueden gobernar por sí y necesitan de que otros los dirijan, gobiernen y asistan”.55
C) Ley de 1593.56
“Ordenamos y mandamos que sean castigados con mayor rigor los españoles que injuriaren
u ofendieren o maltrataren a los indios, que si los mismos delitos se cometiesen contra
laboral)
“Se nos ha hecho relación que los indios de esa provincia es gente ociosa y que no quieren
trabajar, a cuya causa la tierra es falta de mantenimientos, y ellos pobres, y se siguen otros
54
Solórzano y Pereyra, Juan de. Política indiana. 3ª edición. Matheo Sacristán. Madrid, 1736; lib. II, cap.
XXVIII, pp. 203-204 y 209.
55
El Derecho romano consideraba a las mujeres, los menores de edad y los débiles mentales como
incapacitados para administrar sus propios bienes, por lo que su esposo y padre debía encargarse de ello. Sin
embargo, en caso de faltar la figura masculina, el Estado debía nombrar un tutor o curador que lo supliera;
normalmente, los jueces designaban a un pariente más o menos cercano.
56
Felipe II en Madrid a 19 de diciembre de 1593. lib. VI, tít. X, ley 21.
57
Los delitos públicos lesionaban a toda la sociedad, no únicamente a ciertos particulares (en este último
caso, se trataría de la esfera del Derecho civil).
58
Felipe II en Valladolid a 28 de noviembre de 1558. Encinas, tomo IV, p. 302.
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19
daños. Proveereis en todas las provincias sujetas a esa Audiencia que los indios que fueren
oficiales entiendan y se ocupen en sus oficios; y los que fueren labradores, que cultiven y
labren la tierra y hagan sementeras para sí mismos, como tengan mantenimientos para sí y
les quede para vender; […] y los indios que en ninguna de las cosas susodichas se
ocuparen, daréis orden que se alquilen para trabajar en labores de campo y obras de esa
ciudad y, para ello, si fuere necesario, los compelereis, de manera que no estén ociosos;
[…] y dareis orden cómo les paguen el jornal de su trabajo a los mismos indios que
“Danse indios de repartimiento para las labores de pan que tienen los españoles y para el
beneficio de las minas, que son lances forzosos; porque, si no se diesen, perecería todo.
[…] En esta ciudad se mandan repartir, por mandado del virrey, cantidad de indios
cada semana para el reparo y servicio de las casas de los vecinos de ella […] Y la tasa
como se ha de pagar es: al carpintero y albañir, a dos reales cada un día y de comer; al
peón, medio real cada día. Y están obligados a ir todos los indios por su rueda, como les
cupiere la semana”.
- “Muchos esclavos y esclavas, negros y negras, mulatos y mulatas, que han pasado a las
Indias, y otros que han nacido y habitan en ellas, han adquirido libertad y tienen granjerías
59
Gómez de Cervantes, Gonzalo. La vida económica y social de Nueva España al finalizar el siglo XVI.
Alberto María Carreño, ed. Antigua Librería Robredo de José Porrúa e Hijos. México, 1944 (Biblioteca
Histórica Mexicana de Obras Inéditas, 19); pp. 103-104.
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20
y haciendas; y por vivir en nuestros dominios, ser mantenidos en paz y justicia, haber
pasado por esclavos, hallarse libres, y tener costumbre los negros de pagar en sus
naturalezas tributo en mucha cantidad, tenemos justo derecho para que nos le paguen.
sus distritos y jurisdicciones, repartan a todos los negros y negras, mulatos y mulatas libres
que hubiere, la cantidad que, conforme a lo susodicho, les pareciere y con que buenamente
nos puedan servir por sus personas, haciendas y granjerías en cada un año.60
[…] Y porque este repartimiento no podrá ser igual, sino conforme a la hacienda de
cada uno, de que habrán de ser libres los pobres; y, en el [tributo] personal, los viejos, niños
y mujeres que no tuvieren casa ni hacienda; proveerán las Audiencias lo que fuere justicia,
conforme a Derecho”.61
- “Declaramos que los hijos de negros, libres o esclavos, habidos en indias en matrimonio
deben pagar tributo como los demás indios, aunque se pretenda que no lo son”.62
años, todos los negros y negras, mulatos y mulatas libres, de cualquier calidad que sean,
[…] paguen a Su Majestad el tributo, en cada un año, de dos pesos el negro o negra, mulato
o mulata, que fueren casados, […] como se cobran los demás tributos de los indios
60
Por granjerías se refiere a cualquier tipo de actividad económica.
61
Felipe II en Madrid a 27 de abril de 1574, a 5 de agosto de 1577 y en Burgos a 21 de octubre de 1592.
Leyes de Indias, lib. VII, tít. V, ley 1.
62
Felipe II en Madrid a 18 de mayo de 1572 y a 26 de mayo de 1573. Leyes de Indias, lib. VI, tít. V, ley 8.
63
Auto acordado de 2 de diciembre de 1574 y 31 de julio de 1575. Montemayor de Cuenca, op. cit., núm.
CXXXIII, tomo 1, ff. 77-78.
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21
- “Ninguna negra, libre o esclava, ni mulata traiga oro, perlas ni seda; pero si la mulata libre
fuere casada con español, pueda traer unos zarcillos de oro, con perlas y una gargantilla;
[…] pena de que se les quiten y pierdan las joyas de oro, vestidos de seda y manto que
trajeren”.64
- “Que ninguna mestiza, mulata o negra ande vestida en hábito de india, sino de española;
so pena de ser presa y que se le den cien azotes públicamente por las calles, y pague de
pena quatro reales al alguacil que la aprehendiere; con que esto no se entienda con las
- “Que los negros y mulatos no se junten en más número de tres en ninguna parte, pública
ni secreta, de día ni de noche; […] so pena de doscientos azotes a cada uno de los que se
mulatos libres no traigan espadas ni dagas; y las Justicias se las quiten y procedan a la
- “Que ningún mercader, ni otra persona alguna, pueda dar ni vender a ningún negro o
negra, mulato o mulata, libres ni esclavos, ningún género de armas, ofensivas ni defensivas,
pólvora ni municiones, por ningún color ni causa, en poca ni en mucha cantidad, so pena de
la vida”.68
64
Felipe II en Madrid a 11 de febrero de 1571. Leyes de Indias, lib. VI, tít. V, ley 28.
65
Ordenanza de 31 de julio de 1582. Montemayor y Córdova de Cuenca, Juan Francisco. Recopilación de
algunos mandamientos y ordenanzas del gobierno de esta Nueva España [1677]; en: Beleña, op. cit., tomo 1,
núm. CXXVII, f. 111.
66
Ordenaza y auto acordado de 2 de abril de 1612. Montemayor, núm. 83, f. 73.
67
Auto acordado de 5 de julio de 1596. Montemayor, núm. 135, f. 78.
68
Ordenanza y auto acordado de 14 de abril de 1612. Montemayor, núm. 85, f. 73.
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22
“Por la presente vos hacemos merced y gracia y donación pura y perfecta y no revocable,
que es dicha entre vivos, para ahora y para siempre jamás, de las villas y pueblos de
Acapichtla, Yautepec, Tepuztlan, Guaxaca, […] que son en la dicha Nueva España, hasta
en número de 23 mil vasallos, con sus tierras y aldeas, términos y vasallos y jurisdicción
civil y criminal, alta y baja, y mero mixto imperio, y rentas, oficios y pechos y derechos, y
montes y prados y pastos y aguas corrientes, estantes y manantes; […] para que todo sea
para los reyes que después de Nos reinaren en estos nuestros reinos, la soberanía de nuestra
justicia Real”.70
69
Carlos I en Barcelona a 6 de julio de 1529. Puga, Vasco de. Provisiones, cédulas, instrucciones de Su
Majestad, ordenanças de difuntos y Audiencia, para la buena expedición de los negocios y administración de
justicia y gobernación desta Nueva España y para el buen tratamiento y conservación de los indios, dende el
año 1525 hasta este presente de 63. Casa de Pedro Ocharte. México, 1563; f. 66.
70
“Ivrisdictión suprema civil y criminal pertenesce a Nos, fundada por Derecho común, en todas las ciudades
y villas y lugares de nuestros reinos y señoríos”. Ley de Enrique II, fecha en Toro era 1409, y confirmada por
Juan II en Valladolid el año de 1442. Recopilación de las leyes destos reynos, hecha por mandado de la
magestad cathólica del rey don Philipe segundo, nuestro señor. Casa de Andrés de Angulo. Alcalá de
Henares, 1569; lib. IV, tít. I, ley 1. || Con el fin de evitar confusiones, y siguiendo la tradición historiográfica,
en adelante denominaré a esta obra Nueva recopilación.
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23
- “Así como Nos queremos que ninguno se entremeta en la nuestra Justicia temporal, así en
nuestra voluntad que la Justicia eclesiástica y espiritual no sea perturbada, y sea guardada
en aquellos casos que el Derecho permite. Por ende, ordenamos y mandamos que los
pueden conoscer según Derecho; tanto que la Real jurisdicción no sea perturbada ni
“Foro o fuero también se toma por jurisdicción, o potestad pública de conocer acerca de
[…] Los clérigos están exentos, con razón, de la jurisdicción secular. Los clérigos,
pues, han de ser demandados civil y penalmente […] ante el obispo propio.
[…] Los obispos, en las causas criminales y civiles complicadas, son demandados
- “Damos licencia y facultad a los cargadores, tratantes en nuestras Indias, islas y Tierra
Firme del Mar Océano, vecinos y residentes en la ciudad de Sevilla, para que se junten […]
y allí puedan elegir y nombrar, elijan y nombren, un prior y un cónsul; que sean de los
71
Enrique II, en las Cortes de Toro, año de 1371. Nueva recopilación, lib. II, tít. I, ley 3.
72
Murillo Verlade, Pedro. Curso de Derecho Canónico hispano e indiano [1791]. 4 tomos. El Colegio de
Michoacán y UNAM-Facultad de Derecho. Zamora, Michoacán, 2004; lib. II, tít. II, § 22 y 33.
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24
mismos cargadores, los más hábiles y suficientes y de más experiencia que para la
administración y ejercicio de los dichos oficios vieren que conviene; y que este Consulado
- “Las sentencias que fueren pronunciadas por el prior y cónsules […] se ejecuten por el
prior y cónsules”.74
- “Concedemos facultad al prior y cónsules para que, si reconocieren que conviene hacer
bien y conservación del comercio y trato de las Indias, en que no resulte perjuicio de
tercero, las puedan hacer; y remitan a nuestro Consejo de Indias, y no usen de ellas hasta
“Por cuanto los virreyes de El Perú y Nueva España, en virtud de facultad nuestra, fundaron
y Burgos, Nos, considerando cuánto conviene a nuestro Real servicio y bien común y
universal de las Indias y estos reinos conservar el comercio y trato con ellas; y el gran
mercaderes, de regirse y administrarse por sus priores y cónsules: […] Mandamos que se
conserven y continúen como ahora están fundados, y el prior y cónsules usen y ejerzan la
73
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 23 de agosto de 1543; Felipe II y la princesa gob., allí a
14 de julio de 1556; Felipe IV en Madrid a 27 de noviembre de 1630. Leyes de Indias, lib. IX, tít. VI, ley 1.
74
Carlos V y el príncipe gobernador en Valladolid a 23 de agosto de 1543. Leyes de Indias, lib. IX, tít. VI, ley
45.
75
Promulgada por Felipe II, en Martín Muñoz a 15 de junio de ese año. Leyes de Indias; lib. IX, tít. XLVI, ley
1.
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25
“Ordenamos y mandamos que los rectores de las Universidades de Lima y México, y –por
ellas, y en los lectores, estudiantes y oyentes que a ellas concurrieren, en todos los delitos,
causas y negocios criminales que se cometieren e hicieren dentro de las escuelas de las
universidades, en cualquiera manera tocantes a los estudios, como no sean delitos en que
[…] Y porque el principal fin por que les concedemos esta jurisdicción es la
virtuosamente, para que mejor puedan conseguir la pretensión de sus letras: Mandamos
que, asimismo, puedan conocer de los excesos que los estudiantes tuvieren en juegos,
[…] Y concedemos poder y facultad a los rectores y vicerrectores para que, en los
casos contenidos en esta nuestra ley, puedan conocer, […] fulminar y substanciar los
procesos, prender los culpados, sentenciar las causas, imponer penas ordinarias o arbitrarias
76
Ley fecha por Felipe II en Aranjuez a 19 de abril de 1589 y confirmada en El Campillo a 24 de mayo de
1597. Leyes de Indias, lib. I, tít. XXII, ley 21.
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26
∙ Según la legislación proveniente desde la Baja Edad Media (siglos XIV al XV).
- “Deben ser favorecidos los hijosdalgo por los reyes,77 pues con ellos hacen sus conquistas
y de ellos se sirven en tiempo de paz y de guerra, y por esta consideración les fueron dados
privilegios y libertades, y especialmente por las leyes suso contenidas, las cuales
les sean tomadas por deudas sus armas ni caballos, ni sean presos por deudas”.79
- “Mandamos que los hijosdalgo no pechen en las monedas,80 porque así les fue guardado
antiguamente”.81
- “Mandamos a las Justicias de nuestros reinos que a los hijosdalgo y caballeros que
estuvieren presos por algún delito tengan cárcel apartada de la que tienen los pecheros y la
otra gente común;82 […] y se guarden a los hijosdalgo y nobles sus privilegios y
libertades”.83
77
Los hijosdalgo o hidalgos eran nobles.
78
Es decir, tortura.
79
Orden de los Reyes Católicos, promulgada en Toledo, 1480. Nueva Recopilación…, lib. VI, tít. II, ley 5.
80
La moneda era un impuesto que desde la Baja Edad Media recibía la Corona española por parte de los
habitantes de todos sus territorios, incluidos los siervos de los señores feudales, que hasta ese momento
habían estado exentos de ese tipo de tributos.
81
Alfonso XI, en 1348. Ibidem, ley 10.
82
Los pecheros eran los que pagan tributos a la Corona o a un señor feudal; es decir, la gente común y
corriente, los plebeyos.
83
Carlos V, en Toledo en 1525. Ibidem, ley 11.
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27
“Exentos deben ser los sacerdotes y ministros de la Santa Iglesia de todo tributo, según
Derecho; y por esto ordenamos y mandamos que […] los clérigos sean libres de contribuir
y pechar con los Concejos. Pero que en los pechos que son para bien común de todos, así
como para reparo de muro o de calzada, o de carrera o de puente o de fuente, […] deben
contribuir y ayudar los dichos clérigos, por cuanto es pro comunal de todos”.
“Porque es cosa justa y razonable que los indios que se pacificaren y redujeren a nuestra
obediencia y vasallaje nos sirvan y den tributo –en reconocimiento del señorío– y servicio
que –como nuestros subditos y vasallos– deben, pues ellos también entre sí tenían
costumbre de tributar a sus tecles [tecuhtles] y principales: Mandamos que se les persuada a
que, por esta razón, nos acudan con algún tributo, en moderada cantidad, de los frutos de la
tierra.
[…] Y es nuestra voluntad que los españoles, a quien por Nos, o nuestro poder
hubiere, se encomendaren, lleven estos tributos; […] reservando para Nos las cabeceras y
84
Juan I, en Guadalajara (1390). Ibidem, lib. I, tít. III, ley 11.
85
Carlos I en Valladolid a 26 de junio de 1523, Felipe II en 1575. Leyes de Indias, lib. VI, tít. V, ley 1.
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28
- “El motivo y origen de las encomiendas fue el bien espiritual y temporal de los indios, y
su doctrina y enseñanza en los artículos y preceptos de nuestra santa fe católica; […] y con
esta calidad inseparable les hacemos merced de se los encomendar. De tal manera que, si
no lo cumplieren, sean obligados a restituir los frutos que han percibido y perciben, y es
- “También hacemos merced a los encomenderos de las rentas que gozan en encomiendas
para defensa de la tierra, y a esta causa les mandamos tener armas y caballos; […] y
- “Ordenamos que ningún encomendero pueda tener por sí, ni persona interpuesta, estancias
vendan”.88
∙ Sus prerrogativas.
- “Declaramos que son exentos, de pagar tributos y acudir a mitas, los caciques y sus hijos
mayores; y en cuanto a los demás hijos y descendientes que no estuvieren en tal posesión,
86
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 10 de mayo de 1554. Leyes de Indias, lib. VI, tít. IX, ley
1.
87
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 11 de agosto de 1552. Ibidem, lib. VI, tít. IX, ley4.
88
Felipe IV en Madrid a 31 de marzo de 1633. Leyes de Indias, lib. VI, tít. IX, ley 17.
89
Felipe II en Madrid a 17 de julio de 1572. Ibidem, lib. VI, tít. V, ley 18.
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29
los indios ni a alguno de ellos; […] excepto algún indio principal, al cual permitimos que se
6. LA ESTRUCTURA ECONÓMICA
1596.
caballerías y peonías a todos los que fueren a poblar tierras nuevas en los pueblos y lugares
que, por el gobernador de la nueva población, les fueren señalados; haciendo distinción
cuatro años, les concedemos facultad para que de allí adelante los puedan vender y hacer de
90
Reyes Católicos en Granada a 17 de septiembre de 1501; Carlos I a 16 de febrero de 1536 y el príncipe
gobernador en Madrid a 17 de diciembre de 1551; Felipe II a 25 de enero de 1556, a 10 de diciembre de 1566,
a 18 de febrero de 1569 y a 1 de marzo de 1570. Ibidem, lib. VI, tít. I, ley 31.
91
Fernando el Católico en Valladolid a 18 de junio y 9 de agosto de 1513; Carlos V a 26 de junio de 1523 y
en Toledo a 19 de mayo de 1525; Felipe II en Toledo a 25 de mayo de 1596. Recopilación de leyes de los
reinos de las Indias, mandadas imprimir y publicar por la majestad católica del rey don Carlos II, nuestro
señor. Ivlián de Paredes, impresor. Madrid, 1681; lib. IV, tít. XII, ley 1. || Siguiendo a la historiografía
tradicional, en adelante denominaré a esta obra Leyes de Indias.
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30
- “Mandamos que las estancias y tierras que se dieren a los españoles sean sin perjuicio de
los indios; y que las dadas en su perjuicio y agravio se vuelvan a quien de derecho
pertenezcan”.92
“vinculaciones”).93
“Por cuanto por parte de vos, don Hernando Cortés y doña Juana de Zúñiga, vuestra mujer,
marqués y marquesa del Valle, que es en las Indias, islas y Tierra Firme del Mar Océano,
nos fue hecha relación que vosotros queríais fundar e instituir un mayorazgo de las villas y
lugares, […] y de estos bienes muebles y raíces […] que al presente tenéis, y tuviéredes de
[…] Y Nos, acatando los muchos, grandes y señalados servicios que vos, el dicho
marqués, nos habéis hecho, y esperamos que nos haréis de aquí adelante; y por que de
vuestras personas y casa quede más perpetua memoria, tuvímoslo por bien. Y por la
presente, de nuestro motu proprio e ciencia cierta y poderío Real absoluto, […] damos
licencia y facultad a vos, el dicho marqués y marquesa para que […] podáis hacer e instituir
testamentos, […] y dejar y traspasar los dichos bienes de suso declarados, por vía de título
de mayorazgo, en uno de vuestros hijos e hijas legítimos; […] e para que por causa alguna,
necesaria ni voluntaria, lucrativa ni onerosa ni pia, ni dote ni por otra causa alguna que sea
o ser pueda, no se puedan vender ni dar, ni trocar ni cambiar ni enanejar por cualquier de
92
Felipe II en Madrid a 11 de junio de 1594. Ibidem, lib. IV, tít. XII, ley 9.
93
Cedulario cortesiano. Beatriz Arteaga Garza y Guadalupe Pérez San Vicente, compiladoras. Editorial Jus.
México, 1949 (Sociedad de Estudios Cortesianos, 1); pp. 142-150.
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31
vuestros hijos ni hijas legítimas, ni por sus descendientes; […] con tanto que sea obligado
de dar a los otros vuestros hijos e hijas legítimos, que Dios os diere, alimentos.
[…] Dada en la ciudad de Barcelona a 27 días del mes de julio año del nacimiento
“De tal manera se han ido y van extendiendo los conventos en esta Nueva España en
adquirir casas y haciendas que –creo no me alargaría si dijese y certificase que– la mitad de
esta Nueva España está hoy en poder de frailes y teatinos. Porque, si se considera, pocas
calles de esta ciudad están libres de que en ellas deje de haber casas de los conventos de
San Agustín, Santo Domingo y de los teatinos; […] pues en haciendas de labor y ganados
están tan extendidos que, la tierra que ellos no poseen, nos la miden a palmos”.
B) Abusos de los clérigos en la península ibérica, hacia principios del siglo XVIII.96
“La ambición humana ha llegado a corromper aún lo más sagrado, pues muchos confesores,
más, a los que están en artículo de muerte a que les dejen sus herencias con título de
su instituto, fundar capellanías y otras disposiciones pías; de donde proviene que los
94
Cedulario cortesiano, pp. 142-150.
95
Gómez de Cervantes, Gonzalo. La vida económica y social de Nueva España al finalizar el siglo XVI.
Alberto María Carreño, ed. Antigua Librería Robredo, de José Porrúa e Hijos. México, 1944 (Biblioteca
Histórica Mexicana de Obras Inéditas, 19); pp. 183-184.
96
El Consejo pleno en Madrid a 12 de diciembre de 1713. Tomo tercero de Autos acordados, que contiene el
libro quinto por el orden de títulos de las Leyes de recopilación. D. Joachin Ibarra, impressor de Cámara de S.
M. Madrid, 1777; lib. V, tít. X, auto 3.
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32
defraudados, las conciencias de los que esto aconsejan y ejecutan bastantemente enredadas,
universal de tan graves daños, sin el asenso o concordato pontificio, […] acordó que no
valgan las mandas que fueren hechas en la enfermedad de que uno muere, al su confesor,
sea clérigo o religioso, ni a deudo de ellos, ni a su iglesia o religión, para excusar los daños
referidos”.
“Por ser estas tierras del común de los calpulles o barrios, ha habido y hay desorden en las
que se han dado y dan a españoles porque, en viendo o teniendo noticia de algunas que no
están labradas, las piden al que gobierna; y el que se nombra para que las vaya a ver hace
pocas diligencias en pro de los indios; y si se acierta a nombrar para ello algún buen
cristiano, tiene –el que pide las tierras– formas para impedirlo y para que se nombre otro a
su contento, en especial si hay algún respeto de por medio, que nunca falta, o interés; y así,
siempre dan parecer que se pueden dar al que las pide, porque estáan sin perjuicio y no
labradas. Y aunque hay en ellas muestras de haber sido labradas, y lo contradicen los del
barrio o calpulli, y aunque aleguen que las tienen para dar a los que se casaren o a los que
no tienen tierras, no les vale, y dicen que lo hacen de malicia […] Y no hay estancia ni
tierras que se hayan dado a españoles que no esté muy en perjuicio de los indios, así por los
daños que reciben como por haberles quitado sus tierras y estrechándoles sus términos; […]
97
Zorita, op. cit., pp. 32-35.
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33
ha sido esto causa de que estén ya en algunos pueblos tan estrechos y cercados de labranzas
Así que por tener –los calpulles o barrios– las tierras de común y no entenderlo, ha
sido causa de haberlos dejado en términos que no tienen dónde poder sembrar; en especial
en los pueblos que están cerca de los de españoles, o donde hay buenas tierras; y en esto
en justicia; […] y por no quererlos entender ni hacer caso de ello se han adjudicado a
muchos las tierras que tenían de su calpulli, para labrarlas en la manera que se ha dicho, por
probar que las han poseído y labrado ellos y sus pasados; […] y no les vale a los principales
contradecirlo y decir que son del calpulli, y clamar sobre ello, porque no son entendidos; y
es gran perjuicio de los demás que se queden sin aquel aprovechamiento que pretenden,
porque aquellos a quienes se adjudican las venden y enajenan, en perjuicio del calpulli”.
6.2. La minería
A) La propiedad regia de los productos del subsuelo, por una ley de 1348.98
“Todas las mineras de plata y oro y plomo y de otro cualquier metal, de cualquier cosa que
sea en nuestro señorío Real, pertenecen a Nos. Por ende, ninguno sea osado de las labrar sin
nuestra especial licencia […] Mandamos que recudan a Nos con las rentas de todo ello”.
98
Alfonso XI, en Alcalá año 1348. Nueva recopilación, lib.VI, tít. XIII, ley 2.
99
Gemelli Careri, Giovanni Francesco. Viaje a la Nueva España. Francisca Perujo, ed. UNAM-Coordinación
de Humanidades e Instituto de Investigaciones Bibliográficas. México, 2002 (Nueva Biblioteca Mexicana,
29); libro II, caps. I y II, pp. 99, 100 y 102.
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34
“Toda la plata que se extrae en la Nueva España debe venir a México para ser presentada
ante la Caja Real […] Aun cuando todo ciudadano particular que tiene plata puede hacer
que se la conviertan en moneda, sea como fuere, la Casa de Moneda trabaja casi siempre
por cuenta de los mercaderes (y son actualmente de los más ricos); los cuales compran el
- “Mandamos a los virreyes y Justicias que hagan proveer con abundancia, a las
- “Por hacer bien a los mineros, ordenamos a los virreyes y gobernadores que los
favorezcan y hagan dar los maíces de nuestros tributos y todos los demás materiales de que
tuvieren necesidad, para el avío de sus minas y beneficio de los metales,101 a precios
justos”.102
- “Los virreyes, y ministros a cuyo cargo estuviere el gobierno de la provincia, ordenen que
los negros y mulatos libres y ociosos, que no tuvieren oficios, se ocupen y trabajen en la
labor de las minas; y los condenados por delitos en algún servicio,103 lo sean a éste”.104
100
Felipe II en Madrid a 5 de marzo de 1571 y en Toledo a 11 de agosto de 1596. Leyes de Indias, libro IV,
tít. XIX, ley 8.
101
“Avío” sería un sinónimo de financiamiento, en tanto que “beneficio” significaba la explotación
económica con fines de lucro.
102
Felipe III en Valladolid a 26 de noviembre de 1602. Leyes de Indias, libro IV, tít. XX, ley 4.
103
En aquella época, algunos delincuentes eran sentenciados a trabajos forzados; que, normalmente, se trataba
de los deudores que no podían pagar a sus prestamistas.
104
Felipe III en Valladolid a 9 de noviembre de 1602. Leyes de Indias, libro VII, tít. V, ley 4.
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35
transformación)
“Que ninguna persona que no fuese examinada del oficio de sedero cordonero pueda poner
tienda del oficio; y la tal persona ha de ser examinada por los veedores oficiales de dicho
oficio, y declarado por hábil e idóneo, y presentada al Cabildo, para que se le dé licencia,
pagando cuatro pesos por el examen; […] y el que pusiere tienda sin ser examinado incurra
[…] Que los veedores miren y cateen las casas y tiendas de sederos, orilleros y
[…] Que los veedores tengan puestas estas ordenanzas en los portales de la ciudad,
“Que, porque hay pocos zurradores, se permite se examinen españoles, negros e indios”.
“Que ningún maestro pueda admitir –de aprendiz– negro ni mulato, […] porque es oficio
de confianza”.
105
“Ordenanzas de sederos”. Lorenzot, op. cit., pp. 27-28.
106
Ordenanzas de gremios de la Nueva España. Compendio de los tres tomos de la compilación nueva de
ordenanzas de la muy noble, insigne y muy leal e imperial ciudad de México; hízolo el lic. don Francisco del
Barrio Lorenzot, abogado de la Real Audiencia y contador de la misma noble ciudad. Genero Estrada, ed.
Secretaría de Gobernación-Dirección de Talleres Gráficos. México, 1920 (El trabajo en México durante la
época colonial); pp. 118-120.
107
Ibidem, pp. 37-39.
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36
“Todas las mercaderías que fueren en los navíos se lleven derechamente a la Casa de
Contratación o aduana del puerto donde se descargaren, y allí se entreguen a sus dueños,
saquen, de aquí adelante, oro ni plata ni vellón,109 ni en pasta ni vajilla, ni moneda otra
- “Por evitar la saca de la moneda que los extranjeros sacan de nuestros reinos, mandamos
que ningún extranjero pueda tratar en Indias, por sí ni por interpósita persona que trate en
- “Para que un extranjero de estos reinos pueda ser tenido por natural en ellos, para efecto
de tratar y contratar en las Indias e Islas occidentales, es nuestra voluntad y mandamos que
haya vivido en estos reinos, o en las Indias, por tiempo y espacio de veinte años continuos;
y los diez de ellos teniendo casa y bienes raíces, y estando casado con natural o hija de
extranjero nacida en estos reinos o en las Indias. Con que estos tales no puedan usar ni
108
Carlos I en 1554. Leyes de Indias, lib. VIII, tít. XV, ley 38.
109
El vellón era una moneda, que consistía en la amalgamación de plata con cobre.
110
Reyes Católicos en Toledo año de 1480, en Murcia 1488 y en Granada 1501. Recopilación de las leyes
destos reynos hecha por mandado de la magestad cathólica del rey don Philippe segundo nuestro señor. Casa
de Andrés Angulo. Alcalá de Henares, 1569; lib. VI, tít. XVIII, ley 1.
111
Felipe II, en Madrid año 1552. Nueva recopilación, lib. VI, tít. XVIII, ley 5.
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gozar de este privilegio si no se hubiere primero declarado por nuestro Consejo Real de las
Indias que han cumplido con los requisitos en esta nuestra ley contenidos”.112
“Por parte de la ciudad de Santiago de Guatemala nos fue representado que algunas
personas conducen, al puerto de Acajutla de aquella provincia,114 muchos vinos del Perú;
que, por ser fuertes, nuevos y por cocer, causan –a los indios generalmente– muy grande
daño, con que se acaban muy aprisa;115 además de ser causa de que tantos menos se lleven
de España, en perjuicio del comercio y derechos que nos pertenecen. Y Nos, por excusar
los daños referidos, mandamos que los vinos del Perú no se puedan traer ni traigan al
modere la de Filipinas, por haber crecido mucho con disminución de la de estos reinos,
en la Nueva España, ni en otra parte de las Indias, trate ni pueda tratar en las Islas Filipinas;
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[…] Y por hacer merced a los vecinos y habitantes, y que se conserve aquella
contratación en la parte que baste, tenemos por bien que solos ellos puedan contratar en la
Nueva España”.117
- “No puedan ir de Nueva España a Filipinas más que dos navíos cada año, de hasta
trescientas toneladas de porte […] y no se lleven de la Nueva España en ellos más que
“Al principio de las Indias, islas y tierra firme del Mar Océano, [que] se descubrieron por
nuestro mandado y se comenzaron a poblar, y después, hasta ahora, fue permitido por los
Reyes Católicos, nuestros abuelos, por justas causas y buena consideración, que algunos de
los indios, por no querer admitir la predicación de nuestra santa fe católica, antes resistir
con mano armada a los predicadores de ella, se les hiciese guerra; y los presos fuesen
“Ordenamos y mandamos que, de aquí adelante, por ninguna causa, de guerra ni otra
alguna, aunque sea so título de rebelión ni por rescate ni de otra manera,121 no se pueda
117
Felipe II en Madrid a 11 de enero de 1593, Felipe IV allí a 10 de febrero de 1635. Ibidem, lib. IX, tít. XLV,
ley 1.
118
Felipe II en Madrid a 11 de enero de 1595, Felipe III en Valladolid a 31 de diciembre de 1604. lib, IX, tít.
XLV, ley15.
119
Carlos V en Madrid a 2 de agosto de 1533. Cedulario de Alonso Zorita 1574. Beatriz Bernal, ed. Miguel
Ángel Porrúa. México, 1985; lib. I, tít. III, ley 6.
120
La emperatriz en Madrid a 12 de julio de 1530. Ibidem, lib. I, tít. III, ley 5.
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hacer esclavo indio alguno y queremos que sean tratados como vasallos nuestros de la
Corona de Castilla, pues lo son; y mandamos que de ello se tenga grandísimo cuidado y de
“Después de haber gobernado el virrey don Antonio de Mendoza en la Nueva España […]
y, según era muy querido y la falta que hacía, fue necesario le sucediese un tan principal
caballero –como le sucedió–, padre de todo este reino, como fue don Luis de Velasco, de
buena memoria […] No halló la tierra como don Antonio la del Perú, sino muy llana y muy
sujeta al servicio de S. M., obedeciendo sus cédulas y provisiones, como muy leales
vasallos; y no por falta de valor, que había en los vecinos, y disposición en la tierra; y aun
ocasión, porque lo fue muy grande quitar el servicio personal y los esclavos, que éstas
El servicio personal se sintió mucho, porque con él los vecinos tenían los
casa, la cual todos tenían muy llena; y el día que se quitó empezaron a comprarlo todo, y a
perdérseles las haciendas y verse en mucha necesidad, la que nunca habían tenido ni sabían
qué era.
[…] La otra pérdida que hubo en la tierra, del quitar los esclavos y libertarlos,
también fue muy grande; porque con ellos sacaban oro, labraban las minas de plata, […] y
el sembrar sus tierras y coger el fruto de ellas; al fin, que ellos sustentaban la tierra […]
Fuese la tierra reformando de servicios con comprar negros y tomar a jornal indios”.
121
La palabra “rescate” era un sinónimo de trueque; además de tener el mismo significado actual de recobrar,
recuperar.
122
Suárez de Peralta, Juan. Tratado del descubrimiento de las Indias (noticias históricas de la Nueva España)
[1589]. CONACULTA. México, 1990 (Cien de México); pp. 154-158.
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- “Mandamos que a todos los indios, […] y otras personas que, conforme a lo dispuesto,
ocupación, los sábados en la tarde, en mano propia; para que huelguen y descansen el
domingo; o cada día, como ellos quisieren. Y que tengan los ministros [de justicia] muy
- “El concierto que los indios o indias hicieren para servir, no pueda exceder el tiempo de
“En este reino hay muchos obrajes de paños, jerga y sayales, 126 en los cuales hay tanto
número de indios que, o presos unos por delitos y sentencias de jueces, y otros –que son los
más– habiendo entrado de su voluntad a servir por un mes, les van cebando los dueños de
los obrajes con zapatos, sombreros y medias y otras cosas; cargándoselas a excesivos
precios, de suerte que jamás se acaba la deuda; y vienen a morir con ella, presos en los
123
Felipe III en las Ordenanzas del servicio personal de 1601 y en Aranjuez a 10 de abril de 1608. Leyes de
Indias, lib. VI, tít. XV, ley 8.
124
Felipe III en Madrid a 10 de octubre de 1618. Ibidem, lib. VI, tít. XIII, ley 13.
125
“Advertimientos generales que el marqués de Villamanrique dio al virrey don Luis de Velasco en el
gobierno de la Nueva España. Texcoco, 14 de febrero de 1590”. Torre Villar, op. cit., p. 237.
126
Por obraje se entendía un taller en donde trabajaban decenas o cientos de personas. Principalmente,
confeccionaban textiles y sombreros.
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obrajes, al cabo de veinte años o más. Y, teniéndolos en esta cárcel perpetua, se hacen otros
“El rey. Por cuanto en mi Consejo Real de las Indias se tiene noticia de que el duque de
Alburquerque, siendo mi virrey de la Nueva España, hizo una ordenanza en que dispuso
que ningún español dueño de hacienda, ni otras personas que se sirviesen de indios –que
llaman gañanes–, no les presten dinero, ni fien ropa ni otras cosas; so pena que se darían
por perdidas todas las cantidades que alegasen haberles prestado y fiado. Y lo mucho que
convendría que en este caso cumpliesen los indios con pagarles no más que 5 pesos, aunque
alegasen los amos y dueños de hacienda haberles dado gruesas cantidades; por ser todas
fingidas y supuestas, y convenir por este medio y con esta cautela tenerlos por esclavos
toda la vida, y siendo libres. Con lo cual se evitarán muchos engaños, fraudes y dolos,
como lo hacen cada día con aquellos pobres naturales, a quienes fingen deudas y cantidades
que no han recibido ni deben, sólo a fin de que les sirvan toda la vida.
Y que también convendría mandar […] que a los indios gañanes –que de su
voluntad sirviesen en las haciendas– se les pague cada mes por su trabajo 6 pesos, además
de sus raciones de comida; y que a las mujeres de los otros indios –que también sirven– se
les den 3 pesos, y a los hijos –que asimismo sirven– 2 pesos cada mes, además de su
comida ordinaria, por el sumo intolerable trabajo que tienen; dándoles al presente sólo un
ínfimo salario, sin más tasa que la que quieren los dueños de haciendas, y que muchas
127
Dublán y Lozano, op. cit., tomo 1, núm. 2, pp. 7-9.
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9. LA EDUCACIÓN
“Lo que la ciudad de Tenuxtitlan-México pide e suplica a Su Majestad [S. M.] haga
merced, que conviene para la seguridad y perpetuación de toda la Nueva España; de que
llevan cargo y poder los señores licenciado Francisco de Loaisa y Peralmíndez Chirino,
veedor, es lo siguiente:
[…] Suplicar a S. M. sea servido de hacer merced a esta civdad e Nueva España de
que haya, en esta dicha ciudad, universidad de estudio de todas ciencias; por que los hijos
de los españoles y naturales las aprendan e se ocupen de toda virtud y buenos ejercicios, y
salgan y haya letrados de todas facultades, por que de mejor voluntad huelguen de
permanecer en la tierra; pues está notorio el mucho inconviniente y gastos que hay si los
[…] Y porque en esta dicha ciudad y Nueva España hay ya mucho número de
principales, y todas no se pueden casar, ansí por no tener con qué les dotar como por otros
justos impedimentos, suplíquese a S. M. sea servido dotar en esta ciudad dos monasterios:
uno de la Orden de señor San Francisco y otro de la Orden de señor Santo Domingo, en que
128
“Capítulos que por instrucción y delegación de la ciudad de México fueron expuestos ante S. M. por los
procuradores Loaiza y Cherinos. México, 28 de noviembre de 1542”. Cuevas, Mariano. Documentos inéditos
del siglo XVI para la historia de México. Porrúa. México, 1975; doc. XXIV, pp. 109-118.
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dos: una para leer y otra escribir; en donde se instruyen cerca de mil niños, ejercitando esta
caritativa religión esta caridad con los pobres, sin llevar el más leve estipendio por su
instruyen en virtud y en los rudimentos de nuestra santa fe católica; a más de que […] viven
como en un colegio, siguiendo sus horas de distribución. Comen en refectorio, que tienen
separado de la comunidad, y, en ínterin comen, tienen lección espiritual; y están con tanta
modestia como los novicios más austeros […] Regularmente, salen insignes plumarios y,
“Se han graduado en esta Universidad 29,882 bachilleres en todas facultades […]
Asimismo, se han graduado en esta Universidad 1,162 doctores y maestros. Corto número a
la verdad, y no correspondiente a la expectación de los que saben que sólo en esta capital ha
agregados los que se han instruido en los Colegios, conventos y Estudios particulares que
de los graduados.
129
San Vicente, Juan Manuel de. Exacta descripción de la magnífica corte mexicana, cabeza del Nuevo
Americano Mundo, significada por sus essenciales partes, para el bastante conocimiento de su grandeza; en:
Rubial García, Antonio. La ciudad de México en el siglo XVIII (1690-1780). Tres crónicas. CONACULTA.
México, 1990 (Cien de México); pp. 234-245
130
“Prólogo”. Constituciones de la Real y Pontificia Universidad de México. Segunda edición, dedicada al
rey nuestro señor don Carlos III. Imprenta de D. Felipe de Zúñiga y Ontiveros. México, 1775.
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[…] Sin embargo, con este corto número de graduados, ha dado esta Gran Madre
sujetos dignos de todas las dignidades y empleos a todos los tribunales eclesiásticos y
seculares de estos reinos y sus islas adyacentes y las Filipinas, y aún a algunos de la
europea. Han salido de su noble seno 84 señores arzobispos y obispos, de los cuales los tres
han sido indios, y muchos eminentes togados en las Reales Audiencias de México,
Guadalajara, Goatemala, Santo Domingo y Manila; […] que ha logrado también el honor
9.2. La evangelización
Católica (1451-1504).131
“Cuando nos fueron concedidas, por la santa Sede Apostólica, las islas y Tierra Firme del
Mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intención fue, al tiempo que lo
suplicamos al papa Alejandro VI, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión, de
procurar inducir y traer los pueblos de ellas y los convertir a nuestra santa fe católica, y
enviar a las dichas islas y Tierra Firme prelados y religiosos, clérigos y otras personas
doctas y temerosas de Dios, para instruir los vecinos y moradores de ellas a la fe católica, y
los doctrinar y enseñar buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida; según más
largamente en las letras de la dicha concesión se contiene. Suplico al rey, mi señor, muy
lo hagan y cumplan, y que éste sea su principal fin y en ello pongan mucha diligencia”.
131
Cláusula del testamento de la Reina Católica, doña Isabel, 1504. Recopilación de leyes de los reinos de las
Indias, mandadas imprimir y publicar por la majestad católica del rey don Carlos II, nuestro señor. Ivlián de
Paredes, impresor. Madrid, 1681; lib. VI, tít. X, ley 1. || Para mayor facilidad, en adelante denominaré a esta
obra Leyes de Indias.
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- “Porque los estipendios de los curas y doctrineros y otros beneficios eclesiásticos están
consignados y se pagan de nuestras Cajas y rentas Reales, […] mandamos a los Oficiales de
nuestra Real Hacienda que paguen a los prelados y clérigos de las iglesias de sus distritos lo
que hubieren de haber y les perteneciere, […] por los tercios de cada un año, luego que
Nueva España haya cátedra para que los doctrineros sepan la lengua de sus feligreses y los
puedan mejor instruir en nuestra santa fe católica: Ordenamos que el virrey funde e
públicamente las lenguas de que los indios usan más generalmente en aquella provincia”.133
- “Encargamos a los prelados de nuestras Indias que pongan mucho cuidado en castigar a
“Los clérigos quieren que les den servicio para sus casas, y indias para hacer tortillas de
maíz […] Los clérigos tienen consigo –como se ha dicho– parientes y amigos y allegados, y
negros y mestizos; y para todos hacen que les den comida y servicio y vino y especies […]
132
Carlos I y el príncipe gobernador en Monzón de Aragón a 25 de noviembre de 1552; Felipe II en Aranjuez
a 5 de junio de 1592 y en Madrid a 17 de enero de 1593; Felipe III en Valladolid a 10 de febrero de 1601.
Leyes de Indias, lib. I, tít. VII, ley 17.
133
Felipe IV en El Pardo a 7 de febrero de 1627. Leyes de Indias, lib. I, tít. XXII, ley 49.
134
Felipe II en Madrid a 18 de marzo de 1597, y Felipe IV. Leyes de Indias, lib. I, tit. VII, ley 44.
135
“Parecer del Dr. Alonso de Zorita acerca de la doctrina y administración de los sacramentos a los
naturales”, fecho en Granada el 1º de marzo de 1584. Cuevas, op. cit., doc. LXIII, pp. 331-354.
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Ellos y sus deudos están de asiento en el pueblo, entendiendo en sus granjerías de cacao y
[…] A ellos y a sus deudos –y a los demás que se ha dicho– les ayudan, para sus
teniente, donde los hay– son todos amigos para sus tratos y granjerías, y disimulan unos
con otros; que no es poco notado y murmurado entre los del pueblo. Y cuando se vienen a
saber sus excesos es cuando sobre sus tratos hay entre ellos diferencias”.
“Sumario de algunas cosas que S. M. manda se enseñen y den a entender a los indios
[…] Que no han de tener los dichos indios, en público ni en secreto, ni en los
montes –que son adoratorios–, algunos de sus demonios, sino las iglesias que los cristianos
hicieren; porque los cristianos que hacen semejantes cosas caen en pena de muerte.
[…] Item, que se guarden del abominable pecado; porque los cristianos que lo hacen
son quemados.
[…] Item, han de ser persuadidos que los hombres que se casaren no tengan más que
una mujer; dándoles a entender que el matrimonio es sólo con una mujer, mientras aquella
vive, y que los hijos que de aquella han, son legítimos y éstos heredan sus bienes y no los
otros.
[…] Que los principales y sus mujeres anden vestidos de la ropa de la tierra, y los
136
Madrid a 30 de marzo de 1536. Cedulario de Alonso Zorita 1574, lib. I, tít. II, ley 16.
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Imagen del Códice Florentino, elaborado hacia la década de 1570, que plasma a un alfarero
indígena, vestido a la española pero con tilma y descalzo.137
“Mandamos que los domingos y fiestas de guardar no trabajen los indios ni los negros ni
mulatos, y que se dé orden que oigan todos misa y guarden las fiestas como los otros
cristianos son obligados; y en ninguna ciudad, villa o lugar los ocupen en edificios ni obras
públicas”.
137
Sahagún, Bernardino de. Historia general de las cosas de Nueva España. Libro X, cap. XXIII. Biblioteca
Digital Mundial. Enlace: https://www.wdl.org/es/item/10096 (consultado el 14 de octubre de 2018).
138
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 21 de septiembre de 1541, y el cardenal gobernador en
Fuensalida a 26 de octubre de 1541. Leyes de Indias, lib. I, tít. I, ley 17.
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