Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
0% encontró este documento útil (0 votos)
20 vistas47 páginas

Hist Mex Unidad 2

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 47

1

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA

HISTORIA DE MÉXICO II

Mtro. en Historia Akira Gustavo Casillas de la Vega

UNIDAD I. EL VIRREINATO DE LA NUEVA ESPAÑA

1. EL GOBIERNO SOBERANO

1.1. La Corona española

A) El Consejo de Indias, fundado en 1524, para el gobierno de las provincias

hispanoamericanas.1

“Establecemos y ordenamos que siempre en nuestra corte residan, cerca de Nos, 2 en el

nuestro Consejo de las Indias: un presidente de él y los consejeros letrados que la

ocurrencia y necesidad de los negocios demandare, que por ahora sean ocho; […] que todos

1
Carlos I y la reina Juana en 1542; Felipe II en El Pardo a 24 de septiembre de 1571, en las Ordenanzas del
Consejo, y Felipe IV en las de 1636. Recopilación de leyes de los reinos de las Indias, mandadas imprimir y
publicar por la majestad católica del rey don Carlos II, nuestro señor. Ivlián de Paredes, impresor. Madrid,
1681; lib. II, tít. II, ley 2. || Siguiendo a la historiografía tradicional, en adelante denominaré a esta obra Leyes
de Indias.
2
Este “Nos” va en mayúscula inicial porque se refiere a los monarcas en general de España; es decir, a la
Corona como institución y no a cada rey como individuo. A dicha expresión se le llama la “persona
mayestática” (palabra latina de la que proviene el términos majestad).

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
2

sean personas aprobadas en costumbres, nobleza y limpieza de linaje,3 temerosos de Dios y

escogidos en letras y prudencia.

[…] Por que los del nuestro Consejo de las Indias con más poder y autoridad nos

sirvan y ayuden a cumplir la obligación que tenemos al bien de tan grandes reinos y

señoríos, es nuestra merced y voluntad que el dicho Consejo tenga la jurisdicción suprema 4

de todas las nuestras Indias occidentales, descubiertas y que se descubrieren; […] y, para la

buena gobernación y administración de justicia, pueda ordenar y hacer, con consulta

nuestra, las leyes […] que, por tiempo, para el bien de aquellas provincias convinieren”.

1.1.1. La Real Hacienda

∙ La administración de los bienes regios.

- “Todo lo que se cobrare, y recibieren nuestros Oficiales [Reales], y nos perteneciere: de

quintos […] de oro, perlas, piedras, plomo, cobre y estaño; tributos de indios de nuestra

Real Corona; diezmos y novenos;5 […] derechos de almojarifazgo y todos los demás

contrabandos y descaminos a Nos aplicados, y cuanto nos tocare y perteneciere por

3
La “limpieza de sangre” implicaba que fueran “cristianos viejos”; es decir, que sus abuelos, “por los cuatro
costados”, fueran católicos. En otras palabras, no debían ser “cristianos nuevos” o recién convertidos del
Islam o del judaísmo al cristianismo.
4
Jurisdicción, en estricto sentido, significa la “facultad o poder que se concede para el gobierno en la decisión
de las causas”; pero, en amplio sentido, se extendía a “la autoridad, poder o dominio sobre otro”. Diccionario
de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las
phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes y otras cosas convenientes al uso de la lengua,
dedicado al rey nuestro señor don Phelipe V, que Dios guarde, a cuyas expensas se hace esta obra. 6 tomos.
Imprenta de Francisco del Hierro. Madrid, 1726-1739; tomo 4, p. 334. | A fin de evitar confusiones, y
siguiendo la tradición historiográfica, en adelante denominaré a esta obra Diccionario de Autoridades. ||
Digitalizado por la Real Academia Española (RAE). Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española:
http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle.
5
“Declaramos que los dos novenos reservados a Nos en los diezmos de las iglesias catedrales metropolitanas,
catedrales y parroquiales de nuestras Indias pertenecen a nuestro Patrimonio Real; y, la cobranza y
administración de ellos, a los Oficiales de nuestra Real Hacienda”. Carlos I en Madrid a 3 de octubre de
1539; confirmada por Felipe III en Madrid a 10 de diciembre de 1617 y 10 de noviembre de 1618. Leyes de
Indias, lib. I, tít. XVI, ley 24.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
3

cualquier causa o razón, han de cobrar nuestros Oficiales Reales, […] poniéndolo dentro en

nuestra Caja”.6

- “Ordenamos y mandamos a los oficiales de nuestra Real Hacienda que remitan a estos

reinos,7 en cada un año, todo el dinero, plata y oro que tuvieren en su poder y se hallare en

nuestras Cajas Reales”.8

B) Ley relativa a la conquista y población de América.9

“Mandamos que ningún descubrimiento, nueva navegación ni población se haga a costa de

nuestra Hacienda”.

1.1.2. El Real Patronato

∙ De acuerdo a leyes promulgadas en la década de 1570.10

“Por cuanto el derecho del patronazgo eclesiástico nos pertenece en todo el estado de las

Indias, así por haberse descubierto y adquirido aquel Nuevo Mundo, edificado y dotado en

él las iglesias y monasterios a nuestra costa y de los señores Reyes Católicos, nuestros

antecesores, como por habérsenos concedido por bulas de los Sumos Pontífices: […]

Ordenamos y mandamos que este derecho de patronazgo de las Indias, único e in solidum,

siempre sea reservado a Nos y a nuestra Real Corona, y no pueda salir de ella”.

6
Felipe II, Ordenanzas de Oficiales Reales, de 1579. Ibidem, lib. VIII, tít. VIII, ley 3.
7
Con esta expresión, la Corona se refiere a los territorios ubicados en la península ibérica.
8
Felipe III, en Madrid a 2 de marzo de 1608 y a 11 de diciembre de 1619. Ibidem; lib. VIII, tít. XXX, ley 1.
9
Felipe II, en el Bosque de Segovia, a 13 de julio de 1573. Ibidem, lib. VI, tít. I, ley 17.
10
Felipe II en San Lorenzo a 1 de junio de 1574, en Madrid a 21 de febrero de 1575. Ibidem, lib. I, tít. VI, ley
1.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
4

1.2. El virrey y la Real Audiencia

1.2.1. Sus facultades

A) Los virreyes.

- “Establecemos y mandamos que los reinos de El Perú y Nueva España sean regidos y

gobernados por virreyes, que representen nuestra Real Persona, y tengan el gobierno

superior […] de aquellas provincias”.11

- “Los que hubieren de ser proveídos para virreyes del Perú y Nueva España, […] pongan

su primero y mayor cuidado en procurar que Dios Nuestro Señor sea servido, y su Santa

Ley predicada y dilatada en beneficio de las almas de los naturales y habitantes en aquellas

provincias; y las gobiernen en toda paz, sosiego y quietud, procurando que sean

aumentadas y ennoblecidas; […] y tengan muy especial cuidado del buen tratamiento,

conservación y aumento de los indios; y especialmente del buen recaudo, administración,

cuenta y cobranza de nuestra Real Hacienda”.12

- “Constituimos y nombramos a los virreyes del Perú y Nueva España por capitanes

generales de las provincias de sus distritos; y permitimos que puedan ejercer en ellas este

cargo, por mar y tierra, en todas las ocasiones que se ofrecieren, por sus personas”.13

- “Ordenamos y mandamos que los virreyes del Perú y Nueva España sean presidentes de

nuestras Reales Audiencias de Lima y México”.14

11
Carlos I en Barcelona a 30 de noviembre de 1542; Felipe II en Bruselas a 15 de diciembre de 1552 y en
Madrid a 17 de febrero de 1567; Carlos II y la reina gobernadora. Ibidem, lib. III, tít. III, ley 1.
12
Felipe II en Bruselas a 15 de diciembre de 1588; Felipe III en El Escorial a 19 de julio de 1614. Ibidem, lib.
III, tít. III, ley 2.
13
Felipe III, en El Escorial, a 19 de julio de 1614; Felipe IV, en Madrid, a 18 de febrero de 1628. Ibidem, lib.
III, tít. III, ley 3.
14
Ibidem, lib. III, tít. III, ley 4.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
5

B) La jurisdicción de los oidores de la Real Audiencia.15

“Mandamos a las Audiencias que, en el conocimiento de los negocios y pleitos civiles y

criminales, guarden las leyes de estos nuestros reinos de Castilla […] y provean de forma

que los delitos no queden sin castigo”.16

1.3.2. Las limitantes a su poder

A) Las relaciones entre el virrey y la Real Audiencia de México.

- “Conviene a nuestro servicio señalar tiempo limitado en que los virreyes del Perú y Nueva

España sirvan sus cargos; y por la presente declaramos que […] los sirvan por tiempo de

tres años, más o menos, el que fuere nuestra voluntad”.17

- “Está ordenado que en todos los casos que se ofrecieren de justicia, dejen los virreyes

proceder a los oidores de nuestras Reales Audiencias, conforme a Derecho”.18

B) Legislación que pretendía evitar que se corrompieran, promulgada entre 1530 y 1636.

- “Mandamos que ningún pariente, por consanguinidad ni afinidad, […] de los del Consejo

de Indias, […] ni de los virreyes, presidentes ni oidores de las Audiencias, […] puedan ser

proveídos en ningún oficio, dignidad ni beneficio, perpetuo ni temporal, de las Indias; […]

pena de que los proveídos pierdan los oficios y salarios que de ellos hubieren llevado”.19

15
En el espacio que hoy ocupa la República mexicana se contaban a tres Reales Audiencias: la del reino de la
Nueva España (con sede en la ciudad de México), la del reino de la Nueva Galicia (con sede en Guadalajara)
y la del reino de Guatemala (con sede en la urbe del mismo nombre).
16
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 24 de abril de 1545. Ibidem, lib. II, tít. XV, ley 57.
17
Carlos I en Bruselas a 10 de marzo de 1555; Felipe IV en Madrid a 18 de noviembre de 1659 y en 9 de
marzo de 1653, a 26 de febrero de 1660 y 30 de diciembre de 1663. Ibidem, lib. III, tít. III, ley 71.
18
Felipe III, en San Lorenzo, a 26 de abril de 1618, en Santarém, a 13 de octubre de 1619 y, en San Lorenzo,
a 5 de septiembre de 1620; Felipe IV, a 7 y 11 de junio de 1621. Ibidem, lib. III, tít. III, ley 36.
19
Felipe II, en las Ordenanzas del Consejo; Felipe IV, en 1636. Ibidem; lib. II, tít. II, ley 36.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
6

- “Los presidentes y oidores no reciban –de ningún género de personas– dineros prestados

ni otras cosas, dádivas ni presentes, en poca o en mucha cantidad, so las penas contenidas

en las leyes y pragmáticas de estos reinos; […] y no tengan familiaridad estrecha con

personas eclesiásticas ni seglares, ni la permitan a sus familias; y en limpieza y buen

ejemplo procedan todos como deben”.20

- “Ordenamos y mandamos que los presidentes, oidores, alcaldes del crimen y fiscales no

tengan de ninguna suerte granjerías de ganados, mayores ni menores, ni estancias ni

labranzas, ni tratos de mercaderías, ni otras negociaciones ni labores, por sus personas ni

por otras interpuestas; […] pena de la nuestra merced y de perdimiento de sus oficios y de

todo lo que contrataren y granjerías que tuvieren”.21

C) Su obligación de rendir cuentas: la “residencia”.

- “Con todo desvelo y cuidado deben los jueces de residencia saber y averiguar los buenos

y malos procedimientos de los residenciados, para que los buenos sean premiados y

castigados los malos”.22

- “Ordenamos que, el que hubiere tenido oficio [público], no pueda ser promovido a otro

sin haber dado primero residencia del primero, […] y de haber dado cuenta de lo que fue a

su cargo”.23

20
Felipe II en Badajoz a 3 de junio de 1580; Felipe III en San Lorenzo a 5 de septiembre de 1620. Ibidem, lib.
II, tít. 16, ley 69.
21
Carlos I y la reina de Bohemia gobernadora en Valladolid a 29 de abril de 1549; Maximiliano y la reina allí
a 16 de abril y 2 de mayo de 1550, y Felipe II allí a 9 de mayo de 1569. Ibidem, lib. II, tít. 16, ley 54.
22
Felipe III, en San Lorenzo a 5 de junio de 1620. Ibidem, lib. V, tít. XV, ley 32.
23
Felipe III, en Madrid a 30 de enero de 1618. Ibidem, lib. III, tít. 2, ley 6.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
7

2. LOS GOBIERNOS REGIONALES

2.1. Los corregidores y los alcaldes mayores

A) La jerarquía administrativa en el Imperio español.24

“Por cuanto en lo que hasta ahora se ha descubierto de nuestros reinos y señoríos de las

Indias están fundadas doce Audiencias y Cancillerías Reales;25 […] para que nuestros

vasallos tengan quién los rija y gobierne en paz y en justicia, sus distritos se han dividido

en Gobiernos, Corregimientos y Alcaldías Mayores, […] y están subordinados a las Reales

Audiencias; y todos a nuestro Supremo Consejo de las Indias, que representa a nuestra Real

Persona”.

B) Las facultades de dichos oficiales públicos.26

“Mandamos a los gobernadores, corregidores alcaldes mayores, y sus tenientes, que traigan

en su mano la vara de nuestra Real Justicia, y no salgan en público sin ella; pues es la

insignia por la cual son conocidos los jueces, a quien han de acudir las partes a pedirla, para

que se les administre igualmente; y oigan a todos con benignidad, de manera que sin

impedimento sean desagraviados y fácilmente la consigan”.27

C) Los requisitos que debían cumplir, desde la época de los Reyes Católicos.

- “Mandamos que ningún letrado pueda haber –ni haya– oficio ni cargo de Justicia […] en

el nuestro Consejo, ni en las nuestras Audiencias ni Chancillerías, ni en ninguna ciudad,

24
Felipe IV. Ibidem, libro II, título XV, ley 1.
25
Las Reales Audiencias tenían el apelativo de Cancillerías porque todas las sentencias que emitían eran
rubricadas con el sello del rey y porque el canciller tenía la facultad de cancelar los documentos falsos.
26
Carlos I y la reina de Bohemia gobernadora en Valladolid a 4 de septiembre de 1551; Felipe II y la princesa
gobernadora allí a 5 de septiembre de 1558 y en Madrid a 3 de febrero de 1560 y a 15 de febrero de 1575;
Felipe IV en Madrid a 4 de octubre de 1615. Ibidem, lib. V, tít. II, ley 9.
27
Felipe II en Badajoz a 26 de agosto y 18 de septiembre de 1550. Ibidem, lib. V, tít. II, ley 11.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
8

villa ni lugar de nuestros reinos,28 si no constare, por fe de los notarios de los Estudios,

haber estudiado en los estudios de cualquier universidad de estos nuestros reinos, […]

estudiando Derecho canónico o civil,29 a lo menos, por espacio de diez años; y que hayan

edad de 26 años por lo menos”.30

- “Ordenamos y mandamos que los gobernadores, corregidores y alcaldes mayores no sean

admitidos al uso y ejercicio de sus oficios si no presentaren el inventario de todos sus

bienes y hacienda que tuvieren al tiempo que Nos les hiciéremos merced; y los que se

hallaren en las Indias, le hagan y presenten ante las Audiencias Reales del distrito”.31

2.3.2. En las provincias indígenas

A) Sus obligaciones.

- “Mandamos a los corregidores y alcaldes mayores que cobren, por los tercios del año, los

tributos incorporados en la Corona; y los remitan a la Caja del distrito. Y para más

seguridad, den fianzas –al tiempo que fueren proveídos– de que cumplirán con esta

obligación y harán entero y cumplido pago de lo que montaren”.32

- “Luego que reciban la provisión y despacho de sus oficios, hagan juramento en forma de

guardar las leyes y ordenanzas y lo tocante a esta instrucción:

28
Por “Justicias”se entendía a todos los jueces de la Corona.
29
El Derecho canónico era el que regía las relaciones entre los sacerdotes y los jerarcas de la Iglesia católica.
En tanto que el Derecho civil se refería a las relaciones entre los vasallos y su monarca.
30
En aquella época, la mayoría de edad se alcanzaba a los 25 años o cuando se contraía matrimonio. Don
Fernando y doña Isabel en Barcelona, a 6 de julio de 1493. Recopilación de las leyes destos reynos, hecha por
mandado de la magestad cathólica del rey don Philipe segundo, nuestro señor. Casa de Andrés de Angulo.
Alcalá de Henares, 1569; lib. III, tít. IX, ley 2. || Con el fin de evitar confusiones, y siguiendo la tradición
historiográfica, en adelante denominaré a esta obra Nueva recopilación.
31
Felipe IV en Madrid a 5 de diciembre de 1622. Leyes de Indias, lib. V, tít. II, ley 8.
32
Felipe II en Madrid a 18 de febrero de 1588. Ibidem, libro VI, tít. IX, ley 9.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
9

Capítulo 1. Cuiden de que los indios sean industriados y bien administrados en la

doctrina cristiana y en los santos sacramentos, y que sean bien tratados; y de lo que en esto

hubiere falta, den cuenta al virrey.

[…] Cap. 11. No traten ni contraten en su jurisdicción.

[…] Cap. 13. Cuiden de que los indios no anden vagamundos, trabajen y siembren

sus milpas, conforme lo ordenado; […] sin que por razón de esto se les lleve pena

pecuniaria.

Cap. 14. Cuiden de que en su jurisdicción se aderecen y reparen los caminos,

puentes y Casas de Comunidad, sin que los indios se graven más unos que otros.

[…] Cap. 38. No puedan comprar ni adquirir en su jurisdicción, por sí ni por

interpósitas personas, tierras ni posesiones algunas, no sólo durante el tiempo de sus oficios

pero ni en seis años después, so las penas impuestas en la orden y prohibición que hay

sobre esto”. 33

3. LOS GOBIERNOS LOCALES

3.1. El Ayuntamiento

A) El primer Concejo o Cabildo en el territorio novohispano, en 1519, según las palabras

de Bernal Díaz del Castillo, testigo del acontecimiento.34

“Y luego, ordenamos de hacer y fundar y poblar una villa, que se nombró la Villa Rica de

la Vera Cruz; […] fundada la villa, hicimos alcaldes y regidores, […] se puso picota en la

plaza y, fuera de la villa, una horca”.

33
Instrucción y orden de gobierno de 11 de enero de 1611. Montemayor, autos acordados, auto 58, f. 24v.
34
Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Alonso Remon, ed.
Imprenta del Reino. Madrid, 1632; cap. XLII, f. 29.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
10

B) Los alcaldes.35

“Para el buen regimiento, gobierno y administración de justicia de las ciudades y pueblos

de españoles de las Indias, […] es nuestra voluntad que sean elegidos cada año, en la forma

que hasta ahora se ha hecho y fuere costumbre, dos alcaldes ordinarios; los cuales

mandamos que conozcan en primera instancia […] en cuanto a lo civil y criminal. Y las

apelaciones que se interpusieren de sus autos y sentencias vayan a las Audiencias”.

C) El Regimiento.

“Mandamos que los alcaldes ordinarios no se introduzgan en las materias de gobierno, así

en las ciudades y villas como en su jurisdicción; ni hagan posturas en los mantenimientos ni

otras cualesquier cosas que se vendieren”.36

D) Las facultades legislativas del Ayuntamiento.37

“Por la presente damos licencia y facultad a las ciudades de las nuestras Indias para que

puedan hacer las ordenanzas que les pareciere ser necesarias y convenientes a la buena

administración de su república. Las cuales les tenemos por bien que se guarden y cumplan

y ejecuten siendo aprobadas por el nuestro virrey de aquella tierra; el cual pueda quitar y

añadir de nuevo las que le pareciere convenir; […] y puedan usar de ellas los pueblos,

entretanto que por Nos otra cosa se provee”.

35
Carlos I en 1537. Leyes de Indias, lib. V, tít. III, ley 1.
36
Felipe II, en El Pardo a 16 de noviembre de 1573. Ibidem, ley 11.
37
Felipe II en Valladolid a 1º de septiembre de 1558. Cedulario de Alonso Zorita 1574. Beatriz Bernal, ed.
Miguel Ángel Porrúa. México, 1985; p. 327.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
11

E) La enajenación de oficios.38

“Por cuanto una de las mayores y más conocidas regalías de nuestra Real preeminencia y

señorío es la creación y provisión de los oficios públicos, tan necesarios a la buena

administración de justicia, […] como tan importantes al buen gobierno de nuestros estados,

[…] y éstos son de dos especies: unos con jurisdicción y otros con alguna participación de

ella, que no la tienen derechamente; y las necesidades generales y públicas han obligado a

que –reservando los de la primera especie– se beneficien los de la segunda, para aumento

de nuestra hacienda Real.

[…] Nuestra voluntad es, y mandamos, que sean vendibles y renunciables los

oficios siguientes, como hasta ahora se ha observado, según nuestras resoluciones, general

y especialmente, dadas: alguaciles mayores de las Audiencias, escribanos de Cámara de las

Audiencias, […] regidores de ciudades y villas”.

3.1.2. La traza urbana y el ejido

A) La fundación de las ciudades.39

“Para haber de poblar –así lo que está descubierto, pacífico y debajo de nuestra obediencia

como en lo que, por tiempo, se descubriere y pacificare– se guarde el orden siguiente:

[…] Elegida la región, provincia o comarca y tierra por los descubridores expertos,

elíjanse los sitios para fundarse pueblos, cabeceras y sujetos, sin perjuicio de los indios.

[…] Llegando al lugar donde se se ha de hacer la población –el cual mandamos que

sea de los que estuvieren vacantes–, […] se haga la planta del lugar, repartiéndola por sus

38
La reina doña Juana en Segovia a 15 de octubre de 1522, Carlos I en 1557; Felipe II en Lisboa a 13 de
noviembre de 1581 y a 6 de abril de 1591; Felipe III en Aranjuez a 17 de julio de 1610; Felipe IV en Zaragoza
a 11 de octubre de 1645. Leyes de Indias, lib. VIII, tít. 20, ley 1.
39
Felipe II en El Bosque de Segovia a 13 de julio de 1573. Encinas, ff. 232-246.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
12

plazas y calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor, y desde allí

sacando las calles a las puertas y caminos principales.

[…] Toda la plaza a la redonda, y las cuatro calles principales que de ellas salen,

tengan portales, porque son de mucha comodidad para los tratantes que aquí suelen

concurrir.

[…] Para el templo de la iglesa mayor, parroquia o monasterio, se señalen solares,

los primeros después de las plazas y calles.

[…] Los demás solares se repartan por suerte a los pobladores, continuándolos a los

que corresponden a la plaza mayor; y los que restaren queden para Nos, para hacer merced

de ellos a los que después fueren a poblar, o lo que la nuestra merced fuere.

[…] Señálese a la población ejido, en tan competente cantidad que, aunque la

población vaya en mucho crecimiento, siempre quede bastante espacio adonde la gente se

pueda salir a recrear y salir los ganados sin que hagan daño.

Confinando con los ejidos, se señalen dehesas: para los bueyes de labor, y para los

caballos y para los ganados de la carnicería, y para el número ordinario de ganados que los

pobladores –por ordenanza– han de tener; y en alguna buena cantidad más para que se

acojan para Propios del Concejo; y lo restante se señale en tierras de labor, de que se hagan

suertes, en la cantidad que se ofreciere, de manera que sean tantas como los solares que

puede haber en la población; […] y los demás queden para Nos, para que hagamos merced

a los que después fueren a poblar”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
13

3.1.1. Las milicias urbanas

A) Según una ley de 1613.40

“A instancia de la ciudad de Cartagena, y otras de las Indias, se dan patentes de capitanes

de infantería a algunos vecinos que tienen a su cargo las compañías, formadas de la gente

de sus distritos”.

3.2. Las “Repúblicas de indios”

A) Normatividad promulgada entre 1549 y 1642.41

- “A Nos se ha hecho relación que al bien de los naturales de esas partes convendría que se

juntasen e hiciesen pueblos de muchas casas juntas, en las comarcas que ellos eligiesen,

porque estando –como agora están– cada casa por sí y aun en cada barrio, no pueden ser

doctrinados como convendría, ni promulgarles las leyes que se hacen en su beneficio, ni

gozar de los sacramentos de la eucaristía y otras cosas de que se aprovecharían y valdrían

estando en pueblos juntos y no derramados; y que en en todos los pueblos que estuviesen

hechos –y se hicieren– era bien que se criasen y proveyesen alcaldes ordinarios, para que

hiciesen justicia en las cosas civiles; y también regidores cadañeros, de los mismos indios,

que los eligiesen ellos, los cuales tuviesen cargo de procurar el bien común; y se

proveyesen, ansímismo, alguaciles y otros oficiales necesarios, como se hace y acostumbra

hacer en la provincia de Tlaxcala y en otras partes; y que también tuviesen cárcel en cada

pueblo, para los malhechores; […] y que se persuadiese a los dichos indios que tuviesen

ganados, al menos ovejunos y puercos, en común o [en] particular; […] y que a todo lo

40
Felipe III en El Pardo a 19 de noviembre de 1613. Leyes de Indias, lib. III, tít. XII, ley 18.
41
Valladolid, 9 de octubre de 1549. Konetzke, Richard. Colección de documentos para la historia de la
formación social de Hispanoamérica, 1493-1810. Vol. 1, 1493-1592. Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC). Madrid, 1962; tomo 1, doc. 173, pp. 260-261.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
14

susodicho debían ser los dichos indios persuadidos por la mejor y más blanda y amorosa

vía que ser pudiese, pues era todo en su provecho y beneficio.

[…] Vos mando que veáis lo susodicho y, platicado cerca de todo ello con los

prelados de las provincias sujetas a esa Audiencia, poco a poco ordenaréis sobre ello lo que

viéredes que conviene”.

“Que en los oficios de gobernadores, alcaldes y oficiales de república de los pueblos de

indios no puedan ser electos españoles, mestizos, mulatos ni otros mezclados, sino que

hayan de ser meramente indios de padre y madre”.42

B) El erario concejil y sus ingresos, a partir de 1577.43

“Que, para las cargas comunes que tienen que pagar los indios, [a]demás del tributo

ordinario, hagan sus sementeras de maíz –o de trigo donde se llevare–, a comunidad; de que

se haga la paga, y no en reales, por que no dejen de trabajar pagándolo en dinero […] Y se

junten para este cultivo entre ellos, haciendo que los mandones los hagan trabajar;

reservándose solamente del dicho trabajo el gobernador y alcaldes de cada uno de los

pueblos, los cuales se ocupen en la solicitud de dichas sementeras, y hagan y beneficien y

vendan el fruto, y lo procedido se ponga en la Caja de Comunidad; […] y tengan las llaves:

el gobernador, un alcalde y un mayordomo, los cuales asistan para sacar lo que hubiere de

gastarse, con cuenta y razón, para en pro de su república, asentando en un libro lo que así se

gastare.
42
Ordenanza de 23 de agosto de 1642. Beleña, núm. 49, f. 25.
43
Auto acordado de 3 de septiembre de 1577, cofirmado por capítulo de cédula fecha en Lisboa a 4 de junio
de 1582. Montemayor de Cuenca, Juan Francisco. Recopilación sumaria de algunos autos acordados de la
Real Audiencia y Chancillería de la Nueva España, que reside en la ciudad de México [1678]; en: Ventura
Beleña, Eusebio. Recopilación sumaria de todos los autos acordados de la Real Audiencia y Sala del Crimen
de esta Nueva España [1787]. 2 tomos. María del Refugio González, ed. UNAM. Instituto de Investigaciones
Jurídicas. México, 1981 (Serie A. Fuentes, b) Textos y estudios legislativos, 27); núm. XC, p. 54. | Este
mandamiento fue avalado por una ordenanza de Felipe II en Lisboa a 4 de junio de 1582. Leyes de Indias, lib.
VI, tít. IV, ley 31.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
15

Y porque no han de ir las mujeres, ni las solteras o viudas, se ha de cobrar de cada

una de ellas un real para la dicha comunidad”.

C) La sustentación del templo católico.44

“Que el gasto de los edificios de las iglesias de los pueblos de indios se haga a costa de los

tributos que pagan al rey, y a los encomenderos, y se gaste todo lo que fuere menester hasta

acabar la obra; con que la cantidad que así se tomare para esto no exceda de la cuarta parte

de los dichos tributos”.

5. LOS DERECHOS Y LAS OBLIGACIONES DE LA POBLACIÓN

∙ La religión oficial.45

“Dios nuestro Señor, por su infinita misericordia y bondad, se ha servido de darnos –sin

merecimientos nuestros– tan grande parte en el señorío de este mundo; […] y teniéndonos

por más obligado que otro ningún príncipe del mundo a procurar su servicio y la gloria de

su Santo Nombre: […] Mandamos a los naturales y españoles, y otros cualesquier

cristianos de diferentes provincias o naciones, estantes o habitantes en los dichos nuestros

reinos y señoríos, islas y Tierra Firme, que […] firmemente crean y simplemente confiesen

el misterio de la Santísima Trinidad, […] los artículos de la santa fe y todo lo que tiene,

enseña y predica la Santa Madre Iglesia Católica Romana.

Y si con ánimo pertinaz y obstinado erraren, y fueren endurecidos en no creer lo que

la Santa Madre Iglesia tiene y enseña, sean castigados con las penas impuestas por

Derecho”.

44
Carlos I en Monzón a 2 de agosto de 1533. Montemayor y Córdova de Cuenca, Juan Francisco. Sumarios
de las cédulas, órdenes y provisiones Reales que se han despachado por Su Majestad para la Nueva España y
otras partes. Imprenta de la viuda de Bernardo Calderón. México, 1678; lib. V, tít. VII, sum. 4; f. 209v.
45
Leyes de Indias, lib. I, tít. I, ley 1.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
16

4.1. Los “españoles”

A) Sus obligaciones fiscales.

- “Por cuanto pertenecen a Nos los diezmos eclesiásticos de las Indias, por concesiones

apostólicas de los Sumos Pontífices, mandamos a los Oficiales de nuestra Real Hacienda de

aquellas provincias que hagan cobrar y cobren todos los diezmos que son debidos, y

hubieren de pagar los vecinos, de sus labranzas y crianzas, de las especies y de la forma que

está en costumbre pagarse”.46

- “La alcabala, de lo que se vende y compra universalmente por todos, es un derecho tan

antiguo y justificado de los reyes de Castilla, como es notorio; y, por esta razón, debido en

los reinos de las Indias”.47

4.2. Los “indios”

A) Su derecho a los matrimonios mixtos.48

“Es nuestra voluntad que los indios e indias tengan, como deben, entera libertad para

casarse con quien quisieren, así con indios como con naturales de estos reinos, o españoles

nacidos en las Indias, y que en esto no se les ponga impedimento”.

B) Sus obligaciones fiscales.

- “Que los indios de edad de 25 años, aunque estén debajo de la patria potestad y no sean

casados, paguen tributo”.49

46
Carlos I en Pamplona a 22 de octubre de 1523; Felipe II en Madrid a 16 de junio de 1572. Leyes de Indias,
lib. I, tít. XVI, ley 1.
47
Felipe II en El Pardo a 1 de noviembre de 1591. Leyes de Indias, lib. VIII, tít. XIII, ley 1.
48
Fernando y Juana, los Católicos, en Balbuena a 19 de octubre de 1514 y en Valladolid a 5 de febrero de
1515; Felipe II y la princesa gobernadora allí a 18 de octubre de 1556. Leyes de Indias, lib. VI, tít. I, ley 2.
49
Felipe II en Madrid a 5 de julio de 1578. Montemayor, lib. V, tít. VII, sum. 28; f. 214.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
17

- “Que los indios que pasaren de 55 años, y las indias de cincuenta, dejen de pagar

tributo”.50

C) Las limitantes a sus derechos.

- “Ordenamos y mandamos que ninguno venda ni rescate armas, ofensivas ni defensivas, a

los indios”.

- “Prohibimos que los indios anden a caballo, y mandamos a las Justicias que así lo hagan

guardar y ejecutar sin remisión alguna”.51

- “Que ningunos indios, juntos o de por sí, puedan andar de noche, por las calles: desde

primero de octubre hasta fin de marzo, que es el invierno, de las ocho de la noche para

arriba; y desde primero de abril hasta fin de septiembre de cada año, que es el verano, desde

las nueve de la noche para arriba; pena de […] cien azotes por la primera vez, y por la

segunda vez […] otros cien azotes y tres años de galeras”.52

4.2.1. Su acceso a un Derecho especial

A) Las exenciones fiscales.

“Que los indios que trataren en mercaderías de Castilla paguen la alcabala; pero de la tierra

y de sus cosechas no la paguen”.53

B) Su carácter de miserabilidad, en la opinión de un jurisperito, que escribió en el primer

tercio del siglo XVII.54

50
Felipe II en Madrid a 26 de mayo de 1573. Montemayor, lib. V, tít. VII, sum. 27; f. 214.
51
Felipe II en Madrid a 19 de julio de 1568, en Córdoba a 1 de marzo de 1570. Leyes de Indias, lib. VI, tít. I,
ley 33.
52
Ordenanza de 24 de octubre de 1623. Montemayor, ordz. 47, f. 15v.
53
Auto acordado de 23 de septiembre de 1588. Montemayor, auto 94, f. 25.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
18

“Miserables personas se reputan y llaman todas aquellas de quien naturalmente nos

compadecemos por su estado, calidad y trabajos; […] que concurren en nuestros indios, por

su humilde, servil y rendida condición.

[…] Supuesto que no se puede poner en duda que los indios, por las razones

referidas, son miserables personas; tampoco la tiene que hayan de gozar y gocen de todos

los favores y privilegios que a los menores, pobres, rústicos y otros tales se conceden, así

en lo judicial como en lo extrajudicial; […] porque por tales se tienen todas aquellas que no

se pueden gobernar por sí y necesitan de que otros los dirijan, gobiernen y asistan”.55

C) Ley de 1593.56

“Ordenamos y mandamos que sean castigados con mayor rigor los españoles que injuriaren

u ofendieren o maltrataren a los indios, que si los mismos delitos se cometiesen contra

españoles, y los declaramos delitos públicos”.57

4.2.2. El coatequitl (también llamado “servicio personal” o “repartimiento”

laboral)

A) Por una ley de 1558.58

“Se nos ha hecho relación que los indios de esa provincia es gente ociosa y que no quieren

trabajar, a cuya causa la tierra es falta de mantenimientos, y ellos pobres, y se siguen otros

54
Solórzano y Pereyra, Juan de. Política indiana. 3ª edición. Matheo Sacristán. Madrid, 1736; lib. II, cap.
XXVIII, pp. 203-204 y 209.
55
El Derecho romano consideraba a las mujeres, los menores de edad y los débiles mentales como
incapacitados para administrar sus propios bienes, por lo que su esposo y padre debía encargarse de ello. Sin
embargo, en caso de faltar la figura masculina, el Estado debía nombrar un tutor o curador que lo supliera;
normalmente, los jueces designaban a un pariente más o menos cercano.
56
Felipe II en Madrid a 19 de diciembre de 1593. lib. VI, tít. X, ley 21.
57
Los delitos públicos lesionaban a toda la sociedad, no únicamente a ciertos particulares (en este último
caso, se trataría de la esfera del Derecho civil).
58
Felipe II en Valladolid a 28 de noviembre de 1558. Encinas, tomo IV, p. 302.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
19

daños. Proveereis en todas las provincias sujetas a esa Audiencia que los indios que fueren

oficiales entiendan y se ocupen en sus oficios; y los que fueren labradores, que cultiven y

labren la tierra y hagan sementeras para sí mismos, como tengan mantenimientos para sí y

les quede para vender; […] y los indios que en ninguna de las cosas susodichas se

ocuparen, daréis orden que se alquilen para trabajar en labores de campo y obras de esa

ciudad y, para ello, si fuere necesario, los compelereis, de manera que no estén ociosos;

[…] y dareis orden cómo les paguen el jornal de su trabajo a los mismos indios que

trabajen, […] y que el trabajo sea moderado”.

B) Según el testimonio de un criollo, antes de que fuera abolido en 1632.59

“Danse indios de repartimiento para las labores de pan que tienen los españoles y para el

beneficio de las minas, que son lances forzosos; porque, si no se diesen, perecería todo.

Aunque son tan maltratados y vejados como si fuesen perros.

[…] En esta ciudad se mandan repartir, por mandado del virrey, cantidad de indios

cada semana para el reparo y servicio de las casas de los vecinos de ella […] Y la tasa

como se ha de pagar es: al carpintero y albañir, a dos reales cada un día y de comer; al

peón, medio real cada día. Y están obligados a ir todos los indios por su rueda, como les

cupiere la semana”.

4.3. Las “castas” (la población afromestiza)

A) Sus obligaciones fiscales.

- “Muchos esclavos y esclavas, negros y negras, mulatos y mulatas, que han pasado a las

Indias, y otros que han nacido y habitan en ellas, han adquirido libertad y tienen granjerías

59
Gómez de Cervantes, Gonzalo. La vida económica y social de Nueva España al finalizar el siglo XVI.
Alberto María Carreño, ed. Antigua Librería Robredo de José Porrúa e Hijos. México, 1944 (Biblioteca
Histórica Mexicana de Obras Inéditas, 19); pp. 103-104.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
20

y haciendas; y por vivir en nuestros dominios, ser mantenidos en paz y justicia, haber

pasado por esclavos, hallarse libres, y tener costumbre los negros de pagar en sus

naturalezas tributo en mucha cantidad, tenemos justo derecho para que nos le paguen.

[…] Mandamos a nuestros virreyes, presidentes, Audiencias y gobernadores que, en

sus distritos y jurisdicciones, repartan a todos los negros y negras, mulatos y mulatas libres

que hubiere, la cantidad que, conforme a lo susodicho, les pareciere y con que buenamente

nos puedan servir por sus personas, haciendas y granjerías en cada un año.60

[…] Y porque este repartimiento no podrá ser igual, sino conforme a la hacienda de

cada uno, de que habrán de ser libres los pobres; y, en el [tributo] personal, los viejos, niños

y mujeres que no tuvieren casa ni hacienda; proveerán las Audiencias lo que fuere justicia,

conforme a Derecho”.61

- “Declaramos que los hijos de negros, libres o esclavos, habidos en indias en matrimonio

deben pagar tributo como los demás indios, aunque se pretenda que no lo son”.62

- “Que, en conformidad de la real cédula de S. M., fecha en Madrid a 27 de abril de 1574

años, todos los negros y negras, mulatos y mulatas libres, de cualquier calidad que sean,

[…] paguen a Su Majestad el tributo, en cada un año, de dos pesos el negro o negra, mulato

o mulata, que fueren casados, […] como se cobran los demás tributos de los indios

naturales de la Nueva España.

[…] Y, si mulata o negra casare con español, no paguen tributo”.63

60
Por granjerías se refiere a cualquier tipo de actividad económica.
61
Felipe II en Madrid a 27 de abril de 1574, a 5 de agosto de 1577 y en Burgos a 21 de octubre de 1592.
Leyes de Indias, lib. VII, tít. V, ley 1.
62
Felipe II en Madrid a 18 de mayo de 1572 y a 26 de mayo de 1573. Leyes de Indias, lib. VI, tít. V, ley 8.
63
Auto acordado de 2 de diciembre de 1574 y 31 de julio de 1575. Montemayor de Cuenca, op. cit., núm.
CXXXIII, tomo 1, ff. 77-78.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
21

C) Limitaciones a sus derechos.

- “Ninguna negra, libre o esclava, ni mulata traiga oro, perlas ni seda; pero si la mulata libre

fuere casada con español, pueda traer unos zarcillos de oro, con perlas y una gargantilla;

[…] pena de que se les quiten y pierdan las joyas de oro, vestidos de seda y manto que

trajeren”.64

- “Que ninguna mestiza, mulata o negra ande vestida en hábito de india, sino de española;

so pena de ser presa y que se le den cien azotes públicamente por las calles, y pague de

pena quatro reales al alguacil que la aprehendiere; con que esto no se entienda con las

mestizas, mulatas y negras que fueren casadas con indios”.65

- “Que los negros y mulatos no se junten en más número de tres en ninguna parte, pública

ni secreta, de día ni de noche; […] so pena de doscientos azotes a cada uno de los que se

hallaren en dichas juntas”.66

- “Que en conformidad de las ordenanzas y mandamientos despachados, los negros y

mulatos libres no traigan espadas ni dagas; y las Justicias se las quiten y procedan a la

ejecución de las penas impuestas”.67

- “Que ningún mercader, ni otra persona alguna, pueda dar ni vender a ningún negro o

negra, mulato o mulata, libres ni esclavos, ningún género de armas, ofensivas ni defensivas,

pólvora ni municiones, por ningún color ni causa, en poca ni en mucha cantidad, so pena de

la vida”.68

64
Felipe II en Madrid a 11 de febrero de 1571. Leyes de Indias, lib. VI, tít. V, ley 28.
65
Ordenanza de 31 de julio de 1582. Montemayor y Córdova de Cuenca, Juan Francisco. Recopilación de
algunos mandamientos y ordenanzas del gobierno de esta Nueva España [1677]; en: Beleña, op. cit., tomo 1,
núm. CXXVII, f. 111.
66
Ordenaza y auto acordado de 2 de abril de 1612. Montemayor, núm. 83, f. 73.
67
Auto acordado de 5 de julio de 1596. Montemayor, núm. 135, f. 78.
68
Ordenanza y auto acordado de 14 de abril de 1612. Montemayor, núm. 85, f. 73.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
22

4. LAS PERSONAS PRIVILEGIADAS

4.1. Las autoridades no estatales

4.1.1. El señorío feudal

∙ Concesión del marquesado del Valle de Oaxaca, a Hernán Cortés, en 1529.69

“Por la presente vos hacemos merced y gracia y donación pura y perfecta y no revocable,

que es dicha entre vivos, para ahora y para siempre jamás, de las villas y pueblos de

Cuyoacan, Atlacouayan, Matalcingo, Toluca, Calimaya, Cuauhnáuac, Guastepec,

Acapichtla, Yautepec, Tepuztlan, Guaxaca, […] que son en la dicha Nueva España, hasta

en número de 23 mil vasallos, con sus tierras y aldeas, términos y vasallos y jurisdicción

civil y criminal, alta y baja, y mero mixto imperio, y rentas, oficios y pechos y derechos, y

montes y prados y pastos y aguas corrientes, estantes y manantes; […] para que todo sea

vuestro y de vuestros herederos y sucesores; […] reteniendo, como retenemos, en Nos y

para los reyes que después de Nos reinaren en estos nuestros reinos, la soberanía de nuestra

justicia Real”.70

69
Carlos I en Barcelona a 6 de julio de 1529. Puga, Vasco de. Provisiones, cédulas, instrucciones de Su
Majestad, ordenanças de difuntos y Audiencia, para la buena expedición de los negocios y administración de
justicia y gobernación desta Nueva España y para el buen tratamiento y conservación de los indios, dende el
año 1525 hasta este presente de 63. Casa de Pedro Ocharte. México, 1563; f. 66.
70
“Ivrisdictión suprema civil y criminal pertenesce a Nos, fundada por Derecho común, en todas las ciudades
y villas y lugares de nuestros reinos y señoríos”. Ley de Enrique II, fecha en Toro era 1409, y confirmada por
Juan II en Valladolid el año de 1442. Recopilación de las leyes destos reynos, hecha por mandado de la
magestad cathólica del rey don Philipe segundo, nuestro señor. Casa de Andrés de Angulo. Alcalá de
Henares, 1569; lib. IV, tít. I, ley 1. || Con el fin de evitar confusiones, y siguiendo la tradición historiográfica,
en adelante denominaré a esta obra Nueva recopilación.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
23

4.1.2. El fuero eclesiástico

A) Según las leyes del siglo XV.

- “Así como Nos queremos que ninguno se entremeta en la nuestra Justicia temporal, así en

nuestra voluntad que la Justicia eclesiástica y espiritual no sea perturbada, y sea guardada

en aquellos casos que el Derecho permite. Por ende, ordenamos y mandamos que los

señores temporales, ni los Concejos, ni los nuestros jueces y alcaldes seglares no

embarguen ni perturben de hecho la jurisdicción eclesiástica en aquellas cosas de que

pueden conoscer según Derecho; tanto que la Real jurisdicción no sea perturbada ni

impedida por la Iglesia”.71

B) De acuerdo con un teólogo del siglo XVIII.72

“Foro o fuero también se toma por jurisdicción, o potestad pública de conocer acerca de

una cosa controvertida.

[…] Los clérigos están exentos, con razón, de la jurisdicción secular. Los clérigos,

pues, han de ser demandados civil y penalmente […] ante el obispo propio.

[…] Los obispos, en las causas criminales y civiles complicadas, son demandados

ante el Romano Pontífice”.

4.1.3. Los Consulados de comerciantes

A) El de Sevilla, fundado en 1543.

- “Damos licencia y facultad a los cargadores, tratantes en nuestras Indias, islas y Tierra

Firme del Mar Océano, vecinos y residentes en la ciudad de Sevilla, para que se junten […]

y allí puedan elegir y nombrar, elijan y nombren, un prior y un cónsul; que sean de los

71
Enrique II, en las Cortes de Toro, año de 1371. Nueva recopilación, lib. II, tít. I, ley 3.
72
Murillo Verlade, Pedro. Curso de Derecho Canónico hispano e indiano [1791]. 4 tomos. El Colegio de
Michoacán y UNAM-Facultad de Derecho. Zamora, Michoacán, 2004; lib. II, tít. II, § 22 y 33.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
24

mismos cargadores, los más hábiles y suficientes y de más experiencia que para la

administración y ejercicio de los dichos oficios vieren que conviene; y que este Consulado

se nombre e intitule Universidad de los Cargadores de las Indias”.73

- “Las sentencias que fueren pronunciadas por el prior y cónsules […] se ejecuten por el

prior y cónsules”.74

- “Concedemos facultad al prior y cónsules para que, si reconocieren que conviene hacer

algunas ordenanzas, perpetuas o temporales, convenientes al servicio de Dios y nuestro,

bien y conservación del comercio y trato de las Indias, en que no resulte perjuicio de

tercero, las puedan hacer; y remitan a nuestro Consejo de Indias, y no usen de ellas hasta

que sean confirmadas”.

B) Los de las provincias hispanoamericanas, por una ley de 1592.75

“Por cuanto los virreyes de El Perú y Nueva España, en virtud de facultad nuestra, fundaron

Consulados de mercaderes en las ciudades de Lima y México, a imitación de los de Sevilla

y Burgos, Nos, considerando cuánto conviene a nuestro Real servicio y bien común y

universal de las Indias y estos reinos conservar el comercio y trato con ellas; y el gran

beneficio y utilidad que se ha experimentado en estos Consulados y universidades de

mercaderes, de regirse y administrarse por sus priores y cónsules: […] Mandamos que se

conserven y continúen como ahora están fundados, y el prior y cónsules usen y ejerzan la

jurisdicción de sus oficios”.

73
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 23 de agosto de 1543; Felipe II y la princesa gob., allí a
14 de julio de 1556; Felipe IV en Madrid a 27 de noviembre de 1630. Leyes de Indias, lib. IX, tít. VI, ley 1.
74
Carlos V y el príncipe gobernador en Valladolid a 23 de agosto de 1543. Leyes de Indias, lib. IX, tít. VI, ley
45.
75
Promulgada por Felipe II, en Martín Muñoz a 15 de junio de ese año. Leyes de Indias; lib. IX, tít. XLVI, ley
1.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
25

4.1.4. La Real y Pontificia Universidad de México

∙ Su jurisdicción, hacia la década de 1580.76

“Ordenamos y mandamos que los rectores de las Universidades de Lima y México, y –por

su ausencia– los vicerrectores, tengan jurisdicción en los doctores, maestros y oficiales de

ellas, y en los lectores, estudiantes y oyentes que a ellas concurrieren, en todos los delitos,

causas y negocios criminales que se cometieren e hicieren dentro de las escuelas de las

universidades, en cualquiera manera tocantes a los estudios, como no sean delitos en que

haya de haber pena de efusión de sangre o mutilación de miembro o otra corporal.

[…] Y porque el principal fin por que les concedemos esta jurisdicción es la

reformación de vida y costumbres de los estudiantes, y que vivan corregidos y

virtuosamente, para que mejor puedan conseguir la pretensión de sus letras: Mandamos

que, asimismo, puedan conocer de los excesos que los estudiantes tuvieren en juegos,

deshonestidades y distracción de las escuelas; y los puedan castigar y corregir con

prisiones, o como mejor pareciere que conviene.

[…] Y concedemos poder y facultad a los rectores y vicerrectores para que, en los

casos contenidos en esta nuestra ley, puedan conocer, […] fulminar y substanciar los

procesos, prender los culpados, sentenciar las causas, imponer penas ordinarias o arbitrarias

y mandarlas ejecutar, conforme a Derecho”.

76
Ley fecha por Felipe II en Aranjuez a 19 de abril de 1589 y confirmada en El Campillo a 24 de mayo de
1597. Leyes de Indias, lib. I, tít. XXII, ley 21.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
26

4.2. Los privilegios personales

4.2.1. Los nobles

∙ Según la legislación proveniente desde la Baja Edad Media (siglos XIV al XV).

- “Deben ser favorecidos los hijosdalgo por los reyes,77 pues con ellos hacen sus conquistas

y de ellos se sirven en tiempo de paz y de guerra, y por esta consideración les fueron dados

privilegios y libertades, y especialmente por las leyes suso contenidas, las cuales

confirmamos, y mandamos que los hijosdalgo no sean puestos a cuestión de tormento,78 ni

les sean tomadas por deudas sus armas ni caballos, ni sean presos por deudas”.79

- “Mandamos que los hijosdalgo no pechen en las monedas,80 porque así les fue guardado

antiguamente”.81

- “Mandamos a las Justicias de nuestros reinos que a los hijosdalgo y caballeros que

estuvieren presos por algún delito tengan cárcel apartada de la que tienen los pecheros y la

otra gente común;82 […] y se guarden a los hijosdalgo y nobles sus privilegios y

libertades”.83

77
Los hijosdalgo o hidalgos eran nobles.
78
Es decir, tortura.
79
Orden de los Reyes Católicos, promulgada en Toledo, 1480. Nueva Recopilación…, lib. VI, tít. II, ley 5.
80
La moneda era un impuesto que desde la Baja Edad Media recibía la Corona española por parte de los
habitantes de todos sus territorios, incluidos los siervos de los señores feudales, que hasta ese momento
habían estado exentos de ese tipo de tributos.
81
Alfonso XI, en 1348. Ibidem, ley 10.
82
Los pecheros eran los que pagan tributos a la Corona o a un señor feudal; es decir, la gente común y
corriente, los plebeyos.
83
Carlos V, en Toledo en 1525. Ibidem, ley 11.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
27

4.2.2. Los clérigos

∙ Según una ley del siglo XIV.84

“Exentos deben ser los sacerdotes y ministros de la Santa Iglesia de todo tributo, según

Derecho; y por esto ordenamos y mandamos que […] los clérigos sean libres de contribuir

y pechar con los Concejos. Pero que en los pechos que son para bien común de todos, así

como para reparo de muro o de calzada, o de carrera o de puente o de fuente, […] deben

contribuir y ayudar los dichos clérigos, por cuanto es pro comunal de todos”.

4.2.3. Los encomenderos

A) Los beneficios de los encomenderos.85

“Porque es cosa justa y razonable que los indios que se pacificaren y redujeren a nuestra

obediencia y vasallaje nos sirvan y den tributo –en reconocimiento del señorío– y servicio

que –como nuestros subditos y vasallos– deben, pues ellos también entre sí tenían

costumbre de tributar a sus tecles [tecuhtles] y principales: Mandamos que se les persuada a

que, por esta razón, nos acudan con algún tributo, en moderada cantidad, de los frutos de la

tierra.

[…] Y es nuestra voluntad que los españoles, a quien por Nos, o nuestro poder

hubiere, se encomendaren, lleven estos tributos; […] reservando para Nos las cabeceras y

puertos de mar y las demás encomiendas y pueblos incorporados –y que se incorporaren–

en nuestra Real Corona”.

84
Juan I, en Guadalajara (1390). Ibidem, lib. I, tít. III, ley 11.
85
Carlos I en Valladolid a 26 de junio de 1523, Felipe II en 1575. Leyes de Indias, lib. VI, tít. V, ley 1.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
28

B) Las obligaciones de los encomenderos.

- “El motivo y origen de las encomiendas fue el bien espiritual y temporal de los indios, y

su doctrina y enseñanza en los artículos y preceptos de nuestra santa fe católica; […] y con

esta calidad inseparable les hacemos merced de se los encomendar. De tal manera que, si

no lo cumplieren, sean obligados a restituir los frutos que han percibido y perciben, y es

legítima causa para privarlos de las encomiendas”.86

- “También hacemos merced a los encomenderos de las rentas que gozan en encomiendas

para defensa de la tierra, y a esta causa les mandamos tener armas y caballos; […] y

mandamos que cuando se ofrecieren casos de guerra, los virreyes, Audiencias y

gobernadores los apremien a que salgan a la defensa a su propia costa”.87

C) Las prohibiciones a los encomenderos.

- “Ordenamos que ningún encomendero pueda tener por sí, ni persona interpuesta, estancias

dentro de los términos del pueblo de su encomienda; y si las tuviere, se le quiten y

vendan”.88

4.2.4. La nobleza indígena

∙ Sus prerrogativas.

- “Declaramos que son exentos, de pagar tributos y acudir a mitas, los caciques y sus hijos

mayores; y en cuanto a los demás hijos y descendientes que no estuvieren en tal posesión,

no se haga novedad, ni las Audiencias den provisiones de exención”.89

86
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 10 de mayo de 1554. Leyes de Indias, lib. VI, tít. IX, ley
1.
87
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 11 de agosto de 1552. Ibidem, lib. VI, tít. IX, ley4.
88
Felipe IV en Madrid a 31 de marzo de 1633. Leyes de Indias, lib. VI, tít. IX, ley 17.
89
Felipe II en Madrid a 17 de julio de 1572. Ibidem, lib. VI, tít. V, ley 18.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
29

- “Ordenamos y mandamos que ninguno venda ni rescate armas ofensivas ni defensivas a

los indios ni a alguno de ellos; […] excepto algún indio principal, al cual permitimos que se

le pueda dar licencia por el virrey, Audiencia o gobernador para traerlas”.90

6. LA ESTRUCTURA ECONÓMICA

6.1. El sector primario (o agropecuario)

A) El minifundio: la pequeña propiedad agraria, según leyes promulgadas entre 1513 y

1596.

- “Por que nuestros vasallos se alienten al descubrimiento y población de las Indias, y

puedan vivir con la comodidad y conveniencia que deseamos:

Es nuestra voluntad que se puedan repartir y repartan casas, solares, tierras,

caballerías y peonías a todos los que fueren a poblar tierras nuevas en los pueblos y lugares

que, por el gobernador de la nueva población, les fueren señalados; haciendo distinción

entre escuderos y peones y los que fueren de menos grado y merecimiento.

[…] Y habiendo hecho en ellas su morada y labor y residido en aquellos pueblos

cuatro años, les concedemos facultad para que de allí adelante los puedan vender y hacer de

ellos a su voluntad libremente como cosa suya”.91

90
Reyes Católicos en Granada a 17 de septiembre de 1501; Carlos I a 16 de febrero de 1536 y el príncipe
gobernador en Madrid a 17 de diciembre de 1551; Felipe II a 25 de enero de 1556, a 10 de diciembre de 1566,
a 18 de febrero de 1569 y a 1 de marzo de 1570. Ibidem, lib. VI, tít. I, ley 31.
91
Fernando el Católico en Valladolid a 18 de junio y 9 de agosto de 1513; Carlos V a 26 de junio de 1523 y
en Toledo a 19 de mayo de 1525; Felipe II en Toledo a 25 de mayo de 1596. Recopilación de leyes de los
reinos de las Indias, mandadas imprimir y publicar por la majestad católica del rey don Carlos II, nuestro
señor. Ivlián de Paredes, impresor. Madrid, 1681; lib. IV, tít. XII, ley 1. || Siguiendo a la historiografía
tradicional, en adelante denominaré a esta obra Leyes de Indias.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
30

- “Mandamos que las estancias y tierras que se dieren a los españoles sean sin perjuicio de

los indios; y que las dadas en su perjuicio y agravio se vuelvan a quien de derecho

pertenezcan”.92

B) La amortización de la tierra (institución conocida en esa época como mayorazgos o

“vinculaciones”).93

“Por cuanto por parte de vos, don Hernando Cortés y doña Juana de Zúñiga, vuestra mujer,

marqués y marquesa del Valle, que es en las Indias, islas y Tierra Firme del Mar Océano,

nos fue hecha relación que vosotros queríais fundar e instituir un mayorazgo de las villas y

lugares, […] y de estos bienes muebles y raíces […] que al presente tenéis, y tuviéredes de

aquí adelante, en uno de vuestros hijos e hijas, que Dios os diere.

[…] Y Nos, acatando los muchos, grandes y señalados servicios que vos, el dicho

marqués, nos habéis hecho, y esperamos que nos haréis de aquí adelante; y por que de

vuestras personas y casa quede más perpetua memoria, tuvímoslo por bien. Y por la

presente, de nuestro motu proprio e ciencia cierta y poderío Real absoluto, […] damos

licencia y facultad a vos, el dicho marqués y marquesa para que […] podáis hacer e instituir

el dicho mayorazgo en vuestras vidas o al tiempo de vuestros fallecimientos por vuestros

testamentos, […] y dejar y traspasar los dichos bienes de suso declarados, por vía de título

de mayorazgo, en uno de vuestros hijos e hijas legítimos; […] e para que por causa alguna,

necesaria ni voluntaria, lucrativa ni onerosa ni pia, ni dote ni por otra causa alguna que sea

o ser pueda, no se puedan vender ni dar, ni trocar ni cambiar ni enanejar por cualquier de

92
Felipe II en Madrid a 11 de junio de 1594. Ibidem, lib. IV, tít. XII, ley 9.
93
Cedulario cortesiano. Beatriz Arteaga Garza y Guadalupe Pérez San Vicente, compiladoras. Editorial Jus.
México, 1949 (Sociedad de Estudios Cortesianos, 1); pp. 142-150.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
31

vuestros hijos ni hijas legítimas, ni por sus descendientes; […] con tanto que sea obligado

de dar a los otros vuestros hijos e hijas legítimos, que Dios os diere, alimentos.

[…] Dada en la ciudad de Barcelona a 27 días del mes de julio año del nacimiento

de Nuestro Salvador Jesucristo de 1529 años. Yo el rey”.94

6.1.1. La Iglesia como propietaria de la tierra

A) Sus latifundios, a finales del siglo XVI.95

“De tal manera se han ido y van extendiendo los conventos en esta Nueva España en

adquirir casas y haciendas que –creo no me alargaría si dijese y certificase que– la mitad de

esta Nueva España está hoy en poder de frailes y teatinos. Porque, si se considera, pocas

calles de esta ciudad están libres de que en ellas deje de haber casas de los conventos de

San Agustín, Santo Domingo y de los teatinos; […] pues en haciendas de labor y ganados

están tan extendidos que, la tierra que ellos no poseen, nos la miden a palmos”.

B) Abusos de los clérigos en la península ibérica, hacia principios del siglo XVIII.96

“La ambición humana ha llegado a corromper aún lo más sagrado, pues muchos confesores,

olvidados de su conciencia, con varias sugestiones inducen a los penitentes y, lo que es

más, a los que están en artículo de muerte a que les dejen sus herencias con título de

fideicomiso, o con el de distribuirlas en obras pías, o aplicarlas a las iglesias y conventos de

su instituto, fundar capellanías y otras disposiciones pías; de donde proviene que los

legítimos herederos, la jurisdicción Real y derechos de la Real Hacienda quedan

94
Cedulario cortesiano, pp. 142-150.
95
Gómez de Cervantes, Gonzalo. La vida económica y social de Nueva España al finalizar el siglo XVI.
Alberto María Carreño, ed. Antigua Librería Robredo, de José Porrúa e Hijos. México, 1944 (Biblioteca
Histórica Mexicana de Obras Inéditas, 19); pp. 183-184.
96
El Consejo pleno en Madrid a 12 de diciembre de 1713. Tomo tercero de Autos acordados, que contiene el
libro quinto por el orden de títulos de las Leyes de recopilación. D. Joachin Ibarra, impressor de Cámara de S.
M. Madrid, 1777; lib. V, tít. X, auto 3.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
32

defraudados, las conciencias de los que esto aconsejan y ejecutan bastantemente enredadas,

y, sobre todo, el daño es gravísimo y mucho mayor el escándalo.

[…] Atendida la inmunidad y libertad eclesiástica para poner mano regia en lo

universal de tan graves daños, sin el asenso o concordato pontificio, […] acordó que no

valgan las mandas que fueren hechas en la enfermedad de que uno muere, al su confesor,

sea clérigo o religioso, ni a deudo de ellos, ni a su iglesia o religión, para excusar los daños

referidos”.

6.1.2. La propiedad comunal de la tierra

∙ De acuerdo con las averiguaciones del juez Alonso de Zorita.97

“Por ser estas tierras del común de los calpulles o barrios, ha habido y hay desorden en las

que se han dado y dan a españoles porque, en viendo o teniendo noticia de algunas que no

están labradas, las piden al que gobierna; y el que se nombra para que las vaya a ver hace

pocas diligencias en pro de los indios; y si se acierta a nombrar para ello algún buen

cristiano, tiene –el que pide las tierras– formas para impedirlo y para que se nombre otro a

su contento, en especial si hay algún respeto de por medio, que nunca falta, o interés; y así,

siempre dan parecer que se pueden dar al que las pide, porque estáan sin perjuicio y no

labradas. Y aunque hay en ellas muestras de haber sido labradas, y lo contradicen los del

barrio o calpulli, y aunque aleguen que las tienen para dar a los que se casaren o a los que

no tienen tierras, no les vale, y dicen que lo hacen de malicia […] Y no hay estancia ni

tierras que se hayan dado a españoles que no esté muy en perjuicio de los indios, así por los

daños que reciben como por haberles quitado sus tierras y estrechándoles sus términos; […]

97
Zorita, op. cit., pp. 32-35.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
33

ha sido esto causa de que estén ya en algunos pueblos tan estrechos y cercados de labranzas

de españoles que no les queda a los naturales dónde poder sembrar.

Así que por tener –los calpulles o barrios– las tierras de común y no entenderlo, ha

sido causa de haberlos dejado en términos que no tienen dónde poder sembrar; en especial

en los pueblos que están cerca de los de españoles, o donde hay buenas tierras; y en esto

hay gran exceso y desorden.

[…] En entender el armonía de estos calpulles o barrios va mucho para sustentarlos

en justicia; […] y por no quererlos entender ni hacer caso de ello se han adjudicado a

muchos las tierras que tenían de su calpulli, para labrarlas en la manera que se ha dicho, por

probar que las han poseído y labrado ellos y sus pasados; […] y no les vale a los principales

contradecirlo y decir que son del calpulli, y clamar sobre ello, porque no son entendidos; y

es gran perjuicio de los demás que se queden sin aquel aprovechamiento que pretenden,

porque aquellos a quienes se adjudican las venden y enajenan, en perjuicio del calpulli”.

6.2. La minería

A) La propiedad regia de los productos del subsuelo, por una ley de 1348.98

“Todas las mineras de plata y oro y plomo y de otro cualquier metal, de cualquier cosa que

sea en nuestro señorío Real, pertenecen a Nos. Por ende, ninguno sea osado de las labrar sin

nuestra especial licencia […] Mandamos que recudan a Nos con las rentas de todo ello”.

B) La acaparación de plata por los comerciantes, en palabras de un viajero italiano, a

finales del siglo XVII.99

98
Alfonso XI, en Alcalá año 1348. Nueva recopilación, lib.VI, tít. XIII, ley 2.
99
Gemelli Careri, Giovanni Francesco. Viaje a la Nueva España. Francisca Perujo, ed. UNAM-Coordinación
de Humanidades e Instituto de Investigaciones Bibliográficas. México, 2002 (Nueva Biblioteca Mexicana,
29); libro II, caps. I y II, pp. 99, 100 y 102.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
34

“Toda la plata que se extrae en la Nueva España debe venir a México para ser presentada

ante la Caja Real […] Aun cuando todo ciudadano particular que tiene plata puede hacer

que se la conviertan en moneda, sea como fuere, la Casa de Moneda trabaja casi siempre

por cuenta de los mercaderes (y son actualmente de los más ricos); los cuales compran el

metal de los particulares menos ricos”.

C) La minería como «industria privilegiada» en la América española.

- “Mandamos a los virreyes y Justicias que hagan proveer con abundancia, a las

poblaciones y asientos de minas, de los bastimentos necesarios”.100

- “Por hacer bien a los mineros, ordenamos a los virreyes y gobernadores que los

favorezcan y hagan dar los maíces de nuestros tributos y todos los demás materiales de que

tuvieren necesidad, para el avío de sus minas y beneficio de los metales,101 a precios

justos”.102

- “Los virreyes, y ministros a cuyo cargo estuviere el gobierno de la provincia, ordenen que

los negros y mulatos libres y ociosos, que no tuvieren oficios, se ocupen y trabajen en la

labor de las minas; y los condenados por delitos en algún servicio,103 lo sean a éste”.104

100
Felipe II en Madrid a 5 de marzo de 1571 y en Toledo a 11 de agosto de 1596. Leyes de Indias, libro IV,
tít. XIX, ley 8.
101
“Avío” sería un sinónimo de financiamiento, en tanto que “beneficio” significaba la explotación
económica con fines de lucro.
102
Felipe III en Valladolid a 26 de noviembre de 1602. Leyes de Indias, libro IV, tít. XX, ley 4.
103
En aquella época, algunos delincuentes eran sentenciados a trabajos forzados; que, normalmente, se trataba
de los deudores que no podían pagar a sus prestamistas.
104
Felipe III en Valladolid a 9 de noviembre de 1602. Leyes de Indias, libro VII, tít. V, ley 4.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
35

6.3. El sector secundario (también llamado industrial, manufacturero o de

transformación)

A) Ordenanza del gremio de los sederos de la ciudad de México, de 1557.105

“Que ninguna persona que no fuese examinada del oficio de sedero cordonero pueda poner

tienda del oficio; y la tal persona ha de ser examinada por los veedores oficiales de dicho

oficio, y declarado por hábil e idóneo, y presentada al Cabildo, para que se le dé licencia,

pagando cuatro pesos por el examen; […] y el que pusiere tienda sin ser examinado incurra

en pena de diez pesos y le sea alzada la tienda.

[…] Que los veedores miren y cateen las casas y tiendas de sederos, orilleros y

tintoreros y, hallando las obras falsas, las denuncien a la Justicia.

[…] Que los veedores tengan puestas estas ordenanzas en los portales de la ciudad,

pena de diez pesos”.

B) Disposición del gremio de zurradores, de 1565.106

“Que, porque hay pocos zurradores, se permite se examinen españoles, negros e indios”.

C) Ordenanza de los hiladores de seda, promulgadas el año de 1570.107

“Que ningún maestro pueda admitir –de aprendiz– negro ni mulato, […] porque es oficio

de confianza”.

105
“Ordenanzas de sederos”. Lorenzot, op. cit., pp. 27-28.
106
Ordenanzas de gremios de la Nueva España. Compendio de los tres tomos de la compilación nueva de
ordenanzas de la muy noble, insigne y muy leal e imperial ciudad de México; hízolo el lic. don Francisco del
Barrio Lorenzot, abogado de la Real Audiencia y contador de la misma noble ciudad. Genero Estrada, ed.
Secretaría de Gobernación-Dirección de Talleres Gráficos. México, 1920 (El trabajo en México durante la
época colonial); pp. 118-120.
107
Ibidem, pp. 37-39.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
36

6.4. El sector terciario

∙ La regulación del comercio entre España y sus provincias americanas.108

“Todas las mercaderías que fueren en los navíos se lleven derechamente a la Casa de

Contratación o aduana del puerto donde se descargaren, y allí se entreguen a sus dueños,

pagando primero los derechos que a Nos pertenecen”.

7. LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS

A) El metalismo, por una ley promulgada en 1480.

“Prohibimos y defendemos que persona ni personas algunas no sean osadas de sacar, ni

saquen, de aquí adelante, oro ni plata ni vellón,109 ni en pasta ni vajilla, ni moneda otra

alguna, para [a]fuera de estos nuestros reinos”.110

B) El «mercado cerrado», establecido en hispanoamérica desde mediados del siglo XVI.

- “Por evitar la saca de la moneda que los extranjeros sacan de nuestros reinos, mandamos

que ningún extranjero pueda tratar en Indias, por sí ni por interpósita persona que trate en

ellas; so pena de perdimiento de todos sus bienes”.111

- “Para que un extranjero de estos reinos pueda ser tenido por natural en ellos, para efecto

de tratar y contratar en las Indias e Islas occidentales, es nuestra voluntad y mandamos que

haya vivido en estos reinos, o en las Indias, por tiempo y espacio de veinte años continuos;

y los diez de ellos teniendo casa y bienes raíces, y estando casado con natural o hija de

extranjero nacida en estos reinos o en las Indias. Con que estos tales no puedan usar ni
108
Carlos I en 1554. Leyes de Indias, lib. VIII, tít. XV, ley 38.
109
El vellón era una moneda, que consistía en la amalgamación de plata con cobre.
110
Reyes Católicos en Toledo año de 1480, en Murcia 1488 y en Granada 1501. Recopilación de las leyes
destos reynos hecha por mandado de la magestad cathólica del rey don Philippe segundo nuestro señor. Casa
de Andrés Angulo. Alcalá de Henares, 1569; lib. VI, tít. XVIII, ley 1.
111
Felipe II, en Madrid año 1552. Nueva recopilación, lib. VI, tít. XVIII, ley 5.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
37

gozar de este privilegio si no se hubiere primero declarado por nuestro Consejo Real de las

Indias que han cumplido con los requisitos en esta nuestra ley contenidos”.112

7.1. La preeminencia de los comerciantes ibéricos por sobre los hispanoamericanos

B) Por leyes de principios del siglo XVII.113

“Por parte de la ciudad de Santiago de Guatemala nos fue representado que algunas

personas conducen, al puerto de Acajutla de aquella provincia,114 muchos vinos del Perú;

que, por ser fuertes, nuevos y por cocer, causan –a los indios generalmente– muy grande

daño, con que se acaban muy aprisa;115 además de ser causa de que tantos menos se lleven

de España, en perjuicio del comercio y derechos que nos pertenecen. Y Nos, por excusar

los daños referidos, mandamos que los vinos del Perú no se puedan traer ni traigan al

puerto de Acajutla ni a ninguna otra parte ni puerto de la provincia de Guatemala, pena de

perdimiento de los vinos que se trajeren y contrataren”.

B) Sus intereses en la restricción del comercio entre América y Asia.

- “Porque conviene que se excuse la contratación de las Indias Occidentales a la China y se

modere la de Filipinas, por haber crecido mucho con disminución de la de estos reinos,

prohibimos, defendemos116 y mandamos que ninguna persona de las naturales ni residentes

en la Nueva España, ni en otra parte de las Indias, trate ni pueda tratar en las Islas Filipinas;

y si lo hiciere pierda las mercaderías con que tratare.


112
Felipe III en Madrid a 2 de octubre de 1608 y a 25 de diciembre de 1616; Felipe IV en Zaragoza a 22 de
abril de 1645. Ibidem, lib. IX, tít. XXVII, ley 21.
113
Felipe III, en Madrid a 18 de mayo de 1615 y Felipe IV en Madrid a 19 de junio de 1626. Ibidem, lib. IV,
tít. XVIII, ley 18.
114
Actualmente en la República de El Salvador.
115
“Ordenamos que en los lugares y pueblos de indios no entre vino, ni se les pueda vender”. Felipe II en
Madrid a 15 de mayo de 1594, y Felipe IV a 5 de abril de 1637 y en 6 de junio de 1640. Leyes de Indias, lib.
VI, tít. I, ley 37.
116
En este sentido, defender era un sinónimo de prohibir.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
38

[…] Y por hacer merced a los vecinos y habitantes, y que se conserve aquella

contratación en la parte que baste, tenemos por bien que solos ellos puedan contratar en la

Nueva España”.117

- “No puedan ir de Nueva España a Filipinas más que dos navíos cada año, de hasta

trescientas toneladas de porte […] y no se lleven de la Nueva España en ellos más que

250,000 pesos de tipusque en cada un año”.118

8. LAS CONDICIONES LABORALES

8.1. La mano de obra esclava

A) La justificación para esclavizar a los indígenas americanos.

“Al principio de las Indias, islas y tierra firme del Mar Océano, [que] se descubrieron por

nuestro mandado y se comenzaron a poblar, y después, hasta ahora, fue permitido por los

Reyes Católicos, nuestros abuelos, por justas causas y buena consideración, que algunos de

los indios, por no querer admitir la predicación de nuestra santa fe católica, antes resistir

con mano armada a los predicadores de ella, se les hiciese guerra; y los presos fuesen

esclavos de nuestros súbditos que los prendían”.119

B) La abolición de la esclavitud indígena, por una ley de 1530.120

“Ordenamos y mandamos que, de aquí adelante, por ninguna causa, de guerra ni otra

alguna, aunque sea so título de rebelión ni por rescate ni de otra manera,121 no se pueda

117
Felipe II en Madrid a 11 de enero de 1593, Felipe IV allí a 10 de febrero de 1635. Ibidem, lib. IX, tít. XLV,
ley 1.
118
Felipe II en Madrid a 11 de enero de 1595, Felipe III en Valladolid a 31 de diciembre de 1604. lib, IX, tít.
XLV, ley15.
119
Carlos V en Madrid a 2 de agosto de 1533. Cedulario de Alonso Zorita 1574. Beatriz Bernal, ed. Miguel
Ángel Porrúa. México, 1985; lib. I, tít. III, ley 6.
120
La emperatriz en Madrid a 12 de julio de 1530. Ibidem, lib. I, tít. III, ley 5.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
39

hacer esclavo indio alguno y queremos que sean tratados como vasallos nuestros de la

Corona de Castilla, pues lo son; y mandamos que de ello se tenga grandísimo cuidado y de

que se guarde y cumpla inviolablemente”.

C) Relato de un criollo novohispano, hacia finales del siglo XVI.122

“Después de haber gobernado el virrey don Antonio de Mendoza en la Nueva España […]

y, según era muy querido y la falta que hacía, fue necesario le sucediese un tan principal

caballero –como le sucedió–, padre de todo este reino, como fue don Luis de Velasco, de

buena memoria […] No halló la tierra como don Antonio la del Perú, sino muy llana y muy

sujeta al servicio de S. M., obedeciendo sus cédulas y provisiones, como muy leales

vasallos; y no por falta de valor, que había en los vecinos, y disposición en la tierra; y aun

ocasión, porque lo fue muy grande quitar el servicio personal y los esclavos, que éstas

fueron dos faltas grandísimas que sucedieron en la tierra.

El servicio personal se sintió mucho, porque con él los vecinos tenían los

bastimentos de balde, pan y yerba, gallinas, el beneficio de sus haciendas y el servicio de

casa, la cual todos tenían muy llena; y el día que se quitó empezaron a comprarlo todo, y a

perdérseles las haciendas y verse en mucha necesidad, la que nunca habían tenido ni sabían

qué era.

[…] La otra pérdida que hubo en la tierra, del quitar los esclavos y libertarlos,

también fue muy grande; porque con ellos sacaban oro, labraban las minas de plata, […] y

el sembrar sus tierras y coger el fruto de ellas; al fin, que ellos sustentaban la tierra […]

Fuese la tierra reformando de servicios con comprar negros y tomar a jornal indios”.

121
La palabra “rescate” era un sinónimo de trueque; además de tener el mismo significado actual de recobrar,
recuperar.
122
Suárez de Peralta, Juan. Tratado del descubrimiento de las Indias (noticias históricas de la Nueva España)
[1589]. CONACULTA. México, 1990 (Cien de México); pp. 154-158.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
40

8.2. El trabajo libre asalariado

∙ Legislación en favor de los trabajadores, promulgada entre 1601 y 1618.

- “Mandamos que a todos los indios, […] y otras personas que, conforme a lo dispuesto,

trabajaren en las minas, se paguen muy competentes jornales, conforme al trabajo y

ocupación, los sábados en la tarde, en mano propia; para que huelguen y descansen el

domingo; o cada día, como ellos quisieren. Y que tengan los ministros [de justicia] muy

particular cuidado de su salud y buen tratamiento en lo espiritual y temporal, y los enfermos

sean muy bien curados”.123

- “El concierto que los indios o indias hicieren para servir, no pueda exceder el tiempo de

un año; que así conviene y es nuestra voluntad”. 124

8.2.1. El peonaje por deudas

A) Testimonio de un virrey, hacia el año 1590.125

“En este reino hay muchos obrajes de paños, jerga y sayales, 126 en los cuales hay tanto

número de indios que, o presos unos por delitos y sentencias de jueces, y otros –que son los

más– habiendo entrado de su voluntad a servir por un mes, les van cebando los dueños de

los obrajes con zapatos, sombreros y medias y otras cosas; cargándoselas a excesivos

precios, de suerte que jamás se acaba la deuda; y vienen a morir con ella, presos en los

123
Felipe III en las Ordenanzas del servicio personal de 1601 y en Aranjuez a 10 de abril de 1608. Leyes de
Indias, lib. VI, tít. XV, ley 8.
124
Felipe III en Madrid a 10 de octubre de 1618. Ibidem, lib. VI, tít. XIII, ley 13.
125
“Advertimientos generales que el marqués de Villamanrique dio al virrey don Luis de Velasco en el
gobierno de la Nueva España. Texcoco, 14 de febrero de 1590”. Torre Villar, op. cit., p. 237.
126
Por obraje se entendía un taller en donde trabajaban decenas o cientos de personas. Principalmente,
confeccionaban textiles y sombreros.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
41

obrajes, al cabo de veinte años o más. Y, teniéndolos en esta cárcel perpetua, se hacen otros

mil malos tratamientos, haciéndolos trabajar de noche y de día”.

B) Ley relativa a los trabajadores de las haciendas, promulgada en 1687.

“El rey. Por cuanto en mi Consejo Real de las Indias se tiene noticia de que el duque de

Alburquerque, siendo mi virrey de la Nueva España, hizo una ordenanza en que dispuso

que ningún español dueño de hacienda, ni otras personas que se sirviesen de indios –que

llaman gañanes–, no les presten dinero, ni fien ropa ni otras cosas; so pena que se darían

por perdidas todas las cantidades que alegasen haberles prestado y fiado. Y lo mucho que

convendría que en este caso cumpliesen los indios con pagarles no más que 5 pesos, aunque

alegasen los amos y dueños de hacienda haberles dado gruesas cantidades; por ser todas

fingidas y supuestas, y convenir por este medio y con esta cautela tenerlos por esclavos

toda la vida, y siendo libres. Con lo cual se evitarán muchos engaños, fraudes y dolos,

como lo hacen cada día con aquellos pobres naturales, a quienes fingen deudas y cantidades

que no han recibido ni deben, sólo a fin de que les sirvan toda la vida.

Y que también convendría mandar […] que a los indios gañanes –que de su

voluntad sirviesen en las haciendas– se les pague cada mes por su trabajo 6 pesos, además

de sus raciones de comida; y que a las mujeres de los otros indios –que también sirven– se

les den 3 pesos, y a los hijos –que asimismo sirven– 2 pesos cada mes, además de su

comida ordinaria, por el sumo intolerable trabajo que tienen; dándoles al presente sólo un

ínfimo salario, sin más tasa que la que quieren los dueños de haciendas, y que muchas

veces suelen no pagárselo”.127

127
Dublán y Lozano, op. cit., tomo 1, núm. 2, pp. 7-9.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
42

9. LA EDUCACIÓN

9.1. La educación (confesional)

A) Petición del Ayuntamiento de México al emperador, en 1542.128

“Lo que la ciudad de Tenuxtitlan-México pide e suplica a Su Majestad [S. M.] haga

merced, que conviene para la seguridad y perpetuación de toda la Nueva España; de que

llevan cargo y poder los señores licenciado Francisco de Loaisa y Peralmíndez Chirino,

veedor, es lo siguiente:

[…] Suplicar a S. M. sea servido de hacer merced a esta civdad e Nueva España de

que haya, en esta dicha ciudad, universidad de estudio de todas ciencias; por que los hijos

de los españoles y naturales las aprendan e se ocupen de toda virtud y buenos ejercicios, y

salgan y haya letrados de todas facultades, por que de mejor voluntad huelguen de

permanecer en la tierra; pues está notorio el mucho inconviniente y gastos que hay si los

españoles hubiesen de enviar sus hijos a los estudios de España.

[…] Y porque en esta dicha ciudad y Nueva España hay ya mucho número de

doncellas hijas de españoles, legítimas y naturales, hijas de personas honradas y

principales, y todas no se pueden casar, ansí por no tener con qué les dotar como por otros

justos impedimentos, suplíquese a S. M. sea servido dotar en esta ciudad dos monasterios:

uno de la Orden de señor San Francisco y otro de la Orden de señor Santo Domingo, en que

las tales doncellas se metan y sean monjas”.

128
“Capítulos que por instrucción y delegación de la ciudad de México fueron expuestos ante S. M. por los
procuradores Loaiza y Cherinos. México, 28 de noviembre de 1542”. Cuevas, Mariano. Documentos inéditos
del siglo XVI para la historia de México. Porrúa. México, 1975; doc. XXIV, pp. 109-118.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
43

B) Según la descripción de un fraile a finales del siglo XVII.129

“Hay muchas escuelas públicas, especialmente de los religiosos belemitas, divididas en

dos: una para leer y otra escribir; en donde se instruyen cerca de mil niños, ejercitando esta

caritativa religión esta caridad con los pobres, sin llevar el más leve estipendio por su

trabajo. Tienen pupilaje; y reciben niños que, a dirección de un venerable religioso, se

instruyen en virtud y en los rudimentos de nuestra santa fe católica; a más de que […] viven

como en un colegio, siguiendo sus horas de distribución. Comen en refectorio, que tienen

separado de la comunidad, y, en ínterin comen, tienen lección espiritual; y están con tanta

modestia como los novicios más austeros […] Regularmente, salen insignes plumarios y,

de aquí, pasan a los colegios”.

C) Descripción de la Universidad de México hacia finales del siglo XVIII.130

“Se han graduado en esta Universidad 29,882 bachilleres en todas facultades […]

Asimismo, se han graduado en esta Universidad 1,162 doctores y maestros. Corto número a

la verdad, y no correspondiente a la expectación de los que saben que sólo en esta capital ha

sido incomparablemente mayor el número de los profesores de todas facultades; a que,

agregados los que se han instruido en los Colegios, conventos y Estudios particulares que

hay en este arzobispado y en los obispados de Puebla, Valladolid, Guadalaxara, Antequera

y Durango, pertenecientes a esta Universidad, debiera ser notablemente mayor el número

de los graduados.

129
San Vicente, Juan Manuel de. Exacta descripción de la magnífica corte mexicana, cabeza del Nuevo
Americano Mundo, significada por sus essenciales partes, para el bastante conocimiento de su grandeza; en:
Rubial García, Antonio. La ciudad de México en el siglo XVIII (1690-1780). Tres crónicas. CONACULTA.
México, 1990 (Cien de México); pp. 234-245
130
“Prólogo”. Constituciones de la Real y Pontificia Universidad de México. Segunda edición, dedicada al
rey nuestro señor don Carlos III. Imprenta de D. Felipe de Zúñiga y Ontiveros. México, 1775.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
44

[…] Sin embargo, con este corto número de graduados, ha dado esta Gran Madre

sujetos dignos de todas las dignidades y empleos a todos los tribunales eclesiásticos y

seculares de estos reinos y sus islas adyacentes y las Filipinas, y aún a algunos de la

europea. Han salido de su noble seno 84 señores arzobispos y obispos, de los cuales los tres

han sido indios, y muchos eminentes togados en las Reales Audiencias de México,

Guadalajara, Goatemala, Santo Domingo y Manila; […] que ha logrado también el honor

de ver colocados algunos en los Supremos Consejos de Indias y Castilla”.

9.2. La evangelización

A) La justificación de su dominio en América, según el testamento de la reina Isabel la

Católica (1451-1504).131

“Cuando nos fueron concedidas, por la santa Sede Apostólica, las islas y Tierra Firme del

Mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intención fue, al tiempo que lo

suplicamos al papa Alejandro VI, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión, de

procurar inducir y traer los pueblos de ellas y los convertir a nuestra santa fe católica, y

enviar a las dichas islas y Tierra Firme prelados y religiosos, clérigos y otras personas

doctas y temerosas de Dios, para instruir los vecinos y moradores de ellas a la fe católica, y

los doctrinar y enseñar buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida; según más

largamente en las letras de la dicha concesión se contiene. Suplico al rey, mi señor, muy

afectuosamente, y encargo y mando a la princesa, mi hija, y al príncipe, su marido, que así

lo hagan y cumplan, y que éste sea su principal fin y en ello pongan mucha diligencia”.

131
Cláusula del testamento de la Reina Católica, doña Isabel, 1504. Recopilación de leyes de los reinos de las
Indias, mandadas imprimir y publicar por la majestad católica del rey don Carlos II, nuestro señor. Ivlián de
Paredes, impresor. Madrid, 1681; lib. VI, tít. X, ley 1. || Para mayor facilidad, en adelante denominaré a esta
obra Leyes de Indias.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
45

B) Derechos y obligaciones de los “doctrineros” de los indígenas.

- “Porque los estipendios de los curas y doctrineros y otros beneficios eclesiásticos están

consignados y se pagan de nuestras Cajas y rentas Reales, […] mandamos a los Oficiales de

nuestra Real Hacienda que paguen a los prelados y clérigos de las iglesias de sus distritos lo

que hubieren de haber y les perteneciere, […] por los tercios de cada un año, luego que

sean cumplidos, sin dilación”.132

- “Teniendo consideración a lo mucho que conviene que en la ciudad de México de la

Nueva España haya cátedra para que los doctrineros sepan la lengua de sus feligreses y los

puedan mejor instruir en nuestra santa fe católica: Ordenamos que el virrey funde e

instituya en la Universidad de la dicha ciudad una cátedra en que se lean y enseñen

públicamente las lenguas de que los indios usan más generalmente en aquella provincia”.133

- “Encargamos a los prelados de nuestras Indias que pongan mucho cuidado en castigar a

los clérigos y doctrineros que fueren culpados en tratos y granjerías, ejecutando lo

dispuesto por los Sagrados Cánones y Breves Apostólicos”.134

C) Abusos que cometían, desde la perspectiva del doctor Zorita.135

“Los clérigos quieren que les den servicio para sus casas, y indias para hacer tortillas de

maíz […] Los clérigos tienen consigo –como se ha dicho– parientes y amigos y allegados, y

negros y mestizos; y para todos hacen que les den comida y servicio y vino y especies […]

132
Carlos I y el príncipe gobernador en Monzón de Aragón a 25 de noviembre de 1552; Felipe II en Aranjuez
a 5 de junio de 1592 y en Madrid a 17 de enero de 1593; Felipe III en Valladolid a 10 de febrero de 1601.
Leyes de Indias, lib. I, tít. VII, ley 17.
133
Felipe IV en El Pardo a 7 de febrero de 1627. Leyes de Indias, lib. I, tít. XXII, ley 49.
134
Felipe II en Madrid a 18 de marzo de 1597, y Felipe IV. Leyes de Indias, lib. I, tit. VII, ley 44.
135
“Parecer del Dr. Alonso de Zorita acerca de la doctrina y administración de los sacramentos a los
naturales”, fecho en Granada el 1º de marzo de 1584. Cuevas, op. cit., doc. LXIII, pp. 331-354.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
46

Ellos y sus deudos están de asiento en el pueblo, entendiendo en sus granjerías de cacao y

de grana y seda, y algodón –donde lo hay– y mantas dello, donde se hacen.

[…] A ellos y a sus deudos –y a los demás que se ha dicho– les ayudan, para sus

granjerías, los caciques y principales; […] y ellos y el alcalde mayor o corregidor –o

teniente, donde los hay– son todos amigos para sus tratos y granjerías, y disimulan unos

con otros; que no es poco notado y murmurado entre los del pueblo. Y cuando se vienen a

saber sus excesos es cuando sobre sus tratos hay entre ellos diferencias”.

9.3. El proceso de hispanización

A) Ley promulgada en 1536, que prohibía ciertas costumbres antiguas.136

“Sumario de algunas cosas que S. M. manda se enseñen y den a entender a los indios

nuevamente convertidos a nuestra santa fe católica:

[…] Que no han de tener los dichos indios, en público ni en secreto, ni en los

montes –que son adoratorios–, algunos de sus demonios, sino las iglesias que los cristianos

hicieren; porque los cristianos que hacen semejantes cosas caen en pena de muerte.

[…] Item, que se guarden del abominable pecado; porque los cristianos que lo hacen

son quemados.

[…] Item, han de ser persuadidos que los hombres que se casaren no tengan más que

una mujer; dándoles a entender que el matrimonio es sólo con una mujer, mientras aquella

vive, y que los hijos que de aquella han, son legítimos y éstos heredan sus bienes y no los

otros.

[…] Que los principales y sus mujeres anden vestidos de la ropa de la tierra, y los

que de ella pudieran buenamente, se conformen con nuestra manera de vestir”.

136
Madrid a 30 de marzo de 1536. Cedulario de Alonso Zorita 1574, lib. I, tít. II, ley 16.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
47

Imagen del Códice Florentino, elaborado hacia la década de 1570, que plasma a un alfarero
indígena, vestido a la española pero con tilma y descalzo.137

B) Ley promulgada en 1541.138

“Mandamos que los domingos y fiestas de guardar no trabajen los indios ni los negros ni

mulatos, y que se dé orden que oigan todos misa y guarden las fiestas como los otros

cristianos son obligados; y en ninguna ciudad, villa o lugar los ocupen en edificios ni obras

públicas”.

137
Sahagún, Bernardino de. Historia general de las cosas de Nueva España. Libro X, cap. XXIII. Biblioteca
Digital Mundial. Enlace: https://www.wdl.org/es/item/10096 (consultado el 14 de octubre de 2018).
138
Carlos I y el príncipe gobernador en Valladolid a 21 de septiembre de 1541, y el cardenal gobernador en
Fuensalida a 26 de octubre de 1541. Leyes de Indias, lib. I, tít. I, ley 17.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

También podría gustarte