Hist Univ Unidad 3
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1. EL PACTISMO
1.1. El Parlamento
A) Los tres «brazos» del reino representados en las Cortes de Burgos (1379), durante el
“Nos, don Juan, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de
Vizcaya y de Molina, con consejo de los prelados y ricos hombres, 2 de las Órdenes
1
“Ordenamiento de leyes hecho en las Cortes celebradas en Burgos en la Era MCCCCXVII (año 1379)”; en:
Real Academia de la Historia (RAH). Cortes de los antiguos reinos de León y de Castilla. Imprenta y
estereotipia de M. Rivadeneyra. Madrid, 1863-1884; tomo 2, pp. 283-284.
2
Los prelados son los altos jerarcas de la Iglesia católica, en específico, los abades de los conventos y los
obispos. En tanto que los ricos hombres eran los señores feudales laicos de mayor categoría, los Grandes del
reino, en el caso de España.
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2
los nuestros reinos,4 que son connosco en estas Cortes,5 que Nos mandamos hacer en la
muy noble ciudad de Burgos, […] confirmamos todas las leyes y ordenamientos que el rey
don Enrique [II (1334-1379)], nuestro padre, que Dios perdone, hizo y estableció, así en las
Cortes que hizo en la dicha ciudad de Burgos como en las que hizo en Toro y otros
cualesquier.
“Los reyes –en nuestros reinos progenitores– establecieron, por leyes y ordenanzas hechas
monedas ni otros tributos nuevos, especial ni generalmente en todos nuestros reinos, sin
que primeramente sean llamados a Cortes los procuradores de todas las ciudades y villas de
nuestros reinos, y sean otorgados por los dichos procuradores que a las Cortes vinieren”.
3
Las cuales estaban compuestas por personas que vivían en comunidad, como monjes, pero que no eran
sacerdotes. Dedicaban su vida a fines piadosos, como cuidar a los enfermos, pero algunos también a custodiar
los caminos y los destinos de peregrinaje, incluso con las armas, como los caballeros templarios en Jerusalén.
4
Los “procuradores” eran delegados enviados por cada una de las ciudades más importantes, también eran
denominados “diputados”.
5
Este arcaísmo, que proviene del latín cum noscum, significa “con nosotros”.
6
Promulgada por el rey Alfonso XI en Madrid. Recopilación de las leyes destos reynos hecha por mandado
de la magestad cathólica del rey don Philippe segundo nuestro señor. Casa de Andrés Angulo. Alcalá de
Henares, 1569; lib. VI, tít. VII, ley 1. || Siguiendo la historiografía tradicional, en adelante denominaré a esta
obra Nueva recopilación.
7
Los “pechos” eran los impuestos de aquella época. Recibían distintos nombres dependiendo de la
periodicidad con que se cobraban o de las materias que gravaban: servicios ordinarios o extraordinarios,
monedas, etc.
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3
8
Esta imagen pertenece a la obra titulada The Wriothesley Garter book, c. 1530. Royal Collection Trust.
Reino Unido. Enlace: https://www.royalcollection.org.uk/collection/1047414/the-wriothesley-garter-book
(consultado el 10 de octubre de 2016).
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4
ciudad de Burgos, que ahora son o serán de aquí adelante, para que tengan jurisdicción de
poder conocer y conozcan de las diferencias y debates que hubiere entre mercader y
mercader, […] sobre el trato de mercaderías, así sobre trueques y compras y ventas y
cambios, y seguros, y cuentas y compañías que hayan tenido y tengan; […] para que lo
libren y determinen breve y sumariamente, según estilo de mercaderes, sin dar lugar a
B) Las universidades en la Hispanoamérica virreinal, hacia el último tercio del siglo XVI.10
“Ordenamos y mandamos que los rectores de las Universidades de Lima y México –y, por
ellas, y en los lectores, estudiantes y oyentes que a ellas concurrieren en todos los delitos,
causas y negocios criminales que se cometieren e hicieren dentro de las escuelas de las
universidades, en cualquiera manera tocantes a los estudios, como no sean delitos en que
[…] Y concedemos poder y facultad a los rectores y vicerrectores para que, en los
casos contenidos en esta nuestra ley, puedan conocer, […] fulminar y substanciar los
9
Promulgada por los Reyes Católicos en Medina del Campo, el 21 de julio de dicho año. Nueva recopilación,
lib. III, tít. XIII, ley 1.
10
Ley fecha por Felipe II en Aranjuez a 19 de abril de 1589 y confirmada en El Campillo a 24 de mayo de
1597. Recopilación de leyes de los reinos de las Indias, mandadas imprimir y publicar por la majestad
católica del rey don Carlos II, nuestro señor. Ivlián de Paredes, impresor. Madrid, 1681; lib. I, tít. XXII, ley
21.
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5
procesos, prender los culpados, sentenciar las causas, imponer penas ordinarias o arbitrarias
“El intelectual de la Edad Media –en Occidente– nace con las ciudades […] Antes existían
apenas las tres clases sociales distinguidas por Adalberón de Laón: la clase que reza (los
clérigos), la que protege (los nobles), la que trabaja (los siervos), que correspondía a una
verdadera especialización de los hombres […] Un hombre cuyo oficio es escribir o enseñar
o las dos cosas a la vez, un hombre que profesionalmente tiene una actividad de profesor y
de sabio, en suma, un intelectual, es un hombre que sólo aparece con las ciudades. En el
corporaciones. En cada ciudad donde existe un oficio que agrupa a un número importante
beneficio. Esta es la fase institucional del desarrollo urbano que materializa en comunas
[…] Los orígenes de las corporaciones universitarias son a menudo tan oscuros para
nosotros como los orígenes de las corporaciones de otros oficios. Se organizan lentamente,
mediante conquistas sucesivas, a favor de incidentes fortuitos que son otras tantas
11
Le Goff, Jaques. Los intelectuales en la Edad Media [1985]. Alberto L. Bixio, trad. Gedisa Editorial.
Barcelona, 1996.
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6
ocasiones. Los estatutos a menudo sancionan esas conquistas sólo tardíamente. Nunca
estamos seguros de que los estatutos que llegaron hasta nosotros sean los primeros. Y en
esto no hay nada asombroso. En las ciudades en que se forman, las universidades (por el
número y la calidad de sus miembros) revelan una potencia que inquieta a los otros
poderes. Las universidades adquieren su autonomía luchando tanto contra los poderes
papado.
pero son sobre todo Inocencio III y Gregorio IX quienes aseguran su autonomía. En 1215 el
estatutos oficiales.
[…] Este apoyo pontificio es capital. Sin duda la Santa Sede reconoce la
colocarlas bajo la jurisdicción de la Iglesia […] Lo hace para someterlas a la Santa Sede,
canónico –el papa Honorio III le prohibió la enseñanza del Derecho civil en 1219–,
Medicina y Teología)”.
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7
3. LA POLÍTICA ECONÓMICA
A) Por órdenes del rey Alfonso X, el Sabio, durante las Cortes de Jerez (1268).12
“Las medidas y los pesos y las varas sean todas unas; […] y al que hallaren que falsa
medida tuviere: peche13 sesenta sueldos de la moneda que fuere en la tierra y quebrántenle
“Ordenamos y mandamos que no se pueda vedar la saca del pan y otras viandas 15 en
ninguna ni en alguna ciudad, villa o lugar de los dichos nuestros reinos, así en lo realengo16
como en los señoríos. Y mandamos que libremente se pueda sacar el pan y viandas, y saque
de un lugar a otro dentro del reino; […] y que ninguno tenga poder de la vedar, sin especial
3.2. El metalismo
saquen, de aquí adelante, oro ni plata ni vellón, ni en pasta ni vajilla, ni moneda otra alguna,
12
“Ordenamiento de posturas y otros capítulos otorgados en el ayuntamiento de Jerez de la Era MCCCVI
(año 1268)”. RAH. Cortes de los antiguos reinos de León y de Castilla. Establecimiento tipográfico de los
sucesores de Rivadeneyra, impresores de la Real Casa. Madrid, 1861-84; tomo 1, pp. 71 y 75.
13
Es decir, que debía pagar una multa monetaria.
14
Juan II en Valladolid, año 1442, y en Burgos, año 1453; Enrique II en Toro, año 1369, y en Alcalá, año
1370; y Enrique IV en Córdoba, año 1455, y en Toledo, año 1462; y Carlos I en Valladolid, año 1523, y en
Valladolid, año 1548. Nueva recopilación, lib. VI, tít. XVIII, ley 28.
15
Alimentos, comida.
16
Por “realengo” se entendían todos los territorios dependientes directamente de la Corona y que no estaban
bajo ningún señor feudal.
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8
para fuera de estos nuestros reinos; so pena que, […] por la primera vez, que haya perdido
y pierda todos sus bienes, […] y por la segunda vez que muera por ello y pierda todos los
sus bienes”.17
“Ordenamos y mandamos que todas y cualesquier personas que quisieren fundir y afinar
cualesquier monedas de oro y de plata y de vellón, de las que hasta aquí son hechas en estos
nuestros reinos, que lo puedan hacer y hagan libremente en cualquiera de las dichas
nuestras Casas de Moneda y no fuera de ellas; so pena que, el que afuera de cualquiera de
ellas la fundiere, que muera por ello y pierda la mitad de sus bienes”.
“Desde los más tempranos días de la actividad bancaria del Occidente medieval, los
cantidad. Todo asiento anotado en el libro mayor de un banquero tenía fuerza de ley pero,
por lo menos hasta el siglo XV (y en algunos lugares hasta mucho después), esas órdenes
17
Reyes Católicos en Toledo año de 1480, en Murcia 1488 y en Granada 1501. Nueva recopilación, lib. VI,
tít. XVIII, ley 1.
18
Don Fernando y doña Isabel en Medina del Campo a 13 de junio de 1497. Ibidem, lib. V, tít. XXI, ley 11.
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9
[…] Fue por ello un gran paso adelante el que, en el siglo XIV, los banqueros
idearan la «letra de cambio». Derivada del instrumentum ex causa cambii de la Génova del
siglo XII y utilizada por algunos comerciantes italianos en las ferias de Champagne en el
siglo XIII, la letra de cambio era una promesa escrita que obligaba al pago de una cierta
cantidad de dinero a una persona, cuyo nombre constataba [en dicho documento], en alguna
interés; las comunicaciones en Europa eran tan lentas que, incluso cuando una letra era
considerable, el necesario para que la letra llegara del lugar de emisión al lugar de pago (de
España o Italia a los Países Bajos tardaba entre dos y cuatro semanas).
de cuatro personas. Primero el comerciante, ‘A’, que quería pagar su deuda en país distinto
del de procedencia de los productos. Si no tenía contactos comerciales con gente rica del
país extranjero del que se tratara, tenía que acudir a un comerciante-banquero local, ‘B’,
que los tuviera. ‘B’ extendía una orden, una letra de cambio, a su corresponsal del mercado
‘A’ debía convenir en pagar a ‘B’ la cantidad que había de remitir, más unos gastos
del servicio, y la letra se enviaba a ‘C’ por el correo del comerciante. Unas semanas más
persona.
[…] En los países donde el prestar a interés no estuvo absolutamente prohibido, tan
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10
tomador del préstamo prometía devolver una determinada cantidad en una fecha
determinada.
[…] En el siglo XV hay datos claros de que los comerciantes ingleses, para saldar
pagaré tenía alguna protección legal, aun cuando no estuviera nombrado en él; el Derecho
al deudor.
[…] En los Países Bajos, la ciudad de Brujas reconoció en 1527 que el portador de
un vale tenía todos los derechos del acreedor originario; y por un edicto imperial de 1537
esa reforma fue aplicada a todos los Países Bajos. En 1541 el Gobierno central decretó,
quedaba libre de todo derecho y responsabilidad. Desde entonces, en los Países Bajos los
[…] La letra de cambio tardó un poco más en poder negociarse [es, decir, endosarse
o transferirse]. Por lo menos en Inglaterra ello no pudo hacerse hasta los años de mediados
del siglo XVII […] También en Italia, donde en unas pocas ocasiones, notables pero
aisladas, se había utilizado el endoso ya en el siglo XIV, en la última parte del XVI el
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11
para transferir deudas sin transferir los instrumentos de la deuda. El clásico procedimiento
de efectuar los pagos «en el banco», según el cual el cliente iba a éste y daba orden de que
fuera transferida una cantidad a la cuenta de su acreedor, podía ampliarse fácilmente si los
diversos banqueros de cada ciudad abrían cuentas en los bancos de cada uno de los demás.
internacionales: las ferias de cambio. Como las ferias comerciales principales reunían a
comerciantes de muchas zonas distintas, y a éstos les resultaba molesto saldar todas sus
transacciones en efectivo, se hizo corriente durante las ferias comprar los productos a
crédito, anotando todas las obligaciones contraídas en los libros de cualquier banquero
presente. Terminada la feria empezaban los «pagos». Cada banquero sumaba los débitos y
créditos de los distintos clientes y quedaba un saldo pagadero en efectivo o, desde el siglo
XIV, mediante letra de cambio. De ese modo, los comerciantes podían comprar en las
ferias todo lo que necesitaran sin tener que llevar ningún dinero encima. El sistema, no es
extraño, se extendió rápidamente. Tras ser visto por primera vez en las grandes ferias de
Champagne en los años noventa del siglo XII, pasó a los posteriores encuentros
comerciales de Lyon, Amberes, Medina del Campo, Frankfurt y las ciudades del norte de
Italia.
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12
[…] Dado que la finalidad principal de esas ferias de cambio era, según muchos
las correspondientes cantidades de dinero en efectivo, los feraldi –los comerciantes que
acudían a la feria– iban con mucho papel pero con poco dinero. Sobre todo, cada uno
llevaba su scartafaccio, volumen manuscrito encuadernado que contenía todas las letras de
cambio y otras obligaciones de las que tenía que ocuparse. Cada cual hallaba el total
19
Reymerswaele, Marinus van. Museo del Prado. Enlace: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-
arte/el-cambista-y-su-mujer/8a2c5b89-2391-4d51-ad0d-d8f98bfe7823 (consultado el 29 de octubre de 2016).
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13
adeudado por las letras y obligaciones aceptadas y lo confrontaba con el total adeudado por
los instrumentos de crédito a pagar; el saldo resultante, que normalmente era pequeño, se
liquidaba inmediatamente con oro. En cada feria de Piacenza sólo cambiaban realmente de
manos en efectivo entre 100 mil y 400 mil scudi, mientras que la cantidad total implicada
“Entre las inseguridades de la vida cotidiana de la Europa preindustrial casi todo el mundo
necesitaba, en algún momento, un préstamo que le sacara de los apuros de tiempos difíciles.
Una mala cosecha podía hundir en deudas a los campesinos, una recesión comercial podía
dejar sin trabajo a los artesanos y un naufragio o un acto de guerra podían acabar con el
capital de un comerciante. Sólo el crédito podía volver a levantar a esas víctimas inocentes
de la mala fortuna. Además, lo mismo los comerciantes y los nobles que los soberanos y los
incrementar sus gastos más allá del nivel de sus recursos inmediatos. Para servirles surgió
prestar dinero.
italianos.
20
Parker, Geoffrey. “El surgimiento de las finanzas modernas en Europa (1500-1700)”; en: Cipolla, Carlo M.
(ed). Historia económica de Europa. Tomo 2, Siglos XVI y XVII. Ariel. Barcelona, 1985; pp. 414-430.
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14
que aceptaban depósitos de sus socios y utilizaban el dinero para financiar su propio
comerciales» distintos, y en Brujas en 1369 había 15. Después de 1630 también los bancos
“Por un proceso natural, muchos agentes de letras y moneda se hicieron banqueros. Eran
negociantes profesionales del dinero, que obtenían sus beneficios legalmente al cobrar por
extender letras o calcular el tipo de cambio entre monedas de acuerdo con la oferta y la
inspiraban confianza, por su honradez. Los mercaderes y otros estaban, por tanto, ansiosos
por confiarles sus reservas de dinero por motivos de seguridad. Sus negocios de letras
[…] Luego empezaron a atraer aún más fondos ofreciendo pagar intereses por ellas,
pues descubrieron que era posible estimar las probables demandas de dinero para futuros
periodos cortos y usar el resto del dinero depositado en sus manos para prestar y conseguir
[…] Los banqueros que se embarcaban en la alta finanza iban cada vez más lejos:
ampliando y prolongando sus préstamos, llevados al mal por la esperanza de que lograrían
tantos beneficios antes de que sus deudores finalmente faltaran a sus compromisos, que el
21
Davis, Ralph. La Europa atlántica: desde los descubrimientos hasta la industrialización. Pablo Recondo,
trad. Siglo XXI. México, 1976; cap. 4, “Capital, crédito e instituciones financieras”, pp. 253-273.
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15
resultado de todo el negocio sería ganancioso; esto fue generalmente una ilusión, prestaban
Ilustración de un libro miniado, realizado hacia mediados del siglo XIV, que representa el vicio
de la usura cometido en el interior del Banco di San Giorgio, de Génova.22
22
Cocharelli. “Cuttings from a Latin prose traetise on the Seven Vices”; en: Online Catalogue of Illuminated
Manuscripts. British Library. Signatura: Additional 27695. Enlace:
https://www.bl.uk/catalogues/illuminatedmanuscripts/record.asp?MSID=8334&CollID=27&NStart=27695
(consultado el 13 de noviembre de 2017).
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16
“El Gran Khan [Kublai Kan (1215-1294)] vive en la ciudad principal del Catai, llamada
Cambaluc [hoy Pekín], durante tres meses del año: diciembre, enero y febrero. En esta
[…] En Cambaluc se mercan los objetos más raros y de más valor. Primeramente,
de las Indias vienen cargamentos de alhaites, piedras preciosas, perlas finas, joyas y
preseas.
[…] También es Cambaluc la Ceca del gran señor […] Hace acuñar monedas del
modo siguiente: toman la corteza de los árboles (moreras por lo general, de las que el
gusano de seda devora la copa), y de la membrana que hay entre la corteza y el tronco
suelen hacer una pasta como la del papiro […] A estos papeles o tarjetas las hace cortar de
varios tamaños, por lo general como tarjetas largas y estrechas: una pequeña, a la cual le da
el valor de la mitad de un sueldo; otra mayor, que vale un sueldo; […] y, así, hasta diez
bizancios. Todos estos papeles o tarjetas son sellados con el signo del Gran Khan.
[…] Y una vez estampillados, los hace repartir por todas las provincias, reinos y
señoríos, y paga con ellos todas sus cuentas. Nadie puede desechar esta moneda, so pena de
muerte. Y todos los mercaderes toman esos papeles en pago de sus mercancías y con ellos
23
Marco Polo. Viajes. María de Cardona y Suzanne Dobelmann, trads. Espasa-Calpe. Madrid, 1981. Edición
digital por Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Alicante, 1999; caps. LXXXIV, XCVI, CLII, CLIII,
CLIV, CLIX y CLXII. Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcjw896 (consultado el 24
de septiembre de 2023).
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17
[…] Y una vez al año se publica un bando diciendo que todos los que posean oro,
piedras y plata lo lleven a la Ceca y le serán trocados por ese papel moneda. De esta manera
[…] Ya que hablamos de tantas provincias del continente como habéis oído,
dejaremos esta materia y entraremos en la India para contar sus maravillas […] Pero ante
todo os hablaré de otras islas del Mar Océano, […] y empezaremos por una isla llamada
Cipango.
[…] Este mar en que está situada la isla se llama el Mar de la China […] y tiene,
según los pilotos y navegantes que la conocen, 7,488 islas; de las cuales, muchas habitadas.
Y en estas islas no hay árbol que no sea aromático y que no tenga perfume fuerte y agudo,
con maderas de gran utilidad, grandes como el alerce y más grandes aún. Hay especias muy
caras: pimienta blanca, como la nieve, y negra, ambas en gran abundancia. El oro abunda
Pero están tan lejos y se pasan tantas fatigas para ir a ellas que no hay muchos que
se lleguen allá. Y cuando las naves de Çaiton o de Quinsay atracan a ella es siempre con
gran provecho y ganancia. Pero para llegar a ellas tardan un año, pues van en invierno y
“En el 772, el califa Al-Mansur –uno de los artífices de las épocas doradas del pueblo
árabe– recibió una delegación de astrónomos hindús que portaba un tratado llamado
24
Martínez-E., J. Rafael. “Leggere, scrivere et abbaco’. El arte del mercader”. Medievalia. Núm. 22. UNAM-
Insitituto de Investigaciones Filológicas. México, abril 1996; pp. 7-15.
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18
Sindhind.25 Esta obra incluía nueve signos y un conjunto de reglas posicionales mediante las
cuales cualquier número podía ser representado con dichos signos. Más importante aún, en
este tratado se señalaba cómo realizar cálculos aritméticos de manera tan sencilla que era
Saber», que tuvo entre sus miembros al matemático Mohamed Al-Khuwarismi, autor de un
tratado de aritmética, gracias al cual el sistema posicional hindú fue conocido en Occidente
sistema indoarábigo.
[…] Es un hecho que las técnicas árabes y su manejo de las operaciones aritméticas
llegaron a Occidente en forma azarosa y sin que, por un tiempo, tuvieran algún efecto. 26 La
razón de ello seguramente radica en que al no haber un texto que permitiera aprender y
transmitir de manera sistemática estas técnicas, su difusión y comprensión fue sólo parcial.
Sin embargo, su potencial como instrumento simplificador de la aritmética era tal que
masiva en Europa. Tal fue el caso de Leonardo de Pisa (c. 1170-después de 1240) –también
conocido como Fibonacci– autor del libro Liber abaci, el texto que finalmente difundión en
25
“Franci R. y L. Toti Rigatelli, Introduzione all aritmetica mercantile del Medioevo e del Rinascimento,
Siena: Quatto Venti, 1982; 19”.
26
“Por ejemplo, en algunos sitios de la España árabe del siglo X ya se conocían los números indoarábigos”.
27
“Melitzki, D. The Matter of Araby in Medieval England. New Haven and London: Yale University Press,
1977; 3-12”.
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19
[…] Gracias a que su padre fue un funcionario de comercio en Pisa, Fibonacci tuvo
la oportunidad de viajar –por lo que hoy es Argelia, Egipto, Siria, Grecia, etc.– y de
conocer los nuevos métodos de cálculo de los árabes. A su regreso a Pisa, alrededor del año
1200, Leonardo inició la escritura de una serie de trabajos matemáticos (en latín) que lo
de la caída de Roma al siglo XIV. Sus principales obras, el Liber abaci (1202) y la Practica
[…] Las matemáticas que se enseñaban en las universidades europeas entre los
siglos XII y XV eran herederas de los textos clásicos griegos y sus comentaristas e
intérpretes romanos.29 En este sentido, poco tenían que ofrecer de interés para los
comerciantes, la clase que emergía en Europa y que reclamaba le fueran transmitidas las
técnicas y las habilidades matemáticas que les permitieran resolver problemas de cambio,
los miembros de sociedades mercantiles, además de los pagos adecuados según los riesgos
[…] Las fuerzas sociales en juego a fines del siglo XII en las grandes zonas
comerciales del norte italiano hicieron inevitable un giro en las directrices educativas que
llevó a la creación de un tipo especial de escuelas cuyo fin era la preparación de quienes se
28
“Giusti E. y C. Maccagni. Luca Pacioli e la Matematica del Rinascimento. Firenze: Giunti, 1994; 32”.
29
“Mahoney, M. «Mathematics», en David Lindberg (ed.). Science in the Middle Ages. Chicago: Chicago
University Press, 1972; 145-178. Molland, A. G. «Colonizing the World for Mathematics: The Diversity of
Meieval Strategies», en E. Grant and J. Murdoch (eds.). Mathematics and this Applications to Science and
Natural Philosophy in the Middle Ages. London, New York and Melbourne: Cambridge University Press,
1987; 45-65”.
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20
artesano, en las de ábaco no sólo se enseñaba aritmética, también servían como centros de
información acerca de los tipos de cambios de monedas, y de las equivalencias entre los
En contra de lo que parece ser la opinión popular, el término ábaco que aparece en
al instrumento mecánico que servía desde la Antigüedad para realizar cálculos. Este tablero
atravesadas en las que se habían insertado cierto número de esferas, de diferentes tamaños y
colores, no era el objeto de estudio de los tratados de ábaco, aun cuando en ocasiones
explicaran su uso. Como se aprecia en los tratados llamados de ábaco, este término se
obras matemáticas,30 que no eran sino compilaciones modeladas en las dos obras del pisano,
aunque, en general, menos extensas y más sencillas, además de que integraron algunas
innovaciones propias de las circunstancias y de los nuevos tiempos. Los tratados de ábaco,
como se les conocía, exhibían otras diferencias: estaban escritos en lengua vulgar y en la
mayoría de los casos ésta era el toscano, debido, en gran medida, a que la mayor parte de
30
“Franci y Toti, Introduzione, 17-82”.
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21
Gimignano (1279) y, como casi todas las que le siguieron, era de carácter público,
matemática comercial. Era común escuchar que los maestros enseñaban a «leggere,
scrivere et abbaco».31
[…] La falta de impacto de las escuelas de ábaco en lo que era el sistema educativo
que conducía a los estudios universitarios no significa que sus estudios «prácticos» no
tuvieron lugar en el ámbito científico entre los siglos XV y XVII. Sin los conocimientos de
“El mar siempre fue mirado con respeto por el hombre medieval y hacia él hubo un temor
reverencial, en el que realidad y superstición andaban a la par. Por el mar venía la riqueza a
31
“Grendler, P. F. Schooling in Renaissance Italy: Literacy and Learning, 1300-1600. Baltimore and London:
John Hopkins University Press, 1989; 306”.
32
Molina Molina, Ángel Luis. “Los viajes por mar en la Edad Media”. Cuadernos de Turismo. Núm. 5.
Universidad de Murcia. Murcia, 2000; pp. 113-122. Enlace: https://revistas.um.es/turismo/article/view/22731
(consultado el 16 de septiembre de 2024).
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22
través de la pesca y del comercio, pero también los piratas y los naufragios que truncaban
vidas y fortunas. Por eso no era raro que muchos mercaderes antes de partir dictaran
Baste recordar el auge alcanzado por el culto a San Nicolás, protector contra los infortunios
marineros.33
El Mediterráneo era, por lo general, más benigno que el Atlántico, pero a veces los
barcos debían refugiarse durante días en algún puerto debido a los vientos desfavorables
navegación desde noviembre hasta finales de enero. Las fuentes dejan constancia de
naufragios causados por violentas tempestades. De ahí el temor a los viajes largos y a la
condiciona el avance de los sistemas de navegación; siguen siendo práctica habitual los
penetró en el mundo occidental hacia 1200, las más antiguas alusiones latinas a este
aguja insertada, fija a un flotador, situada en un recipiente de agua, hacia finales del siglo
XIII se transformaría en brújula con eje, pero la declinación magnética no será conocida
33
“Hinojosa Montalvo, José: El Mediterráneo medieval, Arco/Libros, Madrid, 1998, p. 50”.
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23
hasta comienzos del siglo XV.34 La brújula es instrumento decisivo para poder navegar en
imprescindible para la navegación: el sistema de dirección del barco por medio de un timón
adosado a la roda de popa. Se sabe que los chinos utilizaban ya, en sus barcos, unas
embarcaciones llamadas juncos, un remo central situado en popa. Los árabes, a partir de la
modalidad china que aprendieron en sus viajes hacia el Lejano Oriente, procedieron a
colocar en la popa de sus barcos un codaste al que se fijaba, por medio de bisagras, un
timón, que se manejaba con una barra, sobre la que se ejercía un movimiento hacia babor o
estribor. En el siglo XIII, los barcos que navegaban por el Mediterráneo poseen ya timón y,
Paralelamente a la aparición del timón, que hacía mucho más fácil direccionar los
barcos, tuvo lugar la aparición y utilización generalizada de las antiguas velas latinas,
triangulares, que fueron difundidas por los navegantes islámicos. A partir del siglo XII en el
permite navegar con viento de costado, mientras que las velas más usuales, trapezoidales,
exigían para poder navegar el viento de popa, circunstancia que enlentecía sobremanera las
singladuras, encareciendo el transporte. La vela latina constituyó, sin duda, una novedad
34
“Véanse Linage, A. y González Bueno, A.: Historia de la ciencia y de la técnica. El occidente medieval
cristiano, Akal, Madrid, 1992, p. 23; y Fernando Girón: Historia de la ciencia y de la técnica. Oriente
islámico medieval, Akal, Madrid, 1994, p. 54”.
35
“Véase Girón, F.: ob. cit., pp. 54-56”.
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disponibles en el Medievo; las tablas de Azarquiel o las de Alfonso X permiten los cálculos
necesarios para medir la latitud por la meridiana del sol, y los cuadrantes y astrolabios son
aparatos adecuados para la toma de estas medidas, pero la falta de instrumental cartográfico
y la escasa formación matemática de los marinos no la hicieron viable hasta fines del siglo
XV.
de la navegación a vela sometida al capricho del tiempo. En los viajes largos, las escalas
son indispensables por el escorbuto y para carenar el navío, ya que la madera es atacada a
menudo por los parásitos. Muy irregular, la navegación mediterránea parece muy lenta y de
débil rendimiento. Sin duda, la velocidad de las galeras, provistas de remos, era mejor.
[…] El emperador Carlos V en 1517 desde Flandes a España realizó un viaje que
puede darnos una idea de lo que ocurría en numerosas ocasiones: el 4 de julio se encontraba
en Middleburg, donde esperaba la flota, era verano, que se supone como el mejor tiempo
para navegar, pero debido a los vientos desfavorables no pudo salir hasta la segunda
semana de septiembre. Los barcos, una vez iniciado el viaje, encontraron mal tiempo por lo
que no llegaron a Santander, como estaba previsto, sino a una franja de tierra deshabitada
en carros tirados por bueyes, no llegando a Tordesillas, donde se encontraba la reina doña
36
“Véase Camusso, Lorenzo. Guía de viaje a la Europa de 1492. Anaya. Madrid, 1990, p. 41”.
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[…] Todas las fuentes muestran de forma clara que los naufragios, e incluso los
consecuencia, se puede afirmar que los grandes tráficos marítimos parecen menos
vulnerables que los de cabotaje. Conclusión que anuncia ya una elección: la ruta marítima
se adecua más a los transportes de larga distancia de productos pesados, con fuertes
buques.37”
37
“Véase Cuadrada, Ma. Coral: «Puertos comerciales en la Edad Media», en Cuadernos de Historia XVI, no.
166, Madrid, 1985, p. 30”.
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