Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Hist Univ Unidad 3

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

1

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA

HISTORIA UNIVERSAL III

Mtro. en Historia Akira Gustavo Casillas de la Vega

UNIDAD III. PACTISMO Y METALISMO

1. EL PACTISMO

1.1. El Parlamento

A) Los tres «brazos» del reino representados en las Cortes de Burgos (1379), durante el

reinado de Juan I (1358-1390).1

“Nos, don Juan, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de

Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Algecira, y señor de Lara y de

Vizcaya y de Molina, con consejo de los prelados y ricos hombres, 2 de las Órdenes

1
“Ordenamiento de leyes hecho en las Cortes celebradas en Burgos en la Era MCCCCXVII (año 1379)”; en:
Real Academia de la Historia (RAH). Cortes de los antiguos reinos de León y de Castilla. Imprenta y
estereotipia de M. Rivadeneyra. Madrid, 1863-1884; tomo 2, pp. 283-284.
2
Los prelados son los altos jerarcas de la Iglesia católica, en específico, los abades de los conventos y los
obispos. En tanto que los ricos hombres eran los señores feudales laicos de mayor categoría, los Grandes del
reino, en el caso de España.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
2

[militares],3 y caballeros e hijosdalgo, y procuradores de las ciudades y villas y lugares de

los nuestros reinos,4 que son connosco en estas Cortes,5 que Nos mandamos hacer en la

muy noble ciudad de Burgos, […] confirmamos todas las leyes y ordenamientos que el rey

don Enrique [II (1334-1379)], nuestro padre, que Dios perdone, hizo y estableció, así en las

Cortes que hizo en la dicha ciudad de Burgos como en las que hizo en Toro y otros

cualesquier.

Y Nos hacemos y establecemos, ahora, estas leyes…”

B) Las facultades del Parlamento, por un ordenamiento de 1329.6

“Los reyes –en nuestros reinos progenitores– establecieron, por leyes y ordenanzas hechas

en Cortes, que no se echasen ni repartiesen ningunos pechos,7 servicios, pedidos ni

monedas ni otros tributos nuevos, especial ni generalmente en todos nuestros reinos, sin

que primeramente sean llamados a Cortes los procuradores de todas las ciudades y villas de

nuestros reinos, y sean otorgados por los dichos procuradores que a las Cortes vinieren”.

3
Las cuales estaban compuestas por personas que vivían en comunidad, como monjes, pero que no eran
sacerdotes. Dedicaban su vida a fines piadosos, como cuidar a los enfermos, pero algunos también a custodiar
los caminos y los destinos de peregrinaje, incluso con las armas, como los caballeros templarios en Jerusalén.
4
Los “procuradores” eran delegados enviados por cada una de las ciudades más importantes, también eran
denominados “diputados”.
5
Este arcaísmo, que proviene del latín cum noscum, significa “con nosotros”.
6
Promulgada por el rey Alfonso XI en Madrid. Recopilación de las leyes destos reynos hecha por mandado
de la magestad cathólica del rey don Philippe segundo nuestro señor. Casa de Andrés Angulo. Alcalá de
Henares, 1569; lib. VI, tít. VII, ley 1. || Siguiendo la historiografía tradicional, en adelante denominaré a esta
obra Nueva recopilación.
7
Los “pechos” eran los impuestos de aquella época. Recibían distintos nombres dependiendo de la
periodicidad con que se cobraban o de las materias que gravaban: servicios ordinarios o extraordinarios,
monedas, etc.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
3

Parlamento inglés reunido el 15 de abril de 1523. En la parte superior de la escena se ve al rey


Enrique VIII presidiendo dicha junta. A la derecha del rey (izquierda del espectador) se
encontraban los señores eclesiásticos (Lords Spiritual): dos arzobispos, diez obispos y 17
abades monásticos. En tanto que a su izquierda y frente a él se asentaban los señores laicos
(Lords Temporal): dos duques, siete condes, 16 barones y el prior del Hospital de San Juan de
Jerusalén. En el centro se ubicaban diez magistrados judiciales, cuatro alguaciles (serjeants of
the law) y dos escribanos; éstos últimos, hincados. Finalmente, en la parte inferior de la imagen,
aunque ya deteriorada, pueden observarse los representantes de la Cámara de los Comunes
(House of the Commons).8

8
Esta imagen pertenece a la obra titulada The Wriothesley Garter book, c. 1530. Royal Collection Trust.
Reino Unido. Enlace: https://www.royalcollection.org.uk/collection/1047414/the-wriothesley-garter-book
(consultado el 10 de octubre de 2016).

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
4

1.2. Las corporaciones con jurisdicción

A) El Consulado de comerciantes, según una ley de 1494.9

“Damos licencia, poder y facultad y jurisdicción a prior y cónsules de los mercaderes de la

ciudad de Burgos, que ahora son o serán de aquí adelante, para que tengan jurisdicción de

poder conocer y conozcan de las diferencias y debates que hubiere entre mercader y

mercader, […] sobre el trato de mercaderías, así sobre trueques y compras y ventas y

cambios, y seguros, y cuentas y compañías que hayan tenido y tengan; […] para que lo

libren y determinen breve y sumariamente, según estilo de mercaderes, sin dar lugar a

largas ni dilaciones ni plazos de abogados”.

B) Las universidades en la Hispanoamérica virreinal, hacia el último tercio del siglo XVI.10

“Ordenamos y mandamos que los rectores de las Universidades de Lima y México –y, por

su ausencia, los vicerrectores– tengan jurisdicción en los doctores, maestros y oficiales de

ellas, y en los lectores, estudiantes y oyentes que a ellas concurrieren en todos los delitos,

causas y negocios criminales que se cometieren e hicieren dentro de las escuelas de las

universidades, en cualquiera manera tocantes a los estudios, como no sean delitos en que

haya de haber pena de efusión de sangre o mutilación de miembro u otra corporal.

[…] Y concedemos poder y facultad a los rectores y vicerrectores para que, en los

casos contenidos en esta nuestra ley, puedan conocer, […] fulminar y substanciar los

9
Promulgada por los Reyes Católicos en Medina del Campo, el 21 de julio de dicho año. Nueva recopilación,
lib. III, tít. XIII, ley 1.
10
Ley fecha por Felipe II en Aranjuez a 19 de abril de 1589 y confirmada en El Campillo a 24 de mayo de
1597. Recopilación de leyes de los reinos de las Indias, mandadas imprimir y publicar por la majestad
católica del rey don Carlos II, nuestro señor. Ivlián de Paredes, impresor. Madrid, 1681; lib. I, tít. XXII, ley
21.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
5

procesos, prender los culpados, sentenciar las causas, imponer penas ordinarias o arbitrarias

y mandarlas ejecutar, conforme a Derecho”.

2. EL CONOCIMIENTO IMPARTIDO EN LAS UNIVERSIDADES

∙ De acuerdo con el historiador Jacques Le Goff.11

“El intelectual de la Edad Media –en Occidente– nace con las ciudades […] Antes existían

apenas las tres clases sociales distinguidas por Adalberón de Laón: la clase que reza (los

clérigos), la que protege (los nobles), la que trabaja (los siervos), que correspondía a una

verdadera especialización de los hombres […] Un hombre cuyo oficio es escribir o enseñar

o las dos cosas a la vez, un hombre que profesionalmente tiene una actividad de profesor y

de sabio, en suma, un intelectual, es un hombre que sólo aparece con las ciudades. En el

siglo XII ya se lo discierne verdaderamente.

[…] El siglo XII es el siglo de las universidades porque es el siglo de las

corporaciones. En cada ciudad donde existe un oficio que agrupa a un número importante

de miembros, éstos se organizan para defender sus intereses e instaurar un monopolio en su

beneficio. Esta es la fase institucional del desarrollo urbano que materializa en comunas

[municipales] las libertades políticas conquistadas y en corporaciones las posiciones

adquiridas en el dominio económico.

[…] Los orígenes de las corporaciones universitarias son a menudo tan oscuros para

nosotros como los orígenes de las corporaciones de otros oficios. Se organizan lentamente,

mediante conquistas sucesivas, a favor de incidentes fortuitos que son otras tantas

11
Le Goff, Jaques. Los intelectuales en la Edad Media [1985]. Alberto L. Bixio, trad. Gedisa Editorial.
Barcelona, 1996.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
6

ocasiones. Los estatutos a menudo sancionan esas conquistas sólo tardíamente. Nunca

estamos seguros de que los estatutos que llegaron hasta nosotros sean los primeros. Y en

esto no hay nada asombroso. En las ciudades en que se forman, las universidades (por el

número y la calidad de sus miembros) revelan una potencia que inquieta a los otros

poderes. Las universidades adquieren su autonomía luchando tanto contra los poderes

eclesiásticos como contra los poderes laicos.

[…] Pero además los universitarios habían encontrado un aliado poderoso: el

papado.

En 1194 Celestino III acuerda a la corporación de París sus primeros privilegios,

pero son sobre todo Inocencio III y Gregorio IX quienes aseguran su autonomía. En 1215 el

cardenal Roberto de Courson, legado pontificio, da a la Universidad de París sus primeros

estatutos oficiales.

[…] Este apoyo pontificio es capital. Sin duda la Santa Sede reconoce la

importancia y el valor de la actividad intelectual, pero sus intervenciones no son

desinteresadas. Si sustrae las universidades a las jurisdicciones laicas lo hace para

colocarlas bajo la jurisdicción de la Iglesia […] Lo hace para someterlas a la Santa Sede,

para integrarlas en su política, para imponerles su control y sus fines.

[…] La corporación universitaria parisiense puede tomarse como arquetipo.

Durante el siglo XIII esa corporación define a la vez su organización administrativa y su

organización profesional. Se compone de cuatro facultades (Artes, Decreto o Derecho

canónico –el papa Honorio III le prohibió la enseñanza del Derecho civil en 1219–,

Medicina y Teología)”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
7

3. LA POLÍTICA ECONÓMICA

3.1. El comercio interior

A) Por órdenes del rey Alfonso X, el Sabio, durante las Cortes de Jerez (1268).12

“Las medidas y los pesos y las varas sean todas unas; […] y al que hallaren que falsa

medida tuviere: peche13 sesenta sueldos de la moneda que fuere en la tierra y quebrántenle

las medidas ante las puertas [de la ciudad]”.

B) Según la legislación promulgada entre 1369 y 1548.14

“Ordenamos y mandamos que no se pueda vedar la saca del pan y otras viandas 15 en

ninguna ni en alguna ciudad, villa o lugar de los dichos nuestros reinos, así en lo realengo16

como en los señoríos. Y mandamos que libremente se pueda sacar el pan y viandas, y saque

de un lugar a otro dentro del reino; […] y que ninguno tenga poder de la vedar, sin especial

licencia y mandado nuestro”.

3.2. El metalismo

A) Normatividad de los Reyes Católicos, ordenada entre 1480 y 1501.

“Prohibimos y defendemos que persona ni personas algunas no sean osadas de sacar, ni

saquen, de aquí adelante, oro ni plata ni vellón, ni en pasta ni vajilla, ni moneda otra alguna,

12
“Ordenamiento de posturas y otros capítulos otorgados en el ayuntamiento de Jerez de la Era MCCCVI
(año 1268)”. RAH. Cortes de los antiguos reinos de León y de Castilla. Establecimiento tipográfico de los
sucesores de Rivadeneyra, impresores de la Real Casa. Madrid, 1861-84; tomo 1, pp. 71 y 75.
13
Es decir, que debía pagar una multa monetaria.
14
Juan II en Valladolid, año 1442, y en Burgos, año 1453; Enrique II en Toro, año 1369, y en Alcalá, año
1370; y Enrique IV en Córdoba, año 1455, y en Toledo, año 1462; y Carlos I en Valladolid, año 1523, y en
Valladolid, año 1548. Nueva recopilación, lib. VI, tít. XVIII, ley 28.
15
Alimentos, comida.
16
Por “realengo” se entendían todos los territorios dependientes directamente de la Corona y que no estaban
bajo ningún señor feudal.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
8

para fuera de estos nuestros reinos; so pena que, […] por la primera vez, que haya perdido

y pierda todos sus bienes, […] y por la segunda vez que muera por ello y pierda todos los

sus bienes”.17

B) Ley promulgada el año de 1497.18

“Ordenamos y mandamos que todas y cualesquier personas que quisieren fundir y afinar

cualesquier monedas de oro y de plata y de vellón, de las que hasta aquí son hechas en estos

nuestros reinos, que lo puedan hacer y hagan libremente en cualquiera de las dichas

nuestras Casas de Moneda y no fuera de ellas; so pena que, el que afuera de cualquiera de

ellas la fundiere, que muera por ello y pierda la mitad de sus bienes”.

4. EL DESARROLLO DEL CRÉDITO

4.1. El dinero fiduciario

∙ De acuerdo con las investigaciones del historiador Geoffrey Parker.

“Desde los más tempranos días de la actividad bancaria del Occidente medieval, los

clientes de un banco habían podido transferir cantidades de dinero de su propia cuenta a la

de otros a base de ir en persona al banco y dar al banquero una orden de transferir la

cantidad. Todo asiento anotado en el libro mayor de un banquero tenía fuerza de ley pero,

por lo menos hasta el siglo XV (y en algunos lugares hasta mucho después), esas órdenes

tuvieron que darse oralmente.

17
Reyes Católicos en Toledo año de 1480, en Murcia 1488 y en Granada 1501. Nueva recopilación, lib. VI,
tít. XVIII, ley 1.
18
Don Fernando y doña Isabel en Medina del Campo a 13 de junio de 1497. Ibidem, lib. V, tít. XXI, ley 11.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
9

[…] Fue por ello un gran paso adelante el que, en el siglo XIV, los banqueros

idearan la «letra de cambio». Derivada del instrumentum ex causa cambii de la Génova del

siglo XII y utilizada por algunos comerciantes italianos en las ferias de Champagne en el

siglo XIII, la letra de cambio era una promesa escrita que obligaba al pago de una cierta

cantidad de dinero a una persona, cuyo nombre constataba [en dicho documento], en alguna

fecha futura pero próxima y en otra ciudad.

[…] Toda letra de cambio implicaba un préstamo a corto plazo, posiblemente a

interés; las comunicaciones en Europa eran tan lentas que, incluso cuando una letra era

pagadera «a la vista», transcurría necesariamente hasta su pago un espacio de tiempo

considerable, el necesario para que la letra llegara del lugar de emisión al lugar de pago (de

España o Italia a los Países Bajos tardaba entre dos y cuatro semanas).

[…] El saldar una transacción mediante la letra de cambio implicaba la participación

de cuatro personas. Primero el comerciante, ‘A’, que quería pagar su deuda en país distinto

del de procedencia de los productos. Si no tenía contactos comerciales con gente rica del

país extranjero del que se tratara, tenía que acudir a un comerciante-banquero local, ‘B’,

que los tuviera. ‘B’ extendía una orden, una letra de cambio, a su corresponsal del mercado

extranjero, ‘C’, autorizando el pago de la suma en cuestión al acreedor de ‘A’: ‘D’.

‘A’ debía convenir en pagar a ‘B’ la cantidad que había de remitir, más unos gastos

del servicio, y la letra se enviaba a ‘C’ por el correo del comerciante. Unas semanas más

tarde ‘C’ informaba a ‘D’, el beneficiario, de la llegada de sus fondos y se le pagaba en

persona.

[…] En los países donde el prestar a interés no estuvo absolutamente prohibido, tan

difíciles y complicados procedimientos, afortunadamente, fueron innecesarios. En los

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
10

Países Bajos e Inglaterra la letra de cambio se limitó a su papel original en las

transferencias crediticias. En esos países, los préstamos se obtenían extendiendo un simple

pagaré, la bill obligatory, cédule obligatorie o schulderkenning, mediante el cual el

tomador del préstamo prometía devolver una determinada cantidad en una fecha

determinada.

[…] En el siglo XV hay datos claros de que los comerciantes ingleses, para saldar

deudas, frecuentemente «traspasaban» [endosaban], a su vez, a sus acreedores, los pagarés

(bills obligatory) que estaban en su posesión […] En caso de impago, el portador de un

pagaré tenía alguna protección legal, aun cuando no estuviera nombrado en él; el Derecho

mercantil inglés reconocía a cualquier persona portadora de un vale el derecho de demandar

al deudor.

[…] En los Países Bajos, la ciudad de Brujas reconoció en 1527 que el portador de

un vale tenía todos los derechos del acreedor originario; y por un edicto imperial de 1537

esa reforma fue aplicada a todos los Países Bajos. En 1541 el Gobierno central decretó,

además, que el acreedor originario nombrado en un pagaré, al traspasarlo a algún otro,

quedaba libre de todo derecho y responsabilidad. Desde entonces, en los Países Bajos los

vales [o títulos] de crédito circularon libremente de mano en mano.

[…] La letra de cambio tardó un poco más en poder negociarse [es, decir, endosarse

o transferirse]. Por lo menos en Inglaterra ello no pudo hacerse hasta los años de mediados

del siglo XVII […] También en Italia, donde en unas pocas ocasiones, notables pero

aisladas, se había utilizado el endoso ya en el siglo XIV, en la última parte del XVI el

procedimiento se generalizó (aunque en Venecia, y uno o dos centros financiero más,

siguiera expresamente prohibido).

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
11

[…] Incluso sin la negociabilidad, Europa poseía métodos relativamente eficaces

para transferir deudas sin transferir los instrumentos de la deuda. El clásico procedimiento

de efectuar los pagos «en el banco», según el cual el cliente iba a éste y daba orden de que

fuera transferida una cantidad a la cuenta de su acreedor, podía ampliarse fácilmente si los

diversos banqueros de cada ciudad abrían cuentas en los bancos de cada uno de los demás.

[…] Esa organización de clearing [pagos de compensación] local era completada

por una temprana superestructura de sistemas de clearing interregionales y, en ocasiones,

internacionales: las ferias de cambio. Como las ferias comerciales principales reunían a

comerciantes de muchas zonas distintas, y a éstos les resultaba molesto saldar todas sus

transacciones en efectivo, se hizo corriente durante las ferias comprar los productos a

crédito, anotando todas las obligaciones contraídas en los libros de cualquier banquero

presente. Terminada la feria empezaban los «pagos». Cada banquero sumaba los débitos y

créditos de los distintos clientes y quedaba un saldo pagadero en efectivo o, desde el siglo

XIV, mediante letra de cambio. De ese modo, los comerciantes podían comprar en las

ferias todo lo que necesitaran sin tener que llevar ningún dinero encima. El sistema, no es

extraño, se extendió rápidamente. Tras ser visto por primera vez en las grandes ferias de

Champagne en los años noventa del siglo XII, pasó a los posteriores encuentros

comerciales de Lyon, Amberes, Medina del Campo, Frankfurt y las ciudades del norte de

Italia.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
12

El cambista y su mujer, óleo fechado en 1539.19

[…] Dado que la finalidad principal de esas ferias de cambio era, según muchos

tratadistas, permitir la liquidación de cuentas por valor de millones sin la transferencia de

las correspondientes cantidades de dinero en efectivo, los feraldi –los comerciantes que

acudían a la feria– iban con mucho papel pero con poco dinero. Sobre todo, cada uno

llevaba su scartafaccio, volumen manuscrito encuadernado que contenía todas las letras de

cambio y otras obligaciones de las que tenía que ocuparse. Cada cual hallaba el total

19
Reymerswaele, Marinus van. Museo del Prado. Enlace: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-
arte/el-cambista-y-su-mujer/8a2c5b89-2391-4d51-ad0d-d8f98bfe7823 (consultado el 29 de octubre de 2016).

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
13

adeudado por las letras y obligaciones aceptadas y lo confrontaba con el total adeudado por

los instrumentos de crédito a pagar; el saldo resultante, que normalmente era pequeño, se

liquidaba inmediatamente con oro. En cada feria de Piacenza sólo cambiaban realmente de

manos en efectivo entre 100 mil y 400 mil scudi, mientras que la cantidad total implicada

en las diversas transacciones era de millones”.

4.2. La banca privada

A) Según el mismo Geoffrey Parker.20

“Entre las inseguridades de la vida cotidiana de la Europa preindustrial casi todo el mundo

necesitaba, en algún momento, un préstamo que le sacara de los apuros de tiempos difíciles.

Una mala cosecha podía hundir en deudas a los campesinos, una recesión comercial podía

dejar sin trabajo a los artesanos y un naufragio o un acto de guerra podían acabar con el

capital de un comerciante. Sólo el crédito podía volver a levantar a esas víctimas inocentes

de la mala fortuna. Además, lo mismo los comerciantes y los nobles que los soberanos y los

tenderos, todos podían necesitar préstamos si pretendían expansionar su actividad o

incrementar sus gastos más allá del nivel de sus recursos inmediatos. Para servirles surgió

toda una multitud de individuos y entidades que se especializaron en diversas formas de

prestar dinero.

[…] En Italia, Alemania y la Europa oriental el préstamo de dinero estaba

principalmente en manos de los judíos; en el resto de Europa competían en la actividad los

comerciantes de cada lugar (especialmente orfebres, plateros y joyeros) y los inmigrantes

italianos.
20
Parker, Geoffrey. “El surgimiento de las finanzas modernas en Europa (1500-1700)”; en: Cipolla, Carlo M.
(ed). Historia económica de Europa. Tomo 2, Siglos XVI y XVII. Ariel. Barcelona, 1985; pp. 414-430.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
14

[…] En la Edad Media habían florecido los «comerciantes-banqueros», negociantes

que aceptaban depósitos de sus socios y utilizaban el dinero para financiar su propio

comercio o hacer préstamos a otros. Sólo en Florencia en 1338 había 80 «bancos

comerciales» distintos, y en Brujas en 1369 había 15. Después de 1630 también los bancos

privados se multiplicaron, especialmente en Inglaterra, donde antes se habían visto poco”.

B) De acuerdo con el historiador británico Ralph Davies (1915-1978).21

“Por un proceso natural, muchos agentes de letras y moneda se hicieron banqueros. Eran

negociantes profesionales del dinero, que obtenían sus beneficios legalmente al cobrar por

extender letras o calcular el tipo de cambio entre monedas de acuerdo con la oferta y la

demanda; e, ilegalmente, al ejercer la usura bajo muchos disfraces. Necesitaban fuertes

cajas de caudales para guardar grandes existencias de monedas; muchos se enriquecían, e

inspiraban confianza, por su honradez. Los mercaderes y otros estaban, por tanto, ansiosos

por confiarles sus reservas de dinero por motivos de seguridad. Sus negocios de letras

también les suministraban depósitos.

[…] Luego empezaron a atraer aún más fondos ofreciendo pagar intereses por ellas,

pues descubrieron que era posible estimar las probables demandas de dinero para futuros

periodos cortos y usar el resto del dinero depositado en sus manos para prestar y conseguir

beneficios para ellos mismos. Esto fue su caída.

[…] Los banqueros que se embarcaban en la alta finanza iban cada vez más lejos:

ampliando y prolongando sus préstamos, llevados al mal por la esperanza de que lograrían

tantos beneficios antes de que sus deudores finalmente faltaran a sus compromisos, que el

21
Davis, Ralph. La Europa atlántica: desde los descubrimientos hasta la industrialización. Pablo Recondo,
trad. Siglo XXI. México, 1976; cap. 4, “Capital, crédito e instituciones financieras”, pp. 253-273.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
15

resultado de todo el negocio sería ganancioso; esto fue generalmente una ilusión, prestaban

dinero más aprisa de lo que lo ganaban”.

Ilustración de un libro miniado, realizado hacia mediados del siglo XIV, que representa el vicio
de la usura cometido en el interior del Banco di San Giorgio, de Génova.22

22
Cocharelli. “Cuttings from a Latin prose traetise on the Seven Vices”; en: Online Catalogue of Illuminated
Manuscripts. British Library. Signatura: Additional 27695. Enlace:
https://www.bl.uk/catalogues/illuminatedmanuscripts/record.asp?MSID=8334&CollID=27&NStart=27695
(consultado el 13 de noviembre de 2017).

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
16

5. INFLUENCIAS DEL ORIENTE EN LA EUROPA OCCIDENTAL

5.1. El atractivo comercial de la Ruta de la Seda

∙ Según las noticias que da Marco Polo (1254-1324).23

“El Gran Khan [Kublai Kan (1215-1294)] vive en la ciudad principal del Catai, llamada

Cambaluc [hoy Pekín], durante tres meses del año: diciembre, enero y febrero. En esta

ciudad tiene su palacio.

[…] En Cambaluc se mercan los objetos más raros y de más valor. Primeramente,

de las Indias vienen cargamentos de alhaites, piedras preciosas, perlas finas, joyas y

preseas.

[…] También es Cambaluc la Ceca del gran señor […] Hace acuñar monedas del

modo siguiente: toman la corteza de los árboles (moreras por lo general, de las que el

gusano de seda devora la copa), y de la membrana que hay entre la corteza y el tronco

suelen hacer una pasta como la del papiro […] A estos papeles o tarjetas las hace cortar de

varios tamaños, por lo general como tarjetas largas y estrechas: una pequeña, a la cual le da

el valor de la mitad de un sueldo; otra mayor, que vale un sueldo; […] y, así, hasta diez

bizancios. Todos estos papeles o tarjetas son sellados con el signo del Gran Khan.

[…] Y una vez estampillados, los hace repartir por todas las provincias, reinos y

señoríos, y paga con ellos todas sus cuentas. Nadie puede desechar esta moneda, so pena de

muerte. Y todos los mercaderes toman esos papeles en pago de sus mercancías y con ellos

se pagan las perlas, las joyas, el oro y la plata.

23
Marco Polo. Viajes. María de Cardona y Suzanne Dobelmann, trads. Espasa-Calpe. Madrid, 1981. Edición
digital por Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Alicante, 1999; caps. LXXXIV, XCVI, CLII, CLIII,
CLIV, CLIX y CLXII. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcjw896 (consultado el 24
de septiembre de 2023).

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
17

[…] Y una vez al año se publica un bando diciendo que todos los que posean oro,

piedras y plata lo lleven a la Ceca y le serán trocados por ese papel moneda. De esta manera

el gran señor acumula tesoros incalculables de plata, oro y piedras finas.

[…] Ya que hablamos de tantas provincias del continente como habéis oído,

dejaremos esta materia y entraremos en la India para contar sus maravillas […] Pero ante

todo os hablaré de otras islas del Mar Océano, […] y empezaremos por una isla llamada

Cipango.

[…] Este mar en que está situada la isla se llama el Mar de la China […] y tiene,

según los pilotos y navegantes que la conocen, 7,488 islas; de las cuales, muchas habitadas.

Y en estas islas no hay árbol que no sea aromático y que no tenga perfume fuerte y agudo,

con maderas de gran utilidad, grandes como el alerce y más grandes aún. Hay especias muy

caras: pimienta blanca, como la nieve, y negra, ambas en gran abundancia. El oro abunda

tanto en ellas que es maravilla.

Pero están tan lejos y se pasan tantas fatigas para ir a ellas que no hay muchos que

se lleguen allá. Y cuando las naves de Çaiton o de Quinsay atracan a ella es siempre con

gran provecho y ganancia. Pero para llegar a ellas tardan un año, pues van en invierno y

vuelven en verano, porque los vientos son en esa época favorables”.

5.2. Las matemáticas aplicadas al comercio

∙ De acuerdo con un investigador mexicano.24

“En el 772, el califa Al-Mansur –uno de los artífices de las épocas doradas del pueblo

árabe– recibió una delegación de astrónomos hindús que portaba un tratado llamado
24
Martínez-E., J. Rafael. “Leggere, scrivere et abbaco’. El arte del mercader”. Medievalia. Núm. 22. UNAM-
Insitituto de Investigaciones Filológicas. México, abril 1996; pp. 7-15.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
18

Sindhind.25 Esta obra incluía nueve signos y un conjunto de reglas posicionales mediante las

cuales cualquier número podía ser representado con dichos signos. Más importante aún, en

este tratado se señalaba cómo realizar cálculos aritméticos de manera tan sencilla que era

evidente que el modo romano no podría sobrevivir largo tiempo.

Durante el califato de Al-Mamún (809-833) se fundó en Bagdad una «Casa del

Saber», que tuvo entre sus miembros al matemático Mohamed Al-Khuwarismi, autor de un

tratado de aritmética, gracias al cual el sistema posicional hindú fue conocido en Occidente

[…] Del nombre de su autor deriva el vocablo algoritmo, que en el Medievo y en el

Renacimiento correspondía a la manera de realizar cálculos recurriendo al ahora llamado

sistema indoarábigo.

[…] Es un hecho que las técnicas árabes y su manejo de las operaciones aritméticas

llegaron a Occidente en forma azarosa y sin que, por un tiempo, tuvieran algún efecto. 26 La

razón de ello seguramente radica en que al no haber un texto que permitiera aprender y

transmitir de manera sistemática estas técnicas, su difusión y comprensión fue sólo parcial.

Sin embargo, su potencial como instrumento simplificador de la aritmética era tal que

inexorablemente algún viajero de Occidente apreciaría sus alcances e iniciaría su difusión

masiva en Europa. Tal fue el caso de Leonardo de Pisa (c. 1170-después de 1240) –también

conocido como Fibonacci– autor del libro Liber abaci, el texto que finalmente difundión en

Occidente el sistema de numeración indoarábigo.27

25
“Franci R. y L. Toti Rigatelli, Introduzione all aritmetica mercantile del Medioevo e del Rinascimento,
Siena: Quatto Venti, 1982; 19”.
26
“Por ejemplo, en algunos sitios de la España árabe del siglo X ya se conocían los números indoarábigos”.
27
“Melitzki, D. The Matter of Araby in Medieval England. New Haven and London: Yale University Press,
1977; 3-12”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
19

[…] Gracias a que su padre fue un funcionario de comercio en Pisa, Fibonacci tuvo

la oportunidad de viajar –por lo que hoy es Argelia, Egipto, Siria, Grecia, etc.– y de

conocer los nuevos métodos de cálculo de los árabes. A su regreso a Pisa, alrededor del año

1200, Leonardo inició la escritura de una serie de trabajos matemáticos (en latín) que lo

llevó a convertirse en el matemático más importante de Occidente en el periodo que cubre

de la caída de Roma al siglo XIV. Sus principales obras, el Liber abaci (1202) y la Practica

geometriae (1220) son un comendio de los vastos conocimientos matemáticos adquiridos

durante sus viajes.28

[…] Las matemáticas que se enseñaban en las universidades europeas entre los

siglos XII y XV eran herederas de los textos clásicos griegos y sus comentaristas e

intérpretes romanos.29 En este sentido, poco tenían que ofrecer de interés para los

comerciantes, la clase que emergía en Europa y que reclamaba le fueran transmitidas las

técnicas y las habilidades matemáticas que les permitieran resolver problemas de cambio,

de tipos de moneda, de préstamos, de la repartición equitativa de ganancias o pérdidas entre

los miembros de sociedades mercantiles, además de los pagos adecuados según los riesgos

tomados en alguna aventura financiera.

[…] Las fuerzas sociales en juego a fines del siglo XII en las grandes zonas

comerciales del norte italiano hicieron inevitable un giro en las directrices educativas que

llevó a la creación de un tipo especial de escuelas cuyo fin era la preparación de quienes se

28
“Giusti E. y C. Maccagni. Luca Pacioli e la Matematica del Rinascimento. Firenze: Giunti, 1994; 32”.
29
“Mahoney, M. «Mathematics», en David Lindberg (ed.). Science in the Middle Ages. Chicago: Chicago
University Press, 1972; 145-178. Molland, A. G. «Colonizing the World for Mathematics: The Diversity of
Meieval Strategies», en E. Grant and J. Murdoch (eds.). Mathematics and this Applications to Science and
Natural Philosophy in the Middle Ages. London, New York and Melbourne: Cambridge University Press,
1987; 45-65”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
20

sabían destinados al comercio. Estas escuelas o botteghe d’abaco proporcionaron los

elementos matemáticos propios de la carrera mercantil. A semejanza de las botteghe del

artesano, en las de ábaco no sólo se enseñaba aritmética, también servían como centros de

consultoría comercial o lugar de encuentro de negociantes que venían a discutir y pedir

información acerca de los tipos de cambios de monedas, y de las equivalencias entre los

pesos y medidas de diferentes comunidades.

En contra de lo que parece ser la opinión popular, el término ábaco que aparece en

los libros, documentos y como títulos de tratados matemáticos, no necesariamente se refiere

al instrumento mecánico que servía desde la Antigüedad para realizar cálculos. Este tablero

de madera, rodeado de orillas levantadas, dentro de las cuales se sostenían varillas

atravesadas en las que se habían insertado cierto número de esferas, de diferentes tamaños y

colores, no era el objeto de estudio de los tratados de ábaco, aun cuando en ocasiones

explicaran su uso. Como se aprecia en los tratados llamados de ábaco, este término se

asocia a la resolución sobre una pieza de papel de problemas matemáticos concretos.

[…] Los textos de Fibonacci fueron el detonador para la aparición de numerosas

obras matemáticas,30 que no eran sino compilaciones modeladas en las dos obras del pisano,

aunque, en general, menos extensas y más sencillas, además de que integraron algunas

innovaciones propias de las circunstancias y de los nuevos tiempos. Los tratados de ábaco,

como se les conocía, exhibían otras diferencias: estaban escritos en lengua vulgar y en la

mayoría de los casos ésta era el toscano, debido, en gran medida, a que la mayor parte de

30
“Franci y Toti, Introduzione, 17-82”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
21

los maestros de las «matemáticas para el comercio» o «maestros de ábaco» provenían de la

Toscana, y en particular de Florencia.

La «escuela de ábaco» más antigua de la que se tiene registro es la de San

Gimignano (1279) y, como casi todas las que le siguieron, era de carácter público,

sostenida por la comuna [municipal] y las corporaciones mercantiles […] En el siglo XV

las escuelas públicas venecianas enseñaban a escribir y a apreciar la literatura italiana.

Además, y ese era su mérito principal, entrenaban a sus estudiantes en el uso de la

matemática comercial. Era común escuchar que los maestros enseñaban a «leggere,

scrivere et abbaco».31

[…] La falta de impacto de las escuelas de ábaco en lo que era el sistema educativo

que conducía a los estudios universitarios no significa que sus estudios «prácticos» no

incidieran en el avance de la sociedad renacentista o en los cambios conceptuales que

tuvieron lugar en el ámbito científico entre los siglos XV y XVII. Sin los conocimientos de

matemáticas prácticas transmitidos en las escuelas de ábaco es imposible explicar el

despegue del comercio de fines del Medievo”.

5.3. La navegación en la Baja Edad Media

A) Según las indagaciones de un historiador español.32

“El mar siempre fue mirado con respeto por el hombre medieval y hacia él hubo un temor

reverencial, en el que realidad y superstición andaban a la par. Por el mar venía la riqueza a

31
“Grendler, P. F. Schooling in Renaissance Italy: Literacy and Learning, 1300-1600. Baltimore and London:
John Hopkins University Press, 1989; 306”.
32
Molina Molina, Ángel Luis. “Los viajes por mar en la Edad Media”. Cuadernos de Turismo. Núm. 5.
Universidad de Murcia. Murcia, 2000; pp. 113-122. Enlace: https://revistas.um.es/turismo/article/view/22731
(consultado el 16 de septiembre de 2024).

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
22

través de la pesca y del comercio, pero también los piratas y los naufragios que truncaban

vidas y fortunas. Por eso no era raro que muchos mercaderes antes de partir dictaran

testamento, o que las embarcaciones y marinos llevaran el nombre de santos protectores.

Baste recordar el auge alcanzado por el culto a San Nicolás, protector contra los infortunios

marineros.33

El Mediterráneo era, por lo general, más benigno que el Atlántico, pero a veces los

barcos debían refugiarse durante días en algún puerto debido a los vientos desfavorables

[…] De hecho, la climatología adversa provocaba una disminución del ritmo de la

navegación desde noviembre hasta finales de enero. Las fuentes dejan constancia de

naufragios causados por violentas tempestades. De ahí el temor a los viajes largos y a la

navegación de altura; se prefería la de cabotaje, que siempre ofrecía la posibilidad de

buscar refugio en algún puerto en caso de peligro.

[…] El escaso desarrollo de la ciencia astronómica en el Mediterráneo altomedieval

condiciona el avance de los sistemas de navegación; siguen siendo práctica habitual los

derroteros costeros. El rumbo se mantenía mediante suelta de pájaros embarcados;

costumbre conocida ya en el siglo I y mantenida, al menos, hasta el siglo XVI; la brújula

penetró en el mundo occidental hacia 1200, las más antiguas alusiones latinas a este

instrumento aparecen en el De naturis rerum, de Alejandro Neckam (1157-1217), como

aguja insertada, fija a un flotador, situada en un recipiente de agua, hacia finales del siglo

XIII se transformaría en brújula con eje, pero la declinación magnética no será conocida

33
“Hinojosa Montalvo, José: El Mediterráneo medieval, Arco/Libros, Madrid, 1998, p. 50”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
23

hasta comienzos del siglo XV.34 La brújula es instrumento decisivo para poder navegar en

invierno, cuando no había sol, e impulsar el desarrollo de la cartografía, a la vez tan

importante para la navegación.

Los navegantes islámicos introducen en Europa, una vez más, un instrumento

imprescindible para la navegación: el sistema de dirección del barco por medio de un timón

adosado a la roda de popa. Se sabe que los chinos utilizaban ya, en sus barcos, unas

embarcaciones llamadas juncos, un remo central situado en popa. Los árabes, a partir de la

modalidad china que aprendieron en sus viajes hacia el Lejano Oriente, procedieron a

colocar en la popa de sus barcos un codaste al que se fijaba, por medio de bisagras, un

timón, que se manejaba con una barra, sobre la que se ejercía un movimiento hacia babor o

estribor. En el siglo XIII, los barcos que navegaban por el Mediterráneo poseen ya timón y,

en adelante, se abrirán enormes posibilidades en la navegación.35

Paralelamente a la aparición del timón, que hacía mucho más fácil direccionar los

barcos, tuvo lugar la aparición y utilización generalizada de las antiguas velas latinas,

triangulares, que fueron difundidas por los navegantes islámicos. A partir del siglo XII en el

Mediterráneo se va haciendo común la vela triangular, más fácilmente orientable, que

permite navegar con viento de costado, mientras que las velas más usuales, trapezoidales,

exigían para poder navegar el viento de popa, circunstancia que enlentecía sobremanera las

singladuras, encareciendo el transporte. La vela latina constituyó, sin duda, una novedad

importante que proporcionó una mayor velocidad en los desplazamientos marítimos.

34
“Véanse Linage, A. y González Bueno, A.: Historia de la ciencia y de la técnica. El occidente medieval
cristiano, Akal, Madrid, 1992, p. 23; y Fernando Girón: Historia de la ciencia y de la técnica. Oriente
islámico medieval, Akal, Madrid, 1994, p. 54”.
35
“Véase Girón, F.: ob. cit., pp. 54-56”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
24

[…] Los fundamentos teóricos necesarios para la navegación astronómica están

disponibles en el Medievo; las tablas de Azarquiel o las de Alfonso X permiten los cálculos

necesarios para medir la latitud por la meridiana del sol, y los cuadrantes y astrolabios son

aparatos adecuados para la toma de estas medidas, pero la falta de instrumental cartográfico

y la escasa formación matemática de los marinos no la hicieron viable hasta fines del siglo

XV.

[…] La historiografia insiste con frecuencia en las servidumbres y la irregularidad

de la navegación a vela sometida al capricho del tiempo. En los viajes largos, las escalas

son indispensables por el escorbuto y para carenar el navío, ya que la madera es atacada a

menudo por los parásitos. Muy irregular, la navegación mediterránea parece muy lenta y de

débil rendimiento. Sin duda, la velocidad de las galeras, provistas de remos, era mejor.

[…] El emperador Carlos V en 1517 desde Flandes a España realizó un viaje que

puede darnos una idea de lo que ocurría en numerosas ocasiones: el 4 de julio se encontraba

en Middleburg, donde esperaba la flota, era verano, que se supone como el mejor tiempo

para navegar, pero debido a los vientos desfavorables no pudo salir hasta la segunda

semana de septiembre. Los barcos, una vez iniciado el viaje, encontraron mal tiempo por lo

que no llegaron a Santander, como estaba previsto, sino a una franja de tierra deshabitada

de la costa asturiana. Carlos y su séquito, siguieron viajando a lomos de mulas, a caballo y

en carros tirados por bueyes, no llegando a Tordesillas, donde se encontraba la reina doña

Juana, hasta el mes de noviembre.36

36
“Véase Camusso, Lorenzo. Guía de viaje a la Europa de 1492. Anaya. Madrid, 1990, p. 41”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
25

[…] La piratería o la guerra de corso pesa fuertemente sobre las relaciones

mercantiles, fija la elección de las rutas; impone la navegación en convoyes menos

vulnerables a los ataques pero, también, aumenta considerablemente los costes.

[…] Todas las fuentes muestran de forma clara que los naufragios, e incluso los

ataques de piratas, se producen frecuentemente cerca de las costas o al llegar al puerto. En

consecuencia, se puede afirmar que los grandes tráficos marítimos parecen menos

vulnerables que los de cabotaje. Conclusión que anuncia ya una elección: la ruta marítima

se adecua más a los transportes de larga distancia de productos pesados, con fuertes

buques.37”

37
“Véase Cuadrada, Ma. Coral: «Puertos comerciales en la Edad Media», en Cuadernos de Historia XVI, no.
166, Madrid, 1985, p. 30”.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

También podría gustarte