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Codigo Penal

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DEDICATORIA

Quiero dedicar este trabajo a


Dios que me ha dado la vida y
fortaleza para terminar esta
monografía y a mi padre por
estar ahí cuando más lo
necesité; en especial a mi madre
por su ayuda y constante
cooperación.

Pág.1
INTRODUCCIÓN:

El Derecho debe tener un poder fácticamente efectivo, Jurgen Habermas


(2009) dice que si el Derecho quiere ser efectivo “debe ser válido, legítimo, sin
que con ello se agoten los requisitos de legitimación”. Habermas, sostiene que
existe una tensión interna entre eficacia y validez; sin embargo, la eficacia del
Derecho no se desplaza esencialmente respecto de la concepción que su
existencia pertenece a la esencia del Derecho. Es de suma importancia
decisiva que las leyes coactivas deban acreditar su legitimidad, con leyes
libertarias en el proceso y solamente por el tipo de proceso que establece la
ley.

Para que una norma jurídica sea válida, debe ser creada por un acto que es
un hecho existente en el tiempo y el espacio. Un orden jurídico considerado
como un todo, y las normas jurídicas que lo constituyen, se consideran válidas,
si son obedecidas y aplicadas en todos los ámbitos, es decir, si posee eficacia.
Pero no debemos confundir su validez con su eficacia, la validez quiere decir
que la ley debe ser obedecida y aplicada; la eficacia se refiere a que de verdad
está siendo obedecida y aplicada, por ello se entiende “que la eficacia es
solamente una condición de la validez, no es igual a ella”. (Kelsen, 2005)

La ley por carácter general surte efecto únicamente durante su vigencia, lo


que se traduce en la irretroactividad de la ley como principio general. Pero
existen excepciones a esta regla de la ley penal en el tiempo, que permiten su
retroactividad; principio del que se hablará en profundidad más adelante, y por
ende su aplicación a un caso determinado que sucede mientras esta ley aún no
estaba vigente.

Como ya se ha mencionado anteriormente, es de aplicación la ley vigente en


el momento de comisión del hecho punible, al ser esta una regla que se deriva
del principio de legalidad. Esto quiere decir que las leyes penales solo alcanzan
a los hechos cometidos después de su entrada en vigencia.

El Código Orgánico Integral Penal ecuatoriano (2014), recoge este principio


en su artículo 16 numeral 2 según el cual “se aplicará la ley penal posterior más
benigna sin necesidad de petición, de preferencia sobre la ley penal vigente al
tiempo de ser cometida la infracción o dictarse sentencia”. En concordancia con
lo establecido la “ley es obligatoria desde el día siguiente de su publicación en
el Registro Oficial, salvo disposición contraria de la misma que posterga su
vigencia en todo o en parte”. (CRE, 2008)

Los efectos de la ley en el tiempo, establecen cuestiones relativas a su


vigencia: el momento en que inicia su vigencia y cuando esta termina. Surgen
problemas de conflictos entre leyes que provocan preguntas técnicas, para
resolver aquello es necesario el establecimiento de alguna regla de segundo
orden que establezcan criterios para determinar que leyes se deben aplicar (la
anterior o la posterior; la nacional o la internacional).

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Artículo 8º.- Leyes temporales
Las leyes destinadas a regir sólo durante un tiempo determinado se aplican a
todos los hechos cometidos durante su vigencia, aunque ya no estuvieren en
vigor, salvo disposición en contrario.

ENTRADA EN VIGOR Y DEROGACIÓN DE LA LEY PENAL El período de


vigencia de las leyes penales, al igual que el de las demás leyes, se extiende
desde el momento de su entrada en vigor hasta el momento de su derogación.
Antes de su entrada en vigor, las leyes deben ser: 1.º Aprobadas en las Cortes
Generales, 2.º Sancionadas y promulgadas por el Rey, y 3.º Publicadas en el
Boletín Oficial del Estado (BOE)
bandas por las Cortes Generales, y las promulgará y ordenará su publicación».
Artículo 2.1 CC: «Las Leyes entrarán en vigor a los veinte días de su completa
publicación en el Boletín Oficial del Estado, si en ellas no se dispone otra
cosa». El tiempo que transcurre desde la publicación en el BOE hasta la
entrada en vigor es el vocativo Legis. Este período de vocativo –que dura
veinte días, salvo que la propia ley disponga otra cosa– sirve, principalmente,
además de para el mejor conocimiento por parte de los operadores jurídicos y
para la preparación de las infraestructuras que pueda requerir su aplicación,
para que los destinatarios de las leyes puedan conocerlas antes de que entren
en vigor. Contribuye, en ese sentido, a la seguridad jurídica. En el caso de las
leyes penales, dado que las consecuencias de su aplicación son especialmente
importantes, lo normal es que el vocativo se extienda incluso más allá de los
veinte días. Para el cómputo del vocativo, debe atenderse a las reglas
generales del artículo 5 CC. Después de haber entrado en vigor, las leyes
permanecen vigentes hasta que son derogadas por otras leyes. Artículo 2.2
CC: «Las leyes solo se derogan por otras posteriores. La derogación tendrá el
alcance que expresamente se disponga y se extenderá siempre a todo aquello
que en la Ley nueva, sobre la misma materia, sea incompatible con la anterior.
Por la simple derogación de una Ley no recobran vigencia las que ésta hubiera
derogado». La derogación producida por la nueva ley pude ser expresa,
cuando se menciona directamente la ley o la norma que resulta derogada, o
tácita, cuando simplemente se lleva a cabo una regulación incompatible con la
ley o norma anterior. La disposición derogatoria única del Código Penal refleja
ambas modalidades en sus apartados 1 y 2, respectivamente. En un Estado
constitucional como el nuestro existen también, no obstante, otras dos
particulares formas de derogación: 1) una es la propia Constitución –en cuanto
Ley fundamental del Estado–, que en su disposición derogatoria, apartado 3.º,
dice que quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido
en la misma; y 2) otra es la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, y más
concretamente las sentencias que declaran la inconstitucionalidad de alguna
ley, que por lo general −salvo en lo que se refiere a las consecuencias
favorables que puedan derivarse para un proceso penal o para un
procedimiento sancionador (art. 40.1 LOTC)− solo tienen efectos ex nunc,

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produciendo la derogación −o anulación− de la ley inconstitucional desde el
momento en que aparecen publicadas en el BOE (art. 161.1 CE y art. 38
LOTC)

CONCLUSIONES
De lo expuesto en un principio, se infiere que la irretroactividad de la ley
desfavorable y retroactividad de la ley más benigna, necesitan estar en
constante coordinación, y a pesar que la prohibición de retroactividad sugiere
una sucesión de leyes, en realidad aquello no sucede. También rige el principio
de irretroactividad cuando la ley crea un delito, en otras palabras, criminaliza un
hecho, no contemplado anteriormente en ningún ordenamiento jurídico.

Se debe constatar que en la doctrina y jurisprudencia forma parte del


principio de legalidad penal la exigencia que las leyes penales sean ir
retroactivas, que se trate de una ley previa, escrita, estricta y segura. En
realidad, se trata de una forma de proceder que se queda en la superficie del
problema que no va al fondo del asunto.

Los derechos adquiridos a diferencia de las meras expectativas, no son


afectados por la ley posterior, las reglas de la ley sobre efecto retroactivo
siguen la doctrina de los derechos adquiridos para resolver los conflictos de
retroactividad de la ley.

Las reglas particulares de la ley; sin embargo, resuelven conflictos de leyes


en el tiempo, mediante criterios análogos a los de la doctrina de la relación
jurídica. En la generalidad de los casos, la ley hace la distinción entre la
Constitución, el momento en que produce sus efectos y finalmente la extinción
de la relación jurídica. La ley establece de modo reiterado que la Constitución
se rige por la ley vigente al momento de producirse; que los efectos se rigen
por la ley nueva desde su publicación y que la extinción se rige por la ley
vigente al momento en que sucede.

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BIBLIOGRAFÍA:
https://www.boe.es/biblioteca_juridica/abrir_pdf.php?id=PUB-DP-2019-110
https://www.iberley.es/temas/ambito-temporal-ley-penal-47401

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