TOC
TOC
TOC
Se trata de una
enfermedad relativamente común que afecta a un 1,5 % de la población infantil y adulta. Se
caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones, habitualmente ambas.
Significado de TOC
“El TOC suele afectar de forma significativa al funcionamiento cotidiano de una persona.”
Las obsesiones son pensamientos, imágenes, melodías, temores o impulsos que aparecen
repetitiva y persistentemente en la mente de una persona y que, además, resultan intrusivas e
indeseadas. Las obsesiones suelen provocar intensa ansiedad o malestar.
Tipos de obsesiones
Hay muchos tipos de obsesiones, pero, para que nos podamos hacer una idea, algunos ejemplos
son:
Muchas de estas obsesiones se plantean en la mente del obsesivo con pensamientos que
empiezan “y si…”, por ejemplo: “¿Y si no es suficiente lavar los platos en el lavavajillas y debería
frotarlos con lejía?”; o “¿Y si le pasa algo a mi hijo y no oigo el móvil?”
Las compulsiones son conductas repetitivas (a veces a modo de ritual) o actos mentales
repetitivos, que las personas sienten que tienen que hacer. Suelen hacerlo para calmar la ansiedad
que le provoca el pensamiento obsesivo o para “neutralizarlo”. Coloquialmente las compulsiones
se conocen como “manías”, aunque en psiquiatría este término tiene otro significado. Por
ejemplo, una persona que teme contagiarse de una enfermedad grave, se lava repetidamente las
manos cada vez que toca un pomo de una puerta o una barandilla de unas escaleras.
Tipos de compulsiones
Las personas con TOC pueden sumar los números de las matrículas.
Como se puede apreciar, algunos de estos gestos son cotidianos y los realizamos diariamente. Lo
preocupante de estos actos en el TOC es la repetición de los mismos, que suele superar las tres
repeticiones y hacer que el individuo lo considere excesivo y hasta absurdo. El elevado tiempo que
va a dedicar a estas repeticiones y comprobaciones, es tiempo que podría dedicar a otras
actividades más gratificantes.
“Las personas con TOC dedican un excesivo tiempo a comprobar y a repetir las conductas
compulsivas.”
A pesar de lo sencillo que puede resultar de diagnosticar para un especialista en salud mental y de
lo conscientes que son los pacientes de estos síntomas, muchos de ellos no buscan ayuda
profesional porque tienden a ocultar o normalizar sus síntomas. Muchos pacientes llevan tanto
tiempo con ellos que no los consideran un problema, sino parte de su forma de ser. De media, los
pacientes que acuden buscando ayuda lo hacen 10 años después del inicio de los síntomas.
El origen del trastorno obsesivo compulsivo suele ser a los 18-21 años, pero también es frecuente
en la infancia, lo que provoca que el paciente y su entorno (familiares, amigos, profesores, parejas)
se acostumbren a sus “manías” y lo den como algo propio del carácter de esa persona. Esto se
potencia cuando, con frecuencia, los progenitores sufren también TOC y los pacientes reproducen
los mismos rituales y las mismas obsesiones. A pesar de que el paciente y su entorno familiar y
social se acostumbran a estas conductas, para el paciente puede convertirse en una “cárcel
mental” y dedicar incluso horas cada día a saciar con sus compulsiones las ideas obsesivas.