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Monografia de Placenta Previa

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA MARÍA

FACULTAD DE ENFERMERÍA
ESCUELA DE ENFERMERÍA

MONOGRAFIA DE PLACENTA PREVIA

ASIGNATURA
 Cuidado de enfermería de la mujer y
el recién nacido
DOCENTE:
 Lic. Analu
ALUMNA:
 Gabriela Yahaira Salinas Roberts

AREQUIPA - PERÚ
2023
RESUMEN:

La placenta previa es una complicación obstétrica en la que la placenta se


implanta de forma anormal en la parte inferior del útero, bloqueando parcial o
totalmente el canal del parto. Esta condición puede ser peligrosa para la madre
y el feto, ya que puede causar hemorragias graves durante el parto.

La placenta previa se diagnostica a través de exámenes de ultrasonido, que


permiten identificar la posición de la placenta en relación con el cuello uterino.

Se clasifica en tres tipos: placenta previa total, en la cual la placenta cubre


completamente el cuello uterino; placenta previa parcial, en la cual la placenta
cubre parcialmente el cuello uterino; y placenta previa marginal, en la cual la
placenta está cerca del cuello uterino, pero no lo cubre.

Esta condición es más común en mujeres que han tenido múltiples embarazos,
han tenido cirugía uterina previa o presentan anomalías en el útero. También
puede aumentar el riesgo de placenta previa el consumo de tabaco, drogas o
alcohol durante el embarazo.

Los síntomas de la placenta previa pueden incluir sangrado vaginal indoloro


durante el segundo o tercer trimestre del embarazo. Esto puede ser leve o
intenso, y puede presentarse como manchas en la ropa interior o grandes
cantidades de sangre. Otros síntomas pueden incluir contracciones uterinas
frecuentes y dolor abdominal.

El tratamiento de la placenta previa depende de la gravedad de la condición y de


la edad gestacional de la madre. En casos leves, se puede optar por un manejo
expectante, monitoreando de cerca a la madre y al feto para detectar cualquier
signo de complicación. En casos más graves, se puede requerir hospitalización
y atención médica continua. En algunos casos, es necesario realizar una cesárea
para asegurar la seguridad de la madre y el feto.

En conclusión, la placenta previa es una complicación obstétrica que puede


poner en peligro la vida de la madre y el feto. Es importante que las mujeres
embarazadas estén al tanto de los síntomas y de los factores de riesgo de esta
condición, para poder buscar atención médica temprana y evitar complicaciones
graves.
INTRODUCCION

La placenta previa es la complicación del embarazo en la que la placenta está


implantada en la parte inferior del útero, cubriendo así total o parcialmente el
cuello uterino. Esto puede impedir que el bebé salga al nacer a través del canal
de parto y puede resultar en un sangrado grave durante el embarazo.

La incidencia de placenta previa en los embarazos puede variar, pero se estima


que afecta aproximadamente al 0.5% al 1% todas las gestaciones. Esta
complicación es más común en mujeres mayores de 35 años, en mujeres que
han tenido múltiples embarazos previos, en mujeres fumadoras y en mujeres que
han tenido una cesárea previa.

Es importante destacar que la placenta previa generalmente se diagnostica


durante el segundo trimestre del embarazo a través de ultrasonidos rutinarios. A
medida que el útero se expande durante la gestación, la placenta puede
desplazarse hacia arriba y alejarse del cuello uterino, lo que permite un parto
seguro.

Sin embargo, algunas placentas previas persisten hasta el final del embarazo, lo
que puede requerir una intervención médica o quirúrgica para garantizar un parto
seguro para la madre y el bebé.

La placenta se forma durante el embarazo a partir del tejido del embrión y del
tejido del revestimiento del útero. Es un órgano temporal que se adhiere a la
pared del útero y se desarrolla para proporcionar los nutrientes y el oxígeno
necesarios al feto en crecimiento.

La placenta tiene varias funciones clave durante el embarazo. Actúa como


barrera entre la madre y el feto, permitiendo el intercambio de nutrientes, oxígeno
y productos de desecho a través de la sangre materna y fetal sin que se mezclen.

También produce hormonas que son necesarias para sostener el embarazo,


como la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) que mantiene la
producción de estrógeno y progesterona para sostener el revestimiento del útero
y evitar la menstruación.

Además, la placenta también actúa como filtro para proteger al feto de sustancias
dañinas y ayuda a regular la temperatura del feto. A medida que el embarazo
avanza, la placenta se vuelve más grande y sus vasos sanguíneos se ramifican
para garantizar un suministro adecuado de nutrientes y oxígeno al feto en
crecimiento.
FACTORES DE RIESGO:

1. Multiparidad: condición por la cual la gestante ha tenido 2 o más partos; en


las que la zona de inserción placentaria de las sucesivas gestaciones va
siendo substituida por tejido cicatricial, restando terreno apto para la
implantación de la zona habitual.

2. Cesárea previa o Cicatrices uterinas: producidas por operaciones


anteriores (miomectomía, cesáreas anteriores, operaciones plásticas por
malformaciones uterinas)

3. Abortos de repetición o legrados uterinos enérgicos que impiden la


regeneración del endometrio en zonas de cavidad uterina.

4. Cirugía o procedimiento uterino previo: múltiples procedimientos de


dilatación y legrado [D y L])

5. Tabaquismo, Consumo de cocaína

6. Embarazo multifetal: Gestación múltiple (dos o más fetos)

7. Edad materna avanzada: Tienen más de 35 años

8. Miomas submucosos y pólipos endometriales. Alteraciones funcionales de


la mucosa, sinequias intrauterinas o endometriales residuales localizadas.

9. Tuvieron placenta previa en un embarazo anterior

10. Están embarazadas tras someterse a un procedimiento de reproducción


asistida para tratar la infertilidad.
SINTOMAS:
La placenta previa es una condición en la cual la placenta se implanta en la parte
inferior del útero, cubriendo total o parcialmente el cuello del útero. Esta
condición puede presentar diferentes grados de gravedad, y los síntomas que
experimentan las mujeres con placenta previa pueden variar. Algunos de los
síntomas comunes incluyen:

 Hemorragia vaginal: La mayoría de las mujeres con placenta previa


experimentan sangrado vaginal indoloro. Este sangrado puede ocurrir en
cualquier momento durante el embarazo, pero es más común en el tercer
trimestre. El sangrado puede ser leve o intenso y, en algunos casos, puede
requerir atención médica de emergencia.

 Dolor abdominal: Algunas mujeres pueden experimentar dolor abdominal


bajo acompañado de contracciones uterinas. Este dolor puede ser
intermitente o constante y puede aumentar con el movimiento o la actividad
física.

 Sensación de presión en la pelvis: Debido a la ubicación de la placenta,


algunas mujeres pueden sentir una sensación de presión o de peso en la
pelvis.

 Movimiento fetal disminuido: En casos más graves de placenta previa, la


ubicación de la placenta puede interferir con el suministro de nutrientes y
oxígeno al feto. Esto puede resultar en una disminución de los
movimientos fetales. Si una mujer nota una disminución en los
movimientos fetales, debe comunicarse con su médico de inmediato.

Es importante tener en cuenta que cada mujer puede experimentar síntomas de


manera diferente y no todas las mujeres con placenta previa experimentarán
todos los síntomas mencionados. Ante cualquier tipo de sangrado vaginal
durante el embarazo, es fundamental que la mujer consulte a su médico de
inmediato para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

DIAGNOSTICO:
Para diagnosticarla, se utilizan varios métodos:

1. Ultrasonido: Es el método más comúnmente utilizado para diagnosticar la


placenta previa. Se realiza una ecografía transvaginal o abdominal para
examinar la posición de la placenta y su relación con el cuello uterino.
2. Examen físico: Durante un examen pélvico, el médico puede observar una
placenta previa si ve evidencia de sangrado vaginal indoloro.

3. Historia clínica y síntomas: El médico recopilará información sobre los


síntomas de la paciente, como sangrado vaginal indoloro en el segundo o
tercer trimestre del embarazo, aumento de la sensibilidad uterina o
contracciones uterinas regulares antes de término.

4. Resonancia magnética (RM): En casos especiales donde el ultrasonido


no proporciona una imagen clara, puede realizarse una resonancia
magnética para visualizar con más detalle la ubicación precisa de la
placenta.

Es importante tener en cuenta que el diagnóstico preciso de la placenta previa


puede ser crucial para el manejo adecuado y seguro del embarazo. Si existe
sospecha de placenta previa, se recomienda buscar atención médica de
inmediato para realizar los exámenes pertinentes y recibir el tratamiento
adecuado.

COMPLICACIONES:
Algunas de las complicaciones asociadas con la placenta previa incluyen:
1. Sangrado vaginal: El síntoma más común de la placenta previa es el
sangrado vaginal profuso, especialmente durante el segundo y tercer
trimestre del embarazo. Este sangrado puede ser peligroso tanto para la
madre como para el bebé debido a la pérdida excesiva de sangre.

2. Hemorragia: La placenta previa aumenta el riesgo de hemorragia grave


durante el embarazo y el parto. Esto puede poner en peligro la vida de la
madre y del bebé si no se controla adecuadamente.

3. Parto prematuro: La placenta previa puede aumentar el riesgo de parto


prematuro, ya que el sangrado puede desencadenar contracciones
uterinas y provocar un parto prematuro involuntario.

4. Retraso en el crecimiento fetal: Si la placenta previa obstruye


parcialmente la apertura del cuello uterino, puede interferir con la
circulación de oxígeno y nutrientes al bebé, lo que puede derivar en un
retraso en el crecimiento fetal e incluso en el parto prematuro.

5. Anemia materna: Debido a la pérdida de sangre significativa asociada con


la placenta previa, la madre puede desarrollar anemia, lo que se
manifiesta por una disminución en la cantidad de glóbulos rojos y
hemoglobina en la sangre.
6. Placenta acreta: En casos más graves de placenta previa, la placenta
puede adherirse anormalmente al útero, lo que se conoce como placenta
acreta. Esto puede causar complicaciones adicionales, como una
hemorragia masiva durante el parto y la necesidad de una histerectomía
de emergencia para controlar la hemorragia.
Es importante que cualquier mujer embarazada que experimente sangrado
vaginal consulte a su médico de inmediato para recibir cuidados y diagnóstico
adecuados.

TRATAMIENTO Y MANEJO:
Algunas opciones de tratamiento:
1. Reposo: En casos leves de placenta previa, se puede recomendar el
reposo en cama o limitar ciertas actividades para reducir el riesgo de
sangrado. El objetivo es garantizar que la madre y el feto estén lo más
seguros posible.

2. Monitorización continua: Se supervisa de cerca a la madre y al bebé para


detectar signos de sangrado o complicaciones. Esto puede implicar visitas
regulares al médico, ultrasonidos y pruebas de bienestar fetal.

3. Hospitalización: En casos más graves de placenta previa, especialmente


si hay sangrado abundante o riesgo de parto prematuro, puede ser
necesario hospitalizar a la madre para un monitoreo más cercano y
tratamiento médico.

4. Medicamentos: Se pueden administrar medicamentos como


corticosteroides para ayudar a madurar los pulmones del bebé en caso de
un parto prematuro. También se pueden administrar medicamentos para
prevenir contracciones y posibles sangrados.

5. Transfusiones de sangre: En casos de sangrado profuso, puede ser


necesario realizar transfusiones de sangre para reemplazar la pérdida y
mantener la estabilidad hemodinámica de la madre.

6. Parto por cesárea: Si la placenta previa se mantiene hasta término y existe


un riesgo significativo de sangrado antes o durante el parto vaginal, se
realizará una cesárea programada para garantizar la seguridad tanto de
la madre como del bebé.
Es esencial que las mujeres con placenta previa sigan las recomendaciones y el
plan de tratamiento establecido por su equipo de atención médica para minimizar
los riesgos y asegurar un parto seguro. La decisión sobre el método de
tratamiento específico depende de la gravedad de la placenta previa y la salud
general de la madre y el bebé.
PREVENCION:
 Llevar un estilo de vida saludable durante el embarazo es fundamental
para reducir el riesgo de placenta previa. La placenta previa es una
condición en la que la placenta se ubica anormalmente en la parte inferior
del útero, cubriendo total o parcialmente el cuello uterino. Esta condición
puede provocar sangrado vaginal durante el embarazo y ser
potencialmente peligrosa tanto para la madre como para el feto.

 Mantener una alimentación balanceada y rica en nutrientes es esencial


para el buen desarrollo del embarazo y para reducir el riesgo de placenta
previa. Consumir una variedad de alimentos saludables, como frutas,
verduras, cereales integrales, proteínas magras y lácteos bajos en grasa,
proporcionará los nutrientes necesarios para el adecuado crecimiento del
feto y fortalecerá los tejidos de la placenta.

 Además, es importante evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas


durante el embarazo, ya que estas sustancias pueden aumentar el riesgo
de placenta previa. El tabaquismo, en particular, puede afectar la
capacidad de la placenta para implantarse adecuadamente en el útero, lo
que aumenta las posibilidades de desarrollar esta condición.

 Realizar ejercicio de forma regular y moderada también es beneficioso


para reducir el riesgo de placenta previa. El ejercicio es de ayuda para
mejorar la circulación sanguínea y así fortalecer los músculos, lo que
puede favorecer la correcta posición de la placenta y prevenir su
desplazamiento hacia el cuello uterino.

 Asimismo, es fundamental realizar controles prenatales regulares y seguir


todas las indicaciones médicas. Durante estas consultas, el profesional
de la salud podrá evaluar el estado de la placenta y detectar cualquier
anomalía o riesgo. Además, se podrán realizar pruebas de diagnóstico,
como ecografías, que permitirán monitorear la ubicación y función de la
placenta, identificando cualquier alteración a tiempo.
En resumen, llevar un estilo de vida saludable durante el embarazo, que incluya
una buena alimentación, evitar el consumo de sustancias perjudiciales, practicar
ejercicio moderado y realizar controles prenatales regulares, es esencial para
reducir el riesgo de placenta previa y asegurar un embarazo saludable tanto para
la madre como para el bebé

CUIDADOS:
Si ha tenido placenta previa y ha experimentado un parto, es importante seguir
estos consejos para cuidarse después del parto:
1. Descanse: Después de un parto, su cuerpo necesita tiempo para
recuperarse. Descanse tanto como sea posible y evite actividades físicas
extenuantes durante al menos las primeras semanas después del parto.

2. Evite levantar objetos pesados: La placenta previa puede haber debilitado


su útero, por lo que es importante evitar levantar objetos pesados que
puedan ejercer presión sobre él y causar complicaciones.

3. Mantenga una buena higiene: Después del parto, es posible que tenga
una mayor probabilidad de desarrollar una infección. Mantenga una buena
higiene personal, especialmente en la zona vaginal, y consulte a su
médico si nota signos de infección, como aumento del dolor, fiebre o flujo
vaginal maloliente.

4. Siga las instrucciones de su médico: Su médico puede haberle dado


instrucciones específicas sobre cómo cuidarse después del parto. Siga
estas indicaciones al pie de la letra y no dude en comunicarse con su
médico si tiene alguna pregunta o inquietud.

5. Evite actividades que aumenten la presión abdominal: Evite levantar


objetos pesados, realizar ejercicios que involucren movimientos bruscos
o actividades que ejerzan presión sobre su abdomen, como sentarse en
el suelo o estirarse excesivamente.

6. Controle el sangrado: Después del parto, es normal experimentar un


sangrado vaginal llamado loquios. Sin embargo, si el sangrado es muy
intenso o continúa después de varias semanas, informe a su médico de
inmediato, ya que podría indicar una complicación relacionada con la
placenta previa.

7. Vigile los signos de hemorragia: Si experimenta una hemorragia vaginal


intensa, dolor abdominal intenso o mareos extremos, busque atención
médica de emergencia de inmediato, ya que esto podría indicar una
hemorragia postparto, que es una condición grave y potencialmente
mortal.

8. Recuerde que cada caso de placenta previa es único y puede requerir


atención médica adicional. Siga las instrucciones y recomendaciones de
su médico para garantizar una recuperación segura después del parto.

AVANCES CIENTIFICOS:
Aunque se han hecho avances significativos en el diagnóstico y el manejo de la
placenta previa en las últimas décadas, todavía quedan áreas de incertidumbre
y se están llevando a cabo investigaciones para mejorar el conocimiento sobre
esta condición y sus posibles tratamientos.
 Uno de los avances científicos en curso es el desarrollo de biomarcadores
o pruebas de laboratorio que puedan predecir la presencia de placenta
previa antes de que se manifieste clínicamente. Esto ayudaría a identificar
a las mujeres en riesgo y permitiría una mayor vigilancia y atención
médica para minimizar los posibles riesgos.

 Otra área de investigación está enfocada en encontrar formas de prevenir


o tratar la placenta previa. Algunos estudios sugieren que ciertos factores
de estilo de vida, como fumar o tener una dieta poco saludable, pueden
aumentar el riesgo de placenta previa. Por lo tanto, se están llevando a
cabo investigaciones que analizan cómo modificar estos factores podría
disminuir la incidencia de la condición.

 Además, se están evaluando diferentes enfoques terapéuticos para


manejar las complicaciones asociadas con la placenta previa, como las
hemorragias. Algunos estudios están investigando el uso de ciertos
medicamentos o terapias, como la administración de corticosteroides o la
embolización de las arterias uterinas, para controlar y reducir el sangrado.

 También se están realizando investigaciones para comprender mejor los


mecanismos subyacentes de la placenta previa. Esto incluye el estudio de
la formación de la placenta y sus interacciones con el útero, así como
también el análisis genético para identificar posibles factores de riesgo
hereditarios.
En resumen, aunque se han logrado avances significativos en el diagnóstico y el
manejo de la placenta previa, todavía hay mucho por descubrir y mejorar en esta
área. La investigación científica en curso está enfocada en la identificación de
biomarcadores, la prevención y el tratamiento de la condición, así como en
comprender mejor los mecanismos subyacentes. Estos avances podrían tener
un gran impacto en la prevención y el manejo de la placenta previa, reduciendo
los riesgos para la madre y el feto durante el embarazo y el parto.
CONCLUSIONES:
1. Esta condición puede causar sangrado vaginal abundante durante el
embarazo, lo que puede representar un riesgo tanto para la madre como
para el feto.

2. La placenta previa puede diagnosticarse mediante ultrasonido y


confirmarse a través de una ecografía transvaginal.

3. El principal factor de riesgo para el desarrollo de placenta previa es haber


tenido un embarazo previo con esta complicación.

4. En caso de un diagnóstico de placenta previa, es importante que la madre


reciba atención prenatal especializada y que se le brinde información
adecuada sobre los signos y síntomas de sangrado.

5. En algunos casos, se puede requerir una cesárea para garantizar la


seguridad tanto de la madre como del feto.

6. El manejo adecuado de la placenta previa implica una evaluación continua


de la madre y el feto, así como intervenciones médicas y obstétricas
apropiadas.

7. Es fundamental que las mujeres embarazadas con placenta previa tengan


acceso a atención médica de calidad y sean monitoreadas de cerca para
evitar complicaciones graves.
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Placenta Normoinserta, Hospital Escuela, Bloque Materno Infantil
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http://www.bvs.hn/RFCM/pdf/2010/pdf/RFCMVol7-1-2010-4.pdf

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ARTINEZ%20PADILLA%20-%20PLACENTA%20PREVIA.pdf

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