Lo Epistémico y Lo Mistérico
Lo Epistémico y Lo Mistérico
Lo Epistémico y Lo Mistérico
El proceso de cambio entre los pontificados de Pío XII y Juan XXIII fue un período significativo en la
teología moral. Durante estos años, los estudiantes y profesores de teología moral
experimentaron un cambio histórico planificado y, en parte, disruptivo. Hubo teólogos que se
oponían al cambio, otros que vacilaban y algunos que impulsaban el cambio para corregir la
estructura lógica del sistema heredado.
En esta época, surgió la conjetura de que las teologías escritas podrían experimentar no solo
evoluciones homogéneas, sino también revoluciones disciplinares, lo que implicaba una revisión
del supuesto de continuismo en la tradición teológica. La tradición eclesiástica era una de las tres
fuentes epistémicas consideradas primarias en la teología moral, y aunque no se cuestionaba su
importancia, se comenzó a examinar la idea de que existían momentos de ruptura y cambio en la
tradición, en lugar de una evolución continua y uniforme.
La preparación para el Concilio Vaticano II también incluyó una reflexión epistémica sobre la
tradición y el cambio en la teología moral. Se cuestionó el estereotipo de una tradición estática y
se reconoció que la tradición no era inmutable, sino que estaba sujeta a cambios y desarrollos a lo
largo del tiempo. Esto fue especialmente relevante en el contexto de la transición de la escolástica
y el programa de aggiornamento propuesto para el Concilio.
Durante el período que se analiza en este texto, se produjo un cambio sustancial en la concepción
de la tradición en el campo de la teología moral católica. Esta evolución fue una respuesta a las
transformaciones culturales y sociales que tuvieron lugar en la sociedad moderna y que requerían
que la Iglesia adaptara su enfoque ético y moral a las nuevas realidades. A continuación, se
detallan los aspectos clave de este cambio en la concepción de la tradición:
Cambio de una Tradición Homogénea a una Tradición con Innovaciones:
Sin embargo, este enfoque no permitiría incorporar innovaciones o adaptarse a los cambios en la
sociedad moderna.
Se argumentó que era esencial distinguir entre lo mistérico, que está relacionado con lo sagrado y
trascendental, y lo epistémico, que se refiere a las tradiciones de investigación y los enfoques
éticos y morales basados en la reflexión y la adaptación a las realidades contemporáneas.
Se ayudó que las tradiciones de investigación son falibles y que los teólogos y moralistas no son
infalibles en sus interpretaciones y enfoques éticos.
Esta comprensión llevó a una mayor apertura a la crítica ya la necesidad de ajustar y revisar las
tradiciones de investigación en función de las realidades cambiantes.
Se reconoce que la ética humana tiene una estructura autónoma y no debe subordinarse a
criterios religiosos. Esto implicó una mayor apertura a los derechos humanos ya la libertad
religiosa en la teología moral católica.
Contexto Histórico: Este fenómeno tuvo lugar entre 1965 y 1970, justo después del Concilio
Vaticano II. Durante este período, se produjeron cambios significativos en la Iglesia Católica y de la
manera en que se enseñaba y comprendía la moral católica.
Desaparición de los Manuales Antiguos: Durante este tiempo, los libros de texto en latín que
habían sido utilizados como fuentes principales para enseñar teología moral experimentaron una
rápida desaparición. Estos manuales habían sido fundamentales en la formación de generaciones
de sacerdotes, confesores y creyentes católicos.
Influencia de los Documentos del Concilio: Los documentos del Concilio Vaticano II, como
"Gaudium et spes" y "Dignitatis humanae", desempeñaron un papel crucial en este proceso de
obsolescencia. Estos documentos introdujeron nuevas perspectivas en la teología moral y
cuestionaron las concepciones tradicionales de la moral católica.
Nuevos Contextos Epistémicos: Además de la influencia de los documentos del Concilio, se
reconoció que nuevos contextos epistémicos externos al campo de la teología católica también
desempeñaron un papel importante en la obsolescencia de los manuales. Esto incluyó avances en
la filosofía de las ciencias y las disciplinas humanas, que influyeron en la forma en que se entendía
y enseñaba la moral.
Cambio en la Ciencia Normal: Se argumentó que los manuales de teología moral habían
representado la "ciencia normal" durante mucho tiempo en el catolicismo, pero que ahora se
estaba produciendo un cambio hacia una "revolución disciplinar". Esto implicaba que los manuales
debían ser actualizados o reescritos para reflejar las nuevas perspectivas y enfoques en la teología
moral.
Examen Científico y Crítico de Manuales Antiguos: Durante este período, se llevó a cabo un
examen científico y crítico de los manuales antiguos de teología moral. Esto reveló
discontinuidades, ensayos en diferentes direcciones e incluso aberraciones en la tradición católica
de teología moral. Estos hallazgos contribuyeron a la percepción de que los manuales antiguos ya
no eran adecuados para la formación moral católica en la época contemporánea.
Este período de obsolescencia no fue un momento de lamento, sino de reflexión y adaptación. Los
educadores católicos y líderes religiosos se dieron cuenta de que era necesario actualizar la
enseñanza de la moral católica para reflejar los cambios en la Iglesia y en la sociedad en general,
así como para abordar las preocupaciones de una nueva generación de creyentes.
Uso de Lenguas Vernáculas: Estos nuevos manuales se escribieron en lenguas vernáculas en lugar
de en latín. Esto representó un cambio significativo, ya que permitió que un público más amplio
pudiera acceder a la enseñanza de la moral católica.
Contexto Político en España: En España, este período coincidió con la entrada en vigor de la nueva
Constitución en 1978, lo que destacó las ambigüedades en la posición de la Iglesia Católica frente a
los valores democráticos y los derechos humanos.
Reparación de Carencias: Estos nuevos manuales comenzaron a abordar las carencias notables de
los manuales anteriores, que se habían centrado excesivamente en detalles ritualistas y habían
descuidado la educación social y las teorías de la justicia en la moral católica.
Colaboración entre Ciencia y Ética Cristiana: Se promovió la colaboración entre la ciencia y la ética
cristiana, considerando que la ética, como saber humano rigurosamente científico, debía ser
universal y aplicable a todos los seres humanos, independientemente de sus creencias religiosas o
ideológicas. Se buscaba un enfoque ético que no excluyera aspectos de la experiencia humana.
Apertura Curricular: Los nuevos manuales de Teología moral presentaban un diseño curricular más
abierto, lo que permitía la creatividad de los autores y reflejaba la complejidad de la realidad
moral.
Referencias Diversificadas: Estos manuales eliminan las restricciones anteriores sobre autores
censurados en el Index y se basaron en el peso de los argumentos en lugar de en afiliaciones
religiosas o ideológicas. Se buscaba una apertura a diversas perspectivas y enfoques.
Incorporación de Filosofías Morales Seculares: Se recurrió a las filosofías morales seculares para
abordar cuestiones éticas, lo que amplió el horizonte de la moral católica.
En general, esta década fue un período de cambio y apertura en la Teología moral católica, con un
enfoque en la cientificidad y la adaptación a un mundo en constante evolución. Los autores
mostraron una conciencia de la temporalidad en las teorías propuestas y buscaron la convergencia
entre lo epistémico y lo mistérico en la moral.