Seiken Gakuin Vol 7
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G
M T
“... No puede ser. ¡¿Rivaiz Deep Sea, el Rey Demonio de los Mares?!” La
voz del Rey Demonio Dragón resonó en la cámara vacía.
La chica de pie frente a Veira... la verdadera maestra de la Azure Hold01... la
miró fríamente.
“¿Qué te trae por aquí, Rey Demonio Dragón?” Preguntó en silencio. “Según
recuerdo, fuiste abatida por los Seis Héroes, y tu cadáver fue dejado atrás
para que se congelara en la tundra...”
“¿Huh?” Algo amenazador brilló en los ojos de Veira mientras los
entrecerraba hacia el trono y su ocupante. “Debería ser yo quien te hiciera
esa pregunta”.
La mirada de Veira era lo bastante intensa como para fulminar a un ser
inferior, pero Rivaiz permaneció imperturbable. Devolvió la mirada al Rey
Demonio Dragón con una propia capaz de congelar toda la creación. Su
cabello color amatista desprendía un tenue brillo fosforescente.
Un manto de color aqua cubría las delicadas extremidades de Rivaiz, dándole
un aspecto etéreo. Sin embargo, por muy frágil que pareciera, ningún ser
ordinario podría resistir la ira asesina del Rey Demonio Dragón.
(Entonces, no hay posibilidad de que sea una farsante). Veira apretó los
dientes.
No había duda. La chica sentada en aquel trono era su par, uno de los Ocho
Reyes Demonio que sembraban el caos y la destrucción por todo el mundo.
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Era la soberana de los océanos demoníacos, y una monstruosa encarnación
de un cataclismo. Así era Rivaiz Deep Sea, el Rey Demonio de los Mares.
(¿Qué está haciendo en mi Azure Hold?). Reflexionó Veira mientras
observaba con cautela a la usurpadora de su trono.
¿Cómo había regresado el derrotado Rey Demonio de los Mares?
(Supongo que no es tan extraño. Leo y yo sobrevivimos, después de todo).
Considerando los poderes excepcionales de Rivaiz, era desconcertante que
los Seis Héroes la hubieran vencido en combate para empezar. Sin embargo,
esto planteaba una pregunta: ¿Ahora era amiga o enemiga de Veira?
Una vez, habían estado unidas bajo el estandarte de la Diosa de la Rebelión.
Tras la desaparición del anterior Rey Demonio, Zol Vadis, los nuevos Reyes
Demonio eran rivales que competían por el dominio. Todos buscaban acabar
con la vida del otro. Fue esa constante lucha interna la que permitió a los
Seis Héroes y a las fuerzas humanas derrotar a los Ejércitos de los Reyes
Demonio.
(Pero Rivaiz y yo nunca competimos mucho).
La base de operaciones de Veira se había situado en la Cordillera del Dragón
Demoníaco. Ningún reino podía ser más distinto del de Rivaiz. Por eso, el
Rey Demonio Dragón y el Rey Demonio de los Mares sólo se enfrentaban
en raras ocasiones.
(¿En qué está pensando?)
Veira nunca había sido capaz de anticipar los pensamientos de Rivaiz. Su
rostro era como una máscara congelada, completamente desprovista de
emoción. Sin otra opción mejor, la única que le quedaba a Veira era
preguntar directamente.
“¿Qué haces aquí? La Azure Hold es mi castillo”.
El Rey Demonio de los Mares negó lentamente con la cabeza. “Este ya no es
tu castillo. He tomado posesión de esta ruina abandonada”.
“¡¿Pretendes tomarme por tonta?!” Las llamas se encendieron y el cabello
carmesí de Veira se agitó con ellas, las brasas se desprendieron de sus
mechones y cayeron al suelo de piedra. “Este es el castillo de los Dragonkin.
El lugar que mis sirvientes protegieron con sus propias vidas...”
“Para empezar, nunca fuiste la legítima propietaria de la Azure Hold”.
Intervino Rivaiz.
“¿Qué?” Gruñó Veira. “¿Y tú lo eres?”
01. Azure Hold / Puede traducirse como: “Asimiento Azure”, “Dominio Azure” o “Fortaleza Azure”.
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Rivaiz negó con la cabeza. “... Nay”.
“¿Huh? ¿Qué estás diciendo...?”
Antes de que Veira pudiera terminar, la chica del trono levantó suavemente
su mano.
“Sharianos”.
“... ¡¿?!”
Una ráfaga de incontables cuchillas de hielo asaltó a Veira, que
instintivamente se defendió envolviendo su brazo en fuego y apartando el
ataque de un manotazo. Las cuchillas de hielo se evaporaron en el aire. El
cabello carmesí de Veira se alborotó, proyectando un resplandor de calor a
su alrededor.
“Tonta... ¿Quieres que te reduzca a cenizas?” Espetó el Rey Demonio
Dragón.
“Tu presencia aquí es una violación de la providencia”. La frígida belleza
replicó. “Debo avanzar en mis planes”.
Veira enarcó una ceja. “¿Qué planes?”
*¡Vrrrnnnn! ¡Vrrr, vrrr, vrrr!*
Intensos temblores sacudieron la cámara como en respuesta. Incontables
zarcillos brotaron de debajo del suelo de piedra.
“¡Nunca pudiste mantener una conversación para salvar tu vida!” Gritó
Veira.
Azra-Ael, el Diablo del Inframundo, había sido un tipo excéntrico con
extraños planes, pero al menos era posible llegar a un entendimiento con él.
No podía decirse lo mismo del Rey Demonio de los Mares.
“Bien, entonces. Te sacaré las respuestas a golpes”. Veira se relamió. Las
llamas que rodeaban su brazo se solidificaron en un espadón incandescente,
una proeza de hechicería exclusiva de los dragones. Era la Espada de la Luz
Incineradora, Varg Varua, un arma que cortaba con facilidad firmes muros
de piedra.
*¡Schlrplrplrplrp!*
Una oleada de tentáculos se precipitó hacia Veira. Sin embargo, un
movimiento horizontal de su espada los destruyó a todos.
“¡No subestimes al Rey Demonio Dragón, Rivaiz Deep Sea!” Rugió Veira.
Una furiosa llamarada corrió hacia el trono, tragándose a la chica sentada en
él.
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“¡Refraia!”
La llama del aliento de dragón de Veira, capaz de reducir toda la creación a
cenizas, fue sofocada por una barrera de agua.
(Luchar aquí me pone en desventaja). Veira apretó los dientes, reacia a
admitir la debilidad.
En términos de puro poder, el Rey Demonio de los Mares era uno de los
Reyes Demonio más fuertes. Su ira era algo que no se podía desatar.
Enfrentarse a ella en el vientre del océano, en el corazón mismo de sus
dominios, era el colmo de la insensatez. Por muy doloroso que fuera
admitirlo, Veira necesitaba escapar de este campo de batalla.
“Argh Varheiz”. Rivaiz desató un hechizo de Octavo-Orden desde su lugar
en el trono.
*¡Bwoooooosh!*
Un gran torrente de agua se precipitó sobre Veira, pero un instante después,
el océano tembló y un terrible aullido resonó en la Azure Hold. Los
escombros saltaron por los aires, y de su interior emergió un gigantesco
dragón carmesí.
Era la forma de combate del Rey Demonio Dragón Veira.
Veira abrió sus fauces de golpe, exhalando calor plateado y luz hacia arriba.
*¡Booooooom!*
La explosión abrió un gran agujero en el techo. Desplegando sus enormes
alas, el dragón carmesí se elevó. Atravesó la barrera que rodeaba la Azure
Hold y desapareció en las oscuras profundidades del océano.
El Rey Demonio ascendió por el agua envuelto en un fuego eterno. Al
atravesar la superficie, formó un gran remolino y continuó hacia lo alto, hacia
el cielo tormentoso.
Los cielos pertenecían a los dragones. Veira estaba fuera del alcance de
Rivaiz.
Algo oscuro como la sombra se movía bajo las olas... una masa de zarcillos
retorcidos que rivalizaba en tamaño con un continente. Era el cuerpo
principal del Rey Demonio de los Mares, la gran criatura que había hundido
la flota invencible del Reino Oceánico de Giran y destruido la civilización
submarina hace mil años.
(¡Te destruiré! ¡No quedará ni una pizca de ti, Rey Demonio de los Mares!)
Crujiendo los colmillos, Veira se preparó para lanzar el hechizo en lengua de
dragón más potente del que disponía.
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¡Llama de la Ruina, Heraldo del Fin de los Tiempos! ¡Siente mi rugido,
tonta! ¡Dei Argh Dragray!
Un destello blanco borró el cielo, ¡abriéndose paso en el océano!
*¡Bwoooooooooooosh!*
Un gigantesco pilar de fuego ardió en los cielos, disipando las nubes de
tormenta. El mar hervía y los restos de vida marina flotaban en la superficie.
De las fauces de Veira brotó un resplandor de mana que se desvanecía. A
pesar de la intensidad del ataque, el Rey Demonio Dragón no esperaba que
hubiera derrotado a Rivaiz, su igual.
(¡Veamos lo bien que aguantas otro golpe!)
Mientras Veira preparaba otro poderoso ataque...
*¡WHIIIIIIIIIISH!*
... Un rayo luminoso salió del agua y penetró en el ala de Veira. Sangre de
dragón salió a borbotones como pétalos de flores.
(¡¿Qué?!)
¡¿Era este un contraataque de Rivaiz?!
(No... Esto es otra cosa).
Otra enorme forma surgió de las profundidades. Un palacio abandonado
emergió, brillando en un azul profundo. Era la fortaleza aérea que había
caído durante el brutal ataque de los Seis Héroes hace un milenio.
(¡¿La Azure Hold está activa?!)
Los ojos dorados de Veira se abrieron de par en par ante este acontecimiento
imposible. Sólo ella, la maestra del castillo, podía comandarlo. Ese poder
debería haber estado más allá de una simple usurpadora como Rivaiz.
(Pero ese destello era sin duda el armamento principal de la Azure Hold...
¡el Cañón Ragva!)
*¡Bwoooooosh!*
El mar embravecido no hizo nada para frenar el ascenso de la Azure Hold
hacia el cielo. Su ascensión hizo temblar el aire y envió poderosas olas en
todas direcciones.
Entonces, Veira se percató de que había una figura bajo la puerta de la Azure
Hold.
(¡¿Un humano?!) Gruñó Veira, furiosa e incrédula.
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Sí, un humano. Un hombre alto, de mediana edad, digno y vestido con lo que
parecía un uniforme militar.
(¿Es él quien activó la Azure Hold?)
Los instintos dracónicos de Veira le advirtieron de que no se trataba de un
mortal común.
(¡Que me ataque deja claro que es un enemigo!)
Veira volvió a abrir sus fauces, preparándose para soltar otro aliento
abrasador. Sin embargo, sus furiosas llamas fueron bloqueadas por un muro
invisible.
(¡Los mecanismos de defensa de la Azure Hold!)
Rugió Veira, indignada. El humano empleaba las funciones de la Azure Hold
mejor de lo que ella lo había hecho nunca.
“...”
La boca del hombre se movió, pero Veira no pudo oír las palabras por encima
de los sonidos del mar y el viento. Cuando terminó, dirigió el dedo índice
hacia el gran dragón.
(¿Qué está...? ¡Kuh, aaaaah!)
De repente, todo se volvió blanco, y la conciencia de Veira se volvió confusa.
(¡¿Está intentando... dominar mi mente...?!)
Esto no era hechicería; los hechizos normales no tenían efecto sobre los
dragones. Este poder era diferente.
(¿Es este... el poder de la diosa... Roselia...?)
No había forma de resistirse. La conciencia de Veira se atenuó, y al hacerlo,
recordó sus rasgos por alguna razón.
(¿Por qué... por qué estoy... recordando su cara...?)
“Grr... Grr... ¡Ooooooooooooooooh!”
El aullido del dragón carmesí sacudió los cielos.
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“Ese sí que era lo bastante poderoso como para ser llamado Rey Demonio”.
Susurró el héroe de cabello blanco mientras veía volar al Rey Demonio
Dragón. “Y pensar que ha superado el poder de mi Espada Sagrada”.
Ni siquiera un Rey Demonio sería capaz de oponerse a las habilidades de su
Espada Sagrada. Eso estaba claro, ya que había sido capaz de subyugar a
Rivaiz Deep Sea. Sin embargo, de alguna manera, el Rey Demonio Dragón
había eludido su dominio.
No estaba claro cómo lo había logrado. Tal vez fuera el resultado de un poder
místico exclusivo de los dragones. Sin embargo, aunque no había logrado
dominarla, el Rey Demonio Dragon seguía sintiéndose impulsado a un
estado salvaje y desenfrenado.
La próxima vez, no fallaría.
(Los acontecimientos se han desviado demasiado de la profecía de la diosa.
Imagino que los apóstoles están empezando a entrar en pánico).
El hombre de cabello blanco se había adelantado a los apóstoles de la diosa
y había reclamado la Azure Hold y al Rey Demonio de los Mares. Había
previsto que el Rey Demonio Dragón vendría después de que ella despertara
del bloque de hielo, pero encontrarla tan pronto fue un golpe de suerte.
(O tal vez fue la diosa quien influyó en el curso de los acontecimientos. Debo
obtener a los Reyes Demonio antes que los apóstoles...)
Sólo quedaban cuatro Reyes Demonio. El Rey Demonio de la Ira había sido
consumido por el enloquecido Maestro Espadachín de los Seis Héroes, y el
Rey No Muerto seguía desaparecido tras su supuesta resurrección en
Necrozoa. Quizás su reencarnación había fallado, no dejando a su alma una
cáscara a la que adherirse apropiadamente.
El hombre fijó sus ojos en el cielo distante. ¿Hacia dónde se dirigía el Rey
Demonio Dragón en su frenesí?
“Persíguela, Rivaiz Deep Sea”. Ordenó el hombre de cabello blanco al Rey
Demonio que gobernaba los vastos océanos.
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LA CHICA DEL OJO MÍSTICO
“Oh, Seria ojou-sama, ¿qué vamos a hacer? Esto es horrible; sólo mire a
Sakuya...”
“Shhh. Déjala en paz por ahora”.
“¿Huh...? P-Pero, no puedo evitar preocuparme...” Ansiedad y confusión se
mostraban claramente en el rostro de Regina mientras susurraba.
Las chicas estaban en la sala común del primer piso del dormitorio
Hræsvelgr. La mesa estaba llena de platos variados: panqueques, ensalada
de verduras frescas, sopa de crema de maíz, huevos con jamón y yogur con
mermelada de fresa. Regina había preparado cada selección, garantizando
que estarían deliciosas.
Era un desayuno ordinario para el Decimoctavo Pelotón, salvo un problema
inusual.
“... Kuh... Duele... Me duele el ojo...” Sakuya murmuraba para sí misma
desde un lugar al final de la mesa. Tenía la palma de una mano presionada
sobre su ojo izquierdo, y su ceño estaba fruncido por el dolor. “... Yo... No
puedo contenerlo... Kuh... Cálmate...”
Un moderno parche negro cubría el ojo izquierdo de la chica. Aunque era un
accesorio inusual, le quedaba bien a Sakuya. A una chica guapa como ella le
quedaría bien cualquier cosa, pero eso no hacía que el inusual adorno fuera
menos llamativo.
“Pero ¿por qué un parche en el ojo? ¿Cree que Sakuya haya entrado en esas
tendencias?” Susurró Regina al oído de Lyseria.
“Hmm... Debe ser ese síndrome. Ya sabes, aquel exclusivo de los
adolescentes de catorce años”. Lyseria le devolvió el susurro.
“¿Síndrome?”
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“Sabes a lo que me refiero. A mí también me pasó. ¿Recuerdas cuando me
envolví el brazo en vendas sin motivo, modifiqué un poco mi uniforme y
empecé a ponerme lentillas de colores?”
“¡Ah, sí! ¡Sí que actuaba un poco rara!” Respondió Regina, recordando el
antiguo comportamiento extraño de su ama.
“También intenté inventar todo tipo de nombres geniales para mi Espada
Sagrada para cuando se manifestara”.
“Sí, más o menos recuerdo algunos de ese cuaderno que encontré cuando
limpiaba su habitación...”
“¡D-De todos modos! Este comportamiento es una fase bastante típica de los
jóvenes adolescentes. Vamos a vigilarla mientras lo supera”.
“Ahhh. Entendido, supongo...”
Leonis escuchó el intercambio y lanzó una mirada a Sakuya.
(Parece que se está adaptando al ojo místico que le di).
A la chica aún le costaba controlarlo correctamente, pero su cuerpo no había
rechazado el ojo por completo, y eso era una buena señal. Una vez que
Sakuya se aclimatara perfectamente al ojo místico del tiempo, también
adoptaría su color de ojos original.
(Aunque el que domine por completo su poder dependerá de sus talentos
naturales...)
La estática crepitó mientras una voz sonaba desde el sistema de megafonía
de la Academia Excalibur.
<<El Séptimo Assault Garden navega actualmente por las aguas del
Antiguo Archipiélago de Weiria>>
Tras el anuncio, Leonis sintió que el suelo temblaba ruidosamente bajo sus
piernas.
“El antiguo archipiélago de Weiria... Debería estar por aquí”. Dijo Elfine,
visualizando un mapa del mar en su terminal.
El Séptimo Assault Garden se había alejado de las costas del continente y
navegaba hacia el norte. Su destino era el corazón del Imperio Humano
Integrado, el Primer Assault Garden que servía como mayor bastión de la
humanidad... la Capital Imperial, Camelot.
En condiciones normales, el Séptimo Assault Garden no debería regresar a
la capital hasta dentro de siete meses. Sin embargo, el dios de la Orquídea
Sakura, sellado bajo la ciudad, había sido robado durante un reciente ataque,
despojando al horno de mana de la mayor parte de su potencia.
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En su estado actual, el Séptimo Assault Garden era incapaz de cumplir sus
funciones como arma destinada a localizar y destruir las Colmenas del Vacío.
Su fecha de regreso se adelantó para poder sustituir el horno de mana
debilitado, pero también para que la ciudad pudiera someterse a tareas de
mantenimiento.
El Séptimo Assault Garden se trasladó únicamente porque seguía acoplado
al Sexto Assault Garden, Alejandría, que lo remolcaba de hecho. Además,
para reducir el consumo de energía, se habían cerrado las instalaciones de
producción y los grandes edificios comerciales del Séptimo. El campo de
entrenamiento de la Academia Excalibur, que normalmente era capaz de
cambiar de terreno, también estaba inoperativo.
Naturalmente, esto se extendió a las comodidades como el aire
acondicionado del dormitorio Hræsvelgr, también.
“... Estamos tomando un camino bastante largo”. Comentó Leonis, perplejo,
mientras observaba el gráfico en la pantalla del terminal.
Elfiné asintió. “Sí, tenemos que evitar toparnos con Arrecifes del Vacío”.
Varios puntos rojos salpicaban el mapa del océano. Estas marcas indicaban
áreas llamadas Zonas del Vacío, lugares de probable actividad del Vacío. Los
dos Assault Garden siguieron un rumbo que evitaba las Zonas del Vacío. “A
nuestra velocidad actual, deberíamos llegar a la capital en unos cuatro días”,
“Y si llegamos a tiempo, podremos asistir al Festival de la Danza de la
Espada Sagrada”. Añadió Lyseria.
“Cierto. El año pasado tuvimos que verlo a través de un dron retransmisor, y
la calidad de la imagen era casi imposible de ver. Pero este año podremos
verlo en directo. Estoy deseando verlo”. Regina apretó sus puños, con ojos
brillantes.
(Hmm. El Festival de la Danza de la Espada Sagrada. Un ritual fascinante).
El Festival de la Danza de la Espada Sagrada era un torneo de combate que
se celebraba una vez al año en la capital y en el que participaban
representantes de todos los Assault Garden. Los estudiantes de la capital
procedían de la ilustre Academia Elysion, mientras que los participantes del
Quinto Assault Garden procedían del Instituto de Investigación Anti-void.
El Cuarto Assault Garden envió concursantes de la Academia, los del
Segundo Assault Garden procedían de la Escuela de Instrucción Militar y
los de la Iglesia Humana, del Monasterio de San Eluminas.
Sin embargo, el mayor centro de formación de espadachines sagrados era,
sin duda, la Academia Excalibur del Séptimo Assault Garden.
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Cada centro educativo seleccionaba sólo a los más destacados de entre sus
filas para participar en el Festival de la Danza de la Espada Sagrada. Y
aunque los miembros del Decimoctavo Pelotón esperaban competir algún
día, no podían hacerlo con su rango actual. Lamentablemente, tendrían que
esperar al menos otro año para tener derecho.
Leonis pensó que era lo mejor. No quería llamar demasiado la atención, de
modo que no deseaba participar en un acontecimiento muy publicitado.
Sin embargo, disfrutaba viendo exhibiciones de destreza marcial. Durante su
reinado como Rey No Muerto, el coliseo de Necrozoa acogía torneos en
nombre de la diosa Roselia Ishtaris.
Mientras Leonis recordaba días pasados...
“¡Lyseria! ¡La capitana del Decimoctavo Pelotón, Lyseria Christaria!”
... Una chica de cabello rubio platinado irrumpió de repente en la habitación.
“¿Q-Qué...? ¿Fenris?” Lyseria se dio la vuelta, mirando con desconfianza a
la recién llegada.
Allí de pie, mirando con las manos en la cintura, estaba Fenris Edelritz, del
Comité Ejecutivo.
Un poco en guardia, Lyseria preguntó: “¿Qué quieres...?”
“Ven conmigo. El presidente del Comité Ejecutivo te llama”. Insistió Fenris,
apuntando con un dedo a la cara de Lyseria.
“... ¿Huuuuh? ¡¿E-El presidente?!” Los ojos azul hielo de Lyseria se abrieron
con incredulidad.
“Seria ojou-sama, ¿hizo algo para meterse en problemas?” Susurró Regina.
La líder del Decimoctavo Pelotón negó con la cabeza. “N-Nada que yo
sepa...”
“¿Quizá porque añadió berros02 al huerto de la escuela sin permiso?”
“¿O quizás porque rompiste un Simulador del Vacío durante el
entrenamiento?”
“¡E-Eso fue un accidente!” Replicó Lyseria. “Ah, quizá sea porque me di un
baño de leche hace un tiempo...”
“¡Claro, debe ser eso, seguro!” Regina estuvo de acuerdo. “¡Quizás obstruyó
o arruinó las cañerías del dormitorio!”
“¡No, no es nada de eso!” Chilló Fenris.
02. Nasturtium officinale, comúnmente llamado berro de agua, mastuerzo de agua o agrón. Es una planta perenne común en arroyos,
torrentes de aguas claras y pantanos, originaria de Europa y Asia Central. Se considera uno de los vegetales más antiguos consumidos
por el ser humano.
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“¿Entonces por qué...?” Preguntó Lyseria.
“No conozco los detalles. Mira, ¡ven conmigo al Comité Ejecutivo!”
“... De acuerdo”. Lyseria se levantó tras un suspiro.
“Ah, Seria-san, ¿qué hay del entrenamiento matutino...?” Preguntó Leonis.
“Tienes razón, Leo-kun. ¿Por qué no vienes conmigo?”
“No me importa”. Aunque su respuesta externa fue tranquila, Leonis celebró
internamente.
El presidente del Comité Ejecutivo era efectivamente la máxima autoridad
en la Academia Excalibur.
(Aprovechar esta oportunidad para ganar influencia sobre él no es mala
idea).
El Rey Demonio sonrió malvadamente, ya trabajando en un plan calculado.
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“Bueno, no voy a decir que sea una necesidad, pero facilita mucho los
desplazamientos por la ciudad”.
“...”
Que Leonis no tuviera la oportunidad de pedir la licencia era sólo una verdad
a medias. La otra cuestión era que, con su altura actual, el Rey Demonio era
demasiado bajo.
Lyseria, que era consciente de ese problema, soltó una risita. “Pronto serás
capaz de conducir uno, Leo-kun. Sigues creciendo”. Le aseguró, luego dio
una patada contra el suelo y arrancó. “En un año o dos... puede que seas más
alto que yo”.
“Sí, tal vez...”
Al ser un sirviente no muerto, Lyseria nunca envejecería ni maduraría
físicamente. Tal vez Leonis estaba imaginando cosas, pero la voz de la chica
sonaba un poco solitaria.
Al cabo de unos quince minutos, el grupo llegó a la Torre Táctica Central.
Abordaron un ascensor y subieron a la planta veintinueve, donde se
encontraba la sede del Comité Ejecutivo. La ventana abierta del ascensor
ofrecía una vista aérea del Séptimo Assault Garden.
“Ahora llamaré al presidente”. Fenris pulsó el timbre.
Una voz procedente del interior invitó a los tres a entrar.
Los ojos de Leonis se entrecerraron. (Hablan con un tono más amistoso de
lo que esperaba).
Las puertas automáticas se abrieron y un joven saludó a Leonis, Lyseria y
Fenris.
“Ah, bienvenida, Lady Lyseria... oh, y creo que es la primera vez que te veo”.
El joven se aseguró de inclinarse un poco antes de saludar a Leonis.
El presidente llevaba un uniforme de la Academia Excalibur y un brazalete
del Comité Ejecutivo en la manga, igual que Fenris. Lo más llamativo de
todo era el visor que llevaba sobre los ojos. Leonis detectó rastros de mana
que emanaban de él. Evidentemente, era una especie de dispositivo mágico.
“Soy el presidente del comité ejecutivo, Oberth Baldanders”.
“Leonis Magnus”. El antiguo Rey No Muerto le devolvió la reverencia a
Oberth.
El líder del Comité Ejecutivo estaba por encima de todos los demás
estudiantes de la Academia Excalibur. Comparado con un Rey Demonio
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como Leonis, su posición era bastante insignificante, pero como estudiante
de primer año, Leonis pensó que no estaría de más mostrar el debido respeto.
“Mis ojos están un poco mal, como comprenderás”. Explicó Oberth, dándose
golpecitos en el visor. “No puedo quitármelo. Mis disculpas”.
“Oh, no me ofendo en absoluto”. Leonis negó con la cabeza. Dado que
Oberth era el presidente del Comité Ejecutivo, seguramente blandía una
poderosa Espada Sagrada, pero Leonis no recordaba haberlo visto nunca
luchando contra los Void.
(¿Significa esto que su Espada Sagrada no es adecuada para el combate
directo?)
Era posible que su Espada Sagrada se centrara en el análisis de datos, como
el Eye of the Witch03 de Elfine.
(Si ese es el caso, no puedo permitirme ser descuidado con este hombre).
La ocultación de mana de Leonis debería haber sido indetectable, pero no se
sabía de qué eran capaces las Espadas Sagradas. No estaba fuera de lo
imaginable que alguien pudiera descubrir la verdadera identidad de Leonis a
pesar de sus intentos por disfrazarla.
“Pasen y tomen asiento”. Oberth se puso de pie e indicó a sus invitados que
entraran.
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“¿Cuál es el estado de Liat-senpai...?” Preguntó Lyseria.
“La Espada Demoníaca no parece haber tenido efectos duraderos en él.
Puedes estar tranquila”.
Eso relajó la preocupación en el rostro de Lyseria. “Ya veo...”
“Pasemos a la razón por la que estás aquí”. Dijo Oberth, con sus ojos
brillando tras el visor.
Lyseria fijó su postura, parecía un poco nerviosa.
“Hemos recibido una directiva del senado de la capital. Tu Decimoctavo
Pelotón está invitado a participar en el Festival de la Danza de la Espada
Sagrada como una participación especial en el torneo”.
“¡¿Huhhhh?!” Los ojos azul hielo de Lyseria se abrieron de par en par por la
sorpresa. “¿N-Nosotros?” ¡¿En el Festival de la Danza de la Espada
Sagrada?!”
“... ¿?” Leonis, por su parte, enarcó una ceja con desconfianza.
El Festival de la Danza de la Espada Sagrada. El mismo torneo de élite del
que habían hablado esta mañana. Sólo los pelotones de más alto rango eran
elegidos para participar. ¿Qué significaba participación especial?
“Hmm. ¿Por qué nosotros...?” Lyseria preguntó vacilante.
“Bueno, no sabría decirte. Pero si tuviera que adivinar...” Dijo Oberth,
levantando un dedo índice. “Lady Lyseria, tu reciente despertar de tu Espada
Sagrada ha causado un gran revuelo entre los rumores de la capital.
Especialmente tu participación en el rescate de la cuarta princesa a bordo del
Hyperion”.
“¿E-En serio?”
“Sí, eso, y tu educación como hija de Edward Christaria. Además de ser una
milagrosa superviviente de la Estampida del Vacío de hace seis años. Tu
padre fue un gran héroe para el imperio, y el despertar de tu Espada Sagrada
llamó mucho la atención”.
“Ya... veo”. Lyseria asintió, con expresión contradictoria.
Una chica sabia como ella seguramente se dio cuenta enseguida de las
implicaciones de todo esto. La estaban utilizando como símbolo para
levantar la moral.
(Eso sí que parece algo que harían los humanos).
Hace mucho tiempo, el Reino de Rognas había celebrado a Leonis y sus
camaradas como héroes y salvadores. Era una práctica para unir a la gente
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bajo un mismo estandarte, y parecía que los siglos no habían enterrado esa
táctica.
La hija de un héroe, que superó la tragedia para encontrarse con su Espada
Sagrada. Además, Lyseria era hermosa, incluso dejando a un lado los
prejuicios de Leonis. Su aspecto era sin duda otro factor que no podía
descartarse.
“Por supuesto, el Comité Ejecutivo no tiene intención de obligarte”. Afirmó
Oberth. “Si te niegas, informaremos a la Oficina Administrativa de tu
decisión. ¿Qué dices?”
Lyseria consideró sus opciones por un momento.
“Hmm, estoy muy honrada por la oferta, pero tengo que consultarlo con los
demás miembros de mi pelotón en primer lugar”. Dijo.
“Por supuesto. Adelante, hazlo. Sin embargo, recuerda que no tenemos
mucho tiempo”.
“Lo haré, gracias”. Lyseria hizo una profunda reverencia.
Automáticamente, Leonis también bajó la cabeza, pero al darse cuenta de
que un Rey Demonio no debía dar muestras de sumisión tan fácilmente,
volvió a enderezarse.
Fenris lanzó una mirada dubitativa.
“Todo esto es muy repentino”. Confesó Lyseria. “Si me hubieran informado
antes, habríamos tenido más tiempo para prepararnos”.
“Bueno, su entrada se decidió muy tarde. Después de todo, no estaba previsto
que el Séptimo Assault Garden regresara a la capital en esta época del año”.
“... Ya veo”.
“Eso es todo lo que tenía que decirte. Piénsalo y vuelve cuando tengas una
respuesta. ¿Fenris?”
“Sí, los acompañaré abajo”. A la indicación de Oberth, Fenris encabezó la
salida, con un andar totalmente educado.
24 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Tras abandonar el edificio del Comité Ejecutivo y separarse de Fenris,
Leonis y Lyseria se dirigieron a unas instalaciones de entrenamiento
cubiertas. Lyseria tenía su entrenamiento de sirviente.
“Entonces, Seria-san, ¿qué pretendes hacer?” Preguntó Leonis mientras
mostraba su credencial de estudiante al escáner de la puerta.
“Participar en el Festival de la Danza de la Espada Sagrada es un gran
honor”. Respondió Lyseria. “Aunque sólo sea una excusa para exhibirme”.
“¿Quieres competir, entonces?”
“Suponiendo que todos estén de acuerdo. ¿Qué hay de ti, Leo-kun?”
“No me importa, pero...” Leonis se interrumpió. A decir verdad, él no quería
estar en el ojo público. Sin embargo, Lyseria seguramente estaría
decepcionada si no participaba.
(Además, involucrarse no carece de mérito).
De camino a las instalaciones de entrenamiento, Lyseria le había dicho que
el pelotón ganador recibiría una gran suma de dinero como premio, así como
una audiencia con la Familia Real al día siguiente. Lo primero era trivial para
Leonis, pero poder conocer libremente a la Familia Real resultaba atractivo.
(Supongo que apoyaré a los demás de forma que no destaque demasiado).
“Iré a cambiarme”. Dijo Lyseria, dirigiéndose a los vestuarios para ponerse
su ropa de entrenamiento.
Al quedarse solo, Leonis miró a su alrededor. Este espacio era más pequeño
que sus instalaciones de entrenamiento habituales, y sus paredes parecían
más frágiles. Practicar con hechicería y Espadas Sagradas sería imposible
aquí.
(Bueno, podemos limitarnos al entrenamiento básico. Los fundamentos
siempre son importantes).
Esto le recordó a Leonis sus días de juventud, cuando practicaba con la
espada día y noche. Por aquel entonces, el hombre que había rescatado a
Leonis en un callejón del sector de refugiados del Reino de Rognas lo había
introducido a la Orden de Caballeros y lo había hecho trabajar sin parar.
“... Hmph”. Leonis frunció el ceño ante tan desagradable recuerdo.
(¿De qué sirve recordarlo? Ya he olvidado casi por completo mi vida
humana... Tal vez sea porque luché contra él).
Era una conclusión amarga, pero Leonis no podía negarla. El Maestro
Espadachín de los Seis Héroes, Shardark Shin Ignis, había sido un héroe y el
maestro de Leonis hace mil años.
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En la era actual, sin embargo, había regresado como un Void Lord, y Leonis
se había visto obligado a luchar contra él.
El poder de Shardark seguía siendo grande, quizás incluso más que antes.
Había abrumado a Leonis. Al fusionarse con Dizolf, uno de los compañeros
Rey Demonio de Leonis, Shardark se volvió inmune al poder de la Espada
Demoniaca Dáinsleif. Esto dejó a Leonis incapaz de derrotarlo.
(Pero entonces, desperté el poder de mi propia Espada Sagrada).
Una Espada Sagrada. Leonis miró sus propias manos. Con los ojos
entrecerrados, separó sus labios.
“Activate”.
La palabra fue pronunciada en vano. No ocurrió nada.
(... ¿Por qué?)
Leonis no había sido capaz de invocar el arma desde su primera aparición.
Le había preguntado a Lyseria si había algún truco, pero...
“Hmm... Bueno, tienes que imaginártelo en tu cabeza. La forma de la
Espada Sagrada y cómo te verás sosteniéndola. Algo así como, ¡aiyah!”
... Todo lo que obtuvo fue una vaga respuesta.
A Leonis le costaba visualizar su Espada Sagrada porque era una pistola, un
armamento que no había existido en su época. La primera vez que vio una
fue en el Gran Mausoleo, cuando conoció a Lyseria. Ella había usado un
arma modelada a partir de una Espada Sagrada... Ray Hawk.
Durante sus clases en la academia, Leonis aprendió que una Espada Sagrada
era la manifestación del alma de uno. Entonces, ¿por qué la de Leonis
tomaría una forma tan extraña? Su cuerpo era humano, pero su espíritu
seguía siendo el del Rey No Muerto...
(¿Qué son las Espadas Sagradas...?) Leonis frunció el ceño mientras se
apoyaba en la pared de la sala de entrenamiento.
“... ama, Leonis-sama...”
Leonis sintió un tirón en la manga y estuvo a punto de caer al suelo. Al mirar
hacia abajo, vio a una chica vestida de sirvienta que le miraba. Estaba
sumergida en su sombra del cuello para abajo.
“... ¿Qué pasa, Shirley?” Le preguntó.
“¡Vengo con un informe, Leonis-sama!”
Leonis asintió, y Shirley salió de entre su sombra con un siseo.
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“Hmm. ¿Es urgente?”
“Se trata del asunto que me ordenó investigar: las organizaciones
clandestinas de la capital imperial. Podría decírselo más tarde si ahora es mal
momento”.
Leonis miró hacia la puerta del vestuario. Más allá, Lyseria seguía
preparándose. Seguro que tenía tiempo suficiente para un informe.
“No, lo escucharé ahora. Que sea breve”.
“Entendido”. Shirley empezó a leer el documento que tenía en las manos.
“En la actualidad hay innumerables organizaciones clandestinas que operan
en Camelot, pero las más conocidas son la organización semi-humana
conocida como Sovereign Wolves; la Antigua Alianza Imperial, que se
opone al control de las Tres Casas Reales; el Culto del Apocalipsis y el
Evangelio de la Salvación del Vacío, que siguen doctrinas que afirman que
los Void son los salvadores de la humanidad; y la Compañía de Armas Isha,
una sociedad secreta que existe desde la época del antiguo imperio, pero cuya
verdadera identidad es incierta”.
“Hmm. Parece que el imperio posee muchos enemigos internos”.
A pesar de tener un enemigo común en los Void, la verdadera unidad evadía
a la humanidad. En ese sentido, la humanidad no había cambiado en los
últimos mil años. Durante la era de Leonis, la gente se había unido sólo
gracias al fuerte liderazgo de los Seis Héroes.
“¿Y dices que algunos ven a los Void como salvadores?”
“Hace mil años, algunos humanos vieron su liberación en usted y pidieron
convertirse en no-muertos, Leonis-sama”.
“... Sí, supongo que es cierto”.
Cada época tenía sus excéntricos. Mientras Leonis pensaba en ello, recordó
que Zemein, el Alquimista Loco, y Schteizer, el Caballero del Inframundo,
eran ambos humanos que traicionaron a los de su especie para convertirse en
no-muertos.
“Por ahora, deja a esos adoradores del Vacío para más tarde. Dudo que tenga
sentido hablar con ellos”.
“Muy bien, Leonis-sama”.
“Empieza por intentar incorporar a todas esas organizaciones armadas anti-
imperiales a los Ejércitos de los Reyes Demonio. Si me juran lealtad, bien.
Los que se resistan serán purgados sin excepción. Utilízalos para dar ejemplo
e infundir terror en nombre de Zol Vadis”.
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“Sí, como ordene”. Shirley inclinó la cabeza.
“Permite que Lena Darkleaf actúe como mediadora y se encargue de las
negociaciones preliminares”. La elfa oscura era inteligente. Leonis creía que
era la adecuada para el trabajo. “En cuanto a sus guardaespaldas, que Arle
Kirlesio la acompañe... Y envía también a Sakuya”.
“... ¿Se refiere a la espadachina a la que le dio el ojo místico del tiempo?”
Preguntó Shirley, observando a Leonis con malhumor.
“¿Hay algún problema?” Leonis enarcó una ceja.
“Oh, en absoluto. Sólo estaba pensando que es usted muy poco selectivo a la
hora de crear sirvientes, Leonis-sama”. Shirley infló las mejillas y miró hacia
otro lado, haciendo pucheros.
“Sakuya no es un sirviente, sino una aliada”. Corrigió Leonis. No había
marcado a Sakuya con el sello de sirviente como había hecho con Lyseria.
Más bien, Leonis se había limitado a recurrir a su fuerza como aliada.
“Hmmm. Ya veo. Así que la Reina Vampiro es especial en ese sentido”.
Shirley replicó, con voz irritada.
“Bueno... Sí, supongo que sí”.
Leonis no le habría regalado el Vestido del Verdadero Ancestro si no fuera
única entre sus sirvientes.
Shirley volvió a inflar las mejillas. “Hmph. Así que ella es especial... Ya
veo...”
“¿Eso es todo respecto a tu informe?” Preguntó Leonis, mirando en dirección
a la puerta que daba al vestuario donde estaba Lyseria.
“Sí, por el momento. Ah, hay una cosa más que necesito confirmar. ¿Vamos
a seguir dejando que esa héroe elfo haga lo que quiera?”
“¿Mm? Oh, bueno...”
Arle Kirlesio. Al igual que Leonis, era discípula del Maestro Espadachín
Shardark Shin Ignis. Se había infiltrado en la Manada de Lobos Demoníacos
para asesinar al Rey Demonio Zol Vadis. Y ya que empuñaba la Crozax, una
de las Arc Seven... las armas asesinas de Reyes Demonio creadas por los
dioses... Leonis no podía permitirse el lujo de ser descuidado a su alrededor.
Sin embargo, con su fuerza actual, no era una amenaza para Leonis.
Sin embargo, sentía curiosidad por ella. Leonis había intentado acceder a sus
recuerdos usando hechicería, sólo para encontrarse con la presencia de otra
persona.
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Leonis creía que Arle había llegado a la era actual a través del Árbol Antiguo
del Bosque Espiritual, pero parecía que otra facción estaba relacionada con
su presencia aquí.
(Y la propia Arle desconoce ese hecho).
“Si me lo ordena, podría asesinarla”. Ofreció Shirley.
Leonis negó con la cabeza. “No es necesario. No la pierdas de vista. Por
cierto, ¿cómo está Blackas?”
“Se está recuperando a buen ritmo y devorando las sombras”. Respondió
Shirley.
Durante la batalla con Shardark, Leonis le había exigido demasiado a
Blackas, así que el gran lobo estaba descansando en el Reino de las Sombras
por el momento. Necesitaría consumir muchas sombras para recuperar toda
su fuerza.
“Ya veo. Iré a visitarlo más tarde”.
“Mencionó que le gustaría comer algo de pescado para variar”. Añadió la
sirvienta asesina.
“Entendido. Le pediré a Sakuya algo de pescado seco”. Leonis asintió.
“Shirley, recuerda que, con Blackas fuera, eres mi único par de ojos ahí fuera.
Necesitaré que trabajes más duro que nunca en la capital. Cuento contigo”.
“Puede contar conmigo, Leonis-sama” Shirley inclinó la cabeza
respetuosamente. “Ya he empezado a reunir información sobre la capital”.
“Excelente. No esperaba menos de ti”.
“¡Mi objetivo principal ha sido investigar todas las dulcerías populares!”
Shirley levantó los puños con entusiasmo y ojos brillantes.
“... No... esperaba menos de ti”. Repitió Leonis, mucho más desanimado esta
vez.
De repente, se sintió inusualmente ansioso.
(Quizá debería plantearme traer a mi lado a esa unidad de inteligencia de
la Orquídea Sakura, Murakumo).
“... ¿Leo-kun? ¿Estás hablando con alguien?”
La puerta del vestuario se abrió, y Lyseria salió, vistiendo su atuendo de
entrenamiento.
“No”. El Rey No Muerto respondió con indiferencia, como si nada hubiera
pasado. “Empecemos nuestro entrenamiento”.
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Shirley ya había desaparecido en la sombra de Leonis.
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(Las cosas avanzan más rápido de lo esperado, pero de todos modos estaba
en un punto muerto).
En cualquier caso, tenía que ajustar cuentas con sus dos hermanos mayores
y su padre. Sin embargo, la noble casa del Conde Phillet era una compañía
enorme. ¿Podría hacer frente a todo eso ella sola?
(No puedo confiar en Clauvia. Al menos no por ahora).
Y Elfine no podía involucrar a Lyseria y a las otras chicas en su batalla
personal.
(¿Qué hago...?)
La chica se quedó de pie ante la barrera, perdida en sus angustiosos
pensamientos. Tras un momento, el rostro de un chico apareció en su mente.
No aparentaba más de diez años, pero Elfine comprendió que era
inmensamente poderoso y que guardaba un gran secreto.
¿Estaría de su lado contra este amenazador adversario?
31 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¿Qué hay de ti, Fine-senpai?”
“... Bueno”. Empezó Elfine, poniéndose una mano en la barbilla, pensativa.
“Estoy de acuerdo en que sería un tremendo honor, pero... ¿estás segura de
esto, Seria?”
“¿Yo...?” Lyseria parecía desconcertada por la preocupación de Elfine.
“Sí. El Senado quiere utilizarte como hija del Duque Christaria para levantar
la moral, ¿verdad? Sin embargo, no sabemos qué saldrá de eso”.
Si los logros del Decimoctavo Pelotón en el Festival de la Danza de la Espada
Sagrada no fueran satisfactorios, muchos despreciarían a sus miembros. Pero
si causaban una buena impresión, podrían atraer una atención no deseada
hacia Lyseria.
La chica en cuestión sacudió la cabeza. “Gracias, Fine-senpai, pero quiero
participar en honor a mi padre y a los Caballeros de Christaria. Además,
como he tardado tanto en despertar el poder de mi Espada Sagrada, no quiero
otra cosa que inspirar esperanza a aquellos que no tienen los medios para
luchar contra el Vacío”.
Ante la decidida afirmación de Lyseria, Elfine, Regina y Sakuya asintieron.
“... De acuerdo. Si te sientes preparada, entonces no tengo ningún problema
en participar”.
“La seguiré a donde sea, Seria ojou-sama. Quiero decir, soy su sirvienta”.
Dijo Regina encogiéndose de hombros.
“Gracias a todos”. Lyseria inclinó la cabeza. “Y ya que está decidido,
¡empezamos mañana un régimen de entrenamiento especial!”
“¿R-Régimen de entrenamiento especial?” Regina repitió.
“Sí. No tenemos mucho tiempo hasta el Festival de la Danza de la Espada
Sagrada. Tenemos que reunir datos sobre las unidades participantes y sus
miembros, ¡y armar nuestro plan de entrenamiento de equipo en
consecuencia!”
“La fecha para el festival de este año es... ¿después del día doce, creo?”
Elfine consultó el calendario en su terminal.
“La práctica está bien, pero hasta que no se intercambie el horno de mana,
las instalaciones principales de la Academia Excalibur estarán
desconectadas, ¿verdad?” Señaló Regina.
Lyseria frunció el ceño. “Sí... Supongo que es cierto”.
El extenso campo de combate capaz de simular diferentes terrenos estaba
inoperativo, lo que significaba que los enfrentamientos entre pelotones no
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eran posibles. Podían usar los terrenos exteriores, pero el uso de la Espada
Sagrada debía mantenerse al mínimo, ya que las armas eran capaces de
provocar destrucción a gran escala. Se podían hacer ejercicios básicos, pero
los terrenos no eran adecuados para el entrenamiento práctico de combate.
En cuanto a otras instalaciones de la academia, otros pelotones ya se estaban
peleando por el derecho a usarlas. La mayor parte del mejor equipamiento
estaba relegado a los pelotones de élite de alto rango que participaban en el
Festival de la Danza de la Espada Sagrada. Como participantes especiales,
los miembros del Decimoctavo Pelotón tendrían dificultades para conseguir
algo para ellos.
En otras palabras, era poco probable que pudieran entrenar lo suficiente antes
del día del torneo.
“¿No podemos practicar en el bosque detrás del dormitorio?” Sakuya
propuso.
“Lo siento, Sakuya, pero no creo que ninguna de nosotras pueda imitar tu
loco régimen”. Replicó Regina.
Los métodos de Sakuya eran demasiado únicos como para que otras personas
pudieran imitarlos.
(Y no podemos utilizar exactamente mi Reino de las Sombras como campo
de entrenamiento). Reflexionó Leonis.
En voz baja, Elfine ofreció: “Yo podría ser capaz de conseguir un lugar para
entrenar”.
“¿En serio, Fine-senpai?” Preguntó Lyseria, con los ojos muy abiertos por la
sorpresa.
“Pero sería después de llegar a la capital. La Compañía Phillet tiene un
campo de pruebas para ensayos de desarrollo de armas. No está al mismo
nivel que las instalaciones de la Academia Excalibur, pero debería ser lo
bastante espacioso para que practiquemos. Y no tendremos que preocuparnos
por obtener permiso para usar nuestras Espadas Sagradas”.
“... ¿P-Podemos? Pero, Fine-senpai, tú...” Lyseria se interrumpió.
La relación de Elfine con su familia y la Compañía Phillet no era buena.
“Está bien”. Le aseguró Elfine, aunque su expresión parecía un poco
preocupada. “No podré evitarlos en Camelot, así que será mejor que utilice
mi posición como hija del jefe de la compañía por el bien del equipo, ¿no?”
Sonrió pícaramente y luego añadió: “Ah, y reservaré habitaciones en un hotel
de la Compañía Phillet cerca de los campos de entrenamiento”.
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“¡¿Huh?! No podemos permitir que hagas todo eso por nosotros”. Respondió
Lyseria, nerviosa.
Sin embargo, Elfine negó con la cabeza, insistiendo en que estaba bien, y
empezó a dar golpecitos en su terminal.
“Hmm... Bueno, supongo que aceptaremos tu oferta... Gracias”. Con las
mejillas todavía un poco sonrojadas, Lyseria movió la cabeza amablemente.
Elfine soltó una risita. “Esto parece un viaje de estudios. Es emocionante”.
(... ¿?)
Leonis percibió algo extraño en su expresión. Pero era tan sutil que no pudo
deducir el significado.
35 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
LA CAPITAL IMPERIAL, CAMELOT
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juntas. Si el Séptimo Assault Garden es una espada, entonces el Segundo
Assault Garden es como un escudo”.
En la actualidad, había siete Assault Garden, que formaban colectivamente
la fuerza de ataque anti-Void más eficaz del mundo. Se había planeado
construir un total de doce, pero tras la destrucción del Tercer Assault Garden
hace seis años, la atención se había centrado en su restauración, un proceso
que llevaría más de una década.
El tramo lineal salió por fin del túnel y la luz del sol se coló por la ventana.
Finalmente, se pudo ver el paisaje urbano de la capital.
(... Así que esto es Camelot).
Hileras de altísimos edificios laminados. Enormes tuberías que atravesaban
cada estructura. Leonis había hecho que Shirley explorara la ciudad antes
que él, pero había muchas cosas que no podía saber hasta que las presenciara
por sí mismo.
La capital... la mayor fortaleza de la humanidad y el primero de los Assault
Garden. Leonis sintió una especie de presentimiento sobre esta ciudad. Algo
le esperaba aquí.
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Elfine, sentada frente a él, respondió: “No, esto es el típico tráfico peatonal
de aquí. La densidad de población es mayor que la del Séptimo Assault
Garden. Después de todo, nuestra casa se hizo para lanzar ofensivas contra
los Void”.
“Ten cuidado de no perderte, Leo-kun”. Advirtió Lyseria con una sonrisita.
“No soy un niño”. Respondió Leonis, exasperado.
“No se me dan bien las multitudes”. Susurró Sakuya, sujetándose el parche
del ojo. “Mirar demasiado a la gente me da náuseas...”
“T-Tendremos un poco más de espacio dentro de un rato...” Dijo Elfine con
una sonrisa ligeramente torcida mientras frotaba la espalda de Sakuya.
Al cabo de unos diez minutos, el vehículo se había abierto camino desde
Central Garden hasta el flotador del hotel.
“Hmm... ¿Por dónde se va al hotel?” Se preguntó Leonis en voz alta.
El grupo se detuvo ante un gran jardín lleno de preciosas flores.
“Ya hemos llegado”. Afirmó Elfine. “Todo esto es el hotel”.
“¿Huh?”
“Todo este flotador forma las instalaciones del Shangri-la Resort”.
“...” Leonis tragó saliva nerviosamente, contemplando las torres que se
alzaban en el frondoso campo. “¿T-Todo esto te pertenece, Elfine-san...?”
Elfine frunció el ceño. “No, a mí no. Le pertenece a la compañía”.
“Es la primera vez que vengo al Shangri-la Resort”. Dijo Lyseria, claramente
asombrada.
Asintiendo con la cabeza, Regina añadió: “La mía también”.
Todas las chicas parecían atónitas.
(¡¿Qué es esto...?!)
A Leonis le había sorprendido la finca de Sakuya en Old Town. La antigua
casa de Lyseria en el Tercer Assault Garden había sido incluso más grande
que eso. Durante su época de héroe, Leonis había sido invitado al lujoso
palacio del Reino de Rognas, que empequeñecía a ambas propiedades. Y sin
embargo...
(Eso es absurdo. ¡¿Todo este flotador es propiedad privada?!)
... Esta gran estructura las avergonzaba claramente. Rivalizaba en tamaño
con el castillo de Leonis en Necrozoa, el Palacio de la Muerte. Por supuesto,
el Palacio de la Muerte probablemente ganaba en términos de espacio total,
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ya que tenía una vasta mazmorra subterránea. Sin embargo, el mero hecho
de que una cómoda instalación de alojamiento rivalizara con uno de los
mayores bastiones de los Ejércitos de los Reyes Demonio era absurdo.
“Hay todo tipo de instalaciones de entrenamiento dentro del recinto”.
Explicó Elfine. “Deberíamos ser libres de usarlas a nuestro antojo”.
“¡¿E-En serio?!” Los ojos de Lyseria se abrieron de par en par, incrédula.
Elfine asintió. “Sí, no hay por qué ser tímidos. Utilícenlas cuando deseen”.
“Hmm, siento si esto es repentino, Elfine-san, pero ¿puedo preguntarte
algo?” Leonis señaló una gran escultura de mármol situada en el centro del
jardín. “Por casualidad, ¿puede moverse esa estatua?”
“¿Huh?” Elfine parpadeó varias veces. “No creo que lo haga, no”.
“¿En serio?” Leonis suspiró aliviado.
Las puertas del Palacio de la Muerte estaban custodiadas por grandes
estatuas de hueso que atacaban en cuanto percibían la presencia de los vivos
cerca.
(Mi castillo gana en ese aspecto). Pensó Leonis, sintiéndose extrañamente
competitivo.
41 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¡Ah, Seria ojou-sama, hay piscinas!” Exclamó Regina, con sus coletas
rebotando.
Había cinco enormes piscinas justo debajo del hotel. Por cierto, el Palacio de
la Muerte no tenía agua para nadar en absoluto, sólo pantanos venenosos que
escupían miasmas mortales.
“¿Qué es ese aparato gigante de ahí?” Preguntó Leonis, señalando algo cerca
del agua.
“Es un tobogán de agua”. Le dijo Lyseria. “Uno se desliza por el interior de
ese tubo hasta el agua”.
(Creía que era algún tipo de arma). Al enterarse de que era un equipo de
juego, Leonis perdió todo interés en el objeto. (Bueno, seguro que Blackas
lo apreciaría).
A diferencia de Leonis, que era un mal nadador, Blackas disfrutaba del
ejercicio. Y si lo hacía en mitad de la noche, podría evitar ser detectado.
“El Shangri-la Resort es una isla de ocio que aprovecha toda la flotación”.
Dijo Regina, leyendo de una guía. “Tiene piscinas, teatros, instalaciones
deportivas, una sala de conciertos, un estadio, un local de actuaciones en
vivo, un casino, un acuario y un parque de diversiones”.
“Un casino...” Sakuya se incorporó bruscamente, aún abrazada a la
almohada.
“Basta, ustedes dos”. Reprendió Lyseria, con el ceño fruncido. “No hemos
venido aquí a jugar”.
“He alquilado las instalaciones deportivas para nosotros, así que podemos
usarlas para entrenar todo lo que queramos”. Comentó Elfine.
“Muchas gracias por todo, Fine-senpai”. Lyseria sacó un cuaderno de su
bolsillo. “Ya tengo planeado nuestro régimen. No tendremos tiempo para
distraernos”.
Regina echó un vistazo a la agenda de Lyseria y frunció el ceño. “... Whoa,
está abarrotado”.
Lyseria extendió sus notas, tan meticulosas como cabía esperar de ella. Su
plan incluía el régimen de entrenamiento, cuándo se despertaría y se
acostaría el pelotón, y cuándo tomarían descansos y comerían. Gran parte
del tiempo de práctica tenía a Lyseria y Leonis entrenando juntos.
(No tendré mucho tiempo para investigar la capital por mi cuenta así).
Leonis tendría que confiar eso a Shirley, y sólo salir él mismo después del
anochecer.
42 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Decidamos la asignación de habitaciones”. Lyseria sugirió. “Quiero estar
en la misma habitación que Leo-kun”.
“¡Ah, eso no es justo, Seria ojou-sama! ¡Deje de acaparar al chico para usted
sola!” Protestó Regina, rodeando con un brazo el de Leonis y abrazándolo
con fuerza.
“¡¿R-Regina-san?!” Chilló Leonis.
“No lo estoy acaparando; soy su tutora”. Dijo Lyseria con terquedad.
“¡Boo! ¡Yo también quiero divertirme con el chico!”
(¿No querrás decir jugar con?)
“Hmm. Prefiero estar en la misma habitación que Seria-san”. Afirmó Leonis.
Lyseria sonrió. “¡Leo-kun!”
Para Leonis, dormir separado de Lyseria era ineficaz. Su impulso vampírico
a veces se activaba durante la noche, e inconscientemente se escabullía de la
cama para chupar la sangre de Leonis.
(... ¿Y si alguien más viera eso?)
“Aww. Bien, iré a la habitación de Seria ojou-sama para jugar contigo”.
Regina hizo un puchero, pero por lo demás se retiró.
Después de esto, Regina, Sakuya y Elfine escogieron sus habitaciones y las
registraron en sus terminales.
“Bien, ahora que lo tenemos todo listo, vamos a dejar nuestro equipaje”.
Lyseria cogió su maleta.
Pero Elfine la detuvo y se levantó bruscamente. “Seria, espera un momento”.
“¿Fine-senpai?”
Elfine miró alrededor de la habitación con expresión seria. “Activate”. Dos
orbes del Eye of the Witch se manifestaron en lo alto y empezaron a
inspeccionar la habitación. Los orbes se iluminaron, con filas de números
que los cruzaban.
“¿Qué pasa, Fine-senpai?” Preguntó Regina.
“Estoy escaneando en busca de micrófonos ocultos...” Elfine respondió con
gravedad. “Parece que este lugar está limpio”. Se encogió de hombros, y
entonces los orbes del Eye of the Witch se desvanecieron en el aire. Elfine
miró a sus compañeros del Decimoctavo Pelotón y se armó de valor. “Hay
algo que necesito decirles”.
43 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¿D Project?”
Todos los presentes en la mesa intercambiaron miradas curiosas. Elfine
acababa de confesarles que la Compañía Phillet estaba detrás de los
incidentes relacionados con Espadas Demoníacas.
“Mi familia estuvo involucrada en el descontrol de Liat durante la misión de
aniquilación de la Colmena, y probablemente estuvo detrás de la aparición
de los Void durante el Festival de la Orquídea Sakura celebrado hace poco.
Estoy segura de ello”.
“... No puede ser...” Exhaló Lyseria, mostrándose atónita. “Quiero decir, la
Compañía Phillet desarrolla armas anti-Void para el Imperio Humano
Integrado. Es una compañía nacional”.
“Sí. Y por eso es seguro suponer que tienen cooperadores dentro del ejército.
O quizá el ejército respalda el proyecto”. Respondió Elfine en voz baja. “Si
la información que me dio mi hermana es fiable, todos los estudiantes de la
academia que fueron corrompidos por Espadas Demoníacas entraron en
contacto con uno de los Elementales Artificiales de la Compañía Phillet”.
“¿Estás diciendo que un Elemental Artificial está convirtiendo las Espadas
Sagradas de la gente en Espadas Demoníacas?” Preguntó Regina.
Elfine exhaló. “... No lo sé exactamente, pero tengo pruebas suficientes para
sugerir una conexión”.
“...” Sakuya había permanecido en silencio durante un rato, evidentemente
considerando algo.
“... Quiero descubrir la verdad sobre el Proyecto Espada Demoníaca mientras
estoy aquí en la capital”. Declaró Elfine, apretando el puño.
“¿Por qué...?” Susurró Lyseria. “¿Por qué no nos lo dijiste antes?”
“Seria ojou-sama...” Regina la miró, preocupada.
Lyseria se mordió el labio. Una chica sabia como ella seguramente sabía la
razón. Como alumna de curso superior, Elfine no quería que sus amigos del
Decimoctavo Pelotón se vieran envueltos en una conspiración tan peligrosa.
Sin duda, había pesado sobre ella durante mucho tiempo.
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Sin embargo, esto sólo hizo que Lyseria se sintiera aún más frustrada. ¿Por
qué no se había dado cuenta de que Elfine llevaba esta carga sola?
“... Lo siento, Seria”. Elfine puso suavemente una mano en el hombro de la
otra chica.
Lyseria negó suavemente con la cabeza. “No. Es culpa mía por no haberme
dado cuenta del problema al que te enfrentabas. Pero, por favor, tienes que
contar más con nosotras”.
“De acuerdo, lo haré”. Elfine asintió. “No dudaré en pedírtelo de nuevo”.
“Yo también te ayudaré, Fine-senpai”. Dijo Regina.
“Y yo también te prestaré mi ayuda. Aunque mis poderes sean limitados”.
Añadió Leonis.
Obtener información tan importante sobre estas Espadas Demoníacas fue
una ganancia inesperada. Definitivamente, Nefakess, Zemein y los de su
calaña estaban relacionados con todo aquello.
“Fine-senpai”. Sakuya finalmente habló. “La gente de la que hablas... son
los que le dieron a la Reunión Kenki sus Espadas Demoníacas, ¿correcto?”
“Sí. Mi hermano, Finzel Phillet, contrató a la Reunión Kenki de la Orquídea
Sakura como guardias. No hay pruebas rotundas, pero está claro que estuvo
involucrado”.
“Ya veo...” Sakuya respondió, con una voz cargada de fría sed de sangre.
“Entonces no puedo quedarme al margen”.
“... Gracias”. Elfine se inclinó ante la joven.
“¿Lo sabe la academia?” Preguntó Lyseria.
“Ustedes son los únicos en los que puedo confiar. La Familia Phillet tiene
conexiones con el ejército, así que hacer esto público sería peligroso”.
“¿Hubo alguna razón por la que escogiste un hotel que pertenece a la
Compañía Phillet, entonces?” Preguntó Regina.
“Sí. Probablemente mi hermano desconfía de que haya vuelto a la capital”.
Respondió Elfine. “Estará siguiendo todos mis movimientos. Así que pensé
que, si lo hacía intencionadamente delante de sus narices, le resultaría más
difícil interferir. Además, como el Shangri-la Resort es utilizado por la
nobleza y la realeza, se lo pensará dos veces antes de hacer algo imprudente
aquí”.
“Ya veo”. Dijo Regina.
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Y había alquilado toda la planta para asegurarse de que el grupo no fuera
escuchado ni estuviera en alguna habitación con micrófonos ocultos.
(Es realmente astuta). Pensó Leonis.
“Aquí se ha construido un centro de investigación de la Compañía Phillet”.
Elfine continuó. “El jardín botánico y el acuario están destinados a la
investigación. Y también desarrollan Elementales Artificiales...”
“Así que crees que podríamos aprender algo sobre este plan”. Concluyó
Lyseria.
“Mantendré mi investigación”. Dijo Elfine a los demás. “Pero de momento,
tengan cuidado con la Compañía Phillet”.
48 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
CAMPO DE ENTRENAMIENTO
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El Rey No Muerto se sobresaltó. “¡¿R-Regina-san?!” Se dio la vuelta y se
encontró con Regina en bata de baño y ropa interior.
(Demasiado casual, ¿no crees?)
Sus coletas rubias aún estaban mojadas, así que probablemente acababa de
salir de la ducha. De su piel ligeramente enrojecida salía un tenue vapor y
Leonis percibió el aroma de un champú de flores.
“... Un momento, ¿qué haces en nuestra habitación?” Preguntó Leonis.
“Seria ojou-sama me pidió que viniera a despertarte”. Explicó Regina
encogiéndose de hombros.
“¡¿Pero por qué estás en ropa interior?!”
“Pensé que vestirme para esto sería una pérdida de tiempo, así que vine tal
cual”.
“¡¿Viniste hasta aquí en bata de baño?!”
El Decimoctavo Pelotón ocupaba toda la planta, así que no había nadie más
a quien ver, pero aun así...
“Además, pensé que sería una buena forma de molestarte, chico”. La
sirvienta sacó la lengua con malicia.
(¡Lo sabía!), Leonis se regañó a sí mismo por su descuido. Había bajado
completamente la guardia con ella.
50 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
51 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Estabas realmente absorto en lo que sea que estés mirando. ¿Es algo
pervertido?” Dijo Regina con una sonrisa pícara, intentando asomarse al
terminal de Leonis. Sus pechos se presionaron contra su espalda.
“¡N-No!”
“Quiero decir, eres un chico en crecimiento, así que tiene sentido”.
“¡No, esto no es nada de eso!” Argumentó Leonis, apretando el terminal
contra su estómago.
Que Regina viera el informe de Shirley sería un problema.
“No te preocupes, lo mantendré en secreto de Seria ojou-sama”.
“¡Sólo estaba investigando los equipos participantes en el Festival de la
Danza de la Espada Sagrada!” Leonis mintió.
“Pero Seria ojou-sama ya está haciendo un análisis de sus Espadas
Sagradas”. Replicó Regina.
“¡Bueno, yo quería conocer el as de cada escuadrón!”
“Sus ases...”
“¡Sí!” Leonis insistió en la excusa. “Las estrategias se construyen en torno
al miembro estrella del equipo. Nosotros, en el Decimoctavo Pelotón,
construimos nuestros planes en torno a Sakuya, nuestra atacante principal,
¿verdad?”
“Sí”.
“Así que si sabemos quiénes son los mejores combatientes de nuestros
oponentes, tendremos una mejor idea de la estrategia que podría adoptar cada
equipo”.
“Oh, tienes razón”. Regina asintió, con el rostro serio. “Bueno, cuando se
trata de espadachines sagrados habilidosos, me viene a la mente Lady
Chatres”.
“¿Chatres?”
“Chatres Ray O'ltriese. La tercera princesa”.
(La tercera princesa...)
“¿Eso no la convierte en...?” Leonis empezó a preguntar.
“Sí”. Interrumpió Regina en un susurro. “Es mi hermana mayor”.
Regina era la cuarta princesa desheredada de la Casa O'ltriese. Esto
significaba que Chatres era su hermana mayor, aunque las dos eran muy
cercanas en edad.
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“La princesa Chatres participó como representante de la Academia Elysion
de la capital cuando tenía catorce años y ha participado en el Festival de la
Danza de la Espada Sagrada en años anteriores. Durante su debut, la
Academia Excalibur se hizo con la victoria, pero ella dominó los dos años
siguientes. Su espada sagrada, Doom Blade, es una espada sagrada de
combate cuerpo a cuerpo que puede derrotar a grandes Void”.
“Sabes mucho sobre ella”.
“... No, esto es de conocimiento común. De verdad”. Dijo Regina, apartando
la mirada de Leonis. Evidentemente, era muy consciente de los logros de su
hermana. “No es que crea que los participantes especiales como nosotros
vayamos a enfrentarnos a ella”. Se apresuró a añadir la chica.
Pero entonces...
“Regina, ¡¿qué estás haciendo?!” Lyseria abrió la puerta del baño y salió.
“Seria ojou-sama, el chico ha estado mirando cosas perver…”
“¡No lo hacía!”
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“El Conde Deinfraude Phillet es un hombre frío y despiadado”. Dijo Elfine
en voz baja. “Nos enfrentó a mis hermanos y a mí... para determinar quién le
sucedería. Cuando hui a la Academia Excalibur, me tachó de fracasada. Mi
madre también fue asesinada”.
“... ¿Asesinada?” Repitió Leonis, pero Elfine no respondió.
“Aun así, conservo el apellido Phillet porque su poder es útil. Una vez que
haya sacado a la luz los secretos de mi familia, ya no me será útil”. Con
mirada resuelta, Elfine clavó los ojos en el cielo.
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Normalmente, Leonis hacía que los Tres Campeones de Rognas ayudaran a
Lyseria con eso, pero Leonis los había dejado para que vigilaran el Séptimo
Assault Garden durante el viaje a la capital. Para ello, Leonis tendría que
guiarla personalmente mientras estuvieran aquí. Era una excelente
oportunidad para observar el crecimiento de su sirviente.
Todos pasaron su chequeo en la puerta y entraron en las instalaciones.
“... ¡Wow!” Exclamó Lyseria sorprendida.
Había muros elevados a diferentes alturas que se alzaban sobre ellos, creando
lo que parecía un bosque artificial.
“Les hice preparar un campo de combate urbano, como los que utilizan en el
Festival de la Danza de la Espada Sagrada”. Dijo Elfine.
“Ya veo”. Leonis asintió. “Muy pragmático por tu parte”.
“¿Podemos atravesar esos muros?” Preguntó Regina.
Lyseria negó con la cabeza. “Esta vez no”.
El pelotón se dividió rápidamente en dos equipos y organizó un simulacro
de batalla. El objetivo era sencillo: eliminar al pelotón contrario o capturar
la bandera. En el bando defensor estaban Sakuya y Elfine, junto con tres
Simuladores del Vacío con forma de araña. A la ofensiva, Lyseria y Leonis
formaban la vanguardia, mientras Regina apoyaba desde atrás.
“Elfine-senpai y Sakuya van a ser un equipo difícil de batir”. Admitió
Lyseria.
“... Sí, me lo imagino”. Replicó Leonis.
Dado el terreno, una posible estrategia era que Elfine siguiera los
movimientos desde arriba, mientras Sakuya lanzaba ataques sorpresa usando
esa información. Por el contrario, el otro bando tenía a Lyseria y Leonis en
primera línea, con Regina ofreciendo fuego de cobertura desde una
plataforma en la retaguardia.
(... Tendremos que ir por un asalto frontal).
“¡Empecemos, entonces!” Lyseria dio la señal, y comenzó el combate de
entrenamiento.
55 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Por la calle principal de Central Garden circulaba un gran vehículo. Por
fuera, no se diferenciaba de la mayoría de los demás vehículos, pero por
dentro era completamente distinto. Sus ventanillas estaban tintadas con
magitech, de modo que nadie podía mirar desde fuera, y su fuselaje estaba
blindado igual que los vehículos militares.
Era el vehículo exclusivo de la Familia Real, y sentada en su asiento trasero
había una princesa de doce años. Entre sus brazos había una pequeña
criatura, parecida a un conejo, con una gema roja incrustada en la frente. Era
el espíritu Carbuncle. No era un Elemental Artificial, sino un auténtico
Espíritu del Origen. De las tres Casas Reales, sólo la Casa O'ltriese poseía el
poder de los Espíritus del Origen.
“Estoy muy contenta, Chatres nee-sama. No es frecuente que salga de paseo
contigo”. Altiria dijo.
“Es sólo un ejercicio de entrenamiento”. Respondió la tercera princesa,
sentada frente a su hermana menor. “No esperes que sea interesante”.
La expresión de Chatres parecía fría, pero no estaba especialmente de mal
humor. De hecho, la mayoría de sus subordinados interpretarían su actitud
como bastante positiva. Su vehículo se dirigía a un campo de pruebas de
armas de la Compañía Phillet. Anteriormente, Chatres había utilizado una
instalación que pertenecía a la Academia Elysion de la capital, pero como
tanto los estudiantes como los periodistas habían acudido en masa para ver a
la bella y poderosa Lady Chatres en acción, este año tuvo que cambiar de
lugar. No quería molestar a la escuela ni a las demás escuadras participantes.
(Lo juro. Las Espadas Sagradas no son un espectáculo).
Aun así, se suponía que la selección de competidores sería más prometedora
este año. La hija del Duque Christaria, de la Academia Excalibur, era una de
las participantes que atraía mucha atención, pero aparentemente, sólo había
despertado al poder de su Espada Sagrada hace unos meses.
(Este escenario no es lo bastante indulgente como para permitir competir a
alguien sin el temple necesario). Chatres suspiró. No se sentía de un modo u
otro respecto a la propia Lyseria Christaria, pero saber que los nobles
intentaban aprovecharse de que era hija de un héroe era molesto.
“Espero poder manifestar mi Espada Sagrada pronto. Así podré estar en tu
unidad, Chatres...” Susurró Altiria, acariciando la frente de Carbuncle.
“¿Quién te asegura que tu Espada Sagrada será apta para la batalla como lo
es la mía?”
“... Cierto. Eso lo decidirá el planeta, supongo”.
56 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Desde el incidente a bordo del Hyperion, las expresiones de Altiria habían
madurado. La hermana menor de Chatres siempre había sido una chica
sagaz, pero tal vez había llegado a comprender la importancia de ser
princesa.
(Si pudiera hacerlo a mi manera, nunca tendrías que estar en el campo de
batalla).
57 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
En el espacio de un segundo, destruyó con precisión catorce sensores de
daños en todo su cuerpo. El Simulador del Vacío se derrumbó en el suelo,
inoperable.
“¡Excelente trabajo!”
Mientras elogiaba a su sirviente, Leonis lanzó un rayo que incapacitó a otro
Simulador del Vacío que se acercaba por el otro lado. Su armadura metálica
se contorsionó y se desplomó en el suelo, con sus numerosas patas
aplastadas.
(No esperaba que un hechizo tan débil los destruyera). Pensó Leonis,
rompiendo a sudar frío.
Pero entonces, unas esferas brillantes estallaron del abdomen de la máquina
humeante.
“... ¡¿?!”
Era la Espada Sagrada de Elfine, ¡El Eye of the Witch! Tres orbes se
dispersaron en distintas direcciones, acumulando energía en su interior. Por
reflejo, Leonis se puso a cubierto tras la pared. Los láseres salieron
disparados de los orbes, impactando contra las paredes y produciendo una
lluvia de chispas.
(¿Está usando su Espada Sagrada para controlar las arañas desde lejos?)
Los orbes ganaron altura, volando por encima de la cabeza de Leonis.
“¡Leo-kun...!” Gritó Lyseria y blandió su Espada Sagrada.
Un arco de sangre afilada atravesó el aire y partió uno de los orbes por la
mitad. Sin embargo, los otros dos se separaron, apuntando a Lyseria. Y
entonces...
*¡Vwooosh!*
... Un destello cegador atravesó los dos orbes a la vez, dispersándolos en
partículas de luz, que se desvanecieron en el aire.
<<Seria ojou-sama, le cubriré>> Leonis oyó una voz que salía del terminal
transmisor de su oreja.
Era Regina desde su posición de francotiradora. Estaba tumbada en el suelo,
en posición para disparar con su Drag Striker06.
“Los derribó desde tan lejos... Impresionante”. Comentó Leonis.
“Regina es una de las mejores tiradoras de la academia”. Dijo Lyseria, luego
se levantó y clavó la punta de su espada por encima del hombro de Leonis.
06. Francotirador de arrastre o Artillero de arrastre.
58 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Partículas de luz volaron por los aires. Otro orbe había estado al acecho al
otro lado del muro.
<<¡Cuidado, aún hay algunos cerca!>> Les advirtió Regina. Y en el
momento en que lo hizo, otro orbe descendió, y...
*¡Flash!*
... Todo se volvió blanco.
“¡¿Nos ha cegado?!”
Era una de las funciones de los láseres del Eye of the Witch. Probablemente
no era útil contra los Void, pero cuando se trataba de luchar contra otras
personas, era perfecto para ataques sorpresa.
“¡Virga!” Leonis entonó un hechizo de relámpago de Primer-Orden,
haciendo estallar el último orbe. En cuanto lo hizo, dos más ocuparon su
lugar, apuntándole con sus ataques. “Whoa”. Leonis se puso a cubierto tras
la pared.
El lugar donde había estado de pie quedó chamuscado de negro, y una nube
de humo surgió de él.
<<No está mal, Leo-kun. ¿Te diste cuenta de mi estrategia?>> Se oyó la
voz de Elfine desde los orbes que zumbaban en el aire.
“¿No crees que has ajustado la potencia de esas cosas demasiado alta, Elfine-
san?” Contestó Leonis, incrédulo.
<<Me imaginé que los esquivarías con bastante facilidad>> Leonis sintió
la sonrisa burlona en la voz de la chica.
(¿Está usando este simulacro de batalla como excusa para medir mis
verdaderos poderes?)
Elfine había insinuado que sabía que Leonis ocultaba su poder. Después de
todo, él había acabado mostrándole su verdadera fuerza por descuido unas
cuantas veces.
“Creo que me estás sobrestimando, Elfine-san”. Respondió Leonis.
“Leo-kun, abrámonos paso antes de que nos rodeen”. Le dijo Lyseria.
“¡Entendido! Adelante, oscuridad de la noche... ¡Fougas!”
Formando una cortina de humo a su alrededor usando hechicería, Leonis se
lanzó.
“No puedo dejarte hacer eso, chico”.
59 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Una espada surcó el aire. Iba acompañada de zarcillos de electricidad que
despejaron la niebla oscura.
“... ¡¿?!”
La tela del atuendo blanco de la Orquídea Sakura ondeó con la brisa. Una
figura saltó por encima del muro y aterrizó ante ellos... una chica que blandía
la Espada Sagrada Raikirimaru.
“Sakuya-san...” Leonis se detuvo en seco, sosteniendo el Báculo de los
Pecados Sellados.
Estaba en una parte relativamente abierta del campo, pero había muros por
todos lados, que no le ofrecían ninguna vía de escape.
(Parece que me han atraído).
Con las paredes alrededor de Leonis, Regina no podía proporcionar fuego de
cobertura. Los orbes de Elfine le habían atraído hasta aquí sin que se diera
cuenta. Si Leonis quería conseguir la bandera del equipo enemigo, necesitaba
derrotar a Sakuya.
“Leo-kun, retrocede”. Dijo Lyseria, poniéndose delante de él. “Encárgate de
los orbes de Fine-senpai”. Encaró a Sakuya, con la Bloody Sword en la mano,
con ojos serios. “Estamos forzando nuestro camino, Sakuya”.
“¿Un uno contra uno?” Preguntó Sakuya. “Lo siento, Lyseria-senpai, pero
todavía no eres rival para mí cuando se trata de espadas”.
“... Sí. Probablemente no”.
Las palabras de Sakuya eran un hecho. El crecimiento de Lyseria era notable,
pero ningún otro estudiante de la Academia Excalibur podía igualar a Sakuya
cuando se trataba de esgrima. Lyseria lo sabía perfectamente.
“Sin embargo, ¡en un combate puede pasar cualquier cosa!” Lyseria acercó
la Bloody Sword a su muñeca, cortándola y dejando que el líquido carmesí
goteara hasta el suelo. “¡Hahhhhhhhhhhhhhhhhh!” Lyseria concentró mana
en sus piernas, impulsándose hacia delante y acortando la distancia con
Sakuya de un salto.
Su centro de gravedad se inclinó ligeramente hacia la izquierda, puesto que
si Lyseria tenía alguna posibilidad de ganar... sería aprovechando que
Sakuya tenía el ojo izquierdo tapado. Un ojo utilizable significaba un campo
de visión reducido y una pobre percepción de la profundidad, haciendo que
Sakuya no pudiera medir correctamente la distancia.
“Bailen, mis espadas... ¡Bloody Spiral!07”
62 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Su Alteza, ¡es peligroso! Hay gente entrenando dentro...”
La gente gritaba fuera de las instalaciones.
“No sé qué hace aquí, pero deberíamos atraparlo”. Elfine declaró.
“Yo me encargo...”
Sakuya saltó, aterrizando en la pared. Con sus rápidos pies, alcanzó a la
pequeña criatura en un instante.
“Ya te tengo, Fluffymaru Pastel de Judías”. Sin embargo, cuando intentó
rodear a la criatura con ambos brazos, ésta se le escapó de las manos.
“¿Huh?”
“¡Sakuya-san, los espíritus no tienen forma física!” Le recordó Leonis.
“¡Buena suerte, Sakuya!”
Sakuya se quedó atónita. “Aaargh, ¡¿qué se supone que tengo que hacer?!”
Con su perseguidora boquiabierta, Carbuncle huyó a toda velocidad por
encima de los muros, dejando un rastro brillante a su paso. Se dirigía
directamente hacia...
“¡Yo lo atraparé!” Gritó Regina, extendiendo ambos brazos desde lo alto de
su punto de mira.
(Cierto, Regina puede comandar espíritus). Leonis recordó.
“Podemos dejar que Regina se encargue de esto”. Dijo Lyseria.
Sin embargo...
“Estas paredes están en el camino”.
“Er, Chatres nee-sama, ¡¿qué estás planeando?!”
“Retrocede un poco, Altiria. ¡Activate!”
Oyeron la digna voz de una chica fuera del campo, y entonces...
*¡Vwoooooooosh!*
... Un rayo de luz carmesí destelló, y con un sonido retumbante, todas las
paredes dispuestas en el campo de entrenamiento se hicieron añicos de una
manera espectacular.
(¡¿Qué?!)
Por reflejo, Leonis desplegó una barrera protectora, protegiendo a Lyseria de
la explosión. Una nube de polvo blanco flotaba en el aire. Las partículas que
habían mantenido la forma de las paredes a través del mana se desmoronaron
hasta convertirse en arena.
63 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Hack, horf... ¿Qué?” Lyseria agarró a Leonis por el brazo mientras tosía.
Sonó una alarma y el aire acondicionado de las instalaciones se encendió
para hacer frente a la emergencia. Voló el polvo y dejó al descubierto a una
chica uniformada que blandía un sable. Su cabello brillaba rubio y sus ojos
nobles eran del color del jade.
“... Princesa... ¿Chatres?” Murmuró Lyseria.
“¿Huh?” Leonis se volvió para mirar a Lyseria.
Chatres. Regina le había hablado de ella esta mañana.
“¡Oh, Chatres, eso es una barbaridad! ¡Aquí hay gente entrenando!” Otra
figura apareció por detrás de la chica uniformada.
“Este era el camino más rápido. Además, me contuve”.
La segunda chica llevaba un atuendo recatado y parecía más cercana en edad
a Leonis.
“... ¡¿Princesa Altiria?!” Exclamó Lyseria.
“¿Huh?” La chica, Altiria Ray O'ltriese, miró al Decimoctavo Pelotón con
ojos redondos. “Ah... ¡¿Whaaaaaaaaaaa?!”
Una vez que las cosas se calmaron un poco, Lyseria preguntó: “Princesa
Altiria, ¿qué está haciendo aquí?”
“B-Bueno, verás, Chatres, Chatres nee-sama, estaba entrenando para el
Festival de la Danza de la Espada Sagrada con su unidad en las instalaciones
de al lado, y yo vine a mirar. Pero entonces, Carbuncle huyó...”
Leonis recordaba haber oído que alguien utilizaba las instalaciones
adyacentes. (Pero no creía que fuera el as Espadachín Sagrado del que
había oído hablar esta mañana).
Chatres Ray O'ltriese... la tercera princesa del imperio y la competidora
favorita del Festival de la Danza de la Espada Sagrada. Dado que era de la
realeza, era lógico que tuviera su propia área personal para practicar.
64 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
(No, tal vez eso no es cierto).
La clase gobernante del Imperio Humano Integrado tenía una posición algo
diferente a la de los reyes y reinas que Leonis había conocido hace mil años.
“Mis disculpas por perturbar sus ejercicios. Era una emergencia. Carbuncle
es un espíritu que pertenece a la Familia Real. No podíamos permitir que le
ocurriera nada”.
Chatres agradeció brevemente al Decimoctavo Pelotón la recuperación de la
criatura. Al parecer, realmente había destruido los muros con su Espada
Sagrada. Eso hablaba de un tremendo poder destructivo, pero ¿qué más
guardaba el arma de la princesa?
“Entonces, ¿dónde está Carbuncle...?” Chatres miró a su alrededor.
“Ah, lo atrapamos por aquí”.
Regina, Sakuya y Elfine se acercaron, caminando sobre los muros en ruinas.
El espíritu resplandeciente estaba acunado en los brazos de Regina. A pesar
de estar dando saltitos hace unos instantes, ahora estaba acurrucado,
obediente y plácido.
“... ¡Carbuncle!” Altiria gritó.
Cuando Regina se acercó, el espíritu saltó de ella a Altiria.
“Oh, ¿por qué has hecho eso?” Le reprendió Altiria, inflando las mejillas en
un adorable mohín. “Saliste corriendo de repente...” La princesa se volvió
hacia Regina e inclinó la cabeza. “Muchas gracias por atraparlo”.
“O-Oh, no, no fue nada. Olvídese de eso”. Respondió Regina aturdida,
hablando en un tono que a Leonis le recordaba a Fenris.
(Ahora que lo pienso, es la primera vez que se encuentra cara a cara con su
hermana menor).
Las dos no se habían visto directamente durante el incidente a bordo del
Hyperion.
“Sabes, es extraño”. Comentó Altiria, desconcertada. “Carbuncle no deja que
lo sostenga nadie más que yo...”
“¡Q-Qué raro, desde luego! ¡Ohoho!” Respondió Regina con un tono extraño
y agudo.
Carbuncle había luchado junto a Regina durante el secuestro. Tal vez el
espíritu había sentido la presencia de Regina y corrió a su encuentro.
Altiria miró a su alrededor, observando a los miembros del Decimoctavo
Pelotón.
65 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Hacía tiempo que quería agradecerles a todos personalmente”. Dijo. “Perdí
el conocimiento y no recuerdo bien lo que pasó, pero sé que todos lucharon
valientemente para salvarme la vida”.
Se levantó el dobladillo del vestido en una reverencia y bajó la cabeza.
66 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
67 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“En absoluto, princesa”. Respondió Lyseria, inclinándose como lo haría un
criado. “Protegerte es el deber de un Espadachín Sagrado”.
“Como hermana mayor de Altiria, permítanme ofrecerles también mi
gratitud”. Chatres inclinó brevemente la cabeza.
Su cabello rubio, como el color de una flor de estewartia, caía sobre sus
mejillas. Al igual que Altiria y Regina, era una mujer muy hermosa, pero sus
ojos de jade desprendían algo de frialdad.
(En cuanto a mis subordinados, me recuerda a Iris, la Sacerdotisa Oscura).
Reflexionó Leonis.
Al notar que la observaba, Chatres miró a Leonis y enarcó una ceja.
“Uniforme de la Academia Excalibur...” Murmuró. “No me digan que tienen
a un niño en su pelotón”.
“Sí, es un niño, pero es uno de los ases de nuestro equipo”. Dijo Elfine.
“¿Qué?” Chatres fulminó a Leonis con la mirada. “Imposible. Puede que sea
una participación especial, pero ¿pretendes burlarte del Festival de la Danza
de la Espada Sagrada?”
“¡Chatres nee-sama!” Altiria le regañó, pero la mirada de la hermana mayor
seguía siendo dura y sentenciosa.
(Tienes suerte de que sea un magnánimo Rey Demonio que pasará por alto
este insulto).
Si le hubiera dicho eso a Gazoth, el Rey Demonio de las Bestias, o a Veira,
la habrían reducido a cenizas por sus comentarios blasfemos. Por el
contrario, Leonis creía que la ignorancia no era un pecado, aunque sí
vergonzoso.
(Sigue mirándome por encima del hombro, si quieres. Pero te arrepentirás
cuando conozcas mi verdadera identidad).
“Hmm. Princesa, si me permite...”
Para sorpresa de Leonis, alguien estaba dispuesto a discutir con esta
princesa... Lyseria.
“¿Nn?” Chatres se cruzó de brazos y miró a la chica de cabello plateado.
“Corrígeme si me equivoco, pero ¿no eres la hija del Duque Christaria...?”
“Sí. Soy Lyseria Christaria, una de las representantes de la Academia
Excalibur”. Los ojos azules como el hielo de Lyseria se cruzaron con los de
Chatres.
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“Siento un gran respeto por el Duque Christaria, el héroe del Tercer Assault
Garden”. Afirmó Chatres. “Pero eso no significa que te reconozca. No me
deshonres con un partido patético”.
“Sí, Alteza. Estoy deseando enfrentarme a usted”. Respondió Lyseria con un
tono inusualmente provocador.
(¿Está enfadada?)
Al observarla más de cerca, Leonis se dio cuenta de que el cabello plateado
de Lyseria brillaba débilmente con mana. Parecía que incluso la
normalmente seria y amable Lyseria era capaz de enfadarse. Y aunque
Chatres no se sintió abrumada por la silenciosa indignación de Lyseria...
“Vamos, Altiria”.
... Aun así, giró sobre sus talones y se dirigió a la salida.
“Ah, Chatres nee-sama”. Imploró Altiria, intentando detener a su hermana.
Al ver que era inútil, se encaró con Leonis y los demás. “Lo siento si mi
hermana les ha ofendido. Hmm, me encantaría volver a verlos a todos...”
“Sí, Alteza. Estoy segura de que nos veremos durante el Festival de la Danza
de la Espada Sagrada”. Lyseria hizo una leve reverencia.
“Estoy deseando que llegue...” Las mejillas de la princesa se sonrosaron
mucho. “Sobre todo a ti, Leonis...”
Inclinó la cabeza tímidamente hacia el chico y salió corriendo detrás de su
hermana.
“... ¿?” Leonis ladeó la cabeza, desconcertado.
“Realmente vas a ser un Rey Demonio de la habitación, ¿verdad?” Comentó
Regina, un poco irritada.
“¿Qué significa eso?” Preguntó.
“Exactamente lo que parece”. Respondió Regina encogiéndose de hombros,
y vio partir a Altiria. Tenía una sonrisa ligeramente melancólica en los labios.
Regina tenía estrictamente prohibido revelar su verdadera herencia. Como
princesa maldita nacida bajo el signo de la terrible Estrella de la Calamidad,
no se le permitía existir en este mundo como su verdadero yo.
Lyseria puso una mano compasiva en el hombro de Regina. “Vamos.
Continuemos nuestro entrenamiento”.
69 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
PRESAGIO DE UNA TORMENTA QUE SE
AVECINA
70 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¡Oh! Entonces creo que tomaré un masaje en el hotel. ¿Quieres venir
conmigo, Fine-senpai?”
“Hmm. Sí, vayamos juntas más tarde”. Elfine asintió, frotándose las caderas.
“Iré a cazar taiyaki a la capital”. Dijo Sakuya, desvaneciendo a Raikirimaru
en el aire y sacando una guía de su bolsillo.
(... ¿Cómo se caza el taiyaki, exactamente?) Se preguntó Leonis secamente.
“Bueno... ¿Qué hay de ti, Leo-kun?” Preguntó Lyseria.
El Rey Demonio se quedó pensativo. Nunca había experimentado un masaje
ofrecido por un complejo de lujo. Sin embargo, tenía la sensación de que, si
iba a que le dieran uno, Shirley se enfadaría e insistiría en que darle masajes
era su trabajo... Lo que dejaba investigar la capital.
“Creo que iré a disfrutar de las vistas que ofrece Central Garden”. Decidió
Leonis.
“De acuerdo. Entonces te mostraré los alrededores”. Contestó Lyseria.
“¿Conoces bien la capital, Seria-san?”
“Sí”. Lyseria movió la cabeza y levantó un dedo índice. “He venido aquí
varias veces con mi padre por asuntos oficiales. Puedo enseñarte los lugares
más famosos de Central Garden”.
71 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Así es. Al parecer, este castillo existía antes de que se estableciera el
imperio, y fue dividido en bloques y trasladado aquí”. Explicó Lyseria. “El
interior ha sido reconstruido, por supuesto”.
“¿Así que el emperador vive allí?” Preguntó Leonis.
“La realeza vive en otra residencia. El palacio sólo se utiliza para asuntos de
gobierno”.
(Hmm. Parece que hacen claras distinciones entre esos dos aspectos).
Hace mil años, los reyes humanos vivían en habitaciones dentro del palacio.
Leonis planteó otra pregunta. “¿Dónde están las instalaciones militares?”
“La Guarnición de la Guardia Real está en los terrenos del palacio. Sus tareas
principales son vigilar el Palacio y las Tres Casas Reales. Las instalaciones
militares a gran escala para luchar contra los Void se concentran en los
flotadores dos, cuatro y nueve. Por supuesto, también hay unidades
estacionadas en los demás”.
“Ya veo”.
Ambos abandonaron la calle principal y se adentraron en la plaza de un
parque situado en lo alto de una colina de suave pendiente.
“Esta es la plaza conmemorativa de la victoria”. Dijo Liseria. “Hace sesenta
y dos años, el emperador y los Caballeros de la Espada Sagrada vencieron a
las fuerzas del Vacío. Mi abuelo también participó en la batalla”.
“¿Entonces esa estatua de ahí es del emperador?” Leonis dirigió su mirada
al centro de la plaza, donde se alzaba una gigantesca estatua de un joven que
blandía valientemente una espada.
“Sí, es una recreación de Su Gracia manifestando su Espada Sagrada,
Excalibur. La Excalibur del emperador sigue siendo la más fuerte de todas
las Espadas Sagradas confirmadas”.
“...”
Excalibur. Una Espada Sagrada con el mismo nombre que la que Leonis
manifestó.
“Hmm. ¿Es posible que la misma Espada Sagrada resida en dos personas
diferentes?” Preguntó Leonis con cautela.
“Yo... no estoy segura”. Respondió Lyseria. “Muchas Espadas Sagradas
tienen habilidades similares, pero nunca he oído que dos personas
manifiesten la misma”.
“¿En serio?”
72 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
La Espada Sagrada de Leonis no tenía forma de hoja, sino de pistola. Tal
vez era sólo una casualidad, y la inscripción en el arma era una coincidencia.
(Tengo que investigar más a fondo mi Espada Sagrada).
Mientras atravesaban la ciudad, destacó un edificio con un distintivo tejado
octogonal. Era la catedral de la Iglesia Humana, la religión oficial del
Imperio Humano. La Iglesia Humana era una fe fundamentalmente diferente
a la Secta Sagrada a la que se habían enfrentado los Ejércitos de los Reyes
Demonio hace mil años.
En esta era, la humanidad ignoraba la existencia de Luminous Powers08 que
una vez reinaron como supremos sobre el mundo. En su lugar, la Iglesia
Humana adoraba el poder del planeta, del que se decía que era la fuente de
la fuerza de las Espadas Sagradas. Además, la Iglesia Humana se estableció
junto con el Proyecto de Integración Humana y aceptó la fe de otras personas,
integrando sus creencias.
Una fe más exclusiva probablemente no habría logrado unificar a toda la
humanidad.
(¿Una religión pensada para unir a todas las personas, eh...? La Secta
Sagrada me ha traído mucho dolor en el pasado, pero tal vez no tenga que
aplastar este nuevo tipo de culto).
Por el momento, la Iglesia Humana no era un enemigo para los reformados
Ejércitos de los Reyes Demonio de Leonis.
(Pero Nefakess Reizaad se hace pasar por sacerdote).
Al igual que Leonis se escondía como estudiante de la Academia Excalibur,
Nefakess se hacía pasar por un hombre santo para mezclarse con los
humanos.
(O tal vez la Iglesia Humana esté bajo su control...)
Dado que Leonis se encontraba en el cuartel general de la capital, era la
ocasión perfecta para confirmar la verdad.
Al pasar por la plaza, Lyseria y Leonis llegaron a otra calle ancha bordeada
de edificios altos. “¿Tienes hambre, Leo-kun?” Preguntó Lyseria,
reduciendo la velocidad del vehículo.
“... S-Sí, supongo que sí”.
Leonis se lo había callado para guardar las apariencias frente a su sirviente,
pero estaba bastante hambriento después de las intensas actividades de la
mañana.
74 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Para vengarse de los Void, Sakuya había aceptado el poder de la Espada
Demoníaca en su cuerpo. Sin embargo, no era suficiente.
El día del ataque más reciente, una espadachina de cabello azul había
aparecido ante Sakuya y liberado a Raijinki. Era Setsura, la hermana de
Sakuya, que supuestamente había muerto hace nueve años. Sólo sería
cuestión de tiempo que volvieran a cruzar sus espadas. Cuando ese momento
llegara, Sakuya necesitaba estar lista. Tenía que dominar este ojo.
“¿Dejaré de ser humana cuando lo haga?” Susurró burlonamente,
presionando con una mano el parche del ojo.
“¿Frost Age?” Una voz la llamó desde detrás, entre la multitud.
Al darse la vuelta, Sakuya se encontró con una chica en pantalones cortos y
chaqueta que se acercaba a ella, agitando la mano de forma amistosa.
Miembros largos y delgados, piel bronceada y orejas puntiagudas. Una elfa
oscura...
(Lena Darkleaf...) Recordó Sakuya.
Lena era uno de los comandantes de la Manada de Lobos Demoníacos, una
fuerza bajo el mando de Zol Vadis. Junto a ella había otra chica, con la boca
tapada por un paño. Sakuya sabía que se trataba de Arle Kirlesio, una elfa
que había conocido en las ruinas del Tercer Assault Garden.
Ella también se había unido a las filas del Rey Demonio. Sus motivos para
hacerlo eran un misterio para Sakuya, y las dos tenían un acuerdo tácito de
que ninguna preguntaría a la otra sus razones... Pero seguramente, ella tenía
algún objetivo.
“Hmm, ¿qué significa Frost Age09?” Preguntó Sakuya a Lena.
“Es tu nombre en clave para cuando operemos en la ciudad. Se me ocurrió a
mí”. Explicó orgullosa la elfa oscura, hinchando su modesto pecho.
“Ya veo...” Murmuró Sakuya secamente.
“Por cierto, mi nombre en clave es Shadow10”. Explicó Lena. “Y el suyo es
Sword Fairy11”.
“¿Sword Fairy?” Repitió Sakuya en voz baja, confundida.
“A-A mí no se me ocurrió...” Aclaró Arle, con las mejillas sonrojadas bajo
la tela.
“Pues muy bien. Entonces, ¿se supone que tengo que protegerte?” Preguntó
Sakuya.
76 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Sólo se podía acceder a ellas a través de las instalaciones especiales del
Shangri-la Resort y el emplazamiento principal de la Compañía Phillet en el
Flotador Cuatro. Estaban completamente desconectadas de la red exterior,
por lo que conectarse a ellas era todo un reto.
(Necesitaré que Cait Sith se infiltre físicamente en el sistema).
Dado que era extremadamente difícil para los forasteros acceder al Flotador
Cuatro, Elfine decidió ignorarlo por el momento y se centró primero en
hacerse con el control del Shangri-la Resort. Tenía que considerar el acuario,
el casino, el estadio y el teatro.
(Tendría que dar prioridad al casino).
Este era un lugar de la capital donde las apuestas se consideraban legales.
Pero eso era sólo una fachada para los ciudadanos ricos. Su verdadera
función era la de lugar de reunión de la Compañía Phillet para tratos secretos
entre la realeza y la nobleza.
Además, era una fortaleza propiedad del hermano de Elfine, Finzel Phillet.
Eso significaba que Elfine destacaría si intentaba entrar. Alegar que había
venido al casino a divertirse no serviría como excusa.
(Debería dejar a Cait Sith con alguien).
Pero ¿quién era la mejor opción para ello? Mientras Elfine reflexionaba,
recibió una llamada en su terminal.
“... ¡¿?!”
No era uno de los miembros del Decimoctavo Pelotón. El código de
identificación no le resultaba familiar. Elfine había sido cuidadosa y dudaba
que alguien la hubiera descubierto fisgoneando.
“...”
Con una pizca de estrés, dio unos golpecitos en el terminal. Y entonces...
<<Ah, por fin has contestado, Fine>> Una voz familiar la saludó.
“... Clauvia”. Elfine suspiró. Estuvo a punto de cortar la llamada por impulso,
pero lo reconsideró en el último segundo. Su hermana se había puesto en
contacto con ella. ¿Tal vez tenía alguna información? No obstante, Elfine no
podía bajar la guardia. Clauvia estaba apartada de la Compañía Phillet, al
igual que Elfine. Sin embargo, eso la hacía aún más impredecible que sus
hermanos mayores, en cierto modo.
<<Veo que has vuelto a la capital>>
“... No he vuelto porque me lo hayas pedido”.
77 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
<<Pero estás participando en el Festival de la Danza de la Espada
Sagrada, ¿verdad?>>
“Sólo por coincidencia”.
<<Heh-heh. ¿Estás segura?>> Elfine pudo sentir la sonrisa de su hermana.
<<Ya que has venido hasta la capital, ¿qué te parece si nos ayudas tanto a
mí como al hermano menor del emperador?>>
“Lo siento, Clauvia, pero estoy ocupada”.
<<Ya veo. Ah, bueno. Entonces déjame hacerte una advertencia>>
“¿Qué advertencia?”
<<El hermano más querido está planeando algo para el Festival de la
Danza de la Espada Sagrada>>
“¿Finzel?” Los ojos de Elfine se abrieron de sorpresa. “¿Qué está tramando?”
<<Me temo que no sé mucho. Pero será mejor que seas precavida.
Especialmente si te enfrentas a la unidad de la Academia del Cuarto
Assault Garden>>
La Academia era una instalación para la formación de Espadachines
Sagrados establecida por la Compañía Phillet, y Finzel estaba matriculado
allí.
(¿Qué está tramando para el Festival de la Danza de la Espada Sagrada?)
No podía creer ciegamente lo que Clauvia le había dicho, pero tenía que ser
cautelosa ante la posibilidad de que su advertencia fuera cierta.
“... Gracias por la advertencia”.
<<Oh, Dios. ¿Acabas de darme las gracias de verdad, Fine?>>
“Voy a colgar ahora, Clauvia”.
<<¡Ah, espera! ¡Hay una cosa más!>> La voz de Clauvia de repente se
volvió seria. <<Deinfraude Phillet... ese monstruo... ha vuelto a la
capital>>
“... ¡!” Los dedos de Elfine temblaron ante la mención del nombre. El Conde
Deinfraude Phillet era su padre, el gobernador del Cuarto Assault Garden, el
director de la Fundación Phillet y... el asesino de su madre.
<<Él fue invitado a presenciar el Festival de la Danza de la Espada
Sagrada. Y Fine, definitivamente sabe que vas a participar. Así que ten
cuidado>>
“E-Entendido”. Elfine se las arregló.
78 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Clauvia terminó la llamada. Un momento después, Elfine sintió que algo
golpeaba su frente. En lo alto, el cielo azul se había nublado y había
empezado a llover.
(Qué extraño. El Eye Of The Witch predijo que el tiempo estaría despejado
hasta la noche...)
Unas nubes negras se acercaron y un relámpago cayó a lo lejos.
“Hmm, ¡la comida de este lugar es tan buena!” Lyseria ahuecó sus mejillas
de felicidad mientras probaba su pasta con almejas. “Tu recomendación fue
acertada, Leo-kun”.
“Me alegra oírlo”. Contestó, ciertamente un poco aliviado.
El restaurante que Shirley le había recomendado tenía un aire relajado; su
diseño interior era de buen gusto, y el chef era bastante hábil.
(Hmm. Tal vez debería reconsiderar mi opinión sobre las habilidades de
Shirley para reunir información).
Leonis deseaba que pusiera esa habilidad al servicio de otros asuntos que no
fueran la comida, pero esta vez hizo un buen trabajo.
(Debería recompensarla más tarde. ¿Acaso un Medallón del Gran Infierno
sería demasiado generoso...?)
“Leo-kun, tienes algo en la boca”. Lyseria sonrió y le limpió los labios con
un pañuelo.
“S-Seria-san, puedo ocuparme de eso por mí mismo...” Leonis se puso rojo
y giró la cabeza hacia otro lado, pero ella no se detuvo.
“Ah, quédate quieto... Ya está, mucho mejor”.
79 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
80 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¿Quieres dejar de tratarme como a un niño?” Refunfuñó Leonis, abatido.
“Heh-heh. Dices eso, Leo-kun, pero te estás comiendo la comida para niños”.
“¿Huh?” Leonis miró su plato.
Un filete de carne picada y pasta, camarones y papas fritas, arroz revuelto
con pollo, y pudín de postre... Eran todas comidas que le gustaban.
“¡N-No! Quiero decir, sí, parece una comida para niños, pero esto es un plato
combinado. El menú lo decía. ¡Mira! ¡No hay banderita en el arroz!” Leonis
trató desesperadamente de refutar la afirmación de Lyseria.
“Pero dice que sólo los niños de diez años o menos pueden pedir este plato...”
Lyseria señaló el menú con una sonrisa tensa.
“... ¡¿Qué?!”
Y efectivamente, lo decía en letra pequeña.
(¡M-Maldición, Shirley...!)
Este plato combinado figuraba en el informe de Shirley como comida
recomendada. Shirley probablemente no quería hacer daño, por supuesto.
Simplemente había sugerido algo que tenía todas las comidas favoritas de
Leonis.
(Supongo que es culpa mía por no comprobarlo bien).
Leonis dio otro mordisco a su filete. “Comida para niños o no, sigue siendo
muy buena”. Comentó con tono digno.
“Sí, es verdad”. Lyseria asintió y soltó una risita. Luego apartó
ordenadamente la vajilla. “Todavía tenemos algo de tiempo. ¿Hay algún sitio
al que te gustaría ir, Leo-kun?”
“Bueno...” Leonis hizo una pausa para pensar. “Me gustaría ver el edificio
de la Compañía Phillet...”
En cuanto pronunció las palabras, la expresión de Lyseria se endureció un
poco. Acercó los labios a su oído y susurró: “Um, el edificio principal de la
Compañía Phillet no está en Central Garden”.
“¿No lo está?”
“No. Su edificio está en el Flotador Cuatro. Todo allí son instalaciones de la
compañía, y todas las entradas y salidas están fuertemente vigiladas. No se
permite la entrada de civiles”.
“Suena como un estado independiente”.
81 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Lyseria asintió con gravedad. “La compañía opera independientemente de
las autoridades del imperio, y tiene extraterritorialidad sobre el Flotador
Cuatro”.
(Así que el único recurso es la infiltración, entonces).
Un destello blanco inundó el restaurante desde las ventanas. Momentos
después, un trueno sonó a lo lejos y empezó a llover.
“¿Una tormenta? La previsión meteorológica de los Espadachines Sagrados
decía que hoy haría buen tiempo”. Lyseria frunció el ceño con incredulidad
mientras observaba las oscuras nubes.
“Supongo que tendremos que entrenar bajo techo”. Comentó Leonis.
*¡Bwooooooooooosh!*
El viento se levantó de repente, aullando...
“... ¡¿?!”
... Y las ventanas del restaurante se reventaron de golpe.
82 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
LLEGA EL DRAGÓN FURIOSO
84 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¿Conocida?” Lyseria frunció el ceño, confusa.
“Lo siento, no hay tiempo para explicaciones”.
Leonis le dio la espalda a Lyseria y empezó a recitar un hechizo de cruce de
sombras.
“¡Espera!” Gritó Lyseria, manifestando la Bloody Sword en sus manos. “¡Iré
contigo!”
“No, esa es demasiado peligrosa para ti”. Leonis negó con la cabeza. “Seria-
san, espérame aquí, por favor”.
Dicho esto, Leonis se desvaneció en su sombra.
“... ¡Leo-kun!”
Lyseria se dispuso a ir tras él, pero...
“¡Que alguien me ayude!”
... Se detuvo al oír un grito cercano. Al girarse, Lyseria vio a un joven
atrapado bajo un vehículo volcado.
“¡Iré enseguida!” Lyseria dio una patada en el suelo y se impulsó con unas
alas de mana.
Leonis se movió por los rincones oscuros, yendo de edificio en edificio
mientras arreciaba la tormenta. Sin corredores de las sombras establecidos
en la capital, su velocidad era menos de lo deseable.
“¿Qué está haciendo esa tonta?” Espetó, molesto.
Veira estaba rodeando el Primer Assault Garden. Aún no lo había atacado
directamente, pero su mera presencia bastaba para sembrar el caos. Como
Rey Demonio que rivalizaba con Leonis, si Veira lanzara un ataque serio
contra la ciudad, las calles se convertirían en un mar de llamas.
Afortunadamente, el gran dragón parecía contentarse con dar vueltas,
mirando fijamente a la isla artificial de abajo.
(¿Está... buscando algo?)
Leonis no podía estar seguro, pero ésa era su impresión. ¿Qué buscaba?
*¡Boom, boom, boom, boom!*
Explosiones consecutivas sacudieron los oídos del chico. Explosiones rojas
iluminaron el cielo. El sistema de defensa anti-Void estaba atacando a Veira.
(¡Idiotas! ¡¿Intentan provocar la ira del Rey Demonio Dragon?!)
Veira echó la cabeza hacia atrás y exhaló un torrente de calor y llamas.
85 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
*¡Bwoooooooooosh!*
El pilar ardiente barrió las baterías anti-Void.
“... ¡¿?!”
(... ¡nis-sama, Leonis-sama...!) Leonis oyó una voz que le llamaba
telepáticamente.
(¡¿Shirley?!) Leonis respondió a su llamada.
(¡¿Se ha vuelto loco el Rey Demonio Dragón?!)
(Eso parece...) Leonis respondió mientras seguía saltando entre las sombras.
Había visto a Veira enloquecer varias veces durante sus batallas contra los
dioses, pero su comportamiento no coincidía con esos casos anteriores.
(No puede ser... ¿Está bajo algún tipo de control mental?)
Los Dragones, como especie, estaban dotados de una poderosa resistencia
mágica. Era impensable que un hechicero pudiera dominar la voluntad del
Rey Demonio Dragón.
(A pesar de todo, no podemos ignorar esta situación...)
Si la capital y la Academia Excalibur lanzaran un ataque serio contra Veira,
provocarían su ira, y ambas ciudades serían bañadas en fuego.
(¡¿Q-Qué vamos a hacer, Leonis-sama?!) Preguntó Shirley, con voz de
pánico. Había sido testigo del amenazador poder del Rey Demonio Dragón
hace mil años.
(¡Shirley, vamos a enterrarla en el Reino de las Sombras!) Afirmó Leonis.
Una pausa silenciosa siguió al decreto del Rey No Muerto, pero fue breve.
(¡¿Quééééé?! ¡¿A-Al Rey Demonio Dragón?! ¡Dejará el Reino de las
Sombras en ruinas!)
(Eso es preferible a dejarla hacer estragos aquí. No tenemos elección).
(P-Pero...)
(Cuando dé la señal, abre una puerta. Es una orden, Shirley).
(... De acuerdo. Empezaré los preparativos. ¿Dónde coloco la puerta?)
(El Estadio de Partidos de Central Garden. Guiaré al Rey Demonio
Dragón hasta allí). Leonis aterrizó en un edificio alto y blandió el Báculo
de los Pecados Sellados en lo alto. “Hechizo de Quinto-Orden... Buras
Haibach”.
86 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Un resplandor malévolo emanó de la joya Ojo de Dragón en la punta del
Báculo de los Pecados Sellados... la Onda Exorcista, [Buras Haibach]. Una
oleada de mana radial y ondulante cubrió la zona en un abrir y cerrar de ojos.
No creó ninguna destrucción visible, pero el intenso mana del Rey No
Muerto inutilizó todo el equipo de observación de la zona.
Con esto, no habría ningún registro de las acciones de Leonis. También
significaba que todos los demás aparatos mágicos de la zona quedarían
inutilizados. Sin embargo, era un sacrificio necesario.
Despues de esto, Leonis recitó otro hechizo.
“Hechizo de Octavo-Orden... ¡Al Gu Belzelga!”
*¡Booooooooom!*
Una enorme bola de fuego colisionó con Veira. Su ruptura hizo temblar el
aire. Como era de esperar, el Rey Demonio Dragón resultó ileso. Las
escamas de un Dragón de alto rango podían desviar incluso uno de los
hechizos de Octavo-Orden de Leonis. Sin embargo, dañar a Veira nunca
había sido la intención. El ataque pretendía llamar su atención, y lo hizo a la
perfección.
Los ojos dorados de Veira miraron amenazadores a Leonis, que estaba en lo
alto de un edificio. Cualquier persona normal habría quedado inconsciente
por la fuerza de esa mirada.
“Supongo que fue una tontería esperar que eso la despertara de su frenesí”.
Leonis chasqueó la lengua. “¡Ven a mí, orgulloso tirano de los Dragones!”
Le desafió.
“¡Grohhhhhhhhhhh!”
Un rugido atronador salió de las fauces del Dragón Carmesí. Tejiendo entre
las sombras, Leonis se teletransportó a un tejado adyacente. Nada más
hacerlo, un torrente de fuego hizo volar por los aires el edificio en el que
había estado un segundo antes.
“¡Vira Zuo!” Leonis desató otro hechizo de Octavo-Orden.
Una jaula de gravedad se formó alrededor de Veira, aislándola, pero la
furiosa criatura se liberó con un batir de alas. Otro haz de llamas barrió
algunas estructuras cercanas.
Leonis saltó en el aire, recitando un hechizo de gravedad. “Hechizo de Sexto-
Orden... ¡Gren Zo!”
*¡Bam, bam, bam, bam!*
87 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Usando magia de bombardeo de rayos para formar una espesa cortina de
humo, Leonis se puso a cubierto. Si Blackas hubiese estado aquí, habría sido
capaz de enfrentarse al Dragón en combate cuerpo a cuerpo, pero con el
cuerpo actual de Leonis, todo lo que podía hacer era lanzar hechizos mientras
mantenía la distancia.
La Dragón Carmesí batió sus alas, expulsando el humo de golpe, y un rayo
ardiente se acercó a toda velocidad hacia Leonis.
“... ¡¿?!”
La onda de calor cortó el aire, y Leonis utilizó la punta de su báculo para
desviarlo.
(Hmph, es como suponía. Está bajo algún tipo de interferencia mental).
Incluso Leonis no sería capaz de mantener a raya al Rey Demonio Dragón
por mucho tiempo. Esto era diferente a estar simplemente furiosa. Estaba
más cerca de un estado aturdido y febril.
“¡Zamd! ¡Zamd! ¡Zamd!”
Mientras se movía rápidamente desde diferentes puntos oscuros, Leonis
disparó ataques de hechicería de Tercer-Orden. Hechizos tan débiles no
podían dañar al Dragón, por supuesto, pero no los lanzaba a ciegas. Su plan
era atraer a Veira al borde de Central Garden.
“Grrr... ¡Ohhhhhhhhhhhhhhh!”
Abriendo ampliamente sus alas, el Dragón planeó en el aire.
(Ahora es el momento). Pensó Leonis mientras aterrizaba en un edificio alto.
El gigantesco estadio estaba cerca.
(¡Shirley, abre la puerta al Reino de las Sombras!)
(¡Sí, Leonis-sama!)
*Blop... Blop. Blop... Blop, blop, blop...*
Una oscuridad espesa y palpable se formó en el centro del estadio,
cubriéndolo como el barro. Una sombra pura y completa, que no ofrecía
ninguna luz. Las paredes del estadio se deformaron, fundiéndose con el
ébano.
“Permíteme invitarte a mi Reino de las Sombras, Rey Demonio Dragón”.
Leonis chasqueó los dedos y, al instante siguiente, innumerables cadenas
salieron disparadas del gigantesco portal oscuro, enroscándose alrededor de
Veira.
88 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Este es uno de los Arc Seven, el Grillete del Vil Dragón, Ragva Zol. Shazak
Nare, el Dios Ladrón, lo robó del Dragón Divino de los Seis Héroes, y más
tarde, lo adquirí para mí. No puedo pensar en mejor restricción contra un
tirano como tú que unos grilletes divinos hechos para derrotar dragones
viles”.
Leonis se rió con expresión despiadada. Con el cuerpo completamente atado,
Veira se agitó en vano mientras era arrastrada hacia la oscuridad. Una
criatura más débil podría haberse zafado de Ragva Zol con bastante facilidad,
pero cuanto más poderoso y grande era el dragón, más fuerte lo sujetaba.
Sin embargo, si Veira hubiera estado en plena forma, podría haber sido capaz
de liberarse a través de la fuerza bruta. Que no lo hiciera demostraba que
algo iba mal.
“Grrrrr... ¡Grrrrrrrrrrrrrrr!”
“Cálmate, bestia furiosa”.
Leonis lanzó el hechizo de Décimo-Orden, Llamarada Explosiva Oscura,
[Arzam].
*¡Vrrrrrrrrrnnnnnnnn!*
Mientras Veira seguía agitándose y luchando, Leonis desató su golpe final.
“... ¡Leo-kun...!”
Pilares de llamas y relámpagos crepitantes abrasaban el cielo. El humo
flotaba en el aire, e incluso la visión mejorada de vampiro de Lyseria no
podía distinguir lo que estaba sucediendo.
¿Seguía luchando Leonis en solitario contra aquel gigantesco dragón? Ese
pensamiento llenó de amargura el corazón de Lyseria. Se mordió el labio.
“¡W-Wahhhhhhhhh!” Gritó un niño desde algún lugar.
“... ¡¿?!”
89 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Llenando de mana la sangre que corría por su cuerpo, Lyseria agudizó sus
sentidos. Localizó a un niño en cuclillas cerca de un edificio derrumbado y
se apresuró hacia él.
“¿Estás bien...?” Preguntó Lyseria suavemente, agachándose.
“Sniff... ¿Una... una Espadachina Sagrada...?” El alivio se formó en el rostro
del niño al ver que su salvadora vestía un uniforme de la Academia
Excalibur.
El niño debía de haberse separado de sus padres en el caos. Parecía de la
misma altura que Leonis y probablemente tenía casi su misma edad.
(Es cierto... Un niño normal de diez años se asustaría así).
Interactuar con Leonis durante tanto tiempo había hecho que Lyseria
olvidara ese hecho obvio. Examinó la zona con su vista vampírica, buscando
a otras personas, pero no encontró a ninguna.
Lyseria cogió la mano del asustado chico. “Es peligroso aquí. Te escoltaré
hasta el refugio”.
El chico asintió, pero entonces...
*Creak... Creak, creak... Creak...*
... Se oyó un terrible gemido, como si algo sucumbiera a un peso
insoportable. La ansiedad se agolpó en el estómago de Lyseria, pero se
volvió para mirar.
*¡Craaaaaash!*
Los restos del edificio más cercano cedieron bruscamente, derrumbándose.
“¡Bloody Slash!12”
Lyseria atravesó los escombros con el poder de su Espada Sagrada. Pequeñas
y finas hojas de sangre brotaron de su hoja, triturando todo lo que caía sobre
ella y el chico.
“¿S-Señorita Caballero...?” Preguntó el chico.
“Salgamos de aquí. No te preocupes, te protegeré”. Le aseguró Lyseria con
una sonrisa, y rápidamente escoltó al niño hasta el refugio.
90 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
El Reino de las Sombras... uno de los setenta y siete territorios bajo el control
del Rey No Muerto, Leonis Death Magnus.
Era un mundo sin color, sus cielos y su tierra estaban bañados de un gris
desolador. El estado del reino se debía a una maldición lanzada por su
anterior gobernante, la Reina de las Sombras. Fue derrotada por los esfuerzos
combinados del Príncipe del Reino de las Sombras y el Rey No Muerto, pero
su poder aún perduraba.
Leonis descendió sobre el suelo sombrío.
Un lobo negro se reveló. “Magnus-sama, ¿qué ha pasado? ¿Por qué está aquí
el Rey Demonio Dragón...?” Era Blackas, pero su físico era visiblemente
más pequeño de lo habitual. Todavía se estaba recuperando de sus heridas
durante la batalla con Shardark. “Las sombras que anhelan dormir en paz
están clamando”.
“Mis disculpas, amigo”. Dijo Leonis mientras miraba a su alrededor. “Las
circunstancias me obligaron a atrapar aquí al Rey Demonio Dragón”.
Veira debió golpearse contra Ragva Zol al entrar en el Reino de las Sombras.
El suelo desolado estaba derretido, y pequeños cráteres con forma de mortero
salpicaban la zona. Y en el centro de la destrucción...
... Había una chica pelirroja atada por innumerables cadenas. Con las
ataduras que sellaban al dragón mermando su poder, había vuelto a su forma
humanoide. Leonis se acercó a ella, con el báculo aún en la mano.
“¡L-Leonis-sama, es demasiado peligroso! ¡No debe acercarse tanto!” Gritó
Shirley detrás de él.
“... No te preocupes”. Respondió Leonis, bajando la mano. “Tal y como está
ahora, Veira no podrá liberarse”.
Ante el gesto del Rey No Muerto, el cuerpo de Veira, que estaba suspendido
en el aire, descendió lentamente hasta el suelo. La luz salvaje de sus ojos
dorados estaba ausente, y tenía la mirada perdida.
“¿No me reconoce?”
(Como me temía, está bajo algún tipo de interferencia mental. Esto no se
logró con hechicería. Entonces, ¿es algún otro poder el responsable...?
Debilitada o no, ¿qué podría controlar a un Rey Demonio?)
Nefakess y Zemein carecían de la fuerza necesaria. Ni siquiera la Santa de
los Seis Héroes, Tearis, y el Archi-Sabio Arakael pudieron apoderarse de la
mente de un Rey Demonio.
91 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
(Supongo que tendré que preguntarle a ella qué pasó).
Leonis se acercó a la encadenada Veira, colocando una mano sobre la frente
de la chica. Los hechizos de interferencia mental eran un campo de la
hechicería al que Leonis recurría ocasionalmente, pero no era especialmente
experto en esa práctica. Lo único que podía hacer era aplicar mana
directamente sobre la conciencia de Veira para conmocionarla. Este método
era contundente y debilitaba momentáneamente la psique de la víctima, pero
Veira podía soportarlo.
“Despierta ya, Rey Demonio Dragón”.
El mana recorrió la palma de la mano de Leonis, esparciendo chispas
azuladas en el aire.
“... ¡Aaah, kuh, ahhhhhhhhhhhhh!” El cuerpo de Veira sufrió un espasmo y
soltó un grito. “... Ahhhh, ahhhhhhhhhh... ¿Qu-Qué...?”
“¿Mm?” Leonis la miró inquisitivamente.
La intensidad volvió a los ojos del Rey Demonio Dragón.
“¡¿Qué... me estás haciendooooooo?!”
“... ¡¿?!”
*¡Bwooooooooosh!*
Veira exhaló llamas, pero Leonis las bloqueó por reflejo con una barrera de
mana.
“... Ugh... Hahhh, ahhhh... U-U momento, ¿Leo?” Veira jadeó, luego
parpadeó y ladeó la cabeza, sorprendida.
“Ugh”. Leonis suspiró, quitándose la ceniza del uniforme. “Finalmente, has
vuelto a tus sentidos”.
“¿Huh? Espera... ¡¿Q-Qué es... esto...?!” Veira balanceó sus brazos,
haciendo sonar las cadenas, y fulminó con la mirada a su compañero Rey
Demonio.
“No malgastes tu energía”. Leonis le dijo. “Esas ataduras son uno de los Arc
Seven. No te liberarás tan fácilmente”.
“Kuh...” Exhaló Veira con amargura. “Este es tu Reino de las Sombras,
¿verdad? ¿Qué pretendes hacer conmigo?”
“Cálmate. Soy yo quien hace las preguntas aquí”. Declaró Leonis. “¿Qué te
ha pasado? Creía que buscabas la Azure Hold”.
“... ¿Azure Hold?” Veira se quedó perpleja por un momento, y luego sus ojos
se abrieron de par en par. “He encontrado al Rey Demonio de los Mares”.
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“¡¿Qué?!” Leonis se sorprendió al oír ese nombre. “¿El Rey Demonio de los
Mares? ¿Te refieres a Rivaiz Deep Sea?”
Veira asintió. “Sí, era ella. Sin duda alguna”.
El Rey Demonio de los Mares... uno de los Ocho Reyes Demonio que
gobernaba los siete océanos demoníacos. En términos de destreza en
combate, era quizás el más fuerte de los ocho.
Era tanto un Rey Demonio como una calamidad viviente. Ni siquiera la diosa
Roselia podía controlar al Rey Demonio de los Mares, por lo que se vio
obligada a dejar que Rivaiz actuara a su antojo.
(Así que Rivaiz Deep Sea también ha regresado).
A Leonis le costó aceptarlo, pero como Veira, el Rey Demonio Dragón, otro
de sus compañeros Reyes Demonio que había sobrevivido los últimos mil
años, no podía considerarlo imposible.
“Estaba sentada en mi trono”. Veira apretó los dientes con amargura. “¡Se
paseaba por mi castillo, el palacio donde descansaban mis guerreros dragón,
como si fuera la dueña del lugar!”
Lo que significaba que ambas habían llegado a enfrentarse. Los dragones
eran ferozmente territoriales.
“¿No estaba dispuesta a hablarlo contigo?”
“No tenía sentido siquiera intentarlo”. Espetó Veira. “¿Cuándo ha escuchado
a alguien?”
(No es que sea una persona muy habladora). Pensó Leonis.
“De todas formas, nunca pude entender lo que pensaba”. Añadió Veira.
“Rivaiz siempre ha sido un misterio”. Reflexionó Leonis. Ya había luchado
junto al Rey Demonio de los Mares. Pero incluso entre los Reyes Demonio,
cuyas motivaciones eran a menudo desconcertantes, los objetivos de Rivaiz
eran excepcionalmente esotéricos. Sin embargo, había algo más
desconcertante que el objetivo de Rivaiz y su aparente regreso.
“¿Fue el Rey Demonio de los Mares quien te puso bajo dominación mental?”
“... ¿Dominación mental?” Repitió Veira, confundida.
“¿No te acuerdas? Estabas totalmente fuera de sí”.
“Puedo decir que me alboroté, pero... ¿por qué...?” Se preguntó Veira, con la
expresión contorsionada por la agonía.
(Parece que ha perdido todo recuerdo de cuando fue controlada. O, más
probablemente, lo borraron intencionadamente).
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A Leonis le costaba aceptar que el Rey Demonio de los Mares fuera quien
había subyugado la psique de Veira. Rivaiz estaba entre los más fuertes de
los Reyes Demonio, pero era una inepta en lo que se consideraba hechicería
vinculante.
¿Quizás quien había resucitado al Rey Demonio de los Mares también estaba
en la Azure Hold? Había facciones que pretendían revivir a los Reyes
Demonio derrotados en esta era. El antiguo subordinado de Leonis, Zemein,
había activado el Templo de la Diosa en Necrozoa en un intento de resucitar
al Rey No Muerto.
(Cualquiera que sea el caso, debemos abordar esto con cautela).
El control mental de Veira había parecido incompleto, pero el Rey Demonio
de los Mares podría haber estado completamente bajo la esclavitud de algún
agente aún desconocido.
Alguien capaz de dominar a un Rey Demonio.
(No puede ser...)
Su imagen pasó por la mente de Leonis por un momento, pero sacudió la
cabeza para disipar esa idea y pasó al siguiente tema que tenía entre manos.
“Entonces, ¿por qué has venido a la capital?”
“¿Capi... tal?” Veira lo miró, desconcertada.
“Ésta es la capital humana. Debes de haber venido con algún propósito”.
Veira sacudió la cabeza, con su cabello carmesí meciéndose. “Yo... no lo sé”.
“¿Entonces volaste hasta aquí por casualidad?”
Resultaba difícil de creer. Sí, la capital era una extensa isla artificial, pero el
mar era demasiado vasto como para que Veira la hubiera descubierto por
casualidad.
“Por lo que observé, parecías estar buscando algo”. Comentó Leonis
pensativo.
“¿Buscando? Qué estaría... oh”. El rostro de Veira se iluminó de repente.
“Hmm... Sí, bueno... Err”.
“¿Qué? ¿Recordaste lo que buscabas?”
“¡N-No!” Veira se puso roja por alguna razón y le dio una fuerte patada a
Leonis en la espinilla. “¡Fue casualidad! ¡Volé hacia aquí por casualidad!”.
“¡Ow! Eso dolió, ¡¿por qué hiciste eso?!” Gritó Leonis.
“¡O-Olvídate de eso, desata estas cadenas de una vez!”
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Los grilletes que sellaban al dragón repiquetearon mientras Veira miraba a
Leonis.
“¿Qué piensas hacer?” Leonis sabía la respuesta, pero preguntó de todos
modos.
“¿Qué te parece? Los dragones nunca dejan que perdure el rencor. Voy a
recuperar la Azure Hold”.
Leonis suspiró, exasperado. “¿Tienes algún medio para derrotar a Rivaiz
Deep Sea?”
El Rey Demonio de los Mares era el Rey Demonio más fuerte en términos
de destreza individual en combate. Y luego estaba la cuestión de la otra
persona, la que la controlaba. Incluso para el poderoso y tiránico Rey
Demonio Dragón, atacar sin un plan era imprudente.
“El Rey Demonio Dragón no pierde dos veces”. Gruñó ferozmente Veira.
“Yo, en cambio, soy de los que experimentan muchas derrotas e idean los
planes necesarios”. Dijo Leonis.
Así fue como el Rey No Muerto se hizo poderoso, de una forma diferente a
la del Rey Demonio de los Mares.
Tras una exhalación cansada, Leonis chasqueó los dedos, y las cadenas de
Ragva Zol se tensaron con fuerza sobre el cuerpo de Veira.
“Kuh... ¡¿Q-Qué estás haciendo?!” Masculló el Rey Demonio Dragón.
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“Quédate aquí y cálmate por el momento”. Le ordenó Leonis, y giró sobre
sus talones.
“¡L-Leo, no te atrevas a marcharte...! E-Esto es... ¡humillante! ¡Pagarás por
esto!”
Ignorando los gritos del Rey Demonio Dragón, Leonis abandonó el Reino de
las Sombras.
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LA PETICIÓN DE ELFINE
Cuando Leonis salió del Reino de las Sombras, la tormenta ya había pasado.
Aún sonaban sirenas en Central Garden y la ciudad seguía en modo de
combate.
“Siempre da tantos problemas”. Leonis suspiró mientras se sacudía el polvo
de la chaqueta.
De repente, el terminal de comunicaciones que llevaba en el bolsillo empezó
a pitar.
<<... Leo-kun, Leo-kun, ¿dónde estás? Responde...>>
“Ah, Seria-san... No te preocupes, estoy bien”.
<<Leo-kun...>> Lyseria sonó aliviada al escuchar su respuesta. <<¡Oh,
estaba muy preocupada!>>
“L-Lo siento. Puedes regañarme más tarde”. Leonis lo decía en serio. Su
sirviente sonaba... terriblemente molesta.
(Tendré que complacerla más tarde, ¿no?) El pensamiento le hizo sudar frío.
<<Me alegro de que estés bien. ¿Necesitas que vaya a recogerte?>>
“No hace falta. Volveré por mi cuenta. Nos vemos en el hotel”.
<<¿Puedes volver solo?>>
“No te preocupes. Puedo consultar el mapa en mi terminal”.
<<Hmm...>> Lyseria se quedó pensativa. <<Bien... Pero ten cuidado. No
querrás que un extraño te secuestre en el camino de vuelta>>
“S-Sí, lo haré”. Respondió Leonis con una sonrisa tensa.
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Leonis se movió rápidamente a través de las sombras para regresar al hotel,
sólo para encontrar el vestíbulo del Shangri-la Resort en un alboroto. El
ataque no lo había dañado, pero era comprensible que la gente entrara en
pánico tras ver un Dragón en el cielo.
Las noticias informaban de que un enorme Void había aparecido de la nada
y, tras causar algunos destrozos en Central Garden, se había desvanecido de
nuevo en el vacío. Puesto que Leonis había destruido todos los dispositivos
de vídeo, la emisión se limitó a la voz del locutor.
Leonis pasó el control de identificación del vestíbulo y regresó a la planta
del Decimoctavo Pelotón, como si no hubiera ocurrido nada fuera de lo
normal. Alguien debió de llegar antes que él, porque la puerta de la sala de
reuniones estaba abierta.
“Ah, Leo-kun”. Elfine, que estaba sentada en un sofá, levantó la vista de su
terminal.
“Has vuelto, Elfine-san”.
“Sí. He oído que Central Garden está en muy mal estado. Seria ha llamado
antes y ha dicho que el entrenamiento de hoy se cancela”.
Asintiendo, Leonis respondió: “Sí, tiene sentido”. Se sentó en el sofá frente
al de Elfine.
“¿Quieres un poco de jugo, Leo-kun?” Le ofreció la chica.
“De acuerdo. Gracias”.
“Dame un minuto, entonces”. Elfine abrió la puerta de la nevera. “La Oficina
Administrativa de la Academia Excalibur me envió una solicitud para
investigar los datos del Void gigante, pero no hay registros de nada parecido.
Al parecer, el Void liberó una potente descarga EMP13 que dejó fritos todos
los aparatos mágicos de la zona”.
“Oh... ¿en serio?” Preguntó Leonis, desviando la mirada. “Hmm. ¿Dónde
están Regina-san y Sakuya-san?”
“Regina fue a recoger a Seria. En cuanto a Sakuya, no puedo ponerme en
contacto con ella”.
“Parece imposible contactar con Sakuya-san cuando está fuera”.
“Suele ir y venir como un gato, pero no me preocupa”. Elfine se encogió de
hombros con una sonrisa burlona.
13. Un pulso electromagnético “EMP”, también una perturbación electromagnética transitoria “TED”, es una breve ráfaga de energía
electromagnética. La interferencia electromagnética causada por un EMP interrumpe las comunicaciones y daña los equipos
electrónicos.
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Dicha gata estaba trabajando junto a sus compañeros de la Manada de Lobos
Demoníacos.
“Tal vez intente llamarla”. Comentó Leonis.
Antes de que pudiera hacerlo, Elfine le detuvo, como si hubiera estado
esperando el momento adecuado para mencionar algo. “Leo-kun...”
“... ¿?” Leonis levantó la vista, sus dedos se detuvieron justo encima de la
pantalla de su terminal. “¿Sí?”
“Hmm... Yo, erm, quería pedirte un favor”.
“¿Un favor...?”
Elfine asintió y tomó asiento junto al chico. Unos mechones de su lustroso
cabello negro se deslizaron por encima del hombro de Leonis.
“¿E-Elfine-san?” Leonis sintió que su corazón latía con fuerza.
Elfine se acercó a su oído y le susurró: “Quiero que cueles a mi gato en el
casino del Shangri-la Resort”.
“... ¿Tu gato?” Repitió Leonis en voz baja.
“Así es. Se llama Cait Sith”. Elfine activó su terminal y se lo mostró a Leonis.
Un felino negro apareció en la pantalla, revolcándose.
“¿Es un Elemental Artificial?” Preguntó Leonis.
Asintiendo con la cabeza, Elfine respondió: “Lo hice yo misma. Es un
espíritu que opera en el Astral Garden. Se infiltra en las redes por mí y reúne
información como un gato a la caza de su presa”.
El Astral Garden era una red formada por partículas de mana, que formaban
un espacio virtual que funcionaba como un Assault Garden. A decir verdad,
Leonis sabía muy poco sobre el Astral Garden. Había intentado investigarlo
en el pasado, pero la tecnología mágica que lo componía difería
fundamentalmente de la hechicería utilizada hace mil años.
“Y... ¿por qué quieres colar este gato en el casino...?” Preguntó.
Elfine arrastró su dedo por el monitor, apartando a Cait Sith y cambiando a
un mapa a vista de pájaro del Shangri-la Resort.
“Este casino se utiliza para algo más que apostar. Es un lugar donde los
nobles se reúnen en secreto, y hay pruebas de que también se utiliza para
blanquear fondos ilegales. Puede que allí consiga información relacionada
con el D Project”.
“... Ya veo”.
100 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Incluso en la antigüedad, las salas de juego utilizadas por la nobleza eran, de
hecho, centros clandestinos de reunión social. Cuando Leonis aún era un
aprendiz de caballero humano, su maestro, Shardark, le llevó una vez a un
lugar así para acabar con una siniestra conspiración.
“Pero el casino del Shangri-la Resort está separado del Astral Garden, así
que no será fácil acceder a él desde el exterior”.
“Ya veo. Y por eso necesitas usar al gato”.
“Sí, si Cait Sith puede entrar directamente en los dispositivos mágicos del
casino, seré capaz de conectarme a él a través del Eye of the Witch. Sé que
debería ser yo quien lo hiciera, pero...”
“Si vas allí, la Compañía Phillet podría sospechar”. Leonis terminó, y Elfine
asintió.
“¿Puedo pedirte que hagas esto por mí, Leo-kun?” Suplicó Elfine, con
expresión seria y sincera.
“... De acuerdo. No puedo rechazar una petición tuya, Elfine-san”.
Leonis estaba en deuda con ella. Elfine había visto imágenes de Leonis
usando fragmentos de su poder de Rey Demonio, pero miró hacia otro lado
y nunca reveló la información a la Academia Excalibur.
(Además, obtener información sobre las Espadas Demoníacas es algo que
también me interesa).
“Gracias, Leo-kun”. Dijo Elfine, inclinándose en señal de gratitud.
“Oh, no, ni lo menciones”. Leonis sacudió ligeramente la cabeza. “Entonces,
¿qué se supone que debo hacer exactamente?”
“Ahora te entrego el gato”. Elfine se puso a operar su terminal. Un momento
después, Cait Sith desapareció, apareciendo en su lugar en el terminal de
Leonis.
“Sólo tienes que activar tu terminal cerca de un dispositivo mágico en el
casino. Me tomará unos diez minutos acceder. Confiscan los terminales en
la entrada del casino, así que asegúrate de esconder bien el tuyo”.
“Entendido. Por cierto...” Leonis había dado con un inconveniente en este
plan. “¿Se les permite a los niños entrar en el casino?”
“Si tienen una tarjeta de identificación de la Academia Excalibur, deberían
poder entrar sin problemas”.
“Ya veo. Ahora que lo pienso, Sakuya-san participa en juegos de azar”.
“Esas eran apuestas ilegales entre estudiantes”. Le corrigió Elfine.
101 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“... Y-Ya veo”. Leonis tuvo la sensación de que debía dejar este asunto en
paz.
102 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Abrazando la caja de rosquillas, Shirley desapareció alegremente entre las
sombras.
“Phew...”
Leonis se quitó los zapatos y se tumbó en la cama. Había considerado confiar
a Cait Sith a Shirley, pero Leonis estaba interesado en los casinos de esta
época y decidió verlo por sí mismo. El establecimiento no abría hasta
después de la puesta de sol, así que tenía algo de tiempo.
Mientras miraba al techo, sus pensamientos vagaron hacia lo que Veira le
había contado. El Rey Demonio de los Mares.
(Ella nunca había sido de las que iniciaban peleas con los demás de forma
imprudente).
Rivaiz rara vez dejaba traslucir sus sentimientos, y siempre era imposible
discernir sus pensamientos. En cuanto a los Reyes Demonio, no era del tipo
sanguinario que incitaba a las batallas con sus pares. Esa era más bien la
tendencia del Rey Demonio Dragón, el Rey Demonio de las Bestias y el Rey
Demonio de la Ira.
(Supongo que el hecho de que sus dominios nunca lindaran con los
territorios de otros Reyes Demonio fue un factor...)
Sus relaciones con Leonis habían sido cordiales en el pasado, e incluso
fueron aliados durante un tiempo.
(Lo que me molesta es esa persona que intentó dominar a Veira).
Aunque ya no estaba en su máximo esplendor, todavía había pocos que
pudieran llevarla a un frenesí así. Nefakess Reizaad, el Oficial del Ejército
de los Reyes Demonio que parecía estar involucrado en las conspiraciones
que se llevaban a cabo entre bastidores en esta época, le vino a la mente como
posible culpable. Cuando Leonis se había enfrentado a él en el arruinado
Tercer Assault Garden, Nefakess había cantado hechizos de Tercer-Orden.
(Ese miserable sacerdote no debería tener tanto poder).
La única entidad que podía controlar indiscutiblemente a los Reyes Demonio
era...
(... Roselia).
Si su cuerpo reencarnado ya había despertado en algún lugar...
(No. No podría ser ella). Leonis sacudió la cabeza, negando la idea. Roselia
no intentaría hacerse con el control de Veira por la fuerza. (En cualquier
caso, tendré que ir a averiguarlo).
103 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
El lugar de descanso de la Azure Hold estaba bastante lejos del Primer
Assault Garden. Incluso si Leonis montara su Dragón Calavera, requeriría
más de diez días.
“... Y si hago eso, no llegaré a tiempo para el Festival de la Danza de la
Espada Sagrada”.
“¿El festival de qué?”
“El Festival de la Danza de la Espada Sagrada. Con la velocidad de vuelo
del Dragón Calavera, me llevaría al menos... ¿Mm?” Leonis hizo una pausa
y se dio la vuelta. “¡¿Qué?!”
Cabello carmesí llenaba su campo de visión, así como unos ojos dorados que
brillaban con una mirada brutal. De pie en su cama de manera imponente
estaba Veira, el Rey Demonio Dragón.
“¡¿Veira?! ¡¿Cuánto tiempo llevas aquí?!” Exclamó Leonis, arrastrándose
apresuradamente hasta que su espalda chocó con la pared. “¡No puede ser!
¡¿Cómo rompiste las ataduras de Ragva Zol?!”
“¡Hah! ¡Rompí esas cadenas con mis colmillos de dragón!” Veira se rió
ferozmente, con los dientes relucientes. “Eres demasiado débil para
mantener cautiva a alguien como yo”.
“... ¡¿Qué hay de Blackas?!” Preguntó Leonis, alarmado.
“¿El perro? Lo até con tus cadenas y lo dejé en el suelo”.
“¡¿Qué...?!”
Leonis envió a Blackas un mensaje telepático, pero...
(Guh... Perdóneme, Magnus-sama...) Blackas gimoteó en su cabeza.
“¡Cómo te atreves a hacerle eso a mi amigo jurado!” Leonis fulminó a Veira
con la mirada. “¡Te haré saber que Blackas es el príncipe legítimo del Reino
de las Sombras!”
“¿A quién le importa? Yo soy el Rey Demonio Dragón”. Respondió Veira
con arrogancia. Su atención se desvió hacia la ventana. “Así que ésta es la
mayor capital de la humanidad”.
“Sí, es la última fortaleza de la humanidad contra el Vacío”. Leonis
respondió mientras se levantaba.
“Una sección de allí parece incompleta”. Observó Veira.
“Eso es porque la destruiste durante tu asalto”. Leonis señaló secamente.
Desviando la mirada con torpeza, Veira respondió: “B-Bueno... Lo lamento”.
104 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¿Oh?” Respondió Leonis con sarcasmo. “¿Así que los dragones tienen
palabras de reflexión en su vocabulario? Me sorprende”.
“¿Estás tratando de buscar pelea conmigo?” El cabello carmesí de Veira se
agitó como el fuego.
“Hmph. Parece que al menos has vuelto a ser tú misma, pero aún no te has
recuperado del todo”. Un mana oscuro envolvió a Leonis mientras invocaba
el Báculo de los Pecados Sellados. “¡Quizás debería atraparte en el Reino de
las Sombras una vez más, como venganza por lo que le hiciste a Blackas!”
Justo cuando parecía que una batalla entre dos antiguos Reyes Demonio iba
a estallar en una habitación de hotel...
“Leo-kun, ¿estás ahí?” La puerta de la habitación se abrió de repente. “...
¿Huh?”
... Lyseria entró y vio al Rey No Muerto y al Rey Demonio Dragón de pie
sobre la cama. Ella parpadeó un par de veces, congelada en su lugar con la
mano en el pomo de la puerta.
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¿es cierto lo que dice? ¿Es esta chica, hmm... tu sirviente...?” Preguntó,
mirándole directamente a los ojos.
“Eso es, bueno...” Leonis dudó un momento, con la boca abierta, antes de
asentir. “Es verdad”.
“... ¡!”
“Leo me invocó para protegerlo”. Añadió Veira, hinchando el pecho con
orgullo.
“¿Protegerlo...?” Las lágrimas brotaron de los ojos azul hielo de Lyseria.
“Ah, erm... ¡¿Seria-san?!” Leonis estaba confundido por la inusual visión de
las lágrimas de su verdadera sirviente.
“L-La convocaste... porque... no soy lo suficientemente buena para
mantenerte a salvo...”
“¡N-No, no es por eso!” Leonis negó apresuradamente.
“E-Es... cierto... Antes no pude hacer nada, cuando el Dragón arrasaba la
ciudad...”
“Seria-san, eso es...”
Durante el ataque de Veira, Leonis había dejado atrás a Lyseria. Sin
embargo, no lo había hecho creyendo que ella le perjudicaría. Fue una
elección para mantenerla a salvo. Evidentemente, esa decisión había herido
los sentimientos de la chica.
Veira observó el intercambio. “Hmm... Eres terriblemente sobreprotectora”.
Murmuró, como si le hubieran quitado toda la diversión al juego.
“¿Mm?”
Antes de que Leonis pudiera presionarla para que se aclarara, el terminal que
había colocado sobre la cama empezó a pitar de repente.
<<... eo-kun, Leo-kun>> La voz de Elfine salía del dispositivo.
“¿Elfine-san?”
<<Leo-kun, el casino está a punto de abrir>>
Leonis cogió el terminal. “Entendido”.
“¿Qué es eso de un casino, Leo-kun?” Preguntó Lyseria.
“Ah. Bueno, Elfine-san me pidió un favor”.
“¿Un favor?”
107 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Sí”. Respondió él. “Quiere infiltrarse en este lugar de apuestas por una
supuesta conexión con el D Project”.
Lyseria, tan inteligente como era, comprendió rápidamente la situación.
“Voy contigo”. Declaró.
“Pero...”
“Si fueras solo, la gente podría sospechar si no tienes a un adulto vigilándote,
¿no?”
“... Supongo que es verdad”.
Sería más convincente que un niño de diez años explorando un casino solo.
(Y esto promete ser menos peligroso que el ataque del Rey Demonio
Dragón).
Incluso si algo pasara, él estaría allí para protegerla.
“Está bien. Vayamos juntos”.
“¡De acuerdo!” Respondió Lyseria alegremente.
“Oh, suena divertido. Yo también iré”. Añadió Veira con entusiasmo.
“No hace falta. Todo se convierte en un gran lío cada vez que te involucras”.
Afirmó Leonis con frialdad.
“¿Qué...? ¡¿Por quién me tomas?!”
“¿Qué tal si reflexionas sobre tus actos antes de preguntarme eso? ¿Qué hay
de tu revancha con el Rey Demonio de los Mares?”
“B-Bueno, todavía me duele el cuerpo por lo que pasó la primera vez”. Veira
no podía mirar a los ojos a su compañero Rey Demonio.
“U-Ustedes dos parecen muy cercanos...” Refunfuñó Lyseria, malhumorada.
Amargamente, Leonis pensó: (Esto va a ser problemático).
Rechazar a Veira no la detendría. Ella seguiría a Leonis de todos modos. Y
si la dejaba desatendida, podría volver y encontrar el hotel en ruinas.
(Mantenerla cerca para asegurar que no se descontrole podría ser la mejor
opción). Leonis suspiró. Mejor opción o no, no era una opción preferible.
“Escúchame. No hagas nada demasiado llamativo, y no destruyas cualquier
cosa. ¿Está claro?”
“Lo intentaré”.
108 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Bajo las olas descansaba una enorme colonia del Vacío conocida como
Territorio del Vacío. Ningún barco o Assault Garden se atrevía a cruzar esas
regiones del océano, sino que optaba por tomar desvíos.
La razón de los constantes ataques del Vacío aún no estaba clara, pero se
creía que las Estampidas causadas por los Void Lord comenzaban en los
territorios del Vacío.
Una colonia de incontables monstruos de la nada, surgidos de grietas en el
espacio. La mayoría de la gente no podía imaginar nada peor, pero aquella
enorme colección de Void... estaba siendo engullida por el propio mar.
Gigantescos tentáculos salieron disparados hacia delante, consumiendo a las
deformes criaturas. Los Void que apenas se distinguían de la vida marina
eran desgarrados sin esfuerzo.
Era como si el océano arremetiera contra los Void por mancillarlo con su
presencia.
En el centro de este embate había una figura solitaria... Rivaiz Deep Sea, el
Rey Demonio de los Mares.
La chica de cabello amatista contempló la atroz carnicería sin apenas mover
una ceja. Sus ojos miraban al frente, firmes y fríos.
“Parece que el dominio mental del Rey Demonio Dragón se ha deshecho”.
Sonó la voz de un hombre.
“¿No vamos a ir tras ella?”
“No. Sé dónde está el Rey Demonio Dragón. Se ha refugiado en la última
fortaleza de la humanidad, la Capital Imperial”.
“¿Por qué fue allí?”
“Eso aún no está claro. Las acciones del Rey Demonio Dragón son
inexplicables”.
“... Ya veo”. Rivaiz asintió levemente. “Entonces continuaré como hasta
ahora...”
109 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
El Rey Demonio de los Mares extendió una mano hacia delante, arrastrando
a los Void y a todo el Territorio del Vacío hacia un enorme remolino.
110 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
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MISIÓN CASINO
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luces le resultaban cegadoras. Las silenciosas profundidades del Gran
Mausoleo de Necrozoa le parecían mucho más tranquilizadoras.
(Pero supongo que a los Dragones les atraen las cosas brillantes).
Muchos de ellos guardaban tesoros en sus mazmorras, aunque nunca les
daban uso.
“Dime, Leo-kun...” Lyseria intervino.
“¿Sí?”
“¿Qué vamos a hacer con su identificación?”
“¿Identificación?” Veira se dio la vuelta, mirando a ambos con curiosidad.
“El guardia de la puerta no puede dejarte entrar sin identificación”.
“Ah, eso. Bueno, ya se solucionará”. Dijo Leonis con desdén.
“¿Se solucionará...?” Repitió Lyseria, perpleja.
“Leo, no me digas que nunca has enseñado a tu sirviente a encantar a otros
usando hechicería”. Dijo Veira, frunciendo el ceño.
“Er, bueno... No”. Respondió Leonis con torpeza. “La hechicería de
encantación es bastante avanzada; es demasiado pronto para ella”.
En parte era mentira. Encantar era magia de alto nivel, seguro, pero dada su
utilidad y compatibilidad con una Reina Vampiro, había precedencia para
que Lyseria la aprendiera enseguida a pesar de la dificultad.
Entonces, ¿por qué Leonis se había abstenido de enseñarla? Se debía a una
extraña y turbia sensación que Leonis no acababa de comprender. Por alguna
razón, la idea de que Lyseria encantara a otros no le gustaba.
(Supongo que no es más que egoísmo por mi parte). Reflexionó.
“Hmph. Muy bien. Tendré que enseñarle a este sirviente inexperto cómo se
hace”. Veira le dedicó a la otra chica una sonrisa orgullosa.
“¿Cómo se hace qué?”
“Mira y verás”.
113 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
El trío estaba ante el Casino Phillet Vomacht. Las cegadoras luces de mana
quemaron los ojos de Leonis.
“Shallow Grave, comenzando la misión”. Susurró Leonis en su terminal de
comunicaciones.
Shallow Grave14 era el nombre en clave del Rey No Muerto cuando se
infiltraba en territorio enemigo. Por cierto, el nombre en clave de Blackas
era Creeping Shadow15.
<<¿Shallow Grave...? Uh, sí, ten cuidado>> La voz de Elfine respondió a
través del terminal, sonando un poco confundida.
“L-Leo-kun... E-Esta es la primera vez que entro en un lugar como este...”
Dijo Lyseria, que parecía muy nerviosa y tensa.
“Estaremos bien”. Le aseguró Leonis, apretándole la mano.
Atravesaron el vestíbulo y mostraron sus identificaciones de estudiantes de
la Academia Excalibur en la puerta de entrada. Un empleado con traje de
etiqueta escaneó sus credenciales con un dispositivo mágico.
“¿Sr. Leonis Magnus? Todo parece estar en orden”. El empleado inclinó la
cabeza respetuosamente. “Debe dejar todos los terminales de información
aquí, en la entrada”.
“Sí, aquí tiene”. Dijo Leonis, entregándole el terminal falso que Elfine le
había preparado con antelación.
Leonis había guardado el terminal que contenía a Cait Sith en el Reino de las
Sombras.
“La siguiente será usted, señorita...”
“¡D-De acuerdo!” Contestó Lyseria, entregándole su terminal.
“Hmm, la joven de allí...” El miembro del personal se giró para comprobar
la identificación de Veira.
Sin embargo...
“Déjeme pasar. Su señora ordena que la dejen pasar”.
*Shiiiiiiine...*
... Los ojos dorados de Veira brillaron con una ardiente luz rubí.
“Ah... C-Como desee... Adelante...” El miembro del personal balbuceó
vacuamente.
Lyseria se quedó boquiabierta. “¡¿Huh?!”
14. Tumba superficial. / 15. Sombra sigilosa.
114 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“No le des tanta importancia. Una Reina Vampiro debería poder hacerlo sin
problemas”. Le dijo Veira con suficiencia.
“Te dije que no hicieras nada llamativo”. Le reprendió Leonis, suspirando.
Después de entrar, los tres tomaron un ascensor hasta el tercer piso y salieron
a un vestíbulo ruidoso y abarrotado. Un elegante candelabro colgaba del
techo, y numerosos nobles participaban en apuestas y juegos de azar.
Mujeres hermosas vestidas con trajes de conejita caminaban entre las mesas,
llevando bandejas de bebidas.
“¡Ah! ¡Eeek!” Lyseria se cubrió el rostro con las manos al ver a las conejitas.
“¡Este sí que es un sitio para adultos!”
“Creo que la forma en que te vestías durante el Festival de la Luz Sagrada
era mucho más provocativa, Seria-san”. Le susurró Leonis con picardía.
“¡L-Leo-kun, tonto!” Una avergonzada Lyseria le dio una lluvia de golpes
en el hombro.
Era la venganza por haberle obligado a vestirse de chica.
El trío se dirigió a un mostrador de servicio y, después de que Lyseria y
Leonis mostraran sus identificaciones, cambiaron algunos de sus créditos por
monedas del casino. Leonis ofreció la mitad de su moneda de juego a Veira.
“Toma esto y vete a jugar. Pero recuerda, nada de alborotos aquí”. Le
advirtió.
“Con una moneda bastará”. Veira lanzó la moneda al aire y la cogió. Tras
dar una vuelta sobre sus talones, desapareció entre la multitud, despidiéndose
con la mano.
“...” Lyseria observó al Rey Demonio Dragón marcharse, con cierto aire de
ansiedad.
“Muy bien, tengo que ocuparme de la misión. ¿Qué vas a hacer, Seria-san?”
“Hmm, bueno...” Lyseria se llevó un dedo a los labios.
Pareció dudar por un momento. Al final, tomó una decisión, asintiendo para
sí misma.
“Leo-kun...” Se inclinó para mirar a Leo a la altura de los ojos.
Él esperaba que le preguntara si Veira era realmente su sirviente.
(¿Qué le digo?) Una parte de él quería aclarar el malentendido, pero no podía
revelar que Veira era uno de los Reyes Demonio. Exponerla revelaría
también su identidad.
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“Leo-kun, sé que tienes muchos secretos, y está bien. Si alguna vez quieres
hablar de ello, te escucharé. Así que...” Su voz bajó a un susurro. “Quiero
que confíes más en mí”. Los claros ojos azul hielo de Lyseria vacilaron,
decididos y un poco tristes.
(¿Confiar en ella?)
Esto era algo con lo que su sirviente probablemente había estado lidiando
durante un tiempo. Leonis recordó cómo Veira le había llamado
sobreprotectora. Tal vez la sobreprotección era sólo la otra cara de la falta de
confianza.
“... Entendido. Intentaré depender más de ti, Seria-san”. Respondió Leonis.
La chica sonrió y asintió. Se enderezó con renovado vigor, con su cabello
plateado ondeando.
“¿Adónde vas, Seria-san?”
“A un duelo”. Declaró con una sonrisa.
“¿Huh?”
Sin ofrecer más, Lyseria se alejó entre la multitud.
“¡S-Seria-san, espera!”
Leonis estuvo a punto de salir tras ella, pero se detuvo en el último momento.
(Tengo que confiar en ella). Se recordó a sí mismo. (Por ahora, debo
concentrarme en la misión de Elfine-san).
Leonis caminó entre las mesas. Todo lo que necesitaba hacer era activar el
terminal cerca de uno de los aparatos mágicos del casino, y Cait Sith se
colaría automáticamente en la red. Por desgracia, no había ninguno de esos
aparatos mágicos a la vista.
(Así que estos son los aparatos conocidos como máquinas tragamonedas...)
Se abrió paso entre la multitud, mirando a su alrededor, cuando...
“Hola, pequeño. ¿Quieres un poco de jugo?”
... Una hermosa mujer vestida de conejita se acercó con una bandeja de
bebidas.
“No, gracias”. Leonis declinó cortésmente.
“Oh, ese uniforme. ¿Eres de la Academia Excalibur?”
La voz de Leonis se redujo a un murmullo. “Er, sí...”
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“¡Ya veo! Bueno, ¡pásalo bien!” La mujer se marchó a hablar con otro
cliente.
(Tonta. ¿Cómo se atreve a acercarse tan despreocupadamente a un Rey
Demonio como yo?)
Un momento después, otra voz le llamó.
“Um...”
“¡No quiero ningún jugo!” Leonis espetó enfadado mientras se giraba para
enfrentarse a esta última irritación.
“D-D-Discúlpeme, Leonis-sa.... Quiero decir, ¡señor!”
“¿Qu... ¡¿Shirley?!”
Allí de pie, sosteniendo una bandeja de aperitivos, estaba nada menos que
Shirley. Sin embargo, su habitual uniforme de sirvienta no se veía por
ninguna parte. Llevaba una cinta en el cabello con orejas de conejo, una cola
esponjosa y vestía un traje de conejita con medias de rejilla. En combinación
con sus ojos color crepúsculo, parecía una conejita de verdad.
“Sh-Shirley, ¿qué es este... atuendo?” Preguntó Leonis, atónito.
“¡U-Usted me ordenó infiltrarme en este lugar, así que me vestí
apropiadamente!” Explicó Shirley avergonzada y haciendo pucheros.
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“C-Cierto, te dije que lo hicieras. Supongo que tu atuendo habitual destacaría
demasiado”.
Leonis se aclaró la garganta y cogió uno de los sándwiches que había en la
bandeja. Acompañó a su sirvienta asesina a un rincón de la sala mientras
comía.
“¿Has conseguido alguna información?” Susurró Leonis.
“Sí. Hay una habitación secreta a la que sólo pueden entrar los nobles
elegidos”.
“Hmm. Ya veo. Esto es más que sólo un casino”.
“Eso parece... Omnom”. Contestó Shirley, tomándose un momento para
comer un sándwich.
Leonis enarcó una ceja inquisitiva. “Shirley, ¿estás segura de que puedes
comer eso?”
“Mmm... ¿Hay algún problema?” Respondió ella con indiferencia.
“Bueno, a mí no me importa. ¿Qué pisos tienen aparatos mágicos activos?”
“Esos serían el cuarto, el quinto y el séptimo. Cada uno ofrece diferentes
formas de juego, pero todos están gestionados por el mismo Elemental
Artificial”.
“Excelente. Me dirigiré a los pisos superiores, entonces. Continúa tu
reconocimiento”.
“¡Entendido!”
A la orden de Leonis, Shirley le dejó y volvió a sus tareas.
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(¿Es por aquí?)
Al bajar del ascensor en el séptimo piso, Lyseria buscó a Veira. A diferencia
de la glamurosa decoración del tercer nivel, el séptimo parecía más bien un
bar elegante. La iluminación era tenue, pero eso no le importaba a una Reina
Vampiro.
Lyseria se puso de puntillas, escudriñando la zona. Supuso que la belleza de
Veira y su cabello carmesí llameante llamarían mucho la atención. Y en
efecto, había una multitud reunida en torno a una de las mesas del fondo, con
Veira como centro.
Estaba jugando a la ruleta y bebiendo un trago. Ante ella había tres montones
de monedas sobre la mesa. El crupier16 no parecía muy contento.
(Aunque sólo cogió una moneda).
Lyseria respiró hondo y, armándose de valor, se acercó a la mesa. Por una
desafortunada coincidencia, Veira miró a la otra chica justo cuando se
acercaba.
“Ah”. El agudo brillo de la mirada de Veira hizo que Lyseria se pusiera rígida
en su sitio. Pero no podía vacilar. No después de haberse armado de valor.
Para sorpresa de Lyseria, Veira sonrió al verla y le hizo una seña con la mano.
Apretando los puños, la joven de cabellos plateados se acercó. Cuando llegó
a la mesa, Veira le indicó que tomara asiento junto a ella.
“Aquí, chica sirviente”.
“Es Lyseria”. Los ojos azul hielo se clavaron sin inmutarse en los dorados
de Veira. “Lyseria Ray Christaria. La tutora de Leo-kun”.
“Cierto. Seria, ¿verdad?” Veira usaba el mismo apodo que Leonis. “Soy
Veira. Eso sí, ya poca gente recuerda mi nombre”.
“...”
Mientras Lyseria se acomodaba en su silla, Veira llamó a un mesero.
“Tráele a esta chica un cóctel Bloody Rose17”.
“¡N-No!” Lyseria negó con la cabeza. “¡S-Sólo tengo quince años...!”
Los no muertos no podían intoxicarse, pero había normas de la academia a
considerar.
16. Es la persona designada en una mesa de juego para ayudar en la conducción del mismo, por ejemplo, tirar la bola en la ruleta,
servir cartas en el blackjack, alcanzar los dados para dárselos a los clientes, además del cobro y pago de apuestas y, en general,
ayudar a los clientes en su juego alrededor de la mesa. / 17. El cóctel Rose es un cóctel suave y delicado a la vista y al paladar. Vermut
seco, Kirsch y licor de cereza son la base de esta bebida considerada un clásico contemporáneo. Sencilla y perfecta para eventos.
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“¿Ah, sí?” Comentó Veira. “Para pretender ser su tutora, sigues siendo una
niña”.
“... No pareces mucho mayor que yo”. Dijo Lyseria indignada.
Ambas debían de tener una edad parecida. Veira no podía tener más de uno
o dos años más.
“No hay que juzgar un libro por su portada”. Afirmó Veira con una sonrisa
seductora mientras sorbía de un vaso con licor. “Tráele un jugo de tomate”.
Una vez hecho el pedido, dirigió toda su atención a Lyseria, con sus brillantes
ojos dorados. “¿Así que querías algo?”
“Sí”. Lyseria le devolvió la mirada con firmeza, aunque con una pizca de
nerviosismo. “Quiero retarte a un duelo”.
“¿Un duelo?” Veira se lamió los labios, mostrando interés en su expresión.
“Sí, eso mismo. Tenemos una cuenta pendiente”.
“¿Tenemos?” Preguntó Veira extrañada. “Oh... Sí, ahora lo recuerdo”.
La luz tenue no podía ocultar que las mejillas de Veira se sonrojaban
ligeramente. Durante su enfrentamiento de disparos en el agua, un disparo
de Regina había desprendido la parte superior del traje de baño de Veira.
Inmediatamente después, un usuario de Espada Demoníaca se interpuso en
su batalla, y el resultado quedó sin decidir.
“Bien, entonces. Aceptaré tu desafío”. Veira asintió magnánimamente. “Pero
no es divertido sin arriesgar algo, ¿verdad?”
Los ojos de Lyseria se abrieron ligeramente. “Er, ¿en serio?”
“Hey, ya sé”. Veira se llevó un dedo a su barbilla bien formada. “Si gano,
me quedo con Leo. ¿Qué te parece?”
“¡¿Qué?!” Las cejas de Lyseria se alzaron. “¡N-No podemos! ¡Leo-kun no
es un objeto! ¡No podemos apostar por él!”
“¿No podemos?”
“¡Por supuesto que no!”
“Hmm... Entonces, ¿qué tal si jugamos por el puesto de su sirviente número
uno?”
“¿Q-Qué significa eso...?”
“Es exactamente como suena. La que gane podrá llamarse a sí misma su
principal sirviente”.
“P-Pero eso es...”
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“Incluso añadiré algo extra”. Añadió Veira, levantando un dedo índice. “Si
me ganas, te diré cualquier cosa que quieras saber sobre Leo”.
“... ¡!” Lyseria jadeó y se llevó una mano al pecho. “¿Sabes... secretos sobre
Leo-kun...?” Preguntó.
“Por supuesto que los sé”. Afirmó Veira con confianza. “Le conozco desde
hace mucho más tiempo que tú”.
“...”
“Entonces, ¿qué será? Me da igual”
“Me parece bien”. Decidió Lyseria. “Acepto tus condiciones. Hagámoslo”.
“Jugaremos este juego para decidir nuestro duelo. ¿Conoces las reglas?”
“Sí”.
Veira golpeó la mesa con la punta de los dedos. La ruleta era un juego básico
de los casinos. La rueda tenía ranuras rojas y blancas, cada una con su propio
número. Un crupier hacía girar la rueda y lanzaba una bola. Los clientes
apostaban monedas sobre la posición en la que caería la pequeña esfera.
“¿Y tú?” Preguntó Lyseria.
“El crupier me enseñó antes”. Explicó Veira, jugueteando con una moneda
del casino en una mano. “Vamos a apostar en la próxima partida, ¿de
acuerdo?”
“De acuerdo”. Lyseria asintió y miró la mesa.
El crupier lanzó la bola con movimientos practicados, y ésta giró alrededor
de las numerosas ranuras rojas y blancas.
(Tengo que ganar esto). Lyseria apretó los puños.
Era una cuestión de sentimientos.
(Veira no es mi verdadero oponente aquí).
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Lyseria se enfrentaba a algo mucho más vago... su timidez, sus sentimientos
de inferioridad. Esta batalla se trataba de llegar a un acuerdo con esas
emociones.
(No, no es eso. Si sigo evadiendo lo que siento de verdad, dará igual que
gane o pierda). Ella se dio cuenta. (Estoy... celosa de ella).
La rueda del destino seguía girando. Lyseria siguió la bola con atención.
Después de respirar hondo, dijo “Blanco”, y colocó tres monedas.
“Me quedo con el rojo, entonces”. Respondió Veira.
El crupier miró a la chica de cabello carmesí con auténtico asombro. Lyseria
miró con la misma sorpresa, y por una buena razón. Veira estaba apostando
todas sus monedas.
“¡E-Espera! ¡Pensaba que la gente apostaba en varias rondas en este tipo de
juegos!”
“¿En serio? ¿Ese es el tipo de partida que quieres?”
“...” Lyseria se quedó en silencio, pero sabía que Veira tenía razón. Ganar
después de múltiples rondas se sentiría como algo sin sentido. “Bien.
Apuesto todo lo que tengo al blanco, entonces”. Ella declaró, empujando
todo su dinero de juego hacia adelante. Nunca había tenido la intención de
confiar este enfrentamiento al azar.
(¡Si no apuesto todo lo que tengo, no tendré ninguna oportunidad!)
Bajo las tenues luces, el cabello plateado de Lyseria brillaba tenuemente,
ondeando al llenarse de mana. Sus ojos azul hielo adquirieron un tono
carmesí. Bajo su mirada, la bola empezó a acelerarse.
“¡¿Qué...?!” El crupier alzó la voz conmocionado.
“No esperaba menos”. Comentó Veira, con sus ojos dorados brillando como
llamas.
Esta vez, la velocidad de la bola disminuyó de repente.
“... ¡!”
*¡Bzzzzzzzzzzzzt...!*
El maná de Lyseria chocó con el de Veira, y la bola de la ruleta se detuvo en
seco donde sus poderes se encontraron.
“... Kuh... ¡Ugh!”
Lyseria apretó los dientes, bombeando más mana en la pequeña esfera. Veira,
sin embargo, mantuvo la calma. Casualmente trazó un dedo sobre el borde
de su vaso. “Oye, ¿por qué Leo no intenta dominarte?” Preguntó.
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“¿Qué?”
“¿No te parece extraño? Un sello de pacto hace que sea fácil controlar a un
sirviente”.
“Bueno...” Lyseria se preguntó por qué Veira abordaría un tema así ahora.
“¿No sería más fácil para él simplemente hacerte completamente obediente
a él y usarte como un peón desechable?”
“L-Leo-kun nunca... haría algo así...”
Él nunca la trató como prescindible, y a menudo se lanzaba al peligro para
salvarla.
“Ya veo. Entonces supongo que Leo espera que desempeñes otro tipo de
papel”.
“¿Otro... papel?”
La bola giró sobre sí misma, envuelta en mana y esparciendo chispas en el
aire. Lyseria tuvo que concentrarse, incluso cuando hablaba, para evitar que
la bola cayera en una ranura roja.
“Los sirvientes deben defender a su maestro, pero tú no tienes ese poder”.
“... ¡¿?!”
Lyseria vaciló, y la bola fue empujada lentamente hacia atrás.
“Eso... ¡Eso no es...!”
“Sin embargo, hay sirvientes con otro propósito”. El tono de Veira era suave
y amable, como si estuviera guiando a su oponente. “A algunos se les permite
hablar libremente con su Maestro. Tienen el deber de corregir a sus Maestros
cuando se desvían del camino correcto, arriesgando sus vidas si es necesario.
Tales sirvientes son más que simples subordinados que obedecen órdenes
ciegamente”.
“... ¡!”
Lyseria sintió que el mana que empujaba contra el suyo se desvanecía de
repente. La bola saltó por los aires... y cayó en una zona blanca.
“Parece que he perdido”. Veira se encogió de hombros y empujó su montaña
de monedas hacia el crupier. “Bueno, lo prometí. Te diré cualquier cosa
sobre Leo”.
“...” Lyseria hizo una pausa para pensar antes de elegir finalmente su
pregunta. “¿Puedes decirme una cosa que le guste comer a Leo-kun?”
124 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“... ¿Estás segura de que eso es lo que quieres saber?” Preguntó Veira con el
ceño fruncido.
“Sí. ¿Puedes responder?”
“... ¿P-Por qué iba yo a saber eso?”
“Muy bien. Déjame que te lo diga, entonces”. Dijo Lyseria con una pequeña
sonrisa. “A Leo-kun le gusta la carne molida y la pasta”. Con eso, Lyseria se
levantó de la mesa.
“¿Y tus monedas?” Preguntó Veira.
“Puedes quedártelas”. Respondió Lyseria, marchándose victoriosa. A fin de
cuentas, no le importaba quién de las dos era la sirviente número uno de
Leonis.
(Supongo que he perdido). Lyseria se encogió de hombros. Fue un fracaso.
Sin embargo, al mismo tiempo, su corazón se sintió más ligero. Quería
hacerle una pregunta más seria a Veira, pero prefirió esperar a que Leonis se
lo dijera él mismo.
125 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“¡Ah, Leo-kun!” Lyseria, que al parecer había estado buscándolo, se
apresuró a acercarse. “Ahí estás. No te encontraba por ninguna parte. Estuve
a punto de pedirle a un empleado que hiciera un anuncio”.
“P-Por favor, no. Es vergonzoso”.
Lyseria se inclinó hacia delante y le susurró: “Entonces, ¿hiciste lo que te
pidió Fine-senpai?”
“Sí, ya está hecho”. Leonis respondió en voz baja.
“Bien. Salgamos de aquí, entonces”.
“Sí”.
A decir verdad, Leonis había esperado aumentar su patrimonio con unas
cuantas partidas, pero Lyseria no parecía interesada en quedarse más tiempo
del necesario.
“Por cierto... ¿dónde está Veira?”
“Hmm, probablemente siga bebiendo”.
“Oh. Dejémosla, entonces”. Leonis empezó a alejarse, pero Lyseria le agarró
del brazo con firmeza.
“Seria-san, por favor. No soy un niño”. Leonis insistió, echando la cabeza
hacia atrás para mirarla.
“... No”.
Lyseria se aferró a él, negándose a soltarlo.
127 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Tras una sustanciosa comida, Leonis se dirigió al baño. Al igual que el resto
de la decimotercera planta, estaba reservado al Decimoctavo Pelotón. Al
principio, Leonis se burló del pretencioso nombre del baño: Starry Sky
Palace18. Sin embargo, fiel a su nombre, el lavabo estaba situado en un
balcón que permitía a los clientes contemplar el mar y el cielo. El baño en sí
no tenía barandilla, lo que creaba la ilusión de que no había frontera entre él
y el océano.
“Qué vista”. Leonis suspiró mientras se acomodaba en el agua humeante.
“No tiene nada que envidiar a los Jardines Colgantes del Reino de Rognas”.
Habían pasado muchas cosas en su segundo día en Camelot, y aunque era el
Rey No Muerto, el cuerpo de Leonis seguía siendo el de un niño de diez años.
Estaba bastante agotado.
(Bueno, eso es mayormente culpa de Veira).
Las estrellas salpicaban el cielo. De momento, la Estrella de la Calamidad,
que brillaba roja como la sangre, no era visible.
(Otro asunto del que preocuparse...)
Leonis dudaba de que aquella estrella fuera un verdadero cuerpo celeste. Las
estrellas propiamente dichas se movían en ciclos fijos, pero no había ninguna
regularidad en el momento en que aquella se dignaba aparecer.
Se desconocía si guardaba alguna correlación con la existencia de los Void.
Sin embargo, los datos existentes sugerían que siempre que aparecía la
Estrella de la Calamidad, aumentaban las probabilidades de ataques del
Vacío.
Si aquella malvada estrella no hubiera aparecido el día del nacimiento de
Regina, ésta estaría viviendo como una princesa. También había brillado
cuando la tierra natal de Sakuya, la Orquídea Sakura, fue destruida.
Y también...
La Nada me ha elegido heraldo del evangelio de la Estrella.
El mundo renacerá con la Estrella de la Nada.
Leonis reflexionó sobre las palabras de Arakael Degradios.
(No se sabe si habló de la Estrella de la Calamidad. El mundo y los cielos
han cambiado en los últimos mil años. Ojalá tuviera acceso al aparato de
observación astrológica de la Azure Hold, el Almagest. Entonces, tal vez,
podría aprender más).
Un brusco chapoteo le sacó de su contemplación.
18. Palacio del Cielo Estrellado
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“... ¡¿Seria-san?!” Leonis se volvió apresuradamente hacia la entrada, pero
allí no había nadie. “... ¿?”
“Por aquí, Leo”. Una voz le llamó desde atrás.
Una mujer desnuda estaba sentada con las piernas cruzadas en el borde de la
bañera, iluminada por la tenue luz de la luna. Su cabello carmesí, como una
llama, brillaba en la oscuridad.
Era Veira.
“... ¡¿Cuándo llegaste aquí?!”
“Mientras mirabas las estrellas. No te diste cuenta de que estaba aquí”.
Veira levantó un poco de agua, salpicando a Leonis. Tenía la pierna lisa y
pálida.
“¡¿Qu-Qué estás haciendo?!” Balbuceó Leonis.
“¿Ver mi hermoso cuerpo ha hecho que se te salte el corazón?”
“¡E-Eso nunca ocurriría!” Protestó el Rey No Muerto, pero apartó la mirada
con el rostro enrojecido.
“¿Oh? ¿Entonces te decepciona que no sea tu chica sirviente?” Le preguntó
Veira.
“¿Qué...?”
Antes de que Leonis pudiera discutir, Veira se sumergió en la bañera y nadó
hacia él. Su cabello rojo se extendía por la superficie del agua como una flor
carmesí. Su cabeza emergió directamente ante Leonis. Las gotas caían de su
rostro mientras miraba a Leonis con sus brillantes ojos dorados.
“Esa chica me retó en el casino, ¿sabes?”
“¿Qué?” Leonis entrecerró los ojos. “¿Con qué propósito?”
Lyseria no había mencionado esto en absoluto.
“¿Quién sabe? Quizás tuviera que ver con su orgullo”.
“¿Orgullo?”
“Para ser tan bonita, esa chica es una mala perdedora”.
“Sí, eso lo sé”. Respondió Leonis.
Veira sonrió. “Es una sirviente prometedora. Me gusta”.
“Es mi sirviente”.
“Dime, ¿no me dejarás tenerla?”
129 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Leonis negó con la cabeza. “No. Lyseria Christaria es mía”.
“... Ya veo”. Veira lo fulminó con la mirada y luego se apoyó en el borde de
la bañera y murmuró: “Aunque estoy celosa”.
(¿Celosa?)
No hacía falta preguntar de quién sentía envidia.
Los ojos de Veira miraron al horizonte, hacia la Azure Hold, donde los
guerreros dragón yacían en sueño eterno. Todos sus sirvientes habían
perecido durante la batalla con los Seis Héroes. Se habían sacrificado para
defender su castillo y al Rey Demonio Dragón.
Incluso Veira, tan despiadada y tiránica como podía ser, era querida por sus
sirvientes.
“¿Te vas?” Preguntó Leonis.
“Sí”. Respondió Veira, aunque su mirada permaneció donde estaba. “Puedo
sentirlo. Vienen por mí”.
“Yo no percibo nada”. Comentó Leonis.
“Los sentidos de un dragón son diferentes a los de un humano”. Veira apartó
por fin la mirada del oscuro horizonte. Puso una mano en la mejilla de Leonis
y luego acercó su rostro, presionando su frente contra la de él.
“¿V-Veira?” Preguntó Leonis, atónito.
“Era tu olor, Leo...” Susurró. “Cuando me perdí en la Azure Hold, yo... por
alguna razón, me vino a la mente tu rostro”.
“...”
“Creo que mis instintos de dragón me trajeron aquí. Me atrajo
inconscientemente tu olor... tu mana de cuando eras un Rey Demonio”.
Sus dedos juguetearon con el cabello de Leonis.
“H-Hey...” Murmuró Leonis.
“Oye, Leo... Antes de irme...”
“¿Leo-kun? ¿Hay alguien ahí contigo?” Preguntó una voz familiar.
“... ¡¿?!” Leonis se sobresaltó en su sitio.
La puerta del baño se abrió de golpe. Leonis se giró y vio a Lyseria entrar a
grandes zancadas con tan solo una toalla ocultando su cuerpo.
“Leo-kun... ¡Ah!” Lyseria se quedó boquiabierta al ver a Veira. “¡¿Q-Q-Qué
estás haciendo?!”
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“¿Yo? Sólo estoy dándome un baño con Leo”. Veira respondió con una
sonrisa, pasándose una mano por el cabello mojado.
“¡N-No puedes...!” Lyseria hinchó las mejillas y se apresuró a acercarse.
Dejó la toalla a un lado y se metió en la bañera.
“¡¿S-Seria-san?! Yo... erm... puedo ver... tus pechos...”
Sin hacer caso del comentario, Lyseria se acercó a Leonis y lo rodeó con los
brazos. El Rey Demonio sintió que una suavidad resbaladiza le oprimía la
espalda.
“Ah... Uh...” Leonis sólo pudo contraerse en su sitio. Su rostro se tiñó de rojo
intenso.
Con expresión indignada, Lyseria miró a Veira. “¡Puede que tú seas su
sirviente número uno, pero yo sigo siendo la tutora de Leo-kun!” Declaró.
“S-Seria-san, puedo, hm, puedo, sentir... en mi espalda... tus pechos...”
Leonis susurró inquieto, pero Lyseria sólo apretó más su abrazo.
“...”
Veira los miró a los dos. “Heh-heh... Bien, lo entiendo, Tutora-san”. Sonrió.
“Será mejor que protejas bien a Leo, entonces”.
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132 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“... ¿Huh?” Lyseria se sorprendió por la respuesta inusualmente tranquila.
Veira se dio la vuelta y caminó hasta el borde de la bañera. Luego saltó a la
pared del fondo.
“¡Ah, espera, eso es peligroso!” Le gritó Lyseria.
“Seria”. Veira se dio la vuelta, con su cabello carmesí ondeando. “La historia
de que yo era la sirviente de Leo era mentira”.
“... ¿?”
“Leo y yo somos viejos amigos... no, viejos rivales”.
Llamas rojas brotaron del cuerpo de Veira, envolviéndola. El agua de la
bañera se evaporó en vapor blanco, oscureciéndolo todo. Y cuando se
aclaró...
“¡¿Qué...?!”
... La chica pelirroja se había ido.
*¡Whoosh!*
Un enorme dragón carmesí batió sus alas y se elevó en la noche estrellada.
Una fuerte ráfaga de viento sacudió todas las ventanas del hotel.
“¿Q-Quééééééééé?” Exclamó Lyseria, la sorpresa hizo que por fin soltara a
Leonis. “L-Leo-kun, ¿ese es... el dragón de...?”
Señaló a la inmensa criatura, temblando al mismo tiempo.
(De esta no salgo hablando). Leonis suspiró y se encogió de hombros.
“Sí, ella es un antiguo ser conocido como el Rey Demonio Dragón. No es
humana”.
“... El Rey Demonio Dragón”.
Veira salió volando, dejando una hermosa estela de llamas a su paso, como
una estrella fugaz.
“¿A dónde va?”
“A un campo de batalla”. Leonis respondió.
“¿Un campo de batalla...? ¿Contra qué va a luchar? ¿Con los Void?”
Preguntó Lyseria.
“No, se enfrentará a... un oponente mucho más terrible”.
El Rey Demonio de los Mares... Rivaiz Deep Sea. El más fuerte de todos los
Reyes Demonio.
133 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
(Veira podría igualar a Rivaiz como Rey Demonio, pero...)
De momento, el Rey Demonio Dragón aún no había recuperado toda su
fuerza, y el Rey Demonio de los Mares no iba a ser su único adversario.
La astuta sirviente de Leonis notó su tono y se dio cuenta de lo que quería.
“Ve con ella, Leo-kun”. Le instó con una sonrisa.
“Seria-san...”
“Es una vieja amiga tuya, ¿verdad?”
“...”
Nunca había tenido la intención de dejar que Veira fuera sola, pero no sabía
cómo decírselo a Lyseria. Que ella lo sugiriera fue inesperado.
Leonis clavó la mirada en los ojos de Lyseria. “No sé si volveré a tiempo
para el Festival de la Danza de la Espada Sagrada”.
“¿Vas a ir tan lejos?”
“Sí...”
Leonis no sabía lo cerca que estaba el Rey Demonio de los Mares, pero tenía
que ser más de un día de viaje. Probablemente más de dos. Lyseria pareció
pensativa por un momento y luego le dio una palmadita en la cabeza a
Leonis.
“No te preocupes. Ya se me ocurrirá algo”.
“¿Estás segura?” Preguntó.
“Sí. Pero...” Lyseria acercó sus labios al oído de Leonis y le susurró: “Vuelve
tan pronto como puedas”.
“Lo haré”.
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LA BATALLA DE LOS REYES DEMONIO
135 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Más lágrimas se formaron en el espacio, y los monstruos del vacío
continuaron emergiendo de ellas sin parar, despreocupados por la muerte de
sus camaradas.
“¡No tengo tiempo para ustedes, tontos!”
“¡Grohhhhhhhhhhhhhh!”
Un aullido resonó en el cielo. Con un batir de alas, el dragón se elevó hacia
el enjambre de Void. Haciendo crujir sus afilados colmillos, aplastó a las
criaturas. Sus garras, envueltas en llamas, desgarraron a los monstruos más
grandes y su poderosa cola golpeó sus cabezas. Ráfagas de fuego iluminaron
el cielo nocturno y tiñeron de rojo la superficie del océano.
“... ¡No tienen fin! ¿De dónde salen estas alimañas?”
El número de los Void era asombroso, y por muchos que Veira derrotara,
seguían enroscándose alrededor de su cuerpo dracónico, intentando
derribarla al agua.
Pero entonces...
“Estrellas Celestiales en el Cielo, Jueces y Verdugos de los Altivos...” Una
voz se escuchó desde algún lugar.
... Innumerables y potentes círculos mágicos se formaron en el cielo.
“Hechizo Destructor de Gran Área de Décimo-Orden... ¡Zemexis Jyura!”
*¡Boom, boom, boom, boom, boom...!*
Una lluvia de meteoritos arrasó todos los Void. Gigantescos pilares de agua
estallaron mientras el mar hervía.
Veira miró hacia arriba con un gruñido, donde vio...
“Hmph. Por fin te he alcanzado. Tal vez les deba a estos monstruosos vacíos
unas palabras de agradecimiento por ralentizarte”.
... Un chico con un báculo en la mano. Iba montado sobre la cabeza de un
dragón calavera y la miraba con arrogancia.
“... ¡¿Qué haces aquí, Leo?!” La forma de dragón de Veira le gritó en lengua
dracónica.
“Te acompañaré. No puedes vencer al Rey Demonio de los Mares tú sola”.
“Me niego. Esta es mi batalla personal, como gobernante de la Azure Hold”.
“No. Esto ha despertado mi interés. Tengo curiosidad, no por el Rey
Demonio de los Mares, sino por aquel que dominó tu mente. Puede que
posean alguna información sobre el paradero del cuerpo reencarnado de
136 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Roselia. Además, sería problemático que te controlaran mentalmente y te
volvieras loca de nuevo”.
“... ¡E-Eso fue sólo porque fui descuidada!”
“Hmph. No tenemos tiempo para discutir, Veira. ¡Vienen más enemigos...!”
Se abrieron más desgarros a su alrededor y salieron Void. Leonis pateó el
hocico de su dragón calavera y se lanzó en caída libre antes de aterrizar sobre
la espalda de Veira con un ruido sordo.
“¡¿Qu-Qué estás haciendo?!” Protestó Veira. “¡¿Montar sobre la espalda del
Rey Demonio Dragón como si fuera una especie de mula?! ¡Blasfemia!”
“Mi Dragón Calavera no es lo suficientemente veloz, pero si tomo prestada
la velocidad del elogiado Rey Demonio Dragón, podría llegar a tiempo para
el Festival de la Danza de la Espada Sagrada”. Leonis sacó de su sombra una
brida negra como el carbón y la enrolló alrededor del cuello de Veira. Era
una herramienta divina para controlar todo tipo de bestias demoníacas.
“¿Crees que puedes controlarme con esta cosa?” Espetó el Rey Demonio
Dragón.
“No, sólo ayuda a crear ambiente”. Respondió Leonis con frialdad.
“... Te sacudiré”.
“Eso suena divertido. Inténtalo si puedes. Sin embargo...” Leonis dirigió su
atención al enjambre de Void ante ellos. “¡Necesitamos encargarnos de estas
plagas primero!”
137 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Después de morder la almohada durante algún tiempo, se despertó
sobresaltada. Leonis no aparecía por ninguna parte.
(Cierto, se fue).
Lyseria se abrazó a la almohada y enterró la cara en ella. Luego echó un
vistazo a su terminal, pero no había registros de su posición. Estaba en algún
lugar al que la red de mana no podía llegar.
(Lo está haciendo bien, ¿verdad?)
Le había empujado a ayudar a Veira, pero ahora se sentía ansiosa. La idea de
que se embarcara en una batalla peligrosa era desagradable. Tal vez si le
hubiera rogado que no fuera, se habría quedado con ella.
Sacudiendo la cabeza para ahuyentar el malestar, Lyseria se levantó de la
cama. Se cambió la bata de dormir por el uniforme de la academia y consultó
su agenda. Sólo quedaban seis días para que comenzara el Festival de la
Danza de la Espada Sagrada.
(Debería preparar formaciones que no utilicen a Leo-kun, en caso de que no
llegue a tiempo...)
Se dirigió a la cocina compartida para prepararse leche caliente. Sin
embargo, algo crujió en la cocina.
“... ¿?”
Lyseria miró a aquel ruido con desconfianza. Después de todo, Elfine les
había alquilado todo el piso.
(¿Quizá Regina esté preparando el desayuno?) Pensó Lyseria. Aunque aún
era de noche... demasiado pronto para desayunar.
“¿Regina?”
“Om nom non nom...”
“...”
Allí estaba Leonis, vestido con su uniforme, masticando rosquillas. Sakuya
había comprado esas rosquillas como regalo ayer, y la bolsa de papel estaba
abierta en sus manos.
“¡¿L-Leo-kun?! ¡¿Qu-Qu-Qu-Qué estás haciendo?!”
“¡¿Mha?!” Leonis saltó ante el grito de Lyseria y se cayó del banquillo en el
que estaba sentado.
“¿E-Estás bien...? Quiero decir, ¿qué haces aquí? ¿Qué está pasando?”
Aunque seguía confundida, Lyseria alargó la mano para ayudar a Leonis a
ponerse en pie.
138 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“... Ah, erm... Estoy... bien... Lyseria-san”. Respondió Leonis con torpeza.
Estaba claro que había algo raro en su forma de hablar. La respuesta de
Leonis era extrañamente diferente a su comportamiento habitual. Después
de todo, nunca la había llamado Lyseria. Para él, ella era Seria.
“Tú no eres Leo-kun” Afirmó de inmediato.
“¿D-De qué estás hablando, Lyseria-san?” Preguntó Leonis evasivamente,
desviando la mirada.
“Leo-kun siempre me llama Seria”. Señaló Lyseria.
“Ah...” Leonis parecía nervioso, tras darse cuenta de su error.
Era obvio que se trataba de un impostor por lo mucho que se inquietaba al
ser interrogado. Lyseria miró al imitador con suspicacia.
El falso Leonis se rindió y suspiró. “... Bien. Parece que me han descubierto”.
Se puso en pie, se arregló el uniforme y tosió con sequedad. “Soy Leonis...
Quiero decir, sirviente de Leonis”.
“¿Sirviente de Leo-kun?” Repitió Lyseria. Sabía que a veces recurría a
monstruos óseos. Después de todo su entrenamiento, Lyseria estaba muy
familiarizada con los Tres Campeones de Rognas. Pero basándose en la
forma en que hablaba esta persona, no era uno de esos guerreros esqueléticos.
“Se me ha ordenado actuar como Leonis-sa... como el doble de Leonis hasta
que regrese”.
“Su doble...” Lyseria asintió, convencida.
Leonis utilizaba de vez en cuando muñecos de hueso para ocupar su lugar.
Sobre todo, para faltar a las clases en la Academia Excalibur.
(Aunque probablemente piensa que no me he dado cuenta).
“Y en caso de que no regrese a tiempo para el Festival de la Danza de la
Espada Sagrada, yo participaré en su lugar”. Explicó el doble de Leonis.
“¿Oh?” Esa parte fue una sorpresa para Lyseria.
Parecía que Leonis había previsto todas las contingencias y tomado medidas
en caso de su ausencia.
“Entendido”. Lyseria le tendió la mano. “Hagamos nuestro mejor esfuerzo
para trabajar juntos, entonces”.
“...” El doble de Leonis se quedó un momento mirando la palma de la mano
de Lyseria. “Gracias, Seria-san”.
El doble estrechó la mano de Lyseria de mala gana.
139 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Soñó.
Era una visión de la época anterior a convertirse en el Rey No Muerto,
cuando aún era un niño humano. Un día, le encargaron la misión de matar a
un malvado dragón y llegó a la Cordillera del Dragón Demoníaco.
Justo cuando consiguió matar exitosamente al malvado dragón, un trueno
crepitó a su alrededor y ella apareció ante sus ojos. Un dragón carmesí que
surcaba orgulloso las nubes de tormenta.
El muchacho estaba exhausto y sin fuerzas. Para él, aquella visión era el
símbolo mismo de la muerte. Sin embargo, en el momento en que posó sus
ojos en aquel dragón, un único pensamiento cruzó su mente.
(Qué... criatura tan hermosa).
El dragón aterrizó ante el niño magullado y abrió sus fauces. Leonis estaba
preparado para morir. Pero al mismo tiempo, pensó...
(Tal vez perecer ante alguien tan adorable no sea tan malo...)
Tal vez a ella le pareció extraña su falta de miedo ante la muerte. Tal vez fue
sólo un capricho. Sea cual sea la razón, el dragón se fue volando.
Más tarde, el maestro de Leonis le dijo que aquel dragón era el más grande
de las cumbres.
Ese momento pudo haber sido el primer amor del chico.
Era una historia de antes de convertirse en Rey Demonio, y probablemente
ya no la recordaba.
140 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Nn... Ugh...”
Leonis se despertó bajo la brillante luz del amanecer. La fuerte luz del sol no
lo habría despertado cuando era un no muerto.
(Vaya. Un cuerpo humano puede ser tan incómodo). Leonis refunfuñó. La
única manera de evitar la fatiga en esta forma era dormir. (Y dormir significa
experimentar sueños sin sentido).
Veira y él habían pasado cuarenta y ocho horas sobrevolando el océano. Era
la tercera vez que veía salir el sol por el horizonte. Se protegió con una
barrera de viento y utilizó su sombra para sujetarse, de modo que no había
riesgo de caerse de Veira, pero el lomo de un dragón no era precisamente un
lugar cómodo para dormir. Leonis se sentó sobre las duras y ásperas escamas
de Veira.
(Espero que a Shirley le vaya bien).
Con los Tres Campeones de Rognas estacionados en el Séptimo Assault
Garden, Shirley era la única en la que podía confiar para que le sirviera de
doble durante periodos prolongados. Sin embargo, la propia Shirley parecía
bastante contenta con la perspectiva de ser libre para comer los dulces de
Regina.
Leonis dudaba que fuera a exponerse, pero no podía evitar sentirse ansioso.
“¿Estás despierto, Leo?” Veira le habló en lengua dracónica.
“Sí. Tuve un sueño del pasado”.
“... ¿Un sueño?”
“Del día en que te vi por primera vez”.
“Te refieres a la ceremonia de formación de los Ejércitos de los Reyes
Demonio. Los Seis Reyes Demonio se reunieron ante el altar de la diosa y...”
“No. No de ese entonces”.
“¿Hubo algún momento antes de eso...?” Preguntó Veira pensativa.
“Si no lo recuerdas, está bien”. Leonis se encogió de hombros.
“¿Qué estás diciendo? Bueno, olvídalo, ya casi llegamos...”
“Sí...” Leonis se puso de pie sobre la espalda de Veira.
Podía ver una vasta masa de tierra cada vez más cerca. En un segundo
vistazo, se dio cuenta de que no era una masa de tierra.
“Espero que estés preparado, Leo”. Dijo Veira con una sonrisa indomable.
141 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Claro que lo estoy”. Dijo Leonis, invocando el Báculo de los Pecados
Sellados del Reino de las Sombras. “Puedo luchar sin restricciones. No hay
necesidad de preocuparse por ser visto aquí”.
“¡Grohhhhhhhhhhhh!” Rugió Veira para marcar el comienzo de la batalla.
143 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Leonis se aferró a su sombra para salvaguardar su vida, luchando por no
caerse. Veira pasó de caídas en picada a ascensos repentinos y giros bruscos,
haciendo que las partes internas de los oídos de Leonis chillaran de dolor.
“¡Ngaaaahh!”
“¡Leo, contraataca!”
“... ¡No me pidas lo imposible!”
Aunque su cuerpo estuviera reforzado por la hechicería, seguía siendo un
niño de diez años. Podía reforzarse aún más usando las llamas oscuras de
Blackas, pero como el príncipe aún se estaba recuperando, lo había dejado
para vigilar la capital.
Cuchillas de hielo que parecían cristal translúcido rozaron las escamas del
dragón rojo, cortando algunas y lanzándolas por los aires antes de convertirse
en llamas y desvanecerse.
“... ¡No me subestimes!” Veira rugió.
Agitando la cabeza salvajemente, soltó una andanada horizontal de fuego.
Los tentáculos carbonizados de Rivaiz cayeron al agua, levantando grandes
columnas. Sin embargo, los miembros cercenados se regeneraron casi de
inmediato.
“¡No estamos llegando a ninguna parte! ¡Vamos...!” Exclamó Veira.
“¡¿Vas a cargar contra ella?!” Exclamó Leonis con incredulidad.
“¡Sí! ¡Le arrancaré el corazón de un solo golpe...!”
Veira desplegó sus alas y avanzó hacia delante. El viento aullaba en los oídos
de Leonis mientras se acercaban rápidamente al Rey Demonio de los Mares.
(Esto es imprudente, pero ella tiene razón. No tendremos ninguna
oportunidad a esta distancia).
Con el Báculo de los Pecados Sellados en una mano, Leonis empezó a recitar
hechizos. Utilizó el hechizo explosivo de Tercer-Orden, [Farga], para crear
una cortina de humo. Oculta por las explosiones, Veira continuó su
inmersión.
(La Azure Hold no ha aparecido).
Leonis miró a su alrededor. Las hostilidades estaban en marcha, pero el
verdadero oponente aún no había aparecido.
(¿Están observando desde lejos?)
144 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Tal vez se estaban quedando atrás para medir el poder de Leonis, ya que era
un participante inesperado en esta batalla. En cualquier caso, Rivaiz tenía
que ser eliminada antes de que vinieran a ayudarla.
El Rey Demonio Dragón se abalanzó sobre la gigantesca forma de Rivaiz,
clavándole sus garras. Leonis saltó de la espalda de Veira y aterrizó sobre el
cuerpo del monstruo marino. Pero en cuanto lo hizo, innumerables tentáculos
brotaron y se abalanzaron sobre él.
“Muerte helada, espadas sombrías... ¡Shaze Refisca!”
Leonis barrió horizontalmente con el Báculo de los Pecados Sellados,
desatando una ráfaga de aguda oscuridad que cortó silenciosamente los
tentáculos. Acto seguido, Veira sopló de nuevo, incinerando los miembros
mientras intentaban repararse.
“¡Adelante, Zolgstar Mezekis!”
Leonis levantó su báculo, formando un círculo mágico sobre su cabeza.
Innumerables espadas aparecieron en el aire. Eran fragmentos de la Zolgstar
Mezekis, una de las Arc Seven, las armas asesinas de Reyes Demonio, que
Leonis había destrozado durante su batalla con Veira. Había usado
hechicería para fundirlos y volver a forjarlos en estas armas.
Eran versiones inferiores, producidas en masa, de una de las Arc Seven. Pero
incluso debilitadas como estaban, seguían siendo parte de un arma producida
por Luminous Powers para combatir a los Reyes Demonio. Leonis bajó su
brazo, y...
*¡Slash, slash, slash, slash, slash!*
Trece espadas envueltas en un brillo malévolo se clavaron en Rivaiz.
“Rayo negro, golpea a mi enemigo... ¡Vraz Go!”
Un hechizo de relámpago de Octavo-Orden, Tormenta de Relámpagos
Maldita.
“... ¡Drag Deiraima!” Veira siguió su hechizo lanzando un hechizo de rayo
propio en lengua dracónica.
La electricidad negra se unió con la blanca. Bolas de plasma estallaron con
un sonido ensordecedor, y entonces...
“¡Ooh, ohhhhhhhhhhhh... Nng...!”
Un gemido surgió del horizonte, como si el propio mar gimiera. No era el
sonido de la muerte, sino un grito de guerra. Un rugido animal destinado a
intimidar a un enemigo.
“Aquí viene”. Dijo Leonis.
145 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
“Sí”. Gruñó Veira desde el fondo de su garganta. Podía decir que el Rey
Demonio más fuerte había despertado completamente.
Una masa de carne tan grande como una isla gigantesca se ondulaba y
palpitaba, produciendo un brote de tentáculos de aspecto siniestro. Se
desplegaban como una flor repugnante. Y en el corazón de esta flor había
una chica.
Ojos azules tan fríos como el cero absoluto del fondo del océano. Cabello
color amatista, ligeramente resplandeciente de mana.
“Por fin te dejas ver...” Susurró Leonis con una sonrisa intrépida.
Esta era la verdadera forma de Rivaiz Deep Sea. Sin embargo, llamarla su
forma original sería más apropiado. Una chica Sprite del mar y un gigantesco
Leviatán. Estos últimos eran monstruos marinos que estaban en la cúspide
de la vida. Eran capaces de engullir todo lo creado, pero carecían de
inteligencia. Por su parte, los Sprites marinos estaban dotados de un gran
intelecto y mana, pero eran criaturas físicamente frágiles.
Fue una combinación de esas dos criaturas lo que se conoció como el Rey
Demonio más fuerte.
“El Rey Demonio Dragón y... ¿un niño humano?” La Sprite de cabello
amatista, Rivaiz, miró a Leonis con las cejas levantadas. “¿Quién eres tú?”
“No tengo obligación de responder. ¡Al Gu Belzelga!”
Leonis entonó el hechizo de fuego de Octavo-Orden más potente que
conocía, como si quisiera decir que no iba a molestarse con las palabras.
Enormes bolas de fuego surgieron en espiral, consumiendo la flor tentáculo
y a Rivaiz.
“Invernada de espadas, hojas heladas de hielo demoníaco... ¡Sharianos!”
Se oyó un conjuro como una canción.
“... ¡¿?!”
146 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Las llamas se apagaron, y una ráfaga de hielo afilado como una cuchilla se
dirigió hacia el chico.
“¡Leo!” Veira se movió para recibir el golpe por Leonis.
“¡Grahhhhhhhhhhh!”
Las escamas de Veira brillaron con calor incandescente, evaporando el hielo
mortal.
“¡Sube, Leo!”
Leonis saltó inmediatamente a la espalda de Veira, y el Rey Demonio
Dragón dio una patada contra la forma retumbante del Leviatán y surcó los
cielos.
“¡Le daré a esta chica una probada del hechizo más fuerte del Rey Demonio
Dragón!” Gruñó Veira.
Pero Leonis la detuvo. “Espera. Hay algo raro en el océano”.
Rivaiz extendió las manos hacia el cielo y empezó a entonar una canción en
lengua Fae. Como respuesta, se formaron varios tornados de agua en el aire.
“¡¿Qué?!” Exclamó Veira.
Por supuesto, no se trataba de tornados normales. Cada uno de ellos estaba
cargado con grandes cantidades de mana. Al instante siguiente, todos los
tornados se dirigieron hacia Veira y Leonis, como cazadores que se
abalanzan sobre su presa.
“¡Al Gu Belzelga!” Leonis lanzó otro poderoso hechizo de fuego en
represalia. Sin embargo, las llamas carmesíes fueron tragadas por los
tornados.
“¡¿Qué?!” Exclamó Leonis.
“¡Agárrate fuerte, Leo!” Veira desplegó sus alas, dando vueltas para esquivar
los tornados.
Sin embargo, las furiosas columnas de agua tenían un alcance de ataque
mayor de lo esperado y se clavaron sin piedad en las alas de Veira.
(¡¿Pueden cortar las alas de un dragón con un simple toque?!)
Estos tornados debían de ser un hechizo único y personal formado a partir
del vasto mana de Rivaiz. Si quedaban atrapados en ellos, Veira
probablemente sobreviviría, pero las posibilidades de Leonis eran mucho
peores.
Mirando hacia abajo, Leonis vio que Rivaiz continuaba con su cántico. El
océano se agitó y se formaron más ciclones de agua.
147 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
(Si pudiera usar la Dáinsleif, sería capaz de cortarlos junto con el propio
Leviatán, pero...)
Esa arma estaba atada por el contrato de la diosa. No podía ser usada contra
otros Reyes Demonio.
(Un hechizo destructor de primera clase a gran escala podría ser efectivo
contra ella...)
La cuestión era que Rivaiz no le estaba dando tiempo a Leonis para conjurar
ninguna magia. Sus dos mejores armas estaban inutilizadas.
(Esto es un callejón sin salida...)
Fue entonces cuando Leonis recordó que poseía otro poder. La única
pregunta era si podría invocarlo ahora.
Veira voló por el aire, zigzagueando entre los tornados de agua que se
acercaban. Un líquido parecido a una cuchilla voló sobre la cabeza de Leonis.
“Esto es malo”. Dijo Veira, con toda la confianza ausente en su voz.
“Estamos rodeados”.
Veira, con su alta resistencia mágica de dragón, podía abrirse paso a través
de esos tornados sin mucho esfuerzo. Ella sabía que Leonis era más frágil,
sin embargo, y por lo tanto ignoró esa opción.
(Esta es una apuesta bastante desfavorable). Aun así, Leonis hizo su
elección. Su único medio de supervivencia era su misterioso nuevo poder.
Leonis arrojó el Báculo de los Pecados Sellados a su sombra.
“¿Leo?” Preguntó Veira, desconcertada por las acciones de su compañero
Rey Demonio.
“Veira, necesito que me consigas algo de tiempo”.
“¿Tienes un plan que pueda vencerla?”
“Probablemente sea demasiado flojo para llamarlo plan. Pero creo que vale
la pena apostar por él”.
“¿De verdad? Bueno, me encantan las apuestas”. Respondió Veira, con algo
parecido a una sonrisa en su tono.
El mana carmesí envolvió la gigantesca figura de Veira. Aceleró, esquivando
los tornados que se acercaban desde todas direcciones.
Mientras tanto, Leonis fijó los pies en su sombra, cerró los ojos y se
concentró. Su vida ya estaba en manos de Veira, así que si veía o no lo que
se avecinaba no tenía sentido. Juntó sus manos e imaginó su forma
formándose en su mano derecha.
148 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Su Espada Sagrada... el arma que usó para derrotar al Void Lord Shardark.
Hmm... Bueno, necesitas imaginarlo en tu cabeza. La forma de la Espada
Sagrada y como te verías sosteniéndola. Algo así como, ¡aiyah!
Al recordar cómo su sirviente se había esforzado por explicárselo, Leonis no
pudo evitar esbozar una sonrisa irónica.
Era una pistola, un arma de fuego diferente a la Espada Sagrada de Regina.
Ésta podía empuñarse con una sola mano. La primera vez que Leonis vio un
arma así fue cuando conoció a Lyseria en el Gran Mausoleo. Estaba de
espaldas a él, con su cabello plateado suelto. Una humana frágil y débil
defendió valientemente a Leonis de los Void, a pesar de que acababa de
conocerlo. En su mano había un arma de fabricación en masa basada en una
Espada Sagrada.
(Cuando luché contra Shardark, deseé poder desde el fondo de mi corazón...
¡El poder para salvar a Lyseria Christaria...!)
“¡Activate!”
En respuesta al grito de Leonis, algo se formó en su mano extendida. Motas
luminosas convergieron, formando su Espada Sagrada.
(Funcionó...)
Podía sentir su pesada textura en la empuñadura. No había cambiado desde
la última vez que la vio. En su cañón había grabadas unas letras azules
brillantes que inscribían su Espada Sagrada con el nombre de [Excalibur
XX].
(Doble X... ¿Un doble contrato, quizás?)
Si era así, ¿a qué se referían esos contratos? ¿Entre quiénes?
Aún se desconocía si el nombre tenía algún significado importante, y ya
habría tiempo para deducirlo más tarde. Leonis dirigió su Espada Sagrada
hacia Rivaiz Deep Sea.
“¡Veira!” Gritó.
Al darse cuenta de su intención, Veira se lanzó en picada. Tejiendo entre los
tornados de agua, se acercó a Rivaiz, que estaba de pie en el centro del
Leviatán. Todo el mana del cuerpo de Leonis convergió en la punta del
cañón.
Al ver que Leonis levantaba su Espada Sagrada, Rivaiz entrecerró los ojos.
Tal vez intuía algo.
“¡Rey Demonio de los Mares! ¡Siente el poder de mi Espada Sagrada!”
149 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
*¡Booooom!*
150 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
151 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
El proyectil salió disparado y un resplandor de mana blanco invadió el campo
de visión de Leonis. Abrió un agujero gigantesco en el enorme cuerpo del
Leviatán. Sangre chisporroteante fluyó como lava en el mar circundante.
“Haah, haah... Nng, haah...” Leonis exhaló dolorosamente.
La chica Sprite del mar no estaba en ninguna parte. Los tornados de agua
retumbantes y arremolinados empezaron a deshacerse.
“Lo hiciste, Leo...” Dijo Veira. “¿Qué era ese poder, de todos m...?”
“No. Todavía no”. Interrumpió Leonis, con sus ojos fijos en el cráter que
había debajo.
Rivaiz se había dado cuenta del poder de la Espada Sagrada de Leonis y se
había replegado en el cuerpo del Leviatán. Sin embargo, no había escapado
completamente ilesa.
Veira aterrizó sobre el Leviatán. Los tentáculos se abalanzaron sobre ella
para interceptarla, pero ella los cortó con facilidad.
“No podemos dejar que se recupere. Tenemos que acabar con ella mientras
podamos”.
*¡Bwooooosh!*
Sombras gigantescas aparecieron en el agua alrededor de Leonis y Veira...
Dragones cuadrúpedos hechos enteramente de agua.
“¡¿Dragones marinos?!” Exclamó Leonis.
“No. Son sirvientes del Rey Demonio de los Mares”. Aclaró Veira.
Eran Espíritus del Origen que custodiaban la Fortaleza Submarina de Rivaiz.
Cada uno de ellos era tan fuerte como uno de los dioses subordinados de
Luminous Powers, lo que los situaba al mismo nivel que Raijinki, la deidad
guardiana de la Orquídea Sakura contra la que Leonis había luchado en el
Séptimo Assault Garden.
“Esto es molesto”. El disparo de su Espada Sagrada había mermado mucho
el mana de Leonis.
“Yo me encargaré de ellos”. Dijo Veira. “Tú ve tras Rivaiz”.
“Muy bien”. Leonis asintió y se lanzó al cráter.
152 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
El interior del gigantesco cuerpo del Leviatán retumbó inquietantemente.
Usando un hechizo de gravedad, Leonis ralentizó su descenso.
(El poder de esta Espada Sagrada es demasiado difícil de controlar).
Durante la batalla con Shardark, Leonis había concentrado
inconscientemente todo su poder en el ataque, pero esta vez, fue más
cauteloso. Aun así, su cuerpo gritaba de dolor y agotamiento.
Los instructores de la Academia Excalibur afirmaban que usar una Espada
Sagrada consumía el poder del alma. Describirlo así era terriblemente vago,
ilustrando lo poco que la humanidad entendía sobre las Espadas Sagradas.
La Excalibur XX parecía ser una Espada Sagrada que consumía mana, pero
no era lo único que consumía. Leonis no podía decir si lo otro era su alma o
su fortaleza mental.
(Es irónico que, a mí, que una vez perdí mi alma y me convertí en no muerto,
se me concediera un arma así).
Leonis llegó por fin al fondo del abismo que su ataque había abierto en el
Leviatán. El hedor a carne quemada flotaba en el aire.
“Espadas Sagradas... armas dadas a la humanidad para luchar contra los
Void”.
Leonis se detuvo en seco al oír esas palabras. A través de la oscuridad, vio a
una chica de cabello color amatista que le observaba sin expresión. Sus ropas
acuosas estaban rasgadas y tenía muchas heridas.
“¿Qué eres?” Exigió. “¿Eres... humano?”
Leonis dio un paso adelante, sin molestarse en responder. “Rey Demonio de
los Mares, ¿por qué has vuelto? ¿Quién mueve tus hilos?”
“¡Soy yo quien hace las preguntas aquí, humano insolente...!”
Una luz plateada brilló sólo un instante. Leonis reaccionó por reflejo,
moviéndose para evadirla.
“... ¡¿?!”
153 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Un corte poco profundo apareció en su hombro, haciendo brotar sangre de la
herida.
(... ¡¿Era esa su vestimenta?!)
La prenda acuosa que colgaba sobre el cuerpo de la chica se había convertido
en cuchillas transparentes, que salieron disparadas hacia delante para
acuchillarle.
“Tch...”
Leonis comenzó inmediatamente a disparar con su Espada Sagrada en rápida
sucesión. Después de repeler los ataques de Rivaiz, saltó hacia atrás.
(¿No era Rivaiz inexperta en el combate cuerpo a cuerpo...?)
Leonis gimió y respiró hondo. No había pensado que usar la Excalibur XX le
agotaría tanto.
(Aun así, se muestra cautelosa de mi Espada Sagrada, eso es seguro).
En otras palabras, esta Espada Sagrada era un arma capaz de derrotar al Rey
Demonio de los Mares.
Rivaiz movió un brazo, y su vestidura se convirtió en una espada invisible,
que se dirigió hacia Leonis. De nuevo, disparó repetidamente. Saltaron
chispas en el aire entre los dos Reyes Demonio.
(¡¿La espada de agua la protegía?!)
Parecía que esta vestimenta estaba hecha para defender a su portador
automáticamente, independientemente de la voluntad de su amo.
Probablemente era un objeto poderoso similar a la Bloody Sword de Lyseria.
“Entonces démosle más oponentes de los que defenderse”.
Leonis entonó su hechizo personal, [Crear Ejército de No Muertos].
Círculos mágicos se formaron a su alrededor, invocando un ejército de no
muertos... Guerreros Esqueleto de Élite, Caballeros Esqueleto de Élite,
Asesinos Esqueleto de Élite y Sabuesos Esqueleto de Élite.
“Tonto. Desplegar tropas tan débiles contra mí no tiene sentido”.
Las cuchillas de agua invisibles salieron disparadas, aplastando a los
combatientes no muertos. Incontables huesos se hicieron añicos. Sin
embargo, esto era exactamente como Leonis había previsto.
“Cierto. Pero tu vestimenta tendrá que reaccionar ante cada uno de esos
soldados, ¿no?” Comentó Leonis mientras corría hacia delante, disparando
su Espada Sagrada sin parar.
“¡¿Qué...?!”
154 | S C A R L E T A R I A T R A N S L A T I O N S
Si los soldados de Leonis fueran realmente débil carne de cañón, la
vestimenta de agua no los habría reconocido como una amenaza. Aunque
estos esqueletos no eran rivales para los Tres Campeones de Rognas, seguían
siendo muertos vivientes de élite, y todos ellos estaban equipados con copias
producidas en masa de un Arc Seven.
Las imitaciones de la Zolgstar Mezekis eran indudablemente más débiles,
pero Rivaiz estaba herida. Incluso las copias de una pieza auténtica del Arc
Seven bastarían para herirla. Leonis utilizó los rasgos de su vestimenta contra
ella.
Una cuchilla de agua rozó el cuello de Leonis, pero sólo corrió más rápido.
“¡Hrahhhhhhhhhh!”
Disparó repetidamente y sin tomarse el tiempo de apuntar bien. Los ataques
de la vestimenta se quebraron, y los disparos fueron desviados con un
destello. Utilizando a los soldados esqueleto como escudos, Leonis fue
despojando poco a poco a Rivaiz Deep Sea de sus defensas, acercándose
cada vez más.
(Rey Demonio de los Mares, en el pasado fuiste sin duda el más fuerte de los
Reyes Demonios). Leonis se burló mientras se acercaba a ella. (Pero ese
título ya es cosa del pasado).
El Rey No Muerto, Leonis Death Magnus, había conocido muchas derrotas.
Éstas le habían dado conciencia de sus debilidades y la capacidad de
superarlas.
(Creciste confiando demasiado en el poder absoluto del Leviatán y, en tu
arrogancia, descuidaste esforzarte más).
“¡Hechizo de Octavo-Orden, Argh Varheiz!” Cantó Rivaiz.
Un enorme remolino de agua, capaz de cortar cualquier cosa, desgarró la
carne de Leonis. Sin embargo, ¡unas llamas carmesíes brotaron de debajo de
su desgarrado uniforme! ¡Una escama de dragón roja y brillante desvió el
hechizo de Octavo-Orden...!
Esta escama poseía una poderosa resistencia mágica, ya que pertenecía al
Rey Demonio Dragón, Veira. Leonis la había cogido durante la batalla aérea
y la había escondido bajo su ropa.
“... ¡¿?!”
Los ojos de Rivaiz se abrieron de par en par, con asombro y perplejidad.
“¡Por tu vanidad es por lo que perderás, Rey Demonio de los Mares!”
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Cargando lo último de su mana en la Excalibur XX, Leonis descargó su
último disparo.
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Sin embargo, el palacio no había llegado solo. Una figura solitaria flotaba
delante de él, un hombre de mediana edad con aire canoso. Observó a la
pareja de Reyes Demonio con los agudos ojos de un halcón.
Jadeante, Veira advirtió: “Leo, es él”.
“...”
Las palabras no fueron escuchadas, porque Leonis miraba incrédulo con los
ojos muy abiertos, a aquel hombre que flotaba en el aire. Había visto el rostro
de esta persona una vez antes, en la mansión de Lyseria en el Tercer Assault
Garden.
(¡No puede ser! ¿Cómo...? ¿Por qué iba a estar aquí este hombre...?)
El Duque Christaria... Edward Ray Christaria.
El que llegó con la Azure Hold era la viva imagen del padre de Lyseria.
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PALABRAS DEL AUTOR
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reconfortante. Tenemos muchos planes divertidos, ¡así que espero que estén
entusiasmados!
La próxima vez, por fin comienza el Festival de la Danza de la Espada
Sagrada. ¿Volverá Leonis con Lyseria y las demás a tiempo? ¿Y qué hay de
la figura que apareció con la Azure Hold?
¡Hasta entonces!
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PALABRAS DEL TRADUCTOR ING-ESP
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Chatres como saben es la Espadachina Sagrada mas fuerte del Reino
Humano Integrado y también la hermana mayor de Regina. Mas de uno no
podrá esperará mucho a que se vean las caras como rivales. Por cierto, Leonis
no deja de enamorar chicas a su paso, esta vez vimos que a Altiria la trae
suspirando por él.
El momento destacado del volumen es por supuesto el final. Con un
empujoncito de Lyseria, Leonis se da cuenta que no puede dejar ir sola a
Veira en su enfrentamiento contra Rivaiz y esa persona desconocida que
puede controlar a los Reyes Demonio.
Ambos luchando juntos lado a lado, se las arreglan para hacerle frente al
Leviatán de Rivaiz. En esta parte matizo bastante la forma en que ambos se
protegen el uno al otro, desde Veira recibiendo los ataques de Rivaiz con su
propio cuerpo, hasta Leonis confiándole su espalda mientras se preparaba
para invocar su Espada Sagrada.
En algún momento hace mil años, Rivaiz fue el Rey Demonio mas fuerte,
pero en la actualidad, Leonis le deja ver tras derrotarla que aquella época de
antaño ha quedado atrás.
Por último, Edward Ray Christaria hace su aparición y para sorpresa de
Leonis, mas que el enterarse de que es la figura que puede controlar a los
Reyes Demonio, se da cuenta de que es el padre de Lyseria.
Para finalizar, el v08 saldrá a la venta a través de Amazon en su versión
oficial en ingles el 18 de Abril, de mi parte lo tendré listo al español en mayo
si no hay contratiempos.
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